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FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Holap dan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
AMO LA NUEVA TEORÍA DE DANTE,.... JAJAJAJAJJAJA
amo eso cruces de mis lopez con el conejo!!!!la tensión en esa seminario era impresionante,...
linda forma de echarse en cara las cosas,... "dante y beatriz" jajajajajja
paulina es un ente en el aire sin presencia física para beatriz,....
nos vemos!!!
PD; mmm para mi la perversión es buena sino mírame ,... soy un angelito (aunque no lo parezca)!!!! jajajajaja
AMO LA NUEVA TEORÍA DE DANTE,.... JAJAJAJAJJAJA
amo eso cruces de mis lopez con el conejo!!!!la tensión en esa seminario era impresionante,...
linda forma de echarse en cara las cosas,... "dante y beatriz" jajajajajja
paulina es un ente en el aire sin presencia física para beatriz,....
nos vemos!!!
PD; mmm para mi la perversión es buena sino mírame ,... soy un angelito (aunque no lo parezca)!!!! jajajajaja
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
:o Oh Gosh! Por favor, actualiza de nuevo, por favor, no lo dejes ahí :'c quiero saber que pasará.
Por favor *3*
Por favor *3*
dani_lcastrejon** - Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 28/06/2014
Edad : 29
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
atercio escribió:wow....primero quiero comentar el cap anterior...por alguna razon sabia que las cosas no iban a ser tan fáciles, que santana no se iba a acordar y que britt se ilusiono un poco mas de lo normal, ahora bien sobre este capitulo es claro la postura de Britt, es claro porqu lo hace siempre persevera el instinto de proteccion, pero vamos debió decirlo apenas tuvo la oportunidad, espero ansiosa el capitulo siguiente buenas vibras
Hola Hola!
San tenia miedo de decir si ella era su beatriz nada mas :) y exactamente y AQUI TRAIGO CAPITULO :p
Saludos!
VictoriaRivera escribió:Necesito saber que pasa por diosssss
Hola Hola!
Aqui capitulo :)
Saludos!
marcoheath escribió:porfavooooooooooooooooooor actualiza!:( :( :(
Hola Hola!
AQUI CAPITULO
Saludos
3:) escribió:Holap dan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
AMO LA NUEVA TEORÍA DE DANTE,.... JAJAJAJAJJAJA
amo eso cruces de mis lopez con el conejo!!!!la tensión en esa seminario era impresionante,...
linda forma de echarse en cara las cosas,... "dante y beatriz" jajajajajja
paulina es un ente en el aire sin presencia física para beatriz,....
nos vemos!!!
PD; mmm para mi la perversión es buena sino mírame ,... soy un angelito (aunque no lo parezca)!!!! jajajajaja
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJ ESA TEORIA DE DANTE ES LA EXCELENCIA JAJAJAJAJA y jajajaja miss lópez queriendo asesinar a rachel jajaja y exactamente :P
PD: JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJA SOMOS SOMOS 2 JAJAJAJAJAJAJAJ
Saludos
dani_lcastrejon escribió::o Oh Gosh! Por favor, actualiza de nuevo, por favor, no lo dejes ahí :'c quiero saber que pasará.
Por favor *3*
Hola Hola!
AQUI CAPITULO :P
Saludos!
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 16
Los alumnos del seminario permanecieron sentados en el aula, súbitamente silenciosa, atónitos. La mayor parte de ellos no eran expertos en Dante y no tuvieron problema en aceptar el altercado como un debate entretenido, aunque algo aberrante. Todo el mundo sabía que los académicos se apasionaban mucho cuando discutían sobre su materia. Al parecer, algunos, como Brittany o la profesora López, eran más apasionadas que el resto se veía venir que el seminario de ese día iba a acabar en desastre aunque Rachel había presenciado cosas peores durante el seminario de la profesora Singer sobre métodos de tortura medieval el semestre anterior un curso que había resultado ser más... práctico de lo que cabía esperar cuando los estudiantes se convencieron de que el enfrentamiento se había acabado y de que no habría segundo asalto (ni palomitas), empezaron a marcharse. Los últimos en salir fueron Quinn, Rachel y Brittany tras fulminar a Brittany con la mirada, Quinn salió en busca de La Profesora como un patito detrás de su madre.
Rachel cerró los ojos y gruñó— ¿Tienes tendencias suicidas?
— ¿Qué? —Brittany parecía acabar de despertarse de un sueño.
— ¿Por qué la has provocado de esa manera? ¡Está buscando una excusa para librarse de ti! Ella empezó a darse cuenta de la magnitud del lío en que se había metido. Era como si, durante la clase, se hubiera convertido en otra persona. Había soltado veneno y rabia por la boca sin acordarse de que no estaban solas. Y en esos momentos se sentía desinflada como un globo pinchado después de una fiesta de cumpleaños. Recogió sus cosas lentamente, preparándose para lo que sabía que iba a ser una conversación difícil y desagradable con La Profesora en su despacho—Me parece que no deberías ir —le dijo Rachel.
—No quiero hacerlo.
—Pues no vayas. Envíale un correo electrónico. Dile que estás enferma. Y que lo sientes.
Brittany se lo planteó seriamente durante un momento era muy tentador. Pero sabía que su única posibilidad de salvar su carrera académica pasaba por echarle... ovarios y aceptar el castigo que Santana quisiera imponerle. Después ya se ocuparía de recoger los trocitos de su vida personal. Si era posible—Si no voy se enfurecerá aún más. Tal vez me expulse directamente. Necesito los créditos del seminario si quiero graduarme en mayo.
—En ese caso, te acompañaré. Es más, hablaré con ella antes que tú —dijo Rachel, enderezando la espalda y flexionando los brazos.
—No, tú tienes que mantenerte al margen. Iré, me disculparé y dejaré que me grite todo lo que quiera. Cuando hayamos saldado cuentas, tendrá que dejarme ir.
—«La compasión debe entregarse voluntariamente» —murmuró Rachel, citando a Shakespeare, porque las palabras de Britt le recordaron a El mercader de Venecia—Aunque La Profesora no sabe mucho de compasión. ¿Se puede saber a qué ha venido todo eso? Dante nunca tuvo una amante llamada Paulina.
Brittany parpadeó varias veces—Leí un artículo sobre Pia de Tolomei. Paulina era uno de sus apodos.
—Pia de Tolomei no fue amante de Dante. Tienes razón en que se rumorea que tuvo varias, incluso hijos ilegítimos, pero me temo que, en esto, López tiene razón. Nadie cree que Pia fuera amante de Dante. Nadie.
Brittany se mordió el interior de la mejilla—Pero no me dejaba explicarme y me ha puesto nerviosa. Al final, he explotado.
—Oh, sí, has explotado. De eso no cabe duda. Si fueras cualquier otro alumno, te estaría dando palmaditas en la espalda y pensando que López se lo tenía bien merecido. Es una idiota y una engreída. Pero en tu caso sabíamos que no te iba a dejar pasar una—Rachel negó con la cabeza—. Deja que hable con ella.
—Es tu director de tesis. No es sensato que lo hagas enfadar. Si se pasa con los gritos, me marcharé y le pondré una denuncia por acoso.
Rachel la miró con preocupación—Esto no me gusta nada. Está furiosa.
—No puedo negarme Ella es la profesora malvada y yo la pequeña alumna indefensa. Tiene todo el poder.
—El poder tiene efectos muy raros en la gente.
— ¿Qué quieres decir con eso?
Rachel asomó la cabeza para asegurarse de que no había nadie escuchando en el pasillo—López es una pervertida. Estuvo liado con la profesora Singer y eso significa que... —Se detuvo de repente y negó con la cabeza.
— ¿Qué significa, Rachel?
—Si te ha estado acosando, o tratando de obligarte a hacer ciertas cosas, avísame y te ayudaré a poner una denuncia.
Britt la miró sin entender—No, nada de eso. Es una tipa malhumorada a la que no le gusta que le contradigan, pero no hay nada siniestro aquí. Me tragaré el orgullo, iré a su oficina y, con suerte, no me expulsará.
—Espero que tengas razón. Siempre se ha comportado con mucha profesionalidad con los alumnos, pero contigo parece otra persona.
Rachel la acompañó hasta el despacho de La Profesora y llamó a la puerta López abrió en seguida, con los ojos brillantes y duros como el lapislázuli— ¿Qué quiere? —le preguntó a Rachel, sin apartar los ojos de Brittany.
—Sólo un minuto de su tiempo.
—Ahora no. Mañana.
—Pero profesor, yo...
—Mañana, señora Berry. No me presione.
Rachel le dirigió una mirada preocupada a Brittany mientras le decía «Lo siento» en voz baja Santana esperó a que la chica desapareciera por la esquina del pasillo, antes de apartarse y permitir que Brittany entrara en el despacho. Tras cerrar la puerta, se dirigió a la ventana «Los que entráis aquí, abandonad toda esperanza...» El despacho de La Profesora estaba oscuro, iluminado sólo por la lamparita de sobremesa. Había corrido las cortinas y estaba lo más lejos posible de ella, frotándose los ojos con los dedos manchados de tinta Brittany se puso la mochila ante el pecho y la abrazó con fuerza, como si fuera un escudo como ella no decía nada, se entretuvo mirando a su alrededor lo primero que llamó su atención fue una silla. Era la incómoda silla de Ikea en la que le había dicho que se sentara durante su primera y fatídica entrevista, en setiembre. La silla estaba rota, hecha pedazos y esparcida por toda la alfombra persa los miró alternativamente a ella y los trozos del mueble «Ha roto una silla. ¡Ha hecho pedazos una jodida silla metálica!» Santana abrió los ojos y, en sus profundidades, Brittany vio una calma extraña y amenazadora la dragona estaba en su cueva y ella iba desarmada—Si fueras cualquier otra persona, ya te habría expulsado— Brittany empezó a temblar en cuanto oyó su tono de voz. Era engañosamente suave y calmado, como la seda deslizándose sobre la piel. Pero, por debajo, era duro y frío como el acero y el hielo— Lo que acaba de pasar ha sido la exhibición de comportamiento infantil más desagradable que he tenido que presenciar. Tu falta de respeto es absolutamente inaceptable. Y no tengo palabras para expresar lo enfadada que estoy por lo que has dicho sobre Paulina. No vuelvas a hablar de ella nunca más. ¿Me explico? —Brittany tragó saliva para responder, pero no pudo hacerlo—He preguntado si me explico —gruñó ella.
—Sí.
—Me estoy controlando haciendo un gran esfuerzo. Te aconsejo que no me provoques. Y me gustaría que te defendieras sola y no manipularas a Rachel para que te rescate de tu propia estupidez ella ya tiene su ración de problemas— Brittany clavó la vista en la alfombra, evitando mirarla a los ojos, que parecían brillar en la oscuridad—Creo que querías que perdiera el control, que me enfadara y montara una escena para tener una excusa para salir corriendo. Querías que me comportara como todas las demás imbéciles que te han maltratado en la vida. Bueno, pues entérate, yo no soy una maltratadora y no voy a comportarme como una sola para estar a la altura de lo que esperas— Brittany miró de reojo hacia los restos de la silla—una buena silla sueca que no le había hecho daño a nadie en su corta vida— y luego volvió a mirar a La Profesora, pero no discutió.
Ella se pasó la lengua por los labios— ¿Todo esto te parece un juego? ¿Qué pretendes? ¿Quieres enfrentarnos como si Rachel y yo fuéramos personajes de una obra de Prokofiev? Ella es Pedro y yo soy la loba. ¿Qué eres tú? ¿El pato?— Brittany negó con la cabeza—Lo que ha pasado hoy en el seminario no puede volver a suceder, ¿lo entiendes?
—Sí, profesora—Brittany intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave—Pediré disculpas delante de toda la clase.
— ¿Para qué aumenten los chismorreos? No, mejor que no. ¿Por qué te has negado a hablar conmigo? Una llamada de teléfono. Un encuentro. Habría aceptado hacerlo a través de la puerta cerrada si me lo hubieras pedido. ¡Por el amor de Dios! Y en vez de eso, decides comunicarte conmigo ¡en medio del jodido seminario!
—Has dejado un sujetador en mi casillero. He pensado que...
— ¡Usa la cabeza! —exclamó ella—. Si te lo hubiera enviado por correo, habría dejado una prueba en papel. Habría sido muy comprometedor. Y no iba a dejarte el iPod en el porche durante una tormenta—Brittany no entendió el cambio de tema, pero no dijo nada—Yo soy responsable de haber empezado este desastre al cambiar la clase, pero tú eres responsable de la debacle final. Tu respuesta ha sido una especie de bomba de hidrógeno. No vas a abandonar el curso, ¿me oyes? No vas a dejar la universidad. Vamos a actuar como si esta hecatombe nunca hubiera ocurrido y a rezar para que el resto de alumnos esté demasiado ocupado con sus asuntos para darse cuenta de lo que ha pasado—Santana le dirigió una mirada impasible—Ven aquí —dijo, señalando un espacio despejado en la alfombra—Ella dio varios pasos al frente— ¿Has devuelto ya la beca?
—Aún no. El director del Departamento de Estudios Italianos está enfermo.
—Pero ¿has pedido cita con él?
—Sí.
—Así que pediste cita con el director, pero no te molestaste en enviarme a mí un mensaje de dos palabras cuando estaba desesperada por saber cómo te encontrabas —refunfuñó— Brittany parpadeó—Cancela la cita.
—Pero no quiero el dinero...
—Vas a cancelar la cita, a aceptar el dinero y a mantener la boca cerrada. Tú has organizado este desastre; ahora me toca a mí recoger los pedazos. —Con una mirada sombría, añadió—: ¿Está claro? — Brittany contuvo el aliento y asintió a regañadientes—El correo que me enviaste fue una vergüenza. Una auténtica bofetada después de todos los mensajes que te dejé. ¿Llegaste a escucharlos o los borraste directamente?
—Los escuché.
—Los escuchaste pero no te los creíste. Y, desde luego, no los respondiste. Usaste la palabra «acoso» en tu correo. ¿Qué pretendías?
—Eh... No lo sé.
Santana se acercó hasta quedar a pocos centímetros de ella—Es muy posible que alguien ya haya sido alertado sobre el contenido del mensaje. Incluso después de haberlo borrado, cosa que ya he hecho, pueden seguirle la pista. Un correo electrónico deja una huella imposible de borrar, Susan no vuelvas a hacer algo así nunca más. ¿Está claro?
—Sí.
—Eres la única persona capaz de alterarme de esta manera. De todas las maneras— Ella miró de reojo a la puerta, deseando huir—Mírame —susurró ella cuando lo hizo, Santana siguió hablando: —Voy a tener que hacer control de daños. Acabo de hablar con Quinn y ahora, gracias a ti, voy a tener que hablar también con Rachel Quinn es un peligro público, pero Rachel era una buena ayudante de investigación.
« ¿Era?»—Por favor, no lo despidas. No es culpa suya. Me aseguraré de que no le diga nada a nadie. Por favor.
— ¿Es a ella a quien quieres? —preguntó Santana. Su voz se había vuelto un murmullo glacial—Britt jugueteó con la mochila—Respóndeme.
—Lo intenté.
— ¿Y?
—Y nada.
—No es lo que parecía cuando os he visto abrazadas ante los casilleros. No es lo que parecía cuando ha llamado a la puerta como una dama, dispuesta a protegerte. ¿Por qué no eres capaz de admitir lo que quieres, Susan? ¿O es que sólo respondes si te llaman Conejito? —preguntó, supurando sarcasmo—Ella abrió mucho los ojos, pero no dijo nada. No sabía qué decir—Bien me rindo —añadió Santana, señalando la puerta con la mano de un modo despectivo—Rachel gana.
El cerebro de Brittany tardó unos segundos en procesar lo que había oído. Podía marcharse. Con la cabeza gacha y los hombros encogidos, se dirigió hacia la puerta. Parecía una mariposa a la que le hubieran arrancado las alas pero no la había expulsado del seminario ni de la universidad. Había perdido cosas mucho más importantes, pero algo era algo Santana permaneció inmóvil mientras ella buscaba a tientas la cerradura por debajo de la mochila cuando la vio tratar de girar la llave sin conseguirlo, soltó un gemido se acercó y le rodeó la cintura con un brazo para abrir la puerta, acariciándole la cadera al ver que no se encogía por el contacto, le dijo al oído: —Entonces, ¿toda esta agonía ha sido en vano? —Brittany sintió el calor del cuerpo de Santana a su espalda irradiaba de su pecho y se extendía por sus hombros, provocándole un estremecimiento— ¿Nos has expuesto a los chismorreos maliciosos por nada?
—Has sido muy cruel.
—Tú también.
—Me has hecho daño.
—Y tú a mí. ¿Satisfecha con la venganza? —siguió susurrando Santana su cálido aliento le acarició la mejilla—Has dejado de ser un conejito y te has transformado en una gata furiosa. No lo niego, hoy me has clavado las uñas bien clavadas. Me has hecho sangrar con cada palabra. ¿Estás contenta? Me has humillado delante de mis alumnos sacando todos mis pecados a la luz. Ha sido una auténtica hoguera de las vanidades y has sido tú quien ha encendido la llama le acercó los labios un poco más a la oreja, provocándole un nuevo escalofrío—Eres una cobarde —susurró.
—No lo soy.
—Eres tú la que se marcha.
—Me lo has dicho tú has dicho que me vaya con Rachel.
— ¡Maldita sea! ¿Haces todo lo que te dicen? ¿Dónde se ha escondido la gatita furiosa?
—No soy más que una estudiante, profesora López tú tienes todo el poder. Podrías... destruirme.
—Bobadas. ¿No lo dirás en serio? ¿Piensas que esto son jueguecitos de poder? —Le arrancó la mochila que sujetaba con los dedos agarrotados y la tiró a un lado. Luego la obligó a volverse y le sujetó la cara entre las manos— ¿De verdad crees que sería capaz de destruirte, con nuestra historia?
—No soy yo la que tiene problemas de memoria. Y no, claro que no estoy satisfecha. ¿Crees que era esto lo que buscaba? Soy muy infeliz. Cuando finalmente te encuentro, después de todos estos años, ¡has cambiado tanto que apenas te reconozco!
—No me has dado la oportunidad de demostrarte cómo soy en realidad. ¿Y cómo voy a saber lo que esperas de mí si no hablas conmigo? ¡No me explicas nada!
— ¡A gritos no vas a conseguir que hable contigo!
Santana le aplastó la boca con la suya, brevemente pero con mucha pasión, antes de volver a susurrarle al oído: —Habla conmigo —le ordenó, acariciándole el lóbulo de la oreja con los labios Brittany permaneció en silencio, sintiendo cómo la energía fluía entre las dos como una serpiente de furia y de pasión devorándose a sí misma—Dime lo que quieres o márchate—Al ver que ella no respondía, Santana se apartó lentamente ella sintió su ausencia de inmediato y habló sin filtrar las palabras: —Nunca he querido a nadie más.
Santana la miró a los ojos antes de besarla sus labios se unieron con firmeza, juntando sus alientos, sus bocas húmedas y resbaladizas Santana le acarició la mejilla y la oreja antes de sujetarla por la nuca mientras le aprisionaba la boca con la suya, le acariciaba la piel, para tranquilizarla sus labios flotaban juntos, deslizándose, devorándose entre sí. Tras unos instantes, ella le echó la cabeza hacia atrás rogándole sin palabras que separara los labios Brittany no respiraba. Era imposible. Las sensaciones eran demasiado intensas: el sabor a licor de menta, el aroma de chanel, su aliento, que la consumía. Ante la falta de respuesta de ella, Santana le recorrió el labio inferior explorándolo con precaución, antes de apoderarse de él hábilmente y de metérselo en la boca Brittany ahogó una exclamación ante la sensación, extraña y tan íntima Santana jugueteó con su labio entre los suyos. Todo era nuevo, pero al mismo tiempo curiosamente familiar. Labios, dientes, el dulce juego de la lengua. La pasión permaneció, pero la rabia se transformó en energía eléctrica que ardió y chisporroteó a su alrededor cuando Brittany por fin respondió a su invitación y se abrió a ella.
Tenía la mandíbula muy tensa. Al notarlo, Santana empezó a acariciársela para relajarla. Al ver que lo lograba, se volvió más atrevida. Le acarició el labio inferior con la lengua antes de tirar de él y penetrar en su boca. El primer contacto fue tímido, como si sus lenguas fueran viejos amigos que se reencontraban. Pero en seguida se volvió sensual y erótico, como el de dos amantes. El calor se apoderó de ellas y el baile de dos se convirtió en un tango de uno fue mucho mejor de lo que Santana podría haber imaginado mucho mejor que cualquier sueño porque ella era real. Beatriz era real. Y mientras sus labios estaban unidos y le exploraba la boca con la lengua, ella era suya, en cuerpo y alma. Aunque sólo durara unos momentos «Tan dulce —pensó Britt—. Tan cálido.» Tiró de ella para acercarla más. Le enredó las manos en el pelo y quedó aprisionada entre su cuerpo y la puerta Santana movió la mano que le sujetaba la nuca y le protegió con ella la cabeza, para que no se golpeara contra la puerta, mientras gemía «Gime por mí. Soy yo la que la hace gemir.» Era un gemido intenso, fiero y erótico Brittany recordaría ese sonido y esa manera de vibrar contra su boca durante el resto de su vida sintió la sangre correr por sus venas, caliente y espesa, haciendo que su piel se ruborizara. Nunca había deseado nada con tanta intensidad como sentir sus brazos alrededor de su cuerpo y sus labios contra los suyos Rachel no existía. Ni Quinn. Ni la universidad. Sólo ellas.
