Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba1011%Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba1019%Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba10 19% [ 7 ]
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba1011%Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba1024%Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba10 24% [ 9 ]
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba1027%Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba10 27% [ 10 ]
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba108%Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

+21
Claru!
Heather_Rivera
Danicampos1694
Elisika-sama
Spanish_Glee
marcoheath
gatituu *_*
Dreamer=)
MafeGleek
tatymm
anastasiaDany
Avrilita_LopezPierce
LuckyQ
mary04
Jechud'Rivera
MarLovesGlee<3
Claire042
hibgon
Klaus92
Hilary24
cvlbrittana
25 participantes

Página 4 de 7. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7  Siguiente

Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por mary04 Vie Ene 18, 2013 4:12 pm

Influence (Influencia)|Brittana| Capitulo 15: Alivio

Volver de nuevo en sintonía con alguien de quien estuviste separado por tanto tiempo deja a cada parte un cierto conjunto de expectativas. Ambos quieren regresar a cuando su Amistad era feliz y, pero saben que el tiempo o la distancia han hecho eso imposible. Puede que ustedes no hayan cambiado, pero el tono de la relación, si. Hace que volver a como las cosas eran antes sea… poco práctico. Significaría repetir los mismos errores una segunda vez, y por lo tanto, repetir por lo que sea que se habían separado en primer lugar.

Así que, entonces, sus expectativas son estas: ambas esperan que la otra haya modificado sus opiniones, acciones, o comportamiento en la manera que la relación pueda continuar sin obstáculos. Si alguna de las personas cumple con estas expectativas dependerá de su voluntad de adaptarse con un nuevo ambiente. Porque, en realidad, esta relación es claramente diferente de la relación que tenía antes. Tal vez se sienta familiar, incluso cómodo, pero el lapso entre la pelea y la reconciliación causa una grieta irreparable.

No puedes retroceder. Solo seguir hacia delante.

Hasta esa noche, si Santana había modificado su comportamiento aún no se notaba, pero me pareció que me estaba adaptando muy bien al acuerdo al que habíamos llegado.
Pensé que podría sobrevivir, teniéndola alrededor sin ser capaz de decir lo que quería decir, siempre y cuando me diera cuenta que estar sin ella significaba estar medio viva.
Había sentido eso, en nuestro mes separadas, y me sentí desesperadamente tratando de llenar el vacío que ella había dejado cada vez que besaba a alguien nuevo. Antes de esa noche, en las semanas previas a nuestra reconexión física, me había sentido mejor simplemente estando cerca de ella.

Ella seguía distante en la escuela, pero más amable y un poco más servicial hacia mis necesidades de estar cerca de ella. Ella dejaba enganchar mi brazo en el de ella en los pasillos. Ella jugaba con mi cabello durante glee. Me brindaba una sensación de calma, saber que estas muestras de afecto no iban a molestarla en el grado que lo habían hecho en el pasado.

Cuando despertamos la mañana siguiente, su cabeza descansaba sobre la almohada a mi lado, con sus brazos cubriendo mi estomago y su cuerpo acurrucado a mi lado. Mi brazo izquierdo estaba dormido, me di cuenta, después de haber pasado la noche atrapada entre la cama y su caja torácica.
Ella estaba de frente a mí con su boca ligeramente abierta y su cabello cayendo sobre el puente de su nariz. Los músculos de su cara se retorcían hasta que tome el mechón y lo coloque detrás de su oreja, y entonces se despertó. Sus ojos se abrieron lentamente, parpadeando contra la luz matutina, y me sonrió mientras rodaba para estirarse.
Sus piernas se extendieron hasta las puntas de los dedos de sus pies por debajo de mi edredón, y libere mi brazo sacudiéndolo para regresarlo a la vida. El cosquilleo que lo acompaño trajo recuerdos vividos de la última vez que habíamos estado juntas en mi cama, y me estremecí.

"¿Frio?" pregunto en un suave, murmullo lleno de sueño, e inmediatamente deslizo su cuerpo sobre el mío, presionándome en la cama. Llevo sus labio hacia abajo para besarme, y me di cuenta, de alguna forma triste, que esta era la primera mañana, después de, afectiva que me había dado.

"Si," susurre en su boca. "Pero ya no más. Lo opuesto, de hecho." El movimiento de su pelvis contra la mía puso a andar mi cerebro, y sepe que despertar junto a ella significaba despertar sobria. El cosquilleo de mi brazo dormido no había desaparecido, sino que se había esparcido por mi hombro y cruzando mi pecho, haciéndome difícil respirar. Ella interpreto mis fuertes jadeos como señal de que quería una segunda ronda, y ella uso su rodilla para separar mis muslos y se recostó entre ellas.
Sus labios bajaron por mi cuello y mordí mi lengua para evitar aullar la agonía de todo esto. Mi cabeza daba vueltas, y no en la buena manera de estoy-a-punto-de-tener-sexo-por-la-mañana. Me sentí enferma, lo que era un nuevo acontecimiento, considerando que ella nunca se había quedado tanto tiempo después de uno de nuestros encuentros. No la había experimentado tan íntimamente, tan cerca. Quería estar feliz de que ella estuviera tan dispuesta de quedarse a pasar la noche, y quería mucho más responder sus acciones.
Pero el retorcijo de mi estómago lo hizo poco menos que imposible.

"San, espera," empecé mientras ella bajaba por mi garganta y sobre mi hombro derecho. "Mi mama está abajo en la sala."

"Entonces solo tendremos que estar calladas, ¿no?" respondió ella, acariciando la suave piel de mi pecho. Di un suspiro débil mientras sus manos viajaban al sur. Ambas seguíamos desnudas, así que ella estaba completamente por la ropas, por lo tanto deslizo rápidamente su dedo índice entre mis pliegues. En este momento salte, rodándola hacia un lado y sentándome, colocando mis rodillas en mi pecho.

Santana estaba visiblemente decepcionada por mi reacción, imitándome se sentó y cruzo sus piernas mientras me encaraba, indiferente al hecho de que estaba completamente expuesta.

"Después de anoche pensé…" empezó, pero fue bajando la voz. Ella no sabía lo que iba pasar más de lo que yo sabía.
"Yo solo… creo que lento es mejor," dije suavemente, no queriendo herirla. "Ame todo de anoche, pero esta mañana las cosas lucen diferentes."

Ella no dijo nada, más que imitar mi posición, poniendo sus rodillas en su pecho, repentinamente tímida de su desnudez. La mire morderse el labio inferior, sumergida en pensamientos, como si estuviera tratando de encontrar las palabras correctas. Aprecie eso, al menos.

"Porque no tomas una ducha," dijo al último. "Usare la de tu mama. Hemos hecho eso antes. Luego desayunaremos. Hablaremos. ¿Ok?"

No podía ver fallas en su plan; sino que se sentía bastante inocuo. Así que me levante, envolví la sabana de mi cama en mi torso y la deje colgando por mi hombro como un vestido griego. "Ok," respondí, mirando a su hermoso, cuerpo desnudo. "Vamos a desayunar."

Podía sentirla sonreír a mis espaldas mientras salía de la habitación. Cerrando la puerta tras de mí, solté el aire que había estado reteniendo por los últimos minutos. Mis manos estaban temblando, y las náuseas aún no se habían ido.
Di unos pasos tambaleantes hacia el baño, abrí de golpe la botella de la prescripción y lance dos pastillas al fondo de mi garganta, metiendo la mano bajo la fría agua que ahora corría del grifo y llevándola a mi boca. El algodón que había estado en mi boca se disolvió, y deje salir un pequeño suspiro de alivio.

Podría pasar el día ahora.

El desayuno fue suficientemente genial al principio, las dos en el auto dirigiéndonos hacia Denny's un sábado a mediodía, deprisa. Hablamos, pero no sobre lo que paso esa noche antes.
Parecía que, una vez que ambas volvimos a estar completamente vestidas en mi cuarto, nuestras duchas habían lavado el resto de nuestros cuerpos y nuestros recuerdos. Estaba más que Mitad Adentro, volando agradablemente mientras nos sentábamos en una esquina alejada de la cegadora luz del sol que entraba por los vidrios de las ventanas. Hice que Santana me leyera el menú, e insistí en tener un helado de fresa como aperitivo.

"Son fresas," dije insistentemente. "Son como, muy saludables. La Entrenadora estaría orgullosa. Además, los panqueques están llenos de carbohidratos. Tomaremos waffles en su lugar."

Ella arqueo su ceja, una señal clara de que había dicho algo mal, pero entonces sonrió y asintió hacia la mesera.
"Dos helados de fresa para empezar," ordeno. "Y no escatime en crema batida."

Las cosas fueron progresando de acuerdo al plan. Qué plan, no estoy muy segura, pero nos estábamos divirtiendo. Burlándonos del ayudante de camarero que estaba en el Club de Audio Visuales en la escuela. Construyendo torres de waffles y fresas usando crema batida de mortero. Disfrutando de nuestra cuarta taza de café (decaf para mí) mientras la mesera rodando los ojos y quedándose ahí, lista para limpiar nuestra mesa para otro cliente que deje más propina.

Ambas íbamos a pedir que nos llenaran la taza por quinta vez cuando Santana se detuvo a mitad de la oración. Sus ojos estaban en la puerta, entre cerrados y molestos.
Estaba a mitad de decirme el último plan de la Entrenadora Sylvester para destruir al glee club, y estuve decepcionada al no oír el final. Gire para mirar sobre mi hombro para ver lo que la había distraído, solo para encontrar a Puck entrando con su última conquista colgando de su brazo como un perrito faldero mientras el rodaba sus ojos y escogía una mesa.
Él no nos notó, pero la mirada fulminante de Santana lo siguió como un franco tirador observando.

"¿San?" hable, esperando que dijera algo. Ya había olvidado de lo que estábamos hablando hace unos momentos, y me molestaba que estuviera sentada dentro de esa densa nube y ella estaba demasiado ocupada disparando láser mortales de sus ojos para guiarme fuera de ellos. "Santana."

"En un segundo, B," me aparto sacudiendo su mano, aun mirando la conversación al otro lado de la habitación. La chica estaba entusiasmadamente hablando mientras Puck tecleaba algo en su teléfono. Un momento más tarde, el de Santana vibro dentro de su bolsa, y yo suspire incomoda. Ella metió la mano en su cartera y pesco el teléfono.

"Esta noche tienes algo mejor que hacer que enrollarnos"
Me lo leyó en voz alta, y supe que pensó que me importaba. Después de la noche anterior, yo hubiera pensado lo mismo. Esa mañana, sin embargo, no me veía a mí misma queriendo escuchar como brincaría a su cama 24 horas después de haber abandonado la mía.

Santana ya estaba respondiendo el mensaje. Después de presionar enviar, ambas volteamos a verlo. Él bajo la mirada a su regazo, donde visiblemente ocultaba su teléfono, y bufo. Lo tomo y escribió un mensaje sin tratar de ocultar el hecho de que no estaba prestando atención a lo que su cita estaba diciendo. Ella visiblemente iba enojándose por la distracción, pero él la ignore y ondeo su dedo índice, la señal universal para, "Solo un minuto; algo más importante que tu está pasando ahora mismo."

Santana recibió su respuesta, y sus mejillas enrojecieron. Sus dedos se curvaron hasta formar puños, sus nudillos se volvieron blancos de ira, y dejo salir un exasperado bufido que era más como un grito a medias. Se levantó de un salto y, dejándome sentada en la mesa, irrumpió hasta el otro lado del restaurant con la taza nueva de café en su mano. Me levante para seguirla, pero me detuvo cuando llego a la mesa de Puck. La saludo con una sonrisa nerviosa, sin hacer un movimiento para levantarse o hacer un espacio para ella. Ella no dijo ni una palabra, simplemente vacío la humeante taza en su regazo y sonrió al escuchar su llanto.

Por el ruido del restaurant y los gritos de dolor de Puck, no pude escuchar lo que le dijo a la chica de la mesa, pero después de que Santana terminara, la chica presiona su cara en sus manos y se fue corriendo del restaurant, sollozando.

"Vamos, B," dijo, alzando la nariz en el aire mientras regresaba a donde yo estaba parada. "Nos vamos."

La seguí sin preguntar, y una vez que estuvimos en el auto dejo salir un grito de esos que hielan la sangre, dejando zumbando mis oídos.

"¡Estaba con Quinn!" grito, su rostro aun enrojecido, sus puños golpeaban fuerte el volante.

"San, la chica no se parecía en nada a Quinn. Al menos que se haya hecho cirugía plástica. Y siempre estás diciendo que la necesita, así que no veo el-"

"Ayer por la noche," interrumpió, dejando que su ira se filtrara por cada uno de sus poros. "Mientras nos mandaba mensajes. Estaba con la jodida de Quinn Fabray, de niñera. ¿De dónde demonios surgió eso? ¿Y porque ella de entre todas las personas? Entiendo que ella tenga una ‘A’ en ser una puta, ahora que Finnocence la embarazo, ¿pero no crees que eso es un tanto patético? Solo porque su hombre pasara el resto de su vida trabajando en el taller de Burt Hummel, no le da derecho de ir tras el mío."
Mío. Llamo a Puck "mío".

Yo sabía mejor que nadie que no debía quejarse abiertamente, pero el retorcijón en mi estómago era casi insoportable. Él no le partencia. Él no le pertenecía a nadie. Era Puck de quien estábamos hablando. El auto-proclamado "Tiburón sexual". El hecho de que quisiera reclamarlo de su propiedad era de risa, en el mejor de los casos. En el peor, delirante. Entendí, y probablemente ella también, aunque lo negara, que Puck estaba usando a ambas, a ella y a Quinn en turnos. Usando a una para llegar a la otra. No es como si entendiera completamente porque Puck quisiera ir tras Quinn en primer lugar, pero había visto la forma en que la miraba. Era la misma forma en que yo veía a Santana. Como algo que no podía tener.

"Él no es tu novio, San," dije calmadamente, tratando de pretender que no pensaba las mismas cosas, que ella estaba pensando, cada vez que se iba para estar con Puck. "No te pertenece."

"Él no tiene que ser mi novio," respondió, girando con todas sus fuerzas las llaves en encendido, iniciando el motor V8 con un estruendo. "Tengo la virginidad del chico. Me pertenece. La manera más segura de hacer que un chico te siga por siempre es tomar su virginidad."

Considere esto cuidadosamente antes de llegar a la conclusión de que, por asociación, esto significaba que le pertenezco también. Y, de alguna forma irónica, odie ese pensamiento. Una cosa es que la deseara, o incluso la necesitara, ¿pero pertenecerle? Eso no era algo que quisiera. No creo que nadie podría querer algo como eso.

"Solo vámonos a casa, ¿bien?" sugerí, sin querer nada más que distraerla, por cualquier medio necesario. Me incline sobre la consola central, mi mano en su muslo mientras mis dedos se deslizaban estratégicamente hacia el norte, y pase mis labios por su cuello justo debajo de su oreja. Ella se encogió de hombros tan rápido que casi golpeo mi barbilla con su hombro.

"Jesús, B," siseo, lanzando la cabeza hacia adelante y atrás verificando el área de afuera del coche buscando testigos. "Estamos en público."

Me eche para atrás, cabizbaja. "Oh," murmure, anudando mis dedos en mi regazo. "Lo siento."

Santana cerró los ojos, su boca formando un línea apretada. Inhalo profundo, por su nariz, y separo los labios para sacar el aire entre ellos lentamente. "No," susurro. "No es tu culpa. Es de Puck. Bastardo."

Eso fue el final de la conversación. Ninguna de las dos tuvo más que añadir más allá de sus silenciados improperios, así que caímos dentro de un silencio contemplativo mientras ella salía del estacionamiento y manejaba unas cuantas millas de vuelta a mi casa con una callada resignación. Ella no entro a mi cochera, como lo había hecho la noche anterior cuando había planeado entrar. En su lugar fue bajando la velocidad en la curva y cambio la palanca con rápidamente a 'estacionar'.

"¿No vas a pasar?" pregunte, tratando de esconder mi decepción.
"No lo creo," contesto, negando con la cabeza y jugando con el cierre de su chamarra de porrista. "Tengo mucha tarea. Matemáticas. Tu sabes."
"Esto no es por lo que paso en el restaurant, ¿o sí?" Sabía que era más que eso, pero pregunte de todos modos.
Se encogió de hombros. "No lo sé. Tal vez. Solo quiero pensar. Por mi cuenta. Lo entiendes."

Lo entendí, así que no discutí, incluso cuando así lo quería. Quería gritarle, tirarle café caliente en su regazo para captar su atención, de la forma en que ella había hecho con Puck. Quería arrastrarla, pataleando y gritando desde el auto hasta el suelo a mitad de la calle hasta hacerla doblegarse, como yo había doblegado mi voluntad tantas veces por ella.
Hasta que detuviera este horroroso juego.
Hasta que me amara.
En lugar de eso solo asentí. Puse mi mano sobre la de ella, que estaba sobre mi rodilla, y la apreté. "Ella no estaba tan buena como tú," le asegure con una sonrisa.
Ella bufo, los hoyuelos formados en sus mejillas revelaron una sonrisa pobremente escondida. “Lo sé, ¿cierto? ¿En dónde las encuentra? ¿En Wal-Mart?"
Asentí. "Del distrito de drogas al Oeste de Lima, probablemente. O peor. Cincinnati."
Una pulsante y genuina sonrisa surgió de su diafragma, su boca se abrió mientras su contagiosa sonrisa se extendía por su rostro. "Te veré el Lunes," me record felizmente, la ligereza que había entre nosotras lo hizo sonar como una promesa en lugar de una despedida. "Bien temprano."

"Bien temprano," repetí con otro asentimiento. Empuje la pesada puerta del copiloto y la cerré al salir, caminando por la vereda a unos cuantos pasos antes de llegar a mi puerta la escuche llamándome detrás de mi.
"Hey, ¿B?" voltee al sonido de su voz, y la vi inclinada sobre el asiento del pasajero para asomar su cabeza por la ventana abierta. "Gracias."
"De nada," respondí, aunque no supe si estaba agradecida por animarla o por… bueno, todo lo demás. No creí que importara, tampoco.
El lunes, no había escuchado sobre la conversación Santana con Quinn hasta después de que sucedió, cuando Jacob Ben Israel trato de entrevistarme justo antes del almuerzo. Estaba tan distraída por la forma en que su cabello se movía que ni siquiera escuche cuál era su pregunta original.

"¿Huh?"

"¿Tienes algún comentario sobre el hecho de que tus dos mejores amigas entablaran una pelea verbal esta mañana en el pasillo después de que Quinn intentara llamar la atención de Noah Puckerman el Viernes por la noche?"

Había asumido que Santana hablaría con Quinn sobre estar enrollándose con Puck, pero esperaba que al menos mostrara la moderación para hacerlo en privado. Dado su gusto por el drama, sin embargo, debí habérmelo esperado. No había nada que pudiera decir que pusiera las cosas peor, sin saber exactamente lo que había pasado, así que hice lo que se me daba mejor: hacerme la tonta.

Extendí la mano, hacienda su micrófono a un lado, y le di unas palmaditas en la cabeza. Su cabello realmente era fascinante. "Se siente como una almohadilla de brillo. Podrías conseguir trabajo en Breadstix lavando platos. Eso sería asombroso."
Él no su sabía exactamente que decir a eso, así que agacho la cabeza lentamente bajo mi mano errante y retrocedió, protegiendo su micrófono en su pecho. Cuando él y su lacayo camarógrafo cambiaron dirección y desaparecieron entre la multitud de estudiantes que salían de diferentes clases, sonreí y lo considere un encuentro exitoso.
Santana giraba la esquina, mirando a Jacob y su equipo desapareciendo rápidamente, miro de un lado a otro entre la estela de polvo que habían dejado y yo, que aún seguía parada torpemente junto a mi casillero. "¿Qué fue eso?"

"Quería saber sobre tu pelea con Quinn de esta mañana," Le respondí encogiéndome de hombros, moviendo mi cola de caballo por encima de mi hombro y ajuste la correa de mi mochila. "No tenía nada que decirle, porque no me habías dicho. Así que toque su cabello. Se siente como una almohadilla de brillo. Le dije que se consiguiera un trabajo en Breadstix lavando platos."

Coloco la punta de su lengua entre la comisura de su boca con disgusto, palideciendo solo un poco. "Britt, por favor no me arruines Breadstix."
Sonreí. "Vamos," dije, tomando su meñique con el mío. "Puedes decirme lo que paso con Quinn en el almuerzo."
"Claro, después de que pasemos por la enfermería," me recordo amablemente, jalándome hacia la enfermería, ubicada entre la oficina de Sue y las oficinas principales. No lo había olvidado; me gustaba el hecho de que ella se preocupara lo suficiente por mí, así que la seguí, y tome la dosis asignada por la anciana mujer detrás del escritorio. No era lo que yo me había prescrito, pero me marearía hasta que tuviera un momento a solas para sacar la botella de repuesto de mi mochila y terminar el trabajo.
Estábamos yéndonos de la enfermería, con nuestros meñiques unidos, cuando Sue asomo su cabeza por la puerta de la oficina de al lado.

"Ahh, Brittany," llamo, su boca no mostraba desprecio pero tampoco sonreía. "Justo la chica que quería ver. Pasa a mi oficina. “Intercambie miradas con Santana que cruzaban entre curiosidad y terror. Sue Sylvester llamándote a su oficina podían significar dos cosas: estaba molesta, o planeaba algo. De cualquier forma, las oportunidades de salir de ahí ilesos eran muy, muy pequeñas. Creo que me recordaba mucho a Santana.Asentí hacía ella y empecé a mover hacía la puerta abierta, aún sosteniendo a Santana, pero Sue me detuvo.
"Tú no, ‘Jenny from the Block’," dijo bromeando. "Solo necesito a Britt, aquí. Estaremos bien, ¿no es así, Brittany?"

Ella paso su brazo por mi hombro, y gentilmente separo nuestras manos. Santana miro de un lado a otro entre mí y Sue, horrorizada. Sus hombros se aflojaron, y no estaba claro si estaba molesta por haberla dejado fuera de una asamblea con la Entrenadora, o por dejarme atrás.
"¿Britt…?" pregunto, y supe el final de la pregunta sin que me la preguntara. ¿Estarás bien?

