(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Junio de 2041



-¡«Goblin»!... —exclamó Lizzie al despertar de pronto y encontrarse con su hermano que la observaba en silencio junto a «Desmond» de quizas por cuanto rato— ¡con un demonio!... ¿que haces aqui?...
-¿Estás despierta Lizzie Anderson Hummel acaso?... —pregunto de lo más serio.
-Ahora lo estoy, aunque también es posible que esté muerta y sean mis últimas ondas cerebrales las que hablen… —respondió incorporándose, todo el cabello se le vino a la cara como si fuera un cobertor extra que le cubría la cabeza— ¿que sucede «Goblin»?... ¿por qué me despiertas a las…?, ¡seis de la mañana!... —dijo mirando la hora en su teléfono móvil, luego maldijo un par de veces y se volvió a dejar caer sobre la almohada, sus rizos le taparon toda la cara.
-Lizzie Anderson Hummel… —insistió Noah meneandola por un hombro— hoy es el dia del padre… —agregó el pequeño insistiendo con lo del meneo.
-Lo se «Goblin»… pero... hablamos de eso ayer… ¿te acuerdas cuando llegue?, ¿que dijimos que esperaríamos a Henry?
-Si…
-Pues él llegará en dos horas… entonces… —dijo acomodándose en uno de sus lados— y hasta que ese momento llegue, debemos dormir —agregó tapándose hasta arriba.
-Pero pasó algo Lizzie Anderson Hummel… —contestó el pequeño sin moverse de donde estaba, Lizzie soltó un suspiro extra largo como si buscara paciencia contando mentalmente hasta 693.
-¿Que cosa?... —pregunto sentándose como si fuera un zombie malhumorado.
-«Mister Stephen Whiskers» hizo algo malo…
-¿El gato?... ¿que hizo?
-Rasco una de los muebles de la sala… y eso no le va a gustar al Papá —agregó Noah queriendo llorar.
-¿Que?... «Goblin» tranquilo, estoy segura y el Papá ni siquiera lo notara… te lo juro… —dijo Lizzie haciendo gestos de promesa medios descoordinados por la somnolencia que la invadía.
-Pero es su cosa favorita…
-¿La pequeña del rincón del piano?...
-No, la otra, la con patas divertidas…
-¡La banca otomana!... —exclamó Lizzie terminando de despertar— ¡«Goblin»!... ¡esa silla es de no que Rey!... —añadió tomándose la cabeza.
-Pero «Mister Stephen Whiskers» no sabe que George IV es importante…
-¿Ese es el rey?... —Noah gesticuló con su cabeza un si extra efusivo— creí que era el de la película esa… —dijo Lizzie como pensando en aquello— pero da lo mismo —añadió moviendo sus manos como si disipara los pensamientos que la distraian de lo importante— ¿la banca esta en la sala?
-No la lleve a mi cuarto, «Desmond» me lo aconsejo…
-¡Muy bien «Desmond»!... ¡vamos! —añadió levantándose en menos de dos segundos, se tomó todo el cabello y lo anudo en un moño que se desarmó al instante, luego tomó uno de sus calcetines y lo uso como elástico, abrió la puerta de la habitación y salió tras su hermano como desesperada.

-¿Donde vas?... es domingo… —rezongo Kurt mientras se cambiaba de lado entre las sábanas al notar que su esposo abandonaba la cama.
-Lo se… pero no es cualquier domingo… —agrego Blaine entrando al closet.
-Es domingo y punto… dios mismo lo dijo… —dijo abrazándose de las almohadas que no eran las propias.
-¿Qué sabes tú de dios y los domingos?… —contestó su esposo mientras abría y cerraba un par de cajones.
-Sé lo suficiente… ¡y ya deja de hacer ruido!… —pidió tapándose la cabeza con parte de uno de los cobertores.
-Disculpa… y lo que menos quiero es interrumpir tu descanso… —respondió volviendo a meterse en la cama— mas aun cuando verte dormir es una de las tantas cosas de ti que me provoca placer —agregó destapandole la cabeza.
-Blaine…
-Lo se... —dijo acariciandole el cabello a la altura del flequillo, Kurt sonrió con los ojos cerrados y se contorsiono un poco sobre sus almohadas— pero…
-No me digas que ese pero es porque tienes que salir por algo del sello… —dijo Kurt haciendo una mueca de desgano y disconformidad.
-No… no tengo que ir a ninguna parte, mi periodo sabático se acaba en seis meses…
-Igual vas y vienes, asi es que estos meses no han sido tan sabáticos… —contestó Kurt dándose vuelta para darle la espalda.
-Rezongón… —susurró Blaine besándole un hombro— y la razón para despertarse es porque como dije, hoy no es un domingo cualquiera… es el dia del padre… —agregó dando otro par de besos esta vez en el cuello.
-Lo se… —respondió Kurt encogiendo un hombro por las cosquillas que le siempre le provocaban las pestañas interminables de su esposo.
-¿Por que me reprendes por despertarte entonces?
-Porque quería darle suspenso a su regalo anual Señor Anderson Hummel… —agrego Kurt volteandose hacia él— ¿tengo regalo este año?... —pregunto abriendo un solo ojo— porque debo hacer notar que registre por todos lados y no encontre nada… nada de “Tiffany & Co”, nada de diseñador… nada… ¿tengo regalo este dia del padre?... —insistió.
-Por supuesto que sí… como cada dia desde… ¿cuantos años llevamos siendo padres?...
-Dejemoslo en muchos… —respondió Kurt incorporándose un poco, arregló las almohadas tras su cabeza y se quedó en actitud de espera.
-Pues sean cuantos sean… has sido los mejores años de mi vida… por lo tanto… —dijo Blaine tomando su guitarra desde el costado de la cama, se sentó en su lado con las piernas cruzadas y se puso el instrumento en el regazo, le afino un par de cuerdas y tocó un par acordes para comprobar la entonación de su voz.
-¿Que haces?
-Preparo tu regalo… —dijo ejecutando otro par de notas.
-¿Me vas a cantar?... —pregunto levantando una ceja.
-Obvio… este año quería sorprenderte con algo que no encontraras y descubrieras antes de tiempo...
-¿Pero eso qué gracia tiene?... Blaine… no quiero ser aguafiestas, pero te veo cantar todos los días…
-Lo se… —respondió su esposo soltando una risa— pero esta esta cancion es diferente.
-Tampoco es novedad si me dices que es para mi, porque me has compuesto como cincuenta mil… —añadió Kurt cruzándose de brazos.
-Lo se tambien… pero esta… esta precisamente… la acabo de inventar hace… 10 minutos para ser exacto… —dijo mirando su reloj para luego comenzar a tocar una melodía extra romántica, Kurt lo seguía mirando con el entrecejo bien fruncido— ¿no te convenzo?
-No… —respondió sin miramientos.
-Vaya… —dijo Blaine dejando de tocar al instante, tomó la guitarra por el mango y la dejó con cuidado sobre el piso alfombrado— entonces no se que hacer… —agregó rascándose la cabeza en señal de complicación extrema.
-¿De verdad me tenías solo una canción? —quiso saber Kurt sintiéndose culpable.
-Bueno la verdad es que… no… —respondió alien sonriendo como el príncipe que era, estiró su brazo hacia el piso y recogió una caja del tamaño de un computador personal.
-¡Blaine!... —exclamó dándole un golpe con la almohada— ya pensaba que había arruinado todo…
-Nunca arruinas nada… toma…. feliz dia del padre… —dijo entregando el regalo.
-Gracias… —contestó Kurt como niño consentido— y gracias porque no es una canción —añadió acariciando el moño del obsequio.
-¿Cómo crees que iba a perder la oportunidad de complacerte y consentirte con algo que has querido desde que Carolina Herrera lo presentó en la semana de la moda de París el año pasado?
-¡¿Que?!... ¡¿esto es lo que creo que es?!... —exclamó mirando la caja con los ojos más abiertos que nunca.
-No lo se… abrelo y veras… —dijo Blaine mirándolo con más amor que nunca.
-Por dios… Blaine si es el «tote bag» de paño y cuero que me obsesiono hace exactamente ocho meses te juro y te haré... —comenzó a decir mientras abría el regalo con desespero— ¡si es!... —exclamó quitándole el papel de seda blanco que lo envolvía como última capa protectora— ¿como lo conseguiste?... ¡desde navidad que esta agotado en todas partes!… —preguntó abriendo el cierre principal y mirando dentro.
-No te lo contaré… si no… arruinare futuras sorpresas.
-Blaine… es perfecto y me encanta… gracias… —dijo dándole un beso bien dado.
-Ok… —contesto este dando un suspiro para recobrar el aliento— asumo y te gusto....
-¿Estás bromeando?... ¡lo amo!... —exclamó levantándose de la cama, se paró frente al espejo de cuerpo entero y se la colgó en el hombro, luego se dio media vuelta y la sostuvo en una mano— este es el mejor accesorio que existe desde 1950 cuando los hombres comenzaron a apreciar lo útil que es tener un complemento donde llevar todo —agregó tomándolo por el asa con las dos manos, luego levantó un dedo como si llamara un taxi en plena Fifth Av.— gracias Blaine… —repitió abrazando su nuevo item de moda.
-De nada…
-Y quiero que sepas que si me hubieras compuesto una cancion, tambien me habrías hecho feliz… —agregó subiéndose a la cama.
-Mentiroso… te morías por un regalo tangible…
-Es verdad… —dijo recostandose en su pecho— pero cualquier cosa que venga de ti es lo mejor, ya sea una canción, un beso… o ese precioso, exclusivo y extra bonito «tote bag» —añadió abrazandolo mas.
-Claro…
-Yo tambien te tengo algo… espero y lo sepas…
-Lo se, y me agrada que así sea...
-¿Sabes lo que me gustaría de sobremanera?
-¿Otro bolso de un color diferente?
-No… —respondió dándole un pellizco en la barriga— es que que nos quedáramos aquí todo el dia…
-¿Presos de la pereza?
-Y del amor… —agregó poniendo cara sexy…
-Todo un dia de amor… suena extremadamente tentador… pero…
-Ya se.. tenemos tres hijos que pronto entrarán con nuestra sorpresa del Día del Padre… —dijo Kurt hablando como una persona con deficiencias lo haría.
-No te quejes… —contesto Blaine dándole un beso en la cabeza— si no fuera porque tenemos hijos, no podríamos celebrar el Día del Padre y por consiguiente…
-No tendría mi super bello «tote bag»…
-Entre otras cosas… —añadió Blaine riendo.
-¿Qué crees que tendremos este año?
-No lo se… pero todo ha ido mejorando desde que llegó Noah…
-¡Lo se!... sabes bien que amo a nuestros hijos mayores, pero desde que Noah es consciente de todo y sabe cosas, cada año…
-La sorpresa es mejor… —interrumpió Blaine terminando la frase por su esposo— tan mejor como la que me das tu cuando las luces se apagan —añadió casi musitando.
-¿Tan predecible soy? —pregunto Kurt incorporándose.
-¿Como?...
-¿Como sabes que mi regalo sera eso?
-No lo se… —dijo Blaine tratando de no reír— solo lo digo porque es lo...
-Lo que hago cada año...
-Yo no dije eso…
-Pero lo ibas a decir… —agregó cruzándose de brazos.
-Kurt… no te molestes por esto… —contesto Blaine acariciandole una pierna.
-No… no me molesto, al menos no contigo… es... no se… me gustaria sorprenderte a ti como lo haces tú conmigo… hacerte feliz... pero por mas que me esfuerzo no lo consigo nunca… —dijo concentrándose en sus pies.
-Kurt… eso no es verdad… —aseguró Blaine acercándose a él— tu sola presencia me hace feliz… —añadió dándole un pequeño beso, Kurt lo miró un segundo y se movió en la cama para sentarse sobre él, acomodado sobre su regazo lo abrazo a la altura del cuello.
-Sigue… —dijo acariciándole el cabello.
-Los hijos me has dado me hacen feliz… —continuó diciendo mientras le tocaba la espalda— el que seas tan guapo me hace feliz… y creeme que la pasión con que amas me hace inmensamente feliz… —termino por decir Blaine besándole la mejilla, la línea de la mandíbula y el cuello tras la oreja.
-¿Ahora te quedas con el mejor discurso también?... —preguntó Kurt mientras disfrutaba de los labios de su esposo.
-Lo siento… —respondió sonriendo.
-No lo sientas… —agregó tomándole la cara— te amo Blaine Anderson-Hummel…
-Y yo te amo a ti… —dijo Blaine besándolo otra vez.

