(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

-¿Te falta mucho?...—pregunto Kurt medio abriendo la puerta del baño.
-¡No tanto!…—grito Blaine desde dentro de la ducha— ¿¡necesitas el baño!? —agrego poniendo oído hacia afuera.
-No…—respondió entrando— es solo que… te extraño…
-…
-¿Blaine?... ¿me escuchaste? —dijo dando unos toques en la puerta vidriada.
-Te escuche…
-¿Por qué no me respondes entonces?... ¿y me dices algo halagador de vuelta?
-¿Algo como qué?
-Como… no se… “Yo también te extraño amado esposo, te saltaría encima si no fuera porque estoy cubierto de jabón y shampoo”
Blaine soltó una risa tan encantadora que Kurt pensó en saltarle encima aunque estuviese cubierto de jabón y shampoo.
-¿Por qué te ríes?...—agrego sonriendo ante el pensamiento picante que había tenido.
-Porque eso es una mentira y lo sabes… —contesto sonriendo también.
-Claro que no lo es… ¿Por qué dices eso?
-Porque lo es… solo entraste para presionarme de manera disimulada— agrego asomando su cabeza mojada.
-No es cierto… ¿revisaste los papeles sobre los departamentos?
-La mitad… —respondió mientras continuaba con su baño.
-¿Por qué?...
-Porque te dije… que quería verlos con detención… pero lo que puedo decir, es que los de Harlem tienen posibilidades… no sé porque los descartaste de antemano.
-¿Los de Harlem?, ¿acaso tragaste shampoo o algo?
-¡No! —exclamo cerrando el agua —ese de la Saint Nicholas Ave, es bastante decente… y el baño principal tiene una bañera —dijo sacudiendo su cabeza como un perro lo haría.
-Y costaría el doble de quitar las manchas de shampoo por esta costumbre que has tomado—murmuro al ver la puerta vidriada salpicada de arriba hasta abajo.
-¿Cómo? —pregunto asomándose.
-Que la renta es de 5.000 dólares, por ese precio nos buscamos algo más cerca de nuestras Universidades y más lejos de la falla de la calle 125.
-OK… —dijo Blaine volviendo a correr la puerta para aplicarse el último producto en su cabello.
-¿Sabes?... si yo fuera más osado ya me habría metido aquí dentro contigo —sentencio Kurt mirando la estructura de la ducha, como si comprobara al ojo si los paneles de vidrio resistirían su humanidad si la apoyaba en ellos.
-¿Hablas en serio? —quiso saber Blaine abriendo la puerta del todo.
-Obvio… pero como escuchaste, agregue un “si es que…” a la frase —contesto entregándole la toalla.
-Bueno… cuando ese momento llegue estaré feliz de recibirte —agrego secándose la cara y parte del torso, se envolvió la cintura mientras salía y le dio un beso a su esposo al pasar por su lado— me afeito y estoy listo.
-Te espero afuera entonces… y de verdad que entre porque te extrañaba… aunque no me lo creas —dijo levantando sus brazos mientras se retiraba.
-Bueno, cuando comiences a alistarte te olvidaras de todo, incluso de mi… —respondió sacando los productos para rasurarse.
-¡Eso jamás Blaine Anderson-Hummel!… además, ya estoy mitad listo —dijo señalando sus pantalones— el que preparara nuestros atuendos con anticipación me permite tener tiempo de sobra, tu ropa esta sobre la cama —termino por decir Kurt saliendo del baño.

-Ahora solo me falta la ropa… —dijo Blaine listo y acicalado y aun con la toalla en la cintura como única vestimenta .
-Solo te falta un destalle entonces…
-Vamos… ¿no acabas de decir que tenemos tiempo de sobra?... —agrego poniéndose el reloj como primera cosa.
-Tenemos tiempo no te preocupes… —reitero Kurt mientras se miraba en el espejo al lado de la puerta.
-¿Ves?, te dije que cuando te comenzaras a alistar ni te acordarías de mi —agrego comenzando a sacar la ropa del gancho que estaba dispuesto sobre la cama.
-¿A qué te refieres?
-A que pase por tu lado semidesnudo y ni me miraste siquiera.
-¿Crees que no puedo ver todo lo que sucede a mi alrededor desde el reflejo de este espejo? —dijo aun mirándose así mismo de todos los ángulos posibles— eso incluye que me acabo de dar cuenta que me es imposible salir así a la calle.
-¿Por qué?, ¿algún problema? —pregunto poniéndose los pantalones.
-No…
-Pues yo diría que sí, no has pestañeado desde que salí del baño, y eso es bastante para un ser humano normal —advirtió Blaine abrochándose el cinturón.
-Pues… no… no lo sé… es decir… siento que a este a atuendo le falta algo —respondió mirándose el trasero y la espalda.
-¿Algo como que?…
-No lo sé Blaine, si lo supiera no tendría este predicamento, ¿no crees?.
-Muy cierto —contesto poniéndose perfume en el cuello las muñecas y parte del pecho— pues si quieres mi opinión, creo que te ves estupendo —agrego Blaine revisando la camisa que usaría esa noche.
-Muchas gracias, pero sabiendo de ante mano que estás loco por mi… no tomaría muy enserio tu opinión, dista mucho de ser absolutamente parcial.
-Eso sí que es cierto —dijo Blaine escogiendo una corbata de moño desde uno de sus cajones — ¿Cuál crees que este bien? —pregunto tomando dos.
-Ninguna…
-¡Ni siquiera las miraste!…
-No, porque la que te escogí está allí, en tu mesa de noche.
-Ok…—dijo Blaine tomando la indicada, la miro un segundo y se la puso desarmada sobre el cuello, sonrió un momento para sí pensando en realidad esa era la adecuada y no otra.
-¡Odio cuando me pasa esto!… —agrego alejándose del espejo como si quisiera mirarse con más perspectiva.
-Insisto en que te ves espectacular.
-¿Quieres dejar eso?... me desconcentras de lo importante aquí… —dijo sonriendo.
-¿Lo que es…?
-¡Descifrar lo que me falta!
-Prueba con una chaqueta —agrego parándose delante para acaparar lugar frente al espejo y atarse bien la corbata.
-Muy predecible la chaqueta... necesito otra cosa... algo único e irrepetible, esta noche es sumamente importante para todos, además… —agrego tomando a su esposo por los hombros para voltearlo hacia él— si no llevo corbata, no llevo chaqueta —explico terminando de atar la corbata para él.
-¿Harás esto por el resto de nuestras vidas?
-¿Qué cosa?
-Atar mis corbatas.
-¡Obvio que sí!… me encanta hacerlo.
-Y a mí que lo hagas… —dijo Blaine dando un pequeño beso.
-Muy bien… ahora muévete para ver si puedo descifrar que es lo que le falta a este atuendo.
-Ok…—respondió su esposo corriéndose hacia un lado—¿Crees que Sue habrá preparado algo sorprendente para esta tarde? —pregunto volviendo a entrar al baño para deshacerse de la ropa y toalla usadas
-No tengo idea… lo que si se es que Butch Melman y su poodle campeón “Trixie”, será uno de los jurados.
-¿En serio?, ¿vendrá con perro y todo?
-Al parecer, lo leí en el Blog de la organización…
-Genial…
-Mucho… ¿sabes qué? —dijo mirándose por última vez en el espejo— mejor me cambio de camisa.
-¿Que?... ¿Por qué?... esa te queda perfecta…
-También lo creo, pero aun siento que me falta algo…
-¿Yo tal vez? —dijo Blaine abrazándolo desde atrás.
-¡Ah!... excelente repuesta, poco practica… pero excelente.
-Lo se…
-¡Vaya!… ¿cuán bien nos vemos? —pregunto Kurt mirándose en el espejo con las manos de su esposo sobre su panza.
-Yo diría que más que bien…—respondió este besándole el cuello.
-Eres lo mejor que he tenido sobre mi cuerpo… y eso que un día logre colarme en la Boutique de Brunello Cucinello y me pobre una chaqueta de cuero de 3.000 dólares.
-Me alegra saber que el gano a algo de 3.000 billetes…—dijo Blaine dándole un beso en el hombro.
-Tu vales más que nada, y si la gente no creyera que nos hemos desquiciado, te juro y caminaría contigo pegado a mi por el resto de nuestra vida.
-Te tomare la palabra…
-Pues hágalo Señor Anderson-Hummel —dijo Kurt mirándolo hacia atrás.
Blaine se quedó en sus ojos un segundo y lo observo a través del espejo y luego busco sus labios para besarlo, Kurt le respondió de inmediato y de a poco se fue volteando hacia él hasta que ambos terminaron frente a frente y se besaron como si no hubiere urgencia de tiempo.
-Te amo Blaine… —murmuro Kurt soltando un suspiro.
-Dilo otra vez…
-Te amo Blaine… y nunca he dejado de amarte… nunca… ¿me oyes? —aseguro Kurt juntando su frente con la de él.
-Dímelo siempre entonces…
-Lo hare hasta quedarme sin aliento… —dijo apartándose un poco para mirarlo a los ojos.
-Gracias… —respondió Blaine sonriendo al ver a su esposo tan feliz— ¿Qué hora es?...—pregunto como si hubiera sufrido un mareo que lo había descolocado de donde estaba.
-Tu eres el del reloj —recordó Kurt tomándole la mano donde siempre estaba el reloj de su esposo.
-¡Vaya!…—exclamo mirando la hora— trata de resolver pronto lo que le falta a tu atuendo… el tiempo no se detiene.
-¡Uy lo sé!... —dijo devuelta empuñando ambas manos.
-¿Rachel vendrá para acá o debemos pasar por ella?
