(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

-Hola…
-Burt… ¿puedes hablar?
-¿Anderson?… —dijo este hablando bajo y tapando el auricular, como si quisiera que nadie escuchara a su interlocutor.
-Sí, ¿Puedes hablar?, ¿o está Kurt por ahí? —respondió Blaine, también bajando la voz.
-No está, es decir, si está en la casa pero subió a por el resto de su equipaje, anda muy raro, ¿le dijiste algo?
-No por supuesto que no… ¿tú?
-Tampoco, ¿Quién crees que soy Anderson?
-¿Alguien que me dijo que éramos muy jóvenes para casarnos?
-Se lo que dije, pero no soy de los anda delatando… cuéntame…
-Solo llamo para confirmar contigo la hora, ¿la recuerdas verdad?
-Por supuesto, solamente no se qué le diré para desviar tanto el camino al aeropuerto, ¿tenias que hacerlo en Westerville Anderson?
-Es donde nos conocimos, no podía ser en otro lugar, ¿cuento con que llegaras a la hora?
-Tu generación es la impuntual no la mía
-Gracias Burt…  por esto y por todo.
-No hay problema Anderson, estaré allí.

-¿Con quién hablabas?
-¿Cómo?
-¿Con quién hablabas? —repitió Kurt dejando un bolso pequeño sobre su maleta con ruedas, al lado de una especie de funda con gancho de ropa.
-Con… con un cliente del taller, su auto tiene problemas con el… con el “solenoide de arranque” y me comprometí a ir a verlo a su casa, al auto, no a él —dijo Burt complicándose un poco y pensando si aquel problema automotriz había sido lo suficientemente difícil para que su hijo no se interesara en averiguar más detalle.
-Pero me tienes que ir a dejar al aeropuerto…
-¿Y?
-¿No deberías descansar después?
-¿Crees que descansando se pagara la Universidad donde asistes?
-No… pero tu deberías recordar que tuviste un infarto y cáncer… son enfermedades bastante serias.
-Dímelo a mí que fui yo quien las padeció.
-¿Dónde está Carol? —dijo Kurt revisando sus bolsillos, como si se le olvidara algo.
-Salió con sus amigas, y  tú  ¿vas a viajar así de desaliñado?
-¿Perdón?  —contesto Kurt poniendo cara de quien no da crédito a lo que escucha.
-Eso, un jeans y una camiseta, no van mucho contigo, ¿Por qué no te cambias y te pones algo más elegante?
-¿Qué?... ¿más elegante?, te advierto que esta camiseta es “ZARA”, la marca preferida de la Princesa Leticia de España… no es cualquier cosa —explico acomodándosela a la altura de las mangas y la cintura— ¿olvidaste todo lo que te enseñe de realeza?
-No… pero sí creo que  es horrible, vamos, complace a tu padre, cámbiate de ropa.
-¡Papá!... no traje mas ropa que esta… —insistió apuntándose de arriba a abajo.
-Eso sí que es una mentira, tu siempre, SIEMPRE viajas con mas atuendos de los que necesitas, ve…
-¿Y qué quieres que use?
-No sé, un traje o algo… ¿Qué tal si en el avión está viajando la Princesa esa, o el Presidente de los Estados Unidos?, no querrás lucir con algo que te haga arrepentirte al momento de ver las fotos —insistió Burt tomándolo por los hombros para que girara y se devolviera por dónde había venido.
-¡Papá!...
-“Papá” nada, vamos… ese traje como de género de sillón será perfecto
-¿Cuál por favor?
-Aquel como celeste o azul… no se… te lo vi colgado en la puerta de tu antiguo cuarto.
-Es turquesa y es brocato el mejor de los géneros.
-¿Ves?, algo así no merece ir en tu maleta arrugándose hasta New York, vamos, ve  a cambiarte, tenemos tiempo.
-¿Qué sucede contigo? —quiso saber Kurt dando una mirada con el entrecejo fruncido.
-Nada… ¿porque habrá de sucederme algo?, tú me obligaste a usar ropa de colores cuando estaba siguiendo el tratamiento —advirtió Burt apuntándolo— ahora yo te obligo a ti a ponerte algo más decente que eso que llevas— concluyo entregándole la bolsa con gancho donde se suponía y estaba el traje en cuestión.
-Eso no tiene nada que ver… además escuche un poco tu conversación y juraría que dijiste “Anderson”
-Lo que dije fue “Ferguerson”, que es la persona a la que tengo que ir a ver, eres tú el que ahora que volvió con su novio anda escuchando su nombre hasta en el viento de la tarde… ¡vamos!, ¡ve!—volvió a  decir Burt dando dos aplausos y apuntando hacia el antiguo dormitorio de su hijo.
-¡Esta bien!...  me pondré este traje ultra elegante para viajar en clase turista…
-Genial…—dijo Burt tomando el equipaje para llevarlo al auto— ¿Qué? —agrego al ver que Kurt se volteaba tres veces a medida que avanzaba hacia su habitación, como si quisiera pillar a su Padre en el secreto que ocultaba.
