(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

-¿Seguro y no quieres que nos vayamos a casa? —pregunto Kurt estacionando el auto en las afueras de Mackinley.
-Seguro… —respondió Blaine quitándose el cinturón de seguridad.
-¿De verdad?... —insistió haciendo lo mismo.
-De verdad… aunque ahora estoy pensando que eres tú el que quiere que nos vayamos a casa, ¿o me equivoco? —dijo Blaine mirándolo de medio lado
-Bueno… —respondió chequeando su apariencia en el espejo retrovisor— si me lo preguntas, estamos cumpliendo dos semanas de casados, deberían de haber más desnudos que problemas.
-No puedo estar más de acuerdo con eso…—añadió Blaine soltando una risa.
-¡OK!… —exclamo Kurt sintiendo un poco de calor— creo y nunca me había estacionado tantas veces y en tan diferentes lugares en una sola mañana —agrego  cambiando de tema y evitando así ahondar más en lo de los desnudos.
-También lo creo…—añadió Blaine soltando un suspiro.
-Si quieres puedes esperarme aquí... —dijo Kurt al tiempo que el echaba un ojo a su teléfono.
-No… está bien… todo problema tiene solución y quedándome aquí no la encontrare… además ese era Mister Schue de nuevo… ¿no es así?
-No… es mi Papá, quiere saber cómo estas, le envié un mensaje cuando íbamos saliendo a Dalton y ahora quiere saber como estas.
-Que amable… —dijo Blaine volviendo a la tristeza de antes.
-¿Te importaría si vamos a cenar con ellos esta tarde?
-¿Con quién?
-Con mi Papá y Carol…
-¿Hoy?
-Si… pero, ¿sabes que?… olvídalo… le diré que no, después de todo tienes mucho en la cabeza como para pensar en delicadezas sociales de cenas y demás —sentencio Kurt comenzando a escribir el mensaje.
-No… ¿de que estas hablando?... vamos… no hay problema —respondió Blaine haciendo un gesto con su mano de que no había ningún problema.
-¿Si?
-Si… además que estoy seguro y seré el centro de atención en la mesa de tu casa…
-Y eso es algo que te encanta… ¿no es así? —pregunto Kurt sonriendo.
-Si… realidad si…
-Presumido… pero tienes porque,  así es que no hay problema… ¿vamos?
-¿Al auditórium?
-Al auditórium —repitió Kurt bajándose del auto.









Mayo de 2025



-¿Cuánto “fata”? —quiso saber Lizzie mirando por la ventana del auto.
-Ya casi llegamos cariño… mira… allí esta el “Chelsea Park” y el campo de soccer —respondió Kurt apuntando hacia adelante.
-¿Qué es el “soper”?
-Un deporte cariño.
-¿Y yo puedo jugar?
-Puedes hacer lo que tú quieras bebé… aunque si me lo preguntas, yo preferiría que optaras por el ballet —dijo Kurt asegurándose de estacionar sin problemas.
-No me gusta el “balep”
-¿Acaso sabes lo que es el ballet? —pregunto mirándola  divertido.
-No…—respondió Lizzie encogiéndose de hombros.
-Entonces… —agrego deteniendo el auto—¿Cómo puedes decir que no te gusta algo si no lo conoces?
-“Poque” me gusta el “Soper”—respondió Lizzie haciendo unos movimientos de boxeo con sus manos, como si el soccer tuviera que ver algo con golpes y manos empuñadas.
-Eres la más loca de las enruladas… y te amo por eso —dijo Kurt en medio de una risa.
-¿”Poque” estamos aquí? —agrego la pequeña acariciando a Rita.
-Porque vinimos a ver el juego de tu hermano.
-¿”Hendry” está aquí?
-Así es bebé…
-¿Y quién lo “tajo”?
-El “Papáblen” lo trajo… —explico quitando las llaves y tomando los documentos desde la guantera.
-¿Y yo?...
-Pues  tú estabas durmiendo cariño… —respondió desatando su cinturón de seguridad— por lo tanto… te viniste conmigo más tarde… ahora espérame quietecita allí —indico mientras se bajaba del auto. Rodeo el vehículo y saco del portaequipaje un bolso de mano, se lo cruzo en un hombro y  abrió  la puerta trasera, Lizzie achico los ojos al sentir el sol directo en su cara y Kurt no pudo evitar soltar una pequeña risa al  ver a  su esposo reflejado en su pequeña hija.
-Listo bebé… —dijo zafándola de la silla de seguridad— ¡un salto! — agrego ayudándola a bajar— y nos vamos…
-¿Dónde está “Hendry”?
-Adentro con sus compañeros de equipo... ¿recuerdas el grito de apoyo que ensayamos? —pregunto mientras le acomodaba la ropa.
-“¡Viva Hendry”! —exclamo la pequeña levantando sus brazos con Rita incluida.
-¡Muy bien!… lo pondremos en práctica en cuanto comience el partido, vamos cariño… —dijo comenzando a avanzar hacia la entrada.
-Papá estoy “canzada” —dijo levantando sus brazos para que la cargaran.
-Pero cariño, mira… solo faltan un par de metros…
-Pero estoy “canzada”… —insistió haciendo un puchero que amenazaba con convertirse en llanto en cualquier momento.
-Está bien…—dijo Kurt levantándola en sus brazos— ¿Quién puede decir que no a esa carita?
-¿Tu estas “canzado”? —pregunto la pequeña recostándosele en el hombro.
-Un poco… pero no te preocupes… luego el pido al “Papáblen” que él me cargue a mi… —respondió  tratando de equilibrar el peso de su hija y del bolso que cargaba, al menos hasta llegar a las galerías.
-¿Dónde está “Hendry”?
-Te lo dije bebé… esta con sus compañeros, luego lo veremos cuando salga  al campo de juego.
-¿Y el “Papáblen”?
-El “Papáblen” se supone y nos estaría esperando… —contesto Kurt mirando a  su alrededor— mira allí esta… y  rodeado de adolescentes... ¿no es genial? —agrego modulando sus últimas palabras entre dientes y con una gran sonrisa sarcástica en su cara.
-¿Quiénes son esas “adocelentes”?
-Unas niñas muy pesadas y que odio.
-¿Cómo?
-Nada cariño… mira allí viene el “Papáblen”… di ¡Hola!… —dijo al ver que su esposo ya los había divisado y trataba de desviar la atención de las chicas para que lo dejaran marchar, le hizo un par de señas a Kurt y este le devolvió un gesto con su cara no tan feliz.
-¿No tuvieron problemas? —pregunto llegando a donde estaban.
-No… ¿y tú? —dijo Kurt levantando una ceja.
-Tampoco… hola…—respondió Blaine besando a su esposo.
-Hola… —dijo este besándolo de vuelta— ¿tampoco con todo ese tumulto que te rodeaba?
-No… solo eran unas cuantas chicas que querían tomarse una foto conmigo…. culpo al Grammy por toda la atención que estoy acaparando —contesto haciendo señas a otras chicas que lo saludaban de manera tímida y graciosa —¿Helen se quedó a cargo de todo?
-Así es… aunque si me lo preguntas me gustaría ir a asegurarme que todo está realmente bien luego del juego.
-¿Si?
-Si…
-Allá iremos entonces… ¿Cuándo tengo que ensayar con Rachel?
-Pues el último ensayo es mañana… y te lo he dicho mil veces… aunque creo que los gestos que te hacen esas porristas son más importantes en este momento.
-¿Qué?... —dijo Blaine sonriendo ante el grito que habían inventado sus improvisadas fans.
-¿Nuestro hijo?
-Henry está en el camarín un tanto nervioso, pero creo que todo saldrá bien.
-¿Lo podre ir a saludar?
-A esta hora no creo… están por salir al campo.
-¡Pero quería tomarle una foto!
-Yo le tome varias, mira…—dijo entregándole su teléfono y recibiendo a su hija a cambio.
-¡Hola “Papáblen”!
-Hola “Princesa”… ven aquí… —agrego tomándola en sus brazos— ¿Qué te parece el campo de juego?
-Muy “gande” y “vede”—respondió Lizzie apuntando la cancha.
-Así es… tu hermanito saldrá por allí…—indico apuntando el lugar al que se refería.
-¡Henry se ve tan indo! —exclamo Kurt enseñando una de las fotos.
-Lo se… y muy grande… casi me pongo a llorar.
-¿Ese es el número de su camiseta? —pregunto Kurt al ver la foto de un 7 medio distorsionada.
-Si… ¡vaya no quedo muy bien!... pero esa es…
-Qué maravilla… ¿dónde están nuestros asientos? —añadió como si un juego de niños de primaria tuviera asientos numerados y clasificados como en el teatro.
-Podemos sentarnos donde sea —respondió Blaine comenzando a avanzar entre los padres, niños y resto de personas que asistían a la tarde deportiva del “Montessori School of New York International”  
-¿Perdón?
-¿Qué?
-¿No hay una organización en este recinto?
-No, no hay asientos numerados, así es que podemos sentarnos donde gustes.. ¡Ay como me alegra que vinieras!... ¡Henry se pondrá feliz! —exclamo Blaine dándole un beso en la mano— estas cada vez más cerca de acompañarme a un juego de liga.
-¡Ni lo pienses Blaine Anderson-Hummel!... por lo demás, ¿cómo no iba a venir?, es nuestro hijo y su primer partido… diferente es cuando juegan hombres adultos que ni siquiera conozco, por lo tanto deshecha de inmediato eso que acabas de decir.
-Está bien… ¿te parece bien aquí? —pregunto indicando un grupo de asientos de la quinta fila.
-¿Veremos todo desde aquí?
-Todo…
-Perfecto entonces… —dijo sentándose casi al medio de la corrida de asientos, Blaine se ubicó un asiento más hacia la escalera para dejar a Lizzie en medio de ambos— ¿ves bien cariño?
-Si… pero… ¿dónde está “Hendry”? —dijo la pequeña estirando su cuello como una jirafa bebé lo haría.
-Tu hermano saldrá por ese lugar de allá, y cuando lo veas aparecer hay que aplaudirlo lo más fuerte que puedas.
-No solo aplaudiremos, ensayamos un grito de apoyo, ¿verdad cariño?
-Si… ¡Viva “Hendry”! —grito Lizzie con sus manitos cerca de la boca como si quisiera que su grito tuviera más potencia y se escuchara en todos los rincones del estadio.
-Excelente…—dijo Blaine acariciándole el pelo— y para que tu apoyo sea súper efectivo, puedes usar esto…—añadió sacando un pequeño “pom-pom”  de porrista desde el bolsillo de su chaqueta.
-¡Que “monito”!...—exclamo Lizzie comenzando a menearlo de inmediato.
-¡Qué lindo!... ¿Quién te lo dio?... alguna de esas adolescentes llenas de hormonas? —pregunto Kurt levantando una ceja.
-No… lo compre a la entrada a un señor que creo y ya no le quedan hormonas —respondió Blaine guiñándole un ojo. Kurt le enseño al lengua y ambos terminaron por soltar una risa.
-¿Tienes frío cariño?, ¿sed?, ¿hambre? —quiso saber Kurt abrigándose las manos con su aliento.
-Un poco… —respondió agitando el “pom-pom”
-Un poco que…
-Un poco de frio…
-Eso se soluciona de inmediato —dijo Kurt abriendo el bolso para sacar una manta, se puso de pie y la estiro cuan larga era y envolvió a Lizzie que quedo como una cuncuna en su capullo de mariposa — ¿ahora si?—agrego sonriendo al verla tan inmóvil.
-Si… —respondió al pequeña de lo más feliz.
-¿Trajiste otra para ti? —pregunto Blaine mirándolo mover los pies, como si quisiera entrar en calor de alguna forma.
-No… además no la necesito...
-Si claro… —dijo Blaine quitándose su chaqueta— puedes ocultar tus manos aquí —agrego dejándosela en el regazo.
-Esto no es necesario…
-Sí que lo es… no puedo soportar que el hombre que amo este pasando necesidades, en este caso  frio… —sentencio Blaine dándole un beso.
-Gracias… —dijo Kurt sonriendo de manera infantil pero engreída al pensar que las chicas podían deshacerse en gestos, pero quien tenía toda la atención de Blaine era él y no ellas.
-¡Ahí viene “Hendry”! —grito Lizzie estirándose para tratar de ver algo.
-¡Es verdad!..—exclamo Kurt poniéndose de pie de lo más entusiasmado.
-Ven “Princesa”—dijo Blaine tomando a su hija para que pudiera ver a su hermano.
Henry salió junto a su compañeros casi de los últimos en la fila, de inmediato miro hacia las graderías para divisar a su familia, los vio hacerle señas de diferentes tipo, más unos vítores de apoyo y termino por seguir su camino sonriendo.
-¿Por qué va de los últimos?... ¿no tenía la camiseta “7”? —pregunto Kurt mientras le hacía señas.
-Están ordenados de la forma en como actuaran en el campo, Henry es atacante, así es que va de los últimos en la fila, pero de los primeros en el juego —explico Blaine mientras movía sus manos abarcando toda la cancha de futbol.
-¿Y ahora que hacen?
-Saludarse mutuamente, es un comportamiento de grandes ligas —respondió Blaine volviendo a sentarse.
-¡Uy que emoción!... —exclamo ocultando sus manos en la chaqueta de su esposo— dime un poco que debo esperar aquí…—dijo Kurt acercándose más a Blaine, tanto por el frio que sentía en ese momento como porque su olor era tan irresistible que cualquier excusa para aproximarse a él era perfecta.
-Bueno… según lo que les toque será el lado hacia donde ataquen.
-¿Y cómo lo decidirán?
-Con una moneda
-¿”Hendry” “tene” una moneda?
-No “Princesa”… el árbitro... ves ese señor con camiseta de colores —dijo Blaine apuntando al réferi del encuentro.
-Si…
-¿Y él decidirá?... ¿porque Henry no es quien esta allí al medio?
-Porque él no es el capitán.
-Ok… este juego está cada vez más enredado… así es que solo me limitare a aplaudir cuando mi hijo meta la pelota en ese cuadrado.
-Eso se llama gol y ese cuadrado se llama arco —respondió Blaine sonriendo y dándole un beso en la nariz.
-Es muy sexy cuando habla con propiedad de algo Señor Anderson-Hummel.
-¿Si?
-¡Oh Si!…—agrego Kurt mordiéndose el labio.
-OK…
Blaine se inclinó hacia él para besarlo, pero vio interrumpido su intento al sentir el grito del público que anunciaba el comienzo del juego.
-¡Vamos “Hendry”! —grito Lizzie asomando un brazo para agitar su “pom-pom”
-Si… ¡vamos cariño!… ¡vamos! —exclamo Kurt aplaudiendo y mirando a todos lados sin saber muy bien donde estaba su hijo en ese momento.
-¡Adelante Henry!... —dijo Blaine haciendo gestos que indicaba que debía avanzar en el campo de juego.
Todos los chicos corrían un tanto desordenados en la cancha, Henry trataba de quitar pelotas y se movía de un extremo a otro en el área del equipo contrario sin lograr hacer ninguna jugada de relevancia.
-¿Esta en mi o los otros chicos son mejores para esto? —pregunto Kurt volviendo a acercarse a su esposo.
-Al parecer… ¡allá Henry! —exclamo Blaine apuntando algunos claros en la defensa.
-¿Eso es malo por algo?, ¿verdad?
-Así es, lo más probable es que ellos hagan un gol antes que el equipo de nuestro hijo.
-¡Púdranse “Lillie D. Blake” y su engreído Upper East Side! —añadió Kurt causando al risa en algunos de los asistentes.
-Mírate tú… convertido casi en todo un “Hooligan”
-¿Un qué?...—dijo Kurt dando un respingo.
-Te lo explico más tarde… —respondió dándole un beso.
-Tengo varias cosas para hacer más tarde de hecho… ¿escuchaste eso?
-¿Qué cosa?...
-Una persona allá atrás… está... está  hablando mal del jugador con la camiseta “7”
-¿Qué?
-Es la verdad… lo escuche… —aseguro Kurt mirando hacia atrás por sobre su hombro de manera disimulada.
-No le hagas caso, los juegos son así... ¡patéala hijo!
-Pues no deberían, son niños… ¡mira otra vez! —insistió haciendo el ademan de levantarse a responder unas cuantas.
-Kurt… —dijo Blaine impidiéndoselo— los juegos son así, la gente dice cosas sin saber, y eso no quiere decir que esa persona tenga algo en contra de nuestro hijo, si le contestas solo conseguirás pasar un mal rato.
-Pues Sandra Bullock contesto en “The Blind Side” y consiguió un Oscar… —sentencio poniéndose de pie y volteándose hacia el resto del público.
-Kurt…—dijo Blaine poniéndose de pie también— mantén la cama… de acuerdo…—agrego dejando a Lizzie en uno de los asientos.
-Disculpe… ¡disculpe!...—exclamo chasqueando sus dedos.
-¿Qué?, ¿me esta hablado a mí? —pregunto quién despotricaba contra todos, unos tres asientos más arriba, era un hombre joven que no sobrepasaba los 20 años.
-Si... a usted… el que aún cree que las chaquetas de jeans desteñidas son una buena opción de vestir.
-¿Que?
-¿Quiere dejar de hablar mal de mi hijo?
-¿Quiénes su hijo?... ¿el súper 7? —agrego el joven soltando una risa— ¡mejor lléveselo a que juegue a las muñecas! —dijo haciendo un gesto de burla con su mano.
-¿De qué está hablando?... ¿no vio que recién casi anota un “touchdown”?
-Un gol Kurt… un gol —murmuro Blaine  mirando hacia otro lado.
-Eso… un gol…
-¡Mando la pelota 100 metros por sobre el arco!… ¡cómprese unas gafas abuelo!…
Kurt sintió que toda su sangre le llegaba a la cabeza y salía por sus orejas en forma de vapor.
-¡Botaron a “Hendry”! —dijo Lizzie con las manos en su cara.
-¿Que?... —pregunto Blaine volteándose en menos de un segundo.
-¿Qué?... —repitió Kurt haciendo lo mismo.
Henry había caído en el área del equipo contrario y el árbitro no dudo en cobrar tiro penal.
-¿Esta bien?...—pregunto Kurt tomando nervioso el brazo de Blaine y olvidando por completo el mal rato y la disputa que tenía con el hincha furibundo y maleducado.
-Lo está… mira… se está poniendo de pie.
Henry se levanto del pasto y cojeo un instante, uno de sus compañeros se acercó a él con la pelota en las manos y se la entrego señalándole el punto penal.
-Va  a patear el penal…—dijo Blaine sonriendo.
-¿Que?... ¿va  a patear a quién?
-El penal Kurt, eso se llama tiro penal y se sanciona cuando hay una falta… es decir si botan a alguien en el área pequeña de allí.
-¿Esto es bueno para nuestro hijo?
-Lo es… si logra anotarlo claro…
-¿Crees que lo haga?
-¡Obvio que si!… ¡ven “Princesa”!, este es un gran momento para tu hermano —agrego Blaine tomando a Lizzie en sus brazos.
Henry camino hasta el punto penal y dejo la pelota en el círculo señalado, dio unos pasos hacia atrás y miro a hacia las graderías, Blaine, Kurt y Lizzie le hicieron gestos de ánimo que el chico recibió con una gran sonrisa. Se paró concentrado  frente a la pelota y con las manos en la cintura espero la señal del árbitro.
-¡Ay no puedo mirar! —dijo Kurt escondiendo su cabeza en el hombro de su esposo.
El árbitro dio el pitazo y Henry dio unos pasitos pequeños, pateo la pelota justo a una de las esquinas del arco y logro anotar para su colegio.
-¡Goooool! —grito Blaine dando un salto.
-¡Vamos “Hendry”! —dijo Lizzie aplaudiendo.
-¡Ay te amo cariño!— exclamo Kurt lanzándole besos y aplaudiendo con ganas.
Henry dio un salto como de pirueta circense y luego corrió por la cancha con los brazos estirados, sus demás compañeros lo siguieron y se abalanzaron sobre él para felicitarlo por la anotación.
Blaine sonrió y abrazo a  Lizzie y a su esposo, sintiendo el logro de su hijo como propio, Kurt le dio un beso de los más feliz, se volteo un instante al joven maleducado y le dijo unas cuantas con solo mirarlo.









