(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

Febrero de 2036


-Hola Henry…
-Hola “Papáblen”… hola Papá… —dijo el chico saludando a sus padres y dejando su bolso y bicicleta tirados en la entrada.
-¡Henry!...—exclamo Kurt moviendo sus manos como si aquello fuera lo peor del mundo.
-Lo siento…—dijo encogiéndose de hombros y dirigiéndose a su dormitorio para guardar sus cosas.
-¡Dijo que habían decidido lo del baile!, espero y sea eso de las películas antiguas…—dijo Lizzie emocionada por el baile de su hermano, casi tanto como si fuera el suyo— ¿creen que pueda asistir?
-¿Cómo vas a asistir si es un baile de graduación?, no te dejaran entrar… —respondió Kurt atándole un delantal a Blaine a la altura de la cintura y aprovechándose para darle un agarrón en el trasero de manera disimulada— ¿Qué tal si vas a ver a tu hermanito?, lo más probable es que haya despertado con la puerta.
-¡Pero Papá!... quiero escuchar la historia del baile… —exclamo Lizzie poniendo caras y dejando caer sus brazos como si no quisiera hacer nada mas en la vida.
-La escucharas en la cena, haz lo que tu Papá te pide… ¿por favor? —dijo Blaine buscando un cuchillo en la gaveta correspondiente.
-Bien… —respondió Lizzie y entre rezongos se fue al cuarto de Noah.
-¡Si está despierto lo traes para que nos acompañe!...
-Creí que ya había cenado…
-Ceno..pero me gusta que nos acompañe… ¿Qué crees que le sucederá a Henry? —pregunto Kurt con las manos en sus caderas.
-¿Cómo sabes que le pasa algo?... acaba de llegar —respondió Blaine sacando tres fuentes de debajo del fregadero.
-¡Vamos!... conocemos todas sus caras, y esa… —dijo Kurt apuntando hacia el cuarto de su hijo—  no es una cara muy feliz que digamos.
-Cuando vuelvas le preguntas…
-¿No tendrá problemas en la escuela también?, ya estoy viendo que viene a decirnos que en vez de Arquitectura ahora quiere dedicarse a la física cuántica o algo peor.
-No creo que sea eso, además problemas en la escuela no ha tenido nunca —recordó Blaine sacando dos fuentes mas sin saber por qué.
-Eso es verdad —dijo Kurt dando un suspiro y girando sobre sus pies para entrar de lleno en la cocina— ¿está bien que me alegre que nuestro hijo sea súper popular? —agrego con cara de travesura.
-Está bien… —respondió— además está bien porque él es bueno con todos… ¿Qué cocinaremos? —pregunto con una fuente roja y otra verde a la altura de la cabeza, como si estuviera en una tienda de sombreros buscando uno que le acomodara.
-Algo que no requiera tantas fuentes, eso de seguro —respondió Kurt quitándoselas y guardándolas donde correspondía.
-¿Volvemos a lo de la pizza?
-No, creo que pasta es lo más rápido y fácil, solo hay que abrir envases —respondió comenzando a sacar conservas de garbanzos, tomates y una bolsa de la pasta deshidratada favorita de Henry y que  este denominaba “Henrydeos”, ya que la había hecho propia desde pequeño.
-¿Para que tome este cuchillo entonces? —quiso saber Blaine mirando el utensilio de cocina.
-Porque siempre hay algo que cortar,  los ajos, la albahaca y para que luzcas como un asesino en serie sexy e irresistible —respondió Kurt acercándosele y cruzándole los brazos a la altura del cuello.
-¿Irresistible? —dijo Blaine tomándolo de la cintura y ciñéndolo a él para darle un beso.
-Muy irresistible —corrigió Kurt dándole otro.
-Perfecto…—respondió dando algunos pasos hacia adelante para darle a su segundo beso más pasión de la que permitía la cocina familiar.
-¡Cocinar, cocinar, cocinar! —exclamo Kurt apartándose.
-¡Ok, Ok., Ok!…—respondió levantando sus manos como señal de inocencia, sin hacerse cargo del agarrón que esta vez él le había dado a su esposo.
-Ya guarde todo…—dijo Henry llegando a la cocina.
-¿Cómo te fue hijo? —quiso saber Blaine comenzando a cortar las hojas de albahaca de a una.
-Bien… —respondió casi sin ganas mientras se dejaba caer en la silla de la mesa de la cocina.
-¿Estas cansado? —pregunto de vuelta.
-No “Papáblen” es… no se debe ser porque estoy en ultimo año, porque tengo que decidir muchas cosas… no se… —explico Henry como si se estuviera achicando y el único soporte que le impedía caer al piso fuera el canto del mueble.
-Hijo, te dijimos con tu Papá que si querías podías esperar un año y posponer todas esas decisiones, tienes apenas 17, no es el fin del mundo si te demoras, te vendría bien un año sabático... y si tus padres te lo ofrecen deberías tomarlo, son contados los chicos que pueden presumir de eso —respondió Kurt poniendo una olla gigante en el fuego.
