(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Septiembre de 2040






-¡Hola Papá!
-¡Lizzie!... ¡cariño!... ¿cómo estás?... ¡cuéntamelo todo! —exclamo Kurt levantándose de un salto del sofá en donde estaba.
-Estoy bien Papá, ¿cómo están todos?, ¿el “Papáblen”?, ¿Noah?
-Todos estamos bien, dime como te ha ido, ¿has comido bien?, ¿dormido cómoda?, ¡cuéntame!
-Papá, me fui hace dos semanas… ¡hola!
-Y hace el mismo periodo de tiempo que no te vemos…
-Lo sé… es solo que el comienzo ha sido bien caótico.
-¿Caótico?
-Pero en el buen sentido, ya sabes, conocer tanta gente, los maestros, diferentes clases, “Sunnyside”… caóticamente espectacular.
-Así es el comienzo de los sueños cariño.
-Lo es.. pero solo han pasado 14 días, no te aflijas…
-¿Y?, tiempo suficiente para morir de hambre, congelada o cualquier otra cosa.
-Estoy bien… —dijo Lizzie en medio de una risa y pensando que su Papá actuaba como si se hubiera ido a combatir a la guerra del medio oriente y no mudado a 20 minutos de la Fifth Av..
-¿Segura?... ¿cómo ha resultado el departamento?, ¿tienes problemas con tus vecinos?, mira que la Señora esa de cabello azul del piso de abajo me dio muy mala espina.
-¿La Señora Rutherford?, ¿de qué estás hablando?, ella es genial, es veterana de una guerra, aunque no me acuerdo de cual.
-Pues para ser veterana de algo, fue bastante ruda cuando fuimos a dejarte.
-Bueno estuvo en una guerra debe serlo… ¡hola!
-¿Te ha gustado el lugar entonces?
-Papá este lugar es fantástico, aunque me siento un poco culpable por haber aceptado este departamento, bien habría estado también en el dormitorio del NYU.
-Si claro, durmiendo en suelo hecha un rollo para tener un poco de espacio.
-Era el espacio que necesitaba, aunque aquí estoy mucho mejor, debo admitirlo.
-¿Está todo bien entonces?... ¿y por qué en nombre de todo lo que es bueno y puro te sientes culpable?
-¡Porque si!, porque no quiero parecer una consentida, se supone y soy una adulta responsable y bella que debería de arreglárselas sola... ¡hola!
-Te acepto lo de adulta y bella
-¡Papá!, ¡soy responsable!
-Claro que lo eres, y no deberías sentirte culpable si tus Padres pueden ayudarte a empezar tu vida independiente.
-Pero a ti no te ayudo nadie, al “Papáblen” tampoco y bien que salieron adelante.
-Viviendo los primeros años en Bushwick cariño.
-¿Y?... están bien ¿o no?... ¡hola!
-Lo estamos, además recuerda que esto no es como el trato que hicieron los padres de tu Tía Rachel en el pasado con ella, la renta gratis te dura solo hasta final de año, luego tendrás que comenzar a cooperar tú.
-¡Ay lo sé!..., y ya tengo visto un empleo bien rentable y fácil.
-¿Algo rentable y fácil?... ¿Qué cosa es esa? —pregunto Kurt poniendo acento en su tono de interrogación.
-Pues venta telefónica de algo, hay un teléfono aquí y tengo un computador, es todo lo que se necesita, un montón de chicos están ganado buen dinero en eso.
-¿Si?
-¡Papá!, ¿qué estás pensando?, no es una línea “caliente” o algo, es de una compañía de abastecimiento o no sé qué… cuando averigüe bien los detalles te contare.
-Pues eso espero… ¿tus clases bien?
-Bien, y como dije solo llevo dos semanas en la Universidad y todo ha sido bien fiestero hasta ahora.
-¿Fiestero?... ¿no estas descuidando tus obligaciones?,¿o si?, mira que empezar reprobando cursos no es la mejor forma de empezar.
-No descuido nada, soy responsable aunque lo hayas puesto en duda minutos atrás… ahora cuéntame, ¿cómo está el “Goblin”?, ¿ya reviso los libros que le deje?
-Ya los reviso y clasifico, creo que comenzara a leerlos más temprano que tarde .
-¡Lindo!... ¿el “Papáblen”?
-Pues no está, fue al sello a afinar los últimos detalles de la gira.
-¿Cuándo se van?
-Pasado mañana, por lo que, sería bastante bueno que vinieras mañana a almorzar con nosotros, Henry llegara esta noche.
-¿Mañana?... a ver, mañana, mañana… —repitió Lizzie como si repasara una agenda extra fiestera en su cabeza.
-¿Puedes cariño?
-Creo que si… ¡obvio que sí!... ¿tu cocinaras?
-Claro…
-¡Genial!... no quiero parecer estúpida pero extraño tu cocina, desde el desayuno hasta la cena.
-Pues eres bienvenida aquí cuando quieras cariño, espero que lo sepas y recuerdes.
-Lo se… pero, ¡Vamos!, no soy consentida.. ya lo dije… ¡hola!
-¿Cuento contigo entonces?
-Claro que sí, allí te contare de un chico súper guapo que se sienta tres bancos delante de mi, y que parece galán de cine de esas películas extra añejas que les gustan a ti y al “Papáblen”
-¿Un chico?
-¡Sí!, es bien calladito, pero ya averigüé todo sobre él.
-¿Cómo lo averiguaste?
-¡Redes sociales!... ¡hola!
-¿Y cómo se llama este galán de los ’50?
-Se llama Vincent Mcginnis y es lo mejor que existe en la vida.
-¡¿Cómo sabes que es lo mejor que existe en la vida, si ni siquiera lo conoces?!
-Pero la parte que puedo ver de él cada miércoles y viernes es fantástica, si sabes a lo que me refiero.
-¡Lizzie!
-¿Te incomode?... ¡amo incomodarte!
-No, no me incomodaste… es solo que… ese comentario es bastante inapropiado para decírselo a un Padre que está cercano a los….
-¿A los?...
-Dejémoslo como que es inapropiado porque soy tu Papá y punto…
-¡Eres tan lindo!… te amo y te extraño…
-Y yo a ti cariño, y como todos aquí… pero confío en verte mañana y espero que entonces me lo cuentes todo.
-Pues así lo hare, ahora me voy porque mi clase empieza en 6 minutos…
-¡Lizzie!
-¿Qué?, estoy a cinco minutos de llegar… no hay problema… ¡hola!
-Ten cuidado, ¿sí?... y come, y duerme… y si tienes un problema…
-Se los comunicare, lo se… —interrumpió la chica riendo.
-Muy bien…
-Adiós Papá saludos al “Papáblen” y al “Goblin”… y en cuanto veas a Henry dile que si se va a desconectar que envíe un aviso o algo, ayer me dejo hablando sola como las locas.
-Le diré.
-Aunque pensándolo bien no le digas nada, yo lo llamare y lo reprenderé al finalizar mi clase.
-Perfecto entonces.
-¡Te amo Papá!
-Y yo te amo a ti hija.
-Y dile al “Goblin” que lo amo también y al “Papáblen” ¡obvio!…
-Se los diré… cuídate.
-Lo hare… ¡adiós!
-Adiós cariño… —termino por decir Kurt colgando la llamada, se quedó un instante con el teléfono pegado a su pecho y dio un par de suspiros cargados de nostalgia por su hija que ya había partido de su lado a hacer su vida— ¡Ay cariño!... ¡me asustaste! —agrego al voltearse hacia la cocina y toparse con Noah de frente, este lo observaba en silencio y cargaba una maleta casi de su porte en una mano y a “Desmond” en la otra.
-¿Por qué?
-¿Por qué, que?
-¿Por qué te asuste?
-Pensé que estaba solo en la sala cariño… es todo… —respondió acariciándole el mentón.
-Pero si yo vivo aquí.
-Lo se… y no quise asustarme, estaba distraído.
-¿Con quién hablabas? —pregunto el pequeño tratando de mover su equipaje hasta la puerta vidriada de la sala.
-Con tu hermana bebé… saludos te envía, además de un abrazo y un beso.
-¡Dámelos! —exclamo Noah abriendo sus brazos.
-Encantado… —dijo Kurt dándole un abrazo tan efusivo que lo levanto del piso y un beso en la mejilla que le provocó risas de cosquillas.
-Gracias Papá…
-De nada, y son de parte de tu hermanita, no lo olvides.
-No lo hare… ¿por qué Lizzie Anderson Hummel ya no vive aquí?
-Porque ya es una adulta cariño… ¿te acuerdas que hablamos de eso?
-Sí, pero aún me parece “incredible”—dijo Noah tomándose la frente como si hablara de algo realmente increíble.
-Y a mí… pero así es la vida… ¿y esta maleta?
-Ya hice mi “equepaje”…
-¿Esta todo lo que necesitas aquí? —pregunto Kurt tomándola y meneándola como si quisiera comprobar que había dentro con aquello movimientos.
-Todo… solo me faltan las cosas de “Desmond”—dijo acariciando el cabello de su dinosaurio azul.
-Muy bien, luego la revisare…
-¿Por qué?
-Para asegurarme que tienes todo cariño —contesto Kurt tomando la mano de su hijo para guiarlo hasta la cocina— ¿Qué quieres de merendar?.
-¿No confías en mí?
-Confió en ti más que en nadie —respondió Kurt agachándose para quedar a la altura del más pequeño de sus hijos— pero siempre es bueno chuequear todo, dos veces…. ¡tres inclusive!
-¿Por qué tenemos que viajar tanto? —quiso saber Noah subiéndose sus gafas.
-Porque… ¡ah!, ¡mira!… ¿qué tal si se lo preguntas a quién corresponde? —dijo Kurt apuntando a su esposo que se asomaba por la puerta.
-¡”Papáblen”!... —exclamo Noah alzando sus brazos.
-Hola hijo… ¿cómo estás? —dijo Blaine alzando al pequeño.
-Muy bien… mira ya hice mi maleta, pero el Papá debe “checarla” —respondió Noah apuntando su valija.
-Pues es su deber hacerlo… hola… —agrego saludando a Kurt con beso.
-¿Todo bien? —pregunto este devolviendo el saludo.
-Todo perfecto, solo faltaban los detalles del hotel y la asistencia a un programa de entrevistas el sábado en la noche.
-¿Te harán una entrevista en la tele? —pregunto Noah como sorprendido, sin tener conciencia de cuan famosos eran sus Padres.
-Así es… ¿qué te parece?
-Muy bien… —respondió recostándosele en el hombro.
-Pregúntale al “Papáblen” cariño —dijo Kurt acariciándole el pelo.
-¿Qué cosa me quieres preguntar? —agrego Blaine dejando a Noah en el suelo y agachándose para mirarlo a los ojos.
-¿Por qué tenemos que viajar tanto?
-Porque mi trabajo me lo demanda…
-¿Cantar es un trabajo?
-Lo es… —respondió Blaine sonriendo— y uno muy placentero. Kurt sonrió también y se sentó a observarlos.
-¿Te gusta entonces?
-Mucho… ¿y a ti?, ¿te molesta que viajemos tanto? —quiso saber Blaine besándole las manitos.
-No… solo me parece “incredible”
-Lo es en cierta manera… ahora cuéntame… ¿averiguaste algo sobre los países a dónde iremos?
-Sí, dos son gordos y el otro muy flaco —respondió Noah haciendo con sus manos los tamaños de los países a los que hacía referencia.
-Lo son… ¿qué más?
-Que hablan español… ese es otro idioma —señalo Noah como si nadie más supiese eso.
-También es cierto, pero no tendremos problemas, yo hablo un poquito ¿sabías?
Noah negó con su cabeza una respuesta.
-Pues así es, el Papá también lo habla..
-¿Verdad Papá?
-Bueno, decir “Gracias”, “¿Dónde está la zapatería?”, y “No más Paella” no creo que cuenten como hablar español.
-Pero yo no hablo español… ¿Qué puedo hacer? —quiso saber Noah alzando sus manitos en señal de pregunta.
-Pues nosotros te ayudaremos, pero creo que estas obviando algo… ¿Qué hay de Brasil?
-¿Brasil?
-Sí, allí hablan otro idioma, ¿sabes cuál?...
-¿Otro idioma?... ¡no lo sabía!... ¡averiguare!...”incredible”… —dijo Noah mientras corría hacia su habitación.
-¿”Incredible”? —repitió Blaine volteándose hacia su esposo.
-Creo que es su palabra del día —respondió haciendo el ademan de levantarse.
-Un momento… —dijo Blaine haciéndole el gesto de alto con su mano— ¿dónde vas?
-¿A preparar algo para que Noah meriende?... ¿por qué?
-Porque… —respondió Blaine acercándose al sofá— quería contarte algo… y si te vas, no podre contártelo —agrego subiéndose encima de él como si se preparara para montar una bicicleta. Kurt echo su cuerpo hacia atrás un tanto sorprendido y miro de reojo la escalera por donde había desaparecido su hijo, por si volvía de manera intempestiva.
-¿Qué planeas Blaine Anderson-Hummel? —quiso saber Kurt mirándolo de medio lado.
-Nada… —respondió sonriendo coqueto— solo quería decirte… que como la gira dura solo dos semanas, pensé… que tal vez… podríamos… cuando finalice… tomarnos un par de… días… —explico mientras le daba besos en la frente, la nariz, las mejillas y los labios.
-¿Vacaciones inesperadas?... tengo que volver a retomar mis labores a comienzos de Octubre… —respondió Kurt acariciándole los muslos.
-Lo sé… y no son vacaciones, solo son cuatro días en las solitarias playas de “Caburé” en Brasil… solo el sol, el mar, tú, yo y Noah…
-¿No es un lugar incivilizado lleno de monos y cosas raras?... ¿o sí? —pregunto Kurt pensando que Blaine lo invitaba a pasar unos días al corazón del mismísimo Amazonas.
-No… es una playa muy tranquila y casi desierta… podremos descansar y nuestro hijo descubrir diferentes cosas “incredibles”… ¿qué dices? —agrego dando más besos.
-Digo que es bastante injusto que me pidas que decida algo estando encima mío y más aun dándome besos, me es imposible decir que no —respondió Kurt haciendo un puchero.
-¿Aceptas entonces?
-Acepto… pero solo por cuatro días, tengo obligaciones aquí —dijo Kurt apuntándolo.
-¿Y no prefieres hacer uso de las obligaciones del matrimonio? —pregunto Blaine dándole un mordisco en el dedo.
-¡Estas cómo quieres!, ¿no Blaine Anderson-Hummel?... ¿Qué más te paso en el sello?... no concibo tanto entusiasmo solo por una playa olvidada de Dios —dijo Kurt mientras le desordenaba los rizos de la frente— ¿hay internet y luz eléctrica?, ¿verdad?—agrego como si recién hubiese caído en la cuenta de las desventajas de los lugares olvidados por Dios.
-Las hay —respondió Blaine comenzando a jugar con las manos de su esposo— y no me paso nada —dijo encogiéndose de hombros— es solo que pensé que el año pasado fue bastante intenso y malo… por lo que aprovechar cualquier ocasión que podamos para disfrutar en este gran año que hemos tenido… me parece bien, casi imprescindible.
-En realidad el año pasado fue bastante malo… y eso incluye nuestro reencuentro con Sebastian, no creas que lo he olvidado.
-¿Ves?... con mayor razón, este año nadie ha tenido un infarto, ni ninguno de nuestros hijos ha enfermado, ni caído de un árbol, y tampoco ninguno de los fantasmas de nuestro pasado se ha hecho presente, ¡ha sido un gran año!... razones suficientes para perdernos en el estado de “Maranhão” —dijo Blaine dándole un beso en cada mano.
-Si me dices que ahora aprendiste portugués me darán tres ataques.
-No… no he aprendido portugués, solo repito lo que me dijo la señorita de la agencia de viajes.
-Muy bien… llega a ser irritante que sepas tantas cosas —dijo Kurt sonriendo.
-¿Vamos entonces?
-Vamos… tendré que agregar ropa de playa a nuestras maletas, pero no es gran cosa.
-¡Si!... —exclamo Blaine empuñando su mano como si hubiera triunfado en algo.
-Tenías todo planeado, no hagas como que necesitabas mi consentimiento.
-Lo necesitaba, siempre lo necesito… y te encantara el lugar… ¡te lo juro!, voy a asearme —dijo Blaine dando tres besos seguidos antes de levantarse del regazo de su esposo.
Kurt aprovecho y le dio un pellizco en el trasero, Blaine termino por sonreír mordiéndose el labio mientras se retiraba.
-¡Si no hay electricidad me volveré a New York!— exclamo al tiempo que se levantaba.
-¡Te encantara el lugar! —insistió Blaine antes de perderse tras a puerta de la sala.
-Si no hay electricidad me devolveré aunque sea nadando —termino por decir Kurt para si, mientras emprendía camino a la cocina.

