(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

Septiembre de 2036


-¿Qué lección sacamos de todo esto?—pregunto Blaine en cuclillas en frente de Kurt, mientras desenvolvía una vendita adhesiva.
-¿Qué debería contactara al CEO de “Louis Vuitton” para que dejara de fabricar maletas con puntas reforzadas?
-No… —respondió Blaine en tono de lección de Kindergarten— aprendimos que por más que quieras, esto ardera —advirtió desenvolviendo un pequeño empaque que contenía gasas empapadas de alcohol— hay algunas cosas que no puedes hacer solo y necesitas mi ayuda — agrego limpiando el corte.
-¡Podía sacar esa maleta del estante del closet!, es solo que perdí el equilibrio y todo termino en mi cabeza… —explico Kurt mientras se tocaba el pequeño corte en su frente— ¡ay! —agrego al sentir el ardor del alcohol en su piel.
-Lo siento… —dijo comenzando a soplar sobre su frente para aliviar el ardor.
-Gracias…
-Por nada, ¿Estás seguro y no quieres ir a la sala de emergencias?
-No, es un corte superficial. Además, hay mucho que hacer.
-Está bien, como quieras —dijo Blaine poniendo el parche color fluorescente y dando un beso en la herida después— ¡listo! como nuevo, ahora sostén esto por unos minutos, evitará que se te inflame la frente.
-Gracias Doctor Anderson —respondió sonriendo y sujetando contra su frente una bolsa de habichuelas congeladas.
-A todo esto, ¿Por qué estás haciendo una maleta?, solo iremos a dejar a Henry, nos regresaremos enseguida —dijo Blaine mientras se dirigía al baño con el botiquín y los desechos de la curación.
-Porque… pensé que tal vez… ¿podríamos quedarnos el fin de semana en Philadelphia?
-¿Cómo?... —pregunto saliendo del baño al tiempo que se secaba las manos.
-Eso, pensé que como hoy es viernes e iremos a dejar a nuestro hijo a su dormitorio en la universidad, podríamos quedarnos en la ciudad, para conocer o algo…
-¿Quieres conocer Philadelphia?
-Si… la ciudad del amor fraternal, el  “Independence Hall”, la  “Liberty Bell”… es un buen lugar turístico.
-Kurt…
-¡Esta bien!... me gustaría estar seguro que Henry quedara bien instalado… ¿es malo eso? —dijo mirándolo por sobre los vegetales.
-No… —respondió acercándosele— no es malo, pero debemos preguntarle a él que opina sobre eso.
-¿Por qué?
-Porque desde el momento en que cruce la puerta para irse, será un adulto… y no creo que como tal, querrá a sus padres y sus hermanos menores vigilando sus primeros pasos en la universidad —dijo Blaine acomodando el empaque congelado sobre la frente de su esposo.
-¿Cómo llegamos a esto?
-¿A utilizar vegetales como dispositivo contra la hinchazón?
-No a esto, a que Henry ya se vaya de nuestro lado, si parece que fue ayer cuando lo llevamos a su primer día de escuela, donde todo era “normal”… o peor aun cuando lo trajimos por primera vez a casa, ¿te acuerdas?, ¿Cuándo lo llevamos a nuestro departamento diminuto? —dijo Kurt gesticulando con la mano que tenia libre.
-Me acuerdo, aunque nuestro antiguo departamento no era tan diminuto… —corrigió sonriendo y recostándose a su lado.
-¿Si le preguntamos y dice que si?, ¿podemos quedarnos en Philadelphia?... o ¿tienes algo que hacer este fin de semana?
-No, pero el sábado tú tienes función…—recordó Blaine acercando su cabeza a la de él.
-Sí pero para eso existen los suplentes…
-¿Y qué hay de nuestra cita de la semana?, la habíamos movido para el sábado por este viaje, ¿no te acuerdas?
-Me acuerdo —dijo acomodando los vegetales congelados que insistían en moverse hasta tapar uno de sus ojos.
-¿Entonces?, ¿me dejaras plantando?
-No, pero ¿quien dice que no podemos tener una cita en la histórica Philadelphia?… por favor… —insistió Kurt tomándole una mano.
-¿Me llevaras a un puesto callejero de  “Philly Cheesesteak”?
-No… te prometo que no… por favor —insistió.
-Está bien, pero debemos preguntarle a él primero… ¿de acuerdo?
-De acuerdo…
-Y si dice que no, debes prometer que no lo harás cambiar de opinión con esas artimañas que tienes —dijo Blaine moviendo su mano como una araña desquiciada.
-Nunca lo he escuchado quejarse por mis artimañas Señor Anderson Hummel.