Los labios de Santana se apoderaron de su boca. La poseyeron. Un fuego se encendió cuando sus cuerpos entraron en contacto, curvas suaves contra más curvas Brittany trató de respirar, pero no fue suficiente la cabeza empezó a darle vueltas estaban tan juntas que Santana habría jurado que podía sentir el corazón de ella a través de la camisa deslizó la mano por debajo de su blusa para tocarle la piel de la parte baja de la espalda volvió a gemir cuando su mano alcanzó ese valle y lo reclamó no necesitaba verlo para saber que era precioso Brittany empezó a respirar entrecortadamente le faltaba el aire Santana no quería detenerse. Quería seguir, llevarla hasta el escritorio y tumbarla encima para acabar lo que habían empezado. Quería explorar cada centímetro de su piel. Mirarla a los ojos mientras su cuerpo le revelaba sus secretos. Pero la prudencia ganó la batalla y fue deteniéndose lentamente, aunque todo su ser protestaba a gritos ante el dolor de la separación.
La abrazó con fuerza, sin dejar de protegerle la cabeza y le dio tres castos besos en la boca abierta. Luego le acarició el cuello con los labios, muy suavemente, descendiendo hasta llegar al punto donde el cuello se unía con el hombro. Con un último beso bajo la oreja, más una promesa que una despedida, se detuvo del todo le acarició los brazos de arriba abajo y le apoyó las manos en las caderas, donde trazó intrincados dibujos con los pulgares, animándola a abrir los ojos. Casi podía oír el corazón de ambas latiendo frenéticamente pero al unísono, en el silencio de la oficina Britt la afectaba hasta ese punto. Le hechizaba la carne y la sangre. Bajó la vista hasta sus labios, aún entreabiertos, y volvió a besarlos con reverencia. Ella no reaccionó Santana la examinó, empezando a preocuparse—Britt, cariño, ¿estás bien? El corazón de Santana se detuvo cuando ella se desvaneció entre sus brazos no se había desmayado era la suma de las sensaciones tan intensas y la falta de una comida en condiciones pero Brittany sabía que estaba segura entre los brazos de Santana, que nunca la dejaría caer y que le estaba susurrando palabras dulces al oído le acarició la cara con las yemas de los dedos. Al no obtener respuesta, le besó la frente— ¿Beatriz?
Ella abrió los ojos— ¿Por qué me llamas así?
—Porque es tu nombre —murmuró Santana, acariciándole el cabello— ¿Estás bien?
Britt respiró hondo—Sí, eso creo—Ella volvió a besarla en la frente de pronto, ella se acordó de su enfado y de su mirada, dura y brillante—Esto está mal. Eres mi profesora. Me he metido en un lío—Trató de liberarse de su abrazo, pero cuando Santana no se lo permitió, se apoyó contra la puerta» ¿Qué he hecho? —se preguntó, llevándose una mano temblorosa a la frente.
Fulminándola con la mirada, ella la soltó—Me decepcionas, Britt. Deberías saber que nunca se lo contaría a nadie. Te prometo que haré todo lo que esté en mi mano por protegerte—Recogió la mochila del suelo y se la cargó al hombro sujetando el maletín con una mano, le rodeó la cintura con la otra, pegándola a su costado— Ven conmigo.
—Rachel me está esperando.
—Que se joda— Ella parpadeó—Para ella sólo eres una mascota —dijo Santana.
—No soy una mascota, soy su amiga ella es mi único amiga en Toronto.
—A mí me gustaría ser tu amiga—Santana bajó la mirada hacia sus ojos—Y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para mantener a mi amiguita muy cerca y asegurarme de que no vuelve a salir corriendo.
—Esto es... complicado. Y peligroso. —Britt se ordenó olvidarse de la sensación de los labios de Santana sobre su boca y centrarse en sus problemas insalvables. Pero era imposible, sobre todo porque los sonidos de ella mientras la besaba seguían resonando en sus oídos.
—No te pareció complicado ni peligroso cuando bailabas en mi apartamento, vestida con mi ropa interior. No te pareció complicado cuando dejaste una bandeja de desayuno en la nevera, acompañada con lo que sólo puede describirse como una carta de amor. ¿Por qué es todo más complicado ahora que te he besado?
—Porque nos han... descubierto.
La expresión de Santana se endureció—No, no nos han descubierto. Aparte del correo electrónico, la única otra prueba es la discusión, que puede interpretarse de muchas maneras. Nuestros enemigos tendrían que aportar pruebas. Lo negaremos todo.
— ¿Es eso lo que quieres hacer?
—No veo una mejor alternativa. Además, durante la clase no estábamos manteniendo una relación se agachó para recoger unas llaves del suelo.
— ¿Son tuyas?
—Sí—Britt alargó la mano.
— ¿La «P» es de Princeton o de qué? —bromeó ella, haciendo oscilar las llaves delante de sus ojos—Brittany se las arrebató de la mano con una mueca y las guardó en la mochila Santana sonrió ante su reacción—Espera un momento. Quiero asegurarme de que Rachel no está esperando con un rifle para dispararle a la loba y salvar al pato—Tras un rápido vistazo al pasillo vacío, dijo—: Vamos, iremos por la escalera la empujó para que saliera del despacho y cerró la puerta con llave— ¿Estás bien? ¿Puedes ir andando? Podemos atravesar por Victoria College y subir por la calle Charles. O puedo llamar a un taxi —susurró, sosteniéndole la puerta de la escalera.
— ¿Adónde me llevas?
—A casa—Brittany se relajó durante un segundo—A mi casa. Conmigo —especificó ella, acercándose mucho a su cara.
—Pensaba que te alteraba de todas las maneras posibles.
Santana enderezó la espalda—Lo haces. No sabes hasta qué punto. Pero son las seis de la tarde y estás muerta de hambre. No voy a llevarte a ningún sitio público después de lo que ha pasado. Y no puedo prepararte una cena en condiciones en tu casa.
—Pero sigues furiosa lo veo en tus ojos.
—Y tú también estás furiosa conmigo, estoy seguro. Pero confío en que lo superemos. En estos momentos, cada vez que te miro, sólo puedo pensar en besarte la soltó y empezó a bajar la escalera.
—Rachel podría llevarme a casa.
— ¿Quieres que te lo repita? Que le den a Rachel. Eres mi Beatriz. Me perteneces.
—Santana, no soy tu Beatriz. No soy la Beatriz de nadie. Los delirios tienen que acabar.
Ella le puso una mano en el brazo para detenerla—Nadie tiene el monopolio de los delirios.
Nuestra única esperanza es dedicar el tiempo que necesitemos a descubrir quiénes somos en realidad y decidir luego si es una realidad con la que ambos podamos convivir» Estoy harta de estar enfadada contigo. Durante estos diez días, he pasado tanto tiempo enfadada que tengo enfada para el resto de mi vida. No necesito más. Vamos a sentarnos y a mantener la conversación que debimos tener hace diez días. Y no pienso perderte de vista hasta entonces. Fin de la charla. Con una mirada, Brittany se dio cuenta de que no le serviría de nada discutir.
Mientras Santana la guiaba por una puerta lateral y por detrás del edificio, sacó el móvil y le envió un mensaje a Rachel, sintiéndose culpable. Le dijo que estaba bien, pero que se sentía demasiado avergonzada como para hablar con nadie, por lo que se iba a casa Rachel había estado esperando a Brittany escondida junto a los ascensores. Se había acercado un par de veces a la puerta de la oficina de López, pero no había oído nada. No quería provocar la ira de La Profesora montando guardia frente al despacho en cuanto recibió el mensaje, volvió corriendo allí, pero ya no encontró a nadie. Bajó la escalera a la carrera, esperando alcanzarla Santana entró detrás de Britt— ¿Has comido este mediodía?
—No me acuerdo.
— ¡Susan! ¿Y esta mañana?
—Me he tomado un café...
Santana maldijo entre dientes—Tienes que cuidarte mejor. No me extraña que estés tan pálida. Ven la llevó hasta la butaca de terciopelo rojo del salón y la hizo sentarse, levantándole los pies con delicadeza y colocándoselos sobre la otomana.
—No hace falta. Puedo sentarme en la cocina, contigo.
Ella le dedicó una mirada firme pero cariñosa mientras encendía la chimenea de gas. Luego le acarició la cabeza, apartándole el pelo de la cara—Donde están mejor las gatitas en un día como éste es acurrucadas junto al fuego. Estás más cómoda aquí que en un taburete. Voy a prepararte la cena, pero necesito salir un momento a comprar un par de cosas. ¿Puedo dejarte sola?
—Por supuesto, Santana. No soy una inválida.
—Si tienes demasiado calor, dale al interruptor y el Averno se apagará—Tras darle un beso de despedida en la coronilla, se dirigió hacia el vestíbulo—Prométeme que no te marcharás antes de que vuelva.
—Te lo prometo—Brittany se preguntó si realmente estaba tan preocupada como parecía recordó lo sucedido en el aula del seminario y luego en su despacho se preguntó si sería la falta de comida lo que había hecho que se desvaneciera o si habrían sido los besos de Santana no sería la primera vez que la afectaba de esa manera cerró los ojos un segundo mientras el fuego ardía en la chimenea y se quedó profundamente dormida el sonido de una voz femenina, apasionada y cargada de sentimiento, flotaba en el aire Brittany reconoció la canción antes de abrir los ojos era Edith Piaf y su Non, je ne regrette rien una excelente elección al abrir los ojos, se encontró con que Santana la estaba contemplando con una sonrisa parecía un ángel caído un ángel de pelo oscuro, una boca hecha para pecar y unos ojos cafés y penetrantes se había cambiado de ropa llevaba pantalones negros y camisa negra, con las mangas remangadas, dejando a la vista unos poderosos pechos— ¿Susan? —La invitó a acompañarla, ofreciéndole la mano ella se la cogió y ella la guió hasta el comedor, donde había puesto la mesa Britt se fijó en el mantel de hilo blanco y los candelabros de plata en la vajilla de porcelana, las copas de cristal, la cubertería de plata y lo que parecía ser una botella de champán francés «Veuve Clicquot Ponsardin vintage 2002», leyó en la etiqueta— ¿Te gusta? —le preguntó Santana a su espalda, acariciándole los brazos.
—Es precioso —susurró ella, observando la botella con desconfianza.
—Permíteme. —Santana le separó la silla y, cuando ella se sentó, le dio la servilleta— He hecho un segundo intento con las flores. Por favor, no las destroces como las otras —dijo, sonriendo irónicamente y señalando el ramo de jacintos lila que había colocado en un jarrón alto, de estilo moderno—.Si te portas bien, te dejaré leer la tarjeta —añadió, sirviéndole una copa de champán. Sin esperar a ver cómo lo probaba, regresó a la cocina.
Mirando por encima del hombro para asegurarse de que no la estaba vigilando, Britt sacó la tarjeta del centro del ramo y leyó:
Querida Susan:
Si quieres saber lo que siento por ti, sólo tienes que preguntármelo.
Tuya, Santana
«Petulante cabrona», pensó, devolviendo la tarjeta a su sitio mientras estaba allí, esperando enfadada, varias cosas captaron su atención Santana había elegido a Edith Piaf como música de fondo en esos momentos, estaba cantando La vie en rose el mantel, la vajilla, el champán, las flores... no se había tomado tantas molestias con Lucy ambas estaban encendidas, en llamas, tras la tremenda discusión en el aula y la pasión en el despacho. Los besos que se habían dado... A Brittany nunca la habían besado así, ni siquiera ella Se estremeció al recordarlo Era una sensación nueva, pero no desagradable «Preliminares.» Era consciente del esfuerzo que le había supuesto a Santana dejar de besarla había tenido que luchar contra sí misma en aquel momento, la tensión sexual entre las dos había sido palpable sabía que Santana era una mujer muy sexual, a la que nunca le faltaba compañía femenina. Y ahora que la había probado estando serena, seguía deseándola era una sensación abrumadora, ser deseada por una criatura tan sensual se sentía como Psique siendo cortejada por Cupido no podía negar la atracción que sentía por ella ni los estremecimientos de deseo que le recorrían el cuerpo cada vez que la besaba pero a Brittany no le gustaba compartir a su pareja, así que todas las demás consideraciones, románticas o sexuales, dejaban de tener importancia. Pero pensó que la ensalada era un poco pronto para confidencias cuando Santana se sentó a su lado a la cabecera de la mesa y alzó su copa para brindar con ella, Brittany se dio cuenta de que ella no estaba tomando champán— ¿No tomas Veuve Clicquot? —le preguntó, incrédula.
Santana sonrió y negó con la cabeza—Non, seulement de l’eau ce soir, mon ange— Brittany puso los ojos en blanco al oírla hablar en francés y no precisamente porque su pronunciación fuera mala—Sé que te costará de creer, pero no bebo constantemente. Sin embargo, no espero que te acabes la botella tú sola. Guardaremos lo que sobre y prepararemos Mimosas para desayunar Brittany levantó las cejas. « ¿Para desayunar? Estás muy segura de ti misma, Casanova.» —He buscado una botella de la cosecha de 2003, pero no he encontrado ninguna, así que tendremos que conformarnos con una del 2002 Brittany tardó unos segundos en comprender la trascendencia de la fecha cuando lo hizo, se ruborizó y se miró las manos Santana la miró por encima de su plato de ensalada, pero no dijo nada había esperado una respuesta; no obstante, asumió que estaba abrumada por los acontecimientos del día «Está nerviosa; está temblando y se ha ruborizado.» De vez en cuando, Santana alargaba la mano y le acariciaba la muñeca para tranquilizarla. Cuando sus miradas se cruzaban, él dejaba de hacer lo que fuera que estuviera haciendo para dedicarle una sonrisa de ánimo esperaba que en algún momento ella se decidiera a hablar, pero en vez de eso, Britt bajaba la cabeza y miraba el plato hasta que empezaron a sonar los acordes de una canción: Bésame, bésame mucho... Santana la observó con atención cuando Britt, que se había ruborizado aún más, la miró, ella le guiñó un ojo— ¿Recuerdas esta canción?
—Sí.
— ¿Qué tal llevas el español? —le preguntó expectante.
—No lo llevo.
—Es una lástima. La letra es muy bonita Sonrió con melancolía y ella apartó la vista Santana cantó algunas de las frases de la canción cuando no estaba cantando, la observaba atentamente, sin perderse detalle del movimiento de sus ojos, de cómo se retorcía las manos, del rubor de su piel cuando la canción acabó, ella volvió a sonreír, se levantó y le dio un largo beso en la coronilla. Luego recogió los platos de la ensalada, le rellenó la copa y sirvió el primer plato: Spaghetti al limone, con alcaparras y langostinos. Era un plato poco habitual y uno de los favoritos de Britt. Le extrañó que Santana hubiera elegido prepararlo. Tal vez Lucy... Negó con la cabeza. Aquello era entre Santana y ella, y punto. Excepto por el espectro de Paulina, que los estaba atormentando a ambas.
—No eres la misma mujer que conocí en el huerto —dijo ella finalmente, cuando el champán le soltó la lengua.
Santana dejó el tenedor en el plato y juntó las cejas—Tienes razón. Soy mucho mejor ahora.
Brittany se echó a reír con amargura—Imposible Ella fue muy amable y cariñosa conmigo. Nunca me habría tratado con la frialdad con que tú lo has hecho.
—No sabes lo que estás diciendo —replicó ella, con los ojos brillantes—Nunca te he mentido. ¿Por qué iba a empezar a hacerlo ahora?
Ella se ruborizó, pero esta vez a causa del enfado—No dejaré que tu oscuridad me consuma.
Santana se sorprendió por ese súbito arranque de hostilidad y estuvo a punto de pedirle explicaciones, pero en vez de eso ladeó la cabeza. Mojó un dedo en su agua Perrier y empezó a frotar el borde de la copa, lenta y sensualmente. Pronto, la melodía del cristal llegó a sus oídos. Santana se detuvo bruscamente— ¿De verdad crees que la oscuridad puede consumir a la luz? Es una teoría interesante. Vamos a ver si funciona. —Movió la mano ante el candelabro—. Ya está. Acabo de arrojar parte de mi oscuridad a esas velas. ¿Ha funcionado? Con una sonrisilla irónica, volvió a comer.
— ¡Ya sabes a qué me refiero! —dijo ella—. No seas tan condescendiente.
Los ojos de Santana se ensombrecieron—No tengo ningún interés en consumirte, pero no te mentiré. Tu luminosidad me atrae. Si yo soy la oscuridad, entonces tú eres las estrellas. Y también me siento muy atraída por la luce della tua umilitate.
—No dejaré que me folles.
Esta vez, Santana se echó hacia atrás en la silla, con una expresión de sorpresa y rechazo. En silencio, decidió que Brittany ya había bebido bastante—Disculpa, ¿te lo he pedido? —preguntó, con una voz tan suave y calmada que ella aún se alteró más «Embustera, embustera, esos preciosos ojos cafés me están follando por entero.» Santana sonrió con impertinencia, mirándola por encima de la copa. Se secó los labios con la servilleta y se acercó hasta que sus caras casi se rozaron—Si te pidiera algo, señorita Pierce, sería otra cosa—Sin dejar de sonreír, volvió a acomodarse en la silla y acabó de cenar Brittany estaba furiosa sabía que ella no apartaba la vista de ella sentía sus ojos clavados en su cara, en su boca, en sus hombros temblorosos. Nada escapaba a sus penetrantes ojos. Era como si pudiera leerle el alma—Susan —dijo ella finalmente, deslizando la mano por debajo de la mesa le agarró la muñeca y, al hacerlo, le rozó el muslo su voz era un suave murmullo Brittany notó su calor deslizársele por la pierna hasta los dedos de los pies—Mírame— Ella trató de apartar la mano, pero Santana la sujetó con más fuerza— ¡Mírame cuando te hablo! —Brittany levantó los ojos hacia los suyos no eran tan amenazadores como el tono de su voz podía hacer creer, pero sí la miraban con mucha intensidad—Nunca, y cuando digo nunca quiero decir nunca, te follaría. ¿Está claro? Uno no se folla a un ángel.
—Entonces, ¿qué hace alguien como tú con un ángel? —preguntó con voz temblorosa.
—Alguien como yo la valoraría, la apreciaría. Trataría de conocerla y comprenderla. Empezaría tal vez por ser su amiga.
Ella se revolvió inquieta en la silla— ¿Una amiga con derecho a roce?
—Susan —le advirtió ella, soltándole la mano— ¿Tan difícil es creer que quiero conocerte? ¿Qué quiero tomarme las cosas con calma?
—Sí.
Santana maldijo en voz baja y luego dijo: —Todo esto es nuevo para mí. Tus prejuicios están justificados hasta cierto punto, pero tampoco hace falta que me provoques deliberadamente.
—Todo el mundo sabe que las profesoras y las alumnas no son amigas.
—Nosotras podríamos serlo —murmuró ella, retirándole el pelo con suavidad por encima del hombro y aprovechando para rozarle el cuello—, si eso es lo que quieres—Sin saber cómo responder, Britt se apartó de ella—No me dedico a seducir vírgenes, Britt. Tu virtud está a salvo conmigo. —Y dicho eso, se levantó y, llevándose los platos, desapareció en la cocina Britt se acabó el champán de dos rápidos sorbos «Está mintiendo. Si no me hubiera negado, me habría sonreído y habría estado desnuda y con las piernas abiertas antes de que las bragas hubieran llegado al suelo. Y probablemente me habría pedido que reprodujéramos alguna de las posturas de las fotos de su dormitorio. Y Paulina habría llamado justo en ese momento.» Cuando regresó, Santana le retiró la copa y la botella. Unos minutos después, le llevó un café exprés servido con un trozo pequeño de piel de limón Britt abrió mucho los ojos. Le costaba imaginarse a Santana pelando limones, pero ahí estaba, una piel de limón fresca, acabada de cortar.
—Gracias. Las cápsulas de café Roma son mis favoritas.
Ella la miró con suficiencia—He pensado que ya era hora de pasar a una bebida sin alcohol, antes de que me vomitaras encima.
Brittany frunció el cejo. Se sentía perfectamente. Un poco más desinhibida de lo normal, pero mantenía el control de sus facultades. O eso creía— ¿Qué ponía en la nota que dejaste en el porche?
Santana se puso tensa— ¿No la leíste?
—Estaba enfadada.
—En ese caso, mejor que no la leyeras —dijo ella, encogiéndose de hombros antes de volver a desaparecer Britt se bebió el café lentamente, tratando de adivinar qué podía haber escrito. Tenía que haber sido algo bastante íntimo, porque se había molestado se preguntó si los trozos de la nota seguirían entre las flores y si sería posible recomponerla poco después, Santana regresó con un único trozo de pastel de chocolate y un tenedor— ¿Te apetece postre? —le preguntó, moviendo la silla para sentarse más cerca de ella demasiado cerca, de hecho—Susan —insistió, con voz cantarina—. Sé que te gusta el chocolate. Lo he comprado para complacerte Cortó un trozo y se lo puso debajo de la nariz para que le llegara el aroma Britt se pasó la lengua por los labios involuntariamente. Olía de maravilla. Alargó la mano para quitarle el tenedor, pero ella lo escondió—No. Tienes que dejar que te lo dé yo.
—No soy una niña pequeña.
—Pues deja de comportarte como si lo fueras. Confía en mí, por favor Ella apartó la cara, negándose a ver cómo ella se llevaba el tenedor a los labios y probaba la cobertura con la punta de la lengua—Hum. ¿Sabes?, dar de comer a alguien es un acto de profundo afecto. Te estás entregando a través de la comida. —Le colocó otro trozo de pastel bajo la nariz—. Piénsalo. Nos alimentan en la eucaristía. Nos alimentan nuestras madres cuando somos niños de pecho. Nuestras madres y padres por igual cuando somos pequeños. Nuestros amigos cuando nos invitan a cenar. Los amantes se alimentan el uno al otro cuando se dan un festín con sus cuerpos y, en ocasiones, con sus almas. ¿No quieres que te alimente? Ya sé que no quieres darte un festín con mi cuerpo, pero al menos, dátelo con el pastel cuando Britt no respondió, Santana se echó a reír y siguió comiéndose la tarta Britt frunció el cejo.
