[Resuelto]FanFic Brittana: Dulce Brittany (Adaptada) Epílogo

Capitulo 29

Cuando Santana entró en la habitación encontró a Brittany plácidamente dormida producto de la anestesia y de los calmantes que le estaban administrando.

Tenía el brazo izquierdo sobre su pecho en un cabestrillo.

Se acercó hasta la ojiazul y le acarició el rostro que ya empezaba a evidenciar los morados y las magulladuras producto de la caída.

Santana caminó rodeando la cama para llegar al lado derecho de Brittany. Acercó una silla hasta ese lado de la cama y se sentó.

Esa noche la pasaría ahí junto a la rubia aunque fuera en una incómoda silla, no le importaba nada, solo estar con Brittany.

Le tomó la mano y comenzó a acariciársela suavemente, lentamente, como si su roce la fuera a despertar.

—Ay Britt, ¿qué voy a hacer contigo? Casi muero cuando te vi tirada en el suelo desmayada—Santana le hablaba con ternura, como si la pudiera oír—Desde el primer día en que oí tu voz, mi corazón ha estado en peligro constante. Hace tanto que no me sentía así.

Santana apoyó la cabeza sobre la cama y susurrándole palabras de amor a
Brittany se quedó dormida.




Cuando Brittany despertó todo le daba vueltas.

Miró el blanco techo sobre ella y supo de inmediato que estaba en el hospital. Bajó su mirada al brazo dislocado y recordó la caída y el incendio en la casa de los López.

Siguió recorriendo el espacio con sus ojos hasta que vio a Santana dormida, sentada en una silla, con la cara y las manos sobre la cama.

Estiró su mano y con delicadeza le fue acariciando el rostro. No quería despertarla, se veía tan tranquila durmiendo, como si ningún problema existiera en su vida.

Con sus dedos le delineó la ceja, la mejilla y la nariz de la mujer que amaba.

Santana se removió, pero no despertó lo que provocó una risita traviesa en la rubia, la que fue interrumpida de inmediato cuando sus costillas le recordaron la fea caída que había sufrido.

Santana sintió a Brittany quejarse y se levantó de golpe asustada, aún estaba desorientada.

—Hola Santana—dijo regalándole la mejor de sus sonrisas.

—Hola Britt, ¿cómo estás? ¿Te sientes bien?

—Sí, estoy bien. Solo me incómoda un poco el cabestrillo. Y tú, ¿pasaste la noche aquí? Santana no era necesario.

—Claro que era necesario, no iba a dejarte sola aquí, tal vez necesitaras algo.

Brittany volvió a sonreírle, mientras la morena le sostenía su delicada mano entre las suyas.

—Por algo en el hospital hay enfermeras. No era necesario que te quedaras, has dormido incómoda y debes estar todo contracturado en este momento.

—Britt, me quedé porque quería estar a tu lado cuando abrieras los ojos.

—Gracias.

—No, Gracias a ti Brittany.

—¿Por qué?

—Por salvar a Santiago. No me va a alcanzar la vida para terminar de agradecer lo que hiciste por mi hijo.

—¿Y Santiago? ¿Cómo está Santiago? ¿Y Sue? ¿Está bien? ¿Qué pasó con Elaine? Santana, ella es un monstruo…

—Tranquila, todo está bien. Santy está con Emily. Sue tiene una contusión en la cabeza, pero está muy bien, solo un poco adolorida y descansa a unos cuartos de aquí. Hoy la dan de alta. Y a Elaine la tomaron detenida.

—Santana, ella mató a Dani.

Santana tragó en seco, ya había escuchado a Brittany decir eso antes de que se desmayara.

—Ella provocó el accidente de tu esposa.

—Lo sé Britt. La policía ya fue informada, solo esperan a que te recuperes para tomar tu declaración.

—Lo siento Santana.

—¿Qué cosa?

—Que Elaine fuera la causante de la muerte de Dani, de verdad lo siento mucho.

Santana miró a Brittany y se levantó para besarle suavemente los labios.

—Gracias por aparecer en mi vida Brittany.

Brittany abrió los ojos en sorpresa por lo que estaba escuchando. Pestañeó varias veces seguidas como si no creyera que esas palabras salieran de la boca de Santana.

—Ayer cuando vi la casa en llamas y luego a ti tirada en el suelo, mi alma casi se sale de mi cuerpo, pensé lo peor. Desde que bajé del auto hasta que llegué a tu lado, pedí al cielo porque estuvieras viva. Cuando te escuché balbucear, sentí alivio, pero cuando te desvaneciste pensé que no volverías a mí. Sé que he sido una jodida idiota contigo, pero desde que Dani murió, nada me alegraba los días, hasta que te escuché en el teléfono esa vez que llamé a la naviera en tu primera semana de trabajo.

—Santana…

—No, escucha. Necesito decirte esto, por favor no me interrumpas.

Brittany solo asintió, su corazón latía a mil dentro de su pecho. Cada palabra pronunciada por Santana le confirmaba que la morena era la persona de su vida.

