(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

-Nunca había estado en este hotel… —dijo Kurt mirando hacia arriba.
-Ni yo… —respondió Blaine abriendo la puerta para su esposo.
-Gracias… —agrego este entrando con una gran sonrisa en su cara y que en su fuero interno pensaba y nunca se le borraría en la vida.
-Voy a la recepción… —dijo Blaine señalando el lugar.
-Espero aquí… ¿te acompaño? —pregunto de vuelta haciendo los ademanes de quien se sienta y quien avanza sin poder decidirse entre ambos.
-No lo sé… asumo y esto tendrá toda la información.
-Entonces te acompaño… —dijo tomándolo del brazo.
-Gracias… —respondió avanzando junto a él.
-¿Qué habitación es? —pregunto Kurt mirando a su alrededor.
-Pues no lo sé… asumo y aquí nos darán toda la información.
-Lo más probable es que así sea… ¿no deberíamos decidir cosas importantes mientras tanto? —agrego Kurt parándose junto a Blaine tras otras dos parejas que buscaban alojamiento.
-¿Qué cosas? —dijo este mirando su reloj y el del hotel como si chequeara si estaban sincronizados.
-No lo sé… como… donde viviremos de ahora en adelante por ejemplo…
-Bueno… yo tengo un departamento y…
-Donde vivías con David… —interrumpió Kurt levantando una ceja.
-Bueno… tal vez… no se… podríamos buscar otro lugar que sea de tu agrado.
-Ok…—dijo mirándolo con los ojos empequeñecidos.
-¿Qué?...—pegunto de vuelta Blaine advirtiendo aquel gesto, al tiempo que avanzaba en la línea un par de pasos.
-¿Por qué haces eso?
-¿Qué cosa?... ¿avanzar?...
-No… estar de acuerdo en todo lo que te digo…
-¡Solo me has dicho una cosa!… —recordó Blaine sonriendo.
-Como sea… si esa va a ser tu actitud de ahora en adelante, te advierto y este matrimonio será bastante aburrido…—dijo cruzándose de brazos.
-Lo… siento… —respondió en tono de pregunta.
-Pues no lo sientas y mejor actúa diferente…
-Kurt…
-Mira… —dijo acercándose— no estoy peleando contigo, ¡dios me ayude si me pongo  a discutir con mi esposo en nuestra noche de bodas!— solo te estoy pidiendo que… que seas tú… ese maravilloso y único tú y  no que te conviertas en una no se… sombra mía o algo,  que me dice a todo que sí y está de acuerdo conmigo en todo.
-No quiero cometer errores esta vez…
-Los cometeremos y en cantidad…
-Lo se… es… es solo que quiero que esto funcione… Kurt, si llego a perderte otra vez no…
-Y funcionara… apuesta tus mejores partes a que funcionara… —dijo sonriendo— y que en 50 años ambos… con más edad pero no menos fabulosos aun estaremos compartiendo nuestras vidas… así es que… quiero que me discutas y argumentes conmigo… yo terminare ganado como siempre pero… al menos lo abras intentado…—termino por decir Kurt colgándosele del cuello
-Te amo…
-Lo se…—agrego dando un beso.
Blaine soltó un poco de aire y lo abrazo con fuerza y solo se despegó de él cuando ya era necesario avanzar en la línea de espera.










Agosto de 2039




Blaine sonrió medio chueco y se movió un poco hacia atrás en la cama de Noah para hacer espacio para su esposo entremedio de sus piernas, Kurt se sentó en el espacio señalado y apoyo su espalada contra el pecho de él, reticente aun por todo lo que había pasado en la cena con Sebastian y su familia.
-Primero que todo, no te mentí… técnicamente no te mentí… ¿recuerdas cuando vine a New York sin  avisarte?, y tú estabas con… ya sabes…—dijo Blaine apuntando la cuncuna en el terrario de Noah y que inocentemente este había llamado “Adam”
Kurt afirmo con su cabeza sin poder evitar una sonrisa engreída.
-Ese día te lo dije, tú me preguntaste si salía con Sebastian y yo te dije que no, que habíamos quedado de juntarnos pero que me dejo plantado, y que gracias a eso pude escuchar el mensaje que me dejaste en el teléfono aquella vez, y que hablaba de que tenías miedo de que yo no te esperara, ¿recuerdas eso? —termino por decir Blaine acariciándole las manos.
-Lo recuerdo…
-¡Papá! —grito Noah desde el baño.
-¡En un minuto cariño!…
-Pues eso fue lo que hice desde ese día en adelante…
-¿Puedo confiar entonces que no saliste con ese dientón?
-Puedes y debes… —dijo Blaine dándole un par de besos en el cuello.
-¡PAPÁ! —volvió a gritar Noah como con más fuerzas.
-¿Qué le sucede?
-Necesita a “Desmond” para que se aliste para dormir también… vuelvo enseguida —contesto Kurt levantándose.
-¿Te convencí?, por favor dime que  te convencí —dijo levantándose también.
Kurt tomo un poco de aire y miro el techo un segundo.
-Tendrás que hacer más méritos, en especial en el dormitorio —termino por decir dirigiéndose al baño esbozando en su cara una sonrisa más que picara.
-¿Papá?... ¿es posible que no escuches? —dijo Noah saliendo del baño.
-Lo siento cariño… con el “Papáblen” estábamos ordenando tu camita, aquí esta “Desmond”—respondió  Kurt entregándole el dinosaurio.
-Por fin… —murmuro Noah entre dientes causando una pequeña risa en sus dos padres.
-¿No deberíamos preocuparnos por su obsesión con “Desmond”?
-No es una obsesión Blaine, además la psicóloga nos dijo que era un comportamiento totalmente esperable para su edad, por todo eso del “pensamiento mágico” o no sé qué… —respondió Kurt moviendo su mano como si sostuviera una varita mágica.
-Bueno, él es bastante mágico —acoto Blaine terminando de ordenar la cama.
-¿Lizzie se acostó? —pregunto Kurt poniendo oído en la puerta del baño.
-Se acostó, claro que debes saber que me jalo hacia su dormitorio para que le contara la ”verdad” sobre Sebastian y yo…
-¿Y se la contaste? —quiso saber Kurt levantando una ceja y volviendo a la molestia de minutos atrás.
-Pues no hay ninguna verdad que contar, por lo tanto… —contesto Blaine doblando la ropa que ese día había usado su hijo.
-Eso espero... —murmuro aun tratando de escuchar lo que hacia Noah con “Desmond” dentro del baño.
-Lo que si debo advertirte que casi cometo una imprudencia.
-¿Una imprudencia? —repitió Kurt acercándose hacia el con los brazos cruzados— ¿con Sebastian?... ¡maldito dientes de sable estoy seguro de…!
-No… Kurt… ya deja eso…
-¡Jamás! —exclamo apuntándolo—¿de qué imprudencia estás hablando?
-Pues como te dije Lizzie me hizo algunas preguntas y yo como que casi le dije…
-¿Dije…?
-Bueno…
-Blaine, te amo tanto y como he dicho en reiteradas ocasiones,  tus pausas son tan dulces como sexys, pero por favor te pido y no las hagas cuando estamos hablando de mi enemigo número uno y la posibilidad de que hayas cometido un imprudencia con él —dijo Kurt de corrido.
-No es con Sebastian… insisto… lo que sucedió es que casi le digo que tú y yo… ya sabes… habíamos terminado dos veces en vez de la única que saben nuestros hijos… bueno de la única que sabe Lizzie y Noah, mejor dicho.
-¿Le dijiste que habíamos terminando dos veces?
-No… escúchame… casi… CASI, le digo que habían sido dos veces… y si te lo cuento es porque talvez… que digo talvez… ¡lo más probable!, es que Lizzie comience a hacer preguntas.
-Eso es verdad… ella no es de las que se queda con la primera versión de las cosas.
-Tal vez deberíamos contarle… es decir… —dijo Blaine sentándose en la cama de Noah— por más doloroso que fue esa etapa en nuestras vidas… paso hace un millón de años y  salimos airosos… ¿no es así?
-…

-¡Henry!... —dijo Lizzie como si gritara dentro de un tarro.
-¡”Rizzie”!... casi me matas del susto… —exclamo Henry llevándose una mano al pecho—¿Qué haces en mi cuarto?
-¿Qué haces tú aquí?, ¿no ibas a salir con tus amigos?
-Así es… es solo que olvide mi billetera y si me piden identificación no sé qué hare… ¿Qué haces levantada?
-Tengo que contarte algo súper extra secreto…
-¿Súper extra secreto? —repitió Henry mirando a su hermana que se subía de un salto en la cama y todos los rizos de su improvisado moño se soltaban como ovejas escapando de un corral— ¿Qué es eso? —agrego apuntando una caja que sostenía en sus manos— esa es.. es..
-Es la “Caja de preciosidades” del Papá… se la saque.