Si pensaba captar su atención con ese despliegue de pornografía alimenticia y excitarla hasta convertirla en una marioneta sin voluntad......había acertado la visión de Santana comiendo pastel de chocolate era lo más erótico que había visto nunca. Saboreaba cada pedazo, lamiéndose los labios y el tenedor cada vez. De vez en cuando, cerraba los ojos y gemía, con sonidos salvajes y guturales que le resultaban dolorosamente familiares. Sus movimientos eran lentos y sinuosos no apartó los ojos de los suyos en ningún momento mientras marcaba un ritmo lento y obvio, adelante y atrás antes de que se hubiera acabado el trozo de pastel, a Brittany le pareció que en la habitación había subido mucho la temperatura. Se notaba las mejillas encendidas, la respiración alterada y pequeñas gotas de sudor formándosele en la frente. Y más abajo « ¿Qué está haciendo conmigo? Es como si...» —Última oportunidad, Britt —dijo ella, haciendo bailar el tenedor ante sus ojos ella trató de resistirse. Empezó a volverse, pero al separar los labios para negarse, Santana le metió el pastel en la boca—Hummm —dijo Santana y sonrió, mostrando sus perfectos dientes blancos—Ésta es mi gatita.
Brittany se ruborizó todavía más y se pasó los dedos por los labios, recogiendo las últimas migas del pastel Santana tenía razón. Estaba delicioso—No ha sido tan grave, ¿no? ¿No te parece agradable que alguien se ocupe de ti? ¿Que yo me ocupe de ti? Ella empezaba a preguntarse si tenía alguna posibilidad de resistirse a su seducción sabía que le había dicho algo sobre su virtud, pero no recordaba qué Santana le agarró la muñeca y se acercó sus dedos a la boca—Te has dejado un poco de chocolate —susurró, entornando los ojos—¿Puedo? Brittany inspiró bruscamente. No sabía qué pretendía hacer, así que no respondió Santana sonrió traviesa antes de meterse los dedos de ella en la boca, uno a uno, chupándolos y pasándoles la lengua sin prisa por la yema Brittany se mordió el labio inferior para ahogar un gemido mientras la piel se le prendía en llamas «¡Joder, Santana!» Cuando ella se dio por satisfecho, ella cerró los ojos y se secó el sudor de la frente Santana la observó en silencio durante lo que le pareció una eternidad—Estás exhausta —dijo de repente, apagando las velas—. Hora de acostarse.
— ¿Y nuestra conversación?
—Ya hemos hablado bastante por hoy. La conversación será larga y deberíamos tener la cabeza clara cuando por fin hablemos.
—Por favor, Santana, no lo hagas —le suplicó ella en voz baja y desesperada.
—Una noche. Pasa una noche conmigo y, si quieres marcharte mañana, no te detendré.
Muy suavemente, la ayudó a levantarse de la silla y la apretó contra sus pechos Brittany no dijo nada, sintiendo cómo sus últimos vestigios de autocontrol la abandonaban. Estaba agotada Santana la había agotado y había diezmado su resistencia. Tal vez había sido el champán. O las emociones del día. O su explosivo encuentro en el despacho. No importaba la causa. Ya no tenía fuerzas para seguir resistiendo. El corazón le latía acelerado. Las entrañas se le derretían por el calor que le recorría el cuerpo. En el vientre sintió el aleteo nada sutil del deseo «Me consumirá, en cuerpo y alma.» En sus sueños, siempre le entregaba la virginidad a Santana. Pero no de ese modo. No con ese sentimiento de desesperanza ni con esa mirada inclasificable en sus ojos Santana la cogió en brazos, la llevó hasta su dormitorio y la depositó suavemente sobre la gran cama medieval encendió unas cuantas velas y las colocó alrededor de la misma, en las mesitas de noche, en el vestidor, en la cómoda, bajo el retrato de Dante y Beatriz. Tras apagar todas las luces de la casa, desapareció en el cuarto de baño Brittany quiso aprovechar la ocasión para mirar de nuevo las fotografías en blanco y negro, pero habían desaparecido. Las paredes estaban desnudas, con la excepción de la reproducción del cuadro de Holiday. Seis alcayatas eran los únicos testigos de la previa presencia de las fotos « ¿Por qué las habrá quitado? ¿Y cuándo?» Se alegraba de que lo hubiera hecho. Estaba segura de que a la luz de las velas habrían tenido un aspecto amenazador, casi satánico, mostrando de manera cruda lo que sería su destino, ya sellado. Sería un nuevo ser desnudo, sin nombre, sin rostro, sin alma... Sólo le quedaba esperar que la última foto, la más agresiva de las seis, no fuera lo que ella tenía en mente para su primera vez ¿Sería eso lo que querría? ¿Lo que le exigiría? ¿Le arrancaría la ropa, la pondría boca abajo en la cama, se clavaría en ella... sin ni siquiera mirarla a los ojos mientras le arrebataba la virginidad, sin besos, sin hacer el amor...? ¿Habría sólo agresión y dominación? Lo único que sabía de sus gustos sexuales era lo que había visto en las fotografías. Eso y que había descrito lo que hacía con las mujeres que llevaba a su casa como «follar» A medida que el pánico se apoderaba de ella, la respiración se le aceleraba. Oyó una voz conocida en su cabeza burlándose y hablando de follar como animales.
Santana regresó con una camiseta de color verde cazador y unos pantalones de pijama de cuadros azul marino. Tras dejar un vaso de agua en la mesita de noche, retiró la colcha y levantó a Brittany para volver a depositarla, esta vez, bajo las sábanas Ella se encogió, pero ella fingió no darse cuenta acercándose las piernas de Brittany al pecho, le desató los cordones de las zapatillas deportivas y se las quitó, junto con los calcetines. Luego le acarició las plantas de los pies y los dedos, provocándole un gemido a su pesar—Relájate, Susan no te resistas. Se supone que debe ser agradable Mientras le acariciaba los pies, iba murmurando de vez en cuando. En algún momento, a Britt le pareció que decía la sua immagine, pero no estaba segura. Su voz no era más que un murmullo, como un suspiro o una plegaria se preguntó si se estaría refiriendo a ella o a Beatriz, y a qué dioses depravados debía de estar rezando. En silencio, les rogó que la ayudaran a escapar «Por favor, no dejéis que me consuma.» —Creo recordar que te gustaron mis shorts están en el cajón de arriba, por si quieres ponértelos. A mí me van pequeños.
Britt inspiró por la nariz—Las fotos... las que estaban aquí... ¿es eso lo que esperas de mí? Las manos de Santana se detuvieron en seco.
— ¿De qué estás hablando? Los ojos de ella se volvieron hacia el lugar donde había estado colgada la sexta foto. La expresión de Santana pasó de la sorpresa al horror— ¡Por supuesto que no! ¿Por quién me tomas? —se defendió con un susurro ofendida—. Estás agotada. No quiero correr el riesgo de perderte una vez más, antes de tener ocasión de hablar. —Sonrió antes de continuar—: Quiero prepararte una bandeja de desayuno con perejil y gajos de naranja, no arrebatarte la virginidad. Desde luego, no así. —Parecía asqueada—. No soy una bárbara al ver que ella no respondía, le tapó los pies con las sábanas. Luego acabó de taparla hasta la barbilla y le dio un beso en la frente, como si fuera una niña—Tratemos de perdonarnos, por favor. Las dos nos hemos hecho daño y hemos perdido mucho tiempo. No perdamos más sacando conclusiones sin sentido Se levantó y se frotó los ojos—Aunque sé que es posible que mañana no haya cambiado nada —murmuró, perdido en sus pensamientos. Volviendo a la realidad, sonrió y le dijo—: Llámame si necesitas algo.
Mientras Britt daba vueltas, sola en la cama, ella escuchaba música. Aunque ella no reconoció la canción, el sonido de unos arpegios que recordaban una cascada la ayudó a conciliar el sueño. Más tarde, esa misma noche, Santana estaba tumbada en la cama de invitados, cubriéndose los ojos con un brazo, a medio camino entre el sueño y la vigilia, cuando notó un movimiento a su izquierda. Un cuerpo cálido avanzaba hacia ella y tiraba de las sábanas el cuerpo se metió en la cama y se pegó a su costado. Notó unos rizos largos y suaves acariciarle los pechos, ahora desnudos. Oyó un suspiro satisfecho cuando un brazo le cubrió los abdominales y se quedó descansando allí Santana besó la cabeza que estaba apoyada en sus pechos y luego, con mucha cautela, le rodeó los hombros con un brazo y le apoyó la mano en la parte baja de la espalda, por debajo de la camiseta, hasta entrar en contacto con su piel suave y cálida. Notó unos hoyuelos justo por encima de la goma de los shorts, que le iban demasiado grandes el cálido cuerpo volvió a suspirar y le dio a ella un suave beso en el cuello—He tratado de mantenerme apartada —murmuró—, pero no he podido.
—Y yo he tratado de no lamerte el chocolate de los dedos —replicó Santana, con una voz que quería ser traviesa, pero no podía ocultar la tristeza—, pero no he podido.
—Hum —dijo ella, medio dormida, al recordar el chocolate—. ¿Por qué has descolgado las fotos de la habitación?
Ella se movió inquieta—Porque me daban vergüenza.
— ¿Y antes, no?
—Eso fue antes de que decidiera llevar un ángel a mi cama.
Unas manos soñolientas pero curiosas le acariciaron los pechos, explorándola con suavidad, castamente. Dos alientos se unieron en la noche, salpicados por algún suspiro ocasional. Los latidos de dos corazones se sincronizaron al reconocerse la una a la otra. Y dos mentes atormentadas por fin encontraron reposo.
Justo cuando Santana se estaba quedando dormida, la oyó hablar en sueños. No eran palabras. Eran sonidos cada vez más asustados, que culminaron con la pronunciación de un nombre que no había oído hasta ese momento: —Kitty.
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Aqui capitulo C: en lo personal este capitulo me gusta mucho !!
Espero que les guste y comenten !
Depende de sus comentarios actualizo mañana tambien :)
Saludos y Besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
me parece que brittany se paso, es un lugar sagrado, un recinto estudiantil que debe respetarse y brittany en verdad no lo hizo!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
bueno, ha sido mejor de lo que me espere, ahora si parece que las cosas marcharan bien y ellas podran encontrar algun tipo de equilibrio para lo que sienten.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Que par mas intensas xD
Pero me alegra saber que intentarán llevar la fiesta en paz. .. no imagino como hubiera resultado si Britt hablaba de mas frente a todos :$
Rachel no alcanzó a verlas, cierto? & Quinn.. no sé, creo que debería buscarse una vida ;)
Pero me alegra saber que intentarán llevar la fiesta en paz. .. no imagino como hubiera resultado si Britt hablaba de mas frente a todos :$
Rachel no alcanzó a verlas, cierto? & Quinn.. no sé, creo que debería buscarse una vida ;)
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Joder, Dani siento que te amo :$ jaja
Gracias por los dos capítulos, creo que han sido los mejores hasta ahora, pero justamente lo haz publicado la noche de ayer, la noche que me quedo sin internet :c y es por eso que comento hasta ahora...
Siendo sincera no tengo palabras para describir que tan bueno fueron dichos capítulos, sabes, lo único que quiero hacer desde que supe sobre la adaptación es recostarme y leer y no detenerme hasta que el cansancio me permita xD
Fíjate que estaba por comprarme el libro, pero no pude resistirme a leerlo con mis Brittanas como protagonistas, aunque me confundo un poco con los personajes como Rachel que aquí ocupa el papel de Paul, entre otros...
Ahora sin más, me despido esperando leer pronto los capítulos siguientes.
Muchos besos, hasta la próxima.
Siendo sincera no tengo palabras para describir que tan bueno fueron dichos capítulos, sabes, lo único que quiero hacer desde que supe sobre la adaptación es recostarme y leer y no detenerme hasta que el cansancio me permita xD
Fíjate que estaba por comprarme el libro, pero no pude resistirme a leerlo con mis Brittanas como protagonistas, aunque me confundo un poco con los personajes como Rachel que aquí ocupa el papel de Paul, entre otros...
Ahora sin más, me despido esperando leer pronto los capítulos siguientes.
Muchos besos, hasta la próxima.
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
hola dan!!!
me encanto,....
britt tiene que hacerlo mas seguido si esas son las consecuencias,... yo me vivo peleando con miss lopez jajajajaj
mmmmmm,... a ver como termina la noche!!!!
ame la nueva faceta de mis lopez,.. con el conejo!!!
nos vemos!!!
PD; te aseguro como angelito,... ocupo el lado derecho del sillón del diablo!!! jajajajaja
me encanto,....
britt tiene que hacerlo mas seguido si esas son las consecuencias,... yo me vivo peleando con miss lopez jajajajaj
mmmmmm,... a ver como termina la noche!!!!
ame la nueva faceta de mis lopez,.. con el conejo!!!
nos vemos!!!
PD; te aseguro como angelito,... ocupo el lado derecho del sillón del diablo!!! jajajajaja
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Me ha encantado todo es subreal
Gracias gracias eapero pronto tu actualizacion. Eaplendido
Gracias gracias eapero pronto tu actualizacion. Eaplendido
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Estos dos capítulos fueron de los mejores que he leído! Caray, la intensidad de britt al decir las cosas enfrente de toda la clase! Dios, espero más que ansiosa la siguiente actu!!
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
micky morales escribió:me parece que brittany se paso, es un lugar sagrado, un recinto estudiantil que debe respetarse y brittany en verdad no lo hizo!
Hola Hola!
JAJAJAJAJ britt es una loquilla aunque si si lo hizo
micky morales escribió:bueno, ha sido mejor de lo que me espere, ahora si parece que las cosas marcharan bien y ellas podran encontrar algun tipo de equilibrio para lo que sienten.
Todos pensamos lo mismo !! y ya veremos las cosas a veces son mas complicadas o no?
Saludos y Besos
Elita escribió:Que par mas intensas xD
Pero me alegra saber que intentarán llevar la fiesta en paz. .. no imagino como hubiera resultado si Britt hablaba de mas frente a todos :$
Rachel no alcanzó a verlas, cierto? & Quinn.. no sé, creo que debería buscarse una vida ;)
Hola hola!
JAJAJAJAJAJAJAJ VDD QUE SI! y jajajajaja britt simplemente lo hizo ! y no no el duende no las vio jajaja y jajajaja pobre quinny :P
Saludos y Besos
Anddy Rivera Morris escribió:Joder, Dani siento que te amo :$ jajaGracias por los dos capítulos, creo que han sido los mejores hasta ahora, pero justamente lo haz publicado la noche de ayer, la noche que me quedo sin internet :c y es por eso que comento hasta ahora...
Siendo sincera no tengo palabras para describir que tan bueno fueron dichos capítulos, sabes, lo único que quiero hacer desde que supe sobre la adaptación es recostarme y leer y no detenerme hasta que el cansancio me permita xD
Fíjate que estaba por comprarme el libro, pero no pude resistirme a leerlo con mis Brittanas como protagonistas, aunque me confundo un poco con los personajes como Rachel que aquí ocupa el papel de Paul, entre otros...
Ahora sin más, me despido esperando leer pronto los capítulos siguientes.
Muchos besos, hasta la próxima.
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJ me hiciste el dia con eso pirmero
Me alegro que te gustara los capitulos y todo ! y los libros son geniales que mas decir ! y si se que se confunde un poco pero al tiempo te acostumbras C:
Saludos y besos
3:) escribió:hola dan!!!
me encanto,....
britt tiene que hacerlo mas seguido si esas son las consecuencias,... yo me vivo peleando con miss lopez jajajajaj
mmmmmm,... a ver como termina la noche!!!!
ame la nueva faceta de mis lopez,.. con el conejo!!!
nos vemos!!!
PD; te aseguro como angelito,... ocupo el lado derecho del sillón del diablo!!! jajajajaja
Hola Hola!
JAJAJAJA somos 2 ufffffffffffffffffffffff miss lópez
PD: JAJAJAJA creo que yo ocupo el izquierdo :P
Saludos y besos
marthagr81@yahoo.es escribió:Me ha encantado todo es subreal
Gracias gracias eapero pronto tu actualizacion. Eaplendido
Hola Hola!
Me alegra que te gustara y comentaras !
Saludos
Dolomiti escribió:Estos dos capítulos fueron de los mejores que he leído! Caray, la intensidad de britt al decir las cosas enfrente de toda la clase! Dios, espero más que ansiosa la siguiente actu!!
Hola Hola!
Hay mejores solo digo jajaja C: y Britt es tan asjklfjdkjhfkdjs
Saludos y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capitulo 17
Cuando Brittany se despertó, bostezó y se estiró. Al alargar la mano no encontró nada Santana se había levantado y su lado de la cama estaba frío una sensación de inquietud la invadió. No era una sensación nueva; la había notado antes. Le vinieron náuseas al levantarse, vio una nota en la mesilla de noche. Estaba apoyada en una copa de agua, en la que flotaba una rodaja de limón. La nota estaba escrita con estilográfica.
Preciosa Susan:
He ido a buscar algo especial para el desayuno por favor, usa el baño principal es mejor te he dejado algunos objetos personales allí puedes usar lo que quieras de mis armarios Por favor, quédate.
Tuya, Santana.
P. D.: perdona el atrevimiento, pero verte dormida entre mis brazos esta mañana ha sido la visión más bonita que he presenciado nunca.
«Vaya, ¿cómo lo hace?», pensó ella, ruborizándose La Profesora sin duda sabía usar las palabras... y las flores y la música y el pastel de chocolate. Se llevó una mano a la frente, tratando de calmarse el pastel de chocolate era su nuevo postre favorito. Y el recuerdo de sus dedos en la boca cálida de Santana y el modo experto en que su lengua había... «Britt, céntrate. Tienes que darte una ducha. Fría, a ser posible.» Se bebió el agua que le había dejado y se dio golpecitos en los dientes con la nota. La última vez que había dormido en esa cama, la cosa acabó de golpe en el salón, con sus gritos aunque la noche anterior Santana había sido muy amable con ella, tenía miedo de su reacción de esa mañana abrió la puerta de la habitación de invitados y asomó la cabeza, esperando oír signos de vida cuando se convenció de que estaba sola, se dirigió al dormitorio principal y cerró la puerta recuperó su ropa y se metió en el baño, echando el pestillo Santana le había dejado otra nota apoyada en una copa de zumo de naranja, decorada con una rodaja de esa misma fruta «Parece que Santana tiene debilidad por la decoración», pensó. La nota decía:
Susan:
Espero que encuentres todo lo que necesites si no, Lucy llenó de cosas el tocador del cuarto de baño de invitados usa lo que quieras mi ropa está a tu disposición ponte un jersey, hace un día frío.
Tuya, Santana.
Brittany se fue tomando el zumo de naranja mientras examinaba los productos que le había dejado a la vista. Sobre el mármol, colocados con precisión militar, había un cepillo de dientes en su estuche, pasta de dientes, una maquinilla de afeitar desechable —que Britt examinó con la ceja alzada—, varios artículos de tocador de aspecto femenino de una marca llamada Bliss, todos con aroma a vainilla y bergamota y una esponja de ducha de tul color lavanda ¿Le habría pedido Santana a Lucy que comprara todas esas cosas para sus invitadas? ¿O esa costumbre venía de más lejos? ¿Guardaba esponjas de tul nuevas por si acaso? Tal vez seguía un código de color: lavanda para las vírgenes, rojo para Paulina, negro para la profesora Singer, verde para las López adictas... Britt dudaba que en ese baño se hubiera usado nunca una esponja color lavanda «Una esponja virgen para una virgen. Qué adecuado.» Se obligó a no seguir por ese camino Santana se había disculpado y le había pedido que no sacara conclusiones precipitadas. Y lo primero que hacía ella era sacarlas basándose en una esponja miró a su alrededor y encontró un albornoz blanco de algodón turco colgado detrás de la puerta y un par de zapatillas de mujer al lado de la bañera eran demasiado grandes para ella y también habrían sido demasiado grandes para Lucy esta vez, se limitó a poner los ojos en blanco.
Le llevó varios minutos descubrir cómo funcionaba la ducha y sus múltiples chorros se podía ajustar la presión del agua, la temperatura... Parecía bastante complicado y a ella sólo le interesaba la función principal, en forma de lluvia o de cascada, le daba igual. Por supuesto, fue la función que se activó al accionar la primera palanca mientras se envolvía en aroma de vainilla y bergamota, tratando —sin éxito— de que no le recordara a la crema de té Earl Grey, Britt se hizo varias preguntas muy serias sospechaba que Santana no querría esperar para mantener la conversación que tenían pendiente sería dolorosa. Y luego, ¿qué harían? ¿Intentarían seguir siendo amigas? ¿Para qué? Pero si se bloqueaba pensando en el futuro, no sería capaz de enfrentarse al pasado, o no lo haría bien por eso se ordenó centrarse sólo en sus encuentros anteriores, incluida su mala educación y su condescendencia de ese semestre era imprescindible que Santana se explicara y que ella escuchara sin sacar conclusiones antes de tiempo. Cuando acabara, le diría exactamente qué pensaba sí, iba a resultar doloroso para ambas se entristeció al darse cuenta de que nunca había tenido una relación sentimental sana, a pesar de que lo que más deseaba en la vida era disfrutar del amor y del afecto Santana venía de una buena familia —aunque fuera adoptiva— y era inteligente, guapa y rica, pero sospechaba que tampoco era capaz de mantener una relación sentimental sana las relaciones de la madre de Britt no habían sido de ese tipo ella había sido testigo de demasiadas, desde una edad demasiado temprana. Había asistido a un desfile constante de relaciones disfuncionales por contraste, la relación de su padre con Deb Lundy era bastante normal, aunque podía considerarse informal se tenían cariño, pensó Britt, pero era un cariño frío y pequeño, como una estrella distante «Si Santana fuera capaz de amar a alguien, su amor sería ardiente como el sol. Aunque, obviamente, prefiere el sexo al amor. O tal vez los confunde. ¿Qué es peor, pensar que el sexo es amor o pensar que son cosas distintas y elegir el sexo?» Britt dejó que el agua caliente se deslizara por su cuerpo, buscando la manera de liberarse de la irresistible atracción que sentía por La Profesora ¿Qué no daría ella por tener aunque fuera sólo una pequeña parte de la felicidad que habían tenido Grace y Richard? Eran el matrimonio ideal. Siempre se hablaban con amabilidad. Y se querían tanto...
