|
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
"Opening Night" en:
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Publicidad
FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
+30
annienaya
ant0ne
VaityCZ
perez102
lauravm98
IloveyouNaya
pollo_03
minerva ortiz
atercio
akarencilla
micky morales
itzel7
bslyforever27
imperio0720
monica.santander
marthagr81@yahoo.es
marcoheath
Anddy Rivera Morris
3:)
VictoriaRivera
Elita
Dani(:
Dolomiti
dani_lcastrejon
:)
Tat-Tat
laura.owens
kamilittaz
Patri_glee
marcy3395
34 participantes
Página 22 de 33.
Página 22 de 33. • 1 ... 12 ... 21, 22, 23 ... 27 ... 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Aaawww mi SAN que linda.
Weeee al fin el primer capitulo, Excelente capitulo, me encanta este fic.
ACTUALIZA PRONTO PORFAVOR
Saludos.
^_^
Weeee al fin el primer capitulo, Excelente capitulo, me encanta este fic.
ACTUALIZA PRONTO PORFAVOR
Saludos.
^_^
VaityCZ* - Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 21/04/2014
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
micky morales escribió:excelente, gracias por la adaptacion. Hasta pronto.
Hola Hola!
C: me alegro que te guste <3
Saludos
lauravm98 escribió:Awwww cada vez son mas tiernas y Wanky San quiere niños y yo tambien xD no tardes
I missed you!
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJ tu comentario me dio mucha risa jajajajajjajaja y aqui vengo :)
Saludos
dani_lcastrejon escribió:7u7
Santana(<3)
Me encantó el capítulo *3* porfa porfa no tardes en actualizar, me gusta muuucho ésta historia.
Hola Hola!
:) me alegro que te gustara mucho y eso trato :)
Saludos
3:) escribió:hoap demonio,.....
me gusto el nuevo libro!!!!
me gusto el regalo de san,.. me encanta que hagan planes a futuro como el bebe!!!!
a ver como va el matrimonio,...
nos vemos!!!
Hola Hola Demonio :)
C: todo es hermoso no ? jajajaja
PD: VISTE LA FOTO QUE SUBIO NAYA MIS BRITTANA FELLINGS <3
Saludos
IloveyouNaya escribió:Hola genia , ya el tercer libro que bonito capitulo San es tan linda aww mori de amoor ojala actualices pronto beso genia
Hola Hola :*
C: me alegro que te gustara :D y aqui vengo :P
Saludos
Anddy Rivera Morris escribió:
Hola Hola!
;) jajaja me alegro que te gustara :)
Saludos
VaityCZ escribió:Aaawww mi SAN que linda.
Weeee al fin el primer capitulo, Excelente capitulo, me encanta este fic.
ACTUALIZA PRONTO PORFAVOR
Saludos.
^_^
Hola Hola!
San es askjdhfkjsdhksjd <3 y C: me alegro que te guste y mas que comentes y aqui vengo !
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 2
A la mañana siguiente, Britt se despertó sobresaltada, todavía inmersa en la pesadilla que le robaba el aire no había amanecido y el dormitorio estaba a oscuras sólo la rítmica respiración de Santana rompía el silencio.
Cubriéndose el pecho con la sábana, cerró los ojos y trató de relajarse, pero lo único que consiguió fue que las escenas del sueño volvieran con más fuerza.
Estaba en Harvard, corriendo por el campus porque no encontraba el lugar donde tenía que hacer la prueba final de doctorado pedía ayuda a todas las personas con las que se encontraba, pero nadie sabía dónde era el examen.
Bajó la cabeza al oír un llanto y descubrió sorprendida que tenía un bebé en brazos Éste tenía hambre, pero ella no podía alimentarlo porque no tenía biberón lo abrazó contra su pecho tratando de calmarlo, pero no sirvió de nada.
De repente, se encontró ante el profesor Matthews, el catedrático de su departamento.
Un gran cartel a su izquierda indicaba que el examen tendría lugar en el aula ante la cual se encontraba.
Bloqueándole la entrada, le dijo que no le dejarían hacerlo señalando al bebé, le explicó que los niños no podían entrar. Y dicho eso, se volvió y se alejó pasillo abajo.
Britt salió corriendo tras él le prometió que el bebé no lloraría le rogó que le diera una oportunidad todas sus esperanzas y sueños de acabar el doctorado y convertirse en una especialista en Dante dependían de ese examen si no podía hacerlo, la expulsarían del programa.
En ese momento, el niño empezó a llorar frunciendo el cejo, el profesor Matthews le señaló la escalera y le ordenó que se marchara.
Un brazo le rodeó el torso y la abrazó Britt se despertó y vio que Santana la había abrazado sin despertarse aún en la inconsciencia del sueño, algo la había impulsado a consolarla la miró con una mezcla de amor y ansiedad, temblando aún por la pesadilla.
Sin saber cómo, logró llegar al cuarto de baño y abrió el grifo de la ducha el agua caliente la calmaría de momento, las luces encendidas desvanecieron las sombras.
Mientras permanecía bajo el chorro de agua, trató de olvidar la pesadilla y las preocupaciones que luchaban por abrirse camino desde su subconsciente: la conferencia, la próxima visita de la familia, las súbitas ganas de Santana de tener un bebé...
Al acordarse del colgante que llevaba al cuello, acarició los tres amuletos. Sabía que Santana quería tener hijos con ella lo habían hablado antes de casarse, el año anterior. Pero habían acordado que esperarían a que ella obtuviera el doctorado antes de ampliar la familia. Y para eso tendrían que pasar cinco o seis años.
« ¿Por qué vuelve a sacar el tema de los niños ahora?»
Bastantes preocupaciones tenía ya con sus estudios en septiembre tendría que haber acabado el trabajo de curso para poder examinarse al año siguiente era un examen difícil, necesitaría meses para prepararlo.
Más urgente era la conferencia que daría en Oxford al cabo de unas semanas Britt había hecho un trabajo sobre Guido da Montefeltro para la asignatura de la profesora Marinelli. A ésta le había gustado tanto que se lo había comentado a la profesora Picton, quien a su vez había animado a Britt a enviar un resumen de la ponencia al organizador del evento.
Se sintió muy feliz cuando le llegó la notificación de que habían aceptado su propuesta, pero la idea de dar una conferencia sobre Dante delante de especialistas con mucha más experiencia que ella le resultaba cada vez más aterradora.
Y ahora a Santana le había dado por sacar el tema de querer saber si sus óvulos funcionaban bien para una inseminación en cuanto volvieran de Europa en agosto.
« ¿Y si sirven?»
Se sintió culpable en cuanto la frase se formó en su cabeza por supuesto que quería tener un hijo de ella Y era consciente de que hacerse un tratamiento con los óvulos de ella era mucho más que un simple acto físico. Era también un gesto simbólico, la señal de que por fin se había perdonado por lo que había pasado con Paulina y Maia que finalmente empezaba a creer que era digna de engendrar y de criar hijos.
Habían rezado para poder tenerlos Tras su boda, se habían acercado a la tumba de San Francisco y habían elevado oraciones espontáneas y privadas, pidiéndole a Dios que bendijera su matrimonio con el don de los hijos.
«Si Dios quiere responder a nuestras plegarias, ¿quién soy yo para decirle que espere?»
¿Estaría siendo demasiado egoísta? Tal vez debería anteponer la maternidad a sus estudios y aspiraciones. Harvard no se movería de sitio. Y mucha gente volvía a la universidad después de haber fundado una familia.
« ¿Y si Santana no quiere esperar?»
No le faltaba razón cuando decía que la vida era corta. La muerte de Grace era prueba de ello. En cuanto Santana estuviera segura de que podían tener un hijo de ella, querría ponerse a ello inmediatamente.
¿Cómo iba a negárselo?
Santana era como un fuego que lo devoraba todo a su paso su pasión y sus deseos parecían sobrepasar a los de la gente que la rodeaba una vez le había confesado que ella había sido la única mujer que le había dicho que no. Y probablemente era verdad.
Le preocupaba ser incapaz de decirle que no en algo tan importante la maternidad era el deseo más profundo de Santana Sin duda, las ganas de hacerla feliz serían demasiado fuertes para resistirse, pero al rendirse a ella estaría renunciando a su propia felicidad.
Britt no había tenido muchas cosas durante su infancia de hecho, cuando vivía con Sharon en San Luis eran pobres pero en el colegio había trabajado duro y había destacado. Su inteligencia y disciplina habían hecho que superara con éxito los exámenes en Saint Joseph y en la Universidad de Toronto.
Después de tantos esfuerzos, no le parecía un buen momento para dejar de lado su formación No, no era un buen momento para tener un hijo.
Cubriéndose la cara con las manos, rezó pidiendo fuerzas.
Unas horas más tarde, Santana entró en la cocina con las zapatillas de deporte y los calcetines en la mano llevaba un top de Harvard y unos pantalones cortos, y estaba a punto de coger una botella de agua de la nevera cuando vio a Britt sentada en la isla del centro de la cocina, con la cabeza entre las manos.
—Ah, aquí estás—Soltando las zapatillas y los calcetines, la saludó con un beso apasionado—Me preguntaba adónde habrías ido.
En ese preciso instante, se dio cuenta de que tenía los ojos rojos y pronunciadas ojeras. Parecía preocupada.
— ¿Qué pasa?
—Nada acabo de limpiar la cocina y la nevera y estaba haciendo una lista de cosas que necesitamos —respondió, señalando una hoja de papel cubierta con su elegante caligrafía.
Estaba al lado de una taza de café, ya frío, a medio beber y de otra lista igual de larga de cosas pendientes.
Santana miró a su alrededor la cocina estaba limpia y reluciente incluso el suelo estaba inmaculado.
—Son las siete de la mañana ¿No es un poco temprano para limpiar la casa?
—Tengo muchas cosas que hacer —replicó ella sin entusiasmo.
Santana le tomó la mano y le acarició la palma con el pulgar.
—Pareces cansada ¿No has dormido bien?
—Me he despertado temprano y ya no he podido volver a dormirme. Tengo que preparar las habitaciones y limpiar los baños luego tengo que ir a comprar y planificar qué comeremos. Y... —Se interrumpió con un suspiro entrecortado sabía que había algo más, pero en ese momento no podía recordarlo.
— ¿Y...? —la animó Santana, bajando la cabeza para mirarla a los ojos, pero ella los apartó para leer la lista de cosas que tenía que hacer.
—Tengo que seguir Ni siquiera estoy vestida—Cerrándose más la bata de seda de color azul pálido empezó a levantarse.
Santana se lo impidió.
—No tienes que hacer nada. Te dije que buscaría a alguien que se ocupara de la limpieza, y pienso hacerlo. —Señalando la lista de la compra, añadió—: Iré a comprar cuando vuelva de correr.
Luego, apoyándole una mano en la mejilla, añadió:
—Vuelve a la cama estás exhausta.
—Tengo que hacer muchas cosas —susurró ella.
—Yo me ocuparé de todo, cariño pensaba que ibas a dedicarte a preparar la conferencia, y me parece bien, pero antes duerme un poco —le aconsejó— Una mente cansada no funciona bien.
Volvió a besarla y la acompañó al piso de arriba cuando Britt se hubo tumbado, la tapó cariñosamente.
—Sé que es la primera vez que tienes invitados desde que estamos casadas, pero nadie espera que te conviertas en la criada. Y no pienso permitir que las visitas impidan que acabes tu trabajo a tiempo.
»Cuando te levantes, puedes encerrarte en el despacho y pasar todo el día allí si quieres.
Olvídate del resto—Con un beso de despedida en la frente, apagó la luz y la dejó dormir.
Santana solía escuchar música mientras corría, pero esa mañana ya estaba bastante distraída era obvio que Brittany estaba agobiada no acostumbraba a levantarse tan temprano y, por su aspecto, al parecer llevaba horas levantada.
Probablemente no deberían haber invitado a la familia, pero ya que iban a pasar buena parte del verano en Italia, no volverían a tener la oportunidad de reunirse en unos meses.
Santana ya no se acordaba del esfuerzo que suponía tener visitas. Hasta ese momento, sólo había tenido en casa a uno o dos invitados como mucho. Y, por supuesto, siempre contando con la ayuda de personal de servicio y de una cuenta corriente desahogada que le permitía llevar a sus huéspedes a comer fuera.
Pobre Brittany, Santana recordó sus años en Harvard las vacaciones nunca eran auténticas vacaciones, ya que siempre había trabajo por hacer: idiomas que perfeccionar, artículos que leer y exámenes que preparar.
Era un alivio haber conseguido una plaza fija en la Universidad de Boston no le cambiaría el sitio a Britt por nada del mundo sobre todo, teniendo en cuenta que ella había logrado sobrellevar las presiones de la vida de estudiante gracias a la bebida, a la cocaína y a Paulina...
Tropezó con el bordillo de la acera y se precipitó hacia adelante, pero no llegó a caerse.
Tras recobrar el equilibrio, se dijo que debía fijarse por dónde iba.
