[Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin

Capitulo 11

El viaje de regreso al equipo se hizo en silencio y Santana no sabía si era por ella o por Brittany.

Ella, por su parte, tenía miedo de lo que sería la reacción de Brittany por la velada. Carina había monopolizado su tiempo y atención durante toda la cena, hasta el punto que ella ni Brittany habían intercambiado palabras.

Por supuesto, a la rubia no le faltó conversación.

El chico bonito Sam, al parecer, le había mantenido entretenida a juzgar por las risas que los dos habían compartido. Estaba casi avergonzada de admitir que había estado celosa del buen rato que parecieron haber pasado.

Suspiró cuando desactivó la alarma, dejando que Brittany subiera primero por las escaleras.

Lady Tubbington estaba esperando y la rubia la levantó en brazos, abrazándola contra su cuello mientras entraba.

Santana cerró la puerta y se fue a la nevera y sacó una botella de agua, finalmente asfixiándole el silencio.

—Así que tú y Sam parecieron llevarse bien—dijo Santana mientras seguía a Brittany por el pasillo.

—Sí. Es un buen sujeto. Realmente me gusta—se detuvo en la puerta del baño—Y tú y Carina también parecieron llevarse muy bien. Poniéndose al día ¿verdad?

Santana tragó.

—Algo.

—Bien. Ella es muy hermosa. Estoy segura que disfrutaste tenerla prácticamente sentada en tu regazo.

—Mira, Carina es Carina. Te prometo que no hay nada ahí. Nada en absoluto.

Brittany sonrió.

—Lo sé. Sólo estoy bromeando.

Santana estuvo confundida por la facilidad con la que Brittany lo había desestimado. Quizá a Brittany no le importaba que Carina estuviera ofreciéndose a ella.

Mientras Brittany se cepillaba los dientes, Santana se apoyó contra la puerta.

—Así que háblame de Sam—dijo la morena, odiando la punzada de celos e inseguridad que sentía.

Brittany levantó la vista, mirando sus ojos a través del espejo.

—¿Qué pasa con él?

—Bueno, es un chico atractivo, es obvio que le gustas.

—¿Le gusto? ¿En serio, San?—limpió su boca—Es un hombre. Soy lesbiana. Sabes lo que eso significa ¿verdad?

—Sí, pero él es un hombre muy atractivo. Qué mejor manera de decir: “Hey, soy bueno. Me clavé una lesbiana”—tan pronto dijo las palabras, quiso regresarlas.

Estaba actuando como una maldita adolescente y lo sabía.

—¿Clavado? ¿Acabas de decir clavado?

—Sabes lo que quiero decir.

Brittany negó con la cabeza y sonrió.

—Estás fuera de lugar aquí, cariño. En realidad él me recuerda a Mark. Es fácil hablar con él.

—Oh, Yo...oh—dijo ahora avergonzada.

Mark había sido su mejor amigo, su compañero. Qué tonto de su parte pensar que algo romántico podría ocurrir con Sam.

Brittany se acercó y tocó su brazo, frotando los dedos suavemente sobre su piel.

—Prepárate para la cama ¿de acuerdo?

Santana asintió con la cabeza, su mirada se mantuvo en Brittany mientras se alejaba.

No sabía por qué de repente se sentía tan insegura.

Lo que ella y Brittany tenían, era bueno, era verdadero.

Carina podía bailar desnuda delante de ella y Santana sabía que no sería tentada.

Brittany poseía su corazón.

Finalmente se alejó de la puerta, tomando su turno en el baño.


Cuando se estaba secando el rostro, escuchó a Brittany en la cocina hablándole a Lady Tubbington en voz baja mientras preparaba la cafetera para la mañana.

Santana se encontró con sus propios ojos en el espejo y sonrió. Eso pequeños detalles domésticos le hacían sentir satisfecha, muy feliz…le hacía darse cuenta que lo había extrañado durante mucho tiempo.

Extrañado y ni siquiera lo había sabido.

Miró sobre su hombro y notó que Brittany descansaba en la puerta, como ella había hecho anteriormente. Se dio la vuelta, sin desear nada más que llevar a la rubia a la cama.

Vió esa mirada hambrienta en los ojos de Brittany que tanto le encantaba.

Pero eso debía esperar.

—Escucha…—dijo la morena—…creo que debemos separarnos.

Los ojos de Brittany se abrieron y ella dio un paso atrás.

—¿Qué?

Santana frunció el ceño al ver la expresión de incredulidad y pánico en el rostro de Brittany.

—¿Qué? No, no. Dios, Britt-Britt, no—dijo rápidamente—El caso. A eso me refiero.

—Jesús, San—dijo dejando escapar un profundo suspiro—Me asustaste de muerte.

—Lo siento. No, me refiero a cuando salgamos. No confío en ellos. Finn y Jack fueron entrenados por Collie. Puedes saberlo por sus preguntas, su actitud, no les gusta la manera como estamos manejando esto—arqueó sus cejas—¿Crees que estoy exagerando?

Brittany negó con la cabeza.

—No. Probablemente tienes razón.

Santana pasó los dedos por su cabello, cepillándolo hacia los lados, tratando de dividir a todos en su mente.

—Dos equipos—dijo finalmente—No puedo creer que esté pensando en esto, pero podemos dejar que Blaine venga aquí y juegue con los ordenadores. Podría coordinarnos a través del teléfono y correo electrónico—hizo una pausa—Me quedo...me quedo con Sam y Finn. Tú te quedas con Jack y Carina.

Brittany levantó las cejas con sorpresa, luego sacudió su cabeza.

—De ninguna manera.

—¿Por qué?

—No voy a quedarme con Carina.

Una vez más, Santana estuvo confundida.

—Pensé que te gustaría más si ella estaba contigo y no conmigo. Quiero decir, tú piensas que ella está tratando de entrar en mis pantalones ¿cierto?

Brittany rió.

—Ella está tratando de entrar en tus pantalones. Pero no la quiero conmigo. Existe la posibilidad de que pudiese dispararle. No…me quedo con Sam y Jack.

Ahora fue el turno de Santana para hacer una pausa.

Sam era un hombre…aunque uno muy atractivo…y eso debería bastar para no tener ninguna razón para estar celosa de que hicieran equipo.

¿Realmente pensaba que Sam podría ser una amenaza en su relación con Brittany?

¿En serio?

¿Un hombre heterosexual?

—¿Que está pasando ahora por esa bonita cabeza tuya?—preguntó Brittany disminuyendo la distancia entre ellas.

—Nada—mintió Santana.

—Sabes que no te creo—sus manos se posaron en la cintura de la morena—Pero fue suficiente charla. Creo que ahora estamos fuera de servicio.

Santana asintió, reconociendo esa mirada en los ojos de Brittany, sabiendo que pronto estaría desnuda y entregándose a Brittany.

Era una mirada posesiva y hambrienta, una que le encantaba.

—Con todo ese coqueteo que Carina hizo contigo…—dijo mientras sus manos sacaban la camisa de Santana de sus vaqueros—…Creo que tengo que recordarte que...me perteneces.

Brittany le quitó su camisa en un movimiento y luego hizo lo mismo con su sujetador, el zumbido frío del aire acondicionado estremeció su piel.

Santana sintió que su pulso latió en sus oídos cuando Brittany bajó su cabeza, sus labios capturaron un pezón. La cabeza de la más baja cayó hacia atrás cuando la lengua de Brittany y sus dientes tiraron de él y no pudo contener el gemido.

—Eres mía—murmuró Brittany, su boca se movió contra la cicatriz en su pecho, encontrando sus labios justo cuando su mano se deslizaba entre sus cuerpos, ahuecándola, presionando la costura de sus vaqueros contra su centro.

—Sí—siseó Santana, su respiración ahora laboriosa mientras empujaba contra la mano de Brittany.

Pero la mano de la rubia se quedó inmóvil, moviéndolas nuevamente hacia sus pechos.

—Vamos a la cama—dijo Brittany contra sus labios—Tengo planeada una larga noche.

La camisa y el sujetador de Santana yacieron donde habían caído mientras ella le seguía a ciegas hacia el dormitorio, sus manos fuertemente entrelazadas.

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Capitulo 12

—No estropees nada.

—¿Puedo llamar a Kurt si lo hago?

Darle el número y correo electrónico de Kurt a Blaine, era algo que Santana podría lamentar el resto de su vida, mientras él lo agarraba con fuerza como un diamante preciado.

—Y no dejes que Lady Tubbington salga.

—¿Quién le pone Lady Tubbington a un gato?—preguntó Finn mientras miraba la bola de pelo enroscada en su lugar habitual en el sofá de dos puestos.

Santana lo ignoró, más preocupada por Blaine y sus dedos que volaban sobre el teclado.

—Tienes acceso a todo con esto—dijo él ojiverde con admiración—¿Estás segura que puedo obtener autorización?

