[Resuelto]FIC BRITTANA: Yo Estaré Contigo - Final

CAPÍTULO 5: NO SOY ESTÚPIDA

Las clases resultaron complicadas y Brittany necesitó la ayuda de Rachel, Quinn y Thad. Se integró muy bien en sus clases y con sus compañeros. Era feliz, se sentía valorada y querida. Todo el mundo se fijaba en ella, pero sus miradas no eran de odio, eran de curiosidad. Querían conocer a la chica nueva, esa que los miembros de Vocal Adrenaline habían acogido bajo su protección.

La hora de la comida llegó y sus amigos la esperaban en la mesa del Glee Club con una silla libre para ella. Se sentó y empezó a observar a los alumnos a su alrededor. Todo era tan distinto al McKinley. Había más orden y los alumnos eran más respetuosos. Los profesores comían con ellos, vigilando que nada se saliera de su control. En ese momento la vio, Santana estaba comiendo sola, mientras leía una revista.
– Esto... ¡Chicos! – Decidió llamar la atención de sus amigos. – ¿Santana no tiene amigos?
Todos dirigieron su mirada hacia la moreno hasta que Wendy habló.
– Cuando llegó intentamos integrarla en el grupo, hasta le propusimos formar parte de Vocal Adrenaline. Lleva más de un año aquí y no se relaciona con nadie. No sabemos nada de su pasado.
– Eso es discutible. Llegó al Carmel días después de la paliza a esa pareja de lesbianas en el instituto George Washington. Seguro que fue expulsada por ella y sus padres decidieron trasladarla aquí para que dejara los actos bandálicos. – Rachel se estaba poniéndo de mal humor. Odiaba que todos lo tomaran por loca, ella sabía que ese incidente tenía algo que ver con la morena.
– O fue una de las agredidas... – Respondió Sebastian.
– Me da pena que esté sola. – Comentó Brittany.
– No seas estúpida. Ella quiere estar así, no debes sentir lástima. – Le dijo Quinn.
– Me has llamado estúpida. ¡Nadie puede llamarme estúpida! No me gusta y no lo voy a aceptar... Te voy a demostrar que te equivocas... Conmigo y con Santana. – La ojiazul dijo al borde de las lágrimas, se levantó y se dirigió a la mesa en la que Lopez estaba comiendo. Cuando llegó a ella, la morena levantó la vista.
– ¿Qué quieres? – Preguntó claramente incómoda.
– Que te sientes con nosotros. – Dijo la rubia con una sonrisa
– Ni en tus sueños.
– Entonces no me quedará más remedio que contarle a todo el Carmel que eres la niñita mimada del director y que no eres tan mala como aparentas. Tu reputación caerá por los suelos. – argumentó la más alta y se acercó a la oreja de la latina. – No querrás que todo el mundo se entere de la discusión de esta mañana. – Susurró.
Santana se apartó de ella, cogió su bandeja y una silla y se dirigió a la mesa que ocupaban Vocal Adrenaline. Todos la miraban incrédulos mientras una sonrisa se dibujaba en la cara de Brittany. No le gustaba amenazar, y menos con algo tan delicado y privado cómo lo que había visto esa mañana, pero quería ayudar a Santana. Mientras volvía a su sitio, vio como el director la miraba y le dedicaba una sonrisa sincera que la rubia no dudó en responder. En ese momento entendió el comentario que había hecho el señor Lance sobre que la convivencia iba a ser muy beneficiosa para ambas.

La comida terminó sin incidentes. Quinn se disculpó por haberla llamado estúpida. Santana no dijo nada y no hizo el menor esfuerzo por integrarse, pero Brittany no quería presionarla. Sería mejor que las cosas se dieran despacio y de forma natural. A las 5 de la tarde fue la reunión de Vocal Adrenaline y la ojiazul interpretó “Tic Toc” de Kesha para su audición. Todos estuvieron de acuerdo en su ingreso en el club y le explicaron la dinámica del grupo. Al terminar, los chicos se dispersaron, unos fueron a la biblioteca a estudiar, otros a realizar llamadas a sus padres o amigos, otros se fueron a tomar un café y sólo quedaron Rachel y Brittany.
– Por fin podemos tener una charla a solas. – Dijo la rubia.
– ¿No te caen bien los chicos? – Bromeó la castaña.
– No es eso, pero desde ayer tengo una pregunta que hacerte. Es personal y no quería hacerla en frente de todos.
– Tu dirás – la animó la más baja.
– Quinn y tu... – Brittany no sabía como decirlo.
– Somos amigas desde... ¡Ya ni me acuerdo! Éramos muy pequeñas. Ella está presente en todos mis recuerdos de infancia.

