(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Febrero de 2041





-Creo que desde la última vez que vinimos, el ayuntamiento Parisino ha agregado como cinco nuevos impuestos —dijo Blaine mirando la cuenta de la cena que acababan de servirse, el mesero dio un respingo ante aquel comentario pero se mantuvo impertérrito a un costado de la mesa— pero cada euro gastado esta noche vale la pena —agrego acercando su teléfono móvil a la máquina de transacciones bancarias— “Merci beaucoup”… —dijo al mesero antes de que este se retirara— ¿no crees Kurt?
-…
-¿Kurt?
-¿Qué?... —pregunto cómo volviendo de un lugar muy lejano.
-¿Me estabas escuchando?
-¡Por supuesto que sí! —exclamo como ofendido.
-¿Y que estaba diciendo entonces? —quiso saber Blaine acercando su cuerpo a la mesa.
-Que… bueno… estabas diciendo que me amas con locura, que eres muy afortunado de tenerme y que cuando lleguemos a nuestra habitación en el Marriott me harás cosas que harán que a su vez la “Tour Eiffel” se desplome.
-Muy cierto todo, en especial lo último —agrego soltando pequeñas risas entre divertidas y pudorosas— pero no era eso de lo que hablaba.
-¿No?
-No
-¿Seguro?
-Muy seguro… pero da lo mismo… ¿estás bien?
-Estamos celebrando San Valentín en Paris, obvio que estoy bien…
-Pues pareces un poco distraído…
-Ideas suyas y de todo el vino que bebió esta noche Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt señalando la botella vacía.
-Le recuerdo que usted también colaboro en eso Señor Hummel Anderson— su esposo lo miro de medio lado como si aquel comportamiento etílico fuera permitido aquella noche— ¿Estás pensando en Noah?, ¿no es así?
-No… —Blaine lo miro como diciendo “no te creo nada”— ¡bueno si!… estoy pensando en mi pequeño hijo… y sé que está bien, sé que Carol y mi Papá lo cuidaran de las mil maravillas, pero aun así…
-¿Lo extrañas?
-Mucho… —contesto haciendo un puchero.
-Yo también, llamémoslo… —dijo Blaine sacando su teléfono nuevamente,
-¡No!... ¿estás loco?, hay diferencia horaria que respetar, no se cuanta, pero la hay…
-¿No sabes cuanta?
-No…—respondió alargando al “o”
-La sabes perfectamente, sabes la diferencia horaria, sabes lo que está haciendo Noah en este preciso instante, sabes lo que estará haciendo dentro de… cinco horas… —dijo mirando su reloj— sabes todo, no te hagas el que no… —añadió señalándolo.
-Está bien, lo se… sé que son las 3 de la mañana en New York y que nuestro hijo esta abrazado a “Desmond” con un pie fuera del cobertor y su luz de estrellas encendida… lo se… lo siento.
-No lo sientas…
-Lo siento porque de la manera como reaccionas, lo haces parecer algo malo… —señalo quitándose la servilleta del regazo, la doblo en dos y se quedó con las manos cruzadas sobre la mesa.
-No es algo malo… me provoca celos que es diferente…
-¿Qué?... Blaine…
-Estoy bromeando… —dijo sonriendo— jamás me atrevería a competir con mis hijos por tu amor… sé de sobra que alcanza para los cuatro.
-En especial para ti… —se adelantó en decir Kurt tomándole la mano por sobre la mesa.
-Llamemos a Burt, es probable que este despierto.
-No…
-Kurt, estas angustiado… llamémoslo…—insistió buscando el número.
-Si pero… no aquí… —dijo mirando el resto de las mesas llenas de clientes.
-Vámonos entonces… lo llamaremos desde el hotel —dijo Blaine haciendo el ademan de levantarse.
-¿No tenemos algo que hacer antes?... ¿o lo olvidaste? —recordó Kurt poniendo caras.
-No lo olvidaría por nada del mundo, tengo el candado en el bolsillo de mi abrigo, más una pequeña linterna y un mapa de las calles en las que se supone y la “Police Nationale” no vigila tan de cerca.
-Ese es el hombre con quien me case… te amo.
-Por supuesto que me mas, pague la cuenta, te protegeré en este acto ilícito que cometeremos, te hare cosas en el hotel —dijo Blaine moviendo sus cejas al tiempo que se ponía de pie, rodeo la mesa y abrió la silla para su esposo, este hizo un gesto engreído y se dejó llevar de la mano hasta la salida, el “Maître” les entrego los abrigos, Blaine ayudo con el suyo a su esposo y él termino de abrigarse mientras iban saliendo.

-¡Amo esta ciudad!... —exclamo una vez en la calle.
-¿Mas que New York? —se atrevió a preguntar Blaine cogiéndole la mano.
-¿Qué?... ¿estás loco?... nada se compara a New York, Paris es mi segunda favorita.
-Entonces… —dijo Blaine dando a sus palabras entonación de maestro de primaria— podemos decir, que tu ranking de ciudades va, New York, Paris… ¿Londres?
-¡Exacto!… ¡me encanta cuando manejas mis manías mejor que yo!— respondió Kurt haciendo un puchero, Blaine le sonrió de vuelta y le dio un beso que aseguraba que cualquier manía estaría cubierta por el resto de sus vidas— ahora muéstrame los “gadget” para llevar a cabo nuestro acto reñido con la ley…— agrego haciendo gestos curiosos mientras caminaba.
-Muy bien… —contesto sacando de su bolsillo tres cosas— esta es la linterna de la que te hable…—dijo enseñando un pequeño cilindro no más grande que un lápiz.
-¿Y esto nos servirá?, te advierto que si tenemos que arrojarnos al rio Sena esto no nos servirá de nada —advirtió Kurt mirando el adminículo de manera despectiva.
-Pues permítame corregirlo Señor Hummel-Anderson, porque esto por muy pequeño que se vea… nos será de gran utilidad —explico Blaine encendiendo la pequeña linterna mostrando con ello que alumbraba más que una ampolleta de 100 watts.
-¡Vaya!… estoy sorprendido, ¿qué más puedo decir?… —dijo Kurt comenzando a jugar con el aparato encendiéndolo y apagándolo unas 6 veces seguidas.
-Si comienzas a jugar se quedara sin baterías, y ahí sí que no veremos nada si tenemos que huir nadando por el Sena.
-Lo siento… ¿Qué más?
-Pues aquí tengo el mapa, y según mis averiguaciones, por esta calle de aquí, de aquí y de aquí… la policía no transita nunca —explico señalando las calles “Place du Carrousel”, “Rue di Rivoli” y “Rue del’abresec” respectivamente.
-Pero esas están cerca del Louvre, ¿estas seguro y no habrán policías?
-¿No confías en mí? —pregunto Blaine ladeando su cabeza como un perrito curioso lo haría.
-Te confiaría mi vida…
-Entonces… ten por seguro que son la rutas correctas, además, si nos movemos rápido no tenemos de que preocuparnos —aseguro continuando la ruta.
-Pues no deberían de haber prohibido lo de los candados para empezar, ¿a quién le hacían mal?
-Kurt, el puente estuvo a punto de colapsar, y no solo una vez…
-¿¡Y!?, podrían haber conseguido lo correspondiente y repararlo.
-¿Y eso es?
-Ya sabes… esos alambres y ese otro polvo… ese que se revuelve… —respondió haciendo los estos respectivos.
-¿No tienes idea?, ¿no es así?
-No… y no me importa no saber… no es mi campo y lo sabes… y por lo demás no es lo más importante, ¿tenemos lo más importante?
-Aquí… —respondió Blaine enseñando el candado con las iniciales de ambos y la fecha que estaban viviendo, tenía la llave puesta e incluso ya estaba abierto, todo para demorar lo menos posible la acción que llevarían a cabo y que había sido prohibida hacía más de tres décadas por el ayuntamiento de Paris.
-Nunca olvidare este San Valentín… gracias…—dijo Kurt haciéndole un cariño en la cara.
-Pues no es a mí a quien debes agradecer, es a nuestros hijos que nos reglaron todo… ¿estás listo? —pregunto casi llegando a la calle que se intersectaba con el “Passerelle des Arts”, lo tomo de ambas manos y lo miro a los ojos.
-Listo… —respondió Kurt reafirmando con la cabeza su respuesta. Blaine sonrió y le dio un pequeño beso, miro a ambos lados de la avenida y cruzo con él cogido de la mano, avanzaron unos cuantos metros moviéndose rápido pero sigilosamente.
-¿Aquí estará bien? —susurro Blaine como si temiera algún funcionario de la “Police nationale” pudiera escucharlo y arruinar por consiguiente sus planes.
-Creo que está perfecto —respondió Kurt en el mismo tono.
-Perfecto entonces…—agrego sacando el candado de su bolsillo.
Ambos se encuclillaron para quedar a la altura del barandal, Blaine volvió a besarlo y acto seguido colgó el candado cerca de uno de los pilares de la salida próxima a la “Quai des tuleries” lo miro un segundo y le hizo una especie de cariño con su dedeo pulgar, tomo la llave y se la entrego a su esposo para que la arrojara al rio, Kurt la miro y se la puso cerca del pecho, guardo silencio un segundo y luego mirándolo a los ojos dijo:
-Para siempre…
-Para siempre… y sin miedo a nada… —agrego Blaine sonriendo.
Kurt se hizo esta vez cargo del beso y arrojo la llave al caudal del Sena, ambos esperaron un par de segundos antes de incorporarse, asegurándose de que ningún guardia se acercaría a pedirles explicaciones.
-Gracias… —dijo Kurt mirando el rio y el pequeño movimiento que el objeto había producido en la superficie.
-Te amo… —contesto Blaine envolviéndolo desde atrás con sus brazos.
-¿Aun?...
-Siempre… —añadió dando un par de besos en el cuello.
-Me alegro… —dijo volteándose hacia él, le cruzo los brazos a la altura del cuello y sonrió de la manera más amplia— porque para romper lo nuestro, tendrías que ir a buscar esa llave al fondo del rio, y no te veo… ¿esas son sirenas? —se interrumpió al escuchar el sonido de los carros policiales a la distancia.
-Lo son…—respondió mirando— pero no creo y sean por nosotros, se escuchan bastante lejos.
-¿Vámonos de todas formas? —propuso nervioso.
-Creí que estabas dispuesto a vivir esta aventura conmigo.
-¡Lo estoy!... —agrego comenzando a acelerar el tranco al sentir que las sirenas estaban cada vez más cerca— pero no cuando involucra la cárcel, Hollywood nos ha enseñado bastante de la suerte que corren los extranjeros en las prisiones del mundo —sentencio estirando su mano para que su esposo la cogiera
Blaine sonrió y apresuro el par de pasos que lo separaban de él y tomo su mano para partir juntos hacia el hotel alejando la posibilidad de terminar en la cárcel o algo peor.

