(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

Enero de 2012


-¿Ese es un sí? —pregunto Will de rodillas frente a Emma, sosteniendo un anillo de ensueño en su mano.
-Si… si… ¡Si!...—repitió Emma con un hilo de voz sorprendida y emocionada.
Will la beso y le coloco el anillo, se puso de pie y levanto su mano con la de su prometida, como si hubieran ganado el premio mayor de un concurso. Todos los chicos vitorearon y se abrazaron entre sí, Kurt abrazo a Rachel y comenzó a saltar con ella dentro del agua con sus manos entrelazadas disfrutando de lo lindo de aquel momento súper romántico.
-Ahora debes quitarte esa ropa mojada… —dijo Emma aun emocionada y sonriendo de manera amplia.
-Claro… acompáñame…—dijo Will dándole la mano y guiándola fuera del gimnasio— ¡Adiós chicos!... y gracias… —añadió mirando a sus alumnos haciéndoles una especie de reverencia con su mano mientras inclinaba su cuerpo hacia delante.
-¡Muy bien Míster Schue! —grito Finn mientras aplaudía.
-¿No nos hará cantar en su boda? ¿o sí? —pregunto Sugar mientras pasaba por su lado a la orilla de la piscina, Will sonrió y continuo de la mano de Emma camino a la salida.
El resto de los chicos fueron saliendo del agua de a uno, Mike y Puck ayudaron a Artie a salir y a volver a su silla y se dirigieron a los vestidores mientras Santana, Britt y Quinn, se habían quedado en un costado analizando los trajes de baño antiguo que vestían.
Sam continúo en el agua enseñándole a Rory algunos de los movimientos que había aprendido de la entrenadora Washington. Rachel miro a Finn y nado hacia él, Kurt hizo lo propio en dirección a su novio, que se encontraba sentado en la orilla con los pies en el agua y movía su cabeza de un lado a otro como un perro que recibe un chapuzón repentino.
-Salió todo bien, ¿no crees? —dijo Kurt llegando hasta él.
-¡Perfecto!... aunque yo me hubiera quedado con “Moves Like Jagger”
-Y yo, pero todo esto fue muy “Emma”, ¿no crees? —pregunto subiéndose al borde impulsando su cuerpo hacia arriba.
-Absolutamente —respondió Blaine haciendo gestos con su cara como si un par de grillos conversaran dentro de su cerebro y quisiera escuchar lo que decían.
-¿Tienes deporte?
-No…
-¿Estas libre… entonces? —dijo Kurt de manera cortada mientras se acomodaba la ropa empapada.
-Como un pájaro… —respondió Blaine sacudiendo su cabeza de manera más intensa.
-¿Estás bien?
-Sí, es…—añadió introduciendo uno de sus dedos en su oreja derecha, menándolo dentro del oído.
-¡Blaine!... ¡te harás daño!… ¿sabes lo que dicen los franceses en relación a los oídos?
-No… —contesto haciendo lo mismo en su otra oreja.
-"Que se deben limpiar con el codo".
-¿Cómo?
-Eso… "Les oreilles sont nettoyées avec le coude" lo que quiere decir —dijo quitándole el dedo de dentro de la oreja— que no debes introducir nada en ellos.
-¿Ni siquiera un hisopo para bebé?
-Ni siquiera eso, imagina tus pequeñas orejitas ni siquiera les cabe mi leng…
-¡¿Qué?! —interrumpió Blaine entre sorprendido y divertido.
-¿Qué?... ¡NO!... ¿Qué dijiste? —dijo Kurt carraspeando vergüenza, como atribuyendo a su novio la frase que involucraba su propia lengua.
-¡Yo no he dicho nada! — respondió apuntándose y sonriendo.
-¡Ni yo!... el asunto es que en tus orejitas pequeñitas no cabe nada  y quieres introducirles uno de los dedos de tus manos gigantes —dijo Kurt arrepintiéndose enseguida.
-Eso fue raramente sexy…
-Lo sé… —dijo encogiéndose de hombros un tanto avergonzado— ahora… —agrego poniéndose de pie en busca de una de las toallas que estaban dispuestas para el equipo de natación en las bancas de la orilla, tomo dos de las mas mullidas, mas una de las tablas amarillas que servían de salvavidas a los principiantes y volvió al borde de la piscina.
-Creo y Sam no ha aprendido mucho en lo del nado sincronizado.
-¿Porque lo dices? —pregunto Kurt, entregándole una de las toallas súper esponjadas y dejándose la otra para él, puso la tablilla salvavidas a la orilla de la piscina y se sentó sobre ella— ¿Qué?
-¿No se te había pasado  tu fobia a las piscinas?
-No se me ha quitado… ¿por qué crees que pongo esta tablita?
