FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)

Me parece que fue un "avance" que le diga que la quiere, pero eso era algo que estaba implícito supongo. Un GRAN avance (a mi criterio) seria que santana le cuente su pasado a brit, o lo que sea que oculta. Eso marcaría que le tiene confianza o se siente cómoda con ella y que la quiere bastante para contárselo. Esa es mi opinión, por supuesto cada uno piensa distinto ! Supongo que también lleva un poco de tiempo no ?? Pero no aguanto jajaja es que las amo demasiado

Ah y me olvidaba... Gracias por actualizar seguido !!!

por Dios le dijo que la queria, es lo maximo!!!!!!!! hasta pronto!!!!!!!!!

ya esta bueno actualiza!!! estan muy cortos no se vale jjajajajajajja y ufff la fin le dijo que la queria que bien!!!

*3* Por favor vuelve a actualizar
Por favor no tardes *3*
Cada vez me gusta más éste fic
Hasta pronto, espero.
Besos ;)

holap demonio,...

me encanto kitty no va a molestar yo le hubiese arrancado la cabeza,.. pero que como sopa por un rato eso es bueno por ahora jajaja,...
me gusto que britt le diera una oportunidad al padre de aclarar las cosas, lo marco lo que le dijo san...
lo que mas quiero es el viaje florencia,...
el sierre de las cicatrices que tanto les duele,.... forma parte de la redención de las dos,.!

nos vemos!!!

Anddy Rivera Morris escribió:

No he leído aún los dos últimos capítulos, me adelanto a comentar para luego disfrutar de la lectura *w* ... No sé cuando volverás a actualizar pero espero que sea pronto jaja ahora si me dispongo a leer xD muchos besos y abrazos mi Dani :D

VictoriaRivera escribió:Me parece que fue un "avance" que le diga que la quiere, pero eso era algo que estaba implícito supongo. Un GRAN avance (a mi criterio) seria que santana le cuente su pasado a brit, o lo que sea que oculta. Eso marcaría que le tiene confianza o se siente cómoda con ella y que la quiere bastante para contárselo. Esa es mi opinión, por supuesto cada uno piensa distinto ! Supongo que también lleva un poco de tiempo no ?? Pero no aguanto jajaja es que las amo demasiado

VictoriaRivera escribió:Ah y me olvidaba... Gracias por actualizar seguido !!!

micky morales escribió:por Dios le dijo que la queria, es lo maximo!!!!!!!! hasta pronto!!!!!!!!!

atercio escribió:ya esta bueno actualiza!!! estan muy cortos no se vale jjajajajajajja y ufff la fin le dijo que la queria que bien!!!

dani_lcastrejon escribió:*3* Por favor vuelve a actualizar
Por favor no tardes *3*
Cada vez me gusta más éste fic
Hasta pronto, espero.
Besos ;)

3:) escribió:holap demonio,...

me encanto kitty no va a molestar yo le hubiese arrancado la cabeza,.. pero que como sopa por un rato eso es bueno por ahora jajaja,...
me gusto que britt le diera una oportunidad al padre de aclarar las cosas, lo marco lo que le dijo san...
lo que mas quiero es el viaje  florencia,...
el sierre de las cicatrices que tanto les duele,.... forma parte de la redención de las dos,.!

nos vemos!!!

Anddy Rivera Morris escribió:

Fue realmente hermoso :')
tierno, romántico.. le ha dicho que le quiere oww :3 jiji

Hola Hola perdon por no contestar a cada comentario se me hizo un poco tarde en mi entrenamiento y solo puedo pasar a dejarles el capitulo que prometi C: muchas gracias por comentar son muy importantes   

Saludos Y besos   

Capítulo 30

Al despertarse a la mañana siguiente, Britt notó algo cálido cerca de su corazón y una suave brisa que le acariciaba la nuca. Al fijarse más, se dio cuenta de que la mano de Santana le cubría un pecho mientras la abrazaba echándose a reír, cambió de postura Santana gruñó ante el inesperado movimiento—Buenos días, Santana.

—Buenos días, preciosa—Los labios de Santana se encontraron con su mejilla y la besaron— ¿Has dormido bien?

—Muy bien. ¿Y tú?

—Bien, gracias.

— ¿Te molesta que haga esto?

La estaba acariciando suavemente por encima del camisón—Al contrario, me gusta —respondió Britt, volviéndose hacia ella.

Bajando la mano por su espalda, Santana le rodeó la cintura y la acercó para besarla apasionadamente—Susan —Le apartó unos mechones de pelo de la cara—Hay algo que me gustaría decirte—Britt frunció el cejo Santana le pasó un dedo entre las cejas—Es algo agradable espero— Ella la miró expectante los grandes ojos de Santana la miraban con solemnidad—Te quiero.

Britt parpadeó y una sonrisa se extendió lentamente por su cara—Yo también te quiero pensaba que me lo había imaginado cuando lo dijiste anoche.

Santana la besó con dulzura—Yo tampoco estaba segura de que me hubieras oído.

— ¿Sabes?, ya me lo habías dicho una vez.

— ¿Cuándo?

—Cuando te rescaté de las garras de Quinn y te metí en la cama, me llamaste Beatriz y me dijiste que me amabas.

Santana tragó saliva—Britt, siento haber tardado tanto en decírtelo como te mereces.

Rodeándole el cuello con los brazos, ella le apoyó la frente en la barbilla—Gracias.

—No, cariño, soy yo la que tiene que dártelas nunca me había sentido así haces que me dé cuenta de cómo he malgastado mi vida hasta ahora—Se le ensombreció la mirada.

Britt le dio un beso suave—Las dos teníamos que madurar. Ha sido mejor así.

—Me arrepiento de cómo trataba a las mujeres antes de conocerte. Y lamento haber perdido el tiempo con ellas. Lo sabes, ¿verdad?

—Y yo lamento haber estado con Kitty, pero no podemos hacer nada más que dar gracias por habernos encontrado finalmente.

—Ojalá pudiéramos pasarnos el día en la cama —dijo Santana, en tono soñador.

Britt se echó a reír—Creo que eso sí que escandalizaría a tu familia.

—Supongo. Maldita sea.

Santana rió también, hasta que la risa de ambas se transformó en besos Britt fue la primera en apartarse— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Por supuesto —respondió ella, aunque a Britt no se le escapó que apretaba la mandíbula «No quieras saberlo todo esta mañana, Susan. Hay cosas que no puedo contarte en casa de Richard.»

— ¿Qué clase de lencería femenina te gusta?

Relajando la mandíbula inmediatamente, Santana esbozó una pícara sonrisa— ¿Me lo preguntas porque... estás haciendo una encuesta?

Riendo, le cogió la mano y le besó los nudillos Britt se quedó mirando sus manos unidas—Me gustaría ir de compras antes del viaje. Me preguntaba qué cosas te gustan.

Santana la miró con deseo—Susan, soy un mujer mi lencería favorita es... la que te quitas—Le sujetó la barbilla para que no apartara la vista—. Eres una mujer preciosa. Cuando me imagino contigo, pienso en tomarme mucho tiempo para admirar tu belleza: tu cara, tus hombros, tus pechos, cada parte de ti. Pienso en tu piel blanca y sonrosada y en las suaves curvas que adoraré con mi cuerpo— La empujó con delicadeza hasta que quedó tumbada de espaldas y entonces se arrodilló a su lado—Quiero que lleves algo que te haga sentir cómoda y bella, porque así es como quiero que te sientas cuando estés conmigo—Y atrapando su boca, la besó ardientemente.

Cuando se apartó, Britt la miró traviesa— ¿Algo cómodo, como un conjunto Lululemon para yoga?

Santana la miró confusa—No conozco esos lulu... lo que sea, pero si vas cómoda con ellos, no me oirás protestar.

Ella levantó la cara para frotarle la punta de la nariz con la suya—Eres una auténtica encanto, pero te lo he preguntado en serio. Quiero elegir algo que te guste.

—Me gustará... siempre que seas tú quien lo lleve puesto.

Santana volvió a besarla y esta vez se permitió el lujo de acercarse a ella hasta casi rozarle los pechos con los suyos, pero sin tocarla. Entre las dos empezó a circular una corriente de calor y electricidad que dejó a Britt sin aliento— ¿Algún color? —Insistió ella, jadeante— ¿Algún estilo?

Riéndose, Santana le acarició la mejilla ruborizada—Mientras no sea negro ni rojo, me da igual.

—Pensaba que ésos eran los colores habituales se supone que son seductores.
Santana le susurró al oído: —Ya me has seducido. Me atraes, me seduces y me excitas... muchísimo.

La temperatura de la habitación aumentó tanto que Britt se olvidó de lo que quería preguntarle. Finalmente lo recordó—Entonces, ni rojo ni negro. ¿Ninguna preferencia, segura?

—Eres muy obstinada. Pues ya que insistes, creo que te quedarían bien los colores pálidos: blanco, rosa, azul. Supongo que no hay nada malo en decirte que te he imaginado llevando lencería clásica, con el pelo suelto cayéndote sobre los hombros. Pero lo que yo me imagine no tiene importancia. Lo importante eres tú. Creo que la elección debería ser tuya—Con una sonrisa, añadió—: Por supuesto, eso no quiere decir que no pueda regalarte algo mientras estemos allí pero para la primera vez quiero que elijas tú algo que te haga sentir especial, sexy y adorada eso es lo que quiero, porque te amo.

—Yo también a ti.

Britt le dedicó una sonrisa tan dulce que Santana sintió que el corazón se le derretía en el pecho ella le acarició la mandíbula con el pulgar y Santana cerró los ojos abandonándose a su contacto cuando volvió a abrirlos, la miró con voracidad Britt apartó la vista—Tengo que vestirme. ¿A qué hora salimos hacia Filadelfia?

Santana le trazó una línea de besos desde una clavícula hasta la otra—Después —beso— de —beso— desayunar —beso—. El vuelo sale —beso— a la hora de la cena —beso— y tenemos que estar en el aeropuerto pronto —beso doble.

Con un beso de despedida, Britt salió al pasillo, apoyándose en las muletas en la planta baja, Richard parecía un derviche, preparando y sirviendo el desayuno a toda la familia Scott devoraba todo lo que no estaba clavado al suelo o lo que no era reclamado por otras personas Luce y Aarón estaban mirando en la Blackberry de él fotos de sitios de Filadelfia donde celebrar la boda—Aquí están—Lucy los saludó a las dos cuando entraron en la cocina.