Junio de 2041




-¡Ay por dios!... —exclamó Lizzie como primera cosa al entrar a la habitación de su hermano, Noah había dejado la pequeña banca sobre su cama y el daño hecho por el gato era más que evidente— esto es malo.. muy malo… —agregó acercándose, el tapiz estaba roto a la mitad y el relleno se salía como la espuma de afeitar en un envase a presión, Lizzie trato de poner lo que sobresalía  de vuelta en su sitio empujándolo hacia adentro, pero la tela original del 1800 parecía deshacerse con el menor roce.
-¿Que es malo Lizzie Anderson Hummel?
-¡Esto «Goblin»!… ¡es un desastre!, no creo que podamos repararlo sin que el Papá lo note… ¡hola! —dijo la chica mirando el mueble por todos lados— a no ser que… —agrego tomandose el mentón.
-¿A no ser que cosa Lizzie Anderson Hummel?
-«Goblin»… —contestó Lizzie bajando a la altura de su hermano para sujetarlo por los hombros y asi lograr toda su atención— ¿sabes donde el Papá guarda sus cosas de costura?
-Sí… —dijo de inmediato como si le preguntaran lo más difícil a saber.
-¿Donde?
-En la cocina, junto a la máquina para  coser...
-Bien, ve y trae una caja rosada que tiene una pelota arriba, como de piel... ¿sabes de lo que estoy hablando? —preguntó Lizzie la ver que su hermano la miraba con cara de loco.
-Si Lizzie Anderson Hummel, es la caja donde están los hilos y demás artículos de costura..
-Claro, para mi es la caja de la pelota… traela y veremos si podemos arreglar este entuerto.
-Sí… —repitió Noah dándose media vuelta con «Desmond» en los brazos.
-¡Pero deja a «Desmond» aquí!… si no, no podras traer nada…
-Pero el puede avisarme si vienen los Papás...
-«Goblin», son las 6 de la mañana… los Papás deben estar durmiendo… aunque lo más probable es que estén haciendo lo otro… —dijo Lizzie sonriendo de manera traviesa al pensar en sus padres en situaciones más que románticas.
-¿Que otro?...
-¡AY «Goblin»!... algun dia lo sabras… ¡ve por lo que necesitamos! —exclamó mientras levantaba la tapa de la otomana como si buscara una solución al interior de la pieza de antigüedad.
-Pero… —murmuró Noah desde la puerta— Lizzie Anderson Hummel… —dijo devolviendose en sus pasos— ¿vamos mentirle al Papá?, porque mentir es malo… —agregó con convencimiento.
-Lo es…
-¿Entonces?
-Pues toma esto como un «ocultamiento» más que una mentira…
-¿No son «sipnonominos» acaso?
-«Goblin»… ¿quieres que el Papá las emprenda contra «Mister Stephen Whiskers»?, porque te aseguro que eso es lo que pasara si ve lo que hizo con este mueble del año de no sé quién… —dijo Lizzie cerrando la tapa con brusquedad, Noah dio un pequeño salto y se quedó quieto como estatua— ay hermanito… disculpa… —añadió la chica acariciando la cabeza de su hermano menor— no quise asustarte, pero bien conoces al Papá y él tiene historial de rechazo con  las mascotas de esta casa.
-Pero el me autorizó a tener un gato…
-Lo se… pero tambien nos autorizo a mi y a Henry a tener un perro y sin embargo,  cuando el «Señor Botones» murió, creo y  fue el dia mas feliz de su vida… ¡hola
-¿Más que cuando se casó con el «Papáblen»? —preguntó Noah tomándose la cara.
-¡Ay «Goblin»!... ¡obvio que no!… ¡hola!... es un decir… —respondió Lizzie haciendo un gesto de desinterés con su mano— el asunto es...
-¿«Rizzie»?... ¿Noah?... ¿están aquí? —preguntó Henry mientras golpeaba y abría la puerta al mismo tiempo.
-¡Henry Anderson Hummel!... ¿eres tú acaso? —dijo Noah volviendo a lo del gesto de sorpresa extrema.
-Lo soy hermanito… —contestó este poniéndose de cuclillas con los brazos abiertos, Noah sonrió y luego partió corriendo a saludar al recién llegado— creo que cada vez estas mas grande… ¿como estas? — pregunto dándole un par de besos.
-Yo estoy bien, pero con Lizzie Anderson Hummel tenemos un problema sin resolver.
-¿Un problema?... —repitió incorporándose, se acercó a su hermana y la saludo casi con el mismo afecto— ¿que clase de problema?
-Velo por ti mismo… —dijo Lizzie señalando la pequeña otomana— ¿por qué llegaste tan temprano?
-Porque la carretera estaba prácticamente vacía por lo tanto… ¡oh por dios!... —exclamó al ver la superficie rota— ¿¡como paso esto!?... ¡es la otomana George IV favorita del Papá!
-¡Ay Henry como sabes eso!… ¿que hay con los hombres de esta familia y los muebles?... para mi es solo una caja forrada en género… ¡hola!
-Pues para el Papá no es eso… ¿Noah la rompió?
-No Henry Anderson Hummel, fue  «Mister Stephen Whiskers» —contestó el pequeño señalando a su gato que dormía plácidamente en el cubículo más alto de su «árbol rascador»— pero él no sabía la importancia de eso.
-Obvio que no hermanito… aunque creo que el Papá igual le dirá unas cuantas cuando el contemos.
-¡¿Que?!... ¡¿estas loco?!... ¿como se te ocurre qué le vamos a contar? —dijo Lizzie poniendo cara de desquiciada mental.
-Porque si no le contamos igual se dara cuenta… —agrego Henry como cantando.
-No si lo arreglamos antes…
-¿Como?
-Eso, yo lo coseré y nadie se dará cuenta… ve «Goblin» —dijo Lizzie señalando la puerta.
-¿Que?... no… «Rizzie», no puedes solo coser esto… —sentenció Henry apartando la otomana de las manos de su hermana— esto debe hacerlo un restaurador, que sepa cómo reconstruir el patrón del diseño del genero… esto una antigüedad y extremadamente valiosa por lo demás… —agregó acariciando uno de los lados
-¿Qué sugieres entonces?...
-Decirle al Papá, él sabra que hacer…
-Pero Henry… —dijo Lizzie haciéndole una seña con la cabeza para que lo siguiera hasta la ventana y así apartarse lo más posible de los oídos de Noah, Henry la siguió mirando a su pequeño hermano de reojo— ¿no recuerdas lo que paso con el «Señor Botones» y el broche ese de hipopótamo?, lo único que quería el Papá era echarlo de la casa —explicó bajando su voz al máximo cuando mencionaba lo de echar.
-Pero no lo hizo… y estoy seguro y esta vez tampoco hará nada contra el gato... porque hermanita… aunque nos duela… Noah es el favorito… y dudo que quiera hacer algo que lo haga sufrir  —conesto Henry bajando el esta vez la voz cuando reconocía el favoritismo de sus padres para con el más pequeño de la familia.
-Es uno de sus muebles favoritos, creo que haria sufrir hasta al Presidente  si él fuera el responsable…
-«Rizzie»… —dijo Henry queriendo reir.
-¡Ay esta bien!... pero tu le dirás… —advirtió Lizzie dándole unos piquetes en el pecho.
-Yo lo haré… esperenme aqui… despues de todo, tenemos una sorpresa que preparar…
-Creo que después de esto, el Papá al menos, no querrá más sorpresas… —murmuró Lizzie por lo bajo.
-¿Como vamos a solucionar el problema Henry Anderson Hummel?
-Pues haremos lo siguiente hermanito… —respondió bajando a su altura— tú… te quedarás aquí con «Rizzie» y con «Desmond» y yo el contaré al Papá lo que paso… estoy seguro y él encontrara una solución mejor a la que cualquiera de nosotros pudiera idear.
-¿Y no se «dipsgustara»?... eso es su cosa favorita de la sala…
-Lo es… pero sí le explicó que fue un accidente… seguro y lo entenderá… no te preocupes… —respondió dándole un toque en la nariz.
-Gracias Henry Anderson Hummel por ayudarme en este «conflipto» sin «pecendentes»…
-De nada Hermanito… —respondió Henry riendo de la manera que tenía Noah de expresarse en ocasiones.

-No lo sientas… —agregó Kurt tomándole la cara—  te amo Blaine Anderson-Hummel…
-Y yo te amo a ti… —dijo Blaine  besándolo otra vez.
-¿Sabes lo que sería ideal?... —susurró Kurt deleitándose con los labios de su esposo que abandonaban su boca y bajaban lentamente por su cuello.
-¿Además de quedarnos aquí presos del amor?
-Además…
-No lo se… —respondió Blaine subiéndole  un poco la camiseta del pijama.
-Olvidalo… no hay nada más ideal que esto… —dijo suspirando— además…
-¿Papás?... —dijo Henry golpeando la puerta— ¿están despiertos?... —Kurt sonrió mirando a su esposo, pensando en el sinnúmero de momentos románticos que se habían visto truncados por sus hijos desde el minuto en que se habían convertido en padres.
-¿Re agendamos?
-No veo otra alternativa… —respondió Blaine encogiéndose de hombros, Kurt se bajó de él y volvió a su lado de la cama, se acomodo el pijama y se sentó aparentando normalidad.
-Adelante hijos… «o»… —agrego Kurt al ver que Henry entraba solo, sin Lizzie y sin Noah y sin nada en las manos.
-Permiso Papás… —dijo el chico asomandose de a poco.
-Hola cariño… ¿qué tal tu viaje? —pregunto Kurt mirando hacia la puerta como si esperara algo más.
-Bien Papá, todo tranquilo… —respondió acercándose a la cama para saludar a cada uno— ¿y ustedes?... ¿como estan?... —agregó cruzándose de brazos.
-Bien hijo… ¿y tu? —dijo Blaine mirando a su esposo de reojo al ver que el mayor de sus hijos descruzaba los brazos y se metia las manos en los bolsillos del pantalón, para luego sacarlas, rascarse la cabeza y volver a cruzarse de brazos, todo unas tres veces seguidas.
-Bien… Feliz dia del padre… a ambos… —añadió como nervioso.
-Gracias hijo...
-¿Qué sucede cariño?... ¿estás nervioso por algo o esto es parte de lo que prepararon este año tus hermanos y tú? —quiso saber Kurt mirando nuevamente hacia la puerta entreabierta.
-No, nada de eso… —Kurt dio un respingo con sonido y todo, Blaine no supo si era porque estaba preocupado por Henry o porque se sentía decepcionado al presentir que no tendría ni regalo, ni sorpresa, ni nada— y no es que no haya sorpresa, la hay… lo que pasa es que...bueno… paso algo y Noah esta muy preocupado…
-¿Le paso algo a tu hermanito? —exclamo Kurt levantándose de un salto.
-No Papá, Noah esta bien… físicamente bien… lo que sucede es que…
-¡Ay Henry, cariño!… si no hablas en este instante te juro y me dará algo… —agregó tomándose el pecho, Blaine también terminó por abandonar la cama y se acercó a su hijo.
-Cuéntanos Henry… —dijo poniéndole la mano en un hombro.
-El gato arañó uno de los muebles —contó Henry poniendo cara de complicación.
-¿¡QUE?!... —exclamo Kurt abriendo su ojos al máximo.
-Papá tranquilízate…
-¿Que mueble?
-Kurt…
-Estoy tranquilo… ¿que mueble Henry? —el chico miró a Blaine antes de responder como si buscara en él apoyo anticipado,  por si su Papá enloquecía o algo parecido.
-La banca otomana de..
-¡Oh por dios!... —interrumpió Kurt tomándose la cabeza.
-Papá…
-Dime que ese animal del demonio no le hizo el daño que ya me estoy imaginando e hizo… —agrego Kurt buscando sus pantuflas.
-La verdad es que...
-¡Con un demonio!, sabia, ¡sabia que ese gato traería problemas!… ¡lo sabía!, ¿por qué nadie nunca me escucha?
-Kurt, no digas eso..
-¡Pero es la verdad!... debí insistir con lo de la ordenanza...
-Papá, yo creo que si lo llevas  aun restaurador, la dejará como nueva..
-Si claro y nos cobrará el precio de cinco otomanas de 1830… —dijo poniéndose un sweater extra usado— ¿recuerdas cuanto nos costo Blaine?... pues yo sí… —añadió dejando a su esposo con la respuesta en la boca— ¡15.896 euros!… ¡euros Blaine!
-¿Y se supone y eso es mucho dinero para nosotros? —quiso saber Blaine buscando poner paños fríos a la situación como siempre lo hacía,
-No se trata de si tenemos dinero o no, se trata de algo que era importante para mi…  
-¿Es mucho el daño Henry? —pregunto Blaine también alistandose para abandonar la habitación.
-Bueno… «Mister Stephen Whiskers» arañó la parte de arriba y se salio un poco del relleno, pero yo creo...
-¡Maldito animal!... —exclamó con furia— te juro que si las ventanas no estuvieran selladas yo lo tomaría y…
-¿Qué fue eso?... —pregunto Blaine al sentir un ruido tras la puerta.
-Creo que había alguien escuchando… —respondió Henry abriendo la puerta del todo, miró hacia ambos lados del pasillo y alcanzó a ver a  su pequeño hermano entrar corriendo al estudio de grabación— era… era Noah… —dijo esbozando de nuevo la mueca de complicación.
-¿Que?...
-Era Noah «Papáblen»… se metió corriendo a tu estudio...
-Iré a hablar con él… —dijo Blaine dando a su esposo una mirada de reprobación.
-No… yo iré a hablar con él… —agrego Kurt adelantándose a todos— y no me miren así… ¿cómo iba a saber que nos estaría escuchando? —sentenció al ver que no solo Blaine lo miraba con reproche sino que también su hijo se unía a la recriminación.
-Te acompaño… —agrego  Blaine haciendo ademán de seguirlo.
-No, acabo de decir que yo ire a hablar con él, no necesito compañía…
-Kurt…
-Mira, ya me siento lo suficientemente mal como para agregar un discurso de censura del «señor perfección»... ¿bueno? —agregó mirándolo fijo, Blaine retrocedió un par de pasos sin decir palabra— disculpa… —dijo mirando hacia otro lado.
-Esta bien… —dijo Blaine pasando frente a él— solo recuerda que es solo un mueble… —agregó, se le quedo viendo un instante en el umbral de la puerta y luego de soltar un suspiro le dio un beso en la mejilla y se dirigió a la cocina, Henry se rascó la cabeza y a través de un par de señas más bien confusas, le indico a Kurt que seguiría el camino de su «Papáblen».

