(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter “The Talk”

-Tenemos un problema…—dijo Sam parándose enfrente a todos en la sala de ensayos.
-¿Qué sucede?—pregunto Tina, sentada atrás.
-¿Nos cortaron los fondos de nuevo?...lo sabía, todo estaba demasiado bien para nosotros—agrego Artie moviendo sus manos como si estuviera harto de algo.
-Se trata de Blaine…
-¿Blaine?, ¿Quién es Blaine?—murmuro Jack mirando a Marley, quien le respondió haciendo gestos como describiendo a alguien “bajo y muy bien peinado”
-¿Qué pasa con Blaine?—quiso saber Sugar poniéndose la mano en el corazón.
-¿Lo deportaron?, lo sabia…—dijo Brittany negando con su cabeza.
-¿Qué pasa con Blaine Sam?—pregunto Finn, quien había estado frecuentando los ensayos desde que volvió de su paso por el ejército.
-Quiere volver a Dalton—respondió, poniéndose las manos en la cadera.
-¿Y?—agrego Finn poniéndose de de pie, para ordenar la partituras que estaban sobre el piano, sin darle importancia al asunto.
-Como que “Y”, el es la voz más fuerte que tenemos, dudo que tengamos posibilidades en las seccionales sin él.
-Pues yo no estoy de acuerdo, aquí esta Wade, Marley, Jack, que son excelentes voces, estás tú, Artie y Tina, no hay necesidad de preocuparse.
-¿Por qué quiere volver a Dalton?—pregunto Artie a la vez que miraba a todos, como si estuviera interpretando con su pregunta, el sentir de sus compañeros.
-Dalton es su país natal, es bueno que vuelva—agrego Britt mientras corregía las puntas de su cabello.
-Cree que todos lo juzgaran por lo que sucedió con Kurt.
-¿Qué paso con Kurt?—intervino Tina cambiándose al asiento de adelante.
-¿Quién es Kurt?—volvió a preguntar Jack a Marley, y esta nuevamente le describió con gestos a un chico alto, delgado y bien vestido.
-Tuvieron un problema y pelearon…
-¡¿Qué?!—exclamo Artie.
-¡No lo puedo creer!, ¡pobre Blaine!—agrego Tina, sumándose a la desazón que parecía invadir a todos, y que expresaban con murmullos y miradas de incredulidad, como si les hubieran comunicado la muerte repentina de alguien.
-¿Pobre Blaine?, ¿siquiera sabes porque pelearon Tina?, resulta que el “pobre de Blaine”…
-No creo que corresponda que cuentes eso—interrumpió Sam.
-¿Por qué no?, al parecer estamos preocupándonos y defendiendo a quien no corresponde, tal vez, lo que deberíamos hacer es definir nuestras lealtades—dijo Finn comenzando a repartir las partituras.
-¿De qué estás hablando Finn?, Blaine pertenece a este club, ¿no crees que nuestra lealtad debería estar con él?—indicó Sam, sintiendo que predicaba en el desierto.
-Pues yo prefiero ponerme del lado de mi hermano, y todos aquí conocemos más tiempo a Kurt, no creo que este duda que lado escogerán todos.
-¿Lados?, ¿te estás escuchando?, no es nuestro problema, y no deberíamos meternos, es problema de ellos, yo no escogido ningún lado…
-¡Entonces porque vienes a interceder por Blaine, si se quiere ir, pues que lo haga!
-Porque estoy pensando en el bien del grupo, Blaine es el más talentoso y completo miembro del club y creo que deberíamos hacerlo sentir que estamos con él y que lo necesitamos
El resto de los chicos miraba la discusión entre Sam y Finn como si estuvieran en un estadio observando un partido de tenis.
-Pues a pesar de todo aquello, yo prefiero ponerme del lado de los leales y honestos.
-Vaya, eso sí que me sorprende…—dijo Sam, poniendo una cara acorde a lo que decía.
-Esto se pondrá difícil–murmuro Joe sentado al lado de Wade.
-Yo apoyo a Blaine, he estado al lado de los inmigrantes desde que vi Titanic…—intervino Brittany levantado su mano, como si alguien le hubiese pedido su opinión.
-¿Qué se supone que significa eso?—quiso saber Finn hablando sobre lo que los otros opinaban.
-¿Debo mencionar a Quinn?
-¿Quién es Quinn?—pregunto Jack por tercera vez a Marley, dándose cuenta esta vez, que el gesto de la chica decía un claro “no la conozco”
-¿Qué?, ¡Hombre eso fue hace mil años!—exclamo Finn ya molestándose.
