(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

-¿Le impresiona la vista Señor Anderson-Hummel? —pregunto Kurt saliendo del baño.
-Mucho… —respondió este mirando la ciudad. Estaba descalzo y tenía las manos en los bolsillos del pantalón, se había quitado la mitad de la ropa y su postura y actitud frente a la ventana era tan sexy y varonil, que Kurt creyó que se encontraba en el séptimo cielo y no en el piso 19 del Hotel Plaza.
-Vaya sorpresa que me diste al traerme para acá —agrego parándose tras de él.
-Bueno, no hay vista al parque, y no es una de las suite de lujo…
-Pero es el Plaza Blaine Anderson-Hummel, hasta que nos quedáramos en el cuarto de limpieza sería fantástico y lleno de glamour —agrego Kurt poniéndole las manos sobre el pecho.
-Claro…
-Gracias por hacer esto y sorprenderme de la mejor de las maneras …
-De nada... y te dije que no dormirías al raso esta noche.
-Lo dijiste… —dijo Kurt dándole un beso en el hombro— lo que me lleva a pensar que tenías planeado esto desde hace tiempo, por lo tanto me gustaría saber de donde salieron los recursos para el despilfarro de esta noche, más aun viniendo de alguien que se las estaba dando de austero total.
-Bueno… tengo mis recursos… y un hermano que siempre cree que es genial regalar unos cuantos dólares al prójimo.
-¿Cooper te dio dinero de nuevo? —quiso saber Kurt moviendo su cabeza para mirarlo ala cara.
-Lo hizo… regalo de bodas… o porque quede en la universidad, no me acuerdo en realidad.
-¿Y si era el regalo de bodas?, ¿no debiste darme la mitad?
-Si te hubiera dado la mitad, tendría la misma cantidad de presupuesto, y créeme que con 500 dólares estaríamos efectivamente en el cuarto de la limpieza en este momento.
-Ok… muy bien que no me la hayas dado entonces… —dijo Kurt besándole el cuello— y esta vista vale cada centavo… es fantástica en realidad —añadió apoyando su cabeza en el espacio tibio y perfumado que había entre el cuello y el hombro de su esposo.
-Lo es… ¿sabes lo que sería ideal también?
-¿Vivir aquí?
-No… pienso que sería ideal que alguno de los departamentos que visitamos hoy tuviera aunque sea un tercio de esta vista.
-No estaban nada mal a decir verdad… bueno excepto ese que parecía que había sido el escenario de un crimen.
-¿”Parecía”?... al menos pudieron haber quitado al cinta policial, ¿no crees?
-Lo creo… —dijo Kurt soltando una risa— asumo y la falta de experiencia en bienes raíces les jugo una mala pasada.
-Lo mismo que al que quiso darle una ambientación casera al que vistamos en Harlem y termino haciendo que oliera a fábrica de galletas.
-Y bastante malas después de todo… ahora señor Anderson-Hummel, ¿me va decir que pensamientos son esos que lo tienen mirando la 58th Street de la manera que me gustaría y solo me mirara a mí?
-No tengo ningún pensamiento… y créeme que no miro a nada ni a nadie de la manera en que te miro a ti —respondió Blaine mirándolo a través del reflejo de la ventana.
-Lo se… solo trataba decir una línea que te llevara a decir la que me dijiste recién.
-“Touché” entonces… te amo Kurt… —dijo Blaine poniendo sus manos sobre las de su esposo.
-Y yo te amo a ti… y si no tuviéramos esa reunión el lunes en Mackinley, me quedaría desde ya aquí contigo.
-¿Aquí en el hotel?... te advierto y se nos acabaría el presupuesto en un par de días.
-No hablo del hotel… —respondió rodeándolo— hablo de New York… me muero de ganas de re-comenzar mi vida aquí contigo— añadió parándose delante.
-Y yo… —agrego Blaine mirándose en los ojos del hombre de su vida, se perdió en ellos un instante y le acaricio el pelo, le tomo la cara con ambas manos y lo beso de manera más dulce.
-Te juro y la próxima vez que estemos aquí, seré yo quien te sorprenda… —advirtió Kurt acariciándole la espalda.
Blaine sonrió y se acercó más a él, como si no quisiera estar separado de él ni un centímetro siquiera.
-¿Cuantas ganas tienes en este momento de amarme, usando este ventanal como apoyo? —quiso saber Kurt riendo medio avergonzado por la propuesta que acababa de lanzar.
-Muchas… —respondió sonriendo— pero temo que el vidrio no resista nuestra pasión y exista un riesgo de caída libre… ¿sabes que estamos en el piso 19 verdad?
-Lo se… ¿sabes lo que deberíamos hacer entonces?
-¿Utilizar la cama extra cómoda que tenemos entonces? —agrego Blaine dando un par de besos en la frente.
-No… bueno si… pero lo que deberíamos de hacer primero, es decidir con cual departamento nos quedaremos.
-Kurt... —dijo como en reclamo infantil.
-¡Es la verdad!, quedamos en dar una respuesta mañana antes de tomar el avión… y dimos nuestra palabra… ¿quieres dar la palabra a alguien y luego hacerte el desentendido?... porque si es así… ¡quiero el divorcio en este instante! —exclamo Kurt divertido.
-Está bien… —dijo bajando la cabeza como resignado, tomo a su esposo de la mano y camino con él hasta la pequeña sala de estar que tenía la habitación— decidamos… —añadió sentándose en uno de los sillones.
-Decidamos pues… —repitió Kurt sacando los papeles del bolso, tomo una libreta de apuntes con el logo del hotel que estaba a disposición de los huéspedes, más un lápiz y un pequeña bolsa de confitura de frutas— creo que esto es gratis —agrego mirando el empaque.
-¿No deberíamos de pedir otra cosa para comer?... algo más contundente al menos.
-¿Y el presupuesto alcanza para eso? —pregunto Kurt sentándose en frente— porque te aviso y esto es gratis —dijo abriendo el envase.
-Siempre ha alcanzado —contesto tomando el teléfono— ¿Qué quieres?
-No lo sé… ¿Pizza?...
-¿Y helado?
-¡Excelente!, una combinación irresistible, debo decir…—dijo Kurt comiendo fruta deshidratada.
-Como nosotros —añadió Blaine guiñándole un ojo.
Kurt sonrió y comenzó a ordenar los papeles mientras su esposo pedía la comida, aprovecho de revisar su propio teléfono y con la documentación ordenada en grupos sobre la mesa de café, espero a que Blaine terminara de hablar,
-10 Minutos… —dijo tirando el teléfono sobre la cama.
-¡Que rápido!... Blaine, tienes que probar esto —dijo estirando su brazo— lo más seguro es que sea orgánico o algo, esta delicioso.
-¿En serio?... ¿y gratis? —pregunto sacando un puñado.
-Imagina como sabría si pagáramos lo que cuesta, a “Annie’s homegrwond” le importa poco la austeridad.
-Claro… —dijo Blaine sentándose de nuevo— ¿qué son estos grupos? —pregunto masticando.
-Bueno… ordene nuestras opciones en cuatro diferentes grupos de acuerdo a: cercanía a la NYU y a NYADA, costo de la renta, plusvalía del barrio y por ultimo pero no menos importante, belleza arquitectónica y su lugar en la historia de la ciudad.
-Ok… —dijo Blaine sonriendo— ¿cuál será la característica más importante que tomaremos en cuenta al momento de tomar la decisión?... esto está bien rico —añadió saboreando unos trozos de lo que comía.
-¿Cuál crees tú? —pregunto Kurt apuntando de manera disimulada uno de los grupos.
-¿Cercanía? —respondió pensando sí había dicho la opción correcta.
-¡Excelente!… un punto para ti —respondió anotando en la libreta— cercanía es lo que más debería de importarnos, por lo tanto… este es el grupo en que nos concentraremos —sentencio Kurt rompiendo en dos y luego en cuatro el resto de los documentos para desecharlos en el papelero del baño luego.
-Muy bien… —dijo Blaine tomando el “grupo ganador”, se acomodó en el sillón subiendo los pies y comenzó a dar un vistazo a todos y a cada uno— ¿Cuándo nos mudaremos?
-¿Cómo? —pregunto Kurt desde el baño.
-Que cuando nos mudaremos, vamos a tener que decirlo cuando cerremos el trato —repitió apartando un par de hojas de los departamentos que eran de su agrado.
-Tienes razón… asumo y después de las nacionales… ¿no crees?
-Lo creo, tenemos un compromiso con estos chicos, y a pesar que Mister Schuester está más a cargo ahora, no sería ético dejar las cosas a medias.
-Muy cierto, ya tenemos las seccionales ahora a ir por las regionales y las naciones —dijo Kurt haciéndose espacio en el regazo de su esposo— ¿Qué apartaste aquí? —pregunto pasándole un brazo por el cuello.
-Pues los departamentos que me agradan más que cualquier otro.
-Veamos… —agrego revisando— son todos con dos cuartos, ¿necesitamos dos cuartos?, cada centímetro extra que ocupemos aquí será cargado a nuestra renta cada fin de mes.
-Lo se… es… lo que pasa es que como me dijiste que podía ofrecerle un espacio a Sam, me gustaría que fuera más un cuarto que un sofá, que como bien comprobamos ayer, es la opción más incómoda —explico Blaine al tiempo que le acariciaba una pierna desde la cadera hasta la rodilla.
-Blaine… entiendo lo que quieres decir aquí… pero… ninguno de los dos ni siquiera tiene trabajo… ¿Cómo crees que podremos costear un departamento en la Malcom X Blvd? —agrego enseñando el papel correspondiente.
-¿Con esfuerzo? —dijo de vuelta en tono de broma.
-Mira… entiendo que Sam es importante para ti y querrás, si es que se decide venir a vivir aquí por cierto, que se sienta acogido y todo, pero creo que darle un cuarto no está a nuestro alcance… y para que decir que sería para que nunca, nunca, nunca más nos abandone, y eso es algo que no me gustaría y pasara… lo podemos invitar… pero a un sofá… ¿de acuerdo?
-Claro… y tienes razón… antes de la comodidad de nuestros futuros invitados, está la nuestra y nuestras verdaderas posibilidades…
-¿Pero?...
-Pero nada… no hay peros… tienes razón, ¿qué más puedo decir? —respondió Blaine esbozando una sonrisa que a los ojos de Kurt era de lo mas forzada— mira esa debe ser nuestra comida… ahora si me disculpas —dijo apuntando la puerta, le dio un par de golpes en un muslo a su esposo y termino por levantarse, abrió la puerta y cruzo un par de palabras con el empleado, firmo por lo que estaba recibiendo y cerró la puerta tras de él— cena de pizza y helado… y de la forma más elegante posible —agrego arrastrando el pequeño carrito con la comida.
-Más elegante que nada —dijo Kurt levantando la tapa abombada de la bandeja redonda que contenía la pizza, miro todo lo demás y luego le dio una mirada a Blaine como si este le debiera un par de respuestas o algo.
-¿Que?...
-¿No estás de acuerdo con lo que dije?, ¿verdad?
-¿Con que? —pregunto Blaine mirando el envase del helado
-Con lo de nuestra futura vivienda.
-¡Obvio que lo estoy!... tienes razón, hace un día estaba hablando de concentrarnos en cosas que si podemos costear y ahora quiero que tengamos un departamento con cuarto de huéspedes incluido… y no te estoy dando la razón como estás pensando, tienes la razón que es diferente… —se adelantó en decir Blaine al ver que Kurt abría la boca para rebatir todo aquello— voy a lavarme las manos… ¡y no me veas así!... ¿sabes de lo que me acorde cuando recibí la pizza?...
