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(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
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Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Linda, gracias por preguntar por mi familia, imagínate el clima está muy raro no para de llover en México
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Linda, gracias por preguntar por mi familia, imagínate el clima está muy raro no para de llover en México
Por nada bonita, esta todo tan revuelto en el mundo que creo que ya se puede esperar cualquier cosa... saludos
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«The Alaska Von Grimmelshausen insurmountable predicament»
Part II
«The Alaska Von Grimmelshausen insurmountable predicament»
Part II
Febrero de 2036
-Papá... es mi amiga…
-Lo sabemos Princesa… —intervino Blaine acercándose a su hija, le acarició el cabello y la cara y le tomó una de las manos— pero ser un buen amigo no significa estar de acuerdo con todas las decisiones que tu amigo tome, en especial si estas son erradas, y tus sabes que asi es, si no… no habrías actuado con tanto misterio…
-¡Ni mentido!.. —agrego Kurt alzando sus brazos con dramatismo— Lizzie emitió un chasquido con su lengua y se cruzó de brazos después, dio un puntapié en el piso de madera y miró a sus padres más enojada porque sabia que tenian razon que por tener que negarle un favor a su amiga del alma.
-¿Princesa? —insistió Blaine buscando la mirada de su hija.
-¡Ay si sé!... —exclamó levantando ambos brazos—se que estuvo mal lo que hicimos… pero en mi defensa, debo decir que Alaska es la que hizo la mayor parte, yo solo la ayude porque soy una super buena amiga.
-Sin duda lo eres, pero no en esto… ¿que vas a hacer? —pregunto Blaine utilizando un tono de voz tan calmado que Lizzie pensó que era «la calma antes de la tormenta».
-Hablaré con ella… ¡hola!... además ni siquiera se porque quiere irse con Parker a ese hotel, ni siqueira le gusta tanto… estoy segura que lo hace para molestar a su Mamá.
-¿Como?... —preguntaron sus dos padres al unísono.
-Eso… siempre esta diciendo que luego del divorcio, su Mamá quedó un poco… ya saben… —respondió Lizzie simulando con sus manos algo que se enciende y apaga.
-¿intermitente? —pregunto Kurt queriendo adivinar aquellas muecas divertidas.
-Loca… ¡hola!
-Princesa…
-«Papáblen», te juro que es la super verdad, o al menos es lo que ella dice… aunque en realidad yo creo que estaba loca de antes… —agregó la chica llevándose la mano al mentón como si reflexionara de manera extra profunda sobre la salud mental de la Mamá de su amiga.
-No deberíais hablar así de tus mayores Lizzie Anderson… —advirtió Kurt mientras se ponía un cardigan elegante sobre la camiseta desgastada que vestía.
-¿Por qué no?... si es la verdad, Alaska siempre esta contando historias sobre de cómo eso que digo es verdad, ¿se acuerdan del huracán de hace como 10 años?, pues su mamá en vez de contenerla a ella y a su hermanito bebé se puso a gritar por toda la casa… ¡hola!
-Todos reaccionamos diferente a las tragedias Princesa…
-¡Ay si se!, ¡pero ella una Mamá!, debió comportarse mejor, asi como ustedes lo hicieron...
-¿Te acuerdas de eso cariño?... —quiso saber Kurt mirándola con ternura, olvidando por un segundo el enfado que tenía.
-Obvio que si, Henry también se acuerda…
-Que maravilla… —agregó sonriéndole— pero eso no libra de todo lo que se te viene encima… vamos… —agrego Kurt haciendo ademán de salir de la habitación.
-¿Que?... ¿donde?
-A hablar con tu amiga… —insistió abriendo la puerta, Blaine reía en silencio mientras los escuchaba a ambos
-¿Por qué?... ¡nada que ver!, yo hablare con ella, es mi responsabilidad … ¡«Papáblen»!
-Kurt… —dijo este mirando a su esposo.
-Escuchen… aquí hay dos menores de edad que cometieron una grave infracción… —comenzó a explicar Kurt creyéndose inspector de colegio público— por lo tanto es mi deber intervenir… nuestro deber intervenir… —dijo devolviéndole la mirada a su esposo con una ceja levantada y todo.
-Tienes razón… Princesa… el Papá tiene razón...
-¡Uy!... —exclamó empuñando sus manos con frustración contenida— siempre se ponen de acuerdo para perjudicar al más débil… ¡hola!...
-¿Y la más débil serias en este caso tu cariño?...
-¡Obvio!... ¡hola! —Kurt pasó por su lado y le dio un toque en una mejilla, Blaine rió mientras se cambiaba de camisa.
-¿Caminemos?… —agregó su Papá desde la puerta.
-¡Esta bien!... pero tengo una condición —dijo la chica apuntando a cada uno.
-Hija… cariño… —comenzó a decir Kurt mientras le acariciaba el cabello— dada la situación, dudo que tengas derecho a exigir condición alguna —agrego sonriendo de lo mas sarcastico.
-¡«Papáblen»!... ¡mira el Papá!... —exclamó Lizzie señalando a Kurt.
-Princesa… temo que nuevamente estoy de acuerdo con el Papá, lo que hiciste es bastante condenable —advirtió Blaine caminando hacia la puerta, tomó el «baby monitor» de Noah y se paró delante de ella.
-¡Pero si yo no hice nada!... por enésima vez… es Alaska la que se escapó de su casa, y ya intente dar explicaciones… —respondió Lizzie volviendo a los gestos de locura que hiciera minutos antes.
-Pero tú la ayudaste y la encubriste… cualquier tribunal te condena por cómplice… —agregó Kurt ampliando aún más su sonrisa, Lizzie frunció el entrecejo y negó con la cabeza mirando al cielo, luego partió adelante de todos.
-¿Mi hermanito despertó acaso?... —pregunto devolviendose al escuchar algunos quejidos a través de «baby monitor»
-Lo más probable… con un demonio me costó un mundo hacerlo dormir… —dijo Kurt tomándose la frente.
-¿Ves que tienes cosas más importantes que hacer?... ve, ve a ver a mi hermanito… bien sabes que aprendió a bajarse de la cuna, seguro y esta trepado en el closet o algo... yo arreglo mis asuntos con Alaska… —dijo Lizzie prácticamente empujando a su padre hacia la dirección contraria de su dormitorio, Kurt la miró por sobre su hombro sin saber si ponerse a reír o enfadarse aún más.
-¡De ninguna manera!… —exclamó dándose media vuelta, Lizzie se irguió un poco y se quedó tiesa como una estatua— haremos lo que dijimos, lo más probable es que Noah vuelva a dormirse… —sentenció Kurt retomando su camino, el bebé volvió a emitir unos quejidos, esta vez seguidos de un llanto como de pena.
-No creo que se vuelva a dormir… —dijo Blaine mirando el monitor, Kurt soltó un poco de aire y miró en ambas direcciones sin saber qué asunto atender primero.
-Yo ire a ver a Noah, tu encargate de hablar con Alaska.. —decidió Blaine acariciando la cara de su esposo, Kurt sonrió pensando que sin duda Blaine era alguien con el que podría contar por toda la eternidad.
-¿No preferirían que fuera lo contrario? —dijo Lizzie poniendo cara de circunstancia— al menos yo lo preferiría…. —agregó acrecentando la mueca de contingencia extra trágica.
-Vamos Lizzie Anderson… —dijo Kurt señalando la dirección del cuarto de la chica.
-Esta bien… —respondió esta partiendo adelante con la cabeza y hombros gachos, como si se dirigiera a su propia muerte o algo similar.
-Tranquilo y se prudente… —murmuró Balien mirando a su esposo, este le respondió un «obvio» seguido de un gesto engreído con su hombro en alto.
-Tranquilo bebé… ya estoy llegando… —dijo Blaine hablándole al «baby monitor» como si fuera un intercomunicador que le permitía contactarse con su pequeño hijo, abrió la puerta con sigilo y entró casi en puntas de pie, la habitación estaba oscurecida y solo un carrusel de pequeñas estrellas y planeta de colores iluminaba el cielo raso de la más hermosa y tenue de las maneras, terminó de entrar sin hacer más ruido del de una que otra tabla crujiendo bajo sus pies, Noah mientras tanto, hacía algo más que solamente reclamar porque no podía seguir durmiendo. Ya había dejado de llorar y estaba parado en la cuna afirmándose de los barrotes, miraba todo como si tratara de descifrar algo que solo él sabía, camino de lado acercándose al final de su pequeña cama como si ya no tuviera más dudas de los pasos a seguir, Blaine sonrió al ver aquello y se quedó en silencio a un costado de la puerta, desde que había empezado a caminar su independencia era cada vez mayor y se atrevía a alcanzar nuevas metas a diario.
-Creo que no necesitaremos las cámaras… —pensó Blaine presintiendo que el misterio de cómo se bajaba el bebé de la cuna estaba punto de ser develado. Noah alcanzó tres de los juguetes de felpa más grandes que allí estaban y los tiró al suelo, como si quisiera asegurar una superficie mullida donde caer, su Papá se acercó un poco como para intervenir en caso que por la cabeza de su hijo estuviera pasando lo que él creía y estaba pasando, el bebé, sin advertir presencia alguna, se empino un poco para alcanzar los pequeños travesaños que servían de soporte para su productos de aseo personal y con un pequeño impulso se trepó a la parte más alta de su cuna, Blaine tomó aire y abrió sus manos dando un pequeño paso hacia adelante de manera casi instintiva, como si quisiera evitar cualquier caída a la distancia. Noah se dio media vuelta en aquel espacio reducido y se alistó para bajarse, su Papá se acercó más de manera silenciosa queriendo reír y llorar al mismo tiempo, tal y como lo hacía con cada logro de alguno de sus hijos, el bebé se deslizó hacia el suelo y se agarró firme de los barrotes de su cuna como un bombero en su barra metálica lo haría.
-Hola hijo… —dijo Blaine encendiendo la luz, Noah dio un pequeño salto de susto para luego sonreír de lo más orgulloso.
-¡«Papaben»!… —exclamó alzando sus pequeños brazos de inmediato, Blaine lo envolvió con ternura y le dio un abrazo bien apretado.
-Por fin descubrimos cómo es que te bajas de tu camita… y debo decir que es super sensacional.
-«Supendonal»… —repitio Noah bostezando.
-Asi es… espera a que se entere tu Papá… —agrego Blaine dándole un par de besos, Noah volvió a bostezar con más ganas— aunque debo decir que al parecer aún tiene mucho sueño… ¿no es así?... —dijo acunandolo en sus brazos, el bebé trató de erguirse de nuevo pero terminó por alzar uno de sus brazos para tocarle cara, su Papá le tomó la manito y se la besó un par de veces antes de guardarla entre su pecho y el cuerpo de su hijo— ¿que tal si intentamos dormir nuevamente? —dijo apagando la luz, se sentó en la silla mecedora instalada cerca de la ventana y empezó a balancearse con él mientras tarareaba una canción inventada en ese mismo momento, Noah tenía sus ojos más abiertos que nunca.
-¿No piensas dormir acaso? —pregunto Blaine dándole un beso en la frente, Noah respondió un «mirmir» y comenzó a cantar también en algo que mas se parecia al ulular de una ploma que otra cosa.
-LIzzie, estos productos son super extra… ¡Señor Kurt! —exclamó Alaska al ver entrar en la habitación al Papá de su amiga primero que nadie, dejó la botella de loción que estaba oliendo donde la había encontrado y se paró de lo más recta cerca de la cama de Lizzie, miró a su amiga como pidiendo una explicación y esta le respondió con una mueca que pedía una disculpa silenciosa.
-Buenas tardes Alaska… —dijo Kurt cerrando al puerta una vez que su hija terminó de entrar.
-Buenas… buenas tardes Señor Kurt… —respondió la chica tragando saliva y haciendo otra serie de señas a su amiga.
-No sabia que estabas aquí… —agrego cruzándose de brazos.
-Si… bueno… es decir… Lizzie me invitó… ¿verdad Lizzie? —respondió Alaska mirando a su amiga, esta negó en repetidas ocasiones con su cabeza agregando el gesto de «corte» con sus manos .
-¡Pero qué maravilla!, ¿te quedarás a cenar supongo?
-Si me invitan….
-Por supuesto que si… llamare a tu Mamá para saber si es que no tienes algún alimento prohibido… —dijo Kurt sacando su teléfono.
-¡NO!...
-¿Como cariño?... —pregunto devuelta Kurt disimulando tan bien, que Lizzie creyó que merecía el doble de Tonys de los que había ganado.
-Que no la llame… es decir… no quiero… es decir… no esta… salio… ya sabe… mujer divorciada se toma Manhattan y ese tipo de cosas…
-Vaya que bien… ¿aprovechando su soltería al máximo?…
-Si al máximo… —agregó la chica sonriendo a la par con su interlocutor.
-¡Alaska Von Grimmelshausen! —exclamo Kurt dando un aplauso, como si corrigiera a una niña de guardería en vez de a una adolescente un tanto rebelde, Lizzie cerró sus ojos sabiendo que cuando su Papá decía el nombre completo de quien tenía enfrente, todo estaba perdido— tu Mamá acaba de llamar preguntando por ti… ¿quieres dar una explicación?, ¿o prefieres que saque mis propias conclusiones de lo que esta pasando aqui?
-...
-Escucha, sé que no me corresponde reprenderte, pero Lizzie ya nos contó todo… por lo tanto te aconsejo que tomes tus cosas y te devuelvas a tu casa…
-Señor Kurt…
-Alaska… —agregó acercándose— ningún chico vale tanto como para que mientas o traiciones por él… eres muy joven y hermosa, ya tendrás la oportunidad de escaparte con quien quieras y a donde te plazca, pero sin mentir y sin causar en tus padres una embolia cuádruple… —Alaska bajo la cabeza sin decir nada.
-Alaska… —intervino Lizzie también aproximándose— escucha a mi Papá, él siempre tiene razón… siempre… te lo juro… ¡hola! —agregó la chica poniendo caras, Kurt sonrió pensando que solo Lizzie podía hacerlo enfadar, sonreir, preocuparse y relajarse todo en menos de 10 minutos.
-¿Y qué puedo hacer?... —preguntó dejándose caer en la cama de su amiga.
-¿Partir por decir la verdad por ejemplo? —dijo Kurt alcanzandole el teléfono por ella, Alaska soltó un suspiro y lo tomo como de mala gana— te sentirás mejor, te lo prometo…
-No creo eso, pero bueno… —dijo la chica blanqueando los ojos.
-Yo si, he vivido unos cuantos años más que tú… —respondió Kurt dándole un toque en la nariz, Lizzie se sentó a su lado y la abrazo por los hombros como si quisiera darle ánimo para enfrentar aquella llamada.
-Papá... es mi amiga…
-Lo sabemos Princesa… —intervino Blaine acercándose a su hija, le acarició el cabello y la cara y le tomó una de las manos— pero ser un buen amigo no significa estar de acuerdo con todas las decisiones que tu amigo tome, en especial si estas son erradas, y tus sabes que asi es, si no… no habrías actuado con tanto misterio…
-¡Ni mentido!.. —agrego Kurt alzando sus brazos con dramatismo— Lizzie emitió un chasquido con su lengua y se cruzó de brazos después, dio un puntapié en el piso de madera y miró a sus padres más enojada porque sabia que tenian razon que por tener que negarle un favor a su amiga del alma.
-¿Princesa? —insistió Blaine buscando la mirada de su hija.
-¡Ay si sé!... —exclamó levantando ambos brazos—se que estuvo mal lo que hicimos… pero en mi defensa, debo decir que Alaska es la que hizo la mayor parte, yo solo la ayude porque soy una super buena amiga.
-Sin duda lo eres, pero no en esto… ¿que vas a hacer? —pregunto Blaine utilizando un tono de voz tan calmado que Lizzie pensó que era «la calma antes de la tormenta».
-Hablaré con ella… ¡hola!... además ni siquiera se porque quiere irse con Parker a ese hotel, ni siqueira le gusta tanto… estoy segura que lo hace para molestar a su Mamá.
-¿Como?... —preguntaron sus dos padres al unísono.
-Eso… siempre esta diciendo que luego del divorcio, su Mamá quedó un poco… ya saben… —respondió Lizzie simulando con sus manos algo que se enciende y apaga.
-¿intermitente? —pregunto Kurt queriendo adivinar aquellas muecas divertidas.
-Loca… ¡hola!
-Princesa…
-«Papáblen», te juro que es la super verdad, o al menos es lo que ella dice… aunque en realidad yo creo que estaba loca de antes… —agregó la chica llevándose la mano al mentón como si reflexionara de manera extra profunda sobre la salud mental de la Mamá de su amiga.
-No deberíais hablar así de tus mayores Lizzie Anderson… —advirtió Kurt mientras se ponía un cardigan elegante sobre la camiseta desgastada que vestía.
-¿Por qué no?... si es la verdad, Alaska siempre esta contando historias sobre de cómo eso que digo es verdad, ¿se acuerdan del huracán de hace como 10 años?, pues su mamá en vez de contenerla a ella y a su hermanito bebé se puso a gritar por toda la casa… ¡hola!
-Todos reaccionamos diferente a las tragedias Princesa…
-¡Ay si se!, ¡pero ella una Mamá!, debió comportarse mejor, asi como ustedes lo hicieron...
-¿Te acuerdas de eso cariño?... —quiso saber Kurt mirándola con ternura, olvidando por un segundo el enfado que tenía.
-Obvio que si, Henry también se acuerda…
-Que maravilla… —agregó sonriéndole— pero eso no libra de todo lo que se te viene encima… vamos… —agrego Kurt haciendo ademán de salir de la habitación.
-¿Que?... ¿donde?
-A hablar con tu amiga… —insistió abriendo la puerta, Blaine reía en silencio mientras los escuchaba a ambos
-¿Por qué?... ¡nada que ver!, yo hablare con ella, es mi responsabilidad … ¡«Papáblen»!
-Kurt… —dijo este mirando a su esposo.
-Escuchen… aquí hay dos menores de edad que cometieron una grave infracción… —comenzó a explicar Kurt creyéndose inspector de colegio público— por lo tanto es mi deber intervenir… nuestro deber intervenir… —dijo devolviéndole la mirada a su esposo con una ceja levantada y todo.
-Tienes razón… Princesa… el Papá tiene razón...
-¡Uy!... —exclamó empuñando sus manos con frustración contenida— siempre se ponen de acuerdo para perjudicar al más débil… ¡hola!...
-¿Y la más débil serias en este caso tu cariño?...
-¡Obvio!... ¡hola! —Kurt pasó por su lado y le dio un toque en una mejilla, Blaine rió mientras se cambiaba de camisa.
-¿Caminemos?… —agregó su Papá desde la puerta.
-¡Esta bien!... pero tengo una condición —dijo la chica apuntando a cada uno.
-Hija… cariño… —comenzó a decir Kurt mientras le acariciaba el cabello— dada la situación, dudo que tengas derecho a exigir condición alguna —agrego sonriendo de lo mas sarcastico.
-¡«Papáblen»!... ¡mira el Papá!... —exclamó Lizzie señalando a Kurt.
-Princesa… temo que nuevamente estoy de acuerdo con el Papá, lo que hiciste es bastante condenable —advirtió Blaine caminando hacia la puerta, tomó el «baby monitor» de Noah y se paró delante de ella.
-¡Pero si yo no hice nada!... por enésima vez… es Alaska la que se escapó de su casa, y ya intente dar explicaciones… —respondió Lizzie volviendo a los gestos de locura que hiciera minutos antes.
-Pero tú la ayudaste y la encubriste… cualquier tribunal te condena por cómplice… —agregó Kurt ampliando aún más su sonrisa, Lizzie frunció el entrecejo y negó con la cabeza mirando al cielo, luego partió adelante de todos.
-¿Mi hermanito despertó acaso?... —pregunto devolviendose al escuchar algunos quejidos a través de «baby monitor»
-Lo más probable… con un demonio me costó un mundo hacerlo dormir… —dijo Kurt tomándose la frente.
-¿Ves que tienes cosas más importantes que hacer?... ve, ve a ver a mi hermanito… bien sabes que aprendió a bajarse de la cuna, seguro y esta trepado en el closet o algo... yo arreglo mis asuntos con Alaska… —dijo Lizzie prácticamente empujando a su padre hacia la dirección contraria de su dormitorio, Kurt la miró por sobre su hombro sin saber si ponerse a reír o enfadarse aún más.
-¡De ninguna manera!… —exclamó dándose media vuelta, Lizzie se irguió un poco y se quedó tiesa como una estatua— haremos lo que dijimos, lo más probable es que Noah vuelva a dormirse… —sentenció Kurt retomando su camino, el bebé volvió a emitir unos quejidos, esta vez seguidos de un llanto como de pena.
-No creo que se vuelva a dormir… —dijo Blaine mirando el monitor, Kurt soltó un poco de aire y miró en ambas direcciones sin saber qué asunto atender primero.
-Yo ire a ver a Noah, tu encargate de hablar con Alaska.. —decidió Blaine acariciando la cara de su esposo, Kurt sonrió pensando que sin duda Blaine era alguien con el que podría contar por toda la eternidad.
-¿No preferirían que fuera lo contrario? —dijo Lizzie poniendo cara de circunstancia— al menos yo lo preferiría…. —agregó acrecentando la mueca de contingencia extra trágica.
-Vamos Lizzie Anderson… —dijo Kurt señalando la dirección del cuarto de la chica.
-Esta bien… —respondió esta partiendo adelante con la cabeza y hombros gachos, como si se dirigiera a su propia muerte o algo similar.
-Tranquilo y se prudente… —murmuró Balien mirando a su esposo, este le respondió un «obvio» seguido de un gesto engreído con su hombro en alto.
-Tranquilo bebé… ya estoy llegando… —dijo Blaine hablándole al «baby monitor» como si fuera un intercomunicador que le permitía contactarse con su pequeño hijo, abrió la puerta con sigilo y entró casi en puntas de pie, la habitación estaba oscurecida y solo un carrusel de pequeñas estrellas y planeta de colores iluminaba el cielo raso de la más hermosa y tenue de las maneras, terminó de entrar sin hacer más ruido del de una que otra tabla crujiendo bajo sus pies, Noah mientras tanto, hacía algo más que solamente reclamar porque no podía seguir durmiendo. Ya había dejado de llorar y estaba parado en la cuna afirmándose de los barrotes, miraba todo como si tratara de descifrar algo que solo él sabía, camino de lado acercándose al final de su pequeña cama como si ya no tuviera más dudas de los pasos a seguir, Blaine sonrió al ver aquello y se quedó en silencio a un costado de la puerta, desde que había empezado a caminar su independencia era cada vez mayor y se atrevía a alcanzar nuevas metas a diario.
-Creo que no necesitaremos las cámaras… —pensó Blaine presintiendo que el misterio de cómo se bajaba el bebé de la cuna estaba punto de ser develado. Noah alcanzó tres de los juguetes de felpa más grandes que allí estaban y los tiró al suelo, como si quisiera asegurar una superficie mullida donde caer, su Papá se acercó un poco como para intervenir en caso que por la cabeza de su hijo estuviera pasando lo que él creía y estaba pasando, el bebé, sin advertir presencia alguna, se empino un poco para alcanzar los pequeños travesaños que servían de soporte para su productos de aseo personal y con un pequeño impulso se trepó a la parte más alta de su cuna, Blaine tomó aire y abrió sus manos dando un pequeño paso hacia adelante de manera casi instintiva, como si quisiera evitar cualquier caída a la distancia. Noah se dio media vuelta en aquel espacio reducido y se alistó para bajarse, su Papá se acercó más de manera silenciosa queriendo reír y llorar al mismo tiempo, tal y como lo hacía con cada logro de alguno de sus hijos, el bebé se deslizó hacia el suelo y se agarró firme de los barrotes de su cuna como un bombero en su barra metálica lo haría.
-Hola hijo… —dijo Blaine encendiendo la luz, Noah dio un pequeño salto de susto para luego sonreír de lo más orgulloso.
-¡«Papaben»!… —exclamó alzando sus pequeños brazos de inmediato, Blaine lo envolvió con ternura y le dio un abrazo bien apretado.
-Por fin descubrimos cómo es que te bajas de tu camita… y debo decir que es super sensacional.
-«Supendonal»… —repitio Noah bostezando.
-Asi es… espera a que se entere tu Papá… —agrego Blaine dándole un par de besos, Noah volvió a bostezar con más ganas— aunque debo decir que al parecer aún tiene mucho sueño… ¿no es así?... —dijo acunandolo en sus brazos, el bebé trató de erguirse de nuevo pero terminó por alzar uno de sus brazos para tocarle cara, su Papá le tomó la manito y se la besó un par de veces antes de guardarla entre su pecho y el cuerpo de su hijo— ¿que tal si intentamos dormir nuevamente? —dijo apagando la luz, se sentó en la silla mecedora instalada cerca de la ventana y empezó a balancearse con él mientras tarareaba una canción inventada en ese mismo momento, Noah tenía sus ojos más abiertos que nunca.
-¿No piensas dormir acaso? —pregunto Blaine dándole un beso en la frente, Noah respondió un «mirmir» y comenzó a cantar también en algo que mas se parecia al ulular de una ploma que otra cosa.
