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FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
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Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
holaaa!!!
nayaa pff tu fic estan genial como el otro
espero que estés bien no me podía ir a clases sin comentar
pff me hace reir los nervios de san jajja
lo atrevida de britt me encanta jaja y directa hay que decirlo..
estaré atenta a tu actualización
saludosssssss!!!!!
nayaa pff tu fic estan genial como el otro
espero que estés bien no me podía ir a clases sin comentar
pff me hace reir los nervios de san jajja
lo atrevida de britt me encanta jaja y directa hay que decirlo..
estaré atenta a tu actualización
saludosssssss!!!!!
raxel_vale****** - Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 34
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Holaaaa
Quiero decirte que este fic esta buenísimo , lo leí en la madrugada jaja no podía dejar de leer , me encanta la historia todo !! Jajaja y Santana se hace la difícil jaja
Bueno espero que actualices más y más capítulos
En espera
Saludos
Besos :*
Quiero decirte que este fic esta buenísimo , lo leí en la madrugada jaja no podía dejar de leer , me encanta la historia todo !! Jajaja y Santana se hace la difícil jaja
Bueno espero que actualices más y más capítulos
En espera
Saludos
Besos :*
Kristen Rivera****** - Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
kaorip0 escribió:MIRAMEEEEEEEEEEEEEEEEEE OTRA VEZZZZZZZZZZZZZ soy tu primera.... (estoy pensando ke parece ke tngo muxo tiempo libre...aunke no es asi ehhhh) jjajajajaja de una digo ke me FASCINO EL CAPUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU oye y como es ke puedes con 4 fics?????? yo cn dos y mi trabajo mueroooooooooooooooooooo.
ahora si el capu
primero te digo ke si hubiese sido yo la ke sta alli....NO LE HUBIESE CONTESTADO NUNCA
tampoco hubiese preguntado Quien es? ke tonta la santy xD
es obvio ke le revisó el telefono asi ke yo se lo hubiese reclamado muy muy pero muy enojada OSEA COMO SEA ATREVE??????????
otra cosa ME ENCANTA BRITT :lol:pffffffffffffffffff ya kiero leer masssssssssssss
SIGUELE SIGUELE SIGUELEEEEEEEEEEEEEEE SIGUELEEEEEEEEEEEEEEEEEE BYEEEEEEEEEEE GRAXS POR ACTUALIZARMEEEEEEEEE
Holaa!kaorip0 escribió:Lo lamento pero es ke m pareció algo irrelevante de comentar pero VAYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA es bien acosadora la niña Pierce jajajajaj solo kiero dcirte ke me encanta la amistad QUINTANA en serio siempre me ha gustado y siempre lo hará....por cierto ten cuidado porke has estado a punto de matarme varias veces....claro ejemplo:
¿Cuantas veces crees ke gritarás cuando te folle?
vas a terminar asesinandomeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.....
espero no volver a caer rendida a mi necesidad d comentar una y otra vez hsta ke sientas la presión de actualizarme pero apuraleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Jaj ya me imagino , pero no se si te pasara como a mi, que cuando estoy enganchada a una historia no puedo evitar estar pendiente aunque tengas cosas que hacer xd.
¿Qué como lo hago para llevar 4 fics a la vez? pues 2 son adaptaciones y 2 ideas mías y bueno si tengo una idea siento la necesidad tengo que plasmarla jaj y ya si os gusta mejor que mejor.
Sobre el capítulo tienes razón Britt es super atrevida en todos los sentidos jaj y esa de :¿cuánto crees que gritarás cuando te folle? yo me quede igual al leerla xddd
Espero no terminar asesinándote jaj para eso aquí te dejo un nuevo capítulo.
Besos :D
Holaa!laura.owens escribió:Hola!
Que capitulo mas genial, son muy pocos los FF que plantean a Brittany como la "atrevida y seductora", supongo que sera por eso que tu adaptacion me llama tanto la atencion.
Tengo una duda, en algun punto de la historia se sabra porque Brittany llamo desde un principio a Santana a diseñar?
Cuidate, hasta la proxima actualizacion.
Tienes razón, yo también he visto a Britt así en muy pocos fics y a mi me gusta imagenármela así. Atrevida y que lleve ella la iniciativa.
Me alegro de que te guste la adaptación ^^
Sobre tu duda, lo siento pero no puedo revolvertela todavía, ya que voy adaptando conforme actualizo así que más o menos sabéis lo mismo que yo (yo me voy sorprendiendo como vosotras al leerlo jaj)
Cuídate tu también!
Besos :)
Holaa!3:) escribió:hola,..!!!!
me encanta el FF,.... va sobre todo BRITT,..... es jodidamente sexy y quiero una así,....
ame los mjes que le manda a san,... sobre todo esta:
Mis especificaciones son hacerte gritar. No creo que Patrick pueda ayudarme con eso. Me muero de ganas. ¿Crees que tendré que amordazarte?
nos leemos en la prox,...
Me alegro de que te guste el fic :3
¿A que sí? yo a Brittany con esa personalidad la veo muy sexy pff *-* xdd
Ese mensaje también fue el que más me gusto a mi jaj
Gracias porr leer y comentar.
Besos! :D
Holaa Rachel!raxel_vale escribió:holaaa!!!
nayaa pff tu fic estan genial como el otro
espero que estés bien no me podía ir a clases sin comentar
pff me hace reir los nervios de san jajja
lo atrevida de britt me encanta jaja y directa hay que decirlo..
estaré atenta a tu actualización
saludosssssss!!!!!
Si soy yo jaj, me alegro de que también te guste este ^^
Digo si es directa jaj pero a mi me encanta así de atrevida, tan wanky :3
Espero que tu también estés bien y que te vayan bien las clases!
Besos :)
Holaa!Kristen Rivera escribió:Holaaaa
Quiero decirte que este fic esta buenísimo , lo leí en la madrugada jaja no podía dejar de leer , me encanta la historia todo !! Jajaja y Santana se hace la difícil jaja
Bueno espero que actualices más y más capítulos
En espera
Saludos
Besos :*
Me alegro mucho de que te guste ^^
Sí sí, Santana se hace la difícil, pero ¿por cuánto tiempo?
Jaj ahora mismo subo el siguiente capítulo.
Gracias por leer y comentar.
Besos! :D
Silfide**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 04/06/2013
Edad : 30
FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 4
Capítulo 4
Acabo pronto con las citas del martes y salgo de la nueva y preciosa vivienda unifamiliar de la señora Kent, en el centro de la ciudad, a las seis y unos minutos.
La señora Kent es la esposa terriblemente consentida del señor Kent, director ejecutivo de Kent Yacht Builders, y esta casa de Kensington es su tercer hogar en cuatro años. Me he encargado del diseño interior de todos ellos. En cuanto el trabajo está terminado, la mujer decide que no se imagina envejeciendo allí, y eso que ya ronda los setenta años, de modo que la casa sale al mercado, se vende y yo empiezo de cero en su nuevo domicilio.
Cuando tan sólo un mes después de terminar de decorarla se mudaron y vendieron la primera casa en la que había trabajado, me traumaticé un poco. Era el primer contrato que había conseguido tras empezar a trabajar para Patrick. Pero no tardó en volver a llamarme para que fuera a ver su nueva morada.
—Santana, querida, no es culpa tuya. Es que no la sentía como mi hogar —me dijo con voz cantarina por teléfono.
Así que ahora me encuentro trabajando en la tercera residencia de los Kent con las mismas instrucciones que me dieron para las dos viviendas anteriores, lo cual es una ventaja porque me evita tener que buscar nuevo mobiliario. Y también amortigua el sablazo a la cartera del señor Kent.
Me meto en el coche y arranco en dirección a Surrey Hills. No le he contado a Quinn por qué voy a llegar tarde a casa. Sólo habría conseguido que se preguntase por qué voy a volver a La Mansión. Y entonces le mentiría y le contaría la misma mierda que me cuento a mí misma: que trabajar allí es beneficioso para mi currículum. Sus encantos no influyen en mi decisión, para nada.
Esta vez me detengo junto al portero automático, pero cuando me dispongo a bajar la ventanilla, las puertas comienzan a abrirse. Miro hacia la cámara y supongo que John debe de estar esperándome. Le dije sobre las siete y ya son y cinco. Atravieso las puertas y avanzo por el camino de grava hasta el patio. John me aguarda en los escalones, frente a la entrada de puertas dobles, con las gafas de sol puestas.
—Buenas tardes, John —lo saludo mientras cojo mi carpeta y mi bolso.
¿Me hablará hoy?
No, sólo saluda con la cabeza y se vuelve para regresar a La Mansión. Yo lo sigo hasta el bar. Hay más gente que la última vez que vine. Probablemente sea por la hora.
—Mario —dice con voz grave.
Un hombre menudo aparece por detrás de la barra.
—Dime.
—Ponle una copa a la señorita López. —John me mira con los ojos todavía ocultos tras las lentes oscuras—. Ahora vuelvo. Brittany quería comentar algo.
—¿Conmigo? —le espeto, y me sonrojo al instante ante mi brusquedad.
—No, conmigo.
—¿Está en su despacho? —pregunto nerviosa.
Estoy haciendo demasiadas preguntas sobre algo muy trivial, pero ella me había asegurado que me dejaría trabajar con John. Con sólo pensar en esa mujer me vuelvo un manojo de nervios. Jamás pensé que ocurriría algo así, pero me siento mucho más cómoda con el grandullón. Para empezar, no me gustan los hombres, así que se que con él voy a ser capaz de controlarme. Los labios de John se tensan, es evidente que está conteniendo una sonrisa. Me lamento para mis adentros. Él lo sabe.
—Tranquila, mujer. —Se vuelve y lanza una mirada burlona a Mario. El camarero de baja estatura le responde sacudiendo la bayeta.
¿De qué va todo esto?
John, muy serio, se despide una vez más con un gesto de la cabeza antes de marcharse y dejarme con Mario en la barra.
Echo un vistazo a mi alrededor y advierto la presencia de una mujer que ríe junto a un hombre de mediana edad en una mesa cercana. Es la misma mujer con la que coincidí en los baños el viernes pasado. Viste un traje de pantalón negro y tiene un aspecto extremadamente profesional. Debe de llevar aquí un tiempo, tal vez por negocios. El hombre que la acompaña se levanta y le tiende la mano con cortesía. Ella la acepta y sonríe mientras se pone de pie y deja que la cobije bajo su brazo y la guíe fuera del bar mientras charlan entre risitas.
Me siento en un taburete mientras espero a John y saco el teléfono para ver si tengo algún mensaje o llamada.
—¿Le apetece una copa de vino?
Alzo la vista y veo que el pequeño camarero me está sonriendo. Tiene un acento extraño y llego a la conclusión de que es italiano. Es muy bajito y bastante mono, con su bigote y su pelo negro con entradas.
—Me apetece, pero tengo que conducir.
—¡Venga! Una pequeña... —dice mientras levanta una copita de cristal y traza una línea por la mitad con el dedo.
¡Qué diablos! No debería beber en el trabajo, pero tengo los nervios de punta. Ella se encuentra en alguna parte de este edificio y eso ya es razón suficiente para estar inquieta, de modo que asiento y sonrío.
—Gracias.
Me enseña una botella de Zinfandel. Yo vuelvo a asentir.
—Su vestido es muy... eh... ¿cómo se dice...? ¿Atrevido?
Me pone algo más de media copa. De hecho, está llena.
Observo mi vestido negro ceñido y de corte estructurado. Sí, supongo que atrevido sería la palabra adecuada. Es mi comodín. Hace que me sienta guapa en cualquier ocasión.
Ignoro la vocecita de mi cabeza que me pregunta si no me lo habré puesto con la esperanza de ver a Pierce. Descarto ese pensamiento de inmediato y río ante la cuidadosa elección de palabras de Mario mientras acepto con agrado la copa que me pasa por encima de la barra. Creo que en realidad quiere decir apretado. Me marca todas las curvas.
—Gracias —le digo sonriendo de nuevo.
—Un placer, señorita López. La dejo tranquila.
El camarero recoge la bayeta y empieza a limpiar el mostrador que hay bajo las botellas.
Doy unos sorbos al vino mientras espero a John. Está muy bueno, y me lo termino sin apenas darme cuenta. Estoy deseando llegar a casa y abrir la botella que tengo enfriándose en la nevera.
—Hola.
Me vuelvo sobre el taburete y me encuentro cara a cara con la mujer que se lanzó sobre Pierce el viernes. Ella me sonríe, pero es el gesto menos sincero que jamás haya tenido el placer de recibir.
—Hola —contesto por educación.
Mario viene corriendo, con el pánico reflejado en el rostro y agitando el trapo en el aire.
—¡Señorita Sarah! ¡No, por favor! ¡No hablen!
«¿Qué?»
—¡Vamos, cállate, Mario! No soy idiota —le espeta ella.
El pobre Mario se resigna y se retira para seguir limpiando la barra, pero no aparta la vista de Sarah. Quiero salir en su defensa, pero, justo cuando estoy a punto de hacerlo, ella me tiende la mano.
—Soy Sarah, ¿y tú eres...?
Ah, sí. La última vez que me preguntó lo mismo no le contesté y me marché a toda prisa. Acepto el saludo y le estrecho la mano ligeramente mientras ella me observa con recelo. Es evidente que no soy de su agrado. Quizá me considere una amenaza.
—Santana López —respondo, y la suelto rápidamente.
—¿Y has venido para...?
Me río con jovialidad. Estoy segura de que sabe perfectamente qué hago aquí, lo que no hace sino confirmar que se siente amenazada y que se está esforzando por hacer que me sienta incómoda. Guarde las uñas, señora. Sonrío para mis adentros cuando se me pasa por la cabeza decirle que estoy aquí porque su novia me ha rogado que viniera.
