[Resuelto]FIC BRITTANA: Yo Estaré Contigo - Final

CAPÍTULO 35: VOLVER A SONREIR

Dos días pasaron de la visita de Amanda. Santana había optado por no contar nada a Brittany hasta que hablara con su tía, por si se hacía ilusiones y luego la cosa se torcía y no se iba con ellas. Hasta que no fuera seguro, no se lo diría. Por su parte, Brittany notaba diferente a su novia. Las discusiones habían cesado y la rubia no entendía el motivo.
– Estoy cansado de que estéis así. – Dijo Finn con algo de enfado. – Nos hemos dividido en dos grupos y vamos a salir por separado. Cada una irá por su parte con uno de los grupos y no os vais a ver en toda la tarde. ¿Quedó claro?
– ¿Qué? ¿Por qué? – Preguntó Brittany.
– Porque estáis enfadadas y vuestro mal humor es contagioso. Creo que os vendrá bien separaros un poco. – Comentó el más alto.
– ¿Tú también crees que debemos separarnos? – La rubia estaba al borde de las lágrimas.
– No, quiero que Santana vaya al McKinley casi tanto como tú pero no podemos obligarla. Quiero que paséis una tarde separadas, que os relajéis y que intentéis desahogar vuestros problemas. – Sin nada más que añadir, Hudson se levantó y comenzó a preparar las salidas de los dos grupos. Cualquier cosa para que su hermanita sea feliz.
– Gracias. – Dijo la latina con una sonrisa sincera.

Una hora después, Brittany se encontraba en su casa rodeada por muchos de sus amigos. Sam, Blaine, Puck, Finn, Rachel, Kitty y ella charlaban despreocupadamente.
– ¿Nos vas a contar tus problemas con Santana? – Preguntó Evans a su amiga.
– Tenemos una crisis. No quiere venir al McKinley con nosotros y me desespera. El año que viene vamos a estar separadas porque yo me gradúo este año y ella va a seguir aquí. Sólo quiero que mi último año sea perfecto. Si ella sigue en el Carmel va a ser difícil que pasemos tiempo juntas y en vez de un año, van a ser dos separadas. No sé si nuestra relación va a ser capaz de aguantar eso. – La ojiazul dijo rápidamente, como si contarlo fuera sacar sus problemas de su cabeza y quisiera hacerlo cuanto antes.
– Marley me ha contado que Santana lo está pasando mal. La estás presionando demasiado. – Informó la otra rubia.
– Deberías darle un respiro. Con todo esto lo único que haces es presionarla y agobiarla. Si al final no encontráis solución, estáis perdiendo un tiempo valioso para amaros y estáis estropeando todo lo bonito que tenéis, haciendo más factible la posibilidad de la ruptura que tanto temes. – Comentó Berry.
– No quiero perderla. – Susurró Pierce.
– No tienes que perderla. Pero si sigues así, la perderás. – Anderson se acercó a ella. – Escúchala, hazla que sienta que sigues enamorada de ella. No puedes tratarla como la estás tratando y pretender que ella haga lo que tu quieras sin que tenga dudas de lo que sientes. Demuéstrale que confías en ella y demuéstrale que la amas y que la apoyarás pase lo que pase.
– Claro, luego queda la mejor parte. – Brittany y Blaine se volvieron hacia Puck, temerosos de lo que fuera a decir. – ¡¡¡El sexo de reconciliación!!! Una pena que no vaya a estar presente... ¿Seguro que no queréis un trío?
Si las miradas mataran, Rachel, Pierce, Finn y Anderson habrían matado a su amigo.

Por su parte, Santana estaba con Mercedes, Kurt, Tina, Artie, Quinn y Marley. Habían decidido ir al Lima Bean y pasar un rato agradable. Estuvieron hablando de diversos temas, hasta que la asiática sacó el tema que los demás evitaban.
– ¿Vas a venir al McKinley?
– Todavía no lo sé, estoy esperando que me lo confirmen. No se lo digáis a Britt. No quiero que se haga ilusiones y que luego lo pase mal si no ocurre. – Explicó la latina.
– ¿Y ese cambio? – Quiso saber Fabray.
– Ha sido Mandy, ¿Verdad? – La castaña preguntó con una sonrisa.
– Sí, está ultimando los detalles. Cuando sepa algo seguro os avisaré. – Comentó la morena.
– Eso si Britt no destruye vuestra relación antes. – Susurró Hummel pero aun así, los demás lo entendieron.
– Estamos pasando por un momento difícil, pero eso no significa que vayamos a romper. – Se defendió Lopez.
– La consientes demasiado. Debería escucharte y no lo hace... – Comenzó el castaño pero fue interrumpido por Marley.
– Ya tienen suficiente con lo que están pasando sin que tu metas más mierda entre ellas, gracias.
El ambiente se notaba tenso. Las palabras del joven tal vez no eran las más adecuadas, pero sí tenían parte de razón, la rubia debería escuchar a su novia.

Después de una tarde separadas, volvieron a reencontrarse. Se besaron dulcemente porque, aunque no habían superado sus problemas, quería hacer que su relación funcionara. Esa noche se olvidaron de su futuro, de lo que se esperaba de ellas y se dedicaron a recordar que se amaban y que eran una. Ya solucionarían sus problemas más adelante, pero necesitaban demostrarse sus sentimientos que ya parecían olvidados. Tenían la sensación de que lo vivido en Los Angeles quedaba muy lejos, pero querían revivir esa sensación de tenerlo todo y ser felices. Porque se merecían un momento de paz y tranquilidad.