—Ese día fui una grosera contigo, pero tú me enfrentaste como nunca nadie lo había hecho y eso hizo que mi sangre hirviera. Me di cuenta que la vida sigue y que estoy viva. Cuando te vi por primera vez en la oficina de Emily, no podía creer que, esa sexy mujer de cara angelical, era la misma que días atrás me había enfrentado y puesto en mi lugar.

Brittany sonrió al recordar lo que Santana le decía con ojos de ensoñación.

—Luego te besé, no pude contenerme esa vez que defendiste a Santiago con tanta pasión, como si se tratara de tu sangre. Desde ese día no pude sacarte de mis pensamientos. La noche que pasamos juntas, yo me aterroricé con lo que sentí, por eso dije esa estupidez. Nunca me voy a perdonar por mi reacción de ese día. Ayer cuando iba camino al aeropuerto, me traté de convencer que lo mejor que podía hacer era alejarme de ti. Pero no puedo, no puedo mantenerme lejos de ti Brittany. Por eso volví anoche, no podía irme de este país, sabiendo que tú estás en él. Te amo Brittany Susan Pierce, nunca pensé que llegaría a amar de esta forma. Quiero que compartas tu vida con Santy y conmigo. Quiero que me ayudes a enterrar a la ogra que ha estado viviendo en mí estos años. Qué dices Britt, ¿quieres ser parte de mi vida? ¿Quieres casarte conmigo?

Brittany no podía seguir conteniendo las lágrimas que se estaban agolpando por salir y que comenzaban a correr por sus mejillas.

Nunca se imaginó que, esa insoportable mujer, esa ogra amargada que había conocido varios meses atrás, fuera capaz de emocionarla con tan bella declaración de amor.

No solamente le decía que la amaba si no que le pedía que compartiera con ella el resto de su vida.

Brittany se quedó en silencio por unos minutos, su voz se negaba a salir desde su garganta y solo podía llorar.

Santana la miraba impaciente, esperando a que la ojiazul dijera que sí a su petición, pero no escuchaba la palabra tan esperada de los labios de Brittany.

Solo veía que la mujer que estaba frente a ella acostada en una cama de hospital, lloraba sin parar.

—Qué dices Britt. Sé que este no es el lugar más adecuado para hacer una declaración de amor y una petición de matrimonio. Que no te compré un anillo como es debido, pero no quiero esperar ni un día más. Quiero que cuando salgamos de este hospital, tú ya seas mi novia. Vamos amor, dime: Sí San, quiero casarme contigo.

Brittany la miró emocionada, tomó una honda respiración y posando su mano en la cara de Santana le respondió.

—Sí San, claro que quiero casarme contigo.

Santana se acercó más a Brittany y la besó.

Trató de contener las ganas de besarla con locura como quería hacer en ese momento, debía respetar que Brittany estaba adolorida.

Pero logar eso le estaba costando demasiado.

—Bien entonces pongamos fecha. Yo creo que debe ser pronto, lo más pronto posible. No aguanto no tenerte a mi lado y…

—Santana cálmate, ¿quieres? No sé cuándo me darán el alta, además no quiero caminar al altar vestida de novia y con este lindo cabestrillo que no combina para nada. Creo que debemos pensar las cosas con calma.

—No me pidas calma Britt-Britt, sabes que eso es lo que menos tengo en la vida.

—Me gusta cuando me dices “Britt” y más aún “Britt-Britt”, pero quiero recuperarme bien. No querrás que nuestros hijos vean a una de sus madres toda magullada en las fotografías de la boda, ¿verdad?

Santana abrió los ojos en sorpresa por lo que Brittany le acababa de decir.

Le agradaba la idea de tener hijos con Brittany.

—A mí me encanta decirte así, y también me gusta cuando me dices “San”. Pero es verdad, disculpa por ser tan impaciente, pero apenas pongas un pie fuera de este hospital pondremos fecha. Voy a buscar al mejor fisioterapeuta del país para que tu recuperación sea rápida. No sé cuánta gente quieras invitar, pero no importa, todo lo que quieras tener ese día lo tendrás.

—Por mi parte solo serán cuatro personas, solo eso—dijo Brittany.

—¿Solo cuatro? Pensé que te gustaría una gran boda con bombos y platillos.

—Bueno te equivocas. Quiero algo íntimo, muy sencillo, solo los más cercanos. Por mi aparte son Quinn, Rachel y mis padres. Solo ellos.

Cuando Santana escuchó a Brittany hablar de sus padres, sintió que el pánico lo atacaba.

—¿Qué pasa San?—dijo Brittany viendo la cara de preocupación de su amada morena.

—Es que estoy pensando, ¿y si no le gusto a tus padres?

Brittany le sonrió y la miró con enorme ternura.

—¿Por qué crees que no le vas a gustar a mis padres?

—Tal vez porque soy unos años mayor que tú, o porque soy viuda y tengo un hijo. Si yo tuviera una hija desearía que se casara con la mejor persona del mundo.

—San, tú eres la mejor persona del mundo para mí. No te preocupes mis padres estarán felices solo de ver lo feliz que tú me haces.

—Espero que tengas razón. No quisiera tener que raptarte y casarme a escondidas si tus padres no me aceptan.

—No te preocupes, no tendrás problemas con ellos.


La pareja siguió hablando sobre la inminente boda.

