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Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
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micky morales
marthagr81@yahoo.es
monica.santander
Elita
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Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
Guardianes de la cueva
Prolongo
Las agentes del FBI, Santana Lopez y Brittany Pierce, son asignadas para infiltrarse en una escuela de señoritas haciéndose pasar por una pareja de lesbianas. En el caso, las desapariciones al azar remontan a más de 50 años, y algunos apuntan a la extraña comunidad de Hoganville.
este es mi nuevo fanfic nuevamente que esta historia se compone de dos libros aqui hos dejo el primero espero que hosguste gracias
12.29.2015
Prolongo
Las agentes del FBI, Santana Lopez y Brittany Pierce, son asignadas para infiltrarse en una escuela de señoritas haciéndose pasar por una pareja de lesbianas. En el caso, las desapariciones al azar remontan a más de 50 años, y algunos apuntan a la extraña comunidad de Hoganville.
este es mi nuevo fanfic nuevamente que esta historia se compone de dos libros aqui hos dejo el primero espero que hosguste gracias
12.29.2015
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
ya quiero leer mas, estos fic son adictivos.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
Por favor pon pronto el cap :D
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
aqui esperando, gracias!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Guardian dela cueva capitulo 1
CAPÍTULO 1
Estaba espeluznantemente tranquilo en la habitación, sólo el constante goteo, goteo, goteo de la máquina de café interrumpía el silencio. A esta hora temprana, incluso los otros equipos estaban ausentes. De Marcus Freeman, conocido por todos como Puck, se quedó mirando los escritorios vacíos por un momento, luego miró el gran reloj en la pared. Estarían aquí pronto. Conocía la rutina de ellos mejor que la suya, sobre todo después de cerrar un caso como el que acababan de concluir. Ocho chicos
desaparecidos. Sí, los encontraron. Los encontraron a todos. Muertos. El bastardo los había estado utilizando como juguetes sexuales, el más antiguo por dos meses. El más nuevo, tan sólo dos días. Todos muertos. Y Ice sabía exactamente cómo su equipo se ocuparía de eso. Su compañera, Constance Jean
Johnston, saldría sola a un bar popular de lesbianas y después deuna gran cantidad de tragos de tequila, recogería una mujer cuyo nombre no recordaría esta mañana. Santana seguiría a la mujer a casa, follarían como locas, entonces se iría antes de que la mujer despertara. Sin nombre, sin número de teléfono. Así era como Santana manejaba las cosas.
Sam Evans, cuyo propio hijo era de la misma edad que la mayoría de esos chicos, iría a casa de su ex-esposa, quién, por alguna extraña razón, todavía tenía relaciones sexuales con él. Tal vez ella había estado el tiempo suficiente para saber cómo estos casos lo afectaban, a pesar de que en un día normal peleaban como perros y gatos. La compañera de Sam,Brittany Pierce, siempre iba a casa sola y bebía una botella entera de vino… a veces dos, según Sam… mientras disfrutaba de un baño de burbujas. Ice permitió que su mente vagara hacia la hermosa agente rubia, imaginándola hasta el cuello en burbujas,
sosteniendo perezosamente con una mano una copa por el borde. Lo apartó, consciente de que Sam le patearía el culo por ese pensamiento. Sam tenía su propio enamoramiento con ella, aunque lo negara hasta el día de su muerte. Suspiró y se dirigió hacia el café, a pesar que conocía la rutina. En un día normal, después de un caso normal, Brittany sería la primera en llegar. Siempre. Era irritantemente puntual, nunca llegaba tarde. Sam se apresuraría siendo el siguiente, sin dejar de masticar lo que
hubiese comprado para el desayuno esa mañana. Luego Santana se arrastraría adentro, con su cabello todavía mojado, evidencia de que se había levantado a tiempo solo para una ducha rápida,
sin café o desayuno. Santana habitualmente llegaba tarde. Siempre. Pero eso era en un día normal. Hoy, ya que no era un día normal, Santana llegaría primero, apestando a sexo y tequila, con la misma ropa de ayer. Le gruñiría un saludo y luego se hundiría en su silla. Él le entregaría una taza de café, del cual ella
se quejaría. Sam aparecería después, con los ojos rojos e hinchados por la falta de sueño. Su ex-esposa, le escucharía decir a Sam, era una máquina sexual. Brittany sería la última en llegar. Siempre traía café de Starbucks y desayuno para agasajarlos. A veces, cruasanes de jamón y queso, a veces tacos de un bar local mexicano, a veces sólo McDonald, pero siempre traía el desayuno. Y ella los observaría, buscando ver si ellos se habían recuperado, sus ojos sin duda aterrizando en Santana con
una leve mirada de desaprobación. Él a menudo se preguntaba si esa era la razón por la que ella intencionalmente llegaba tarde…para no tener que presenciar a Santana entrando y luciendo como una mierda. Él realmente no entendía la relación entre ellas. Cuando los cuatro salían a tomar unas cervezas, ellas coqueteaban descaradamente la una con la otra. Bueno, Santana coqueteaba, tal como era su naturaleza. Brittany lo tomaba,respondiéndole de igual manera. Pero siempre se iban por separado y por lo que él sabía, nunca hacían nada entre sí fuera de los cuatro. Él ni siquiera estaba seguro de llamarlas amigas. Volvió a sentarse nuevamente, frotándose su cabeza recién afeitada, preguntándose si Santana lo llegaría a notar.
***
Santana entrecerró los ojos ante la luz brillante del sol, sus gafas oscuras hicieron poco para suavizar el resplandor. Pasó la lengua por sus dientes, su boca seca y aún con el sabor a tequila… y a sexo. Gruñó, haciendo una mueca por el martilleo en su cabeza mientras se metía en el edificio. La mujer había sido una rubia. Recientemente, todas habían sido rubias. No podía recordar el nombre de la mujer ni para salvar su vida. Suspiró con cansancio mientras el ascensor se abría. Entró en la habitación, con las
gafas de sol aun cubriendo sus ojos. Su juego de escritorios estaba separado de los del equipo del FBI por una fila de archivadores y vio a Ice sentado en el suyo, como esperaba. Él era el último en salir y el primero en llegar. A veces se preguntaba si él incluso iba a casa. Hizo caso omiso a la mirada que él le dio
y sacó su silla con el pie, hundiéndose lentamente, manteniendo su cabeza inmóvil. “Sí, gracias”, murmuró mientras él le entregabauna taza de café.
Tomó un sorbo, haciendo una mueca ante el sabor “Maldita sea,Puck, esto sabe a mierda ¿Cuándo vas a aprender a hacer una buena taza de café?”
“No dudes en intentarlo” dijo él. Ella parpadeó varias veces, centrándose en la cabeza de él
“¿Qué demonios te ha pasado?”
“Quería un cambio” dijo mientras se frotaba la cabeza rapada.
“Uh. No me digas” Ella apoyó la cabeza sobre el escritorio, sus gafas de sol se aplastaban incómodamente contra su oído, esperando por su pregunta. “¿Cuál era su nombre?” Ella dio su respuesta habitual “No tengo ni idea” y mantuvo sus ojos cerrados, escuchando las puertas del ascensor que se abrían, consciente que era Sam.
Después de él, Santana llegó mucho antes de lo que solía llegar.
“Jesús, San ¿no es la misma ropa que tenías puesta ayer?”
“Muérdeme”, murmuró con los ojos todavía cerrados.
“Desearías”.
“Cállate”. Suspiró nuevamente, prometiendo…por lo menos unas cien veces… que le pondría fin a todas estas noches en vela con extrañas. Pero era la única manera en que podía espantar por completo de su mente los horrores del trabajo. Bueno, no la única manera, pensó, al recordar la noche que Brittany había
compartido su cama. Gimió en voz baja, sin querer pensar en eso ahora. Nunca llevaba a las mujeres a su propia cama. Era una regla que nunca rompía. Nunca. Era más fácil de esa manera. Sin nombres, ni teléfonos, ni direcciones. Pero había roto todas las reglas esa noche. Sólo que ella no había sido la única
escabulléndose de la cama de alguien y escapando en la oscuridad de la madrugada. Se sorprendió de lo mucho que le había dolido cuando despertó descubriendo que Brittany ya se había ido.
“Jesús, Puck ¿qué pasó con el afro que llegamos a amar?”
“Vamos, hombre, eso no era afro”.
***
Britanay sabía lo que iba a encontrar, incluso antes de que las puertas del ascensor se abrieran. Ice estaría inclinado hacia atrás en su silla, mirando a Santana con ojos molestos…y preocupados…mientras tiraba pedazos de papeles arrugados en el bote de basura. Sam estaría leyendo las noticias en línea, con
la barbilla apoyada en su mano tratando de ahogar un bostezo. Realmente no estaría leyendo el diario, lo sabía. Estaría reviviendo la noche pasada con su ex. Y Santana tendría su cabeza sobre el escritorio, con los ojos cerrados. Si era una mala mañana, todavía tendría puesta sus gafas de sol.
Ella hizo una pausa antes de bajar del ascensor, su mirada pasó rápidamente por la habitación. Silenciosamente reconoció que sus suposiciones eran correctas.
Tomando una respiración profunda, caminó hacia delante, sonriéndole a Puck antes de entregarle un café. “Bonita cabeza” dijo con una sonrisa.
Sam tomó su café antes de que ella pudiese ofrecérselo, entonces miró la bolsa que ella sostenía. “Salchichas y tortillas” dijo ella, entregándole una.
“Eres la mejor. Gracias”.
Le arrojó una a Puck y luego se acercó a Santana, quien todavía tenía que levantar su cabeza. Colocó el café y el desayuno al lado de ella,sacudiendo lentamente la cabeza.
“Realmente, realmente necesitas una ducha,San”, dijo en voz baja.
“Lo sé” murmuró ella. Brittany negó con su cabeza nuevamente, preguntándose por qué Santana se ponía a sí misma a pasar por esto.
¿No podría estar satisfecha con una noche a solas? ¿Quizás con una botella de vino, tal vez un baño caliente con burbujas? ¿Siempre tenía que espantar las imágenes con sexo?
Se permitió una breve mirada al pasado, esa noche en la que había sido ella la que Santana había envuelto. Contra su mejor juicio, Brittany había cedido a sus deseos, un error provocado por el incesante coqueteo de Santana, demasiados tragos de tequila y su propia necesidad de escapar del trabajo por unas horas. Aunque se había arrepentido de su decisión la mañana siguiente, todavía seguía siendo una noche que era incapaz de olvidar
***
Sam vio cómo su pareja miraba a Santana. Echó un vistazo a Puck con las cejas levantadas cuando Brittany negó con su cabeza por tercera vez antes de tomar asiento en su propio escritorio ordenado. Sam comió su desayuno en silencio, al igual que los demás. Finalmente, Santana se levantó…aunque
lentamente… agarró su café y tortilla. Se quedó mirando a Brittany.
“Voy a ducharme”, dijo mientras se dirigía lentamente hacia afuera.
“Bien ¿Por qué no tomas dos?” dijo Brittany en voz alta, arrastrando la silla fuera de su escritorio y yendo hacia la dirección opuesta de Santana.
“Demonios ¿Qué pasa con ellas de todos modos?” preguntó él.
Puck arrugó la envoltura de su desayuno y la lanzó en un tiro perfecto hacia el bote de basura “No lo sé. Han actuado extraño desde hace varios meses” Sam se inclinó hacia delante bajando su voz baja “¿No crees que… ya sabes?”
“No, hombre. Vamos…” dijo Puck, “…Britt es Britt. Ella es perfecta. Y San...bueno, sabes que la amo, pero ella tiene algunos problemas”.
Sam soltó un bufido “¿Problemas? ¿Es así como le dices?”
“Dale un respiro, hombre. Sabes cómo creció”.
“Sí, lo sé” Sam se echó hacia atrás nuevamente con un suspiro.
Sí, todos sabían cómo el viejo de Santana la usaba como un saco de boxeo cuando era una niña. Santana había crecido en el lado descuidado del parque de casas rodantes, en una parte mala de Houston, y aunque ella había dejado todo eso atrás, todos sabían que lo cargaba como una astilla en su hombro. Era hermosa como el infierno y podía seleccionar a las mujeres. Pero no era hermosa
de la manera perfecta y elegante como lo era Brittany. No, Santana era áspera y turbulenta, con su cabello oscuro cortado en diferentes longitudes, siempre luciendo algo desastroso. Pero incluso él admitía que era un look sexy, con la cantidad justa cayendo sobre esos grandes ojos marrones que te hacían desear llegar a hasta ella y apartarlos de allí.
Se sacudió a sí mismo.Maldita sea. Era Santana ¿En qué demonios estaba pensando?
**************************************************************************************************
Aqui les dejo el 1 capitolo espero que hos guste
Estaba espeluznantemente tranquilo en la habitación, sólo el constante goteo, goteo, goteo de la máquina de café interrumpía el silencio. A esta hora temprana, incluso los otros equipos estaban ausentes. De Marcus Freeman, conocido por todos como Puck, se quedó mirando los escritorios vacíos por un momento, luego miró el gran reloj en la pared. Estarían aquí pronto. Conocía la rutina de ellos mejor que la suya, sobre todo después de cerrar un caso como el que acababan de concluir. Ocho chicos
desaparecidos. Sí, los encontraron. Los encontraron a todos. Muertos. El bastardo los había estado utilizando como juguetes sexuales, el más antiguo por dos meses. El más nuevo, tan sólo dos días. Todos muertos. Y Ice sabía exactamente cómo su equipo se ocuparía de eso. Su compañera, Constance Jean
Johnston, saldría sola a un bar popular de lesbianas y después deuna gran cantidad de tragos de tequila, recogería una mujer cuyo nombre no recordaría esta mañana. Santana seguiría a la mujer a casa, follarían como locas, entonces se iría antes de que la mujer despertara. Sin nombre, sin número de teléfono. Así era como Santana manejaba las cosas.
Sam Evans, cuyo propio hijo era de la misma edad que la mayoría de esos chicos, iría a casa de su ex-esposa, quién, por alguna extraña razón, todavía tenía relaciones sexuales con él. Tal vez ella había estado el tiempo suficiente para saber cómo estos casos lo afectaban, a pesar de que en un día normal peleaban como perros y gatos. La compañera de Sam,Brittany Pierce, siempre iba a casa sola y bebía una botella entera de vino… a veces dos, según Sam… mientras disfrutaba de un baño de burbujas. Ice permitió que su mente vagara hacia la hermosa agente rubia, imaginándola hasta el cuello en burbujas,
sosteniendo perezosamente con una mano una copa por el borde. Lo apartó, consciente de que Sam le patearía el culo por ese pensamiento. Sam tenía su propio enamoramiento con ella, aunque lo negara hasta el día de su muerte. Suspiró y se dirigió hacia el café, a pesar que conocía la rutina. En un día normal, después de un caso normal, Brittany sería la primera en llegar. Siempre. Era irritantemente puntual, nunca llegaba tarde. Sam se apresuraría siendo el siguiente, sin dejar de masticar lo que
hubiese comprado para el desayuno esa mañana. Luego Santana se arrastraría adentro, con su cabello todavía mojado, evidencia de que se había levantado a tiempo solo para una ducha rápida,
sin café o desayuno. Santana habitualmente llegaba tarde. Siempre. Pero eso era en un día normal. Hoy, ya que no era un día normal, Santana llegaría primero, apestando a sexo y tequila, con la misma ropa de ayer. Le gruñiría un saludo y luego se hundiría en su silla. Él le entregaría una taza de café, del cual ella
se quejaría. Sam aparecería después, con los ojos rojos e hinchados por la falta de sueño. Su ex-esposa, le escucharía decir a Sam, era una máquina sexual. Brittany sería la última en llegar. Siempre traía café de Starbucks y desayuno para agasajarlos. A veces, cruasanes de jamón y queso, a veces tacos de un bar local mexicano, a veces sólo McDonald, pero siempre traía el desayuno. Y ella los observaría, buscando ver si ellos se habían recuperado, sus ojos sin duda aterrizando en Santana con
una leve mirada de desaprobación. Él a menudo se preguntaba si esa era la razón por la que ella intencionalmente llegaba tarde…para no tener que presenciar a Santana entrando y luciendo como una mierda. Él realmente no entendía la relación entre ellas. Cuando los cuatro salían a tomar unas cervezas, ellas coqueteaban descaradamente la una con la otra. Bueno, Santana coqueteaba, tal como era su naturaleza. Brittany lo tomaba,respondiéndole de igual manera. Pero siempre se iban por separado y por lo que él sabía, nunca hacían nada entre sí fuera de los cuatro. Él ni siquiera estaba seguro de llamarlas amigas. Volvió a sentarse nuevamente, frotándose su cabeza recién afeitada, preguntándose si Santana lo llegaría a notar.
***
Santana entrecerró los ojos ante la luz brillante del sol, sus gafas oscuras hicieron poco para suavizar el resplandor. Pasó la lengua por sus dientes, su boca seca y aún con el sabor a tequila… y a sexo. Gruñó, haciendo una mueca por el martilleo en su cabeza mientras se metía en el edificio. La mujer había sido una rubia. Recientemente, todas habían sido rubias. No podía recordar el nombre de la mujer ni para salvar su vida. Suspiró con cansancio mientras el ascensor se abría. Entró en la habitación, con las
gafas de sol aun cubriendo sus ojos. Su juego de escritorios estaba separado de los del equipo del FBI por una fila de archivadores y vio a Ice sentado en el suyo, como esperaba. Él era el último en salir y el primero en llegar. A veces se preguntaba si él incluso iba a casa. Hizo caso omiso a la mirada que él le dio
y sacó su silla con el pie, hundiéndose lentamente, manteniendo su cabeza inmóvil. “Sí, gracias”, murmuró mientras él le entregabauna taza de café.
Tomó un sorbo, haciendo una mueca ante el sabor “Maldita sea,Puck, esto sabe a mierda ¿Cuándo vas a aprender a hacer una buena taza de café?”
“No dudes en intentarlo” dijo él. Ella parpadeó varias veces, centrándose en la cabeza de él
“¿Qué demonios te ha pasado?”
“Quería un cambio” dijo mientras se frotaba la cabeza rapada.
“Uh. No me digas” Ella apoyó la cabeza sobre el escritorio, sus gafas de sol se aplastaban incómodamente contra su oído, esperando por su pregunta. “¿Cuál era su nombre?” Ella dio su respuesta habitual “No tengo ni idea” y mantuvo sus ojos cerrados, escuchando las puertas del ascensor que se abrían, consciente que era Sam.
Después de él, Santana llegó mucho antes de lo que solía llegar.
“Jesús, San ¿no es la misma ropa que tenías puesta ayer?”
“Muérdeme”, murmuró con los ojos todavía cerrados.
“Desearías”.
“Cállate”. Suspiró nuevamente, prometiendo…por lo menos unas cien veces… que le pondría fin a todas estas noches en vela con extrañas. Pero era la única manera en que podía espantar por completo de su mente los horrores del trabajo. Bueno, no la única manera, pensó, al recordar la noche que Brittany había
compartido su cama. Gimió en voz baja, sin querer pensar en eso ahora. Nunca llevaba a las mujeres a su propia cama. Era una regla que nunca rompía. Nunca. Era más fácil de esa manera. Sin nombres, ni teléfonos, ni direcciones. Pero había roto todas las reglas esa noche. Sólo que ella no había sido la única
escabulléndose de la cama de alguien y escapando en la oscuridad de la madrugada. Se sorprendió de lo mucho que le había dolido cuando despertó descubriendo que Brittany ya se había ido.
“Jesús, Puck ¿qué pasó con el afro que llegamos a amar?”
“Vamos, hombre, eso no era afro”.
***
Britanay sabía lo que iba a encontrar, incluso antes de que las puertas del ascensor se abrieran. Ice estaría inclinado hacia atrás en su silla, mirando a Santana con ojos molestos…y preocupados…mientras tiraba pedazos de papeles arrugados en el bote de basura. Sam estaría leyendo las noticias en línea, con
la barbilla apoyada en su mano tratando de ahogar un bostezo. Realmente no estaría leyendo el diario, lo sabía. Estaría reviviendo la noche pasada con su ex. Y Santana tendría su cabeza sobre el escritorio, con los ojos cerrados. Si era una mala mañana, todavía tendría puesta sus gafas de sol.
Ella hizo una pausa antes de bajar del ascensor, su mirada pasó rápidamente por la habitación. Silenciosamente reconoció que sus suposiciones eran correctas.
Tomando una respiración profunda, caminó hacia delante, sonriéndole a Puck antes de entregarle un café. “Bonita cabeza” dijo con una sonrisa.
Sam tomó su café antes de que ella pudiese ofrecérselo, entonces miró la bolsa que ella sostenía. “Salchichas y tortillas” dijo ella, entregándole una.
“Eres la mejor. Gracias”.
Le arrojó una a Puck y luego se acercó a Santana, quien todavía tenía que levantar su cabeza. Colocó el café y el desayuno al lado de ella,sacudiendo lentamente la cabeza.
“Realmente, realmente necesitas una ducha,San”, dijo en voz baja.
“Lo sé” murmuró ella. Brittany negó con su cabeza nuevamente, preguntándose por qué Santana se ponía a sí misma a pasar por esto.
¿No podría estar satisfecha con una noche a solas? ¿Quizás con una botella de vino, tal vez un baño caliente con burbujas? ¿Siempre tenía que espantar las imágenes con sexo?
Se permitió una breve mirada al pasado, esa noche en la que había sido ella la que Santana había envuelto. Contra su mejor juicio, Brittany había cedido a sus deseos, un error provocado por el incesante coqueteo de Santana, demasiados tragos de tequila y su propia necesidad de escapar del trabajo por unas horas. Aunque se había arrepentido de su decisión la mañana siguiente, todavía seguía siendo una noche que era incapaz de olvidar
***
Sam vio cómo su pareja miraba a Santana. Echó un vistazo a Puck con las cejas levantadas cuando Brittany negó con su cabeza por tercera vez antes de tomar asiento en su propio escritorio ordenado. Sam comió su desayuno en silencio, al igual que los demás. Finalmente, Santana se levantó…aunque
lentamente… agarró su café y tortilla. Se quedó mirando a Brittany.
“Voy a ducharme”, dijo mientras se dirigía lentamente hacia afuera.
“Bien ¿Por qué no tomas dos?” dijo Brittany en voz alta, arrastrando la silla fuera de su escritorio y yendo hacia la dirección opuesta de Santana.
“Demonios ¿Qué pasa con ellas de todos modos?” preguntó él.
Puck arrugó la envoltura de su desayuno y la lanzó en un tiro perfecto hacia el bote de basura “No lo sé. Han actuado extraño desde hace varios meses” Sam se inclinó hacia delante bajando su voz baja “¿No crees que… ya sabes?”
“No, hombre. Vamos…” dijo Puck, “…Britt es Britt. Ella es perfecta. Y San...bueno, sabes que la amo, pero ella tiene algunos problemas”.
Sam soltó un bufido “¿Problemas? ¿Es así como le dices?”
“Dale un respiro, hombre. Sabes cómo creció”.
“Sí, lo sé” Sam se echó hacia atrás nuevamente con un suspiro.
Sí, todos sabían cómo el viejo de Santana la usaba como un saco de boxeo cuando era una niña. Santana había crecido en el lado descuidado del parque de casas rodantes, en una parte mala de Houston, y aunque ella había dejado todo eso atrás, todos sabían que lo cargaba como una astilla en su hombro. Era hermosa como el infierno y podía seleccionar a las mujeres. Pero no era hermosa
de la manera perfecta y elegante como lo era Brittany. No, Santana era áspera y turbulenta, con su cabello oscuro cortado en diferentes longitudes, siempre luciendo algo desastroso. Pero incluso él admitía que era un look sexy, con la cantidad justa cayendo sobre esos grandes ojos marrones que te hacían desear llegar a hasta ella y apartarlos de allí.
Se sacudió a sí mismo.Maldita sea. Era Santana ¿En qué demonios estaba pensando?
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Aqui les dejo el 1 capitolo espero que hos guste
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
me ha encantado la historia, britt y san con una historia inconclusa o es decir ni siquiera iniciada apenas con una noche de pasion. Gracias
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
que esperas que nos guste, pues a mi me ha encantado asi que a ver como siguen las cosas!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Guardian dela cueva capitulo 2
Capitulo 2
“Agruparse equipo
Santana apartó el cabello de sus ojos, preguntándose qué tendría Will para ellos esta vez.
El Agente Especial a cargo les había dado dos días de descanso después de concluir el caso del chico perdido, como lo habían terminado de llamar. Odiaba cuando las víctimas eran niños, lo odiaba aún más cuando el abuso sexual estaba involucrado. Traía a la superficiedemasiados de sus propios demonios. Obviamente, no era muy buena manejándolos. Sin embargo, dos días de descanso eran buenos. Una noche de embriagante sexo con una extraña, luego la noche anterior, un merecido descanso en su propia cama. Se sentía humana nuevamente esta mañana.
Siguió a los demás hacia la sala de conferencias, escogiendo su asiento regular entre Puck y Brittany. Brittanay le estaba hablando nuevamente. Eso era una ventaja. Odiaba la tensión entre ellas y sospechaba que Brittany lo odiaba también. Pero era lo que hacían.
Cuando Santana sacaba uno de sus trucos que duraba toda la noche como lo había hecho la otra noche, sabía que eso iba a tomarles un par de días para volver a la
normalidad.
Echó un vistazo a Brittany, contenta de ver que la mirada de desaprobación en sus ojos había desaparecido, la mirada de desaprobación que a veces rayaba en decepción. Esa mirada la hería profundamente. Sonrió con vacilación, consiguiendo otra a cambio.
“Nos dieron una asignación bastante interesante” dijo Will “Pónganse cómodos. Esto tomará un tiempo”.
El monitor de gran tamaño ubicado en la pared cercana vino a la vida, apareciendo lo que parecía ser una vista aérea de una pequeña comunidad. Un puñado de edificios casi escondido por un bosque de árboles altos. Él deslizó una carpeta de archivos a cada uno de ellos.
“Lo llamamos el Complejo Hoganville”, dijo él. “La población estimada de cincuenta, más o menos. Digo estimada porque no es una ciudad. Ni siquiera es una comunidad no incorporada. Por cierto, Hoganville es simplemente un nombre informal. No es realmente el nombre del pueblo”, a continuación sacó un mapa en la pantalla “Se encuentra ubicado entre el Bosque Nacional de Angelina y el Bosque Nacional de Sabine en el lejano oeste de Texas. El lago Sam Rayburn está aquí…”, dijo señalando “…y la frontera con Luisiana está aquí, en medio de Toledo Bend Lake”.
“¿Desapariciones?” preguntó Sam mientras examinaba la primera página de la carpeta.
“Muchas de ellas” dijo Will “Vamos a revisar algunos antecedentes. Esta investigación se inició originalmente hace ocho meses. El Senador Trumbley de Dallas tiene interés en esto. Su hija ha estado desaparecida durante nueve meses. Estudiante de la universidad. Estaba conduciendo desde Nueva Orleans de regreso a Dallas el pasado octubre. Sola. La última comunicación que él tuvo con ella fue aquí…” dijo él señalando el mapa “…en Leesville, Luisiana”
“Parece que está muy lejos de una carretera importante”, dijo San “¿Es un caso de un GPS desviándola de su camino?”
Él se encogió de hombros “¿Quién sabe? Su vehículo fue encontrado aquí en Derider”, dijo él. “En perfecto estado”
“Si la última comunicación fue desde Leesville ¿por qué está Hoganville en cuestionamiento?” preguntó Britt.
“Hoganville es uno de los tres en investigación. Un equipo está concentrando esfuerzos en Baton Rouge y la Universidad Estatal de Luisiana, que en la superficie, parece ser el lugar lógico. Otro está sobre las idas y venidas del senador en Dallas y Washington, tratando de determinar si tiene motivación política o no. Hoganville es una idea de último momento, creo, principalmente debido a su rareza”.
“¿Rareza?”Puck arrojó su bolígrafo hacia abajo.
“En otras palabras, sacamos el palo corto”.
“Me temo que sí. Levantó una señal de alerta, es todo”.
Santana estaba lista para empujar el archivo, perdiendo rápidamente el interés “¿Así que estamos igual que el equipo de la secundaria? ¿Los chicos grandes obtienen Dallas, Washington y Baton Rouge?”
“Miren, tomamos la asignación que se nos da y hacemos nuestro trabajo. Ahora échenle un vistazo al archivo. Es realmente fascinante la lectura”, dijo Will“Creo que podría haber algo aquí. Cuando el equipo estaba investigando la desaparición de Trumbley, en realidad se tropezaron con una avalancha de ellas. Ninguna parecía tener vinculación o parecía tener un patrón, tan sólo desapariciones aleatorias. Descubrieron que había habido desapariciones
documentadas desde 1939. Las desapariciones son de la variedad de vagabundos, desempleados que estaban viajando y buscando trabajo, estudiantes universitarios, autoestopistas, vendedores ambulantes regresando de su día de trabajo o 9 gente de paso. Como el joven Trumbley. En los casos más recientes, de los últimos veinte años más o menos, la mayoría de las desapariciones implicaban mujeres, en su mayoría jóvenes, siempre viajando solas”.
“¿Y ninguno ha sido encontrado?” preguntó Sam“¿Los cuerpos?”
“Ninguno. Ni un rastro. En algunos casos, el vehículo tampoco fue encontrado. Como he dicho, lean el archivo. Es interesante”
“¿Es esto real?”, preguntó Puck mientras hojeaba las páginas “¿Un complejo familiar que en un tiempo fue de más de tres centenares de personas?”
“¿Qué pasa con esta escuela?” preguntó Britt.
“Eso es parte de lo interesante. Escuela Hogan para niñas”, dijo él “Es una institución privada creada hace treinta y un años con una subvención federal. Tomaron el nombre de Hogan porque fue donde la propiedad fue construida”.
“Una casa para niñas con problemas”, dijo San leyendo la breve descripción de la escuela.
“Sí. Niñas que habían sido expulsadas de la escuela pública, niñas que de otro modo quizás se dirigirían a las juveniles. Esta es una alternativa. Es costosa. Pero también subvencionada por el gobierno federal”.
“¿Qué tiene que ver la escuela con todo esto?” preguntó Sam.
“La escuela es la única entidad de afuera. Y es totalmente independiente de Hoganville. Está situada a unos tres kilómetros de distancia, en el medio de la nada. Fue construida en una propiedad vendida por los Hogan. En los últimos treinta y un años, han perdido a seis chicas.
Ninguna en los últimos diez años y podemos atribuirlo a una mejora en la seguridad”
“¿Entonces qué? ¿Asesino en serie?”
“Creo que es peor que un asesino en serie, si estamos hablando de más de setenta, ochenta años de consideración” dijo San.
“Exactamente”, dijo Will “Por desgracia, podría ser cualquier número de cosas. Por lo tanto, lo que hemos hecho es sustituir al director de la escuela con un agente. Un burócrata, pero no obstante un agente. Él ha estado allí por casi siete meses, conociendo a la comunidad, recopilando información. Él sugiere que infiltremos a dos Agentes ”, él los miró uno a uno “Una pareja”
“¿Una pareja?” San miró a Puck y a Sam y sacudió su cabeza
“Oh, no. De ninguna manera voy a pretender ser pareja de uno de estos sujetos”.
Will sonrió rápidamente “Eso no es exactamente el tipo de pareja que quise decir”, dijo él. “Es una escuela para niñas. La mayoría de los profesores son mujeres. De hecho, todos menos dos, en realidad”
“¿Y?” Él echó un vistazo hacia Britt. Las cejas de Britt se dispararon hasta su flequillo.
“¿Una pareja? ¿Nosotras?” preguntó ella, señalando hacia San.
“Basados en lo que Avery nos ha dicho… el agente que se está haciendo pasar por director…es el mejor curso de acción, si queremos encajar”
“¿Qué quieres decir?” preguntó San“¿Qué clase de pareja?”