-¿Aun crees que esas sirenas eran por notros? —pregunto Blaine acercándose a su esposo. Kurt estaba de pie frente a la ventana de la habitación mirando como las luces de los árboles de “Les Champs-Élysées” comenzaban a ganarle tímidamente a la noche.
-Aun… ¿por qué crees que tengo al luz apagada? —contesto señalando las lámparas.
-Excelente decisión… muy sabia debo decir… —agrego rodeándolo para pararse frente a él— ¿estas más tranquilo luego que hablaste con Burt? —pregunto tomándolo por las caderas.
-Sí, mucho más… ¿qué?... —dijo al ver que Blaine sonreía ante su respuesta.
-Aun estás pensando en nuestro hijo, ¿no es así?
-Si… te explique una vez lo que significa para mi… además es tan pequeñito… ¿compramos suficiente leche?, no estoy seguro si mi Papá sabe cuál es.
-Compramos para que tenga abastecimiento de aquí al 2058… y Burt sabe perfectamente cuál es la marca de la leche de nuestro hijo… ¿quieres relajarte?... ¡mira donde estamos! —exclamo Blaine señalando la vista de la habitación.
-Lo siento… —repitió Kurt abrazándolo— lo siento… es solo que no puedo sacármelo de la cabeza.
-Una copa de “Dom Pérignon” puede ayudarte…—dijo Blaine mientras le acariciaba la espalda.
-¿Tenemos?
Blaine se apartó un instante para encender las luces y señalo la hielera a un costado de la cama, tenía una botella de aquel espumante, más dos copas y un pocillo con fresas.
-¿Cuánto se gastaron nuestros hijos?, ya estoy empezando a preocuparme…
-No te preocupes… los chicos dijeron que no debíamos de preocuparnos por nada… además…—dijo destapándola y sirviendo para él y para su esposo— yo puedo hacer que todos los pensamientos malos abandonen esa maravillosa cabecita tuya.
-No son pensamientos malos —advirtió recibiendo su copa— es nostalgia más que nada.
-Me corrijo entonces… yo puedo hacer que toda esa nostalgia se vaya de inmediato.
-¿Si?
-Obvio que si… ¿qué tal si te digo algunas palabras en francés? —dijo bebiendo un sorbo de champagne no sin antes chocar su copa con la de su esposo.
-¿En francés?...
-“Oui”…
-¿Y no son nombres de pasteles de nuestro local favorito?
-No, se mas palabras… soy un artista internacional… ¿lo olvidaste?
-No… dímelas…
-Ok… —dijo adquiriendo una postura recta como un niño que repite la tabla de 7 frente a su profesor— “Cette ville est la plus belle ville du monde”
-Eso es muy simple hasta yo puedo decir eso —aseguro Kurt sonriendo.
-OK... —repitió adoptando la misma postura, esta vez fijando su vista en el cielo raso, como si allí estuviera escrito lo que iba a decir a continuación— “Mon mari est l'homme vivant le plus sexy”
-Ahora sí que estamos hablando enserio… —dijo acercándosele, bebió un poco más de champagne y con la mano que tenía libre comenzó a desabotonarle la camisa.
-¿Si?
-Por supuesto que si… —dijo Kurt mordiéndose el labio— me encanta cuando dices que soy sexy…
-Pues lo eres… aún tengo otra… la última que aprendí…
-¿Y esa es?...—pegunto volviendo a beber hasta el fondo, dejo la copa sobre la mesa que tenía más próxima y con las dos manos termino por quitarle la camisa del todo.
-“Voulez-vous coucher avec moi, ce soir?”
-Mi favorita… te juro y fue lo primero que aprendí a decir y que quise decírtelo desde el día uno.
-¿Entonces?...
-“Bien sûr mon amour” —respondió Kurt mirándose en sus ojos— esta noche… y todas las noche que me restan de vida… —agrego besándolo, Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante pensando que en los ojos de quien tenía enfrente aún veía al joven que fue suyo hacia tres décadas y que lo amaba como aquel primer día, se acercó a su labios y lo beso, suave al principio y con experticia apasionada después, le recorrió al espalda con su manos ciñéndolo más él con cada impulso que daba su corazón desbordado.
Kurt se dejó besar mientras le hundía las manos en el pelo, dio una vuelta con él en el centro de la habitación sintiendo que la lengua de su esposo abandonaba su boca y se movía suculenta por su cuello, emitió un quejido placentero y le susurro cuanto le encantaba eso, Blaine sonrió presuntuoso y continuo bajando por su cuerpo, con sus manos desbotonaba y abría todo lo que lo separaba de su piel y con sus labios besaba y saboreaba todo lo que iba encontrando a su paso. Kurt sintió que los vellos del cuerpo se le erizaban cuando Blaine terminaba de desvestirlo, pero daba lo mismo su piel era de él y así mismo la ponía a su disposición para que la besara, tocara e hiciera lo que quisiera con ella.
Blaine volvió a subir por él y le tomo la cara para seguir besándolo, al tiempo que avanzaba algunos pasos en busca de la cama, Kurt tanteo la orilla del colchón con su pie y antes de recostarse le metió las manos en el pantalón perdiéndose en su hombría desbordada, turgente, casi palpitante y se regocijo con ella, fue Blaine esta vez quien en un suspiro lleno de calor, dejo salir todo el placer que le provocaban aquellas manos que lo conocían como nadie, sintió como su esposo terminaba de despojarlo del resto de su ropa y en un movimiento seguro, pero gentil, lo acomodaba bajo él sobre la cama, para hundirse en él, para saborear sus besos y llenarse con su olor, en definitiva, para amarlo.

