[Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin

Capitulo 5

Eran más de las seis cuando se dirigieron a Indio y la temperatura había caído por debajo de la marca de los 37 grados C°.

Podía ver las olas de calor que se irradiaban desde la acera y Brittany miró a Santana, preguntándose donde se establecerían en la noche.

Habían llamado al Dr. Tanaka anteriormente y habían programado una reunión a las 9 de la mañana. Él tuvo la amabilidad de enviarles por correo electrónico su informe para que tuvieran la oportunidad de compararlo con el del Dr. Bryan.

—¿Parque City?—sugirió Brittany.

—Siempre podríamos encontrar un complejo complejo recreacional de vehículos con conexiones completas—dijo Santana—Poner en funcionamiento la corriente alterna de manera constante, acabaría nuestra batería solar rápidamente.

Brittany tocó la pantalla de la consola, encantada tener Internet y un navegador en la punta de sus dedos.

—Encontraré uno.

Santana suspiró.

—Extraño Sedona.

—¿Sí? ¿Kitty Wilde te tenía mimada?

—Era un gran lugar para estacionar ¿no? Pocos enebros, algunos robles. Gran vista.

—Y las temperaturas por debajo de 37 grados—añadió Brittany—Esto es brutal.

—Sí. Y no preveo que este sea un caso rápido y ordenado.

—Está bien, aquí hay uno. Parque RV el Thorny Cactus—dijo la rubia—Suena de mala calidad.

—Verifica el precio. Eso te permitirá saber si se trata de un lugar mixto con gran cantidad de residentes permanentes o no.

—¿Qué estoy buscando?

—Tarifas mensuales de por lo menos 700. Ese sería un verdadero complejo.

—Entonces saltaremos el Thorny Cactus. Sólo piden 250—regresó a su búsqueda encontrando otro—Complejo Mojave Luxury. 825 al mes.

—Eso me gusta más.

—Piscina. Eso suena grandioso ¿no es así?

—¿Tienes traje de baño?

—No ¿Tu si?

Santana negó con la cabeza.

—¿Nadamos desnudas?

—¡Claro! Así podremos añadir ‘ser arrestadas’ a lista de reglas de Figgins que hemos quebrantado hoy.

—No nos multaron—le recordó Santana.

—Sólo porque la oficial de tránsito yacía en la calle por la descarga eléctrica que recibió.

Santana sonrió.

—Fue divertido ¿no?

Brittany rió.

—Sí, lo fue. Fuiste muy útil. Acababa de ser lanzada de culo por la conmoción y aun así fue capaz de coquetear contigo.

—Ella no estaba coqueteando.

—¿El pedazo de papel que te entregó no era su número de teléfono?

El GPS a bordo se activó dirigiéndolas silenciosamente hacia el complejo. Brittany había silenciado la voz de Clair el primer día.

—Parece como cuatro cuadras al norte y podrás girar a la derecha—dijo la rubia.

—Está bien. Y ella sólo me dio su número de teléfono en caso de que necesitáramos ayuda con algo.

—Por supuesto.

Santana le ofreció una sonrisa arrogante.

—Bueno ¿qué se suponía que hiciera? ¿Ignorarla?

—Por supuesto que no. Una oficial de tránsito, hermosa hasta mas no poder, no aparece todos los días—aunque estaban bromeando, Brittany todavía sentía celos y lo odiaba.

La verdad era que Santana realmente no estaba coqueteando, simplemente estaba ayudando a la mujer a ponerse sobre sus pies y ofreciéndole disculpas.

La mujer…que era increíblemente preciosa…le había pestañeado y casi había babeado a los pies de Santana.

Brittany miró a Santana…su hermoso, suave y bronceado rostro, su cabello rebelde negro, que necesitaba un retoque y la sonrisa jugando en sus labios.

No, no podía culpar a la mujer por adularla.

En Sedona, Brittany había resistido a Santana durante una semana antes de caer rendida ante sus encantos.

—Me estás mirando—la acusó Santana—¿Qué estás pensando?

—No es asunto tuyo. Gira aquí.

—Podrías activar a Clair así no tendrías que vigilar.

Brittany rió.

—Tu romance con Clair ha terminado ¿recuerdas? Yo seré tu voz GPS. Parece que faltan seis cuadras hacia abajo.

—Britt…—dijo Santana en voz baja.

—¿Hmm?—Brittany la miró a los ojos, sabiendo cual sería la pregunta de Santana.

—¿Podemos tener pizza para la cena?

—¿En serio?

—¿Por favor? He visto un anuncio. Locales mixtos, una cadena. Ha pasado una semana desde que hemos comido pizza.

—Han pasado solo cuatro días—entonces se echó a reír—No. Han sido dos. Comiste un par de rebanadas cuando nos detuvimos por combustible en Flagstaff.

—Eso no cuenta.

—Tu obsesión con la pizza está bordeando, bueno…una obsesión.

También sabía que deberían tener pizza para la cena. Pizza y un dulce vino tinto.

Normalmente hablaban.

Santana le contaba historias de sus días de militar, Brittany compartía anécdotas de cuando trabajaba para LAPD. Ahora podía hablar libremente sobre su equipo, sobre Erin y Mark, sin que la culpa le sofocara.

Esta noche, sin embargo, hablarían sobre el caso y lo más probable era que revisarían lo del Dr. Tanaka así estarían preparadas en la mañana. Y quería tener una mejor visión de la base de datos sobre los asesinatos de la carretera.

Ahora que tenía las credenciales del FBI, no tendría tantas limitaciones.

Incluso Santana le había dicho que llamaría a Kurt en Quantico para que ella pudiera entender cómo utilizar los algoritmos en este nuevo caso.

Así que sí, la pizza era procedente.

—Actualmente sólo tengo una obsesión—dijo Santana interrumpiendo sus pensamientos mientras movía sus cejas con picardía, haciendo sonreír a Brittany.





—Ahora esto sí parece un complejo—murmuró Santana mientras entraba en el complejo—Y mira. Una pizzería justo cruzando la carretera.

—Qué conveniente.

—¿Por qué siempre me siento tan estúpida después de hablar con Kurt?—preguntó mientras agarraba un trozo de pizza.

—Creo que a los frikis de la computación les gusta hacerle eso a las personas comunes como nosotras—dijo Brittany—Pero ¿aprendiste algo?

—Oh, demonios, él lo registró a distancia y lo ajustó porque tenía miedo que yo pudiera cargármela—mantuvo la pizza levantada—Esto está bastante bien para ser un local mixto.

Brittany clavó sus ojos en ella, provocando la risa de Santana. Su amistosa batalla por la pizza no era más que un espectáculo.

Brittany se estaba convirtiendo rápidamente en una experta.

Santana tomó el sillón reclinable, imitando la posición de Brittany en el sofá de dos puestos balanceando el ordenador portátil sobre sus piernas. Menos una gata, por supuesto, mientras Lady Tubbington estaba ocupada mendigándole a Brittany.

—¿Algo que haya resaltado en el informe de la autopsia?—preguntó Santana.

Brittany negó con la cabeza.

—Parecen sorprendentemente iguales, a excepción de los informes toxicológicos. Ambas presentan trauma sexual. Ambas presentan fenobarbital, pero el informe del Dr. Tanaka no menciona ninguna otra droga.

—Así que ni narcóticos o cocaína. Eso indica que la primera chica era consumidora.

Brittany asintió.

—La concentración de fenobarbital era mucho más alta en la chica del Dr. Tanaka. Lo colocó como causa de muerte.

—La otra…Jane Doe 23…ya tenía drogas en su sistema. Tal vez no requirió tanto—sugirió.

—Cierto ¿Pero él lo sabía? ¿No tendría ya una jeringa preparada?

—Quizás él es…realmente cruel. Tal vez lo administró gota a gota, lentamente, así ellas sabrían lo que vendría.

—O tal vez la dosis que le administró a Jane Doe 23 era la norma. Tal vez no fue suficiente para la segunda víctima y tuvo que darle una segunda inyección.

—Lógico, supongo, si esta es su primera experiencia con eso—reconoció Santana—Sin embargo, no tan cruel como mi suposición.

—Y supongo que estamos buscando cruel y desagradable ya que no tienen cabezas—ella inclinó la cabeza, pensativa—También tenemos que considerar el ángulo del veterinario.

—¿Te refieres a un veterinario inconforme asesinando mujeres?

Brittany sonrió.

—Bueno, realmente estaba pensando en alguien cuya clínica haya sido violentada y le hayan robado drogas—se encogió de hombros—Por supuesto, podemos seguir con lo del veterinario inconforme si deseas.

—Una vez más, la tuya es más lógica. Y probable—dijo Santana—Voy a enviarle un email a Figgins y le pediré que haga una verificación—vió como los ojos de Brittany se desplazaban a través de su pantalla—¿Sigues buscando en los informes?

—No. De hecho estoy en la base de datos. Es realmente fascinante—levantó la mirada—Figgins tenía razón. La mayor parte se concentra en el este, pero a California también le tocó una porción. Parte de esta información es de treinta años atrás.

—¿Víctimas sin cabeza?

—Sí, algunas. Incluso han encontrado cabezas pero sin cuerpos que coincidan. Torsos sin piernas. Han encontrado piernas y brazos sin otras partes del cuerpo—negó con la cabeza—La gente está loca.

—En efecto.

Brittany frunció el ceño mientras sus ojos exploraban la pantalla.

—Escucha esto…—dijo levantando la mirada rápidamente—…Hace 8 años, un cuerpo decapitado fue encontrado entre Barstow y Needles, en la I-40. La identificaron por las huellas digitales. Una prostituta. Connie Bernstein, 24 años.

—Lagartija de carretera, como las llamó nuestro muy útil policía de Barstow—dijo Santana.

—Sí. Pero eso no es todo. Durante un período de dos meses, fueron encontrados 4 cuerpos en total, igual que este. Dos en la I-40, uno en la I-10 y uno en la I-15, entre Barstow y Las Vegas. Dos fueron identificadas, dos permanecen sin identificar—negó con la cabeza antes que Santana pudiera preguntar—No, ninguna estaba en el mismo lugar que las nuestras. La encontrada en la I-15 estaba mucho más cerca de Las Vegas.