Junio de 2041



-¿Noah?.... —dijo Kurt entrando en el estudio de grabación— ¿Noah?... se que estas aqui bebé, Henry te vio entrar… —agregó mientras encendía la luz— ¿por qué me case contigo Blaine Anderson si eres un desordenado de marca mayor? —murmuró al ver que de todas las cosas existentes, ninguna estaba en su lugar— ¿Noah?... — repitió mirando a la distancia bajo el escritorio primero y de la mesa de sonido después, su hijo encogió las piernas como si aquello lo hiciera invisible a los ojos de su Padre— Noah… sabes bien que no deberias estar aqui cariño, este es el cuarto especial del «Papáblen» y no puedes entrar a no ser que él te autorice… ¿¡Noah!?... —el pequeño terminó por entregarse cuando escuchó que aquel último «Noah» parecía ser articulado con más enfado que al principio, salió de debajo de la mesa de sonido con «Desmond» en los brazos y tristeza en su cara.
-Y estabas aqui despues de todo… —dijo Kurt mirándolo con los brazos cruzados.
-¿Me buscabas acaso?... —preguntó con la cabeza agacha.
-Así es…
-Estaba oculto…
-¿Por qué? —Noah se encogió de hombros aun sin mirar a su Papá— cariño… ¿podemos hablar? —agrego Kurt estirando su mano para que el menor de sus hijos se acercara a él.
-Esta bien… —contesto tomándola de vuelta, Kurt sonrió y lo guió hasta el escritorio, movió un par de cosas para hacer espacio en el desorden de partituras usadas, lápices, y otras cosas que era preferible no saber y sentó allí a su hijo, luego acercó la silla y se instaló al frente, Noah, mientras tanto, lo miraba como si quisiera llorar tres días seguidos.
-Muy bien… antes que todo...
-Papá, «Mister Stephen Whiskers» no sabía que el mueble del rey George IV era lo más importante para ti de toda la vida… —interrumpió Noah refugiándose en su dinosaurio azul.
-Cariño… lo se… —dijo Kurt acariciandole el cabello.
-¿Por que te «dipsgustaste» entonces?
-No me disguste cariño… no contigo, es solo que… me tomó por sorpresa eso que pasó… hay cosas que me gustan mucho y que con el tiempo se convierten en importantes para mi, y una de ellas era ese mueble…
-¿Por eso quieres que «Mister Stephen Whiskers» se vaya por al ventana?...
-Yo no he dicho eso cariño…
-Yo te escuche… y Lizzie Anderson Hummel dijo que cuando el «Señor Botones» tomo tu broche de «hinopotamo» tu querías que él se fuera para siempre, se lo dijo a Henry Anderson Hummel, se apartaron para que yo no escuchara, pero yo los escuche igual.
-Asi es tu hermana tratando de ser discreta cariño…
-¿Es verdad?
-Lo es… porque ese broche era algo que yo quería mucho, como tú con tus gafas… ¿recuerdas lo triste que te pusiste cuando se rompieron? —Noah gesticulo un «sí» silencioso— pues yo me senti igual y por eso quise que el culpable se fuera… pero no se fue… porque entendí entonces que aquello había sido un accidente.
-Lo que hizo «Mister Stephen Whiskers» también fue un «apsidente»…
-Al parecer así fue…
-Lo fue… con Lizzie Anderson Hummel tratamos de arreglarlo pero fue imposible…
-¿Por qué acudiste a Lizzie antes que a mi?... creí que confiábamos el uno en el otro cariño —dijo Kurt tomando las pequeñas manos de su hijo.
-Si, pero es el Día del Padre y no debías recibir «dipsgupstos», menos si es con tu cosa favorita de toda la casa…
-Tú eres mi cosa favorita de toda la casa… disculpa cariño si te asusto lo que me escuchaste decir… estaba ofuscado y no pensé mis palabras… ¿me disculpas?
-¿Puede «Mister Stephen Whiskers» seguir viviendo aquí?, yo lo quiero mucho.. —dijo Noah comenzando a llorar.
-Puede bebé… por supuesto que puede —contesto Kurt abrazandolo, Noah se resguardo en el pecho de su Papá y se aferró a él como si fuera lo último del mundo— ¿estas bien cariño?... —agregó apartándose luego de un par de minutos.
-Si… gracias por preguntar… —respondió Noah secando sus últimas lágrimas con la cola de su dinosaurio.
-¿Me disculpas por todo lo que pasó?
-Sí… —repitió el pequeño sonriendo, Kurt no pudo evitar recordar a Blaine y las veces en que lo había visto reír entre lágrimas de la misma manera que su hijo.
-Muy bien entonces… ¿qué tal...?… ¿qué tal si nos vamos a la cocina a preparar el desayuno?, después de todo, ya es casi la hora en que nos levantamos —dijo mirando el reloj de pared.
-Pero hoy es el Dia del Padre… y con Lizzie Anderson Hummel y Henry Anderson Hummel tenemos una sorpresa preparada para la hora del desayuno… —aseguró Noah restregandose un ojo.
-¿De verdad bebé?... —dijo Kurt haciéndose el sorprendido, como si no hubiera estado esperando aquello desde el primer minuto del dia— ¿y no me puedes contar algo?
-¡NO!... ¡es una promesa que hicimos los hermanos Anderson Hummel! —exclamó Noah tomándose la cara.
-OK, no quisiera que rompieras esa promesa de hermandad… pero dime… ¿qué debemos hacer el «Papáblen» y yo entonces?... ¿volver a la cama?
-Si a esperarnos, no a dormir, ni a hacer lo otro…
-¡¿Como cariño?!... —dijo Kurt sintiendo que se ponía más colorado que la luz parpadeante del cubículo de grabación.
-Eso… Lizzie ANderson Hummel dijo que ustedes no estaban durmiendo, sino que haciendo lo otro… pero no me «epsplico» de qué se trataba eso otro —respondió encogiéndose de hombros.
-Pues eso espero… —dijo Kurt suspirando alivio— ¿te llevo a donde están tus hermanos?
-No… debo ir a mi cuarto a ponerme una ropa especial para la sorpresa… —respondió bajándose del escritorio.
-¿Ropa especial?...—añadió Kurt ayudando a que lo hiciera sin problemas— ahora si que me mata la curiosidad… ¿de verdad que no me puedes adelantar nada?... —insistió dándole algunos piquetes en la pancita.
-No es posible Papá… —dijo el pequeño soltando pequeñas risas mientras le hacía el quite a los pinchazos.
-Muy bien, me rindo… pero quiero que sepas que contaras lo que me contaras, hubiera guardado muy bien el secreto… —sentenció al tiempo que abría la puerta se apartó hacia un lado y dejo salir a su pequeño hijo primero— ¿te acompaño a tu cuarto entonces?
-Esta bien… ¿puedo pedirte un favor?
-Lo que necesites bebé…
-¿Puedes decirle a Henry Anderson Hummel que me ayude?, él sabe en que…
-Vaya… ¿otro misterio?… —Noah sonrió medio chueco, como si la complicidad que tenía con sus hermanos fuera lo más sensacional del mundo— ¿tampoco me diras de que se trata?.
-No… ¿le avisaras?
-Yo le avisare… cariño… —dijo Kurt deteniéndose en medio del pasillo, bajó a la altura de su hijo como siempre lo hacía y antes de seguir hablando le acaricio la cara y el cabello— quiero que sepas que de verdad siento haber dicho todo lo que escuchaste, y que nada de lo que dije, lo dije realmente en serio… nunca haré nada en contra de ese animalito…
-Se llama «Mister Stephen Whiskers»…
-Lo se bebé…
-¿Por qué no lo quieres?
-No es que no lo quiera cariño, es solo que las mascotas y yo nunca hemos tenido una buena relación… de pequeño nunca tuve una… excepto por esa tortuga que se escapo muy lentamente —dijo como pensando en aquello— además, cada vez que miro a tu gato pareciera que me quiere decir algo pero nunca lo hace…
-Tal vez quiere darte las gracias por darle una familia… no como la Señora esa que lo devolvió en el «drefugio»…
-Tal vez… —dijo Kurt sonriendo, se incorporo y camino con su hijo hasta la habitación.
-Gracias Papá y avisale a Henry Anderson Hummel… —terminó por decir el pequeño entrando y cerrando la puerta tras él.

-¿Quieres café hijo?... —pregunto Blaine llegando a la cocina.
-No… bueno si… conducir de madrugada no es bueno para nadie… —respondió Henry estirándose cuan largo era, la altura del mayor de los Anderson Hummel era tanta que Blaine creyo que podria tocar el cielo raso con sus dedos.
-¿Saliste muy temprano?... —añadió sacando el tarro de café de uno de los muebles, tomó el jarro y lo llenó con agua del grifo para ponerlo de vuelta en la cafetera, luego presionó un par de botones y echó a andar la máquina.
-Salí a las cinco… pero la carretera estaba tan vacía que llegue antes de lo previsto.
-¿Mantuviste la velocidad a límites legales supongo?
-Por supuesto «Papáblen», jamás les causaria ese tipo de disgustos… aunque si hubiera sabido… —dijo mirando hacia donde se supone y estaban su Papá y hermano menor.
-Todo estará bien… Kurt no es tan obstinado como para obligar a tu hermano a deshacerse de algo que lo hace feliz —sentenció buscando un par de tazas.
-Lo se… pero igual… igual me preocupa Noah… es tan dulce y sensible que… no se… pienso que haber escuchado al Papá decir que quería arrojar al gato por la ventana pueda...
-¡¿Que el Papá dijo que cosa?!... —exclamó Lizzie mientras bajaba la escalera de tres zancadas casi acrobáticas.
-Bueno dias Princesa... ¿quieres café?
-«Papáblen»… ¿es verdad lo que acabo de escuchar?, ¿el Papá hizo que? —pregunto parándose en medio de la cocina con las manos en la cadera y un gesto de impacto en la cara.
-El Papá no ha hecho nada «Rizzie», tranquilizate...
-¡Pero lo va hacer!... ¿cual es su problema?... ¡hola!
-Princesa…
-No, «Papáblen», tú siempre lo estas defendiendo, pero se que hasta tú sabes que esto no tiene defensa posible… ¿como un mueble va a ser más importante para alguien que cualquier otra cosa?... ¡pobre «Goblin»!, estaba super asustado por lo que el Papá pudiera hacerle a su gato.
-El no hara nada… es más, esta hablando con tu hermano ahora —dijo Blaine sirviendo café para él y para su hijo, Henry tomó una de las tazas y se sentó a la mesa.
-¡¿Y a solas?!, ¡quizás que le va a decir!...
-«Rizzie», el Papá nunca nos ha tratado mal a nosotros, menos lo haría con Noah… —dijo Henry bebiendo un poco.
-¡Pero ahora sí lo hará!… —exclamó Lizzie sacando una taza para ella— ¿no ven que ese mueble del rey no se cuanto es super extra importante?... ¡superficialidad!... ¡hola!
-Suficiente Princesa… —dijo Blaine haciendo el gesto de alto con una de sus manos— sabes bien que tu Papá puede ser todo menos superficial, su corazón es gigante y los ama por sobre todo, lo sabes de sobra…
-Pues esta actuando como uno… —insistió la chica blanqueando los ojos al tiempo que se servía café con cierta brusquedad y murmuraba cosas en contra de su Padre.
-¡Papá!… —exclamó Henry carraspeando, como si le advirtiera a su hermana de manera disimulada que dejara de reclamar en ese instante— ¿hablaste con Noah?... ¿como esta? —agregó mirando a Lizzie de reojo, esta hizo como que no le importaba nada y paso por el lado de Kurt sin mirarlo siquiera.
-Hable con él… y esta bien, no te preocupes cariño...
-¿Seguro?... porque lo que yo vi fue a un niño super asustado… —dijo Lizzie mirando hacia otro lado.
-Estoy seguro… termine convenciendolo de que nunca haría nada que lo hiciera sufrir, es más… recordó que debía cambiarse de ropa para la sorpresa del Dia del Padre y me pidió que por favor te dijera que debes ayudarlo en lo que ya sabes —agregó apoyando el trasero en uno de los muebles.
-¡Es verdad!… —exclamó Henry levantándose de pronto— voy de inmediato —dijo acabando su café de un solo trago.
-Yo también voy… —añadió Lizzie siguiendo a su hermano, cuando paso por el lado de Kurt, volvió a lo de ignorarlo por completo.
-Creo que a ella me costara mas convencerla… —dijo Kurt mirando por donde se habían marchado sus hijos mayores.
-Es la mas terca de los tres…
-Lo se… y me pregunto de quién son esos genes de terquedad que corren por su venas… —agregó levantando una ceja, Blaine no dijo nada y solo se limitó a sonreír y a ofrecerle una taza de café— ¿estas enojado? —pregunto recibiendola con ambas manos.
-No… solo me preocupa Noah, ¿como esta?... ¿te entendió?
-Me entendio, es el ser mas bello, dulce y inteligente que hayamos podido crear… fue una estupidez de mi parte decir todo lo que dije… todo lo que dije en realidad fue una estupidez de principio a fin —se auto recrimino Kurt mientras se calentaba las manos con la taza.
-¿Todo?... ¿en serio? —quiso saber Blaine mirándolo de medio lado.
-Claro que todo… ¿por qué?
-No… es decir... pensaba que hablabas en serio cuando me llamaste «Señor perfección»… —respondió sonriendo coqueto.
-Ah… eso… eso, Señor Blaine Anderson Hummel, lo reitero silaba por silaba… —dijo Kurt mirando a su esposo como si fue un adolescente enamorado— ¿terminaste? —preguntó soltando un suspiro antes de dejar su taza en el fregadero.
-Sí… —respondió bebiendo lo que le quedaba— ¿por qué?
-Porque se supone y debemos esperar en nuestro cuarto por la sorpresa del Dia del Padre, Noah me advirtió que asi debia ser —explicó mientras lavaba la taza que había usado él y la de su esposo.
-Es lo que haremos entonces… ¿de verdad que se esta cambiando ropa?
-Muy verdad… pero no me preguntes de qué se trata, porque no me quiso revelar ningún detalle.
-Lindo… es tan cómplice de sus hermanos que resulta enternecedor.
-Y ellos de él… por eso creo que Lizzie no me perdonará esto… —dijo Kurt secándose las manos con una toalla de papel.
-No digas eso… —agrego Blaine tomándolo de la cintura— en cuanto vea que Noah no te guarda rencor se le pasara el enojo.
-Espero… ¿y tú?... ¿no me guardas rencor?... —preguntó echándose un poco hacia atrás, le puso las manos sobre el pecho y jugó un instante delineandole las formas del torso.
-Por supuesto que no… —contestó su esposo de inmediato— soy el «Señor perfección», ¿lo olvidaste acaso?
-No…
-Pues yo tampoco… ademas no tengo opción… —agregó acariciándole la espalda— eres dueño de este cuerpo que amo… por lo tanto…
-No tienes opción…
-Exacto… —dijo Blaine dándole un pequeño beso.
-Sexy y encantador como siempre… gracias… —contestó Kurt abrazándolo.
-Te amo…
-Gracias por eso también… —agrego sin soltarlo.