Salió de la ducha, se enfundó el albornoz de Santana y se enroscó una toalla en la cabeza bueno, esperaba que fuera el albornoz de Santana, aunque no olía como ella tras ponerse las zapatillas, regresó al dormitorio en busca de ropa limpia encontró unos calcetines, una camiseta blanca y unas bragas de Princeton dirigiéndose luego hacia el gran armario empotrado, encendió la luz interior y vio la ropa meticulosamente organizada en la pared de enfrente y en las dos laterales rebuscó en el montón de jerséis y abrigos casi todos eran de cachemira y estaban colocados con esmero en los compartimentos de madera rápidamente, se decidió por el verde al llevárselo a la nariz, aspiró el aroma a Chanel y a Santana se lo debía de haber puesto después de llevarlo a la tintorería en ese momento, algo brillante captó su atención apoyadas contra la pared y medio ocultas por los abrigos y las enaguas estaban las fotos en blanco y negro reconoció la quinta fotografía, la que había estado sobre el cabecero de la cama era una fotografía ligeramente erótica y casi tierna «No debería sentirse avergonzada de esta foto.» Britt deseó que su espalda fuera tan hermosa como aquélla. Y una parte de ella deseó también que algún día Santana la mirara como el hombre de la fotografía miraba a la mujer aunque sólo fuera una vez.
Regresó al baño y se miró al espejo se notaba que estaba cansada estaba pálida, como casi siempre, y algo ojerosa tenía los ojos vidriosos y se le marcaban las venas del cuello lo cierto era que tenía un aspecto enfermizo, tras aquella dos semanas de tensión y falta de sueño el contraste entre la piel tan pálida y el pelo tan claro no ayudaba como tampoco el hecho de que Lucy se hubiera olvidado de comprar maquillaje para las invitadas «Menudo fallo», pensó, con ironía cuando acabó de vestirse, se dirigió a la cocina Santana no había regresado aún tras sacar el móvil y el sobre acolchado, metió la ropa usada en la mochila y luego se sentó en uno de los taburetes de la barra para revisar el buzón de voz tenía cinco mensajes de Rachel, cada uno más frenético que el anterior en el último le decía que estaba frente a su casa, en la avenida Madison, llamando al timbre «Mierda» No podía explicarle lo que había pasado, pero tampoco podía seguir ignorándola se inventó una excusa y le envió un mensaje: Hola, Paul. Lo siento no oí el timbre ¿Se habrá roto? López me abroncó, pero no tengo que dejar el curso (uff). Tengo que encontrar nueva directora estoy en ello hablamos luego gracia Britt.
Esperaba que el mensaje fuera suficiente para parar el golpe, mientras pensaba una excusa mejor suponía que tendría que comentarlo con Santana para unificar las coartadas al recordar algo que Santana había dicho el día anterior, abrió el sobre que le había dejado en el casillero dentro, además del sujetador negro, encontró su iPod se puso los auriculares y buscó en la sección de canciones añadidas recientemente, donde descubrió que ella había incorporado dos la primera era Prospero’s Speech, de Loreena McKennitt Britt escuchó sorprendida la evocadora voz femenina cantando el famoso discurso de Próspero de La Tempestad de Shakesperare: Liberadme ahora con vuestros aplausos. Vuestro gentil aliento es el viento que mis velas impulsa. Sin él, fracasa mi proyecto que no es otro que complaceros. Pero ahora quiero, con ayuda del buen vino y del arte más fino, conseguir vuestro favor para no desesperar. Con ayuda de los dioses, que perdonan los errores, espero que seáis capaces de perdonar los míos. Igual que vosotros esperáis perdón por vuestros pecados. Que vuestra benevolencia me libere Britt la escuchó dos veces más, sorprendida tanto por la letra como por la música ya sabía que Santana era una mujer intensa, Grace se lo había dicho y ella misma lo había experimentado durante su primer encuentro, cuando la había mirado a los ojos como si nunca hubiera visto a una mujer—¿Susan?
Ella soltó un grito y se cubrió la boca con la mano tenía a Santana delante, con tres bolsas en una mano y un ramo de lirios lila en la otra se quitó los auriculares y se la quedó mirando fijamente ella bajó la vista hacia el iPod y sonrió Britt le devolvió la sonrisa como respuesta, Santana se inclinó y le dio un beso en la mejilla izquierda y luego otro en la derecha ella creyó que iba a besarla en los labios y, cuando no lo hizo, se sintió decepcionada sin embargo, el casto contacto fue suficiente para que se le acelerara el corazón ruborizándose, se miró las manos—Buenos días, Susan me alegro de que te hayas quedado. ¿Has dormido bien? —le preguntó suavemente.
—Al principio no, pero luego sí.
—A mí me ha pasado lo mismo dejó las cosas en la barra de desayuno no la tocó, pero le miró los dedos.
Britt se estremeció al recordar lo que ella había hecho la noche anterior— ¿Tienes frío?
—No.
—Estás temblando —señaló, frunciendo el cejo—. ¿Te pongo nerviosa?
—Un poco— Santana empezó a guardar las provisiones— ¿Qué has comprado? —Britt señaló las bolsas.
—Pastas y una baguette hay una panadería francesa a la vuelta de la esquina que prepara el mejor pain au chocolat de la ciudad. También he comprado queso en la tienda de abajo, fruta y una sorpresa.
— ¿Una sorpresa?
—Sí—Santana sonrió y esperó.
Ella arrugó la nariz— ¿No vas a decirme de qué se trata?
—Si te lo dijera, no sería una sorpresa—Britt puso los ojos en blanco y ella se echó a reír antes de confesar: —Baci—Britt parpadeó « ¿Besos?» Al ver que no entendía el doble sentido, sacó algo de una de las bolsas y lo sostuvo en la palma de la mano, mostrándolo como si fuera una manzana y tratara de tentar a un caballo la similitud no le pasó desapercibida a Britt, que arrugó la nariz mientras miraba la pequeña chocolatina envuelta en papel de plata—Me he acordado de que te gustan cuando Antonio te dio uno, le dijiste que eran tus favoritos.
—Lo son, pero se supone que si una mujer o hombre me ofrecen dulces no debo aceptarlos ¿No fue eso lo que me ordenaste en Lobby cuando fuimos con Lucy?
Brittany cogió el bombón, lo desenvolvió y se lo metió en la boca—Yo no te doy órdenes.
— ¿Te estás riendo de mí? —preguntó ella, abriendo mucho los ojos mientras se comía el bombón.
—No.
— ¿De qué planeta has salido? Hola, me llamo Santana y soy del planeta de las que damos órdenes sin parar y no nos damos cuenta.
—Muy graciosa, Susan. —Se aclaró la garganta y la miró fijamente—Ahora en serio. ¿De verdad crees que te doy órdenes?
—Santana, no haces otra cosa cuando hablas con la gente, sólo usas un tiempo verbal y es el imperativo: haz esto, haz lo otro, ven aquí... Y para empeorar las cosas, al igual que Rachel, piensas que debería vivir en un zoo. O en un libro infantil.
Al oír el nombre de Rachel, la expresión de ella se ensombreció—Ayer alguien tenía que tomar las riendas de la situación. Sólo trataba de protegernos a las dos te pedí que hablaras conmigo, llevaba días suplicándotelo, pero no me escuchabas.
— ¿Qué podía hacer? Eres una montaña rusa emocional y quería bajar antes de hacerme daño. Nunca sé cuándo vas a ser dulce y susurrarme algo que me deje sin aliento o a decirme algo tan mezquino que me rompa el... —Se interrumpió.
Santana carraspeó—Siento haber sido mezquina no tengo excusa— Britt dijo algo entre dientes—A veces es difícil hablar contigo —continuó ella—. Nunca sé lo que estás pensando sólo dices lo que piensas cuando te enfadas como ahora.
Britt inspiró por la nariz—No estoy furiosa.
—En ese caso, me gustaría que habláramos un rato—Arriesgándose, Santana alargó la mano y le acarició los largos rizos húmedos—Hueles a vainilla —susurró.
—Es tu champú.
— ¿Crees que soy una mandona?
—Sí.
Santana suspiró—Supongo que es la costumbre llevo tantos años viviendo sola que me he vuelto grosera no tengo práctica en ser amable pero tendré cuidado con cómo te hablo a partir de ahora respecto a Rachel, me parece ofensivo que te llame conejo los conejos acaban en una cazuela, así que eso debe acabar pero ¿qué problema tienes con que te llame gatita? Pensaba que era... dulce.
—No lo es cuando tienes veintitrés años, eres menuda y estás tratando de que te tomen en serio en el ámbito académico.
— ¿Ni siquiera cuando tienes veintitrés años y eres preciosa y alguien de treinta y tres años del ámbito académico te lo dice porque cree que eres muy, muy sexy?
Britt le apartó la mano—No te burles de mí, Santana es muy cruel.
—Nunca me burlaría de ti —dijo ella, muy seria— Susan, mírame—Ella mantuvo los ojos clavados en el suelo Santana aguardó impaciente hasta que los levantó—Nunca me burlaría de ti. Y menos con algo así.
Britt hizo una mueca y apartó la vista—Gatita suena como algo que se le dice a una amante —protestó, ruborizándose, mientras Santana seguía guardando la compra cuando acabó, ella le dijo: —Significó mucho para mí que vinieras a la cama anoche y poder dormirme abrazada a ti. Gracias—Ella siguió sin mirarla—Mírame, por favor —susurró Santana— Sus ojos se encontraron y a Brittany la sorprendió la expresión de Santana estaba preocupada— ¿Te avergüenzas de haberte metido en mi cama? —Ella negó con la cabeza—Me recordó nuestra primera noche juntas.
—A mí también —murmuró Britt.
—Siento no haber estado cuando te has despertado esta mañana me he despertado de madrugada dormida me has recordado a La despeinada de Leonardo da Vinci se te veía tan serena con la cabeza apoyada en mi hombro... Y muy, muy hermosa—Se inclinó sobre ella por encima de la barra de la cocina y la besó dulcemente en la frente—Entonces, ¿has dormido bien?
—Demasiado bien ¿Por qué encendiste velas en tu dormitorio?
Ella le acarició una ceja con el dedo—Quería que pudieras ver el cuadro de Holiday. Y sé que no te gusta la oscuridad tenía miedo de que te asustaras y te fueras.
—Fue, ejem, muy considerado por tu parte. Gracias.
Sin apartarle la mano de la mejilla, Santana clavó en ella sus ojos cafés Britt sintió que su mirada la quemaba—Soy una buena amante, Susan, en todos los sentidos— Cuando ella se volvió, Britt trató de recobrar el aliento, sin conseguirlo del todo.
— ¿Por qué te enfadaste tanto conmigo el primer día de seminario?
—No estaba enfadada contigo estaba preocupada y de mal humor me resultabas familiar te hice una pregunta para que me miraras a la cara y, cuando me ignoraste, perdí los nervios no estoy acostumbrado a que me ignoren— Ella se mordió el labio inferior—Sé que eso no es excusa no trato de excusarme, sólo de darte una explicación. Al verte, se removieron muchas cosas en mi interior no sabía qué me estaba pasando y reaccioné mal reaccioné atacando mi mala educación contigo es totalmente inexcusable—Santana le liberó el labio—Pero recibí mi castigo minutos después Scott me llamó para decirme que Grace había muerto que había muerto susurrando mi nombre, porque no estaba allí me dijo que no había muerto en paz por mi culpa...
Britt le sujetó la mano entre las suyas y, sin pensar lo que hacía, se la besó—Lo siento mucho.
Santana se le acercó más y la besó en los labios permanecieron así durante unos instantes, hasta que Santana empezó a cambiar el peso de pie Britt reconoció el gesto que hacía siempre cuando se inquietaba y murmuró: —Tengo hambre.
—Quieres que te dé de comer—Ella asintió, notando que una oleada de calor le recorría el cuerpo al recordar cómo había hecho eso mismo la noche anterior— ¿Café latte o exprés? —le preguntó, dirigiéndose a la máquina de café.
—Café latte, por favor.
Britt se levantó y se acercó a los lirios— ¿Puedes ponerlos en agua, por favor? Hay un jarrón de cristal sobre el bufet del comedor puedes quitar los jacintos de anoche o dejarlos donde están. Ella fue al comedor y volvió a admirar la belleza del mueble de ébano.
—Oí la música que sonaba anoche era preciosa.
—La música clásica me resulta muy relajante espero que no te molestara.
—No, en absoluto. ¿Por qué has elegido lirios?
—Fleur-de-lis —respondió, como si fuera obvio le sirvió el café con leche en una taza grande, al estilo parisino— Y sé que el lila es tu color favorito.
—Son mis flores favoritas —comentó ella con timidez.
—Las mías también, probablemente porque son el símbolo de Florencia. Aunque supongo que para ti deben de tener un significado más profundo.
Le guiñó un ojo para suavizar la impertinencia de su comentario y siguió preparando el desayuno Britt resopló sabía a qué se estaba refiriendo: los lirios se convirtieron en símbolo de la Virgen María durante la Edad Media y, por tanto, habían quedado asociados a la virginidad al regalarle lirios, Santana estaba rindiendo homenaje a su pureza lo que no dejaba de ser curioso, teniendo en cuenta que quería ser su amante «Tal vez habla en serio cuando dice que quiere ser mi amiga.» Britt cogió la taza y el jarrón y volvió al comedor se sentó y, mientras bebía el café a sorbitos, pensó en cómo formular lo que tenía que decirle Santana se reunió con ella poco después, llevando el resto del desayuno y sentándose a su lado—Buon appetito—Britt llegó a la conclusión de que se estaba alimentando mejor en casa de Santana que en toda su vida, con la única excepción de la temporada que pasó en Italia ante ella había un plato de fruta fresca, otro de pain au chocolat y otro con rebanadas de baguette y trozos de queso. Distinguió entre otros, brie, mimolette y gorgonzola Santana había decorado los platos con perejil y gajos de naranja levantó la copa con su cóctel y esperó a que Britt hiciera lo mismo—Son Bellinis, no Mimosas he pensado que te gustarían más.
Después de brindar, Britt bebió un sorbo «Sabe a melocotón burbujeante», pensó estaba mucho más rico que el zumo de naranja aunque se preguntó por qué ella habría decidido volver a beber—Esto se te da francamente bien.
— ¿El qué?
—Seducir a tus invitadas con la comida estoy segura de que nunca quieren irse.
Santana dejó el tenedor sobre el plato algo bruscamente y se limpió los labios con la servilleta, fulminándola con la mirada—No suelo tener invitadas que se queden a dormir. Y mucho menos a desayunar. Pensaba que era obvio que tú eres diferente, que te estoy tratando de manera diferente... —Negó con la cabeza—. Aunque supongo que no lo es.
—Has dicho que querías hablar —dijo ella, cambiando de tema.
—Sí, me gustaría preguntarte algunas cosas. Y decirte algunas otras también.
—No he aceptado someterme a una inquisición.
—Esto no se parece en nada a una inquisición. Quiero preguntarte algunas cosas, sobre todo porque cuando te conocí no estaba del todo lúcida discúlpame por querer hacerme una idea más clara de lo que pasó —replicó con sarcasmo—Britt cogió una fresa y se la llevó a la boca «Muy bien, que pregunte lo que quiera. Yo también le haré unas cuantas preguntas. Y no serán bonitas»—Antes de empezar, creo que deberíamos establecer unas normas básicas me gustaría que discutiéramos el pasado antes de pasar a hablar del presente o del futuro ¿De acuerdo?
—De acuerdo —contestó Britt.
—Y te prometo que lo que me digas será estrictamente confidencial espero que me hagas partícipe de la misma cortesía.
—Por supuesto.
— ¿Te gustaría poner tú alguna norma?
—Ejem, no sólo que seamos totalmente sinceras.
—Por supuesto. Bien, empiezo yo ¿Cuántos años tenías cuando nos conocimos?
—Los mismos que Lucy—Britt empezó a responder con evasivas, pero al ver la mirada de Santana añadió—: Diecisiete.
— ¿Diecisiete? — Maldijo varias veces y bebió un buen trago de su Bellini su respuesta la había afectado, lo que la sorprendió bastante— ¿Por qué viniste a verme aquella noche?
—No lo hice me invitaron a cenar, pero cuando llegué, Lucy y Aarón estaban a punto de marcharse oí un ruido y te vi en el porche—Santana se quedó unos instantes callada, reflexionando— ¿Sabías quién era yo?
—Hablaban de ti todo el rato.
— ¿Sabías lo jodida que estaba?
—No, nunca hablaban mal de ti, al menos delante de mí. Ni siquiera después de aquello sólo decían cosas buenas.
— ¿Qué pasó por la mañana? —Ésa era la parte de la que Britt no quería hablar ignorando su pregunta, empezó a comerse una pasta, sabiendo que no la forzaría a contestar con la boca llena—Es importante, Susan quiero saber qué pasó mis recuerdos de la mañana siguiente son muy borrosos.
Ella le dirigió una mirada agresiva— ¿Ah, sí? Bueno, pues deja que te lo aclare me desperté de madrugada, sola, en medio del bosque, donde tú me habías dejado estaba aterrorizada, así que cogí la manta y salí corriendo pero no conocía el camino y aún estaba oscuro vagué por el bosque, histérica, durante dos horas, hasta que logré volver a casa de tus padres—Se echó a temblar—Pensaba que no lo lograría nunca.
—Así que eso fue lo que pasó... —susurró Santana.
— ¿Qué quieres decir?
—Yo no te abandoné allí.
— ¿Cómo lo llamarías tú?
—Me desperté antes que tú estabas dormida entre mis brazos y no quería despertarte, pero tenía que... aliviarme así que me alejé me fumé un cigarro y recogí unas cuantas manzanas cuando volví, ya no estabas regresé a la casa, pero tampoco estabas allí supuse que te habrías marchado subí a la habitación y me quedé frita en la cama.
— ¿Pensaste que me había ido?
—Sí —respondió ella, mirándola fijamente.
— ¡Te llamé, Santana! ¡Te llamé a gritos!
—No te oí. Tenía resaca. Y probablemente me alejé más de la cuenta.
—Mientras estuviste conmigo no fumaste —comentó ella, desconfiada.
—No. Fumaba poco. Y luego lo dejé del todo.
— ¿Por qué no me buscaste?
Los ojos de ella se nublaron Britt apartó la vista, incapaz de soportar el peso de la culpabilidad—Mi familia me despertó horas más tarde exigiéndome que recogiera los destrozos que había causado la noche anterior cuando pregunté dónde estaba Beatriz, me dijeron que sufría alucinaciones.
— ¿Y Lucy?
—Me marché antes de que ella volviera pasó varios meses sin hablarme.
—No mientas, Santana devolví la chaqueta la doblé y la dejé encima de la manta, en el porche eso era una pista. Y mi bicicleta, ¿nadie la vio?
—No sé lo que vieron los demás Grace me dio la chaqueta y nadie te mencionó pero aunque lo hubieran hecho, no habría reconocido tu nombre fue como si hubiera estado con un fantasma.
— ¿Cómo pudiste pensar que había sido un sueño? No estabas tan borracha.
Ella cerró los ojos y apretó los puños, tensando los tendones de los brazos cuando volvió a abrir los ojos, los mantuvo clavados en la mesa—Porque, aparte de aturdida por la resaca, estaba hasta arriba de coca—Zas el cuento de hadas de Britt acababa de estamparse contra el muro de la realidad ahogó un grito y abrió mucho los ojos— ¿Lucy no te contó la causa de la pelea? Cuando Richard me recogió en el aeropuerto de Harrisburg, se dio cuenta de que me había metido algo. Antes de cenar, registró mi habitación y la encontró cuando me lo echó en cara, exploté.
Brittany cerró los ojos y apoyó la cara en las manos Santana permaneció inmóvil, esperando que dijera algo—Cocaína —susurró.
Ella se removió en el asiento—Sí.
—Pasé la noche en el bosque, a solas con una cocainómana de veintisiete años colocada y resacosa ¡Qué idiota soy!
Santana apretó los dientes—Susan, no eres idiota yo soy la única culpable no debí alejarte de la casa en mi estado—Britt soltó el aire y empezó a temblar—Mírame, Susan— Ella negó con la cabeza—Aquella mañana vi a tu padre —continuó ella.
— ¿Ah, sí? —Britt levantó la cabeza.
—Ya sabes cómo son las cosas en los pueblos cuando Richard llevó a Scott al hospital y ninguno de los dos explicó lo que había pasado, empezaron a extenderse los rumores tu padre se enteró y fue a ver si podía echar una mano.
—Nunca lo mencionó.
—Richard y Grace se sentían avergonzados tu padre sin duda quería protegerlos de las habladurías y nadie sabía lo que había pasado entre nosotras... —Negó con la cabeza lentamente— ¿Por qué no se lo contaste a Lucy?
—Estaba traumatizada por el miedo y humillada.
Santana hizo una mueca le cogió la mano y la miró fijamente— ¿No recuerdas lo que sucedió entre nosotras? — Britt apartó la mano bruscamente.
— ¡Claro que lo recuerdo! Por eso lo pasé tan mal recordaba esa noche una y otra vez y me repetía que debiste de tener una buena razón para marcharte pero otras veces no podía quitarme de la cabeza que me abandonaste y tenía pesadillas en las que vagaba perdida por el bosque ¿Y sabes lo más triste de todo? Estuve esperando que volvieras pasé años esperando que te presentaras ante mi puerta y dijeras que querías volver conmigo que no habías mentido al decirme que te alegrabas de haberme encontrado patético, ¿no?
—No, no es patético entiendo que pensaras que te había abandonado, pero te juro que no lo hice créeme si hubiera pensado que eras real y que vivías en Selinsgrove, me habría presentado ante tu puerta hace mucho tiempo—Santana carraspeó y Britt sintió la vibración a través de sus rodillas unidas bajo la mesa—Soy una adicta no lo puedo evitar y necesito controlarlo todo, tanto a las personas como las cosas no puedo cambiar eso.