Flashback

Un grupo de niños de 6 años empuja a una niña castaña de 4 hasta que ésta cae al suelo y empieza a llorar. Asustados por si viene un adulto, los mayores corren dejando a la pequeña sola. Poco después se acerca un niña rubia y le tiende la mano.
– ¿Quieres que te ayude?
– No
La ojiverde saca un caramelo del bolsillo y se lo ofrece a la otra. Ésta la mira con recelo.
– Es de 'nananja'
La castaña lo acepta y se lo mete a la boca, dejando de llorar.
– 'Mu gico' – dice con la boca llena.
La rubia toma la mano de la más baja y la ayuda a levantarse. Las dos niñas se marchan de allí de la mano. Esa tarde comparten juegos y risas.

Fin del Flashback

– Nuestros padres nos habrán contado esa historia por lo menos 1.000 veces. Empezamos a pasar mucho tiempo juntas, tanto es así que nuestros padres decidieron que fuéramos juntas a la escuela y desde entonces no nos hemos separado. Sus padres me llevan con ellos de vacaciones y Quinn viene con los míos. Tenemos mucha confianza la una en la otra. Nos damos besos en la boca y no nos avergüenza vernos desnudas. Caminamos de la mano e, incluso, nos dedicamos motes cariñosos en privado. Hay gente que no entiende nuestra amistad, pero sinceramente no me importa mientras ella y yo la sintamos así. Somos amigas, sólo amigas.
– Ok. Hasta ahí entiendo. Una última pregunta. ¿Qué sientes por ella? – Quiso saber Brittany.
– Yo...


CAPÍTULO 6: CONFESIONES

– Ok. Hasta ahí entiendo. Una última pregunta. ¿Qué sientes por ella? – Quiso saber Brittany.
– Yo...
– Vamos Rachel, puedes confiar en mi. – Animó la rubia.
– Puede que me guste. – Dijo avergonzada la castaña. Brittany puso cara de incredulidad. – Vale, creo que estoy enamorada de ella. Pero eso no importa. Ella no siente lo mismo.
– ¿Te lo ha dicho ella? – La ojiazul quiso saber.
– No, pero no es necesario. Somos como hermanas. – Rachel estaba al borde de las lágimas.
– Creo que deberías decírselo.
– No quiero perder su amistad. Sin ella yo... No me puedo imaginar mi vida sin Quinn.
– Eso es amor. – Sentenció la rubia.
– ¿Podemos cambiar de tema? – propuso la castaña.
– ¿De qué quieres hablar?
– Santana Lopez. – La cara de Brittany se puso más pálida de lo habitual.
– No sé qué quieres que te cuente de ella. – Dijo la ojiazul.
– ¿Te gusta? – Interrogó Rachel.
– No. Rotundamente no. Sin embargo hay algo en ella que me tiene intrigada. – Respondió la más alta.
– La verdad es que es un tanto misteriosa. Eso resulta sexy. Además de que está muy buena.
– Por favor... – La cara de Brittany estaba roja.
– Dime que no querrías estar sobre ella, las dos desnudas... – Retó Berry.
– ¿Qué? – Pierce no sabía donde meterse.
– Lo sabía. – Dijo la joven con voz triunfante.
– Es sólo atracción física. La verdad es que me gusta alguien.
– ¿Quién? – Quiso saber Rachel
– No te lo voy a decir.
– Vamos, yo te lo he dicho. – Dijo la castaña con voz infantil.
– No la conoces... Además, no importa. Sé que yo a ella no le gusto.
– ¿Te lo ha dicho?
– Más o menos. Sé que le gusta otra persona.
– ¿Por qué no la seduces?
– Porque no quiero interponerme en su felicidad.
– Eso no es que te gusta, eso es amor.
Sin decir nada más, ambas chicas se dirigieron a la cafetería donde se encontraron con algunos Vocal Adrenaline y conversaron un rato.