CAPÍTULO 36: TÍA CLAUDIA

La familia Pierce-Hudson al completo estaba en la sala junto con Santana disfrutando de un agradable té y una charla familiar cuando fueron interrumpidos por el timbre. Fred abrió para encontrarse a dos mujeres que estaban fuera. Una de ellas era baja, con el pelo moreno y los ojos marrones oscuros. La otra era un poco más alta, muy delgado y rubia de ojos verdes.
– Hola. Mi nombre es Claudia y ella es mi pareja, Sarah. Somos las tías de Santana... No sé si Amanda habrá avisado de nuestra visita... Es muy despistada. – Habló la baja mientras tendía la mano para saludar al hombre que había abierto la puerta.
– Soy Fred, pasad. – Dijo el anfitrión mientras estrechaba la mano de las dos visitantes a modo de saludo.
Entraron y se presentaron. Cuando llegó el momento de saludar a Santana, Claudia rodeó a su sobrina con sus brazos en señal de afecto.
– Veo que sigues la tradición de la familia y eres muy sexy. – Bromeó la mujer apretando las mejillas de la menor como si fuera una niña. – La última vez que te vi llevabas pañales.
– Amanda me dijo que tenía cuatro años. – Dijo la menor confundida.
– Ni caso, aun no habías cumplido los dos cuando tu padre... – Informó su tía.
– Puedes hablar de él con libertad... – Autorizó la sobrina.
– Cuando me echó. – Terminó Claudia.
– Tuvo que ser muy duro. – Comentó Brenda
– Lo fue... por eso no quiero que Santana pase por lo mismo... – Se volvió hacia la joven – Estoy aquí para ayudarte. Tu hermana me ha contado todo lo que has pasado... No sé si te contó nuestra conversación, en lo poco que la conozco sé que es una despistada y muy poco discreta, pero es mi sobrina... en fin... ya sabes las opciones que tienes y has tenido tiempo suficiente para pensar... ¿Qué has decidido?
Todos miraron a Santana, no había dicho nada por lo que ningún miembro de la familia Pierce-Hudson sabía de lo que estaban hablando. Nadie apartaba su mirada de la morena, en especial su novia, que estaba intrigada por lo que sucedería a continuación.
– Me voy a vivir con vosotras si la oferta sigue en pie... – Dijo la morena.
– Me parece estupendo, de verdad, pero antes de nada, quiero dejar las cosas claras. – Por primera vez intervino Sarah en la conversación. – Te vamos a poner tres normas fundamentales que deberás respetar. La primera será que tendremos autoridad, no podrás decir que no somos tus madres ni nada por el estilo para evitar realizar tus obligaciones... Queremos poder castigarte si te portas mal, ponerte horarios para las salidas y que nos ayudes un poco en la casa, ¿Queda claro?
– Si. – Dijo la latina.
– Segundo, vas a esforzarte en tus estudios, queremos que al menos mantengas el nivel de tus notas. – Añadió su tía. – Queremos que llegues a ser lo que te propongas en un futuro. No queremos que te dediques a hacer el vago. Que ahora tengas novia y muchos amigos no significa que puedas tirar todo por la borda... Eres una gran chica y queremos que des lo mejor de ti en todo.
– Me parece justo, me esforzaré.
– Tercero, queremos que confíes en nosotras para contarnos cualquier problema, sea cual sea. Queremos que seas feliz y vamos a esforzarnos para que tu futuro sea lo mejor posible. Hemos pasado por muchas cosas parecidas a lo que tú has sentido. Se que puede parecer que estás sola, pero nosotras estamos contigo incondicionalmente. Tenemos más años, lo que nos da la sabiduría de la vida, tienes mucho que aprender y nosotras sólo queremos ayudarte... ¿Estás de acuerdo con todo lo que te hemos dicho?– Terminó la rubia.
– Acepto las normas. Sois geniales, de verdad. Gracias. – Dijo la menor.
– La última cosa que quiero saber... ¿Has decidido a qué instituto vas a ir? – Preguntó Claudia.
– McKinley. – Cuando escuchó a su novia, Brittany gritó de felicidad lo que hizo a todos reír. Se abrazó a la morena y le dio un beso en los labios, sin importarle que todos estuvieran mirando. En ese momento todo lo que le importaba era que al final su novia y ella estarían en el mismo instituto y que viviría con dos personas que se preocupaban por ella... ¿Qué más podía pedir? Fred tosió un poco para que las chicas pararan esa muestra de cariño. No es que le incomodara, pero las menores no debían pensar que podían hacer eso cuando quisieran... Santana y Brittany separaron sus labios, las dos tenían las mejillas rojas por la vergüenza, pero no finalizaron su abrazo. La mano de la morena recorría la espalda de su novia dulcemente y la rubia realizaba dibujos al azar con el dedo en la pierna de la latina.
– Bueno, mientras la parejita lo celebra, me gustaría pedirles un favor. – Sarah se dirigió hacia Fred y Brenda. – Vamos a adoptar un bebé. El cuidar a Santana no supone ningún problema ya que es una buena chica y es de la familia. En unos meses vendrá a casa y estamos muy emocionadas con eso. Lo que pasa es que decidimos hacer un viaje como despedida ya que una vez tengamos a nuestro hijo no vamos a poder hacerlo. Nos vamos a India y China durante un mes... ¿Os importaría que Santana se quede aquí hasta que volvamos?
– Será un placer. – Dijo la mujer. – La verdad es que es casi como una hija para nosotros.
El resto de la velada fue perfecta. Santana y sus tías se conocieron mejor. Todos eran felices y esperaban el futuro con optimismo. Parecía que nada enturbiaría su felicidad...

CAPÍTULO 37: VOLVER A LA FELICIDAD

Al día siguiente de la visita de las tías de Santana, Brittany estaba en su habitación mientras su novia y su hermana estaban en la sala, su padre y Brenda estaban trabajando. Quería hacerle un regalo a la latina para pedirle perdón por toda la presión a la que la había sometido y estaba preparando la tarjeta que le daría con algo de música que sonaba de fondo. De repente, sintió que unas manos que conocía muy bien rodeaban su cintura y se posaban en la parte baja de su tripa mientras la cabeza de la morena se apoyaba en su hombro y dejaba tiernos besos en su mejilla. La rubia sonrió porque después de todo lo que había pasado en los últimos días apenas había recibido cariño por parte de su pareja y echaba de menos sus abrazos, besos y caricias. Las manos de la latina desabrocharon un par de botones de la parte alta de la blusa para poder meter la mano en busca de los pechos de la joven.
– Cariño, Finn está abajo. – Dijo la ojiazul mientras disfrutaba de los mimos.
– Le he dicho que si quiere seguir con vida no suba aquí en las próximas dos horas. – Informó la más baja.
– ¿Dos horas? Sea lo que sea lo que has planeado, no cuentes conmigo. – Bromeó la mayor.
No recibió respuesta, las manos que la acariciaban salieron de debajo de su blusa y dejó de sentir a la menor. Justo cuando iba a protestar, su novia la levantó de la silla y juntó sus labios en un beso pasional y muy necesitado. Cuando se quedaron sin aire se separaron, momento que Santana aprovechó para hablar.
– ¿Estás segura que no puedo contar contigo para mis planes?
Brittany volvió a besar a su pareja y las dos acabaron sin zapatos tumbadas en la cama con la morena encima de su novia. Terminó de desabrochar los botones de la blusa y se la quitó a la rubia. Se incorporó y se deshizo de su vestido mientras la mayor se quitaba los pantalones. Volvieron a juntar sus bocas permitiendo que sus lenguas comenzaran una lucha por el control del beso. La ojiazul cambió de posiciones para quitarle las medias a su novia. Cuando lo hizo, la menor volvió a la posición inicial, quedando nuevamente encima.
– Ah, no. La última vez fuiste tú la que llevaste las riendas. Ahora me toca a mí.
Brittany obedeció y se dejó mimar por la morena, que en vez de volver a sus labios prefirió pasar al cuello de la más alta. La rubia sólo podía emitir gritos de placer que, por mucha música que hubiera, estaba convencida de que su hermano estaba escuchando. La latina mordía, chupaba y lamía el cuello y la clavícula de la mayor, de manera que seguro le quedarían marcas. Sin embargo, estaban tan excitadas que no les importaba.