-No…—respondió Kurt alargando la vocal.
-Pues es momento de estrujar tu memoria y decirme si recuerdas cuando fue la primera vez que pedimos una pizza juntos… digo como novios —termino por decir Blaine entrando al baño.
-Pues póngame un reto mas difícil Señor Anderson-Hummel porque eso lo recuerdo como si fuera ayer.
-¿De verdad? —pregunto este saliendo del baño.
-De verdad… estábamos en Dalton y tú estabas leyendo “The Grapes of Wrath” apoyado en mi regazo, lo que me daba la posibilidad única e irrepetible de hacer lo que siempre quise y eso era acariciar tus rizos.
-¡Vaya!... me sorprende su buena memoria Señor Hummel-Anderson—dijo tomándolo por las caderas.
-Bueno…—respondió Kurt hundiendo sus manos en el cabello de su esposo— eso sucedió cuando estábamos en Dalton… siempre recuerdo las cosas de cuando estábamos en Dalton.
-Y yo…—dijo Blaine moviéndose un poco junto a él como si comenzaran un baile.
-A propósito de Dalton… ¿ya sabes algo del festival?
-Aun no… estoy comenzando a pensar que Wes se arrepintió o algo —contesto Blaine continuando con el baile improvisado y silencioso.
-O tal vez se dieron cuenta que reconstruir la escuela desde sus cimientos, costara mucho más de lo que puedan recaudar.
-También es cierto…. pero bueno, si lo hacen allí estaré… ahora… Kurt Hummel-Anderson… ¿Qué opinas de todo lo que hicimos hoy día?, ¿me quieres contar?... ¿o estar en el Plaza te nubla cualquier otro pensamiento? —dijo Blaine bajando sus manos un poco.
-Pues creo que ahora que tus manos estén en mi trasero nubla más mi pensamiento que cualquier otra cosa —contesto sonriendo.
-Ok…
-Pero lo importante aquí, es que cuando regresemos a Lima, tendremos escogido el que será el departamento perfecto —explico Kurt dando tono de anuncio de radio a sus palabras cuando hablaba del “departamento perfecto”— ¿sabes porque es el “departamento perfecto”?, ¿no es así?
-¿Por qué tu terminaras por elegirlo?
-No… porque lo escogeremos los dos… luego los dos nos mudaremos allí, y ambos pensaremos en como decorarlo y todo… y así ambos haremos de el un hogar… y eso querido esposo lo convierte en el “departamento perfecto” —termino por decir Kurt acercándolo a él por medio de un beso y un abrazo, pensando que cualquiera que escogieran estaría bien, después de todo lo que hacía más perfecto su futuro departamento, era que Blaine estuviera en el.

-Si me llevo esto, ¿el administrador lo notara? —pregunto Kurt señalando una lámpara de lo mas labrada que había sobre una de las mesas de arrimo.
-Lo más probable es que si… —respondió Blaine mientras guardaba su ropa en el bolso.
-Pero si la escondemos bien… —insistió Kurt mirándola de todos lados.
-¿Así quieres empezar nuestra vida?... ¿en el tribunal de justicia, enfrentando demandas de un complejo hotelero internacional?
-Eso sucedería solo si se entran…
-Kurt…
-¡Esta bien!… no me la llevare… lo que si me llevare son estos frasquitos de shampoo y crema humectante, estos el hotel espera que te lo lleves.
-Mucha razón… ¿guardaste todas tus cosas?... bueno las verdaderas cosas tuyas y no las que quieres robar por cierto.
-Obvio… ¿caso no me conoce Señor Anderson Hummel?... tengo listo mis bolsos desde temprano.
-¿Te levantaste temprano?, ¿Cómo no me di cuenta?
-No lo sé… pero así fue… hice un par de cosas en la calle, hable con mi Papá, con Rachel y recorrí algunos pisos del hotel.
-¿Buscando lo relacionado con Eloise?
-Entre otras cosas… —respondió guardando tres envases de shampoo y dos de crema en su propio bolso, reviso lo que había dentro y aprovecho de meter también los papeles con la información de los departamentos, más la libreta y el lápiz que decían “Plaza New York”.
-No deberías de guardar eso… —advirtió Blaine apuntando.
-Es solo una libreta y un lápiz… te aseguro y no tendremos problemas… tranquilo…
-No me refiero a la libreta y el lápiz… tampoco soy un maniático de la seguridad y el cumplimiento de las normas.
Kurt lo miro con los ojos empequeñecidos, como pensando que en realidad él si creía que su esposo era un maniático de la seguridad y el cumplimiento de las normas.
-¡Oye!...
-No he dicho nada… —respondió cerrando su bolso.
-Pero esa mirada… además a lo que me refiero es a que no deberías guardar la información de los departamentos, la necesitaremos cuando vayamos a ver los que escogimos, y si la guardas, luego estarás reclamando en medio del Central Park que no la encuentras o algo.
-No, está bien… no hay problema.
-Pues yo diría que si….
-Y yo insisto que no… —termino por decir Kurt llevando el último de sus bolsos hasta la puerta.
-¿Qué está sucediendo? —pregunto Blaine tomándose una oreja.
-Nada… ¿Por qué habría de suceder algo?
-Porque creo que… o no quieres ir a ver los departamentos o…
-¿O…?
-¿Te…?, ¿te volviste a arrepentir?…
-¡Por supuesto que no!… ¿de que estas hablando?, ¿no confías en mí?
-Claro que confió…
-¿Entonces?
-Entonces… Kurt, esto no es como confiar en que elijas una buena película para el sábado en la noche… es algo más importante.
-OK, te lo diré… pero quiero que me prometas que no sacaras conclusiones antes de que te explique todo…
-Está bien…—dijo Blaine sentándose en el final de la cama.
-Di lo que corresponde… —pidió Kurt de vuelta de pie frente a él con los brazos cruzados.
-Te lo prometo… te prometo y no sacare conclusiones antes de que me expliques todo.











Septiembre de 2040






-¡Lizzie Anderson Hummel! —exclamo Noah mientras bajaba la escalera
-¡”Goblin”!... —grito está levantándose de un salto— ¡por todos los santos que estas grande!—añadió cogiéndolo en sus brazos antes que terminara de bajar del todo.
-¿Cómo estás?... ¿me extrañas?
-Más que al aire acondicionado que aquí siempre funciona… ¿y estos parches? —pregunto apuntando ambos brazos.
-Me los pusieron ayer… después de las “Inyepsones”
-¿Y te pusieron dos?
-Tres… me dolió mucho… —dijo haciendo un gesto chueco con su boca.
-Me imagino… ahora ven y cuéntamelo todo —pidió Lizzie cargando a su hermano hasta la mesa.
-Hablaran mientras almorzamos —sentenció Kurt poniendo una fuente con ensalada en medio de la mesa.
-Te ayudo…—dijo Blaine levantándose, mientras Noah comenzaba a contar a su hermana todo sobre las vacunas, incluyendo una inyección que sus manitos describían como de 30 centímetros como mínimo. Recogió los platos y recibió las porciones de lasaña que Kurt cortaba para todos y las repartió entre sus hijos luego.
-¡Lasaña!... ¡la amo!... —exclamo Lizzie al recibir su plato
-De todas formas, me disculpo por la simpleza —dijo Kurt volviendo a poner la fuente en el horno con la comida restante— pero como no estaremos aquí en las próximas tres semanas, pensé en que este almuerzo sería una buena manera de vaciar el refrigerador —agrego sentándose a la mesa.
-Es perfecto… —dijo Blaine guiñándole un ojo al tiempo que desdoblaba su servilleta.
-Bueno cariño, cuéntanos quien es ese Vincent Mcginnis… —dijo Kurt recibiendo con complacencia el guiño de su esposo.
-¿Tienes un nuevo novio “Rizzie”? —quiso saber Henry comenzando a comer.
-¡Ay Henry!.. lo dices como si cambiara de novio como cambio de zapatos… ¡hola!
Todos se miraron pensando que aquello era lo más cierto que se había escuchado en esa mesa hasta ese instante.
-¿Qué?...
-“Princesa”, ni tú puedes decir esa frase sin querer reírte a carcajadas —contesto Blaine comenzando a reír también.
-¡Ay está bien!... cambio de novio como cambio de zapatos, pero… —dijo Lizzie riendo— pero en mi defensa, debo decir que hay demasiados hombres guapos y muy poco tiempo.
-¿Y Vincent Mcginnis es guapo? —pregunto Noah tratando de alcanzar su servilleta.
-Claro que lo es… ¡hola!... si lo vieran, sabrían de lo que hablo —añadió la chica moviendo sus cejas.
-A mí no me incluyas en eso “Rizzie”… yo no tengo idea cuando un hombre es guapo o no.
Blaine rio al ver la cara que ponía el mayor de sus hijos.
-¡Ay Henry!... nadie está dudando de tu sexualidad… ¡hola!...
-¿Qué es “sepsualidad”? —dijo Noah comenzando a comer.
-Algo que averiguaras cuando tengas 25 o más bebé… —respondió Kurt sonriendo.
-¡Oh!...—exclamo el pequeño como sorprendido y satisfecho a la vez con la respuesta que le había dado su Papá a su inquietud.
Lo chicos rieron mirando a su hermano.
-Bueno, el asunto es que Vincent es insanamente guapo y pondré todos mis esfuerzos en salir con él, al menos antes que termine este semestre —aseguro Lizzie alzando su vaso como si hiciera una promesa frente a su familia.
-Pues conócelo bien primero cariño…
-Lo haré Papá… ahora es el turno de ustedes… ¿Cómo va todo?
-Todo va excelente “Princesa”
-La “gida efta dista”… —añadió Lizzie mientras mascaba
-¡Cariño!… —dijo Kurt moviendo sus manos al tiempo que esbozaba una mueca como de asco.
-¡Perdón!... —exclamo la chica tapándose la boca y tragándose lo que comía— ¿la gira esta lista?….—pregunto nuevamente adoptando una posición de una dama inglesa o alguien más elegante.
-Loca… —agrego su Papá sonriendo.
-¡Cuenten!
-Todo esta listo, antes de ayer fui a finiquitar los últimos detalles en el sello.
-El “Papáblen” saldrá en televisión…—dijo Noah como queriendo impresionar a sus hermanos con aquel comentario.
-¿De verdad “Goblin”?... ¿y en cual país?
-En Chile…
-¡Me encanta Chile! —exclamo Lizzie levantando sus brazos— es muy diverso para ser un país tan delgadito, ¿cierto Henry?
-Así es, una capital que tiene la nieve y el mar a menos de una hora de viaje… no se ve en todos lados, pero “Rizzie” lo que deberías saber es que luego de terminar la gira, los Papás se van a una playa extra solitaria al norte de Brasil —respondió Henry como cantando.
-¿Qué?... ¿Por qué?
-Porque podemos cariño… —respondió Kurt cogiendo la mano de su esposo.
-¿Y por qué nunca planearon algo así cuando estábamos nosotros?... ¡la vida es injusta!... ya me enoje… ¡hola! —añadió Lizzie cruzándose de brazos.
-“Princesa”, conociste casi todo el mundo antes de cumplir 18, ¿no crees que ese es un privilegio que tienen pocas personas?