-Nada… buscare en la guía telefónica si existe ese tal “Ferguerson”…  no creas que no lo hare.
-Pues hazlo “Sherlock”—contesto Burt sonriendo cada vez más a medida que salía de la casa.

-¿De nuevo ese tal “Ferguerson”? —pregunto Kurt llegando a la calle vestido con el traje que le indicara su Papá.
-De eso es lo que hablaba —contesto Burt guardando rápido su teléfono— pero te falta algo —añadió acercándosele.
-“Excusez-moi?” —dijo Kurt levantando una ceja y mirándose de arriba abajo como pensando que era imposible lucir mejor que eso— ¿Qué cosa?
-Esto…—dijo Burt sacando un broche con forma de corazón, extra labrado y color plata.
-¿Qué es esto?... ¿Un corazón?—dijo Kurt mirando con detención todos los detalles del broche.
-Todo lo que necesitas es amor —respondió prendiéndoselo en el costado izquierdo de la chaqueta,  asegurándose que le quedara bien puesto.
-¿De dónde lo sacaste?
-¿Te gusta?
-¡Me encanta!... es hermoso… —opino Kurt mirándose el bolsillo izquierdo.
-Pues era de tu Madre…
-¿De mamá?... ¿de verdad?... ¿por qué no lo había visto antes? —pregunto Kurt poniendo la cara de alguien que sospecha de todo.
-Porque, ella me lo dio a mí para ti y se supone y yo debía entregártelo en una ocasión especial y porque creo que a ella le hubiera gustado estar contigo hoy día.
-Ahora sí que me estoy asustando, ¿acaso sabes algo que yo no?
-Como que… —dijo Burt rodeando el auto para subirse en el.
-No lo sé…—contesto Kurt levantando un poco sus brazos y dejándolos caer de inmediato— estoy pensando que ahora que trabajas en el congreso, tienes acceso a la vigilancia antiterrorista y sabes de antemano que mi avión será usado como proyectil de guerra.
-Nada de eso…
-Ok…—dijo Kurt tratando de disimular que no sabía algo que sospechaba desde el primer minuto de aquel día.


-Mira, se que siempre tomamos la autopista para el aeropuerto, pero alguien me dijo que acortaríamos distancia si nos íbamos por las carreteras secundarias —explico Burt mientras conducía.
-Papá… puedes parar… sé que me llevas a mi “Proposición sorpresa”—dijo Kurt ya cansado de fingir que no sabía nada.
-Debí saber que sabias —advirtió Burt soltando una risa— tu eres el chico que planeo su propia fiesta sorpresa para su cumpleaños número  10.
-Esa piñata de Justin Timberlake era igual a él.
-Bueno, quien podría saberlo… ¿estas bien? —quiso saber dándole una mirada— luces como si te llevara a tu ejecución.
-No sabría decir… —respondió luego de un rato— es decir, realmente amo a Blaine, él me hace sentir tan conectado y seguro… y amado… y estoy seguro que nunca volveré a encontrar alguien que me haga sentir de la misma manera —Burt lo miro pensando que había un pero en todo aquello— pero ambos somos tan jóvenes —agrego como preocupado.
-Tu Mamá y yo nos conocimos cuando teníamos 22, le pedí que nos casáramos seis meses después… ¡Nosotros si que éramos niños!. Fue muy duro al principio, ya sabes tienes todas esas fantasías de cómo será tu vida, como reír todo el tiempo, bailar en ropa interior, cocinar pasta, sexo, mucho sexo —concluyo Burt deteniendo el auto frente  al Academia para Varones Dalton. Ambos se bajaron  por sus respectivas puertas y Burt agrego— es difícil estar casado, en especial cuando tienes veintitantos.
-Desearías que hubiera esperado.
-Ni un segundo mas, desearía haberla conocido 10 años antes, en ese tiempo no sabía que tendríamos tan poco tiempo, que nos dejaría tan pronto. Aguantaría 50 años mas de pelea por las noches sobre yo trabajando hasta tarde, o la factura del gas o que dejara que se echara a perder la leche, por 10 minutos más con ella a mi lado. Solo tuvimos  unos cuantos días, tú lo sabes más que nadie.
Kurt hizo un gesto como que aun no se convencía.
-Mira —agrego Burt rodeando el auto— siendo totalmente sincero contigo, Blaine me pregunto qué pensaba de todo esto y le di mi opinión.
-¿La que es? —quiso saber Kurt sorprendiéndose un tanto con aquella revelación.
-Mi opinión no importa aquí, eres un hombre ahora y darte una opción, tendrás que tomar una, así es que relájate, escucha lo que el hombre tiene que decir. Lo único que tienes que hacer es decir “si”, “no” o “tal vez”—dijo Burt con sus manos en los bolsillos tratando de lucir despreocupado y relajado.
