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[Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
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Isabella28
micky morales
23l1
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Isabella28 escribió:Bucha santana que diantres tienes en tu cabeza, todos saben que britt siempre te amo, menos tu.
Pd: porfin le achunte, por lo que he visto de antofagasta es bien lindo.
Pd2: triste lo de naya :'( tengo que reconocer que nunca me gusto ese ryan.
Pd3: que corto el capitulo.
Hola, cerebro no al parecer ¬¬ Pff esk esa niña tiene algo en los ojos al parecer ¬¬ Saludos =D
Pd: jaajajaj era tiempo la vrdd =/ Si que si..., pero mmm tien cambios ahora XD
Pd2: O no¿? si que lo es...la vrdd a mi me caia bn, pero cuando terminaron algo no calzaba =/ y esa repentina vuelta =/
Pd3: =O dices tu¿? jajajajajaj espero este sea de tu agrado.
micky morales escribió:
Hola, jajaaj si, esas son las caritas q suele causar este cap. Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
Ya al día!!!
Demasiado serca ya están las dos.. Aunque san ponga o intente poner barreras sola las salta jajaja
San hace y bale mucho mas de lo que ella misma se ve!!!
Britt va por todo??? A ver si san cae o no??
Nos vemos!!!
Pd: feliz cumple!!! (Aunque fue ayer) cumplis el mismo día que mi ahijado....
Hola lu, lo cual es muy bueno! Si que si jaajjaajajaj. Jajajaja ni ellas se las cree ajajajjaaj. SI! y solo ella no se da cuenta =/ ¬¬ Eso se da a entender jajaajaj. Tiene q... como no¿? jajajaj. Saludos =D
Pd: =O Muchas Gracias! Jajaja la intensión es lo q vale, ademas q tmbn lo hiciste ajajaj. =O jamas se olvidara entonces jajajaj. Feliz cumple para el tbmn entonces.
JVM escribió:Las cosas avanzan pero se detienen de manera abrupta con las chicas .....
Y bueno creo que lo que le pasa a San es que tiene en un altar a su hermano y el hecho de que se sienta culpable de su accidente, hace que le pase todos sus errores sin embargo como le dijo Quinn ella sabe la verdad de las cosas y es hora de que las reconozca .... y Britt pues el que solo haya estado con Santiago porque creia que la amaba tambien le hizo tomar decisiones que la llevaron hasta aqui pero merece conocer de verdad el amor... asi que esperemos que San reaccione¡¡
Hola, esk nada es fluido. Si que si...se tiene tan mal ella misma q piensa q su hermano era lo mejor, cuando pel era lo peor y no lo kiere ver. Todos lo ven menos ella...o britt, pero ella ni sikiera lo sabe. Ella estaba ciega, pero xq nadie la decia la vrdd y era todo lo q conocia...Esperemos q ahora si la respeten. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Cap 16
Capitulo 16
Brittany
Maribel llevó a Santiago a casa la mañana siguiente para que me viera antes de que tuviera que ir a trabajar.
Dijo que Santana le encargó hacerme saber que había sacado mi coche de la tienda la noche anterior. Estaría trayendo mis cosas por la tarde y no necesitaba preocuparme por eso.
También dijo que cuando estuviera lista para irme, debería llevar a Santiago y tomar su auto.
Ella no lo necesitaría.
Santiago me platicó de su tiempo con abuela M y abuelo Pedro después de que ella se fue, así que no había tenido la oportunidad de decidir lo que pensaba sobre Santana manejando mi problema con el coche.
Por un lado, el que hiciera lo que hizo fue bastante útil, pero yo no tenía un presupuesto ilimitado.
Planeé optar por una tarifa más barata.
—¿Sabías que mamá M y el abuelo Pedro tienen fotos de ti cuando eras pequeña? Las vi anoche, y solías tener un montón de pecas. ¿Te las quitaste?
Me reí, puse a Santiago en mi regazo y lo abracé.
—Se desvanecieron a medida que crecía y dejé de correr al aire libre todo el tiempo.
Santiago deslizó sus bracitos alrededor de mí.
—Hueles bien, mamá. Te extrañé.
Besé la cima de su cabeza.
—Te extrañé, también, Ace. Mucho.
—Mamá M dijo que la tía Santana podría pasarse por aquí hoy. ¿Crees que juegue a lanzar el balón conmigo?
Pasé la mano por su sedoso cabello.
—Estoy segura de que lo hará. Tu tía Santana te ama.
De eso me hallaba segura.
—¿Cuándo salgas del trabajo esta noche, tendremos una noche de cine?
—Sí, la tendremos. ¿Es una noche Jedi, o seremos piratas?
Él inclinó la cabeza hacia atrás y me sonrió.
—Podemos ser piratas. Sé que te gusta el capitán Jack.
Me reí y le hice cosquillas mientras él se carcajeaba y retorcía.
—Mami. Oye, mamá—dijo mientras recuperaba el aliento—Oí decir a abuela M y al abuelo Pedro que deseaban que mi apellido fuera López como el de papá.
Me quedé helada.
Una vez quise eso también. Pero ahora no estaba segura.
Todo el mundo sabría entonces.
¿Me encontraba lista para eso?
—Me gusta tener el mismo apellido que tú. No quiero cambiar eso—dijo, viéndose consternado.
Tiré de él y lo estreché en mis brazos.
—Si quieres ser un Pierce, lo puedes ser—le dije—, Pero incluso si tu apellido no es López, eres un López, pequeñín.
Envolvió con sus brazos alrededor de mi cuello.
—Quiero ser lo que eres.
Lo abracé e inhalé su aroma. Ya no tenía ese olor a bebé, y lo extrañaba.
Pero mi hijito estaba creciendo. Cada día veía más de su papá en él.
—Te amo, Santy—le dije.
—Te quiero más, mamá.
No dormir lo suficiente la noche anterior pesaba sobre mí.
Me encontraba agotada, y tenía tres ampollas en los pies, lo que no ayudaba.
Se volvía más difícil ocultar mis bostezos.
Sue me había atrapado bostezando ya dos veces. Sabía que no le gustaba verme como si no hubiera dormido nada la mitad de la noche.
Si supiera la verdad.
Me gustaría explicarle sobre mi coche para que al menos conociera la razón por la que, obviamente, estaba cansada. No quería que pensara que me la pasaba de fiesta.
—Tienes un cliente, Brittany—exclamó Dani.
Me di la vuelta para ver a Sam Evans vestido con su camisa de vestir y corbata. No esperaba volver a verlo, y mucho menos que viniera por un corte de cabello.
—Bien, estoy libre por la siguiente hora—dije, y le sonreí a Sam.
Su sonrisa parecía un poco de disculpa. No sé por qué. No tenía nada que lamentar.
Habíamos salido de una vez. No era para tanto siendo que ya pasaron casi dos semanas.
—Necesito un recorte—dijo, caminando hacia mí.
Hice un gesto para que tomara asiento en la silla, y luego coloqué una capa sobre él y la até alrededor de su cuello.
—¿Tu peluquería habitual se encontraba cerrada? —pregunté.
Me dio esa sonrisa torcida que lo hacía ver guapo.
—Normalmente voy a la peluquería. Pero es más agradable verte a ti que a Kurt.
Sonriente, alcancé un peine y cepillé su pelo.
—¿Quieres un lavado y un peinado, o simplemente un recorte?
—¿Tú serás quien lo lave? —preguntó, mirándome por el espejo.
—Sí —le contesté.
—Entonces sí, lávame. Estoy muy sucio.
Esta vez me reí.
Dudaba que Sam alguna vez haya estado sucio. Siempre era tan limpio y ordenado que me recordaba a un político.
—Bueno. Entonces lavémoslo primero—le dije, y lo conduje de nuevo a los sumideros.
Normalmente no pensaba nada al lavar el cabello de los hombres, pero el hecho de que Sam quería que fuera yo quien se lo lavara me hizo un poco autoconsciente.
Me aseguré de que el agua estuviera a una temperatura agradable para él, luego traté de concentrarme en lavar su pelo y no pensar en el hecho de que probablemente podía ver a través de mi camisa cuando me inclinaba.
La mayoría de los chicos cerraban sus ojos cuando se les hacía esto, pero los ojos de Sam se hallaban abiertos.
—Hueles muy bien—dijo, poniéndome aún más nerviosa.
No me gustaba que me coquetearan cuando hacía mi trabajo.
—Gracias—le contesté.
Rápidamente terminé de lavarlo, coloqué una toalla alrededor de su cabeza, y luego lo llevé de vuelta a su asiento.
Cuando estuvo en mi silla, sus ojos se encontraron con los míos en el espejo.
—¿Qué haces mañana por la noche? —preguntó.
No haría nada. Bueno, eso no era cierto. Era probable que viera una de las películas de Star Wars con mi hijo.
—No estoy segura.
Él asintió y pareció decepcionado.
—¿El que no haya llamado jugará en mi contra?
No, en realidad no. No lo culpaba por no llamar.
Yo no me habría llamado después de esa locura.
—No —le aseguré mientras comenzaba a peinarlo.
—¿Así que si te pido salir mañana por la noche…?
—Tendría que hablar con mi hijo primero. Después, necesitaría planteárselo a sus abuelos—le dije.
Asintió.
—Entiendo. Cuando lo hagas, házmelo saber. Me gustaría otra oportunidad. Una en la que no nos topemos con la tía de tu hijo.
Sam era un buen tipo. Era atractivo.
Pero no era Santana. Nadie podría ser Santana.
No obstante, necesitaba que las personas con las que salía por lo menos me hicieran olvidar a Santana.
Sam nunca lo haría.
—Creo que soy un desperdicio de tu tiempo, Sam. Tengo equipaje, y no estoy emocionalmente lista para salir en citas.
Ahí, fui honesta.
Sam frunció el ceño y dejó escapar un suspiro.
—Me parece justo. Me di cuenta que había más entre Santana López y tú que solamente tu hijo.
Ni siquiera podía discutir con él.
Terminé de cortarle el pelo, y hablamos sobre el tiempo, lo que podría estar mal con mi coche, y la comida de la cafetería de la escuela secundaria. Entonces me pagó, me dejó una propina bastante grande, y se fue.
Podría haber cometido un error al alejarlo, pero no quería volver a herir a alguien.
Sabía lo que sentía, y no tenía sentido que perdiera el tiempo conmigo. Yo era un desastre.
Santana
Kitty se detuvo frente a una casa rodeada de coches, con un fuerte resalto de las bocinas por la música.
Había latas de cerveza vacías en el patio y vasos rojos. Un grupo de chicos tomaban shots del estómago de una chica en el pórtico delantero.
—¿Segura que quieres hacer esto? También salíamos de fiesta cuando íbamos a la escuela. No es como si Alfonso estuviera haciendo algo que nosotras no solíamos hacer—dijo Kitty, mirando a su alrededor, a la fiesta de la escuela secundaria con bebidas ilegales.
Quien viviera aquí debió haber sido dejado solo en casa por padres realmente estúpidos.
—Esta mierda no es Alfonso. Hay reclutadores universitarios buscándolo. Lo espera una vida que nosotras ni siquiera podemos imaginar. No debería estar aquí, y seguro, no debería traer a Brittany con él. Esto no es seguro.
Kitty se rió entre dientes.
—La mierda siempre regresa a Brittany—dijo, pero hice caso omiso a su comentario mientras caminábamos por la acera.
Un par de los chicos del equipo de baloncesto me reconocieron y me llamaron.
Todos estaban completamente borrachos. No les hice caso.
Cometían un error.
Esto no los llevaría a ninguna puta parte, excepto a la cárcel.
No dejaría que eso le pasara a mi hermano.
—¿Dónde está Alfonso?—le pregunté a uno de ellos.
—Con Kimmy en un dormitorio, es lo más seguro—contestó alguien.
¿Kimmy?
¿Kimmy la animadora rubia?
Oh, mierda no, no era tan estúpido.
Ella durmió con Kitty en nuestro último año. Había dormido con una gran parte de mi clase graduada.
Entré y subí por las escaleras. Kitty estaba detrás de mí.
—Es un chico. Ni nosotras desde luego no éramos material de relación cuando teníamos su edad. Follamos todo aquello que fuera caliente y tuviera un coño. No lo puedes culpar por no estar satisfecho…
Di media vuelta y le di la cara a Kitty, enclaustrándola.
—No lo hagas. Brittany es diferente. Nunca tuvimos una Brittany. Así que no compares esa mierda. Está jodiendo su vida.
Kitty levantó las manos al aire en señal de rendición.
—Bien. Ve y hazlo entrar en razón. A mí no. A él. Me gusta mi cara en orden y atractiva.
Era difícil enojarse con Kitty.
Giré y me dirigí a la primera puerta, la abrí y me encontré con las tetas de una chica cualquiera, y su boca envuelta alrededor de la polla de un chico.
Siguiente habitación.
Abrí la puerta justo cuando el nombre de mi hermano era gritado por una chica que no era Brittany.
¡Idiota de mierda!
—¡Pequeña mierda! ¿Qué coño haces?—rugí.
La chica chilló, y todo lo que Alfonso hizo fue mirarme y sonreír. Estaba borracho. Sus ojos inyectados en sangre, y una mirada tonta en la cara.
—Follando—contestó, y bombeó sus caderas en la chica, quien luchaba por cubrirse—Ella ha estado esperando mi pene durante dos años. Se lo empecé a dar porque le gusta duro y sucio.
Más información de la que necesitaba saber.
—Amigo, debes callarte antes de que ella te patee las bolas—dijo Kitty desde detrás de mí—Hermano pequeño o no, estás borracho y follando a alguien que no es Brittany. Sabes cómo es ella cuando se trata de la ojiazul.
—¿Rompiste con Brittany?—le pregunté, tratando de averiguar por qué estaría aquí con esta zorra cuando tenía el mundo en sus manos.
Alfonso frunció el ceño.
—¿Si rompí con Britt? Por supuesto que no. Es mi chica. La amo. No rompería con ella por esto—dijo, señalando a la mujer debajo de él, quien maldijo y le dio una palmada en el pecho.
—No puedes amar a Brittany y hacerle esta mierda—le dije, tratando de averiguar qué demonios le pasó a mi hermano.
—Sí puedo. Britt es mi nena. La amo. Sólo tengo que ser suave con ella. No puede soportarlo con fuerza. Kimmy me deja follarla hasta dejarla sin sentido en el armario del conserje en la escuela, e incluso chupa mi polla en el vestuario antes de un partido.
Mierda.
Alfonso perdió la razón.
—Vístete. Nos vamos. Ahora.
Alfonso se puso de pie. Su pene continuaba duro, y vi entonces que no llevaba un condón.
¡Hijo de puta!
—Oh, mierda, no envolvió esa cosa—dijo Kitty, señalando lo obvio.
—¡Idiota egoísta! ¿Engañas a Brittany y no la proteges? ¿Qué demonios te pasa?
Alfonso bajó la mirada hacia su pene y gimió.
—Mierda. Lo olvidé. Me encontraba bebiendo y ella me estaba acariciando, luego me hallaba aquí y dentro de ella. Me olvidé del condón.
—Tienes que decirle a Brittany. Tiene que ir a un chequeo. Vístete. Te llevaré a casa.
Los ojos de Alfonso se nublaron.
—¡No le diré a Brittany esta mierda! Romperá conmigo. No me perdonará, y la necesito. Es mi chica. Siempre ha sido mi chica. Además, tiene las mejores malditas tetas que cualquier chica pueda tener.
Di un paso hacia él, necesitando poner mi puño en su rostro, pero en ese momento Kitty saltó delante de mí y empujó a Alfonso.
—Tiene dieciséis años y está borracho. Muy borracho. Cálmate. Puedes asegurarte de que Brittany se haga la prueba. Eso sí, no lo golpees ahora, mientras se halle en este estado. No puede defenderse.
—No. No puedes decírselo a Brittany. La amo. Es mi chica. La amo. No puedes hacer que me deje. Es la única para mí. Lo sabes. La amas también.
Los dos la amamos.
Los chicos López aman a Brittany Pierce. Y a sus bonitas tetas. Tetas malditamente perfectas.
—¿Pueden, todos ustedes, salir mientras me visto?—preguntó Kimmy en un chillido enojado—Estoy harta de oír hablar de tu amor por Brittany y sus malditas tetas. Soy yo quien está embarazada de él. No ella. Yo. Soy a quien folla cada vez que necesita venirse. No ella. Él la trata como a una muñeca de porcelana. No será la mamá de su bebé. Yo sí.