No le gustaba recordar sus años en Harvard había permitido que Paulina le facilitara las cosas, incluso sus adicciones desde su regreso a Cambridge, los recuerdos habían aumentado de intensidad.
Algunos flashbacks eran tan reales que casi notaba cómo la cocaína le entraba por la nariz.
En cualquier momento, conduciendo por una calle o entrando en un edificio del campus, sentía unas ansias de consumir tan intensas que llegaban a ser dolorosas.
Hasta entonces, gracias a Dios, había podido resistirse las reuniones semanales de Narcóticos Anónimos la habían ayudado, igual que las visitas mensuales con el terapeuta.
Y luego, por supuesto, Brittany.
Santana había entrado en contacto con el poder superior en Asís, el año anterior, pero su auténtico ángel guardián era Britt Ella la amaba, la inspiraba, convertía su casa en un hogar pero no lograba quitarse de encima el miedo a que el cielo le hubiera sonreído sólo temporalmente y se la arrebatara en cualquier momento.
Santana había cambiado en mil aspectos desde que Brittany se apuntó a su seminario en Toronto.
Pero si algo no había cambiado era su creencia de que no era merecedora de una felicidad duradera. Tal como su terapeuta la había advertido, su comportamiento tenía una preocupante tendencia al auto sabotaje.
Su madre adoptiva, Grace, había fallecido de cáncer hacía casi dos años. Su inesperada muerte se había convertido en un símbolo de la brevedad y la incertidumbre de la vida. Si perdiera a Brittany...
«Si tuvieras un hijo con ella, nunca la perderías del todo», le decía una leve pero insidiosa voz al oído.
Santana aceleró el ritmo la voz tenía razón, pero ésa no era la principal razón por la que quería tener un hijo con Brittany Quería formar una familia con ella. Una familia completa, con hijos.
Quería una vida llena de risas y saber que podría corregir los errores cometidos por sus padres.
No le había dicho nada de esto a su esposa. Ya bastante tenía ella con sus propias preocupaciones como para cargarla con sus adicciones y sus miedos Britt ya había tenido que soportar demasiada angustia en su vida por su culpa.
Mientras Santana recorría el circuito de jogging por el que solía correr de soltera, se preguntó por qué estaría tan desanimada esa mañana habían pasado una increíble noche juntas, celebrando su amor en el huerto de manzanos y más tarde en la cama se devanó los sesos, tratando de encontrar alguna cosa que pudiera haberla molestado pero su noche de amor había sido, como de costumbre, tan apasionada como tierna.
Existía al menos otra posibilidad y Santana se maldijo por no haber pensado antes en ella.
Brittany siempre se alteraba cuando regresaba a Selinsgrove.
Un año y medio atrás su ex novia, Kitty, la había asaltado allí en la casa de su padre. Y luego la nueva novia de ésta, Natalie, se le había encarado en un bar del pueblo, amenazando con publicar fotos obscenas de ella si no retiraba la denuncia por agresión contra Kitty.
Brittany había convencido a Natalie de que no le convenía publicar las fotos, ya que al hacerlo estaría implicando también a Kitty El padre de ésta era senador y tenía previsto presentarse a presidente Natalie trabajaba para él el escándalo podía acabar haciéndole más daño al senador que a Brittany.
Pero Santana no estaba en absoluto convencida de que Natalie fuera a quedarse quieta. Cuando alguien le encontraba el gusto al chantaje, solía tratar de explotar esa fuente hasta secarla.
Volvió a maldecir, acelerando el ritmo de la carrera hasta el límite de sus fuerzas.
No había llegado a decirle a Britt lo que había hecho y no quería decírselo pero si estaba preocupada por Kitty y Natalie, tal vez había llegado el momento de contarle la verdad...
Cuando Santana volvió de correr, Britt estaba durmiendo se echó a reír al ver sus pies desnudos asomando bajo las mantas no le gustaba que se le calentaran los pies, por eso, aunque estuviera tapada con un montón de ropa de cama, siempre sacaba los pies fuera.
Inclinándose, se los tapó con la manta y fue a ducharse después de vestirse, se aseguró de que seguía durmiendo antes de ir a buscar la lista de la compra y salir de casa mientras ponía en marcha el Range Rover, pensó que con un poco de suerte podría hacer la compra y contratar a una asistenta antes de que ella se despertara.
A las once de la noche, cuando Britt bajó por fin a la planta baja, después de trabajar, encontró a Santana en el salón, leyendo estaba sentada en su sillón de cuero favorito, con los pies sobre el reposapiés y los ojos moviéndose tras las gafas al leer.
—Eh, hola —la saludó con una sonrisa, mientras cerraba el libro.
— ¿Qué estás leyendo?
Santana le mostró la cubierta el título era The Way of a Pilgrim.
— ¿El camino del peregrino? ¿Es bueno?
—Mucho. ¿Has leído Franny y Zooey de J. D. Salinger?
—Hace tiempo ¿Por qué?
—Franny lo lee y se inquieta fue entonces cuando oí hablar del libro por primera vez.
— ¿De qué trata? —Lo cogió y le dio la vuelta para leer el texto de la contracubierta.
—De un ruso ortodoxo que intenta aprender qué significa rezar sin parar.
Britt alzó una ceja.
— ¿Y?
—Y lo estoy leyendo para descubrir qué aprendió.
— ¿Y tú? ¿Rezas por algo en concreto?
Santana se frotó la barbilla.
—Rezo pidiendo muchas cosas.
— ¿Por ejemplo?
—Le pido a Dios que me ayude a ser una buena mujer, una buena esposa y, algún día, una buena madre Con una sonrisa, Britt volvió a examinar el libro.
—Supongo que todos llevamos a cabo nuestro propio viaje espiritual.
—Aunque algunas vais más adelantadas que otras —replicó Santana con una sonrisa.
Britt dejó el libro en una mesita cercana y se sentó en su regazo.
—Yo no lo veo así creo que todos perseguimos a Dios hasta que Él decide atraparnos.
Santana se echó a reír.
— ¿Cómo si fuera el sabueso del cielo al que se refiere Francis Thompson en su famoso poema?
—Algo así.
—Una de las cosas que más me gustan de ti es tu compasión por las flaquezas humanas.
Britt la besó suavemente.
—Tengo mis propios vicios, Santana, aunque trate de ocultarlos.
Mirando a su alrededor, Britt se fijó en las marcas que la aspiradora había dejado en la alfombra.
Los muebles no tenían ni rastro de polvo y el aire olía a limón y a pino.
—La casa tiene muy buen aspecto. Gracias por encontrar a alguien que se ocupe de la limpieza yo he avanzado un montón con el trabajo.
—Bien —dijo Santana, mirándola por encima de las gafas— ¿Cómo te encuentras?
—Mucho mejor Gracias por preparar la cena. —Le apoyó la cabeza en el hombro.
—Cuando te la he subido no tenías hambre —comentó ella, acariciándole el pelo.
—Al final me lo he acabado todo me había atascado con un tema de la conferencia, y no quería parar para comer hasta haberlo resuelto.
— ¿Es algo en lo que pueda ayudarte? —Santana se quitó las gafas y las dejó sobre el libro.
—No, No quiero que la gente piense que tú eres la mente pensante que se oculta detrás de mis trabajos.
—No era eso lo que te estaba ofreciendo —replicó Santana, ofendida.
—Necesito hacerlo sola.
Santana sorbió por la nariz.
—Creo que te preocupa demasiado lo que los demás piensen de ti.
—Tengo que hacerlo —insistió ella secamente—Si presento un trabajo que suene como los tuyos, la gente se dará cuenta Quinn Fabray ya ha empezado a hacer correr rumores sobre nosotras Rachel me lo contó.
Santana frunció el cejo.
—Quinn es una zorra celosa Va hacia atrás en vez de avanzar en su carrera en Columbia la han obligado a apuntarse al programa de máster en italiano no la han admitido en su programa de doctorado. Ya he hablado con la jefa de su departamento en Columbia. Si quiere ir contando bulos sobre nosotras, será peor para ella—Se removió en el sillón— ¿Y cuándo has hablado con Rachel?
—Me escribió un email tras la conferencia a la que asistió en UCLA Vio a Quinn y le contaron que iba difundiendo rumores.
—Ni siquiera me has dejado que lea tu ponencia, aunque hemos hablado tanto sobre Guido que intuyo lo que dirás.
Britt se mordió una uña, pero no dijo nada Santana la abrazó con más fuerza.
— ¿Mi libro te ha sido útil?
—Sí, pero mi enfoque es distinto —respondió ella, vagamente.
—Eso puede ser un arma de doble filo, Brittany La originalidad es admirable, pero a veces los métodos establecidos lo son por alguna razón.
—Te lo dejaré leer mañana, si tienes tiempo.
—Por supuesto que tendré tiempo—Santana le acarició la espalda arriba y abajo—Estoy deseándolo no tengo ninguna intención de hacerte daño, sólo quiero ayudarte si es posible lo sabes, ¿no?
—Por supuesto. Y te lo agradezco. —Britt volvió a besarla antes de acurrucarse entre sus brazos—Pero me preocupa que no te guste mi trabajo no puedo evitarlo.
—Te daré una opinión honesta, pero siempre estando de tu lado Te lo prometo.
—No se puede pedir más—La miró y sonrió— Ahora necesito que me lleves a la cama y me animes.
Santana entornó los ojos, pensativa.
— ¿Y cómo puedo animarte?
—Haciendo que me olvide de mis problemas tentándome con tu cuerpo desnudo y esa piel canela.
— ¿Y si aún no me apetece acostarme?
—En ese caso, supongo que tendré que animarme por mis propios medios—Britt se puso en pie y se estiró, mirándola de reojo.
Levantándose de un salto, Santana la cogió en brazos y se dirigió corriendo a la escalera.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola Mis queridas lectoras :)
Espero que les guste el capitulo de hoy :D
PD: depende de sus comentarios subo capitulo mañana tbm !
PD: VIERON LA FOTO QUE NAYA SUBIO ? MI BRITTANA FELLINGS <3
Saludos Y besos
Comenten!
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Geniaaa , el capitulo fue hermoso pero no puedes dejarnos asii ojala subas otro mañana , besos
IloveyouNaya* - Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 02/08/2014
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Jummm Britt esta bien preocupada.. Dios yo me ofrezco como madre para los hijos de san xD dejo todo atras por ella xD
PD Heya is back bitches, se ven tiernas las tres Dianna :3
PD Heya is back bitches, se ven tiernas las tres Dianna :3
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
muy bueno el capitulo aunque no te pdo negar que me preocupan un poco las dudas y temores de britt, hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
WUUUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU GENIALLLLL!!!!
MALDITA QUINN COMO LA ODIO
JEJEJ ADORO TU FIC ACTUALIZA MAÑANA PORFA
ESTOY DE ACUERDO EN QUE BRITT QUIERA TENER SUS MERITOS
MALDITA QUINN COMO LA ODIO
JEJEJ ADORO TU FIC ACTUALIZA MAÑANA PORFA
ESTOY DE ACUERDO EN QUE BRITT QUIERA TENER SUS MERITOS
akarencilla*** - Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 17/06/2013
Edad : 26
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio,...
me gusto,..
es normal que britt tenga miedo por tener un bebe,.. de cierta forma primero quiere su carrera!!!
me encanta como como san cuida de britt!!!
nos vemos!!!!
PD: moriremos todas con la foto de The Unholy Trinity!!!
me gusto,..
es normal que britt tenga miedo por tener un bebe,.. de cierta forma primero quiere su carrera!!!
me encanta como como san cuida de britt!!!
nos vemos!!!!
PD: moriremos todas con la foto de The Unholy Trinity!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Es genial el capitulo veremos si los miedos de las dos entorpece la relacion!!!
saludos
saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
IloveyouNaya escribió:Geniaaa , el capitulo fue hermoso pero no puedes dejarnos asii ojala subas otro mañana , besos
Hola Hola!
C: me alegro que te gustara ! y vengo a dejar dos :)
Saludos
lauravm98 escribió:Jummm Britt esta bien preocupada.. Dios yo me ofrezco como madre para los hijos de san xD dejo todo atras por ella xD
PD Heya is back bitches, se ven tiernas las tres Dianna :3
Hola HOla!
JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJ ya somos 2
PD: OH SI y lady DI :3 <3
Saludos
micky morales escribió:muy bueno el capitulo aunque no te pdo negar que me preocupan un poco las dudas y temores de britt, hasta pronto.
Hola Hola!
Creo que todo es el proceso de adaptacion de las 2 como casadas :)
Saludos
akarencilla escribió:WUUUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU GENIALLLLL!!!!
MALDITA QUINN COMO LA ODIO
JEJEJ ADORO TU FIC ACTUALIZA MAÑANA PORFA
ESTOY DE ACUERDO EN QUE BRITT QUIERA TENER SUS MERITOS
Hola Hola!
Aqui vengo a dejar 2 capitulos :) y Exacto Britt quieren sus cosas ! y AY quinn -_-
Saludos
3:) escribió:holap demonio,...
me gusto,..
es normal que britt tenga miedo por tener un bebe,.. de cierta forma primero quiere su carrera!!!
me encanta como como san cuida de britt!!!
nos vemos!!!!