“¿De qué clase piensas Santana? Una pareja. Una pareja de lesbianas”, dijo él.
Ella arqueó una ceja “¿En serio?”
“En serio. Avery dice que hay ocho parejas de lesbianas en el personal. Él piensa que es la mejor manera para que infiltremos un equipo y así podamos encajar”.
“¿Ocho parejas?” San miró hacia Britt“Eso es bastante alto, ¿no es así?”
Brittany se encogió de hombros. “Es una escuela para niñas. Es lógico que los maestros sean mujeres”
“Dios ¿pueden imaginar el drama? ¿Quién se acuesta con quién? ¿Quién está engañando? ¿Quién está luchando?”
Britt se echó a reír “Encajarás perfectamente”.
“¿Damas? Permanezcamos en la tarea, por favor” Will les entregó a las dos otra hoja de papel. “Esta será su historia. Memorícenla”.
Ella y Britt la revisaron rápidamente.
Brittani fue la primera en hablar. “¿Seis meses? ¿Hemos estado juntas sólo seis meses?”
“¿Qué hay de malo en eso?” San se echó a reír “A los seis meses, todavía están follando como conejos”.
Todos se rieron, incluso Brittany, quien respondió lanzándole su bolígrafo. Santana siguió leyendo, sonriendo “Oh, genial. Obtuve la parte de ser una policía del campus”.
“¿Profesora de gimnasia?” Britt gimió “¿En serio? ¿Una profesora de gimnasia?”
“Mira, no escribí esto, ¿está bien?”, dijo Will “Sólo lo estoy pasando. Aguántenselo”.
Brittany arrojó el papel sobre la mesa. “Está bien ¿Simplemente que significa todo esto? Somos una pareja ¿Cuál es el plan?”
“El plan es infiltrar a los profesores y con suerte en la comunidad”
“¿Dónde vamos a quedarnos?”
“La vivienda es proporcionada por la escuela. Son severos como una prisión”, dijo Will“La escuela está protegida con una valla alta y una entrada bloqueada. Recuerden, toma el lugar de una detención de menores. Un guardia de seguridad opera la puerta en todo
momento. Los dormitorios para estudiantes, cabañas o chalé para el personal. Todos los profesores viven en el campus. Los únicos lugareños que trabajan allí son los de limpieza y el personal de la cafetería y es a tiempo parcial. Menos de doscientas estudiantes, más o menos treinta del personal. Dieciséis maestros. Su objetivo es infiltrarse en el personal principal… dos de las cuales son locales. Fiona Hogan, profesora de ciencias. Y Gretchen Hogan, enfermera”.
“¿Así que también vamos a vivir en el campus?”
“Sí. Como he dicho, van como pareja. Esto no va a ser así por así, damas. Es probable que se queden varios meses”.
San miró a Britt, viendo la mirada afligida en su rostro.
“¿Meses?”
“Como verás allí en el archivo, se han documentado casos a través de los años, muy aleatorio. Los registros más recientes son más precisos, en cuanto a dónde fue vista la víctima por última vez y sucesivamente. Los registros anteriores son sólo especulaciones. Las víctimas
no son necesariamente de esta zona. De hecho, rara vez lo son”, subió otro archivo en el monitor “Se trata de Ester Hogan. Descendiente de los Hogan originales que fundaron la ciudad. Avery nos dijo que es la matriarca”.
“¿Edad?”
“No tenemos ni idea. Es una comunidad muy cerrada. Todo lo que tenemos son especulaciones. Tomó meses conseguir lo que tenemos”, él miró uno a uno. “Son muy aislados. No se aventuran a salir muy a menudo. Ni para la iglesia los domingos. Y hasta donde sabemos, ni para los funerales”.
“¿Qué significa eso?”
“No estoy seguro de lo que eso significa”, dijo él.
“Podemos asumir que la gente muere allí. Lo que hacen con los cuerpos es una incógnita”.
“Está bien, ahora se está poniendo raro”, dijo Sam.
“¿Crees que ahora es cuando se está poniendo raro?”, preguntó Puck. Will sacó otra foto de la comunidad en el monitor. “Todo está básicamente financiado por Ester Hogan. Ellos obtuvieron su fortuna original talando la madera en el año 1900. Adquirieron cientos de miles de acres. Es una de las razones por las que han sido capaces de permanecer aislados. Es difícil saber si otras
familias podrían haberse trasladado a la comunidad, pero a juzgar por la edad de las casas, diría que han sido cuarenta o cincuenta años, tal vez más”
“¿Qué pasa con los servicios públicos?”, preguntó San.
“Están más o menos fuera de la red. Tienen un sistema de agua comunitario. Básicamente, es un gran pozo y cisterna que alimenta todas las casas. Nuevamente, construido a expensas de la familia original Hogan. Es considerado como un pozo de agua privada, de manera que no hay inspección estatal. No hay evidencia de líneas telefónicas. Supongo, pero no lo sé a ciencia cierta, que algunos tendrán teléfonos celulares. Avery dice que no hay antenas de televisión y no hay antenas parabólicas. Hay generadores y paneles solares. No hay muchos coches. Como he dicho, más o menos aislado”.
“Así que... ¿estamos buscando aquí algo así como las mujeres perfectas?”, preguntó Britt“¿O una situación como Waco?”.
“No estamos seguros de lo que estamos buscando”, dijo él. ”Como he dicho, en la superficie, las cosas parecen perfectamente normales. Cavas un poco y te encuentras con todo esto. No hay registros de nacimiento, actas de matrimonio, no hay ningún registro de muertes”.
“Pero ¿qué evidencia hay para vincular a esta comunidad con las desapariciones?“, preguntó Puck.
”Ninguna. No hay pruebas”. Todos lo miraron inquisitivamente. Él se encogió de hombros. “Es todo lo que tenemos. Se levantaron las señales de alarma porque, francamente, es demasiado similar a lo que David Koresh creó en Waco”. Britt se reclinó en su silla, haciendo girar un bolígrafo entre sus dedos.
“¿Evidencias de armas de fuego?”
“No”.
“Pensé que se trataban de familias, no de sectas religiosas”, dijo San.
Will se encogió de hombros. “No lo sabemos. Su trabajo consiste en averiguarlo. Una vez más, no hay evidencias que vinculen Hoganville a las desapariciones. Esto es simplemente una medida de precaución”.
“Bueno, esto va a ser muy divertido”, dijo Brittanay secamente.
Santana asintió. Odiaba casos como este. Precaución. En otras palabras, matar el tiempo. Echó un vistazo hacia Brittany, preguntándose cómo había tomado la cosa de la ‘pareja’ Esa parte iba a ser incómoda como el infierno.
“Está bien, eso es todo lo que tengo. Lean el archivo.Puck, tú y Sam se quedarán aquí en Houston. Su trabajo es investigar. Estoy seguro que después de Santana y Brittany llegan allí, van a tener un montón de preguntas. Su trabajo consiste en encontrar las respuestas”.
“Bien por mí”, dijo Puck. “No tengo ningún deseo de ir a los bosques”. Él miró a Santana y a Britany.
“La cabaña donde van a quedarse esta amueblada. Avery me ha dado una lista del inventario así que si hay algo sin lo que puedan vivir, llévenlo ustedes mismas. Esa lista seencuentra en el archivo. Parten en cinco días”.
Will los dejó solos y Santana pudo sentir la tensión en el ambiente. Los chicos estaban mirando entre ella y Brittany. Se preguntaba lo que estaban esperando. Por lo tanto, hizo lo que normalmente hacía con ellos. Regresar al flirteo.
“Entonces…”, dijo ella moviendo las cejas burlonamente hacia Britt.
“¿Deberíamos practicar el beso o algo así?” Britt rodó los ojos.
“En tus sueños, tigre”.
“Oh sí, bebé” dijo en voz alta detrás de ella, mirando el trasero de Britt mientras se retiraba. “Sin duda has estado allí”, San sonrió a los chicos “Mi día de suerte, ¿huh?”
“Claro que sí”, dijo Sam.
“Hombre, me gustaría cambiar de lugar contigo en un instante”, San enarcó las cejas.
“¿Qué? Sólo estoy diciendo, que ella es increíblemente caliente. Puede que sea mi pareja, pero aun así sigue siendo increíblemente caliente”, San tuvo que acordar.
Pero Puck vino a su rescate. “Britt es la afortunada, hombre. Ella estará con mi pareja,San. Ahora, esto es caliente”, dijo dramáticamente, haciendo un gesto hacia ella.Santana Lopez, la mujer con abdominales de acero”.
San se puso de pie y tiró de su camisa fuera de sus jeans en el momento justo, mostrando su estómago, provocando silbidos de ambos hombres.
“Guau”, dijo Sam extendiendo la mano para tocarla, pero Sanm le dio una palmada en la mano.
Él levantó la mirada tímidamente “Bien, entonces, sí, eso también es caliente. Quiero decir, si te gusta ese tipo de cosas”.
“Sí, hombre”, dijo ella “A las chicas les encanta”
“A las chicas les encanta ¿qué?”
Todos se volvieron, encontrando a Bitt de pie en la puerta. San bajó rápidamente su camisa, pero no sin antes ver los ojos de Britt pegados a su piel expuesta. No sabía por qué era ella la que se estaba ruborizando, pero lo estaba. La expresión de Britt cambió a una de aburrimiento mientras se alejaba.
“Agruparse equipo
Santana apartó el cabello de sus ojos, preguntándose qué tendría Will para ellos esta vez.
El Agente Especial a cargo les había dado dos días de descanso después de concluir el caso del chico perdido, como lo habían terminado de llamar. Odiaba cuando las víctimas eran niños, lo odiaba aún más cuando el abuso sexual estaba involucrado. Traía a la superficiedemasiados de sus propios demonios. Obviamente, no era muy buena manejándolos. Sin embargo, dos días de descanso eran buenos. Una noche de embriagante sexo con una extraña, luego la noche anterior, un merecido descanso en su propia cama. Se sentía humana nuevamente esta mañana.
Siguió a los demás hacia la sala de conferencias, escogiendo su asiento regular entre Puck y Brittany. Brittanay le estaba hablando nuevamente. Eso era una ventaja. Odiaba la tensión entre ellas y sospechaba que Brittany lo odiaba también. Pero era lo que hacían.
Cuando Santana sacaba uno de sus trucos que duraba toda la noche como lo había hecho la otra noche, sabía que eso iba a tomarles un par de días para volver a la
normalidad.
Echó un vistazo a Brittany, contenta de ver que la mirada de desaprobación en sus ojos había desaparecido, la mirada de desaprobación que a veces rayaba en decepción. Esa mirada la hería profundamente. Sonrió con vacilación, consiguiendo otra a cambio.
“Nos dieron una asignación bastante interesante” dijo Will “Pónganse cómodos. Esto tomará un tiempo”.
El monitor de gran tamaño ubicado en la pared cercana vino a la vida, apareciendo lo que parecía ser una vista aérea de una pequeña comunidad. Un puñado de edificios casi escondido por un bosque de árboles altos. Él deslizó una carpeta de archivos a cada uno de ellos.
“Lo llamamos el Complejo Hoganville”, dijo él. “La población estimada de cincuenta, más o menos. Digo estimada porque no es una ciudad. Ni siquiera es una comunidad no incorporada. Por cierto, Hoganville es simplemente un nombre informal. No es realmente el nombre del pueblo”, a continuación sacó un mapa en la pantalla “Se encuentra ubicado entre el Bosque Nacional de Angelina y el Bosque Nacional de Sabine en el lejano oeste de Texas. El lago Sam Rayburn está aquí…”, dijo señalando “…y la frontera con Luisiana está aquí, en medio de Toledo Bend Lake”.
“¿Desapariciones?” preguntó Sam mientras examinaba la primera página de la carpeta.
“Muchas de ellas” dijo Will “Vamos a revisar algunos antecedentes. Esta investigación se inició originalmente hace ocho meses. El Senador Trumbley de Dallas tiene interés en esto. Su hija ha estado desaparecida durante nueve meses. Estudiante de la universidad. Estaba conduciendo desde Nueva Orleans de regreso a Dallas el pasado octubre. Sola. La última comunicación que él tuvo con ella fue aquí…” dijo él señalando el mapa “…en Leesville, Luisiana”
“Parece que está muy lejos de una carretera importante”, dijo San “¿Es un caso de un GPS desviándola de su camino?”
Él se encogió de hombros “¿Quién sabe? Su vehículo fue encontrado aquí en Derider”, dijo él. “En perfecto estado”
“Si la última comunicación fue desde Leesville ¿por qué está Hoganville en cuestionamiento?” preguntó Britt.
“Hoganville es uno de los tres en investigación. Un equipo está concentrando esfuerzos en Baton Rouge y la Universidad Estatal de Luisiana, que en la superficie, parece ser el lugar lógico. Otro está sobre las idas y venidas del senador en Dallas y Washington, tratando de determinar si tiene motivación política o no. Hoganville es una idea de último momento, creo, principalmente debido a su rareza”.
“¿Rareza?”Puck arrojó su bolígrafo hacia abajo.
“En otras palabras, sacamos el palo corto”.
“Me temo que sí. Levantó una señal de alerta, es todo”.
Santana estaba lista para empujar el archivo, perdiendo rápidamente el interés “¿Así que estamos igual que el equipo de la secundaria? ¿Los chicos grandes obtienen Dallas, Washington y Baton Rouge?”
“Miren, tomamos la asignación que se nos da y hacemos nuestro trabajo. Ahora échenle un vistazo al archivo. Es realmente fascinante la lectura”, dijo Will“Creo que podría haber algo aquí. Cuando el equipo estaba investigando la desaparición de Trumbley, en realidad se tropezaron con una avalancha de ellas. Ninguna parecía tener vinculación o parecía tener un patrón, tan sólo desapariciones aleatorias. Descubrieron que había habido desapariciones
documentadas desde 1939. Las desapariciones son de la variedad de vagabundos, desempleados que estaban viajando y buscando trabajo, estudiantes universitarios, autoestopistas, vendedores ambulantes regresando de su día de trabajo o 9 gente de paso. Como el joven Trumbley. En los casos más recientes, de los últimos veinte años más o menos, la mayoría de las desapariciones implicaban mujeres, en su mayoría jóvenes, siempre viajando solas”.
“¿Y ninguno ha sido encontrado?” preguntó Sam“¿Los cuerpos?”
“Ninguno. Ni un rastro. En algunos casos, el vehículo tampoco fue encontrado. Como he dicho, lean el archivo. Es interesante”
“¿Es esto real?”, preguntó Puck mientras hojeaba las páginas “¿Un complejo familiar que en un tiempo fue de más de tres centenares de personas?”
“¿Qué pasa con esta escuela?” preguntó Britt.
“Eso es parte de lo interesante. Escuela Hogan para niñas”, dijo él “Es una institución privada creada hace treinta y un años con una subvención federal. Tomaron el nombre de Hogan porque fue donde la propiedad fue construida”.
“Una casa para niñas con problemas”, dijo San leyendo la breve descripción de la escuela.
“Sí. Niñas que habían sido expulsadas de la escuela pública, niñas que de otro modo quizás se dirigirían a las juveniles. Esta es una alternativa. Es costosa. Pero también subvencionada por el gobierno federal”.
“¿Qué tiene que ver la escuela con todo esto?” preguntó Sam.
“La escuela es la única entidad de afuera. Y es totalmente independiente de Hoganville. Está situada a unos tres kilómetros de distancia, en el medio de la nada. Fue construida en una propiedad vendida por los Hogan. En los últimos treinta y un años, han perdido a seis chicas.
Ninguna en los últimos diez años y podemos atribuirlo a una mejora en la seguridad”
“¿Entonces qué? ¿Asesino en serie?”
“Creo que es peor que un asesino en serie, si estamos hablando de más de setenta, ochenta años de consideración” dijo San.
“Exactamente”, dijo Will “Por desgracia, podría ser cualquier número de cosas. Por lo tanto, lo que hemos hecho es sustituir al director de la escuela con un agente. Un burócrata, pero no obstante un agente. Él ha estado allí por casi siete meses, conociendo a la comunidad, recopilando información. Él sugiere que infiltremos a dos Agentes ”, él los miró uno a uno “Una pareja”
“¿Una pareja?” San miró a Puck y a Sam y sacudió su cabeza
“Oh, no. De ninguna manera voy a pretender ser pareja de uno de estos sujetos”.
Will sonrió rápidamente “Eso no es exactamente el tipo de pareja que quise decir”, dijo él. “Es una escuela para niñas. La mayoría de los profesores son mujeres. De hecho, todos menos dos, en realidad”
“¿Y?” Él echó un vistazo hacia Britt. Las cejas de Britt se dispararon hasta su flequillo.
“¿Una pareja? ¿Nosotras?” preguntó ella, señalando hacia San.
“Basados en lo que Avery nos ha dicho… el agente que se está haciendo pasar por director…es el mejor curso de acción, si queremos encajar”
“¿Qué quieres decir?” preguntó San“¿Qué clase de pareja?”
“¿De qué clase piensas Santana? Una pareja. Una pareja de lesbianas”, dijo él.
Ella arqueó una ceja “¿En serio?”
“En serio. Avery dice que hay ocho parejas de lesbianas en el personal. Él piensa que es la mejor manera para que infiltremos un equipo y así podamos encajar”.
“¿Ocho parejas?” San miró hacia Britt“Eso es bastante alto, ¿no es así?”
Brittany se encogió de hombros. “Es una escuela para niñas. Es lógico que los maestros sean mujeres”
“Dios ¿pueden imaginar el drama? ¿Quién se acuesta con quién? ¿Quién está engañando? ¿Quién está luchando?”
Britt se echó a reír “Encajarás perfectamente”.
“¿Damas? Permanezcamos en la tarea, por favor” Will les entregó a las dos otra hoja de papel. “Esta será su historia. Memorícenla”.
Ella y Britt la revisaron rápidamente.
Brittani fue la primera en hablar. “¿Seis meses? ¿Hemos estado juntas sólo seis meses?”
“¿Qué hay de malo en eso?” San se echó a reír “A los seis meses, todavía están follando como conejos”.
Todos se rieron, incluso Brittany, quien respondió lanzándole su bolígrafo. Santana siguió leyendo, sonriendo “Oh, genial. Obtuve la parte de ser una policía del campus”.
“¿Profesora de gimnasia?” Britt gimió “¿En serio? ¿Una profesora de gimnasia?”
“Mira, no escribí esto, ¿está bien?”, dijo Will “Sólo lo estoy pasando. Aguántenselo”.
Brittany arrojó el papel sobre la mesa. “Está bien ¿Simplemente que significa todo esto? Somos una pareja ¿Cuál es el plan?”
“El plan es infiltrar a los profesores y con suerte en la comunidad”
“¿Dónde vamos a quedarnos?”
“La vivienda es proporcionada por la escuela. Son severos como una prisión”, dijo Will“La escuela está protegida con una valla alta y una entrada bloqueada. Recuerden, toma el lugar de una detención de menores. Un guardia de seguridad opera la puerta en todo
momento. Los dormitorios para estudiantes, cabañas o chalé para el personal. Todos los profesores viven en el campus. Los únicos lugareños que trabajan allí son los de limpieza y el personal de la cafetería y es a tiempo parcial. Menos de doscientas estudiantes, más o menos treinta del personal. Dieciséis maestros. Su objetivo es infiltrarse en el personal principal… dos de las cuales son locales. Fiona Hogan, profesora de ciencias. Y Gretchen Hogan, enfermera”.
“¿Así que también vamos a vivir en el campus?”
“Sí. Como he dicho, van como pareja. Esto no va a ser así por así, damas. Es probable que se queden varios meses”.
San miró a Britt, viendo la mirada afligida en su rostro.
“¿Meses?”
“Como verás allí en el archivo, se han documentado casos a través de los años, muy aleatorio. Los registros más recientes son más precisos, en cuanto a dónde fue vista la víctima por última vez y sucesivamente. Los registros anteriores son sólo especulaciones. Las víctimas
no son necesariamente de esta zona. De hecho, rara vez lo son”, subió otro archivo en el monitor “Se trata de Ester Hogan. Descendiente de los Hogan originales que fundaron la ciudad. Avery nos dijo que es la matriarca”.
“¿Edad?”
“No tenemos ni idea. Es una comunidad muy cerrada. Todo lo que tenemos son especulaciones. Tomó meses conseguir lo que tenemos”, él miró uno a uno. “Son muy aislados. No se aventuran a salir muy a menudo. Ni para la iglesia los domingos. Y hasta donde sabemos, ni para los funerales”.
“¿Qué significa eso?”
“No estoy seguro de lo que eso significa”, dijo él.
“Podemos asumir que la gente muere allí. Lo que hacen con los cuerpos es una incógnita”.
“Está bien, ahora se está poniendo raro”, dijo Sam.
“¿Crees que ahora es cuando se está poniendo raro?”, preguntó Puck. Will sacó otra foto de la comunidad en el monitor. “Todo está básicamente financiado por Ester Hogan. Ellos obtuvieron su fortuna original talando la madera en el año 1900. Adquirieron cientos de miles de acres. Es una de las razones por las que han sido capaces de permanecer aislados. Es difícil saber si otras
familias podrían haberse trasladado a la comunidad, pero a juzgar por la edad de las casas, diría que han sido cuarenta o cincuenta años, tal vez más”
“¿Qué pasa con los servicios públicos?”, preguntó San.
“Están más o menos fuera de la red. Tienen un sistema de agua comunitario. Básicamente, es un gran pozo y cisterna que alimenta todas las casas. Nuevamente, construido a expensas de la familia original Hogan. Es considerado como un pozo de agua privada, de manera que no hay inspección estatal. No hay evidencia de líneas telefónicas. Supongo, pero no lo sé a ciencia cierta, que algunos tendrán teléfonos celulares. Avery dice que no hay antenas de televisión y no hay antenas parabólicas. Hay generadores y paneles solares. No hay muchos coches. Como he dicho, más o menos aislado”.
“Así que... ¿estamos buscando aquí algo así como las mujeres perfectas?”, preguntó Britt“¿O una situación como Waco?”.
“No estamos seguros de lo que estamos buscando”, dijo él. ”Como he dicho, en la superficie, las cosas parecen perfectamente normales. Cavas un poco y te encuentras con todo esto. No hay registros de nacimiento, actas de matrimonio, no hay ningún registro de muertes”.
“Pero ¿qué evidencia hay para vincular a esta comunidad con las desapariciones?“, preguntó Puck.
”Ninguna. No hay pruebas”. Todos lo miraron inquisitivamente. Él se encogió de hombros. “Es todo lo que tenemos. Se levantaron las señales de alarma porque, francamente, es demasiado similar a lo que David Koresh creó en Waco”. Britt se reclinó en su silla, haciendo girar un bolígrafo entre sus dedos.
“¿Evidencias de armas de fuego?”
“No”.
“Pensé que se trataban de familias, no de sectas religiosas”, dijo San.
Will se encogió de hombros. “No lo sabemos. Su trabajo consiste en averiguarlo. Una vez más, no hay evidencias que vinculen Hoganville a las desapariciones. Esto es simplemente una medida de precaución”.
“Bueno, esto va a ser muy divertido”, dijo Brittanay secamente.
Santana asintió. Odiaba casos como este. Precaución. En otras palabras, matar el tiempo. Echó un vistazo hacia Brittany, preguntándose cómo había tomado la cosa de la ‘pareja’ Esa parte iba a ser incómoda como el infierno.
“Está bien, eso es todo lo que tengo. Lean el archivo.Puck, tú y Sam se quedarán aquí en Houston. Su trabajo es investigar. Estoy seguro que después de Santana y Brittany llegan allí, van a tener un montón de preguntas. Su trabajo consiste en encontrar las respuestas”.
“Bien por mí”, dijo Puck. “No tengo ningún deseo de ir a los bosques”. Él miró a Santana y a Britany.
“La cabaña donde van a quedarse esta amueblada. Avery me ha dado una lista del inventario así que si hay algo sin lo que puedan vivir, llévenlo ustedes mismas. Esa lista seencuentra en el archivo. Parten en cinco días”.
Will los dejó solos y Santana pudo sentir la tensión en el ambiente. Los chicos estaban mirando entre ella y Brittany. Se preguntaba lo que estaban esperando. Por lo tanto, hizo lo que normalmente hacía con ellos. Regresar al flirteo.
“Entonces…”, dijo ella moviendo las cejas burlonamente hacia Britt.
“¿Deberíamos practicar el beso o algo así?” Britt rodó los ojos.
“En tus sueños, tigre”.
“Oh sí, bebé” dijo en voz alta detrás de ella, mirando el trasero de Britt mientras se retiraba. “Sin duda has estado allí”, San sonrió a los chicos “Mi día de suerte, ¿huh?”
“Claro que sí”, dijo Sam.
“Hombre, me gustaría cambiar de lugar contigo en un instante”, San enarcó las cejas.
“¿Qué? Sólo estoy diciendo, que ella es increíblemente caliente. Puede que sea mi pareja, pero aun así sigue siendo increíblemente caliente”, San tuvo que acordar.
Pero Puck vino a su rescate. “Britt es la afortunada, hombre. Ella estará con mi pareja,San. Ahora, esto es caliente”, dijo dramáticamente, haciendo un gesto hacia ella.Santana Lopez, la mujer con abdominales de acero”.
San se puso de pie y tiró de su camisa fuera de sus jeans en el momento justo, mostrando su estómago, provocando silbidos de ambos hombres.
“Guau”, dijo Sam extendiendo la mano para tocarla, pero Sanm le dio una palmada en la mano.
Él levantó la mirada tímidamente “Bien, entonces, sí, eso también es caliente. Quiero decir, si te gusta ese tipo de cosas”.
“Sí, hombre”, dijo ella “A las chicas les encanta”
“A las chicas les encanta ¿qué?”
Todos se volvieron, encontrando a Bitt de pie en la puerta. San bajó rápidamente su camisa, pero no sin antes ver los ojos de Britt pegados a su piel expuesta. No sabía por qué era ella la que se estaba ruborizando, pero lo estaba. La expresión de Britt cambió a una de aburrimiento mientras se alejaba.
ana_bys_26- ---
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Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Guardian dela cueva capitulo 2,3
Capitulo 3
Brittany empacaba metódicamente su ropa, sus pensamientos no estaba en su papel inminente como profesor de gimnasia. Más bien, estaba repitiéndose, escena por escena, esa noche seis meses atrás.
No había tenido ningún interés romántico en Santana Lopez , por supuesto. Ninguno en absoluto. Santana era atractiva, segura. Si Santana estaba interpretando un papel, hacía una versión femenina perfecta de James Dean. Tenía la cantidad justa de encanto desenfadado, la suficiente como para un rebelde con actitud de chico malo. Además, tenía una melancolía latente como si fuese un arte. Hizo una pausa en su tarea, con un suspiro mientras miraba hacia el espacio.
Sí, Santana era muy atractiva, pero Santana definitivamente no era su tipo. Definitivamente. Lo cual la llevaba nuevamente a la noche en que se había ido a casa con Santana ¿Qué diablos le había poseído para seguir a Santana a su apartamento? ¿Habría sido el coqueteo mezclado con el tequila? ¿O que también quería olvidar el caso que acababan de concluir? ¿O había sido
impulsada por el aspecto necesitado, casi desesperado en los ojos de Santana? Tal vez una combinación de todas esas cosas, pero aún podía ver esa mirada encantadora en el rostro de Santana.
La invasión de una casa se había convertido en una situación de rehenes. De esos que ocurrían en la televisión y que lo hacían muy bien. Un esposo y una esposa, dos hijos… todos muertos al final del día. Los había atado, amordazado y rociado con gasolina. El fuego los había consumido rápidamente y había sido una escena horrible. Cuando involucraba niños, a Santana siempre se le hacía más difícil. Sabía que Santana había sido abusada de niña, pero no sabía los detalles, sólo
retazos que había recogido en los últimos tres años. Ella y Santana no eran realmente amigas y nunca pensó que le correspondería hacer preguntas al respecto. Pero esa noche, por alguna razón, había seguido a Santana a un bar. Había mantenido su distancia, mirando desde lejos
como Santana hacía sus rondas. Ella, obviamente, conocía un buen número de mujeres allí. Brittany se preguntaba con cuántas de ellas se había acostado. Entonces sus ojos se encontraron en la habitación.
Brittany se había quedado clavada en el suelo mientras Santana se paseaba en su distintiva manera de caminar, con una mirada sexy y pícara en su rostro. “Agente Especial Pierce, esto es un poco bajo para usted ¿no es así? ¿No deberías estar en algún bar de alto nivel bebiendo Martini?”
Brittany sonrió ante el recuerdo.
Había sido la primera y única vez que había puesto un pieen ese bar. Su vino había sido reemplazado rápidamentecon un chupito de tequila Patrón y Santana arrastró una
silla cerca de ella, con sus ojos bailando mientrascoqueteaba descaradamente con ella. Era un juego que habían jugado y lo habían jugado muy bien. Puck y Sam ahora esperaban eso mismo de ellas. Sólo que esa noche, Puck y Sam no estaban en ninguna parte para ser visualizados.
Y entonces, se metieron en sus papeles, avanzando más allá del coqueteo verbal cuando Santana la había tocado con audacia, moviendo sus manos a propósito entre sus muslos. Brittany se había sorprendido por la bravuconería de Santana, pero estaba más sorprendida por su propia reacción. En lugar de alejar a Santana, consciente que había cruzado la línea, separó los muslos tentadoramente, sintiéndose emocionada cuando esas manos se movieron más arriba. Estaba sorprendida por lo excitada que estaba. Sorprendida por que no había querido que esas manos se detuvieran. Fue entonces, mirando los ojos de Santana que lo vio… una desesperada necesidad por contacto, de intimidad física. Se dijo a sí misma que se detuviera, que se levantara y saliera corriendo. Y rápido. Pero no pudo apartar la mirada… no pudo alejarse… ni siquiera cuando Santana se inclinó acercándose más, rozando juguetonamente sus
labios con su boca. En cambio, giró su cabeza, encontrando a Santana, su primer beso tentativo se profundizó rápidamente, abriendo su boca, permitiendo la entrada a Santana.
El resto estuvo completamente borroso. Las manos de Santana finalizaron su trayecto entre sus muslos, hacia la humedad que no pudo esconder de Santana, escuchó un suave gemido… el suyo… mientras los dedos de Santana frotaban contra la costura de sus jeans, presionando íntimamente contra ella. Entonces se levantaron y caminaron con sus manos unidas, apresurándose hacia afuera.
Había estado como en un sueño cuando escuchó las instrucciones de Santana hacia su apartamento, sorprendida de encontrarse a sí misma siguiendo a Santana, demasiado excitada para salir de su estupor. No hablaron. Ni una palabra.
Santana cerró la puerta detrás de ella y luego la aprisionó contra la puerta, sus manos trabajaron rápidamente en los jeans que Brittany llevaba. Aturdida… temblorosa… Brittany se encontró a sí misma ayudando a Santana a desvestirse, se encontró a sí misma agarrando la mano de Santana y colocándola dentro de sus bragas, ahora la desesperada necesidad era de ella, no de Santana.Apenas registró los dedos de Santana en ella, dentro de ella. Su orgasmo fue duro y rápido, mordió el hombro de Santana para no gritar. Luego Santana la llevó a su dormitorio, cerrando la puerta al mundo mientras caían juntas en la cama ¿Cuántas horas estuvieron allí? No lo supo. El sueño llegaba de manera intermitente, el sexo entre ellas fue emocionante y agotador, electrizante y estimulador, todo al mismo tiempo. Se había deslizado
fuera de los brazos de Santana y de la cama, recogiendo su ropa tranquilamente mientras Santana dormía. No le serviría de nada estar allí cuando Santana despertara ¿Qué dirían? ¿Cómo podría explicarlo?