Julio de 2031



-Hola…
-Hola… ¿como te fue? —dijo Kurt mientras preparaba tres cosas diferentes en la cocina.
-No tan bien como el olor que hay aquí… —agregó Blaine oliendo el aire— ¿qué haces?... —preguntó mirando todo.
-Pues como bien sabes, tenemos una cita familiar en el Central Park que incluye picnic y fuegos de artificio
-Por cierto… dios bendiga la independencia… —dijo Blaine dejando un par de bolsas de tintorería sobre el rellano de la ventana principal.
-¿Recogiste nuestra ropa? —pregunto leyendo las etiquetas de todos los frascos de condimento.
-La recogi…
-¿Revisaste lo que hay que revisar?
-Dos veces, puños y dobladillo de los pantalones —respondió Blaine acercándosele.
-Excelente… —dijo quedándose con los frascos de la pimienta y el de la cebolla en polvo— vaya si ha aprendido cosas a lo largo de estos años Señor Anderson-Hummel —agregó dándose media vuelta para quedar frente a él
-Tengo al mejor de los maestros… o no me queda otra mas bien... hola… —contestó riendo y dando un beso de saludo.
-«Mmmm»… —dijo Kurt saboreandose al tiempo que le cruzaba los brazos a la altura del cuello con frascos de condimento y todo— ¿por qué tardaste tanto en llegar?... —añadió rozando su nariz con la de él.
-Porque es un feriado nacional y tu tintorería favorita esta a 20 minutos y tres trenes de aquí… —respondió Blaine dando mas besos.
-No me culpes… era la tintorería que usaba cuando recién llegué aquí y vivía en el inhóspito Bushwick…
-Pues hace años que pudiste cambiarla por una mas cercana… como la que esta en la esquina por ejemplo…
-Eso no lo haré nunca, primero porque le prometí al dependiente que cuando fuera famoso seguiría prefiriendo su establecimiento para que sus ventas y clientela subieran y segundo, porque es la única en todo New York que aún mantiene los cuatro pasos esenciales de un lavado extra profesional.
-Y si tiene un lavado extra profesional… ¿por qué me haces revisar la ropa?
-Sentido común Blaine Anderson-Hummel…
-OK… —dijo riendo— pero debes saber… que por muy profesional que sean sus pasos en el lavado… no lo es tanto en seguridad… —siguió contando Blaine mientras se mantenía entre los brazos de su esposo.
-¿A qué te refieres?
-A que el Señor Namgoong me contó que ayer le abrieron la tienda, y unas personas entraron y robaron algunas cosas.
-¿En serio?... ¡pobre Señor Namgoong!, que terri... un momento… —dijo apartándose y abriendo los ojos más de lo normal— ¿no robaron nada de nuestra ropa?, ¿o si? —preguntó mirando a su esposo de medio lado.
-No… traje todo lo que nos pertenece conmigo, no te preocupes… —contestó Blaine queriendo reír.
-No te rías… los fans son capaces de hacer eso y más con el afán de tener algo de la celebridad que admiran.
-Pues creo que nuestros fans no son tan devotos como para tomar esos tres trenes y caminar esos 20 minutos...
-Tal vez los míos que en su mayoría son señoras y caballeros de mediana edad, pero yo estoy seguro que tus adolescentes ganosas son capaces de eso y mas… —agrego Kurt como punto final e irrefutable.
-Piensa lo que quieras… ¿nuestro hijos?
-En el cine… no se si fue Liang o Alaska quien consiguió las entradas, pero uno de ellos fue el afortunado, regresarán para nuestro almuerzo en el parque por supuesto… —dijo Kurt apartándose para seguir en lo que estaba.
-Almuerzo que por lo que veo, será para 100 personas como mínimo... ¿acaso estás preparando comida para todo Manhattan?
-Exagerado… y las porciones están fríamente calculadas y si ves mucho movimiento aquí… —dijo abriendo y cerrando el horno— es porque he preparado cinco platos deliciosos y diferentes, todos patrióticos por cierto —agrego sonriendo con orgullo.
-¿En serio?... ¿cinco?... —pregunto Blaine mirando alguno de los contenedores ya preparados— ¿a que hora te levantaste?, ¿de madrugada? —agregó oliendo una de las ensalada.
-Sabes bien que me levante junto contigo, la comodidad se acaba cuando abandona nuestra cama Señor Anderson-Hummel… ahora ve a alistarte que hay que poner muchas cosas en el auto.
-Ok… —dijo haciendo ademán de subir hacia los dormitorios— ¿donde esta el «Señor Botones»?
-Pues espero y durmiendo al lado de la escalera de la galería donde lo dejaron los chicos.
-¿Esperas?...
-Si, porque lo más probable es que no sea así y ya este en nuestro cuarto buscando mi broche de hipopótamo… esta obsesionado con él.
-Kurt… —dijo Blaine riendo— es un perro, los animales no se obsesionan con nada…
-¿Por qué lo toma a cada rato entonces?
-No lo se…
-Pues yo sí sé… es porque esta obsesionado con el desde el día en que lo tomó por primera vez, si lo rompe no respondo de mi…
-Kurt...
-Nada de «Kurt», Kristin Lora ya no trabaja en accesorios, por lo tanto ese broche se ha convertido ahora en una pieza de colección.
-Que estoy seguro y no vale tanto como un miembro de esta familia —Kurt repitió lo que le dijera su esposo como si fuera un mimo burlón y de mala muerte— ¿lo alimentaste? —preguntó señalandolo.
-No…
-¿Por qué no?
-¿Y por qué haría tal cosa? —respondió sacando un pastel de manzana de la heladera.
-Porque es un ser vivo que necesita comer, por ejemplo…
-No es mi responsabilidad —advirtió empacando el postre en una caja de plástico cuadrada.
-Tienes razón… es responsabilidad de Lizzie y Henry… llamaré al cine para que les den aviso, asi dejan de proyectar la película y ellos pueden venir aqui a…
-¡Esta bien!... lo alimentare… pero debo hacer notar que ese animal no ha querido comer desde hace no se cuantos días y que yo estoy haciendo 56 cosas a la vez y tu vienes y me encargas otra… no es una repartición de tareas muy justa Blaine Anderson-Hummel.
-Pues si te lo encargo a ti, es porque tú sabes dónde esta todo… ahora si me ayudas diciendome… —dijo Blaine dando dos pasos en dirección contraria a la escalera.
-¡Si voy a tener que supervisarte mejor lo hago yo!… —exclamó abriendo el mueble donde se guardaba la comida del «Señor Botones»
-¿Ves que eres extra organizado?... por eso te amo…
-¡Ve arreglarte!, tienes todo esto que cargar, más las cosas que tengo en la sala.
-¡Me encanta que me esclavices!... —agrego Blaine mientras subía los peldaños, Kurt soltó una risa y miro todo lo que tenía en frente y que era necesario empacar para el picnic, organizó mentalmente cada cosa y luego de un par de minutos de oden virtual lleno con comida el tazón del «Señor Botones», lo tomó de un extremo con una servilleta de papel y procedió a llamar a la mascota de sus hijos un par de veces— con un demonio… ¡«Señor Botones»! —grito con mas fuerza, espero unos segundos y se decidió en ir a buscarlo personalmente repitiendo una y otra vez «esto no es mi responsabilidad»— te estaba llamando… —dijo parándose frente al animal, le dejó el tazón con comida al lado de la cama y se puso a observarlo con las manos en la cadera— ¿no me escuchabas acaso? —agregó como si el perro fuera a pedirle disculpas— como quieras… ahora come… —dijo acercándole el plato con la punta del pie, el «Señor Botones» seguia inmovil durmiendo sobre uno de sus lados— oye… ¿por qué no despiertas?... ¿no estás muerto?, ¿o si?... —termino por decir agachándose para darle unos toques con la servilleta— perro… perrito… —insistió dándole unos pinchazos con el dedo— oh por dios… —murmuró alejándose— ¡Blaine!... —exclamó dirigiendo su voz hacia el segundo piso— ¡Blaine!... —insistió tomándose el pecho con una mano.
-¿Que?... ¿estas bien? —dijo este apareciendo luego de un par de minutos de escuchar a su esposo decir su nombre a todo pulmón.
-El perro...—respondió señalando hacia el lugar en donde estaba el animal.
-¿Qué pasa con él?.. —pregunto Blaine bajando las escalera mientras terminaba de abotonarse la camisa.
-Creo… creo que esta muerto… —contestó poniendo más cara de asco que otra cosa.
-¡¿Cómo?!... —exclamó su esposo terminando de bajar de dos zancadas, se acercó al «Señor Botones» y lo movió un poco para verificar si estaba respirando, el perro emitió un quejido como de llanto de cachorro diminuto— no esta muerto Kurt… solo esta… inconsciente… —dijo acariciandole la cabeza.
-¿En serio?... —preguntó Kurt casi decepcionado.
-Si… ¿que le habrá pasado?...
-No tengo idea… —contestó con desinterés, luego sacó el teléfono de su bolsillo y leyó el mensaje que le había llegado.
-¿Cuando comio la ultima vez?...
-No se tampoco… le preguntare a Lizzie, acaba de escribirme que ya terminó la película y que vienen de vuelta.
-Que bueno… así podremos llevarlo a la urgencia veterinaria.
-¿Como?... ¡pero si tenemos planes!… —Blaine volteo la cabeza y se le quedo viendo por sobre el hombro— Ok, eso fue super extra superficial, pero… tenemos planes… —insistió encogiendo un hombro.
-Pues habrá que retrasarlos… asumo y siendo una emergencia podemos llevarlo sin la jaula, porque…
-Porque… —repitio Kurt al ver que su esposo se quedaba en silencio mirando algo.
-Ok… ¿recuerdas que pensabas que el «Señor Botones» estaba obsesionado con tu broche de hipopótamo?
-Lo recuerdo y aun lo pienso… ¿por qué?
-Porque creo que esa obsesión se ha acabado… —dijo Blaine enseñando la parte trasera del broche y que parecía un especie de escudo de armas.
-¡Que demonios!... —exclamo Kurt tomando lo que quedaba de su accesorio favorito, tenía varias marcas de mordiscos y estaba cubierto de saliva.
-Creo que si se lo comió, esto es más grave de lo que parece… —dijo Blaine tomando su teléfono.
-¡Por supuesto que lo es!... ¡esto era casi una antigüedad!
-Estoy hablando del perro Kurt… según esto la urgencia veterinaria más cercana es el «Park East» en el 2nd Av. —dijo mostrando la pantalla del teléfono, luego se puso de pie y miró cómo haría para tomar al perro con cama y todo.
-¿Llevarlo?... creí que llamarías a alguien que lo viniera a ver aquí…
-Claramente esto es algo más serio y que necesita examenes o algo, miralo como esta… ¿hace cuánto que no come dijiste? —pregunto haciendo ademán de tomarlo por la cabeza primero.
-No lo se…
-Kurt…
-¡Pero si no lo se!... te dije que Lizzie es la que sabe… la llamaré… —agregó manipulando su teléfono.
-Dile a donde vamos, que nos encuentren en el hospital… —dijo cogiendo al perro para cargarlo como si fuera un bebé de días— tranquilo «Señor Botones», todo estará bien… —agregó acercando su nariz a la de él, le dio un beso en el hocico y luego lo arrullo cerca de su cuerpo, Kurt emitió un chasquido con su lengua desaprobando aquello y se retiró hacia un costado para hablar con su hija y explicarle lo que estaba pasando, Blaine la escucho decir unos 15 «¡hola!» seguidos.
-Listo… con Henry van para allá.
-Muy bien… ¿me acompañaras o…?
-Obvio que te acompañare, tan insensible no soy… —dijo caminando hacia la salida.
-Nunca he dicho que lo seas…
-Pero lo piensas… —agregó abriendo la puerta.
-Eso no lo sabes, y por mucho que te esfuerces, nunca podrás leer mi mente Kurt Hummel-Anderson —sentenció Blaine caminando con delicadeza, cruzó el umbral y se acomodo un poco el perro cerca del pecho.
-¿Y eso es algo que te enorgullece?... —quiso saber su esposo tomando un cardigan y las llaves desde el recibidor.
-Mucho… ademas que si pudieras hacerlo te aburrirías al segundo —dijo Blaine encogiendo los hombros como si hablara de algo sin importancia.
-¿Por qué dices eso?... —añadió Kurt abriendo la reja del ascensor.
-Porque todos mis pensamientos siempre están dirigidos y enfocados en ti… por lo tanto… solo verias tu cara, tu voz y demás cosas que te pertenecen.
-Eso fue muy dulce… estúpido, trillado y nos saca del tema, pero muy dulce… —dijo Kurt dándole un pequeño beso— ¡ay dios mio!
-¿Que?... —pregunto Blaine mirando al perro y pensando lo peor.
-¡Me acabo de acordar que besaste a ese animal!… —respondió limpiándose los labios y poniendo cara de vomito.
-Marca el uno mejor… —termino por decir Blaine riendo para si.