-LIzzie, estos productos son super extra… ¡Señor Kurt! —exclamó Alaska al ver entrar en la habitación al Papá de su amiga primero que nadie, dejó la botella de loción que estaba oliendo donde la había encontrado y se paró de lo más recta cerca de la cama de Lizzie, miró a su amiga como pidiendo una explicación y esta le respondió con una mueca que pedía una disculpa silenciosa.
-Buenas tardes Alaska… —dijo Kurt cerrando al puerta una vez que su hija terminó de entrar.
-Buenas… buenas tardes Señor Kurt… —respondió la chica tragando saliva y haciendo otra serie de señas a su amiga.
-No sabia que estabas aquí… —agrego cruzándose de brazos.
-Si… bueno… es decir… Lizzie me invitó… ¿verdad Lizzie? —respondió Alaska mirando a su amiga, esta negó en repetidas ocasiones con su cabeza agregando el gesto de «corte» con sus manos .
-¡Pero qué maravilla!, ¿te quedarás a cenar supongo?
-Si me invitan….
-Por supuesto que si… llamare a tu Mamá para saber si es que no tienes algún alimento prohibido… —dijo Kurt sacando su teléfono.
-¡NO!...
-¿Como cariño?... —pregunto devuelta Kurt disimulando tan bien, que Lizzie creyó que merecía el doble de Tonys de los que había ganado.
-Que no la llame… es decir… no quiero… es decir… no esta… salio… ya sabe… mujer divorciada se toma Manhattan y ese tipo de cosas…
-Vaya que bien… ¿aprovechando su soltería al máximo?…
-Si al máximo… —agregó la chica sonriendo a la par con su interlocutor.
-¡Alaska Von Grimmelshausen! —exclamo Kurt dando un aplauso, como si corrigiera a una niña de guardería en vez de a una adolescente un tanto rebelde, Lizzie cerró sus ojos sabiendo que cuando su Papá decía el nombre completo de quien tenía enfrente, todo estaba perdido— tu Mamá acaba de llamar preguntando por ti… ¿quieres dar una explicación?, ¿o prefieres que saque mis propias conclusiones de lo que esta pasando aqui?
-...
-Escucha, sé que no me corresponde reprenderte, pero Lizzie ya nos contó todo… por lo tanto te aconsejo que tomes tus cosas y te devuelvas a tu casa…
-Señor Kurt…
-Alaska… —agregó acercándose— ningún chico vale tanto como para que mientas o traiciones por él… eres muy joven y hermosa, ya tendrás la oportunidad de escaparte con quien quieras y a donde te plazca, pero sin mentir y sin causar en tus padres una embolia cuádruple… —Alaska bajo la cabeza sin decir nada.
-Alaska… —intervino Lizzie también aproximándose— escucha a mi Papá, él siempre tiene razón… siempre… te lo juro… ¡hola! —agregó la chica poniendo caras, Kurt sonrió pensando que solo Lizzie podía hacerlo enfadar, sonreir, preocuparse y relajarse todo en menos de 10 minutos.
-¿Y qué puedo hacer?... —preguntó dejándose caer en la cama de su amiga.
-¿Partir por decir la verdad por ejemplo? —dijo Kurt alcanzandole el teléfono por ella, Alaska soltó un suspiro y lo tomo como de mala gana— te sentirás mejor, te lo prometo…
-No creo eso, pero bueno… —dijo la chica blanqueando los ojos.
-Yo si, he vivido unos cuantos años más que tú… —respondió Kurt dándole un toque en la nariz, Lizzie se sentó a su lado y la abrazo por los hombros como si quisiera darle ánimo para enfrentar aquella llamada.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, cómo estás?, amo a mi bebe, es tan inteligente, espero la reacción de todos cuando Blaine les diga, como se baja Noah de su cuna, en especial la reacción de Kurt, y ojalá que todo termine bien para Alaska cuando le confiese todo a su mamá, te deseo un excelente fin de semana.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa, cómo estás?,
Hola Gaby... bien y tu?
Gabriela Cruz escribió: amo a mi bebe, es tan inteligente, espero la reacción de todos cuando Blaine les diga, como se baja Noah de su cuna, en especial la reacción de Kurt, y ojalá que todo termine bien para Alaska cuando le confiese todo a su mamá, te deseo un excelente fin de semana.
Lo se!!!... Noah es el mejor, debe ser porque es 100% Klaine como dice Blaine... Gracias linda y que tengas un buen fin de semana, yo lo tendre, son las fiestas patrias de Chile y hay fin de semana largo
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«The Alaska Von Grimmelshausen insurmountable predicament»
Part III
«The Alaska Von Grimmelshausen insurmountable predicament»
Part III
Febrero de 2036
-¿Y qué puedo hacer?... —preguntó dejándose caer en la cama de su amiga.
-¿Partir por decir la verdad por ejemplo? —dijo Kurt alcanzandole el teléfono por ella, Alaska soltó un suspiro y lo tomo como de mala gana— te sentirás mejor, te lo prometo…
-No creo eso, pero bueno… —dijo la chica blanqueando los ojos.
-Yo si, he vivido unos cuantos años más que tú… —respondió dándole un toque en la nariz, Lizzie se sentó a su lado y la abrazo por los hombros como si quisiera darle ánimo para enfrentar aquella llamada.
-¿Tu Papá se va a quedar aquí? —pregunto Alaska mirando a su amiga mientras le hablaba entre dientes.
-Me quedaré aquí linda, habla con confianza... —se adelantó en responder Kurt antes que su hija, se cruzó de brazos y se quedó de pie frente a las chicas, Lizzie miró a su Papá y luego a su amiga para luego encogerse de sus hombros como única respuesta a lo que estaba pasando, Alaska volvió a tomar más aire y busco el numero de su madre, se puso el teléfono en la oreja y miró a Kurt de reojo.
-No contesta… —dijo después de menos de dos segundos.
-Dale un tiempo… —agrego Kurt haciendo ademán de sujetar el mismo el teléfono en la oreja de la muchacha— si se pone a gritar con un viento de 100 kilómetros por hora, imaginate como esta si piensa que su unica hija esta desaparecida… —Lizzie rio para sus dentros y Alaska la miró con la cara de quien ve expuesto uno de sus mayores secretos.
-Señor Kurt… ¿no me obligue a hacer esto? —pidió Alaska con el teléfono en el regazo.
-Cariño...
-No... escúcheme… estoy super extra segura que mi Mamá ni siquiera esta preocupada por mi… lo único que le importa es que le digamos todo lo que vemos en la casa de mi Papá y si sabemos si esta saliendo con alguien o no —dijo Alaska blanqueando los ojos.
-No creo que eso sea totalmente cierto…
-Lo es Señor Kurt… se lo super juro… —agrego la chica haciendo gestos de promesa parecidos a los que acostumbraba a hacer su amiga.
-Lo es… —murmuró Lizzie poniendo cara de complicación.
-Vaya… siento oír eso… pero no se… tal vez esta es la oportunidad de cambiar eso, porque soy honesto contigo cuando te digo que tu Mamá sonaba genuinamente preocupada… ¿sabe que estás saliendo con alguien? —las dos amigas se miraron de reojo— ¿no?... —agrego Kurt respondiendo por ella, Alaska negó con su cabeza sin decir nada— pues mejor razón para cambies de planes, si este chico tiene los años que estoy imaginando tiene… esta cometiendo un delito penado en todos los estados, incluidos los del sur… por lo tanto… —agregó haciendo una especie de venia con su mano para que la amiga de su hija volviera a llamar a su progenitora, Alaska volvió a exhalar aire por enésima vez y marcó el número, esta vez espero mas de lo dos segundos de antes y pudo contactarse con ella, Kurt la escucho decir que estaba en casa de Lizzie Anderson, que se había olvidado avisar y que después de cenar se iría a su casa, Kurt levantó un poco su ceja ante aquella «auto invitación», Lizzie volvió a lo de la risa contenida. Luego de responder con unos cuantos monosílabos, Alaska termino la llamada y se quedo viendo a Kurt como si este le debiera una explicación y no al revés.
-¿Y bien?...
-Me dijo que bueno, que debí llamar, que soy la peor hija y que si había visto el Instagram de mi Papá… —respondió la chica tirando el teléfono hacia atrás por sobre su hombro, Kurt se quedó un segundo pensando que tal vez la rebeldía de la amiga de su hija si se debía al divorcio de sus padres.
-Bien… ahora si me quedo más tranquilo y estoy seguro y tu Mamá también… luego que cenemos llamaré a la limusina de la compañía para que te lleve a tu casa, después de todo Washington Heights no esta la vuelta de la esquina… —agregó sonriendo.
-Gracias Señor Kurt… —dijo Alaska pensando si el ofrecimiento de la limusina era por amabilidad o por asegurarse de que efectivamente se fuera a su casa.
-Por nada cariño... y piensa dos veces antes de mentir de nuevo, solo tu terminas dañada… —agrego Kurt como si dijera la moraleja final de un programa de autoayuda— ahora voy a ver a mi otro hijo que al parecer quiere pasar la mayor parte de su vida despierto… porque verás Alaska, cuando los hermanos Anderson Hummel quieren dar batalla, nunca lo hacen solos… —dijo mirando a Lizzie con los ojos bien abiertos.
-¡Ay Papá!, ¡me dejas super extra mal con mi amiga!… ¡a mi y a mi hermanito!… ¡hola!... —exclamó Lizzie ultra ofendida.
-Pues es la verdad… —insistió pellizcando una mejilla, Lizzie se sobo poniendo cara de chiste y Alaska rió de buena gana— les aviso cuando esté lista la cena… —agregó retirándose— y por favor... sin planes secretos… ¿bueno? —termino por decir apuntando a cada una, Lizzie hizo un par de gestos de promesa mientras que su amiga levantaba sus pulgares al unísono.
-¡Señor Kurt!... —exclamó Alaska antes de que Kurt cruzara el umbral de la puerta.
-¿Si? —dijo este devolviendose un par de pasos.
-No castigue a Lizzie… después de todo, ella solo hizo lo que yo le pedí… —añadió la chica mirando a su amiga con cara de pena.
-Lo analizaré… —respondió el aludido queriendo reír de las caras de aflicción de ambas chicas.
-¿No piensas dormir acaso? —pregunto Blaine dándole un beso en la frente, Noah respondió un «mirmir» y comenzó a cantar también en algo que mas se parecia al ulular de una ploma que otra cosa —¿quieres cantar en cambio?... —agregó cambiandolo de lado— mira que si es asi… harias a tu Papá el hombre más feliz en todo el universo…. —Noah seguía con los ojos bien abiertos escuchando todo con la mayor de las atenciones, luego se retorcio como incómodo por algo e hizo un par de pucheros como si sufriera lo indecible— ¿que?... ¿estas incomodo?... —pregunto Blaine mientras se levantaba de la mecedora y comenzaba a pasearse por la habitación entonando lo que compusiera momentos atrás, camino desde la cuna hasta ventana y vice versa unos 50 veces— vamos bebé… — dijo sosteniéndolo con un solo brazo para acariciarle el cabello con la mano que tenía libre, Noah sonrió y después de que su padre caminara por la habitación el equivalente a toda la Fifth Av. desde el Washington Square Park hasta la 142, se fue dando por vencido y rindiéndose al sueño, Blaine suspiró satisfecho y lo llevó lentamente hacia su cuna.
-Buenas noches hijo…. —susurro dejándolo con cuidado, Noah se movió un poco como ajustándose a la nueva superficie y se despertó enseguida.
-¿«Papaben»?… —dijo Noah volviendo a lo de la mueca de tristeza.
-Hijo… ¿que pasa?... —pregunto Blaine poniéndole una mano en la pancita.
-«Papaben»… —repitió Noah alzando sus manitos como si quisiera agarrarlo para si.
-Esta es tu camita… ¿acaso te sientes mal?... —agregó su Papá tocándole la frente, el bebé aprovechó de tomarle la mano con fuerza— ¿tienes hambre?... ¿o quieres que me acueste contigo acaso? —dijo Blaine sonriéndole a su hijo, Noah lo jalo un poco hacia él como evidenciando que eso precisamente era lo que quería.
-Muy bien… —añadió su Papá quitándose los zapatos, bajo un poco el barandal y se subió a la cuna de su hijo, Noah se movió sobre el pequeño colchón para hacerle espacio, Blaine terminó acomodándose en uno de los lados un tanto doblado por ser más grande que la cuna— ven…. —dijo extendiendo uno de sus brazos— tus hermanos nunca me pidieron algo así… —recordó Blaine mientras su hijo se le acurrucaba en el pecho y cerca del cuello— debe ser porque tu eres 100% «Klaine»… —agregó sonriendo para si, Noah se acomodo mas y se volvió a quedar dormido casi al instante, Blaine pensó si sería muy incómodo dormir en esa posición lo que restaba de noche.
-¿Blaine?... —susurró Kurt entrando en la habitación de su hijo— ¿que?.... ¿que haces alli?... —pregunto al verlo acostado en la cuna junto a Noah.
-Nuestro hijo me lo pidió… —respondió musitando sus palabras.
-¿De verdad?...
-Muy verdad… —agregó sonriendo.
-Te ves lindo… pervertivamente lindo, debo decir… —dijo apoyando sus manos en el barandal.
-Puedes unirte a nosotros si gustas… —sugirió su esposo moviéndose lentamente hacia la orilla para hacer más espacio— ¿que?... ¿no confías en la calidad de los muebles «Bratt Decor»? —agregó al ver que su esposo miraba con desconfianza la propuesta que acababa de hacerle.
-Obvio que confío, es la mejor marca de cunas de todo el mundo…
-Entonces… —insistió Blaine haciendo una seña con sus cejas, Kurt sonrió y ordenó un poco antes de quitarse los zapatos y encaramarse por sobre el barandal, se acomodo al lado de dos de los hombres de su vida tratando de no incomodar a ninguno de los dos y allí se quedó.
-Esto es muy cómodo en realidad… —dijo recostandose sobre el pecho de su esposo.
-Lo es… —dijo Blaine extendiendo su abrazo para que aquel refugio cálido e incomparable que era su cuerpo alcanzará para su esposo también— ¿que tal todo con Alaska?
-Bien… logré convencerla de que hablara con su Madre, lo hizo y después se auto invitó a cenar con nosotros… me dio un poco de pena enterarme de cómo es la relación de ella con sus padres divorciados…
-¿Lo pasa muy mal?
-Al parecer si… su Mamá la utiliza a ella y a su hermano para averiguar lo que hace y deja de hacer su ex marido, y este a su vez la amenaza con quitarle la custodia mientras sale con jovencitas que podrían ser sus hijas.
-Vaya…
-Lo se… y sé que es una locura, pero por un segundo pensé en que pasaría con nuestros hijos si algo así ocurre con nostros… —dijo Kurt acercándose más a él.
-¿Que?... ¿de qué hablas?... eso jamas pasara con nosotros…
-Lo se… pero… que se destruya una familia... ya sabes…
-Kurt… mírame… yo no me ire a ningun lado... —dijo Blaine mirándolo con aquella transparencia inagotable, Kurt se incorporó un resto hasta alcanzar su labios y le dio beso por sobre Noah— hemos pasado por tanto…
-Y de todo hemos salido…
-Exacto…
-Hasta huracanes…
-Hasta huracanes… —repitió Blaine sonriendo.
-Gracias… —susurro sonriendo.
-Te amo… —respondió su esposo acariciandole la cara.
-No se si la cuna de un bebé sea un lugar apropiado para hablar de amor conyugal… —dijo Kurt volviendo a acomodarse como estaba antes.
-Cualquier lugar es un lugar adecuado para hablar amor conyugal…
-Más este… ¿puedes creer que Lizzie se acuerde del dia que «Gordon» golpeo Manhattan?
-Lo creo… ella es muy lista… aunque estoy pensando... que se apropia de los recuerdos de Henry y los repite como propios… ¡auch!
-¿Que?... ¿estas incomodo?... —quiso saber Kurt levantando un poco su cabeza.
-No… son estos barrotes interminables… —explicó tocándose la espalda— estoy seguro y el diseño con tantas curvas de estos fierros quedará marcado en mi trasero… —agregó apartándose unos centímetros.
-Yo puedo chequear eso más tarde si gustas…
-¿Como decir que no a eso?... —Kurt sonrió con picardía antes de seguir hablando.
-Siento ser tan paranoico…
-No lo eres… —advirtió Blaine abrazandolo mas— ademas… las historias tristes siempre tienden a acentuar la paranoia... ¿quieres saber algo que te alegrará?
-Siempre…
-Descubri como nuestro pequeño «Houdini» logra salir de esta cuna…
-¿En serio?
-Sí…
-Cuéntame… —pidió Kurt mirándolo a él y a su hijo que dormía por fin plácidamente y sin enterarse de nada, lo entendió perfectamente porque bien sabía él que el cuerpo de su esposo era el mejor lugar para dormir, refugiarse o lo que fuera.
-¿Y qué puedo hacer?... —preguntó dejándose caer en la cama de su amiga.
-¿Partir por decir la verdad por ejemplo? —dijo Kurt alcanzandole el teléfono por ella, Alaska soltó un suspiro y lo tomo como de mala gana— te sentirás mejor, te lo prometo…
-No creo eso, pero bueno… —dijo la chica blanqueando los ojos.
-Yo si, he vivido unos cuantos años más que tú… —respondió dándole un toque en la nariz, Lizzie se sentó a su lado y la abrazo por los hombros como si quisiera darle ánimo para enfrentar aquella llamada.
-¿Tu Papá se va a quedar aquí? —pregunto Alaska mirando a su amiga mientras le hablaba entre dientes.
-Me quedaré aquí linda, habla con confianza... —se adelantó en responder Kurt antes que su hija, se cruzó de brazos y se quedó de pie frente a las chicas, Lizzie miró a su Papá y luego a su amiga para luego encogerse de sus hombros como única respuesta a lo que estaba pasando, Alaska volvió a tomar más aire y busco el numero de su madre, se puso el teléfono en la oreja y miró a Kurt de reojo.
-No contesta… —dijo después de menos de dos segundos.
-Dale un tiempo… —agrego Kurt haciendo ademán de sujetar el mismo el teléfono en la oreja de la muchacha— si se pone a gritar con un viento de 100 kilómetros por hora, imaginate como esta si piensa que su unica hija esta desaparecida… —Lizzie rio para sus dentros y Alaska la miró con la cara de quien ve expuesto uno de sus mayores secretos.
-Señor Kurt… ¿no me obligue a hacer esto? —pidió Alaska con el teléfono en el regazo.
-Cariño...
-No... escúcheme… estoy super extra segura que mi Mamá ni siquiera esta preocupada por mi… lo único que le importa es que le digamos todo lo que vemos en la casa de mi Papá y si sabemos si esta saliendo con alguien o no —dijo Alaska blanqueando los ojos.
-No creo que eso sea totalmente cierto…
-Lo es Señor Kurt… se lo super juro… —agrego la chica haciendo gestos de promesa parecidos a los que acostumbraba a hacer su amiga.
-Lo es… —murmuró Lizzie poniendo cara de complicación.
-Vaya… siento oír eso… pero no se… tal vez esta es la oportunidad de cambiar eso, porque soy honesto contigo cuando te digo que tu Mamá sonaba genuinamente preocupada… ¿sabe que estás saliendo con alguien? —las dos amigas se miraron de reojo— ¿no?... —agrego Kurt respondiendo por ella, Alaska negó con su cabeza sin decir nada— pues mejor razón para cambies de planes, si este chico tiene los años que estoy imaginando tiene… esta cometiendo un delito penado en todos los estados, incluidos los del sur… por lo tanto… —agregó haciendo una especie de venia con su mano para que la amiga de su hija volviera a llamar a su progenitora, Alaska volvió a exhalar aire por enésima vez y marcó el número, esta vez espero mas de lo dos segundos de antes y pudo contactarse con ella, Kurt la escucho decir que estaba en casa de Lizzie Anderson, que se había olvidado avisar y que después de cenar se iría a su casa, Kurt levantó un poco su ceja ante aquella «auto invitación», Lizzie volvió a lo de la risa contenida. Luego de responder con unos cuantos monosílabos, Alaska termino la llamada y se quedo viendo a Kurt como si este le debiera una explicación y no al revés.
-¿Y bien?...
-Me dijo que bueno, que debí llamar, que soy la peor hija y que si había visto el Instagram de mi Papá… —respondió la chica tirando el teléfono hacia atrás por sobre su hombro, Kurt se quedó un segundo pensando que tal vez la rebeldía de la amiga de su hija si se debía al divorcio de sus padres.
-Bien… ahora si me quedo más tranquilo y estoy seguro y tu Mamá también… luego que cenemos llamaré a la limusina de la compañía para que te lleve a tu casa, después de todo Washington Heights no esta la vuelta de la esquina… —agregó sonriendo.
-Gracias Señor Kurt… —dijo Alaska pensando si el ofrecimiento de la limusina era por amabilidad o por asegurarse de que efectivamente se fuera a su casa.
-Por nada cariño... y piensa dos veces antes de mentir de nuevo, solo tu terminas dañada… —agrego Kurt como si dijera la moraleja final de un programa de autoayuda— ahora voy a ver a mi otro hijo que al parecer quiere pasar la mayor parte de su vida despierto… porque verás Alaska, cuando los hermanos Anderson Hummel quieren dar batalla, nunca lo hacen solos… —dijo mirando a Lizzie con los ojos bien abiertos.
-¡Ay Papá!, ¡me dejas super extra mal con mi amiga!… ¡a mi y a mi hermanito!… ¡hola!... —exclamó Lizzie ultra ofendida.
-Pues es la verdad… —insistió pellizcando una mejilla, Lizzie se sobo poniendo cara de chiste y Alaska rió de buena gana— les aviso cuando esté lista la cena… —agregó retirándose— y por favor... sin planes secretos… ¿bueno? —termino por decir apuntando a cada una, Lizzie hizo un par de gestos de promesa mientras que su amiga levantaba sus pulgares al unísono.
-¡Señor Kurt!... —exclamó Alaska antes de que Kurt cruzara el umbral de la puerta.
-¿Si? —dijo este devolviendose un par de pasos.
-No castigue a Lizzie… después de todo, ella solo hizo lo que yo le pedí… —añadió la chica mirando a su amiga con cara de pena.
-Lo analizaré… —respondió el aludido queriendo reír de las caras de aflicción de ambas chicas.
-¿No piensas dormir acaso? —pregunto Blaine dándole un beso en la frente, Noah respondió un «mirmir» y comenzó a cantar también en algo que mas se parecia al ulular de una ploma que otra cosa —¿quieres cantar en cambio?... —agregó cambiandolo de lado— mira que si es asi… harias a tu Papá el hombre más feliz en todo el universo…. —Noah seguía con los ojos bien abiertos escuchando todo con la mayor de las atenciones, luego se retorcio como incómodo por algo e hizo un par de pucheros como si sufriera lo indecible— ¿que?... ¿estas incomodo?... —pregunto Blaine mientras se levantaba de la mecedora y comenzaba a pasearse por la habitación entonando lo que compusiera momentos atrás, camino desde la cuna hasta ventana y vice versa unos 50 veces— vamos bebé… — dijo sosteniéndolo con un solo brazo para acariciarle el cabello con la mano que tenía libre, Noah sonrió y después de que su padre caminara por la habitación el equivalente a toda la Fifth Av. desde el Washington Square Park hasta la 142, se fue dando por vencido y rindiéndose al sueño, Blaine suspiró satisfecho y lo llevó lentamente hacia su cuna.
-Buenas noches hijo…. —susurro dejándolo con cuidado, Noah se movió un poco como ajustándose a la nueva superficie y se despertó enseguida.
-¿«Papaben»?… —dijo Noah volviendo a lo de la mueca de tristeza.
-Hijo… ¿que pasa?... —pregunto Blaine poniéndole una mano en la pancita.
-«Papaben»… —repitió Noah alzando sus manitos como si quisiera agarrarlo para si.
-Esta es tu camita… ¿acaso te sientes mal?... —agregó su Papá tocándole la frente, el bebé aprovechó de tomarle la mano con fuerza— ¿tienes hambre?... ¿o quieres que me acueste contigo acaso? —dijo Blaine sonriéndole a su hijo, Noah lo jalo un poco hacia él como evidenciando que eso precisamente era lo que quería.
-Muy bien… —añadió su Papá quitándose los zapatos, bajo un poco el barandal y se subió a la cuna de su hijo, Noah se movió sobre el pequeño colchón para hacerle espacio, Blaine terminó acomodándose en uno de los lados un tanto doblado por ser más grande que la cuna— ven…. —dijo extendiendo uno de sus brazos— tus hermanos nunca me pidieron algo así… —recordó Blaine mientras su hijo se le acurrucaba en el pecho y cerca del cuello— debe ser porque tu eres 100% «Klaine»… —agregó sonriendo para si, Noah se acomodo mas y se volvió a quedar dormido casi al instante, Blaine pensó si sería muy incómodo dormir en esa posición lo que restaba de noche.
-¿Blaine?... —susurró Kurt entrando en la habitación de su hijo— ¿que?.... ¿que haces alli?... —pregunto al verlo acostado en la cuna junto a Noah.
-Nuestro hijo me lo pidió… —respondió musitando sus palabras.
-¿De verdad?...
-Muy verdad… —agregó sonriendo.
-Te ves lindo… pervertivamente lindo, debo decir… —dijo apoyando sus manos en el barandal.