-No deberías ser tan desconfiado en la higiene de este lugar, después de todo es tu escuela de toda la vida
-Porque es mi escuela de toda la vida es porque desconfío —advirtió Kurt apuntándolo y secándose el cuerpo de a poco, empezando por sus brazos.
Blaine hizo lo mismo comenzando con su cabeza, froto la toalla y su cabellos se desordenaron de la más atractiva de las maneras, se la colgó  en el cuello y siguió mirando a Sam que trataba de hacer una especie de “A” con sus brazos mientras elevaba una pierna.
-Ahora entiendo por qué dices lo de Sam —dijo Kurt al tiempo que se envolvía la espalda como si su toalla fuese una capa de superhéroe.
-Te lo dije y me da pena por Rory, creo que en cualquier momento le llega un golpe bajo—contesto Blaine golpeándose la cabeza con su palma abierta, como si quisiera que unos cuantos pensamientos salieran de ella.
-¿Quieres dejar de auto flagelarte?
-Pero es que tengo agua en los oídos, ¿Qué tal si se me va al cerebro?
-Claro y el agua te escurrirá de una oreja a otra, es agua, así como entro debe salir, ponte así —indico Kurt ladeando su cabeza y tomando una punta de su toalla como si fuera una almohada improvisada.
-¿Así?... —pregunto Blaine repitiendo el gesto de Kurt.
-Exacto, te ayudara sin necesidad de golpes y hurgamientos.
-¿Quién te enseño esto?
-Mi mamá, fue la que también me enseño lo de los franceses y los oídos, por lo tanto yo espero algún día, enseñárselo a mis tres hijos —respondió Kurt como si hablara del agua que mojaba sus pies. Blaine sonrío y decidió no pedir más detalles, guardando aquella revelación de futuro como el más preciado de los secretos.
-¿Cómo le está yendo a Finn? —pregunto mirándolo mientras se alejaba abrazado de Rachel.
-Bien, bueno, igual creo que ha perdido el norte completamente, con todo lo que supo de su papá.
-¿No lo animaron ese día en el “Breadstix”?
-Un poco, pero terminamos mas hablando del futuro y de las cartas de NYADA.
-¡Kurt!....—exclamo Blaine como en tono de reproche— se supone e iban animarlo a él no a hablar de ese tipo de cosas.
-¡Pero si fue culpa de Rachel!, ella comenzó a hablar de ello, de que en los sitios oficiales los nuevos postulantes no paraban de hablar de lo que decían sus cartas y no sé que mas… fue culpa de ella, lo juro.
-Terminaste ordenando un “Cheesecake” entero ¿no es así?
-Pero lo compartimos entre los tres, por lo tanto —respondió Kurt haciendo un gesto que validaba que la distribución de calorías había sido equitativa para todos.
-Entonces Finn  quedo igual y ustedes aumentaron unas cuantas libras.
-Tanto como igual… no, lo que si siento es que oculta algo.
-Siempre crees que la gente oculta algo —advirtió Blaine riendo con su cabeza ladeada.
-¡Y siempre tengo razón!, ¿te acuerdas cuando llegue de las nacionales en New York y te dije que Sam y Mercedes?—dijo Juntando sus índices como si pelearan entre sí— ¿Cuándo nos encontramos en el “Lima Bean”?… —añadió Kurt poniendo cara de circunstancia amorosa.
-Me acuerdo.
-Pues bien, nos confeso que ella y Sam tuvieron un amorío de verano.
-Sam nos dijo lo mismo a nosotros.
-¿Viste?... y así no confías en mis súper poderes deductivos —dijo Kurt comenzando a jugar con el agua.
-Si confió, plenamente… ¡oye!... ¡mira!, ¡funciona! —exclamo Blaine mirando la toalla humedecida y sintiendo su oreja más seca y aliviada.
-Ahora haz lo mismo con el otro oído —sugirió Kurt inclinando su cabeza hacia el lado contrario.
-Ok… eres fantástico y te amo por ello.
-Gracias y yo te amo aunque no creas ni la mitad de las cosas que digo.
-Te creo… por ejemplo dime ahora, qué crees que oculta Finn.
-Espera un segundo que me cambiare de lado, por muy recia que sea tu espalda, cuando hablas prefiero mirarte a la cara —dijo Kurt levantándose y moviéndose con todo y tablilla hacia la derecha de su novio— ahora si… —añadió sentándose y arropándose con la toalla de nuevo.
-¿Crees que mi espalda es recia Kurt Hummel?
-Estamos hablando de Finn… —respondió entre risas.
-¿Lo crees? —insistió.
-Finn esta un tanto confundido —respondió Kurt arrastrando cada silaba.
-Ok…—dijo Blaine dándose por vencido en su intento de escuchar un halago.
-Lo creo… Blaine Warbler, total y completamente —respondió levantando una ceja.
-Bien… —dijo Blaine sonriendo y mirándolo chueco— ¿decías de Finn?