Dijo que Santana le encargó hacerme saber que había sacado mi coche de la tienda la noche anterior. Estaría trayendo mis cosas por la tarde y no necesitaba preocuparme por eso.
También dijo que cuando estuviera lista para irme, debería llevar a Santiago y tomar su auto.
Ella no lo necesitaría.
Santiago me platicó de su tiempo con abuela M y abuelo Pedro después de que ella se fue, así que no había tenido la oportunidad de decidir lo que pensaba sobre Santana manejando mi problema con el coche.
Por un lado, el que hiciera lo que hizo fue bastante útil, pero yo no tenía un presupuesto ilimitado.
Planeé optar por una tarifa más barata.
—¿Sabías que mamá M y el abuelo Pedro tienen fotos de ti cuando eras pequeña? Las vi anoche, y solías tener un montón de pecas. ¿Te las quitaste?
Me reí, puse a Santiago en mi regazo y lo abracé.
—Se desvanecieron a medida que crecía y dejé de correr al aire libre todo el tiempo.
Santiago deslizó sus bracitos alrededor de mí.
—Hueles bien, mamá. Te extrañé.
Besé la cima de su cabeza.
—Te extrañé, también, Ace. Mucho.
—Mamá M dijo que la tía Santana podría pasarse por aquí hoy. ¿Crees que juegue a lanzar el balón conmigo?
Pasé la mano por su sedoso cabello.
—Estoy segura de que lo hará. Tu tía Santana te ama.
De eso me hallaba segura.
—¿Cuándo salgas del trabajo esta noche, tendremos una noche de cine?
—Sí, la tendremos. ¿Es una noche Jedi, o seremos piratas?
Él inclinó la cabeza hacia atrás y me sonrió.
—Podemos ser piratas. Sé que te gusta el capitán Jack.
Me reí y le hice cosquillas mientras él se carcajeaba y retorcía.
—Mami. Oye, mamá—dijo mientras recuperaba el aliento—Oí decir a abuela M y al abuelo Pedro que deseaban que mi apellido fuera López como el de papá.
Me quedé helada.
Una vez quise eso también. Pero ahora no estaba segura.
Todo el mundo sabría entonces.
¿Me encontraba lista para eso?
—Me gusta tener el mismo apellido que tú. No quiero cambiar eso—dijo, viéndose consternado.
Tiré de él y lo estreché en mis brazos.
—Si quieres ser un Pierce, lo puedes ser—le dije—, Pero incluso si tu apellido no es López, eres un López, pequeñín.
Envolvió con sus brazos alrededor de mi cuello.
—Quiero ser lo que eres.
Lo abracé e inhalé su aroma. Ya no tenía ese olor a bebé, y lo extrañaba.
Pero mi hijito estaba creciendo. Cada día veía más de su papá en él.
—Te amo, Santy—le dije.
—Te quiero más, mamá.
No dormir lo suficiente la noche anterior pesaba sobre mí.
Me encontraba agotada, y tenía tres ampollas en los pies, lo que no ayudaba.
Se volvía más difícil ocultar mis bostezos.
Sue me había atrapado bostezando ya dos veces. Sabía que no le gustaba verme como si no hubiera dormido nada la mitad de la noche.
Si supiera la verdad.
Me gustaría explicarle sobre mi coche para que al menos conociera la razón por la que, obviamente, estaba cansada. No quería que pensara que me la pasaba de fiesta.
—Tienes un cliente, Brittany—exclamó Dani.
Me di la vuelta para ver a Sam Evans vestido con su camisa de vestir y corbata. No esperaba volver a verlo, y mucho menos que viniera por un corte de cabello.
—Bien, estoy libre por la siguiente hora—dije, y le sonreí a Sam.
Su sonrisa parecía un poco de disculpa. No sé por qué. No tenía nada que lamentar.
Habíamos salido de una vez. No era para tanto siendo que ya pasaron casi dos semanas.
—Necesito un recorte—dijo, caminando hacia mí.
Hice un gesto para que tomara asiento en la silla, y luego coloqué una capa sobre él y la até alrededor de su cuello.
—¿Tu peluquería habitual se encontraba cerrada? —pregunté.
Me dio esa sonrisa torcida que lo hacía ver guapo.
—Normalmente voy a la peluquería. Pero es más agradable verte a ti que a Kurt.
Sonriente, alcancé un peine y cepillé su pelo.
—¿Quieres un lavado y un peinado, o simplemente un recorte?
—¿Tú serás quien lo lave? —preguntó, mirándome por el espejo.
—Sí —le contesté.
—Entonces sí, lávame. Estoy muy sucio.
Esta vez me reí.
Dudaba que Sam alguna vez haya estado sucio. Siempre era tan limpio y ordenado que me recordaba a un político.
—Bueno. Entonces lavémoslo primero—le dije, y lo conduje de nuevo a los sumideros.
Normalmente no pensaba nada al lavar el cabello de los hombres, pero el hecho de que Sam quería que fuera yo quien se lo lavara me hizo un poco autoconsciente.
Me aseguré de que el agua estuviera a una temperatura agradable para él, luego traté de concentrarme en lavar su pelo y no pensar en el hecho de que probablemente podía ver a través de mi camisa cuando me inclinaba.
La mayoría de los chicos cerraban sus ojos cuando se les hacía esto, pero los ojos de Sam se hallaban abiertos.
—Hueles muy bien—dijo, poniéndome aún más nerviosa.
No me gustaba que me coquetearan cuando hacía mi trabajo.
—Gracias—le contesté.
Rápidamente terminé de lavarlo, coloqué una toalla alrededor de su cabeza, y luego lo llevé de vuelta a su asiento.
Cuando estuvo en mi silla, sus ojos se encontraron con los míos en el espejo.
—¿Qué haces mañana por la noche? —preguntó.
No haría nada. Bueno, eso no era cierto. Era probable que viera una de las películas de Star Wars con mi hijo.
—No estoy segura.
Él asintió y pareció decepcionado.
—¿El que no haya llamado jugará en mi contra?
No, en realidad no. No lo culpaba por no llamar.
Yo no me habría llamado después de esa locura.
—No —le aseguré mientras comenzaba a peinarlo.
—¿Así que si te pido salir mañana por la noche…?
—Tendría que hablar con mi hijo primero. Después, necesitaría planteárselo a sus abuelos—le dije.
Asintió.
—Entiendo. Cuando lo hagas, házmelo saber. Me gustaría otra oportunidad. Una en la que no nos topemos con la tía de tu hijo.
Sam era un buen tipo. Era atractivo.
Pero no era Santana. Nadie podría ser Santana.
No obstante, necesitaba que las personas con las que salía por lo menos me hicieran olvidar a Santana.
Sam nunca lo haría.
—Creo que soy un desperdicio de tu tiempo, Sam. Tengo equipaje, y no estoy emocionalmente lista para salir en citas.
Ahí, fui honesta.
Sam frunció el ceño y dejó escapar un suspiro.
—Me parece justo. Me di cuenta que había más entre Santana López y tú que solamente tu hijo.
Ni siquiera podía discutir con él.
Terminé de cortarle el pelo, y hablamos sobre el tiempo, lo que podría estar mal con mi coche, y la comida de la cafetería de la escuela secundaria. Entonces me pagó, me dejó una propina bastante grande, y se fue.
Podría haber cometido un error al alejarlo, pero no quería volver a herir a alguien.
Sabía lo que sentía, y no tenía sentido que perdiera el tiempo conmigo. Yo era un desastre.
Hace Seis Años...
Santana
Kitty se detuvo frente a una casa rodeada de coches, con un fuerte resalto de las bocinas por la música.
Había latas de cerveza vacías en el patio y vasos rojos. Un grupo de chicos tomaban shots del estómago de una chica en el pórtico delantero.
—¿Segura que quieres hacer esto? También salíamos de fiesta cuando íbamos a la escuela. No es como si Alfonso estuviera haciendo algo que nosotras no solíamos hacer—dijo Kitty, mirando a su alrededor, a la fiesta de la escuela secundaria con bebidas ilegales.
Quien viviera aquí debió haber sido dejado solo en casa por padres realmente estúpidos.
—Esta mierda no es Alfonso. Hay reclutadores universitarios buscándolo. Lo espera una vida que nosotras ni siquiera podemos imaginar. No debería estar aquí, y seguro, no debería traer a Brittany con él. Esto no es seguro.
Kitty se rió entre dientes.
—La mierda siempre regresa a Brittany—dijo, pero hice caso omiso a su comentario mientras caminábamos por la acera.
Un par de los chicos del equipo de baloncesto me reconocieron y me llamaron.
Todos estaban completamente borrachos. No les hice caso.
Cometían un error.
Esto no los llevaría a ninguna puta parte, excepto a la cárcel.
No dejaría que eso le pasara a mi hermano.
—¿Dónde está Alfonso?—le pregunté a uno de ellos.
—Con Kimmy en un dormitorio, es lo más seguro—contestó alguien.
¿Kimmy?
¿Kimmy la animadora rubia?
Oh, mierda no, no era tan estúpido.
Ella durmió con Kitty en nuestro último año. Había dormido con una gran parte de mi clase graduada.
Entré y subí por las escaleras. Kitty estaba detrás de mí.
—Es un chico. Ni nosotras desde luego no éramos material de relación cuando teníamos su edad. Follamos todo aquello que fuera caliente y tuviera un coño. No lo puedes culpar por no estar satisfecho…
Di media vuelta y le di la cara a Kitty, enclaustrándola.
—No lo hagas. Brittany es diferente. Nunca tuvimos una Brittany. Así que no compares esa mierda. Está jodiendo su vida.
Kitty levantó las manos al aire en señal de rendición.
—Bien. Ve y hazlo entrar en razón. A mí no. A él. Me gusta mi cara en orden y atractiva.
Era difícil enojarse con Kitty.
Giré y me dirigí a la primera puerta, la abrí y me encontré con las tetas de una chica cualquiera, y su boca envuelta alrededor de la polla de un chico.
Siguiente habitación.
Abrí la puerta justo cuando el nombre de mi hermano era gritado por una chica que no era Brittany.
¡Idiota de mierda!
—¡Pequeña mierda! ¿Qué coño haces?—rugí.
La chica chilló, y todo lo que Alfonso hizo fue mirarme y sonreír. Estaba borracho. Sus ojos inyectados en sangre, y una mirada tonta en la cara.
—Follando—contestó, y bombeó sus caderas en la chica, quien luchaba por cubrirse—Ella ha estado esperando mi pene durante dos años. Se lo empecé a dar porque le gusta duro y sucio.
Más información de la que necesitaba saber.
—Amigo, debes callarte antes de que ella te patee las bolas—dijo Kitty desde detrás de mí—Hermano pequeño o no, estás borracho y follando a alguien que no es Brittany. Sabes cómo es ella cuando se trata de la ojiazul.
—¿Rompiste con Brittany?—le pregunté, tratando de averiguar por qué estaría aquí con esta zorra cuando tenía el mundo en sus manos.
Alfonso frunció el ceño.
—¿Si rompí con Britt? Por supuesto que no. Es mi chica. La amo. No rompería con ella por esto—dijo, señalando a la mujer debajo de él, quien maldijo y le dio una palmada en el pecho.
—No puedes amar a Brittany y hacerle esta mierda—le dije, tratando de averiguar qué demonios le pasó a mi hermano.
—Sí puedo. Britt es mi nena. La amo. Sólo tengo que ser suave con ella. No puede soportarlo con fuerza. Kimmy me deja follarla hasta dejarla sin sentido en el armario del conserje en la escuela, e incluso chupa mi polla en el vestuario antes de un partido.
Mierda.
Alfonso perdió la razón.
—Vístete. Nos vamos. Ahora.
Alfonso se puso de pie. Su pene continuaba duro, y vi entonces que no llevaba un condón.
¡Hijo de puta!
—Oh, mierda, no envolvió esa cosa—dijo Kitty, señalando lo obvio.
—¡Idiota egoísta! ¿Engañas a Brittany y no la proteges? ¿Qué demonios te pasa?
Alfonso bajó la mirada hacia su pene y gimió.
—Mierda. Lo olvidé. Me encontraba bebiendo y ella me estaba acariciando, luego me hallaba aquí y dentro de ella. Me olvidé del condón.
—Tienes que decirle a Brittany. Tiene que ir a un chequeo. Vístete. Te llevaré a casa.
Los ojos de Alfonso se nublaron.
—¡No le diré a Brittany esta mierda! Romperá conmigo. No me perdonará, y la necesito. Es mi chica. Siempre ha sido mi chica. Además, tiene las mejores malditas tetas que cualquier chica pueda tener.
Di un paso hacia él, necesitando poner mi puño en su rostro, pero en ese momento Kitty saltó delante de mí y empujó a Alfonso.
—Tiene dieciséis años y está borracho. Muy borracho. Cálmate. Puedes asegurarte de que Brittany se haga la prueba. Eso sí, no lo golpees ahora, mientras se halle en este estado. No puede defenderse.
—No. No puedes decírselo a Brittany. La amo. Es mi chica. La amo. No puedes hacer que me deje. Es la única para mí. Lo sabes. La amas también.
Los dos la amamos.
Los chicos López aman a Brittany Pierce. Y a sus bonitas tetas. Tetas malditamente perfectas.
—¿Pueden, todos ustedes, salir mientras me visto?—preguntó Kimmy en un chillido enojado—Estoy harta de oír hablar de tu amor por Brittany y sus malditas tetas. Soy yo quien está embarazada de él. No ella. Yo. Soy a quien folla cada vez que necesita venirse. No ella. Él la trata como a una muñeca de porcelana. No será la mamá de su bebé. Yo sí.
********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Que!!! Maldito alfonso, pendejo estupido osea tiene otro hijo? Como santana permitió eso, ella es mucho mejor que su hermano, en todo.
Pd: mi ciudad esta casi o peor
Pd: el chascon lo planeo para quedarse con el pequeño josey estoy segura.
Pd: es dificil quedar conforme si esta muy buena la historia.
Pd: mi ciudad esta casi o peor
Pd: el chascon lo planeo para quedarse con el pequeño josey estoy segura.
Pd: es dificil quedar conforme si esta muy buena la historia.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Mas pendejo no puede ser Alfonso se nas Rifo todas para que san lo mate!!! Donde esta ese bebe ahora???
Pobre de britt cuando se entere... Segurp de la peor manera pero bue!!!
Nos vemos!!!
Mas pendejo no puede ser Alfonso se nas Rifo todas para que san lo mate!!! Donde esta ese bebe ahora???
Pobre de britt cuando se entere... Segurp de la peor manera pero bue!!!
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Omg¡ Era evidente que le habia sido infiel a Britt pero el que haya embarazado a la otra :O ¡
Pero que habra pasado con el bb, supongo que no nacio porque formaria parte de la vida de los Lopez y no es asi... sin embargo espero que Britt pronto sepa la verdad y descubra quien fue realmente Alfonso
Y San que recapacite pronto y acepte que su hermano no era la gran persona que sigue insistiendo que fue
Pero que habra pasado con el bb, supongo que no nacio porque formaria parte de la vida de los Lopez y no es asi... sin embargo espero que Britt pronto sepa la verdad y descubra quien fue realmente Alfonso
Y San que recapacite pronto y acepte que su hermano no era la gran persona que sigue insistiendo que fue
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Isabella28 escribió:Que!!! Maldito alfonso, pendejo estupido osea tiene otro hijo? Como santana permitió eso, ella es mucho mejor que su hermano, en todo.
Pd: mi ciudad esta casi o peor
Pd: el chascon lo planeo para quedarse con el pequeño josey estoy segura.
Pd: es dificil quedar conforme si esta muy buena la historia.
Hola, eso mismo ¬¬ uyy como lo odio! nunca respeto a britt :@ No es de mala, pero el karma... x eso murio ¬¬ SI! pero ni así lo puede ver =/ Saludos =D
Pd: esk llegan como...
Pd1: siiii! yo creo lo mismo la vrdd! vio q podia perder y la supo hacer ¬¬
Pd3: Eeeh eso es bueno! q siga siendo así noma
3:) escribió:Hola morra....
Mas pendejo no puede ser Alfonso se nas Rifo todas para que san lo mate!!! Donde esta ese bebe ahora???
Pobre de britt cuando se entere... Segurp de la peor manera pero bue!!!
Nos vemos!!!