Asentí hacia ella, sin estar realmente segura, pero lo intente de cualquier forma. "Te veré en la cafetería, ¿vale?"
Sue me empujó hacia su oficina y cerró la puerta antes de que Santana tuviera tiempo de protestar. "Toma asiento," ordeno y lo hice sin dudar. No se duda cuando estás cerca de Sue.

"Bueno, Brittany, debo decir que estoy un poco decepcionada de ti," dijo, sentándose en su silla personalizada detrás de su escritorio y subió sus pies en el. "Había esperado el club glee fuera solo una horrible pesadilla, a estas alturas. Pero henos aquí. Y, me atrevería a decir, que lo están disfrutando."
Abrí mi boca para tratar de discutir con ella, pero ella levanto su mano y la cerré, y mire a mis zapatos.

"Tú y Santana son las únicas que tengo consideradas para el puesto de capitana, ahora que Fabray se ha ido y roto mi corazón ya de por si sin vida. No, hablo en serio. Lo he remplazado por un dispositivo mecánico, y cuando me entere de la traición de Quinn, la maldita cosa dejo de funcionar. Por suerte cambie mi sangre a formol hace diez años, o tendríamos un serio problema en nuestras manos."
Hizo una pausa, como esperando que hiciera una pregunta cuestionando la validez de su declaración, o luciera asombrada. Sonó lo suficientemente legítimo, y por eso me quede sentada en silencio, lo cual tomo como una aceptación a su historia.
"Brittany, voy a preguntarte algo."

En esto levante mi cabeza para encontrarme con su mirada. Su mirada de condescendencia habitual había desaparecido, remplazada con lo más tierno que había visto en la cara de Sue. No era la clase de ternura que esperarías de alguien que expresara genuina preocupación, pero de hecho parecía que lo estaba intentando. Era una combinación de ojos tristes y dolor, con los labios apretados que solo pude interpretarlos como su intento de esconderse detrás de su fachada.
"Si, ¿Entrenadora?"

"Me tome la libertad de leer tu expediente," dijo sin una pisca de compasión, como la mayoría tendría en esta situación.
"Has estado bajo medicación por unos cuantos años. Modificadores de conducta, si mal no recuerdo."

Asentí, repentinamente sintiendo la gran necesidad de abandonar la habitación y sacar las pastillas de mi mochila para completar mi dosis del medio día.
"No has tenido ninguna mejoría desde que empezaste."
Ahí estaba. La pregunta que nadie me había preguntado desde la primera vez que había empezado a tomar las píldoras, cuatro años atrás. Y viniendo de Sue Sylvester, de todas las personas.

No había respuestas a la pregunta que, sin ironía, había sido planteada como una declaración. Como si supiera que las cosas no cambiaron, no han cambiado. No, en cuatro años. Sabía eso, por supuesto. Ya no era realmente porque me ayudaran a estar mejor. Eran para ayudarme a sobrevivir. Eso es todo lo que quería. Eso era todo lo que el doctor quería. Nadie esperaba nada más que eso.
Nadie a excepción de Sue Sylvester, quien esperaba perfección.

"Nunca he sido una gran partidaria de medicar a los adolescentes para mejorar su comportamiento, Brittany," continuo, sin esperar una respuesta a su declaración.

"Siempre he encontrado que todo lo que un niño necesita para cambiar su comportamiento es una tarde en el seminario de entrenamiento de vida de Sue Sylvester, en el cual se recorrerán por seis horas los horrores de la pobreza, la indigencia y las enfermedades de transmisión sexual. ¿Alguna vez has escuchado de los efectos colaterales de la gonorrea, Brittany? No es una imagen agradable. Pero tú… he pasado los últimos dos años observándote. Y la mayoría de las cosas que te tengo que decir no te molestarían, y no por un sentido extremo e ilusorio de auto-satisfacción como el de ese hobbit de pies peludos, Rachel Berry. Hay algo que te mantiene fuera de ser completamente como el resto del mundo coherente y funcional. Y yo, por mi parte, culpo a esos medicamentos."

A Sue le gustaba hablar. Eso no era un secreto. Pero ella usualmente hablaba a las personas, no con las personas. Se estaba dirigiendo a mi no como si fuera una caja de resonancia para su perorata, si no como a alguien que realmente quería y necesitara escuchar lo que ella tenía que decir. Se estaba tomando el tiempo de hablar de alguien más que no fuera ella misma, y expresar, en la mejor forma de su limitada capacidad, preocupación. Era completamente desconcertante. Pero ella no entendía, a pesar de sus atenciones, que las píldoras no me hacían "menos". No me prevenían de vivir, de la forma en que ella se refería. Me ayudaban a seguir moviéndome cuando todo lo que yo quería era detenerme. Porque no tomarlas era más doloroso que estar Mitad Adentro o Mitad Fuera.

"Ahora bien, no soy ningún médico, tengo un certificado de una Universidad en línea y creo que eso me califica para dar un poco de asesoramiento. Hazte un favor y pregúntate que es lo que realmente obtienes de esas pastillas. Si tu respuesta gira alrededor de algo o alguien que no seas tú, o para hacerte lo más feliz que puedas ser, entonces tal vez sea tiempo de cambiar."

La afirmación era completamente retórica, así que tratar de responder era inútil. Asentir le daría alguna señal de que estaba de acuerdo con lo que ella había dicho, y discutir solo despertaría su ira, y tampoco quería eso. Así que me senté en silencio, y no me moví.

"Pero esa no es la razón por la que estás aquí," dijo después de un momento, rompiendo la tensión y permitiendo que su usual tono de superioridad y agresivo regresara. "La razón es que no tengo la lista para las seccionales como Schuester me prometió. Soy la co-directora, después de todo, creerías que él ya debió habérmela dado. Así que serás mi chica de confianza en esto, Brittany. Así que, escuchémosla. ¿Qué es lo que Schue tiene bajo su manga de poliéster?"

Debatí el no decirle. Si el Sr. Schue no se lo había dicho era probablemente por alguna razón, pero ella tenía razón. Yo era su chica de confianza, y Sue, de todas las personas, había observado lo suficiente para notar lo que todos los demás obviamente se estaban perdiendo. Ella se preocupaba por mí, así que le correspondería el favor, y le daría lo que quería, la condena del Sr. Schue.
Me encontré con Santana en la cafetería a solo unos minutos antes de que la hora del almuerzo terminara. Ella estaba picoteando un plato de apio pelado y succionando ansiosamente su botella de agua, ahogándose con el contenido de la ‘Formula limpiadora de Sue’. Tosiendo, y levantando la Mirada mientras me sentaba en la mesa redonda, inmediatamente corrió su silla más cerca.

"¿Que paso?" pregunto en un susurro. "¿Qué quería? ¿Estás bien? ¿Te lastimo?" Alargo su brazo y tomo mis dos manos, dándole vuelta a mis brazos para revisar sino había alguna marca de abuso. Hubiera sido encantador si no fuera tan divertido.

"No fue nada," respondí, regresando mis manos a mi regazo. "Solo quería hablarme de mis calificaciones." Era una mentira, pero probablemente no estaba tan alejada de la verdad. No lo estaba haciendo bien, y las píldoras formaban parte de eso.

"¿Calificaciones?" sonaba escéptica. "¿Eso es todo? ¿Y porque no podía haber estado ahí? Ella sabe que te ayudo. Podía haber formado un nuevo plan para las tareas, ayudarte a encontrar un tutor."

"No te preocupes por eso, San," le asegure. "No es gran cosa."
Ella estiro su brazo por debajo de la mesa y tomo mi mano otra vez, jalándome hacia su regazo donde nadie pudiera ver.
"Claro que lo es. ¿Qué pasa si no entramos a la misma universidad? ¿Qué voy a hacer sin ti?"

Escuchar eso, viniendo de ella a mitad del comedor mientras sostenía mi mano, incluso en secreto, hizo palpitar mi corazón contra mi pecho. Mi piel vibro con la repentina anticipación del futuro, uno lejos de McKinley y de un Lima. Futuro con Santana, atravesando cualquier cosa que se interpusiera en nuestro camino. Casi me ahogue con mi lengua, estaba tan feliz.

"No te preocupes, San," dije otra vez. "Estaremos bien. Pensemos primero en las seccionales. Podemos preocuparnos del resto después."Me dio una pequeña, presionada sonrisa y me deleite con ella. Santana raramente sonreí, pero cuando lo hacía, siempre sabía que era por mí. Esta vez, se sintió mucho más real.
"Seccionales," dijo asintiendo. "Estarás asombrosa ahí arriba."
Me sonroje y presione su mano bajo la mesa. "No tanto como tú."

Sus dedos con cuidado soltaron los míos y lleve mi brazo de vuelta a mi regazo. Mirando alrededor furtivamente, reviso que nadie estuviera sentado cerca antes de dejar salir un suspiro.
"Uno de estos días, B," susurro soñadoramente. "Tú y yo saldremos de este pueblo de mierda. Nos mudaremos a un lugar con un poco de cultura, como Chicago. Nos casaremos con unos hombres ricos que nunca estarán en casa. Podrás bailar, si lo quieres. Extraño que bailes. Nosotras contra el mundo, ¿sabes?"

Era todo lo que había querido. No precisamente así, pero bastante cerca. "Si," conteste con una sonrisa. "Lo sé."
El comedor empezaba a vaciarse, dejándonos a ella y a mí, casi solas en el gran espacio. Desde el otro lado, una figura se dirigía a nosotras con sorprendente eficacia y velocidad. Mercedes se dejó caer en una silla frente a Santana, con sus ojos salvajes. Santana inmediatamente se incline hacia mí, ligeramente disgustada con la proximidad de un perdedor del club glee fuera del salón de coro. Su nariz se arrugo y su boca se abrió de sorpresa por el atrevimiento de la diva.

"Lo siento, ¿te has perdido?" pregunto, burlándose de Mercedes.

"Mira, sé que no quieres exactamente ser vista conmigo, pero he estado esperando toda la tarde para encontrarte a solas. Solo necesito saber." Mercedes tenía ambas manos extendidas en la mesa frente a ella, mirando ansiosamente alrededor, asegurándose de que nadie la escuchara.

"¿Saber qué, ‘Wheezy’?"
"¿Quién te dijo? ¿Sobre Puck y Quinn? Escuche que enloqueciste en Denny's y que le lanzaste café caliente en su regazo, así que eso solo podría significar que sabes."
La burla de Santana se convirtió en un confuso ceño fruncido. "No sé porque crees que esto es asunto tuyo, pero Puck me dijo. Me mandó un mensaje el sábado en la mañana diciéndome. Estaba en el mismo restaurant, y estaba molesta. Así que me asegure de que supiera que la había cagado."

"Dios," Mercedes suspiro, casi con asombro. "Si hubiera sido yo la que se enterara de que su novio embarazo a su mejor amiga, hubiera hecho mucho más que arrojarle café caliente en su regazo. Solo estoy feliz de ya no ser la única que sabe. Ha sido tan difícil, no decir-"

A Santana le debió tomar un segundo procesar la nueva información que Mercedes nos había filtrado, porque no fue hasta este punto que se puso de pie, golpeando su silla detrás de ella. Su silla cayó al piso, interrumpiendo a Mercedes a mitad de la frase.
"Detente," siseo. "Y retrocede, Aretha. ¿Qué demonios quieres decir con que Puck embarazo a mi mejor amiga?"Mercedes se congelo de terror. Ella accidentalmente había revelado lo que probablemente se suponía había sido un secreto, a la chica- además de Quinn – que podría salir más herida por ello. Y solo me quede sentada ahí, mirando a las dos.
"Oh dios," murmuro. "Yo-yo-yo pensé… pensé que sabías, después de lo del café. Dios, Santana, Lo siento. No quería… No pretendía-"
"Vas a dejar de tartamudear por un maldito segundo," Santana respondió en un feroz susurro, inclinándose hacia Mercedes, dándome la espalda, y sosteniendo su cara a pulgadas de la nariz de la otra chica. "Y empezaras a tener sentido."
"P-Puck," respondió suavemente, sus ojos muy abiertos. "Puck es el padre del bebé de Quinn. No Finn. Nadie más sabe, solo él, Quinn y yo. No debía haber dicho nada. No debía-"
"Puedes irte ahora," Santana se enderezo, jalando hacia abajo el frente de su uniforme de porrista y alisando su falda mientras el desprecio volvía a su rostro. "Llegaras tarde a clases."

Nunca había visto a Mercedes hacer otra cosa que pavonearse desde que la conocí, pero cuando Santana la corrió, ella prácticamente huyo de la habitación, agarrando su gran bolso contra su pecho y mirándonos sobre su hombro, mientras corría a toda prisa.
Esperaba un estallido como el del restaurant. Espere gritos, y vociferaciones, y posiblemente incluso arrojar una silla o dos. Pero cuando la mire, dándome la espalda aún, sus hombros estaban caídos, y se dio la vuelta. Se dejo caer bruscamente en la silla que acababa de abandonar Mercedes, su expresión ira ilegible.

"San…"Cerro los ojos y sacudió la cabeza, y deje de hablar. Fuera en el pasillo, la campana sonó, señalándonos que llegaríamos tarde a clase. En ese momento no importo mucho. Me levante, moviéndome a su lado y me arrodille ahí, sentándome sobre mis tobillos. Ella estiro su mano buscando la mía, sus ojos aún cerrados, y la tome. Ella la apretó tan fuerte que clavo sus uñas en mi palma, pero la deje. Ella soltó un largo suspiro con dificultad, como si lo hubiera sostenido por años.
"Pude haber sido yo," susurro al final. "Pude haber sido yo y no ella."
Abrió sus ojos y me miro. No había enojo, ni dolor o tristeza. Era alivio lo que me miraba; alivio atrapado en obscuros ojos chocolates.

"¿Qué hubiera hecho yo, si estuviera en su lugar?" pregunto, dirigiendo su pregunta hacia mí, aunque no pudiera responderle. "¿Hubiera actuado diferente? ¿Mentiría? ¿Abortaría? ¿Me lo quedaría? Mis padres no serían más condescendientes que los de ella. Sabes como son. Maldita culpabilidad católica. Me han hecho tenerla, me han hecho mantenerla. Me hubiera quedado atrapada aquí, B. Si hubiera sido yo, la que cargara el hijo bastardo de Puck, mi vida realmente hubiera terminado. Estaría sola."

"No estarías sola," respondí, presionando su palma.
Sollozo.

” Realmente crees que Puck haría el esfuerzo de hacerse cargo de mí como él obviamente está intentando con Quinn? Dios, todos esas miradas y gestos tienen mucho más sentido ahora."

"No, Puck no."
Negué con la cabeza y me puse de pie, luego me apoye en la mesa frente a ella para que me viera. Levante mi dedo índice y lo coloque bajo su barbilla, levantado su mirada hacia la mía.
"A mí. Me tendrías a mí. Nunca te dejaría sola, San. Incluso si… incluso si eso hubiera pasado. Estoy aquí."
La sonrisa que surgió de su rostro fue mejor que un puñado de valium. Mire sus hombros alzarse un poco, como si quisiera abrazarme, pero recordó donde estaba y se echó hacia tras, su mano aún en la mía.
"De repente no tengo ganas de ir a matemáticas. O a historia. O a glee." Su sonrisa se extendió hasta sus ojos, haciéndolos brillar incandescentemente. "¿Quieres que no vayamos de aquí?"

La jale hasta ponerla de pie y la apreté una vez más, tratando de contar las diferentes formas que sus ojos podrían matarme. Respondí esa sonrisa y dije, "Absolutamente."
-----------------------------------------------------------------------------------
Hi Girls me alegra mucho q les guste la historia, son 25 caps mas el epilogo pero los ultimos son algo largos por lo q he visto solo tengo hasta este acomodado en la noche ,arreglo el sigte muchas gracias por leer y comentar alguna duda o queja me dicen... q esten bn Besos
mary04
mary04
-
-

Femenino Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 30
Club Naya/Santana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Hilary24 Vie Ene 18, 2013 4:28 pm

Me gusto mucho sue en este cap , tambien la ultima conversacion de britt y santana ..
Hilary24
Hilary24
*
*

Femenino Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Edad : 32
Cory/Finn Cameron


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por MarLovesGlee<3 Vie Ene 18, 2013 8:14 pm

Ame el cap! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864

Me gusta que Sue este pendiente de Britt y que ella le sea de confianza... Así Will salga perjudicado xdd Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864
Me imagine el alivio de Santana! Cualquiera que estuviera en esa posicion fuera reaccionado igual Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 2013958314 Ame lo que Britt le dijo Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864

Actualiza pronto! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 918367557
MarLovesGlee<3
MarLovesGlee<3
********-
********-

Femenino Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Club Brittana Nellie


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por LuckyQ Sáb Ene 19, 2013 12:57 am

Sue se preocupa de sus porristas a su manera y santana le echo el cafe a puck no me sorprende ojala esa charla la haga pensar sobre las pastillas
LuckyQ
LuckyQ
*
*

Femenino Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 18/06/2012
Edad : 29
Clun Quinn Marissa


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Invitado Sáb Ene 19, 2013 3:18 pm

Me encantó esta Sue preocupada!
Estuvo muy lindo el cap..San tiene que emmpezar a reconocer lo que pasa con Britt!
Esspero la actu!
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Spanish_Glee Dom Ene 20, 2013 5:43 am

Nueva lectora! me encantó este fic cuando lo leí
y poder tener la oportunidad de leerlo traducido es simplemente genial
sigue subiendo capis please!! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 918367557
Spanish_Glee
Spanish_Glee
**
**

Femenino Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 24/03/2012
Edad : 27
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por mary04 Lun Ene 21, 2013 4:43 pm

Influence (Influencia)|Brittana| Capitulo 16: El costo de la decepción

A pesar de la constate y algunas veces abrumadora, necesidad de Santana de competir con Quinn, no hizo la noticia de que Finn no era el padre del bebé pública. Podría haber surgido de algún pequeño fragmento de su decencia humana, la imposibilidad de golpear a una compañera porrista cuando estaba caída, pero asumí que era más por proteger su propia imagen que la de Quinn. Puck había sido su hombre, después de todo.
O al menos, eso era lo que ella se decía y lo que le decía a cualquiera que escuchara. Puck le pertenecía, al menos físicamente. El hecho de que él buscara en algún otro lado satisfacción, y con Quinn Fabray de todas las personas, significaba que ella no estaba haciendo algo bien. Ponía su estatus de símbolo sexual en McKinley en entredicho, y ella realmente no podía tener eso.

Su alivio de no haber sido la que quedó embarazada podría, también, haber sido un factor. Su reacción inicial a la noticia – alivio en lugar de enojo – la había puesto a pensar, principalmente en que hubiera hecho ella en la situación de Quinn. Si eso no encendía la mínima de empatía, no sé que lo haría. Al menos en las semanas posteriores a la metida de pata de Mercedes, hizo menos intentos de provocar a Quinn y ninguno fue sobre revelar el secreto, que ella sabía, que la mayoría de los chicos del club glee conocían también.

"Es solo cuestión de tiempo antes de que alguien diga algo," dijo en voz baja. "¿Tienes idea de lo mucho que les gustan los chismes a eso perdedores de glee? Jesús. Si cantaran la mitad de lo que parlotean, ya hubiéramos ganado las nacionales."

Una semana antes de las seccionales, cuando nuestros niveles de estrés estaban en lo más alto después de que el Sr. Schue fuera descalificado como nuestro director, Santana estaba haciendo su mejor esfuerzo para mantenerse al margen mientras el club glee se iba destruyendo desde adentro. Sue, a pesar de sus mejores esfuerzos, había fallado en esa tarea. Pero el drama interno del secreto de Quinn y la ignorancia de Finn era suficiente para hacer ese trabajo en unas cuantas ocasiones. Cuando tus mejores integrantes están en desacuerdo, es difícil mantener la parte de la "alegría" en el club glee. Pasamos semanas siendo discretos entre nosotros, tratando de no revelar eso que todos sabíamos. Era desmoralizante, vivir con las mentiras que todos los demás decían además de las mías propias. Sus mentiras eran de segunda mano, mientras las mías se anidaban silenciosamente bajo la superficie, justo bajo la fachada empapada en pastillas que me había construido.

Cuando Rachel empezó a unir las piezas, los pocos que nos mantuvimos fuera de toda la situación, encontramos dentro de nuestros mejores intereses, intentar contener la situación. Puck lo estaba haciendo demasiado fácil para Rachel, mimando a Quinn y haciendo pequeños intentos para estar junto a ella después de su improvisada pelea de comida en el aula de economía doméstica.
Todos lo vimos dejar el salón cubierto de huevo y azucar, seguido muy de cerca por una enchocolatada Quinn con un confundido Finn de su brazo. La sutileza no era su fuerte, y el hecho de que Rachel y Finn fueran los últimos en saber el predicamento de Quinn, quería decir que ninguno de nosotros lo había dejado salir. Solo podíamos hacer la suposición de que ella no se enterara por el mayor tiempo posible, y entre los seis de nosotros con el mejor de nuestros intereses de ver al glee club tener éxito, hicimos oídos sordos mientras esperábamos que el otro tropezara.

Santana y yo nos encontramos en mi casillero entre el tercer y cuarto periodo, así ella podía revisar que tuviera todos mis libros para mi siguiente clase. Ella estaba arreglando mi cabello, echando mi cabello hacia atrás por encima de mis orejas, cuando Rachel llego hasta su casillero, que estaba a un par de filas del mío. Ella estaba murmurando algo en voz baja sobre Puck, lo que llamo la atención de Santana. Sus manos vacilaron en mis orejas mientras escuchaba a Rachel discretamente. Trate de captar su atención golpeando su hombro, pero ella me ignoro, sus ojos estaban fijos en nuestra compañera de clase mientras continuaba murmurando cosas sin sentido con la puerta del casillero abierta.
"Santana, ¿estás bien?"

Me silencio agitando su dedo y reclinándose de forma casual contra los casilleros, cruzando sus brazos sobre su pecho y luciendo su Mirada sardónica de costumbre, acompañada de unos labios firmemente fruncidos.

