(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

-¿Blaine?... ¿se puede cariño? —pregunto al Señora Anderson golpeando la puerta de la habitación de su hijo.
-Si Mamá… pasa… —respondió este mientras se probaba corbatas en frente del espejo.
-¿Ya estás listo?... tú Papá quiere saber… vaya si estas guapo…
-Gracias… y estoy casi listo, solo… no se cual… —dijo moviendo sus manos frente a su cuello cada una con dos corbatas diferentes.
-Pues yo diría… —contesto pensando— que la apropiada es la oscura —señalo su Madre sentándose en la orilla de la cama, tenía puesto un vestido de mangas cortas y cuello redondo, además de medias y zapatos de tacón bajo, todo de un riguroso negro y cargaba en una de sus manos un bolso diminuto, Blaine pensó que ni las llaves de la casa cabrían dentro.
-Claro… obvio que si… ¿en que estaba pensado? —dijo desechando cinco opciones sobre la cama— no puedo asistir a un funeral usando una con puntos amarillos —añadió decidiéndose por la que su Mamá escogiera.
-¿Estas bien cariño?
-Si… es decir me siento como si un ladrillo hubiera caído en mi cabeza dejándome noqueado por horas.
-¿Hablaste con Kurt?
-No… —respondió deshaciendo el moño que había hecho en su corbata azul oscuro.
-¿No ibas a llamarlo anoche?
-Lo hice —dijo poniéndose de nuevo la corbata en el cuello de la camisa— pero hable con Burt y me dijo que estaba en casa de los padres de Rachel…
-¿Y no lo llamaste para allá?
-No Mamá, si te digo que no hable con él es obvio que no lo llame ni para allá, ni para ningún lado… lo siento… —se apresuró en decir, al notar la rudeza con que había contestado la pregunta de su madre, se tomó la cabeza un instante y desarmo por segunda vez el nudo de su corbata.
-Está bien cariño, entiendo que estés nervioso.
-No estoy nervioso, en realidad no sé cómo estoy… esto tan increíble que creo que nunca terminare por entenderlo… Finn era un gran tipo y no lo digo solo porque ahora este muerto, si no porque realmente lo era, me hizo la vida imposible las primeras semanas cuando llegue a Mckinley, pero después que hablamos todo, fue genial la relación entre los dos… y ahora… —termino por explicar Blaine sentándose en la silla que mantenía al lado de su cama.
-Lo se cariño… —dijo la Señora Anderson moviéndose en la cama para acercarse a él— ¿en que quedaron con tus amigos anoche?
-En que iríamos todos juntos a la casa de Burt y Carol… —respondió restregándose la frente con la corbata.
-¿Vendrán para acá?, ¿se juntaran aquí?
-Así es… Sam está por llegar y Tina y Artie vienen con él.
-¿Y los demás?
-Supongo y llegaran de alguna forma, ellos no conocieron bien a Finn así es que no están obligados a asistir, además, ¿Quién quiere asistir a un funeral de alguien que tenía toda una vida por delante?
-Nadie cariño, pero así es la vida —respondió Pam encogiéndose de hombros, como si se resignara a que inevitablemente así era la vida.
-No creo que esa moraleja le sirva a nadie en este momento… lo siento de nuevo… —dijo Blaine dándose unos golpes en la cabeza usando el canto de la silla para ello.
-¿Qué tienes cariño?, pareciera que tu actitud no responde solo a la tristeza de haber perdido a tu amigo.
-No es nada —respondió levantándose, se paró frente al espejo nuevamente con la clara intención de que el nudo de su corbatín no le ganara esta vez.
-Hijo, no quiero parecer insistente y pesada, pero…
-¡Entonces no lo seas!... —exclamo lanzando la corbata lejos, se tapo la cara para tragarse el llanto y sintió que los brazos de su madre lo envolvían segundos después— lo siento — murmuro abrazándola de vuelta.
-No hay porque cariño… ven… —dijo Pam llevándolo de la mano hasta el borde la cama— quiero que sepas que puedes llorar todo lo quieras, Finn fue prácticamente tu cuñado —agrego entregándole un pañuelo descartable que saco de su pequeño bolso.
-Lo se… y no es eso…—contesto sonándose.
-¿Entonces?
-…
-Hijo, aceptar la muerte siempre es difícil, y creo que en especial lo debe ser para ti, que no asistes a un funeral desde que tu abuelo murió.
-Eso es verdad…
-Lo es… y uno nunca está preparado para ella… pero una cosa es segura, Cooper no estará para asustarte con zombies y tumbas abiertas —dijo su Mamá mientras le acariciaba el cabello, Blaine la miro y soltó una pequeña risa.
-¿Cómo haces eso?, atrévete a decir una broma con todo lo que está pasando.
-Bueno, nadie tiene porque saberlo… —agrego en voz baja.
-Eso es verdad —contesto Blaine sonándose nuevamente— y no es eso lo que tengo es… creo que… creo que tengo miedo Mamá.
-¿Miedo cariño?... ¿de qué?
-De lo que me encuentre cuando llegue a la casa de Kurt.
-¿Cómo?, ¿a qué te refieres?
-No se… Mamá ya es suficiente tortura no poder evitar que la persona que más amo en este mundo pase por este dolor… y sentir ahora que tal vez no dé el ancho en toda esta situación es el doble de frustrante —explico Blaine levantándose de la cama, puso las manos en su cadera y se paró frente a la ventana para mirar todo y nada.
-Hijo, tu no podías evitar todo lo que paso, no te sientas culpable.
-No me siento culpable de lo que sucedió… pero… ¿qué tal si Kurt no quiere verme?
-¿Por qué haría tal cosa?… eres su prometido —dijo la Señora Anderson como si aquello fuera garantía de estabilidad y calma.
-Lo sé pero… no quiero sentirme como un intruso o algo peor.
-¿Intruso?… ahora si que creo y estás perdiendo la cordura, hijo, te vas a casar con Kurt, esas personas son prácticamente tu familia.
-Pero no lo son, al menos aun no legalmente, y lo que siento es que la única con derecho a estar allí es Rachel y ella y Kurt son inseparables desde que se fueron a New York, tal vez Kurt ni siquiera necesite que este con él.
-Ok, para en este momento por favor —dijo Pam poniéndose de pie y gesticulando detención con sus manos— no conozco a Kurt tan bien como tú, de hecho creo que nadie conoce a Kurt tan bien como tú, ni siquiera Rachel, por lo tanto dudo enormemente que tu futuro esposo no quiera que estés con él en este momento tan difícil.
-¿Qué tal si no que decir?
-¿Cómo?
-Eso, ¿Qué tal si no sé qué decir, o si digo algo que a Kurt le resulte incomodo?… —dijo Blaine gesticulando como que ya no podía más.
-Nada de lo que le digas le ayudara a aliviar su dolor cariño.
-¡Vaya Mamá!, gracias, siempre eres de gran ayuda —dijo Blaine esta vez sin disculparse.
-A lo que me refiero cariño es que tal vez no necesites decir nada —contesto Pam tomándolo de las manos— hijo, quizás Kurt lo único que necesite es sentirte a su lado, en silencio, sentir que tu mano sostiene la suya… que si llora tus brazos estarán para confortarlo… o que si quiere maldecir tu lo escucharas sin reprocharle nada, no necesitas palabras para eso…
-Soy lo peor…
-¿Qué?, pero ¿por qué?
-Porque estoy preocupándome egoístamente de mí, de mis propias frustraciones y temores y no de Kurt y de como debe de sentirse en este momento…
-Creo que porque te preocupas como siempre solo de él y no de ti, es que te sientes así… —aseguro su mamá anudando la corbata para su hijo— listo, guapo y elegante, como siempre —agrego dándole una abrazo más sentido que de costumbre, Blaine se dio cuenta de aquello y frunció su entrecejo entre preocupado y extrañado— lo siento, no puede evitarlo…— dijo apartándose emocionada.
-¿Estas bien? —pregunto mirándola.
-Sí, es solo que te veo a ti aquí, conmigo y no puedo dejar de pensar en Carol y como debe estar sintiéndose al perder a su hijo… —explico enjugándose unas lágrimas con un pañuelo de papel.
-Vaya… —dijo Blaine al verla sacar el paquete de pañuelos más un envase de polvos de maquillaje del bolso diminuto— ¡sí que es sorprendente tu bolso! —exclamo tratando de distender la situación.
-¡Y lo compre en una oferta!… —respondió la Señora Anderson soltando una pequeña risa— ¿serán tus amigos? —agrego poniendo oído en dirección a la puerta de entrada.
-Lo más probable es que sean ellos —dijo Blaine mirando en esa misma dirección — ¿a qué hora irán tú y Papá? —pregunto tomando un par de cosas desde su escritorio.
-En cuanto tu Papá termine de arreglarse, anoche nos acostamos tan tarde que creo y se quedó dormido de puro cansancio.
-Claro… —dijo Blaine esbozando una sonrisa pequeña y culpable.
-Y no te sientas culpable, aunque no hayas podido ver a Kurt anoche, con tu Papá te acompañamos de lo más agradados.
-Lo sé, gracias Mamá… —contesto abrazando a su madre.
-De nada, te quiero cariño… mucho… —dijo Pam abrazándolo con fuerza nuevamente. Blaine sintió que un par de costillas se le rompían, pero entendió finalmente que su madre se sentía temerosa de que lo sucedido con Carol pudiera sucederle a ella.