PD: moriremos todas con la foto de The Unholy Trinity!!!
Hola Hola Demonio :P
Exacto quiere poner su carrera primero :) y San uf aksjhdksjhask mi amor
PD: VISTE MORI *-*
Saludos
monica.santander escribió:Es genial el capitulo veremos si los miedos de las dos entorpece la relacion!!!
saludos
Hola Hola!
Exacto :) pero todo se supera !
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Yo quiero Brittana bebés
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 3
—No puedes presentar esto—Santana entró en el estudio la tarde siguiente, con una copia de la ponencia de Britt en la mano.
Ella levantó la vista de la pantalla del ordenador, horrorizada.
— ¿Por qué no?
—Está equivocado—Soltó las páginas para quitarse las gafas, que dejó encima de la mesa—San Francisco va a buscar el alma de Guido da Montefeltro cuando éste muere. Ya lo discutimos y estabas de acuerdo conmigo.
Britt se cruzó los brazos, a la defensiva.
—He cambiado de idea.
—Pero ¡si es la única interpretación que tiene sentido!
Ella tragó saliva y negó con la cabeza.
Santana empezó a pasear por delante del escritorio.
—Lo hablamos en Belice ¡Y te envié una ilustración de la escena mientras estuvimos separadas, por el amor de Dios! ¿Piensas ponerte delante de una sala llena de gente y decir que no pasó?
—Si hubieras leído las notas al pie, sabrías que...
Santana se detuvo en seco y se volvió hacia ella.
—He leído las notas al pie ninguna de tus fuentes llega hasta donde tú llegas sólo estás especulando.
— ¿Sólo? —Britt arrastró la silla hacia atrás—He encontrado varias fuentes respetables que están de acuerdo con casi todo lo que digo a la profesora Marinelli le ha gustado.
—Es demasiado indulgente contigo.
Ella se quedó con la boca abierta— ¿Demasiado indulgente? ¿Y qué más? Ahora me dirás que la profesora Picton me invitó a darla conferencia por caridad...
La expresión de Santana se suavizó.
—Por supuesto que no, Tiene una gran opinión de ti pero no quiero que te presentes delante de un montón de profesores experimentados y les ofrezcas una interpretación inocente si hubieras leído mi libro, sabrías...
—He leído tu libro, «profesora López» El texto que analizo sólo lo mencionas de pasada. Y adoptas la versión oficial ingenuamente, sin pararte a reflexionar si es lo que deberías hacer.
Santana entornó los ojos.
—Me quedo con la interpretación que tiene más sentido —replicó en tono glacial—Y nunca hago nada ingenuamente.
Britt se levantó resoplando de frustración.
— ¿No quieres que tenga ideas propias? ¿Crees que debo repetir lo que dicen los demás porque soy una simple estudiante recién licenciada?
Santana se ruborizó.
—Nunca he dicho eso, Yo también fui un estudiante recién graduada en su momento. Pero ya no lo soy podrías aprovecharte de mi experiencia.
—Ah, ya estamos—Alzó los brazos, disgustada, y salió del estudio.
Santana la siguió.
— ¿Qué quieres decir con «ya estamos»?
Ella no se dignó a mirarla—Te molesta que te lleve la contraria en público.
—Bobadas.
— ¿Bobadas? —Se volvió al instante hacia ella—Entonces, ¿por qué me dices que cambie mi conferencia para que diga lo mismo que tu libro?
Santana apoyó una mano en el brazo de Brittany.
—No quiero que diga lo mismo que mi libro sólo trato de evitar que hagas el ridícu... —Se paró en seco.
— ¿Cómo dices? —Britt le apartó la mano bruscamente.
—Nada.
Santana cerró los ojos e inspiró hondo.
Cuando los volvió a abrir parecía más calmada.
—Si empiezas inmediatamente, tienes tiempo de reescribirla puedo ayudarte.
—No quiero tu ayuda Y no puedo cambiar toda la tesis ya han publicado la sinopsis en la web del simposio.
—Llamaré a Katherine —insistió ella con una sonrisa de ánimo—Lo entenderá.
—No, no lo harás no voy a cambiar nada.
Santana apretó los labios—No es momento para ponerte tozuda.
—Oh, sí, sí lo es, es mi ponencia.
—Brittany, escúchame...
—Te preocupa que haga el ridículo Y que te avergüence delante de tus colegas.
—Yo no he dicho eso.
Ella le dirigió una mirada dolida, como si la hubiera traicionado—Acabas de decirlo.
Britt entró en el dormitorio y trató de cerrar la puerta, pero Santana levantó la mano para impedirlo.
— ¿Qué haces?
—Trato de poner distancia entre nosotras.
—Brittany, espera—Santana miró a su alrededor, sin saber qué hacer—Podemos hablarlo tranquilamente.
—No, no podemos—Le clavó un dedo en el pecho—Ya no soy tu alumna tengo derecho a tener mis propias ideas.
—No te he dicho lo contrario.
Sin escucharla, Britt se dirigió al cuarto de baño.
— ¡Brittany, maldita sea, espera! —exclamó Santana desde la puerta.
Ella se volvió— ¡No me grites!
Santana levantó las manos en señal de rendición y respiró hondo.
—Lo siento sentémonos a hablar.
—Ahora no puedo diré cosas de las que luego me arrepentiré Y es evidente que tú también necesitas calmarte.
— ¿Adónde vas?
—Al baño voy a encerrarme y te voy a ignorar durante el resto del día si no me dejas en paz, me iré a casa de mi padre.
Santana hizo una mueca Britt no había vuelto a casa de su padre desde antes de la boda.
— ¿Cómo irías?
Ella puso los ojos en blanco.
—No te preocupes, no te dejaré sin coche llamaré un taxi y me largaré.
—Aquí no hay taxis tendrías que llamar a Sunbury.
Ella la fulminó con la mirada—Lo sé, Santana Antes vivía aquí, ¿te acuerdas? Realmente me consideras una idiota...
Entró en el baño y se encerró dando un portazo.
Santana oyó el ruido del pestillo al cerrarse esperó unos momentos antes de llamar a la puerta.
—Lucy, Aaron y Richard deben de estar a punto de llegar ¿Qué les digo?
—Diles que soy una idiota, claro.
—Brittany, escúchame un momento, por favor.
Santana oyó que el agua empezaba a correr.
— ¡Perfecto! —Gritó—Ignórame nuestra primera discusión y la arreglas encerrándote en el maldito baño—Golpeó la puerta con la palma de la mano.
El agua dejó de correr.
Ella alzó la voz para hacerse oír:
—Mi primera conferencia y me dices que es una mierda Y no porque lo sea, ¡sino porque no estoy de acuerdo contigo y con tu jodido libro!
Tras un largo baño caliente, Britt abrió la puerta el dormitorio estaba vacío se vistió rápidamente antes de salir al pasillo se acercó sigilosamente a la escalera y escuchó.
Tras comprobar que estaba sola, volvió al despacho y cerró la puerta eligió un poco de jazz ligero como música de fondo y volvió al trabajo.
— ¿Dónde está Britt? —Lucy abrazó a su hermana antes de entrar con su maleta de ruedas y la de su marido, Aaron, al salón. Iba vestida con pantalones de color caqui y una camiseta blanca con cuello de pico alta y espigada, llevaba la larga melena castaña sujeta por unas grandes gafas de sol negras iba poco maquillada, pero estaba impecable parecía la modelo de un anuncio.
Santana trató de disimular una mueca de disgusto.
—Está trabajando en la conferencia.
— ¿Le has dicho que hemos llegado? —Acercándose a la escalera, Lucy la llamó—: Britt, mueve el culo y baja a vernos.
—Luce, por favor —la reprendió su padre suavemente, antes de abrazar a Santana.
Richard era unos cinco centímetros más baja que su hija tenía el cabello claro y los ojos grises.
Era un hombre callado y serio, y se ganaba el respeto de los demás con su inteligencia y su amabilidad.
Al ver que nadie se movía en el piso de arriba, Lucy se volvió hacia Santana y entornó los ojos, que eran oscuros como los de su padre.
— ¿Por qué se esconde?
Santana saludó a Aaron estrechándole la mano.
—No se esconde no te habrá oído tenéis las habitaciones preparadas y hay toallas limpias en el baño de invitados Papá, si quieres dormir en tu antiguo cuarto, no hay ningún problema.
—En la habitación de invitados estaré bien. —Richard cogió su maleta y empezó a subir la escalera.
— ¿Os habéis peleado? —insistió Lucy, mirando a su hermana con desconfianza.
Santana frunció los labios—Salúdala ahora cuando subas nos vemos luego en el porche trasero y tomamos algo estoy preparando costillas a la barbacoa para cenar.
— ¿Costillas? ¡Fantástico! —Aaron le dio una agradecida palmada en la espalda a su cuñada—Quería parar a comprar unas Corona antes de llegar, pero Luce ha querido que viniéramos directamente. Vuelvo en seguida —dijo, mientras cogía las llaves del coche.
Cuando estaba a punto de llegar a la puerta, su esposa lo detuvo y negó con la cabeza.
A Santana le pareció un buen momento para desaparecer.
—Os espero en el patio —les indicó, dejándolos solos.
Lucy miró a su marido mientras negaba con la cabeza.
—Han discutido. Yo hablaré con Britt, tú habla con Santana Ya irás a buscar las Corona más tarde.
— ¿Por qué habrán discutido? —se preguntó Aaron, pasándose las manos por el pelo, oscuro y rizado.
— ¿Quién sabe? Tal vez Britt le ha ordenado la colección de tacones sin avisarle.
— ¡Hola! —Lucy abrió la puerta del antiguo despacho de su padre.
Britt saludó a su mejor amiga con una sonrisa radiante.
— ¡Luce! ¡Hola!
Las dos mujeres se abrazaron y luego Lucy se sentó en una de las cómodas butacas que había junto a la ventana.
— ¿Cómo va todo?
—Bien.
—Entonces, ¿qué te pasa con Santana?
—Nada.
—Mientes descaradamente.
Britt apartó la vista.
— ¿Qué te hace pensar que estamos enfadadas?
—Santana está abajo, mustia, y tú estás arriba, mustia la tensión en la casa es palpable. No hace falta ser una médium para darse cuenta.
—No quiero hablar de ello.
—Las personas son unas gilipollas.
—No te lo voy a discutir—Britt se dejó caer en la otra butaca y colgó las piernas de uno de los reposabrazos.
—Aaron y yo discutimos a veces Él se enfada y se marcha un par de horas, pero siempre vuelve—Lucy buscó la mirada de su amiga— ¿Quieres que le dé una paliza a Santana?
—No, pero tienes razón hemos discutido.
— ¿Qué ha pasado?
—He cometido el error de dejarla leer la conferencia que estoy preparando me ha dicho que es horrible.
— ¿Te ha dicho eso? —Lucy enderezó la espalda y alzó la voz.
—Bueno, con otras palabras.
—Pero ¿qué se ha creído? Yo le habría tirado algo a la cabeza.
Britt sonrió sin ganas—Lo he pensado, pero no me apetecía limpiar la sangre.
Lucy se echó a reír— ¿Y por qué cree que tu conferencia es horrible?
—Dice que me equivoco Y que sólo quiere ayudarme.
—Suena a que quiere controlar tu trabajo, igual que trata de controlar todo lo demás. Pensaba que estaba yendo a terapia para superarlo.
Britt guardó silencio unos instantes.
—No quiero que me mienta sólo para que no me disguste. Si tengo que cambiar algo de lo que he escrito, quiero saberlo.
—Pero debería saber cómo ayudarte sin decirte que la conferencia es horrible.
Britt soltó el aire, frustrada—Exacto. Dice que quiere formar una familia conmigo y al cabo de un rato se comporta como una idiota condescendiente.
Lucy levantó la mano, pidiéndole que hiciera una pausa.
—Un momento, ¿qué has dicho? ¿Santana quiere tener hijos?
Britt se revolvió en la butaca.
—Sí.
— ¡Britt, es fantástico! Me alegro por ti ¿Cuándo os vais a poner a ello con todo eso del tratamiento?
—De momento no decidimos esperar hasta que me gradúe.
—Eso es mucho tiempo —murmuró Lucy.
—Ya, pero hacer el doctorado y tener un bebé a la vez sería demasiado complicado.
Lucy asintió, jugueteando con el dobladillo de la camiseta.
—A nosotros nos gustaría tener un hijo.
Britt cambió de postura para mirar mejor a su amiga.
— ¿Qué? ¿Ahora?
—Puede.
— ¿Cómo supiste que estabas preparada?
Lucy se echó a reír.
—En realidad, todavía no lo sé. Siempre he querido tener hijos y a Aaron le pasa lo mismo.
Llevamos hablando del tema desde el instituto.
»Quiero a Aaron. No me importaría pasar el resto de la vida a su lado, los dos solos. Pero cuando pienso en el futuro, siempre veo niños a nuestro alrededor. Quiero tener a alguien que venga a casa en Navidad.