Manejó a casa, una vez más, sintiendo como si estuviese en una niebla, sus pensamientos confusos, pocos claros. Y durante la próxima semana, tal vez dos, ella y Santana se evitarían la una a la otra, hablando sólo cuando fuese necesario.
Si los chicos se dieron cuenta… que seguramente lo habían hecho… nunca lo mencionaron. Luego, otro caso surgió, dándoles algo en qué concentrarse y poco a poco, ella y Santana volvieron a lo que estaban acostumbradas. El coqueteo ligero entre cervezas con los chicos mirando, las burlas, los insultos. Las cosas volvieron a la normalidad. Ni una sola vez en los últimos seis meses mencionaron la noche que habían pasado juntas.
La verdad era que nunca habían estado ni una vez a solas. Por elección o coincidencia, no estaba segura. Ahora, se dirigirían hacia Hoganville… solas. Como pareja. Pretendiendo que eran amantes.
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bueno deciros que mañana no podre autalizar porque salgo de vieaje hoy y no estare en mi casa
hos dejo dos capitulo espero que disfruteis
pd:Y DESEAROS FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S
Brittany empacaba metódicamente su ropa, sus pensamientos no estaba en su papel inminente como profesor de gimnasia. Más bien, estaba repitiéndose, escena por escena, esa noche seis meses atrás.
No había tenido ningún interés romántico en Santana Lopez , por supuesto. Ninguno en absoluto. Santana era atractiva, segura. Si Santana estaba interpretando un papel, hacía una versión femenina perfecta de James Dean. Tenía la cantidad justa de encanto desenfadado, la suficiente como para un rebelde con actitud de chico malo. Además, tenía una melancolía latente como si fuese un arte. Hizo una pausa en su tarea, con un suspiro mientras miraba hacia el espacio.
Sí, Santana era muy atractiva, pero Santana definitivamente no era su tipo. Definitivamente. Lo cual la llevaba nuevamente a la noche en que se había ido a casa con Santana ¿Qué diablos le había poseído para seguir a Santana a su apartamento? ¿Habría sido el coqueteo mezclado con el tequila? ¿O que también quería olvidar el caso que acababan de concluir? ¿O había sido
impulsada por el aspecto necesitado, casi desesperado en los ojos de Santana? Tal vez una combinación de todas esas cosas, pero aún podía ver esa mirada encantadora en el rostro de Santana.
La invasión de una casa se había convertido en una situación de rehenes. De esos que ocurrían en la televisión y que lo hacían muy bien. Un esposo y una esposa, dos hijos… todos muertos al final del día. Los había atado, amordazado y rociado con gasolina. El fuego los había consumido rápidamente y había sido una escena horrible. Cuando involucraba niños, a Santana siempre se le hacía más difícil. Sabía que Santana había sido abusada de niña, pero no sabía los detalles, sólo
retazos que había recogido en los últimos tres años. Ella y Santana no eran realmente amigas y nunca pensó que le correspondería hacer preguntas al respecto. Pero esa noche, por alguna razón, había seguido a Santana a un bar. Había mantenido su distancia, mirando desde lejos
como Santana hacía sus rondas. Ella, obviamente, conocía un buen número de mujeres allí. Brittany se preguntaba con cuántas de ellas se había acostado. Entonces sus ojos se encontraron en la habitación.
Brittany se había quedado clavada en el suelo mientras Santana se paseaba en su distintiva manera de caminar, con una mirada sexy y pícara en su rostro. “Agente Especial Pierce, esto es un poco bajo para usted ¿no es así? ¿No deberías estar en algún bar de alto nivel bebiendo Martini?”
Brittany sonrió ante el recuerdo.
Había sido la primera y única vez que había puesto un pieen ese bar. Su vino había sido reemplazado rápidamentecon un chupito de tequila Patrón y Santana arrastró una
silla cerca de ella, con sus ojos bailando mientrascoqueteaba descaradamente con ella. Era un juego que habían jugado y lo habían jugado muy bien. Puck y Sam ahora esperaban eso mismo de ellas. Sólo que esa noche, Puck y Sam no estaban en ninguna parte para ser visualizados.
Y entonces, se metieron en sus papeles, avanzando más allá del coqueteo verbal cuando Santana la había tocado con audacia, moviendo sus manos a propósito entre sus muslos. Brittany se había sorprendido por la bravuconería de Santana, pero estaba más sorprendida por su propia reacción. En lugar de alejar a Santana, consciente que había cruzado la línea, separó los muslos tentadoramente, sintiéndose emocionada cuando esas manos se movieron más arriba. Estaba sorprendida por lo excitada que estaba. Sorprendida por que no había querido que esas manos se detuvieran. Fue entonces, mirando los ojos de Santana que lo vio… una desesperada necesidad por contacto, de intimidad física. Se dijo a sí misma que se detuviera, que se levantara y saliera corriendo. Y rápido. Pero no pudo apartar la mirada… no pudo alejarse… ni siquiera cuando Santana se inclinó acercándose más, rozando juguetonamente sus
labios con su boca. En cambio, giró su cabeza, encontrando a Santana, su primer beso tentativo se profundizó rápidamente, abriendo su boca, permitiendo la entrada a Santana.
El resto estuvo completamente borroso. Las manos de Santana finalizaron su trayecto entre sus muslos, hacia la humedad que no pudo esconder de Santana, escuchó un suave gemido… el suyo… mientras los dedos de Santana frotaban contra la costura de sus jeans, presionando íntimamente contra ella. Entonces se levantaron y caminaron con sus manos unidas, apresurándose hacia afuera.
Había estado como en un sueño cuando escuchó las instrucciones de Santana hacia su apartamento, sorprendida de encontrarse a sí misma siguiendo a Santana, demasiado excitada para salir de su estupor. No hablaron. Ni una palabra.
Santana cerró la puerta detrás de ella y luego la aprisionó contra la puerta, sus manos trabajaron rápidamente en los jeans que Brittany llevaba. Aturdida… temblorosa… Brittany se encontró a sí misma ayudando a Santana a desvestirse, se encontró a sí misma agarrando la mano de Santana y colocándola dentro de sus bragas, ahora la desesperada necesidad era de ella, no de Santana.Apenas registró los dedos de Santana en ella, dentro de ella. Su orgasmo fue duro y rápido, mordió el hombro de Santana para no gritar. Luego Santana la llevó a su dormitorio, cerrando la puerta al mundo mientras caían juntas en la cama ¿Cuántas horas estuvieron allí? No lo supo. El sueño llegaba de manera intermitente, el sexo entre ellas fue emocionante y agotador, electrizante y estimulador, todo al mismo tiempo. Se había deslizado
fuera de los brazos de Santana y de la cama, recogiendo su ropa tranquilamente mientras Santana dormía. No le serviría de nada estar allí cuando Santana despertara ¿Qué dirían? ¿Cómo podría explicarlo?
Manejó a casa, una vez más, sintiendo como si estuviese en una niebla, sus pensamientos confusos, pocos claros. Y durante la próxima semana, tal vez dos, ella y Santana se evitarían la una a la otra, hablando sólo cuando fuese necesario.
Si los chicos se dieron cuenta… que seguramente lo habían hecho… nunca lo mencionaron. Luego, otro caso surgió, dándoles algo en qué concentrarse y poco a poco, ella y Santana volvieron a lo que estaban acostumbradas. El coqueteo ligero entre cervezas con los chicos mirando, las burlas, los insultos. Las cosas volvieron a la normalidad. Ni una sola vez en los últimos seis meses mencionaron la noche que habían pasado juntas.
La verdad era que nunca habían estado ni una vez a solas. Por elección o coincidencia, no estaba segura. Ahora, se dirigirían hacia Hoganville… solas. Como pareja. Pretendiendo que eran amantes.
*******************************************************************************
bueno deciros que mañana no podre autalizar porque salgo de vieaje hoy y no estare en mi casa
hos dejo dos capitulo espero que disfruteis
pd:Y DESEAROS FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
Se pone interesante :D
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
holap,...
se va poniendo jodida mente interesante,...
a ver como les va la vida en pareja??? en su nuevo caso,..
nos vemos!!!
se va poniendo jodida mente interesante,...
a ver como les va la vida en pareja??? en su nuevo caso,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
vaya, esperar tu actualizacion sera un tormento, FELIZ 2016!!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
Muy buena la historia me encantó! !
Espero actualices pronto!!!
Saludos
Espero actualices pronto!!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Guardian dela cueva capitulo 4
Capitulo 4
“Están actuando muy extraño” susurró Sam “Desearía que le preguntaras a San lo que está pasando”
Puck miró a Britt y a San mientras se dirigían hacia la oficina de Will para su última reunión.
“Si estás tan interesado por saber ¿por qué no se lo preguntas?”
“Ella es tu pareja”.
Puck se frotó la cabeza distraídamente, aún no acostumbrado a la suavidad de la misma.
“Entonces pregúntale a Britt” dijo él.
“No le preguntas a Britt cosas como esas. Ella es... bueno, reservada”.
“¿Reservada? El hecho de que su familia tenga más dinero que Dios no significa que sea reservada” dijo él
“Has sido su compañero durante cuatro años, hombre”.
“Ella no es como nosotros. No puedes simplemente preguntarle cosas como esas”.
“Bueno, entonces ¿qué crees que está pasando con ellas?” Puck tenía sus sospechas, pero nunca las dijo en voz alta a Sam.
Hacía tiempo que sospechaba que, como ellos, San tenía su propio enamoramiento con la hermosa Brittanay Pierce. Y en la mente de Santana, ella no se acercaba ni un poco a la liga de Brittany. Brittany había crecido en una mansión, Santana en una casa móvil. Quizás Santana temía que se descubriese… su pequeño enamoramiento… ahora que tenían que hacer el papel de una pareja de lesbianas.
Por supuesto, eso no explicaba las acciones de Brittany.Las dos mujeres se habían evitado entre sí
descaradamente desde que Will les había dado la asignación cuatro días atrás.
“Creo que hay suficiente tensión sexual entre ellas, que tienen miedo de este caso, eso es lo que pienso” dijo Sam.
“¿Sí? ¿Eso es lo que piensas?”
“¿Por la manera en que coquetean entre sí cuando salimos? Sí, eso no puede ser sólo por exhibición”.
“Yo creo que sí. Sólo juegan. Nunca las hemos visto a solas ¿no es así?”
“Eso no quiere decir nada”
“Nunca las has visto aquí solas”, dijo señalando hacia sus escritorios. “Nunca van juntas al baño. Nunca van por café al mismo tiempo. Nunca hablan entre ellas para verse fuera del trabajo. Ni almuerzos, ni cenas. Nada. De hecho, las únicas conversaciones que mantienen están relacionadas con el trabajo”.
“Excepto cuando salimos a tomar cervezas”, dijo Sam.
“Sí. Así que, ya que salen mañana…”
“…entonces deberíamos tener una noche de cerveza”, terminó Sam por él con una sonrisa.
“Sí, tal vez una noche de fiesta puede traerlas de vuelta a la normalidad”.
***
Era curioso como algunos bares terminaban convirtiéndose en bares de policías. Éste no era diferente. No se encontraba tan cerca del departamento de policía. Tampoco estaba muy cerca de la oficina del sheriff. Y se ubicaba a unas buenas diez cuadras del edificio donde
estaban las oficinas del FBI.
Sin embargo Puck suponía que el noventa por ciento de los clientes eran de policías. Una barra envolvente era la atracción principal y donde normalmente se reunían. La parte frontal del bar contaba con mesas altas y redondas… donde eligieron sentarse esta noche… y la pared lateral contenía una hilera de mesas reservadas. Cinco televisores grandes estaban espaciados por los
alrededores, dándole al lugar un ambiente tipo bar deportivo. La única comida que servían eran
hamburguesas y papas fritas o alitas de pollo picantes, nada más, sin embargo, el lugar estaba lleno casi todas las noches de la semana. Por encima del ruido de la multitud, se podía escuchar el golpeteo de las bolas de billar desde las tres mesas ubicadas en la parte de atrás
del bar.
“Vaya, ustedes se van a volver locas después de unos meses juntas”, dijo Sam mientras chocaba su botella de cerveza con la de San.
“Más que locas”, murmuró Britt.
“Habla por ti”, contrarrestó San.
Britt apoyó los codos sobre la mesa y apoyó la barbilla en sus manos “No roncas, ¿verdad?”
Puck las observó, sus miradas eran intensas y en realidad vio como San mantenía la boca cerrada, conteniendo las palabras que estaban a punto de liberarse. En vez de eso, se acercó aún más, bajando su mirada hacia los labios de Britt. Puck miró con fascinación el intercambio entre ellas.
“Bebe, te tendré tan cansada y saciada, que no estarás despierta el tiempo suficiente como para saber si ronco o no”
Puck vio el leve fantasma de una sonrisa cruzar el rostro de Britt
“¿Qué te hace pensar que no serás tú la saciada?”
Sam se inclinó más cerca de Puck. “¿Qué quieren decir con saciada?”, susurró
“¿En serio, hombre?”
Britt sonrió cariñosamente a Sam, alejando finalmente su mirada de San. “Déjenme comprar la siguiente ronda”.
No era su turno, pero nadie se quejó. Así como nadie se quejaba cuando ordenaba la cena para todos cuando trabajaban hasta tarde. O cuando llevaba el desayuno o el café. Ella era realmente generosa y no espera nada a cambio.
Como le había dicho a Sam, sólo porque ella tenía más dinero que el resto, no significa que no era una de ellos. Lo era. Sólo que se vestía mejor y conducía un coche más caro.
“¿Estás nerviosa?” preguntó Sam.
Puck notó que las bromas se habían terminado y fue sorprendido por la pregunta. Y estuvo aún más sorprendido por la respuesta de Britt.
“Aterrorizada”.
Sam, como de costumbre, no era consciente de la tensión subyacente.
“Vas a estar bien”, dijo. “Suena como un lugar loco, sí, pero aún siguen siendo personas”.
Britt y San intercambiaron sonrisas sinceras, Puck podría jurar que era la primera vez que había sido testigo de algoasí entre ellas.
“Sí, estoy segura que estaremos bien”, dijo Britt. “Sin embargo voy a extrañarlos chicos. Va a ser raro no verlos todos los días”.
“Sólo estaremos a una llamada de distancia”, dijo Puck. “Recuerden que somos sus investigadores”.
Un silencio inusual siguió hasta que Sam… sintiéndose aparentemente valiente después de tres cervezas… hiciera la pregunta que le había estado molestando toda
la semana.
“¿Está todo bien entre ustedes dos?”
Britt y San se miraron la una a la otra, luego alejaron las miradas.
“Sí, por supuesto”, contestó Britt. “¿Por qué?”
“Sólo que han estado actuando un poco extraño. Como si se estuviesen evitando la una a la otra”.
Él esperaba que protestaran, San al menos, pero ninguna refutó las palabras de Sam Parecía como si no pudiesen encontrar una buena mentira.
“Bueno, ¿cómo te sentirías si Puck y tú tuviesen que ir de incógnito como una pareja?”, preguntó San.
“Es un poco desconcertante”.
“Sí, pero ustedes son gay ¿Cuál es el problema?”
Britt lo miró fijamente, con sus ojos azules entrecerrados
“¿Por qué supones que soy gay?”
Sam tragó. “Bueno, nunca hablas de chicos. Como en citas”.
“¿Hablo sobre chicas y citas?”
“No. En realidad, no hablas de tu vida personal”.
Su mirada finalmente se suavizó “Cierto. Y vamos a mantenerlo de esa manera. Ahora, de vuelta a tu punto, fingir que estás enamorada de alguien, alguien con quien trabajas, es un poco desconcertante. San y yo, aunque considero que somos compañeras de trabajo, realmente no nos conocemos bien del todo”, dijo Britt “Así que ser liadas de repente, teniendo que fingir que estamos en una relación, nos está poniendo un poco nerviosas”, miró a San “¿Cierto?”
“Sí. Definitivamente”. San bebió su cerveza y deslizó la botella vacía hacia el centro de la mesa donde las otras botellas habían aterrizado “No sólo eso, sino que tenemos que vivir juntas”.
Puck pudo ver las ruedas girando en la cabeza de Sam.
“¿Dormir juntas?”
“Compartir una cama”, corrigió Britt rápidamente. “Will nos informó que nuestra cabaña tenía un lindo dormitorio y un baño. Muy íntimo”, dijo ella.
“Me vas a poner los nervios de punta”, murmuró San.
“¿Yo?”
“Sí. Eres una maniática del orden”, dijo San.
“Sí, ¿y qué?”
“¿Y qué? ¿Se puede decir que tienes un TOC?”
Britt la miró. “¿Trastorno obsesivo-compulsivo? ¿En serio?”
San sonrió. “Dime que todo en tu escritorio no tiene un código de colores, o un orden alfabético. Probablemente eres una de esas personas que rotan su ropa interior, toallas y otras cosas para no utilizarlas fuera del orden”, arqueó sus cejas “¿Me equivoco?”
Britt se sonrojó, Puck no pudo contener su risa.
“Está bien, así que tal vez tengo un toque de eso”, concedió Britt. “Dudo que vivir contigo sea un lecho de rosas”.
“Bebé, trataré de hacerlo placentero... y satisfactorio para ti tanto como me sea posible”.
Britt se inclinó de nuevo hacia delante. “Tigre, no creo que puedas manejarme”.
Las cejas de San se elevaron. “¿Ah, sí? ¿Es eso un reto?”
“No. Sólo un hecho”
Puck y Sam intercambiaron miradas nuevamente, sorprendidos de lo rápido que las dos regresaban
nuevamente al coqueteo.
“Bueno, supongo que tendremos unos meses para ver si eso es cierto o no. Creo que voy a romperte”.
“Vamos a ver quién rompe quién”, Britt casi ronroneó
“Están actuando muy extraño” susurró Sam “Desearía que le preguntaras a San lo que está pasando”
Puck miró a Britt y a San mientras se dirigían hacia la oficina de Will para su última reunión.
“Si estás tan interesado por saber ¿por qué no se lo preguntas?”
“Ella es tu pareja”.
Puck se frotó la cabeza distraídamente, aún no acostumbrado a la suavidad de la misma.
“Entonces pregúntale a Britt” dijo él.
“No le preguntas a Britt cosas como esas. Ella es... bueno, reservada”.
“¿Reservada? El hecho de que su familia tenga más dinero que Dios no significa que sea reservada” dijo él
“Has sido su compañero durante cuatro años, hombre”.
“Ella no es como nosotros. No puedes simplemente preguntarle cosas como esas”.
“Bueno, entonces ¿qué crees que está pasando con ellas?” Puck tenía sus sospechas, pero nunca las dijo en voz alta a Sam.
Hacía tiempo que sospechaba que, como ellos, San tenía su propio enamoramiento con la hermosa Brittanay Pierce. Y en la mente de Santana, ella no se acercaba ni un poco a la liga de Brittany. Brittany había crecido en una mansión, Santana en una casa móvil. Quizás Santana temía que se descubriese… su pequeño enamoramiento… ahora que tenían que hacer el papel de una pareja de lesbianas.
Por supuesto, eso no explicaba las acciones de Brittany.Las dos mujeres se habían evitado entre sí
descaradamente desde que Will les había dado la asignación cuatro días atrás.
“Creo que hay suficiente tensión sexual entre ellas, que tienen miedo de este caso, eso es lo que pienso” dijo Sam.
“¿Sí? ¿Eso es lo que piensas?”
“¿Por la manera en que coquetean entre sí cuando salimos? Sí, eso no puede ser sólo por exhibición”.
“Yo creo que sí. Sólo juegan. Nunca las hemos visto a solas ¿no es así?”
“Eso no quiere decir nada”
“Nunca las has visto aquí solas”, dijo señalando hacia sus escritorios. “Nunca van juntas al baño. Nunca van por café al mismo tiempo. Nunca hablan entre ellas para verse fuera del trabajo. Ni almuerzos, ni cenas. Nada. De hecho, las únicas conversaciones que mantienen están relacionadas con el trabajo”.
“Excepto cuando salimos a tomar cervezas”, dijo Sam.
“Sí. Así que, ya que salen mañana…”
“…entonces deberíamos tener una noche de cerveza”, terminó Sam por él con una sonrisa.
“Sí, tal vez una noche de fiesta puede traerlas de vuelta a la normalidad”.
***
Era curioso como algunos bares terminaban convirtiéndose en bares de policías. Éste no era diferente. No se encontraba tan cerca del departamento de policía. Tampoco estaba muy cerca de la oficina del sheriff. Y se ubicaba a unas buenas diez cuadras del edificio donde
estaban las oficinas del FBI.
Sin embargo Puck suponía que el noventa por ciento de los clientes eran de policías. Una barra envolvente era la atracción principal y donde normalmente se reunían. La parte frontal del bar contaba con mesas altas y redondas… donde eligieron sentarse esta noche… y la pared lateral contenía una hilera de mesas reservadas. Cinco televisores grandes estaban espaciados por los
alrededores, dándole al lugar un ambiente tipo bar deportivo. La única comida que servían eran
hamburguesas y papas fritas o alitas de pollo picantes, nada más, sin embargo, el lugar estaba lleno casi todas las noches de la semana. Por encima del ruido de la multitud, se podía escuchar el golpeteo de las bolas de billar desde las tres mesas ubicadas en la parte de atrás
del bar.
“Vaya, ustedes se van a volver locas después de unos meses juntas”, dijo Sam mientras chocaba su botella de cerveza con la de San.
“Más que locas”, murmuró Britt.
“Habla por ti”, contrarrestó San.
Britt apoyó los codos sobre la mesa y apoyó la barbilla en sus manos “No roncas, ¿verdad?”
Puck las observó, sus miradas eran intensas y en realidad vio como San mantenía la boca cerrada, conteniendo las palabras que estaban a punto de liberarse. En vez de eso, se acercó aún más, bajando su mirada hacia los labios de Britt. Puck miró con fascinación el intercambio entre ellas.
“Bebe, te tendré tan cansada y saciada, que no estarás despierta el tiempo suficiente como para saber si ronco o no”
Puck vio el leve fantasma de una sonrisa cruzar el rostro de Britt
“¿Qué te hace pensar que no serás tú la saciada?”
Sam se inclinó más cerca de Puck. “¿Qué quieren decir con saciada?”, susurró
“¿En serio, hombre?”
Britt sonrió cariñosamente a Sam, alejando finalmente su mirada de San. “Déjenme comprar la siguiente ronda”.
No era su turno, pero nadie se quejó. Así como nadie se quejaba cuando ordenaba la cena para todos cuando trabajaban hasta tarde. O cuando llevaba el desayuno o el café. Ella era realmente generosa y no espera nada a cambio.
Como le había dicho a Sam, sólo porque ella tenía más dinero que el resto, no significa que no era una de ellos. Lo era. Sólo que se vestía mejor y conducía un coche más caro.
“¿Estás nerviosa?” preguntó Sam.
Puck notó que las bromas se habían terminado y fue sorprendido por la pregunta. Y estuvo aún más sorprendido por la respuesta de Britt.
“Aterrorizada”.
Sam, como de costumbre, no era consciente de la tensión subyacente.
“Vas a estar bien”, dijo. “Suena como un lugar loco, sí, pero aún siguen siendo personas”.
Britt y San intercambiaron sonrisas sinceras, Puck podría jurar que era la primera vez que había sido testigo de algoasí entre ellas.
“Sí, estoy segura que estaremos bien”, dijo Britt. “Sin embargo voy a extrañarlos chicos. Va a ser raro no verlos todos los días”.
“Sólo estaremos a una llamada de distancia”, dijo Puck. “Recuerden que somos sus investigadores”.
Un silencio inusual siguió hasta que Sam… sintiéndose aparentemente valiente después de tres cervezas… hiciera la pregunta que le había estado molestando toda
la semana.
“¿Está todo bien entre ustedes dos?”
Britt y San se miraron la una a la otra, luego alejaron las miradas.
“Sí, por supuesto”, contestó Britt. “¿Por qué?”
“Sólo que han estado actuando un poco extraño. Como si se estuviesen evitando la una a la otra”.
Él esperaba que protestaran, San al menos, pero ninguna refutó las palabras de Sam Parecía como si no pudiesen encontrar una buena mentira.
“Bueno, ¿cómo te sentirías si Puck y tú tuviesen que ir de incógnito como una pareja?”, preguntó San.
“Es un poco desconcertante”.
“Sí, pero ustedes son gay ¿Cuál es el problema?”
Britt lo miró fijamente, con sus ojos azules entrecerrados
“¿Por qué supones que soy gay?”
Sam tragó. “Bueno, nunca hablas de chicos. Como en citas”.
“¿Hablo sobre chicas y citas?”
“No. En realidad, no hablas de tu vida personal”.
Su mirada finalmente se suavizó “Cierto. Y vamos a mantenerlo de esa manera. Ahora, de vuelta a tu punto, fingir que estás enamorada de alguien, alguien con quien trabajas, es un poco desconcertante. San y yo, aunque considero que somos compañeras de trabajo, realmente no nos conocemos bien del todo”, dijo Britt “Así que ser liadas de repente, teniendo que fingir que estamos en una relación, nos está poniendo un poco nerviosas”, miró a San “¿Cierto?”
“Sí. Definitivamente”. San bebió su cerveza y deslizó la botella vacía hacia el centro de la mesa donde las otras botellas habían aterrizado “No sólo eso, sino que tenemos que vivir juntas”.
Puck pudo ver las ruedas girando en la cabeza de Sam.
“¿Dormir juntas?”
“Compartir una cama”, corrigió Britt rápidamente. “Will nos informó que nuestra cabaña tenía un lindo dormitorio y un baño. Muy íntimo”, dijo ella.
“Me vas a poner los nervios de punta”, murmuró San.
“¿Yo?”
“Sí. Eres una maniática del orden”, dijo San.
“Sí, ¿y qué?”
“¿Y qué? ¿Se puede decir que tienes un TOC?”
Britt la miró. “¿Trastorno obsesivo-compulsivo? ¿En serio?”
San sonrió. “Dime que todo en tu escritorio no tiene un código de colores, o un orden alfabético. Probablemente eres una de esas personas que rotan su ropa interior, toallas y otras cosas para no utilizarlas fuera del orden”, arqueó sus cejas “¿Me equivoco?”
Britt se sonrojó, Puck no pudo contener su risa.
“Está bien, así que tal vez tengo un toque de eso”, concedió Britt. “Dudo que vivir contigo sea un lecho de rosas”.
“Bebé, trataré de hacerlo placentero... y satisfactorio para ti tanto como me sea posible”.
Britt se inclinó de nuevo hacia delante. “Tigre, no creo que puedas manejarme”.
Las cejas de San se elevaron. “¿Ah, sí? ¿Es eso un reto?”
“No. Sólo un hecho”
Puck y Sam intercambiaron miradas nuevamente, sorprendidos de lo rápido que las dos regresaban
nuevamente al coqueteo.
“Bueno, supongo que tendremos unos meses para ver si eso es cierto o no. Creo que voy a romperte”.
“Vamos a ver quién rompe quién”, Britt casi ronroneó
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Guardian dela cueva capitulo 4,5
Capitulo 5
“¿Estás segura que no estás perdida?”
San le echó un vistazo. “Por el hecho de que tenemos un GPS y no está recalculando, sé dónde estoy”.
Britt la miró con ojos dudosos pero no dijo nada. San mantuvo la mirada en el camino, el bosque casi tragándose la carretera a ambos lados. Lucía atractivo desde la comodidad del aire acondicionado dentro del automóvil, pero sabía que afuera estaba caliente y húmedo.
Todavía era principios de junio, pero la temperatura había estado subiendo constantemente por encima de los 40 grados. Los altos pinos y robles estaban casi inmóviles, sin brisa que penetrara entre ellos. Por el rabillo del ojo veía a Britt, quien estaba una vez más leyendo los archivos en la elegante portátil que tenía.Notebook , se corrigió mentalmente. Bueno, al menos tenía algo que la mantenía ocupada.
Su conversación hasta el momento había sido rebuscada y casi inexistente. Este había sido un viaje largo y agotador. Estresante, porque sabía que eventualmente tendrían que hablar.Y con el tiempo, surgiría. Esa noche. Tenía que surgir. Y no quería hablar de ello. No, en absoluto. Inusual para ella, pero era quien había despertado sola en su propia cama. Sola, pero completamente saciada. No había dormido tan bien en años. Por supuesto, era algo que no iba a admitirle a Britt, en caso de que hablaran esa noche. Todavía la pasaba mal devanándose el cerebro con el hecho de que habían dormido juntas. No sólo habían dormido juntas, sino que habían pasado horas complaciéndose la una a la otra. Britt no era para nada su tipo. Era demasiado bonita, demasiado elegante, demasiado inteligente, demasiado... demasiado todo.
Miró rápidamente hacia ella, con miedo de que Britt pudiese leer su mente y ver la dirección de sus pensamientos, pero Britt parecía absorta en su lectura. Apretó el volante con más fuerza mientras las imágenes pasaban por su mente…
Britt acostada desnuda sobre su cama, con sus piernas abiertas para ella, el rostro de Britt transformado por el placer, con su boca ligeramente abierta, sus caderas saltando violentamente con otro orgasmo. Y la mano de Britt separando sus muslos, sus dedos llenándola, la boca de Britt en su pecho. Luego la boca de Britt moviéndose hacia abajo, apoderándose de ella con un hambre que aún traía escalofríos al cuerpo de San.
“¿Qué?”
San se volteó y parpadeó varias veces.
“¿Qué?”, Britt arqueó una ceja. “¿Todo bien?”
San miró rápidamente hacia la carretera nuevamente, maldiciendo sus pensamientos, orando para que Britt no notara el rubor en su rostro. “Lo siento. Nada”, murmuró ella.
Britt cerró su laptop y suspiró. San esperó, sabiendo lo que venía.
“¿Quieres hablar de ello?”
¿Qué clase de pregunta loca era esa? Negó con la cabeza. “No”.
Britt suspiró nuevamente “¿Seremos capaces de hacer esto?”
Por primera vez, San escuchó… y comprendió… el temor en la voz de Britt. Se dio cuenta que ella no era la única que luchaba con los demonios de esa noche.
¿En primer lugar cuán fuera de lugar era para Brittany, acabar no sólo en un bar de lesbianas, sino permitirle a Santana todo lo que hizo? Había jugueteado con ella, coqueteado como si siempre lo
hubiesen hecho. Sin embargo, eso había sido diferente. Tal vez porque habían estado a solas, sin los chicos, pero el coqueteo se convirtió en realidad . Al menos para ella había sido así. Y había tomado suficiente alcohol para inundar su buen sentido. Recordaba lo audaz que se había sentido cuando deslizó sus manos por los muslos de Brittany , recordaba la mirada en los ojos de Brittany mientras la tocaba.
Y Dios, recordaba lo mojada que había estado. Tan mojada que lo había podido sentir a través de los vaqueros de Britt. Lo que vino después fue inevitable. Y era algo que Britt no hacía. Encuentros
de una noche. No, esa era la especialidad de Santana, no de Brittany.
Aunque aquella mañana, cuando había encontrado su cama vacía, le pareció que Brittany era la experta, no ella.
Y ahora aquí estaban, dirigiéndose hacia Hoganville con ropa y baratijas, cosas que les hicieran lucir como si fuesen una pareja real. Una pareja que había estado junta tan sólo seis meses. Una pareja locamente enamorada ¿Podrían llevarlo a cabo?
“Creo que va a estar bien”, dijo ella. “Es nuestro trabajo. Las dos hemos estado encubiertas anteriormente. Esto no es diferente”.
“Espero que tengas razón”.
***
Brittany vio como Santana fácilmente entraba en su personaje, su brazo colgando por la ventana mientras le sonreía al guardia de seguridad.
“Sip. Nosotras somos las nuevas”, dijo ella “No puedo esperar a instalarme”.
“Primero tendrán que ver al director. Las oficinas de administración están en el primer piso de Mathis Hall”, él le entregó a San un mapa. “Siga por el Campus rodeando el pequeño lago aquí”, dijo señalando el papel que le había dado. “Es el primer edificio. El asta de la bandera está al frente”.
