(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Abril de 2011




-¡Mamá!... ¿¡puedes atender tú!? —grito Blaine desde dentro de su habitación.
-…
-¡Mamá!... estoy vistiéndome y ya estoy retrasado, ¿puedes ver la puerta? —insistió asomándose con crema en las manos y nada de ropa de la cintura hacia arriba— ¿Mamá?
-…
-Ok iré yo entonces… “no te preocupes hijo, sigue con lo tuyo, yo atiendo”—murmuro mientras bajaba la escalera y trataba de ponerse la camisa de su uniforme— ¡un minuto! —grito Blaine casi llegando a la puerta, no alcanzo decidir si meter su camisa dentro del pantalón o terminar de abotonarla antes de atender al impaciente recién llegado— ¿Kurt?... —pregunto sorprendido— ¿Qué haces aquí?,
-Vaya… de haber sabido que así me recibirías, no me habría tomado la molestia de conducir hasta los suburbios bien posicionados y engreídos de Westerville —dijo distrayéndose con lo que dejaba ver la camisa abierta de su recién estrenado novio.
-Lo siento… pasa…
-¿Estas solo? —pregunto entrando.
-La verdad es que pensé que no, pero en realidad no se…
-¿Eso qué quiere decir?
-Quiere decir que… ¿no nos íbamos a encontrar en Dalton? —pregunto cerrando la puerta.
-Íbamos… pero decidí cambiar nuestros planes y venir a buscarte, ya que hace poco supe donde vivías.
-¿Pensaste y lo olvidarías si no volvías pronto? —dijo mientras se arreglaba la ropa tras de él.
-Algo así… —señalo de pie junto a la entrada de la sala— ¿por qué aun no estás listo?
-¿Has dicho alguna vez cuando suena la alarma, “cinco minutos más”?
-Más de una…
-Bueno yo lo dije hoy y cuando desperté nuevamente ya habían pasado más de 15 minutos, pero si te fijas solo me falta la corbata y el Blazer.
-Muy cierto…
-Aun no tomo desayuno, ¿me acompañas con un café?
-Sera todo un placer Blaine Anderson —respondió quitándose la chaqueta y el bolso para colgarlos en la percha del recibidor después.
-Muy bien, pero antes… las cosas como corresponden… —dijo tomándole la cara— hola…— agrego dando un beso.
-Hola… —respondió Kurt sonriendo satisfecho, como si hubiera estado esperando eso desde el minuto en que puso un pie en la casa.
-Ven… —agrego Blaine llevándolo de la mano hasta la cocina.
-¿No quieres terminar de vestirte?, yo puedo alistar el desayuno si lo deseas.
-¿De verdad? —pregunto volteándose un tanto sorprendido.
-¿Por qué reaccionas así?
-Por nada… es decir… es muy dulce tu oferta… me hace sentir… no se… extremadamente atendido —respondió Blaine mientras entrelazaba sus dedos con los de él.
-¿Y eso es bueno?
-Muy bueno…
-Entonces… —dijo Kurt acercándosele un poco— si ese es el caso, debes saber, que se preparar muchas cosas, así es que si lo deseas un buen día, puedo atenderte con una cena completa, además… quiero contarte algo que me paso y que me hizo venir y cambiar nuestros planes.
-¿Qué cosa?
-Bueno…
-¿Kurt?... ¿qué haces aquí tan temprano? —quiso saber la Señora Anderson llegando a la cocina.
-Mamá… apareces en el momento justo… —dijo su hijo apartándose un tanto de su novio.
-Señora Anderson… ¿como esta? —respondió Kurt soltando la mano de Blaine de inmediato.
-Muy bien… —contesto saludándolo con un beso— pero deberías llamarme Pam… ¿me llamabas hijo? —pregunto mientras se servía café y terminaba de ponerse unos aretes que Kurt pensó y eran los aretes más grandes que había visto en su vida.
-Hace rato…
-Perdóname cariño, pero creo y todos nos levantamos atrasados hoy día —agrego tomando un sorbo de café bien largo.
-Está bien… —dijo Blaine sentándose a la mesa, le sonrió a su novio como indicándole que se sentara junto a él.
-Kurt… ¿te divertiste el otro día?, Blaine me conto que tuvieron una especie de cita aquí en la casa.
-¡Mamá!
-¡Ay cariño!, es lo que me contaste… —dijo Pam poniendo cara de loca— dijo que había sido el mejor día de su vida… espero que para ti también lo haya sido —añadió poniendo una rebana de pan en la tostadora.
Blaine abrió más sus ojos como si con eso activara un poder mental o algo que hiciera que su madre dejara de contar ese tipo de detalles, Kurt sonrió para sí sintiéndose más engreído que el barrio en donde estaba.
-Lo fue Señora Anderson.
-¡Ay pero qué maravilla!... —exclamo sacando del refrigerador algo para untar sobre su tostada.
-Si bueno… no habíamos tenido la oportunidad de una cita en regla, por lo de la competencia y todo lo demás…
-Claro, claro… ¿sabes lo que deberías hacer?…. —dijo dando una mascada a su pan— es… venir… a cenar con nosotros… ¿qué tal?...—añadió haciendo pausas para tragar— ¿Qué tal?... ¿la próxima semana? —dijo señalando un calendario, que había en la puerta del refrigerador.
-Bueno…
-Mira, sé que no soy buena cocinera ni nada, asumo y Blaine te lo habrá contado, pero tengo un plato estrella que me salva en todas las ocasiones, además mi esposo se muere por conocerte —añadió mientras lavaba la taza que había ocupado.
-¿Tanto así?, no creo y merecer tanta expectativa en alguien —dijo Kurt mirando de reojo a su novio.
-¡Estas bromeando!, Blaine nos ha hablado tanto de ti, que ya parece que te conocemos de toda la vida… así es que esta hecho entonces, anotare aquí… —dijo tomando un lápiz que también pendía de un imán en la puerta del refrigerador— “cena con Blaine y su novio” —murmuro mientras escribía.
-Mamá, tal vez Kurt este ocupado ese día que anotaste, ¿no crees que deberías esperar una respuesta positiva primero?
-¡Pero si dijo que si!... ¿dijiste que si?, ¿verdad Kurt?
-No dije nada en realidad, pero está bien Señora Anderson, ese día es perfecto, con los Warblers fuera de las nacionales, con su hijo tenemos tiempo de sobra… cuente conmigo… —dijo Kurt sonriendo y enseñando uno de sus pulgares arriba.
-No tienes que hacer esto si no puedes ese día… —murmuro Blaine mientras le acariciaba una mano con uno de sus dedos de la manera más disimulada posible.
-Si podemos, no hay problema… —respondió Kurt haciendo lo mismo.
-Muy bien entonces —dijo Pam remarcando la fecha en el calendario— ¡ay!, ¡se ven tan lindos!… —exclamo al verlos hablando de manera tan cercana— ¡les juro y ya me imagino como serán sus bebés!
-¡MAMÁ!... —exclamo Blaine tomándose la cabeza— ¿no tenías que irte o algo? —agrego señalando la puerta.
-Por supuesto… Kurt… un gusto verte… y mi hijo es así, siempre cree que lo incomodo apropósito… cosa que hago, pero soy su madre y tengo derecho a hacerlo —añadió desordenándole el cabello.
-¡Mamá!, ¡la hora!… —insistió Blaine señalando esta vez su reloj al tiempo que corregía su peinado y lo dejaba como estaba antes.
-¡Ya me voy!... —respondió como cantando— cuando tengan esos bebés de los que hable, verán lo satisfactorio que es hacerlos que se sonrojen —termino por decir Pam dando un beso de despedida a cada uno.
-Lamento eso —dijo Blaine una vez que sintió que su Madre cerraba la puerta de entrada— mi Mamá es una de las pocas personas que conozco que no tiene conciencia del respeto al espacio del otro… solo me alivia pensar que ella será una de las cosas que no extrañare cuando me gradúe de secundaria y me largue de aquí… lo siento…—dijo mirando a Kurt.
-¿Por qué?
-Porque estoy quejándome de mi madre, sin darme cuenta que tú no tienes a la tuya ni siquiera para quejarte de ella… lo siento —repitió tomándole una mano, esta vez con total propiedad.
-No hay problema, además siempre estoy sabiendo de ella.
-¿Cómo? —pregunto Blaine mirando a su novio de medio lado, como si temiera que sus palabras siguientes fueran que en sus ratos libres se dedicaba la espiritismo o algo por el estilo.
-Eso sonó bastante raro, lo reconozco, pero no me refiero a contactos extra sensoriales o algo… lo que sucede es que me dejo una serie de cartas, cada una a abrirse cuando cumpla una etapa en mi vida, mi Papá me entrego la primera cuando termine la primaria y se supone que hay tres más esperándome, una cuando me gradúe de la secundaria, otra cuando… me… case… y otra cuando me convierta en padre por primera vez…
-Qué bonito Kurt… asumo y esperas con ansias leer las que te restan.
-Muchas… que haya pensado en mí y en las coas que me faltaban por vivir… me llena de alegría… con nostalgia, pero alegría al fin —dijo encogiéndose de hombros— y como veras, y basándome en la última de las cartas, es un asunto de madres el hablar incesantemente de bebés.
-Al parecer… —dijo Blaine dándole un beso en la mano que el tenia tomada— Kurt… de verdad lo siento.
-Ya deja eso, eres adolescente, tienes derecho a despotricar contra tus padres, y si mi Mamá estuviera conmigo, probablemente también despotricaría contra ella, eso si no pondría esa cara de malhumorado que pusiste tú —dijo Kurt arrugando su entrecejo.
-No es malhumor —dijo Blaine sonriendo— diría que es más vergüenza que otra cosa.
-¡Ah!... eso es más creíble…
-¿De verdad no tienes problemas con venir a cenar aquí?
-No… de verdad que no, y aunque no lo creas quiero conocer a tu Papá.
-Muy bien, te hare firmar un “sabia a lo que se exponía”…
-Exagerado… ahora cuéntame… tus padres, ¿aún se irán de viaje este fin de semana?
-A Cleveland… si… ¿por qué?
-Porque si estás de acuerdo, me gustaría hacerme cargo de la cita de este viernes…
-¿De verdad?
-De verdad, tengo planeado algo muy especial.
-¿Involucra desnudos? —pegunto Blaine moviendo sus cejas.
-¿Qué?...¡NO!...
-Estoy bromeando… no solo en las citas de los viernes se pueden incluir los desnudos.
-¡Blaine!
-Está bien, no diré mas esa palabra…
-Muy bien, aquí estaré el viernes a las 6 de la tarde y tu tendrás la mejor de las cenas.
-¿Vas a cocinar?
-¡Te dije que se hacer muchas cosas!
-Ok… —dijo Blaine dándole un beso— ahora iré a terminar de vestirme.
-Yo hare más café…—añadió Kurt levantándose.
-Perfecto… ¡no!... un momento —agrego Blaine devolviéndose el par de pasos que había avanzado hasta la puerta— dijiste que me contarías las verdaderas razones que te trajeron aquí esta mañana casi primaveral —dijo como señalando todo a su alrededor.
-¿Qué?... ¡ah!, eso… era una tontería, te la contare después…
-Claro que no lo era, cuéntamela ahora… —pidió poniendo cara de perrito con hambre.
-Blaine…
-Por favor… —insistió acrecentado más su mueca de ternura.
-¡Esta bien!… —exclamo soltando una risa al ver la caras que hacia su novio— pero espero que te quede claro que esos ojitos que pones, no te servirán para conseguir cosas en el futuro.
-Prometo no usarlos, a no ser claro, que sea total y absolutamente necesario.
-Bien… —dijo cruzándose de brazos frente a él— veras… antes de irme a la escuela para encontrarnos allí como teníamos planeado, estaba hablando con Carol y ella me dijo algo, no recuerdo que, pero si recuerdo haber utilizado la palabra “novio” para referirme a ti... y decir eso… fue… —trato de explicar haciendo una pausa, al sentirse un poco desbordado por la emoción— Blaine, me sentí tan bien, sé que es estúpido, pero te juro que ni en mis más elaborados sueños, jamás pensé que yo, Kurt Hummel llegaría a tener a alguien a quien llamaría novio… —explico sintiéndose un poco avergonzado— por eso quise venir de inmediato a darte un beso y un abrazo que durara horas —termino por decir sonriendo de la manera ms amplia.
-No es estúpido… —aseguro acercándosele— es muy dulce… y para mí también es fantástico referirme a ti como mi novio…
-¿Si?
-Si… —dijo tomándole las manos.
-¿Cuan genial es eso?...
-Mucho…
-Bien… me alegro que pienses así y que no te rieras en mi cara o algo… ahora…. por muy novios que seamos…—dijo Kurt abotonándole la porción de camisa que aun esta abierta— eso no nos librara de ser expulsados de la academia por llegar tarde a clases, por lo tanto, tú iras a terminar de vestirte y yo agregare un par de cosas a este café —agrego haciendo el ademan de apartarse.
-Un momento… —añadió Blaine sin dejarlo marchar— creo haber escuchado que viniste a abrazarme y a darme un beso que duraría horas.
-No…—respondió Kurt en medio de una risa— dije que vine a darte un beso y un abrazo que duraría horas… es diferente.
-Aun así… me debes ambas cosas… —aseguro mirándolo fijo.
-¿Otra vez con lo delos ojitos?
-Otra vez… —repitió acercándolo más a él por la cintura.
-Muy bien… besare a mi novio entonces... —dijo Kurt abrazándolo a la altura del cuello, lo miro un segundo a los ojos y se humedeció los labios con la lengua, sonrió casi travieso y acerco sus labios a los de él luego de un par de pausas que en su cabeza se sintieron como la previa más sexy del mundo.