La más baja soltó el cierre del sujetador de la mayor y comenzó a acariciar uno de los pezones con su lengua mientras con su mano acariciaba el borde de la braguita de la ojiazul.
– Ah, Santana... Acelera un poco, te necesito ya. – Se quejó la rubia.
En ese momento, la morena se detuvo.
– Debería vengarme por lo de la última vez. – Dijo la latina. – Y esta es tu tortura.
– No, por fa... Ahh – La mayor no pudo terminar la frase porque su novia volvió a sus pezones. Siguió bajando mientras tocaba delicadamente con su lengua la piel de la rubia, no dejando ni un sólo centímetro de su vientre sin acariciar. Ese era el único contacto que mantenían las dos chicas, la lengua de la morena recorriendo el cuerpo de su novia. Eso suponía una tortura maravillosa para la mayor. Estaba segura de que llegaría al orgasmo si seguía mucho tiempo así. No paraba de decir incoherencias y pronunciar el nombre de su pareja entre gritos de placer. Eso hacía que Santana se sintiera poderosa, por todo lo que era capaz de provocar en Brittany. Sin embargo, se apiadó de ella y decidió complacerla un poco, se quitó ella lo que le quedaba de ropa interior y comenzó a bajar lentamente la braga de Pierce. Cuando retiró todas las prendas, se levantó.
– Ahora prepárate, porque viene lo mejor. – Dijo la latina seductoramente mientras se colocaba de manera que la cabeza de la rubia quedaba entre sus piernas y ella se agachaba para poder lamer el clítoris de la otra. Las dos comenzaron a masturbar con sus lenguas a la otra y ambas se dejaron llevar, de manera que introdujeron varios dedos en la entrada de la otra. Sus manos y lengua se movían todo lo deprisa que podían mientras sentían el placer que les provocaba la otra. Los gemidos se veían ahogados por la piel de la otra hasta que ambas llegaron al orgasmo a la vez.

Veinte minutos después, la pareja bajaba a la sala y se encontraba con Finn y Puck.
– Hola chicos, ¿Qué haceis? – Preguntó Brittany.
– Jugando a los videojuegos – Respondió el más alto.
– Nosotros no preguntamos lo que hacíais, nos ha quedado más que claro por los sonidos que venían de arriba. – Dijo el judío.
– Lo siento. – Dijo la rubia avergonzada.
– No pasa nada, pero que sepas que la próxima vez puede que suba a haceros compañía. Santana debe ser muy buena si gritas así. – Bromeó Noah.
– Ni en tus mejores sueños, Puckerman. – Cortó la latina al notar la incomodidad y la vergüenza de su novia.







CAPÍTULO 38: DE VUELTA AL McKINLEY

El verano acabó y Santana tuvo que irse a casa de sus tías. El traslado fue el día anterior al comienzo de las clases. La despedida de las dos chicas fue muy intensa. Parecía que la morena se iba como soldado a Iraq o algo parecido. La verdad era que esa sería la primera noche que las dos pasarían separadas desde que eran pareja y desde que se hicieron amigas apenas habían pasado tiempo separadas (salvo en navidad y algún fin de semana). Pocas veces habían dormido en la misma cama (alguna vez en el Carmel), pero saber que en cualquier momento podían despertar a la otra para abrazarse o besarse era reconfortante.

Al día siguiente, Brittany llegó junto a Finn al McKinley. Nada más bajar se puso a buscar entre la multitud. Esperaba ver a Marley o a Santana. Su novia compartía coche con su mejor amiga porque esta última pasaba por la casa de las tías de la latina para ir al instituto. Hacía un bonito día, no era caluroso pero el sol acompañaba. De repente las vio. Las dos se acercaban con gafas de sol y sus mochilas al hombro. La morena lucía realmente sexy con un vestido corto y ajustados de color rojo que le marcaba las curvas a la perfección. La ojiazul no pudo resistirse y acarició sus propios labios con la lengua, como si estuviera a punto de comerse el dulce más apetecible.
– Será mejor que me vaya, no quiero saber en que estás pensando. – Dijo Hudson mientras dejaba a su hermanastra sola esperando a las chicas.
Cuando llegó a su lado, Santana besó a su novia. Introdujo la lengua en la boca de la rubia y el beso se tornó muy pasional.
– Vale, chicas. Que el McKinley se haya vuelto tolerante no significa que debáis hacer estas cosas en público. No hay que jugar con fuego. – Dijo la castaña.
– Sólo ha sido un beso. – Se excusó la morena.
– Le estabas follando la boca a Brittany con tu lengua, a mí no me engañas. – Respondió la ojiazul.
Poco después se encontraron con Kitty, Quinn y Rachel y estuvieron charlando un rato hasta que comenzaron las clases.

En clase de matemáticas coincidían Brittany, Rachel, Sam, Kitty y Puck porque era de nivel bajo. Los asientos eran en parejas, por lo que Rachel se quedó sola. En ese instante, una chica rubia se acercó a ella.
– Hola, me llamo Johanna. ¿Puedo sentarme contigo? – Preguntó con su acento inglés.
– Si, claro. – Dijo la castaña.
Las dos jóvenes estuvieron toda la clase mandándose mensajitos en un papel y riéndose de las bromas que se gastaban.