-Puedes unirte a nosotros si gustas… —sugirió su esposo moviéndose lentamente hacia la orilla para hacer más espacio— ¿que?... ¿no confías en la calidad de los muebles «Bratt Decor»? —agregó al ver que su esposo miraba con desconfianza la propuesta que acababa de hacerle.
-Obvio que confío, es la mejor marca de cunas de todo el mundo…
-Entonces… —insistió Blaine haciendo una seña con sus cejas, Kurt sonrió y ordenó un poco antes de quitarse los zapatos y encaramarse por sobre el barandal, se acomodo al lado de dos de los hombres de su vida tratando de no incomodar a ninguno de los dos y allí se quedó.
-Esto es muy cómodo en realidad… —dijo recostandose sobre el pecho de su esposo.
-Lo es… —dijo Blaine extendiendo su abrazo para que aquel refugio cálido e incomparable que era su cuerpo alcanzará para su esposo también— ¿que tal todo con Alaska?
-Bien… logré convencerla de que hablara con su Madre, lo hizo y después se auto invitó a cenar con nosotros… me dio un poco de pena enterarme de cómo es la relación de ella con sus padres divorciados…
-¿Lo pasa muy mal?
-Al parecer si… su Mamá la utiliza a ella y a su hermano para averiguar lo que hace y deja de hacer su ex marido, y este a su vez la amenaza con quitarle la custodia mientras sale con jovencitas que podrían ser sus hijas.
-Vaya…
-Lo se… y sé que es una locura, pero por un segundo pensé en que pasaría con nuestros hijos si algo así ocurre con nostros… —dijo Kurt acercándose más a él.
-¿Que?... ¿de qué hablas?... eso jamas pasara con nosotros…
-Lo se… pero… que se destruya una familia... ya sabes…
-Kurt… mírame… yo no me ire a ningun lado... —dijo Blaine mirándolo con aquella transparencia inagotable, Kurt se incorporó un resto hasta alcanzar su labios y le dio beso por sobre Noah— hemos pasado por tanto…
-Y de todo hemos salido…
-Exacto…
-Hasta huracanes…
-Hasta huracanes… —repitió Blaine sonriendo.
-Gracias… —susurro sonriendo.
-Te amo… —respondió su esposo acariciandole la cara.
-No se si la cuna de un bebé sea un lugar apropiado para hablar de amor conyugal… —dijo Kurt volviendo a acomodarse como estaba antes.
-Cualquier lugar es un lugar adecuado para hablar amor conyugal…
-Más este… ¿puedes creer que Lizzie se acuerde del dia que «Gordon» golpeo Manhattan?
-Lo creo… ella es muy lista… aunque estoy pensando... que se apropia de los recuerdos de Henry y los repite como propios… ¡auch!
-¿Que?... ¿estas incomodo?... —quiso saber Kurt levantando un poco su cabeza.
-No… son estos barrotes interminables… —explicó tocándose la espalda— estoy seguro y el diseño con tantas curvas de estos fierros quedará marcado en mi trasero… —agregó apartándose unos centímetros.
-Yo puedo chequear eso más tarde si gustas…
-¿Como decir que no a eso?... —Kurt sonrió con picardía antes de seguir hablando.
-Siento ser tan paranoico…
-No lo eres… —advirtió Blaine abrazandolo mas— ademas… las historias tristes siempre tienden a acentuar la paranoia... ¿quieres saber algo que te alegrará?
-Siempre…
-Descubri como nuestro pequeño «Houdini» logra salir de esta cuna…
-¿En serio?
-Sí…
-Cuéntame… —pidió Kurt mirándolo a él y a su hijo que dormía por fin plácidamente y sin enterarse de nada, lo entendió perfectamente porque bien sabía él que el cuerpo de su esposo era el mejor lugar para dormir, refugiarse o lo que fuera.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, como estas?, espero que en tu lindo Chile no esté pasando lo mismo que en mi México lindo y querido, es horrible como la naturaleza está castigando a mi país, en fin, espero que pronto todo acabe, me encanto este capítulo amo la actitud de Blaine con sus hijos y mi bebe es tan hermoso, te deseo una linda semana.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa, como estas?,
Gaby!!! como estas tu?, tu familia?
Gabriela Cruz escribió:espero que en tu lindo Chile no esté pasando lo mismo que en mi México lindo y querido, es horrible como la naturaleza está castigando a mi país, en fin, espero que pronto todo acabe,
Lo se!!!!... hay como un ensañamiento con el norte del mundo, tambien espero que todo acaba pronto como bien dices, por ahora solo queda enviar buenos deseos
Gabriela Cruz escribió:me encanto este capítulo amo la actitud de Blaine con sus hijos y mi bebe es tan hermoso, te deseo una linda semana.
Gracias bonita, que todo este bien para ti y tus seres queridos.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«Gordon»
«Gordon»
Agosto de 2027
-¡Oh!... ¡oh por Dios!... Blaine... —exclamo Kurt al sentir que no podía más de placer, se tomó de la orilla del respaldo de la cama y hundió su cabeza en las almohadas mientras su esposo trepaba por su cuerpo— por dios… creo que me desmayé por momentos —agregó suspirando calor, Blaine le dio un par de besos en el cuello y otros tres en los labios.
-Lo se… —dijo este continuando con lo de los besos.
-Engreído —agregó Kurt al tiempo que le tocaba la espada con las dos manos.
-Lo se también… —respondió Blaine sonriendo.
-¿Puedo decir algo? —dijo de vuelta su esposo tratando de recobrar el ritmo normal de su respiración.
-Siempre… —añadió Blaine sin darle descanso a sus labios, que esta vez recorrían la quijada y oreja de él.
-Creo que está mañana es la mejor de todas...
-¿Lo dices por el amor antes del desayuno? —pregunto Blaine descansado sobre él.
-Por eso y porque varias cosas se han confabulado para ello…
-Las que son…
-Primero, el vigor con el que despertó esta mañana Señor Anderson-Hummel… —contestó Kurt acomodándose debajo de su esposo y deleitándose con lo que estaba tocando.
-Gracias supongo… —dijo el aludido soltando una pequeña risa.
-Segundo, nuestros hijos están en la escuela, por lo tanto no escucharon cosas que no deben…
-Muy cierto también… —añadió Blaine besándolo cuatro veces seguidas— ¿hay un tercero?
-Por cierto que lo hay… tercero, la lluvia que no ha parado desde anoche y que permite que nuestras actividades regulares se cancelen… —agregó Kurt subiendo sus manos para comenzar a jugar con el cabello de su esposo, le tomó los rizos de la frente y le hizo dos pequeños cachos bien enrollados.
-¡Eso es mentira!... —exclamó Blaine riendo— bien sabes que ambos mentimos para tomarnos esta mañana…
-Papa, Patata… es lo mismo Blaine Anderson-Hummel… lo importante es que estamo aqui...
-Lo que por ende nos permite aprovechar este vigor de la mañana... ¿verdad?…
-Muy verdad —reafirmó asintiendo con su cabeza.
-Perfecto —dijo Blaine dándole un enésimo beso, esta vez más largo y apasionado— prepararé el desayuno… —agregó levantándose, se sentó en la cama un segundo antes de buscar su ropa y comenzar a vestirse, Kurt no desperdició la ocasión de mirar atento todo aquello.
-Ordena algo… —sugirió remolón— así no pierdes el tiempo cocinando… —añadió acomodándose en el desorden de las sabanas, tomó el par de almohadas que había ido a parar al piso y las instaló tras su cabeza.
-¿Tiene otros planes con mi tiempo Señor Hummel-Anderson? —quiso saber Blaine mientras se ponía la camiseta del pijama.
-Tengo como 150 cosas planeadas para esta mañana de asueto, entre ellas, ver televisión AM… —respondió tomando el control remoto desde su mesa de noche— creo no he visto programas que empiecen con «Buenos días» desde que estaba en Lima… —agregó encendiendo el televisor.
-Exagerado… ¿este es un nuevo peinado que me quieres sugerir? —pregunto Blaine apuntando los dos pequeños cachos en su cabeza.
-Algo así… —contestó Kurt riendo travieso.
-Me gusta… —añadió mirandose, su esposo también lo miro antes que su atención la ganara algo que estaba en todos los canales, incluido los del cable.
-¿¡Que demonios!?... —exclamó moviéndose en la cama hasta aproximarse al televisor.
-¿Que?... —dijo Blaine acercándose para mirar también— ¿esa gráfica es del huracán? —agregó preguntando lo obvio.
-Si es, viene directo a New York… —respondió Kurt tapándose la boca con asombro.
-No puede ser… —añadió su esposo quitándole el control remoto de las manos y cambiando de canal acto seguido, como si en otro noticiario la información fuera diferente— ayer dijeron que perdería toda fuerza al tocar tierra en Brunswick… —sentencio sintonizando el CNN.
-¿Brunswick?... ¿donde demonios queda eso?... —pregunto Kurt tomando el control remoto de vuelta para volver a lo que estaba viendo al principio.
-En Maine… oh por dios… —dijo mirando al reportero de la CBS que parecía y se lo llevaría el viento en cualquier minuto— esto es grave… —añadió levantándose— ¡busca un canal donde diga la hora en que llegara aquí!… —exclamó tomando su teléfono.
-¿Aquí?... ¿crees acaso que llegara a New York?
-Lo más probable si sigue ese trayecto… mira, están haciendo una comparación con «Sandy» —dijo Blaine enseñando la pantalla de su teléfono y la gráfica que comparaba el trayecto de ambos huracanes.
-Blaine, nuestros hijos…
-Lo se… —dijo restregándose la cara con una mano— bien… tranquilicemonos… —agregó tirando su teléfono sobre la cama— esto es lo que haremos... ¿esa fue la puerta?... —pregunto poniendo oído.
-Al parecer… —contestó Kurt volviendo a pegar los ojos en el televisor donde se anunciaban los tiempos que se tomaría el huracán «Gordon» en llegar a Manhattan.
-Bien… yo ire a ver quien es, tú llama a la escuela… —dijo Blaine haciendo un gesto con sus manos abiertas como quien pone calma y orden en todo.
-...
-¿Kurt?
-Si.. si… la escuela… —dijo como reaccionando, se levantó de la cama y busco su ropa.
-¡Señor Jenkins!... —exclamó Blaine abriendo la puerta.
-Señor... Anderson… —respondió el portero mirándolo con cara divertida, hizo un par de gestos tomándose el cabello de la frente y se le quedo viendo en espera de una reacción de su parte, Blaine se quedó en silencio un instante como si necesitase una explicación a aquellas muecas, recordó de pronto el peinado que le habia hecho su esposo y se paso la mano por la cabeza para desarmar los pequeños cachos para luego preguntar qué sucedía simulando normalidad— ¿vio las noticias? —agregó el Señor Jenkins tragándose la risa.
-Si… increíble… ¿verdad?
-¿Se refiere al huracán?, ¿no es así?
-Por supuesto…
-Ah, pensé que había visto un canal diferente… —agregó como suspirando alivio.
-Bueno, considerando que «Gordon» esta en todos los canales, es casi imposible ver otra cosa… ¿que necesita?
-Claro… ante la inminente llegada del huracán «Gordon», la comunidad del edificio ha decidido organizar una reunión en el salón principal para acordar las medidas a seguir, contaremos con la presencia de alguien del ayuntamiento, así como también de un experto en prevención de desastres —dijo el Señor Jenkins de corrido como si leyera un folleto informativo de la FEMA.
-Perfecto… ¿cuando sera la reunion?
-Hoy, a las 11, al parecer la llegada de los vientos se esperan para pasadas las tres de la tarde, o al menos eso fue lo que dijo el Señor Goldberg…
-¿Quien es el señor Goldberg?, ¿el experto del ayuntamiento?
-No, el hombre ancla del canal del tiempo… Lee es al único a quien le creo… —sentencio el Señor Jenkins guiñando un ojo.
-OK… gracias Señor Jenkins… ¿a las once entonces?... —repitió Blaine haciendo ademán de terminar la conversación y cerrar la puerta.
-Sí, dígale a su esposo por favor… ¿él esta?
-Esta… trata de averiguar sobre lo que sucederá con los colegios, como bien sabe nuestros hijos...
-Por supuesto, los pequeños, pero dijeron en el noticiario que suspenderán las clases a partir del mediodía… —respondió el portero con convencimiento, Blaine pensó que cuántas horas al dia el Señor Jenkins las dedicaba a mirar televisión.
-Mejor aun entonces… gracias Señor Jenkins… —dijo cerrando la puerta.
-¿Quién era?... —pregunto Kurt como primera cosa, se había vestido a medias y seguía mirando televisión sentado al final del cama con el control remoto en una mano y su teléfono móvil en la otra
-¿Llamaste a la escuela? —quiso saber de vuelta su esposo sentándose a su lado, también tomó su teléfono y miro algunos de los mensajes.
-Llame, pero no se comunica, deben estar las líneas colapsadas o algo, pero los padres de Liang enviaron un mensaje al grupo de la clase diciendo que en algunos minutos la escuela enviaría un comunicado por esa misma vía… ¿quien era? —repitió sin dejar de mirar las imágenes que recordaban lo sucedido el 2012 con los vientos de «Sandy»
-Era el Señor Jenkins, dijo que habra una reunion con algunos expertos del ayuntamiento.
-¿Una reunión?, ¿aquí?
-Aqui… bueno no «aquí»… —dijo señalando el piso de la habitación— en el salón principal del primer piso, se supone y todos los habitantes del edificio deben asistir… esto es increíble… —agrego Blaine mirando la gráfica que indicaba todos los lugares de la costa este, desde Delaware hasta Prince Edward Island, todos cubiertos por una extensa y amenazante mancha roja— ¿quien hace esas gráficas?, si alguien esta calmado, de seguro después de esto entra en pánico… —dijo cambiando de canal.
-¿iran todos los habitantes dijiste?
-Es lo que me dijo el Señor Jenkins… —agregó sintonizando el canal del tiempo.
-¿Estará el Señor Murdoch? —pregunto cómo con entusiasmo.
-Asumo… ¿piensas en eso ahora?
-Vamos… tu tambien te mueres por verlo en persona desde que nos mudamos aquí… si llegamos temprano a esa reunión lo más probable es que nos podamos sentar adelante, lo que nos da más posibilidades de cruzar alguna palabra con él… —explicó Kurt llevándose la mano al mentón como si planeara el mejor plan en la historia de los planes.
-¿Ese no fue tu teléfono?... —dijo Blaine sintiendo el tono de mensaje entrante.
-Aunque creo que tal vez envíe a su esposa, o su asistente… —insistió Kurt sin prestar atención a los mensajes que le llegaban
-Kurt… —añadió Blaine señalando el teléfono.
-¡Oh!... si… —dijo como reaccionando— veamos… ¡ah!... aquí esta el de la escuela, «por motivos de fuerza mayor…» bla, bla,bla… —agregó pasando de largo las formalidades— aquí… «los autobuses dejarán al mediodía a los niños en los puntos donde se suben habitualmente, debido al tráfico esperable por la contingencia rogamos al padres no venir a la escuela»… ¿¡que!?... ¿que esperan?... ¿que nos quedemos sentados pierna arriba? —dijo poniendo cara de loco demente.
-No pierna arriba, pero si calmados, lo más probable es que decreten toque de queda por seguridad…
-Si pero… ¿que tal si el autobús se descompone o algo?
-En todos estos años no ha pasado nada de eso con el autobús, ni siquiera un atraso… ¿confiemos?... —pidió Blaine poniéndole la mano en un hombro.
-¡Confía tú!... yo prefiero desesperarme…
-Ok… pero tienes hasta el mediodía… —dijo Blaine sonriendo, miro la hora en su reloj y después la gráfica futurista del canal del tiempo— bien… de acuerdo a eso, lo más grave se espera para pasadas las tres... —agregó señalando el dibujo en la pantalla del televisor— tenemos tiempo de sobra para incluso ir a comprar algunas cosas… —advirtió mientras cambiaba el pijama por unos jeans y la camiseta por un capuchón de la NYU— luego de la reunion ire a «Whole food market»
-¿Tan lejos?... tenemos un par de tiendas bien surtidas a menos de una cuadra.
-Kurt... esas son tiendas «Gourmet», y lo que necesitamos es agua y baterías, no caviar y yogurt de no se donde… —dijo Blaine buscando algunas cosas en el último de sus cajones, revolvió todo haciendo el mayor de los ruidos, saco un par de linternas las encendió y apagó unas tres veces para luego chequear que tipo de baterías utilizaban, su esposo blanqueo los ojos pensando que lo último que necesitaba en ese momento era ver desorden.
-Blaine… no quiero que vayas tan lejos… —dijo Kurt levantándose de donde estaba para acercarse a su esposo.
-No es tan lejos…
-Blaine…
-Escucha... si te tranquiliza, ire a la que esta en la 57th, esta menos de 20 minutos y en una hora estaré de vuelta.
-¿No escuchaste que prefiero el desespero a andar calmado?
-Lo escuche, pero estoy seguro y todo estará bien… te apuesto que cuando este asunto llegue a aqui sera como una simple tormenta…
-¿Y qué apuestas?
-¿Mis mejores partes? —respondió Blaine como cantando.
-Imposible que pierdas entonces… —agrego Kurt sonriendo, mientras estiraba sus brazos como pidiendo un abrazo, su esposo sonrió y lo envolvió junto a su corazón — ¿que hora es?... —pregunto sin soltarlo.
-Las 10… —respondió apartándose, le sonrió de la más maravillosa de las maneras y le acarició la cara y el cabello— tenemos una hora antes de la reunión… ¿usas tu primero el baño?
-OK…
-Ok… —repitió Blaine dándole un beso en la mejilla— yo preparare algo de desayunar… con esta emergencia ningun «delivery» estará funcionando —terminó por decir saliendo a hacer lo que dijera.
-¡Oh!... ¡oh por Dios!... Blaine... —exclamo Kurt al sentir que no podía más de placer, se tomó de la orilla del respaldo de la cama y hundió su cabeza en las almohadas mientras su esposo trepaba por su cuerpo— por dios… creo que me desmayé por momentos —agregó suspirando calor, Blaine le dio un par de besos en el cuello y otros tres en los labios.
-Lo se… —dijo este continuando con lo de los besos.
-Engreído —agregó Kurt al tiempo que le tocaba la espada con las dos manos.
-Lo se también… —respondió Blaine sonriendo.
-¿Puedo decir algo? —dijo de vuelta su esposo tratando de recobrar el ritmo normal de su respiración.
-Siempre… —añadió Blaine sin darle descanso a sus labios, que esta vez recorrían la quijada y oreja de él.
-Creo que está mañana es la mejor de todas...
-¿Lo dices por el amor antes del desayuno? —pregunto Blaine descansado sobre él.
-Por eso y porque varias cosas se han confabulado para ello…
-Las que son…
-Primero, el vigor con el que despertó esta mañana Señor Anderson-Hummel… —contestó Kurt acomodándose debajo de su esposo y deleitándose con lo que estaba tocando.
-Gracias supongo… —dijo el aludido soltando una pequeña risa.
-Segundo, nuestros hijos están en la escuela, por lo tanto no escucharon cosas que no deben…
-Muy cierto también… —añadió Blaine besándolo cuatro veces seguidas— ¿hay un tercero?
-Por cierto que lo hay… tercero, la lluvia que no ha parado desde anoche y que permite que nuestras actividades regulares se cancelen… —agregó Kurt subiendo sus manos para comenzar a jugar con el cabello de su esposo, le tomó los rizos de la frente y le hizo dos pequeños cachos bien enrollados.
-¡Eso es mentira!... —exclamó Blaine riendo— bien sabes que ambos mentimos para tomarnos esta mañana…
-Papa, Patata… es lo mismo Blaine Anderson-Hummel… lo importante es que estamo aqui...
-Lo que por ende nos permite aprovechar este vigor de la mañana... ¿verdad?…
-Muy verdad —reafirmó asintiendo con su cabeza.
-Perfecto —dijo Blaine dándole un enésimo beso, esta vez más largo y apasionado— prepararé el desayuno… —agregó levantándose, se sentó en la cama un segundo antes de buscar su ropa y comenzar a vestirse, Kurt no desperdició la ocasión de mirar atento todo aquello.
-Ordena algo… —sugirió remolón— así no pierdes el tiempo cocinando… —añadió acomodándose en el desorden de las sabanas, tomó el par de almohadas que había ido a parar al piso y las instaló tras su cabeza.
-¿Tiene otros planes con mi tiempo Señor Hummel-Anderson? —quiso saber Blaine mientras se ponía la camiseta del pijama.
-Tengo como 150 cosas planeadas para esta mañana de asueto, entre ellas, ver televisión AM… —respondió tomando el control remoto desde su mesa de noche— creo no he visto programas que empiecen con «Buenos días» desde que estaba en Lima… —agregó encendiendo el televisor.
-Exagerado… ¿este es un nuevo peinado que me quieres sugerir? —pregunto Blaine apuntando los dos pequeños cachos en su cabeza.
-Algo así… —contestó Kurt riendo travieso.
-Me gusta… —añadió mirandose, su esposo también lo miro antes que su atención la ganara algo que estaba en todos los canales, incluido los del cable.
-¿¡Que demonios!?... —exclamó moviéndose en la cama hasta aproximarse al televisor.
-¿Que?... —dijo Blaine acercándose para mirar también— ¿esa gráfica es del huracán? —agregó preguntando lo obvio.
-Si es, viene directo a New York… —respondió Kurt tapándose la boca con asombro.
-No puede ser… —añadió su esposo quitándole el control remoto de las manos y cambiando de canal acto seguido, como si en otro noticiario la información fuera diferente— ayer dijeron que perdería toda fuerza al tocar tierra en Brunswick… —sentencio sintonizando el CNN.
-¿Brunswick?... ¿donde demonios queda eso?... —pregunto Kurt tomando el control remoto de vuelta para volver a lo que estaba viendo al principio.
-En Maine… oh por dios… —dijo mirando al reportero de la CBS que parecía y se lo llevaría el viento en cualquier minuto— esto es grave… —añadió levantándose— ¡busca un canal donde diga la hora en que llegara aquí!… —exclamó tomando su teléfono.
-¿Aquí?... ¿crees acaso que llegara a New York?
-Lo más probable si sigue ese trayecto… mira, están haciendo una comparación con «Sandy» —dijo Blaine enseñando la pantalla de su teléfono y la gráfica que comparaba el trayecto de ambos huracanes.
-Blaine, nuestros hijos…
-Lo se… —dijo restregándose la cara con una mano— bien… tranquilicemonos… —agregó tirando su teléfono sobre la cama— esto es lo que haremos... ¿esa fue la puerta?... —pregunto poniendo oído.
-Al parecer… —contestó Kurt volviendo a pegar los ojos en el televisor donde se anunciaban los tiempos que se tomaría el huracán «Gordon» en llegar a Manhattan.
-Bien… yo ire a ver quien es, tú llama a la escuela… —dijo Blaine haciendo un gesto con sus manos abiertas como quien pone calma y orden en todo.
-...
-¿Kurt?
-Si.. si… la escuela… —dijo como reaccionando, se levantó de la cama y busco su ropa.
-¡Señor Jenkins!... —exclamó Blaine abriendo la puerta.
-Señor... Anderson… —respondió el portero mirándolo con cara divertida, hizo un par de gestos tomándose el cabello de la frente y se le quedo viendo en espera de una reacción de su parte, Blaine se quedó en silencio un instante como si necesitase una explicación a aquellas muecas, recordó de pronto el peinado que le habia hecho su esposo y se paso la mano por la cabeza para desarmar los pequeños cachos para luego preguntar qué sucedía simulando normalidad— ¿vio las noticias? —agregó el Señor Jenkins tragándose la risa.
-Si… increíble… ¿verdad?
-¿Se refiere al huracán?, ¿no es así?
-Por supuesto…
-Ah, pensé que había visto un canal diferente… —agregó como suspirando alivio.
-Bueno, considerando que «Gordon» esta en todos los canales, es casi imposible ver otra cosa… ¿que necesita?
-Claro… ante la inminente llegada del huracán «Gordon», la comunidad del edificio ha decidido organizar una reunión en el salón principal para acordar las medidas a seguir, contaremos con la presencia de alguien del ayuntamiento, así como también de un experto en prevención de desastres —dijo el Señor Jenkins de corrido como si leyera un folleto informativo de la FEMA.
-Perfecto… ¿cuando sera la reunion?
-Hoy, a las 11, al parecer la llegada de los vientos se esperan para pasadas las tres de la tarde, o al menos eso fue lo que dijo el Señor Goldberg…
-¿Quien es el señor Goldberg?, ¿el experto del ayuntamiento?
-No, el hombre ancla del canal del tiempo… Lee es al único a quien le creo… —sentencio el Señor Jenkins guiñando un ojo.
-OK… gracias Señor Jenkins… ¿a las once entonces?... —repitió Blaine haciendo ademán de terminar la conversación y cerrar la puerta.
-Sí, dígale a su esposo por favor… ¿él esta?
-Esta… trata de averiguar sobre lo que sucederá con los colegios, como bien sabe nuestros hijos...
-Por supuesto, los pequeños, pero dijeron en el noticiario que suspenderán las clases a partir del mediodía… —respondió el portero con convencimiento, Blaine pensó que cuántas horas al dia el Señor Jenkins las dedicaba a mirar televisión.
-Mejor aun entonces… gracias Señor Jenkins… —dijo cerrando la puerta.
