(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

Septiembre de 2011


-Insisto que estas callado —dijo Blaine entrando a su casa.
-¡¿Como que callado?!, ¿no escuchaste la historia que te conté del proyecto de Míster Schuester para esta semana?
-¿Eso de los pianos?
-¡Exacto!, “The Purple Piano Proyect”... hable todo el rato de eso, de cómo y  se supone debemos cantar algo cada vez que nos encontremos con uno, ¿o era cuando la gente se encuentre con uno nos podrá pedir que cantemos?... la verdad es que no me acuerdo —dijo Kurt haciendo un gesto desmemoriado— creo que deje de escucharlo cuando vi los pianos pintados de purpura.
-Cualquiera lo haría, pero estas mas introvertido que de costumbre, y eso en ti es bastante raro.
-Y yo te explique que más bien estaba “pasivo-agresivo”, pero asumo que tampoco escuchaste el sinnúmero de razones que te expuse mientras tomábamos café hace exactamente… 30 minutos —respondió Kurt mirando la hora en su teléfono.
-No fueron un “sin numero de razones”, fue solo una, a la cual yo respondí dando las mías—dijo Blaine mientras se quitaba su Blazer de Dalton y lo arreglaba como para ponerlo en una exhibición de ropa— ¿no estás de acuerdo con lo que te dije?
-¡Por supuesto que no!...
-¡Kurt!... —exclamo divertido.
-¿Qué?, me preguntaste y respondí, creo que tus razones no se comparan con las que di yo —advirtió Kurt apuntándolo y revisando la correspondencia que había en la mesa del recibidor como si estuviera en su casa.
-Te diré algo… —dijo Blaine tomándolo por la cintura y acercándolo a él— te prometo que antes que termine esta semana tomare una decisión.
-No te creo… —dijo echando su cuerpo hacia atrás.
-¿Por qué?
-Porque es lo que dijiste antes que comenzara el verano, y las vacaciones terminaron hace rato  y no decidiste nada.
-Pero ahora me auto impuse un plazo más corto, tengo que tomar una decisión si o si… —advirtió empequeñeciendo sus ojos como dando suma intención a su promesa auto impuesta.
-Bien…—dijo como rindiéndose mientras le corregía la posición de la corbata— te esperare hasta el jueves…
-La semana se acaba el viernes —corrigió Blaine dándole un beso.
-Lo sé, pero si no tomas una decisión antes del jueves no tendrás tiempo de hablar con los Warblers, ni de entregar tu uniforme, ni que tus Padres te inscriban en Mckinley… así es que repito, te esperare hasta el jueves.
-¿Si no?...
-SI no… te secuestrare envuelto en una alfombra, esos Warblers no saben lo afortunados que son.
-Ok…—respondió Blaine repitiendo lo del beso— ¿quieres que hagamos algo?, o  ya tienes cosas que hacer “Señor estudiante de último año”
-Tengo cosas que hacer con Rachel y que tiene relación con mi último año… pero no te las contaré —se adelanto a decir al ver que su novio abría la boca para peguntar que cosas.
-¿Por qué no?
-Porque prefiero tener la solución al asunto y de ahí te cuento todo.
-¿Solución?... ¿tienes algún problema? —quiso saber Blaine poniendo cara de circunstancia mientras se desataba la corbata y se desabotonaba la camisa hasta el comienzo de su pecho.
-Ninguno… —respondió Kurt entrando a la sala— es todo el asunto de lo que debo preocuparme este año, la Universidad y esa clase de cosas— añadió haciendo una mueca de desinterés con su hombro y su cara.
-Creí que ya habías decido que irías a Julliard, buscarías un lugar en New York y me esperarías a que llegara yo el año entrante.
-Sí, pero es en relación a eso que tengo que arreglar un asunto primero… ¡y no te contare!— insistió al ver de nuevo la mueca de interrupción de Blaine.
-Bueno, como quieras… ¿te puedes quedar entonces?... no entendí bien si podías o no…
-Puedo… ¿Qué quieres hacer? —dijo sentándose en el sofá grande.
-No se… podríamos ver una película—respondió encogiéndose de hombros con sus manos en la cadera.
-Ah… ¡me encanta ese plan!… ¿busco una? —contesto apuntando el mueble del televisor.
-No, tengo una lista en mi cuarto… ¿vamos? —dijo Blaine estirando su brazo para Kurt le tomara la mano.
-¿A tu cuarto?
-Si… —respondió descuidado.
-¿No podemos verla aquí?... donde está este sofá extra cómodo, mas espacio, aire y todo el mundo puede vernos.
-¿Cómo?
-Eso…
-¿Hay algún problema?... no es la primera vez que estamos en mi cuarto, ¿Por qué de pronto te incomoda que nos quedemos allí?
-No me incomoda… es solo… ¿tus padres no están?
-No lo sé…—dijo mirando a su alrededor— estarán en sus trabajos supongo.
-¿Y no se espantaran si me encuentran en tu cuarto?
-¿Tu Papá y Carol se espantarían si me encontraran en el tuyo?
-No… es decir no sé…
-¿Esto es por lo que sucedió hace MESES en el cuarto de lavado?
Kurt se levanto del sofá y puso cara de incomodidad rascándose la cabeza como si una plaga de pediculosis lo atacara de pronto.
-¿Lo es?—insistió Blaine aproximándosele y  mirándolo de medio lado.