-Vendrá para acá… ¡ya lo tengo! —aseguro dando un aplauso mientras se dirigía al dormitorio— ¡esa debe ser ella! —grito como si el closet se lo estuviera tragando.
-Abriré… —agrego Blaine caminando hacia la puerta.
-Hola… ¿aún no están listos?... ¿no saben acaso que hora es? —dijo Rachel de corrido.
-Sabemos qué hora es y sí estamos listos… pasa por favor —respondió Blaine parándose a un costado de la puerta— lo que sucede es que a Kurt le “faltaba algo”… —añadió gesticulando comillas y exagerando su pronunciación mientras entraba tras su amiga.
-¡Escuche eso! —grito su esposo desde la habitación.
-¿Tú estás listo?
-Lo estoy… —dijo arreglando su chaqueta— tú, te ves preciosa.
-Gracias…
-¿Qué? —pregunto Blaine mirado hacia atrás al ver que su amiga se le quedaba viendo como presa de una hipnosis.
-Nada… —exclamo moviendo sus manos cerca de la cabeza— miles de imágenes se me pasaron por la mente en menos de un segundo… deben ser los nervios…
-Pues no deberías , nuestros chicos están más que listos para barrer con cualquiera.
-¿Incluso con Sue?... ya estoy viendo que tiene hasta juegos de artificio sobre el escenario —dijo Rachel dejándose caer sobre el sofá.
-¿No están prohibidos por ley? —pegunto Blaine como si eso fuera lo más importante a definir.
-¿Qué?
-Que…
-Da lo mismo, si fracaso en esto, te juro y dedicare mi toda mi vida a inventar una máquina del tiempo, luego hare un curso y aprenderé a manejarla y después viajare al pasado para advertirme a mi misma que no deje NYADA y que no acepte ese estúpido sitcom de TV… ¡me abofeteare si es necesario!
-¿No deberías saber manejar esa máquina sin necesidad de curso?, después de todo tú la inventaste.
-¡Blaine!
-Si… lo siento… Rachel… escucha… —agrego el chico tomándole las manos— sé que estas nerviosa, todos están nerviosos, pero todo saldrá bien, además , aunque el resultado fuera adverso, tienes la posibilidad intacta de volver a la universidad o de hacer ese musical… nada tiene que ver una cosa con la otra.
-Es lo que le dije yo… —dijo Kurt apareciendo desde la habitación.
-¿Veo que encontraste lo que te faltaba? —pregunto Blaine mirándolo con ternura.
-Por supuesto… ¿Qué tal?... —pregunto dándose una vuelta para que sus amigos vieran el chal negro que había decidido ponerse sobre la camisa.
-¡Kurt!... te ves… bueno… un poco raro, pero espectacular en tu único y peculiar estilo…—dijo Rachel levantándose desde donde estaba.
-Gracias… ¿nos vamos?... —sentencio este acomodando los flecos que pendían de todo el borde de la pieza de ropa.
-¡Si!... pero favor no tomen la ruta expresa todos dicen, “¡tomemos la ruta expresa para acortar tiempo!”, pues adivinen… ¡nadie acorta tiempo!...—aseguro Rachel apuntándolos a ambos como si hiciera una advertencia de vida o muerte.
-Creo que debes tranquilizarte, si quieres hacer el discurso motivacional de antes de la competencia, debes tranquilizarte.
-¡Yo no quiero hacer el discurso motivacional antes de la competencia!... ¿quién te dijo que debo ser yo la que haga el discurso motivacional antes de la competencia?... ¿Mister Schuester? —agrego la chica acercándose tanto a su amigo que este pensó que su vida corría peligro de algún modo.
-No… es decir… no sé, se me acaba de ocurrir, como encargada deberías hacerlo —dijo Kurt echándose hacia atrás a medida que las palabras de Rachel aumentaban en velocidad y volumen.
-¡Oh por dios!... tienes razón… debería de preparar algo… talvez un discurso… o una canción… o un discurso cantado —comenzó a decir Rachel mientras se retiraba hacia la entrada.
-¿Estará bien? —quiso saber Blaine tomando las llaves del departamento y del auto.
-Lo estará… es Rachel Berry… ¿acaso lo olvidaste?
-Como podría… ¿y esto?... —agrego tomándole un par de flecos— ¿de dónde lo sacaste?
-Estaba aquí…—respondió Kurt mirándose por última vez en el espejo del recibidor.
-¿Aquí?... ¿en este departamento?
-Así es… y por favor no me lo arruines diciendo que era de Karofsky.
-No te diré eso… —respondió soltando una risa— primero porque no era de David y segundo porque es la primera vez que lo veo en mi vida.
-¿De verdad?
-De verdad… pero sea como sea... —dijo Blaine arreglando el nudo con que se lo había atado en el centro del pecho— tú harías que hasta un saco de patatas luciera espectacular, ¿vamos?
-Gracias… y la gente me pregunta porque me case contigo de manera tan intempestiva —respondió Kurt sonriendo con más ganas—… y vamos… o Rachel es capaz de irse con el auto y dejarnos aquí tirados.
-Pero yo tengo las llaves —aseguro Blaine desde la puerta.
-¿Acaso no la crees capaz de encender el vehículo con sus dientes o algo?... ¡por qué yo sí! —aseguro Kurt reacomodando el nudo como estaba antes mientras salía tras su esposo.

-Gracias chicos por dejarme quedar aquí… son tan amables que podría llorar —dijo Rachel con sus manos en el pecho.
-No te preocupes, ¿necesitas algo más? —dijo Blaine sacando algunas cosas de su mesa de noche.
-No… no, podría pedir más, gracias de nuevo por dejarme usar la cama, nunca he podido dormir en sillones —reitero haciendo un puchero infantil.
-Pues no te haría mal intentarlo de vez en cuando…—murmuro Kurt entre dientes.
-¿Qué?
-¿Y en la casa de Sam te quedabas dónde? —agrego levantando una ceja, no muy conforme con renunciar a la comodidad de un colchón.
-En una cama también… ser nómada no va conmigo, pero prometo que solo será esta noche, los padres de Sam tenían algo… una celebración o una conmemoración… Nunca le entiendo cuando empieza a probar nuevas voces de Hollywood.
-Eso es verdad —corroboro Blaine sonriendo— bueno, cualquier cosa que necesites estaremos en la sala.
-Pero no necesitaras nada, ¿verdad Rachel? —agrego Kurt abriendo sus ojos como dos huevos bien fritos.
-No chicos… gracias… y esta noche ha sido tan perfecta, que creo y no necesitare nada en los próximos dos meses… ¡ganamos! —exclamo dando un pequeño salto.
-Así es… buenas noches —dijo Blaine dándole un beso en la mejilla.
-Buenas noches y… ¿les importaría si cierro con llave?, no es que desconfíe de ustedes, pero soy muy estricta en cuanto a las puertas de los dormitorios.
-¡Por supuesto que nos importa!— exclamo Kurt poniendo caras— aquí está el único baño del departamento, ¿qué quieres?, ¿que usemos el del vecino?
-¿Lo harían?
-¡Rachel!...
-¡Ay está bien!, me excedí con lo de la puerta… pero por favor, si van a usar el baño entren sin zapatos, si me desvelo no respondo de mi la mañana siguiente y si van a hacer algo… ya saben…—agrego moviendo sus cejas— les rogaría que lo aplazaran hasta mañana… mis sueño es tan liviano que les juro y puedo…
-OK… buenas noches y trata de dormir, si sigues poniendo exigencias, seré yo quien no responderá la mañana siguiente— interrumpió Kurt empujándola hacia adentro como si perdiera la paciencia del todo.
-Adiós… —alcanzo a decir Rachel antes que su amigo terminara de cerrar la puerta.
-Esto es increíble… y ya estoy arrepentido —murmuro apoyado en la puerta — además, no puedo creer que tengamos que acomodarnos en ese sillón diminuto.
-Si quieres puedes dormir tú ahí y yo me tiro en el piso.
-¿Estas bromeando?... no permitiré que mi esposo duerma en el piso… nos arreglaremos, aunque tengamos que recurrir a la magia o algo parecido —dijo Kurt sacando los cojines extras del sofá.
-No creo que sea necesaria magia… —dijo Blaine extendiendo una sábana— además, será agradable tener poco espacio, así nos podemos acurrucar sin pensar que hay lugar para no hacerlo.
-Siempre nos podemos acurrucar aunque haya espacio Blaine Anderson-Hummel —advirtió Kurt extendiendo la segunda sabana.
-¿Estas feliz?
-¿Por dormir en un sofá, dices tú?
-No… por lo de las seccionales… —dijo Blaine extendiendo una colcha extra colorida.
-Mucho… ¿Qué hay de ti?
-Mucho también… los chicos merecían ganar, la presentación fue casi perfecta —agrego Blaine asegurándose que todo estuviese extra estirado, como si la más mínima arruga hiciera peligrar el descanso de ambos.
-También lo creo… aunque tuve mis dudas, con toda la parafernalia que monto Sue, pensé y le darían el trofeo a “Vocal Adrenaline” —aseguro Kurt parado al lado del sofá, esperando a que su esposo terminara la inspección de arrugas para poder acostarse.
-Yo creo que exageraron… y al parecer el jurado creyó lo mismo… ¿qué lado quieres?
-¿Como un sillón de medio metro de ancho puede tener lados?
-Pues los tiene, está el lado inmediato al respaldar y el lado inmediato al abismo del piso… aunque si arrimamos esta mesa, evitaremos que alguno de los dos sufra un accidente por caída —dijo Blaine haciendo aquello.
-Pues yo no quiero caerme, así es que elijo el lado seguro cerca del respaldar —sentencio Kurt subiéndose al sofá mediante un salto.
-Ok…—añadió Blaine asumiendo que el lado del abismo era para él.