-¡”RIZZIE”!... ¿Por qué? —quiso saber Henry cerrando la puerta de su antiguo cuarto como si temiera una redada en ese mismo instante.
-¡Ay Henry!… tranquilo… no es para tanto… ¡hola!
-¿Cómo que no es para tanto?, esa caja es extra importante para el papá… y nosotros se supone y no debemos intrusear dentro de ella.
-Lo se… ¡hola!... pero lo que acabo de descubrir es tan extra increíble que necesito pruebas de que no es verdad… y si lo es, necesito aún más pruebas de porque se produjo —explico Lizzie tratando de abrir la caja con dos de sus uñas.
-Primero dime  que descubriste y segundo… ¿Cómo crees que una cerradura puede abrirse con unas uñas pintadas y extremadamente cortas?
-Cualquier cosa es válida... además tu deberías estar abriéndola… ¿no eres arquitecto?... ¡hola!
-Aun no lo soy… ¿y que tiene que ver mi futura profesión con actos que rayan en lo delictual?
-No se… tu sabes de cosas que se hacen, de construcción… cerraduras… ¡qué sé yo!... ¡hola! —insistió Lizzie tratando esta vez de lograr su cometido con sus propios dientes.
-“Rizzie”… —dijo Henry quitándole la caja de las manos.
-Eso… inténtalo tú… —acoto la chica frotándose las manos como si un plan que había preparado por años fuera a ver la luz en ese instante— ¿Qué haces? —agrego al ver que su hermano ponía la caja sobre el armario.
-No abrirás eso —sentencio buscando su billetera.
-¿Qué?.... ¿por qué no?... ¿no escuchaste lo que acabo de decir? —dijo atando su cabello con un elástico que llevaba en la muñeca.
-Porque… —respondió Henry soltando una risa al ver que el moño de su hermana era tan abundante que una cigüeña hubiera podido anidar y criar allí a unos 5 polluelos como mínimo.
-¿Que?... —dijo moviendo su cabeza.
-“Rizzie” lo Papás también merecen tener secretos…
-¡Ay ya!... ¿cómo lo que nos enteramos hoy en relación a nuestros nombres?...
-Tal vez..
-¿Qué tal toda esa tensión sexual que había en el ambiente?... se podía cortar con tijeras… ¡hola!
-Bueno, yo no la llamaría sexual, pero si hubo tensión…
-Sexual… ¡dilo!
-¡Rizzie!... por lo demás… ¿de qué te enteraste?
-Escucha… es súper extra increíble… —comenzó a explicar la chica sentándose con las piernas entrelazadas sobre la cama— estaba hablando con el “Papáblen” y literalmente me dijo “la primera vez que terminamos con tu Papá”… —termino por decir Lizzie mirando a  su hermano con los ojos bien abiertos.
-¿Y?
-¡Como que “y”!… ¡Henry!… ¡hola!... ¿no te das cuenta?... hay algo en su historia que no nos han contado… y creo y tiene relación con que hubieron más peleas y desencuentros entre ellos de lo que nos quieren hacer creer.
Henry la miro un instante y se volteo un tanto nervioso hacia el espejo de la entrada y comenzó a corregir su peinado aunque no existiera necesidad alguna de aquello.
-¿Henry?...
-“Rizzie”… mira… déjalo… de acuerdo, mañana me las arreglare para poner esa caja en su lugar y  hablamos… ¿bueno? —dijo Henry guardando la billetera en su bolsillo trasero y haciendo el ademan de salir.
-¡Un momento!... —dijo Lizzie bajándose de la cama mediante una voltereta como de circo, se paró entre la puerta y su hermano y se le quedo viendo como por un minuto seguido, como si ostentara la capacidad de adivinar los pensamientos de alguien con solo mirarlo a la cara.
-¿Qué haces Rizzie?
-Henry Anderson Hummel… tu sabes algo… —aseguro la chica mientras lo punzaba con el dedo en el centro del pecho y hacia que su hermano retrocediera de manera inconsciente para evitar los piquetes.
-¿Qué de que estas hablando?
-¡Oh por dios!... pero si es obvio… ¡hola!... eres el primogénito salvado de las aguas, ¿Cómo no te iban a contar cosas que a mi no!
-Primero no me han contado nada y segundo, ¿Qué es eso de las aguas?
-Algo que me dijo el ”Goblin” no sé porque además de insectos, el otro día andaba hablando de la biblia  y de un ángel o algo… ¡pero no tiene nada que ver con lo que estamos hablando!... cuéntame
-Rizzie te juro y no sé nada… lo que si se es que si el Papá descubre que le sacaste su “caja de preciosidades, te meterás en un problema gigante.
-No lo descubrirá… tú te encargaras de eso…
-¿Perdón?
-¡Acabas de decirlo!, es tu deber protegerme como hermano mayor que eres… ahora cuéntame…
-“Rizzie”, escucha —dijo Henry tomando a su hermana por los hombros para moverla hacia un lado— si quieres saber algo, pregúntale a los Papás directamente, sabes que siempre hemos tenido la confianza para tratar todos los temas con ellos, incluso con los que hacen que el Papá se ponga colorado —agrego soltando una risa— ahora yo me voy… —dijo dándole un beso en la frente.
-¡Henry!
-Mis amigos me esperan… ¡adiós!
-¡Henry!...
-¡Adiós!...—repitió el chico sin mirar atrás.


-¿Kurt?...
-Así fue, pero… no se…
-¿No sabes qué?
-Nada… —exclamo como disipando sus ideas con un meneo de manos— además aún estoy molesto contigo así es que no cambies de tema —sentenció Kurt sentándose a su lado en la cama.
-Ya no lo estas… admítelo… —dijo Blaine como cantando.
-Sí que  lo estoy… ¡y mucho! —insistió Kurt moviéndose un poco sobre el colchón para alejarse de él unos centímetros.
-Claro que  no… — repitió  Blaine en el mismo tono al tiempo que le daba pequeños empujones con uno de sus hombros.
-¿Quieres dejar eso?... además…
-¡Listo!… —dijo Noah saliendo del baño.
-Muy bien cariño… ahora a la cama.
-¿”Papáblen”, viniste a decir “Buenas noches Noah”?
-A eso vine… además vine a por mi beso y a cerciorarme que cepillaste tus dientes… —dijo Blaine ayudándolo a acostarse.
-Lo hice… ¿verdad Papá?
-Muy verdad…
-¿Puedo hacer una pregunta? —dijo Noah acomodándose en las almohadas junto a “Desmond”.
-Las que quieras bebé… —respondió  Kurt ordenando los cobertores y sentándose al lado de su hijo. Blaine hizo lo propio con el lado de la cama en el que él estaba y termino por sentarse también.
-¿Qué es ser “contempado”?
-¿”Contempado”? —repitió Kurt  poniendo cara de pregunta.
-“Contempado”… —repitió Noah con convencimiento.
-¿Dónde escuchaste esa palabra hijo? —quiso saber Blaine con el afán de descubrir que palabra era a la que su hijo se refería.
-El Señor Sebastian Smythe, dijo que yo no estaba “contempado” y que por eso no tenía otro nombre como Lizzie Anderson Hummel o Henry Anderson Hummel que si lo tienen… ¿ellos son “contempados”? —termino de preguntar Noah subiéndose las gafas.
-Te juro y que si me vuelvo a encontrar con Sebastian le arrancare un par de piezas dentales con mis propias manos… —murmuro Kurt mirando a su esposo.
-No digas eso… —susurro Blaine de vuelta.
-¿Qué sucede?, ¿es una palabra “poibida”?
-No cariño, no lo es… y creo y te refieres a contemplado… ¿verdad?
Noah gesticulo un sí.
-Pues eso quiere decir algo así como tener en consideración algo… tenerlo en cuenta, esperarlo… ¿entiendes? —explico Blaine mientras le acariciaba el cabello.
-Entonces, que yo naciera no estaba “conseredado”
-No cariño… tu estuviste en nuestros planes desde el día uno… pero debes saber que todo eso de los nombres y la cantidad de hijos lo dijimos con tu “Papáblen” cuando ni siquiera estábamos casados… fue cuando aún él estaba en la escuela… —agrego Kurt apuntando a su esposo.
-¿Cuándo eran jóvenes?
-¿Perdón?...
Blaine sonrió para si al ver el respingo habitual que se producía en la cara de su esposo cuando alguien lo llamaba viejo de manera soslayada.
-Así es hijo, cuando éramos jóvenes… —intervino Blaine sonriendo— las decisiones importantes se toman cuando uno es más adulto y tú fuiste una de las más importantes de todo el universo —añadió dándole un beso en el pelo.
-¿Soy “impotente” como el Señor Sebastian Smythe ?
-Más que nadie cariño… —dijo Kurt haciéndole un arrumaco dulce y lleno de cariño.