—Tengo que devolverte esto —le dijo Britt al verla, deshaciéndose el nudo del pañuelo, que había vuelto a atarse al cuello.

—Quédatelo A mamá le habría gustado que lo tuvieras.

Britt le dio las gracias con un abrazo una vez más, se sintió afortunada por la generosidad de su amiga y la de Grace, que siempre parecía velar por ella—Se te ve contenta esta mañana.

Scott le sirvió un vaso de zumo de naranja mientras Britt se sentaba—Lo estoy. Muy contenta.

—Más le vale tratarte bien —le susurró muy serio.

—Ha cambiado, Scott. Ella... me ama —replicó ella en voz muy baja, para que no la oyeran los demás.

Él la miró sorprendido—Joder —murmuró incómodo, cambiando de postura antes de cambiar de tema—Ayer era el día en que el tribunal tenía que decidir si dejaba a Kitty en libertad bajo fianza. Su abogado estaba tratando de conseguirlo a toda costa —le explicó—, pero aún no sé qué han resuelto.

Britt tardó unos momentos en entender lo que le estaba diciendo Cuando al fin lo hizo, las manos le empezaron a temblar de ansiedad y el zumo de naranja se le cayó sobre el desayuno, mojándolo parpadeó tratando de recobrar la compostura mientras secaba el zumo del plato, se maldecía en voz baja por ser un manojo de nervios «Santana debe de estar harta de verme tirar cosas Soy una idiota.» Cuando iba a levantarse, vio una mano ante ella, ofreciéndole apoyo al levantar la vista, se encontró con un par de ojos color chocolate que la miraban con preocupación Santana la ayudó a bajar del taburete y a sentarse en otro seco tras darle un beso rápido en la frente, la tranquilizó: —Ahora estás a salvo —musitó— No permitiré que se acerque a ti—Le acarició los brazos, frotándoselos arriba y abajo para relajarla.

Mientras Richard le preparaba otro gofre, Santana recogió el desayuno mojado y lo dejó en el fregadero—Yo me encargo. Siéntate con tu chica —dijo Scott a regañadientes— Y lo siento.

Nadie se dio cuenta de la conversación entre los hermanos: la hija pródiga y el hijo constante sus ojos se encontraron y en ellos brilló la luz de la comprensión y, tal vez, del perdón asintiendo agradecida, Santana se sentó junto a Britt Rodeándole la cintura con un brazo, le susurró palabras tranquilizadoras al oído hasta que ella dejó de temblar tenía que llevársela de Selinsgrove.

Mientras se alejaban, Britt cerró los ojos y suspiró aliviada había sido una mañana llena de emociones decirle adiós a su familia adoptiva no había sido fácil. Y decirle adiós a su padre, tras los acontecimientos del fin de semana, había sido agotador— ¿Lamentas marcharte? —Santana le acarició la mejilla.

Britt abrió los ojos—Una parte de mí no quería irse, pero otra deseaba huir de ahí lo antes posible.

—Lo entiendo. A mí me pasa lo mismo.

— ¿Qué te ha dicho mi padre al despedirse?

Santana se removió en el asiento—Me ha dado las gracias dice que es consciente de que Kitty te podría haber hecho mucho daño—Enlazando los dedos con los suyos, se los llevó a los labios—. Me ha pedido que cuide de su niñita, dice que lo eres todo para él.

Una lágrima rodó por la mejilla de Britt al oírla se la secó con la mano y miró por la ventana ciertamente, las cosas con su padre habían cambiado durante el vuelo de vuelta a Toronto, se acurrucó junto a Santana, dejando a un lado el trabajo para reposar la cabeza en su hombro —Tengo que empezar a preparar el viaje —dijo ella, dándole un beso en la cabeza.

— ¿Cuándo nos iremos?

—Había pensado partir en cuanto acabaran las clases del viernes, pero si tú vienes, tendremos que esperar a que Katherine entregue tu nota la conferencia es el día 10. ¿Te iría bien viajar el 8?

—Supongo que sí tengo que presentar algún trabajo el viernes y Katherine también espera que le entregue un borrador del proyecto. Supongo que tardará unos días en leerlo, así que no creo que haya problema en salir el 8. ¿Cuándo pensabas volver?

Santana movió el brazo para rodearla con él—Lucy quiere que vayamos todos a casa en Navidad eso te incluye así que tendríamos que salir de Italia el 23 o el 24 y hacer una parada en Filadelfia antes de regresar a Toronto a menos que prefirieras quedarte a pasar las Navidades conmigo en Italia.

Britt se echó a reír— ¿Y arriesgarme a sufrir la furia de Lucy? No, gracias. Además, mi padre también espera que vaya, aunque ya sabe que no me quedaré a dormir en su casa.

Se estremeció Santana la abrazó con más fuerza—Pues entonces duerme conmigo reservaremos habitación en un hotel. No pienso dormir separada de ti por un pasillo nunca más.

Britt se ruborizó, pero sonrió—Tendremos dos semanas para disfrutar de Florencia. Y también podemos viajar a Roma y a Venecia, si quieres. Podríamos alquilar una casa en la región de Umbría. Conozco un lugar precioso, cerca de Todi. Me gustaría enseñártelo.

—Mientras esté contigo, amor mío, me da igual dónde estemos.

Santana apretó los labios—Dios te bendiga —murmuró.

—Lucy ha empezado a preparar la boda. La celebrarán a finales de agosto, siempre y cuando el salón que quieren esté libre. Me pregunto por qué querrá esperar tanto—Britt quería saber si Santana tenía más información pero ella se encogió de hombros.

—Conociendo a Lucy, probablemente necesite meses para asegurarse de que a todo el mundo se le ha notificado el enlace debidamente y que la boda aparezca en la CNN.

Las dos se echaron a reír—Creo que Lucy querrá tener familia en seguida —dijo Britt—. Me preguntó qué opinará Aarón.

—Él la ama y quiere casarse con ella. Me imagino que estará encantado de que el amor de su vida lleve a su hijo en su interior—Tras unos instantes, se volvió hacia ella—Britt, ¿no te preocupa que no pueda...?

—No. Al menos de momento no. Quiero acabar los cursos y, más tarde, obtener el doctorado. Me gustaría dar clases. —Se encogió de hombros—. Supongo que es una de las ventajas de salir con alguien más joven.

Santana resopló en broma—Me haces sentir como una anciana ¿Te das cuenta de que cuando cumplas treinta años cambiarás de opinión? O antes. Y entonces...

Britt frunció el cejo y negó con la cabeza— ¿Qué quieres que te diga? ¿Que no te quiero? No pienso decirlo. Te quiero, Santana, por entera, tal como eres. Por favor, no me apartes de ti ahora que al fin nos hemos reencontrado —le rogó, cerrando los ojos—Me duele.

—Perdóname —susurró ella, besándole el dorso de la mano.

Britt aceptó sus disculpas y trató de relajarse, cansada por las emociones del día Santana se frotó los ojos para poder pensar, pero pronto se dio cuenta de que iba a necesitar un poco de distancia para poder poner sus ideas en orden «No hará falta que te anime a apartarte de mí cuando te cuente lo de Paulina...»

La primera semana de diciembre fue la última semana de clases fueron unos días bastante tranquilos Santana y Britt se mantuvieron apartadas por las noches, Santana preparaba en su amplio apartamento la conferencia que daría en la Galería de los Uffizi, mientras que ella trabajaba incansablemente en su diminuto agujero de hobbit se escribían mensajes de texto constantemente Cariño, te echo de menos. ¿Te vienes? Te quiero, S.

Britt sonrió con tanto cariño al ver el mensaje en la pantalla que hasta el iPhone se ruborizó S, yo también te echo de menos. Estoy acabando un trabajo para esta locura de seminario sobre Dante que estoy haciendo. Probablemente me pase la noche trabajando La profesora está buenísima, pero es muy exigente. Te quiero, Britt.

Se volvió hacia el portátil para seguir trabajando en el proyecto para Katherine. Poco después, el teléfono volvía a avisarla de que tenía un mensaje Cariño, estás de suerte, soy especialista en Dante ¿Por qué no te traes el trabajo a mi casa y te ayudo a hacerlo... toda la noche... Todo mi amor, S. P. D.: ¿Cómo de buena?

Ella se echó a reír y escribió la respuesta: Queridísima Especialista en Dante, mi profesora está buenísima, es ardiente como una hoguera, picante como el chile habanero y el pollo vindalú. Ya sé cómo sería tu noche de trabajo y sé que no acabaría el ensayo ¿Lo dejamos para el viernes? Besos y abrazos Britt.

Esperó un poco por si contestaba inmediatamente, pero la respuesta no llegó hasta que estuvo en la ducha Querida Britt, caramba, sí que es ardiente tu profesora tu rechazo me ha dejado sumida en un mar de soledad, que trato de superar con un vaso de whisky escocés y un par de capítulos de Graham Greene. Tus besos y abrazos me han ayudado un poco. Te quiero. S.

P. D.: Tú eres ardiente como el sol, pero mucho más bonita.

Ella sonrió y le respondió con un breve mensaje, diciéndole cuánto la amaba después, pasó el resto de la noche trabajando.

Finalmente se vieron el miércoles, durante el último seminario el principal atractivo de la sesión fue el comportamiento de Quinn Iba muy elegante, con un largo jersey de cachemira color berenjena que le servía de vestido y se le ceñía a las curvas del pecho y el trasero de un modo muy atractivo Iba impecablemente peinada y maquillada, pero estaba muy quieta, sin tomar apuntes, y la expresión de su cara era de enfado para no dejar lugar a dudas, se cruzó de brazos cuando la profesora López hizo una pregunta muy sencilla, no levantó la mano cuando ella la miró por encima de las gafas, animándola a participar, ella frunció el cejo y miró hacia otro lado Si Santana no hubiera estado tan concentrada en lo suyo se habría preocupado pero no lo hizo el comportamiento de Quinn no sólo llamaba la atención por su silencio, sino por su flagrante hostilidad contra Britt, a la que miraba con odio abierto— ¿Qué mosca le habrá picado? —le susurró ella a Rachel al oído, en cuanto acabó en seminario.