—Soy diseñadora de interiores. He venido a medir los nuevos dormitorios.
Ella arquea una ceja y hace un gesto con la mano en el aire para atraer la atención de Mario. Esta mujer es de lo que no hay, y muestra tanta soberbia como Pierce descaro. Su cabello rubio escalado se balancea a un lado y a otro, tiene los labios pintados del mismo rojo sensual que el viernes pasado y viste un traje de pantalón gris ajustado. Sería cruel decir que tiene cuarenta años. Probablemente ronde los treinta y cinco, más cerca de la edad de Pierce que yo. Me doy unos cachetes mentales en el trasero y me obligo a controlar mis desesperados pensamientos.
—Ponme un gin-tonic de endrinas, Mario —ordena mientras pasa por mi lado. Sin por favor y sin sonrisa. Es bastante maleducada—. Eres un poco joven para ser diseñadora de interiores, ¿no?
Su tono es poco amistoso y no me mira cuando me habla.
Me cabreo. No me gusta nada esa mujer. ¿Qué verá Pierce en ella, aparte de esos labios gordos e hinchados y sus evidentes implantes mamarios?
—Sí —le concedo.
Ella también se siente amenazada por mi juventud. Eso es bueno.
Me siento tremendamente aliviada cuando veo a John aparecer por la puerta. Se quita las gafas y lanza a Sarah una mirada extraña antes de saludarme de nuevo con la cabeza.
¿A qué vienen todas esas miraditas? No me paro a pensarlo demasiado. El gesto de John es la señal que necesitaba para huir de la mujer. Dejo mi copa vacía en la barra con más fuerza de la que pretendía. Mario levanta la cabeza al instante, y yo sonrío y me disculpo mientras me bajo del taburete.
—Un placer conocerte, Sarah —digo con cordialidad. Es mentira. La detesto, y sé que el sentimiento es mutuo.
Ella ni siquiera me mira. Acepta la bebida que Mario le ofrece sin darle siquiera las gracias y se marcha a hablar con un tipo con pinta de hombre de negocios que se encuentra al otro lado de la barra.
Cuando llego junto a John, él me guía por la enorme escalera que da al descansillo hasta la nueva ala.
—Puedo apañármelas sola, John. No quiero entretenerte —le digo ofreciéndole la oportunidad de dejarme a mi aire mientras me acompaña por el pasillo.
—Tranquila, mujer —contesta con voz grave mientras abre la puerta de la habitación que hay al otro extremo del corredor.
Empezamos a tomar medidas en las distintas estancias. John me sostiene la cinta métrica obedientemente y asiente de vez en cuando al darle las indicaciones. La frase «un hombre de pocas palabras» se inventó pensando en él, no me cabe la menor duda.
Se comunica con gestos y, aunque tiene los ojos ocultos tras las gafas de sol, sé cuándo me está mirando. Anoto todos los datos en una hoja y ya empiezan a asaltarme algunas ideas.
Una hora después ya tengo todas las medidas que necesito y hemos terminado. De nuevo sigo al enorme cuerpo de John hasta el descansillo mientras busco el teléfono en el bolso.
No tardo en darme cuenta de que con las prisas por librarme de Sarah me lo he dejado en la barra.
—Me he dejado el teléfono en la barra —le digo a John.
—Le diré a Mario que lo guarde. Brittany quería que te mostrara otra habitación antes de que te fueses —me explica sin alterar la voz.
—¿Para qué?
—Para que tengas una idea de lo que quiere que hagas.
Introduce una tarjeta de acceso en la ranura, abre la puerta y me invita a entrar.
Está bien. Aquello no va a matarme, y tengo curiosidad.
«¡Vaya!» Llego al centro de la habitación, una minisuite, para ser exactos. Es probable que sea más grande que todo el piso de Quinn. Al oír que la puerta se cierra detrás de mí, me vuelvo y veo que John se ha marchado para dejar que lo asimile por mí misma. Me quedo de pie, absorbiendo el opulento derroche de la decoración.
Estas habitaciones son más lujosas que las de abajo, si es que cabe la posibilidad. Una cama gigante cubierta con sábanas de raso moradas y doradas domina el espacio. La pared que hay detrás está empapelada con un estampado de remolinos en relieve y de un color dorado pálido. Las gruesas y largas cortinas reposan sobre la mullida moqueta. La iluminación es suave y tenue. Uno de los requisitos principales de Pierce era la sensualidad, y quien hubiese diseñado aquella habitación había conseguido reflejarla en abundancia. ¿Por qué no vuelve a emplear al mismo diseñador?
Me acerco hasta la enorme ventana de guillotina y contemplo el paisaje. El terreno sobre el que se asienta La Mansión es inmenso, las vistas son fantásticas y el exuberante verdor de la campiña de Surrey se extiende varios kilómetros. Es algo digno de ver. Me paseo por la sala y acaricio con la palma de la mano una hermosa cómoda de madera oscura. Dejo sobre ella la carpeta y el bolso y me dirijo al diván situado junto a la ventana.
Me siento y admiro el espacio que me rodea. Es increíble, y sin duda podría competir con muchos de los hoteles más famosos de las ciudades más grandes del mundo. Un enorme tapiz llama mi atención. Es bastante raro, pero muy hermoso. Debe de ser una antigüedad. Está medio clavado en la pared y asciende hasta el techo, donde nacen las enormes vigas de madera. Tiene un diseño cuadriculado, pero no lo adorna ningún tipo de tela ni de luz. Ladeo la cabeza con el ceño fruncido, pero pronto vuelvo a erguirme al oír un ruido procedente del cuarto de baño.
Mierda. Me ha metido en una habitación ocupada... ¿o no? Ahora no oigo nada. Me quedo quieta y en silencio para tratar de percibir algún movimiento, pero nada. Me relajo un poco y entonces oigo que la manecilla de la puerta se abre y doy un respingo. Mierda. Mierda.
Debería huir antes de que alguien salga del cuarto de baño, probablemente en cueros, y se encuentre a una extraña allí plantada, roja como un tomate, en medio de su suite de lujo. Corro hacia la cómoda para recoger el bolso y me dirijo a la salida.
Entonces lanzo un grito ahogado y el bolso se me cae al suelo.
Me quedo helada al ver a Brittany Pierce. Está de pie en la puerta del cuarto de baño y sólo lleva puestos unos vaqueros holgados y un sujetador negro.
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¿Qué tal? ¿Os habéis quedado con ganas de más?
Silfide**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 04/06/2013
Edad : 30
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
OOOH MYY GOD!!!! como terminoo nooooooooooooooooooooo
quierooo leerr masss aaaawwwwww (aun sigues dejándonos intrigadas aahh)
ahora saludo HOLAAAA!!!
historia mas interesante cada vez mas !!
espero que este todo bien con las clases igualmente...
excelente escritora hay que decirlo !!
ya uff cuidate aaa atenta a tu actualizacion espero que sea luego jajaja...
quierooo leerr masss aaaawwwwww (aun sigues dejándonos intrigadas aahh)
ahora saludo HOLAAAA!!!
historia mas interesante cada vez mas !!
espero que este todo bien con las clases igualmente...
excelente escritora hay que decirlo !!
ya uff cuidate aaa atenta a tu actualizacion espero que sea luego jajaja...
raxel_vale****** - Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 34
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
NOOOOOOOOOOOOOO PERO COMO LO CORTAS AHI !!! KLASFJASKLDJASÑDJA´DJAS´JAÑ no sabes como te odio en estos momentos >:c !!!!! akjsdkladjakljlaks ojala actualices pronto o morire
keikoko21* - Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 22/10/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
HOOOOOOOOOO POR DIOS COMO SE TE OCURRE DEJARLO AHI!!!!!!!!!!!!!!!
(respira,... respira,...) a por cierto holap!!!!
ya me cae mal esta vieja,...... ¬¬ (como se llama) a si sarah,... jajajajaja
ameeee la curiosidad de san!!!!!!!!!!!!!!!! asi le fue!!!!! jajajajajaja
mmm britt me parece que se va poder,... hacer gritar a san como quería,... (dime que si)
nos leemos en la prox,....
LU!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Owwwwwwww
Que nervios por un momento creí que Britt saldría desnuda jaja
Presiento que ya viene la seducción cjs
Saludos
En espera
Besos :*
Que nervios por un momento creí que Britt saldría desnuda jaja
Presiento que ya viene la seducción cjs
Saludos
En espera
Besos :*
Kristen Rivera****** - Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
ok Brittany tiene o no tiene novia? que edad se supone que tenga, santana casi la pinta como una anciana, y finalmente cual es el problema en pasarlo bien, creo que santana se enrolla mucho!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Holaa! me perdí un capítulo pero no pude comentar antes... tengo una pregunta ¿cuántos años tiene Britt?
El capitulo genial :) necesito seguir leyendoo jajaj
Actualizaaa!!!
El capitulo genial :) necesito seguir leyendoo jajaj
Actualizaaa!!!
_Nerea_11* - Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 17/10/2013
Edad : 30
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Hola Rachel!raxel_vale escribió:OOOH MYY GOD!!!! como terminoo nooooooooooooooooooooo
quierooo leerr masss aaaawwwwww (aun sigues dejándonos intrigadas aahh)
ahora saludo HOLAAAA!!!
historia mas interesante cada vez mas !!
espero que este todo bien con las clases igualmente...
excelente escritora hay que decirlo !!
ya uff cuidate aaa atenta a tu actualizacion espero que sea luego jajaja...
Por ahora las clases bien, muy liada con exámenes y trabajos pero bueno ahí vamos jaj.
La historia no es mía yo solo la adapto, pero la escritora si es verdad que es excelente xd
Y sí, sigo dejando con ganas de más :3
Ahora mismo actualizo para que puedas leer más.
Cuídate tu también! Besos :)
Holaa!keikoko21 escribió:NOOOOOOOOOOOOOO PERO COMO LO CORTAS AHI !!! KLASFJASKLDJASÑDJA´DJAS´JAÑ no sabes como te odio en estos momentos >:c !!!!! akjsdkladjakljlaks ojala actualices pronto o morire
Jaj lo corte en el momento justo :3
Ais no me odies :( voy a ser buena y el siguiente capítulo será bastante más largo que este.
Ahora mismo actualizo para que no mueras jaj, gracias por leer y comentar.
Besos! :)
Holaa!3:) escribió:HOOOOOOOOOO POR DIOS COMO SE TE OCURRE DEJARLO AHI!!!!!!!!!!!!!!!
(respira,... respira,...) a por cierto holap!!!!
ya me cae mal esta vieja,...... ¬¬ (como se llama) a si sarah,... jajajajaja
ameeee la curiosidad de san!!!!!!!!!!!!!!!! asi le fue!!!!! jajajajajaja
mmm britt me parece que se va poder,... hacer gritar a san como quería,... (dime que si)
nos leemos en la prox,....
LU!!!!
Jaj me gusta dejaros con la intriga :3
Y peor que te caerá Sarah, ahí lo dejo... te digo que intentarlo lo intentará, ¿lo conseguirá?
Ahora mismo actualizo y te resuelto la duda.
Besos! :D
Holaa!Kristen Rivera escribió:Owwwwwwww
Que nervios por un momento creí que Britt saldría desnuda jaja
Presiento que ya viene la seducción cjs
Saludos
En espera
Besos :*
Jaj si hubiese salido desnuda yo creo que Santana ya se hubiese desmayado directamente xdd
Presientes bien, ya empieza.
Besos :)
Holaa!micky morales escribió:ok Brittany tiene o no tiene novia? que edad se supone que tenga, santana casi la pinta como una anciana, y finalmente cual es el problema en pasarlo bien, creo que santana se enrolla mucho!
Pronto se sabrá que es Sarah para Brittany.
Pues la edad que tiene Brittany no se sabe aún, en este libro no se dice. Así que tendremos que esperar para saberlo.
En el siguiente capítulo ya verás que Santana dejará de enrollarse y cederá un poco jaj
Besos! :)
Holaa!_Nerea_11 escribió:Holaa! me perdí un capítulo pero no pude comentar antes... tengo una pregunta ¿cuántos años tiene Britt?
El capitulo genial :) necesito seguir leyendoo jajaj
Actualizaaa!!!
No te preocupes, es normal que no se pueda comentar siempre.
Respecto a tu duda en este primer libro no se sabe, tendremos que esperar a los siguientes a ver si se desvela.
Ahora mismo actualizo para que puedas seguir leyendo!
Besos :)
Silfide**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 04/06/2013
Edad : 30
FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 5
Capítulo 5
Ella permanece callada mientras yo la observo pasmada, a la espera de una explicación. No obtengo más que la intensa mirada de sus ojos azules desde el otro lado de la estancia. Me siento como si estuviera analizándome bajo la lente de un microscopio y la copa de vino empieza a revolverse en mi estómago, dando vueltas sin parar mientras me balanceo nerviosa sobre mis tacones.
—¿Qué es esto, una broma? —digo medio riéndome.
Sigo esperando a que me ilumine, pero no dice nada.
Intento ignorar el magnífico cuerpo femenino que tengo delante y busco desesperadamente en mi cerebro algún tipo de guía o instrucción. No sirve de nada. No estoy ciega. Lo cierto es que me he imaginado su cuerpo más de una vez, y he de decir que supera con creces mis mejores fantasías y expectativas. Esta mujer es más que perfecta. ¿Qué se supone que debería hacer? Sigue ahí, de pie, con la cabeza ligeramente inclinada, mirándome con fijeza bajo sus larguísimas pestañas. Su mirada es penetrante, tiene la boca entreabierta y percibo el subir y bajar de su respiración. Si vestida me deja sin palabras, verla así me arrastra al borde del infarto. Respiro hondo.