Hola lu, ppff y fue poco ¬¬ Eso mismo! Jamas supo poner a britt en su lugar :@ KArma...por eso ya no esta ¬¬ Espero y este cap lo diga =/ Uyyy sera lo peor para ella =/ se le caera el mundo. =/ Saludos =D
JVM escribió:Omg¡ Era evidente que le habia sido infiel a Britt pero el que haya embarazado a la otra :O ¡
Pero que habra pasado con el bb, supongo que no nacio porque formaria parte de la vida de los Lopez y no es asi... sin embargo espero que Britt pronto sepa la verdad y descubra quien fue realmente Alfonso
Y San que recapacite pronto y acepte que su hermano no era la gran persona que sigue insistiendo que fue
Hola, pfff una mi...da d hombre...insisto, karma...x eso ya no esta aki ¬¬ No lo keria decir, pero pienso lo mismo =/ Tiene que! pero sera un muy duro golpe =/ Un poco y mal hombre¬¬ Esperemos y abra los ojos... tiene q =/ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Cap 17
Capitulo 17
En la Actualidad…
Brittany
Santana se presentó en lugar de mensajearme para que recogiera a Santiago en casa de sus padres la mañana del sábado.
Entonces, me llevó a trabajar, con mi hijo ubicado entre nosotras en la camioneta, emocionado de ir a tomar el desayuno con Santana después de que me dejaran.
Era bastante fácil.
La presencia de Santiago ahí lo hizo fácil.
No hice contacto visual con Santana a menos que tuviera que hacerlo, y me centré en Santiago. Por eso me encontraba en esa camioneta con Santana: Santiago.
Lo hizo todo por Santiago, y lo comprendía. Se había asegurado de dejar en claro sus motivos.
Sin embargo, cuando entró a la tienda a la hora del almuerzo para recogerme, Santiago no venía con ella.
—¿Dónde está Santy?—pregunté mientras recogía mi bolso.
—Con mis padres. Tenemos que ir a buscar tu coche—respondió.
Oh. Bueno, eso era bueno, pensé.
Solo esperaba tener suficiente dinero. Aún debía por el remolque también.
No estaba segura de a quién se lo debía y cuánto. Lo averiguaría una vez Santana y yo estuviéramos dentro de su camioneta.
—Hola, Santana—dijo Dani, y pasó sus largas uñas de color rosa sobre ella, luego le hizo un guiño.
Ella solo asintió, y luego hizo un gesto hacia la puerta.
—¿Lista? —preguntó.
Me despedí de Sue y Dani, aunque en ese momento solo quería fruncirle el ceño a Dani. Me hubiera gustado que nunca me haya platicado sobre ella y Santana.
La seguí afuera. Abrió la puerta para mí, me subí al vehículo y me puse el cinturón de seguridad. Se colocó de su lado y nos encontrábamos en la carretera sin una palabra de ninguno de los dos.
Tenía la esperanza de que esto no fuera un viaje largo y difícil.
—Imagino que no vas a estar feliz conmigo, pero vas a tener que superarlo y entender que hago lo mejor para Santy.
Me puse nerviosa. Esto no sonaba bien.
—Mandé tu coche a remolcar hasta el depósito de chatarra, donde debía estar. Ahora no es más que chatarra vieja. En vista de que lo hice, te debo otro coche. Voy a reemplazar tu viejo auto con mucho gusto, y aunque ya estás lista para darme un puñetazo en la cara en este momento, no lo harás porque estoy conduciendo y porque tú y yo sabemos que Santy necesita un vehículo seguro. También necesita que su mamá esté en un auto seguro. Lo que conducías era tan peligroso como fuera posible. Y muy contaminante.
Me quedé mirándola.
Convirtió mi coche en chatarra. Mi único medio de transporte. El pago de mi coche desapareció.
—No puedo creer que hayas hecho eso—dije, todavía en estado de shock.
—Quiero que Santy y tú estén seguros.
Estábamos a salvo. Bueno, tal vez el coche descomponiéndose por la noche no era seguro, pero por lo demás, funcionaba muy bien.
—No puedo dejar que me compres un coche—dije, mi voz levantando una muesca de pánico—No puedo... Eso no es algo que alguien te compre. Es mi trabajo suministrar un coche para mí y mi hijo. No tuyo.
Entró en el concesionario de coches de Chevrolet. Realmente haría esto.
No iba a dejarla. No podía.
—Le compraré a mi sobrino un vehículo seguro. No puedes detenerme. Puedo comprarle a su mamá algo para que lo lleve de manera segura a todas partes. Alguien tiene que cuidar de ti, de los dos. Soy la tía. Es mi trabajo.
Empuñé mis manos y golpeé los muslos con frustración.
—¡No, no lo es!
—Sí, Pequeña Rubia, lo es. He hecho un poco de investigación sobre buenas camionetas familiares, y el Tahoe estaba muy bien clasificado. Es seguro, y poseen uno aquí que tiene dos años y está en muy buenas condiciones. Quiero que vengas a ver lo que piensas. Si te gusta, entonces es tuyo. Si no, entonces vamos a ir a los concesionarios todo el maldito día hasta que encuentres algo que te guste.
—No puedes permitirte esto—argumenté.
Inclinó la cabeza hacia un lado.
—Sí, Britt-Britt, puedo. Ahora mueve el culo de mi camioneta y ve a mirar ese Tahoe. Van a traerlo ahora.
Bueno. Lo vería.
Pero ella no iba a comprarlo para mí. Para Santiago. Esto era ridículo.
Una hora más tarde conduje mi nuevo Chevy Tahoe y quedé totalmente enamorada.
Tenía todo. Incluso un techo corredizo.
La radio funcionaba y tenía calentadores de asiento.
Santiago iba a estar vertiginoso de emoción por la televisión que se desplegaba desde el techo.
Cuando por fin cedí y admití amar la Tahoe, Santana sonrió como una niñita en la mañana de Navidad.
Estaba feliz por ello.
No tenía sentido cómo se sentía feliz por gastar este tipo de dinero en alguien. A mí me estresaba el precio, pero me aseguró que tenía el dinero y podía pagar en efectivo.
Que quería hacer esto.
Los papeles de propiedad me serían enviados con mi nombre en unas pocas semanas.
Sería dueña de este Tahoe.
Podría conducirlo al menos durante los próximos diez años. Tuve ganas de llorar del alivio.
Yo tenía una casa y un coche seguro y fiable.
Me hizo sentir modesta.
Nunca esperé esto. Nunca.
Miré por el espejo retrovisor y vi como Santana giró a la izquierda ante la luz roja, y se dirigió a donde sea que vivía.
Nunca había visto su casa.
Dudaba que lo hiciera a menos que Santiago fuera ahí a visitarla.
La idea me puso triste.
Quería saber cómo lucía la casa de Santana.
Quería ver su mundo. Su vida.
Pero nunca iba a conseguir ese privilegio. Se aseguró de que entendí eso.
Entré en mi camino de entrada, y la puerta principal se abrió cuando Santiago salió corriendo con una enorme sonrisa. Maribel se puso de pie en mi puerta, sonriendo.
Santana debe haber llamado.
Abrí la puerta, y Santiago dio un salto a mis brazos.
—¿Tana nos compró esto? ¿De verdad? ¡Es impresionante!
Asentí y parpadeé para alejar las lágrimas en los ojos. Fue impresionante.
—Incluso tiene televisión—le dije, dejando que entre para inspeccionarlo.
Maribel se acercó, secándose las lágrimas y sonriendo.
—Es una buena mujer. Simplemente no se da cuenta. Duda de sí misma, pero mi chica es de las mejores. Siempre ha tenido un corazón de oro. Solo tiene que despertarse y verlo.
—Es demasiado. No puedo creer que comprara esto. Estoy asombrada, y me siento culpable por dejar que lo haga—admití.
Rió.
—Chica, no tenías otra opción. Una vez que Tana decide que quiere hacer algo, entonces así será. Ella lo va a hacer. Y quería que tú y Santy tengan un vehículo seguro. Además, si hubiese visto lo entretenido que estaba Santy al revisarlo, podría ir a comprar otro.
Tenía razón.
Santana era una buena mujer. Mucho mejor de lo que se creía.
¿Era posible que ella necesitara a alguien que le muestre que era especial?
¿Era eso?
Ninguna mujer intentó hacerle ver lo maravillosa que era por dentro.
¿Podría yo hacerlo?
Santana
Había terminado de cargar mi lavaplatos y me dirigía a la ducha cuando un golpe en la puerta me detuvo.
Di media vuelta y fui a abrir. Brittany se encontraba parada ahí con una caja de pastel y una sonrisa nerviosa.
No me esperaba verla en mi puerta.
—Hola. Uh, Santy y yo te hicimos algo. Le encantó la Tahoe. Tuve que obligarlo a salir de ahí. Quería quedarse a ver una película esta noche.
Eso me hizo sonreír.
Tendríamos que hacer un viaje por la carretera pronto para que pudiera ver su película.
—Me alegra que lo apruebe—dije, luego di un paso atrás para dejarla entrar.
Miró a su alrededor, y pude ver la sorpresa en su cara de que estuviera limpio.
No me llevaba bien con el desastre. Me gustaban mis cosas guardadas.
Era una de las razones por las que no tenía compañeros. Me harté de ello, ya que lo intenté una vez y un día casi tiré a Kitty por la ventana hacia el estacionamiento.
—Tu mamá le dijo a Santy que te gusta el chocolate. Así que te preparamos un pastel de chocolate. La guinda fue el trabajo de Santy, por lo que es creativo—dijo.
Tomé la caja de sus manos y me dirigí hacia la cocina.
—Ven—le dije.
Debía dejar abajo la torta y decidir si me gustaba tenerla en mi espacio. La había imaginado aquí antes, pero entonces, esas fantasías normalmente se llevaban a cabo con ella desnuda en mi cama o ducha.
Una vez incluso, había estado inclinada sobre mi sofá.
—Eres muy limpia. Creo que no me lo esperaba—dijo, mirando a su alrededor.
Me encogí de hombros.
—No me gustan las cosas desordenadas. Nunca me gustaron. Bueno, algunas cosas que llevan a ensuciarse sí me gustan.
No debería haber ido ahí.
No con ella aquí en mi casa.
Quería cosas, y pensar en hacer cosas sucias con ella era demasiado tentador.
—Oh—dijo, ruborizada, y apartó la mirada.
El color rosa en sus mejillas siempre fue una de mis cosas favoritas para la vista.
Eso y su sonrisa.
Sus ojos siempre brillaban de una manera que podría hacer que todo lo demás esté bien.
—Cuando me miras así, me haces olvidar que lo que deseas es follarme una vez y nada más—sus palabras salieron de la nada, y escucharla decir “follar” no me ayudó.
—Es difícil no mirarte—admití—Siempre ha sido así.
Brittany dejó escapar una risa nerviosa.
—Bueno, para mí también siempre ha sido difícil no mirarte. Así que supongo que las dos tenemos un problema. Si dormimos juntas, quiero más de lo mismo. Una vez nunca sería suficiente. Un beso no fue suficiente. No creo que alguna vez pudiera ser suficiente.
¿Qué demonios…?
Brittany se estaba exponiendo.
¿Por qué?
Yo le había dicho que no podía ser lo que quisiera.
Traté de mantenerla a cierta distancia, ¿así que por qué iba a entrar en mi departamento y decirme que nunca podría tener suficiente de mí?
Eso fue valiente.
Increíblemente.
Ya era hora de que yo admita la verdad también.
—Si me das una idea de lo que se siente estar dentro de ti, no voy a ser capaz de detenerme. Nunca. He sido adicta a ti desde que tenía diecisiete años. Luché con ello porque eras de mi hermano. Luego, porque no era digna de ti. Es mi culpa que chocara su coche con el árbol esa noche. Yo le había amenazado, él estaba borracho y salió huyendo.
No podía decirle el resto.
Que me enojé porque dejó embarazada a Kimmy y estuvo engañando a Brittany durante más de un año.
No quería que ella supiera eso. Nunca.
—Alfonso cometió sus propios errores—respondió—Él eligió beber e irse de fiesta, y eligió conducir su coche cuando no debió hacerlo. Le rogué que no bebiera, pero siempre se reía, diciendo que solo la pasaba bien y no le hacía daño a nadie. Me permití creerle. Pero al final Alfonso tomó la decisión imprudente que le quitó la vida. Se perdió el conocer a nuestro hijo. Se perdió su futuro como una estrella. Perdió tanto. Pero no fue culpa de nadie más que él. Me culpé por tanto tiempo, pero ahora sé que él tomó esa decisión. Yo no. Y tú tampoco.
Nadie me dijo eso.
Yo sabía que era cierto, pero nadie nunca me dijo esas palabras.
Aun así, sabía que lo que le dije a Alfonso lo envió corriendo a Brittany en estado de pánico.
Le preocupaba que fuera a decirle lo que hizo.
Él quería detenerme. Nunca imaginé que iba a ponerse al volante.
—Lo amaba. Lo echo de menos cada maldito día—dije, agarrando el borde de la encimera.
Nunca hablaba de Alfonso así. Dolía demasiado.
—Yo también lo amaba. Era mi mejor amigo. Me dio el regalo más grande en la tierra antes de abandonarme. Tengo a Santy.
Quería que sus recuerdos de Alfonso permanezcan intactos.
Le debía tanto a mi hermano. Porque ya no permanecía lejos de ella nunca más.
Ella tenía razón, Alfonso tomó sus propias decisiones, y no apreció lo que tenía.
Ojalá lo hubiera hecho.
Yo había estado cuidándola desde lejos durante tanto maldito tiempo.
—Quédate. Come un poco de torta conmigo—le dije, ya que no quería que se fuera—¿Dónde está Santy?
—Con tus padres —respondió.
—¿Puedes quedarte a pasar la noche?
Sus ojos se ensancharon, y tomó una respiración honda. Luego asintió.
—Sí.
Me alejé del mostrador.
—Britt.
—Sí—respondió casi sin aliento mientras yo cerraba el espacio entre nosotras.
—¿Podemos comer la torta más tarde? ¿Mucho más tarde? ¿Como, por ejemplo, para el desayuno?
Asintió de nuevo antes de que mi boca capturara la suya.
Entonces, me llevó a trabajar, con mi hijo ubicado entre nosotras en la camioneta, emocionado de ir a tomar el desayuno con Santana después de que me dejaran.
Era bastante fácil.
La presencia de Santiago ahí lo hizo fácil.
No hice contacto visual con Santana a menos que tuviera que hacerlo, y me centré en Santiago. Por eso me encontraba en esa camioneta con Santana: Santiago.
Lo hizo todo por Santiago, y lo comprendía. Se había asegurado de dejar en claro sus motivos.
Sin embargo, cuando entró a la tienda a la hora del almuerzo para recogerme, Santiago no venía con ella.
—¿Dónde está Santy?—pregunté mientras recogía mi bolso.
—Con mis padres. Tenemos que ir a buscar tu coche—respondió.
Oh. Bueno, eso era bueno, pensé.
Solo esperaba tener suficiente dinero. Aún debía por el remolque también.
No estaba segura de a quién se lo debía y cuánto. Lo averiguaría una vez Santana y yo estuviéramos dentro de su camioneta.
—Hola, Santana—dijo Dani, y pasó sus largas uñas de color rosa sobre ella, luego le hizo un guiño.
Ella solo asintió, y luego hizo un gesto hacia la puerta.
—¿Lista? —preguntó.
Me despedí de Sue y Dani, aunque en ese momento solo quería fruncirle el ceño a Dani. Me hubiera gustado que nunca me haya platicado sobre ella y Santana.
La seguí afuera. Abrió la puerta para mí, me subí al vehículo y me puse el cinturón de seguridad. Se colocó de su lado y nos encontrábamos en la carretera sin una palabra de ninguno de los dos.
Tenía la esperanza de que esto no fuera un viaje largo y difícil.
—Imagino que no vas a estar feliz conmigo, pero vas a tener que superarlo y entender que hago lo mejor para Santy.
Me puse nerviosa. Esto no sonaba bien.
—Mandé tu coche a remolcar hasta el depósito de chatarra, donde debía estar. Ahora no es más que chatarra vieja. En vista de que lo hice, te debo otro coche. Voy a reemplazar tu viejo auto con mucho gusto, y aunque ya estás lista para darme un puñetazo en la cara en este momento, no lo harás porque estoy conduciendo y porque tú y yo sabemos que Santy necesita un vehículo seguro. También necesita que su mamá esté en un auto seguro. Lo que conducías era tan peligroso como fuera posible. Y muy contaminante.
Me quedé mirándola.
Convirtió mi coche en chatarra. Mi único medio de transporte. El pago de mi coche desapareció.