"¿Qué pasa, ‘Treasure Trail’?" pregunto, sacando a Rachel de su propia conversación privada. "¿Regresando de Tailandia tan pronto? Estaba segura de que Schue había extendido las vacaciones, después de ver todos los otros juguetes que podría haber conseguido de ahí."

Rachel levanto su cabeza, sus ojos se abrieron al darse cuenta que Santana de hecho le estaba hablado a ella. Su boca se abrió y se cerró un momento antes de sacudir su cabeza para aclarar sus pensamientos y responderle a Santana sin hacer caso a su necesidad de menospreciar a Rachel a cualquier costo.

"Santana," dijo, reconociendo a mi mejor amiga e ignorando mi presencia, todo al mismo tiempo. "Por muy interesada que este por saber por qué me estás hablando, voy a llegar tarde a clase. Estoy en camino, ahora."

Santana dio un paso al frente mientras Rachel intentaba irse sin reunir todas las cosas que necesitaba para su siguiente clase.

"Détente un segundo, Berry," dijo, levantando su mano para sostener a la morena más pequeña. "Estabas hablando de Puck hace un momento. Por supuesto, estabas hablando sobre para ti misma, así que realmente no importa mucho a la larga, pero aún así estoy interesada en saber que es lo que tienes que decir de mi hombre."

Me aparte y las mire a las dos interactuar sin introducirme en la conversación. Sabía hacia donde iba Santana, pero Rachel seguía sin tener idea de lo que realmente estaba pasando. En lugar de llamar la atención hacia mí, y al hecho de que estaba elevada como un cometa, me recline contra el casillero más cercano y las mire a ambas. Rachel tartamudeo por un momento antes de suspirar y volver de nuevo a su casillero, dando se cuenta de que Santana no le permitiría irse sin pelear.

"Nada," Rachel respondió despreocupada, barajando los papeles en su mochila para hacer lugar a su libro de geometría. "Es solo que…"

Se interrumpió, tratando de determinar si seriamos o no receptivas a lo que tenía que decir. Podías ver los engranes dando vuelta en su cabeza mientras intentaba formular sus pensamientos en una teoría coherente que pudiera decir en voz alta a alguien. Se podría decir que ella se había estado esforzando por no decir nada hasta este momento, pero sus paredes estaban cediendo.

"Es solo que he notado que Puck ha estado comportándose de forma muy extraña alrededor de Quinn en estas últimas semanas," continuo. "¿Lo has notado también?"

Santana ladeo su cabeza, sus ojos se entrecerraron mientras hacia lo mejor para pretender que no sabía nada. "No sé de qué estás hablando, Berry. Así que probablemente debas ser más clara. Exactamente, ¿Qué estas tratando de decir?"

Rachel se encogió de hombros con indiferencia y lanzo su libro dentro de su mochila, pero ambas notamos que sus manos estaban temblando. "Solo quiero decir que creo que algo está pasando entre Puck y Quinn. Él pasa mucho tiempo con ella últimamente, y no es muy sutil con el hecho de que a él le gusta, y más que solo como amigos. Solo creo que, por el bien de Finn, alguien debería decir algo antes de que algo vaya muy, muy mal."

Era obvio tanto para Santana como para mi que no había forma de disuadir a Rachel del camino que había tomado. Una vez que ella se agarrara a la idea de que Puck y Quinn actuando bajo su amor platónico, no había nada que se interpusiera entre ella y probar que su teoría era correcta. Lo mejor que podíamos hacer era mirar falsamente confundidas tanto como fuera posible y llamarla "man-hands" unas cuantas veces más por si acaso.

"No sé de dónde sacaste tu información para esas locas acusaciones, quejica," Santana comenzó lentamente, enderezándose y ladeando su cuello mecánicamente de derecha a izquierda. "Pero será mejor que cuides tus palabras cuando digas estupideces como esa. Quinn Fabray no es alguien a quien quieras joderle la vida, capitana de animadoras o no. Y créeme cuando te diga eso, ¿si crees que tu vida es miserable ahora?, ve e intenta decirle una palabra de lo que me has dicho a alguien más. Te aniquilare, Berry. No solo con tu vida en McKinley. Me asegurare que cada preciado sueño que hayas tenido sea destruido, estarás recogiendo pedazos de estrellas doradas de tu cabello cuando tengas noventa."

El labio inferior de Rachel estaba temblando demasiado y sus ojos se abrieron en pánico hasta el punto de hacerla lucir como si perteneciera a una de esas películas de anime japonesas. Parte de mi esperaba que respondiera con frases despechadas que terminaran tres Segundo antes de que su boca dejara de moverse. Considerando que no dijo nada en respuesta y huyera un momento después, además, supe que Santana se había dado a entender. Ella se giro hacia mí, el veneno había desaparecido de su rostro y había sido remplazado por preocupación. Enlazo su mano en mi muñeca y me jalo a dirección opuesta de donde Rachel había huido.

"Empiezan las llamadas," dijo, e instantáneamente saque mi teléfono de mi mochila. Ella marco a ambos números, entregándome en mío de vuelta, dudando por un momento cuando no podía identificar cual era el de ella. Eran teléfonos idénticos, cortesía de Sue y de una generosa contribución al equipo de un patrocinador corporativo que insistió en que usáramos su red para comunicarnos. Causo mucha confusión entre las animadoras, considerando que con frecuencia intercambiábamos los teléfonos para hacer llamadas y leer los mensajes de las demás.

Ella presiono su teléfono en su oreja y camino por el pasillo con decisión, mirándome por el rabillo de su ojo. Entre las dos, las multitudes en los pasillos se hacían aún lado mientras bajábamos las escaleras, el suave zumbido del tono de espera sonando en nuestros oídos. La línea hizo ‘click’ indicando que había comenzado la llamada, y antes que alguien en la otra línea tuviera oportunidad de decir una palabra, Santana hablo.

"Acabamos de escuchar. ¿Quién le dijo?"

"Asumimos que fuiste tú." Artie fue el primero en contestar. No sabía porque ella lo llamaría, pero nuevamente, ambas estábamos desesperadas por respuestas.

Santana hizo un gesto burlón, lanzando su cabello desafiante. "¿Por qué haría eso?"

Kurt fue el siguiente en hablar, me sorprendió escucharlo en la misma llamada con Artie. Por un momento sonreí, extrañándolo más de lo que previamente había pensado. "Para recuperar a Puck. ¿Ustedes no están saliendo?"

Ella entrecerró los ojos, como si le estuviera mirando a Kurt a través del teléfono, luego uso las palabras que me había dicho tantas veces. "Tener sexo no es estar saliendo."

"Si lo fuera, Santana y yo estaríamos saliendo."

Fue una reacción instintiva, como si necesitara confirmar su respuesta con la mía. No pude evitar escupir las palabras que caían a la punta de mi lengua como una avalancha. Ella se congelo junto a mi, su cabeza giro rápidamente a la derecha, el lado por el que yo estaba caminando junto ella. Me detuve en seco cuando me di cuenta de lo que había dicho en voz alta.

La mirada de pánico en su cara estaba mezclada no con enojo, sino con miedo. Fue tan breve, la pausa que hizo antes de desviar sus ojos de los míos y mirando de un lado al otro por el pasillo, asegurándose de que nadie más había escuchado mi metida de pata. Ella se recuperó tan rápido que dejo mi cabeza girando, recordando que teníamos otras cuatro personas al otro lado del teléfono, esperándonos.

"Mira," comenzó de nuevo, el ácido regresando a su voz y su columna tan recta que podría haber sido de plástico. "No quiero hundir el barco. Desde que Quinn se embarazo, soy la que manda aquí."

"Esperen, Rachel está pasando," Mercedes interrumpió, y sentí la mano de Santana extenderse justo frente a mí, deteniéndome tan rápido que me estremecí. Escuche voces débiles a través del teléfono mientras volvía a mirar a Santana. Ella no me miro. Mercedes regreso a la línea, y fui forzada a prestar atención una vez más. "Se ha ido. Miren, se que lo he fastidiado al decirles sobre Quinn y Puck. Y me siento terrible por eso. Pero no podemos dejar que Rachel se entere. Si le dice a Finn, se va a flipar."

"Y entonces, no tendremos ninguna oportunidad en las seccionales," Kurt agrego. Nadie tuvo nada más que decir, así que todos a la vez colgamos nuestros teléfonos. Finalmente, Santana se encontró con mi Mirada, y en ese momento supe que estábamos a punto de pelear. Solo que no estaba preparada en como su intensa mirada penetraba la mía.

Ella no dijo una palabra mientras tomaba mi muñeca una vez más, mirando de lado a lado antes de jalarme dentro de los vestidores a lado del gimnasio. Cerró la pesada puerta y deslizo el cerrojo antes de girarse y apoyar su espalda con ella. Sus ojos estaban cerrados, y su barbilla estaba alzada como si tratara más de lo acostumbrado de mantener compostura. Sus mejillas ruborizadas hasta la punta de las orejas, y sus dedos estaban curvados, formando apretados puños a sus costados.

"San, lo siento," Susurre. En el silencio, a pesar de que hablaba suavemente, las palabras hacían eco de vuelta a mí, haciendo me cargar con la culpa. "Lo siento mucho, no estaba pensando. Hemos dicho eso tantas veces que solamente salió. No lo decía enserio. Les diré que estaba bromeando. Ellos ya creen que soy estúpida, les diré que estaba confundida. Lo juro, nadie más lo sabrá."

Su único movimiento fue el doblar de sus rodillas mientras se curvaban debajo de ella, y se deslizo lentamente a lo largo de la puerta. Cayendo al suelo, sus rodillas dobladas contra su barbilla, ella respire con dificultad, inhalando por la nariz y exhalando por su boca. Su rostro ardía en rojo e incluso cuando sus ojos estaban cerrados, podía ver unión de humedad en las esquinas de ellos, hacienda que su máscara de pestañas se juntara en grumos espesos.

"Santana, por favor," Le roge, acercándome a ella y colocando mis rodillas en las frías baldosas del piso, pero permitiendo le uno o dos pies de distancia entre nosotras para respetar el hecho de que ella seguía necesitando su espacio. Intente cada excusa que se me ocurría para hacerla reaccionar. Nunca la había visto tan destruida. "Ellos no lo dirán. Todos sus amigos están en glee, no tienen a nadie más con quien hablar. Me asegurare de que no digan nada. Son los perdedores de glee, de cualquier forma, ¿quién les creerá? Lo prometo, yo-"

"Detente," susurro; no era de molestia, como maldiciendo, pero se atoro en su garganta y salió incómodamente por su sus labios mientras hipaba en el suelo. "Solo detente. Esta hecho." Sus ojos se fueron abriendo con cautela, dirigidos hacia el techo con sus parpados levantándose. Un dique se había roto. Sus lagrimas fluían libremente, marcando sus mejillas con ríos, dejando líneas de su negra mascara y delineador. Sus hombros temblaban mientras mordía su labio tan fuerte que sangro. Su nariz brilla con un intenso color rojo mientras trataba de contener un sollozo y fracasando. Salió desde su pecho y el sonido reboto de pared a pared en la habitación de concreto, haciendo eco en los casilleros y en las duchas hasta que regreso a nosotras, descansando sobre nuestras cabezas como una nube negra.

No fue hasta que se hizo el silencio otra vez, agravado por nuestros fuertes latidos y nuestras gruesas y ásperas respiraciones, que finalmente ella soltó sus hombros y su cuerpo se desplomo. Estallo en un sollozo y presiono sus puños en sus ojos. Yo estaba tan asustada como para acercarme a ella, temía asustarla aún más, así que saque mis piernas de debajo de mí y me senté en el piso. Ella envolvió sus brazos alrededor de sus rodillas y presiono su frente en ellas, balanceándose hacia delante y atrás mientras murmuraba en voz baja.

"Estúpida," siseo. "estúpida, estúpida, estúpida…"

Al principio creí que estaba hablando de mí, y mi corazón tambaleo. Pero mientras llevaba sus de vuelta a sus cabeza, la mire como se golpeaba las sienes con enojo, castigándose tan violentamente que me lancé hacía ella sin pensarlo dos veces, tomándola de las muñecas y atrayéndola hacía mi. Se resistió con desesperación, soltándose de mi agarre, pero la sujete rápido y ella chillo en su enojo y frustración hacía mi, golpeando sus puños contra mis hombros. Hice una mueca de dolor, pero acepte que lo merecía, aceptando los golpes en el silencio estoico todo le que pudiera resistir hasta que su fuerza cedió y ella se dejo caer en mi regazo, respirando con dificultad.

Era todo lo que podía hacer, sentarme con ella en mi regazo y no colapsar sobre ella. Estaba Mitad Afuera, y imagen de Santana – la guerrera, la amazona, el titán – histérica y destruida en el piso de los vestidores era más de lo que mi impulso paranoico, mi cerebro propenso al pánico podían manejar. Presione mis manos en sus hombres y la sujete, casi tanto para mi beneficio como para el de ella. Necesitaba un ancla que me sostuviera en mi lugar, y aun que ella estaba más inestable de lo que yo estaba, ambas nos aferramos al piso e impedimos que el mundo se fuera flotando alrededor de nosotras.

"Santana…" quería decir algo, cualquier cosas, para tranquilizarla, pero no tenía las palabras. Ella era mucho mejor en hacer que las cosas sonaran bien, para hacerme sentir mejor, de lo que yo podría ser para ella. No quería arruinarlo, la atraje hacia mí por los hombros, haciendo que la parte superior de su cuerpo estuviera apoyada en mi regazo con su espalda presionada contra mi estómago. Envolví mis brazos a su alrededor, cruzando sus brazos y los míos contra su torso y formando un firme, confortante abrazo.

"Tener sexo no es estar saliendo," me encontré diciendo, sin mirarla mientras ambas nos mecíamos en el suelo. "Eso es lo que importa, ¿cierto? Esto no significa nada. Eres mi mejor amiga, eso es todo."

Y, justo cuando pensé que nada había pasado en absoluto, ella se sentó. Su rostro estaba enrojecido y con manchas de su negro maquillaje. Ella se alejo de mi, tallando el dorso de sus manos por sus mejillas, solo logrando extender el desastre. Ella se limpió la nariz bruscamente, sacudió su cabeza hacia atrás y acomodo los mechones que se habían soltado de su cola de caballo. Me miro, con sus ojos inyectados en sangre dejándome ver que aún estaba sufriendo.

"No te lastime, ¿verdad?"

Negué con la cabeza. "No," respondí, separándome unas cuantas pulgadas, lo que creí que haría una diferencia. "Estoy bien."

Ella asintió, tomando un largo y profundo respire antes de ponerse de pie temblorosa. "Tal vez podamos salvar la situación," dijo secamente, alisando su falda y doblando una esquina para revisar su maquillaje en un espejo. Ella arrugo su nariz enojada a su reflejo y echo agua en su cara para lavar los restos de su breve desglose. "Puck ha estado pidiéndome por siglos que te lleve a su casa. Antes de hoy siempre le había dicho que no, pero ahora parece que no tenemos opción."

Estaba dejando muy en claro que esperaba que rectificara la situación que había creado. Era repugnante, por decir lo menos, pero lo que era más repugnante era que, por un momento, lo considera. Estaba más disgustada conmigo que con ella. Su reacción era normal, para los estándares de Santana. Pero tomar la sugerencia de ir a la casa de Puck con ella y… y, bueno, ¿tomar eso y en realidad darle crédito? Me opuse.

"¿Estás bromeando, verdad?" rogué, sabiendo plenamente que no lo estaba.

Ella saco su máscara de su mochila y estaba demasiado ocupada replicándola para separar su mirada del espejo. "No es como fuera algo nuevo para alguna de las dos," se encogió de hombros, los ojos muy abiertos mientras volvía aplicar rímel en su lugar indicado. "Solo combinaremos dos experiencias en una. Estará bien. Puck definitivamente está por encima de Mike Chang."

Me quede parada ahí, perpleja en silencio. Ella estaba tan dispuesta a entregarme en sacrificio a los dioses de la posición social, y tan arrogante sobre el hecho de que yo podría usar mi cuerpo para arreglar las cosas. La había jodido, al decirle al club sobre nosotras, y esta era la forma en que ella quería castigarme. Deseaba que me hubiera golpeado en su lugar. Hubiera dolido menos. Pensé en Puck, sus manos sobre mí mientras Santana miraba, y todo lo que podía sentir era los dedos de lija de Karofsky subiendo por mis muslos. El recuerdo trajo un nudo a mi garganta, el pánico se instalo en mi pecho involuntariamente. Estire mi brazo y apoye mi palma contra el frio concreto, luchando por recobrar el aliento mientras mis pulmones se contraían y mis rodillas se tambaleaban peligrosamente. Había pasado tanto tiempo desde mi último ataque de pánico Mitad Afuera, y no estaba preparada para lo rápido que me golpeo.

Santana chasqueo sus labios recién pintados y finalmente volteo. Me vio aferrándome a mi pecho y dejo caer su mochila, corriendo a mi lado y tomando me por los hombros mientras empezaba a caer. Me atrapo, sosteniéndome mientras se insultaba a sí misma en voz baja, tan bajo que creyó que no la escuche.

"Mierda. Jesús. Estúpida, estúpida, estúpida."

Se sentó en una de las bancas de la fila de casilleros y me llevo a su regazo, pasando sus manos de arriba a abajo por mis brazos mientras se maldecía a si misma inaudiblemente.

"Dios, soy tan imbécil. Estúpida zorra, Santana. Inútil, maldita idiota."

Sus auto-insultos, su perorata autocritica no hacía nada para ayudarme, pero sus brazos envueltos firmemente alrededor de mi, sosteniéndome en su pecho, lentamente fueron calmando mi respiración justo como lo había hecho por primera vez cuando teníamos trece y estábamos en el trampolín. Presiono sus labios en mi hombro y después descanso su frente ahí, suspirando profundamente.

"Lo siento, Britt," murmuró amargamente. "Eso fue terrible, no lo decía enserio. Se por lo que has pasado y nunca sugeriría que tu debieras…que nosotras pudiéramos… lo siento."

Mi corazón aún se sentía como si hubiera sido rasgado en dos, pero mi respiración se había regulado y mis rodillas no eran más de gelatina. No le respondí, aún incapaz de hablar, pero me apoye en ella y solté mis hombros. No la culpo por sugerir a Puck como una solución a nuestro problema. Era la respuesta más obvia, después de todo. Me culpe por recordar a Karofsky, sabiendo que eso no haría otra cosa que herirnos a ambas más de lo que ya estábamos. Solo quería tomar el día, borrarlo e irme a casa. Le dije.

"No podemos, B," suspiro, aun sosteniéndome. "Tenemos las seccionales en una semana. ¿Realmente crees que ahora sea buen momento para saltarse los ensayos?"

Negué con mi cabeza. "No. Pero no quiero verlos tampoco. No sin una explicación o una historia."

"Qué se jodan," dijo con menos veneno del que pretendía; era un intento a medias. "Se nos ocurrirá algo. Mientras lo hacemos, probablemente sea mejor que no hablemos del asunto. Con suerte ellos no lo mencionaran. Y si lo hacen…" no tenía una respuesta para eso, aún.

"No lo harán," la tranquilice. "Confió en ellos, San. Sé que tu no, pero sé que no dirán nada a nadie. Glee es su refugio. ¿Por qué no puede ser el nuestro, también?"

Ella coloco otro beso en mi hombro y la sentí asentir detrás de mí. Me levante, usando mi brazo de soporte y luego la jale para levantarla. El reloj en la pared nos decía que nos habíamos perdido el cuarto periodo, lo que significaba que nos dirigiríamos a almorzar. "Vamos, Schue nos quiere en el salón de coro para su anuncio," murmuro, limpiando mi propio rímel corrido con un la yema de su pulgar.

El resto del día pasó en una niebla que aún continua desconcertándome. El orden cronológico de los sucesos se sentía apurado, incluso para mis estándares. El Sr. Schue nombro a la Srta. Pillsbury nuestra directora interina en nuestra reunión en el almuerzo, luego actuó como si nunca nos volvería a ver. Me confundió, porque tenía ‘español’ con él todos los días. Para empeorar las cosas, esa tarde irrumpió en el aula como un súper héroe en chaleco cuando Finn empezó a cagar a palos a Puck. Todos nosotros sabíamos porque Puck estaba siendo golpeado, así que nadie lo detuvo hasta que Schue llego. Él merecía un poco que le patearan el trasero por toda la gente que había lastimado. Yo, particularmente, sentí un placer enfermizo por ello, pero sabía que era una especie de felicidad egoísta. El rostro de Santana mostraba terror, y me sentí avergonzada.

Así que Quinn y Puck habían sido descubiertos, y parecía que su drama y la abrupta partida de Finn era más preocupación para el grupo que las hazañas sexuales entre Santana y yo. Ella estaba visiblemente aliviada cuando dejamos el aula del coro esa tarde, caminando un poco más ligero que antes. Llegamos al final de la semana sin incidentes, principalmente por que Finn nunca regreso a los ensayos y se hizo evidente que necesitaríamos un remplazo para competir. Jacob Ben Israel entro como nuestro doceavo miembro, y el Sábado en la mañana abordamos nuestro autobús para el pabellón cívico donde conoceríamos a nuestra competencia.

Estaba fuera de mi cabeza por los nervios cuando llegamos, pero cuando nos sentamos entre la audiencia y miramos a las otras dos escuelas usar nuestros números – exactamente como los habíamos coreografiado – caí en pánico.

Había decidido varios días antes que me mantendría sobria para la competencia, y me di cuenta muy rápido lo horrible que fue esa idea. Para el momento que los chicos sordos de Haverbrook empezaran a cantar "Don't Stop Believin'" mis manos estaban temblando y estaba sudando y tenía nauseas. Santana coloco el envés de su mano en mi frente y pico con fuerza mis costillas. La hice a un lado justo cuando Rachel demandó una reunión en el salón verde para discutir las limitadas opciones que nos quedaban.

"¿Qué pasa contigo?" Santana me pregunto mientras marchábamos por una fila atrás del auditorio.

"Nada," respondí rápido, limpiando el sudor de mis cejas. "Solo nervios, creo. Estamos tan arruinados, San."