»Si algo me enseñó la muerte de mi madre es que en la vida nada es seguro. No quiero esperar y esperar para formar una familia y descubrir luego que es demasiado tarde.
Britt sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas, pero parpadeó para controlarlas.
—Te haces mamografías cada año, ¿no?
—Sí y me han hecho pruebas genéticas no tengo el gen del cáncer de mama, pero creo que mi madre tampoco lo tenía Y, bueno, aunque lo tuviera, cuando se dio cuenta era demasiado tarde para hacer nada.
—Lo siento mucho.
Lucy suspiró y miró por la ventana.
—No me gusta hablar de ello, pero reconozco que me preocupa. ¿Y si me encuentran cáncer después de tener hijos? Trato de no darle muchas vueltas al tema, pero siempre está ahí, agazapado.
Se volvió hacia su amiga y añadió al cabo de unos segundos:
—Tener hijos sería una manera estupenda de librarte de la actitud condescendiente de Santana.
— ¿Ah, sí?
—Claro. Si el bebé ensucia los pañales y le mancha la ropa, acudirá a ti, pidiendo ayuda a gritos.
Britt se echó a reír, pero en seguida recuperó la expresión sombría.
—Sólo quiero que considere que mis ideas son importantes. Tan importantes como las suyas.
—Por supuesto que lo son. Díselo.
—Lo haré, pero aún no. Ahora mismo, prefiero no hablar con ella.
Lucy acarició el reposabrazos.
—Santana ha cambiado mucho. Verla casada y pensando en tener hijos... es asombroso. Mamá me contó que cuando llegó a casa, escondía comida en la habitación. No importaba lo que le dijeran para tranquilizarla, siempre se guardaba algo en el bolsillo.
— ¿Pasaba hambre?
—Tenía miedo de pasar hambre. No se fiaba de qué papá y mamá fueran a alimentarla siempre, así que se iba guardando una reserva para cuando se olvidaran.
»Y tampoco deshizo la maleta hasta que la adoptaran. Esperaba que la devolvieran en cualquier momento.
—No lo sabía —admitió Britt, con el corazón en un puño.
Lucy le dirigió una mirada comprensiva.
—Es mi hermana y la quiero mucho, pero no piensa las cosas antes de decirlas.
Seguramente, lo que pasa es que no escribes las cosas tal como ella lo haría.
—Y no pienso empezar a hacerlo ahora. Tengo mis propias ideas.
—Te aconsejo que lo hables con ella De todos modos, tampoco le viene mal sufrir un poco antes no le pasará nada por dormir en el sofá una noche.
—Por desgracia, probablemente seré yo la que duerma en el sofá —replicó Britt, señalando el que había en el otro extremo del despacho.
Decir que el ambiente durante la cena fue tenso era quedarse corto.
Brittany y Santana estaban sentadas la una al lado de la otra Incluso se dieron la mano mientras bendecían la mesa. Pero su actitud fue distante y educada. No intercambiaron miradas ardientes, ni palabras cariñosas, ni caricias robadas bajo la mesa.
Santana estaba rígida y permaneció seria durante toda la cena Brittany estaba callada y abstraída, como si tuviera la mente en otro sitio.
Richard, Aaron y Lucy mantuvieron el peso de la conversación, mientras las López apenas abrían la boca después de la cena, Britt se excusó y volvió al estudio a trabajar, sin tomar postre.
Santana la siguió con la vista mientras se alejaba a pesar de sus ojos tristes y de un tic nervioso en la mandíbula, no hizo nada para detenerla sólo la miró marcharse.
Cuando Lucy fue a la cocina a preparar el café, Aaron no pudo aguantar más y se inclinó hacia Santana.
—Tía, trágate el orgullo y dile que lo sientes.
Santana levantó las cejas.
— ¿Por qué das por hecho que es culpa mía?
—Porque tú eres la que tiene las más grandes las tet... —Al ver la mirada de advertencia de su suegro, carraspeó—Ejem, las estadísticas dicen que el ochenta por ciento de las peleas son culpa del más terco Discúlpate y quítatelo de encima no quiero tener que volver a pasar por una cena así el ambiente es tan frío que voy a tener que salir a la calle a calentarme.
—Me temo que Aaron tiene razón, aunque ya sé que nadie ha pedido mi opinión —dijo Richard, sonriendo disimuladamente.
Santana miró a los dos hombres indignada.
—Ya he intentado hablar con ella y ha sido peor. Hemos acabado discutiendo. Se ha encerrado en el baño y me ha mandado a la mierda.
Richard y Aaron intercambiaron una mirada cómplice y, tras un expresivo silbido de compasión,
Aaron dijo:
—Chica, estás metida en un buen lío. Ya puedes ir a hablar con ella pronto o te veo durmiendo en el sofá—Sacudiendo la cabeza, se levantó y fue a buscar a Lucy a la cocina.
Richard golpeó el pie de la copa de vino, pensativo.
— ¿También tú, Brutus? —preguntó Santana, frunciendo el cejo.
—No he dicho nada. —Richard miró a su hija con afecto—He tratado de mantenerme al margen.
—Gracias.
—Pero cuando los viejos matrimonios aconsejan a los recién casados que no se vayan a dormir sin haber resuelto sus problemas, no es por capricho. Resolver los conflictos sin darles tiempo a crecer hará que tu vida sea más fácil.
—No puedo mantener una conversación con alguien que está encerrada en una habitación.
—Claro que puedes la cortejaste una vez vuelve a hacerlo.
Santana lo miró con incredulidad— ¿Me estás sugiriendo que corteje a mi esposa?
—Te estoy aconsejando que te olvides de tu ego, te disculpes y luego la escuches. No siempre fui el hombre que vez puedes aprender de mis errores.
—Mamá y tú teníais un matrimonio perfecto.
Richard se echó a reír.
—Nuestro matrimonio estaba muy lejos de ser perfecto. Pero hicimos un pacto:
mantendríamos las imperfecciones fuera de la vista y el oído de nuestros hijos. Los niños se inquietan si ven que sus padres se pelean.
»Mi experiencia personal dice que las parejas discuten por dinero, por sexo, o bien por falta de atención o de respeto.
Santana fue a protestar, pero Richard la interrumpió levantando una mano.
—No te pregunto en qué categoría cae vuestra discusión. Os lo dejo a vosotras. Pero es evidente que Britt está dolida se ha mostrado retraída durante toda la cena. Muchas veces estaba así antes de que empezarais a veros.
—No he sido yo la que ha cerrado la puerta a la comunicación racional —dijo Santana, con arrogancia.
— ¿Te estás oyendo? —la reprendió su padre—Britt no es irracional, está dolida. Cuando alguien te hace daño, retraerse es una reacción racional Y en especial, con su historial.
Santana hizo una mueca—No pretendía hacerle daño.
—Estoy seguro pero también me temo que no juegas limpio. Aprender a discutir con tu pareja es un arte, no una ciencia. Tu madre y yo tardamos bastante tiempo en descubrirlo. Pero una vez lo comprendimos, ya casi no volvimos a discutir. Y cuando lo hacíamos ya no era desagradable ni doloroso.
»Si puedes discutir con Britt y convencerla al mismo tiempo de que la amas y de que es importante para ti, los conflictos serán mucho más llevaderos.
Richard apuró el vino y dejó la copa en la mesa. Al cabo de un momento, añadió:
—Escucha el consejo de alguien que estuvo mucho tiempo casado y que crió a dos hijas. Cuando una mujer se retrae y se muestra fría, es porque se está protegiendo tú lo deberías saber te aconsejo que seas amable y delicada con tu esposa y que la convenzas para que salga de su encierro. O ya puedes prepararte para pasar no una, sino muchas noches frías y solitarias en el sofá.
Britt apagó el portátil ya pasada la medianoche. Sabía que todos se habían ido a la cama. Los había oído pasar frente a su puerta.
Abrió una rendija y vio que salía luz por debajo de la puerta cerrada de la habitación de matrimonio. Sin duda Santana estaba despierta, leyendo.
Se planteó ir a verla, pero la distancia hasta allí le pareció insalvable.
Cogió la botella de gel de baño que se había llevado del dormitorio después de cenar. Se daría un baño caliente en el cuarto de baño de invitados y trataría de olvidar los problemas.
Media hora más tarde, volvió a entrar en el estudio y cerró la puerta. Se había refrescado, pero no había logrado relajarse demasiado. Ya que Santana parecía decidida a guardar las distancias, pasaría la noche en el sofá del despacho.
Mientras se tapaba con la vieja manta de lana que habían compartido por primera vez tantos años atrás en el huerto de manzanos, pensó en su casa de Cambridge y en lo felices que habían sido sus primeros meses de matrimonio.
Quería especializarse en Dante sabía que el camino no sería fácil; que necesitaría grandes dosis de trabajo, sacrificio y humildad. No quería ser de esas personas que no aceptan las críticas y era consciente de que tenía que mejorar.
Pero cuando Santana había dicho que iba a hacer el ridículo, el dolor fue terrible. Necesitaba que ella la apoyara, que le diera ánimos. No necesitaba que la subestimara. Su confianza en sí misma ya era bastante precaria sin la ayuda de nadie.
«¿Por qué no se da cuenta de que necesito su apoyo?»
Cada vez más triste, se preguntó por qué no había ido a buscarla.
Sin duda había pasado la noche con su familia, fumándose un puro en el porche y charlando sobre los viejos tiempos. Se preguntó qué explicación le habría dado a Lucy sobre su conflicto. Y se preguntó por qué estaba sola, a oscuras, a punto de llorar, y a ella no parecía importarle lo más mínimo.
Justo en ese momento, oyó que se abría una puerta y los pasos de Santana, rápidos y decididos, que llegaban hasta su puerta.
Se sentó y contuvo la respiración. Una luz apagada se colaba por la rendija de la puerta.
«Oh, dioses de las recién casadas que se pelean, por favor, que llame a la puerta.»
Oyó un suspiro apagado y lo que bien pudo ser una mano apoyándose en el picaporte.
Luego vio una sombra que oscurecía la luz mientras los pasos se retiraban por donde habían venido.
Britt se hizo un ovillo, pero no lloró.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 4
A la mañana siguiente, muy temprano, el móvil de Brittany sonó.
Se despertó sobresaltada, con el tono de Message in a Bottle de The Police resonando en la habitación miró el teléfono, que vibraba sobre el escritorio, pero no respondió.
Poco después, el sonido de una campana le indicó que había recibido un mensaje de texto.
Curiosa, se acercó a la mesa y cogió el teléfono el mensaje era de Fotógrafa sexy, nada más y nada menos.
Lo siento.
Mientras pensaba cómo responder, llegó un segundo mensaje.
Perdóname.
Empezó a responder con otro mensaje, pero antes de acabar, oyó movimiento en el pasillo.
Alguien llamó a la puerta.
Por favor, déjame entrar.
Britt leyó el nuevo mensaje antes de acercarse a la puerta y abrirla unos centímetros.
—Hola —la saludó Santana, con una sonrisa insegura.
Ella vio que tenía el pelo húmedo de la ducha se había puesto vaqueros ajustados y camiseta blanca, pero iba descalza era, probablemente, lo más bonito que había visto en su vida.
— ¿Hay alguna razón para que estés llamando a la puerta a las seis de la mañana? —preguntó, y la voz le salió más seria de lo que pretendía.
—Lo siento, Brittany —dijo, con expresión compungida.
(Ciertamente, ayudaba ver que tenía los ojos rojos y la ropa arrugada, como si acabara de sacarla de una bolsa destinada al Ejército de Salvación.)
—Me hiciste daño —susurró Britt.
—Lo sé y lo siento. —Dio un paso adelante—He vuelto a leer la conferencia.
Britt se apoyó una mano en la cadera.
— ¿Me despiertas para decirme eso?
—Te he llamado, pero no has respondido—Se echó a reír—Me ha recordado a Toronto, cuando tuve que entrar por la ventana.
Ella se ruborizó al recordar a Santana llamando a la ventana de su habitación para llevarle la cena.
Acababa de salir de la ducha y tuvo que abrirle tapada sólo con una toalla.
—Te olvidaste de algo de algo importante.
Santana llevaba una ilustración en la mano. Era La disputa por el alma de Guido da Montefeltro.
—La encontré anoche en el suelo del dormitorio. No sé si se me cayó a mí o a ti, pero fue a una de las dos.
Sin hacer caso de la ilustración que ella le había dejado en el casillero de la Universidad de Toronto, Britt la miró a la cara, tratando de interpretar su expresión. Parecía nerviosa y también algo preocupada.
Santana se pasó las manos por el pelo mojado.
—Sé que me dijiste que querías estar sola un tiempo, pero creo que ya llevamos demasiadas horas separadas ¿Puedo pasar?
Ella se echó hacia atrás.
Santana entró y cerró la puerta.
Britt volvió al sofá y se enroscó, tapándose con la vieja manta.
Santana se dio cuenta de que se había hecho un ovillo, lo que indicaba que volvía a estar a la defensiva dejó la ilustración sobre el ordenador antes de meterse las manos en los bolsillos.