Noviembre de 2053




-Señor Hummel su hija esta lista, la trasladaremos a la sala de parto.
-¿Que?... pero su esposo… ¡oh por dios!... —exclamo tomándose la cabeza.
Noah advirtió aquello a la distancia y en menos de tres pasos llego hasta donde estaban todos, tenía la boca llena de frituras y no pudo decirle nada a su hermana salvo una señal de apoyo con sus pulgares arriba.
-¡Que alguien me acompañe!
-Yo iré Princesa… tranquila —dijo Blaine dando un beso de despedida a su esposo, se tomó del barandal de la camilla y avanzo con su hija el par de pasos que separaban la habitación del ascensor.
-Te amo cariño… se fuerte —añadió Kurt dándole un beso en la frente.
-Lo hare… estúpido James Hoover… “Papáblen”, juro que si este bebé…
-¡Allí viene James! —exclamo Noah dejando caer parte de lo que masticaba.
-Gracias a dios…—murmuro Kurt tomándose el pecho más que aliviado.
James corrió desde el final del pasillo y trato de excusarse con todos, Blaine le dio un par de palmadas en la espalda y le cedió su lugar al lado de la camilla.
-¡¿Dónde demonios estabas?! —exclamo Lizzie tomándolo por la corbata, James tosió un poco un tanto ahogado para luego soltar una risa, les dio la mano a sus suegros y un abrazo a Noah para luego tomar la mano de su esposa y desaparece con ella dentro del ascensor.
-Gracias a dios que llego a tiempo… —murmuro Kurt tomándose el pecho.
-Gracias a dios y Lizzie Anderson Hummel parece y lo tiene bien controlado…—dijo Noah queriendo reír.
-Si hay que agradecer… me inclino por lo que agradece Noah… —sentencio Blaine aun de pie frente al ascensor junto a su esposo e hijo. Noah rio de su propia broma y le dio un par de palmadas en la espalda a Blaine como para que lo acompañara en la risa, Kurt blanqueo los ojos y se dirigió a la sala de espera más nervioso que antes, Blaine y Noah se hicieron caras mutuamente como dos niños que quieren ocultar una travesura y partieron detrás a esperar también.
-¿Por qué no vamos a la cafetería de enfrente?, tal vez esto pueda demorarse, una vez ley que una mujer tardo 72 horas en tener a su bebé —explico Noah reafirmando su historia con un movimiento positivo de su cabeza.
-No creo que eso suceda con tu hermana cariño, la doctora Jacobs dijo que ya estaba lista…
-Aun así… —refunfuño sentándose al lado de Blaine, apoyo su cabeza en el hombro de su Papá y se quedó sobándose el estómago un tanto enfadado.
-Si aún tienes hambre puedes ir tú hijo… y cuando nazca el Bebé iremos todos.
-¿De verdad? —pregunto Noah poniéndose de pie.
-Claro… toma… —dijo Blaine entregándole dinero— si ves que no hay noticias en un rato muy largo, nos traes un café al Papá y a mi.
-Me parece un plan perfecto… ¿solo café? —pregunto tomando los billetes.
-Para mí solo café… ¿Kurt?
-…
-Kurt…
-¿Qué?
-¿Quieres algo además de café?, Noah ira a la cafetería de enfrente…
-No nada, para mi nada… ve tranquilo cariño.
-¿Seguro?... todos salimos sin cenar… —insistió Blaine mirándolo a él y a su hijo.
-Estoy seguro… mi estómago y yo estamos bien… ve cariño… —insistió al tiempo que se levantaba de la silla, Noah lo quedo mirando con cara rara para luego mirar a Blaine en busca de una explicación.
-Creo y esta mas nervioso de lo que debería… pero ya conoces a tu Papá, no te preocupes.
-¿Seguro?… puedo quedarme si gustan…
-Nada puedes hacer aquí excepto aburrirte… ve… y si hablas con Barbra, cuéntale lo que esta pasando —dijo Blaine empujándolo hasta el ascensor.
-No gastare todo… —advirtió meneando los billetes.
-Hazlo si gustas… pero no consumas tanta azúcar —indicó apuntándolo.
-No lo hare… —respondió subiendo al ascensor— ¿y tú?... ¿de verdad no quieres algo más? —pregunto sosteniendo las puertas.
-Solo café… pero si hay esos pasteles “red velvet” con…
-¡Queso crema!... ¡me encantan!, traeré tres…
-Solo uno hijo, bastara con solo uno…
-¿Y quién dijo que eran todos para ti?... ¡a mí y al abuelo Burt también nos encantan!... ¡manténganme informado! —grito antes que las puertas terminaran de cerrarse, Blaine se quedó de lo más sonriente mirando su propio reflejo en las puertas del ascensor.
-¿Noah se enojó?
-¡Por dios me asustase! —exclamo Blaine al voltearse y encontrarse de pronto cara a cara con su esposo.
-¿Disculpa? —contesto este levantando una ceja.
-No… no me mal interpretes… —añadió como recuperándose— lo que sucede es que te había visto allá como ultima cosa y que te aparezcas delante de mí de esta manera tan sigilosa… ¿Qué me preguntaste? —agrego tomando más aire.
-Pasare por alto el hecho que acabas de decir entrelineas que era un esperpento causador de pánico…
-¿Qué?...—dijo Blaine soltando una risa.
-Me escuchaste bien…—insistió Kurt de lo más serio.
-Escucha, sé que estas nervioso con todo lo que está pasando, pero no por ello voy a permitir que fabriques una pelea de la nada… y Noah no se enojó, solo le preocupo tu reacción… —agrego Blaine sentándose en una de las sillas más próximas a la ventana.
-Vaya… entonces si escuchaste lo que dije… —sentencio Kurt sentándose a su lado y manteniendo en su voz un tono de sarcasmo interminable.
-Kurt… ¿qué sucede contigo? , entiendo que estés nervios, pero de ahí a desquitarte conmigo…—dijo Blaine tomando una de las revistas desde una mesa lateral.
-¡No me desquito contigo!… solo me parece increíble que tú y Noah estén preocupados de pasteles en vez de estar preocupados por lo que realmente importa…
-¿Y eso es?..
-¡Lizzie!
-También lo estamos, pero tu mismo escuchaste a la Doctora decir que todo estaba bien… ¿o no?
-La escuche…
-¿Entonces?...
-Entonces nada… disculpa si te hice pensar que quería pelear contigo… —respondió Kurt poniéndole la mano en una pierna— no te enojes…—agrego haciendo un puchero bien acentuado.
-No me enojo… nunca me enojo contigo… lo que si debes saber es que le debes una explicación a Noah, se fue bastante preocupado con tu actitud…—contesto Blaine dándole un golpe suave en la cabeza con la revista enrollada.
-Primero eso dolió… —advirtió corrigiéndose el peinado— segundo, hablare con él en cuanto vuelva y tercero, ¿le advertiste que no consuma demasiada azúcar?
-Se lo advertí… aunque sigo creyendo que es joven y que puede comer lo que desee.
-Y yo insisto que aún no se va de nuestro lado, así es que debe obedecer lo que le digamos...—añadió Kurt abriendo sus ojos más de lo normal.
-¿Es eso lo que realmente te tiene así?... ¿me equivoco?
-No sé de que hablas… —respondió Kurt tomando otra de las revistas y haciéndose el desentendido.
-Hablo… —insistió Blaine abrazándolo por sobre el respaldo de la silla— que más allá de que nuestra hija este a punto de traer a este mundo a nuestro primer nieto, tu estas enfadado por la conversación que tuvimos con Noah antes de venirnos al hospital.
-Eso… eso no es verdad… porque yo, a diferencia tuya si estoy preocupado por Lizzie, ¿no sabes acaso que los partos pueden ser peligrosos?, se pierde mucha sangre y demás cosas cuando él Bebé sale expulsado— sentenció poniendo cara de asco cuando mencionaba lo de las “demás cosas”
-¿No ha avanzado la medicina estos últimos… no se… 100 años?
-Es peligroso igual… y punto.
Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante, guardo silencio y continuo como si nada hojeando la revista que había escogido.
-¡Uy!... ¡odio cuando haces eso! —exclamo golpeándolo con la publicación que leía sin las consideraciones de suavidad que anteriormente su esposo había tenido para con él.
-¿Qué cosa?
-Eso… de… no se… de no ponerme atención o quedarte impávido sin decirme lo que realmente quieres decirme, porque te conozco Blaine Anderson-Hummel y quieres decirme unas cuantas… —termino por decir Kurt cruzándose de brazos.
-La verdad es que si… —contesto Blaine poniendo cara seria, dejo lo que tenía en las manos en el asiento de junto y se cruzó las manos a la altura de la panza.
-¿Cómo?...— dijo Kurt un tanto descolocado, como si nunca esperara que Blaine pudiera decirle unas cuantas.
-Quiero decirte…. que eres el hombre más guapo de esta sala, y se me presuras, yo diría que de todo el hospital… —termino por decir sonriendo de lo más tranquilo.
-Eres…. ¡uy!…—repitió esta vez sin golpes pero empuñando sus manos como evidenciando desesperación máxima.
-¿El sueño de tu vida?— dijo acercando su cabeza a la de él.
-NO… —contesto largando la “o”— una pesadilla más bien…
-Ok… vamos… habla con tu esposo… —insistió Blaine dándole un par de toques en la panza.
-No hay nada que hablar… sabes perfectamente cómo me siento con respecto a la partida de Noah
-Lo se… pero debes recordar que se quedara en New York…
-Si su carta llega algún día… ya estoy pensando que optara por una universidad en Los Angeles o Seattle… o algo mas lejos.
-Él quiere estudiar en al NYU desde que tena como 8 años… obvio que no elegirá otra universidad aunque se le presente la oportunidad.
-Debería haberle dicho que si prometió quedarse con nosotros para siempre.
-Eso no es verdad y lo sabes
-¡El creía que sí!… —insistió inclinándose hacia adelante cruzando las manos sobre sus rodilla — Blaine… no quiero que se vaya a vivir a ese lugar de la costa… está lejos de todo y por sobre todo lejos de nosotros.
-No creo que lo haga, le dijimos que pasara más tiempo trasladándose que en otras cosas y pareció convencerle ese argumento.
-Tampoco esas carpas instaladas en el Central Park… ¿cuándo inventaron eso?
-No lo sé… —respondió Blaine acariciándole la espalda— pero no son carpas, son domos..
-Están en el piso y no tienen las comodidades básicas, da lo mismo como se llamen.
-¿Qué idea tienes?
-No tengo ninguna… —respondió restregándose la cara
-Sí que le tienes… cuéntame…
-…
-Kurt…
-¡Esta bien!… pero prométeme que no te espantaras o algo.
-¿No piensas decirle que si prometió aque…?
-No, no… tranquilo no quiero decirle eso… veras… —comenzó a explicar Kurt moviéndose en la silla para quedar más cerca de el— sabes bien que no le compraremos un auto…¿ verdad?
-No porque el transporte público…
-Es lo mejor del mundo… —dijo Kurt completando la frase, ambos sonrieron al notar lo bien que conocían a su hijo a pesar de ser ya un adolescente — entonces, pensaba que tal vez… podríamos… no se… ¿comprarle un departamento?
-¿Comprar? —repitió Blaine dando un respigo sorprendido.
-Si, comprar, seamos honestos, podemos hacerlo con los ojos cerrados, y no estoy hablando de un “pent-house” o algo… si no que de un departamento en el que él este cómodo, en el que ese gato del demonio también lo este, que ese cerca de nosotros… ¿qué dices?, ¿no etas de acuerdo?... ¿crees que es un dispendio muy grande?, ¿piensas que los otros chicos se molestaran?, ¿Qué sentirán Celos? —dijo tratando de adivinar lo que pasaba por la cabeza de su esposo.
-No… no creo eso… nada de eso… lo que creo es que es un gran idea..
-Pero…
-Pero… Kurt… ¿crees que Noah lo acepte?
-¿Por qué no habría de aceptarlo?
-Porque conoces a nuestro hijos, son los seres más sencillo y desinteresados del mundo, en especial Noah…
-Si lo sé… pero… ¿podemos intentarlo al menos?
-Por supuesto que podemos, es más…
-¿Blaine?... ¿Kurt?... alguien quiere conocerlos… —interrumpió James saliendo de la sala de partos, llevaba un bata como de doctor, así como un gorro y mascarilla que había dejado caer hasta el cuello.
-¡James! —exclamaron ambos al unísono.
-¿Cómo esta Lizzie? —pregunto Blaine acercándose a su yerno.
-Lizzie esta muy bien, es una guerrera esta mujer que tengo por esposa —respondió quitándose todo, enrolló el material desechable en una de sus manos y lo arrojo al basurero dispuesto para ello.
-¿No se quejó? —quiso saber Kurt tomando el brazo de su esposo.
-Nada… lo hizo todo sin desanimarse ni cansarse… la amo… ahora más que antes —respondió el marido de Lizzie emocionándose un resto.
-¡Felicidades James!…—dijo Blaine abrazando al padre de su nieto.
-Si, muchas felicidades —repitió Kurt siguiendo su turno en los abrazos.
-Gracias suegros… —contesto respondiendo con palmadas en la espalda de cada uno— estoy feliz…
-¿Mencionaste algo de que alguien nos quería conocer? —pregunto Kurt poniendo cara de curiosidad.
-¡Si!... por supuesto, Lizzie esta descansando así es que podemos tener al bebé nosotros mientras tanto, acompáñenme —dijo James partiendo adelante.
-Le avisare a Noah…—agrego Blaine manipulando su teléfono mientras avanzaba junto a su esposo.
-Es aquí… —señalo James abriendo una de las puertas— callados para que Lizzie no se despierte —pidió haciendo el gesto de silencio con una de sus manos, abrió con sigilo la puerta y saco desde una repisa lateral otras tres batas de doctor y las repartió entre todos, mientras él se lo colocaba la propia, les hizo una seña para que aplicaran desinfectante en sus manos el hizo lo mismo utilizando un envase que había en la mesa de noche de Lizzie y tomo al pequeño bebé.
-Toma Kurt… —susurro entregándoselo.
-¡Por dios!... —exclamo este en tono más que bajito, lo tomo entre sus brazos con la experticia de haber criado tres hijos y se le quedo viendo como si fuera la cosa más hermosa de todo el mundo— tiene tu cabello —agrego mirando a Blaine.
-Es verdad… —murmuro el aludido acercándoseles.
-Blaine… ¿cuán maravilloso es esto?… —dijo Kurt soltando algunas lágrimas.
-Es hermoso… —contesto dando al bebé un beso en su cabecita— y está despierto y todo… hola Devon…. hola, bebé… —agrego susurrándole al recién nacido— estas con tu abuelo… él es tu abuelo Kurt… y yo soy tu otro abuelo… Blaine… no sabes lo mucho que te esperábamos… eres nuestro primer nieto… si… nuestro primer nieto…—Devon bostezo con su boquita abierta al máximo y causo una risa en sus dos abuelos.
-Creo que el da lo mismo ser quien le dices que es —dijo Kurt acerándoselo a su cara para hacerle un arrumaco.
-También lo creo… ¿mi turno? —agrego Blaine estirando sus brazos, su esposo lo miro sin ninguna gana de entregárselo, pero termino cediendo luego de un par de minutos.
Lizzie había despertado hacia un rato y observaba emocionada y en silencio a sus Padres mientras se turnaban para cargar a su hijo recién nacido, James advirtió aquello y se acerco a su esposa para darle un par de besos.
-Cariño… —dijo Kurt volteándose hacia su hija— ¿te despertamos?
-No… claro que no… —respondió Lizzie alcanzando un pañuelo descartable para limpiar la emoción que la embargaba y que parecía y se concentraba en su nariz.
-Tratamos de no hacer ruido Princesa… —añadió Blaine meciendo a su nieto.
-¿Qué opinan? —pregunto señalando a su hijo.
-Es hermoso cariño… igual a ti… lo siento James…
-No hay problema Kurt… si se parece a quien mas amo, es una bendición por donde se le mire.
-¡Ay James!... estas hablando como tus Padres… ¡hola!
-¡Lizzie!
-Hormonas…—murmuro sin que su esposa lo notara.
-Aun así… —insistió Kurt dando una mirada de reprobación a su hija, esta le respondió un “¿Qué?” y “es verdad”, todo seguido de gestos divertidos.
-¿Llamaron a los abuelos?... ¿y donde… esta… el “Goblin”? —pregunto Lizzie tratando de acomodarse a pesar del dolor.
-Tu hermano esta en la cafetería de enfrente, el “Papáblen” le aviso por supuesto y tus abuelos vienen en camino —dijo Kurt recibiendo a su nieto de vuelta— ¿Tu llamaste a tus Padres James? —agrego mirando a su yerno.
-Creo que no… lo hare de inmediato… ¿necesitas algo amor? —pregunto mirando a Lizzie.
-Solo que no me hagas parir un hijo tuyo dentro de los próximos 50 años, porque… ¡hola! —contesto señalando todo su adolorido cuerpo.
-Ok…—dijo James saliendo de la habitación entre risas.
-¡James Hoover!... ¡felicitaciones!... —exclamo Noah encontrándose con su cuñado a la entrada de la habitación, lo abrazo un par de veces palmoteándole bien la espalda, Lizzie pensó que su hermano vengaba su dolor con tanto palmetazo.
-Hola hermanita… ¿este es mi sobrino? —pregunto acercándose a Kurt.
-¡Ay “Goblin”!, ¡obvio!… ¡no va a ser un bebé al azar que me trajeron!…¡hola! —Noah la miro como sorprendido y fue Blaine esta vez quien murmuro “hormonas” sin que su hija lo notara.
-Toma cariño…—dijo Kurt haciendo el ademan de entregárselo.
-¿Qué?... ¡no!... —contesto apartándose.
-¿Por qué no cariño?... es tu sobrinito… ¿no quieres cargarlo?
-Si… pero…
-¿Pero?
-¡Es muy, muy, pequeño! —exclamo apartándose más.
-No le harás daño hijo… cógelo… —pidió Blaine sonriendo.
-No se… —insistió Noah moviendo sus manos como si no controlara sus nervios.
-Ven siéntate aquí… —añadió Kurt sonriendo también, Noah los miro a todos y luego obedeció de mala gana, se puso la ropa clínica que sus padres le indicaron y se sentó en una silla mecedora que estaba a disposición de las madres— toma… —dijo su Papá entregándole al bebé— sostén su cabeza…
-¿Por qué?... ¿se le cae? —dijo tomando a Devon como si fuera una bomba de tiempo, se quedó incomodo un par de minutos para luego tomar más confianza con el bebé, lo acuno cerca de su pecho y comenzó a mecerse con él. Todos se miraron mutuamente intercambiando sonrisas y caras de ternura.
-Vaya… no era tan difícil como pensaba… —dijo Noah creyéndose un experto— creo que estoy listo para tener mi propio bebé…
-¡NI SE TE OCURRA!... —gritaron los tres al mismo tiempo causando una risa en Noah tan dulce como cuando él mismo era un bebé del tamaño de Devon.