Octubre de 2041





Lizzie salió del laboratorio abriendo ambas puertas como si de un bar del oeste se tratase, Henry las esquivo como pudo y la siguió hasta donde estaban sus padres.
-¿Qué tal cariño?... ¿terminaste por convencerte? —pregunto Kurt levantándose de la silla.
-¡Uy!...—exclamo empuñando sus manos.
-Lo siento Princesa… —dijo Blaine sonriendo.
-¡UY!...—volvió a exclamar con mas ahínco, esta vez seguido de un cruzar de brazos.
-¿Qué tal si nos vamos?... ante que tantos “uy” nos pongan en un apuro —dijo Lily haciendo el ademan de dirigirse al ascensor.
-Mucha razón bonita, síganme… tenemos una limusina esperando por ustedes.
-Pero tío Dylan, nosotros arrendamos un auto… —dijo Henry poniéndose la ropa de abrigo.
-No hay problema, lo mandamos a buscar después, ¿tienen allí su equipaje?
-No, como bien nos aconsejaste, en el aeropuerto pedimos que lo llevaran directo a Belgravia —explico Blaine al tiempo que ayudaba a Noah a alistarse para partir.
-Pequeño… eres un genio cuando te lo propones…
-Siempre lo es… —se adelantó en decir Kurt adoptando la actitud de quien establece un punto irrefutable.
Blaine sonrió para si y se levantó una vez que Noah estuvo listo, tomo la mano de Kurt y le dio un beso en la mejilla.
-¡Muy bien!, ahora sí que vámonos… conociéndolos, ese beso se puede convertir en una situación no apta para todo público en cualquier minuto —sentencio Dylan dando unos golpes a cada uno de sus amigos para partir abrazado de su esposa después.
-¿Tiene razón no crees? —dijo Kurt mirando a su esposo.
-¿En lo de la situación para adultos? —pregunto Blaine moviendo sus cejas.
-¡Por supuesto! —añadió Kurt medio acurrucándosele en el hombro.
-Oigan… —dijo Henry de pronto— ¿Y si yo me llevo el auto? —agrego casi llegando a la puerta del ascensor.
-¿Cómo cariño?
-Eso… yo podría llevarme el auto, así no mandan a nadie a buscarlo… Lizzie me acompañara.
-¿Estás loco?... ¡yo me quiero ir en limusina! —respondió esta de mala gana, aun molesta por como habían resultado las cosas con el enfermero sexy.
-Como si nunca te subieras a una…
-Pues nunca me he subido a una en Londres.. ¡hola!.
-Henry, no hay problema, podemos pedirle a cualquiera de las personas que están al servicio de la banda que hagan esto por nosotros.
-Está bien… era una idea.
-Yo creo que era una muy buena idea Henry Anderson Hummel… —dijo Noah mirando su hermano hacia arriba.
-¿Cierto que si “Goblin”?, yo también lo creo… —agrego Henry levantándolo en sus brazos.
-Y yo… toma hijo… —dijo Blaine entregándole las llaves.
-¿Puedes conducir por la izquierda cariño? —quiso saber Kurt al tiempo que subía junto al resto al ascensor.
-No es tan difícil Kurt, es más fácil que entrenar a un gato —dijo Dylan aguantando una gran risotada.
Kurt blanqueo los ojos pensando que las bromas relacionadas con los gatos no se acabarían nunca.
-Papá, manejo una 4x4 por donde no hay ni caminos… confía en mi…
-Confió en ti cariño… en quien no confió es en los ingleses y sus calles al revés.

-Joven Hendrix, sus padres acaban de llamar diciendo que ya vienen en camino.
-OK, gracias Señora “B”… —respondió este desde el sofá en donde estaba con una guitarra en el regazo.
-Yo ya termine mi labor, arregle los cuatro cuartos que su Mamá me indico, los bebés están dormidos y la cena lista, mi tren sale en media hora por lo que la señora Westbrook me autorizo a retirarme antes que ellos llegaran.
-No hay problema, buen viaje Señora “B”… ¡un momento!…—exclamo Hendrix levantándose de pronto— ¿Cuántos cuartos arreglo?
-Cuatro…—respondió mientras se ponía un abrigo tan largo que solo dejaba ver la punta de sus botas.
-¿Por qué?, solo vendrán Noah y sus padres… ¿porque necesitan cuatro habitaciones?, ¿acaso están divorciados?
-No, por supuesto que no, ¿no ve todo este equipaje?, no es de solo tres personas —dijo la mujer apuntando las maletas a un costado de la entrada de la sala.
-Pues me parece normal para el tío Kurt.
-Bueno, por lo que me informaron, son 5 personas las que necesitan hospedaje, por lo que aliste las habitaciones de la nueva ala de la casa.
-¿Quiénes son esos cinco?
-Pues los amigos de sus padres y sus respectivos hijos —respondió calzándose un gorro de lana— por eso son cuatro cuartos, uno para los señores Kurt y Blaine, otro para el joven Noah, otro para el joven Henry y uno para la señorita Lizzie.
-¿Li…?, ¿Lizzie?... ¿dijo usted Lizzie? —pregunto Hendrix sintiendo que su boca se secaba de pronto.
-Si… —respondió la Señora Bancroft cruzándose un bolso.
-¿Lizzie viene también?
-Es lo que dije, ¿no lo sabía?
-No…es decir, mi Mamá solo menciono a Noah… no sabía que venían los demás.
-Pues así es… que tenga una buena noche joven Hendrix —dijo la mujer haciendo una seña de despedida,
-Señora “B”… espere… —dijo el chico saltando por los muebles que lo separaban a él de la empleada de la casa— ¿Dónde está mi camiseta negra y mi chaqueta de cuero?
-¿A cuál camiseta se refiere joven Hendrix?
-A la negra, esa que tiene unas rayas azules aquí…—explico tocándose el estómago.
-Pues no lo sé con seguridad, sus padres se encargan de lavar la ropa.
-¡Señora “B”!, ¡es mi camiseta de la suerte!… usted sabe todo lo que sucede aquí… ¿cómo no va a saber eso? —exclamo Hendrix tomando a la señora Bancroft por los hombros.
-¿Y para que la necesita en este instante?, el atuendo que trae es muy adecuado para una tarde en casa.
-Lizzie Anderson viene en camino, eso lo cambia todo… por favor piense con cuidado y recuerde en donde podrían estar
-Espere un segundo… —respondió pensando con el cuidado que se le pedía— si mal no recuerdo, vi a la Señora Westbrook poner su camiseta en el tercer cajón de su vestidor y la chaqueta, colgarla tras la puerta del closet.
-¿Si?
-Así es…
-¡Ay la amo!... ¡gracias!, ¡gracias!…—grito Hendrix mientras se retiraba corriendo – ¡no se vaya aun!
-Pero mi tren sale en 25 minutos… y, ¡no corra por la casa joven Hendrix!, ¡los bebés están dormidos! —exclamo de vuelta la mujer tomándose la cabeza, hizo un gesto de desesperación con las manos en alto y se dejó caer en el asiento del recibidor para esperar como se lo habían pedido.
-¿Qué me dice?…—dijo Hendrix volviendo con su camiseta de la suerte puesta y la chaqueta de cuero amarrada al cintura— ¿queda mejor así?… ¿o así?—pregunto desamarrándosela para usarla como correspondía.
-Tal vez debería de prescindir de la chaqueta, su casa es bastante cálida como para necesitar usar una.
-Pero me hace ver mayor… ¿no cree? —agrego ajustando las solapas, y subiendo el cuello como Elvis Presley lo haría.
-Pues si insiste, le queda mejor así que en la cintura… buenas noches.
-¡Espere Señora “B”!… lo último, ¡se lo juro!…
-Joven Hendrix, si no alcanzo a tomar ese tren…
-Lo alcanzara, y si no, puede utilizar uno de los taxis que están afuera, sabe que mi Papá los tiene a su disposición.
-Usted lo ha dicho, a SU disposición, no a la mía.
-Yo hablare con ellos… mire… ¿Qué le parece esta posición? —pregunto poniendo un pie sobre el brazo de uno de los sillones de la sala y una de sus manos en la cadera.
-Creo que se ve bastante forzada… además, que no se salvara de una reprimenda si deja las huellas de sus zapatos marcadas en el tapiz de ese sillón.
-Claro… —dijo sacudiéndolo de inmediato— ¿Qué tal así entonces? —añadió tomando su guitarra y poniéndosela en el hombro.
-¿No sería mejor que adoptara una actitud más natural?, cómo la que tenía hace instantes, cuando llegue a decirle que me iba.
-¿Sentado aquí?, ¿como un “Don Nadie”?… —dijo Hendrix mirando el sofá.
-No como un “Don Nadie”, como Hendrix Westbrook Stewart... —dijo la Señora Bancroft tomándole el mentón— ahora sí que me voy…
-¿Qué hago con mi falta de cabello?, ¿me pongo un gorro?
-Joven Hendrix, eso lo hizo por su hermano, ¿no es asi?... y eso es lo único que importa…
-Si… es verdad… —respondió el chico tomándose la cabeza calva— gracias Señora “B”… llamare uno de los taxis.
-No es necesario…
-Sí que lo es, además… ¿escucho eso?...
-En efecto lo escuche, creo que son sus padres e invitados.
-¡Lo son! —exclamo el chico cerrando las puertas de la sala y adoptando unas tres posturas diferentes en el mismo número de lugares.