Lizzie entorno los ojos y repitió lo que decía su “Papáblen” como un bebé lo haría.
-El asunto es que al finalizar la gira, nos iremos a Carburé por cuatro días… yo creo que es una playa perdida en el medio del Amazonas, llena de monos y culebras gigantes, pero Blaine aquí presente insiste que no.
-¡Pero si no lo está!... ¿cierto Noah?
-Muy cierto, esta al norte de Brasil, ya lo averigüé…. —acoto el pequeño subiendo sus gafas.
-Muy bien hermanito… ¿qué más averiguaste? —pregunto Henry haciéndole un cariño en el pelo.
-Que hablan portugués y… nada más porque luego comencé con mi libro sobre las vacunas—respondió apuntando hacia donde había dejado su lectura.
-¿Sobre las vacunas?... ¡ay “Goblin”!, ¿no deberías estar jugando en el parque o algo?... ya deberías de dejar de leer tanto, terminaras por necesitar gafas de verdad… ¡hola!
-Siempre voy al parque por las tardes con Julianna, cuando el Papá y el “Papáblen” están en sus trabajos.
-Lo se… pero a lo que me refiero, es que deberías de jugar más y estudiar menos, lo lamentaras cuando estés en la Universidad y no tengas tiempo para nada y tengas que hacer un reporte a las 3 de la mañana porque se te olvido o algo… cosa que por cierto nunca ha pasado en la vida… ¡esta lasaña es lo mejor del mundo mundial! —termino por decir Lizzie al ver que sus padres se le quedaban viendo como pidiendo explicaciones por aquel reporte que al parecer había olvidado hacer a tiempo.
-¿Estas descuidando tus deberes “Princesa”?
-¿Qué?... ¡no!... ¡nada que ver!
-Debes ser responsable Lizzie Anderson Hummel, te lo dijimos en su momento —advirtió Kurt sirviéndose ensalada.
-¡Ay si lo soy!... ¡hola!... ¡ayúdame Henry! —respondió la chica dando un golpe en la espalda a su hermano haciéndolo con ello, botar un poco de jugo por la nariz.
Henry tosió un poco y se limpió con la servilleta, miro a su hermana con el entrecejo fruncido y esta le hizo un par de gestos para que corroborara sus dichos.
-“Rizzie”… es extra responsable, incluso en ese reporte que termino a las 5 de la mañana obtuvo una “A”.
-¡Henry!...—grito Lizzie dando otros cuatro golpes.
Noah sonrió mirando a sus hermanos y luego a su padres, que le hicieron un gesto como que ambos estaban un poco locos.
-Ok… mejor hablemos del libro que lees tu hermanito… —dijo Henry alejando de manera inconsciente un poco la silla del lado de su hermana— ¿lo sacaste de la biblioteca?
-No, los Papás me lo compraron.
-¿Y a mí que me compraron? —pregunto Lizzie con sus manos en la cintura.
-Te comparamos… ese jugo que te encanta y que es extraordinariamente costoso… ¿te parece mal?
Lizzie miro su vaso y bebió un poco, luego termino por mostrar la lengua a su Papá.
-Háblale a tus hermanos de lo que has averiguado sobre las vacunas hijo… —dijo Blaine sonriendo feliz pro tener a sus tres hijos sentados a la mesa de nuevo.
-Pues dice cosas muy “incredibles”… pero igual creo que le falta información.
-¿Al libro?... ¿porque “Goblin”?
-Porque no aparece la vacuna para el dolor de “estogamo”
-¿De estómago hermanito?... no soy un experto, pero creo que no hay vacuna para eso.
-¿Acaso te duele la pancita cariño? —pregunto Kurt haciendo el ademan de levantarse a examinar a su hijo en ese mismo instante.
-No… no ahora.
-¿Y cuándo te dolió?... déjame adivinar… ¿ya fue la venta de “cupcakes” en la escuela?… porque esos que hace la Señora Ellington enferman a cualquiera… ¡hola!... estoy creyendo que son los mimos todos los años… ¡busque una nueva receta Señora Ellington! —exclamo Lizzie dirigiendo su voz hacia donde se suponía y estaba su antigua escuela y que era ahora también la del menor de sus hermanos.
-Tampoco… —dijo Noah comiendo de lo más tranquilo.
-¿Cuándo entonces hijo? —pregunto Blaine tocándole la frente de manera disimulada.
-Solo me duele cuando viene la Tía Rachel Berry con su esposo Jessie St James y su hija Barbra St James.
-Bueno la Tía Rachel causa eso en algunas personas…—dijo Kurt como pensando en aquello.
-¿Qué dices hijo?... ¿Por qué? —insistió Blaine volviendo a tocarle la frente.
-No lo sé… por eso quería una vacuna… porque cuando Barbra St James me da un beso en la mejilla, siempre me duele aquí… y después aquí, y después me sudan las manos —explico Noah tocándose la barriga primero, después el pecho, para terminar por enseñar sus palmas abiertas— tal vez ella tiene un virus o algo.
-¡Ay “Goblin”! —exclamo Lizzie llevándose las manos al pecho como emocionada al máximo. Kurt sonrió y miro a Blaine pensando en lo mismo.
-¿Qué sucede? —pregunto al ver que todos intercambiaban miradas sonrientes
-Creo que lo que te sucede con Barbra, no tiene nada que ver con un virus hermanito… —dijo Henry mirándolo con ternura.
-¿Por qué no?
-Porque no… veras… —respondió acercándose a él con silla y todo— cuando una persona es especial para nosotros, nos sentimos un poco raros, nerviosos… y hasta podemos pensar que estamos enfermos, pero no es así.
-¿Y que es entonces?
-Puede ser, que Barbra te agrada mucho, y por eso tienes esos síntomas como de nervios.
Noah se quedó mirándolo con el entrecejo y la boca bien fruncidos.
-¿Y tú has tenido esos síntomas, Henry Anderson-Hummel?
-¡Claro que sí!… mira, cuando tenía tu edad, y recién conocí a Amelia en la escuela —Lizzie blanqueo los ojos al ver la cara de amor que ponía su hermano— te juro y me quede sin habla.
-¡Sin habla! —repitió Noah tomándose la cara.
-¡Lo sé!… pero ella era tan dulce y hermosa que poco a poco empecé a recuperar la voz y pude hablarle, y así nos hicimos buenos amigos primero y novios después.
-Pero yo no quiero ser novio de Barbra —se adelantó en decir Noah poniéndose un poco colorado.
-¿Por qué no “Goblin”? , ¡Barbra es súper bella! —añadió Lizzie poniendo cara de niña inocente.
-Porque soy muy pequeño… además quisiera ser gay como ustedes —dijo el chico apuntando a sus padres
-Hijo… —dijo Blaine sonriéndole con ternura— eso no es algo que decidas, es algo que viene en ti, como el color de tus ojos o la forma de tu nariz —señalo dándole un toque en la pequeña nariz de su pequeño.
-¿No lo seré entonces?
-Como bien lo dijiste cariño, eres muy pequeñito para saber ese tipo de cosas… —dijo Kurt poniéndose de pie para acercarse a él —solo dejémoslo en que Barbra es especial para ti, por eso te provoca esa reacción como de nervios… lo demás… solo el tiempo lo dirá —agrego dándole un beso y un cariño en al cara.
-Sí que es especial… me gusta su cabello porque huele a goma de mascar colorada —termino por decir Noah sonriendo.
-¡Tu favorita cariño! —exclamo Kurt haciéndole unas cosquillas en la panza.
-¡Uy!.. ¡”Goblin”!...—dijo Lizzie gesticulando corazones con sus dedos.
-¿Terminemos de comer en paz?, ¿sin abusar del pequeño de la familia? —termino por decir Blaine mirando a su hija y luego a su esposo.
-Uy…—repitió Lizzie de manera silenciosa al tiempo que pestañeaba rápido, como si evidenciara el más grande de los enamoramientos.










-Muy bien… antes que todo quiero que sepas que lo que hice, lo hice por ti…—dijo sentándose a su lado.
-Ok…—murmuro Blaine sin convencerse del todo.
-Ok… —añadió Kurt tomando un poco de aire— la razón por la que no necesito dejar a mano la información… es… porque ya escogí el departamento en el que viviremos.
-Lo sabía…—dijo Blaine negando con su cabeza y soltando una risa.
-¿Qué sabias?
-Sabía que harías eso, que a pesar de todo lo que hablamos, terminarías escogiendo uno que te gustara a ti… y está bien…—añadió poniéndose de pie— te lo concedo, por lo demás…
-¿Olvidaste lo que me prometiste?
-¿Cómo?
-Lo que me prometiste Blaine Anderson-Hummel… prometiste que no sacarías conclusiones antes de que terminara de explicarte todo.
-¿Acaso hay más que explicar?
-Por cierto que lo hay… —contestó Kurt cruzándose de piernas y adoptando la actitud de alguien que sabe algo que otro no.
-Cuéntame entonces…
-¿No volverás a interrumpirme? —pregunto mirándolo de medio lado.
-No volveré a interrumpirte…
-¿Seguro?
-Seguro… ¿ya quieres terminar de contar la historia?… me he imaginado como 68 finales diferentes desde que dijiste “ya escogí el departamento en el que viviremos” —dijo Blaine haciendo con sus manos como si señalara el título de algo escrito en las alturas.
-Bien, lo que he tratado de decir, es que ya escogí el departamento, y hoy en la mañana fui a firmar los papeles y cancele la renta por lo queda del año —respondió Kurt agudizando su voz y encogiendo sus hombros cada vez más a medida que terminaba de responderle a su esposo.
-¿Cómo?... ¿y de donde sacaste el dinero?... pero primero… ¿que departamento rentaste?
-El de la Malcom X Blvd…
-¿El que tiene dos cuartos?
-El que tiene dos cuartos, una cocina y una vista parcial al parque que no tiene nada que envidiarle a la que tenemos en esta habitación.
-Kurt… creí… pensé que esa opción estaba descartada, tú mismo dijiste que no necesitábamos dos cuartos.
-Pero tu dijiste que si… y eso fue suficiente para mí y para la reflexión que tuve con la almohada durante la noche.
-Kurt…
-Escúchame… —dijo levantándose y acercándose a él— tus intensiones fueron de lo más nobles como todo lo que haces, por lo tanto yo decidí ponerme firme y tomar la decisión que te hiciera feliz a ti…
-¿Por qué?
-Porque me amas incondicionalmente… lo que me hace a mi amarte incondicionalmente… porque a pesar que dijiste que nunca perdonarías lo que te hice, creo y lo perdonaste en el minuto que abandonaste la mesa esa noche en el restaurante… porque me sorprendes cada día… porque te pones de mi parte aunque sepas que estoy equivocado… por siempre contestas el teléfono cuando te llamo… porque me besas cada vez que quiero y porque, aunque no lo has hecho últimamente… me cocinas galletas al menos dos veces al año —termino por decir Kurt abrazándolo por el cuello.
-Creo que conozco esas líneas… —respondió Blaine dándole un pequeño beso.
-¿Si?... raro… me las dijo un chico con el que salía en secundaria…
-¿En serio?
-¡Oh sí!… me atrevería a decir que estaba loco por mi… —agrego sonriendo.
-¡Mira que si lo llego a encontrar!… —dijo Blaine ciñéndolo más a él.
-Se arrepentiría de encontrarse con mi fuerte y valiente esposo, eso de seguro… ¿Qué piensas de lo que hice?