-Decía que creo que oculta algo, aunque en realidad prefiero que “oculte algo” a que ande por la casa como alma en pena, asumo y lo único que lo alegra hoy en día es que Míster Schuester lo nombro padrino.
-¿De verdad?
-Sí, ¿te parece raro?
-Un poco…
-¿Por qué?
-Porque  creí que Míster Schue tenía hermanos o amigos más… grandes, como de su edad.
-Pues yo creo que tu padrino debe ser alguien significativo para ti, por ejemplo y corriendo el riesgo de que creas que estoy desesperado, si tú y yo nos casáramos —dijo Kurt mirando fijo a Blaine como esperando que le cambiara de tema o saliera corriendo del gimnasio dejando un agujero con su forma en la pared contraria, Blaine en cambio lo miro como siempre, aun con su cabeza inclinada y sin sobre reaccionar para nada— mi padrino seria Finn, ¿Qué hay de ti?
-Pues considerando que mi mejor amigo eres tú, creo que también optaría por mi hermano.
-¡Ah claro!, tu hermano “el que no debe ser nombrado”, tendré que esperar a que nos casemos entonces para conocerlo.
-Un momento, tu Kurt Hummel ¿estás hablando de matrimonio?¿eres el mismo que hace menos de dos días cuando yo deslice la posibilidad te pusiste a la defensiva y hablaste de 30 años en futuro?, ¿Qué paso contigo?
-No se… —respondió riendo y chapoteando en el agua— creo que ver a alguien pedirle matrimonio a otro con este nivel de producción, es inspirador por decir lo menos, además el amor esta en el aire, ¿te enteraste que la entrenadora Bestie se caso con el reclutador Cooter Mankins?
-¿De verdad?, no lo sabía, me alegro por ella, pero lo que si se, y es más te lo puedo asegurar, es que cuando yo lo haga para ti, será inolvidable como esta —aseguro Blaine irguiendo su cabeza y comprobando que sus oídos ya no tenían agua.
-Tienes mucha confianza en que nuestro destino es estar juntos, ¿verdad?
-Por supuesto que si…
-¿Por qué?
-Porque te amo y sé que terminare mis días contigo Kurt Hummel —aseguro Blaine poniéndose de pie y colgándose la toalla como una bufanda— ¿iras a cenar a mi casa esta noche? —agrego extendiendo ambas manos para ayudarlo a levantarse. Kurt sonrío y extendió las suyas, hizo una especie de giro con su trasero sobre la tabilla salvavidas y se puso de pie.
-Me encantaría, pero no puedo…
-¿Por qué no? —quiso saber Blaine comenzando a avanzar con él hacia los vestidores
-Porque mi Papá insistió en que debíamos cenar todos juntos como la feliz familia que somos, y así apoyar a Finn y que Carol termine de contar la historia de su ex esposo, no sé porque en realidad, nadie quiere saber ese tipo de detalles… ¿Qué tal si vienes conmigo y te quedas en mi casa? —dijo Kurt dando como un salto animoso mientras movía sus manos entrelazadas.
-No creo que este bien.
-¿Por qué no?
-Porque dijiste que era un asunto familiar… ¡podría esperarte en tu cuarto!
-¿Qué?, ¡no!, ¿como si tuvieras que ocultarte o algo?… ¡de ninguna manera!
-¿Qué sugieres entonces? —dijo Blaine deteniéndose frente a él, justo al lado de las escaleras auxiliares para el trampolín.
-Sugiero que definitivamente quiero estar contigo esta noche —respondió formándole con sus dedos un par de rizos junto encima de la frente.
-¿Si?—dijo mirándolo de medio lado.
-Definitivamente... ¡esto es lo que haremos! —exclamo dando otro salto— yo cenare con mi hermosa familia y después me voy a tu casa.
-¿A por el postre? —pregunto sonriendo sexy.
-A por el postre —repitió Kurt en el mismo tono.

Febrero de 2012



-¡Esos aretes son fantásticos Carol!
-Oh… ¡gracias! —respondió la mamá de Finn tomándose las orejas— ¡tu blusa me encanta!—añadió devolviendo el cumplido a la Sra. Anderson que se quitaba el abrigo una vez dentro del “Breadstix”.
-Gracias… ¿esperamos a nuestros hombres o buscamos una mesa?
-Si lo hacemos esperaremos por siempre, cuando a Burt alguien le comienza  a hablar de autos, puede estar todo un día explicado cosas.
-¡Mi esposo es igual!, aunque yo creo que no entiende nada… —advirtió la mamá de Blaine haciéndole un gesto de complicidad a Carol y soltando una risa divertida después.
-¿Busquemos una mesa entonces? —dijo mirando a su alrededor.
-Blaine, hijo, vamos para allá —indico la señora Anderson gesticulando a su hijo que entraba junto Kurt al restaurante, este le devolvió un gesto de pulgares arriba.
