(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

Noviembre de 2018

-¿Señor Hummel?—dijo una chica parada en la puerta y mirando un papel que tenia una especie de mapa dibujado con marcador verde, con la dirección del departamento y el nombre de Kurt en una de sus esquinas.
-¿Tu debes ser…?—pregunto Kurt apuntándola con el “Baby Monitor” y pensando a quien había citado a esa hora para la entrevista del puesto de niñera de Henry.
-Julianna—respondió extendiendo su mano— Julianna Gilmore.
-¿Gilmore?... que apellido tan televisivo—señalo Kurt estrechándole la mano de vuelta.
-Si, bueno yo nací mucho antes que ellas así es que, debería cobrar derechos de autor—contesto riendo.
-Yo que tú los cobraría… pasa por favor… —dijo Kurt apartándose hacia un lado en la puerta y haciendo un gesto de bienvenida con su mano.
-¡Vaya que gran lugar!...—opino la chica mirando la vista parcial que tenían del central Park en el ventanal de la sala.
-Gracias… ¿tú vives cerca de acá?
-No… en Brooklyn, aun no consigo salir de la periferia, pero es una meta que debo conseguir—respondió Julianna empuñando su mano como si hubiera triunfado en una carrera a campo traviesa.
-Nada como vivir cerca de todo, te lo digo yo que viví un tiempo en Bushwick.
-Eso sí que es lejos —opino mientras cambiando de mano una y otra vez una carpeta azul.
-Siéntate… por favor… —pidió Kurt apartando los juguetes de Henry y algunas hojas con anotaciones de música pertenecientes a Blaine— disculpa el desorden —se excuso moviendo sus manos como si tuviera la capacidad de cambiar todo con poderes mágicos.
-No se preocupe… —dijo sentándose en el espacio designado.
-Ok… —añadió Kurt sentándose en frente— ¿esos son tus antecedentes?
-Si… ¡disculpe Señor Hummel! —exclamo levantando la carpeta como si le hubiera trasmitido corriente— tome…
-Por favor, llámame Kurt… no quiero sonar indiscreto pero parece que soy más joven que tú, como  para que me trates con tanta ceremonia.
-Si no le incomoda prefiero seguir llamándolo Señor Hummel.
-No… no me incomoda, es solo que me parece tan formal que…—dijo Kurt arreglándose una corbata inexistente— Veamos…—murmuro para sí comenzando a leer los antecedentes de Julianna— ¿Eres maestra?
-Si… estudie en la Michigan State University
-Excelente escuela… mi hermano es maestro también y tiene toda mi admiración por ello.
-Gracias… es decir… digo a nombre de los maestros de Norteamérica.
-De nada…—respondió Kurt siguiendo con la lectura— ¿tienes un postgrado en sicología infantil?—agrego señalando el párrafo que develaba tal grado de conocimiento.
-Si…  después de terminar mi maestría, hice un magister en sicología infantil y comportamiento adolescente— Kurt hizo un gesto positivo con su cabeza y pensó de inmediato que si la contrataba tendría niñera hasta que su hijo y los que vendrían fueran adolescentes.
-Fantástico… ¿puedo ser indiscreto y preguntarte tu edad?
-No hay indiscreción en eso… tengo 32…
-Genial… ya sabes que los 30 son los nuevos 20… —dijo Kurt sonriendo y pasando pagina al curriculum de su entrevistada.
-Eso me gusto…— respondió la chica cruzándose de piernas y carraspeando sed.
-¿Quieres algo?... ¿una gaseosa?, ¿agua?... ¿un té?
-Si no es mucha molestia, me gustaría un vaso de agua y un té.
-No es ninguna… —afirmo levantándose y aprovechando de tomar su teléfono le texteo a Blaine para preguntarle porque estaba atrasado.
Kurt se encamino hacia la cocina y puso el agua en el fuego, alisto dos tazas y saco uno de los vasos grandes del mueble vidriado y una botella de agua del refrigerador, puso las dos cosas en una bandeja pequeña y se las llevo a Julianna, todo sobre una servilleta de género.