Brittany pensaba que estaba en un sueño del cual no quería que la despertaran nunca.

Los planes de boda fueron interrumpidos por dos policías que le tomaron la declaración de los hechos ocurríos del día anterior a Brittany.

Cuando recordó lo ocurrido, sintió un gran escalofrió recorrerla de pies a cabeza, y cayó en cuenta que ese día había estado a punto de morir.



Una vez estuvieron solas Santana se volvió a acercar a Brittany y la comenzó a besar nuevamente, ahora los besos eran largos y suaves.

Estaban tan abstraídas del mundo que no escucharon cuando la puerta de la habitación se abrió.

—¡¡¡Mamá!!! ¿Por qué estás besando a Britt otra vez?—preguntó Santiago que venía entrando en la habitación seguido de su tía Emily.

Brittany se sonrojó y Santana miró a su hijo y a su hermana con una gran sonrisa puesta en la cara.

—Me parece que Brittany ya está recuperada—dijo Emily con una sonrisa pícara—Creo que mi hermana resultó ser un muy buen enfermera.

—Hola hermana, ¿cómo amaneciste hoy?

—Bien. Bueno no tan bien como tú, que traes cara de que te acabas de ganar la lotería.

—Podría decir que sí, me he ganado el premio mayor—dijo guiñándole un ojo a Brittany—Em, Santy, Britt y yo tenemos que contarles algo.

—¿Nos van a decir que ya se enamoraron?—dijo Santiago acercándose a
Brittany.

—Sí hijo, Britt y yo ya nos enamoramos.

—¡Bien, yo sabía que se enamorarían! Yo se lo pedí a mami que está en el cielo.

Las tres adultas se miraron entre sí con sorpresa por lo que el niño acababa de decir.

—Ahora van a ser los primeros en enterarse de que Britt y yo nos vamos a casar.

—¡Felicitaciones hermana!—dijo Emily—Por fin encontraste a la horma de tu zapato ¿Y para cuándo es la boda?

—Por mí sería mañana mismo, pero Britt quiere estar más recuperada.

—Y tiene razón. Ella también tiene que lucir un bellísimo vestido y ese cabestrillo no pega ni junta.

—Lo mismo le dije yo Emily, pero Santana es impaciente y quiere que todo sea ya.

—Hijo apóyame, estas dos mujeres se juntaron para atacarme.

—No Santana, no te estamos atacando, solo que ahora las cosas no podrán ser como tú quieres y te toca esperar. Brittany demás está decirte que cuentes conmigo para lo que sea. De seguro que van a invitar a mucha gente y…

—No Emily. Será algo pequeño, Britt quiere algo familiar.

—¿Y tú estás de acuerdo con eso Santana?

—Sí, lo que Britt desee.

—Guau, tú sí que estás enamorada—dijo Emily le sonriéndole a la pareja.

En ese instante el médico tratante de Brittany hacía su aparición en la habitación.

—Buenos días señorita Pierce ¿Cómo se siente hoy?

—Bien doctor, solo un poco incómoda con el cabestrillo y un poco de dolor en las costillas.

—Eso es normal. Cayó de una altura considerable, agradezca que sus lesiones no sean más graves. El dolor de las costillas durará unos días, le daré medicación para eso. El hombro tiene que cuidárselo, cuando salga de aquí le daré el nombre de un fisioterapeuta para que coordine su terapia de recuperación. Le pusimos cinco puntos de sutura en la cabeza, tendrá que venir dentro de unos días para que los podamos revisar y sacarlos.

—Doctor, ¿hasta cuándo voy a permanecer aquí?

—Creo que la dejaremos todo el día de hoy en observación. Si no presenta nada fuera de lo común se podrá ir mañana a su casa. Ahora la dejo, al medio día vendré a ver cómo se encuentra.

—Gracias doctor.

—De nada, nos vemos luego.

El médico salió de la habitación dejando solos nuevamente a los López y a Brittany.

—Santana, ¿qué vas a hacer ahora con tu casa?—preguntó Emily a su hermana.

—La verdad es que la casa es pérdida total. Habrá que construir una nueva. Por el momento Santy y yo nos iremos al departamento del centro. Está desocupado hace mucho. Ahí esperaremos junto con Britt a que nuestra nueva casa esté lista.

Brittany no podía creer lo que escuchaba, ella viviría con Santana y Santiago, tendría su propia Familia.

Nunca se hubiera imaginado que el destino la sorprendería tanto en un año.

Ella que, nunca tuvo buena suerte, ahora recibía el premio mayor.




Luego de que hablara con Brittany y con Santana sobre los preparativos de la boda, Emily tuvo que convencer a Santiago de que dejaran a Brittany sola para que ella comiera algo.

Santana no quería despegarse de su lado al igual que su hijo, pero Brittany le rogó que fuera a su casa y que descansara un par de horas, después de negarse varias veces por fin claudicó, no podía discutir con ella y refunfuñando se fue.





Una hora después entró en la habitación Quinn y Rachel.

Quinn casi se desmaya en los brazos de su novia cuando su amiga le contó lo sucedido en la casa de los López.

No podía creer que su amiga hubiera sido tan temeraria y arriesgada de subir con Santiago al techo de la casa y bajar por una delgada reja.