-“Sesasonal”… —añadió Noah soltando una pequeña risa junto con una contorsion por las cosquillas.
-¿Estas bien cariño?... ¿hay algo más que quieras preguntarnos?
-No… ya lo “epsplicaron” todo… ¿puedo hacer una oración?
-¿Cómo?… —preguntaron los dos al unísono.
-Una oración… —reitero Noah juntando sus manitos.
-Cariño… ¿qué sabes tú de oraciones?
-Sé que hay un ángel que  le digo algo para que me cuide, me iré al cielo si me muero… ¿puedo morir?
-¡NO CARIÑO!... ¡¿qué cosas dices?! —exclamo Kurt llevándose una mano al centro del pecho como con angustia.
-Todos moriremos algún día… ¿verdad? —dijo Noah encogiendo sus hombros.
-Verdad, pero tú eres muy pequeñito y no estas enfermo ni nada, por lo tanto  no morirás muy pronto —aseguro Blaine sonriendo.
-¿Quién te enseño eso cariño?
-El Señor Jenkins…
-¿El señor Jenkins te ense…?, Ok… ahora sé que debemos hacer luego… y es reprender a cierto portero… —señalo Kurt llevándose una mano a la cabeza.
-¿Por qué lo “drependeran”?
-Nadie reprenderá a nadie Noah, pero veras hijo… —comenzó a explicar Blaine quitándole las gafas sin vidrio— hay algunos temas que son exclusiva responsabilidad de los padres a tratar… no de otras personas.
-¿Cómo cuáles?
-Como los valores, la religión… cosas de ese tipo.
-¿Es malo lo del ángel? —pregunto Noah restregándose la nariz.
-No, no lo es…
-¿Y la “bibia”?
-¿El Señor Jenkins te habla de la biblia? —quiso saber Kurt como perdiendo la paciencia.
-Algunas cosas… ¿eso si es malo?
-Tampoco cariño y tu bebé puedes creer en lo que desees, pero primero debes esperar a estar más grande para que conozcas todas las opciones posibles en todos los temas del mundo… luego de eso podrás tomar una decisión de que creer y que no… ¿esperaras a estar grande?
-Lo hare, gracias Papá…
-De nada cariño… ahora dormir…—dijo Kurt dándole un beso para terminar de cubrirlo acto seguido— Papá te ama… ¿lo sabes verdad?
-Si… buenas noches
-Buenas noches cariño… —respondió Kurt dándole un beso.
-Buenas noches “Papáblen”
-Buenas noches hijo… te amo…—dijo Blaine dando otro.
-Digan “Buenas noches “Desmond”—agrego Noah levantando su dinosaurio.
-Buenas noches “Desmond”… —dijeron ambos haciéndole un cariño al juguete.






-Gracias…—murmuro Blaine soltándolo de a poco.
-De nada… ¿esos…?... ¿esos son periódicos de otros estados?—pregunto Kurt apuntando hacia donde miraba.
-No lo sé… al parecer —respondió Blaine mirando también.
-¿Sera posible que ese sea el “Sunday Chronicle” de New York? —insistió señalando un grupo de revistas y periódicos que habían en una de las salas del lobby.
-¿Te perdí no es así? —dijo Blaine divertido.
-¿Te importaría…?
-No hay problema… —dijo dando un beso— yo veré esto —añadió enseñando la tarjeta.
-Gracias… me entiendes tan bien que debería casarme contigo… ¡un momento!... acabo de hacer eso…—sentencio Kurt lanzándole otro beso mientras se retiraba.
Blaine continuo en la espera frente al mesón de la recepción y Kurt se sentó a ver el periódico de la gran manzana que tanto añoraba, se acomodó bien en el sillón que había escogido y mientras leía daba pequeñas miradas a su teléfono y a su esposo que preguntaba cosas a la recepcionista y esta le respondía y entregaba formularios que Blaine no paraba de revisar y firmar.
-Listo…—escucho Kurt detrás del periódico.
-¿Todo bien? —pregunto asomándose.
-Todo perfecto… y… —respondió Blaine sentándose a su lado— no creerás de lo increíble que me acabo de enterar.
-¿No sirve verdad?
-No, no es eso… sirve y mucho… lo que es increíble es que mis padres nos regalaron tres días en este hotel.
-¿Tres días?... ¡de verdad! —exclamo Kurt agudizando su voz.
-De verdad..
-¡Blaine eso es genial!... podremos volver el lunes…
-Lo sé... ¿no es perfecto?
-Obvio que lo es… tu Mamá es increíble… y como nota al margen debo decir que creo y jamás podre llamarla Pam como ella quiere.
-¿Por qué no?
-Porque no… vamos es tu Mamá… me parece incorrecto —sentencio Kurt doblando el periódico.
-¿Por qué?... —insistió Blaine soltando una risa— yo llamo Burt a tu Papá.
-Pero es diferente…
-¿Por qué?
-Porque esta es la mujer que nos visitara cuando estemos en nuestra casa y mirara si su hijo está bien cuidado o si los muebles están en la posición correcta o si nuestros hijos se ponen sweater o algo… no puedo llamar a  esa mujer por su nombre —respondió Kurt haciendo un gesto con su mano que reafirmaba que bajo esas circunstancias,  jamás podría llamar a esa mujer por su nombre.
-No creo… que mi Mamá vaya a hacer algo de todo lo que mencionaste… pero estas en tu  derecho en llamarla como quieras… ¿subimos? —respondió Blaine poniéndose de pie.
-Por supuesto… —dijo Kurt levantándose también— espera un momento…—agrego mirando su teléfono.
-¿Qué?... ¿Vas a tomar una foto?
-No… tengo… un mensaje de Sue…
-¿De la entrenadora?
-Así es… dice que nos espera en el auditórium mañana por la tarde, que si no asistimos se verá en la obligación de cancelar nuestra licencia de matrimonio.
-¿Qué?
-Es lo que dice…—aseguro Kurt mostrando el mensaje.
-Pero no puede hacer eso…—dijo Blaine leyendo con preocupación.
-Pues si vuelve a intimar con el juez ese de nuevo, creo que sí.
-¿Qué significa eso?... ¿tendremos que irnos mañana?
-Al parecer, por lo tanto  creo que solo podremos utilizar una de las tres noches que tus Padres nos regalaron.
-Eso es terrible… —aseguro Blaine quitándose la corbata de moño y desabotonándose la camisa.
-Bueno… contando que no trajimos equipaje y solo tenemos la ropa que llevamos puesta, creo que no es tan terrible que volvamos a casa mañana.
-Tal vez no… pero ¡oye!... podemos ir y volver… el hotel estará aquí esperándonos —dijo guardando la corbata en el bolsillo de su chaqueta.
-Muy acertado querido esposo… —agrego Kurt arreglándole el cuello desabotonado— pero en caso que no pudiéramos… ya sabes pro cualquier imprevisto… es nuestro deber hacer que esta noche valga la pena, ¿no crees?… —respondió Kurt tomándole las manos.
-Lo creo…—dijo Blaine mirándolo como siempre.

-¿302?... —pregunto Kurt parado frente a aquel número, en la primera de la hilera de puertas que habían en el tercer piso del “Holiday Inn Hotel & Suites Lima”.
-305… —corrigió Blaine apuntando la puerta correcta.
-Ok… —dijo acercándose a su esposo mediante pequeños pasos como si fuera un duende travieso presto a realizar una travesura— ¿puedo decir que estoy emocionado? —agrego agudizado su voz y encogiéndose de hombros demostrando en efecto una emoción profunda casi infantil.
-Puedes y debes… —respondió Blaine deslizando la tarjeta en la cerradura— un momento…—dijo mirándolo— ¿estas emocionado por estar en este hotel por primera vez o porque pasaras la noche conmigo?
-Ninguna de las dos… es porque pasare el resto de mi vida contigo Blaine Anderson-Hummel—contesto dándole un beso y un agarrón disimulado cerca de la entrepierna.
-Ok… —dijo este abriendo la puerta del todo.
-Ok… —repitió Kurt besándolo otra vez.
-¿Entremos?... antes que alguna mucama nos denuncie por ofensas a la moral.
-No hay ofensa en dar un beso…
-Pero si en lo que viene después…—advirtió Blaine desatándole la corbata.
Kurt sonrió y se volteo como embobado hacia la habitación, concentrado en su esposo, no había podido darse cuenta de cuan lujosa y espaciosa era la “honey moon suite”
-¡Es gigante! —exclamo desde donde estaba.
-Lo es…
-¡WOW!...— volvió a exclamar mirando todo sin entrar como si temiera que alguien lo reprendiese si se atrevía a cruzar el umbral de la puerta.
-Ahora… —dijo Blaine acariciándole la espalda— ¿te cargo?... o…
-Prefiero que no… hay tradiciones que podemos saltarnos… —sentencio Kurt haciéndole un cariño en la cara mientras entraba del todo.