San frunció el ceño. “Está bien, pero es sábado. ¿Las oficinas de administración están abiertas?”
“No por lo general, no. Pero al director le gusta saludar al nuevo personal”.
“¿Hay muchas rotaciones?” preguntó ella.
Él se rió y extendió los brazos “¿Qué piensa usted? No hay mucho con que entretenerse aquí”.
“Lo tengo. Bien, gracias. Supongo que nos veremos por ahí”.
“Sí”.
Subió su ventana, dejando afuera el calor de la tarde.
“Bueno, estamos dentro”.
Britt asintió. “Sí. Y estoy de acuerdo con el concepto de recintos de Will. Este lugar es como una prisión”.
“Creo que esa es la intención”, dijo San. “Porque si estas chicas no estuviesen aquí, muchas de ellas podrían estar en los centros de detención juveniles”.
“Oh, eso es bonito”, dijo al ver al pequeño lago a su izquierda “¿Crees que permiten que las chicas vengan aquí?”, señaló. “Mira. Mesas de picnic”.
“No sé cuánta libertad se les permita. Todo el lugar es de quinientos acres. Eso es mucho para cercar como seguridad. No puedo imaginar que las chicas recorran el lugar”.
Brittany tomó el mapa que Santtana había tirado en el tablero. Ya había descargado el que estaba en su sitio web, pero no lo había estudiado mucho. Sabía que las cabañas para el personal se encontraban lejos de los dormitorios. Eso le llevó a creer que las chicas tenían algún acceso a los jardines. Sabía por su investigación que algunas de ellas se les permitían tener bicicletas pero no vehículos. En realidad, encontró atractivo el sendero para caminar y la pista de bicicletas, tuvo que recordarse a sí misma que estaba trabajando, no de vacaciones.
El guardia de seguridad debió haber anunciado su llegada. La puerta del edificio administrativo estaba abierta y otro guardia de seguridad estaba esperando.
“Por aquí”, dijo él.
Santana asintió y luego educadamente permitió que Brittany pasara primero. Apenas resistió poner los ojos en blanco mientras recordaba que estaban interpretando roles. Un hombre mayor con el cabello canoso se mantuvo de pie en una puerta, con una sonrisa en su rostro.
***
No sabía qué esperar de las dos agentes que le habían enviado. Había supuesto que serían mayores, pero estas dos parecían estar en sus treinta y pocos años. Encajarían bien con los otros
maestros.
“Buenas tardes. Soy el Director Avery”, les tendió la mano y las dos la estrecharon. “Veo que lo lograron”, dijo él.
“Está, definitivamente, metido en el bosque. Soy Santana Lopez”, dijo la del cabello oscuro. “Ella es Brittany pierce”.
“Encantado de conocerlas. Entren, por favor”, él asintió hacia el guardia de seguridad. “Gracias, Richard”.
“Por supuesto. Cerraré la puerta al salir”. Una vez que la puerta estuvo cerrada, Avery dejó escapar un suspiro.
“Me alegra que por fin estén aquí”, dijo. “Temía que ellos aún no estuviesen listos para seguir adelante”.
“No. Estamos listos para movernos. Simplemente creo que nadie sabe contra quién o qué nos moveremos”, dijo San.
“Eso es verdad ¿Confío en que ambas hayan revisado mis notas?”
“Sí”, dijo Britt. “Minuciosamente”
“Bueno, como reporté, la comunidad está aislada. También mantienen la escuela aislada de ellas. Por lo que he visto, todo pasa por Ester Hogan. Todo”.
“Ella es la… matriarca, ¿no?”
“Sí. También es propietaria de la cafetería. Bueno, supongo que más o menos es dueña de todo. La pequeña tienda de comestibles y la estación de servicio”, hizo una seña hacia las sillas de visitantes. “Por favor, siéntense” esperó hasta que las dos estuviesen sentadas antes de volver a su puesto detrás del escritorio.
“¿Es bienvenido el personal de la escuela en la cafetería?”, preguntó San.
“No es bienvenido, no. Por lo que sé, creo que nunca ha ido alguien de la escuela allí”.
“Usted dijo en sus notas que se trataba de una comunidad de personas mayores”, dijo Britt. “¿Puede contarnos?”
“No he visto a ningún niño. Nunca”, se echó hacia atrás en su silla, mirándolas, preguntándose por su línea de preguntas. “Ahora, eso no significa que no existan algunos. Diría que la edad de la mayoría de los residentes es superior a cincuenta años, tal vez cerca de los sesenta. No ves personas jóvenes, como de veinte y treinta años”.
“Así que la gente se muda y no regresa. Eso no es inusual en una comunidad como esta”, dijo Britt. “No imagino que haya mucho que mantenga a las persona en este pueblo”.
Él negó con la cabeza. “Esa fue mi suposición al principio”, dijo. “Pero cuanto más tiempo paso aquí, creo que ese no es el caso. No imagino que a alguien se le permita salir sin aprobación”.
“¿Aprobación de quién?”
“Supongo que de Ester Hogan”, San se echó a reír. “Oh, vamos. Nadie puede tener tanto control ¿Quién permitiría eso? Si estás recién salido de la secundaria y quieres ir a la universidad ¿me estás diciendo que tendrían que consultarlo con Ester Hogan?”
“No hay una escuela. Todo el mundo es educado en casa de manera informal. De lo que he aprendido, así es como siempre ha sido, mucho antes de que estuviese de moda. Otra cosa son los
registros de nacimiento. Oficialmente, se han producido seis nacimientos en los últimos treinta y cinco años”.
“¿Oficialmente?”
“Así fue como se emitieron muchos certificados de nacimiento y solicitudes de números de Seguro Social. Seis”.
“Está bien, todo esto es muy extraño”, dijo Britt “Nos tomará algo de tiempo acostumbrarnos a eso. Usted ha tenido siete meses”, ella hizo una pausa. “Hay dos personas que trabajan aquí del
pueblo. Ellos tuvieron que salir por su educación”, dijo Britt.
“Vamos a investigarlos más a fondo”.
“Sí. Fiona Hogan es profesora de ciencias. Es muy buena y las chicas la aman. Gretchen Hogan es la enfermera de la escuela. Es mucho más reservada que Fiona. También es mucho mayor. Estoy seguro de que la única razón por la que se les permitió ir a la universidad era para que pudiesen regresar y se infiltraran en la escuela, si se me permite usar esa palabra”, dijo “De los seis nacimientos oficiales, tres son Fiona, Gretchen y el supuesto médico del pueblo, Don Hogan. Sé que suena extraño, pero créanme. Una vez que estén aquí por un tiempo, van a entender”
“¿A quiénes pertenecen los otros tres?”
“Tengo sus nombres”, dijo él. “Eso es todo. Si aún siguen por los alrededores, no los he visto y no he oído que los mencionen. Dos deben tener ahora dieciocho años. El otro nació el mismo año que
Fiona”.
San se levantó caminando lentamente. “Está bien, entendemos que la comunidad vive fuera de la red ¿Pero los bebés nacen y no son documentados?”
“Si los bebés nacen, sí, eso es lo que parece. Como he dicho, no he visto a los niños. Les he pedido una investigación tan atrás como les sea posible. La comunidad fue bastante grande una vez. Los certificados de nacimiento… y certificados de defunción, para el caso… no existen para la mayoría de los residentes”.
“Sin embargo, algunos están documentados. ¿Predestinados?”, adivinó Britt. “Fiona fue documentada y se fue a la universidad. Gretchen también. Y el médico. Por supuesto, suponer que
alguien al nacer vaya a ser lo suficientemente brillante como para ser médico es realmente como tirar los dados”.
“Su título de médico es sospechoso”, dijo Avery. “Es de una universidad de la República Dominicana”, dijo “Es el único registro de él. No hay nada aquí. Si realmente está practicando la medicina, sería algo muy básico”.
“¿Qué pasa aquí en la escuela?”, preguntó Britt. “Usted tiene una enfermera. Pero ¿y si los niños necesitan atención de emergencia?”
“San Agustín es la instalación médica más cercana. También tenemos dos médicos que vienen de manera rotativa”, sonrió para sí mismo.
Siete meses en el trabajo y de repente era “nosotros” cuando hablaba de la escuela. Tal vez esta asignación había crecido en él más de lo que se había dado cuenta. San pasó sus dedos por su
cabello lo que él supuso era un hábito nervioso “Está bien, primero volvamos a la razón por la que estamos aquí. Las desapariciones misteriosas. El pueblo es peculiar, sin duda, pero
¿está sugiriendo que algo siniestro está ocurriendo aquí? Por lo que sé, no hay ni una pizca de evidencia que vincule este pueblo con las desapariciones. Y por muy raro como este pueblo parezca, estamos aquí para investigar las desapariciones, no a la comunidad ¿De acuerdo?”
“Todo lo que puedo decir es que den un paseo en coche. Vayan por la cafetería. Vean si no lo sienten también. Es un pueblo muerto, así es como lo describo. No verán sonrisas, ni escucharan risas. Las conversaciones silenciosas se detienen de repente. Podrán ver a una persona, sin embargo, sentirán ocho pares de ojos sobre ustedes”, él sacudió sus hombros como si tratara de desprenderse de algo. “Es espeluznante”
“Está bien, así que es como algún tipo de culto”, dijo Britt“¿Es eso lo que está sugiriendo?”
“Esa es su palabra, no la mía”, dijo rápidamente. “Si empiezas a lanzar la palabra culto por allí, la gente se pone nerviosa. Pero es algo por el estilo, sí”.
San se sentó nuevamente. “¿Qué pasa con el personal de aquí? ¿Se mantienen alejados? ¿Son advertidos cuando toman el trabajo?”
“No diría que sean advertidos por la administración, pero estoy seguro que los otros maestros los ponen al día. La tasa de rotación es muy alta aquí. En promedio, la mayoría de los profesores se quedan sólo tres años. Hay dos, una pareja, que ha estado aquí por cinco años. Tienen el período más largo, si eso les dice algo. Gayla Grumfeld fue a quién designé para ser su mentora”, le dijo a Britt. “Ella puede ponerte al tanto de las complejidades de la escuela y todo eso”.
“La escuela ha estado aquí ¿qué? ¿Treinta años?”
“Treinta y uno”, la corrigió.
Britt asintió. “Si el pueblo es tan aislado y quiere permanecer aislado ¿por qué está ubicada la escuela aquí? Quiero decir, obviamente tienen influencia sobre lo que sucede aquí ¿Por qué los Hogan vendieron la tierra y permitieron que se construyera la escuela?”
“Dinero”, dijo simplemente. “Sin la escuela, creo que la comunidad hubiese muerto hace mucho tiempo. Sé cuál es la estimación de la población, pero diría que es de menos de cincuenta personas. La persona que bajara por la carretera, ni siquiera lo notarían”.
“Pero ¿cómo manejan las visitas de los padres en el pueblo? Es decir, suponiendo que los padres visiten”.
“Está muy reglamentado. A los padres se les permite una visita un sábado cada trimestre cuando se les permite sacar a su hijo del complejo. Sorprendentemente, Hoganville da un buen espectáculo. Es muy puesta en escena. Dan la bienvenida a los padres en la cafetería con pancartas. De hecho, uno de los sujetos tiene este gran aparato que echa humo que ponen al frente y hacen barbacoa, parrilla y costillas. Es todo un éxito con los padres”, dijo él. “Por supuesto, muchos de los padres hacen excursiones de un día fuera del pueblo. A las chicas no se les permite estar fuera toda la noche. Revisión de camas a las 10 pm durante esos días. Nueve pm en las noches normales”.
“¿Realmente cuántos padres vienen de visita? Me imagino que muchas de las chicas no vienen precisamente de hogares y familias modelos”, dijo Britt.
“He estado aquí en dos de las jornadas de puertas abiertas trimestrales. Yo diría que menos de la mitad de las chicas son elegibles para tener visitas. La escuela es costosa, así que aquí hay una extraña mezcla”, dijo él. “Estoy sorprendido de que haya funcionado, pero así ha sido. Hay dos sectores… azul y rojo. Clasifico los rojos a esto…”, dijo manteniendo su dedo pulgar y dedo índice a una pulgada de distancia, “…de ser enviadas a una instalación tradicional de menores. Aquellas que fueron enviadas aquí por un juez y obviamente, que fueron financiadas por el Estado. Estas son chicas que se meten en problemas y necesitan orientación. Hurtos pequeños, drogas, en su mayoría. Realmente infractoras de primera vez. Pero aun así, básicamente delincuentes juveniles estándares. Luego tienen aquellas cuyas familias tienen dinero y pueden permitirse el lujo de enviar a sus hijas aquí”, él negó con la cabeza. “A pesar de que se mantienen separadas, personalmente yo no enviaría a mi hija aquí”.
“¿Estoy asumiendo que es diversa? Más del pueblo, de todos modos”, dijo San.
“Por supuesto. Yo diría que el sesenta por ciento blancas, 30 por ciento negras y 10 por ciento hispanas. Pero como en cualquier escuela… o cárcel, para el caso… tienen sus grupitos. Tienen un
grupo de líderes y un puñado de seguidoras”
“¿Pandillas?”
“Vamos a llamarlo mini- pandillas. Una vez más, hay mucho por repasar. Por eso le he pedido a Gayla que te ayude,Britt. San, tendrás un resumen del jefe”. “Está bien ¿cómo vamos a comunicarnos con usted? ¿Cara a cara?”
“No muy a menudo. Podría levantar sospechas. Especialmente San. Realmente no hay razón para que uno de los policías del campus visite mi oficina”.
“¿Cuál es la disposición al respecto? Servicio de seguridad en la puerta ¿Otro aquí? ¿Qué más?”
“Hay diez guardias de seguridad, que no llevan armas. Rotan los turnos de día y de noche. Además de la puerta, están dentro y fuera de las aulas, la cafetería y los dormitorios. También hay seis agentes de la policía, incluyéndola a Ud. Un oficial armado siempre está en las aulas del sector rojo. La puerta se cierra y se bloquea a las diez cada noche, excepto los sábados. Por cierto, nadie más sabe que ustedes dos están infiltradas. Necesitamos que siga siendo así”
“¿Cómo ha conseguido dos cargos nuevos?”
“El cargo de profesora de gimnasia estaba realmente disponible. Es difícil conseguir que venga un solo maestro aquí. Es por eso que la mayoría son de dos en dos. La vacante en la seguridad del
campus surgió de repente”, dijo con una sonrisa. “Creo que el oficial Nelson recibió una oferta que no pudo rechazar”.
“¿Y por lo que sabe, alguien del personal está relacionado con el pueblo? Bueno, además de Fiona y Gretchen”.
“Ambas viven aquí durante la semana, pero se quedan en el pueblo los fines de semana. Fiona es muy amable con el resto del personal. Gretchen, no tanto. Pero no creo que Fiona mezcle sus
dos vidas. Eso quiere decir que no presenta a ninguno de sus amigos con el personal. Al menos, no que yo sepa”.
“¿Eso no les parece extraño a las personas?”
“¿Quieres decir más extraño que lo demás?”, Britt le sonrió.
“Realmente no tenemos ni idea de lo que está pasando ¿verdad?”
“En absoluto”, estuvo de acuerdo. Se echó hacia atrás, decidiendo no advertirles sobre los extraños llantos… gritos… que a veces escuchaba por las noches. Dejaría que experimentaran eso por su propia cuenta.
“¿Estás segura que no estás perdida?”
San le echó un vistazo. “Por el hecho de que tenemos un GPS y no está recalculando, sé dónde estoy”.
Britt la miró con ojos dudosos pero no dijo nada. San mantuvo la mirada en el camino, el bosque casi tragándose la carretera a ambos lados. Lucía atractivo desde la comodidad del aire acondicionado dentro del automóvil, pero sabía que afuera estaba caliente y húmedo.
Todavía era principios de junio, pero la temperatura había estado subiendo constantemente por encima de los 40 grados. Los altos pinos y robles estaban casi inmóviles, sin brisa que penetrara entre ellos. Por el rabillo del ojo veía a Britt, quien estaba una vez más leyendo los archivos en la elegante portátil que tenía.Notebook , se corrigió mentalmente. Bueno, al menos tenía algo que la mantenía ocupada.
Su conversación hasta el momento había sido rebuscada y casi inexistente. Este había sido un viaje largo y agotador. Estresante, porque sabía que eventualmente tendrían que hablar.Y con el tiempo, surgiría. Esa noche. Tenía que surgir. Y no quería hablar de ello. No, en absoluto. Inusual para ella, pero era quien había despertado sola en su propia cama. Sola, pero completamente saciada. No había dormido tan bien en años. Por supuesto, era algo que no iba a admitirle a Britt, en caso de que hablaran esa noche. Todavía la pasaba mal devanándose el cerebro con el hecho de que habían dormido juntas. No sólo habían dormido juntas, sino que habían pasado horas complaciéndose la una a la otra. Britt no era para nada su tipo. Era demasiado bonita, demasiado elegante, demasiado inteligente, demasiado... demasiado todo.
Miró rápidamente hacia ella, con miedo de que Britt pudiese leer su mente y ver la dirección de sus pensamientos, pero Britt parecía absorta en su lectura. Apretó el volante con más fuerza mientras las imágenes pasaban por su mente…
Britt acostada desnuda sobre su cama, con sus piernas abiertas para ella, el rostro de Britt transformado por el placer, con su boca ligeramente abierta, sus caderas saltando violentamente con otro orgasmo. Y la mano de Britt separando sus muslos, sus dedos llenándola, la boca de Britt en su pecho. Luego la boca de Britt moviéndose hacia abajo, apoderándose de ella con un hambre que aún traía escalofríos al cuerpo de San.
“¿Qué?”
San se volteó y parpadeó varias veces.
“¿Qué?”, Britt arqueó una ceja. “¿Todo bien?”
San miró rápidamente hacia la carretera nuevamente, maldiciendo sus pensamientos, orando para que Britt no notara el rubor en su rostro. “Lo siento. Nada”, murmuró ella.
Britt cerró su laptop y suspiró. San esperó, sabiendo lo que venía.
“¿Quieres hablar de ello?”
¿Qué clase de pregunta loca era esa? Negó con la cabeza. “No”.
Britt suspiró nuevamente “¿Seremos capaces de hacer esto?”
Por primera vez, San escuchó… y comprendió… el temor en la voz de Britt. Se dio cuenta que ella no era la única que luchaba con los demonios de esa noche.
¿En primer lugar cuán fuera de lugar era para Brittany, acabar no sólo en un bar de lesbianas, sino permitirle a Santana todo lo que hizo? Había jugueteado con ella, coqueteado como si siempre lo
hubiesen hecho. Sin embargo, eso había sido diferente. Tal vez porque habían estado a solas, sin los chicos, pero el coqueteo se convirtió en realidad . Al menos para ella había sido así. Y había tomado suficiente alcohol para inundar su buen sentido. Recordaba lo audaz que se había sentido cuando deslizó sus manos por los muslos de Brittany , recordaba la mirada en los ojos de Brittany mientras la tocaba.
Y Dios, recordaba lo mojada que había estado. Tan mojada que lo había podido sentir a través de los vaqueros de Britt. Lo que vino después fue inevitable. Y era algo que Britt no hacía. Encuentros
de una noche. No, esa era la especialidad de Santana, no de Brittany.
Aunque aquella mañana, cuando había encontrado su cama vacía, le pareció que Brittany era la experta, no ella.
Y ahora aquí estaban, dirigiéndose hacia Hoganville con ropa y baratijas, cosas que les hicieran lucir como si fuesen una pareja real. Una pareja que había estado junta tan sólo seis meses. Una pareja locamente enamorada ¿Podrían llevarlo a cabo?
“Creo que va a estar bien”, dijo ella. “Es nuestro trabajo. Las dos hemos estado encubiertas anteriormente. Esto no es diferente”.
“Espero que tengas razón”.
***
Brittany vio como Santana fácilmente entraba en su personaje, su brazo colgando por la ventana mientras le sonreía al guardia de seguridad.
“Sip. Nosotras somos las nuevas”, dijo ella “No puedo esperar a instalarme”.
“Primero tendrán que ver al director. Las oficinas de administración están en el primer piso de Mathis Hall”, él le entregó a San un mapa. “Siga por el Campus rodeando el pequeño lago aquí”, dijo señalando el papel que le había dado. “Es el primer edificio. El asta de la bandera está al frente”.
San frunció el ceño. “Está bien, pero es sábado. ¿Las oficinas de administración están abiertas?”
“No por lo general, no. Pero al director le gusta saludar al nuevo personal”.
“¿Hay muchas rotaciones?” preguntó ella.
Él se rió y extendió los brazos “¿Qué piensa usted? No hay mucho con que entretenerse aquí”.
“Lo tengo. Bien, gracias. Supongo que nos veremos por ahí”.
“Sí”.
Subió su ventana, dejando afuera el calor de la tarde.
“Bueno, estamos dentro”.
Britt asintió. “Sí. Y estoy de acuerdo con el concepto de recintos de Will. Este lugar es como una prisión”.
“Creo que esa es la intención”, dijo San. “Porque si estas chicas no estuviesen aquí, muchas de ellas podrían estar en los centros de detención juveniles”.
“Oh, eso es bonito”, dijo al ver al pequeño lago a su izquierda “¿Crees que permiten que las chicas vengan aquí?”, señaló. “Mira. Mesas de picnic”.
“No sé cuánta libertad se les permita. Todo el lugar es de quinientos acres. Eso es mucho para cercar como seguridad. No puedo imaginar que las chicas recorran el lugar”.
Brittany tomó el mapa que Santtana había tirado en el tablero. Ya había descargado el que estaba en su sitio web, pero no lo había estudiado mucho. Sabía que las cabañas para el personal se encontraban lejos de los dormitorios. Eso le llevó a creer que las chicas tenían algún acceso a los jardines. Sabía por su investigación que algunas de ellas se les permitían tener bicicletas pero no vehículos. En realidad, encontró atractivo el sendero para caminar y la pista de bicicletas, tuvo que recordarse a sí misma que estaba trabajando, no de vacaciones.
El guardia de seguridad debió haber anunciado su llegada. La puerta del edificio administrativo estaba abierta y otro guardia de seguridad estaba esperando.
“Por aquí”, dijo él.
Santana asintió y luego educadamente permitió que Brittany pasara primero. Apenas resistió poner los ojos en blanco mientras recordaba que estaban interpretando roles. Un hombre mayor con el cabello canoso se mantuvo de pie en una puerta, con una sonrisa en su rostro.
***
No sabía qué esperar de las dos agentes que le habían enviado. Había supuesto que serían mayores, pero estas dos parecían estar en sus treinta y pocos años. Encajarían bien con los otros
maestros.
“Buenas tardes. Soy el Director Avery”, les tendió la mano y las dos la estrecharon. “Veo que lo lograron”, dijo él.
“Está, definitivamente, metido en el bosque. Soy Santana Lopez”, dijo la del cabello oscuro. “Ella es Brittany pierce”.
“Encantado de conocerlas. Entren, por favor”, él asintió hacia el guardia de seguridad. “Gracias, Richard”.
“Por supuesto. Cerraré la puerta al salir”. Una vez que la puerta estuvo cerrada, Avery dejó escapar un suspiro.
“Me alegra que por fin estén aquí”, dijo. “Temía que ellos aún no estuviesen listos para seguir adelante”.
“No. Estamos listos para movernos. Simplemente creo que nadie sabe contra quién o qué nos moveremos”, dijo San.
“Eso es verdad ¿Confío en que ambas hayan revisado mis notas?”
“Sí”, dijo Britt. “Minuciosamente”
“Bueno, como reporté, la comunidad está aislada. También mantienen la escuela aislada de ellas. Por lo que he visto, todo pasa por Ester Hogan. Todo”.
“Ella es la… matriarca, ¿no?”
“Sí. También es propietaria de la cafetería. Bueno, supongo que más o menos es dueña de todo. La pequeña tienda de comestibles y la estación de servicio”, hizo una seña hacia las sillas de visitantes. “Por favor, siéntense” esperó hasta que las dos estuviesen sentadas antes de volver a su puesto detrás del escritorio.
“¿Es bienvenido el personal de la escuela en la cafetería?”, preguntó San.
“No es bienvenido, no. Por lo que sé, creo que nunca ha ido alguien de la escuela allí”.
“Usted dijo en sus notas que se trataba de una comunidad de personas mayores”, dijo Britt. “¿Puede contarnos?”
“No he visto a ningún niño. Nunca”, se echó hacia atrás en su silla, mirándolas, preguntándose por su línea de preguntas. “Ahora, eso no significa que no existan algunos. Diría que la edad de la mayoría de los residentes es superior a cincuenta años, tal vez cerca de los sesenta. No ves personas jóvenes, como de veinte y treinta años”.
“Así que la gente se muda y no regresa. Eso no es inusual en una comunidad como esta”, dijo Britt. “No imagino que haya mucho que mantenga a las persona en este pueblo”.
Él negó con la cabeza. “Esa fue mi suposición al principio”, dijo. “Pero cuanto más tiempo paso aquí, creo que ese no es el caso. No imagino que a alguien se le permita salir sin aprobación”.
“¿Aprobación de quién?”
“Supongo que de Ester Hogan”, San se echó a reír. “Oh, vamos. Nadie puede tener tanto control ¿Quién permitiría eso? Si estás recién salido de la secundaria y quieres ir a la universidad ¿me estás diciendo que tendrían que consultarlo con Ester Hogan?”
“No hay una escuela. Todo el mundo es educado en casa de manera informal. De lo que he aprendido, así es como siempre ha sido, mucho antes de que estuviese de moda. Otra cosa son los
registros de nacimiento. Oficialmente, se han producido seis nacimientos en los últimos treinta y cinco años”.
“¿Oficialmente?”
“Así fue como se emitieron muchos certificados de nacimiento y solicitudes de números de Seguro Social. Seis”.
“Está bien, todo esto es muy extraño”, dijo Britt “Nos tomará algo de tiempo acostumbrarnos a eso. Usted ha tenido siete meses”, ella hizo una pausa. “Hay dos personas que trabajan aquí del
pueblo. Ellos tuvieron que salir por su educación”, dijo Britt.
“Vamos a investigarlos más a fondo”.
“Sí. Fiona Hogan es profesora de ciencias. Es muy buena y las chicas la aman. Gretchen Hogan es la enfermera de la escuela. Es mucho más reservada que Fiona. También es mucho mayor. Estoy seguro de que la única razón por la que se les permitió ir a la universidad era para que pudiesen regresar y se infiltraran en la escuela, si se me permite usar esa palabra”, dijo “De los seis nacimientos oficiales, tres son Fiona, Gretchen y el supuesto médico del pueblo, Don Hogan. Sé que suena extraño, pero créanme. Una vez que estén aquí por un tiempo, van a entender”
“¿A quiénes pertenecen los otros tres?”
“Tengo sus nombres”, dijo él. “Eso es todo. Si aún siguen por los alrededores, no los he visto y no he oído que los mencionen. Dos deben tener ahora dieciocho años. El otro nació el mismo año que
Fiona”.
San se levantó caminando lentamente. “Está bien, entendemos que la comunidad vive fuera de la red ¿Pero los bebés nacen y no son documentados?”
“Si los bebés nacen, sí, eso es lo que parece. Como he dicho, no he visto a los niños. Les he pedido una investigación tan atrás como les sea posible. La comunidad fue bastante grande una vez. Los certificados de nacimiento… y certificados de defunción, para el caso… no existen para la mayoría de los residentes”.
“Sin embargo, algunos están documentados. ¿Predestinados?”, adivinó Britt. “Fiona fue documentada y se fue a la universidad. Gretchen también. Y el médico. Por supuesto, suponer que
alguien al nacer vaya a ser lo suficientemente brillante como para ser médico es realmente como tirar los dados”.
“Su título de médico es sospechoso”, dijo Avery. “Es de una universidad de la República Dominicana”, dijo “Es el único registro de él. No hay nada aquí. Si realmente está practicando la medicina, sería algo muy básico”.
“¿Qué pasa aquí en la escuela?”, preguntó Britt. “Usted tiene una enfermera. Pero ¿y si los niños necesitan atención de emergencia?”
“San Agustín es la instalación médica más cercana. También tenemos dos médicos que vienen de manera rotativa”, sonrió para sí mismo.
Siete meses en el trabajo y de repente era “nosotros” cuando hablaba de la escuela. Tal vez esta asignación había crecido en él más de lo que se había dado cuenta. San pasó sus dedos por su
cabello lo que él supuso era un hábito nervioso “Está bien, primero volvamos a la razón por la que estamos aquí. Las desapariciones misteriosas. El pueblo es peculiar, sin duda, pero
¿está sugiriendo que algo siniestro está ocurriendo aquí? Por lo que sé, no hay ni una pizca de evidencia que vincule este pueblo con las desapariciones. Y por muy raro como este pueblo parezca, estamos aquí para investigar las desapariciones, no a la comunidad ¿De acuerdo?”
“Todo lo que puedo decir es que den un paseo en coche. Vayan por la cafetería. Vean si no lo sienten también. Es un pueblo muerto, así es como lo describo. No verán sonrisas, ni escucharan risas. Las conversaciones silenciosas se detienen de repente. Podrán ver a una persona, sin embargo, sentirán ocho pares de ojos sobre ustedes”, él sacudió sus hombros como si tratara de desprenderse de algo. “Es espeluznante”
“Está bien, así que es como algún tipo de culto”, dijo Britt“¿Es eso lo que está sugiriendo?”
“Esa es su palabra, no la mía”, dijo rápidamente. “Si empiezas a lanzar la palabra culto por allí, la gente se pone nerviosa. Pero es algo por el estilo, sí”.
San se sentó nuevamente. “¿Qué pasa con el personal de aquí? ¿Se mantienen alejados? ¿Son advertidos cuando toman el trabajo?”
“No diría que sean advertidos por la administración, pero estoy seguro que los otros maestros los ponen al día. La tasa de rotación es muy alta aquí. En promedio, la mayoría de los profesores se quedan sólo tres años. Hay dos, una pareja, que ha estado aquí por cinco años. Tienen el período más largo, si eso les dice algo. Gayla Grumfeld fue a quién designé para ser su mentora”, le dijo a Britt. “Ella puede ponerte al tanto de las complejidades de la escuela y todo eso”.
“La escuela ha estado aquí ¿qué? ¿Treinta años?”
“Treinta y uno”, la corrigió.
Britt asintió. “Si el pueblo es tan aislado y quiere permanecer aislado ¿por qué está ubicada la escuela aquí? Quiero decir, obviamente tienen influencia sobre lo que sucede aquí ¿Por qué los Hogan vendieron la tierra y permitieron que se construyera la escuela?”
“Dinero”, dijo simplemente. “Sin la escuela, creo que la comunidad hubiese muerto hace mucho tiempo. Sé cuál es la estimación de la población, pero diría que es de menos de cincuenta personas. La persona que bajara por la carretera, ni siquiera lo notarían”.
“Pero ¿cómo manejan las visitas de los padres en el pueblo? Es decir, suponiendo que los padres visiten”.
“Está muy reglamentado. A los padres se les permite una visita un sábado cada trimestre cuando se les permite sacar a su hijo del complejo. Sorprendentemente, Hoganville da un buen espectáculo. Es muy puesta en escena. Dan la bienvenida a los padres en la cafetería con pancartas. De hecho, uno de los sujetos tiene este gran aparato que echa humo que ponen al frente y hacen barbacoa, parrilla y costillas. Es todo un éxito con los padres”, dijo él. “Por supuesto, muchos de los padres hacen excursiones de un día fuera del pueblo. A las chicas no se les permite estar fuera toda la noche. Revisión de camas a las 10 pm durante esos días. Nueve pm en las noches normales”.
“¿Realmente cuántos padres vienen de visita? Me imagino que muchas de las chicas no vienen precisamente de hogares y familias modelos”, dijo Britt.