Rachel se echó a reír—Tal vez se haya convencido ya de que López no va a aceptar el tema de su tesis y se esté planteando un cambio de carrera profesional. Hay un club de striptease en la calle Yonge que busca personal. Quizá tenga lo que hace falta para trabajar allí. O no.

Esa vez fue Britt la que se echó a reír—Por cierto, me gusta tu pañuelo es muy francés —comentó Rachel con una sonrisa— ¿Regalo de tu novia?

—No de mi mejor amiga.

—En cualquier caso, te queda bien.

Ella le sonrió mientras recogían los libros cuando volvían a casa, paseando bajo la ligera nevada, se contaron una versión (vagamente modificada) de sus respectivos días de Acción de Gracias.

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Hola Hola!
Aqui dejo el otro capitulo que prometi espero que les guste y cometen ;)

PD: BAAAAAAAAAAAAAAA EL TE AMO ES HERMOSO NO ? :3    

Saludos Y besos   

Me pareció geniaaaaal!!! Juro que me mantan estas dos, son tan tiernas!
Tu fic es realmente adictivo!!
He leido muchos fic brittana en esta página, pero todos los dejo de leer hasta cuando las dos cruzan la barrera de la amistad para ser algo mas, luego de eso encuentro que son una lata y nada más que otra pareja boba románticona... pero tu fic es diferente, pese a que ya tienen una relación no puedo para de leerlo, me encanta, me encantan ellas y el como viven su relación es genial!!

Actualizaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Tengo muuuuuccchhhhaaaaaa intriga por la historia de San!!!!!
Quien es Paulina???
Saludos

Buenos días o/ (qué hora es en tu país?)
Gracias por actualizar *3*
El capítulo me encantó, son muy lindas juntas, Santana(<3) la cuida mucho y la consiente, me gusta eso.
Espero actualices muy muy pronto, ya no puedo pasar mucho tiempo sin leer algún capítulo nuevo.
Por cierto, quién es Paulina?
Por favor actualiza pronto
Por favor haz otro maratón
Hasta luego ;) un beso!

2 nuevas intrigas, que le pasa a quinn, y quien es paulina! hasta muyyyyyyyy pronto!

holap demonio,...

super tiernas las dos,.. cuando están juntas les sale el lado bueno,...
lo de quinn me hace morir de risa, a mi me da gracia,...
en algún momento tiene que aparecer paulina,... ya va dejar de ser un ente para britt!!!

nos vemos!!!!

Wow, esperemos que lo de Paulina no aleje a britt aunque debe ser bastante malo para que san no se lo haya contado aún... :( espero ti siguiente actu!! Saludines

bueno....actualización por favor jajajajjaja Paulina puede ser la ex esposa, o la Hermana o una hija O.o que curiosas inquietudes ya quiero ver que sigue espero que estes bn las mejores vibras!!!

pollo_03 escribió:Me pareció geniaaaaal!!! Juro que me mantan estas dos, son tan tiernas!
Tu fic es realmente adictivo!!
He leido muchos fic brittana en esta página, pero todos los dejo de leer hasta cuando las dos cruzan la barrera de la amistad para ser algo mas, luego de eso encuentro que son una lata y nada más que otra pareja boba románticona... pero tu fic es diferente, pese a que ya tienen una relación no puedo para de leerlo, me encanta, me encantan ellas y el como viven su relación es genial!!

Actualizaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Hola Hola!
Estas dos dan diabetes no :3 jajaj son tan bellas   
Me alegro que te guste tanto :D y me alegro que comentes !
Ya casi actualizo C:
Saludos Y besos   

monica.santander escribió:Tengo muuuuuccchhhhaaaaaa intriga por la historia de San!!!!!
Quien es Paulina???
Saludos

Hola Hola!
San tiene una gran historia pero mmmmmm ya se sabra ;) y mmm pauliana paulina uffff ya veras!
Saludos y besos   

dani_lcastrejon escribió:Buenos días o/ (qué hora es en tu país?)
Gracias por actualizar *3*
El capítulo me encantó, son muy lindas juntas, Santana(<3) la cuida mucho y la consiente, me gusta eso.
Espero actualices muy muy pronto, ya no puedo pasar mucho tiempo sin leer algún capítulo nuevo.
Por cierto, quién es Paulina?
Por favor actualiza pronto
Por favor haz otro maratón
Hasta luego ;) un beso!

Hola Hola!
jajajaj es tempranito :P y San la ama eso es tan <3 bello :3 y perdon por no actualizar ayer tuve un problema :l y ya veras quien es la famosa paulina ;) y el fin de semana talvez haga uno de 3 capitulo ya vere :DD
Saludos Y besos   

micky morales escribió:2 nuevas intrigas, que le pasa a quinn, y quien es paulina! hasta muyyyyyyyy pronto!

Hola Hola!
Jajjajajaja Quinn Quinn jajajajaja mmmmm ya veras! y jajajajaja la querida paulina ya veremos quien es en un tiempo solo queda el suspenso :D
Saludos Y besos   

Anddy Rivera Morris escribió:

Más tierno no puede ser, juro que me dará diabetes si sigo leyendo; pero me arriesgaré, además que no falta mucho para que las verdades/secretos salgan a flote... pero vamos! hay otros dos libros restantes *w* kdjfhd gracias por los capítulos Dani, espero que te encuentres de maravilla <3

Hola Hola!
Jajajajajajjajajaja creo que si tienes razon son tan dulces      y pronto pronto ya veremos como se lo toman todo ;) ! y Asi es espero que sigan leyendo esos dos libros y Me alegro que te gustaran ;)
Saludos Y besos   

3:) escribió:holap demonio,...

super tiernas las dos,..  cuando están juntas les sale el lado bueno,...
lo de quinn  me hace morir de risa, a mi me da gracia,...
en algún momento tiene que aparecer paulina,... ya va dejar de ser un ente para britt!!!

nos vemos!!!!

Hola Demonio :P
El demonio quiere subir al cielo cuando esta con su angel :3 y jajajajajajaja ohh quinn ;P y paulina paulina exactamente !

Saludos Y besos   

Dolomiti escribió:Wow, esperemos que lo de Paulina no aleje a britt aunque debe ser bastante malo para que san no se lo haya contado aún... :( espero ti siguiente actu!! Saludines

Hola Hola!
Es algo muy profundo pero ya veremos si Britt puede dejar a su amada santi :3 y Pronto traigo capitulo :)
Saludos Y besos   

atercio escribió:bueno....actualización por favor jajajajjaja Paulina puede ser la ex esposa, o la Hermana o una hija O.o que curiosas inquietudes ya quiero ver que sigue espero que estes bn las mejores vibras!!!

Hola Hola!
Ya casi traigo capitulo ;) y mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm ajjajajaja EL SUSPENSO   
Saludos Y besos   

Hola Hola!
Actualizo en una hora y un poquito :D

El viernes, la profesora López estaba de mal humor llevaba casi una semana sin ver a Britt y el miércoles había tenido que verla marcharse con Rachel al acabar la clase, sin tan siquiera una mirada en su dirección tenía que mantenerse a distancia cuando lo que más deseaba en el mundo era tocarla y gritar a los cuatro vientos que era suya mientras dormía desnuda en la oscuridad, los demonios habían ido a visitarla y la habían torturado con pesadillas, pesadillas que sólo Britt lograba mantener a raya con su luz; una luz más brillante que la de cualquier estrella una estrella de la que pronto iba a tener que prescindir sabía que iba a tener que confesarle sus secretos antes de viajar a Florencia por eso le molestaba especialmente haber pasado solo la que probablemente sería su última semana juntas había hecho reservas para dos personas, pero no estaba muy segura de que Britt finalmente la acompañara por eso había contratado un seguro de cancelación temía el momento en que sus grandes e inocentes ojos se oscurecieran y le dijeran que no era digna de ella pero por mucho que lo temiera, no iba a permitir que le entregara su inocencia a un demonio sin conocer todos los datos no sería Cupido ni permitiría que ella fuera su Psique eso sí sería auténticamente demoníaco por consiguiente, cuando el viernes por la noche ella fue a cenar a su casa, la recibió con frialdad, le dio un fraternal beso en la frente y se hizo a un lado, indicándole que pasara «Abandonad toda esperanza», pensó Britt se dio cuenta en seguida de que algo iba mal y no sólo por las notas de Madama Butterfly que le llegaron desde el salón normalmente, Santana la recibía con un abrazo y varios besos apasionados antes de ayudarla a quitarse el abrigo pero esta vez permanecía inmóvil, esperando a que ella hablara, sin apenas mirarla— ¿Santana? —Britt le tocó la mejilla— ¿Pasa algo?    

—No —mintió ella, apartando la cara— ¿Te sirvo una copa?  

Resistiendo el impulso de insistir, le pidió una copa de vino esperaba que estuviera más habladora durante la cena pero no fue así le sirvió la cena en silencio y, cuando Britt trató de sacar algún tema de conversación mientras comían el rosbif, respondió con monosílabos Britt le contó que había acabado todos los trabajos del semestre y que Katherine Picton le había confirmado que le daría la nota antes del 8 de diciembre, pero Santana se limitó a asentir, sin apartar la vista de la copa de vino, que pronto estaría vacía Britt nunca la había visto beber tanto la noche que la rescató de Lobby ya estaba borracha cuando ella llegó esa noche era muy distinta no estaba contenta ni coqueteaba, se le veía atormentada con cada nueva copa de vino que vaciaba, Britt se preocupaba más pero cada vez que abría la boca para decirle algo, Santana la miraba con tanta tristeza que no se atrevía estaba más fría y distante por momentos y, cuando le sirvió la tarta de manzana casera que había preparado la asistenta, Britt la apartó bruscamente y le exigió que hiciera callar a Maria Callas para que pudieran hablar Santana la miró sorprendida ya que la tarta —y la Butterfly— eran la culminación de la cena de su Última Cena— ¿Por qué? No pasa nada —refunfuñó, acercándose al equipo de música para quitar la ópera.    