— ¿Estás colocada ahora?
— ¡Claro que no! ¿Crees que te haría algo así?
—Si eres una adicta, lo eres siempre que yo esté aquí o no lo esté no tiene importancia.
—Para mí tiene mucha importancia.
—Las personas con personalidad adictiva se enganchan a cualquier cosa: las drogas, el alcohol, el sexo, la gente... ¿Y si te vuelves adicta a mí?
—Ya soy adicta a ti, Beatriz. Y te aseguro que eres mucho más peligrosa que la cocaína—Britt alzó las cejas, sorprendida Santana volvió a cogerle la mano y le acarició las venas que destacaban en su pálida y delgada muñeca—Lo reconozco soy destructiva tengo bruscos cambios de humor y muy mal carácter algunas de esas cosas tienen que ver con mi personalidad adictiva; otras con mi pasado » ¿Fue un error tan imperdonable por mi parte pensar que tu existencia era fruto de mi imaginación o... la corona de la creación de Dios? Sus palabras y su expresión eran tan intensas que Britt tuvo que soltarse la combinación de su voz y el tacto de sus dedos acariciándole las venas era tan ardiente que temió que la piel se le incendiara y quedara convertida en un montón de ceniza.
— ¿Todavía te drogas?
—No.
— ¿Ni siquiera drogas blandas?
—No después del vergonzoso episodio en Selinsgrove, Grace me convenció para que buscara ayuda pensaba suicidarme, pero antes necesitaba dinero para poner en orden mis asuntos la noche que pasé contigo lo cambió todo cuando me dijeron que Beatriz no existía, pensé que eras una alucinación o un ángel. Y que cualquiera de los dos casos podían ser una muestra de que Dios se había apiadado de mí y te había enviado para salvarme «Lo seme di felicità messo de Dio nell’ anima ben posta.» Britt cerró los ojos al oír las palabras de Dante en El banquete: «La semilla de la felicidad que Dios envía a una alma dispuesta a recibirla» Santana se aclaró la garganta—Scott accedió a no denunciarme a cambio de que me sometiera a tratamiento inmediatamente. Richard me llevó a Filadelfia ese mismo día y me ingresó en un hospital tras el tratamiento intensivo inicial, me llevó de vuelta a Boston y me apuntó a rehabilitación más cerca de mí... trabajo volvió a removerse inquieta en la silla.
— ¿Por qué querías matarte, Santana?
—No puedo decírtelo.
— ¿Por qué no?
—No sé qué pasaría si resucitara esos viejos demonios, Beatriz.
— ¿Aún piensas en el suicidio?
Santana carraspeó—No parte de mi depresión estaba causada por las drogas el resto por... otras circunstancias de mi vida que he tratado de enderezar desde entonces pero no hace falta que te diga que una persona que recurre al suicidio es alguien que ha perdido la esperanza yo la encontré cuando te conocí a ti sus ojos ardían con tanta intensidad que Britt cambió de tema.
— ¿Tu madre era alcohólica?
—Sí.
— ¿Y tu padre?
—Nunca hablo de él.
—Lucy me contó lo del dinero.
—Es lo único bueno que hizo en la vida —gruñó Santana.
—Eso no es cierto —replicó Britt suavemente.
— ¿Por qué no?
—Porque también te hizo a ti—La expresión de ella se suavizó y le besó el dorso de la mano— ¿Tu padre era alcohólico? —insistió ella.
—No lo sé, sé que era el director ejecutivo de una empresa de Nueva York y que murió de un ataque al corazón no me molesté en averiguar nada más.
— ¿Y tú? ¿Eres alcohólica?
—No.
Ella dobló la servilleta con dedos temblorosos y separó la silla de la mesa—Me alegro de que ya no te drogues y de que estés tan recuperada, pero tienes que saber que nunca ligaré mi vida a la de una alcohólica la existencia es demasiado corta para tanto sufrimiento.
Ella la miró con interés—Estoy de acuerdo pero si pasaras algo más de tiempo conmigo te darías cuenta de que no soy alcohólica te juro que no volveré a emborracharme es una pena que hayas sido testigo de la única vez que lo he hecho en los últimos seis meses.
—Mi madre fue a rehabilitación varias veces, pero nunca aguantó mucho ¿Qué pasará si vuelves a drogarte? Aparte de esa fijación que roza el delirio con Beatriz yo no soy ella, Santana tú buscas un ideal, o una ilusión creada por las drogas, no a mí.
—Llevo limpia seis años no es que acabe de salir de rehabilitación sé que estoy cargada de defectos, pero me gustaría conocerte a ti, tal como eres quiero que seas tú misma sé que eres más que un sueño tu realidad es mucho más hermosa y atractiva que cualquier sueño no quiero un sueño. Te quiero a ti.
Una lágrima empezó a deslizarse por la mejilla de Britt, que se la secó bruscamente—No me conoces no me conociste aquella noche abrazaste a la Beatriz de Dante, a la imagen que te habías formado gracias a los escritos y al cuadro de Holiday, no a mí.
Ella negó con la cabeza—Lo que sentí fue real lo que hice fue real.
—Te lo pareció, pero forma parte de la ilusión.
—Fue real, Brittany lo más real que me ha pasado nunca en cuanto te toqué, lo supe y cuando volví a tocarte... años después... te recordé mi cuerpo se acordaba del tuyo sólo mi mente consciente te había olvidado.
—Ya no soy aquella chiquilla me he convertido en una mujer, una mujer que te desagradó a primera vista.
—No es cierto te has convertido en una joven preciosa.
—Sólo buscas una mascota.
—No, Beatriz.
—Deja de llamarme así —protestó ella, apretando los dientes.
—Lo siento, Susan sé que te he hecho daño. Y soy consciente de que tengo un lado oscuro. ¿Me dejarás demostrarte que también puedo ser buena? ¿Muy buena?
—No. Es demasiado tarde. No puedo—Aunque sentía que el corazón se le desgarraba, se dirigió al recibidor, recogiendo el abrigo y la mochila por el camino.
— ¿Y lo de anoche? —preguntó Santana, siguiéndola— ¿No significó nada para ti?
— ¿Qué debería significar? ¡A ver, te escucho! —la incitó, abrazándose a la mochila para protegerse por delante y apoyándose en la pared para cubrirse la espalda.
Santana apoyó una mano a cada lado de sus hombros y se inclinó sobre ella— ¿Tengo que explicártelo? ¿No lo notaste? Acercó los labios, casi rozando los suyos al notar su cálido aliento sobre la piel, Britt se estremeció.
— ¿El qué?
—Tu cuerpo junto al mío fuiste tú la que vino a mí anoche te metiste en mi cama. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me dijiste que no podías mantenerte alejada de mí? Porque somos almas gemelas, tal como Aristófanes las describió, una alma en dos cuerpos eres la mitad que me falta. Eres mi bashert.
— ¿Bashert? ¿Acaso sabes lo que significa? El Bashert es el bashert, Santana, el destino es el destino puedes aplicarlo a lo que quieras. No tengo por qué ser yo.
Ella le dedicó una sonrisa radiante—Tus conocimientos lingüísticos no dejan de sorprenderme.
—Conozco esa palabra.
—Por supuesto, preciosa, porque eres muy inteligente le acercó una mano al cuello y empezó a acariciárselo con la yema de los dedos.
—Santana, para. —Britt le apartó la mano para poder pensar—Aunque estés limpia, sigues siendo una adicta y yo soy hija de una alcohólica no pienso volver a pasar por ese infierno.
—No te merezco. Lo sé. Conosco i segni dell’ antica fiamma la sentí la primera vez que te di la mano. Y la primera vez que te besé. Anoche seguía estando allí. Las sensaciones, los recuerdos, todo lo que había sentido la primera vez, volvía a estar allí. Era real. Mírame a la cara y dime que no significó nada para ti y te dejaré marchar— Britt cerró los ojos para alejarse de sus súplicas no quería oírla decir que había reconocido los signos de la antigua llama—No puedes hacerlo, ¿no es cierto? Tu piel me recuerda, igual que tu corazón desearías que me hubieran olvidado, pero no pueden hacerlo. Recuérdame, Beatriz.
Recuerda a tu primera mujer— Le rozó el cuello con los labios y el pulso de Britt se aceleró su cuerpo era un traidor no sabía mentir no actuaba con sensatez ella podría pedirle cualquier cosa en esos momentos y ella sería incapaz de negarse la idea la ponía enferma.
—Por favor, Santana.
—Por favor, ¿qué? —susurró, depositando suaves besos a lo largo de su cuello. Finalmente, se detuvo para sentir el flujo vital de su sangre bajo la boca.
—Por favor, deja que me vaya.
—No puedo. —Le arrancó la mochila y el abrigo de las manos y los tiró al suelo.
—No confío en ti.
—Lo sé.
—Me destruirás. Serás mi perdición.
—Nunca— Santana le sujetó la cara entre las manos cuando ella cerró los ojos, se detuvo Britt aguardó, esperando sentir la suavidad de sus labios sobre los suyos, pero el gesto no llegó esperó un poco más y abrió los ojos los de Santana, grandes y cálidos, la estaban contemplando sonreía le acarició la cara con suavidad aquí y allí, como si estuviera memorizando sus rasgos cuando volvió a acariciarle el cuello, arriba y abajo, con la yema de un dedo, Britt se estremeció le acercó los labios al oído—Relájate, cariño —dijo Santana, antes de mordisquearle el lóbulo de la oreja y el cuello—Deja que te muestre lo que soy capaz de hacer cuando me tomo mi tiempo.
Sosteniendo la cara de Britt entre sus manos, le rozó la frente con los labios descendió por su nariz, por sus mejillas, por la barbilla cuando ella volvió a cerrar los ojos, le cubrió la boca con los labios. A esas alturas, Britt ya estaba sin aliento en cuanto sus labios se encontraron, una corriente de sangre, calor y energía los recorrió a ambos, pero Santana no se apresuró sus labios cubrieron los de ella completamente y se movieron arriba y abajo, hasta que sus cuerpos vibraron con la suave fricción. Pero no abrió la boca. Levantó una mano para sujetarle delicadamente la nuca, masajeándole con suavidad la cabeza y enredándose en su pelo unos segundos antes de volver a descender Britt no fue tan delicada al agarrarla por la nuca y hundir los dedos en su pelo. Sus bocas seguían presionando la una contra la otra, milímetro a milímetro Santana sacó la punta de la lengua y la pasó lánguidamente por el labio superior de ella, probándola con discreción antes de succionarle el labio inferior Era tentador. Era una tortura. Era el beso más lento que Santana había dado nunca. Su corazón, por el contrario, latía aceleradamente. Cuando ella gimió contra su boca, Santana le echó la cabeza hacia atrás para que abriera la boca. Pero no aceleró el ritmo. Esperó a que la mandíbula de Britt se relajara. Cuando ella no pudo esperar más y sacó a su vez la punta de la lengua para que se reuniera con la suya, sólo entonces Santana se dio permiso para aceptar su invitación Britt se habría lanzado a un beso enfebrecido, pero Santana marcaba el ritmo y quería ir despacio. Besarla con suavidad, tomarse su tiempo. Tardó una eternidad en bajar las manos desde la cara de Britt hasta sus hombros. Y media eternidad más en deslizárselas por la espalda hasta encontrar piel desnuda. Y durante todo ese tiempo no dejó de explorarle la boca, como si nunca fuera a tener otra oportunidad de hacerlo.
Santana inspiró hondo y gimió al encontrar los hoyuelos que había descubierto la noche anterior. Eran territorio inexplorado, nunca hollado por otras manos, aunque las suyas tampoco tenían derecho a reclamarlo; no tenía derecho a reclamar a Britt sus dedos se deslizaron por su piel mientras ella gemía y se agarraba a ella. Sus sonidos de impotencia eran más eróticos que cualquier jadeo lascivo que hubiera emitido. Le perforaba el cuerpo y se lo inflamaba. Se apretó contra ella, oponiendo tendones de acero a sus delicadas y suaves curvas. Fue moviéndose lentamente hasta que fue su espalda la que se apoyó en la pared. No quería que se sintiera atrapada ni acorralada Santana en cambio no tenía ningún inconveniente en dejar que ella la acorralara Brittany respiraba su aliento cálido y húmedo Santana era su oxígeno. No lograba dejar de besarla el tiempo necesario para respirar correctamente y la cabeza empezó a darle vueltas. El aturdimiento hacía que sintiera el roce de sus labios con más intensidad, por lo que no se resistió. Se rindió a las sensaciones, lamiendo, succionando, moviéndose... Muy lentamente, Santana se retiró, interrumpiendo el beso con los pulgares le acarició la piel desnuda de la cintura. Cuando ella inspiró bruscamente, Santana la abrazó con fuerza, rodeándola con sus brazos —Tienes que acostumbrarte a mis labios, Britt, porque pienso besarte mucho —la amenazó en broma, besándole el pelo y sonriendo.
Parecía verdaderamente feliz cuando ella por fin pudo hablar, la voz le temblaba—Santana, no te prometo nada un beso no cambia las cosas.
La sonrisa se borró del rostro de Santana, pero siguió abrazándola con fuerza. Con un dedo, le apartó un mechón de pelo de la cara—Sólo te pido una oportunidad para tomarnos las cosas con calma y tratar de curarnos la una a la otra.
—Anoche hablaste de ser amigas las amigas no se besan así.
Santana se echó a reír—Podemos ser amigas podemos seguir el modelo de amor cortés si es lo que deseas. Tendré que recordarlo la próxima vez que te bese. Y tú también.
Britt apartó la mirada—No me fío de ti. Y, aunque lo hiciera, no soy la chica que te imaginas. Te llevarías una gran decepción.
— ¿De qué estás hablando?
—No estarías satisfecha si tuvieras que conformarte sólo conmigo. Y en cuanto te des cuenta de eso, me dejarás. Por eso te ruego que elijas una pareja que sea sexualmente compatible contigo antes de que una de las dos resulte herida.
Britt vio que Santana se sofocaba y que sus ojos lanzaban chispas y supo que estaba a punto de estallar— ¿Qué te hizo?
Ésa no era la pregunta que ella había esperado— ¿De qué estás hablando?
Santana la miró con cautela, observando sus reacciones. Se separó de la pared y enderezó los hombros—No sé qué te hizo para que tengas tan mala opinión de ti misma, pero yo no soy ella ¿No comprobaste durante la noche en el huerto que nuestra conexión no está basada en el sexo? —Le acarició el cabello con una dulzura que contrastaba con la fiereza de sus palabras— No me costaría mucho matarla por lo que te ha hecho —susurró—, por quebrantar tu espíritu »No negaré que me he dado muchos caprichos y que nunca he sido monógama, pero quiero algo más. Algo real. Y sé que tú también lo quieres. ¿Qué posibilidades hay de que tu próxima novia sea virgen? Muy pocas. Tu baja autoestima será un problema con cualquier persona, no sólo conmigo. Si una mujer te deja por tu falta de experiencia sexual, no se merece tus lágrimas. Has de tener fe, Britt, y debes tener esperanza. Si no en nosotras, al menos en ti. De otro modo, nunca dejarás que nadie te amé.
—No me conoces.
—Te conozco más de lo que crees y lo que no conozco me gustaría conocerlo. Enséñame, Beatriz. Me matricularé en tu universidad. Seré tu alumna. Enséñame a cuidarte.
—Por favor, Santana ¡No bromees!
—No bromeo. Hay muchas cosas que desconocemos la una de la otra cosas que deseo explorar y descubrir.
—No dejaré que me compartas con nadie.
Santana gruñó—No tengo la costumbre de compartir lo que es valioso para mí. Nunca permitiría que otra mujer te pusiera las manos encima y eso incluye a Rachel y a cualquier otra follaángeles que ande por ahí.
—Y yo no pienso compartirte con nadie.
— ¿A mí?
—Sí.
—Por descontado. Es evidente.
—No, no lo es.
— ¿Qué se supone que quiere decir eso? —refunfuñó ella.
—No toleraré que duermas con nadie, incluso durante el período de... reflexión inicial.
Tómatelo como una demostración de buenas intenciones.
—Hecho.
Britt se echó a reír—Lo dices como si fuera lo más fácil del mundo ¿Piensas renunciar a toda compañía femenina sólo por la posibilidad de tener algo conmigo? No te creo.
—Créeme. Gano mucho más de lo que pierdo. Y pienso demostrártelo. Una vez, y otra... y otra—Se inclinó sobre ella y le besó la mejilla.
—Paulina... —susurró Britt.
Santana siguió besándola, bajando por su cuello hasta llegar al hombro—No te preocupes por ella.
—No pienso compartirte con ella.
—No tendrás que hacerlo —dijo ella con impaciencia.
— ¿Es tu esposa?
Santana se apartó de ella y le dirigió una mirada incrédula—Por supuesto que no. ¿Por quién me tomas?
— ¿Tu ex esposa?
—Susan, para. No es mi ex esposa. Fin de la conversación.
—Quiero que me hables de ella.
—No.
— ¿Por qué no?
—Por razones que no quiero comentar. Ya te dije que no me acostaba con ella y que no voy a hacerlo en el futuro. Con eso debería bastarte.
— ¿Y quién es MAIA?
La expresión de ella se endureció aún más—No.
—Santana Vi las letras.
Ella se cruzó de brazos—No puedo.
—Entonces yo tampoco puedo agachándose, Britt recogió el abrigo y la mochila.
Ella la retuvo—Susan, dime quién hizo que te sintieras tan insegura de ti misma y de tu capacidad sexual. ¿Fue Kitty? —Ella se encogió—Dímelo.
—No pronuncies su nombre en mi presencia.
—Fuiste tú quien lo pronunció en sueños. Parecías muy alterada. Cuéntamelo.
—No.
— ¿Por qué no?
—Porque me da mucho asco —susurró, suplicándole con la mirada que cambiara de tema una idea oscura e inquietante se apoderó de la mente de Santana Y una vez que se instaló, no pudo librarse de ella.
—Susan, ¿ella no... Te forzaría?
Britt agachó la cabeza—No, Santana sigo siendo virgen.
Ella guardó silencio unos instantes, respirando hondo—Serías virgen aunque te hubiera forzado. Para mí, seguirías siendo virgen su voz sonaba tan sincera y apenada que Britt sintió que se le rompía el corazón.
—Eso es muy noble por tu parte, pero no me violó.
Santana cerró los ojos y suspiró—Las dos tenemos secretos que no queremos compartir. No te mentiré, pero tampoco voy a contártelo todo. Al menos hoy. Y no hace falta que hables para saber que tú también guardas secretos muy dolorosos. Lo acepto. No te voy a forzar a hablar de ellos—Rodeándole la cintura con el brazo, la acercó hasta que se tocaron.
—Entonces, ¿vamos a tener secretos la una para la otra? —Britt sonaba perpleja.
—De momento, sí.
—Y queda pendiente el tema de que soy tu alumna.
Santana la besó para impedir que siguiera hablando—Ése es otro secreto que vamos a tener que guardar. Pero cariño, no quiero mantener el resto de esta conversación en el dichoso pasillo. Vuelve a la mesa y acaba de desayunar. Podemos hablar tomando un café o podemos comer en silencio. Pero no te vayas, por favor.
Britt echó un vistazo rápido a la puerta antes de responder—Necesito saber lo que sientes por mí, Santana —dijo ella, insegura—. Necesito saber que esto no es un juego para ti. Ni siquiera sé si te gusto. Si te gusto yo, no Beatriz.
Santana la miró sin dar crédito—Por supuesto que me gustas. Y quiero ganarme tu afecto. Lo que venga después, dependerá de ti.
Britt levantó la mano y le acarició el cabello Santana cerró los ojos y se relajó, respirando hondo. Cuando ella se detuvo, Santana abrió los ojos y Britt vio hambre en sus profundidades entonces sonrió y el hambre se transformó en otra cosa «Esperanza.» Ver ese sentimiento en su cara hizo que a Britt se le saltaran las lágrimas—Esto no es lo que me había imaginado —sollozó—Encontrarte después de tantos años ha sido totalmente distinto a como era en mis sueños. No eres la persona que yo pensaba.
—Lo sé. —Santana la abrazó y le besó la frente con cariño.
—Santana, me enamoré de ti a los diecisiete años. Fue la primera vez que me enamoré. Y resulta que lo hice de alguien que no existía. He malgastado mi vida por culpa de una falsa ilusión.
—Siento haberte decepcionado. Me gustaría poder ser la dama y no la dragona, pero no lo soy—Santana se echó hacia atrás y la miró fijamente—Todo está en tus manos. Puedes rescatarme o desterrarme de tu vida con una sola palabra.
Brittany escondió la cara en su pecho y se preguntó si tenía elección.
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Hola Hola !
Aqui un nuevo capitulo espero que les guste y dejen sus comentarios son muy importantes para mi C:
Saludos y Besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap pequeño demonio!!! jajajajja (así te voy a decir en este fic,...!!!)
me gusto,... (para variar no)
me encanta que se conozcan mas,.. y hayan hablado de su primer encuentro,.. y de cierta forma el por que de todo,..
me encanta que britt saque el lado bueno o super bueno de san!!!,...
aunque falta demasiado de cada una,....
nos vemos dan!!!!
me gusto,... (para variar no)
me encanta que se conozcan mas,.. y hayan hablado de su primer encuentro,.. y de cierta forma el por que de todo,..
me encanta que britt saque el lado bueno o super bueno de san!!!,...
aunque falta demasiado de cada una,....
nos vemos dan!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Dani, el amor está en el aire y también en internet...
¿Por qué no? jaja :*
¿Por qué no? jaja :*
Sabes, ya no sé que comentar, pues todos los capítulos me encantan, y si no te lo he dicho te lo digo ahora... estoy prácticamente enamorada de la historia pero no te pongas celosa eh :$ xD ... cada vez que entro me quedo con ganas de más y la vez anterior me concediste o más bien a todas las lectoras dos capítulos; ¿funcionará esta vez o quizá la siguiente?
tanti baci, fino alla prossima bella.