-Pienso que es maravilloso… que tú eres maravilloso, y te doy las gracias por ello… pero… disculpa que pregunte… ¿de dónde sacaste el dinero?, bien sé que tu trabajo en Mackinley es “ad honorem”.
-Lo es… pero debes saber también que no eres el único a quien su familia le da dinero, hoy hable con mi Papá y le deslice el comentario de que no me… no NOS, había hecho un regalo de bodas, por lo tanto le sugerí que nos regalara la estadía en New York del primer año de casados… y acepto… me transfirió el dinero y cerré el trato esta mañana… ¿no estas molesto?, ¿verada?
-Un poco… pero con todo eso que dijiste ya se me olvido.
-Muy bien entonces…
-¿A qué hora debemos irnos?
-En menos de una hora debemos hacer el “check out”... ¿por qué?... ¿tiene una propuesta indecente que hacerme?
-No… una muy decente y necesaria…
-¿Ir a ver el departamento?
-Exacto… —contesto Blaine soltándole la cintura.
-Como arruinas los momentos más sexys Blaine Anderson-Hummel —dijo Kurt poniendo caras mientras se apartaba
-No me culpes a mi… si no hubieras hecho todo solo, aprovecharíamos esta hora de otra forma—aseguro Blaine tomando su sweater y el de su esposo.
-Bueno… —dijo este recibiendo el suyo— entonces no habría sido sorpresa, ni se hubiera producido este momento de tensión sexy que tuvimos recién…
-Debo asumir entonces que… ¿lo tenías todo planeado desde el principio entonces? —quiso saber Blaine abriendo la puerta de la habitación.
-Obvio… y considérate afortunado ya que no te obligue a finalizar el momento como también ya lo había planeado
-Claro que soy afortunado… logre que Kurt Hummel se casara conmigo —respondió Blaine moviendo sus cejas, mientras terminaba de salir del todo.

-¿Dónde está mi yerno?... —dijo Burt como primera cosa al abrir la puerta de su casa.
-Hola Papá… a mi también me da gusto verte…—contesto Kurt entrando.
-¡Por supuesto que me da gusto verte!... ven aquí… —añadió su Papá dándole un abrazo —¿dónde está mi yerno? —insistió dándole unos golpes en un hombro.
-Está en el Lima Bean, con sus colegas los Warblers.
-¿Y porque no estás tú con él?
-Porque estamos casados y no cosidos el uno con el otro…—respondió caminando hacia la sala.
-Bueno… uno escucha algo y saca conclusiones… —agrego Burt cerrando la puerta tras de él.
-¿Y que se supone y significa eso? —quiso saber Kurt quitándose el sweater abierto que vestía.
-Nada… no significa nada… ¿qué tal el viaje? —pregunto sentándose en su silla frente al televisor.
-Excelente, New York esta igual que como lo deje… ¿Dónde está Carol?—dijo mirando hacia los dormitorios.
-Esta con sus amigas en el centro comercial, entre ellas tu suegra —respondió mirando el juego que tenia sintonizado.
-¿Qué estas mirando? —añadió sentándose en uno de los sillones.
-La final de la costa este, entre…
-¡No necesito información superflua!... gracias… —exclamo levantando ambos brazos.
-Tu preguntaste…
-Por ser cortes, no porque no pudiera vivir sin no tenía esa información o algo.
-Pues es un buen juego, y es en New York, pensé que Anderson se quedaría a verlo.
-Pues Anderson tiene compromisos aquí en Lima, por lo tanto no podía quedarse a ver ningún juego.
-¿Qué compromisos son esos? —quiso saber Burt mirando a su hijo.
-Pues los que tenemos en Mackinley, es mas hoy tenemos una especie de celebración por lo de las seccionales —explico Kurt mirando el juego con el entrecejo fruncido.
-¿Todos estarán allí?
-Así es… habrá espumante y ese tipo de cosas… te aviso que esa persona acaba de tirar la pelota desde el centro del campo —advirtió Kurt apuntando el televisor.
-No cambias… ¿no es así hijo?
-Pues no… —respondió este sonriendo.
-¡Pues eso me encanta!, ¿quieres algo? —pregunto Burt haciendo el ademan de levantarse.
-No, no te preocupes, además Blaine me va a pasar a buscar para irnos a la escuela, así es que no puedo entretenerme tanto… ¿qué?
-Eso sonó como algo que dirías hace cuatro años atrás en esta misma situación —dijo Burt levantándose de todas formas.
-Bueno… somos pocos los que podemos revivir los mejores momentos de nuestra vida —respondió Kurt levantando una ceja.
-¡Ah!... muy cierto… ¿cuándo volverás a New York?
-¿Acaso no me quieres aquí?
-No… lo que digo… ven acompáñame a la cocina —dijo Burt dándole un golpe en la cabeza
-¿Qué hay de tu juego?, ¿no quieres saber que pasara con ese jugador que esta con una toalla en la cabeza? —pregunto apuntando.
-¡Están en el entretiempo!… ¿no has aprendido nada?, ¿qué harás cuando tu esposo este viendo algo?
-Pues yo estaré durmiendo una siesta.
-Seguro… vamos… —agrego haciendo un gesto mientras avanzaba.











Enero de 2035





-¡Ya llego todo!... ¡ayúdame Henry! —dijo Lizzie caminando apenas con las cajas que cargaba y que casi le tapaban toda la visión.
- A ver… —contesto este tomando las de arriba— ¡todo huele sensacional!
-¿Te fijaste si estaba todo? —pregunto Kurt sonriendo al ver que Lizzie parecía más una malabarista que otra cosa.
-¡Ay obvio que esta todo!… vamos…
-¿Dónde vas cariño?
-¡Al dormitorio!... ¡hola!
-No, no, no… primero deja todo aquí para organizar la comida.
-¡Pero Papá!... si te pones a organizar todo de manera elegante, terminaremos tomando desayuno aquí en la cocina y tú nos prometiste desayuno en la cama… ¡hola!
-Y así será cariño… pero primero… —insistió Kurt tomando a su hija por un brazo para que terminara por obedecerle— organizaremos todo en nuestras bandejas, así… podremos… prescindir… de lo que no nos sirve —dijo mientras tomaba las cosas y las dejaba sobre la mesa.
-¡Esta bien!... —exclamo la chica poniendo caras.
-¿Saco algo? —pregunto Henry apuntando lo gabinetes más próximos a él.
-Si… las fuentes del cereal, las tazas de cada uno, y esos platos que son un poco hondos —contesto Kurt contando con sus dedos lo que solicitaba para comenzar a organizar todo lo que sus hijos habían pedido del menú de desayuno del “Café Pierre” luego.
-¿Qué hago yo? —pregunto Lizzie estirándose cuan larga era.
-Busca las bandejas cariño…
-¡Bandejas! —repitió Lizzie dando un salto como de gimnasta.
-Creí que desayunaríamos en la cama… sobre ese “comforter” blanco e inmaculado —dijo Blaine llegando a la cocina.
-¿No te deje en la cama?... ¡estas agotado!... ¡vete! —sentencio Kurt haciendo un gesto como para espantar moscas.
-No lo estoy tanto… además, no es posible que se lleven todo esto ustedes… que en realidad es bastante —agrego Blaine mirando la comida.
-Es todo lo mejor del menú de desayuno… en especial estos panqueques —dijo Lizzie pellizcando uno.
-¿Noah está dormido?
-Lo es… taba… —respondió Kurt sonriendo al escuchar algunos ruidos por el “baby monitor”
-Yo iré… —dijo Blaine pellizcando el mismo panqueque.
-No... tú estás cansado, a pesar que lo niegues… iré yo… además que ya es hora de su comida—rebatió Kurt abriendo el refrigerador para sacar una de las mamaderas.
-Nada de eso… yo soy el hermano mayor y yo iré a alimentar a mi hermanito —agrego Henry quitando la botella de las manos de su Papá.
-¿Qué hay de mí?... ¡hola!... yo soy la única mujer de esta casa, por lo tanto yo lo hare… ya saben, soy la única que tengo instinto materno de todo ustedes —sentencio Lizzie quitándole a su vez la leche a su hermano y apuntando a todos con la botella después.
Los tres la miraron como sorprendidos y la dejaron que asistiera al bebé como era su deseo.
-Tienes unas ojeras enormes… no sé porque insistes en que no estás cansado —murmuro Kurt acercándose a su esposo.
-¿Ese es un cumplido Kurt Hummel-Anderson?
-No… es la verdad… deberías estar durmiendo, nosotros nos apañaremos perfectamente aquí.
-Está bien… —contesto Blaine soltando un suspiro— los espero en la habitación, pensando esas palabras en alemán —termino por decir susurrándole las últimas palabras cerca del oído.
-¡Papá!...—exclamo Lizzie llegando a la cocina casi sin aire, como si hubiera atravesado el pasillo y bajado la escalera a la velocidad de la luz.
-Cariño, ¿qué te he dicho?, no corras por la casa —dijo Kurt siguiendo con la organización de lo que habían encargado.
-¡Noah vomito de nuevo!… —añadió la chica medio entrecortado.
-¿Cómo? —pregunto Kurt palideciendo un poco.
-¿Qué significa eso de “de nuevo”?... ¿Kurt?
-Si… lo siento... no te lo dije porque no quería preocuparte, además pensé que era algo circunstancial… que había calculado más las cantidades o algo… —trato de explicar este mientras se lavaba las manos.
-¿Y no lo es?
-Claramente si está vomitando de nuevo no lo es… ¡maldición! —exclamo al pasar a llevar uno de los vasos de café sobre la mesa.
-Tranquilo Papá —añadió Henry tomando unas toallas de papel para limpiar el desastre.
-Pero, ¿no se ha alimentado desde que nació?
-No necesariamente…
-Kurt… explícame…
-“Papáblen”, comió bien el primer día, no tuvo problemas… solo ayer en la noche vómito y estaba un poco incómodo.
-¿Cuándo te llame?
-Si… ¿recuerdas que te dije que parecía llorar pero se callaba de inmediato?
-Si…
-Bueno… ahí lo tienes…
-Habrá… habrá entonces que llevarlo al servicio de urgencias… no es posible que un bebé este sin alimentarse.
-También lo creo… —dijo Kurt como si no fuera el quien estuviera hablando.
-Oye, no creo que sea algo grave, ¿lo examinaron cuando nació?, ¿no es así?
Kurt asintió con su cabeza.
-Muy bien entonces —agrego tomándole ambas manos— el Morgan Stanley-Komansky de niños está a menos de 20 minutos, si salimos ahora creo y podremos volver a por nuestro desayuno— dijo Blaine sonriendo a todos, con el afán de alivianar la situación que parecía y haría a su familia llorar de un momento a otro—… ve a vestirte… y ustedes hagan lo mismo… —añadió apuntando a sus hijos— yo iré a alistar a Noah.
-Ese es el mejor Hospital para niños, yo hice un trabajo en la escuela sobre eso —dijo Henry tragando saliva.
-Por eso iremos allí…
-¿Todo estará bien?, ¿verdad “Papáblen”? —agrego el chico como con miedo contenido.
-Lo estará hijo… tranquilo, ve a vestirte… —respondió este haciéndole un cariño en la cara— y tú no te demores Princesa —añadió mirando a su hija que parecía y alguien le había robado el habla— ¿Kurt?
-Si… de inmediato…
-¿Qué sucede?