—¿Mismo modus operandi? ¿Envuelta en una lona?

—No. Envuelta en sabanas. Sin embargo, no hay mención de fenobarbital. La otra chica que fue identificada también era prostituta. Trabajaba en las Vegas. Connie Bernstein trabajaba en una de las paradas de camiones de Needles.

—Cuatro cuerpos ¿Por qué se detuvo? Los asesinos en serie no se detienen.

—Tal vez pasó a la clandestinidad por un tiempo como lo hizo Patrick.

—¿Durante ocho años? Lo dudo.

—Quizás no podía matar—dijo Brittany—Sólo hay un lugar que te impide hacerlo.

—La prisión.

—Sí. Tal vez fue condenado por otro delito, encerrado por ocho años…

—Y ahora está fuera, continuando con sus asesinatos.

—Si—Brittany colocó su ordenador portátil a un lado—¿Aceptable?

—Claro que lo es. Simplemente no sé si nos ayuda.

—¿Por qué no? Encontramos reclusos que estuvieron encarcelados por ocho años y fueron liberados, por ejemplo, en los últimos seis meses.

—¿Liberados de dónde? ¿De esta área? ¿California? ¿Arizona? ¿Nevada? Estás hablando de miles, Britt.

Brittany se recostó con un suspiro, asintiendo cuando Santana le ofreció más vino.

—Con todos nuestros forenses y tecnología disponible en la actualidad ¿cómo podemos tener una escena del crimen sin ninguna evidencia? Quiero decir, al menos una huella digital en un plástico. Pero no. Nada. Ni fibras, ni cabello.

—Nuestra segunda víctima tiene tatuajes—dijo Santana—Tal vez eso ayude a identificarla.

—¿Ya no han revisado eso a través de personas desaparecidas?

—Sí. Estaba pensando que tal vez pudiésemos mostrarla por los alrededores. Quizás algunas de las paradas de camiones más transitadas.

—¿Así que te gusta mi teoría de la interrupción de 8 años? ¿Qué él está de regreso y persigue prostitutas nuevamente?

—Bueno, la medicina forense no es exactamente la misma. Ahora tenemos plástico, no una sábana. Y el fenobarbital tampoco se había utilizado. Pero es un lugar para empezar.

—¿Sabes? si creemos que es una prostituta, yo podría ir encubierta. Caer en alguno de los lugares de reunión de los camioneros.

Santana fue sorprendida por el repentino pánico que sintió en sus entrañas y negó con la cabeza.

—De ninguna manera.

—¿Por qué no? Podríamos tener suerte.

Santana se puso de pie, paseándose mientras imaginaba a Brittany vestida como una prostituta, tratando de atraer a su asesino en serie hacia ella. Se encontró de frente con la mirada de Brittany.

—No. Por supuesto que no.

Se preguntaba qué mirada tenía en su rostro mientras Brittany la estudiaba en silencio.

Finalmente elevó una ceja.

—¿Quieres hablar?

Las palabras fueron pronunciadas en voz baja y Santana tuvo miedo por el significado que le daba Brittany a las mismas.

¿Hablar?

¿Hablar sobre el caso?

¿O hablar?

Santana apartó la mirada, tratando de ganar tiempo.

—Sanny, cariño ¿qué está pasando?

—Nada. Pensaba que estábamos hablando—dijo con la esperanza de apaciguarla.

La mirada en los ojos de Brittany le dijo que no lo había logrado.

—San, algo está pasando contigo. Puedo verlo, así que no me digas que no es nada.

Santana respiró profundamente, tratando de mantener su expresión lo más normal posible, incluso logró ofrecerle una sonrisa.

—En serio, estoy bien. Sólo trata de concentrarte en el caso.

Las dos sabían que estaba mintiendo, pero la siguiente pregunta de Brittany le sorprendió.

—¿Me amas, San?

Una vez más, sintió como si alguien le hubiera golpeado en las entrañas.

—Dios, sí ¿Por qué lo preguntas?

—¿Por qué nunca me lo dices?

—Si te lo digo. Te lo digo todo el tiempo.

Pero Brittany negó con la cabeza.

—No, no lo haces. Dices ‘yo también’. Pero nunca dices las palabras. De hecho, creo que no has dicho esas dos palabras desde que salimos de Sedona.

Santana sintió un nudo en su pecho y en ese momento quiso estar en cualquier otro lugar y no atrapada dentro de la casa rodante teniendo esta conversación. Debió haber tenido una mirada de pánico en su rostro y supuso que Brittany pensaba que estaba a punto de salir corriendo del equipo.

La rubia se levantó y agarró sus manos, su sonrisa tan tranquilizadora como si estuviera hablando con un niño asustado.

—San, no quiero dar a entender que no me amas. Sé que lo haces. Lo veo cuando me miras. Lo siento cuando me tocas, cuando hacemos el amor.

—Entonces ¿qué está mal?—preguntó Santana débilmente.

—Dime por qué no dices las palabras.

Sus ojos permanecieron conectados un largo rato, entonces Santana finalmente dejó escapar un suspiro de derrota, al darse cuenta de lo infantil que debía parecerle a Brittany.

Aclaró su garganta y se inclinó para agarrar su copa de vino.

—No he tenido mucha suerte con la gente que he amado—dijo antes de tomar un sorbo—He perdido a muchos.

—¿Así que crees que si me pierdes…no dolerá tanto porque no dijiste las palabras?

—No, Britt, no es eso—se dio la vuelta, ahora avergonzada, pero Brittany tiró de ella haciendo que se volteara nuevamente.

—Dímelo.

—Todo el mundo que he amado se ha ido. Mis padres, mi hermano. Dani. Compañeros, equipos—pasó los dedos por su cabello—Demonios, incluso personas que no amaba. Como Collie. Pensé…bueno…si no lo digo en voz alta, entonces tal vez…—se encogió de hombros y trató de sonreír—…Tal vez el destino no lo sabrá y estarías a salvo—terminó en un susurro.

Esperaba que Brittany se riera por su tontería y se sorprendió al ver la amenaza de lágrimas en sus ojos.

—Tratas de engañar al destino ¿huh?

—Sé que es una tontería, Britt. Pero siento tan intensamente sobre nosotras, sobre ti. Siento como si finalmente…tengo una familia. Tú y Lady Tubbington. Este equipo ahora se siente como un hogar. Si algo te pasa…no podría sobrevivir. No esta vez. Yo...yo no podría seguir adelante.

—Eres la persona más fuerte que conozco, San. Has pasado por muchas cosas. Tu podrías…

—No. No lo creo. No pude arriesgarme a perderte.

Brittany parecía que estaba a punto de protestar nuevamente, pero no dijo nada. En cambio, le dio una leve sonrisa a Santana y apretó su mano mientras hacía un gesto hacia la cocina.

—Voy a limpiar lo de la cena.

—Britt, espera. Te…

—Lo sé, cariño. Yo también.

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Capitulo 6

Al dejar la oficina del Dr. Tanaka, Brittany estudió a Santana mientras se dirigían de regreso a la camioneta, preguntándose por su mal humor de esta mañana.

Suponía que era o por el efecto persistente de su conversación de anoche o la llamada de Figgins informándoles que Finn Hudson y su equipo estaban en camino.

Supuso que era lo último, especialmente porque habían pasado la noche haciendo el amor con salvaje abandono…finalmente Santana había dado voz a sus sentimientos.

La morena era tan fuerte y controlada cuando se ponía su máscara profesional, pero a veces…cuando estaban solas… Santana mostraba una vulnerabilidad que hacía que el corazón de Brittany se rompiera.

Era una parte que…sólo una vez…le había permitido ver a Brittany en Sedona, la noche que Collie había sido asesinado.

Esa noche, Brittany había visto cruzar por su rostro años de pena mientras Santana trataba de huir.

Ayer por la noche, también, cuando Santana le había hecho el amor, Brittany sabía que estaba tratando de decirle sin palabras lo que estaba sintiendo.



Flashback


Brittany la detuvo haciendo que ambas rodaran y atrapando a Santana contra la cama con un beso intenso.

—Te amo. Y sé que me amas. No tienes que convencerme, Sanny.

—Yo solo…

Los ojos de Santana sostuvieron los suyos ferozmente y Brittany no se atrevió a desviar la mirada.

—Te amo—susurró la morena, como aferrándose a la esperanza de que el destino no escuchara—Ahora todo se siente correcto en mi mundo. Haces que todo se sienta tan correcto, Britt. No quiero perder esto.

No le pidió a Santana que dijera las palabras nuevamente.


Fin Flashback


Como le había dicho, no necesitaba escucharlas para saberlo.

Pero mientras Santana le hacía el amor, esas palabras fluyeron una y otra vez, como si Santana estuviese liberándose a sí misma de los límites que se había impuesto.

Esta mañana había estado casi tímida, evitando cualquier conversación sobre las horas que habían pasado complaciéndose mutuamente.

Demasiadas horas, pensó Brittany mientras luchaba contra un bostezo.

—¿Cansada?—preguntó Santana inesperadamente.

—Sí—entonces Brittany golpeó juguetonamente su hombro—Pero lo haría todo de nuevo.

Santana se echó a reír y su estado de ánimo oscuro pareció disiparse.

—El Dr. Tanaka no fue más útil que el médico vampiro.

Brittany sonrió ante la referencia de Santana sobre el Dr. Bryan.

—¿Esperabas que te entregara un sospechoso?

—Bueno, tú lo hiciste cuando llegué a Sedona—le recordó Santana.

—Creo que fuiste la única que me creyó—Brittany levantó su teléfono mostrando a Santana las imágenes que había tomado del tatuaje—Esto podría ayudarnos a identificarla. El león es inusual—hizo una pausa—¿O quieres que Finn Hudson y su equipo se encarguen de las paradas de los camiones?

Santana resopló.

—No quiero a Finn o a sus muchachos en ningún lugar cerca de este caso. Dios ¿qué diablos estaba pensando Figgins?

Brittany ocultó su sonrisa ante el arrebato de Santana. Lo había estado esperando toda la mañana.