“He estado aquí en dos de las jornadas de puertas abiertas trimestrales. Yo diría que menos de la mitad de las chicas son elegibles para tener visitas. La escuela es costosa, así que aquí hay una extraña mezcla”, dijo él. “Estoy sorprendido de que haya funcionado, pero así ha sido. Hay dos sectores… azul y rojo. Clasifico los rojos a esto…”, dijo manteniendo su dedo pulgar y dedo índice a una pulgada de distancia, “…de ser enviadas a una instalación tradicional de menores. Aquellas que fueron enviadas aquí por un juez y obviamente, que fueron financiadas por el Estado. Estas son chicas que se meten en problemas y necesitan orientación. Hurtos pequeños, drogas, en su mayoría. Realmente infractoras de primera vez. Pero aun así, básicamente delincuentes juveniles estándares. Luego tienen aquellas cuyas familias tienen dinero y pueden permitirse el lujo de enviar a sus hijas aquí”, él negó con la cabeza. “A pesar de que se mantienen separadas, personalmente yo no enviaría a mi hija aquí”.
“¿Estoy asumiendo que es diversa? Más del pueblo, de todos modos”, dijo San.
“Por supuesto. Yo diría que el sesenta por ciento blancas, 30 por ciento negras y 10 por ciento hispanas. Pero como en cualquier escuela… o cárcel, para el caso… tienen sus grupitos. Tienen un
grupo de líderes y un puñado de seguidoras”
“¿Pandillas?”
“Vamos a llamarlo mini- pandillas. Una vez más, hay mucho por repasar. Por eso le he pedido a Gayla que te ayude,Britt. San, tendrás un resumen del jefe”. “Está bien ¿cómo vamos a comunicarnos con usted? ¿Cara a cara?”
“No muy a menudo. Podría levantar sospechas. Especialmente San. Realmente no hay razón para que uno de los policías del campus visite mi oficina”.
“¿Cuál es la disposición al respecto? Servicio de seguridad en la puerta ¿Otro aquí? ¿Qué más?”
“Hay diez guardias de seguridad, que no llevan armas. Rotan los turnos de día y de noche. Además de la puerta, están dentro y fuera de las aulas, la cafetería y los dormitorios. También hay seis agentes de la policía, incluyéndola a Ud. Un oficial armado siempre está en las aulas del sector rojo. La puerta se cierra y se bloquea a las diez cada noche, excepto los sábados. Por cierto, nadie más sabe que ustedes dos están infiltradas. Necesitamos que siga siendo así”
“¿Cómo ha conseguido dos cargos nuevos?”
“El cargo de profesora de gimnasia estaba realmente disponible. Es difícil conseguir que venga un solo maestro aquí. Es por eso que la mayoría son de dos en dos. La vacante en la seguridad del
campus surgió de repente”, dijo con una sonrisa. “Creo que el oficial Nelson recibió una oferta que no pudo rechazar”.
“¿Y por lo que sabe, alguien del personal está relacionado con el pueblo? Bueno, además de Fiona y Gretchen”.
“Ambas viven aquí durante la semana, pero se quedan en el pueblo los fines de semana. Fiona es muy amable con el resto del personal. Gretchen, no tanto. Pero no creo que Fiona mezcle sus
dos vidas. Eso quiere decir que no presenta a ninguno de sus amigos con el personal. Al menos, no que yo sepa”.
“¿Eso no les parece extraño a las personas?”
“¿Quieres decir más extraño que lo demás?”, Britt le sonrió.
“Realmente no tenemos ni idea de lo que está pasando ¿verdad?”
“En absoluto”, estuvo de acuerdo. Se echó hacia atrás, decidiendo no advertirles sobre los extraños llantos… gritos… que a veces escuchaba por las noches. Dejaría que experimentaran eso por su propia cuenta.
ana_bys_26- ---
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Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Guardian dela cueva capitulo 4,5 y 6
Capitulos 6
Sanatan se quedó mirando la cama y luego miró a Brittany.
Sus ojos se encontraron por un segundo, entonces Brittany se volteó siguiendo a Avery hacia la pequeña sala de estar.
“No es mucho, lo sé. Pero es el único que está vacante y limpio. Donde vivía el oficial Nelson es un poco más grande, pero necesita una limpieza a fondo”.
“Esto está bien”, dijo Britt dirigiéndose hacia la ventana. “Es como un pequeño barrio suburbano aquí afuera”.
“Sí. Pero en su mayor parte, todo el mundo se lleva bien. Voy a dejar que se integren con ellos de manera natural, pero ellos tienen una cena comunitaria o una comida al aire libre cada semana. No hay entretenimiento en el complejo, por lo que han aprendido a hacer uno para ellos. Estamos a cuarenta y cinco minutos de la ciudad más cercana de mayor tamaño”.
Santana se movió incómoda, aun tratando de hacerse la idea sobre el hecho de que ella y Brittany estarían compartiendo una cama. Avery aparentemente interpretó su silencio como su señal para irse.
“Bueno, voy a dejar que se instalen. Ambas tienen mi número y correo electrónico. La mayor parte de nuestra comunicación se debe hacer de esa manera. Después de que hayan conocido al personal…no me cabe duda de que algunos habrán terminado dentro de poco…puede que deseen dar una vuelta, revisar Hoganville. Incluso me gustaría sugerirles que tomen el desayuno en la cafetería mañana. Eso provocará una llamada de Ester Hogan. Ella querrá saber sus antecedentes. A ella le gusta mantener su mano en todo”.
“Oh ¿y el uniforme?”, preguntó ella.
“Sí. Te han asignado cinco. Ya están en el armario”.
“Parece que han pensado en todo”.
“Creo en ser organizado”, abrió la puerta cambiando su expresión.“Una vez más, bienvenidas a la Escuela para niñas Hogan”, dijo más alto de lo necesario. “Espero que disfruten de su estancia
con nosotros”.
La vieron bajar las escaleras y cruzar el patio hacia su coche, entonces Britt cerró la puerta, quedándose a solas Completamente solas.
San tragó. ”Bueno…“, dijo ella bajando su voz. Vio un movimiento fuera de la ventana. “Me pregunto por qué no cerramos las persianas”, dijo ella.
“¿Ya tenemos compañía?”, preguntó Britt en silencio, sus ojos se encontraron.
San asintió.
”Genial“, murmuró ella. “Comienza el espectáculo. Y no creo estar lista”, poco después sonó un golpe en la puerta y nuevamente sus ojos se encontraron.
“Yo voy, cariño”, San respiró profundamente, forzando una sonrisa en su cara. Como Britt había dicho, comenzó el espectáculo. Ni siquiera habían tenido tiempo para practicar.
“Sé que quieren desempacar y todo eso, pero teníamos que conocerlas”, dijo una pelirroja exuberante con cabello largo y lacio recogido en una cola de caballo. “Soy Suzette. Esta es mi pareja, Becca”.
“Hola”, dijo Britt. “Soy la nueva profesora de gimnasia.Brittany Pierce”, dijo mientras extendía su mano. “Y ella es Santana Lopez”.
Extendió su mano, haciéndole señas a San para que la tomara. Ella lo hizo tensándose sólo un poco cuando los dedos de Britt se entrelazaron con los suyos.
“Somos algo nuevas…”, explicó Britt con timidez. “¿Es correcto decir ya parejas?”
“Oh, recién casadas”, exclamó Becca aplaudiendo con sus manos. “Me encanta ¿Cuánto tiempo?”
“Sólo seis meses”, dijo San. “No puedo creer que estemos aquí juntas. Esto es emocionante”.
“Oh, cariño, entonces es algo bueno que sean recién casadas”, le dio un guiño exagerado “Te dará algo que hacer” dijo con una risa. “Porque emocionante no es cómo describiría este trabajo”.
“No las desalientes tan pronto”, dijo Suzette. “Vamos, salgamos de su camino. Hamburguesas mañana en casa de Jules. Están invitadas”.
“¿Jules?”
“Tres casas más abajo. Traigan sus propias hamburguesas para poner en la parrilla. Habrá un montón de platos extras”.
“Estamos un poco vacías en el departamento de la comida”, dijo Britt “Nos dijeron que había una tienda de comestibles aquí”.
“Oh, la hay, pero, cariño, no la recomendaría. Conduzcancuarenta millas hasta San Agustín y conseguirán todo allí”.
“¿Hay algo malo con la de aquí?”, preguntó San, sintiendo un ligero apretón de los dedos de Britt.
“No tenemos el tiempo suficiente para ir con todo lo que está mal por aquí”, dijo Suzette con una breve carcajada.
“Creo que deberían detenerse en ella”, dijo Becca. “Es una experiencia que todos deberían tener por lo menos una vez. Si están abiertas. Ellas abren a horas extrañas”.
“¿No les gustan las lesbianas?”
Las dos se rieron. “No es eso. Eso, al menos, lo podría explicar”, negó con la cabeza. “No, es sólo un pequeño lugar extraño” sonrió ampliamente. “Encantada de conocerlas. No olviden las hamburguesas mañana”.
Separaron sus manos tan pronto la puerta se cerró.
San trató de aligerar el ambiente. “Que te parece, bebe. Yahemos hecho nuevas amigas”.
“Me pregunto cuánto tiempo han estado aquí”, dijo Britt ignorando su comentario “Parecen saber lo suficiente acerca del pueblo”.
“¿Me pregunto si saben algo acerca de las desapariciones?”
“Depende de que estaciones locales de televisión tengan aquí. Voy a asumir que sean las estaciones Lufkin”.
“Si miran las locales. Creo que cada cabaña tiene una antena parabólica
“Es una pena que no tengamos un televisor”, dijo Britt mirando el espacio vacío en el pequeño centro de entretenimiento.
“Lo bueno es que estamos recién casadas”, dijo San con una sonrisa.
***
“¿Así que realmente piensas que es sólo una especie de culto?”
“Un culto puede tener muchos significados”, dijo Britt. “¿Te refieres a una secta satánica? ¿O algo menos siniestro, como paganos o incluso Cienciología? ¿O tal vez ocultismo, magia y brujas?”
“No lo sé”, dijo. “Ya sabes, un culto”.
“Bueno, esa es una declaración amplia. Los nazis en Alemania eran considerados una secta. Los supremacistas blancos son una secta. Jim Jones y el Templo del Pueblo. David Koresh y los
Davidianos. Los terroristas”, Britt sonrió. “Los católicos…”
San se echó a reír.
“Está bien, entiendo tu punto. Tal vez debería esperar hasta que realmente haya visto el lugar antes de emitir un juicio”.
“Por supuesto, una comunidad de más de cincuenta personas, es un gran número para controlar y manipular. Quiero decir, eso es lo que hacen los cultos. Pero si no tiene ninguna influencia externa, supongo que eso hace que sea mucho más fácil”.
No había señales de señalización mientras se acercaban a Hoganville. La carretera de dos carriles atravesaba los altos pinos, un vínculo entre los dos bosques nacionales donde la escuela se encontraba… la escuela y la pequeña comunidad aislada.
San desaceleró cuando vieron por primera vez las edificaciones. Eran como Avery había descrito.
Limpias y bien cuidadas, sin pretensiones por decir lo menos. Una señal demasiado simple colgaba sobre cada puerta. Tienda de comestibles Hogan. Café Hogan. La estación de servicio no tenía
ninguna señal de ningún tipo, sólo números desvanecidos anunciaban el costo del combustible. Las tres parecían estar cerradas.
San se detuvo frente a la pequeña tienda de comestibles. No había ninguna señal de abierto o cerrado que Britt pudiese ver y parecía como si no hubiese sido colgada ninguna por horas en la
puerta.
“¿Dónde diablos están todos?”, preguntó San.
“Vamos a echar un vistazo”, dijo Britt abriendo la puerta. El estacionamiento era de grava, con sólo escalones de cemento de piedras en la entrada de la tienda. El calor de la tarde estaba caliente, pero no era algo tan insoportable. Estaban de pie una al lado de la otra, ambas con el ceño fruncido ante lo que veían.
“¿Quién coloca persianas en las ventanas de una tienda de comestibles?”, preguntó San en voz baja. “No hay ninguna señal. No hay anuncios publicitarios. Prohibición de ventas ¿No es extraño?”, San le sonrió “Vamos a hacer una apuesta sobre el número de veces que digamos las palabras raro, extraño o sobrenatural”.
Britt se acercó más “¿Soy yo o sientes que la gente nos mira?”
“No eres sólo tú, bebé”
Por el rabillo del ojo, Britt vio movimiento. Le dio un codazo San.
“Las persianas se acaban de mover, ventanas a lo lejos”, susurró ella. “Este lugar es espeluznante”.
“Sí. Vamos a añadir esa a la lista de palabras que usaremos para describir Hoganville”. San se volteó, mirando alrededor del estacionamiento vacío.
“No hay ruido”, dijo ella. “No hay perros que ladren, ni coches. Nada”, detrás de la tienda… más allá de los bosques que casi bloqueaban su vista… tuvo una visión de las ordenadas y blancas
casas del clan Hogan.
Britt tomó su mano y la arrastró nuevamente hacia el coche.
“Voto porque nos dirijamos al supermercado de San Agustín. Todo esto es simplemente... inquietante”.
San le sonrió. “Y otra palabra para agregar a la lista”.
********************************************************************************
siento la tardan pero hasta hoy no e tenido mucho tienpo pero que disfruten
Sanatan se quedó mirando la cama y luego miró a Brittany.
Sus ojos se encontraron por un segundo, entonces Brittany se volteó siguiendo a Avery hacia la pequeña sala de estar.
“No es mucho, lo sé. Pero es el único que está vacante y limpio. Donde vivía el oficial Nelson es un poco más grande, pero necesita una limpieza a fondo”.
“Esto está bien”, dijo Britt dirigiéndose hacia la ventana. “Es como un pequeño barrio suburbano aquí afuera”.
“Sí. Pero en su mayor parte, todo el mundo se lleva bien. Voy a dejar que se integren con ellos de manera natural, pero ellos tienen una cena comunitaria o una comida al aire libre cada semana. No hay entretenimiento en el complejo, por lo que han aprendido a hacer uno para ellos. Estamos a cuarenta y cinco minutos de la ciudad más cercana de mayor tamaño”.
Santana se movió incómoda, aun tratando de hacerse la idea sobre el hecho de que ella y Brittany estarían compartiendo una cama. Avery aparentemente interpretó su silencio como su señal para irse.
“Bueno, voy a dejar que se instalen. Ambas tienen mi número y correo electrónico. La mayor parte de nuestra comunicación se debe hacer de esa manera. Después de que hayan conocido al personal…no me cabe duda de que algunos habrán terminado dentro de poco…puede que deseen dar una vuelta, revisar Hoganville. Incluso me gustaría sugerirles que tomen el desayuno en la cafetería mañana. Eso provocará una llamada de Ester Hogan. Ella querrá saber sus antecedentes. A ella le gusta mantener su mano en todo”.
“Oh ¿y el uniforme?”, preguntó ella.
“Sí. Te han asignado cinco. Ya están en el armario”.
“Parece que han pensado en todo”.
“Creo en ser organizado”, abrió la puerta cambiando su expresión.“Una vez más, bienvenidas a la Escuela para niñas Hogan”, dijo más alto de lo necesario. “Espero que disfruten de su estancia
con nosotros”.
La vieron bajar las escaleras y cruzar el patio hacia su coche, entonces Britt cerró la puerta, quedándose a solas Completamente solas.
San tragó. ”Bueno…“, dijo ella bajando su voz. Vio un movimiento fuera de la ventana. “Me pregunto por qué no cerramos las persianas”, dijo ella.
“¿Ya tenemos compañía?”, preguntó Britt en silencio, sus ojos se encontraron.
San asintió.
”Genial“, murmuró ella. “Comienza el espectáculo. Y no creo estar lista”, poco después sonó un golpe en la puerta y nuevamente sus ojos se encontraron.
“Yo voy, cariño”, San respiró profundamente, forzando una sonrisa en su cara. Como Britt había dicho, comenzó el espectáculo. Ni siquiera habían tenido tiempo para practicar.
“Sé que quieren desempacar y todo eso, pero teníamos que conocerlas”, dijo una pelirroja exuberante con cabello largo y lacio recogido en una cola de caballo. “Soy Suzette. Esta es mi pareja, Becca”.
“Hola”, dijo Britt. “Soy la nueva profesora de gimnasia.Brittany Pierce”, dijo mientras extendía su mano. “Y ella es Santana Lopez”.
Extendió su mano, haciéndole señas a San para que la tomara. Ella lo hizo tensándose sólo un poco cuando los dedos de Britt se entrelazaron con los suyos.
“Somos algo nuevas…”, explicó Britt con timidez. “¿Es correcto decir ya parejas?”
“Oh, recién casadas”, exclamó Becca aplaudiendo con sus manos. “Me encanta ¿Cuánto tiempo?”
“Sólo seis meses”, dijo San. “No puedo creer que estemos aquí juntas. Esto es emocionante”.
“Oh, cariño, entonces es algo bueno que sean recién casadas”, le dio un guiño exagerado “Te dará algo que hacer” dijo con una risa. “Porque emocionante no es cómo describiría este trabajo”.
“No las desalientes tan pronto”, dijo Suzette. “Vamos, salgamos de su camino. Hamburguesas mañana en casa de Jules. Están invitadas”.
“¿Jules?”
“Tres casas más abajo. Traigan sus propias hamburguesas para poner en la parrilla. Habrá un montón de platos extras”.
“Estamos un poco vacías en el departamento de la comida”, dijo Britt “Nos dijeron que había una tienda de comestibles aquí”.
“Oh, la hay, pero, cariño, no la recomendaría. Conduzcancuarenta millas hasta San Agustín y conseguirán todo allí”.
“¿Hay algo malo con la de aquí?”, preguntó San, sintiendo un ligero apretón de los dedos de Britt.
“No tenemos el tiempo suficiente para ir con todo lo que está mal por aquí”, dijo Suzette con una breve carcajada.
“Creo que deberían detenerse en ella”, dijo Becca. “Es una experiencia que todos deberían tener por lo menos una vez. Si están abiertas. Ellas abren a horas extrañas”.
“¿No les gustan las lesbianas?”
Las dos se rieron. “No es eso. Eso, al menos, lo podría explicar”, negó con la cabeza. “No, es sólo un pequeño lugar extraño” sonrió ampliamente. “Encantada de conocerlas. No olviden las hamburguesas mañana”.
Separaron sus manos tan pronto la puerta se cerró.
San trató de aligerar el ambiente. “Que te parece, bebe. Yahemos hecho nuevas amigas”.
“Me pregunto cuánto tiempo han estado aquí”, dijo Britt ignorando su comentario “Parecen saber lo suficiente acerca del pueblo”.
“¿Me pregunto si saben algo acerca de las desapariciones?”
“Depende de que estaciones locales de televisión tengan aquí. Voy a asumir que sean las estaciones Lufkin”.
“Si miran las locales. Creo que cada cabaña tiene una antena parabólica
“Es una pena que no tengamos un televisor”, dijo Britt mirando el espacio vacío en el pequeño centro de entretenimiento.
“Lo bueno es que estamos recién casadas”, dijo San con una sonrisa.
***
“¿Así que realmente piensas que es sólo una especie de culto?”
“Un culto puede tener muchos significados”, dijo Britt. “¿Te refieres a una secta satánica? ¿O algo menos siniestro, como paganos o incluso Cienciología? ¿O tal vez ocultismo, magia y brujas?”
“No lo sé”, dijo. “Ya sabes, un culto”.
“Bueno, esa es una declaración amplia. Los nazis en Alemania eran considerados una secta. Los supremacistas blancos son una secta. Jim Jones y el Templo del Pueblo. David Koresh y los
Davidianos. Los terroristas”, Britt sonrió. “Los católicos…”
San se echó a reír.
“Está bien, entiendo tu punto. Tal vez debería esperar hasta que realmente haya visto el lugar antes de emitir un juicio”.
“Por supuesto, una comunidad de más de cincuenta personas, es un gran número para controlar y manipular. Quiero decir, eso es lo que hacen los cultos. Pero si no tiene ninguna influencia externa, supongo que eso hace que sea mucho más fácil”.
No había señales de señalización mientras se acercaban a Hoganville. La carretera de dos carriles atravesaba los altos pinos, un vínculo entre los dos bosques nacionales donde la escuela se encontraba… la escuela y la pequeña comunidad aislada.
San desaceleró cuando vieron por primera vez las edificaciones. Eran como Avery había descrito.
Limpias y bien cuidadas, sin pretensiones por decir lo menos. Una señal demasiado simple colgaba sobre cada puerta. Tienda de comestibles Hogan. Café Hogan. La estación de servicio no tenía
ninguna señal de ningún tipo, sólo números desvanecidos anunciaban el costo del combustible. Las tres parecían estar cerradas.
San se detuvo frente a la pequeña tienda de comestibles. No había ninguna señal de abierto o cerrado que Britt pudiese ver y parecía como si no hubiese sido colgada ninguna por horas en la
puerta.
“¿Dónde diablos están todos?”, preguntó San.
“Vamos a echar un vistazo”, dijo Britt abriendo la puerta. El estacionamiento era de grava, con sólo escalones de cemento de piedras en la entrada de la tienda. El calor de la tarde estaba caliente, pero no era algo tan insoportable. Estaban de pie una al lado de la otra, ambas con el ceño fruncido ante lo que veían.
“¿Quién coloca persianas en las ventanas de una tienda de comestibles?”, preguntó San en voz baja. “No hay ninguna señal. No hay anuncios publicitarios. Prohibición de ventas ¿No es extraño?”, San le sonrió “Vamos a hacer una apuesta sobre el número de veces que digamos las palabras raro, extraño o sobrenatural”.
Britt se acercó más “¿Soy yo o sientes que la gente nos mira?”
“No eres sólo tú, bebé”
Por el rabillo del ojo, Britt vio movimiento. Le dio un codazo San.
“Las persianas se acaban de mover, ventanas a lo lejos”, susurró ella. “Este lugar es espeluznante”.
“Sí. Vamos a añadir esa a la lista de palabras que usaremos para describir Hoganville”. San se volteó, mirando alrededor del estacionamiento vacío.
“No hay ruido”, dijo ella. “No hay perros que ladren, ni coches. Nada”, detrás de la tienda… más allá de los bosques que casi bloqueaban su vista… tuvo una visión de las ordenadas y blancas
casas del clan Hogan.
Britt tomó su mano y la arrastró nuevamente hacia el coche.
“Voto porque nos dirijamos al supermercado de San Agustín. Todo esto es simplemente... inquietante”.
San le sonrió. “Y otra palabra para agregar a la lista”.
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siento la tardan pero hasta hoy no e tenido mucho tienpo pero que disfruten
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
hola, hey esto me ha dado verdadero miedo es como leer algo parecido a la Casa de Cera. Espeluznante pero interesante al mismo tiempo ademas lo mas light es ver como se iran acoplando britt y san
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
ese lugar es bastante aterrador, a ver que se encuentran por ahi, y en cuanto a ellas, me gustaria saber mas de la vida de cada una!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Guardian dela cueva capitulo 7
Capitulo 7
Ester Hogan pasó los dedos por la túnica púrpura, aún sorprendida por su suavidad después de todos estos años. Había sido de su madre, heredado a ella más de treinta años atrás, cuando se hizo cargo del rebaño. Esto había sido predestinado, lo sabía y se había preparado, pero oh, cómo le había encantado el día que su madre se había enfermado y le había dado la túnica. Fue con orgullo que admitió que ella era probablemente la madre más preparada de todas, incluso más que su querida abuela.
Cerró los ojos, haciendo una nota mental para ir a visitar a su abuela más tarde.
Deslizó la túnica colocándosela, dejando la capucha abajo. Porahora.
Los ancianos se reunirían en las cámaras muy pronto y ella tendría tiempo para vestirse completamente. El calor del verano ya estaba sobre ellos y se permitió un poco de indulgencia. La reunión sería más larga de lo que todos anticipaban, lo sabía. Fiona, como buena oveja que era, le había alertado sobre las extrañas. Dos nuevas mujeres eran un problema en la escuela. Por eso había ordenado el cierre. No había tenido tiempo de hacer sus pesquisas. Este nuevo director estaba resultando difícil de romper.
Sonrió un poco, su mirada yendo a sus dedos… sus uñas… y las rozó suavemente contra la túnica.
Quizás el director Avery necesitaba un poco de persuasión. Y eso también podría ser divertido , pensó Daría a Belden algo que hacer. Después de todo, él había destrozado al guardia, al que
llamaba Richard, en un tiempo récord .
El antiguo reloj de pared dio la hora y obedientemente levantó la capucha sobre su cabeza, dirigiéndose hacia la escalera que la llevaría a los túneles subterráneos. Solía tener miedo de los
túneles cuando era joven, pero ahora podía encontrar el camino con los ojos vendados a través del laberinto, la cueva y las cámaras más allá.
La esperaban…los ancianos. Entonces se detuvo, con una amplia sonrisa. Había llegado a amar toda esta retórica ritual que su bisabuela había comenzado. Conocía la historia detrás de todo esto, por supuesto, pero la mayoría del rebaño no la conocía. Para ellos, esto era todo lo que habían conocido. Y ninguno de ellos lo sabría nunca.
***
Britt apartó la mirada de la calabaza que estaba cortando, todavía preguntándose cómo había llegado a ser la encargada de la cena.
San estaba hablando por teléfono, sobre todo escuchando, asintiendo de vez en cuando. Era Will, lo sabía muy bien, pero la mayor parte de la conversación había sido unilateral. Cuando San bajó su teléfono, Britt esperó expectante.
“Nada nuevo, en realidad. Están haciendo algunas investigaciones sobre antecedentes. O tratando de hacerlo. La cafetería y la tienda de comestibles, así como la estación de servicio, son legalmente propiedad de la finca Hogan.Financieramente, parecen ser los únicos activos que poseen, aparte de la tierra adyacente. Y están tratando de obtener registros del sujeto de la facultad de medicina, Don Hogan. Aparte de eso, nada”.
San se acercó, inspeccionando la pila de verduras que Britt había cortado. “¿Así que acabas de inventar esto o qué?”
“A menos que quieras ser voluntaria para cocinar, me permito sugerirte que mantengas tus comentarios para ti misma”, dijo ella.
“Y no, no estoy inventando esto. Es un plato que cocino con frecuencia”.
“Verduras ¿Qué más?”
“Arroz integral. Y voy a hacer una salsa para poner en éste”.
“Quiero decir, ya sabes, las proteínas”.
“Judías blancas y Frijoles. Una mezcla”.
Las cejas de San se elevaron “¿Frijoles? Fui de compras contigo. Vi que compramos pechugas de pollo, pescado, un par de filetes. Así que ¿frijoles?”
“Tendremos hamburguesas mañana. Pensé que sería mejor una comida vegetariana esta noche. Quedará a la perfección con el Chardonnay”.
San suspiró. “Voy a extrañar el pedir para levar. Así es como sobrevivo ¿sabes?”
“No tengo dudas. Tienes suerte de que me encante cocinar”.
“Sí, que afortunada”, murmuró San mientras se dejaba caer en el sofá. “Tomaré las verduras y el arroz. Y no hay televisión”.
“Entonces pídele autorización a Will para comprar una”, sugirió ella.
“Sí. Deberíamos”.
Britt puso las cebollas y los pimientos en el aceite de oliva caliente, mientras terminaba de cortar la calabaza. Su primera noche juntas no iba bien. Había una tensión visible entre ellas y sabía que era debido al hecho de que pronto, se retirarían al dormitorio juntas, a compartir una cama que se hacía más pequeña a cada minuto. Así que ahora parecía un buen momento como cualquier otro para traer a relucir… esa noche.
“¿Por qué nunca hemos hablado de eso?”, preguntó ella.
Afortunadamente, San no pretendió no saber de lo que estaba hablando. San no podía, sin embargo, sostener su mirada.
“Porque eso es lo que hacemos. No hablamos de las cosas. Hacemos nuestro trabajo, vemos lo que vemos y lo manejamos a nuestra manera. Esa noche, sucedió que lo manejamos juntas”.
Britt fue sorprendida por su respuesta honesta. Era mejor que cualquiera cosa que ella podría haber dicho. Pero sentía que le debía una explicación a San. “
“Te conozco. He trabajado contigo durante varios años. Tienes a esta persona que proyectas a todo el mundo… siempre con una amante diferente. Sales de búsqueda, luego que hemos tenido un terrible caso. Vas al bar, encuentras a una extraña, alguien que no conoces, alguien que no tendrás que conocer, luego terminas con ella. Te vas a tu casa, luego la dejas y te olvidas por completo de ella”. “
"Hey, espera un minuto”, dijo San. “No soy la única que deja. Tú lo hiciste”.
“Sí, porque sabía que no te gustaría hablar de ello, tratar con eso. Ese no es tu estilo ¿Qué hubiésemos hecho si me hubiese quedado? No era como las demás, donde podrías hacer tu escape antes de que me despertara y no verme nuevamente”.
“No. Pero tú hiciste tu escape”, le recordó San.
“Sí. Lo hice para que tú… nosotras…no tuviésemos que enfrentarlo. Me fui porque eso era lo que querías. Me fui porque...bueno, porque sabía que iba a ser difícil. Y sabía que no tendríamos ninguna razón del por qué hicimos lo que hicimos. Y no quería que estuviésemos incómodas en el trabajo”, soltó una risa silenciosa. “Lo cual, por supuesto, fue imposible. Pasamos las primeras semanas actuando raro la una con la otra, tanto es así que Puck y Sam empezaron a notarlo. Todo volvió a la normalidad, pero…”
“¿Pero? ¿Qué habríamos hablado? Tuvimos sexo. Fue una deesas cosas. Fue un mal caso y…”
“¿Y qué? ¿Yo estaba allí? ¿Estaba disponible?” San negó con la cabeza. “Eso no es lo que quise decir”, hizo una pausa “Bueno, sí, tal vez es lo que quise decir. Estabas allí. Eras alguien con quien
podía relacionarme. No eras una extraña sin nombre que no me conocía, que no conocía el trabajo”. San la miró a los ojos, finalmente sosteniendo su mirada “¿Por qué viniste al bar esa
noche?”
Britt se volteó. Sabía que si sacaba a relucir esa noche, San le haría esa pregunta. A pesar de estar preparada para eso, todavía no tenía respuesta. Supuso que esa noche, sin duda, había tenido una razón. Y si tuviese que adivinar, diría que había sido a causa de San. A causa de los niños. Porque sabía cómo San tomaba esas cosas de manera tan personal. Y por alguna razón, esa
noche, no quería que San sencontrara consuelo en los brazos de una desconocida... y en la cama de una extraña.
“Tienes razón. Entendía como nadie más podría entender lo que habías pasado ese día. Nadie podría entender lo que necesitabas”, dijo en voz baja, sorprendiéndose a sí misma con su respuesta honesta. Miró nuevamente a San. “Y creo que tal vez necesitaba a alguien que me entendiera también”.
San estaba en silencio, posiblemente sorprendida por sus palabras, porque por una vez, no tenía respuestas. Sus ojos se sostuvieron por largo tiempo, entonces San asintió, finalmente,
apartando su mirada.
Britt regresó a la preparación de la cena, preguntándose si esto sería lo último de su conversación sobre este asunto. Si era así, en realidad era más de lo que había pensado que jamás dirían.
Ester Hogan pasó los dedos por la túnica púrpura, aún sorprendida por su suavidad después de todos estos años. Había sido de su madre, heredado a ella más de treinta años atrás, cuando se hizo cargo del rebaño. Esto había sido predestinado, lo sabía y se había preparado, pero oh, cómo le había encantado el día que su madre se había enfermado y le había dado la túnica. Fue con orgullo que admitió que ella era probablemente la madre más preparada de todas, incluso más que su querida abuela.
Cerró los ojos, haciendo una nota mental para ir a visitar a su abuela más tarde.