Marzo de 2015





-¿Rachel te dio las llaves? —pregunto Kurt mientras avanzaba junto a su esposo por un pasillo que parecía interminable.
-Me las dio…—contesto Blaine mirando los números de las habitaciones.
-¿Qué hay con Texas y eso de ponerle a todo cuernos de animales? —agrego mirando unos percheros hechos con cuernos de vaca.
-No lo sé… —contesto Blaine riendo— pero no son solo cuernos, también están obsesionados con los sombreros… ¡ah!... ¡y con las botas! —añadió señalando una lámpara con forma de bota vaquera que adornaba uno de los rincones del pasillo.
-¿A quien se le ocurrió hacer las seccionales en Houston?... es bastante raro…—opino Kurt haciendo con sus manos gestos de locura cerca de su cabeza.
-No es tanto… oye, podríamos ir al “Centro Espacial Lyndon B. Johnson”, hay varias exhibiciones permanentes, y actividades todo el año.
-¿Estas hablando enserio?
-Mucho… ¿Por qué? —pregunto doblando por uno de los pasillos.
-Porque creo que quieres ir solo porque piensas que te encontraras con la nave de Harrison Ford.
-No creo eso, y no es la “nave” es el “Millennium Falcon”, y no es de Harrison Ford, es de “Han Solo”—corrigió Blaine sonriendo, Kurt blanqueo los ojos pensando que aquello daba lo mismo— esta es… —dijo apuntando una de las puertas.
-¡Por fin!... ya creí que nos quedaríamos sin tener un lugar “comfortable” donde dormir…
-¿Cómo?
-¿Qué?
-¿Qué palabra usaste? —quiso saber Blaine mirándolo de medio lado.
-La palabra… la palabra correcta… ¿qué otra palabra iba a usar? —sentenció Kurt apoyándose en la pared inmediata a la puerta.
-¿Cuantos tragos bebiste en el avión? —añadió queriendo reír.
-Uno… no, dos… ¡está bien tres!.... —respondió mostrando cuatro dedos.
-¿Te bebiste tres tragos en un vuelo de cuatro horas y media?
-Si…
-¿Por qué?... —pregunto tratando de abrir la puerta.
-Porque si… porque el viaje estaba supera aburrido, porque eran gratis y porque tu Blaine Anderson-Hummel no me tomaste atención en todo lo que duro el vuelo.
-Eso no es verdad…
-Sí que lo es… solo tenías ojos y oídos para tus ex compañeros Warblers.
-Creo que hable con Tristan como 5 minutos, no exageres —dijo Blaine intentando entrar haciendo uso de otra de las llaves.
-Súper gruñón... —dijo Kurt estirando su brazo para tratar de hacer cosquillas en el cuello de su esposo.
-No soy gruñón, solo digo los hechos como son… además cuando cenemos y comas algo, se te pasara el mareo.
-¡Yo no estoy mareado!... para nada… ¿qué crees?, ¿que con cuatro tragos me emborracho?... ¡mira!, ¡puedo bailar!—exclamo haciendo un par de pasos de como de tap, pero que terminaron viéndose como la rutina divertida de un payaso— ¡ups!...—agrego sintiendo que todo se movía a su alrededor— no estoy mareado… —termino por decir acercándose a su esposo.
-Lo que tú digas…—dijo Blaine probando con una tercera llave.
-¿Cuantas llaves tienes allí? —pregunto abrazándolo desde atrás a la altura de la cintura.
-Muchas… nunca pensé que aun existían hoteles con llaves en vez de tarjetas.
-¿Y porque son tantas? —reclamo Kurt como si tuviera tres años.
-No lo sé… debes consultarlo con Rachel, ella se encargó de las habitaciones.
-Rachel, Rachel, Rachel… al fin va a dejar de contar los días que faltan para las seccionales… ¿crees que si ella y yo tuviéramos un bebe seria como Myron Muskovitz?
-¿¡Qué!?... —dijo Blaine soltando una risa.
-Eso… si lo miras bien y analizas sus actitudes y ademanes, pareciera ser hijo de ella y mío.
-Pues eso es algo en lo que no me gustaría pensar —respondió moviendo la perilla con cierta brusquedad.
-Vamos…—dijo tratando de abrirle la camisa a la altura de la panza— sabes bien que con la única persona con la que quiero tener cientos de bebes es contigo.
-¿Cientos?
-Uno, dos… cientos… ¿cuándo será eso?
-Creo y no equivocarme al pensar que nos faltan muchas cosas por hacer antes de convertirnos en padres.
-Claro…
-¿Acaso quieres hacer uno ahora?
-No…—respondió dando a su voz un tono entre coqueto y meloso.
-Pues por donde están tus manos… yo diría que si… —dijo Blaine intentando con la cuarta llave del manojo que su amiga le había entregado.
-Pues seriamos los pioneros y haríamos historia en la medicina moderna si concebimos uno en este pasillo —agrego Kurt agarrándole la entrepierna.
-¡Kurt!...—exclamo su esposo zafándose del agarrón.
-¿Que?... estamos casados y tu prometiste satisfacer todas mis necesidades… no te hagas el que no…
-Lo prometí… y tus necesidades serán satisfechas, pero en medio de un pasillo lleno de estudiantes de diferentes estados, si no que en nuestra habitación donde corresponde —sentencio Blaine mirando por la cerradura por si encontraba algún objeto extraño o aquello que le impedía abrir la puerta de una vez por todas— ¿Qué? —agrego al ver que su esposo lo miraba con cara rara.
-¿No te pondrás mojigato conmigo ahora que nos casamos?, ¿o sí?
-No podría aunque quisiera, menos si tengo tu cuerpo rondándome por el resto de mi vida… ¡ah!... la quinta es la vencida… —dijo abriendo la puerta con una mano, y tomando todos los bolsos con la otra— entremos y te mostrare lo poco puritano que puede llegar a ser tu esposo —agrego haciéndose a un lado en la puerta, Kurt dio unos aplausos de entusiasmo y entro antes que él.
-Deja que guarde nuestro equipaje y… ¿Kurt?
-¡Hay dos camas!
-¿Cómo?...—pregunto Blaine entrando del todo.
-Mira… —agrego apuntando.
-Vaya… tal vez es otra rareza de Texas…
-Nada de rarezas… ¿estás seguro y esta es la habitación? —pregunto saliendo de nuevo para chequear el número que había en la puerta, luego tomo la serie de papeles que Rachel les había entregado y volvió a salir para mirar el numero impreso en el “Check-in” y el que estaba en la entrada unas tres veces.
-¿Es la habitación? —pregunto Blaine creyéndose un maestro de escuela extra paciente.
-Lo es… ¿cómo es que hay dos camas?...
-Pues las juntamos y hacemos una cama extra grande…—sugirió Blaine moviendo sus cejas.
-¡Vaya!... pues esa es un gran idea Blaine Anderson-Hummel… una súper… extra, y maravillosa idea —añadió mientras se acercaba a él, le tomo la cara para besarlo al tiempo que Blaine dejaba caer los bolsos a un costado de la puerta.
-¡Este hotel es un laberinto interminable! —exclamo Rachel entrando con dos bolsos cruzados al hombro más una pequeña maleta y un sinnúmero de papeles que amenazaban con caerse de la carpeta que traía entre las manos— sin mencionar que todo luce como si alguien hubiera matado cientos de vacas inocentes con el afán de decorar los pasillos, los baños y todas las habitaciones— agrego arreglándose el pelo.
-Rachel… —dijo Blaine apartándose de su esposo— ¿no encuentras tu habitación?
-¡Claro que la encontré!… —respondió descolgándose todo.
-Entonces, porque no la usas querida…—dijo Kurt mirándola fijo.
-¿Qué?... ¿supieron para que eran todas esas llaves?, les juro y me quede súper sorprendida cuando el recepcionista me las dio, ¿serán de alguna de todas estas puertas? —pregunto mientras abría y cerraba la del baño, el closet y otra más pequeña cerca de la entrada y que permeancia con llave.
-Rachel… ¿qué haces aquí? —insistió Kurt con sus manos en la cadera— ¿necesitas algo?... ¿organizaste un ensayo?
-No… ¿por qué habría de organizar uno?, tenemos previsto reunirnos en… 15 minutos —respondió viendo al hora en el reloj de Blaine— ¿tu tienes las llaves?
-¡Rachel!... —exclamo dejando a su esposo con la respuesta en la boca— esta es nuestra habitación, ¿no crees que deberías de darnos un poco de privacidad? —dijo Kurt haciendo caras que señalaban a Blaine, la cama, a él mismo y a la puerta.
-Pero… esta también es mi habitación…
-¿Cómo? —preguntaron los dos al mismo tiempo.
-Eso… ¡ay esta será una estadía inolvidable!... —dijo la chica dejándose caer en una de las camas— que las seccionales sean en Houston no es tan aburrido como todos creen, de hecho, hoy me entere que un verdadero vaquero será jurado mañana… ¿se lo imaginan? —explico mientras se arreglaba en las almohadas.
-Rachel, disculpa, tal vez mi capacidad de raciocinio está un poco disminuida por los tragos que me bebí camino a esta ciudad, pero ¿podrías regresar a eso de que esta es “nuestra” habitación?— volvió a decir Kurt extra pronunciando lo de “nuestra”
-Esta es nuestra habitación, para ustedes y para mi… debíamos recortar gastos así es que… y aunque el precio que me ofrecieron no coincidió con el que me cobraron al llegar, conseguí un muy, pero muy buen acuerdo por todas las habitaciones.
-¿Blaine? —dijo Kurt como si el desconcierto que le provocaba la actitud de su amiga lo había dejado sin argumentos para seguir debatiendo.
-Rachel, lo que Kurt quiere decir, mas bien preguntar… es… ¿tu dormirás aquí con nosotros? —pregunto señalando todo.
-¡Obvio!... ¡nos divertiremos mucho! y podremos repasar el set de canciones, porque la última aun me tiene con los nervios de punta pensando que Roderick Meeks no alcanzara la nota más alta, Blaine… ¿me alcanzas mi carpeta? —pidió Rachel estirando su manos como si quisiera alcanzarla ella misma pero fuera incapaz de lograr algo tan extremadamente sacrificado.
-Oh… por… dios… —susurro Kurt metiéndose al baño.
-¡Chicos!... ¿ya se instalaron? —dijo Will entrando en la habitación.
-Mister Schuester… en eso estamos —respondió Blaine tomando su bolso y el de su esposo para meterlos en el closet.
-¿Me guardas los míos? —dijo Rachel desde donde estaba.
Blaine miro a Will y luego a Rachel queriendo no hacer lo que le pedía, pero termino accediendo de todos modos.
-Mister Schue, ¿supo que habrá un vaquero de verdad de jurado en la competencia? —añadió la chica mientras revisaba sus papeles y trataba de estirarlos en su regazo.
-Lo supe… —contesto Will sentándose en la otra cama— de hecho me parece que además de él estará uno de los participantes del programa espacial.
-¿De verdad?
-Es lo que se dice en los Blogs… ¿has visitado alguno Blaine?
-¿Cómo?... —dijo este apareciendo desde el closet.
-Hablaba de los Blogs… ¿has podido visitar alguno? —repitió Will comenzando a ayudar a Rachel con lo de sus papeles.
-No, desafortunadamente no…
-Da lo mismo, y yo vine a otra cosa… un momento, ¿dónde está Kurt? —pregunto como si de pronto recordara que sus ayudantes eran tres y no dos.
-Esta… está el baño… —respondió Blaine apuntado hacia atrás por sobre su hombro.
-¡Oh!... ¿está bien?
-Si, esta ben, es solo que el viaje… ya sabe… ¿a qué vino Mister Schue? —agrego Blaine cambiando de tema para resguardar el exabrupto de su esposo.
-Claro , ¿es verdad que los Warblers quieren colarse al escenario hoy por la noche?
-¿Colarse al escenario?... ¡nadie se cuela al escenario!... ¡es sagrado! —exclamo Rachel levantándose de la cama.
-Siempre lo hacíamos Rachel, en cada competencia, de hecho cuando fuimos a las nacionales antes de graduarme lo hicimos con “New Directions”
-¿De verdad?
-De verdad, es una cábala, bueno, de hecho en aquella ocasión perdimos, pero con los Warblers nos resultó en innumerables ocasiones.
-¿Y ellos quieren hacerlo ahora?
-Sí, Tristán me lo comento mientras volábamos hacia acá… le dije que deba consultarlo con el resto de los “coach”.
-¿Y qué crees tú? —peguntó Will restregándose el mentón en señal de preocupación extrema.
-Creo que los Warblers han perdido mucho como para perder también algunas de sus tradiciones.
-Me parece justo, ¿crees que el resto de los chicos estarán de acuerdo con hacer algo así?
-Supongo… ¿Rachel?
-¡Pues si no quieren los obligaremos!... ¡ay esto es tan emocionante!... ¡nunca me he involucrado en nada ilegal! —exclamo la aludida como si la invitaran a asaltar el banco del centro de Houston.
-No es ilegal, es solo entrar en el escenario sin ser vistos —corrigió Blaine queriendo poner paños fríos en el entusiasmo de su amiga, Rachel hizo un par de gestos y volvió a sentarse en la cama.
-Muy bien, iré a decírselo a todos… ¿te encargarías Blaine?, yo no puedo participar en algo así.
-Por supuesto Mister Schue, yo me encargo.
-Perfecto… ¿me acompañas Rachel?, todos te admiran y te siguen como la líder que eres —la aludida hizo un gesto vanidoso que corroborara aquella afirmación— gracias Blaine… ¿seguro y Kurt está bien? —añadió Will acercándose a la puerta del baño.
-Lo está… —contesto abriendo la puerta de la habitación— y no se preocupe, yo me encargo de todo —agrego casi empujándolo a la salida.
-Perfecto… ¿Rachel?
-Si… — dijo al chica arreglándose el cabello y la ropa antes de salir junto a Will— que Kurt no se enferme…no puede… —sentencio apuntando a Blaine cuando paso por su lado.
-Asumo y escuchaste eso… —dijo cerrando la puerta— ¿Kurt? —agrego golpeando la puerta del baño— ¿estas ocupado? —agrego moviendo la perilla.
-No…
-¿Me abres entonces?...
-Está abierto, pasa…
-¿No tenías una regla con respecto a usar el retrete como asiento? —pregunto al verlo sentado pierna arriba como en el más cómodo de los sitiales.
-Pues esa regla tiene algunas excepciones…
-Me doy cuenta… —dijo Blaine apoyando su trasero en el mueble del lavabo, se cruzó de brazos y estiro un poco las piernas para quedar mirando de frente a su esposo.
-¿Se fueron?
-Se fueron, Mister Schuester pegunto por ti…
-¿Qué les dijiste?
-Que el vuelo te había causado algo, pero que estabas bien…
-¿Por qué no el dijiste que en realidad quería matar a Rachel y que entre aquí a ver si se me pasaban las ganas?
-No sabía que querías hacer eso… —dijo Blaine riendo.
-Pues lo he querido hacer desde que la conocí, no creas que todo es un lecho de rosas con ella.
-¿Seguro?, ¿tu mejor amiga en el mundo?
-Tu eres mi mejor amigo en el mudo… Rachel es… bueno… Rachel… —contesto levantando sus manos.
-Nos las arreglaremos para tener un poco de intimidad, tenlo por seguro.
-¿Cómo?... ¿poniendo un sedante en su Coca-Cola de dieta? —dijo Kurt desenrollando un poco de papel higiénico para sonarse— un momento, sí que podría poner un sedante en su Coca-Cola de dieta…. —agrego mirando un punto fijo en la pared, como si realmente estuviera maquinando en su cabeza como podría hacer aquello.
-¡Nada de sedantes!... encontraremos otra forma.
-El sedante es bien efectivo, te lo aseguro… —añadió poniéndose de pie para desechar el papel.
-Me lo imagino, pero estoy seguro y no la querrás somnolienta en un día tan importante como lo es el de mañana.
-No… —dijo alargando la “o”— a pesar de todo la necesitamos.
-A pesar de todo…
-¿Qué quería Will? —pregunto parándose en frente de él, se ubicó entre sus piernas y le descruzo las manos para que lo abrazara.
-Quería preguntarme sobre la tradición de los Warblers de colarse en el escenario, al parecer algunos chicos le consultaron si era posible.
-¿Y lo harán? —pregunto abrazándolo por el cuello.
-Mister Schue me dejo a cargo —dijo Blaine dándose ínfulas con un gesto.
-Blaine, eso es genial, un poco estúpido y de secundaria, pero genial…
-Lo sé... —respondió riendo.
-Aún recuerdo con cariño la primera vez que me hicieron participe de eso…
-¿Con cariño?... ¿aunque te hayas quedado a lustrar los zapatos de todos?
-Aun así… ¿quieres saber por qué?
-Me encantaría saber por qué…—respondió acercándolo más a él.
-Porque ese día, pude pasar toda la anoche contigo… —dijo sonriendo como el que más.
-Vaya… nuestra primera noche juntos… no me acordaba que había sido esa…
-¿No?
-Estoy bromeando… cada momento vivido contigo lo guardo en mi corazón como lo más preciado Kurt Hummel-Anderson.
Kurt sonrió y sitio que su corazón daba ocho vueltas seguidas.
-Blaine Anderson-Hummel… —dijo soltando un suspiro— lo siento pero… no puedes decir algo así y esperar que yo me quede impávido…—agrego Kurt dándose media vuelta, puso el cerrojo a la puerta del baño y se abalanzó sobre su esposo, para llenarlo de besos y palabras dulces primero y dejar que su cuerpo hablara por él después.