La clase acabó y se fueron al comedor. Todos fueron cogiendo su comida y sentándose en la mesa que tradicionalmente había sido para los New Directions, en la zona donde todos los Losers se sentaban. Marley, Kitty, Quinn, Rachel, Johanna y Santana se sentaron junto a ellos, aunque no pertenecieran al Glee Club (algunas de ellas de momento).
– Bueno, estoy deseando ver vuestras audiciones. ¿Qué vais a cantar? – Preguntó un emocionado Blaine.
– Wrecking Ball. – Dijo Marley.
– Yo, Call Me Maybe. – Comentó la animadora.
– Yo cantaré Love You Like A Love Song – Informó la latina.
– Yo elegí Never Can Say Goodbye – Añadió la ojiverde.
– Yo interpretaré On My Own de Les Mis. – Dijo Berry.
– Yo creo que cantaré Set Fire To The Rain – Informó la británica.
– Wow, creo que vamos a disfrutar mucho del ensayo de hoy. – Sugirió Mercedes.

Ya en el auditorio, las chicas esperaban su turno para realizar las audiciones. Los New Directions estaban en el auditorio esperando para ver las actuaciones. Había dos chicas que no conocían, pero los nervios les impedían presentarse a ellas. Brittany no participaba porque había pertenecido al Glee Club antes. Las chicas fueron subiendo al escenario en el orden en el que se habían apuntado en la lista de candidatos. La primera fue Santana que se ganó los aplausos de todos. Luego entró Johanna y también gustó mucho su actuación. La siguiente fue Quinn y hasta ese momento todas las actuaciones eran geniales. Después entró una chica moreno que nadie conocía.
– Yo soy Mia. Voy a cantar Hot & Cold de Katy Perry. – Se presentó la chica. Como las anteriores, su actuación fue muy buena.
La siguiente en salir fue la otra chica desconocido. Era castaña y no sabían por qué pero no inspiraba mucha confianza en ninguna.
– Mi nombre es Christina y vengo a New Directions para que aprendáis lo que es ganar algo, ya que sois unos Losers, mira que no pasar los Sectionals el año pasado...
– Debería tener un poco más de respeto por los que serán sus compañeros si va a entrar al Glee Club. – Dijo Mr Schue. – ¿Qué va a cantar?
– Angels, de Robbie Williams.
Todos debieron reconocer que lo hizo muy bien, por lo que sabían que entraría al grupo. Por último Rachel interpretó su canción dando por finalizadas las audiciones. Will anunció que todos habían entrado. Se fueron todos excepto Johanna, Mia y Christina al Lima Bean a contarse lo que habían hecho durante el verano. Más tarde, cuando se iban a casa, Marley aprovechó la ocasión para hablar con su mejor amiga.
– ¿Qué te han parecido las nuevas? – Preguntó la castaña.
– No lo sé, no me gusta juzgar a las personas sin conocerlas. Supongo que es porque sé que si Brittany se hubiera dejado llevar por su primera impresión sobre mí jamás hubiéramos llegado a ser amigas. – Respondió honestamente Santana.
– No me dan buena vibración... No sé. – Informó la ojiazul.
– Pase lo que pase, estamos juntas en esto. – La tranquilizó la más baja. En ese momento no lo sabían, pero llegaría un momento en la que los dos se agarrarían a esa promesa para poder sobrevivir a lo que les pasaría.

CAPÍTULO 39: AMIGAS

Las clases, el Glee Club, el resto de actividades extracurriculares hicieron que la semana se pasara rápido y ya el viernes, todos tenían sus primeras impresiones sobre las nuevas. Christina había desarrollado una amistad con Kitty y Mia era íntima amiga de Brittany, ni siquiera se separaba de ella cuando aparecía Santana. En cuanto a Johanna, su amistad con Rachel era cada día mayor. Esto hizo que tres de ellas tuvieran una reunión secreta en una clase, antes de comer, para valorar qué podían hacer.
– No me gustan, ninguna de las tres. – Sentenció Marley.
– Yo confío en Rachel, sé que no me va a ser infiel. – Informó Quinn.
– Yo también confío en Brittany... Después de todo lo que hemos pasado no creo que tire todo por la borda. – Añadió Santana.
– Yo también confío en Kitty, pero Christina le dirige unas miradas que me inquietan... y mucho. – Se sinceró la castaña.
– Tranquila, todas estaremos atentas. – Dijo la latina.
– ¿Vais a decirme que no os importa ver como Johanna y Mia coquetean con Rachel y Brittany? – Preguntó incrédula la ojiazul.
– No me agrada, pero tengo que aguantarme. – Dijo la más baja.
– Creo que ya habéis demostrado que os gusta complicar las cosas... ¿No sería más fácil que lo hablaras con Brittany? – Quiso saber Rose.
– Por mucho que seamos pareja no soy su dueña. Ella es libre de tener los amigos que quiera, tanto si me caen bien como si me caen mal... ¿Te habría gustado que ella no me hubiera dejado ser tu amiga? – Razonó Lopez.
– Esto es muy complicado. – Observó Marley.
– Nadie dijo que el amor fuera fácil. – Apuntó Fabray.
– Y más si nosotras mismas nos empeñamos en complicarlo. – Terminó Santana.
– Pero lo que si podemos hacer es mantenernos informadas de lo que pase. Si vemos algo sospechoso o que nos inquiete, sea de la pareja que sea... – Opinó la castaña.
– Trato hecho. – Confirmó la más baja.
– De acuerdo – Dijo Quinn.

Las chicas se reunieron con el resto de sus amigos, que estaban ya comiendo y todos los miraron extrañados.
– ¿Qué habéis hecho? – Preguntó Rachel.
– Nada, sólo una reunión de amigas. – Dijo la ojiazul.
– ¿Por qué creo que estáis ocultando algo? – Preguntó Kitty mirando a su novia de forma sospechosa.
– No es nada. Sólo queríamos hablar en privado. – Santana salió en defensa de su amiga.
– Eso confirma que nos estáis ocultando algo. – Berry frunció el ceño.
– Te prometo que no hemos hecho nada malo. – La rubia se acercó a su novia y la besó dulcemente.
– No entiendo que problema puede haber en que las tres nos reunamos. Son mis mejores amigas. – Marley susurró pero todos lo escucharon. La incomodidad se instauró en la mesa hasta que alguien decidió cambiar de tema.
– Se acercan los Sectionals. Este año New Directions tiene mucho talento y va a ser difícil elegir quienes lideraran la competición. ¿A quienes les daríais solos vosotros? – Preguntó Blaine.
El grupo al completo comenzó una batalla para intentar convencer a los demás de que ellos eran los mejores cantantes y bailarines. Rose miró hacia Anderson agradecida por su gesto. El chico le guiñó un ojo de manera cómplice.