—Figgins dijo que él lo había otorgado. Le dije que te llamara directamente—miró a su alrededor viendo como Carina inspeccionaba el equipo.

Se había dirigido hacia el dormitorio y Santana agradeció que ella y Brittany lo hubieran arreglado en la mañana. Sus ropas habían estado esparcidas, la cama hecha un lío después que Brittany había hecho suya a Santana la noche anterior.

Santana sintió el aleteo, ya familiar, en el estómago cuando recordó como Brittany le había poseído, dejando su marca en su pecho mientras lo hacía.

—Agradable—dijo Carina cuando atrapó a Santana mirándola.

Santana regresó la mirada a Blaine.

—Busca por Mónica Riddle. Puede que haya usado un nombre de calle. Averigua cual era y donde trabajaba.

Él asintió con la cabeza.

—Voy a acceder a sus registros de la policía. Ellos deben saber el alias.

—Si descubrimos donde trabajaba entonces nuestro siguiente paso será conseguir los recibos de las tarjetas de crédito y ver cuántas coincidencias obtenemos en ambas paradas en Needles y en la que ella trabajaba—levantó una ceja—¿Puedes hackear?

Él sonrió.

—Bueno, sí.

—De ninguna manera, López—dijo Finn—Haremos esto siguiendo las reglas.

—Cuando tengas tu propio caso, podrás hacerlo siguiendo las reglas. No tenemos el tiempo para conseguir una orden para acceder a las cuentas de tarjetas de crédito.

—Y hay una razón para eso. Privacidad. Y Blaine trabaja para mí, no para ti.
Estuvo a punto de señalar lo obvio…que Blaine estaba sentado en este momento…babeando…en sus ordenadores y recibiendo instrucciones de ella, pero todavía podía escuchar las palabras susurradas de Brittany, temprano en la mañana.

Se agradable.

Así que simplemente le ofreció la mueca de una sonrisa y se volteó guiñándole un ojo a Blaine.

—Salgamos entonces.

Carina tomó el asiento de atrás, dejando que Finn ocupara el asiento del copiloto.

El plan consistía en caer nuevamente en la gran parada de camiones en Barstow y mostrar la foto de Mónica y con suerte lograr que algunas de las chicas hablaran.

Ahora que el departamento del sheriff oficialmente les había delegado el caso, estarían libres para trabajar sin pisar los pies de nadie.

La fotografía era de una ficha policial de cinco años atrás, cuando Mónica tenía 18 años, pero era todo lo que tenían.

Brittany y su grupo se dirigían a Needles para hacer lo mismo.

—¿Cuánto tiempo han sido compañeras la agente Pierce y tú?—preguntó Carina desde atrás.

Santana se abstuvo de mirar por el espejo retrovisor. Carina estaba provocándola, nada más.

—Pocos meses—dijo evasivamente.

—¿Sin contar el tiempo en Sedona?—preguntó Finn.

—Oh, sí, Patrick Doe—dijo Carina—Finn nos ha contado todo—se inclinó hacia adelante y puso un brazo sobre el respaldo—¿De verdad saltaste por el precipicio?

Santana movió sus ojos hacia Finn quien le dio una sonrisa tímida.

—Fue más como una alta cornisa que un precipicio—dijo ella.

—Aun tomando riesgos, ya veo.

Carina había monopolizado la conversación en la cena de la otra noche, informándole a Santana sobre sus hazañas desde la última vez que se habían visto.

Santana, por otro lado, había compartido muy poco.

Eso no iba a cambiar, así que ignoró el comentario de Carina.

—Así que si encontramos rastros de Mónica, entonces ¿cuál es el plan?—preguntó Finn.

—Los recibos de las tarjetas de crédito.

—Te dije que…—dijo él.

—Y yo te dije que era mi caso—dijo ella—Si quieres jugar con las reglas, entonces salte del equipo de Figgins. Ya deberías saber que tenemos más libertad que la mayoría.

—Collie…

—Jesucristo, Finn ¿Collie nuevamente?

—Sólo estoy diciendo que no estamos por encima de la ley. Y reunir arbitrariamente recibos de tarjetas de crédito es una violación a la privacidad.

—Y no me importa. Estoy tratando de detener a un asesino en serie que está violando a sus víctimas y luego está cortando sus malditas cabezas. No me importa la privacidad.

—Esas evidencias no se aceptarán en la corte.

Ella se echó a reír.

—¿De verdad crees que esto llegará a la corte? Él es hombre muerto en el momento que lo vea.

Finn la miró, sacudiendo lentamente su cabeza.

—Ahora sé por qué Collie quería distanciarse de ti. Eres peligrosa, López. Fuera de control.

Ella se echó a reír nuevamente.

—No…Collie quería distanciarse de mí porque yo le disgustaba. No tenía nada que ver con el trabajo y todo que ver con una belleza griega de cabello negro que me eligió por encima de él.

Carina rió desde la parte posterior.

—Cuenta, Santana. Eso suena divertido. Tal vez era alguien que conocía.

Ella miró por el espejo y sonrió.

Sí, hubo algunos momentos de diversión durante sus días de militar. Era joven e irresponsable, todo había sido muy emocionante. En realidad, no le había mentido a Brittany, pero nunca le contó la cantidad de aventuras que había tenido...o cuántas amantes había tenido.

Sin nombre, amantes sin rostro, en su mayoría.

Carina era una de ellas.

—Y para que conste, no estoy fuera de control.







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—¿Qué es exactamente lo que esperamos lograr?—preguntó Jack mientras atravesaban el desierto, justo en las afueras de Joshua Tree.

En lugar de tomar la I-10 hasta llegar a Blythe y subir por la carretera 95 hacia Needles, el GPS les estaba llevando por el desierto donde cruzarían con la carretera 95 justo al sur de Needles.

Aun así sería un viaje de dos horas.

Brittany se volteó en su asiento y miró a Sam con el ceño fruncido. Era la tercera vez que Jack había hecho la pregunta. Sam se inclinó hacia delante y golpeó a Jack en el hombro.

—Así que no te gustó su respuesta las dos primeras veces que hiciste esa pregunta.

Sam se rió.

—¿O te has vuelto olvidadizo con la vejez?

—Así que mostramos su foto por los alrededores. Entonces ¿qué? ¿Y qué si alguien la reconoce? Trabajo con hechos y pruebas concretas. Lo que parece no tenemos en abundancia.

—Si alguien la reconoce o puede recordar una fecha, sacamos el vídeo de seguridad. O tal vez alguien recuerde el sujeto con el que estaba—Brittany trató de no perder la paciencia con Jack, recordándose a sí misma que todos tenían entrenamiento militar y no policial.

A veces, husmear en busca de pistas y hacer preguntas era todo lo que tenían.

Como ahora.

—O tal vez alguien recuerde como lucía su camión—agregó Sam.

—Al menos nos dará un margen de tiempo—añadió Brittany—No sabemos si él las mantiene en algún lugar días antes de matarlas o si las mata la misma noche. Todo lo que sabemos acerca de Linda Blake es que no se le vió por allí durante un par de semanas. Eso es demasiado vago para que nos sirva.

—Todo es vago—dijo Jack—Todo esto conduce a la mitad de la nada. Demonios, si algo surge en Barstow, estaremos a horas de ahí.

—La logística es un problema, sí—dijo Brittany—Pero es lo que es.

Afortunadamente, Jack no tuvo más preguntas o comentarios y continuaron en silencio.

Es decir, hasta que Sam se extendió al frente y tocó su hombro. Se dio la vuelta, viendo la mirada juguetona en su rostro.

—Así que… ¿de quién fue la idea de dividir?

Brittany miró a Jack antes de contestar.

—Santana.

—¿Y quién escogió los grupos?

Ella sonrió.

—Yo lo hice.

—Ya veo ¿Todavía temerosa de disparar?

—¿Disparar a quién?—preguntó Jack—¿Carina?

Brittany y Sam intercambiaron una mirada y Sam se encogió de hombros.

—Ella es un poco desagradable ¿no crees?

Jack resopló.

—¿Un poco? Diablos, todo se trata de ella. Ella ha estado ahí, ha hecho eso y lo ha hecho mucho mejor. Le dije a Finn que ella no sería una buena opción, pero él quería una mujer y ella estaba disponible.

—Igualdad de oportunidades en el empleo—murmuró Brittany, haciendo reír a Sam.

—Ella tiene credenciales, tengo que decirlo—dijo Jack—Agente de la CIA. Parece que está dando un paso hacia atrás.

—Tal vez su identidad fue revelada—ofreció Sam.

—Tal vez quería algo nuevo—dijo Brittany pensando en Santana y como ella se había cansado de esa vida.

—Bueno, me alegra no tener que ir con ella—continuó Jack—Prefiero escuchar a Blaine hablar sobre ordenadores que escucharla a ella.

Brittany miró a Sam, igualando su sonrisa.