-¿No hay otra opción? —pregunto su hijo haciendo un gesto como de un condenado ya entregado a su suerte. Burt soltó una risa y le dio una mirada paternal.
Kurt escucho los acordes de “All you need is love” y se acerco casi con timidez hacia la entrada de la escuela, vio salir una pequeña banda y a Blaine asomarse por la puerta más guapo y pulcro que nunca, escucho las primeras estrofas y siguió la seña que este le hizo hacia el interior del edificio. Allí se encontró con Santana, Mercedes y Rachel que lo saludaron como si supieran algo que el no, arrugo un poco el entrecejo al ver a Sebastián encabezando el baile de los Warblers, pero no le dio más importancia pues solo escuchaba a Blaine cantar para él. Continúo por el pasillo y vio a sus antiguos compañeros de Mckinley, Sam, Tina y Artie le dieron un abrazo como en una fila de protocolo.
Blaine continuaba con la serenata y no podía dejar de mirar a su novio como si fuera la cosa más hermosa del mundo. Mas chicos se unieron a la presentación del pasillo y Kurt miraba a todos y a todo sin moverse hasta que Rachel lo cogió de la mano y lo llevo hasta el salón siguiente, otra chica, que Kurt nunca había visto, lo tomo de la otra mano y se unió a un grupo de bailarines que Kurt creyó y eran los chicos de “Vocal Adrenaline” por lo impecable de su presentación.
Con su amiga atravesó el salón y llego a la escalera principal, aquella que uno de los estudiantes de Dalton le describiera “Como de caracol” la primera vez que estuvo allí espiando para “New Directions”. Paso por el lado de unos chicos de Dalton que hacían fila como enseñando el camino y vio a otros estudiantes que cantaban mediante señas, Rachel le dio un abrazo y le indico que siguiera solo.
Mientras bajaba la escalera trato de figurar como Blaine había sido capaz de preparar todo aquello, miro hacia arriba y decenas de pétalos de rosa comenzaron a caer sobre las cabezas de todos, pensó luego que nada en el mundo podría superar aquel momento jamás. Vio  aparecer a Blaine al final de la escalera seguido de todos, incluyendo a su Papá y Míster Schuester, lo miro a él y al resto, emocionado y feliz, sin siquiera recordar las dudas que había compartido con Burt minutos antes.
Cuando la canción finalizo, todos aplaudieron y se silenciaron para que Blaine dijera su discurso de proposición.
-Nos conocimos… justo aquí —dijo apuntando al escalera— tome la mano de este hombre y corrimos por aquel pasillo, y cualquiera que me conozca sabe que no soy del tipo que toma la mano de alguien que nunca ha conocido antes pero, creo que mi alma sabia algo que mi mente y mi cuerpo no sabían todavía… sabia que  nuestras manos estaban destinadas a estar cogidas una de la otra sin miedo y para siempre… es por eso que nunca se ha sentido como que te estoy conociendo, sino… —agrego subiendo un peldaño— se siente más bien como que estoy recordándote de algo, como si en cada una de las vidas que hemos vivido, y elegido volver,  hubiéramos decidido enamorarnos, una y otra vez, por toda la eternidad —agrego riendo un poco y acortando la distancia entre ambos subiendo otro peldaño. Rio de manera tan perfecta, que Kurt sintió que su corazón se le salía del pecho y caía en las manos de Blaine, para quedarse allí por esa eternidad que acababa de mencionar, comenzó a derramar algunas lagrimas y siguió escuchando aquellas palabras que se quedarían en su cabeza para siempre.
-Y me siento tan afortunado de haberte encontrado tan pronto en esta vida, porque todo lo que quiero hacer… todo lo que siempre he querido hacer, es pasar el resto de mi vida amándote.
Kurt soltó un suspiro sintiendo que se desmayaba.
-Así es que… —dijo Blaine soltando aire y tomando una caja pequeña que Sam le alcanzara desde atrás— Kurt Hummel —agrego mirándolo y poniendo una de sus rodillas en el peldaño de la escalera— mi increíble amigo, mi único y verdadero amor… ¿quieres casarte conmigo?— concluyo dejando ver el anillo, esperando por una respuesta.
Todos tomaron aire como si estuvieran viendo el final de una novela que había durado por años y la historia principal fuera a acabar en ese preciso segundo. Kurt soltó una especie de sollozo contenido y como pudo contesto que si dos veces. Todos aplaudieron y suspiraron aliviados.
Blaine subió y le tomo la cara para besarlo, Kurt lo abrazo emocionado y le respondió el beso, saco el anillo de la caja y se lo puso en el dedo, este lo miro a él y luego se miro la mano y volvió a abrazarlo, como si su vida dependiera de aquello.
-Gracias Blaine… — le murmuro al oído.
-Te amo…—le respondió este del mismo modo.
-Y yo a ti… ¡ahora déjame que le muestre el anillo a las chicas y se mueran de envidia!—exclamo entre lagrimas.