-Está bastante lleno… —opino Kurt al tiempo que arreglaba el cuello de la camisa de su novio que se había desdoblado cuando se quito la ropa de abrigo.
-Bueno, solo a mis padres se les ocurre venir en la semana del día de San Valentín —respondió Blaine de mala gana.
-¿Estás bien?...
-Si… lo siento…
-¿No querías venir? —pregunto entregándole su abrigo y bufanda.
-No, es decir si quería, es solo…
-¡Muchachos!... ¿aun no terminan de entrar?, ¿dónde están nuestras chicas? —dijo Burt entrando junto al Señor Anderson.
-Fueron a buscar una mesa Papá… ¡mira allí esta Carol haciéndote señas! —indico Kurt apuntando hacia una de las mesas del centro donde parecía y cabían los seis.
-¡Esta muy lleno! —opino el Papá de Blaine chocando con las macetas del costado de la puerta y con algunos de los corazones de helio que aun adornaban la entrada del restaurante, miro hacia donde estaba su esposa y le hizo una seña también.
-Dije que lo estaría en esta época del año, pero lo que diga yo… —murmuro Blaine mirando hacia otro lado y apartando uno de los globos.
-Vamos, ¡esta espectacular! —dijo Burt dándole un palmetazo en la espalda al novio de su hijo que lo hizo avanzar un paso al menos— vamos a sentarnos, me muero de hambre— agrego.
-¿Decías? —pregunto Kurt retomando al conversación.
-No es nada Kurt, pusiste mucho empeño en esta cita triple, no me hagas caso —contesto comenzando a caminar hacia la mesa donde ya se habían encontrado todos los padres.
-Blaine… —dijo Kurt deteniéndolo por una mano— ¿Qué sucede?
-Nada, de verdad…—dijo soltando un poco de aire— toma…—añadió entregándole uno de los dulces de corazón que estaban a disposición de los clientes— ¡feliz semana de San Valentín!
-¿Cuan dulce eres? —dijo recibiendo la paleta rosada— pero esto no cambia el hecho que quiero saber que te sucede, así es que dime…
-Kurt…
Este respondió con un gesto con su cabeza mirándolo de medio lado, como diciendo, “sé que me lo dirás de todos modos”
-¿Cuándo se te ocurrió esta cita tan peculiar?
-Cuando te fui a ver y a mostrarte mi carta de NYADA, tu mamá lo menciono al pasar y tome la idea, la organice… y aquí estamos, ahora dime… —insistió poniendo la misma cara y dándole un golpecito en la nariz con la paleta de “San Valentín”.
-Estoy un poco nervioso...
-¿Nervioso?, ¿por qué?
-Porque si…
-¿Por qué si?
-Es… porque…  tu no conoces a mis padres… —contesto rascándose la cabeza.
-¡Claro que los conozco! —interrumpió Kurt sonriendo.
-Mira, no te ofendas pero un par de cenas y otras tantas conversaciones en el pasillo con mis Padres no te hace conocerlos Kurt.
-Ok, no los conozco tan bien como tú, pero si he compartido con ellos, ¿a que le temes?
-A que digan algo que te ofenda o me digan algo a mí que termine por ponerme de mal humor y termine yo ofendiendo a alguien, o arruinando la cena… no se… lo siento… —termino por decir Blaine fingiendo una risa.
-Nada de eso sucederá, ¿sabes por qué? —dijo mirándolo divertido.
-¿Por qué?
-Porque como te he dicho en reiteradas ocasiones—respondió Kurt blanqueando sus ojos como si fuera la vez número 100 que decía la frase que estaba a punto de decir— ahora no estás solo, estás conmigo y  me prometí a mi mismo que te defendería Blaine Anderson.
-¿Si?—pregunto Blaine acercándosele un poco.
-Así es, pero de esto, no de monstruos o cosas así —dijo haciendo una especie de tiritón con su cuerpo, como si le hubieran arrojado un hielo por la espalda.
-Ok…—respondió Blaine sonriendo maravillosamente— de esos te defenderé yo.
-Me parece justo….
-Y a mi…
-¡Cambia esa cara! —exclamo haciéndole un pequeño cariño en una de sus mejillas— dale una oportunidad a tus padres pueden sorprenderte.
-Gracias Kurt…
-Te amo… Ahora vamos, o mi Papa se comerá todos los Breadstix del restaurante.

-¿Cabemos todos aquí?—pregunto Kurt llegando a  la mesa que habían escogido las madres.
-¡Por supuesto! —contesto Carol meneando la carta del restaurante— solo debemos apretujarnos más.
-¿Qué tal si pedimos un par de sillas?, las podemos colocar aquí, así estamos más cómodos —opino Blaine haciéndole una seña a la mesera y al lugar donde podrían ir las sillas extras,
-¡Ese es mi niño!, ¡tan inteligente!… —exclamo la Señora Anderson lanzándole un beso. Blaine sonrió por lo bajo y hablo con la mesera que había atendido a sus señas.