Julio de 2031



-¿Te vas a cambiar esa camisa después?, ¿verdad? —dijo Kurt mirando a su esposo con un ojo y los números del ascensor con el otro.
-Lo decidiré cuando regresemos.
-Pues yo creo y deberías decidirlo ahora, después de todo tienes un perro en los brazos que tiene quizás que... —insistió haciendo una mueca de desagrado al ver que el “Señor Botones” hacia ruidos como de tos ahogada.
-Abre la reja mejor… —demandó Blaine señalando hacia adelante con la cabeza.
-¿Me vas a seguir mandando?, porque te digo de inmediato que no me gusta…. —contestó cruzándose de brazos.
-Lo se, pero a mí tampoco me gusta que actúes con tanta frialdad con respecto a esto… —respondió Blaine acariciando el lomo del perro.
-No actúo con frialdad, solo digo lo que es… además que si me pides las cosas de malos modos, es difícil que simpatice con algo de toda esta situación…. no me gusta este Blaine de las emergencias veterinarias… —terminó por decir haciéndole una especie de desprecio
-OK… siento haberte mangoneado, que tal esto... por favor Kurt… ¿podrias ser tan amable y con ese corazon enorme que tienes, podrías abrir la reja? —dijo Blaine haciendo ademanes propios de una persona extra educada, Kurt lo miro y le mostró la lengua, luego se volteo de la manera más dramática que encontró y abrió la reja del ascensor, Blaine sonrió y bajó tras él.
-¿Ese es el Señor Jenkins?... —pregunto Kurt mirando al portero de su edificio que se había vestido de lo más patriótico, tenía un «top hat» con los colores y el diseño de la bandera y un listón en la solapa tambien blanco, azul y rojo.
-Lo es… se amable… —advirtió Blaine avanzando a la salida.
-Lo seré… aunque parece que Washington le escupió encima —añadió Kurt entre dientes.
-Señor Anderson, Señor Hummel… ¿ya se van a su almuerzo en el parque? —preguntó el Señor Jenkins acercándose a ambos, se acomodó el sombrero y el listón como esperando que lo alabarán por su atuendo.
-Señor Jenkins, buenas tardes… —contestó Kurt mirando de arriba a abajo— no la verdad es que nos surgió una emergencia, así es que…
-¿Su perro está muerto? —preguntó retrocediendo un par de pasos.
-¡No!, ¡por supuesto que no! —respondió Blaine acercando el perro más a su cuerpo— solo está enfermo...
-¡Ah!, claro… disculpe pero uno ve algo y ya sabe… —dijo el portero silenciandose, casi esperando a que sus interlocutores finalizarán la frase por él.
-No se preocupe, yo pensé lo mismo… —se adelantó en decir Kurt haciendo un gesto de complicidad— pero gracias a dios que no… ¿es posible que nos consiga un taxi?… queremos ir al hospital veterinario y pensamos que es más rápido que si tomamos el auto —agregó mirando y juzgando el atuendo del empleado del edificio— además así usted aprovecha de vigilar que no hayan fotógrafos o personas indeseables a la entrada del edificio.
-Por supuesto… —contestó haciendo ademán de partir de inmediato— ah… lo olvidaba… feliz cuatrode julio… —agregó entregando una bandera en miniatura a cada uno.
-Gracias… —dijo Blaine tomándola por la pequeña asta.
-Muy apropiado… —añadió Kurt haciendo lo mismo.
-Fue una idea que tuve… —comenzó a explicar el Señor Jenkins mientras avanzaba a la salida— lo mismo que mi atuendo… ya saben, como en Navidad llevo un gorro de Santa y en Halloween algo tenebroso… —dijo tocándose el listón de nuevo.
-Pues… se… ve… fenomenal… —contestó Kurt tratando de parecer veraz.
-Gracias Señor Hummel…
-Señor jenkins… el taxi… —añadió Blaine más preocupado por el perro que por cualquier otra cosa en el mundo.
-Si... si, por supuesto —contestó el portero saliendo de inmediato, se acercó a la calle y sacó de su bolsillo un silbato pequeño y alargado y dio dos pitazos seguidos y en menos de un minuto un taxi se detuvo en la entrada del edificio, el Señor Jenkins abrió la puerta trasera y luego de mirar a ambos lados de la Fifth Av. le hizo un par de señas a Kurt y a Blaine de que todo estaba en orden y que podían salir sin problemas.
-Buenas tardes… —dijo el chofer ajustando el espejo retrovisor y el marcador en el taxímetro— ¿donde los…?... ¡oye «hermano»!... ¿¡ese perro esta muerto!? —exclamó volteandose un poco hacia atrás.
-No esta muerto… —respondió Blaine de mala gana, ya harto de que dijeran que el perro estaba muerto si no lo estaba— esta enfermo… al 1390 de 2nd Av. por favor… — pidió haciendo espacio para su esposo.
-¿Seguro que no esta muerto?... ¡no quiero animales muertos en mi auto!
-Seguro… ¿nos lleva rápido a este lugar por favor?... —insistió Blaine dejando en las manos del chofer un billete de 20 junto al papel con la dirección
-Por supuesto… solo tenía que chequear «hermano»… —dijo el taxista guardando el dinero, dio un giro de 180 grados y partió a toda velocidad, Kurt miró a su esposo pensando en que como era posible que hasta supiera quién estaba dispuesto a recibir un soborno y quien no.
-¿Que?... —dijo Blaine advirtiendo aquel respingo.
-Nada…
-Llama a los chicos para saber si ya están alli…
-No hace falta… —dijo Kurt advirtiendo con la mirada que sus hijos ya estaban en la puerta del hospital veterinario, mirando cada taxi que pasaba por la 2nd Av.
-Perfecto… nos deja en la esquina por favor…
-Como guste… —dijo el taxista deteniéndose donde le dijeran, marco la tarifa y Blaine le pago antes de bajarse.
-¡Papá!... ¡«Papáblen»!... —grito Lizzie haciendo señas como naufrago en medio del océano— ¡¿que demonios?!... —agregó acercándose, Henry también lo hizo pero de manera más civilizada.
-Ese lenguaje Lizzie Anderson… —advirtió Kurt levantando una ceja.
-¡Ay Papá!, es una super emergencia… esta permitido este tipo de lenguaje, ¡hola!... ¿que le paso «Papáblen»?, el Papá no fue muy específico… ¡alejate de la luz «Señor Botones»! —exclamó Lizzie para el asombro de varios de los transeúntes.
-Al parecer se trago el broche de hipopótamo...—respondió Blaine esperando en la entrada del hospital.
-¡¿Y el Papá sabe eso?! —preguntó Henry tomándose la frente.
-Lo se cariño, me enteré de la peor forma, así es que lo se… —dijo Kurt tomando una de las enormes manijas de bronce para abrir la puerta para todos, Blaine entró con el perro primero que todos, secundado por Lizzie que seguía pidiendo al «Señor Botones» que se alejara de la luz y Henry que se hizo cargo de la puerta para dejar entrar a su Papá antes que él.
-¡Ayuda!... ¡aquí!... —dijo Lizzie volviendo a lo de las señas estridentes.
-Cariño…
-¡Papá!, ¡insisto que es una super emergencia!... ¡hola!... —agregó la pequeña chasqueando sus dedos a quien quisiera ponerle atención, el mesón de la recepción era redondo y abarcaba toda la esquina del primer piso, tras el, habían tres mujeres de delantal azul atendiendo teléfonos y rellenando formas de los pacientes entrantes, aun costado estaba la sala de espera y que consistía en una hilera de sillas pegadas al muro, allí y en espera había una mujer con dos gatos en una jaula y un señor de edad avanzada que sostenía una correa de paseo.
-Buenas tardes… ¿necesitan ayuda? —preguntó una de las mujeres.
-¡Si!… ¡mi perro!… ¡«Papáblen»! —dijo Lizzie haciéndole una seña al aludido para que se acercara, seña que se vio como el baile de un electrocutado mas que otra cosa, Blaine se acercó junto a Henry al tiempo que Kurt optaba por sentarse en una de las sillas de la sala de espera alejado lo más posible de los gatos enjaulados.
-¡Oh!, un pequeñito… ¿que le pasa?... —agregó la mujer comenzando a escribir en la computadora que tenía en frente.
-¡No lo sabemos! —respondió Lizzie haciendo que su interlocutora diera un respingo impresionada.
-Esta decaido desde esta mañana y no ha querido comer en… ¿cuantos dias Princesa?
-¡Tres!... —exclamó Lizzie en el mismo tono, Kurt no supo si preocuparse por su hija o ponerse a reír allí mismo
-Eso… —dijo Blaine sonriendo, la recepcionista se quedó viendo a LIzzie un instante y luego volvió a ingresar información en la computadora— ¿tienen alguna sospecha de que si pudo ingerir algo o mascado algo?
-Tenemos la sospecha que pudo tragarse un broche como de este tamaño… —contesto Blaine simulando con sus dedos la forma de una pelota de golf.
-¡Tan grande!... ¿y un broche así existe? —quiso saber la mujer perdiendo total la perspectiva de lo que era importante, Kurt levantó una ceja sintiendo ofendido su gusto y sentido de la moda.
-Existe... o existía… ¿nos pueden ayudar?...
-Por supuesto, la Doctora Anne Heskel los atenderá... —dijo llamando a la profesional— vendrá en un segundo… asiento.
-¡Pero esto es una urgencia!... ¡hola!
-Princesa…
-¡Es la verdad! —insistió empuñando sus manos.
-Y todos lo sabemos Princesa y estoy seguro que los expertos de aqui tambien lo saben… no es necesario que grites todas tus respuesta sy opiniones.
-¡Lo siento! —añadió volviendo a vociferar, Blaine la miró con ternura y le hizo un cariño en la cara, Henry quiso reír pero recordó la situación complicada en la que estaba el «Señor Botones» y decidió guardarse la alegría para otro momento.
-¿Que te dijeron?... —pregunto Kurt acercándose a todos.
-Que debemos esperar que la doctora...
-Buenas tardes… —los cuatro se voltearon al escuchar aquel saludo— ¡vaya!... Blaine Anderson… un gusto… —dijo la doctora Heskel estrechando la mano de todos, cada quein dijo su nombre y Kurt se encargó de de decir que era el esposo de Blaine unas cuatro veces— cuenteme… ¿cual es el problema?
-¡Mi perro esta enfermo con un demonio! —dijo Lizzie tapándose la boca la segundo de emitir aquel grito destemplado.
-Muy bien pequeña… ¿que tiene tu perro? —quiso saber Anne mientras le abría los ojos al «Señor Botones» y revisaba su temperatura tocándole la nariz, Lizzie explicó todo subiendo y bajando el tono de su voz de acuerdo a las caras que le ponían sus padres, cuando describió el broche que supuestamente el animal se había tragado, la doctora tomó al perro en menos de un segundo e hizo ademán de llevárselo de inmediato.
-¿Qué sucede?... —quiso saber Henry siguiéndola de cerca. Lizzie se tomo la cara y se quedó quieta como estatua.
-Si se tragó un objeto de ese calibre y de esas caracteristicas lo mas probable es que tenga una obstrucción intestinal… debemos actuar rápido para evitar lesiones en el estómago e intestinos, haremos un par de exámenes, esperen aquí por favor… —pidió Anne entrando y cerrando al puerta tras ella.
-¿Que dijo Henry? —pregunto Blaine tomando a su hijo por un hombro.
-Que haran examenes… y que puede ser super grave —respondió este con miedo en todo el cuerpo.
-Ven… —agrego su «Papáblen» abrazándolo, Lizzie hizo un puchero y se unió al abrazo, Kurt blanqueo los ojos y terminó acercándose a medias para tocar las espaldas de todos.
-¿Que tal si nos sentamos?... sea lo que sea nos avisaran… —dijo Kurt queriendo demostrar empatía lo más posible.
-Papá, estoy super segura que el «Señor Botones» no se comió esa cosa de manera intencional… —aseguró Lizzie colgándose esta vez del cuello de Kurt.
-Ay cariño… lo se… todo saldrá bien… ven… —dijo su Papá guiandola a las sillas de espera, Lizzie ponía diferentes caras como si buscara la mueca más adecuada para la tragedia que estaba viviendo Kurt sonrió y le acarició una mejilla antes de seguir hablando— estoy seguro y todo saldrá bien…
-¡Y si no!... ¡alejate de la luz «Señor Botones»! —grito Lizzie dirigiendo su voz hacia la sala de procedimientos donde estaba su perro.
-Cariño… cariño… escúchame… —insistió Kurt tomando la cara de su hija para que lo mirara a él y no a la puerta— si no… debes pensar que este perrito fue inmensamente feliz los años que estuvo con nosotros en especial junto a ti y a tu hermano, y eso cariño, es algo que la mayoría de los animales de los refugios ni siquiera sabrán lo que es… —concluyó haciéndole más caricias, Henry hizo un puchero emocionandose y Blaine sonrió satisfecho al escucharlo decir aquello.
-¡Ay Papá!... ¡no lo odiabas tanto como parecía! —exclamó Lizzie abrazando a su Papá.
-Por supuesto que no… él es importante para ustedes, ¿esperemos tranquilos?... —termino por decir dándole un beso a ella y a Henry que también parecía y necesitaba ser confortado.