No tenía idea de que el normalmente silencioso y estoico hombre mayor sería tan vocal en su aversión hacia Carina.

Suspiró cuando volteó mirando nuevamente por la ventana, viendo el interminable desierto, sus ojos fueron atraídos por algunas montañas distantes en el horizonte.

Dividirse en equipos había sido una buena idea, pero descubrió que extrañaba la presencia de Santana.

Dejó que su mente divagara a la última noche, recordando el rostro de Santana cuando llegó al clímax, escuchándole susurrar “Britt” mientras Brittany seguía succionando su pecho incluso mucho tiempo después que sus temblores hubieran abandonado su cuerpo.






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—¿Qué rompiste?—preguntó Santana cuando vio el nombre de Blaine aparecer en la consola.

—¿Tienes alguna idea de lo rápido que es tu servidor? Me encontré con uno de tus algoritmos…

—¿Estás jugando con mis algoritmos?

—Estaba probándolos. Kurt es un genio. Quiero decir…

—Por favor, dime que no acabas de llamar para hablar de computadoras.

—Oh, no. Lo siento. Tengo el alias de Mónica Riddle.

—Muy bien—dijo ella perdiendo rápidamente la paciencia—¿Quieres dármelo o qué?

—Lo siento, Santana—hizo una pausa—¿Te puedo llamar Santana? O ¿Prefieres agente especial López?

—Jesucristo, Blaine ¿cuál es el maldito alias?

—Ella...ella utilizaba Ángel y a veces Rose.

—Está bien. Buen trabajo, Blaine.

—Hay más. Hay una hermana. Vive en Redlands. Te envié por correo electrónico su dirección y número de teléfono, en caso que quieras ponerte en contacto con ella. Es cajera en un banco. Sale del trabajo a las 4:30. Recoge a su hijo en la guardería y luego va a casa a las cinco y media.

Ella se echó a reír.

—Excelente trabajo. Puedes llamarme Santana.

—Gracias. Espero que no te importe sobre el algoritmo. Sólo quería ver algo del trabajo de Kurt.

—Juega todo lo que quieras—dijo tocando la pantalla para desconectarla.



—¿Dónde lo encontraste?—le preguntó a Finn.

—Figgins lo recomendó.

—Es bueno.

Carina suspiró.

—Es un friki. Sólo tiene 25. Aún no ha vivido.

—Obtuvo su doctorado a los 21—dijo Finn.

—Como he dicho, un friki.

Santana se preguntaba qué le había visto a Carina.

Bueno, además de un cuerpo sexy.

En aquel entonces, no había notado lo negativa que era Carina. O tal vez simplemente no le había importado.

El sexo había sido una salida para el estrés y recordaba que ellos utilizaban esa salida con frecuencia.

—Si alguien puede recordar a Ángel o a Rose, recordar la última vez que la vieron, entonces quiero que Blaine revise las cintas de seguridad y trate de obtener imágenes. Si no podemos encontrar a nadie, entonces tendremos que esperar hasta que las chicas vengan a trabajar.

—¿Y la hermana?—preguntó Finn.

—También me gustaría hablar con ella.

—¿Qué tal si me dejas en la parada de camiones? Puedo entrevistar a las chicas. Tú y Carina pueden dirigirse a Redlands—sugirió Finn—Pídele a la agente Pierce y a su equipo que pasen a recogerme.

—Ellos están a más de dos horas al este de aquí.

—Puedo pasar el rato. Observar.

Ella asintió con la cabeza.

—Está bien. Llamaré a Brittany.

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Capitulo 13

—Al fin solas—dijo Carina con un suspiro exagerado mientras Santana salía de la ruidosa parada de camiones en Barstow.

—¿Solas?

—Sí. Tienes que admitir que Finn también te estaba sacando de quicio—sonrió y frunció sus labios—Y finalmente podremos ponernos al día.

—¿Con que hay que ponerse al día?

—Oh, vamos, Santana. Debes tener buenos recuerdos de nuestro tiempo juntas. Sé que yo los tengo—dijo mientras su mano se extendía para acariciar ligeramente el brazo de Santana.

—¿Buenos recuerdos? No sé si lo llamaría así, Carina. No éramos más que compañeras para follar.

Carina se echó a reír.

—Sí. Eso era lo que lo hacía tan agradable—dejó caer la mano hacia el muslo de Santana—¿Sería apresurado de mi parte decir que me gustaría continuar donde lo dejamos?

Santana se erizó ante su toque, asombrada de que Carina se estuviera permitiendo el atrevimiento. Apartó la mano antes que se deslizara entre sus piernas.

—No estoy interesada—dijo Santana.

Los ojos de Carina se abrieron con sorpresa.

—¿En serio?

—En serio.

—Vaya, has cambiado. Tus hazañas son legendarias.

Santana negó con la cabeza.

—En realidad no. Creo que ese honor es tuyo.

Carina dejó caer nuevamente la mano sobre el muslo de Santana.

—Si no te conociera, diría que estás involucrada con alguien. Pero la Santana que recuerdo no hace ese tipo de cosas.

—La gente cambia. No soy la misma persona que era en ese entonces.

Carina la miró.

—Las misiones donde estuvimos…nunca sabíamos si cada día iba a ser el último.

—Tal vez por eso el sexo era tan bueno—Santana apartó la mano nuevamente—Aún no estoy interesada.

—Seguramente la agente Pierce y tú no están involucradas—dijo Carina.

Santana no dijo nada.

—Oh, querida Santana, ella no es tu tipo.

—¿Crees que no?

—No. Siempre te gustaron las más mundanas, las del tipo glamoroso.

—¿Oh? ¿Cómo tú?

Carina sonrió y por tercera vez puso la mano en la pierna de Santana.

—Sí, exactamente como yo. Tu Brittany está lejos de eso. No es que no sea atractiva. Ella lo es. Simplemente parece tan joven, tan ingenua.

—¿Ingenua? Ella no ha vivido la vida que nosotras hemos vivido, no, pero no se ha librado de las crueldades de la vida.

—¿Cuánto tiempo han sido amantes?

—Nunca dije que lo fuéramos—la miró nuevamente—Y quítame la mano de encima.

Carina lo hizo, pero su sonrisa fue arrogante.

—¿Estás enamorada de ella…de esta compañera tuya?

Qué maravilloso hubiera sido poder decirle que sí, que estaba enamorada.

Irremediable y locamente enamorada.

Pero no podía.

—Ya sabes que va contra las reglas.

—Sí, el amor definitivamente va contra las reglas. El sexo, no tanto—finalmente Carina se alejó—Sin embargo, debo advertirte que Sam tiene la vista puesta en ella. Cuando hablé con él anteriormente, estaba planeando una agradable cena romántica.

Nuevamente, Santana sintió como la semilla de la duda entraba sigilosamente en ella, ese pequeño mordisco de celos.

Hoy no había tenido un minuto a solas para hablar con Brittany y ahí estaba ella, a toda velocidad por la carretera hacia Redlands, con la esperanza de conseguir a la hermana en su casa.

Brittany saldría a cenar, sin duda, a un agradable restaurante con Sam. No comprarían una pizza para llevarla al equipo, no se quedarían en casa para que ella hiciera la cena, sino que saldrían, algo que ellas rara vez hacían.

Se preguntaba si Brittany extrañaba eso.

Tal vez ellas deberían ponerse como objetivo salir más a menudo. Pero en realidad, cada vez que ella lo mencionaba, Brittany se contentaba con quedarse en casa.

Al igual que Santana.

Era el tiempo tranquilo y a solas que ambas parecían disfrutar. Ahora Carina estaba colocando la duda en su mente.

No, tratando de colocar duda.

Todo lo que Santana tenía que hacer era pensar en la última noche, la manera como Brittany le había hecho el amor, sus palabras murmuradas y los suaves besos que le decían cuan cierto era su amor.

No, no caería en la trampa de Carina.

No esta vez.

—Entonces espero que él la lleve a algún lugar costoso—dijo Santana—Por lo general sólo compro pizza.

Eso pareció distraer lo suficiente a Carina quien miró por la ventana, lo que permitió que continuaran el viaje en silencio.

Llegaron al tráfico pesado en San Bernardino y miró el monitor, notando que debería girar a la izquierda hacia la I-10 en unas pocas millas.

Contempló llamar a Brittany, sólo para hacerle saber dónde estaba pero eso sería sólo una excusa.

Finn se lo informaría.

Además, no quería que pensara que le estaba controlando. Sin embargo, no necesitaba preocuparse, un suave pitido indicó una llamada. En vez de tocar la pantalla para contestar, agarró el teléfono.

Sabía que no podrían decir nada personal, pero no quería que Carina escuchara cada palabra.

—Hey—respondió—¿Qué pasa?

—Hola. Sólo quería verificar—dijo Brittany—Tenemos a Finn y ahora vamos de regreso a Needles.

—¿Por qué de regreso?—preguntó.