Mientras, Santana se encontraba sola en su habitación, escribiendo una carta a mano.

Mi gran querida amiga:

No te puedes imaginar cuánto te hecho de menos. Necesito que estés aquí. Necesito tu consejo y tu optimismo. Tengo sentimientos hacia una persona, una chica. Tengo miedo, ¿soy una depravada? ¿soy una abominación? A veces creo que lo mejor sería desaparecer, pero soy cobarde. Sin embargo, la veo sonreír y soy feliz, aunque esa sonrisa no vaya dirigida a mi. Me encantaría abrazarla, probar sus labios... Pero sé que eso nunca sucederá.

Me siento sola. Estoy sola. A nadie le importo. Hoy vi a mi padre, llevaba 3 meses sin verlo. Cuando ha entrado en el Carmel ni siquiera me ha saludado. Se ha dedicado a gritarme por tener que venir a solucionar mis problemas, cosa que al final no ha hecho porque el señor Lance le ha ganado la batalla.

No sé que hacer. ¿Podríamos quedar?, ¿podríamos vernos?

Un abrazo.
Santana Lopez

La joven dobló con cuidado la hoja, la metió en un sobre y lo dejó encima de la mesa. Brittany no había llegado a la habitación pero aún quedaba 1 hora para el toque de queda. La moreno decidió que lo mejor era irse a dormir y eso fue lo que hizo.

A falta de cinco minutos para las 11 de la noche, la rubia abría la puerta de la habitación. Gracias a la luz del pasillo que se colaba por la apertura, se dio cuenta de que Santana estaba durmiendo. Cerró la puerta y, utilizando su móvil como linterna, cogió su pijama de debajo de su almohada y se dirigió al baño. Treinta minutos después salió y se metió en la cama.

CAPÍTULO 7: UN NUEVO COMIENZO

A la mañana siguiente ya era viernes, por lo que Brittany volvería esa tarde con su familia. Estaba recogiendo sus cosas del baño cuando Santana entró allí.
– Lo siento, no sabía que estabas aquí.
– Dame unos minutos. – La ojiazul le dedicó una sonrisa a la menor.
– Quería hablar contigo. – Dijo la morena con la cabeza baja, intentando evitar la mirada de su compañero.
– Te escucho.
– Siento todo lo que pasó ayer, de verdad. No quería que te sintieras incómoda. Yo... – Santana no dijo nada más, se quedó pensativa.
– Tranquila, todo está bien. Pero no creas ni por un momento que hoy te libras de desayunar y comer con los miembros de Vocal Adrenaline. – Amenazó la rubia.
– ¿Qué he hecho yo para merecer eso? – Dijo la latina casi suplicando.
– ¿Por qué te molesta tanto pasar tiempo con nosotros? – Quiso saber la mayor.
– Porque tus amigos me odian. – Respondió con sinceridad Lopez.
– No es verdad. – Afirmó Brittany.
– ¿Te crees que no se lo que Fabray y Berry opinan de mi?
Pierce se quedó paralizada. No se imaginaba que Santana fuera consciente de las acusaciones de homofobia que sus dos amigas habían realizado contra ella. Al ver la cara de su compañera, la morena se apresuró a hablar.
– No importa, de verdad. Puede que tengan razón. – Después de decir ésto, se marchó.

Brittany no la vio hasta que bajó a desayunar. Allí estaba ella, en la mesa de Vocal Adrenaline, sin decir una palabra mientras el resto hablaba, gritaba y reía. La rubia se sentía mal, no se había dado cuenta de lo difícil que tenía que ser para ella sentarse a la mesa con dos personas que la odiaban. Ella no le había dejado alternativa. El señor Lance pasó a su lado y al darse cuenta de la expresión de Brittany decidió hablar con ella.
– ¿Te ha hecho algo? – Quiso saber el adulto.
– Más bien se lo he hecho yo a ella. La he chantajeado para que se siente en la mesa con dos personas que ella cree que la odian. – Respondió la joven.
– Fingiré que no he escuchado eso porque tendría que expulsarte. Pero sí te voy a decir que a veces, sólo a veces, el fin justifica los medios. Ésta puede ser una de esas veces.
– ¿No se supone que tendría que decirme lo contrario?
– En estos momentos, Santana me importa más que toda la ética, la moral y la decencia juntas.
Tras estas palabras, el director se marchó dejando a Brittany pensativa.