-Te odio Rachel Berry… —murmuro Kurt tratando de acomodar su cuerpo en el espacio reducido.
-Tú la invitaste… —recordó su esposo casi en un susurro.
-Sí, pero para que durmiera aquí y no se apoderara de nuestra cama —advirtió moviéndose otro poco.
-Estas incómodo… me acostare allí…
-¡No te atrevas a dejarme solo!… quédate aquí… —dijo tomándolo de la camiseta— nos las arreglaremos ya te lo dije.
-Muy bien…
Blaine termino de acostarse al lado de su esposo y Kurt se corrió lo más que pudo hacia atrás para terminar por utilizar el pecho de su acompañante como almohada, le cruzo una de sus piernas por encima, como si le diera un abrazo a la altura de los muslos y allí se quedó de lo más acomodado.
-¿Estas bien?...—pregunto Blaine abrazándolo.
-Muy bien… algún día te diré que este es el mejor de los lugares para estar —respondió Kurt haciendo un movimiento remolón, como el que un gato haría.
-¿Algún día?... ¿y por qué no me lo dices ahora?
-Porque yo no soy como tú, que saca una línea romántica tras otra, yo tengo como cinco, así es que debo distribuirlas por los que nos queda de vida.
-Las esperare entonces, como esperare lo de la ducha.
-Bien, solo necesitas saber que estoy más que cómodo… tú en cambio, al parecer no lo estas tanto… ¿quieres este lado?
-No… estoy bien aquí… es solo que… debí sacar mis almohadas —dijo Blaine moviendo su cabeza como si tuviera un resorte en vez de un cuello.
-Blaine Anderson-Hummel, estoy comenzando a pensar que tienes un trauma infantil relacionado con las almohadas.
-No lo tengo… es… solo que mi cabeza es extra delicada en relación a donde la apoyo —explico tratando de buscar una posición cómoda.
-Espera… —agrego Kurt levantándose— iré por ella.
-Kurt… Rachel dijo que se iba a dormir de inmediato.
-Pues yo te recuerdo que está en nuestra casa y no tiene derecho a exigir mucho aquí… además, si se iba a dormir de inmediato, no sentirá que entro a buscar algo… —dijo levantando un hombro en señal de que aquel era el plan perfecto y no cabía discusión alguna al respecto.
Blaine termino por sonreír al verlo tan decidido.







Septiembre de 2040




-Debemos pasar a la tienda luego de… —dijo Kurt señalando de manera disimulada a su hijo menor, que iba descuidado de la mano de sus padres, mirando todo a través de sus gafas sin vidrio y con “Desmond” asomado en la mochila que cargaba en la espalda.
-¿Por cosas para el viaje?
-No ya tengo todo lo que necesitamos, incluyendo cosas que pudiéramos necesitar en ese balneario perdido en el amazonas al que se te ocurrió invitarnos.
-¡No está perdido en el amazonas!, ¿verdad Noah?
-¿Qué cosa “Papáblen”?
-La playa a la que iremos luego de finalizar mi último concierto, ¿cierto que no está en el amazonas?
-No lo está... esta al norte cerca de “Venesula”… “Venesala”… ¡lo vimos en el atlas! —aseguro Noah dejando de lado su intento por pronunciar Venezuela y mirando a su Papá hacia arriba.
-¿Ves?, lo vimos en el atlas —repitió Blaine sonriendo.
-Sé que lo está… pero en fin, necesito algunas cosas.
-¿Para qué? —pregunto su esposo de vuelta distrayéndose con algunos titulares de la prensa matutina.
-Porque como dije ayer Lizzie vendrá a cenar, ya sabes, como despedida por nuestro viaje.
-Claro… y no sería mejor que fuéramos a un restaurante…
-No, porque tiene que ser en nuestra casa…
-Pidamos la comida entonces.
-Tampoco, Lizzie quiere comida casera…
-¿Lleva como dos semanas fuera y ya extraña tu comida?
-¿Puedes culparla? —pregunto Kurt haciendo un gesto medio engreído.
-Por supuesto que no… pasamos a la tienda entonces... —dijo Blaine apuntando a su derecha como corroborando el camino a seguir, Kurt le guiño un ojo vuelta y luego miro a Noah por si había notado algo.
-Esas personas nos están tomando fotos…
-¿Quienes cariño? —pregunto Kurt detenido junto a su familia frente a un semáforo en rojo.
-Esas de allá… —insistió Noah apuntando hacia adelante— ¿son nuestros amigos?
-No hijo, no son nuestros amigos, son periodistas y reporteros de revistas.
-¿Y por qué nos toman fotos?
-Porque es su trabajo bebé… —respondió Kurt mirando a ambos lados antes de cruzar la calle.
-¿Su trabajo es tomar fotos de gente?
-No de gente… ven… —dijo Blaine alzándolo en sus brazos— ¿recuerdas que yo soy cantante y el Papá actor de teatro?
-Si…
-Pues el trabajo de esas personas es conseguir fotos de los actores y cantantes para publicarlas en diferentes revistas.
-¿Vamos a salir en una revista? —pregunto Noah tomándose la cara.
-No tú cariño… gracias a que a Halle Berry le dio lo mismo la “primera enmienda”, ningún niño puede ser expuesto a los medios de comunicación por muy famosos que sean sus padres.
-¿Quién es “Jelibedry”?, ¿es la hermana de la tía Rachel Berry?
-No cielo, es solo un nombre parecido, y no es nadie importante no te preocupes —dijo Kurt haciéndole un cariño en la cara.
-¿Dónde estamos?... —pegunto Noah que ahora viajaba de lo más cómodo en los brazos de su “Papáblen” y veía como entraban en un edificio de puertas giratorias muy concurrido y elegante.
-Vinimos a ver alguien.
-¿A quien? ¿a “Jelibedry”? —pregunto mirando a su alrededor.
-No, vinimos al doctor hijo… —contesto Blaine entrando al ascensor luego de su esposo, no sin antes hacer unas señas a un par de chicos que murmuraban cosas luego de pasar por su lado.
-¿Un “doptor”?... ¿estas enfermo “Papáblen”?
-No hijo, tranquilo…
-¿Y tu Papá?
-Tampoco cariño…
-¿Quién entonces?... ¿acaso “Desmond”? —dijo Noah tirando sus brazos hacia atrás con el afán de sacar su dinosaurio desde la mochila.
-Nadie está enfermo… sentemos aquí y con el Papá te lo explicaremos —respondió Blaine dejando a su hijo en el suelo una vez que entraron a una consulta médica, lo tomo de la mano y lo guio hasta los asientos de la sala de espera, Kurt mientras tanto se dirigió al mesón de la recepción para indicar que tenían agendada una cita y que ya habían llegado para concretarla.
-¿Todo bien? —pregunto Blaine ayudando a Noah a quitarse la mochila.
-Si, me dijo que el doctor tiene un paciente mas además de Noah.
-Yo soy Noah… ¿estoy enfermo?
-No cariño, te dijimos que nadie está enfermo… veras… como bien sabes, nos vamos mañana de viaje a Sudamérica con el “Papáblen”, por lo tanto existen ciertas precauciones que debemos tomar, una de ellas es prevenir enfermedades que en nuestro país no existen, pero si que pueden existir en otros lugares, ¿entiendes lo que digo?
-¿Dónde vamos hay enfermedades?, ¿y porque vamos entonces?
-No donde vamos hijo… son lugares muy bellos como bien viste en el atlas, pero si debemos tomar medidas preventivas, y esas medidas son vacunarnos para no contraer ninguna enfermedad.
-¿Una… “inyepson”?
-Si cariño, una inyección, pero serán solo dos bien pequeñitas no debes asustarte.
-Nunca me han puesto una “inyepson”… —dijo Noah abrazando a “Desmond”
-Claro que si… cuando eras pequeñito te pusieron muchas, igual que a tus hermanos.
-¿Y cómo no me acuerdo?
-Porque eras un bebé, hijo… como ese pequeñito que está allí —contesto Blaine apuntando a un bebe que esperaba su turno de atención sentado en un coche de paseo.
-¿Y me dolió?
-Tal vez un poquito… —dijo Kurt haciendo el gesto de algo pequeñito con sus dedos— pero sabes que…—agrego levantándose de la silla para enculillarse frente a él— cuando te las pusieron, ni lloraste ni nada, ¿sabes por qué?
Noah negó con su cabeza abrazando a su dinosaurio con más fuerza que la acostumbrada.
-Porque eres muy valiente… y los niños valientes no temen a nada… ¿serás valiente esta vez también?
-…
-Hijo… —agrego Blaine adoptando la misma posición que su esposo— no tengas miedo, el Papá y yo entraremos contigo, también “Desmond”… y si hacemos esto es porque no queremos que te pase nada en el viaje.
-¿Ustedes se pondrán una “inyepson” también?
-No cariño… nosotros ya no la necesitamos, nos la pusimos hace mucho tiempo, tú eres el pequeñito que aún no había pasado por esto… pero como bien dijo el “Papáblen” es para evitar que te enfermes… ¿no te gustaría estar enfermo verdad?
-No…
-¿Serás valiente entonces?
-Lo seré…
-Perfecto cariño —dijo Kurt dándole un beso en la frente— esperaremos aquí hasta que nos llamen por esa puerta— agrego señalando hacia atrás de donde estaban.
-¿Las vacunas “prevenen” cualquier enfermedad?
-Casi todas las conocidas hijo… oye… ¿qué tal si cuando lleguemos a la casa averiguas todo al respecto?
-O podemos pasar a comprar un libro si así lo quieres cariño —agrego Kurt mirando a Blaine como si ya no le quedaran más palabras con las que animar a su hijo.