—Santana, no me mientas es obvio que estás disgustada dime lo que pasa, por favor.    
Ver a Susan, a la inocente Susan, mirarla con sus enormes ojos azules y el cejo fruncido, era más de lo que podía soportar « ¿Por qué tiene que ser tan dulce y generosa? ¿Por qué tiene que ser tan compasiva? ¿Era obligatorio que tuviera una alma tan hermosa?»   La culpabilidad que sentía aumentó era una suerte que no la hubiera seducido el corazón de Britt se curaría antes así que si hubieran tenido relaciones sólo llevaban unas cuantas semanas juntas las lágrimas pronto se le secarían y podría encontrar una mujer buena y constante, como Rachel la idea le provocó náuseas sin una palabra, se acercó al bufet en busca de una licorera y un vaso de cristal se sentó y se sirvió dos dedos de whisky escocés se bebió la mitad de un sorbo y dejó el vaso en la mesa bruscamente esperó a que se aplacara el fuego que le quemaba la garganta confiaba en que se le contagiara algo del valor líquido del licor, pero le iba a hacer falta mucho más que eso para calmar el dolor en su corazón respiró hondo—Tengo que contarte algunas cosas... cosas desagradables sé que cuando haya terminado, te perderé.    

—Santana, por favor, yo...    

—Déjame hablar —la interrumpió ella, pasándose la mano por el pelo—, antes de que pierda el valor—Cerrando los ojos, volvió a tomar aire cuando los abrió, su mirada era la de una dragona herida—Estás viendo a una asesina—Britt oyó las palabras, pero le costó procesarlas pensó que lo había entendido mal—Y no una asesina cualquiera acabé con la vida de un ser inocente si puedes soportar estar en la misma habitación que yo durante unos minutos, te contaré cómo pasó—Como ella no se movió, siguió hablando—: Como sabes, fui a hacer el doctorado a Oxford, al Magdalen College lo que no sabes es que allí conocí a una chica americana llamada Paulina Britt inspiró bruscamente y Santana hizo una pausa cada vez que ella había tratado de sacar el tema, Santana le había dado largas, diciéndole que no suponía una amenaza para ellas, aunque Britt no se lo había creído por supuesto que era una amenaza Paulina se la había arrebatado en medio de una cena en octubre Y, antes de salir corriendo, Santana, ojerosa y demacrada, había citado a lady Macbeth Britt sintió un escalofrío—Paulina todavía no había acabado la carrera era rubia, alta, guapa y majestuosa le gustaba contar que estaba emparentada con la aristocracia rusa, como una especie de Anastasia nos hicimos amigas y nos veíamos de vez en cuando no había nada físico entre nosotras. Yo salía con otras chicas y ella estaba enamorada de otra mujer—Carraspeó nerviosa— Al acabar el curso me trasladé a Harvard seguimos en contacto vía correo electrónico durante un año más o menos un día me dijo que la habían admitido en Harvard para hacer un curso de posgrado. Quería especializarse en Dostoievski. Estaba buscando un sitio para vivir y le hablé de un apartamento que se alquilaba en mi edificio en agosto se instaló allí—Santana miró a Britt, que asintió para darle ánimos—Ese año fue muy duro para mí estaba haciendo la tesis y, además, era ayudante de un profesor muy exigente trabajaba muchas horas y apenas podía dormir bajó la vista y empezó a tamborilear en la mesa al cabo de un momento, continuó:  —Algunos fines de semana salía con algunas compañeras a veces nos metíamos en líos y acabábamos en peleas. —Se rió sin ganas—. No era una modelo de conducta, pero al menos con Kitty me sirvió de algo el entrenamiento— Se echó hacia adelante en la silla y apoyó los codos en las rodillas Britt se fijó en que movía las piernas nerviosa con cada nueva frase que decía se inquietaba más, como si se estuviera acercando al abismo en el fondo del cual había escondido su secreto.    

—Una noche, alguien me ofreció cocaína me pregunté si eso me ayudaría a mantenerme despierta para poder acabar el trabajo pendiente que tenía así empezó todo la usé como estimulante y la alternaba con alcohol. Creí que estar en Harvard me convertía en una consumidora de drogas ocasional y respetable creí que sería capaz de controlarlo—Suspiró y bajó el tono de voz—Me equivoqué» Paulina venía mucho a mi casa. Llamaba sin importarle la hora, porque sabía que siempre estaba despierta. Mientras yo escribía, ella se sentaba en el sofá o preparaba té ruso empezó a cocinar para mí con el tiempo, le di una llave la cocaína me quitaba el hambre Gracias a Paulina, me alimentaba de vez en cuando— Santana siguió hablando, angustiada la culpabilidad la arañaba por dentro, tratando de salir al exterior al alzar la vista un momento, leyó una pregunta en los ojos de Britt y la respondió: —Sí, ella sabía que me drogaba al principio se lo oculté, pero siempre estaba por allí, así que al final ya lo hacía abiertamente no le importaba—Bajó la vista parecía avergonzada—Paulina se había criado entre algodones. No sabía nada sobre drogas ni muchas otras cosas. Yo la corrompí. Una noche, se desnudó y me propuso que la esnifáramos la una en el cuerpo de la otra obviamente, yo no pensaba con claridad y ella... estaba desnuda—Soltó el aire con fuerza y mantuvo los ojos clavados en las manos, mientras negaba con la cabeza—No estoy buscando excusas fue culpa mía ella era una buena chica, acostumbrada a conseguir lo que quería. Y lo que quería en aquel momento era a mí, la vecina drogadicta—Al frotarse la barbilla con la mano Santana cambió de postura—A la mañana siguiente le dije que había sido un error, que no estaba interesada en tener una relación monógama la cocaína me hacía desear más sexo que nunca, aunque a veces me provocaba impotencia cosas del karma, supongo estaba acostumbrada a estar con una mujer distinta cada fin de semana pero cuando le conté todo esto, Paulina me dijo que no le importaba daba igual lo que le dijera, o cómo me portara con ella, siempre regresaba. Y las cosas siguieron su camino ella se comportaba como si fuera mi novia y yo la usaba para desahogarme cuando no tenía a nadie más a mano no la quería lo único que me importaba en aquella época era yo misma, las drogas y la maldita tesis.    

A Britt se le encogió el corazón sabía que a Santana nunca le había faltado compañía femenina o Masculina era una mujer guapa y extremadamente sensual las mujeres y hombres se desvivían tratando de llamar su atención no es que le hiciera gracia, pero la había aceptado como parte de su pasado sin embargo, lo de Paulina era distinto su intuición se lo dijo la primera vez que oyó su nombre aunque no creía que siguieran juntas, lo que le estaba contando no era una aventura de una noche el espectro de los celos hizo su aparición, cercando el corazón de Britt y estrujándolo con fuerza Santana se levantó y empezó a caminar por el comedor—Un día que salimos a una fiesta yo estaba muy drogada y ella un poco tomada no sé cómo sucedió pero terminamos en un hospital no recuerdo que hicimos pero al tiempo ella me dijo que estaba embarazada la acusé de querer atraparme y le dije que se deshiciera del bebé—La cara se le contrajo de dolor—Ella se echó a llorar me suplicó, me dijo que estaba enamorada de mí desde Oxford y que quería tener a mi hijo que aunque él bebe fue de una forma no muy consiente pero no la escuché le tiré dinero a la cara para que pagara el aborto y la eché de casa a patadas—Santana gruñó, pero su gruñido se transformó en un gemido desgarrado que surgía de las profundidades torturadas de su alma se frotó los ojos con fuerza Britt se cubrió la boca con la mano no había esperado esa confesión pero mientras su mente trataba de procesar todo lo que iba oyendo, las piezas del rompecabezas que era la profesora López empezaron a encajar—Durante un tiempo no volví a verla supuse que habría abortado en aquella época estaba tan jodida que ni me molesté en averiguarlo un par de meses más tarde, entré en la cocina y me encontré una ecografía pegada en la nevera, con una nota Santana, echándose hacia atrás en la silla, se sostuvo la cabeza con las manos—Había escrito:

«Ésta es tu hija, Maia. ¿A qué es preciosa?».    

No pudo acabar la frase, porque un sollozo se lo impidió—Reconocí la línea de su cabeza, la naricita, los brazos y las piernas era preciosa Un bebé diminuto y frágil. Mi niñita. Maia—Volvió a sollozar— No lo sabía no era real hasta que vi la ecografía no existió realmente para mí—No podía parar de llorar al ver las lágrimas que le caían por las mejillas, a Britt se le encogió el corazón con los ojos llenos de lágrimas, se levantó para consolarla, pero ella se lo impidió levantando la mano—Le dije a Paulina que la ayudaría con el bebé, pero no tenía dinero me lo había gastado todo en drogas de hecho, en aquella época ya estaba endeudada con mi camello aun sabiendo todo eso, ella seguía queriéndome volvió a instalarse en casa y se pasaba las horas leyendo en mi sofá mientras yo trabajaba en la tesis dejó de tomar drogas por el bebé yo también lo intenté, pero no lo conseguí—Levantó la cabeza— ¿Quieres oír el resto o ya has tenido bastante? ¿Quieres irte ya?  

Britt no tuvo que pensarlo se levantó y la abrazó—Por supuesto que quiero oír el resto.
 
Santana la abrazó con fuerza durante un instante, pero luego la apartó y se secó las lágrimas ella permaneció a su lado, incómoda, mientras Santana continuaba su confesión—Los padres de Paulina vivían en Minnesota. No eran ricos, pero de vez en cuando le enviaban dinero Grace también me mandaba dinero cuando se lo pedía. Como podíamos, íbamos saliendo adelante. O, al menos, íbamos retrasando lo inevitable. Pero yo casi todo me lo gastaba en la droga—Se echó a reír amargamente— ¿Qué clase de persona le quita el dinero a una mujer embarazada y se lo gasta en cocaína? »Una noche de setiembre, salí de marcha estuve fuera un par de días y, cuando volví, me desplomé en el sofá. Ni siquiera llegué al dormitorio. Cuando me desperté, con una resaca espantosa, vi sangre en el suelo—Se cubrió los ojos con las manos, como si tratara de borrar esas imágenes de su mente Britt contuvo el aliento, a la espera de la siguiente revelación—Siguiendo el rastro llegué hasta Paulina, que estaba en medio de un charco de sangre en el suelo del lavabo le busqué el pulso, pero no se lo encontré pensé que estaba muerta— Guardó silencio unos minutos—Si hubiera ido a verla cuando llegué a casa, habría podido llamar a una ambulancia pero no lo hice estaba borracha y colocada y me desplomé en el sofá sin preocuparme de nada ni de nadie cuando me dijeron que había perdido el bebé, supe que era culpa mía su muerte se habría podido evitar era como si lo hubiera matado con mis propias manos—Levantó las manos y se las miró por delante y por detrás, como si las viera por primera vez—Soy una asesina, Britt una adicta y una asesina aunque él bebe llegara por un engaño por cualquier razón soy una asesina— Ella abrió la boca para contradecirlo, pero Santana la interrumpió: —Paulina pasó varias semanas en el hospital, primero con problemas físicos, luego por la depresión. Yo tuve que pedir la baja. Estaba constantemente borracha o colocada y no podía trabajar. Debía miles de dólares a gente muy peligrosa y no sabía de dónde sacar el dinero Paulina había tratado de suicidarse en el hospital y quería llevarla a una clínica psiquiátrica privada, un lugar donde la trataran bien cuando llamé a sus padres para pedirles ayuda, me dijeron que era una desgraciada, que había llevado la deshonra a su familia que primero me casara con ella y luego ya hablaríamos—Santana hizo una nueva pausa—Lo habría hecho, pero Paulina estaba demasiado alterada como para hablar de nada decidí buscar un lugar donde cuidaran de ella y luego suicidarme eso solucionaría los problemas de todos—Le dirigió una mirada fría, muerta—Ya ves, Britt, soy una de las condenadas mi depravación y mi indiferencia supusieron la muerte de un bebé inocente y la destrucción de una mujer con un brillante porvenir habría sido preferible que me ataran una piedra al cuello y me echaran al mar.    