Cuando el timbre sonó, todos se dirigieron a sus respectivas clases. Brittany iba con Santana porque, aunque tenían diferente clase, compartían parte del camino.
– ¿No me vas a contar lo que habéis hablado? – Quiso saber la rubia.
– No es nada que deba preocuparte. Todo está bien entre nosotras. ¿O no? – La morena sujetó la cintura de su novia.
– Claro que sí. Te amo.
– Yo también te amo.
Se despidieron con un beso y la latina siguió su camino hacia su clase mientras la ojiazul entraba en el aula. El tiempo demostraría que las cosas no estaban tan bien como pensaban para ninguna de las tres parejas.












CAPÍTULO 40: RUPTURA

Un mes había pasado desde que comenzó el curso. Las cosas iban bien en general aunque Marley, Quinn y Santana vigilaban las acciones de Christina, Mia y Johanna. No podían imaginarse a ninguna de sus parejas siendo infiel, pero no confiaban en las nuevas integrantes del grupo. La que peor lo pasaba era Marley ya que estaba convirtiendo sus inseguridades en unos celos patológicos que le provocaban múltiples peleas con su pareja.

Santana estaba desesperada al ver a su mejor amiga de esa manera. En ese momento recordó algo, si ese no era el plan perfecto no se le ocurría otro.
– Puck, necesito hablar contigo. – Dijo la menor.
– Tú dirás. – Comentó él.
– Necesito que alejes a Christina de Kitty. – Pidió la latina.
– ¿Cómo se supone que haré eso? – Preguntó el mayor.
– ¿No decías que eras capaz de volver hetero a una lesbiana? Christina es sexy y muy lesbiana. No sé si me explico... – Dijo la morena.
– Por favor, dime que no le has sido infiel a Pierce. Te dije que conocerías a Puckzilla si lo hacías. – Amenazó Noah.
– Tranquilo, yo amo a Brittany y no le he sido infiel ni lo seré. Es lo más importante en mi vida. – Confesó la latina.
– Bueno, supongo que comienza la operación conquistar a Christina. – Dijo Puck.
– Estoy segura que no necesitas ayuda para ligar, pero que sepas que, para lo que sea, estoy aquí.

Por su parte, Quinn y Rachel estaban teniendo una charla tranquila cuando Johanna las interrumpió.
– Hola – Dijo la británica.
– ¿Qué tal? – Preguntó la castaña. Al ver a su amiga, su cara cambió y una sonrisa apareció en su boca. La ojiverde se dio cuenta del cambio de su novia. No se lo podía creer. ¿Sentía algo por la otra chica?
– Me preguntaba si podrías ayudarme con la tarea de Matemáticas. No entiendo nada. – Pidió la inglesa.
– Claro... ¿Esta tarde en mi casa? – Preguntó Berry.
– Gracias. Nos vemos luego. – Se despidió Johanna.
Cuando la chica se fue, Rachel no pudo evitar mirarle el trasero, que se veía muy sexy en los pantalones ajustados que llevaba. Santana estaba cerca de ellas atenta. Sabía lo que se venía, por lo que fue a buscar a Brittany. Iba a necesitar ayuda. Por su parte, Quinn decidió que era el momento de hablar con su pareja de lo sucedido.
– ¿Qué ha sido eso? – Preguntó la rubia.
– ¿El qué? – Quiso saber la más baja.
– Le has mirado el trasero.
– ¿Celosa?
– Celos... Hoy habíamos quedado para tener una cita a solas y me has cambiado para ayudar a Johanna con su tarea sin siquiera preguntarme si me parecía bien o quería unirme a vosotras en vuestra tarde de estudios. Llevo diciéndome que tienes derecho de tener tus amigos mucho tiempo, pero con Brittany o Santana nunca fuiste así. Incluso antes de ser pareja tenías en cuenta mis opiniones y si hacías un cambio de planes me preguntabas si me importaba. Y ahora te veo coquetear con Johanna y no tengo derecho a tener celos... Eres mi novia, te recuerdo.
– Mi coqueteo con Johanna es un juego, es inocente...
– ¿Es inocente mirarle a una chica el culo a sus espaldas mientras estás con tu novia?

Por su parte, Brittany, Sam y Mercedes conversaban animadamente cuando los interrumpió Santana.
– Brittany necesito tu ayuda. – Dijo la morena triste.
– ¿Qué pasa? – Quiso saber la rubia
– Se avecina tormenta en el paraíso Faberry.
– ¿Y eso? – Preguntó Jones.
– Johanna...
– Ya le dije yo a Rachel que tuviera cuidado, que podía poner muy celosa a Quinn. – Dijo Pierce.
– ¿Se lo dijiste?
– Si, lo mismo que a Kitty le advertí sobre Christina... Si no me quieren hacer caso es su problema.
Santana se quedó mirando a su novia. Entonces ella también era consciente de lo que pasaba con las otras dos parejas... ¿Se habría dado cuenta de lo que pasaba entre Mia y ella?

Cuando llegaron al lugar donde Rachel y Quinn habían empezado a discutir, la castaña estaba sola llorando.
– ¿Qué ha pasado? – Preguntó Brittany.
– Quinn y yo... No sé si la he dejado yo, si me ha dejado ella... No lo sé... – Dijo la castaña.
– Será mejor que encuentre a Quinn. – Dijo Santana al oído de su pareja, a lo que ésta sólo asintió y abrazó a su amiga para consolarla.

Cuando la morena encontró a su amiga, estaba llorando en los brazos de Marley. No sabía que decir, por lo que se limitó a sentarse a su lado y acariciarle la espalda en señal de apoyo. La castaña le dirigió una mirada muy significativa a la latina. Si Faberry habían roto, cualquiera de ellas podía ser la siguiente.