-Nos vemos allá entonces… —agrego Blaine saliendo de la habitación, le hizo una seña de despedida desde la puerta y bajo rápido al sentir que los recién llegados golpeaban con insistencia —¡un momento! —dijo mientras daba los últimos toques a su atuendo en el espejo del recibidor — ¿y Artie?—pregunto en cuanto vio solo a Sam y Tina en el umbral de su casa.
-Está en la camioneta, Papá lo dejo instalado allí y allí se quedó —explico Sam apuntándolo, Artie se dio por aludido e hizo una seña de saludo.
-Muy bien… hola chicos…—añadió Blaine saludando a cada uno.
-Esto es increíble, ¿no crees? —dijo Tina negando con su cabeza.
-Lo es… ¿tienes las llaves Sam? —pregunto Blaine estirando su mano.
-¿Y tú?, ¿tienes tu licencia? —respondió este poniendo cara de oficial de tránsito.
-¿Qué?, obvio que si… ¿Qué?... ¿quieres que te la enseñe? —añadió tratando de adivinar las múltiples caras que ponía su amigo— está bien… pero si es mucho problema y quieres conducir tú yo no me opongo…—murmuro mientras sacaba su billetera del bolsillo interior de la chaqueta.
-¿Por qué no conduces tú?, después de todo es tu camioneta —opino Tina al tiempo que repasaba su maquillaje.
-No es mi camioneta, es de mi Papá y él ya no confía en mi para conducirla, por situaciones que no develare ahora —dijo Sam mirando hacia otro lado.
Tina lo miro ceñuda y luego miro a Artie que volvió a repetir el gesto de saludo.
-¿Conforme?... fecha de vencimiento noviembre de 2015 —explico Blaine sosteniendo su documento frente a los ojos de su amigo.
-No hay tiempo de chequear así es que te creo…
-Bien, en casa de Kurt le pediremos estacionar en su cochera, así Artie puede bajarse más cómodo —agrego guardando su licencia de vuelta en la billetera.
-¿Por qué iremos a la casa de Kurt?, creí que ya estaban todos en el “Memorial Park Cemetery”
-¿Cómo?, creo que te equivocas, es decir, lo último que le dijo Carol a mi Mamá es que se juntarían en su casa.
-Cambiaron de opinión anoche… ¿acaso Kurt no te dijo? —pregunto Sam comenzando a avanzar junto a Tina.
-No…
-¿No?...—repitieron sus dos amigos al unísono volteándose hacia él con cara de pregunta.
-No… no he… no he hablado con él desde que me llamo desde New York para contarme todo.
-¿Él te lo conto?... pensé que tú te habías enterado antes —dijo Tina parándose frente a una de las puertas— como nos enteramos nosotros —agrego encogiéndose de hombros.
-No, yo no sabía nada… ¿Qué quieren decir?, ¿Qué no me preocupo lo suficiente o algo?
-No, solo…
-Bien, ¿podemos hablar de otra cosa entonces?... ¿esto tiene algún truco o algo?—pregunto al no poder abrir la puerta.
-El mejor de los trucos… —respondió Sam quitando la llave de la cerradura— usar la llave correcta —añadió enseñándole la más pequeña de todas, la introdujo en la cerradura y abrió la puerta de inmediato. Blaine blanqueo los ojos y el resto de sus amigos intercambiaron miradas.
-Vi eso… —dijo señalándolos a todos.
-¡Ok!… —exclamo Sam arrebatándole el llavero— ya no podrás conducir… yo lo hare.
-¿Qué?
-Eso, estas ofuscado y molesto por algo que ni siquiera es real, nadie piensa que no te preocupas lo suficiente, es más yo creo que te preocupas demasiado pero ni yo ni el resto de integrantes de esta comitiva merecen un trato semejante.
-Lo siento… —dijo Blaine haciendo una mueca.
-Perdonado quedas, esto es difícil para todos, permiso…—dijo apartándolo de la puerta.
-¿Qué hay con eso que no podías conducir?
-Pues lo hare de todos modos, ningún incidente con Mormones va impedírmelo.
-¿Eso fue lo que sucedió?, ¿le diste un aventón aun par de mormones? —pregunto Tina poniendo cara de loca.
-¡No se habla de eso Tina Cohen Chang!... ahora vamos… tenemos a dos amigos a quienes abrazar y a otro a quien... a quien...
-Sam…
-Estoy bien… estoy bien… —dijo haciendo una seña de calma con sus manos— Finn y yo éramos muy amigos, compartimos un equipo, un vestidor y una novia… y estoy tan bien que creo que podría irme corriendo hasta California y devolverme sin siquiera sentirlo, pero Finn no puede… y nunca más podrá hacerlo… y eso es tan injusto que me dan ganas de dejar de creer en todo lo creo —termino por decir Sam pegándose un par de cabezazos en el volante de la camioneta.
Tina rodeo el vehículo y le dio un abrazo de consuelo, Blaine se acercó a ellos y se unió al abrazo, Artie los miro desde el asiento de atrás y en vez de gesticular otro saludo, esbozo una pequeña mueca que demostraba simpatía con todos.
-¿Quieres que conduzca Sam?... viste mi licencia… —dijo Blaine dándole unos golpes en la espalda.
-Si… —respondió este soltando un suspiro.
Sam se cambio al asiento del copiloto y el resto se subió a la camioneta en silencio, silencio que guardaron durante todo el viaje, cada quien lidiando como mejor podía con una situación que era incomprensible para todos.

-Este cementerio es tan bello… ¡ahí están Míster Schuester y Emma! —exclamo Tina señalando la entrada del “Memorial Park Cemetery”
-Y Quinn y Santana… —agrego Artie también mirando.
-Al menos estarán todos aquí… —dijo Sam bajándose primero.
Blaine bajo de los últimos y ayudo a Artie con su silla, lo llevo hasta donde estaba Mercedes y Marley y miro de reojo a su alrededor buscando a su prometido.
-Burt pregunto por ti…—dijo Mercedes al tiempo que le daba un abrazo a él y un beso a Artie.
-¿Si?... ¿dónde.. esta? —respondió tomándose una oreja.
-Creo y está cerca de la capilla —agrego la chica oliendo el ramo de flores que sostenía.
-Blaine… hola, el Papá de Kurt pregunto por ti… —señalo Ryder llegando a donde estaban todos.
-Gracias, lo buscare… —dijo saludando al recién legado con un apretón de manos. Se acomodo la chaqueta y la corbata y se encamino hasta donde le dijeran, saludo a un par de personas antes de llegar a su destino pensando que tal vez Kurt estaba con Rachel y que no lo necesitaba tanto como él pensaba.
-¡Anderson!...—escucho tras su espalda.
-Burt… hola…—respondió dándole la mano, saludo formal que su futuro suegro se encargó en convertir en un abrazo bien palmoteado— ¿Cómo estás?
-Aquí… ¿llegaste recién?
-Sí, llegamos con Sam, Tina y Artie… ¿Carol?, ¿Cómo está?
-¿Cómo crees que esta?
-Lo siento, fue un pregunta estúpida, discúlpame.
-No te disculpes, anoche estuvo bien, pero hoy creo que cayó en la cuenta definitivamente y no ha parado de llorar , lo que es bastante frustrante para mí, porque no puedo hacer nada para calmar ese dolor.
-Te entiendo…
-Es casi divertido como la vida nos levanta y luego nos deja caer sin remordimientos —reflexiono Burt con las manos en los bolsillos de su traje.
-¿Kurt…?, ¿esta con ella?
-No, esta con Rachel en la capilla, se supone y ellos escucharon una vez a Finn decir que ciertas flores si le gustaban y otras no, se están encargando que solo hayan las “que si”
-Claro…—dijo Blaine sin moverse de donde estaba.
-¿No vas a ir?...
-Mejor lo espero aquí, es decir… ellos están encargados de eso, no quisiera…
-Anderson, creo que mi hijo desea verte más que a nadie… no lo hagas esperar más.
Blaine gesticulo una seña de aprobación a aquello y se dirigió a la capilla, se detuvo un segundo en la puerta y tomo aire como para una semana. Abrió con sigilo y murmuro el nombre de su prometido.
El recinto ecuménico era espacioso pero acogedor, las pequeñas ventanas de las paredes laterales dejaban entrar una luz tenue, casi tibia y la nave central tenía un podio y un atril para discursos. Efectivamente, Rachel y Kurt arreglaban las flores, movían algunos arreglos de lugar y a otros les quitaban la flores que se supone y a Finn no le hubiesen gustado, Blaine avanzo por el pasillo y se detuvo un instante a observarlos pensando si debía interrumpir aquello o no, se decidió por lo segundo y tomo asiento en una de las bancas hasta que alguno de los dos notara su presencia.

-Espero y nadie sea alérgico a las flores…—dijo Kurt mientras arreglaba un florero más grande que él.
-También lo espero… —respondió su amiga instalando un atril a un extremo de la nave central.
-Creo que si ponemos este arreglo aquí, no habrá necesidad de poner más flores en este sector, ¿Qué opinas?.
-Por supuesto, lo recargado no va con un funeral, es más para bodas, allí sí que no pueden faltar las flores, las cintas y todo lo posible.
Kurt la miro de reojo pensando si debía responder a eso o mejor dejaba pasar ese comentario tan falto de buen gusto en cuanto a la decoración se refería.
-¿Llegaron a hablar de eso?
-¿De qué?… —pregunto Rachel al tiempo que desenvolvía un cuadro que media un metro por lado por lo menos.
-De… ya sabes… retomar lo de ustedes, hacer planes de boda o algo.
Rachel lo miro un segundo y prefirió concentrarse en arrugar el papel café de envolver.
