(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

-Un poco más… —dijo Santana indicando su plato.
-¿Ahí? —pregunto Kurt poniendo caras.
-Un poco mas… —insistió— ¡Vamos “Lady Hummel”! siempre cocinas para un batallón, ¡ponme más!
-¡Santana! —exclamo el chico a la par con Rachel al ver que la chica quería comerse la porción de todos ella sola.
-¡¿Qué?!
-¿Crees que es saludable que quieras comer la comida de todos?
-¡Al demonio con la salud!, una porción extra no me pondrá usando dos asientos en el avión…
-Pero si repites esto cada día si… tu cuerpo es tú instrumento y como tal debe ser cuidado —explico Rachel apuntando con sus manos la extensión de todo su cuerpo, el de Kurt y el de Santana.
-Bueno, estoy nerviosa… cuando me siento nerviosa como, además de tocarme el cuello y sudar bajo mi súper deseable delantera, pero no viene al caso —explico la chica comiendo.
-¿Por qué estas nerviosa? ¿tienes otro tipo de infección que combatir? —dijo Kurt poniendo cara de asco al escuchar la parte en que Santana hablaba del sudor bajo sus pechos.
-Ja… ¡JA!… solitario, pequeño y colorido poni…. no es por eso.
-¿Por qué entonces? —pregunto Rachel acomodando su servilleta en el regazo y comenzando a comer con todo y modales.
-Porque tengo una cita con Dani… —dijo Santana por fin levantando una mano como argumentando lo obvio
-Siempre tienes una cita con Dani, no veo porque los nervios ahora —rebatió Kurt sirviéndose agua.
-Bueno, porque es mi tercera cita oficial… ¿saben lo que sucede en la tercera cita o no?
-¿Pagas todo tu? —dijo Kurt bebiendo.
-NO… ya saben, existe la posibilidad de… ya saben —respondió Santana como si sus amigos supieran en efecto a lo que se refería.
-¿Te refieres a…?... ¡OH!... “eso”… y ¿porque estas nerviosa?
-No te explique mi punto hace semanas en la cafetería Berry… ¿Qué pasa contigo?, ¿ya tienes amnesia de Diva de Broadway?
-Creí que eso de la tercera cita era más una cosa de… —dijo Kurt echando un ojo a su teléfono.
-Si dices hombres soy capaz de saltarte encima Richard Simmons…
-Chicos… —completo Kurt sonriéndole.
-Todos saben que es la cita del sexo Lady Hummel, chicas, chicos… ¡Todos!,  aunque en tu caso fue en cual, ¿la 188?
-Fue en la apropiada, que es lo importante —dijo Kurt irguiendo su cabeza y cuello como si Santana lo hubiese ofendido profundamente.
-Da lo mismo… estoy nerviosa y punto—respondió la chica cargando su tenedor con una porción que solo hubiera cabido en el boca de Sam Evans.
-Pues no deberías —dijo Rachel levantándose a por queso del refrigerador— eres bonita, inteligente y sexy, además ya sabes todo lo que hay que hacer…—sentencio Rachel meneando el envase del queso cuando mencionaba “lo que hay que hacer”
-Raramente tienes razón Berry… gracias —respondió Santana alzando su copa de agua como si brindara por la oportuna sabiduría de su amiga.
Rachel le sonrió en señal de “de nada”
-¿No lo harás aquí?, ¿o sí? —pregunto Kurt algo incomodo.
-¿Y que tiene?... vivo aquí… y pago alquiler al igual que ustedes…—contesto Santana apuntando a sus amigos.
-Lo sabemos… pero no reservaste este día y yo ya hice planes que involucran la bañera…—añadió Kurt apuntándola con su tenedor.
-¡Si lo hice!
-¡No lo hiciste! —exclamo devuelta limpiándose con su servilleta y tirándola sobre la mesa acto seguido.
-No lo hiciste Santana… y las reglas son claras aquí en nuestro santuario —interrumpió Rachel limpiándose con la servilleta.
-Bien, no lo hice…—añadió la chica encogiéndose de hombros— pero da lo mismo, nos juntaremos en su casa, por lo demás no sé porque me ponen tantos problemas a mí,  o me vas a decir no tan solitario gemelo “Winklevoss” que cuando el gemelo faltante venga de visita, ¿nada sucederá entre ustedes?
-No se… a que te refieres —dijo Kurt volviendo al gesto del cuello— pero si debo mencionar que Blaine vendrá , por lo que les advierto que reservo el viernes de la semana entrante.
-¿Blaine vendrá a New York?... ¡qué emocionante! —dijo Rachel dando pequeños aplausos.
-¿Cuándo vendrá?
-El próximo fin de semana, por lo tanto, como dije… reservo el viernes  —agrego Kurt levantando una ceja.