—Quiero decir…al menos pudo haber esperado que nosotras le diéramos alguna información o algo así—continuó Santana—¿Qué demonios va a hacer Finn? No tenemos pistas, no hay pruebas. Ni siquiera sabemos por dónde empezar y Figgins está enviando un maldito equipo.

—Cubrir la I-40 y la I-10, probablemente sería una enorme cantidad de paradas de camiones. No estaría de más tener ayuda adicional que haga el trabajo de campo.

Santana se detuvo abruptamente.

—¿Te das cuenta que si tenemos compañía en este caso, tendremos que ser muy cuidadosas?

Brittany la miró interrogante.

—¿Cuidadosas?

—Sí. Nosotras. Tú y yo—señalando entre ellas—Lo que hicimos anoche no es permitido—dijo mientras sus labios se torcían en una sonrisa antes de comenzar a caminar nuevamente.

—Oh. Bueno, sé que es mal visto…Y que le dijiste a Figgins que nosotras no…

—Figgins sabe que estoy mintiendo—dijo Santana—Él está dispuesto a ignorarlo, siempre y cuando nadie le pida que no lo haga.

—¿Así que cuando Finn Hudson llegue, tendremos que pretender que solamente tenemos una relación profesional?

—Sí.

—Oh, vamos. Vivimos en una casa rodante que tiene una sola cama ¿Quién va a creer que no somos amantes?

—Ellos no tienen que creerlo. Simplemente no podemos darles nada que le lleven a Figgins. Como…oh, las dos tortilleras no pueden mantener sus manos lejos de la otra.

Brittany sonrió.

—Bueno, eso es cierto.

Santana se detuvo nuevamente.

—Ayer por la noche fue fantástico—dijo en voz baja—Lamento haberme puesto rara sobre…

—No lo lamentes, San. Pero no puedes protegerme hasta el punto que no pueda hacer mi trabajo. La profesión en la que estamos...bueno…existen riesgos, ambas sabemos eso. Las dos lo hemos visto.

—Tienes razón. Lo sé—la mirada de Santana permaneció unida a la de ella, como si quisiera decir algo más, entonces sonrió—Entonces ¿lo siguiente es el departamento del sheriff?

—Sí. Permíteme llamarles—ya estaba buscando en las notas que había ingresado a su teléfono anteriormente—Asistente Howell…él está en la lista de a quien contactar—miró a Santana, su rostro estaba humedecido por el sudor—¿Quieres hacerlo desde el camión con el aire acondicionado encendido?

Santana secó su frente y asintió con la cabeza.

—Realmente no soy del tipo del desierto.

—¿No? Te fue bastante bien en Sedona—dijo Brittany mientras escuchaba como la llamada entraba.

—No puedes comparar Sedona con el desierto de Mojave—dijo Santana—Al menos teníamos árboles allá—abrió la puerta para Brittany y le guiñó un ojo—Esperemos que nuestra próxima investigación nos lleve a una playa en alguna parte.

Brittany rió, luego regresó a su modo profesional cuando el teléfono fue contestado.

—Sí…agente Pierce, FBI—dijo…todavía no se sentía cómoda con su nuevo título—Me gustaría hablar con el asistente Howell, por favor ¿Está en la estación?

—No, está en la patrulla ¿De qué se trata?

—De la mujer no identificada encontrada en las afueras de…—Brittany miró nuevamente su notas—…Él área de descanso en Cactus City. La agente especial López y yo fuimos asignadas al caso ¿Hay alguien más con quien pueda hablar?

—Sí, espere un momento. Déjeme ver si el jefe está disponible.

Brittany miró a Santana.

—Howell está en la patrulla. Va a buscar a alguien más.

—Pregunta si pueden enviarnos las coordenadas del sitio. Realmente no necesitamos una escolta allá afuera—dijo Santana.

Brittany asintió cuando una voz de hombre se puso al teléfono.

—Soy la supervisora Sue ¿Cómo puedo ayudar al FBI?

—Sí, gracias. Agente Pierce. Llamo por la mujer no identificada encontrada en el área de descanso de Cactus City. Me gustaría…

—¿La mujer sin cabeza?

—Esa misma—dijo guiñándole un ojo a Santana.

—Sí, nos enteramos que estarían involucrados en este caso. No tengo mucho que decirle agente Pierce. El informe es de apenas una página. Por supuesto, puedo darles el informe del forense. Tampoco es de mucha ayuda.

—Ya hemos hablado con el Dr. Tanaka y tenemos una copia de su autopsia. Tengo entendido que forense resultó negativo ¿Asumo que usted es consciente de la víctima que se encontró en las afueras de Barstow?

—Oh, claro. Los cuerpos sin cabeza tienden a ser noticia. Simplemente no tenemos ninguna pista. Demonios, no tenemos ninguna prueba. Tampoco el condado de San Bernardino.

—Entiendo ¿Es posible que nos envíe por correo electrónico el informe? Realmente nos gustaría echarle un vistazo al vertedero.

—Claro. Puedo hacer que un asistente los lleve hasta allá.

—Si tiene las coordenadas GPS podremos encontrarlo—dijo ella sonriéndole a Santana.

—Sí, están en el informe—hizo una pausa—¿Así que ustedes van a trabajar completamente en el caso?

—Ha sido asignado a nosotros, sí.

—Nos gustaría que nos mantuviesen informados agente Pierce. Especialmente si la víctima resulta ser un local.

—Por supuesto. Entiendo.

—Espere un segundo—dijo el rápidamente y ella pudo escuchar el murmullo de voces como si él estuviera cubriendo la boquilla.

Echó un vistazo a Santana quien la miraba interrogante.

—Alguien interrumpió—explicó la morena.

—Lo siento, agente Pierce, pero probablemente estará interesada en esto. Acabo de recibir una llamada...un ciclista cerca de Blythe reportó un cuerpo cerca de la carretera. Sin cabeza.

—¿Blythe? No estoy familiarizada con ese lugar—dijo ella tratando de imaginar un mapa en su cabeza, pero Santana ya estaba utilizando el ordenador haciendo aparecer un mapa en la consola.

—Está por la I-10, en la frontera de Arizona. El ciclista estima que está a unas diez millas al oeste de Blythe. Tenemos asistentes en la ruta. Está fuera de los límites de la ciudad pero el departamento de policía de Blythe serán los primeros en la escena. Ya estaban patrullando la carretera.

—Nos gustaría estar involucrados, por supuesto.

—Sí, pero estará a nuestro cargo hasta que se determine si está vinculado a las otras víctimas.

—Creo que es seguro asumir que lo está ¿no le parece?

—Sin ánimos de ofender agente Pierce, pero esta es nuestra jurisdicción. Usted solamente puede observar. Si el forense determina que es el mismo asesino, entonces con mucho gusto nos haremos a un lado y permitiremos que lo manejen como un asesinato en serie. Hasta entonces, es nuestro caso.

—Entendido. En este momento nos estamos dirigiendo a Blythe.

—El asistente Howell estará en la escena. Me aseguraré que les dé un resumen completo.

—Gracias. Se lo agradezco. Estaremos en contacto—asintió con la cabeza a Santana, quien puso en funcionamiento la camioneta sabiendo que la conversación había llegado a su fin.

—Buen trabajo—dijo Santana mientras se alejaba—Tienes mucha más diplomacia que yo.

—Tal vez es porque recuerdo muy bien cómo se siente tener al FBI haciéndose cargo de todo.

—¿Yo?

—No, no tú. Realmente fuiste muy agradable con todo, tan diferente a los dos con los que trabajé—dijo con una sonrisa—Me refiero cuando estaba en Los Ángeles. Normalmente eran un manojo de idiotas.

Santana rió en voz alta.

—Sí, puedo nombrar a varios que encajan en esa categoría. ¿Y? ¿Qué pasa? ¿Cuerpo?

—Sí. Blythe se encuentra en la I-10 en la frontera de Arizona—Brittany miró el mapa en la consola—Parece que es más de una hora en coche. Nos han dicho que nos mantengamos al margen hasta que el médico forense confirme un vínculo.

—Él puede imponerse todo lo que quiera, pero mi placa supera la de él—dijo Santana con una sonrisa desenfadada—Como si tener una proliferación de víctimas sin cabeza no estuviera vinculado al mismo asesino. Tal vez deberías seguir y vigilar su escena del crimen para asegurarte que ellos no pierdan algo.

—Agradezco tu voto de confianza cariño, pero mi formación forense fue hace años como bien sabes. Dudo que pueda ofrecerles algo.

Santana suspiró.

—Supongo que tengo que llamar a Finn y ver dónde está su equipo. Estaban volando de Palm Springs. Quería establecer allí su base.

—¿Palm Springs?

—Sí. Aparentemente Collie le enseñó bien. Desestimó mi sugerencia del Holiday Inn en Indio—dijo Santana—Nos reuniremos esta noche en su hotel para revisar todo. Ahora que tenemos una tercera víctima, podríamos tener más de un patrón.

—¿Todavía quieres revisar el vertedero?

—Vamos a ver cuánto tiempo tenemos. Me gustaría, sí.

Asintió con la cabeza, sabiendo que Santana no esperaba encontrar nada en el área de descanso, pero sospechaba que eso le daba un sentido del asesinato…un sentido del asesino…para ver dónde el cuerpo había sido desechado.

Había reconocido esa necesidad en Santana cuando estaban en Sedona.

Los vertederos no eran más que rocas alteradas aún así Santana estudiaba cada una de ellas, escribiendo metódicamente en su cuaderno electrónico lo que veía y…a veces…lo que creía ver.

Brittany no tenía ningún problema en darle ese tiempo a Santana.

—¿Crees que es una tontería que quiera ver el sitio?

—Por supuesto que no—dijo Brittany, sorprendida de que Santana hubiera adivinado la dirección de sus pensamientos—Es lo que hacemos.

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Capitulo 7

Santana apretó los dientes mientras miraba a las quince personas que traspasaban cerca del lugar donde yacía la víctima.

—Malditos idiotas—murmuró ella alcanzando su credencial del FBI.

—San…—advirtió Brittany—Tenemos que trabajar con esos sujetos. No los cabrees comenzando.