-Ok…—contesto Blaine sonriendo y soltándolo para que presumiera como quería. Lo miro otro instante y se volteo satisfecho hacia todos, quienes aplaudieron con más ganas y comenzaron a felicitarlo de a uno.
-Gracias a todos…—repitió Blaine despidiendo primero a los chicos de “Vocal Adrenaline”, luego al profesor de “Haverbrook” y a sus amigos los Warblers.
-¡Felicidades Blaine!
-Gracias Míster Schue —respondió dándole un abrazo— Burt…—dijo al ver al Papá de su ahora prometido.
-Eso estuvo más que asombroso Anderson… me alegro por ustedes.
-Gracias…—repitió abrazándolo también.
Blaine dio un vistazo a Kurt que seguía analizando la joya junto con Rachel, Mercedes y Santana y  se acerco a sus amigos de “New Directions”, todos gritaron al unísono haciendo gestos  felices.
-¡Felicidades! —dijo Kitty haciéndole un cariño en un brazo.
-¡Este es mi amigo que se casara! —grito Sam dándole unos cuatro golpes en la espalda.
-Felicidades…—añadieron  Marley  y Jake.
Ryder hizo una especie de salto y le dio la mano, Unique lo beso en la mejilla y le deseo lo mejor
-¡Eres tan joven! —dijo Artie mientras lo abrazaba
-Gracias muchachos…

-¡Maldito seas “Lady Hummel”!, ¡este anillo es espectacular! —dijo Santana tomándole la mano con un poco de rudeza.
-Gracias Santana, yo también te quiero…—contesto Kurt zafándose y mirando su dedo de nuevo.
-Sabes que te quiero “labios de chica”… y estoy feliz por ti… — añadió colgándosele del cuello.
-Te ves tan lindo —dijo Mercedes arreglándole el traje y el broche “vintage” que lucia.
-¡Y está comprometido! —grito Rachel aplaudiendo y saltando al borde de la histeria.
-¿Cómo les decimos que ya se acabo todo? —pregunto Santana mirando con recelo a los alumnos de “Haverbrook”
-No tengo idea… —respondió Kurt que seguía mirándose  la mano desde diferentes ángulos.
-Tal vez algo así como… —sugirió Rachel haciendo una señal como de degollamiento con uno de sus dedos.
-Creo que eso significa otra cosa —advirtió Mercedes al ver que uno de los chicos ponía cara como de pánico.
-Lo siento… —dijo Rachel extra modulando. El chico la miro y encogió sus hombros, le hizo una seña a Kurt como de felicitación y bajo junto con sus compañeros.
-¿No deberíamos bajar?, después de todo tu “prometido”—dijo Santana haciendo caras y resaltando el nuevo estatus de Blaine— esta allá abajo y asumo que ahora tendrán mucho que conversar.
-Eso… conversar —acoto Mercedes haciéndole a Santana un gesto cómplice que incluía un codazo por lo bajo.
-¿Quieren madurar?... regreso a New York en un par de horas, nada pasara —dijo Kurt mirándose otra vez el anillo, acercándolo a la blusa con puntos que vestía Rachel y a la camiseta a rayas azul de Mercedes luego, como si quisiese ver como se vería con diferentes colores de vestuario.
-¡Oigan!... ¡Míster Schuester nos invita la Lima Bean a celebrar! —grito Sam hacia donde estaban las chicas.
-¡¿Qué?!... —dijo Will sorprendido en medio de los gritos de todos.
-¡Muy bien Schuester! —exclamo Burt golpeándole un hombro.
-¿Qué?...  ¡NO!, yo no…
-¡Gracias Míster Schue!, es usted muy generoso —dijo Artie comenzando a salir seguido de Kitty,  Jake, Marley y Ryder que le hacían gestos con sus pulgares arriba.
-Al Lima Bean entonces… —dijo Santana arreglándose el cabello mientras bajaba acompañada de Mercedes.
-¿Estás bien?... —quiso saber Rachel quedándose atrás con Kurt.
-Excelente… ¿escuchaste ese discurso? —respondió Kurt dado una mirada de reojo a su anillo.
-Fue hermoso, mucho más que el que diera Míster Schue y mucho, pero mucho mejor que el que me dijeron a mí…
-Lo sé… —dijo Kurt sin temor alguno a parecer pedante, como si nada mas, además de Blaine y su anillo, le importaran en el mundo desde ese día en adelante.
-Pasare por alto eso… —añadió Rachel arreglándose el flequillo como si en ello estuviera su dignidad— pero lo que quiero saber es si tú estas bien con todo esto, ¿no te lo esperabas o sí? —insistió al chica comenzando a bajar junto a su amigo.
-Me lo esperaba e imaginaba, cuando volvimos, Blaine me dijo algo… y antes de salir, Papá estaba demasiado emocionado y feliz y sé que solo se pone así cuando yo logro algo o el súper tazón esta cerca y como eso es enero, pues deduje todo esto… aunque nunca pensé que sería así… —contesto Kurt poniendo su mano contra la pared, para ver como se veía la joya contrastada con el blanco de la pintura.