Abril de 2012

-¿Quieres dejar de mover tus piernas? —dijo Kurt mientras el mismo se movía sobre la cama para quedar con un brazo en el pecho de su novio— pareciera que adquiriste el “síndrome de las piernas inquietas”—agrego medio somnoliento.
-Lo siento —respondió acomodándose en las almohadas— no puedo dormir.
-Cuenta ovejas… eso siempre ayuda —insistió arrimándose más.
-Ya conté… 398 para ser preciso… —agrego poniendo un brazo tras su cabeza, mientras que con el otro acogía a Kurt en su pecho.
-Pues vuelve a contarlas, siempre… existe el riesgo que se escape una… ¿no recuerdas todo lo que tuvieron que hacer “Ennis” y  “Jack” con su ovejas?
-¿Quiénes?
-“Ennis” y “Jack”  de “Brokeback Mountain” —aseguro Kurt con sus ojos cerrados y tratando de seguir durmiendo.
-¡Ah!, lo vaqueros…—respondió acariciándole el pelo.
-Los mismos…
-Aunque pase revista a todo un ganado, no creo que pueda dormirme…
-Te dije que si te comías esos chocolates y luego bebías café, te sobrepasaría la cafeína —contesto Kurt cada vez mas adormilado, pero con ganas de argumentar devuelta cada cosa que Blaine decía.
-Fue tu culpa por regalármelos… —respondió besándole la frente.
-Que te los haya regalado no implicaba que tenías que comértelos todos.
-Pues no debiste comprar una caja tan grande…
-Así… me aseguraba que me perdonaras totalmente por lo de los mensajes de texto… —aseguro Kurt rozando sus piernas con las de su novio.
-Y perdonado quedaste… Kurt…—susurro Blaine acariciándole el brazo desde la mano hasta el codo.
-…
-Se que estas despierto, acabas de hablarme… —volvió a susurrar— ¿recuerdas “Sleepless in Seattle”?
-No estamos en Seattle…
-Lo sé… estamos en Westerville…
-“Sleepless in Westerville” no hubiera funcionado… como nombre comercial… nadie… nadie… hubiese visto esa película —aseguro Kurt dando bostezos largos y sonoros a medida que hablaba.
-¿Aunque  la hubiera protagonizado yo?
-Aunque la protagonizara Josh Lucas…
-¿De nuevo con el tipo de “Poseidón”?
-Me encanta eso…—dijo Kurt soltado aire a medida que medio se acomodaba sobre Blaine.
-¿Qué cosa? —pregunto este metiéndole la mano por la camiseta utilizando la abertura del cuello.
-Que sientas celos de la gente de Hollywood…
-No son celos… no se que le ves que es diferente…
-Esos son celos Blaine… Devon… Anderson —respondió bostezando entre palabra.
-No lo son…
-Nunca conoceré al tipo… aunque me esfuerce en pagar un recorrido por la Warner, así es que  duérmete por favor…
-Tal vez no ahora, pero cuando seas famoso… todos querrán conocerte  a ti…
-Eso…—explico dando un bostezo tan grande que casi termina por tragar todo lo que había en la habitación, Blaine incluido— será dentro 100 años, ya estará viejo para entonces… ahora cierra tus preciosos ojitos y duérmete…
-Pero no puedo…
-Si sigues hablando, por cierto y no podrás…
-Y si te sigues arrimando a mí, tampoco podre…
-No me culpes… yo estoy tratando de dormir y estoy tan cerca tuyo como tú de mi…—dijo Kurt haciendo un movimiento con su cuerpo que lo termino dejando mas pegado a su novio.
-Tal vez deba llamar a una radio a un consultorio sentimental radiofónico, como lo hizo  “Sam Baldwin” en la película.
-Son las cuatro de la mañana… no es hora de hablar de películas, ni de nada en realidad…
-Siempre es hora de hablar de películas —corrigió Blaine volviendo a besarle el pelo— asumo que  si llamo me atenderán… ¿cuántas personas llaman a una radio en la madrugada?
-Ninguna, pues todas están durmiendo…
-Tal vez si llamo seré el primero…
-Pues  hazlo… pero ve a la sala así me dejas dormir —advirtió Kurt volteándose hacia su lado de la cama.
-¿No escucharías lo tengo que decir?—quiso saber Blaine volteándose también para abrazarlo desde atrás— ¿Kurt? —insistió besándole el hombro.
-No escucharía ni a la propia Nora Ephron… ya duérmete… por favor…
-¿Cómo “Sam Baldwin” consiguió que lo atendieran de inmediato en el que se supone y era un programa extra exitoso de esa radio en Seattle? —quiso saber Blaine como si fueran las tres de la tarde y ambos estuvieran en una de las mesas del Lima Bean.