-Está bien…—respondió Noah no muy convencido.
-¡Noah Anderson Hummel! —exclamo un doctor pequeño en estatura pero gigante en voz.
-Ese soy yo…—dijo Noah haciendo como un tiritón con todo su cuerpo.
-Claro que lo eres… vamos… —añadió Blaine tomándolo en sus brazos nuevamente.
-¿Este es Noah? —pregunto el facultativo mirando al pequeño y luego los papeles que cargaba, como si hubiese una foto de él la cual debía ser comprobada— me encantan tus gafas… pasen…
-Buenas tardes Doctor…
-Liverman, dice aquí que vienen por unas vacunas.
-Así es, Doctor Liverman, viajaremos mañana y…
-¿Mañana?... no les dijeron que el tiempo de inoculación debe ser con una semana de anticipación como mínimo.
-Si lo sabemos, es solo que el país más riesgoso por así decirlo, solo lo visitaremos dentro de dos semanas, así es que por eso vinimos ahora —aseguro Kurt terminando de entrar.
-¡Ah, muy bien!… ¿Qué países visitaran? —pregunto el doctor comenzando a preparar cinco inyecciones diferentes, los ojos de Noah se abrían más con cada frasco que el hombre destapaba.
-Argentina, Chile y Brasil.
-Los mejores… ¿los tres se inocularan entonces?
-No, solamente nuestro hijo… —contesto Blaine sentado en la camilla junto a Noah.
-¿De verdad?
-Sí, nosotros hemos viajado antes y estamos inmunizados desde hace tiempo —agrego Kurt mirando las agujas y comparándolas mentalmente con el tamaño del pequeño brazo de su hijo.
-Pues yo les recomendaría que reforzaran su inmunidad, después de todo es casi primavera allá y la ultima inundación en Sao Paulo es caldo de cultivo perfecto para la fiebre amarilla, el tétano y algunos tipos de meningococo.
Kurt miro a Blaine y este le hizo un gesto como de resignación divertida.
-Si usted lo recomienda…
-Lo recomiendo, nunca se está lo suficientemente protegido —sentencio el Doctor como si fuera un súper héroe de la inmunización o algo parecido.
-Mira cariño, terminaremos todos poniéndonos inyecciones… ¿genial?, ¿no crees? —añadió Kurt quitándose la chaqueta que vestía y arremangándose la camisa acto seguido.
-¿Tú también “Papáblen”?
-También hijo… y veras que no dolerá nada —respondió este haciendo lo mismo con su propia ropa.
El Doctor abrió un par de vacunas que venían ya listas y le puso una en cada brazo a Kurt primero y a Blaine después, ambos le hicieron gestos a Noah que demostraban que aquello no había dolido nada y se acercaron a él para ayudarlo con la ropa.
-¿Ves cariño?, el “Papáblen” y yo también nos pusimos nuestras vacunas y no dolieron para nada… ahora es tu turno de ser valiente —dijo Kurt quitándole el sweater.
-¿A “Desmond” también le tocara? —pregunto Noah mientras Blaine le desabotonaba la camisa.
-Los dinosaurios son inmunes a todo pequeñín, no te preocupes por él —contesto el doctor esperando en un costado con las inyecciones listas para poner.
-¿Viste?... “Desmond” no necesitara nada…—añadió Blaine sentándose de nuevo a su lado.
-Muy bien Noah… la primera de tres… —dijo el Doctor Liverman poniendo la primera vacuna.
Noah cerro sus ojos un segundo al sentir el pinchazo y luego esbozo una sonrisa entre tímida y forzada al mirar a Kurt.
-Solo faltan dos cariño….—dijo este sentándose al otro lado.
-Dos de tres… —volvió a decir el doctor poniendo la segunda— y… la última… —agrego poniendo la tercera vacuna en el brazo de Noah.— ¡muy bien pequeño!... —exclamo desordenándole el peinado— vuelvo enseguida con un dulce para ti.
-¿Un dulce? —pregunto Noah con un hilo de voz.
-Sí, fuiste muy valiente… eso no se ve mucho aquí — gusto en conocerlos… y buen viaje —termino por decir el doctor estrechando la mano de ambos de la más descuidada de las maneras, ya que al parecer, no tenía idea quienes eran Blaine Anderson y Kurt Hummel.
-Gracias Doctor Liverman —dijo Blaine haciendo un gesto de despedida con su mano.
-Mira bebé... hasta un dulce te ganaste por ser tan valiente… ¿Noah estas bien? —pegunto Kurt al ver que su hijo parecía y aguantaba un llanto desconsolado.
-¿Se puede llorar y ser “valente” igual?… —quiso saber el pequeño ocultando su cara tras “Desmond”
-Cariño… —contesto su Papá abrazándolo con cuidado— obvio que si… ¿por qué lo preguntas?
-Porque me dolió mucho… —respondió el pequeño soltando el llanto.
-Bebé… está bien… está bien —dijo Kurt sonriendo un poco ante tanta ternura— no te preocupes, puedes llorar si así lo necesitas, ay creo que me vas a hacer llorar a mí también —agrego haciendo un puchero.
-Tranquilo hijo… mira… ¿sabes lo que implica también el ser valiente?
Noah se limpió algunas lágrimas de la cara y gesticulo un no con su cabeza.
-Pues implica no temer a demostrar lo que sentimos, y si tu sientes pena puedes llorar… no hay problema en ello. —añadió Blaine mientras le hacía cariño en el pelo.
-Qué bueno, porque de verdad me dolieron las “inyepsones”—respondió Noah sobándose uno de los brazos para volver a llorar con sollozos incluidos.
Blaine lo levanto en sus brazos nuevamente y lo envolvió con fuerza delicada, Noah lo abrazo de vuelta como anhelando protección. Kurt se acercó a ellos y le acaricio la espalda a su esposo y le beso las manos a su hijo. Blaine le canto su canción bajito y al oído y allí se quedó el pequeño Noah, confortado y arropado por quienes más quería en el mundo, sus padres.






-No estoy aquí… solo vine a buscar las almohadas de Blaine… no me preguntes, pero no puede dormir si no las tiene… ¿Rachel?... ¿estás bien? —pregunto encendiendo la luz de una de las mesas de noche al sentir que su amiga sollozaba de manera silenciosa— ¿estas llorando?
-Un poco… —respondió restregándose los ojos.
-¿Por qué?... ¿no querrás que durmamos contigo?, ¿o sí? —quiso saber Kurt sentándose en la cama.
-No… —contesto soltando una risa llorosa— es solo que… no quiero que creas que soy egoísta…
-Siempre creo que eres egoísta… —se adelantó en decir Kurt tomando las almohadas de su esposo— pero al final terminas por darte cuenta y haces lo que sea por la persona que está a tu lado… aunque a veces sea muy, pero muy al final.
-Gracias… —dijo la chica como hipando.
-¿Qué sucede?
-Como decía… sé que suena egoísta pero siento que el triunfo de Mackinley esta tarde fue un triunfo solamente mío…
-Eso es lo más egoísta que te escuchado decir en toda mi vida y eso que hace minutos nos confinaste a dormir en un sillón, en nuestra propia casa…
-¡Te dije que…!
-Pero… —interrumpió haciendo la señal de alto con su mano— tienes todo el derecho a adueñarte de este triunfo, mal que mal, sin ti… si tú no hubieras reunido al coro de nuevo, nada de esto estaría pasándole a nadie.
-¡Es lo que creo!... —dijo soltando el llanto nuevamente.
-Rachel… está bien… ¿y sabes qué?, tienes mi parte del triunfo… y como todo lo de Blaine es mío ahora que somos esposo y esposo… también toma su parte… que enfrentémoslo es casi la mayoría del todo.
-Gracias…
-De nada.. pero no quiero que te pongas melancólica, hay mucho trabajo por hacer hasta las nacionales —sentencio Kurt levantándose con las almohadas entre sus brazos.
-Es verdad… es verdad…—dijo al chica respirando hondo un par de veces— si logramos ganar las nacionales, nadie se meterá con New Directions, al menos en un par de años.
-Así es… ahora, si me permites me voy a dormir con mi esposo en un muy pequeño pero sexy sofá.
-Me alegra verte así Kurt, ¿eres feliz?
-Mucho… —respondió Kurt soltando un suspiro mientras miraba en dirección de la sala y abrazaba las almohadas como si de su propio esposo se tratase.
-Se ve que con Blaine son inmensamente felices…
-Lo somos… creo que también encontré mi propia redención volviendo a la ciudad que me vio nacer, nunca lo hubiera pensado, pero así fue…—respondió sonriendo.
-Me alegro mucho… —repitió sonándose con estridencia.
-Y hablando de redenciones… y nuevas oportunidades —dijo volviendo a sentarse en la cama— ¿Qué hay de ti y … ya sabes?
-¿Quién?
-Sam…
-No… Sam es estupendo, pero… no creo que logremos más... yo me voy a New York cuando acabe la competencia y él, creo que él pertenece aquí.
-¿Qué hay de Jessie entonces?
-¿Que sabes tú de Jessie? —dijo Rachel dando un respingo.
-¡Por el amor de dios!, St James me acoso casi por una semana completa, me llamo innumerables ocasiones para preguntarme por tu ubicación, por tu número y por otras cosas de las que prefiero no hablar… ¿hay posibilidades ahí?
-No lo sé tampoco… de hecho… creo que ahora solo me concentrare en mi futura vida universitaria.
Kurt la miro de medio lado como si no creyera nada de lo que su amiga le decía.
-¿Qué?...
-Nada... te creeré Rachel Berry… buenas noches.
-¡Es la verdad! —exclamo volviendo a sonarse.