-¡Aquí viene el novio! —exclamo Sam apuntando a Kurt, este hizo un gesto con su cabeza como si diera las gracias por un cumplido increíble.
-Míster Schuester…  gracias por la invitación —dijo Rachel llegando abajo.
-No… yo… —trato de explicar Will mientras recibía un abrazo y un beso de la chica.
-¡Mi hijo se va a casar! —exclamo Burt sonriendo y dando un abrazo extra apretado a su hijo.
-Gracias Papá… —respondió Kurt sintiendo que se le acababa el aire por la opresión de los brazos de su Padre—  Papá… —dijo al notar que el abrazo no se acababa nunca.
-¡Ups!... lo siento hijo —dijo Burt apartándose y haciéndole un cariño en la cara— ¡al Lima Bean entonces!... ¿te vas con…?
-Con mi prometido… —interrumpió Kurt agudizando su voz y sintiéndose emocionado de nuevo.
Rachel se apresuro para alcanzar a Santana y Mercedes y decirles que se irían en el auto con Burt. Will se resigno a invitarlos a todos y salió junto al padre de Kurt hablando sobre lo que había pasado y sobre lo que venía en la escuela con el baile y las nacionales. Los protagonistas de la velada, por fin se quedaron solos.
Blaine recogió algunos pétalos del suelo y los guardo en su bolsillo,  miro a Kurt y le sonrió, y camino unos pasos junto a él en silencio hasta uno de los ventanales que daban a la salida de uno de los salones.
-Ven aquí… —dijo Kurt estirando sus brazos.
Blaine camino hacia él y se perdió entre sus brazos, llenándose  con su olor y calor de nuevo.
-¿Estás bien?... —pregunto apartándose sin soltarlo de las manos.
-Estoy de maravillas… —respondió sonriendo tan ampliamente que Blaine creyó que le veía hasta la última de sus muelas.
-¿Qué te pareció?
-Me pareció…. único y deslumbrante… como tú.
-¿No te sentiste presionado? —quiso saber Blaine crispando al nariz.
-¿Dices tú porque había mas gente que en una barata de zapatos?
-Entre otras cosas —dijo Blaine jugando con sus manos y sonriendo de nuevo.
-No… además… debo confesar que hubo un momento en que solo te vi a ti.
-¿Si?
-Así es… y no solo porque estas de amarillo cosa que no se puede pasar por alto —dijo Kurt soltando una risa y comenzando a caminar con él hacia la entrada cogido de su mano— es casi como si fueras la versión humana de Pavarotti.
-Ok… —contesto Blaine riendo— prometo no usarlo tan seguido, pero es un buen traje, además que decidí que será mi color de la suerte, porque era el que estaba usando cuando me aceptaste de vuelta de nuevo.
-Bueno, habría deseado que estuvieras de café o de verde, pero… —Blaine se detuvo y lo acerco a él tomándolo por la cintura para besarlo, estaba tan feliz que podría besarlo una hora seguida— puedes usar amarillo cuando quieras… —agrego Kurt tratando de recobrar el aire.
-Ok… —respondió mordiéndose el labio y dando otros dos besos seguidos.
-¿De qué estaba hablando?... —se auto pregunto Kurt comenzando a avanzar de nuevo.
-Creo que decías que ahora me amabas más que nunca y que retrasarías tu regreso a New York una semana… porque no podrías perderte la posibilidad de bailar con tu prometido en su baile de graduación —dijo Blaine dándole pequeñas miradas mientras hablaba.
-¡Blaine! —exclamo Kurt deteniéndose y poniendo cara de bebé con sueño.
-Lo siento… —agrego dando un beso— lo que en realidad decías, era que a pesar que exagere un poco con toda la puesta en escena, sentiste que solo me escuchabas a mi…
-Siento lo de baile pero…
-Kurt…—se adelanto en decir Blaine acariciándole la cara— no hay problema.
-¿Si?
-Si…
-Ok… y gracias… lo que decía entonces es que te escuche solo a ti… cuando dijiste todas esas palabras, ya sabes como cuando en las películas todo lo demás se ve fuera de foco, solo estábamos los dos en esta toma, y mientras hablabas en mi cabeza repasaba todo, desde que mencionaste que nos conocimos en aquella escalera, no pare de pensar que en aquel entonces encontré que eras tan guapo y sexy… y cantabas tan bien que te imaginaba inalcanzable, pero de alguna manera logre que te enamoraras de mi y  lograra todo esto, donde envidiablemente estamos ahora… te amo Blaine Anderson.
-Y yo te amo a ti…—respondió dando otro beso que a esa altura ya parecía que era para lo único que la naturaleza le había dado labios, para besar los de Kurt— y… —dijo sacando un papel de su bolsillo— para que todo sea totalmente oficial…
-¿Ya tienes nuestra licencia de matrimonio?