-Pensé que a esta altura de nuestras vidas, con todo lo que hemos vivido, todo sería pura felicidad… sin preocupaciones, ni visitas al hospital de ningún tipo.
-Y lo será, pierde cuidado que así será, pero tenemos un bebé, estas cosas son impredecibles… como la fiebre de Henry en año nuevo o la dislalia de Lizzie… ahora le toca el turno a Noah de darnos preocupaciones…
-Lo se… lo se… y no puedo evitar sentir un poco de temor… pero… tú estás aquí… así es que...
-Así es que…—repitió Blaine besándole las manos— iremos con nuestro hijo… a que lo vea un especialista y veras… que todo estará bien…—dijo Blaine disimulando un bostezo.
-Estás cansado… lo siento… si no hubiera pasado por alto la primera vez que se sintió mal… ahora estarías descansando como lo mereces…—dijo Kurt dándole un abrazo.
-No hay problema… —respondió Blaine acariciándole la cabeza— luego descansaremos lo que sea necesario todos… ve a vestirte… yo alistare a Noah.
-Ya lo cambie… así es que no…
-Ve a vestirte Kurt…
-Si… si…—dijo retirándose casi corriendo.
Blaine se quedó en medio de la cocina y respiro hondo unas cuatro veces, se bebió uno de los cafés casi al seco y se lavó la cara en el fregadero para luego ir a por su hijo más pequeño.

-¿Sera en urgencia infantil? —pregunto Kurt acomodándose al bebé en el pecho.
-Diré los síntomas que tiene Noah y preguntare… acompáñame “Rizzie”—dijo Henry tomando a su hermana de la mano, la que aún no recuperaba su locuacidad de siempre.
-¡Con cuidado hijos! —advirtió Blaine mirando al resto de personas, que se movían en la entrada del hospital, le tooa la mano a su esposo con fuerza y camino delante con decisión.
-Es por allá…—señalo Henry apuntando hacia el ala norte del hospital.
-¿Es la urgencia cariño? —pregunto Kurt sin detener su avance.
-Sí, detrás de esa puerta vidriada… me dijeron que allí lo derivaran a donde corresponde.
-Muy bien… ustedes nos esperan aquí afuera y no hablen con nadie —advirtió Blaine como si sus hijos tuvieras 5 años o menos.
-¡Vengan a decirnos!... —alcanzo a gritar Henry antes que la puerta se cerrara delante de ellos.
Kurt se acercó al mesón y describió lo que sucedía con su hijo, la enfermera lo miro y le entrego unas formas a llenar indicándole que tomara asiento para que esperara su turno. Blaine se había quedado atrás para llamar a Burt y Carol, así como también a sus padres, quienes ya habían anunciado visita para ese mismo fin de semana con el propósito de conocer al nuevo integrante de la familia.
-¿Halaste con todos?—pregunto Kurt tratando de lidiar con el lápiz, la forma y el propio Noah.
-Si… les dije que los mantendría al tanto, pero que se abstuvieran de viajar este fin de semana, que será mejor el próximo.
-También lo creo… —dijo Kurt intentando escribir el nombre de su hijo primero que todo.
-¿Hay que llenar esto? —pregunto Blaine tomando los papeles.
-Si… la enfermera dijo que luego de entregarlo nos llamarían.
-Soy bueno con las formas… yo lo hare —agrego comenzando a escribir.
Blaine termino por llenar todas las casillas y se dirigió al mesón para entregarlas, la enfermera le dio una vista rápida y comenzó a manipular la computadora que tenía enfrente, le dijo un par de cosas y le entrego otro papel sonriendo media picara, Kurt pensó para sí, que si estaba coqueteando con él podría ponerse a gritar en medio de la sala de espera.
-Me dicen que no deben tardar más de 10 minutos en llamarnos... ¿él está bien? —añadió besándole la cabecita al bebé.
-Está perfecto… ¿no te dije que era el mejor de los niños?… solo esto que viene a pasar ahora… ¿esa mujer no te estaba coqueteando o pidiendo un autógrafo?, ¿o sí?
-¿Quién?
-Esa de ahí… —insistió apuntándola con su cabeza como si fuera un mueble viejo y horrible.
-No… obvio que no
-¿Y ese papel que te entrego?
-Era un anexo, me pregunto la edad de Noah y para los más pequeñitos hay un protocolo especial, que incluye la consulta al médico que lo trajo al mundo.
-Ok… textea a los chicos deben estar muy nerviosos en especial Lizzie, mira que es primera vez que la veo en silencio por más de 10 minutos seguidos.
-Claro… —dijo Blaine tomando su teléfono y haciendo lo que su esposo le pidiera.
-¿Noah Anderson Hummel? —pregunto una enfermera mirando a todos.
-Nosotros… es decir nuestro hijo… —contestaron ambos poniéndose de pie.
-Perfecto… síganme por favor —añadió la mujer avanzando por el pasillo, Kurt cogió a Blaine de la mano con tanta fuerza, que este pensó que tendría que quedarse para que le tomaran un par de radiografías a los huesos de su mano— esperen aquí, la doctora los atenderá enseguida.
-Gracias…—dijo Blaine que aún tenía una de sus manos presa en la de su esposo.
-Odio las consultas médicas… —murmuro Kurt besando la cabeza de Noah.
-Tranquilo… te aseguro y no será nada.
-Sé que no puedes asegurar eso… pero gracias por decirlo de todos modos —dijo Kurt mirándolo.
-No será nada…—repitió Blaine sonriendo.
-Buenos días… —dijo una doctora entrando en la oficina, era mayor y tenía el cabello muy corto, además era tan alta que parecía y tenía que andar encorvada para caber en todos lados, traía la ficha con los datos de Noah y una credencial que decía “ Dr. A Mushahwar MD”
-Buenos días —respondieron ambos volteándose hacia la entrada.
-¿Problemas con el pequeñín? —pregunto haciendo una seña para que lo dejaran en la mesa de examinación.
-Sí, bueno, tiene tres días de edad y… bueno… el primer día comió bien…
-Ok…
-Luego el segundo estuvo un poco incómodo todo el día —añadió Kurt mientras desenvolvía al bebé de la manta con que lo protegía del frio de enero.
-¿A qué se refiere con incomodo?
-A que luego de beber la leche se comportaba casi como si no le gustara… y experimentaba mucha…
-¿Flatulencia? —dijo la doctora interpretando los gestos de Kurt.
-Exacto...
-¿Qué más? —pregunto poniéndose el estetoscopio.
-Vomito hoy, y también lo había hecho ayer…—dijo Blaine ayudando a su esposo a desvestir al recién nacido.
-¿Qué tipo de leche le suministran? —pregunto concentrándose en los latidos del corazón del pequeño.
-Fórmula para recién nacidos, la misma con la que se alimentaron nuestros otros hijos —respondió Kurt tomándole una mano al bebé.
-¿Tienen más hijos?
-Sí, dos…
-¿Y ellos experimentaron algún tipo de alergia como esta?
-¿Alergia?... ¿eso es lo que tiene mi hijo? —pregunto Kurt casi respirando de nuevo.
-Bueno, me gustaría hacerle algunos exámenes para descartar algo más grave, pero de acuerdo a lo que me han dicho y lo que me pudo informas el Doctor Jacobs, más lo que puedo deducir con la revisión, es lo más probable, ¿sus otros hijos tuvieron este tipo de alergias? —repitió la doctora al tiempo que le examinaba la pancita a Noah.
-Bueno, Henry, nuestro hijo mayor, tuvo alergia a las bananas hasta los dos años y Lizzie, nuestra hija del medio aun es alérgica a algunas nueces —explico Blaine queriendo sacar su teléfono para presumir de las fotos de sus hijos, como siempre lo hacía frente a todo el mundo.
-Pero ninguno a la leche…
-No… —respondieron ambos.
-Muy bien… lo que haremos será los siguiente, pueden vestirlo —dijo la doctora sentándose en el escritorio de la consulta— cambiaran la leche que le están dando por otra que sea hipo alergénica, es de mayor costo, pero si estamos en lo correcto el problema se acabar de inmediato.
-¿Alguna marca en especial? —pregunto Kurt comenzando vestir a su hijo.
-Esta que les apunto aquí es la mejor… sabe horrible pero si le agregan un par de gotas de extracto de vainilla será un manjar difícil de resistir, se la darán por una semana para ver como evoluciona, si no hay vómitos, ni otro tipo de reacciones, habremos dado en el clavo y así evitaremos los exámenes, ya que es tan pequeñito, sin embargo… —dijo entregándoles la prescripción— si el problema persiste tendremos que investigar otras posibilidades.
-¿Qué… posibilidades? —pregunto Kurt como si se estuviera desinflando.
-Otras, como estreches al píloro, o alguna deficiencia en los intestinos… ese tipo de cosas, pero tranquilos, la premura con que acudieron nos permite que sea lo que sea, lo enfrentemos de la mejor de las maneras.
-Gracias doctora…—dijo Blaine acariciando al espalda de su esposo.
-Doctora, disculpe… pero… ¿qué hay de la leche materna? —pregunto Kurt tomando a su hijo en los brazos nuevamente.
-Pues es una posibilidad, las nodrizas han existido desde que el mundo es mundo, pero deben saber que todo lo que una mujer consume, se traspasa si o si a la leche, así es que si no utilizan a alguien en quien confíen plenamente, yo optaría por formula hipo alergénica.
-Por supuesto —dijo Blaine leyendo la receta.
-¿Alguna otra duda?
Ambos se miraron como pensando si tenían dudas o no, decidieron que no y así se lo hicieron saber a la doctora.
-Muy bien entonces… los veo dentro de una semana…—termino por decir la facultativa estrechando la mano de ambos.
-Muchas gracias —repitió Blaine abriendo la puerta para ella.
-Por nada… adiós…
Blaine soltó un suspiro al cerrar la puerta y miro a su esposo con cara de querer abrazarlo en ese preciso instante. Kurt le sonrió de vuelta y acuno a Noah con emoción contenida.
-Te lo dije…—dijo acercándose a él y a su hijo.
-Lo se… —respondió Kurt derramando algunas lágrimas— y es la primera vez que me alegra escucharte decir eso —agrego limpiándose la nariz con un extremo de la manta de Noah.
Blaine le acaricio el pelo y le dio un beso en la frente a su esposo, luego miro a su hijo y le beso una de las manitos.
-Deberíamos salir para tranquilizar a los chicos… aunque sería un escenario ideal, no quisiera que Lizzie perdiera el habla para siempre —dijo Kurt sonriendo.











-¿Y bien?... ¿cómo está todo? —pregunto Burt comenzando a preparar café.
-¿Cómo esta todo de que? —pregunto Kurt de vuelta mirando dentro del refrigerador, su Papá no supo descifrar si lo hacía porque quería algo de comer o porque secretamente estaba cerciorándose si seguía comiendo de manera saludable.
-¡Con tu vida de casado!... desde que te decidiste que no hemos hablado.
-Papá, no seas exagerado, estuvimos con Blaine cenando aquí unos pocos días después que volvimos de Provincetown.
-¡Pero eso fue hace como un mes!… antes hablábamos a diario —señalo apuntándolo con una de las tazas que se prestaba a alistar sobre la mesa.
-Eso sí que sonó como algo que dirías hace cuatro años atrás —dijo Kurt sentándose a la mesa.
-Tal vez… —agrego Burt sonriendo— pero el asunto es que lo extraño…
-Y yo…
-Bueno… entonces… —dijo sirviendo café y sentándose en la silla disponible.