-Lo sé… —respondió Henry restregándose la cabeza— pero no quiero abusar.
-¡De que hablas hijo!,  afortunadamente podemos cumplirte ese capricho si así lo decides.
-Gracias “Papáblen”…
-¿Qué pasa Henry?... no estás como otros días… —pregunto Kurt sirviéndole un vaso de leche.
-No es nada Papás… no se preocupen —respondió su hijo haciendo una torre con las conservas.
-Sabes que es nuestro deber preocuparnos por ti… ¿verdad? —Insistió Kurt— además después de lo que nos conto tu hermana, es casi imposible que me asombre o me disguste algo que tenga que ver con mis hijos —agrego sin asimilar aun, el hecho de que a su hija le gustaban las matemáticas por sobre cualquier cosa.
-¿Qué le paso a “Rizzie”? —quiso saber Henry poniendo cara de preocupación.
-No es nada grave Hijo, lo que pasa es que nos conto que renuncio a todos sus talleres para inscribirse en uno de matemáticas —contesto Blaine que ahora lidiaba con dos rebeldes dientes de ajo.
-¡Ah!... eso…—dijo haciendo un gesto que minimizaba cualquier cosa.
-¿Tu sabias de esto? —quiso saber Kurt  cruzándose de brazos y ubicándose al lado de Blaine, volviendo a  su actitud de Director de Escuela.
-No…
-¡Henry!...
-Bueno… si… la pille un día sacando mis libros y me conto, además el taller de la NYU es en la tarde y yo la voy a dejar y a… buscar —trato de explicar Henry dándose cuenta que su hermana no le había entregado toda la información a sus padres.
-¿La NYU?...—dijo Blaine mirando a Kurt mas que extrañado.
-¿Qué?... ¡no!... ¿Quién dijo eso?... ¿Estos son garbanzos? —dijo el chico haciendo como que leía la etiqueta de la conserva de legumbres, todo con el afán de cambiar de tema.
-Henry Anderson Hummel… ¿Qué está sucediendo?, porque si me dices que estas ayudando a tu hermana para que, entre otras cosas nos mienta de manera descarada, soy capaz de quitarte todos tus privilegios en esta casa…¡y a ella también!
-Kurt…
-¿Qué?... ¡Blaine!... se pusieron de acuerdo para mentirnos… ¿Cómo quieres que reaccione?
-Papá… no te enojes, yo se que estuvo mal, pero no es tan grave, yo la voy a buscar y a dejar con mis amigos, no hay peligro alguno, además se supone que debemos apoyarnos y confiar entre nosotros, tú me lo enseñaste desde que tenía cuatro años.
Kurt se quedo con los brazos cruzados mirándolo un buen rato y pensando que poniendo la mentira de lado era casi maravilloso y digno de un premio gigante, cuanto se apoyaban entre si  sus hijos mayores.
-¡Miren quien despertó! —exclamo Lizzie llegando a la cocina con Noah entre los brazos. El pequeño venía aplaudiendo y riendo por las caras que su hermana mayor le ponía, sin tener idea del reto que le esperaba a su payaso personal.
-¡Noah!… ¿despertaste bebé? —dijo Kurt tomándolo y recibiendo un abrazo extra apretado de su hijo.
-Estaba despierto, pero lo cambie antes de traerlo —explico Lizzie sentándose al lado de Henry mientras se hacia un moño alto con el elástico de las hojas de albahaca.
-Gracias hija… y ya sabemos que tu “taller de matemáticas” es en la NYU y no en la escuela —contesto Kurt sentando a Noah en su silla de bebé.
Lizzie se puso colorada y miro a Henry casi pidiéndole explicaciones por haber revelado su súper secreto, para luego fijar sus ojos en Blaine, como buscando un aliado entre sus padres.
-Papás…
-Lizzie…—comenzó a decir Blaine de manera pausada mientras vertía los ingredientes en una olla e inundaba con aroma ajo toda la cocina— espero y ese sea el último dato que nos ocultas de todo esto.
Henry hizo un sonido como de carraspera, seguido de un gesto con su cabeza para que su hermana terminara de contar todo de una buena vez.
-Lo ultimo… es que… —agrego Lizzie tragando saliva— la Tía Rachel firmo la autorización que pedían en el Taller, no se enojen…
Kurt soltó una cantidad extra de aire y evito reaccionar enojado enfrente de Noah que no había parado de sonreír y balbucear algo que pretendía ser “Lizzie”, pero que se terminaba oyendo como “Sisi”.
-Estas castigada de por vida… ¿de acuerdo? —sentencio Blaine revolviendo la olla.
Los chicos miraron a Kurt y este se sorprendió del castigo que acababa de impartir, pensó en decirle algo al respecto pero ambos tenían el acuerdo desde que Henry nació, de no contradecirse en frente de ellos.