Julio de 2014




-¡Aquí estas!... —dijo Blaine llegando al dormitorio.
-Obvio… —respondió Kurt tras la revista que leía— ¿cerraste la puerta? —pregunto asomando un ojo tras la Vogue de Julio.
-La cerré…
-¿Sacaste la basura?, el camión no pasa hasta al media noche.
-La saque…
-Muy bien…—dijo volviendo a la lectura.
-¿Por qué te retiraste tan temprano?... aun habían invitados en la sala.
-Dos razones, Rachel me envió texto en donde me decía que quería hablar conmigo por “Skype” y tu cena me dejo prácticamente aniquilado, además ya no soportaba más a Santana hablando de su éxito, que déjame decirte ni siquiera es tal porque Mercedes es la estrella y por ultimo mis pies se habían enfriado… bueno, esas con como cuatro razones en realidad —respondió Kurt mirando por sobre la revista como reflexionando el número de razones que había dado.
-Razones suficientes, aunque debo decir…—dijo Blaine comenzando a alistarse para dormir— que había mucho interés por nuestra incursión en los “Tonys”
-Déjame adivinar… ¿Santana?
-Y Mercedes… —agrego Blaine quitándose el reloj.
-¿Sam ya se fue?
-Hace un momento… —respondió sentándose en la orilla de la cama.
-¡Al fin!... ¡no pongas esa cara! —se adelantó a decir Kurt al ver que su prometido sonreía medio chueco y negaba con su cabeza— adoro a Sam, y sé que es tu mejor amigo por siempre, pero si lo escucho decir “Muy bien, muy bien” como Matthew David McConaughey una vez más… no respondo de mí.
-En realidad creo que se quedó pegado con eso, pero ya no debes preocuparte, en este momento debe estar tomando el tren a Lima —agrego con cierta nostalgia mientras se agachaba para quitarse los zapatos.
-¿Tu estas bien? —pregunto haciéndole un cariño en la espalda.
-Muy bien… lo extrañare, pero como bien dije antes, él está feliz con lo de la universidad, así es que… eso… me hace feliz también —explico acomodando los zapatos bajo la ropa colgada.
-¿Te dijo algo sobre Mercedes?—quiso saber Kurt cerrando la revista para mirarlo fijo.
-¿Sobre qué? —pregunto Blaine devuelta quitándose la corbata.
-¿Cómo que sobre qué?... ¡sobre si habían vuelto!… yo diría que sí, hubo muchas miraditas entre ellos y ese regalo no se la hace a alguien con quien no pretendes pasar el resto de tu vida.
-No lo sé, y no me dijo nada… ¿qué hay de ti?, ¿qué quería Rachel?
-Nada importante como siempre —contesto volviendo a su lectura.
-¿Por qué no volviste a la sala entonces?
-¿No escuchaste las razones que acabo de darte?
-Las escuche…
-Pues entre otras, te dije que tu cena termino aniquilándome… mira… —dijo Kurt llenando su abdomen de aire para presumir una panza que no tenía.
-Creo que estas exagerando —sentencio Blaine sonriendo y desabotonándose la camisa.
-¡Claro que no!, creo que tendré que agregar unos cuantos kilómetros a mi trote diario para eliminar todo lo que engullí esta noche.
-¿Valió la pena al menos?
-Cada caloría… —respondió Kurt sonriendo.
-Excelente… —agrego Blaine poniéndose la camiseta del pijama— y esa panza de la que presumes— agrego acercándose — no existe… —dijo metiendo su mano por debajo de la ropa de su prometido, le dio un pellizco casi en la ingle, suavizándolo todo con un beso en los labios.
-Pues veras cuando quiera calzarme mis pantalones de camuflaje que si es verdadera —insistió Kurt dando otro beso.
-Esperare ese día con ansias —respondió Blaine incorporándose.
-¿Cierras las cortinas por favor?
-Claro… pero iré a lavar mis dientes primero —respondió enseñando toda su dentadura.
-¿Quedaste resentido?, ¿no es así? —dijo Kurt mirándolo por varios segundos seguidos.
-¿Qué?... ¿por qué?, ¿por qué me voy a lavar los dientes?
-No, por no haber ganado esa competencia que organizaste… ¿tú la organizaste? —preguntó Kurt apuntándolo.
-En realidad la propuso Santana, porque yo me vanaglorie de ser el más romántico, de que somos, en realidad, los más románticos.
-Lo somos Blaine Anderson futuro Hummel… ¿qué duda cabe?
-Es lo que yo creía, pero… ya viste el resultado… vuelvo enseguida.
-¡Oye!... ¡háblame! —exclamo tirando la revista hacia un lado.
-Kurt estoy bien… lo importante es que a ti te gusto… ¿verdad?
-No me gusto, me encanto que es diferente y tienes derecho a ponerte un poco… espero y lo sepas —dijo Kurt haciendo un tiritón con todo su cuerpo como si perder para su prometido fuera equivalente a coger un calosfrío.
-No estoy… —respondió Blaine repitiendo el gesto— estoy bien… de verdad.
-Blaine… tu detestas perder, en todo orden de cosas y esto no tendría por qué ser la excepción.
-Pero lo es… vuelvo enseguida —dijo Blaine dirigiéndose hacia el baño.
-Sí que no lo es… conozco esa mirada —insistió Kurt en voz baja y levantándose de la cama acto seguido.

-Creo que nuestros invitados terminaron con el papel higiénico —dijo Blaine llegando otra vez al dormitorio.
-Creo que podía haber sobrevivido sin esa información.
-OK…—dijo Blaine corriendo los cobertores para meterse en la cama— ¿hablaste otra vez con Rachel?, escuche tu impresora.
-¿Y porque habría de utilizar la impresora para hablar con Rachel?... mira esta colección de otoño, es fantástica, todo muy de los 70… —dijo Kurt enseñando las páginas centrales de la publicación que tenía entre sus manos.
-Pues creo que tiene muchas flores… pero de verdad… ¿Qué estabas imprimiendo?
-Nada… creo que escuchaste mal… yo he estado muy tranquilo aquí con mi lectura nocturna, ¿puedes creer que todo será sobre accesorios la próxima temporada?
-Lo creo, aunque es bastante contradictorio con la portada esa, pareciera que Christy Turlintong se está recién levantando —dijo Blaine arreglando las almohadas a su acomodo.
-¿Esas bromeando?, ¡se ve estupenda!, ojala y yo me viera así de radiante al despertar cada mañana.
-¿Eso es lo que imprimías?, ¿consejos para verte radiante cada mañana?, porque déjame decirte que tu no los nece… ¿qué es esto? —pregunto Blaine tomando un papel doblado en cuatro que había bajo una de sus almohadas.
-¿Qué cosa? —pregunto Kurt como distraído — aunque pensándolo bien cualquiera se vería bien en un sweater “mohair” de 300 libras —agrego pasando página.
-Esto… ¿es tuyo?, estaba bajo mi almohada —volvió a decir Blaine mirando el papel por todos lados.
-Pues si estaba bajo tu almohada quiere decir que es tuyo… —dijo Kurt oculto tras la revista.
Blaine lo miro ceñudo y abrió el papel en cuestión.
-Kurt… —agrego mirándolo.
-¿Qué?... —pregunto este devuelta con cara de inocente.
-¿Cuándo hiciste esto? —insistió enseñándole el papel.
-No tengo idea de que estas hablando.
-¡Claro que lo sabes!... —exclamo metiéndose a la cama con una sonrisa tan grande como el amor que sentía por su prometido.
-¡Pues de verdad que no lo sé!… y creo que a lo que te refieres fue a ese fax que llego hace un momento mientras estabas en el baño, al parecer fue enviado desde la comisión de amor y romanticismo de gobierno.
-Esa comisión no existe, así como tampoco los fax… y esto es claramente obra tuya, tiene todos los sellos de la realeza de Inglaterra aquí en la parte de abajo —dijo Blaine señalando el pie de página de la especie de diploma que Kurt había impreso desde su computador y que daban a Blaine el título del más romántico del mundo
-¿Debí obviarlos?, ¿verdad?... —respondió Kurt enchuecando su boca.
-Si querías pasar desapercibido, por supuesto que sí.
-¡Pero mira qué bonito quedo! —exclamo Kurt quitándoselo de las manos— no puedes negar lo bien que quedaron los sellos y los arabescos que utilice en esta parte —agrego señalando el contorno de la hoja— aunque debo decir que si hubiera tenido a mi disposición un sellador de lacre, le habría dado mayor realismo— termino por decir con su mano en el mentón, como reflexionando sobre sus posibilidades.
-Así está perfecto, muy bonito… y gracias —dijo Blaine dándole un beso en la mejilla.
-¿Solo eso merezco por haberte dado el diploma a la persona más romántica del mundo?, ¿no lo leíste bien acaso?...”Yo Kurt Hummel (futuro Anderson), en pleno uso de mis facultades declaro por la presente que mi prometido, novio, mejor amigo en todo el mundo y alma gemela Blaine Devon Anderson (futuro Hummel) es la persona más romántica de todo el universo conocido y por conocer, además de ser la más atenta, sorprendente y considerada que no ha habido ni habrá. New York, julio de 2014”—termino por decir Kurt devolviéndole el certificado.
-¿Crees que soy sorprendente? —pregunto Blaine acomodándose en uno de sus lados.
-Lo creo… —respondió Kurt haciendo lo mismo en su lado de la cama para quedar mirándolo a la cara.
-¿Y considerado?
-También…
-¿Y romántico? —añadió acercándose.
-Eso por sobre todo…
-Gracias Kurt… —dijo Blaine tomándole la cara para besarlo.
-De nada… y es verdad que eso llego por fax.
-Si claro… ¿y es verdad también que existe ese departamento de amor y romanticismo en el gobierno?
-También… Obama ha hecho muchos cambios —aseguro Kurt sonriendo .
Blaine sonrió y se perdió en los ojos de su prometido, le acaricio la cara y el pelo que le caía en la frente, le dio un par de besos y suspiro casi nostálgico.
-¿Qué?
-Nada… es decir, debo confesar que si quede bastante resentido por no haber ganado.
-¡Ah!... ¡te lo dije!… nunca trates ocultar tus caras Blaine Anderson, al menos no a mí.
-Claramente no puedo… pero… debo decir, que después de esto… —dijo levantando la hoja— debo confesar que ya no me importa, gane contigo y eso es lo único que cuenta —añadió metiendo sus manos entre los cobertores para abrazar a su prometido bajo las sabanas.
-¿Como cuando me dijiste que habernos encontrado el uno al otro ganaba a cualquier estúpido trofeo de las regionales? —dijo Kurt acurrucándose cerca de él
-Y así fue… —respondió besándole la frente— ¿de verdad te gusto mi regalo?
-Me encanto, ya lo dije, aunque quise estrangularte cuando empezaste a contar esa historia de la “Fontana di Trevi”… —Blaine soltó una risa recordando la cara de Kurt cuando aquello sucedió— pero luego te reivindicaste de la más maravillosa de las maneras.
-¿No te pareció un tanto cursi?
-¡Amo lo cursi!
-¿Si?
-Si, además cursi fue lo de Sam, no veo a Mercedes esperando 20 años para que le terminen el collar, lo tuyo en cambio es efectivo y podemos hacerlo valido en cualquier momento.
-Cuando consiga los pasajes a Francia… tal vez nuestra luna de miel podría ser allí —dijo Blaine moviendo sus cejas.
-¿Paris?, “Quelle merveille, mon amour!”
-“En effet, il est!”, solo debo conseguir el financiamiento… —agrego acariciándole la cara.
-Lo conseguiremos… mientras tanto estará bien resguardado en mi “caja de preciosidades”
-¿En tu qué?...
-Mi “caja de preciosidades”, en ella tengo todas las cosas que han sido importantes para mí, desde mi primer diente, hasta el candado que me regalo mi prometido.
-¿Tienes guardado un diente? —pregunto Blaine poniendo un poco de cara de asco.
-Yo no lo guarde, lo tenía guardado mi Mamá, y no es posible discutir con una Madre y los recuerdos que conserva de su hijo.
-Muy cierto… ¿Qué más tienes allí?
-Muchas cosas… ¿quieres ver?
-¿De verdad? —pregunto Blaine haciendo un gesto de sorpresa.
-Obvio… ¿por qué pareces sorprendido?
-Porque… —respondió soltando un suspiro— bueno, tú no eres de andar mostrándome tus cosas, menos las secretas…
-¡Claro que sí!... solo tú conoces todos mis secretos… bueno no todos, sino perderías el interés en mí, pero si la mayoría.
-¿Debo recordar que tardaste casi un año en contarme de la existencia de “Bruce”?
-¡Ah!, muy cierto, pero eso fue una tontería… además ya no lo necesito, tengo un par de brazos mejores que lo de él y que me envuelven cada noche —dijo Kurt apretando los bíceps de su prometido— ¡voy por la caja! —agrego levantándose.
-¿Dónde la guardas? —pregunto Blaine mientras lo observaba dirigirse al dormitorio de Rachel— ¿en el cuarto de Rachel?, ¿ella lo sabe?
-De hecho… —contesto metiendo su mano bajo el hueco que quedaba entre el armario y el piso— antes la guardaba bajo mi cama, pero como descubrí que Rachel jamás, en todos los meses que vivo aquí tomo una escoba para barrer bajo este mueble, decidí guardarla aquí, donde jamás miraría— agrego sacando una caja de zapatos color negra.
-¿Nunca tomo una escoba? —repitió Blaine poniendo ambas manos tras su cabeza.
-Nunca… —contesto llegando al dormitorio, volvió a meterse en la cama y puso la “caja de preciosidades” sobre su regazo— ¿listo? —pregunto mirándolo.
-Listo… aunque… ¿estás seguro? —dijo poniendo su mano sobre la tapa— porque no tienes que enseñarme lo que hay aquí si no quieres.
-¡Claro que quiero!, ¿quieres ver o no?
-Quiero… —respondió incorporándose un poco.
-Muy bien… —dijo Kurt quitando la tapa— “taraaaaa”—añadió enseñando con su palma abierta todo lo que había allí dentro y que parecía y haber colectado por años.
-¿Puedo?... —pregunto Blaine haciendo el ademan de sacar algo.
-Obvio…
-¿Esto era de tu Mamá?, ¿un perfume verdad? —pregunto tomando una pequeña botella, la abrió y olio en su interior.
-Así es y lo agregue hace poco, cuando mi Papá me trajo los adornos de nuestro viejo árbol de navidad —explico Kurt tomando el envase y oliéndolo también— este aroma me recuerda a ella, ¿te conté que cuando era niño iba al cuarto donde estaba su ropa y la olía por horas?
-No…
-Pues así lo hacía… —confeso guardando la botella con mimo.
-Lo siento Kurt…—dijo Blaine besándole la mano.
-No hay problema… además lo que cuenta es ahora, y ahora soy feliz.
Blaine sonrió como atribuyéndose esa felicidad y siguió hurgando dentro de la caja.
-¿Este es tu diente?... es muy pequeñito… —dijo Blaine casi muriendo de ternura por su futuro esposo.
-Lo es… aunque no sé de qué pieza se trata.
-Pues parece un incisivo… —aseguro Blaine mirándolo de cerca sin poder evitar mostrar sus propias piezas dentales.
-Sea cual sea al parecer fue el primero que perdí.
-Y tu Mamá lo guardo…
-Claro, asumo y tuvo la visión futurista que con el podría extraer mi ADN y hacer pequeños Kurts —respondió moviendo su mano alrededor de la cama, como si acariciara las cabezas de unos 10 mini Kurt como mínimo.
-No creo que esa haya sido esa su intención, pero… ¿esta flor?
-La del baile en que fuimos juntos, nuestro primer baile —contesto Kurt mirando el clavel rosado y aplastado que guardaba entre dos papeles transparentes.
-El mejor de todos, entre con mi cita y salí del baile con la reina… —dijo sonriente— ¿Este pasaje es de la primera vez que viajaste en avión?
-La primera vez que vine a New York, si… ¿cómo te acuerdas que fue mi primer viaje en avión?
-Porque tú me lo contaste —respondió Blaine revolviendo más dentro de la “caja de preciosidades” de su prometido —reconozco esta cajita —agrego tomándola.
-El primer anillo que me diste, y no te ofendas pero prefiero este otro que me diste —aseguro Kurt levantando su dedo anular.
-Prometo cambiártelo por uno con diamantes verdaderos cuando cumplamos 25 años de casados.
-¿Con diamantes?... ¿en serio?... ¿de qué quilate?... un momento… —dijo haciendo la señal de alto con su mano— ¿no compraras los diamantes de a uno como Sam y lo de las perlas?, ¿o sí?
-No… te lo prometo —respondió Blaine riendo.
-Ah, muy bien…
-Gracias por mostrarme esto Kurt.
-Gracias a ti por querer verlo Blaine Anderson.
-Mientras viva voy a querer conocer detalles tuyos, en especial de tu historia, aunque ahora… —dijo Blaine tomando la caja para dejarla en el suelo junto a la cama— me gustaría que usáramos nuestras manos y el resto de nuestros sentidos en otra cosa… —añadió acercándose hasta que hizo suyo el aire que Kurt exhalaba— porque enfrentémoslo… mi idea fue tan extremadamente romántica que merece una celebración como corresponde —termino por decir Blaine besándolo en los labios.
-Por eso te amo… porque eres sabio y justo… y besas como los dioses —respondió Kurt sonriéndole sobre los labios. Lo recibió encima y lo beso de vuelta, lleno sus manos con la espalda amplia y robusta de su prometido, pensando que con todo lo que significaba para él, bien podría hacerle un espacio dentro de su “caja de preciosidades”