-¿Quién era?... —pregunto Kurt como primera cosa, se había vestido a medias y seguía mirando televisión sentado al final del cama con el control remoto en una mano y su teléfono móvil en la otra
-¿Llamaste a la escuela? —quiso saber de vuelta su esposo sentándose a su lado, también tomó su teléfono y miro algunos de los mensajes.
-Llame, pero no se comunica, deben estar las líneas colapsadas o algo, pero los padres de Liang enviaron un mensaje al grupo de la clase diciendo que en algunos minutos la escuela enviaría un comunicado por esa misma vía… ¿quien era? —repitió sin dejar de mirar las imágenes que recordaban lo sucedido el 2012 con los vientos de «Sandy»
-Era el Señor Jenkins, dijo que habra una reunion con algunos expertos del ayuntamiento.
-¿Una reunión?, ¿aquí?
-Aqui… bueno no «aquí»… —dijo señalando el piso de la habitación— en el salón principal del primer piso, se supone y todos los habitantes del edificio deben asistir… esto es increíble… —agrego Blaine mirando la gráfica que indicaba todos los lugares de la costa este, desde Delaware hasta Prince Edward Island, todos cubiertos por una extensa y amenazante mancha roja— ¿quien hace esas gráficas?, si alguien esta calmado, de seguro después de esto entra en pánico… —dijo cambiando de canal.
-¿iran todos los habitantes dijiste?
-Es lo que me dijo el Señor Jenkins… —agregó sintonizando el canal del tiempo.
-¿Estará el Señor Murdoch? —pregunto cómo con entusiasmo.
-Asumo… ¿piensas en eso ahora?
-Vamos… tu tambien te mueres por verlo en persona desde que nos mudamos aquí… si llegamos temprano a esa reunión lo más probable es que nos podamos sentar adelante, lo que nos da más posibilidades de cruzar alguna palabra con él… —explicó Kurt llevándose la mano al mentón como si planeara el mejor plan en la historia de los planes.
-¿Ese no fue tu teléfono?... —dijo Blaine sintiendo el tono de mensaje entrante.
-Aunque creo que tal vez envíe a su esposa, o su asistente… —insistió Kurt sin prestar atención a los mensajes que le llegaban
-Kurt… —añadió Blaine señalando el teléfono.
-¡Oh!... si… —dijo como reaccionando— veamos… ¡ah!... aquí esta el de la escuela, «por motivos de fuerza mayor…» bla, bla,bla… —agregó pasando de largo las formalidades— aquí… «los autobuses dejarán al mediodía a los niños en los puntos donde se suben habitualmente, debido al tráfico esperable por la contingencia rogamos al padres no venir a la escuela»… ¿¡que!?... ¿que esperan?... ¿que nos quedemos sentados pierna arriba? —dijo poniendo cara de loco demente.
-No pierna arriba, pero si calmados, lo más probable es que decreten toque de queda por seguridad…
-Si pero… ¿que tal si el autobús se descompone o algo?
-En todos estos años no ha pasado nada de eso con el autobús, ni siquiera un atraso… ¿confiemos?... —pidió Blaine poniéndole la mano en un hombro.
-¡Confía tú!... yo prefiero desesperarme…
-Ok… pero tienes hasta el mediodía… —dijo Blaine sonriendo, miro la hora en su reloj y después la gráfica futurista del canal del tiempo— bien… de acuerdo a eso, lo más grave se espera para pasadas las tres... —agregó señalando el dibujo en la pantalla del televisor— tenemos tiempo de sobra para incluso ir a comprar algunas cosas… —advirtió mientras cambiaba el pijama por unos jeans y la camiseta por un capuchón de la NYU— luego de la reunion ire a «Whole food market»
-¿Tan lejos?... tenemos un par de tiendas bien surtidas a menos de una cuadra.
-Kurt... esas son tiendas «Gourmet», y lo que necesitamos es agua y baterías, no caviar y yogurt de no se donde… —dijo Blaine buscando algunas cosas en el último de sus cajones, revolvió todo haciendo el mayor de los ruidos, saco un par de linternas las encendió y apagó unas tres veces para luego chequear que tipo de baterías utilizaban, su esposo blanqueo los ojos pensando que lo último que necesitaba en ese momento era ver desorden.
-Blaine… no quiero que vayas tan lejos… —dijo Kurt levantándose de donde estaba para acercarse a su esposo.
-No es tan lejos…
-Blaine…
-Escucha... si te tranquiliza, ire a la que esta en la 57th, esta menos de 20 minutos y en una hora estaré de vuelta.
-¿No escuchaste que prefiero el desespero a andar calmado?
-Lo escuche, pero estoy seguro y todo estará bien… te apuesto que cuando este asunto llegue a aqui sera como una simple tormenta…
-¿Y qué apuestas?
-¿Mis mejores partes? —respondió Blaine como cantando.
-Imposible que pierdas entonces… —agrego Kurt sonriendo, mientras estiraba sus brazos como pidiendo un abrazo, su esposo sonrió y lo envolvió junto a su corazón — ¿que hora es?... —pregunto sin soltarlo.
-Las 10… —respondió apartándose, le sonrió de la más maravillosa de las maneras y le acarició la cara y el cabello— tenemos una hora antes de la reunión… ¿usas tu primero el baño?
-OK…
-Ok… —repitió Blaine dándole un beso en la mejilla— yo preparare algo de desayunar… con esta emergencia ningun «delivery» estará funcionando —terminó por decir saliendo a hacer lo que dijera.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, cómo estás? , respecto a tu pregunta sobre mi familia gracias a Dios ellos están bien, aunque te juro que me costó muchísimo poder comunicarme con ellos, ya te imaginarás mi desesperacion al no poder comunicarme, pero en fin, mi México hermoso siempre ha salido adelante, pero te juro nunca me imaginé que volviera a pasar esa desgracia 32 años después, en fin volviendo al fic, me da risa Kurt se parece a mi jefe quiere encontrar todo cerca de su casa, espero con ganas el próximo capítulo y te deseo un excelente fin de semana , por favor te pido una oración para mi México
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa, cómo estás? , respecto a tu pregunta sobre mi familia gracias a Dios ellos están bien, aunque te juro que me costó muchísimo poder comunicarme con ellos, ya te imaginarás mi desesperacion al no poder comunicarme, pero en fin, mi México hermoso siempre ha salido adelante, pero te juro nunca me imaginé que volviera a pasar esa desgracia 32 años después,
Hola Gaby... que bueno saber que toda tu familia esta bien, y te entiendo perfecto, cuando han pasado desgracias aqui en Chile, el no saber de los otros es lo mas deseperante, y como bien dices, la coincidencia de fechas fue como una bofetada del destino y una bastante cruel si me lo preguntas, y ahora no queda otra que levantarse, pero creo que los latinoamericanos tenemos un gen especial que nos hace mas resilientes que cualquiera en el mundo
Gabriela Cruz escribió: en fin volviendo al fic, me da risa Kurt se parece a mi jefe quiere encontrar todo cerca de su casa, espero con ganas el próximo capítulo y te deseo un excelente fin de semana , por favor te pido una oración para mi México
Gracias linda y mis pensamientos estan con Mexico, asi como los de todo Chile... un abrazo!
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«Gordon»
Part II
«Gordon»
Part II
Agosto de 2027
-Nunca había estado en esta parte de nuestro edificio… —dijo Kurt mientras caminaba junto a su esposo por el pasillo que conducía al salón multipropósito donde se llevaría a cabo la reunión por la emergencia— ¿por qué nunca había estado en esta parte de nuestro edificio? —insistió maravillandose por el decorado y los muebles que iba viendo en el camino.
-No lo se… tal vez porque nunca hemos necesitado ocupar esta parte de nuestro edificio… —respondió Blaine haciéndole señas a uno que otro vecino.
-Aun asi… esta mejor decorado que varios de los departamentos… no del nuestro por cierto, pero... ¿que?... —pregunto al notar que su esposo negaba con su cabeza soltando una pequeña risa.
-Nada… solo me sorprende tu capacidad de olvidar lo importante cuando hay ropa y decoracion de por medio…
-No he olvidado nada para que lo sepas, pero escuchar la voz de nuestros hijos fue un bálsamo sanador y calmante.
-En especial escuchar a Henry decir que el cuidaría de Lizzie… ¿verdad?
-Muy verdad… —dijo Kurt sonriendo orgulloso— pero aun puedo desesperarme espero y lo sepas…
-Lo se… y puedes hacerlo como bien dije… aunque solo hasta el medio dia.. —advirtió Blaine señalando su reloj.
-¿Y si me paso de ese plazo Señor Anderson-Hummel? —quiso saber Kurt deteniéndose con las manos en la cadera.
-Pues no habria problema… es más… te doy carta blanca para que lo hagas, yo me mantendré calmado por los dos… —dijo Blaine acortando distancia entre ambos.
-Eres el más dulce y encantador de todos, ¿no es así?
-Al parecer… —agregó besándolo en medio del pasillo, Kur lo abrazo a la altura del cuello y se dejó llevar como siempre, un par de habitantes de la comunidad alcanzaron a hacerse a un lado como evitando no interrumpir aquel arrebato de pasión.
-Creo que estamos en un mal lugar para esto… hay una reunión a la que asistir —susurró Blaine sobre los labios de su esposo.
-Podemos morir esta tarde… ¿quieres hacerlo recordando mis labios o una tonta reunión? —preguntó su esposo apartándose un poco.
-Tus labios, siempre tus labios… —contestó sonriendo, Kurt sonrió de vuelta y se perdió por un momento en aquella mirada interminable antes de besarlo de vuelta.
-¡Gente pasando!… —escucharon ambos en medio del beso.
-Disculpe… no quisi… ¡oh por dios! —dijo Kurt como en un grito ahogado.
-¿Que?... —contesto Blaine mirando de reojo a ambos lados del pasillo.
-El Señor Murdoch… —respondió en un susurro casi inentendible.
-¿Quien?... —Kurt se remitió a apuntar hacia donde un señor de baja estatura, calvo y vestido elegante avanzaba por el pasillo de la mano de una mujer más joven que él y rodeado de al menos otras tres personas, Blaine se empino un poco para mirar y luego de varios segundos cayó en la cuenta de quien había pasado por su lado— ¿era el Señor Murdoch?... —pregunto sonriendo medio chueco.
-¡El!... ¡con un demonio!, ya nos perdimos de cruzar una palabra con él por estar besandonos… ¡uy! —exclamó empuñando sus manos.
-¿No era que preferias nuestros labios juntos a una tonta reunión?
-A una reunión si, pero no a la posibilidad de conocer a nuestro vecino más ilustre… ¿por que tenia que besarte de vuelta?... —Blaine dio un respingo de sorpresa— Ok, eso sonó más feo de como lo pensé… lo siento... —dijo Kurt haciendo una mueca de arrepentimiento.
-No te preocupes, y lo tendré en cuenta… nada de besos cuando hay posibilidad de conocer a gente importante… ¿vamos?... —agrego Blaine estirando su mano, Kurt hizo un puchero como si aún no terminara de arrepentirse de lo que había dicho y le tomo la mano.
-¿Ese es el Señor Jenkins?... ¿que tiene puesto? —quiso saber Kurt mirando al portero de medio lado.
-Creo que un atuendo «ad-hoc» a la tormenta… —respondió su esposo haciéndole unas señas a las numerosas y estridentes que el portero del edificio hacía de vuelta desde el minuto en que los había divisado en el pasillo.
-No, este es un atuendo «ad-hoc»… —corrigió Kurt señalando su chaqueta cruzada— el tuyo es un atuendo «ad-hoc»… —agregó arreglandole el cuello del cardigan— incluso lo que lleva esa señora que nunca en mi vida había visto es también un atuendo «ad-hoc», lo que tiene puesto nuestro conserje, es un atuendo para ir a cazar ballenas o algo… —terminó por decir Kurt sonriéndole al aludido.
-Señor Hummel, Señor Anderson… la reunión es aquí… —dijo señalando las puertas del salón multipropósito.
-Ya lo habíamos deducido Señor Jenkins, pero gracias..
-Por nada Señor Hummel… ¿ya supieron de sus pequeños?
-Si…
-¿En serio?, porque pienso en la Señorita Lizzie que es tan pequeñita y me entra como un dolor en el pecho… —dijo tocándose.
-Y a mi… pero..
-¿Los iran a buscar?... ¿no se perderán la reunión?, ¿o si?... —volvió a interrumpir el portero mirándolos con cara seria.
-No, por supuesto que no, el autobus los traerá despues del mediodia… —contestó Kurt alzando su voz para evitar volver a ser interrumpido.
-Que bueno… un alivio escuchar eso… tomen… —dijo entregando dos folletos de la FEMA con instrucciones de cómo comportarse y que era útil y que no de tener en una emergencia climática.
-Gracias Señor Jenkins… —dijo Blaine tomando el papel— ¿solo entramos? —pregunto dando unos pasos hacia el interior del salon.
-Por supuesto, ubiquense donde quieran… —respondió el hombre señalando con ambas manos hacia adelante, luego hacia la izquierda y luego otra vez hacia adelante tal y como una acomodador de aviones con las «safety wands» lo haría, ambos le sonrieron y terminaron de entrar cogidos de la mano.
-¿Escuchaste?... podemos sentarnos donde queramos… —dijo Kurt dando emoción a sus palabras.
-Pues es una igualdad que se esperaría en cualquier comunidad… —agregó Blaine guiandolo hacia los asientos del sector medio del salon.
-Más adelante… —susurró Kurt indicando en aquella dirección.
-Esta todo lleno…
-No ahí… mira… —insistió apuntando con su cabeza dos asientos desocupados en al tercera fila.
-Esta bien…
-No te enojes… recuerda que puede ser nuestra oportunidad de hablar con Rupert… estoy seguro y se sentara en la primera fila —Blaine sonrió al escuchar a su esposo llamar al magnate de las comunicaciones por su primer nombre como si fueran grandes amigos.
-Pues yo no lo veo… —dijo su esposo mirando a todos, algunos vecinos lo saludaron a la distancia para luego comentar entre ellos, como si nunca hubiesen sabido la clase de profesión que tenía el matrimonio Anderson-Hummel. Kurt avanzó primero por la fila de asientos hasta llegar al lugar que había elegido a la distancia, Blaine lo siguió de cerca pidiendo algunas disculpas a quienes ya estaban ubicados y se informaban de la contingencia a través de sus teléfonos móviles.
El lugar elegido para la reunión era espacioso y bien iluminado, las ventanas eran de diseño similar a las de los departamentos e iban desde el piso hasta el cielo raso. La cabecera del salon tenia un par de cortinas rojas que cubrían toda la extensión de la pared, había una pequeña mesa con dos micrófonos, un telon retractil para proyecciones y en medio, un atril como de iglesia protestante, Kurt pensó que todo necesitaba un «extreme makeover» urgente.
-No puedo creer que toda esta gente viva en nuestro edificio… ¿a cuantos conocemos? —pregunto Blaine haciendo caras amables a todo el que cruzaba miradas con él.
-Creo que a nadie, pero no te preocupes, tengo sobrenombres para todos… —respondió Kurt tomando el folleto de la FEMA.
-¿Como?
-Lo que oyes… no nos relacionamos con nadie, y son 24 departamentos en 16 pisos, por lo tanto es imposible saber todos los nombres, pero cada vez que me encuentro a alguien en el hall de entrada o en el ascensor, le invento un nombre de acuerdo a sus características físicas… —explicó haciendo un gesto de desinterés con su mano, como si hacer eso con las personas fuera lo más normal del mundo.
-¿No sería más fácil preguntarles los nombres?, después de todo son nuestros vecinos….
-¡Ja!... —exclamo Kurt mirándolo.
-¿Disculpa?
-Lo escuchaste… ¡ja!... ¿pasas media vida en el sello discográfico y me vienes con eso?...
-¿Con que?, si puedo saber...
-Con esta actitud toda asi… de… no se… como si fueras el mejor vecino del a Fifth Av… pues le digo algo Señor Anderson-Hummel, usted no es «Barney Rubble»… —dijo con un ojo en su esposo y el otro en la gente que seguía entrando.
-¿Quien?
-«Barney Rubble», de «The Flintstones»….
-¿Y él era un buen vecino?
-¡Por supuesto!… siempre ayudaba a Fred en lo que fuera… ¿nunca viste esa caricatura acaso? —pregunto Kurt poniéndose de medio lado en la silla para mirarlo a la cara y darle más dramatismo a su pregunta.
-No…
-¿¡Que!?
-¡Obvio que si!... solo estaba bromeando contigo —respondió Blaine dándole un beso en la mejilla que luego convirtió en un mordisco el cuello.
-Ridículo…. —dijo Kurt encogiendo su hombro como para evitar más ataques vampirescos, soltó una risa bien coqueta para luego leer el mensaje que acababa de llegarle.
-¿Es de la escuela?... —pregunto Blaine queriendo mirar.
-No, es mi Papá… dice que tengamos cuidado, que Anderson no se haga el héroe y… que puede conducir hasta aquí si es que queremos dejar New York… y que le demos un abrazo y un beso a Henry y Lizzie de su parte y de Carol —terminó por leer Kurt sonriendo al ver los «emojis» que su padre había puesto al final del mensaje.
-Que considerado… ¿tu quieres hacer eso?... —consulto Blaine bajando el tono de su voz al ver que todos comenzaban a silenciarse al ver que el experto en desastres y el representante del ayuntamiento tomaban ubicación tras la mesa, traían algunas carpetas así como también dispositivos móviles que no dejaban de consultar.
-¿Que cosa?... —preguntó su esposo de vuelta en el mismo tono, uno de los asistentes se había parado tras el atril y comenzaba a vocalizar tras el micrófono.
-Dejar New York…
-¿Estas loco?... ¡no!... ¡obvio que no!... enfrentaremos esto aquí… en nuestro hogar, confío en Rosario Candela y su habilidad como arquitecta… ¿sabes si hubo algún huracán después de 1931?
-¿Quieres saber si el edificio resistió ?
-¡Obvio!... es decir… obvio… —dijo Kurt susurrando el último «obvio» al recibir un par de «shhhtt» de los vecinos sentados más próximos a él.
-Bueno, no lo se… pero algo tendrán que decir estas personas al respecto —contestó Blaine acomodándose para prestar atención a lo que comenzaría a decir el individuo tras el micrófono.
-Buenos días… —comenzó diciendo de lo más serio.
-¿Quién es él? —quiso saber Kurt hablado bien cerca del oído de su esposo.
-Creo que el presidente de la comunidad… —respondió Blaine poniéndose el folleto cerca de la boca como para que nadie notara que estaba hablando en vez de poner atención.
-¿El presidente?... yo no recuerdo haber votado por él…
-Tal vez lo eligieron antes de que llegaramos nosotros… —dijo haciendo con su dedo el gesto de silencio, Kurt puso mala cara pero se dispuso a escuchar igual.
-Como todos saben… —el hombre comenzó su discurso hablando de lo que efectivamente todos sabían, que un huracán llamado «Gordon», categoría 5, se acercaba por la costa y que en unas cuantas horas llegaría a tierra firme a la altura de la ciudad de New York, dijo que como presidente de la comunidad, podía dar garantía que la construcción resistiría cualquier cosa —Kurt miró a Blaine como diciendo «te lo dije» — pero que de todas formas, precauciones debían ser tomadas, dio la palabra al representante del ayuntamiento primero y al experto en desastres después. El primero dijo casi lo mismo que estaba escrito en el folleto del FEMA además de volver a resaltar las cualidades del edificio y de los vidrios de las ventanas que eran resisten a ruidos, balas y todo lo imaginable, el experto en cambio, se explayo más y dio consejos de lo que era imprescindible a hacer, como conseguir agua y víveres para dos a tres días y no salir cuando los vientos llegarán a la máxima velocidad, indicó en una gráfica bastante espeluznante a que hora seria eso y cuales serian las velocidades, Kurt tomó un poco de aire y se movió en la silla comenzando a sentirse nervioso, Blaine le tomo la mano y le sonrió como para confortarlo, su esposo aceptó aquello como si fuera lo único que necesitaba en ese momento y se le recostó en el hombro para seguir escuchando al experto que ya parecía profeta apocaliptico mas que otra cosa.
-Nunca había estado en esta parte de nuestro edificio… —dijo Kurt mientras caminaba junto a su esposo por el pasillo que conducía al salón multipropósito donde se llevaría a cabo la reunión por la emergencia— ¿por qué nunca había estado en esta parte de nuestro edificio? —insistió maravillandose por el decorado y los muebles que iba viendo en el camino.
-No lo se… tal vez porque nunca hemos necesitado ocupar esta parte de nuestro edificio… —respondió Blaine haciéndole señas a uno que otro vecino.
-Aun asi… esta mejor decorado que varios de los departamentos… no del nuestro por cierto, pero... ¿que?... —pregunto al notar que su esposo negaba con su cabeza soltando una pequeña risa.
-Nada… solo me sorprende tu capacidad de olvidar lo importante cuando hay ropa y decoracion de por medio…
-No he olvidado nada para que lo sepas, pero escuchar la voz de nuestros hijos fue un bálsamo sanador y calmante.
-En especial escuchar a Henry decir que el cuidaría de Lizzie… ¿verdad?
-Muy verdad… —dijo Kurt sonriendo orgulloso— pero aun puedo desesperarme espero y lo sepas…
-Lo se… y puedes hacerlo como bien dije… aunque solo hasta el medio dia.. —advirtió Blaine señalando su reloj.
-¿Y si me paso de ese plazo Señor Anderson-Hummel? —quiso saber Kurt deteniéndose con las manos en la cadera.
-Pues no habria problema… es más… te doy carta blanca para que lo hagas, yo me mantendré calmado por los dos… —dijo Blaine acortando distancia entre ambos.
-Eres el más dulce y encantador de todos, ¿no es así?
-Al parecer… —agregó besándolo en medio del pasillo, Kur lo abrazo a la altura del cuello y se dejó llevar como siempre, un par de habitantes de la comunidad alcanzaron a hacerse a un lado como evitando no interrumpir aquel arrebato de pasión.
-Creo que estamos en un mal lugar para esto… hay una reunión a la que asistir —susurró Blaine sobre los labios de su esposo.
-Podemos morir esta tarde… ¿quieres hacerlo recordando mis labios o una tonta reunión? —preguntó su esposo apartándose un poco.
-Tus labios, siempre tus labios… —contestó sonriendo, Kurt sonrió de vuelta y se perdió por un momento en aquella mirada interminable antes de besarlo de vuelta.
-¡Gente pasando!… —escucharon ambos en medio del beso.
-Disculpe… no quisi… ¡oh por dios! —dijo Kurt como en un grito ahogado.
-¿Que?... —contesto Blaine mirando de reojo a ambos lados del pasillo.
-El Señor Murdoch… —respondió en un susurro casi inentendible.
-¿Quien?... —Kurt se remitió a apuntar hacia donde un señor de baja estatura, calvo y vestido elegante avanzaba por el pasillo de la mano de una mujer más joven que él y rodeado de al menos otras tres personas, Blaine se empino un poco para mirar y luego de varios segundos cayó en la cuenta de quien había pasado por su lado— ¿era el Señor Murdoch?... —pregunto sonriendo medio chueco.
-¡El!... ¡con un demonio!, ya nos perdimos de cruzar una palabra con él por estar besandonos… ¡uy! —exclamó empuñando sus manos.
-¿No era que preferias nuestros labios juntos a una tonta reunión?
-A una reunión si, pero no a la posibilidad de conocer a nuestro vecino más ilustre… ¿por que tenia que besarte de vuelta?... —Blaine dio un respingo de sorpresa— Ok, eso sonó más feo de como lo pensé… lo siento... —dijo Kurt haciendo una mueca de arrepentimiento.
-No te preocupes, y lo tendré en cuenta… nada de besos cuando hay posibilidad de conocer a gente importante… ¿vamos?... —agrego Blaine estirando su mano, Kurt hizo un puchero como si aún no terminara de arrepentirse de lo que había dicho y le tomo la mano.
-¿Ese es el Señor Jenkins?... ¿que tiene puesto? —quiso saber Kurt mirando al portero de medio lado.
-Creo que un atuendo «ad-hoc» a la tormenta… —respondió su esposo haciéndole unas señas a las numerosas y estridentes que el portero del edificio hacía de vuelta desde el minuto en que los había divisado en el pasillo.
-No, este es un atuendo «ad-hoc»… —corrigió Kurt señalando su chaqueta cruzada— el tuyo es un atuendo «ad-hoc»… —agregó arreglandole el cuello del cardigan— incluso lo que lleva esa señora que nunca en mi vida había visto es también un atuendo «ad-hoc», lo que tiene puesto nuestro conserje, es un atuendo para ir a cazar ballenas o algo… —terminó por decir Kurt sonriéndole al aludido.
-Señor Hummel, Señor Anderson… la reunión es aquí… —dijo señalando las puertas del salón multipropósito.
-Ya lo habíamos deducido Señor Jenkins, pero gracias..
-Por nada Señor Hummel… ¿ya supieron de sus pequeños?
-Si…
-¿En serio?, porque pienso en la Señorita Lizzie que es tan pequeñita y me entra como un dolor en el pecho… —dijo tocándose.
-Y a mi… pero..
-¿Los iran a buscar?... ¿no se perderán la reunión?, ¿o si?... —volvió a interrumpir el portero mirándolos con cara seria.