—Pudimos hablar con tres de las chicas que trabajan en el estacionamiento. No nos dieron mucho, pero Sam utilizó su encanto y finalmente consiguió que hablaran—dijo con una risa.

Santana escuchó la voz de Sam en el fondo burlándose de Brittany. Se tragó los celos que sentía por su camaradería.

—Hay una chica desaparecida. Su alias es Susie Bell. Es todo lo que tengo. No la han visto en más de tres semanas. Una joven de unos 20 años, según dicen. Podría ser Jane Doe 23—dijo Brittany.

—Está bien ¿Cuál es el plan?

—Ella se estaba quedando en un motel barato en Needles. Queremos verificarlo, hablar con el encargado.

—¿Acaso Finn consiguió algo en Barstow?

—En realidad no. La conocían como Ángel, pero nadie pudo identificar la última vez que fue vista.

—Has que Blaine revise las cintas de seguridad. Tal vez logremos…

—Ya estoy en eso—dijo Brittany—Será tarde cuando regresemos. Hay aproximadamente dos horas y media entre Needles e Indio.

—Sí. Ya casi estamos en Redlands. Está sólo una hora de Indio. Me encargaré de las cosas en el equipo.

Se refería a Lady Tubbington, principalmente.

Iba a sentirse tan vacío sin Brittany alrededor, lo sabía.

—Está bien. Bueno…—hizo una pausa—…Yo también, Santana.

Santana frunció el ceño.

¿Yo también?

Entonces recordó su conversación de la semana pasada, cuando Brittany acusó a Santana de tener miedo a decir Te amo.

Entonces se echó a reír, luciendo una sonrisa.

—Sí, yo también—dijo al escuchar la suave risa de Brittany mientras se desconectaba.

—¿Algo nuevo?—preguntó Carina.

—Tienen una posible pista sobre Jane Doe. Van de regreso a Needles con Finn.

—Oh. Bueno, parece que entonces seremos sólo las dos para la cena. Qué conveniente.

—Creo que dejaré que tú y Blaine compartan la cena. Necesito pasar tiempo con mi gata.

—Oh Santana ¿una gata? Pensaba que esa cosa peluda era de tu compañera. No puedo imaginarte con una mascota.

—Como he dicho, la gente cambia—se mezcló con el tráfico en la I-10, dirigiéndose hacia Redlands.

Siguió las indicaciones del GPS y sólo a unas pocas cuadras después la autopista, entraron en una zona residencial. Las casas eran modestas pero bien cuidadas. Giró entrando en la calzada de la casa de la hermana.

—Todas lucen igual—dijo Carina, mirando por la calle.

—Sí. Odiaría vivir aquí—salió de la camioneta preguntándose si tal vez debieron haber llamado primero.

No sabía si se encontrarían con una hermana en duelo o no. Escuchó pasos al otro lado de la puerta, pero no se abrió.

—¿Quién es?

—FBI—dijo levantando las credenciales del FBI hacia la mirilla—¿Podemos entrar?

La puerta se abrió revelando a una mujer con rasgos asiáticos, de la edad que Santana estaba esperando.

Ella se aferraba con fuerza a la puerta.

—¿Sí?—preguntó con nerviosismo.

—¿Tina Chang?

—Sí.

Santana suspiró, deseando que Brittany estuviera aquí. Ella era mejor en esta parte del trabajo.

—Soy la agente especial López Santana. Ella es Carina Moretti. Lo siento, pero estamos aquí por su hermana.

—¿Por qué el FBI estaría interesado en Mónica?

—¿Podemos entrar?

—Por supuesto—abrió más la puerta—Por favor, disculpe el desorden. No esperaba compañía.

—No se preocupe—dijo siguiendo a Tina al interior.

Caminaron a través de una sala de estar atestada de juguetes de niños. La televisión estaba encendida y una pequeña niña estaba tendida en el piso viendo dibujos animados, ajena a su presencia.

El mostrador de la cocina estaba cubierto con bolsas, lo que indicaba que Tina acababa de llegar de la tienda de comestibles. Inmediatamente comenzó a desempaquetarlos mientras les hacía un gesto para que se sentaran a la mesa.

—Acabo de llegar a casa hace un rato. Mi marido no estará en casa por otra hora—explicó.

—No vamos a quitarle mucho tiempo—dijo Santana mientras se sentaba—¿Cuándo fue la última vez que vio a Mónica?

—Hace un par de años, supongo.

—¿No eran unidas?—preguntó Carina.

La mujer negó con la cabeza.

—Mónica era...un desastre. Realmente no podría culparla. Nuestra mamá era una drogadicta. Mónica estuvo rodeada de eso todo el tiempo. Traté de sacarla de la casa cuando ella estaba en la secundaria, pero nuestra mamá no lo permitió—abrió la nevera y guardó un cartón de huevos—Realmente creo que Mónica no quería salir. Se la pasaba con la gente equivocada ¿saben a qué me refiero? Entraba y salía de problemas.

—¿Usted sabía que ella fue arrestada?

—¿Por prostitución? Sí—sonrió—Así fue como realmente conocí a mi marido. Él es oficial de libertad condicional. Ambos tratamos de llegar a ella, pero no estuvo interesada.

—¿Dónde está su mamá ahora?

—No tengo ni idea. No la he visto en cuatro o cinco años.

Santana hizo una pausa.

—¿Conoce las circunstancias de la muerte de Mónica?

La mujer apartó la mirada rápidamente.

—Sí. Es horrible—negó con la cabeza—Pero es difícil pensar en ella como mi hermana. Soy 8 años mayor. Me fui de la casa tan pronto pude. Trabajé y fui a la universidad, pero no pude sacarla. Finalmente dejé de intentarlo.

—¿Pero se mantuvo en contacto?—preguntó Carina.

—No, en realidad no. Ella venía cuando necesitaba dinero. La última vez, Mike… mi marido…le dijo que no regresara más. Ahora tenemos una bebé—sonrió—Bueno, no una bebé. Tiene casi tres años. Pero no queríamos a Mónica a su alrededor. No siendo como era. Como he dicho, era un desastre.

—¿Alguna otra familia?

Tina negó con la cabeza.

—Nunca supimos de nuestro papá. Tengo una tía que vive en Pomona, pero en realidad no mantenemos el contacto. Ella es todo lo contrario de nuestra mamá así que puede imaginar que no fueron unidas mientras estábamos creciendo.

—¿Sabe dónde trabajaba Mónica?

—¿Trabajaba? Ella no trabajaba.

—Quiero decir…

—Oh. La prostitución—respiró profundamente y cerró ojos, como si quisiera ahuyentar la imagen de su hermana siendo prostituta—Sé que se la pasaba mucho en Barstow. Parecía preferir pasar el rato en las paradas de camiones—negó con la cabeza—Realmente no le hacía muchas preguntas. No quería saber.

Santana no estaba segura de que esperaba encontrar, pero realmente no descubrieron nada nuevo.

Se puso de pie, entregándole a Tina Chang su tarjeta.

—Gracias por su tiempo. Si piensa en otra cosa…—se encogió de hombros—…Por favor llámeme.

—¿Por qué el FBI está en este caso?

—Mónica no fue la única chica asesinada.

—Supe de la dama que descubrieron cerca de Indio ¿Es el mismo asesino?

—Creemos que sí.

—¿También era prostituta?

Santana sonrió cortésmente.

—Realmente no puedo hablar de los detalles del caso con usted. Una vez más, gracias por su tiempo. No necesita acompañarnos hasta la salida.




—Esa fue una completa pérdida de tiempo—dijo Carina cuando habían se acomodaron en la camioneta.

—Sí. Esperaba encontrar una hermana de duelo—dijo Santana mientras regresaba a la carretera—Al menos Barstow fue confirmado. Finn le dijo a Brittany que conocían a Mónica como Ángel. Nadie pudo precisar la última vez que la vieron así es que Blaine revisará las cámaras de seguridad.

—¿Hemos estimado el tiempo de muerte de las tres víctimas?

—Sí. Pero sin saber cuándo desaparecieron, no tenemos ni idea de cuánto tiempo las mantuvo, si es que lo hizo.

—¿Un camionero o un local?

—Podría ser ambos—dijo algo que ella y Brittany habían discutido—Número uno, un camionero.

Una vez que salieron del tráfico pesado de la ciudad, el viaje de regreso a Indio lo hicieron rápidamente y en silencio. Condujo a través del paso hacia Coachella Valley, pasando un gran parque eólico las cuchillas de las turbinas daban vueltas y vueltas por la brisa constante.

Las áridas montañas eran el telón de fondo para los gigantes molinos de viento, el blanco era un perfecto contraste ante los monótonos marrones de los alrededores.



Cuando se acercaron a Palm Springs, Santana rechazó la oferta de Carina para ir a cenar. Al contrario, se dirigió directamente a Indio y al equipo, feliz de ver que Blaine ya tenía en marcha los programas para recolectar los recibos de las tarjetas de crédito.