-Gracias —dijo un tanto sorprendida ante tanta parafernalia para un vaso de agua.
-Por nada, puse recién a hervir agua así es que, el té tardara un poco —explico Kurt mientras se sentaba y volvía  a analizar los datos de la chica.
-¿Ha tenido muchos postulantes?
-No, no tantos, lo que pasa es que hay ciertas cosas que incomodan a algunas personas y otras que me incomodan a mi… pero no perdemos las esperanzas.
-“¿Perdemos?” ¿Dice usted y su esposa?
-No… yo y mi esposo… —corrigió Kurt mirándola fijo y esperando de Julianna una reacción como de predicador evangélico.
-Oh… lo siento, no sabía —respondió haciendo un gesto con su mano.
-¿No te dijeron en la agencia?, ¿Qué postulabas para trabajar con una pareja gay? —quiso saber Kurt mirándola con suspicacia de medio lado.
-No, la verdad es que…
-Disculpa… —dijo Kurt tomando su teléfono y contestando una llamada de Blaine.
Julianna lo escucho hablar y decirle a la otra persona en tono de reclamo infantil, que estaba atrasado y que una de las postulantes al trabajo ya estaba allí y que se llamaba Julianna. No pudo enterarse que le decían del otro lado, pero le llamo la atención que con cada frase que Kurt escuchaba de su interlocutor, soltaba pequeñas risas y se movía por el departamento como si pisara desniveles constantes.
-Lo siento…—repitió Kurt dejando el teléfono en la mesa y poniendo una cara como si hubiera ganado la lotería de New York— entonces… —dijo tratando de concentrarse en lo que estaba— ¿de qué hablábamos?
-Me preguntaba lo de agencia…
-¡Ah!... claro —exclamo golpeándose la cabeza con los papeles— cuéntame… ¿no te dijeron nada?
-La verdad es que no vengo de la agencia…
-¿Perdón?...
-Eso, resulta que un amigo de mi madre trabaja en este edificio y le comento que dos personas estaban buscando una niñera, así es que averigüe su número de teléfono y llame…
-Ok…—dijo Kurt sin saber muy bien cómo reaccionar ante aquella revelación.
-Mire, yo se que estuvo mal, pero de verdad me gustaría trabajar aquí, y todos los datos que dicen allí son ciertos, lo mismo que las referencias a pie de página —explico Julianna complicándose un poco al tiempo que erguía su cabeza y apuntaba con su dedos las referencias a “pie de página”.
-¿No eres una asesina en serie ni nada de eso?...
-No… por supuesto que no—respondió soltando una risa.
-Bueno aunque esa sería la respuesta que una asesina en serie daría… sigamos con esto —dijo Kurt alejándose un poco de la chica de manera inconsciente— dime, ahora que lo sabes,  ¿te incomoda el hecho de trabajar para dos hombres?
-No… por supuesto que no, es casi como si Usted o su esposo se incomodaran porque yo soy negra —explico Julianna apuntándose a la altura del pecho— vengo a cuidar a un bebé, no importa como sea su familia, mientras exista amor y respeto, no hay porque incomodarse.
-Perfecto…—dijo Kurt relajándose un poco— Dime, ¿Por qué abandonaste la enseñanza en la escuela?
-Porque comencé a odiar a los niños… y me preocupe tanto que pensé que tal vez los odiaría para siempre o que nunca querría niños propios, así es que renuncie hace más de tres años.
-¿Llegaste  a odiar a los niños?
-Sí, pero no me mal interprete, los niños son hermosos, pero cuando se juntan en grupos de más de cinco, parecen transformarse.
-Eso es verdad…—dijo Kurt apuntándola.
-¿Usted tiene solo uno?...
-Si… solo uno, un pequeñito de 3 meses llamado Henry y que se porta fantástico, creo que ha tenido dos ataques de llanto en todo lo que lleva de vida —explico Kurt esbozando una sonrisa enorme— por lo tanto es imposible odiarlo.
-Por supuesto… y tengo muy buenas referencias de las otras tres familias con las que trabaje.