-Lo siento… no quise...
-No, está bien… la verdad es que no, pero era algo que estaba implícito… no sabíamos cuando y como, pero terminaríamos como ustedes con un final feliz —dijo soltando unas lágrimas— ¡por dios!...—agrego echándose aire con las manos— no sé cómo voy salir de esto.
-Saldrás… —se adelantó en decir Kurt acercándosele— todos lo haremos, esto es difícil pero encontremos las fuerzas en el dolor.
-Entonces yo tendré fuerzas para levantar esta iglesia…—dijo Rachel soltando el llanto. Kurt la abrazo y derramo algunas lágrimas, le acaricio el cabello y se movió un poco con ella como si su amiga fuera un bebé que necesitaba ser acunado.
-Gracias Kurt… —dijo al chica apartándose —¿dónde esta Blaine?
-No lo sé, no he hablado con él desde que lo llame de New York…
-¿Por qué?
-La verdad es que no lo sé… creo que subconscientemente quiero evitarle la incomodidad de lidiar con todo esto antes de tiempo… pero debe estar por llegar… —agrego sonándose.
-No creo y para él sea una incomodidad consolarte, es más estoy segura y esta deseando abrazarte y no soltarte más…
-Es lo que dijo cuando lo llame… “te abrazare y no te soltare hasta el año entrante”—dijo Kurt mirando su teléfono.
-Me alegra que retomaran lo de ustedes…
-Y yo…
-¿Ya comenzaras con planes de boda?
-No… aun no… y no me hables de eso ahora, por lo demás mientras más dure el compromiso, mejor
-¿Acaso tienes dudas?
-No… por supuesto que no… —respondió limpiándose la nariz nuevamente— amo a Blaine, es solo… es escalofriante pensar en lo jóvenes que somos… pero ese es otro tema… muy bien… —agrego soltando una cantidad extra de aire— no mas llanto… ¿de acuerdo?
-De acuerdo… —contesto Rachel moviendo sus manos cerca del cuerpo, como si su pena fuera algo que podía sacudirse.
-Al menos por los próximos treinta minutos…
-Al menos…—repitió la chica esbozando una sonrisa para terminar de desenvolver el cuadro luego, era una foto de Finn donde aparecía sonriente y feliz, la acomodo en el atril y retrocedió un par de pasos para observarla mejor, sonrió al ver la imagen y acerco su mano, tal y como si quisiera acariciarlo.
-¿Cuándo se tomó esta foto? —pregunto Kurt apuntando la imagen de su hermano.
-Creo… creo que fue en las nacionales que ganamos —respondió Rachel parándose al lado de su amigo.
-Es una buena foto… aunque mi favorita es la que se tomó con el vestuario de “Rocky Horror”
-¿La con los anteojos?
-Si…
-¡Me encanta esa foto!... cuando se pone anteojos se ve… es decir… se veía muy guapo —aseguro la chica comenzando a llorar de nuevo.
-Rachel… —dijo Kurt acariciándole la espalda, como si le recordara con ese gesto la promesa de esperar al menos media hora para volver a llorar.
-Lo siento... lo siento… ¡mírame!... no dure ni dos minutos…
-Está bien…
-Es solo que todo esto me parece tan irreal que creo que lo voy a ver aparecer por esa…
-¿Qué?...—pregunto al ver que su amiga se quedaba viendo algo a la entrada del recinto.
-¿Acaso es…?
-Blaine… —dijo al verlo sentando en la penúltima fila, soltó un poco de aire y sonrió aliviado al verlo, como si el peso de toneladas que se le había instalado en los hombros se alivianara en ese preciso instante, avanzo hasta él mientras comenzaba llorar de nuevo, Blaine se levantó y lo abrazo en cuanto se encontraron en el centro del pasillo.
-Lo siento Kurt… —le murmuro en el oído.
-Lo se… —dijo este de manera entrecortada, al tiempo que se apartaba entre sollozos— tu chaqueta, lo siento… —agrego señalando las lágrimas que habían mojado la solapa del traje.
-No te preocupes por eso… —respondió mirándose.
-Te ves muy bien…
-Igual tú…
-Siento no llamarte… esto es una pesadilla Blaine.
-Lo se, te entiendo… y yo también siento no estar contigo en cuanto llegaste, pero… me sentía tan torpe e inútil que no quise… —Blaine trato de explicarse al tiempo que se tragaba su propio llanto, le acaricio la cara a su prometido y le ofreció un pañuelo descartable, este lo acepto y enjugo sus lágrimas.
-Gracias por entenderme.
-No hay porque… —añadió besándolo en la mejilla— pero Kurt, quiero que sepas que no estás solo… y que yo estoy aquí para lo que necesites y para abrazarte hasta el próximo año como te lo prometí…
-¿Cumplirás esa promesa?
-Aunque sea último que haga en mi vida… —respondió cogiéndole las manos
-Qué bueno, porque necesito aferrarme a algo de manera desesperada en este momento.
-Pues yo estoy aquí y no iré a ningún lado… —termino por decir Blaine envolviéndolo nuevamente entre sus brazos con tanto amor que Kurt pensó que efectivamente lo tendría abrazado un año entero.

Enero de 2022





-¿Recuerdas nuestro código?, ¿verdad?
-Lo recuerdo… un rascado de cabeza, sutil, por cierto, no como si tuviéramos parásitos —dijo Kurt haciendo el gesto en su propia cabeza.
-Muy bien, y no te reprimas en solicitarme, puedes rascar esa maravillosa cabeza tuya las veces que desees.
-No lo hare… aunque si me lo preguntas me gustaría que te mantuvieras pegado a mi y así no necesitaría de ningún gesto raro.
-Puedo hacer eso si gustas… —dijo Blaine tomando al primera salida hacia TriBeCa.
-Lo se… y no sabes cuánto agradezco ese afán tuyo de consentirme, espero y nunca lo dejes.
-¿No escuchaste lo que dije?, ¡me encanta hacerlo!… —exclamo tomándole una pierna, Kurt puso su mano encima y Blaine sonrió mientras ponía el cambio en tercera cogido de la mano de su esposo y le sonrió encantado.
-¿Puedo decir algo?
-Puedes y debes…
-Me encanta esto… —dijo Kurt levantando un poco sus manos entrelazadas.
-¿Quiere decir que te encanta que ponga en riesgo nuestra seguridad al conducir? —añadió Blaine volviendo a pasar el cambio sin soltarle la mano.
-Así es… es raramente… sexy…
-¿Sexy?, ¿en serio? —pregunto mirándolo un segundo.
-Muy enserio.
-Bueno saberlo, lo que debería de hacer entonces, son algunas maniobras arriesgadas para que termines por subírteme encima —agrego moviendo sus cejas.
-Vaya, por tentador que suene eso, no podría hacerlo aunque gires en “U” aquí mismo en las cercanías del puente “Williamsbur”, tengo una caja que contiene un “soufflé au chocolat” en mi regazo.
-Pues la tiramos para el asiento de atrás y listo.
-¿Perdón?... no se tira al asiento de atrás un “soufflé au chocolat” Blaine Anderson Hummel.
-¿No?
-No… tampoco se hace eso con la “Crème Brûlée”, ni con el “Moelleux au Chocolat” o con cualquier tipo de “Croissant”
-En resumen… con nada de que tenga nombre francés.
-En resumen…—repitió Kurt volviendo a concentrarse en el paisaje que brindaba el “East River” .
-¿Sigues pensando en Lily?... te aseguro y a esta altura Henry la hizo olvidar cualquier atisbo de enojo, ¿o le darás un segundo pensamiento a los de las frambuesas y la cama? —agrego mirándolo de reojo.
-¿Quieres dejar eso?, no me gustaría que lo recordaras en medio de la reunión y empezaras a mirarme de manera lasciva entre los muebles extra costosos de Quinn Fabray.
-No puedo no mirarte de manera lasciva, ya deberías de saberlo, además, ¿cómo sabes que sus muebles son costosos?
-¡Mira a tu alrededor!… ¿ya olvidaste en que barrio estamos? —respondió señalando todo lo que rodeaba el auto.
-No… por supuesto que no lo he olvidado… y a propósito, ¿sabemos la dirección exacta?, porque temo decir, que creo que ya pasamos por esta “White St.” a lo menos un par de veces.
-No es cierto, la que pasamos era “Wothr St.”, y aquí está la dirección… —dijo sacando su teléfono— “Chambers St 400, Tribeca Park” —leyó desde su dispositivo móvil— y, de acuerdo con nuestro amigo Google, es al otro lado de la “West St.”, ¿crees que tenga vista al rio Hudson? —pregunto Kurt como si aquello fuera algo tan increíble como fantástico.
-Por la numeración, lo más probable, creo y es ese conjunto de allí —añadió Blaine apuntando un grupo de edificios de altura que un par de cuadras hacia adelante.
-Malditas seas Quinn Fabray…
-Vamos, nuestro departamento también tiene una gran vista y está en la Fifth Av., locación que por cierto no es comparable con nada.
-Obvio que no… pero no puedes negar que esto es bastante lujoso, ya estoy pensando que organizo esta reunión solo para presumir.
-Si sigue siendo como en la escuela, lo más probable es que si.
-Obvio que sigue siendo la misma, , “Miren todo lo que tengo luego de mi tercer divorcio”
-¿Tercer divorcio?, ¿eso es verdad? —quiso saber Blaine poniendo cara de impacto.
-No, acabo de inventarlo, porque en realidad no sé nada de nadie, bueno a excepción de Rachel… ¿tú?