—Fue un accidente —susurró Britt—No fue culpa tuya.    

Ella se echó a reír amargamente— ¿No fue culpa mía andar drogada siempre y así lograr que termináramos en un hospital?¿No fue culpa mía tratarla como a una puta, engancharla a las drogas y presionarla para que abortara? ¿No fue culpa mía llegar tan colocada a casa que ni me di cuenta de que estaba allí?    

Britt le agarró las manos y se las apretó con fuerza—Santana, escúchame tú tuviste mucho que ver, sí, pero no fue culpa tuya fue un accidente si había mucha sangre es que algo no iba bien en el embarazo si no hubieras llamado a la ambulancia cuando lo hiciste, Paulina habría muerto tú la salvaste—Santana permaneció con la cabeza baja, pero Britt le sujetó la barbilla y la obligó a mirarla—La salvaste, Santana Y me acabas de decir que querías al bebé no querías que muriera—Santana se encogió, pero ella no la soltó—No eres una asesina fue un trágico accidente.    

—No lo entiendes —replicó ella, con apatía—Soy igual que Kitty ella te usó y yo la usé a ella hice algo peor que usarla la traté como si fuera un juguete le di drogas cuando debería haber estado cuidándola  ¿Qué clase de demonio soy?    

—No te pareces en nada a Kitty —exclamó Britt con los dientes apretados—Ella no se arrepiente de nada de lo que me hizo. Si pudiera, volvería a hacer lo mismo. O algo peor—Respiró hondo y contuvo el aire, que fue expulsando poco a poco—Santana, has cometido errores y has hecho cosas terribles, pero te has arrepentido llevas años pagando por tus errores ¿No crees que eso es importante?    

—Ni todo el oro del mundo puede compensar la pérdida de una vida.  

—Una vida que tú no arrebataste —replicó ella, con los ojos encendidos.  

Santana hundió la cara entre las manos no era ésa la reacción que había esperado « ¿Por qué sigue aquí? ¿Por qué no me ha abandonado todavía?» Britt dio un paso atrás, sin dejar de observarla las oleadas de desesperación que brotaban de Santana eran casi visibles se devanó los sesos buscando la manera de alcanzarla, de llegar a su corazón— ¿Conoces Los miserables, de Victor Hugo?    

—Por supuesto —murmuró ella— ¿Qué tiene que ver con todo esto?    

—El héroe deja de pecar y hace penitencia cuida de una niña como si fuera su hija pero durante todo ese tiempo, un policía no deja de perseguirlo, convencido de que no se ha reformado ¿No preferirías ser el hombre que hace penitencia en vez del policía? Santana no respondió—Porque eso es lo que estás diciendo que no puedes darte permiso para ser feliz que no puedes darte permiso para tener hijos crees que has perdido el alma, Santana, pero ¿qué me dices de la redención? ¿Y del perdón?    

—No los merezco.  

— ¿Qué pecador los merece? —Britt negó con la cabeza— Cuando te conté lo que me había pasado a mí, me dijiste que me perdonara y me diera permiso para ser feliz ¿Por qué no puedes predicar con el ejemplo?    

Ella bajó la cara—Porque tú fuiste la víctima Yo soy la asesina.  
 
—Aceptemos que sea así ¿Cuál sería la penitencia adecuada en ese caso? ¿Cómo crees que se haría justicia?    

—Ojo por ojo —murmuró.  
 
—Bien entiendo que «ojo por ojo» quiere decir que debes salvar la vida de un niño si eres responsable de la muerte de un bebé, la justicia reclama que devuelvas una vida un donativo en metálico no sirve debe ser una vida—Santana permanecía inmóvil, pero Britt sabía que la estaba escuchando—Salvaste la vida de Paulina, pero sé que no vas a darte por satisfecha con eso así que necesitas salvar la vida de la hija de otro hombre ¿Te ayudaría eso?    

—No devolvería la vida a Maia, pero sería algo me convertiría en una persona menos... mala—respondió ella, con los hombros hundidos y los brazos apoyados en las rodillas.  
 
El dolor que impregnaba su voz encogió el corazón a Britt, pero no le impidió continuar—Vas a tener que encontrar a una niña cuya vida esté en peligro y salvarla ¿Te serviría eso de expiación? —Santana asintió con un gruñido Britt se dejó caer de rodillas delante de ella y le cogió las manos— ¿No lo ves, Santana? Yo soy esa niña—Santana levantó la cabeza y la miró con los ojos inundados de lágrimas, como si estuviera loca—Kitty me habría matado cuando le pegué, se enfureció tanto que rompió la puerta para vengarse aunque hubiera llamado a la policía, no habrían llegado a tiempo me habría matado antes de que llegaran» Pero tú me salvaste la arrancaste de mi puerta y la sacaste de la casa estoy viva gracias a ti Soy la niñita de Tom, como él te dijo, y me salvaste la vida—Santana permaneció muda, se había quedado sin palabras—Una vida por una vida, ¿no? Estás convencida de que acabaste con una vida, pero ahora has salvado otra tienes que perdonarte tienes que pedirle perdón a Paulina y a Dios, pero, sobre todo, tienes que perdonarte tú.  

—No es suficiente —murmuró, con sus ojos tristes, todavía llenos de lágrimas.    

—Es verdad que eso no te devolverá a tu hija, pero piensa en el regalo que le has hecho a Tom: le has devuelto a su única hija convierte tu deuda en penitencia no eres un demonio eres un ángel Mi ángel.    

Santana se la quedó mirando, observando sus ojos, sus labios, su expresión luego, le tendió la mano y la sentó en su regazo la abrazó durante largo rato sus lágrimas caían en el hombro de Britt—Lo siento —susurró—Siento haber tardado tanto en decírtelo siento que mi historia sea cierta he matado tu fe en mí lo sé.    

—Todavía te quiero—Britt trató de calmarla murmurándole al oído y dejando que se desahogara cuando dejó de llorar, le desabrochó los botones de la camisa rápidamente, antes de que pudiera preguntarle qué estaba haciendo abriéndosela, le acarició el tatuaje de las costillas y el de la espalda con los dedos luego, muy lentamente, acercó los labios a su corazón y lo besó cuando se echó hacia atrás, Santana la estaba mirando asombrada luego, se quitó el pañuelo que le cubría el mordisco y levantándole la mano, se la colocó sobre la marca, que se había curado un poco, pero no del todo—Las dos tenemos cicatrices. Y tal vez tengas razón, tal vez nunca desaparezcan pero soy tu expiación, Santana mi vida es tu regalo a un padre que podría haber perdido a su única hija para siempre. Gracias.    

—Soy una hipócrita —se lamentó ella, con voz ronca— Le dije a Tom que era un padre terrible ¿Y yo? ¿Qué clase de madre soy?    

—Una joven e inexperta que no debería haber tomado drogas, pero que quería a Maia me lo has dicho—Sin dejar de abrazarla, Santana se estremeció—Nada de lo que pueda decir te la devolverá pero creo sinceramente que tu hija está en el paraíso con los bienaventurados. Y con Grace—Britt le secó las lágrimas—Y estoy segura de que ambas querrían que encontraras el amor y el perdón creo que rezan por tu redención. Y que no creen que seas mala.    

— ¿Cómo puedes estar segura? —susurró Santana.  

—Lo aprendí de ti el canto treinta y dos de El Paraíso de Dante describe el lugar especial que Dios reserva a los niños. «De los que son como ellos es el reino de los cielos.» Y en el paraíso sólo hay amor y perdón. No hay odio ni maldad sólo paz.    

Santana la atrajo hacia sí y permanecieron así abrazadas largo rato Britt nunca se habría imaginado que ése fuera su secreto aunque le dolía verla tan triste y melancólica, su sufrimiento era real y no podían obviarlo Ella nunca había amado a un niño que hubiera muerto no podía hacerse una idea exacta de su dolor, pero igualmente se sentía llena de compasión hacia ella tenía una gran necesidad de ayudarla a reconocer su valía ayudarla a aceptar que era un ser digno de ser amada, a pesar de los pecados que hubiera cometido en el pasado sentada en su regazo, con la blusa aún húmeda por sus lágrimas, Santana López se le presentó con mucha más claridad en muchos aspectos, seguía siendo una niña pequeña, una niña que tenía miedo de que no le perdonaran sus errores. Y de que no la amaran por culpa de éstos pero ella la seguía amando—Santana, no puedes estar cómoda en esta silla—Ella le dio la razón, asintiendo contra su hombro—Ven—Levantándose, le dio la mano para que la siguiera la condujo hasta el sofá y la animó a sentarse, mientras ella encendía la chimenea a gas Santana se quitó los zapatos y Britt le dijo que se tumbara, apoyándole la cabeza en su regazo tras acariciarle las cejas con un dedo, le pasó los dedos por el pelo hasta que Santana cerró los ojos— ¿Dónde está Paulina ahora?    

—En Boston cuando cobré la herencia, abrí un fondo de inversión a su nombre y le compré un piso ha estado en un centro de rehabilitación un par de veces, pero básicamente está bien cuidada. Volvió a Harvard hace un par de años, aunque se lo está tomando con calma.    
— ¿Qué pasó la noche que llamó mientras cenábamos?    