-Blaine…
-Solo respóndeme eso… —pidió al tiempo que le subía la parte de arriba del pijama un tanto para tocarle la barriga.
-No fue él quien llamo, fue su hijo “Jonah Baldwin”, ¿no recuerdas nada de lo que vemos?
-Sabes mucho para alguien que odia esa película —advirtió Blaine subiéndole más la camiseta   hasta casi el comienzo del pecho.
-No la odio…
-Claro que si… dijiste que era un insulto a “An Affaire to Remember”
-Yo no dije tal cosa… lo que odio es querer dormir y no poder...—dijo Kurt frustrándose un poco.
-Pues yo tampoco puedo dormir… hagamos otra cosa entonces… —contesto moviendo su mano por el cuerpo de Kurt, desde la barriga hasta la espalda y los hombros.
-¿Estás loco?... tengo sueño…—dijo acomodándose de espaldas.
-No te arrepentirás… —aseguro Blaine, que aprovechando el movimiento remolón que hacia su novio en la cama estirando sus brazos y todo el cuerpo, termino por despojarlo total de la camiseta de dormir— Kurt… te lo juro, olvidaras que tienes sueño —agrego besándole el cuello y hablando en un susurro tan cálido y sexy, que Kurt creyó que su temperatura aumentaba un par de grados en esos 8 segundos que duro aquella frase.
-Si fuera menor de edad esto pasaría por abuso… —aseguro Kurt al sentir que se quedaba sin la parte de arriba de su pijama sin darse cuenta de cómo.
-Pues el menor de edad aquí soy yo… así es que…—corrigió besándole tras la oreja.
-Se siente bien… —dijo Kurt a media voz al sentir los labios de su novio bajar desde su oreja hasta el comenzó del cuello— y tienes razón en lo de la edad… aunque por tener tus labios aceptaría cualquier condena…
-Yo haría lo mismo por tener tu piel entre mis manos…—dijo Blaine soltando un suspiro mientras se deshacía del exceso de ropa y ayudaba Kurt a hacer lo mismo.
-¿Aunque nunca pueda darle un color?—pregunto Kurt exhalando aire cálido y recorriendo la espalda de su novio desde la nuca hasta el trasero
-Está cargada de electricidad… sea como sea… —le aseguro Blaine bajando por su pecho.
-Mmmm…—emitió Kurt como respuesta casi rendida.
-Te dije… mejor que dormir…—afirmo Blaine bajando  por el torso de su novio.
-Pero aun tengo un poco sueño…—insistió con voz malcriada.
-Tu cuerpo dice lo contrario—respondió sintiendo el arrebato brioso de Kurt a la altura de su cadera.
-Olvidaste lo de llamar al radio… ¡por dios Blaine!...—dijo hundiendo su cabeza en la almohada— ¿Cómo haces eso?... ¡da lo mismo!— exclamo dando una vuelta en la cama para quedar sobre su novio— ni siquiera se para que  te lo pregunto…—añadió dándole un beso con pasión casi deshonrosa.
-¿No tenias sueño Kurt Hummel?… —quiso saber Blaine sonriendo, como lo hacía cada vez que Kurt se atrevía. Le acaricio el cuello y parte del pecho con sus manos que siempre desbordaban virilidad.
-Tenia…—respondió besándolo— ¿no te vas a echar atrás ahora?... ¿o si?...—pregunto ya instalado sobre él.
-Por supuesto que no… —respondió ampliando el área que recorría con sus manos hasta más abajo del ombligo.
Kurt solo un quejido y se perdió por su cuerpo, se olvido del sueño, de la plática nocturna sobre cine y de las ganas que tenia de descansar y tomo a su novio hasta saciar su deseo y el de él, que se acrecentaba cada vez que sentía cerca el aliento cálido y gozoso del hombre que amaba.





-Puedes tener el viernes Lady Hummel… asumo que después querrás tener los siete días de la semana.
-¿Siete días?... ¿Blaine se mudara aquí? —pregunto Rachel apuntando el piso del departamento.
-¡Por supuesto!... aunque no sé si preferirá que vivamos solos… aun no hablamos de eso…
-¿No hablaste con él hoy?—pregunto Rachel mientras agregaba mas queso a su plato de espagueti.
-Si…
-Y  ayer… —agrego Santana bebiendo agua.
-También…
-¿Y antes de ayer?...
-Sí, pero…
-¿Y anterior a antes de ayer?
-OK… ¿que son ustedes la policía del teléfono?
-Lo somos —contesto Santana levantando su mano para “chocar los cinco” con Rachel.
-Debes admitir que hablas mucho con él Kurt —dijo Rachel sonriendo.