-Muy buenas en realidad —añadió Kurt leyendo las referencias— ¿Por qué abandonaste tu ultimo…?, ¡El agua!...permiso —dijo levantándose al escuchar el pito de la tetera recién hervida.
-¡Hola!...—dijo Blaine entrando y dejando su guitarra junto a la puerta.
Julianna se puso de pie y se quedo circunspecta, como si Blaine ya supiera la manera en que se había enterado del trabajo y  la fuese a reprender por ello.
-¿Tú debes ser Julianna? —dijo acercándosele con la mano estirada.
-Si… mucho gusto, Julianna Gilmore.
-¡Gilmore!... ¿Cómo las chicas Lorelai?, mi nombre es Blaine Anderson.
-Un placer Señor Anderson…
-Por favor llámame Blaine.
-Si no le importa preferiría que no…
-Claro… discúlpame un segundo —respondió Blaine dirigiéndose  a la cocina— hola tú —dijo entrando.
-¡Blaine!… ¡Qué bueno que llegaste!…—exclamo Kurt dándole un beso de bienvenida— ¿conociste a la chica?
-Si… es un poco rara, le dije que me llamara Blaine, pero prefirió Señor Anderson… me sentí como de  80 años —murmuro apuntando hacia donde estaba la chica.
-A mi me dijo lo mismo, creo que es muy formal, pero vieras sus referencia son espectaculares —dijo mientras abría un caja de la “Gino's Pastry Shop” y acomodaba unos bizcochos de  chocolate en un plato— ¿quieres un té?
-Me encantaría uno…
-Perfecto…—añadió sacando una tercera taza, plato y cubierto— ¿Cuántas canciones grabaste hoy?
-Una… pero quedo sensacional…
-No espero menos de usted Señor Anderson…
-Gracias… —respondió coqueto y acercándose a él
-Tenemos que entrevistar a esa señorita, es la última esperanza que nos queda —advirtió Kurt apuntando hacia la sala ya que conocía de sobra cuales eran las intensiones de su esposo cuando se le acercaba de esa manera.
-¿Por qué? —pregunto mientras le recorría el cuello con su nariz— ¿Qué paso con los otros dos postulantes?
-Bueno, la Señora tipo “Mrs. Doubtfire”, no le gusto el hecho que tendría que subir cuatro pisos a diario y el chico universitario, casi se lanza por la ventana cuando le mencione que éramos dos hombre con un hijo.
-¿De verdad?
Kurt hizo un gesto de si con su cabeza al tiempo que desenvolvía tres bolsas de té ingles.
-Qué raro que aun exista gente así… ¿Henry ha estado bien?
-Fenomenal… aunque tuve que llevarlo conmigo al ensayo esta mañana.
-No… lo siento —dijo Blaine con voz lastimera— si el estudio tuviera guardería, te juro y lo cargaría a diario dentro del estuche de mi guitarra.
-Lo sé… pero no te preocupes,  no hubo problemas, entre tantos actores no faltaron brazos para mecerlo.
-Me alegro entonces… iré a verlo…
-No… esta dormidito—señaló Kurt apuntando el “Baby Monitor”—quédate conmigo para que terminemos con lo de la entrevista.
-Pero si voy y vuelvo…—respondió Blaine haciendo con sus brazos los movimientos de ir y volver.
-Pero yo te digo que esta dormidito —insistió Kurt sacando una tetera de loza llena de dibujos como de paisaje de la campiña inglesa.
-Pero yo insisto que me gusta verlo dormir… al igual que me gusta verte dormir a ti… —explico haciendo un gesto de niño  voluntarioso.
-Está bien… pero trata de no despertarlo —advirtió acomodando todo en una bandeja— no quisiera que se pusiera a llorar y diera una mala impresión a Julianna, ya me dijo que llego a odiar a los niños en un momento de su vida, así es que…
-¿Cómo?
-Fue un decir Blaine… no te espantes, además es algo que todos hemos dicho en algún momento cuando perdemos la paciencia, pero no quiere decir que sea así…—explico mirando la bandeja como revisando en su mente si estaba todo lo necesario.
-¿Seguro?, no quisiera que a nuestro hijo lo cuidara alguien con esos pensamientos.