—Disculpen…—dijo en voz alta, haciendo caso omiso de las palabras de Brittany mientras levantaba su placa—Disculpen…—dijo nuevamente—¿Quién es Howell?

Un hombre se separó de los otros, su uniforme de sheriff empapado en sudor.

—Soy Howell.

—Agente Especial López, Agente Pierce—dijo ella mirando a Brittany.

—Sí, las estaba esperando. Tenga en cuenta que esta sigue siendo nuestra…

—¿Han terminado los investigadores de la escena del crimen?

—No. Ellos acaban de comenzar—dijo él señalando hacia dos hombres que se cernían sobre el cuerpo.

—¿Entonces por qué diablos están todas estas personas contaminando la escena?

—Nadie ha tocado el cuerpo…—dijo él—…Sin embargo el ciclista abrió la lona. El departamento de policía de Blythe fueron los primeros en la escena.

—¿Puede por favor pedirle a todos que retrocedan? Jesús ¿acaso ellos han tenido entrenamiento? ¿No ven la televisión?

Brittany dio un paso adelante dándole una mirada severa. Santana cerró la boca, pero su mirada no se apartó de Howell.

—Asistente Howell…—dijo Brittany con voz calmada—…También fui asistente del sheriff. Los del FBI siempre son un poco…agresivos—dijo mirando a la morena—Sabemos que tienen jurisdicción hasta que el forense verifique si existe un vínculo. Pero entre nosotros aquí en el campo, esto es bastante obvio ¿no le parece? Quiero decir, estaban en la escena de Cactus City ¿no es así?

—Si—él miró hacia el cuerpo, la lona marrón había sido removida—Es lo mismo—asintió con la cabeza—No hay duda en mi mente. Pero mis órdenes son…

—Entiendo. No estamos tratando de precipitarnos—dijo Brittany—Simplemente no queremos dejar nada al azar. Como contaminar la escena del crimen—dijo echando un vistazo al grupo de oficiales que no dejaban de mirar a los investigadores de la escena del crimen.

—Tiene razón. Lo siento. Debí haberla asegurado mejor. Tenemos patrulleros de caminos, departamento de policía de Blythe, nosotros. Todo el mundo quiere un pedazo. Ahora ustedes—él se alejó, dirigiéndose a la colección de oficiales—Chicos, vamos a retroceder. Dejemos que CSI haga lo suyo. El FBI va a supervisar esta.

Él las miró y Santana asintió su agradecimiento mientras los oficiales se dispersaban.

—Eres increíble, Britt-Britt—dijo Santana en voz baja.

—Gracias—Brittany le sonrió—¿No ven la televisión? ¿Realmente, San? ¿Eso fue lo que se te ocurrió?

—Lo siento. Se me salió—se dirigió hacia el cuerpo—Vamos a echar un vistazo—ante la vacilación de Brittany se detuvo—¿Qué?

—Acabamos de pedirles que retrocedan para que no se contamine la escena ¿Por qué entonces, se nos permite acercarnos al cuerpo y ellos no?

Santana se mordió el labio, con ganas de jugar su carta de triunfo del FBI, sabiendo que podía hacer cualquier cosa que le provocara.

Sabía cómo examinar una escena sin contaminarla. Pero una vez más, la lógica de Brittany le ganó.

—No me gusta cuando haces eso.

—¿Qué? ¿Contradecirte?

—No. Lógicamente decirme que soy una rufiana arrogante y engreída.

Observó cómo Brittany intentaba ocultar su sonrisa mientras el asistente Howell se acercaba.

—Los he llamado. Les dije que era el mismo asesino. Todavía quieren esperar hasta que el forense lo confirme pero dijeron que podían traer su propio equipo forense, si quieren.

Santana negó con la cabeza.

—Nuestro equipo…—dijo ella mirando a Brittany—…Ahora está de camino a Palm Springs, así que les dejaremos a ustedes lo forense.

—Si es como la última, no habrá nada. La lona parece ser completamente nueva, justo sacándola de la bolsa. Nada especial al respecto. Una que podrían comprar en cualquier tienda de artículos deportivos—dijo él—El cuerpo estaba limpio. Han leído el informe así que saben que hubo trauma sexual, pero no se encontró fluidos. Le di un rápido vistazo a este cuerpo y…

—¿Howell?

Éste miró al forense que le había llamado.

—Discúlpenme.

Santana no esperó a ser invitada. Lo siguió, reconociendo el dispositivo portátil que ahora usaban en el campo.

—Tenemos una coincidencia—dijo el técnico—Mónica Riddle. Tiene antecedentes. Está solicitada. Por prostitución.

—¿Dirección?—preguntó Santana.

—La última conocida fue Los Ángeles.

—Howell ¿dónde trabajaban estas chicas? ¿Paradas de camiones? ¿Hoteles?—preguntó Brittany.

—Ambas, sí. No tenemos el personal para supervisar las paradas de camiones. Son lagartijas de carretera, como ellos las llaman—dijo él—Hay algunas paradas populares aquí a lo largo de la I-10 pero las dos más grandes están en la I-40. Una al oeste de Barstow, la otra al oeste de Needles. Tal vez se detienen de 500 a 600 camiones en una noche. Muchas de las chicas trabajan en esas dos.

—¿Ese es el condado de San Bernardino?—recordó la gran parada de camiones cuando ellas condujeron por la I-40 de camino a Barstow.

—Correcto.

—Así que en realidad, Needles no está tan lejos de aquí—dijo Santana.

—No tan lejos, no. Sube por la carretera 95 desde Blythe. Les lleva directamente a Needles ¿Están pensando en un camionero?

Santana vaciló, preguntándose si debía expresar tan temprano su sospecha en el caso. Sin embargo, era obvio que un camionero sería el principal sospechoso.

—Si esta chica trabajaba en las paradas, entonces sí, sería un camionero—admitió.

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Capitulo 8

—Siento que hemos dejado a Tubbi demasiado tiempo sola—dijo Brittany.

La gata había estado encima de ellas desde que habían regresado al equipo para ducharse y cambiarse antes de ir a Palm Springs para la reunión con Finn Hudson y su equipo.

—Lo sé. Es difícil trabajar en un caso que está por todo el mapa.

—Tal vez cuando esto termine, Figgins nos pueda dar algo de tiempo para regresar a Sedona. Podría encargarme de mis cosas y podríamos establecernos durante una semana más o menos—dijo la rubia imaginando como escalaba las rocas rojas.

—Tal vez—dijo Santana—¿Lo extrañas?

—¿Sedona? Algo, sí. Will, Quinn y Rachel. Echo de menos la rutina.

—¿Entonces tienes dudas?

—¿Acerca de esto? Oh, no. No regresaría, si eso es lo que estás preguntando. Tenías razón. Me estaba estancado ahí. Pero era lo que necesitaba en ese momento. Por supuesto, no contaba que me enamoraría de ti—añadió observando el ligero rubor que cruzó el rostro de Santana.

—Sabes…si alguna vez tienes dudas…quiero que me lo digas. El viajar constantemente, sin un lugar donde echar raíces…estoy acostumbrada a eso. Si necesitas un hogar, un lugar estable, entonces…

—Tengo un hogar—dijo deteniendo a Santana—No es algo a lo que estoy acostumbrada, no, pero es mi hogar. Tú y Tubbi lo hacen un hogar.

—¿Y el trabajo?

Brittany sonrió.

—El trabajo es perfecto. Tengo una grandiosa agente de alto rango enseñándome el oficio.

Santana rió, luego se inclinó y apretó su muslo.

—Gracias.

Brittany capturó su mano, sosteniéndola suavemente mientras Santana conducía.

Cayeron en un silencio tranquilo, sus dedos acariciándose. Una simple caricia, pero que servía para reforzar el vínculo que tenían.

Compañeras y amantes…una combinación que rara vez funcionaba. Pero que en este momento, no tenía miedo de ninguna de ellas.

Trabajaban bien juntas aunque utilizaban medios casi opuestos para lograr sus objetivos.

Eran buenas compañeras.

Pero eran mejores como amantes.

El hecho de que pudieran separar las dos cosas tan fácilmente como lo hacían, les daba esperanza de que pudiesen hacer que esto funcionara a largo plazo.

Atrajo la mano de Santana hacia arriba, besando sus nudillos suavemente antes de bajarla nuevamente.

—Te amo, Sanny—susurró.

Santana apretó su mano, pero no dijo nada.

Y eso estaba bien.

Vio el destello del desierto a su derecha mientras conducían el Redlands Freeway, la interestatal que llevaba de Indio a Thousand Palms y a Palm Springs, las ciudades que confluían entre sí.

Santana siguió el GPS hasta el hotel donde se hospedaba Finn Hudson. Al parecer había seguido su consejo y había asegurado el lado este de la ciudad.

—Esto es agradable. Elegante.

—Dinero de los contribuyentes en el trabajo—dijo Santana—Al parecer, el presupuesto de Figgins no ha sido cortado.

Santana mantuvo la puerta abierta para la rubia y evitaron el vestíbulo dirigiéndose hacia los ascensores. Finn había dicho que tenían cinco habitaciones en el tercer piso.

—¿Conoces a alguien en su equipo?—preguntó Brittany.

—Figgins dijo que se quedó con Jack Temperton del equipo de Collie. Jack ha estado por más tiempo que nadie. No conozco el resto—dijo Santana haciendo una pausa para permitir que Brittany saliera primero del ascensor.

—Por aquí—dijo Brittany al ver la habitación en el gráfico de pared.

Sus zapatos se hundían en la alfombra de felpa y se sentía terriblemente mal vestida.

Ambas todavía estaban en vaqueros y botas, aunque Brittany había elegido una camisa con botones en el lugar de la camiseta que Santana lucía. En ese momento le echó un vistazo a la morena, la camiseta azul se ajustada contra su piel y su cabello negro hacía un bonito contraste.

—Necesitas un corte de cabello—dijo con aire ausente.

Como si fuera una señal, Santana pasó la mano por su cabello y asintió.

—¿Demasiado rebelde para ti?

—No. Te favorece lo rebelde. Está bordeando lo peludo, te está llegando a la cintura.

Unos pasos más y Santana se detuvo.

—Aquí estamos—dijo golpeando con fuerza la puerta.