-Esto está igual que como lo recordaba —dijo Kurt mirando desde la limusina el edifico donde vivía Dylan y su familia.
-¿Agatha esta allá arriba tío Dylan Westbrook?
-Lo está duendecillo, extraña Liverpool así es que está un poco quisquillosa.
-Yo la puedo ayudar, cuando “Mister Stephen Wishkers” se pone “quispilloso”, juego con él y se le pasa.
-Muy amable de tu parte Noah, se lo contaremos a Liverpool para que este tranquilo —dijo Lily sonriéndole a pequeño .
Noah movió su cabeza satisfecho y Blaine termino por hacerle un cariño en el cabello.
-Ahí viene el auto Kurt… tranquilízate —dijo Dylan apuntando hacia la ventana trasera.
-Yo estoy tranquilo… —respondió estirando su cuello para mirar con disimulo— Henry es un excelente conductor no debería tener problemas.
-¿Esos son policías los que lo siguen? —dijo Lizzie mirando también.
-¿¡COMO!? —exclamo Kurt volteándose en menos de un segundo, causando con ello una risa en todos— ¡pero que broma tan divertida! —agrego tomándose el pecho— basta… —dijo levantando una ceja.
-No te enojes, fue divertida…—aseguro Blaine tomándole una pierna.
-Fue divertida Papá… a Henry Anderson Hummel no lo perseguía la policía —agrego Noah riendo de manera pequeñita.
-¿No bebé?...
-No…
-Entonces no entendí la broma… gracias por explicármela cariño —dijo Kurt intercambiando caras con el menor de sus hijos.
La limusina entro por el estacionamiento subterráneo y todos bajaron siguiendo las instrucciones de Dylan, esperaron que Henry estacionara el auto y se encaminaron hasta el departamento.

-¿Es un departamento por piso?... —pregunto Henry fijándose en todas las terminaciones de la salida del ascensor.
-Son dos, pero como nos adueñamos del que pertenecía al vecino, creo que en este caso es solo uno —dijo Dylan buscando sus llaves.
-Genial…—añadió Henry tocando las paredes y el acabo de mármol.
-¡Papá!, ¡”Papáblen”!, ¡olvide mi mochila! —exclamo Noah levantando sus brazos en medio de todos.
-¿Tu mochila?, ¿dónde la olvidaste bebé?
-Creo que en la “limonsina”—contesto tomándose la frente— debemos ir a buscarla.
-Pero hijo… —dijo Blaine acercándosele— ¿no la podemos buscar mañana?, la limusina ya debe haberse marchado, ¿verdad Dylan?
-La verdad es que si, queda en el sello gran parte del tiempo, pero puedo llamar para que regrese.
-O podemos ir mañana y recogerla allí, ¿qué te parece bebé? —dijo Kurt agachado al lado de su hijo.
-Pero tengo las cosas de “Desmond”, y las que le traje a Liverpool, son importantes —insistió Noah haciendo un puchero.
-No se preocupen llamare —dijo Dylan tomando su teléfono, al tiempo que encargaba a su esposa la tarea de abrir la puerta para todos— listo —agrego terminando la llamada— estaba llegando a la A 302 , estará aquí en menos de cinco minutos.
-Gracias Tío Dylan Westbrook.
-Oye son las cosas de “Desmond”…
-Sera mejor y bajen, así el chofer no tiene que entrar al estacionamiento, salir de Belgrave Square Garden es bien complicado, en especial a esta hora —señalo Lily poniendo cara de complicación, como si fuera ella misma la que estuviera metida en un atasco de tránsito.
-Lo esperaremos en la puerta… ¿vamos bebé? —dijo Kurt estirando su mano para que Noah la cogiera.
-¡Yo necesito usar el baño! —exclamo Lizzie menándose en el puesto.
-En un minuto estará abierto… y listo…
-¡Ay gracias, gracias, gracias!
-Señora Bancroft, ¿aún no se va?... ¿los niños están bien? —pregunto Lily en cuanto abrió la puerta y vio a la mujer parada en la entrada de la casa, Lizzie paso entre ambas, le hizo una seña a la Señora Bancroft y se fue corriendo a buscar el baño.
-No aun no… el joven Hendrix me necesitaba.
-¿Necesitaba?... ¿para qué?
-La señorita Lizzie… —dijo casi murmurando.
-¡Ah!... claro… mire, le presento a las mejores personas del mundo, él es Blaine, el gigante este es Henry y la que paso como una desquiciada entre nosotras es Lizzie —dijo Lily apuntando a cada quién mientras mencionaba sus nombres — Kurt y Noah fueron a por algo que se quedó en la limusina, pero ya vienen.
-Con razón contaba menos personas, se ven igual que en las fotos, mucho gusto… —dijo la Señora Bancroft estrechando la mano de cada uno— espero y su estadía aquí sea de lo más placentera, yo haré lo posible para que así sea —dijo la mujer sonriéndole a todos.
-Gracias Señora Bancroft, esperamos no darle mucho trabajo —dijo Blaine sonriendo.
-Por favor… por lo que he oído de ustedes no será así, yo me voy… gusto en conocerlos —repitió mientras se alejaba.
-Westbrook, consíguele un taxi o no alcanzará su tren —dijo Lily enseñando su reloj.
-Claro…—contesto Dylan saliendo con la mujer.
-Yo llevare las maletas —añadió Henry tomando tres de una vez.
-Gracias hijo… yo me encargo de las de tu Papá y mía.
-Que son todas… —dijo Lily sonriendo.
-En realidad… —contesto Blaine mirando el equipaje— oye…—agrego mientras terminaba de entrar— ¿Qué es eso de “la señorita Lizzie”?
-Ah… es Hendrix, tiene una especie de… ¿cómo llamarlo?... ¿enamoramiento?... con tu hija.
-¿De verdad? —pregunto mirando hacia la sala, Hendrix estaba de pie junto a uno de los ventanales, aún sin decidir cual era la postura más adecuada para impresionar a Lizzie.
-De verdad —repitió Lily mirando también— desde que la vio en el concierto en “Broklyn Bowl” hace tres años, pero por favor no le digas a ella, mi pequeño ya se siente bastante mal.
-No hay problema, no diré nada —respondió Blaine haciéndole una seña— que divertido… el primer enamoramiento es el mejor —aseguro sonriéndole al hijo de su amiga.
-¿Qué es lo mejor? —pregunto Lizzie llegando desde el baño —¿este departamento?
-¿Cómo Princesa?...
-De lo que hablaban… —dijo la chica mirando hacia la sala también.
-No hablábamos, es decir si… era de… de… ¡la Señora Bancroft!, hablábamos de ella y sus extraordinarios modales —contesto Blaine tomando dos de las cinco maletas que restaban por guardar.
-¡No les encanta como habla!... “el joven Hendrix me necesitaba”… —dijo Lizzie queriendo imitar el acento ingles, pero hablando como un alemán disgustado en cambio.
-¿Eso es acento ingles Princesa?
-Obvio… ¡hola!...
-Loca… —dijo Blaine apretándole la nariz— iré a guardar esto…
-¡Amo que hagas eso!... —exclamo haciendo una especie de baile— ¿Ese es Hendrix?, ¡esta súper extra grande!... ¡hola! —agrego saludándolo con un gesto. Hendrix se quedó como petrificado e intento hacer una seña de vuelta pero termino por botar un par de candelabros con el mango de su guitarra debido a los nervios.

-¿Qué te parece Londres bebé? —pregunto Kurt mientras se arreglaba el peinado en el espejo del ascensor.
-Me parece bien…
-¿Te gusta?
-Lo que he visto si… ¿tú y el “Papáblen” lo conocían?
-Lo conocíamos... tus hermanos también lo conocían.
-¿Henry Anderson Hummel y Lizzie Anderson Hummel estuvieron en Londres?
-Así es, pero cuando eran muy pequeñitos, oye… ¿qué opinas si luego de instalarnos vamos con el “Papáblen” a pasear por ahí?, se de algunas partes que creo y te gustaran.
-Me parece bien…
-Muy bien entonces… —dijo Kurt saliendo del ascensor.
-¡Allí esta la “limonsina”!... ¡Papá!
-La vi cariño tranquilo, y mira el chofer tiene tu mochila.
-¡Qué bueno! —exclamo Noah con alivio, como si se quitara una preocupación gigante de encima.
-Espera aquí… —pidió su Papá dejándolo tras la puerta del edificio, salió a la calle a por lo que habían bajado, intercambio un par de palabras con el chofer y volvió a entrar haciendo una especie de tiritón con todo su cuerpo— está un poco congelado afuera… toma cariño —dijo entregándosela.
-Gracias Papá…
-Por nada bebé… —respondió encaminándose con él nuevamente hacia el ascensor.
-¿Papá?...
-¿Si?
-Tú y el “Papáblen”, ¿Me ayudarían en algo?
-¿En qué?
-En lucir como Liverpool.
-¿Cómo?
-Quisiera cortar mi cabello para lucir como Liverpool, como Hendrix Westbrook Stewart lo hizo.
-¿Cortar tu cabello? —repitió Kurt poniendo cara de quien recibía la peor de las noticias.
-Sí, quisiera “sodirazirar” con mi amigo.
-Pero cariño…—agrego Kurt mientras subía con él y seleccionaba el piso correspondiente —no es necesario que cortes tu cabello, lo tienes muy bonito —añadió acariciándole la cabeza.
-Pero es solo cabello, me crecerá después.
-Por supuesto que te crecerá, pero… tú estas ayudando a Liverpool de otras forma, haciéndote los análisis, visitándolo, trayéndole todas esas cosas que empacaste en New York… no creo que sea necesario una medida tan extrema.
Noah hizo una mueca como de decepción y desvió su mirada hacia los números del panel.
-Cariño, no te pongas así… solo no quiero que hagas algo de lo que después te arrepientas.
-¿Por qué me “adrepentiría”?
-No lo sé, pero es posible.
-¿Qué es “adrepen…”?
-¿Arrepentirse?
-Si…
-Pues es volverse atrás en una decisión por no pensarla bien antes de realizarla.
-Pues yo lo he pensando bien, es difícil, pero puedo hacerlo.
-¿Le contaste al “Papáblen” de lo que querías hacer?
-Si…
-¿Y qué te dijo él?
-Que hablaríamos al “respepto”
-¿Te parece entonces que hablemos los tres más tarde?
Noah se encogió de hombros y frunció el ceño abrazando más a “Desmond”, como si sintiera que su dinosaurio azul era el único que realmente lo entendía en ese momento.