-Pues aunque hubiese sido hace dos mil, prueba que de lealtad, no sabes mucho, como para andar criticando al resto—termino de decir Sam, sentándose en una de las sillas del salón.


Mayo de 2011

-Lo he hecho todo bien…y Blaine entiendo que tras todo lo que pasaste te preocupes, pero el Baile es para disfrutar, no para tener miedo, así que voy a usar este traje—indico Kurt apuntando su Kilt—trabaje duro en el y creo que es fantástico y si ustedes no quieren unirse a mí, lo entenderé completamente—termino por decir Kurt, retirándose de la sala hacia su cuarto.
Blaine miro algo incomodo a Burt y a Finn, sin saber si ir tras Kurt o esperar a que se le pasara el enojo y retornara solo a la sala.
-Permiso—dijo Blaine decidiéndose por lo primero.
-¿Kurt?—llamo a la puerta de la habitación, golpeando tres veces con los nudillos de dos de sus dedos.
-…
-¿Kurt?—insistió golpeando otras dos veces.
-Si vienes a convencerme que no use el Kilt para el baile, será mejor que te devuelvas por donde viniste—exclamo a través de la puerta.
-No vine a eso… ¿Puedo entrar?—quiso saber Blaine mientras recorría el pomo y parte de la puerta con uno de sus dedos.
-Está bien, pasa, está abierto…—respondió.
Blaine entro y vio a Kurt parado al lado cama trabajando en su traje, había extendido el Kilt delante de él y chequeaba las costuras de las pinzas de la cintura y la basta. Se había sacado las botas y había reemplazado las leggings negras por el pantalón de su pijama, así como la camisa y chaqueta por una camiseta suelta, casi como si fuese tres tallas más grande. Con los pies descalzos miraba parte de su atuendo como si fuera la pieza principal del último desfile en la semana de la moda en Paris.
-¿Estás bien?—pregunto desde la puerta a medio abrir.
-De maravillas….y entra—dijo Kurt haciéndole una seña con la mano.
-Kurt, escucha… ¿Qué es esto?—pregunto Blaine tomando una caja plástica como del tamaño de una de una hecha para zapatos.
-Son botones…
-¿Vas a poner alguno de ellos en tu traje?
-Solo los con forma de pirámide…
-¿Cuántos tienes?
-No lo sé Blaine, nunca he tenido tanto tiempo libre como para contar botones, quien crees que soy Louis Pergauld…
-¿El tipo que escribió “La Guerra de los botones”?...
-No el dueño de la tienda de artículos de costura del centro…—respondió Kurt ironizando.
-¿Estas enojado?...
-Si…—respondió Kurt sin miramientos y asintiendo con su cabeza, reafirmando el sí.
-¿Mucho?...
-Lo suficiente—dijo mirándolo y tomando una aguja en una mano y una hebra de hilo en la otra.
-¿De verdad?...
Kurt levanto su ceja derecha, tratando de demostrar un claro “Obvio que si”
-¿Qué puedo hacer?
-¿Además de haberme apoyado ante las críticas a mi atuendo?
-Debí haberlo hecho, lo siento…
-Está bien…empecemos de nuevo… ¿Qué te parece el traje que estoy fabricando para el baile?—pregunto Kurt estirando el Kilt sobre la cama y mostrándolo con su palma abierta, como si disertara en la clase de ciencias.
-Pues como dijiste, es fantástico, haces maravillas con la aguja y el hilo—advirtió Blaine tomando uno de los carretes que habían en otra de las cajas que Kurt tenía sobre la cama.
-Gracias, y eso que no conoces ni la mitad de mis talentos Blaine Warbler…
- Espero y conocerlos todos algún día—opino Blaine sonriendo y sentándose enfrente en la cama, junto a la pieza de ropa.
-Y yo espero conocer los tuyos—respondió Kurt hablando entre dientes, por sostener en su boca el hilo con que quería enhebrar su aguja.
-¿Ya no estás enojado?
-No…
-¿Seguro?
-Blaine, es solo un baile, y creo que a nadie le importa lo que hagamos, podemos ir ambos vestidos de arcoíris y a nadie le importara, las cosas en la escuela están bastante tranquilas. No sé si es esa estúpida “liga de protección” que inventaron Santana y Karofsky, o es que por fin todos decidieron seguir con sus vidas, dejando en paz al resto.