-No…—respondió riendo, como recordando que cuando Kurt quería algo siempre terminaba consiguiéndolo— pero con nuestro hijo debe ser diferente, tu sabes  que siempre está buscando hacer lo correcto y no sería raro que fuera en contra de su voluntad por complacerte.
-Lo sé… criamos al mejor de los niños y si Lizzie no fuera tan teatral, seria perfecta también.
-Lo es… sabes que lo es…
-Por supuesto que lo es, y me encanta que sea así… como un juglar de cabello revoltoso.
-Asumo y Noah tendrá lo mejor de ambos… —dijo Blaine mirando el ojo descubierto de Kurt, que brillaba como la canica más preciada, así era  cada vez que hablaban de sus hijos— soñador y correcto como Henry, pero revoltoso y alocado como Lizzie— agrego sonriendo.
-Ese si será un desafío de crianza
-Un desafío maravilloso…
-Maravilloso por cierto —respondió Kurt sonriendo de vuelta.
-¿Me lo prometes entonces?
-Lo prometo…—contesto Kurt dando un beso a la mano de su esposo que tenia atrapada con la suya— ¿ya me puedo quitar esto?, se me está helando al nariz y tengo que arreglar nuestra maleta, la de Noah y revisar la que haga Lizzie  —añadió levantándose y arreglándose el pelo.
-¡Kurt lo prometiste!
-Aun mantengo mi promesa —aseguro aplastando la bolsa de vegetales— pero debo prevenir y arreglar las cosas con anticipación… juro que no diré nada hasta que hablemos con nuestro hijo.
-Eso espero —dijo Blaine revisando su billetera y el estuche donde guardaba los documentos del auto.
-¿Llevaste el auto al taller?, no quisiera que nos quedáramos varados en “Robbinsville”  o en un lugar menos conocido.
-¿“Robbinsville”?... ¿Dónde queda eso?
-No lo sé… mire un mapa y ese fue el único nombre que se me quedo entre un montón de otros pueblos raros, ¿revisaste el auto?
-Lo revise, pero oye, si tenemos un problema mecánico tu Papá nos ayudaría a resolverlo.
-¿Y qué esperas? ¿Qué se lance desde el avión que lo trae de Ohio? —pregunto Kurt comenzando a alistar una maleta con ropa para él y para su esposo.
-No, pero podemos llamarlo y seguir sus instrucciones.
-Pues yo preferiría viajar seguro de que nada pasara.
-Nada pasara…
-¿El auto de Henry?... ¿lo traerán antes de las seis?
-Ya llego…—dijo Blaine mostrando una cajita como de reloj, pero que contenía las llaves del auto que le habían comprado a Henry como regalo de graduación e ingreso a la universidad.
-¿Podremos salir antes entonces?
-Creo que si…
-¿Cuando se lo entregaremos?
-Antes que nos vamos….
-Obviamente… ¿pero ahora?, ¿luego del almuerzo?
-Como quieras.
-¡Vamos ahora!... —exclamo Kurt haciéndole una seña para que lo siguiera al cuarto de Henry.
-¿Ahora?... ¿no estará ocupado arreglando sus cosas?
-¡Con mayor razón! podremos ayudarlo si es menester hacerlo, además aprovechemos que Noah esta dormidito.
-Está bien… —dijo levantándose— ¿llevo esto? —agrego menando el “baby monitor” de Noah.
-Por supuesto…

-¿Henry?...— dijo Kurt golpeando la puerta de la habitación.
-Pasa Papá… —grito su hijo desde adentro.
-¿Lizzie?, ¿Qué haces aquí? —pregunto entrando al cuarto de su hijo y descubriendo que Lizzie estaba con su hermano, rodeada de pañuelos descartables.
-¿Papá?, ¿Qué te paso? —dijeron los dos al mismo tiempo al ver entrar a Kurt con su vistoso parche fluorescente en la frente.
-Me golpeé sacando una maleta y este parche fue Idea de tu “Papáblen”—explico apuntándose la frente.
-¿Qué?... yo creo que te ves lindo —dijo Blaine sonriéndole complacido.
-¿Estás bien Papá?
-Por supuesto… tengo la cabeza dura…
-Eso no lo niego… —murmuro Blaine sonriéndole a Kurt por su chiste de la consistencia de su cabeza— ¿Qué haces aquí Lizzie?  
-Está un poco triste… —advirtió Henry como susurrando mientras la apuntaba por la espalda.
-¿Triste?, ¿Qué paso princesa?