—He vuelto a leer tu trabajo y luego he releído el Infierno—La miró fijamente—Dije cosas que no debí haber dicho.
—Gracias —contestó ella, relajando un poco los hombros.
—Tengo algunas sugerencias que podrían mejorar el trabajo. —Santana se apoyó en el borde de la mesa—Sé que para ti es importante hacerlo sola, pero si me necesitas, estaré encantada de ayudarte.
—No me importa que me des consejos, siempre y cuando no me digas lo que debo pensar.
—Nunca te diría lo que tienes que pensar ¿Cómo iba a hacer eso? —Su expresión se suavizó—Tus ideas son una de las cosas que más me gustan de ti.
Bajó la vista y se quedó mirando la ilustración.
—Reaccioné mal lo siento. Pero es que el tema de la ponencia me toca de un modo muy especial, Brittany la historia de san Francisco arriesgándose a entrar en el infierno para salvar el alma de Guido representa lo que yo traté de hacer cuando confesé ante el comité disciplinario en Toronto.
A Britt se le hizo un nudo en la garganta no quería pensar en lo que había pasado el año anterior.
El comité disciplinario y la separación que siguió después seguían siendo un asunto demasiado doloroso.
—Reconozco que no reaccioné sólo por las tesis que planteas. Pensé que estabas rechazando la historia. Nuestra historia.
—Nunca rechazaría algo tan importante para nosotras. Sé que lo arriesgaste todo para salvarme sé que bajaste a los infiernos por mí. —Con expresión decidida, añadió—: Si la situación hubiera sido al revés, yo también habría bajado al infierno a buscarte.
Los labios de Santana se curvaron en una sonrisa.
—Beatriz sabía que no podía acompañar a Dante al infierno, por eso envió a Virgilio en su lugar.
—El único Virgilio que conozco es versión femenina y es Rachel Berry Y no creo que hubieras agradecido su visita.
Santana resopló.
—Rachel no es una buena candidata a Virgilio.
—Para mí, sí.
Ella frunció el cejo. Pensar en Rachel consolando a Britt en su ausencia aún le dolía.
—Fui una cabrona entonces y lo sigo siendo. —Se apartó de la mesa y se sacó las manos de los bolsillos. Señaló el sofá con la cabeza— ¿Puedo?
Ella asintió.
Santana se sentó a su lado y alargó la mano.
Britt se la cogió.
—No quería hacerte daño.
—Lo sé —dijo ella— Yo también lo siento.
Santana la sentó sobre su regazo y enterró la cara en su pelo.
—No quiero que tengas que encerrarte en el baño para escapar de mí.
Tomándole la cara entre las manos, unió sus labios en un beso. Tras un instante, ella respondió.
Santana la besó con prudencia. Sus labios eran cálidos y acogedores, pero se limitaban a mordisquearle la boca y pronto Britt no pudo más. Le rodeó el cuello con una mano para que se acercara.
Santana trazó el contorno de sus labios con la lengua. Cuando ella los separó, se coló en su interior suavemente y sus lenguas se unieron. No sabía mentir cuando besaba. Transmitía así sus sentimientos.
Britt notó su arrepentimiento y su tristeza, pero también la inconfundible llama de su deseo.
Le soltó la cara, la sujetó por las caderas y la levantó hasta que quedó montada sobre ella, con una pierna a cada lado. Sus torsos se pegaron mientras seguían besándose y explorándose con pasión.
— ¿Te vuelves a la cama conmigo? —le pidió Santana con la voz ronca, agarrándole el culo con fuerza para que notara que estaba excitada.
—Sí.
—Bien —le susurró al oído— Aún tenemos tiempo de hacer las paces como Dios manda antes de que los invitados se despierten y quieran desayunar.
—No podemos hacer las paces como Dios manda con la casa llena de invitados.
—Oh, sí. Sí podemos. —Los ojos cafés de Santana se iluminaron con un brillo peligroso—. Te lo demostraré.
—Ha sido una noche horrible. —Santana estaba tumbada en la cama, con un brazo debajo de la cabeza. No se había molestado en cubrirse con nada. En el dormitorio no hacía frío y su querida esposa estaba tumbada a su lado, boca abajo, tan desnuda como ella En momentos como ése, deseaba que pudieran pasar todo el tiempo en la cama, desnudas.
—Estoy de acuerdo—Britt se incorporó apoyándose sobre los codos para mirarla a los ojos— ¿Por qué no viniste a hablar conmigo?
—Quería volver a leer el texto. Y pensé que necesitabas estar sola.
—No me gusta discutir contigo —reconoció ella. Al agachar la cabeza, el pelo le rozó el borde de los pechos—Lo odio.
—A mí tampoco me gusta, lo que no deja de sorprenderme antes me encantaba discutir y pelearme con la gente—Hizo una mueca—Me estás convirtiendo en una pacifista.
—Creo que nunca podrás ser una auténtica pacifista, Santana Ser estudiante de doctorado ya es bastante duro. Necesito tu apoyo —admitió ella con voz temblorosa.
—Lo tienes —le aseguró Santana con firmeza.
—No era mi intención llevarte la contraria. Simplemente... me salió así.
—Ven aquí.
Britt se tumbó sobre ella, que la abrazó.
—Tenemos que encontrar una manera de discutir sin llegar a los extremos de ayer. Mi corazón no lo soportaría.
—El mío tampoco —susurró Britt.
—Prometo no ser una cabrona egoísta si tú me prometes no volver a encerrarte en el baño —propuso, mirándola fijamente.
—Y yo prometo no encerrarme en el baño si tú no me atosigas. Sólo trataba de alejarme de ti para que las cosas no llegaran demasiado lejos. No me dejabas en paz.
—Lo comprendo. Podemos separarnos para cortar una discusión, pero tenemos que prometer que luego lo hablaremos con calma. No a la mañana siguiente. No pienso dejar que vuelvas a dormir en el sofá. Ni pienso hacerlo yo.
—De acuerdo. El sofá es muy incómodo. Y solitario.
—No me expresé bien cuando hablamos sobre la conferencia. Te pido disculpas. No me preocupa que tu opinión no coincida con la mía. De hecho, creo que es bueno que te muestres en desacuerdo conmigo en público. Así todo el mundo se dará cuenta de que tienes ideas propias.
—No trato de llevarte la contraria—Una arruga apareció entre sus delicadas cejas.
Santana trató de hacerla desaparecer con un beso. Sin éxito.
—Claro que no. Y aunque te parezca extraño, a veces me equivoco.
— ¿La Profesora, equivocada? Increíble —bromeó ella, echándose a reír.
—Cuesta de creer, ¿verdad? Pero cuando acabé de leer la conferencia por segunda vez, me habías convencido de que la versión oficial está equivocada.
— ¿Qué? —Britt no podía creer lo que estaba oyendo.
—Lo que has oído. Tú conferencia me ha hecho cambiar de opinión. Tengo alguna sugerencia para reforzar la última parte. Ésa no me convenció tanto.
—Agradeceré tus sugerencias. Te citaré en las notas al pie.
Santana la agarró por las nalgas—Será un honor aparecer en una de tus notas al pie.
Britt dudó por un momento.
—Entonces... ¿no crees que la conferencia sea horrible? ¿Ni que vaya a hacer el ridículo?
—No. En cuanto superé la sorpresa inicial y presté atención a tus argumentos, me di cuenta de que la profesora Marinelli tiene razón. Tu trabajo es muy bueno.
—Gracias. —Britt le apoyó la mejilla en el pecho—. No es fácil ser tu alumna. Siempre tengo la sensación de no estar a tu altura.
Santana le enredó los dedos en el pelo.
—Me esforzaré más en mostrarte mi apoyo para que no te sientas así. No somos competidoras de hecho, algún día me gustaría escribir un artículo contigo.
Ella levantó la cabeza.
— ¿De verdad?
—Me encantaría que creáramos algo juntas, algo que saliera de nuestro amor compartido por Dante. Y estoy orgullosa de ti por tener el valor de defender tus convicciones cuando
pronuncies esa conferencia en Oxford, estaré en primera fila pensando « ¡Ésa es mi chica!».
—Oírte decir eso es un sueño hecho realidad.
—En ese caso, te lo diré más a menudo.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola (:
Espero que les guste mucho estos dos capitulos :) Siento que en si ellas se estan acomodando a la idea de ser esposas y todo !
Saludos Y besos !
Espero que comenten mucho :)
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
ambas tienen la culpa asi que pq santana tiene que ser la que arregle las cosas? britt es testaruda y santana siempre cree tener la razon asi que a ver quien cede primero! hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio,..
bueno es normal que de cierta forma britt reaccione ahí es SU tesis,.. pero bueno san tiene la experiencia pero también saca el lado de la "profesora lopez" y tampoco no ayuda mucho!!!
lo bueno siempre es la reconciliación!!!!,.. el bebe a britt se le convirtió en tema tabu!!!
nos vemos!!
bueno es normal que de cierta forma britt reaccione ahí es SU tesis,.. pero bueno san tiene la experiencia pero también saca el lado de la "profesora lopez" y tampoco no ayuda mucho!!!
lo bueno siempre es la reconciliación!!!!,.. el bebe a britt se le convirtió en tema tabu!!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Awww fue tan tierno y caliente esa reconciliacion :3 yo me pelearia muy amenudo con Santana jajajaja
no tardes tanto ;) see ya
no tardes tanto ;) see ya
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Entiendo a Britt, tal vez encerrarse no fue lo mejor, pero de alguna manera tenía que alejarse de Santana para que la discusión no fuera tan grande. Richard es un sabio y Aaron aprende rápido de él, buen yerno xD
Me encantan las Brittanas como casadas, son demasiado lindas, a pesar de las peleas que son parte de ésto.
PD: Realmente ya quiero bebés :( jaja serían demasiado adorables <3
Me encantan las Brittanas como casadas, son demasiado lindas, a pesar de las peleas que son parte de ésto.
PD: Realmente ya quiero bebés :( jaja serían demasiado adorables <3
Muchos besos, hasta la próxima Dani.
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Madre mía que cabezas duras que son!!!jajajja
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Hola Dani! tenía buen tiempo de no pasar :( lo siento, pero bueno! : ya me puse al corriente wow, todo un drama este principio, pero tenía que pasar, están empezando su etapa matrimonial y pues bueno, no todo puede ser miel sobre hojuelas saludines!! hasta la siguiente Actu
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
micky morales escribió:ambas tienen la culpa asi que pq santana tiene que ser la que arregle las cosas? britt es testaruda y santana siempre cree tener la razon asi que a ver quien cede primero! hasta pronto.
Hola Hola!
Las dos en si ! aunque san si se paso un potito pero asi es la vida de casadas!
Saludos
3:) escribió:holap demonio,..
bueno es normal que de cierta forma britt reaccione ahí es SU tesis,.. pero bueno san tiene la experiencia pero también saca el lado de la "profesora lopez" y tampoco no ayuda mucho!!!
lo bueno siempre es la reconciliación!!!!,.. el bebe a britt se le convirtió en tema tabu!!!
nos vemos!!
Hola Demonio :P
Exacto tienen que niverlarse de una buena forma :) y totalmente !
Saludos
lauravm98 escribió:Awww fue tan tierno y caliente esa reconciliacion :3 yo me pelearia muy amenudo con Santana jajajaja
no tardes tanto ;) see ya
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJ yo todos los dias :P jajajajja
Saludos
Anddy Rivera Morris escribió:Entiendo a Britt, tal vez encerrarse no fue lo mejor, pero de alguna manera tenía que alejarse de Santana para que la discusión no fuera tan grande. Richard es un sabio y Aaron aprende rápido de él, buen yerno xD
Me encantan las Brittanas como casadas, son demasiado lindas, a pesar de las peleas que son parte de ésto.
PD: Realmente ya quiero bebés :( jaja serían demasiado adorables <3Muchos besos, hasta la próxima Dani.
Hola Hola!
Es que San es muy intensa! y jajajajajjaa aprenden o aprenden XD jajajaj y :3 son tan bellas las lópez <3
PD: ya veras :P es hermoso jajaja
Saludos :*
monica.santander escribió:Madre mía que cabezas duras que son!!!jajajja
Saludos
Hola Hola!
Jajajaajjaja asi son :3
Saludos
Dolomiti escribió:Hola Dani! tenía buen tiempo de no pasar :( lo siento, pero bueno! : ya me puse al corriente wow, todo un drama este principio, pero tenía que pasar, están empezando su etapa matrimonial y pues bueno, no todo puede ser miel sobre hojuelas saludines!! hasta la siguiente Actu
Hola Hola!
Tranqui con que te guste :3 y exacto es parte de todo :)
Saludos
Hola Hola chicas :)
Actualizo en unas horas
Actualizo en unas horas
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 5
Los parientes de las López fueron prudentes y no hicieron ningún comentario sobre lo felices y relajadas que parecían cuando finalmente salieron del dormitorio, justo antes de la hora de comer.