-Tal vez, pero que te humillen delante de todos o que te golpeen delante de todos es algo bien terrible y no quisiera que tuvieras que pasar por eso—explico Blaine, al tiempo que estiraba las tablas del Kilt, como si sus manos fueran la mejor de las planchas.
-Lo sé, pero no deberías preocuparte—dijo Kurt que insistía en tratar de enhebrar la aguja—te diré algo, que tal si tomamos este baile como una redención para ambos—agrego haciendo un lado el traje y sentándose junto a él en la cama.
-¿Redención?
-Sí, una liberación de nuestros fantasmas, tú te deshacerás del bulto que te quedo cuando huiste de tu antigua escuela y yo del miedo que me hizo huir a Dalton.
-Suena como un buen plan—dijo Blaine sonriendo apenas.
-Lo es…—respondió Kurt acercando su nariz a la de él.
-Siento de verdad no haberme puesto de tu parte recién en la sala…
-Está bien, tienes tus motivos… ¡que le sucede a esta aguja!—exclamo frustrado al no poder enhebrarla ya en el cuarto intento.
-Tal vez es más pequeña que el hilo, o tal vez necesitas anteojos Kurt Hummel.
-No hay nada malo con mis ojos—dijo apuntándolo con la hebra de hilo que sostenía en una de sus manos.
-Entonces… tal vez… deberías —comenzó a decir Blaine mientras tomaba el hilo y lo enrollaba en el dedo índice de Kurt—intentar esto.
Blaine tomo la aguja y la apoyo sobre el dedo de Kurt que tenía el hilo enrollado y comenzó a moverla sobre el mismo, como lo haría un scout con un trozo de madera sobre otro para producir fuego. El hilo comenzó a asomarse por el ojo de la aguja y Blaine lo tomo como un experto, quedando el objeto de costura perfectamente enhebrado.
-Listo—dijo sonriendo
-¡Wow!, ¿Dónde aprendiste eso?—pregunto tomando la aguja con cuidado y levantándola hacia la luz, como si fuera la llama Olímpica.
-Bueno, he cocido un par de botones…
-Estoy impresionado, debo decir—dijo Kurt tomando la falda y procediendo a cocer una de las pinzas que aún estaba sujeta con alfileres.
-Me agrada eso, además me allana el camino, para cuando te muestre mis otros talentos—explico levantando sus cejas 3 veces seguidas.
Kurt sonrió con cierta timidez, pensado en que si fuera por él, hubiera exigido pruebas en ese mismo instante de cuáles eran los talentos de los que Blaine tanto alardeaba tener.
-¿Qué usarás tu?...
-Un traje simple y con corbata, quiero saber eso sí, que flor prefieres para nuestras solapas. Pienso comprar dos idénticas, una para ti y otra para mí
-¿Si?
Blaine asintió sonriendo de nuevo
-Bueno, ¿Qué tal si me sorprendes Blaine Warbler?
-Otra de las cosas que me agrada…
-¿Las flores?...
-No—dijo poniéndose de pie y tomando a Kurt por la cintura lo acerco a él para besarlo—sorprenderte—agrego hablando y sonriendo encima de sus labios.
-¿Estamos practicando?—quiso saber Kurt, al sentir que Blaine se movía junto a él como si estuviese bailando.
-Supongo…
-¿Bailaras conmigo?, ¿verdad?—pregunto Kurt apoyando su cabeza en el hombro de su novio.
- …
-¿Blaine?...
-Claro… es un baile ¿o no?—respondió tratando de sonar lo mas fidedigno posible.
-Hasta tus mentiras son dulces—advirtió Kurt dejando el hombro de Blaine para mirarlo a los ojos.
-No estoy mintiendo, nunca te mentiría… es solo que…
-Lo sé, ya es bastante sacrificio el que haces yendo al baile conmigo, como para que también te pida que bai…
-No es un sacrificio—se adelanto a decir Blaine que aun se movía junto a Kurt y había hecho avanzar sus manos hasta la espalda de este—además, eso que dijiste que tomaríamos esto como una redención… creo y puedo hacerlo.
-¿De verdad?...
-De verdad, no sé porque, pero me hago fuerte cuando estas conmigo.
-Yo si sé porque…—acoto Kurt sonriendo y dándole otro beso.
- Gracias Kurt…
-El placer es mío Blaine Warbler—dijo soltándolo y volviendo a la mesa de trabajo— y no tienes que bailar conmigo si eso te provoca incomodidad, podemos quedarnos en una mesa con vista privilegiada y criticar los atuendos de todos.
-¿Cómo Joan y Melissa Rivers?