Se abrió rápidamente y Finn Hudson les ofreció una sonrisa brillante, sus dientes excesivamente blancos.

—Lo lograron. Pasen—él asintió con su cabeza mientras Brittany pasaba—Asistente Pierce, me alegra verla nuevamente.

—Agente Pierce—corrigió ella—Gracias.

—Por supuesto—él dirigió su mirada hacia Santana—Agente especial Santana López—dijo con una sonrisa—Ven a conocer a mi equipo.

Esparcidos por la suite estaban otros tres hombres y una mujer.

Todos los hombres llevaban traje y corbata y la mujer…una morena sorprendentemente atractiva…usaba una falda que mostraba piernas largas y bien tonificadas.

Brittany se sintió incómoda en sus vaqueros, pero Santana lucía tan confiada como siempre.

La mujer se levantó y se acercó mirando una vez a Brittany e ignorándola, sus ojos se centraron en Santana. Brittany arqueó una ceja al no ser tomada en cuenta por la hermosa mujer.

Piel oscura, rasgos afilados…no parecía ser americana.

—Santana—dijo la mujer, el nombre salió de su boca con un ligero acento.

Italiano, supuso Brittany.

—Nuestros caminos se cruzan nuevamente. Qué agradable.

Brittany vio la reacción de Santana, preguntándose si aquella mujer era amiga o enemiga.

—Carina—dijo Santana de manera formal—¿Cómo estás?

—Mucho mejor ahora—dijo con una sonrisa coqueta—Espero que tengamos tiempo para ponernos al día ¿sí? Fue tan divertido la última vez que estuvimos juntas.

Los ojos de Brittany se estrecharon ante la obvia insinuación.

No era amiga ni enemiga.

Sólo una antigua amante.

Sintió la agitación de los celos y tuvo que recordarse a sí misma de la advertencia que Santana había hecho anteriormente.

Sin embargo, tuvo que morderse la lengua cuando la mujer se acercó más, besando a Santana en ambas mejillas en señal de saludo. Finalmente aclaró su garganta, su mirada ahora fija en su morena, quien tuvo la decencia de sonrojarse.

—Esta es mi compañera, Brittany Pierce—dijo Santana—Carina Moretti.

La mujer le estudió… Brittany supuso que estaba tratando de decidir si eran amantes o no.

Brittany extendió su mano cortésmente y Carina la tomó a regañadientes.

—Es un placer—dijo Carina y rápidamente volvió su atención a Santana.

—¿Cómo se conocieron ustedes dos?—preguntó Finn.

—Tuvimos una misión conjunta—dijo Santana evasivamente—Hace años.

—Cinco, para ser precisas—agregó Carina.

Él asintió con la cabeza.

—Bueno, permítanme presentarles a todos. Santana, conoces a Jack, por supuesto. Pierce, este es Jack Temperton. Este es Sam Evans y nuestro experto en informática, Blaine Anderson.

Brittany les saludó con un asentimiento de cabeza.

Jack tenía cabello canoso en las sienes.

Sam Evans era casi demasiado bonito para ser un agente. Cabello castaño claro y ojos verdes, piel suave, no fue tímido al dejar que su mirada viajara a través del cuerpo de Brittany con una sonrisa atrevida.

Blaine Anderson era dolorosamente tierno, con ojos verdes y cabello negro engominado. Sus rasgos lucían casi delicados en comparación con los del atractivo Evans.

—Todo un equipo, Finn ¿Cinco?

—Empecé con cuatro, pero Figgins me instó a añadir a mi propio sujeto de la computadora. Jack, como sabes, es experto en armas. Sam es mi hombre encubierto. Él es muy talentoso. Carina habla cinco idiomas además de ser algo así como un genio de los explosivos.

—Sí, recuerdo que tenías afición por volar cosas—dijo Santana secamente.

Carina se echó a reír, haciéndola aún más hermosa.

Brittany la odiaba.

—Así que ¿cena primero? ¿O quieres ir al grano?—preguntó Finn.

—Negocios. Vamos a saltarnos la cena—dijo Santana sorprendiendo a Brittany—Hemos tenido un día muy largo y todavía tenemos que regresar a Indio esta noche.

—Figgins recomendó enfáticamente la cena—le recordó Finn—Una oportunidad para llegar a conocernos los unos a los otros…ya que vamos a trabajar juntos en este caso. Unirnos por así decirlo.

—Solamente estarás ayudando en este caso, Finn—respondió Santana—Nuestro equipo se encuentra en Indio. Por eso sugerí que escogieras tu hotel base ahí. Es más céntrico que Palm Springs.

—¿Equipo?—preguntó Evans.

—Casa rodante—suministró Brittany.

—¿En serio?

—Hecha a la medida por el FBI—dijo Santana—Una oficina rodante.

—¿Así que no te quedarás aquí en el hotel con nosotros?—preguntó Carina—Lástima.

Brittany intentó no fruncir el ceño.

Lástima, mi culo.

—¿Realmente Kurt Hummell diseñó la configuración de tu equipo?—preguntó Blaine, sus ojos se iluminaron como si Kurt fuera una estrella de rock.

—Realmente lo hizo—dijo Santana—No sabía que era tan famoso. La próxima vez que hable con él le diré…

—¿Hablas con él?

Santana miró a Brittany con una sonrisa divertida y un rápido giro de sus ojos.

—Te he enviado por correo electrónico los informes forenses de las dos primeras víctimas—dijo Brittany, dirigiéndose hacia Finn—El cuerpo que fue encontrado hoy, deberíamos tener la autopsia para mañana al mediodía.

—¿Pero creen que es el mismo asesino?

—Sí. Todo era igual. Tendremos que esperar las pruebas toxicológicas.

—Iremos con las prostitutas—dijo Santana—Las dos primeras víctimas no han sido identificadas, pero esta última dio una coincidencia.

—Mónica Riddle—suministró Brittany.

—El último domicilio conocido fue en Los Ángeles. No sabemos donde trabajaba. Creemos que en las paradas de camiones.

—¿Por qué?—preguntó Carina—Eso no es atractivo.

—¿Y la prostitución lo es?—preguntó Brittany.

—La agente Pierce descubrió que el patrón de hace unos ocho años coincidía con éste—continuó Santana—Las víctimas estaban envueltas en una sábana y no una lona. Sin embargo el Fenobarbital no fue utilizado. Hubo cuatro cuerpos en total. Dos fueron identificadas por las huellas dactilares, ambas trabajaban como prostitutas.

—Eso es sacado por los pelos ¿no es así?

Santana la miró levantando una ceja.

—Jesús, Hudson ¿aprendiste esa línea de Collie?

—Él me enseñó a no asumir.

—Sí. También te dijo que Patrick Doe era sólo un producto de nuestra imaginación y tampoco creyó en nuestra teoría en ese momento. Pero…oh ¿adivinen qué? Ahora está muerto.

—Vamos López, no hay necesidad de sacar a relucir a Collie en esto—dijo Jack —Era un buen hombre.

—Cierto. Era. Así que deja de actuar como si todavía estuviese aquí. Si quieres trabajar con su mentalidad, entonces salte de mí maldito caso—dijo en voz alta—Podemos hacer esto por nosotras mismas. Y no voy a aceptar que cuestiones cada maldita cosa que decimos sólo porque es lo Collie solía hacer.

Se hizo el silencio en la sala y Brittany vio sus rostros mientras miraban a Santana.

Parecía que incluso desde la tumba, Collie podía presionar sus botones.

—Eso estuvo fuera de lugar, López. Collie fue nuestro compañero y líder de equipo—dijo Finn.

—¿Sí? También era un idiota.

Las cejas de Carina se dispararon al techo y luego se formó lentamente una sonrisa sexy.

—Oh, Santana…—dijo ella—…Todavía tienes ese fuego dentro de ti. Es tan atractivo.

Sam habló por primera vez, su mirada iba entre Carina y Santana, su sonrisa creció a cada momento.

—¿Qué tan bien se conocieron ustedes dos?—Sam rió—Porque lo estoy imaginando y se ve bastante bien.

El rubor de Santana confirmó la sospecha de Brittany que eran amantes, pero no pudo evitar sonreír ante la travesura de Sam.

Gracias a Dios, pareció aliviar un poco la tensión en el ambiente.

—Está bien chicos ¿podemos regresar al caso, por favor?—dijo Finn—Lo siento, Santana. Continúa...con tu teoría.

Santana lo miró y Brittany pensó que había un dejo de disculpa en sus ojos.

Se preguntaba si era por su arrebato...o por Carina.

—Si podemos identificar donde trabajaba…Mónica Riddle…entonces eso podría darnos una idea de su asesino. Creemos que es un camionero, pero eso es pura especulación. Si Mónica trabajaba en la parada de camiones, entonces la especulación pasaría a ser una probabilidad.

—Tenemos un tatuaje inusual en la víctima número dos. Una cabeza de león—dijo Brittany—Si me dan los correos electrónicos de cada uno de ustedes, entonces les proporcionaré una copia del mismo, así como los informes de los médicos forenses. También incluiré los archivos de los asesinatos de hace ocho años.

—Ya que el fenobarbital fue encontrado en la víctima, le he pedido a Figgins que verifique en las clínicas veterinarias si han reportado algún robo recientemente. Ellos están obligados a facilitar una lista de cualquier droga que les falte. No estoy segura de lo mucho que pueda ayudarnos eso, más que conseguir una mejor ubicación.

—Siempre puede haber alguien que trabaje en una clínica veterinaria—dijo Jack —Un ayudante o alguien que esté robando.

—Tal vez alguien que le pague por medicamentos—agregó Sam.

—Por supuesto, esas son las posibilidades—dijo Santana—Y si ese es el caso, entonces es un callejón sin salida. A pesar de Patrick Doe, los asesinos en serie normalmente trabajan solos. Si estás comprando fenobarbital y los medios de comunicación están informando que estas chicas fueron asesinadas e inyectadas con fenobarbital ¿entonces no creen que su proveedor daría una señal de alerta?

Finn suspiró.

—Así que veo que realmente no tienes nada—dijo él—Sólo especulación.

Antes de que Santana pudiese hablar Brittany se acercó.