Después de terminar su relato Brittany les dio la noticia de su boda a sus amigas las cuales quedaron con la mandíbula desencajada ante lo que oían.

Quinn estaba feliz y ya estaba planeando dónde llevar a su amiga a comprar el vestido de novia más bello que encontraran en la ciudad.




Cuando Brittany se quedó sola en la habitación comenzó a rememorar cada una de las palabras que Santana le había dicho unas horas antes.

Le dijo que la amaba y ella ya no cabía en sí de felicidad.

Pensando en la mujer que llenaba su corazón se quedó dormida.



Brittany abrió sus ojos y se encontró con los bellos ojos cafés de Santana que la miraban con adoración.

—Hola, ¿qué hora es?—preguntó Brittany con voz somnolienta.

—Las ocho de la noche.

—¿Qué? ¿Tanto he dormido?

—Sí—dijo Santana, mientras que con su mano le acariciaba el rostro a su amada.

—Y tú, ¿desde hace cuánto que estás aquí?

—Hace un par de horas.

—San, deberías ir a tu casa y dormir en tu cama.

—No—dijo frunciendo el ceño.

—Por favor—dijo Brittany a modo de súplica.

—No. Hoy me quedaré aquí a tu lado otra vez.

—Pero dormirás incómoda. Vuelve a tu casa.

—No.

—Ni siquiera puedo invitarte a que me hagas compañía en esta cama. No estoy en condiciones de tenerte en mi lado esta noche.

Santana se acercó y la besó en los labios y luego en la frente.

—Sabes que no me vas hacer cambiar de opinión. Así que en vez de pelear conmigo usa esa linda boquita para besarme.

Brittany le sonrió, y Santana con los pulgares, le acarició las partes en donde se le marcaban las pecas.

—Duerme mi Britt-Britt.

—No puedo dormir, acabo de despertar San—dijo con ironía—, Pero dentro de una hora pasará la enfermera con el cóctel de medicamentos y caeré dormida como un tronco, así es que no te preocupes.

—Bueno, entonces te besaré hasta que se haga la hora de que venga la enfermera y te haga caer en un sueño profundo.

Se siguieron besando y conversando, al rato, y tal como Brittany lo había predicho, la enferma apareció puntual con los medicamentos que hicieron que ella cayera en brazos de Morfeo.


Santana se quedó mirándola con adoración.

Solo pensaba en que pronto esa mujer sería su esposa.

Su corazón latía cada vez más rápido cuando pensaba en eso.

Mirando lo plácida y tranquila que Brittany dormía fue cerrando los ojos.

Hoy volvería a dormir en una incómoda silla, pero nada importaba, solo estar cerca de Brittany.

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Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Pd: lamento no poder subir el cap que pedían, pero parto con las pruebas otra vez y tengo que estudiar, y como les dije la vez pasada, puede, solo puede, que no actualice algún día en estas dos semanas (pero lo ve difícil).

Igual las recompensaré por no poder subir su cap ayer... ,pero el viernes jajajaaja.

Capitulo 30 - Final

Al día siguiente Brittany fue dada de alta y volvió a su departamento.

Aunque le tocó discutir con Santana, ya que la morena quería que se fuera a vivir de inmediato a su departamento con Santiago y con ella.

Brittany le dijo que no viviría con ella hasta que estuvieran casadas.

Después de mucho batallar Santana se rindió ante Brittany.



Esa misma noche Santana le entregó un hermoso diamante blanco de forma cuadrada como anillo de compromiso.

Fijaron la fecha de la boda para que esta fuera dentro de dos meses más.

Brittany lloraba de emoción al igual que su amiga Quinn al ver el hermoso anillo que lucía en su dedo.





Los días pasaron y Brittany ya estaba comenzando con su terapia para recuperar la movilidad total de su hombro.

La recuperación había sido rápida para la alegría de Santana, que no aguantaba tenerla lejos ni un día más.

Rachel, Emily, Quinn y Brittany, comenzaron con la búsqueda del vestido ideal.

Luego de varios intentos fallidos Brittany lo encontró.

Era un clásico modelo de encaje blanco, que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, con unas pequeñas mangas y un escote en la espalda.

Todos esos días las tres mujeres se preocupaban de los detalles de la boda.

Si bien sería algo íntimo, no querían que nada quedara al azar.

Nueve personas en total serían los invitados a la boda de Santana y Brittany, solo la gente de la familia las acompañarían ese día tan importante.

La ceremonia se realizaría en el restaurante de un amigo de Santana.

Él les cerraría un salón para la ceremonia y el almuerzo familiar que vendría después.

Si Brittany estaba nerviosa, Santana estaba peor.

Encontrar su vestido de novia con la ayuda de Hanna. También conocería a los padres de Brittany solo dos días antes de la boda y eso la tenía inquieto.

Pensaba que tal vez no sería del agrado de los padres de la rubia.

Aunque cuando habló por teléfono con el señor Pierce, para hacerle la petición de mano de su hija, el hombre fue muy agradable.

No dejaba de cuestionarse que tal vez los progenitores de su mujer pondrían algún pero al conocerla.

Brittany siempre la calmaba diciéndole que la amaba, y así el mismo Papa se opusiera ella se casaría igual, pero que se tranquilizara, que sus padres la amarían al igual que ella.