Octubre de 2041






-¿Quién es Noah Anderson? —interrumpió una enfermera acercándose a todos.
-Creo que te hablan cariño…
-Pero yo soy Noah Anderson Hummel…—murmuro entre dientes.
-¡Oh!… mi error… ¿quién es Noah Anderson Hummel? —pregunto nuevamente con una mano en la frente como si quisiera distinguir a quien buscaba en la distancia.
-¡Soy yo! —exclamo el aludido dando un salto.
-Ah, mucho gusto Señor Anderson Hummel… ¿Quién vendrá con usted?
-Mi Papá y mi “Papáblen” —contesto Noah apuntando a cada uno.
-Vamos entonces, síganme… —dijo la enfermera partiendo adelante.
-Un momento… —dijo Lily tomando a Blaine por un brazo— ¿qué quiere decir esto?
-Quiere decir que el doctor nos aclaró todas nuestras dudas y como Noah no tenía fiebre, ni nada parecido, lo ingresaran de inmediato y el procedi…
-¡Gracias!... —interrumpió Lily colgándosele del cuello— gracias… —repitió dándole un beso—Kurt… —dijo volteándose a su otro amigo.
-De nada linda… —dijo este abrazándola también — si la situación fuera al revés, ustedes harían lo mismo por nosotros.
-¡Son geniales!, ¡los amo! —exclamo Dylan abrazándolos a todos, con tanta ímpetu que las cabezas de sus amigos terminaron por chocar entre si.
-¡Westbrook! —exclamo Lily dándole un manotazo a su marido.
-¡Ups!... perdonen… ¿están bien?... ¿sus cabezas? —quiso saber Dylan tomando la cabeza de cada uno.
-Estamos bien… —respondió Kurt apartándose— pero de ahora en adelante pensare dos veces en darte una buena noticia —agrego mientras se sobaba el lado que había chocado con la cabeza de su esposo.
-Eso es muy cierto… —dijo Blaine haciendo lo propio en su sien derecha.
-Perdonen chicos... ya saben… la emoción —insistió Dylan empuñando sus manos.
-Si claro… —dijo Kurt mirándolo con mala cara por casi un minuto seguido— en fin… el doctor nos dijo que Noah se internara y que en más o menos… ¿30 minutos?, ¿eso fue lo que dijo Blaine?
-30 minutos —corroboro este tomando al pequeño en sus brazos.
-En 30 minutos se lo llevaran para hacer el procedimiento.
-Gracias chicos… de verdad —volvió a decir Lily dando un beso a cada uno incluyendo a Noah.
-¿Ves Dylan?... así se agradece a la gente, no con golpes…
-¡Pero Kurt!... si quieres un beso, ¡yo te lo doy enseguida! —exclamo el aludido que parecía y estaba viviendo el momento más feliz de su vida.
-¿Me acompañan? —interrumpió la enfermera que hasta el momento había permanecido en silencio.
-Vamos… ¿vamos cariño?
-Si… Liverpool Westbrook Stewart está esperando mi ayuda.
-¿Tienen sus cosas? —agrego la funcionaria comenzando a avanzar hacia la habitación que habían asignado al pequeño donante.
-Si… bueno… mi hija las tenía… pero ahora no sé dónde está…—respondió Kurt mirando los diferentes rincones de la sala de espera.
-Nuestro hijo debe saber… ¡Hendrix! —grito Dylan seguido de un gesto y un chiflido tal y como si estuviera en la plaza pública, la enfermera lo miro con cara de reprobación y el Ingles termino por esconderse tras Lily, como si temiera una reprimenda allí mismo.
-¿Qué sucedió?, ¿cuál es el veredicto? —quiso saber Hendrix llegando hasta donde estaban todos.
-El mejor hijo… ¿qué sucedió con Lizzie?
-¿Con Lizzie?... ¡nada!, ¿qué podría haber sucedido con ella?, nada sucedió… ¿qué? —respondió el chico subiendo un pie a una de las sillas, la enfermera dio un respingo censurando aquello, Kurt pensó que aquella empleada del hospital, estaba encargada de todo incluyendo el orden y la compostura de los pacientes.
-La “Princesa de Blaine” tiene las cosas del “duendecillo”… y él se va internar ahora… ¿dónde fue?
-¡Ah!… —contesto Hendrix como aliviado— fue a buscar a Henry… ¿o a sorprenderlo?… —se auto pregunto mirando al piso.
-La llamaremos… —dijo Blaine tomando su teléfono mientras retomaba el camino tras la enfermera que ya parecía y estaba impacientándose.

-¿Qué haces aquí?...¿oculto de todos?... —pregunto Lizzie al encontrando a su hermano en otra de las salas de espera más cercana a las habitaciones.
-Hola hermanita… —respondió sonriendo un tanto lacónico.
-¿Estas bien?... —agrego la chica sentándose a su lado.
-Bien…
-¿Y por qué estas mirando la nada?
-No miro la nada, miro el “London eye” y me preguntaba si Frank Anatole y compañía pensaron en la posibilidad de un terremoto grado 10.
-¡Ay Henry!... ¡que trágico te pones!... ¡hola!
-No es trágico, solo me surgió la duda al pensar si aquellos cables acerados soportarían toda esa estructura e impedirían que cayera justo en el medio del rio —dijo simulando una rueda gigante con sus manos.
-¿Crees que sea posible? —pregunto Lizzie un poco más seria.
-Todo lo es… ¿nuestra familia?
-Los Papás están hablando con el doctor, creo y no terminan de convencerse de que el “Goblin” se haga el procedimiento —respondió Lizzie apoyando la cabeza en el hombro de su hermano.
-Bueno el Papá tiene sus reservas desde el principio, y a decir verdad… yo también las tengo.
-¿Cómo?... —quiso saber Lizzie incorporándose un poco para mirarlo a la cara.
-Eso… lo que describieron Dylan y Lily no es algo simple y a decir verdad temo por la seguridad de nuestro hermanito.
-Pero si ni él tiene miedo… ¡hola!
-Creo que es demasiado pequeño para diferenciar lo que es peligroso de lo que no, además lo único que le importa es ayudar a su amigo.
-¿Qué estás diciendo Henry?...
-Nada… bueno… —respondió poniéndose de pie frente al enorme ventanal que daba al Támesis— solo digo que si fuera mi hijo no permitiría que se sometiera algo así.
-¡Henry! —exclamo Lizzie levantándose también— ¡eso es súper extra egoísta!… ¿acaso no te das cuenta que Liverpool puede morir?... ¡hola!
-Me doy cuenta, pero Noah es mi hermano, Liverpool no es nada… —contesto como dando por finalizada la discusión, Lizzie abrió sus ojos al máximo y se quedó mirando a su hermano con una expresión de impacto en su cara— lo siento… —dijo Henry queriendo retractarse de inmediato de lo que había dicho.
-Está bien…
-No, no está bien… olvida lo que dije por favor… —pidió tomándose la cabeza, se desordeno un poco el cabello y soltó una cantidad extra de aire, como si se auto calmara con ejercicios respiratorios.
-Tranquilo… lo olvidare, y solo porque estas hablando desde el miedo… sé que no piensas así…—dijo Lizzie ubicándose a su lado.
-¿Crees que los Papás terminarán dando su consentimiento?
-Lo creo… si la situación fuera al revés los Tíos harían los mismo…
-Claro.
-¡Todo saldrá bien!... mírate el “hombrón” que eres y andas con esos temores de debilucho... ¡hola!
-¿El qué?...
-¡”Hombrón”!...
-¿Y eso que se supone y significa?
-Hombre grande, corpulento y grande, un hombre como tú… ¡ay Henry!... actualiza tu vocabulario... ¡hola!
-Lo hago constantemente y puedo decir con seguridad que esa palabra no existe.
-¡Si existe puedo probarlo!…—exclamo Lizzie cruzándose de brazos, Henry quiso reír de la actitud infantil de su hermana pero desvió su mirada a la calle nuevamente, Lizzie se le quedo viendo un par de segundos hasta que recordó algo que tal vez podría quitar la esa nostalgia que lo invadía.
-¿Te cuento algo que te sorprenderá? —dijo tomándolo del brazo.
-¿Sorprenderme?... ¿qué cosa?
-Hendrix acaba de confesarme su amor por mi
-¿Qué?
-¡¡¡Lo sé!!!... ¡imagínate!, nunca lo hubiera creído de él..
-Lo sabía…—dijo Henry negando con su cabeza.
-¿Cómo que lo sabias?
-Lo sabía, y me sorprende que tu hermanita no te hayas dado cuenta antes, él estaba muy raro cuando tú te le acercabas… ¡dios!... soy infalible en notar cosas que nadie más nota… lo soy…—repitió el chico sonriendo engreído.
-¡Es la primera vez que notas algo!... y deberías de habérmelo dicho… yo no tena ni idea…—agrego sintiendo vibrar su teléfono.
-¿Que le dijiste?
-¡Que yo no quería nada con él!, no con esas palabras claro esta… porque fui súper extra dulce… pero en el fondo fue lo que quise decir —respondió al tiempo que leía y respondía texto que le había llegado
-¿Y si tuviera un par de años más? —pregunto Henry mirándola de medio lado.
-En ese caso… —contesto como pensando— ¡ya estaría encima de él!... ¡es igual al Tío Dylan por todos los santos! —exclamo alzando su brazos con teléfono y todo.
-Eres una desquiciada querida “Rizzie”.
-Lo se… —dijo encogiendo un hombro como orgullosa de ser una loca demente.
-¿Eran los Papás?
-Si.. —respondió guardando el teléfono en su bolsillo nuevamente— el “Goblin” se va a internar para que le hagan el procedimiento y necesita sus cosas… que por lo demás no sé porque demonios las tengo yo…— dijo la chica tomando el pequeño bolso de su hermano.
-¿Se va a internar?... eso quiere decir…
-Que los Papás aceptaron…
-Por dios… —murmuro Henry palideciendo un poco.
-Hermanito… todo saldrá bien… estamos en el 2041… ya casi nadie se muere de nada… lo que me hace pensar que luego el mundo nos quedara pequeño… —dijo al chica tomándose unos segundos para analizar su teoría del exceso de población.
-La gente muere “Rizzie”.
-¡Ay si se!… —agrego cruzándose el bolso— solo quería darte una especie de ánimo o algo… cosa que en lo que por lo demás parece y no soy buena, recién el dije unas palabras a Hendrix y termino riéndose en mi cara… ¡hola!... ¿Vamos?
-¿Sabes dónde es? —quiso saber Henry ofreciéndole su brazo para que lo cogiera.
-El “Papáblen” me dio todo los datos, debemos subir… —contesto Lizzie haciendo el ademan de arrimarse a él.
-Ok… ¿Qué? —dijo el chico al ver que su hermana lo quedaba mirando fijo.
-Tienes algo diferente… —contesto la chica acercándose mas.
-¿Qué?... ¿qué cosa? —pregunto Henry tocándose la cara.
-Lo note en el avión pero culpe a la presurización del espacio, pero… ahora que te veo de cerca…
-No sé a lo que te refieres… —respondió Henry sintiéndose nervioso, se adelantó a su hermana y presiono el botón de ascensor unas cuatro veces seguidas.
-¡Henry!
-Los Papás nos esperan… acabas de decirlo.
-¿No me vas a contar?
-No sé a lo que te refieres —repitió su hermano concentrándose en los números justo por sobre su cabeza.
-¿Acaso es lo que estoy pesando?... ¡Henry!... ¡cuéntame! —insistió la chica dándole de piquetes en el estómago, Henry trato de apartarse un resto y cuando escucho la campanilla que anunciaba la llegada del ascensor, se escabullo como un pez subiéndose de inmediato.