Deslizó la túnica colocándosela, dejando la capucha abajo. Porahora.
Los ancianos se reunirían en las cámaras muy pronto y ella tendría tiempo para vestirse completamente. El calor del verano ya estaba sobre ellos y se permitió un poco de indulgencia. La reunión sería más larga de lo que todos anticipaban, lo sabía. Fiona, como buena oveja que era, le había alertado sobre las extrañas. Dos nuevas mujeres eran un problema en la escuela. Por eso había ordenado el cierre. No había tenido tiempo de hacer sus pesquisas. Este nuevo director estaba resultando difícil de romper.
Sonrió un poco, su mirada yendo a sus dedos… sus uñas… y las rozó suavemente contra la túnica.
Quizás el director Avery necesitaba un poco de persuasión. Y eso también podría ser divertido , pensó Daría a Belden algo que hacer. Después de todo, él había destrozado al guardia, al que
llamaba Richard, en un tiempo récord .
El antiguo reloj de pared dio la hora y obedientemente levantó la capucha sobre su cabeza, dirigiéndose hacia la escalera que la llevaría a los túneles subterráneos. Solía tener miedo de los
túneles cuando era joven, pero ahora podía encontrar el camino con los ojos vendados a través del laberinto, la cueva y las cámaras más allá.
La esperaban…los ancianos. Entonces se detuvo, con una amplia sonrisa. Había llegado a amar toda esta retórica ritual que su bisabuela había comenzado. Conocía la historia detrás de todo esto, por supuesto, pero la mayoría del rebaño no la conocía. Para ellos, esto era todo lo que habían conocido. Y ninguno de ellos lo sabría nunca.
***
Britt apartó la mirada de la calabaza que estaba cortando, todavía preguntándose cómo había llegado a ser la encargada de la cena.
San estaba hablando por teléfono, sobre todo escuchando, asintiendo de vez en cuando. Era Will, lo sabía muy bien, pero la mayor parte de la conversación había sido unilateral. Cuando San bajó su teléfono, Britt esperó expectante.
“Nada nuevo, en realidad. Están haciendo algunas investigaciones sobre antecedentes. O tratando de hacerlo. La cafetería y la tienda de comestibles, así como la estación de servicio, son legalmente propiedad de la finca Hogan.Financieramente, parecen ser los únicos activos que poseen, aparte de la tierra adyacente. Y están tratando de obtener registros del sujeto de la facultad de medicina, Don Hogan. Aparte de eso, nada”.
San se acercó, inspeccionando la pila de verduras que Britt había cortado. “¿Así que acabas de inventar esto o qué?”
“A menos que quieras ser voluntaria para cocinar, me permito sugerirte que mantengas tus comentarios para ti misma”, dijo ella.
“Y no, no estoy inventando esto. Es un plato que cocino con frecuencia”.
“Verduras ¿Qué más?”
“Arroz integral. Y voy a hacer una salsa para poner en éste”.
“Quiero decir, ya sabes, las proteínas”.
“Judías blancas y Frijoles. Una mezcla”.
Las cejas de San se elevaron “¿Frijoles? Fui de compras contigo. Vi que compramos pechugas de pollo, pescado, un par de filetes. Así que ¿frijoles?”
“Tendremos hamburguesas mañana. Pensé que sería mejor una comida vegetariana esta noche. Quedará a la perfección con el Chardonnay”.
San suspiró. “Voy a extrañar el pedir para levar. Así es como sobrevivo ¿sabes?”
“No tengo dudas. Tienes suerte de que me encante cocinar”.
“Sí, que afortunada”, murmuró San mientras se dejaba caer en el sofá. “Tomaré las verduras y el arroz. Y no hay televisión”.
“Entonces pídele autorización a Will para comprar una”, sugirió ella.
“Sí. Deberíamos”.
Britt puso las cebollas y los pimientos en el aceite de oliva caliente, mientras terminaba de cortar la calabaza. Su primera noche juntas no iba bien. Había una tensión visible entre ellas y sabía que era debido al hecho de que pronto, se retirarían al dormitorio juntas, a compartir una cama que se hacía más pequeña a cada minuto. Así que ahora parecía un buen momento como cualquier otro para traer a relucir… esa noche.
“¿Por qué nunca hemos hablado de eso?”, preguntó ella.
Afortunadamente, San no pretendió no saber de lo que estaba hablando. San no podía, sin embargo, sostener su mirada.
“Porque eso es lo que hacemos. No hablamos de las cosas. Hacemos nuestro trabajo, vemos lo que vemos y lo manejamos a nuestra manera. Esa noche, sucedió que lo manejamos juntas”.
Britt fue sorprendida por su respuesta honesta. Era mejor que cualquiera cosa que ella podría haber dicho. Pero sentía que le debía una explicación a San. “
“Te conozco. He trabajado contigo durante varios años. Tienes a esta persona que proyectas a todo el mundo… siempre con una amante diferente. Sales de búsqueda, luego que hemos tenido un terrible caso. Vas al bar, encuentras a una extraña, alguien que no conoces, alguien que no tendrás que conocer, luego terminas con ella. Te vas a tu casa, luego la dejas y te olvidas por completo de ella”. “
"Hey, espera un minuto”, dijo San. “No soy la única que deja. Tú lo hiciste”.
“Sí, porque sabía que no te gustaría hablar de ello, tratar con eso. Ese no es tu estilo ¿Qué hubiésemos hecho si me hubiese quedado? No era como las demás, donde podrías hacer tu escape antes de que me despertara y no verme nuevamente”.
“No. Pero tú hiciste tu escape”, le recordó San.
“Sí. Lo hice para que tú… nosotras…no tuviésemos que enfrentarlo. Me fui porque eso era lo que querías. Me fui porque...bueno, porque sabía que iba a ser difícil. Y sabía que no tendríamos ninguna razón del por qué hicimos lo que hicimos. Y no quería que estuviésemos incómodas en el trabajo”, soltó una risa silenciosa. “Lo cual, por supuesto, fue imposible. Pasamos las primeras semanas actuando raro la una con la otra, tanto es así que Puck y Sam empezaron a notarlo. Todo volvió a la normalidad, pero…”
“¿Pero? ¿Qué habríamos hablado? Tuvimos sexo. Fue una deesas cosas. Fue un mal caso y…”
“¿Y qué? ¿Yo estaba allí? ¿Estaba disponible?” San negó con la cabeza. “Eso no es lo que quise decir”, hizo una pausa “Bueno, sí, tal vez es lo que quise decir. Estabas allí. Eras alguien con quien
podía relacionarme. No eras una extraña sin nombre que no me conocía, que no conocía el trabajo”. San la miró a los ojos, finalmente sosteniendo su mirada “¿Por qué viniste al bar esa
noche?”
Britt se volteó. Sabía que si sacaba a relucir esa noche, San le haría esa pregunta. A pesar de estar preparada para eso, todavía no tenía respuesta. Supuso que esa noche, sin duda, había tenido una razón. Y si tuviese que adivinar, diría que había sido a causa de San. A causa de los niños. Porque sabía cómo San tomaba esas cosas de manera tan personal. Y por alguna razón, esa
noche, no quería que San sencontrara consuelo en los brazos de una desconocida... y en la cama de una extraña.
“Tienes razón. Entendía como nadie más podría entender lo que habías pasado ese día. Nadie podría entender lo que necesitabas”, dijo en voz baja, sorprendiéndose a sí misma con su respuesta honesta. Miró nuevamente a San. “Y creo que tal vez necesitaba a alguien que me entendiera también”.
San estaba en silencio, posiblemente sorprendida por sus palabras, porque por una vez, no tenía respuestas. Sus ojos se sostuvieron por largo tiempo, entonces San asintió, finalmente,
apartando su mirada.
Britt regresó a la preparación de la cena, preguntándose si esto sería lo último de su conversación sobre este asunto. Si era así, en realidad era más de lo que había pensado que jamás dirían.
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Guardian dela cueva capitulo 7,8
Capitulo 8
San hojeó las notas de Avery por lo menos una quinta vez, releyendo cada línea, encontrando todo el asunto extraño. Era como una mala película de televisión. Tal vez Britt tenía razón cuando decía mujeres perfectas. Por toda la información, los residentes del pueblo actuaban más como robots que otra cosa.
Levantó la vista al escuchar que cerraban el agua. Acostumbrarse a compartir un baño iba a tomar un tiempo. Tratando de no imaginar a Brittany desnuda, secándose cuando terminaba de
ducharse, eso iba a ser casi jodidamente imposible. Recordaba cada exquisita curva del cuerpo de Brittany Pierce.
Se apartó de la mesa y se puso de pie junto a una ventana, mirando hacia el bosque a través del camino. No lo llamaría una calle. Las cabañas, aunque todas estaban relativamente cercanas
entre sí, eran escalonadas y compensadas, lo que permitía algo de intimidad. Ladeó la cabeza al escuchar cómo se abría la puerta del baño, luego la puerta de la habitación, consciente de que
Brittany se estaba vistiendo.
Pasó la mano por su cabello, pensando en la noche anterior. Había sido sorprendida por la confesión de Brittany. Se había preguntado a menudo cómo Brittanay había terminado en el bar
esa noche. Era sólo un bar regular de lesbianas… con música ruidosa, luces tenues y una gran cantidad de alcohol y risas. No era un lugar que Brittany Pierce frecuentara, lo sabía. Las circunstancias que la llevaron allí... bueno , San no estaba muy segura de cómo se sentía acerca de eso.¿Debería estar agradecida de que a Brittany le importara lo suficiente como para hacer eso? ¿O era como Brittany había indicado? Que ambas se necesitaban mutuamente esa noche.
A pesar de todo, eso pareció aliviar un poco la tensión entre ellas. La cena había estado buena, la conversación ligera y había sido agradable compartir una botella de vino conscientes de que no
habría expectativas al final de la noche.
Realmente habían aligerado el hecho de que compartirían una cama y Paige trazó una línea imaginaria en el medio que San prometió no cruzar. Y no lo había hecho.
Durmió profundamente y eso la sorprendió. No estaba acostumbrada a dormir con alguien, pero descubrió que la presencia de Brittany era tranquilizadora, por lo menos. Lo que sería genial y maravilloso... si su mente no recordara continuamente esa noche. Era una noche que recordaba con gran detalle, lo cual era inusual en ella. Normalmente, los efectos persistentes del tequila borraban de su mente la mayoría de sus flirteos. Esa noche en particular, habían dejado el bar antes de que sucumbiera al tequila.Estaba bastante lúcida en cuanto a su seducción hacia Brittany Perce. ¿O era la seducción de Brittany hacia ella? No importaba. Podía recordar cada detalle con deliciosa claridad.
“Hey”.
Se dio la vuelta encontrando a Brittany luciendo tan hermosa como siempre… pantalones cortos ajustados color caqui, una blusa de corte bajo que dejaba ver demasiado escote, cinturón de
cuero y sandalias a juego.
San levantó una ceja mientras divisaba el esmalte de uñas color rojo en los dedos de sus pies. Eso era algo que nunca había considerado y lo encontraba muy sexy. Echó un vistazo a su propia ropa. También usaba pantalones cortos color caqui, aunque gastado y arrugado. Su camiseta colgaba muy suelta, sus zapatos eran sandalias deportivas.
“Me siento mal vestida”, dijo ella.
“Te ves muy bien. Es una barbacoa”.
“¿Entonces por qué estás tan arreglada?”
Britt se miró a sí misma. “Esto no es estar tan arreglada”.
“Oh. Ya veo. Eso es tu ocasional. Para mí es bien arreglada”.
Britt sonrió, lo que en realidad era una dulce sonrisa, notó San.
“Sí, bueno, tú eres tú y eso es lo que te hace sentir cómoda. Y esto es lo que me hace sentir cómoda”.
San dejó que la conversación terminara con eso. Si hubiesen estado con los chicos, habría hecho una cruda mención de la blusa de corte bajo, del atractivo escote. Pero se contuvo. Se estaban llevando bien y por qué echar a perder eso con un comentario grosero. “Empaqué para nosotras algunas botellas de cerveza y agua. No estoy segura de qué clase de fiesta es…” dijo ella, “¿O prefieres tomar vino?”
Britt negó con la cabeza. “Tomaré cerveza. O agua. Está bien”.
“Y no toqué la carne preparada que hiciste. Todavía está en la nevera ¿Qué era toda esa mezcla allí de todos modos?”
“Sólo algunas cebollas verdes y pimientos y hierbas. Nada de otro mundo”.
“Lucía… interesante”, admitió ella. Britt se echó a reír. “¿Esa es tu manera de decir que prefieres una hamburguesa simple y común?”
“Probaré cualquier cosa. Una vez”, agregó ella.
***
Britt se sobresaltó cuando San le tomó la mano y luego se relajó tratando de entrar en su papel de novia amorosa.
Escucharon risas por la parte de atrás, así que saltaron la puerta principal y se dirigieron por el costado. Suzette les hizo señas.
“Me alegra que hayan venido”, dijo ella.
“Hola, soy Robbie” dijo una mujer bajita y rubia extendiendo su mano. “Déjenme hacerme cargo de eso por ustedes”.
Britt le entregó el plato con sus hamburguesas. “Gracias. Soy Brittany. Ella es Santana”.
“Encantada de conocerlas. Siempre es emocionante adquirir nuevos miembros en nuestra comunidad”.
“Veo que encontraron la tienda de comestibles”, dijo Becca.
“Confío que no haya sido en Hoganville”.
San se echó a reír. “No, tenías razón sobre eso. Nos detuvimos allí. Parecía desierta ¿Estás segura que hay personas viviendo allí?”
“Oh, es un lugar un poco extraño. Soy Julia. Todo el mundo me lama Jules”.
“Hola, Jules. Gracias por invitarnos”, dijo Britt. “Nos turnamos y hacemos esto cada fin de semana. El entretenimiento escasea por aquí”.
“Vamos a bailar todos los sábados en la noche”, dijo Suzette.
“¿Les gusta bailar?”
Antes de que Britt pudiese decir que no, que ellas definitivamente no bailaban, San pasó un brazo por su cintura y la atrajo hacia sí.
“Nos encanta bailar” dijo ella. “De hecho, así fue como nos conocimos”.
Britt sonrió con los dientes apretados “Oh, cariño, no cuentes esa historia”, dijo con la esperanza de que San no fuese a improvisar una historia fabricada, se suponía que se habían conocido en una
cita a ciegas. En su historia fabricada ni siquiera se mencionaba el baile.
Britt sonrió a Suzette. “Yo había bebido demasiado”, explicó ella.
“De cualquier manera, caíste ante mis encantos ¿no es así?”, bromeó San.
“Creo que me va a encantar esa historia”, dijo Suzette con una carcajada. “El bar gay más cercano está a casi dos horas de distancia, pero aun así hacemos el viaje. Vamos, agarren una silla del jardín y les presentaré a todos”.
***
San estaba pasando un tiempo fabuloso y tuvo que recordarse a sí misma que estaban trabajando. Pagaría por ello más tarde, cuando estuviesen a solas, pero ahora mismo, con su mano
apoyada cómodamente en el muslo desnudo de Britt, la vida era buena.
“Voy a vengarme por esto”, murmuró Britt, “No hay necesidad de exagerar”.
“Vamos. Se supone que estamos enamoradas. ¿No es esto lo que haces?”
“No lo sé. Pero si mueves la mano más arriba, voy a cortarla”.
San apenas controló su risa, en cambio, se inclinó aún más cerca y rozó la mejilla de Brittcon sus labios. “Solo espera cuando vayamos a bailar. Eso sí que va a ser divertido”.
Britt la miró. “Nos conocimos en una cita a ciegas”, susurró. “No puedes improvisar, por el amor de Dios”.
“No te pongas así, bebé”, dijo ella. “Me encanta bailar. Canciones lentas”, agregó con un guiño.
Afortunadamente… antes de que Britt pudiese responder…
Suzette se unió a ellas, sosteniendo un plato de huevos rellenos. Britt cortésmente tomó uno. San agarró dos, metiendo uno en su boca inmediatamente.
“Muy bueno”, murmuró con la boca llena.
“Es la especialidad de Becca”, dijo Suzette. “No se lo digas, pero estoy realmente harta de ellos”.
“Esto es divertido”, dijo Britt. “Gracias por incluirnos. Ha sido un placer conocerlas a todas”.
“Oh, seguro. Hacemos esto cada fin de semana, o el sábado o el domingo. No todo el mundo viene, por supuesto, pero todas son bienvenidas”.
“Bueno, tendremos que ser anfitrionas muy pronto”, dijo Britt sorprendiendo a San cuando cubrió su mano, dejando que sus dedos se entrelazaran. Becca se unió a ellas, arrastrando una
silla del jardín cerca del círculo.
“Entonces ¿qué les pareció Hoganville?”
“No estoy segura de qué pensar”, dijo San “Parecía que todo estaba cerrado. No vimos ni un solo coche”.
“¿Coche? Ni siquiera vimos personas”, dijo Britt.
“Sí, es una locura. Es como si pasaran un interruptor y el lugar se cerrara”.
“Sin duda, algunos de los empleados de la escuela deben ser de Hoganville”, dijo San “¿Alguien les ha preguntado?”
“En realidad, sólo hay dos locales en la escuela. Bueno, sin contar el personal de limpieza a medio tiempo y los trabajadores de la cafetería. Nunca los vemos de todos modos. Pero te gustará Fiona. Es agradable. Enseña ciencias. Ahora Gretchen, la enfermera, no. Es muy distante. No tiene nada que ver con nosotros”.
“¿Sólo dos? Guau”, dijo Britt.
“Sí. Eso también es extraño, lo sé. Incluso el mantenimiento, lo contratan desde fuera”.
“¿Qué dice Fiona acerca del pueblo?”
“No mucho”, dijo Suzette. “Cuando comentamos lo extraño que son todos, ella se ríe y dice que es como siempre ha sido en Hoganville”.
“Por cierto, ella vive al otro lado de donde estás tú”, dijo Becca.
“No lo fines de semana. Siempre se va. Se queda con su madre, creo. Regresa los domingos por la noche”.
“¿Cuántos años tiene?”
“Treinta y algo”, dijo Suzette. Se acercó más y sonrió. “Ahora, quiero oír cómo se conocieron”.
San hojeó las notas de Avery por lo menos una quinta vez, releyendo cada línea, encontrando todo el asunto extraño. Era como una mala película de televisión. Tal vez Britt tenía razón cuando decía mujeres perfectas. Por toda la información, los residentes del pueblo actuaban más como robots que otra cosa.
Levantó la vista al escuchar que cerraban el agua. Acostumbrarse a compartir un baño iba a tomar un tiempo. Tratando de no imaginar a Brittany desnuda, secándose cuando terminaba de
ducharse, eso iba a ser casi jodidamente imposible. Recordaba cada exquisita curva del cuerpo de Brittany Pierce.
Se apartó de la mesa y se puso de pie junto a una ventana, mirando hacia el bosque a través del camino. No lo llamaría una calle. Las cabañas, aunque todas estaban relativamente cercanas
entre sí, eran escalonadas y compensadas, lo que permitía algo de intimidad. Ladeó la cabeza al escuchar cómo se abría la puerta del baño, luego la puerta de la habitación, consciente de que
Brittany se estaba vistiendo.
Pasó la mano por su cabello, pensando en la noche anterior. Había sido sorprendida por la confesión de Brittany. Se había preguntado a menudo cómo Brittanay había terminado en el bar
esa noche. Era sólo un bar regular de lesbianas… con música ruidosa, luces tenues y una gran cantidad de alcohol y risas. No era un lugar que Brittany Pierce frecuentara, lo sabía. Las circunstancias que la llevaron allí... bueno , San no estaba muy segura de cómo se sentía acerca de eso.¿Debería estar agradecida de que a Brittany le importara lo suficiente como para hacer eso? ¿O era como Brittany había indicado? Que ambas se necesitaban mutuamente esa noche.
A pesar de todo, eso pareció aliviar un poco la tensión entre ellas. La cena había estado buena, la conversación ligera y había sido agradable compartir una botella de vino conscientes de que no
habría expectativas al final de la noche.
Realmente habían aligerado el hecho de que compartirían una cama y Paige trazó una línea imaginaria en el medio que San prometió no cruzar. Y no lo había hecho.
Durmió profundamente y eso la sorprendió. No estaba acostumbrada a dormir con alguien, pero descubrió que la presencia de Brittany era tranquilizadora, por lo menos. Lo que sería genial y maravilloso... si su mente no recordara continuamente esa noche. Era una noche que recordaba con gran detalle, lo cual era inusual en ella. Normalmente, los efectos persistentes del tequila borraban de su mente la mayoría de sus flirteos. Esa noche en particular, habían dejado el bar antes de que sucumbiera al tequila.Estaba bastante lúcida en cuanto a su seducción hacia Brittany Perce. ¿O era la seducción de Brittany hacia ella? No importaba. Podía recordar cada detalle con deliciosa claridad.
“Hey”.
Se dio la vuelta encontrando a Brittany luciendo tan hermosa como siempre… pantalones cortos ajustados color caqui, una blusa de corte bajo que dejaba ver demasiado escote, cinturón de
cuero y sandalias a juego.
San levantó una ceja mientras divisaba el esmalte de uñas color rojo en los dedos de sus pies. Eso era algo que nunca había considerado y lo encontraba muy sexy. Echó un vistazo a su propia ropa. También usaba pantalones cortos color caqui, aunque gastado y arrugado. Su camiseta colgaba muy suelta, sus zapatos eran sandalias deportivas.
“Me siento mal vestida”, dijo ella.
“Te ves muy bien. Es una barbacoa”.
“¿Entonces por qué estás tan arreglada?”
Britt se miró a sí misma. “Esto no es estar tan arreglada”.
“Oh. Ya veo. Eso es tu ocasional. Para mí es bien arreglada”.
Britt sonrió, lo que en realidad era una dulce sonrisa, notó San.
“Sí, bueno, tú eres tú y eso es lo que te hace sentir cómoda. Y esto es lo que me hace sentir cómoda”.
San dejó que la conversación terminara con eso. Si hubiesen estado con los chicos, habría hecho una cruda mención de la blusa de corte bajo, del atractivo escote. Pero se contuvo. Se estaban llevando bien y por qué echar a perder eso con un comentario grosero. “Empaqué para nosotras algunas botellas de cerveza y agua. No estoy segura de qué clase de fiesta es…” dijo ella, “¿O prefieres tomar vino?”
Britt negó con la cabeza. “Tomaré cerveza. O agua. Está bien”.
“Y no toqué la carne preparada que hiciste. Todavía está en la nevera ¿Qué era toda esa mezcla allí de todos modos?”
“Sólo algunas cebollas verdes y pimientos y hierbas. Nada de otro mundo”.
“Lucía… interesante”, admitió ella. Britt se echó a reír. “¿Esa es tu manera de decir que prefieres una hamburguesa simple y común?”
“Probaré cualquier cosa. Una vez”, agregó ella.
***
Britt se sobresaltó cuando San le tomó la mano y luego se relajó tratando de entrar en su papel de novia amorosa.
Escucharon risas por la parte de atrás, así que saltaron la puerta principal y se dirigieron por el costado. Suzette les hizo señas.
“Me alegra que hayan venido”, dijo ella.
“Hola, soy Robbie” dijo una mujer bajita y rubia extendiendo su mano. “Déjenme hacerme cargo de eso por ustedes”.
Britt le entregó el plato con sus hamburguesas. “Gracias. Soy Brittany. Ella es Santana”.
“Encantada de conocerlas. Siempre es emocionante adquirir nuevos miembros en nuestra comunidad”.
“Veo que encontraron la tienda de comestibles”, dijo Becca.
“Confío que no haya sido en Hoganville”.
San se echó a reír. “No, tenías razón sobre eso. Nos detuvimos allí. Parecía desierta ¿Estás segura que hay personas viviendo allí?”
“Oh, es un lugar un poco extraño. Soy Julia. Todo el mundo me lama Jules”.
“Hola, Jules. Gracias por invitarnos”, dijo Britt. “Nos turnamos y hacemos esto cada fin de semana. El entretenimiento escasea por aquí”.
“Vamos a bailar todos los sábados en la noche”, dijo Suzette.
“¿Les gusta bailar?”
Antes de que Britt pudiese decir que no, que ellas definitivamente no bailaban, San pasó un brazo por su cintura y la atrajo hacia sí.
“Nos encanta bailar” dijo ella. “De hecho, así fue como nos conocimos”.
Britt sonrió con los dientes apretados “Oh, cariño, no cuentes esa historia”, dijo con la esperanza de que San no fuese a improvisar una historia fabricada, se suponía que se habían conocido en una
cita a ciegas. En su historia fabricada ni siquiera se mencionaba el baile.
Britt sonrió a Suzette. “Yo había bebido demasiado”, explicó ella.
“De cualquier manera, caíste ante mis encantos ¿no es así?”, bromeó San.
“Creo que me va a encantar esa historia”, dijo Suzette con una carcajada. “El bar gay más cercano está a casi dos horas de distancia, pero aun así hacemos el viaje. Vamos, agarren una silla del jardín y les presentaré a todos”.
***
San estaba pasando un tiempo fabuloso y tuvo que recordarse a sí misma que estaban trabajando. Pagaría por ello más tarde, cuando estuviesen a solas, pero ahora mismo, con su mano
apoyada cómodamente en el muslo desnudo de Britt, la vida era buena.
“Voy a vengarme por esto”, murmuró Britt, “No hay necesidad de exagerar”.
“Vamos. Se supone que estamos enamoradas. ¿No es esto lo que haces?”
“No lo sé. Pero si mueves la mano más arriba, voy a cortarla”.
San apenas controló su risa, en cambio, se inclinó aún más cerca y rozó la mejilla de Brittcon sus labios. “Solo espera cuando vayamos a bailar. Eso sí que va a ser divertido”.
Britt la miró. “Nos conocimos en una cita a ciegas”, susurró. “No puedes improvisar, por el amor de Dios”.
“No te pongas así, bebé”, dijo ella. “Me encanta bailar. Canciones lentas”, agregó con un guiño.
Afortunadamente… antes de que Britt pudiese responder…
Suzette se unió a ellas, sosteniendo un plato de huevos rellenos. Britt cortésmente tomó uno. San agarró dos, metiendo uno en su boca inmediatamente.
“Muy bueno”, murmuró con la boca llena.
“Es la especialidad de Becca”, dijo Suzette. “No se lo digas, pero estoy realmente harta de ellos”.
“Esto es divertido”, dijo Britt. “Gracias por incluirnos. Ha sido un placer conocerlas a todas”.
“Oh, seguro. Hacemos esto cada fin de semana, o el sábado o el domingo. No todo el mundo viene, por supuesto, pero todas son bienvenidas”.
“Bueno, tendremos que ser anfitrionas muy pronto”, dijo Britt sorprendiendo a San cuando cubrió su mano, dejando que sus dedos se entrelazaran. Becca se unió a ellas, arrastrando una
silla del jardín cerca del círculo.
“Entonces ¿qué les pareció Hoganville?”
“No estoy segura de qué pensar”, dijo San “Parecía que todo estaba cerrado. No vimos ni un solo coche”.
“¿Coche? Ni siquiera vimos personas”, dijo Britt.
“Sí, es una locura. Es como si pasaran un interruptor y el lugar se cerrara”.
“Sin duda, algunos de los empleados de la escuela deben ser de Hoganville”, dijo San “¿Alguien les ha preguntado?”
“En realidad, sólo hay dos locales en la escuela. Bueno, sin contar el personal de limpieza a medio tiempo y los trabajadores de la cafetería. Nunca los vemos de todos modos. Pero te gustará Fiona. Es agradable. Enseña ciencias. Ahora Gretchen, la enfermera, no. Es muy distante. No tiene nada que ver con nosotros”.
“¿Sólo dos? Guau”, dijo Britt.
“Sí. Eso también es extraño, lo sé. Incluso el mantenimiento, lo contratan desde fuera”.
“¿Qué dice Fiona acerca del pueblo?”
“No mucho”, dijo Suzette. “Cuando comentamos lo extraño que son todos, ella se ríe y dice que es como siempre ha sido en Hoganville”.
“Por cierto, ella vive al otro lado de donde estás tú”, dijo Becca.
“No lo fines de semana. Siempre se va. Se queda con su madre, creo. Regresa los domingos por la noche”.
“¿Cuántos años tiene?”
“Treinta y algo”, dijo Suzette. Se acercó más y sonrió. “Ahora, quiero oír cómo se conocieron”.
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Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Guardian dela cueva capitulo 7,8 y 9
Capitulo 9
Fiona se quedó mirando su reflejo en el espejo mientras continuaba cepillando su cabello largo y oscuro. Madre Hogan la había convocado y no tenía idea del por qué. Siempre había seguido todas las instrucciones que se le habían dado. No había habido errores. Había visto como habían sacrificado a sus amigos hacía mucho tiempo por no ser fieles al rebaño. No quería sufrir su suerte. Con una última cepillada, se puso de pie, alcanzando la túnica blanca y deslizándose en ella.
Añoraba el día en que pudiese reemplazar el blanco virginal por el manto negro que usaba la mayoría. Estaba más que lista para una pareja, si sólo madre lo permitiera. No sabría que elegir si lo dejaban en sus manos, ya que no había nadie de su misma edad en el rebaño, excepto Don y madre les había prohibido que se hablaran.
“¿Fiona? Es hora”.
Se encontró con los ojos de su madre inquisitivamente, pero la anciana no dijo nada. Con un movimiento de cabeza, Fiona pasó a su lado, en dirección hacia la cocina y la puerta que la llevaría a la planta baja y los túneles.
Cerró la puerta detrás de ella, estrechando los ojos para adaptarse a la oscuridad. Deslizó su mano a lo largo de la pared, buscando la antorcha. Como siempre, hizo una rápida inspección. El olor a humedad era familiar para ella, pero sintió una ligera aparición de miedo. El temor de que los túneles colapsaran sobre ella era algo que había llevaba con ella desde que era un niña. Tomó una respiración profunda, finalmente alejando la ansiedad y haciendo que sus pies se movieran. Siguió el laberinto de túneles, girando a la derecha en el cruce donde normalmente giraba a la izquierda cuando iba a la reunión mensual en las cámaras.
Sólo había sido convocada por la Madre Hogan en dos oportunidades. Una vez, cuando se le dijo que iría a la universidad para convertirse en maestra. La segunda vez cuando había sido contratada en la escuela. Belden estaba montando guardia junto a la puerta que conducía a las habitaciones de la Madre. Asintió con su cabeza, pero no habló.
“Fiona”, saludó él. “Madre está esperando”, dijo indicándole que pasara. Siguió a Belden por las escaleras, hacia la propiedad Hogan.
La casa había sido construida más de cien años atrás, lo sabía y solía albergar a cinco familias. Hoy día, sólo madre Hogan y su hermano vivían allí, junto con el niño que habían procreado. El niño que no hablaba. Como había ocurrido las dos primeras veces, fue llevaba al estudio.
La gran sala mostraba su antigüedad, el mobiliario viejo y desgastado, las cortinas polvorientas y descoloridas, colocadas contra el sol de la tarde. Madre estaba sentada en el enorme sillón de cuero, su manto púrpura cubría su cuerpo y la capucha ocultaba su rostro. Como siempre, Fiona sintió un escalofrío en la habitación. Tragó saliva, nerviosa, esperando instrucciones.
“Fiona, gracias por venir”, dijo madre. “Por favor, siéntate”.
“Sí, madre”, dijo y se sentó frente a ella.
“Estoy segura que te estás preguntando por qué te he llamado. Un par de razones”, dijo madre. “En primer lugar, gracias por alertarnos sobre las nuevas profesoras en la escuela. Voy a necesitar que averigües lo que puedas sobre ellas. Tenemos que ser cuidadosos, Fiona. Debemos protegernos de los forasteros. Siempre”.
“Sí, madre. Voy a hacer mi mejor esfuerzo”.