-No, por supuesto que no, el autobus los traerá despues del mediodia… —contestó Kurt alzando su voz para evitar volver a ser interrumpido.
-Que bueno… un alivio escuchar eso… tomen… —dijo entregando dos folletos de la FEMA con instrucciones de cómo comportarse y que era útil y que no de tener en una emergencia climática.
-Gracias Señor Jenkins… —dijo Blaine tomando el papel— ¿solo entramos? —pregunto dando unos pasos hacia el interior del salon.
-Por supuesto, ubiquense donde quieran… —respondió el hombre señalando con ambas manos hacia adelante, luego hacia la izquierda y luego otra vez hacia adelante tal y como una acomodador de aviones con las «safety wands» lo haría, ambos le sonrieron y terminaron de entrar cogidos de la mano.
-¿Escuchaste?... podemos sentarnos donde queramos… —dijo Kurt dando emoción a sus palabras.
-Pues es una igualdad que se esperaría en cualquier comunidad… —agregó Blaine guiandolo hacia los asientos del sector medio del salon.
-Más adelante… —susurró Kurt indicando en aquella dirección.
-Esta todo lleno…
-No ahí… mira… —insistió apuntando con su cabeza dos asientos desocupados en al tercera fila.
-Esta bien…
-No te enojes… recuerda que puede ser nuestra oportunidad de hablar con Rupert… estoy seguro y se sentara en la primera fila —Blaine sonrió al escuchar a su esposo llamar al magnate de las comunicaciones por su primer nombre como si fueran grandes amigos.
-Pues yo no lo veo… —dijo su esposo mirando a todos, algunos vecinos lo saludaron a la distancia para luego comentar entre ellos, como si nunca hubiesen sabido la clase de profesión que tenía el matrimonio Anderson-Hummel. Kurt avanzó primero por la fila de asientos hasta llegar al lugar que había elegido a la distancia, Blaine lo siguió de cerca pidiendo algunas disculpas a quienes ya estaban ubicados y se informaban de la contingencia a través de sus teléfonos móviles.
El lugar elegido para la reunión era espacioso y bien iluminado, las ventanas eran de diseño similar a las de los departamentos e iban desde el piso hasta el cielo raso. La cabecera del salon tenia un par de cortinas rojas que cubrían toda la extensión de la pared, había una pequeña mesa con dos micrófonos, un telon retractil para proyecciones y en medio, un atril como de iglesia protestante, Kurt pensó que todo necesitaba un «extreme makeover» urgente.
-No puedo creer que toda esta gente viva en nuestro edificio… ¿a cuantos conocemos? —pregunto Blaine haciendo caras amables a todo el que cruzaba miradas con él.
-Creo que a nadie, pero no te preocupes, tengo sobrenombres para todos… —respondió Kurt tomando el folleto de la FEMA.
-¿Como?
-Lo que oyes… no nos relacionamos con nadie, y son 24 departamentos en 16 pisos, por lo tanto es imposible saber todos los nombres, pero cada vez que me encuentro a alguien en el hall de entrada o en el ascensor, le invento un nombre de acuerdo a sus características físicas… —explicó haciendo un gesto de desinterés con su mano, como si hacer eso con las personas fuera lo más normal del mundo.
-¿No sería más fácil preguntarles los nombres?, después de todo son nuestros vecinos….
-¡Ja!... —exclamo Kurt mirándolo.
-¿Disculpa?
-Lo escuchaste… ¡ja!... ¿pasas media vida en el sello discográfico y me vienes con eso?...
-¿Con que?, si puedo saber...
-Con esta actitud toda asi… de… no se… como si fueras el mejor vecino del a Fifth Av… pues le digo algo Señor Anderson-Hummel, usted no es «Barney Rubble»… —dijo con un ojo en su esposo y el otro en la gente que seguía entrando.
-¿Quien?
-«Barney Rubble», de «The Flintstones»….
-¿Y él era un buen vecino?
-¡Por supuesto!… siempre ayudaba a Fred en lo que fuera… ¿nunca viste esa caricatura acaso? —pregunto Kurt poniéndose de medio lado en la silla para mirarlo a la cara y darle más dramatismo a su pregunta.
-No…
-¿¡Que!?
-¡Obvio que si!... solo estaba bromeando contigo —respondió Blaine dándole un beso en la mejilla que luego convirtió en un mordisco el cuello.
-Ridículo…. —dijo Kurt encogiendo su hombro como para evitar más ataques vampirescos, soltó una risa bien coqueta para luego leer el mensaje que acababa de llegarle.
-¿Es de la escuela?... —pregunto Blaine queriendo mirar.
-No, es mi Papá… dice que tengamos cuidado, que Anderson no se haga el héroe y… que puede conducir hasta aquí si es que queremos dejar New York… y que le demos un abrazo y un beso a Henry y Lizzie de su parte y de Carol —terminó por leer Kurt sonriendo al ver los «emojis» que su padre había puesto al final del mensaje.
-Que considerado… ¿tu quieres hacer eso?... —consulto Blaine bajando el tono de su voz al ver que todos comenzaban a silenciarse al ver que el experto en desastres y el representante del ayuntamiento tomaban ubicación tras la mesa, traían algunas carpetas así como también dispositivos móviles que no dejaban de consultar.
-¿Que cosa?... —preguntó su esposo de vuelta en el mismo tono, uno de los asistentes se había parado tras el atril y comenzaba a vocalizar tras el micrófono.
-Dejar New York…
-¿Estas loco?... ¡no!... ¡obvio que no!... enfrentaremos esto aquí… en nuestro hogar, confío en Rosario Candela y su habilidad como arquitecta… ¿sabes si hubo algún huracán después de 1931?
-¿Quieres saber si el edificio resistió ?
-¡Obvio!... es decir… obvio… —dijo Kurt susurrando el último «obvio» al recibir un par de «shhhtt» de los vecinos sentados más próximos a él.
-Bueno, no lo se… pero algo tendrán que decir estas personas al respecto —contestó Blaine acomodándose para prestar atención a lo que comenzaría a decir el individuo tras el micrófono.
-Buenos días… —comenzó diciendo de lo más serio.
-¿Quién es él? —quiso saber Kurt hablado bien cerca del oído de su esposo.
-Creo que el presidente de la comunidad… —respondió Blaine poniéndose el folleto cerca de la boca como para que nadie notara que estaba hablando en vez de poner atención.
-¿El presidente?... yo no recuerdo haber votado por él…
-Tal vez lo eligieron antes de que llegaramos nosotros… —dijo haciendo con su dedo el gesto de silencio, Kurt puso mala cara pero se dispuso a escuchar igual.
-Como todos saben… —el hombre comenzó su discurso hablando de lo que efectivamente todos sabían, que un huracán llamado «Gordon», categoría 5, se acercaba por la costa y que en unas cuantas horas llegaría a tierra firme a la altura de la ciudad de New York, dijo que como presidente de la comunidad, podía dar garantía que la construcción resistiría cualquier cosa —Kurt miró a Blaine como diciendo «te lo dije» — pero que de todas formas, precauciones debían ser tomadas, dio la palabra al representante del ayuntamiento primero y al experto en desastres después. El primero dijo casi lo mismo que estaba escrito en el folleto del FEMA además de volver a resaltar las cualidades del edificio y de los vidrios de las ventanas que eran resisten a ruidos, balas y todo lo imaginable, el experto en cambio, se explayo más y dio consejos de lo que era imprescindible a hacer, como conseguir agua y víveres para dos a tres días y no salir cuando los vientos llegarán a la máxima velocidad, indicó en una gráfica bastante espeluznante a que hora seria eso y cuales serian las velocidades, Kurt tomó un poco de aire y se movió en la silla comenzando a sentirse nervioso, Blaine le tomo la mano y le sonrió como para confortarlo, su esposo aceptó aquello como si fuera lo único que necesitaba en ese momento y se le recostó en el hombro para seguir escuchando al experto que ya parecía profeta apocaliptico mas que otra cosa.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, gracias de nuevo por tus buenos deseos y tus oraciones, México va a salir de está, me encanto este capítulo aunque extraño a mi bebé, ya espero que lleguen Henry y Lizzy para ver cómo los recibe Kurt, te deseo una excelente semana.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa, gracias de nuevo por tus buenos deseos y tus oraciones, México va a salir de está,.
Hola Gaby... asi como Chile se ha levantado de todo, como bien dices Mexico tambein lo hara
Gabriela Cruz escribió:me encanto este capítulo aunque extraño a mi bebé, ya espero que lleguen Henry y Lizzy para ver cómo los recibe Kurt, te deseo una excelente semana.
Gracias linda y cuando acabe esta historia del huracan, traere de vuelta a Noah... que estes bien y tengas una buena semana tambien
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«Gordon»
Part III
«Gordon»
Part III
Agostos de 2027
-Bien… gracias por asistir y manténgase a salvo… aquí están las zonas seguras de cada departamento, por favor tomen la hoja que les corresponda —dijo como última cosa el experto en desastres, enseño un alto de papeles y los dejos sobre el escritorio ordenados de mayor a menor, luego se retiró a su asiento y un par de tímidos aplausos surgieron desde los asientos más alejados, el presidente de la comunidad fue el primero en tomar la hoja que le correspondía y dio por finalizada la reunión, todos comenzaron a acercarse de a poco a recoger la información, algunos más apresurados que otros, Blaine hizo lo propio tomando el papel correspondiente a su piso, lo leyó en silencio y volvió hasta donde se encontraba su esposo.
-No vas a creer cuál es la zona más segura de nuestro departamento… —dijo entregado la hoja de papel.
-Lo que no puedo creer es todo esto... —respondió Kurt recibiendola sin mirarla, estaba aún sin moverse de la silla y mirando con mala cara al experto en desastres, como si él tuviste la culpa de que «Gordon» cambiará la trayectoria y estuviera a punto de aterrizar en Manhattan— estúpida reunión, si alguien estaba confiado y con esperanzas de que todo saldría bien, de seguro y ya no lo esta tanto —agregó tomándose la cabeza.
-Eso es muy cierto… esta ha sido sin duda la reunión más desalentadora en la que he estado, eso que estuve en en el Club Glee cuando Finn estaba a cargo —dijo Blaine como pensando en aquello, se levantó de la silla al igual que la mayoría de los asistentes y se aprestó a salir.
-Agrega inútil...
-Pues yo no diría inútil, quede más que satisfecho al saber que nuestros vidrios resisten incluso pájaros desorientados e insectos suicidas —agregó Blaine riendo al recordar el dato sobre los vidrios que habían mencionado el funcionario del ayuntamiento.
-No bromees ahora por favor… —pidió su esposo haciendo el gesto de alto con sus manos.
-No bromeo, son los datos que nos dijeron —recordó Blaine sentándose de nuevo, se acercó un poco para hacerle unas cosquillas pero Kurt le hizo el quite a su mano y a él mismo— ¿qué ocurre? —preguntó al sentirse rechazado.
-...
-¿Kurt?... —insistió buscando su mirada.
-No puedo creer que este edificio tenga mampostería en mármol de Carrara y no un generador de electricidad que le de autonomía de 12 horas como mínimo... —respondió exhalando su frustración en un suspiro largo y hondo.
-Ningún edificio residencial lo tiene, a no ser que sea uno dedicado a la atención de urgencia, como un hospital o algo.
-Pues este debería tenerla… la gente necesita electricidad...
-Por cierto que la necesita… pero no te preocupes — dijo Blaine acariciándole la espalda— cuando vaya a comprar, vere si hay algun generador portátil… ese supermercado tiene de todo.
-¿Aun insistes con eso?...
-No es que insista Kurt… debemos abastecernos, bien escuchaste lo que dijo el experto…
-El señor profeta del apocalipsis querrás decir… —interrumpió llevándose las dos manos a la cabeza.
-Oye… todo estará bien, ya te dije que en una hora estoy de regreso… ¿que tal si tu te encargas de recibir a nuestros hijos y yo voy mientras tanto a hacer las compras de emergencia?... así tenemos todo lo importante antes de que empiece el asunto… —Kurt no dijo nada y se restregó las sienes, esta vez más encorvado en el asiento que antes, tanto, que sus codos tocaron sus rodillas— te juro que si me lleva el viento y despierto en OZ, haré lo posible por venir a buscarte… o tomare fotos de todo para enseñartelas luego… —insistió Blaine abrazándolo por sobre la silla, acercó su cabeza a la de él y con la nariz le rozó el cuello y la cara, Kurt soltó una pequeña risa sin creer aún que la situación parecía ser más grave de lo que había imaginado. Mientras seguía cabeza agacha confortado por su esposo, solo veía pasar por su lado zapatos de diferente tipo, los habitantes del edificio iban saliendo en orden y los rezagados parecían tener preguntas extras para los expertos que aún se mantenían en la cabecera del salón.
-Disculpen… ¿saben ustedes si el lugar seguro es el mismo para el departamento del «Penthouse»?, porque...
-¡Vea su papel!… —exclamo Kurt sin prestar atención.
-Esta todo allí… —añadió Blaine sin mirar al señor de baja estatura, calvo y vestido elegante que se había acercado a ellos para inquerir algunos datos.
-Actores… —murmuró Rupert Murdoch blanqueando los ojos, tomó la hoja desde la mano de uno de sus asistentes y partió despotricando contra el huracán, los actores y la mala voluntad de la gente que lo rodeaba.
-¿Vamos?... —dijo Blaine haciéndole un cariño en la cara— mientras mas antes me vaya a comprar, más antes volveré… —agregó poniéndose de pie, para hacerse paso entre las sillas después.
-Blaine… —respondió su esposo levantándose también.
-Kurt todo…
-Escuchame...— interrumpió Kurt parándose delante— prometeme que te cuidaras por favor.
-Por supuesto que lo haré...
-Di las palabras…
-Kurt… te lo prometo… prometo que iré con cuidado, ¿de acuerdo? —dijo tomándole la cara— además mi suegro exigió que no me hiciera el héroe… no tengo otra alternativa… —añadió sonriendo, su esposo lo miro con ganas de llorar, reír y abrazarlo para no soltarlo nunca, todo al mismo tiempo.
-Si hay mucha gente…
-Si hay mucha gente, me devuelvo… tomamos agua del retrete por último… —terminó por decir Blaine soltando una pequeña carcajada, Kurt puso cara de asco pensando que una cosa era la prudencia ante el peligro y otra muy distinta era olvidar la civilidad y lo buenos modales.
-Vamos Blaine… —susurró Kurt mientras se paseaba de un lado a otro en al puerta del edificio, tenía en sus manos un par de paraguas con motivos infantiles y miraba de vez en cuando hacia la calle bien cerca de la puerta vidriada, para luego chequear en su teléfono la hora y el trayecto del bus escolar donde venían sus hijos— vamos… —repitió un par de veces más, casi como un mantra auto calmante.
-¿Esperando a los pequeños?...
-¡Señor Jenkins!... ¡me dio un susto de muerte!… —exclamó Kurt tomándose el pecho sorprendido.
-¡Oh!... disculpe señor Hummel… no quise… de verdad...
-No se preocupe… —dijo tratando de relajarse con ejercicios respiratorios— es todo esto lo que me tiene con los nervios de punta… —agregó volviendo a mirar su teléfono y hacia ambos lados de la calle de manera alternada.
-Lo imagino… pero el experto del ayuntamiento fue bien claro explicando las ventajas de la construcción del edificio… ¿cuál es la zona segura de su departamento?
-El baño principal… —respondió comenzando a pasearse nuevamente.
-Que agradable, el mio es el closet de limpieza… espero no tener que usarlo… —dijo el Señor Jenkins poniendo cara de vomito.
-Ni yo… —agrego Kurt mirándolo de reojo.
-¿El Señor Anderson?...
-Fue a comprar algunas cosas… salio hace como media hora y aún no regresa…
-¡Salio!... ¡¿no escucho lo que dijo el experto sobre lo peligroso que es salir a la calle en situaciones como esta?! —exclamó el portero dando a su cara una expresión de asombro máximo, Kurt creyó que hasta el bigote se le tensaba.
-Lo escuchó… pero creo que le gusta despreciar las opiniones de la gente… incluidas las de su esposo… —respondió Kurt cruzándose de brazos, el Señor Jenkins sintió que la conversación se tornaba un poco incómoda para ambos y terminó excusándose aludiendo a una llamada inexistente.
-Por fin… una preocupación menos… —dijo viendo en su pantalla que el autobús doblaba hacia la Fifth Av, por la 66th st., salió hacia la calle comprobando que el viento y la lluvia se hacían más intensas, espero que el autobús doblara en «u» en la esquina de la 65th y se aproximo a la orilla de la calle, Henry y Lizzie hacían señas desde el minuto que vieron a su Papá esperandolos, el pequeño ya estaba en el primer peldaño de la puerta presto a bajarse, mientras que su hermana esperaba atrás bien afirmada del tubo inmediato a la salida, traía Rita en sus brazos y venía tan despeinada como si el huracán «Gordon» ya la hubiera tomado y dado tres vueltas completas, Kurt sonrió y les hizo una seña de vuelta.
-¡Papá!... ¡suspendieron las clases!... —exclamó Henry apenas puso un pie en la acera, le dio un beso a su Papá y recibió de este un abrazo y el paraguas que le correspondía.
-¿Hablas enserio cariño?
-¡SI!... todos estaban «enrevolucionados»... —insistió el pequeño ayudando a su hermana a bajar.
-¡Papá!... ¡«sunperdieron» las clases! —exclamó Lizzie como si dijera la última novedad del año.
-¿De verdad cariño?... ¿y sabes por qué?... —dijo Kurt entregando el segundo paraguas, le hizo una seña al conductor del autobús y tomó a sus dos hijos de la mano.
-¡Yo sé!... —dijo Henry levantando la mano.
-¡Yo «tamben» sé «Hendry»!… ¡hola! —agregó la pequeña blanqueando los ojos.
-Pues ambos tendrán la oportunidad de contarme, ahora entremos antes que el viento les juegue una mala pasada a sus paraguas… —sentencio Kurt apurando sus pasos.
-¿Dónde esta el «Señor Botones»? —quiso saber Henry abriendo la puerta para todos.
-En la cocina cariño, donde corresponde… —respondió Kurt entrando tras su hija.
-¿No salió de paseo?... —agregó Lizzie tomándose la cara con paraguas y todo.
-No bebé, ya ves como esta el tiempo… ningún animalito merece andar mojándose por ahí...
-¿Y el «Papáblen»? —preguntó Henry sacudiendo el agua de su paraguas en un bote elegante dispuesto para ello, Kurt tomó el de Lizzie e hizo lo mismo.
-Fue a comprar algunas cosas que necesitábamos…
-¿Es por lo del… H-U-R-A-C-A-N? —respondió su hijo mirando de reojo a su hermana que trataba de tirar su cabello hacia atrás pero solo conseguía despeinarlo aún más.
-Así es cariño… ¿que sabes tu sobre eso? —pregunto Kurt bajando a su altura, le acomodó la ropa y le saco la mochila de la espalda.
-La Señorita Walton explicó que el... ya sabes… llegará en la tarde, que por eso se suspendían las clases en todo el estado y debíamos estar con nuestras familias por si nos daba miedo, pero yo no le tengo miedo a eso… —dijo Henry irguiéndose como lo hacía siempre que presumía de su valentía.
-Lo se cariño… —respondió dándole un beso en la mejilla— y te agradezco que mantegas reserva frente a tu hermanita… ella sí que podría asustarse.
-Yo no estoy «asupstada»… Alaska sí, porque su Mamá estaba llorando cuando la fue a buscar, dijo que le tenía miedo al señor «Gondrón».
-¿Eso es verdad bebé? — pregunto Kurt acercándose esta vez a su hija, también le arregló el atuendo que vestía y sacó desde su propio bolsillo una coleta para atarle el cabello en un moño bien alto y abundante.
-Si… es lo que vi… ¿donde esta el «Papáblen»?, ¿salió con el «Señor Motones» a comparar?
-No... como dije, ese animalito esta en la cocina, el «Papáblen» fue solo y ya debe estar por llegar… o eso espero… —dijo Kurt murmurando casi para sí la última de sus palabras, echó un vistazo a la calle nuevamente y a su teléfono acto seguido, luego volvió a tomar a un niño en cada mano y se encaminó hacia el ascensor, el Señor Jenkins los saludo a la distancia y ambos pequeños rieron disimulados del atuendo «amarillo pato» que vestía— muy bien…. —agregó presionando el botón del elevador.
-¿Estás preocupado Papá? —pregunto Henry mirando a Kurt hacia arriba.
-¿Quien esta «prencupado»? — dijo la pequeña mirando a todos.
-El Papá…. —repitió Henry señalando a su padre.
-¿Estás «prencupado» Papá? —repitió Lizzie queriendo llorar.
-¿Que?... ¡no!... cariño… tranquila... no estoy preocupado… por supuesto que no… es más, nadie de esta familia debería de estarlo… ¿y saben por qué?... —sus hijos negaron con la cabeza al unísono— porque hace un rato, el «Papáblen» y yo, asistimos a una reunión donde nos dijeron que este edifico es super extra seguro y nos dieron consejos de lo debíamos y que no hacer mientras dure la tormenta… —explicó subiendo al ascensor— por lo tanto… nadie… esta preocupado… —repitió tomando más aire que el habitual, volvió a mirar la hora en su teléfono y se quedó con la vista fija en la salida los cuatro segundos que tardó la puerta del ascesor en cerrarse.
-Bien… gracias por asistir y manténgase a salvo… aquí están las zonas seguras de cada departamento, por favor tomen la hoja que les corresponda —dijo como última cosa el experto en desastres, enseño un alto de papeles y los dejos sobre el escritorio ordenados de mayor a menor, luego se retiró a su asiento y un par de tímidos aplausos surgieron desde los asientos más alejados, el presidente de la comunidad fue el primero en tomar la hoja que le correspondía y dio por finalizada la reunión, todos comenzaron a acercarse de a poco a recoger la información, algunos más apresurados que otros, Blaine hizo lo propio tomando el papel correspondiente a su piso, lo leyó en silencio y volvió hasta donde se encontraba su esposo.
-No vas a creer cuál es la zona más segura de nuestro departamento… —dijo entregado la hoja de papel.
-Lo que no puedo creer es todo esto... —respondió Kurt recibiendola sin mirarla, estaba aún sin moverse de la silla y mirando con mala cara al experto en desastres, como si él tuviste la culpa de que «Gordon» cambiará la trayectoria y estuviera a punto de aterrizar en Manhattan— estúpida reunión, si alguien estaba confiado y con esperanzas de que todo saldría bien, de seguro y ya no lo esta tanto —agregó tomándose la cabeza.
-Eso es muy cierto… esta ha sido sin duda la reunión más desalentadora en la que he estado, eso que estuve en en el Club Glee cuando Finn estaba a cargo —dijo Blaine como pensando en aquello, se levantó de la silla al igual que la mayoría de los asistentes y se aprestó a salir.
-Agrega inútil...
-Pues yo no diría inútil, quede más que satisfecho al saber que nuestros vidrios resisten incluso pájaros desorientados e insectos suicidas —agregó Blaine riendo al recordar el dato sobre los vidrios que habían mencionado el funcionario del ayuntamiento.
-No bromees ahora por favor… —pidió su esposo haciendo el gesto de alto con sus manos.
-No bromeo, son los datos que nos dijeron —recordó Blaine sentándose de nuevo, se acercó un poco para hacerle unas cosquillas pero Kurt le hizo el quite a su mano y a él mismo— ¿qué ocurre? —preguntó al sentirse rechazado.
-...
-¿Kurt?... —insistió buscando su mirada.
-No puedo creer que este edificio tenga mampostería en mármol de Carrara y no un generador de electricidad que le de autonomía de 12 horas como mínimo... —respondió exhalando su frustración en un suspiro largo y hondo.
-Ningún edificio residencial lo tiene, a no ser que sea uno dedicado a la atención de urgencia, como un hospital o algo.
-Pues este debería tenerla… la gente necesita electricidad...
-Por cierto que la necesita… pero no te preocupes — dijo Blaine acariciándole la espalda— cuando vaya a comprar, vere si hay algun generador portátil… ese supermercado tiene de todo.
-¿Aun insistes con eso?...
-No es que insista Kurt… debemos abastecernos, bien escuchaste lo que dijo el experto…
-El señor profeta del apocalipsis querrás decir… —interrumpió llevándose las dos manos a la cabeza.
-Oye… todo estará bien, ya te dije que en una hora estoy de regreso… ¿que tal si tu te encargas de recibir a nuestros hijos y yo voy mientras tanto a hacer las compras de emergencia?... así tenemos todo lo importante antes de que empiece el asunto… —Kurt no dijo nada y se restregó las sienes, esta vez más encorvado en el asiento que antes, tanto, que sus codos tocaron sus rodillas— te juro que si me lleva el viento y despierto en OZ, haré lo posible por venir a buscarte… o tomare fotos de todo para enseñartelas luego… —insistió Blaine abrazándolo por sobre la silla, acercó su cabeza a la de él y con la nariz le rozó el cuello y la cara, Kurt soltó una pequeña risa sin creer aún que la situación parecía ser más grave de lo que había imaginado. Mientras seguía cabeza agacha confortado por su esposo, solo veía pasar por su lado zapatos de diferente tipo, los habitantes del edificio iban saliendo en orden y los rezagados parecían tener preguntas extras para los expertos que aún se mantenían en la cabecera del salón.