Octubre de 2041




-¿Qué es lo mejor? —pregunto Lizzie llegando desde el baño —¿este departamento?
-¿Cómo Princesa?...
-De lo que hablaban… —dijo la chica mirando hacia la sala también.
-No hablábamos, es decir si… era de… de… ¡la Señora Bancroft!, hablábamos de ella y sus extraordinarios modales —contesto Blaine tomando dos de las cinco maletas que restaban por guardar.
-¡No les encanta como habla!... “el joven Hendrix me necesitaba”… —dijo Lizzie queriendo imitar el acento ingles, pero hablando como un alemán disgustado en cambio.
-¿Eso es acento ingles Princesa?
-Obvio… ¡hola!...
-Loca… —dijo Blaine apretándole la nariz— iré a guardar esto…
-¡Amo que hagas eso!... —exclamo haciendo una especie de baile— ¿Ese es Hendrix?, ¡esta súper extra grande!... ¡hola! —agrego saludándolo con un gesto. Hendrix se quedó como petrificado e intento hacer una seña de vuelta pero termino por botar un par de candelabros con el mango de su guitarra debido a los nervios— iré a saludarlo— dijo abriendo las puertas de par en par.
-Esto será interesante…—murmuro Lily entrando tras de ella.
-¡Hendrix!... ¿cómo estás?... ¡no te veía hace un millón de años! —exclamo Lizzie mientras le daba un abrazo extra apretado— estas muy grande también… ¡mira! —añadió señalando que estaban casi del mismo tamaño— ¿Cómo estás?
-Bien… es decir… bien.. estoy bien… —respondió el chico tratando de aparentar normalidad.
-Qué bueno… oye tu casa quedo espectacular… fue un súper acierto tía Lily —dijo Lizzie sentándose al lado de la guitarra de Hendrix
-Sí, bueno, el arquitecto que trabajo para nosotros nos dijo que pasara lo que pasara no nos mudáramos de aquí.
-Y veo porque… ¡hola!
-Si la verdad es que este barrio es muy cotizado, además podemos salir al balcón y ver los desfiles de la realeza.
-¿En serio?... no le digas a mi Papá o querrá mudarse con ustedes, ¿esta es del tío Dylan? —pregunto Lizzie tomando la guitarra por el mango.
-No… es de mi hijo…
-¿En serio?... —agrego comenzando a tocar algunos acordes.
-Por supuesto… es un maestro, te lo advierto.
-¡Mamá!... —exclamo Hendrix negando con su cabeza, como si temiera que lo que sabía no era suficiente para impresionar a nadie.
-¿Tú también tocas?
-No Tía Lily… bueno… un poco… creo que aprendí casi por osmosis, ver a mi “Papáblen” tocar esto a diario tenía que provocar un efecto en mi —respondió la chica tocando una melodía fresca y liviana.
-Eres tan bella… —dijo Hendrix sin pensar.
-¿Cómo?
-Buena… eres muy buena en lo que haces… en todo lo que haces… ya sabes… —dijo Hendrix levantándose de pronto— tus números y demás cosas… incluyendo esto… la guitarra… eres muy buena… eso fue lo que dije buena… ¿esa es la puerta?, voy a ver… permiso.
-¡Vuelve para que me toques algo! —exclamo Lizzie dejando al guitarra a un lado.
Hendrix sonrió con picardía la escuchar eso y Lily pensó que su hijo nunca más se recuperaría luego de escuchar algo así.
-¡Tío Kurt!... que gusto… —dijo Hendrix abriendo la puerta.
-Gracias cariño… ¡vaya si estas grande! —respondió el recién llegado dándole un abrazo.
-Lo escucho a menudo… hola Noah… —agrego acariciándole el cabello.
-Hola Hendrix Westbrook Stewart… ¿Cómo estás?
-Bien… pasen… —dijo Hendrix cerrando la puerta tras ellos— Liverpool también dice el nombre completo de la gente que conoce, es un poco irritante cuando hay varias personas en la habitación… pero uno termina por acostumbrarse, ¿viste a tu amigo Noah?
-Si… está bien, aunque extraña su casa.
-También lo creo.
-¿Dónde está Agatha?, Liverpool Westbrook Stewart me pidió que le diera un mensaje.
-Está en cuarto de Liverpool, ¿te enseño donde esta?
Noah miro a su Papá hacia arriba como pidiendo una autorización silenciosa.
-Ve cariño… luego hablamos con el “Papáblen”
-¿Qué hay con esa cara “Goblin”?... por favor no digas que no te gusta Londres o el Papá te desheredara —dijo Lizzie interceptándolos a la entrada de la sala.
-Una situación complicada Lizzie Anderson Hummel… —respondió el pequeño mirando de reojo a su Papá.
-¿Complicada?... ¿a qué situación te refieres?
-A una que hará que me “adrepenta”
-¿”Adrepenta”?... ¡ah!... ¿de qué cosa te puedes arrepentir tú?
-Papá dice que no debo cortarme le cabello, así es que no podre “sodirazirar” con Liverpool Westbrook Stewart —respondió Noah volviendo a mirar a su Papá.
-¿Por qué no?... eso es súper extra injusto… ¡hola!
-Lizzie… —dijo Kurt poniendo caras.
-Ay perdón… pero es verdad, además…
-¿Puedo ver a Agatha ahora? —interrumpió Noah mirando a Hendrix.
-Claro… —respondió este mirando a Kurt y a Lizzie de manera alternada como buscando una explicación para aquel malentendido— vamos…
-¿Si?...—dijo Kurt cruzándose de brazos frente a su hija que no le quitaba los ojos de encima.
-¿Por qué no dejas que el “Goblin” se corte el cabello?
-Es complicado… ¿está bien?
-¿Complicado?... ¿qué tiene de complicado?... un par de tijeras y una rasuradora es todo lo que se necesita… ¡hola!
-¿Dónde están todos?
-¿Por qué me cambias el tema?… eso que quiere hacer el “Goblin” es súper extra noble y que tú se lo impidas es súper extra injusto… ¡hola!... violación a los derechos del niño… —agrego como cantando la última parte de su frase.
-¿Dónde están todos? —repitió Kurt levantando una ceja.
-¡UY!... Henry y el “Papáblen” están desempacando, el Tío Dylan fue a dejar a la Señora “B” al taxi y la tía Lily a chequear lo de la cena…
-¿Y tú?, ¿no vas a desempacar?
-¿Para qué?, nos vamos en cinco días… luego tendré que empacar todo nuevamente.
Kurt blanqueo los ojos y se dio media vuelta para dirigirse hasta donde Blaine estaba.