-Pero con más estilo—dijo Kurt tomando el Kilt y poniéndose a trabajar de nuevo.
-¿Es eso posible?—pregunto Blaine acostándose en la cama de Kurt con las manos cruzadas sobre el vientre.
-¿Qué cosa?—pregunto de vuelta, concentrado en las puntadas.
-Tener más estilo que las chicas Rivers…
-Por supuesto que sí, ¿por qué crees que dejaron las alfombras rojas y se sentaron en un estudio de Televisión?
-Creí que la edad tenía algo que ver—opino Blaine tomando la caja de los botones y comenzando a inspeccionar cada uno cerca de sus ojos, como si fuera el dueño de una casa de empeño de joyas.
Kurt hizo un gesto con su boca y su cabeza, como diciendo”Mmmm, también puede ser”
-¿Habrá una banda para animar el baile?
-No…
-¿Un DJ, entonces?
-Tampoco, como necesitamos dinero para el viaje a New York, cantaremos nosotros.
-¿Cantaras tu?—quiso saber Blaine al tiempo que se ponía dos grandes botones verdes simulando un par de anteojos.
-¡Por Dios no!, ninguna de las canciones… ¿Qué haces?...—dijo comenzando a reír de los anteojos de botones de Blaine—ninguna de las canciones… ¡Blaine! ¡Quítate eso!...ninguna de las canciones es digna de mi talento—agrego Kurt aun riendo por la travesura de Blaine.
-A mi me gustaría cantar…
-¿Si?
-Porque no, me encanta y puedo cantar lo que sea, incluso si me lo dicen ese mismo día—advirtió Blaine, dejando de lado la caja con botones y comenzando a registrar la de los hilos.
-Por supuesto Sr. Anderson, olvidaba que es el irremplazable líder de los Warblers… eres muy engreído en ocasiones.
- Y tú eres adorable…
-OK, ahora sí que estas perdonado del todo…—dijo Kurt sentándose en la orilla de la cama olvidando el Kilt, la aguja, el hilo y los botones, para darle a Blaine el más largo de los besos.


-¿Qué sucede chicos?—pregunto Will entrando al salón.
-Nada Mister Shue, no se preocupe…—se apresuro en decir Finn
-Se trata de Blaine—dijo Sam, con la misma seriedad que a Finn parecía no importarle.
-¿Qué paso, está bien?
-Sí, es solo que está analizando la posibilidad de volver a Dalton…
-¿Por qué?, ¿estás seguro?
-Insisto que si se quiere ir, que se vaya—dijo Finn entre dientes y con su cabeza metida en las hojas de música.
-No entiendo ¿qué paso?…
-Solo digo que necesitamos a Blaine, pero Finn aquí parece no querer entenderlo, además…
-El no es el único que puede hacer un solo…
-¡Suficiente!—exclamo Will, al ver que todos comenzaban a hablar y a defender sus posiciones, convirtiendo al salón de ensayos en un barullo más complicado que la mismísima Torre de babel—tenemos mucho que hacer y ensayar y aquí no sobra nadie…Sam, ¿cuán seguro estas de que Blaine quiere volver a Dalton?
-Cien por ciento…
-Hablare con él, ahora ensayemos…

-¿Mamá?...
-Blaine, hijo, ¿Qué haces aquí tan temprano?
-¡Que haces tú aquí tan temprano!
-El servidor de la compañía se “cayo” por lo que no tenía sentido que nos quedáramos en la oficina… ¿y tú?..¿Tuviste problemas en la escuela?—pregunto la Sra. Anderson al tiempo que lo apuntaba con una vaina de arvejas a medio pelar.
-No…siempre salgo temprano los martes…
-Ah, por supuesto…—dijo descuidada con un ojo en el tazón de vegetales y otro en la televisión.
-¿Papá?, ¿no está?...
-No, llamo y dijo que llegara más tarde, algo sobre una reunión o asociación….o algo entre ambos. ¿Tienes deberes que hacer?
-No…
-Entonces ven a sentarte conmigo, habla con tu madre…—dijo la mamá de Blaine dando tres golpecitos seguidos al taburete de junto.
-OK…—respondió Blaine frunciendo el ceño ante el inusual comportamiento de su madre.
-¿Cómo te ha ido?—pregunto ayudándole a sacarse el bolso y dejándolo a sus pies.
-Bien, todo está bien…
-¿Y porque te veo tan poco?... ¿has tenido mucho que…
-Mucho “que” ¿qué?—dijo Blaine al ver que su mama se quedaba mirando la televisión sin terminar la frase.