-Disculpen… ¿saben ustedes si el lugar seguro es el mismo para el departamento del «Penthouse»?, porque...
-¡Vea su papel!… —exclamo Kurt sin prestar atención.
-Esta todo allí… —añadió Blaine sin mirar al señor de baja estatura, calvo y vestido elegante que se había acercado a ellos para inquerir algunos datos.
-Actores… —murmuró Rupert Murdoch blanqueando los ojos, tomó la hoja desde la mano de uno de sus asistentes y partió despotricando contra el huracán, los actores y la mala voluntad de la gente que lo rodeaba.
-¿Vamos?... —dijo Blaine haciéndole un cariño en la cara— mientras mas antes me vaya a comprar, más antes volveré… —agregó poniéndose de pie, para hacerse paso entre las sillas después.
-Blaine… —respondió su esposo levantándose también.
-Kurt todo…
-Escuchame...— interrumpió Kurt parándose delante— prometeme que te cuidaras por favor.
-Por supuesto que lo haré...
-Di las palabras…
-Kurt… te lo prometo… prometo que iré con cuidado, ¿de acuerdo? —dijo tomándole la cara— además mi suegro exigió que no me hiciera el héroe… no tengo otra alternativa… —añadió sonriendo, su esposo lo miro con ganas de llorar, reír y abrazarlo para no soltarlo nunca, todo al mismo tiempo.
-Si hay mucha gente…
-Si hay mucha gente, me devuelvo… tomamos agua del retrete por último… —terminó por decir Blaine soltando una pequeña carcajada, Kurt puso cara de asco pensando que una cosa era la prudencia ante el peligro y otra muy distinta era olvidar la civilidad y lo buenos modales.
-Vamos Blaine… —susurró Kurt mientras se paseaba de un lado a otro en al puerta del edificio, tenía en sus manos un par de paraguas con motivos infantiles y miraba de vez en cuando hacia la calle bien cerca de la puerta vidriada, para luego chequear en su teléfono la hora y el trayecto del bus escolar donde venían sus hijos— vamos… —repitió un par de veces más, casi como un mantra auto calmante.
-¿Esperando a los pequeños?...
-¡Señor Jenkins!... ¡me dio un susto de muerte!… —exclamó Kurt tomándose el pecho sorprendido.
-¡Oh!... disculpe señor Hummel… no quise… de verdad...
-No se preocupe… —dijo tratando de relajarse con ejercicios respiratorios— es todo esto lo que me tiene con los nervios de punta… —agregó volviendo a mirar su teléfono y hacia ambos lados de la calle de manera alternada.
-Lo imagino… pero el experto del ayuntamiento fue bien claro explicando las ventajas de la construcción del edificio… ¿cuál es la zona segura de su departamento?
-El baño principal… —respondió comenzando a pasearse nuevamente.
-Que agradable, el mio es el closet de limpieza… espero no tener que usarlo… —dijo el Señor Jenkins poniendo cara de vomito.
-Ni yo… —agrego Kurt mirándolo de reojo.
-¿El Señor Anderson?...
-Fue a comprar algunas cosas… salio hace como media hora y aún no regresa…
-¡Salio!... ¡¿no escucho lo que dijo el experto sobre lo peligroso que es salir a la calle en situaciones como esta?! —exclamó el portero dando a su cara una expresión de asombro máximo, Kurt creyó que hasta el bigote se le tensaba.
-Lo escuchó… pero creo que le gusta despreciar las opiniones de la gente… incluidas las de su esposo… —respondió Kurt cruzándose de brazos, el Señor Jenkins sintió que la conversación se tornaba un poco incómoda para ambos y terminó excusándose aludiendo a una llamada inexistente.
-Por fin… una preocupación menos… —dijo viendo en su pantalla que el autobús doblaba hacia la Fifth Av, por la 66th st., salió hacia la calle comprobando que el viento y la lluvia se hacían más intensas, espero que el autobús doblara en «u» en la esquina de la 65th y se aproximo a la orilla de la calle, Henry y Lizzie hacían señas desde el minuto que vieron a su Papá esperandolos, el pequeño ya estaba en el primer peldaño de la puerta presto a bajarse, mientras que su hermana esperaba atrás bien afirmada del tubo inmediato a la salida, traía Rita en sus brazos y venía tan despeinada como si el huracán «Gordon» ya la hubiera tomado y dado tres vueltas completas, Kurt sonrió y les hizo una seña de vuelta.
-¡Papá!... ¡suspendieron las clases!... —exclamó Henry apenas puso un pie en la acera, le dio un beso a su Papá y recibió de este un abrazo y el paraguas que le correspondía.
-¿Hablas enserio cariño?
-¡SI!... todos estaban «enrevolucionados»... —insistió el pequeño ayudando a su hermana a bajar.
-¡Papá!... ¡«sunperdieron» las clases! —exclamó Lizzie como si dijera la última novedad del año.
-¿De verdad cariño?... ¿y sabes por qué?... —dijo Kurt entregando el segundo paraguas, le hizo una seña al conductor del autobús y tomó a sus dos hijos de la mano.
-¡Yo sé!... —dijo Henry levantando la mano.
-¡Yo «tamben» sé «Hendry»!… ¡hola! —agregó la pequeña blanqueando los ojos.
-Pues ambos tendrán la oportunidad de contarme, ahora entremos antes que el viento les juegue una mala pasada a sus paraguas… —sentencio Kurt apurando sus pasos.
-¿Dónde esta el «Señor Botones»? —quiso saber Henry abriendo la puerta para todos.
-En la cocina cariño, donde corresponde… —respondió Kurt entrando tras su hija.
-¿No salió de paseo?... —agregó Lizzie tomándose la cara con paraguas y todo.
-No bebé, ya ves como esta el tiempo… ningún animalito merece andar mojándose por ahí...
-¿Y el «Papáblen»? —preguntó Henry sacudiendo el agua de su paraguas en un bote elegante dispuesto para ello, Kurt tomó el de Lizzie e hizo lo mismo.
-Fue a comprar algunas cosas que necesitábamos…
-¿Es por lo del… H-U-R-A-C-A-N? —respondió su hijo mirando de reojo a su hermana que trataba de tirar su cabello hacia atrás pero solo conseguía despeinarlo aún más.
-Así es cariño… ¿que sabes tu sobre eso? —pregunto Kurt bajando a su altura, le acomodó la ropa y le saco la mochila de la espalda.
-La Señorita Walton explicó que el... ya sabes… llegará en la tarde, que por eso se suspendían las clases en todo el estado y debíamos estar con nuestras familias por si nos daba miedo, pero yo no le tengo miedo a eso… —dijo Henry irguiéndose como lo hacía siempre que presumía de su valentía.
-Lo se cariño… —respondió dándole un beso en la mejilla— y te agradezco que mantegas reserva frente a tu hermanita… ella sí que podría asustarse.
-Yo no estoy «asupstada»… Alaska sí, porque su Mamá estaba llorando cuando la fue a buscar, dijo que le tenía miedo al señor «Gondrón».
-¿Eso es verdad bebé? — pregunto Kurt acercándose esta vez a su hija, también le arregló el atuendo que vestía y sacó desde su propio bolsillo una coleta para atarle el cabello en un moño bien alto y abundante.
-Si… es lo que vi… ¿donde esta el «Papáblen»?, ¿salió con el «Señor Motones» a comparar?
-No... como dije, ese animalito esta en la cocina, el «Papáblen» fue solo y ya debe estar por llegar… o eso espero… —dijo Kurt murmurando casi para sí la última de sus palabras, echó un vistazo a la calle nuevamente y a su teléfono acto seguido, luego volvió a tomar a un niño en cada mano y se encaminó hacia el ascensor, el Señor Jenkins los saludo a la distancia y ambos pequeños rieron disimulados del atuendo «amarillo pato» que vestía— muy bien…. —agregó presionando el botón del elevador.
-¿Estás preocupado Papá? —pregunto Henry mirando a Kurt hacia arriba.
-¿Quien esta «prencupado»? — dijo la pequeña mirando a todos.
-El Papá…. —repitió Henry señalando a su padre.
-¿Estás «prencupado» Papá? —repitió Lizzie queriendo llorar.
-¿Que?... ¡no!... cariño… tranquila... no estoy preocupado… por supuesto que no… es más, nadie de esta familia debería de estarlo… ¿y saben por qué?... —sus hijos negaron con la cabeza al unísono— porque hace un rato, el «Papáblen» y yo, asistimos a una reunión donde nos dijeron que este edifico es super extra seguro y nos dieron consejos de lo debíamos y que no hacer mientras dure la tormenta… —explicó subiendo al ascensor— por lo tanto… nadie… esta preocupado… —repitió tomando más aire que el habitual, volvió a mirar la hora en su teléfono y se quedó con la vista fija en la salida los cuatro segundos que tardó la puerta del ascesor en cerrarse.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, espero que Blaine llegué pronto y este bien, y que el señor Botones no se asuste mucho, espero con ganas el próximo capítulo., te deseo un excelente fin de semana.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa
Hola Gaby... ¿como estas?,
Gabriela Cruz escribió:espero que Blaine llegué pronto y este bien, y que el señor Botones no se asuste mucho, espero con ganas el próximo capítulo., te deseo un excelente fin de semana.
Gracias linda, igual para ti, y Blaine siempre estara bien!!!
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«Gordon»
Part IV
«Gordon»
Part IV
Agosto de 2027
-Esto será difícil…. —murmuró Blaine mientras trataba de encontrar estacionamiento en la calle University PI, giro por la E 13th st. y termino aparcando el auto casi a dos cuadras del supermercado. La fila para ingresar era de unos cuantos metros y parecía ser una exhibición de coloridos y diversos paraguas, el guardia de la puerta dejaba entrar por grupos a los clientes que buscaban suministros para la emergencia, a su vez, un par de empleados vestidos con trajes de lluvia, repartían números de acuerdo a la sección en la que cada cliente compraría, dando a cado uno una bolsa reutilizable, Blaine se puso el gorro de su chaqueta impermeable y se ubicó al final de la fila, se empino para contar mentalmente los clientes que estaban antes que él y calcular así el tiempo que demoraría en tan solo entrar en el supermercado, tomó su teléfono para llamar a Kurt y contarle que tal vez sería más de la hora que había calculado.
-No se moleste… no hay señal… —advirtió una mujer que estaba inmediatamente delante de él.
-¿No?... —contesto Blaine aun con el teléfono en la oreja.
-No, hace rato quise llamar a mi madre pero no pude comunicarme… dicen que es por el huracán, pero yo creo que es el gobierno que quita la señal para evitar… ya sabe… —agregó como si su interlocutor efectivamente supiera de lo que estaba hablando, Blaine hizo una mueca como de conformidad y guardo su teléfono.
-¿Hace rato que esta aquí?
-Como dos horas…¡acaso nadie trabaja en este lugar! —exclamó dirigiendo su voz hacia los empleados que estaban a media cuadra de distancia, algunos clientes miraron a la mujer con desdén mientras que otros comenzaron a emitir tímidos chiflidos de disconformidad, el guardia abandonó su puesto y miro con mala cara a todos, casi amenazandolos con la mirada, las protestas se silenciaron y los empleados siguieron repartiendo los números y las bolsas.
-¿Que va a comprar? —preguntó el empleado que llevaba unos cuatro rollos de número de diferentes colores a la mujer quisquillosa delante de Blaine.
-Un bikini y factor solar… ¡agua que mas voy a comprar!... —respondió gesticulando con sus manos.
-Muy bien… —dijo el empleado entregando el número, su compañero le facilitó una bolsa y la mujer terminó recibiendo todo de mala gana.
-¿Que va a comprar? —repitió esta vez en frente de Blaine.
-Agua, baterías y si es posible leche y algo de comida congelada… —respondió estirando su mano.
-Todo es posible en «Whole foods market» —respondió tras la capucha plastica, tomó tres números del mismo número de colores y se dispuso a entregarlos— además… —el empleado se quitó el gorro y se quedó viendo a Blaine con una gran sonrisa— Blaine Anderson… —dijo poniendo voz de estúpido.
-Soy yo… —agrego el aludido tratando de tomar alguno de los números si dar importancia a que el empleado lo había reconocido, siempre era amable con sus fans pero sintió que en aquella ocasión era inapropiado tener que lidiar con fotos y autógrafos.
-¿No te acuerdas de mi? —dijo el empleado tirándose el pelo hacia atrás como para despejar su cara.
-¿Lo conozco?...
-Soy Nathan Supnick… —respondió apuntandose a si mismo— del «Animal adoption center» en New Jersey… —Blaine arrugó el entrecejo para recordar mejor— le ayude a escoger a su perro hace como dos años… —agregó el muchacho en tono de pregunta.
-¡Ah claro!… por supuesto… ¿trabajas aquí también?
-También, el voluntariado que hago con los animales no paga el alquiler… —respondió arreglándose el pelo.
-Algo imprescindible en New York… gusto en verte, y debes saber que mis hijos aman cada dia mas al perro que nos recomendaste, así que él esta muy bien, ¿cual es mi numero?... —agrego Blaine haciendo ademán de tomar cinco de una vez
-Claro… ¡Nick!... —exclamó llamando al guardia que custodiaba la puerta— acompáñame… —agregó entregando los números a su compañero el de las bolsas.
-¡Oh no!… no quiero pasar a llevar nadie, todos tenemos las mismas necesidade aquí… —dijo Blaine sin moverse del sitio, se metió las manos a los bolsillos y se corrió un par de pasos como haciéndose el desentendido, la mujer quisquillosa lo miró como si oliera algo desagradable.
-No lo harás… pero tampoco puedes pedirme que deje de hacer algo por alguiena quien tanto am…diro... es decir admiro… admiro… —dijo Nathan haciendo un guiño.
-Ok… —contesto Blaine abandonando la fila.
-¿Cual es el problema? —preguntó el guardia con cara de pocos amigos.
-¿Recuerdas ese desperfecto que teníamos en el pasillo de los quesos?
-¿Pasillo de los quesos? —repitió Nick mirando a Blaine y a quien le hablaba de manera alternada.
-Si… bueno yo me acuerdo, y esta es la persona que lo solucionara… —dijo Nathan señalando a su ídolo de la música, Blaine no supo qué cara poner así es que sonrió medio chueco, el guardia miró con más desconfianza a ambos— ¿que?... —agrego al ver la cara de Nick— escucha, si tu quieres dar las explicaciones al señor Beilman de porque en plena emergencia el estante congelador…
-Pasa...—termino por decir el guardia haciendo una seña con su mano.
-Gracias… —respondió Nathan como cantando de manera burlona, paso por su lado y le hizo un par de muecas infantiles a sus espaldas.
-Gracias por esto… —susurró Blaine llevándose el teléfono de nuevo a la oreja.
-No te preocupes... y si quieres llamar, puedes hacerlo desde las oficinas del personal, allí hay un par de teléfonos públicos, las señales están tan inestables que nadie logra decir ni «hola».
-Ok… —conesto guardando el aparato.
-Por aquí… —indicó Nathan señalando el callejón inmediato al edificio, Blaine lo siguió a cierta distancia pensando en qué diría su esposo si se enterara que un fan lo llevó por un callejón solitario, sonrió para si, miro hacia atrás y vio cómo casi 15 personas se habían integrado a la fila de espera, sintió una punzada de remordimientos pero pensó en Kurt y en sus hijos y dio gracias de que podría llegar antes de lo presupuestado.
-¡«Señor Motones» suspendieron las clases!... —entró gritando Lizzie como desaforada, se quitó la mochila y el sweater y los dejo a medio camino entre el recibidor y la sala.
-Con cuidado cariño, luego te aseas y te pones el pijama… ¿de acuerdo?...
-...
-¡Lizzie!...
-¡Si!... —grito la pequeña casi llegando a la cocina
-¿El pijama Papá?… —dijo Henry entrando con más calma, también se quitó la ropa extra y la dejó colgada en el armario al lado de la puerta.
-Asi es… ya que esta situación nos impedirá salir a ningun lado… es mejor que se pongan cómodos… y que más cómodo que un pijama… ¿no crees?... —respondió Kurt mirando de reojo su teléfono.
-Papá, si estás preocupado, deberías decírmelo… yo soy grande… —dijo Henry en tono medio molesto.
-Se que lo eres bebé, pero si estoy preocupado o no… cosa que no lo estoy por cierto —insistió mientras colgaba su chaqueta— no es algo que debería de preocuparte a ti… las cosas de grandes, las resolvemos los grandes… —termino por decir dándole un toque en la nariz, Henry blanqueo los ojos como si escuchar aquello fuera lo que más le molestaba escuchar en todo la vida— ahora ve a cambiarte de ropa… —agregó entregandole la mochila— ¿tienes deberes? —pregunto caminando junto a él.
-No… ¿puedo ir a saludar al «Señor Botones» primero?
-Por supuesto cariño, pero después haces lo que te pedí… ¿bueno?
-Sí… —contestó colgándose la mochila nuevamente, acto seguido partió hacia donde dijera dando pequeños saltos, Kurt espero que desapareciera por la puerta de la sala para comenzar con el mantra de «vamos Blaine» de nuevo, sacó el teléfono de su bolsillo e intentó llamarlo.
-¡Maldita señal que se cae con una simple brisa! —exclamó terminando la llamada, miro la hora y tomo aire antes de echar unas cuantas groserías— con un demonio Blaine Anderson, si no llegas con electricidad portatil te juro...
-¡Papá!... ¡ven!.... —escucho desde la cocina — ¡Papá!...
-¡Ya voy cariño!... —dijo caminando hacia donde estaban sus hijos, se detuvo un instante al ver que las lámparas se apagaban unos segundos y volvió a despotricar, esta vez contra Rosario Candela y su incapacidad de incluir un generador de electricidad en el subterráneo.
-Papá, parece que el «Señor Motones» no alcanzo a ir al baño… pero ya lo limpie… —dijo Lizzie enseñando una bolsa con excremento.
-¡Cariño!... —exclamo Kurt poniendo cara de desagrado, Henry rió tapándose la boca— ¡bota eso de inmediato por favor!… ¡y te lavas las manos!... —agregó como con desespero, la pequeña se deshizo de la bolsa en el tarro del fregadero y después acercó un pequeño taburete para alcanzar el grifo y lavarse las manos allí mismo— solo porque hay una emergencia toleraré tanta incivilidad… —murmuró sacando un par de toallas de papel, el perro se dio unas cuantas vueltas sobre su pequeña cama antes de echarse, miró a Kurt y luego se quedó viendo hacia otro lado como disimulando.
-Papá, ¿podemos comer galletas?... —preguntó Henry subiéndose a una de las sillas.
-¡Mejor «cocholate»! —agregó Lizzie secándose las manos la cara y todo lo posible con el par de toallas de papel.
-¿Que tal ambos?... —dijo Kurt tomando el frasco con galletas y una barra de chocolate desde uno de los gabinetes más altos.
-¡Ambos! —exclamaron ambos pequeños al unísono.
-Muy bien… —dijo repartiendo— pero solo uno, no quiero que arruinen su apetito ante del almuerzo.
-¿Y habrá almuerzo? —quiso saber Henry con la boca llena de todo.
-Obvio que si bebé, mientras haya electricidad, podemos tener todo lo que corresponda.
-Y si no la hay también… —dijo Blaine llegando a la cocina, taria la ropa y el cabello mojados y cargaba un par de bolsas en las manos, las dejó sobre la mesa, se quitó la chaqueta impermeable además del sweater y los metió en la secadora, Kurt pensó en advertir que ambas cosas causarían un exceso de pelusas, pero se alegro tanto de verlo llegar por fin, que prefirió callar aquella reprimenda doméstica.
-Gracias a dios… —susurró dejándose caer en una de las sillas como si un peso de toneladas se le quitara de encima.
-¡«Papablen»! —grito Henry bajándose de un salto, corrió hacia él y lo abrazo, Lizzie hizo un baile de felicidad arriba del taburete, Blaine los saludo a ambos y luego se acercó a su esposo.
-Lo siento… —dijo besándolo e indicando su reloj
-Ya estas aqui que es lo importante… —respondio dandole otro beso.
-¡Hay muchas cosas!... ¿podemos verlas «Papáblen»?
-Por supuesto hijo, es más, seria de gran ayuda que tú y tu hermanita ordenaran todo sobre la mesa.
-Sí… —dijo Henry arremangandose, Lizzie se bajó de donde estaba subida y se encaramó al lado de su hermano para ayudarlo a sacar las cosas.
-¡Hay mucha agua! —exclamó la pequeña tomándose la cara.
-Es la que necesitamos bebé… ¿había mucho caos allá afuera? —pregunto Kurt comenzado a preparar café.
-Un poco… —respondió lavándose las manos— la fila para entrar al supermercado era enorme, yo diría que un par de cuadras —explicó quitandose el exceso de agua.
-Vaya… debiste armarte de paciencia entonces...
-Un poco pero…
-¿Qué es esto «Papáblen»? —preguntó Henry tomando un pequeño empaque con algo que parecía ser una radio portátil dentro, pero que tenía una manivela como si fuera un juguete a cuerda.
-¡Ah!, eso es super genial… —respondio acercandose, movió la silla inmediata a la que usaba su hijo y se sentó a su lado— esto es una radio, pero funciona con la electricidad que pueda proporcionarle este dinamo… —añadió señalando la manivela— creo y te divertiras haciéndola funcionar.
-¡Super sensacional! —exclamó Henry mirándola por todos lados.
-¿Decias?... —continuó diciendo Kurt entregandole una taza vacía, dispuso un par de cubiertos y servilletas ademas de mas galletas, Lizzie tomó una de manera disimulada
-Nada… bueno, había mucha gente, pero alguien me ayudó y terminé saltandome la fila…
-¿Saltandote la fila Blaine Anderson?
-Si… se que suena un poco egoísta e irrespetuoso, pero si no hubiera aceptado esa ayuda, aun estaria sin poder ni siquiera entrar.
-¿Puedo abrirla? —pregunto Henry que seguía concentrado en la radio con dinamo.
-Por supuesto hijo…
-¡Con los dientes no! —exclamaron sus dos padres al mismo tiempo, Henry se quedó como estatua y los miro con cara de divertida, Lizzie seguía comiendo más galletas de las autorizadas.
-Toma cariño… —dijo Kurt entregando unas tijeras de seguridad, se dio media vuelta y tomó la jarra con café, sirvió para su esposo y para él y se sentó en la silla desocupada— ¿quien te ayudo?...
-¿Como?...
-Dijiste que alguien te ayudó a entrar antes que todos… ¿quien? —insistió dando un sorbo a su taza.
-Alguien amable… —dijo Blaine mirando a su hijo que parecía y había encontrado entretención para 10 horas como mínimo— con cuidado Princesa… —agrego al ver que su hija se empinaba en la silla para alcanzar las botellas de agua y ordénalas en una fila bien correcta.
-Espero y con ese alguien… te refieras a una monja de la caridad o un pastor adventista… —susurró Kurt tras su taza.
-No… —contesto Blaine riendo— no fue una monja ni un pastor… fue… alguien conocido...
-¡Oh por dios!… si me dices que te encontraste con Karofsky o con Sebastian te juro por dios que tendrás que pasar esta emergencia en el cuarto de limpieza junto al Señor Jenkins… —advirtió de corrido.
-Si claro, como que ellos ahora trabajan en una tienda de comestible… ¿que pasa contigo?
-No lo se… dímelo tú… —respondió con los ojos bien abiertos.
-Ok… te lo diré, pero no te molestes..
-Si me dices eso me molesto de inmediato…
-Ok… fue el chico este… el que nos ayudó en el refugio de animales en Jersey… —respondió en voz baja.
-¿Que?... ¿ese que casi se te tira encima? —pregunto en el mismo tono, Henry tenía la radio en la oreja y junto a Lizzie compartían el parlante escuchando de lo mas interesados.
-Kurt…
-¿Le coqueteaste?... ¿no es así?
-¿Que?... no… ¿por que dices eso?
-Por qué es la verdad… ¡uy!... ¿sabes que?... —añadió levantándose— dejaste de ser mi persona favorita en este momento… odio cuando haces eso…
-¿Hacer que?
-Bien que lo sabes… —agregó entre dientes, le dio una mirada como de hielo y se alejó de él para acercarse sus hijos, Blaine se quedó con la respuesta atragantada y no supo bien si reír o molestarse ante lo que acababa de suceder.
-Esto será difícil…. —murmuró Blaine mientras trataba de encontrar estacionamiento en la calle University PI, giro por la E 13th st. y termino aparcando el auto casi a dos cuadras del supermercado. La fila para ingresar era de unos cuantos metros y parecía ser una exhibición de coloridos y diversos paraguas, el guardia de la puerta dejaba entrar por grupos a los clientes que buscaban suministros para la emergencia, a su vez, un par de empleados vestidos con trajes de lluvia, repartían números de acuerdo a la sección en la que cada cliente compraría, dando a cado uno una bolsa reutilizable, Blaine se puso el gorro de su chaqueta impermeable y se ubicó al final de la fila, se empino para contar mentalmente los clientes que estaban antes que él y calcular así el tiempo que demoraría en tan solo entrar en el supermercado, tomó su teléfono para llamar a Kurt y contarle que tal vez sería más de la hora que había calculado.
-No se moleste… no hay señal… —advirtió una mujer que estaba inmediatamente delante de él.