-No... es… es porque… ¡porque tienes esos juegos diabólicos que sus caratulas me dan pesadillas!... ¿ya los quitaste?
-No aun no los he quitado… y no son diabólicos, “Resident Evil 6” y “World of Warcraft” son los mejores juegos que existen.
-¿Viste?... no podemos ir tu cuarto si esas caratulas me están mirando—concluyo Kurt cruzándose de brazos.
-Bien, si quieres quedarte aquí, nos quedamos, pero te advierto que la película que elegí es especial para  verla sobre una cama y por sobre todo para terminar abrazados sobre ella…
-¿Si?...
-Oh si… y debes hacer memoria, que esa idea fue tuya y no mía… ¿recuerdas?, ¿Cuándo me cocinaste esa súper exquisita cena hace como cuatro meses? —recordó Blaine volviendo a tomarlo de la cintura.
-Me acuerdo…
-¿Te acuerdas entonces que tu dijiste que te gustaría que nos acomodáramos en el sillón o en mi cama… para ver una película o dormir o algo entre ambos?
-Me acuerdo también… —dijo Kurt acercándosele más y abotonándole la camisa a la altura del cuello— pero también me acuerdo que tú dijiste que eras irresistible y que yo no podría solo dormir, que me abalanzaría sobre ti y no sé que más —añadió zafándose de nuevo como si leyera la advertencia peligrosa de  un producto para desinfectar el baño.
-Es la verdad… —respondió atrapándolo de una mano.
-¡Blaine!...—exclamo sonriendo.
-Ven… —dijo tomándole ambas— me comportare…
-¿Lo prometes?
-Lo prometo…
-¿Quitaras esas caratulas?
-Las quitare en cuanto ponga un pie en mi habitación.
-Ok…—dijo sonriendo y poniéndole las manos en el pecho— ahora dime… ¿qué película es esa tan genial?
-Una que te gusta —contesto Blaine moviendo sus manos con las de él, como si movieran dos ruedas de molino.
-¿”The Notebook” de nuevo?
-No… otra, que debo confesar y jamás he visto…
-¿Cuál entonces?
-“Moulin Rouge”
-¡¿”Moulin Rouge”?! —repitió Kurt entre confundido y emocionado.
-Exacto…
-¿Cómo que jamás la has visto?
-No…—contesto sonriendo.
-¿Estas bromeando verdad?
-No… ¡vamos! no es gran cosa, no es como si jamás hubiese visto “Gone with the Wind” o algo…
-¿No has visto tampoco “Gone with the Wind”?,  ¿La historia entre Scarlett y Rhett?, ¿la primera grosería en la historia del cine? ¿”Mañana será otro día”?... ¿Qué pasa contigo?
-No he dicho que no la he visto... es solo que es demasiado larga…asi es que solo he visto partes… tres horas son suficientes, imagina cuatro…
-Ok, eso te lo concedo pero “Moulin Rouge”… ¿Cómo jamás has visto esa película?, ¡es la película más romántica que existe!... ¿estás seguro que eres gay? —pregunto divertido, dándole una mirada de medio lado.
-Lo soy… es solo que no sé… no la he visto simplemente.
-Pues esa aberración se acaba ahora… ¿Dónde está la película?— dijo Kurt dando tres aplausos,  como si pusiera orden en un salón de niños revoltosos.
-Te dije en mi cuarto…
-Pues vamos entonces… —sentencio adelantándose en la escalera.
-¿Estás seguro y no quieres verla aquí?
-¡Estás loco!... ¡es “Moulin Rouge”! esa película requiere de un ambiente más privado y por sobre todo  de abrazos.
-¿Quieres que lleve algo?, ¿palomitas?...
-¿Sabes preparar palomitas?
-Claro que si… el microondas hace todo el trabajo.
-¡Ok!... ¡Te espero arriba entonces!… y date prisa “Christian y Satine” creen que tienen todo el tiempo del mundo, pero descubrirás que no.
-¡Me estas contado la película!, ¿quieres arruinarme el final Kurt Hummel?
-¡Debería!... ¡cómo es posible que nunca hayas visto Moulin Rouge! —exclamo levantando los brazos mientras subía la escalera— ¡Moulin Rouge! —repitió unas cuatro veces.

-¿Te gustan las de caramelo verdad? —dijo Blaine entrando a su habitación con un tazón extra grande de palomitas crujientes y tibias.
-¡Me encantan! —respondió Kurt sacando un puñado de inmediato— tengo todo listo, moví un poco este mueble, espero y no haya problemas.
-Claro… ¿por qué? —pregunto Blaine mirando el sitio donde antes estaba la mesa del televisor y en donde se encontraba ahora.
-Porque así queda en dirección de nosotros y el brillo de la ventana no interfiere en la imagen —explico Kurt apuntando la televisión, la cama, la ventana y la televisión nuevamente.
-Ok… —respondió Blaine comiendo un puñado de palomitas— ¿qué lado quieres? —agrego apuntando al cama mientras mascaba.
-El mío… es decir… no “el mío” —dijo Kurt gesticulando las comillas con sus dedos —quiero decir…
-Te amo… —interrumpió  acostándose en el lado derecho de la cama.
-¿No tienes dos cosas que hacer antes de acomodarte?
-¿Qué cosas? —pregunto con el tazón de palomitas sobre su panza.
-Primero…—respondió Kurt señalando con su dedo hacia atrás por sobre su hombro, en la dirección donde estaban los video juegos.