El día tan esperado por fin llegó.

Brittany se estaba preparando en su departamento con la ayuda de su mamá y Quinn.

Cuando se puso su hermoso vestido, su mamá comenzó a llorar, Quinn se contagió con el llanto y también soltó sus lágrimas.

—¡Mamá! No llores, que me vas a hacer llorar por favor.

—Pero cómo quieres que no llore mi niña si pareces un angelito. Te vez tan linda mi vida—dijo la Whitney y volvió a llorar con más ganas.

—Es verdad amiga pareces una visión —dijo Quinn.

—Ya, pero no lloren más, ¿quieren? No quiero llorar este día, no hasta que esté en el altar por lo menos.

—Ay hija, Santana se va a quedar paralizada cuando te vea.

—Ya dejen de lloriquear y retóquense el maquillaje que tenemos que irnos.

Brittany llegó al salón de su departamento, su papa la esperaba ahí.

Cuando él la vio comenzó a llorar como un niño.

—¡Papá! ¿Tú también vas a llorar?

—Hija te vez tan hermosa.

—Sí, pero no llores, que yo no quiero llorar aún—dijo con un nudo en la garganta.

—Hija no puedes evitar que llore, eres mi única hija, mi niña ¿Sabes lo importante que es para un hombre como yo entregar a su única hija en el altar?

—Sí papi, sé lo importante que es para ti—dijo Brittany abrazando a su papá, y aunque no quería, comenzó a llorar.

Quinn le alcanzó unos pañuelos desechables para que se secara las lágrimas.

—Hija, te voy a decir algo. Anoche Santana y yo tuvimos una conversación.

—No lo amenazaste, ¿verdad papá?—dijo Brittany sonriéndole a su papá.

—No hija, con ella no hay necesidad de eso—le devolvió la sonrisa a su hija—Estaba nerviosa porque no sabía si sería de nuestro agrado. Imagínate, una importante empresaria se preocupa de no ser del agrado del papá de su novia que es un simple granjero. Pero no es el que tenga dinero y te pueda dar la estabilidad económica que, todo papá desea para sus hijos, lo que me agrada de Santana y lo que me hizo saber que es ella la persona para ti apenas conociéndola.

—¿Ah no? ¿Y qué es papi?

—Como habla de ti. Cuando lo hace su cara se ilumina, sus ojos brillan. Está realmente enamorada. Me contó de su vida. Todo lo que ha pasado y todo lo que han vivido en este tiempo. Y puedo decirte hija que has encontrado a tu alma gemela. Por eso ahora voy a entregarte a una persona que, es la que yo siempre pedí a Dios que pusiera en tu camino.

Brittany volvió a mirar a su papá y las lágrimas volvieron a correr mejilla abajo, él con sus pulgares trataba de quitarlas, pero ya no podía porque eran muchas.

—Papá me acabas de arruinar el maquillaje, ¿pero sabes? No importa. Te quiero papi.

Papá e hija se fundieron en un gran abrazo.

Quinn corría por el salón con un maletín.

Sentó a Brittany en una silla y le comenzó a retocar el maquillaje. Luego de terminar le arregló el pelo que lucía suelto en grandes ondas que caían suaves sobre sus hombros y que había recogido al lado izquierdo con un peine de pequeños brillantes.

Bajaron hasta la entrada del edificio donde los esperaba el auto que los llevaría hasta el restaurante donde los esperaban los invitados.










Santana esperaba nerviosa junto a Santiago y a su hermana a que Brittany llegara al restaurante.

Todo estaba listo, el juez ya estaba preparado para comenzar en cualquier momento con la ceremonia.

Todos los invitados ya habían llegado solo faltaban Brittany y sus padres.




Con cinco minutos de retraso Brittany hizo su entrada en el salón de la ceremonia.

Santana la esperaba junto a Santiago.

Santiago vestido con un smoking y Santana con un perfecto vestido blanco.

Brittany sonrió al ver a su hombrecito y a su futura esposa esperándola en el altar.

Brittany comenzó a caminar hacia Santana y está sintió que su corazón se saltaba un latido.

Se veía tan bella, como un ángel que camina entre los mortales.

Solo quería que todo terminara pronto y poder tenerla solo para ella.

Brittany y su padre llegaron hasta Santana y Santiago. El pequeño no podía más de felicidad, no dejaba de sonreír.

El papá de Brittany tomó su mano y se la entregó a Santana diciéndole:

—Santana, te entrego a mi tesoro más preciado, cuídalo con tu vida.

—Así lo haré señor Pierce, no tiene de que preocuparse.

Brittany besó a su papá en la mejilla y él se alejó hasta tomar su lugar a lado de su esposa.

Brittany tomó de la mano a Santana y le hizo una seña a Quinn para que le sostuviera el ramo de bodas, así con su otra mano, tomó la pequeña mano de Santiago.

Ese día Brittany no solo ganaba a una esposa, sino que también a un hijo.


La ceremonia se realizó con calma y entre los llantos de Quinn y la mamá de Brittany.

Las novias dijeron sus votos matrimoniales.
Santana los dijo emocionada y Brittany no pudo contener las lágrimas que venía aguantando desde que salió de su departamento.