El hermano de Santana, Scott, llegó aquella tarde con su esposa Tammy y su hijo Jake Junto con el padre de Britt, Tom, y su novia Diane, todos se sentaron a la mesa temprano para cenar juntos.
Diane Stewart era una atractiva mujer afroamericana con una piel perfecta, grandes ojos oscuros y un pelo rizado que le llegaba hasta los hombros Tenía cuarenta años, diez menos que su novio.
Hacía mucho tiempo que se conocían, ya que ella había vivido toda la vida en Selinsgrove.
Al ver que el postre no llegaba, Diane fue a la cocina y se encontró a las López bailando.
Santana había hecho instalar un sistema de sonido centralizado y las notas de una suave melodía de jazz flotaban en el aire.
Las recién casadas estaban abrazadas, moviéndose poco a poco, al ritmo de la música Santana susurró algo al oído de Britt Ella apartó la cara, aparentemente avergonzada, pero Santana se echó a reír, la abrazó con más fuerza y la besó.
Diane trató de retirarse de manera discreta, pero las viejas tablas de madera del suelo crujieron bajo sus pies Las López se detuvieron y se volvieron hacia donde procedía el ruido.
Ella se echó a reír—Hay algo en el horno Y no es el pastel de manzana.
Santana se rió con ganas su risa, fuerte y franca, hizo sonreír a Britt, que apoyó la frente contra su pecho.
Diane asintió con aprobación.
—Tardabais tanto en preparar el café que pensaba que se os había olvidado cómo se hacía.
Santana se pasó las manos por el pelo, que tenía alborotado por las atenciones de su esposa.
— ¿Querida?
—El café está listo y las tartas se están enfriando. En seguida vamos. —Britt se separó de su esposa a regañadientes.
Santana le dio una disimulada palmadita en el culo.
En ese momento, Luce y Tammy se unieron al grupo. Tammy había sido la última en incorporarse a la familia al casarse con Scott el mes anterior. Era una mujer alta, de metro ochenta de estatura y con muchas curvas. Tenía el pelo rubio cobrizo y los ojos de un azul muy pálido.
— ¿A qué viene el retraso? —preguntó Lucy, y miró a su hermana con desconfianza, como si la culpa sólo pudiera ser suya.
—Estábamos preparando el café —respondió Britt sin levantar la vista de las tazas que llenaba para disimular la vergüenza.
— ¿Ahora se llama así? —bromeó Tammy, y guiñó un ojo.
—No, a mí me parece que lo que hacían no es eso. —Diane se sumó a la fiesta, negando con la cabeza y reprendiéndolas en broma con un dedo.
—Bueno, señoras, os dejaré solas para que critiquéis a gusto. —Santana le dio un casto beso en la mejilla a Britt antes de escaparse al salón.
Lucy comprobó la temperatura de las tartas de manzana con el dedo.
—Britt, pásame un cuchillo. Vamos a probar cómo han quedado.
—Así se habla. —Diane rechazó el café que le ofrecía Britt y se sentó en uno de los taburetes altos.
— ¿Y bien? —Insistió Lucy— ¿Qué estaba pasando aquí? Y, por favor, dime que no estabais usando la encimera —añadió, mientras miraba de reojo las superficies de granito que Santana había insistido en comprar.
—No es demasiado fría—Britt se tapó la boca con la mano, pero ya era demasiado tarde.
Las demás se echaron a reír a carcajadas y empezaron a burlarse de ella sin piedad.
— ¿Hace calor aquí o es cosa mía? —Bromeó Diane, abanicándose con una servilleta de papel— Voy a bautizar esta casa como La Casa del Amor.
—Mis padres también eran así. —Lucy miró a su alrededor—. No lo hacían sobre la encimera, que yo sepa, pero eran muy cariñosos debe de haber algo en esta cocina.
Britt pensó que era muy posible. Había algo reconfortante, no sólo en la cocina, sino en toda la casa, que empujaba a ser cariñoso. A Santana y a ella les costaba no estar todo el día tocándose, excepto cuando ella trabajaba.
—Entonces, ¿mi hermana te ha compensado por lo de ayer? —preguntó Lucy.
Britt se ruborizó un poco—Sí.
—Bien de todos modos, hablaré con ella Se supone que después de una discusión tendría que comprarte flores. O diamantes.
Britt bajó la vista hacia su anillo de compromiso, adornado con un gran diamante central, rodeado por otros más pequeños.
—Ya me ha comprado bastantes.
—Es un anillo precioso, cielo. —Diane se volvió hacia Tammy y bajó la vista hacia su mano izquierda—El tuyo también, cielo ¿Cómo te va la vida de casada?
La joven observó cómo la luz de las lámparas halógenas se reflejaba en las piedras de su anillo de compromiso.
—Nunca creí que me casaría de verdad.
— ¿Por qué no? —preguntó Lucy con la boca llena.
Tammy miró de reojo hacia la puerta.
— ¿No deberíamos servirles el postre?
Lucy tragó antes de responder:
—Todos tienen piernas. Si quieren tarta, pueden venir a buscarla.
Riendo, Tammy cogió la taza de café con las dos manos.
—Antes de empezar a salir con Scott, vivía con otra persona, mi novio de la facultad de Derecho habíamos hecho planes: nos casaríamos y nos compraríamos una casa con su jardín y su verja blanca no faltaría de nada pero entonces me quedé embarazada.
Britt se removió inquieta en el taburete, con la vista fija en el suelo.
La mirada de Tammy se volvió melancólica.
—Scott me contó que, cuando él nació, también fue una sorpresa para sus padres, pero se alegraron mucho de su llegada. Ojalá hubiera podido conocer a Grace. Tuvo que ser una mujer maravillosa.
—Lo era —dijo Lucy— Santana tampoco estaba en sus planes. Mis padres la acogieron cuando su madre murió y más tarde la adoptaron. Los planes son sólo eso, planes. Pero la vida no siempre les hace caso.
Tammy asintió.
—Habíamos hablado de tener hijos. Los dos queríamos tenerlos. Pero de repente, Eric decidió que no estaba preparado. Pensó que me había quedado embarazada a propósito para cazarlo.
—Como si te hubieras quedado embarazada tú sola... —comentó Diane, moviendo el tenedor en el aire.
Britt no dijo nada. Se avergonzaba de comprender a Eric, aunque no estaba de acuerdo con sus actos. Ella tampoco se sentía preparada.
—Eric me dio un ultimátum: el bebé o él. Al ver que dudaba, se marchó.
—Menudo mamón —murmuró Lucy.
—Estaba destrozada. Sabía que el embarazo no era sólo responsabilidad mía, pero tenía la sensación de que debería haber ido con más cuidado. Llegué a plantearme abortar, pero Eric ya me había dejado. Además, en el fondo, me apetecía ser madre.
Britt volvió a removerse en el asiento, conmovida por la sinceridad de Tammy.
—No podía pagar el alquiler yo sola, así que volví a casa de mis padres. Sentía que había fracasado. Soltera, embarazada, viviendo de nuevo con mis padres. Cada noche lloraba hasta quedarme dormida, y pensaba que ningún hombre me querría.
—Lo siento mucho —dijo Britt, con los ojos llenos de lágrimas.
Tammy se acercó a ella y le dio un abrazo.
—Las cosas mejoraron con el tiempo, pero nunca le perdonaré a Eric que renunciara a sus derechos como padre. Ahora Jake nunca lo conocerá.
—Los donantes de esperma no son padres —la interrumpió Lucy—. Richard no contribuyó genéticamente a crear a Santana, pero es su padre.
—No sé quién aportaría el material genético de tu hermana, pero tuvo que ser un hombre guapo, porque esa chica está muy bien —comentó Diane, señalando hacia el salón con la cabeza—. No tan bien como mi hombre, claro, porque eso es imposible.
Britt soltó una risita incómoda. No estaba acostumbrada a que otras mujeres pensaran que su padre «estaba muy bien».
Tammy siguió hablando.
—Por suerte, tenía empleo. Trabajaba en la oficina del fiscal del distrito con Scott. Salimos un par de veces durante el embarazo. Sólo éramos amigos, pero siempre era tan amable conmigo... Suponía que tras tener al niño no volvería a saber nada de él, pero unas semanas después de que Jake naciera vino a verme y me invitó a salir en ese momento, me enamoré definitivamente.
—Él ya estaba enamorado de ti antes —recordó Lucy, entre risas—Hasta las trancas.
Tammy jugueteó con el anillo de compromiso, haciéndolo girar sobre el dedo.
—Por aquella época, le estaba dando el pecho al niño, así que tenía que sacarme leche antes de que viniera a buscarme, y la dejaba en la nevera para que se la dieran mis padres. Pero Scott nunca me hizo sentir incómoda. Me veía como a una persona, una mujer, no como a una madre. Creo que ya se había fijado en mí cuando salía con Eric—Con una sonrisa, añadió—: Antes de conoceros, tenía mucho miedo. No sabía qué pensaríais de mí. Pero todos me disteis la bienvenida—Mirando a Britt, añadió—: A Santana la conocí más tarde, pero ella también fue muy amable. Incluso cuando Jake le manchó la camisa.
—Deberías haberla visto antes de que conociera a Britt —Lucy hizo una mueca—. Le habría pasado a Jake la factura de la tintorería.
Britt estaba a punto de protestar en nombre de Santana, pero Tammy volvió a hablar:
—No, no creo lo hiciera. Siempre se muestra encantadora con Jake, Scott es increíble. La paternidad o la maternidad tienen un efecto maravilloso sobre las personas. Sobre las personas buenas —especificó—Scott es amable y juguetón cuando está con Jake Se tira al suelo y juega a revolcarse con él. Nunca lo había visto así. Las personas que no tienen hijos se lo pierden.
Britt se quedó pensando en qué tipo de madre sería Santana.
—Tengo muchas ganas de tener una niña —añadió Tammy, sonriendo—. Sé que Scott la tratará como a una princesa.
— ¿Quieres más hijos? —preguntó Lucy, alzando las cejas.
—Sí, creo que con dos tendríamos suficiente, pero si viniera otro niño, me gustaría que fuéramos a buscar la niña.
En ese momento, Scott entró en la cocina con el pequeño Jake, de veintiún meses, medio dormido en brazos. Saludó a las reunidas con una inclinación de cabeza antes de acercarse a Tammy.
—Creo que es hora de ir a la cama.
Britt sonrió ante el contraste entre Scott, con su metro noventa, y el menudo ángel rubio que llevaba en brazos. Parecía un gigante protector.
—Te ayudaré.
Tammy se levantó y cruzó la cocina hasta donde estaba su marido. Tras darle un beso, subieron juntos al dormitorio.
Lucy miró las tartas y los platos de postre.
—Creo que será mejor que les lleve el postre a los otros—Cortó dos trozos de tarta, los puso en el plato y se los llevó al salón.
Diane miró a Britt sin dejar de juguetear con la taza.
— ¿Podemos hablar un momento, cielo?
—Claro. —Britt cambió de postura en el taburete para mirar de frente a Diane.
—No sé cómo decir esto, así que voy a soltarlo sin más. Últimamente paso mucho tiempo con tu padre.
Ella sonrió para tranquilizarla—Me parece estupendo.
—Ya conoce a mi madre y al resto de mi familia. Incluso ha empezado a venir conmigo a la iglesia los domingos para oírme cantar en el coro.
Britt trató de ocultar la sorpresa que le causaba imaginarse a su padre en una iglesia.
—Cuando mi padre me preguntó si podía invitarte a mi boda, supuse que la cosa iba en serio.
—Lo quiero.
Britt abrió mucho los ojos.
—Guau, ¿lo sabe él?
—Por supuesto. Él también me quiere. —Diane sonrió con timidez—. Hemos estado hablando sobre el futuro... Haciendo planes...
—Es fantástico.
— ¿De verdad lo piensas? —Diane la estaba mirando fijamente.
—Me alegro mucho de que esté con alguien que lo quiere. No me apetece mucho sacar el tema de Deb, pero estoy segura de que ya sabes que estuvieron un tiempo juntos La verdad es que no acababa de verlos como pareja. Aquello acabó en nada.
Diane guardó silencio. Parecía absorta en sus pensamientos.
—Tu padre y yo hemos hablado sobre dar el paso para hacer más permanente nuestra relación Quería que supieras que, cuando lo hagamos, no trataré de ocupar el lugar de tu madre.
—Sharon no era mi madre.
Diane le apoyó una mano en el brazo.
—Lo siento.
—No sé qué te habrá contado papá sobre ella, pero me imagino que no gran cosa.
—No lo he forzado a contarme nada. En el momento que quiera explicármelo, lo escucharé.
Britt bebió el café en silencio. No le gustaba hablar de su madre; ni siquiera pensar en ella.
Había muerto cuando ella estaba en el último curso del instituto. Sharon era alcohólica.
Durante casi todo el tiempo se mostraba indiferente a los problemas de Britt Y en las ocasiones que no era así, la trataba de un modo abusivo, y se burlaba de ella.
—Grace se portó como una madre conmigo. Me sentía mucho más cercana a Grace que a Sharon.
—Grace era una buena mujer.