CAPÍTULO 41: LA GUERRA POR LOS SECTIONALS

Los días transcurrieron rápido y la distancia entre Rachel y Quinn se hacía más grande. Sus amigos lo llevaban como podían, ya que las dos estaban muy afectadas. Brittany y Santana empezaron a pasar tiempo separadas para poder ayudar a sus amigas. En eso llegó la semana anterior a los Sectionals y Will entró a la sala del coro para comunicar sus planes para el grupo.
– Sectionals – Leyó tras haberlo escrito en su pizarra – Bueno, tengo grandes planes pero me ha surgido una duda... ¿Quién debería cantar? Tenemos muchas grandes voces aquí.
– Mr Schue – Intervino Kurt. – Todos sabemos que la mejor voz es la mía, por lo que yo cantaré el solo. Ya había pensado que la canción ideal sería I'm The Greatest Star, es la canción perfecta para abrir nuestra participación. Luego Blaine y yo lideraremos la segunda canción que será algo más movido para que todos puedan apreciar lo bien que bailo...
– Quieres callarte. Todos merecemos una oportunidad. En la última competición hiciste tú el solo y mira como nos fue... Por cierto, en esta sala hay tres que nos patearon el trasero ese día... ¿Acaso te crees mejor? – Intervino Tina, cansada de ser ignorada por todos. – Quiero ganar y no veo justo que por él desperdiciemos el que tenemos a cuatro campeones nacionales y que ellas se repartieron todos los solos en los nacionales... Santana y Rachel deben hacer el dúo, yo el solo y luego la grupal la cantamos entre varios...
– ¿Por qué tienes que cantar tú? Yo no he participado nunca en ningún coro y estoy segura de que les habría ganado a estas. – Dijo Christina dirigiendo una mirada de asco hacia las antiguas estudiantes del Carmel. – Son empalagosas...
– Yo también quiero cantar... ¿Por qué no dejamos el solo para Santana y el dúo lo hago yo con Brittany? – Propuso Mia ganándose una mirada de asombro por parte de todos.
– ¿Quienes no quieren cantar el solo? – Preguntó el profesor. Quinn, Mia, Brittany, Artie, Tina, Mike, Sam, Finn, Puck y Johanna levantaron la mano, poco después lo hizo Blaine tras una mirada intensa de su novio. – Los que quieren que se levanten por favor. – El resto se levantó – Muy bien, cada uno tiene un voto secreto, escribir en un papel a quién han elegido. Todos hicieron lo que su profesor les había pedido y entregaron los papeles a su profesor. Anderson ayudó a Will a contar los votos de todos.

Después de leer los resultados, la clase siguió.
– Creo que para aprovechar mejor vuestro talento, el solo será lento y las otras dos canciones serán movidos. Tenemos que elegir a los dos cantantes del dúo entre el resto de candidatos al solo...
– Yo quiero participar en el dúo. – Pidió Mia.
– Yo también. – dijo Blaine.
– Ok, levantaros entonces... Cada uno de vosotros votará a dos personas. – Los chicos obedecieron.

Después de terminar la clase, todos se marcharon para disfrutar del resto del día. Santana alcanzó a su novia mientras salía con Rachel, Mercedes y Sam.
– ¿Tienes planes para esta tarde? – Preguntó la morena.
– No... ¿Por qué lo preguntas? – Quiso saber la rubia.
– Mis tías no van a estar en casa y quería prepararte una sorpresa... ¿vienes a cenar? – Dijo ilusionada la latina.

A las siete de la tarde, el timbre de la residencia Lopez-Gibs sonó y una sexy Santana abrió la puerta y dejó pasar a Brittany, no sin antes darle un beso en los labios. La casa tenía una decoración moderna y no muy recargada. En el centro de la sala había una mesa preparada para una cena, con velas y una rosa en el centro.
– Siéntate. – Pidió la anfitriona mientras retiraba la silla. Su novia obedeció y recibió otro beso antes de que la morena desapareciera. Al rato volvió con dos platos con ensalada de lechuga con fruta y queso. Comenzaron a comer mientras hablaban de todo lo que había pasado en esos meses...
– Ayer hablé con Sebastian... Al parecer tienen problemas con el nuevo líder de Vocal Adrenaline. – Informó la menor
– Creo que el problema es que sea quien sea, no eres tú. – Dijo su novia.
– Vas a conseguir que se me suba a la cabeza. – Respondió la latina divertida. Aun no se acostumbraba a ese tipo de elogios, ni siquiera por parte de Brittany. Pero debía reconocer que le encantaban
– No me puedes pedir que te mienta... – Dijo la más alta.
Después de la ensalada, la morena sirvió el pescado en salsa que había preparado de segundo. Siguieron hablando, riendo y mirándose con amor durante toda la cena. El postre fue tarta de fresa, la favorita de la ojiazul. Cuando terminaron fueron a la habitación de Santana y, entre besos, caricias y promesas de amor, se entregaron una a la otra. Afortunadamente todavía conservaban su amor y conexión. A pesar de todo y todos, seguían amándose como el primer día... bueno, no. Se amaban más...

CAPÍTULO 42: ENFRENTARSE A AMIGOS

Todos los miembros de New Directions estaban esperando su turno para actuar. Los primeros habían sido un coro de un colegio religioso. Habían cantado canciones sobre Dios y no lo habían hecho muy bien. Los segundos en salir eran ellos. Santana se acercó a Brittany y le acarició los brazos.
– Tranquila. Lo tenemos ganado. – Le dijo la morena.
– ¿Desde cuándo eres tan creída? – Se volvió la rubia.
– Te conquisté a ti... Creo que puedo conseguir cualquier cosa... – Dijo la latina mientras abrazaba a su novia y le daba un tierno beso en la mejilla.

Se dirigieron al escenario y comenzaron los primeros acordes de Back To Black. Santana realizó una interpretación maravillosa. El resto del equipo se situaba en las escaleras, esperando su turno en las siguientes canciones. Después, Rachel y Blaine interpretaron a dúo Don't You Want Me. Brittany bailó junto a Mike de una manera espectacular mientras los dos cantantes de la canción tenían otra coreografía más sencilla y el resto del equipo estaba en las escaleras bailando de manera que hasta Finn pudiera seguir los pasos. Para terminar, todos cantaron Don't Stop Believin', con las voces de Santana, Finn, Kurt, Blaine, Rachel, Quinn, Brittany, Artie y Mia.

Cuando salieron del escenario se encontraron con Vocal Adrenaline, que eran los siguientes en actuar. Santana, Quinn, Rachel y Brittany se abrazaron a Sebastian y Thad.
– Muy bonito. – Dijo el nuevo lider del coro del Carmel mientras aplaudía. – Este tipo de reacciones nos harán perder. Son el enemigo. Tenemos que machacarlos.
– Él es Jesse St James, no es muy simpático. – Explicó Thad.