-¿Cómo?...—pregunto de vuelta distraída.
-Nada…mejor me voy a mi cuarto, tengo un libro que leer y…
-¡Tonterías!, tendrás toda la tarde luego de cenar, quédate aquí conmigo, ¿quieres un café?—quiso saber la Sra. Anderson mientras se dirigía a la cafetera del mueble junto al lavaplatos.
-Claro…
-Con una gota de leche, ¿verdad?
-Así es…—afirmo Blaine frunciendo más el entrecejo y pensando que tal vez, como su Mamá había salido temprano del trabajo, había estado bebiendo desde el mediodía.
- Toma… ¿Qué dijo la señora?
-¿Desde cuándo pones atención a los programas de cocina?, mejor aun ¿desde cuándo miras Shows de cocina?
-Hable con tu hermano antes de ayer y me dijo que haría algo en PBS, que al parecer estaba “Todo cocinado”, así es que me puse a ver este show, aunque creo que hay mas en el cable—dijo alcanzando la TV guía del aparador de atrás—pero estoy segura que dijo PBS…
-Es una expresión Mamá…—corrigió Blaine sonriendo.
-¿Qué cosa?...
-Eso de “esta todo cocinado”, significa que está todo listo o arreglado…
-¿De verdad?, tu hermano parecía serio al respecto…
-Cooper nunca parece serio ante nada… ¿Crees que aparecerá en ese show?—preguntó Blaine riendo aun mas y apuntando el televisor.
-Pues claro… ¿no verdad?...—dijo la Mamá de Blaine, torciendo su boca y moviendo su cabeza en negación, al tiempo que su hijo hacia lo mismo.
-Tal vez quiso decir otra cosa, cuando lo llames de nuevo le preguntas…
-Yo no lo llamo, el me llama mi…
-Si…claro. Olvidaba lo buen hijo que es…
-¿Qué?...pensé que habías arreglado las cosas con tu hermano…
-Si… algo, ¿Por qué?
-Como dices eso de que él es “buen hijo”, como si tú fueras el peor…
-¿No lo soy?—pregunto Blaine apoyando el mentón en su mano.
-¡NO!, porque dices eso, ambos son los más maravillosos hijos que una madre pueda tener—le dijo acariciándole el pelo, dejándole la cabeza con olor a arvejas.
-¿Papá piensa lo mismo?...—pegunto Blaine abriendo sus enormes y maravillosos ojos, llenos esta vez de pena y nostalgia.
-Por supuesto… el es diferente, como te dije una vez, es como tu hermano, pero si hace falta yo te quiero por los dos—dijo inclinando su cuerpo sobre el taburete de la cocina para hacerle a su hijo una especie de arrumaco tomándole ambas mejillas.
-Gracias… ¿te ayudo?—pregunto apuntando el tazón con guisantes, aun sorprendido por la actitud de su mamá.
-Claro…ahora cuéntame, ¿Por qué no he sabido nada de Kurt?, desde que llegaste de New York ni lo has mencionado.
-¿No?... es porque ha estado muy ocupado y no hemos hablado mucho, pero está bien…—trato de explicar Blaine aclarando su garganta tras cada palabra que decía.
-¿Por eso no saliste en Halloween?...
-Alguien tenía que quedarse a lidiar con los niños, ya que tú y Papá salieron…
-A eso me refiero, tu eres el que debería salir a divertirse, llegar ebrio, causarme problemas, esa clase de cosas que hacen los adolescentes... ¿Qué pasa hijo?
-¿No deberías agradecer que no hago nada de eso?, o prefieres que sea un rebelde…
-No un rebelde, un ADOLESCENTE—corrigió la Sra. Anderson, bebiendo de su café—cuéntame…
-No pasa nada mamá… de verdad…
-Si claro, y yo estoy sentada toda la mañana al lado de Barbara Walters en “The View”…—aseguro la Mamá de Blaine mirando de reojo y arrojando 15 arvejas de una sola vez al tazón.
-¿Qué se supone que significa eso?—pregunto Blaine que aun trataba de lidiar con la primera vaina de guisante.
-Que no te creo nada—advirtió la Sra. Anderson mirando la televisión, aun con la esperanza de que vería a Cooper cocinando un “Coq au vin,”
-¿Por qué?, no se supone que es tu trabajo creer todo lo que digo, apoyarme y esa clase de cosas…
-Te apoyo y te creo…pero has estado muy callado y triste desde que volviste de tu fin de semana con Kurt, te vas temprano, vuelves tarde… y francamente no sé si pueda seguir tolerando escuchar “One Hand, One Heart” y “You’re perfect to me” más de 10 veces por día…
-Lo siento…—murmuro Blaine un tanto avergonzado.