-¿Y dónde está mi pijama de “epstrellas”? —quiso saber Noah mientras Kurt le ataba a la espalda el lazo de la bata clínica que le habían facilitado.
-Lo tiene tu hermanita hijo con el resto de tus cosas… pero eso también está muy bonito… mira… tiene animalitos, y esos también te gustan —dijo Blaine apuntando los dibujos, Noah miro su atuendo y encogió los hombros como resignado.
-Debes usar esto cariño, la enfermera nos lo dijo, ¿te acuerdas bebé? —añadió Kurt bajando la ropa de su hijo hasta que le llego a las rodillas.
-Me acuerdo… ¿cuánto rato estaré “epspectante”? —pregunto Noah acomodándose junto a “Desmond”
-Creo que solo será un par de minutos más… —agrego su Papá arropándolo— ¿estás bien cariño?—pregunto al tiempo que le arreglaba las almohadas.
-Si…
-¿Seguro?... pareces un poco preocupado.
-No lo estoy…
-¿Quieres preguntarnos algo de lo que dijo el doctor?
-¿Es verdad que Liverpool Westbrook Stewart tendrá que esperar un tiempo antes de recibir mi sangre?
-Así es hijo, el doctor nos explicó que primero debe preparar su cuerpo con medicamentos para todo resulte bien… —respondió Blaine sentándose a su lado— ¿algo más que quieras saber?
-No… todo lo demás lo entendí “Papáblen”, además cuando me hagan el “pocedemento” estaré dormido…
-Lo estarás bebé… y cuando despiertes, el “Papáblen” y yo estaremos junto a ti, al lado de tu camita —dijo Kurt sonriendo, acerco una de las sillas y se ubicó cerca de la cabecera, le beso una de las manos para después sostenerla con fuerza.
-¿Qué pasa si no despierto?
-¿Como?...
-Puedo morir y no despertar nunca jamás… —dijo Noah como si nada.
-Cariño, no digas esas cosas… —pidió Kurt queriendo llorar.
-Pero es la verdad…
-Tu no morirás hijo… —se adelantó en decir Blaine acariciándole la cara.
-¿Por qué no?
-Porque eres muy pequeñito...
-Liverpool Westbrook Stewart me dijo que un niño murió… que él lo conocía y era pequeño también...
-Pero existe una diferencia entre él y tú y esa es que ese niño estaba enfermo y tu no lo estas.
-Liverpool Westbrook Stewart también está enfermo “Papáblen”
-Lo está…
-¿Entonces él puede morir?
-Puede… pero como has visto, sus Papás y nosotros estamos haciendo todo lo posible para que eso no suceda.
-¿Con mi sangre?
-Con tu sangre… —repitió Blaine dándole un beso y un cariño en la cara.
-¿El Papá está bien?... me está apretando mucho la mano… —susurro Noah con la manito que tenia libre cerca de la cara, como si pensara que con ese gesto Kurt no escucharía lo que decía.
-Lo está… solo está nervioso y preocupado por ti… —respondió Blaine en el mismo tono, le sonrió a su hijo y miro de reojo a su esposo que hacia lo posible por no soltar el llanto.
-¿Por lo que dije de morir?
-Exacto…
-Papá… —dijo Noah mirando a Kurt y hablando fuerte y claro como si hubiese recuperando el habla en aquel instante.
-¿Si cariño?
-No moriré… te lo prometo… —agrego el pequeño haciendo los gestos de promesa que había aprendido de su hermana.
Kurt sonrió soltando algunas lágrimas y abrazo a su hijo un rato interminable, Blaine pensó que tendrían que llevarlo al quirófano junto a Noah.
-Buenas tardes… necesito hacer algunas preguntas sobre este jovencito… ¿quién me las puede contestar? —dijo una enfermera al tiempo que entraba en la habitación.
-Yo lo hare… —contesto Blaine poniéndose de pie. Kurt seguía abrazado a Noah y escucho como la mujer preguntaba algunos datos del pequeño, sus alergias y si había pasado por el quirófano alguna vez, todo lo que Blaine respondía, la encargada lo anotaba en un dispositivo electrónico.
-Necesito que firme esto alguno de los responsables —dijo una vez que termino con el interrogatorio y explico a Blaine los riesgos asociados al procedimiento siempre cuidando de agregar la frase “en raras ocasiones”. Blaine echo un vistazo rápido a los papeles, los firmo y se los devolvió a la mujer quien salió a dar la orden de que todo estaba dispuesto. Al segundo, un par de asistentes entraron con una camilla más pequeña hacia donde cambiaron a Noah, el pequeño le dio un abrazo a su dinosaurio y lo dejo instalando en sus almohadas, Kurt volvió a abrazarlo y le dijo que lo quería unas tres veces seguidas, Blaine hizo lo mismo agregando un par de besos y que todo saldría bien, Noah volvió a repetir que no moriría y que cuidaran a “Desmond”, les hizo una seña de despedida con su mano antes de salir de la habitación y termino por sonreír al ver que todos los demás estaban afuera deseándole lo mejor.
-¿No hay vuelta atrás? —pregunto Kurt mirando hacia la puerta.
-No…
-Todo saldrá bien… ¿verdad?
-Todo saldrá estupendamente bien…
-Tengo… tengo mucho miedo —agrego Kurt comenzando a llorar.
-Y yo… —respondió su esposo también soltando algunas lágrimas.
-¿Estas llorando? —pregunto volteándose hacia él —¿no se supone y deberías permanecer fuerte como es habitual?, ¿para consolarme? ¿y decirme todo eso que me hace sentir bien?
-No creo y eso sea posible ahora… ven… —añadió Blaine estirando sus brazos.
Kurt lo miro un instante y acorto la distancia que lo separaba de su esposo en menos de un segundo, se le colgó del cuello y se aferró a él con fuerza.
-Lo siento… —murmuro Blaine abrazándolo de vuelta.
-No lo sientas… —dijo Kurt tomándole la cara para consolarlo a través de sus besos— me quedo con tus ultimas palabras de fortaleza diciéndome que todo saldrá bien.
-Todo saldrá bien… —repitió tragándose el resto de llanto que le quedaba.
-Eso espero… ¡vaya dupla que hacemos!… —dijo Kurt apartándose mientras reía entre sollozos.
-Lo se… nos expulsarían de cualquier comité de crisis… —agrego Blaine limpiándose la nariz con la mano.
-Tenemos la inmunidad que nos da ser padres… nadie nos expulsaría de nada… —agrego sacando un par de pañuelos descartables, se secó las lagrima y se sonó con estridencia.
-Muy bien… —dijo Blaine tomando aire, movió sus brazos como si deshiciera de la tristeza que lo embargaba y termino por esbozar la sonrisa de príncipe que a Kurt le encantaba— vamos a esperar… —añadió estirando su mano.
-A esperar… —repitió Kurt tomándosela de vuelta.