Madre mía, tiene los músculos del abdomen bien definidos y el vientre en V ligeramente marcado. Su respiración agitada hace que los músculos se tensen y se destensen, y la frecuencia de las inhalaciones hace fracasar su intento de aparentar impasibilidad. Está muy nerviosa. ¿Qué hace ahí y así, sólo con unos vaqueros y un sujetador, mostrando todavía más su belleza? Me abofeteo mentalmente. Salta a la vista a qué está jugando. Sabía que no debía confiar en ella. Es tan irreal y tan tremendamente presuntuosa que casi pierde todo su atractivo... casi.
Me río para mis adentros. No pierde nada de atractivo. Al contrario. Me invade el deseo.
¿Esperaba verla? Sí, lo admito. Pero ¿así? Sí, la verdad es que sí. Es prácticamente en lo único que he pensado desde que le puse los ojos encima.
Tiene los brazos caídos a ambos lados del cuerpo, pero su actitud es segura y decidida. Me observa con una determinación absoluta, y su mirada me dice que estoy a punto de morir de placer. Debería marcharme pero, por más que sepa que he de hacerlo, por más que mi sensatez me obligue a huir, no lo hago. En vez de eso, bajo la mirada hasta sus muslos y me imagino a mi misma recorriéndolos con mis dedos lo que hace que una violenta sacudida de deseo me sacuda el estómago.
Mi cuerpo se bloquea, presa del pánico, y tengo sentimientos encontrados. Mi lado prudente me insta a largarme de aquí, pero mi lado temerario me ruega que me quede y que acepte quierea darme. Esto está mal. Acabo de charlar con su novia en el piso inferior. Bueno, charlar exactamente no. Eso implicaría que hubiera sido una conversación amistosa, y no es el caso.
Mi mente en conflicto hace que cambie de postura mientras separo los labios e inspiro profundamente. Agacho la cabeza.
—Relájate, Santana —me tranquiliza con voz suave—. Sabes que lo estás deseando.
Casi rompo a reír. ¿Y quién no? Sólo hay que verla. Me quedo quieta. El único movimiento visible es el de mi corazón golpeándome el pecho, y su ritmo se multiplica por diez cuando ella empieza a caminar hacia mí despacio, con los ojos clavados en los míos.
Cuando se encuentra a tan sólo unos centímetros de distancia, su aroma fresco y afrutado me inunda la nariz y hace que el cuerpo se me tense de manera involuntaria. No sé cómo lo consigo, pero dejo la mirada fija en la suya y levanto la vista para mantener el contacto mientras se acerca hasta que la tengo ante mí. Está lo más cerca que puede estarlo sin llegar a tocarme físicamente. Si existe un equivalente al DEFCON1 de alerta máxima para el cuerpo humano, acabo de alcanzarlo.
—Date la vuelta —ordena con voz suave.
Yo obedezco sin pensar y me vuelvo despacio mientras resoplo y cierro los ojos con fuerza.
¿Qué estoy haciendo? Ni siquiera he vacilado. Mis hombros se tensan a la espera de su tacto, y mis esfuerzos mentales por obligarme a relajarme no están funcionando. El único sonido que interrumpe el ensordecedor silencio es el de las respiraciones agitadas de ambas. Permanezco así durante unos instantes y pronto me dispongo a volverme para tenerla de nuevo de frente, pero ella me detiene al posar sobre mis hombros sus dos manos firmes, cálidas y ligeramente temblorosas. Me estremezco con su roce, y ella levanta una mano lentamente, como para asegurarse de que no voy a moverme. Me recoge el pelo suelto y lo deja caer sobre mi rostro.
En mi oscuridad privada, oigo que mi cerebro me grita que huya, pero mi cuerpo tiene otros planes completamente diferentes y, desafiante, desoye cualquier orden procedente de mi interior. Brittany vuelve a colocarme la mano sobre el hombro y empieza a masajearme muy despacio los músculos tensos. La sensación es maravillosa. Balanceo la cabeza en un gesto de agradecimiento y mis labios dejan escapar un leve suspiro. La presión aumenta y me deleito en los deliciosos movimientos de sus manos al mismo tiempo que siento cómo su aliento caliente y fresco se aproxima a mi oído. Me estremezco y acerco la cara a la suya. Sé que la estoy incitando, pero a estas alturas ya he perdido el sentido por completo. Quiero más.
—No pares —susurra, y las vibraciones de su voz provocan oleadas de placer por todo mi cuerpo. Estoy temblando. Se me ha ido totalmente de las manos.
Tengo un nudo en la garganta.
—No quiero hacerlo.
Apenas reconozco mi voz. No puedo creer que me haya atrapado de esta manera; no puedo creer que esté accediendo a esto.
—Me alegro. Porque no creo que te lo permitiese —dice, y presiona toda la parte delantera de su cuerpo contra mi espada, mientras su boca se abre junto a mi oído—. Voy a quitarte el vestido.
Apenas consigo asentir, pero ella capta mi respuesta y empieza a mordisquearme el lóbulo, lo que aumenta la implacable presión que ya siento en mi vibrante interior.
—Eres demasiado guapa, Santana —ronronea mientras me roza la oreja con sus labios.
—Oh, Dios... —Me apoyo en ella y siento sus pechos pegados a mi espalda.
—¿Notas eso? —Comienza a trazar círculos con sus caderas y yo lanzo un gemido—. Voy a hacer que grites mi nombre cuando estés a punto de explotar.
Sus palabras están cargadas de un convencimiento absoluto. Brittany sí, quiero gritar su su nombre.
Me siento completamente esclava de ellas. Sé que debe de tener mucha práctica en estos menesteres; debe de haber pulido el don de la seducción hasta convertirlo en un arte. No me estoy engañando a mí misma. Las mujeres deben de caer rendidas a sus pies día sí, día también. Tiene mucha experiencia en el tema y siempre consigue lo que quiere, pero no me importa lo más mínimo. En estos momentos estoy aquí para ella, sin conciencia ni indecisión. He dejado a un lado cualquier resquicio de cautela. ¿Qué daño puede hacerme algo así?
Siento que su dedo índice comienza a ascender lentamente desde el final de mi espalda hasta el centro de mi columna y la cabeza empieza a darme vueltas sin control.
Imploro a mis manos que permanezcan a ambos lados de mi cuerpo, pero lo que en realidad deseo es volverme y devorarla, aunque ella ya ha impedido que lo haga en una ocasión. Es evidente que le gusta tener el control.
Cuando alcanza la parte superior de mi vestido, coge la cremallera y me apoya la otra mano en la cadera. Yo doy un respingo. Tengo muchas cosquillas ahí, y cualquier roce en la cadera o en el hueco que tengo justo encima me hace saltar. Cierro los ojos con fuerza y me esfuerzo cuanto puedo por ignorar su caricia. Es difícil, pero su propia mano, que ocupa toda mi cadera, me retiene y me mantiene inmóvil.
Me baja la cremallera del vestido con lentitud y oigo cómo suspira al ver mi piel desnuda. Aparta la mano de mi cadera y yo me sorprendo añorando su calor al instante. Pero entonces noto que sus dos manos se deslizan bajo la tela de mi vestido hasta detenerse sobre mis hombros descubiertos. Flexiona los dedos y me aparta el vestido por delante antes de arrastrarlo muy despacio por mi cuerpo hasta dejarlo caer al suelo.
Ella se queda sin aliento, y yo doy gracias a todos los santos por haberme puesto ropa interior decente. Estoy de pie en sujetador, bragas y tacones, totalmente a merced de ella. ¿Qué diablos estoy haciendo?
—Mmm, encaje —susurra.
Me agarra de la cintura, me levanta para sacarme del vestido arrugado que ya descansa sobre el suelo y me da la vuelta para ponerme de cara a ella. Con estos tacones estamos a la misma altura. Con sólo levantar ligeramente la vista me encuentro con sus preciosos labios carnosos y deseo que los pegue a los míos. Estoy perdiendo mi capacidad de autocontrol a pasos agigantados, y mi conciencia hace ya rato que me ha abandonado. Estoy muy excitada, y con esta mujer no es de extrañar.
Acerca una mano a mi pecho y con el pulgar me dibuja círculos alrededor del pezón por encima del sujetador. Mantiene la mirada fija en sus movimientos. Se me erizan los pezones con el contacto, y se endurecen bajo la tela de la prenda interior. Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios. Es consciente del efecto que está teniendo en mí. Acerca también el dedo índice, me pellizca la rígida protuberancia y hace que mis pechos palpiten y se transformen en pesados y ansiosos montículos. Me extasía por completo que esta mujer me estudie tan de cerca, que me esté provocando hasta hacerme temblar de desesperación. Todavía no puedo creerme que esté haciendo esto, pero ¿acaso puedo pararla?
Observo que eleva la otra mano hasta cubrirme el otro pecho. Las mías se niegan a seguir alejadas de ella. Levanto los brazos y apoyo las palmas sobre sus pechos a través del sujetador. Me quedo sin aliento. La imito y realizo el mismo movimiento sobre cada uno de sus pechos y sonrío para mis adentros al sentir cómo se estremece bajo mi tacto. Deja escapar un leve gruñido gutural. Pero antes de que pueda empezar a disfrutar del acceso a su cuerpo, ella me da la vuelta otra vez y siento ganas de gritar.
—Quiero verte —suspiro.
—Chis —me ordena mientras me desabrocha el sujetador y pasa las manos por debajo de los tirantes.
Los desliza por mis brazos y deja caer la prenda al suelo antes de cubrirme de nuevo los pechos con las manos, y empieza a amasarlos de manera deliberada, sin dejar de exhalar su respiración caliente e intensa junto a mi oído.
—Tú y yo —ruge.
Entonces me da la vuelta y pega sus labios contra los míos hasta dejarme sin aliento.
Vuelvo a estar donde quiero estar. Me roza el labio inferior con la lengua y busca con ella una entrada que no le niego. La acepto en mi boca y nuestras lenguas se baten en duelo. Tiene la boca caliente, y su lengua es laxa pero intensa. Le rodeo los hombros con los brazos para acercarla más mientras ella presiona contra mi vientre una de sus piernas. Todas las partes de su cuerpo son perfectas. Es tal y como me la había imaginado.
Se le escapa un leve gemido de entre los labios cuando me acaricia la espalda con las dos manos hasta cobijar mi cabeza entre ellas. Me agarra la nuca con los dedos y apoya las palmas sobre mis pómulos. Brittany interrumpe el beso y yo jadeo ante la pérdida. Sus hombros se elevan y descienden debido a las respiraciones profundas con las que intenta llenar sus pulmones. De repente, apoya la frente contra la mía con los ojos cerrados. Parece estar sufriendo.
—Voy a perderme en ti —suspira mientras desliza la mano por la curva de mi columna hasta detenerse en la parte posterior de mi muslo.
Con un leve tirón me levanta una pierna hasta su cadera y me agarra el trasero con la otra mano. Busca mi mirada con desesperación.
—Hay algo entre nosotras —susurra—. No son imaginaciones mías.
No, no lo son. Recuerdo lo que sucedió el viernes, cuando la vi por primera vez. Sentí como si me hubiese electrocutado, todo tipo de reacciones extrañas azotaron mi mente y mi cuerpo. Aquello no fue normal, y me alivia saber que no fui la única que lo sintió.
—Hay algo —confirmo en voz baja, y de inmediato observo cómo la expresión de sus ojos muta de la incertidumbre a la satisfacción plena.
Estoy de pie sobre una pierna, medio enredada alrededor de su cintura, lista para sentirla más. Lista para que me haga gritar su nombre. Necesito sus labios contra los míos. Como si me leyera la mente, inclina la cabeza y me busca la boca con la suya, pero esta vez lo hace de una manera más calmada y pausada. Presiona la pelvis contra mi cuerpo y al instante advierto un importante aumento de necesidad en mi entrepierna. Soy incapaz de controlarla; no quiero hacerlo.
Mientras clava la cadera contra la mía, sigue poseyendo mi boca lentamente y ambas sensaciones combinadas me acercan al límite. Si me toca, es probable que estalle.
Su beso se intensifica y la presión de su cadera aumenta.
—Por Dios —murmura contra mis labios—. No lo fastidies.
¿No lo fastidies? ¿Por qué me suplica eso? ¿O se lo está rogando a sí misma? De repente todo cobra sentido cuando oigo a otra persona gritar el nombre de Brittany. Reconozco la voz fría y desagradable de Sarah. Y así, sin más, el placer que no paraba de aumentar desaparece más rápido de lo que ha llegado.
«¡Mierda, mierda, mierda!», grito sin cesar para mis adentros. Mi cuerpo lánguido y excitado se torna rígido de repente y clavo los dedos en los hombros de Brittany. Pero ¿qué estoy haciendo? Su novia anda por aquí, es probable que esté ahí fuera, y yo estoy aquí, toda excitada, con las manos de su novia por todo el cuerpo. ¡Soy una persona horrible!
Ella me besa con más intensidad, hasta hacer que me duelan los labios. Su lengua me invade la boca con necesidad. Sé que está intentando que vuelva al juego. Me suelta el muslo y me agarra de la cadera para que no me mueva. Cree que voy a salir huyendo. Y voy a hacerlo. Me libera los labios y mi cabeza desciende automáticamente.
—La puerta está cerrada con llave —me asegura en voz baja.