—Tenemos la poca evidencia que existe…en realidad, no existe evidencia. Estamos haciendo que busquen coincidencias en las lonas con las huellas. Eso es todo. Tenemos una víctima identificada, así que eso es todo lo que tenemos para seguir adelante. Trazar su paradero y tratar de determinar donde fue vista por última vez. Esa es nuestra línea de acción.

—Si tu genio de las computadoras aquí pudiese localizar las paradas de camiones en, digamos, un radio de cien millas, entonces eso nos dará un lugar donde comenzar. Tomando en cuenta que su cuerpo fue encontrado en esta área, concentraremos nuestra búsqueda aquí—dijo Santana—Somos siete. Podemos formar dos o tres equipos, mostrar su foto por los alrededores, así como el tatuaje.

—Estaré encantada de unirme a tu equipo Santana—ofreció Carina.

—Ya tengo una compañera—dijo mirando a Brittany—Si Blaine puede enviarnos la lista de las paradas de camiones, entonces saldremos en la mañana. Hay una parada enorme cerca de Needles en la que estoy realmente interesada.

—Creo que nosotros nos concentraremos en esta área—dijo Finn—Y supongo que tienes razón. Palm Springs está un poco fuera de rango. Quizás deberíamos trasladarnos a Indio.

Santana asintió.

—Sí, deberían hacerlo. Entonces disfruten de su última noche de lujo. Tenemos que regresar. Estaremos en contacto mañana.

—He creado un grupo de correo electrónico—dijo Blaine—Te añadí a ti y a la agente Pierce, voy a enviárselas. Podemos comunicarnos de esa manera. También enlisté los números celulares de todos. Si respondes con el tuyo, eso ayudaría.

—Por supuesto—Santana echó un vistazo a su reloj sin disimulo y luego movió sus ojos hacia Brittany—¿Lista?

—Sí.

—Entonces dejaremos que disfruten de su cena—dijo Santana.

—Encantado de conocerte, López—dijo Sam—Y a ti agente Pierce—dijo acercándose y tomando su mano—Va a ser un placer llegar a conocerte.

Él era simplemente demasiado atractivo y encantador como para ofenderse, así que sonrió afablemente.

—Igualmente—dijo la rubia.

—Yo también—dijo Blaine sin levantar la vista de su ordenador portátil.

Finn mantuvo la puerta abierta para ellas y notó que los ojos de Carina ni una sola vez se apartaron de Santana.

Oh, esto va a ser muy divertido.

Se quedaron en silencio mientras esperaban el ascensor y Brittany se preguntaba si Santana iba a explicarle sobre Carina, o si sólo iba a ofrecerle una explicación si Brittany preguntaba.

Una vez en el interior del ascensor, sus ojos se encontraron y Brittany elevó los suyos interrogante.

Santana dejó escapar un profundo suspiro.

—¿Qué quieres saber?

—¿Amantes?

—Sí.

Brittany asintió con la cabeza, pero no dijo nada.

—Estás pensando que hago un hábito el dormir con todos los que trabajo ¿no?

—No estaba pensando eso. Pero ahora que lo mencionas ¿lo haces?

—No. Carina y yo trabajamos juntas durante casi un año en Roma. Ella es...bueno…coqueta.

—Y hermosa.

—Sí, lo es. Dormimos juntas. Eso es todo. No hubo una implicación emocional para ninguna de nosotras. No la había visto desde entonces.

—¿Y ella asume que lo retomarán desde donde lo dejaron?

Santana sonrió.

—¿Es eso lo que infieres de todo esto?

—Sí ¿Tu no? Me desechó con mucha facilidad. Dudo que piense que somos amantes.

—Oh, estoy segura que lo sospecha.

Santana le indicó a Brittany que saliera del ascensor antes que ella, luego le guió hacia el estacionamiento.

—¿Por eso has cambiado de opinión acerca de la cena?

—En parte. Pero pude ver que ella te estaba haciendo sentir incómoda. Y por supuesto lo estaba haciendo deliberadamente—abrió la puerta de la camioneta y Brittany subió—Además, prefiero comprar una pizza y regresar al equipo.

Brittany rió.

—Por supuesto que lo prefieres.

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Capitulo 9

La parada de camiones estaba tan ocupada como el asistente Howell había dicho.

Literalmente, cientos de enormes camiones ocupaban los compartimientos de combustible y los puestos de estacionamiento, el olor a diésel inundaba el aire mientras los motores retumbaban.

—Él no estaba bromeando—dijo Brittany, su mirada yendo de un extremo del estacionamiento al otro.

—Es como una pequeña ciudad. Restaurantes, lavandería, duchas. Tienda de comestibles.

Santana no tenía ni idea por dónde comenzar.

Miró a Brittany.

—¿Qué piensas?

—Obviamente, el centro principal es la tienda de 24 hs y la de combustible. También están abiertas 24-7. Empecemos por ahí—dijo la rubia.

—Si apoyan a estas mujeres, podrían no estar dispuestos a hablar—dijo Santana.

—Ella está muerta. Ellos nos ayudarán—dijo Brittany mientras se dirigía hacia el interior.

Santana dejó que Brittany guiara el camino.

Esperaron hasta que uno de los empleados terminó con el cliente delante de ellos. El olor de la pizza recién horneada flotaba en el aire y el estómago de Santana retumbó.

—Ni siquiera pienses en ello—susurró Brittany.

Santana rió en silencio, volviendo su atención al empleado.

—Disculpe—dijo Brittany—Soy la agente Pierce, ella es la agente especial López—mostró discretamente sus credenciales del FBI, Santana hizo lo mismo.

—¿Sí?

—Estamos investigando un asesinato. Nos gustaría hacerle unas cuantas preguntas.

—¿A mí?

Santana notó el temblor de sus manos y el discreto tic nervioso de sus ojos.
Desafortunadamente, las placas del FBI tendían a tener ese efecto en la gente.

—No está en problemas, señora—dijo ella rápidamente—¿Tiene...trabajadoras aquí?

—¿Huh?

Santana miró a Brittany en busca de ayuda.

—Prostitutas—suministró Brittany.

—Oh, no. Por supuesto que no—dijo ella, su rostro se ruborizó—Eso no está permitido.

—Sé que no lo está—dijo Santana—Mire ¿está su supervisor aquí?

—Sí—dijo ella con alivio—Voy a él.

Brittany se volteó hacia ella y sonrió.

—¿Por qué asustas a la gente?

—¿Yo? No, éste es todo tuyo—se hizo a un lado, guiando cuidadosamente a Brittany alrededor del mostrador donde esperaron al supervisor—Pueden tener dos supervisores, uno para la noche. Si es así, probablemente él tenga un mejor conocimiento de las trabajadoras.

Su teléfono vibró contra su pierna y lo sacó del bolsillo, suspirando al ver el nombre de Blaine.

—Nunca debí darle mi número—murmuró—López—dijo alejándose del mostrador.

—Blaine aquí nuevamente. Quería hacerle saber que he encontrado nuestra clínica veterinaria—dijo él.

Santana levantó las cejas preguntándose cuando le había pedido que buscara.

—Figgins iba a encargarse de eso ¿Qué encontraste?

—Bueno, tengo un programa que ingresa datos de diferentes bases de datos, recopila y ordena a su antojo. Descargué el…

—Ve al grano, Blaine—dijo ella con impaciencia.

—Lo siento. Una clínica veterinaria en Morongo Valley reportó un robo hace diez meses. El fenobarbital estaba en la lista de medicamentos robados.

—Buen trabajo ¿Espero que Finn ya vaya de camino allá?

—Sí. Él y Carina. Jack y Sam van a hablar con la policía y averiguar si había algún sospechoso.

—Grandioso. Mantenme informada— y desconectó rápidamente cuando el gerente se acercó.

—Soy Dave Karofsky ¿qué puedo hacer por el FBI?

—¿Podemos hablar en privado?—preguntó Brittany.

—Claro. Mi oficina está aquí atrás—dijo él señalando entre las filas de patatas fritas y cacahuetes hacia una puerta trasera marcada como ‘privado’.

La siguieron al interior de lo que parecía ser no más que un trastero con un escritorio metido en una esquina.

Un gran monitor dividido en cuatro secciones agrupaba cámaras de vigilancia y otro mostraba instantáneas de vistas al exterior en todo el frente.

Solo había una silla de visitantes y Santana asintió a Brittany quien se sentó.

—Lo siento. Normalmente no tengo visitantes aquí—explicó él mientras se sentaba en su escritorio desordenado—¿Qué puedo hacer por ustedes?

—¿Qué tan bien conoce a las trabajadoras nocturnas en el estacionamiento?—preguntó Brittany.

Él no pretendió no saber de lo que estaba hablando.

—Mire, no lo aprobamos, pero no podemos mantenerlas alejadas. Los chicos de seguridad que contratamos realmente son de exhibición—dijo él.

—No estamos aquí para hacer una redada—dijo Santana—Tenemos tres mujeres muertas, dos sin identificar. Una tenía un tatuaje en su hombro—miró a Brittany quien sacó la foto que estaba en su teléfono y se la entregó al Sr. Karofsky.

Sus ojos se abrieron.

—Linda. Linda Blake—frotó sus ojos—Ha estado por los alrededores desde hace un buen tiempo. Todo el mundo la conocía.

—¿Cuándo fue la última vez que la vió?

—Tal vez una semana, tal vez más. Es difícil saber. Vienen y van.

—¿Le suena el nombre de Mónica Riddle?

Él negó con la cabeza.

—No todas usan sus nombres reales. Linda en realidad se hacía llamar Lori Lou en las calles ¿Qué le sucedió a Linda?

—Su cuerpo fue encontrado a lo largo de la I-10—dijo Santana omitiendo detalle.

—Maldita sea—murmuró él.

—¿Acaso Linda tenía algún problema con alguno de los camioneros?—preguntó Brittany—¿Alguien le amenazó alguna vez?

—No. Era muy querida—entonces él se sonrojó—Quiero decir…ya saben. Ha estado por aquí de vez en cuando alrededor de diez años.

—¿Conoce su edad?

—Parecía más vieja de lo que era. Es una vida difícil para estas chicas. Pudo haber tenido 30 años—dijo él.