-Podría hacerlo… que te quede claro… —advirtió Blaine entrando también y cerrando la puerta tras de él.
-Por supuesto que lo tengo claro… ¡jamás dudaría de su fuerza Señor Anderson-Hummel! —dijo apretándole los bíceps.
-Eso espero…—agrego este dándole un beso.
-¡Rosas!... —exclamo Kurt al ver el arreglo con forma de corazón que había sobre la cama y que estaba hecho de pétalos de rosas rojas.
-¡Y Champagne! —añadió Blaine tomando la botella que esperaba dentro de una hielera sobre una mesa de café.
La habitación era realmente espaciosa, la cama era grande y estaba tan pulcramente hecha que parecía y nadie la había usado nunca. Tenía un pequeño sofá cerca de la ventana y un mueble de arrimo donde estaba la información del hotel y la habitación, un teléfono y una cesta de bienvenida con chocolates, sales de baño y otros productos que al mirarlos, Blaine pensó y eran extremadamente sexys.
-Iré a ver el baño… —dijo Kurt dando unos aplausos— ¡no te atrevas a encender el televisor! —agrego desde el baño.
-No lo hare… —respondió sonriendo, al tiempo que continuaba hurgando dentro de la cesta de bienvenida— ¡fresas!...—exclamo para sí tomando un empaque de plástico cuadrado y que estaba atado con una cinta.
-¡Todo es perfecto allí dentro!… —dijo Kurt apuntando el baño.
-¡Y aquí!… mira… —exclamo Blaine enseñando la cajita.
-¡Fresas!... ¡qué maravilla! —agrego tomándola— vaya… esto sí que parece más y más una noche de bodas.
-¿Lo crees? —pregunto Blaine tomándolo por la cintura como si quisiera comenzar un baile romántico en ese mismo instante.
-Lo creo —contesto moviéndose un poco junto a él— y debes saber que allí está el jacuzzi que menciono tu Mamá —agrego Kurt sonriendo y encogiéndose de hombros de lo más emocionado.
-¿Lo aprovechamos entonces? —propuso su esposo acercándolo más él para darle un beso.
-¿Tenemos tiempo?... ¿no es así? —dijo Kurt tratando de calmar las pasiones de su recién estrenado esposo.
-Toda la vida de acuerdo a lo que firmamos… —respondió Blaine con su frente pegada a la de él.
-Entonces… siendo así… —agrego Kurt apartándose, se quitó la chaqueta y la corbata desanudada y tomo el control del televisor para encenderlo.
-¡Oye!... —exclamo Blaine abrazándolo desde atrás— dijiste que nada de televisores —añadió tratando de quitarle el aparato.
-Lo dije… pero si este hotel es un una décima parte de lo que es el Plaza de New York, además de los canales nacionales, tendrá cable… y por lo tanto alguno que otro canal de música.
-Excelente deducción —aseguro Blaine comenzando a desabotonarle la camisa desde el ombligo.
-¿Dónde van esa manos Blaine Anderson-Hummel? —pregunto Kurt sonriendo al sentir el roce de los dedos de su esposo en la panza y el pecho.
-No lo se… tu dime…—respondió este queriendo dar a sus manos otra dirección.
-¡Ah!... ¡mira!... “para toda ocasión” —dijo al encontrar un canal con diferentes opciones de música.
-¿Hay para una noche apasionada y llena de amor? —pregunto Blaine besándole el cuello.
-La hay… oye… —susurro Kurt volteándose hacia él— ¿no vamos a brindar primero?
-Claro… —contesto soltando un suspiro— lo siento… —añadió dando dos besos uno en cada mano.
-No te disculpes... es solo como te dije… tenemos tiempo… —repitió Kurt mirándolo fijo y perdiéndose en aquella mirada eterna e infinita por casi una hora seguida.
-Brindemos entonces… —propuso Blaine tomando las copas.
-Abramos las fresas… una de las mejores cosas que aprendí con “Pretty Woman”—dijo Kurt desatando la cinta del empaque de las frutas.
-Creo y es… la única cosa que es posible aprender en esa película, bueno eso y el que las prostitutas de Los Angeles son bastante costosas —advirtió Blaine destapando la botella.
-¿Qué hay de compartir la bañera?, ¿se olvida de eso Señor Anderson-Hummel?
-¡Ah!.. muy cierto… —añadió este sirviendo champaña en ambas copas— ¡salud!... —agrego alzando la suya.
-Por nosotros… —dijo Kurt levantando la propia.
-Por nosotros y la vida nos espera…— brindo Blaine haciendo chocar su copa con la de su esposo.
-Larga y feliz por cierto…—termino por decir Kurt dando un sorbo largo— ven…—añadió tomándole la mano para guiarlo a la cama.
-¿Te gusto todo esto? —quiso saber Blaine subiéndose a la cama por uno de los lados.
-¿Estas bromeando? —respondió Kurt sentándose en el lado contrario, dejo su copa en la mesa de noche y puso las fresas en medio de ambos— ¡esto es lo mejor que existe!…—aseguro tomando una roja y apetitosa.
-Y esta en Lima… ¿puedes creerlo? —dijo Blaine tomando otra.
-Claro que lo creo… —añadió masticando— las mejores cosas están en Lima, partiendo…
-Partiendo por ti…—interrumpió Blaine apuntándolo con su copa.
-¡Es lo que iba a decir! —exclamo dando otra mordida.
-¿Cómo?
-Es decir… —aclaro tragando— no iba a decir partiendo por mi… sino que iba a decir partiendo por ti…
-Oh… —dijo Blaine haciendo un puchero.
-Pero tú… que eres el “señor líneas románticas”, tuviste que decirlo primero… cosa que por lo demás espero y nunca…
Blaine se acercó a él y lo beso interrumpiendo aquel discurso, Kurt sintió esos labios sobre los suyos y el sabor de las fresas y la champagne lo hizo olvidar aquello de esperar un poco, su esposo era tan irresistible y sus labios desbordaban tanta pasión que era lo único que necesitaba para encender su pasión.
Blaine sonrió al sentir que le respondía y con sus movimientos termino por hacer que se tendiera en la cama, sintió sus manos desabotonando su camisa mientras él con sus labios saboreaba cada centímetro de su piel desde el cuello hasta el pecho.
-Noche de bodas… —susurro Kurt dejándose desvestir.
-Nuestra… noche de bodas… —corrigió Blaine sin saber si su sangre ardía porque las manos de su esposo le quitaban el pantalón y lo que seguía en indumentaria o por tener a su disposición el cuello largo y blanco de Kurt quien, en actitud total de entrega hundía su cabeza en las almohadas exudando deseo y placer.
-Como te amo Kurt…—musito Blaine desatándole el cinturón.
-Y yo…—respondió este moviéndose para quedar encima de él, con su lengua bajo por su pecho y abdomen, se detuvo un instante al llegar al ombligo y lo miro coqueto hacia arriba. Dejando de lado los pudores, con sus labios termino por saborearlo entero, Blaine tomo aire como si fuera a estar sumergido en el océano por semanas y con las manos le acaricio el pelo.
Kurt se saboreó complacido y volvió a trepar por el cuerpo de su esposo para volver a besarle los labios como nunca antes, se terminó de quitar la ropa ayudado por sus propias piernas y descanso sobre él un instante mirándolo a los ojos, volvió a juntar sus labios con los de él y mientras duraba el beso y sentía las manos de su esposo en toda su espalda, se perdió por su cuerpo en intimidad y goce infinito. Blaine exhalo aire complacido y comenzó a besarlo como si su vida dependiera de ello, al tiempo que se acomodaba a los movimientos de su esposo.
Kurt sostuvo el peso de su cuerpo en sus brazos, le olio el cuello y le mordió una oreja, continuando con su quijada y mentón, encontrándose de pronto con un sabor salado que humedecía sus besos.
-¿Estas bien?...—pregunto sintiendo que su cuerpo hervía.
Blaine gesticulo un si casi desbordado por las ganas.
-¿Te… te lastime? —insistió Kurt deteniéndose un instante.
-No... no... no… —respondió Blaine tomándole la cara para darle pequeños besos llenos de amor apasionado y ternura— es solo que… soy… soy tan feliz Kurt… —agrego suspirando— que podría morir ahora y no me importaría nada.
Kurt lo miro un par de segundos y sonrió sintiéndose poderoso y vulnerable al mismo tiempo, le acaricio la cara y el cabello antes de continuar amándolo, pensando que a él tampoco le importaba morir en ese mismo instante, solo si le garantizaban que sería en los brazos del hombre de su vida.

-¿Cuánto llevamos en este avión? —pregunto Kurt mirando por la ventana.
-30 minutos… —respondió Blaine mientras leía las instrucciones de que hacer en caso de accidente.
-Pues se ha sentido como 5 horas y media —refunfuño de vuelta tratando de inclinar un poco su asiento.