-Creo que están ensayando…—dijo Kurt poniendo oído en la puerta.
-Como yo debería estar haciéndolo con los Warblers… perdón… —añadió Blaine tomándose la frente.
-Esta bien… ¿entremos?
Blaine hizo un gesto positivo con su cabeza y entro junto a su esposo, se ubicaron en uno de los asientos y Kurt lo tomo por los hombros tratando de confortarlo de alguna manera, mientras Will ponía fin a la práctica y se acercaba a ellos.
-¡Eso fue impresionante!... ¡Muchas gracias!... bien, sé que aún tiene su cabeza en las vacaciones, pero cualquier detalle nos ayudaría mucho —dijo mirándolos a ambos— ¿chicos? ¿alguna opinión?— insistió al ver que no respondían nada y que sus caras no eran precisamente las de alguien que  vuelve feliz de su luna de miel— ¿Qué sucede?
-Hubo un incendio en Dalton…—respondió Blaine apesadumbrado— se quemó todo, no quedo nada… la Academia ha desparecido —dijo mientras Kurt lo sostenía en un abrazo.
-¿Qué?
-Así es Mister Schue… nosotros nos enteramos esta mañana por el noticiario.
-¡Oh por dios!... ¿están todos bien?
-Si... no hubo heridos, pero como Blaine dijo, no quedo nada.
-Blaine… chicos… lo siento mucho…
-Gracias Mister Schue.
-¿Qué sucederá con los alumnos?
-Serán reubicados en diferentes escuelas… debió verlo Mister Schue… parecía el escenario de una guerra —dijo Blaine inclinándose hacia adelante para entrelazar sus manos.
-No quedo nada…—agrego Kurt mientras seguía acariciándole la espalda.
-¡Vaya!… no me esperaba una noticia así… —dijo sentándose en el canto de la silla más próxima a él— ¿Qué pasara con los Warblers Blaine?
-No lo sé… me encontré con Wes y David en Dalton y dijeron que habría un festival o algo… pero… ¡habíamos trabajado tanto para la competencia!... sé que ustedes no lo entienden, pero para ellos la pasión de cantar y competir, así como lo fue para mí en un momento de mi vida, es tan grande, que se convierte para todos en lo más importante del mundo.
-Lo entiendo Blaine… y creo… creo, que puedo hacer algo por ellos —dijo Will sonriendo.
-¿Qué cosa?
-Traerlos aquí… —agrego señalando el piso del auditórium.
-¿A practicar aquí?— pregunto Blaine haciendo el mismo gesto.
-No… a competir con nosotros, la fusión de coros ya se ha visto en las competencias en otras ocasiones.
-¡Mister Schue!... ¿esta seguro?... es decir… no creo que a “New Directions” le guste que lleguen otras personas a quitarles protagonismo… nada contra ti Blaine —se apresuró en decir Kurt mirando de reojo al coro que ensayaba la coreografía de manera silenciosa.
-No te preocupes, también creo que es una idea un poco rara.
-No lo es chicos… y ya deberíamos de terminar con esta guerra absurda… compartimos la misma pasión por al música, no deberíamos de seguir peleando… si no que unirnos y ganar… ¡solo para molestar a Sue! —termino por decir Will palmoteando la espalda de Kurt.
-Ok… —dijo este moviéndose un poco en el asiento.
-Blaine, ¿Cuándo puedes reunirte con los Warblers?
-Mañana supongo —respondió mirando a Kurt.
-Muy bien… —exclamo Will juntando sus manos— yo resolveré algunas cosas aquí, también en la Superintendencia y tu encárgate de plantearles la idea a ellos… si no aceptan está bien, pero trata de convencerlos, unidos seremos más fuertes que cualquier coro.
-Creo que estoy entendiendo su punto Mister Schue —dijo Blaine cambiando su tristeza por una mueca de alegría creciente.
-Y yo… —agrego Kurt aun sin convencerse del todo.
-Perfecto, mañana los espero a ti y los Warblers en el salón de coros… “God gave rock and roll to you, put it in the soul of everyone” —termino por decir Will como cantando,  mientras salía  del auditórium simulando que tocaba una batería con sus dedos.