-Tampoco, ¿sabes lo que deberíamos de hacer?
-¿Qué cosa?
-Llamar a alguien para que nos cuente algunas cosas de todos y así no llegamos tan despistados—sugirió deteniendo el auto en frente de la “Stuyvesant High School”
-¿Y quién podría manejar tal información?
Ambos se miraron un segundo y no hubo otro nombre que pensar.
-¡Tina!… —exclamaron los dos al unísono.
-Tina… —repitió Blaine tomando su teléfono.
-¿Tienes su número?
-Tengo un número, veamos si sigue siendo el mismo —respondió buscando entre sus contactos— Tina… Tina… ¡Tina Cohen Chang!, aquí esta… —dijo al encontrarlo.
-¿No tendría que ser Tina Abrahams a esta altura de su vida? —pregunto Kurt mientras se arreglaba el peinado en el espejo retrovisor.
-No lo sé, lo último que supe de ella es que había salido un par de veces con Artie, pero no se si ese pacto que hicieron en la secundaria haya prosperado, le enviare un mensaje.
-¿Qué le dirás?
-Bueno, no que nos cuente todo lo que sabe de inmediato, “¿Iras a la reunión?” —dijo mientras escribía.
-Sutil como siempre —opino Kurt sonriendo— ¡vaya sí que estaba ansiosa! —agrego al escuchar el sonido del mensaje entrante.
-“Si, ¿ustedes?”
-Ponle que no, a ver que dice…—dijo Kurt al tiempo que se quitaba el cinturón y adoptaba una posición más cómoda en el asiento.
-Está bien…—contesto Blaine escribiendo un “no” con letras mayúsculas.
-¿Qué te dijo?
-Bueno, me manda todas estas caras enojadas, más un montón de letras sin sentido que asumo y significan impresión o algo —respondió enseñando su teléfono.
-¿Qué cree que tiene 15 años?, dame eso… —sentencio Kurt tomando el teléfono de su esposo— mira, pone que “tengo tanto que contar, ¿Cómo no van a asistir?”
-Sácala de su angustia y dile que si asistiremos…
-¡Claro que no!, si le digo eso, no nos enteraremos de nada.
-¿Ese es un vehículo policial? —dijo Blaine mirando hacia atrás por encima, de su hombro.
-Lo es… —añadió Kurt mirando pro el espejo— ¿qué querrá?, no puede pasarnos una multa por velocidad estamos detenidos.
-Tal vez sea eso…
-O… tal vez necesitamos identificaciones especiales para andar por este barrio tan exclusivo.
-¿Cómo una visa por ejemplo?
-Exactamente…
-Eso sería una locura.
-Bueno, cosas más raras se han visto —respondió mientras escribía— le respondí a Tina, a ver si nos cuenta algo, le pegunte que cosas tenía que contar… te aviso que un policía extra guapo se acaba de bajar del auto…
-¿Policía extra guapo? —repitió Blaine levantando una ceja.
-Es lo que estoy viendo… vaya uniforme tan ajustado —añadió al ver al oficial que se devolvía en sus pasos y sacaba una pequeña linterna desde el auto— ¿Qué hay con los policías y las linternas?, ¿acaso no hay suficiente luz solar?
-Tal vez lo hacen para intimidar a quienes necesitan ser intimidados.
-Pues con esos pantalones que me intimide cuando quiera.
-Kurt…
-¿Qué?...
-Si yo dijera esas líneas sobre alguien, ya estarías haciéndome no sé cuántas caras.
-Pues lo veras por ti mismo en cuanto llegue hasta tu ventana… y una cosa, mis caras son totalmente justificadas, primero porque tú eres más atractivo que yo y segundo… vaya si te verías muy bien con esos pantalones.
Blaine soltó una risa y busco sus documentos y los del auto en la guantera.
-¡Es la verdad!
-Tú crees que yo me olvido de todo lo que me dices, pero la verdad es que me acuerdo de todo y lo guardo muy celosamente aquí… y aquí…—dijo Blaine señalando su cabeza y corazón respectivamente.
-Pues sorpréndame un día de estos Oficial Anderson —dijo Kurt sonriendo con picardía.
-Buenas noches… —dijo el oficial golpeando el vidrio del auto.
-Buenas noches oficial… —respondió Blaine bajando la ventana— ¿hay algún problema?
-¿Me enseña sus documentos y los del vehículo?, por favor…
-Claro… aquí está todo —agrego entregándoselos. Kurt le sonrió y agito su mano como saludando, para luego volver a su charla informativa con Tina.
El oficial miro la licencia de Blaine y apunto con su linterna la foto y luego al cara del aludido unas tres veces. Kurt creyó que lo había reconocido y que le pediría quizás que a cambio de no pasarle una infracción por mal estacionamiento o algo.
-Señor Anderson-Hummel, está prohibido estacionarse en toda calle, ¿lo sabía?
-No oficial… la verdad es que solo nos detuvimos un segundo… vamos al 400 de Chambers St, ¿tengo entendido que es la cuadra siguiente?
-Lo es… si se mantiene en este carril podrá acceder a “Tribeca Park” sin problemas.
-Muy bien.
-Es un recinto cerrado, tendrán que…
-¡Oh por dios! —exclamo Kurt al leer algo en el teléfono de su esposo.
Blaine lo miro sorprendido y el oficial de tránsito lo apunto en la cara con la linterna.
-¿Algún problema señor? —pregunto casi metiendo toda su cabeza por la ventana abierta.
-¿Qué?... no… ningún problema… disculpe… es un mensaje —dijo mostrándole el teléfono— vera, vamos a una fiesta y me acabo de enterar que alguien usara mi misma chaqueta… una tragedia como podrá imaginárselo…
-Claro… —dijo el oficial mirándolo unos segundos para luego mirar a Blaine como buscando una explicación— en fin, Señor Anderson-Hummel, si puede seguir su camino y evitar detenerse en lugares no habilitados, se lo agradecería —termino por decir el policía devolviéndole los documentos.
-Por supuesto… gracias y disculpe…
-No hay problema señor, conduzca con seguridad.
-Así lo hare… —dijo Blaine encendiendo el motor— gracias…
-Gracias oficial… ¡lindos pantalones!…—exclamo Kurt mientras se alejaban— ¿Qué?...
-Eres increíble…
-Lo se…
-¿Qué fue ese “oh por dios” de recién?
-No vas a creer lo que Tina respondió.
-¿No es que alguien usara tu misma chaqueta?
-No… nadie puede usar mi misma chaqueta, si no, yo y Mister Duca Sartoria tendríamos un gran problema —respondió quitando algunas pelusas de su chaqueta y abrigo exclusivos.
-¿Qué sucedió entonces?
-Según Tina, Britt y Santana se divorciaron.
-¡¿Qué?! —exclamo Blaine olvidándose que iba condiciendo.
-Blaine… —dijo Kurt señalando la entrada al condominio de edificios.
-¡Perdón!... —exclamo retomando el volate— ¿eso es verdad?
-No lo sé… espero que no, de lo contrario seriamos la única pareja que se conoció en la secundaria y que aun esta junta, lo que me llena de orgullo pero es muy triste a la vez.
-Sí que es triste, la última vez… buenas noches —dijo entregándole la invitación al vigilante— gracias —agrego cuando este se la devolvió y los dejo pasar, señalando cual era la torre de la Señorita Fabray— la última vez que supimos de ellas, nos preguntaron por la clínica donde concebimos Henry… ¿te acuerdas?
-Me acuerdo… ¿que pudo haber pasado?
-Terminaremos por enterarnos, de eso no hay duda —dijo Blaine estacionando el auto.
-¿Cómo actuaremos frente a algo así? —añadió Kurt desabrochando su cinturón de seguridad.
-¿A qué te refieres? —pregunto Blaine haciendo lo mismo en su lado del auto.
-A que… no se… ¿Qué tal si tenemos que escoger bandos o algo? —añadió tratando de abrir la puerta, tomar el postre y coger su abrigo, todo al mismo tiempo.
-Espera un momento…—agrego bajándose, rodeo el auto y abrió la puerta para su esposo, tomo la caja con el postre y le brindo su mano extendida para que se bajara sin problemas, Kurt agradeció aquel gesto con una sonrisa.
-¿De qué bando te pondrías tú? —insistió poniéndose el abrigo.
-De ninguno…
-¿De ninguno?, pero… ¿qué tal si Britt hizo algo malo o Santana fue quien lo hizo?, siempre hay que ponerse del lado de la víctima, ¿no crees? —aseguro Kurt tomando la caja de vuelta.
-Lo creo —contesto acomodándose la ropa de abrigo— pero si el fin de su matrimonio, si es que hubo tal fin, no fue en buenos términos, no creo que asistan ambas, y si lo fue, creo que no tendremos problemas ni necesidad de tomar bando alguno… ¿vamos?... —termino por decir Blaine ofreciendo su brazo para que su esposo lo cogiera— ¿estás bien? —pegunto al ver que Kurt se quedaba como pensando en algo.
-Si… es decir… ¿no crees que esta notica es un tanto… no se… devastadora?
-¿Devastadora?... —repitió acercándosele— Kurt, las chicas me caen bien, pero de ahí de hacer de su tragedia algo que nos incumba… no creo que este bien.
-No es eso, y créeme que lo que suceda con ellas, en especial con Santana me da lo mismo, es solo… nos casamos juntos… y si bien como dije no soy un fan “Brittana” —dijo haciendo el gesto de comillas con la mano que tenia libre— si soy un fan del matrimonio, por lo que es, por lo que representa, en especial para nosotros… —dijo encogiendo sus hombros— es estúpido, puedes decirlo.