-Eso es porque el vuelo se atrasó y salimos más tarde de lo que correspondía…
-Tal vez… ¿qué lees? —pregunto acercándosele.
-Las instrucciones de salvataje —respondió enseñando uno de los folletos.
-¿Por qué?...—agrego tomando el brazo de su esposo para pasarlo por sobre su hombro y lograr así un abrazo.
-Porque necesito saber qué hacer si el avión cae en picada…
-¿Sabes que si hay un accidente no recordaras nada de lo que dice allí?… ¿lo sabes verdad?
-Pues yo creo que si…
-Pues yo diría que no, la desesperación de sentirse cayendo turba cualquier sentido… ¿nunca viste “Alive!”? , ¿o cualquiera de las películas que incluyen desastres aéreos?
-No…
-Pues deberías…—sentencio acurrucándose— ¿las instrucciones están e español? —agrego arrebatándole el folleto.
-En inglés y español…
-Claro, pensé que ya habíamos cruzado aguas internacionales y estábamos volando sobre Latinoamérica… —reflexiono dando un suspiro— pero... ¿sabes qué? da lo mismo, nada puede hacer más fastidioso este viaje.
-¿Llamas fastidiosa a nuestra luna de miel?
-¡No!… ¡por supuesto que no!,  jamás podría… llamo fastidioso a este vuelo, y esta aerolínea y al destino al que vamos, ¿por qué no nos tocó el sobre de las Bahamas? —pregunto  haciendo un puchero.
-Porque te habrías quejado aún más, ese es un vuelo de dos hora y media y el que estamos emprendiendo es de una hora y algo.
-Pues yo creo que ya llevamos volando cinco horas… —insistió tomándole la muñeca para ver la hora.
-Solo estas quisquillosos por que las chicas estarán un mes en el caribe y nosotros una semana en Massachusetts.
-¡Pues es la más grande las injusticias!, nosotros nos merecíamos esas vacaciones más que ellas… imagínate, nosotros allí tendidos en la playa… sin mayor preocupación que vestirnos de manera casual o asegurarnos de dar el 15% de propina…  —dijo soltando un poco de aire.
-Provincetown también tiene costa… bien lo sabes... podemos vestirnos casual allí y dar el 15% de propina si la atención lo amerita —aseguro Blaine  bajando la cortina de la ventanilla.
-Pero no es lo mismo, además, déjame decirte que creo y Sue lo hizo apropósito en reservarnos algo en la cabaña esa… yo creo que ni siquiera existe..
-Existe… no te preocupe.
-Eso espero, sino dormiré sobre ti si tenemos que quedarnos en la playa  cerca de alguno de los faros históricos.
-Te tomaré la palabra Kurt Hummel Anderson… —advirtió  Blaine soltando una risa.
-Hazlo… no hay problema…—dijo Kurt subiendo la cortina de la ventanilla— ¿Pudiste hablar con tu Papá?—agrego al tiempo que comenzaba a jugar con los dedos de su esposo.
-Si… ayer… de hecho me llamo para decir que “alguien” había cancelado el viaje que habían adquirido para nosotros —dijo Blaine haciendo el gesto de comillas en el “alguien”
-¿”Alguien”? —repitió Kurt incorporándose un poco.
-Así es y asumo que ese “alguien” fue la entrenadora Sue Silvestre.
-¡Uy que rabia!... —exclamo Kurt gesticulando desesperación con sus manos— ¿Por qué tenia que meterse?
-Tal vez pensó que nos hacia un regalo…
-Un regalo son 5.000 dólares para gastos, y no creas que soy un malagradecido, pero estoy total y absolutamente convencido que el viaje de tus Padres era 100 veces mejor que este.
-Vamos… Provincetown no es tan malo, además estamos viajando en primera clase por primera vez en nuestras vidas… algo es algo, ¿no crees?
Kurt hizo un gesto como que en realidad aquello no era nada del otro mundo.
-¡Oye!… ¿te olvidas acaso que allí querías llevarme a vivir cuando fuéramos mayores?
-No me olvido... pero bien lo dijiste, “cuando fuéramos mayores”,  Provincetown es un pueblo para el retiro… no para una luna de miel.
-Yo creo que hay varias cosas para hacer… —insistió Blaine mirando a la asistente de vuelo que comenzaba a repartir bebidas a los pasajeros.
-Mírate tú… todo un defensor de la diversidad del soleado condado de  Barnstable y toda su agenda “LGBT”.
-Algo así… —respondió Blaine dándole un toque en la nariz con los folletos de seguridad.
-Solo espero que haya televisión en nuestro cuarto o te aseguro que nos aburriremos tarde o temprano.
-¿Cómo la que había en el hotel de Lima?, ni siquiera la encendimos…
-¿Cómo qué no?... escuchamos música por si no te acuerdas… aunque espero que nadie la haga hablar sobre lo que vio en aquella habitación… —dijo Kurt bajando su voz de manera sexy y traviesa cuando mencionaba las últimas palabras.
-También lo espero… —dijo soltando una risa avergonzada mientras se levantaba del asiento.
-¿Qué haces? —quiso saber Kurt mirándolo hacia arriba.
-Te enseñare algo.
-¿Algo…?
-Si… las pruebas de que Provincetown es más que una colonia gay de retiro —agrego sacando su bolso del compartimento por encima de sus cabezas.
-¿Tienes pruebas Blaine Anderson Hummel? —pregunto Kurt sonriendo.
-Así es…—insistió sentándose de nuevo— y son irrefutables, debo decir —agrego abriendo el bolso, registro unos cuantos segundos hasta que encontró su agenda de bolsillo, la sostuvo entre sus dientes mientras volvía a cerrarlo todo y lo guardaba en su lugar todo al tiempo que indicaba a Kurt lo que deseaba beber de todo lo que la auxiliar ofrecía.
-Si entendí bien… ¿era soda dietética? —dijo Kurt sosteniendo su vaso y el de su esposo.
-¡Muy bien!... gracias… —respondió recibiéndolo— estamos a un paso de inventar un lenguaje propio.
-Claro… —dijo Kurt bebiendo de lo que él había ordenado para si— ¿Qué tienes allí?
-Pues aquí… —agrego bebiendo también— tengo la información de todo lo que podemos hacer en Provincetown la semana que estaremos allí… revisa… —dijo entregándole la agenda.
-¿Ya tengo tu confianza para hurgar en este libro?
-¿Estamos casados?, ¿o no?... tienes la confianza para hurgar donde sea… —respondió Blaine poniendo cara sugerente.
Kurt sonrió poniéndose  un tanto colorado, desplego la mesa que había entre ambos asientos, dejo allí su vaso y comenzó a pasar las páginas.
-La playa… muy bien… no aceptare protestas cuando tengas ponerme bloqueador cada 20 minutos.
-¿No es solo una vez al día?
-Para la gente normal lo es, yo que tengo piel de fantasma debo ponerme varias veces, cosa que por lo demás sabes, si no me llenare de pecas y la gente pensara que  casaste con un irlandés o algo…—dijo mientras leía las ventajas de la playa “Art’s dune”
-Adoro tus pecas… —aseguro Blaine dándole un beso en la mejilla— pasaría por lo indecible solo por el placer de contarlas— le murmuro en el oído.
-Muy bien… y ahora yo tendré en cuenta eso Blaine Anderson-Hummel… ¿hace calor?... ¿verdad?—agrego bebiendo su soda de una solo trago.
-Un poco…—respondió Blaine quitándose el sweater abierto que vestía.
-¿La biblioteca pública?...—pregunto enseñando el recorte correspondiente con cara de quien necesita una explicación urgente— ¿quieres que nos encerremos en una biblioteca?
-No es encerrase en una biblioteca, es un lugar arquitectónicamente interesante y con más de 150 años de antigüedad.
Kurt lo miro con el entrecejo bien fruncido.
-OK… puedes obviar la biblioteca si así lo deseas… pero te advierto y te estarías perdiendo de una gran experiencia.
-Pues prefiero perdérmela… —dijo doblando la hoja, como si con ello el plan de la biblioteca desapareciera para siempre— ¿esto qué es?
-Eso… —dijo mirando— es una lista de los espectáculos que habrán la semana que estaremos.
-¡Vaya investigación!... me encanta cuando... ¿y esta foto? —se interrumpió tomando la imagen impresa que había entre las hojas.
-¡Vaya!... había olvidado que la guarde allí también —respondió Blaine tomándola entre sus dedos—Kitty la tomo el día de nuestra boda, me la enseño y le pedí que me la enviara, la imprimí y le puse algunos efectos… —explico mirando la fotografía de las manos de ambos intercambiando los anillos.
-Esta hermosa… ¿cuándo hiciste todo esto Blaine Anderson-Hummel?
-Pues antes de ayer, cuando tu hablabas con Rachel por más de una hora… —respondió como cantando.
-No fue más de una hora…
-Kurt… vamos…
-Bueno, aunque lo fuese… tengo un compromiso con ella y con New Directions… no podía irme así como así sin dejar resueltos algunos detalles.