-¿Qué estás viendo?....—pregunto Blaine llegando a la sala con su computadora portátil bajo el brazo.
-No lo sé… pero se supone... y era una película romántica, pero me levante a por una botella de agua y ahora la protagonista está buscando armas bajo ese mueble —respondió Kurt apuntando el televisor.
-¿No cambiaste de canal?
-¿Por quién me tomas?... ¡obvio que no!, ¿tú que tramas? —agrego mirándolo de reojo.
-Nada…
-¿Y por “nada”, andas por la casa con tu computadora bajo el brazo?, ¿no estás viendo sitios para adultos otra vez o sí? —quiso saber Kurt apuntándolo con el control remoto de la televisión.
-No… y además ya soy un adulto, estoy casado y uso el baño de los profesores cuando voy a Mackinley.
-Claro…
-Por lo tanto, no habría nada de prohibido en hacer eso que me reprochas —respondió sentándose a su lado.
-Legalmente no, pero moralmente… es más que censurable andar mirando otros cuerpo que no sea el de tu esposo legal —sentencio enseñando su anillo.
-Jamás miraría otro cuerpo que no sea el de mi esposo legal… —repitió Blaine recostándosele en el regazo.
-Muy bien… —dijo Kurt comenzando a acariciarle el pelo— ahora dime que tramas.
-Bueno... lo primero es decirte que mi Mamá se enteró de la cena que tuvimos ayer en casa de tu Papá y se hizo la ofendida diciendo que ella nos había invitado primero, cosa que es cierta a propósito —respondió Blaine acomodándose.
-Lo es… pero eso no es problema, vamos ahora donde tus Padres… o mejor aún, deberíamos de organizar una cena aquí e invitarlos a los cuatro, lo que menos quiero son escenas de celos entre nuestros familiares.
-Excelente idea… debí decirle eso…
-¿Por qué? ¿qué le dijiste?
-Pues le dije que estábamos ocupados con las seccionales tan cerca, le explique que ahora los Warblers están en Mackinley y le dije además que estamos recién casados y que mi esposo prefiere desnudos a salir a cenar con los suegros.
-¡Blaine!... —exclamo dándole un golpe en la panza—¡cómo le dijiste algo así!
-¡Pero si tú lo dijiste primero! —contesto este haciendo un pequeño retorcijón con su cuerpo al recibir de lleno una palma en su abdomen.
-¡Si pero yo te lo dije a ti! —agrego dando otro par de golpes— no para que lo anduvieras repitiendo, menos enfrente de tu madre… ¡oh por dios!... ahora menos podre llamarla Pam, ni mirarla a la cara… —dijo Kurt tomándose la frente— ¿porque te ríes?, ¡es la verdad!
-Me rio porque eres lo más dulce que existe, porque te amo y porque deberías de darte cuenta que estoy bromeando… ¿Cómo crees que diría algo así enfrente de mi madre?, creo que ni siquiera he dicho el nombre verdadero de las partes del cuerpo frente a ella…—respondió Blaine como reflexionando.
-¡No lo sé!... te he escuchado decir cosas peores.
-¿Que?... ¿cuando?
-No lo sé…
-Te amo… —repitió en medio de una risa.
-Si arréglalo todo con esas dos palabras.
-Pues esas dos palabras si lo arreglan todo, y ¿sabes lo que más quiero en la vida?
-¿Molestarme hasta hartarte?
-No… quiero que pasen los años y nosotros sigamos así… riéndonos de estupideces… en el sillón, en nuestra cama… sobre el césped de algún parque… donde sea… pero juntos —sentencio dando un pequeño beso.
Kurt sonrió y negó con su cabeza.
-No te servirá una de tus frases para salvarte de esta Blaine Anderson-Hummel.
-¿No?
-No… porque estoy molesto, molesto por haberme hecho creer que nunca más podría mirar a mi suegra a la cara —insistió cruzándose de brazos.
-¡Pero ya te dije que era una broma!... ¿qué más puedo hacer?
-No lo sé…
-Piensa en algo…
-A ver… dame un beso a ver si me pasa… —dijo Kurt apuntando sus labios pero sin cruzar miradas con él.
-Está bien… —contesto Blaine incorporándose un poco, le tomo la cara y le dio un beso, pequeño pero con la intensidad que solo él sabía— ¿paso? —pregunto mirándolo de medio lado.
-No… la verdad es que no… dame otro… —dijo saboreándose de todas maneras.
Blaine sonrió medio engreído y volvió a besarlo, esta vez con más ganas.
-¿Ahora sí?
Kurt se quedó como si le hubieran quitado parte del alma por la boca, carraspeo un poco y se silenció unos segundos para tratar de recobrar el aliento.
-Bueno… —dijo tragando saliva— al menos conseguiste que te tolerara aquí cerca mío— agrego aparentando desinterés— ahora dime que tramas con tu computadora bajo el brazo.
-No tramo nada, como dije antes… lo que si quiero es hablarte de algo —respondió dejando el aparato en la mesa de café.
-De que…
-De nuestro regreso a New York…
-Ok…
-Como Rachel fue a reunirse con Madam Tibedeux y tú puedes regresar cuando quieras a NYADA...
-¿Concretaras una entrevista con ella también? —interrumpió cruzando sus manos cerca de su pecho como demostrando emoción absoluta.
-No…
-¿Como que no?... por favor dime que si esta en tus planes volver a New York, y háblame enserio esta vez, no con bromas o cosas raras, mira que ahora que estamos casados, estas decisiones si debemos tomarlas juntos —dijo Kurt de corrido como metralleta descargándose en medio de una batalla.
-Primero… respira… —contesto Blaine tomando aire de manera exagerada— segundo, si quiero irme a New York contigo, te seguiría hasta Siria si fuese necesario…
-Pero…
-Pero… no voy a volver a NYADA.
-¿Por qué no?
-Porque no creo que me admitan de vuelta.
-¿Cómo qué no?, ¿de que estas hablando?... ¡obvio que sí!… si le demuestras a Carmen que estás preparado para volver, obvio que te admitirá… ¿Por qué no habría de hacerlo? —aseguro Kurt volviendo a lo de la metralleta.
-Kurt… tú y Rachel se retiraron de manera voluntaria de la escuela… a mí me corrieron.
-¡Pero fue un momento circunstancial!… eras y serás el favorito de Madam Tubideaux, ¿no te acuerdas que te permitió tomar clases avanzadas?
-Tal vez lo era, pero cuando mis “A” se convirtieron en “D” y comencé a olvidar las letras de las canciones en cada una de mis presentaciones, créeme y no era el favorito de nadie.
-¡Pero ahora no te va a pasar lo mismo!... mira… —dijo levantándose para alcanzar la computadora— estoy seguro que si le explicas a Carmen todo lo que paso te entenderá y te recibirá de vuelta con los brazos abiertos —agrego encendiendo el aparato.
-No creo que eso suceda —insistió Blaine moviéndose un poco en el sofá, al ver que su lugar favorito era ahora ocupado por un aparato electrónico.
-¡Vamos!... ¡un poco de positivismo!… creo que hay un “link” para admisiones especiales —murmuro mientras navegaba en la página oficial de NYADA.
-Kurt..
-Escúchame… lo único que te pido es que concretes la entrevista, una vez allí puedes culparme si lo deseas… no se decir algo como: “Madame Tubideaux Kurt Hummel abuso de mí y me echo a la calle sin agua ni comida, por eso no podía estudiar” o algo así… —dijo Kurt gesticulando como si el mismo estuviese frente a la directora de NYADA dando explicaciones.
-No… Kurt…tu escúchame a mí —dijo Blaine cerrando la computadora.
-¡Oye!... —exclamo quitando rápido sus dedos, para evitar que quedaran atrapados dentro de la computadora portátil.
-Lo siento… —dijo dándole un beso en la mano— pero si no me escuchas no me dejas alternativa...
-Te estoy escuchando… y solo quiero que sepas que tienes una posibilidad y si uno tiene una posibilidad, debería de aprovecharla.
-Pero yo no quiero aprovechar esta oportunidad, aunque la tuviera —añadió sentándose recto enfrente de su esposo.
-¿No me estarás diciendo que no quieres volver a estudiar?, ¿o si?
-No, no he dicho eso…
-Porque te lo advierto Blaine Anderson-Hummel, no dejare que te pongas a trabajar como vendedor en “Zabbars” o que te conformes con ser el acompañante que se aparta de mi lado en las fotos de las alfombras rojas, tienes talento y deberías despreciarlo… como una vez le dije a Finn, no deberías conformarte con eso… ¿Qué diría Jesús?
-¿Cómo?
-¿Qué?
-¿Qué tiene que ver Jesús en todo esto?, ¿y porque en nombre de todo lo bueno y puro tú lo estas mencionando?
-No lo sé… es tu culpa, tú me haces decir estupideces —sentencio cruzando sus brazos molesto nuevamente.
-No lo hago y lo sabes… solo te pido… que me escuches… —dijo Blaine montándosele en el regazo— lo que quiero que sepas, es que si quiero volver a estudiar y si quiero volver a la universidad para ello, pero no a NYADA.
-¡POR QU…!
-¡Aun no termino!... mis labios aún se están moviendo, ¿ves? —agrego silenciándolo con dos de sus dedos— te juro y luego que termine lo que tengo que decir, podrás hablar y rebatirme hasta la madrugada.
-Esta bien… —dijo Kurt desconfiando que en realidad su esposo lo dejara hablar hasta la madrugada.
-Muy bien… lo que quiero, es postular a la NYU, es una gran escuela y tengo muchas más posibilidades de carrera que en NYADA, ya mande mis antecedentes y quedaron de informarme la semana entrante, y como quiero que lo nuestro funcione como un reloj… creo y esta es mi mejor opción para que eso suceda.
Kurt lo miro pensando si podía responder a eso o no.
-¿Qué opinas? —pregunto Blaine mientras el acariciaba el pelo.
-¿Puedo hablar?
-Por supuesto que puedes —añadió desabotonándole un poco la camisa.
-¿Tienes miedo?... ¿no es así? —dijo Kurt poniéndole las manos sobre los muslos.
-¿Qué?... ¿de qué?
-De que las cosas se tornen insoportables, como cuando recién te mudaste conmigo y estudiábamos juntos, y vivíamos juntos y hacíamos todo juntos.
-Kurt…
-Ese es mi nombre y yo lo conozco…
-…
-Mira… si esto es lo que quieres, está bien… pero si lo estás haciendo por ese temor que sabiamente diagnostique, creo que estas exagerando.
-¿Por qué?
-Porque las circunstancias son otras, yo soy otro, y también tú lo eres y sé que arruine todo la primera vez, pero te aseguro que en esta ocasión todo saldrá perfecto.
-No eres el único culpable Kurt.
-Si lo soy… y lo sabes… y el hecho que tu trates de liberarme de la culpa me hace amarte aún más… —dijo Kurt moviéndose un poco hacia delante para darle un beso— peor eso ya es alago del pasado, no tenemos porque repetirlo.
-Gracias Kurt…
-El placer es mío Blaine Anderson-Hummel… —dijo Kurt poniéndole las manos sobre el trasero… ¿así que la NYU, eh?... elegante.
-No tanto…—rebatió Blaine sonriendo ante el agarrón que acaba de percibir.
-Yo diría que si… —insistió Kurt con su mirada pegada en la de él— extrañare o estar estudiando contigo.
-¿Y no crees que lo mejor para nosotros es que nos extrañemos durante el día?… —respondió abriendo otros dos botones— así, llegada la tarde hablaremos de lo que hicimos y como resolvimos todo lo que la vida nos puso en el camino… tú en NYADA y yo suelto en la NYU —explico Blaine comenzando a besar el cuello de su esposo.
-¿Suelto en al NYU?, ¿Qué piensas hacer Blaine Anderson-Hummel?
-Nada más aparte de estudiar y convertirme en el mejor en mi campo de experticia… ¿estás de acuerdo entonces?
-Muy de acuerdo…
-OK…—dijo Blaine tomándole la cara para besarlo.
-Tu trasero está vibrando…—le murmuro Kurt sobre los labios.
-Lo siento…—respondió sonriendo y levantándose de donde estaba.
-¿Quién es?
-No lo sé… número desconocido —dijo enseñando el teléfono— ¿hola? —añadió respondiendo a la llamada— si soy yo… si también … es mi esposo— respondió arrugando el entrecejo.
-¿Quién es?...—insistió Kurt haciendo gestos que demandaban una explicación.
Blaine continuo hablando y le hizo un par de señas devuelta que indicaban a que por favor esperara a que terminara la conversación que estaba sosteniendo.
-Muy bien… allí estaremos… adiós.
-¿Dónde estaremos? —pregunto Kurt acercándosele.
-Al parecer Sue estará invitada al programa de Geraldo Rivera.
-¿De verdad?
-Sí, era su productor quien llamaba porque están entrevistando a todos quienes la conocen para contrastar opiniones que pongan en evidencia a los invitados.
-¡Amo cuando Geraldo pone en evidencia a alguien! —exclamo Kurt levantando sus brazos.
-Y yo… al parecer quiere entrevistar a varios ex miembros de “New Directions”, entre ellos nosotros —explico Blaine frunciendo su boca como si no entendiera nada de lo que estaba pasando.
-¿Dijiste que si verdad?
-Si… aunque debí consultarte… lo siento.
-No lo sientas tanto, es genial… además de ser la oportunidad que tenemos de vengarnos por lo que nos hizo en el ascensor falso, ¿cuándo es?
-Mañana en la mañana, en el salón de ensayos.
-¡Que emoción! —dijo Kurt aplaudiendo— creo que nunca me han entrevistado para nada en este mundo… —añadió como pensando aquello— ¡por dios!... ¡debemos decidir que usar!… ¡vamos! —exclamo jalando por un brazo a su esposo hasta el dormitorio.

-¡Por dios Blaine!, ¡esto es perfecto! —exclamo Rachel llevándose las manos a la cara, mientras veía a los chicos de New Directions terminar su presentación junto con los Warbler, todos vestidos con uniformes que incluían Blazers rojos.
-Gracias… —respondió este sonriendo.
-Es cierto… esto es tan perfecto… ¡ay me encanta lo que hemos logrado! —exclamo Kurt abrazándolos a ambos.
-Ahora definitivamente ganaremos y el Superintendente se tragara sus palabras —dijo Rachel agudizando su voz mientras daba pequeños aplausos.
-Esa era la idea…
-¡Ay, eres tan talentoso!... ¡te amo! —agrego Kurt tomándole la cara y sorprendiéndolo con un beso.
-Gracias… otra vez… —respondió Blaine un tanto sorprendido.
-Iré a tomar fotos…. —dijo Rachel como cantando, al tiempo que tomaba su teléfono y se dirigía hasta el escenario.
-Creo que va a disfrutar esto… —sentencio Blaine mirando a su amiga dirigirse hasta donde estaban los chicos hablando de la canción y de los nuevos uniformes.
-Creo que hará mas que eso, no te extrañes si te quita crédito por esta idea.
-Pues no me importaría… —dijo Blaine mirando a todos como un artista lo haría con una obra terminada— ¿qué? —añadió al notar que su esposo se le quedaba viendo.
-Hiciste una cosa muy buena hoy… —respondió Kurt haciendo un gesto infantil con su cara.
-Gracias… contribuye a mi vanidad también, así es que no comiences a hablar que tengo buen corazón o algo.
-No lo hare… —se apresuró en decir mientras le acariciaba la espalda— solo digo que luego de que nos enteramos que todo puede acabarse después de las seccionales, todos necesitábamos una inyección de ánimo… en especial Rachel, y tú nos diste una envuelta en poliéster rojo —termino por decir Kurt apuntando hacia el escenario.
-Bueno, debíamos encontrar un punto en donde todos se sintieran cómodos.
-Pues lo hiciste de maravilla —dijo tomándolo por lo hombros— y me encanta que no te pudieras resistir a los de las chaquetas —añadió susurrándole en el oído.
-Si bueno… sé que es difícil para todos de entender pero los blazers son muy importantes para nosotros y había que traerlos de vuelta.
-Lo se… ¿y porque crees que yo no entendería?, ¿se te olvido que también use una de esas durante un tiempo?... poco tiempo pero la use.
-No podría aunque quisiera, te veías extremadamente guapo —dijo Blaine volteándose hacia él, apoyo su cabeza en una de sus manos y se le quedo viendo.
-Bueno hacia mis intentos… además en ese entonces, yo iba a darte a ti el premio al mejor y más sexy vestido de todo Dalton—agrego Kurt adoptando al misma posición sobre el escritorio que su esposo.
-¿Si?
-Oh…si…
-¿Cuál sería la forma de ese premio?—pregunto Blaine como si importara.
-Bueno… creo que lo más apropiado sería un maniquí de talle, de oro por supuesto.
-“Y el maniquí es para…”—añadió Blaine haciendo los gestos de quien abre un sobre y lee lo que hay dentro.
-¡Blaine Anderson Hummel!... —se adelantó en decir Kurt haciendo una especie de ovación, como la que recibiría su esposo en una entrega de premios.
-Podríamos pasarnos la tarde en este juego, ¿no es así? —dijo Blaine sonriendo.
-Entre otras cosas si… por lo demás, Rachel esta tan entusiasmada que creo y no nos deja mucho más que hacer aquí —agrego mirando a su amiga que ahora se tomaba fotos con cada uno de los integrantes del coro.
-Es verdad.. oye… —dijo Blaine tomándole un par de dedos— ¿Qué tal si hoy cenamos con mis padres?
-¿Hoy?... —repitió Kurt poniendo caras.
-Sí, hoy… ¿por qué creo que vas a decir algo que dista mucho de conducir a Westerville?
-No… no diré nada… adema yo te dije que cenáramos con tus Padres para evitar pleitos entre familias.
-¿Entonces?... —pregunto Blaine corrigiéndole el peinado a la altura del flequillo.
-Yo ya había planeado otra cosa para hacer… ya sabes… los dos…
-¿Incluye nuestro lecho nupcial? —pregunto Blaine moviendo sus cejas.
-Como no somos animales y nuestra boda fue hace casi un mes, yo no lo llamaría si… pero… ¡si!—respondió Kurt sonriendo medio sexy.