-Hablando de injusticias… esta habitación es mejor que la que tenemos en nuestra casa… —dijo Kurt entrando al cuarto que le habían asignado a él y a su esposo en el departamento de los Westbrook Stewart.
-¡No es cierto!... solo lo dices… porque está en Londres y en la parte más engreída de todo el Reino Unido…—respondió Blaine mientras desempacaba la ropa de ambos y la guardaba en uno de los closet disponibles para ello.
-Tal vez… —añadió Kurt tocando el borde de un enorme sofá que había a los pies de la cama.
-¿Encontraron la mochila?
-Si… de hecho el chofer nos estaba esperando con ella en la mano a la entrada del edifico.
-Perfecto… Noah estaba más que preocupado.
-Lo estaba…
-¿Sabes de lo que me entere?
-No… —respondió Kurt comenzando a ayudar en el orden de la ropa— pero me muero por escucharlo —añadió sin ningún entusiasmo.
-¿Estas bien?
-Si…
-¿Seguro?
-Si… cuéntame…
-OK… Lily me conto que Hendrix, tiene una especie de enamoramiento con Lizzie.
-¡Mentira!
-De verdad —dijo Blaine soltando una risa— y lo tiene desde que la vio hace tres años, ¿te acuerdas del concierto de la “Dear Beth” en el “Broklyn Bowl”?
-Cómo olvidarlo…
-Pues desde ese día… me pidió que no le dijera nada a ella para que no poner en vergüenza a su hijo… tu tampoco lo hagas —dijo apuntándolo con un gancho de ropa.
-No lo hare… y por muy cruel que suene, espero y no se haga ilusiones, Lizzie Anderson Hummel no es del tipo “asaltacunas”
-Tal vez heredo lo de su Papá… —advirtió Blaine moviendo sus cejas.
-¡Oye!, yo no soy un “asaltacunas”, nosotros nos llevamos por dos años… la diferencia de edad no es tanta —se defendió Kurt sonriendo medio travieso
-Ellos tampoco tienen tanta diferencia de edad… cuatro años no es tanto… —aseguro Blaine encogiéndose de hombros como si en realidad cuatro años no fueran tanto.
-Es bastante Blaine, hace cinco años Hendrix tenía 10 y jugaba con automóviles en miniatura.
-Claro, y tienes razón… no creas que estoy propiciando algo entre ellos, solo quería contarte porque me pareció muy dulce y divertido… ¿es necesario que desempaquemos esto? ¿o lo dejo aquí?—pregunto señalando el neceser con las productos de aseo y belleza.
-Tal vez sacar los más esenciales para dejarlos en el baño y el resto los dejamos allí dentro.
-Muy sabio de su parte… —agrego dando un beso— ¿Qué sería lo esencial para ti?
-Mi cepillo de dientes…
-Muy bien…
-Mi crema humectante de día y noche…
-Muy bien… —repitió Blaine sacando los productos a medida que Kurt los iba mencionando.
-La loción y espuma de afeitar.
-OK…
-Mi crema de manos y mi cepillo de peinar.
-Te advierto que van a aquedar como tres cosas aquí dentro… mejor las saco todas…—sentencio entrando al baño.
-¿Blaine?...
-¿Si…? —pregunto saliendo.
-Cuando nos casamos, ¿prometiste mentalmente abrazarme por el resto de nuestras vidas?
-¿Cómo?
-Eso… —dijo Kurt acercándosele, le puso las manos en el pecho y comenzó a jugar con uno de los botones de su camisa.
-Aunque extraña tu pregunta… creo que fue una de las tantas cosas que prometí aquel día… ¿por qué?
-Porque pensé… que tal vez, ¿podrías hacerlo ahora?
-¿Abrazarte?
Kurt gesticulo un si silencioso.
-Ven aquí… —respondió Blaine envolviéndolo entre sus brazos, lo abrazo con fuerza y le acarició el cabello, bajo con sus manos por la espalda de él y las dejo cómodamente en su cintura.
-Gracias…—murmuro refugiado en su hombro.
-¿Qué sucede?...
-Nada… es… ¿te dijo Noah que quería cortarse el cabello para solidarizar con Liverpool?
-Me lo dijo… —respondió Blaine moviéndose con él como si bailaran una pieza extra romántica.
-¿Qué opinas de eso? —quiso saber Kurt mientras le acariciaba la espalda.
-Opino… opino que tenemos el mejor hijo de todo el universo.
-De eso no hay duda… pero… ¿qué opinas en realidad? —pregunto apartándose un poco para mirarlo a los ojos.
-Creo que si quiere hacerlo está bien… después de todo es solo cabello, su cabello.
Kurt hizo un gesto de desaprobación y dejo el lugar placentero que el brindaban los brazos de su esposo y se sentó en la orilla de la cama.
-Kurt… ¿eso te molesta de alguna manera?
-Si… es decir no… es decir… nuestro hijo tiene el mejor cabello de la familia… ¿no crees que debería de dejárselo como esta?... no te rías de mi…—dijo al ver que Blaine esbozaba una sonrisa llena de ternura.
-No me rio de ti… —corrigió sentándose a su lado— es solo que pienso que estas…
-¿Qué?
-Exagerando… disculpa… pero creo que así es… es decir… si se corta el cabello ahora, en un par de semanas ya le estará creciendo, y como para entonces estaremos de vuelta en New York no creo y quiera hacerlo de nuevo… e insisto, es solo cabello Kurt —repitió Blaine queriendo cogerle una mano.
-Sé que es solo cabello Blaine, ¿por quién me tomas?... —respondió su esposo apartando su mano de manera poco amable.
-Entonces si lo sabes, ¿por qué reaccionas así?
-¡Porque si!... ¿está bien? —exclamo levantándose.
-Kurt… —dijo Blaine aproximándose a él, lo abrazo desde atrás y pudo percibir el temblor que lo invadía— ¿qué tienes?... tu reacción no es porque te preocupe la apariencia que tendrá nuestro hijo… ¿hay algo más verdad? —insistió frotándole los brazos.
-Blaine… —respondió volteándose hacia él— no sé si pueda verlo así… porque creo que si lo veo igual que como esta Liverpool voy a pensar que él…
-¿También está enfermo?
-Lo siento…—agrego tomándose la frente — pero pensar en eso es atemorizante.
-Está bien… escucha… si eso te pone mal, podemos decirle que no le damos autorización para que lo haga y listo.
-Querrá hacerlo de todas formas, sabes lo determinado que es…
-Lo se… pero además de ser determinado, es extremadamente obediente y entiende cuando las cosas se le explican bien.
-¿Y qué le vamos a explicar?... ¿qué su Papá es un estúpido y que teme de cosas aún más estúpidas?
-No… le explicaremos que no nos sentimos cómodos con que haga eso.
-Yo no me siento cómodo, tu estas bien como siempre… —dijo Kurt dejándose caer en la cama, se tapó la frente con su antebrazo y allí se quedó, como derrotado por sus propias aprensiones.
-¿Alguna vez te he dejado solo en una decisión referente a nuestros hijos? —pregunto Blaine recostándose a su lado.
-¿Tengo tiempo para pensar?
-No… —respondió Blaine mientras le acariciaba la panza.
-No puedo responder a eso entonces…
-Bueno… yo lo responderé por ti… nunca… nunca te he dejado solo en una decisión, las he respaldado todas desde el día uno… ¿qué te hace pensar que lo hare ahora?
-Nada…
-Lo único que le dije fue que hablaríamos al respecto…
-Lo se… él me lo dijo… —respondió Kurt soltando un poco de aire.
-¿Viste?, pues es lo que haremos, hablaremos y terminaremos por convencerlo de que no lo haga… ahora levántate, quiero mostrarte algo —dijo Blaine haciendo lo propio.
-No quiero, estoy de vacaciones —contesto acurrucándose en uno de sus lados.
-Vamos… no te arrepentirás, te lo prometo —insistió su esposo estirando su mano al tiempo que sonreía tan divinamente que fácilmente podría haber iluminado la habitación por completo.
-Está bien…—respondió cogiendo la mano que se le ofrecía— quien le dice que no a esa sonrisa tuya…—agrego levantándose de mala gana.
-Muy bien… quiero que sepas que antes de comenzar a desempacar espié un poco la habitación, y entre las coas que descubrí, fue, primero que el baño tiene una bañera que parece pequeña pero creo que resultara muy cómoda… y segundo, que una de nuestras ventanas da a…—dijo abriendo las cortinas.
-¡Oh por dios! —exclamo al ver que tal y como había dicho Lily, el palacio de Buckingham se veía aún más de cerca, la ventana daba a los jardines posteriores pero fácilmente se divisaba gran parte del edificio.
-¿Qué tal?, te dije que valía la pena levantarse —agrego Blaine abrazándolo desde atrás.
-Vaya que si… se ve de muy cerca… estoy bastante seguro que esas ventanas de allí, son las de los aposentos de la reina —explico Kurt apunando hacia adelante.
-¿Si?... creí que en esta parte estaban los salones de baile y música, además de ese comedor inmenso que tienen —dijo dando un beso en el cuello.
-Bueno… si no son sus aposentos, la reina debe pasar en algún momento por ahí —sentencio Kurt poniendo sus manos sobre las de él
-Lamentable que sea casi imposible ver algo de aquí…
-No si conseguimos un buen telescopio.
-¿Estas bromeando verdad?
-Obvio que si… con unos binoculares bastaría…
-¿Quieres terminar detenido por el “Scotland Yard”
-Bueno si viene James Bond a buscarme… —dijo Kurt volteándose hacia a él.
-¿Si?
-Si… la versión de Sean Connery por supuesto…
-Por supuesto… se las tendría que ver conmigo eso si… no tendré todos esos artilugios de los que dispone James Bond, pero siendo un anciano… —agrego Blaine tomándolo de la cintura— podría dar cuenta de él en un par de segundos.
-Seguro que si… —respondió Kurt mirándolo un momento— eres tan dulce…
-Gracias…
-Y no deberías de comportarte así de bien en frente de la demás gente.
-¿Cómo?
-Eso… —dijo Kurt abrazándolo a la altura del cuello— si te comportas así de galante y amoroso, las demás personas creerán que es posible encontrar un hombre como tú con quien pasar el resto de sus vidas… y sabiendo que el único que existe así ya es mío, darles ese tipo de esperanzas es cruel, es más fácil para ellos aceptar que hombres como tú no existen.
-Amo tus reflexiones extra elaboradas.
-Y yo te amo a ti…
-¿Aun?
-Siempre… —respondió Kurt dando un beso para apoyar la cabeza en su hombro después.
-Creo que es buen momento para que me cuentes lo que sucedió en el laboratorio.
-Ese debe ser Noah… —dijo al sentir al puerta.
-Kurt…
-¿No escuchaste la puerta?
-No podrás evitar ese tema por siempre…
-Lo se… —dijo dando otro beso, esta vez más pequeño y sonoro — ¿Quién es?...
-Soy Noah Anderson Hummel, y “Desmond”, ¿podemos pasar?
-Pasa cariño… —respondió Kurt apartándose de su esposo.
-Permiso… —dijo el pequeño entrando junto a su dinosaurio— ¿es un buen momento para hablar?
-¿Se te paso el enfado bebé?
-No estaba enfadado…—respondió desde la puerta.
-¿No?... pues yo diría que si… —dijo Kurt acercándose a él
-No… solo estaba molesto…—respondió Noah como si enfadado y molesto fueran dos cosas totalmente diferentes.
-Ah… entonces, ¿aun estas molesto?
-No tanto…—agrego encogiéndose de hombros.
-Me parece muy bien… ¿viste a Agatha hijo? —pregunto Blaine tomándole una mano para conducirlo hasta el sofá.
-Si… aunque no vi que estuviera “quispillosa”, como dijo el Tío Dylan Westbrook —respondió subiéndose.
-¿No?...
-No, fue muy amable, conmigo y con “Desmond”
-¿Le hablaste de Mister Stephen Wishkers? —quiso saber Kurt sentándose a su lado.
-Si... pero no creo que le interese… ¿podemos hablar de mi tema?
-Podemos hijo… dinos lo que quieras —respondió Blaine acariciándole el cabello.
-¿Por qué no puedo cortarme el pelo para lucir como Liverpool Westbrook Stewart?
-Vaya, directo al grano… —dijo Kurt abriendo mas sus ojos.
-¿Qué?
-Nada cariño… mira… no es que no puedas, pero como te dije hace instantes, no me gustaría que hicieras algo de lo que te arrepentirás después… ¿Qué pasaría si “Desmond” quisiera cortar su copete tan estiloso?
-No podría…
-¿Por qué no?, es su cabello… —dijo Kurt tomando el juguete.
-Porque a él no le crecería de nuevo… y a mi si…
Blaine sonrió mirando hacia otro lado pensando que frente a eso, no había argumentos para rebatir.
-Hijo… con el Papá no queremos que cortes tu cabello porque básicamente nos encanta… y verte sin él sería duro para nosotros.
-¿Por qué “Papáblen”?
-Porque eres muy guapo… y tu cabello es precioso —se adelanto en Kurt acariciándole la cabeza.
-Pero tú siempre dices que… lo importante no es como luces, lo importante eres tu… yo seguiría siendo el mismo, con cabello o no…
Kurt soltó un poco de aire y miro a su esposo pensando que ya no había más que decir.
-Tienes razón cariño… —añadió besándole la cabeza— disculpa por no haberte apoyado de inmediato, pero es un poco difícil para mí… espero y lo entiendas.
-Lo entiendo… ¿puedo entonces?
-Puedes hijo… mañana iremos a una peluquería… ¿te parece bien? —dijo Blaine tomándole las manitos.
-¿A la peluquería? —exclamo Noah dando un respingo— pero Liverpool Westbrook Stewart me dijo que Hendrix Westbrook Stewart se lo corto aquí en su casa.
-¿De verdad?...
-Si…
-Bueno… preguntaremos y lo haremos aquí si se puede… ¿de acuerdo bebé?
-Muy bien… gracias “Papáblen”, gracias Papá… —respondió Noah dando un beso y un abrazo a cada uno.