-¡Oh!...—exclamo levantándose— lo siento —dijo besándolo en la mejilla al pasar por su lado.
Blaine tomo las cajas y les quito las caratulas de papel, las doblo siguiendo el largo y las guardo dentro de un gran tomo de “Atlas Universal”
-Listo… aquí no te atacaran —dijo meneando el libro y poniéndolo en el ultimo estante de su librero— ¿Cuál es la segunda?
-¿No te quitaras el uniforme?
-¿Quieres que me desvista?
-No… ¡Blaine!... y no te rías… sabes que tu sonrisa me provoca cosas… —dijo apuntándolo— a lo que me refiero es que si no te gustaría ponerte ropa más cómoda, después de todo has usado eso todo el día.
-¡Tú igual!...
-Sí pero esta camisa es “Marc Jacobs”, por lo tanto es súper cómoda e higiénica y no se compara con un uniforme fabricado en serie en una bodega de Bangladesh.
-Tienes razón —dijo mirándose— vuelvo enseguida —agrego sacando ropa de la cajonera del fondo de su habitación y yéndose al baño para cambiársela.
-¿A que ahora llegan tus padres? —pregunto Kurt hacia el baño.
-Generalmente como a las 5… ¿por qué?
-Por nada… —respondió mirando la hora y sacando la cuenta de a qué hora terminaría la película, para ver  si pasaría inadvertida su presencia en el dormitorio del hijo de los Señores Anderson.
-¿Así está mejor? —dijo Blaine saliendo del baño descalzo con un jeans y una camiseta roja.
-Mucho mejor… ahora ven… esta historia te encantara —advirtió tomando el control remoto del reproductor de DVD de lo mas entusiasmado.
-¿Tanto así? —dijo subiéndose a la cama.
-¡Por supuesto!, las canciones son las mejores, el vestuario es exquisito, Nicole Kidman se ve espectacular y Ewan Mcgregor está como quiere… ¿Qué más razones?
-¿Ewan Mcgregor?, ¿en serio?
-Es muy atractivo, ¿no crees?
-Bueno… si, pero pensé que tu tipo de chico era otro…
-¿A qué te refieres? —quiso saber Kurt mirándolo acomodarse en las almohadas.
-No sé, pensé que te gustaban, más bajos, con cabello moreno y rizado…ojos avellana…—dijo mientras se describía de pies a  cabeza.
-En eso te equivocas… porque de ese tipo en realidad no me gustan.
-¡¿Cómo?!
-De ese tipo más bien los amo…—añadió sonriendo…
-Eres adorable…
-Lo sé… ¿La pongo? —dijo apuntando el televisor con el control remoto.
-Por favor —respondió Blaine haciendo un gesto de vehemencia con sus manos.
-Perfecto… —dijo presionando “PLAY”— prepárese Señor Anderson para ver la que será la película de su vida…
-Háblame de ella…—pidió Blaine mientras estiraba sus brazos como si lo invitase a quedarse a vivir en su pecho para siempre.
Kurt lo observo un instante sin decir nada, reticente a aceptar aquella invitación se cambio el control remoto de mano unas cuatro veces, escucho a  Blaine decirle nuevamente “Prometo comportarme” acompañado de una sonrisa y se rindió de inmediato, se acostó sobre él pensando que no le incomodaría hacer aquello todos los días por el resto de su vida, se acomodo con confianza cuando sintió el latir de su corazón y el calor de su cuerpo. Mientras Christian comenzaba el relato de su historia con Satine, Kurt sintió que la suya con Blaine era mil veces mejor.
-Debes saber —comenzó a explicar soltando un suspiro más que hondo— que hay tres cosas principales en la que debes concentrarte.
-¿Cuáles son? —pregunto Blaine mientras le acariciaba la cabeza.
-La primera es la lección que dice que: "Lo mejor que te puede pasar en la vida es que ames y seas correspondido."
-Me parece una lección excelente —respondió besándole el pelo.
-Lo segundo, es que el “Spectacular, Spectacular No words in the vernacular” es en realidad espectacular…
-Ok… ¿y la tercera? —dijo Blaine abrazándolo para acomodarlo mejor y más cerca de él.
-La tercera es que escucharas la canción mas romántica que existe en todo el universo de la música.
-¿Cual es esa?
-“Come What May”…
-¿Cuál?
-“Come What May”—repitió incorporándose un poco— es una canción original para esta película, bueno en realidad fue originalmente para “Romeo+Juliet”, pero finalmente quedo para esta… te encantara… lo sé —concluyo acostándose sobre su novio de nuevo.
-Estoy seguro de que si…—respondió abrazándolo.
Mientras la película avanzaba Blaine hacia preguntas y Kurt las contestaba con gusto, manteniéndose abrazado de el como si su vida dependiera de ello.
-Eso del tipo con Narcolepsia es lo mejor de la película… —opino Bien mientras le acariciaba el pelo— ¿se supone y es argentino?...
-…
-¿Kurt?...—repitió al ver que su novio había dejado de responder a sus preguntas, irguió un poco su cabeza y lo vio dormido a su lado, soltó una risa y estiro uno de sus brazos para tomar el extremo opuesto del cobertor y arroparlo con delicadeza. Kurt hizo un movimiento de bebé mañoso y termino de acomodarse soltando un suspiro, Blaine suspiro también y se lleno con su olor, pensó en lo que le había pedido, aquello de transferirse a Mckinley para que su ultimo año fuera mágico, decidió en ese preciso instante que estaba dispuesto a concedérselo, porque para él  era imposible estar lejos de la persona que mas amaba en el mundo, era insoportable estar lejos de Kurt.