—No puedo creer que hayas hecho eso—dije, todavía en estado de shock.
—Quiero que Santy y tú estén seguros.
Estábamos a salvo. Bueno, tal vez el coche descomponiéndose por la noche no era seguro, pero por lo demás, funcionaba muy bien.
—No puedo dejar que me compres un coche—dije, mi voz levantando una muesca de pánico—No puedo... Eso no es algo que alguien te compre. Es mi trabajo suministrar un coche para mí y mi hijo. No tuyo.
Entró en el concesionario de coches de Chevrolet. Realmente haría esto.
No iba a dejarla. No podía.
—Le compraré a mi sobrino un vehículo seguro. No puedes detenerme. Puedo comprarle a su mamá algo para que lo lleve de manera segura a todas partes. Alguien tiene que cuidar de ti, de los dos. Soy la tía. Es mi trabajo.
Empuñé mis manos y golpeé los muslos con frustración.
—¡No, no lo es!
—Sí, Pequeña Rubia, lo es. He hecho un poco de investigación sobre buenas camionetas familiares, y el Tahoe estaba muy bien clasificado. Es seguro, y poseen uno aquí que tiene dos años y está en muy buenas condiciones. Quiero que vengas a ver lo que piensas. Si te gusta, entonces es tuyo. Si no, entonces vamos a ir a los concesionarios todo el maldito día hasta que encuentres algo que te guste.
—No puedes permitirte esto—argumenté.
Inclinó la cabeza hacia un lado.
—Sí, Britt-Britt, puedo. Ahora mueve el culo de mi camioneta y ve a mirar ese Tahoe. Van a traerlo ahora.
Bueno. Lo vería.
Pero ella no iba a comprarlo para mí. Para Santiago. Esto era ridículo.
Una hora más tarde conduje mi nuevo Chevy Tahoe y quedé totalmente enamorada.
Tenía todo. Incluso un techo corredizo.
La radio funcionaba y tenía calentadores de asiento.
Santiago iba a estar vertiginoso de emoción por la televisión que se desplegaba desde el techo.
Cuando por fin cedí y admití amar la Tahoe, Santana sonrió como una niñita en la mañana de Navidad.
Estaba feliz por ello.
No tenía sentido cómo se sentía feliz por gastar este tipo de dinero en alguien. A mí me estresaba el precio, pero me aseguró que tenía el dinero y podía pagar en efectivo.
Que quería hacer esto.
Los papeles de propiedad me serían enviados con mi nombre en unas pocas semanas.
Sería dueña de este Tahoe.
Podría conducirlo al menos durante los próximos diez años. Tuve ganas de llorar del alivio.
Yo tenía una casa y un coche seguro y fiable.
Me hizo sentir modesta.
Nunca esperé esto. Nunca.
Miré por el espejo retrovisor y vi como Santana giró a la izquierda ante la luz roja, y se dirigió a donde sea que vivía.
Nunca había visto su casa.
Dudaba que lo hiciera a menos que Santiago fuera ahí a visitarla.
La idea me puso triste.
Quería saber cómo lucía la casa de Santana.
Quería ver su mundo. Su vida.
Pero nunca iba a conseguir ese privilegio. Se aseguró de que entendí eso.
Entré en mi camino de entrada, y la puerta principal se abrió cuando Santiago salió corriendo con una enorme sonrisa. Maribel se puso de pie en mi puerta, sonriendo.
Santana debe haber llamado.
Abrí la puerta, y Santiago dio un salto a mis brazos.
—¿Tana nos compró esto? ¿De verdad? ¡Es impresionante!
Asentí y parpadeé para alejar las lágrimas en los ojos. Fue impresionante.
—Incluso tiene televisión—le dije, dejando que entre para inspeccionarlo.
Maribel se acercó, secándose las lágrimas y sonriendo.
—Es una buena mujer. Simplemente no se da cuenta. Duda de sí misma, pero mi chica es de las mejores. Siempre ha tenido un corazón de oro. Solo tiene que despertarse y verlo.
—Es demasiado. No puedo creer que comprara esto. Estoy asombrada, y me siento culpable por dejar que lo haga—admití.
Rió.
—Chica, no tenías otra opción. Una vez que Tana decide que quiere hacer algo, entonces así será. Ella lo va a hacer. Y quería que tú y Santy tengan un vehículo seguro. Además, si hubiese visto lo entretenido que estaba Santy al revisarlo, podría ir a comprar otro.
Tenía razón.
Santana era una buena mujer. Mucho mejor de lo que se creía.
¿Era posible que ella necesitara a alguien que le muestre que era especial?
¿Era eso?
Ninguna mujer intentó hacerle ver lo maravillosa que era por dentro.
¿Podría yo hacerlo?
Santana
Había terminado de cargar mi lavaplatos y me dirigía a la ducha cuando un golpe en la puerta me detuvo.
Di media vuelta y fui a abrir. Brittany se encontraba parada ahí con una caja de pastel y una sonrisa nerviosa.
No me esperaba verla en mi puerta.
—Hola. Uh, Santy y yo te hicimos algo. Le encantó la Tahoe. Tuve que obligarlo a salir de ahí. Quería quedarse a ver una película esta noche.
Eso me hizo sonreír.
Tendríamos que hacer un viaje por la carretera pronto para que pudiera ver su película.
—Me alegra que lo apruebe—dije, luego di un paso atrás para dejarla entrar.
Miró a su alrededor, y pude ver la sorpresa en su cara de que estuviera limpio.
No me llevaba bien con el desastre. Me gustaban mis cosas guardadas.
Era una de las razones por las que no tenía compañeros. Me harté de ello, ya que lo intenté una vez y un día casi tiré a Kitty por la ventana hacia el estacionamiento.
—Tu mamá le dijo a Santy que te gusta el chocolate. Así que te preparamos un pastel de chocolate. La guinda fue el trabajo de Santy, por lo que es creativo—dijo.
Tomé la caja de sus manos y me dirigí hacia la cocina.
—Ven—le dije.
Debía dejar abajo la torta y decidir si me gustaba tenerla en mi espacio. La había imaginado aquí antes, pero entonces, esas fantasías normalmente se llevaban a cabo con ella desnuda en mi cama o ducha.
Una vez incluso, había estado inclinada sobre mi sofá.
—Eres muy limpia. Creo que no me lo esperaba—dijo, mirando a su alrededor.
Me encogí de hombros.
—No me gustan las cosas desordenadas. Nunca me gustaron. Bueno, algunas cosas que llevan a ensuciarse sí me gustan.
No debería haber ido ahí.
No con ella aquí en mi casa.
Quería cosas, y pensar en hacer cosas sucias con ella era demasiado tentador.
—Oh—dijo, ruborizada, y apartó la mirada.
El color rosa en sus mejillas siempre fue una de mis cosas favoritas para la vista.
Eso y su sonrisa.
Sus ojos siempre brillaban de una manera que podría hacer que todo lo demás esté bien.
—Cuando me miras así, me haces olvidar que lo que deseas es follarme una vez y nada más—sus palabras salieron de la nada, y escucharla decir “follar” no me ayudó.
—Es difícil no mirarte—admití—Siempre ha sido así.
Brittany dejó escapar una risa nerviosa.
—Bueno, para mí también siempre ha sido difícil no mirarte. Así que supongo que las dos tenemos un problema. Si dormimos juntas, quiero más de lo mismo. Una vez nunca sería suficiente. Un beso no fue suficiente. No creo que alguna vez pudiera ser suficiente.
¿Qué demonios…?
Brittany se estaba exponiendo.
¿Por qué?
Yo le había dicho que no podía ser lo que quisiera.
Traté de mantenerla a cierta distancia, ¿así que por qué iba a entrar en mi departamento y decirme que nunca podría tener suficiente de mí?
Eso fue valiente.
Increíblemente.
Ya era hora de que yo admita la verdad también.
—Si me das una idea de lo que se siente estar dentro de ti, no voy a ser capaz de detenerme. Nunca. He sido adicta a ti desde que tenía diecisiete años. Luché con ello porque eras de mi hermano. Luego, porque no era digna de ti. Es mi culpa que chocara su coche con el árbol esa noche. Yo le había amenazado, él estaba borracho y salió huyendo.
No podía decirle el resto.
Que me enojé porque dejó embarazada a Kimmy y estuvo engañando a Brittany durante más de un año.
No quería que ella supiera eso. Nunca.
—Alfonso cometió sus propios errores—respondió—Él eligió beber e irse de fiesta, y eligió conducir su coche cuando no debió hacerlo. Le rogué que no bebiera, pero siempre se reía, diciendo que solo la pasaba bien y no le hacía daño a nadie. Me permití creerle. Pero al final Alfonso tomó la decisión imprudente que le quitó la vida. Se perdió el conocer a nuestro hijo. Se perdió su futuro como una estrella. Perdió tanto. Pero no fue culpa de nadie más que él. Me culpé por tanto tiempo, pero ahora sé que él tomó esa decisión. Yo no. Y tú tampoco.
Nadie me dijo eso.
Yo sabía que era cierto, pero nadie nunca me dijo esas palabras.
Aun así, sabía que lo que le dije a Alfonso lo envió corriendo a Brittany en estado de pánico.
Le preocupaba que fuera a decirle lo que hizo.
Él quería detenerme. Nunca imaginé que iba a ponerse al volante.
—Lo amaba. Lo echo de menos cada maldito día—dije, agarrando el borde de la encimera.
Nunca hablaba de Alfonso así. Dolía demasiado.
—Yo también lo amaba. Era mi mejor amigo. Me dio el regalo más grande en la tierra antes de abandonarme. Tengo a Santy.
Quería que sus recuerdos de Alfonso permanezcan intactos.
Le debía tanto a mi hermano. Porque ya no permanecía lejos de ella nunca más.
Ella tenía razón, Alfonso tomó sus propias decisiones, y no apreció lo que tenía.
Ojalá lo hubiera hecho.
Yo había estado cuidándola desde lejos durante tanto maldito tiempo.
—Quédate. Come un poco de torta conmigo—le dije, ya que no quería que se fuera—¿Dónde está Santy?
—Con tus padres —respondió.
—¿Puedes quedarte a pasar la noche?
Sus ojos se ensancharon, y tomó una respiración honda. Luego asintió.
—Sí.
Me alejé del mostrador.
—Britt.
—Sí—respondió casi sin aliento mientras yo cerraba el espacio entre nosotras.
—¿Podemos comer la torta más tarde? ¿Mucho más tarde? ¿Como, por ejemplo, para el desayuno?
Asintió de nuevo antes de que mi boca capturara la suya.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Asi me gusta santana, aunque fue britt la que se adelanto.
Pd: ya me lo imagino.
Pd: vi un video y me partio el alma ver a naya esposada y llorando.
Pd3: y se pone cada vez mejor esto, me dieron ganas de maraton :-D .
Pd: ya me lo imagino.
Pd: vi un video y me partio el alma ver a naya esposada y llorando.
Pd3: y se pone cada vez mejor esto, me dieron ganas de maraton :-D .
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Me quedo ansiosa por el próximo cap!!
Pd: hay un video de naya?! Ni lo quiero ver porque me entra un enojo por lo que le esta pasando!!
Pd: hay un video de naya?! Ni lo quiero ver porque me entra un enojo por lo que le esta pasando!!
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Al fin, por Dios, ya era hora, bien por Britt que tuvo la iniciativa!!!!!! En cuanto al video, estoy furiosa con Ryan por exponer asi los problemas de su matrimonio, es que acaso no sabia que podria perjudicar a Naya???? sin embargo aqui sigo apoyandola, pq no se admira al artista perfecto, solo se admira y ya!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Ala britt tiene cojines jajaja...
Britt a Alfonso no lo quiso mas que como amigo... Mas que eso!!! Si tuvieron la oportunidad britt no ubiece dudado en dejar a Alfonso por san...
Quiero el otro cap!!! Ya!!!!!!
Nos vemos!!!
Ala britt tiene cojines jajaja...
Britt a Alfonso no lo quiso mas que como amigo... Mas que eso!!! Si tuvieron la oportunidad britt no ubiece dudado en dejar a Alfonso por san...
Quiero el otro cap!!! Ya!!!!!!
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Bueno al parecer las palabras de Maribel fueron de grannn ayuda... y mientras a disfrutar de la noche sin pensar en el mañana
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Isabella28 escribió:Asi me gusta santana, aunque fue britt la que se adelanto.
Pd: ya me lo imagino.
Pd: vi un video y me partio el alma ver a naya esposada y llorando.
Pd3: y se pone cada vez mejor esto, me dieron ganas de maraton :-D .
Hola, jajaaj esta si q si! jajajajaja. Mm esk siempre es una la q tiene q decir o hacer las cosas, xq el otr@ es el lent@ XD Saludos =D
Pd: jajaaja xD
Pd2: Yo tmbn lo vi =/ ese "!$#%& q me la lastima ¬¬
Pd3: Si¿? Mmm dices tu¿? mmm podria ser¿?
Tati.94 escribió:Me quedo ansiosa por el próximo cap!!
Pd: hay un video de naya?! Ni lo quiero ver porque me entra un enojo por lo que le esta pasando!!
Hola, para quitarla aki lo dejo entonces! Saludos =D
Pd: si =/ donde esta con el juez y firma. A mi tmbn...y como dije antes...estoy segura q es un plan del rubio pelo feo ¬¬
micky morales escribió:Al fin, por Dios, ya era hora, bien por Britt que tuvo la iniciativa!!!!!! En cuanto al video, estoy furiosa con Ryan por exponer asi los problemas de su matrimonio, es que acaso no sabia que podria perjudicar a Naya???? sin embargo aqui sigo apoyandola, pq no se admira al artista perfecto, solo se admira y ya!!!!!
Hola, jaajajajaj la vrdd esk si ajajajajaj. Siempre es una al q atina jaajajajaj. Nose xq pero tengo toda l tinca q es el ryan ese q lo hizo a proposito para tener al tuicion de josey =/ Pero como bn dices la sigo apoyando! Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
Ala britt tiene cojines jajaja...
Britt a Alfonso no lo quiso mas que como amigo... Mas que eso!!! Si tuvieron la oportunidad britt no ubiece dudado en dejar a Alfonso por san...
Quiero el otro cap!!! Ya!!!!!!
Nos vemos!!!
Hola lu, jajajaajajaj así somos, así somos ajajajajaj. Si, fue su persona, pero no su amor! Yo creo lo mismo. Aquí lo dejo! Saludos =D
JVM escribió:Bueno al parecer las palabras de Maribel fueron de grannn ayuda... y mientras a disfrutar de la noche sin pensar en el mañana
Hola, si que si! lo cual es muy bueno! AJajajajaja pero claro q si ajajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
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FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Cap 18
Capitulo 18
Brittany
Ella estaba en todas partes a la vez.
La cabeza me daba vueltas, y si no me hubiera apoyado contra la pared, habría estado desparramada en el suelo.
Era abrumador y emocionante.
Santana chupó mi labio inferior antes de dejar besos a través de mi mandíbula, luego pasó a torturar detrás de mi oreja.
—Quise hacer esto durante tanto tiempo—susurró contra mi piel—En este lugar. Por todas partes. Mierda, Britt, no sé si puedo ir lento. Lo deseo tanto, pero en este momento solo quiero estar dentro de ti.
Quería a Santana de cualquier manera que pudiera tenerla. Saber que ella quería más conmigo que una noche y que quería esto me hizo estar dispuesta a conceder todos sus deseos.
—Tenemos toda la noche—le dije.
Luego fui recogida, y envolví las piernas alrededor de su cintura mientras me llevaba a través de una puerta a un lado de la cocina, directamente a una cama extra grande en el medio de la habitación.
—Desnuda y en mi cama. Deseo eso. Ahora—dijo, quitándose la camisa junto con el sujetador y arrojándolos lejos.
Sus pechos eran magníficos, quería mi lengua en ellos…y mis manos también.
Tomó mi camisa, y elevé las manos para dejar voluntariamente que me la quite. Sus ojos parecían estar en llamas cuando me observó en mi sujetador.
—Quítatelo. Quiero ver—dijo, sin apartar la vista de mi pecho.
Desenganché el broche y dejé que mi sujetador caiga hacia delante. Entonces lo quité por mis brazos y lo moví a un lado. No importa donde terminó. Solo me importaba el aspecto de hambre en la cara de Santana, y saber que era yo lo que miraba así.
Sonó como si hubiese murmurado algo así como “tetas mágicas”, pero no me hallaba segura de haberle oído bien. Tenía las manos en la cintura de mis pantalones cortos, tirándolos hacia abajo, por lo que todos los pensamientos de su murmullo me abandonaron.