-¿Cómo que paso?... —respondió sonándose con estridencia— Henry se va en unas horas… mi hermano… no creen que es algo por lo que estar triste… ¡es terrible! —añadió poniendo dramatismo a su llanto falso y sacando tres pañuelos de la caja que cargaba.
-Mira y si hubieras tenido éxito en ese taller que abandonaste —dijo Kurt negando con su cabeza y aguantando la risa
-Hija… tranquila, Henry no dejara de ser tu hermano este donde este.
-Eso es verdad “Rizzie”… además, cuando me vaya puedes mudarte a mi cuarto.
-¿Cómo?...—dijo irguiéndose como una mangosta africana.
-Eso ni lo pienses —advirtió Kurt que a esa altura ya pensaba en hacer un altar inviolable con el cuarto de su primogénito.
-¿Por qué no?... ¡nunca tendré un cuarto grande!...—reclamo la chica alzando sus manos cargadas de pañuelos de papel.
-Hija tu cuarto es del mismo tamaño que este, no reclames sin razón —dijo Blaine acariciándole al cabeza.
-Pero tengo una ventana… ¡este cuarto tiene dos!, ¡DOS!, ¡esto es terrible!... ¡¿acaso nunca acabara el sufrimiento?!
Ambos rieron con la actitud de la chica y Henry sonrió con nostalgia.
-Hijo, ¿terminaste de empacar todo?— pregunto Kurt revisando las maletas apiladas en la puerta.
-Me faltan algunas cos… —Henry se interrumpió al escuchar a su hermana sonarse con mas estridencia que antes.
-¡Lizzie!... terminaras haciéndote daño… ¿por qué no vas a tu cuarto y preparas un bolso con ropa para un par de días?
-¿Ropa Papá?... ¿por qué?
-Porque con tu “Papáblen” pensamos que sería mejor que nos quedáramos en Philadelphia, después de todo el viaje es bastante largo.
-¡Un viaje sorpresa!... ¡sí!... —exclamo Lizzie saliendo del cuarto dando brincos como canguro.
-¡Estos pañuelos Lizzie! —exclamo Kurt apuntando el desorden.
-No te preocupes Papá yo los recojo… ¿de verdad piensan quedarse en Philly? —quiso saber Henry mientras limpiaba el desorden que dejara su hermana menor.
-SI hijo, pero solo si tu estas de acuerdo… ¿verdad Kurt? —se apresuro en decir Blaine.
-…
-¿Kurt?
-¿Qué?... ¡Si!, si, por supuesto… si no te importa nos gustaría quedarnos, no para vigilarte ni nada, es para cerciorarnos que estarás bien…
-Gracias Papás… me encantaría eso…
-¿De verdad? —dijo Kurt a punto de soltar lagrimas.
-De verdad… se los iba a pedir pero como tú tienes función el sábado y tienen lo de su “noche de cita”  no quería que pensaran que soy un consentido voluntarioso o que no quiero irme…
-Sabes que nos puedes pedir lo que sea… ¿estás bien hijo?
-Si “Papáblen”, es solo que…
-Solo que…
-Solo que… ¡miren tengo mis maletas listas!, pero tengo todas estas otras cosas que no se qué hacer con ellas, ustedes me enseñaron a no desechar nada y creo que tengo hasta mi primer dibujo que hice en la escuela, mis juguetes, todas mis cosas... ¡hasta mi mantita de nubes por todos los santos!... no sé qué hacer…
-Puedes dejarlas aquí, este siempre será tu cuarto, aunque Lizzie intente “tomárselo”—dijo Kurt tomando la mantita y doblándola con cariño.
-¿Qué tal si le doy mis juguetes a Noah?, el “Sr. Oso” por ejemplo o el perro de la Sra. Thatcher… —sugirió el chico tomando los animales de felpa.
-¿Qué tal si los guardas y se los das a tus propios hijos cuando los tengas?, creo que a ellos les encantaría tener algo que perteneció a su papá cuando era un bebé —dijo Kurt tomando al “Señor Oso” y poniéndolo en uno de los estantes ya vacios.
-Tal vez…—dijo Henry sentándose en la cama como abatido por todo.
-Hijo… es normal tener miedo a lo que no conoces, pero  el mundo que esta allá afuera se está abriendo para ti, no temas descubrirlo —añadió Kurt sentándose a su lado.
-No es miedo, soy valiente gracias a ustedes… es…. Creo que los extrañare mucho —dijo Henry comenzando a llorar.
-Henry… hijo… nosotros igual, pero no dejaremos de vernos, ¿vendrás para las festividades?, ¿no es así?—dijo Blaine sentándose al otro lado.
Henry asistió con su cabeza agacha.