-¿Qué detalles?
-Sobre las seccionales, las canciones, ese tipo de cosas.
-Creí que Mister Schue había tomado las riendas del club nuevamente.
-También lo creí yo, pero Rachel insiste que debemos terminar lo que empezamos cosa que es verdad, además menciono algo sobre un niño que es el sobrino del superintendente y Sue quiere… un momento…—dijo Kurt echándose hacia un lado para mirarlo a la cara.
-¿Qué?
-¿No estas pidiéndome explicaciones? ¿o si?
-No…
Kurt lo miro como con suspicacia.
-¡¿Qué?!...
-Nada…
-¡Es la verdad!... solo estaba haciendo conversación para que no encuentres el viaje aburrido y largo…
-Si claro…—dijo acrecentando la suspicacia de sus ojos— y  te creeré…—agrego volviendo a  revisar la agenda— ¿esto es paseo en bicicleta? — pregunto apuntando la foto respectiva.
-Lo es… las rentan y todo… pero puedes obviarlo si lo deseas.
-¿Estas bromeando?... me encanta esto… si tuviera un lápiz le pondría cuatro estrellas, hacer ejercicio es algo… ¿esto qué es?... —agrego tomando un folleto cuya portada era uno de los tantos faros de Provincetown y decía “Crowne Pointe Historic Inn & Spa” en la parte inferior.
-¿Qué cosa? —pregunto Blaine como distraído con los audífonos que habían en un lado del asiento.
-Esto… ¡Blaine!... —exclamo al ver que dentro había un comprobante de una reservación para dos en una habitación de lujo. La fotografía de las instalaciones mostraba una habitación espaciosa y lujosa, tenía un ventanal grande con vista a la playa, además de una chimenea y amoblado exquisito y confortable— ¿Qué quiere decir esto?
-Pues veras… —dijo Blaine tomando los papeles— vi tu cara cuando leí lo que contenía el sobre que Sue nos regalo y pese: “Blaine Anderson Hummel es tu deber hacer algo por tu esposo”, por lo tanto cuando hable con mi Papá, le pedí un poco de auspicio, hice mis llamadas... y conseguí cambiar la casa cabaña de Andrew Sullivan's por la “deluxe suite” del  Crowne Pointe Historic Inn & Spa —añadió señalando la foto del hotel.
-…
-¿Qué?...
-Eso fue súper dulce… —respondió Kurt haciendo un puchero— no tenías porque…
-Claro que si… consentirte es parte de mi trabajo… —respondió sonriendo— y una de las mejores partes debo decir.
-Gracias…—dijo Kurt recostándosele  en el hombro.
-De nada..—agrego Blaine besándole la cabeza.
-¿Puedo quedarme aquí?... muy primera clase serán estos asientos, pero no hay mejor lugar que este para descansar —termino por decir acomodándose con confianza en el pecho de su esposo.

-¿Por qué estas personas me escriben?... ni siquiera se quienes son…—dijo Blaine mirando la correspondencia que estaba bajo su puerta y que había llegado en su ausencia.
-Tal vez le escriben a tu antiguo compañero de vivienda —acoto Kurt poniendo caras mientras dejaba uno de sus bolsos en el suelo.
-¿David?... no lo creo… —respondió sacando sus llaves.
-¿Cuándo tendré una de esas?... —dijo Kurt abrazándolo por la espalda.
-¿Una carta con tu nombre de la escuela de mecánica de Westerville? —pregunto Blaine de vuelta ladeando un poco su cabeza para recibir los cariños de su esposo.
-No…
-Que bueno, porque ni yo quiero una de estas y ni se porque me las mandan —dijo avanzando unos pasos hacia la puerta con Kurt pegado en su espalda.
-Es porque aun estas en edad de estudiar… a mí también me han llegado un par de la escuela de electricidad y de la academia de corte y confección de Columbus, lo que yo quiero es una de esas llaves.
-¿Una llave de mi casa? —pregunto Blaine dando otro par de pasos.
-Así es…
-¡Vaya!.. ¿no es un poco pronto?... es un gran compromiso y no sé si estoy prepara…
-¡Oye!...—exclamo Kurt dándole un agarrón en el trasero.
Blaine soltó una risa exquisita y se zafo para dejar su bolso en el piso.
-¿De verdad quieres una llave? —pregunto mirándolo de medio lado.
-Pues si no quieres levantarte a abrir cada vez que llegue de madrugada... pues sí..
-¿Vas a llegar de madrugada? —quiso saber Blaine acercándolo a él por la hebilla del cinturón.
-Tal vez… ya sabes… el matrimonio agobia y necesitare mi espacio… —respondió Kurt echándose un tanto hacia atrás.
-Ok… entonces yo también necesitare el mío, ya sabes para hacer mis cosas, reunirme con los Warblers… los actuales y antiguos.
-¿Perdón?...—dijo Kurt abriendo tanto sus ojos que Blaine creyó y saltarían de sus orbitas.
-Te amo… —agrego dándole un beso— y si necesitas una llave… pues eso… se arregla de inmediato —dijo Blaine apartándose. Se agacho al lado de la puerta y movió hacia un lado un trozo de zócalo que estaba suelto, metió la mano dentro del hueco mirando hacia arriba como si se concentrara en tantear algo.
-¿Qué haces?... —quiso saber Kurt mirándolo con ternura.
-Estoy buscando… ¡ah!... —exclamó encotrando lo que buscaba— esto… —añadió enseñando una copia de la llave de la puerta de entrada— Señor Kurt Hummel-Anderson, aceptaría esta llave como muestra inequívoca de mi amor y compromiso con nuestro matrimonio.
-¿Eso estaba enterrado o algo? —pregunto poniendo cara de asco.
-No… —contesto Blaine soplándola un poco para luego terminar de limpiarla en su pantalón.
-Muy bien… porque la aceptaría de cualquier forma —dijo casi arrebatándosela— ahora si que puedo llegar de madrugada.
-Te esperaría despierto aunque te demoraras mil años —sentencio Blaine tomando su bolso y el de su esposo— ¿haces los honores? —pregunto señalando la puerta.
-Sera un placer… —respondió metiendo la llave—un momento…
-Kurt… esa no era al llave de David, ni tampoco estaba enterrada, te lo prometo, era solo una de respaldo que guardaba allí por si es que a alguno se le perdía…
-No, no es eso.. escúchame… —interrumpió Kurt tomándole al mano— solo quiero decirte… antes de que entremos aquí a comenzar nuestra vida— agrego mirando al puerta cerrada— que si bien nuestra luna de miel fue espectacular, no puedo esperar a disfrutar lo que sigue… comenzar esta aventura contigo, y que deseo que nuestra vida juntos este llena de momentos como este, simples pero que me demuestran cuanto me amas.
-Gracias Kurt… —dijo Blaine dándole un beso— ¿ahora sí que quieres que te cargue? —pregunto en medio de un suspiro.
-No… eso lo harás cuando entremos en nuestra vivienda definitiva en New York.
-¿Volveremos a New York?
-Apuesta tus mejores partes a que si Blaine Anderson-Hummel —aseguro Kurt mientras abría la puerta.








Agosto de 2039



-¿Quieres hablarme de algo? —pregunto Blaine mientras quitaba los cojines de adorno desde su lado de la cama.
-No…
-¿Seguro?
-Seguro… solo quiero que esta noche acabe de una buena vez… —sentencio Kurt con un tanto de brusquedad mientras hacía lo propio con los almohadones de su lado.
-Está bien… —agrego como resignado.
-¡Note eso!...—exclamo apuntándolo con uno de los cojines más pequeños.
-¿Qué cosa?... —pregunto Blaine de vuelta estirando los cobertores.
-Esa mueca que hiciste como de resignación.
-No es resignación, es solo que no quiero que te duermas odiándome…
-Bueno, tendrás que vivir con eso… — sentenció abultando las almohadas— y no te atrevas a revisarlas estas son las mías…—agrego metiéndose al baño.
-Ok…—dijo Blaine comenzando a ponerse la ropa de dormir.

-¿”Goblin”? —murmuro Lizzie en la puerta del cuarto de Noah— ¡”Goblin”! —insistió como en un grito ahogado.
-…
-¡Oye hermano!, no te hagas el dormido… acabo de ver salir a los Papás… ¡hola!... ¡”Goblin”! —exclamo encendiendo la luz de su teléfono móvil— ¡oye!... estas despierto… lo sé... —añadió sentándose en la cama junto a su hermano.
-Lizzie Anderson-Hummel… ¿Qué sucede? —pregunto el pequeño encendiendo la lámpara de su mesa de noche y poniéndose las gafas de inmediato, como si realmente las necesitara para distinguir bien a su hermana.
-¿Para qué te hacías el dormido?... nunca te duermes de inmediato… ¡hola!.