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
ohhhh que gran capitulo...que amor tan doloroso y torturante, me gusta como va la historia quiero ver como sigue esta historia que se ve llena de inconvenientes.
saludos
saludos
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Hola hola
:o lamento no haber comentado el capítulo anterior, y bueno comentar éste hasta ahora, pero bueno la universidad es absorbente.
Por un momento pensé que se iría y dejaría a Santana :c me he pegado un buen susto, pensé que ahí acabaría todo, pero afortunadamente no :3
Espero actualices pronto :) hasta luego, un saludo!
:o lamento no haber comentado el capítulo anterior, y bueno comentar éste hasta ahora, pero bueno la universidad es absorbente.
Por un momento pensé que se iría y dejaría a Santana :c me he pegado un buen susto, pensé que ahí acabaría todo, pero afortunadamente no :3
Espero actualices pronto :) hasta luego, un saludo!
dani_lcastrejon** - Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 28/06/2014
Edad : 29
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Dios! Que buen cap! O.o es increíble!!! esta relación empezó de forma peculiar y de igual forma sigue siéndolo... Que hará britt,? Y Santana será capaz de cambiar sus hábitos por britt? Que hay de Rach? Se quedará conforme con el mensaje de britt?? Jaja
Bueno, bueno! Muchas dudas pero habrá que ver como siguen dándose las cosas... Y descubrir quien y que hicieron con San y britt la tal Paulina y kitty...
Saludos! Nos leemos en el siguiente cap
Bueno, bueno! Muchas dudas pero habrá que ver como siguen dándose las cosas... Y descubrir quien y que hicieron con San y britt la tal Paulina y kitty...
Saludos! Nos leemos en el siguiente cap
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Hola!! Me habia perdido tres capitulos y la historia esta cada ves mejor!!! Muchos secretos entre las dos..., me encanta!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
como siempre me encanto :) me gusta mucho la manera en la plasmas tus pensamientos y la forma que se tornan las palabras con cada detalle de romanticismo, sensualidad, fiereza y sinceridad espero con entusiasmo el siguiente capitulo que tengas una buena noche
imperio0720****** - Mensajes : 322
Fecha de inscripción : 19/04/2012
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Oix! K monas las dos, espero que su "relacion" funcione y terminen locamente enamoradas la una por la otra y que ni se engañen ni escondan mas cosas!
Me encanta el fic!:)
Me encanta el fic!:)
bslyforever27* - Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
3:) escribió:holap pequeño demonio!!! jajajajja (así te voy a decir en este fic,...!!!)
me gusto,... (para variar no)
me encanta que se conozcan mas,.. y hayan hablado de su primer encuentro,.. y de cierta forma el por que de todo,..
me encanta que britt saque el lado bueno o super bueno de san!!!,...
aunque falta demasiado de cada una,....
nos vemos dan!!!!
Hola pequeño demonio ( te dire igual :P) !!
Obviamente falta bastante bastante de cada uno pero por el momento es hermoso no :)
Ellas son ufff
miss López ya ya jajjaa
Saludos y Besos :)
Anddy Rivera Morris escribió:Dani, el amor está en el aire y también en internet...
¿Por qué no? jaja :*Sabes, ya no sé que comentar, pues todos los capítulos me encantan, y si no te lo he dicho te lo digo ahora... estoy prácticamente enamorada de la historia pero no te pongas celosa eh :$ xD ... cada vez que entro me quedo con ganas de más y la vez anterior me concediste o más bien a todas las lectoras dos capítulos; ¿funcionará esta vez o quizá la siguiente?tanti baci, fino alla prossima bella.
Hola hola !
JAJAJAJAJAJA en eso tienes toda la razon no :P jajajaja
y jajajajajajjajaaj no te preocupes no soy celosa jajajaj :P y esta vez dejare un capitulo grande :) pero te prometo que el fin de semana hago un maraton :)
tanti baci, fino alla prossima bella para ti tambien
atercio escribió:ohhhh que gran capitulo...que amor tan doloroso y torturante, me gusta como va la historia quiero ver como sigue esta historia que se ve llena de inconvenientes.
saludos
Hola Hola!
Me alegra que te guste y que comentes :) asi sera esta historia pero es ufff *-*
Saludos y besos
dani_lcastrejon escribió:Hola hola
:o lamento no haber comentado el capítulo anterior, y bueno comentar éste hasta ahora, pero bueno la universidad es absorbente.
Por un momento pensé que se iría y dejaría a Santana :c me he pegado un buen susto, pensé que ahí acabaría todo, pero afortunadamente no :3
Espero actualices pronto :) hasta luego, un saludo!
Hola Hola!
Me alegra que comentaras y Britt todavia no esta segura pero ya veremos si el amor de san puede más contra todo eso
Saludos y besos!
Dolomiti escribió:Dios! Que buen cap! O.o es increíble!!! esta relación empezó de forma peculiar y de igual forma sigue siéndolo... Que hará britt,? Y Santana será capaz de cambiar sus hábitos por britt? Que hay de Rach? Se quedará conforme con el mensaje de britt?? Jaja
Bueno, bueno! Muchas dudas pero habrá que ver como siguen dándose las cosas... Y descubrir quien y que hicieron con San y britt la tal Paulina y kitty...
Saludos! Nos leemos en el siguiente cap
Hola Hola!
Me alegra que te gustara y comentaras :) y que no hara britt jajaja y creo que san lo tratara o no ? jajajajaaj :P y Rach persigue mucho al conejito no !! jajaja
Paulina y kitty -_- jajaja que te dire jajaja
Saludos y besos
monica.santander escribió:Hola!! Me habia perdido tres capitulos y la historia esta cada ves mejor!!! Muchos secretos entre las dos..., me encanta!!
Saludos
Hola Hola!
Me alegra que te gustaran y que comentaras ;)
Saludos y besos
imperio0720 escribió:como siempre me encanto :) me gusta mucho la manera en la plasmas tus pensamientos y la forma que se tornan las palabras con cada detalle de romanticismo, sensualidad, fiereza y sinceridad espero con entusiasmo el siguiente capitulo que tengas una buena noche
Hola Hola!
Me alegra que comentaras y obviamente de que te gustara :)
Muchos saludos y Besos
bslyforever27 escribió:Oix! K monas las dos, espero que su "relacion" funcione y terminen locamente enamoradas la una por la otra y que ni se engañen ni escondan mas cosas!
Me encanta el fic!:)
Hola Hola!
Pasaran muchas muchas cosas pero ya veremos poco a poco los secretos se revelan no ? ;)
me alegra que te guste y comentes
Saludos y beso
Hola Hola!
En unas horas o en la noche actualizo :)
Pero de FIJO lo hago hoy :)
En unas horas o en la noche actualizo :)
Pero de FIJO lo hago hoy :)
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capitulo 18
Hola, Rachel. Lo siento. No oí el timbre ¿Se habrá roto? López me abroncó, pero no tengo que dejar el curso (uff). Tengo que encontrar nueva directora. Estoy en ello. Hablamos luego. Gracias. Britt.
Rachel contempló extrañada el mensaje de texto que le acababa de enviar Brittany ¿Un timbre roto? Qué oportuno no sabía si estaba tratando de librarse de ella porque se sentía avergonzada por su altercado con la profesora López o por alguna otra razón en cualquier caso, no tenía tiempo de seguir persiguiéndola López le había enviado un correo electrónico pidiéndole un listado de libros que quería que sacara de la biblioteca y le dejara en su despacho antes de la una tras enviarle a Britt un breve texto diciéndole que se alegraba de que estuviera bien, salió de su apartamento y, un poco desconcertada, se dirigió a la biblioteca Robarts.
Britt estaba de rodillas en el sofá de piel, mirando por encima del respaldo, con la barbilla apoyada en los brazos cruzados la vista desde los ventanales del salón de Santana era espectacular desde su situación privilegiada veía buena parte del centro de la ciudad y un trozo del lago Ontario los árboles ya habían empezado a cambiar de color y se veían muchas manchas doradas, amarillas, naranja y rojas entre el verde la visión le recordó los paisajes canadienses que Rachel la había llevado a ver en la Galería de Arte de Ontario se había ofrecido a ayudar a Santana a recoger las cosas del desayuno, pero ella no había querido ni oír hablar de ello le había dado un beso en la frente y le había dicho que se relajara, como si fuera tan fácil contemplar el panorama le daba la oportunidad de mirar algo bonito mientras en su mente repasaba una y otra vez la conversación que habían mantenido, comparándola con sus encuentros anteriores ¿Cómo había podido estar tan ciega? ¿Y por qué le habían escondido los Clark su adicción? Siempre la habían tratado como si fuera un miembro de la familia, pero ni siquiera Lucy le había comentado nada al respecto, a menos que se pudiera considerar como tal su reciente referencia a la oscuridad de Santana ¿Es que todos los miembros de la familia Clark hablaban siempre con metáforas, como si fueran poetas metafísicos? Iba a tener que apuntarse a una clase de crítica literaria para poder entender sus alusiones.
Santana se apoyó en la chimenea y la observó parecía cómoda, de rodillas en el sofá, mirando por la ventana como si fuera un gato pero la tensión en sus hombros delataba que estaba preocupada se sentó a su lado, asegurándose de dejar una distancia segura entre ellas cuando Britt no hizo amago de acercarse, ni siquiera de mirarla, ella alargó la mano—Por favor —le pidió con una sonrisa ella le dio la mano, no muy convencida, y Santana tiró hasta tenerla a su lado abrazándola, le dio un beso en la cabeza—Mucho mejor —dijo Santana Brittany suspiró y cerró los ojos— ¿Estás cómoda?
—Sí.
Santana notó que ella se relajaba después de todo lo que habían discutido, le extrañó que fuera capaz de sentirse tranquila a su lado— ¿Cuándo fue la última vez que alguien te abrazó así? —le preguntó, acariciándole el pelo como si fuera lo más normal.
—Anoche.
Ella se echó a reír— ¿Y antes?
—No me acuerdo —respondió ella a la defensiva, por lo que Santana prefirió no presionarla «Probablemente la haya faltado cariño y contacto físico las madres alcohólicas no suelen cuidar bien de sus hijos. Y esa kitty no creo que la abrazara mucho... a no ser que estuviera tratando de quitarle la ropa.» Pensar que alguien pudiera tratarla con tan poco cuidado la ponía furiosa vio que su contacto la estaba tranquilizando y eso le hacía pensar que no tenía mucha experiencia con el contacto físico positivo— ¿Te molesta que te abrace? —susurró, con la boca pegada a su pelo.
—No, está bien.
—Estupendo—Santana le acarició la línea del nacimiento del pelo alrededor de toda la cara, apartando algún mechón que se interponía en su camino—Tan hermosa... —susurró—Preciosa.
Permanecieron así un rato, hasta que Britt se decidió a hacerle la pregunta que le rondaba la cabeza—La foto que tenías sobre la cabecera de la cama, la de la mujer que le besaba el hombro a la otra mujer, ¿dónde la encontraste?
Santana apretó los labios antes de responder: —No la encontré.
—Entonces, ¿de dónde...?
— ¿Acaso importa?
—Si no quieres decírmelo, no pasa nada cuando fui a buscar un jersey, vi que la habías guardado en el armario me parece una foto muy bonita Britt trató de alejarse, pero ella se lo impidió.
— ¿De verdad te lo parece? —preguntó Santana suavemente, levantándole la barbilla para mirarla a los ojos.
—Sí —susurró ella.
— ¿Y las demás?
—No tanto.
Ella la miró con arrogancia—Las hice yo.
— ¿Las hiciste tú? —Britt se alejó, sorprendida.
—Sí.
—Pero son...
— ¿Eróticas?
—Sí.
Santana sonrió irónicamente— ¿Tan difícil es creer que sea capaz de hacer fotografías eróticas y hermosas, señorita Pierce?
—No sabía que fueras fotógrafa esas fotos son muy buenas.
—Sólo soy una aficionada la verdad es que ésas no salieron mal. Tengo más.
Brittany se quedó con la boca abierta— ¿Otras? ¿Y las mujeres y los hombres?
Santana se acercó a ella—Las mujeres y hombres son o, mejor dicho, eran amigos míos.
— ¿Modelos?
—No.
Britt, confusa, hizo una serie de muecas hasta que se le apareció la respuesta entonces, alzando las cejas, la miró sorprendida Santana suspiró y se frotó los ojos—Sí, estoy segura de que era de mal gusto tenerlas expuestas en la habitación. Y, desde luego, me parecería de muy mal gusto obligarte a verlas. Son demasiado personales. Por eso las retiré antes de llevarte a mi habitación eso sí, todas fueron tomadas con consentimiento. De hecho, algunas de esas mujeres y homnres me rogaron que los fotografiara. Te debiste de dar cuenta de que salgo en más de una, así que no me limitaba a ser una mirona lasciva.
Brittany se olvidó de que estaba a punto de preguntarle cuál de ellas era Paulina y la miró completamente atónita— ¿Ésa eras tú?
— ¿Sí?
— ¿La de la foto grande también?
— ¿Por qué te sorprendes tanto? Pensaba que me encontrabas atractiva.
—Pero en esa foto estás desnuda— Sofocada, se abanicó furiosamente con una mano.
Santana se echó a reír con ganas y la acercó a ella—Estoy desnuda en todas ellas —le susurró al oído, con una voz que rezumaba sexo—Esa foto que te gusta también era mi favorita, aunque al final esa mujer y yo no acabamos demasiado bien—Le besó la coronilla y, con una sonrisa incitante, añadió—: Me encantaría fotografiarte a ti.
—Pues espera sentada.
—Eres preciosa, Susan una foto tuya, de tu perfil, de tu sonrisa, o de tu elegante cuello sería más hermosa que cualquiera de las obras de arte que poseo, incluido el cuadro de Holiday—Ella negó con la cabeza—Te lo volveré a pedir más adelante de momento, ¿qué me dices de ir a cenar al Scaramouche? Es uno de mis restaurantes favoritos.
—No creo que sea muy buena idea cenar fuera.
Britt aún estaba intentando recuperarse de la impresión— ¿Por qué no?
— ¿No dijiste que no deberían vernos en público?
Santana frunció al cejo—Conozco al dueño —dijo—Puedo reservar la mesa del chef, donde estaremos a salvo de miradas indiscretas a menos que prefieras ir al Harbour Sixty a ver a Antonio no deja de incordiarme para que te lleve otro día.
— ¿En serio?
—Oh, sí. Me contó que habías ido a comer con él y su familia al club italocanadiense.
—Fue muy amable conmigo— Santana asintió e hizo amago de besarla, pero Britt le puso una mano en el pecho—No puedo ir a cenar contigo esta noche. Tengo una reunión con Katherine Picton mañana y no me la he preparado.
— ¿Mañana?
—Me invitó a tomar el té en su casa. Me da un poco de miedo.
—Pues ya verás cuando la conozcas. Tiene el aspecto de una entrañable abuelita, pero no dejes que eso te engañe. Es una mujer brillante que no tolera tonterías. Llámala profesora Picton y no te molestes en charlar de nimiedades con ella para romper el hielo. Ve directa al grano y no le hagas preguntas personales.
—Sólo las presuntuosas oxonienses quieren que se las llame profesora —murmuró Britt.
Santana frunció el cejo hasta que ella le guiñó un ojo—Es muy formal, pero es una excelente académica. Si consigues trabajar con ella será muy bueno para ti. Compórtate con corrección y seguro que se encariñará contigo. En la medida de sus posibilidades, claro—Britt se estremeció y Santana la abrazó con más fuerza—No te preocupes. Ya verás cómo le interesa tu idea. Estoy convencida de que tratará de hacer que la cambies. Yo que tú aceptaría sus indicaciones sin discutir. Sabe lo que se trae entre manos.
—Estoy segura de que tiene cosas mejores que hacer durante su retiro que supervisar a estudiantes de doctorado.
—Me debía un favor. Le dije que tenía una estudiante muy brillante, pero que no me sentía cómoda siendo su directora de tesis, porque era amiga de la familia y en seguida aceptó reunirse contigo. Aunque te advierto que es bastante escéptica con la juventud actual. Cree que los jóvenes de hoy no tienen tanto talento ni se esfuerzan tanto como cuando ella estudiaba. Así que no me prometió nada.
—No tenías por qué hacerlo.
Santana se enroscó un mechón de pelo de ella en el dedo—Quería hacer una buena acción. Lamenté mucho que no pudieras ir a Harvard.
Britt bajó la mirada—Pero gracias a eso me he reencontrado contigo.
Santana sonrió con los ojos brillantes—Así es— Tras observarla intensamente durante unos instantes, cambió de postura para mirar la hora en su Rolex y gruñó.
— ¿Qué pasa? —preguntó Britt.
—He de irme. Tengo una reunión.
—Yo también tendría que marcharme —replicó ella, levantándose rápidamente del sofá se colgó la mochila al hombro y fue a por su abrigo cruzando la habitación en tres zancadas, Santana la detuvo poniéndole las manos en los hombros.
—Quédate no tardaré mucho y volveré directamente aquí— Brittany se mordió el labio inferior mientras lo pensaba—No hagas eso —le pidió ella, liberándole el labio con el pulgar—Me preocupa que hagas eso—Retiró el pulgar rápidamente para que ella no malinterpretara su intención, pero no antes de que éste entrara en contacto con la lengua de Britt por accidente no habría sabido decir de quién había sido el descuido.
— ¿De qué va la reunión?
—He quedado con Quinn—respondió Santana mirándola a los ojos—Va a ser desagradable pero será mucho más soportable si sé que, cuando acabe, estarás aquí esperándome.
—Tengo muchas cosas que hacer y además debo llamar a Rachel al parecer, anoche fue a mi apartamento para asegurarse de que estaba bien —explicó ella, hablando muy de prisa—Le mandé un mensaje diciéndole que estaba bien, que no tendría que dejar el curso, pero que iba a tener que buscar un nueva directora de tesis no sé cómo voy a explicarle lo de Katherine.
—No tienes por qué darle explicaciones —refunfuñó Santana—Dile que se meta en sus asuntos.
—Es mi amiga.
—Entonces dile que lo has conseguido gracias a la solicitud que enviaste a Harvard Katherine es amiga de Greg Matthews—Britt asintió mientras se abrochaba el abrigo—Un momento— Ella desapareció en su estudio durante unos momentos y luego regresó con un viejo libro que le puso entre las manos Ella leyó el título: La figura de Beatriz: Un estudio sobre Dante, de Charles Williams—Quiero que te lo quedes.
—Santana, tienes que dejar de regalarme cosas —dijo, devolviéndoselo.
—Si estás familiarizada con este libro, impresionarás a Katherine. Es una gran admiradora de Dorothy L. Sayers, y Sayers obtuvo muchos de sus conocimientos sobre La Divina Comedia de la obra de Williams. —Se aclaró la garganta—. No espero nada a cambio, así que no te preocupe aceptarlo. Ella pasó una mano sobre la vieja cubierta, contemplándola con devoción.
—Susan, quédatelo al menos hasta que Katherine acepte ser tu tutora.
—Gracias.
—De nada tenemos que comentar una cosa más—Ella levantó la vista hacia ella, nerviosa—Todo sería mucho más fácil si no fueras mi alumna, pero lo eres, al menos de momento— Ella ahogó un grito Santana la miró a los ojos—Disculpa. No era eso lo que quería decir. Me refiero a que, aunque solucionemos el tema de la dirección de tu tesis, seguimos teniendo el problema del seminario.
—Si lo dejo, no podré graduarme en mayo. En tus mensajes decías que me buscarías un curso para suplir éste, pero no es una buena solución. Necesito hacer el seminario sobre Dante, tanto para mi especialización como para la tesis.
—La política de no confraternización se aplica tanto a estudiantes de doctorado como a todos los demás alumnos. Mientras estés en mi seminario, no podemos mantener una relación. El semestre que viene será distinto, claro. Ya no serás mi alumna— Britt ya sabía todo esto la Declaración de Derechos y Deberes de los Estudiantes Universitarios lo decía claramente el profesorado no podía acostarse con los alumnos los alumnos no podían acostarse con los profesores si lo hacían, debían atenerse a las consecuencias por supuesto, Britt no estaba previendo acostarse con Santana se preguntó si ella se acordaría de ese detalle—No pienso perderte —susurró Santana—, pero tampoco voy a apartarte de tus objetivos vamos a tener que planear algo mientras tanto, hablaré con mi abogado.
— ¿Tu abogado?
—Una conversación preventiva sobre lo que podría pasar si me acostara con una de mis alumnas.
Britt le apoyó una mano temblorosa en la manga— ¿Quieres perder tu empleo?
—Claro que no —respondió ella bruscamente.
—Ya he puesto en peligro tu carrera una vez. No pienso volver a hacerlo —aseveró ella—. Tenemos que mantenernos apartadas hasta que acabe el semestre. Luego, si quieres, volveremos a hablar del tema. Tal vez durante ese tiempo cambies de opinión y te des cuenta de que en realidad no te intereso— Bajó la vista hacia sus zapatillas deportivas y movió los dedos de los pies, inquieta.
—Eso no va a pasar, Susan.
—Todavía nos estamos conociendo. Tal vez cinco semanas sólo de amistad sea justo lo que necesitamos.
—Las amigas cenan juntas ¿Mañana por la noche?
Ella negó con la cabeza con fuerza y dijo: — ¿Por qué no me llamas? Te prometo que responderé al teléfono.
Santana frunció el cejo— Entonces, ¿cuándo volveré a verte?
—La semana que viene, en tu seminario.
—Falta mucho para eso.
—Es lo que hay, profesora—Britt esbozó una media sonrisa y se dirigió hacia la puerta.
— ¿No te dejas nada?
Ella comprobó que llevaba las llaves en la mochila—No, creo que no.
Santana se le acercó con una mirada insinuante— ¿No hay un beso para la pobre y solitaria Santana? —musitó en tono seductor.
Britt tragó saliva—Las amigas no se besan como lo haces tú.
Santana siguió avanzando hasta que ella notó la puerta contra su espalda—Sólo un beso de amigos palabra de boy scout.
— ¿Fuiste una boy scout?