Yo solo había estado completamente desnuda con un hombre, y él fue un chiquillo. Tampoco nunca se había tomado su tiempo conmigo así. Ni me miró como si estuviera asombrado.
Santana se arrodilló frente a mí y abrió mis piernas. Aspiré una bocanada de aire mientras besaba mi rodilla y me miró con los ojos entornados.
—Me encantan estos rizos rubios. Tan condenadamente caliente.
Oh Dios.
—Échate hacia atrás, Britt. Y mantén estas piernas abiertas para mí—dijo mientras se levantó y desabrocho sus pantalones vaqueros.
Quería verla bajar esos pantalones vaqueros, pero hice lo que me pidió, tratando de verla a la vez.
Había fantaseado sobre todo esto durante mucho tiempo.
—Voy a tener que probarte primero. Quiero estar dentro de ti, bebé, pero tengo que besar esto—dijo mientras su mano me tomaba entre las piernas.
Me encontraba expuesta, y debería haberme sentido vulnerable. Pero era Santana. Se sentía bien.
Fue emocionante.
Se dejó caer de rodillas y levantó mi pie derecho, luego lo besó antes de poner la pierna por encima del hombro. Luego hizo lo mismo con el izquierdo.
El calor de su aliento estaba tan cerca que me estremecí.
—Hueles como la maldita tienda de dulces—dijo poco antes de que su lengua se deslizara en mi contra.
La sensación fue increíble. Grité y tanteé algo. Terminé con puñados de la manta debajo de mí.
Con cada golpe de su lengua mi cuerpo se sacudió, y los temblores de placer me recorrieron.
—San—gemí cuando la intensidad llegó a ser demasiado.
Estaba tan cerca de algo que solo había tenido conmigo misma, sola en mi habitación.
—¿Estás cerca?—preguntó, levantando la cabeza.
Su lengua salió para lamerse los labios, y nada en mi vida nunca había sido tan atractivo como esta mujer.
—Sí—le respondí, sin aliento.
Inclinó la cabeza, y luego dio un beso en el punto sensible que siempre necesitaba la mayor atención, y yo gemí, incapaz de mantener silencio.
Todo esto fue más de lo que hubiera esperado.
Luego se puso de pie, y el cuerpo sólido y con perfectas curvas. Estaba tan cerca de un orgasmo que verla así casi me envió por encima del borde.
Cada línea de su cuerpo era hermosa. Quería tocarla por todas partes. Entonces mis ojos cayeron y se abrieron con pánico repentino.
No era experta en el tema del sexo ya que solo había estado con un chico de dieciséis años, y que no podía comparar a un hombre con una mujer, pero esos dedos y ese lindo y depilado sexo serían perfecto.
Tal vez demasiado.
El sexo siempre fue incómodo con Alfonso, y a veces dolía. Dijo que fue porque él era demasiado grande y yo, demasiado estrecha, pero eso…Oh no.
—Por mucho que me gustaría que mires, no me siento muy paciente en este momento—dijo antes de ponerse por encima de mí—Dios, eres perfecta—dijo, y luego besó la punta de uno de mis pechos.
Ella no iba a pensar que era perfecta cuando no encajara dentro de mí. O cuando yo estuviera gritando de dolor y pidiendo que se detenga.
Esto era lo que había deseado durante tanto tiempo, y ahora seguramente no iba a pasar.
Me tensé y cerré los ojos, rezando para que no me avergonzara a mí misma e hiciera algo como llorar.
Si tan solo pudiera soportar el dolor…Haría cualquier cosa por Santana.
Solo esperaba que pudiera hacerlo en silencio.
—¿Britt?—la voz de Santana sonaba preocupada.
Por supuesto que sí.
Yo actuaba como una idiota y ella ni siquiera había intentado meterse dentro de mí todavía.
Abrí los ojos y la miré.
Lo lamentaba tanto.
Yo quería esto. A ella.
Pero el dolor.
Había sido malo al principio con Alfonso, y sabía que una vez que un hombre se pusiera en marcha no podía parar solo porque uno estuviera llorando de dolor quizás con una mujer pasaría lo mismo.
Ella tenía que terminar.
—¿Qué pasa, cariño?—dijo mientras me apartaba el pelo de la cara con el pulgar, y luego lo pasó por mi labio inferior.
Era tan dulce.
¿Quién habría pensado que Santana López podía ser tan dulce?
—Siempre duele…antes. Siempre. Y tienes unos dedos…
Dios, odiaba esto.
Recordarle que dormí con su hermano más joven mataba el estado de ánimo.
Frunció el ceño.
—Debe haber dolido solamente un poco la primera vez.
Tenía que explicar esto. Tan humillante como era, tenía que decirle.
—Yo, eh…Siempre duele. Nunca lo disfruté.
Ya. Lo admití.
Santana cerró los ojos y dejó escapar un silbido entre dientes. Cuando los abrió, fijó su mirada con la mía.
—Esto no te hará daño. Lo juro, Britt, va a sentirse bien, bebé. Voy a asegurarme de que veas las estrellas.
Casi lo creía.
Con esa mirada fiera en sus ojos, era fácil creerle. Pero el hecho era que sus dedos eran tan largos me preocupaba.
—Pero no he tenido sexo en mucho tiempo. Yo estaba estrecha entonces.
También había tenido un niño, pero eso fue hace cinco años, por lo que cualquier estiramiento que provocó fue más que probable que todo haya desaparecido ahora.
Santana bajó la cabeza hasta que sus labios rozaron mi oreja.
—Estás estrecha ahora. Pero también, tan jodidamente húmeda y lista—dijo en un susurro, al tiempo que su dedo acarició el calor blando entre mis piernas—jadeé y Santana rió—Eso es, nena. Déjame cuidarte. Nunca voy a hacerte daño. De ninguna manera. Lo juro.
Incluso si dolía, lo soportaría.
Esta era Santana. La quería. En lo más profundo siempre había querido a Santana.
Se inclinó hacia arriba, si no estuviera tan asustada del sexo, pude haberlo apreciado más.
Luego se puso sobre mí de nuevo, y sus labios encontraron los míos. El deslizamiento suave de su lengua mientras tomaba lo que quería alivió mi temor justo antes de sentir a su punta de dos de sus dedos empujar mi entrada.
—Tranquila, bebé. Voy a ser suave. Pero debes relajarte—dijo con voz ronca y tensa mientras metía la cabeza en la curva de mi cuello.
Poco a poco se introdujo dentro de mí. Con cada centímetro que me llenó no hubo dolor, solo placer.
Tal vez ya no estaba tan apretada. Eso esperaba.
—¿Estás bien?—me preguntó, sosteniéndose a sí misma con su brazo libre por encima de mí.
Sonreí aliviada y asentí.
Nuestras miradas se encontraron mientras se introdujo más y levanté las caderas para tomarla. El estiramiento se sentía bien y la plenitud fue increíble.
Pero más que eso…esto se sentía bien.
Lo sabía ahora. Lo que había ido mal todos esos años atrás; no había sido Alfonso quien reclamó mi corazón.
Solo le quería como si fuera un amigo. Él era lo que yo conocía.
Santana, sin embargo, me hizo sentir cosas que nadie logró antes.
Había sido demasiado joven para comprenderlo en ese momento, pero ahora todo era muy claro.
Este era el chico López con el que siempre estuve destinada a estar.
La chica López.
—Britt, tienes que dejar de mover ese culo dulce, nena. Este es el maldito coño más apretado del mundo, y todo lo que quiero hacer es moverme duro y rápido. Pero estoy tomando las cosas con calma. Ayúdame a tomar las cosas con calma.
Quería moverse, pero no lo hizo. Estaba siendo suave.
No sabía que podía ir poco a poco.
Con esa comprensión, Santana tomó otro pedacito de mi corazón. Yo quería protegerme de hacerme daño, pero confiaba en Santana.
Confiaba más de lo que jamás confié en alguien. Además, no me hallaba segura de que no haya tomado mi corazón hace años sin devolución.
Ya no quedaba mucho de mí para proteger.
—Se siente bien. No duele nada. Te deseo —le aseguré.
Con ese pequeño estímulo, se hundió en mí por completo y dejó escapar un gemido de placer.
—Por Dios, mujer, sí que me aprietas, joder.
Sintiéndome valiente, envolví las piernas a su alrededor y me arqueé en su contra y la penetre con dos dedos también.
Con su cuerpo, que se hallaba destinado a ser apreciado por la perfección esculpida que era, Santana se mantenía por encima de mí mientras comenzábamos a mecernos dentro y fuera.
Puse la mano libre alrededor de su brazo y me aferré.
Cada vez que se hundía plenamente dentro de mí lo acompañaba con sus caderas y tocaba algo que enviaba tales chispas por los choques intensos a través de mi cuerpo que quería rogarle que vaya más rápido.
Deseaba esa sensación.
Deseaba hacerla sentir así también.
Hubo gemidos y ruegos que me hallaba segura venían de mí. Después de la cuarta vez que rozó ese lugar especial dentro de mí, me volví tan loca de necesidad que ya no sabía lo que decía.
No quería que se detuviera nunca.
La explosión de sensaciones que invadió mi cuerpo me sorprendió. Todo lo que podía hacer era aferrarme a Santana mientras gritaba su nombre.
Confiando en que no me dejara ir, caí en la dicha desconocida sin miedo.
Seguí moviendo mis dos y a lo lejos oí su grito, y su cuerpo se tensó sobre el mío. Me envolví con más fuerza a su alrededor a medida que caía encima de mí.
La capacidad de moverme ya me había sido quitada. Una gloria suave y perezosa me envolvió, y quería compartirla con Santana en mis brazos.
—Maldito coño mágico—susurró al mismo tiempo que su frente caía a mi clavícula. Su respiración era dificultosa mientras jadeaba y se estremecía—Mierda—dijo, y luego me dio un beso en el hombro.
Una risita se construyó dentro de mí, y ni siquiera traté de contenerla.
Era feliz. Muy feliz.
Santana levantó la cabeza y me sonrió.
—¿Por qué te ríes, Pequeña Rubia?
Apreté los labios para controlar la risa.
—Le dijiste a mí, eh…ya sabes…mágico.
Una sonrisa tocó su boca, y no quería nada más que besar esos llenos labios rojos.
—Es mágico. Lo que significa que te encuentras atascada conmigo. Nunca pensé que encontraría un coño mágico. Nunca lo quise, pero maldición, ahora sí. Tengo la intención de conservarte.
Quería ser conservada, pero realmente solo lo quería con Santana.
Sacando mis dedos de ella los lleve sus labios y los toqué, metió uno en su boca y lo chupó. El fuego dentro de mí comenzó a avivarse de nuevo mientras veía su boca sobre mi piel. Lo dejó escapar.
—Debo asegurarme de que te encuentres bien. Revisarte personalmente y ver si todo se siente bien y no te hice daño. Luego, puedo hacer un desastre contigo de nuevo.
No me hizo daño, pero me gustaba la idea de que se asegurara, y quisiera ensuciarse de nuevo.
—¿Tengo que limpiarme primero?
Quería hacer un desastre de nuevo ahora.
Se rio.
—Coño mágico y necesitado. Mierda, tuve suerte. Pero sí, primero tengo que cuidar de lo que es mío. Voy a limpiarte muy bien. Pero no te preocupes. Tengo la intención de hacerte gritar mi nombre al menos una vez, quizá dos veces, en la ducha.
Mis ojos se abrieron y me retorcí debajo de él. Nunca antes tomé una ducha con alguien.
La idea me excitó.
—Bueno. Vamos a limpiarnos.
Santana
Me apoyé en el marco de la puerta del dormitorio, con un plato de pastel de chocolate en la mano mientras miraba a Brittany dormir acurrucada en medio de la cama.
Se veía tan pequeña ahí sola.
No tuve la intención de dejarla ahí mucho tiempo, pero sabía que necesitaba más horas de sueño. La desperté tres veces anoche, incapaz de mantener las manos lejos de ella.
Mi necesidad de mantenerla a salvo y protegida acababa de encontrar un nivel totalmente nuevo de posesividad.
No era solo la mamá de Santiago, era mi mujer. Mía.
No quería que durmiera sin mí.
No quería que se despertara sin mí.
No quería que se bañara sin mí.
Existía una buena jodida posibilidad de que estuviera completamente obsesionada con Brittany.
No me obsesiono con cualquier cosa. Nunca.
Pero Brittany era diferente. Siempre fue diferente.
Encontró algo dentro de mí y lo trajo a la vida cuando éramos niñas. Después de años de luchar contra ello para olvidarla, cedí y me permití sentir.
Y sentí jodidamente mucho. Más de lo que creía posible.
La mirada que mi papá le daba a mi mamá cuando entraba en una habitación ahora tenía completo sentido para mí.
Cuando Kitty mantenía a Marley enganchada a su lado como si no pudiera respirar sin ella, y Artie le gruñía a cualquier hombre que pensaba miraba demasiado tiempo a Sugar, entendía eso.
Jodida y completamente lo entendía.
Diablos, ya me encontraba muy, muy segura de que iba a ser mucho peor que cualquiera de ellos.
Incluso Finn y su incapacidad para cantar en el escenario sin tener a Alison cerca…eso tenía sentido para mí.
—¿Vas a comer todo eso tú sola?—preguntó, y levanté la vista de sus piernas largas y sedosas para ver sus ojos a medio abrir mientras me miraba.
—Voy a alimentar a la mujer sensual en mi cama—le dije.
Me alejé de mi posición contra el marco de la puerta y me acerqué a la cama para sentarme a su lado.
Se movió para sentarse y la sábana cayó, dejando libre el más asombroso conjunto de tetas en el mundo y lo decía yo quien tenía ese par, pero no me importaba darle ese lugar a Brittany.
Mierda. Esas eran mías.
—Esas no tienen hambre. Yo sí—bromeó mientras volvía a elevar la sábana para cubrirse.
Quité la mirada de su pecho y la coloqué en su rostro. La somnolienta sonrisa en sus labios y los párpados caídos hacían difícil el pensar en darle de comer.
Quería estar en su interior y junto a ella. De nuevo.
—Abre—le dije, y tomé un bocado de pastel y lo metí en su bonita boca rosada—Pensaba mientras dormías que sería divertido frotar este glaseado en varias partes de tu cuerpo y lamerlo. Opino que podríamos intentarlo más adelante.
Agachó la cabeza, pero vi la sonrisa en su rostro. Se acercó más a mí hasta que su frente presionó mi brazo. Cuando volvió a mirarme, tenía un brillo malicioso en los ojos.
—Solo si puedo ponerte un poco a ti y lamerlo.
—Cada vez que desees lamerme, nena, dilo y es tuyo. No me importa dónde estamos. Si hay una posibilidad de que pueda tener esa boca sobre mí, entonces lo quiero. Siempre lo querré.
Bajó la mirada a mi regazo, y mi sexo ya estaba húmedo pasó a totalmente húmedo.
Estiré la mano, tomé su rostro y lo incliné de modo que sus ojos miraran a los míos.
—Esto entre tú y yo. Es real. De nadie más. Me tienes. Solo nosotras. No voy a dejarte ir, Britt. He esperado demasiado maldito tiempo, y ahora que por fin te tengo, es seguro que no voy a dejarte.
No respondió al principio, pero pude ver las preguntas en sus ojos.
Vino aquí para traerme un pastel y decirme lo que sentía por mí. Entonces pasé de eso a una relación exclusiva durante la noche. Literalmente.
—Dijiste que no tenías relaciones —dijo, casi en un susurro.
—No las tengo. Nunca lo hice. Nunca he querido. Pero nunca te tuve. Siempre pensé que nunca encontraría esto. No lo buscaba. Pero ahora que lo tengo, no voy a dejarlo ir. Voy a hacer lo que sea necesario con el fin de mantenerte feliz.
Sus grandes ojos se llenaron de lágrimas y parpadeó, mojando sus largas pestañas.
—Entonces existe un nosotras—dijo con una dulce sonrisa que hizo algo extraño con mi corazón.
—Te lo advierto, no voy a ser fácil de tratar. Te quiero a mi lado. En mi cama. No te quiero lejos de mí. No quiero hacer esa mierda de darnos espacio. Voy a invadir tu espacio cada jodida vez que pueda.
Se rió y se inclinó para sumergir su dedo en el glaseado.