-¿Cuál es ese afán tuyo por denostarte? —contesto Blaine tomándolo por los brazos— lo que dijiste no es estúpido, es dulce y honesto.
-¿Si?
-Si…—dijo dándole un beso en la frente.
-¿También se considera un fan del matrimonio Señor Blaine Anderson-Hummel? —pregunto Kurt aprovechándose del cuello tibio y perfumado de su esposo para templar su nariz congelada.
-No… más bien me considero un fan de nosotros… —respondió sonriendo.
Kurt se aparto y lo miro un segundo.
-Gracias… —dijo haciendo un puchero.
-De nada… y ahora.. ¿entremos?, mira que por muy lujos y exclusivo que sea este condominio, hace un frio del demonio igual que en todos lados…—agrego dando un par de saltos como para entrar en calor.
-Vamos…

Febrero de 2041





-Prométeme que esta será la primera y última vez que nos alejemos de él… por favor.
-Esta será la primera y última vez que nos alejemos de nuestro hijo, te lo prometo —repitió Blaine dando otro beso al tiempo que tomaba una toalla extra grande y mullida con la que se rodeó la cintura — ¿quieres una?
-No… debo quitarme esto primero… —dijo señalando su cara y el frasco pequeño que sostenía en una mano.
-¿Estas bien? —pregunto mirándolo.
-Muy bien…
-Perfecto… —añadió dándole un beso en la frente para salir de la ducha acto seguido— iré a preparar el desayuno y a hablar con Burt.
-Ok… ¡Blaine!
-¿Si?...
-Gracias…
-¿Por qué te preste shampoo?
-Porque me prestaste shampoo… —repitió Kurt sonriendo y pensando que por lo que realmente agradecía era por tenerlo a su lado de la más incondicional de las maneras.
-Tendrás que lidiar con extra volumen, y ondas más tarde, recuérdalo… oye… ¿Noah está listo?
-No, pero yo me encargo de él, tú ve a decirles a nuestros niñeros que cambiamos de planes… otra vez.
-Ok… te amo…
-Lo se…
Blaine lo miro un segundo y salió del baño, se puso la ropa que Kurt había dispuesto como atuendo de viaje y se dirigió a hablar con sus suegros.

-¡Anderson!... ¡gracias al cielo que ya estas despierto!…—exclamo Burt al ver aparecer a su yerno en la cocina.
-Buenos días Burt… y obvio que debía estar despierto, con tu hijo nos vamos de viaje… ¿recuerdas?
-¡Obvio que lo recuerdo!... ¿cuantos años crees que tengo?, ¿un millón? —pregunto divertido.
-No, aunque apostaría buen dinero que es un número cercano a esa cifra.
-¡Oye!... agradece que estoy de buen humor, ¿café? —pregunto enseñando su taza.
-Claro… pero yo me sirvo no te preocupes… —advirtió sacando su taza desde uno de los anaqueles—¿durmieron bien tú y Carol? —agrego tomando la cafetera.
-Excelente… —respondió tragando— como si estuviéramos en el piso 13 de un edifico de la Quinta Avenida.
-Muy bien… —dijo Blaine sonriendo al tiempo que se sentaba a la mesa y echaba un ojo a las partes del periódico que ya habían sido vistas por su suegro— ¿querías hablarme de algo? —pregunto tomando la sección de deportes.
-Quería hablarte de algo, ya sé que Noah los acompañara al viaje y no es necesario nuestro servicio de “niñera”… pero me preguntaba si yo y Carol podemos quedarnos aquí la semana que estarán fuera.
-Pues espero que lo hagan, no creo que un niño de 6 años pueda cuidarse solo… a no ser que sea protagonista en una película de navidad —dijo Blaine como pensando en aquello.
-¿De que estas hablando Anderson?
-De que Noah no quiere ir al viaje con nosotros, se lo dijo a Kurt hace unos instantes, por lo tanto si serán necesarios tus servicios de “niñera”.
-¿De verdad?
-Así es… y tu hijo esta triste por supuesto, pero creo que terminara aceptándolo de aquí a las 2 horas que nos restan antes de tomar el avión —agrego mirando su reloj.
-Por supuesto que lo aceptara, desde que los chicos les regalaron ese viaje no ha parado de hablar de el, por eso me sorprendió cuando me dijo que Noah los acompañaría.
-Y a mí… pero tu hijo puede ser muy convincente, deberías saberlo.
-Buenos días… —dijo Carol llegando a la cocina desde el segundo piso.
-Buenos días…
-Buenos días cariño… hablaste con nuestro yerno —dijo al tiempo que saludaba a su esposo.
-¿Sobre qué quieres llevarte la cama contigo a Lima? —respondió Burt sonriendo.
-¡Burt!, eso era un secreto… no le hagas caso Blaine, está bromeando… —dijo pellizcándole cerca de las costilla.
-¡Auch!... eso dolió señora Hummel.
-Lo se… —agrego está abriendo más sus ojos.
-Asumo y dormiste bien Carol.
-Excelente, cariño, esa cama está hecha con piel de ángeles o algo, es maravillosa —respondió tomando una taza— te juro y no me hubiera levantado nunca —agrego gesticulando con sus brazos.
-Bueno querida, tenemos una semana más para disfrutar de esa cama que te gusto tanto.
-¿Cómo? —pregunto sentándose al lado de su esposo.
-Eso, finalmente Noah no viajara con ellos, por lo tanto tenemos que quedarnos para cuidar al mas pequeño de nuestros nietos.
-¿En serio?... ¡que marava…!... ¡ay pobre Kurt!, debe sentirse pésimo…
-Un poco, pero terminara si no por olvidarlo, pro aceptarlo al menos, yo… yo me encargare de eso —respondió Blaine sonriendo enamorado.
Burt y Carol se miraron e hicieron una mueca de ternura con sus caras, Blaine negó con la cabeza y bebió café tratando de simular un resto.
-¿Abuelos?... ¡dios!, pensé que llegarían más tarde… —dijo Lizzie llegando a donde estaban todos— ¡Los abrazaré! —añadió mientras se deshacía de su ropa de abrigo y bolso en la puerta de la cocina.
-¡Mi mona favorita! —exclamo Burt dando unos aplausos— ¿Cómo estás?— pregunto levantándose.
-Bien… ¿y tú?... ¡ay que maravilla! —dijo la chica mientras se colgaba del cuello de su abuelo.
-Excelente… ¿estas más delgada?... —pregunto mirándola de arriba a abajo.
-No… nada que ver… hola “abucarol” —agrego Lizzie dando a su abuela otro abrazo.
-¡Hola cariño!… estas preciosa, ¿qué tal la universidad?
-Bien… es un tanto difícil, pero todo el ambiente… los chicos… —respondió levantando una ceja con picardía— hacen que todo sea súper extra espectacular… hola, “Papáblen”
-¡Ah!, pensé que ya no me saludarías Princesa.
-¡Ay “Papáblen”! —exclamo sentándosele en el regazo como cuando tenía 5 años— no seas celoso... esta Princesa alcanza para todos —añadió dándole unos ocho besos en toda la cara.
-Loca… ¿qué haces aquí?, creí que con tu hermano nos encontrarían en el aeropuerto.
-Y así se supone e iba a ser —respondió levantándose, tomo una taza y la lleno con café hasta casi el borde— pero Henry me dijo algo muy perturbador que tenía que comprobar por mi misma —agrego bebiendo un sorbo que le permitiera moverse hasta la mesa sin derramar nada.
-¿Perturbador?, ¿tu hermano está bien?
-Henry está bien, cada vez más grande y cada vez más gordo… —agrego sentándose.
Burt y Carol sonrieron a la par al ver las caras que ponía su nieta cuando describía aquellos atributos de su hermano.
-¿Qué sucede entonces Princesa?
-Pues me dijo que Noah los acompañaría al viaje a Paris, ¿es verdad?
-Lo es…
-¡”Papáblen”!... —exclamo golpeando la mesa con sus dos manos— este viaje era para ustedes, ¿cuántos matrimonios andan de segunda luna de miel con un hijo a cuestas?... ¡hola!
-Ninguno Princesa, pero…
-¡Entonces!... —volvió a exclamar repitiendo el gesto. Burt, Carol y el propio Blaine tomaron sus tazas de manera preventiva— “Papáblen” amo al “Goblin” con todo mi corazón, pero él sabía que ustedes se ausentarían por una semana, ¡y estaba de acuerdo! —gruño levantando sus brazos con taza y todo.
-¿Me dejas explicarte Princesa?
Lizzie blanqueo los ojos y se cruzó de brazos poniendo cara de necesitar aquella explicación más que el aire que respiraba.
-Lo que sucedió…
-¡Vaya reunión! —interrumpió Henry llegando desde la sala.
-¡Henry!... ¡ay por dios no puedes estar más grande! —dijo Carol levantándose para saludar a su nieto.
-Y más gordo… —murmuro Lizzie por lo bajo— ¿Qué? —añadió al ver que Blaine la reprendía con un gesto.
-Salió a su abuelo, ¿qué más se puede esperar? —añadió Burt levantándose nuevamente.
-¿Cómo están?, pensé que llegarían más tarde —dijo el chico besando a cada uno.
-Es lo que dije yo… ¡hola! —agrego Lizzie blanqueando los ojos.
-Hola “Papáblen”…
-Hola hijo, ¿Cómo va todo?
-Excelente…
-Oye, tu Papá nos contó que empiezas un proyecto en alguna parte.