Santana la miró confusa, hasta que recordó la noche en cuestión—Me había olvidado de que oíste esa conversación había bebido y tuvo un accidente de coche estaba histérica y pensé que iba a tener que coger un avión hasta allí. Sólo me llama cuando se mete en líos. O cuando quiere algo.    

— ¿Y qué pasó?    

—Hice la maleta, pero antes de salir hacia el aeropuerto, llamé a mi abogado en Boston fue a verla al hospital y me dijo que no estaba tan grave como me había hecho creer pero un par de días más tarde la acusaron de conducción temeraria y tuve que contratar a un abogado especialista para que la defendiera. Últimamente ha estado bastante tranquila, pero de vez en cuando tiene alguna crisis.    

Tal vez fue el brillo de las llamas, o la tensión de haberle revelado su secreto más oscuro, pero en ese momento Santana le pareció vieja y cansada para tener sólo treinta y pocos años— ¿La amas?    

Ella negó con la cabeza—Siento algo por ella, pero no lo definiría como amor por mucho que me avergüence admitirlo, su presencia y su contacto nunca me resultaron familiares pero no podía abandonarla. Y menos aun cuando su familia le dio la espalda. Yo fui la causante de sus problemas por mi culpa, tal vez no pueda volver a tener hijos.    

Santana se estremeció— ¿Por eso decidiste no tenerlos tú?    

—Ojo por ojo, ¿recuerdas? Cuando me lo confesó entre lágrimas, tomé la decisión me costó encontrar a un médico que accediera a hacer la operación todos me decían que era muy joven y que cambiaría de idea pero finalmente encontré a uno curiosamente, en aquel momento fue un consuelo—Levantando el brazo, Santana le acarició la mejilla—Le hablé a Paulina de ti siempre ha sido una mujer celosa, pero sabe que no puedo darle lo que quiere nuestra relación es... complicada siempre formará parte de mi vida, Susan quiero que te quede claro siempre y cuando sigamos...    

Ella la besó en los labios—Por supuesto que seguiremos juntas la ayudas cuando tiene problemas. Es lo correcto. Me parece muy noble por tu parte.  
 
—Créeme, Susan, yo no me definiría como una persona noble.  

— ¿Me... me puedes contar lo del tatuaje?    

Ella se sentó en el sofá y acabó de quitarse la camisa, que tiró sobre la alfombra persa quedando solo en sujetador volviendo a apoyar la cabeza en el regazo de Britt, la miró a los ojos, los suyos llenos de preocupación y resignados—Me lo hice en Boston, cuando salí de rehabilitación.    

Britt volvió a besar su corazón con delicadeza Santana inspiró hondo al notar el contacto de sus labios contra la piel desnuda Britt le acarició el pelo para que se relajara— ¿Qué representa la cruz?    

—Simboliza la unión entre el cielo el infierno  y la búsqueda del perdón me imagino que te parecerá horrible

—No, Santana, no me lo parece.  
 
—Paulina estaba embarazada de unos cinco meses cuando perdió el bebé. Estaba destrozada, igual que yo, y no celebramos ningún funeral. Hace un par de años, mandé erigir una lápida en Boston en memoria de la niña—Llevándose la mano de Britt a la boca, la besó—Pero no está enterrada allí —añadió, con voz torturada.    

—No lo estaría aunque las cosas hubieran sido distintas está con Grace, Santana.
 
Santana la miró con agradecimiento, mientras los ojos volvían a llenársele de lágrimas—Muchas gracias —susurró, besándole la mano una vez más—Mandé colocar un ángel de piedra a cada lado de la lápida. Quería que fuera bonita.    

—Estoy segura de que es preciosa.    

—Tú has recibido parte de su legado.    

Britt la miró sin comprender—La beca de estudios lleva su nombre: Maia Paulina López.    
Britt se secó una lágrima—Siento haber tratado de devolverla no lo sabía.    

Santana se incorporó y le besó la nariz—Lo sé, amor mío en aquel momento no me sentía preparada para explicarte su trascendencia sólo quería que la tuvieras no había encontrado a nadie que fuera digno de ella—añadió, con otro beso suave.  

—Le pregunté a Lucy por la beca ella no sabía nada.    

—Nadie sabe nada de Maia ni de Paulina, excepto Richard. Grace también lo sabía. Me sentía tan avergonzada... Pensamos que Lucy y Scott ya tenían bastante con estar enterados de lo de las drogas tampoco saben lo del tatuaje tú eres la única que me lo ha visto.    

Britt le hundió los dedos en el pelo—Oír a Puccini al entrar me ha asustado —susurró.    
—Me ha parecido una música adecuada.  

Ella negó con la cabeza—Por la manera en que traté a Paulina ella me amó durante años y yo no pude devolverle ese amor—Santana se encogió de hombros y la miró ardientemente— Nunca te trataría como a una mariposa, ni como a un juguete nunca te clavaría en un corcho ni te arrancaría las alas.
 
Ella la miró con tristeza—Santana, por favor confío en ti no eres Pinkerton, lo sé.  

Como si quisiera recalcar sus palabras, la besó Santana retuvo su boca hasta que ella tuvo que apartarse para respirar—No te merezco —susurró ella.    

—Tal vez tal vez no nos merezcamos la una a la otra pero puedo elegir a quien quiero amar y te he elegido a ti—Santana frunció el cejo, como si le costara creerlo—Por favor, deja que te amé—La voz de Britt se quebró al decir las últimas palabras.  

—Como si pudiera plantearme una vida sin ti.  

Santana la atrajo hacia ella, uniéndolas con la fuerza de la desesperación de su alma torturada Britt le devolvió su pasión con la misma intensidad, dando y recibiendo amor de la mujer que descansaba la cabeza en su regazo Santana le sujetó las muñecas y le besó las venas azuladas con la boca abierta, succionándolas con delicadeza—Perdóname Britt, pero te necesito mi dulce, dulce, Susan Te necesito tanto... —le suplicó con voz ronca y los ojos como hogueras cafés.  

Sin darse cuenta de lo que estaba pasando, Britt se encontró con que Santana se había sentado en el sofá y que ella estaba sentada encima de ella, a horcajadas tenían los torsos muy juntos y las manos de Santana la acariciaban, resiguiendo las curvas de su trasero por encima de los pantalones de lana de algún lugar de su mente le llegó el recuerdo de una de las fotografías en blanco y negro que decoraban la habitación de Santana en ese instante, reconoció la belleza de la pasión que retrataban, desde la óptica no del espectador, sino de los protagonistas lo que sentía era la fuerza del deseo, de la necesidad, de la desesperación y de un amor incondicional y muy profundo, que se había liberado al contarse sus secretos más ocultos y oscuros Santana sintió el amor de Julia en sus besos, en sus abrazos, en cómo le acariciaba la nuca, la superficie del tatuaje y le besaba el corazón con la boca abierta sabía que se lo daría todo haría cualquier cosa para librarla del dolor, incluso ofrecerle su cuerpo «El sacrificio de Isaac.»  Con dedos temblorosos, ella se desabrochó los botones de la blusa y la dejó caer por los brazos el grito ahogado de Santana fue un eco del sonido de la seda deslizándose hacia el suelo.
 
Brittany era su redención. 

Capítulo 32

Britt se despertó a la mañana siguiente desnuda O eso le pareció estaban en la cama de Santana, con las piernas entrelazadas tenía la cabeza apoyada en el hombro de Santana y uno de sus brazos alrededor de las caderas recorrió la espalda de ella con la mano hasta comprobar que no estaba desnuda al bajar la vista, vio que ella llevaba puesto el conjunto rosa de sujetador y braguitas en sus sueños, se habían metido en la cama desnudas y habían hecho el amor horas y horas Santana se había colocado encima de ella y la había capturado con la mirada, como si fuera un imán, mientras la penetraba con sus dedos lentamente hasta que se habían convertido en un solo ser en un círculo eterno sin principio ni fin la había adorado con su cuerpo y sus palabras había sido más bonito y emotivo que en sus sueños anteriores pero no había sido más que eso otro sueño suspiró y cerró los ojos, recordando los acontecimientos de la noche anterior el dolor y el alivio llenaron su corazón Dolor por la pérdida de Santana y por la desesperación que la torturaba y alivio porque ya no quedaban secretos que se interpusieran entre ellas Santana murmuró su nombre, mientras los ojos se le movían bajo los párpados muy de prisa estaba profundamente dormida la noche anterior había sido agotadora para ella se había desmoronado liberándose de su abrazo con mucho cuidado, se levantó para ir al baño al mirarse en el espejo, vio que tenía el pelo alborotado, el rímel corrido y los labios hinchados por los besos Santana le había dejado varias marcas en el cuello y el pecho, muy ligeras, que no le dolían en absoluto había sido una amante considerada pero entusiasta se lavó la cara y se cepilló el pelo, recogiéndoselo en una cola alta en vez del albornoz lila, se puso provocativamente una camisa de Santana Recogió el Globe and Mail del rellano y saludó con la mano al nervioso vecino, que la miró boquiabierto con sus gafas sin montura, antes de desaparecer en su casa como un ratón asustado no estaba acostumbrado a ver tanta belleza tan temprano.