-No... necesitamos ir los dos para eso, es algo que me pediste, que busque, imprimí y firme —sentencio Blaine entregándole la hoja.
-¡El contrato que te impide engañarme!… —dijo Kurt riendo y leyendo el documento.
-¿Sabías que Oprah tiene documentos para todo? Es un poco espeluznante en realidad —advirtió Blaine mirando a su prometido mientras leía la hoja completa.
-Lo sabía, fui yo quien lo sugerí, ¿recuerdas? —indicó aun leyendo— gracias… —agrego mostrando el papel como prueba que ya lo había leído— pero, ¿sabes qué? —dijo rompiéndolo en dos, luego en cuatro y después en ocho pedazos— no necesito esto… con todo lo que dijiste a los pies de esa escalera tendría que tener un desorden mental para no creer que eres sincero —sentencio Kurt lanzando los papeles al aire que terminaron por caer en las cabezas de ambos.
-Mucho más impresionante que todas esas rosas —dijo Blaine mirando hacia el cielo raso a la par con su prometido.
-Blaine, en relación al baile…
-¡Olvídate de baile!
-Pero es importante para ti…
-Lo es, pero ya me había hecho a la idea que no me acompañarías… y está bien… además…—dijo acercándosele— podemos organizar nuestro propio “baile privado”, cuando volvamos a encontrarnos —concluyo Blaine dándole pequeños toques en la solapa de la chaqueta.
-No puedo decir que no a eso.
-Perfecto… ahora,  ¿tienes tiempo para ir a la cafetería? o ¿tienes que irte al aeropuerto enseguida?
-Para ti… tengo todo el tiempo del mundo.
-Ok…—respondió Blaine  sonriendo ante aquello que había  querido escuchar de ese hacia mucho.

-¿Que sucede aquí? —dijo la Señora Anderson entrando en  la cocina y notar que su hijo tenía la mesa puesta como para la hora del té en Inglaterra.
-Hola Mamá… —respondió Blaine sonriendo.
-¿Qué sucede aquí? —repitió dejando unas bolsas con compras sobre el mueble cercano al refrigerador.
-¿Qué tal tu día? —pregunto Blaine chequeando las etiquetas en los vasos de café, para asegurarse que él y sus padres tomarían los que les gustaban.
-Mi día estuvo bien, gracias por preguntar… ¿Qué sucede aquí? —insistió.
Blaine soltó una risa encantadora y continuo ordenando todo.
-Cariño… no encuentro la lata que dijiste que… ¿Que sucede aquí? —pregunto esta vez el Señor Anderson entrando en la cocina.
-Hola Papá…
-Es lo que quiero saber yo también, pero al parecer nuestro hijo se trago un payaso y solo responde con risas.
-¿Lo dices porque hoy salió vestido de amarillo? —murmuro el Papá de Blaine mirando a su esposa.
-Eres tan dulce e ingenuo… que llega a ser encantador… —respondió la Señora Anderson haciéndole un cariño a su esposo en la barbilla.
-¡Oh!... ¡qué bonito!… mis Padres acariciándose si ningún pudor delante mío… —dijo Blaine aun sonriendo— “todo lo que necesitas es amor” —agrego cantando.
Los padres de Blaine se miraron un instante y luego miraron a su hijo que cantaba a The Beatles mientras terminaba de acomodar todo.
-Blaine… ¿Qué sucede aquí?, y ¿Por qué tienes esa cara?
-¿Cuál cara?… siéntense… —dijo tomando su lugar en la mesa haciendo gestos a sus padres para que hicieran lo mismo.
Lo Señores Anderson volvieron a mirarse unos segundos y a la mueca de “no se” del Papá de Blaine, la señora Anderson respondió con una de “será pues”.
-¿Que tal tu día hijo?... “Doble Mocca”,  ¡mi favorito! —exclamo el Señor Anderson mirando la etiqueta y oliendo su vaso después.
-Lo sé… —contesto Blaine al tiempo que sumergía un biscocho en su café y comenzaba beberlo, siempre sonriendo.
-Me encantan estas galletitas...  te juro que cuando era más joven, podía viajar desde la escuela hasta Lima solo por ellas —conto la Señora Anderson comenzando a comer una— ¿Qué sucede aquí?.
-Ok… ya que lo preguntan… quiero contarles algo… me hubiera gustado que Cooper estuviera aquí también pero…
-¡Ay tu hermano!... cariño, me llamo ayer, ¿te conté?
-No…—respondió el Papá de Blaine sumergiendo sus galletas en el café, tal y como su hijo lo hacía.
-Pues lo hizo… ¿te dije a ti hijo?
-Tampoco…—contesto Blaine comiendo y bebiendo café.
-Pues ayer me llamo y está muy contento, creo que tiene la posibilidad de audicionar para una de las películas de “Los Vencedores”.