Octubre de 2041




-Vaya si se levantó temprano hoy “Papáblen”—dijo Kurt entrando en la cocina. Su esposo estaba exprimiendo jugo de naranjas y al parecer, por todo lo que había dispuesto en la mesa, este se había levantado unas tres horas antes como mínimo.
-Bueno… —respondió desechando algunas naranjas en el tarro de la basura— no podía dormir, así es que…
-Eso lo se… duermo contigo, ¿lo olvidaste? —agrego Kurt comiendo algo de desayuno y alcanzado una jarra desde uno de los muebles.
-Lo siento…
-Esta bien… —respondió dejándola al lado del exprimidor— es solo que te dabas tantas vueltas que casi me subo arriba tuyo para lograr que te quedaras quieto —agrego abrazándolo desde atrás.
-Eso habría sido un gran remedio…
-Lo intentare para la próxima vez que te ataque el insomnio—insistió dándole un beso en el hombro.
-Por favor… —dijo volteándose hacia él— hola… —agrego dando un beso.
-Buenos días… —respondió Kurt dando otro— ¿estás bien? —pregunto acariciándole el pelo.
-Si… bueno dejando de lado que no pude dormir… —repitió vertiendo el jugo en la jarra para disponerlo en la mesa— lo estoy… ¿tu?
-Bueno descontando que el hombre con quien duermo se dio más vueltas que un “dreidel” en Hanukkah… estoy bien —dijo Kurt sonriendo.
-¿De verdad ese tipo no te dejo dormir?... ¡vaya desconsiderado! —dijo Blaine vertiendo café en las tazas respectivas.
-Lo es.. pero como es guapo y más sexy que pecar en cuaresma… le perdono todo —añadió Kurt sentándose en su lugar.
-Me alegra saber eso… —añadió sentándose también— en especial por el comportamiento que tuve anoche… si no fuera por tu intervención, hubiera terminado causando en Noah un trauma imborrable
-Exagerado —dijo Kurt tomándole la mano— estabas en tu derecho de perder la compostura… yo la pierdo siempre.
-Eso no es verdad, pero gracias Kurt…—agrego Blaine dándole un beso en la mano que le tenía tomada.
-Te amo…
-Y yo a ti… —respondió soltando un suspiro— en fin… hable con Dylan hace como media hora.
-¿SI?...
-Si… —contesto Blaine desdoblando su servilleta— me dijo que Liverpool ya estaba en el hospital y que se mantendrá internado mientras dure el tratamiento.
-¿Cuánto tiempo?
-Bueno… al parecer será un mes de tratamiento intensivo para lograr la remisión y luego dos años de uno mas “relajado” por así decirlo.
-¿Dos años?... eso es duro…
-Lo es… Dylan me dijo que había suspendido su participación en todas las giras de aquí a final de año y que Lily también cancelo todo lo que tenía planeado.
-Esto es tan terrible como increíble…—dijo Kurt dando un sorbo a su café.
-Lo se… ¿nuestro hijo?
-Está terminando de asearse…
-¿Cómo le diremos esto?
-Hablando con la verdad, sabes que el descubre de inmediato cuando hay algo oculto o fuera de lugar.
-Claro…—dijo Blaine calentándose las manos con los bordes de la taza— al menos se alegrara de que viajara con sus hermanos.
-Eso es verdad —acoto Kurt sirviéndose un “waffle”— creo que pueden pasar mil años y aun los seguiría extrañando.
-También lo creo… ¿Cuáles son nuestros siguientes pasos?
-Pues los pasajes son para el lunes, Henry llegara el domingo en la noche y Lizzie el mismo día en la tarde.
-¿Por qué no se viene el sábado?
-¿Por qué es joven y lo más probable es que tenga algún panorama con su novio Vincent Mcginnis?
-Muy cierto, aunque…
-¡Buenos días Papá!... ¡buenos días “Papáblen”! —interrumpió Noah llegando a la cocina con “Desmond” y “Mister Stephen Wishkers” bien apretujados en sus brazos, como si no solo el dinosaurio fuera de trapo sino que ambos.
-Cariño, ¿no hablamos que no es necesario que cargues al gato para todas partes?
-Pero es mi “desponzabilidad”—respondió acomodándolos como pudo.
-Lo es… —agrego Kurt poniéndose de pie— pero este gatito puede desplazarse sin problemas, estoy seguro que te seguirá donde tú le indiques.
-¿Y si se escapa?... los gatos pueden saltar casi dos metros.
-¿Tanto hijo? —pregunto Blaine demostrando interés, como siempre lo hacía con los innumerables datos que manejaba el menor de la familia.
-Sí, lo leí en una revista “espezalizada”
-Cariño… no es posible que se escape… y no es bueno para ti que lo cargue todo el tiempo.
-¿Por qué no? —pregunto echando un tanto el cuerpo hacia atrás para evitar que lo que cargaba se cayera al piso. El gato maulló un par de veces y trato de agarrarse a su dueño con las patas traseras.
-Porque está cada vez más grande y gordo y como vez… creo que quiere bajarse.
-¿Si?... —pregunto Noah no muy convencido.
-Solo pruébalo bebé…
-Está bien… —dijo dejando al gato en el suelo. “Mister Stephen Wishkers” se sacudió un poco y entieso la cola, rodeo a Noah a la altura de las rodilla y luego de dar un pequeño salto se ocultó en su caja de arena sanitaria — Creo que quería ir a la baño…—agrego el pequeño en medio de una risa.
-Al parecer… ven cariño… a desayunar —señalo Kurt dando unos golpecitos a la silla desocupada.
-Sí, pero primero debo darle su desayuno… —respondió Noah aun sonriendo.
-¿No comió ayer este animalito? —dijo Kurt poniendo acento en lo de animalito.
-Papá debe comer todos los días, como nosotros —explico el pequeño abriendo el refrigerador.
-Pues cuánta razón tienes bebé… ¿te alcanzo algo? —pregunto su Papá al ver que su hijo se esforzaba para alcanzar una de las cajas de leche.
-No… yo puedo… —contesto Noah con esfuerzo.
-Muy bien… ¿Dónde están sus platos?
-Los puse allí… —agrego apuntando el lavavajillas.
-¿Pusiste algo que lamio un gato con las cosas que lamemos las personas? —quiso saber Kurt abriendo la máquina y sacando los pocillos de “Mister Stephen Wishkers” con las pinzas para carne.
Blaine los miraba en silencio y no pudo evitar entristecerse al pensar en lo que estaba sucediendo al otro lado del atlántico, mientras su hijo y esposo halaban y disfrutaban de algo tan simple, el pequeño de Dylan y Lily comenzaba su batalla más dura.
-Aquí está la leche… —dijo Noah mirando a Blaine— ¿el “Papáblen” está bien? —pregunto en tono bajito mientras vertía la leche en uno de los recipientes.
-Lo está cariño… solo está un tanto preocupado por su trabajo, pero no es nada que deba preocuparte a ti, ahora quiero que me prometas que nunca más pondrás las cosas del animal con las de los humanos o a todos nos saldrán bigotes —termino por decir Kurt apretándole la nariz.
-Está bien… —contesto Noah riendo.
-Ahora al desayuno.
-Ven “Mister Stephen Wishkers”… —dijo poniendo el desayuno del gato en el piso. Este salió de la caja sanitaria y volvió a restregar su cuerpo contra las piernas de su amo, olio la leche y se quedó bebiendo de lo mas complacido.
-¿Cuántos quieres bebé? —pregunto señalando los “waffles”
-¡Ocho!
-¿Ocho?... ¿no serán demasiados?... comencemos con uno primero y luego vemos —dijo Kurt sonriendo— ¿Cómo dormiste cariño?
-Así… —respondió Noah cerrando sus ojos y ladeando su cabeza hacia uno de sus lados, Blaine boto un poco de café al soltar una risa intempestiva.
-Obviamente… pero cuéntame… soñaste mucho…
-Un poco… ¿por qué?
-No lo sé… solo te lo pregunto porque si quieres contarnos… te escucharemos más que encantados.
-Lo pensare…—dijo comiendo una gran porción de “waffle” con miel.
Blaine miro a Kurt y le hizo un gesto de que debían decirle lo que se supone y debían contarle, Noah advirtió aquellas miradas y se quedó con el alimento sin tragar dentro de la boca.
-¿Qué “uzede”? —pregunto el pequeño modulando apenas por la comida sin tragar.
-Traga tu desayuno primero cariño.
Noah mastico rápido y trago a la misma velocidad, bebió un poco de leche y los miro a ambos con cara de pregunta.
-¿Qué sucede? —insistió.
-Cariño, con el “Papáblen” queremos contarte algo.
-¿Qué cosa?
-Lo que sucede hijo es que ayer sucedió algo inesperado, y con el Papá esperamos hasta hoy para comunicártelo —explico Blaine cruzando sus manos sobre la mesa.
-¿Y tiene que ver conmigo?
-De cierta manera, si…
-¿Y con Lizzie Anderson Hummel?
-No, con tu hermana no…
-¿Y con Henry Anderson Hummel?
-Tampoco… bebé escúchanos… —dijo Kurt pensando que su hijo mencionaría a todas las personas que conocía en el mundo— tiene que ver con el hijo del Tío Dylan y la Tía Lily —agrego acercando su silla a la de él.
-¿Cuál de todos?, tienen cuatro —señalo Noah gesticulando ese número con sus dedos.
-Con Liverpool cariño —contesto Kurt acariciándole el pelo.
-¿Liverpool Westbrook Stewart?
-Así es…
-¿Y qué sucede con él?
-Esta enfermo hijo… —respondió Blaine acercándose también.
-¿De resfrío?
-No… algo más complicado que un resfrío, es una enfermedad que se llama Leucemia… ¿la conoces? —agrego tomándole la mano.
-Los gatos pueden tenerla… se la contagian otros gatos.
-Tienes razón bebé, pero esta es diferente, y Liverpool debe estar en el hospital para recibir el tratamiento.
-¿Qué hospital?
-Uno que está en Londres.
-¿Dónde ellos viven?
-Donde ellos viven, y debes saber que con el “Papáblen” decidimos que iremos a verlo, a él y a toda su familia.
-¿Y yo podre ir?
-Podrás hijo… tú, y tus hermanos también.
-¿Lizzie Anderson Hummel y Henry Anderson Hummel viajaran a Londres?
-Así es… todos lo haremos.
-¿Por qué?
-Porque son nuestros amigos y cuando un amigo está en problemas es deber del otro acompañarlo.
-¿Liverpool Westbrook Stewart se va a poner bien?
Kurt miro a Blaine y este le devolvió la mirada sin saber muy bien que decir.
-No lo sabemos cariño… pero todos esperamos que si…
-…
-¿Hay algo que quieras preguntarnos hijo?, cualquier cosa…—dijo Blaine volviendo a mirar a su esposo.
-No…
-¿No? —preguntaron los dos al mismo tiempo, volviendo a mirarse por tercera vez.
-No, mejor le preguntare todo al Tío Dylan Westbrook o a la Tía Lily Stewart, ellos deben saber todo mejor.
-Ok…—dijo Kurt sonriendo un poco al pensar que las conclusiones inocentes de su hijo eran la mejor de las respuestas.
-¿Te parece bien que viajemos a Inglaterra?
-Si “Papáblen” es una gran idea, así podre estar con Liverpool y darle mi apoyo.
-No.. cariño, Liverpool estará en el hospital, y creo que nos será difícil verlo —advirtió Kurt haciendo una mueca chueca con su boca.
-Pero yo soy su amigo… —insistió Noah con convencimiento, como si nadie en el mundo pudiera atreverse a discutir aquel argumento de amistad.
-Bebé… nosotros sabemos eso, también tus tíos y por supuesto que también Liverpool, pero esta es una situación bien especial… el tratamiento al que debe someterse es muy estricto y prohíbe la visitas.
-¿Tampoco podre hablarle?
-Tal vez si hijo… pero debemos esperar llegar allá para enterarnos de cómo es todo realmente…
-¿Y cuándo nos iremos?
-El lunes en la mañana… ¿genial no crees?
-Súper sensacional… pero… ¿qué hay de mi escuela?
-Ya hablamos con tus maestros, no habrá problema.
-Entonces llevare mis libros de Darwin, cuando Liverpool Westbrook Stewart se mejore, los podremos leer juntos.
-Cariño…
-Kurt… —se adelantó en decir Blaine al ver que su esposo volvería a aterrizar la situación de Liverpool , después de todo un poco de ilusión en un niño de 7 años, no causaba mal a nadie.





-Cuente conmigo para sus planes entonces señor Hummel Anderson —dijo Blaine acercándolo a él por el cuello abierto del sweater
-OK… —respondió Kurt dando un beso— pero… ¿no tenías ya planeado lo de tus padres?, ¿o sí?
-No… nada de eso… solo quería que fuéramos porque quiero comunicarles lo de la NYU, sé que aún no me aceptan ni nada, pero creo que solo el hecho que haya postulado los hará saltar de felicidad.
-¿Por qué?... ¿alguno de ellos estudio allí? —pregunto Kurt un tanto sorprendido por el entusiasmo que pudieran demostrar sus suegros.
-No… es… es solo que cuando llegue aquí, y además de contar… todo lo que me había pasado, les dije que me habían expulsado de NYADA... creo que los decepcione un poco… que digo poco… bastante en realidad.
-Lo siento Blaine…
-No es tu culpa…
-Esa bien, como quieras, no entrare en esa discusión de nuevo… lo que si te diré es que aplazaremos lo del “lecho nupcial” e iremos mejor donde tus padres para que les cuentes lo de la universidad.
-¿Pero no crees que es mejor esperar a que me acepten?
-Te aceptaran, sabes de sobra que te aceptaran… además aun no tengo la oportunidad de hablar con tu Papá… ni tú has tenido esa oportunidad.
-Si he hablado con él.
-Por teléfono...
-¿Y?
-¿Cómo que “y”?... mira… ¡ya se!… —exclamo dando un aplauso— nos vamos ahora, así aprovechamos de liberarnos de Rachel, porque… ya sabes…—agrego mirando a su amiga que ahora se probaba el blazers de Kitty— vamos a tu casa, así nos ahorramos cocinar o pagar por comida, luego nos regresamos a la nuestra a hacer lo que planeamos, bueno lo que yo planee e mi mente de hombre casado.
-Ok…—contesto Blaine sonriendo.
-¿Vamos entonces?... o Rachel querrá tomarse una súper “selfie” utilizando estas lámparas como “selfie stick” —dijo tomando su cuaderno de notas para retirarse o más rápido posible.