-No te lo estoy reprochando, es solo que un comportamiento así, solo tiene dos explicaciones posibles, o peleaste con tu novio, o todos tus otros discos desparecieron y solo te quedaron esas dos canciones para escuchar—dijo su mamá guiñándole un ojo.
-Mamá…—dijo Blaine arrojando sus primeros tres guisantes al tazón.
-“Mamá” nada…mira, si no me quieres contar esta bien, pero no tienes por qué estar triste, tienes a tus amigos, a tu familia, todo lo que vivirás el próximo año cuando vayas a la universidad…en unos cuantos años, recordaras todas estas penas de amor, casi como si fueran una anécdota.
Blaine la quedo mirando raro pensando que de verdad su teoría del alcohol en la sangre de su mamá era cierta.


Mayo de 2014

-¡Hace mucho calor…muchoooo!—dijo Lily en un lamento casi moribundo.
-Has dicho eso desde que salimos del salón…aunque lo repitas el calor no se acabara—advirtió Blaine sentándose en el jardín de la entrada del edifico de música.
- ¡Esta bien!...—exclamo Lily alargando las vocales y bebiendo de su botella de agua.
-Además pensé que te gustaba el verano—dijo Blaine, sintiendo vibrar su teléfono en el bolsillo.
-No es el verano lo que me gusta, sino los chicos en camisetas ajustadas… ¿Es Kurt verdad?—pregunto acto seguido al ver que Blaine tomaba su teléfono y sonreía como estúpido.
-Si…—dijo poniéndose de pie y contestando la llamada
-¡Dile que hace calor!—grito Lily luego que Blaine dijera el correspondiente “Hola”
-¿Qué fue eso?—quiso saber Kurt al otro lado del teléfono.
-Es Lily, dice que te diga que tiene calor…
-Pues hace bastante calor, ¿saliste de clases?
-Sí, estoy con ella aquí en el jardín, se supone que nos darán las notas del examen, pero aun no hay nada publicado, ¿tú, estas en la revista?
-Sí, tengo que actualizar el blog, Isabella estuvo por aquí y me advirtió que debía dejarlo listo antes de irme.
-¿Le dijiste que el próximo semestre tendrás mas clases?
-Se lo dije…
-¿Y?...
-Me pidió que tratara de organizar bien mi horario, para que pudiera seguir trabajando aquí, aunque sea un cuarto del tiempo que lo hago ahora.
-¿No terminaras agotado?
-Bueno, ya veré como funciona todo en otoño, ¿almorzaste?
-Aun no, es temprano, y preferimos esperar las notas antes que todo, ¿tu?, por favor dime que comiste algo.
-SI comí, estoy a dieta, no en huelga de hambre Blaine…
-Lo sé, solo chequeaba, además ya te he dicho que no necesitas ninguna dieta…—advirtió Blaine, poniendo más cara de estúpido por recordar claramente como lucia el cuerpo de Kurt.
-¿Lo crees?...
Blaine se alejo un poco de Lily y comenzó a hablar con Kurt entre risas, mientras pateaba el pasto, y sacaba hojas de los arboles. La chica negaba con la cabeza, pensando que se comportaba como si tuviera 15 años y que solo le faltaba decir “cuelga tu primero”
-Está bien…si…adiós.
-Creo que te salen corazones por las orejas—dijo Lily apuntándole ambos oídos con su botella de agua.
-¿Qué?...
-Nada… ¿tienes algo para comer?, además de calor me muero de hambre.
-Claro, toma…—dijo Blaine sacando un envase de enormes galletas blancas.
-¿Qué diablos es esto?—quiso saber la chica masticando con desconfianza, como si dudara que lo que Blaine le había dado era realmente comestible.
-Son galletas de arroz…—respondió Blaine comiendo y mirando el empaque que recién había sacado de su bolso.
-¿Por qué?...
-Porque “que”…
-Porque estoy comiendo esto que sabe a telgopor, ¿no tienes otra cosa?—pregunto tendida en el pasto y usando las rodillas de Blaine como almohada.
- No, bueno, agua vitaminizada sabor lima-limón—respondió Blaine, leyendo la etiqueta y acercándola a sus ojos, como verificando que realmente el sabor era “Lima-limón”
-¡¿Qué?! , no tienes nada de comida normal…
-¿Quieres o no?...