-No los tiene, lo que me preocupa más es la manera como se entero del trabajo.
-¿Cómo se entero?—quiso saber Blaine pellizcando uno de los bizcochos.
-Uno de los conserjes es hermano de su mamá, escucho que necesitábamos a alguien y le aviso.
-Pero eso no es tan grave.
-Lo es, si te pones a pensar en cómo termino la familia Bartel en  “The Hand That Rocks the Cradle”
-Eso es ficción, lo otro me preocupa más… ¿te importa si le pregunto cosas también?
-Pregunta lo que quieras… ahora vamos o pensara que estamos planeando algo en su contra aquí encerrados en esta cocina diminuta.
-¿Llevo algo?
-Tu preciosa humanidad es más que suficiente—dijo Kurt tomando la bandeja con las tazas con una mano y haciéndole un cariño en el mentón con la otra.
-Ok… —respondió haciendo gala de aquella preciosa humanidad sonriendo como nunca y pensando en cuanto le gustaba cuando Kurt se atrevía y le decía ese tipo de cosas, siempre pensaba que sus pies abandonaban un poco el piso.
Blaine se dirigió a la habitación de su hijo y Kurt a la sala.
-Aquí está el té…—dijo haciendo una especie de reverencia como si sirviera el té para los príncipes de Cambridge.
-Gracias… —dijo Julianna tomando una taza.
-Julianna, el es mi esposo… ¿lo conociste verdad?
-Si… nos saludamos recién —respondió la chica al ver a Blaine llegar a la sala y sentarse al lado de Kurt.
-Julianna… —comenzó a decir Blaine recibiendo los antecedentes de la chica de las manos de su esposo— ¿Por qué termino tu último trabajo?
-Porque la familia para la que trabajaba se mudo a Utah, algo sobre el trabajo de la mamá de los pequeños, querían que los acompañara, pero yo no abandono New York por nada.
-“Los” ¿pequeños?—dijo Blaine leyendo la segunda página del curriculum.
-Si eran tres, un par de mellizos y una bebé.
-Mellizos…—dijo Kurt haciendo un puchero mirando a Blaine, como si dos bebés iguales fuese lo más hermoso del mundo.
-¿Puedes lidiar con varios niños a la vez entonces?
-Lidiaba a diario con más de 15 cuando enseñaba en el Kindergarten.
-Excelente… Julianna, todo parece bien en cuanto a tus capacidades para cuidar a un niño, pero me… nos gustaría saber si podemos confiar en ti en relación a nuestras profesiones.
-¿A qué se refiere Señor Anderson?
-A que Kurt trabaja en Broadway y esta por estrenar una obra que a todas luces será muy exitosa, y yo estoy grabando un disco que será lanzado el próximo año, por lo que nuestra privacidad se vera de alguna u otra manera expuesta, y lo que quiero decir es, si es que podemos contar con tu  discreción en relación a todo los que suceda aquí.
-Por supuesto, yo estoy para cuidar al bebé no para meterme en sus asuntos… no sabía que eran famosos…
-No lo somos Julianna… —corrigió Kurt tomándole la mano a Blaine— pero tal vez lleguemos a serlo y es importante para nosotros que además de confiarte a nuestro hijo, podamos confiarte también nuestra privacidad.
-Pueden hacerlo, si necesitan que firme algún acuerdo de confidencialidad lo hare sin problemas.
-No es necesario…— dijo Kurt mirando a Blaine con un gesto de “Es la indicada”, este le devolvió una sonrisa llena de “tienes razón”
-Bienvenida a nuestra casa entonces… —agrego Blaine abriendo sus palmas en señal de bienvenida.
-Muchas gracias… y no los defraudaré… ahora si me presentan al pequeño Henry… puedo comenzar ahora mismo —respondió Julianna levantándose y dando un pequeño aplauso.
-Por aquí…—señalo Kurt levantándose también para guiarla junto a Blaine al cuarto de Henry, y enseñarle de paso el resto de la casa y todo lo que necesitaba saber de ellos, incluyendo una clara advertencia sobre Dylan.