Noviembre de 2022

-¿A qué hora llegaran tus padres? —quiso saber Kurt mientras le daba forma de cisne a unas servilletas amarillas y las ubicaba en cada plato.
-Creo que… —respondió mirando su reloj— dentro de media hora —agrego ubicando los cubiertos en cada puesto.
-Media hora… perfecto…
-¿Por qué “Perfecto”?
-Perfecto porque a esa hora estará todo listo, Henry y Lizzie habrán despertado, por lo que podremos estar en la sala todos conversando de manera animada y relajada.
-¿Con Henry y Lizzie despiertos hablas de relajo?... ¿en serio?
-Vamos… nuestros hijos son los mejores niños del mundo —dijo Kurt sonriendo— además que tendremos seis pares de brazos extras por si alguno se pone consentido— añadió tomando las  tres últimas servilletas.
-Tienes razón… ¿ese timbre que avisa? —dijo Blaine apuntando la cocina.
-¡Que hay que rociar el pavo!
-Yo voy… ¿se agrega ese jugo que tienes en el mueble? —pregunto moviendo su mano como si vertiera salsa desde lo alto.
-Si… pero yo puedo ir —dijo tratando de formar dos cisnes de una vez.
-Oye… yo puedo rociar un trozo de carne… no es tan difícil —aseguro abriendo sus palmas y dirigiéndose a la cocina.
-Estás haciendo meritos extras para que no te regañe por ver el juego… ¿verdad?
-Vamos… es “Thanksgiving”… tendrás que lidiar con tu papá y el mío si vetas el deporte —exclamo desde la cocina un tanto ahogado, Kurt pensó que se había metido dentro del horno junto al pavo, soltó una risa imaginando aquello y continuo con lo suyo, termino de doblar la ultima servilleta, corrigió el trabajo que había hecho Blaine con los cubiertos y miro los puestos, asegurándose que había colocado todo, incluyendo unos pequeños servilleteros con cola de pavo que Henry había fabricado en la escuela. Les cambio la función y los colgó con una cinta como adorno en cada una de las copas. Había lugar para los padres de Blaine, su Papá y Carol, Dylan y Lily, además de  ellos mismos y sus pequeños hijos.
-Listo…
-¿Rociaste todo el jugo que había en el jarro?
-Todo…
-¿Abarcaste todo el pavo?
-Desde la cabeza hasta su pequeña cola.
-¿Pusiste la alarma en 10 minutos más?
-Puse…—dijo Blaine pensando en que aquello no lo había hecho— pues no sabía que había que hacer eso… lo corrijo de inmediato… —respondió dirigiéndose a la cocina dando un pequeño salto.
-Definitivamente quieres ver ese juego —le dijo en cuanto volvió al comedor.
-Estoy haciendo lo meritos suficientes, y como dije antes somos tres contra uno.
-Agrega a Henry, que bien que se sienta contigo cuando te da por los deportes.
-Entonces somos cuatro contra uno… ¿Quién hizo esto?—pregunto Blaine tomado una de las copas y señalando el adorno que pretendía ser un pavo.
-Henry, hizo uno en la escuela y le pedí que hiciera mas para ponerlos en la mesa, son muy bonitos ¿no crees?
-¡Claro que lo creo!... ¿Cuándo los hizo que no los había visto?
-El martes, como actividad del “Día de Gracias”, te los iba mostrar pero como llegaste tarde del estudio y ayer salimos a comprar.
-Siento eso…—dijo haciendo una mueca.
-No hay problema…
-Lo se… pero a veces siento que me pierdo algunas cosas Henry y de Lizzie y eso no me gusta —dijo Blaine dándole un toque al adorno en cuestión.
-Es tu trabajo, el que haces maravillosamente por cierto y Henry lo sabe a pesar de ser pequeñito entiende porque a veces llegas tarde, yo también llego tarde los fines de semana y debo conformarme solo con darle un beso mientras duerme.
-¿Qué hay de Lizzie?
-¡Ella menos!, es un bebé que no tiene idea de nada, ni siquiera ha notado cuan voluminosa es su cabellera y eso si que le causara un impacto.
-¿No crees que les estoy prestando poca atención?, ¿Qué después me reclamen por ello?
-Por supuesto que no, nuestros hijos te adoran... y con toda la atención que les brindas es imposible que se sientan olvidados —dijo Kurt dándole un golpe en la nariz con una de las servilletas.
-Gracias… te amo Kurt Hummel Anderson…
-Y yo te amo a ti, Blaine Devon Anderson Hummel —contestó Kurt besándolo donde antes lo golpeara.
-¿Por qué hay tantos puestos? —pregunto acercándose a la mesa por una de las cabeceras.
-Por todos los que van a venir… —contesto Kurt meneando su mano y señalando los lugares.
-Pero si somos seis solamente…
-Ocho, ¿te olvidas de  Lily y Dylan?
-¡Ah!... eso… ellos no vendrán…
-¿Qué?... ¿pero porque no me avisaste?
-¿No lo hice?
-Pues no…
-Lo siento… —dijo Blaine torciendo su boca.