Vocal Adrenaline salieron y realizaron su actuación. Se notaba que les faltaba la unión que tuvieron el año anterior, cuando ganaron los nacionales. No había ninguna duda de quien iba a ganar ese año, así que cuando el juez anunció la victoria del coro del McKinley todos lo celebraron. Saltaban de alegría y se abrazaban. Santana se acercó a su novia y la besó de forma apasionada, lo que supuso que algunos de sus amigos les tomaran el pelo, pero no consiguieron quitar la sonrisa de la pareja. Mia estaba incómoda por la situación, pero trató de disimularlo. Sin embargo, nadie esperaba lo que pasaría a continuación. Rachel besó a Johanna. Fue algo torpe, pero las dos lo sintieron como correcto y adecuado. Para terminar, Puck se acercó y besó a Christina dejando a todos con la boca abierta... Bueno, Santana sonreía.
– No pareces sorprendida por lo de Chris y Puckerman. – Dijo Brittany a su chica apartándola del grupo para hablar a solas.
– Digamos que él quería demostrar que podía seducir a una lesbiana y le sugerí un nombre. – Explicó la morena.
– Me extraña que no le propusieras a Mia. – Se sinceró la rubia. Su novia la miró extrañado. – Sé que tienes celos de mi amistad con ella. Pero demuestras que confías en mí si lo que haces es “proteger” la relación de tu amiga en vez de la tuya. La verdad es que no confío en Christina...
– Yo tampoco y lo único que sé es que Marley está pasándolo muy mal por su culpa. No sé como Kitty no lo ve... Sólo espero que ninguna de las dos deba arrepentirse de nada... Nosotras no estamos en esa situación, ¿verdad? No tengo nada de que preocuparme... ¿O sí? – dijo la latina.
– Yo sólo tengo ojos para ti. – Dijo la más alta mientras rodeaba la cintura de su novia y la besaba con dulzura.

Por su parte, Johanna y Rachel tenían su conversación.
– ¿Qué ha sido ese beso? – Preguntó la británica.
– No lo sé, sólo me dejo llevar por lo que siento en cada momento. Me siento bien a tu lado y me apetecía. – Respondió la castaña.
– ¿Es por esto que has roto con Quinn?
– Si, se puso celosa.
– ¡Con razón! No voy a negar que me gustas, pero sé que no puedo competir con Quinn.
– Hemos roto, estoy libre. No tienes que competir.
– Acaso crees que no competiré con ella. Cada cosa que hagamos será una competición. Desde besarnos hasta algo más íntimo. De verdad que no lo ves... Estáis hechas la uno para la otra. Tenéis una conexión que ya quisieran muchas personas. Soy tu amiga antes que tu enamorada y debo decirte que intentes recuperar a tu pareja.
Rachel en ese momento estaba llorando y fue abrazada por Johanna. No sabía que pasaría en su relación, pero debía ser honesta con todas. Necesitaba tiempo para pensar.

Por último, faltaba la conversación de Puck y Christina. Sin embargo, ellos no hablaban realmente. No lo necesitaban. Sus labios y sus manos se decían todo en ese momento. Parecía que Noah por fin cumpliría su fantasía de acostarse con una lesbiana.A la chica no le importaba y se preguntaba qué opción le gustaría más. Nunca se había sentido atraído por un hombre, pero no puede saber lo que le gusta sin haberlo probado. No había sentimientos involucrados por parte de ninguno. Sólo era sexo, nada más.

Todos salieron del lugar donde se celebraba la competición con diferentes sensaciones, pero estaba claro que para muchos la vida cambiaría...
CAPÍTULO 43: EXPERIMENTAR

Cuando llegaron al McKinley, el grupo se dispersó. Puck y Christina se fueron juntos en el coche de la rubia. Ninguno de los dos tenía un sitio donde poder ir a estar solos, por lo que buscaron un lugar poco concurrido donde aparcar para hacerlo en el coche. Los dos se pasaron al asiento de atrás para tener más espacio. Llevaban el uniforme con el que habían participado en los Sectionals. El que tomó la iniciativa fue el joven. Le quitó el vestido y las medias. Notaba que ella temblaba y eso le hizo sentirse poderoso, hacía tiempo que no se encontraba con una “virgen”. Vale que la chica que tenía delante había tenido relaciones, pero siempre con mujeres y entendía sus nervios. Cuando terminaron, ambos tuvieron una corta conversación.
– No ha estado mal, pero no ha sido para tanto. – Dijo Christina.
– ¿Perdona? – Protestó Puckerman.
– No te ofendas, pero creo que soy 100% lesbiana. – Respondió la castaña.
– Ahora verás. Voy a conseguir que te hagas bisexual en menos de una semana. – Comentó el joven.
– Inténtalo. – Retó ella.

El chico no se lo pensó y volvió a atacar el cuerpo de su amante para darle placer. Su siguiente movimiento sería darle placer con su boca, por todo su cuerpo.

Lejos de ese lugar, Rachel estaba hecha un lío y decidió que lo mejor sería hablar con Quinn y Johanna a la vez. Puede que su “experimento” no saliera bien, pero debía hacer algo para aclarar la confusión que tenía. Llamó a las dos chicas y se reunió con ellas en el Lima Bean.
– Tengo que hablar con las dos. Debo ser sincera tanto con vosotras como conmigo misma. Estoy muy confundida. No sé lo que realmente siento por vosotras y eso me duele, porque sé que os hago daño. Puede que sea egoísta, pero necesito que hagáis algo por mí. Un experimento. – Dijo la castaña.
– ¿Qué? – Preguntó la ojiverde con miedo.
– Quiero que me beséis. – Pidió la joven mirando a sus dos acompañantes.
– Ok. – Respondió la inglesa antes de juntar sus labios con los de su amiga. El beso fue especial y se sentía bien. Luego se volvió a Fabray y ésta le dirigía una mirada seria. Se acercó y le dio un beso en la mejilla. Puede que para muchos no sea nada, pero eso sirvió para que Berry se diera cuenta de sus verdaderos sentimientos. Le había causado un escalofrío por todo el cuerpo y tenía la necesidad de más, a pesar de que sólo era un beso inocente como el que le podría dar cualquier amiga, pero Quinn no era cualquiera.
– Ya me he aclarado... – Empezó a decir, pero fue interrumpida por su ex novia.
– Me parece estupendo, ahora si me permiten, tengo cosas que hacer... – Se levantó sin siquiera darle tiempo a Rachel de reaccionar. Las dos chicas se quedaron allí sin saber que decir hasta que al final, la castaña rompió a llorar en los brazos de su amiga.