"No, no lo estamos," susurro, tocando mi mano. Me estremecí y ella se alejo, mirando alrededor por si acaso alguien había visto. "Estaremos bien. Pensaremos en algo."

Nunca había visto a Santana nerviosa antes de una presentación. Se había abierto a una colección de nuevas emociones desde que habíamos sido amigas, pero nervios ante una multitud era inaudito. Nos presentamos por todo el país con las porristas, y ella nunca dudaba. Ahora, mientras nos dirigíamos al salón verde y nos parábamos en una esquina lejos del resto del grupo, se sintió desfallecer.

"¡Filtraron la lista!" Kurt nos grito antes de que alguno tomara su lugar. "Ustedes no quieren estar aquí. Eran solo los pequeños topos de Sue Sylvester." El enojo en su voz era palpable, e hice muecas por la fuerza detrás de de el. Él realmente nos culpaba, y dolió. Confiaba en ellos completamente, pero como se vio después, esa confianza no era recíproca. Y, cuando lo considere, supe que no la merecía de cualquier forma. Yo había filtrado la lista, después de todo, ¿pero cómo iba a saber que estás eran las intenciones de Sue? Ella buscaba la perfección, y hacer trampa iba tan más allá de lo que en su ámbito era aceptado. Los estándares con los que mantuvo a las porristas eran mucho más altos que esos a los que nosotros nos manteníamos, y hacer trampa era uno de eso comportamientos que no serían tolerados en los campeonatos.

Pero creo que ella tiene diferentes estándares para sí misma también.

"Se con seguridad que es verdad," Quinn se entrometió antes de que tuviéramos oportunidad de defendernos. "Sue nos pidió espiar por ella." Santana y yo nos paramos estoicas en este momento, cuando ella cruzo sus brazos defensivamente sobre su pecho y lanzo a Quinn una mirada mientras su "amiga" volvía a sentarse con el grupo. Era obvio que nuestra alianza había caído.

"Miren," Santana comenzó, y pude escuchar un ligero temblor en su voz que intento cubrir con indignación. "Quizá sigamos siendo porristas, pero ninguna de nosotras le dio a Sue la lista."

Ella no sabía la verdad; le había mentido sobre eso. Una de las muchas mentiras que le había dicho, pero ahora llegaba a completar el circulo. No había escapatoria, y preferí tomar la culpa en lugar de que la odiaran más de lo que sabía que ya la odiaban.

"Bueno…"tartamudee lentamente, avergonzada. “Yo-yo lo hice, pero no sabía que iba a hacer con ella."

Hubo un gruñido colectivo del resto del grupo, y las miradas de abatimientos y traición en sus caras fue más que suficiente. Estaba en silencio. Santana lanzo una mirada de confusa y horrorizada hacía mi antes de dar un paso lejos de mí, como para distanciarse de la vergüenza que había causado.

"Bien, miren," declaro, quitando las miradas centellantes fuera de mi, algo de lo que estuve agradecida. "Crean lo que quieran, pero nadie me está obligando a estar aquí. Y si alguna vez se lo dicen a alguien esto, lo negare… pero me gusta estar en el club glee. Es la mejor parte de mi día, ¿bien? No iba ir a arruinarlo."

Deambulo hasta el otro lado de la habitación, lejos de mí. Ni siquiera podía estar molesta con ella por dejarme parada ahí, sola; no cuando ella acababa de tener, a lo que equivaldría, un gran avance. Ella se abrió a todo el club y admitió frente a ellos que le agradaban. Que los necesitaba. Ella había hecho al club glee su refugio.

Nuestro refugio.

Hubo silencio por toda la habitación mientras se sentaba en una silla en la esquina más alejada, como si todos estuvieran tratando de determinar si estaba siendo honesta o no. Solo yo sabía que lo era, pero fue Rachel quien hablo primero.

"Te creo," dijo, y las sonrisas que compartieron fueron suficientes para que mi corazón punzara verde de celos antes de recordar que esta era Rachel Berry, y ella era Santana López. Nunca estas dos se juntarían.

Discutieron sobre las canciones para remplazar las robadas que habíamos planeado utilizar, me dirigí hacia el sofá junto a Mike. Él apretó mi rodilla cuando me senté, e instantáneamente me sentí mejor, sabiendo que aún me quedaba un amigo en la habitación. Me sonrió y me sonroje en respuesta, acaricie el dorso de su mano para dejarle saber que apreciaba su gesto.

Finn irrumpió como un caballero, llevando partituras en lugar de espada, y de un momento a otro éramos un equipo otra vez. Él realmente se sentía como nuestro líder. Rachel quizá sea el alma del grupo, ¿pero Finn? Él era nuestro corazón. Habíamos dejado de latir por un momento cuando él se había ido, pero él nos volvió de nuevo a la vida con un montón de música y un discurso motivador. No pude evitar pensar, al mirar su selección de canción, lo apropiado que se sentía.

"Mike, Matt, Brittany, Santana…" se dirigió a nosotros cuatro, y lo mire nerviosa. "Son nuestros mejores bailarines. Armen algo y los seguiremos."

"Será un poco descuidado," Mike contesto, despegando la vista de las partituras.

"Bien," Finn respondió confiado. "Somos mejores cuando estamos sueltos."

Tener la responsabilidad de preparar este baile, era un paso adelante del día en que Kurt me pidió ayuda. Debía haber estado feliz de que ellos siguieran pensando en mi, después de lo que había hecho, pero no pude evitar el nudo de terror que roso mi garganta cuando Finn nos aparto, y se llevo al resto del grupo para acomodar la letra
.
Entre los nervios de formar juntos una nueva rutina y el estrés de admitir mi error al club glee, las nauseas de mi estomago se habían pasado de una tormenta tropical a un monzón en minutos. Quería desesperadamente pasar el día sin estar Mitad Adentro y confusa, pero cuando Mike reunió a los cuatro de nosotros y empezó a distribuir secciones de la canción – coro, verso, y puente – supe que no iba a lograrlo. Me excusé para ir al baño y tomar un gran trago de agua fría del grifo, ahuecando las manos bajo el chorro y llevándolo a mi boca. Saque una botella de pastillas y arroje dos al fondo de mi garganta sin revisar lo que estaba tomando. Todo había comenzado a mezclarse de todos modos, así que había dejado de separar una prescripción de la otra. Hecho en algunos momentos de drogada inconsciencia, pero cierta combinación me dejo tambaleando, y fue exquisito y terrible al mismo tiempo.

Me mire en el espejo, las luces florecientes golpeaban como lámparas de calor- Había profundos círculos bajo mis ojos. Estaba más pálida de lo usual y respiraba con dificultad.

"Contrólate," le dije a mi reflejo, echando agua a mi rostro. "Ya casi termina."

Sentí las píldoras haciendo efecto al llegar de nuevo al salón verde. El tiempo que había usado se volvió inútil, dejándonos poco tiempo para llevar a cabo una simple coreografía, con Mike y yo marcando los pasos mientras Santana y Matt marcaban el ritmo. Ella no me dijo nada hostil, pero me di cuenta que aún seguía molesta conmigo por lo de Sue y la lista de temas. No la culpo.

Tuvimos media hora para ejecutar la rutina con el grupo antes de que necesitáramos estar en nuestros atuendos. Mike hizo su demostración con Santana como su pareja, mostrándole a cada uno donde deberían estar parados en los escalones del escenario y colocando a Artie para que no chocara con los demás. Yo miraba, parada junto a Matt, tratando de sacudir el aura difusa e indistinguible que rodeaba mi cabeza. Mis ojos se cerraban pesadamente, pero por los relajantes musculares que había tragado inadvertidamente. Mis miembros se sentían como de gelatina, pero me esforcé por mantenerme de pie, presionándome.

"¿Segura que estás bien?" Santana pregunto mientras nos dirigíamos a los vestidores del baño junto al salón verde principal. "Te ves un poco fuera de sintonía."

"Lo juro," dije, cruzando mi corazón con mi dedo índice. "Estoy bien. Estoy exhausta y nerviosa. Solo necesito estar en el escenario y estaré bien."

"Tú corazón está al otro lado de tu pecho, B," me corrigió con una sonrisa nerviosa, moviendo mi mano de mi derecha a mi izquierda y sosteniéndola ahí un poco más de lo que debería.

Sonreí perezosa. "¿Ves? Todo bien."

Hice los movimientos en el escenario, pero con dos pastillas en mi sistema, no había pasión detrás. Nadie parecía notarlo; probablemente no era nada diferente a lo que estaban acostumbrados en cuanto a mi comportamiento. Tampoco es como si no estuvieran demasiado ocupados en sus propios asuntos como para preocuparse en el porqué estaba fuera de sintonía y equivocándome un paso aquí y allá.

Pero lo conseguí. Y al final, a pesar de las preparaciones de último minuto, ganamos. No estoy segura de que Jane Adams o Haverbrook fueran una verdadera competencia para empezar. Pasamos demasiado tiempo discutiendo entre nosotros, manteniendo secretos, peleando sobre pequeñas injusticias que fuimos afortunados en lograrlo a pesar de todo. La única competición real fue la que tuvimos entre nosotros. Su pudimos superar los obstáculos que se nos presentaron hasta ahora, supongo que podríamos superar cualquier cosa.

Santana se lanzó a Puck después de que anunciaran al ganador, y fui dejada a la suerte. Mike me abrazo en el escenario, y me susurro en la oreja que estaba orgulloso de mi. Mire a Santana sobre el hombre de Mike, y estaba radiante. "Santana" y "feliz" realmente no iban juntos en una misma oración, pero la vi envolver sus brazos alrededor de Mercedes en celebración, eso fue lo que podía ver: Santana estaba feliz. Fue confortante, y me hizo más fácil encontrar un asiento a solas en el fondo del autobús, lejos del resto del club que insistían en cantar durante el viaje de una hora de regreso a McKinley.

"Luces como si alguien hubiera matado a tu gato."

Me sorprendí al sentir el asiento de al lado bajaba con un suave 'woosh' de aire, y la voz del mezzo soprano flotaba alrededor de mi aturdimiento. Casi podía ver las notas de música de acompañamiento.

"Hola Kurt," dije con una amplia sonrisa Mitad Afuera. "Estuviste muy bien hoy."

Frunció el ceño hacia mí, sin ni siquiera pretender que no estaba molesto conmigo. "Te diría lo mismo, pero creo que ambos sabemos que eso no es exactamente verdad."

"Hmm." Fue lo más cercano a un acuerdo que iba a obtener de mi.

"Estas elevada en este momento, ¿no?"

Sonreí otra vez, mostrando los dientes, amplia y grande, mi cabeza apoyada contra la cubierta de plástico de los asientos. "Sip. Como un cometa."

Él nego con la cabeza amargamente, bajando su voz en caso de que alguien estuviera escuchando. "¿Por qué hoy, Britt? ¿De todos los días? Te necesitábamos."

"Estaba ahí," conteste, mirando las líneas de la autopista. "Ganamos, ¿no?"

"Nosotros ganamos," Kurt respondió, molestamente apuntando al resto del grupo al frente del autobús. "Tú no. En el momento en que tomaste las pastillas, perdiste, Britt. Y podrías habernos costado la competencia. Estuviste cerca de costarnos la competencia incluso antes de haber cruzado la puerta. Traicionaste a tu equipo por la única persona que ha estado empeñada en destruirnos desde el principio. ¿Por qué lo hiciste? ¿Para qué mas podría haber querido la lista?

"No lo se," respondí honestamente, tratando de convencerme de que no era tan malo como lo hacia parecer. "Pero Sue vio a través de mi. Nadie más lo hizo, ni siquiera Santana. Le debía eso, creo."

"Ya veo," dijo en voz baja mientras se calmaba un poco, mirándome y estudiando mis movimientos lentos y mudos. Él noto mi pesada y cansada respiración, y vio mis obscuros círculos y mi rostro pálido. Suavizo su tono, y supe que fue porque sentía pena por mí. "Te conozco, Britt, ya sea si te gusta o no. No puedes esconderte de mí."

Sonreí, presionando mi frente contra la fría ventana. "Puedo esconderme de todos."

"No por siempre." Aliso un mechón de cabello frente a mis ojos, buscando restos de cuando eran claros. "¿Por qué no me dijiste sobre Santana?"

Sonreí tristemente. "Oíste eso, ¿huh? Esperamos que se hubiera olvidado." Estaba haciendo un gran esfuerzo para hacerlo reír, hacer que esbozara una sonrisa, pero sabía que no estaba de humor para mis bromas. Había puesto al equipo en peligro, a mi en peligro. Él estaba preocupado, y se veía.

"Un poco difícil de olvidar," respondió con frialdad. "'Tener sexo no es salir.' 'Si lo fuera, Santana y yo estaríamos saliendo.' No fue exactamente sutil."

"No me lo recuerdes," gemí, poniendo la mano sobre mis ojos y viendo a través de mis dedos. "No ha sido uno de mis mejores momentos."

Él arqueo sus cejas. "¿Has tenido buenos momentos?"

"Ouch," sisee, golpeándolo ligeramente en el hombro, pero su expresión sombría no titubeo. "Golpe bajo, Hummel."

"Es una pregunta enserio, Pierce," respondió, sin ligereza en su voz. "¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo de lo que te sintieras orgullosa?"

Nunca. Fue mi respuesta inmediata, pero lo dude. Quería proclamar lo feliz que era, que todo era genial y que estaba muy bien. Pero no podía, porque no era verdad. Y había dicho suficientes mentiras para un año.

"No lo sé," dije en lugar, mirando mis manos, retorciéndolas en mi regazo. "Ha sido mucho tiempo que no he hecho nada, y mucho menos de algo de lo que pueda estar orgullosa. Solamente estoy como existiendo."

"¿Y estas bien con eso?"

Me encogí de hombros. Solo estaba vomitando palabras. Todo lo que quería decir parecía salir. Kurt tenía ese efecto en mí. "Mientras la tenga a ella, realmente no necesito nada más, ¿o sí?"

Kurt frunció sus cejas y miro por el pasillo del autobús al asiento donde estaba Santana acurrucada en Puck. Ella capto su mirada severa y rápidamente desvió sus ojos, sonrojándose. "Realmente no la tienes, lo sabes, ¿cierto?"

"Si," concorde, mirándola cantar con el resto del club en una interpretación conmovedora de "We Are the Champions." "Lo sé."

"Nada de esta relación es saludable, Brittany."

Tomo mi mano y así salte por el contacto. La presión de sus dedos alrededor de los míos fue ligera, y a la vez era alarmante lo pesada que su mano se sentía en mi piel. Dolía, y parpadee por un momento, sacudiendo mi cabeza, tratando de darme la sinapsis de vigía. Nunca había sentido la piel de alguien más sobre la mía cuando estaba Mitad Afuera. Solo la de Santana. Había asumido que era su toque lo que hacia mi piel de gallina. Lo estudie cuidadosamente, volteando nuestras manos una sobre la otra antes de responder. "Lo sé, también. Pero no necesito estar saludable. Solo la necesito a ella."

Él presiono con fuerza mis dedos, sus mejillas estaban rojas mientras trataba de no estallar de enojo y tristeza o en alguna otra emoción que yo era capaz de sentir en mi misma, parecía que él quería sentirla más por mí. Era un personaje patético en sus ojos, y solo por un segundo quise empujarlo lejos.

"¿Le has dicho?"

Levante mi cabeza y me encontré con su mirada, sin estar segura a cuál de las muchas mentiras se refería. "¿Decirle que?"

Estaba claro que esta respuesta había roto su corazón, y se dejó caer contra mi costado, haciéndome temblar una vez más, y más fuerte. "Algo."

"¿Que hay para decir?" pregunte la pregunta aunque sabía la respuesta plenamente. Podría decirle la verdad. Sobre las pastillas, que creía que era gay, como me sentía realmente respecto a ella. Podría decirle que la amaba desde que teníamos ocho años y ella me saco del lodo, que la ame más cuando golpeo a los chicos populares en la cara por reírse de mí. Que la ame aún más cuando subió desnuda en mi cama y solo me abrazo cuando le dije que había sido violada por Karofsky.

Pero ambos sabíamos que nunca lo haría. Así que se sentó junto a mí en silencio, sus manos aún envolviendo las mías protectoramente, el resto del viaje a cada.

Santana me estaba esperando en su auto que estaba en el estacionamiento. Kurt sostuvo firme mi mano y me detuvo cuando bajábamos del autobús, sosteniéndome los suficientemente lejos para que ella no pudiera escucharnos.

"No soy quién para decirte como vivir tu vida," empezó, tomando mi mano libre en la de él. "Pero no puedes sostener esto por siempre, Britt. No puedes esconderte de ella por siempre. Así que cuando estés lista para ver el sol otra vez… llámame, ¿bien?"

Asentí y me incline para besarlo en la mejilla. No tenía intenciones de llamarlo. "Por supuesto."

Santana me grito a través del estacionamiento, mientras tintineaba sus llaves impacientemente. Me di la vuelta y le di la señal de 'un minuto', y ella rodo los ojos antes de entrar en el Mustang y encenderlo con un estruendo.

"No seas una extraña, Brittany," Kurt me dijo mientras me alejaba de él, hacía el auto encendido de Santana. "Recuerda… te veo."

Lo despedí con la mano mientras me colocaba en el asiento del copiloto y ella me indico que me pusiera el cinturón de seguridad. "¿Que quería?"

Deslice el cinturón por mi regazo, colocando el seguro en su lugar y suspire. "Nada," mentí. "No quería nada."
-----------------------------------------------------------------------------------
Hello Girls le dejo este cap es medio triste como se dieron cuenta , pero lo q sigue dspues de este s, ya veran lo q pasa, gracias ppor comentar y leer me alegra q les guste, quejas dudas m de dicen. BESOS Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864
mary04
mary04
-
-

Femenino Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 30
Club Naya/Santana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Invitado Lun Ene 21, 2013 5:26 pm

A pesar de que fue algo tristón este cap.. FUE GENIAAAL!
Espero la actuuu!!
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Dreamer=) Lun Ene 21, 2013 6:05 pm

Por dios es como si pudiera ver cada escena, tengo que admitir que me provoco un nudo en el estomago cuando Santana decae desesperada por lo de la bendita llamada, probablemete esa pudo ser su verdadera reaccion, el miedo que tuvo a exponerse tambien debio ser muy grande. Concuerdo totalmente con las palabras de Kurt, pero bien me intriga esto, ojala que Brittany tenga la suficiente fuerza de voluntad para dejar de hacerse daño a ella misma... sobretodo con las pastilas, su amor hacia Santana es incurable... Gracias por los capitulos!
Dreamer=)
Dreamer=)
---
---

Femenino Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 29
Clun Quinn Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 X


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por MarLovesGlee<3 Mar Ene 22, 2013 12:49 am

Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 2236703817 Que cap tan emotivo :\'(: Me da mucha cosita con Britt, ella ya no puede vivir sin estar en las nubes, y San a veces me da rabia Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 210293833 Pero a pesar de todo Mike y Kurt se interesan por ella :3

Espero el proximo cap! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864
MarLovesGlee<3
MarLovesGlee<3
********-
********-

Femenino Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Club Brittana Nellie


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por mary04 Mar Ene 22, 2013 6:58 pm

nfluence (Influencia)|Brittana| -Capitulo 17: Cordero a la masacre Part I

No hubo tiempo para nadie, después de las seccionales, para realmente procesar lo que había pasado en la semana. Tuvimos tres días de escuela antes del receso de invierno, y en ese tiempo nadie se acercó a mí además de un casual "hola" (de Mike, quien me di un ligero golpe en el hombro al pasar), o una fugaz mirada de preocupación (de Kurt, que no me tocaba en absoluto).

Recibí con alivio las festividades, incluso cuando sabía que significaba pasar una semana con mi padre. Nuestras visitas se habían vuelto menos frecuentes, entre sus obligaciones con el trabajo y las mías con la escuela, así que ninguno de nosotros realmente seguía haciendo el esfuerzo. Lo veía, quizá, una vez al mes, lo que significaba que veía a mi hermana así de seguido. Ella era joven, muy alejada de las peripecias del crecimiento para entender porque yo nunca estaba cerca, o porque, cuando estaba, no quería hacer otra cosa que dormir y ver televisión. Lo que me dolía más que nada era que me había perdido su infancia. Al menos, resoné, no tendría la posibilidad de contagiarla. Necesitaba mejores modelos que seguir que el mío.

Mi madre, como es costumbre, tenía que trabajar en el café en noche buena y navidad. Ella se perdió nuestra presentación en las seccionales por la misma razón, pero dejo una nota en el refrigerador, que guarde, como una ardilla, en una caja de zapatos debajo de mi cama que estaba llena con todas sus notas.

Escribí la fecha en el envés del ‘post it’ y lo arroje encima de las demás. Había iniciado esa caja con la intención de algún día hacer una lista de todas sus transgresiones maternales, pero en algún punto, la caja se volvió menos un molesto homenaje y más un recordatorio de que, hey, al menos ella lo estaba intentando.

Britt-

Perdón por haberme perdido del espectáculo. Apuesto que estuviste genial. Tu papá llamo, llámalo esta noche.

Con amor,

Mamá

Si hubiera llamado a mi padre ese día. Como lo sugería la nota, no me hubiera sorprendido cuando en noche buena, él no llego a casa a recogerme.

Él respondió su celular al tercer timbrazo, sonando demacrado y mucho más viejo de lo que recordaba. Si las voces envejecieran, serían más profundas, arañarían la garganta, marcando las mentiras de la vida raspando el esófago desde el estómago como un cristal roto.

"¿Papi?"

"Hey, nena," suspiro, usando el apodo que aborrecía y adoraba. Podía oírlo tomando una bocanada de su cigarrillo mentolado y liberándola con una ruidosa tos. "¿Qué pasa?"

"Papi," repetí, mirando por la ventana de la cocina, como si pensara que mirando la calle el aparecería. "¿Estás atascado en el tráfico?"

Hubo una larga y vacía pausa, seguida de la combustión lenta del tabaco a través de la succión por el filtro de fibra de vidrio. "Jesús," dijo al exhalar. "Britt, creí que tu mamá te había dicho."