—¿De vez en cuando?—Brittany lo instó a continuar—¿Qué quiere decir?

—Las chicas se la pasan por los alrededores durante meses, de repente se van. Seis meses después, aparecen nuevamente.

—Así que realmente nadie considera que han desaparecido. Como Linda—dijo Brittany.

—Correcto.

—¿Viajan con los camioneros?—preguntó Santana.

—Sí. Principalmente. Las llevan a otra parada en el camino y las chicas trabajan en esa parada por un tiempo. Es como un circuito—dijo él—Por desgracia, uno del que muchas de ellas no logran salir.

—¿Cree que algunas de las chicas hablarían con nosotros?

Él se encogió de hombros.

—Es difícil de decir. No confían en la policía. Pero si quieren hablar con ellas, salen en la oscuridad.






—¿Qué piensas?—preguntó Santana mientras estaban sentadas en la camioneta, el aire acondicionado proveyendo aire fresco a su alrededor.

—Creo que hubiéramos tenido una maldita suerte si hubiésemos logrado algo en nuestra primera salida—dijo Brittany.

Pero aun así, él las recoge aquí ¿y luego qué? ¿Dónde las asesina? ¿Les promete llevarlas a alguna parte? ¿Tal vez LA?

—¿Lleva una bolsa con él, con la jeringa lista?

—Desde donde se encontró su cuerpo hasta este lugar, hay más de dos horas en vehículo ¿Es ese todo el tiempo que tiene con ellas? Podrías suponer que las lleva a algún lugar para matarlas y no usa su camión. Entonces está el asunto de las cabezas.

—¿Así que ahora no te gusta la teoría del camionero?—preguntó Brittany.

—¿Un local?

Brittany se encogió de hombros.

—No, no creo que un local. Demasiado peligroso. Demasiadas personas podrían saberlo.

—Estoy de acuerdo. Puedes permanecer en el anonimato en las paradas de camiones. Pagar con tarjeta de crédito en las gasolineras y no tener que entrar.

—¿Hemos pensado en eso?—preguntó Brittany—¿Recibos de tarjetas de crédito?

—¿Qué?

Pero Brittany negó con la cabeza.

—No importa. Estoy pensando demasiado.

—Hasta el momento sólo tenemos una parada de camiones.

—Está bien, sí. Si podemos descubrir donde trabajaba Mónica Riddle, entonces podremos hacer que Blaine investigue los recibos y ver si conseguimos una coincidencia en ambos lugares.

—Por supuesto, tomando en cuenta lo grande que es este lugar, podríamos tener cientos de coincidencias—hizo una pausa—¿De qué se trataba la llamada de Blaine anteriormente?

—Encontró una clínica veterinaria—dijo Santana—Finn y Carina están comprobándola. Morongo Valley ¿Sabes dónde queda eso?

—Está al norte de la I-10. No queda lejos de Indio.

Santana observó la reacción de Brittany ante la mención de su antigua amante. Fue muy sutil, pero pudo ver una leve presión de la mandíbula de Brittany.

Había sido una gran sorpresa para ella, tanto como para Brittany, encontrarse con una antigua amante, mucho más que fuera parte de su equipo.

No había visto a Carina desde que había abandonado Roma y realmente no le había dado mucha importancia en los últimos años. Ellas habían sido amantes, sí, pero nada más. Y sin importar cuan coqueta fuera o cuántas insinuaciones sexuales dejara caer entre ellas, Santana no tenía el más mínimo interés.

Ya no era esa persona.

Lo que tenía con Brittany era mucho más de lo que jamás hubiese pensado tener con alguien...mucho más de lo que jamás pensó merecer.

—¿Robo o un veterinario inconforme?

Santana sonrió.

—Robo. Pero tienes que admitir que un veterinario inconforme sería mucho más interesante.

—¿Te dió detalles?

—No le pregunté. Sam y Jack están verificando con la policía. Dijo que lo reportaron hace diez meses.

—¿Esto nos ayuda?

Santana puso en marcha la camioneta y salió a la autopista.

—Sólo si tienen sospechosos—miró a Brittany—¿Qué es lo siguiente en la lista?

—Barstow.

—No recuerdo haber visto una parada de camiones—dijo mientras aceleraba para pasar un camión.

—Está en el lado oeste, antes de llegar a los límites de la ciudad. No tomamos esa ruta—le recordó Brittany—Por las notas de Blaine, parece ser tan grande como ésta.

Permanecieron en silencio mientras ella conducía, Brittany leyendo las notas en su teléfono.

La mirada de Santana viajó a través del desierto, preguntándose cuál sería el atractivo. Mientras más remoto y salvaje era, menos encanto tenía en comparación con Sedona, al menos no para ella.

Parecía estar desprovisto de vida…sólo arena y rocas, cactus y matorrales, sin presencia de algo verde vibrante.

—Háblame de ti y Carina—dijo Brittany inesperadamente.

Como era su costumbre, Santana intentó encontrar un significado más profundo en la pregunta de Brittany que no fuese un simple interés por parte de ella.

¿Era sólo curiosidad?

¿Brittany se sentía amenazada?

Así que se encogió de hombros con indiferencia.

—No hay mucho que contar. Estuvimos en Roma. Ella trabajaba para la CIA en aquel entonces. Teníamos una misión conjunta—miró a Brittany rápidamente, luego nuevamente hacia la carretera—Fue una aventura efímera.

—¿Porque te fuiste?

—Sí. Como he dicho, no la había visto desde entonces.

Brittany puso a un lado su teléfono.

—Ella es muy bonita. Glamorosa. Podría ser modelo.

—Sí—estuvo de acuerdo—También es muy buena en su trabajo. O lo era en ese entonces. El indicio de un buen operativo es nunca dejar que se haga personal.

Brittany se quedó mirándola.

—¿Es por eso que piensas que fallaste? ¿Permites que se vuelva personal?

Santana sabía que Brittany ya no estaba hablando de Carina sino de sus días como francotiradora, como la asesina que resultó ser.

—Sí.

Brittany se acercó y frotó su mano contra su muslo, apretándolo ligeramente.

—Entonces me alegra que fallaras, San. Matar debería ser personal. Me alegra que ya no seas esa persona.

Santana cubrió la mano de Brittany, sosteniéndola contra su pierna.

Era una de las cosas que amaba de Brittany.

Palabras sencillas, sin embargo, tenían un profundo significado para ella.

Brittany no hizo más preguntas y el silencio se asentó alrededor de ellas una vez más, sus manos aún unidas mientras ella conducía hacia Barstow.

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Capitulo 10

Después de una infructuosa visita a la parada de camiones en Barstow…nadie había escuchado hablar de Mónica Riddle…una vez más se encontraron en la habitación del hotel de Finn Hudson.

Esta vez, un motel poco lujoso en Indio, no muy lejos del campamento donde estaba estacionado el equipo.

—No forzaron la entrada—dijo Sam—La alarma estaba desactivada.

—¿Con el código o un mecanismo suplementario?

—Un mecanismo suplementario. Nada sofisticado—dijo él.

—La policía hizo la investigación habitual de todos los empleados, incluyendo al propio médico. No tenían video vigilancia. Es sólo una clínica pequeña de pueblo, un médico—dijo Jack.

—¿Y no hubo sospechosos?—preguntó Brittany.

Sam le dedicó una sonrisa…una sonrisa que Santana estaba empezando a odiar.

Aparentemente no podía apartar los ojos de Brittany.

—No, ni uno.

—Además del fenobarbital también robaron propofol y ketamina.

—Y la ketamina estaba en ambos informes forenses—dijo la rubia asintiendo con la cabeza—Así que hemos encontrado nuestra fuente ¿Quién es nuestro hombre?

—No veo a tu regular camionero de larga distancia robando una clínica veterinaria—dijo Brittany.

—¿Así que volvemos a pensar que es un local?—preguntó Santana.

—Estoy en desacuerdo con tu compañera—aportó Carina—¿Por qué no un camionero? La clínica está justo al lado de la carretera. Él pudo haber pasado cada vez que viajaba por esa ruta. La conocería muy bien.

Santana volvió a ver la ligera presión en la mandíbula de Brittany, sin embargo, la escondió con una sonrisa.

—Supongo que tienes razón—dijo Brittany—Pero sería un poco sospechoso estacionar un gran camión frente a una clínica veterinaria en medio de la noche.

—Podemos especular de una manera u otra todo el día—dijo Finn—En realidad eso no nos ayuda.

—Al especular es cómo formas los posibles escenarios—contrarrestó Santana—No tenemos ninguna evidencia, ningún sospechoso.

—La especulación puede enviarnos a un camino equivocado—dijo él.

—Al menos es un camino, Finn. A diferencia de ti, que empleas la costumbre de Collie de sentarte en tu culo hasta que la evidencia caiga entre tus piernas—dijo un poco más alto de lo que pretendía.

—¿Vamos a empezar de nuevo?—preguntó Jack—¿Cada vez que tengan un desacuerdo, Collie va a salir a relucir? ¿No puede el hombre descansar en paz?

—Estoy de acuerdo—dijo Finn.

—Genial—dijo Santana—Entonces deja de actuar como Collie y dejaré de sacarlo a relucir.

Brittany aclaró su garganta, sus ojos evitando a propósito los de Santana.

—¿Qué tal si cenamos?—preguntó la rubia—Estoy hambrienta.

—Yo también—intervino Sam—Tal vez podamos hablar de nuestra evidencia…o la falta de ella…con una bebida.

—La cena suena cada vez mejor—dijo Carina moviéndose al lado de Santana y uniendo sus brazos—Tal vez podríamos ponernos al día ¿no?

Los ojos de Santana volaron hacia Brittany y entonces notó que todos le miraban así que asintió con la cabeza.

—Claro.

—Está bien, cena—dijo Finn—Pero quiero comida normal.

—¿Normal?—preguntó Sam.

—Sí. Ni mexicana, ni italiana, ni china. Normal. Es decir, quiero un filete—entonces miró al grupo mientras se ajustaba la corbata—Por favor, díganme que nadie es vegetariano en esta equipo—sonrió cuando nadie habló—Grandioso. Entones filete—miró fijamente a Santana y a Brittany—Ustedes dos se van para cambiar ¿no?