-Está bien, cualquier cosa que me quite este sabor—reclamo la chica, incorporándose para tomar la botella y beber un sorbo tan largo, que Blaine creyó que terminaría por ahogarse.
-Eres una exagerada…
-¿Qué paso con las Oreos y el jugo Minute Maid?...—pregunto Lily aun gesticulando como si le hubiesen dado a comer una olla llena de bilis.
-Bueno, Kurt está a dieta…
- ¿A dieta?, pero si no lo necesita…
- Pues lo mismo pienso yo, pero según él, el profesor de “Baile 102”, le dijo que debe perder unos kilos si quiere ser mas ágil en el escenario, por lo tanto veto de nuestro refrigerador las oreos, el chocolate, los jugos y básicamente todo lo que contenga azúcar.
-Está bien que él quiera morir de hambre, pero tú, ¿estás a dieta también?
-No, yo solo le doy apoyo mor…
-¡Por Dios!...—exclamo Lily interrumpiendo la respuesta de Blaine.
-Que…
-El chico ese que vimos a comienzos de semana en la oficina de admisión…
-¿Quien?—pregunto Blaine haciendo como que se volteaba para mirar de quien se trataba.
- ¡No te voltees!, se vería muy raro… ¡Ay!, viene para acá… ¡ríete!
-¿Qué?...
-Eso, ríete, haz como que dije algo súper chistoso…
-Lily, eso nunca ha funcionado…
-¡Ríete!—insistió la chica haciendo muecas y gestos por lo bajo con una de sus manos.
-¿Qué pretendes? ¿Acaso te gusta ese chico?, que hay de Richar…
-¡Ahora!
Blaine soltó una gran carcajada, que en medio de la insistencia de Lily, sonó más bien como la risa que soltaría un villano al ver realizado su plan maestro.
-¡Te lo dije!, ¿gracioso verdad?...—afirmo riendo y en un tono más alto de lo normal, al ver que el chico alto, delgado, con cabello castaño y cuerpo de ensueño, estaba a menos de 1 metro de ellos.
-Hola…—dijo levantando su mano y sentándose junto a ellos en el pasto.
-¡Hola!— respondió Blaine sonriendo y alzando su mano también.
-“Ho…tas”…—dijo Lily, haciendo una contracción lingüística entre las palabras “Hola” y “Como estas” al ver que el chico se quitaba las gafas de sol y dejaba ver unos profundos ojos azules.
-¿Eres nuevo por aquí?
-Sí, llegue hace poco, no conozco nada ni a nadie—dijo moviendo su guitarra de la espalda hacia el frente.
-¿De dónde eres?—quiso saber Lily, que luego de preguntar entorno sus ojos, como dándose cuenta que lo que quería saber era tan evidente, que ni siquiera un bebé lo preguntaría.
-De Londres, ¿no se nota?—respondió apuntando sus labios, como si su acento fuese el documento de identidad y residencia irrefutable.
-Mi nombre es Blaine Anderson, ella es mi amiga Lilian Stewart—indico Blaine apuntándose a sí mismo y luego a Lily.
-Yo soy Dylan, Dylan Westbrook.
-¡Uy!, te salió como a James Bond—acoto Lily, haciéndose un rizo con un poco de su cabello.
-Debe ser porque somos compatriotas—advirtió Dylan, levantando la ceja. Lily creyó que se derretía en ese mismo instante y que pasaba a ser parte del compost que abonaba el jardín de la Universidad de New York.
-¿Tocas la guitarra?—pregunto Blaine apuntándola.
-¡Sí!, de hecho—respondió sacándola de la funda—toco EXCELENTE la guitarra—agrego dando un par de acordes— ¿ustedes tocan algo?
-Bueno, Blaine además de tocar a su novio, toca el piano—dijo Lily queriendo parecer la más chistosa de las muchachas.
-¿En serio, el piano?
-Sí, no soy un experto pero si, aunque me encantaría aprender a tocar la guitarra—señalo Blaine apuntando el instrumento de nuevo.
-Te puedo enseñar, no hay problema, además el método que utilizo es cien veces mejor que con el que te enseñaran aquí.
-¡Gracias!—exclamo Blaine, sorprendiéndose de la generosidad y predisposición del recién llegado.
-Ahora, dime bonita... ¿tienes novio?
-Ay… no…
-¿En serio?, una chica tan guapa como tú, sin novio, ¡en que estas tu amigo!—dijo Dylan, dándole un manotazo a Blaine en el hombro, haciéndolo casi caer de lado.