¡Ahora ya no puedo seguir con esto! Quizá no me guste esa mujer, pero no soy una ladrona de novias. He metido la pata, aunque todavía estoy a tiempo de parar esto antes de que sea demasiado tarde. Ella sube la mano y me agarra de la mandíbula, me levanta la cara y me la sujeta con fuerza mientras clava su mirada de ojos azules en mí. Me observa con desesperación buscando algo en mi rostro, creo que esperanza.
—Por favor —logra articular.
Yo niego ligeramente con la cabeza a pesar de la presión que ejercen sus manos, bajo la mirada hasta sus pechos y cierro los ojos con fuerza. Me agarra la cintura con más intensidad y me sacude la mandíbula levemente en un intento exasperado por sacarme del caparazón en el que me he encerrado.
—No te vayas. —Lo dice casi entre dientes, haciendo que parezca una orden.
—No puedo hacerlo —susurro, y siento que aparta las manos de mí con un gruñido de frustración.
—¿Brittany? —oigo la voz de Sarah de nuevo, pero esta vez más cerca.
Totalmente aturdida, recojo mi vestido del suelo, corro hacia el cuarto de baño, cierro de un portazo y echo el pestillo. Me apoyo contra la puerta, casi desnuda, e intento controlar mi respiración irregular. Miro al techo tratando de evitar que se me caigan las lágrimas. Estoy muy decepcionada conmigo misma.
Me parece oír unas voces procedentes del dormitorio e intento estabilizar mis jadeos para escuchar lo que está pasando. Pero no hay nada. Ni ruido, ni voces... nada.
Me maldigo por estar medio desnuda, por no poder escapar y por tener que esconderme en el cuarto de baño como la mujerzuela desesperada que soy. No me siento cómoda con esta sensación. Me avergüenzo totalmente de mí misma. Me han puesto los cuernos muchas veces y yo he puesto a caer de un burro a todas esas mujeres que se han entrometido en mis relaciones. Después de muchas botellas de vino, las he condenado, las he maldecido y les he deseado el peor de los castigos. Ahora me he convertido en una de ellas. Lanzo un gruñido y me golpeo la frente con la palma de la mano.
«¡Serás zorra!»
Oigo que se cierra una puerta y me pongo rígida. ¿Eso es que se marcha o que vuelve?
Sea como sea, tengo que vestirme. Busco mi sujetador entre el fardo de tela del vestido que tengo en las manos. No está. Sacudo el traje frenéticamente y rezo para que aparezca... sin éxito. Suspiro y me meto en el vestido, me lo ajusto al cuerpo y estiro los brazos hacia atrás para abrocharme la cremallera. Tendré que pasar sin él, porque no pienso intentar recuperarlo en la habitación.
Me acerco al espejo para inspeccionarme. Tal y como imaginaba, estoy espantosa.
Tengo los ojos llenos de lágrimas sin derramar, los labios hinchados y rojos y las mejillas coloradas. Parezco turbada. Estoy turbada. Intento en vano recomponerme para salir al menos con un poco de dignidad, pero no hay manera de ocultar mi aspecto consternado. Va a ser el momento más vergonzoso de mi vida.
Un golpe en la puerta me sobresalta.
—¿Santana?
No contesto. Vaya, parece enfadada. Me atuso el pelo con los dedos y me seco las lágrimas con papel. Sigo horrible, pero sé que me sentiré mejor en cuanto salga de aquí. Me preparo para hacer frente a una mujer frustrada que intenta evitar mi marcha y quito el pestillo con cautela. La puerta se abre al instante y casi me tira al suelo. Brittany está al otro lado, enfadada y bloqueándome la salida.
Inspecciono el dormitorio a sus espaldas y compruebo que estamos solas. Debe de mentir muy bien, porque sigue en sujetador y Sarah no está en la habitación intentando arrancarme los pelos. No tiene ningún derecho a mirarme con desaprobación ni a hacerme sentir como si la hubiese decepcionado. La aparto a un lado y paso.
—¿Adónde diablos vas? —grita a mis espaldas.
No le contesto. A paso ligero, agarro mi bolso, salgo al descansillo y me marcho mientras lo oigo maldecir.
—¡Santana! —grita.
Desciendo la escalera a toda prisa y mirando de vez en cuando hacia arriba. Veo que Brittany sale de la suite y se pone una camiseta como puede. Me desvío hacia el bar para recoger el teléfono y veo que Mario está sirviendo a unos caballeros. Mis buenos modales me impiden exigírselo al instante, de modo que espero pacientemente sin parar de moverme con inquietud.
—¿Ya tienes lo que has venido a buscar? —dice Sarah, y su voz fría me hiela la carne.
Dios mío, ¿lo sabe? ¿Lo dice con doble sentido?
Me vuelvo y le regalo una sonrisa falsa.
—¿Te refieres a las medidas? Sí.
Ella me observa con el codo apoyado en la cadera y sosteniendo el gin-tonic de endrinas ante su rostro. Lo sabe. Esto es espantoso.
Brittany entra corriendo en el bar y se detiene derrapando ante nosotras. La miro con espanto. ¿No sabe lo que es el disimulo? Observo a Sarah para analizar su reacción ante la escenita y veo que nos estudia atentamente a ambas. No hay duda de que lo sabe. Tengo que largarme ahora mismo.
Me vuelvo hacia la barra y, por suerte, Mario me ve.
—Señorita López, tenga, pruebe esto —dice, y me pasa una especie de chupito.
—¿Tienes mi teléfono, Mario?
—Pruébelo —me insiste.
Desesperada por salir de aquí, me lo bebo de un trago. Me quema la garganta y sigue quemándome mientras recorre la laringe hacia el estómago.
Abro la boca en forma de O y cierro los ojos con fuerza.
—¡Madre mía!
—¿Le gusta?
Exhalo poco a poco el aliento caliente y le devuelvo el vaso.
—Sí, está muy bueno.
Empiezo a percibir un sabor a... ¿cerezas? El camarero recoge el vaso, me guiña un ojo y me pasa el teléfono.
Me aliso el vestido y cojo aire antes de volverme hacia las dos personas que no quiero volver a ver en la vida. Estoy convencida de que sobre la frente llevo un cartel de neón gigante con la palabra «Zorra» parpadeando.
—Te has dejado esto arriba.
Pierce me entrega mi carpeta, pero no la suelta cuando tiro de ella suavemente.
—Gracias —respondo, y arrugo la frente al ver que me mira con el ceño fruncido mientras se muerde el labio inferior. Por fin suelta la carpeta y me la meto en el bolso—. Adiós.
Las dejo a ambas en el bar y me dirijo hacia mi coche. No vendrá detrás de mí con Sarah delante, lo cual es todo un alivio.
Me meto en el coche, arranco el motor y hago caso omiso de la voz mental que me grita: «¡No deberías conducir así!» Sé que estoy siendo muy irresponsable, pero la desesperación no me deja alternativa. Doy marcha atrás para salir del aparcamiento y veo que Brittany atraviesa las puertas de La Mansión a gran velocidad. No puede ser. ¿Por qué no le cuenta directamente a su novia todo lo que ha pasado?
Pongo la primera a toda prisa y piso el acelerador. Arranco dejando una nube de humo tras de mí. Nunca he conducido mi Mini de un modo tan brusco. Cuando la nube negra se dispersa, veo por el retrovisor que Brittany sacude los brazos en el aire como una posesa. Acelero por el camino de acceso bordeado de árboles. La cabeza me da vueltas a causa de la bebida y la ansiedad.
Intento bloquear todo lo demás y centrarme en la carretera que tengo delante. No debería conducir. Tengo los sentidos nublados, y la bebida es sólo un factor menor que se suma a mi estado de histeria mental.
Miro el salpicadero y me doy cuenta de que voy a una velocidad absurda, sin luces y sin el cinturón. No estoy en lo que tengo que estar. Las puertas aparecen ante mí y levanto el pie del acelerador.
—Abríos, por favor, abríos —ruego mientras pongo el punto muerto—. ¡Abríos!
Al golpear el volante con frustración, hago sonar el claxon y doy un respingo en el asiento. El sonido de un coche que se acerca atrae mi vista hacia el retrovisor. Las luces se aproximan.
—¡Maldita sea! —exclamo.
El coche derrapa, se detiene detrás de mí y la puerta se abre de golpe. Brittany sale y se acerca a paso ligero a mi Mini. Es evidente que está furiosa. ¿Y todo por qué? ¿Porque no ha mojado?
Dejo caer los brazos y la cabeza sobre el volante, me siento totalmente vencida. Mi objetivo de escapar sin preguntas ni explicaciones se ha visto completamente frustrado. No tengo por qué contarle nada. La situación es detestable y habla por sí sola.
Brittany abre la puerta del conductor, me agarra del brazo, me saca del coche y quita las llaves del contacto.
—Santana —dice mientras me mira con desaprobación. Tengo ganas de gritarle, pero ella se me adelanta—: ¡Estás medio borracha! Te juro por Dios que como te hagas daño...
Me avergüenzo al escuchar sus palabras mientras me regaño mentalmente por ser tan imprudente. Permanezco de pie frente a ella, aguantando su descontento, sintiéndome humillada y patética. Me agarra la mandíbula con la mano y me mira desde arriba. Quiere besarme, lo veo en sus ojos. Por favor. Esto es lo que menos necesito ahora mismo. Con un movimiento brusco consigo que me suelte la cara.
—¿Estás bien? —me pregunta con suavidad, e intenta agarrarme de nuevo.
Consigo zafarme.
—Pues, por extraño que parezca, no, no lo estoy. ¿Por qué has hecho eso?
—¿No es evidente?
—Me deseas.
—Más que a nada —declara rotundamente.
—¿Qué?. ¿Lo habías planeado? ¿Era ésta tu intención cuando me llamaste ayer?
—Sí —admite en un tono que nada tiene que ver con la disculpa—. Te deseo.
No tengo ni idea de cómo enfrentarme a esto. Me desea, así que me ha tomado.
—¿Quieres abrir las puertas, por favor? —Me dirijo hacia ellas, pero siguen inmóviles cuando las alcanzo. Me vuelvo de la manera más amenazante que mi estado me permite—. ¡Abre las malditas puertas!
—¿De verdad crees que voy a dejar que deambules por ahí estando a kilómetros de casa?
—Pediré un taxi. No es problema tuyo. Abre las puertas.
—De eso nada, yo te llevo.
Miro su coche. Es un Aston Martin (todo blanco, brillante y precioso), me parece.
—¡Abre las putas puertas de una vez! —le grito.
—¡Controla esa puta boca!
¿Que controle mi boca? ¿«Mi puta boca»? Quiero golpearla, dejarme caer de rodillas y llorar de frustración, como un lobo que aúlla a la luna. Me siento como una idiota: humillada y avergonzada.
—No estoy preparada para ser otro de los muchos tantos que te anotas en el cabezal de la cama —le espeto.
Me respeto lo bastante a mí misma... lo suficiente como para no llegar a eso... más o menos.
—¿En serio piensas eso? —Está verdaderamente pasmada.
Señor, dame fuerzas. Esta mujer es el jugador definitivo, obtiene lo que quiere cuando quiere. ¿Quién se cree que es? Nuestro enfrentamiento se ve interrumpido cuando su móvil empieza a sonar.
Lo saca rápidamente del bolsillo.
—¿John? —Se da la vuelta y comienza a pasearse—. Sí... De acuerdo. —La llamada termina en seguida—. Yo te llevo a casa —insiste.
—No, por favor. Sólo abre las puertas. —Le estoy suplicando y ése no era el tono en el que pretendía hablarle.
—No, no voy a dejarte sola ahí fuera, Santana. Fin de la historia. Te vienes conmigo.
—No.
—Sí.
Vuelvo la cabeza bruscamente al oír que se acerca un coche por la carretera principal.
—¡Mierda! —ruge Brittany mientras vuelve a sacar apresuradamente el móvil del bolsillo al tiempo que intenta agarrarme.
Las puertas empiezan a abrirse y echo a correr hacia mi coche para coger el bolso.
—¡John, no abras las putas puertas! —grita por el teléfono—. ¡Vale, pues dile a Sarah que no lo haga!
En cuanto están lo bastante abiertas me deslizo entre ellas, justo antes de que empiecen a cerrarse de nuevo. Veo a Brittany correr hacia su coche y golpear algo en el salpicadero. Las puertas comienzan a abrirse de nuevo. ¿Es que no va a darse por vencida? Saco mi móvil y llamo a un taxi mientras comienzo a andar por la carretera. Alguien contesta y, justo cuando voy a hablar, me quedo sin aliento al notar que Brittany me agarra por la cintura.
—¡Pero qué...! —grito me da la vuelta y me agarra del brazo.
—No vas a vagar por ahí por tu cuenta, señorita —dice entre dientes con tono lleno de autoridad. Hace que me sienta más joven... o ella mayor, no lo tengo claro.
—¿A ti qué narices te importa? —le espeto. Estoy furiosa y no hago más que revolverme mientras me lleva hasta su coche.
—Pues, al parecer, nada, pero tengo conciencia. Tú de aquí no te vas si no es en mi coche. ¿Lo entiendes? — me guía hasta su vehículo. Lo cierra de un portazo y se encamina hacia mi Mini para apartarlo de la entrada.
Resopla mientras regresa y se mete en su coche. Me lanza una mirada feroz con el ceño fruncido, arranca y sale a toda velocidad.
El viaje de vuelta a casa es dolorosamente silencioso y terroríficamente rápido. Esta mujer es una amenaza en la carretera. Desearía que al menos encendiera la radio para deshacernos de este silencio tan incómodo.