Mi aliento se atoro en mi garganta y cerré los ojos, sabiendo lo que iba a decir antes de que lo dijera. "No vendrás."
"No, nena," murmuro, sonando genuinamente arrepentido. "No iré. Lo juro, le dije a tu mamá que te dijera, o que me llamaras para poder hablar contigo y decírtelo personalmente. Nunca llamaste, así que asumí…"

Cuando te han defraudado tantas veces como a mí, a veces no es suficiente enfadarse. Enfadarse implica tener ciertas expectativas, y aprendí rápidamente, después del divorcio de mis padres, que no había que esperar nada más que decepción. De esa forma, obtenía exactamente lo que estaba esperando.

"¿Qué paso esta vez?"

Hubo un pequeño golpe metálico cuando el saco otra cigarro. "Sharon quiso ir a ver a su familia en Michigan," explico.
"Su papá no ha estado muy bien y quería pasar las festividades con él. No puedo sacarte del estado, o el juez no me permitirá verte otra vez, lo sabes. Solo no pasara esta vez. Lo siento, se lo mucho que querías ver a Courtney. A estado preguntando por ti."

Me senté en la mesa de la cocina, presionando mi frente en el mantel de plástico y suspire. "Podías haberle preguntado a mamá," murmure, más para mí que para él. "¿Puedo hablar con Court?"

"Claro, nena." La llamo sin tratar de cubrir el teléfono, y resonó a través de mi teléfono tan fuerte que vibro en mi oreja. Un momento después una pequeña voz sonó a través de la línea.

"¿Brittany?"

No pude evitar sonreír. "Hey, pequeñita. ¿Qué tal Michigan?"

"Frio," se quejó, y en mi mente pude verla hacer los pucheros que hacia cuando estaba disgustada con algo. "Papi prometió llevarme a pasear en trineos por las dunas pero mamá dice que no me quiere tan cerca del agua."

Sonreí y negué con la cabeza. Sharon era muchas cosas, pero antes que nada, era aprensiva. Yo tenía diez cuando Courtney nació, y mi mamá me llevo a Akron a verla. Sharon nunca fue muy amable para empezar, pero el recuerdo más vivido que tengo de ella fue ese día en el hospital, cuando estire la mano dentro de la clara cuna de plástico para tocar la mano de Courtney. Eso era todo lo que quería, en serio; tocarla. Era tan pequeña, tan rosa, y me asustaba. Pero era mi hermana – mi media hermana. Mitad mía, mitad de alguien más, y necesitaba saber si podía sentir partes de mí en ella. Si sostenía su mano, se sentiría como si sostuviera la mía. Pero en cuanto alcance el borde de la caja, Sharon desde su cama de hospital, chillo de una forma que nunca había escuchado.

"¡Daniel!" grito el nombre de mi padre, no el mío. "¡Aléjala de la bebé! ¡No se ha lavado sus manos, no sabe lo que está haciendo!"

Se abalanzo, levantándome como si todavía fuera un bebé, y me mantuvo sobre la cuna para verla retorcerse en sus pañales, alterada hasta despertarse con los gritos de su madre.

"Mejor no molestar a Sharon hoy, muchachita," él me advirtió en voz baja, sin ira en su voz. "Mejor solo mira. Tendrás mucho tiempo para conocerla después."

Casi siete años han pasado, y ella sigue gritando que me lave las manos.

"Estoy segura que papi te llevara," le asegure. "El hizo una promesas. Y una promesa es una promesa." Pero solo cuando se refiere a Courtney.

"Brittany, ¿Por qué no vendrás a verme?" pregunto. "Te extraño y me dijiste que me enseñarías a montar la bicicleta para niñas grandes."

Nuestro padre había quitado las ruedas de entrenamiento de su bicicleta en septiembre y había intentado en vano que la montara. Tan pequeña como era, su terquedad había hecho de las suyas y se negó rotundamente a siquiera sentarse en ella hasta que yo estuviera ahí para ayudarla.

"Está un poco frio como para montar bicicleta, Court," respondí, girando mi cabeza para apoyar mis cien contra la mesa para así poder ver la calle cubierto de nieve. "Cuando el hielo se derrita, lo prometo, te enseñare."

"¿Una promesa es una promesa?"

"Si, Court," suspire, inclinando el teléfono contra el lado de mi cabeza, dejando caer mis manos, descansando ahí sin moverse; mis brazos estaban tan cansados. "Una promesa es una promesa."

"¡Bien!" grito tan entusiasmada que di un respingo por el sonido, y me paso abruptamente a mi padre, regresando a la línea de un tirón.

"Te extraña."

"La extraño también. Pero no es mi culpa que no pueda verla."

Pude escucharlo rascando su cabeza, buscando una buena respuesta. "Sé que no, Britt. Pero yo y tu mamá hemos estado muy ocupados. Comunicarse entre Lima y Akron no es fácil. Haremos planes para marzo, ¿Qué te parece? ¿No tienes otra semana de descanso en Pascuas?"

Sonaba como si estuviera llegando a un buen acuerdo, con optimismo en su voz como si me estuviera haciendo un favor. Pero Pascuas, significaba otros tres meses entre visitas. Tres meses de no ver a Courtney.

"Claro, papá," me queje de una forma sarcástica. "Pascuas."

“En Pascuas será," dijo, satisfecho consigo mismo y sin haber notado mi tono. "Te amo, Brittany. Dile hola a tu mamá."
Colgó antes de que pudiera decir adiós, y levante mi cabeza de la mesa con mis ojos cerrados mientras el teléfono se alejaba de mi oreja llegando a mi mejilla. Mi maleta estaba reposando junto a la puerta, empacada para una semana y ahora era inservible. Mi madre trabajaba, y las horas en las que no, las pasaba durmiendo. Por mucho que pensara que la decepción no me afectaba, me encontré llorando silenciosamente en la obscuridad de la cocina. Y no había nadie más a quien llamar cuando estaba llorando que a Santana.

"Hey," dijo cálidamente cuando respondió.

"Te necesito," solloce, sin responder su saludo.

"¿Qué paso?" Su tono cambio abruptamente, su preocupación se filtraba a través del teléfono. "Pensé que estarías en Akron en este momento."

Limpie mi nariz con la manga de mi sudadera de atletismo de la preparatoria McKinley y negué con la cabeza, a pesar de que ella no podía verme. "No, algo surgió. ¿Puedes venir, solo por un momento? Sé que es víspera de navidad, pero realmente no quiero estar sola."

"Estaré ahí en diez minutos." Ya podía escuchar las llaves tintineando en su mano, y a su padre llamándola en español al fondo. Ella cubrió con su mano el receptor para amortiguar su voz, pero oí claramente mi nombre mezclándose entre la maraña de frases en español que todavía tenía que aprender del Sr. Schue.

"San, no te metas en problemas por mí. Es víspera de navidad, y tú-"

"Dije," me interrumpió, regresando al teléfono, acompañado del sonido de su puerta delantera siendo azotada. "Estaré ahí en diez minutos. Mis padres pueden sobrevivir a la misa de media noche sin mí. No haría otra cosa que quejarme de cualquier forma."

Sonreí, atrapándola en su mentira. "No, no lo harías, San. Te gusta ir a la iglesia, especialmente en Navidad."

Ella bufo, tratando de ocultar su risa y oí el suave repicar de su auto cuando se sentó y puso las llaves en el encendido. "Tienes razón, pero ¿y qué? Jesús me seguirá amando por la mañana."

Ella siempre ha adorado ir a misa los domingos con su madre, incluso cuando éramos niñas. Había estado confundida cuando le pregunte qué significaba ser una católica. Como si nunca hubiera conocido a alguien que no hubiera estado dentro de una iglesia antes. Me llevo con ella al catecismo cuando teníamos nueve, como si fuera parte de su ‘muestra y cuenta’.

"Esta es Brittany." Me presentó al pequeño grupo de niños en un aula del sótano del centro parroquial. "Mamá dice que es una pagana."

Eso había enviado un murmullo de risas por el resto de los estudiantes y la anciana monja al frente de la habitación se esponjo como un pavo real en desafío. No quise volver después de eso, temiendo que la imponente monja me viera y fuera quemada viva en el infierno del que hablaba con tanta fuerza en la lección. Pero de alguna forma Santana convenció a mi madre de que la misa de media noche en vísperas de Navidad no me enviaría a casa en las mismas lágrimas con las que había regresado después de haber conocido a la monja, así que fui. El miedo revolvía mi estómago en el camino, pero ella sostuvo mi mano firmemente en el asiento trasero del auto de su madre. Me jalo detrás de ella a través de las enormes puertas dobles, pasando los vitrales de interpretaciones de Cristo haciendo sus Milagros y muriendo horriblemente en la cruz. En la banca se sentó junto a mí y puso un hipnal en mi regazo, apuntando la belleza que nos rodeaba.

La enorme catedral estaba decorada con telas de terciopelo rojo y un poco convincente, dorado. Toda la extensión olía a un espeso y embriagador incienso que se quemaba en varios incensarios de bronce, bolas redondas de metal llenas de brazas incandescentes que eran balanceadas descuidadamente por cansados monaguillos. Una imagen de tamaño natural de la escena del nacimiento estaba colocada cerca de la pila bautismal de mármol en el gran vestíbulo, y una patena y el cáliz de oro estaban en exhibición en la parte posterior de la iglesia. Luego, después de que habíamos cantado “Noche de paz” y “Ángeles cantando están”, que fueron procesados ceremoniosamente en el altar, donde un gran hombre calvo en las batas blancas más hermosamente bordadas, se ponía de pie y los bendecía.

Alzo sus manos y miro al techo, con una pasión en sus ojos que nunca antes había experimentado. Rogaba a Dios que tomara nuestros pecados, y que hiciera que el pan y vino que estaban delante de él fuera el cuerpo y la sangre de Cristo. Santana me dijo después, cuando temerosa le pregunte si ella realmente había comido el cuerpo y la sangre de un hombre, que eso era solo una metáfora. Las delgadas obleas fermentadas que presionaban con sus lenguas eran solo pan, pero eso era parte de tener fe. Dios había bendecido estas cosas, y al tomarlas en sus cuerpos estaban tomando partes de Cristo. Se volvían dignos de Dios.

Todo era terriblemente hermoso.

Santana amaba la tradición en todo eso; el ritual, la repetición, las canciones. La iglesia fue donde aprendió a cantar, y donde aprendió que al levantar su voz en una canción le hacía más fácil a Dios escucharla sobre los otros millones de personas que le rogaban por ayuda.

"Cuando canto," me dijo una vez. "Dios escucha un poco más cerca." Pero, aclaro, solo cuando canta en la iglesia. Lo cual la hacía su reticencia de unirse o participar en glee más entendible cuando llegamos a esa encrucijada unos años después. ¿Para qué cantar, si no es por Dios?

Las luces frontales de su auto iluminaron la cocina a través de la ventana abierta, pero no me levante para encontrarme con ella. Ella sabía dónde estaba la llave escondida e inmediatamente fue por ella, al no ver ninguna luz en la casa.

"¿Britt?" llamo nerviosa mientras empujaba la puerta delantera. "¿Estás aquí?"

La entrada principal se extendía por toda la casa, con la sala justo a la derecha y la cocina a la izquierda. Se detuvo entre las dos puertas abiertas y me moví ligeramente en mi silla, haciéndola saltar.

"Jesús," siseo, estrechando su mano en su garganta. "¿Por qué estás sentada en la obscuridad?"

Me encogí de hombros mientras ella iba a sentarse conmigo, sin molestarse en encender las luces al pasar. Acerco una silla plegable y la giro para poder sentarse a horcajadas en el respaldo. "No lo sé. Supuse que no estaría aquí cuando necesitara las luces encendidas."

Ella hizo mi flequillo a un lado, al ver con la luz de la farola como mis ojos estaban hinchados de haber llorado. "¿Te dejo plantada? ¿Otra vez?"

Negué con la cabeza. "No, yo lo arruine. Él llamo cuando estábamos en las seccionales para decir que no iba a poder venir. No le devolví la llamada, así que nunca recibí el mensaje."

"Así que te dejo plantada."

"Supongo." Realmente no había forma de argumentar a su favor, así que solo suspire, abatida.

Ella coloco mi mejilla en sus dedos. "¿Hablaste con Court al menos?"

Su mano seguía fría por las bajas temperatura de afuera, y note por primera vez que no traía ni guantes ni abrigo. Solo una sudadera de las porristas y unas orejeras. Incline mi cabeza contra su palma, dejándola acunada en ella por un momento antes de envolver mis dedos en ella y llevarla a mi boca. Exhale fuertemente en sus congeladas extremidades, fritándolas entre mis manos para calentarla.

"Si, hable con ella," dije, presionando sus nudillos en mis labios. "Aún no se ha querido subir a la bicicleta."

La cara de Santana se arrugo, en esa expresión que su rostro hace; medio-triste, medio-adorable, la cara que se hace cuando algo es tanto lindo como infortunado. Como un cachorro cayéndose del sofá. "Aww, B… al menos sabes que está pensando en ti."

¿Pero cuando yo he pensado en ella? "Si, es verdad, supongo."

Deje que mis dos manos, aun sujetando las de ella, cayeran en la mesa. Observe nuestros dedos entrelazados, sabiendo que ella nunca me hubiera permitido tocarla tan íntimamente como acababa de hacer si estuviéramos en cualquier otro lugar. Jale mis brazos hacia mí, dejando su mano vacía. "Gracias por venir."

Agarro mi mano de vuelta, ofendida, y jalo de mi brazo. “¿Vas a decirme toda la historia, o nos vamos a sentar aquí en la obscuridad toda la noche? Podría estar en la iglesia ahora mismo. Sabes cómo me encanta el incienso. Y la música de navidad. 'Dios les brinde alegría', B. Podría estar en los villancicos."

Ella estaba bromeando. La sonrisa en su cara se supone que debía animarme, y parecía estar funcionando. Me sonroje, tratando de ocultar mi sonrisa.

"Vi eso," dijo triunfante. "Vamos. Podemos charlar en el auto."

Ella me jalo hasta ponerme de pie y me arrastro hacia la puerta antes de que pudiera alegar, tirando de mi abrigo por la solapa. "¿A dónde vamos?"

"A mi casa," contesto, agarrando mi maleta por el asa y empujándome hacia la puerta frente a ella. "No creías que iba a recorrer todo el camino hacia aquí y luego dejarte sola en una casa vacía, ¿o sí?

Aseguro el cerrojo y puso la llave escondida de vuelta a su lugar mientras yo bostezaba. Había creído que estaría sola, solo por un momento. Mamá regresaría a media noche, y luego se iría a las 9am para el otro turno. Técnicamente ella estaría por aquí. Pero Santana tenía otros planes. La maleta quedo en la cajuela y las dos entramos en el helado auto, escuchando los asientos de cuero rechinar bajo nuestro peso.

"Bien," dijo, encendiendo la calefacción y saliendo de la calzada. "Escúpelo."

"No hay mucho que decir," me encogí de hombros, tratando de quitarle importancia al asunto. "Sharon quiso ir a Michigan, él no puede sacarme del estado, blah, blah, blah. No recibí la llamada. Eso es todo."

Ella tosió, rodando sus ojos mientras giraba la esquina de mi calle. "Debí saber que fue la perra madrastra. ¿Al menos te dijo cuándo regresarían? Tal vez puedas ir a pasar Año Nuevo."

"Él dijo Pascuas."

Su cabeza giro bruscamente hacía la derecha, su boca se abrió poniendo su patentada cara de disgusto. "¿Pascuas? Jesús, eso es hasta marzo. ¿Cómo eso es justo?"

Me encogí de hombros otra vez. Ella estaba lo suficientemente enojada por ambas, y se sentía bien ser capaz de hacerlo a un lado y dejarla hacer los gritos por ambas. "No se supone que sea justo. Es lo que es."

Sus manos se aferraron al volante firmemente, sus nudillos estaban blancos por el esfuerzo. Frunció el ceño, pero mantuvo los ojos en la carretera. Era tarde, definitivamente pasando el toque de queda, y ella aún tenía una licencia restrictiva. Ser arrestadas en vísperas de Navidad era lo último que cualquiera de las dos quería. "Qué pasa con tu padre que es tan incumplido. No entiendo como lo soportas, ser rechazada una y otra vez."

Práctica, pensé con una sonrisa mórbida.

Puede que lo haya dicho en voz alta. Ella mordió su labio, con preocupación entre sus dientes mientras nos dirigíamos hacia su calle.

Incluso cuando ella vivía a una milla de distancia de mí, nuestros barrios eran distintivamente diferentes. El mío consistía en pequeñas casas, para una sola familia, de estilo finca o bungaló, cortadas con la misma tijera. Todas tenían tejas desordenadas y tenían sucios y decolorados revestimientos de aluminio y rejas en las ventanas. Algunos tenían autos averiados en sus cocheras o en sus patios apoyados en ladrillos de cemento, que servían como garantías para cuando el dueño no tuviera suerte con su corredor de apuestas. Las calles a menudo quedaban sin barrer por días, y la mayoría de los residentes no dudaba en decorar sus jardines con flamencos rosados.

El de ella, por otra parte, permanecía inmaculado y sereno. Las casas eran suntuosas en comparación. De varios pisos con fachadas de ladrillo o adoquín, la mayoría tenían largos pilares blancos con puertas dobles de roble con golpeadores de bronce en forma de cabeza de león. En el verano había empresas de jardinería que plantaban flores frescas y mantenían el césped en un perfecto tono de verde, sin flamencos o nomos a la vista. Incluso en el frio invierno, la nieve relucía más blanca a la luz de la luna.

Santana bajo la velocidad mientras entraba en la entrada circular de su casa y llevaba el Mustang dentro de la cochera al lado del BMW de su padre. La puerta automática se deslizo detrás de nosotros con un chirrido, y me guio dentro de la casa después de recuperar mi maleta. Nosotras no permanecíamos en las áreas comunes. Por hermosa que su casa fuera por el exterior, el interior lo era mucho más. Con terminados en rojos profundos y blancos con detalles en negro en las mesas y cuadros, se sentía como molesto y de alguna manera considerablemente frio y había una notable falta de adornos navideños. En la pared del fondo colgaba un crucifijo gigante, el rostro de Cristo contorsionado por la agonía, haciendo que la imagen de esta habitación de cámara de torturas fuera mucho más creíble. Ninguno de los sofás era cómodo, y servían más como temas de conversación cuando los López entretenían a sus invitados, que como muebles. El Dr. López nunca estaba en casa para sentarse en ellos de cualquier manera, y cuando estaba, usualmente estaba encerrado en su estudio. El gran vestíbulo y la sala, por lo tanto, estaban completamente para espectáculo. La decoración había cambiado varias veces con los años, pero una cosa permanecía igual: la gran e imponente fotografía familiar sobre la chimenea (que realmente nunca se había encendido).

Cada año, Santana y su familia se citaban para una fotografía con un fotógrafo del área. La impresión estaba expandida en dimensiones masivas, enmarcada y colgada en la pared como pieza central de la habitación. El Dr. López, con su grueso bigote gris, y una severa y fría mirada, de pie, rígido al fondo mientras su esposa, una versión mayor y grisácea pero igualmente hermosa de Santana, de pie, seria a su lado. Santana estaba sentada frente a ellos, sus labios colocados en una línea sombría. Era una imagen idéntica a las fotos tomadas por los últimos cuatro años, pero antes que esa, había un cuarto rostro en el retrato de la familia López. Ahora, colocado en un manto directamente bajo el marco, estaba la foto de un hombre joven con un áspero rostro y obscuros y tortuosos ojos. Su boina verde inclinada perfectamente a la derecha, su nítida camisa cubierta con una chaqueta de verde obscuro con botones de latón sobre las solapas y hombros. Al lado izquierdo de su pecho, justo sobre su corazón, había una serie de barras multicolores, indicando años de servicio y reconocimientos. Un águila plateada colocada justo encima de eso, y a través de sus mangas estaban las barras de su rango de capitán. Sobre su hombro un caduceo tejido, blanco y rojo, las serpientes gemelas enrollándose tenuemente a un bastón alado. En su parte posterior una bandera estadounidense, fue cubierta patrióticamente a través de un fondo azul.

Me detuve a ver la foto de Martin López, el hermano mayor de Santana del que raramente hablaba. Su foto, rodeada de docenas de velas sin luz encerradas en cilindros de vidrio con figures religiosas en ellos, estaba sostenida en un rustico, marco de estilo antiguo que destacaba contra los ángulos modernos de la sala de los López. Di la vuelta para mirar su gran ventanal en la parte delantera de su casa y, por supuesto, la bandera de seda blanca con la solitaria estrella azul colgaba en el centro.

Santana se detuvo en la parte baja de las escaleras, al ver que me detuve y que mis ojos iban de un lado a otro entre la foto y la ventana. "¿Britt?" me llamo, poniéndose rígida con súbita agitación. "¿Vienes?"

Gire inmediatamente y sonreí, pretendiendo que no me había detenido y llamado la atención la única cosa de la que sabía que nunca debería hablar bajo ninguna circunstancia. Su expresión se suavizo, y comenzó a cargar la pesada maleta por la escalera circular.

Su habitación era esencialmente su propio apartamento en el segundo piso. Tenía su vestidor en un cuarto separado, que tenías que a travesar para llegar a su habitación, donde tenía su propio baño y una escalera privada que llevaba a la cocina. Aunque la casa no era lo suficientemente vieja para que tuviera una de esas, ella llamaba a estas escaleras el paso de los “sirvientes”, porque su padre había insistido que su servicio de limpieza las usara en lugar de la escalera principal para cargar su equipo a través de la casa. Si ella hubiese tenido otra para entrar y salir de la casa desde su habitación, ella nunca vería a sus padres en absoluto.

Deposito la maleta en una esquina con un bufido y se lanzó volando a su cama King-sized, tomando unas largas y profundas respiraciones.

"Tendrás que quedarte una semana para que valga la pena el haber cargado esa cosa por las escaleras, B," ella bromeo, rodando su costado y apoyando su cabeza en su puño. "Ven aquí."