“Sé que lo harás, hija”, entonces sonrió entonces, extendiendo su mano para estrechar la mano de Fiona, sus delgados y fríos dedos eran sorprendentemente fuertes. “Hay algo más. Es hora de copular. Nuestro rebaño es cada vez menor. Es el momento de reponer”.
El corazón de Fiona latió con fuerza. “¿Yo?”
“Sí. En la gran cámara. En el altar de los sacrificios. Esta noche”
“¿A quién ha elegido para mí, si me permite la pregunta?”
“Sólo queda un Hogan puro” dijo madre “Mi hermano, Antel”.
Fiona no pudo mantener el jadeo de su voz “Pero él… él copuló con mi madre”.
“Sí. Tienes sangre Hogan en ti ¿Qué mejor manera de mejorar la sucesión, siendo él el padre de tu hijo?
“Sí, madre”, dijo sintiendo alivio cuando madre le soltó la mano. Frotó sus manos con nerviosismo.
“Tendremos la ceremonia a las ocho. Después, serás presentada con tu nuevo traje. Te quedarás aquí con Antel esta noche y no regresas a la escuela”, instruyó. “Tendrás que perder un par de días, quizás una semana”.
“Sí. Gracias, madre. Estaré lista”.
“Sé que lo estarás, hija. Siempre has estado lista cuando se te ha necesitado. Ahora, ve. Ya he enviado un mensaje a tu madre. Ella preparará tu baño”.
Fiona hizo el viaje de regreso a través de los túneles mucho más lentamente que antes. Se detuvo en un cruce, mirando por el pasillo que la llevaría a las cámaras... y más allá de eso, a las profundas y oscuras cuevas.
Esta noche, el rebaño se reuniría para ver la cópula. Ella había sido testigo de cinco cópulas anteriormente. Recordó el miedo que sintió la primera. Era joven y no había entendido. A medida que fue creciendo, el miedo se había convertido en excitación. Ahora, finalmente era su turno.
***
Brittany se tomó su tiempo en la ducha, sobre todo porque todavía no estaba segura de su reacción en la tarde. No se hacía ilusiones con los papeles que estaban jugando. O por lo menos no
creía que se hacía ilusiones. En público fingían ser amantes. Estaba preparada para eso. Pero
para lo que no estaba preparada era para las agarradas de mano, para el tacto. Los besos. Metió el rostro en el agua, deseando estar enojada con Santana . Brittany pensaba que estaban siendo lo suficientemente convincentes ¿San tenía que besarla? Concedido, fue rápido y con la boca casi cerrada. De hecho, podía ser considerado como casi casto. Casi. Si no fuera por el hecho de que… para su horror… no estaba segura de quien había comenzado el beso. Afortunadamente Santana se había alejado, había evitado sus ojos. Brittany, sin embargo, fue muy consciente de como se había acelerado su pulso por el contacto. Pensaba que había olvidado su noche juntas, pero al parecer su cuerpo no lo había hecho. Así que sí, quería estar enojada con Santana. Supuso que Santana también pensaba que estaba enojada.
Tan pronto como abandonaron la fiesta, Santana soltó su mano y caminaron a casa en silencio. Santana la había excluido colocándose sus auriculares para escuchar música. Brittany se
había retirado a la ducha.
A pesar de todo, no pudo evitar sonreír al recordar la historia de Santana de cómo se habían conocido. Dios, había sido un milagro haberle seguido el juego, ya que lo estaban inventando a medida que avanzaban. En un momento dado, cuando Santana estuvo a punto de lanzarse con otra historia, Brittanyhabía cerrado su boca, cubriéndola con su mano. Esto llevó a una leve lamida de la lengua de Santana contra su palma, lo que le hizo bajar su mano. Ambas se habían reído y le había parecido tan natural, incluso para ella, que se inclinó para darle un beso. Antes de que su mente se acoplara con su cuerpo, el beso ya había terminado.
Bueno, tal vez sólo necesitaban algunas reglas básicas ¿Agarrarse de la mano? Está bien ¿Toques ocasionales? Sólo si era necesario ¿Besos? Definitivamente no. No debería haber ninguna razón para que se besaran en público. Ninguna.
Ahora, con un propósito, rápidamente terminó su ducha y se vistió, encontrando a Santana en la misma posición en la que la había dejado… sentada en el sofá, meneando su cabeza ante la música que escuchaba. Brittany se acercó quitando los auriculares de sus oídos.
“Tenemos que hablar”.
“¿Por qué?”
“¿Por qué? Creo que sabes por qué”, dijo notando como San evadía su mirada- “Repasemos algunos hacer y no hacer”, dijo ella.
San rodó los ojos. “¿En serio? Fue apenas un beso”, dijo ella. “Y parecía ser lo adecuado en ese momento”.
“Sí, lo era”, admitió ella. Mierda.
“Solamente que preferiría mantener las cosas lo más simple posible. Sería extraño si no nos tomáramos de la mano o... o nos tocáramos de vez en cuando. Pero no veo la necesidad de… besarnos”.
Entonces San le miró con un brillo maligno en sus ojos. “¿Por qué? ¿Tienes miedo de que te guste?”
Britt forzó una carcajada. “Te aseguro que no. No eres mi tipo. En lo más mínimo” agregó ella. Tan pronto como las palabras salieron, supo que había sido un error.
“¿En serio? Recuerdo una noche, hace unos seis meses, que dice lo contrario”, dijo San “Parecía ser tu tipo esa noche”.
“Sí, bueno, una aberración de seguro”, dijo ella como si eso fuese excusa suficiente. “Las dos vimos lo bien que resultó”.
“Bueno, si te hace sentir mejor, tampoco eres mi tipo. Esto es tan incómodo para mí como lo es para ti”.
Britt tuvo que morderse el labio para no responder. En realidad, tuvo que alejarse para evitar que las palabras salieran bruscamente.
San se puso rápidamente sus auriculares y Britt entró en el dormitorio cerrando de un golpe la puerta, agarrando su portátil para comprobar el correo electrónico.
“Seguro”, murmuró finalmente, “Como si Santana Lopez tuviese un tipo. Cualquier mujer con pulso lo sería”.
Por supuesto, estaba siendo ridícula. No tenía ni idea de cuál era realmente el tipo de San. Nunca la había visto salir socialmente y había sido su objetivo el no escuchar cuando los chicos le preguntaban a San sobre sus citas. Simplemente no estaba interesada.
***
“Tengo miedo”.
La madre de Fiona le sonrió tranquilizadoramente. “Estará bien.Deberías sentirte honrada de que Madre Hogan te eligiera”.
“Sí, lo sé”, tomó una respiración profunda. “¿Dolerá?”
“Has sido testigo de las cópulas, Fiona ¿Qué crees?”
Sí. Y también tenía un título de licenciatura en ciencias. Sin embargo, esto era todavía un concepto extraño. Cuando se había ido a la universidad, todas las demás chicas hablaban de sexo y chicos. Ella no tenía nada que aportar. Había sido lo más cercano que había llegado de abandonar el rebaño, de desobedecer a Madre Hogan. Había estado expuesta a tantas cosas, tantas cosas que no se permitían en Hoganville. Pero al final, se mantuvo fiel. Sabía que todavía podía ser sacrificada. Su lugar estaba en Hoganville, no allá afuera. Se alegró de no haber sucumbido al exterior.
Madre Hogan le había advertido y había escuchado esa advertencia.
“Supongo que estoy lista”, dijo permitiendo que su madre le atara la túnica al cuello, luego colocando la capucha sobre su cabeza.
“Tengo que reunirme con los demás. Belden te levará”.
Fiona asintió, tomando varias respiraciones profundas antes de seguir a su madre por las escaleras. Belden estaba esperando y pudo ver la excitación en su rostro. Las cópulas en la cámara sólo pasaban un par de veces cada año.
Recientemente, esos tiempos ocurrían cada vez menos mientras el rebaño se volvía cada vez más viejo. Sin embargo, una vez que usabas la túnica negra, se permitían las cópulas en privado, mientras no produjeran hijos. Madre Hogan era la única que podía autorizar un nuevo nacimiento en el rebaño.
Fiona se sentía honrada de haber sido escogida. Si procreaba una hija, entonces la sucesión de la sangre Hogan continuaría. Cuando tuviera la edad, su hija se mudaría a la propiedad y viviría
con madre Hogan. Sería la próxima en la sucesión. Ese pensamiento hizo que su corazón se hinchara. Su propia hija algún día podría conducir el rebaño.
“Te ves hermosa, Fiona”.
“Gracias. Estoy nerviosa”, admitió ella. “Madre Hogan te favorece. No te pongas nerviosa
Era más fácil decirlo que hacerlo, pero mantenía ese pensamiento para sí misma. Antel Hogan era un hombre mayor, mucho mayor que ella. Mayor incluso que su propia madre.
Por lo que sabía, Antel Hogan y su madre sólo habían copulado una vez, en la misma cámara donde ahora se le estaba guiando. Estaba temblaba de miedo, de anticipación. Todos estaban allí, decenas de túnicas negras con una única túnica blanca. Madre Hogan estaba de pie junto al altar del sacrificio, su túnica púrpura parecía casi negra en la cámara oscura, que estaba iluminada
sólo por un puñado de antorchas. Antel Hogan estaba situado a su izquierda, la capucha cubría su cabeza gris, sólo su rostro era visible.
Fiona se detuvo, aceptando lo inevitable, sin embargo se aferró a un lejano sueño… cuando se había atrevido a soñar. No tenía ninguna referencia en cuanto a qué esperar de su vida que no
fuese lo que había vivido en Hoganville. No había matrimonios. No lo necesitaban. Pero había tenido un vistazo de otra vida y sólo entonces se atrevió a soñar con enamorarse, con encontrar a un joven con quien casarse, con quien unirse. Pero eso era sólo un sueño.
Ahora estaba de pie ante Antel Hogan, a punto de darle su virtud a los treinta y un años de edad. El mismo hombre que también había tomado la virtud de su madre.
Madre Hogan le tendió la mano, haciéndole señas para que se acercara. En su otra mano estaba la poción que tendría que beber. Fiona dio los pasos finales, encontrando su mirada con la de Antel Hogan.
Tenía miedo. De repente estaba muy asustada.
***
“Nuestra vecina aún no está en casa”, dijo San mientras paseaba por el dormitorio a las diez. Ante las cejas levantadas de Britt agregó, “Fiona”.
“Tal vez se quedó en Hoganville”, dijo Britt cerrando su portátil.
“Supongo. Sin embargo, tenía muchas ganas de conocerla”.
“¿Por qué? ¿Crees que tenga cuernos o algo así?”
San rió, dándole la espalda a Britt y tirando de su camisa sobre su cabeza, quedando desnuda de la cintura para arriba.
“¿Es necesario? ¿En serio?”
“Solo me preparo para la cama. No mires si te molesta”, dijo ella sonriendo al escuchar como Britt dejaba la habitación y cerraba la puerta.
No debería burlarse así, lo sabía. No si esperaba superar esta asignación sin un divorcio. Por supuesto, tendrían que hacer otras cosas también. Como comprar un televisor. Con Britt encerrada en el dormitorio, San se quedaba en la sala de estar, su único entretenimiento era la música de su teléfono. Sería mucho más fácil si pudiesen llevarse bien durante un período prolongado de tiempo. Realmente no creía que el beso había sido exagerado. De hecho, habían estado tan juguetonas la una con la otra, que habría parecido extraño no besarse en ese momento en particular. Y si realmente pensaba en ello, podría decir que Britt era quien lo había iniciado.
“De todos modos, apenas y fue un beso”, murmuró mientras se deslizaba bajo las sábanas, tirando de la camisa de dormir que no estaba acostumbrada a usar. Dios ¿cuántos meses de esto?
“¿Estás decente?”, dijo Britt en voz alta.
San sonrió. “Siempre estoy decente, bebe”, podía imaginar cómo Britt volteaba sus ojos.
Britt se mantuvo de pie en la puerta, con las manos en las caderas. “Creo que estás disfrutando esto demasiado”.
“Por el contrario. Preferiría mucho más estar de vuelta en Houston con los chicos. Estás un poco… tensa”.
Britt la miró. “¿Tensa? ¿Yo?”
“Fue apenas un beso”.
“Jesús ¿estamos de vuelta a eso nuevamente?”, preguntó mientras levantaba las sabanas en su lado de la cama. “¿No es eso por lo que estás retándome?”
Britt tomó una respiración profunda y luego apretó los labios.
“Buenas noches, San”, dijo ella. “Por favor, apaga la lámpara y permanece en tu lado de la cama”.
“Dios, esta va a ser una larga asignación”, murmuró San
“Ni que lo digas”.
San golpeó su almohada, tratando de ponerse cómoda. Sonrió diabólicamente mientras deslizaba su pie al otro lado de la línea imaginaria de Britt. Fue recompensada con una patada en la pantorrilla. No pudo contener la risa.
“Eres una niña”, murmuró Britt.
San suspiró y cerró los ojos, disponiéndose a dormir. Trató de ignorar el cuerpo caliente a pocos metros de ella.
Justo cuando se estaba quedando dormida, un fuerte grito desgarrador rompió el silencio en torno a su casita. Ambas saltaron, casi sin respirar, mientras Britt agarraba su brazo con uerza.
“¿Qué demonios fue eso?”, susurró San.
“No tengo ni idea. ¿Qué piensas que sea?”
“No lo sé, ¿tal vez un coyote?”
Britt ladeó la cabeza. “¿Al menos sabes cómo hace un coyote?”
“Demonios, soy una chica de ciudad. Así que tal vez era un puma o algo así”, dijo ella.
“¿Tienen pumas aquí?”
San se encogió de hombros, luego saltó cuando el grito se escuchó nuevamente, esta vez un poco más lejano. “Eso suena como si lo estuviesen cazando”.
“¿Eso?”
“Seleccionemos el puma”, dijo mientras se acostaba nuevamente. Agradecida de que Britt no hubiese apartado su mano.
Fiona se quedó mirando su reflejo en el espejo mientras continuaba cepillando su cabello largo y oscuro. Madre Hogan la había convocado y no tenía idea del por qué. Siempre había seguido todas las instrucciones que se le habían dado. No había habido errores. Había visto como habían sacrificado a sus amigos hacía mucho tiempo por no ser fieles al rebaño. No quería sufrir su suerte. Con una última cepillada, se puso de pie, alcanzando la túnica blanca y deslizándose en ella.
Añoraba el día en que pudiese reemplazar el blanco virginal por el manto negro que usaba la mayoría. Estaba más que lista para una pareja, si sólo madre lo permitiera. No sabría que elegir si lo dejaban en sus manos, ya que no había nadie de su misma edad en el rebaño, excepto Don y madre les había prohibido que se hablaran.
“¿Fiona? Es hora”.
Se encontró con los ojos de su madre inquisitivamente, pero la anciana no dijo nada. Con un movimiento de cabeza, Fiona pasó a su lado, en dirección hacia la cocina y la puerta que la llevaría a la planta baja y los túneles.
Cerró la puerta detrás de ella, estrechando los ojos para adaptarse a la oscuridad. Deslizó su mano a lo largo de la pared, buscando la antorcha. Como siempre, hizo una rápida inspección. El olor a humedad era familiar para ella, pero sintió una ligera aparición de miedo. El temor de que los túneles colapsaran sobre ella era algo que había llevaba con ella desde que era un niña. Tomó una respiración profunda, finalmente alejando la ansiedad y haciendo que sus pies se movieran. Siguió el laberinto de túneles, girando a la derecha en el cruce donde normalmente giraba a la izquierda cuando iba a la reunión mensual en las cámaras.
Sólo había sido convocada por la Madre Hogan en dos oportunidades. Una vez, cuando se le dijo que iría a la universidad para convertirse en maestra. La segunda vez cuando había sido contratada en la escuela. Belden estaba montando guardia junto a la puerta que conducía a las habitaciones de la Madre. Asintió con su cabeza, pero no habló.
“Fiona”, saludó él. “Madre está esperando”, dijo indicándole que pasara. Siguió a Belden por las escaleras, hacia la propiedad Hogan.
La casa había sido construida más de cien años atrás, lo sabía y solía albergar a cinco familias. Hoy día, sólo madre Hogan y su hermano vivían allí, junto con el niño que habían procreado. El niño que no hablaba. Como había ocurrido las dos primeras veces, fue llevaba al estudio.
La gran sala mostraba su antigüedad, el mobiliario viejo y desgastado, las cortinas polvorientas y descoloridas, colocadas contra el sol de la tarde. Madre estaba sentada en el enorme sillón de cuero, su manto púrpura cubría su cuerpo y la capucha ocultaba su rostro. Como siempre, Fiona sintió un escalofrío en la habitación. Tragó saliva, nerviosa, esperando instrucciones.
“Fiona, gracias por venir”, dijo madre. “Por favor, siéntate”.
“Sí, madre”, dijo y se sentó frente a ella.
“Estoy segura que te estás preguntando por qué te he llamado. Un par de razones”, dijo madre. “En primer lugar, gracias por alertarnos sobre las nuevas profesoras en la escuela. Voy a necesitar que averigües lo que puedas sobre ellas. Tenemos que ser cuidadosos, Fiona. Debemos protegernos de los forasteros. Siempre”.
“Sí, madre. Voy a hacer mi mejor esfuerzo”.
“Sé que lo harás, hija”, entonces sonrió entonces, extendiendo su mano para estrechar la mano de Fiona, sus delgados y fríos dedos eran sorprendentemente fuertes. “Hay algo más. Es hora de copular. Nuestro rebaño es cada vez menor. Es el momento de reponer”.
El corazón de Fiona latió con fuerza. “¿Yo?”
“Sí. En la gran cámara. En el altar de los sacrificios. Esta noche”
“¿A quién ha elegido para mí, si me permite la pregunta?”
“Sólo queda un Hogan puro” dijo madre “Mi hermano, Antel”.
Fiona no pudo mantener el jadeo de su voz “Pero él… él copuló con mi madre”.
“Sí. Tienes sangre Hogan en ti ¿Qué mejor manera de mejorar la sucesión, siendo él el padre de tu hijo?
“Sí, madre”, dijo sintiendo alivio cuando madre le soltó la mano. Frotó sus manos con nerviosismo.
“Tendremos la ceremonia a las ocho. Después, serás presentada con tu nuevo traje. Te quedarás aquí con Antel esta noche y no regresas a la escuela”, instruyó. “Tendrás que perder un par de días, quizás una semana”.
“Sí. Gracias, madre. Estaré lista”.
“Sé que lo estarás, hija. Siempre has estado lista cuando se te ha necesitado. Ahora, ve. Ya he enviado un mensaje a tu madre. Ella preparará tu baño”.
Fiona hizo el viaje de regreso a través de los túneles mucho más lentamente que antes. Se detuvo en un cruce, mirando por el pasillo que la llevaría a las cámaras... y más allá de eso, a las profundas y oscuras cuevas.
Esta noche, el rebaño se reuniría para ver la cópula. Ella había sido testigo de cinco cópulas anteriormente. Recordó el miedo que sintió la primera. Era joven y no había entendido. A medida que fue creciendo, el miedo se había convertido en excitación. Ahora, finalmente era su turno.
***
Brittany se tomó su tiempo en la ducha, sobre todo porque todavía no estaba segura de su reacción en la tarde. No se hacía ilusiones con los papeles que estaban jugando. O por lo menos no
creía que se hacía ilusiones. En público fingían ser amantes. Estaba preparada para eso. Pero
para lo que no estaba preparada era para las agarradas de mano, para el tacto. Los besos. Metió el rostro en el agua, deseando estar enojada con Santana . Brittany pensaba que estaban siendo lo suficientemente convincentes ¿San tenía que besarla? Concedido, fue rápido y con la boca casi cerrada. De hecho, podía ser considerado como casi casto. Casi. Si no fuera por el hecho de que… para su horror… no estaba segura de quien había comenzado el beso. Afortunadamente Santana se había alejado, había evitado sus ojos. Brittany, sin embargo, fue muy consciente de como se había acelerado su pulso por el contacto. Pensaba que había olvidado su noche juntas, pero al parecer su cuerpo no lo había hecho. Así que sí, quería estar enojada con Santana. Supuso que Santana también pensaba que estaba enojada.
Tan pronto como abandonaron la fiesta, Santana soltó su mano y caminaron a casa en silencio. Santana la había excluido colocándose sus auriculares para escuchar música. Brittany se
había retirado a la ducha.
A pesar de todo, no pudo evitar sonreír al recordar la historia de Santana de cómo se habían conocido. Dios, había sido un milagro haberle seguido el juego, ya que lo estaban inventando a medida que avanzaban. En un momento dado, cuando Santana estuvo a punto de lanzarse con otra historia, Brittanyhabía cerrado su boca, cubriéndola con su mano. Esto llevó a una leve lamida de la lengua de Santana contra su palma, lo que le hizo bajar su mano. Ambas se habían reído y le había parecido tan natural, incluso para ella, que se inclinó para darle un beso. Antes de que su mente se acoplara con su cuerpo, el beso ya había terminado.
Bueno, tal vez sólo necesitaban algunas reglas básicas ¿Agarrarse de la mano? Está bien ¿Toques ocasionales? Sólo si era necesario ¿Besos? Definitivamente no. No debería haber ninguna razón para que se besaran en público. Ninguna.
Ahora, con un propósito, rápidamente terminó su ducha y se vistió, encontrando a Santana en la misma posición en la que la había dejado… sentada en el sofá, meneando su cabeza ante la música que escuchaba. Brittany se acercó quitando los auriculares de sus oídos.
“Tenemos que hablar”.
“¿Por qué?”
“¿Por qué? Creo que sabes por qué”, dijo notando como San evadía su mirada- “Repasemos algunos hacer y no hacer”, dijo ella.
San rodó los ojos. “¿En serio? Fue apenas un beso”, dijo ella. “Y parecía ser lo adecuado en ese momento”.
“Sí, lo era”, admitió ella. Mierda.
“Solamente que preferiría mantener las cosas lo más simple posible. Sería extraño si no nos tomáramos de la mano o... o nos tocáramos de vez en cuando. Pero no veo la necesidad de… besarnos”.
Entonces San le miró con un brillo maligno en sus ojos. “¿Por qué? ¿Tienes miedo de que te guste?”
Britt forzó una carcajada. “Te aseguro que no. No eres mi tipo. En lo más mínimo” agregó ella. Tan pronto como las palabras salieron, supo que había sido un error.
“¿En serio? Recuerdo una noche, hace unos seis meses, que dice lo contrario”, dijo San “Parecía ser tu tipo esa noche”.
“Sí, bueno, una aberración de seguro”, dijo ella como si eso fuese excusa suficiente. “Las dos vimos lo bien que resultó”.
“Bueno, si te hace sentir mejor, tampoco eres mi tipo. Esto es tan incómodo para mí como lo es para ti”.
Britt tuvo que morderse el labio para no responder. En realidad, tuvo que alejarse para evitar que las palabras salieran bruscamente.
San se puso rápidamente sus auriculares y Britt entró en el dormitorio cerrando de un golpe la puerta, agarrando su portátil para comprobar el correo electrónico.
“Seguro”, murmuró finalmente, “Como si Santana Lopez tuviese un tipo. Cualquier mujer con pulso lo sería”.
Por supuesto, estaba siendo ridícula. No tenía ni idea de cuál era realmente el tipo de San. Nunca la había visto salir socialmente y había sido su objetivo el no escuchar cuando los chicos le preguntaban a San sobre sus citas. Simplemente no estaba interesada.
***
“Tengo miedo”.
La madre de Fiona le sonrió tranquilizadoramente. “Estará bien.Deberías sentirte honrada de que Madre Hogan te eligiera”.
“Sí, lo sé”, tomó una respiración profunda. “¿Dolerá?”
“Has sido testigo de las cópulas, Fiona ¿Qué crees?”
Sí. Y también tenía un título de licenciatura en ciencias. Sin embargo, esto era todavía un concepto extraño. Cuando se había ido a la universidad, todas las demás chicas hablaban de sexo y chicos. Ella no tenía nada que aportar. Había sido lo más cercano que había llegado de abandonar el rebaño, de desobedecer a Madre Hogan. Había estado expuesta a tantas cosas, tantas cosas que no se permitían en Hoganville. Pero al final, se mantuvo fiel. Sabía que todavía podía ser sacrificada. Su lugar estaba en Hoganville, no allá afuera. Se alegró de no haber sucumbido al exterior.
Madre Hogan le había advertido y había escuchado esa advertencia.
“Supongo que estoy lista”, dijo permitiendo que su madre le atara la túnica al cuello, luego colocando la capucha sobre su cabeza.
“Tengo que reunirme con los demás. Belden te levará”.
Fiona asintió, tomando varias respiraciones profundas antes de seguir a su madre por las escaleras. Belden estaba esperando y pudo ver la excitación en su rostro. Las cópulas en la cámara sólo pasaban un par de veces cada año.
Recientemente, esos tiempos ocurrían cada vez menos mientras el rebaño se volvía cada vez más viejo. Sin embargo, una vez que usabas la túnica negra, se permitían las cópulas en privado, mientras no produjeran hijos. Madre Hogan era la única que podía autorizar un nuevo nacimiento en el rebaño.
Fiona se sentía honrada de haber sido escogida. Si procreaba una hija, entonces la sucesión de la sangre Hogan continuaría. Cuando tuviera la edad, su hija se mudaría a la propiedad y viviría
con madre Hogan. Sería la próxima en la sucesión. Ese pensamiento hizo que su corazón se hinchara. Su propia hija algún día podría conducir el rebaño.
“Te ves hermosa, Fiona”.
“Gracias. Estoy nerviosa”, admitió ella. “Madre Hogan te favorece. No te pongas nerviosa
Era más fácil decirlo que hacerlo, pero mantenía ese pensamiento para sí misma. Antel Hogan era un hombre mayor, mucho mayor que ella. Mayor incluso que su propia madre.
Por lo que sabía, Antel Hogan y su madre sólo habían copulado una vez, en la misma cámara donde ahora se le estaba guiando. Estaba temblaba de miedo, de anticipación. Todos estaban allí, decenas de túnicas negras con una única túnica blanca. Madre Hogan estaba de pie junto al altar del sacrificio, su túnica púrpura parecía casi negra en la cámara oscura, que estaba iluminada
sólo por un puñado de antorchas. Antel Hogan estaba situado a su izquierda, la capucha cubría su cabeza gris, sólo su rostro era visible.
Fiona se detuvo, aceptando lo inevitable, sin embargo se aferró a un lejano sueño… cuando se había atrevido a soñar. No tenía ninguna referencia en cuanto a qué esperar de su vida que no
fuese lo que había vivido en Hoganville. No había matrimonios. No lo necesitaban. Pero había tenido un vistazo de otra vida y sólo entonces se atrevió a soñar con enamorarse, con encontrar a un joven con quien casarse, con quien unirse. Pero eso era sólo un sueño.
Ahora estaba de pie ante Antel Hogan, a punto de darle su virtud a los treinta y un años de edad. El mismo hombre que también había tomado la virtud de su madre.
Madre Hogan le tendió la mano, haciéndole señas para que se acercara. En su otra mano estaba la poción que tendría que beber. Fiona dio los pasos finales, encontrando su mirada con la de Antel Hogan.
Tenía miedo. De repente estaba muy asustada.
***
“Nuestra vecina aún no está en casa”, dijo San mientras paseaba por el dormitorio a las diez. Ante las cejas levantadas de Britt agregó, “Fiona”.
“Tal vez se quedó en Hoganville”, dijo Britt cerrando su portátil.
“Supongo. Sin embargo, tenía muchas ganas de conocerla”.
“¿Por qué? ¿Crees que tenga cuernos o algo así?”
San rió, dándole la espalda a Britt y tirando de su camisa sobre su cabeza, quedando desnuda de la cintura para arriba.
“¿Es necesario? ¿En serio?”
“Solo me preparo para la cama. No mires si te molesta”, dijo ella sonriendo al escuchar como Britt dejaba la habitación y cerraba la puerta.
No debería burlarse así, lo sabía. No si esperaba superar esta asignación sin un divorcio. Por supuesto, tendrían que hacer otras cosas también. Como comprar un televisor. Con Britt encerrada en el dormitorio, San se quedaba en la sala de estar, su único entretenimiento era la música de su teléfono. Sería mucho más fácil si pudiesen llevarse bien durante un período prolongado de tiempo. Realmente no creía que el beso había sido exagerado. De hecho, habían estado tan juguetonas la una con la otra, que habría parecido extraño no besarse en ese momento en particular. Y si realmente pensaba en ello, podría decir que Britt era quien lo había iniciado.
“De todos modos, apenas y fue un beso”, murmuró mientras se deslizaba bajo las sábanas, tirando de la camisa de dormir que no estaba acostumbrada a usar. Dios ¿cuántos meses de esto?
“¿Estás decente?”, dijo Britt en voz alta.
San sonrió. “Siempre estoy decente, bebe”, podía imaginar cómo Britt volteaba sus ojos.
Britt se mantuvo de pie en la puerta, con las manos en las caderas. “Creo que estás disfrutando esto demasiado”.
“Por el contrario. Preferiría mucho más estar de vuelta en Houston con los chicos. Estás un poco… tensa”.
Britt la miró. “¿Tensa? ¿Yo?”
“Fue apenas un beso”.
“Jesús ¿estamos de vuelta a eso nuevamente?”, preguntó mientras levantaba las sabanas en su lado de la cama. “¿No es eso por lo que estás retándome?”
Britt tomó una respiración profunda y luego apretó los labios.
“Buenas noches, San”, dijo ella. “Por favor, apaga la lámpara y permanece en tu lado de la cama”.
“Dios, esta va a ser una larga asignación”, murmuró San
“Ni que lo digas”.
San golpeó su almohada, tratando de ponerse cómoda. Sonrió diabólicamente mientras deslizaba su pie al otro lado de la línea imaginaria de Britt. Fue recompensada con una patada en la pantorrilla. No pudo contener la risa.
“Eres una niña”, murmuró Britt.
San suspiró y cerró los ojos, disponiéndose a dormir. Trató de ignorar el cuerpo caliente a pocos metros de ella.
Justo cuando se estaba quedando dormida, un fuerte grito desgarrador rompió el silencio en torno a su casita. Ambas saltaron, casi sin respirar, mientras Britt agarraba su brazo con uerza.
“¿Qué demonios fue eso?”, susurró San.
“No tengo ni idea. ¿Qué piensas que sea?”
“No lo sé, ¿tal vez un coyote?”
Britt ladeó la cabeza. “¿Al menos sabes cómo hace un coyote?”
“Demonios, soy una chica de ciudad. Así que tal vez era un puma o algo así”, dijo ella.
“¿Tienen pumas aquí?”
San se encogió de hombros, luego saltó cuando el grito se escuchó nuevamente, esta vez un poco más lejano. “Eso suena como si lo estuviesen cazando”.
“¿Eso?”
“Seleccionemos el puma”, dijo mientras se acostaba nuevamente. Agradecida de que Britt no hubiese apartado su mano.
ana_bys_26- ---
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Edad : 34
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
como dije interesante los momentos incomodos para santana y britt, pero la historia aunque la este leyendo no deja de darme miedo. es como silent hill o algo asi ya he mencionado dos historias de terror a ver que otras me recuerda. pero me gusta mucho mucho y espero leer mucho mas de estas cabezotas
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Edad : 43
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
ok que le hicieron a esa pobre chica, se suponia que se acostaria con alguien no que lo haria con un arbol?????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: Brittana Muros del lamento capitulo 41,42 ,43 44 final
holap,..
incomoda la relación y super tensión jajaja
a ver cuanto aguanta britt,..
se va poniendo internaste!!!
nos vemos!!!
incomoda la relación y super tensión jajaja
a ver cuanto aguanta britt,..
se va poniendo internaste!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Guardian dela cueva capitulo 10
Capitulo 10
Britt se sintió algo nerviosa y sintió una punzada de ansiedad mientras se vestía para su primer día de escuela.