Cuando el juez las declaró esposas las dos se quedaron mirando fijamente.

Santana no podía creer que ese día había llegado y que Brittany ya era su mujer.

Brittany estaba más feliz que nunca, ahora su vida estaba completa.




Después de recibir las felicitaciones de todos sus invitados, comenzó el almuerzo de celebración, todos estaban sonrientes, felices por la pareja.

Brittany estaba sonrojada, ya que Santana no paraba de susurrarle al oído, todo lo que pensaba hacerle apenas estuvieran solas.

Santana solo quería salir de ahí con su esposa y comenzar su noche de bodas.




Después de las fotografías de rigor, de que ambas lanzaran el ramo que fue atrapado por Emily y el otro por Rachel, y de la despedida de sus amigos, Santana y Brittany salieron del lugar de celebración de su boda para dirigirse al lugar donde la celebración sería solo para ellas dos.

Subieron al auto de Santana felices y ansiosas por llegar pronto al lugar donde darían rienda suelta al deseo que las estaba consumiendo.

Santana conducía mientras Brittany preguntaba a cada minuto a dónde se dirigían.

La morena le decía que se dejara sorprender, que ya llegarían, pero Brittany estaba ansiosa por ver dónde la llevaba su flamante esposa.

Brittany divisó el camino que dirigía a la playa, abrió mucho los ojos, miró a Santana, está solo la miraba, no iba a hablar hasta que llegaran a su destino.

Brittany vio una linda casa de playa de color blanco.

Estaba alejada de las demás viviendas de ese sector, con una vista privilegiada al océano.

Santana bajó del auto y fue a abrirle la puerta a su mujer.

La rubia sonriéndole se empinó para besarle suavemente los labios.

—Qué linda casa Sanny, ¿de quién es?

—Esta casa era de mis padres, ahora es de Emily y mía. Ven vamos a verla por dentro.

Santana le tomó la mano y la guió hasta la entrada de la casa.

Levantó en vilo a la rubia y pasaron el umbral de la puerta según lo mandaba la tradición. Luego la dejó sobre sus pies y Brittany recorrió con su vista el interior de la casa.

Era acogedora con una chimenea que dominaba el salón.

Los enormes ventanales daban una hermosa vista al mar.

Santana caminó hasta la cocina y volvió con una botella de Champagne y dos copas.

—Bueno ahora voy a brindar por mi bella esposa y por la noche que nos espera mi amor.

—Y yo brindo por mi sexy esposa y porque esta noche no dormiremos nada cariño.

Santana se acercó más a la ojiazul para chocar las copas y brindar por la noche de amor que prometía mucho.

Santana le quitó la copa a Brittany y la dejó junto con la suya en una mesa. Luego la tomó por la cintura y le colocó una mano en la nuca para comenzar a besarla con locura.

Ya no aguantaba más, deseaba hacerla suya en ese instante, y por como su cuerpo se estaba calentando, no creía que fuera capaz de llegar a la cama.

Santana la tomó de la mano y la llevó hasta el dormitorio que sería su nido de amor esa noche.

—Britt tengo un regalo para ti, pero quiero que cierres los ojos por favor.

La rubia la miró sorprendida, pero cerró los ojos tal como Santana le había pedido.

—No los abras hasta que yo te diga, ¿está bien?

—Sí San, no los abriré.

—Solo espera un segundo.

Santana caminó hasta donde tenía la sorpresa para su esposa, no era un regalo ostentoso, pero si un regalo con un significado para las dos.

Tomó el regalo y caminó de vuelta hasta pararse frente a Brittany.

—Bien mi amor, ahora puedes abrir tus preciosos ojos.

Brittany fue abriendo lentamente sus ojos.

Cuando vio lo que su esposa tenía entre sus manos comenzó a reír, no entendía por qué Santana le había hecho ese regalo.

Lo que Santana sostenía en sus manos era una canasta llena de paletas de dulce, de todos los colores y formas.

—Guau, ¿a qué se debe tanto dulce mi amor?

—Una vez tú me dijiste que comías paletas de dulce para endulzar algún mal rato que tuvieras durante el día. Hoy prometí amarte y cuidarte y quisiera prometerte no hacerte pasar malos ratos. Pero seamos honestas, tú sabes que tengo un carácter de mierda, aunque contigo he cambiado mucho y espero que la ogra no aparezca nunca más. Este es mi regalo de bodas para ti, muchas paletas de dulces, porque espero estar muchos años contigo. Ojalá no tengas que usarlas y voy a procurar que así sea mi amor.

Brittany la miró con dulzura, esa mujer había recordado la manía que ella tenía con las paletas dulces.

—Es el regalo más hermoso que me han hecho nunca Sanny. Sé que no las voy a necesitar, bueno… no tantas—sonrió y Santana la siguió—, Y me siento mal porque yo no pensé en ningún regalo para ti. Pero si quieres compartimos los dulces.

Santana negó con la cabeza y quitándole la canasta con las paletas para dejarla en un mueble le dijo:

—No, estos dulces son tuyos, solo tuyos, además yo ya tengo mi dulce.

—¿Ah sí? y se puede saber qué dulce es ese.