Las clases de la mañana habían ido bien para la rubia. Sin embargo, no lograba quitarse a Santana de la cabeza. Todo era tan raro y complicado con ella. Decidió contarles a los chicos parte de lo sucedido con la morena, omitiendo la parte de la mala relación de ésta con su padre. Así que Rachel, Quinn, Wendy, Drew, Thad y Sebastian se reunieron con ella en la sala de ensayos de Vocal Adrenaline, antes de comer.
– No entiendo nada. – Suspiró Wendy frustrada. No le gustaba que algo se escapara de su control.
– Yo si. – Dijo Rachel.
– No, otra vez tus teorías homofóbicas no, por favor. – Suplicó Drew.
– ¿Y si ella quiere que la veamos así, como mecanismo de protección? – Sugirió la castaña.
Todos guardaron silencio pensando en esa posibilidad. Para Brittany, eso explicaba el comportamiento errático de la morena.
– Es una posibilidad. – Quinn contestó.
– En ese caso, puede que yo tenga razón y sea una de las chicas lesbianas agredidas en el Washington. – Añadió Sebastian.
– ¿Puedo saber porque siempre has defendido esa idea? – Quiso saber Thad.
– El día que llegó, Rog y yo queríamos “experimentar” sobre nuestros gustos... Vale, tengo dudas sobre si soy gay o no. Así que nos colamos en los vestuarios de las chicas y ella estaba cambiándose. Tenía varios moratones en la espalda. – Contestó el menor.
– Pudieron hacérselo las agredidas para defenderse. – Argumentó Rachel.
– ¿Por la espalda? – Dijo Thad de forma sarcástica. Todos guardaron un momento de silencio, roto por Drew.
– Sebby, no nos has dicho... ¿Al final eres o no gay?
– Todavía no me he definido. Sigo teniendo dudas. – Respondió Smythe tímido.
– Si quieres solucionarlas, ya sabes donde encontrarme. – Dijo la morena guiñándole un ojo al otro.
Tras ese coqueteo, decidieron que lo mejor sería ir al comedor. Una vez allí, todos se sentaron y empezaron a conversar como si no hubiese pasado nada. Estaban hablando del lugar donde les gustaría vivir cuando Santana quiso intervenir por primera vez en una charla con Vocal Adrenaline:
– Yo creo que el mejor lugar sería una isla desierta. – Toda la mesa se quedó en silencio. Wendy se atrevió a preguntar.
– ¿Por qué?
– No necesitaría nunca huir o esconderme. Nadie me juzgaría allí.
La morena no intervino más en la conversación, pero para Brittany fue más que suficiente. Estaban consiguiendo un cambio. ¿Tendría Rachel razón y sólo se está escondiendo? La respuesta que ha dado sobre la isla desierta da pie a pensar que no van tan desencaminados con eso. Así que la rubia se fijó un nuevo objetivo, ganarse la confianza de Santana. Para eso necesitaba la ayuda de una persona que ella conocía muy bien. Alguien que al principio desconfiaba de ella, pero que poco a poco se ganó su amistad. Ese alguien es Finn. Por suerte ella volvía a casa y podía ver a sus amigos del McKinley, ellos serían de más ayuda que los locos miembros Vocal Adrenaline. Por eso cogió su teléfono móvil y llamó a alguien.
– Hola hermanito, necesito que organices una reunión de los New Directions, necesito vuestra ayuda.
– Hola, Britt. ¿Cuándo y dónde?
– En nuestra casa, mañana por la mañana.