-¡Ahora tendré que organizar todo de nuevo!… ¡mira lo bonita que había quedado la mesa!... ¿por qué no vendrán?
-Porque Lily irá a la casa de su abuela en Dickinson e invito a Dylan a conocerla.
-¡Vaya!... Dylan Westbrook conociendo a su “familia política”, ¿deberían lamentarlo el resto de las mujeres del mundo?
-Al parecer si…—dijo Blaine apoyándose en el respaldo de una de las sillas.
-¿De verdad? —pregunto Kurt incrédulo de la repentina seriedad que parecía haber adquirido Dylan.
-Pues me dijo que la ama.
-¡Por Dios!... ¿ya se lo dijo a Lily?
-No… y tu no digas nada —señalo Blaine a modo de advertencia.
-¡Por favor se guardar un secreto!… no me gusta, pero se guardarlos y como dato, debo decir que sospechaba que lo hacían del minuto uno. En fin… ¿Qué hacemos con sus puestos?
-Creo que solo hay que quitar los lugares de ellos, mira si quitamos los dos de las cabeceras no se notara tanto —sugirió Blaine tomando una de las sillas.
-¡No!... esos son nuestros puestos… somos los anfitriones debemos sentarnos allí…
-Ok… ¿Qué tal estos de los extremos?, si movemos…
-Esos son para los Padres…—interrumpió cruzándose de brazos y poniéndose una mano en su mentón, como si analizara cual seria la mejor medida a tomar para que la organización de la mesa no sufriera tanto por el despiste de su esposo.
-¿Estos son para las madres entonces? —dijo Blaine apuntando otras dos sillas. Kurt hizo un gesto positivo con su cabeza.
-¿Dónde se sentara Henry?
-Pensaba sentarlo junto a ti y a Lizzie junto a mi —explico apuntando esos dos lugares de la mesa.
-¿Qué tal?… si en vez de sentarlos junto a nosotros, ponemos sus sillitas en los lugares que eran para Lily y para Dylan, así no desarmamos nada y todo quedara como si hubiese sido planeado así  desde el principio y  solo tú y yo sabremos que hicimos una trampa.
-Quedaran los dos a tu lado…
-Lo sé…
-¿Podrás con nuestros dos hijos?
-Por supuesto que si… me has visto cargarlos  ambos, ¿o no?
-Así es, y es un gesto muy sexy debo decir —dijo Kurt dándole una mirada mientras quitaba una de las sillas y ponía la sillita de Henry en su lugar.
-¿Sexy?... ¿se puede ser sexy en el “Día de Acción de Gracias”?
-Tú eres sexy todo el tiempo, y eso es algo por lo que agradezco cada año, por el sexy y fuerte padre de mis hijos —agrego Kurt moviendo la otra silla y reemplazándola con  la de Lizzie.
-Gracias… —dijo Blaine acercándosele y besándole el cuello y los labios.
Ambos se miraron un instante y no hubo más que decir.
-¿Crees que tenemos tiempo para…?
-No hables y metámonos en esta despensa…—interrumpió Kurt del todo ganoso y empujándolo hacia atrás con su cuerpo.
-Ok…—dijo Blaine comenzando a besarlo con más ganas mientras le desabotonaba la camisa.
-¡Por Dios!... mataría por tus labios… —exclamo Kurt revolviéndole el pelo.
-¿Papás?
Kurt se aparto rápido de Blaine y soltó una especie de suspiro cargado de ganas lo miro sonriendo medio frustrado y se volteo hacia su hijo disimulando lo mas que pudo.
-¡Henry!...— exclamo al verlo aparecer desde su habitación.
-¿Despertaste hijo?...—pregunto Blaine fingiendo normalidad y arreglándose el pelo y la ropa.
-¿Ya llegaron los abuelos?
-Aun no, pero el abuelo Burt nos llamo hace un rato y nos dijo que está en camino, lo mismo que los papas del “Papáblen”—respondió Kurt dando un suspiro.
-¿Donde está Lizzie?
-Está durmiendo su siesta…
-Cosa…—dijo Blaine tomándolo en sus brazos— que deberías estar haciendo tú —añadió dándolo un toque en la pancita en el “tú”.
-¿Pero si no tenia sueño?... ¿cómo voy a dormir? —dijo Henry gesticulando con sus brazos y  dando entonación como de cuento a su pregunta.
-Creo y deberíamos conformarnos a que sus siestas solo duren 10 minutos —señalo Kurt acercándose a ambos para revolverle el pelo a su hijo.
-El Papá tiene razón… ¿vamos para cambiarte de ropa entonces?
-¿Mi ropa de fiesta?
-Tu ropa de fiesta… —repitió besándole una manito y bajándolo de sus brazos.
-¡Súper Perfecto! —grito como súper héroe.
-Espérame en tu cuarto.
-Pero primero quiero “hacer”… —dijo Henry haciendo una especie de baile.
-¡Ve al baño entonces!... ¡ve y espérame en tu cuarto para ayudarte con la ropa! —exclamo Blaine sonriendo.
-Me encanta la relación que tiene Henry con tu Papá y con el mío… es fantástico cuando se juntan los tres— dijo Kurt sonriendo mientras lo veía dirigirse al baño.
-Lo sé… a mí también me gusta, imagina cuando se les sume Lizzie.
-Hablando de imaginación… ¿Nos has imaginado de abuelos? —quiso saber Kurt  adelantándose en su historia familiar.