-¿Qué ordenaremos?, todo se ve fantástico —dijo Burt leyendo la carta.
-¿Por qué se demoraron tanto?, ¿se pusieron a revisar todos los autos del estacionamiento?—pregunto la mamá de Blaine sin quitar los ojos del menú.
-No, pero estuvimos cerca de hacerlo —respondió Burt dejando el suyo en la mesa, listo para ordenar lo que había decidido.
Blaine acomodo las sillas que le tarjera la mesera y espero que Kurt se sentara primero, este le murmuro un “gracias” y el acaricio el mentón antes de sentarse, el Señor Anderson hundió su vista en la carta de los postres.
-Kurt, desde ese día que me contaste lo de la escuela en New York, no he dejado de pensar en ello —dijo la Señora Anderson extendiendo su mano por sobre la mesa para darle un pequeño golpe que llamara su atención.
-¿De verdad?... ¿Por qué?
-Porque New York es lo mejor que existe, si te vas, y estoy segurísima de que lo conseguirás, no pudiste escoger una mejor ciudad donde vivir, New York, es NEW YORK —termino por decir alzando sus manos al cielo.
-Gracias… y también lo pienso, de hecho con Blaine tenemos la misma opinión de esa ciudad, ¿verdad Blaine? —dijo Kurt mirando a su novio que hizo un gesto positivo con su boca y cabeza— ahora solo debo entrar.
-¡Lo harás!, Blaine nos ha contado lo talentosísimo que eres, yo que tú me sentaría pierna arriba a esperar una respuesta positiva.
-Gracias Señora Anderson es usted muy dulce
-¿Tú piensas irte también una vez terminada la escuela? —pregunto Carol mirando a Blaine.
-Ese es el plan. —respondió el chico dando una mirada a su Padre, esperando que reaccionara de alguna manera.
-Lo mejor de aquí son las hamburguesas —dijo Burt mirando a quien se suponía y les tomaría la orden.
-Creí que eran los Breadstix —advirtió la Sra. Anderson mascando uno y soltando una risa después.
-También los son —contesto Burt apuntándola con un palito de pan.
-¿Eso es un escenario? —pregunto el Papá de Blaine al tiempo que abrazaba a su esposa por sobre el borde del sillón de cuero.
-Sí, bueno hay veces que tocan bandas o se organizan fiestas que requieren presentaciones— explico Kurt sin decidir aun lo que ordenaría.
-¿Tu cantaste aquí?, ¿verdad cariño? —dijo la Señora Anderson mirando a su hijo.
-Si… cuando estaba en Dalton.
-¿No me dijiste que canto en la fiesta de Sugar, Kurt? —añadió Carol bebiendo del agua que llegaba a la mesa.
-Por cierto y fue la mejor de las supresas que he recibido en mi vida —respondió el chico sonriendo y acariciándole una pierna a su novio de la manera más disimulada que encontró.
-Mi pequeño… siempre planeando cosas… ¡”Spaghetti carbonara”!.. ¡me encantan!… —dijo la señora Anderson enseñándole la carta su esposo.
-¿Qué te dijo el doctor sobre tu ojo Blaine? —quiso saber Carol haciendo un círculo alrededor de su propio ojo.
-Me dijo que estaba bien, que solo tenía que cuidarme del sol.
-Me alegro…—respondió acariciándole la mano.
-Gracias Carol.
-Eso es ahora, cuando recién tuvo el accidente y lo llevamos al hospital…
-Kurt me llevo al hospital —interrumpió Blaine corrigiendo a su madre.
-¡Claro! , ¡Claro!.... tienes razón, disculpa Kurt…
-¿Por qué?, ustedes llegaron en cuanto les avise, es lo mismo—respondió Kurt sintiéndose un tanto incomodo con la actitud extra defensiva de su novio.
-También lo creo —dijo el Señor Anderson dando el esta vez una mirada a su hijo esperando una reacción negativa.
-El asunto es que ese día creí que me moría cuando lo vi en la camilla con un parche más grande que él… el doctor fue súper categórico y hablo de inmediato de que necesitaba una cirugía.
-Te entiendo, que le pase algo a un hijo es terrible, yo me muero al ver a Finn con fiebre… ¡Imagínate! —dijo Carol haciéndole un gesto con la mano.
-¡Pero todo salió bien!, ¿hablemos de otra cosa mejor? —pidió Blaine mirando con Kurt la misma carta.
-Muy cierto hijo, dinos Burt, ¿Cómo te cayo mi hijo cuando lo conociste?
-¡Excelente!... aunque debo decir que no estaba en sus cinco sentidos cuando eso sucedió, ¿recuerdas Anderson? —dijo Burt entre risas.