Julio de 2042



-¿Blaine?... necesito que me ayudes —dijo Kurt entrando en la habitación, su esposo estaba atravesando en la cama y parecía que se había quedado como primero había caído, estaba descalzo y tenía una revista de deportes tapándole la cara— Blaine… ¿recuerdas donde dije y pondría las sábanas esas elegantes que encargue?... ¿las que vinieron a dejar el otro día?, era una caja azul como así… —agregó registrando dentro del closet— ¿Blaine?...— insistió abriendo un par de cajones de uno de los últimos compartimentos— se que estas despierto, así es que no te hagas el dormido conmigo...— insistió moviendo más cosas.
-No me hago nada… solo estoy «descansado» —respondió su esposo que más que descansar parecía y había caído ebrio por la manera descuidada en la que estaba tomando su siesta.
-Blaine, esto es importante… no encuentro lo que busco… debes ayudarme —dijo Kurt acercándose a la cama, le dio un par de golpes un una de las piernas y luego le quito la revista que tenía en la cabeza— ¿de verdad no recuerdas donde dije que la pondría?, es una caja azul como así — repitió esta vez simulando con sus manos el tamaño de lo que buscaba, luego se quedó esperando la respuesta con las manos en la cadera.
-¿Por que me haces responsable de algo que hiciste tu? —contesto Blaine abriendo un solo ojo.
-Porque sabes bien que el verano hace que mi mente divague… ¡dime!
-Creo que no lo se…
-¡Blaine! —exclamó dejando caer la publicación sobre la panza de su esposo.
-¡Auch! —se quejó su esposo retorciéndose un poco, Kurt quiso reír pero siguió esperando la respuesta de lo más serio— es la verdad… además porque necesitas encontrar sábanas, las personas de la limpieza dejaron las habitaciones perfectas ayer.
-Si, pero pusieron las de siempre en la habitación de invitados… y sabes bien que en minutos llegaran los Westbrook Stewart por lo tanto necesitan ser cambiadas antes que eso suceda.
-¿Por qué los ingleses no soportan sábanas que no sean nuevas?
-No, porque son nuestros invitados, pueden poner a prueba nuestro servicio… —dijo Kurt mirando todo por si recordaba dónde había puesto lo que buscaba— ¿que?... —agregó al notar que su esposo se le quedaba viendo con cara de risa.
-Lo que dijiste… —respondió incorporándose— solo falto que encendieras un par de velas en cada una de tus manos…
-¿Como?
-«Se nuestro invitado… se nuestro invitado… ponga a prueba nuestro servicio...» —dijo Blaine cantando con acento francés mientras se movía de rodillas en la cama hasta llegar a la orilla y alcanzar el cuerpo de su esposo.
-¡Ah!... eso… no es divertido… —dijo Kurt queriendo apartarse.
-¡Vamos!... si que lo es… solo te falta la mesa interminable y la vajilla danzarina —respondió Blaine moviendolo un poco a la altura de las caderas.
-¿Y un castillo? —pregunto como entusiasmándose con la idea.
-Y un castillo, por supuesto que un castillo… pero sin la bestia… porque ya sabes… no te estoy dispuesto a compartirte con nadie… —dijo Blaine dándole un pequeño beso, Kurt sonrió engreído sintiéndose mejor que nadie — menos con una bestia que podría tener mejores cosas que yo...
-Nadie tiene mejores cosas que tú… —corrigió Kurt acariciandole los rizos, Blaine fue esta vez quien se sintió más que invensible— pero no... ¡Blaine!... —exclamó luego como volviendo en si— ¡me sacas del tema! —añadió quitándole las manos de su cuerpo— estoy en medio de una crisis aquí y tú te pones a decirme cosas y a cantar como ese sexy candelabro francés… no es el momento...
-¿Por qué te preocupas tanto?... estamos hablando de nuestros amigos que nunca nos han exigido grandes lujos, es más, te advierto que cuando estábamos en la universidad, Dylan se quedó dormido sobre una caja de pizza… —dijo Blaine haciendo un gesto de advertencia con uno de sus dedos.
-Pero ahora es diferente… —contestó Kurt como niño consentido.
-¡¿Por qué?!
-Porque sí… porque… hace solo un par de meses que acabo esa pesadilla indescriptible que vivieron con Liverpool y me gustaria agasajarlos para que se sientan bien y felices…
-¿Y eso lo hace un juego de sábanas de 1200 hilos?
-Eso y otras cosas…
-Muy bien… en ese caso… —dijo Blaine bajándose de la cama, se dirigio al closet y saco lo que su esposo buscaba desde uno de los gabinetes más altos— aquí están tus sábanas «Millesimo by Sferra».
-¿Sabías donde estaban todo el tiempo? —pregunto Kurt con las manos en la cintura.
-Por supuesto...
-¿Y por qué no me lo decias?... ¿sabes cuanto tiempo me hiciste perder? —añadió tomándose la cabeza.
-¿Por qué estás tan quisquilloso?... y no culpes de nuevo al calor ni a qué quieres ser el perfecto anfitrión, porque eso ultimo lo eres siempre….
-No estoy quisquilloso… —dijo tomando las sabanas para desempacarlas de su caja— solo estoy…
-¿Quisquilloso?... —interrumpió Blaine mirándolo de medio lado— ¿es por qué los chicos tal vez no vengan para el 4?
-...
-¿No hablamos de esto?....
-Hablamos… pero eso no quiere decir que este de acuerdo… —respondió desdoblando las fundas, las reviso por todos lados y luego hizo lo mismo con cada una de las sabanas.
-Yo tampoco lo estoy… pero estoy seguro y harán lo posible…
-Si claro, con Henry en Toronto y Lizzie en medio de la selva…
-Guatemala no es solo selva, y sabes bien que Henry regresa el fin de semana, además estoy seguro que a ninguno de los dos les gustaría perderse el menú súper extraordinario de nuestro picnic anual en el parque... —dijo Blaine acariciándole la espalda.
-¡Si que es extraordinario!… ¿verdad?
-Lo es, siempre lo ha sido... así es que Dylan y su familia deberían considerarse afortunados por probarlo por primera vez este año…
-¿Aunque Dylan sea ingles y no tenga nada que ver con esta celebración?
-Aunque sea ingles y mas bien se sienta que Estados Unidos es como un hijo mal agradecido por independizarse — Kurt sonrió y Blaine premio aquello con un beso— ¿te ayudo a cambiar todo?
-No… esto lo hago en un segundo, lo que sí necesito es que vengas conmigo a alistar la habitación de Noah, solo tú sabes cómo se corre esa cama.
-Por supuesto… —respondió quitándose la camisa para cambiarla por una camiseta mas comoda.

-¿Noah?... ¿cariño?... ¿podemos pasar? —pregunto Kurt golpeando la puerta de la habitación de su hijo.
-Papá, ¿eres tú acaso? —contestó el pequeño desde adentro.
-Soy yo, yo y el «Papáblen»… queremos alistar tu habitación… ¿podemos pasar? —agregó poniendo oído a lo que hacía su hijo, se escucharon ruidos de muebles que se cambian de posición, además de vidrios que chocan entre si— ¿Noah?...
-Papá, «Papáblen»… pasen… —dijo abriendo al puerta junto a «Desmond» y «Mister Stephen Whiskers» — «Papáblen», creí que estabas «descansado»…
-Lo estaba hijo, pero el Papá me recordó dulcemente que debíamos alistar tu habitación así es que deje mi «descansado» para más tarde…
-¡Oh!... —respondió el pequeño de lo más impresionado, acto seguido se acomodo en los brazos a los animales que cargaba, al de felpa y al real.
-Cariño… ¿que te he dicho sobre cargar a ese animalito?... —dijo Kurt mostrandole la lengua a su esposo y mirando al gato con el recelo de siempre.
-No es un animalito, es un gato, y se llama «Mister Stephen Whiskers»…
-Como sea bebé, ¿que estabas haciendo? —pregunto mirando todo.
-Hacía espacio para la cama de Liverpool Westbrook Stewart—contestó apuntando hacia dónde había movido una de sus mesas de noche, además del cobertor y las sábanas.
-Muy bien hijo… pero el Papá y yo te íbamos a ayudar en eso…
-Si… pero quise hacer algo al «respepsto» —dijo Noah dejando a su gato sobre la cama, «Mister Stephen Whiskers» dio un pequeño salto y luego de dar algunas vueltas se echó sobre las almohadas, Kurt levantó una ceja evidenciando el total rechazo que eso le provocaba, Blaine le hizo un gesto para dejará pasar aquello, su esposo terminó por tomar un poco de aire y se dispuso a la labor que lo había llevado allí.
-Moveremos esto también cariño... —dijo señalando la tienda de campaña.
-¿Es necesario?
-Lo es si queremos correr la cama bajo la que usas bebé… —explicó Kurt tomando la tienda por una de las puntas, la movió con cuidado y la dejó cerca de una de las ventanas, Noah entró de inmediato a inspeccionar si todas sus cosas estaban en orden.
-¿Esos bebés también dormirán aquí? —pregunto de cuclillas dentro de la tienda.
-No hijo ellos… ellos dormirán con Dylan y Lily en el cuarto de invitados. —contestó Blaine mientras buscaba bajo la cama el seguro que mantenía unidos los dos colchones— ¿por qué?
-Porque Liverpool Westbrook Stewart me dijo que a él no lo dejan dormir porque son super gritones —explicó Noah blanqueando los ojos como si la sola idea de un bebé llorón lo pusiera de mal humor, Kurt sonrió por lo bajo mirando a Blaine, bien recordaba que la vez que visitaron Londres para ayudar a Liverpool, Noah se sintió celoso y desplazado por los pequeños gemelos de Lily y Dylan.
-Pues no tendrás que preocuparte por eso cariño, sus padres lo harán por ti... —dijo Kurt al tiempo que buscaba la ropa de cama que usaría el amigo de su hijo.
-¿Y Hendrix Westbrook Stewart?
-El no vendrá Bebé, asistirá a un campamento de rock o algo asi.. —agregó sacando un par de cobijas y un juego de sábanas con estampado de universo.
-¿Como es lo que parece que pasará con Henry Anderson Hummel y Lizzie Anderson Hummel? —quiso saber Noah soltando un suspiro de tristeza.
-Así es cariño… pero oye… —respondió Kurt acercándose a su hijo— tal vez alcancen a llegar y nos den una sorpresa, ¿que te parecería eso?— agregó mientras le acariciaba el cabello.
-¡Super «sensasonal»! —respondió feliz.
-Yo pienso lo mismo… —añadió su Papá sonriendo también.
-Listo… —dijo Blaine una vez separadas las dos camas.
-Perfecto… —agrego Kurt comenzando a hacer la cama partiendo por las sabanas, Blaine tomó una de las puntas y se encargó de la parte de la cabecera.
-¿Papás?...
-¿Si cariño?... —contestó Kurt corrigiendo de manera disimulada lo que su esposo hacia.
-¿Creen que a Liverpool Westbrook Stewart le volvió el pelo?
-No lo se bebé, ni Lily, ni Dylan nos dijeron nada al respecto, ¿Liverpool no te ha enviado ninguna foto? —dijo Kurt siguiendo con el orden.
-No… ¿que opinas tu «Papáblen»?
-Tampoco se hijo…
-Pero a mi me volvio… —insistió Noah tocando su propio cabello.
-Eso es verdad, pero la situación de LIverpool era diferente… —dijo Blaine abultando una de las almohadas— el perdió su cabello por el tratamiento al que lo sometieron, tú en cambio solo lo cortaste hijo.
-Es verdad pero... ¡Papá! —exclamó Noah causando un respingo de susto en sus dos padres.
-¿Que sucede bebé?, ¿tus insectos siguen en sus frascos?, ¿verdad? —dijo apartándose con los ojos cerrados de la cama que ordenaba junto a su esposo.
-Si… solo quería recordarte que debes poner la manta verde, es la favorita de LIverpool Westbrook Stewart… esta aquí… —añadió incorporándose y sacandola de debajo de uno de los niveles del «árbol rascador» de «Mister Stephen Wishkers», la sacudió y varios pelos de gato volaron libres por toda la habitación.
-Cariño.. —dijo Kurt apartando los pelos con una de sus manos— Liverpool no puede usar eso…
-¿Por qué no?, es su super favorita.
-Tal vez lo es… pero creo que algo lleno de pelos y… manchas, que en nombre de todo lo bueno y puro no quisiera saber de que son... —agregó apuntando y poniendo cara de asco, Blaine rió por lo bajo mientras terminaba de estirar el cobertor y acomodar las almohadas— no es lo apropiado para alguien que se esta recuperando de una enfermedad tan grave y seria como fue la que afectó a tu amiguito…
-Pero él me autorizó para que «Mister Stephen Whiskers» la usara…
-Entonces hijo… —dijo Blaine tomando la manta para ponerla nuevamente en el sitio donde estaba— ¿qué tal si se la regalamos a «Mister Stephen Whiskers» y luego más tarde o mañana, compramos una nueva y que sea exclusiva de Liverpool?
-¿«Expsclusiva» de Liverpool Westbrook Stewart? —exclamó Noah tomándose la cara.
-Así es… ¿que opinas?
-¡Super «sensasonal»!... ¡Papá!... ¿¡escuchaste lo que dijo el «Papáblen»?!... ¡Liverpool Westbrook Stewart tendrá una manta nueva y «epsclusiva»!
-¡Pero eso es genial bebé!, ¡super genial!… —contestó Kurt mientras corregía velozmente la posición del cobertor y las almohadas.