-¡Claro que sí!... la última vez que sucedió lo que sucedió, yo me comporte mal olvidándome de él… así es que quiero asegurarme que eso no vuelva a suceder, no quiero que piense que no es la parte fundamental que en realidad es en mi vida…
-¡Ooooooh!… —dijeron las chicas al unísono mientras se miraban pestañeando rápido, como si no pudieran mas de ternura por la felicidad de su amigo…
-Pero…—advirtió sonriendo— como dije antes no pondré toda mi felicidad y esperanzas en ello, por lo que chicas, les comunico que en un par de semanas comenzare las audiciones para mi nueva banda.
-¡En serio!... —exclamo Rachel lidiando entre tragar y responder— ¿puedo audicionar?
-¡Porcelana!... eso es genial… estaré contigo en la audiciones… —advirtió Santana levantando sus manos.
-¿Qué?... ¿Por qué?
-Porque soy absolutamente genial, porque te cuidare como le prometí a Anderson aquel trágico día y porque si no te asesoro terminaras contratando a cualquier estúpido que te cuente una historia de esfuerzo, abuso y abuelas con alzhéimer.
-Santana…
-¡No se hable más!... —dijo la chica como si corrigiera a uno de sus hijos— pásame el queso Berry.

-Te lo dije, tengo los boletos y viajo mañana…—dijo Blaine mientras caminaba en dirección a su casa.
-Ok, necesito que me envíes una foto de ellos donde aparezca la fecha, la hora y el asiento que elegiste —contesto Kurt con voz de niño voluntarioso al otro lado del teléfono.
-¿Qué?... ¿Por qué?
-Porque no quiero me estés mintiendo, ni dando falsas esperanzada de que te veré por fin.
-No estoy mintiendo, nunca te mentiría…
-Lo sé… ahora la foto…
-¡Kurt!... deberás confiar en mí, cuando mañana… aparezca en el… umbral de tu… espera un segundo —dijo Blaine ya en la puerta de su casa, medio complicado en sacar sus llaves— ahora si…
-¿Qué sucedió?
-No podía sacar las llaves de mi bolso… pero ya las saque y abrí la puerta.
-Perfecto…
-¿Tu ya te vas a la cafetería?
-No…—contesto Kurt mientras escuchaba un ruido metálico sobre un vidrio y un “Llegaste hijo” de la Señora Anderson— tengo un par de cosas que hacer en la universidad, así es que Santana cubrirá el turno por mí, claro que no se, qué será lo que me pedirá a cambio, asumo que se conformara con estar conmigo en la audiciones.
-¿Qué audiciones?
-Blaine Anderson futuro Hummel, ¿no recuerdas lo que te conté el otro día?
-¡Ah!... lo de la banda…. Pensé que no serian tan pronto… ¿Por qué Santana estará contigo?
-Porque… en realidad no sé por qué…—respondió soltando una risa— ¿esa es tu mamá?—dijo Kurt al sentir que alguien llamaba a Blaine de manera insistente.
-Lo es…
-Ve a atenderla entonces, ya veremos quién tiene razón en cuantos pasos hay en total entre la entrada de tu casa y tu dormitorio.
-Ok…
-¿Mañana entonces?
-Mañana…
-¿No me desilusionaré?
-No si está en mis manos impedirlo, voy a ver que quiere mi mamá y subo a hacer mi bolso…
-Perfecto entonces… no puedo esperar…
-Ni yo… ¿nos conectamos a la misma hora?
-No sé cuanto demorare en la Universidad, pero te llamo… ¿Ok?
-OK… Te amo…
-Lo sé… Adiós…
-Adiós Kurt…
-¿Alguien está enamorado? —dijo la Señora Anderson apareciendo de pronto tras la mampara que separaba la sala del recibidor.
-¡Mamá!... ¡me asustaste!... creí que estabas en la cocina…—exclamo Blaine apuntando con su teléfono.
-Pues no… ¡hola!
-Hola Mamá… ¿estabas escuchando mi conversación? —quiso saber Blaine guardando su teléfono.
-No…
-¡Mamá!
-Si bueno, un par de segundos… que quieres que haga, te veo tan feliz que quiero saber todos los detalles de lo que provoca esa sonrisa eterna en tu preciosa carita —respondió la Señora Anderson acariciándole el pelo y tomándole las mejillas hasta que el rostro de su hijo se igualo al de un pescado.
-OK…—contesto Blaine como pudo.
-Ahora ven…, tomate un té conmigo… —añadió abrazándolo y guiándolo a la cocina.
-¿Un té?... ¿no crees que tengo cosas que hacer?
-¡Claro que tienes cosas que hacer!, ¡yo tengo cosas que hacer!, pero no por eso desperdiciare el único día de la semana en que coincido en horarios con mi pequeño.
-Lo sé Mamá, pero el asunto es que mañana después de clases me voy a New York, a ver a Kurt, ¿te acuerdas?