Además, llevaba sólo unos pantalones de pijama con dibujos de Superman cuando Britt entró en la cocina, se la encontró hecha un desastre, ya que la noche anterior habían estado demasiado distraídas como para ocuparse de temas tan prosaicos tras darse el lujo de disfrutar de un trozo de tarta de manzana con queso cheddar de Vermont, se dedicó a devolver al apartamento de Santana su esplendor inicial le llevó más rato del que había previsto cuando la cocina estuvo inmaculada y, en vista de que ella seguía durmiendo, se sirvió una gran taza de café y se sentó a leer el periódico en la butaca frente al fuego la imagen de su blusa tirada en el suelo junto a la camisa Oxford de Santana la hizo ruborizarse y sonreír al mismo tiempo «Por desgracia, eso es más de lo que podemos hacer tú o yo», pensó, recordando el poema sobre la pulga Santana se había detenido ella se habría entregado gustosa a ella porque la amaba para Britt, no se trataba de saber si se entregaría a ella, sino sólo de cuándo pero Santana había murmurado algo ininteligible contra su pecho desnudo y se había detenido tenía tanto miedo de que ella la abandonara cuando descubriera su relación con Paulina y la trágica pérdida de su hija pero su confesión, lejos de apartarlas, las había unido aún más al menos, Britt había logrado convencerla de eso «Y tal vez, dentro de tres días, estaremos tan unidas como puede estarlo una pareja.» Faltaban dos días para que salieran de viaje hacia Italia y ella la acompañaría a la conferencia como su novia. Y cuando su estancia en Florencia llegara a su fin, tal vez pudiesen visitar Venecia o la región de Umbría como amantes a pesar de las revelaciones de la noche anterior, se sentía muy cómoda y a gusto en la butaca de Santana y con su camisa estaba segura de que se pertenecían la una a la otra mientras los hados no conspiraran en su contra, serían felices juntas. O eso esperaba. Aunque saber que Paulina tenía la capacidad de poner la vida de Santana patas arriba con una simple llamada telefónica no era muy tranquilizador una hora más tarde, Santana apareció en el salón, rascándose la cabeza y bostezando el pelo le había quedado disparado en todas direcciones, excepto un rizo perfecto que se había enamorado de su frente llevaba unos vaqueros gastados y las gafas, y un sujetador negro y nada más ni siquiera calcetines (Incluso los pies de Santana eran atractivos.) —Buenos días, amor mío. —Inclinándose hacia ella, le acarició la mejilla y la besó con firmeza—Me gusta tu ropa —comentó, con la mirada fija en la cantidad generosa de carne que asomaba bajo los faldones de la camisa.

—Y a mí la tuya estás tremendamente informal esta mañana, profesora.

Ella le dirigió una mirada ardiente—Señorita Pierce, tiene suerte de que haya decidido ponerme algo encima.

Al ver cómo se ruborizaba, se echó a reír y desapareció en la cocina «Oh, dioses de las vírgenes que planean acostarse con sus novias que son unas auténticas diosas del sexo —sin intención de blasfemar—, por favor, no permitáis que muera por combustión espontánea cuando por fin me lleve a la cama. Necesito que me dé antes un orgasmo. Al menos uno Por favor. Por favor.» Poco después, Santana volvió y se sentó en el sofá con una taza de café, la miró con el cejo fruncido—Estás muy lejos —le dijo, dándose unas palmaditas en la rodilla—Britt sonrió y se acercó a ella, dejando que la guiara, hasta quedar cómodamente sentada en su regazo Santana le rodeó las caderas con un brazo, levantándole la camisa para poder apoyar la mano directamente en sus braguitas— ¿Y cómo se encuentra la señorita Pierce esta mañana?

—Cansada —respondió ella con un suspiro—, pero feliz—La miró alarmada—Si no te parece una falta de respeto.

—No me lo parece yo también estoy feliz. Y muy aliviada—Cerrando los ojos, echó la cabeza hacia atrás y suspiró—Estaba segura de que iba a perderte.

— ¿Por qué?

—Britt, si alguien hiciera un análisis de costes y beneficios de mí, llegaría a la conclusión de que soy una inversión de alto riesgo, alto coste y escasos beneficios.

—Tonterías, yo no te veo así.

Santana sonrió débilmente—Sólo porque eres la compasión personificada. Debo admitir que todavía no conoces mis principales talentos. —Con la voz ronca y los ojos brillantes, añadió—: Aunque ardo en deseos de ponerlos a tu disposición una y otra vez. Y otra, y otra, ad infinítum, hasta que estés cansada de las dos. Y totalmente, felizmente saciada—Britt tragó saliva. No fue fácil Santana la besó en la frente y dejó el café en la mesa auxiliar para poder abrazarla—Gracias por quedarte.

—Te quiero, Santana vas a tener que aceptar que no voy a irme a ninguna parte—Como respuesta, ella la abrazó, pero guardó silencio—Y no tienes que conquistarme con tus proezas sexuales ya me has conquistado —susurró Britt—Tu mejor cualidad está en tu corazón, no en otras partes de tu cuerpo. Tu corazón fue el culpable de que me enamorara de ti.

Guardó silencio durante tanto rato, que ella pensó que se había disgustado. O sentido insultada. «Supongo que no es muy prudente poner en duda las proezas sexuales de una futura amante antes de haber tenido la oportunidad de probarlas.» Abrió la boca para disculparse, pero ella la interrumpió levantando la mano la besó con decisión, con la boca cerrada, antes de empezar a tirar de su labio inferior, a juguetear con su lengua y a acariciarla con la suya cuando dejó de besarla, la abrazó y le susurró al oído: —Me desarmas no puedo ocultarte nada eres la única persona que me sigue queriendo a pesar de todos mis defectos. Sólo tú, mi amor.

Britt se había dado cuenta de que Santana usaba la sexualidad como un escudo para protegerse del amor y de la auténtica intimidad. Su confesión no hizo más que confirmar lo solo que debía de haberse sentido los últimos años. Solo como cuando su madre la había ignorado o durante la difícil adaptación a ser una niña adoptada si a toda esa soledad le añadía el dolor por la muerte de Maia, el resultado era tan desgarrador que, aunque trató de no llorar, no lo logró—Chist, no llores —susurró Santana, secándole las lágrimas y besándola en la frente—Te quiero no llores por mí.

Ella se acurrucó en sus brazos y trató de reprimir las lágrimas Santana le acarició la espalda suavemente cuando se hubo calmado, Britt dijo: —Te amo, Santana. Y creo firmemente que Grace estaría muy orgullosa de ti.

Ella frunció el cejo—Yo no estoy tan segura de eso. Aunque sin duda estaría muy orgullosa de ti y de todos tus logros.

Ella sonrió—Grace tenía el don de la misericordia.

—Es cierto. Y, curiosamente, uno de sus libros favoritos, A Severe Mercy, trataba de ese tema. Pasó años insistiéndome para que lo leyera. Tengo un ejemplar en el estudio. Tal vez debería leerlo.

— ¿De qué va?

—De una pareja joven El hombre acaba estudiando en Oxford y se convierte en el protegido de C. S. Lewis. Es una historia real.

—Me encantaría ir a Oxford a visitar los lugares donde los Inklings bebían cerveza y escribían sus historias. Katherine Picton habla mucho de Oxford.

Santana volvió a besarla en la frente—Me encantaría llevarte te enseñaré las estatuas del Magdalen College que inspiraron a Lewis para escribir El león, la bruja y el armario podemos ir en junio, si quieres.

Britt sonrió y le devolvió el beso—Si me prestas el libro de Grace, me lo llevaré a Italia. Será agradable tener lectura durante el viaje.

Con una sonrisa sugerente, Santana le dio un golpecito con el dedo en la punta de la nariz— ¿Qué te hace pensar que tendrás tiempo para leer? —Ruborizándose, Britt murmuró una vaga respuesta, pero Santana siguió hablando, esta vez mucho más seria—Siento haberme detenido tan bruscamente anoche sé que no es justo provocarte de esa manera y luego... —Se calló, esperando su reacción.

Ella la rodeó con los brazos y apretó con fuerza—Fue una noche llena de emociones. Me gustó poder estar a tu lado y dormirme entre tus brazos. Sólo quería consolarte. La manera me daba igual. No tienes que disculparte.

Ella le sujetó la cara entre las manos—Britt, tu mera presencia me consuela, pero estaba agotada y había bebido demasiado. La receta perfecta para el desastre—Negó con la cabeza, avergonzada—. No quería que nuestra primera vez estuviera lastrada con los fantasmas de mi pasado quiero que vayamos a un lugar donde estemos solas, para que podamos construir nuevos recuerdos recuerdos felices.

—Por supuesto aunque debo decir que me sentía bastante feliz ayer por la noche, mientras me besabas —bromeó ella, dándole un beso suave, que Santana le devolvió con entusiasmo.

— ¿No estás enfadada?

—Santana, eres una dama y merece la pena esperar por ti ¿Qué clase de mujer sería si te montara una escena porque decidiste parar? Si la situación hubiera sido al revés, habría confiado en que lo aceptaras sin enfadarte.

Ella frunció el cejo—Por supuesto. Siempre puedes decirme que pare y no me enfadaré.
—Bueno, pues lo que vale para las gansas.

—Ah, así que ahora soy una gansa.

—Mejor una gansa que una vieja verde.

—Ah, no, por favor —le suplicó ella—. Bromas con la edad, no. Ya me cuesta bastante acostumbrarme a nuestra diferencia.

Ella se echó la coleta hacia atrás—Nuestras almas deben de tener la misma edad y, en cualquier caso, ¿quién lleva la cuenta?

Santana le dio un tironcito de pelo—Eres increíble. Eres inteligente, divertida y, qué demonios, preciosa. Anoche, mientras te besaba los pechos... —Le colocó una mano reverentemente sobre el corazón—Rivalizas en belleza con la musa de Botticelli.

— ¿De Botticelli?

— ¿No te has dado cuenta de que en muchas de sus obras aparece la misma mujer? La he elegido como tema para la conferencia en los Uffizi.

Britt le sonrió con dulzura. Imitando su gesto, le colocó la mano sobre el corazón—Me muero de ganas.

—Yo también —replicó Santana, con voz ronca.

Después de una ducha solitaria, a Britt le costó bastante convencer a Santana para que la dejara ir de compras sola finalmente, tuvo que decirle que quería comprar lencería para que se rindiera—Prométeme que te quedarás conmigo hasta que salgamos de viaje.

—Tengo que hacer las maletas lo tengo todo en mi apartamento.

—Cuando acabes de comprar, dile al taxista que te lleve a casa, haz las maletas y vuelve aquí tengo que hacer unos recados, pero ya tienes llave, así que no hay problema.

— ¿Y qué recados tiene que hacer hoy la profesora López?

Ella esbozó una sonrisa seductora y Britt sintió que tenía las braguitas a punto de deslizársele por las caderas y caer al suelo como si tuvieran vida propia—Tal vez yo también tengo que ir a hacer unas compras... personales. —Inclinándose hacia ella, le susurró al oído—: Te dije que era una buena amante, Britt Confía en mí. Me encargaré de todos los detalles.

Ella se estremeció al sentir su aliento en el cuello, que se le coló bajo el pañuelo que aún llevaba para ocultar el mordisco no sabía a qué se refería, pero se sintió seducida y hechizada por sus palabras la poseía, en cuerpo y alma.