—Eres tú amor mío. Mi dulce Brittany.

Brittany le envolvió el cuello con sus brazos y la besó con pasión, Santana no aguantó más, la levantó en andas para tenderla sobre la cama, en ese instante comenzaría su tan esperada noche de bodas.

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Epílogo

Santiago, ya de diez años, iba sorteando con su patineta los obstáculos que representan las personas que, a esa hora del día, circulaban por el parque.

Era sábado y los López daban un paseo por el gran parque de la ciudad aprovechando que, ese día, el sol se había dignado aparecer.

Santana y Brittany caminaban tranquilas llevando a la pequeña Marley entre ellas.

Cada una tomándole una mano a la niña y levantándola en el aire cada cierto tiempo, haciendo que, la pequeña Marley, chillara de felicidad.

Siguieron caminando disfrutando del aire y del sol.

Antes ellas solían trotar en ese lugar, pero desde que Brittany quedara embarazada, seis meses después de haberse casado, ya no iban tanto como quisieran.

Pero en cambio, paseaban con sus hijos en esta hermosa y verde postal que era el parque.

Mientras Santiago practicaba trucos con su patineta, Brittany y Santana se sentaron en el verde prado a jugar con su pequeña hija.

Ese día era especial.

Brittany tenía que contarle algo a Santana, una noticia que sabía que, a la mujer a la cual ella amaba con toda el alma, adoraría escuchar.

Santana jugaba con su pequeña, le hacía cosquillas, y ella solo podía reír con desesperación ante aquella tortura.

—Sanny, tengo que decirte algo—dijo Brittany de pronto, interrumpiendo el juego entre mamá e hija.

Santana miró a su esposa y se incorporó en el pasto para quedar frente a ella, sentando a la pequeña Marley a sobre sus piernas.

—Dime amor, soy toda oídos para ti ¿Estás bien?

—Sí Sanny, estoy más que bien. Lo que tengo que contarte es algo que acabo de confirmar esta mañana y que aún no lo he asimilado muy bien.

—Vamos Britt-Britt, dímelo pronto, ¿quieres? Me estás asustando ¿Qué es lo que pasa? ¿Es algo malo?

Brittany tomó una honda respiración, para comenzar a contarle a su esposa su reciente descubrimiento.

Sabía que no reaccionaría mal, y por eso no sabía por qué estaba tan nerviosa, pero no podía dejar de sentirse de ese modo.

—Bien, te contaré. Hace un par de semanas tenía una sospecha, pero era muy poco tiempo como para confirmar. Ya han pasado tres semanas y hoy en la mañana se confirmó lo que pensaba. Sanny… estoy embarazada, serás mamá nuevamente.

Santana se quedó muda, mirándola fijamente, casi sin pestañear.

No podía hablar, su boca se negaba a emitir alguna palabra.

Siempre se había imaginado llenando de hijos la casa que habían reconstruido.

Marley cumpliría los dos años y pronto tendría otro hermano para jugar.

Brittany miraba preocupada a Santana ante la nula reacción de ésta.

Por su mente pasaba el pensamiento de que a la morena no le había agradado mucho la noticia.

—Al parecer no te ha gustado la sorpresa mi amor.

Santana sacudió la cabeza para reacomodar sus pensamientos y comenzar a hablar de una vez.

—¿Estás segura Britt?

—Sí, segurísima. Ya cumplí más de tres semanas y decidí hacerme la prueba de embarazo esta mañana en el baño mientras tú dormías y dio positivo, el tratamiento ha resultado esta vez.

—Amor…yo… estoy feliz. Otro hijo… guau. No sé qué decir, aún estoy sorprendida—dijo Santana totalmente emocionada por lo que acaba de escuchar.

Ya habían intentado quedar embarazadas antes, Santana se había sometido a un tratamiento con lo óvulos de Brittany, pero no había resultado. Y un tiempo después lo intento la rubia con los óvulos de la morena.

El cual había resultado.

Se acercó a su esposa y le dio un tierno beso a su adorada Brittany.

—Beso mami—dijo la pequeña Marley al ver que sus madres se besaban.

Estiró su boquita y su mami también le regaló un suave besito a su hija.

—Sé que desilusionaste cuando no funciono la vez pasada, pero…

—Britt, yo estoy feliz con que vayamos a tener otro hijo, si la que los tienes tu o soy yo. La casa es grande y podemos tener los bebés que Dios decida enviarnos. El único pero que encuentro en esta maravillosa noticia es que, no podré tocarte ni con el pétalo de una rosa, porque si te pones igual que cuando estabas embarazada de Marley, creo que mejor dormiré en el dormitorio de Santiago—dijo Santana divertida.

Recordando cómo su linda esposa se había transformado en una verdadera ogra durante el embarazo de su hija.

—Lo siento cielo. Sé que tuviste que soportarme todos esos meses, pero también recuerdo haberte recompensado después con creces cada mes que pase de mal humor—le dijo sonriéndole coqueta y guiñándole un ojo—Esa vez las hormonas me transformaron en un monstruo, espero que con este bebé todo sea distinto.