Admiro con envidia el interior de su DBS. Estoy recostada en el asiento, rodeada de kilómetros de piel negra guateada, y miro por la ventana durante todo el camino a casa. Siento que su mirada se clava en mí de vez en cuando, pero la ignoro. Me concentro en el rugido gutural del motor mientras devora la carretera que se extiende ante nosotros. ¿Qué acaba de pasar?
Se detiene delante de casa de Quinn después de que, de manera breve y concisa, le indique cómo llegar. Me bajo del vehículo.
—¿Santana? —la oigo llamarme, pero cierro la puerta del coche y acelero mis pasos hacia la vivienda. Acepta mi excusa sin hacer más preguntas.
—Hay un juego de llaves extra en la maceta que se encuentra junto a la ventana de la cocina.
Se apresura a subir de nuevo la escalera y yo la sigo para, inmediatamente, abrir una botella de vino antes de buscar algo de comer en la nevera. Nada me llama la atención. Me centro en el vino.
—Sí, por favor. — Quinn irrumpe en la cocina.
Ya está en pijama, y yo me muero de ganas de ponérmelo también. Le lleno una copa mientras intento cambiar por otra la expresión de estupefacción que sé que aún tengo en la cara.
—¿Qué tal el día? —le pregunto.
Ella se deja caer en una de las sillas dispares que rodean la robusta mesa de pino.
—He pasado casi todo el día recogiendo portatartas. La gente debería ser lo bastante amable como para venir a devolvérmelos. —Toma un sorbo de vino y deja escapar un suspiro apreciativo.
Me siento a la mesa con ella.
—Tienes que empezar a pedir una fianza.
—Ya lo sé. Oye, he quedado mañana por la noche.
—¿Con quién? —inquiero mientras me pregunto a mí misma si éste o esta pasará de la primera cita.
—Una clienta que está muy buena. Vino a recoger una tarta para el primer cumpleaños de su sobrina, una tarta de «Jungla sobre ruedas». ¿A que es adorable?
—Mucho —admito—. ¿Y cómo surgió la cosa?
—Se lo pedí yo —contesta, y se encoge de hombros.
Me río. Su confianza en sí misma es fascinante. Creo que posee el récord mundial en número de primeras citas. La única relación larga que ha tenido fue con mi hermana, pero nunca hablamos de eso. Desde que rompieron y Rachel se trasladó a Australia, Quinn ha tenido infinidad de citas y con ninguna ha ido más allá de la primera.
—Voy a cambiarme y a llamar a mi madre. —Me levanto y me llevo la copa conmigo—. Ahora te veo en el sofá.
—Guay.
Necesito hablar con mi madre. Quinn es mi mejor amiga, pero no hay nada como una madre cuando lo que quieres es que te reconforten. Aunque no puedo contarle por qué necesito que me reconforten. Se horrorizaría.
Después de ponerme un pantalón de chándal y una camiseta de tirantes, me desplomo sobre la cama y llamo a mi madre. Sólo suena una vez antes de que descuelgue.
—¿Santana? —Su voz es aguda, pero reconfortante.
—Hola, mamá.
—¿Santana? ¿Santana? Joseph, no la oigo. ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Santana?
—Estoy aquí, mamá. ¿Me oyes?
—¿Santana? Joseph, no funciona. No oigo nada. ¡Santana!
Oigo los las protestas ahogadas de mi padre en la distancia, antes de que se ponga al teléfono.
—¿Hola?
—¡Hola, papá! —grito.
—¡Joder, no hace falta que grites!
—Es que mamá no me oía.
—Porque tenía el puñetero teléfono del revés, la muy tonta.
Oigo la risa de mi madre de fondo, seguida de una palmada que, sin lugar a dudas, es un golpe que le ha propinado a mi padre en el hombro.
—¿Está ahí? ¿La oyes? Pásamela. —Discuten brevemente antes de que mi madre vuelva a ponerse al teléfono—. ¿Santana? ¿Estás ahí?
—¡Sí!
¿Por qué no habré llamado directamente al teléfono fijo? Insistió en que la llamara al móvil nuevo para poder practicar y así cogerle el truco, pero, por todos los santos, mira que le cuesta. Sólo tiene cuarenta y siete años, pero es una completa tecnófoba.
—Ah, mucho mejor ahora. Ya te oigo. ¿Cómo estás?
—Bien. Estoy bien, mamá. ¿Y tú?
—Aquí todo bien. ¿Sabes una cosa? Tenemos un notición. —No me da la oportunidad de intentar adivinar a qué se refiere—: ¡Tu hermana va a venir a visitarnos!
Me incorporo nerviosa. ¿Rachel va a venir a casa? Hace seis meses que no veo a mi hermana. Está pegándose la vida padre en la Costa de Oro, trabaja como instructora de surf y sólo viene a casa una o dos veces al año. Antes estábamos muy unidas. Quinn va a alucinar cuando se entere, y no en el buen sentido.
—¿Cuándo? —pregunto.
—El domingo que viene. ¿A que es estupendo? Justo le comentaba a tu padre la semana pasada que teníamos que ir a verla, pero el no quiere montarse en un avión. Ya sabes cómo es.
El miedo a volar de mi padre es muy frustrante para mi pobre madre, que todos los años tiene que soportar un viaje en coche de dos días hasta España.
—¿Sabes qué planes tiene? —pregunto.
—Llega a Heathrow y se viene directamente a Cornualles para pasar la semana conmigo y con papá. Después volverá a Londres. ¿Vendrás tú también? Hace semanas que no vienes a vernos.
De repente me siento fatal. Llevo cerca de ocho semanas sin ver a mis padres.
—Es que he estado muy ocupada con el trabajo, mamá. Estamos con la inauguración del Lusso y es una locura. Haré lo que pueda, ¿vale?
—Ya lo sé, cariño. ¿Cómo está Quinn? —me pregunta.
Mi madre todavía adora a Quinn. Se quedó igual de deshecha que yo cuando Rachel y ella lo dejaron.
—Está fenomenal.
—Estupendo. ¿Y sabes algo de Dani? —me pregunta vacilante.
Sé que espera que la respuesta sea un NO rotundo. No lo pasó tan mal cuando fuimos Dani y yo quienes lo dejamos. No le caía muy bien que digamos. Bueno, pensándolo bien, Dani no le caía muy bien a casi nadie. Hemos hablado alguna vez desde que nos separamos, pero mamá no necesita saberlo.
—No, estoy en otras cosas —le informo y la oigo suspirar de alivio.
Prefiero no contarle en qué otras cosas he estado centrada. Me siento demasiado avergonzada de mí misma.
—Bien. ¡Joseph, ve a abrir la puerta! Santana, tengo que colgar. Ha venido Sue a recogerme para ir a yoga.
—Vale, mamá. Te llamo la semana que viene.
—De acuerdo. ¡Buena suerte con la inauguración y diviértete también un poco! —me ordena.
Sé que piensa que he desperdiciado siete años en dos relaciones que no valían la pena. Y tiene razón, lo he hecho.
—Adiós, mamá. —Cuelgo.
Rachel viene a casa. Bueno, eso me ha animado un poco. Siempre me siento mejor después de hablar con mi madre. Están a kilómetros de distancia y los echo muchísimo de menos, pero me reconforta el hecho de que hayan dejado atrás la locura que es Londres al prejubilarse y trasladarse a Newquay, sobre todo después del susto que nos dio papá con aquel ataque al corazón.
El móvil empieza a sonar y miro la pantalla esperando ver el número de mi madre —seguro que se le ha olvidado bloquear el teclado y se ha sentado encima—. Pero no es ella. Es Brittany Pierce.
«Uffffffffff.»
—Rechazar —resoplo. Pulso el botón rojo y lanzo el teléfono sobre mi cama.
Salgo de mi cuarto y me voy con Quinn al sofá. Oigo que vuelve a sonar mientras me dirijo al salón. Hago caso omiso. La tía nunca se da por vencida. Al menos no tengo que volver a verla. Me ha dado la excusa perfecta para negarme en rotundo a diseñar cualquier cosa para ella.
Silfide**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 04/06/2013
Edad : 30
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
hoooolaaass!!!!!
examnes , trabajos ?? ohh estoy igual que tu uff!!!
al menos me queda menos de un mes de clases XD..
mm el capitulo wooo wooo he quedado woo
sarah quien es?? me intriga es la novia de brit?? xq san no le pregunta
para salir de la duda ...
que caracter por dios, de san y britt cuando hablaban o mejor dicho gritaban con la cosa del auto jajaj
britt como que quedo frustrada mmm
ATENTAA A TU ACTUALIZACION!!!
saludos naya animo con los estudios!!
examnes , trabajos ?? ohh estoy igual que tu uff!!!
al menos me queda menos de un mes de clases XD..
mm el capitulo wooo wooo he quedado woo
sarah quien es?? me intriga es la novia de brit?? xq san no le pregunta
para salir de la duda ...
que caracter por dios, de san y britt cuando hablaban o mejor dicho gritaban con la cosa del auto jajaj
britt como que quedo frustrada mmm
ATENTAA A TU ACTUALIZACION!!!
saludos naya animo con los estudios!!
raxel_vale****** - Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 34
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Hola! No sé porqué tenía la sensación de que había comentado los capítulos anteriores, pero al parecer no u.u
Estuvieron geniales!! Me encantaron y la historia está muy buena. Algo me decía que entre ellas eso no iba a suceder, porque era algo rápido y siempre suelen hacernos desear y esperar esas escenas xD Tengo la sensación de que hay toda una explicación con respecto a Sarah. Además algo me dice que "La mansión" no es sólo un hotel así no más, pero voy a esperar si estoy en lo correcto o no xD
Estaré esperando el siguiente capítulo.
Besos! :D
Estuvieron geniales!! Me encantaron y la historia está muy buena. Algo me decía que entre ellas eso no iba a suceder, porque era algo rápido y siempre suelen hacernos desear y esperar esas escenas xD Tengo la sensación de que hay toda una explicación con respecto a Sarah. Además algo me dice que "La mansión" no es sólo un hotel así no más, pero voy a esperar si estoy en lo correcto o no xD
Estaré esperando el siguiente capítulo.
Besos! :D
Maitehd***** - Mensajes : 255
Fecha de inscripción : 28/04/2013
Edad : 34
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Hola.
Quede demasiado incornforme en este capítulo y de verdad no se porque o tal vez si, la historia me gusta y así, pero me choca que Brittany tenga una especie de magia que puede controlar a Santana y Santana como una completa idiota cae en sus encantos, después pasó lo que tuvo que pasar y luego esta Sarah necesito saber de la boca de Brittany quien es Sarah en su vida porque es algo demasiado desesperante, y luego Santana se va corriendo eso es demasiado chocante y luego le llega una iluminación y reflexiona que ya no tiene que ver q Brittany, de verdad me hizo a enojar. Lo repito me encanta la historia y estoy ansiosa por ver más.
Espero tu actualización. :)
Quede demasiado incornforme en este capítulo y de verdad no se porque o tal vez si, la historia me gusta y así, pero me choca que Brittany tenga una especie de magia que puede controlar a Santana y Santana como una completa idiota cae en sus encantos, después pasó lo que tuvo que pasar y luego esta Sarah necesito saber de la boca de Brittany quien es Sarah en su vida porque es algo demasiado desesperante, y luego Santana se va corriendo eso es demasiado chocante y luego le llega una iluminación y reflexiona que ya no tiene que ver q Brittany, de verdad me hizo a enojar. Lo repito me encanta la historia y estoy ansiosa por ver más.
Espero tu actualización. :)
iFannyGleek****** - Mensajes : 335
Fecha de inscripción : 03/10/2013
Edad : 27
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Owwww uff impresionante
Si no hubiera sido por la Sahara , hubiera explotado todo!! Cjs que bueno esto se pone interesantemente candente
Espero Santana no sea tan tonta jaja
Me agradan sus discusiones
En espera ...
Saludos :)
Si no hubiera sido por la Sahara , hubiera explotado todo!! Cjs que bueno esto se pone interesantemente candente
Espero Santana no sea tan tonta jaja
Me agradan sus discusiones
En espera ...
Saludos :)
Kristen Rivera****** - Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
no entendi nada, quien c..... es esa sarah de los mil demonios, pq santana no deja hablar a britt, en fin.....pq todo es tan complicado?
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
NUUUUUUUUU,.... LA MATO,... LA MATO!!! SARAH HIJA DE LA GRAN P,..!!!
(respira,... respira,...) holap,.... como estas???
muy interesante el capitulo,....
me podes sacar la duda de QUIEN ES SARAH EN LA VIDA DE BRITT? (antes que la mate)
me morí de risa con la mama de san!!!!
rachel y quin se van a volver a ver,....???? FABREY!!!!
bueno creo que no moriré todavía,.... nos leemos en la próxima!!!!
LU!!!!!
(respira,... respira,...) holap,.... como estas???
muy interesante el capitulo,....
me podes sacar la duda de QUIEN ES SARAH EN LA VIDA DE BRITT? (antes que la mate)
me morí de risa con la mama de san!!!!
rachel y quin se van a volver a ver,....???? FABREY!!!!
bueno creo que no moriré todavía,.... nos leemos en la próxima!!!!