-¿No crees que falta mucho para eso?
-Si… pero deberías saber que desde que te conocí tengo planeada toda nuestra vida ¿lo has imaginado?
-Si…
-Cuéntame… —dijo tomándolo de la hebilla del cinturón.
-Bueno, creo que el primero en darnos un nieto tendría que ser Henry —contesto Blaine recorriéndole la espalda.
-Muy cierto, pero ¿qué tal si Lizzie es adelantada a su tiempo y es ella la que nos da nuestro primer nieto?
-Prefiero pensar que conocerá a alguien cuando tenga treinta o mas…—respondió Blaine levantando una ceja.
-¿Esta celoso desde ya “Papáblen”?...
-Un poco, si… es nuestra princesa, no deberíamos darle hijos y responsabilidades antes de tiempo.
-Claro… siento que Henry nos interrumpiera… créeme que si…—dijo Kurt colgándose de su cuello.
-Y yo… pero tenemos un largo fin de semana por delante— respondió Blaine poniéndole las manos en la cadera.
-Yo diría que tenemos toda una vida por delante…
-¡”Papáblen”!, ¡estoy listo! —escucharon ambos a Henry gritar desde su habitación.
-Iré a ayudarlo…—dijo Blaine dado un beso antes de retirarse.
-¡AH!... el primer par de padres… —contesto Kurt al escuchar el citófono— ¿le das un vistazo a Lizzie también? —añadió, recibiendo un gesto de su esposo que le indicaba que lo haría, se dirigió al aparato y dio la venia para que su Papá y Carol subieran sin problemas.
-¡Llegaron todos juntos! —exclamo al ver que además de sus padres estaban los papás de Blaine en la puerta del departamento.
-¡Feliz “Día de Gracias”! —exclamaron los cuatro como si lo hubiesen ensayado con anterioridad.
-¡Igual para ustedes!—respondió Kurt con el mismo entusiasmo— ¿se vinieron en el mismo taxi?
-Nos encontramos en la puerta, nos bajamos del taxi y ¡Tan!.. allí estaban nuestros consuegros —dijo divertida la Señora Anderson.
-Pasen por favor… —respondió Kurt sonriendo, abrazando y besando a cada uno.
-Hace mucho frio… —comento el Papa de Blaine entrando junto a su esposa.
-La verdad es que ha estado así toda la semana, anoche dijeron que podía caer la primera nieve esta tarde —dijo Kurt creyéndose meteorólogo.
-¿Cómo estas hijo? —pregunto Burt entrando de los últimos y dando un abrazo largo y sentido.
-Bien… ¿y tú?
-Excelente… ¿mis nietos? —dijo quitándose la ropa de abrigo.
-Henry se está cambiándose de ropa y Lizzie está durmiendo su siesta.
-¿Mi hijo no está? —pregunto el Señor Anderson quitando el abrigo y la bufanda.
-No… es decir, si esta… denme eso —respondió Kurt pidiendo la ropa de todos— esta con Henry ayudándolo a ponerse su “ropa de fiesta”
-¿Ropa de fiesta?... no me digas que le llama así a usar corbata… Blaine hacia lo mismo cuando era un pequeñín, siempre hablaba de su ropa de fiesta, todo porque usaba corbata en vez de corbatín… ¡si hasta a su pijama quería adicionarle uno!, ¿te acuerdas cariño? —dijo la mamá de Blaine mientras se quitaba un sombrero y se corregía el peinado después.
-Por supuesto… —respondió su esposo entrando a la sala.
-Pues Kurt nunca quiso corbatas cuando niño… prefería los “tutus” de bailarina.
-Claro…—dijo Kurt sonriendo casi desapareciendo detrás del montón de abrigos y chaquetones.
-¡Déjame ayudarte!... o terminaras cayéndote— dijo Carol tomando un par de prendas para alivianarle la carga a su hijastro— ¿Dónde las pondrás?
-Por aquí…—dijo Kurt apuntando hacia el closet que estaba en la galería de la entrada justo al lado de la puerta.
El resto de los invitados se distribuyeron en la sala, la Señora Anderson se sentó y comenzó a hojear una de las revistas que estaban en la mesa de café donde hablaban de  las posibilidades que tenían “Knowing Mr. and Mrs. Bown” de ganar unos cuantos Tonys en su versión del 2023. Burt tomo el control remoto de la televisión y la conecto a la corriente para buscar el canal de deportes y ver la previa del juego, El Papá de Blaine se había parado junto al equipo de música y miraba con atención los discos de su hijo, “My Universe III” había sido el doble de exitoso que el anterior e incluía en el un par de canciones del “crossover” que había hecho con la “Dear Beth”, si Burt no hubiese encendido el televisor lo habría puesto a todo volumen.
-¡Abuelos!...—grito Henry apareciendo junto a Blaine por el medio del pasillo, este llevaba a Lizzie en sus brazos y lo dejo ir corriendo al encuentro de los recién llegados, vestía un jeans,  sweater azul con rombos en la parte delantera, una camisa blanca y corbata celeste, todo acompañado de un correcto peinado.
-¡Mi nieto!...—exclamo Burt dando un aplauso e inclinándose hacia adelante para recibirlo en sus brazos.
-¡Henry!... —dijo la Señora Anderson poniéndose de pie.
-¿Cómo estas pequeñín?