—Sin embargo muchas van a ser inútiles. Compañía de tarjetas de crédito.

—Seguramente tendrán un camión asociado con ellas.

—Sí, pero eso sólo será una cosa más por revisar—él señaló una de sus computadoras—Deja que esta siga funcionando. No la toques.

Ella arqueó una ceja.

—Te das cuenta que esta es mi oficina ¿no?

—Lo siento. Sí. Pero por favor, no la toques. Con suerte, en la mañana seré capaz de recabar algunos datos para ti—la miró expectante—Es decir, si puedo regresar aquí y jugar con tus cosas nuevamente.

Ella se echó a reír.

—Claro, Blaine. Es todo tuyo. Ahora vámonos. Estoy cansada y hambrienta.




Después de dejarlos en el hotel, compró una pizza para cenar y luego se estableció en el equipo.

Después de una larga ducha, se sentó en su sillón reclinable en pantalones cortos y los pies descalzos, luchando con una gatita ronroneante que estaba tratando de robar el pepperoni de su pizza.

Suspiró, deseando que Brittany estuviera ahí con ella.

Miró su teléfono, pero se abstuvo de llamar. Si Brittany necesitaba algo, llamaría.

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Capitulo 14

—Dios mío, esto es un basurero—murmuró Sam mientras seguían al gerente a la habitación número 11.

Brittany tuvo que estar de acuerdo con él. La mayor parte de las luces exteriores estaban a oscuras, las bombillas rotas o faltantes.

Las botellas de cerveza y latas cubrían el área y vio lo que parecía ser un pañal guindando en la valla de tela mecánica.

—Ella pagó por un mes—dijo el gerente—Aunque no la he visto en semanas.

—¿Ella pagó en efectivo?—preguntó Brittany.

Él se echó a reír.

—¿Crees que me voy a aceptar un cheque de alguien?

—¿Supongo que no revisó una identificación cuando le reservó una habitación?—preguntó Finn.

—No—dijo él y desbloqueó la puerta y la abrió—Ella firmó como Susie Bell. Eso fue suficiente para mí.

—Hágase a un lado, por favor—dijo Brittany extendiéndose y encendiendo la luz.

La cama estaba sin hacer y había una toalla extendida en la parte superior. Unos pantalones negros cubrían la silla y dos pares de zapatos con tacones yacían en el suelo.

—Comprueba el baño—dijo.

—Tenemos un cepillo—dijo Jack, señalando hacia la mesa.

—Cepillo de dientes aquí—dijo Sam desde el cuarto de baño.

—Grandioso. Empaquétenlo—se volteó hacia el gerente—Voy a clausurar esta habitación. Nadie entra ¿Entiende?

—Perderé dinero. Alguien puede necesitar…

—Ella pagó el mes. Todavía nos queda un par de días—entonces ella sonrió—Además, parece que tiene un buen número de habitaciones vacías en caso de tener una demanda repentina. Esta habitación permanece cerrada.

Él asintió con la cabeza.

—Está bien. Nadie entra.

—Jack, llama al departamento de policía de Needles. Hazles saber lo que tenemos. Llamaré a la oficina del sheriff. Necesitaremos su laboratorio para que procese esto en busca de ADN.

—Incluso si el ADN coincide, eso realmente no nos ayuda—dijo Jack.

—¿Susie Bell?

—Al menos no es Jane Doe 23—dijo Sam.

—Terminemos con esto—dijo Finn mientras se ajustaba la corbata—Este lugar es asqueroso.

Finn todavía estaba impecablemente vestido con su traje y corbata, incluso después de pasar la mayor parte del día en una parada de camiones en Barstow.

Al menos Sam y Jack se habían quitado sus corbatas. Probablemente ella era la única que estaba cómoda después de un día tan largo.

—Me muero de hambre—dijo Sam—¿Hamburguesas para el regreso?

—Suena como un plan—dijo Brittany sin desear nada más que regresar con Santana.

Realmente había sido el primer día que ellas habían pasado un tiempo significativo separadas y descubrió que la extrañaba terriblemente.

Después de realizar las llamadas al departamento de policía de Needles y la oficina del Sheriff de San Bernardino, finalmente regresaron a Indio.

Estaba más allá del agotamiento, después de haber estado en el camino la mayor parte del día. Los otros debían sentirse de la misma manera ya que comieron sus hamburguesas y papas fritas grasientas en silencio.




Era casi medianoche cuando le dejaron en el equipo.

Se apresuró con la despedida y corrió hacia la puerta. Se detuvo preguntándose si Santana habría armado la seguridad o no. Como precaución, se dirigió al teclado y marcó el código, agradecida de haberlo hecho al escuchar el familiar “todo despejado”.

Entró en silencio, pensando que Santana estaría en la cama. Encontró su enorme cuerpo acurrucado en el sofá de dos puestos, Lady Tubbington escondida contra su estómago, ambas profundamente dormidas.

No pudo evitar sonreír, su corazón se llenó de amor ante esa visión.

Esto era estar en casa.

Su amante dormida, sin duda después de esperarla, sucumbiendo y acurrucándose lo mejor que había podido.

Vio la caja de pizza y sacudió su cabeza ¿acaso le sorprendía?

Brittany se arrodilló a su lado, acariciando suavemente su brazo.

—Hey—susurró.

Santana saltó y sus ojos se abrieron de inmediato. Ellos se suavizaron cuando la vieron y se sentó flexionando sus hombros.

—Dios, Britt ¿qué hora es?

—Tarde. Más de la medianoche.

Santana la alcanzó, acercándola más.

—Te extrañé. Hoy, todo el día, te extrañé.

Brittany asintió.

—Yo también—se inclinó hacia delante y la besó suavemente—He pensado en hacer esto las últimas dos horas—susurró dejando que sus labios persistieran.

Santana enredó los dedos en su cabello manteniéndola cerca.

—¿Sam te llevó a una cena romántica?—preguntó antes de besarla.

—¿Cuándo fuimos capaces de escabullirnos de Finn y Jack?—Brittany se echó hacia atrás mirándola—Compramos hamburguesas de regreso. Demasiado para comer tan tarde, pero estábamos muertos de hambre—inclinó su cabeza, su mirada interrogante—¿Por qué pensarías eso?

—Algo que dijo Carina. No importa.

Brittany se puso de pie, tirando de Santana para que también se pusiera sobre sus pies. Se deslizó más profundamente entre sus brazos dejando que le envolvieran mientras enterraba su rostro en el cuello de Santana.

—Sabes lo que está haciendo ¿verdad?

—Sí.

—Bien—sacó sus brazos y tomó su mano—Cama. Estoy agotada.

Se ocuparon de sus rutinas nocturnas, Brittany sintiendo que podía quedarse dormida de pie, pero se obligó a tomar una ducha rápida. Había estado trabajando 18 horas seguidas, algo que había hecho muchas veces anteriormente.

Simplemente había algo acerca de estar en un auto todo el día que le quitaba energía.

Apagó las luces del baño, luego se abrió paso por el corto pasillo hasta el dormitorio, la suave luz de la lámpara iluminaba la habitación. Encontró a Santana sentada contra las almohadas, sus pechos ensombrecidos pero desnudos.

Lady Tubbington ya estaba como una pequeña bola bajo sus pies, su lugar preferido para dormir.

Brittany se puso de pie a un lado de la cama, viendo como Santana le observaba. Aun estando tan cansada, no pudo resistir la mirada en los ojos de Santana.

Poco a poco se quitó la camisa, dejando al descubierto sus pechos para la morena. Pudo ver la elevación del pecho de Santana mientras su respiración se aceleraba. Se bajó lentamente las bragas, viendo como la lengua de la morena humedecía sus labios.

Dios, después de lo de anoche, pensaba que estaría saciada, pero la visión de Santana mirándola, sabiendo que estaba excitada, hizo que Brittany olvidara todo cansancio con el que había estado luchando.

Levantó las sabanas encontrando a Santana tan desnuda como ella. Se deslizó acercándose y doblando su cabeza hacia los pechos de esta, su lengua bañó un pezón y sintió como se endurecía contra sus labios.

—Te amo—murmuró antes de introducirlo en su boca.

Santana gimió, extendiendo finalmente sus manos para tocarla, moviéndose a través de su piel hacia abajo para ahuecar sus caderas y poner a Brittany entre sus piernas.

—Te amo, Britt—susurró encontrando su boca—Hoy te extrañé tanto.

Brittany se preguntaba si era su inseguridad aflorando o simplemente el hecho de que Carina había llenado su cabeza con Sam, pero Santana estaba casi aferrada a ella, su boca posesiva mientras le besaba.

Decidió que no le importaba la razón.

Se dio la vuelta dejando que el peso de Santana se asentara sobre ella. Sentía la necesidad de la morena de tener el control esta noche, tanto como ella lo había sentido la noche anterior.