-Si abuelo, es un conjunto habitacional que la compañía construirá en las inmediaciones del “Shuykill River”.
-¡Vaya!... elegante…
-¿Estarás a cargo Henry? —quiso saber Carol gesticulando nervios con sus manos.
-No a cargo, a cargo… pero si seré parte importante en el asunto.
-¡Qué maravilla! —exclamo su abuela dando unos aplausos rápidos y pequeños cerca de su pecho.
-Lo será más si no descuida su tesis, ¿verdad hijo?
-Lo sé “Papáblen”…
-Bueno, nunca esta demás recordarlo… ¿asumo y estas aquí por el mismo motivo que tu hermana?
-¿Ya peguntaste Rizzie”? —pregunto mientras la saludaba con un beso— creí que preguntaríamos juntos.
-Pues podemos hacerlo de nuevo cuando llegue el Papá… ¿a dónde está a todo esto?
-Se está terminando de arreglar, luego ayudara a Noah.
-Perfecto, entonces cuando llegue aquí, todos fingirán que no saben nada... ¿de acuerdo? —dijo Lizzie haciendo gestos de orden, tal y como si estuviera enfrente de un grupo de niños pequeños y revoltosos.
-Nadie fingirá nada y si me dejan hablar puedo explicar todo.
-¿Explicar qué? —pregunto Henry tomando una taza y sirviéndose café acto seguido.
-Bueno…
-Pero si es fácil, todo pueden hacer así…—interrumpió Lizzie poniéndose ambas manos en la boca— así… —añadió poniéndose una en la frente como si estuviera a punto de desmayarse— o así…—termino por decir tomándose la cabeza.
-¿Quieres darle otra oportunidad a la actuación cariño? —dijo Kurt llegando con Noah de la mano.
-¡Papá!... no… no es nada… ¿cómo estas?
-Hola Lizzie Anderson Hummel.
-Hola “Goblin”, con Henry tenemos que hablar contigo seriamente —dijo poniéndose ambas manos en la cadera.
-¿Sobre qué?... ¿”Desmond” puede escuchar?
-Obvio, también lo involucra a él, estoy segura y estaba al tanto de todo —respondió la chica llevándose a su hermano hasta un costado de la cocina.
-¿Qué es este desayuno de solo café?... acaso estamos en la depresión de ‘29 —pregunto Kurt al ver que todos sostenían una taza en la mano.
-Bueno si en esa época hubieran tenido este café tan excelente, menos gente se habría tirado de los edificios —dijo Burt bebiendo un sorbo bien largo.
-Cariño no te molestes, estamos bien así… —agrego Carol bebiendo también.
-Pues a mí me parece que no.
-Hijo tranquilo, de verdad no es necesario que te molestes en preparar algo mas.
-No es molestia —rebatió Kurt comenzando a sacar cosas del refrigerador y de los anaqueles próximos a él— además, con Blaine compramos algunas cosas ayer, presintiendo que el desayuno seria así de concurrido, ¿verdad Blaine?
-Muy verdad —respondió este levantándose, saco una bandeja de pastelillos del refrigerador al tiempo que su esposo sirvió jugo para todos. Henry y Lizzie mientras tanto, hablaban con Noah sobre algo que hacía que el más pequeño de la familia tuviera en su cara un gesto de sorpresa permanente
-¿Durmieron bien? —pregunto Kurt con ojo puesto en Noah y el otro en disponer pocillos para el cereal de todos.
-Muy bien, Carol quiere llevarse la cama a Lima.
-¡Burt! — exclamo esta negando con su cabeza.
-Bueno ya que regalarte para el día de las madres entonces —dijo Kurt sonriendo— ¿Qué planean ustedes allí? —agrego mirando a sus hijos.
-¿Qué?... nada, no puede una hermana querer hablar con sus adorables hermanos… ¡hola!
-Hablábamos del viaje a París Papá, y como yo no debería ir para no ser un “epstorbo”
-¡“Goblin”!, eres súper extra delator… ¡hola!
-¿Soy qué? —dijo el pequeño dando un respingo divertido.
-No eres nada cariño, ven siéntate a comer tu desayuno —añadió Kurt señalando una de las silla—ustedes también —agrego apuntando a sus hijos mayores— aquí está tu leche bebé.
-Te dije que se enojarían… —murmuro Noah mientras se trepaba en la silla.
-¿Cómo?... no cariño, nadie está enojado…
-Si lo están…. —insistió el pequeño tomándose la cabeza con una mano.
-No es así, mira le preguntaremos a tus hermanos, chicos, ¿cierto que no están enojados con Noah?
-¡Ay “Goblin”! nada que ver, ¿Cómo nos vamos a enojar contigo?, eres lo mejor que le ha pasado a la quinta avenida… mi amor por ti es tan inmenso como el tamaño de mi cabellera.
Noah rio mientras bebía su jugo al pensar en el volumen siempre abundante del cabello de su hermana.
-Eso es verdad hermanito, jamás podríamos enojarnos contigo.
-¿Por qué me reprendieron entonces?
-No te reprendimos, solo queríamos saber que paso.
-Exacto, además debes admitir que no fue buena idea decirle a los Papás que te llevaran al viaje, en nuestra reunión había quedado súper extra claro que era un regalo para ellos solos.
-Yo se eso… y ni yo ni “Desmond” pedimos que nos llevaran, ¿verdad Papá?
-Por supuesto que no, ¿no les explicaste? —pregunto Kurt mirando a su esposo.
-Pues no me lo permitieron…
-Muy bien… siéntense para explicar lo que sucedió —agrego bebiendo de su taza.
-Esto será interesante….—susurro Carol mirando a su esposo, mientras se acomodaba en la silla como si fuera espectadora de algo en primera fila.
-Todo lo relacionado con los Anderson-Hummel lo es —dijo Burt de vuelta en el mismo tono.
-Muy bien… Noah no nos pidió acompañarnos, yo se lo pedí a él —dijo Kurt con la mayor de las calmas.
-¿Qué?... ¡pero Papá!... ¿¡cuántos matrimonios van de segunda luna de miel con un hijo a cuestas!?... ¡hola! —repitió haciendo un gesto de desesperación con sus puños cerrados.
-¿Me dejaras explicar cariño?...
-Te lo dije… —advirtió Blaine comiendo un pastelillo.
-Yo se lo pedí, porque creí, y aun creo que no está bien dejar a un niño tan pequeño solo en el mundo.
-Papá… vamos, Noah no estará solo ¿de que estas hablando? —dijo Henry echándose hacia atrás en la silla.
-Es la verdad, los abuelos están aquí, yo estoy aquí… el Señor Murdoch esta aquí… el “Goblin” no estará solo… ¡hola!
-Sé que no estará solo, pero… ya saben… cosas impredecibles pueden suceder.
-¿Cosas que solo un padre puede resolver? —pregunto Burt aguantando una risa.
-Así es Papá… además… ¡y no me miren así! —exclamo al ver que todos se le quedaban viendo con una expresión de incredulidad en sus caras— Blaine estaba de acuerdo conmigo… ¡diles Blaine!.
-Bueno… la verdad es que yo no estaba de acuerdo, pero… —se adelanto en decir al ver que su esposo comenzaba a rumiar un montón de palabras sin que ninguna saliera por su boca— como bien dijo Kurt, nunca nos hemos separado de ninguno de ustedes, por lo que la opción de no querer hacerlo Noah y pensar en que nos acompañara era bastante comprensible.
Kurt sonrió y miro a todos como si hubiera ganado algo.
-Pero yo estaré bien, se los prometo… además después de que vuelvan, iremos a buscar a mi gato, eso me da fuerzas para soportar cualquier cosa—sentencio Noah haciendo un gesto con su mano que no daba pie a discutir ese argumento.
-Me alegra escuchar eso bebé….
-Además podemos llamarnos o “epscribirnos” cartas, como yo lo hago con Liverpool Westbrook Stewart —agrego bebiendo de su leche.
-Creo que no estaremos separados tanto tiempo como para que amerite que no escribas una carta hijo…—dijo Blaine besándole la cabeza.
-Era una opción… —añadió Noah encogiéndose de hombros al tiempo que acercaba un pocillo lleno de cereal para “Desmond” también tomara desayuno.
Kurt sonrió y soltó un suspiro, casi como si quisiera cambiar de opinión nuevamente con respecto al viaje y a dejar solo a su hijo.

Agosto de 2039





-¿Por qué quieres saber quién fue el culpable cariño? —pregunto Kurt que había permanecido enmudecido casi por 15 minutos seguidos.
-¡Para darle un sentido a todo esto!... entiendo la primera vez con lo del engaño y todo, pero romper un compromiso… acaso… “Papáblen”, ¿tú y Sebastian…? —pregunto Lizzie moviendo sus dedos índice como si sacara filo el uno con el otro.
-Princesa… no… nada de eso…
-Pero él como que te ama o algo… es decir… ¡hola!, yo lo conocí por un par de horas pero pude darme cuenta de que si no hubiésemos estado todos, fácilmente él…
-Fui yo cariño…—interrumpió Kurt mirándola fijo. Blaine se volteo hacia él con cara de sorpresa y no supo definir en su cabeza si su esposo decía aquello porque por fin se había decidido a contar la verdad a su hija o porque simplemente no soportaba escuchar de los labios de nadie que Sebastian pudiera tener algo con él.
-¿¡Qué!?... —exclamo volviendo a la expresión de sorpresa máxima— ¿acaso tú y el Señor Sebastian Smythe…? —añadió repitiendo lo de los dedos.