Marzo de 2047






-Si no sales pronto, no quedaran galletas para ti…
-¡Eso no es justo! —grito Kurt desde el baño— si no te diste cuenta, conté un número igual para cada uno, ¡respeta las porciones!, ya es suficiente con tolerar que comamos en la cama como para me dejes sin nada —agrego sin salir.
-Sea como sea es lo que sucederá si no terminas sea lo que sea que estás haciendo allí dentro —replico Blaine separando una de las galletas para comenzar a comer primero la crema del relleno.
-¿Cómo que “sea lo que sea”?, te dije hace semanas que debía prepararme porque el rodaje de mi película empieza este lunes, hoy es viernes y faltan dos días para el lunes.
-Ok…
-¿”Papáblen”?... ¿Papá?... —dijo Noah golpeando la puerta de la habitación de sus Padres.
-Pasa hijo... —contesto Blaine masticando y tragando galletas de chocolate.
-Hola “Papáblen”… —añadió el chico acercándose para saludarlo con un beso— ¿El Papá? —dijo mirando a su alrededor.
-Está en el baño… ¡Kurt!... ¡llego Noah! —grito dirigiendo su voz hacia donde dijera.
-¡Cariño!... ¡bienvenido a casa!... ¿estás bien?... ¿qué tal la escuela?... no puedo salir ahora… ¡te amo! —respondió desde adentro.
-¿Qué está haciendo allí? —pregunto Noah divertido.
-Mejor no preguntes… ¿qué tal la escuela? —dijo acomodándose sobre las almohadas, se cruzó de piernas y le hizo un gesto a su hijo para se subiera también.
-¿Esas son galletas? —dijo quitándose las zapatillas y apuntando los dos pocillos que descansaban al centro de la cama.
-Lo son, puedes tomar de aquí porque es la porción de tu Papá… —contesto Blaine guiñándole un ojo — ¿Qué tal tu día?
-Bien… —respondió como desgano, tomo una de las galletas y comenzó a comerla tal y como Blaine lo hacía.
-¿Hay algún problema?
-No… bueno… si… pero no es nada malo ni grave —añadió mascando.
-¿Entonces qué es?, ¿me quieres contar?
-Nada… es decir… ¿sabes que al Señorita Lowel se fue para tener a su bebé?, ¿verdad?
-Nos lo dijeron en la última reunión… si…
-Pues bien… —comenzó a explicar Noah tomando otras tres galletas — lo que sucede es que el maestro que llego a reemplazarla es el peor ser humano que existe.
-¡Noah!.
-¿Qué?... es la verdad, si bien no es el peor ser humano que existe es uno de los peores.
-No hables así de uno de tus maestros puede traerte problemas.
-¿Por qué dices eso?...
-Porque te recuerdo que es tu maestro y debes respetarlo, ¿es muy exigente?
-Lo es… pero no es por eso que… ¿qué clase problemas? —pregunto mirándolo de medio lado como si recién escuchara la frase que dijera su Papá un par de minutos antes.
-¿Qué pasa?... ¿porque los escucho hablar tanto? —quiso saber Kurt desde dentro del baño.
-Sal y lo sabrás…
-Aun no termino… ¿Noah está bien?... ¿estás bien cariño?
-Lo estoy Papá… solo le decía al “Papáblen” que él… es bien raro hablarte a través de la puerta.
-Bastante… ¿qué tal si sales de una vez?, llevas casi media allí dentro… lleva casi media hora allí dentro —repitió Blaine mirando a su hijo, este soltó una pequeña risa y volvió a tomar otro par de galletas.
-¡Esta bien!… ya estoy casi listo… pero prométanme algo antes… —pidió al tiempo que se escuchaba una serie de ruidos, entre de frascos que chocan entre si y toallas sacudiéndose en el aire.
-¿Qué cosa? —pregunto su esposo poniendo caras.
-¡Prometan que no se espantaran!
-¿Cómo?...
-¿Por qué habríamos de espantarnos? —dijo Noah mirando a Blaine y poniendo cara de espanto de antemano.
-¡Prométanlo! —insistió quitando el cerrojo a la puerta.
-Kurt me estas espantando desde ya con esa actitud, a mí y a nuestro hijo… ¿quieres salir de una vez?
-Está bien…—respondió como con mala gana, Blaine y Noah escucharon como movía la perilla de la puerta en cámara lenta además de algunos ruidos que evidenciaban esta vez que su esposo estaba poniendo orden a todo antes de salir. Noah se bajó de cama y se paró frente a la puerta, Blaine dejo los pocillos con galletas en la mesa de noche y se concentró en lo que su esposo quería mostrarle y para lo cual había estado encerrado en el baño gran parte de la tarde.
-¡Voy a salir!... —dijo como si advirtiera una catástrofe.
-¡Sal de una vez!, no veo porque… ¡KURT! —exclamo al verlo aparecer.
-¡PAPÁ!... —agrego Noah en el mismo tono.
-¿Qué opinan? —pregunto poniendo cara desasosegada.
-Papá… no sé si sabes, pero tu cabeza está totalmente rubia… muy rubia… —dijo Noah como creyéndose inspector de cabellos.
-Lo se cariño… —respondió tocándose el pelo— ¿Qué te parece?
-No se… te ves… te ves como si fueras de un solo color —sentencio Noah apuntándolo de arriba abajo como si efectivamente su Papá fuera de un color uniforme de la cabeza a los pies.
-¿Crees que es muy rubio?... ¿Blaine?
Blaine abrió la boca para responder pero ningún sonido salió de ella, miro a su esposo con los ojos empequeñecidos como si lo analizara cabello por cabello y recién llevara 123 chequeados.
-Yo creo que es más bien blanco… —opino su hijo tocándole algunos pelos cerca de la oreja.
-No es blanco cariño, es “rubio súper aclarante dorado”… al menos es lo que dice el envase.
-Yo creo que es súper extra blanco…
-¡Que no es blanco!... traeré el envase para que lo veas…—dijo dándose media vuelta para volver al baño— aunque primero… —añadió devolviéndose en sus pasos— díganme de que estaban hablando… —pidió Kurt con las manos en la cadera, miro de reojo a su esposo un par de veces, sintiéndose cada vez más intimidado al pensar que su decisión de la tintura debió ser a lo menos advertida.
-Hablábamos de que el reemplazante de la Señorita Lowel es una persona muy… difícil… —explico el chico evitando por todos los modos volver a tratar al maestro suplente como el peor ser de la humanidad.
-¿De verdad?... ¿y por qué cariño? —quiso saber Kurt abrazando a su hijo mientras caminaba con él hacia el asiento de final de la cama.
-Es lo que le iba a contar al “Papáblen”… —Blaine seguía mirando el cabello de su esposo e hizo un gesto entre saludo y tic nervioso al escucharse nombrado y verse señalado por su hijo— yo estaba con Simona Vitagliano, Tate Bloomfield, Laszlo Whitlock y Mermaid Oberbroeckling en el pasillo esperando a Lincoln García que nos iba a enseñar una revista… entonces…
-¿Una revista? —pregunto Kurt estirando su cuello, alzando una ceja y abriendo más sus ojos, todo al mismo tiempo— ¿Qué…?, ¿Qué revista era esa? —agrego tragando más saliva de lo normal.
-Una revista de autos… al parecer los papás de Laszlo Whitlock le regalaran un auto a su hermano y le pidieron consejos a él y como él no sabe nada de autos, le pidió a su vez a Lincoln García que lo ayudara porque sus papás tienen como 58 autos diferentes y no sé cuántas revistas relacionadas… un momento... ¿qué revista creías que estaba mirando?
-¿Cómo?... —pregunto dando una mirada a su esposo que esta vez le inspeccionaba la cabeza desde más lejos y en diferente ángulo— ninguna cariño… obvio que no estaba pensando nada… ¿qué paso entonces?
Noah lo miro con los ojos empequeñecidos y una sonrisa pícara en su cara, sabía de sobra que era lo que estaba pensando su Papá.
-En fin… como decía esta persona llego…
-¿Esta persona?... ¿no tiene nombre este nuevo maestro?
-Claro, como todos…
-Entonces, ¿qué tal si lo llamas por su nombre?
-Esta bien… el Señor Hill… —dijo Noah blanqueando los ojos y poniendo acento extra en el nombre del maestro en cuestión— llego y comenzó a reprendernos a todos, que ese no era el lugar, que para eso estaba la biblioteca, que estábamos haciendo un barullo y “bla”, “bla”, “bla”… fue desagradable de principio a fin… —concluyo Noah haciendo un gesto con su mano que era más propio de la conclusión de un discurso político que de una argumentación adolescente.
-Tal vez esa es la regla de escuela hijo, no hacer bulto en los pasillos —opino Blaine sin quitar los ojos de encima del cabello extra rubio de su esposo.
-Pues no éramos los únicos allí, creo que exagero y excedió sus límites de autoridad —Kurt no pudo evitar sonreír ante la decisión con la que hablaba el menor de sus hijos.
-¿Te reprendieron cariño?
-No por escrito, no tuvimos que ir a la oficina del director ni nada, fue más un escándalo mediático.
-Pues de ahora en adelante si quieres evitar “escándalos mediáticos” —dijo Kurt haciendo el gesto de comillas con sus dedos— trata de no llevarle la contra a este Señor Hill… será por poco tiempo y te librara de malos ratos.
-Supongo… —respondió encogiendo sus hombros— ¿a qué hora vamos a cenar?, quede de hablar con Liverpool Westbrook Stewart —agrego el chico levantándose del asiento, estiro sus brazos y dio un bostezo largo y sonoro como si se quitara la pereza de un par de años como mínimo.
-A la misma hora de siempre cariño…
-Muy bien… —añado mirando la hora en el reloj de le mesa de noche de sus padres— “Papáblen”… ¿crees que será posible viajar a Londres en algún momento de la gira por España y Francia?
-Seguramente hijo, haz planes con Liverpool.
-¡Sí!… —exclamo empuñando su mano— me avisan cuando estemos por comer… —pidió encaminando sus pasos a la salida— y… Papá… —agrego dándose media vuelta— te ves súper bien…
-Gracias cariño...
-Y... Papá… cuando quiera hablar de “eso” con ustedes, lo hare sin rodeos… y por cierto sin revistas… —agrego sonriendo al tiempo que salía de la habitación de sus padres.
Blaine sonrió y lo miro marchar para luego volver a analizar el nuevo look de su esposo y con el cual tendría que convivir por lo menos un par de meses.
-¿No tenemos que hablar de “eso” con el aun?… ¿o sí? —pregunto Kurt poniendo caras.
-Tal vez de lo que corresponde a sus 12 años… —dijo Blaine comenzando a ordenar todo lo que las galletas habían provocado sobre la cama.
-¿Eso es “Paris” y “Cigüeñas”?... ¿verdad?
-Claro…
-¿Estas molesto?... ¿no es así? —agrego su esposo mientras ayudaba en el orden sacudiendo las migajas del cobertor.
-¿Molesto?... ¿por qué? —dijo Blaine haciendo ademanes de ofendido.
-Por esto… —contesto apuntándose la cabeza— no has dicho nada, ninguna opinión, critica o lo que sea… nada salió de tu boca desde que me viste salir del baño.
-¿Y qué voy a opinar?
-¡No lo sé!… opina de lo queras, de cómo me veo… de que si me viene este color… dime algo…
-Pues te diré que… estas… estas totalmente rubio… —dijo entre sorprendido y divertido.
-Lo se… yo me lo teñí… dime qué opinas.
-…
-¿No te gusta?...—agrego tocándose la cabeza.
-No se… bueno… es diferente… —contesto caminando un par de pasos en su dirección, se acercó a él y le toco el cabello a la altura del flequillo.
-¿Lo odias?… —insistió Kurt haciendo un gesto infantil.
-No, por supuesto que no… solo es diferente como dije…
-¿Seguro?... ¿no me odias por no haberte consultado antes?
-¡¿Qué!?... ¡no!… Kurt, es tu cabeza… tu haz lo que quieras…
-¿Pero?
-Pero… ¡no se!… ¿no podrías haber usado una peluca durante la grabación?... —pregunto Blaine mirándolo con el entrecejo fruncido.
-¡Por supuesto que no!… es decir… de poder, hubiera podido… —respondió acercándose al espejo del vestidor se miró de cerca y cambio la dirección de su peinado unas 3 veces— pero no habría sido lo mismo y hubiera pasado más tiempo en el maquillaje que rodando… ya bien costosa está saliendo esta idea que tuve como para agregar más tiempo de rodaje —sentencio al tiempo que se cambiaba la camiseta desgastada que vestía por la camisa que había usado durante el día, todo de mala gana.
-Kurt… todo saldrá bien… el guion es perfecto, las locaciones que elegiste son fenomenales… el actor secundario es muy guapo… —dijo sonriendo.
-Eso es verdad… —agrego sonriendo también— te juro y solo serán seis meses que me veras así…—aseguro apuntándose la cabeza nuevamente.
-Te ves increíble de la manera que sea… es más… —comenzó a decir Blaine acercándosele— debo decir… que esto es un gran reto para mí —dijo tomándole ambas manos.
-¿Un reto?... ¿a qué te refieres?
-Me refiero a que nunca en mi vida he tenido sexo con un “rubiecito”… por lo tanto… cuando eso suceda… será una experiencia inolvidable —agrego acercándolo a él.
-Vaya… —respondió Kurt sonriendo coqueto al tiempo que cambiaba la posición de sus manos y las dejaba despreocupadas en la cadera de su esposo— considérese usted afortunado entonces Señor Anderson-Hummel…
-¿Afortunado?... ¿por qué? —dijo dando un par de besos.
-Porque los rubios podemos hacer cosas que los “castaños” jamás se atreverían…—añadió mordiéndose el labio.
-Demandare conocer esas cosas, no creas que no…
-Ok…
-Siento haber sobre reaccionado es solo que… ya estoy acostumbrado a otra versión de ti… pero luces espectacular como sea.
-Gracias… —contesto mirándose en sus ojos, solo un poco de aire y se dio cuenta que la mirada de su esposo pedía a gritos lo mismo que la de él— ¿crees…?... ¿crees que nuestro hijo y Liverpool…?
-¡Hablaran por un rato largo!... —interrumpió Blaine poniéndole llave a la puerta y acercándose con ansias a él luego, después de todo nunca en su vida había intimado con un rubio.