-Me acuerdo… ¿sabes que el otro día me encontré con Carol en el centro comercial?, la encontré tan delgada que casi me pongo a gritar…
-Espero y no lo hayas hecho… —interrumpió Blaine sintiendo vergüenza ajena al imaginar a su madre gritando como una loca.
-¡Ay claro que no!, como se te ocurre, el asunto…—continuo su madre al tiempo que ponía a hervir agua— es que la vi bien, solo más delgada…
-¿Hablaste con ella?
-Hable… la invite a tomar un café y hablamos largo y tendido, creo que le hacía falta distraerse con otro tipo de conversaciones.
-Y contigo Mamá, nadie puede aburrirse, ni reclamar monotonía.
-Obviamente… —dijo engreída.
-A todo esto, ¿Qué hacías en Lima?, ¿Por qué no fuiste al centro comercial de aquí? —pregunto Blaine escogiendo una manzana de las ocho diferentes que había en la cesta del centro de la mesa.
-Porque quería ir al Lima Bean, desde que nos trajiste esas galletitas no he dejado de pensar en ellas, además deberías saber que cuando eras un pequeño cabeza de brócoli, el único centro comercial que visitábamos era el que estaba en Lima.
-¿De verdad? ¿Por qué? —quiso saber dando dos mordiscos seguidos a su fruta.
-De verdad, Westerville no tenia uno, bueno digamos que uno decente —explico la Mamá de Blaine mientras alistaba un par de tazas y ponía de aquellas galletitas en un plato— así es que con tu Papá te llevábamos allá, lo mismo que tu hermano.
-¿Cooper?.... ¿me estás diciendo que mi súper extra egoísta hermano paseaba conmigo en un centro comercial?
-Bueno, tanto como pasear —dijo la Señora Anderson moviendo las bolsas de té a medida que las desenvolvía y las ponía en las tazas— pero si te llevo unas cuantas veces.
-No lo puedo creer…
-¿Por qué?
-¡Por que el me odiaba! —exclamo en medio de un mordisco.
-¡Ay cariño!… eso no es verdad, Cooper nunca te odió, creo que la diferencia de edad entre ustedes fue lo que los distancio, pero odiarte nunca… ¡es imposible odiarte! —exclamo pellizcándole la mejilla.
-Gracias Mamá…—dijo Blaine un poco avergonzado de que su Mamá lo siguiese viendo como un pequeño de cabello revuelto.
-Por nada… el asunto es que íbamos y punto… ¿Qué? —pregunto al ver que Blaine se quedaba medio pensativo.
-Nada, es que pensé que tal vez si íbamos constantemente a aquel centro comercial, es bastante probable que haya visto a Kurt en alguna ocasión…
-¡Ay cariño!... —dijo la Señora Anderson poniéndose una mano en el pecho como desbordando emoción— como un Klaine pequeñito…
-¿Qué?... ¿Cómo sabes sobre eso?
-Lo sé todo, te lo dije una vez…. y lo que no sé, me esfuerzo hasta averiguarlo—sentencio quitándole la manzana para dar paso al té.





Julio de 1999


-¿Entendiste lo que te dije “Squirrel”?
-Si lo entendí….
-Haber, repítemelo —pidió Cooper a su hermano menor en medio de uno de los pasillos del centro comercial “Lima Mall”
-Debo quedarme en esa tienda de allá, no hacer desorden y esperarte hasta que llegues —dijo Blaine apuntado una tienda de juguetes que estaba dos pasillos más adelante.
-¿Y?… —agrego como si demandara la respuesta a un enigma indescifrable.
-Y eso… —contesto el pequeño encogiéndose de hombros y acomodándose la corbata de moño amarilla que vestía.
-¡Blaine!... ¿Cómo olvidas lo principal?... se supone y NO TIENES QUE CONTAR NADA DE ESTO A NUESTROS PADRES… a ver ¿Qué fue lo dije?
-Que no debo nada a nuestros padres…—respondió mientras avanzaba junto a su hermano.
-¡Contar!... ¡CONTAR NADA A NUESTROS PADRES!, tienes cero retención “Squirrel”—contesto Cooper molesto, como si un niño de casi 5 años fuera capaz de retener información como un adulto.
-Está bien… contar…—añadió Blaine poniendo diversas caras graciosas.
-Muy bien… juramento de hermano… —pidió Cooper haciendo una cruz en su pecho seguido de un escupo en su mano, la que estiro para que Blaine la estrechara y sellaran el juramento.
-¡Excelentemente! —respondió el pequeño cambiando el escupitajo del juramento por un lengüetazo en su pequeña palma, miro a su hermano hacia arriba y le estrecho la mano de vuelta.