Lejos de allí se encontraban Marley y Kitty. Santana había avisado a su amiga de lo ocurrido con Christina y Puck, por lo que estaba más tranquila. Las dos estaban a solas y disfrutando de su compañía. La castaña se fue al baño y al volver se encontró con su novia revisando su teléfono.
– ¿Qué haces? – Preguntó.
– ¿Tienes algo con Santana? – Quiso saber la rubia.
– No, sólo somos amigas. – Respondió la joven.
– ¿Por qué le has mandado 30 mensajes hoy? – Cuestionó la animadora.
– Hoy son los Sectionals. Quería apoyarla. Si tanto te preocupa, podrás ver que le he mandado un montón a Sam, Mercedes o Quinn también. Son mis amigos. Confía en mí.
– ¿De la misma manera que tú confías en mí?
– No es lo mismo, ninguna de mis amigas coquetea conmigo y Christina sí lo hace contigo.
– Creo que es increíble. – Siguió leyendo los mensajes entre las dos amigas hasta que leyó que Christina se había enrollado con Puck. – Increíble, ¿Has convencido a un amigo para que se acueste con una lesbiana para que la aparte de mí por culpa de tus estúpidos celos?
– Sé sincera por una vez en tu vida y dime si realmente son justificados.
– Claro que lo son... No te negaré que me atrae Christina. Pero eso no justifica tu comportamiento.
– Tienes razón, debí haberme comportado de otra manera. Debí haber conservado mi dignidad. Esto acaba aquí. Que seas muy feliz. Adiós...
– ¡Espera! ¡No te vayas!
Sin embargo, la castaña ignoró las llamadas de la que a partir de ese momento sería su ex novia...







CAPÍTULO 44: CELEBRACIÓN

La noche después de ganar los Sectionals fue movida para muchos miembros de New Directions y Brittany y Santana no fueron una excepción. Cuando llegaron al McKinley vieron como Christina se llevaba a Puck, por lo que decidieron avisar a Marley. Cuando terminaron fueron a la nueva casa de la rubia, hacía poco que se habían mudado. Su padre y Brenda no estaban porque había surgido algo en su trabajo y estarían fuera el fin de semana. Finn había ido a una cita con Bree, por lo que tenían la casa para ellas y decidieron disfrutarla.

Cuando llegaron fueron directos a la habitación de la rubia. Las dos se quitaron los zapatos antes de tumbarse en la cama. Se miraban con amor, se besaban con ternura, se acariciaban con pasión.

Sus gestos y su amor recordaban a los de su primera vez, aunque esta vez no eran vacilantes y sabían lo que tenían que hacer. Las manos de las dos recorrían cada centímetro de la otra por encima de su ropa mientras sus pies desnudos se acariciaban dulcemente. No había prisa en sus movimientos, sólo amor... Mucho amor. En ese momento no existía nada que no fueran ellas y su cariño, su pasión.

Las capas de ropa sobraban y Santana decidió quitar el lazo que llevaba la rubia en la cintura. Cuando lo iba a tirar la ojiazul lo detuvo.
– Puede ser de ayuda... ¿Quieres probar algo nuevo? – Propuso la mayor. La mirada de la morena se llenó de lujuria y deseo.
La mayor quitó el lazo y el vestido de su novia y el suyo y se deshizo de las prendas. Volvieron a suavizar sus movimientos, no querían tener sexo, querían hacer el amor. Las dos recorrían la piel de la otra, con amor y dulzura. Se miraban a los ojos directamente, queriendo transmitir todo el amor sin palabras, sólo con gestos y miradas.

Después de mucho rato, las dos seguían abrazadas y besándose. Su amor era incondicional y sincero. Estaban totalmente excitadas, pero eso era algo que no les preocupaba demasiado en esos momentos, hacía tiempo que no se dedicaban tiempo a ellas solas y a su amor... Porque para ellas había sido una eternidad.

El vivir separados lo que conseguía era que cada vez que disfrutaban de unos minutos a solas, ambas lo aprovecharan al máximo, porque no sabía cuando podrían repetir y después de la conversación en la que habían aclarado sus problemas con Mia, ambas podían disfrutar sin preocupaciones de la otra.

Santana decidió avanzar un poco, ansiosa de sentir a su novia dentro de ella. Por eso terminó de quitarle la ropa que le quedaba. Brittany imitó su movimiento para que las dos quedaran totalmente desnudas y ató las manos de su novia con el lazo y las sujetó en la cama. Llegó el momento de dejarse llevar por la pasión y no por los sentimientos. Comenzó a tocar a la joven de manera pasional con sus manos, su boca y su lengua. Realizaba movimientos para que sus clítoris rozaran con la piel ajena, provocando gritos de excitación por parte de ambas. Santana se dejaba mimar. Sabía que estaba en buenas manos y no temía nada. Tampoco es que pudiera hacer algo, ya que tenía sus manos atadas.

Brittany siguió entreteniéndose en el cuerpo de su pareja mientras notaba todas las reacciones que ésta tenía. Sus dedos notaban su piel de gallina, su cuerpo notaba su respiración agitada, su oído escuchaba sus gemidos de placer... No quería parar nunca, pero sabía que pronto no podrían aguantar más. Simplemente quería detener el tiempo en ese momento y quedarse así eternamente. Pero eso no podía ser, así que introdujo un dedo dentro de Santana y buscó el punto que sabía que le volvía loca, mientras su lengua jugaba con los pezones de la latina. Vio como la morena se derretía de pasión entre sus brazos y pensó que no vería imagen más excitante que esa en su vida. Luego introdujo un segundo dedo y siguió jugando con el interior de su chica. Decidió bajar y que fuera su lengua la que entraba y salía de su vagina. Así fue como Lopez llegó a su primer orgasmo.

La rubia decidió que era el momento de utilizar algo más. Por eso sacó el vibrador que habían conseguido. Puso un poco de lubricante en el aparato y lo introdujo dentro de Santana. Ella se dio la vuelta para que la latina llegara a masturbarla con su lengua, acariciando su clítoris de manera salvaje. No pasó mucho tiempo hasta que las dos llegaron al orgasmo, totalmente sudadas y con sus partes ímtimas húmedas. Había sido una gran noche.

Lo primero que hizo la mayor al terminar fue desatar a su novia. En cuanto notó sus manos libres, Santana rodeó a Brittany con sus brazos.
– Eres lo mejor que me ha pasado en la vida... No me abandones nunca, por favor... – Pidió la morena.
– Siempre estaré a tu lado... Te lo prometo... Prométeme que tú tampoco te marcharás... – Dijo la ojiazul.
– Te lo prometo.

Lo que en ese momento no sabían es que una de las dos no cumpliría su promesa.