Separó sus muslos abriéndose para Santana, sintiendo como su humedad cubría su piel. Sus manos se movieron lentamente a través de la fuerte espalda de la morena, entonces bajaron por sus costados para subir nuevamente, suspirando suavemente mientras la lengua de Santana jugueteaba con su pezón.

—No me gusta que estemos separadas—murmuró arqueándose hacia Santana mientras ella succionaba su pecho—Dios, me encanta cuando haces eso.

Santana volvió a gemir, moviéndose hacia el otro pecho. Brittany sostuvo su cabeza con fuerza contra ella y sus caderas comenzaron a moverse contra la morena, su excitación estaba alcanzando un tono febril.

Quería suplicarle a Santana que la poseyera de una vez, pero sabía que no se apresuraría esta noche.

Su boca se movió tan lentamente hacia abajo que hizo que Brittany se retorciera de deseo. Alzó sus caderas presionando con fuerza contra Santana y gimió cuando se pusieron en contacto, pero la morena se alejó y su boca continuó su trayecto hacia abajo.

—San, haz algo—resopló Brittany.

Sintió que Santana sonreía contra su piel.

—Pensé que lo estaba haciendo—levantó la cabeza, su mirada ardiente—Tanto como tú anoche.

Brittany trató de sonreír al recordar cómo había jugueteado con Santana sin piedad, pero su estado de excitación le dificultó hacer otra cosa más que instar a Santana para que continuara.

Cerró sus ojos, empujando a la pelinegra hacia abajo y suplicándole que se diera prisa.

—Te prometo que nunca lo volveré a hacer, San—se las arregló en decir entre respiraciones.

—¿Lo prometes?

—Dios, Sanny...sí, te lo prometo.

Santana rió en voz baja, permitiendo que Brittany le guiara. Cuando Santana abrió sus muslos, la rubia gimió apretando las sábanas con sus puños y sintiendo su pecho pesado. Levantó sus caderas, ofreciéndose a su morena.

Santana no lo prolongó por más tiempo así que su lengua serpenteó por su humedad, girando alrededor de su clítoris, haciendo que Brittany gimiera con más fuerza.

Trató de mantener sus ojos abiertos deseando ver a la morena mientras le hacía el amor, pero su cabeza cayó hacia atrás mientras sus caderas se elevaban, la boca de Santana reclamó todo de ella, chupando y mordisqueando hasta que Brittany explotó, su cuerpo sacudiéndose violentamente mientras llegaba al clímax contra el rostro de Santana.

Estaba sin fuerzas, demasiado agotada incluso para moverse y sintió como Santana se acercó a ella acurrucándola, escuchó sus palabras susurradas, pero su ojos permanecieron cerrados y el sueño le reclamó inmediatamente.

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Capitulo 15

La casa rodante estaba atiborrada mientras todos trataban de encontrar un lugar para sentarse.

Lady Tubbington estaba escondía en el dormitorio debajo de la almohada y Santana le cerró la puerta a la gata asustada.

Finn estaba en medio de una diatriba. Acababa de descubrir que Blaine había estado utilizando el programa para recolectar los recibos de las tarjetas de crédito. Santana pensó en permitirle expresar su opinión antes de intervenir.

—Soy el líder de este equipo. YO—dijo Finn dándose golpecitos en el pecho—Tú trabajas para mí. No trabajas para la agente especial López”.

Santana podía ver la vena abultada en su cuello mientras continuaba gritándole a Blaine.

—Pensé que había sido claro. Te dije…

—Dale un descanso Hudson—dijo Santana teniendo suficiente de su persistente despotricar.

Blaine parecía que estaba a punto de llorar.

—Necesitábamos los recibos. ¿Por qué crees Kurt escribió todos esos programas para mí? ¿Para tener que esperar una agradable y pulcra orden?—negó con la cabeza—No. Para que podamos conseguir lo que necesitamos cuando lo necesitamos. Así que deja en paz a Blaine. Estaba haciendo lo que se le dijo que hiciera. Figgins dio el visto bueno en esto.

—¿Figgins? Entonces ¿por qué demonios no me lo ordenó a mí?

—Porque él no tiene que hacerlo. Ahora siéntate. Jesús, ni siquiera son las 9 y ya me has estresado.

Como si fuera una señal, Brittany le dio una taza de café, sus ojos se encontraron brevemente.

—¿Cuándo tendrán un ADN de las cosas de la habitación del motel?—preguntó Jack.

—Ellos dijeron que se apresurarían con eso—dijo Brittany—Espero que hoy.

—Está bien, vamos a repasar todo lo que tenemos hasta ahora—Santana asintió a Blaine, que había estado ocupado armando una cronología y mejorando las estimaciones aproximadas—Blaine ha estado teniendo una aventura con mis equipos así que vamos a ver lo que tiene para nosotros.

Blaine se sonrojó profusamente mientras permanecía de pie en la cocina, con la portátil entre sus manos. Sus ojos recorrieron la habitación con nerviosismo y Santana se preguntaba si ésta sería la primera vez que hacía frente a alguien de esta manera.

No sabía mucho de él pero supuso que estar en el equipo de Finn era su primera asignación.

Él aclaró su garganta antes de hablar.

—Recuerden que mucho de esto es especulación basada en...bueno, en realidad no sabemos cuándo fueron secuestradas. Ahora…

—La especulación parece ser la única cosa que tenemos aquí—dijo Finn con un dejo de irritación en su voz.

—La especulación es mi segundo nombre—dijo Santana con una sonrisa—Adelante Blaine. Especula de todas maneras.

—Empecemos con la primera víctima, Jane Doe 23. Si ella resulta ser Susie Bell, la chica desaparecida en Needles, ella fue vista por última vez hace aproximadamente tres semanas y media, más o menos un día de uno de los extremos de la ecuación. El perfil de Susie Bell que Brittany me proporcionó es el de una mujer rubia, de 21 años de edad. Tenía un historial de abuso de drogas, según sus colegas, por lo que se adapta al informe forense de Jane Doe 23—él levantó la mirada con nerviosismo, evitando a Finn pero sonriendo ligeramente a Brittany—Debo decir que la edad aproximada de 21 años, también encaja en el rango que el forense reportó.

—Sin embargo, la edad probablemente no es un factor por la que él elige a sus víctimas…—dijo Sam—…La segunda víctima, Linda Blake, tenía treinta y un años.

—Tampoco lo es el factor color de cabello—añadió Jack—Mónica y Linda eran morenas. Si Susie Bell es Jane Doe 23, era rubia.

—Si nos guiamos por la última vez que fueron vistas…lo que como he dicho es una estimación…versus cuando encontraron sus cuerpos, las está manteniendo con él por períodos cortos de tiempo, cada vez que actúa. Una vez más, eso sí Jane Doe 23 es Susie Bell—rápidamente hizo clic en su ordenador portátil—Por cierto, estoy corriendo un programa de reconocimiento facial en las cintas de seguridad de Barstow, tratando de conseguir la última imagen de Mónica Riddle.

—Sigamos esto en orden—dijo Santana, viendo como Finn comenzaba a inquietarse mientras Blaine saltaba de un punto a otro.

—Lo siento. Está bien, la primera víctima fue encontrada hace 21 días. Susie Bell ha estado desaparecida 26 días, más o menos. La segunda víctima, Linda Blake, se encontró hace ocho días. No sabemos la última fecha en la que fue vista si no que estuvo ausente un par de semanas. Haré correr ese archivo de seguridad en el programa de reconocimiento facial para ver si puedo conseguir una mejor fecha.

—Así que una vez a la semana más o menos él atrapa a una chica—comentó Sam.

—Aproximadamente. Mónica Riddle, nuestra víctima más reciente, se encontró hace dos días, nuevamente se piensa que estuvo desaparecida por una semana. Si eso es verdad, las atrapa, las mantiene con él durante casi una semana y luego desecha el cuerpo. Sin embargo, hay un gran intervalo entre la primera y la segunda víctima. Dos semanas. Sólo una semana antes del tercer asesinato. En los tres casos, la hora de la muerte fue entre 24 a 36 horas desde cuando la víctima fue encontrada.

—No es de extrañar que fuesen desechadas en la noche y encontradas al día siguiente—dijo Carina.

—Pero el informe toxicológico mostró que Jane Doe 23 tenía cocaína en su sistema. Tenía que haber estado consumiendo cuando fue atrapada, si nuestra cronología es correcta—dijo Blaine.

—¿Si es correcta? Esto es una locura, López—dijo Finn con un movimiento de cabeza—No tenemos nada. Esto es sólo desesperación.

—¿Qué harías tú Finn? ¿Sentarte sobre tu culo, con la esperanza de que alguna evidencia te cayera entre las piernas?

—En realidad…—dijo Brittany—…No es del todo loco. Si Jane Doe 23 era una consumidora, lo más probable es que tenía una dosis con ella. En su bolso, por ejemplo. Así que cuando él la agarró, encontró esa dosis. Tal vez se drogaron juntos. Tal vez ella es una adicta, tal vez estaba enloqueciendo por lo que él se la dio.