-¿Qué quieres saber?
-¿Cómo va todo?
-Todo va excelente…
-¿Eres feliz?
-Como nunca pensé y lo seria… retomar lo mío con Blaine es la mayor de las bendiciones… sí que estas existiesen por cierto.
-Te lo dije… —sentencio Burt bebiéndose su café.
-¿Qué cosa?
-Tu sabes…
-Ok… —dijo Kurt mirándolo de medio lado.
-Vamos… estoy hablando que Blaine era alguien por quien valía la pena pelear.
-¿Cuándo me dijiste eso? —pregunto Kurt agudizando su voz un tanto.
-Un día… —respondió Burt haciendo un gesto que no daba pie a contradicciones posteriores.
-Ok…
-Kurt… lo que importa finalmente es que esa cara de felicidad que tienes no la veía desde que vivía tu Madre y ambos volvían del centro comercial… y lograr eso, es algo por lo que valía la pena pelear.
-Gracias Papá…
-De nada.. ya te dije una vez que soy el mejor Papá del mundo… —sentencio señalando su taza que lo nombraba como el “Mejor Papá del mundo”
-Lo eres sin duda… pero no solamente te agradezco lo que me dices, sino que lo que me diste y que me permitió alquilar el departamento del que te hable.
-¿El que está cerca del Central Park?
-El mismo…
-¡Kurt eso es genial!... ¿ves que tenías algo que contarme?
-Te lo dije por teléfono…
-No, lo que dijiste es que necesitabas el dinero y que posiblemente… podrías alquilarlo… son cosas diferentes.
-Esta bien… —respondió mirando su teléfono— es Blaine… ya viene en camino.
-¡Genial!... justo para el último cuarto del partido —exclamo Burt dando un aplauso antes de levantarse.
-¿No escuchaste que dije que tenemos cosas que hacer?
-¿Y tú no escuchaste que dije que es el “ULTIMO CUARTO DE LA FINAL DE LA COSTA ESTE”? —dijo Burt mientras se dirigía de vuelta a la sala.
Kurt blanqueo sus ojos y le texteo a su esposo explicándole que si entraba a la casa, tal vez llegarían tarde al compromiso con “New Directions”, por lo tanto que optara por avisarle en cuanto llegara y él acudiría en su encuentro.

-¿Crees que no puedo ver que estas con un ojo en el teléfono y otro en el televisor?, si tienes cosas que hacer, ve a hacerlas —dijo Burt meneando una mano por encima de su cabeza.
-Pues si hubiera sabido que tendría que competir por tu atención con 10 hombres en pantalón corto, habría ido a encontrarme con Carol y mi suegra en el centro comercial mejor —respondió Kurt como reclamando.
-Yo quise hablar contigo y tú me cambiaste el tema… no reclames.
-¡Eso no es cierto!, tú te levantaste cuando estábamos hablando de lo mejor, porque le faltaba un cuarto a ese juego tuyo.
-No es “ese juego”… —dijo Burt haciendo el gesto de comillas con sus dedos— es la final de costa este.
-¡Perdón!... “la final de la costa este” —repitió Kurt en tono de burla infantil e imitando el gesto de las comillas.
-¡Vi eso!... —advirtió su Papá cambiando de canal.
Kurt sonrió negando con la cabeza y chequeo su teléfono nuevamente.
-Tienes ojos hasta en la espalda… mira tengo que… ya sabes… — dijo poniéndose de pie al recibir el texto de su esposo que le decía y estaba esperándolo afuera.
-¡Saludos a Anderson! —exclamo su Papá volviendo al gesto de la mano.
-¡Aun no me voy!… solo voy a … ver algo… —insistió Kurt mientras se alejaba. Tomo su teléfono y volvió a escribir “no entres, ni llames a la puerta” mientras se acercaba a la salida, se miró en el espejo del recibidor, corrigió la posición del sweater que vestía así como su peinado y reviso el calce de su pantalón a altura del trasero para luego abrir la puerta.
Blaine estaba parado en la entrada de la cochera y trataba de empinarse para mirar dentro, por si es que había algún problema del que su esposo no quería hacer mención. Kurt sonrió al verlo querer alcanzar una ventana que ni el propio Finn hubiera alcanzado.
-¡Blaine!… —dijo como en un grito ahogado.
-¿Kurt? —respondió este volteándose hacia él mirándolo extrañado.
Este le hizo un gesto de que se le acercara, seguido de otro que lo invitaba a guardar silencio.
-¿Qué?... ¿Qué sucede?... no entendí muy bien este texto tuyo —dijo Blaine mostrando su teléfono.
-No hay nada que entender… hola… —agrego dándole un beso.
-Hola… —dijo este besándolo de vuelta— ¿qué sucede?... ¿está todo bien?
-Todo… todo está perfecto… ven… —respondió llevándoselo al centro del jardín, mirando hacia dentro de la casa mientras lo hacía.
-Y si todo está perfecto… ¿por qué estamos susurrando lo que hablamos? —quiso saber Blaine murmurando sus palabras y mirando hacia la casa también.
-Porque no quiero que se sepa que llegaste…
-¿Por qué no?... ¿y que no sepa quién?
-Porque no… mejor dime… ¿qué tal tu reunión con los Warblers?
-Kurt…
-¿No hubo reunión?... ¿dónde estuviste esta hora y media entonces? —dijo Kurt con sus manos en la cintura.
-¿Qué?...
-Que…
-Ok… creo que necesito un par de explicaciones antes de contarte sobre lo de la reunión.
-¿Qué explicaciones?... —pregunto Kurt de vuelta en tono más que meloso.
-¿Estuviste bebiendo? —pregunto Blaine mirándolo de medio lado al ver que su esposo se acercaba a él como si hubiese hecho algo malo que debía ser resarcido de una manera sexy y dulce al mismo tiempo.
-No…
-Pues es lo que parece…
-Si claro, como que alguna vez me has visto bebiendo, menos a las … ¿11 de la mañana? —dijo mirando la hora en la muñeca de su esposo— ¿qué hace mi Papá a esta hora en la casa? —agrego arrugando el entrecejo.
-¿Esta Burt?... ¡iré a saludarlo!
-¡No!...
-¿Por qué no?...
-¡Porque no!
-¿Kurt que está sucediendo?
-Nada, ya dije que nada… además, ¿no puedo querer un momento a solas con mi esposo para hablar?, porque déjame decirte Blaine Devon Anderson-Hummel, que estoy sintiendo que eso es algo que creo y ya nunca hacemos.
-Kurt… eso es todo lo que hacemos, bueno… además de otras cosas claro… —dijo Blaine sonriendo como si recordara algo súper sensacional— ahora respóndeme —añadió volviendo de sus recuerdos.
-Yo hice una pregunta primero… —dijo Kurt comenzando a jugar con las manos de su esposo.
-Técnicamente yo pregunte primero… pero como al parecer jamás darás “tu brazo a torcer”, te contare… —respondió Blaine siguiéndole el juego de las manos.
-Me parece muy sensato de tu parte… ¿Qué tal la reunión?
-Bien… los chicos están más enteros y al menos Trent ya no llora cada vez que alguien dice el nombre de la academia en voz alta —Kurt sonrió al escuchar esa parte del relato.
-¿Qué hay del resto?
-También están bien… a esta altura y me temo que no nos queda otra opción que aceptar lo sucedido.
-También lo creo… ¿Quién más asistió?
-Estaba Trent, Wes, David, Thad, Nick, Jeff, Tristán y Hunter —respondió levantando una ceja al mencionar aquel ultimo nombre.
-¿Hunter?... ¿y no ataco a nadie?
-No… —respondió sonriendo— de hecho se sentó en una esquina y no dijo nada.
-¡Vaya si fueron efectivas esas sesiones del manejo de la ira!
-Lo fueron… pero lo importante es que fue agradable ver a todos…
-Lo imagino, casi todas las generaciones juntas… ¿nadie más?
-No… solo los que mencione… ¿Por qué?
-Por nada… —dijo soltando un suspiro como de alivio— ¿y que decidieron finalmente?
-Que… como tu bien dijiste tendríamos que hacer unos 150 festivales como para recaudar lo que se necesita para levantar recién las bases de todo el edificio, así es que decidimos desechar aquella idea.
-¡Vaya!... una lástima debo decir… esperaba con ansias verlo en su Blazer Señor Anderson-Hummel.
-Si es una lastima… y eso ultimo lo puedes tener cuando quieras, deberías saberlo.
-¿De verdad? —pregunto Kurt acercándose a él un resto
-Muy verdad… —contesto Blaine sonriendo— ahora tu turno…
-¿Qué harán entonces? —volvió a preguntar Kurt sin tomar en cuenta lo que su esposo le había preguntado.
-Te amo… —dijo Blaine en medio de una risa.
-Lo se… —agrego Kurt mordiéndose el labio— entonces… ¿Qué harán?
-Bueno… Wes hablara con el Director para decirle que estamos disponibles para lo que sea.
-¿Y por qué no hablas tú?, después de todo tenías un cargo en Dalton antes del incendio.
-Porque por encima de los cargos esta la historia y la tradición de los Warblers y Wes ha sido el presidente del consejo con más años en el cargo y con quien se lograron más títulos en la historia de Dalton, por lo tanto...
-Pues es bastante injusta esa tradición…
-Un poco… pero al menos me libra de estar concretando reuniones y otras cosas que me alejen de lo principal…
-¿Qué es…?
-¡Lograr que mi esposo me diga la verdad delo que está pasando! —exclamo Blaine al tiempo que envolvía a Kurt en un abrazo y le daba un par de vueltas.
-¡Blaine!... ¡no! —reclamo riendo— ¡déjame bajar!... ¡me estoy mareando!, te lo advierto…
-Mentira… no finjas enfermedades para evitar responderme —dijo una vez que lo devolvió al piso.
-No lo hago… ¿por quién me tomas?... creo que necesito sentarme —agrego Kurt abriendo y cerrando sus ojos como si quisiera enfocar un punto a la distancia.
-Ok… ven… —dijo Blaine tomándolo de la mano para guiarlo hasta el portal, Kurt puso cara de ácido y se llevó la mano al estómago como si fuera a vomitar en ese instante— ¿te sientes mal de verdad? —añadió medio preocupado.
-¡Obvio!... —contestó sentándose con cuidado— ¿Acaso me crees capaz de fingir algo solo por el placer que me provoca ver que te preocupes de mí?
-¿Acaso harías algo así?
-¡Claro que sí!... —exclamo sonriendo.
-¡Kurt!...
-¿Qué?... vamos… fue divertido… admítelo… —dijo Kurt dándole un pequeño empujón con su cuerpo.
-Claro que no lo fue, de hecho fue bastante cruel… —dijo Blaine cruzándose de brazos como ofendido.
-¡Oh por dios!, podríamos estar engañándonos el resto de mañana.
-Eso es verdad…
-Lo es... —agrego Kurt encogiendo un hombro.
-Bueno Señor Hummel-Anderson —dijo Blaine mientras le acariciaba el cabello— bromas aparte, creo y llego la hora de que me digas que está pasando.
-Te lo diré… —respondió acomodándose en el escalón de la entrada para quedar frente a frente a su esposo.
-A ver… —dijo Blaine haciendo lo mismo en su lado del improvisado asiento.
-Lo que sucede… es que mi Papa está viendo un juego de basquetbol…
-¿Un juego?, ¿a esta hora? —pregunto de vuelta mirando su reloj.