-Pero puedes venir cuando quieras, si quieres dormir una semana, si necesitas algo, o si simplemente nos extrañas, esta siempre será tu casa —aseguro Kurt acariciándole la cabeza.
-No quiero abusar de ustedes, obligándolos a que me paguen pasajes de avión cada vez que sienta nostalgia —dijo Henry secándose las lagrimas con las orejas del perro de la “Sra. Thatcher”.
-No necesitaras tomar un avión —aseguro Kurt dando una mirada a Blaine.
-Claro… puedo tomar un bus o algo…—dijo Henry pasando el perro de felpa por su nariz.
-No por eso cariño…—explico Kurt levantándose a por un pañuelo.
-¿Por qué entonces?
-Porque con tu Papá te compramos algo… toma… —dijo Blaine entregándole la cajita con las llaves del auto.
-¿Qué es esto?
-Ábrelo y lo sabrás —dijo Kurt entregando el pañuelo descartable y  ubicándose frente a su hijo.
Henry se sonó con mayor estruendo de lo que Lizzie lo hacía, boto el papel al suelo olvidando el orden que  siempre lo había caracterizado y abrió la caja.
-Papá, “Papáblen”… ¿Qué significa esto? —quiso saber Henry sacando las llaves y mirando a sus padres con asombro y emoción.
-Eso es un regalo de tus padres, por haberte graduado entre los primeros de tu clase, por haber entrado a la universidad de tus sueños y porque te amamos —contesto Blaine ubicándose al lado de Kurt.
-Pero…
-¿Es la marca que te gustaba verdad?, al menos eso fue lo que nos dijo tu abuelo Burt.
-Lo es… pero, un auto… no, es mucho para mí… ¡no puedo aceptarlo!… —dijo Henry sintiéndose nervioso, como si viviera en un pueblo perdido del medio oeste y sus papás hubiesen tenido que vender la granja familiar para costear aquel lujo.
-¿De qué estás hablando?... es tu regalo, lo mereces y debes aceptarlo —insistió Kurt.
-Pero tengo mi bicicleta.
-SI claro, ¿te irás pedaleando hasta el siguiente estado?
-No…
-Henry esto es para ti, te lo mereces y lo deseabas… ¿no es verdad? —agrego Blaine mirándolo con afecto.
Henry se levanto y los envolvió a ambos con sus brazos largos y fornidos, les dio un beso a cada uno y les murmuro un gracias.
-¿Sabes conducir verdad? —quiso saber Blaine poniendo cara divertida.
-Claro que si… —respondió Henry soltando una risa aguda como cuando era pequeño.
-Pues entonces tu conducirás tu auto y nosotros te seguiremos en el nuestro, ¿te parece bien?—dijo Kurt sonriendo.
-Me parece… “súper Perfecto”… —contesto volviendo a abrazar a cada uno.
-¿Qué está pasando?...—pregunto Lizzie entrando con la mochila que había preparado ya puesta en sus hombros.
-Lizzie… ¿ya terminaste? —dijo Kurt poniendo cara de incredulidad.
-Obvio, son dos días… ¿Qué está pasando?... ¿y esas llaves? —exclamo acercándose a su hermano y quitándoselas de las manos.
-Es un auto que me regalaron los Papás… —respondió Henry sonriendo orgulloso y enjugándose la nariz nuevamente.
-¿Un auto?... ¿y a mí que me compraron? —dijo Lizzie irguiéndose demás y poniendo ambas manos en su cadera.
-¿Por qué habríamos de comprarte algo?, tu hermano es quien se graduó y se va a la Universidad, tu estas recién en segundo —advirtió Kurt dándole un toque en la nariz.
-O sea que hasta que llegue el día en que me gradúe,  ¿tienen tiempo para ahorrar y comprarme el “Aston Martin” convertible que quiero?
-Eso es algo que está en tus sueños Lizzie Anderson —sentencio Kurt acariciándole la cara y recibiendo un abrazo a la altura de su cintura de parte de su hija— ¡está bien! —dijo dando un aplauso— esto es que haremos, ordenaremos comida y nos iremos dentro de una hora, ¿de acuerdo?
Los tres hicieron un gesto positivo con su cabeza obedeciendo el plan de Kurt. Lizzie se fue a su cuarto y Kurt la siguió para asegurarse que en el bolso que había armado estaba todo lo que necesitaría. Blaine se fue a la cocina a ordenar la comida y a llamar a Julianna para contarle que no la necesitarían por aquel fin de semana. Henry se quedo lidiando con todo lo que quería llevarse pero no podía.