—Una vez más…especulación—dijo Finn.

—Correcto—acordó Santana—¿Aceptable? ¿Posible? ¿Probable?—sonrió—Sí. Ahora, Blaine, di lo qué mi adorable computadora escupió en tus recibos.

—Oh, sí, eso fue genial…—dijo él mientras sus dedos una vez más tecleaban rápidamente en su computadora portátil—…Introduje los datos de las transacciones de las tarjetas de crédito y débito…—dijo mirando rápidamente la desaprobación de Finn—…Luego los agregué a uno de los programas de Kurt para ordenar la empresa de tarjetas por conductores. Esperaba un enorme resultado tomando en cuenta que nuestras fechas y tiempos eran un poco imprecisos, pero sólo hubo doce aciertos.

—Explícate, por favor—pidió Carina.

—Bueno, primero utilicé una fecha estimada de secuestro. Pues bien, la computadora lo hizo. ¿Quieres que te diga el programa que usé? Porque…

—Sólo los hechos—dijo Santana.

—Está bien. Lo que hice fue introducir todos nuestros datos, con un rango para las desapariciones y el tiempo de muerte estimado por el forense. Utilicé sólo las dos paradas de camiones en Barstow y Needles, hubo 12 aciertos donde utilizaron la misma tarjeta de crédito durante las 3 cronologías.

—¿Investigaste sus nombres?—preguntó Finn.

—Tengo ocho empresas de tarjetas de crédito y cuatro individuos. Separé las ocho en camiones particulares—miró a Santana—Aún no me han dado el visto bueno para piratear sus servidores y así obtener los nombres de los camioneros.

Santana asintió.

—Hazlo—esperaba que Hudson protestara, pero él se mantuvo en silencio.

—¿Así que vamos a vigilar las paradas?—preguntó Sam.

—Eso es lo que yo haría—dijo Finn Hudson—Podríamos obtener ayuda de la policía local o al departamento del sheriff.

—Absolutamente no—dijo Santana.

—¿Por qué no? Si queremos evitar…

—No estamos tratando de evitar otro asesinato—dijo Santana—Estamos tratando de atrapar al bastardo.

—No queremos alertarlo—dijo Brittany—Si vas a robar un banco y llegas ahí y ves policías patrullando…mayor cantidad de guardias de seguridad...probablemente abortarías. No queremos que él aborte.

—Hay más…—dijo Blaine—…He utilizado un algoritmo para determinar el siguiente ataque más probable. Obtuve un 82 por ciento de probabilidad que se realizará mañana en la noche y un 63 por ciento de probabilidad que será en la noche del jueves. El ataque más probable sería en la parada de camiones de Barstow, no Needles.

—¿Cómo puedes saber eso?—preguntó Carina.

—Debido a que los datos recopilados, usando…

—Debido a que la computadora lo dice—intervino Santana—¿Con el rango que introdujiste, son todos los ataques durante la semana?—le preguntó.

—Sí. De hecho, el miércoles obtuvo la mayor probabilidad.

—¿Así que la computadora dice que él va a secuestrar a alguien mañana por la noche? ¿En Barstow?—preguntó Finn y miró a Santana—¿De verdad crees en todas estas cosas?

—¿Cómo crees que atrapamos a Patrick Doe? ¿Crees que pasábamos accidentalmente por el sendero la noche que él escaló con su siguiente víctima?—se puso de pie paseándose en el pequeño espacio disponible—Pero ¿qué hacemos con esta información? Como Brittany dijo no queremos alertarlo.

—Colocamos una víctima potencial.

Los ojos de Santana volaron hacia la ojiazul.

—¿Qué?

—Iré de incógnito como una prostituta. Podemos…

—No—dijo Santana con fuerza—Por supuesto que no.

—Estoy de acuerdo con Santana—dijo Carina—Sería difícilmente creíble. No hay nada…—dijo señalando a Brittany—…Que diga que eres una puta. No podrías llevarlo a cabo.

—Tengo la experiencia—dijo Brittany mirando a Santana—Puedo llevarlo a cabo. Simplemente no tengo la indumentaria.

Santana sintió que el pánico presionaba su pecho.

Conocía esa mirada particular en los ojos de Brittany. Y aquí, delante de todos, no era el momento para que Santana defendiera su caso.

—Está bien. Así que vas de incógnito. Te cableamos y te seguimos—se encogió de hombros—¿Ese es el plan?

—Sí.

—¿Y qué pasa si atrapas a la persona equivocada? ¿Cómo te libras de eso?

—Esta noche no cariño…—dijo Sam frotándose las sienes—…Tengo un terrible dolor de cabeza.

Todos rieron, incluso Finn.

Pero a Santana todavía no le gustaba.

—Creo que nuestro chico viaja—dijo Brittany—No creo que sea del tipo que se estaciona por la noche. Creo que recoge a nuestras chicas, tal vez con la promesa de llevarlas a la próxima parada.

—Tal vez les ofrece más dinero si van con él—sugirió Sam.

—Podría usar eso como un ardid para tener compañía—dijo Jack.

—¿Desesperados otra vez, compañeros?—dijo Finn.

—Creo que nuestro sujeto hace la solicitud—dijo Brittany—Creo que es él quien se acerca a las chicas.

—¿Por qué crees eso?—preguntó Carina.

—Porque si tu intención es matar ¿Cuál es la posibilidad de que esperes ser abordado? ¿Y si es una noche muy concurrida? Una de las mujeres que trabaja en la parada, podrían no acercarse al camión. Así que tienes todo preparado para matar pero no tienes víctima.

—Tiene sentido—dijo Sam—Pero ¿cómo lo precisamos si ni siquiera sabemos quién es?

Brittany miró a Blaine.

—Él nos dará el nombre con la más alta probabilidad.

—¿Y cómo va a hacer eso?—preguntó Finn.

—Mira, Hudson ¿realmente necesitas saber cómo funcionan los algoritmos?—preguntó Santana—Una vez que él encuentra el nombre de los doce, los introduce junto a su historial de viajes—levantó una ceja a Blaine—¿Cierto?

—Cierto. Seré capaz de rastrear sus movimientos a través de los recibos. El algoritmo nos dirá quién es el sujeto con mayor probabilidad.

—¿Y así es como quieres manejar esto?—preguntó Finn.

—No estoy encantada de que Brittany sea un objetivo, no…—dijo mirándola fijamente—Pero no tenemos muchas opciones.

—Puedo ser el objetivo—dijo Carina, dándole una sonrisa coqueta—Puedo sacar adelante el acto de prostituta.

Santana negó con la cabeza.

—Sin ánimo de ofender Carina, pero tengo un montón de años que no trabajo contigo. Confío en Brittany con esto. No en ti.

—Bueno, ella es tu...compañera—dijo Carina—No me ofendo.

—Está bien, dejemos que Blaine trabaje—dijo Santana—Finn, divide tu equipo. Necesitamos los informes de la autopsia y pruebas toxicológicas de Mónica Riddle. También tenemos que ir al laboratorio de criminalística de San Bernardino y ver si hay resultados del ADN de Susie Bell. Lo necesitamos para hoy, así que presiónenlos si tienen que hacerlo.

—¿Qué vas a hacer tu?

—Brittany necesita un traje para mañana. Iremos de compras. También necesitamos poner a prueba su cableado y micrófono. Necesitaré a Blaine para eso. Luego tenemos que planear juntos, cómo vamos a asegurarnos de tener los ojos puestos en Brittany todo momento—miró su reloj—Nos reuniremos en tu hotel a las siete. Pediremos comida china o algo así. Entonces repasaremos todo nuevamente.

Sam puso su brazo alrededor de Brittany y la atrajo hacia sí.

—Creo que tu nombre debería ser Cherry Ann. ¿Qué tal?

—¿Cherry? ¿En serio?—Brittany negó con la cabeza—No lo creo.

—¿No? Es perfecto.

—No.

—Entonces ¿qué hay de Candy?

Brittany rió.

—Me gusta Candy más que Cherry. Pero creo que voy a seguir con Brittany.

—Nada divertido—dijo Sam y le besó en la mejilla antes de seguir a los otros rápidamente.

Con un ligero rubor en su rostro Brittany miró a Santana, quien levantó sus cejas, pero no dijo nada.

—Bueno, creo que empezaré con esto—dijo Blaine.

Santana tomó la mano de Brittany y la llevó de regreso al dormitorio, cerrando la puerta detrás de ellas. Lady Tubbington estaba acurrucada en la almohada y ni siquiera se molestó en levantar la cabeza.

—¿Podemos hablar de eso ahora?

—No hay nada de qué hablar—dijo Brittany.

—No me gusta.

—No te corresponde tomar esa decisión.