-¿Es lo que se supone y debo decir?... ¿o no? —dijo Blaine divertido mientras probaba lo que estaba preparando.
-¡”Papáblen”!.... ¡me asustaste! —dijo Lizzie cruzándose de brazos y haciendo un gesto con su boca de total molestia.
-Tú nos asustaste mas a nosotros con todo eso que inventaste… ¡los dos! —advirtió apuntando a sus hijos con la cuchara de madera— por lo tanto, estarán a cargo de poner y levantar la mesa para cada una de las comidas por lo menos un par de meses
-¡Y de lavar los platos! —agrego Kurt que se había puesto de pie en busca del abrelatas.
-Lo siento…de verdad…
-Nunca más Lizzie —dijo Kurt mientras le entregaba a Blaine la lata de tomates abierta, lo mismo que la de garbanzos.
-Nunca… nunca, nunca, nunca…—repitió Lizzie rápido y casi sin respirar— ahora… Henry cuenta lo de tu baile… ¡¡¡por favor!!!!
-No hay nada que contar hermana —respondió el chico instalando los individuales en cada puesto.
-¿Cómo que no?... ¿no decidieron el tema?…  ¿creí que estabas a cargo del comité que decidía todo? —insistió la chica poniendo los cubiertos en cada puesto.
-Lo estoy… pero… no quiero hablar de eso.
-¿Sucede algo Henry?... ¿no quieres ir al baile? —quiso saber Kurt mientras vertía la pasta al agua hirviendo.
-Si quiero ir Papá, no es eso… es…—respondió poniéndose los platos en la cara como si sintiera vergüenza por algo.
-¿Qué?...
-No sé como invitar a alguien…—dijo por fin haciendo un gesto.
-¿Tú no sabes cómo invitar a una chica?... —pregunto Lizzie poniendo los vasos.
-No a una chica…a alguien… —corrigió Henry sin decir el nombre de la chica que le gustaba.
-¡Invita a otra entonces!... todas esperan que las invites tu.
-¿Henry?... ¿eso es cierto?—quiso saber Blaine acercándose a su hijo con la cuchara en la mano.
-No lo sé…—respondió disimulando.
-¡Por favor!... claro que lo sabe… todos los días está hablando con una chica diferente en los pasillos, yo lo he visto —sentencio Lizzie comenzando a jugar con Noah y con los trozos de manzana que Kurt había puesto enfrente de él.
-¡Oye!... yo te guarde un secreto un montón de tiempo y tu ahora vas y sueltas todo sin que te presionen siquiera.
-Lo siento —dijo la chica poniendo cara de circunstancia divertida.
-¿Es verdad entonces? —pregunto Kurt sonriendo, medio orgulloso de que su hijo además de popular fuera un galán irresistible para las chicas.
-¡Esta Bien!... es verdad… pero no crean que soy vanidoso o algo así… las chicas se me acercan no puedo hacer nada… además la única que quiero que se me acerque no me da ni la hora —dijo sentándose de un solo golpe.
-Entonces acércate tu a ella… dudo que te rechace.
-No lo sé… “Papáblen”… y no me rechaza, hablamos y coqueteamos, pero, creo que me ve como su hermano o algo…
-Si no eres directo nunca lo sabrás… los muchachos siempre creen que si se nos acercan reaccionaremos como brujas o algo peor… ¡es lo único en lo que piensan!... bueno en eso y en deportes —dijo Lizzie como si fuera la mas experta de los cuatro.
-¡¿Tu que sabes?! —exclamó Henry soltando una risa.
-Lo se y punto…—sentencio la chica enseriándose.
Kurt sonrió y miro a Blaine, ambos pensando en lo inteligente y divertida que era su hija, resultaba casi imposible disgustarse con ella.
- “Papáblen”, ¿Cómo fue que invitaste tu al Papá a los bailes?
-¡Ah!... en eso te equivocas —dijo Blaine volviendo a la olla— tu Papá fue quién me invito a  los tres bailes que fuimos en nuestra historia.
-¿De verdad?—dijo Henry, mirando a Kurt extrañado.
-¡Mentira!— exclamo Lizzie soltando una risa.
-¡Oigan!...—profiero Kurt como defendiéndose— ¿Qué opinión tienen de su padre?... por supuesto que yo lo invite y estoy orgulloso de aquello —agrego acercándose a Blaine y dándole un beso.
-Y yo…—dijo Blaine sonriendo y respondiendo con otro con sabor a salsa.
-¿Viste?—dijo Lizzie dándole un golpe a su hermano — si el Papá pudo tu también.
-Son cosas diferentes “Rizzie”
-¡No lo son! —insistió sentándose sobre la mesa.
-Miren, no quiero hablar de esto… ¿de acuerdo? —termino por decir Henry levantándose tan rápido que boto la silla y el ruido repentino hizo que Noah se asustara y comenzara a llorar.—lo siento…—agrego retirándose a su cuarto.
-¡Hijo!...