-¡Papá! —exclamo Kurt al ver que Burt se disponía a poner en evidencia a su novio.
-¿Cómo es eso Blaine? —pregunto el Señor Anderson mirándolo con extrañeza.
-No es nada Papá es solo… —trato de explicarse el muchacho poniendo tres caras de incomodidad diferentes a la vez.
-¿Tenias que hacer esto? ¿verdad? —dijo Kurt como reprendiendo a su padre con una risa contenida
-¿Hacer qué? —pregunto Carol mirando a todos. Burt se le acerco al oído y le explico de lo que estaban hablando, su esposa rio y puso cara de “¡Ah claro!”, haciendo que la expresión de Blaine cambiara otras cuatro veces.
-¿Alguien que me puede explicar?
-No es nada Mamá…
-Si Señora Anderson, no es nada —corroboró Kurt poniéndose de parte de su novio.
-¡Cómo no va a ser nada!, mira yo te explico —dijo Burt acomodándose en el asiento como si fuera  a contar la historia de su vida. Blaine se toco una oreja y se rasco la cabeza sin que tuviera necesidad alguna de puros nervios y vergüenza contenida. Mientras tanto, el Papá de Kurt continuaba contando la historia de aquella vez que Blaine despertó en la cama de su hijo, sin tener conciencia de donde estaba y con la misma ropa con la que lo había visto  recoger a Kurt la noche anterior. Blaine no supo si sus padres no entendieron bien la historia o el entusiasmo que ponía Burt era extraordinario, pero no pararon de reír durante todo el relato.
-¿Terminaste?—quiso saber Kurt poniendo caras.
-Termine hijo… ¡ah!, pero al segunda vez que vi a Blaine estaba sobrio y alerta…. Claro que estaba en mi sofá besándose con mi hijo…—concluyo provocando un “¡Papá!” en Kurt y una risa general en el resto.
-Lo siento…—murmuro Kurt mirando a Blaine.
-No hay problema —respondió este, silenciándose al ver llegar a la mesera que los atendería aquella noche.
-¡Por fin! —dio el señor Anderson, cuyo apetito parecía haber despertado luego de las historias de Burt.
-¿Les tomo su orden?
-Por supuesto que si… —exclamo Burt ordenando de los primeros, Carol pidió lo mismo mientras los Señores Anderson no terminaban de ponerse de acuerdo en cual tipo de pasta era la que habían comido la última vez que habían estado allí. Kurt ordeno aprovechando que  los padres de su novio no se decidían y Blaine lo hizo cuando esto último sucedió.
Mientras esperaban la comida,  Burt advertía de las andanzas de Kurt cuando era un niño y los padres de Blaine respondían con las que su propio hijo hacia a la misma edad, lo chicos sortearon la incomodidad con miradas cómplices y caricias por debajo de la mesa. Minutos después, todos recibieron sus órdenes y comenzaron la cena
-¡Amo es canción!…—exclamo al Señora Anderson tragando con dificultad.
-¡Yo igual!— dijo Carol moviendo sus manos como abanicándose en un día de calor— ¡es la canción que bailamos en nuestra boda!, ¿te acuerdas Burt?
-¡Baila conmigo cariño!—agrego la mamá de Blaine limpiándose con la servilleta y tragando rápido su comida, todo acompañado de un gesticular de manos, como si estuviese tocando una pieza en un piano.
-¿Aquí? —pregunto de vuelta su esposo, extrañado y mirando a su alrededor.
-¿Por qué no?... ¡por favor!...—insistió.
-Cariño…
-Yo bailare contigo Mamá —se apresuro en decir Blaine dejando la servilleta al lado de su plato.
-¡Ay mi niño precioso!... ¡gracias! —dijo levantándose.
Blaine le hizo un cariño en la espalda a Kurt y este le sonrió de vuelta, tomo la mano de su madre y se dirigió con ella al centro del restaurante donde un par de parejas había tenido la misma idea.
-¿Bailaría conmigo Señora Hummel? —quiso saber Burt haciendo una especie de reverencia aparatosa.
-¡Por supuesto que sí! —respondió esta levantándose.
Kurt le sonrió a su papá y le hizo un gesto de pulgares arriba a Carol, como si fuera una amiga que por fin conseguía bailar con el chico  le gustaba desde siempre, miro al Señor Anderson y le sonrió un tanto incomodo.
-¿Siempre bailan aquí? —pregunto corrigiendo su postura y bebiendo agua.
-A veces, cuando la música lo pide… pero no se  preocupe, no le pediré que baile conmigo.
-¡¿Cómo?!... —respondió el papá de Blaine, ahogándose un poco con el agua que bebía sin entender el chiste que Kurt había tratado de hacer.
-¡Señor Anderson!... —exclamo golpeándole la espalda— ¿está usted bien?
-Si… ¡lo siento! —respondió tosiendo un par de veces más.