—Mmm… Santana López no quiere estar lejos de mí. Quiere estar en mi espacio. Supongo que podría haber cosas peores en la vida que eso—dijo en un tono serio—Si estás en mi espacio, entonces, voy a tener más oportunidades de hacer cosas como esta—levantó su dedo y sonrió—Sácate esa polera gigante—ordenó.
Hice lo que indicó y me apoderé de las mantas a mi lado mientras Brittany cubría la parte superior de mi sexo con el glaseado.
Mi respiración salía cada vez más rápida mientras se tomaba su tiempo.
Mi paciencia se hallaba a punto de romperse cuando bajó la cabeza y su lengua salió a lamer con una caricia burlona.
—Mmm —gimió.
Quería que se divierta, pero yo me encontraba tan cerca de rogar, que no era gracioso.
Después de tres lamidas más, su boca se abrió y su lengua se deslizó dentro mí. El rugido de triunfo que salió de mí solo la animó más.
Moví su cabello hacia atrás para ver su boca tomarme profundamente.
—Tan jodidamente preciosa —dije mientras me miraba.
Supe en ese momento que si esta mujer me pedía que caminara sobre agua, iba a hallar una maldita manera.
La cabeza me daba vueltas, y si no me hubiera apoyado contra la pared, habría estado desparramada en el suelo.
Era abrumador y emocionante.
Santana chupó mi labio inferior antes de dejar besos a través de mi mandíbula, luego pasó a torturar detrás de mi oreja.
—Quise hacer esto durante tanto tiempo—susurró contra mi piel—En este lugar. Por todas partes. Mierda, Britt, no sé si puedo ir lento. Lo deseo tanto, pero en este momento solo quiero estar dentro de ti.
Quería a Santana de cualquier manera que pudiera tenerla. Saber que ella quería más conmigo que una noche y que quería esto me hizo estar dispuesta a conceder todos sus deseos.
—Tenemos toda la noche—le dije.
Luego fui recogida, y envolví las piernas alrededor de su cintura mientras me llevaba a través de una puerta a un lado de la cocina, directamente a una cama extra grande en el medio de la habitación.
—Desnuda y en mi cama. Deseo eso. Ahora—dijo, quitándose la camisa junto con el sujetador y arrojándolos lejos.
Sus pechos eran magníficos, quería mi lengua en ellos…y mis manos también.
Tomó mi camisa, y elevé las manos para dejar voluntariamente que me la quite. Sus ojos parecían estar en llamas cuando me observó en mi sujetador.
—Quítatelo. Quiero ver—dijo, sin apartar la vista de mi pecho.
Desenganché el broche y dejé que mi sujetador caiga hacia delante. Entonces lo quité por mis brazos y lo moví a un lado. No importa donde terminó. Solo me importaba el aspecto de hambre en la cara de Santana, y saber que era yo lo que miraba así.
Sonó como si hubiese murmurado algo así como “tetas mágicas”, pero no me hallaba segura de haberle oído bien. Tenía las manos en la cintura de mis pantalones cortos, tirándolos hacia abajo, por lo que todos los pensamientos de su murmullo me abandonaron.
Yo solo había estado completamente desnuda con un hombre, y él fue un chiquillo. Tampoco nunca se había tomado su tiempo conmigo así. Ni me miró como si estuviera asombrado.
Santana se arrodilló frente a mí y abrió mis piernas. Aspiré una bocanada de aire mientras besaba mi rodilla y me miró con los ojos entornados.
—Me encantan estos rizos rubios. Tan condenadamente caliente.
Oh Dios.
—Échate hacia atrás, Britt. Y mantén estas piernas abiertas para mí—dijo mientras se levantó y desabrocho sus pantalones vaqueros.
Quería verla bajar esos pantalones vaqueros, pero hice lo que me pidió, tratando de verla a la vez.
Había fantaseado sobre todo esto durante mucho tiempo.
—Voy a tener que probarte primero. Quiero estar dentro de ti, bebé, pero tengo que besar esto—dijo mientras su mano me tomaba entre las piernas.
Me encontraba expuesta, y debería haberme sentido vulnerable. Pero era Santana. Se sentía bien.
Fue emocionante.
Se dejó caer de rodillas y levantó mi pie derecho, luego lo besó antes de poner la pierna por encima del hombro. Luego hizo lo mismo con el izquierdo.
El calor de su aliento estaba tan cerca que me estremecí.
—Hueles como la maldita tienda de dulces—dijo poco antes de que su lengua se deslizara en mi contra.
La sensación fue increíble. Grité y tanteé algo. Terminé con puñados de la manta debajo de mí.
Con cada golpe de su lengua mi cuerpo se sacudió, y los temblores de placer me recorrieron.
—San—gemí cuando la intensidad llegó a ser demasiado.
Estaba tan cerca de algo que solo había tenido conmigo misma, sola en mi habitación.
—¿Estás cerca?—preguntó, levantando la cabeza.
Su lengua salió para lamerse los labios, y nada en mi vida nunca había sido tan atractivo como esta mujer.
—Sí—le respondí, sin aliento.
Inclinó la cabeza, y luego dio un beso en el punto sensible que siempre necesitaba la mayor atención, y yo gemí, incapaz de mantener silencio.
Todo esto fue más de lo que hubiera esperado.
Luego se puso de pie, y el cuerpo sólido y con perfectas curvas. Estaba tan cerca de un orgasmo que verla así casi me envió por encima del borde.
Cada línea de su cuerpo era hermosa. Quería tocarla por todas partes. Entonces mis ojos cayeron y se abrieron con pánico repentino.
No era experta en el tema del sexo ya que solo había estado con un chico de dieciséis años, y que no podía comparar a un hombre con una mujer, pero esos dedos y ese lindo y depilado sexo serían perfecto.
Tal vez demasiado.
El sexo siempre fue incómodo con Alfonso, y a veces dolía. Dijo que fue porque él era demasiado grande y yo, demasiado estrecha, pero eso…Oh no.
—Por mucho que me gustaría que mires, no me siento muy paciente en este momento—dijo antes de ponerse por encima de mí—Dios, eres perfecta—dijo, y luego besó la punta de uno de mis pechos.
Ella no iba a pensar que era perfecta cuando no encajara dentro de mí. O cuando yo estuviera gritando de dolor y pidiendo que se detenga.
Esto era lo que había deseado durante tanto tiempo, y ahora seguramente no iba a pasar.
Me tensé y cerré los ojos, rezando para que no me avergonzara a mí misma e hiciera algo como llorar.
Si tan solo pudiera soportar el dolor…Haría cualquier cosa por Santana.
Solo esperaba que pudiera hacerlo en silencio.
—¿Britt?—la voz de Santana sonaba preocupada.
Por supuesto que sí.
Yo actuaba como una idiota y ella ni siquiera había intentado meterse dentro de mí todavía.
Abrí los ojos y la miré.
Lo lamentaba tanto.
Yo quería esto. A ella.
Pero el dolor.
Había sido malo al principio con Alfonso, y sabía que una vez que un hombre se pusiera en marcha no podía parar solo porque uno estuviera llorando de dolor quizás con una mujer pasaría lo mismo.
Ella tenía que terminar.
—¿Qué pasa, cariño?—dijo mientras me apartaba el pelo de la cara con el pulgar, y luego lo pasó por mi labio inferior.
Era tan dulce.
¿Quién habría pensado que Santana López podía ser tan dulce?
—Siempre duele…antes. Siempre. Y tienes unos dedos…
Dios, odiaba esto.
Recordarle que dormí con su hermano más joven mataba el estado de ánimo.
Frunció el ceño.
—Debe haber dolido solamente un poco la primera vez.
Tenía que explicar esto. Tan humillante como era, tenía que decirle.
—Yo, eh…Siempre duele. Nunca lo disfruté.
Ya. Lo admití.
Santana cerró los ojos y dejó escapar un silbido entre dientes. Cuando los abrió, fijó su mirada con la mía.
—Esto no te hará daño. Lo juro, Britt, va a sentirse bien, bebé. Voy a asegurarme de que veas las estrellas.
Casi lo creía.
Con esa mirada fiera en sus ojos, era fácil creerle. Pero el hecho era que sus dedos eran tan largos me preocupaba.
—Pero no he tenido sexo en mucho tiempo. Yo estaba estrecha entonces.
También había tenido un niño, pero eso fue hace cinco años, por lo que cualquier estiramiento que provocó fue más que probable que todo haya desaparecido ahora.
Santana bajó la cabeza hasta que sus labios rozaron mi oreja.
—Estás estrecha ahora. Pero también, tan jodidamente húmeda y lista—dijo en un susurro, al tiempo que su dedo acarició el calor blando entre mis piernas—jadeé y Santana rió—Eso es, nena. Déjame cuidarte. Nunca voy a hacerte daño. De ninguna manera. Lo juro.
Incluso si dolía, lo soportaría.
Esta era Santana. La quería. En lo más profundo siempre había querido a Santana.
Se inclinó hacia arriba, si no estuviera tan asustada del sexo, pude haberlo apreciado más.
Luego se puso sobre mí de nuevo, y sus labios encontraron los míos. El deslizamiento suave de su lengua mientras tomaba lo que quería alivió mi temor justo antes de sentir a su punta de dos de sus dedos empujar mi entrada.
—Tranquila, bebé. Voy a ser suave. Pero debes relajarte—dijo con voz ronca y tensa mientras metía la cabeza en la curva de mi cuello.
Poco a poco se introdujo dentro de mí. Con cada centímetro que me llenó no hubo dolor, solo placer.
Tal vez ya no estaba tan apretada. Eso esperaba.
—¿Estás bien?—me preguntó, sosteniéndose a sí misma con su brazo libre por encima de mí.
Sonreí aliviada y asentí.
Nuestras miradas se encontraron mientras se introdujo más y levanté las caderas para tomarla. El estiramiento se sentía bien y la plenitud fue increíble.
Pero más que eso…esto se sentía bien.
Lo sabía ahora. Lo que había ido mal todos esos años atrás; no había sido Alfonso quien reclamó mi corazón.
Solo le quería como si fuera un amigo. Él era lo que yo conocía.
Santana, sin embargo, me hizo sentir cosas que nadie logró antes.
Había sido demasiado joven para comprenderlo en ese momento, pero ahora todo era muy claro.
Este era el chico López con el que siempre estuve destinada a estar.
La chica López.
—Britt, tienes que dejar de mover ese culo dulce, nena. Este es el maldito coño más apretado del mundo, y todo lo que quiero hacer es moverme duro y rápido. Pero estoy tomando las cosas con calma. Ayúdame a tomar las cosas con calma.
Quería moverse, pero no lo hizo. Estaba siendo suave.
No sabía que podía ir poco a poco.
Con esa comprensión, Santana tomó otro pedacito de mi corazón. Yo quería protegerme de hacerme daño, pero confiaba en Santana.
Confiaba más de lo que jamás confié en alguien. Además, no me hallaba segura de que no haya tomado mi corazón hace años sin devolución.
Ya no quedaba mucho de mí para proteger.
—Se siente bien. No duele nada. Te deseo —le aseguré.
Con ese pequeño estímulo, se hundió en mí por completo y dejó escapar un gemido de placer.
—Por Dios, mujer, sí que me aprietas, joder.
Sintiéndome valiente, envolví las piernas a su alrededor y me arqueé en su contra y la penetre con dos dedos también.
Con su cuerpo, que se hallaba destinado a ser apreciado por la perfección esculpida que era, Santana se mantenía por encima de mí mientras comenzábamos a mecernos dentro y fuera.
Puse la mano libre alrededor de su brazo y me aferré.
Cada vez que se hundía plenamente dentro de mí lo acompañaba con sus caderas y tocaba algo que enviaba tales chispas por los choques intensos a través de mi cuerpo que quería rogarle que vaya más rápido.
Deseaba esa sensación.
Deseaba hacerla sentir así también.
Hubo gemidos y ruegos que me hallaba segura venían de mí. Después de la cuarta vez que rozó ese lugar especial dentro de mí, me volví tan loca de necesidad que ya no sabía lo que decía.
No quería que se detuviera nunca.
La explosión de sensaciones que invadió mi cuerpo me sorprendió. Todo lo que podía hacer era aferrarme a Santana mientras gritaba su nombre.
Confiando en que no me dejara ir, caí en la dicha desconocida sin miedo.
Seguí moviendo mis dos y a lo lejos oí su grito, y su cuerpo se tensó sobre el mío. Me envolví con más fuerza a su alrededor a medida que caía encima de mí.
La capacidad de moverme ya me había sido quitada. Una gloria suave y perezosa me envolvió, y quería compartirla con Santana en mis brazos.
—Maldito coño mágico—susurró al mismo tiempo que su frente caía a mi clavícula. Su respiración era dificultosa mientras jadeaba y se estremecía—Mierda—dijo, y luego me dio un beso en el hombro.
Una risita se construyó dentro de mí, y ni siquiera traté de contenerla.
Era feliz. Muy feliz.
Santana levantó la cabeza y me sonrió.
—¿Por qué te ríes, Pequeña Rubia?
Apreté los labios para controlar la risa.
—Le dijiste a mí, eh…ya sabes…mágico.
Una sonrisa tocó su boca, y no quería nada más que besar esos llenos labios rojos.
—Es mágico. Lo que significa que te encuentras atascada conmigo. Nunca pensé que encontraría un coño mágico. Nunca lo quise, pero maldición, ahora sí. Tengo la intención de conservarte.
Quería ser conservada, pero realmente solo lo quería con Santana.
Sacando mis dedos de ella los lleve sus labios y los toqué, metió uno en su boca y lo chupó. El fuego dentro de mí comenzó a avivarse de nuevo mientras veía su boca sobre mi piel. Lo dejó escapar.
—Debo asegurarme de que te encuentres bien. Revisarte personalmente y ver si todo se siente bien y no te hice daño. Luego, puedo hacer un desastre contigo de nuevo.
No me hizo daño, pero me gustaba la idea de que se asegurara, y quisiera ensuciarse de nuevo.
—¿Tengo que limpiarme primero?
Quería hacer un desastre de nuevo ahora.
Se rio.
—Coño mágico y necesitado. Mierda, tuve suerte. Pero sí, primero tengo que cuidar de lo que es mío. Voy a limpiarte muy bien. Pero no te preocupes. Tengo la intención de hacerte gritar mi nombre al menos una vez, quizá dos veces, en la ducha.
Mis ojos se abrieron y me retorcí debajo de él. Nunca antes tomé una ducha con alguien.
La idea me excitó.
—Bueno. Vamos a limpiarnos.
Santana
Me apoyé en el marco de la puerta del dormitorio, con un plato de pastel de chocolate en la mano mientras miraba a Brittany dormir acurrucada en medio de la cama.
Se veía tan pequeña ahí sola.
No tuve la intención de dejarla ahí mucho tiempo, pero sabía que necesitaba más horas de sueño. La desperté tres veces anoche, incapaz de mantener las manos lejos de ella.
Mi necesidad de mantenerla a salvo y protegida acababa de encontrar un nivel totalmente nuevo de posesividad.
No era solo la mamá de Santiago, era mi mujer. Mía.
No quería que durmiera sin mí.
No quería que se despertara sin mí.
No quería que se bañara sin mí.
Existía una buena jodida posibilidad de que estuviera completamente obsesionada con Brittany.
No me obsesiono con cualquier cosa. Nunca.
Pero Brittany era diferente. Siempre fue diferente.
Encontró algo dentro de mí y lo trajo a la vida cuando éramos niñas. Después de años de luchar contra ello para olvidarla, cedí y me permití sentir.
Y sentí jodidamente mucho. Más de lo que creía posible.
La mirada que mi papá le daba a mi mamá cuando entraba en una habitación ahora tenía completo sentido para mí.
Cuando Kitty mantenía a Marley enganchada a su lado como si no pudiera respirar sin ella, y Artie le gruñía a cualquier hombre que pensaba miraba demasiado tiempo a Sugar, entendía eso.
Jodida y completamente lo entendía.
Diablos, ya me encontraba muy, muy segura de que iba a ser mucho peor que cualquiera de ellos.
Incluso Finn y su incapacidad para cantar en el escenario sin tener a Alison cerca…eso tenía sentido para mí.
—¿Vas a comer todo eso tú sola?—preguntó, y levanté la vista de sus piernas largas y sedosas para ver sus ojos a medio abrir mientras me miraba.
—Voy a alimentar a la mujer sensual en mi cama—le dije.
Me alejé de mi posición contra el marco de la puerta y me acerqué a la cama para sentarme a su lado.