-¿Hola?... —dijo Blaine contestando el teléfono medio dormido.
-¿Hijo?... ¿eres tú?... —pregunto de vuelta su Mamá desde el otro lado del aparato.
-Mamá… hola… ¿Qué hora es?
-¡Ay cariño!, ¿cómo no vas a saber la hora?… ¿tan absorbido te tiene el matrimonio? —dijo devuelta divertida.
-Si... es decir, no… Mamá, ¿Qué quieres? —pregunto Blaine mirando la hora en su reloj e incorporándose de a poco, como si se resistiera a despertar de la mejor siesta de la vida.
-Llamo para saber, si vas a venir a cenar conmigo y tu Papá.
-Claro, te lo dije ayer… ¿no te acuerdas?
-Me acuerdo, por supuesto que me acuerdo, solo necesitaba saber si tú y Kurt se acordaban.
-Nos acordamos Mamá… con Kurt llegaremos en unas dos horas más o menos.
-Muy bien… lo siento pero tenía que asegurarme… los esperamos entonces… ¡te amo cariño!
-Y yo a ti Mamá, y gracias por invitarnos… y ¡ah!, tengo una gran noticia que contarles a ti ya Papá… adiós
-¿Que?... ¡cariño!... ¿qué notica? , ¡y no te atrevas a cortarme!… —exclamo la Señora Anderson subiendo el tono de su voz tanto que Blaine tuvo que apartar el teléfono unos centímetros de su oreja.
-No lo hare, pero deberás esperar hasta esta tarde.
-¡Como te atreves!... dime…
-Mamá
-¡Dime!…
-No lo hare.
-¿No me digas que ya me han convertido en abuela?, porque te advierto que yo y Carol aun somos muy jóvenes para eso…
-¿Que?... ¡Mamá!, ¡qué cosas dices!
-Ay bueno, si me dices que tienes una gran noticia, ¿qué más puedo pensar?
-Pues cualquier otra cosa… ¿Qué crees que un bebé aparece de la nada?
-No… obvio que no, pero como todo ha sido tan apresurado y raro entre ustedes, que se comprometen, que terminan, que vuelven a estar juntos, que se casan sin previo aviso… ¡hola!... pues pensé que ahora el turno del bebé.
-Gracias Mamá por ese resumen de mi vida a amorosa, si no me lo dices…
-¿Qué?
-Nada, ¡olvídalo!... y te advierto que pensaste muy mal Mamá, esa no es la noticia que quiero darte…
-¿Me la dirás entonces?
-¡Mamá!... te dije que no… ahora te voy a cortar porque voy a alistarme, si no llegaremos tarde y estoy seguro y eres capaz de denunciarme como persona desaparecida o algo.
-¡Exagerado!... los espero entonces.
-Muy bien… nos vemos luego…
-Nos vemos… ¡Blaine!
-¿Qué?...
-¿Qué noticia tienes?...
-Mamá… —dijo este soltando una risa y cortando la llamada. Miro su teléfono y volvió a sonreír pensando en su madre, se levantó de donde estaba y se estiro bostezando para luego salir de la habitación en busca de su esposo— ¿Kurt? —agrego mirando desde la puerta.
-¡Vaya!... ¡despertó señor dormilón! —exclamo este al verlo aparecer en la sala descalzo y medio despeinado.
-Hola…
-¿Te sentó bien la siesta extra larga?
-No dormí tanto… —dijo Blaine estirándose para sacarse la pereza que aún le quedaba.
-Si claro… — respondió Kurt mientras planchaba una camisa rosada y otra celeste esperaba su turno sobre una de las sillas de la sala.
-¡Kurt!
-¡Es la verdad! —exclamo sonriendo— ¿Sabes a qué hora te retiraste a “leer”?, ¿no es así? —agrego apuntándolo con la plancha.
-¡Oye!.. tú también te acostaste conmigo..
-Sí, pero cuando te dormiste y dejaste de acariciarme el pelo, la diversión acabo… me aburrí y me levante, tú en tanto te quedaste así… —dijo Kurt echando su cabeza hacia atrás con la boca abierta, simulando como dormiría alguien a pata suelta— ¿sabes a qué hora fue eso? —repitió concentrándose en el planchado.
-No se… ¿hace diez minutos? —respondió acercándosele.
-No… hace exactamente 45… —agrego estirando una de las mangas de la camisa sobre el mueble de cocina.
-Bueno… gracias por dejarme esos 45 minutos entonces… —dijo Blaine dándole un beso.
-De nada… ¿soñabas con los Blazers?
-No… de hecho estaba soñando contigo… por eso me costó tanto trabajo despertar.
-¡Ah!... galante como el que más…
-Lo se…—dijo este moviendo sus cejas— ¿Qué?
-¿Puedo pedirte algo?
-Siempre… —respondió Blaine haciéndole un cariño en la cara.
-Nunca dejes de ser así… me haces sentir como si yo fuera el hombre más guapo de todo el mundo, sé que no lo soy… pero contigo… —dijo Kurt soltando un suspiro.
-Lo eres…—corrigió Blaine con convencimiento.
-Gracias… ¿me lo prometes entonces?
-Solo si tú me prometes nunca dejar de amarme…
-¡Apuesta tus mejores partes a que eso nunca sucederá!
-Ok…—dijo Blaine apartándose con una gran sonrisa es su cara— ¿Sabes algo de Rachel?... ¿aún está en el auditórium?
-No, me llamo recién para decir que estaba en su casa… y que deberíamos de irnos juntos a Mackinley el día de la competencia.
-También lo creo.
-Pues yo no… además estoy seguro y si tendrá con quien irse.
-¿A qué te refieres?
-Me refiero… —respondió Kurt llenando de agua un aspersor pequeño como de un cuarto de litro— a que además de Rachel, adivina quién me llamo.
-¿Quién?
-¿No escuchaste la primera frase?… “adivina” —añadió abriendo más sus ojos y separando las silabas en el “adivina”.
-Ok… ¿Madame Tibedeaux?
-No, vamos otro intento… —dijo abotonando la pieza de ropa.
-A ver… ¿Sam?
-No… Jessie
-¿Jessie?, ¿Qué Jessie?
-“Él” Jessie… Jessie St James…
-¿Jessie St James?, ¿el de “Vocal Adrenaline”?, ¿el de …? —quiso saber Blaine simulando el gesto de quien arroja algo a otra persona.
-El mismo… —ratifico Kurt haciendo gestos positivos con su cabeza.
-¿Y para qué?
-Pues primero, quería saber si Rachel no había cambiado su número y segundo, si era verdad que la habían seleccionado para el musical de Russell Simmons.
-¿Si?...
-Si… y escucha esto, él también esta seleccionado para el musical de Russel Simmons.
-¿En serio?... ¿cuán raro es todo esto?
-Mucho… pero bueno, me prometí a mí mismo no meterme más en la vida amorosa de Rachel desde que Brody paso por ella… ¿tú también hablabas con alguien?, ¿o me equivoco?
-En lo absoluto… hablaba con mi Mamá… quería saber si vamos a ir a cenar con ellos esta tarde…—respondió poniendo caras, como si la insistencia de su madre fuera algo que ya lo tenía harto.
-¿Les dijiste que si?
-Se lo dije… como cincuenta veces… —respondió Blaine apoyando su cuerpo en el canto del sofá.
-¿Por qué?, ¿no te creía? —insistió Kurt revisando si la camisa había quedado completamente estirada.
-No… pero es mi Mamá, no puedo esperar otra cosa de ella —dijo cruzándose de brazos sonriendo— ¿esa es mi camisa? —añadió apuntando la que su esposo comenzaba a planchar.
-Lo es… y como tú te dedicaste a dormir, no me quedo otra opción que dedicarme yo a las cosas domésticas.
-¡Me encanta verte en cosas domesticas!
-OK… —dijo Kurt mirándolo con los ojos empequeñecidos, como queriendo demostrar que a él, aquello no le encantaba tanto— en fin… da lo mismo, porque todo resulto para mejor.
-¿Por qué?
-Porque contigo inconsciente, pude tomarme el tiempo necesario para elegir nuestros atuendos para la seccionales.
-¿Los que son? —quiso saber Blaine mirando a su alrededor por si veía aquellos atuendos.
-Pues unos sensacionales —añadió concentrándose en el cuello de la camisa.
-¿Y dónde están?
-Colgados en el closet…
-¿Esas camisas son para esta noche entonces?
-No, son para las seccionales.. ¿aun estas durmiendo?
-No…—respondió soltando una risa.
-Entonces… ¿no vas a contestar? —se interrumpió Kurt con un ojo en el planchado y otro en el teléfono de su esposo que vibraba como loco sobre la mesa de café.
-Pues si es mi Mamá de nuevo, de ninguna manera… ¿sabes que creyó que la gran noticia que quería contarles era que tendríamos un bebé? —conto Blaine dejándose hacer en el sofá de espaldas, para alcanzar su teléfono de la más acrobática de las maneras.
-¿Perdón?... —dijo Kurt levantando una ceja.
-¿Qué? —respondió Blaine de vuelta tomando su teléfono.
-¿Tu mamá creyó que tendríamos un bebé?... ¿de quién?... es decir… ¿por qué?... ¡y en nombre de todo lo bueno y puro!, ¿porque pensó eso? —contesto Kurt de corrido complicándose en la pregunta.
-¿Por qué te espantas?
-Yo no me espanto… ¿Quién se espanta?
-Tú…—dijo Blaine mirando la pantalla.
-No es cierto… yo solo demando una respuesta —dijo Kurt abriendo sus manos como si demostrara inocencia en algo.
-Eres tan adorable… —añadió riendo— lo que sucede es que le conté que tenía…
-¿Le contaste que tenías…? —repitió apagando la plancha— ¿Blaine?
-…
-¿Es tu Mamá otra vez? —agrego acercándole.
-No… es… de… de la NYU.
-¿Qué?...
-La NYU… el director de carrera me… me dice que aceptaron…—respondió enseñando su teléfono.
-¿¡QUE!?... —exclamo Kurt llevándose ambas manos a la boca.
-¡ME ACEPTARON! —repitió lanzando su teléfono por los aires.
-¡Oh por dios Blaine! —dijo dando unos aplausos y pequeños saltos, todo mientras estiraba sus brazos como pidiendo un abrazo.
-¡Me aceptaron! —volvió a decir envolviendo a su esposo con tanto ímpetu que le dio un par de vueltas antes de que Kurt terminara por darse cuenta.
-¡Esto es maravilloso!... ¡estoy tan orgulloso de ti!...—agrego Kurt dándole un par de besos.
-Y yo… Kurt… —dijo Blaine tomándole ambas manos y moviéndose con él para mirarlo a la cara— si existe cualquier posibilidad de que esto sea un impedimento para nuestra vida como matrimonio… por favor dímelo, no tendría problemas en buscar otros horizontes.
-¿Qué?... ¿pero de que estas hablando?... esto es perfecto… ¡PERFECTO!… imagínate, tú en la NYU… no suelto por cierto como dijiste el otro día, sino que puliendo tu talento, ese talento incomparable que tienes… y yo en NYADA retomando mi camino… ¡Ay que maravilla! —repitió colgándosele del cuello— por lo demás estoy bien seguro que New York nos extraña —agrego apartándose.
-¡Estoy tan feliz! —exclamo Blaine dándole unos 23 besos seguidos.
-Y yo…
-Y sé que es una tontería, pero me siento mil veces mejor de cuando entre en NYADA.
-No es una tontería…—se adelantó en decir Kurt acariciándole una mejilla— lo sientes diferente porque estas más grande y maduro.
-Y casado… —añadió Blaine mordiéndose el labio.
-Y casado… —repitió Kurt soltando un suspiro.
-Y apropósito de estar casado…—dijo Blaine tomando a su esposo por las caderas—¿no crees que deberíamos…?
-¿Estar en la casa de tus padres dentro de una hora? —añadió Kurt completando la frase.
-No… ¿no crees que deberíamos… celebrar?
-¿Quieres llegar tarde a este compromiso?
-Tampoco, pero tú lo dijiste… en una hora… seré rápido… lo prometo.
-¿Y usando ese tipo de argumentos quieres convencerme?
-¿Qué?
-Solo por esa infamia que acabas de decir… rechazare esta posibilidad intempestiva de intimidad.
-Kurt…
-Lo siento…—dijo tomando la ropa que había planchado.
-¿Vas a dejarme así?
-Así es Blaine Anderson-Hummel… debemos alistarnos para visitar a mis suegros, más ahora que ya conoces la respuesta de la NYU.
-Puedo llamarlos…
-¡A alistarse dije!...—repitió Kurt perdiéndose dentro de la habitación.