Diciembre de 2027




-¡Hijo!... ¿aun descalzo?, ya estoy pensando que tienes algún problema en los pies —dijo la Señora Anderson apuntando las extremidades de su hijo.
-Mamá, estoy bien… —respondió Blaine saliendo del cuarto que le habían asignado a Lizzie.
-¿Dónde están mis nietos?
-Henry se está cambiando de ropa y ahora intentare que Lizzie haga lo mismo.
-Muy bien, te lo pregunto porque la cena ya llego y tu Papá insiste con lo de la maquina esa del demonio, quiere probarla en el patio —agrego la Señora Anderson avanzando por el pasillo junto a su hijo.
-¿En el patio?, pero si allí no hay ningún espacio, ni siquiera para que caiga nieve.
-Hay un lugar bajo los árboles donde hay un poco, no eches para abajo las ideas de tu Papá —dijo su madre tomándolo por los hombros.
-¿Y quiere que los niños lo acompañen? —quiso saber Blaine abriendo la puerta de su antigua habitación.
-Así es, creo que piensa que Henry es capaz de echar andar el motor antes que él.
-Lo más probable —dijo Blaine soltando una risa, estiro el vestido de Lizzie sobre la cama y puso al lado los zapatos y medias que le hacían juego, luego se retiró un poco para ver el atuendo a distancia y termino por hacer un gesto positivo con su boca y cabeza.
-¡Pero que vestido más lindo!... ¿lo compraron dónde? —quiso saber al Señora Anderson tocando la tela en el ruedo de la pollera.
-Kurt lo compro en una tienda en Westchester, es un tienda especial para niñas y adolescentes.
-Está muy bello… ¡amo el gusto de mi yerno!... partiendo por el esposo que escogió —agrego dándole un empujón a su hijo seguido de un guiño cómplice con sus ojos.
-Tu siempre tan parcial —dijo Blaine golpeando al puerta del baño— ¿Lizzie?... ¿ya terminaste?—pregunto mientras tocaba un ritmo armónico con dos de sus nudillos.
-¿Se está bañando sola?
-No… siempre se toma su tiempo en el baño… yo diría que eso lo heredo de Kurt.
-¿No está encerrada allí?, ¿o sí? —dijo la Mamá de Blaine pegando su oreja en la puerta.
-No, además está abierto… ¿Lizzie?... —insistió Blaine agregándole más notas al ritmo de golpeteo.
-¡Ya salgo! —grito la pequeña desde el interior.
-¿Viste?... —sentencio Blaine sonriendo.
-¡Uf!, por un momento me asuste, mira que recién perdí a tu hija y no la podía encontrar por ninguna parte.
-¿Que?... —dijo Blaine levantando una ceja.
-¿Qué?... ¿qué dijiste?... —repitió al Señora Anderson como nerviosa.
-¿Perdiste a Lizzie?, Mamá, no lo…
-¡”AbuAnderson”!... ¡mira!, ¡me quite la “camizeta”! —dijo la pequeña golpeándose el estómago desnudo.
-¿La camiseta de tu “Papáblen”?, ¡pero si te quedaba espectacular! —respondió su abuela levantando los brazos.
-Lo mismo pensaba yo… —respondió Lizzie encogiendo sus hombros.
-También lo pienso yo, pero hicimos un trato, ¿te acuerdas Princesa?
-Me acuerdo… —dijo la pequeña con sus brazos colgando como derrotada después de haber librado mil batallas.
-Ven entonces… —añadió Blaine dando unos golpecitos en la cama.
Lizzie corrió y se subió de un salto, dio una vuelta como de carnero y termino por caerse al otro lado de la cama.
-¡Lizzie!... —gritaron los dos al mismo tiempo.
-¡Estoy súper bien! —respondió la pequeña apareciendo desde el otro lado con sus brazos en alto como si terminara una acrobacia en las olimpiadas.
-A vestirse entonces… —dijo Blaine sonriendo, se sentó en el borde de la cama y comenzó a vestirla partiendo por una camiseta sin mangas.
-Yo me voy a ver a tu Papá entonces… ¡ay hijo!, casi lo olvidaba… —exclamo su Madre devolviéndose desde la puerta— el perrito, creo que despertó con más hambre que nadie… ¿le trajeron su alimento?, ¿o puede comer cualquier cosa?
-¡El señor “Motones” siempre tiene hambre! —vocifero Lizzie como ahogada por la camiseta que no terminaba de pasar la barrera de su cabello.
-Si… le trajimos… creo… —dijo Blaine caminando hacia el equipaje que estaba estacionado al lado de la puerta— a ver… —agrego rascándose la cabeza y mirando las maletas como si tuviera la capacidad de tener vista rayos “X”
-Si no trajeron puedo ir al centro comercial, allí hay una tienda de mascotas.
-No… si le trajimos… ¡ah! —exclamo sacando un frasco de plástico del tamaño de una botella de gaseosa de litro— aquí esta… ¿ves que confías poco en tu hijo?
-¡Ay cariño!, ¿de que estas hablando? —dijo la Señora Anderson tomando el envase— ahora iré a alimentar a ese perrito, sino terminara por comerse los barrotes de su jaula… ¡que mis nietos se pongan sus abrigos! —añadió mientras se retiraba.
-Así lo harán —respondió Blaine continuando con la labor de vestir a su hija.
-¿Por qué debemos ponernos los “abigos”?—pregunto Lizzie de pie sobre la cama.
-Porque… tu abuelo quiere estrenar su máquina de nieve y lo hará en el patio, voltéate Princesa para ajustarte el cierre.
-Si…
-Entonces… —continuó explicando Blaine— para salir al patio deben abrigarse.
-¿Tú te pondrás los zapatos?
-Si decido salir, por supuesto… ¡mira que bella quedaste! —agrego dándole unos toques al vestido en la pollera y canesú— ¿ves que tu Papá tenía razón y esto es mejor que la camiseta de las “Cheerios?
-¡Quiero verme!
-Muy bien… —dijo Blaine cargándola hasta el espejo de la cajonera— mira… —añadió apuntando el reflejo de ambos— ahora te pondré los zapatitos y estarás lista.
-¿El Papá fue a buscar a Burt?
-Abuelo Burt….—corrigió Blaine calzándole los zapatos de a uno.
-¿El Papá fue a buscar a “Ablurt”?
-¿Cómo?
-¡”Papáblen”!,¡”Rizzie”!, ¡el abuelito hará andar la maquina!... ¡vamos! —grito Henry entrando a la habitación como un caballo desbocado.
-¡Si!...—exclamo Lizzie tomando a “Rita” y bajándose de la cama.
-Ponte el abrigo hijo… —advirtió Blaine dejando a Lizzie en el suelo— tú también Princesa.
-¡Si “Papáblen”! —exclamo Henry de lo más entusiasmado.
-¡Si “Papáblen”! —repitió Lizzie partiendo tras su hermano.