Julio de 2031



-¿Recuerdan esa vez que el «Señor Botones» le quitó la dona que se estaba comiendo el Señor Jenkins? —dijo Henry sonriendo y mirando hacia un punto fijo en la pared, como si viera proyectado allí el momento que describía.
-¡Y que él salió persiguiendolo! —agregó Lizzie cambiándose de lugar para ponerse al lado de su hermano— cuando salga de esta le compare una caja de las más grandes… ¡aguanta Señor Botones! —exclamó hacia el pasillo
-Pero no creo que pueda comer cosas así de inmediato «Rizzie»… ¿verdad «Papáblen»?
-Muy verdad hijo… —respondió este sonriendo, Kurt miró a su esposo de reojo.
-¡Me acordé de lo mejor! —exclamó Lizzie dando un aplauso, todos dieron un pequeño salto de sorpresa— lo mejor, fue cuando se metió en la alcantarilla del Central Park y el «Papáblen» lo rescató… ¿se acuerdan de eso? —agregó Lizzie mirando a todos.
-Yo me acuerdo… —respondió respondió Henry levantando su mano.
-Y yo Princesa… —dijo Blaine acariciando con ternura la cara de su hija.
-Yo también me acuerdo, en especial porque el video del trasero de mi esposo lo mostraron en todos los portales de internet y programas de televisión existentes… —agrego Kurt blanqueando los ojos, Blaine sonrió por lo bajo.
-¡Ya se!... —volvió a exclamar Lizzie causando otra vez un respingo en todos— ¡podemos llevarlo al picnic!... seguro y no hará problemas, como estará convaleciente y todo… ¿podemos Papá?
-Veremos que dice la doctora cariño… con un demonio… —dijo Kurt restregándose un ojo— ¿me ayudas Blaine?, creo que me entró un pelo o algo de tanto animalito que hay aquí —añadió levantándose, su esposo hizo lo que le pidiera siguiéndolo hasta un costado de la puerta vidriada.
-Será mejor que nos ubiquemos más cerca de la ventana, si alguien entra podría punzarte un ojo o algo…
-No tengo nada en el ojo… —dijo dándose media vuelta y mirando a sus hijos que seguían recordando cosas y momentos vividos con su mascota.
-¿Por que me pediste que te ayudará entonces?
-Porque quería hablar contigo a solas… —respondió Kurt en voz baja.
-¿Sobre que?... —dijo Blaine en el mismo tono.
-Sobre lo que está sucediendo… —insistió alejándose un poco más de la pequeña sala de espera, Blaine lo miró extrañado y avanzó el par de pasos a los que lo obligaba su esposo— ¿ves lo que yo? —agregó señalando a sus hijos con la mirada.
-¿Nuestros hijos?, ¿o el señor del perro invisible? —pregunto Blaine haciendo referencia al anciano que sostenia una correa desde hacia no se cuanto tiempo.
-Estoy hablando de nuestros hijos, claramente están actuando como si el perro fuera a salir brincando hoy dia mismo de esto, y claramente no sera asi…
-¿De que estas hablando?
-De que probablemente ya debe estar muerto y le están haciendo RCP canino o algo…
-Kurt…
-Mira, se lo que estás pensando, porque aunque te niegues a creerlo lo se la mayor parte del tiempo, pero no lo digo porque no sea de mi agrado lo que hizo con mi broche, ni porque en general él no sea de mi agrado, sino que porque lo que dijo Henry que le dijo la doctora no es un panorama muy favorable.
-Tal vez, pero no se… el «Señor Botones» es joven, tal vez pueda resistir una operación o a lo que sea que lo sometan.
-¿No viste la cara que puso la veterinaria?... ¡porque yo sí!… —añadió dejando a Blaine con la respuesta articulada en su boca— bien vi que además de mirarte a ti, cosa que odie por cierto, lo miró como si todo estuviera perdido con el perro.
-¿Por qué me dices todo esto?, no entiendo a donde quieres llegar...
-A como vamos a enfrentar esto con nuestros hijos, nunca han perdido nada ni a nadie… ¿que les decimos si el desenlace es fatal?
-Vaya si te pones en los peores escenarios…. —dijo Blaine mirándolo con el entrecejo fruncido— yo prefiero mantenerme positivo y… —se adelantó en decir la ver que Kurt volvia a enarbolar los argumentos de la verdadera gravedad del «Señor Botones»— y… si la situación se agrava, tendremos que estar para ellos nada más, confortarlos y decirles que todo estará bien, sufrirán… si… pero asi es la vida...
-¿Así de simple?…
-Así de simple… —repitió tomándole la mano— ahora volvamos… y a propósito, se de sobra que esa postura de odio en contra del perro es solo eso… lo que le dijiste a Lizzie sobre que el «Señor Botones» fue feliz con nosotros, no lo dijiste solo por hablar… —añadió Blaine mientras avanzaban hasta donde estaban sus hijos, Kurt hizo un par de muecas propias de alguien mucho más joven e inmaduro.
-Papás, ¿se acuerdan de cuando me operaron de apendicitis y el «Señor Botones» se quedó conmigo todo el rato mientras hacía el reposo?
-Nos acordamos Princesa…
-Es tan bueno… no merece estar sufriendo… ¡hola!... —dijo Lizzie cruzándose de brazos.
-Nadie merece sufrir cariño…
-Pues alguien malo si… —insistió la chica acrecentando su mueca de disgusto infantil.
-¿No deberían de venir a decirnos algo?... me duele el estómago… —dijo Henry sobándose la panza,
-Tranquilo cariño, lo que sea que pase, nos lo vendrán a comunicar… —contestó Kurt acariciandole una pierna.
-Un momento… —añadió Lizzie moviendo sus brazos como si detuviera el tránsito en Times Square, se levantó de la silla y se paró delante de todos, incluso el señor del «perro invisible» se le quedó viendo— que es eso de que «sea lo que sea»… —pregunto haciendo el gesto de comillas con sus dedos— ¿acaso sabes algo que nosotros no?
-Cariño…
-No Papá, todos estamos pensando súper positivo menos tú… ¿¡qué demonios significa eso!?
-Primero cariño… siéntate y deja de maldecir...—dijo Kurt señalando la silla desocupada a lado de Henry, Lizzie obedeció después de casi un minuto— segundo… —prosiguió su Papá soltando un suspiro— también pienso en positivo, pero creo que ustedes están siendo demasiado optimistas… la doctora Heskel nos advirtió que la situación era grave… y no me gustaría que se hicieran ilusiones con algo que tal vez no resulte como esperan.
-¡Papá!... —exclamó Lizzie alargando la última «a» y dando un pisotón fuerte en el piso seguido de otros cinco más pequeños
-Princesa… —dijo Blaine acariciandole el cabello— todos aquí queremos el bien del «Señor Botones», pero debes entender…
-¿Entender que?... ¡ay dios mio! —agregó la pequeña al ver que Blaine guardaba silencio porque la veterinaria salía de la sala de procedimientos en ese preciso instante, cargaba una ficha como de hospital para humanos, además de un dispositivo electrónico del porte de un libro— ¡doctora!... ¡aquí!... —exclamó haciendo unas señas al tiempo que se levantaba de un salto, Henry se paró al lado de su hermana y la tomó del brazo, Blaine también abandonó la silla que ocupaba y miró a su esposo que se le acercó cogiéndole la mano de inmediato. Anne les hizo un gesto de que esperaran un segundo y le dio un par de instrucciones a una de las recepcionistas de azul, luego encendió el aparato electrónico que cargaba y busco algo antes de acercarse a la familia de su más reciente paciente.
-Bien… —dijo acercándose— me temo que tengo malas noticias…
-¡NO!... —exclamó Lizzie sin dejarla terminar, luego se tapó la boca y miró a todos como esperando una reprimenda.
-Lo siento pequeña… —agregó la doctora tocándole un brazo— pero de acuerdo a las imágenes que pudimos obtener, el objeto que se tragó el perrito causó mucho daño en el estómago y en parte de los intestinos, hay una hemorragia interna bastante severa… —explicó enseñando las imágenes, Kurt pensó que nunca se imaginó que vería la silueta de su broche favorito a través de una radiografía del estómago de alguien.
-¿No es posible operarlo?, ¿para sacarselo?... —preguntó Henry simulando con su mano que sacaba algo de otro lado.
-No, lo siento, aunque extrajeramos el cuerpo extraño, el daño es tan grande que no sobreviviría al procedimiento —respondió Anne apagando el aparato que luego guardaba en el bolsillo de su bata de doctora.
-Por dios… —murmuró Kurt apretando más la mano de su esposo.
-¿Mi perro esta muerto?, porque si lo esta, debería decirlo... ¡hola!
-No esta muerto… pero como les digo, ya no es posible salvarlo...
-¿Que está diciendo? —dijo Blaine sintiendo como sus hijos se acercaban cada vez más a él.
-Que dadas las circunstancias, lo único que podemos hacer es ayudarlo a que deje de sufrir… —explicó Anne con la calma de quien ha dicho esa frase un millón de veces.
-«Papáblen»… —dijo Lizzie con un hilo de voz.
-Lo siento Princesa… —la chica hizo un puchero bien tiritón y luego se refugió en los brazos de Blaine, Henry miró a todos y también terminó por soltar el llanto, Kurt lo abrazó a él y lo consoló con caricias en el pelo.
-¿Ya realizó el… procedimiento? —preguntó Kurt cuando Henry se apartó de él y buscó consuelo en su otro Papá.
-No, damos primero la oportunidad de que la familia se despida antes de ayudarlo a descansar… ¿desean hacer eso?
-Asumo y mis hijos querrán eso… doctora…
-Llamame Anne, se lo ruego…
-Anne… luego de… ya sabe… ¿que pasa en el… cuerpo? —quiso saber Kurt hablando lo más bajo posible para que ninguno de sus hijos escuchara aquellos detalles escabrosos, Lizzie oyó de todas formas y lloró con más ganas e histrionismo que antes.
-Bueno… —respondió la veterinaria mirando a Lizzie— en ocasiones, las personas los llevan llevan a un cementerio aquí mismo en New York, hay varios que puedo recomendar, o también recurren a la incineración y mantienen las cenizas con ellos para siempre— Kurt la miro fijo y abrió los ojos más que nunca, como si la idea que tener los restos mortales de un perro en su casa fuera algo inconcebible desde todo punto— lo que decida nuestro personal esta capacitado para asesorarlo en lo que sea…
-Gracias… lo consultare con mi familia...
-Por supuesto, tómense el tiempo que necesiten…. —dijo la doctora dejándolos solos, Kurt le sonrió y se dio media vuelta para hablar con los suyos, Lizzie seguía llorando a mares y Henry otro tanto, ambos abrazados de Blaine como si fuera la última tabla en un naufragio terrible y devastador, Kurt levantó un poco su ceja al sentir una pequeña punzada de celos paternales.
-Hijos… —dijo tomando los hombros de cada uno, ambos levantaron la cabeza apartándose por un segundo del cuerpo de Blaine— la doctora me dijo que es posible que puedan despedirse del «Señor Botones» antes de que… bueno, todo suceda…
-¡Yo no quiero hacer eso! —exclamó Lizzie tapándose la cara.
-Cariño, sé que esto es difícil pero si no lo haces terminarás por lamentarlo más adelante…
-¡Pero es que es terrible!
-Lo es cariño… —agrego Kurt besándole la cabeza, Henry un sollozo con hipo y todo— pero lo creas o no, esta experiencia te servirá en el futuro, porque de eso estamos hechos, de lo bueno y de lo malo que la vida nos regala… —Blaine lo miró sintiendo que tenía al mejor hombre a su lado.
-Pero no quiero… —insistió Lizzie limpiándose la cara con la camiseta que vestía, Henry hizo lo mismo pero con un pañuelo descartable.
-¿No fuiste tu misma la que dijo que el «Señor Botones» estuvo contigo cuando te recuperabas de apendicitis?
-Si…
-Entonces cariño… ¿no crees que el merece que lo acompañes también en este momento tan difícil?... —Lizzie se incorporó un poco y volvió a limpiarse la cara utilizando esta vez la ropa de Blaine.
-¿Estas llorando? —preguntó la chica al ver que su Papá se enjugaba algunas lágrimas.
-Un poco…
-No me digas que es por tu broche… —añadió la pequeña haciendo un puchero
-Por supuesto… —respondió Kurt haciendo un gesto engreído, Henry soltó una pequeña risa llorosa a la par con Blaine— pero lloro mas porque no puedo protegerlos de este dolor que están sufriendo y eso cariño, eso para mi es casi insoportable…
-¡Ay Papá te súper amo! —exclamó Lizzie abrazandolo con tanto ímpetu que Kurt retrocedió algunos pasos y si no cayó al suelo fue gracias al anciano del «perro invisible» que lo sujetó como pudo.