Diciembre de 2014






-Así es que esto es lo que haces cuando te me despareces luego de las practicas —dijo Kurt entrando en el gimnasio, Blaine vestía con un pantalón de ejercicio y una camiseta sin mangas, además de guantes que cubrían sus palmas pero dejaban a la vista sus dedos— estoy bastante aliviado, debo decir —agrego dejando su bolso en una de las bancas, cerca de los casilleros.
-¿Por qué?... ¿Qué pensaste que hacia? —pregunto Blaine mientras le daba golpes a un saco de boxeo.
-Nada en particular… solo creí que venias aquí a sentarte a llorar o algo, como esos chicos que nunca dejan de añorar lo que sucede en la secundaria y en el “vestidor de hombres”—respondió acercándosele y dando a su voz un tono más grave cuando pronunciaba lo del “vestidor de hombres”.
-Bueno… todo… lo… que… siempre quise en la vida… lo tengo… así es que no hay nada que añorar, ni por lo que llorar tampoco —agrego Blaine dado cuatro golpes seguidos.
-Lo mismo digo… hola…
-Hola… —contesto Blaine dando un beso— siento estar tan desliñado —añadió señalándose de arriba abajo.
-¿Estas bromeando?, esos pantalones no hacen más que resaltar lo que más me gusta de ti y tu camiseta, mientras más mojada, mejor Señor Anderson Hummel —contesto Kurt sonriendo con picardía.
-OK…
-¿Dónde trajiste esa ropa?... cuando salimos solo cargabas el bolso —aseguro mientras con sus dedos sentía el material del que estaba hecho el saco de boxeo.
-Sí, lo que sucede es que Sam me facilito uno de los casilleros que estaban desocupados, la guardo allí desde el día en que volví a Mckinley y tuve la posibilidad de utilizar sus instalaciones.
-¿No has lavado ese atuendo desde entonces? —quiso saber Kurt cambiando su mueca picara por otra como de aversión.
-Obvio que si… ¿por quién me tomas?
-¿Por un súper extra sexy Rocky Balboa?
-¡Ah!... eso me agrado… ¿cómo estaba Rachel? , ¿te recordó cuantos días faltan para para las seccionales?
-Si, 71 por si llevas la cuenta —respondió Kurt blanqueando sus ojos, como si aquello lo tuviera más que harto.
-No pongas esa cara… es comprometida y responsable… cosa que al final del día es bastante buena.
-Yo soy comprometido y responsable, tú eres comprometido y responsable, y en nombre de todo lo bueno y puro, ¡hasta Kitty es comprometida y responsable!, y ninguno de los tres anda recordando la fecha de cada cosa —contesto Kurt apartándose un poco, temiendo que el vaivén que producían los golpes que daba su esposo terminara por golpearlo a él mismo.
-Eso es verdad… ¿y como estaba?
-Está bien… aunque si ya es bastante odioso oírla hablar de los días que faltan para las seccionales, lo es más escucharla hablar de Jessie, todo con voz congestionada y tos compulsiva.
-¿Aún sigue enferma?
-Aun… aunque ya no tanto —dijo Kurt sentándose en una de las bancas, aparto como con asco una ruma de toallas que estaba sobre el asiento y termino por ubicarse pierna arriba a observar a su esposo— según ella tiene cita con el doctor esta tarde.
-¿Según ella?
-Sí, según ella, porque estoy seguro y se va a encontrar con Jessie.
-¿Hacen buena pareja no crees? —dijo Blaine mirando sus manos, como si no estuviera cómodo en cada golpe que daba.
-Lo creo… aunque si fuera yo, nunca podría salir con alguien que me lleno la cabeza de huevos, y si fuera ese alguien tampoco me sentiría cómodo al lado de una persona que tiene tatuado el nombre de otro hombre en su cuerpo.
-¿Cómo? —pregunto Blaine levantando una ceja.
-OK, eso no debías saberlo, olvida que te lo dije... —advirtió Kurt abriendo sus manos frente a su esposo.
-¿De quién es el nombre que tiene tatuado Rachel?
-De Finn… ¿no es obvio?... y ahora que me escucho… eso tampoco debías saberlo… ¡olvídalo también!
-Está bien… ¿dónde se lo hizo?, ¿en la espalda como tú?
-No, en el lado izquierdo del abdomen, a la altura de las costillas… —respondió señalando aquella parte en su propio cuerpo— ¡tampoco debías saber eso!, ¡¿por qué me sigues preguntando?! —exclamo tapándose los oídos.
-¡Eres tú el que me sigue respondiendo! —dijo Blaine riendo.
-Pues no diré nada más… además el fondo del asunto es que yo jamás tendría un novio bajo esas condiciones.
-Pues yo cumplo al no tener esas condiciones —añadió Blaine tratando de ajustarse uno de sus guantes con los dientes— conoces todas mis partes y eres testigo de que no tengo el nombre de nadie en ningún lugar de mi cuerpo y… jamás, jamás, jamás… te arrojaría nada.
-Lo se… por eso te escogí como esposo y padre de mis futuros hijos… déjame… —respondió Kurt tomándole la mano y arreglando la posición y ajuste del guante en problemas— listo… ahora puede seguir en lo suyo “Mister Bíceps” —añadió mientras le acariciaba el brazo.
-Gracias…
-Por nada… —contesto soltando un poco de aire al pensar en aquello de “Mister Bíceps” — ¿hablaste con Mister Schuester? —agrego volviendo a sentarse donde estaba.
-No…
-¿Cómo no?
-No… ¿acaso tenía que hablar con él? —pregunto volteándose hacia él.
-¡Por supuesto que sí!, con Rachel enferma, tu quedaste encargado de poner atención a los detalles, por lo tanto, tenías que hablar con él para saber si a su vez había hablado con el superintendente por lo de la fecha que elegimos para la gala.
-¿No lo ibas hacer tú? —dijo reanudando lo de los golpes.
-No, yo tenía que hacer diligencias personales… ¿es que te pegaste en la cabeza con ese saco horrible?
-No… —respondió Blaine sonriendo— solo me confundí… hablare con él en cuanto termine aquí.
-¿Y falta mucho para eso?
-No tanto… —contesto quitándose la camiseta— solo dame un par de minutos más —agrego tirándola al piso.
-¿Vas a dejar eso ahí? —quiso saber Kurt mirando la pieza de ropa tirada como cualquier cosa.
-No estamos en nuestro cuarto… así es que… si… —respondió al tiempo que daba tantos golpes seguidos que Kurt creyó y su esposo no tendría energía para nada mas aquel día.
-¡Buen golpe!... —exclamo Sam entrando al gimnasio— ¿interrumpo algo? —pregunto poniendo la cara de quien si interrumpe algo.
-Nada… además aunque fuera así… —dijo Kurt tomando su teléfono.
-¿Ya me tengo que ir?... ¿necesitas ocupar aquí?
-No, tranquilo… tengo al equipo dando vueltas por el campo… dame unos golpes… —agrego Sam tomando el saco por el lado contrario en que su amigo estaba. Blaine hizo lo que le pidieran y volvió a descargar una gran cantidad de energía dando unos 8 golpes seguidos.
-¡Vaya si estas en forma!... oigan…—agrego Sam apartándose— escuche que van a organizar un festival de gala, o una gala festival… algo con el club Glee… ¿es verdad?
-Lo es…—respondió Kurt mientras revisaba los mensajes.
-Que buena idea… la mejor que le he escuchado a Mister Schue desde la semana dedicada a Michael Jackson.
-De hecho no fue idea de Mister Schuester, sino que de “Jake LaMotta” aquí presente…—añadió Kurt señalando a su esposo.
-¿En serio Blaine?... mejor aún.
-Bueno, no era esa precisamente mi idea… yo quería hacer un musical.
-Pero esto es mejor… no a todos les gustan los musicales… oigan si quieren que cante algo, estaré feliz de hacerlo, ¿Cuándo es?
-La fecha tentativa es el último día antes de que comiencen las vacaciones de Navidad.
Sam empequeñeció los ojos y murmuro unos cuantos números, como si tuviera un calendario en la cabeza.
-Es el…
-Se cuándo es… ¡oigan!, tal vez le pida Mercedes que me acompañe en un dueto… ¡o a Rachel! —agrego como entusiasmándose— ¿o es de a uno?... porque si es de a uno también podría hacerlo —dijo bajando un poco las revoluciones.
-Puedes hacerlo como quieras… el único requisito… es que todo debe ser navideño… —advirtió Blaine suspirando un poco de cansancio.
-¡Me encanta lo navideño!... me avisan… ahora voy a buscar a los chicos para darles un par de instrucciones, solo 5 minutos más Blaine —agrego señalando su muñeca como si llevara puesto un reloj.
-OK… gracias Sam —respondió este haciendo un gesto de adiós.
-Adiós Kurt…
-Adiós… —dijo este mirándolo marchar— no sabía que estabas aquí de manera clandestina —añadió volteándose hacia su esposo.
-No es de manera clandestina, es solo que el espacio es poco y el tiempo también, así es que me escabullo en los entretiempos, por así decirlo —dijo Blaine tomando una toalla para secarse el sudor.
-Entiendo… aunque lo que no entiendo es por qué haces esto, ¿no te es suficiente que salgamos a correr por lass mañanas?…o… ¿te preparas para organizar un club de pelea en la NYU o algo?
-No… ya organice uno en Dalton y con ese me es suficiente… y si hago esto… es para mantenerme en forma… no creo y a mi esposo... le agrade estar casado con un obeso —respondió mientras se quitaba los guantes de a uno utilizando sus dientes para ello.
-Lucirías sexy aunque pesaras 300 kilos y lo sabes —dijo Kurt mirándole el trasero de reojo.
-Gracias… pero aun así, no quisiera arriesgarme… ahora dime… ¿qué tal tus actividades de la tarde? —pregunto al tiempo que se ponía una camiseta limpia.
-¿Ya terminaste?
-Así es… ¿no escuchaste a Sam?, el equipo de futbol estará aquí en menos de 5 minutos —dijo sentándose a su lado.
-¿Y no vas a seguir los protocolos del deporte?... ¿cómo tomar un baño por ejemplo? —pregunto moviéndose sobre la banca, para apartarse unos cuantos centímetros.
-En un momento…—respondió sonriendo— ahora quiero que me cuentes como te fue— dijo poniéndose la toalla en el cuello como si de una bufanda se tratase.
-Me fue…
-¿Qué?...—pregunto Blaine mirando hacia atrás por sobre su hombro.
-Nada… es solo que tienes… partes de la toalla aquí —explico señalando el espacio entre la clavícula y el comienzo del cuello— lo que inevitablemente nos recuerda que estamos en una escuela pública donde no hay presupuesto para algodón egipcio —dijo Kurt quitando las pequeñas motas con sus dedos.
-¡Oh!... —exclamo Blaine mirándose— gracias.
-¿Qué estaba diciendo?... ¡ah claro!... en relación a mis actividades de esta tarde, debes saber que tengo dos noticias, una buena y una mala… ¿Cuál quieres primero? —pregunto mientras buscaba algo dentro de su bolso.
-Bueno, siempre que enfrento a un escenario así… elijo la mala primero, así después puedo sentirme mejor recibiendo la buena noticia.
-Pero que excelente respuesta… excelente en realidad… —dijo Kurt como pensando en aquello—pero como soy yo quien dará la información, te daré la buena primero…
-Ok…
-La buena, es que conseguí los pasajes para que viajemos a New York el viernes 19 de diciembre —dijo buscando los boletos de avión.
-Que bien… ¿y nos alcanzó?
-Por supuesto, están ajustados a nuestro presupuesto para las festividades y son en un horario razonable.
-Vaya, pensé que la mala noticia era esa, que tendríamos que viajar a las 3 de la mañana o algo.
-No, son para las 20:00 horas, cosa que nos permitirá estar hasta el final del festival si es que se mantiene esa fecha.
-Perfecto… ¿te he dicho cuan eficiente eres?
-No…—dijo Kurt irguiendo su cuello.
-Pues lo eres… hasta ahora solo creía que la amiga de mi Mamá podía conseguir pasajes para cualquier lugar y en cualquier fecha.
-Pues hágase un lado Señora Becca Garcia que le surgió competencia —dijo como con voz de comercial.
-Te amo… —dijo Blaine en medio de una risa.
-Lo se…
-Ahora, ¿cuál es la mala noticia entonces?
-La mala noticia es que no son asientos correlativos.
-¿Cómo?
-Eso… mira… —dijo enseñando los boletos.
-¿No nos sentaremos juntos? —pregunto Blaine mientras miraba los datos impresos en los pasajes.
-No, de ahí en decir que había una mala noticia —añadió Kurt haciendo un puchero.
-Son bien distantes el uno del otro —agrego mirando las letras de los asientos.
-¡Lo sé!, es terrible…¿podremos soportarlo?
-Es solo una hora y media Kurt.
-¡Aunque fueran 10 minutos!... ya sabes que me encanta estar sentado al lado tuyo en un avión, compartiendo una bolsa de maní… o inventando historias sobre las personas que nos rodean… ¿qué? —pregunto al ver que esta vez era Blaine quien se le quedaba viendo.
-¿Te acuerdas cuando te dije que me encantaba que ahora me tomabas la mano todo el tiempo?
-Si…—contesto Kurt mirándolo medio chueco, pensando en qué tenía que ver una cosa con la otra.
-Pues esto es lo mismo, bueno no es lo mismo, pero al recordar que cuando estábamos separados por cientos de kilómetros y a ti te daba lo mismo…
-¡Nunca me ha dado lo mismo! —interrumpió como defendiéndose.
-Sé que no… disculpa… me exprese mal… lo que quise decir, es que en ese momento no le dabas tanta importancia como ahora, ahora que te angustia el que estemos 2 horas separados, y eso… me llena de felicidad.
-¿Te llena de felicidad el verme angustiado? —dijo Kurt levantando una ceja.
-No… no… —respondió acariciándole la cara y tomándole ambas manos después— me llena de felicidad sentirme tan importante para ti… —termino por decir Blaine perdiéndose en los ojos de su esposo un instante olvidando los cinco minutos de plazo que Sam le había dado. Kurt se perdió en los de él y los vio más infinitos que nunca, y olvidando a su vez lo desaliñado y sudoroso que estaba se inclinó hacia adelante para regalarle uno de sus mejores besos.