Blaine se acerco a Carol y a Kurt que entraban a la sala luego de ordenar la ropa, la esposa de Burt tomo a Lizzie y esta le sonrió como enseñando los pequeños dientes que ya asomaban dentro de su boca, al igual que Henry estaba vestida para la ocasión con un sweater rojo de cuello alto y una falda a cuadros, tenía unas flores en su cabello extra enrulado y cargaba su conejo de fieltro.
-Está orgullosa de sus dos dientes —dijo Kurt sonriendo mientras le arreglaba la falda.
-¿Ya tienes dientes cariño?... muéstrale a tu abuela… —dijo Carol hablando como una niña mas pequeña que Henry.
Lizzie sonrió de nuevo y trato de aplaudir de manera descoordinada, Carol avanzo con ella hasta la sala y Blaine acompaño a Kurt a la cocina para ayudarlo con las bebidas y lo que servirían antes de la cena.
-Pero si aquí viene la pequeña Lizzie también… —dijo el Señor Anderson acercándose a Carol y tomando a su nieta en sus brazos.
-Tiene dos dientes… —dijo Carol con cara de emoción.
-¿De verdad?… ¡pero qué maravillosa princesa!... ¿Cómo estás? —le pregunto el padre de Blaine al tiempo que le arreglaba la falda y le hacia un cariño en la pancita.

-¿Cómo estas hijo?—pregunto la Señora Anderson dándole un abrazo a su hijo menor que volvía  a la sala con una bandeja con vasos y servilletas.
-Hola Mamá, estoy bien… ¿tú? —respondió dejando todo en la mesa de café.
-De maravillas —contesto haciendo un gesto con sus brazos en alto.
-¿Has hablado con Cooper? —dijo Blaine avanzado del brazo de su madre hasta el centro de la sala
-Si… creo que hoy esta con su novia o algo así… me llamo ayer y le contamos que veníamos para acá, ¿me dijo que lo habías invitado también?
-Sí, de hecho Kurt lo llamo hace una semana, pero se excuso diciendo que tenía un compromiso y que no podría venir, pensé que era algo relacionado con su película.
-No, nada que ver, la producción se ha atrasado tanto que piensa que la cancelaran, es el amor esta vez el que lo tiene “ocupado” —respondió la Señora Anderson haciendo las comillas cuando decía “Ocupado”
-Anderson… —dijo Burt dándole un saludo como de hermanos de fraternidad al esposo de su hijo.
-Hola Burt… ¿Cómo estás?—respondió Blaine de la misma forma.
-Bien… mira que esta grande este pequeño.
-Si esta cada vez más grande, Kurt insiste que será como tu…
-Pues eso seria fantástico, ¿verdad campeón? —respondió Burt meneando a Henry como si fuera un envase que requiriera ser agitado. El pequeño soltaba pequeñas risas y abrazaba a su abuelo una y otra vez.
-¿Sabías que esta princesa tiene unos dientes? —dijo el Señor Anderson acercándose a Blaine con Lizzie en sus brazos.
-Claro, la llamamos la “dos dientes” —respondió sonriendo— ¿Cómo estas Papá?
-Perfecto… ¿Qué tal tú hijo?
-Bien… ¿no tuvieron problemas con el vuelo?
-Ninguno —respondió mientras le hacía caras a Lizzie.
-Le decía a tu Papá que tal vez caiga nieve esta noche, eso al menos es lo que pronosticaron—dijo Kurt uniéndose a la conversación y comenzando a servir gaseosas y vino en los vasos y copas.
-¿Nieve antes de Diciembre? —dijo Burt acercándose también y recibiendo una cerveza de su hijo.
-¡Yo también escuche eso!, anoche en el noticiario lo dijeron en el reporte del tiempo…—dijo la Señora Anderson que tenia a Henry en los brazos.
-Sería maravilloso ver nevar esta noche —dijo Carol un poco nostálgica
-Al menos tenemos una gran vista… —acoto Kurt tomando una copa de vino y alzándola como si brindara por algo.
Todos tomaron ubicaciones en la sala, Kurt sentó a Lizzie entre él y Blaine y Henry se quedo con su abuela, hablaron largo rato de lo que estaban haciendo todos y Blaine volvió a recibir regaños por no aceptar el rol protagónico  en la obra de su esposo. Burt hablo de su trabajo en el congreso y como esperaba ganar su reelección número seis. Henry respondía lo que le preguntaban acerca de cómo le iba en la escuela y sobre la convivencia con Lizzie, para el todo era “Súper perfecto”
-¡Ay!... creo que tiene hambre —dijo el Señor Anderson al ver que Lizzie comenzaba mascarle uno de sus dedos.
-Lo más probable —dijo Kurt poniéndose de pie y dirigiendo sus pasos a la cocina.
-Yo puedo darle el biberón si gustas —se ofreció el Papá de Blaine.
-¿Seguro?..
-¿Me crees incapaz hijo?
-No, no es eso, es que…—trato de de decir Blaine mirando a Kurt que volvía con el biberón y probaba la tibieza de la leche en su muñeca— lo que pasa es que… necesita una oreja cuando se toma la leche.
-¿Una oreja? —repitió Burt soltando una risa.
-¿Lizzie hace eso? —quiso saber al Señora Anderson llevándose ambas manos a sus mejillas.
-Si… ¿Por qué? —pregunto Kurt.
-Porque tu esposo hacia lo mismo —dijo el Señor Anderson que se había puesto de pie para mecer a su nieta con mayor comodidad.