-Por eso… te creeré…
-Buenas noches Kurt... y gracias de nuevo…
-De nada… — dijo este cerrando la puerta tras de él

-¡Mis almohadas! —exclamo Blaine dando unos aplausos y vítores silenciosos.
-Te dije que sería exitoso en mi misión.. ¡y no te atrevas a revisarlas!... son las tuyas —advirtió apuntándolo.
-No lo hare… —dijo poniéndolas tras su cabeza— ¿Rachel estaba bien?
-Lo estaba… despierta y llorosa, pero estaba bien…—explico mientras se acomodaba al lado de su esposo.
-¿Llorosa?... ¿por qué?
-Por la emoción, por lo que logro… creo que necesitaba esto más que cualquiera de nosotros.
-También lo creo… —dijo Blaine besándole la cabeza luego de recibirlo nuevamente en su pecho.
-Sabía que pensarías igual que yo… por eso le di nuestra parte del triunfo, así no se siente tan egoísta.
-¿Egoísta?... ¿por qué?
-Porque es Rachel Berry, y no quiero hablar de ella, suficiente tenemos con tenerla de allegada aquí… mejor hablemos de nuestro viaje a la NYU para tu inscripción.
-¿Me vas a acompañar?
-Por supuesto… ya tengo los pasaje y todo…
-Genial…
-Lo es… y aunque sé que es mucho pedir, creo que deberías de terminar de ver a información así dejamos listo lo del departamento también.
-…
-¿Blaine?
-¿Qué?... ¡Sí!… obvio que si…
-¿En qué pensabas?... y por favor no me digas que en el llanto de Rachel.
-No… no era en eso… pensaba en lo feliz que soy… y en lo irrepetible que es cada momento contigo.
Kurt se incorporó un poco y le dio un beso.
-Yo también soy feliz… —dijo sonriendo— ¿y sabes a quien le debemos esta felicidad ¿no es así?
-¿A ti?... ¿qué corriste en mi búsqueda?.
-No… a otra persona que nos juntó mucho antes… —agrego Kurt mirándolo como si esperara que completara la oración.
-A Sue…
-Sylvester… —añadió Kurt terminando la frase por su esposo.
-¿Cuan raro es eso? —dijo Blaine soltando una risa.
-No lo sé… pero es la verdad… —contestó Kurt volviendo a acomodarse.
-¿No deberíamos de agradecerle?, ya sabes formalmente.
-¿De verdad piensas eso?
-Si… bueno… sé que lo que hizo estuvo totalmente injustificado, pero si me hubiera asegurado de antemano que aquello contribuiría a que tu terminaras en mis brazos cada noche, te juro y me encerraría por semana en ese ascensor falso.
Kurt soltó un suspiro cargado de satisfacción y volvió a incorporarse para mirarlo a los ojos.
-Y Rachel se atreve a preguntarme si soy feliz a tu lado —agrego sonriendo como si ya no pudiera más de felicidad.
-¿Lo eres? —pregunto Blaine con un cierto recelo.
-Como nunca lo pensé y lo seria… —termino por decir Kurt dándole otro beso que tranquilizaba cualquier temor.

-Llegue…—dijo Kurt abriendo la puerta con una bolsa de mercado en sus manos.
-Bienvenido de nuevo… —respondió Blaine dando un beso.
-¿Rachel aún no se levanta?... te juro e hice todo el ruido posible cuando ocupe el baño para que se despertara a una hora decente —agrego besándolo de vuelta.
-Creo que ya está en el baño… ¿gasta mucha agua?, ¿no crees?
-Lo creo… y gracias a dios que la caldera de este edificio tiene más capacidad, siempre tuve esa discusión con ella cuando vivíamos en Bushwick.
-Bueno aquí no hay porque discutir, ¿encontraste lo que te pedí?
-“Avena instantánea con chips de Chocolate” —respondió sacando la caja de aquel producto, más una botella de jugo, otra de leche y una bolsa con manzanas— estos “quackeros” tienen tiempo para inventar lo que sea.
-Pues si logran con ello librarse de un par de guerras… creo que su intento en más que valido.
-Claro… —dijo Kurt entregándole el envase.
-Excelente… —añadió Blaine tomándola y leyendo el empaque— hare unos waffles súper espectaculares —dijo comenzando a sacar cosas de los anaqueles.
-¿De avena?
-Obvio, es una receta muy especial y que no olvidaras.
-Pues tengo el presentimiento de que no —murmuro sentándose a la mesa.
-¿Cómo? —dijo Blaine tomando y dejando un sin número de artículos para cocinar de los diferentes gavetas que habían en la cocina.
-¿Que como se te ocurrió hacer algo así?
-Bueno, como Rachel está aquí con nosotros, pensé en darle una oportunidad a la comida “vegana”, y así agasajar a nuestra huésped.
-No la agasajes tanto… o se quedara para siempre.
-Exagerado…
-¿Te encanta esto?, ¿no es así? —dijo Kurt bebiendo del café de su esposo.
-¿Qué cosa?
-Ser anfitrión… te encanta ser el encargado de atender y todo lo demás.
-¿Y a ti no seguramente?
-No, es agobiante y cansador, y al final nadie agradece nada, ¿no te acuerdas como era cuando todos estaban en el departamento todo el tiempo?
-Me acuerdo…
-¡Entonces!... no me lleves la contraria, sabes que tengo razón —advirtió apuntándolo.
-Pues insisto en que no la tienes… y… hablando de eso… de nuestros amigos haciendo propia nuestra casa —dijo Blaine dejando de lado un instante lo que preparaba— ¿puedo preguntarte algo?
-Claro…
-Cuando estemos en New York y hayamos elegido donde vivir… ¿crees que podríamos hacer espacio para…?
-¿Una mascota? —se adelantó en responder Kurt poniendo caras.
-No, no una mascota… espacio para… Sam…
-¿Sam?, ¿Sam Evans?
-Si…
-¿Por qué?
-Porque no se… —respondió sentándose a su lado— me gustaría que volviera retomar lo que lo llevo a viajar a New York la primera vez, ya sabes ese sueño que tenia de niño de ser modelo, o que intentara estudiar algo… no se… no me gustaría verlo sumido en Lima como si no existiesen más posibilidades para él, tiene talento y no debería desaprovecharlo.
-Ok… —dijo Kurt alargando las letras.
-¿No estás de acuerdo? —pregunto Blaine mientras le tomaba los dedos de la mano uno a la vez— mira, sé que la primera vez él como que sobrepaso algunos limites, pero ahora todos estamos más grandes y no creo que eso suceda —insistió viendo como la cara de su esposo cambiaba mueca tras mueca— definitivamente no estás de acuerdo…
-No, no es eso, pero lo que sí creo, es que quien no estará de acuerdo con mudarse es el propio Sam… lo veo bastante cómodo aquí Blaine.
-Tal vez… pero quizás es porque cree que no tiene otra opción… sé que dijimos que nuestra casa seria nuestra casa… pero… de verdad me gustaría ofrecerle un lugar en nuestro futuro sofá… y sé que sería pedirte mucho, pero tal vez ni siquiera sea por mucho tiempo y…
-Ofréceselo…
-¿Si?...
-Obvio que si… aunque creo y querrá terminar la temporada con el equipo de futbol antes.
-También lo creo… además a lo que me refiero es a hacerlo cuando estemos instalados y todo este marchando… gracias Kurt… —dijo dando tres besos seguidos— ahora a los waffles…—añadió levantándose para continuar con su labor.
Kurt soltó un suspiro, apoyo la cabeza sobre la mesa y se dedicó a observar a su esposo mientras trabajaba en la cocina, pensando para sí, que si añadía un par de bebés y algunos premios de la academia como adorno en diferentes partes de su casa, estaría frente a un cuadro totalmente perfecto.
-¿Blaine? —pregunto volviendo de sus pensamientos.
-¿Si?...
-Ya que surgió el tema de nuestro departamento… ¿Pensaste el que te dije anoche?
-Si es en lo de Sue, la verdad es que no he pensado muy bien como agradecerle, aunque las flores siempre son infalibles —contesto más concentrado en medir lo que echaba a un cuenco grande y floreado que en lo que le decía su esposo.
-No, no es sobre eso…
-¿Entonces?, tendrás que… refrescar mi memoria, anoche hablamos de bastantes cosas —dijo mientras mezclaba todo.
-Me refiero a la idea que tuve de dejar listo lo del departamento en New York.
-Ah… claro... me parece genial… —respondió mirando la pasta extra gruesa que había resultado de la mezcla de lo ingredientes.
-Por favor dime que viste los papeles…
-Los vi… —agrego consultando la receta y pensando a la vez si es que había hecho algo mal.
-¿Y?… —agrego Kurt suspirando un poco de frustración.
-Pues me parece que los precios están un tanto sobrevalorados, y que los barrios que elegiste son demasiado exclusivos para una pareja de estudiantes recién casados— dijo encendiendo la wafflera.
-¿Qué?... ¿de que estas hablando?, son los mejores barrios que existen, por favor no me digas que quieres que volvamos va a vivir en la parte oxidada de New York.
-No pretendo eso… lo que sí creo es que debemos aterrizar un poco nuestras expectativas —contesto limpiándose las manos con un paño de platos para luego colgárselo en el hombro.
-Está bien… ¿Qué sugieres entonces?
-Sugiero que cuando lleguemos esta tarde allá, vamos a la NYU y vemos los avisos de renta que puedan haber en el campus, tal vez sean más económicos y accesibles.
-¡Wow!… señor Anderson Hummel, esa idea es bastante magnifica.
-Gracias… aunque deberías de disimular un poco la sorpresa que te provoca cuando se me ocurre algo antes que a ti… y darme crédito por ello —dijo Blaine apuntándolo con el cucharon.