-¡Estos son los mejores “nachos” que existen!… —exclamo Kurt comiendo tres a la vez— gracias por parar para comprarlos.
-De nada, aunque no olvidare que me negaste un poco de intimidad para no atrasarnos, sin embargo para pasar a la estación de servicio a por una porción de comida chatarra teníamos tiempo de sobra   —contesto Blaine doblando en la primera avenida a tres calles de la casa de sus padres.
-Bueno el corazón quiere, lo que el corazón quiere… —dijo Kurt mirando dentro del envase.
-¿Y tu corazón quiere saciarse de frituras y preservantes en un envase?
-¿Y usted señor “Me comería todos los “Cronuts” de New York”, me quiere dar una lección de alimentación saludable? —respondió mascando.
-Pues eso es diferente, los “Cronuts” son algo totalmente diferente… y ahora que los mencionas, esos pastelitos son una de las cosas que me hacen añorar el momento en que llegue a la NYU el semestre entrante —agrego sonriendo medio chueco mientras detenía el auto.
-¿No te comerás todo de nuevo?, ¿o sí? —pregunto Kurt empinándose la bolsa para sacar hasta el último trozo.
-¿Me pides recato con la comida teniendo la cara llena de fritura? —dijo Blaine volviéndose hacia él para quitar unas cuantas migajas de la nariz y mejilla de su esposo.
-Lo siento… —agrego limpiándose también— pero lo que sucede es que estos son…
-¿Los mejores “nachos” que existen?
-¡Lo son! —exclamo Kurt tomando su teléfono— OK, esto ya puede pasar por acoso —añadió  sacudiéndose las manos.
-¿Acoso?, ¿de quién? —quiso saber Blaine quitando las llaves del inicio..
-¡De Jessie!, ahora me pregunta que donde esta Rachel, que si estoy seguro que no cambio su número.
-¿Y no lo hizo?...
-¡Obvio que no!, yo la llamo al mismo de siempre, no es mi culpa que ella no conteste números desconocidos —dijo hablando  al teléfono como si fuera el propio Jessie St James en persona.
-Dile eso… —señalo Blaine guardando sus documentos en el bolsillo de la chaqueta.
-No creo que quiera escuchar algo así, además quiere saber si podría verla mañana.
-¿No estará en el auditórium mañana?
-Lo estará, viendo lo de las canciones… le escribiré eso… a ver si así deja de molestarme —dijo Kurt haciendo lo que dijera.
-¿Esto te molesta de algún modo?
-¿Qué cosa?
-Que Jessie tenga ese interés por Rachel
-No, ¿por qué habría de molestarme? — pregunto escribiendo el mensaje.
-No lo sé... es fácil sentir celos de los amigos.
-¡Por favor!... mi relación con Rachel está por sobre cualquier tipo  de celos.
-¿Qué hay de Finn?
-¿Que hay con él? —pregunto esperando los dos “checks” azules en su mensaje.
-No sé, él era tu hermano y  tal vez te incomoda que Rachel salga con otro —dijo acomodándose la corbata de moño en el espejo retrovisor.
-No, nada de eso, además nunca me metí en esa relación… mírame… —respondió haciendo un gesto con su mano— cuando Rachel invito a Brody a vivir con ella, nunca se acordó de Finn, y si mi hermano estuviera aquí, lo más probable es que seguiría queriendo lo mismo para ella, es decir que fuera feliz, por lo tanto,  si retomar su relación con Jessie la hace feliz, pues que así sea —agrego acomodándole el mismo la corbata— listo… quedaste como el príncipe encantador que eres —añadió quitándose el cinturón de seguridad.
-Gracias… —respondió mirándose— ¿listo para una cena con tus suegros?
-Eso sonó como título de película nominada al Oscar... pero si… más que listo… —contesto tomando la botella de vino que llevaban de obsequio y bajándose del auto acto seguido— ¿recuerdas que mañana debemos estar en el ensayo del coro?, ¿verdad?
-Lo recuerdo… tengo todo anotado en mi libreta —señalo Blaine haciendo el gesto de quien escribe algo a mano.
-Muy bien… solo espero que estén preparados.
-Lo estarán… y no deberías preocuparte, la disciplina que tenemos los Warblers es contagiosa y a prueba de todo
-¿Tenemos? —dijo Kurt cerrando la puerta.
-Bueno… tienen… los siento es la costumbre.
-Da lo mismo, además una vez que se es un Warbler,  siempre se es un Warbler, ¿no es así?
-Así es…
-¿Qué hay del festival que organizarían?, ese del que me hablaste —quiso saber Kurt dando los últimos toques a su atuendo en el reflejo de la ventana de auto.
-Bueno aún no se nada, Wes quedo de llamarme cuando tuviera la confirmación de los que faltaban.
-¿Quiénes son?... —agrego rodeando el auto.
-Trent,  Hunter y… Sebastian.
-¿Hunter?... ¿y él no estaba en la cárcel  o algo?
-No, solo estaba en un programa de manejo de la ira.
-¡Y vaya si lo necesitaba! —dijo Kurt haciendo una especie de tiritón con todo su cuerpo al recordar el comportamiento de aquel Warbler— ¿Qué?, ¡era un desquiciado!,  ni tú lo puedes negar —añadió al ver que Blaine lo miraba con la cara llena de risa.
-No lo hare… pero… ¿te das cuenta de lo que paso?
-¿Nos bajamos del auto evitando un manoseo inapropiado?
-No… —dijo Blaine soltando una risa— te impacto más que mencionara a Hunter que a Sebastian.
-¡Vaya!… es verdad… —señalo mirando al cielo como si reflexionara sobre su reacción— ¿será que estoy más maduro o algo?… además, ¡al diablo con Smythe!,  yo me case contigo, no él… aunque debo confesar que me alegro que este inubicable.
-Claro… —respondió Blaine comenzando a avanzar hacia la entrada
-Pero bueno, como te decía,  lo que me preocupa es que estamos en la recta final y la sola idea que de que perdamos me provoca un malestar general —dijo tomando la mano de su esposo.
Blaine sonrió como siempre y se la cogió de vuelta con fuerza.
-¿Puedo decir algo? —pregunto este deteniéndose frente a dos macetas de flores enormes.
-¿Sobre qué?... no me dirás que es sobre esto que trajimos, porque te recuerdo Blaine Anderson-Hummel que  tu me dijiste que este vino estaba bien para la cena y si no lo está no perderé la ocasión de culparte por ello —contesto Kurt señalando la botella que llevaba en la mano.
-El vino está bien,  tranquilo… además yo no lo dije fue el “sommelier” de la tienda y… ¿acaso estas nervioso? —pregunto al ver que su esposo menaba la botella como si fuera un jarabe para la tos que necesita ser agitado antes de consumirse..
-Un poco…
-¿Por qué?,  has cenado mil veces en esta casa.
-Si pero esas ocasiones fueron diferentes, era tu amigo, luego tu novio y después tu prometido… nunca he cenado con ellos siendo mis suegros legales…
-Todo estará bien —dijo Blaine frotándole ambos brazos— sigues siendo igual o más encantador que cuando eras mi amigo, novio o prometido.
-Gracias… ¿Qué haría sin ti?
-Devolverte por donde viniste eso de seguro…
-Lo más probable… ¿que querías decirme? —pregunto Kurt volviendo a cogerle la mano.
-Quería decirte que me encanta esto… —respondió Blaine señalando y moviendo sus manos entrelazadas.
-¿Si?
-Si…
-¿Mas que verme en labores domésticas? —agrego Kurt acercándosele un poco.
-Mucho más… bueno… —dijo deteniéndose en el portal de la entrada— eso otro me encanta porque lo encuentro raramente sexy, pero esto… —añadió mirando sus manos nuevamente— me encanta porque antes no lo hacías y ahora pareciera que permaneceremos de la mano por el resto de la vida —termino por decir Blaine sonriendo que enamoraba.
-Pues apróntese Señor Anderson-Hummel porque así será… —aseguro Kurt acerándose para dar un beso— ¿ese es tu hermano? —pregunto dejando a su esposo con los ojos cerrados y los  labios estirados.
-¿Que? —pregunto este de vuelta  como si reaccionara de un coma diabético.
-Ese… —insistió apuntando hacia uno de los ventanales— ¡Oh por dios si es tu hermano!
-¿Cooper?... ¿qué hace aquí?
-¡Que importa!... que fantástico… —murmuro arreglándose el peinado.
-Vi eso…—dijo Blaine llamando a la puerta.
Kurt se arregló el cabello en el pomo pulido de la puerta mirando de reojo hacia la casa por la ventana principal.
-¡Mis hijos!... —exclamo al señora Anderson abriendo la puerta—¿puedo llamarte hijo?, ¿verdad Kurt?—agrego como con miedo.
-¿No lo llamaras así igual, aunque te diga que no? —dijo Blaine saludando a su Madre.
-¡Ay cariño! —exclamo esta dándole un golpe en el hombro.
-Como usted quiera Señora Anderson —agrego Kurt sonriendo.
-¡UY!, ¡ya te dije como debes llamarme! —exclamo haciendo un gesto de frustración— pero como no quiero pasarme el resto de la vida peleando contigo, puedes llamarme como gustes… hola… —añadió dándole un beso— pasen.
-Mamá, será posible que…
-¡”Squirrel”!… ¡y Señor “Squirrel”!… —exclamo  Cooper apareciendo desde la sala.
-Ya no importa… —agrego Blaine corroborando con sus propios ojos que su hermano estaba efectivamente en la casa— hola Cooper.
-¿Cómo estás?... pero antes que nada... ¡felicitaciones hombre! —dijo palmoteándole la espalda con fuerza— ¡al fin Kurt pudo hacer de ti un hombre decente!… ¿no es así cuñadito?
-Eso suena genial… dilo de nuevo… —dijo Kurt como desinflándose.
-¿Lo de cuñadito?
Kurt soltó una risa media estúpida y Blaine lo quedo mirando fijo un par de segundos.
-¿Cómo estas Cooper? —pregunto su hermano recibiendo la chaqueta de su esposo.
-Bien… excelente más bien… ¿recibieron mis saludo?, ¿no es así?
-Lo recibimos…
-Sue me pidió que lo grabara, y luego que lo hice pensé que podía utilizar mi imagen para otros fines, pero al parecer no lo hizo… ¿verdad? —dijo Cooper poniéndose en medio de su hermano y cuñado cuando estos terminaban de entrar a la sala.
-Obvio que no, y fue muy amable de tu parte felicitarnos por nuestro matrimonio.
-Lo se hermanito, no puedo ser peor aunque trate… aunque me pareció bien apresurado, si no los conociera pensaría que tanto apresuramiento… ya saben… —añadió simulando un vientre abultado.
-¡Cooper!... —exclamo Blaine mirándolo un tanto enojado.
-Son bromas “Squirrel”… —respondió dándole otro par de palmadas nada amables en la espalda— ¿beben algo? —agrego adelantándose.
Blaine entorno sus ojos y guio a Kurt hacia la sala con un gentil y galante toque en la espalda.
-¡Hijo!... —exclamo el Señor Anderson levantándose del sofá.
-Hola Papá…—dijo Blaine recibiendo un abrazo bien efusivo de su progenitor.
-¿Cómo estás?
-Bien... ¿tú?
-Muy bien y feliz de que tu también lo estés… Kurt… —dijo el Señor Anderson estrechado la mano de su yerno con cierta reticencia.
-Hola… Señor Anderson… —dijo este de vuelta notando aquello. Miro de reojo a su esposo y sostuvo la botella de vino con más fuerza que antes, como si fuese una manta de seguridad o algo parecido.
-Siéntense... por favor.
-Si hijos, siéntense… la cena estará  lista en un par de minutos.
-A propósito... trajimos… —dijo Kurt enseñando y soltando la botella que cargaba desde que había llegado a la casa de sus suegros
-¡Pero que amables!… gracias cariño… —respondió Pam mirando la etiqueta y procedencia del vino.
-¿Está bien?... es decir con Blaine no sabíamos que habría de cenar, pero el “sommelier” que nos atendió dijo que esa botella era infalible… ¿verdad Blaine?
-Así es…—dijo este sentándose a su lado. Kurt lo tomo del brazo sin saber muy bien porque. Blaine lo miro un segundo y le pregunto con un gesto si estaba bien, Kurt le devolvió otro asegurándole que sí.
-Está perfecto y yo tampoco sabía que habría de cenar… pero el telefonista del restaurant con “Delivery” me ayudo a averiguarlo —dijo Pam soltado una risa.
-Nada cambia por estos lados… ¿ordenaste lo que me gusta? —pregunto Cooper con los pies sobre la mesa de café.
-No… —contesto la Señora Anderson bajándoselos de inmediato— ordene lo que le gusta a Blaine, esta cena es para celebrarlo a él y a mi yerno… ¡ay por dios!, ¡me encanta como suena eso!—exclamo tomándose el pecho de pura emoción— toma cariño —dijo entregándole un vaso a cada uno.
-Gracias Señora Anderson.
-Bueno… Kurt… ¿Qué tal lo del club en Mackinley? —pregunto el Señor Anderson.
-Bien… —respondió tragando— bueno… con Blaine estamos en el mismo equipo, como sabrán lo de Dalton cambio todo.
-Claro… que tragedia…
-¡Ay cariño aun te entristece hablar de eso! —dijo Pam al ver que su hijo bajaba la cabeza con nostalgia.
-¡Vamos “Squirrel”!, arruinaras la cena para todos…—dijo Cooper levantando los brazos—¡No arruines la cena para todos! —agrego apuntándolo.
-No… lo siento, y a diferencia de lo que cree mi hermano, no quiero arruinar nada, es solo… siempre tuve la idea de un día traer a mis hijos a conocer la escuela que había significado tanto para mi …y…
-¡Ay!... ¡”hijos”!— exclamo la Señora Anderson a punto de llorar.
-Tranquila cariño…—dijo su marido tomándole una pierna— estoy seguro y Blaine querrá hacer muchas cosas antes de comenzar a tener hijos…
-¿Cómo que por ejemplo? —pregunto esta como si en el mundo no existiese cosa más importante que los bebés.
-Como volver a la universidad por ejemplo… ¿verdad Kurt?
-Claro…—respondió este tragando nuevamente y pensando que al parecer el padre de su esposo no dejaría que ningún liquido pasara por su garganta de manera placentera aquella noche— es más… Blaine tiene importantes noticas que contarles al respecto.
-¿Qué noticias?... —quiso saber el Señor Anderson mirando a  su esposa, a Kurt y a Cooper, como si creyera que todos sabían algo menos él —¿cariño?
-No me mires a mi yo no sé nada… aunque me inclino por la opción del bebé.
Kurt no pudo tragar todo lo que bebía en ese momento y termino por derramar parte de la soda en su camisa.
-Lo siento… —se excusó tomando un par de servilletas.
-¡No te aflijas cariño!... ven, te ayudo con esa mancha.
-No, está bien Señora Anderson… no es nada…—dijo limpiándose.
-Yo diría que sí es algo cuñadito… mejor te quitas esa camisa en este instante.
-Te acompaño… —se adelantó en decir Blaine poniéndose de pie.
-No… hijo.. tu siéntate y sacia la curiosidad de tu madre, yo acompaño a tu… esposo… —dijo el Señor Anderson levantándose también.
Kurt pensó que el fin de su tranquilidad se aproximaba, y que sus nervios del principio de la velada encontrarían una justificación  en ese preciso instante.
-Papá...
-Volvemos enseguida —sentencio el Señor Anderson saliendo después de Kurt sin mirar ni escuchar a nadie.