Mayo de 2025




-¿Ese caballero fue novio del “Papáblen”? —murmuro Henry sin que nadie lo escuchara.
-Kurt…
-Mira… —interrumpió volteándose hacia él — no sé si estos son celos, rabia o no sé qué, pero ese pasado que prometimos y dejaríamos atrás, parece que insiste en volver aparecer, y odio eso… odio recordar lo que sentí cuando te vi con él la primera vez, o lo que significó para mi sentir que por mi culpa te perdía para siempre… y la aparición de Karofsky me recuerda todo eso.
-Kurt… —dijo Blaine tomándolo por los hombros— si quieres que no lo vuelva a ver, no lo hare.
-No puedo pedirte eso…
-¿Por qué no?
-Porque es egoísta y estúpido… además él es tu amigo… y con un demonio yo también lo considere como tal en algún momento de mi vida, pero ahora… —agrego empuñando su mano, evidenciando con ello que sus sentimientos fraternales habían cambiado.
-El pasado no existe Kurt, pero a la hora de las contriciones, salir con Dav… perdón… con Karofsky, es una de las cosas de las que me arrepiento.
-¿Si?
-Si… —repitió corrigiéndole el peinado a la altura del flequillo— debí quedarme en New York y pelear por ti.
-Bueno, yo no te hice las cosa muy fáciles que digamos.
-Eso es verdad, no seré yo quien…
-¡¿ESE CABALLERO GRANDE FUE TU NOVIO “PAPÁBLEN”?! —exclamo Henry abriendo sus ojos más de lo normal, esta vez hablando bien alto, para hacerse notar frente a sus padres.
Kurt se puso blanco al escuchar a su hijo y miro a Blaine con cara de pánico extremo.
-Por favor dime y ese que hablo no es mi hijo —murmuro con los ojos cerrados.
-Es Henry… —respondió Blaine mirándolo de reojo. Kurt soltó un poco de aire y trago saliva antes de esbozar la mejor de sus sonrisas y se volteo hacia su hijo que estaba con ambas manos en la cabeza como si no terminara de creer lo que acababa de escuchar.
-Henry… cariño, ¿no estabas despidiéndote Amelia? —pregunto aparentando la mayor de las normalidades.
-¿Ese caballero grande fue novio del “Papáblen”? —repitió el pequeño aún más desconcertado.
-¿De que esas hablando hijo?... ¿qué tal si vas a hablar con Olivia y con su Tía para decirles que nosotros nos vamos?
-Ya dije que ya se fueron… ¿qué es eso que estaban hablando?
-¿Acaso estabas escuchando las conversaciones de los adultos cariño? —pregunto Kurt queriendo cambiar el tema de conversación.
-¿Acaso ese caballero grande fue novio del “Papáblen”?
-Ok… creo que aquí tenemos un problema… —murmuro Blaine entre dientes— y uno bien grande —agrego al ver que Henry seguía mirándolos a ambos en busca de la explicación que sentía merecer.
-Cariño, ven… creo y te debemos una explicación —dijo Kurt sentándose al principio de la escalinata, Henry lo miro ceñudo y se ubicó a su lado con cierta desconfianza, Blaine se sentó junto a él y le hizo un par de gestos para que cambiara la cara malhumorada, Henry rio por lo bajo y se cruzó de brazos como evidenciando que su enojo era más serio de lo que sus Papás pensaban.
-Bien… —dijo Kurt tomando una cantidad extra de aire, miro de reojo a su esposo y retomo la conversación luego de un par de segundos— primero, cuéntanos que escuchaste bebé…
-¡Papá!...
-Lo siento… cuéntanos que escuchaste cariño.
Henry lo miro bien disgustado antes de responder un “todo”
-¿Todo?... ¿y que es todo hijo?
-Todo “Papáblen”… el Papá estaba enojado porque ese caballero se nos acercó y no quiere volver a verlo nunca jamás y después dijo que era tu ex novio y que no lo llamaras “Dave”…
-Vaya si escuchaste beb… cariño…
-¿Ese caballero grande fue tu novio “Papáblen”? —repitió Henry por tercera vez en menos de 10 minutos.
-¿Blaine? —dijo Kurt mirando a su esposo, como si le diera el pase para que lidiara con el problema.
-Lo fue hijo… cuando con el Papá terminamos nuestra relación yo salí con él un par de meses.
-¿Él vivía aquí en New York?
-No cariño, él siempre ha estado en Lima, ¿no escuchaste eso también?
-¿Pero si él siempre ha estado en Lima y ustedes en New York?... ¿cómo fue que salieron?
-Porque… porque fue cuando solamente yo estaba en Lima y tu Papá ya se había graduado y estaba estudiando en NYADA.
Henry lo miro más ceñudo que antes y se quedó en silencio mientras analizaba los datos que manejaba en su cabeza y que de algún modo no coincidían con lo que estaba escuchando.
-Pero… ustedes me contaron que tu “Papáblen” no saliste con nadie, y que esperaste a que el Papá te perdonara… nunca mencionaron a ese señor “Dave”… ¿acaso lo que me contaron fue mentira?... ¡No me gustan las mentiras! —exclamo Henry tomándose la cabeza a dos manos.
Kurt miro a Blaine y este le devolvió la mirada pensando que tendrían que sincerar su historia con el mayor de sus hijos.
-Cariño… —comenzó a decir Kurt mientras se cambiaba de lugar y se sentaba un par de peldaños más abajo para poder mirarlo a la cara— sé que no te gustan las mentiras, y como bien sabes a mí tampoco, por eso… creo que es justo que sepas la verdadera historia de tus padres.
-¿La verdadera?… —repitió Henry poniendo cara de impacto extremo.
-La verdadera Henry… es más complicada que la que te habíamos contado la primera vez que nos preguntaste, pero creo que la entenderás sin problemas.
-¿Por qué es complicada?
-Porque las relaciones siempre lo son, y verdad lo es aún más… ahora la pregunta es si la quieres escuchar.
-Si quiero… —respondió Henry sin pensarlo dos veces.
-Ok… —añadió Blaine repitiendo la actitud de su esposo, bajo un par de escalones y se acomodó junto a Kurt para tomarlo de la mano— pues para empezar, la verdad es que con tu Papá, terminamos dos veces, y no una como te habíamos contado.
Henry los miro cada uno de manera alternada como si esperara a ver quién le diría la verdad de manera definitiva.
-¿Dos veces?
-Así es cariño, la primera vez es la historia que tú ya conoces… y que es verdad de principio a fin, eso te lo puedo asegurar —se adelanto en decir Kurt al ver que la cara de su hijo evidenciaba que de ahora en adelante pondría en duda cualquier cosa que le dijeran— y la segunda… la segunda ocurrió mucho después, cuando ambos estábamos en la universidad.
-¿Y ahí no estaban comprometidos?
-Lo estábamos… pero incluso la gente que está comprometida se disgusta y se separa… no hay nada extraordinario en eso… —dijo Blaine tratando de alivianar la culpa que su esposo sentía y que reflotaba cuando recordaba aquellos hechos.
-Pero es raro, Liang dice que su hermana está comprometida y que se va casar si o si…—sentencio Henry haciendo los gestos afirmativos correspondientes con sus manos y cabeza.
-Pues esa era nuestra intención también cariño, pero hay ocasiones en las que las cosas se tuercen y ninguna intención, por más buena y noble que sea, puede contra ello.
-¿Y la hermana de Liang sabrá eso?, porque según él ya compro su vestido y a él mismo le compraron un traje como este— dijo Henry señalando su ropa elegante.
-No lo sé cariño… —respondió Kurt sonriendo— pero esa es la verdad.
-Tal vez deba advertirle —insistió el pequeño apoyando la cabeza sobre sus rodillas.
-No es tu responsabilidad hijo… —advirtió Blaine acariciándole el cabello.
Henry se encogió de hombros y guardo silencio un instante.
-¿Qué pasa con ese caballero grande?, ¿ahí fue tu novio entonces “Papáblen”?
-Allí… pero quiero que sepas que fue por muy poco tiempo y que no significó nada para mi.
-¿Y porque saliste con él entonces? —agrego Henry sin despegar la cabeza de sus rodillas.
-Eso Blaine… ¿por qué saliste con él entonces? —repitió Kurt haciendo los gestos de su hijo.
-Hijo… —respondió soltando una risa al ver que su esposo retrocedía casi una década en la historia de sus vidas— a mí nunca me ha gustado estar solo, ni siquiera cuando tenía tu edad y mi Mamá, es decir tu Abuela me dejaba solo en algunos lugares… pero debes saber también que cuando tu Papá volvió a reconquistarme… supe de inmediato que lo que estaba haciendo era un error y lo termine para ir a buscarlo… corrí hasta la escuela en la que ambos trabajamos para decírselo… —Henry sonrió al escuchar aquello y Kurt se quedó viendo a su esposo entre sorprendido y emocionado.
-Yo… yo no sabía eso… —agrego con un hilo de voz, Blaine le sonrió y encogió sus hombros como evidenciando que esos eran los hechos y no había nada más que hacer, su esposo agacho la cabeza y se quedó pensando en aquel momento de su vida pasada, tratando de recordar que día había sido.
-¿De verdad corriste “Papáblen”?
-Corrí… y con ropa de abrigo lo que no es recomendable… —contesto haciéndole un cariño en la cara.
-No… —dijo el pequeño queriendo reír.
-¿Estas bien hijo? —añadió Blaine acariciándole la cabeza.
-…
-¿Estás enojado porque te mentimos?
-…
-Henry… con el Papá nunca fue nuestra intención mentirte, ni que te sintieras traicionado…
-¿Por qué mintieron entonces?
-Cariño… —dijo Kurt soltando un suspiro como si recién hubiera recobrado el habla— con el “Papáblen”, hicimos una promesa cuando recién nos casamos…
-¿Qué promesa?
-Una promesa muy de nosotros y que incluso le llamamos “Promesa Klaine”
-¿Cómo les dice la Tía Rachel? —quiso saber Henry esbozando una pequeña sonrisa.
-Exacto, ella y todos nuestros compañeros de secundaria.
-¿Y qué promesa era esa?
-La promesa era que nadie sabría esa parte de nuestra historia, que todo eso que acabas de saber quedaría entre tu “Papáblen” y yo… pero como la verdad siempre termina imponiéndose de un modo u otro, ahora tenemos que estar dándote explicaciones.
-No tienen que darlas… —contesto Henry haciendo una mueca chueca con su boca— son mis Papás, saben más que yo… —dijo agregando un encoger de hombros.
-Aunque seamos tus papás Henry, también debemos darlas cuando es preciso —dijo Blaine tomándole una mano.
-¿Quieres preguntarnos algo cariño?
-¿Por qué no querían que nadie supiera todo eso?
-Porque es muy triste y solo recordarlo nos causa dolor —respondió Kurt casi explicitando en sus ojos aquel dolor al que hacía referencia.
-¿Por eso que odias a ese caballero grande?
-No lo odio cariño —contesto Kurt tomando la otra mano de su hijo— pero si me duele verlo, me recuerda esa historia que quisimos dejar atrás, verlo… me recuerda que el “Papáblen” y yo estuvimos separados, y entre tú y yo puedo confesarte que me da un poco de celos, ¿sabes lo que son los Celso cariño?
-Si… Liang siempre me dice que yo me pongo celoso cuando él esta con Amelia, pero él me dice que si yo la quiero, él no, porque es mi amigo.
-Y uno muy bueno al parecer… —opino Blaine mirando a su esposo— me agrada que te rodees de gente que es buena contigo.
-Liang es el mejor…
-Por cierto que lo es… ¿estás bien cariño? —dijo Kurt poniéndose de pie— ¿tienes más preguntas?
-No… gracias por contarme su secreto —respondió Henry abandonado su improvisado asiento.
-Gracias a ti hijo por entender nuestras razones —añadió Blaine levantándose también.
-Las entiendo… y les prometo que no le diré a nadie… —aseguro el pequeño levantando su mano derecha.
-Gracias cariño… —dijo Kurt dándole un abrazo.
-De nada… su secreto está a salvo conmigo Papás —repitió el pequeño abrazando a Kurt de vuelta, se apartó luego de casi un minuto y repitió lo mismo con Blaine agregando unas palmaditas en la espalda— ¿será que nos podemos ir?, debemos de ir a hacer el baile con “Rizzie” —añadió mirando hacia el salón del baile.
-No lo sé cariño… ¿qué tal si vas a preguntarle a la Señorita Walton?
-Mejor le preguntare a Liang… él siempre sabe todo… —decidió Henry alzando las manos como evidenciando lo obvio.
-¿Por qué no hemos visto más seguido a ese Liang? —pregunto Blaine mientras veía a su hijo entrar al salón.
-Lo hemos visto… solo que su familia es muy tradicionalista y resguardan la hora de la cena y esas cosas…
-¿En serio?
-En serio… aunque en realidad creo y todo eso es una mentira y que son espías de Corea del Norte —agrego Kurt soltando una risa.
-¿Por eso no se dejan ver en público?
-Por eso…
-Me parece más que factible… en fin…—dijo subiendo el par de peldaños que lo separaban del segundo piso — ¿crees que habrá problema si me quito un par de cosas de este atuendo? — pregunto queriendo soltarse el cuello de la camisa.
-¿Qué?...¡no!... Blaine… vamos… —contesto Kurt acercándosele y movió las manos como si quisiera impedir la acción de su esposo— te ves extraordinariamente guapo… ¿no te quites nada?, ¿está bien?— agrego acomodándole el pañuelo y el cuello de la camisa— además quisiera tener yo ese placer en cuanto lleguemos a la casa.
-Ok… ¿qué? —pregunto al ver que a pesar que todo en su atuendo volvía a estar de manera correcta, su esposo se le quedaba viendo como hipnotizado.
-Creo y recuerdo eso que le dijiste a nuestro hijo —dijo Kurt acariciándole el pecho.
-¿Qué cosa?...—pregunto Blaine sonriendo al sentirlo tan cerca.
-Eso que mencionaste sobre el día que corriste a buscarme…
-¿Si?
-Si… recuerdo que yo… estaba alistándome para salir a cenar con Walter, Rachel y Sam, estaba en la sala de coros y tu llegaste, corriendo como bien contaste, te pregunte si me buscabas a mi… pero me respondiste que necesitabas a Rachel…
-Tuve que inventar eso porque tú estabas con ese tal “Wallace”… —Kurt sonrió ante la forma que tenía su esposo de demostrar celos, denostar al sujeto en cuestión cambiándole el nombre y que parecía y la seguiría utilizado hasta el final de los tiempos— y no quise interrumpir… ni… hacer algo que te obligara hacer lo que no deseabas… —agrego poniendo caras infantiles.
-¿Por qué nunca me lo contaste?
-No lo sé… además… ¿importa eso ahora? —pregunto tomándolo por la cintura.
-No…
-¿Seguro?, ¿por qué me miras así entonces?
-Porque… estoy pensando, que correr hasta tu departamento ha sido el único gesto extra romántico y de película que he tenido contigo y ahora me entero que a ti se te ocurrió primero… ¿por qué Blaine Anderson-Hummel?, ¿por qué? —dijo Kurt entre serio y divertido.
-No lo sé… lo siento… —dijo Blaine riendo.
-Está bien… —añadió sonriendo, soltó un suspiro y se le quedo viendo un instante— te amo Blaine Anderson-Hummel, “alias” Mister Darcy…
-¿Otra vez con eso?... ¿me contaras por qué?
-No… solo puedo decir que acerté al compararte con él —respondió irguiendo su cuello como engreído.
-¿Por qué?
-Me reservare las razones ya te lo dije…
-Ok…
-¿Crees que Henry terminara por delatarnos con Lizzie? —dijo Kurt juntando su nariz con al de él.
-No lo creo… nuestro secreto está a salvo con él… —respondió Blaine moviéndose con su esposo como si aún estuviesen en medio de la pista de baile.
-Es el mejor de los niños… noble y dulce —añadió recostándosele en el hombro.
-Lo es… igual que su Papá…—le murmuro Blaine cerca del oído.
-¿Crees que valgo tanto la pena?— quiso saber Kurt incorporándose para mirarlo a la cara.
-Tanto como para correr en tu búsqueda las veces que sean necesarias… —aseguro Blaine dándole un beso al ritmo de la música.