-Muy bien, aquí estamos… bájate… —dijo Burt señalando la puerta del copiloto.
-¿Te hice algo?, ¿acaso te herí de alguna forma para que me trates así?
-No… solo bájate.
-Está bien… gracias por traerme Papá… ¿llegaras temprano mañana? —pregunto quitándose el cinturón de seguridad.
-Obvio, las conversaciones con mi consuegro son algo a lo que no renuncio.
-Muy bien… ¿sabes algo de Hiram?, Rachel me dijo que estaba complicado de salud —dijo Kurt sin moverse de su asiento.
-¿De verdad?, no tenía idea.
-¡Papá!, estuvimos a punto de ser familia con estas personas, ¿cómo puede no importarte que pasa con ellos?
-Así…—respondió Burt encogiendo sus hombros.
-Pues deberías… tal vez alcanzamos a ir a verlo, los Papás de Blaine siempre encargan la cena al mismo restaurante y siempre a la misma hora, estoy seguro que tenemos tiempo de sobra— dijo chequeando la hora en su teléfono— Rachel no vendrá a Lima para Navidad, por lo tanto no tengo como saber.
-¡Si claro!
-¿Qué?
-¡Estas intentando una excusa para no entrar a la casa y lidiar con el problema que tú mismo provocaste! —exclamo Burt con sus manos sobre el volante.
-¡Claro que no!
-¡Claro que sí!
-¡Pues no es cierto!
-¡Sí que lo es!
-¡Que no!... ¿Podríamos estar así por horas?, ¿no es así? —dijo Kurt mirando a su Papá de medio lado.
-Así es… ahora bájate, soluciona todo y recuerda que no hay nada malo en ceder algunas veces.
-¿Tienes una oficina de consejería matrimonial tras el taller? —pregunto Kurt abriendo la puerta del auto.
-No, solo he vivido más que tú… ¡fuera! —respondió dándole un empujón para que terminara de bajarse... ¡te amo!
-Si claro, con eso solucionas todo.
-¡Saludos a todos! —agrego poniendo en marcha el motor de nuevo. Kurt le hizo una seña de adiós y se quedó en la orilla de la acera hasta que su Papá desapareció en la siguiente curva, soltó un poco de aire y avanzo hacia la casa rápido como queriendo capear el frio de aquella hora.
-¿Hola?... volví… —dijo entrando— ¿Blaine?... ¿niños?...
-¿Qué no es mi cuñado?... —pregunto Cooper apareciendo desde la cocina.
-¡Cooper!... ¡hola!... —respondió Kurt medio derretido como era siempre que se encontraba con el hermano de su esposo.
-Hola… ¡feliz Navidad!... aunque aún no es Navidad, pero bueno, siempre es bueno ser amable en estas fechas, ¡en especial en Navidad! —dijo Cooper dándole un abrazo.
-Claro… —contesto Kurt pensando que tal vez era una cosa de todos los Anderson repetir la palabra “Navidad” cada vez que tenían ocasión— ¿dónde están todos?
-Pues no lo sé… ¿creerás que mi agente me llamo para hablarme de audiciones?, ¡hoy!... que estoy con mi familia... ¡no tiene perdón ni del propio Santa Claus!
-Tal vez era algo importante, mi asistente, Helen, siempre acostumbra a interrumpirme en los momentos menos oportunos, pero siempre es por algo importante —explico Kurt irguiendo su cuello para echar una mirada en la sala y en la cocina en busca de su familia.
-Aunque hubiese sido para avisarme mi bien merecida nominación al Oscar… ¡es Navidad!
-De hecho las nominaciones se conocen en… ¡da lo mismo!... ¿no sabes donde están todos entonces?
-No… ¿no escuchaste la historia que acabo de contar?
-La escuche… —respondió Kurt mirando una llamada entrante en su teléfono— iré a ver arriba... permiso…
-¡Claro!, ve… y cuñadito estas mejor que nunca… —agrego Cooper apuntándolo.
-¡Oh!... gracias… —respondió haciendo una especie de reverencia como si Cooper Anderson fuera el Príncipe de Cambridge, George Alexander Louis en persona.
-Te lo digo… —insistió apuntándolo de nuevo. Kurt soltó una risa media estúpida e hizo una seña escalera arriba, se arregló un poco el cabello y termino por subir dando pequeños saltos de lo más halagado.

-Cariño… creo que esa máquina esta defectuosa… —opino la Señora Anderson tratando de calentarse las manos con su propio aliento.
-¡No es posible!, ¿viste que venía embalada y nueva?, ¿me viste sacarla de la caja?, ¿verdad? —respondió su esposo moviendo todas las perillas existentes.
-Te vi, pero… ¿no será mejor hacerlo mañana?, los niños tiene frio…
-Yo no tengo frio, tengo mi “Abigo” y “mufanda” —dijo Lizzie señalando sus prendas y a “Rita”, que se la había puesto al cuello como una bufanda extra.
-Ni yo… —añadió Henry acercándose a su abuelo.
-Bueno, yo si… ¡estoy poniéndome azul! —exclamo dando saltitos en el puesto.
-Mi amor… tranquila, estoy seguro que este es el botón —dijo el Papá de Blaine apretando un botón rojo y pequeño cerca de la base de la máquina y que solo provoco que el mango perdiera estabilidad y terminara por caerse. Henry soltó una gran carcajada y Lizzie hizo lo mismo pero tapándose la boca. La Señora Anderson rio con disimulo tras el pañuelo extra grade que llevaba al cuello y su esposo termino por mirar su máquina de nieve rascándose la cabeza, como si no tuviera ninguna pista de cómo funcionaba.
-¿Miraste el manual cariño? —pregunto la Señora Anderson una vez que logro controlar su risa.
-Obvio… ¿tal vez hay que enchufarla o algo? —respondió el Señor Anderson buscando un cable inexistente.
-Creo que dijiste que era un motor de combustión Abuelito… —recordó Henry agachado frente a la barredora al igual que su abuelo.
-¿Yo dije eso? —respondió mirando a su nieto con el entrecejo fruncido.
-Si…
-¡Entonces funciona con combustible! —exclamo levantándose como si hubiera descubierto el fuego— ¡Iré por gasolina!
-De mi auto no saques, mira que mañana tengo mucho que recorrer —advirtió la Señora Anderson con autoridad de madre.
-Pero cariño, sabes que mi camioneta funciona a petróleo, y eso no le sirve.
-¿Qué tal el auto de los Papás?... —dijo Henry apuntando el vehículo que sus padres habían arrendado en el aeropuerto.
-¡Pero qué buena idea!... le preguntare a mi hijo…
-¡Nos está mirando!... ¡”Papáblen”! —grito el pequeño haciéndole señas a su padre que los observaba desde la ventana del dormitorio.
-¡”Papáblen”! —repitió Lizzie agitando sus brazos como si quisiera ser rescatada de alguna parte remota— no nos escucha, está hablando por “tenefomo”—agrego la pequeña haciendo mas señas.
Blaine sonrió y los saludo de vuelta sin entender lo que gritaban sus hijos. El Señor Anderson le hizo un par de musarañas que indicaban como que caminaría hacia un lugar, tomaría un volante luego y terminaría por sacar algo de otra cosa. Blaine siguió sin entender y se remitió a alzar sus pulgares, su Padre los alzo de vuelta y Henry y Lizzie hicieron lo mismo bajo sus guantes.

-Hola…—dijo Kurt entrando en la habitación.
-Kurt, hola… —respondió Blaine volteándose hacia el recién llegado— te estaba llamando—añadió tirando su teléfono sobre la cama.
-Lo sé... lo vi… —contesto enseñando el propio— pero como ya había llegado…
-Claro… ¿cómo esta Burt? —pregunto con las manos en los bolsillos.
-Muy bien… —dijo Kurt caminando hacia él con los brazos cruzados— ¿creerás que tiene un traje de Santa Claus para mañana?
-¿De verdad?... —pregunto Blaine soltando una risa al imaginarse a su suegro vestido de rojo y blanco— eso será digo de ver.
-Lo será… no me lo dijo directamente, pero él sabe que no puede ocultarme nada, aunque lo intente.
Blaine sonrió y lo miro fijo casi un minuto seguido.
-¿Dónde están todos? —agrego Kurt mirando a su alrededor.
-Con mi Papá, esta con lo de su máquina para quitar nieve en el patio y los niños están con él…
-¿Se abrigaron?... ¿para estar en el patio? —pregunto Kurt con cierto recelo, para que Blaine no creyera que lo estaba llamando “mal padre” o algo peor de manera soslayada.
-Obvio, y debes saber que logre que Lizzie se pusiera el vestido…
-¿Si?
-Si… bueno, tuve que hacer un trato con ella, pero creo que valió la pena se ve muy bella…—explico perdiéndose en los ojos del hombre de su vida nuevamente— yo… yo estaba a punto de terminar de vestirme, pero me distraje con la aventura que hay allí abajo —contesto Blaine apuntando con su pulgar hacia atrás por sobre su hombro.
-Vaya… me confunde Señor Anderson-Hummel, se ve tan bien que pensé que ya estaba listo —dijo Kurt acercándose hasta donde él estaba.
Blaine sonrió de la manera divina que solo el sabia y se apartó un poco para hacer lugar a su esposo cerca de la ventana.
-Tal vez tu Papá y las maquinas no se llevan bien…—agrego Kurt mirando al Señor Anderson que trataba de controlar la máquina que solo tiraba nieve a diestra y siniestra, haciendo que sus nietos corrieran de lo más felices de un lado a otro escapando de la tormenta artificial que se producía en ese momento.
-Tal vez… y te disculpo, total y completamente —dijo Blaine acariciándole la espalda.
-No he pedido disculpas… —añadió Kurt sonriendo.
-Pero estabas a punto de hacerlo…
-¿Si?... ¿y porque las pediría?
-No lo sé…—dijo Blaine tomándolo por la cintura— dímelo tú.
-¿No es una pregunta capciosa?, ¿o sí? —quiso saber Kurt poniéndole las manos sobre el pecho.
-No… es una sencilla, y a pesar que es piropo que me dijiste me hizo olvidar todo, creo que necesito una respuesta.
-Muy bien….—dijo Kurt soltando un suspiro— creo que debería disculparme por haber sobre reaccionado con lo de la ropa de Lizzie… por… haberte hecho sentir que eras un mal padre, sabiendo que eres el mejor…—agrego Kurt deslizando sus manos hasta que encontraron los hombros de su esposo— y por haberme marchado sin devolverme a arreglar las cosas como las personas adultas que somos…
-Pero hiciste una escena, nadie se puede devolver como si nada después de haber hecho una escena como esa —dijo Blaine acariciándole la espalada baja.
-¡Es lo que dije yo! —exclamo Kurt apuntándose a sí mismo.
-Te amo… y lo siento..
-¿Por qué te disculpas tú?
-Porque no debí ponerme de parte de Lizzie sino que de ti…
-Hiciste lo que haces siempre, y es mirar las cosas en perspectiva, yo siempre estoy ordenando y queriendo que todo salga bien, tú en cambio te limitas dejarlos ser…
-Sí, pero… por más que me guste que los niños exploren y descubran cosas por sí mismos, creo que tú tienes razón porque también necesitan un poco de disciplina y orden.
-Así es, pero mírala…—dijo Kurt desviando su vista hacia la ventana. Henry y Lizzie corrían felices alrededor de la máquina de nieve, mientras el Señor Anderson aun intentaba manejarla y su esposa procuraba que los niños no se lastimaran corriendo tras ellos— ¿Qué crees que recordara ella de este día?... ¿lo bien que le quedaba su vestido o el maravilloso momento que está viviendo ahora?
-¿Luego de la escena pensaste en eso?, ¿o fue mientras la hacías?
-Ninguna de las anteriores, alguien que ha vivido más que yo termino por aclarar mi mente —dijo Kurt colgándosele del cuello para juntar su frente con la de él.
-Te amo Kurt Hummel-Anderson… y creo que esta Navidad, será la mejor de nuestras navidades… lo siento, no quise decir Navidad de nuevo.
-Pues lo dijiste tres veces seguidas, pero no te preocupes, ya me di cuenta que es algo de familia —respondió Kurt dándole un beso— ahora… —añadió sintiendo que las manos de su esposo casi le abarcaban la espalda toda— ¿vas a terminar de vestirte?... o… ¿prefieres aprovechar que hay menos ropa que quitar? —añadió besándole el cuello.
-Como estoy a medio camino… opto por lo segundo —respondió Blaine empujándolo hacia la cama para responderle el beso lleno ganas.