-Estaba durmiendo… al menos no morí...
-¿Qué?
-Todos vamos a morir.
-OK “Goblin” me estas asustando un poco... además no es de la muerte que quiero hablarte.
-¿De que entonces?... es tarde… deberías de estar “dumendo”
-¿Y que hay de ti pequeño, también deberías de estar “dumendo”?... ¡hola!
-¿Que sucede?
-Necesito que me ayudes con algo… pero antes… —dijo Lizzie tomando a “Desmond” para esconderlo dentro de la tienda de campaña.
-¿Qué haces?... a “Desmond no le gusta la tienda.
-Pues solo será un instante, necesito contarte un secreto y nadie puede escucharlo.
-¿Ni “sequera” “Desmond”?
-¡Menos “Desmond”!... ¡hola!
-¿Esa es la caja del Papá? —pregunto Noah sentándose en la cama.
-Lo es, pero…
-¡No debiste sacarla Lizzie Anderson Hummel!, para el Papá es súper “impotente”
-¡Lo se!... ¡hola!... pero necesitaba averiguar algo, y al aparecer no podre.
-¿Que querías averiguar?
-Algo…
-¿Algo de la caja?... allí el Papá guarda sus “pesosidades”, no debiste sacarla —insistió el pequeño cruzándose de brazos tal y como Kurt lo hacía.
-¿Te vas a poner igual que Henry?... ¡hombres!... ¡sean más originales!... ¡hola!.. —dijo Lizzie como si hablara con alguien a la distancia.
Noah la miro extrañado y luego dirigió su mirada hacia donde su hermana alzaba su voz para volver a mirarla a ella nuevamente.
-Necesito que me ayudes con un plan.
-¿Un plan?
-Si un plan… tengo que volver a poner esta caja en su lugar antes que el Papá note su ausencia… ¿se te ocurre algo.
-¿Algo para qué?
-Para devolver la caja… ¡”Goblin”!...
-Golpea la puerta y la guardas… —dijo Noah encogiéndose de hombros como si esa fuera la solución más perfecta en el mundo de las soluciones.
-¡Ay “Goblin”!… el asunto es que no se enteren los Papás… si no se armaría una buena... ¡ya se!... —dijo como aplaudiendo— ¿Qué tal si tú los distraes y yo entro sigilosa a guardar la caja?
-¿Pero que podría decirles?
-Pues no se… háblales de algo, no se… de la excursión del otro día... diles que quieres volver al parque o algo.
-Pero no quiero volver y si digo que si, entonces mentiría… nos e debe mentir…—advirtió Noah con cara de sabihondo.
-“Goblin”, lo sé y nadie está mintiendo aquí… solo necesito guardar esto que no sé porque demonios la saque no siquiera se puede abrir—respondió Lizzie meneando la caja de lo más frustrada.
-Es porque esta con llave.
-Lo se…
-Y la llave está aquí atrás… —agrego el pequeño apuntando uno de los lados de la caja.
-¿Cómo?
-El Papá siempre la abre sacando la llave de aquí… mira… —dijo Noah corriendo una de las tablas de la parte trasera.
-¡”Goblin”!... ¡eres un genio!... ¿Cómo no revise este sector?... ¡ah claro porque soy una estúpida!... ¡hola! —exclamo Lizzie dándose un golpe en la frente.
-¿Cuándo haremos el plan?
-¿Qué plan?... —pregunto Lizzie metiendo la llave en la cerradura.
-El plan para distraer a los Papás…
-¡Ah!... eso… ya no lo necesito, ahora que tengo la llave podre averiguar lo quiero y devolverla mañana cuando se vayan al concierto.
-¡Pero no puedes abrirla!
-¿Por qué no?
-No es “correpto”… —dijo Noah poniendo sus manitos en la cerradura.
-¡Pero si tengo la llave!, él no se enterara nuca… dejare todo como lo encuentre te lo prometo... ¡hola!
-Pero son las cosas del Papá… son sus secretos, el no “averegua” los tuyos.
-¡Ay “Goblin”!... está bien… ¡me haces sentir súper extra mal!… ahora sí que necesitare que me ayudes a devolver esta caja del demonio —dijo Lizzie como disgustada.
-¡Yo se como! —exclamo Noah levantando un brazo.
-Ok…—agrego Lizzie echándose hacia atrás por la impresión que le daba el entusiasmo de su hermano.
-Yo puedo decir que tengo una “pesabilla” y así los Papás vendrán a abrazarme.
-Pero esa es una idea súper extra genial… pero… esa sería una mentira y a ti no te gusta decirlas.
-Es verdad… —dijo Noah calmando su entusiasmo.
-¿Sabes qué?... yo saque esta caja y yo la devolveré a su lugar…
-¿Y si te “descube” el Papá?… —quiso saber Noah llevándose las manos a la cara.
-Pues tendría que aceptar mi castigo… —respondió Lizzie bajando la cabeza como un muñeco que se queda sin baterías.
-Tranquila Lizzie Anderson Hummel…—dijo Noah acariciando el pelo de su hermana.
Lizzie sonrió para sí y termino pro acomodarse en el regazo del pequeño como si al menor fuer ella y no al revés.



-¿Crees que Gable quiera seguir en contacto con Noah? —pregunto Blaine mientras se quitaba los zapatos.
-¡Espero que no! —exclamo Kurt desde el baño.
-Pero a nuestro hijo le gusto su compañía… creo y lo encontró simpático.
-Pues será el único… —dijo Kurt asomándose con su cepillo de dientes en las manos— ese niño era bastante raro.
-Es un niño Kurt…—rebatió Blaine quitándose los pantalones.
-Pues es un niño bien raro… es decir, ¿Quién le llama “Papá 1” y “Papá 2” a sus padres? —agrego volviendo a asomarse.
-Yo lo encontré lindo… —dijo Blaine encogiéndose de hombros.
-¡Obvio que lo encontraste lindo Blaine!... es el hijo de tu novio Sebastian, ¿qué más se puede esperar? —señalo Kurt saliendo por tercera vez del baño, esta vez con un envase de crema en sus manos.
-¿Quieres dejar eso?... ya te explique lo de Sebastian y tú mismo dijiste que resolveríamos este asunto en nuestro cuarto cuando nuestros hijos ya se hubieran dormido…
-¿Y eso que se supone y significa? —quiso saber Kurt asomándose con tres puntos de crema en su cara.
-Significa… significa que estamos a aquí y quiero que aceptes el hecho que te estoy diciendo la verdad sobre Sebastian y que no tienes nada de qué preocuparte con respecto a eso…—explico quitándose el reloj.
-…
-Bien… —murmuro Blaine cambiándose la camiseta que vestía por la de del pijama.
Kurt salió del baño varios minutos después y se acostó sin decir palabra, volvió a abultar sus almohadas pensando que su esposo las había revisado de todas formas para asegurarse que no eran las suyas y se acomodó de espaldas.
-¿Puedo? —pregunto Blaine haciendo el ademan de abrazarlo.
-Puedes pero no debes… —respondió apagando la luz al tiempo que se volteaba hacia su lado de la cama.
-Kurt… por favor…
-Blaine… —dijo este al sentir que su esposo se acercaba, se incorporó y encendió la luz nuevamente— escucha… no estoy enojado… ¿bueno?... pero como te dije, esta noche ha sido tan bizarramente horrible que lo único que quiero es que acabe de una buena vez… así es que por favor…
-Pero… Kurt, te juro que no hay nada más que contar sobre esa supuesta cita que menciono Sebastian.
-Lo se…
-¿Entonces?...
-Mira… ni siquiera es por eso que estoy molesto… yo soy tu esposo no él… y eso me basta y me sobra para sentir que le gane al dientes de sable.
-¿Por qué estas molesto entonces?
-¡No lo sé!... ¡solo lo estoy!… ¿tú nunca has estado molesto si tener una razón? —dijo cruzándose de brazos.
-No…
-…
-¿Es por lo del Señor Jenkins?... porque si es así, me parece que estas exagerando.
-No es por eso… ¡y no me digas que estoy exagerando!… nadie tiene derecho a decirle a nuestro hijo que puede morir mientras duerme y que su única salvación es creer en una fantasía.
-No creo que lo haya hecho de mala fe.
-¡Obvio que no!... pero, ¿concuerdas conmigo que ese es un asunto en el que no debe meterse?
-Concuerdo contigo y mañana hablaremos con él.
-Bien…
-¿Ya no estas molesto entonces? —pegunto Baline acercándose como con miedo.
-¿Que vamos a hacer con Lizzie? —dijo Kurt alejándose de él un poco.
-¿Con respecto a ese tal Reuben?... —añadió moviéndose hacia él otro tanto.
-No… Con respecto a lo que a ti “accidentalmente” se te escapo —respondió volviendo a alejarse.
-Pues si pregunta, creo que debemos responderle… ¿no crees?