—Tal vez era porque esperabas a esta hermosa niña—dijo Santana mientras tocaba con su dedo índice la punta de la nariz de su pequeña princesa—Quizás ahora el que viene sea un varón y tu personalidad no cambiará tanto. Cuando estuve embarazada de Santiago no tuve muchos cambios.

—No sé por qué, pero creo que también será niña.

—¿Otra princesa más? ¿No será mejor que venga un príncipe esta vez?

—Puede ser… no sé…

—¿No te gusta la idea de tener a otro varón en casa Britt?

—Me encantaría. Y a ti, ¿no te gustaría tener a otra niña corriendo en nuestra casa?

—Britt-Britt, me estoy volviendo vieja, ¿sabes? Si viene otra niña más mi corazón no va a resistir. Imagínate a otra linda princesa como ésta en casa—dijo besando la mejilla de su niña—Cuando te hagan el ultrasonido, y si nos confirman que es niña, ese mismo día voy y me compro un rifle de doble cañón.

—¿Por qué dices eso amor?

—Porque si son tan bellas como la mamá Britt, habrá que espantarles a los pretendientes que, de seguro, harán filas en nuestra puerta.

—No seas tonta Sanny…

—No tonta mami—dijo Marley, lo que hizo que sus madres rieran al escucharla.

La pequeña jugaba con una muñeca y tenía el ceño fruncido, tan igual a su mamá Santana, pero unos enormes ojos azules iguales a los de su mamá Brittany.

—Ahora yo quería hablarte de algo. Sé que tal vez es muy pronto para pensar en el nombre que le pondremos al bebé, pero cuál será su nombre.

—Si es niño puede ser Alfonso como mi papá o Ricardo tal vez. Y si es niña podría ser Sugar. Y tú, ¿has pensado en algún nombre?

Brittany asintió con la cabeza y miró a su esposa.

No sabía cómo reaccionaría Santana al debelarle el nombre que ella había escogido hace ya unos días cuando tenía la sospecha de que tenía a otro bebé en su vientre.

Ahora llegaba el momento de preguntarle a su esposa qué opinaba de la idea que rondaba en su cabeza.

—Dani—dijo y Santana abrió mucho los ojos en sorpresa al escuchar ese nombre—Quiero que si este bebé que viene ya sea hombre o mujer su nombre sea Dani ¿Qué dices amor?

—¿Estás segura Britt? No tienes que hacerlo…

—Estoy muy segura. Solo espero que a ti no te moleste.

—En absoluto. Si es tu deseo yo no pondré ninguna objeción mi amor. El más contento será Santiago. Sabes cuánto ama el recuerdo de su mamá y sabes cuánto te ama también a ti.

—Sí, yo también pensé en eso. Pero no le digamos nada del nombre, ¿quieres? No hasta saber el sexo del bebé. Solo le diremos que tendrá otro hermano a quien cuidar.

—Gracias.

—¿Por qué San?

—Por pensar en todo y en todos Britt. Agradezco cada día que te hayas cruzado en mi camino. Sin ti estaría perdida.

—No digas eso. Estarías bien. Aún seguirías siendo una ogra, pero estarías bien.

Las dos rieron al recordar que de la ogra de antaño ya no quedaba ni rastro.

—¿Sabes? a veces echo de menos a esa ogra—dijo Brittany sonriendo y mostrando sus coquetas pecas.

—No hablarás en serio, ¿verdad señorita Pierce?

—Sí señorita Solo Santana, muy en serio.

—Recuerdo la primera vez que te escuché llamarme así. Primero sentí una rabia enorme, pero al seguir escuchando tu voz se me quitó casi de inmediato.

—Y yo lo único que quería era estrangularte con el cable del teléfono amor.

—Britt, no crees que mi versión dos punto cero es mucho mejor.

—Sí Sanny, tienes razón. Aunque yo me enamoré de la ogra de las hermanas López, tu versión dos punto cero es mucho mejor.

Brittany puso una mano en el cuello de su esposa para acercarla, y aprovechando que su hija se había separado un poco de ellas para jugar a un lado, la besó apasionadamente, sin importarle quien las viera.

Santana le respondió el beso con igual o más pasión.

Ahora sus lenguas se unían lo que les provocó miles de escalofríos.

Cuando se separaron la rubia la miró a los ojos fijamente, contemplando el rostro de la mujer que amaba profundamente, a la mamá de sus hijos, a la amante tierna y preocupada en la intimidad y al compañero fiel de su vida.

Todo eso era Santana para Brittany.

Mientras que para Santana, la rubia era su salvación.

Su sexy y divertida amante, la mujer que la sorprendía a diario, la amiga a la cual confiarle hasta la vida.

No podía imaginarse cómo sería la vida sin Brittany a su lado.

No quería pensarlo ni por un minuto, solo sabía que tenía que agradecer diariamente al cielo por haber puesto a Brittany en su vida.

—Te amo mi ogra adorada—dijo acariciándole el rostro a su mujer.

Santana le tomó la mano y se la besó suavemente para decirle:

—Y yo te amo más mi dulce Brittany.

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Hola, bueno aquí el final de otra bella historia, espero y les gustara. MUCHAS GRACIAS! a todas las que leyeron y mas aun comentaron!

Ya les subo el prologo de la siguiente!

Gracias!

Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D