-Así es… y sé que si entras a la casa, no solo te quedaras a ver el juego, sino que seguirás con los comentarios, las entrevistas y todo lo demás que transmiten al final, incluido los “bloopers”
-Los juegos no tienen “bloopers”
-¡Da lo mismo!… el asunto es que llegaríamos tarde a la reunión que tenemos en Mckinley, y a mi no me gusta llegar tarde.
-OK… me parece justo y a mi tampoco me gusta llegar tarde… pero… ¿qué tal si solo entro a saludar a tu Papá y no presto atención al juego ese?, que por lo demás por la hora debe ser de la liga local o de la universitaria, nada interesante —agrego encogiendo un hombro y haciendo una meuca chueca con su boca.
-No es nada de eso… es la final de la costa de algo.
-¡¿La final de la costa este?! —exclamo Blaine abriendo más sus ojos— cosa… que no… me interesa en lo más mínimo, porque aún no me mudo a vivir a esa parte del país —agrego al ver que su esposo abría los ojos más que él, si es que eso era posible.
-¡Uy!... odio esta parte tuya… ¡ya entra! —dijo Kurt poniéndose de pie.
-¿De verdad?
-Si… pero solo si me prometes que solo veras ese cuarto faltante, nada de comentarios, ni “bloopers”, ni nada.
-Nada de nada… —contesto Blaine más que feliz— ¡te amo!, y el basquetbol no tiene “bloopers”—recordó entrando en la casa.
-¡Pues debería!... —exclamo entrando tras él— te juro y vi a un hombre con una toalla en la cabeza… ¿Qué hombre adulto se pone una toalla en la cabeza? —termino por decir Kurt levantando sus brazos mientras seguía a su esposo.
-¿Uno que se ha esforzado al máximo para dar lo mejor a su equipo? —respondió Blaine poniendo cara de perrito mojado y con frio.
-No me convencerás con nada, así es que no me pongas esa cara —advirtió cerrando la puerta— mi Papá está en la sala —añadió apuntando en esa dirección.
-¡Anderson! —exclamo Burt al ver entrar a su yerno, se levantó del asiento en el que estaba y lo recibió con un abrazo bien palmoteado.
-Hola Burt… —dijo este abrazándolo de vuelta.
-¿Cómo estás?... ¿todo listo en la universidad?
-Todo listo, solo nos resta mudarnos.
-Por supuesto… oye… —dijo sentándose al tiempo que apuntaba el asiento de enfrente para que Blaine lo usara— ¿así es que el departamento que rentaron esta cerca del Central Park?
-¡Si!... Kurt me sorprendió con eso… y a todo esto, fue muy generoso de tu parte darnos el dinero para la renta… así es que muchas gracias.
-De nada… —respondió Burt haciendo un gesto de indiferencia con su mano— además, les debíamos el regalo de bodas, por lo tanto…
-Yo dije eso… —advirtió Kurt sentándose en el sillón próximo al que ocupaba su esposo.
-¿Qué tal la reunión con los Warblers?
-Bien… —contesto gesticulando extrañeza con su cara al darse cuenta que su suegro manejaba mucha información sobre él y sus actividades— aunque, finalmente no haremos lo que teníamos planeado a hacer, siempre es bueno ver a mis antiguos compañeros.
-También lo creo… ¡por fin!... —exclamo subiendo el volumen— creí y los comerciales del nuevo etiquetado de la Coca-Cola no terminarían nunca, ¿sabes que hay un juego?, ¿no es así?
-Si… la final de la costa Este…
-Pensé y asistirías, ya que estabas en New York.
-Ya te explique eso Papá… —dijo Kurt abultando un par de cojines.
-Bueno, hubiera sido ideal, pero teníamos compromisos aquí y no hubiera sido correcto escapar de ellos.
-¡Ah!... era verdad lo de los compromisos, pensé y mi hijo ya te había convencido de lo ridículo que es ver a 10 hombres en pantalón corto siguiendo un balón.
Blaine sonrió mirando a su esposo.
-Digan lo que digan, es ridículo ver a 10 hombres adultos en pantalón corto perseguir un balón.
-¿Cómo van? —quiso saber Blaine moviéndose hacia adelante en el asiento.
-Brooklyn sobre Atlanta por 15…
-¡Vaya si esta estrecho!, la otra final… ¿Cuándo es?
-El sábado, apostaría mi dinero a los Hawks…
-¿Quién no? —dijo Blaine concentrándose en la pantalla.
Kurt abrió sus ojos al máximo como si quisiera mantenerse despierto frente al más aburrido de los panoramas, luego miro a su esposo y a su Papá pensando que si le diera un ataque al corazón o sufriera cualquier emergencia médica en ese instante, el mismo tendría que hacerse el masaje cardiaco, después de todo nada era más importante que la final de la costa este.

Mayo de 2025





-¿Cuánto falta para que termine este asunto? —pregunto Kurt mirando el marcador.
-Dos minutos, si no dan alargue… —respondió Blaine mirando su reloj.
-¿Alargue?... ¿Por qué habrían de dar alargue?, el equipo de nuestro hijo va ganando, ya deberían de terminarlo.
-Pues si el árbitro es imparcial, y creo que lo es, aquello no le importara y calculara el tiempo de acuerdo a las detenciones detenciones que hubieron…
-Aun así… ¡terminen este asunto! —exclamo haciendo unas señas al árbitro del partido.
-Papá tengo “hambe”… —dijo Lizzie restregándose los ojos evidenciando más sueño que nada.
-¿Hambre cariño?... pero si después del partido… si es que acaba algún día, iremos a comer pizza… ¿Qué te parece?, ¿puedes aguantar un poquito más?
-Esta “ben”… —respondió la pequeña dando un bostezo tan grande que casi termina por tragar a unas tres personas de la fila inmediatamente inferior a ellos.
-Creo que tiene sueño… —murmuro Kurt mirando a su esposo.
-Eso se soluciona de inmediato —contesto Blaine tomando su hija en los brazos, la volvió a envolver con la manta con la que se la había abrigado al principio de la noche y la acomodo cerca de su pecho, Lizzie hizo un ademan remolón como de gato en el hombro de su padre y se quedó quietecita queriendo dormirse en ese instante. Kurt sonrió al ver aquello y se movió en los asientos para ser parte de esa escena maravillosa, tomo a su esposo del brazo y se le acurruco en el otro hombro, Blaine le respondió dándole un beso en la cabeza.
-¿Termino? —pregunto Kurt al ver que todos los padres se ponían de pie y el árbitro daba dos pitazos seguidos.
-Termino… —repitió Blaine haciéndole unas señas a Henry, quien los buscaba en las graderías y les hacía gestos de que lo esperaran allí.
-¿Debemos ir por él? —pregunto Kurt mirando a todos los niños.
-No, esperémoslo aquí… ¿no viste que nos dijo eso con un par de señas? —contesto Blaine repitiendo los gestos de su hijo.
-No… bueno estaba mirando si se había ido esa persona horrible, no quisiera que insultara a nuestro hijo —advirtió Kurt mirando de reojo los asientos de más arriba.
-Ya te dije que así son los juegos, a esa persona no la volveremos a ver más en la vida, ¿verdad “Princesa”?
-Verdad…—dijo Lizzie como entre sueños.
-Espero y eso se aplique a las adolescentes de las porras —añadió Kurt como entre dientes. Blaine sonrió y se hizo el desentendido.
-Creo que deberemos de cambiar la celebración en la pizzería por una en la casa —sugirió Kurt acariciándole los rizos a su hija— o esta pequeña se quedara dormida sobre el pan de ajo.
-Al parecer… —respondió Blaine dándole un beso a su hija— ¿tú tienes frio? —añadió mirando a su esposo.
-¿Quieres tu chaqueta de vuelta?
-No, no te preocupes… solo preguntaba.
-Un poco… —contesto suspirando— pero créeme que estoy en el mejor de los lugares, por lo tanto que caiga una avalancha de nieve sobre los “Lillie D. Blake” y su engreído Upper East Side —agrego Kurt aun acomodado en el hombro de su esposo, mientras apuntaba a los niños del equipo contrario que aun deambulaban por la cancha.
-Bueno… —dijo Blaine besándole la mano— será difícil que caiga nieve en pleno Mayo, pero me alegra que estés complacido.
-Siempre estoy complacido con usted Señor Anderson-Hummel… aunque es un poco escalofriante ser los únicos sentados aquí —añadió mirando el estadio casi vacío.
-¿Por qué?
-Porque es un escenario propicio para un ataque de película de terror… te juro y veo que aparece “Jason” con su motosierra.
-Creí que “Jason” solo atacaba a las parejas que estaban teniendo “S -E -X -O” —dijo Blaine tratando que su hija no entendiera la última palabra que pronunciaba.
-¿Me está proponiendo algo Señor Anderson Hummel?
-Bueno…
-¡Señor Hummel!… ¡Señor Anderson!… ¡qué bueno que aún no se han ido! —exclamo la maestra de Henry al tiempo que subía los escalones de dos a la vez.
-Señorita Walton… ¿Cómo está? —respondió Kurt poniéndose de pie al verla acercarse con tanto ímpetu.
-Muy bien… ¿y ustedes?... ¡que bueno y pudieron venir! —agrego dando la mano a ambos.
-No nos perderíamos una actividad de nuestro hijo por nada en este mundo —sentencio Blaine estrechándosela de vuelta.
-¡Qué bien!… ¡uy estos escalones son casi una tortura! —exclamo apoyándose en el canto de las sillas próximas a ella.
-¿Se encuentra bien? —quiso saber Kurt sentándose nuevamente.
-¡Uy!... lo estoy… —contesto exhalando una gran cantidad de aire— ¿y esta pequeñita?… creo que solo quiere dormir— agrego Leena tratando de encontrar el rostro de Lizzie en medio de su abundante cabellera.
-Creo que le aburre un poco el Soccer.
-¿Y a quién no? —dijo Kurt soltando una risa que no fue seguida por ninguno de sus interlocutores—¿necesita algo Señorita Walton?— pregunto como queriendo cambiar de tema.
-Si… la verdad es que quería pedirles un favor… pero antes… Señor Hummel-Anderson, mi madre me mataría si le digo que estuve con usted y no alabe su obra en cartelera.
-¡Oh!... gracias…—dijo Kurt sonriendo.
-De verdad, le encanto tanto que creo y quiere verla nuevamente.
-Pues si es así, avíseme y yo hare arreglos para que la ubiquen en las filas preferentes.
-¡De verdad! —exclamo la maestra de Henry tomándose la cara y acrecentado con ello aún más su expresión permanente de sorpresa.
-Sí por supuesto, siempre y cuando no se interprete como un intento de sobornar a la maestra de segundo grado para que mi hijo saque buenas calificaciones.
-¡Ay por supuesto que no! —respondió la maestra soltando una risa— nada de eso, además mi Madre es una fan suya desde el principio de su carrera, le juro y casi perdió el habla cuando le conté hace dos años que Kurt Hummel- Anderson era uno de los padres del grupo del que me haría cargo.
-Me alegro y no la haya perdido, mi asistente se comunicara con usted.
-¡Ay que emoción!, no imaginan como reaccionara mi Madre, es capaz de morir de felicidad.
-En ese caso, no creo y hacer esto sea lo más adecuado… —dijo Kurt mirándola raro.
-¡Ay estoy bromeando!... le juro y…
-Señorita Walton… —dijo uno de los pequeños miembros del equipo.