-Cariño… —respondió Kurt haciendo un gesto de alto con sus manos— por favor no vuelvas a poner a Sebastian en situaciones comprometedoras con alguno de tus Padres, si no quieres que uno de ellos devuelva la cena aquí mismo en tu habitación —agrego tocándose el comienzo del estómago.
-Está bien… ¿Qué paso entonces?
-Te lo contare… —dijo levantándose de donde estaba— porque igual que a ti lo que menos me gusta es la mentira… ven —añadió tomándola de un brazo para sentarse con ella en uno de los sillones y tener la charla que pensó y nunca entablaría con su hija.
-Ok, ahora me están asustando… —dijo Lizzie al ver tanta ceremonia.
-No hay nada de que temer cariño, excepto de tu castigo por cierto.
-Deberían de pensar que si hay alguien que debe ser castigado aquí, esos son ustedes por mentirme de manera descarada, ¿sus verdaderos nombres son Blaine Anderson y Kurt Hummel? —dijo mirando a sus padres de manera alternada.
-Son nuestros nombres Princesa, no te pongas tan quisquillosa, siéntate y escucha a tu Papá.
Lizzie los miro un instante arrugando el entrecejo, se acercó de a poco al sofá, haciendo pequeñas pausas para mirarlos como si quisiera adivinar aquella verdad con solo ver sus caras, les echo un ojo por última vez y termino por sentarse en medio de ambos.
-Bien… —dijo Kurt tomando un poco de aire— veras cariño, todo lo que conoces es verdad hasta el día que Blaine se mudó a New York.
-¿Cuándo se graduó de secundaria?
-Exacto, él se mudó conmigo y estuvimos bien por un tiempo, luego las circunstancias cambiaron y nuestra convivencia se tornó un poco…
-¿Caótica?
-No, no caótica, hubieron cosas que nos sacaban de quicio a ambos, por lo tanto decidí que dejar de vivir juntos era…
-¡¿Le pediste al “Papáblen” que se mudara?!, ¡Papá!, ¿cómo pudiste?, ¡ahora entiendo todo! —exclamo Lizzie levantándose— ¿ahí terminaron entonces? ¿verdad?, ¿Quién quiere vivir lejos de su prometido?... ¡hola!... pobre “Papáblen”—añadió cambiándose de lado en el sofá, para quedar lo más lejos posible de Kurt.
-¿Quieres escuchar esto, sí o no cariño? —dijo este mirando a su hija que había tomado la mano de Blaine como si se hubiera puesto de parte de él de inmediato.
-¡Obvio que quiero!, ¡por algo pregunte!
-Pues bien, el mudarnos a casas separadas fue decisión de ambos, lo conversamos y fue lo que acordamos.
-¿Eso es verdad? —pregunto Lizzie mirando a Blaine.
-Lo es Princesa…
-Debes saber que en ese momento nadie termino con nadie, solo vivimos separados, seguíamos comprometidos, seguíamos viéndonos a diario en la universidad y en todos lados, solo que cada quien tenía su espacio.
Lizzie negó con su cabeza como si aquello fuera lo más estúpido del mundo.
-¿Quieres decir algo cariño? —pregunto Kurt advirtiendo aquello, se llevó nervioso una mano al cuello de su camisa pensanado que su hija le iba a decir quizás que.
-No… ¿qué paso después?
-Después… —respondió Kurt tomando un poco de aire— yo le pedí a tu “Papáblen” que volviera a vivir conmigo, Rachel se mudó a Los Angeles por lo que estuvimos los dos solos casi… ¿medio año?—explico mirando a su esposo.
-Casi medio año, si…—corroboro Blaine sonriendo, como si recordara el mejor momento de su vida.
-¡Menos mal y recuperaron la cordura!, prometidos viviendo en casas separadas… ¿dónde se ha visto eso?... ¡hola! —dijo la chica moviéndose en el sofá para quedar sentada en uno de los brazos.
-En algunas ocasiones no hay alternativa Princesa… —agrego Blaine mientras le acariciaba el cabello.
-¿Todo fue mejor que en el primer intento supongo? —quiso saber Lizzie cruzándose de brazos.
-Al principio si… después comenzamos a pelear, mucho y…
-¿Pelear?… —interrumpió poniendo cara de impacto extremo— pero… ¿por qué peleaban?... es decir… yo con suerte los he visto discutir dos veces en toda mi vida, ¿por qué peleaban antes?
-Por muchas cosas cariño… éramos más jóvenes, menos tolerantes… pero creo que lo que me llevo a mi… a romper el compromiso fue un cumulo de cosas, siempre sentí que éramos muy jóvenes para casarnos…
-¿Tu también creías que eran muy jóvenes? —pregunto Lizzie mirando a Blaine. Este miro a Kurt sin saber si debía responder la verdad o inventar algo que no hiciera que su esposo quedara como el malo de la película, como siempre había temido y sucedería si sus hijos conocían la historia.
-Él no cariño… tu “Papáblen” siempre estuvo seguro de querer casarse conmigo… fui yo el que se sintió desbordado y actuó de la más estúpida de las maneras —respondió Kurt emocionándose un poco al recordar esa parte de su historia.
-¡Ay Papá!… —dijo la chica bajándose del brazo del sillón para sentarse nuevamente junto a Kurt, como si cambiara de bando de cierto modo— no deberías culparte, son conocidos los nervios prenupciales… —agrego con convencimiento.
-¿Qué sabes tú de eso?
-Porque lo se… ¡hola!... leo la COSMOPOLITAN.
-¿Lees la COSMO Princesa?
-¡Obvio!, allí dice todo lo que una chica moderna debe saber y como esta en la biblioteca además de todo me sale gratis.
-¿Tienen en la biblioteca ese tipo de revistas? —pregunto Kurt pensando que en Mckinley con suerte encontraba la sección de actualidad del “The Lima News”.
-No como libros, se la hurto a la Señora Fletcher la bibliotecaria cuando esta somnolienta después de almuerzo… —explico poniendo cara de travesura.
-¿Tu bibliotecaria se duerme en horas de trabajo? —quiso saber Blaine creyéndose de la junta directiva del colegio de sus hijos.
-¡Ay “Papáblen”!, no es que sea la enfermera del colegio que se duerme cuando tiene un paciente o algo… es solo la encargada de los libros, y por lo demás es una señora que tiene más años que mis cuatro abuelos juntos, merece un descanso de media tarde.
-Ok, no sé qué es más controversial aquí, si la irresponsabilidad que acabo de escuchar de parte del personal de la escuela o que tu Princesa le hurtes cosas a la gente.
-Pero si la vuelvo a poner donde la encuentro… junto a su cartera y su manta de tigre… ¡no hay delito allí!
-Yo creo que lo hay igual pero… eso lo hablaremos otro día.
-Está bien… mejor volvamos a la cruda verdad… ¿qué paso después que rompiste el compromiso Papá?
-¿Dijiste manta de tigre cariño? —pregunto Kurt poniendo cara de asco.
-¡Papá!
-Sí, sí, sí… disculpa… ese tema también es para hablarlo otro día…
-“Papáblen”, sigue tu por favor…
-Bueno… ambos seguimos en New York, yo me mude por supuesto, pero luego de un par de meses me expulsaron de NYADA y como sentía que lo había perdido todo tuve la necesidad de regresar a mi origen, por lo tanto hice mis maletas y me volví a la casa con tus abuelos —respondió Blaine sintetizando lo más posible el peor momento de su vida.
-¿Qué hay de ti Papá?
-Y seguí en New York, aunque solo trate de seguir adelante con mi vida.
-¿Salieron con otras personas en ese momento?
Ambos se miraron sin responder nada.
-¿Ese fue el teléfono de la entrada? —pregunto Kurt haciendo el ademan de levantarse.
-También lo escuche, tal vez el Señor Jenkins necesita algo… Noah esta durmiendo así es que… —añadió Blaine haciendo lo mismo.
-¡Oigan!... —exclamo Lizzie impidiendo que sus padres se retiraran— me prometieron que me dirían la verdad y nada más que la verdad…
-Cariño… ¿para qué quieres saber?
-Porque si… Papás… vamos… ¿qué tal si algún día alguien revela algún secreto de ustedes?, debo saber a qué atenerme aquí si la prensa me aborda, que responder o algo…
-¿Qué quieres decir?, ¿quieres que alguien te entreviste cariño?
-No… —dijo está alargando la “o” — pero tal vez algún “ex novio” quiera contar algo… yo debo saber que decir frente al televisor, “es mentira” o ”es verdad”, ese tipo de cosas.
-Bueno, si estamos hablando de la persona con la que salió tu Papá, no hay de que preocuparse, te aseguro y ya debe estar muerto, tenía al edad de tu abuelo… —dijo Blaine sin pensar.
-¡Papá! —exclamo Lizzie mas que sorprendida— ¿Qué novio fue ese?
-Gracias amor mío, siempre supe que contaría contigo para guardar un secreto —dijo Kurt poniendo caras.
-Nuestra hija necesita saber la historia —se excusó Blaine gesticulando inocencia con sus manos.
-Por supuesto… por supuesto… así como también creo y necesitara saber que apenas llegaste a Westerville comenzaste a salir con alguien que te doblaba en peso y estatura —añadió su esposo mirándolo con una sonrisa amplia en su cara.
-¡”Papáblen”! —volvió a exclamar Lizzie abriendo sus ojos al máximo— ¿quién era ese?
-Gracias Kurt… su nombre era David, David Karofsky y salimos unos cuantos meses, nada serio por cierto.
-Un momento… ¿ese Karofs…? no sé qué... ¿es el mismo que acosaba al Papá antes de que se conocieran?