-No es sorpresa, y siempre le doy crédito a tus ideas, ¿de dónde sacas que no?
-Está bien… —dijo sonriendo— ¿te parece bien que hagamos eso? —agrego cerrando la máquina y limpiando de inmediato el exceso de los bordes.
-Me parece estupenda, es más… —contesto levantándose para acercarse a él como un duende travieso lo haría— creo y mereces algo más que un agradecimiento teórico —agrego dándole un agarrón en el trasero con sus dos manos.
-Vaya… esto sí que se siente como un agradecimiento a “A” mayúscula.
-Lo se… —dijo Kurt de vuelta agarrando con más propiedad.
-Me declaro complacido con este tipo de crédito, debería de ser así en la universidad y en la escuela.
-Pues no se atreva a buscarlo en ningún otro lugar Señor Anderson Hummel, esto me pertenece—aseguro sin mover sus manos de donde las tenía.
-Jamás lo haría… —respondió sonriendo.
-Me alegra escucharlo —agrego Kurt moviéndose para terminar por ubicarse en el lugar que había entre su esposo y el mueble de la cocina, se medio sentó en el canto y separo sus piernas para que Blaine se acomodara entre ellas, este avanzo un paso y volvió a sentir las manos de su esposo en la parte de atrás de su cuerpo.
-Eres tan guapo —dijo Blaine tomándole la cara para besarlo.
-Y tu sexy… en especial con el paño de cocina en el hombro y esta camisa media arremangada.
-¿Si?
-¡Oh si!… no eres el único con fantasías de cocina y deberes domésticos —respondió Kurt mordiéndose el labio.
-Pues habrá que cumplirlas todas entonces… ya sabes, por salud mental —aseguro Blaine dándole unos besos en la frente, la nariz y la comisura de los labios.
-Si es por salud mental… —repitió Kurt acercándolo más a él— no veo y nos quede otra alternativa… pero recuerda también que me debes algo…
-¿Qué cosa?
-Me debes la historia de esta curvita sexy de tu nariz.
-¿Por qué sacas eso ahora?
-No lo sé... debe ser porque no puedo evitar pensar en ello cuando te tengo así de cerca, además es verdad que me la debes, te he pedido mil veces que me lo cuentes y nunca lo haces.
-Porque no es tan interesante como crees que es…
-¿No?
-No… además me paso cuando era muy pequeño, y en esa época no era interesante, te lo aseguro.
-Vaya… tendré que inventar una versión que lo sea entonces.
-¿Si?... ¿y cómo sería esa versión? —quiso saber Blaine olvidando su trabajo de anfitrión y concentrándose más en el pelo de su esposo en cambio.
-Pues… a ver… primero sería extra romántica… y sería algo así como tu trenzándote a golpes con un desconocido, solo por defender al hombre que amas.
-Quien después me tendría que llevar al servicio de urgencia… no veo mucho romanticismo en ello.
-¡Ah!, pues eso no sería necesario, en mi versión de los hechos tú eres tan fuerte y rudo que tú mismo volviste a poner tu nariz en su lugar…
-¿Mordiendo un palo y bebiendo wishkey para evitar el dolor?
-¡Exacto!... ¿te estas metiendo en mi cabeza Blaine Anderson-Hummel?
-Eso sería un privilegio que no podría rechazar aunque quisiera —respondió acariciándole el pelo.
-¿Sabes?… pensé que cuando lleguemos a…
-¡Buenos días!... —exclamo Rachel llegando a la cocina vestida en parte con su ropa y en parte con la que había tomado de Blaine desde el closet.
-Hola Rachel… ¿dormiste bien? —pregunto este apartándose de donde estaba.
-Como un ángel… —respondió sonriendo y estirando su cuerpo.
-Vaya si te haces sentir como en casa —dijo Kurt advirtiendo que el sweater que vestía su amiga era de su esposo— ¿no trajiste tu propia ropa? —agrego apartándose de Blaine un tanto molesto.
-¿Lo dicen por esto? —dijo señalándose a sí misma— saben que no podía levantarme con la misma ropa de ayer… además es sábado… —señalo sentándose a la mesa.
-Lo es… —dijo Blaine sirviendo café para todos.
-Gracias… ¿ustedes durmieron bien? —pregunto Rachel al tiempo que recibía su taza.
-No como lo habríamos hecho en nuestra propia cama… pero si… —respondió Kurt sonriendo medio forzado.
-Dormimos bien Rachel, no te preocupes… y ahora prueba esto.. son totalmente vegetarianos, hechos especialmente pensando en ti… —dijo Blaine repartiendo los primeros dos waffles.
-¡Se ven muy ricos!… —exclamo Rachel moviéndose en su silla.
-Gracias… —añadió Kurt sonriéndole a su esposo al recibir su parte.
-Disfruten… —respondió el aludido preparando más.
-¡Esto esta exquisito!... ¿puedo quedarme aquí para siempre? —dijo Rachel mascando.
-Están muy buenos Blaine…
-¿Ves?, valió la pena ir al mercado antes de las 8.
-Lo valió, me retracto de todo lo que pensé cuando iba de camino —dijo Kurt comiendo más.
-¿Asumo y fueron muchas maldiciones? —pregunto Blaine sentándose a la mesa.
-Muchas … ¡y las peores! —aseguro su esposo mientras tragaba.
-¡Ay!, ¡esto es tan perfecto!… somos una versión extra moderna de Will&Grace… ¿Qué haremos hoy? —dijo Rachel bebiendo café.
-¿Haremos? —pregunto Kurt de vuelta levantando una ceja.
-Si… ya saben, los tres… ¿ir a celebrar a un lugar perdido y alocado tal vez?
-Dime donde encontramos algo así en Lima y vamos de inmediato —dijo Kurt cogiéndole la mano a su esposo. Blaine sonrió y no le importo tener que cortar parte de su desayuno con una sola mano.
-¡No lo sé!... ¡debe de haber uno!... anoche me acosté pensado que debimos salir a celebrar en vez de acostarnos tan temprano… ¿qué dicen?
-Pues nos encantaría, pero con Kurt partimos a New York en cuatro horas —contesto Blaine mirando su reloj.
-¿A New York?... ¿Por qué? —quiso saber Rachel arrugando su entrecejo —¿no saben que el lunes tenemos una reunión con New Directions?,
-Lo sabemos… —respondieron ambos al unísono.
-¿Entonces? —pregunto comiendo de la porción de su amigo.
-Porque Blaine va a NYU a terminar su proceso de inscripción y matricula, y porque además iremos a ver departamentos para nuestra futura llegada a la gran manzana, aunque debería decir, “re llegada”… ¿verdad? —dijo Kurt como pensando aquello.
-¿Y porque no me lo dijeron?... ¡ya se!, ¡los acompañare! —exclamo levantándose de lo más sonriente
-¿Que?... ¿por qué?
-Porque… está bien… —dijo volviendo a sentarse— les contaré una exclusiva… lo que sucede es que acabo de decidirlo, bueno de hecho lo decidí ayer, pero ayer habían cosas más importantes.
-¿Mas importantes que tú?... ¿en serio? —murmuro Kurt dando a Blaine una mirada divertida.
Rachel lo miro toda encrispada y volvió a su historia.
-Como decía, ya decidí que hacer con mi vida… y eso es… ¡volver a NYADA! —dijo la chica moviendo sus manos como si estuviera presentando la atracción principal en un circo.
-¡Al fin algo de cordura en esa cabeza!... ¡bravo Rachel Berry!... ¡bravo! —sentencio Kurt aplaudiendo.
-Que bien Rachel, me alegro… así los tres estaremos en lo mismo.
-Así es… ¿ven que debo ir con ustedes?... ¿Cómo se llama esa amiga de tu Mamá que siempre consigue pasajes? —pregunto tomando el teléfono y mirando a Blaine.
-Se llama Be…
-Ella no puede ayudarte… —se adelantó en responder Kurt.
-¿Por qué no?
-Porque… porque… ¡falleció!… eso, fue horrible, ¿cierto Blaine? —dijo mirando a su esposo con los ojos bien abiertos.
-¿Qué?... ¡ah!... Becca si, si.. si.. lamentable… lo siento Rachel —agrego este notando el tono en las palabras de su esposo.
-¿Que?... —contesto está haciendo un puchero.
-Lo siento Rachel… tendrás que quedarte… dudo que consigas pasajes para esta misma tarde de la manera tradicional… ¿más waffles? —termino por decir Kurt acercándole el plato.
Blaine sonrió para sí pensando en que aquello le agradaba de sobremanera, no solo Kurt había dejado de consentir a Rachel en todo lo que esta se proponía, sino que también sentía que por primera vez, él estaba antes que ella en la lista de prioridades de su esposo.

-Este campus es gigante….—opino Kurt mientras observaba todo.
-Lo es… creo que debemos… a ver… espera un momento —dijo de vuelta Blaine deteniéndose en uno de los jardines.
-¿Me vas a decir que estamos perdidos Blaine Anderson-Hummel?
-No… bueno… —respondió consultando el mapa de la NYU en su teléfono y mirando a su alrededor después— tal vez un poco, pero nada que una pregunta no pueda solucionar— agrego comenzando a avanzar nuevamente de la mano de su esposo.
-Me asombra que este abierto un sábado, en NYADA hasta las moscas desaparecen los viernes.
-Eso es porque están en proceso de matrícula, todo está bastante revolucionado —contesto sonriendo como si no pudiera esperar a ser parte de toda aquella revolución.
-¡Me encanta verte asi!... —exclamo Kurt acercándose a él en una especie de arrumaco.
-¿Así como?
-Así... feliz, es casi como si nada pudiera arruinar este momento de tu vida.