Julio de 2042



-Pero él me autorizó para que «Mister Stephen Whiskers» la usara…
-Entonces hijo… —dijo Blaine tomando la manta para ponerla nuevamente en el sitio donde estaba— ¿qué tal si se la regalamos a «Mister Stephen Whiskers» y luego más tarde o mañana, compramos una nueva y que sea exclusiva de Liverpool?
-¿«Expsclusiva» de Liverpool Westbrook Stewart? —exclamó Noah tomándose la cara.
-Así es… ¿que opinas?
-¡Super «sensasonal»!... ¡Papá!... ¿¡escuchaste lo que dijo el «Papáblen»?!... ¡Liverpool Westbrook Stewart tendrá una manta nueva y «epsclusiva»!
-¡Pero eso es genial bebé!, ¡super genial!… —contestó Kurt mientras corregía velozmente la posición del cobertor y las almohadas.
-¿Vamos a ir ahora «Papáblen»?, ¿puede ir «Desmond» y «Mister Stephen Whiskers»? —añadió Noah haciendo ademán de tomarlos a ambos en sus brazos.
-Pues yo creo… que es mejor que esperemos a que lleguen nuestros amigos y entonces vamos, así invitamos Liverpool y él puede elegir una manta que le guste… ¿que te parece?
-Esta bien… —contesto el pequeño como resignado a aceptar lo peor del universo, Blaine sonrió y le dio un beso a modo de consuelo, luego miró a su esposo y a la cama de invitados y después otra vez a su esposo.
-¿Acaso arreglaste lo que ya había arreglado? —pregunto Blaine mirándolo de medio lado.
-¿Que?... no, es decir, ¿de que estas hablando? —respondió Kurt haciéndose el desentendido.
-Estoy hablando de que yo puse estos cojines aquí… y no acá donde están ahora… —agrego su esposo señalando el orden anterior de las cosas.
-No, nada que ver… yo… ¿por qué me molesto en inventar algo? —dijo Kurt queriendo reír.
-No lo se… —respondió Blaine acercándose— pero es encantador que lo intentes… —añadió ciñendolo a él por la cintura.
-¿No te molesta?... —preguntó su esposo de vuelta abrazandolo por el cuello.
-No… —respondió acariciándole la espalda— te dije que es encantador… —insistió Blaine dándole un beso, Noah soltó una risa diminuta y se ocultó tras «Desmond».
-Si esa esta mi recompensa entonces lo continuaré haciendo… —dijo Kurt saboreandose.
-Ok… —susurró Blaine acortando distancia para volver a besarlo.
-¡Papás!... —exclamó Noah al sentir que golpeaban la puerta— ¡tal vez es Liverpool Westbrook Stewart! —agrego abrazándose de «Desmond»— ¡Papá!, ¡«Papáblen»! —insistió el pequeño haciendo un pequeño baile de nervios.
-Te escuchamos hijo…
-¡Vamos entonces!
-Yo creo que es muy pronto cariño, pero vamos a ver… —dijo Kurt tomando a su hijo de la mano.
-¡Si!... —contestó Noah entusiasmándose más, Blaine lo tomó de la otra mano y los tres se encaminaron a abrir la puerta.

-¡Yo abriré!... —exclamó el pequeño soltándose de sus padres casi al llegar al recibidor.
-Un momento hijo… —advirtió Blaine haciendo el gesto de alto con su mano, el pequeño se quedó a medio camino como petrificado.
-Noah… ¿recuerdas las reglas cariño?... —dijo Kurt acercándose.
-Sí… —respondió blanqueando los ojos.
-¿Y cuales son estas? —agregó su Papá bajando a su altura.
-Que porque tú y el «Papáblen» tienen trabajos especiales, yo no puedo abrir la puerta sin saber quien es porque puede ser un «paparparazzi» o una «adolepsente» que gana... —Blaine rió ante la interpretación que hacia su hijo de lo que su esposo llamaba «adolescentes ganosas».
-Muy bien… por lo tanto, siempre, siempre, siempre, seremos el «Papáblen» o yo, o tus hermanos los que abran la puerta... ¿entendido?
-Sí… —dijo Naoh enchuecando la boca.
-Muy bien… —termino por decir Kurt incorporándose para abrir el mismo, miró primero por el «peephole» y sonrió de inmediato, abrió la puerta y todos emitieron exclamaciones de sorpresa al ver quien estaba en el umbral.
-¡Lizzie Anderson Hummel!... ¿eres tu acaso? —pregunto Naoh tomándose la cara.
-¡¿Por qué tardaron tanto?!... esta super mochila casi me deja inválida… ¡hola! —dijo la chica quitándose el equipaje extra grande que llevaba a sus espaldas, estaba más despeinada que nunca y su ropa sucia y falta de aseo personal, parecían evidenciar que de verdad había estado perdida en alguna selva durante semanas, a Noah no le importo nada de eso y corrió a abrazarla— ¡«Goblin»!... ¿como estas hermanito? —dijo dándole unas tres vueltas.
-Lizzie Anderson Hummel ya esta todo listo en mi cuarto para cuando llegue Liverpool Westbrook Stewart y el «Papáblen» me dijo que compraríamos una manta «epsclusiva» para él, y el Papá estuvo de acuerdo, pero depues arreglo lo que había arreglado el «Papáblen» y después se dieron un beso de casados… —contó Noah en tiempo record y de corrido.
-Vaya… gracias por el resumen «Goblin»… —dijo Lizzie dejando a su hermano devuelta en el piso.
-¡Padres!... —exclamó acercándose a ellos, Blaine la abrazo como de costumbre y Kurt arrugó la nariz al sentir el mal olor que traía consigo su única hija.
-¡Cariño!... —exclamó con cara de vomito— ¿donde demonios estuviste?... —agregó tapándose la nariz.
-¡Ay Papá!, el vuelo se atraso y con James no pudimos hacer la escala que queríamos para asearnos y todo, pero debo advertir que en el avión todos olíamos igual.
-A pescado, tierra y ¡por dios!, no se que es eso otro que huelo en tu cabello… —dijo Kurt alejándose un poco.
-¡Ay lo se!... ¡hola!... pero... ¿que preferían?, ¿tenerme aquí como fuera o que me perdiera el picnic del cuatro de julio por reagendar mi vuelo?
-Pues yo habría preferido cualquier cosa que implicara agua y jabón… —insistió Kurt poniendo cara de asco de nuevo.
-Pues yo me alegro que estés aquí sea como sea… —dijo Blaine tomando la mochila gigante, Noah se hizo cargo del bolso más pequeño y Kurt cerró la puerta tratando de no respirar cerca de su hija.
-¿Lo ingleses ya llegaron?...
-Aún no Princesa… pero deben de estar por llegar… ¿como esta James?
-Perfecto… aunque se la paso todo el viaje hablando de las plantas y los animales que necesitaba fotografiar, pero es tan lindo que lo escucharía toda la vida... ¿y Henry?... ¿el primogénito favorito nos dejara plantados? —quiso saber Lizzie caminando hacia la sala, Kurt la miró con el entrecejo fruncido y Blaine no supo bien si aquel gesto de su esposo era en respuesta a lo del «primogénito favorito» o porque Lizzie no partía de inmediato a asearse en vez de instalarse en la sala.
-Henry Anderson Hummel dijo que llegaría mañana, aunque nadie le cree…
-¡Noah!... —exclamo Kurt sonriendo— eso no es verdad Bebé…
-Pero tu dijiste que no creías que alcanzaría a llegar para mañana… —insistió el pequeño arrastrando el bolso hasta el lugar donde Blaine había dejado la mochila de viaje.
-Pero son cosas diferentes bebé, nunca dije que no le creía a tu hermano.
-¡Oh!... —agregó Noah como impresionado.
-Cuéntanos de tu viaje Princesa… —pidió Blaine avanzando abrazado de ella.
-¡Si!... primero, Guatemala es un pais super extra bello… —explicó dejándose caer en el sofá más grande— ¿alguna vez tocaste allí?, o....
-¿No sería mejor que te asearas primero cariño?... ya sabes, dar un orden a tu cabello y a ti misma —interrumpió Kurt mirándola de arriba abajo.
-¡Ay Papá!... estoy super extra cansada… ¡hola!, además les traje cosas de Guatemala —dijo la chica como cantando.
-¿Regalos Lizzie Anderson Hummel?
-¡Obvio «Goblin»!... los buscare… —añadió tomando el bolso más pequeño, lo puso aun costado del sofá donde se había sentado y comenzó a sacar todo allí mismo sobre el tapiz extra blanco, Kurt sintió que le daban tres embolias seguidas— mira «Goblin», este es para ti… —agregó desenvolviendo un pequeño autobús extra colorido.
-¡Es un autobús!… —exclamó Noah mirándolo por todos lados— gracias Lizzie Anderson Hummel… es mi transporte favorito en el mundo…
-Pues allá te gustaria mas porque la gente sube de todo, aunque lo llaman de otra forma… ¿como era?... —se auto preguntó Lizzie mirando un punto infinito— en fin… —agregó hurgando más al fondo de su bolso— este a para ti «Papáblen», mira… —dijo entregandole un pequeño paquete envuelto en papel de periodico., Blaine desató el lazo que mantenía unido el envoltorio y descubrió una pequeña caparazón de tortuga acompañado de un palo de madera con una pelota en la punta.
-¿Eso no es de un animal de verdad o si? —pregunto Kurt abriendo más sus ojos.
-¡Ay Papá!, ¡obvio que no!, antes era asi, pero este es de cerámica o arcilla o algo asi… James lo averiguo todo… habla español… —respondió Lizzie poniendo cara de coqueta cuando recordaba otra de las tantas cualidades de su novio James Hoover.
-Pues se ve muy real… —opinó Blaine tocando el «Ayotl» como si fuera un experto— gracias Princesa… —añadió dándole un beso en la cabeza.
-Por nada «Papáblen», y creo que podrías incluir esa cosita en algún álbum, el sonido es súper armonioso —dijo Lizzie buscando más cosas— esto es para Henry, pero como no esta y nos dejó plantados… tal vez se lo regale al Señor Jenkins o algo... —añadió enseñando un pequeño bolso listado— le servirá para cuando ande en sus construcciones, ¿verdad?
-Es muy bonito Lizzie Anderson Hummel, y es de colores, como mi autobús —opino Noah mientras jugaba sobre la alfombra— ¡lo se «Goblin»!, allá todo es colorido... ¡hola! —Kurt tomó un poco de aire deseando que su regalo no fuera alguna parte de un animal o algo mas colorido que el desfile anual del orgullo, Lizzie saco el ultimo de los souvenir y se dio media vuelta en un solo pie para quedar mirando a su Papá con cara de travesura.
-Y por último, pero no por eso menos importante…. esto es para ti Papá —dijo Lizzie estirando sus manos.
-Gracias cariño… pero no debiste molestarte… —contestó Kurt recibiendo su regalo con una sonrisa en la cara pero con reticencia en el pensamiento, lo abrió como en cámara lenta y descubrió lo que le habían traído— cariño… que hermoso… —agregó desdoblando una funda de cojín en tonos azules, el entramado del tejido era delicado así como los colores de las líneas que iban de un azul tinta hasta un celeste cielo.
-¿Creíste que te regalaria algo de colores chillones e incombinables verdad? —dijo Lizzie queriendo reír
-¿Que?... no… por supuesto que no… ¿esto esta tejido a mano? —dijo Kurt queriendo disimular.
-¡Claro que si!... —insistió Lizzie dándole un pequeño empujón.
-¡Que no!... no pongas palabras en mi boca Lizzie Anderson… pero esto es muy suave… mira Blaine… —agregó apartándose de su hija, su esposo toco el tejido y estuvo de acuerdo con él haciendo un gesto positivo con su cara, Noah dejó de jugar y también se acercó a interesarse por la suavidad del tejido de algodón.
-¡Ay te super amo Papá!... —grito Lizzie besándolo en repetidas ocasiones, Kurt olvido que su hija estaba desaseada y recibió con complacencia los arrumacos que le brindaba— ahora si que iré asearme para que no sigas poniendo esas caras… ¿quien viene? —dijo mirando hacia la puerta.
-¡Debe ser Liverpool Westbrook Stewart!, ¡Papá!... —exclamó Noah volviendo a lo del baile nervioso.
-Enseguida cariño… —respondió Kurt dejando su regalo sobre el piano, Noah tomó a «Desmond» y al autobús colorido con una mano y a su Papá con la otra y comenzó a jalarlo hacia la puerta— y tú ve a asearte, no querrás dar la impresión de ser una misionera del siglo no se cuanto.
-¡Ay Papá!, primero saludaré a los recién llegados, porque la oportunidad de besar a Dylan Westbrook es algo que no se debe dejar pasar por nada del mundo, ¡hola!
-Pues con ese aspecto no se si se acercara a ti cariño…
-¡Papá! —insistió Noah como cayendo en la desesperación.
-Aquí voy cariño… tranquilo —dijo Kurt acariciandole la cara.
-Vamos todos «Goblin» calmate… —agregó Lizzie despeinandolo.
-Tú deberías de encaminar tus pasos al baño Lizzie Anderson… —insistió Kurt volviendo a lo de su mueca de vómito, Lizzie se desordenó más el pelo como si aquello arreglara todo y siguió caminando hasta la puerta bien pegada a su Papá, Blaine los acompañaba desde más atrás riendo de las actitudes de todos.
-¡¿Es él?!... —quiso saber Noah en cuanto Kurt miró por el «peephole»
-Es él cariño… —respondió Kurt abriendo la puerta, la familia Westbrook Stewart estaba instalada en el umbral como si posara para una tarjeta de saludo navideño, Dylan tenía en su brazos a Joplin y Lily hacía lo propio con Lennon, Liverpool estaba delante de todos y se meneaba nervioso al igual que su amigo.
-¡Liverpool Westbrook Stewart! —grito el pequeño dando unos pequeños saltos, Liverpool sonrió y se acercó a su amigo, ya le había crecido el pelo y aunque estaba más delgado que la ultima vez que lo habían visto, se veía feliz y lleno de vida, Noah volvió a vociferar el nombre completo de su amigo para luego fundirse con el en un abrazo bien palmoteado y largamente esperado.