-No estoy seguro de querer hacer eso…
-¿Por qué no?... —dijo Blaine volviendo a su intento de acercamiento.
-Porque no…
-Kurt..
-¡Esta bien!... no quiero que sepan lo que sucedió… no quiero… —sentenció como un niño de escuela.
-¿Por qué no?... ha pasado casi una vida tu yo estamos mejor que nunca, porque no habríamos de…
-¡No quiero que Lizzie y Noah me odien!... ¿está bien? —termino por decir Kurt gesticulando con sus manos.
-¿Qué?... ¿pero de que estas hablando?
-De lo que escuchaste… sé que nuestros hijos te quieren más a ti que a mi…
-Kurt..
-Es la verdad y está bien, y lo acepto… hice las paces con eso hace mucho tiempo y está bien… además los entiendo… yo te quiero más a ti que a mi mismo.
-No creo que eso sea verdad… y por lo demás ¿por qué crees que terminarían odiándote?
-Porque yo tuve la culpa Blaine.. te hice llorar y sufrir lo indecible…
-Tú también lloraste y sufriste lo indecible…
-Así fue.. pero fui yo quien rompió el compromiso, tú mismo la escuchaste en la cena lo orgullosa que se pone cuando cuenta la historia de cómo me pediste matrimonio en Dalton, ¿qué crees que pensaría si escucha toda la historia?
-Pues si escucha toda la historia pensara que ambos nos dimos por vencidos en su momento, pero que nunca dejamos de amarnos, por eso que estamos juntos hasta ahora.
-No lo sé Blaine…
-Escucha... —dijo terminando de acercarse del todo— si no quieres que sepan… no se los décimos y punto…
-¿Si?...—pregunto tomándole un par de dedos.
-Si…
-¿Y si insiste?… es Lizzie de quien estamos hablando…
-Si insiste… le insistimos que la historia es la que sabe y punto.
-¿Y si Henry le cuenta?
-No creo que él haga eso… es correcto y noble, como su Papá… —sentencio Blaine haciéndole un cariño en la cara.
-Todo esto es una estupidez… pero gracias por entenderme.
-De nada… —respondió Blaine inclinándose sobre él para darle un beso.
-Blaine, estoy en la orilla de la cama, no creo que sea conveniente que…
Kurt no alcanzo a terminar la frase cuando se hayo sentado en el piso, se había apartado tanto de él que casi había quedado con trasero fuera del colchón, y solo basto un pequeño movimiento de su esposo para que terminara por caerse.
-¿Estas bien?... —pregunto Blaine sonriendo desde la cama.
-Si… —respondió haciendo un puchero para disimular su risa.
-¿No crees que dormir en el piso es una media un tanto extrema? —insistió Blaine mirándolo hacia abajo.
-No, dadas las circunstancias no lo creo…
-Vamos… levántate, por muy mullida que sea nuestra alfombra, no es un sitio para dormir —dijo Blaine rodando hasta su lugar.
-¡Ayúdame!... —exclamo Kurt levantando sus brazos.
-Ok… —respondió levantándose. Rodeo la cama y se ubicó frente a él, estiro sus manos y Kurt las cogido para levantarse—¿ves que nada bueno resulta de alejarse de mi en la cama?
-Presumido… —dijo Kurt insistiendo en lo del puchero.
-No lo soy… ven… acostémonos mejor…
-Primero iré a ver a Noah y a Lizzie, no confió en que al menos esta última este durmiendo —dijo Kurt poniéndose un sweater extra largo y gastado en los puños y codos.
-Te recuerdo que ambos dejamos durmiendo a Noah y que yo me asegure que Lizzie también lo estuviera.
-Claro... —respondió Kurt saliendo de la habitación de todas formas.
Blaine sonrió y volvió a acostarse, después de todo cuando algo se le metía en la cabeza a su esposo, nada ni nadie podía hacerlo cambiar de parecer.








-Me agrada eso… —dijo Blaine entrando detrás.
-Y a mi… —añadió Kurt dejando su bolso de mano sobre el mueble de la cocina.
-¡Bien!…—exclamo Blaine frotándose las manos como si se dispusiera a hacer un trabajo pesado de construcción— voy a cambiarme ropa y luego preparare la cena y alistare la ropa para lavarla, la lavandería que esta a tres cuadras es fenomenal.
-Vaya… tareas domésticas y comida… podría acostumbrarme a esto Señor Anderson-Hummel.
-Hazlo… el placer es mío… —dijo dándole un beso— vuelvo enseguida.
Kurt lo miro retirarse y encendió el televisor, se sentó en el sofá con los pies sobre la mesa de café y comenzó a cambiar canales.
-¡Rentare una película!... ¿alguna preferencia? —pregunto dirigiendo su voz hacia el dormitorio.
-¡Ninguna!... —contesto de vuelta— ¡confió en tu criterio! —agrego sonriendo.
-Esta bien, pero no quiero que… ¡oh por dios!... —exclamo al sintonizar el canal de noticias locales— ¿Blaine?
-¡Ya salgo!... te juro y tenía mi camiseta favorita en este cajón pero ahora no al encuentro —dijo Blaine mientras registraba en la cajonera.
-¡Blaine!...
-¡Kurt de verdad!, elige lo que quieras… a mi…
-Blaine no es eso… ven… tienes que ver esto —insistió Kurt llegando a la habitación con cara de pánico.
-¿Qué?... ¿qué sucede?
-¡Ven por favor!… —agrego dirigiéndose a la sala.
-Me estas asustando, ¿sucedió algo?... ¿te llamo alguien?..
-Nada de eso… mira… —dijo apuntando el televisor.
-¿Las noticias?... ¿Qué se incen…?
Blaine no alanzo a terminar su pregunta cuando vio que lo que mostraban las imágenes era un incendio en la Academia para varones de Dalton.
-¡Oh por dios!... —exclamo tomándose la cabeza—¿cuándo…?... ¿como?
-No lo sé, acabo de sintonizar, pero al parecer fue en la madrugada de hoy… —respondió Kurt tomándose el pecho.
-Kurt… es Dalton… ¿Qué demonios?... ¿Cómo nadie me aviso?
-Apagamos nuestro teléfonos cuando llegamos a Provincetown, ¿recuerdas? —dijo mientras iba a la cocina a por un vaso con agua.
-¡Esto es terrible!... ¡los chicos!… habrá algún... —trato de decir Blaine sentándose en la mesa de café como si de pronto se quedara sin energías para nada.
-Al parecer por la hora no había nadie cuando ocurrió, por lo que no hay reporte de heridos ni…
-Kurt… —dijo Blaine con hilo de voz y con su vista fija en la pantalla.
-Lo se… pero tienes que tranquilizarte… toma... bebe un poco… —agrego sentándose junto a él.
-No lo puedo creer… —insistió mirando la televisión que repetía una y otra vez las imágenes del incendio y todo el caos que ello conlleva. Blaine se quedó viendo como hipnotizado y creyó conocer a un par de maestros que se tomaban la cabeza impotentes ante aquella desgracia.
-¿Estas bien?...—pregunto acariciándole la espalda.
-No… Kurt… es Dalton… es decir… la escuela que me acogió cuando mi vida era un infierno… donde empezó nuestra historia… los Warblers… ¿cómo es posible? —respondió derramando algunas lágrimas.
-No lo sé Blaine… asumo y los accidentes no hacen distinción de lugares, solo ocurren… —dijo Kurt abrazándolo.
-No sé qué hacer… —agrego limpiándose la nariz con el dorso de la mano— me gustaría ir a allá, ver si soy útil en algo…
-No creo que haya algo por hacer…
-Lo sé pero… tal vez podría hablar con ellos… darles mi apoyo… no se…
-Blaine escúchame… —dijo Kurt enculillándose frente a él— cualquier cosa que decidas hacer cuenta conmigo... si quieres ir allá y ver como esta todo vamos de inmediato.
-No sé si pueda enfrentarme a algo así…
-Por supuesto que podrás… eres capaz de sobreponerte a cualquier cosa…
-¿Cómo se supone y se sobrepone una persona a un incendio que destruye todo lo que alguna vez significó algo para ti?...—pregunto casi desbordado por la tristeza.
-Llamándose Blaine Anderson…—respondió Kurt quitándole algunas lágrimas de las mejillas— y si a eso le agregamos el apellido Hummel… creo y te convierte en alguien prácticamente invencible… —añadió como dándose aires de superioridad. Blaine soltó una pequeña risa y se inclinó hacia el hasta apoyarle la cabeza en el pecho.
-Eres valiente y lo sabes… —insistió Kurt besándole el pelo.
-Gracias Kurt…—agrego Blaine abrazándolo.
-De nada… y esto es lo mejor de habernos casado… ya no estamos solos… ¿no es así? —agrego besándole el dedo del anillo.
-Así es…—respondió Blaine haciendo lo mismo con la mano de su esposo.