LU!!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Faberry por favor <3 _ <3
Esto se pone cada vez más interesante ;)
Kristen Rivera****** - Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
KE PASO AKI???????????????????????????????????????? OSEA SANTY TEN UN POKITO MAS D CRITERIO NO??????????????? PRIMERO KE NI LOCA TE METES CN LA GUAPA SEÑORA, K TIENE NOVIA, K MEJOR SOLTERA, K NO OCUPA A NADIE AHORA, KE BLA BLA BLA BLA Y A LA PRIMERA KE TIENE VA Y TODA FACIL SE LE PONE??????????????????? DEMASIADAS VUELTAS DEMASIADO RAPIDO........Y NO PRIMERO SE DESNUDA Y LA ALBOROTA Y YA LUEGO SE VA INDIGNADA LA MUY DAMA??????????????? PERO KE LE PASA??????????? JUMMMMMM ME ENCANTA KE BRITT NO LA DEJE IR ASI CM ASI PERO CREO KE DETRAS DE ESE "CASUAL ENCUENTRO" HAY ALGO MÁS KE SANTY NO SABE Y BRITT SI????????? ME IMAGINO KE BRITT YA LA HABIA CONOCIDO MINIMO DE VISTA PORKE DE LA NADA NO LA VA A SEGUIR PARA TODO LADO O SI??????????????????? MMMMM...............TNGO KE ADMITIR KE NO ESPERABA KE LA HISTORIA SE DESARROLLARA ASI D RAPIDO Y D ESTA FORMA...ME IMAGINÉ A UNA SANTANA MAS RESPETUOSA CN RESPECTO A SARAH (AUNKE NO SEAN NADA REALMENTE) Y PUES TAMBIEN ESPERABA KE SE HICIERA UN POCO MÁS LA DIFICIL U.U PERO IGUAL M GUSTA LA HISTORIA ESTOY MUY INTRIGADA CON LO KE VIENE ASI KE APURALE A ACTUALIZAR SALUDOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
kaorip0***** - Mensajes : 200
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Edad : 32
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Holaaa! me perdi 2 capitulos, si, ya se, soy una mala seguidora, pero no me puedes culpar del todo porque ya me los lei
Solo quiero saber quien es Sarah!, me fastidia un poco pero supongo que debe ser importante en la historia.
En fin, me encantaron los capitulos, Brittany es una mandona, seguro tiene una razon para serlo.
Cuidate, hasta la proxima actualizacion,
Solo quiero saber quien es Sarah!, me fastidia un poco pero supongo que debe ser importante en la historia.
En fin, me encantaron los capitulos, Brittany es una mandona, seguro tiene una razon para serlo.
Cuidate, hasta la proxima actualizacion,
laura.owens*** - Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 10/04/2012
Edad : 31
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
hooooolaaaaaaaaa.....queria decirte que tienes una nueva lectora.....esta muy buena esta adaptacion....
por fis por fis por fis no tardes mucho en actualizar....
saluditos...que estes bien...byee:D:
por fis por fis por fis no tardes mucho en actualizar....
saluditos...que estes bien...byee:D:
jas2602** - Mensajes : 95
Fecha de inscripción : 05/02/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Hola!!
Yo también andaba perdida, es que los parciales no me dejan :(
Bueno, no esta de más decirte que amo esta adaptación con tan solo 5 caps! ya me tenes comprada!!!!
En serio, esta buenisimo, amo lo loca que se pone San cuando Britt esta cerca, y lo seductora que puede llegar a ser la Señora de La Mansión!!!!
Que se me hace que San esta metiendo la pata, pero hondo!!, Me parece que lo de Sarah es un error y que San se va a querer tirar de un puente cuando se entere, que en fin de cuentas escapa de Britt sin motivo y hasta me parece que se armó toda una faceta de Britt que me parece que tampoco concuerda, así que San esta muy fuera de la línea.
Sólo espero que nuestra insistente y atractiva Señora de La Mansión, no se ofenda, aunque parece lejos de eso.............
Me encanta!!!!
Espero la actu!!
Saludos!! NaT!
Yo también andaba perdida, es que los parciales no me dejan :(
Bueno, no esta de más decirte que amo esta adaptación con tan solo 5 caps! ya me tenes comprada!!!!
En serio, esta buenisimo, amo lo loca que se pone San cuando Britt esta cerca, y lo seductora que puede llegar a ser la Señora de La Mansión!!!!
Que se me hace que San esta metiendo la pata, pero hondo!!, Me parece que lo de Sarah es un error y que San se va a querer tirar de un puente cuando se entere, que en fin de cuentas escapa de Britt sin motivo y hasta me parece que se armó toda una faceta de Britt que me parece que tampoco concuerda, así que San esta muy fuera de la línea.
Sólo espero que nuestra insistente y atractiva Señora de La Mansión, no se ofenda, aunque parece lejos de eso.............
Me encanta!!!!
Espero la actu!!
Saludos!! NaT!
naty_LOVE_GLEE- ---
- Mensajes : 594
Fecha de inscripción : 06/05/2013
Re: FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 15
Holaa Rachel!raxel_vale escribió:hoooolaaass!!!!!
examnes , trabajos ?? ohh estoy igual que tu uff!!!
al menos me queda menos de un mes de clases XD..
mm el capitulo wooo wooo he quedado woo
sarah quien es?? me intriga es la novia de brit?? xq san no le pregunta
para salir de la duda ...
que caracter por dios, de san y britt cuando hablaban o mejor dicho gritaban con la cosa del auto jajaj
britt como que quedo frustrada mmm
ATENTAA A TU ACTUALIZACION!!!
saludos naya animo con los estudios!!
Sí, mañana tengo que exponer un trabajo que llevo una semana haciendo y después ya mas trabajos y 3 parciales PFF. Que suerte que solo te quede un mes, mucho ánimo y suerte para lo que te queda!
No voy a desvelar que es Sarah para Brittany para que os sorprendáis por vosotras mismas, pero ahora voy a poner una pista cuando suba el siguiente capítulo.
Las dos tienen mucho carácter sobre todo Britt, ya veremos como influye en la historia e.e
Cuídate! Besos :)
Holaa!Maitehd escribió:Hola! No sé porqué tenía la sensación de que había comentado los capítulos anteriores, pero al parecer no u.u
Estuvieron geniales!! Me encantaron y la historia está muy buena. Algo me decía que entre ellas eso no iba a suceder, porque era algo rápido y siempre suelen hacernos desear y esperar esas escenas xD Tengo la sensación de que hay toda una explicación con respecto a Sarah. Además algo me dice que "La mansión" no es sólo un hotel así no más, pero voy a esperar si estoy en lo correcto o no xD
Estaré esperando el siguiente capítulo.
Besos! :D
No te preocupes jaj, me alegro de que te guste :3
Yo también lo pensaba al leerlo pero ya viste jaj, ya veremos que pasa ahora. Lo de Sarah voy a decir una pista después, pero voy a dejar que os sorprendáis.
Ahora que lo dices ya me estás haciendo conspirar contra "La mansión" jaj tendremos que esperar para saberlo.
Ahora mismo actualizo el siguiente.
Besos! :D
Holaa!iFannyGleek escribió:Hola.
Quede demasiado incornforme en este capítulo y de verdad no se porque o tal vez si, la historia me gusta y así, pero me choca que Brittany tenga una especie de magia que puede controlar a Santana y Santana como una completa idiota cae en sus encantos, después pasó lo que tuvo que pasar y luego esta Sarah necesito saber de la boca de Brittany quien es Sarah en su vida porque es algo demasiado desesperante, y luego Santana se va corriendo eso es demasiado chocante y luego le llega una iluminación y reflexiona que ya no tiene que ver q Brittany, de verdad me hizo a enojar. Lo repito me encanta la historia y estoy ansiosa por ver más.
Espero tu actualización. :)
Me alegro de que te guste la historia :)
Respecto a tu análisis, tienes mucha razón. Yo creo que Santana se siente demasiado atraída por Britt y cuando está cerca de ella se olvida de todo y claro luego vienen los resentimientos y por eso cambia tanto de idea, supongo que se irá viendo mejor conforme avance la historia.
Sobre Sarah ya veremos que es para Brittany, cuando actualice daré una pista.
Me alegro mucho de que te guste. Ahora mismo actualizo para que puedas leer más.
Gracias por leer y comentar.
Besos! :D
Holaa!Kristen Rivera escribió:Owwww uff impresionante
Si no hubiera sido por la Sahara , hubiera explotado todo!! Cjs que bueno esto se pone interesantemente candente
Espero Santana no sea tan tonta jaja
Me agradan sus discusiones
En espera ...
Saludos :)
Digo si hubiese explotado todo, pero no, se tuvo que meter en medio para estropearlo jaj
Cada vez se irá poniendo más interesante ya verás!
A mi también me gustan sus discusiones, son como que muy pasionales y ardientes :3
Ahora mismo actualizo.
Besos! :)
Holaa!micky morales escribió:no entendi nada, quien c..... es esa sarah de los mil demonios, pq santana no deja hablar a britt, en fin.....pq todo es tan complicado?
A ver vamos por partes jaj.
Sobre Sarah cuando actualice voy a dejar una pista, pero te os seguiré dejando con la duda para que lo descubráis vosotras mismas al ir leyendo.
Sobre Santana, tiene toda la razón es muy cambiante y siempre deja a Brittany con la palabra en la boca xdd
Y bueno ya sobre lo de ¿por qué es todo tan complicado? dicen que lo que merece la pena es difícil de conseguir no?
Besos! :)
Holaa!3:) escribió:NUUUUUUUUU,.... LA MATO,... LA MATO!!! SARAH HIJA DE LA GRAN P,..!!!
(respira,... respira,...) holap,.... como estas???
muy interesante el capitulo,....
me podes sacar la duda de QUIEN ES SARAH EN LA VIDA DE BRITT? (antes que la mate)
me morí de risa con la mama de san!!!!
rachel y quin se van a volver a ver,....???? FABREY!!!!
bueno creo que no moriré todavía,.... nos leemos en la próxima!!!!
LU!!!!!
Jaj estoy bien, liada con exámenes y trabajos pero bien y tú? ^^
Yo creo que todas queríamos matar a Sarah cuando interrumpió a las chicas xdd
Cuando actualice voy a dejar una pista sobre Sarah para que os hagáis una idea, pero tampoco voy a decir mucho que quiero que os sorprendáis conforme vayáis leyendo.
¿Habrá Faberry? pues no se lo todavía, ya lo diré más adelante.
Besos! :)
No se aún si habrá Faberry, ¿ te gustaría que hubiese?Kristen Rivera escribió:
Faberry por favor <3 _ <3
Esto se pone cada vez más interesante ;)
Ya lo diré más adelanto.
Y más interesante que se va a poner! :3
Holaa!kaorip0 escribió:KE PASO AKI???????????????????????????????????????? OSEA SANTY TEN UN POKITO MAS D CRITERIO NO??????????????? PRIMERO KE NI LOCA TE METES CN LA GUAPA SEÑORA, K TIENE NOVIA, K MEJOR SOLTERA, K NO OCUPA A NADIE AHORA, KE BLA BLA BLA BLA Y A LA PRIMERA KE TIENE VA Y TODA FACIL SE LE PONE??????????????????? DEMASIADAS VUELTAS DEMASIADO RAPIDO........Y NO PRIMERO SE DESNUDA Y LA ALBOROTA Y YA LUEGO SE VA INDIGNADA LA MUY DAMA??????????????? PERO KE LE PASA??????????? JUMMMMMM ME ENCANTA KE BRITT NO LA DEJE IR ASI CM ASI PERO CREO KE DETRAS DE ESE "CASUAL ENCUENTRO" HAY ALGO MÁS KE SANTY NO SABE Y BRITT SI????????? ME IMAGINO KE BRITT YA LA HABIA CONOCIDO MINIMO DE VISTA PORKE DE LA NADA NO LA VA A SEGUIR PARA TODO LADO O SI??????????????????? MMMMM...............TNGO KE ADMITIR KE NO ESPERABA KE LA HISTORIA SE DESARROLLARA ASI D RAPIDO Y D ESTA FORMA...ME IMAGINÉ A UNA SANTANA MAS RESPETUOSA CN RESPECTO A SARAH (AUNKE NO SEAN NADA REALMENTE) Y PUES TAMBIEN ESPERABA KE SE HICIERA UN POCO MÁS LA DIFICIL U.U PERO IGUAL M GUSTA LA HISTORIA ESTOY MUY INTRIGADA CON LO KE VIENE ASI KE APURALE A ACTUALIZAR SALUDOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
A Santana lo que le pasa es que Britt la vuelve loca y pierde la cabeza y luego ya razona y cambia completamente de opinión jaj
Aún no se si conocía Britt a Santana de antes o no, ya lo iremos descubriendo conforme avance la historia.
Yo también esperaba que se hiciese más la difícil, pero esta demostrado que no puede resistirse a los encantos de Britt e.e
Me alegro mucho de que te guste, ahora mismo actualizo.
Besos :)
Holaa!laura.owens escribió:Holaaa! me perdi 2 capitulos, si, ya se, soy una mala seguidora, pero no me puedes culpar del todo porque ya me los lei
Solo quiero saber quien es Sarah!, me fastidia un poco pero supongo que debe ser importante en la historia.
En fin, me encantaron los capitulos, Brittany es una mandona, seguro tiene una razon para serlo.
Cuidate, hasta la proxima actualizacion,
No te preocupes, me alegro de que los leyeses ^^
Sarah se va a hacer famosa de tanto que preguntáis quien es ella jaj cuando actualice daré una pista, pero no diré mucho más porque quiero que os vayáis sorprendiendo conforme avance la historia.
Puede ser que Brittany sea mandona por alguna razón, dentro de pocos capítulos sale algo de eso ahí lo dejo...
Cuídate tu también! Besos :)
Holaa!jas2602 escribió:hooooolaaaaaaaaa.....queria decirte que tienes una nueva lectora.....esta muy buena esta adaptacion....
por fis por fis por fis no tardes mucho en actualizar....
saluditos...que estes bien...byee:D:
Me alegro mucho de que te guste ^^
No tardo mucho, aquí me tienes actualizando otra vez jaj
Gracias por leer y comentar.