-Iré a habar con él… —dijo Kurt tomando a  Noah y entregándoselo a Blaine— Lizzie, ¿cuelas la pasta por favor?
-Seguro…—respondió la chica bajándose de un salto.

-¿Henry?... ¿puedo pasar?
-Claro… Papá lo siento, ¿Noah está bien?
-Lo está, ya sabes que es más asustadizo que un gato, pero tu Papá lo tomo y se calmo de inmediato… no te preocupes… ¿tu estas bien? —dijo Kurt sentándose junto a él en el final de la cama.
-Si… no quise hacer una escena… lo siento —insistió el chico revolviéndose el pelo.
-No te preocupes, además si hablamos de escenas, yo soy el que les gana a todos en ese aspecto —respondió moviéndose hacia él como dándole un empujón fraternal.
-Claro…
-Hijo… los bailes se supone que son para disfrutar, si no quieres ir, está bien, pero es tu baile de graduación, podrías lamentarlo en el futuro.
-No es que no quiera ir…es…—dijo echándose hacia atrás con tanto impulso que su cuerpo produjo una especie de rebote en el colchón que movió también a Kurt, como una onda expansiva en un terremoto.
-No sabes cómo invitar a la chica que quieres… ¿Quién es esa misteriosa mujer?
-Es Amelia…
-¿Amelia?... ¿tu amiga?
Henry hizo un gesto positivo y se tapo la cara con uno de los cojines.
-¿Desde cuándo te gusta?...
-Desde siempre… —respondió Henry tras los cojines.
-¿Le has dicho algo?
-¡Que!... ¡obvio que no!...
-Sabes que cuando conocí a tu papá, lo ame de inmediato… pero tal como tú y Amelia nos hicimos los mejores amigos, y como tales la honestidad era lo primordial.
-Pero no te sirvió de nada, tú me contaste que él te dijo que no y que prefería ser tu amigo… yo  no podria soportar esa clase de rechazo.
-Lo sé… pero lo importante es que fui honesto con él, y superando el mal rato que pase aquella vez… Blaine termino por agradecérmelo… y sabes bien como terminaron las cosas para ambos —dijo Kurt sonriendo— la incomodidad dura solo algunos segundos, y si te atreves puedes terminar con una hermosa historia de amor entre tus manos.
-¿Cómo se lo pediste al “Papáblen”?, lo del baile me refiero.
-A ver…—dijo Kurt como si no recordara en detalle cada uno de los episodios que había vivido en la historia de amor con su esposo— al primer baile, lo invite a un restaurante que había en Lima y allí se lo propuse, lo tome de la mano y le dije “Blaine Warbler, ¿quieres ir al baile conmigo?”
-¿Dijo que si de inmediato?
-Por supuesto… estaba loco por tu Papá.
-¿Qué hay del segundo?
-El segundo fue el baile de mi graduación y se lo pedí mientras estábamos en la cama…
-¡Menor de edad!... ¡menor de edad en el cuarto! —exclamo Henry carraspeando y hablando como una sirena de barco.
-Evitare los detalles escabrosos…
Henry sonrió incorporándose, se quito los zapatos y cruzo sus pies sobre la cama, a diferencia de su hermana, él era extra cuidadoso y ordenado con sus cosas.
-Tu “Papáblen” había llegado tarde porque casi al final de aquel semestre se quedo ayudando a un amigo a estudiar, me despertaron sus pies fríos y nos quedamos conversando un rato, allí le pregunte si quería ir al baile de graduación conmigo y me dijo que si —explico  Kurt dando una mirada hacia afuera del dormitorio de su hijo,  como si aquello hubiera sucedido hace dos días.
-Qué bonito Papá…
-Lo es… aunque si lo piensas, no tenía otra opción, o decía que si o corría el riesgo que lo botara de la cama.
-Gracias por contarme esto Papá—dijo Henry soltando una risa encantadora.
-Por nada hijo… y sé que tú eres diferente y que la historia de tus Padres no será la misma que la tuya, pero si eres honesto… todo saldrá bien, eso es algo que puedo prometerte… ¿Qué tal si la llamas?
-¿Ahora?
-Claro…—dijo tomando el teléfono de su hijo— ¿Qué es esto?, parece un gran pepinillo—agrego mirando la foto  de un edifico que tenia Henry de fondo de pantalla en su teléfono.
-Es el “Gherkin”, de  Norman Foster, se supone y es una de las creaciones mas impresionantes de este siglo.
-Si tú lo dices… tú y los edificios, creo que debí saber que no querrías nada con la actuación y las canciones desde que comenzaste a construir cosas con todos tus juguetes.
-Tal vez Noah siga por esa senda… siento no ser yo.
-No hijo, lo importante es que seas feliz, ya rodeado de ladrillos o de números como tu hermana… y apropósito de ella,  creo que la “mentirosilla” tiene razón cuando dice que lo peor que puede pasar es que Amelia te diga que no.
-No te enojes con “Rizzie”, tenía miedo de defraudarlos… es todo.