Se movió para sentarse y la sábana cayó, dejando libre el más asombroso conjunto de tetas en el mundo y lo decía yo quien tenía ese par, pero no me importaba darle ese lugar a Brittany.
Mierda. Esas eran mías.
—Esas no tienen hambre. Yo sí—bromeó mientras volvía a elevar la sábana para cubrirse.
Quité la mirada de su pecho y la coloqué en su rostro. La somnolienta sonrisa en sus labios y los párpados caídos hacían difícil el pensar en darle de comer.
Quería estar en su interior y junto a ella. De nuevo.
—Abre—le dije, y tomé un bocado de pastel y lo metí en su bonita boca rosada—Pensaba mientras dormías que sería divertido frotar este glaseado en varias partes de tu cuerpo y lamerlo. Opino que podríamos intentarlo más adelante.
Agachó la cabeza, pero vi la sonrisa en su rostro. Se acercó más a mí hasta que su frente presionó mi brazo. Cuando volvió a mirarme, tenía un brillo malicioso en los ojos.
—Solo si puedo ponerte un poco a ti y lamerlo.
—Cada vez que desees lamerme, nena, dilo y es tuyo. No me importa dónde estamos. Si hay una posibilidad de que pueda tener esa boca sobre mí, entonces lo quiero. Siempre lo querré.
Bajó la mirada a mi regazo, y mi sexo ya estaba húmedo pasó a totalmente húmedo.
Estiré la mano, tomé su rostro y lo incliné de modo que sus ojos miraran a los míos.
—Esto entre tú y yo. Es real. De nadie más. Me tienes. Solo nosotras. No voy a dejarte ir, Britt. He esperado demasiado maldito tiempo, y ahora que por fin te tengo, es seguro que no voy a dejarte.
No respondió al principio, pero pude ver las preguntas en sus ojos.
Vino aquí para traerme un pastel y decirme lo que sentía por mí. Entonces pasé de eso a una relación exclusiva durante la noche. Literalmente.
—Dijiste que no tenías relaciones —dijo, casi en un susurro.
—No las tengo. Nunca lo hice. Nunca he querido. Pero nunca te tuve. Siempre pensé que nunca encontraría esto. No lo buscaba. Pero ahora que lo tengo, no voy a dejarlo ir. Voy a hacer lo que sea necesario con el fin de mantenerte feliz.
Sus grandes ojos se llenaron de lágrimas y parpadeó, mojando sus largas pestañas.
—Entonces existe un nosotras—dijo con una dulce sonrisa que hizo algo extraño con mi corazón.
—Te lo advierto, no voy a ser fácil de tratar. Te quiero a mi lado. En mi cama. No te quiero lejos de mí. No quiero hacer esa mierda de darnos espacio. Voy a invadir tu espacio cada jodida vez que pueda.
Se rió y se inclinó para sumergir su dedo en el glaseado.
—Mmm… Santana López no quiere estar lejos de mí. Quiere estar en mi espacio. Supongo que podría haber cosas peores en la vida que eso—dijo en un tono serio—Si estás en mi espacio, entonces, voy a tener más oportunidades de hacer cosas como esta—levantó su dedo y sonrió—Sácate esa polera gigante—ordenó.
Hice lo que indicó y me apoderé de las mantas a mi lado mientras Brittany cubría la parte superior de mi sexo con el glaseado.
Mi respiración salía cada vez más rápida mientras se tomaba su tiempo.
Mi paciencia se hallaba a punto de romperse cuando bajó la cabeza y su lengua salió a lamer con una caricia burlona.
—Mmm —gimió.
Quería que se divierta, pero yo me encontraba tan cerca de rogar, que no era gracioso.
Después de tres lamidas más, su boca se abrió y su lengua se deslizó dentro mí. El rugido de triunfo que salió de mí solo la animó más.
Moví su cabello hacia atrás para ver su boca tomarme profundamente.
—Tan jodidamente preciosa —dije mientras me miraba.
Supe en ese momento que si esta mujer me pedía que caminara sobre agua, iba a hallar una maldita manera.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Aleluya, al fin, estan juntas exclusivamente!!!!! que mas se pde pedir????? ahora que todos lo sepan!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Como que recuperaron tiempo perdido, santana ahora no la va a soltar.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Encontro su coño magico¡ jajaja
Y pues de cero a mil; ahora son exclusivas y me encanta; solo esperemos que la familia lo tome bien sobretodo el pequeño¡
Y pues de cero a mil; ahora son exclusivas y me encanta; solo esperemos que la familia lo tome bien sobretodo el pequeño¡
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Hola morra.....
Me encanta cuando están juntas... Mucho tiempo para recordar!!!
Bueno san ya dejo claro que va a ser un chicle jajaja a ver coló lo toman los papas de san y santy... Por que los amigo ya más que claro que le hacen la segunda!!
Nos vemos!!!
Me encanta cuando están juntas... Mucho tiempo para recordar!!!
Bueno san ya dejo claro que va a ser un chicle jajaja a ver coló lo toman los papas de san y santy... Por que los amigo ya más que claro que le hacen la segunda!!
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Que mas puede pedir Santana. Coño y tetas mágicas jajajaj
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:Aleluya, al fin, estan juntas exclusivamente!!!!! que mas se pde pedir????? ahora que todos lo sepan!!!!!
Hola, sii!!!! xfin!!!! casamiento¿? un hermanit0¿? jajajajajaajajaj. Eso tmbn! ajjaaj. Saludos =D
Isabella28 escribió:Como que recuperaron tiempo perdido, santana ahora no la va a soltar.
Hola, jajajaaj o no¿? jajaja xD Lo cual es muy bueno! jajaja. Saludos =D
JVM escribió:Encontro su coño magico¡ jajaja
Y pues de cero a mil; ahora son exclusivas y me encanta; solo esperemos que la familia lo tome bien sobretodo el pequeño¡
Hola, jajaajajaj xD jaajajaj ai noma quedo! atrapada igual q sus amigos jajajaaj. Y como no¿? Y no eres la unica jajajaja. Tiene que! ajajaj. Saludos =D
3:) escribió:Hola morra.....
Me encanta cuando están juntas... Mucho tiempo para recordar!!!
Bueno san ya dejo claro que va a ser un chicle jajaja a ver coló lo toman los papas de san y santy... Por que los amigo ya más que claro que le hacen la segunda!!
Nos vemos!!!
Hola lu, y a mi tmbn!!! jaajajajaj Si q si jajajaja. AJajajaja y como no¿? xD Esperemos q mas q bn xD JAjaajaja si xD ajajaj y como no si son perfectas¿? Saludos =D
Tati.94 escribió:Que mas puede pedir Santana. Coño y tetas mágicas jajajaj
Hola, jajajaajjaj xD jaajaja pero q razón llevas jajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Cap 19
Capitulo 19
Brittany
Santana acordó quedarse en casa de sus padres mientras yo hablaba con Santiago esta mañana.
Quiso estar ahí conmigo, pero durante cinco años fuimos solo Santiago y yo.
Nadie más tuvo mi atención.
Solo Santiago.
No dudaba de que le encantaría tener a Santana en nuestras vidas más de lo actual, pero también quería asegurarme de que se sintiera seguro en donde se encontraba.
Santiago habló de su noche todo el paseo desde la casa López a la nuestra.
Al parecer, Pedro vio no una, sino dos de las películas de La Guerra de las Galaxias con Santiago. Y comieron palomitas de maíz y galletas.
Mamá M dijo que podría poner una piscina en el patio trasero cuando Santiago le dijo que le gustaba nadar. Pedro y ella iban a buscar una manera.
Esos dos iban a malcriar a mi hijo, y me encantaba.
El niño de cinco años no se dio cuenta de la sonrisa tonta en mi rosto. Pero sabía que se hallaba ahí.
No podía dejar de pensar en la noche anterior y en esta mañana. Santana era todo lo que soñé y más.
Me hallaba dispuesta a darle todo.
—La tía Santana dijo que me vería en un rato. ¿Va a venir a jugar conmigo hoy?—preguntó con esperanza.
Eso era algo bueno. Santiago quería cerca de su tía.
Santana no sería alguien que a Santiago le causara preocupación por alejarme.
Encajaba perfectamente en nuestras vidas.
—Sí. Si dice que va a venir, entonces va a estar aquí. Puedes confiar en que la tía Santana va a hacer lo que dice que hará. Te ama.
Santiago sonrió. Le gustaba sentirse amado.
Siempre tuvo mi amor, pero este amor extra era algo que absorbía como una esponja.
—En realidad, quería hablar contigo acerca de la tía Santana antes de que se pase por aquí—le dije mientras entrábamos a la casa.
—¿Acerca de qué?
Lo llevé al sofá y lo tiré a mi regazo.
—Eres mi prioridad. Lo sabes, ¿verdad?
Asintió.
—Y amas a tu tía Santana tanto como ella te ama.
Asintió de nuevo.
—Bueno, yo también amo a la tía Santana.
¿Era así?
La amaba.
Sí. Oh vaya. Sí.
Santiago sonrió.
—Porque es de la familia.
Oh, oh.
Me olvidé de esa conversación. Tenía que explicar esto.
—Bueno, en realidad, la tía Santana es familia de tu papá. No es exactamente de la mía. Pero es de tu familia, así que también la considero de la mía.
Arrugó la nariz.
—¿Así que no tenemos la misma familia?
Esto es lo que me pasaba por mentirle al niño. No iba a volver a hacer esto.
Lección aprendida.
—No, la tenemos…Es que tú eres pariente de la tía Santana. Yo no. Es hermana de tu papá, pero no es pariente mío. No me casé con tu papá. Nunca tuvimos la oportunidad de hacer eso. ¿Recuerdas? Te lo expliqué.
Asintió, pero su nariz seguía arrugada.
—De acuerdo, ¿así que la tía Santana puede llevarte a una cita?
Con un suspiro de alivio, asentí.
—Sí. Puede. Y quiere, pero queremos saber si te parece bien.
Sonrió y soltó un gritito.
—Lo tomo como un sí.
Asintió vigorosamente.
—¿Puede quedarse a dormir en mi habitación?
Oh, Dios.
—Bueno, estará aquí más a menudo. Quiere pasar más tiempo con nosotros. Pero si se queda a dormir, tu cama no es lo suficientemente grande.
La expresión de Santiago se puso muy seria.
—Tenemos que conseguir una cama grande para que pueda quedarse a dormir.
De acuerdo, esto se descarrilaba.
En este momento, era necesario centrarnos en el tema de Santana pasando más tiempo con nosotros.
No en las pijamadas.
Santiago bajó de un salto, se acercó a la puerta y se asomó fuera.
—¿Cuándo va a venir?
—Tan pronto como le envíe un mensaje de texto y le diga que te encuentras listo.
Corrió hacia su habitación.
—Envíaselo. Voy a buscar mi pelota de fútbol.
Eso fue demasiado fácil.
Saqué mi teléfono del bolsillo y rápidamente le envié un texto a Santana para decirle que Santiago y su pelota de fútbol lo esperaban.
Ni siquiera bajé mi teléfono cuando la puerta principal de los López se abrió y Santana salió. Debe de haber estado esperando ansiosamente ese mensaje de texto.
Era tan intimidante y ruda, pero la niña en su interior que nunca dejaba ver a los demás era mío.
—Parece que está en camino—exclamé a Santiago.
Llegó corriendo alrededor de la esquina con su pelota bajo el brazo.
—Vamos a jugar a la pelota—me dijo antes de dejar que la puerta mosquitera se cerrara de golpe detrás de él.
Me acerqué a la puerta y vi como Santiago corrió directamente hacia Santana y levantó la pelota de fútbol. La sonrisa en el rostro de Santana mientras miraba a mi hijo hizo que estuviera bien todo lo que iba mal.
Sus ojos se alzaron y me encontraron, y luego me hizo un guiño antes de mirar a Santiago.
Me quedé ahí y los vi tirar la pelota de un lado a otro. Santana le mostró cómo mejorar su lanzamiento, y vi como Santiago trabajó duro para hacerlo bien.
Finalmente me permití aceptar algo con lo que estuve luchando desde que tenía catorce años.
Siempre amé a Santana.
Siempre fue ella.
Alfonso fue mi mejor amigo y yo la suya. Pero mi corazón… Santana lo robó delante de un casillero en mi primer día de escuela secundaria.
No me dejaron salir de mi habitación desde la visita al médico.
Estuve vomitando tanto, dos mañanas seguidas que mi mamá me llevó al médico. Pensó que tenía un virus estomacal.
Pero fuimos sorprendidas cuando el médico nos informó que me encontraba embarazada.
No enferma.
Embarazada.
Mi mamá no me habló en todo el camino a casa, y después me envió a mi habitación y me ordenó que permaneciera ahí. Mi papá nunca vino a verme.
Mamá apareció con la comida en mi puerta tres veces al día. Incluso tuve que abrir la puerta y pedir permiso para ir al baño.
Sabía que se encontraban molestos.
Me sentía aterrada.
Alfonso se había ido, y yo no tenía a nadie a quien decirle. Nadie con quien compartirlo, y ahora mis padres me dejaban de lado.
Eso me asustó más que nada.
Lo único de lo que podía estar segura era de que este bebé se hallaba a salvo.
Mi papá era demasiado religioso como para hacerme abortar. Por una vez agradecía sus estrictas creencias.
Pero tenía preguntas, y no tenía a nadie para hacérselas.
Mi mamá se negaba a hablar conmigo cuando me traía mis comidas. No tenía un teléfono en mi habitación, y nadie se pasó a verme.
Eso no era demasiado sorprendente.
Los amigos de Alfonso me aceptaron, pero en realidad nunca fueron mis amigos.
Así que me quedé aquí, en mi asiento de la ventana y vi el mundo exterior.
Vi a la gente que visitaba a los López. Seguían llevándoles alimentos. Era lo que hacíamos aquí en el Sur. Si alguien moría, se le llevaba comida a su familia.
Nunca entendí eso.
No fui capaz de comer durante varios días después de la muerte de Alfonso.
Solo lloré y dormí. Eso era todo lo que pude hacer.
En su funeral, la poca fuerza que tenía para no perder la calma se fue al segundo en que vi los hombros caídos de Santana López sacudiéndose con dureza por el llanto.
Ni siquiera imaginaba que pudiera llorar.
Era tan ruda e imponente, pero en ese momento, al verla rota, perdí la calma de nuevo.
Odiaba verla con tanto dolor.
Amaba a su hermano, y Alfonso la adoraba.
En la noche, cada vez que cerraba los ojos, me perseguía la imagen de Santana sollozando sobre la tumba de su hermano. Quise abrazarla a pesar de que sabía que no lo aceptaría.
Nadie podía consolarla.
Nadie podría traer a Alfonso de vuelta.
Todos lo perdimos.
Incluyendo la pequeña vida dentro de mí.
Me toqué el estómago delicadamente, cerré los ojos, y soñé con el niño dentro de mí.
¿Cómo luciría?
Me preguntaba si tendría la sonrisa o el encanto de su papá. Si crecería como un López o un Pierce.
Si los López aceptarían a este bebé. Sabía que mis padres se encontraban molestos, pero seguramente Maribel amaría a este bebé.
Abrí los ojos justo cuando Santana cruzaba la calle en dirección a mi casa.
Rápidamente retrocedí detrás de las cortinas y vi cuando subió a mi pórtico. Sonó el timbre, y corrí hacia la puerta de mi habitación para abrirla y poder escucharlo.
¿Por qué se hallaba aquí?
No lo vi salir mucho de la casa de sus padres en las últimas semanas.
—Hola, Santana—dijo mi mamá con un tono más suave del que esperaba.
Al menos respetaba el hecho de que perdió a su hermano. No tenía que enojarse con Santana porque yo me encontraba embarazada.
Me alegraba que papá estuviera en el trabajo
—¿Se encuentra Britt aquí? —preguntó.
Se hallaba aquí para verme.
Alguien con quien hablar. Otra persona que estaba lastimada y pérdida sin Alfonso.
Alguien en quien confiaba por encima de cualquier otra persona.
—No. No, ya no se encuentra aquí. Ha sido enviada a una…instalación en el norte. Tenía problemas lidiando con todo esto, y no se hallaba bien emocionalmente.
¿Qué?
—Oh. Eh, no noté que se marchó. Yo… ¿Cuándo vuelve?
—No sé. No en el corto plazo —respondió mi mamá.
¿Qué?
¿Era en serio?
Me encontraba justo aquí en mi habitación, como desde hace una semana.
¿En verdad planeaba mantenerme encerrada así?
¿Esto no era ilegal?
Tenía que ver al doctor en algún momento.