-No, el es solo mi amigo, además, es gay—explico Lily bajando la voz en “Gay” y haciendo un gesto con sus cejas y hombros, como diciendo “que le vamos a hacer”.
-¿De verdad?, ¿Gay?...
-Sí, ¿hay algún problema?—pregunto Blaine un poco nervioso.
-No, ¿Por qué habría de haberlo?, lo importante aquí es que somos todos humanos…o ¿alguno de ustedes es extraterrestre?—agrego Dylan apuntándolos a ambos con una de las galletas de arroz de Blaine, que había sacado sin preguntar a nadie.
-Cierto…—dijo Blaine sonriendo.
Lily soltó un suspiro sintiéndose en el séptimo cielo.
-¿Qué maestría pretendes seguir?
-Bueno, en Londres estudiaba música y composición, entonces me gane una beca de intercambio, así es que pretendo seguir en lo mismo aquí.
-¿En qué año…—Lily se detuvo al ver que Dylan prestaba más atención a los traseros de un par de chicas que acababan de pasar por su lado, que a la conversación que sostenían sobre el futuro de todos.
Blaine rio por lo bajo, al ver que Lily cambiaba su actitud de coqueta y volvía a ser la de siempre, casi como si le hubiesen contado el final de la novela que seguía por años.
-Disculpa, ¿quieres seguir hablando con nosotros o prefieres poner tu atención en ese par de cosas, que además de servir para sentarse son excelentes aislantes del frio?—acoto Lily al tiempo que arreglaba sus lentes “cat-eye”, como si con ello subiera el nivel del debate.
-¿Sirven para todo eso?, creí que solo servían para…
-¡OK!—exclamo Blaine, impidiendo que Dylan terminara su frase y que despertara en Lily la feminista que llevaba adentro— ¿quieres almorzar con nosotros?, estamos esperando las notas del último de nuestro exámenes, puedes acompañarnos si quieres—agrego Blaine, dando una mirada Lily que seguía arreglando sus lentes, como si eso fuera claro signo que tenia la razón en todo lo que decía.
-Me encantaría…—respondió Dylan guiñándole un ojo a Lily.
Esta negó con la cabeza y sonrió para sí, pensando que era su segundo año en la universidad y ya podía contar 2 a 0 sus intentos por conquistar a alguno de sus compañeros. Le había pasado con Blaine en primer año, cuando descubrió que era Gay, y le pasaba con Dylan ahora, la descubrir que era el mas simpático de los mujeriegos.


-Eso espero…—dijo Blaine pensando que en ese momento su futuro se veía tan complicado, como las vainas de arvejas que le tocaban desgranar a él.
-Así será hijo, cuéntame ¿actuaras en el musical este año?...
-No lo sé, el jueves son las audiciones, no sé quien estará cargo, asumo que Artie…
-¿El que tiene el cabello con “dreadlocks”?…
-No, ese es Joe…y ¿cómo lo conoces?
-¿Estuvo en las nacionales, o no?
-Sí, verdad. Artie es el de gafas…
-¿El discapacitado?...—pregunto la Sra. Anderson mientras hurgaba en el tazón para quitar las cascaras que habían caído por accidente.
-¡Mamá, no lo llames así!...
-Esta bien, lo siento…pero ¿el será quien decidirá los roles en el musical?, ¿Cuál será este año?
-GREASE…
-¡¡¡Amo a “Kenickie!!!, todas se derriten por Danny, pero yo pienso que nada se compararía a un “Hickey from Kenickie”…—dijo la Mamá de Blaine parafraseando a Rizo en una de las escenas de Grease.
Blaine rio al ver que su madre se comportaba como una adolescente con su primer enamoramiento.
-Mamá… ¿puedo pedirte algo—pregunto Blaine aprovechando que su madre se encontraba de tan buen humor.
-Por supuesto, ¿necesitas dinero?, ¿guisantes?...—dijo mostrando el tazón.
-No…—respondió mientras reía— ¿hablarías con Papá, para ver mis posibilidades de volver a Dalton?
-¿Dalton?, creí que estabas contento en Mckinley…
-Lo estaba, pero ya debes deducir lo que paso y no sé si estar en Mckinley sin él, sea lo mejor para mi… ¿hablarías con él?
La Sra. Anderson dio un suspiro largo, como pensando la mejor respuesta.
-Por supuesto, tu padre cree que el es la cabeza de esta familia, pero lo que no sabe, es que yo soy el cuello…—concluyo dándole un beso en la frente a Blaine y procediendo a encender la cocina par preparar la ensalada de guisantes.