-Lo sé… pero la hare sentir culpable un par de días para que no vuelva a mentirnos… y hare lo mismo con Rachel por no haberme dicho nada, y lo mismo debería de hacer contigo por seguirle la corriente—aseguro apuntándolo.
-¡Te juro que trate de no hacerlo!, pero es muy persuasiva…
-Lo sé… es igual a tu Papá —dijo Kurt pensando en todas las veces que Blaine solo sonriéndole, terminaba convenciéndolo de todo— ahora llama a tu amiga… después vienes a cenar.
-¿”Henrydeos”?
-¡Claro que sí!…
-Gracias Papá…
-Por nada…—dijo Kurt dándole un beso en la cabeza.
-Cuando termine les cuento como me fue—señalo Henry comenzando a buscar el numero de Amelia.
-¡Eso espero!... mira que tu hermana ya nos tiene locos con querer saber los detalles de tu baile —respondió Kurt saliendo del cuarto de su hijo meneando sus manos como señalando demencia.
-¡Papá!...—exclamo Henry antes de que Kurt cerrara la puerta del todo.
-¿Si?— dijo asomándose.
-Gracias… otra vez.
-Te amo hijo…
-Y yo a ti Papá…

Junio de 2012

-Dame un beso… Kurt…—pidió Blaine casi en un susurro, que luego convirtió en un quejido de cansancio placentero y varonil como si terminar de amar a su novio, le hubiera restado todas sus energías y necesitase su dulce boca para darle nuevos bríos a todo su cuerpo.
Kurt no dijo nada y lo miro un segundo, le quito el sudor de la frente con una mano y se lo esparció en los rizos cerca de la oreja, trepo en él un resto y  con su boca le rozo el pecho, el cuello y el mentón. Los labios deseos de Blaine se movieron como si besara el aire, la espera por el beso que pidió era tan angustiante como placentera. Volvió a mirarlo un instante y dejo que sus alientos se mezclaran unos segundos, su dentífrico de menta y la goma de mascar de fruta que expelía el de Blaine hicieron una combinación única y deliciosa. Lo miro de nuevo a los ojos, hasta que finalmente sonriendo lo beso tomándose su tiempo, como si nada mas existiera a excepción de los labios de su novio. Dio un suspiro  e hizo con su cuerpo un ademan gozoso y feliz.
-Gracias…—dijo soltando un gemido de satisfacción.
-Es un placer Blaine Anderson… —respondió acomodándose sobre su pecho.
-Tu piel es el mío…—contesto Blaine recorriéndolo entero.
-Eso fue muy sexy…
-Lo sé…—admitió sonriendo.
-Eres tan lindo…—dijo Kurt mientras le  dibujaba el perfil con uno de sus dedos
-¡Las chicas son lindas! —rectifico en medio de una risa.
-Bueno, podemos decir entonces  que tú… —dijo Kurt apuntándolo en el centro del pecho —eres el primer hombre lindo de todo Ohio… ¿Qué tal eso?
-Me parece excelente —respondió Blaine dándole un beso.
-¡Mírate!... tus orejas son tan pequeñas y redonditas, que las bañaría de azúcar y me las comería sobre un “baby cupcake”—dijo tomándole ambas orejas con los dedos de cada mano, como si Blaine fuese un cachorro que necesitara relajación.
-Si te las comes no podre escuchar… —reclamo Blaine acariciándole el pelo.
-Me asegurare de dejar tu canal auditivo libre e intacto…—afirmo Kurt dando un vistazo a cada oreja, como si en realidad la posibilidad de bañarlas de azúcar y comérselas, fuera algo plausible— además, esto también es digno de ser comido —agrego apuntando la pequeña sinuosidad que se le formaba entre el mentón y el cuello — ¿Cómo se llama esta parte?
-Creo que se llama cuello…
-¡No!... sabes que no… —exclamo Kurt poniendo cara y voz de niño malcriado.
-No se… ¿”barbilla”?
-Tampoco, esta es la barbilla—dijo acariciándole el mentón— esto… esto tiene otro nombre… ya lo recordare… por lo demás, es exquisita, llámese como se llame —añadió Kurt moviéndose un poco para sentirla entre sus dientes.
Blaine soltó una risa y se retorció un poco de puro placer.
-Estas muy zalamero Kurt Hummel…
-Y a ti te encanta…—aseguro haciendo una especie de movimiento sobre su novio con todo su cuerpo, como si se acomodara en un colchón particularmente mullido.
-Es verdad… pero yo en respuesta a todo eso, me veré en la obligación de  comer tu nariz —aseguro Blaine de vuelta, irguiéndose un poco para darle un mordisco pequeño y suave en la punta.
-Tendrías bastante que comer…—dijo acomodando su cabeza en el cuerpo de Blaine a la altura del ombligo y pensando que nadie tenía mejores conversaciones de alcoba que ellos.