-Perfecto… vamos a la tienda entonces…
-¿Qué vas a hacer Cooper?
-Nada que te importe…
-¿Por qué no me importa?
-Porque eres una ardilla fastidiosa que debería estar juntando nueces para el invierno o en su cuarto viendo videos de Disney y no estropeándome mi súper salida.
-¿Qué es súper salida?
-Algo súper especial… —respondió Cooper como quien dice cualquier cosa mientras echaba un ojo a su peinado en todas las vidrieras por las que pasaba.
-Excelentemente… —repitió Blaine sin entender nada.
-Muy bien —dijo Cooper agachándose para quedar a la altura de su hermano menor, lo cogió por los hombros y lo acerco un poco a él— aquí está la tienda, tienen más juguetes de los que tienes en tu cuarto, por lo que no te aburrirás, yo tengo una cita… ¿sabes lo que es una cita?
-¿Una reunión con un doctor?
-No “Squirrel”… me mata tu mente tan limitada —respondió soltando una risa— me voy a encontrar con una chica, es una compañera de escuela y quedamos de vernos aquí… ya sabes, iremos al cine y agarrare todo lo que se pueda una vez que se apaguen las luces…
-¿Por qué la vas a agarrar?
-Porque es lo que hacemos los chicos con las mujeres bonitas, cuando crezcas y te toque hacerlo lo sabrás… —dijo desordenándole el pelo.
-¡No Cooper!... —se quejo Blaine arreglándose de nuevo el peinado.
-Lo siento… ¿harás lo que te pedí?
-Lo hare… —contesto Blaine enchuecando su boca y moviendo su cabeza como si su cuello se hubiera vuelto de plastilina— ¿Qué película vas a ver?
-“Runaway Bride”, una “chick flick”, pero ideal para que me dejen… ya sabes —explico Cooper moviendo sus manos como si tomara un melón.
-¿”Chick”?… ¿qué?
-¿No sabes nada?, ¿verdad?... da lo mismo… espérame Blaine… ¿de acuerdo?, si te pierdes no se qué haría…
-¿Te pondrías triste?
-¡¿Estás loco?!, no sé qué haría con mis Padres, de seguro y me castigarían un año y me obligarían a pegar carteles con tu foto, ya… ¡entra! —dijo dándole una especie de empujón.
-¡Adiós Cooper espero y puedas agarrar en tu “chicflip”! —grito Blaine entrando en la juguetería y causando la mirada risueña de un par de clientes. Cooper se excuso ante ellos riendo también y haciendo una especie de seña cerca de su cabeza, como diciendo que aquel pequeño estaba loco y que no lo conocía, se retiro como si bailara dejando a su pequeño hermano en la tienda.
Blaine entro en al juguetería y comenzó a hurgar en la góndola de los muñecos de acción, que estaba justo al lado de la sección de disfraces, se sentó en el piso y tomo tres de los que estaban dispuestos para que los niños jugaran, ponía diferentes caras y hacia voces provocando que se pelaran entre ellos.

-Hijo… ¿de verdad no quieres nada?, tienes derecho a pedirlo, ya que te portaste muy bien en el dentista.
Kurt hizo un gesto de no, mientras se tomaba la cara.
-¿Te duele aun? —pregunto la Señora Hummel agachándose frente a él.
-Un poco… —contesto haciendo un puchero— se siente rara…
-Es porque tienes un poco de inflamación…
-¿Eso es malo? —quiso saber el pequeño Kurt acrecentando su mueca de tristeza.
-No lo es… además que nos dieron estos medicamentos que te ayudaran… —contesto su Madre enseñando una bolsa de farmacia.
-Está bien…
-Lo siento cariño… pero esa muela debía ser arreglada… ¿te imaginas y se te hubiera caído?.... no podrías comer más dulces el resto de tu vida y una vida sin dulces es una pesadilla ¿no crees? —añadió acariciándole la cara con delicadeza.
-Lo creo… —respondió el pequeño sobándose despacio.
-¿Quieres que te compre algo?... ¿un juguete tal vez? —pregunto apuntando a la tienda que tenían en frente.
-Bueno…—contesto casi llorando.
-Bueno…—repitió la Señora Hummel en el mismo tono y haciendo la mueca tierna de su hijo — ¿Cómo se llaman esos que te gustan?, ¿unos con trajes muy ajustados y que se transforman?
-Power Rangers… ¿Dónde está Papá? —pregunto Kurt al tiempo que entraba a la juguetería cogido de la mano de su mamá.
-Está en el piso de abajo, quería comprar unas cosas de auto que no se que son… ¿preferirías estar con él?
-No… solo preguntaba…
-Muy bien… veamos… aquí… figuras de acción, figuras de acción… —murmuró la Señora Hummel mientras pasaba revista a las góndolas.