Al mirar a Diane a los ojos, Britt vio en ellos esperanza, pero también una cierta ansiedad.
—No me preocupa en absoluto que te conviertas en mi madrastra. Si papá y tú decidís casaros, yo estaré allí, apoyándoos.
—Harás mucho más que eso, cielo. Serás una de mis damas de honor. —Diane la abrazó con fuerza. Cuando al final se apartó, se enjugó las lágrimas—. Siempre quise tener una familia.
Quería un marido y una casa propia. Y parece que, a los cuarenta años, mis sueños se van a hacer realidad.
»Tenía miedo de lo que pudieras pensar. Deseaba que supieras que quiero a tu padre, que no estoy con él por su dinero.
Britt la miró sin comprender, hasta que vio la chispa traviesa en los ojos de Diane y ambas mujeres se echaron a reír.
—Vale, me tomas el pelo. Papá no tiene dinero.
—Es un buen hombre, tiene trabajo y me hace feliz. Si una mujer encuentra a alguien así, que encima está requetebién, sería una idiota si no lo agarrara. El dinero es secundario.
Antes de que Britt pudiera decir nada más, Tom apareció en la puerta. Al ver que Diane tenía los ojos llorosos, se acercó a ella.
— ¿Qué te pasa? —preguntó, al tiempo que le secaba las lágrimas con los dedos.
—Diane me estaba contando lo mucho que te quiere —respondió Britt, con una sonrisa de aprobación.
— ¿Ah, sí? —La voz de Tom sonó más ronca.
—Ya sé que no me la has pedido, pero cuentas con mi bendición.
Los ojos oscuros de su padre buscaron los suyos.
— ¿Ah, sí? —repitió, emocionado.
Tom las abrazó, a cada una con un brazo, y les dio un beso en la coronilla.
—Mis chicas —susurró.
Poco después, Britt se despidió de su padre y de Diane. Pensaba que estaban viviendo juntos, al menos parte del tiempo, pero ésta la sorprendió al decirle que seguía con su madre y que, por respeto a ella, no se quedaba a dormir en casa de Tom.
Britt entendió entonces por qué tenía tanta prisa por casarse y tener su propia casa.
Después de que le sirvieran el postre, Richard Clark se sentó en el porche a beberse un whisky y a fumarse un puro. El aire era fresco y todo estaba en calma. Si cerraba los ojos, podía imaginarse a su esposa, Grace, saliendo de la cocina y sentándose en la silla Adirondack que tenía al lado.
La melancolía se apoderó de su corazón. Grace nunca volvería a sentarse con él.
— ¿Cómo estás?
Al abrir los ojos, vio a su nuera, Brittany, sentada a su lado. Se estaba abrazando las rodillas, arrebujada en una de las viejas chaquetas de cachemira de Santana.
Richard se cambió el puro de mano y movió el cenicero para no molestarla.
—Estoy bien, ¿y tú?
—Muy bien.
—La cena estaba muy buena. Francamente excepcional.
—He intentado copiar algunos de los platos que tomamos en Italia. Me alegro de que te hayan gustado. —Apoyó la cabeza en el respaldo de la silla y levantó la vista hacia el cielo oscuro.
Richard bebió un trago en silencio. Notaba que algo la preocupaba, pero no quería presionarla.
— ¿Richard?
Él se echó a reír.
—Pensaba que habíamos quedado en que me llamarías papá.
—Sí, claro, papá, lo siento. —Ella pasó una uña por el reposabrazos, marcando la madera.
—No lo sientas. Somos familia, Britt Siempre que me necesites, aquí estaré.
—Gracias. —Ella recorrió con el dedo la marca que había dejado en la madera—. ¿Te molesta que hayamos cambiado cosas... de la casa?
Richard dudó unos momentos antes de responder.
—Al baño le hacía falta una reforma. Y me parece muy práctico que hayáis puesto un baño en la planta baja y otro en el dormitorio principal. Y a Grace le habría encantado lo que habéis hecho con la cocina. Llevaba años queriendo poner encimeras de granito.
A Britt se le encogió el corazón.
—Hemos dejado muchas cosas como estaban.
—No te preocupes, de verdad. A Grace le habría encantado redecorar la casa contigo si hubiera estado aquí —la tranquilizó Richard.
— ¿Estás a gusto en la habitación de invitados? ¿No has cambiado de idea?
—Eres muy amable por preocuparte, pero te aseguro que estas cosas no me importan lo más mínimo. Lo único que me importa es que Grace se ha marchado y no volverá. Y me temo que eso no tiene remedio.
Richard bajó la vista hacia su anillo de boda, un sencillo aro de oro—En esta casa —dijo él—, a veces me parece oír su voz, oler su perfume. En Filadelfia no me pasa. Mi apartamento no tiene recuerdos de ella. —Le dirigió una sonrisa melancólica—. La separación no duele tanto cuando estoy aquí.
— ¿Es muy duro?
—Mucho.
Britt permaneció en silencio unos instantes, como si se estuviera planteando cómo sería la vida sin Santana Se quedaría destrozada, sin duda.
La duración de una vida humana era incierta. Cualquiera podía contraer una enfermedad grave o tener un accidente y de repente una familia quedaba rota.
Desde alguna parte de su interior, una vocecita le susurró: «Si tuvieras un hijo con Santana, siempre tendrías una parte de ella». —Más que el pensamiento en sí, fue la voz lo que hizo que se estremeciera.
Al notar su reacción, Richard se levantó y le rodeó los hombros con una manta.
—Gracias —murmuró ella— ¿Te gusta vivir en Filadelfia?
—Mi puesto de investigador no es lo que esperaba. La verdad es que me he planteado retirarme—Echó la ceniza en el cenicero—Me trasladé allí para estar más cerca de Luce y de Scott, pero los veo poco. Están muy ocupados. Todos mis amigos, incluido tu padre, están aquí.
—Pues vuelve.
— ¿Cómo? —Richard se volvió hacia ella.
—Vuelve a Selinsgrove. Instálate aquí.
—Pero ahora ésta es vuestra casa.
—Sólo durante las vacaciones. Podrías ocupar la habitación principal inmediatamente y luego mandar a buscar tus cosas.
Richard se llevó el puro a los labios.
—Es un ofrecimiento muy generoso, pero ya tomé la decisión. Hace más de un año que le vendí la casa a Santana.
—Ella se sentiría más feliz sabiendo que estás en el lugar que te corresponde.
Richard negó con la cabeza.
—No, no volveré atrás.
Britt se estrujó el cerebro pensando en una táctica más convincente.
—Para nosotras sería como una buena obra, un mitzvah. Necesitamos que Dios nos bendiga.
Richard se echó a reír.
—Eso era lo que yo le decía a Santana cuando se ponía tozuda ¿Por qué necesitáis que Dios os bendiga?
La expresión de Britt se ensombreció.
—Le he pedido algo y no me ha respondido.
Al ver que no decía nada más, Richard aspiró y soltó el humo del puro.
—Creo que todas las oraciones reciben respuesta tarde o temprano, aunque a veces la respuesta es un «no» Rezaré para que recibas la tuya lo antes posible.
»No te digo que la idea no me resulte tentadora. Pero habéis gastado tiempo y energías en hacer de esta casa vuestro hogar. Habéis cambiado los muebles de la planta baja, habéis pintado las paredes...
—Hipotecaste esta casa para pagar las deudas que Santana había contraído por culpa de las drogas.
Richard la miró sorprendido.
— ¿Te lo contó?
—Sí.
—Fue hace mucho tiempo. Ya nos devolvió el dinero.
— ¿No te parece normal que quiera devolverte también tu casa después de todo lo que hiciste por ella?
—Un padre hace lo que haga falta por su hija —replicó Richard con expresión solemne—. El dinero me importaba tan poco entonces como ahora. Sólo quería salvarle la vida.
—Lo hiciste. Grace y tú lo hicisteis. —Britt miró a su alrededor—. Mientras la casa permanezca en la familia y podamos reunirnos en Acción de Gracias y Navidad, no importa quién sea el dueño ni quién viva en ella.
Britt se cubrió con la manta cuando una brisa recorrió el porche y le acarició la cara—Sin embargo —continuó—, Santana nunca se desprendería del huerto. Ha contratado unos jardineros para que recuperen los árboles. Y ha mandado plantar algunos nuevos.
—Esos manzanos hace años que no dan una buena cosecha. Me temo que es demasiado optimista.
Britt miró hacia el huerto entre las sombras.
—El optimismo es bueno. A ella le hacía falta. —Y volviéndose hacia Richard, añadió—: Si vivieras aquí, podrías cuidar del huerto. Creo que Santana se sentiría más tranquila si supiera que está en buenas manos. Nos estarías haciendo un favor.
Richard permaneció en silencio lo que pareció una eternidad.
—Gracias —dijo finalmente, con la voz ronca.
Brittany le apretó la mano antes de dejarlo a solas con su puro y sus pensamientos.
Al cerrar los ojos, un sentimiento de esperanza descendió sobre él.
Cuando los invitados se fueron a dormir, Britt se sentó en el borde de la nueva bañera con hidromasaje para comprobar la temperatura del agua necesitaba relajarse un poco.
Sabía que debería estar trabajando en la conferencia, pero las emociones del día la habían agotado. Se preguntó si debería llamar a su terapeuta de Boston. Seguro que la doctora Walters le daría buenos consejos para afrontar la ansiedad, los conflictos matrimoniales y el nuevo interés de Santana por ampliar la familia.
Querer tener un bebé no era nada malo Britt comparó el entusiasmo y la ternura de su esposa con la fría indiferencia que Eric le había mostrado a Tammy. Por supuesto, no había duda de cuál de las dos actitudes prefería. Pero tenía que mantenerse firme para que la pasión de Santana no anulara su personalidad ni sus sueños.
Su pelea del día anterior demostraba que todavía tenían mucho que hacer para funcionar como pareja. Tenían que aprender esas lecciones antes de traer un niño al mundo.
Mientras esperaba a que el nivel del agua ascendiera, sintió que se le erizaban los pelillos de la nuca. Al volver la cabeza, vio a Santana junto al tocador. Se había desabrochado los tres botones superiores del vestido.
—Nunca me canso de mirarte —dijo Santana, y le dio un beso en la nuca antes de quitarle la toalla en la que se había envuelto—Debería pintarte —añadió, acariciándole la espalda con los dedos.
—Ya me pintaste la otra noche, Caravaggio. Manchamos de pintura todo el suelo.
—Ah, sí. Qué lástima tener que limpiarlo. Había pensado que podíamos añadir más pintura otro día.
—Tendrás que esperar a otra ocasión, cuando no haya invitados—La miró con picardía ¿Quieres acompañarme?
—Prefiero mirarte.
—En ese caso, me aseguraré de darte un buen espectáculo.
Se levantó la melena con las dos manos y arqueó la espalda adoptando la pose de una pin-up delos años cincuenta.
Santana gruñó y se acercó más a ella.
Britt la detuvo alzando una mano.
—Me dejé el gel de burbujas en el otro baño anoche ¿Podrías ir a buscarlo?
—Por supuesto, diosa—Le dio un beso en los labios antes de irse.
Santana tardó unos minutos en localizar el jabón, porque a alguien se le había caído al suelo y la botella había ido rodando hasta la papelera. Se agachó para recogerlo, y vio algo que había quedado entre la papelera y la pared.
Era una caja pequeña, rectangular.
Leyó la etiqueta: Test de embarazo.
Pero la caja estaba vacía.
Cuando se hubo recuperado de la sorpresa, y tras volver a leer la etiqueta para asegurarse de que la había leído correctamente, dejó la caja donde la había encontrado y regresó a la habitación.
Sin una palabra, le dio la botella a Britt, que echó el gel con aroma de sándalo y mandarina satsuma antes de entrar en la bañera. Se colocó en lo que le pareció que sería una pose provocativa, pero Santana estaba perdida en sus pensamientos.
— ¿Qué pasa? —le preguntó, cambiando de postura para verle mejor la cara.
Ella se pasó una mano por la barbilla y la boca.
— ¿Está embarazada Lucy?
—Que yo sepa no, aunque me dijo que lo estaban intentando. ¿Por qué?
—He encontrado un test de embarazo en el baño de invitados. Bueno, sólo la caja vacía. Parecía que habían tratado de esconderla.
—Probablemente sea suyo.
—Ojalá fuera tuyo—Santana la estaba observando con tanta intensidad que Britt sintió el calor de su mirada en la piel.
— ¿Incluso después de lo de ayer?
—Por supuesto. Las parejas discuten un poco de sexo salvaje y sudoroso para reconciliarnos y todo está olvidado.
Britt bajó la vista hacia el agua.
—Preferiría disfrutar del sexo salvaje y sudoroso sin discutir antes.
—Pero entonces la reconciliación perdería todo el sentido, ¿no crees? —susurró ella, con voz ronca. Respirando hondo, Britt levantó la cara y la miró fijamente.
—No estoy preparada para formar una familia.
—Ya llegará el momento—Santana le tomó la mano y le besó los dedos llenos de espuma—Créeme, no quiero volver a discutir contigo esta noche no quiero crearte más estrés.