-Siempre dices eso, yo creo que tu nariz es perfecta…
-Perfecta para un pingüino, no tiene nada de perfecta—dijo restregándosela, como si ese movimiento la disminuyera en tamaño—… ¿puedo preguntar mejor sobre lo que me has estado ocultando desde el día que me hiciste las galletas?
-¿Qué cosa?
-¡El viaje New York!... ¿o te arrepentiste?
-No, por supuesto que no… —respondió acariciándole el pelo— solo tengo que resolver unas cosas antes.
-¿Qué cosas? —quiso saber Kurt apoyando su codo en el pecho de Blaine, para luego dejar descansar su cabeza en su mano.
-Cosas…
-¿Te harás el misterioso conmigo?, porque te advierto, tengo métodos muy efectivos para hacerte hablar —advirtió Kurt metiendo su mano por debajo de la sabana y los cobertores
-¿En serio? —dijo Blaine soltando una risa al sentir la mano bajando por su panza— ¿quieres torturarme Kurt Hummel?
-Seria un placer… ¿Qué fue eso? —quiso saber Kurt al escuchar un ruido como de un oso rugiendo dentro de la panza de su novio.
-Eso, al parecer es mi estomago… —dijo sonriendo mientras recorría la espalda de Kurt a la altura de la cintura y se deleitaba con la hendidura que hacían sus músculos en su espalda baja, justo por encima del trasero.
-¿Te suenan las tripas? —pregunto incorporándose.
-Al parecer si…
-Tal vez… —dijo Kurt  comenzando a bajar por su pecho— lo pueda arreglar con mis besos —agrego bajando aun mas y provocando pequeñas risas en Blaine debido a las cosquillas. A pesar de sus intentos, la panza de Blaine volvió a hacer un ruido, esta vez como de 3 osos grises.
-Creo que es hambre y lamentablemente no se me quita con besos.
-¿Cómo puedes tener hambre?—dijo Kurt volviendo a instalarse en el lugar sobre el cuerpo de Blaine, que  casi ya tenía su marca de propiedad inviolable— te vi comer una porción extra grande de papas fritas luego del concierto —aseguro haciendo un gesto como de nutricionista impactado.
-Primero —dijo corrigiéndole la posición del flequillo— no era una porción extra grande, segundo fue antes del concierto y tercero, la música de Michael Jackson siempre me da hambre.
-¿Desde cuándo? —dijo Kurt riendo
-¡Desde siempre!
-¡Estas Mintiendo!... ¿y cómo se que estas mintiendo?, porque tu cara lo dice todo, además Michael Jackson, “The Inmortal World tour”, fue tu idea... ¿para que la sugeriste si te provocaba desazón?
-No dije desazón, dije hambre… son cosas diferentes…
-Eres la primera persona que el “Cirque du solei”, le provoca hambre, aunque creo que  a Mercedes y a Santana les provoco lo mismo, las vi ir tras el carro de churros antes de despedirnos en  el estacionamiento.
-¿Viste?... ellas me comprenden, además conducir desde Columbus hasta aquí… es bastante agotador.
-No se noto su cansancio Señor Anderson —dijo Kurt en tono sexy.
-¡Ah!... eso es porque tú —contesto Blaine abrazándolo y dando un giro en la cama para quedar sobre él— me haces olvidar todo, incluso el cansancio.
-Gracias… además de lindo, eres muy dulce… y yo también te comprendo y es justificable tu hambre por todas las piruetas y vueltas que dan los actores… con David lo comentamos cuando fui al baño —explico Kurt riendo mientras le acariciaba la frente.
-¿Con quién? —pregunto arrugando el entrecejo.
-Con David, me encontré con él cuando iba al baño, también estaba en el Show, al parecer estaba con alguien, porque lo vi muy cerca de…
-¿De qué David estás hablando? —interrumpió ya imaginándose de que “David”, Kurt estaba hablando.
-Del único David que conozco…
-¿De mi ex compañero de Dalton?... ¿de ese David?
-¡No!...—exclamo mientras se ponía una mano tras la cabeza y con la otra le dibujaba garabatos a Blaine en el pecho— ¿Por qué habría de hablar con él?, apenas lo conozco, estoy seguro que ni siquiera me recuerda—agrego sonriendo.
-¿Entonces?—insistió.
- Karofsky…
-¿Qué?, ¿dónde estaba?—quiso saber Blaine apartándose un poco.
-Estaba en la fila de la tienda de recuerdos, se iba a comprar una camiseta o un vaso para bebida con el logo del show… pero en realidad no me acuerdo.
-Kurt…
-¡Lo sé!... no sé cuál es el afán de la gente de comprar camisetas y cosas que recuerden algo que ya vivieron es bastante raro, pero el asunto es que me vio que iba camino al baño y me saludo y nos quedamos hablando… cuando nos despedimos me grito algo sobre New York, algo como estudiante.. o estandarte… no se —dijo divertido y sin darle importancia a lo ocurrido.
-Dijiste que te habías demorado por que en el baño había una fila… —dijo Blaine levantándose y sentándose en la cama.