-Era una broma en todo caso… ya sabe, como ellos están bailando… pensé que Usted… creería que… ya sabe… —respondió Kurt moviendo sus manos como si moviera la tómbola en un concurso.
-No… es decir… no te aflijas, te entendí —dijo el Señor Anderson haciendo un chasquido con su lengua y apuntándolo acto seguido.
-¡Qué bueno!... además si no es Antonio Banderas cantándola no vale la pena —termino por decir Kurt dando un par de golpes más en la espalda del Papá de su  novio por si acaso.

-¿Querrías estar bailando con tu novio en vez de con tu madre?
-…
-¿Blaine?
-¿Qué?... no mamá… perdona… es solo que… —trato de decir mientras daba miradas a Kurt que parecía estar entablando la conversación de su vida con su progenitor.
-No te preocupes… tu Padre no es  el monstruo que crees.
-Eso espero…
-Luego bailas con tu novio, yo tengo la  prioridad aquí,  eres mío hasta los dieciocho.
-Claro —respondió Blaine soltando una risa— pero no creo que quiera bailar con tanta gente aquí.
-¿Cómo no va a querer bailar contigo?, yo creo que todos aquí quieren bailar contigo —advirtió la Señora Anderson pellizcándole una mejilla.
-¿Lo crees?
-Tus pasos son únicos hijo mío.
-Gracias Mamá… —respondió Blaine sonriendo y haciendo girar a su Mamá como un “Dreidel” en “Hanukkah”, no sin antes dar otra mirada a su novio.

-Kurt, ¿puedo preguntarte algo? —dijo el Señor Anderson rodeando el borde su vaso con sus dedos.
-Claro…
-¿Cómo fue?... es decir… tu Papá… ¿cómo reacciono cuando le dijiste que tú eras?… ya sabes…
-¿Gay? —dijo Kurt sonriendo al ver la complicación del Papá de su novio.
-Si… eso… ¿fue difícil?
-La verdad es que no, pero es porque mi Papá siempre lo supo, creo que son pocos los niños “straight” que organizan fiestas de té.
-Claro… —dijo el Señor Anderson sonriendo y negando con la cabeza. Al ver aquella expresión, Kurt creyó que estaba frente a Blaine 20 años en el futuro.
-¿Por qué me lo pregunta?
-Porque, debes saber que mi relación con Blaine no es de las mejores, asumo y te ha pintado una imagen de mi que debes odiar.
-No señor… Blaine no habla mal de usted, pero si me ha contado que la relación con ustedes es un tanto difícil.
-Lo es…
-¿Puedo ser yo quien pregunte ahora “por que”?
El Señor Anderson miro un instante a Kurt y soltó un poco de aire, arrugo el entrecejo y emitió un sonido con su boca que el chico interpreto como “Vaya, esa pregunta si que es difícil”
-No tiene que contestarme si no quiere, a veces excedo la confianza que la gente me entrega —agrego Kurt haciendo el gesto de alto con su mano.
-No, está bien, no te preocupes, no te excedes en nada, la verdad es que con Blaine siempre ha sido difícil, y no es porque organizara fiestas de té o porque quisiera una “Barbie” en vez de un “Power Ranger”  fue un niño bastante normal.
-¿No como yo?
-¡No! Kurt… no me mal interpretes, soy muy torpe en ocasiones, no quise ofenderte —dijo el Señor Anderson crispando su nariz, complicándose y haciendo una mueca chueca con su boca.
-No lo hizo…—contesto Kurt  riendo contenido.
-¿Qué?
-Lo siento es que Blaine hace esa misma mueca cuando quiere desdecirse de algo o hacer valer su opinión sobre lo que considera correcto… es encantador si me permite decirlo —explico Kurt bebiendo agua.
-No lo sabia… ¿gracias?
-Por nada… continúe por favor.
-Claro, el asunto es que la diferencia de edad entre nuestros hijos es muy grande. ¿lo sabes verdad? —Kurt hizo un gesto positivo con su cabeza— pues cuando Blaine nació, mi hijo mayor ya estaba crecido y yo me había dedicado a escalar posiciones en mi carrera, por lo tanto cuando Blaine llego a nuestras vidas, yo ya estaba sumergido en mi trabajo y me perdí de muchas cosa de su crecimiento y cuando quise enmendarlo ya era tarde, Blaine era un hombre y yo no lo conocía.
-Nunca es tarde para eso…
-…
-¿Fue difícil para usted que él fuera algo que no esperaba?
-Un poco… pero creo que todo esto fue más difícil para él, porque cuando alguien te molesta en la escuela porque eres gordo o porque te gusta cierto tipo de música puedes llegar a tu casa y contarle a tus padres, pero el acoso que él sufrió por ser quien es, lo tuvo que soportar solo con su almohada…
-Así es… —dijo Kurt pensando en su propia historia de abuso escolar y a la que pudo poner fin gracias a Blaine.