Blaine y su Papá soltaron una risotada al mismo tiempo, de la misma manera y en el mismo tono. Ambos se atoraron un poco con las galletas y soltaron un poco de café por la nariz. La señora Anderson creyó que era algo que habían ensayado toda la vida.
-Son… —trato de decir Blaine mientras se levantaba en busca de un par de toallas de papel— son “Los Vengadores” Mamá —añadió entregándole tres cuadros del papel a su Papá.
-¿Y yo que dije? —pregunto divertida.
-“Vencedores” querida, dijiste “Vencedores” — repitió el Señor Anderson sin poder aguantarse el reír de nuevo.
-Bueno… —contesto su esposa soltando aire— son lo mismo, ellos vencen de cualquier modo, ¿o no?
-Toda la razón Mamá —dijo Blaine riendo por lo bajo a la par con su padre.
-Así es cariño… ellos vencen de cualquier modo.
-¡UY!... ustedes dos se juntan y me acosan…—exclamo la Señora Anderson empuñando sus manos y moviéndolas como si le diera un tiritón repentino— mejor cuéntanos que quieras decirnos hijo —añadió dando una mirada huraña a su esposo, que termino por convertir en una dulce al ver la cara divertida que este le ponía.
-Ok… lo que sucede padres es que  hoy hice algo que me tiene muy feliz y quería contárselos, para que me den su opinión.
-Ok…—dijo el señor Anderson bajando sus manos de la mesa y juntándolas sobre sus piernas, como si aquello fuera muestra clara que Blaine tenía toda la atención de sus progenitores.
-Bien… aquí voy…—sentencio Blaine estirando sus manos como si realmente fuera a ir alguna parte, nadando por ejemplo.
-¿Vas a decir lo que creo que vas a decir?—interrumpió su Madre media angustiada.
-¿Qué crees que voy a decir Mamá?
-Ya sabes… —dijo la señora Anderson moviendo rápido sus dedos de la mano izquierda.
-¿Qué están ocultando ustedes?
-Nada…
-Nada… —repitió Blaine haciéndole gestos a su Mamá.
-Pues a mí me parece que es algo —dijo el señor Anderson crispando la nariz un resto.
-Esta bien, Papá, lo que sucede es que…
-¡Tu hijo volvió con Kurt!.... ¿no es maravilloso? —se adelanto en responder la Mamá de Blaine cogiendo a su esposo por un brazo.
-¿De verdad hijo?
-Sí, pero eso no es todo Papá, la verd…
-¡Es lo más extraordinario que se ha escuchado en esta mesa!...—interrumpió la Señora Anderson nuevamente.
-Te felicito hijo… con razón estás tan feliz, pero decías que ¿hay algo más?
-Así es…
-El otro día el preparo un Picnic… ¡imagínate! nuestro hijo cocinando para alguien… —dijo la Señora Anderson en un afán casi divertido de demorar la noticia que su hijo quería contar.
-¿Un picnic?... que… ¿bonito?… —opino el Señor Anderson sintiendo un poco de incomodidad.
-Lo fue, por eso es que hoy…
-¡Se llevo nuestra cesta!, ¿recuerdas cariño aquella cesta que llevábamos al “Sweetbrier Lane”?, aun estaba en la cochera, yo  ni siquiera me acordaba, deberíamos de ir de nuevo, ¿no crees? —agrego la Señora Anderson poniendo caras— ¡Quien quiere ir al Parque! —exclamo poniéndose de pie y levantando un brazo como si indicara que ella si quería ir.
-Mamá…—dijo Blaine por fin mirándola fijo.
-Lo siento hijo… —murmuro sentándose como en cámara lenta.
-¿Qué sientes?... ¿Por qué?
-Cariño, nuestro pequeño debe contarte algo, por favor no te espantes.
-¡Esa es la peor línea que se le puede decir a alguien cuando el van a dar una noticia!, “Por cierto, no te espantes pero hay un tigre detrás de ti”—dijo el Señor Anderson haciendo como que se volteaba en la sabana africana y efectivamente veía a un tigre tras de él—  ya me espante por cierto… —añadió dado un sorbo a su café.
-No hay nada porque espantarse Papá… es… lo que sucede es que…—dijo Blaine tomando aire— le pedí a Kurt que… que se casara conmigo.
-¿Qué?... —dijo el Señor Anderson ahogándose un poco con café— otra cosa… —añadió tomando un trozo de papel toalla— nunca revelen información cuando la otra persona esta bebiendo… ¿Qué cosa dijiste?
-Eso… que le pedí a Kurt que se casara conmigo.
-¿Acaso…?
-Acaso que… —dijo Blaine comenzando a tomar una actitud extra defensiva.
-Nada hijo… —respondió el Señor Anderson dando una mirada a su esposa.
-No Papá por favor, dime… ¿Qué ibas  a decir?... “Acaso…”
-Disculpa Blaine, pero iba a decir algo que luego escuche en mi cabeza y está totalmente fuera de lugar, y si lo digo te enojaras, lo más seguro.