-¡La había! —exclamo arreglándose el pelo— ¿qué estás haciendo? —pregunto incorporándose del todo al ver que Blaine se sentaba en la orilla y se ponía el pantalón del pijama y la camiseta de él sin darse cuenta
-Voy a tomar agua…
-Tengo una botella justo allí —dijo Kurt señalándole una que mantenía en el mueble a un costado de su cama.
-Voy a comer algo entonces… ¿tienes comida en uno de tus cajones?
-No… Blaine… ¿Qué sucede?, no entiendo… ¿te molestaste por algo?
-No Kurt… solo tengo hambre… bien lo pudiste advertir —dijo mirándose el estomago y  dándose cuenta que se había puesto la camiseta equivocada, se la quito más molesto aun y busco la propia entre el desorden de los cobertores.
-Por cierto que sí, pero ¿por qué te levantas?... podemos pedir algo —dijo estirándose para alcanzar su teléfono— y esperar aquí, no es necesario que te levantes… por lo demás no es tan tarde—agrego haciendo un gesto con su mano.
-¿Te da lo mismo si lo hago?
-¿Cómo?
-Eso… me quede o baje… ¿te importa en algo lo que haga o piense?
-Blaine… ¿de qué estás hablando?, pareciera que quieres empezar una pelea, basado en una estupidez.
-Dímelo tú… tal vez Karofsky tenga temas más interesantes y menos estúpidos para hablar—respondió Blaine encontrando su camiseta y poniéndosela al revés.
Kurt soltó una cantidad extra de aire y se rasco la cabeza un tanto frustrado, murmurando un “no puedo creerlo”
-Que no puedes creer…
-Esto…—dijo Kurt apuntado el aire— no quiero decirlo pero pareciera que…
-Pareciera que… ¿Qué?
-Que estas celoso...
Blaine lo miro un segundo y puso una cara de “¿Tu qué crees?”
-¡Blaine!... —exclamo Kurt entre risas tanto por lo nervioso que lo ponía esa situación, como por la sorpresa que le causaba que su novio sintiera celos, ya que recordando el incidente con Chandler y los mensajes, así como  la primera vez que David se le insinuara el día de San Valentín, eran contados con los dedos de una sola mano las ocasiones en que Blaine se mostraba desconfiado e inseguro.
-No te rías de mí por favor…
-No… Blaine… no me rio de ti, es solo que… disculpa pero esto  es tan ridículo que…
-¿Te parezco ridículo?
-Con la camiseta al revés… un poco —dijo Kurt tratando de aliviar el ambiente y apuntándole la etiqueta que le sobresalía a la altura del cuello— ¿Cómo pasamos de estar hablando de comernos entre sí a comenzar a discutir por una estupidez?—agrego aguantando una risa.
Blaine se quito camiseta mas ofuscado que antes y trato de ponérsela bien, pero se confundió entre el orificio del cuello y el de la manga unas tres veces.
-Estas entendiendo todo mal y me refiero a la situación… no es que esté pensando que eres estúpido o algo así—se apresuro en decir al ver que Blaine se aprontaba en contestarle algo.
-¿Por qué hablas con él entonces?—dijo dejándose caer a los pies de la cama.
-¿Qué quieres?, ¿que no hable con nadie?
-No he dicho eso…
-Es lo que parece—murmuro Kurt por lo bajo echándose hacia atrás en las almohadas mientras se cruzaba de brazos— David me da lo mismo, me distraje unos segundos hablando con él… ¿es tan malo eso?
-Te dije que me molestaba que hablaras con él —respondió, con una mano se desordeno los rizos y con la otra hizo un gesto como pidiendo explicaciones— desde la primera vez que él te “distrajo” —agrego haciendo las comillas con sus manos cuando se refería  a la distracción.
-¿De qué estás hablando?
-¿Tengo que recordarte lo de la fiesta de Sugar?... todo el asunto de los dulces, las tarjetas y los trajes de gorila —respondió enumerando con sus dedos todo lo ocurrido.
-¡Eso fue hace casi cinco meses!...—exclamo Kurt levantando sus brazos.
-¿Y?... eso no cambia el hecho de que está enamorado de ti —insistió Blaine frotándose las pantorrillas, como si quisiera buscar en sus manos el  confort para sus inseguridades.
-No está enamorado de mi Blaine… está confundido… ¿debo recordar el hecho de que?… ya sabes…—dijo Kurt moviendo sus manos como si sentenciara  a alguien a muerte por guillotina.
-Claro…confundido, igual que el tal  Chandler…
-¡Demonios Blaine!... no podemos seguir teniendo la misma discusión una y otra vez… ¿no te cansa?
-¿Perdón?...—dijo levantándose para mirarlo a la cara— ¿eres la misma persona que saca a Sebastián cada tres segundos?
-Eso es diferente…
-¿Cómo va a ser diferente Kurt?