—Al diablo que no lo hago. Ese hombre es un monstruo. No te quiero cerca de él, Britt.

Brittany puso las manos en sus caderas y la miró fijamente.

—¿Crees que no puedo hacerlo?

—No es eso…y tú lo sabes.

Brittany suspiró, entonces se acercó más dejando que sus manos viajaran por los brazos de Santana.

—¿Por qué nos molestamos con esta conversación? Las dos sabemos que es un hecho, San.

Santana tiró de la rubia en un abrazo.

—Lo sé, Britt. Es sólo que no me gusta.

Brittany la besó, dejando que sus labios persistieran por largo tiempo.

—Creo que me quedé dormida anoche.

—Sí, lo hiciste.

—Bueno, vamos a tener que encargarnos de eso esta noche ¿no es así?

Santana cerró sus ojos y le abrazó con fuerza durante un largo rato, deseando poder pasar un día de descanso juntas.

Finalmente la soltó.

—¿Nos vamos de tienda?

—Sí. Incluso dejaré que me compres el almuerzo.

—Es una cita.

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Capitulo 16

—Este rollo de huevo es fantástico—dijo Sam lamiendo las comisuras de su boca—Buena elección, López.

Brittany tuvo que estar de acuerdo y deseó haber ordenado más de dos. Miró a Santana que aún no había tocado los de ella.

Estaba ocupada leyendo el informe forense sobre Mónica Riddle.

—No había drogas en su sistema además de la ketamina y el fenobarbital. Sin embargo, según todos, era una consumidora. Incluso su hermana dijo que consumía mucho.

—Así que a diferencia de Jane Doe 23, no había nada en ella. No había drogas en su sistema cuando fue asesinada.

—Blaine ¿obtuviste alguna coincidencia con el video?—preguntó Santana agarrando su envase de pollo kung pao.

—La última imagen de Mónica fue seis días antes que su cuerpo fuera encontrado. Fue a las 06:23 pm cuando salió de la tienda.

—¿Y Linda Blake?

—Hasta ahora nada.

—¿Qué pasa con Susie Bell?

Él negó con la cabeza.

—No. Sólo conservan las imágenes de vigilancia durante dos semanas.

—Está bien—la morena frotó sus ojos y Brittany pudo ver lo cansada que estaba—¿Así que no tenemos nuevos datos que introducir además de lo que tenemos sobre la confirmación de Susie Bell?

—No. Introduje la fecha y hora de Mónica pero eso no cambió los resultados.

—¿A qué hora vamos a salir?—preguntó Jack.

—Tan pronto como oscurezca, quiero a Brittany en su puesto—dijo Santana y dejó a un lado su comida china y agarró su botella de agua—Blaine, vamos a revisar la logística.

Blaine se limpió las manos con una servilleta y entonces acercó su ordenador portátil.

Brittany, también dejó a un lado su comida. Tan buena como estaba, de repente había perdido el apetito.

Hablar y planificar era una cosa.

Sin embargo, arreglar todo, repasar el procedimiento, lo hacía más cercano al objetivo. Mañana en la noche, se expondría a sí misma allá afuera, esperando que su sujeto se tragara el anzuelo.

Con la esperanza de que con toda la planificación no dejaran nada por fuera.

—Tenemos un dispositivo de rastreo que Brittany pegará al camión—la miró—Lo pegará en la puerta, debajo de la cabina, adentro o afuera. No importa. Es magnético, así que cualquier cosa servirá. He implantado un micrófono en estos pendientes…—dijo sosteniendo unos pequeños lazos de oro. Luego levantó un reloj de plástico amarillo chillón—También he puesto un dispositivo de rastreo en el reloj, en caso de que Brittany sea separada del camión.

—¿También tendrá un auricular?—preguntó Carina.

—No. No queremos correr el riesgo de que él pudiera detectarlo—dijo Blaine—¿Un arma?

—No con ella—dijo Santana—Ocultará una en su bolso. Finn ¿le informaste al departamento de policía de Barstow lo que estamos haciendo?

—Sí. Hablé con el jefe. Él no estaba muy emocionado con la idea, pero dijo que estaría listo para ayudar si era necesario.

—Bien—Santana se volteó hacia Sam—Tú, Jack y Carina estarán en un vehículo. Finn viajará conmigo. Blaine dirigirá nuestra comunicación donde todos podamos escuchar y hablar al mismo tiempo. También tendrás un canal en el micrófono de Brittany. Una vez que ella esté en el camión, la seguimos.

—¿Y piensas que simplemente va a llevarla al lugar donde hace los asesinatos?—preguntó Jack.

—Sí, ese es el plan.

Brittany vio que todos la miraron, tal vez porque había estado callada en medio de todo.

Ella y Santana y Blaine habían repasado todo varias veces, así que no sentía la necesidad de decir algo. Había trabajado de incógnito en Los Ángeles varias veces, generalmente operaciones de droga y sabía cómo jugar.

La peor parte sería maniobrar en tacones.

Con calma les devolvió la mirada recogiendo su último rollo de huevo y le dio un mordisco.

—Así que ¿compraste una indumentaria sexy?—preguntó Sam, moviendo sus cejas con travesura.

—Escote—dijo después de tragar—Te va a encantar.

—Oh, estoy seguro de que lo hará—dijo con una sonrisa.

—¿Lo escogió Santana?—preguntó Carina con una sonrisa maliciosa.

—En realidad lo hizo—dijo Brittany.

Había pasado muy poco tiempo alrededor de Carina… afortunadamente… pero tenía una fuerte aversión hacia la mujer.

A Brittany se le hacía difícil creer que ella y Santana habían sido amantes una vez.

—Bueno, ella tiene un gusto excelente. O mejor dicho lo tenía—Carina puso los ojos sobre Santana—¿Recuerdas ese vestido negro y elegante que me compraste en Roma?

Santana frunció el ceño.

—No. No recuerdo—dijo con una sacudida de cabeza—Bueno, creo que eso es todo lo que tenemos por hoy. A menos que algo nuevo surja, tomémoslo con calma mañana. Podríamos estar despiertos toda la noche. Quiero estar en Barstow a las seis así que nos reuniremos aquí mañana a las tres—miró a Blaine—¿Tendrás un nombre?

—Sí. Ahora se está ejecutando. Por cierto, Kurt es impresionante. Nunca he visto un programa tan complicado. Es como usar datos de diferentes fuentes y clasificarlos…

—Sí. Seguro—sonrió Santana—Es un genio.

—Vendré nuevamente en la mañana y recolectaré todo.

—Maravilloso. No puedo esperar.

Brittany escondió su sonrisa cuando la mirada de Santana cayó sobre ella. Sabía que a su morena no le gustaba el plan que habían establecido, pero alguien tenía que ser el cebo.

Realmente tampoco estaba ansiosa con la idea.

Meterse en un camión y alejarse con un hombre que podría ser un asesino en serie no era exactamente emocionante.

Santana levantó las cejas en una pregunta silenciosa y Brittany asintió.

—Nos vemos mañana—dijo la ojiazul.



Su viaje de corta distancia al equipo se hizo en silencio y ambas se dedicaron a sus rutinas de la noche, eludiéndose la una a la otra en el pequeño cuarto de baño.

Brittany no necesitaba una explicación de Santana. Sabía que la pelinegra estaba preocupada y esta era su manera de lidiar con ello.

Encontró a Santana en la cama, acurrucando a Lady Tubbington quien ronroneaba estirada en sus brazos.

—Ella nos extraña—dijo Santana.

—Cuando esto termine, le pediremos a Figgins algo de tiempo libre—sugirió Brittany retirando las sábanas de la cama—También extraño el nosotras.

Santana puso a Lady Tubbington en la parte inferior de la cama y se dio la vuelta tirando a Brittany cerca de ella.

—Yo también. No me gusta todo este asunto del equipo—deslizó su mano por debajo de la camiseta de Brittany ahuecando audazmente su pecho—No harás nada estúpido ¿verdad?

Brittany sonrió.

—¿No debería ser yo quien te pregunte eso?

—No hay acantilados por los alrededores. Creo que estoy a salvo.

Brittany rodó hacia la morena, entrelazando sus piernas.

—Por favor no te preocupes tanto por esto. Nada va a suceder. Además, estarás justo detrás de mí.

—Lo sé. Tengo un mal presentimiento sobre esto.

—Voy a estar bien—acarició con su nariz el cuello de Santana, inhalando su aroma particular.

Aunque sólo le habría bastado con acurrucarse, aun así sus manos se deslizaron por la suave piel de Santana, dirigiéndose hacia sus pechos.

Santana se quedó sin aliento y los labios de Brittany se acercaron hasta los suyos.

—Te amo—murmuró.

Santana hizo que ambas rodaran, colocando su peso sobre la rubia. Sus miradas se encontraron y se sostuvieron y entonces Santana bajó su cabeza besando a Brittany suavemente.

—Yo también te amo.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D