Abril de 2037






-Creo y dijo orgullosos —dijo Blaine sonriendo.
-¿Estas orgulloso de tu Papá?, ¿en serio?... pues muchas gracias bebé… ¿y sabes lo que eso merece de mi parte?
-No…
-¡Pues que te coma a besos! —exclamo dándole múltiples besos en toda la cara. Noah se retorció un resto en los brazos de Blaine y trato de ocultarse tras “Desmond”— eres un dulce… —agrego al ver su reacción.
-Por cierto que lo es… —corroboro Blaine bajándolo para que seguir con las compras— oye…—agrego tomando la mano de su esposo— deberías saber… que… yo también dije que estaba orgulloso de ti…
-¿Si?... —dijo este acercándosele mas.
-Si… así es que me preguntaba… si… tendré un turno en eso de los besos —pregunto casi susurrando las últimas palabras.
-Pues espere a ver que hare con usted al llegar a casa Señor Anderson Hummel… —respondió Kurt en el mismo tono— considérelo como nuestro propio y privado plan súper extra espontaneo.
-Ok… —dijo Blaine como desinflándose.
-Pero primero terminemos a lo que vinimos…
-¿Las compras?
-Las compras…

-¡Señor Anderson!... ¡Señor Hummel! —exclamo el Señor Jenkins desde su escritorio de conserje.
-Si me habla otra vez de la bicicleta de Henry te juro y soy capaz de arrancarle el bigote con mis propias manos —murmuro Kurt mientras entraba junto a su esposo que cargaba a Noah ya a punto de dormirse.
-Seguro y es otra cosa… Henry ya no vive aquí y ese tema lo zanjamos hace bastante tiempo… ve con el Papá hijo —añadió Blaine entregándole al pequeño— yo iré a hablar con él.
-Gracias… y créeme si soy capaz de hacer eso con mis manos —advirtió Kurt mirando hacia la portería.
-Es capaz de hacer mucho con sus manos Señor Hummel-Anderson, de eso no hay duda… —dijo Blaine dando un beso a él y a su hijo.
Kurt sonrió y termino de entrar con Noah que se resistía a toda a costa a ser vencido por el sueño.
-Señor Anderson… gracias por acercarse —dijo el Señor Jenkins sacudiéndose las manos del exceso de azúcar de la rosquilla que se servía como cena.
-No hay problema… ¿Qué sucede Señor Jenkins?
-Nada importante… buenos si es importante, pero se los he dicho tantas veces que en realidad…—respondió el hombre al tiempo que buscaba algo en diferentes partes de su estación de trabajo.
-¿No se tratara de la bicicleta de Henry?, ¿o si?
-Bueno…
-Señor Jenkins, nuestro hijo ya no vive aquí, solo vine los fines de semana y ya dejo de hace bastante tiempo de entrar montado en ella, la trae a su lado como la mayoría de la gente… no es posible que él sea el único a quien no se le permita.
-La verdad es que eso no es efectivo Señor Anderson… ayer mismo me hicieron llegar tres quejas, porque si bien no entra pedaleando, lo hace en el ascensor… mire… —respondió enseñando una forma tipo de sugerencia que siempre había a disposición de la comunidad.
Blaine tomo los papales, los miro de a uno y se los devolvió de inmediato, el Señor Jenkins pensó que el Señor Anderson-Hummel había tomado un curso de lectura veloz o que simplemente no había leído de que se trataban las misivas.
-¿Los leyó? —pregunto como con miedo.
-Los leí… y ninguno de esos reclamos merece la pena ser escuchado, es decir… “un joven con una bicicleta paso a llevar mi bolso”, “la bicicleta del niño del piso trece dejo marcas de rueda a la entrada de mi departamento”… ¡por favor!, nada de esto es una falta grave.
-Lo se Señor Anderson pero…
-Escuche… la próxima vez que alguien reclame… por favor mándelo a hablar conmigo o con mi esposo… sabremos resolver esto que de seguro es un malentendido —termino por decir Blaine retirándose.
-Pero… Señor Anderson… por favor.
-¿Si? —dijo este volteándose con mala cara.
-Disculpe… pero como miembro de esta comunidad es su responsabilidad responder a estas quejas… si quiere lo hace por escrito o en persona, cada reclamo tiene el nombre y número de departamento de quién lo emitió.
-Esta bien… —respondió Blaine tomando las hojas.
-Gracias Señor Anderson… y solo cumplo con mi trabajo, espero y lo entienda…
-Lo entiendo Señor Jenkins, disculpe si fui un tanto brusco.
-No, no lo fue… solo defendió a su hijo… —contesto el portero sonriendo.
-Así es… y responderemos a esto… ¡no se preocupe! —exclamo levantado los papeles.
-Gracias… se lo agradezco Señor Anderson…
Blaine volvió a menear las formas de reclamo pro sobre su cabeza mientras desaparecía en el ascensor.

-¿Cuál era el problema ahora? —pregunto Kurt como primera cosa al escuchar entrar a su esposo a la cocina.
-Era efectivamente sobre la bicicleta de Henry.
-¿¡QUE!?, ¡¿estas bromeando?!... ¿no es así? —exclamo volteándose.
-No, pero tranquilo, no es nada grave en realidad, lo que sucede…
-Lo que sucede es que este edifico se está volviendo bastante problemático… —interrumpió Kurt al tiempo que sacaba envases de comida desde una bolsa de papel— nosotros no reclamamos por nada… ¡y sabe dios que tenemos motivos para ello!… ¿por qué se meten con nosotros?, ¡nuestro hijo ni siquiera vive aquí! —añadió levantando dos de los envases antes de meterlos en el refrigerador.
-Son pequeñeces… hablare con estas personas —agrego señalando las formas de reclamo— y todo quedara resuelto.
-¿Qué es eso?
-Son las “sugerencias” que me entrego el Señor Jenkins de las personas que reclamaron.
-Muéstramelas… —pidió Kurt estirando su mano.
-No…
-¿Perdón?
-No, ya estas molesto y no quiero que te pongas de mal humor… se te marcara esa arruga en el entrecejo… —contesto Blaine doblando los papeles para guardarlos en el bolsillo trasero de su pantalón.
-Puedo meter mi mano ahí… lo sabes… —dijo Kurt avanzando unos pasos hacia él.
-Lo se… pero no será necesario porque te los enseñare mañana… o más tarde, te lo prometo —añadió su esposo retrocediendo la misma cantidad de pasos.
-¿Qué crees que soy?, ¿un histérico que no sabe controlarse?
-No… creo que eres un hombre muy calmado, pero que en ciertas ocasiones lo olvida… ¿Noah?
Kurt lo miro con los ojos empequeñecidos como si no creyera nada de lo que estaba escuchando.
-¿Esta en su cuarto?
-Lo está, dijo que se pondría la ropa para dormir y que nos esperaría para leer.
-Muy bien… ¿soy útil aquí?
-Pues no hay nada más que hacer… solo estoy haciendo espacio para lo que trajimos del restaurante, tal vez Lizzie quiera comer cuando llegue de su fiesta sorpresiva —explico con medio cuerpo dentro de la heladera — ¿le dijiste a ese hombre que vendrá alguien a traernos las cosas que compramos?
-Creo que no… —respondió pensando si en realidad había hecho eso o no— pero puedo llamarlo… lo llamare —agrego tomando el citofono que había al lado de la puerta de la cocina..
-Yo lo hare, tu ve a ver si Noah está listo… seré amable, lo juro… —agrego al ver que Blaine lo miraba con desconfianza.
-¿Seguro?... acabas de decirle “ese hombre”
-Lo seré… —insistió arrebatándole el auricular— ve… y no te enojes… recuerda que tenemos un plan súper extra espontaneo para luego que Noah se duerma.
-Verdad… lo había olvidado… —dijo Blaine simulando desinterés.
-Si claro…
-¡Es la verdad!... además… —agrego recorriéndole uno de los brazos simulando pequeñas piernas con sus dedos— ¿por qué hablamos de un plan espontaneo…?
-¡Súper extra espontaneo!
-Súper extra espontaneo… ¿si lo planeamos con antelación?
-Bueno… Señor Anderson-Hummel —contesto Kurt soltando un suspiro cargado de calor— yo puedo hacerle cosas que le harán pensar en que es espontaneo—añadió medio metiéndole la mano en el pantalón.
-Ok…
-Ok…—repitió sonriendo.