-¡Lo es!... primero porque Sebastián es el hijo del anticristo en persona y segundo tú eres más atractivo que yo, lo que hace que todo el mundo te desee, por lo tanto mis celos tienen una justificación probada…—sentencio apuntándolo.
-¿Qué hay de él?
-¿De quién? —dijo Kurt entornando los ojos como aburrido de algo que no acaba nunca.
-De Karofsky… tú… tú me contaste que del primero de quien te enamoraste fue de Finn, porque era atlético, estaba en el equipo de futbol y creías que podía levantarte en una pradera como en “The Sound of music”
-OK, ahora sí que creo que en vez de en esta cama estamos en el “DeLorean”, eso fue hace…—Kurt empequeñeció los ojos tratando de sacar la cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que todo aquello de Finn había sucedido— ¡da lo mismo!, fue hace siglos y no estaba enamorado de él, me sentía atraído que es diferente y después el se convirtió en mi hermano, por lo que seguir con eso habría sido bastante inapropiado, a no ser que estuviéramos viviendo en “El Paso” o en alguno de esos estados sureños medio incestuosos.
-Aun así… Karofsky es de ese tipo…—dijo medio sentándose en la cómoda del costado.
-¿Qué tipo?
-No se… fornido… más alto que yo…—respondió Blaine encogiendo un hombro
-¿Y eso es algo importante para ti? —quiso saber Kurt sintiendo que se derretía de ternura por su novio que a esa altura se sentía casi de medio metro y pensando que solo podría buscar trabajo en el Banco “Gringotts”
-¿Lo es para ti?
-¡No!... por supuesto que no… además los jugadores de Soccer de Europa son fornidos, David es más bien redondo, si le pusieras una corbata verde y le dieras una cesta de picnic sería igual al Oso Yogui.
Blaine soltó una pequeña risa y se concentro en sus pies descalzos.
-¿Todo es una broma para ti?
-No todo… alguna cosas… y es porque soy feliz… pregúntame porque soy feliz…
-¿Cómo?... ¡Kurt!
-¡Vamos!, me lo debes, luego de esta locura que te dio…—dijo Kurt moviendo sus manos.
-¿Tratas de arreglar las cosas?... ¿o?...
-Pregunta… “¿Por qué eres feliz Kurt?” —insistió en voz baja como si soplara la respuesta de la pregunta 100 en una prueba.
-Esta bien, ¿Por qué eres feliz Kurt? —repitió Blaine moviendo su cabeza de un lado a otro.
-Porque estoy contigo —respondió sonriendo y recibiendo una tímida mueca de alegría de su novio. Dio un suspiro y se levanto de la cama, se envolvió con una de las sabanas la cintura y se acerco a él— soy feliz porque te amo, y porque me gane el mejor de los premios y me quede con Blaine Anderson… por eso soy feliz —concluyo poniéndole las manos en la panza.
-¿Qué hay de esos otros muchachos? ¿seguirás hablando con ellos?— pregunto mirándolo de medio lado.
-Bueno, Chandler no tengo idea donde está y ni siquiera me importa…
-¿Y David?
-No dejare de hablarle, no es mi amigo pero él siente que yo soy el suyo… y siendo dos víctimas del acoso escolar creo que entendemos bien como se siente… ¿verdad?— dijo pegando su cuerpo al de su novio que le hizo un gesto positivo con su cabeza y mostraba cada vez menos resistencia— pero si puedo prometerte que hablare con él solo si tu estas presente… ¿te parece?
-¿No te importa que yo no sea tan alto como él?
-Eres como 6 centímetros mas bajo que yo… además, como dijeran en esa serie que me obligas a ver… te amaría aunque midieras 5 centímetros —dijo Kurt figurando aquel porte con dos de sus dedos.
-¿Me cargarías en tu bolsillo?
-Mejor confeccionaría un bolsito y te llevaría conmigo justo aquí —respondió Kurt apuntando su corazón,
-OK… lo siento…—dijo Blaine mirándolo por fin y sintiendo como siempre que los ojos de Kurt lo atrapaban cuando creía que estaba cayendo al vacío.
-Está bien… pero debo confesar que me hace sentir medio invencible cuando te pones celoso.
-Yo me siento pésimo…—dijo Blaine dándole un abrazo.
-Lo sé… y siento no haberte dicho las verdaderas razones por las que me demore, prometo no volver hacerlo...
-Te amo…
-También lo sé… ahora… o te metes en la cama conmigo o ahí sí que me perderás para siempre… —dijo  quitándole la camiseta y  sintiéndose como describiera.
-Bueno…—respondió Blaine alzando los brazos y dejándose desvestir— no quiero eso…—agrego  dando unos cuantos pasos para besarlo con propiedad. Blaine se guardo sus celos, se apropio de la piel de su novio y lo rodeo con amor. Si la inseguridad que lo llenaba cuando se sentía amenazado  hacia que Kurt se creyera invencible, el solo contacto con sus labios, hacia que él se sintiera de la misma forma y  20 centímetros más alto, como mínimo.