CAPÍTULO 8: ESTAIS TODOS LOCOS

Ya era sábado por la mañana y en el sótano de la casa de los Pierce-Hudson se encontraban diez adolescentes tomando refrescos, chucherías y patatas fritas cuando dos personas más entraron, un chico y una chica, ambos asiáticos.
– Por fin estamos todos. – Dijo Puck. – Supongo que Mike ha tenido que esperar a que Tina se pintara la raya del ojo.
– Eso ha sido muy machista. – Respondió la morena – Además, el que se ha retrasado ha sido él.
– Dejemos las discusiones para luego, ahora necesito vuestra ayuda. – Dijo Brittany.
– ¿Que quieres de nosotros, darnos otra puñalada por la espalda como la de transferirte? – Dijo Kurt con altanería.
– ¿Quieres callarte porcelana? Así nunca sabremos lo que Pierce quiere. – Respondió Puck.
– Yo creo que será mejor que la escuchemos primero antes de juzgar. – Comentó Mercedes.
– Chicos... – Intentó llamar su atención Brittany.
– ¿Vamos a dejar que Britt hable o no? – Dijo Sam.
– Por supuesto que si. – Finn añadió.
– PODRÍAIS POR FAVOR PRESTARME ATENCIÓN – gritó Brittany. – Así me gusta. – Añadió al ver que habían callado todos.
La rubia pasó los siguientes minutos relatando lo sucedido con Santana, volviendo a omitir la parte en la que el padre de la morena ignoraba totalmente a su hija.
– ¿Ha intentado propasarse contigo? – Quiso saber Puck.
– ¿A qué viene esa pregunta? – Cuestionó la ojiazul molesta.
– Es información fundamental. Compartís habitación y te duchas desnuda cerca de ella... Si es lesbiana debería derretirse de solo pensarlo... Estás buena. – Respondió el chico.
– Dejando de lado el comentario digno de Premio Nobel de Puck, creo que lo único que puedes hacer es conseguir su confianza y esperar que sea él quien te cuente todo. – Dijo Blaine.
– ¿Y si...? – Comenzó a decir Noah.
– ¡No! – Contestaron todos los demás sin dejar siquiera que terminara la frase.

El resto del fin de semana fue genial. Pasó tiempo con su familia y sus amigos. Incluso se olvidó de Santana. Sin embargo, el lunes llegó, y con él las clases. Brittany volvió a el Carmel con el objetivo de conocer mejor a la latina.

La semana transcurrió sin novedades. La morena poco a poco se iba incluyendo en las conversaciones, e incluso se reía con algunos chistes de Drew. Parecía que se abría a sus nuevos amigos. El viernes la joven entró al comedor con una gran sonrisa en los labios. Todos se miraron sorprendidos.
– He conseguido una entrada para ver vuestra actuación mañana. – Dijo sin más rodeos.
– ¿Vas a vernos en los sectionals? – Quiso asegurarse Sebastian.
– ¿Para qué si no querría la entrada? – Preguntó irónica Santana.
– Gracias por tu apoyo. – Dijo Rachel sinceramente. La morena sólo respondió con una sonrisa.

El sábado, Santana, vestida con un vestido sexy ajustado rojo y una chaqueta azul marino entraba al camerino de Vocal Adrenaline para desearles suerte:
– Mucha mierda chicos.
– Gracias – Respondieron todos al unísono.

La morena se sentó en su sitio. El primer grupo que salió fue un auténtico desastre. Desafinaron, no tuvieron coreografía e incluso se equivocaron en la letra. Después actuaron los New Directions. Kurt cantó My Heart Will Go On de Celine Dion. Lo hizo muy bien, pero Santana pensó que era algo muy trillado. Después el grupo interpretó Satisfaction de Rolling Stones, con Puck, Artie y Finn como voces principales. Sonaban muy bien juntos y la coreografía era elaborada. Finalmente, las chicas cantaron Only Girl in The World de Rihanna. Mike y Tina bailaron muy bien, pero se notaba la diferencia que ambos tenían con el resto de los miembros de su equipo, en especial Finn que apenas podía llevar los pasos. Sin embargo, Santana tuvo que admitir que eran unos duros contrincantes.
Por último, llegó el turno de los Vocal Adrenaline. Quinn y Rachel cantaron una versión muy original y movida de I Will Survive de Gloria Gaynor, la complicidad de ellas dos en el escenario era increíble y bailaron muy bien, pero la canción era previsible. Wendy y Drew cantaron Halo de Beyoncé y por último, Sebastian y Brittany cantaron Umbrella de Rihanna con una gran coreografía, aprovechando el talento de la rubia bailando. A pesar de que estuvieron geniales, les faltaba algo, aunque el Santana no sabía muy bien el qué. Era difícil elegir un ganador.

Todos los participantes se encontraban en el escenario a la espera de que los jueces nombraran al ganador. Vocal Adrenaline y New Directions competían por el primer premio.
– Y el ganador es...