Noviembre  de 2011





-¡Dios!... “Roxy Music” me hace querer construir una máquina del tiempo, solo para volver a los ‘70 y darle los cinco a Bryan Ferry —dijo Blaine mientras bailaba en su habitación con Kurt como única audiencia.
-¿Crees que soy aburrido? —pregunto este acostado de barriga sobre la cama.
-¿Que?... ¿estás loco?, eres el chico más interesante de todo Ohio —respondió Blaine mientras continuaba con el baile.
-No, me refiero a… sexualmente… —insistió moviéndose en la cama para quedar de rodillas en la cabecera— es decir, sé que estamos siendo muy cuidadosos de no darle visa a nuestras manos para “cruzar el Ecuador”…
-Pensé… que era eso lo que queríamos —dijo Blaine señalándose a él y a su novio.
-Lo es… pero solo me pregunto si alguna vez no has tenido ganas de arrancarnos la ropa mutuamente y ponernos “sucios”—respondió Kurt haciendo los gestos correspondientes de quien le arranca la ropa a otro.
-Si… —contesto Blaine aun bailando— pero es por eso que inventaron la masturbación.
-Hace mucho calor aquí… ¿podrías abrir una ventana? —dijo de vuelta Kurt como si se estuviera ahogando por llevar tanta ropa.
-¡Oye!... hablo en serio… —señalo Blaine dejando el baile para acercarse a su novio, se subió a la cama como gateando y se quedó sentado en sus talones junto a él— somos jóvenes, estamos en la secundaria, y sí, tenemos urgencias, pero cualquier cosa que hagamos, quiero estar seguro de que estas cómodo… —dijo acariciándole la espalda— para yo poder estar cómodo —agrego apuntándose a sí mismo. Kurt hizo un gesto de si con su cara, como satisfecho de que su novio pensara lo mismo que él, eso de querer  tomar las cosas con calma— además…—agrego Blaine dando un tono medio sexy a su voz— arrancarte toda la ropa es casi como una orden…
-¿Por todas las capas? —pregunto Kurt poniendo cara de inocente.
-¡Por todas las capas! —repitió Blaine tomándole la cara para besarlo— ahora… —dijo bajándose de la cama y dándole más volumen a la música— ¿sabías que Bryan Ferry puso un aviso solicitando un tecladista?
-Creo que me lo has dicho cada vez que comienza “More than this”
-¡Claro que no!
-¡Claro que sí!, luego me dices que se presentó un Andy… algo.
-Andy Mackay
-¡Él! —exclamo Kurt como si adivinara la respuesta en un concurso— pero que no era tecladista sino que otra cosa que nada que ver —agrego Kurt cambiando de posición en la cama de su novio como si fuera la suya propia.
-Saxofonista y Clarinetista… —dijo Blaine con convencimiento de experto, casi  como si aquello fuera el dato más importante de todos los datos en el mundo— aunque en realidad ser experto en  esos instrumentos es como tocar el mismo— agrego como pensando mientras volvía bailar frente a su novio.
-¿Esa es la canción de ese video ultra lento donde aparece un grupo de personas como aburridos? —quiso saber Kurt apuntando el reproductor de sonido.
-No, esa es “Avalon”, y no están aburridos, están expectantes a lo que pueda suceder entre el cantante y la joven vestida de rosado.
-Pues habla bien mal de la banda si nadie pierde la compostura.
-O bien… si lo piensas… ¡Oh!, ¡esta es la mejor! —exclamo Blaine dando una vuelta completa sobre uno de sus pies, mientras comenzaba a moverse al ritmo de “Virginia Plain”. Kurt blanqueo sus ojos y se levantó dispuesto a poner fin a aquella tortura.
-¿Podemos escuchar otra cosa?... si no, creo y estaré escuchando bajos y sintetizadores todo lo que queda de tarde— dijo comenzando a manipular el aparato de sonido.
-¡Pero ahora vienen las mejores! —reclamó Blaine que seguía bailando como si el ritmo lo tuviera en la cabeza sin importar lo que sucediera con la música.
-¿Cuáles?, ¿alguna que no comience con un rasgueo de bajo?... ¡vamos también estoy aquí!—respondió Kurt poniendo cara de niño voluntarioso.
-Ok… pon lo que quieras, pero te advierto que te pierdes de dos que son estupendas para nosotros.
-¿Las que serían?… —dijo Kurt poniendo cara de profesor de arte.
-La primera —contesto acercándosele— es “Will you love me tomorrow” y  la segunda es “Jealous guy”
-¡Esas ni siquiera son de tu novio!
-¿Por qué dice que es mi novio? —pregunto Blaine sonriendo.
-¿No quieres viajar en el tiempo para conocerlo acaso?... ¿de qué estamos hablando?, además esas canciones que acabas de mencionar son de  Gerry Goffin y Carole King  y de John Lennon… ¡en ese orden!
-Si pero Bryan Ferry... puso su toque personal y sus versiones quedaron magnificas.
-No creo y Yoko Ono opine los mismo —insistió Kurt buscando el disco que quería escuchar— ¿Cuándo vas  a ordenar esto? —agrego apuntando el mueble del rincón.
-Está perfectamente ordenado —dijo Blaine acostándose en su cama.
-¿Si?... ¿Por qué entonces en la caratula de “Cat Stevens” hay  un disco de la banda sonora de “Mouling Rouge”?
-Porque… ¡un momento!... ¿estamos teniendo un momento FRIENDS? —pregunto Blaine mirándolo medio chueco.
-No “Chandler Bing”, estamos teniendo un momento de tensión por falta de cordura y orden, ¿tienes alguna explicación para que estos discos estén desordenados?
-Porque el otro día los estaba escuchando y justo ese, se quedo dentro el reproductor… —respondió como en tono de pregunta.
-Aquí no hay nada… — replico Kurt abriendo el compartimento.
-Entonces lo guarde por ahí… pero vamos, no pierdas tiempo en eso… ¡oye!, ¿sabes lo que se me ocurrió?
-¿Además de lo de la máquina del tiempo?… —dijo Kurt revisando más discos, pero encontrándose con más cajas vacías y discos cambiados.
-Podríamos organizar una cita doble…
-¿Cita doble? —repitió volteándose hacia él— déjame adivinar, con Finn y Rachel, ¿verdad? —agrego Kurt poniendo el tono de voz de alguien con dificultades motrices y cognitivas.
-¿Por qué reaccionas así?
-¡Porque es lo más aburrido que existe!, yo vivo con Finn, por lo tanto Rachel esta todo el tiempo en mi casa, cosa que ya me tiene harto, en especial ahora que le dio con querer presentarse  a las elecciones —explico Kurt gesticulando con la mano que tenía libre.
-Ok… —respondió Blaine un tanto descolocado.
-¡No me mires así!, ¡es la verdad más pura y absoluta!... ¡a propósito!... ¿me acompañarías mañana a pegar más carteles?, pienso poner dos por cada uno que encuentre de Rachel.
-Por supuesto, pero no después de clase, voy a ir a Dalton.
-¿A Dalton?... ¿hay algo que quieras decirme? —dijo Kurt poniendo caras.
-No hay nada, es solo que conseguí “tickets” para todos los Warblers para la noche de estreno e iré a entregárselos.
-¡Oh que lindo!... ojala y todos te acompañen en tu gran debut… entonces, después de tu visita a Dalton… ¿me acompañas a sabotear la campaña Rachel?
-Claro… pero… ¿qué hay con las de Brittany y Rick Nelson?
-Ellos me dan lo mismo,  con ellos no tengo disputa y por favor, si la escuela tiene un poco de respeto por sí misma, jamás los elegiría a ellos, ¡JAMÁS!... es decir, Britt ofreciendo topless y leche chocolatada en los bebederos y Rick hablando como autómata y utilizando el 1% de su cerebro… ¿me entiendes verdad?
-Por supuesto… además nada se puede comparar contigo y tu iniciativa de la comida saludable… luego de esto nadie podrá detenerte hasta llegar a la Casa Blanca… y serás el Presidente más estiloso que este país haya tenido.
-¿Mas que John Adams?
-Más que él, tú tienes cabello, pero lo más importante es que yo seré tu feliz y orgulloso “First Gentleman”—dijo Blaine moviéndose en la cama hasta acercarse a su novio que seguía con el asunto de los discos.
-¡Ah! y el primero de nuestra historia republicana... y seria genial tener un poco de esto en la oficina oval…—agrego al sentir los labios de su novio cerca de su oreja.
-Bueno… —dijo dando más besos— esa oficina ha sido testigo de cosas más picantes, por lo tanto… cuenta con esto.
-Perfecto…  por favor, ¿dime que si abro esta caja el disco de los grandes éxitos de “The Platters” estará aquí? —pregunto Kurt mostrando el disco hacia atrás por encima de su hombro.
-No lo sé… ábrelo y veras… —respondió haciéndole un arrumaco con su nariz.
-¡Por fin!... un poco de sensatez en esta habitación… y esta demostración de orden merece de mi parte que escuche lo que querías proponerme —agrego poniendo el disco de grandes éxitos— esta,  si es música… —sentencio apuntando el reproductor una vez que la música empezó a sonar.
-¿Proponerte?
-Sí, hace un momento, dijiste: “¿sabes lo que se me ocurrió?... —dijo Kurt subiéndose  a la cama también
-Ah eso… ¿sabes lo que se me ocurrió? —repitió Blaine con su cara llena de risa mientras abrazaba a su novio a la altura de la panza.
-¿Qué cosa Blaine?, ¿será acaso una cita doble? —dijo Kurt sonriendo al tiempo que le rascaba la cabeza a la altura de la mollera.
-Así es… se me ocurrió… que podríamos organizar una cita doble, no con Finn y Rachel, no después de las razones que me diste… si no que con Mike y Tina.
-¿Los “Changs”?
-¿”Changs”?... eso sonó un tanto racista… ¿no crees?
-¡¿Por qué?!... ¿es su apellido?, ¿o no?, además andan tan pegados todo el tiempo que ya parecen uno.
-Nosotros también andamos todo el tiempo juntos y nadie nos llama los “Andersons” o los “Hummels”  
-Es diferente… no tenemos el mismo apellido… además, ¿por qué querrías que saliéramos con ellos?, apenas los conocemos —sentencio Kurt cambiando el rasqueteo en la cabeza por caricias en la espalda.
-Yo apenas los conozco, ya que llevo menos tiempo en Mackinley que tú, pero Usted, Señor Hummel, ya lleva casi toda la secundaria compartiendo salones con ellos, para que hablar del Club Glee —termino por decir Blaine mientras llevaba con sus dedos el ritmo de “With this ring” sobre la panza de su novio.
-Sí, pero no estoy seguro de que salir con ellos sea el mejor de los panoramas.
-¿Por qué no? —pregunto incorporándose para mirarlo a la cara.
-No lo sé… Mike está bien, puedo tolerar a Mike, a pesar que critico mi súper paso de baile —Blaine soltó una risa recordando la imitación que este había hecho de Kurt en el salón de ensayos— pero Tina…
-¿Qué hay con ella?, yo creo que es dulce…
-¿Dulce?... ¿sabías que fingió ser tartamuda por no sé cuánto tiempo?
-No, eso no lo sabía…
-Pues lo hizo, lo que me hace pensar que otras cosas finge… es muy rara y siempre está mirando como así… —explico Kurt mirando hacia abajo y con suspicacia como él pensaba y Tina y lo hacía— tal vez es por la forma de sus ojos…
-Eso sí que fue racista… —dijo Blaine apuntándolo.
-Lo fue y me retracto, pero solo estoy tratando de exponer un punto aquí… —contesto Kurt estirando sus brazos hacia adelante como si allí estuviese el punto que quería exponer.
-Le daré una evasiva entonces… —respondió Blaine acomodándose de nuevo.
-¿Ya habías accedido?
-No, solo le dije que tenía que preguntarte, que por ser candidato, tu agenda estaba muy ocupada así es que le avisaría.
-Muy bien… ahora explícame, ¿desde cuándo que andas hablando tanto con Mike Chang?, ¿es tu amigo o algo?
-No, no es mi amigo, pero en los ensayos hemos hablado y creo que es un gran tipo.
-Con una novia desquiciada.
-Mejor cambiemos de tema o terminaras llamando a Tina no sé cómo.
-Mejor…
Blaine soltó un poco de aire y trepo por el cuerpo de su novio hasta que su oído se topó con el latir del corazón de él, sonrió al sentirlo y allí se quedó un instante.
-¿Puedo preguntarte algo? —dijo Kurt rompiendo la concentración de su novio.
-Claro… —respondió como si despertara.
-¿Eso que mencionaste?... aquello de… ya sabes… —dijo meneando una de sus manos  en el aire.
-¿Lo de la cita doble?
-No… lo otro… lo que dijiste antes… sobre… —volvió a decir Kurt repitiendo el gesto con su mano.
-No sé de qué estás hablando…
-¡Claro que los sabes!... ¡solo quieres ponerme incomodo! —exclamo enderezándose para apoyar su espalda en el respaldo de la cama.
-Kurt, no tengo idea de que estabas hablando, de verdad —aseguro Blaine poniendo cara seria. Kurt lo miro con los ojos empequeñecidos como si quisiera pillarlo en una mentira— ¡de verdad! —insistió  levantando sus manos en señal de inocencia.
-Está bien, te creeré…  a lo que me refiero es que si tú haces eso que dijiste… eso de mast… ya sabes —dijo sintiendo que se ponía un poco colorado.
-¿Masturbarme?...
-¿Tienes que ser tan explícito? —dijo Kurt abriendo sus ojos todo lo que sus parpados daban.
-¡¿Qué quieres que diga?!, es el nombre del asunto.
-Si pero yo dije… ”ya sabes” y eso da por entendido a que me refería… —agrego cruzándose de brazos.
-Kurt, puede ser cualquier cosa.
-Pero era  sobre “eso”... y tú lo supiste de inmediato, no digas que no… solo insististe en hacer que yo lo dijera para puro incomodarme.
-Es la verdad… —confeso sonriendo— pero esas mejillas media ruborizadas valen cualquier engaño —añadió apuntando la cara de su novio.
-¡Oye! —exclamo golpeándolo con una de las almohadas.
-¿Que?... ¡es la verdad!...—dijo como defendiéndose de los golpes— me encanta cuando te ruborizas… es muy años ‘50.
-Sí, arregla tu desaguisado mencionando una de mis décadas favoritas… pero bueno, el asunto es que no quiero que vuelvas a mencionar ese tema —termino por decir Kurt reordenando las almohadas.
-¿Por qué no?... ¿acaso tu no lo haces?
-¡Qué clase de pregunta es esa Blaine Devon Anderson!
-Una muy simple en realidad… ¿lo haces o no?
-¡Oh Por Dios!... ¡no puedo creer que estemos hablando de esto! —exclamo Kurt agudizando su voz y levantándose con las manos en la cabeza.
-Kurt, no es para tanto…
-¡Claro que lo es!... y ya no quiero hablar contigo,  mejor me voy al baño… —dijo dando una vuelta extra dramática— ¿Sabes qué?, mejor no me voy al baño, porque terminaras pensando que hare quizás que.
-Te amo…—dijo Blaine en medio de una risa.
-¿Si?, ¿cuánto?... —pregunto de vuelta Kurt con sus brazos cruzados, reticente a cualquier demostración de cariño.
-Mucho… —contesto Blaine acercándosele como bailando— tanto… que estoy dispuesto a obviar todos los temas que detestes e incomoden…
-¿Todos?...
-Todos… desde Basquetbol  hasta sexo… pasando por Bryan Ferry —sentencio tomándolo por la cintura. Kurt echo su cuerpo hacia atrás y estiro su cuello sin descruzar los brazos, como si no creyera nada de lo que Blaine le decía— además de hacer todo lo que tú quieras…
-¿Todo?—pregunto Kurt levantando una ceja.
-Todo…—repitió poniendo cara sexy— en lo que queda de tarde al menos —agrego mirando su reloj.
-¿Bailarías conmigo? —pregunto alargando más su cuello.
-¡Por supuesto!... ¡amo esta canción! —respondió Blaine acercándose más, mientras en el reproductor comenzaban a sonar los primeros acordes de “Twiligth time”
-Ok…—dijo Kurt abrazándolo y  recostándosele en el hombro. Blaine sonrió y le dio un beso antes de recibirlo junto a él, soltó un suspiro y le olio el cabello, dejo una de sus manos cerca de su cintura y con la otra subió por su espalda.
-Tu cuerpo es tan tibio…—susurro Kurt aferrándose a él mientras bailaba, como si su vida corriera peligro y solo aquella espalda inmensa y cálida fuera su única salvación.
-Al igual que el tuyo…—dijo Blaine llenándose con su olor.
-Tu corazón esta agitado…—agrego poniéndole la mano sobre el pecho.
-Es por ti… pronto mis dedos se rendirán ante la suavidad de esta piel tuya…
-¿Cómo dice la canción? —pregunto mirándolo.
-Mucho más que en la canción… eres irresistible para mí —respondió ciñendo más su cuerpo al de él.
-Blaine…
-Lo sé… lo sé… no te preocupes… —dijo Blaine corrigiéndole el peinado a la altura del flequillo— solo… solo quiero que sepas, que cuando tú estés listo… para cruzar esa línea conmigo,  yo también lo estaré… —añadió señalando hacia un lado, como si la posibilidad de intimar estuviese allí mismo en su habitación.
-Gracias Blaine… —contesto Kurt perdiéndose en su mirada, le dio un pequeño beso y volvió a recostársele en el hombro para seguir bailando. Sonrió para si, pensando que la mirada de su novio era tan profunda y sincera que lo hacía sentir que en cada abrazo, en cada caricia y en cada beso que Blaine le daba, este le entregaba el alma toda.