-¿No?... —contesto Blaine aun con el teléfono en la oreja.
-No, hace rato quise llamar a mi madre pero no pude comunicarme… dicen que es por el huracán, pero yo creo que es el gobierno que quita la señal para evitar… ya sabe… —agregó como si su interlocutor efectivamente supiera de lo que estaba hablando, Blaine hizo una mueca como de conformidad y guardo su teléfono.
-¿Hace rato que esta aquí?
-Como dos horas…¡acaso nadie trabaja en este lugar! —exclamó dirigiendo su voz hacia los empleados que estaban a media cuadra de distancia, algunos clientes miraron a la mujer con desdén mientras que otros comenzaron a emitir tímidos chiflidos de disconformidad, el guardia abandonó su puesto y miro con mala cara a todos, casi amenazandolos con la mirada, las protestas se silenciaron y los empleados siguieron repartiendo los números y las bolsas.
-¿Que va a comprar? —preguntó el empleado que llevaba unos cuatro rollos de número de diferentes colores a la mujer quisquillosa delante de Blaine.
-Un bikini y factor solar… ¡agua que mas voy a comprar!... —respondió gesticulando con sus manos.
-Muy bien… —dijo el empleado entregando el número, su compañero le facilitó una bolsa y la mujer terminó recibiendo todo de mala gana.
-¿Que va a comprar? —repitió esta vez en frente de Blaine.
-Agua, baterías y si es posible leche y algo de comida congelada… —respondió estirando su mano.
-Todo es posible en «Whole foods market» —respondió tras la capucha plastica, tomó tres números del mismo número de colores y se dispuso a entregarlos— además… —el empleado se quitó el gorro y se quedó viendo a Blaine con una gran sonrisa— Blaine Anderson… —dijo poniendo voz de estúpido.
-Soy yo… —agrego el aludido tratando de tomar alguno de los números si dar importancia a que el empleado lo había reconocido, siempre era amable con sus fans pero sintió que en aquella ocasión era inapropiado tener que lidiar con fotos y autógrafos.
-¿No te acuerdas de mi? —dijo el empleado tirándose el pelo hacia atrás como para despejar su cara.
-¿Lo conozco?...
-Soy Nathan Supnick… —respondió apuntandose a si mismo— del «Animal adoption center» en New Jersey… —Blaine arrugó el entrecejo para recordar mejor— le ayude a escoger a su perro hace como dos años… —agregó el muchacho en tono de pregunta.
-¡Ah claro!… por supuesto… ¿trabajas aquí también?
-También, el voluntariado que hago con los animales no paga el alquiler… —respondió arreglándose el pelo.
-Algo imprescindible en New York… gusto en verte, y debes saber que mis hijos aman cada dia mas al perro que nos recomendaste, así que él esta muy bien, ¿cual es mi numero?... —agrego Blaine haciendo ademán de tomar cinco de una vez
-Claro… ¡Nick!... —exclamó llamando al guardia que custodiaba la puerta— acompáñame… —agregó entregando los números a su compañero el de las bolsas.
-¡Oh no!… no quiero pasar a llevar nadie, todos tenemos las mismas necesidade aquí… —dijo Blaine sin moverse del sitio, se metió las manos a los bolsillos y se corrió un par de pasos como haciéndose el desentendido, la mujer quisquillosa lo miró como si oliera algo desagradable.
-No lo harás… pero tampoco puedes pedirme que deje de hacer algo por alguiena quien tanto am…diro... es decir admiro… admiro… —dijo Nathan haciendo un guiño.
-Ok… —contesto Blaine abandonando la fila.
-¿Cual es el problema? —preguntó el guardia con cara de pocos amigos.
-¿Recuerdas ese desperfecto que teníamos en el pasillo de los quesos?
-¿Pasillo de los quesos? —repitió Nick mirando a Blaine y a quien le hablaba de manera alternada.
-Si… bueno yo me acuerdo, y esta es la persona que lo solucionara… —dijo Nathan señalando a su ídolo de la música, Blaine no supo qué cara poner así es que sonrió medio chueco, el guardia miró con más desconfianza a ambos— ¿que?... —agrego al ver la cara de Nick— escucha, si tu quieres dar las explicaciones al señor Beilman de porque en plena emergencia el estante congelador…
-Pasa...—termino por decir el guardia haciendo una seña con su mano.
-Gracias… —respondió Nathan como cantando de manera burlona, paso por su lado y le hizo un par de muecas infantiles a sus espaldas.
-Gracias por esto… —susurró Blaine llevándose el teléfono de nuevo a la oreja.
-No te preocupes... y si quieres llamar, puedes hacerlo desde las oficinas del personal, allí hay un par de teléfonos públicos, las señales están tan inestables que nadie logra decir ni «hola».
-Ok… —conesto guardando el aparato.
-Por aquí… —indicó Nathan señalando el callejón inmediato al edificio, Blaine lo siguió a cierta distancia pensando en qué diría su esposo si se enterara que un fan lo llevó por un callejón solitario, sonrió para si, miro hacia atrás y vio cómo casi 15 personas se habían integrado a la fila de espera, sintió una punzada de remordimientos pero pensó en Kurt y en sus hijos y dio gracias de que podría llegar antes de lo presupuestado.
-¡«Señor Motones» suspendieron las clases!... —entró gritando Lizzie como desaforada, se quitó la mochila y el sweater y los dejo a medio camino entre el recibidor y la sala.
-Con cuidado cariño, luego te aseas y te pones el pijama… ¿de acuerdo?...
-...
-¡Lizzie!...
-¡Si!... —grito la pequeña casi llegando a la cocina
-¿El pijama Papá?… —dijo Henry entrando con más calma, también se quitó la ropa extra y la dejó colgada en el armario al lado de la puerta.
-Asi es… ya que esta situación nos impedirá salir a ningun lado… es mejor que se pongan cómodos… y que más cómodo que un pijama… ¿no crees?... —respondió Kurt mirando de reojo su teléfono.
-Papá, si estás preocupado, deberías decírmelo… yo soy grande… —dijo Henry en tono medio molesto.
-Se que lo eres bebé, pero si estoy preocupado o no… cosa que no lo estoy por cierto —insistió mientras colgaba su chaqueta— no es algo que debería de preocuparte a ti… las cosas de grandes, las resolvemos los grandes… —termino por decir dándole un toque en la nariz, Henry blanqueo los ojos como si escuchar aquello fuera lo que más le molestaba escuchar en todo la vida— ahora ve a cambiarte de ropa… —agregó entregandole la mochila— ¿tienes deberes? —pregunto caminando junto a él.
-No… ¿puedo ir a saludar al «Señor Botones» primero?
-Por supuesto cariño, pero después haces lo que te pedí… ¿bueno?
-Sí… —contestó colgándose la mochila nuevamente, acto seguido partió hacia donde dijera dando pequeños saltos, Kurt espero que desapareciera por la puerta de la sala para comenzar con el mantra de «vamos Blaine» de nuevo, sacó el teléfono de su bolsillo e intentó llamarlo.
-¡Maldita señal que se cae con una simple brisa! —exclamó terminando la llamada, miro la hora y tomo aire antes de echar unas cuantas groserías— con un demonio Blaine Anderson, si no llegas con electricidad portatil te juro...
-¡Papá!... ¡ven!.... —escucho desde la cocina — ¡Papá!...
-¡Ya voy cariño!... —dijo caminando hacia donde estaban sus hijos, se detuvo un instante al ver que las lámparas se apagaban unos segundos y volvió a despotricar, esta vez contra Rosario Candela y su incapacidad de incluir un generador de electricidad en el subterráneo.
-Papá, parece que el «Señor Motones» no alcanzo a ir al baño… pero ya lo limpie… —dijo Lizzie enseñando una bolsa con excremento.
-¡Cariño!... —exclamo Kurt poniendo cara de desagrado, Henry rió tapándose la boca— ¡bota eso de inmediato por favor!… ¡y te lavas las manos!... —agregó como con desespero, la pequeña se deshizo de la bolsa en el tarro del fregadero y después acercó un pequeño taburete para alcanzar el grifo y lavarse las manos allí mismo— solo porque hay una emergencia toleraré tanta incivilidad… —murmuró sacando un par de toallas de papel, el perro se dio unas cuantas vueltas sobre su pequeña cama antes de echarse, miró a Kurt y luego se quedó viendo hacia otro lado como disimulando.
-Papá, ¿podemos comer galletas?... —preguntó Henry subiéndose a una de las sillas.
-¡Mejor «cocholate»! —agregó Lizzie secándose las manos la cara y todo lo posible con el par de toallas de papel.
-¿Que tal ambos?... —dijo Kurt tomando el frasco con galletas y una barra de chocolate desde uno de los gabinetes más altos.
-¡Ambos! —exclamaron ambos pequeños al unísono.
-Muy bien… —dijo repartiendo— pero solo uno, no quiero que arruinen su apetito ante del almuerzo.
-¿Y habrá almuerzo? —quiso saber Henry con la boca llena de todo.
-Obvio que si bebé, mientras haya electricidad, podemos tener todo lo que corresponda.
-Y si no la hay también… —dijo Blaine llegando a la cocina, taria la ropa y el cabello mojados y cargaba un par de bolsas en las manos, las dejó sobre la mesa, se quitó la chaqueta impermeable además del sweater y los metió en la secadora, Kurt pensó en advertir que ambas cosas causarían un exceso de pelusas, pero se alegro tanto de verlo llegar por fin, que prefirió callar aquella reprimenda doméstica.
-Gracias a dios… —susurró dejándose caer en una de las sillas como si un peso de toneladas se le quitara de encima.
-¡«Papablen»! —grito Henry bajándose de un salto, corrió hacia él y lo abrazo, Lizzie hizo un baile de felicidad arriba del taburete, Blaine los saludo a ambos y luego se acercó a su esposo.
-Lo siento… —dijo besándolo e indicando su reloj
-Ya estas aqui que es lo importante… —respondio dandole otro beso.
-¡Hay muchas cosas!... ¿podemos verlas «Papáblen»?
-Por supuesto hijo, es más, seria de gran ayuda que tú y tu hermanita ordenaran todo sobre la mesa.
-Sí… —dijo Henry arremangandose, Lizzie se bajó de donde estaba subida y se encaramó al lado de su hermano para ayudarlo a sacar las cosas.
-¡Hay mucha agua! —exclamó la pequeña tomándose la cara.
-Es la que necesitamos bebé… ¿había mucho caos allá afuera? —pregunto Kurt comenzado a preparar café.
-Un poco… —respondió lavándose las manos— la fila para entrar al supermercado era enorme, yo diría que un par de cuadras —explicó quitandose el exceso de agua.
-Vaya… debiste armarte de paciencia entonces...
-Un poco pero…
-¿Qué es esto «Papáblen»? —preguntó Henry tomando un pequeño empaque con algo que parecía ser una radio portátil dentro, pero que tenía una manivela como si fuera un juguete a cuerda.
-¡Ah!, eso es super genial… —respondio acercandose, movió la silla inmediata a la que usaba su hijo y se sentó a su lado— esto es una radio, pero funciona con la electricidad que pueda proporcionarle este dinamo… —añadió señalando la manivela— creo y te divertiras haciéndola funcionar.
-¡Super sensacional! —exclamó Henry mirándola por todos lados.
-¿Decias?... —continuó diciendo Kurt entregandole una taza vacía, dispuso un par de cubiertos y servilletas ademas de mas galletas, Lizzie tomó una de manera disimulada
-Nada… bueno, había mucha gente, pero alguien me ayudó y terminé saltandome la fila…
-¿Saltandote la fila Blaine Anderson?
-Si… se que suena un poco egoísta e irrespetuoso, pero si no hubiera aceptado esa ayuda, aun estaria sin poder ni siquiera entrar.
-¿Puedo abrirla? —pregunto Henry que seguía concentrado en la radio con dinamo.
-Por supuesto hijo…
-¡Con los dientes no! —exclamaron sus dos padres al mismo tiempo, Henry se quedó como estatua y los miro con cara de divertida, Lizzie seguía comiendo más galletas de las autorizadas.
-Toma cariño… —dijo Kurt entregando unas tijeras de seguridad, se dio media vuelta y tomó la jarra con café, sirvió para su esposo y para él y se sentó en la silla desocupada— ¿quien te ayudo?...
-¿Como?...
-Dijiste que alguien te ayudó a entrar antes que todos… ¿quien? —insistió dando un sorbo a su taza.
-Alguien amable… —dijo Blaine mirando a su hijo que parecía y había encontrado entretención para 10 horas como mínimo— con cuidado Princesa… —agrego al ver que su hija se empinaba en la silla para alcanzar las botellas de agua y ordénalas en una fila bien correcta.
-Espero y con ese alguien… te refieras a una monja de la caridad o un pastor adventista… —susurró Kurt tras su taza.
-No… —contesto Blaine riendo— no fue una monja ni un pastor… fue… alguien conocido...
-¡Oh por dios!… si me dices que te encontraste con Karofsky o con Sebastian te juro por dios que tendrás que pasar esta emergencia en el cuarto de limpieza junto al Señor Jenkins… —advirtió de corrido.
-Si claro, como que ellos ahora trabajan en una tienda de comestible… ¿que pasa contigo?
-No lo se… dímelo tú… —respondió con los ojos bien abiertos.
-Ok… te lo diré, pero no te molestes..
-Si me dices eso me molesto de inmediato…
-Ok… fue el chico este… el que nos ayudó en el refugio de animales en Jersey… —respondió en voz baja.
-¿Que?... ¿ese que casi se te tira encima? —pregunto en el mismo tono, Henry tenía la radio en la oreja y junto a Lizzie compartían el parlante escuchando de lo mas interesados.
-Kurt…
-¿Le coqueteaste?... ¿no es así?
-¿Que?... no… ¿por que dices eso?
-Por qué es la verdad… ¡uy!... ¿sabes que?... —añadió levantándose— dejaste de ser mi persona favorita en este momento… odio cuando haces eso…
-¿Hacer que?
-Bien que lo sabes… —agregó entre dientes, le dio una mirada como de hielo y se alejó de él para acercarse sus hijos, Blaine se quedó con la respuesta atragantada y no supo bien si reír o molestarse ante lo que acababa de suceder.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, como estás ?, extraño a mi bebe, aunque quisiera saber cuánto le va a durar el enojo a Kurt, espero que tengas una linda semana.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa, como estás ?, extraño a mi bebe, aunque quisiera saber cuánto le va a durar el enojo a Kurt, espero que tengas una linda semana.
Hola Gaby... y lo se, pero ya volvera Noah, y con respecto a Kurt, solo el lo sabe... gracias linda!!
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«Gordon»
Part V
«Gordon»
Part V
Agosto de 2027
-«Papáblen», este color es como el de «Rita»?... —preguntó Lizzie desde el piso, donde dibujaba sobre la mesa de café.
-A ver Princesa… —respondió Blaine inclinándose hacia ella, estaba sentado en uno de los sofás más grandes con Henry a su lado quien se mantenía atento a lo que escuchaba en la radio— me parece que sí… —dijo mirándolo de cerca— ¿no crees Kurt? —agregó mostrandoselo.
-Por supuesto… —contestó sin siquiera voltearse, parado frente a una de las ventanas miraba como la tormenta se hacía cada vez más intensa, caminaba por ratos cambiándose de lugar, para sentarse luego en la sala junto a su familia pero levantándose al segundo.
-¡Papá!, ¡ni lo miraste!… ¡hola!... —reclamo la pequeña cruzándose brazos, Kurt hizo un gesto de desinterés y se llevó las manos a la espalda como si le dolieran los riñones, luego siguió con inquietud.
-Claro que lo miro Princesa, y dio su aprobación, así es que puedes utilizarlo sin problemas —dijo Blaine haciéndole un cariño en la cara, se volvió a acomodar en el respaldo del sofá vigilando a su esposo, sin saber si su actitud era por nervios o porque aun seguía molesto por lo de Nathan Supnick.
-Papá… están diciendo que el huracán ya esta en la playa de Rockaway… —dijo Henry subiendo la antena de la radio— por no se donde es eso… —agregó moviendo el aparato como si quisiera captar la señal perdida, Kurt no hizo caso y se tomo la cabeza inhalando mas aire que cualquier otra persona viva, Lizzie dio un respingo que le desarmó hasta el moño.
-Pues esa playa queda en Queens… —explicó Blaine como si hablara de los planes para el fin de semana.
-¿Y «kims» queda cerca de aquí?... —quiso saber Lizzie tratando de arreglarse el peinado.
-No tanto Princesa… —respondió haciéndose cargo de lo del pelo.
-Dicen que hay mucho viento y «desprendiciones»
-¿Desperdicios?... —repitió Blaine arrugando el entrecejo.
-Si… —agrego su hijo riendo— ¿que son?
-Pues lo que va dejando el viento a su paso… algunos árboles pueden perder su follaje y ese tipo de cosas —explicó Blaine manteniendo reserva frente a otro tipo de desperdicios que pudieran causar más miedo que nada. Henry emitió un «oh» bien largo y luego se acurrucó a su lado.
-«Papáblen», ¿este color es el de mi cabello?... —dijo Lizzie siguiendo con su dibujo.
-Se parece bastante Princesa… —respondió Blaine sonriendo, Kurt miró de reojo y se sentó menos de un segundo en el rellano de la ventana— ¿por qué no te sientas acá?... —añadió señalando el sofá donde estaban instalados él y Henry— terminarás por gastar esos zapatos tanto que caminas de un lado a otro.
-Son de la temporada pasada, da lo mismo…
-Aun así, aquí hay espacio para todos…
-Estoy bien aquí… gracias… —respondió caminando tres pasos para un lado y otro cuatro para el otro.
-Kurt…
-¡Dije que estoy bien!… —exclamó cortante, luego murmuró un «lo siento» y se quedó con la vista fija en la calle, Blaine se quedó donde estaba asesorando a Lizzie con los crayones y escuchando como Henry relataba el trayecto de «Gordon» con más detalle que cualquier noticiario lo haría.
-Ahora dice esta llegando al norte… ¿donde estamos nosotros? —preguntó Henry moviendo esta vez la manivela de la radio.
-Pues más…
-Henry, cariño… todos sabemos que esto va a llegar aquí no es necesario que estés anunciando cada cosa… ¿por que no sintonizas la radio de los comediantes o algo?... —dijo tomándose el cuello.
-¿El Papá esta enojado conmigo? —quiso saber Henry mirándolo de medio lado, puso la mano cerca de su boca para que lo que decía no lo escuchara nadie excepto Blaine.
-Por supuesto que no… solo esta nervioso por lo del huracán… como todos… —explicó Blaine haciendo el mismo gesto de secreto que su hijo.
-Todos le temen al señor «Grondon», la Mamá de Alaska lo dijo… —dijo Lizzie mientras dibujaba más cabello que cabeza y cuerpo a quien se suponía y era ella con su coneja «Rita», Kurt se hacía el desentendido mientras continuaba con su paseo incansable.
-Pues a mi me parece mas enojado que asustado… —insistió Henry mirándolo ceñudo.
-Lo se… —agrego Blaine besándole la cabeza— ¿que tal si… hacemos descansar un poco este aparato?, ¿y tú y tu hermanita van a jugar un rato con el «Señor Botones»?… después de todo hoy no pudo pasear así es que debe estar bastante aburrido… —dijo Blaine mientras tomaba la radio, la apagaba y dejaba a un costado del sofá.
-Sí… —dijo Lizzie comenzando a guardar sus lápices y demás pertenencias, cerró el cuaderno en el que estaba trabajando e intento guardar todo de cualquier manera dentro de su mochila— «Papáblen», ¡no me caben las «cozas»!... —dijo empujando el cuaderno hacia adentro.
-Yo las ordeno Princesa, tu ve con tu hermano… —respondió el aludido arrodillándose frente a la mesa de café.
-Si, vamos ««Hendry» —dijo Lizzie estirando su mano, Henry se levantó no muy convencido, cogió la mano de su hermana y ambos partieron intercambiando opiniones de manera secreta, Blaine los miró y sonrió ante aquella complicidad que le encantaba, tomo las cosas de su hija y comenzó a ordenarlas dentro de la mochila, todo mientras le daba pequeñas miradas a su esposo quien, de tanto en tanto, hacía lo mismo tratando de no coincidir con él.
-¿Me puedo acercar?, ¿o aun estoy en la lista de tus personas no favoritas?… —pregunto Blaine desde donde estaba.
-Aun lo estas… pero puedes acercarte… —respondió restregándose los brazos como si abrazara a si mismo, Blaine sonrió y se acercó a él parándose justo detrás para mirar también. La calle estaba vacía y el viento parecía y se había acelerado de manera exponencial al tiempo de espera de la llegada del huracán.
-Siento haber reaccionado así con Henry… claramente la radio esa lo mantenía calmado, exagerada e innecesariamente informado, pero calmado…
-Esta bien… —dijo Blaine aproximándose más, Kurt pudo sentir la calidez de su aliento en la nuca.
-No esta bien y lo sabes… odio cuando haces eso… —agregó aproximándose a la ventana en desmedro de su esposo.
-Vaya… ya son dos cosas que odias de mi en un solo dia… ¿estoy en problemas?... —dijo Blaine gesticulando terror con todo su cuerpo.
-Apuesta tus mejores partes a que si… esas mismas partes de las que estoy seguro e hiciste gala para saltarte la fila en el supermercado.
-Kurt… te juro que nada paso… nada…
-No estoy diciendo que haya pasado algo Blaine, porque a todo esto y si fuera así, ni siquiera tendríamos esta conversación, porque estarías justo en medio de la Fifth Av. —dijo señalándolo a él, luego a sí mismo y después a la Fifth Av.
-Ok… cree lo quieras, pero no se como piensas que podría verme atractivo y coquetear si estaba usando una capucha y tenía el cabello y todo lo inimaginable mojado, y eso es...
-¡Por favor! —interrumpió alzando sus brazos con dramatismo— tú podrías ser atractivo aunque tuvieras tos convulsiva y lo sabes, y odio eso… lo odio porque… todos esos movimientos y florituras con las actúas… solo deberían ser para mí… —dijo volviendo a lo de abrazarse a sí mismo.
-Kurt… —respondió su esposo parándose delante— todos mis movimientos son para ti… todos… —agregó dando una profundidad tan sexy a su voz que Kurt sintió que las piernas se le derretian— y he hecho una promesa a mi mismo de demostrártelo todos los días de mi vida —termino por decir sonriéndole con todo el amor que le tenia, Kurt hizo una mueca media torcida y tímida y espero por el beso que su esposo parecía y estaba a punto de darle.
-¿¡Qué demonios!?… —exclamó apartándose.
-¿Que?... —dijo Blaine mirando por sobre su hombro.
-Esa señal… —respondio acercandose mas a la ventana— ¿dice lo que creo que dice? —añadió con su nariz casi pegada al vidrio.
-Lo dice… —contestó Blaine leyendo el letrero en forma de ola que decía «Welcome to Rockaway Beach» y que había quedado colgando de uno de los árboles más altos del otro lado de la Fifth Av.
-¡Oh por dios! —exclamo Kurt retrocediendo algunos pasos y tapándose la boca horrorizado.
-Está aquí… —sentencio su esposo con las manos en la cadera.
-No puede ser… ¿tan pronto?
-Es la única explicación que tengo a lo que estoy viendo… —agregó tomándose la cabeza.
-Sintoniza la radio…
-Claro… —dijo su Blaine caminando hacia el sofá, tomó el aparato y lo encendió, tratando de sintonizar alguna estación pero solo consiguió captar un ruido sordo y atrompetado, movió la manivela para darle más energía y el dial para encontrar algo más que solo estática.
-Busca la estación de emergencia —pidió Kurt tomándose el pecho, Blaine hizo lo que le pidieran logrando captar algo que parecía ser el discurso del gobernador de New York que pedía a todos mantenerse a salvo, no salir a la calle, ni intentar tomar fotos en la costa.
-Creo que es hora de ir a nuestra zona segura… —dijo Blaine tomándole la mano, su esposo no dijo nada y se la agarró de vuelta con fuerza.
-Blaine… yo...
-Lo se… pero te juro y estamos seguros aquí… ¿escuchaste al señor del ayuntamiento?, ¿verdad?
-Si…
-Muy bien… vamos…
-Blaine… —repitió deteniéndose luego de dar otros tres pasos.
-Kurt… amor… te juro y todo estará bien…
-No… yo… quería pedirte disculpas...
-¿Disculpas?... ¿por qué?... —preguntó su esposo tomándole la cara— si es porque estás asustado, créeme que yo yo tambien tengo bastante miedo…
-No… no es por eso… siento haber actuado como estúpido, la pelea que armé fue una estupidez de principio a fin… perdóname por favor…
-No hay problema… —dijo Blaine dándole dos besos seguidos— ahora vamos al baño principal… ¿puedes actuar con normalidad frente a nuestros hijos?, ¿o necesitas un tiempo?
-Esta bien… puedo actuar como sea… —respondió secándose las lágrimas con el puño del sweater— he ganado un par de Tonys, ¿no te acuerdas?
-Mejor actor en todas las ocasiones… —agregó su esposo besándole la mano que le tenía tomada—¿vamos?
-Vamos… —repitió Kurt con una voz más delgada que un hilo— y escuche eso de “amor” —agregó volviendo a usar su ropa como pañuelo, Blaine sonrió y le guiño un ojo.