-¿Si? —pregunto está volteándose hacia quien requería su atención— Liang, ¿qué sucede?
-Señorita Walton, Tessa quiere ir al baño, pero está cerrado el baño de niñas y dice que no puede entrar al otro porque es de niños, y ahora está llorando porque no sabe dónde están sus padres.
-¡Pero si puede entrar igual!... ¿me esperan un segundo por favor? —dijo mirando a Blaine y Kurt— de verdad necesito hablar con ustedes —añadió haciendo un gesto con sus manos que indicaba que nadie podía moverse de su sitio.
-Claro, la esperaremos aquí —respondió Blaine sonriendo.
-¡Gracias!...¡vuelvo enseguida! —exclamo mientras corría tras uno de sus alumnos.
-Ese sí que es un trabajo sacrificado… —dijo Kurt mirando al escena.
-Pero muy gratificante, he pensado que cuando me retire de los escenarios enseñare algo a alguien —agrego Blaine mientras arrullaba a su hija que parecía despertar por momentos.
-Claro, olvidaba esa fase tuya de maestro.
-La misma que tuviste tú un tiempo.
-¿Qué parte de no volver a hablar de esos 3 meses de nuestra vida no entendiste?
-Tienes razón, lo siento…
-Dame un beso y pensare si acepto esas disculpas —dijo Kurt mirándole los labios.
-OK… —añadió Blaine haciendo lo que le pidieran.
-¡Papás! —exclamo Henry llegando hasta donde estaban todos. Venia despeinado y aun vestía el uniforme del equipo. Traía entre sus manos el balón del juego, se había cruzado un bolso más grande que él y a duras penas subió los peldaños que lo separaban de su familia.
-¡Aquí viene el campeón! —dijo Blaine dando unos aplausos.
-¡Viva “Hendry”! —grito Lizzie despertándose de pronto.
-¿Me vieron? —pregunto el pequeño dejando el bolso en el suelo.
-Por supuesto que si cariño… y estuviste espectacular —añadió Kurt ayudándolo con el bolso— ¿y ese balón?
-Me lo dio el entrenador, se supone y debe llevárselo quien anota tres tantos seguidos, pero como yo anote el único del partido me la dio igual —explico Henry haciendo girar el balón en uno de sus dedos como un astro de la NBA lo haría.
-Pues muy merecido te lo tienes hijo… ¿lo pasaste bien jugando?
-¡Súper bien “Papáblen”!… todo fue súper perfecto… el entrenador nos dijo que el mes que viene podremos comenzar con un campeonato de verdad.
-¡Pero que emocionante!… ¿tienes frio cariño?... traje tu sweater —dijo Kurt mientras trataba de ordenarle el cabello pero encontraba resistencia en el mayor de sus hijos que prefería seguir desgarbado.
-No tanto… tal vez después de las pizzas… ¿dónde iremos?
-Bueno, tu hermanita tiene mucho sueño, ¿te importaría si comparamos y las comemos en casa?
-¡Pero “Papáblen”!... tu dijiste que si ganaba iríamos a celebrar.
-Lo se hijo, pero…
-Fue un buen partido Henry… —escucharon todos a sus espaldas.
-Amelia…—dijo Henry parándose recto como si un capitán de ejercito lo conminara al orden.
-Todos jugaron bien, en especial tu qué hiciste la anotación.
-Gracias… —respondió este tragando saliva.
-Bueno… solo venía a decirte eso… nos vemos el lunes… adiós —termino por decir la chica besándolo en la mejilla.
Henry se tocó la cara y la miro unos instantes sin decir palabra alguna.
-Amelia, todos vamos a ir a comer pizza… ¿te gustaría venir con nosotros? —dijo Blaine guiñándole un ojo a su hijo que lo miraba sorprendido.
-No creo que pueda señor Anderson-Hummel.
-¿Viniste con tus Papás cariño? —pregunto Kurt mirando a los pocos asistentes que aún permanecían en el campo de juego y sus alrededores.
-Sí, están allí —respondió la pequeña apuntando a sus padres. Madeleine y Gilroy hicieron señas desde el lugar en que se encontraban.
-¿Qué tal si les vas a preguntar? —insisto Blaine volviendo a mirar a su hijo con cara de travesura.
-Está bien… —dijo la chica bajando a pequeños saltos, su cabello se movía con cada paso que daba y Henry creyó que se desmayaría allí mismo.
-¿Estas bien hijo? —pregunto Blaine acariciándole la cabeza, al tiempo que intercambiaba miradas con su esposo.
-Si… pero creí que dijiste que comeríamos en casa.
-Bueno, Lizzie ya se despertó, así es que creo y podemos ir donde quieras.
-Ya me “despete” “Hendry”—dijo al pequeña restregándose un ojo.
-¿Me viste jugar “Rizzie”?
-Si… ¡viva “Hendry”!, ¡el mejor del “Soper”! —exclamo meneando su pom-pom
-Gracias hermanita… —respondió el pequeño haciéndole un arrumaco.
-¿Cuándo nos vamos?… tengo “hambe”, y extraño a “Rita”, está sola en el auto…
-En un minuto cariño, la maestra de tu hermano quiere hablar con nosotros.
-¿La Señorita Walton?... ¿por qué? —pregunto Henry sintiéndose nervioso.
-No lo sé cariño… ¿acaso hay algo que tú quieras contarnos antes? —pregunto Kurt mirándolo de manera inquisitiva.
-No…
-¿Seguro?
-Seguro… yo no he hecho nada… nada malo al menos.
-Bueno, sea lo que sea lo sabremos en este instante —agrego Kurt mirando a la señorita Walton que subía de nuevo de manera apresurada, esta vez con Amelia de la mano.
-¡Ay!... qué bueno que no se fueron… —dijo Leena tomando aire nuevamente.
-Dijimos que al esperaríamos, ¿recuerda? —sentencio Blaine mirándola recuperarse.
-Sí, sí, si… por supuesto, me encontré con esta preciosidad que dice y debe hablar con ustedes.
-¿Consultaste con tus padres Amelia?
-Sí señor Anderson-Hummel, lo siento pero mis Papás dicen que ya tenemos planes para cenar con mi abuela en New Jersey.
-Está bien cariño, no te preocupes, será para la próxima.
-Sí, mis padres dicen que gracias de todas maneras… adiós Henry —añadió la chica besando nuevamente a su amigo.
Henry volvió a quedarse sin habla y se le quedo viendo nuevamente como hipnotizado.
-¿Para qué preguntar a quién vas a invitar al baile?... ¿verdad Henry? —dijo la Señorita Walton desordenándole el cabello, Henry sonrió poniéndose medio colorado.
-¿Baile? —quiso saber Kurt mirándola como si necesitara una explicación de inmediato.
-Si… verán, en historia, estamos estudiando hechos de la cultura popular del país y surgió la idea de organizar un baile, como los primeros que se hacían en el 1800 y que eran “bailes de debutante”.
-¿De época? —pregunto Kurt ilusionándose de inmediato.
-Claro, estudiamos el origen de los bailes, por lo tanto queremos llevar a la práctica lo aprendido… ¿no es así Henry? —el chico, que aún se tomaba la cara como si resguardara el beso que había recibido, gesticulo un si con su cabeza— entonces… queremos invitar a algunos padres para que sirvan de “chaperones” de los chicos.
-Muy de 1800 debo decir —interrumpió Kurt que ya parecía y tenía decidido en su cabeza el atuendo que el pondría a su hijo.
-Así es Señor Hummel-Anderson, por eso quería hablar con ustedes y pedirles si quieren desempeñar esa labor.
-¿Cuándo es el baile?
-La última semana de clases Señor Anderson-Hummel, servirá además para despedir el año… ¿Qué dicen?
-Pues no creo que haya problema… ¿Blaine?...
-Me parece una idea excelente…
-Y nunca hay que despreciar la oportunidad de sobrevestirse como lo hacían nuestros antepasados… ¿los padres también podremos vestirnos así?... ¿verdad?
-Si Señor Hummel-Anderson, por supuesto —respondió la Señorita Walton soltando una risa.
-Cuente con nosotros entonces —agrego Kurt de lo más entusiasmado.
-¡Genial!... les hare saber todos los detalles con Henry… muchas gracias —dijo estrechando la mano de cada uno, incluida la de su pequeño alumno.
-Por nada… y espere la llamada de mi asistente…
-¡Ya la estoy esperando Señor Hummel-Anderson!… ¡gracias de nuevo! —exclamo mientras se retiraba.
-¿Por qué no nos habías dicho nada bebé?… —pregunto Kurt volteándose hacia su hijo— ¿invitaras a Amelia a ese baile? —agrego mientras se colgaba el bolso de su hijo y el que había traído él en un mismo hombro.
-No, porque no sé si quiera ir… —respondió Henry poniéndose el balón bajo el brazo
-¿Por qué no hijo? —quiso saber Blaine tomando el bolso más grande para alivianar la carga de su esposo.
-Porque quería ir con Amelia, pero Kyle la invito primero y ella le dijo si… ¿Por qué dijo que si?
-¿Quién es Kyle? —dijo Lizzie acurrucada en el hombro de su “Papáblen”
-Un compañero de tu hermano Princesa. —respondió Blaine comenzando a avanzar hacia los estacionamientos.
-Cariño… lamento escuchar eso, pero… ¿sabes qué?... que no puedas ir con ella no significa que tengas que ausentarte, ¿Qué tal si invitas a otra compañera?
-No se… Olivia dijo que quería ir conmigo.
-Ahí tienes hijo…
-¿Quién es Olivia? —repitió Lizzie queriendo enterarse de todo.
-Otra compañera de tu hermano —respondió Blaine arropándola con la manta.
-Pero no se supone y los chicos deben invitar, fue bien raro que ella me invitara a mí —dijo Henry esperando al lado del auto con el ceño bien fruncido, como si lo que describiera fuera algo tan fuera de lugar que resultaba casi inexplicable.
-No necesariamente hijo… que una chica te invite no es nada malo y es muy usual en estos días… ¿tú quieres ir con ella? —pregunto Blaine ubicándose en el lado de la sillita de su hija.
-No se…
-Pues deberías hacerlo cariño… —dijo Kurt abriendo todas las puertas— además ese día te verás tan guapo que Amelia se querrá comer su vestido de puro arrepentimiento.
Henry soltó un risa como de duende travieso al escuchar aquello y se acomodó en su lado del auto. Blaine hizo lo propio con Lizzie en su silla de seguridad y esta tomo a Rita de inmediato entre sus brazos.
-Piénsalo y luego nos cuentas… —dijo Kurt dándole un beso en al frente— ahora… ¿Quién quiere ir a “Grimaldi's Pizzeria”?
-¡Nosotros! —gritaron los pequeños al unísono ya instalados en el vehículo.
-Vamos entonces… —agrego cerrando la puerta— ¿Qué? —pregunto al ver que su esposo se le quedaba viendo.
-¿Ya tienes decido que usaremos?, ¿no es así? —respondió Blaine rodeando el auto para guardar los bolsos.
-No…—respondió Kurt alargando la “o”
-¡Claro que sí!... —exclamo cerrando el portamaletas— y solo por eso, me dan ganas de amarte de la más salvaje de las maneras en este preciso instante —dijo Blaine procurando que sus hijos no lo escucharan.
-Pues recuérdalo esta noche, porque como bien dices, ya tengo decidido todo…—termino por decir Kurt sonriendo de manera traviesa mientras se subía en el asiento del chofer.