-Señor Anderson, no es necesario que me ayude yo…
-No te ayudare…—dijo el Papá de Blaine entrando en su habitación— no sé nada de como quitar manchas… solo quería hablar a solas contigo y ese accidente que tuviste me vino de maravillas para ello.
-Ok…
-Siéntate… —pidió el Señor Anderson apuntando el arcón que mantenía a los pies de la cama.
-Bien…—dijo Kurt caminando despacio al lugar que le indicaran, como si esperara un tiro por la espalda o algo peor— ¿De qué…?, ¿de qué quería hablarme?… —agrego tragando saliva.
-Mira Kurt… —respondió apoyándose en el tocador de su esposa, varios frascos se movieron y terminaron por voltearse. Kurt miro y pensó que eso no era bueno para ningún producto de belleza— antes que todo, quiero que sepas que no tengo nada en contra tuya, creo que eres un chico genial, inteligente y bien intencionado...
-Pero… —interrumpió Kurt comenzando a poner caras de desagrado.
-Pero… necesito que me digas si este compromiso que hiciste con mi hijo, te lo tomaras en serio.
-¿Disculpe? —contesto levantando una ceja.
-Lo que escuchaste, no quiero ofenderte, ni que pienses que me estoy metiendo en lo que no me importa… pero necesito saber si seguirás al lado de mi hijo hasta el final o esto será otra cosa de la que te aburrirás y terminaras por huir de ella.
-Vaya… sí que no se anda con rodeos Señor Anderson —dijo Kurt comenzando  sentirse incomodo.
-No, y me gustaría que tú tampoco lo hicieras.
-¿Por qué tiene ese concepto de mí?, hace un momento dijo varias cosas halagadoras, incluyendo  que creía que yo era inteligente.
-Lo creo… pero después de lo que paso hace un par de meses, no me culpes si estoy a la defensiva por el bien de mi hijo.
-Claro… y lo entiendo… para cualquier padre no hay nada más importante que el bienestar de sus hijos, pero déjeme decirle que tendría que ser el hombre más estúpido del planeta si decidiera desperdiciar lo mejor que me ha pasado en la vida de nuevo, amo a su hijo, más que a nada y más que a nadie, y preferiría mil veces morir antes que volverlo a  herir… sé que usted y su esposa lo recibieron en su peor momento, y que yo fui el culpable de ello,  pero créame que si pudiera deshacer lo que paso, lo haría… pero no puedo, pero lo que sí puedo asegurarle es que si de mi depende no volverá  a ocurrir… y contestando a su primera pregunta, si… si me he tomado este compromiso con la seriedad que corresponde, pienso estar con Blaine por el resto de mi vida —termino por decir Kurt mirándolo fijo.
El Padre de Blaine soltó un suspiro y puso sus ojos en su yerno otro par de segundos, creyendo ver en ellos sinceridad, emoción y transparencia.
-Muy bien, te creo y agradezco tu honestidad… y discúlpame si me sobrepase un tanto aquí… pero… nunca en mi vida había  visto tan triste a mi hijo como cuando llego aquí luego de que ustedes terminaron.
-¿No está de acuerdo con que haya vuelto conmigo?
-No es eso… Blaine te ama más que a su vida y si estar contigo lo hace feliz, yo no soy nadie para impedírselo o decirle que actué diferente.
-También lo creo… —dijo Kurt poniéndose de pie.
-Espero y no me odies por esto… —añadió el Señor Anderson estirando su mano para que el esposo de su hijo la estrechara.
-¿Por esta “encerrona” dice usted? —pregunto Kurt mirándolo con los brazos cruzados, parco a dar cualquier señal de acuerdo.
-Kurt… escucha…
-¿Papá? —dijo Blaine entrando sin golpear— ¿qué sucede aquí? —pregunto mirando a su esposo y a su padre de manera alternada.
-Nada hijo… ¿qué necesitas?
-Mamá dice que tú tienes la tarjeta de descuento del restaurant, y que el muchacho que trajo la cena la está pidiendo.
-¿”Tarjeta de descuento”?... ¡ah!  Claro… —exclamo el Señor Anderson tomando su chaqueta— permiso chicos —dijo retirándose— y discúlpame Kurt —murmuro dándole un toque en la espalda antes de salir.
-No se preocupe… los dos queremos lo mejor para el mismo hombre…—respondió Kurt estrechándole la mano finalmente.
-¿Qué está sucediendo?, ¿no ibas a cambiarte de camisa?
-No… la verdad es que es solo soda… mañana la lavare y quedara como nueva, ¿regresemos?
-¿Qué te dijo mi Papá?
-Nada… ¿por qué?
-Porque te conozco y lo conozco a él y sé que esa mirada tiene poco de “nada”
-No es nada, de verdad… ¿regresemos? —insistió caminando hacia la puerta.
-Kurt..  ¿mi Papá te dijo algo?
-Dijo algunas cosas, pero nada que deba afligirte… ¿bajemos?
-Kurt… —insistió Blaine tomándolo de la mano e impidiendo aquello— si mi Papá fue pesado contigo necesito saberlo —agrego tomándose una oreja.
-No lo fue… tranquilo… me dijo un par de cosas, pero nada que un padre no diría a la hora de defender a si hijo.
-¿Defenderme?... ¿de qué?
-De mi…
-¿Cómo?
-Mira, no te enojes con tu Papá, si yo fuera él también habría reaccionado de la misma manera.
-Kurt… ¿de qué demonios estás hablando?
-Tu Papá me pregunto si me tomaba con seriedad el compromiso que había adquirido contigo.
-¿Nuestro matrimonio?
-Exacto…
-¿Y tú que le dijiste?
-Le dije que como se le ocurría decirme algo así, y lo mande a freír espárragos.
-¿De verdad? —pregunto Blaine queriendo reír.
-No… le respondí de la manera más educada que se, y se quedó tranquilo y satisfecho con mi respuesta.
-¿Y cuál fue esa respuesta?
-Pues fue… “Señor Anderson, amo a su hijo, más que a nada y más que a nadie, y preferiría mil veces morir antes que volver a hacerle daño” —dijo Kurt mientras le cruzaba los brazos a la altura del cuello.
-Excelente repuesta, que puedo decir… pero eso no libera a mi Papá  de que le diga unas cuantas cosas —señalo Blaine haciendo el amago de salir la habitación en ese instante.
Kurt le tomo la cara e impidió que se fuera con uno de los mejores besos del mundo, su esposo le respondió acariciándole la espalda.
-¿Qué?...—pregunto besándolo en las mejillas, los ojos y nuevamente los labios.
-No me siento muy cómodo besándote en la habitación de mis Padres —contesto Blaine mirando a su alrededor.
-¿No crees que es un tanto sexy? —agrego Kurt ciñéndolo más a él.
-La verdad es que no… —respondió apartándose.
-¡Oye!
-¿Vamos?
-¿Esto es por lo que te negué antes de venirnos?, ¿no es así?
-No… es porque mi Mamá nos espera para cenar... —aseguro Blaine parado en la puerta con su mano estirada.
-Y tu hermano… —agrego Kurt como queriendo vengarse con aquel comentario.
-Hare como que no escuche eso…—dijo Blaine mirando el cielo raso.
-Te amo…—termino por decir su esposo cogiéndole la mano para volver juntos a la sala.

-Aquí estas… te he buscado por todos lados… —dijo Kurt entrando en la sala de maestros —¿Qué haces aquí?
-Pues estoy repasando la coreografía de ayer —respondió Blaine mirando su libreta y hacia los movimientos de los pasos correspondientes.
-Ok…—dijo sentándose en la mesa que ocupaba cerca de la ventana— ¿Por qué?—agrego dejando su bolso en el suelo.
-Porque es necesario, espectacular y porque siempre lo hago —termino por decir pasando a la siguiente página.
Kurt lo miro un segundo y sintió que moría en ese preciso instante de amor y ternura por su esposo.
-¿En qué andas tú?
-Bueno quería hablar con Rachel, cosa que en realidad no sé si debo hacer y también quería hablar contigo… cosa que definitivamente si quiero hacer.
-Muy bien...—dijo Blaine guardando su libreta y ponerle así toda la atención del mundo—¿que necesitas?
-Bueno… gracias por preguntar —respondió tomando nuevamente su bolso y sacando un par de periódicos, más unas hojas impresas desde internet— porque la razón por la que te buscaba desesperadamente era porque quería contarte algo.
-¿Algo?
-Si… pero… ¿te importaría que nos fuéramos  a otro lado?
-¿Al Lima Bean?
-No… a otro lado de Mackinley, debemos estar en la sala de ensayos en 20 minutos… y entre nosotros… este salón es bastante deprimente —respondió acercándose a él para bajar la voz cuando mencionaba lo de deprimente.
-Vamos entonces…—dijo Blaine poniéndose de pie—¿Dónde?
-Pues tengo un lugar, que tiene que ver con tres momentos claves en nuestra relación… ¿que digo tres momentos?, ¡cuatro en realidad!.
-¿De verdad?
-Así es… —añadió tomando su bolso— y si usted Blaine Anderson-Hummel logra adivinarlos, le aseguro y hare todo lo que usted quiera desde el minuto en crucemos el umbral de nuestra casa.
-¿Todo? —pregunto este mirando a su alrededor.
-Todo…
-Póngame a prueba entonces señor Kurt Hummel-Anderson.
-Muy bien… vamos… —agrego cogiéndolo de la mano.

-Si es aquí, se lo que es…—advirtió Blaine mientras doblaban por uno de los pasillos.
-No es aquí… —sentencio Kurt siguiendo con su camino.
-Bien… ¡oye!...  por fin puede poner las cosas claras con mi Papá… ¿te lo dije?
-¿Cómo?...—pregunto deteniéndose en seco.
-¿Qué?
-Tú me prometiste que no pelearías con él... lo que paso fue una estupidez y ya prácticamente la olvide.
-No fue una estupidez y no la has olvidado… pero no te preocupes, solo le dije que no volviera a meterse así en mis asuntos….
-¡Blaine!
-De una forma educada y adulta, como tú me pediste que fuera.
-Aun así… él lo hizo porque te quiere y se preocupa, siempre dijiste que envidiabas la relación que yo tengo con mi Papá y ahora que tú la tienes con el tuyo, ¿porque desperdiciarla?
-Pues debió preocuparse por mi cuando lo necesitaba, no ahora que soy un hombre adulto que toma sus propias decisiones.
-Blaine… tu no piensas eso… solo lo dices porque crees que tu Papá me ofendió o algo… pero no es así.
-Kurt…
-Escúchame… me encanta te pongas de mi parte y espero y sea así por el resto de nuestras vidas, pero no quiero que por ello te pelees con tu Papá, él tenía razones para decirme lo que dijo, y como bien viste después se deshizo en atenciones para mi… nunca antes me había comido tres piezas de pollo en una sola cena… —señalo Kurt sobándose la barriga como si aún tuviera problemas para digerir todo aquello — piensa en lo maravilloso que es tenerlo de tu parte.
-Lo note…
-¿Arreglaras las cosas?
-Las arreglare, solo mi dices que tu estas bien.
-¡Obvio que sí!
-Bien… hablare con él nuevamente… —dijo blanqueando sus ojos.
-¿Seguro?
-Seguro…
-¿De verdad?
-Muy de verdad… y si es este el lugar, debo decir que también sé que lo es y que tiene que ver con Navidad y con el primer anillo que te regale —dijo Blaine casi llegando a la salida.
-No es aquí…
-¿Dónde vamos finalmente?
-Pues si dejaras de hacer tanta pregunta podríamos continuar nuestro camino —dijo Kurt abriendo la puerta que daba a los patios.