De las dos, San hubiese sido una mejor profesora de gimnasia. Por supuesto, San también sería una mejor policía, pensó, mientras la espiaba cuando se ponía su camisa del uniforme. Bueno, quizás no una mejor policía, pero sin duda se veía mejor en uniforme que Britt.
“Te vi mirando, deja de fingir que no lo haces”, dijo San con su arrogancia habitual.
“No estaba mirando”, dijo Britt. “Simplemente acabo de levantar la mirada y te vi”, rodó los ojos. “Dios, es tan egocéntrica” murmuró ella.
San se echó a reír pero no hizo más comentarios.
“¿Estás lista para tomar un café, querida?”
“Sí, por favor”, estaba agradecida por haber insistido en empacar su café gourmet de casa. La tienda de comestibles donde habían comprado tenía era escasa y sólo tenía una variedad limitada.
“Esto está muy bueno”, dijo San. “¿Qué es?”, preguntó mientras le entregaba a Britt su taza.
“Antigua Guatemala. Medio tostado…”, dijo cerrando sus ojos, saboreando el primer sorbo. “Siempre pruebo un pequeño toque de chocolate en este primer sorbo”, dijo ella. “¿Tú?”
San negó con la cabeza. “En realidad no”.
“No, supongo que no. Ya destruiste el sabor con el azúcar y la crema”, San se rió de buena gana.
“Deberías saberlo, ya que me traes café todo el tiempo”.
“Bueno, lo que servimos en la oficina, no lo llamaría exactamente el café”, dijo ella sin importarle en lo más mínimo que sonara aristocrática.
Había una clara diferencia entre el café gourmet bien mezclado y el café barato, de baja calidad que se preparaba en la oficina. San se apartó, mirándola.
“¿Vas a arreglártela con esto?”
“¿Qué quieres decir?”
“Ropa de estante”, dijo ella.
Britt se miró a sí misma. “Esto no es exactamente ropa de estante”, dijo ella. “Fueron hechas para lucir de esa manera”.
San levantó una comisura de su boca. “Está bien, así que si están hechas para lucir de esa manera ¿por qué no terminas la real? Te saldría mucho más barato”.
“Obviamente, no ves el punto”.
“Obviamente, tú tampoco”.
Britt suspiró. “Está bien. Tal vez debería investigar a los otros profesores, ver lo que llevan puesto”, dijo ella “Y entonces podremos planear ir de compras”.
“Oh, no. No me anotes en eso de nosotras y compras”, dijo San.
“Al menos no compras de ropa. Prefiero ir al dentista”.
San sonrió. “Eso no es realmente una sorpresa. He visto tu manera de vestir”.
“Bien. Así no tratarás de cambiarme cuando lleguemos a nuestros años dorados”.
Britt no pudo contener la risa… surgió antes de que pudiera detenerla. Los ojos de San bailaban con diversión y Britt simplemente siguió el momento, disfrutando los juegos de San esta mañana. Oh, tal vez necesitaba aligerarse.
“Sabes, de todos modos creo que estás dándole demasiada importancia a esto”, San continuó. “Quiero decir, eres una profesora de gimnasia. Mis profesores de gimnasia usaban ropa de ejercicios. Tal vez podrías conseguir unos pantalones cortos o tal vez algunos leotardos y sujetadores deportivos. Eso sería muy sexy”, dijo con una sonrisa.
“No creo que eso vaya a suceder”, dijo sin dejar de sonreír.
Pero más tarde, cuando estaban estacionando delante del edificio de administración, su sonrisa se desvaneció y dio a San una mirada amenazante. “Ni siquiera lo pienses” le advirtió.
“Mira, vamos a hacerlo rápido, entonces me voy”.
“No creo que eso sea necesario”
“¿No crees que todo el mundo está viendo a la nueva profesora? ¿Quieres sacar esto adelante o no?” Britt la miró fijamente. “Esto no es necesario. Estás haciendo esto sólo para molestarme”.
San sonrió. “Bueno, eso también. Esta es la peor asignación que he tenido”, se acercó más. “Así que compláceme. Bésame y acabemos con esto de una vez”.
La mirada de Britt bajó a sus labios, luego de vuelta a sus ojos.
“¿No acabamos de tener esta discusión anoche?”
“Sí”.
“¿Y?”
“Y nunca estuve de acuerdo con tu línea de pensamiento”. San sonrió, lo que fue una sonrisa dulce, notó Britt. “Estamos enamoradas. Ahora dame un beso de despedida y ve a empezar el día, cariño”, Britt cedió. De todos modos estaba dándole demasiada importancia a esto.
Disminuyó la distancia entre ellas, tocando sus labios con los de San. Para su horror, sintió que se mantuvieron allí. Se apartó rápidamente, siendo incapaz de mirarla a los ojos.
“No fue tan malo ¿verdad?”
Britt aclaró la garganta y luego abrió la puerta. “No le dispares a nadie hoy”, dijo secamente mientras cerraba de golpe la puerta detrás de ella.
Respiró profundamente, dirigiéndose hacia el edificio de la administración, donde iba a reunirse con Gayla Grumfeld. Llegó diez minutos antes y se sorprendió gratamente cuando descubrió que Gayla le esperaba en el vestíbulo.
“Tenía la esperanza de que llegaras temprano”, la saludó la mujer mayor. “Soy Gayla. Usted es Brittany, ¿verdad?”
“Sí. Encantada de conocerla”, dijo Britt extendiendo su mano.
“Me temo que todo el recorrido tendrá que esperar para otro día, pero tengo tiempo de llevarla a su puesto. Fiona Hogan se reportó enferma esta mañana”, dijo Gayla mientras comenzaba a caminar por el pasillo. “Muy inusual en ella y voy a tener que cubrir sus clases”, explicó.
“Espero que no sea nada grave”, dijo Britt.
“No lo sé. Sólo dejó un mensaje muy temprano esta mañana”, abrió la puerta, haciendo un gesto indicándole a Britt que pasara primero. “Llamamos a esto el corredor, a pesar de que está cerrado”, dijo Gayla. “Esto une el edificio de administración con los salones de clase. Hay otro al otro lado del campus que se une a los dormitorios y cafetería. Las estudiantes pueden salir… en
sesiones supervisadas… dos veces al día. Aquellas que obtienen buenas notas por conducta, logran salir algunas horas los fines de semana. Pueden ir hasta el lago, el sendero para caminar y la
pista de bicicleta. Todo lo demás está fuera de los límites”, explicó ella. El largo pasillo tenía ventanas a ambos lados. De un lado, estaba la vista del estacionamiento y más allá de eso, el pequeño lago. Al otro lado había un pequeño patio con mesas y sillas, algunas de estas ocupadas.
“El patio es principalmente para el personal. Algunas de nosotras lo utilizamos para desayunar y almorzar. Las únicas ocasiones que se les permite usarlo a las estudiantes es el día de visita cuando pueden sentarse con sus padres”.
“¿Cuántas estudiantes?”, preguntó Britt.
“Podemos alojar hasta doscientas. Actualmente contamos con cincuenta y ocho”, dijo Gayla “¿El Director Avery le explicó los códigos de color?”
“Él lo mencionó, pero no, en realidad no lo explicó”.
Ahora estaban en el edificio que albergaba las aulas. El vestíbulo era grande y parecía no tener fin, sus zapatos resonaban con fuerza mientras se adentraban en la escuela.
“Rojo y azul”, dijo Gayla. “Las rojas son un grupo mixto. Algunas estaban a un paso de ser prisioneras juveniles y debieron estar en un centro de detención. Las que han cometido crímenes violentos no son permitidos aquí, gracias a Dios. Las rojas son enviadas aquí por orden de un juez. Esta escuela les da la oportunidad de recuperar sus vidas y tener un nuevo comienzo. Las azules…en mi opinión…no deberían estar aquí. La mayoría simplemente son chicas con problemas cuyos padres no saben qué más hacer con ellas. Algunos padres ven esto como una especie de internado, lo cual es una locura. Otros piensan que es un campo de entrenamiento que va a inculcarles la disciplina que ellos evidentemente no le dieron”.
“Seguramente se mantienen separadas”, dijo Britt.
“Un poco. Las azules tienen más libertad, especialmente por la noche con un par de salas de TV y juegos. Con un buen comportamiento, las rojas consiguen ser enviadas al Salón Azul cada noche, si lo desean. Las rojas tienen una pequeña sala de televisión, pero los privilegios de mirarla se limitan a dos horas cada noche, así que eso es el incentivo”.
“¿Cómo coordinan las aulas?”
“Los horarios están escalonados. Básicamente, los salones son iguales a los de una secundaria normal. Los rojos tienen guardias armados en ellas”, Gayla sonrió. “Tu pareja no dudará al ser asignada a ese trabajo. Por cierto, hacen una linda pareja”. Paige no supo por qué, pero se sonrojó ante el comentario. “Las vi en el coche anteriormente”, explicó Gayla. “Es muy atractiva”.
“Sí, lo es”.
“Escuché que fueron a la barbacoa ayer. Nosotras fuimos a Dallas. Necesitaba visitar la ciudad. Restaurantes reales, tiendas, cines”.
“Sí, sé lo que quieres decir. San y yo somos de Houston por lo que estoy segura esto será un ajuste”.
Gayla se detuvo frente a un par de puertas dobles. “El gimnasio”, dijo ella, abriéndolas con un empujón. “No es grande, obviamente, pero te dará suficiente espacio para trabajar”.
Un aro de baloncesto estaba unido a una pared con cuatro pelotas arrojadas desordenadamente a su alrededor. Una red se extendía entre las dos paredes más cortas, para el voleibol, supuso. Aparte de eso, la habitación estaba vacía. “¿El currículo es estándar?”
“Estamos dirigidos por el Estado, pero también tenemos algunas pautas federales que seguir. Hay otras seis escuelas como ésta en todo el país, siendo esta la única en Texas. A diferencia del
centro de detención juvenil, una vez que las chicas están aquí, están aquí hasta que se gradúan”
“¿Así que si una chica de catorce años es condenada a dos años, si viene aquí estaría por cuatro años?”
“Exactamente. La más joven tiene trece años, la mayor diecinueve. En su mayoría, el sistema funciona. Y es gratificante cuando se gradúan y sabes que ahora tienen una vida por delante”, Gayla negó con la cabeza. “No todas, por supuesto. Algunas salen de aquí y van directamente a donde estaban, pero hacemos todo lo posible”.
“¿Cuánto tiempo ha estado aquí?”, preguntó Britt.
“Este será nuestro quinto año. Me encanta. Y, como sabes, no puedes agotarte el sueldo. Pero hay una razón para el alto salario”, dijo ella. “Vivimos muy aisladas. Y la entrada principal cierra a las diez, así que no es como que puedes salir hasta tarde. Excepto los sábados”, sonrió de nuevo. “Ir de compras es un verdadero desafío. Ni siquiera me atrevo a decir que la tienda de comestibles de Hogan sea una tienda real”.
Britt asintió. “Sé a qué se refiere. San y yo fuimos el sábado, con la esperanza de encontrar algo para la barbacoa. La tienda estaba. De hecho, toda la comunidad parecía dormida. No vimos
a nadie”.
“Bueno, no trato de influenciarte ni nada por el estilo, pero todo ese lugar me da escalofríos”, dijo Gayla con una risa avergonzada. “De hecho, no hemos estado allí en dos años, como mínimo. Si necesitamos gas, manejamos hasta San Agustín y hacemos nuestro mercado al mismo tiempo”.
Sigues diciendo nosotros”, dijo Britt. “¿Casada? ¿Pareja?”
“Lo siento. Esposo. Dave… uno de los dos maestros. Él es aficionado a la historia y le encanta enseñar”.
“¿Uno de los dos?”, dijo Britt esperando mostrar suficiente sorpresa en su voz. “Realmente debe sentirse aislado”.
“Oh, nos hemos ajustado. Y todos somos grandes amigos aquí. Tienes que serlo. Las barbacoas de los fines de semana es lo que nos mantiene cuerdos”, se acercó más, bajando su voz. “Bueno, eso y una buena botella de vino”.
Britt se rió con ella. “Espero que podamos encajar”, dijo. “En realidad estábamos entusiasmadas por vivir en un pueblo pequeño, pero ahora que lo he visto, Hoganville no es realmente un pueblo”.
“Oh, no. Guardan mucho para sí mismos. El primer mes que estuvimos aquí, nos fuimos a la cafetería para un almuerzo de sábado. Nos sentamos allí durante diez minutos y nadie vino a atendernos. Mi marido fue hasta el mostrador y preguntó si había algún problema. Una señora se le quedó mirando fijamente, su rostro inexpresivo. A continuación, alguien salió con dos platos y los puso frente a nosotros. Por supuesto, no habíamos ordenado nada y tenía miedo de comer. Nos levantamos, nos fuimos y nunca volvimos”.
“Eso es raro. San lo experimentaría solo por fastidiar”, dijo ella, sabiendo que era la verdad.
“He tenido la tentación de reunir un grupo de nosotros para ir juntos y ver lo que hacen”, dijo Gayla riendo. “No estoy segura de como mantienen los negocios. Aunque al parecer, sólo la gente
de aquí de la escuela es a quiénes los rechazan, lo cual es extraño. Toda esa comunidad es un poco tenebrosa”.
“¿Inusual, espeluznante o escalofriante?”
“Me quedo con terrorífico”, dijo ella. “¿Conociste a Valerie?”
Britt asintió. “Sí, estaba ayer en la barbacoa”.
“Bueno. Pregúntale sobre la vez que entró en la tienda de comestibles”.
“¿Qué pasó?”
“No, no. Consigue la historia de ella. Ahora es divertido. No tanto en ese momento”, dijo Gayla mirando su reloj. “Tengo que irme. Permíteme mostrarte tu oficina”, dijo ella.
Era pequeña, contenía sólo un escritorio, una silla y un archivador. Britt la miró inquisitivamente.
“Se te asignará un ordenador portátil. Hay un armario aquí”, dijo señalando una puerta adyacente a la oficina. “Hay algunos equipos y cosas ahí. Sólo las azules van al gimnasio, por lo que no deberías tener ningún problema. Y aún no estoy segura acerca de tu horario. El director Avery debe encargarse de eso”.
Cuánto tiempo han estado sin un profesor de gimnasia?”
“Meses. Hemos hecho lo mínimo para cumplir con los requisitos del estado, eso es todo”, bajó la voz. “Y digamos que exactamente no lo conocemos”.
Britt señaló su atuendo. “No estaba segura de qué ponerme”, dijo ella.
“Oh, nada de eso”, dijo Gayla. “¿Qué te ponías en tu escuela anterior?” Britt frunció el ceño. Mierda ¿Eso estaba previsto en su historia de cubierta? giguió el consejo de San en su lugar. “Solo
ropa de entrenamiento”, dijo ella con evasivas.
“Sí. Eso es lo que Carol llevaba. Ella se regodeaba con el hecho de que usaba pantalones cortos todos los veranos cuando estaba caliente como hoy”, Gayla le palmeó el hombro y sonrió. “Lo harás
bien. Consulta con el director acerca de tu horario”.
“Está bien. Gracias por reunirte conmigo. Estoy segura que nos veremos por ahí”.
“Sí, claro. Y una vez que las dos estén asentadas, Dave y yo las llevaremos a cenar. Diviértete hoy”, dijo mientras se giraba para irse.
“¿Gayla?” Gayla se detuvo, con las cejas levantadas. “Bueno, escuchamos estos... estos gritos anoche. Algún animal. Fue muy fuerte. ¿Lo has oído?”
Gayla asintió. “Sí. Nos asustó de muerte las primeras veces que lo oímos. Sigue siendo inquietante”.
“¿Qué es?”
Ella se encogió de hombros. “No lo sabemos. Se ha dicho que hay una pantera negra viviendo en el bosque por aquí. Sólo un cuento, sin embargo. Las panteras negras nunca han habitado esta zona”. Le dio una sonrisa tranquilizadora antes de retirarse con rapidez, dejando a Britt mirando tras ella.
Britt se sintió algo nerviosa y sintió una punzada de ansiedad mientras se vestía para su primer día de escuela.
De las dos, San hubiese sido una mejor profesora de gimnasia. Por supuesto, San también sería una mejor policía, pensó, mientras la espiaba cuando se ponía su camisa del uniforme. Bueno, quizás no una mejor policía, pero sin duda se veía mejor en uniforme que Britt.
“Te vi mirando, deja de fingir que no lo haces”, dijo San con su arrogancia habitual.
“No estaba mirando”, dijo Britt. “Simplemente acabo de levantar la mirada y te vi”, rodó los ojos. “Dios, es tan egocéntrica” murmuró ella.
San se echó a reír pero no hizo más comentarios.
“¿Estás lista para tomar un café, querida?”
“Sí, por favor”, estaba agradecida por haber insistido en empacar su café gourmet de casa. La tienda de comestibles donde habían comprado tenía era escasa y sólo tenía una variedad limitada.
“Esto está muy bueno”, dijo San. “¿Qué es?”, preguntó mientras le entregaba a Britt su taza.
“Antigua Guatemala. Medio tostado…”, dijo cerrando sus ojos, saboreando el primer sorbo. “Siempre pruebo un pequeño toque de chocolate en este primer sorbo”, dijo ella. “¿Tú?”
San negó con la cabeza. “En realidad no”.
“No, supongo que no. Ya destruiste el sabor con el azúcar y la crema”, San se rió de buena gana.
“Deberías saberlo, ya que me traes café todo el tiempo”.
“Bueno, lo que servimos en la oficina, no lo llamaría exactamente el café”, dijo ella sin importarle en lo más mínimo que sonara aristocrática.
Había una clara diferencia entre el café gourmet bien mezclado y el café barato, de baja calidad que se preparaba en la oficina. San se apartó, mirándola.
“¿Vas a arreglártela con esto?”
“¿Qué quieres decir?”
“Ropa de estante”, dijo ella.
Britt se miró a sí misma. “Esto no es exactamente ropa de estante”, dijo ella. “Fueron hechas para lucir de esa manera”.
San levantó una comisura de su boca. “Está bien, así que si están hechas para lucir de esa manera ¿por qué no terminas la real? Te saldría mucho más barato”.
“Obviamente, no ves el punto”.
“Obviamente, tú tampoco”.
Britt suspiró. “Está bien. Tal vez debería investigar a los otros profesores, ver lo que llevan puesto”, dijo ella “Y entonces podremos planear ir de compras”.
“Oh, no. No me anotes en eso de nosotras y compras”, dijo San.
“Al menos no compras de ropa. Prefiero ir al dentista”.
San sonrió. “Eso no es realmente una sorpresa. He visto tu manera de vestir”.
“Bien. Así no tratarás de cambiarme cuando lleguemos a nuestros años dorados”.
Britt no pudo contener la risa… surgió antes de que pudiera detenerla. Los ojos de San bailaban con diversión y Britt simplemente siguió el momento, disfrutando los juegos de San esta mañana. Oh, tal vez necesitaba aligerarse.
“Sabes, de todos modos creo que estás dándole demasiada importancia a esto”, San continuó. “Quiero decir, eres una profesora de gimnasia. Mis profesores de gimnasia usaban ropa de ejercicios. Tal vez podrías conseguir unos pantalones cortos o tal vez algunos leotardos y sujetadores deportivos. Eso sería muy sexy”, dijo con una sonrisa.
“No creo que eso vaya a suceder”, dijo sin dejar de sonreír.
Pero más tarde, cuando estaban estacionando delante del edificio de administración, su sonrisa se desvaneció y dio a San una mirada amenazante. “Ni siquiera lo pienses” le advirtió.
“Mira, vamos a hacerlo rápido, entonces me voy”.
“No creo que eso sea necesario”
“¿No crees que todo el mundo está viendo a la nueva profesora? ¿Quieres sacar esto adelante o no?” Britt la miró fijamente. “Esto no es necesario. Estás haciendo esto sólo para molestarme”.
San sonrió. “Bueno, eso también. Esta es la peor asignación que he tenido”, se acercó más. “Así que compláceme. Bésame y acabemos con esto de una vez”.
La mirada de Britt bajó a sus labios, luego de vuelta a sus ojos.
“¿No acabamos de tener esta discusión anoche?”
“Sí”.
“¿Y?”
“Y nunca estuve de acuerdo con tu línea de pensamiento”. San sonrió, lo que fue una sonrisa dulce, notó Britt. “Estamos enamoradas. Ahora dame un beso de despedida y ve a empezar el día, cariño”, Britt cedió. De todos modos estaba dándole demasiada importancia a esto.
Disminuyó la distancia entre ellas, tocando sus labios con los de San. Para su horror, sintió que se mantuvieron allí. Se apartó rápidamente, siendo incapaz de mirarla a los ojos.
“No fue tan malo ¿verdad?”
Britt aclaró la garganta y luego abrió la puerta. “No le dispares a nadie hoy”, dijo secamente mientras cerraba de golpe la puerta detrás de ella.
Respiró profundamente, dirigiéndose hacia el edificio de la administración, donde iba a reunirse con Gayla Grumfeld. Llegó diez minutos antes y se sorprendió gratamente cuando descubrió que Gayla le esperaba en el vestíbulo.
“Tenía la esperanza de que llegaras temprano”, la saludó la mujer mayor. “Soy Gayla. Usted es Brittany, ¿verdad?”
“Sí. Encantada de conocerla”, dijo Britt extendiendo su mano.
“Me temo que todo el recorrido tendrá que esperar para otro día, pero tengo tiempo de llevarla a su puesto. Fiona Hogan se reportó enferma esta mañana”, dijo Gayla mientras comenzaba a caminar por el pasillo. “Muy inusual en ella y voy a tener que cubrir sus clases”, explicó.
“Espero que no sea nada grave”, dijo Britt.
“No lo sé. Sólo dejó un mensaje muy temprano esta mañana”, abrió la puerta, haciendo un gesto indicándole a Britt que pasara primero. “Llamamos a esto el corredor, a pesar de que está cerrado”, dijo Gayla. “Esto une el edificio de administración con los salones de clase. Hay otro al otro lado del campus que se une a los dormitorios y cafetería. Las estudiantes pueden salir… en
sesiones supervisadas… dos veces al día. Aquellas que obtienen buenas notas por conducta, logran salir algunas horas los fines de semana. Pueden ir hasta el lago, el sendero para caminar y la
pista de bicicleta. Todo lo demás está fuera de los límites”, explicó ella. El largo pasillo tenía ventanas a ambos lados. De un lado, estaba la vista del estacionamiento y más allá de eso, el pequeño lago. Al otro lado había un pequeño patio con mesas y sillas, algunas de estas ocupadas.
“El patio es principalmente para el personal. Algunas de nosotras lo utilizamos para desayunar y almorzar. Las únicas ocasiones que se les permite usarlo a las estudiantes es el día de visita cuando pueden sentarse con sus padres”.
“¿Cuántas estudiantes?”, preguntó Britt.
“Podemos alojar hasta doscientas. Actualmente contamos con cincuenta y ocho”, dijo Gayla “¿El Director Avery le explicó los códigos de color?”
“Él lo mencionó, pero no, en realidad no lo explicó”.
Ahora estaban en el edificio que albergaba las aulas. El vestíbulo era grande y parecía no tener fin, sus zapatos resonaban con fuerza mientras se adentraban en la escuela.
“Rojo y azul”, dijo Gayla. “Las rojas son un grupo mixto. Algunas estaban a un paso de ser prisioneras juveniles y debieron estar en un centro de detención. Las que han cometido crímenes violentos no son permitidos aquí, gracias a Dios. Las rojas son enviadas aquí por orden de un juez. Esta escuela les da la oportunidad de recuperar sus vidas y tener un nuevo comienzo. Las azules…en mi opinión…no deberían estar aquí. La mayoría simplemente son chicas con problemas cuyos padres no saben qué más hacer con ellas. Algunos padres ven esto como una especie de internado, lo cual es una locura. Otros piensan que es un campo de entrenamiento que va a inculcarles la disciplina que ellos evidentemente no le dieron”.
“Seguramente se mantienen separadas”, dijo Britt.
“Un poco. Las azules tienen más libertad, especialmente por la noche con un par de salas de TV y juegos. Con un buen comportamiento, las rojas consiguen ser enviadas al Salón Azul cada noche, si lo desean. Las rojas tienen una pequeña sala de televisión, pero los privilegios de mirarla se limitan a dos horas cada noche, así que eso es el incentivo”.
“¿Cómo coordinan las aulas?”
“Los horarios están escalonados. Básicamente, los salones son iguales a los de una secundaria normal. Los rojos tienen guardias armados en ellas”, Gayla sonrió. “Tu pareja no dudará al ser asignada a ese trabajo. Por cierto, hacen una linda pareja”. Paige no supo por qué, pero se sonrojó ante el comentario. “Las vi en el coche anteriormente”, explicó Gayla. “Es muy atractiva”.
“Sí, lo es”.
“Escuché que fueron a la barbacoa ayer. Nosotras fuimos a Dallas. Necesitaba visitar la ciudad. Restaurantes reales, tiendas, cines”.
“Sí, sé lo que quieres decir. San y yo somos de Houston por lo que estoy segura esto será un ajuste”.
Gayla se detuvo frente a un par de puertas dobles. “El gimnasio”, dijo ella, abriéndolas con un empujón. “No es grande, obviamente, pero te dará suficiente espacio para trabajar”.
Un aro de baloncesto estaba unido a una pared con cuatro pelotas arrojadas desordenadamente a su alrededor. Una red se extendía entre las dos paredes más cortas, para el voleibol, supuso. Aparte de eso, la habitación estaba vacía. “¿El currículo es estándar?”
“Estamos dirigidos por el Estado, pero también tenemos algunas pautas federales que seguir. Hay otras seis escuelas como ésta en todo el país, siendo esta la única en Texas. A diferencia del
centro de detención juvenil, una vez que las chicas están aquí, están aquí hasta que se gradúan”
“¿Así que si una chica de catorce años es condenada a dos años, si viene aquí estaría por cuatro años?”
“Exactamente. La más joven tiene trece años, la mayor diecinueve. En su mayoría, el sistema funciona. Y es gratificante cuando se gradúan y sabes que ahora tienen una vida por delante”, Gayla negó con la cabeza. “No todas, por supuesto. Algunas salen de aquí y van directamente a donde estaban, pero hacemos todo lo posible”.
“¿Cuánto tiempo ha estado aquí?”, preguntó Britt.
“Este será nuestro quinto año. Me encanta. Y, como sabes, no puedes agotarte el sueldo. Pero hay una razón para el alto salario”, dijo ella. “Vivimos muy aisladas. Y la entrada principal cierra a las diez, así que no es como que puedes salir hasta tarde. Excepto los sábados”, sonrió de nuevo. “Ir de compras es un verdadero desafío. Ni siquiera me atrevo a decir que la tienda de comestibles de Hogan sea una tienda real”.
Britt asintió. “Sé a qué se refiere. San y yo fuimos el sábado, con la esperanza de encontrar algo para la barbacoa. La tienda estaba. De hecho, toda la comunidad parecía dormida. No vimos
a nadie”.
“Bueno, no trato de influenciarte ni nada por el estilo, pero todo ese lugar me da escalofríos”, dijo Gayla con una risa avergonzada. “De hecho, no hemos estado allí en dos años, como mínimo. Si necesitamos gas, manejamos hasta San Agustín y hacemos nuestro mercado al mismo tiempo”.
Sigues diciendo nosotros”, dijo Britt. “¿Casada? ¿Pareja?”
“Lo siento. Esposo. Dave… uno de los dos maestros. Él es aficionado a la historia y le encanta enseñar”.
“¿Uno de los dos?”, dijo Britt esperando mostrar suficiente sorpresa en su voz. “Realmente debe sentirse aislado”.
“Oh, nos hemos ajustado. Y todos somos grandes amigos aquí. Tienes que serlo. Las barbacoas de los fines de semana es lo que nos mantiene cuerdos”, se acercó más, bajando su voz. “Bueno, eso y una buena botella de vino”.
Britt se rió con ella. “Espero que podamos encajar”, dijo. “En realidad estábamos entusiasmadas por vivir en un pueblo pequeño, pero ahora que lo he visto, Hoganville no es realmente un pueblo”.
“Oh, no. Guardan mucho para sí mismos. El primer mes que estuvimos aquí, nos fuimos a la cafetería para un almuerzo de sábado. Nos sentamos allí durante diez minutos y nadie vino a atendernos. Mi marido fue hasta el mostrador y preguntó si había algún problema. Una señora se le quedó mirando fijamente, su rostro inexpresivo. A continuación, alguien salió con dos platos y los puso frente a nosotros. Por supuesto, no habíamos ordenado nada y tenía miedo de comer. Nos levantamos, nos fuimos y nunca volvimos”.
“Eso es raro. San lo experimentaría solo por fastidiar”, dijo ella, sabiendo que era la verdad.
“He tenido la tentación de reunir un grupo de nosotros para ir juntos y ver lo que hacen”, dijo Gayla riendo. “No estoy segura de como mantienen los negocios. Aunque al parecer, sólo la gente
de aquí de la escuela es a quiénes los rechazan, lo cual es extraño. Toda esa comunidad es un poco tenebrosa”.
“¿Inusual, espeluznante o escalofriante?”
“Me quedo con terrorífico”, dijo ella. “¿Conociste a Valerie?”
Britt asintió. “Sí, estaba ayer en la barbacoa”.
“Bueno. Pregúntale sobre la vez que entró en la tienda de comestibles”.
“¿Qué pasó?”
“No, no. Consigue la historia de ella. Ahora es divertido. No tanto en ese momento”, dijo Gayla mirando su reloj. “Tengo que irme. Permíteme mostrarte tu oficina”, dijo ella.
Era pequeña, contenía sólo un escritorio, una silla y un archivador. Britt la miró inquisitivamente.
“Se te asignará un ordenador portátil. Hay un armario aquí”, dijo señalando una puerta adyacente a la oficina. “Hay algunos equipos y cosas ahí. Sólo las azules van al gimnasio, por lo que no deberías tener ningún problema. Y aún no estoy segura acerca de tu horario. El director Avery debe encargarse de eso”.
Cuánto tiempo han estado sin un profesor de gimnasia?”
“Meses. Hemos hecho lo mínimo para cumplir con los requisitos del estado, eso es todo”, bajó la voz. “Y digamos que exactamente no lo conocemos”.
Britt señaló su atuendo. “No estaba segura de qué ponerme”, dijo ella.
“Oh, nada de eso”, dijo Gayla. “¿Qué te ponías en tu escuela anterior?” Britt frunció el ceño. Mierda ¿Eso estaba previsto en su historia de cubierta? giguió el consejo de San en su lugar. “Solo
ropa de entrenamiento”, dijo ella con evasivas.
“Sí. Eso es lo que Carol llevaba. Ella se regodeaba con el hecho de que usaba pantalones cortos todos los veranos cuando estaba caliente como hoy”, Gayla le palmeó el hombro y sonrió. “Lo harás
bien. Consulta con el director acerca de tu horario”.
“Está bien. Gracias por reunirte conmigo. Estoy segura que nos veremos por ahí”.
“Sí, claro. Y una vez que las dos estén asentadas, Dave y yo las llevaremos a cenar. Diviértete hoy”, dijo mientras se giraba para irse.
“¿Gayla?” Gayla se detuvo, con las cejas levantadas. “Bueno, escuchamos estos... estos gritos anoche. Algún animal. Fue muy fuerte. ¿Lo has oído?”
Gayla asintió. “Sí. Nos asustó de muerte las primeras veces que lo oímos. Sigue siendo inquietante”.
“¿Qué es?”
Ella se encogió de hombros. “No lo sabemos. Se ha dicho que hay una pantera negra viviendo en el bosque por aquí. Sólo un cuento, sin embargo. Las panteras negras nunca han habitado esta zona”. Le dio una sonrisa tranquilizadora antes de retirarse con rapidez, dejando a Britt mirando tras ella.
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