—No— Levantando la mano muy lentamente para no asustarla, le acarició la mejilla con delicadeza y le sonrió desarmada, Britt le devolvió la sonrisa Santana entonces la besó, con un beso suave pero firme ella esperaba que continuara seduciéndola, abriendo la boca, o moviendo el cuerpo, pero no lo hizo se mantuvo inmóvil, con los labios pegados a los suyos hasta que se apartó sonriente—No ha sido tan grave, ¿no? —preguntó, pasándole un dedo por la mandíbula y echándose a reír.
Ella negó con la cabeza—Adiós, Santana.
Cuando Britt se hubo marchado, ella se apoyó en la puerta y se frotó los ojos, refunfuñando cuando Santana regresó a casa, después de una reunión desagradable y bastante pintoresca con Quinn, sacó una agua Perrier de la nevera y marcó el número de John Green, su abogado hacía bastante tiempo que no necesitaba sus servicios y no lo había echado de menos John tenía algunos clientes de dudosa reputación, pero era el mejor en su campo y Santana lo sabía era especialista en derecho penal de Canadá, tema que tenía poco que ver con el derecho laboral, como John se ocupó de recordarle varias veces a lo largo de la media hora que duró su conversación—Te advierto que si la política de no confraternización es uno de los puntos de tu contrato, violarla pone en peligro tu empleo así que deja que te lo pregunte directamente: ¿te estás acostando con ella?
—No —respondió Santana lacónicamente.
—Bien. Pues sigue así. De hecho, mi consejo profesional es que te mantengas lejos de esa chica hasta que volvamos a hablar. ¿Cuántos años tiene?
— ¿Disculpa?
—La chica, Santana, la putita.
—Vuelve a llamarla así y dejaré de ser tu cliente.
El abogado hizo una pausa su cliente era una tipa dura, una cabronaza sin miedo a nada y John no tenía energías para un altercado telefónico—Déjame intentarlo de nuevo. ¿Qué edad tiene la jovencita?
—Veintitrés—John suspiró aliviado—Bueno, al menos no estamos hablando de una menor.
—Fingiré no haber oído eso.
—Escucha, López, soy tu abogado. Déjame hacer mi trabajo. No puedo darte una opinión profesional sobre tu situación hasta que no conozca todos los detalles. Una de mis socias demandó a la Universidad de Toronto el año pasado. Le pediré que me pase el informe. Pero de momento, repito, mantente alejada de ella. Hagas lo que hagas, no te acuestes con ella. ¿Está claro?
—Sí.
—Para que no haya malentendidos, no mantengas ningún tipo de actividad sexual con ella. No me gustaría que nos viéramos metidos en un debate clintoniano sobre qué es una relación sexual y qué no lo es. No hagas nada con ella, aunque sea sexo consentido.
— ¿Y si tuviéramos una relación romántica pero no sexual?
John reflexionó durante unos momentos, mientras se limpiaba la oreja con el dedo meñique—No acabo de entenderlo.
— ¿Qué pasaría si nos viésemos, sin tener contacto sexual?
John se echó a reír a carcajadas— ¿Me tomas el pelo, López? Eso no me lo creo ni yo y soy tu abogado. Nadie más se lo creería.
—No es lo que te he preguntado. Lo que quiero saber es si mantener una relación en la que no haya actividad sexual violaría la política de no confraternización de la universidad.
—Nadie va a creerse que tengas relación con una estudiante sin sexo de por medio, especialmente con tu reputación. Por supuesto, le correspondería al empleador aportar pruebas, a no ser que tu chiquita presentara una demanda contra ti, o que alguien os descubriera en una situación comprometida.
—Eso no va a pasar.
—Eso es lo que dice todo el mundo, López.
Santana se aclaró la garganta—Sí, pero en este caso es imposible. Por más de una razón.
John puso los ojos en blanco no tenía ganas de darle una clase de biología a la profesora—En cualquier caso, si las descubrieran y no hubiera habido contacto sexual, lo más probable es que sólo recibierais una reprimenda por relación inadecuada. Pero no puedo poner la mano en el fuego antes de leer la normativa y de informarme sobre los precedentes que haya habido en tu universidad.
—Gracias.
—Si la lías, es tu culo el que correrá peligro, no el mío. Ten cuidado. Yo cobraré igual, hagas lo que hagas. —Carraspeó—. Y, Santana...
— ¿Sí?
—Trata de no meterte en líos durante una temporada. Nada de chicas, nada de peleas ni de dejarte ver borracha en público. Cualquier demanda judicial dejará al descubierto tu historia, no lo olvides. Dejemos el pasado en el pasado, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, John— Y dicho eso, colgó el teléfono y cogió las llaves. La mejor solución para liberar tensiones sería una sesión en su club de esgrima.
Cuando Britt regresó a su apartamento, rebuscó entre los arbustos de delante de su puerta, pero lo único que encontró fueron unos cuantos trozos de la postal de Santana rotos y medio borrados era imposible recomponer el mensaje con ellos pasó casi todo el día leyendo el libro de Charles Williams y tomando notas que esperaba que le fueran útiles para su entrevista con Katherine tuvo que admitir que la idea de Santana había sido providencial el dominio de Dante que tenía Williams le aportó muchísimas ideas para su proyecto de tesis antes de irse a dormir, se sentó en la cama escuchando el iPod y pensando en Santana la segunda canción que ésta le había descargado era Dante’s prayer, la oración de Dante, también de Loreena McKennitt era una pieza muy emotiva y, mientras la escuchaba, empezó a llora esa noche, se acostó con la fotografía que había guardado en el cajón de la ropa interior otra vez bajo la almohada y reflexionando sobre un montón de cosas Santana era una adicta sabía que si alguna vez volvía a caer en las garras de la droga, la arrastraría a ella en su caída, hasta unas profundidades en las que no deseaba habitar además, cualquier tipo de relación con ella podía manchar tanto la carrera de Santana como la suya si su relación salía a la luz, ella se convertiría en el centro de las conversaciones malintencionadas de todas las fiestas de la universidad sería la joven y prometedora profesora que se había tirado a una alumna a la que había conocido en su seminario. Y ella sería la fresca que se había abierto de piernas para conseguir aprobar el seminario, ya que no era lo bastante inteligente como para conseguirlo de otra manera. Que ambas esperaran al final del semestre no tenía importancia. Las habladurías las alcanzarían igualmente.
También se dedicó a recordar el pasado se había enamorado de Santana a los diecisiete años tal vez podía explicarse por la intensa conexión que había existido entre ellas, o por cómo ella la había mirado, o por los sentimientos que le había despertado mientras estuvo entre sus brazos cualquiera que fuera la base de ese sentimiento, el caso era que se había enamorado de ella perdidamente cuando Santana desapareció, trató de borrar sus sentimientos al ver que no lo conseguía, trató de ahogarlos enamorándose de otra persona pero acurrucada entre sus brazos la noche anterior, había sentido unas emociones tan intensas que las defensas que había construido tan cuidadosamente alrededor de su corazón se habían derrumbado como un castillo de arena abatido por la fuerza del océano el amor que sentía por Santana seguía allí, como una llamita que ningún océano podía apagar tal vez en ese momento no tenía elección porque ya la había hecho en el pasado había elegido cuando ella le tendió la mano y ella se la cogió sin dudarlo un instante en cuanto Santana la había tocado, Britt supo que era suya después, ella había vivido siempre entre las sombras, como un fantasma que se negaba a desaparecer por completo. Y ahora ese fantasma había decidido que quería recuperarla aunque Britt creía que Santana nunca sería capaz de amarla.
A la mañana siguiente, Britt comprobó los mensajes en el móvil y se sorprendió al encontrar uno de Santana la había llamado cuando ya estaba dormida «Susan, me prometiste que responderías al teléfono. [Suspiro.] Supongo que estás bien; que estarás en el baño o algo. Llámame cuando recibas el mensaje» Siento no haber podido llevarte a cenar esta noche, pero me gustaría cenar contigo mañana. ¿Podríamos al menos hablarlo? [Pausa.] Llámame, principessa. Por favor.» Lo primero que hizo ella fue guardar su número, aunque en vez de su nombre, escribió Santa Fotógrafa luego la llamó, pero le salió el buzón de voz «Hola, soy yo. Siento no haber respondido al teléfono anoche. Me quedé dormida. Claro que me gustaría verte, pero creo que ir a cenar fuera es muy arriesgado. Quiero conocerte mejor, Santana, y espero que encontremos una manera segura de hacerlo. Siento haberme perdido tu llamada. Hablamos luego.»
Britt pasó casi toda la mañana del viernes trabajando en su proyecto de tesis tuvo el teléfono a mano por si Santana la llamaba, pero no lo hizo quien sí la llamó fue Rachel, aunque su conversación se interrumpió bruscamente cuando la profesora López entró en su despacho de la biblioteca al parecer, Santana estaba de mucho mejor humor, así que a Rachel no le costó demasiado creer que no había sido excesivamente duro con ella Britt, por su parte, hizo todo lo que estaba en su mano para convencerla crisis evitada tras una reunión muy interesante con Katherine, regresó a casa y se preparó una cena ligera después de tomarse la sopa de tomate, se duchó y se cubrió con una toalla lila que apenas llegaba para cubrirle el pecho y el trasero frente al armario, estuvo dudando qué pijama ponerse en vista de que el frío de finales de octubre no parecía tener intenciones de remitir y como homenaje a la proximidad de Halloween, eligió uno de calabazas Tap, tap, tap Sobresaltada, Britt soltó un gritito una voz llegaba amortiguada desde el otro lado de la ventana alguien volvió a golpear en el cristal con más urgencia fue hacia allí y, al descorrer la cortina, se encontró con la cara preocupada de Santana— ¡Me has dado un susto de muerte! —exclamó Britt, quitando los seguros de la vieja ventana y levantándola con una mano, mientras se sujetaba la toalla con la otra.
—No respondías al teléfono, ni al timbre de la puerta temía que te hubiera pasado algo he dado la vuelta al edificio y he visto luz en esta habitación— Al darse cuenta de que le costaba sujetar la ventana, dijo: —Déjame a mí—Con un solo movimiento, la levantó hasta arriba y le dio dos bolsas de papel.
— ¿Qué es esto? —preguntó Britt.
—La cena ahora apártate y déjame entrar aquí fuera hace frío.
— ¿Qué estás haciendo?
— ¿A ti qué te parece? Estoy entrando en tu apartamento por la ventana.
—Te habría dejado entrar por la puerta como una persona normal —replicó ella, colocando las bolsas sobre la mesa Santana le dirigió una mirada hambrienta mientras pasaba las piernas por encima del alféizar de la ventana.
—Vestida así, mejor que no abras la puerta. —Cerró la ventana, pasó el seguro y corrió las cortinas—. Deberías ponerte algo encima—Britt se estremeció cuando ella le acarició el hombro desnudo con un dedo «Suave, tersa, húmeda y cálida», pensó Santana Ella se sujetó la toalla con más fuerza, mientras Santana apartaba la vista estaba prácticamente desnuda y aún húmeda de la ducha la visión estaba causando efectos indeseados en su anatomía algo cobró vida dentro de sus adentros y mojo sus bragas—Por favor, vístete, Susan —le dijo con voz ronca.
Ella retrocedió ante lo que le pareció vergüenza e incomodidad por parte de Santana—Me cambiaré en el baño —dijo, mientras buscaba la ropa de yoga y sus zapatillas de borreguillo.
— ¿Por qué no tienes encendida la calefacción? —preguntó ella, mientras Britt se alejaba.
—Está encendida.
—No me digas... Si hace casi el mismo frío aquí que en la calle te pondrás enferma si te paseas vestida sólo con una toalla—Ella cerró la puerta, poniendo fin a la conversación Santana se recolocó los pantalones y buscó un termostato, pero por supuesto, no había ninguno pronto estuvo de rodillas en el suelo, tratando de reparar el viejo radiador que era la única fuente de calor del apartamento « ¿Cómo puede vivir así? Hace un frío que pela aquí dentro.» Cuando Britt salió del baño, se la encontró todavía con el abrigo puesto, arrodillada frente al radiador, como si éste fuera un altar—Pasas más tiempo de rodillas que cualquier otra profesora —le comentó riendo.
Ella la miró por encima del hombro—Muy graciosa, Susan. Este radiador no funciona. ¿Tienes alguna estufa eléctrica?
—Hay una de barra en el baño, pero no la uso.
Santana se levantó negando con la cabeza y se dirigió al aseo rápidamente encendió la barra eléctrica y dejó la puerta abierta—Deja que caliente un poco el apartamento tienes el pelo mojado y puedes coger frío te prepararé una taza de té —se ofreció, colgando el abrigo detrás de la puerta de la calle.
—Puedo hacerlo yo.
—Permíteme —pidió, dándole un beso en la frente a continuación, cogió la tetera eléctrica, la llenó con agua del lavabo y volvió a ponerse de rodillas para enchufarla debajo del armario Britt trató de no quedarse mirando cómo los pantalones ajustados se amoldaban a su bien formado trasero mientras lo hacía para distraerse, comparó su comportamiento con el de la primera visita que hizo a su agujero de hobbit era como si existieran dos Santanas y ese día había tocado que la visitara la amable «Esta otra es igual de guapa, pero mucho más atractiva.» —Bien —dijo Santana, levantándose y mirando a su alrededor— Y ahora te haré entrar en calor—Clavando la mirada en ella, se le acercó y la abrazó, frotándole la espalda— ¿Estás bien?
—Sí.
— ¿Y por qué no contestas al teléfono?
—Contesto al teléfono, a no ser que esté durmiendo o en la ducha.
—Estaba preocupada no me respondiste ayer por la noche, ni hace una hora.
—Me estaba lavando el pelo.
Santana le hundió la cara en el cuello y aspiró su aroma «Vainilla.» —Susan —empezó a decir, acariciándole la cara.
Ella parpadeó— ¿Sí?
Santana guardó silencio al alzar la vista, Britt vio que se le habían oscurecido los ojos y que la estaba mirando intensamente Santana se inclinó sobre ella y le rozó el cuello con los labios con suavidad, empezando por debajo de la oreja izquierda y terminando en el comienzo de la clavícula un fogonazo de deseo se encendió en el estómago de Britt y fue bajando aunque los labios de ella reseguían su piel casi sin tocarla, la sangre de ella respondía a su llamada y circulaba más de prisa el contacto de Santana nunca le había parecido tan erótico, tan afectuoso una y otra vez, recorrió la columna de su cuello, sacando la lengua de vez en cuando para probar el sabor de su piel. Y también de vez en cuando cambiando los labios por la nariz o la barbilla, trazó un camino de delicados besos hasta llegar al hueco de debajo de su garganta tras presionar allí los labios con fuerza, siguió su camino, recorriéndole el lado derecho del cuello Britt gimió y cerró los ojos subiendo las manos por la espalda de Santana, llegó a su nuca y le enredó las manos en el pelo sus dedos se movían por voluntad propia, acariciándole la piel justo por encima del cuello de la camisa sin darse cuenta—Humm.
— ¿Te gusta? —Susurró Santana, sin dejar de besarla Britt volvió a murmurar para expresar su placer—Quiero complacerte, Susan más de lo que te imaginas —dijo Santana, prestando especial atención a la zona de debajo de la oreja y a la sensible piel de la mandíbula— Dime si te estoy dando placer.
Ella apenas oyó lo que decía, distraída por una miríada de sensaciones que le recorrían el cuerpo y por el calor que le encendía la carne. Ya no tenía frío. No sentía nada que no fuera a Santana—Me das placer, Santana —susurró aturdida.
—Ésa es una declaración de deseo —murmuró ella a su oído, provocando que ella se estremeciera—Si fuéramos amantes, te besaría así para comunicarte mi intención de llevarte a la cama ahora sólo puedes imaginarte los placeres que te aguardan allí, pero te puedo asegurar que ardo por ti. No voy a besarte en los labios porque tengo miedo de no poder detenerme—Britt gimió con más fuerza y Santana continuó con su sensual asalto, echándole el pelo hacia atrás para poder ampliar su territorio de exploración con besos ligeros y delicados como plumas, fue ascendiendo hasta llegar a su otra oreja. Una vez allí, se metió el lóbulo en la boca y se lo acarició con la lengua—Si probara tu boca ahora, no respondería de las consecuencias sólo puedo adorar tu precioso cuello. Y sé que dentro de poco tendré que parar, antes de que la tentación sea demasiado grande. Ya es demasiado grande. No te imaginas cuánto te deseo. —La voz se le había puesto ronca; parecía estar respirando agitadamente Britt sintió que las piernas no la aguantaban y empezó a tambalearse... justo cuando la tetera empezó a silbar Santana le dio un casto beso en la mejilla y se apartó para preparar el té, mientras ella se sentaba, temblorosa, en una de las sillas el corazón le latía tan de prisa que pensó que estaba a punto de tener un ataque se echó hacia adelante y apoyó la cabeza entre las manos «Si reacciono así por unos cuantos besos, ¿cómo voy a reaccionar cuando...?» — ¿Qué tipo de té quieres, cariño? —preguntó Santana, alzando una ceja, divertida ante los esfuerzos de Britt por recuperar el aliento la única razón por la que Santana había recuperado el suyo era porque se había apartado de ella. Y porque tenía más experiencia en ocultar sus sentimientos y sensaciones a menos que alguien hiciera un examen visual riguroso.
—Lady Grey. Está en la lata, al lado de la tetera —respondió Britt con voz temblorosa.
—No soy muy aficionada al té, así que seguro que no será tan bueno como el que haces tú. Esperemos que se pueda beber— Britt alzó la ceja, sorprendida por su elección de palabras, y le dio las gracias cuando ella le puso la tetera y una taza delante—He comprado unas cuantas cosas. ¿Has cenado?
—Me he tomado una sopa.
—Susan —Santana se sentó a su lado, mirándola con desaprobación— Una sopa no es suficiente.
—Sí, creo que no es la primera vez que oigo eso —replicó ella, poniendo los ojos en blanco.
Santana se echó a reír y sacó de las bolsas una botella de vino y un abridor— ¿Tienes copas?
—Sí—Britt se acercó a la zona de cocina para buscarlas todavía no sabía qué pensar de la relación de Santana con el alcohol, pero por el momento decidió concederle el beneficio de la duda al volver a la mesa, leyó la etiqueta de la botella: Serego Alighieri Vaio Armaron Amarone 2000— ¿Es quien creo que es? —preguntó, señalando la botella.
Santana le cogió la mano y le dio un beso en la palma—Sí, el hijo de Dante compró los viñedos en el siglo XIV y la familia Masi ha estado produciendo vino desde entonces echándose hacia atrás en la silla plegable, contempló a Britt en silencio. Parecía sobrecogida.
—No sabía que su familia tuviera un viñedo.
—Producen un vino muy bueno. Aunque, tal vez, teniendo en cuenta nuestro pasado, la elección te parezca demasiado sentimental.
Ella negó con la cabeza—No. No me lo parece.
—He trabajado hasta tarde, pero me apetecía mucho cenar contigo. He ido a Pusateri’s y he comprado comida para llevar. Hay manicotti, ensalada César y una barra de pan. ¿Te apetece? Britt miró el despliegue de comida que había aparecido en su mesa y se le abrió el apetito inmediatamente.
— ¿Y esto qué es? —preguntó, señalando un paquete de lo que parecían galletas, con un reno en la etiqueta.
Santana se echó a reír—Son galletas de lima de la Dancing Deer Baking Company, mis favoritas ¿Por qué no te secas el pelo y te bebes el té mientras acabo de preparar todo esto? —propuso, pasándole los dedos por el cabello aún húmedo.
— ¿Por qué sigues alimentándome?
La mano de ella se detuvo—Ya te lo he dicho, me gusta darte placer—Retirando la mano, le dedicó una mirada socarrona—Esto es lo que hace una mujer cuando le interesa otra mujer, Susan se muestra atenta, se anticipa a sus necesidades—Con una sonrisa traviesa, añadió—: Tal vez esté tratando de enviarte un mensaje si soy así de atenta con tus necesidades culinarias, imagínate lo atento que sería respecto a otros... apetitos—Ella se ruborizó inmediatamente y Santana no pudo reprimir el impulso de acariciarle la mejilla—Tienes una piel preciosa —susurró—Como una rosa que acabara de florecer—La miró con admiración—Lucy dejó de ruborizarse cuando empezó a acostarse con Aarón.
— ¿Cómo lo sabes?
—Todos nos dimos cuenta. No fue muy difícil. Un día estaba leyendo El Principito y al siguiente se estaba comprando lencería—Britt se mordisqueó el labio inferior, perdida en sus propios pensamientos—Me encantó ese libro.
—«Hemos de mirar con el corazón, no con los ojos.»
—Exacto —murmuró ella—Me encanta la parte en la que el zorro le explica al Principito el proceso de domesticación y decide que quiere que lo domestique a él, que quiere ser su zorro, aunque eso lo haga vulnerable.
—Susan, creo que deberías secarte el pelo ahora mismo—Santana le apartó la mano de la cara y se levantó bruscamente, luego fingió estar muy ocupada organizando la cena Britt se preguntó qué habría dicho para causarle esa desazón.
Después de cenar, se sentaron en la cama a modo de sofá Santana apiló varios cojines y se reclinó, rodeando la cintura de Britt con un brazo—Siento que sea tan incómodo —se disculpó ella con sencillez.
—No es incómodo.
—No disimules sé que odias este sitio. Es pequeño, frío y... —dejó la frase en el aire, señalando a su alrededor.
—Siempre me arrepentiré de las cosas que te dije cuando fuiste tan amable de invitarme a entrar. No odio este sitio. ¿Cómo iba a hacerlo? —Entrelazó los dedos con los suyos—Es donde tú estás.
—Gracias.
—Gracias a ti por hacer que todo sea hermoso sólo por estar ahí—Britt sonrió mientras Santana se llevaba sus manos entrelazadas a la boca y le besaba los dedos con ternura—Cuéntame, ¿qué tal la reunión con Katherine?