-¿El me odia?, ¿no es así?
-No Señor Anderson, Blaine no lo odia, ¿puedo darle un consejo?, ¿aunque parezca raro que un adolescente aconseje aun adulto?
-Por supuesto…
-Creo que lo que tiene Blaine es miedo, miedo a decepcionarlo, a no llenar las expectativas que tal vez tiene puestas en él, o a no ser tan bueno como su hermano… porque aunque Blaine no hable de él, creo que hay algo allí también que impide que su herida cicatrice.
-Yo amo a mis dos hijos, y Blaine ha sido tan valiente… que me llena de orgullo, pero a veces no se qué hacer, no sé cómo actuar frente a él.
-¿No ha probado empezar por decirle esto que acaba de decirme a mí?
-No creo que quiera escucharme…
-Pues Blaine piensa lo mismo con respecto a Usted…
-¿Viste?
-Pero hay una diferencia entre ambos Señor Anderson…
-¿Cuál?...
-El padre aquí es usted, y creo que eso lo obliga a dar el primer paso Señor.
-Eres un gran chico Kurt… con razón mi mujer está loca por ti, lo mismo que mi hijo —respondió el Señor Anderson mirando hacia la improvisada pista de baile— y debo decirte que me alegra que estés con Blaine, nunca lo había visto sonreír tanto como lo hace desde que esta contigo —agrego mirando a su hijo, que a pesar que bailaba con su Madre, tenía los ojos puestos en la conversación que sostenía con su novio.
-Gracias Señor Anderson… y Blaine también es un buen chico, no tema re-descubrirlo.
-Lo hare Kurt…  ahora ¿tu harías algo por mi?
-Por supuesto —respondió Kurt actuando de lo mas servicial, como si el padre de su novio le fuera a pedir que barriera las hojas del jardín o algo así.
-Hay algo mal en esa pista de baile —explico levantándose— ¿me ayudarías a corregirlo?
-Claro…—dijo Kurt levantándose también y caminando tras el papá de su novio.
El Señor Anderson le dio una palmada en el hombro a su hijo, en un intento torpe por mostrase paternal, la Señora Anderson le sonrió, dio un beso a su hijo y se abrazo de su esposo. Kurt miro a Blaine y le hizo un gesto con su cabeza de “no nos queda otra que bailar”, este le regalo aquella sonrisa de príncipe de cuento que Kurt adoraba y se acerco lo suficiente como para que ambos respiraran el mismo aire.
-¿Quiere bailar Señor Anderson?—dijo Kurt soltando una risa.
-¿Qué?
-Nada, es que al decirlo así, me parece que estoy invitando a tu papá a bailar —explico sonriendo con más ganas.
-Pues espero que no… —dijo Blaine dándole un toque en un hombro con dos de sus dedos, como si una mariposa se hubiera posado en el hombro de su novio y quisiera correrla de la más delicada de las maneras.
-¿Bailemos? —pregunto Kurt poniéndose en pose.
-¿Seguro?... esta bastante lleno —indico mirando a su alrededor— y no es Antonio Banderas el que está cantando esta especie de “rumba-tango”
-Bueno, primero ya no me importa tanto que la gente nos vea, y segundo, ese señor  que canta no será el súper sexy español, pero lo hace bastante bien —aseguro Kurt acercándolo más, para abrazarlo a la altura del cuello.
-Ok… —dijo Blaine comenzando a moverse con la gracia que solo él tenia— Mi papá… ¿no te dijo nada?, ¿o sí?
-Me dijo muchas cosas…—respondió oliéndole el cuello.
-¿Cómo?— pregunto apartándose un poco.
-Eso… fue amable conmigo, no pongas esa cara.
-¿Seguro?
-Si…
-Kurt, si él te dijo algo pesado necesito saberlo.
-No me dijo nada pesado, ya deja esa actitud, fue súper extra amable conmigo y hablamos bastante.
-¿De qué?
-De ti…—dijo Kurt hundiendo sus manos en el cabello de su novio.
-¡De mi! —exclamo Blaine apuntándose a su mismo con la mano de él y la de Kurt que para entonces se movían como una— ¡¿Y de qué?! —añadió tan alto que sus padres y los padres de Kurt se voltearon a mirarlo.
-De cosas— dijo Kurt haciendo un gesto para que bajara la voz.
-“De cosas”, es bastante poco especifico—dijo dándole un beso pequeño y sonoro.
-Pues fueron cosas,  pero te aseguro que tal vez todo comience a cambiar.
-¿Qué le dijiste? —quiso saber sonriendo.
-Nada que no sea verdad… ahora basta de peguntas y demando de inmediato esa vuelta que hiciste con tu mamá —dijo Kurt alzando uno de sus brazos.
-Ok... —respondió Blaine procediendo a aquello.