Mientras Britt elegía conjuntos de lencería, le sonó el iPhone al mirar la pantalla, vio un mensaje de texto de Santana: ¿Qué estás mirando? S.

Ella se echó a reír y tecleó una respuesta: Cosas diminutas Britt

Santana respondió inmediatamente: ¿Cómo de diminutas? S. P. D.: Envía fotos.

Britt puso los ojos en blanco Demasiado diminutas nada de fotos estropearían la sorpresa Te quiero, Britt

El siguiente mensaje de Santana tardó un poco más en llegar Cariño, ninguna foto podría estropear la experiencia de verte en toda tu gloria por primera vez eres preciosa Todo mi amor, S.

Britt tecleó rápidamente: Gracias, Santana Te quiero mucho.

El mensaje de despedida de Santana le llegó mientras entraba en el probador: Yo también te quiero mucho, cariño. Diviértete... y vuelve a casa pronto. S.

Los siguientes dos días fueron un torbellino de actividad Santana entregó las notas y completó sus tareas administrativas en la facultad el semestre llegaba a su fin Britt concertó cita en un centro de belleza, aunque, a causa de su bajo umbral de tolerancia al dolor y de su amor por todo lo italiano, declinó educadamente la proposición de la esteticista de que probara una depilación brasileña Santana había mantenido casi todos los preparativos en secreto para darle una sorpresa, así que una asombrada Britt entró del brazo de ella en el Gallery Hotel Art un día de diciembre más cálido de lo normal el hotel era lujoso, moderno y se encontraba muy cerca del Ponte Vecchio, el puente favorito de ella, a escasos minutos del Ponte Santa Trinitá, que aparecía en el cuadro de Holiday de Dante y Beatriz el conserje, Paolo, los saludó inmediatamente aunque Santana no se había hospedado antes en ese hotel, el dottore Massimo Vitali, director ejecutivo de la Galería de los Uffizi, le había dado instrucciones al hombre para que tratara con la máxima amabilidad a la profesora López y a su fidanzata de hecho, Paolo las acompañó personalmente a la suite del séptimo piso, junto con el botones su suite se llamaba Palazzo Vecchio Penthouse.

Cuando las tres personas se separaron como las aguas del mar Rojo para que Britt entrara en la habitación, ella ahogó una exclamación era la habitación más bonita que había visto nunca el suelo, de madera oscura, contrastaba con las paredes claras el salón estaba decorado con muebles modernos y elegantes al mismo tiempo una puerta corredera de cristal lo separaba del dormitorio este era espacioso el sitio de honor lo ocupaba una gran cama ricamente cubierta con sábanas y colcha, todo inmaculadamente blanco a pocos pasos, otra puerta de cristal daba a la terraza, lo que permitía que la luz del sol se reflejara en la cama en uno de los cuartos de baños había una bañera parecida a la del hotel de Filadelfia, mientras que en el otro había una ducha y dos lavabos tras una ojeada a la bañera, Santana decidió que la estrenaría con Britt esa misma noche.

Pero lo mejor de la suite era la terraza, que ofrecía impresionantes vistas del Duomo, el Palazzo y las colinas cercanas Britt se imaginó acurrucándose junto a Santana en el cómodo futón que había fuera, mirando las estrellas con una copa de chianti en la mano. O tal vez, pensó ruborizándose, haciendo el amor a la luz de las velas bajo aquellas mismas estrellas «Orgasmos con Santana a la luz de la luna...» Cuando se quedaron solas, la abrazó con fuerza y le dio las gracias una y otra vez por haber elegido una habitación tan bonita—Todo es poco para ti, mi amor—Santana la besó dulcemente—. Todo es poco.

Nada le habría gustado más que tumbar a Britt sobre la cama y hacerle el amor inmediatamente, pero sabía que casi no había dormido en el avión y que estaba cansada mientras trataba de besarla, a ella se le escapó un bostezo y ella se echó a reír—Tendría que pasarme por los Uffizi. ¿Te importa si te dejo aquí sola? Puedes dormir la siesta o, si lo prefieres, puedo llamar a recepción para que te den un masaje.

Los ojos de Britt se iluminaron al oír la palabra «masaje», pero sabía que tenía demasiado sueño para disfrutarlo—Lo de la siesta suena muy bien sé que no es la mejor manera de superar el jet lag, pero seré una compañía mucho más agradable durante la cena y... bueno, luego, si puedo dormir un poco...

Se ruborizó Santana le acarició la mandíbula con un dedo—Sólo te lo diré una vez, Britt: no hay prisa podemos dedicar la noche a descansar aunque me gustaría que probáramos la bañera. Juntas —añadió, con una media sonrisa seductora.

—Me encantaría.

Ella le besó la punta de la nariz—He encargado algunos productos de la Farmacia di Santa Maria Novella. Mira a ver si alguno te gusta y lo usaremos. Mientras tanto, reservaré mesa para cenar a las nueve o nueve y media.

—Perfecto. ¿Adónde iremos?

Santana le dedicó una sonrisa radiante—Al Palazzo dell’Arte dei Giudici. ¿Lo conoces?

—He pasado por delante, pero no he entrado nunca no sabía que hubiera un restaurante dentro.

—Tengo muchas ganas de enseñártelo—Llevándose la mano de Britt a los labios, la besó—He encargado una cesta de fruta y unas cuantas botellas de agua mineral. Pide lo que quieras. —Riéndose, añadió—: Pero el champán guárdalo para cuando vuelva. Nos lo tomaremos en la bañera.

Ella bajó la vista—Me estás malcriando.

Santana le levantó la barbilla con un dedo—No, cariño, no te malcrío; sólo te trato como te mereces. Llevas toda la vida rodeada de idiotas. Yo, la peor de todas.

—Santana, eres muchas cosas, pero no eres idiota.

Poniéndose de puntillas, le dio un suave beso en los labios antes de desaparecer en el cuarto de baño para darse una ducha varias horas más tarde, Santana regresó de una cordial reunión con su amigo Massimo Vitali mientras tomaban café expreso, hablaron de la conferencia del día siguiente y de los planes para el banquete que se serviría en su honor al terminar, en la misma Santana de los Uffizi Santana se sentía muy agradecida, más por Britt que por ella se imaginaba que le encantaría participar en un acto tan festivo en su museo de arte favorito al regresar a la suite, Santana la encontró dormida en el centro mismo de la cama, con un pijama de raso color champán tenía el pelo suelto alrededor de la cabeza, como un halo color caoba parecía una bella durmiente tras observarla dormir unos segundos, la besó en la mejilla al ver que no se movía, se sirvió una copa y se sentó en la terraza era agradable tener un momento para ella, para planificar y soñar con los días que tenían por delante. Tenía la sensación de que alguien la había liberado de la pesada carga que había llevado sobre los hombros Britt conocía la verdad sobre Paulina y Maia y la seguía amando se habían librado del comité de la universidad tras sobrevivir a un semestre académico juntas tenía muchas cosas por las que dar gracias. Sobre todo, por tener a su Britt para ella solo durante dos semanas «Britt no es de esas chicas a las que uno deja tiradas después de follársela es de las chicas con las que uno se casa.» Las palabras de Scott le vinieron a la mente Scott tenía razón Britt era especial era una mujer hermosa, inteligente y compasiva, que amaba y se entregaba apasionadamente se merecía mucho más que una simple aventura, aunque Santana se negaba a calificar su relación de aventura y no le importaba lo que pensaran los demás.

Comprobó que la cajita de terciopelo que había escondido en el bolsillo de la americana seguía allí la idea de tener una relación duradera con alguien siempre le había parecido muy remota, pero ella había cambiado su manera de pensar esa noche le demostraría lo mucho que la amaba quería adorarla empezaría relajándola con un baño de espuma y un masaje, para que no se sintiera incómoda con su desnudez Britt era tímida, pero quería que esa noche se sintiera sexy y deseable Kitty había dejado graves grietas en su confianza había llegado a creer incluso que era frígida pensaba que era torpe en temas de sexo y tenía miedo de defraudarla Santana sabía que convencerla de que nada de eso era cierto llevaría su tiempo, un tiempo que también necesitaría para curarse las heridas pero estaba decidida a devolverle la confianza y a conseguir que se viera como la veía ella: sexy, atractiva y apasionada.

Sólo lo lograría con paciencia y decisión tenía muchas ganas de demostrarle su amor y de poner sus técnicas amatorias a su servicio sabía que ella nunca le exigiría nada, lo que hacía que la idea de dárselo todo fuera mucho más satisfactoria si Britt no fuera tan tímida, le propondría hacer el amor en la terraza pensar en su suave y pálida piel brillando a la luz de las estrellas hacía que el corazón se le acelerara y las bragas se le mojaran pero no creía que fuera buena idea hacer el amor por primera vez al aire libre lo último que quería era que se sintiera incómoda «Tendremos que volver en otra ocasión», pensó.


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Hola Hola!

Aqui traigo 2 capitulos el primero muy duro pero importante para que el amor entre Britt y San sea mayor en todos los aspectos! y Bueno ya saben quien era la Hermosa MAIA <3 y el segundo solo dire FLORENCIA BITCHES <3 jajajajaja
Subo dos capitulos por recompensar que ayer no subi ;)
Espero que les guste y que dejen sus comentarios ;)

Saludos Y besos   

Por Dios un capitulo lleno de confesiones muy intensas, pero necesarias, ahora si podran llevar una relacion sincera, hasta pronto!

holap demonio,...

este es el peor capitulo para mi,.. siempre cuando leo el capitulo termino lloriqueando!!
san no tiene la culpa de que Maia aya muerto,... por ahora paulina es un ente,.. (por cuanto tiempo)
la mayor cruz del demonio salio a la luz,.. me gusta que su ángel la cuide pasa e que pase y diga lo que diga!!!!
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII EL VIAJE A FLORENCIAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
LO ÚNICO QUE DIRÉ,.. LA CAJITA DE TERCIOPELO!!!!!!!!!!!!!
ahora empiezan a curarse una a otra,...!!!!!!!!!!!!


nos vemos!!!!

Ahora si se aclara el panorama!!
Hermosos capítulos,la primera ves se esta haciendo esperar mucho, jajajja!!!!
Saludos

Dos capítulos *3* genial! Gracias!
El primer capítulo me gustó, Santana(<3) se mostró tan sincera :')
Ah! pero el segundo capítulo creo que fue el mejor *u*
Hasta pronto, besos ;)