Ella sonrió débilmente.
—Supongo que también podría ser de Tammy.
—Tammy ya tiene un hijo.
—Jake cumplirá dos años en septiembre. Y sé que quiere tener más hijos con Scott.
Santana ajustó la intensidad de la luz, dejándola más tenue, antes de desaparecer en el dormitorio.
Cuando volvió, la voz de Astrud Gilberto sonaba por el altavoz que había hecho instalar en el techo del cuarto de baño.
Britt miró a su esposa con admiración.
—Sea de quien sea, tal vez haya descubierto que no está embarazada. Pero si lo está, serás tía Otra vez la tía Santana.
Sin hacer caso de sus palabras, ella se desabrochó la parte de arriba del vestido. Se la quitó, seguida del sujetador, dejando a la vista el tatuaje.
Britt la observó mientras colgaba el vestido en un gancho y sus manos se acercaban a las bragas.
Una vez allí, Santana se quedó quieta, provocándola.
Britt puso los ojos en blanco.
—Cuando acabes, el agua ya estará fría.
—Lo dudo. Y te aseguro que cuando acabe, no estaré aquí fuera.
— ¿Por qué no?
—Porque pienso acabar dentro de ti.
Con una media sonrisa, se quitó las bragas.
Britt conocía bien el cuerpo de su esposa, pero igualmente, verla la dejaba siempre sin aliento.
Tenía unas curvas impresionantes y unos hermosos redondos y bien proporcionados pechos con unos pezones con un color exquisito, los brazos eran delgados pero hermosos, igual que los abdominales, que acababan formando una uve que descendía vertiginosamente hasta su sexo.
—Me matas cuando me observas así —confesó Santana.
— ¿Por qué? —Britt le devolvió la mirada con descaro, moviéndose en la bañera para dejarle sitio.
—Porque parece que quieras lamerme... todo el cuerpo.
—Así es.
Santana se metió en la bañera rápidamente. Se sentó tras ella y la rodeó con sus piernas.
—Este aroma me resulta familiar.
—Compré el gel porque me recordó al aceite de masaje que usaste en Florencia. Me hiciste un masaje en la espalda con él, ¿te acuerdas?
—En mi recuerdo, te froté algo más que la espalda. —Santana le acarició la oreja con la nariz—Ni te imaginas el efecto que este aroma tiene sobre mí.
—Oh, sí. Me hago una idea —replicó Britt.
—Antes de que nos dediquemos a... otras actividades, me gustaría que habláramos un poco.
— ¿Sobre qué? —Britt se tensó.
Santana le puso las manos sobre los hombros y empezó a masajearle el cuello.
—Relájate, no soy tu enemiga. Sólo estoy tratando de persuadirte para que confíes en mí. Sé que sueles tomar baños de espuma cuando estás estresada. Y últimamente te das un baño todos los días.
—No es nada. Es que tengo muchas cosas en la cabeza.
—Cuéntamelas.
Ella movió la mano adelante y atrás, empujando la espuma.
—Tengo miedo de no poder acabar los estudios. Y me preocupa mucho la conferencia.
Santana pasó a masajearle los hombros.
—Ya hemos hablado de la conferencia y te he dado mi opinión sincera. Es buena. Y no vas a dejar los estudios a medias. Sólo tienes que ocuparte de ir superando los semestres uno a uno.
»Tampoco hace falta que estés pendiente de la familia toda la semana. Mañana les diremos que pasarás el día trabajando. Durante el día se entretendrán solos y por la noche yo prepararé filetes en la barbacoa. Seguro que Luce y Tammy estarán encantadas de echarme una mano.
Los músculos de Britt empezaron a destensarse un poco.
—Eso me ayudaría, gracias.
—Haría cualquier cosa por ti —susurró Santana, con los labios pegados a su cuello—Lo sabes, ¿no?
—Lo sé.
Cuando se separaron, ella sonrió.
—Tu cumpleaños nos pillará en Italia. ¿Cómo querrás celebrarlo?
—Contigo. En la cama. Durante dos días. —Santana le rodeó la cintura con los brazos y le acarició la piel de alrededor del ombligo.
— ¿Quieres que invitemos a alguien a Umbría? Podrían venir a visitar la exposición de Florencia con nosotras.
—No, te quiero para mí sola esos días. Podemos invitarlos a celebrar tu cumpleaños en Cambridge.
Britt apoyó la mano sobre la de ella para que dejara de acariciarla—No me gusta hacer nada especial por mi cumpleaños.
Santana se echó hacia atrás, reclinándose en la bañera.
—Pensaba que ya lo habías superado.
—Es en septiembre estaremos muy ocupadas.
—No se cumplen veinticinco años todos los días. Es un hito importante y hay que festejarlo.
—Lo mismo digo los treinta y cinco son igual de importantes.
—Mis años sólo son importantes porque tú estás en mi vida. Sin ti, mis días estarían vacíos.
Britt apoyó la cabeza en su pecho.
— ¿Por qué tienes que ser tan dulce?
—Porque ya he tenido bastantes amarguras en mi vida —respondió Santana, resiguiéndole la línea del cuello y el hombro con los labios.
—En ese caso, supongo que daremos una fiesta en septiembre. Podríamos hacerla coincidir con el Día del Trabajo para alargar el fin de semana. —Britt le besó los pechos antes de volver a tumbarse de espaldas sobre su pecho—Antes estabas hablando con Richard. ¿Qué te ha dicho?
—Que le gustaría volver a vivir aquí, pero que no quiere recomprar la casa. Supongo que contaba con el dinero de la venta para su jubilación.
—Puede vivir aquí sin comprar la casa. No te importaría, ¿no?
—No, claro que no. Al contrario, me gustaría que lo hiciera. Pero no quiere abusar, sobre todo después de las reformas que hemos hecho.
—Pues mejor, así las disfruta. El único problema que veo son los muebles. No nos caben en Cambridge.
—Podríamos dárselos a tu padre. Los de Tom ya están muy viejos—La estirada Profesora había vuelto a aparecer en escena.
— ¿Lo dices en serio?
—No quiero mentirte, Britt Tu padre no es mi persona favorita de este mundo, pero como tú sí lo eres... —Dejó la frase en el aire para besarla.
—Richard no quiere desprenderse de ciertos muebles que compartió con Grace. Unos cuantos se los llevó, pero otros están en el guardamuebles. Tendremos que quitar los nuevos para hacer espacio para los viejos. Si lo prefieres, podemos ofrecérselos a Lucy.
—Muy buena idea. Diane y él están pensando en casarse.
Santana la abrazó con más fuerza.
— ¿Y a ti qué te parece?
—Ella siempre se ha portado muy bien con él y conmigo. Me gusta la idea de que tenga a alguien a su lado para cuando se haga viejo.
—Siento ser yo quien te diga esto, querida, pero tu padre ya se está haciendo viejo. Todos nos hacemos viejos.
—Ya sabes a lo que me refiero.
Santana la hizo volverse hasta quedar de cara a ella, con las piernas alrededor de su cintura.
—Por suerte para ti, yo aún no soy demasiado vieja para mantenerte despierta toda la noche. Creo que esta habitación no la hemos bautizado... todavía.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 6
Pasada la medianoche, Richard notó que el colchón se hundía y que alguien se metía en la cama a su lado. Se volvió y abrazó el cuerpo de su esposa. Era un cuerpo suave y muy familiar. Al presionarlo contra el suyo, suspiró hondo.
Ella también suspiró de satisfacción, como hacía siempre que se acurrucaba contra él.
—Te he echado de menos —dijo Richard, acariciándole el pelo y besándoselo.
No se extrañó al notar que volvía a tenerlo largo y liso, como antes de la quimioterapia.
—Yo también te he echado de menos, querido. —Grace buscó su mano y entrelazó los dedos con los suyos.
Richard notó que el anillo de boda y el de compromiso de ella chocaban con el suyo. Se alegró de no habérselos quitado.
—Sueño contigo.
—Lo sé —admitió Grace, besando el lugar donde sus anillos se unían.
—Éramos tan jóvenes... Teníamos toda la vida por delante, queríamos hacer tantas cosas...
—La voz de Richard se rompió en la última palabra—Te echo mucho de menos —siguió al cabo de unos momentos—. Añoro abrazarte en la oscuridad. Oír tu voz. Aún no me creo que te haya perdido.
Grace le cogió la mano y se la llevó al pecho.
Richard se preparó para notar los huecos que había en el lugar donde habían estado sus pechos.
Aunque sus cicatrices lo entristecían, no le resultaba desagradable mirarla ni tocarla. Pero ella no se lo permitía.
Grace pensaba someterse a cirugía reconstructiva, pero cuando el cáncer regresó, eso pasó a un segundo plano. Para él, siempre había sido hermosa, arrebatadora, incluso al final.
Su mano entró en contacto con los senos de Grace, y los notó redondeados y prietos. Tras unos instantes de vacilación, le cubrió un pecho con la mano. Ella apoyó la suya sobre la de él y apretó.
—Estoy curada —susurró—Fue una experiencia maravillosa no me dolió nada.
Richard sintió el cosquilleo de las lágrimas.
— ¿Curada?
—No existe el dolor. Ni las lágrimas. Y es tan... tan hermoso.
—Siento no haber sido consciente de que estabas enferma —se excusó él, con la voz ronca de emoción—Debería haber prestado más atención. Debería haberme dado cuenta.
—Era mi hora. —Grace se llevó la mano de Richard a la boca y la besó—. Hay tantas cosas que quiero mostrarte. Pero aún no. Descansa, mi amor.
Al despertarse a la mañana siguiente, la cama de Richard estaba vacía, pero sabía que había recibido un don muy especial. Se sentía más ligero, más en paz consigo mismo y con el mundo de lo que lo había estado en mucho tiempo. Tras desayunar con la familia, empezó a preparar las cosas para dejar el puesto de investigador en Filadelfia.
Durante la semana siguiente, puso su apartamento a la venta y contrató un servicio de mudanzas para llevar sus cosas de vuelta a la casa que había comprado con su esposa muchos años atrás.
Santana insistió en recoger también las cosas que habían dejado en el guardamuebles.
Cuando los camiones empezaron a llegar, Santana les indicó a los transportistas el camino hacia el dormitorio principal, para que se llevaran sus muebles antes de montar los de su padre.
—No —dijo Richard, apoyando una mano en el hombro de su hija—. La habitación de invitados es ahora mi habitación.
Santana pidió a los transportistas que los dejaran un momento a solas y se volvió hacia su padre con el cejo fruncido.
— ¿Por qué no quieres volver a tu habitación?
—Ésa es vuestra habitación ahora Britt la ha pintado y decorado a su gusto y no pienso tocar nada.
Santana empezó a protestar, pero Richard lo interrumpió levantando una mano.
—Grace estará conmigo duerma donde duerma. Me encontrará también en la habitación de invitados—Con un último apretón en el hombro de Santana, les indicó a los transportistas el camino de su nuevo cuarto.
A ella no le apetecía discutir con su padre, especialmente cuando éste tenía un aspecto tan satisfecho si sus palabras le resultaron extrañas, no lo demostró.
(La verdad es que no le resultaron extrañas.)
Esa noche, cuando la casa volvió a quedarse vacía y en calma, Richard se imaginó que Grace se metía en la cama con él se volvió de lado y se durmió, tranquilo, antes de reunirse con ella en sueños.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola!
Bueno vengo a dejarles dos capitulos espero que les guste :) casi no veo comentarios eso me pone triste pero bueno :)
Para mi este ultimo capitulo es uno de los capitulos mas hermosos que hay :") llore mucho cuando lo lei <3
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio,...
me gusta cuando están todos juntos,...
me encanta que richard vuelva a la casa,.... es dulce que grace busque este donde este la paz de su filia!!! también llorisquie en esa parte!!!
nos vemos!!!
me gusta cuando están todos juntos,...
me encanta que richard vuelva a la casa,.... es dulce que grace busque este donde este la paz de su filia!!! también llorisquie en esa parte!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
no te preocupes por los comentarios eso no le quita la importancia que seguro tiene para todos los que seguimos la historia! ya vendran y hasta muy pronto, espero!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Página 22 de 33. • 1 ... 12 ... 21, 22, 23 ... 27 ... 33
Temas similares
» Fanfic Brittana : "Santana" (Adaptación) Capitulo 20, 21, 22, 23 Final
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Santana (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Chica de Servicio: 3-Ríndete (Adaptada) Epílogo + Santana
» [Resuelto]Fanfic [Brittana] Halo.Tomo 2.Hades. Capitulo: 32 La espada de Miguel. Epílogo
» FanFic [Brittana] Juramento de Honor. Capitulo 35. FINAL
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Santana (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Chica de Servicio: 3-Ríndete (Adaptada) Epílogo + Santana
» [Resuelto]Fanfic [Brittana] Halo.Tomo 2.Hades. Capitulo: 32 La espada de Miguel. Epílogo
» FanFic [Brittana] Juramento de Honor. Capitulo 35. FINAL
Página 22 de 33.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1