Ella tuvo que esperar unos momentos a que los dedos dejaran de hormiguearle para poder hablar: —Es exactamente como me la describiste se ha alegrado mucho al saber que había estado leyendo a Charles Williams creo que eso la ha predispuesto a mí favor ha aceptado ser mi tutora.
— ¿Y qué le ha parecido el proyecto?
—Bueno, dice que le parece un tema muy trillado. Ha sugerido que, en vez de comparar lujuria y amor cortés, podría comparar aspectos de la amistad entre Virgilio y Dante con el amor cortés. Así que, en vez de lujuria y amor, compararé amistad y amor.
— ¿Estás satisfecha con el cambio?
—Supongo me ha aconsejado que el semestre que viene me matricule en el seminario de la profesora Leaming. Aunque sea especialista en santo Tomás de Aquino, su curso está centrado en el amor y la amistad.
Santana asintió—Conozco a Jennifer Leaming. Es buena—Britt jugueteó con la colcha Santana le cubrió la mano con la suya— ¿Qué pasa?
—Nada.
—Sin secretos, Brittany ¿Qué pasa?
—Le envié un correo electrónico a la profesora Leaming hace una semana preguntándole si quería ser mi directora de tesis. Fue antes de que mantuviéramos nuestra... conversación.
La mirada de Santana se ensombreció—Y ¿qué te dijo?
—Nada.
—Jennifer está muy ocupada. No es adjunta y dudo que tenga tiempo de supervisar a alumnos que no pertenezcan al Departamento de Filosofía—Santana se interrumpió unos instantes antes de seguir hablando—: Cuando te dije que te buscaría una nueva directora, ¿no me creíste?
Britt se removió, inquieta—Te creí.
—Entonces, ¿qué te impulsó a moverte a mis espaldas?
—Quería comprobar si podía resolverlo por mi cuenta.
— ¿Y qué tal? —preguntó ella, apretando los labios.
—Muy mal.
—Tarde o temprano vas a tener que confiar en mí. Particularmente en temas ligados a la universidad. Si no, no conseguirás nada.
Ella asintió, mordiéndose la mejilla por dentro— ¿Y qué tal fue tu reunión con Quinn?
—Prefiero no hablar de eso esa mujer es una plaga bíblica—Britt trató de disimular una sonrisa—Está demasiado ocupada tratando de rescatar su propuesta de tesis para molestarnos ahora mismo —continuó ella—No pienso aceptar su proyecto tal como está y eso probablemente implique que busque a otra directora de tesis aunque, por desgracia, soy la única especialista en Dante en estos momentos.
— ¿Así que Quinn queda fuera de la ecuación?
—Le he dicho que tiene de plazo hasta el 18 de diciembre para presentarme una nueva propuesta. Puede considerarlo un regalo de Navidad. No te preocupes más por ella. Su futuro académico pende de un hilo. Un hilo que sostengo yo—«Bien», pensó Britt—También tuve una interesante conversación con mi abogado —añadió Santana Britt bebió un trago de vino y esperó a que ella siguiera hablando—Me dijo que se informaría más a fondo sobre la política de no confraternización de la universidad, pero que me desaconsejaba muy encarecidamente mantener cualquier tipo de relación sentimental contigo mientras estuvieras en mi clase.
Ella se ruborizó— ¿Eso incluye los besos?
—No lo dudes, pero comentó que a la universidad le preocupan básicamente las actividades sexuales. Mientras seamos castas y discretas durante el resto del semestre, no creo que tengamos problemas—Britt se ruborizó aún más y no apartó la vista de la copa—Así que vas a tener que mantener las manos quietas hasta que te haya entregado la nota del seminario, señorita Pierce.
—No puedes ir besándome y calificar mi trabajo a la vez.
—Tienes razón. A estas alturas ya no podría ser objetiva con tu trabajo por mucho que me esforzara. Haré que lo califique Katherine.
— ¿No le extrañará?
—Me inventaré alguna excusa —respondió ella, sonriendo—Y le compraré una botella de Lagavulin de dieciséis años. Resucita a un muerto.
—Pero lo que estamos haciendo no deja de ser confraternizar.
Santana le sujetó la cara entre las manos—Pero no es tan grave como si nos hubiéramos acostado. Tendríamos menos problemas con la administración en caso de ser descubiertas. Mi abogado está buscando cualquier resquicio legal.
—No quiero ser un resquicio en tu vida.
—No lo eres. ¿Prefieres que nos mantengamos totalmente apartadas durante cinco semanas? Yo prefiero verte y poder darte la mano, pero si es lo que tú prefieres, lo haré—Britt se lo planteó, pero la idea de no verla durante cinco semanas la ponía enferma, así que negó con la cabeza—Me gustaría que pudiéramos seguir viéndonos —continuó Santana—. Como amigas, por supuesto. Tú aún estás decidiendo si puedes confiar en mí y todavía nos estamos conociendo. Si nadie en la universidad se entera, nadie podrá atacarnos—le quitó la copa de vino y la dejó en la mesita, al lado de la suya luego la abrazó hasta que Britt prácticamente estuvo sentada sobre su regazo—Podemos imaginarnos que somos unas adolescentes y que seguimos viviendo en Selinsgrove. Que acabamos de empezar a salir juntas y que, como somos buenas chicas chapadas a la antigua, hemos hecho voto de castidad.
—Le has estado dando muchas vueltas a todo esto.
—Tengo una imaginación muy rica y gráfica en lo que a ti se refiere —susurró Santana—. Tal vez me hubiese gustado que pudiésemos ser unas adolescentes al mismo tiempo.
—Entonces, ¿todo esto va encaminado a acostarnos?
Santana reflexionó un momento antes de responder—Lo que me había imaginado no era tan sórdido. Pero, Susan, piensa que lo que pase o deje de pasar en nuestra relación depende enteramente de ti —ella asintió para hacerle saber que la había oído y ambas guardaron silencio poco después, Britt cerró los ojos, sintiéndose extrañamente relajada por el aroma de Santana y el latido de su corazón ella le acarició el cabello y le susurró palabras en italiano— ¿Susan? —la llamó al cabo de un rato silencio— ¿Britt?
Al inclinarse, vio que se había dormido no quería despertarla, pero tampoco quería irse sin despedirse. Además, no se marcharía tranquila si ella no cerraba la puerta por dentro la levantó con cuidado y la depositó bajo el edredón, esperando que se despertara, pero no lo hizo Santana se quedó mirando su cuerpo menudo, sus labios entreabiertos, su pecho, que subía y bajaba cada vez que respiraba. Era muy bonita. Y muy dulce no recordaba la última vez que había pasado una noche casta al lado de una mujer hermosa que no fuera miembro de la familia una noche casta, aunque cargada de deseo, pasión y una necesidad abrumadora... ¡Dios, cómo la deseaba! Pero el conflicto de siempre se cernía amenazador en su mente. No quería corromperla. No quería que se volviera como ella no quería que fuera vulnerable ni soportaría que sufriera por su culpa. Dudaba muy seriamente de su propia capacidad para mantener una relación con Britt sin perder el control había estado a punto de olvidarse de sus buenas intenciones al verla con aquella toalla «Ésta es la consecuencia de años de lujuria y desenfreno. Ya ni siquiera sabes cortejarla como una dama. Quieres hacerle el amor sin que ella sienta que la estás follando, pero ¿serás capaz? ¿Podrías mantener una relación sexual con Britt sin tratarla como si fuera un juguete concebido para tu satisfacción carnal? ¿Podrías amarla sin pecar?»
Estos pensamientos la martirizaban mientras contemplaba al corderito de mejillas sonrosadas que le tenía tanta confianza que se había quedado dormida entre sus brazos, ajena a la pasión que le hervía a ella en las venas se vació los bolsillos y desconectó el iPhone antes de ir al baño apagó la estufa y se quedó en bragas y sujetador dedicó un momento a memorizar la marca del champú y demás productos de aseo de Britt, para poder comprarlos para su próxima visita a su casa definitivamente, la vainilla era su nuevo sabor favorito «Aunque la vainilla y el chocolate juntos...» Tras apagar la luz, se tumbó a su lado en la cama individual era demasiado pequeña para dos personas por un momento, casi añoró su camastro de la residencia de estudiantes en Princeton o en el Magdalen College casi en aquellas camas se podía dormir, pero eran totalmente inadecuadas para cualquier actividad sexual era una suerte que ese tipo de actividades no formaran parte del menú de esa noche al darse la vuelta, su mano rozó un trozo de papel pequeño y liso metido bajo la almohada lo cogió y lo levantó para mirarlo a la luz de un rayo de luna que entraba por la ventana lo que vio no podía haberla sorprendido más era una vieja fotografía suya, de sus días en Princeton reconoció el jersey del equipo de remo de la universidad « ¿De dónde la habrá sacado? ¿Cuánto tiempo hará que la tiene?» Volvió a dejarla bajo la almohada, sonriendo sorprendida algo parecido a la esperanza le calentó las entrañas nunca le había gustado dormir abrazando a alguien por detrás, como cucharitas en un cajón era una postura demasiado íntima para ella pero ese día era justo lo que deseaba hacer rodeó a Britt con su cuerpo y le pasó un brazo por encima encajaban perfectamente Santana suspiró de satisfacción al poder abrazar el cálido cuerpo de la joven a la que adoraba y hundir la nariz en su pelo largo y suave, que olía a vainilla.
Alrededor de las tres de la mañana, Britt abrió los ojos un brazo la sujetaba con firmeza y el aroma de Santana le llegó a la nariz estaba entre sus brazos, con la espalda pegada a sus pechos aunque Santana se movió un poco como reacción al movimiento de ella, su respiración acompasada indicaba que seguía durmiendo Britt la miró en la oscuridad ¿Cuántos años había esperado para dormir otra vez a su lado? Se volvió muy lentamente y se puso boca arriba con los ojos cerrados y una expresión de paz en la cara, Santana parecía mucho más joven casi parecía una niña una niña buena, de pelo negro y labios carnosos, que sonreía en sueños dulcemente Britt suspiró disfrutando de su belleza Santana abrió los ojos tardó unos segundos en distinguirla en la oscuridad, pero cuando lo hizo, la besó en los labios y susurró: — ¿Estás bien?
—Sigues aquí —dijo ella.
—No volveré a dejarte sola sin decirte adiós. ¿No puedes dormir?
—Pensaba que esto era un sueño.
—Sólo para mí —replicó Santana con una sonrisa.
—Eres guapísima, Santana. Siempre lo has sido, lo sabes, ¿no?
—La naturaleza es muy cruel. El ángel caído conserva su belleza, pero soy fea por dentro.
Britt le dio un beso decidido para dar más énfasis a las palabras que estaba a punto de pronunciar—Alguien que es fea por dentro no compra un maletín para otra persona y mantiene lo que ha hecho en secreto.
Ella la miró boquiabierta— ¿Desde cuándo lo sabes?
—Lucy me lo contó.
—Y, al enterarte, ¿te vinieron más ganas de quedártelo o menos?
—En aquel momento, mitad y mitad.
—Pero ya no lo usas —comentó Santana, apartándole el pelo de la cara.
—Volveré a usarlo.
—Entonces, ¿te gusta?
—Mucho. Gracias.
Santana le frotó la nariz con la suya y sonrió—Tú eras hermosa a los diecisiete años, Susan. Ahora eres deslumbrante.
—Nadie es fea del todo en la oscuridad —susurró ella.
—No estoy de acuerdo—Santana volvió a besarla, pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se apartó bruscamente y se obligó a detenerse Brittany le apoyó la cabeza en el pecho y cerró los ojos, escuchando el latido de su corazón y tratando de no embriagarse con la energía que circulaba entre las dos—Acabo de darme cuenta de que la única manera de conseguir que seas sincera conmigo es compartiendo tu cama—Ella se ruborizó. Aunque estaba oscuro, Santana lo notó y se echó a reír— ¿A qué crees que se deberá?
—Cuando estamos juntas en la cama, eres amable conmigo. Me siento... segura.
—No sé si estar acostadas juntas es muy seguro, Susan, pero te prometo que trataré de ser amable contigo siempre. Especialmente en la cama—Ella la abrazó y asintió contra su pecho, como si entendiera las implicaciones de lo que le estaba diciendo. Pero no podía entenderlas. ¿O sí?— ¿Vas a ir a casa en Acción de Gracias?
—Sí, tengo que llamar a mi padre para darle las buenas noticias.
—Yo le prometí a Richard que iría. ¿Te... te apetecería viajar conmigo?
—Me encantaría.
—Bien. —Santana suspiró y se frotó los ojos—Entonces será una fiesta mucho más agradable.
—Nunca me ha gustado Acción de Gracias sólo Grace la hacía tolerable.
— ¿No lo pasabas bien con tu familia?
Britt cambió de postura, inquieta—No lo celebrábamos.
— ¿Por qué no?
—Yo siempre me encargaba de cocinar, a menos que mi madre estuviera fuera de casa, en rehabilitación. Pero cuando trataba de preparar algo especial... —Britt negó con la cabeza. No podía continuar.
Santana la abrazó con más fuerza—Cuéntamelo —susurró.
—No quieres saberlo—Ella trató de liberarse, pero Santana se mantuvo firme.
—No quería que te disgustaras. Sólo quiero conocerte mejor— El tono de voz de Santana, más que sus palabras o sus gestos, le llegó al corazón. Respiró hondo antes de seguir hablando.
—Durante mi último día de Acción de Gracias, en San Luis, mi madre llevaba varios días de borrachera en casa con uno de sus novios. Pero, estúpida de mí, decidí preparar un pollo relleno asado con patatas doblemente horneadas y verduras como acompañamiento.
—Seguro que quedó delicioso —la animó ella.
—Nunca lo averigüé.
— ¿Por qué?
—Tuve una especie de accidente.
—Susan... —Santana trató de levantarle la barbilla para que la mirara a los ojos, pero ella se resistió— ¿Qué pasó?
—No teníamos mesa en la cocina. Así que monté una mesa plegable en el salón y puse tres cubiertos. Fue una auténtica estupidez. No tenía que haberme molestado. Coloqué la comida en una bandeja para llevarla a la mesa, pero el novio de mi madre me puso la zancadilla y me caí.
— ¿A propósito?
—Sí, me vio venir—Santana se enfureció inmediatamente y apretó los puños—Salí volando. Los platos se rompieron. Había comida por todas partes.
— ¿Te hiciste daño? —preguntó ella, con los dientes apretados.
—No me acuerdo.
— ¿Tu madre te ayudó?
Britt negó con la cabeza Santana gruñó—Se echaron a reír debía de tener un aspecto patético, de rodillas, llorando, bañada en salsa. El pollo salió disparado y se deslizó por el suelo hasta quedar debajo de una silla—Permaneció un rato en silencio, reflexionando—Pasé un buen rato de rodillas te habría dado un ataque si me hubieras visto.
Ella reprimió el impulso de dar un puñetazo a la pared—No me habría dado ningún ataque a él le habría dado una paliza y me habría tenido que contener mucho para no dársela también a ella.
Britt le acarició el puño con un dedo—Pronto se aburrieron del espectáculo y se fueron a la habitación a follar ni siquiera se molestaron en cerrar la puerta ese fue el último día de Acción de Gracias que pasé con Sharon.
—Tu madre me recuerda a Anne Sexton.
—Pero mi madre nunca escribió poesía.
—Dios mío, Britt. —Santana abrió los puños y la abrazó.
—Lo recogí todo para que no se enfadaran conmigo y me subí a un autobús. Fui dando vueltas sin rumbo hasta que vi a un grupo del Ejército de Salvación. Anunciaban una cena de Acción de Gracias para los sin techo. Les pregunté si aceptaban voluntarios y me enviaron a la cocina.
— ¿Así pasaste la noche de Acción de Gracias?
Ella se encogió de hombros—No podía volver a casa. Los del Ejército de Salvación fueron muy amables conmigo. Cuando acabamos de servir la cena, comí pavo con el resto de los voluntarios. Incluso me llevé un poco que había sobrado a casa. Y un trozo de tarta. Nadie me había preparado tarta antes.
Santana se aclaró la garganta—Susan, ¿por qué no fuiste a vivir antes con tu padre?
—No todos los días eran tan malos —contestó y empezó a juguetear con las bragas, enroscándoselas alrededor del dedo y tirando de ellas.
— ¡Eh, cuidado! —Santana se echó a reír—Me estás tentando.
—Lo siento—Britt le soltó las bragas, nerviosa—Mi padre vivió con nosotras hasta que mi madre lo echó de casa. Yo tenía cuatro años. Regresó a Selinsgrove, su pueblo natal. Solía llamarme los domingos. Un día, mientras hablaba con él, se me escapó decirle que uno de los novios de mi madre se había colado en mi cuarto la noche anterior, desnudo, creyendo que mi habitación era el baño—Se aclaró la garganta y empezó a hablar más de prisa, para que Santana no pudiera hacerle la pregunta—. Papá se asustó y me preguntó si ese hombre me había tocado. No lo había hecho. Entonces, mi padre quiso hablar con mi madre. Cuando le expliqué que no podía molestarla cuando estaba con alguno de sus novios, me dijo que me metiera en mi habitación y que cerrara la puerta por dentro. Por supuesto, no tenía cerradura ni cerrojo. A la mañana siguiente, a primera hora, mi padre se plantó en casa y me llevó con él a Selinsgrove. Menos mal que el novio ya se había ido. Creo que papá lo habría matado.
— ¿Te marchaste?
—Sí. Papá le dijo a mi madre que si no dejaba el alcohol y los hombres, se quedaría conmigo permanentemente. Ella aceptó ir a rehabilitación y yo me fui a vivir con él.
— ¿Cuántos años tenías?
—Ocho.
— ¿Por qué no te quedaste luego con tu padre?
—Porque nunca estaba en casa. Tenía un trabajo que le ocupaba muchas horas. A veces, también tenía que trabajar los fines de semana. Y encima era bombero voluntario. Al acabar el curso, me mandó de nuevo a San Luis. Mi madre acababa de salir de rehabilitación y estaba trabajando en un salón de manicura. Pensó que estaría mejor con ella.
—Pero más tarde volviste a vivir con él. ¿Qué pasó? —Britt titubeó—Puedes contármelo, Susan —la animó, abrazándola con fuerza.
Luego esperó, acariciándole la cabeza ella tragó saliva—El verano antes de cumplir los diecisiete años, papá me fue a buscar otra vez.
— ¿Por qué?
—Mamá me pegó. Me caí y me golpeé la cabeza contra el mármol de la cocina. Desde el hospital, llamé a mi padre y le dije que si no venía a buscarme me iría de casa. Y eso fue todo. No volví a ver a mi madre.
— ¿Te quedó cicatriz? —Britt le cogió la mano y se la llevó a la nuca los dedos de Santana resiguieron una línea de piel más gruesa en la que no crecía pelo—Lo siento —dijo, acariciándosela con los dedos y luego con los labios—. Siento mucho que te pasaran todas esas cosas. Si pudiera, les daría una paliza a todos... empezando por tu padre.
—No me quejo. Tuve suerte. Podría haber sido mucho peor. Mi madre sólo me pegó una vez.
—No veo la suerte por ningún lado.
—Tengo suerte ahora. Aquí nadie me pega. Y tengo una amiga que se preocupa de que coma bien.
Santana negó con la cabeza, maldiciendo entre dientes—Deberías haber sido adorada, malcriada, tratada como una princesa. Como Lucy.
—No creo en los cuentos de hadas —susurró ella.
—Me gustaría lograr que volvieras a creer. —Se inclinó y le besó la frente.
—La realidad es mejor que la fantasía, Santana.
—No si convertimos la fantasía en nuestra realidad.
Britt negó con la cabeza, pero sonrió— ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto —respondió Santana.
— ¿Y tú? —La sonrisa había desaparecido de su rostro— ¿Tienes alguna cicatriz?
Santana permaneció impasible—No puedes pegar a alguien cuya existencia ignoras.
Brittany le apoyó la cabeza en el hombro—Lo siento.
—No sé qué es peor, que te peguen o que te ignoren. Supongo que depende del tipo de dolor que prefieras.
—Lo siento mucho, Santana no lo sabía.
Entrelazando los dedos con los suyos, Britt preguntó: — ¿Vas a volver a casa ahora?
—No, a no ser que tú quieras que me vaya—Volvió a acariciarle el pelo, evitando la zona de la cicatriz.
—Quiero que te quedes conmigo —respondió ella, suspirando.
—Entonces, no voy a ninguna parte—Britt se durmió, mientras Santana reflexionaba sobre las cicatrices que le había mostrado y sobre las que permanecían ocultas la llamó en voz baja, pero su respiración y falta de respuesta le indicaron que había vuelto a dormirse—No dejaré que nadie te haga daño. —Le besó la mejilla con delicadeza— Yo menos que nadie.
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Hola Hola!
Aqui un nuevo capitulo espero que les guste y comenten C:
Las chicas se van conociendo un poco mas poco a poco
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Maravilloso capitulo!!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio!!!!!!!!!!!!!
me encanta,...
me gusta que britt le de la certeza a san que esta segura con ella,... aunque san no lo crea o no lo quiera entender!!!!
me guata san que abra todo tipo de posibilidades para un conflicto,.. por es seguro que va a seguir su relaciona con britt,...
dios cuando estén juntas va a arder el infierno y se colapsa!!!!,... jajajajajaj
nos vemos!!
PD; a estas alturas entre un demonio y un ángel caído si es como miss lopez,.... voy saltando contenta y feliz al infierno,... noooo para,... para,... LA ESPERAMOS AYA JAJAJAJAJAJ
me encanta,...
me gusta que britt le de la certeza a san que esta segura con ella,... aunque san no lo crea o no lo quiera entender!!!!
me guata san que abra todo tipo de posibilidades para un conflicto,.. por es seguro que va a seguir su relaciona con britt,...
dios cuando estén juntas va a arder el infierno y se colapsa!!!!,... jajajajajaj
nos vemos!!
PD; a estas alturas entre un demonio y un ángel caído si es como miss lopez,.... voy saltando contenta y feliz al infierno,... noooo para,... para,... LA ESPERAMOS AYA JAJAJAJAJAJ
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
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