Había estado reposando en la entrada, vigilando mi mochila. Mis píldoras estaban adentro, y me había negado tomar alguna antes de que ella llegara. Pensé que tendría más tiempo. Mi piel ya se estaba empezándose a enchinar, y la posibilidad de que ella me llevara a su cama mientras sus padres estaban fuera, en la misa de Navidad, era suficiente para que mi estómago se doblara sobre el mismo. Demasiadas cosas habían ido mal ese día, y no iba a invitar más caos, no sin un Xanax en mi sistema por lo menos.

Estaba a punto de rechazar su invitación cuando una fuerte campanada desde debajo de las escaleras resonó por la casa, marcando las horas. Desde su lugar en la cama, ella sonrió y se puso de pie, haciendo mi objeción irrelevante. En la sexta campana ella me alcanzo y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura, jalándome lentamente a un firme abrazo con su cara enterrada en mi cuello. Ahí exhalo. Mil, dos mil. En la octava campanada comenzó a balancearse, moviéndonos a ambas al ritmo de un melodía inexistente, un movimiento que encontré muy familiar. Uno-y-dos, tres, cuatro. En la décima campana, levanto su cabeza y alzo la mirada hacia mí, sonriendo.

"Feliz Navidad, B," susurro en la onceava campanada.

Y en la doceava, se paró de puntillas y me beso.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Me levante antes que el sol, con náuseas y sudando. Su cuerpo estaba envuelto alrededor del mío, la combinación del pantalón de la pijama de franela y las telas térmicas hicieron que mi piel se sobrecalentara. Ahogue un gemido en su suave almohada y me moví tan suavemente como pude para salir de debajo de su fuerte y desesperado agarre. Siempre había creído que cuando dormías tus músculos se relajaban. A Santana le pasaba lo contrario cuando dormía, y con todo lo que se aferraba no era competencia para su fuerza muscular.

Ella se quejó entre sueños pero no se despertó, rodo alejándose de mí y se envolvió en una bolita para compensar la repentina falta de calor. Me escurrí silenciosamente hacia mi mochila, saque mi botella escondida, y cerré la puerta de su baño detrás de mí. Me senté en la tapa cerrada del baño, apretando la botella entre mis rodillas para tener un mejor agarre, y finalmente la tapa a prueba de niños se abrió con un desesperado gruñido. La mitad del contenido cayó al suelo mientras yo lo vaciaba en mi mano y maldije en silencio, vigilando la puerta para escuchar cualquier movimiento de Santana. No hubo nada más que el sonido de mi propio pulso; molesto y frenético en mis oídos. Junte mis píldoras caídas, sosteniendo dos entre mis labios mientras luchaba por poner la tapa en su lugar. Gemí con rabia, como un niño incapaz de conseguir lo que quiere, antes de detenerme, y respirar lenta y profundamente, y exhalar. Conté hasta diez para calmarme, y trate de que mis manos dejaran de temblar.

Cuando termine, seguía teniendo una leve parálisis en mi lado derecho, pero ya no estaba tan en ruinas como había estado. La botella se cerró más fácil, y el ensordecedor correr de sangre en mis oídos se había calmado. Deje que las dos píldoras que había estado sosteniendo entre mis dientes se dirigieran hacia el fondo de mi garganta y las trague en seco, insegura de que me pudiera levantarme el tiempo suficiente para cruzar el enorme baño hasta el lavabo. En su lugar me incline contra el tanque del retrete, respirando. Deseaba que el dolor leve que se había extendido por todo mi cuerpo se calmara. Sentí como si hubiera sido golpeada por un auto. Nada había ido aparentemente mal, pero mis terminaciones nerviosas vibraban con dolor y mis músculos dolían, contrayéndose entre ellos. Estaba segura que mis huesos eran tan frágiles como ramas secas, listas para tronar con el movimiento equivocado. Mi cuerpo estaba cubierto con una ligera película de sudor y mi cabello estaba aplastado en mi frente. Entre eso y mi cuerpo adolorido, todo lo que quería era una ducha caliente. La de ella estaba tan cerca, y sabia que había la posibilidad de despertarla. Llegue al punto donde ya no me importaba.

Me tropecé con torpeza en la gran cabina de la ducha donde fácilmente podían caber cuatro como yo. Al agua le tomo solo segundo pasar de fría a hirviendo, y me senté en el azulejo bajo la fuerte corriente, dejándola quemar mi piel y relajar mis músculos.

No la escuche llamando la puerta en primer lugar, y el ligero golpeteo se convirtió en golpes frenéticos. No tenía la energía para ir hasta la puerta por mí misma, y di un grito débil para dejarle saber que no estaba asegurada. Me alegre por eso, porque eso quería decir que no tenía que dejar el calor de la regadera.

Ella abrió la puerta de la regadera, sin dar señal de que estuviera avergonzada de mí desnudes. Pensé en que ambas nos habíamos visto denudas lo suficiente para sentir que era más natural estar denudas entre nosotras que estar vestidas. No podía recordar la última vez que me sonroje cuando ella me había visto desvestida, pero casi todos los días ni siquiera podía mirarla a los ojos cuando estábamos en nuestros uniformes de porristas.

"Brittany, ¿qué demonios?" Bajo la mirada hacia mí, al haber abierto la puerta de la regadera, y me vio doblada en posición fetal en la tina. "¿Estás bien? Son las cuatro de la mañana."

"No me siento bien," murmure bajo el chorro de agua. "Cierra la puerta, hace frio."

Esperaba que bufara y me dejara ser. En cambio, Santana dudo solo un Segundo antes de quitarse la parte de abajo de su pijama, su blusa y su ropa interior y entrara junto a mí. Ella se sentó con su espalda hacia la pared y llevo mi cabeza a su regazo. Se inclinó y beso mi cabello mojado, quitándolo de mi cara y estirando su mano para encontrar su shampoo. Sus manos hicieron un trabajo rápido al frotar mi cuero cabelludo, gentilmente masajeando mis sienes y cuello, causando que gimiera. No había nada sexual en eso, pero me sentí más vulnerable en ese momento que de lo que había estado cuando estábamos teniendo sexo.

Santana trabajo silenciosamente, jalando la cabeza de la regadera hacia abajo para enjuagar el shampoo de mi cabello, cubriendo mis ojos para que nada entrara a ellos. Luego tomo la barra de jabón de lavanda y comenzó a frotarlo por mis hombros, moviéndolo lentamente sobre mis brazos, luego por mis piernas. Finalmente, me alcanzo la barra sin decir palabra, ofreciéndomela para lavarme en mis áreas más íntimas. Ella era, si este era el término apropiado, un perfecto caballero. No acepte el jabón, así que lo hizo ella misma, suavemente, sin prolongarlo más de lo necesario antes de una vez más enjuagarme.

Me puso completamente en su regazo, sosteniéndome en su pecho y permitiendo que el agua corriera tibia antes de cerrarla y ayudarme a ponerme de pie. Una toalla indescriptiblemente esponjosa fue envuelta alrededor de mis hombros y me seco, una vez más deteniéndose para ver si lo haría yo misma. Una vez más lo rechace. Ella me llevo de nuevo a su cama, y la única cosa que evitaba que colapsara era su mano firme en la base de mi espalda. Me recostó en la cama, desenvolviendo la toalla mojada de mi torso y usándola para secar una última vez mi cabello antes lanzarla dentro del cesto. Recordé haber estado en una posición similar – desnuda, sin vida, sentada en el borde de una cama – hace no mucho tiempo atrás. Fue una extraña sensación de déjà vu, considerando lo cansada que estaba. Las píldoras habían trabajado mágicamente rápido, y cuando ella se arrastro por la cama hasta mi lado, colocándome en su pecho, no sentí nada más que una desesperada necesidad de dormir.

Estaba a la deriva en la obscuridad. Sentí mi cuerpo aflojarse, y mi respiración equilibrarse, pero aún seguía en un estado semiconsciente. La cama flotaba a unos cuantos pies del suelo, balanceándose como una cuna, meciéndome. En el silencio, Santana pasaba suavemente sus labios por detrás de mí cuello, cuidadosamente, comprobando si estaba despierta. No me moví, y los dejo reposando en mi columna.

"No tienes idea de lo mucho que me aterrorizas," susurro.

Mis labios no formarían las palabras que subían desde mi estómago hasta mi garganta, así que quedaron ahí, contenta de imaginar que las había dicho y esperando que ella pudiera leer mis pensamientos. Casi lo mismo de lo que tú me aterrorizas,Pero está bien.
------------------------------------------e------------------------------------------Holaaaaaaaaa señoritas como estan... espero q bn , este es la primera parte del cap q les he hablado , aunq aki no sale la parte es la de mañana jejej este es unos de mis cap favoritos q los disfruten y gracias por leer y comentar
mary04
mary04
-
-

Femenino Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 30
Club Naya/Santana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Hilary24 Mar Ene 22, 2013 9:17 pm

el papa de brittany la dejo en navidad y la vuelve a ver en marzo :S , y santana al rescate
Hilary24
Hilary24
*
*

Femenino Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Edad : 32
Cory/Finn Cameron


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por MarLovesGlee<3 Mar Ene 22, 2013 11:14 pm

Dios! Pobre Britt, así cualquiera tambien andara con una depresion de mil Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 3718790499 Pero menos mal que San llegó y que la llevó a su casa a pasar la navidad con ella !Ya quiero ver la continuación! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864

Actualiza pronto! :3
MarLovesGlee<3
MarLovesGlee<3
********-
********-

Femenino Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Club Brittana Nellie


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por mary04 Miér Ene 23, 2013 6:01 pm

Influence (Influencia)|Brittana| Capitulo 17: Cordero a la masacre Part II

La cama a mi lado estaba vacía cuando desperté por la luz que se filtraba por las cortinas translucidas. No tenía idea de que hora era, pero basándome en la altura que estaba el sol en el cielo, asumí que era tarde.

Rodé en mi lado, sosteniendo mi cabeza mareada y frotando mis ojos antes de buscar por la habitación a Santana. No estaba a la vista. Me levante cautelosa, una ligera resaca por el dolor matutino persistente en mis miembros. Me vestí y revise mi cabello en el espejo del baño, solo para encontrar mi botella de pastillas colocada visiblemente en el tanque del retrete. La tome de un manotazo, guardándola de forma segura con un nudo en mi estómago antes de bajar por el ‘paso de los sirvientes’ a la cocina.

"¿San?" llame, al no ver nadie ahí, más que los restos de un rápido desayuno que permanecían en el pretil. "San, ¿estás aquí?"

Gire la esquina hacia la sala, donde una vez más me confronte con la Mirada de la familia López del portarretrato. La mire, y a Martin directamente debajo, de repente desesperada por encontrar a Santana antes que la fuerza de esas miradas me arrollara.

"¿Santana?" me escurrí por el pasillo principal de la sala. Había habitaciones de huéspedes al final por la derecha, y en la izquierda estaba la biblioteca y el estudio del Dr. López. Normalmente la puerta estaba cerrada, pero esta vez estaba lo suficientemente abierta para que un rayo de luz se filtrara en el obscuro corredor.

"¿Santana?"

Abrí la puerta y la vi sentada en la gran silla de cuero de su padre atrás de su igualmente grande escritorio. Él era un hombre imponente de altura y complexión, y la silla, con remaches de bronce y respaldo rígido reflejaba eso. Ella lucia como una niña, empequeñecida por su tamaño. Ella estaba pasando sus dedos sobre el exhibidor de plumas fuente, pasando de una a otra, como si las memorizara, pero con esta expresión de profunda desesperación en su rostro. Cuando escucho la puerta rechinar, alzo la mirada.

"Ahí estas," dijo, cambiando su expresión y sonriendo. "¿Dormiste bien?"

Asentí, sintiendo la alfombra persa sobre el piso. "Si. Me siento mucho mejor. Aunque podrías haberme despertado antes. ¿Qué hora es?"

"La una y media," contesto, levantándose y rodeando el escritorio para tomar mi mano y guiarme por la habitación. Por el camino, se detuvo para acomodar un estante de libros que yo había golpeado sin darme cuenta, asegurándose de que estuvieran perfectamente al ras de principio a fin antes de cerrar la cortina que había abierto. Ella cerró la puerta tras nosotras y me llevo de regreso al pasillo, pasando la sala, y por la cocina hacia un conjunto de escaleras que llevaban hacia el sótano. Aquí, vi donde todas sus decoraciones navideñas habían sido escondidas.

Era como si el Polo Norte hubiera vomitado una escena navideña en la sala de entretenimiento, convirtiéndolo en el Palacio Navideño, pero de alguna forma seguía siendo hermoso. Había un pequeño árbol en la esquina junto a una gigantesca televisión de pantalla plana, la cual estaba tan exageradamente decorada que se tambaleo peligrosamente cuando entramos a la habitación.

"¿Te gusta?" pregunto, tomando asiento en lo que probablemente sería el único sofá cómodo en toda la casa. "Sé que el árbol es pequeño, pero fue todo lo que pude cargar, así que imagine-"

"Es hermoso, San," dije, interrumpiéndola y bajando de un salto junto a ella para tomar su mano. Me di cuenta rápido que ella había hecho todo este trabajo personalmente. "El árbol es perfecto."

"¿Tú crees?" pregunto, sonando insegura. "Me parece la versión pequeña de La Navidad de Charlie Brown. Como si realmente no valiera la pena estar aquí. No encaja con el resto de la casa."

"Es por eso que es perfecta," respondí, inclinando mi cabeza en su hombre y admirando todo el trabajo que había hecho. "Hey… sobre esta mañana…"

Su mano se apretó en la mía y con la otra hizo mis mechones a un lado. "No te preocupes por eso," suspiro, pero puede escuchar un dejo de preocupación. "Para eso estoy."

"Lo sé," asentí, separando nuestras manos por un momento para enlazar nuestros brazos, luego inmediatamente re-enlazar mis dedos entre los de ella. "Pero no tenías que hacer todo eso… en la ducha. Estaba bien."

"Si eso es estar bien realmente no quiero ver como luce no estar bien," respondió, mirando las parpadeantes luces en el árbol. "Hice lo que necesitaba hacer, eso es todo, ¿bien?"

"Bien." Permití que el tema se dejara de lado, como sabía que ella quería. "¿Dónde están tus padres?"

"Papá está trabajando," dijo rodando los ojos. "Regresara para cenar. Y mama fue a su grupo de ayuda. Ni siquiera sabía que tenían reuniones en Navidad."

"Parece ser que es el día del año que lo necesitan más," ofrecí. "¿Cómo le está yendo?"

Santana se estaba tensando progresivamente junto a mí, y supe que nos estábamos acercando a territorio peligroso. Quedo totalmente en ella como el resto de la conversación seguiría.

"Está bien, supongo," dijo después de un rato. "Mejor que la Navidad pasadas, pero sigue manteniendo las velas."

"¿Que sería de un viaje a la casa de los López sin una vela?" bromee, tratando de romper la tensión, pero ella solo se encogió de hombros.

"Desearía poder llegar a una casa donde tres horas en la noche de rezos y una docena de velas aromáticas no fuera una norma. Daría todo para que mis padres dejaran de gritarse el uno a otro y se divorciaran como todos los demás en este pueblo olvidado por Dios."

"No es tan bueno como parece," respondí, dándole un ligero golpe con los nudillos. "Mírame, sola en Navidad."

"En caso de que no lo notaras, iba estar bastante sola."

Asentí, mentalmente anotando que éramos semejante par. "Si. Lo note."

Una puerta se cerró en la parte de arriba y Santana salto, arrancando su brazo lejos del mío y poniéndose de pie.

"¿Mija?" Una voz floto por las escaleras, el sonido de la edad persistente en la garganta de quien hablaba. "Mija, ven ayúdame con la cena. Tú padre llegara a casa pronto."

Mire a Santana, quien miraba los escalones como si fueran objetos extraños. Su cuerpo estaba rígido y sus dedos doblado en firmes puños. Los aflojo, trono su cuello y se dirigió hacia las escaleras con propósito.

"Ven," dijo desde el piso de abajo. "Tenemos una cena que hacer."

La grisácea mujer en la cocina estaba sorprendida cuando otra persona se reunió con ella y con su hija en el pretil un momento después.

"Oh, Brittany," observo, engrosando su voz con desdén. "Santana no menciono que vendrías hoy."

"Paso aquí la noche, Mami," Santana contesto gentilmente, casi sumisa. "¿Recuerdas? Falte a misa para ir a-"

"Pero fuiste al servicio de la mañana, ¿sí?" La Sra. López preguntó, como si hubiera olvidado que su hija no había estado con ellos la noche anterior. El tono de la mujer mayor era tanto desesperado como molesto.

"Por supuesto, Mami," Santana respondió, sometida. Así que por eso se levantó y se fue. "Salude al padre Michael y di limosna. No te preocupes, recé por él también."

Ahí estaba. La mención que estaba esperando. Tan fugaz, y lo suficientemente vago para que cualquier extraño que escuchara la conversación no entendiera, pero entendí.

Martin.

La Sra. López asintió con una fuerte aspiración, y volvió a cortar en cubos su apio. Santana tomo la cebolla y me alcanzo un tomate, y trabajamos en silencio, cortando y picando.

Es difícil describir una atmosfera como la de la familia López, otra que decir que faltaba atmosfera. Cuando su madre y Santana estaban en la misma habitación, bien podrían haber estado a dos millas de distancia por la atención que se prestaban la una a la otra. Trabajaban sin problemas alrededor de la otra, preparando diferentes partes de la misma comida sin siquiera reconocer el lugar que tenían en la producción la otra. Era un baile bien ensayado, las dos esquivándose para dejar que la otra pasara.

Era frio, el asunto entre ellas. Eso implicaba que ninguna de ellas tenía un sentimiento real, positivo o negativo, por la otra. Era obvio que a ninguna le importaba realmente si la otra estaba presente. Era el mejor espectáculo de indiferencia que haya visto, y me di cuenta de lo parecidas que Santana y su madre realmente eran.

Los padres de Santana eran más grandes que los de la mayoría, probablemente una generación complete más grandes que los míos, quienes me habían tenido demasiado temprano, cuando ellos aún eran chicos. La Sra. López estaría completamente gris, si no fuera por el costoso salón en el centro al que pagaba muy bien dinero para ayudarla a ocultar su verdadera edad. Ella no se había hecho – o necesitado – cirugía plástica, y su parecido con Santana era notable en cada uno de sus rasgos, hasta en sus emparejados ceños fruncidos cuando estaban en profunda concentración.

Mientras ellas hacían su baile, yo miraba, como un público en una obra. Santana ponía a hacer pequeñas cosas: corta esto, rocía eso. Pero nunca dijo otra palabra a su madre. Estar en medio de eso era sofocante, como si dos paredes carnosas se acercaran, cerrándose hacia mí. Creaba tanta tensión evitando su comportamiento habitual que Santana tomo el recipiente mezclador lleno de salsa mole de mis manos y me pidió que fuera poner la mesa. Supe que fue solo para alejarme de envenenar su desinterés mutuo.

Me sorprendió que me confiaran la fina porcelana china, considerando mi afición de romper las cosas, pero coloque todo cuidadosamente mientras escuchaba el silencio de la cocina. Se estaba obscureciendo temprano, y para las cinco de la tarde el sol se había puesto y quede preguntándome cuanto tiempo duraría su mascarada de madre e hija.

Santana entro al comedor y revise la mesa, ajustando las copas y servilletas con experiencia militar, así todo estaría parejo y acomodado de acuerdo a las instrucciones de ‘Srta. Modales’. Pude ver cómo, se iba volviendo más aprensiva a la anticipación del regreso de su padre. Se me ocurrió mientras ella acomodaba los cubiertos en la cabeza de la larga mesa de caoba, envolver mis brazo alrededor de ella, queriendo calmarla.

Pero al tocarla giro tan rápido que tiro la pesada silla de madera y me empujó hacia atrás abruptamente. Me tropecé, topando con la pared, haciendo que el candelabro se tambaleara. Sus ojos estaban tan abiertos que podía ver blanco en la parte superior e inferior de sus iris, y presiono su mano en su pecho para calmar sus propios latidos.

"¿Qué fue eso?" dijo su madre desde la cocina. "No rompiste nada, ¿o sí?"

Santana nunca alejo los ojos de los míos, tampoco lo hizo el pánico, pero su voz era tan consistente que pensé que venía de otra persona. "No Mami," respondió. "Brittany se tropezó. Está bien."

"Mientras mi porcelana china este toda en una pieza," llego la indignada respuesta, y fruncí mi nariz por ellas dos.

"Lo siento," murmuro silenciosa, ofreciéndome su mano, pero alce la mano y negué con la cabeza. Yo seguía aturdida por el golpe. Necesitaba un minuto. Di un paso atrás cuando su madre entro en la habitación cargando una bandeja de entremeses. Ella mordió su labio inferior, mirándome tratando de recuperar el aliento.

"¿Está bien?" La Sra. López pregunto, viéndome con cautela. "Parece que podría estar enferma." Su preocupación no era por mí, sino por la costosa alfombrilla debajo de mis pies.

"Estoy bien," conteste, tratando de cubrir mi tono de irritación con uno de gratitud y sin permitir que mi resentimiento se mostrara. "Gracias, Sra. López."

Ella asintió secamente y regreso a la cocina, la puerta giratoria rechinando tras de ella. Santana espero oír el sonido del procesador de alimentos para correr a mi lado.

"Lo siento," susurro, levantándome. "Me asustaste. No puedes… no aquí. No cuando ellos están justo ahí."

Ella lanzó una mirada de pánico a la cocina, donde el procesador de alimentos se detuvo de repente. Sus manos temblaron contra mis brazos y gentilmente palmee su espalda, entendiendo.

"Mejor no estar demasiado cerca," dije suavemente, y comencé a respirar nuevamente, consiguiendo lo que estaba tratando de hacer: ayudarla.

Santana giro al oír el sonido de otro portazo, y unos pesados pies estampando de nieve el vestíbulo. "Llego a casa."
No era como si no hubiera conocido a los López antes de esa noche, pero ellos siempre habían mantenido una distancia confortable entre ellos y su hija, como también de sus amigos. Ellos eran educados, hasta cierto punto, y luego se les acabo la pretensión y se dedicaron a sus asuntos. Después de haber estado alrededor de ellos por ocho largos años, esta pretensión hacía tiempo que habían caído en el olvido, y el Dr. López fue el primero en dejármelo saber.