Una vez que almorzaron, Kurt tomo a Noah y lo llevo para cambiarlo y alistarlo para el viaje, Lizzie se quedo con Henry en la cocina lavando los platos y Blaine comenzó a preparar todo, tomando los bolsos de sus hijos y el equipaje de él y su esposo, llevo todo a los autos, y espero a su familia en la transitada “Fifth Av.”
-¡Vamos a dejar a Henry!… ¡vamos a dejar a Henry! —repetía Lizzie cargando a Noah, este aplaudía y reía diciendo “Mamos a Endy”— ¿Henry conducirá? —añadió entregándole el bebé a Blaine.
-Claro, el conducirá su auto y nosotros el nuestro, ¿verdad hijo? —contesto Blaine mirando a Henry que llegaba junto a Kurt.
-¿Me puedo ir con él?... ¿puedo?, ¿puedo?, ¿puedo? —pregunto la chica haciendo señas de suplica con sus manos.
-Pregúntale a tu hermano.
-¡Henry!... ¿me puedo ir contigo?... por favor, por favor.
-¡Lizzie!
-Está bien Papá… si hermanita, te puedes ir conmigo.
-¡SI!... iré a buscar música! —agrego aplaudiendo y dando unos tres saltos.
-¡Deja todo cerrado!... ¡y recuerda que ya está puesta la alarma! —grito Kurt poniendo cara de quien ya pierde la paciencia.
-Creo que no quedaran desocupados al irme yo…—dijo Henry mirando a su hermana alejarse— la extrañare… lo que resulta bastante raro.
-Pondré a Noah en su sillita.
-“Papáblen”… espera… ahora que no está Lizzie, quería decirles algo.
Kurt miro a Blaine y este le devolvió la mirada arrugando un tanto su entrecejo, Noah seguía recostado en el hombro de su Papá y  cantaba “Mamos Endy” de manera casi calladita.
-¿Qué cosa?
-Quiero decirles que… antes que nada gracias, por todo, no solo por esto —dijo apuntando el auto— sino que por todo… estoy orgulloso de ser su hijo y de ustedes, no por lo exitosos que son, sino  porque… son los mejores Papás del mundo…—añadió tomándoles las manos como si se dispusieran a jugar a la ronda— no solo por todo lo que nos han dado a mí, a Lizzie y al “Goblin”—continuo haciéndole un cariño a su hermano menor— sino que por todo, porque nunca sentí que me faltara algo, como una “Mamá” por ejemplo y…—Kurt que creyó que si no fuese porque Blaine lo tenía agarrado de la cintura, se habría desmayado allí mismo de pura emoción— ahora que tengo que irme se que será difícil pero estoy preparado para lo que sea, gracias a ustedes… te amo Papá, y te amo a ti también “Papáblen”—concluyo el chico dando un beso y un abrazo a cada uno.
-¡Ay bebé! —exclamo Kurt abrazándolo y pensando que Henry tenía tres años— yo también te amo… por favor no te unas  a una fraternidad —dijo riendo entre lagrimas y recibiendo a Noah para que Blaine abrazara a su hijo sin problemas.
-No lo hare…—respondió Henry emocionado.
-Yo también te amo hijo…—dijo Blaine abrazándolo también— y ahora vámonos, ¡a enseñarle al mundo como se construyen los verdaderos edificios! —añadió meneándolo por los hombros.
-¡Lista con la música! —exclamo Lizzie levantando varios discos en su mano.
-¿Vámonos?
-Vamos… —respondió Henry mirando a sus Padres y a su  alrededor, como despidiéndose del lugar donde haba crecido.
-Este no es un adiós Henry Anderson Hummel —advirtió Kurt acariciándole la cara.
-Lo se…—respondió el chico sonriendo, soltó un suspiro y se dirigió a su auto.
Blaine tomo a Noah nuevamente y lo subió al auto acomodándolo en su sillita y él hizo lo propio en el asiento del chofer. Kurt se quedo un instante observando a Henry, lo vio convertido en un hombre y no pudo evitar retroceder en su historia y verlo pequeño, diciéndole Papá por primera vez, dando su primeros pasos en ese mismo departamento que hoy abandonaba o llegando en los brazos de Blaine porque le había pronunciado por primera vez la palabra “Papáblen”, que era su invención y que se había encargado de enseñarle a sus hermanos después. Termino por sonreír al verlo reír  con las cosas que le decía Lizzie quien daba saltos y pasos de baile, como si le explicara el tipo de música que había buscado para el viaje. Recordó por ultimo cuan difícil había sido para él mismo separarse de su propio Padre cuando termino la secundaria y se vino a New York, pero se sobrepuso y lo supero, y así seria para su hijo, así seria para Henry Anderson Hummel.