—¿Hay algún número al que pueda llamarla?
—No. No se puede comunicar con nadie. Eso la molesta. Hablar contigo la alteraría. Necesita tiempo y medicación.
¡Santa mierda!
Mi mamá me hacía lucir como una loca.
—Bueno, cuando esté lista para hablar con alguien, ¿le podría decir que me llame? Puedo dejarle mi número. Me gustaría saber cómo se encuentra. Ver si le va bien. No quiero que piense que no nos importa. Sabemos que lo perdió también.
Tenía una extraña aprensión en el pecho que solo Santana López lograba inspirar.
¿Cómo podría alguien como ella, con sus costumbres de chica fiestera, ser tan increíblemente dulce?
Así fue en mi primer año. Siempre parecía estar ahí cuando la necesitaba.
—Claro. Le daré tu número—dijo mi mamá con voz cortante.
Nunca vería su número. Lo quemaría primero.
—Gracias. Dígale que vine por aquí y que pienso en ella.
—De acuerdo. Gracias, Santana. Diles a tus padres que oramos por ellos. Por todos ustedes.
—Gracias, señora —dijo.
Cerré la puerta con cuidado, luego corrí de nuevo hacia la ventana y observé cómo se alejaba.
Encontraría una manera de verla y hablarle.
Hizo el primer movimiento, y ahora era mi turno.
Santana amaría a este bebé. Era parte de Alfonso.
Si mis padres querían encerrarme, podría ayudarme a escapar.
Era mayor.
Sabría qué hacer.
Solo tenía que encontrar la manera de acercármele.
A la mañana siguiente, antes de que el sol saliera, mi mamá me despertó y me sacó a toda prisa a la camioneta de mi papá, luego me entregó una maleta antes de subirse al asiento de pasajero.
Mi papá ya se hallaba en el asiento del conductor. Lo miré, pero no dijo nada.
Ni siquiera se volvió a mirarme.
—¿A dónde vamos?—pregunté, casi con miedo de que fuera a hacer justo lo que le dijo a Santana.
No me encontraba loca.
Seguramente no podrían hacer que los médicos que me encerraran si me hallaba perfectamente sana.
—A donde tu tía Holly. Aceptó acogerte hasta que tengas al bebé.
Esa fue la última cosa que dijo mi mamá.
Viajamos en silencio las once horas que tomó llegar a Fort Worth, Texas. Mi papá ni una vez reconoció mi existencia.
Cuando llegamos, me bajaron y me entregaron la maleta.
Hablaron en susurros con mi tía Holly, a quien no conocía, y luego se alejaron sin un adiós.
Quiso estar ahí conmigo, pero durante cinco años fuimos solo Santiago y yo.
Nadie más tuvo mi atención.
Solo Santiago.
No dudaba de que le encantaría tener a Santana en nuestras vidas más de lo actual, pero también quería asegurarme de que se sintiera seguro en donde se encontraba.
Santiago habló de su noche todo el paseo desde la casa López a la nuestra.
Al parecer, Pedro vio no una, sino dos de las películas de La Guerra de las Galaxias con Santiago. Y comieron palomitas de maíz y galletas.
Mamá M dijo que podría poner una piscina en el patio trasero cuando Santiago le dijo que le gustaba nadar. Pedro y ella iban a buscar una manera.
Esos dos iban a malcriar a mi hijo, y me encantaba.
El niño de cinco años no se dio cuenta de la sonrisa tonta en mi rosto. Pero sabía que se hallaba ahí.
No podía dejar de pensar en la noche anterior y en esta mañana. Santana era todo lo que soñé y más.
Me hallaba dispuesta a darle todo.
—La tía Santana dijo que me vería en un rato. ¿Va a venir a jugar conmigo hoy?—preguntó con esperanza.
Eso era algo bueno. Santiago quería cerca de su tía.
Santana no sería alguien que a Santiago le causara preocupación por alejarme.
Encajaba perfectamente en nuestras vidas.
—Sí. Si dice que va a venir, entonces va a estar aquí. Puedes confiar en que la tía Santana va a hacer lo que dice que hará. Te ama.
Santiago sonrió. Le gustaba sentirse amado.
Siempre tuvo mi amor, pero este amor extra era algo que absorbía como una esponja.
—En realidad, quería hablar contigo acerca de la tía Santana antes de que se pase por aquí—le dije mientras entrábamos a la casa.
—¿Acerca de qué?
Lo llevé al sofá y lo tiré a mi regazo.
—Eres mi prioridad. Lo sabes, ¿verdad?
Asintió.
—Y amas a tu tía Santana tanto como ella te ama.
Asintió de nuevo.
—Bueno, yo también amo a la tía Santana.
¿Era así?
La amaba.
Sí. Oh vaya. Sí.
Santiago sonrió.
—Porque es de la familia.
Oh, oh.
Me olvidé de esa conversación. Tenía que explicar esto.
—Bueno, en realidad, la tía Santana es familia de tu papá. No es exactamente de la mía. Pero es de tu familia, así que también la considero de la mía.
Arrugó la nariz.
—¿Así que no tenemos la misma familia?
Esto es lo que me pasaba por mentirle al niño. No iba a volver a hacer esto.
Lección aprendida.
—No, la tenemos…Es que tú eres pariente de la tía Santana. Yo no. Es hermana de tu papá, pero no es pariente mío. No me casé con tu papá. Nunca tuvimos la oportunidad de hacer eso. ¿Recuerdas? Te lo expliqué.
Asintió, pero su nariz seguía arrugada.
—De acuerdo, ¿así que la tía Santana puede llevarte a una cita?
Con un suspiro de alivio, asentí.
—Sí. Puede. Y quiere, pero queremos saber si te parece bien.
Sonrió y soltó un gritito.
—Lo tomo como un sí.
Asintió vigorosamente.
—¿Puede quedarse a dormir en mi habitación?
Oh, Dios.
—Bueno, estará aquí más a menudo. Quiere pasar más tiempo con nosotros. Pero si se queda a dormir, tu cama no es lo suficientemente grande.
La expresión de Santiago se puso muy seria.
—Tenemos que conseguir una cama grande para que pueda quedarse a dormir.
De acuerdo, esto se descarrilaba.
En este momento, era necesario centrarnos en el tema de Santana pasando más tiempo con nosotros.
No en las pijamadas.
Santiago bajó de un salto, se acercó a la puerta y se asomó fuera.
—¿Cuándo va a venir?
—Tan pronto como le envíe un mensaje de texto y le diga que te encuentras listo.
Corrió hacia su habitación.
—Envíaselo. Voy a buscar mi pelota de fútbol.
Eso fue demasiado fácil.
Saqué mi teléfono del bolsillo y rápidamente le envié un texto a Santana para decirle que Santiago y su pelota de fútbol lo esperaban.
Ni siquiera bajé mi teléfono cuando la puerta principal de los López se abrió y Santana salió. Debe de haber estado esperando ansiosamente ese mensaje de texto.
Era tan intimidante y ruda, pero la niña en su interior que nunca dejaba ver a los demás era mío.
—Parece que está en camino—exclamé a Santiago.
Llegó corriendo alrededor de la esquina con su pelota bajo el brazo.
—Vamos a jugar a la pelota—me dijo antes de dejar que la puerta mosquitera se cerrara de golpe detrás de él.
Me acerqué a la puerta y vi como Santiago corrió directamente hacia Santana y levantó la pelota de fútbol. La sonrisa en el rostro de Santana mientras miraba a mi hijo hizo que estuviera bien todo lo que iba mal.
Sus ojos se alzaron y me encontraron, y luego me hizo un guiño antes de mirar a Santiago.
Me quedé ahí y los vi tirar la pelota de un lado a otro. Santana le mostró cómo mejorar su lanzamiento, y vi como Santiago trabajó duro para hacerlo bien.
Finalmente me permití aceptar algo con lo que estuve luchando desde que tenía catorce años.
Siempre amé a Santana.
Siempre fue ella.
Alfonso fue mi mejor amigo y yo la suya. Pero mi corazón… Santana lo robó delante de un casillero en mi primer día de escuela secundaria.
Hace Seis Años…
No me dejaron salir de mi habitación desde la visita al médico.
Estuve vomitando tanto, dos mañanas seguidas que mi mamá me llevó al médico. Pensó que tenía un virus estomacal.
Pero fuimos sorprendidas cuando el médico nos informó que me encontraba embarazada.
No enferma.
Embarazada.
Mi mamá no me habló en todo el camino a casa, y después me envió a mi habitación y me ordenó que permaneciera ahí. Mi papá nunca vino a verme.
Mamá apareció con la comida en mi puerta tres veces al día. Incluso tuve que abrir la puerta y pedir permiso para ir al baño.
Sabía que se encontraban molestos.
Me sentía aterrada.
Alfonso se había ido, y yo no tenía a nadie a quien decirle. Nadie con quien compartirlo, y ahora mis padres me dejaban de lado.
Eso me asustó más que nada.
Lo único de lo que podía estar segura era de que este bebé se hallaba a salvo.
Mi papá era demasiado religioso como para hacerme abortar. Por una vez agradecía sus estrictas creencias.
Pero tenía preguntas, y no tenía a nadie para hacérselas.
Mi mamá se negaba a hablar conmigo cuando me traía mis comidas. No tenía un teléfono en mi habitación, y nadie se pasó a verme.
Eso no era demasiado sorprendente.
Los amigos de Alfonso me aceptaron, pero en realidad nunca fueron mis amigos.
Así que me quedé aquí, en mi asiento de la ventana y vi el mundo exterior.
Vi a la gente que visitaba a los López. Seguían llevándoles alimentos. Era lo que hacíamos aquí en el Sur. Si alguien moría, se le llevaba comida a su familia.
Nunca entendí eso.
No fui capaz de comer durante varios días después de la muerte de Alfonso.
Solo lloré y dormí. Eso era todo lo que pude hacer.
En su funeral, la poca fuerza que tenía para no perder la calma se fue al segundo en que vi los hombros caídos de Santana López sacudiéndose con dureza por el llanto.
Ni siquiera imaginaba que pudiera llorar.
Era tan ruda e imponente, pero en ese momento, al verla rota, perdí la calma de nuevo.
Odiaba verla con tanto dolor.
Amaba a su hermano, y Alfonso la adoraba.
En la noche, cada vez que cerraba los ojos, me perseguía la imagen de Santana sollozando sobre la tumba de su hermano. Quise abrazarla a pesar de que sabía que no lo aceptaría.
Nadie podía consolarla.
Nadie podría traer a Alfonso de vuelta.
Todos lo perdimos.
Incluyendo la pequeña vida dentro de mí.
Me toqué el estómago delicadamente, cerré los ojos, y soñé con el niño dentro de mí.
¿Cómo luciría?
Me preguntaba si tendría la sonrisa o el encanto de su papá. Si crecería como un López o un Pierce.
Si los López aceptarían a este bebé. Sabía que mis padres se encontraban molestos, pero seguramente Maribel amaría a este bebé.
Abrí los ojos justo cuando Santana cruzaba la calle en dirección a mi casa.
Rápidamente retrocedí detrás de las cortinas y vi cuando subió a mi pórtico. Sonó el timbre, y corrí hacia la puerta de mi habitación para abrirla y poder escucharlo.
¿Por qué se hallaba aquí?
No lo vi salir mucho de la casa de sus padres en las últimas semanas.
—Hola, Santana—dijo mi mamá con un tono más suave del que esperaba.
Al menos respetaba el hecho de que perdió a su hermano. No tenía que enojarse con Santana porque yo me encontraba embarazada.
Me alegraba que papá estuviera en el trabajo
—¿Se encuentra Britt aquí? —preguntó.
Se hallaba aquí para verme.
Alguien con quien hablar. Otra persona que estaba lastimada y pérdida sin Alfonso.
Alguien en quien confiaba por encima de cualquier otra persona.
—No. No, ya no se encuentra aquí. Ha sido enviada a una…instalación en el norte. Tenía problemas lidiando con todo esto, y no se hallaba bien emocionalmente.
¿Qué?
—Oh. Eh, no noté que se marchó. Yo… ¿Cuándo vuelve?
—No sé. No en el corto plazo —respondió mi mamá.
¿Qué?
¿Era en serio?
Me encontraba justo aquí en mi habitación, como desde hace una semana.
¿En verdad planeaba mantenerme encerrada así?
¿Esto no era ilegal?
Tenía que ver al doctor en algún momento.
—¿Hay algún número al que pueda llamarla?
—No. No se puede comunicar con nadie. Eso la molesta. Hablar contigo la alteraría. Necesita tiempo y medicación.
¡Santa mierda!
Mi mamá me hacía lucir como una loca.
—Bueno, cuando esté lista para hablar con alguien, ¿le podría decir que me llame? Puedo dejarle mi número. Me gustaría saber cómo se encuentra. Ver si le va bien. No quiero que piense que no nos importa. Sabemos que lo perdió también.
Tenía una extraña aprensión en el pecho que solo Santana López lograba inspirar.
¿Cómo podría alguien como ella, con sus costumbres de chica fiestera, ser tan increíblemente dulce?
Así fue en mi primer año. Siempre parecía estar ahí cuando la necesitaba.
—Claro. Le daré tu número—dijo mi mamá con voz cortante.
Nunca vería su número. Lo quemaría primero.
—Gracias. Dígale que vine por aquí y que pienso en ella.
—De acuerdo. Gracias, Santana. Diles a tus padres que oramos por ellos. Por todos ustedes.
—Gracias, señora —dijo.
Cerré la puerta con cuidado, luego corrí de nuevo hacia la ventana y observé cómo se alejaba.
Encontraría una manera de verla y hablarle.
Hizo el primer movimiento, y ahora era mi turno.
Santana amaría a este bebé. Era parte de Alfonso.
Si mis padres querían encerrarme, podría ayudarme a escapar.
Era mayor.
Sabría qué hacer.
Solo tenía que encontrar la manera de acercármele.
A la mañana siguiente, antes de que el sol saliera, mi mamá me despertó y me sacó a toda prisa a la camioneta de mi papá, luego me entregó una maleta antes de subirse al asiento de pasajero.
Mi papá ya se hallaba en el asiento del conductor. Lo miré, pero no dijo nada.
Ni siquiera se volvió a mirarme.
—¿A dónde vamos?—pregunté, casi con miedo de que fuera a hacer justo lo que le dijo a Santana.
No me encontraba loca.
Seguramente no podrían hacer que los médicos que me encerraran si me hallaba perfectamente sana.
—A donde tu tía Holly. Aceptó acogerte hasta que tengas al bebé.
Esa fue la última cosa que dijo mi mamá.
Viajamos en silencio las once horas que tomó llegar a Fort Worth, Texas. Mi papá ni una vez reconoció mi existencia.
Cuando llegamos, me bajaron y me entregaron la maleta.
Hablaron en susurros con mi tía Holly, a quien no conocía, y luego se alejaron sin un adiós.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Lo bueno que no le costo nada convencer a santiago :-D que malos padres los de britt.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Que par de viejos miserables los padres de Britt!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Hola morra...
Familia ensamblada definitivamente... Mas perspicaz de lo que britt imaguina es santy!!!
No era muy difícil darse cuenta que britt nunca amo a alfonso!!!
Y haboa un sólo lugar donde caia todo.. Y cae cada reclamo!!
Nos vemos!!
Familia ensamblada definitivamente... Mas perspicaz de lo que britt imaguina es santy!!!
No era muy difícil darse cuenta que britt nunca amo a alfonso!!!
Y haboa un sólo lugar donde caia todo.. Y cae cada reclamo!!
Nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Agárrate (Adaptada) Epílogo
Isabella28 escribió:Lo bueno que no le costo nada convencer a santiago :-D que malos padres los de britt.
Hola, XD jaajajajajaja esta de su lado jajaja. Si =/ pobre =/ SAludos =D
micky morales escribió:Que par de viejos miserables los padres de Britt!!!!!
Hola, si q si ¬¬ :@ son de lo peor ¬¬ Saludos =D
3:) escribió:Hola morra...
Familia ensamblada definitivamente... Mas perspicaz de lo que britt imaguina es santy!!!
No era muy difícil darse cuenta que britt nunca amo a alfonso!!!
Y haboa un sólo lugar donde caia todo.. Y cae cada reclamo!!
Nos vemos!!
Hola lu, si que si! lo cual es muy bueno jajaajaja. XD ajajajajaj. No, solo q no lo supo ver de vrdd..., pero mejor tarde q nunca¿? XD ajajajaj si xD ¬¬ XD Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
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