"María, estoy hambriento," él llamo mientras pasaba por el vestíbulo hasta la sala de estar, antes de detenerse en seco cuando nos vio a nosotras dos en el comedor adyacente. "Oh. Compañía."

Santana trago saliva y bajo la mirada, dando un paso hacia su padre. "Bienvenido a casa, papi," dijo recatadamente, parándose en sus puntillas para besar la mejilla del Dr. López. "Brittany se quedara con nosotros para cenar, si no te importa."

Él me miro, sus ojos se entrecerraron de la misma forma en que Santana hacía. Excepto que cuando él lo hacía, más de una onza de terror se arrastraba por mi garganta. "Supongo que no tenemos opción en el asunto,” dijo con voz ronca, dejando caer su maletín en los brazos de Santana y quitándose el bata blanca que aún traía. Tomo ambas cosas, señalándome con la cabeza que la siguiera mientras se dirigía hacia el corredor para depositar las cosas en el estudio de su padre.

Las manos de Santana estaban sudorosas y las limpio nerviosamente en sus pantalones. No sabía qué hacer para calmarla, por lo mucho que se petrificaba al tocarla en su propia casa.

"Cualquier cosas que hagas," advirtió en un susurro. "No hables al menos que te lo pidan. No menciones a Martin. Y no mires a mi padre a los ojos."

"Dime que necesitas, San," pedí, tratando de tocarla y arrepintiéndome rápidamente cuando la vi retrocediendo con terror. "Me puedo ir, si eso lo hace más fácil."

El parpadeo de sus ojos antes de que negara con la cabeza me dijo que casi había dicho que si, que debería irme, pero había algo mucho más clarividente en ese hecho que, después de que ofrecí irme, ella tomo mis manos en las de ella.
"No puedes irte," respondió, sus ojos moviéndose entre la puerta y yo. "Te necesito. Dios, o creo haberte necesitado más que ahora mismo."

Ella estaba petrificada. Probablemente por el hecho de que yo estaba ahí, de que sus padre estaban sentados para comer conmigo por primera vez en ocho años. O tal vez porque ella genuinamente estaba temerosa de ellos. Lo más horrible de eso era la absoluta sensación de impotencia que Santana exudaba; una emoción que no era rápida para revelar.

Presione su mano firme, solo una vez, y la aleje. Sin poner a prueba mi suerte. "Vamos," sugerí, dando un paso hacia la puerta del estudio. "Se preguntaran donde estamos."

Dejo escavar un pequeño bufido, como si dudara de eso, y siguiéndome hacia el comedor, donde la Sra. López estaba colocando el pavo y varios platillos: Arroz español, molé con pollo, ensalada de maíz. Todas habíamos trabajado en ellos juntas, pero cuando el Dr. López finalmente tomo asiento en la cabeza de la mesa, él solo miro a su esposa en el extremo opuesto y refunfuño su agradecimiento solo hacia ella. Santana no tuvo intención de corregirlo, en su lugar miro su plato vacio.

"Bendícenos, oh Señor," empezó su madre, inclinando la cabeza para recibir la bendición, con la cadena de cuentas envuelta alrededor de su muñeca y haciendo sonar su mano contra el plato, e imite su acción. "Y estos, los dones, que estamos por recibir tu generosidad, a través de Cristo nuestro señor, Amen."

Los platos de comida estuvieron en la mesa en absoluto silencio. Mantuve mi cabeza gacha, mirando a Santana ocasionalmente, solo para verla pasar su comida de un lado del plato al otro con la intensión de que luciera como si estuviera comiendo algo.

"Santana, come tu comida," su padre ordeno. "Deja de jugar con ella. Tu madre hizo tus favoritos."

Ella negó con la cabeza y suspiro, murmurando algo indiscernible en voz baja.

"¿Disculpa?" El Dr. López rabio. "Si tienes algo que decir, dilo claramente. Ninguna hija mía musitara."

"Dije, 'No son mis favoritos,'" repitió un poco más fuerte, aún sin levantar su cabeza. "Son los de Martin."

La mención del nombre – la palabra prohibida que aprendí a no repetir – causo que su madre empezara a lloriquear en el otro lado de la mesa. La mujer mayor se levanto y fue hacia el manto, encendiendo las velas religiosas alrededor de la foto de su hijo.

"Demonios," su padre maldijo, golpeando con su mano la mesa. "María vuelve a la mesa, ahora. No somos paganos. No dejamos la mesa antes de que la comida se haya terminado."

Su madre dudo. Su primer error.

"¡Dije ahora!"

Ella presiono dos dedos en el vaso y corrió de nuevo a su asiento, limpiando lágrimas de sus ojos.

"Te sentaras en esta mesa como un ser humano civilizado, y detendrás ese llanto," siseo, apuntando con un dedo diestro a su esposa. "Él no voló la mitad del mundo para tener a su madre sollozando por él cada segundo del día. Es un héroe, y algún día regresara. Y cuando lo haga, estar jodidamente segura de que no le faltaras al respeto al muchacho con tus lágrimas."

Martin, sin embargo, era mucho menos un muchacho y más un hombre. Él tenía cerca de treinta ahora, su primer y único hijo. Su orgullo y alegría. Un doctor, justo como su padre. Santana nunca había sido parte de sus planes. Pero Dios da, y Dios quita. Él se llevó a su hijo lejos a Afganistán, y lo que les dejo, fue su premio de consolación. La pequeña niña defectuosa que ellos nunca habían querido en primer lugar. Ellos han contado tanto, el día que él fue enlistado hace cuatro años. Que Martin, por su propia voluntad no ha regresado a casa desde entonces.

Mire su rostro buscando alguna reacción. Permanecía en blanco, y ella continuaba empujando su comida por todo su plato. Se hundió en su silla, tratando de desaparecer en sí misma, como si pudiera escapar de las miradas de desaprobación que estaba recibiendo desde ambos extremos de la mesa.

"Tenías que venir y decir algo," su padre escupió. "Estábamos teniendo una cena perfectamente placentera antes de que vinieras a molestarla." Señalando con el dedo mientras la Sra. López y ella fruncían el ceño reflexivamente.

"Lo lamento," Santana murmuro, colocando sus manos en su regazo, vencida.

"Más te vale que lo lamentes," El Dr. López continuo, ignorando mi presencia y dirigiendo su ira a su hija. "Tu hermano está peleando en una Guerra, curando a los soldados heridos que mantienen este país a salvo. ¿Tú que estás haciendo? Pavoneándote en una falda de animadora que es demasiado corta. Unirte al club glee. ¿Dónde están tus extracurriculares? Tu hermano era presidente del cuerpo estudiantil, capitán del equipo de futbol, un joven ministro y aún así encontraba tiempo para aprobar sus exámenes de Colocación Avanzada. Estas desperdiciando el regalo que Dios te ha dado, Santana. Desperdiciándolo. Estúpida, estúpida, estúpida."

A esto volteo a verme, retándome a que dijera una palabra. Mi boca se había abierto para protestar cuando vi que la mandíbula de Santana permanecía apretada para evitar que temblara. La mirada me silencio y volví a acomodarme en mi silla, estudiando al doctor. Evadí contacto visual directo, en cambio, opte por pasar mis ojos por su sobre su cuerpo grueso y cuadrado. El hizo lo mismo conmigo, haciéndome menos y dejando escapar una burla antes de rodar sus ojos.

"Pierdes el tiempo con ella, también," le dijo a Santana en español, llevando un tenedor lleno de pavo a su boca, y hablando mientras masticaba. "¿No puedes encontrar a amigos más inteligentes?"

No entendí lo que dijo, pero era obvio que Santana sí. Apretó los puños en su servilleta y apretó los dientes con rabia.

Tomo otro bocado y chasqueo los labios, masticando la carne antes de lanzarme otra Mirada. Comprendí que estaba haciendo un comentario fuera de lugar sobre mí, enmascarándolo bajo el idioma que sabía que yo no hablaba. "Puedes mejorar."

"Detente."

La habitación se congelo, y su padre levanto su cabeza lentamente, mientras pensaba que no estaba seguro de lo que había oído. Miro a Santana, sus ojos entrecerrados, y bajo su tenedor cuidadosamente en la mesa. "¿Qué dijiste?"

"Dije, 'Detente.'" Ella estaba llorando, las lágrimas corrían por sus mejillas mientras ponía sus palmas extendidas en la mesa y me miro con desesperación en sus ojos. "Una cosa es que digas esas cosas sobre mi. No las digas sobre Brittany."

Él había estado hablando de mí. Algo lo suficientemente ofensivo para obligarla a hablar, lo que significaba…bueno, no sabía que significaba.

"Esta es mi casa, y hablare con ella o sobre ella en cualquier manera que crea conveniente," gruño, su puño golpeando fuerte la mesa, solo una vez. "La traes aquí, hoy entre todos los días, y ¿esperas que sea bien recibida? ¿A una chiquilla, cuya familia ni siquiera puede encargarse de ella?

Mi corazón estaba latiendo con fuerza en mi pecho. Quería levantarme, salir corriendo, lanzarme a mi misma por la puerta principal hacia la perfecta capa de nieve que cubría el patio delantero. Quería arrancar sus candelabros y arrancar su alfombras persas y declarar a su hogar más disfuncional de lo que el mío podía llegar a ser. Pero si hacia eso, si dejara a Santana, no sabía lo que pasaría. Así que me senté en silencio, tomando el ataque con la mayor gracias que pude, mis manos reposando en mi regazo para así poder ocultar el hecho de que estaba clavando mis uñas en mis palmas.

"Están haciendo lo que pueden, Papi," Santana respondió, fallándole la voz, perdiendo su temple, pero sin echarse para atrás. "Y ella es mi mejor amiga. No se merece esto."

"¿No te gusta?" El Dr. López contesto, poniéndose de pie, empujando su silla hacia atrás con enojo y azotando su tenedor, rompiendo su plato de porcelana china. "Entonces sal de mi casa. Y no regreses hasta que aprendes algo de respeto. Maldita chiquilla inútil, Estúpida no sé por qué mejor no te fuiste tú en vez de Martin, Dios nos castigó dejándote a ti. María, limpia esto."

Él se fue alejando de la mesa, dejándonos a nosotras tres con la boca abierta.

"Ahora mira lo que has hecho," su madre gimoteo, apretando su rosario en su muñeca y tocando las cuencas benditas, una por una.

"¿Lo que yo he hecho?" Santana gruño furiosa, su rímel manchando sus mejillas, y poniéndose de pie. "Vámonos, Britt. Te llevare a casa. Disfruten su jodida Navidad."

Salió tan rápido de la mesa que apenas la vi subir las escaleras de la cocina a su habitación. Ella ya estaba empacando mi mochila por mi cuando llegue ahí, y momentos después estábamos en su auto. Todo el tiempo ella estuvo temblando de ira, su rostro se contorsionaba tanto que yo honestamente temía acercarme a ella.

Su rostro ardía en rojo hasta la punta de sus orejas mientras manejaba en silencio. Su respiración era imperfecta, como si hubiera estado corriendo, y estire mi mano para tocarla, arriesgándome y gentilmente colocado mis puntas de los dedos en la hueco de su brazo. Todo a la vez, estallo. Con un violento sollozo, no muy diferente al que experimento en los vestuarios de la escuela, arrancado desde el intestino. Quito el pie del acelerador y permitiendo que el auto se orillara lentamente a mitad de la calle mientras me agarraba frenéticamente, jalándome hacia ella.

"Lo siento, lo siento, lo siento tanto," balbuceo en mi hombro, casi incoherente. "No lo dijo en serio. Por favor. Perdóname."

El auto seguía aún moviéndose lentamente hacia delante, olvidado en su angustia, y empuje la palanca de cambios en aparcar antes de aferrarme a la espalda de su chaqueta. Agarrando la tela en un puño, y presionando mis labios en su oreja.

"No fue tu culpa," le asegure, tratando de ser fuerte cuando esta temblando casi tanto como ella. "Y él lo dijo en serio. Pero está bien. Él no me importa. Me importas tú. Santana, mírame."

Ella hundió su cara más profundamente en mi abrigo, luchando por respirar. Reconocí los jadeos superficiales; era un ataque de pánico. "Santana, siéntate," ordene. "Respira. Mírame."

Obedeció, sus ojos tan hinchados que apenas y podía ver sus iris detrás de parpados pesados. Ella succionaba aire rápidamente por su boca, el fuerte jadeo causando que se le cerrara la tráquea haciéndola sonar como si se estuviera ahogando. Su nariz se frotaba libremente y sus manos se apoderaron de las solapas de mi chamarra tan fuerte que creí que podría arrancarlas. Nada de esto importaba, mientras ella pudiera respirar. Estaba claro que ella no iba a recuperar el control por su cuenta, y estando en la posición incómoda a su lado, solo vi una manera en que podía ayudarla.

Pase mis manos alrededor de ella mientras ella tragaba aire y desabrochaba su cinturón de seguridad. Gentilmente aleje sus manos de mi abrigo y ella gimoteo, necesitando algo a lo que aferrarse. "Estoy aquí," le dije, abriendo la puerta del auto y retrocediendo hacia afuera lentamente. "No voy a ninguna parte."

Di la vuelta hacia el lado del conductor y deslizando mis brazos alrededor de ella, jalándola fuera de su asiento. Ella no podía manejar, mucho menos caminar, así que la levantar, usando mi ultimas fuerzas para cargarla por el frente del auto y sobre el lado del pasajero, depositándola ahí.

Dejando de lado el hecho de que no tenía licencia, sabía cómo manejar. Siempre había sido un problema manejar mientras estaba intoxicada. Pero en ese momento estaba llena de adrenalina, la droga había escapado de mi sistema en algún momento entre el estallido de su padre y nuestro escape hacia su auto. Me dirigía con claridad por primera vez en el tiempo que podía recordar, y no dolía ni quemaba tenerla contra mí. Todo lo que sentí fue una desesperada necesidad de llevarla a casa, y conseguirle un lugar donde ambas pudiésemos sentirnos seguras.

Me moví incomoda en el asiento del conductor y deje que el coche se arrastrara hacia delante, tocando con mi pie el acelerador mientras ella se aferraba a mi brazo, aún sollozando y faltándole el aire. Estábamos tan cerca de mi casa, pero demasiado lejos para caminar. Necesitamos movernos, y rápido. Armándome de valor, y presione el acelerador. Tambaleándose hacia delante, recorriendo la media milla que nos faltaba para llegar a mi casa sin dañar nada más que su volante al clavar mis uñas en el.

El auto de mi madre estaba en la entrada cuando llegue, y había una luz encendida en la sala junto al parpadeo de la televisión. Revise mi reloj; apenas pasando de las ocho de la tarde. Se suponía que no estaría en casa hasta media noche. No había tiempo que perder en preguntas, así que me estacione y saque a Santana del coche, su rostro casi blanco y su respiración alentándose, pero aún no nivelada. Colgué su brazo sobre mi hombro y la levante otra vez, cargándola hasta el pórtico y pateando la puerta delantera con mi pie.

"¿Qué dem- Brittany?" Mi madre se paro boca abierta cuando jalo la puerta para abrirla y me vio, con Santana acurrucada en mis brazos, rápidamente debilitados. Ella inmediatamente se hizo a un lado y me dejo pasar.

Lleve a Santana al sofá y la recosté, arrodillándome en la alfombra a la altura de su cabeza. Frote sus sienes, su cabello caí suelto por su cara mientras jadeaba, mirándome a través de sus entrecerrados ojos y su mano apretando la mía con ferocidad. Mi madre se acerco por detrás de mí y puso su mano en mi hombre. Voltee a verla, y ella apuntando hacia la cocina, haciéndome señas para que la siguiera.

"Mami…" Le suplique, rogándole que no me hiciera dejar sola a Santana. Ella bajo la mirada, viendo a la chica convulsionando en lágrimas sobre el sofá, sus ojos confundidos y dudosos pero sobre todo compasivos y maternales. Ella asintió, sin cuestionarme, alzando sus hombros y pasando de mí para sentarse junto a la cabeza de Santana.

"Vamos, San," dijo suavemente, jalándola por los hombros para que su cabeza reposara en el regazo de mi madre. Ella se resistió por un momento, incapaz de hablar pero al mismo tiempo aterrorizada por ser tocada. Mamá presiono su mano firmemente en su frente, sosteniéndola contra su cuerpo y calmándola mientras empezaba a mecerse. "Shhhh, está bien. Estamos aquí. Todo estará bien."

Yo me quede clavada en mi lugar en el suelo, con mis ojos cerrados como Santana, viendo el pánico fundirse con la confusión del tierno toque maternal. Ella se aferro a mí, y me apoye contra las rodillas de mi madre, mi cara a pulgadas de la de Santana. Estire la mano y gentilmente pase mi dedo por su mejilla, limpiando los ríos negros que corrían de sus ojos. Su respiración se calmo, y sus ojos se cerraron unos minutos después mientras mi madre acariciaba su espalda.

Ninguna de las dos dijo nada hasta estar seguras de que Santana estaba dormida. Cuando finalmente hablo, lo hizo en casi un susurro para no molestar a la inconsciente chica en sus brazos.

"No tienes que decirme lo que paso ahora," empezó, estirando una mano libre para pasar sus dedos por mi mejilla. "Pero necesito saber cómo puedo asegurarme de que esto nunca pase otra vez. ¿Bien?"

Quite mi atención de Santana lo suficiente para mirarla, y ver que ella, también, estaba llorando. "Mamá, yo…"

No sabía cómo agradecerle. En teoría, era una extraña para Santana, pero aquí estaba sentada, acunándola como una niña. Como su propia madre debería hacer. Y dejo que mi corazón explote por ambas.

"La amas demasiado, no." no era una pregunta, si no una afirmación, producto de varios años de observar nuestra interacción.

"Por supuesto," respondí, volviendo a ver a Santana y sonriendo tristemente. "Es mi mejor amiga."

La sentí negando con la cabeza al ver a la forma inerte de Santana. "Tú y yo sabemos que es más que eso."

Mi garganta se cerró firmemente, el terror apoderándose de mi. "No sé de qué estás-"

"Está bien, nena," interrumpió, esa mano terminando reposando en mi mejilla una vez más antes de sostener mi barbilla y levantándola haciendo que la mirara. "Te amo. La amo. Nada de lo que puedas decirme –sobre cualquiera de ustedes- va a cambiar eso."

Pase mi ojos de un lado a otro entre ella y Santana, lo último de adrenalina saliendo de mi cuerpo. Me apoye en sus piernas, la cabeza en el muslo de Santana. "La amo, Mami," susurre mientras ella acariciaba el costado de mi rostro, confortándome. "Ella es mi todo. Pero todo esta tan jodido. Estamos tan destrozadas, no sé cómo ayudarnos."

No me reprendió por mi lenguaje, hacienda clic con la lengua para silenciar los comentarios negativos. "Gracias por decirme," susurro. "Lo averiguaremos en la mañana. Estará todo bien. Estoy aquí."

Con mi mano en la de Santana, y la de mi madre en mi cabeza, cerré mis ojos. Todo fue demasiado. Había una batalla de sentimientos de incertidumbre rabia y eufórico alivio, y ninguno podía ganar en medio de mi cansancio. Así que dormí, con las dos personas que amaba más en el mundo en la misma cercanía.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola niñas gracias por comentar y lerr , aqui esta el cap donde masomenos se explica, porq san es asi. espero q les guste.....
mary04
mary04
-
-

Femenino Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 30
Club Naya/Santana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Hilary24 Miér Ene 23, 2013 6:11 pm

Que tal los papas de santana porque la tratan asi, porque el hermano se fue

me gusto como defendio a britt pero :'(: :'(: el papa la trata muy mal el de santana la echo
Hilary24
Hilary24
*
*

Femenino Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Edad : 32
Cory/Finn Cameron


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Invitado Miér Ene 23, 2013 10:27 pm

Me encanta, de verdad te agradezco que la estes traduciendo, es sumamente genial y no se porque amo ese tipo de historias, espero ver como continua :* cuidate.
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por LuckyQ Jue Ene 24, 2013 12:34 am

:'(: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 3718790499 Que triste todo lo de san , y britt consolandola tambien la mama , oh dios , espero con ansias el siguiente capitulo y ese doctor lopez no me cae muy bien Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 2602412967
LuckyQ
LuckyQ
*
*

Femenino Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 18/06/2012
Edad : 29
Clun Quinn Marissa


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Invitado Jue Ene 24, 2013 10:09 am

Me perdí dos caps :_
La verdad que este fic es TERRIBLEEEEEE!
Me dan ganas de hasta llorar.. pero me gusta como se ayudan mutuamente.. primero San que la sacó a Britt y ahora Britt que ayudó a San...
Espero que pueda decirle todo lo que siente algun dia..
Espero la actuuuu!
Una preguntaaa.. cuantos caps tiene el fiic? :B
Besoss!
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por MarLovesGlee<3 Jue Ene 24, 2013 11:36 pm

Dios! Ahora ya entiendo todo Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 3287304868 no puedo creer como sus propios padres tratan a San tan pero tan mal... Que triste! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 4065562827 No puede ser, no salgo de mi Shock... Pero menos mal que la mama de Britt esta ahí y pues Britt tambien. La mama de Britt me sorprendió, es bastante perceptiva xdd me encanta! A pesar de que no pasa mucho tiempo con su hija se ve que la ama :3

Ame el cap! Espero que actualices pronto! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864
MarLovesGlee<3
MarLovesGlee<3
********-
********-

Femenino Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Club Brittana Nellie


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por mary04 Vie Ene 25, 2013 12:51 pm

Influence (Influencia)|Brittana| Capitulo 18: Una vez más, con sentimiento

Acaricie el cabello de Santana mientras ella seguía dormida hasta tarde esa mañana, sin moverse. Mamá había tenido que irse a trabajar, y gentilmente había levantado la cabeza de Santana de su regazo para así yo poder tomar su lugar. Antes de que se fuera, se paró en el marco de la puerta, mirándonos juntas. Su chaqueta blanca estaba ligeramente arrugada, y parecía cansada por haber pasado la noche en el sofá con Santana y conmigo, pero estaba sonriendo. Había pasado mucho tiempo desde que la veía hacer eso.