Octubre de 2039






-¿¡Cómo es posible, que hasta con esa peluca con calva incluida te veas sexy!?...—dijo Blaine entrando al cuarto donde Kurt alistaba su disfraz de Halloween.
-Mentiroso… —respondió sonriendo frente al espejo— y dudo que “Debora Reed” haya pensado lo mismo cada vez que veía a su esposo panzón y con soriasis.
-Yo diría que si… solo los presidentes atractivos se hacen un espacio en los billetes de este país—insistió Blaine abrazándolo desde atrás— hola… –añadió dando un par de besos.
-Excelente respuesta… hola… —dijo sonriendo— ¿Cómo te fue?
-Bien, todo está perfecto, mi nuevo álbum cada vez toma más forma… y ya esto todo listo para la gira por Latinoamérica el año entrante.
-¡Que emocionante!... ¿esa es la que durara pocos días?, ¿verdad?
-Sí, dos semanas y tres países, ¿este es mi disfraz? —pregunto tomando la ropa que había sobre la cama.
-Así es…
-Estos seudo pantalones no dejaran nada a la imaginación, te lo advierto… —dijo Blaine mirando sus pantalones que más parecían un traje de malla que otra cosa.
-Así es también —repitió Kurt moviendo sus cejas y sonriendo de lo más travieso— solo tengo dudas con la peluca, no sé si ese era en efecto el estilo de Nicolás Copérnico, o quien lo dibujo para la enciclopedia de Noah realmente lo odiaba o algo —dijo Kurt mientras se ponía una camiseta.
-Bueno, este será el último año en que él escoja nuestros disfraces, eso de seguro.
-¡Vamos!, está más que entusiasmado, si hasta se demoró casi 10 minutos en escoger la manzana perfecta para complementar el traje de Newton de Henry.
-¿Ya llego? —pregunto al tiempo que comenzaba a desvestirse.
-Ya llego, está en su cuarto arreglándose también, claro que después que salgamos con Noah tiene no sé cuántas fiestas a las que asistir… al igual que Lizzie —respondió levantando una ceja.
-¿Le ha ido bien?, ¿te conto algo sobre ese “paper” que lo tenía complicado? —quiso saber Blaine mientras miraba con reticencia su disfraz y maldecía por lo bajo el estilo de Copérnico.
-Nada aparte de lo que ya sabemos —respondió Kurt poniéndose una barriga falsa hecha de goma espuma— ¿me ayudas con esto? —dijo apuntando los tirantes que no alcanzaba a atar.
-Claro… ¿puedo preguntarte algo?
-Si vas a insistir con que no quieres usar esas medias ajustadas, solo puedo decirte que fue lo que te toco por sorteo y no hay nada que pueda hacer al respecto.
-No… —dijo sonriendo mientras ajustaba la prótesis de barriga a la espalda baja de sus esposo— quería preguntarte si no has notado que Lizzie está un poco rara.
-Nuestra hija siempre ha sido rara… no hay más que hacer.
-No, pero… no se… ayer la invite a ver el juego conmigo en la sala y me dio un par de evasivas, cosa que es bien rara en ella, siempre se interesa por el basquetbol.
-¿Sabes que es por los hombres altos con pantalón corto? ¿verdad? —dijo Kurt mirándose en el espejo.
-Lo sé, y tal vez estoy exagerando pero me pareció extraña su actitud.
-¿Y porque no se lo preguntaste en ese mismo instante?
-Se lo pregunte, pero partió a su cuarto… creo que es ese Reuben, es decir, lo presento, lo hemos visto, pero no hemos hablado tanto con él.
-Yo si he hablado con él —corrigió Kurt mirándolo por sobre su hombro.
-¿De verdad?, ¿cuándo?
-El otro día estuvo aquí, estaban haciendo los deberes en la mesa de la cocina, no me preguntes como es, porque trate de buscar conversación, pero francamente no me prestaron ni la más mínima atención, fue bien frustrante debo decir.
-Entonces… ¿qué hacemos?, ¿le decimos que lo invite a cenar o algo? —dijo Blaine que seguía bien pegado a la espalda de su esposo, aunque ya no hubiera más lazos que atar.
-Creo que es una excelente opción y no te preocupes, estoy seguro y no es nada —dijo Kurt sonriéndole por el reflejo del espejo.
-Gracias Kurt… y esto ya está listo…
-¿Si? —pregunto tocándose la espalda
-Si, en realidad está listo hace rato, solo fingí que seguía haciéndolo para aprovecharme de tu olor.
-Muy descardo de su parte Señor Anderson-Hummel.
-Son estos pantalones… ¿Qué tal tú?... ¿tendrás que trabajar mañana?.
-¡SI!... —exclamo dejando caer sus brazos como si aquello fuera lo peor de la vida— el estúpido de mi suplente tuvo una intoxicación alimentaria.
-¿Qué hay del tercero? —dijo Blaine poniéndose encima una especie de túnica corta más un cinturón de cuero con hebilla grande,
-¡Eso sí que no!, el sí que es estúpido, no desperdiciare la reputación que hasta ahora tiene la obra por descansar el 1 de noviembre.
-Tendremos que acostarnos temprano hoy entonces —advirtió Blaine mirando cómo se veían sus partes con los pantalones de bailarín de ballet.
-Lamentablemente si… —respondió Kurt mirándole las parte de reojo— ¿quién es?... —pregunto al escuchar la puerta.
-Noah Anderson Hummel, “desfrazado”… ¿puedo pasar?
-Por supuesto que si… —respondió su Papá abriendo la puerta— ¡Noah!.. ¡ya te vestiste! —exclamo Kurt dando unos aplausos al ver que su hijo vestía un traje a su medida, sus gafas sin vidrio, más una peluca desordena y canosa igual al estilo de cabello de Albert Einstein.
-Si... ¿te parece bien? —pregunto ajustando su corbata.
-Me parece genial… ¿verdad Blaine?
-Te ves muy bien hijo y creo que llevar a “Desmond” dentro de ese bolso te hace ver mejor aún.
-Trate de “averigar” si Albert “Esten” tenía una mascota, para que “Desmond” se “desfrazara” de él, pero parece que no tenía “tempo” para eso.
-Pues con todo lo de sus teorías, dudo que lo tuviera —señalo Kurt ajustándole la corbata y corrigiendo los botones de la chaqueta—¿necesitas algo cariño?
-Quería “mostar” esto… me la mando Liverpool Westbrook Stewart —respondió Noah enseñando la imagen en la “tablet” de Lizzie.
-“La familia Adams”… que original —dijo Kurt como con ironía, al ver a Dylan y Lily junto a sus hijos disfrazados de los personajes de la clásica serie de los años ‘70.
-Vamos… se ven geniales, mira a Lily, se ve preciosa… —opino Blaine señalando a su amiga.
-¿No se supone y está embarazada otra vez?...—agrego Kurt acercándose la imagen para poner atención a los detalles— ¿Por qué tiene que verse tan regia?
-Porque lo es…—dijo Blaine poniéndose su pelo falso.
-Lo sé... pero si yo fuera ellos no habría perdido la oportunidad de vestirme como los reyes William y Kate.
-Tu nunca perderías una oportunidad para vestirte como los reyes William y Kate —repitió Blaine haciéndole un guiño y dándole un agarrón disimulado camino al baño.
-¿Qué haremos después? —pregunto Noah tocándose su peluca.
-Después… iremos al “Delacorte Theater” en el Central Park a ver una obra muy bonita y luego vendremos aquí, nos pondremos nuestros pijamas y veremos una película y tu podrás comerte tres dulces —respondió Kurt señalando el número de dulces con sus dedos.
-¿Henry Anderson Hummel y Lizzie Anderson Hummel, también estarán con nosotros?
-No cariño… —respondió Kurt haciendo un puchero más infantil que los hacia el menor de sus hijos— ellos irán a una fiesta con sus respectivos amigos, solo estaremos los tres, ¿Qué te parece?
-Muy bien y “sensasonal”
-Muy bien y “sensasonal” entonces —repitió Kurt arreglándole la peluca.
-¿A qué hora nos vamos?
-Cuando todos estemos listos, ¿qué te parece mi traje?, muy Copérnico, ¿no crees? —dijo Blaine llegando desde el baño y dándose una vuelta con peluca de melena abultada y todo.
-¡Estas igual “Papáblen”! —exclamo llevándose sus manos a la boca.
-¿Y qué hay de mí?... ¿no crees que me parezco a Benjamin Franklin?
-Si… pero te falta ser más gordo… —dijo Noah sonriendo tras sus manos.
-Bueno, al menos tengo la barriga…—agrego tocándose la panza falsa que vestía.
-¿Cuándo nos vamos, entonces?
-Cuando todos estén listos —repitió Blaine ajustándose la peluca— ¿Qué tal si vas donde tus hermanos y ves si ya están vestido?
-“Sensasonal”… —dijo levantando una mano como si apuntara algo en el cielo.

-¡Henry!... ¡Ay!... ¡que bueno que estas aquí! —dijo Lizzie entrando en la habitación de su hermano.
-¿Tu nunca golpeas?, ¿verdad? —respondió este mientras se amarraba un pañuelo blanco al cuello.
-¡Vaya cabello! —exclamo Lizzie apuntando al cabeza de su hermano— mejor me hubiera tocado a mí ese personaje, solo tendría que pintarme el pelo de blanco y no usar este peinado que hace que mi cabeza pique, ¡uy! ¿en que estaba pensando el “Goblin”?... ¡hola! —dijo Lizzie mientras se rascaba la cabeza por sobre el tomate que llevaba.
-¿Qué otra cosa creías que escogería nuestro hermanito además de los científicos más importantes de la historia?... ¡vaya! —dijo volteándose hacia su hermana— te ves muy…
-¡Aburrida!... ¡lo sé!... —dijo Lizzie moviéndose la falda extra larga.
-La verdad es que iba decir como “Testigo de Jehova”, pero creo que la palabra aburrida es casi lo mismo —dijo Henry sonriendo
-¡¿Que acaso no existen científicas sexys?!… ¡hola!
-Pues trabajar con la radioactividad creo y era considerado bastante sexy en esa época.
-Así como las mutaciones que provocaría años más tarde… en fin… ¿tienes un momento?, me gustaría comentarte algo… —dijo Lizzie tratándose soltarse el cuello de su vestido y que le llegaba casi al mentón.
-Claro… solo déjame ajustar este cabello, estoy seguro y el Papá se gastó todo el presupuesto en pelucas, ¿viste la de él?
-No… —dijo Lizzie comiéndose un par de uñas.
-Para que hablar la del “Papáblen”, parece ..
-¡Henry!... ¿puedes escucharme o no?, quiero contarte algo y ya tengo suficiente atraso.
-¿Qué dijiste? —dijo Henry palideciendo un poco.
-¿De qué?
-Lizzie… ¿los Papás saben? —pregunto Henry juntando la puerta sin cerrarla del todo.
-¿Saber qué?, ¿de que estas hablando?
-¿Cómo es esto posible?... ¿acaso no estás bien informada de todas la precauciones que hay que tomar?
-Henry creo que esa peluca ha hecho que tu cabeza se caliente o algo, ¿de qué demonios estás hablando?... ¡hola!
-De tu “retraso”… ¿ya te hiciste una prueba?, ¿es de Reuben?
-¿Retraso?, ¿prueba?... ¿de qué día…?... ¡Henry! —exclamo Lizzie dándole un empujón— ¿acaso crees?... ¡ACASO ESTAS PENSANDO QUE YO….! —exclamo tocándose el vientre.
-¡Es lo que me diste a entender!... ¿no es eso a lo que las mujeres se refieren cuando hablan de “retraso”?, es lo que Amelia me dice todo el tiempo…
-¿Serás loco?, ¿Cómo se te ocurre?... ¡nada que ver!… ¡hola!
-¿Entonces…?, ¿no estás?... —insistió Henry moviendo sus brazos como si acunara un bebé imaginario.
-¡NO!.. —exclamo tocándose la panza de nuevo— ¿Cómo se te ocurre?, si dije “retraso” es porque ya estoy atrasada en darle una respuesta a Reuben… nada más… me ha llamado como 10 veces… ¡hola!
-¡Se mas especifica entonces!... ¡Oh por Dios!, ¡Casi me da un ataque! —dijo Henry tomándose la frente.
-¡Y a mi!... ¿Cómo crees que yo podría…?... ¡no! —respondió poniendo cara de asco al señalar una barriga abultada— además, ¿alguna vez has visto una silla de bebe en un “Aston Martin”?
-Ciertamente no… —contesto Henry con sus manos en la cintura.
-Lo sé... ¡lo sé! —exclamo alzando los brazos— ¡te odio Henry Anderson Hummel!,¿como pudiste pensar eso de mí? —añadió apuntando a su hermano como si lo reprendiera por tamaña confusión— ¡”Goblin”!... ¿hace cuánto que estas aquí? —añadió al ver a su hermano pequeño parado en la puerta.
-No mucho… —dijo Noah desde la entrada.
-¿Estabas escuchando tras la puerta lo que hablaba con Henry? —pregunto Lizzie con la cabeza media chueca.
-No, eso es de mala “educason”, y yo estoy en la escuela ahora, además estaba delante de la “perta”.
-Claro que si hermanito… oye, quedaste súper bien en tu disfraz… ¿Quién eres de nuevo? —pregunto Henry levantado a su hermano en los brazos.
-¡Albert “Esten”, Henry Anderson Hummel!
-¡Ah claro!, ¡Albert “Esten” y su súper socio, el dinosaurio! —agrego dando un toque a “Desmond”.
-¿Qué quieres “Goblin”?
-El Papá me mando a ver si ya estaban listos para que nos vamos.
-Ya lo estamos, solo danos un minuto más, ¿nos esperarías en la sala?
-Está bien… pero no tengo reloj, ustedes cuenten el “menuto”.
-Lo haremos hermanito —dijo Henry mirándolo salir.
-¿Crees que escucho algo de lo que hablábamos?
-Él no es de escuchar, tranquila… además no hay nada que ocultar.
-¡Obvio que no!... ¡hola!
-¿Y qué me querías contar entonces? —quiso saber Henry mirando en el espejo el mejor lugar para llevar su manzana roja y brillante.
-Lo que sucede es que Reuben quiere que lo acompañe a una fiesta en su casa…
-Creí que ya ibas a ir a una fiesta en su casa.
-¡Ay sí!... pero lo que sucede es que quiere venir por mi en 10 minutos…—explico Lizzie poniendo cara de complicación.
-Pero tenemos que salir a pedir dulces con los Papás primero.
-Lo se Henry... de ahí mi frase del comienzo “tengo un problema”
-¡Oh!… ya entiendo… —dijo Henry sentándose en su antigua cama— ¿qué vas a hacer?
-¡No sé!, ¡no sé qué hacer! —exclamo tirándose un par de cabellos que caían desde su “tomate”— no quiero decepcionar a los Papás, al Papá especialmente, siempre pone mucho empeño en que nos vistamos súper bien… y decirle ahora que me saltare esta tradición familiar seria como decirle que Carolina Herrera se dedicara a vender verduras o algo… ¡hola!
-¿Y Reuben te invito recién?
-No, me lo dijo hace dos semanas.
-¡Lizzie!... ¿Por qué no se los dijiste entonces?
-Me dio miedo, ¿bueno?, no porque pensara que reaccionarían mal o algo… pero no quiero decepcionarlos nunca… ¡NUNCA!....
-Pues yo creo que debes decidirte, si bien esta tradición es importante para la familia Anderson Hummel, para los Papás lo más importante es que seamos felices… ¿qué hay de Reuben?, ¿entendería si no vas a su fiesta?
-¡Claro que no!… tampoco quiero decepcionarlo a él… ¡es tan lindo! —exclamo poniendo cara de enamorada.
-Pues sea como sea tendrás que decidirte… tal vez podrías llegar a un compromiso con ambas partes, estar un rato con nosotros y luego llegar un poco más tarde a la fiesta de tu novio.
-Tal vez… —dijo Lizzie haciendo una mueca chueca con su boca, tal como las que hacia Blaine— se los diré antes de que salgamos… ¡me decidí! —exclamo irguiendo su postura, como si la hubiese invadido un ataque de valentía en ese preciso segundo.