—¿Cambiar?

—La ropa—aclaró él.

—No—dijeron ellas al unísono.

Finn era un purista de los trajes y corbatas, lo sabía, pero Santana no sabía que tenía un fetiche al respecto.

—Difícilmente creo que lo que llevas puesto es correcto.

—Bueno, si no nos dejan entrar, tendremos que conformarnos con pizza o algo así—dijo Santana con una sonrisa mientras miraba a Brittany.




Blaine fue capaz de localizar el restaurante de carne más popular presionando algunas teclas y anunció que parecía aceptar ropa informal.

Santana esperaba lo contrario.

No que le importara comer un bistec, pero en realidad temía lo que Carina pudiera estar planeando.

Establecieron llevar dos vehículos y por suerte, Sam y Blaine se metieron en el asiento trasero de Santana antes que Carina pudiera hacerlo. Incluso entonces, por un segundo deseó que su camioneta no tuviera una super cabina cuando vió como los ojos de Sam seguían a Brittany con cada movimiento mientras ella ponía a funcionar el monitor.

—Dulce—murmuró Sam—¿Tienes una computadora a bordo?

—Sí.

—¿Siempre conectada?

—Cuando tenemos servicio.

Blaine metió la cabeza por encima del asiento.

—¿Kurt lo diseño?

Santana y Brittany intercambiaron miradas divertidas.

—Sí. Cuando me preguntaron que necesitaba, armaron esto junto a las computadoras de la casa rodante en Quantico.

—¿Qué clase de equipo tienes en la casa rodante?—preguntó Blaine—¿Tienes un servidor? Tú misma…

—Hay un montón de cosas. No sé qué es todo eso y Kurt no me deja tocar la mayoría de las cosas así que él lo controla a distancia. Pero sí, hay un servidor. Tengo algunos algoritmos que Kurt escribió y que puedo poner en funcionamiento.

—Que genial—dijo él—Me encantaría ver tu servidor en algún momento ¿Sabes lo grande que es tu servidor?

Santana tuvo que contenerse para no rodar sus ojos.

Jesús, él quería hacer la charla friki con ella.

—Él dijo que era un servidor fornido, sea lo que sea que eso signifique—dijo la morena.

—¿Puedo verlo en algún momento?

Santana volvió a mirar a Brittany.

—Claro.

—Cálmate, hombre—bromeó Sam—Tienes una erección por su ordenador. Lo entendemos.

Blaine se sonrojó profusamente pero afortunadamente se echó hacia atrás y no hizo más preguntas.



Diez minutos después entraron en el estacionamiento del concurrido restaurante y Santana se preguntaba cuánto de trabajo serían capaces de discutir en un lugar tan lleno.

Frunció el ceño cuando Sam cortésmente mantuvo abierta la puerta de Brittany mientras ella se bajaba.

Blaine trató de hacer lo mismo con ella, pero al parecer el aspecto en su rostro le ahuyentó.

—Se agradable—susurró Brittany mientras esperaban a que el grupo de Finn se uniera a ellos.

—Estoy esperando un cartel de ‘no vaqueros’ en la puerta—murmuró en respuesta con una sonrisa.

Tan pronto como fueron conducidos a una mesa, Brittany y Santana fueron separadas cuando Carina tuvo la oportunidad de sentarse junto a Santana.

Brittany estaba entre Sam y Blaine con Santana en el extremo opuesto. Ella sonrió un gracias cuando Sam sacó una silla sosteniéndola para ella. Él era muy atento y esperaba que solo fuera cortesía de su parte.

—Así que ¿qué hace una belleza como tú en un lugar como este?

Brittany se echó a reír.

—Lo mismo digo de ti, supongo.

Él sonrió.

—No puede ser el dinero ¿Amor por la patria?

La ojiazul se encogió de hombros.

—¿Una vez que eres policía, siempre serás policía?

Él se echó hacia atrás cuando el camarero colocó un vaso con agua cerca de él, entonces colocó un brazo detrás de su silla y se acercó más.

—¿Así que realmente viven en una casa rodante?

—Sí, realmente lo hacemos.

—Bastante abarrotado para dos personas ¿no es así?

—Un poco. Pero el sofá de dos puestos se convierte en una cama, así que aún tenemos nuestro propio espacio.

Él rió en voz baja.

—Adivinaré que ni siquiera sabes cómo funciona ese sofá de dos puestos ¿verdad?

Sintió un rubor pero no pudo ocultarlo. Dudaba que haría algún bien negarlo

—¿Es tan obvio?

—Oh, no es expresado si es lo que quieres decir. Pero obvio, sí—él se acercó más, su voz silenciosa—Porque Santana me está matando con la mirada.

—No sé por qué. Tiene a Carina montada en su culo—dijo Brittany sin pensar.

Sam rió en voz alta haciendo que todos en la mesa les miraran. Una vez más, ella sintió un rubor y sólo se atrevió a encontrarse brevemente con los ojos de Santana.

—Lo siento—dijo él al grupo.

—¿Algo gracioso? ¿Quieres compartir?—preguntó Finn.

—No, no. Brittany acaba de...contar un chiste—dijo Sam—Lo siento—le susurro a la rubia.

Brittany tomó un sorbo de su agua, tratando de contener una sonrisa. Esta era la primera vez que hablaba con Sam uno-a-uno y ya eran co-conspiradores.

Arriesgó una mirada sobre la mesa, sólo para descubrir que la atención de Santana estaba completamente puesta en Carina.

—¿La conoces?

Él siguió su mirada.

—Sí, la conozco. Es una zorra. Ella sabe que tú y Santana están juntas, aun así va hacer todo lo que pueda para meterla en su cama.

—¿En serio? ¿Por qué?

Él se encogió de hombros.

—Eso es lo que ella hace. Hombres o mujeres, no le importa. Es su juego. Pero es muy buena en su trabajo. Insuperable cuando está dentro de su horario. Cuando está fuera de su horario, le gusta la fiesta. Y ahora ha puesto su mirada en tu compañera. Por supuesto, tienen una historia…estoy asumiendo.

Su conversación fue interrumpida por el camarero y Brittany se unió a todos los demás ordenando un bistec. La mayoría ordenó vino o algo más fuerte, pero ella decidió unirse a Sam y ordenó una cerveza.

—¿Estás saliendo con alguien? ¿Casado?—preguntó después que su cerveza fue servida.

—No. El matrimonio no es propicio para este tipo de trabajo.

—Si tienes un caso, puedes tener un par de días entre uno y otro, tal vez una semana. Es difícil regresar a casa a una esposa e hijos.

—¿No quieres eso?

—No lo sé. Siempre pensé que algún día lo tendría, pero esto es a lo que estoy acostumbrado. Vida militar. Te mueves todo el tiempo.

—¿Nunca aprendes a echar raíces?

—No, te mantienes en movimiento ¿Que pasa contigo?

Brittany negó con la cabeza.

—Nada de vida militar, no.

—¿En serio? Me parecía que era un requisito previo.

—Departamento de policía de LA era asistente en Sedona. Ahí fue donde conocí a Santana.

—¿En un caso?

—Sí. Patrick Doe.

—Oh. Ese en el que Collie…

—Sí—dijo rápidamente.

La imagen de Collie tumbado en las rocas, con la garganta abierta, era algo que aún podía imaginar vívidamente. Afortunadamente, él no hizo ninguna pregunta.

—Estuve en Sedona una vez—dijo Sam—Hace años. Lugar encantador.

—¿Vacaciones?

—No. De permiso. Estaba viajando—sonrió y nuevamente ella pensó en lo guapo que era—Iba a visitar a mis padres y conocí a esta chica. Ella estaba metida en todo ese asunto espiritual y Sedona tenían todos esos lugares… ¿Cómo es que los llaman?

—Espirales de energía—suministró Brittany.

—Sí, eso es. Había diferentes lugares donde los espirales de energía se suponía eran muy elevadas—sonrió y terminó su cerveza—No sé nada de eso, pero ella estaba lleno de energía.

—Dejaste plantado a tus padres ¿huh?

—Sip. Pasé una semana en Sedona con ella—hizo una pausa cuando el camarero regresó—Tomaré otra cerveza ¿Brittany?

—Sí, tomaré otra—dijo tomando la oportunidad para echarle un vistazo a Santana.

A pesar de que Santana estaba fingiendo escuchar a Carina, Brittany sabía que estaba manteniendo un ojo en ella y Sam.

—Si hubiera estado en ese punto en mi vida para establecerme, lo hubiera hecho con ella—continuó él—Ella era única. Ella sacó una parte de mí que nadie había sacado anteriormente. O desde entonces.

—¿Cuánto tiempo hace de eso?

—Oh, hace seis o siete años, supongo. Nunca la volví a ver después de eso—se inclinó más cerca—Aunque Carina está sobre ella, Santana está manteniendo una estrecha vigilancia sobre nosotros.

—Sí. Carina está prácticamente en su regazo—dijo en voz baja—Creo que la odio.

Él sonrió.

—¿Estás celosa?

Brittany volvió a mirar a su pareja.

—No estoy segura. Debería estarlo ¿no es así? Ella es una hermosa mujer y su ex-amante. Debería estarlo.

—Creo que Santana sólo tiene ojos para ti. Pero esto debe volverte loca. Me enloquecería a mí—dijo él.

—No creas que no he considerado dispararle.

Él se rió nuevamente y otra vez la conversación cesó alrededor de la mesa mientras todos los ojos se volvían hacia ellos. Afortunadamente se salvaron de tener que explicar ya que la cena era servida.

Sorprendentemente, la discusión del caso quedó a un lado mientras todos parecían contentos de charlar durante la cena.

La carne estaba muy buena y Brittany disfrutó de la compañía de Sam, logrando ignorar la pareja que charlaba frente a ella.

En realidad, Carina estaba charlando.

Santana estaba comiendo en silencio su cena, levantando la mirada ocasionalmente. Cuando sus ojos se encontraban sobre la mesa, Brittany se preguntaba cuál de ellas estaba más celosa.

Los ojos de Santana parecían estar llenos de preguntas.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D