"Eres mucho más valiente de lo que crees que eres," comento ausente, como si estuviera pensando en voz alta. "Ya no eres mi niña pequeña. ¿Cuándo paso?"

Se fue antes de que tuviera oportunidad de responder, pero no sé si habría respondido con una respuesta aceptable si se hubiera quedado. Valiente era lo menos que creía ser y me sentía mas como una niña esa noche de lo que me había sentido antes. Fui inútil, incapaz de hacer algo por mi mejor amiga además de sostenerla mientras dormía, sollozando levemente entre sueños. Imagine que era algo como lo que ella había sentido la mañana previa en la ducha.

No me atrevía a despertarla, así que me senté en el sofá, pasando mis dedos por su cabello. El silencio era pacifico hasta cierto punto, y luego sentí mi piel estremecerse una vez más, pero no lo suficiente para hacerme perturbar la primera noche pacifica de descanso que ella había tenido probablemente en meses. Así que mordí mi labio inferior, preocupadamente entre mis dientes, y trate de pensar en otra cosa que no fuera la necesidad de tomar una pastilla.

Empecé a tararear indiscriminadamente, sin ninguna canción en particular en mi mente, y suavemente para no despertar a Santana. Al principio era para ahogar el ritmo constante de mi propio pulso en mis oídos, el recordatorio de que llevaba doce horas, sobria. Fue una reacción inconsciente, pasar de tararear a una canción, mis cuerdas vocales encontrando las notas antes de que mi cerebro procesara la decisión. Estaba ocupada pensando en otras cosas: Santana, la cena, el árbol de Navidad de Charlie Brown en el sótano. Cualquier cosa que sacara de mi mente la vibración de mi piel. Pero entonces, al sentir a Santana gimotear ligeramente entre sueños, lo hice más para calmarla que para mí.

"So high tonight, and I don't feel like coming down (Tan elevada esta noche, y no siento ganas de bajar)," dije suavemente, la melodía perdida entre mi susurro. "I could lie to you all my days, but you're the one. You're the one (Podría mentirte todos mis días, pero eres indicada. Tu eres la indicada)."

El agarre que tenía en mi mano se aflojo por primera vez en toda la noche, pero ella no se movió. Encontré las notas de la canción que estaba recorriendo mi mente, otra distracción de la aversión innata que tenia de estar sobria.

"And I'm a fool for waiting so long… to let you know… (Y soy una tonta por esperar tanto tiempo…para dejarte saber)"


Come around (Acércate)
Come around (Acércate)
Come around (Acércate)
Come around to me (Acércate a mi)
There's something in between (Hay algo entre)
You and I (Tu y yo)
Come around (Acércate)
Come around to me (Acércate a mi)

Ella no se movió, y gentilmente me incline sobre ella para poder ver su rostro. Hice a un lado mechones de cabello negro. Su expresión era calmada, el puente de su nariz ya no estaba fruncido, sino flojo, y su boca se abierta ligeramente.
Sonreí.

You feel like breathing (Te sientes sobrevalorada)
Come around (Acércate)
Come around (Acércate)
Come around (Acércate)
Come around to me (Acércate a mi)

Metí el cabello suelto detrás de sus orejas, maravillándome de lo pequeñas que se veían. Pase mi dedo índice por la concha de su oreja y hacia abajo por la curva de su barbilla hasta sus labios, abiertos lo suficiente para que su pesada respiración se deslizara entre ellos.

Like summer light (Como la luz del verano)
Won't you come (No vendrás)
Lay a ray down (A bajar un rayo)
You're the one (Eres la indicada)
I could run (Podría correr)
I could run for the life of me (Realmente podría)
But where would that get me? (¿Pero a donde me llevaría?)
Where would that lead? (¿A dónde me conduciría?)

Se movió mientras la miraba, y me quede quieta. La música continuaba en mi cabeza mientras cerraba mi boca. La mire, en silencio, y un ceño fruncido se arrastró por su rostro. Estaba despierta después de todo.

"¿Por qué te detuviste?" pregunto, sus ojos aún cerrados. "Era una hermosa canción."
Trate de sonar molesta, pero fue difícil, viéndola retorcerse más cerca de mi cuerpo. "¿Cuánto tiempo llevas despierta?"

"En alguna parte alrededor del momento en que te llamaste una tonta," respondió, rodando hasta su espalda y mirándome. La luz de la ventana frontal hizo sus ojos brillar y cuando me sonrió, completamente a gusto con su cabeza en mi regazo, se veía tan hermosa más de lo que nunca la había visto. "Termina la canción, B."

"Esas eran solo letras de canción," corregí rápidamente, desviando mi mirada avergonzada. "Realmente no era enser…" la mirada que me dio fue escéptica y suspire. "No se suponía que la escucharas. No la puedo terminar ahora."

Ella presiono mi palma, aún sostenida en las de ella desde la noche anterior. "Claro que puedes. Justo como en el club glee. Cántame."
Pase mi dedo por el costado de su rostro y asentí, retomando el coro, justo antes del puente.
And I'm a fool for waiting so long (Y soy una tonta por haber esperado tanto tiempo)
Please, come around (Por favor, acércate)
Come around (Acércate)
Come around (Acércate)
Come around to me (Acércate a mi)
There's something in between (Hay algo entre)
You and I (Tú y yo)
Come around (Acércate)
Come around to me (Acércate a mi)

Ella me estudiaba mientras le cantaba, mi voz fue más suave y más reservada al saber que ella podía oírme. No ayudaba que ella estuviera recostada tan íntimamente contra mi mientras le cantaba esta canción de suplica que le rogaba que me amara. Pero ella nunca rompió el contacto visual, incluso cuando me sonroje y presione sus dedos con los mios.
Can't you see (¿no puedes ver)
You're my life line? (que eres mi linea de partida?)
Come around (Acércate)
Come around (Acércate)
Come around to me (Acércate a mi)

Rompí su intense mirada y cante el coro final mientras miraba fuera de la ventana. Cuando termine, permaneció quieta por un momento, y ambas supimos lo que la otra estaba pensando.

"Tal vez deberíamos hablar," dije por fin, cambiando el tema totalmente. "Sobre ayer."
Ella asintió, sin moverse de mi regazo. La mire, viendo su boca formando una línea severa. No iba a ser una conversación fácil.
"Nunca me dijiste que las cosas iban así de mal," dije, golpeando ligeramente su hombro con mis nudillos. "Todas esas noches que pasaste aquí, y nunca dijiste una palabra.”
"No quería preocuparte," respondió, reajustando su mano en la mía para que nuestros dedos quedaran entrelazados.
"Parecía como que tenias – tienes – un montón de cosas que no me estás diciendo, también.”

Mis mejillas se pusieron de un intense color rojo y desvié la mirada, avergonzada. No era tan sigilosa como esperaba ser. "¿Entendí que aún no han escuchado nada de Martin?"
Ella negó con la cabeza. "No. Su última carta fue enviada desde Kabul, con sus órdenes de nueva implantación. Nos dejó saber dónde había estado y a donde iría, pero aparte de eso, la única manera con que sabemos que no está muerto es porque no hemos tenido la visita del capellán castrense aún."

No había ni pizca de amargura en su tono, aparte del hecho de que Martin era la causa principal de su dolor y el de sus padres. Si no se hubiera ido, nada hubiera cambiado. Ellos podrían seguir pretendiendo ser felices y las cosas puede que no serían geniales, pero estarían mejor a la forma en que ella estaba viviendo ahora; como una paria en su propio hogar.

"¿Por qué no vuelve?" pregunte curiosa, aún sin entender su decidida falta de interés en la familia que lo había criado. "Él tiene que tener licencia o permiso, o algo."

"Mi padre dice que es un soldado roto," dijo con un suspiro. "Demasiadas tragedias y sin forma de lidiar con ellas. Él ya no sabe cómo ser otra cosa que un guerrero. Su pelotón es ahora su familia, no nosotros. Mamá sabe que la única forma en que el volverá a casa es en una bolsa mortuoria. Es por eso que se molesta tanto cuando hablamos de él. Yo creo que no vuelve por qué no quiere un recuerdo de lo que solía ser. Está bien. Lo entiendo."

Me mordí la lengua para evitar decir impulsivamente que sabía porque ella entendía, que ella quería cambiar su familia casi de la misma manera que Martin quería. Pero sabía que. A pesar de la forma en que la trataban, ella seguía amándolos. Ellos eran sus padres. Ellos no siempre fueron así; distantes y fríos, ni enfadados. Cuando ella era más joven, y Martin estaba cerca, ella fue pródiga con regalos y Martin la adoraba como el protector hermano mayor. Sus padres, que amaban más a Martin, siguieron su ejemplo. Una vez que Martin ya no estaba más por ahí para mostrarles como ella debía ser tratada, su actitud cambio abruptamente. Con su partida al campamento militar vino el resentimiento de la carga que ella representaba, y ella pronto entendió que sería una pobre sustituta del hijo que más querían. La dejaron confundida y desesperada por las atenciones que alguna vez le habían sido dadas pero ahora eran negadas.
"¿Qué vas a hacer ahora?"

Ella ladeo su cabeza y me miro, haciendo bizcos. "¿A qué te refieres?"

"No puedes volver a tu casa," le dije firmemente. "No después de anoche."

Ella quito su mano de la mía por primera vez en más horas de las que podía contar, y me quede con la perdida como un agujero en el pecho. Se sentó, el pelo recogido en un halo de enredos, y se separó un poco hacia atrás para mirarme más claramente a los ojos.

"¿Qué sugieres que haga, Britt?" pregunto con amargura en su tono. "¿Donde crees que debería quedarme? ¿Aquí? ¿Debería mudarme contigo y tu mamá, jugar a la casita, como si todo fuera normal? ¿Tal vez quieras que sea amable con los de glee para alejar mi mente de mi horrible familia y de lo mal que me tratan?"

Debí haber esperado su reacción. No estaba solo molesta, estaba lívida. Había cruzado una línea al hablar de su familia. Incluso cuando ella sabía que tenía razón, que ella no debería volver, ella era demasiado orgullosa y demasiado leal para admitir todo eso.

"San, no quería decir-"

"Tal vez tu familia funcione un poco diferente de la mía," escupió. "Tal vez a tu mamá le importen tus amigos lo suficiente para sentarse con ellos toda la noche mientras lloran. Tal vez ella te escuche al decirle que estas enamorada de otra chica, y en lugar de echarte a patadas, te dice que te ama sin importar que. Mi mamá no hace eso. Ella jamás..." se apago, sus palabras se atoraron en su garganta con su propio terror. La comprensión de que había estado despierta todo el tiempo que estuve hablando con mi madre me golpeo como un camión. Ella trago saliva, mandando sus hombros hacia atrás, y su enojo regreso con toda su fuerza. "Pero sigue siendo mi mamá. La única que tengo. Tú de todas las personas deberías respetar eso."

Se levantó y fue a recoger su abrigo, a punto de escapar de los confines de mi sala, de mi compañía. Busco en el piso sus zapatos, dándome la espalda.

"Santana, detente."
Se detuvo a mitad de la habitación, pero no volteo a encararme. Me levante y fui hacia ella, mis rodillas débiles en mi estado de sobriedad. Pero necesitaba ser fuerte; más fuerte que la furia de Santana, más fuerte que su tristeza. La tome por la muñeca y ella se tensó.

"Lo siento. No me refería a eso."

"Por supuesto que no," respondió cortante, pero la amargura se había disipado un poco. "No voy a dejarlos simplemente."

Negué con la cabeza. "No te lo pediría."

"Pero lo hiciste," replico, su voz cambiando dramáticamente, bajando la voz a un espantado susurro. "Crees ser escurridiza, Britt. Crees que no sabía. Cántame es canción otra vez, B. Dime que significa para ti."

Ella se dio la vuelta entonces, y yo estaba aturdida en silencio. ¿Cuándo se había vuelto tan fácil profesar todo excepto la única cosa que más quería decirle?

"Le dijiste a tu mama anoche," presiono, dando un paso desesperado hacia mí. "Dime ahora. Dime lo que ya sé."

"San, yo no-"

"¡No me mientas!" grito, alejando su brazo con furia. "Tú no, B. Lo aceptaría de cualquiera menos de ti. Hemos hecho este baile lo suficiente. Ya no puedo hacerlo. Estoy tan cansada de él. Solo dime. ¡Dime!"

Daba vueltas de un lado a otro mientras ella gritaba, mordiendo mi labio inferior y presionando mis uñas en las palmas, lagrimas brotando por las esquinas de mi ojos. Ella sabía. Ella había oído. ¿Lo había sabido antes de esa noche? ¿Cuánto tiempo nos habíamos estado eludiéndonos la una a la otra, tan cerca y aún sin decir lo que estábamos pensando?
"No puedo." Fue instintivo; para proteger este secreto que había estado llevando conmigo. Había invertido tanta de mi energía en asegurarme que esta era mi realidad, que nunca se me había ocurrido un plan para el día en que quizá la fantasía se volviera verdad.

"Si, puedes," respondió, sus ojos centellando. "Lo has dicho antes."

"No significo tanto como lo hace ahora," sisee, mi calcetín frotándose en el suelo, recogiendo estática mientras paseaba. "Lo dije, si te digo y recibo la misma respuesta que recibí antes, no creo que pueda sobrevivir."

Estiro sus brazos hacia mí, deteniendo mis movimientos y sosteniéndonos tan quietas que juraría que podía escuchar su corazón latiendo rápidamente, en sincronía con el mío.

"Pruébame," dijo desesperadamente, su agarre se apretó en ambas de mis muñecas. "Dime otra vez, ve cual es mi respuesta. Por favor."
Busque en sus ojos, esperando que me mostraran algo que me estaba perdiendo. ¿Por qué tenía que ser yo la que lo dijera? Yo había hecho mi debida diligencia antes, y había sido rechazada enfáticamente. Había tenido su oportunidad, y aquí estaba ella, rogando por otra. ¿O era una tercera oportunidad? ¿La cuarta? ¿Importaba? Todo lo que importaba era que estaba rogando. Santana López no rogaba. Vi ese algo que estaba buscando en ese gesto. Ella no podía ser la que lo dijera porque esta tan aterrorizada como yo lo estaba. Aterrorizada que hubiera perdido su oportunidad.

Me incline hacia ella, un pesado suspiro en mis labios los hizo pesados, evitando que se movieran y formaran las palabras. Me jalo, acercándome a ella, nuestras caderas y frentes se encontraron en el silencio. Ambas temblando.Presione el puente de mi nariz en su cuello, tallando la suave piel en ese espacio y respirando su esencia. Era almizclada, sudando ansiosamente. Considere, por un momento, no ser capaz de tomar su aroma otra vez, de no poder ponerla ansiosa. La idea de eso hizo que mi pecho se apretara con rabia. Supe, entonces, que tenía que decirle.

"Santana…" empecé, mis palabras perdiéndose entre mi boca y su piel.
"Brittany…" respondió, levantando su palma para sostener la parte de atrás de su cuello, jalándome gentilmente para forzar que la mirara a los ojos. Quería verla a los ojos, pero incluso después de todo eso, estaba asustada. Incluso cuando sabia, y ella sabía, lo que ambas queríamos decir. Decirlo en alto lo haría real. Ambas necesitábamos un momento para prepararnos para las consecuencias de eso.

La yema de su pulgar acaricio ligeramente la base de mi cráneo, justo abajo y detrás de mi oreja. Esa roce que ella sabía que no podía resistir. Me anime con eso, suspirando. Ahora o nunca. Ahora o nunca. Ahora o—

"Te amo." exhale, las palabras no sonaban nada parecido a cualquier otra vez que se las haya dicho, antes. "Te amo tanto que es difícil respirar. Tocas mi brazo y todo mi cuerpo se vuelve nuclear. Una de tus miradas y todo y todos desaparecen. Te amo tanto que podría morir, San. Morir."

Su mano no se movió de mi cuello, y escuchaba con tanta atención mientras yo divagaba sin sentido. Su expresión era suave, sus ojos se iban y venían entre los míos y mis labios. Pero permaneció en silencio, y quieta.

"Di algo," rogué, temiendo mis palabras una vez más estuvieran cayendo en oídos indispuestos.

Ella lamio sus labios y tomo una respiración de práctica, preparándose. "Te dije una vez," empezó lentamente, levantando su barbilla para que su cara estuviera al nivel de la mía, lo mejor que pudo. "Que no te merecía. Sigue siendo verdad. Pero creo – quiero decir, lo sé – que sin ti no estaría yo. Existo porque tú me haces existir. Existo porque me amas. Existo para amarte."

Se paró de puntillas y presiono sus labios en los míos y mis rodillas, que me habían sostenido tan bien al encarar todo lo demás, finalmente cedieron bajo el esfuerzo. Ella me atrapo, ambos brazos sosteniendo mi peso mientras nos bajaba al suelo. Se sentó con las piernas extendidas y apoyo su espalda en el frente del sofá, colocándome entre sus muslos y sosteniendo mi espalda en su pecho. Mis extremidades estaban flácidas e inmóviles, pero ella las envolvió en mi cuerpo, sus labios marcaban círculos sobre mis hombros.

Había esperado lágrimas. Grandes, interminables, lágrimas de miedo que usualmente aparecían cuando una de nosotras se ponía ansiosa o emocional. Pero ninguna vino. Fue como si una sencilla calma se hubiera apoderado de la casa como una manta, envolviéndonos a ambas. Habíamos terminado con las lágrimas, ella y yo. Al menos podíamos estar felices con la certeza de que ya no teníamos que estar bailando alrededor de la otra. Nos había tomado tanto tiempo llegar a este momento, torturándonos en el camino, ¿y para qué? El cielo no se había abierto, no habían caído relámpagos. Creo que ambas medio lo esperábamos. Pero no; no había nada más que silencio, el golpeteo rítmico de su corazón palpitaba contra mi espalda, y su profunda respiración en mi oreja.Me acomode en su cuerpo, dejando que sus brazos me envolvieran. Paso sus palmas bajando por la parte superior de mis brazos hasta que sus manos estaban en las mías, y deslizo cada uno de sus dedos entre los míos. Temblé por el fuego bajo mi piel cuando me toco, y ella me apretó más, sin darse cuenta de porque estaba temblando. Cerré los ojos y los temblores se aliviaron al dar una profunda, ronca respiración por la nariz y expulsándola por la boca. Preferí mantener sus brazos alrededor de mi incluso cuando doliera, que alejarme de ella.

"¿Ahora qué?"

Su risa rompió el terrible silencio e hizo eco en la casa vacía. Presiono sus labios en mi cuello y coloco la barbilla en mi hombro. "No tengo ni puta idea, B."
Por muy insegura que ella estaba, no me dejo en pánico. La incertidumbre fue eclipsada por el conocimiento de que me amaba. Eso era suficiente por un día, pensé.

"¿Podemos solo sentarnos así por un momento?" pregunto calmada, su boca tenuemente cerca de mi oreja.
Asentí, girando mi cabeza solo lo suficiente para permitir que mis labios alcanzaran los de ella y susurrando en ellos antes de besarla suavemente. "Me gustaría."

Su agarre a mí alrededor se apretó, pero al mismo tiempo relajo su espalda en el sofá, llevándome con ella. "Bien. Porque ahora te tengo, Britt. Nunca que te dejare ir."

Nunca debería haber sido una perspectiva aterradora. Puso todo el peso de su sinceridad en la declaración, y supe que lo decía enserio. Pero había algo más reconfortante en la idea de por siempre que cualquier otro de 16 años de edad, debería haber estado preparado. En retrospectiva, fue un presagio. Nunca es difícil de prometer. Por siempre es casi imposible.

Pero ambas estábamos lo suficientemente contentas mintiéndonos, porque mentir era lo más cercano a ser feliz de lo que jamás hayamos sido.
------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola a todas aca esta otro capitulo gracias por leer y comentar, q tal glee lo vieron ayer? yo no jejej
repondiendo a
Sofi: este fic tiene 25 capitulos mas epilogo pero desde el 19 s0n muy largs creo q voy a dividirlo en dos partes desde el 19 por q son bastante largo, aun tengo q acomodarlos . espero q les guste
mary04
mary04
-
-

Femenino Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 30
Club Naya/Santana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Hilary24 Vie Ene 25, 2013 1:43 pm

Por fin le dijo santana lo que sentia , las dos se dijeron todo Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 918367557
Hilary24
Hilary24
*
*

Femenino Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Edad : 32
Cory/Finn Cameron


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Invitado Vie Ene 25, 2013 1:43 pm

aaaay! Me encantó de qe por fin están dejando salir sus sentimientos!
Buenisimo, más fiic queda! :B
Me encantó, de verdad.. a pesar que es medio triste me encantó!
Espero la actuu!
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por MarLovesGlee<3 Vie Ene 25, 2013 9:10 pm

Aww que lindas Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 918367557 Ya se dijeron que se quieren! :3 Espero que la alegria les dure a pesar de que no saben como van a hacer .__. xdd

Ya quiero saber que pasa en el siguiente Cap! Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 1206646864
MarLovesGlee<3
MarLovesGlee<3
********-
********-

Femenino Mensajes : 603
Fecha de inscripción : 03/10/2012
Edad : 27
Club Brittana Nellie


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Invitado Sáb Ene 26, 2013 8:18 am

Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 2145353087 este capitulo estuvo super lindo...!!! congrats... :)
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Elisika-sama Dom Ene 27, 2013 11:34 am

Aquí tienes una nueva lectora, primero ante todo gracias por traducir este fic y así permitir que podamos disfrutarlo, agradezco muchísimo el esfuerzo que te estas tomando con ello, por eso, eres la primera merecedora de las felicitaciones. Y la segunda persona es obviamente el autor por escribir esta historia tan maravillosa.

Esperare pacientemente por la continuación y que Brittany pueda salir de las pastillas.

Un beso!
Elisika-sama
Elisika-sama
****
****

Femenino Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 01/12/2012
Edad : 29
El mundo de Brittany Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón) - Página 4 X


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Influence (Influencia)Brittana Epilogo: Llevo tu corazón (Lo llevo en mi corazón)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 4 de 7. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.