-¡Nada puede arruinar este momento de mi vida!... ¡es perfecto!, y por muchas razones.
-Cuéntamelas…
-Bueno… primero, estoy aquí “ad portas” de matricularme en la Universidad para estudiar algo que amo, segundo estoy de vuelta en la ciudad más diversa y grande del mundo y tercero y más importante, estoy seguro y todos sienten celos de mi porque el hombre más guapo de todo Estados Unidos va de la mano conmigo… dime si no es el mejor momento de mi vida.
-Eres inigualable Blaine Anderson-Hummel y te amo cada día más por eso —dijo Kurt robándole un beso que Blaine se encargó de que durara más de lo que su esposo tenia presupuestado.
-¿Es aquí?... —pregunto Kurt soltando un suspiro.
-Aquí es… —respondió Blaine sintiéndose superior a cualquiera.
-¿No te demoraras mucho?, ¿verdad?... lo digo porque estos avisos dicen que solo atienden hasta las 6 de la tarde.
-No lo creo… —contesto abriendo la puerta para su esposo— asumo que es firmar algo y listo.
-Pues eso espero, no quiero dormir al raso esta noche.
-No lo harás… mira, ahí dice alumnos nuevos —dijo Blaine apuntando el cartel que estaba frente a ellos.
-¿Crees que sean serios estos avisos?, no quiero llegar a un lugar inexistente o algo.
-Si no lo son, vamos a los que viste tú al principio.
-¿Aunque sean sobrevalorados y fuera de nuestro alcance?
-Aunque lo sean… me acercare al mesón —dijo Blaine sacando sus documentos de identidad mas la carta de aceptación que había recibido días atrás—¿me acompañas o…?
-Te espero aquí… además en ese mural hay muchos avisos… averiguare de inmediato en que clubes debes inscribirte y de cuales mantenerte alejado.
-Ok…—agrego sonriendo mientras se dirigía donde dijera.
-Buenos días, bienvenido al departamento de música de la NYU, ¿en qué puedo ayudarle?
-Buenos días, mi nombre es Blaine Anderson-Hummel y vine a matricúlame… —respondió como en tono de pregunta.
-Me facilita sus papeles por favor —dijo la chica extendiendo su mano.
-Claro —contesto Blaine haciendo lo que le pidieran, le echo un vistazo a Kurt y este le hizo un gesto de saludo y otro que de que, además de los clubes, estaba viendo más departamentos en renta.
-Muy bien señor Anderson déjeme buscar su ficha parar entregarle su calendario, el horario de sus clases y otras cosas… veamos… —murmuro para si abriendo una carpeta grande y gruesa— Harry Fitzpatrick… Phillip Wendell… Dylan Westbrook… ¡un momento! —exclamo deteniéndose— esta es la carpeta de los estudiantes de intercambio… ¿de dónde viene usted?
-De Lima , Ohio… —respondió Blaine mirándola raro.
-Eso es Estados Unidos, ¿no es así?
-Lo es… desde el 1 de marzo de 1803… lo es…
-Carpeta equivocada entonces… —dijo cerrándola de un solo golpe— ¡Robert! —exclamo mirando a su compañero de mesón— ¿la carpeta con las fichas de los alumnos nuevos?
-Bajo esa pila de allí —respondió el aludido apuntando.
La mujer volvió a moverse sobre su silla y tomo la que se suponía y era la que contenía la información correcta.
-Esta si… me disculpo por la confusión, la otra es de quienes se integraran a mediados de semestre, la mayoría de Inglaterra, cosa que no corresponde a usted Señor Anderson…
-Hummel…
-¿Cómo?
-Anderson-Hummel, ese es mi apellido, sé que no figura en los antecedentes que tiene de mí, pero me case hace menos de un mes y mi apellido es Anderson-Hummel ahora.
-¡Oh!... —exclamo como sorprendida al saber algo que en realidad no era necesario conocer— ¡felicitaciones! —añadió sonriendo media incomoda, mientras buscaba los antecedentes de Blaine, volviendo a murmurar las nombres a medida que los iba leyendo— Marcus Feldman… Curtis Riad… Lilian Mary Stewart… ¡ah!... Blaine Devon Anderson… aquí está su calendario para este semestre, sus clases, los libros que necesitara y que puede retirar en la biblioteca, algunos datos sobre el “Waverly Labs” y actividades extracurriculares que pudieran interesarle —explico a medida que dejaba los papeles repartidos casi por toda la extensión del mesón.
Blaine los recibió todos queriendo leerlos de inmediato, los miro por encima y trato de darles un orden entre sus manos.
-¿Alguna duda?
-¿No tengo que firmar algo?
-Por supuesto… aquí por favor… —dijo la mujer entregándole una forma, mas un lápiz.
Blaine leyó el papel y se lo devolvió con su nombre impreso.
-Gracias… bienvenido a la NYU, le garantizo y serán los mejores años de su vida—concluyo la encargada de admisiones estrechándole la mano.
-Así lo espero —respondió Blaine sonriendo.








Septiembre de 2040


-¿Cómo te sientes bebé?...—pregunto Kurt mientras alistaba la mesa para el almuerzo.
-Bien…
-¿Seguro?
-Si… ya no me duele tanto como ayer —respondió Noah observando sus brazos y las “venditas” multicolores que le habían puesto en el lugar de los pinchazos.
-Esa es un excelente noticia… —dijo Kurt de vuelta mirando todo lo que había puesto sobre la mesa.
-¿Quieres que te ayude? —pegunto mientras pasaba página la libro que leía.
-No cariño, yo ya estoy listo aquí —respondió cambiando de lugar un par de vasos.
-Tal vez el “Papáblen” necesite mi ayuda con el “equepaje”
-Pues no lo creo… el “Papáblen” puede con todo, es muy, pero muy fuerte… —dijo Kurt sonriendo como si recordara algo particularmente sexy y que no tenía nada que ver con lo que su hijo mencionaba.
-¿Por qué sonríes? —pregunto bajando su libro sobre las vacunas.
-¿Cómo?
-Estas sonriendo… ¿por qué?
-¡Por nada cariño!… es decir recordé algo gracioso… —dijo como disimulando— pero mejor, tú cuéntame… ¿qué tal este libro?, ¿“Melanie” te ha enseñado algo sobre la vacunación? —agrego su Papá sentándose junto a él en el rellano de una de la ventanas e indicando la portada del libro que su hijo leía.
-Un poco… pero no encuentro la vacuna para…
-¡Listo!... —exclamo Blaine llegando a la cocina— nuestro equipaje va camino al JFK.
-¿Todo?
-Todo…
-¿Y el de “Desmond” “Papáblen”?
-Incluido el de Desmond hijo…
-¿A qué hora nos vamos nosotros?
-A las cuatro… —respondió Blaine sentándose al otro lado, tomo las pequeñas piernas de su hijo para hacerse espacio y las dejo caer sobre su regazo luego.
-¿No era a las 6? —dijo Noah poniendo cara de ardilla curiosa.
-El avión sale a las seis cariño, pero debemos llegar antes porque el “Papáblen” debe hablar con algunas personas.
-¿Qué personas?
-La mayoría periodistas…
-¿Cómo los que nos tomaron fotos?
-Así es, pero estos son más respetuosos —explico Blaine al tiempo que le corregía los lazos de las zapatillas.
-¿A qué hora vamos a almorzar?
-En cuanto llegue tu hermana bebé… lo que significa… que se acabó el tiempo de leer y llego el de lavarse las manos —señalo Kurt cerrando el libro sobre las vacunas— ¿quieres que te ayude cariño?
-No, está bien, yo puedo solo —respondió Noah levantándose del asiento.
-¿Seguro?... hay que cambiar las “venditas” de tus brazos.
-También puedo con eso, no te “peocupes”—agrego el pequeño abandonando la cocina.
-No puedo evitarlo bebé…— dijo Kurt soltando un poco de aire mientras seguía con su mirada al mas pequeño de sus hijos
-¿Ves?... no deberías “peocupate” tanto… este libro parece que lo tranquilizo bastante… ¿estas bien? —pregunto Blaine mirándolo a él y a la escalera después.
-…
-¿Kurt?—insistió tocándole la espalda.
-¿Quién?... ¿yo?... yo estoy bien… ¡obvio!... creo que debería prender el horno, a esta hora Lizzie ya debe estar por llegar —dijo mirando la hora en el reloj de esposo.
-¿Estas preocupado de verdad?
-No estoy preocupado… —respondió levantándose.
-¡Sí que lo estas!...
-¡Que no!
-Claro que si… ¿qué es?... ¿crees que puede tener alguna reacción negativa a las vacunas?
-No, claro que no… es… ¡olvídalo! —dijo haciendo un gesto con su mano.
-¿Qué?... ¡no!… dime… —insistió su esposo parándose delante.
-Debo ultimar algunos detalles y si no me dejas… terminara por arruinarse nuestro almuerzo de despedida… así es que… —agrego queriendo seguir en lo que estaba.
-Tienes tiempo, Henry aun no llega con el postre y si nuestra hija no ha cambiado en este par de semanas, llegara atrasada como siempre… dime… —volvió a decir Blaine cruzándose de brazos.
-Está bien… lo que sucede es que... siento que presione a Noah para que fuera valiente ayer con lo de la vacuna… y no debí hacerlo, debí dejar que reaccionara como quisiera, y no pretender que… no se… fuera quien no es… ¿no le habremos causado algún trauma o algo?... —explico mirando hacia el segundo piso.
-¿A Noah?... no… obvio que no, estoy más que seguro que ya se olvidó de esa parte de la historia, ¿eso te preocupaba?