Cuídate! Besos :)
Holaa!naty_LOVE_GLEE escribió:Hola!!
Yo también andaba perdida, es que los parciales no me dejan :(
Bueno, no esta de más decirte que amo esta adaptación con tan solo 5 caps! ya me tenes comprada!!!!
En serio, esta buenisimo, amo lo loca que se pone San cuando Britt esta cerca, y lo seductora que puede llegar a ser la Señora de La Mansión!!!!
Que se me hace que San esta metiendo la pata, pero hondo!!, Me parece que lo de Sarah es un error y que San se va a querer tirar de un puente cuando se entere, que en fin de cuentas escapa de Britt sin motivo y hasta me parece que se armó toda una faceta de Britt que me parece que tampoco concuerda, así que San esta muy fuera de la línea.
Sólo espero que nuestra insistente y atractiva Señora de La Mansión, no se ofenda, aunque parece lejos de eso.............
Me encanta!!!!
Espero la actu!!
Saludos!! NaT!
Te entiendo, yo también ando de parciales y pff no me dejan tiempo casi para nada. Pero me alegro que hayas sacado tiempo para leer la historia ^^
Me alegro mucho de que te guste! verás que cada vez se pone más interesante :3
De lo de Sarah no voy a decir mucho, pero dejaré una pista ahora cuando actualice.
A mi también me encanta la señora de La Mansión así tan seductora e.e
Gracias por leer y comentar!
Besos :)
Silfide**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 04/06/2013
Edad : 30
FanFic: Mi mujer - Seducción [Brittana] Capítulo 6
Capítulo 6
—Buenos días —saludo a Kurt con voz cantarina cuando paso danzando ante su mesa el jueves.
Él me mira por encima de las gafas de montura gruesa —una descarada declaración de principios en cuanto a la moda y un esfuerzo por su parte para que se le tome más en serio—. Debería decirle que se deshiciese de esa camisa amarillo canario y de esos pantalones grises que parecen mallas. Quizá así lo consiguiera.
—Parece que alguien ha echado un polvo —dice con una sonrisa malévola—. Bienvenida al club. ¡Estoy exhausto!
—¡Venga ya! Kurt, eres un putón —contesto, y finjo una expresión de desagrado mientras tiro el bolso debajo de mi mesa—. ¿Alguna novedad? —pregunto para desviar la conversación de las perversiones sexuales de Kurt.
—No. Voy a salir a visitar a la señora Baines para darle un abracito. Anoche me llamó a las once para preguntarme si sería posible que los electricistas llegasen esta mañana. Me interrumpió en pleno acto de...
—¡Vale, vale! —digo con las manos levantadas—. No sigas.
Me siento y giro la silla para ponerme de cara a él.
—Perdona, cielo. ¡Es que fue una pasada! —insiste, y me guiña un ojo—. Pero bueno, está estresada porque tiene programado celebrar un baile de verano en julio y lo quiere todo terminado para entonces. ¡Lo lleva claro, bonita! Si no para de cambiar de idea jamás terminaremos. —De repente, se levanta de su silla, me lanza un beso en el aire a tres metros de distancia y dice—: ¡Au revoir, cielo!
—Adiós. Oye, ¿y Victoria? —le grito mientras se aleja.
—¡Ha ido a visitar a unos clientes! —grita, y cierra la puerta al salir.
Me vuelvo hacia mi escritorio y Sally me deja un café delante. Lo cojo al instante y le doy un sorbo mientras ella ronda mi mesa con nerviosismo.
—Patrick ha llamado para recordarte que hoy no vendrá —dice.
—Gracias, Sally. ¿Qué tal el fin de semana?
Ella sonríe y asiente con entusiasmo mientras se sube las gafas.
—Muy bien, gracias por preguntar. Terminé el punto de cruz y limpié todas las ventanas, por dentro y por fuera. Fue estupendo —contesta, y sonríe vagamente mientras se marcha corriendo a archivar unas facturas.
¿Limpiar ventanas? ¿Estupendo? Es una chica encantadora, pero, por Dios, es más sosa que el pan sin sal.
Paso unas horas respondiendo correos electrónicos y limpiando la bandeja de entrada. Compruebo que ya se ha realizado la última limpieza en el Lusso y cojo el móvil cuando éste empieza a danzar sobre mi mesa. Al ver el nombre que aparece en la pantalla pongo los ojos en blanco. Nunca se da por vencida. Ayer me acribilló a llamadas sin parar (y yo se las rechacé todas), pero sigue insistiendo. Tendré que hablar con ella antes o después. Tiene algo que necesito: mi coche.
A la una en punto salgo de la oficina para ir a comer con Quinn.
—¿Queda alguna mujer decente en este mundo? —pregunta pensativa mientras se limpia la boca con una servilleta—. Estoy perdiendo las ganas de vivir.
—No puede haberte ido tan mal.
Su cita de anoche fue un fracaso. En cuanto llegó a casa a las nueve y media, supe que la cosa no había ido bien.
Deja la servilleta sobre el plato vacío y lo aparta.
—Santana, cuando una mujer saca la calculadora al final de la cena para decirte cuánto le debes, es mala señal.
Me echo a reír. Sí, es mala señal. Es la igualdad llevada al extremo. La mujer moderna aún tiene que captar que las mujeres queremos que nos traten como iguales, pero sólo cuando nos conviene. La ávida necesidad de independencia de la mujer moderna no implica que queramos pagar a medias las comidas, ni que no nos guste que nos abran la puerta. Seguimos deseando que nos mimen, pero con nuestras propias condiciones.
—Entonces ¿no vas a volver a quedar con ella?
Ella resopla indignada.
—No. La escenita de la cuenta ya me había decepcionado bastante, pero que cogiera las veinte libras que le ofrecí para pagar el taxi cuando me dejó en casa ya me desencantó del todo.
—Le saliste bien barata —digo entre risitas.
—Ya te digo. —Quinn coge el teléfono y pulsa la pantalla. Después me la enseña—. Un sándwich de beicon y dos aguas, me debes doce libras.
Las dos nos reímos un poco del fracaso de su cita. Me encanta que se lo tome con tanta filosofía. Siempre dice que las cosas pasarán cuando tengan que pasar, y estoy de acuerdo.
—¿Cuándo tendrás listo el coche? —pregunta.
¡Mierda! Me lo había pedido prestado para ir a Yorkshire a visitar a su abuela el sábado, y ya es jueves. Tengo que solucionar este asunto.
—Luego llamaré al taller —le prometo.
—Puedo ir con la furgoneta.
—No, tranquila. Con Margo no creo que llegues. —Es una autocaravana Volkswagen rosa de veinte años que traquetea a duras penas por todo Londres repartiendo tartas. Su impacto en el medio ambiente debe de ser tremendo.
Mi teléfono empieza a sonar a todo volumen y Quinn se inclina para ver quién me llama. Lo cojo en seguida, pero es demasiado tarde. La miro nerviosa, le doy una vez más al botón de rechazar y lo dejo de nuevo sobre la mesa como si no ocurriera nada. Pero mi reacción no le ha pasado desapercibida, como de costumbre.
—Brittany —dice con una ceja enarcada—. ¿Qué querrá?
No le he contado nada sobre los terribles acontecimientos del martes. Me da demasiada vergüenza.
Me encojo de hombros.
—Yo qué sé.
—¿Te ha mandado más mensajes sugerentes?
Ha habido más que mensajes. Ha habido incesantes llamadas telefónicas, y me enredó para que volviese a La Mansión con el pretexto de que iba a diseñar unas habitaciones cuando lo que quería en realidad era atraparme en una de las suites de su hotel y seducirme. Quinn se alegraría de mi desgracia, y ésa es justo la razón por la que no se lo he contado. Si no se lo explico a nadie, casi puedo fingir que no ha pasado. Casi. Soy una idiota. Apenas he logrado pensar en otra cosa desde entonces, y con todas esas llamadas ella no colabora mucho a mi intento de eliminarla de mi mente. No necesito una relación, y menos con alguien que está con otra persona. Además, para ella yo sólo soy un trofeo más. Es una vividora y no es la clase de mujer con quien debo estar. Es evidente que tiene problemas para comprometerse. Sarah no es santo de mi devoción, pero siento lástima por ella.
—No —respondo con un suspiro.
Ella me mira con recelo y hace que me sienta interrogada. Y lo estoy siendo. De repente me sorprendo jugueteando con mi pelo. Suelto el mechón y resoplo.
—Tienes que divertirte —dice con aire pensativo. ¿Divertirme? A mí no me parece que enrollarse con una mujer que está con otra sea divertirse. ¡Me parece una insensatez!—. Después de lo de Dani, está claro que necesitas divertirte un poco.
Preferiría no hablar de Dani. Quinn no sabe que aún me llama de vez en cuando. Y yo no sé por qué lo hace.
—Tengo que volver al trabajo —digo, y me inclino para darle un beso en la mejilla—. Te quiero.
—Sí, yo también. Esta noche llegaré tarde a casa. Hay una exposición de tartas en el Hilton.
Cuando me dispongo a darle dinero para la comida, ella me hace un gesto de rechazo con la mano.
—Me toca a mí.
Vuelvo a guardarme el dinero en el bolsillo.
—Está bien, pero la próxima vez pago yo.
Nos despedimos en la puerta del bar. Quinn se marcha a su taller de tartas y yo de vuelta a la oficina.
Al llegar a casa me dejo caer sobre el sillón. Mañana será un día largo en el Lusso y tengo que estar en plena forma. El móvil suena. Pongo los ojos en blanco y miro la pantalla, pero no es quien esperaba que fuera. Es Dani. Lloriqueo para mis adentros. ¿Cuándo sonará el teléfono y será alguien con quien me apetezca hablar?
—Hola —contesto medio refunfuñando.
—¿Qué tal? —saluda con su tono seguro de siempre.
—Bien, ¿y tú? —Sé que está bien.
Tengo entendido que sale casi todas las noches para recuperar el tiempo perdido. Como si cuando estaba conmigo no hiciese lo que le daba la gana de todos modos.
—Muy bien. Llamaba para desearte suerte mañana. Es mañana, ¿no?
Me sorprende que se acuerde. Mi trabajo jamás le ha interesado lo más mínimo.
—Sí, gracias. Estaba pensando en acostarme pronto.
—Ah, vale, entonces no te entretengo. —Parece decepcionada—. He empaquetado el resto de tus cosas.
—Ah, genial.
—No hay prisa —añade—. Si alguna vez te apetece, estaría bien quedar y ponernos al día.
¿Estaría bien? ¿Ponernos al día sobre qué? ¿Sobre con cuántas mujeres se ha acostado desde que me largué? Me alegro de que mantengamos el contacto, estuvimos cuatro años juntas, pero está llevando demasiado lejos lo de «ser amigas». Me trata como si fuese una más de sus colegas y me informa de sus últimas conquistas. Y no me importa, pero tampoco me apetece saberlo.
—Claro, te daré un toque —sugiero.
—Hazlo. Te echo de menos.
¡VENGA! ¿A qué ha venido eso? ¿Está borracha?
—¿Ah, sí? —le pregunto, y en mi voz se refleja claramente mi sorpresa.
Ella se echa a reír.
—Sí. Buena suerte mañana.
Cuelgo y me quedo ahí sentada preguntándome si habrá llegado el momento de recoger mis cosas y cortar toda relación con ella. No creo que lo de «ser amigas» vaya a funcionar con nosotras. ¿Le funciona a alguien? Mi teléfono vuelve a sonar, pero es un número que no conozco.
—Santana López—digo, pero no hay respuesta—. ¿Diga?
—¿Estás sola?
La voz me golpea en el estómago como si fuera un martillo. Mierda. Mierda. Me pongo de pie y me vuelvo a sentar. La imagen de su cuerpo semidesnudo delante de mí, suplicándome con la mirada, empieza a apoderarse de mi mente. Ésta es precisamente la razón por la que he rechazado todas sus llamadas. El influjo que ejerce sobre mí es perturbador y de lo más desagradable.
¿Por qué no ha aparecido su nombre en la pantalla?
—No —miento, y mi frente empieza a empaparse de sudor.
La oigo suspirar. Es un suspiro profundo.
—¿Por qué me mientes?
Vuelvo a levantarme del sillón de un salto. ¿Cómo lo sabe? Corro al otro lado del salón, a punto de derramar mi copa de vino, y miro por la ventana hacia la calle, pero no veo su coche. ¿Cómo sabe que estoy sola? Nerviosa y con un nudo en la garganta, decido colgar. El teléfono vuelve a sonar inmediatamente. Lo hundo entre los cojines del sillón y lo dejo sonar. Pero vuelve a insistir.
—¡Para ya!
Paseo de un lado a otro del salón mordiéndome las uñas y dando sorbos de vino. Las imágenes de lo sucedido el martes se proyectan en mi mente, pero no las malas. Mierda. Es todo lo bueno: cómo me hacía sentir, el calor de sus manos... Todo lo acontecido hasta que oí la voz fría y estridente de su novia. Bloqueo esos pensamientos de inmediato. No soy más que otro títere del que aprovecharse sexualmente, y lo más probable es que se sienta despechada porque me he negado a entrar en su juego. El teléfono me avisa de que tengo un mensaje. Me acerco con cautela al sillón, como si el aparato fuese a atacarme.
Dios mío, qué patética soy. Cojo el móvil y leo el mensaje.
¡Coge el teléfono!