-¿Qué tal si me lo dices y vemos? —dijo Blaine cruzándose de brazos y echándose hacia atrás en la silla.
-Lo que iba decir  es que “acaso está embarazada”, pero no lo dije porque recordé que tu sales con hombres y eso no es posible que suceda…  lo siento.
-Bastante imposible… y esa no es la única razón por la que la gente se casa, no se ofendan —respondió apuntándolos.
-No lo hacemos —contestaron sus dos Padres al mismo tiempo— y yo pensé lo mismo cariño, no te sientas mal —agrego la señora Anderson mirando a su marido.
-Hijo… ¿no crees que estas muy joven?
-Aquí vamos de nuevo…—murmuro Blaine.
-¿Cómo?
-Nada… —respondió negando con la cabeza, molesto y a punto de la frustración.
-¿No crees que tú, que estas muy joven?
-Lo estoy, pero eso no tiene nada que ver, tú y mamá se casaron a la misma edad.
-Pero eran otros tiempos…  cariño dile… —dijo el Señor Anderson haciéndole una especie de pase a su esposa para que continuara con la argumentación.
-De hecho eran otros tiempos, pero amor… —contesto la mamá de Blaine buscando la mano de su esposo —nuestro hijo parece bastante seguro de lo que está haciendo y enfrentémoslo nunca, NUNCA, lo habíamos visto tan feliz como lo está ahora.
-Pero…
-Papá… sé que es difícil aceptar esto para ti, asistir a una ceremonia donde nos declaren “esposo y esposo”—dijo Blaine  haciendo como una especie de señal de la cruz en frente de él—  pero tú siempre has dicho que quieres que sea feliz, y te aseguro que nada… nada,  me haría más feliz que pasar el resto de mi vida con Kurt —termino por decir el chico dándole tanta pasión a lo que decía que si se hubiera demorado mas en decirlo habría visto rodar un par de lagrimas por la cara de su progenitor.
-¿Qué piensa la familia de Kurt?—quiso saber el Señor Anderson carraspeando su emoción.
-De Carol no sé, pero Burt está encantado, tenía sus dudas al principio y también dijo aquello que somos muy jóvenes, pero luego termino por convencerse, Papá, Mamá —dijo Blaine mirando a cada uno— necesito que me apoyen en esto, se que ya soy mayor de edad y puedo hacer lo que quiera, salir de aquí, casarme con Kurt e irme a New York… pero no sería lo mismo si ustedes no están conmigo, y ¡Dios me perdone!... incluso Cooper —termino por decir soltando una risa.
Los padres de Blaine guardaron silencio nuevamente y se miraron, como si discutieran telepáticamente que responder a su hijo sobre aquella decisión de vida que acababa de tomar. La Señora Anderson sonrió leyendo la mirada de su esposo y le cogió la mano, luego miro a Blaine y unió la mano de su hijo pequeño con la de ellos.
-Tu hermano se morirá de envidia cuando se entere que te casaras antes que el…—dijo el Señor Anderson sonriendo.
-¿Eso quiere decir que cuento con ustedes?
-Por supuesto hijo… somos tus padres ¿que mas podemos hacer?—agrego limpiándose algunas lagrimas  con los dedos fingiendo que era polvillo del aire— ¿verdad cariño?
-Así es… lo que si…—agrego al señora Anderson sonándose con fuerza— queremos cenar con nuestros futuros consuegro y con mi futuro yerno.
-Ok… —dijo Blaine aliviado— pero tendremos que esperar a que Kurt vuelva a viajar a Lima, creo que no será antes de “Thanksgiving”
-¡Excelente ocasión entonces!... ¡Hay que organizar todo! —exclamo la Señora Anderson golpeando la mesa con sus palmas como si tocara un par de bongoes.
-¡Mamá!...
-Voy por algo para tomar notas —dijo poniéndose de pie como bailando.
-¡Mamá!...¡espera!, ni siquiera sé si vendrá para esa… —trato de decir Blaine sin éxito.
-No es posible ir en contra de ella cuando se entusiasma al punto de creerse percusionista.
-¿No?
-No… he visto ese gesto mil ocasiones y en cada una de ellas tu madre se salió con la suya —dijo el Señor Anderson levantándose.
-Papá…—dijo Blaine levantándose también.
-¿Si?... —contesto ordenando un poco el desorden que había dejado la improvisada hora del té.
-Gracias…
-Ven… —dijo el Señor Anderson tomándolo del cuello y acercándolo a él para darle un abrazo torpe, apretado y palmoteado. Dio suspiro y lo aparto rápido— se feliz hijo… —añadió dándole una especie de bofetada fraternal— es lo único que importa.
-Lo hare…—respondió Blaine sintiendo sus ojos un tanto aguados.
-Bien… —agrego su Papá haciendo un gesto positivo con su cabeza— y ahora termina de ordenar si no, ahí sí que veras un lado de tu madre que no has visto nunca.
-Ok…—dijo Blaine sonriendo.