-Mentira… –exclamo Blaine sintiéndose un tanto avergonzado.
-Es la verdad hijo y la preferida era la de tu padre, tenía que acostarse contigo y tu le tirabas la oreja a medida que succionabas, nunca pensé volver a escuchar esa costumbre—explico la Mamá de Blaine dando dos aplausos de emoción.
Este se quedo un tanto descolocado y recibió un guiño de ternura de parte Kurt que lo hizo sonrojarse aun más.
-Un momento… —dijo Burt haciendo un gesto de quien pone orden en una reunión de monos— ¿hablan de tocar una oreja mientras se bebe la leche?
-Exacto…
-Kurt hacia lo mismo.
-¡Papá!...
-Es verdad hijo y tu madre sufría contigo porque no había forma que te tomaras tu leche si no jalabas de su oreja —conto riendo mientras ponía atención al juego.
-¿Contaran cosas de nosotros cada vez que nos juntemos? —dijo Kurt entregando la botella al Señor Anderson. Lizzie movió sus manos como si quisiera agarrar el biberón de inmediato.
-Lo siento hijo pero es la verdad y no es extraño que los pequeños hereden las costumbres de sus padres.
-Henry no lo hizo nunca —se adelanto a responder Kurt como si quisiera desbaratar la teoria de la herencia en ese mismo instante
-Pero dice “Súper perfecto”
-¿Y?...—dijo Blaine sentándose al lado de Kurt.
-Tu decías “Excelentemente”… todo era “excelentemente”… y era tan divertido escucharte decirlo que creo que incluso te grabamos en VHS… buscare esas pruebas —advirtió la Señora Anderson apuntando a su hijo y poniéndose de pie para seguir a Henry que la invitaba a jugar con sus bloques de lego.
-¿Qué les parece si cenamos? —propuso Kurt  mirando a Blaine y al resto de los comensales.
-Me parece genial… Voy al baño a lavarme las manos —dijo Carol poniéndose de pie.
-Yo hare lo mismo —agrego la Señora Anderson levantándose también.
-Kurt… por favor solo quedan 15 minutos de juego... —dijo Burt apuntando el televisor con su botella de cerveza.
-¿No había acabado en esa celebración que hicieron?
-No… era solo una anotación, solo quedan 15 minutos… —dijo Blaine mirándolo y acariciándole la espalda.
-¡Bien!... preparare todo mientras tanto —exclamo levantando sus brazos y dirigiéndose a la cocina.
-¿Hay otro baño que pueda usar yo?… —insistió la mamá de Blaine, que a diferencia de Carol era primera vez que estaba en aquel departamento.
-Puedes usar el que está en la galería de la entrada  o el del cuarto de Henry… hijo ayuda  a tu abuela —pidio Kurt dirigiéndose  a la cocina.
-Si Papá… ven… yo te llevo —dijo el pequeño Henry tomando la mano de la Señora Anderson, esta hizo un gesto de total emoción mientras se llevaba la mano al centro del pecho.

-¿Qué haces aquí?... ¿no dijiste que aun no se acababa el juego? —pregunto organizando las fuentes para servir la comida.
-Aun no… pero prefiero venir a ayudarte, somos los anfitriones, lo dijiste tu mismo –señalo Blaine distribuyendo arándanos en una de las fuentes.
-Lo dije…—respondió Kurt con sus manos enguantadas presto a sacar el pavo del horno— ¿Para qué estás haciendo méritos ahora? —agrego acercándosele desde atrás y tomándolo por la cintura.
-Para nada… solo te estoy ayudando —respondió Blaine inclinando su cabeza hacia a un lado para recibir los mimos de su esposo.
-Sabes que el otro día… estuve averiguando cosas en este departamento, cosas que solo se le podían ocurrir a Rosario Candela, la arquitecta —comenzó a explicar Kurt mientras se quitaba los guantes y le abría la camisa a la altura del vientre.
-¿Qué cosas?...—pregunto Blaine soltando una risa mientras ordenaba los vegetales en la bandeja extra grande del pavo.
-Que…—respondió desatándole el cinturón— la puerta de la despensa que está allí— añadió apuntando con su cara hacia un costado de la cocina— tiene dos puertas que solo se abren desde adentro.
-Ok…—respondió Blaine acalorándose la sentir las formas de Kurt acrecentarse en tamaño.
-Asumo que era para que los empelados no se quedaran encerrados mientras buscaban los escasos víveres que  tenían para comer en los años 30 —insistió Kurt dando más ganas a su voz y a sus manos.
-Kurt… —dijo Blaine apoyándose en el mueble— te recuerdo que en una sala a pocos metros de aquí, están nuestros padres y nuestros hijos.
-¿No escuchaste la historia de las puertas que acabo de contar? —quiso saber Kurt haciendo que sus manos subieran por su cuerpo.
Blaine se volteo y lo beso con ganas haciéndolo retroceder algunos pasos y dirigiendo su movimiento hacia la despensa que antes Kurt el señalara.
-¿Escuchaste la historia entonces?—pregunto sonriendo.
-Tú qué crees.,…
-¡Gracias Rosario Candela!... —exclamo Kurt divertido mientras se dejaba besar en el cuello y en los labios,.
-Mejor agradece a los 15 minutos que quedan del juego —sugirió Blaine entrando y cerrando la puerta de la despensa junto a la cocina.