Vuelve a sonar en mi mano y me hace dar un brinco, aunque lo cierto es que me lo esperaba. No se cansa nunca. Vuelvo a dejar que suene y, como si fuera una cría, le contesto:
No.
Sigo paseándome de un lado a otro, sorbiendo vino y aferrándome al teléfono. Su respuesta no tarda en llegarme:
Vale, entonces voy a entrar.
—¿Qué? ¡No, no! —le grito al móvil.
Una cosa es no cogerle el teléfono, pero intentar rechazarla cuando la tengo delante en carne y hueso requiere un nivel de resistencia totalmente diferente.
«¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!» Accedo toda nerviosa al registro de llamadas para llamarla. Da un tono.
—Demasiado tarde, Santana—contesta.
Me quedo mirando el teléfono descolocada y entonces comienzan los golpes en la puerta.
Corro hacia el descansillo y me inclino sobre la barandilla mientras llama.
—Abre la puerta, Santana —dice, y vuelve a golpearla.
¿De qué va? ¿Tan desesperada está?
«¡Toc, toc, toc!»
—Santana, no me iré sin hablar contigo.
«¡Toc, toc, toc!»
—Tengo tus llaves. Voy a entrar.
Mierda. Es verdad. Bien, dejaré que entre, oiré lo que tenga que decir y después se irá. Al fin y al cabo necesito el coche. Me mantendré lo más alejada posible de ella, con los ojos cerrados y sin respirar para evitar olerla. No debo permitir que traspase mis defensas. Dejo la copa sobre la consola del descansillo y me miro en el espejo. Tengo el pelo recogido en un moño, pero al menos no me he quitado el maquillaje todavía. Podría ser peor. Un momento... ¿por qué me preocupo por eso? Cuanto peor aspecto tenga, mejor, ¿no? Tengo que decirle que no me interesa.
«¡Toc, toc, toc!»
Bajo la escalera con paso firme y decidido y abro la puerta resoplando. Estoy perdida. Sigo subestimando (u olvidando) el efecto que esta mujer tiene sobre mí. Ya estoy temblando.
Con las manos apoyadas en el marco de la puerta, me mira jadeante y con aspecto de estar bastante cabreada. Su cabello rubio está perfectamente alisado y viste un vestido corto azul oscuro . Está fantástica.
Me atraviesa con su mirada de ojos azules.
—¿Por qué no quisiste seguir?
Le cuesta respirar.
—¿Perdona? —pregunto con impaciencia. ¿Has venido a preguntarme eso? ¿Acaso no es obvio?
Aprieta los dientes.
—¿Por qué te fuiste?
—Porque era un error —respondo también apretando los dientes.
Mi irritación ante su osadía consigue superar el otro efecto, más indeseado, que tiene sobre mí.
—No era un error, y lo sabes —masculla—. El único error fue dejar que te marchases.
¿Qué? No puedo con esto. Hago ademán de cerrar la puerta, pero ella me lo impide deteniéndola con las manos desde el otro lado.
—De eso nada. —La empuja contra mí sin ningún miramiento, entra en el recibidor y cierra con un portazo a su espalda—. No dejaré que vuelvas a huir. Ya lo has hecho dos veces y no habrá una tercera. Vas a tener que dar la cara.
Descalza, me siento pequeña y débil frente a ella, que todavía respira con dificultad. Retrocedo, pero ella me sigue y deja una distancia mínima entre nuestros cuerpos. Mi plan de mantener cierto espacio entre nosotras está fracasando y pronto percibo su magnífico perfume a agua fresca y afrutada. Huele a gloria bendita.
—Tienes que irte. Quinn llegará en seguida.
Se detiene y frunce el ceño.
—Deja de mentirme —dice, y me aparta de un manotazo la mano del pelo—. Basta de tonterías, Santana.
No sé qué decir. La defensa no está funcionando. Quizá si pruebo con el desinterés... Parece que todo lo que le digo le resbala, y está acostumbrada a conseguir siempre lo que quiere.
Me doy la vuelta para regresar al piso de arriba.
—¿Para qué has venido? —pregunto.
Pero antes de que haya logrado alejarme demasiado la tengo detrás agarrándome de la muñeca. Me da la vuelta para colocarme de cara a ella y el contacto me pone al instante en alerta roja. Sé que estoy pisando terreno peligroso. Permanecer cerca de esta mujer me transforma en una idiota irracional e imprudente. Estoy en territorio kamikaze. ¿Por qué la he dejado entrar?
—Ya lo sabes —me espeta.
—¿Ah, sí? —pregunto incrédula.
Lo cierto es que sí. Bueno, creo que lo sé. Quiere seguir donde lo habíamos dejado. Quiere completar la misión.
—Sí, lo sabes —responde sin más.
Libero mi muñeca de un tirón y retrocedo hasta que toco la pared que tengo detrás con el trasero.
—¿Porque quieres oír cuánto grito?
—¡No!
—Eres, sin lugar a dudas, la capulla más arrogante que he conocido en la vida. No estoy interesada en convertirme en una de tus conquistas sexuales.
—¿Conquistas? —resopla. Se aparta y empieza a pasearse sin rumbo—. ¿En qué puñetero planeta vives?
Me quedo totalmente pasmada. ¿Cómo se atreve a venir aquí y a hablarme así? Mis nervios se desvanecen y mi enfado anterior se transforma en una ferviente ira. La necesidad de defenderme, de ponerle los puntos sobre las íes, me obliga a apretar la mandíbula hasta hacerme daño. Tiene una muy baja opinión de mí si cree que voy a meterme en la cama de cualquier tía que acabe de conocer. Pero no tengo por qué darle explicaciones. Ahora mismo, el hecho de que tenga novia es irrelevante. Se cree que puede conseguir todo lo que quiere o montar una escena si alguien se le resiste.
—¡Lárgate!
Deja de pasearse y me mira.
—¡No! —grita, y reinicia la marcha.
Empiezo a pensar en cómo obligarla a salir de casa. Jamás conseguiría hacerle daño físico, y tocarla sería un tremendo error.
—¡No me interesas una puta mierda! Vete de aquí.
Mi voz temblorosa traiciona mi fachada de frialdad, pero me mantengo firme.
—¡Esa puta boca!
¿Será posible?
—¡Vete!
—Está bien —dice simplemente. Deja de pasearse y me fulmina con la mirada—. Si me miras a los ojos y me dices que no quieres volver a verme, me iré y no volveré a cruzarme en tu camino.
Bien, debería resultarme bastante fácil, pero, para mi total sorpresa, la idea de no volver a verla me produce unas punzadas terribles en el estómago, lo cual, por supuesto, es totalmente absurdo. Es prácticamente una extraña, pero ejerce una enorme influencia sobre mí. Me hace sentir... no sabría cómo describirlo. Pero incluso ahora que estoy furiosa por su insolencia, he de esforzarme para controlar las reacciones involuntarias que me provoca.
Ante mi silencio, empieza a avanzar hacia mí y, con apenas unos cuantos pasos largos y firmes, se planta justo delante de mí. Tan sólo nos separa un centímetro de aire.
—Dilo —me exhorta.
No logro articular palabra. Me cuesta respirar. El corazón se me sale del pecho y siento una leve palpitación entre las piernas. Me pongo en guardia al percibir las mismas reacciones en ella. El corazón le martillea bajo la tela de su vestido. Siento su aliento sobre mi rostro. No estoy segura con respecto a la palpitación, pero me imagino que también la siente. La tensión sexual entre nuestros cuerpos es casi tangible.
—No puedes, ¿verdad? —susurra.
¡No puedo! Lo intento. Lo intento con todas mis fuerzas, pero las palabras se niegan a brotar. La proximidad de nuestros cuerpos y su respiración sobre mi rostro está reactivando todas esas sensaciones maravillosas. Mi mente se traslada al instante a nuestro encuentro anterior, sólo que esta vez no corremos el riesgo de que nos interrumpan novias desagradables. Nada me detiene, excepto mi conciencia, que se encuentra embriagada de deseo, de manera que no es de mucha ayuda.
Me toca el hombro con la punta del dedo y una oleada de fuego me recorre todo el cuerpo. Suave y lentamente, me acaricia el cuello hasta alcanzar un punto erógeno debajo de la oreja.
El corazón se me desboca.
—Pum, pum, pum, pum —dice—. Lo noto, Santana.
Me pongo rígida y me pego todavía más a la pared.
—Vete, por favor —digo con un hilo de voz.
—Ponme las manos en el corazón —susurra, y me agarra una de ellas y se la coloca entre sus pechos.
No hacía falta que lo hiciera. Veo cómo le late a toda velocidad. No necesitaba notarlo.
—¿Qué quieres demostrar? —le pregunto en voz baja.
Sé perfectamente qué quiere demostrar. Que causo el mismo efecto en ella que ella en mí.
—Eres una mujer muy cabezota. Deja que te haga la misma pregunta.
—¿Qué quieres decir? —le pregunto con voz suave, todavía sin mirarla.
—¿Por qué intentas evitar lo inevitable? ¿Qué pretendes, Santana?
Me rodea el cuello con los dedos y me levanta la cara para que la mire. Me pierdo inmediatamente en sus ojos. Su aliento fresco, expelido a través de unos labios húmedos y ligeramente separados, me invade la nariz. Me observa con la mirada ardiente. Sus largas pestañas me acarician la mejilla cuando se inclina para rozarme la oreja con los labios. Dejo escapar un gemido ahogado.
—Eso es —murmura, y empieza a darme besitos muy suaves a un lado de la garganta—. Tú también lo sientes.
Lo siento. Soy incapaz de detenerla. Mi capacidad para pensar racionalmente me ha abandonado. Estoy paralizada por completo. Mi cerebro se ha desconectado y mi cuerpo ha tomado el control. A medida que su boca se aproxima a mi mandíbula, acepto el hecho de que he perdido, me he perdido en ella. Pero entonces empieza a sonar un móvil. No es el mío, pero la interrupción consigue sacarme del trance en el que ella me ha sumido. Joder, lo más seguro es que sea Sarah.
Levanto las manos y la empujo.
—¡Para, por favor!
Ella se aparta y se saca el teléfono del bolsillo.
—¡Mierda! —Rechaza la llamada y me mira—. Todavía no lo has dicho.
Estoy pasmada ante mi incapacidad de articular unas palabras tan simples.
—No me interesas —susurro. Sueno desesperada, soy consciente de ello—. Tienes que parar de hacer esto. Sea lo que sea lo que crees que sentiste o lo que crees que sentí yo, te equivocas.
Evito mencionar a Sarah porque eso sería admitir que hay algo, que ella es la única razón por la que me niego a continuar. No lo es, claro. También está la evidente diferencia de edad, el hecho de que tiene la palabra «rompecorazones» escrita en la frente y, sobre todo... que es infiel.
Ella se ríe con ganas.
—¿Lo que creo? Santana, no te atrevas a insinuar que todo esto me lo estoy imaginando. ¿Me he imaginado lo que acaba de pasar? ¿Y lo del otro día? ¿También me lo imaginé? ¿Por quién me tomas?
—¡¿Por quién coño me tomas tú?!
—¡Esa boca! —grita.
—Te he dicho que te vayas —ordeno con voz tranquila.
—Y yo te he dicho que me mires a los ojos y me asegures que no me deseas.
Me mira con confianza, como si supiera que soy incapaz de hacerlo.
—No te deseo —farfullo mirándola directamente a esos dos lagos azules.
Decirlo me causa dolor físico. Estoy desconcertada.
Ella inspira profundamente. Parece herida.
—No te creo —repone con suavidad, y desvía la mirada hacia mis dedos, que juguetean nerviosos con mi pelo.
Los retiro al instante.
—Pues deberías —digo subrayando las palabras y recurriendo claramente a todas mis fuerzas.
Nos quedamos mirándonos durante lo que me parece una eternidad, pero soy la primera en apartar la vista. No se me ocurre nada más que decir, así que le imploro en silencio que se vaya antes de que acabe recorriendo esa senda peligrosa por la que ella está dispuesto a arrastrarme. Se pasa las manos por el pelo, frustrada, maldice y se marcha airada. Cuando cierra la puerta tras de sí lo hace con brusquedad; permito que el aire inunde mis pulmones y me dejo caer al suelo.
Esto ha sido, sin duda, lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida, y es curioso porque, teniendo en cuenta las circunstancias, debería haber sido lo más sencillo. Ni siquiera entiendo las razones de esta situación. Su expresión de dolor cuando he accedido a su exigencia de negar que lo deseaba me ha destrozado. Quería gritar que yo también siento lo mismo, pero ¿adónde nos habría llevado eso? Sé perfectamente adónde: contra la pared, con Brittany haciéndome gritar. Y aunque la sola idea me hace vibrar de placer, habría sido un terrible error. Ya me siento bastante culpable por mi deplorable comportamiento. Esta tía es una gilipollas infiel. Guapa a morir, pero una gilipollas infiel, a fin de cuentas. Sé que estar a su lado sólo me acarrearía problemas. Pero todavía tiene mis puñeteras llaves.
Me estremezco y me dirijo a la ducha, satisfecha por haber hecho lo correcto. He puesto a Brittany Pierce en su sitio y me he ahorrado tener que sentirme tremendamente culpable otra vez. Debo ignorar este terrible dolor de estómago, porque reconocerlo sería como admitir a gritos ante mí misma y ante Brittany que... sí, yo también lo siento.
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Pista sobre Sarah, para los que hayan leído 50 sombras de Grey/López: Sarah es una especie de señora Robinson.
A partir de ahí, hagan sus propias conclusiones.
Besos! :)
Silfide**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 04/06/2013
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