-¿Y tus hermanos? —pregunto Kurt llegando a la sala.
-Necesitan un “menuto”… —respondió Noah sentado de lo más correcto en la sala de su casa.
-Bueno, espero y sea solo un minuto, no me gustaría que anduviéramos tan tarde en la calle —dijo Kurt chequeando su atuendo.
-¿Papá?...
-¿Si cariño?...
-¿Cuándo volveré a ver a Gable Crawford Smythe?
-Pues no lo sé bebé… ¿no quedo él en llamarte por si quería venir de nuevo?
-No me acuerdo… –respondió encogiendo sus hombros.
-Pues creo que ese fue el compromiso que hicieron… —dijo Kurt acercándose a su hijo— por lo tanto solo debes esperar a que te llame,
-¿Y si no lo hace nunca?
-Pues él se lo pierde, tu amistad no es algo que la gente debería rechazar —sentencio Kurt haciéndole una cosquillas en la panza.
-¿Todos listos? —pregunto Blaine llegando a la sala.
-Solo faltan los chicos, Noah dice que necesitaban un minuto, no sé para qué.
-¡Yo se!... —exclamo Noah levantando su brazo hasta casi zafarlo.
-Cuéntanos Cariño —dijo Kurt sonriendo.
-Porque Lizzie Anderson Hummel está “retasada” por culpa de Reuben Burkley —respondió Noah mientras jugaba con sus pies.
-¿Cómo hijo? —pregunto Blaine allegándose hasta donde el pequeño estaba— ¿acaso va a venir ese niño?—agrego mirando a Kurt.
-No, lo que yo se es que luego ira a una fiesta a su casa, pero más tarde —respondió este haciendo un gesto de sorpresa.
-¿Lizzie te dijo eso Noah?—insistió Blaine.
-No, lo escuche…
-¿Que escuchaste exactamente cariño? —añadió Kurt sentándose a su lado.
-Que… Lizzie Anderson Hummel está “retasada” y Henry Anderson Hummel “pegunto” si ustedes sabían y luego “dejeron” algo “sobe” una silla para un bebé en un “Aston Mavin”.
Kurt se puso de pie en un segundo y sintió que se le iba la sangre del cuerpo.
-Kurt, puede ser cualquier cosa —advirtió Blaine entendiendo hasta donde había volado la imaginación de su esposo.
-¿No escuchaste acaso?, no hay que ser una mente privilegiada para atar los cabos aquí.
-Sí, pero insisto que puede ser cualquier cosa, no te espantes sin antes hablar con nuestra hija.
-¿Por qué “tenen” que hablar con Lizzie Anderson Hummel?, ¿por el señor “Marvin”?
-Cariño… me harías un favor muy enorme —dijo Kurt enculillándose frente a su hijo.
-Claro eres mi Papá…
-¿Podrías esperar aquí mientras el “Papáblen” y yo vamos a hablar con tu hermanita sobre eso del “retraso”?
-Está bien… pero Henry Anderson Hummel si lo “entendo”, porque Amelia Donaghue, también se “retasa” —dijo Noah que parecía y había memorizado toda la conversación de sus hermanos.
-¡Por Dios esto va de mal en peor! —murmuro Kurt para si pensando que ya tendría un par de nietos antes de cumplir los 50.
-¿Nos esperas aquí hijo? —dijo Blaine disimulando la consternación que le provocaba que todo aquello no fuera solo una confusión de su pequeño hijo.
-Si… —contesto Noah acomodándose en el sofá junto a “Desmond” mientras sus Padres partían al dormitorio de su hermana.