-El mismo cariño… —se adelantó en decir Kurt como si a pesar de los años no fuera capaz de superar aquello
-¡”Papáblen”!... —repitió la chica ya sin saber ya de qué parte debía ponerse.
-Princesa, cuando yo comencé a salir con él, ya no era el matón que molestaba a tu Papá, había cambiado hacia bastante tiempo, y como nota al margen debo decir que nunca deje de amar a tu Papá… nunca…
Kurt esbozo una pequeña sonrisa, casi engreído.
-¿Y porque no peleaste por él de nuevo?, en vez de salir con esa persona tan desagradable.
-En eso estoy de acuerdo contigo cariño.
-¿Y tú?, no creas que no necesito una explicación por ese novio anciano que tuviste… ¿Cómo pudiste cambiar al “Papáblen” por un abuelito?
-Cariño, habíamos terminado, cada quien siguió con su vida, y bueno, yo conocí a Walter vía internet y nos hicimos buenos amigos más que otra cosa… ¡y no era un abuelito!
-Creo que me va a dar una embolia... —aseguro Lizzie levantándose del sillón y tirándose en la cama acto seguido.
-¿No querías la verdad Princesa? —dijo Blaine sentándose junto a ella.
-¡Obvio que sí!... siempre es preferible la verdad a la mentira… y me alegro que la contaran.
-¿Entonces?, ¿a qué vienen esas palabras? —pregunto Kurt ubicándose a su otro costado.
-A nada…
-¿Te decepcionamos cariño?
-¿Qué?... —dijo incorporándose rápido como un vampiro que se levanta de su tumba lo haría— ¡no!... jamás me decepcionaría de ustedes, los admiro por sobre todo, son los mejore Papás de la historia de la humanidad… —agrego Lizzie tomando una mano de cada uno— lo que no entiendo es porque si al final todo resulto bien y como tenía que ser, se casaron y todo, se empeñan en ocultar esa parte de su historia.
-Es porque nos duele demasiado Princesa…
-¿Si?
-Sí, y porque… a mí no me gustaría quedar como culpable frente a tus ojos o a los de tus hermanos.
-¿Culpable?, ¿de que estas hablando Papá?
-Hija… tu “Papáblen” es el amor de mi vida, siempre lo ha sido y yo siempre lo supe, y haberlo herido de la manera en que lo hice me hace querer volver el tempo atrás y remediar aquello, pero no puedo y como yo sé que ustedes lo adoran más que a nada, pensé que tal vez…
-Te culparíamos por lo que él sufrió…
-Así es…—dijo Kurt comenzando a derramar algunas lágrimas.
-Papá… —respondió Lizzie dándole un abrazo más que apretado— jamás me atrevería a juzgar tus decisiones, o pensar mal de ti, o creer que lo que hiciste lo hiciste a propósito… es decir… ¡hola!... ¿acaso Henry te juzgo? —pregunto apartándose.
-No cariño… tenía ocho añitos pero recuerdo que nos dijo: “su secreto está a salvo conmigo Papás”, ¿te acuerdas Blaine?
-Me acuerdo…
-¿Ves?... ¿porque habría yo de hacerlo entonces?, miren… no debí presionarlos para que me contaran al verdad… pero es culpa de ustedes por criarme tan curiosa —acabo por decir Lizzie mientras comenzaba a llorar también.
-¿Nos disculpas Princesa? —dijo Blaine al tiempo que le acariciaba la cara.
-Por supuesto… además… incluso con lo que acabo de conocer, creo que la historia de ustedes es la mejor historia de amor de todo el mundo.
-Gracias cariño… por entendernos y por no juzgar a nadie, era sabido que…
-¿Sera Noah? —interrumpió Kurt al escuchar que golpeaban la puerta del cuarto, se limpió las lágrimas con su mano y se dirigió a abrir— ¿Bebé?, ¿no te dejamos durmiendo?, ¿Qué haces aquí?
-Disculpa Papá, pero… ¿Qué sucede? —pregunto al ver los ojos llorosos de todos.
-Nada cariño… no te preocupes… —dijo Kurt limpiándose más la cara.
-¿Por qué están llorando?, ¿puedo pasar?
-¡Pasa “Goblin”!, ¡no sabes lo que me paso!... —exclamo Lizzie fingiendo un llanto desconsolado.
-¿Qué paso Lizzie Anderson Hummel? —quiso saber el pequeño entrando abrazado de “Desmond”
-¡Los Papás me castigaron por lo del caja! —respondió Lizzie pretendiendo que lloraba con más ganas.
-¿Te castigaron? —agrego Noah llevándose las manos a la boca.
-Así es… —agrego simulando sollozos— y me quitaron el teléfono… ¡por una semana!... ¿puedes creerlo?
-¡Lizzie Anderson Hummel!, no podrás hablar con nadie.
-¡Lo sé!... por eso lloro… tendré que hablar cara a cara con la gente… ¡como en los noventa!... ven, abrázame… —pidió Lizzie extendiendo sus brazos. Noah hizo lo que su hermana le pidiera y trato de consolarla con pequeños golpes en la espalda como siempre lo hacía con quien necesitara de su consuelo. Kurt sonrió y miro a Blaine casi aliviado por que la reacción que temía no había sido tal, Blaine sonrió devuelta y le tomo la mano para darle un par de besos en el dedo del anillo después, Lizzie los miro aun abrazada de su hermano y les guiño un ojo a ambos, como si con ese gesto les asegurara que aquello que le habían contado, no saldría de esa habitación.
-Lo siento Lizzie Anderson Hummel —dijo Noah apartándose— “Desmond” también lo siente.
-Gracias chicos… —respondió si hermana enjugando lagrimas inexistentes.
-Cariño, ¿Qué haces levantado?
-Me levante porque sonó el teléfono de la entrada y lo conteste.
-¿Y quién era Bebé?
-El Señor Jenkins, que dice que el Señor Sebastian Smythe está en la “dresep…”… “repes…”
-¿Recepción? —pregunto Blaine acercándosele.
-Si, en la “dreserrepcion” porque a Gable Smythe Crawford se le quedo algo, pero no sé qué.
-¿Sebastian está aquí?, lo que me faltaba… —dijo Kurt sintiendo que le subía la presión arterial.
-Yo iré… —dijo Blaine ofreciéndose de voluntario.
-¡Claro que no!... ¡yo iré!… estoy seguro y es eso lo que él está buscando… ¡por dios que esta noche no se acabara nunca!, ¡quiero dormir! —exclamo levantando sus brazos y mirando al cielo, como si clamara por explicaciones a una divinidad superior, Noah miro hacia arriba preguntándose a quién le pedía explicaciones su Papá.
-¿Puedo acompañarte Papá?, si a Gable Smythe Crawford se le olvido algo, tal vez yo pueda ayudar.
-Muy inteligente de tu parte bebé… espérame en la escalera, yo voy enseguida.
-Si…—dijo Noah partiendo adelante.
-Cariño… —añadió Kurt volteándose hacia su hija que en ese momento tenía a Blaine abrazado por la cintura.
-No digas nada Papá…
-Lo diré igual… gracias hija… —dijo besándole una mejilla.
-De nada… ¡uy los amo! —exclamo besando a cada uno— y sé que no es de mi incumbencia, pero creo que deberían de prepararse para cuando el “Goblin” quiera saber todo esto… porque si hay alguien más curioso que yo en esta familia, ese es él.
-Tienes razón, ya veremos lo que sucede… —añadió Kurt sonriéndole a su hija— y ahora…
-¡Ay sí!, sé que me darán un castigo de todas formas… ¡hola!... —exclamo apartándose de Blaine— y si creen que debo quedarme sin el teléfono por una semana como dije… me quedare, igual fui imprudente al tomar tu caja y querer averiguar todo por mi cuenta —agrego bajando su cabeza.
-Creo que una semana sin teléfono es excesivo Princesa… —dijo Blaine ubicándose al lado de su esposo.
-De hecho, quedarse sin teléfono también lo es… —añadió Kurt cruzándose de brazos.
-¿Acaso me liberan del castigo? —pregunto encorvándose un poco, como si estuviera a punto de ponerse saltar de felicidad.
-No, no tanto así… mereces un castigo y lo sabes… por lo tanto… te condeno a lavar los platos de la cena durante un mes —dijo Kurt como si dictara sentencia.
-Sin lavavajillas…—agrego Blaine apuntándola.
-¡Ay los lavaría con la lengua!... ¡gracias Papás!... ¡los amo! —exclamo volviendo a dar un beso a cada uno— volveré a llamar Reuben… —dijo tirándose sobre la cama.
Kurt sonrió y termino pro sonarse un par de veces mientras avanzaba junto a su esposo hacia la salida.
-Gracias por apoyarme en esto… —agrego mirando a Blaine
-No hay porque… y no fue tan difícil como creíamos… ¿verdad?
-Verdad…—respondió Kurt soltando un poco de aire —es una gran niña… con un corazón enorme… igual que su Papá… —agrego sonriendo.
-Te amo...
-Lo sé… y también sé que recordar todo aquello te causa dolor.
-Un poco… pero me da la oportunidad de denostar al tal Wallace ese… —dijo Blaine moviendo sus cejas.
-¡Ah!... como lo hacías con el tal “Alan”
-Exacto… —dijo Blaine tomándolo por la cintura al tempo que le regalaba una de sus sonrisas más encantadoras.
-Bueno Señor Anderson-Hummel prepárese… ahora es mi turno de hacer lo propio… —agrego Kurt pensando en Sebastian.