-¡Mamá mira!... —exclamo Kurt apuntando unos trajes de hada con falda de tul y todo.
-¡Pero qué maravilloso!... ¿te gustan cariño?
-¡Son bonitos!... —dijo Kurt tomando uno y acercándolo a su cuerpo.
-Mira si te queda perfecto —opino con sus manos en la cintura.
-Me servirá para el ballet…—dijo Kurt entusiasmado.
-Claro que te servirá… —contesto su madre poniendo el traje sobre el cuerpo de su hijo, como para asegurarse que la talla era la correcta— pero no dice cuanto cuesta… —añadió mirándolo por todos lados— cariño, voy a hablar con la señora que esta allá… ¿no te importa quedarte aquí solo?
-No…—contesto Kurt distraído por el resto de los artículos para disfrazarse.
-¿Me esperaras un segundo aquí quietecito entonces?
-Claro que si… —dijo Kurt sonriendo y exagerando un sí.
-Muy bien… —respondió dándole un beso y un cariño en la mejilla hinchada.
La señora Hummel se dirigió a hablar con la dependienta y le echaba un ojo a su hijo de tanto en tanto, Kurt le sonreía y le hacía señas enseñándole diferentes cosas que había encontrado en la sección de disfraces. Trato de tomar un par de revistas para colorear y termino botándolas todas, rápidamente se agacho para ordenar el desastre y cuando se levanto perdió de vista a su madre.
-¿Mamá?...—dijo con timidez mirando a todos lados— ¿Mami? —repitió dando dos pasos con sus manitos cruzadas.

Blaine había armado una batalla casi campal entre Superman y Batman, incluyendo en ella al Hombre Araña, al Capitán América y Hulk tal y como si un camión de Marvel hubiera chocado con uno de DC comics y todos los superhéroes se hubieran revuelto. Levanto la vista un instante y vio a un niño medio rubio de piel blanca y ojos azules que se movía en círculos en el espacio que había entre las góndolas, lo vio llevarse las manos a la cara y se dio cuenta que parecía y estaba llorando, se tomo el pecho como si se tanteara un collar, se puso de pie y dirigió sus pasos hacia él.
-¿Estás bien? —pregunto Blaine tomándole la espalda.
-Mi mami… —respondió Kurt con su cara oculta tras sus pequeñas manos.
-¿Quién es “Nany”? —pregunto de vuelta al no entender bien lo que el chico triste le respondía.
-Mi Mami… —repitió quitándose las manos de la cara para que lo pudieran entender.
-¿Tu mami?... ¿no está?
Kurt movio su cabeza en señal de no.
-Tal vez fue al baño —argumento Blaine mirando a su alrededor— mi Mami siempre va al baño.
-¿Estas con ella?
-No, Cooper me dejo aquí para poder agarrar un “chickflip”.
-¿Quién es Cooper? —pregunto Kurt restregándose un ojo.
-Mi hermano grande… ¿tú tienes hermanos grandes?
-No… ¿Dónde está mi mami?
-Preguntémosle a un adulto, mi Papá siempre dice que debo preguntar a un adulto las cosas.
-Tengo miedo…—dijo el pequeño Kurt volviendo a ocultar su cara tras sus manos y soltando el llanto después.
-No tengas miedo… yo te ayudo… —contesto Blaine dándole un abrazo al niño desconocido— ¿te sientes mejor?
-No…
-Pero… debería funcionar… —dijo rascándose la cabeza y tocándose nuevamente el cuello como si llevara puesto un collar de cuentas.
-¿Qué cosa?
-Es un secreto… ¿Por qué tienes la cara así? —quiso saber Blaine conteniendo la respiración para hinchar sus mejillas e igualar la hinchazón de dentista que tenía su nuevo amigo.
-Porque fui al dentista… y me dolió.
-¿Quieres un chicle? —pregunto sacando un envase de goma de mascar de su bolsillo.
-No puedo comer nada… mi Mamá me dijo recién —respondió Kurt tocándose la cara.
-Yo comeré… sé hacer un globo súper grande, ¿quieres ver?
-OK…—respondió Kurt como suspirando.
-Excelentemente… —contesto desenvolviendo cuatro gomas de mascar para meterlas en su boca acto seguido. Las masco rápido y comenzó a tratar de hacer el globo del que presumiera segundos antes.
Kurt lo miraba atento como si creyera que la mandíbula del niño con grandes pestañas se fuera dislocar.
-¿”Esdas disto”? —pregunto Blaine medio mascando.