-¿Ves?... por eso no quería decir, sabía que te pondrías todo… —dijo Kurt moviendo sus manos cerca de la cabeza, como si la reacción de su esposo tuviera algo que ver con sirenas sonando o algo por el estilo.
-No me pongo todo… —repitió este imitando el gesto— es más, me parece increíblemente dulce que te preocupes de ser el mejor de los padres, sin darte cuenta que ya lo eres —agrego tomándolo por la cintura.
-Mentira…—respondió Kurt en el tono que un niño más pequeño que Noah lo haría.
-Sí que lo eres y nuestros hijos lo saben…
-Espero… —agrego apoyando su cabeza en el pecho de su esposo— me siento pésimo igual.
-Pues cuando estemos en Carburé, hare que te olvides de todo —dijo Blaine besándole la cabeza.
-¿Lo prometes? —pregunto Kurt mirándolo.
-Lo prometo… —respondió dándole un beso.
-¿Ya se están besando?... ¡nada cambia en esta casa!… ¡hola! —exclamo Lizzie entrando en la cocina junto a su hermano.
-¡Miren lo que me encontré en el ascensor! —exclamo Henry entrando después de su hermana.
-¡Princesa!... ¿cómo estás? —quiso saber Blaine abrazándola como si no la hubiera visto en años.
-¡Uy!... bien, aunque ahora creo y tengo un par de costillas fracturadas.
-Loca… ¿estas más delgada?... ¿Kurt?... ¿cierto que lo esta? —añadió mirándola de pies a cabeza.
-¡Ay “Papáblen”!, ¡nada que ver!… ¡hola Papá!
-Hola cariño… ¿Qué tal todo? —quiso saber Kurt abrazándola el doble de fuerte de lo que Blaine lo había hecho.
-Ahora con más costillas fracturadas… ¡ay como los extrañaba! —exclamo la chica abrazando de nuevo a sus dos padres— ¿el “Goblin”?
-Fue a lavarse las manos y cambiar sus “venditas”… ayer lo vacunaron —explico Kurt mirando a su hija como si la inspeccionara toda.
-A mí me contó la historia con lujo de detalles, y lo más probable es que lo haga contigo también “Rizzie” —sentencio Henry sentándose a la mesa.
-Pues eso espero… ¡Uy!, yo aún recuerdo cuando tuvimos que pasar por eso nosotros… ¿estábamos más grandes?, ¿no es así?, ¿más que el “Goblin” al menos? —dijo Lizzie sentándose en su lugar de siempre.
-Creo que sí, pero tu “Princesa” lloraste de principio a fin, así es que da lo mismo la edad que tenías —recordó Blaine apretándole una mejilla.
-¡Mentira!... siempre he sido la valiente en esta familia de hombres… ¡hola!
-Noah también fue valiente… lloro de dolor después, pero cuando recibió los pinchazos se quedó de lo más tranquilo —dijo Kurt mientras ponía una jarra llena de jugo en medio de la mesa.
-Lindo… lo extraño tanto … ¡”GOBLIN”! —grito Lizzie dirigiendo su voz hacia el segundo piso.
-Vaya hija, ¿aún no tienes clases de control de los impulsos o algo? —pregunto Kurt tocándose una oreja, como si sus nervios auditivos hubieran sufrido un daño irreversible.
-En matemáticas no existen ese tipo de clases Papá… ¡hola!... ¡lo que si!... ¡me acorde! —exclamo sacando su teléfono— quería que vieran esto… no sé si sabes “Papáblen” pero en la entrada del edificio Hampshire del departamento de música hay una foto tuya de cuando eras estudiante y una leyenda abajo que dice todos los premios que has ganado… ¡es súper extra emocionante! —dijo mientras buscaba la foto.
-¿De verdad? —pregunto Blaine dando a su esposo una mirada de sorpresa.
-¡Obvio!... ¡hola!
-¿No sabias de eso “Papáblen”? —pregunto Henry mirando de reojo en el teléfono de su hermana.
-No tenía idea.
-¿Tu tampoco Papá?
-Tampoco…. pero me parece genial.
-¡Lo es!... ¡aquí esta! —exclamo la chica al encontrar por fin la foto— ¡miren! —agrego enseñándola.
-¡Vaya!, esa foto sí que es antigua —dijo Blaine mirándola de más cerca.
-¿Te acuerdas de que es? —pegunto Kurt tomando el aparato.
-La verdad es que no, pero Lily aparece allí así es que debe ser de los primeros años.
-¿Qué hacen los estudiantes cuando ven la foto?, ¿se paran a informarse o solo pasan de largo? —pregunto Kurt queriendo mirar las otras imágenes en el teléfono de su hija.
-¡La miran y leen!... obvio… ¡hola! —respondió al chica recuperando su teléfono antes que su Papá hiciera aquello.
-¿No debieron avisarte?, ¿hacer una ceremonia o algo?—dijo Kurt sentándose al lado de su esposo.
-Bueno, como solo es una pequeña placa y no un salón con mi nombre —respondió Blaine señalando con su mirada a Kurt— asumo y no sintieron la necesidad de avisarme.
-¿NYADA tiene un salón con tu nombre Papá?… ¿¡Cómo yo no sabía eso!?... ¿Qué otros secretos oculta esta familia? —dijo Lizzie haciéndose la ofendida ante algo que conocía desde que era una niña
-¿Estas cómo quieres no “Princesa”? —dijo Blaine sonriendo que encantaba.
-Debe ser porque estoy feliz de estar aquí nuevamente… —respondió la chica dando unos aplausos.
-¡Lizzie Anderson Hummel! —exclamo Noah mientras bajaba la escalera
-¡”Goblin”!... —grito está levantándose de un salto— ¡por todos los santos que estas grande!—añadió cogiéndolo en sus brazos antes que terminara de bajar del todo.
-¿Cómo estás?... ¿me extrañas?
-Más que al aire acondicionado que aquí siempre funciona… ¿y estos parches? —pregunto apuntando ambos brazos.
-Me los pusieron ayer… después de las “Inyepsones”
-¿Y te pusieron dos?
-Tres… me dolió mucho… —dijo haciendo un gesto chueco con su boca.
-Me imagino… ahora ven y cuéntamelo todo —pidió Lizzie cargando a su hermano hasta la mesa.
-Hablaran mientras almorzamos —sentenció Kurt poniendo una fuente con ensalada en medio de la mesa.
-Te ayudo…—dijo Blaine levantándose, mientras Noah comenzaba a contar a su hermana todo sobre las vacunas, incluyendo una inyección que sus manitos describían como de 30 centímetros como mínimo.








-¿Adivina quién es un nuevo estudiante en la NYU? —dijo Blaine moviendo sus cejas tras los papales que le habían entregado en el trámite que acababa de realizar.
-No lo sé… —respondió Kurt como pensando— ¿mi guapo y talentoso esposo tal vez?
-¡Si!...—exclamo de vuelta meneando los papeles.
-¡Felicitaciones!... estoy muy feliz por ti… —agrego Kurt dando un abrazo.
-Gracias… yo estoy feliz por mi también.
-¿Te dieron el horario y todo? —quiso saber Kurt comenzando a revisar la documentación.
-Si… además del calendario para este semestre, los libros que puedo retirar en la biblioteca, actividades extracurriculares y algunos datos sobre el “Waverly Labs”
-¿Y eso que es?
-Es el laboratorio de composición, es computarizado y todo…
-¿Cuan genial es eso?
-Mucho… gracias por acompañarme Kurt… —dijo Blaine mirándolo como lo hacía siempre.
-Por nada… ¿esta es la lista de los demás alumnos?—dijo enseñando un papel con alrededor de 40 nombres.
-Al parecer…—respondió su esposo tomándola y mirándola por todos lados.
-Me sorprende que hayan tantas mujeres... en NYADA no hay tantas… —insistió leyendo los nombres— te aviso y hay alguien que se llama Mindy… ¿Quién se puede llamar Mindy?
-No lo sé… cuando la conozca se lo preguntare… ¿encontraste más datos de renta en los alrededores? —pregunto Blaine mirando el mural que estaba cerca de donde ellos estaban.
-¡Si!... mira… —respondió sacando un par de papeles desde el bolsillo de su chaqueta— encontré estos tres, lo que me lleva a ratificar que esto que se te ocurrió, fue una idea excelente Blaine Anderson-Hummel.
-Te lo dije… —añadió este revisando las direcciones.
-Todos están disponibles hasta las 6, así es que creo y alcanzaremos a verlos todos, pero yo obviaría ese de “Prospect Heigths”, si bien es barato… a mí no me convence.
-¿Y porque lo escogiste entonces?
-Porque quiero apoyarte en esa fase austera que te dio, que por lo demás tampoco me convence.
-Obviémoslo entonces… —dijo Blaine arrugando el papel, para deshacerse de él tirándolo por sobre su hombro.
-¡Oye hay un basurero justo ahí! —exclamo una chica al pasar por su lado.
-Lo siento… —se apresuró en decir Blaine haciendo un gesto como de disculpas mientras recogía la bola de papel.
-¡Hombres!... —termino por exclamar la chica arreglando sus gafas tipo “cat eye”
-¡Lindas gafas!....—exclamo Kurt viéndola marchar.
-Eso fue bastante raro…
-Tal vez sea la tal Mindy…
-Tal vez… ¿nos vamos?... tenemos que aprovechar el tiempo —dijo Blaine estirando su mano para que su esposo la cogiera.
-Vamos…
-¿Por dónde empezamos?
-Tengo el itinerario justo aquí Blaine Anderson-Hummel—señalo Kurt enseñando su teléfono.
-¿Tienes aplicaciones para todo?
-Casi…—respondió el aludido sonriendo como ya se estaba acostumbrando a hacerlo.