-¿Estás listo hijo?... ¿puedo pasar? —pregunto Blaine golpeando la puerta del cuarto de Noah.
-¡Si “Papáben”! … —contesto este a todo pulmón.
-Perfecto… ¿cepillaste tus dientes? —pregunto mientras entraba.
-Si… “Desmon” tamben…
-Pero me parece súper sensacional.
-¿Y mi Papá?
-Pues está resolviendo algunas cosas, pero viene enseguida, no te preocupes —contesto Blaine mientras corregía la posición de los cobertores.
-¿Pronto?
-Exacto… pronto…
-¿Y “Lisiandesonhumel”?
-Bueno, tu hermanita esta con sus amigos, pero también llegara dentro de un rato.
-¿Y “Hendyandesonhumel”?, ¿cuándo “dreguesarara”?
-¿Regresara? —repitió Blaine sonriendo al escuchar a su hijo pronunciar la última palabra como si se atorara con tantas letras.
-Si… —agrego Noah hundiéndose en su camita.
-Bueno, el vendrá el sábado… ahí lo veremos todos, ¿ya elegiste lo que leeremos esta noche?
-Si… —respondió sacando de entre las sabanas un pequeño libro de cuentos.
-“Daniel se porta bien” —dijo Blaine leyendo el titulo— excelente elección.
-¿Tenemos una elección excelente para esta noche? —pregunto Kurt entrando en la habitación.
-Papá no “godpeaste”…
-Tienes razón cariño… —exclamo Kurt tomándose la cara sorprendido— discúlpame… no lo volveré a hacer… ¿está bien?
-Esta “ben”…
-Muy bien entonces… ¿cepillaste tus dientes bebé?
-Si… ya le dije al “Papáben” que si…
-Perfecto… —dijo Kurt sentándose al lado derecho de su hijo.
-¿Fuiste amable? —quiso saber Blaine mientras tomaba posición en el lado contrario.
-Por supuesto… fui súper extra amable… ¿qué leeremos?, “Daniel se porta bien”… excelente elección como bien dijo el “Papáblen”… ok… —dijo Kurt acomodándose para comenzar a leer, abrió el libro en la primera página y Noah miro a su Papá y junto sus manitos abrazando más a “Desmond” como si toda aquella previa le generara la mayor de las expectativas— “Esta es la historia de un niño llamado Daniel, de cabello rojo y zapatos de papel”—leyó Kurt pasando el libro a Blaine.
-“Cada mañana salía de paseo, corría por el campo y se montaba en su carrusel” —añadió este mirando de reojo a su hijo.
-“Reía feliz, cantaba y se divertía y esperaba cada día la llegada de su Papá Miguel”—volvió a leer Kurt comenzando a bajar la voz al ver que su hijo empezaba a quedarse dormido, se movió un poco para que el pequeño terminara de acomodarse en uno de sus lados como le gustaba y entrego el libro a su esposo para que terminara con el cuento.
-“¿Te divertiste hoy día Daniel?, pregunto su Papá llegando hasta donde estaba él, Claro que si Papá, respondió sonriente Daniel, ¿podemos hacerlo de nuevo mañana también?, Claro que si hijo… respondió alegre Miguel, pero recuerda, solo será posible si te vuelves a portar bien”... fin…—susurro Blaine levantándose despacio, le dio un beso a su hijo en la cabeza y encendió la luz que simulaba cientos de estrellas en el techo de su habitación y que lo ayudaba a dormir sin temores, dejo el libro en la repisa con los demás cuentos y salió casi en punta de pies. Kurt le acaricio el cabello y le dio otro beso, lo miro un segundo y se retiró en silencio tras su esposo.
-Me encantan estos momentos… —dijo Blaine una vez que Kurt cerró la puerta tras de él— espero y Noah los recuerde cuando sea…
-Comenzó el horario para adultos Señor Anderson-Hummel —interrumpió Kurt tomándolo de la camisa hasta que su espalda se encontró con el muro.
-Ok… —dijo Blaine respondiendo a aquel arrebato con un beso extraordinario, con una mano le tomo la cara y con la otra le acaricio la espalada, Kurt comenzó a desabotonarle la camisa y ciño su cuerpo más a él, como si quisiera acomodarse a sus formas arrebatadas allí mismo en el pasillo de su casa— Sé… sé que Noah está durmiendo… pero… no… no… deberíamos… ¿ir a nuestro cuarto?… —trato de decir lleno de ganas al sentir los labios suaves y tibios de su esposo recorriéndole el cuello y parte del pecho..
-A nuestro cuarto entonces…—susurro Kurt comenzando moverse hacia donde dijera sin despegarse ni un centímetro del cuerpo cada vez más ansioso del hombre que amaba.
Blaine retrocedió los pasos que separaban ambos cuartos y con los labios de su esposo pegados a los suyos trato de encontrar la manilla acertando en el tercer intento, abrió la puerta y entro junto a él.
-Te dije que haría algo para que nuestro plan resultara espontaneo…—dijo Kurt bajándole el cierre del pantalón.
-No hables… dame más besos —pidió Blaine sonriendo, avanzo con él hasta que llegaron a la cama y lo empujó hacia atrás. Kurt soltó una pequeña risa al sentir que rebotaba sobre la cama y se quito la camiseta en menos de un segundo mientras Blaine terminaba de desvestirse frente a él, Kurt se mordió el labio al verlo con lo mínimo y estiro sus brazos con ganas de tocarlo. Blaine se acercó a él de manera lenta como si quisiera aumentar las ansias que ardían en su esposo, se acomodó sobre él y comenzó a besarlo en los labios y en el cuello. Kurt echo su cabeza hacia atrás casi aturdido por el placer, abrió los ojos un instante y termino por desviar su atención al reloj sobre su mesa de noche.
-¡Oh por dios!
-Lo se…—dijo Blaine poniendo más pasión e intimidad a sus caricias.
-Blaine…
-Kurt…
-No… Blaine… ¿esa es la hora? —dijo incorporándose y apartándolo de él.
-¿Qué?
-La hora… —insistió sentándose en la orilla de la cama— son las 9:40 y yo le dije a Lizzie que debía llegar hace más de una hora —añadió mirando el reloj de cerca, casi sin terminar de convencerse de lo que veían sus ojos.
-Kurt…
-Lo siento… tenemos que llamarla —dijo buscando su ropa.
-Kurt… tal vez el subterráneo se averió.
-No hay estaciones en Norwood.
-Ahí puede estar el motivo de la demora… ¿estás seguro que le dijiste a las 8:30?
-¡Obvio que sí!... toma… —respondió lanzándole los pantalones.
-¿No hay posibilidad de que vuelvas aquí y terminemos esto primero?... por favor.
-Blaine… ¿no estas preocupado acaso? —pregunto mientras se abotonaba el pantalón.
-Obvio que si… discúlpame…
-Vístete… habrá que ir a buscarla o algo —agrego mientras se calzaba los zapatos.
Blaine soltó una gran cantidad aire, como si quisiera deshacerse de su frustración a través de la función respiratoria, tomo la almohada que tenía más próxima a él , se tapo la cara un segundo y conto hasta lo que Kurt creyó y era un millón trecientos.
-¡Blaine!
-¡Estoy listo! —exclamo incorporándose del todo— ¿tienes el numero?, tal vez deberíamos de llamar antes.
-Buena idea… toma —contesto arrojándole la camisa— yo iré a llamarla, a ella y la casa de la tal Viola estoy seguro y…—Kurt se silenció al ver que alguien abría la puerta con el mayor de los sigilos, luego vio asomarse una mano y un poco de cabello rizado.
-Hola… Papás… me voy a dormir… perdón por el retraso… buenas noches —dijo Lizzie hablando como si tuviera 12 gomas de mascar en su boca.
-¡Vuelve aquí Lizzie Anderson Hummel! —exclamo Kurt en un tono más que serio.
Lizzie se demoró un par de segundos en reaccionar y en terminar de asomarse, apareció tras la puerta con una cara muy diferente a la que estaban habituados sus padres, estaba un tanto despeinada y parecía que tenía problemas en mantenerse equilibrada en sus dos pies.
-¿Por qué llegas a esta hora?, te dije claramente que te quería aquí a las… un momento —dijo Kurt acercándosele más, la miro de arriba abajo y olio el aire cerca de su boca— dime por favor que no estuviste bebiendo —agrego haciendo el gesto de alto con sus dos manos.
-Papá… —respondió Lizzie emitiendo un eructo seguido de dos hipos.
-¡Oh por dios! —exclamo Kurt tomándose la cabeza.
-Papá… no es lo que tu… lo que tú crees, veras... ¡uy!… ¿esta habitación se mueve?…—dijo queriendo reír— porque si es así… ¡hola! —añadió tratando de equilibrarse abriendo sus brazos.
-¿Estuviste bebiendo Princesa?, ¿en que estabas pensando? —añadió Blaine tomándola de un brazo para ayudarla a sentarse en la silla que tenía más próxima.
-Nadie piensa cuando bebe… —contesto riendo.
-Pues tu deberías de haberlo hecho….
-No estaba bebiendo… te juro y no… bueno, solo me tome una cervecita… pequeñita… así…—agrego la chica figurando algo mínimo con sus dedos.
-Nadie que se toma una cerveza termina en ese estado Lizzie… ¿Cómo llegaste a aquí?
-El Papá de Alaska me trajo… ella es tan buena amiga… ¡Te amo Alaska Von Grimme…!.. ¿cuál es su nombre? —dijo poniendo cara divertida.
Kurt miro a Blaine más que ofuscado y este se rasco la cabeza sin saber que hacer frente a algo que nunca habían enfrentado a no ser con ellos mismos.
-No se molesten… yo… oh, oh… —dijo tomándose el estómago.
-¿Qué sucede? —pregunto Blaine apartándose un poco de su hija como presintiendo lo inevitable.
-Creo… creo que vomitare…—agrego tapándose la boca.
-Lo que me faltaba… vamos al baño… lo que menos quiero es cerveza digerida en mi piso de madera —sentencio Kurt tomándola con cierta brusquedad.
-Iré a por un par de analgésicos… —dijo Blaine aprovechando de hacerle un cariño en el cabello cuando su hija paso por lado.
-No te enojes Papá… —pidió Lizzie haciendo un puchero.
-Mañana sabrás lo que es ver a tu Papá enojado cariño…—respondió Kurt acercándola hasta el retrete.
-Ay…— alcanzo a decir antes de comenzar a devolver lo que parecía y era todo lo que había comido en una semana.
Kurt se tomó un instante la cabeza y se aproximó a ella para tomarle el cabello en un moño y espero allí hasta que las tripas de su hija se vaciaron.
-¡Asco!... ¿Cuánto puede vomitar una persona?... —quiso saber Lizzie comenzando a llorar.
-Eso depende de cuánto hayas bebido Lizzie Anderson —respondió su Papá atándole el cabello con la cinta de una de las velas aromáticas que había en el piso.
-No me castiguen por favor…
-Creo que lo mal que te sientes en este momento es suficiente castigo… al menos por ahora.
-Toma esto Princesa… —dijo Blaine entregándole un par de píldoras, más un vaso grande con agua.
-¿No las vomitare?
-Espero que no…
-¿Y para qué son?
-Para que no lo lamentes tanto mañana Princesa.
-Lo siento… —dijo Lizzie mientras tragaba.
-¿Qué sientes cariño?...
-¿Cómo? —pregunto limpiándose la nariz con el dorso de la mano.
-Eso… que es lo que sientes —repitió Kurt al tiempo que le entregaba un par de pañuelos descartables— ¿el haber mentido?, ¿el haber traicionado nuestra confianza?, ¿el haber hecho algo para lo que claramente tu mente y estomago no están preparados?, ¿Qué cosa sientes? —termino por decir Kurt sentándose pierna arriba en la silla junto a la puerta.
-Todo… —respondió Lizzie abrazada de sus piernas.
-Princesa… ¿Por qué lo hiciste?, tu eres loca pero muy responsable… —dijo Blaine sentándose en el suelo al lado de ella.
Lizzie se encogió de hombros y restregó sus ojos como si fuera un bebé que se ha saltado la siesta.
-¿Hay algo que te molesta?... ¿tienes algún problema? —pregunto Kurt desde el lugar en donde estaba.
-¿Cómo?
-Tal vez algo que necesites… puedes pedirnos lo que sea.
-No necesito nada “Papáblen”, tengo de todo aquí… y no sé porque me están hablando así… ¡hola!
-Porque queremos tratar de entender… cariño… —dijo Kurt levantándose, movió el tapete de la salida de baño y sentó sobre el— hay veces que la gente bebe para olvidar ciertas cosas… o para llenar un vacío… —agrego como si su hija fuera una alcohólica empedernida.
-Nada que ver… solo bebí porque se sintió bien… es decir, me sentí alegre y desinhibida.
-¿Y desde cuando necesitas alcohol para sentirte desinhiba Princesa?... tu personalidad es ya avasallante estando sobria.
-Lo se… es solo que… ahora se ha vuelto un poco difícil…
-¿Difícil?... —preguntaron sus dos padres al mismo tiempo mirándose mutuamente con el entrecejo fruncido.
-Y no pongan esas caras, no estoy en una crisis de identidad o algo… ¡hola!...
-¿Entonces? —volvieron a decir al unísono.
-Es… —respondió sonándose— es solo que… desde que Henry se fue y Noah necesita más de la atención de ustedes… no se… me siento un poco dejada de lado… —explico Lizzie tratando de no llorar.
-Princesa… no te sientas así… con el Papá siempre, siempre estaremos aquí para ti… ¿verdad Kurt?
-Por supuesto… cariño… discúlpanos si no te hemos dado toda la atención que necesitas, pero con Blaine nos parecía que tu no nos necesitabas tanto… desde pequeñita has sido muy independiente…
-Lo soy… pero es solo que a veces…
-¿A veces qué?
-A veces también necesito que me mimen… —respondió llorando con ganas— ¡mírenme!... me estoy comportando como una niñita…. ¡odio el alcohol!...
-Espera a ver cómo te sentirás mañana… ahí sí que dirás odio el alcohol.
Lizzie hizo un puchero y volvió a soltar el llanto, Blaine la abrazo y la acurruco en sus brazos como cuando era pequeña, miro a su esposo sonriendo y este negó con la cabeza pensando que todo aquello que en un comienzo era para disgustarse, se estaba tornando tan divertido como la propia Lizzie.
-Te diremos algo Princesa… —dijo Blaine recogiendo las lagrimas desde el rostro de su hija con sus dedos— de ahora y para siempre, los días jueves serán para ti.
-¿Cómo? —pregunto sollozando.
-¿Cómo?... —repitió Kurt levantando una ceja.
-Eso… cada jueves de cada semana haremos algo solo los tres, lo que tu elijas… será el día de Lizzie y sus Padres… ¿Qué dices?
-¿Qué hay del “Goblin”?
-Hablaremos con Julianna cariño, seguro y se podrá quedar un día hasta más tarde
-¡Eso es súper extra dulce!... ¡te amo “Papablen”!...— añadió volviendo a llorar — y a ti Papá…—repitió abrazando a Kurt.
-Ok… por mucho que quieras congratularte con nosotros desobedeciste una orden, así es que mañana te diremos tu castigo.
-Lo merezco… lo se… —dijo agachando su cabeza.
-Por supuesto que si… —agrego Kurt levantándose ayudado por su esposo— ahora vete a tu cuarto y procura no vomitar sobre tu cama.
-No lo hare… ¿alguien me puede cargar? —pregunto levantando sus brazos.
-¡Lizzie!... ¿serás fresca?, ya estas suficientemente grande como para caminar el par de metros hasta tu cuarto.
-¿No puedes levantarte Princesa? —dijo Blaine mirándola con ternura.
-No… todo sigue dando vueltas… —respondió mirando con sus ojos empequeñecidos.
-Muy bien… pero solo será por esta única vez… —advirtió Blaine levantándola en sus brazos.
-Nunca más volveré a beber lo juro… —dijo Lizzie haciendo gestos de promesa pero sin apuntar bien a su frente y pecho