-Si…
Blaine comenzó a exhalar aire y un globo color rosa, que crecía en tamaño de manera increíble se asomo entre sus labios. A pesar del empeño, que lo llevo a sonrojarse de puro esfuerzo, el globo termino por reventarse y cubrió toda su cara como una máscara de gasa rosada. Kurt soltó una risa pequeñita y dulce, como si su alma estuviese hecha de algodón de azúcar, Blaine pestañeo rápido y también rio del desastre, trato de quitarse el dulce de la cara y Kurt lo ayudo utilizando un pañuelo de género que saco de su bolsillo.
-Creo que no te resulto…—opino Kurt volviendo a reír.
-Parece que no…—respondió Blaine restregándose la nariz, sintiendo que tenía chicle hasta en sus pulmones.
-¡Kurt!... ay qué bueno que me esperaste aquí…
-Tú me dijiste que lo hiciera… ¿Dónde estabas? —pregunto cruzándose de brazos.
-La vendedora me llevo al otro lado de la tienda… ¿y este pequeñito hermoso quién es?—quiso saber la Señora Hummel acercándose a Blaine
-Es un niño que me iba ayudar a buscarte… —respondió haciendo un puchero.
-Su hijo estaba llorando…—advirtió Blaine en tono de reprimenda, como si fuese el más grande de los tres.
-¡Ay amor!... perdóname… pero ya estoy aquí y mira, el traje que querías y a un precio increíble— dijo al madre de Kurt meneando el empaque del disfraz de hada— ¿y tú?... ¿estás con tus padres? —pregunto mirando a los adultos de su alrededor.
-No, esta con su hermano grande que lo vendrá a buscar después de agarrar un “Chipbis”…
-¿Cómo?...
Blaine hizo un gesto de si como si la explicación dada por Kurt no requiriera más antecedentes.
-¿Quieres que lo vamos a buscar?
-No, debo esperar aquí…
-¿Seguro?, no es problema para nosotros, ¿verdad hijo?
-Verdad…
-No gracias…
-Muy bien… pero no salgas de la tienda, o podrías extraviarte, ¿de acuerdo?
-¡Excelentemente de acuerdo!
-Ok…y gracias por ayudar a mi hijo.
-De nada… adiós amigo… —dijo Blaine batiendo su mano mientras volvía a la batalla apocalíptica de superhéroes.
-Adiós niño amable…—respondió Kurt sonriéndole.




-¿Quién te lo dijo?, ¿Fue Carol verdad?
-No… ¡Burt!... —contesto en medio de una risa.
-¿Cuando?
-Cuando fuimos a cenar los seis al “Breadstix”… me conto lo que hacían los chicos de hoy cuando se emparejaban y fusionaban sus nombres, y yo recode que todo comenzó con “Brangelina” hace ocho años
-Claro… pero volviendo al tema… ¿no crees que es posible?
-¿Qué cosa hijo? —pregunto su madre comiendo galletas.
-Lo de yo y Kurt encontrándonos de casualidad.
-Claro que si… tal vez mas de una ocasión nos encontramos con él… ¿te imaginas?, nosotros contigo de la mano y Kurt con sus padres. ¿Cuán dulce es eso?, ahora… —agrego al Señora Anderson tomando la tetera de la cocina y vertiendo agua en las tazas— necesito que me cuentes todo, TODO lo que tienes en mente para tu boda.
-No tengo nada en mente —respondió haciendo un gesto de alto a la cantidad de agua que su Mamá pretendía verter en su taza.
-Blaine Devon Anderson, ¿Cómo es eso posible? —dijo sirviéndose ella misma.
-Pues lo es… con Kurt no hemos hablado mucho de detalles…
-¿Y de que hablan? —pregunto curiosa tomando su taza con ambas manos, como si estuviera en una expedición en la fría Patagonia.
-¡Mamá!... no lograras que te diga nada… te lo advierto —dijo Blaine dando un sorbo.
-Ay… hijo cuéntame un poquito… así... —dijo haciendo un gesto de algo pequeñito con sus dedos.
-Pues no te contare nada, además ya te dije que me voy a New York mañana, debo hacer mi bolso, un par de deberes y luego conectarme para hablar con Kurt… —explico Blaine bebiendo mas té.
-¿De qué?...
-¡Mamá!... —insistió el chico sonriendo y negando con su cabeza— Ok, solo te diré que hablamos de todo, desde estupideces hasta cosas… privadas, pero es tan maravilloso, es increíble en realidad— añadió moviendo su cabeza como si quisiera convencerse que no estaba en un sueño.
-Pues me alegra y no existen pláticas estúpidas, lo que es estúpido es no hablarse, así es que me alegro por ti, pero eso no quita que debamos planear la boda.
-¡Ya habrá tiempo de planear!... —exclamo Blaine levantándose y cogiendo un par de galletas— ahora debo hacer cosas, gracias por la charla, las galletas y el té…
-Te quiero hijo…
-Y yo a ti… —contesto Blaine alargando la “i”