Agosto 2014





-Buenas tardes, bienvenido a “Spotlight Diner”, seré su mesera esta tarde —dijo Santana escribiendo en su libreta y sin prestar atención a quien tenía delante.
-¿Volviste a trabajar aquí? —pregunto Blaine acentuando con un gesto la sorpresa que le causaba ver a la chica atendiendo mesas de nuevo.
-¡Vaya!, eres tú... ¿y la “señora”?, es bastante raro verte solo —respondió entregándole la carta.
-Si te refieres a Kurt está en el departamento viendo el “taser” del piloto de la serie de Rachel, termino por echarme porque necesitaba concentración y al parecer mi presencia le impedía aquello.
-Muy “Lady Hummel”, debo decirlo.
-Sí, bueno… terminare viéndolo desde “Youtube” tarde o temprano.
-Claro, cuando una fuente “anónima” lo suba a la red —respondió la chica haciendo el gesto de comillas en lo de anónima— ¿vas a querer algo “Wonder boy”?
-Si… mientras espero a Kurt… quiero… —dijo leyendo el menú.
-¿Estas bromeando conmigo?, ¡has venido no sé cuántas veces!, ya deberías saberte el menú de memoria… tengo otras mesas que atender… —dijo Santana golpeando su lápiz contra la libreta que tenía en la mano, como demostrando impaciencia por algo.
-Una hamburguesa con todo y una soda dietética, gracias… —contesto Blaine entregándole la carta.
-Perfecto… —dijo la chica retirándose— ¿dijiste que Kurt va a venir? —agrego devolviéndose en sus pasos.
-Si… me llamara cuando este saliendo— aseguro Blaine sonriendo y enseñando su teléfono.
-¿Vas a seguir con eso?, ¿no lo viste hace como media hora?
-Si… ¿y?
-Pues actúas como si estuviera por llegar de “Pearl Harbor” o algo.
-¿Me traes mi orden por favor?
-¡Dios!... sí que estas sensible —exclamo retirándose hacia la barra.
Blaine sonrió y miro por los ventanales hacia la calle, chequeo su teléfono un par de veces y espero su orden mientras tarareaba la canción que sonaba de fondo.
-Malas noticias, “Señora Hummel”, no hay hamburguesas, la plancha se dañó o alguien puso su mano arriba… por lo tanto tendrás que ordenar otra cosa.
-¿No hay hamburguesas?
-Es lo que acabo de decir…
-En ese caso… —dijo Blaine mirando su teléfono— me conformo con la soda, esperare a Kurt para ordenar.
-¿Sabes que si está en algo relacionado con Rachel, lo más probable es que aparezca por aquí en un par de horas?... no quiero hacerme cargo de tu desmayo si te baja el azúcar.
-Lo sé, pero nada de eso sucederá, gracias por el interés.
-No es interés… —dijo Santana tirando la carta y la bandeja a la mesa de junto— pero si he de opinar acerca de algo solo te diré que eres bien valiente al meterte entre “Ellen” y “Portia”, yo trate de hacerlo y salí perdiendo en cada ocasión.
-Bueno, lo mío y Kurt es bien diferente a la relación que tú pudieras establecer con él.
-¿Crees que tendrás algún privilegio por sobre Rachel? —pregunto Santana sonriendo y sentándose en el lugar de enfrente. Blaine la miro extrañado y luego echo un vistazo al jefe del local como si acusara a la mesera insubordinada.
-No sé si privilegios es la palabra, pero… sí creo tener más injerencia en diferentes asuntos ahora que cuando recién me mude a New York.
-¡Por favor!... –exclamo levantado sus brazos y dejándolos caer de un solo golpe sobre la mesa— si “Lady Hummel” tiene dos opiniones al frente, y una de ellas es la de la “Señorita siempre quise estar en Broadway y ahora me voy a hacer televisión”, créeme y se quedara con la de ella —termino por decir Santana comenzando a beber de la soda de Blaine.
-¿No tienes que trabajar? —quiso saber este mirándola con los ojos empequeñecidos.
-Tengo derecho a mi “intermedio”, nunca me los tomo, así es que… —agrego abanicándose con la libreta de los pedidos.
-¿No tienes que anunciarlos a viva voz?, ¿para que sean efect…?
-¡Me tomare mi “intermedio”! —grito la chica a quien quisiera escucharla.
-Ok…
-Entonces… cuéntame “Wonder boy”, ¿estás dispuesto a ser el segundo en la vida de Kurt hasta que la muerte los separe?
-¿Qué?
-Eso, aunque en realidad tú y tus preciosas pestañas vendrían siendo el tercero…
-¿Y quiénes serían los dos primeros?
-Bueno, primero esta Rachel, después Broadway y después querido mío, vendrías tú —explico Santana señalándolo con su palma abierta, mientras esbozaba una gran sonrisa.
-Pues no creo que eso sea cierto, si bien… me sentí un tanto excluido cuando recién me mude aquí… ahora ya no lo siento, especialmente después de que…
-¿Rachel se fue a Los Angeles? —interrumpió Santana bebiendo más soda.
-De hecho sí, pero eso no quiere decir...
-¡Quiere decir todo!… pero asumo y “Lady Hummel” te dará el lugar que te mereces, bien atrás en la alfombra roja —respondió Santana mirando hacia adelante como si tratara de distinguir algo a distancia— mientras él y la “Señorita fastidie a todos mis amigos de la secundaria con Broadway y ahora me voy a Hollywood” deslumbren en una entrega de premios.
Blaine soltó un poco de aire y negó con su cabeza como si lo que escuchaba fuera tan inverosímil como ver por la calle un perro hablando con otro.
-¿Cómo van los preparativos para el gran día? —quiso saber Santana cambiando de tema.
-Bueno… en realidad no hemos tenido tiempo para hablar de eso— respondió Blaine de mala gana, medio molesto por todo lo que la chica le había dicho antes.
-¿No siquiera del “Acuerdo Prenupcial”?
-¿Del qué? —pregunto Blaine acercando su oreja hacia donde Santana estaba, tal y como un anciano con problemas de audición lo haría.
-El “Acuerdo Prenupcial”, dime que si firmaras uno… ¡obvio que firmaras uno!
-¿Por qué tendría que ser obvio?
-Vamos Anderson, tu familia es la más acaudalada de todo… ¿dónde era que vivías?
-Westerville —dijo Blaine cada vez más harto.
-Eso, tu familia es la más ricachona de Westerville, ¿me vas a decir que tus padres te dejaran casarte sin resguardar sus bienes primero?
-Bueno, como bien dices tú, los acaudalados son mis padres no yo, por lo tanto no creo que me obliguen a establecer ningún tipo de acuerdo.
-Morirán algún día, ¿lo sabes verdad?—dijo Santana apuntándolo con el vaso a medio tomar.
-Lo sé Santana…
-Entonces… estoy segura que ya tienen a treinta abogados redactándolo, incluida Annalise Keating —afirmo la chica empinándose el vaso.
-Primero, mis Padres pueden ser cualquier cosa pero no son avaros ni materialistas y segundo Annalise es un personaje de ficción y si de personajes hablamos preferiría que mandara a uno de sus asistentes.
-¿El tipo de Harry Potter?
-No…
-¡Ah!... ¡Connor Walsh!... sexy… —dijo moviendo sus cejas.
-Mucho…
-Pero no cambies de tema… creo que ese tipo de acuerdo siempre es necesario… yo tomare uno cuando Britt y yo demos ese paso y estoy segura que si Finn, que en paz descanse, se hubiera casado con la señorita “Siempre quise un Tony pero al parecer lo olvide”, también hubiera tomado uno.
-¿Por qué?
-¡Por que sí!... es obvio las cosas económicas es mejor tenerlas salvaguardadas en caso de cualquier cosa.
-¿No se supone que si te casas, es para compartir todo con la persona que amas y con quien pasaras el resto de tu vida?
-En una película de Nora Ephron tal vez, pero en la vida “Wonder Boy”… la vida real es diferente… ¿temes preguntarle no es así?
-No… nada de eso…
-¿Temes entonces que él te lo pida a ti?
-¡Tampoco!... Santana… —trato de responder Blaine tomándose la cabeza para luego gesticular desesperación con sus manos.
-Claro que te mueres de miedo… entonces te adelantas y se lo preguntas tu primero… fin de la historia,—termino por decir Santana que parecía y se había inventado una historia propia en su cabeza y que poco y nada tenía que ver con lo que Blaine le respondía— creo que hasta el aprendiz de abogado te lo aconsejaría, de una manera sexy obviamente.
-¿Quién es sexy? —dijo Kurt llegando a la mesa.
-Alguien con quien quiere salir tu futura señora… —respondió Santana apuntando a Blaine mientras se levantaba.
-¿Qué haces aquí?... ¿por qué volviste a la cafetería? —pregunto Kurt tomando su lugar en la mesa.
-¿Por qué tengo que dar explicaciones?, ¡no tengo porque dar explicaciones!
-OK… —dijo Kurt acomodándose en el asiento y dejando sus cosas a un costado.
-¿Terminaste de ver el “teaser”?
-Si… es genial… y sé que está hecho interesante para captar audiencias y “bla”, “bla”, “bla”, pero creo que será un show súper genial.
-¿Rachel es asesinada en la primera escena? —pregunto Santana soltando una risa.
-“Au contraire!”... aparece en cada una de ellas, y no es asesinada por nadie —respondió Kurt como orgulloso.
-¡Que genial!, me alegro por ella —dijo Blaine sonriendo.
-Lo se… —agrego su prometido sonriéndole y tomando un par de servilletas para repasar la higiene de la mesa.
Santana blanqueo sus ojos y volvió sacar su libreta desde el delantal donde la portaba.
-Si no van a consumir nada es mejor que se vayan a sentar al Central Park o algo, habrá clientes que si querrán consumir aquí.
-¿No has ordenado nada? —pregunto Kurt mirando la carta con atención, como si nunca hubiese puesto un pie en aquel restaurante.
-Una soda… pero creo que necesitare una nueva —contesto Blaine meneando el vaso al que le quedaban solo un par hielos que tintinaron con el movimiento
-Una.. so…da… —escribo Santana en su libreta— ¿”Lady Hummel”?, y te advierto que no hay hamburguesas ni nada que se haga en esa plancha del demonio— agrego apuntando en dirección a la cocina.
-¿De verdad?... ¿y Gunther lo sabe?
-Gunther no sabe ni donde está parado, creo que Ronny esta solucionando el asunto.
-Tráeme una ensalada, ¡pero no la de la casa!, que mira y se bien como la preparan —advirtió Kurt haciendo un tiritón con su cuerpo y una cara de asco que fue celebrada por su prometido como la mayor de las “gracias”.
-Ensalada de la casa… —repitió Santana anotando la orden que no le habían dado.
-¡No la de la casa!... otra, la de cuatro quesos por ejemplo —dijo Kurt apuntando la carta.
-Cuatro… quesos…—murmuro la chica escribiendo— ¿algo más?... ¿un café?, ¿una decisión?, ¿coraje para preguntar?
-¿De que estas hablando? —pregunto Kurt mirándola a ella y a su prometido.
-De nada… —se adelantó en decir Blaine tomando la carta desde las manos de Kurt y la suya desde la mesa, para entregárselas a la Santana.
-¿Cómo que de nada?... si precisa saberlo “Lady Hummel”, hablábamos de vestidos de “Bridesmaids”
-¿”Bridesmaids”?... ¿te estas auto designando para algo Santana? —pregunto Kurt levantando una ceja.
-No, pero se mueren por pedírmelo, por lo tanto les ahorro el trabajo y les digo que acepto… y que Britt también acepta.
Blaine sonrió entre aliviado y divertido.
-Ya hablaremos de eso… y ahora si quieres propina… trabaja… por favor… —agrego haciendo un gesto con su mano que le indicaba a su amiga que debía retirarse de inmediato.
-“Si quieres propina trabaja por favor”—repitió la chica con la voz de una niña de un año y medio mientras se retiraba a por la orden.
-¡Al fin!… —exclamo Kurt acercándose a la mesa para tomar la mano de su prometido— ahora cuéntame… ¿fuiste donde dijiste que irías?
-Fui… —respondió Blaine acercándose también— hola… —añadió dándole un beso en el dedo del anillo.
-Hola… —dijo Kurt sonriendo— ¿no te enojaste porque te pedí que me dejaras solo?, ¿verdad?
-No… entendí tus razones —contesto Blaine dando otro beso— aunque me muero de curiosidad por ver a nuestra amiga, debo decir.
-Cuando lleguemos al departamento te lo muestro… de verdad que es genial, no estoy exagerando, ni diciéndolo porque es Rachel…
-OK… —dijo Blaine soltándole las manos, se echó hacia tras en el asiento y comenzó a buscar algo en su bolso.
-¿Me vas a contar de que hablabas con Santana antes de que yo llegara?, porque lo último que escuche fue “aprendiz de abogado sexy”…
-Solo hablamos de estupideces, no te preocupes —dijo Blaine sacando un cuaderno con espiral en el canto y al cual no el cabían mas papeles en su interior.
-Cuéntame entonces… —insistió Kurt encogiendo sus hombros.
-¿No prefieres saber el valor de una boda en el “The Plaza Hotel”?
-¿Fuiste al Plaza?... ¿sin mí?... ¿en qué diablos estabas pensando? —dijo abriendo sus ojos tanto que llego a equipararlos en tamaño con los huevos fritos que se servía el cliente de junto.
-No me hospede ni nada… solo estuve en la administración, y viendo los costos… —comenzó a explicar Blaine abriendo su cuaderno a la mitad provocando que varios papeles de colores y folletos de diferente tipo se cayeran al piso.
-Ya lo se… terminaremos por casarnos en nuestro departamento… o en Mackinley, aunque no sé qué alterativa es más triste.
-La segunda por lejos —dijo Blaine soltando una risa un tanto ahogada por el esfuerzo al buscar sus cosas desde el piso.
-¿De eso hablabas con Santana? —insistió Kurt mientras chequeaba su peinado en el servilletero de acero pulido.
-¿No te quedaras tranquilo hasta que te cuente?, ¿verdad?
-No…
-Te amo… —dijo Blaine sonriendo al verlo responder con tanta soltura.
-Eso no te servirá… cuéntame…
-Ok… pero antes de contarte quiero que sepas que si bien lo he pensado no es algo que me quite el sueño.
-¿Ese abogado sexy del que hablaban?... no me digas que es Sebastián por que escuche, o leí, o no sé qué, que entro a estudiar leyes en no sé dónde.
-No, no se trata de Sebastián y en efecto entro estudiar leyes en Dartmouth.
-Vaya si estas informado… —dijo Kurt fingiendo una gran sonrisa— ¿sabes también sus horarios de clase?, o ¿cómo hará para que el verde le combine con sus enormes dientes?
-No, solo se lo que te dije, y eso lo supe antes de venirme New York, no es que lo tenga de amigo en Facebook o algo…
-Como sea… ¿no hablemos de él?... ¡odio que hablemos de él!
-Bien… pero tú pusiste el tema sobre la mesa.
-Entonces… —dijo Kurt dando un gran suspiro y con su mano el gesto de quien le da el pase a otro para hablar.
-Entonces…
-¿De que hablaban Santana y tú?
-Bueno… hablamos de dos cosas, y como dije si bien he pensado en ambas, no es algo que me quite el sueño, pero antes que todo quiero que sepas que ambas no me importan, bueno una me importa menos, la otra creo y no es verdad…
-Gracias a Dios y eres lindo… —dijo Kurt mirándolo fijo.
-¿Cómo?... —añadió Blaine tomándose una oreja.
-Eso, gracias a Dios que eres lindo, si no, no sé cómo soportaría todas las vueltas que te das para llegar al punto cuando quieres explicar algo.
-¡No me doy vueltas!
-Más que un “dreidel” en Hanukkah…
-Bien… tratare de organizar mis ideas antes de hablar.
-Dime el primer tema del que hablaban.
-Bueno… primero Santana dijo algo sobre el lugar que tengo en tu vida.
-¿Cómo?
-El lugar que tengo en tu vida, me dijo que no esperara ser más que el tercero en tu lista de prioridades.
-¿Después de quien se supone?
-Luego de Rachel y luego de Broadway… en ese orden.
-¡Vaya!, creo que alguien encontrara un animal venenoso en su delantal mañana —dijo Kurt echándose hacia atrás en la silla y negando con su cabeza aquella afirmación— ¿tu creíste eso?.
-Me niego a hacerlo.
-¿Pero quedaste con dudas?, mira que Santana es experta en sembrar dudas donde no las hay.
-¿No es verdad? ¿o si? —pregunto Blaine tomándose la otra oreja.
-No Blaine, no es verdad, y a esta altura de nuestras vidas eso es algo que ya deberías saber.
-Lo se… es solo que..
-Solo que “que”…
-¿Puedo preguntar algo sin que te molestes?
-¿Qué cosa?... —dijo Kurt blanqueando los ojos como si se molestara de antemano.
-Cuando tú y yo nos casemos… ¿Rachel seguirá…?... ¿seguirá viviendo con nosotros?
-Rachel está en Los Angeles… no hay forma de que viva con nosotros.
-Ok…
-Y si decide volver, siempre podemos cambiar la cerradura de la puerta…
-O esconder la llave…
-O tirarla al Hudson si es preciso… eres mi única prioridad Blaine Anderson futuro Hummel, no hay más que decir —dijo Kurt sonriendo y cogiéndole la mano nuevamente.
-Gracias Kurt… —contesto Blaine soltando un suspiro de alivio.
-¿Cuál es el otro tema?
-Era algo relacionado con nosotros… con nuestra boda.
-¿Era verdad que hablaban de vestidos de “brodesmaids” entonces?
-No… lo que pasa es que Santana… veras, ella dijo… en realidad yo también lo dije…
-¡Demonios Blaine!... ¡siento que he envejecido 3 años desde que comenzaste a contar la historia! —exclamo Kurt mirando el techo.
-¿Qué opinas sobre los “Prenup”?
-¿Un acuerdo prenupcial?... ¿por qué?
-Santana menciono que yo debería, es decir que mis Papás redactarían uno por su situación económica privilegiada, pero es su situación, no la mía, así es que dudo que aquello suceda, es más estoy seguro y aquello no sucederá… pero dime… ¿está en tus planes pedir uno? porque si es así, yo no tendría problemas en firmarlo.
-No… ¿por qué?, ¿acaso estás pensando en matrimonio a corto plazo?
-¿Qué?... ¡no!... ¡obvio que no!...
-Porque te recuerdo y me prometiste un anillo de diamantes para cuando cumpliéramos 25 años de casado
-Lo recuerdo y pienso cumplir mi promesa…
-¿Entonces?, ¿de qué estás hablando?
-Que tal vez… tu querrás, no se… resguardar lo que es tuyo.
-¿Además de ti?
-Kurt… —dijo Blaine sonriendo medio coqueto.
-Creí que cuando la gente se casaba, lo hacía para compartirlo todo.
-En efecto… y yo también pienso lo mismo, pero siendo realistas, tal vez… no se… sería una situación legal más fácil de manejar en caso de…
-¿En caso de que? —pregunto Kurt poniendo cara de ácido.
-En caso de que lo nuestro se acabe… la mayoría de las celebridades lo hace.
-Tú y yo no somos celebridades
-Aun…
-Bueno…. —dijo Kurt como pensando en un futuro exitoso— ¡da lo mismo!...—dijo como despejando sus pensamientos— ¿eso es lo que has pensado pero no te quita el sueño?
-Si… pero…
-¿Cuánto crees que durara nuestro matrimonio?
-Kurt…
-¡De verdad!... dímelo, porque si tienes planes de aquí a dos o tres años, deberías decírmelo —sentencio Kurt de lo más ofuscado.
-No tengo ningún plan, tampoco le he puesto fecha de término a nuestro matrimonio… yo quiero pasar el resto de mi vida amándote… pero…
-Pero que… ¡uy!... ¡odio cuando salen estos temas!, en especial cuando deberíamos estar hablando de otras cosas más agradables, o haciendo otro tipo de cosas más placenteras —dijo Kurt cruzándose de brazos y desviando su mirada hacia la calle.
-También creo que es un tema desagradable…
-¡Para que lo mencionas entonces!
-¡Porque si!... Kurt… es obvio que tú serás más exitoso que yo, en todo los aspectos… ¿no crees firmar algo así, es una forma de proteger tus ganancias?
-…
-No te enojes… —dijo Blaine tratando de alcanzar su mano— ¿sabes qué?, ¡olvida lo que dije!, si llegamos a divorciarnos rechazare todo lo que me corresponda, tal como lo hizo Russel con Katy Perry.
-Sí, seguro y rechazarías 20 millones de dólares, ¿sabes cuantas cosas podrías comprarte?
-Pues si no tengo a ti, me daría lo mismo si puedo comprarme medio mundo.
Kurt sonrió mirando hacia afuera y Blaine termino por contagiarse con aquella mueca tierna y llena de amor.
-¿Por qué estamos hablando de esto? —dijo Blaine sonriendo aún más.
-No lo sé, yo vine por una ensalada y una conversación con mi prometido y termine hablando de dólares y Katy Perry.
-Lo siento… —agrego Blaine sin tener motivos por los que disculparse.
-Lo siento también… —dijo cogiéndole la mano por sobre la mesa— y no se cuales serán tus planes para nosotros en el futuro, pero los míos son claros, y es pasar el resto de mi vida contigo hasta que ambos estemos peleando con el televisor en nuestra casa del faro, por lo tanto yo no necesito firmar nada... ¿y tú?
-¡Gracias a Dios! —dijo Blaine soltando un suspiro de alivio— yo tampoco quisiera , es solo que pensé que tal vez… tú…
-Piensa menos y besa más… —pidió Kurt medio trepándose en la mesa para alcanzar los labios de su prometido.
-Ok…—respondió este en susurrándole sobre los labios.
-¡No hay habitaciones aquí!… ¡se los advierto! —exclamo Santana llegando con la orden.
-¡Ah!… ¡nuestra mesera favorita!…—dijo Kurt volviendo a su asiento para comenzar a comer.
-Merece el doble de propina… —agrego Blaine recibiendo su soda.
-¡Ay!... ¡púdranse pequeños ponys! —sentencio la chica retirándose.
Ambos la miraron hasta que desapareció tras la barra,
-¿Qué?.... —pregunto Kurt mirando hacia atrás por sobre su hombro, al ver que Blaine se le quedaba viendo como siempre.
-Nada… —contesto Blaine soltando un suspiro— solo… estoy pensando que debí ordenar algo más que esta soda —agrego tomando de su vaso.
-Pues come de lo mío, no quiero que vuelva Santana por nada del mundo —advirtió Kurt poniendo el plato de su ensalada en medio de la mesa.
-Ok… gracias —dijo Blaine tomando un tenedor.
-Antes de empezar a comer…— añadió Kurt apartando el plato.
-¿Qué?...
-¡Dime quién diablos es el abogado sexy! —exclamo levantando sus brazos con los cubiertos en la mano y todo.
Blaine sonrió mirando a su prometido y pensó que podría perderse en ese universo profundo y azul el resto de sus días, en el segundo, tercero o cuarto lugar, o en cualquiera que Kurt quisiese que ocupara en su vida.