Septiembre de 2049





-Cariño… hora de levantarse… —dijo Kurt mientras abría la puerta de la habitación de Lizzie— cariño…—repitió corriendo las cortinas.
Lizzie dormía del mismo modo que cuando era pequeña, con los cobertores hasta la cabeza para solo  dejar ver su abundante y rizado cabello.
-¡Oye!... —repitió Kurt dándole unos golpes en la cadera— ¡hoy es un gran día!… ¿lo olvidaste?
-¡Papá!, es muy temprano… ¡hola! —respondió al chica desde el fondo de las sabanas.
-No lo es, además con todo lo que debemos hacer, créeme y terminara faltándonos tiempo igual—dijo desordenándole el cabello aún más.
-¿Qué hora es?
-Las 6:30…
-¡Papá!
-Oye, tu elegiste casarte a las 5 de la tarde, si hubieras optado por la hora de la cena, tal vez… tal vez y podrías haberte levantado más tarde.
-Llama al hotel y di que todo se suspendió… luego le hablas  James y al resto de los invitados.
-Si claro… ¿y que diré?… —dijo Kurt sentándose a su lado en la cama — ¿se suspende el matrimonio de la Señorita Lizzie Anderson Hummel porque es una floja incorregible?
-Algo así… —dijo Lizzie hundiéndose más en el colchón.
-¡Vamos cariño!… recuerda todas las cosas que debemos hacer hoy…
-¿Y si huyo a Las Vegas con mi novio? —pregunto tirando hacia atrás todo lo que la cubría— no tendría que hacer nada hoy, solo casarme en un casino.
-Intenta hacer eso, y no terminaras con vida para la noche de bodas —aseguro Kurt dándole un beso.
-Hola Papá… —dijo Lizzie remolona.
-Hola cariño… —respondió este acariciándole la cara— ¿dormiste bien?
-¡Excelente!... no me acordaba cuanto me gustaba esta cama… y en eso estaba cuando tú me despertaste… deberías sentirte mal por quitarme uno de los mejores placeres de la vida.
-Pues como todo lo que nos provoca placer, debemos ser prudentes con ello.
-Gracias por dejar quedarme aquí… James cree en esa estupidez de que el novio no puede ver a la novia antes de la boda.
-¡Estas bromeando!, ¡el novio no puede ver a la novia antes de la boda! —repitió Kurt como si dictara una clase— y sé que es una tradición tonta, pero una tradición al fin y al cabo,  por lo tanto, tu novio tenia razón y era perentorio que te durmieras aquí.
-Bueno, James tuvo que luchar conmigo para que lo entendiera… pero finalmente termine por aceptarlo.
-Pues si no lo aceptabas serias la peor novia del mundo… ¡ahora levántate!.
-¡Pero Papá!…
-Pero nada… hija, tenemos que estar registrándonos en el Plaza dentro de una hora, luego iremos al más delicioso de los SPA y después la maquilladora y la estilista harán lo suyo en la habitación… ¿crees que todo eso se puede hacer en media hora como pretendes?
-Nadie ha dicho media hora… una… más bien…
-Floja… ¡vamos levántate!… —exclamo dándole unos palmazos en el vientre.
-Gracias Papá…
-¿Por dejarte quedar aquí?... cariño esta siempre será tu casa… y esta tu habitación.
-Lo se… a lo  que me refiero es… gracias por todo… y sé que lo he dicho innumerables veces, pero si no hubiera crecido en una casa con tanto amor, jamás hubiera tomado la decisión de casarme con alguien, tú y el “Papáblen” son los mejores ejemplos de entrega y respeto que pude haber tenido en todo el mundo.
-Gracias cielo… ¿y sabes?… cuando eras pequeñita, mi mayor temor, era que crecieras sintiendo que te había faltado una Mamá con quien compartir todas estas cosas…
-Nunca la necesite Papá… —se apresuró en decir Lizzie sentándose en la cama.
-Lo sé, y Blaine también lo sabe,  tú nos los has hecho sentir cada día de tu vida… y eso cariño, es algo que guardo en mi corazón por siempre.
-¡Ay Papá!, ¡me vas a hacer llorar!... nada que ver una novia llorosa entrando en el “The Grand Ballroom” del Plaza… ¡hola!
-Por supuesto que no… —dijo Kurt tragándose la emoción— ahora levántate… tienes un esposo que “cazar”—agrego divertido— yo por mi parte iré a despertar al mío, que increíblemente creo y olvido que día es hoy.
-¿El “Papáblen” aún no se levanta?
-No… pero no lo culpo en realidad, el concierto de anoche fue bastante agotador.
-¡Pero fue espectacular!... James jamás olvidara que el “Papáblen” le tenía esa sorpresa con Adam Lavine, fue súper genial verlos a los dos cantando en el mismo micrófono.
-¡Uf!... vieras… —dijo Kurt poniendo caras, como demostrando que a él, eso de ver a su esposo cantando con el súper extra atractivo ex vocalista de “Maroon 5”, no le parecía tan “súper genial”— ahora… a hacer lo que debemos para que nos vamos juntos, y si el destino quiere… a la hora que corresponde.
-¿Qué harán el resto de hombres de mi familia?
-Bueno… Henry llega a medio día y se ira directo al hotel junto a  Amelia…
-¿Cuándo se van a decidir esos dos?... ya me estoy sintiendo mal por casarme primero que mi hermano mayor —dijo Lizzie tratando de dominar su cabello.
-No deberías, además eso es algo por lo que aposte cuando tu tenías como cuatro meses de vida…
-¿Cómo?
-Eso, con Blaine hablábamos de como seria ser abuelos y yo dije que tu terminarías casándote primero que Henry… aunque él pensaba lo contrario.
-¿Por qué hablaban de mi teniendo bebes cuando aún yo era uno?... ¡hola!
-Cosa de padres cariño… ahora levántate.
-Lo hare… —dijo Lizzie poniendo sus pies fuera de la cama— ¡pero Papá!... no terminaste de informarme.
-Claro... —respondió Kurt desde la puerta— Henry llegara al medio día como dije y Noah está tomando desayuno y se ira con nosotros al hotel.
-¿El “Goblin” ya se levantó?, ¿cuál es su problema?
-Ninguno, la única que tiene problemas eres tu… ¡perezosa!
-¡No lo soy!... —exclamo bostezando a todo lo que su boca le permita.
-Te espero en la cocina… ¡no te atrevas a volver a acostarte! —exclamo saliendo.
-¡No lo hare! —grito Lizzie en medio de otro bostezo.
-¿Y tú?... ¿no deberías estar junto a tu amo? —dijo Kurt encontrándose frente a frente con el gato de Noah— y ya deja de verme a si… si vas a decirme algo, preferiría que me lo dijeras de una vez... llevas años con esa mirada… ¡vamos! —añadió golpeando la taza que cargaba con su anillo de casado. “Mister Stephen Wishkers” dio un salto y salió corriendo haciendo que su cascabel sonara más que el propio trineo de Santa de Claus en Noche Buena. Kurt sonrió para sí y se dirigió a su dormitorio a despertar a su esposo.
-Muy bien… —murmuro entrando. Blaine estaba boca bajo en su lado de la cama sin pensar en despertarse— tengo esto… esto, esto no… esto si… —dijo tomando y echando cosas en el bolso que llevaría al hotel, lo dejo junto a los porta trajes que contenían la ropa de ambos y entro al baño por algunos artículos de tocador.
Blaine permanecía despierto desde el momento en que Kurt había abandonado la cama y lo observaba con un puro ojo, el que volvía a cerrar cuando este se volteaba hacia él.
-Blaine… —dijo mientras se miraba en el espejo del baño, sonriendo en silencio al notar que su esposo fingía estar dormido— hora de levantarse —agrego al tiempo que guardaba más productos en el bolso— oye… —insistió recostándose en la cama— sé que estas despierto… no me engañas Blaine Anderson-Hummel.
-No lo estoy —murmuro dándose vuelta.
-Sí que lo estas, te descubrí observándome como siempre… sé que soy digno de admiración pero… ¡ay! —exclamo al sentir que los brazos de Blaine lo envolvían y obligaba a volver a la cama.
-¿Decías?... —dijo acomodándose encima.
-¡Arruinarás mi peinado!… OK, si haces eso un rato más puedes arruinarme lo que quieras —respondió al sentir los labios de su esposo en todo su cuello— ¿estás pensando en mi verdad? —agrego apartándolo un poco.
-¿Cómo?
-Eso… ¿estás pensando en mi o aun tienes  la imagen de Adam Levine en tu cabeza?
-Déjame entender lo que pasa por tu cabeza… —dijo Blaine soltando un suspiro mientras le acariciaba el cabello— tengo la posibilidad única e irrepetible de estar en la cama con Kurt Hummel-Anderson, triple nominado al Oscar…
-Preseleccionado...
-Muy bien... me corrijo —agrego dándole un par de besos en los labios— tengo la posibilidad única e irrepetible de estar en la cama con Kurt Hummel-Anderson, triple preseleccionado a los premios Oscar 2050, y ¿crees que voy a estar pensando en un cantante de rock que casi bordea los 70 años?
-No los bordea, los tiene…
-Los tiene… —repitió Blaine sonriendo— buenos días…
-Buenos días… —respondió Kurt metiéndole sus manos bajo la camiseta del pijama.
-¿Qué hora es?
-15 minutos para las 7…
-¿A qué hora te levantaste?
-A las 6…
-Kurt…
-¡Era absolutamente necesario!... por lo demás Noah también se levantó a esa hora… y ya está tomando desayuno, cosa que deberías estar haciendo tú.
-Tus labios saben a café… —dijo dando otro beso— ¿eso no cuenta cómo desayuno?
-No... necesitas comer ¿o pretendes desmayarte en medio del camino hacia el altar?
-Por cierto que no… ¿nuestra Princesa?
-Levantándose, aunque me costó un mundo despertarla…
-Tal vez no pudo dormir por lo nervios, es un gran día para ella.
-No, solamente es perezosa como su “Papáblen”… —respondió Kurt zafándose de su esposo con un pellizco en el vientre.
-¡Eso dolió!
-Lo sé... —dijo sonriendo— mira aquí está todo lo que llevaremos al hotel, después de todo tendremos que asearnos de igual manera antes de la ceremonia.
-¿Creí que tendríamos una tarde masajes y baños perfumados junto a la novia?
-La tendremos, pero aun así… es importante ser precavido.
-Por su puesto…—dijo Blaine levantándose.
-Aquí… —añadió Kurt distrayéndose un resto con el pijama de su esposo que amenazaba con caer de la más sexy de las maneras.
-¿Aquí?
-¿Cómo?...
-Ibas a señalar algo…
-¿Seña….?...  ¡ah claro!... —dijo desviando su mirada—  aquí están nuestras cosas y aquí los trajes, la ropa de Henry y Noah se la llevo Helen ayer, igual que el vestido de novia.
-¿Helen también se llevó el vestido de novia?... ¿no pesaba como 200 kilos?
-¡Exagerado!... además ella no se lo llevo, de la tienda lo mandaron directo al Plaza… y ya comprobé que llego y que está esperando a nuestra hija en la habitación, ¿qué más?... —se auto pregunto mirando todo a su alrededor.
-¿Noah se ira con nosotros?
-Así es, se ira con nosotros y de acuerdo a esta aplicación en mi teléfono, el 65% de los invitados ya está en el hotel, eso incluye a tus Padres, los míos, a Rachel y su familia, además de todo el clan Westbrook Stewart, desde Dylan hasta la pequeña Sheeran.
-Eres asombroso… ¿te lo había dicho?
-No…—respondió estirando su cuello como si demostrara desinterés.
-Pues lo eres… —insistió Blaine tomándolo de la cintura— has organizado esta boda desde el ramo hasta la capacidad hotelera, eres admirable.
-Nuestra hija es quien se casa… —dijo Kurt quitándole la camiseta del pijama.
-Así es... la primera de tres que camina hacia el altar… estoy orgulloso de nosotros.
-Y yo…—contesto  acariciándole la espalda.
-Pero por sobre todo estoy orgulloso de ti y de lo inteligente que eres… y te amo más por ello y agradezco cada día que seas mío, que sea mía esta sonrisa… estos labios que son divinos…  ¿quieres casarte conmigo?
-Ok… —respondió Kurt medio derretido por la declaración que acababa de escuchar.
-Ok… —repitió Blaine dando otro beso.
-Debes alistarte…
-¿Acaba de decir que debo amarte?... ¿por eso me quitaste la camiseta?
-No… lo que dije es que debes alistarte… —repitió Kurt poniendo énfasis en la última palabra— Noah está listo, yo lo estoy y Lizzie pronto lo estará… ¿no querrá ser el último “Papáblen”?, ¿o sí?
-Pues si la culpa la tienen tus manos en mi espalda… bendito sea mi atraso.
-Nada de atrasos… hoy día menos… —dijo apartándose— te espero en la cocina —agrego camino hacia la puerta.
-¿Sin ropa y sobre la mesa?
-¿Qué crees que es esto?, ¿el aniversario de nuestro primer mes de casados?
-¿No lo es? —pregunto Blaine divertido.
-Te amo…
-¿Aun Kurt Hummel-Anderson?
-Siempre Blaine Anderson-Hummel… en especial cuando no te atrasas…—sentencio Kurt dándole un beso —¡ponte guapo! —dijo desde la salida.
-Ok…
-Pero no tanto… no sería justo para la novia —termino por decir cerrando la puerta tras de él.










-¿La escaleras?... ¿aquí me traes? —pregunto Blaine mirando hacia arriba con sus manos en la cintura.
-¡Obvio!... porque es aquí donde ocurrieron esas cuatro cosas que te mencione… dudo que las adivines todas, por lo tanto mientras piensas…—dijo Kurt sentándose en el quinto peldaño desde abajo— quiero que mires esto.
-¿Qué es? —quiso saber Blaine subiendo los escalones de a dos en dos.
-Pues…—agrego entregándole los periódicos y las hojas— son departamentos disponibles en Manhattan, Soho, Upper East Side y Brooklyn Heights,  además de un par en  Harlem… pero esos mejor los obviaría.
-¿Departamentos? —repito Blaine sentándose a su lado— ¿Por qué? —agrego mirando la información.
-Porque necesitamos donde vivir…
-Eso lo se… pero.. ¿no teníamos ya un departamento?
-Así es… pero si tú estás de acuerdo, me gustaría que rentáramos otra cosa ahora que volvemos a New York.
-¿Por qué?
-Porque ya no quisiera volver a Bushwick.
-¿Por qué no? —insistió Blaine leyendo las ventajas de un departamento en el centro de Manhattan.
-Porque quiero que lo nuestro tenga un nuevo comienzo en todos los niveles, y eso incluye nuestra vivienda, además, si te fijas, todos los departamentos tienen puertas en las habitaciones.
-Lo note… —dijo sonriendo.
-¿Qué te parece?
-Me parece perfecto y creo que es una gran idea que comencemos nuestra vida en otro lugar, así dejamos de lado todo lo que nos trae malos recuerdos.
-¿Aceptas alguno entonces?
-Bueno tendría que verlos con más detención, es importante que ambos quedemos cerca de nuestros lugares de estudio… no quiero pasarme la vida en el subterráneo —dijo Blaine ordenando los papeles—¿te importa si los termino de ver en la casa?
-Obvio que no… tomate tu tiempo —contesto Kurt recibiendo la información de vuelta— ahora… ¿recuerdas que te plantee un desafío hace minutos?
-Lo recuerdo…
-¿Entonces?
-Entonces… creo que estas profundamente equivocado Kurt Hummel-Anderson, esta escalera no se relaciona con nosotros esas cuatro veces que mencionaste.
-¡Sabia que no recordarías ni siquiera una!
-¿Me dejas terminar?
Kurt hizo un gesto de que si lo haría.
-Esta escalera se relaciona con nosotros no solo en esas cuatro ocasiones, sino que a lo menos en seis… —aseguro Blaine poniéndose de pie.
-¿Qué? —dijo Kurt mirándolo hacia arriba.
-Aquí me esperaste el día que querías que yo hablara con David cuando te beso a la fuerza —Kurt chasqueo su lengua al escucharlo llamar “David” a Karofsky— aquí fue donde cante “"It's Not Unusual" el día que me cambie a Mackinley para estar contigo, aquí también fue que sentados en estos mismos escalones, hablamos de “Come what May” como la canción de nuestra boda —explico señalando hacia el piso— aquí también te cante con los Warblers el día que decidiste volver a  esta escuela y como tú lo olvidaste estas otras dos,  te digo que aquí además te dedique mi última canción antes que viajaras a New York y… por ultimo pero no menos importante —añadió sentándose a su lado nuevamente— aquí te organice un picnic el día que volvimos  a retomar nuestra relación… ¿me falto algo? —termino por decir Blaine mirándolo de medio lado.
-¿Quién eres?, ¿el señor memoria?… ¡uy!... —exclamo empuñando sus manos como si resistiera las ganas de apretarle las mejillas— ¿Cómo es posible que recuerdes todo?... ¡te odio! —dijo dándole un empujón con el hombro.
-Pues lo recuerdo… y tu deberías de recordar que yo recuerdo todo antes de arriesgarte a hacer apuestas conmigo.
-No recuerdo haber hecho ninguna apuesta…—sentencio Kurt mirando hacia el frente.
-¡Kurt!
-Es la verdad… ¿tienes pruebas de aquello?
-No…
-Pues sin pruebas no se consigue nada señor Anderson-Hummel —advirtió Kurt acercándose para darle un beso.
-Hola chicos…. —escucharon ambos desde su espalda.
-¿Jessie?...—dijo Kurt poniéndose de pie— hola…
-Hola Kurt… ¿Cómo estás? —dijo este estrechándole la mano.
-Bien… ¿tú?
-Bien también…  supe que se casaron...  —dijo saludando a Blaine.
-Así es…—respondió Kurt abrazando a su esposo por la cintura.
-Felicitaciones…
-Gracias Jessie… ¿pudiste hablar finalmente con Rachel? —quiso saber Blaine mirando hacia el auditórium.
-Si… ayer, finalmente… creo que casi la convencí de que acepte el trabajo en el musical antes de volver a esa escuela engreída… ¿genial no creen?... en fin… gusto de saludarlos… —termino por decir Jessie volviendo a estrechar la mano de ambos para retirarse luego por donde había llegado.
-Insisto que su aparición es bastante rara… —dijo Blaine mirándolo marchar.
-Y yo ahora sí que debo hablar con Rachel.
-¿Por qué?
-¿No escuchaste lo que acaba de decir?... ¿te importa si nos vemos en el salón de coros?—agrego tomando sus cosas.
-No, por supuesto que no…
-¿Seguro?
-Seguro, ve  a hablar con ella, allí nos encontramos
-Ok… te amo… ¡piensa en mi! —dijo dando un pequeño beso y bajando camino al auditorium luego.
-¡Y tu piensa en lo que me ofreciste si ganaba tu desafío!
-¡No escucho!... ¿Qué? —exclamo Kurt haciendo gestos que demostraban que le era imposible oír algo de lo que su esposo le decía.