-¡Papá!.. ¡mira al «Señor Botones»!… —exclamó Henry riendo a la par con su hermana, ambos totalmente ajenos a la desgracia que se avecinaba.
-¿Que cosa cariño?... —dijo Kurt simulando tranquilidad, camino directo al fregadero, tomo un vaso, lo llenó de agua del grifo y se lo bebió de un solo trago.
-Esta haciendo una cosa «vidertida»… —agregó Lizzie riendo con más ganas, en efecto , el perro se daba una vuelta completa sobre su cama cada vez que Henry lo alumbraba con la linterna.
-Muy divertido Princesa… —opinó Blaine al tiempo que tomaba una de las bolsas del «Whole food market»
-¿Dónde vamos? —pregunto Henry mirando el actuar de sus padres, mientras Blaine seleccionaba cosas escenciales para un par de horas de encierro y las metia en la bolsa, Kurt abría y cerraba cajones buscando algo que solo él sabía.
-¿Recuerdan que les conté que con el «Papáblen» asistimos a una reunion super importante?
-Sí… —respondieron los dos al mismo tiempo.
-Pues en esa reunión… había un experto que nos recomendó que el mejor lugar para estar mientras duraba esta emergencia era el baño principal.
-¿El del «Papáblen» y tuyo?... —preguntó Henry siguiendo con lo de la linterna.
-Así es cariño… —respondió Kurt suspirando alivio al encontrar lo que buscaba, se lo metió en el bolsillo trasero del pantalón y se aproximó a sus hijos.
-Pero… —Henry se silencio mirando hacia arriba al sentir un ruido que nunca había escuchado en su vida, algo así como un avión de mil kilómetros de extensión, el perro se levantó de su cama y comenzó a gruñir con el pelo del lomo bien erizado.
-¿Qué es ese «druido»?... ¿un avión?... —preguntó Lizzie haciendo un puchero, se abrazó bien de «Rita» y se quedó mirando como su hermano hacia el cielo raso.
-No es un avión Princesa… —explicó Blaine bajando a su altura— es solo el viento… que cuando es muy fuerte hace ese ruido al chocar con los edificios.
-No quiero escucharlo, me hace llorar —dijo Lizzie bajando su cabeza antes de empezar a hipar como si se estuviese ahogando, Henry también hizo un puchero y se acercó a ellos.
-No lo escucharas bebé… tú tampoco cariño, se los prometo —aseguró Kurt dando un beso a cada uno— ¿vamos? —agregó mirando a su esposo.
-¿Estas llorando Papá? —preguntó Henry al verle los ojos llorosos.
-No cariño… por supuesto que no…
-¿Es porque vamos a morir?, la Mamá de Alaska dijo que todos íbamos a morir.
-Pues la Mamá de Alaska será buena para muchas cosas pero no para predecir el futuro… ¿verdad Blaine?
-Muy verdad... Princesa, donde nos ocultaremos es el lugar más seguro del edificio, así es que nada malo nos pasara —dijo Blaine mirando a su familia, como si organizara algo en silencio y ellos le respondieron de la misma manera, se incorporo y tomo a Lizzie en brazos, luego cogió la bolsa con los víveres y se paró a los pies de la escalera.
-¿Podemos llevar al «Señor Botones»? —preguntó Henry tomándolo sin esperar respuesta.
-Por supuesto cariño… trae su cama también —contesto Kurt mientras meneaba su mano en señal de apuro, Henry se lo acomodo en un costado para tomar la cama y el tazón del agua, el perro cambió los gruñidos por pequeño ruidos de temor quejumbroso— vamos… —añadió subiendo después que Henry. Blaine lo siguió con Lizzie bien agarrada a él, la luz parpadeó unas cuatro veces antes de que llegaran al baño, el pequeño abrió la puerta para todos y dejo al perro en el suelo, sus padres entraron enseguida cerrando todo.
Si bien el baño principal era el lugar más seguro del departamento, ciertamente no era el más silencioso, las tuberías y ductos de ventilación parecían canalizar el ruido del viento, convirtiéndolo en una especie de bocina de barco, Henry se tapó los oídos con las manos y Lizzie hizo lo mismo usando a «Rita».
-Vengan bebés… —dijo Kurt señalando la tina de baño, estiró dos de las toallas más mullidas y las ubico en el fondo como un colchón improvisado, quitó las velas y los productos y se metió dentro, Henry y Lizzie obedecieron de inmediato acomodándose en uno de los extremos, el «Señor Botones» dio un salto y terminó echado entre sus pequeños amos, Kurt lo miró como diciéndole «¿y a ti quien te invito?»— ahora… quiero que ambos se queden muy juntitos y se pongan esto en los oídos… —dijo desenrollando dos pares de audífonos, los conecto a la radio con manivela y acoplo a una de las salidas «USB» una unidad de «flashdrive» con la música favorita de sus hijos— ahora podrán escuchar lo que más les gusta… —añadió haciéndolo funcionar.
-¡Es el «Papáblen»!... —exclamó Henry comenzando a tararear la melodía de inmediato, Lizzie sonrió y se meneó al ritmo de la música, Kurt beso las cabezas de ambos y salio de la tina.
-Esa fue una gran idea… —dijo Blaine sentándose en el piso justo al lado del mueble del lavamanos.
-Gracias a dios que funcionó… —murmuró Kurt haciéndose espacio entre las piernas de su esposo, apoyó la espalda en el pecho de él y se movió un poco hasta que sus mejillas se encontraron.
-Eres el mejor Papá del mundo… ¿te lo había dicho?
-No…
-Pues lo eres… —agregó Blaine mirando a su hijos que reían y cantaban como si estuvieran en el mejor de los lugares.
-Bueno… considerando que estoy muerto de miedo y he reprimido mis ganas de llorar como la Mamá de Alaska… considerare eso como un cumplido merecido.
-Y bien merecido… —susurró Blaine dándole un beso en la mejilla.
-¿Cuánto crees y durará todo esto?
-Asumo y una hora máximo…
-Una hora… —repitió soltando un suspiro, cerró sus ojos y trato de pensar en otra cosa para no escuchar el tronar del viento y la lluvia— debí traer más de un par de audífonos… —dijo refugiándose en su esposo como si fuese una manta de seguridad humana, Blaine lo envolvió en sus brazos y comenzó a cantarle bien cerca del oído, Kurt sonrió deseando que ojalá todos en New York pudieran pasar la emergencia cobijados en un par de brazos como los de su esposo, todos menos el tal Nathan Supnick por cierto.
-«Papáblen», este color es como el de «Rita»?... —preguntó Lizzie desde el piso, donde dibujaba sobre la mesa de café.
-A ver Princesa… —respondió Blaine inclinándose hacia ella, estaba sentado en uno de los sofás más grandes con Henry a su lado quien se mantenía atento a lo que escuchaba en la radio— me parece que sí… —dijo mirándolo de cerca— ¿no crees Kurt? —agregó mostrandoselo.
-Por supuesto… —contestó sin siquiera voltearse, parado frente a una de las ventanas miraba como la tormenta se hacía cada vez más intensa, caminaba por ratos cambiándose de lugar, para sentarse luego en la sala junto a su familia pero levantándose al segundo.
-¡Papá!, ¡ni lo miraste!… ¡hola!... —reclamo la pequeña cruzándose brazos, Kurt hizo un gesto de desinterés y se llevó las manos a la espalda como si le dolieran los riñones, luego siguió con inquietud.
-Claro que lo miro Princesa, y dio su aprobación, así es que puedes utilizarlo sin problemas —dijo Blaine haciéndole un cariño en la cara, se volvió a acomodar en el respaldo del sofá vigilando a su esposo, sin saber si su actitud era por nervios o porque aun seguía molesto por lo de Nathan Supnick.
-Papá… están diciendo que el huracán ya esta en la playa de Rockaway… —dijo Henry subiendo la antena de la radio— por no se donde es eso… —agregó moviendo el aparato como si quisiera captar la señal perdida, Kurt no hizo caso y se tomo la cabeza inhalando mas aire que cualquier otra persona viva, Lizzie dio un respingo que le desarmó hasta el moño.
-Pues esa playa queda en Queens… —explicó Blaine como si hablara de los planes para el fin de semana.
-¿Y «kims» queda cerca de aquí?... —quiso saber Lizzie tratando de arreglarse el peinado.
-No tanto Princesa… —respondió haciéndose cargo de lo del pelo.
-Dicen que hay mucho viento y «desprendiciones»
-¿Desperdicios?... —repitió Blaine arrugando el entrecejo.
-Si… —agrego su hijo riendo— ¿que son?
-Pues lo que va dejando el viento a su paso… algunos árboles pueden perder su follaje y ese tipo de cosas —explicó Blaine manteniendo reserva frente a otro tipo de desperdicios que pudieran causar más miedo que nada. Henry emitió un «oh» bien largo y luego se acurrucó a su lado.
-«Papáblen», ¿este color es el de mi cabello?... —dijo Lizzie siguiendo con su dibujo.
-Se parece bastante Princesa… —respondió Blaine sonriendo, Kurt miró de reojo y se sentó menos de un segundo en el rellano de la ventana— ¿por qué no te sientas acá?... —añadió señalando el sofá donde estaban instalados él y Henry— terminarás por gastar esos zapatos tanto que caminas de un lado a otro.
-Son de la temporada pasada, da lo mismo…
-Aun así, aquí hay espacio para todos…
-Estoy bien aquí… gracias… —respondió caminando tres pasos para un lado y otro cuatro para el otro.
-Kurt…
-¡Dije que estoy bien!… —exclamó cortante, luego murmuró un «lo siento» y se quedó con la vista fija en la calle, Blaine se quedó donde estaba asesorando a Lizzie con los crayones y escuchando como Henry relataba el trayecto de «Gordon» con más detalle que cualquier noticiario lo haría.
-Ahora dice esta llegando al norte… ¿donde estamos nosotros? —preguntó Henry moviendo esta vez la manivela de la radio.
-Pues más…
-Henry, cariño… todos sabemos que esto va a llegar aquí no es necesario que estés anunciando cada cosa… ¿por que no sintonizas la radio de los comediantes o algo?... —dijo tomándose el cuello.
-¿El Papá esta enojado conmigo? —quiso saber Henry mirándolo de medio lado, puso la mano cerca de su boca para que lo que decía no lo escuchara nadie excepto Blaine.
-Por supuesto que no… solo esta nervioso por lo del huracán… como todos… —explicó Blaine haciendo el mismo gesto de secreto que su hijo.
-Todos le temen al señor «Grondon», la Mamá de Alaska lo dijo… —dijo Lizzie mientras dibujaba más cabello que cabeza y cuerpo a quien se suponía y era ella con su coneja «Rita», Kurt se hacía el desentendido mientras continuaba con su paseo incansable.
-Pues a mi me parece mas enojado que asustado… —insistió Henry mirándolo ceñudo.
-Lo se… —agrego Blaine besándole la cabeza— ¿que tal si… hacemos descansar un poco este aparato?, ¿y tú y tu hermanita van a jugar un rato con el «Señor Botones»?… después de todo hoy no pudo pasear así es que debe estar bastante aburrido… —dijo Blaine mientras tomaba la radio, la apagaba y dejaba a un costado del sofá.
-Sí… —dijo Lizzie comenzando a guardar sus lápices y demás pertenencias, cerró el cuaderno en el que estaba trabajando e intento guardar todo de cualquier manera dentro de su mochila— «Papáblen», ¡no me caben las «cozas»!... —dijo empujando el cuaderno hacia adentro.
-Yo las ordeno Princesa, tu ve con tu hermano… —respondió el aludido arrodillándose frente a la mesa de café.
-Si, vamos ««Hendry» —dijo Lizzie estirando su mano, Henry se levantó no muy convencido, cogió la mano de su hermana y ambos partieron intercambiando opiniones de manera secreta, Blaine los miró y sonrió ante aquella complicidad que le encantaba, tomo las cosas de su hija y comenzó a ordenarlas dentro de la mochila, todo mientras le daba pequeñas miradas a su esposo quien, de tanto en tanto, hacía lo mismo tratando de no coincidir con él.
-¿Me puedo acercar?, ¿o aun estoy en la lista de tus personas no favoritas?… —pregunto Blaine desde donde estaba.
-Aun lo estas… pero puedes acercarte… —respondió restregándose los brazos como si abrazara a si mismo, Blaine sonrió y se acercó a él parándose justo detrás para mirar también. La calle estaba vacía y el viento parecía y se había acelerado de manera exponencial al tiempo de espera de la llegada del huracán.
-Siento haber reaccionado así con Henry… claramente la radio esa lo mantenía calmado, exagerada e innecesariamente informado, pero calmado…
-Esta bien… —dijo Blaine aproximándose más, Kurt pudo sentir la calidez de su aliento en la nuca.
-No esta bien y lo sabes… odio cuando haces eso… —agregó aproximándose a la ventana en desmedro de su esposo.
-Vaya… ya son dos cosas que odias de mi en un solo dia… ¿estoy en problemas?... —dijo Blaine gesticulando terror con todo su cuerpo.
-Apuesta tus mejores partes a que si… esas mismas partes de las que estoy seguro e hiciste gala para saltarte la fila en el supermercado.
-Kurt… te juro que nada paso… nada…
-No estoy diciendo que haya pasado algo Blaine, porque a todo esto y si fuera así, ni siquiera tendríamos esta conversación, porque estarías justo en medio de la Fifth Av. —dijo señalándolo a él, luego a sí mismo y después a la Fifth Av.
-Ok… cree lo quieras, pero no se como piensas que podría verme atractivo y coquetear si estaba usando una capucha y tenía el cabello y todo lo inimaginable mojado, y eso es...
-¡Por favor! —interrumpió alzando sus brazos con dramatismo— tú podrías ser atractivo aunque tuvieras tos convulsiva y lo sabes, y odio eso… lo odio porque… todos esos movimientos y florituras con las actúas… solo deberían ser para mí… —dijo volviendo a lo de abrazarse a sí mismo.
-Kurt… —respondió su esposo parándose delante— todos mis movimientos son para ti… todos… —agregó dando una profundidad tan sexy a su voz que Kurt sintió que las piernas se le derretian— y he hecho una promesa a mi mismo de demostrártelo todos los días de mi vida —termino por decir sonriéndole con todo el amor que le tenia, Kurt hizo una mueca media torcida y tímida y espero por el beso que su esposo parecía y estaba a punto de darle.
-¿¡Qué demonios!?… —exclamó apartándose.
-¿Que?... —dijo Blaine mirando por sobre su hombro.
-Esa señal… —respondio acercandose mas a la ventana— ¿dice lo que creo que dice? —añadió con su nariz casi pegada al vidrio.
-Lo dice… —contestó Blaine leyendo el letrero en forma de ola que decía «Welcome to Rockaway Beach» y que había quedado colgando de uno de los árboles más altos del otro lado de la Fifth Av.
-¡Oh por dios! —exclamo Kurt retrocediendo algunos pasos y tapándose la boca horrorizado.
-Está aquí… —sentencio su esposo con las manos en la cadera.
-No puede ser… ¿tan pronto?
-Es la única explicación que tengo a lo que estoy viendo… —agregó tomándose la cabeza.
-Sintoniza la radio…
-Claro… —dijo su Blaine caminando hacia el sofá, tomó el aparato y lo encendió, tratando de sintonizar alguna estación pero solo consiguió captar un ruido sordo y atrompetado, movió la manivela para darle más energía y el dial para encontrar algo más que solo estática.
-Busca la estación de emergencia —pidió Kurt tomándose el pecho, Blaine hizo lo que le pidieran logrando captar algo que parecía ser el discurso del gobernador de New York que pedía a todos mantenerse a salvo, no salir a la calle, ni intentar tomar fotos en la costa.
-Creo que es hora de ir a nuestra zona segura… —dijo Blaine tomándole la mano, su esposo no dijo nada y se la agarró de vuelta con fuerza.
-Blaine… yo...
-Lo se… pero te juro y estamos seguros aquí… ¿escuchaste al señor del ayuntamiento?, ¿verdad?
-Si…
-Muy bien… vamos…
-Blaine… —repitió deteniéndose luego de dar otros tres pasos.
-Kurt… amor… te juro y todo estará bien…
-No… yo… quería pedirte disculpas...
-¿Disculpas?... ¿por qué?... —preguntó su esposo tomándole la cara— si es porque estás asustado, créeme que yo yo tambien tengo bastante miedo…
-No… no es por eso… siento haber actuado como estúpido, la pelea que armé fue una estupidez de principio a fin… perdóname por favor…
-No hay problema… —dijo Blaine dándole dos besos seguidos— ahora vamos al baño principal… ¿puedes actuar con normalidad frente a nuestros hijos?, ¿o necesitas un tiempo?
-Esta bien… puedo actuar como sea… —respondió secándose las lágrimas con el puño del sweater— he ganado un par de Tonys, ¿no te acuerdas?
-Mejor actor en todas las ocasiones… —agregó su esposo besándole la mano que le tenía tomada—¿vamos?
-Vamos… —repitió Kurt con una voz más delgada que un hilo— y escuche eso de “amor” —agregó volviendo a usar su ropa como pañuelo, Blaine sonrió y le guiño un ojo.
-¡Papá!.. ¡mira al «Señor Botones»!… —exclamó Henry riendo a la par con su hermana, ambos totalmente ajenos a la desgracia que se avecinaba.
-¿Que cosa cariño?... —dijo Kurt simulando tranquilidad, camino directo al fregadero, tomo un vaso, lo llenó de agua del grifo y se lo bebió de un solo trago.
-Esta haciendo una cosa «vidertida»… —agregó Lizzie riendo con más ganas, en efecto , el perro se daba una vuelta completa sobre su cama cada vez que Henry lo alumbraba con la linterna.
-Muy divertido Princesa… —opinó Blaine al tiempo que tomaba una de las bolsas del «Whole food market»
-¿Dónde vamos? —pregunto Henry mirando el actuar de sus padres, mientras Blaine seleccionaba cosas escenciales para un par de horas de encierro y las metia en la bolsa, Kurt abría y cerraba cajones buscando algo que solo él sabía.
-¿Recuerdan que les conté que con el «Papáblen» asistimos a una reunion super importante?
-Sí… —respondieron los dos al mismo tiempo.
-Pues en esa reunión… había un experto que nos recomendó que el mejor lugar para estar mientras duraba esta emergencia era el baño principal.
-¿El del «Papáblen» y tuyo?... —preguntó Henry siguiendo con lo de la linterna.
-Así es cariño… —respondió Kurt suspirando alivio al encontrar lo que buscaba, se lo metió en el bolsillo trasero del pantalón y se aproximó a sus hijos.
-Pero… —Henry se silencio mirando hacia arriba al sentir un ruido que nunca había escuchado en su vida, algo así como un avión de mil kilómetros de extensión, el perro se levantó de su cama y comenzó a gruñir con el pelo del lomo bien erizado.
-¿Qué es ese «druido»?... ¿un avión?... —preguntó Lizzie haciendo un puchero, se abrazó bien de «Rita» y se quedó mirando como su hermano hacia el cielo raso.
-No es un avión Princesa… —explicó Blaine bajando a su altura— es solo el viento… que cuando es muy fuerte hace ese ruido al chocar con los edificios.
-No quiero escucharlo, me hace llorar —dijo Lizzie bajando su cabeza antes de empezar a hipar como si se estuviese ahogando, Henry también hizo un puchero y se acercó a ellos.
-No lo escucharas bebé… tú tampoco cariño, se los prometo —aseguró Kurt dando un beso a cada uno— ¿vamos? —agregó mirando a su esposo.
-¿Estas llorando Papá? —preguntó Henry al verle los ojos llorosos.
-No cariño… por supuesto que no…
-¿Es porque vamos a morir?, la Mamá de Alaska dijo que todos íbamos a morir.
-Pues la Mamá de Alaska será buena para muchas cosas pero no para predecir el futuro… ¿verdad Blaine?
-Muy verdad... Princesa, donde nos ocultaremos es el lugar más seguro del edificio, así es que nada malo nos pasara —dijo Blaine mirando a su familia, como si organizara algo en silencio y ellos le respondieron de la misma manera, se incorporo y tomo a Lizzie en brazos, luego cogió la bolsa con los víveres y se paró a los pies de la escalera.
-¿Podemos llevar al «Señor Botones»? —preguntó Henry tomándolo sin esperar respuesta.
-Por supuesto cariño… trae su cama también —contesto Kurt mientras meneaba su mano en señal de apuro, Henry se lo acomodo en un costado para tomar la cama y el tazón del agua, el perro cambió los gruñidos por pequeño ruidos de temor quejumbroso— vamos… —añadió subiendo después que Henry. Blaine lo siguió con Lizzie bien agarrada a él, la luz parpadeó unas cuatro veces antes de que llegaran al baño, el pequeño abrió la puerta para todos y dejo al perro en el suelo, sus padres entraron enseguida cerrando todo.
Si bien el baño principal era el lugar más seguro del departamento, ciertamente no era el más silencioso, las tuberías y ductos de ventilación parecían canalizar el ruido del viento, convirtiéndolo en una especie de bocina de barco, Henry se tapó los oídos con las manos y Lizzie hizo lo mismo usando a «Rita».
-Vengan bebés… —dijo Kurt señalando la tina de baño, estiró dos de las toallas más mullidas y las ubico en el fondo como un colchón improvisado, quitó las velas y los productos y se metió dentro, Henry y Lizzie obedecieron de inmediato acomodándose en uno de los extremos, el «Señor Botones» dio un salto y terminó echado entre sus pequeños amos, Kurt lo miró como diciéndole «¿y a ti quien te invito?»— ahora… quiero que ambos se queden muy juntitos y se pongan esto en los oídos… —dijo desenrollando dos pares de audífonos, los conecto a la radio con manivela y acoplo a una de las salidas «USB» una unidad de «flashdrive» con la música favorita de sus hijos— ahora podrán escuchar lo que más les gusta… —añadió haciéndolo funcionar.
-¡Es el «Papáblen»!... —exclamó Henry comenzando a tararear la melodía de inmediato, Lizzie sonrió y se meneó al ritmo de la música, Kurt beso las cabezas de ambos y salio de la tina.
-Esa fue una gran idea… —dijo Blaine sentándose en el piso justo al lado del mueble del lavamanos.
-Gracias a dios que funcionó… —murmuró Kurt haciéndose espacio entre las piernas de su esposo, apoyó la espalda en el pecho de él y se movió un poco hasta que sus mejillas se encontraron.
-Eres el mejor Papá del mundo… ¿te lo había dicho?
-No…
-Pues lo eres… —agregó Blaine mirando a su hijos que reían y cantaban como si estuvieran en el mejor de los lugares.
-Bueno… considerando que estoy muerto de miedo y he reprimido mis ganas de llorar como la Mamá de Alaska… considerare eso como un cumplido merecido.
-Y bien merecido… —susurró Blaine dándole un beso en la mejilla.
-¿Cuánto crees y durará todo esto?
-Asumo y una hora máximo…
-Una hora… —repitió soltando un suspiro, cerró sus ojos y trato de pensar en otra cosa para no escuchar el tronar del viento y la lluvia— debí traer más de un par de audífonos… —dijo refugiándose en su esposo como si fuese una manta de seguridad humana, Blaine lo envolvió en sus brazos y comenzó a cantarle bien cerca del oído, Kurt sonrió deseando que ojalá todos en New York pudieran pasar la emergencia cobijados en un par de brazos como los de su esposo, todos menos el tal Nathan Supnick por cierto.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, felicidades de nuevo por ese triunfo y sobre todo porque le ganaron a Ecuador, conozco a una persona de Ecuador y la verdad no la soporto, en fin volviendo a la historia, amo como son como padres ojalá y pronto pase el huracán, espero con ganas el próximo capítulo y ya quiero a mi bebe, te deseo un excelente fin de semana.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Gabriela Cruz escribió:Hola Isa, felicidades de nuevo por ese triunfo y sobre todo porque le ganaron a Ecuador, conozco a una persona de Ecuador y la verdad no la soporto
Hola Gaby... y gracias... ya pensaba que Chile quedaba con menos opciones que Bolivia de ir al mundial
Gabriela Cruz escribió:, en fin volviendo a la historia, amo como son como padres ojalá y pronto pase el huracán, espero con ganas el próximo capítulo y ya quiero a mi bebe, te deseo un excelente fin de semana.
Yo igual los amo!!!!! y nunca perdonare a Ryan por no mostrarlos en una escena con un bebé... nunca!!!, en fin... gracias linda y feliz fin de semana para ti tambien
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Glee
«The most reflexive Halloween of all time»
«The most reflexive Halloween of all time»
Octubre de 2039
-Pensé que querrías esto… —dijo Blaine llegando a la sala con una taza de café para su esposo y otra para él.
-¡Si!... mucho… muy…. —contestó Kurt estirando sus brazos para recibirla— aunque en realidad más que querer… lo necesitaba… —agregó recibiendola para dar un sorbo de inmediato, estaba en el sofá con los pies arriba, con una manta en las piernas y su computador en el regazo
-Perfecto entonces… —dijo su esposo dándole un beso.
-Necesitaba eso tambien… dame otro… —añadió de vuelta Kurt estirando su labios, Blaine sonrió y lo beso otra vez, luego rozó su nariz con la de él y terminó sentándose al otro extremo del sofá.
-Ya ordene la cena… —contó dando un sorbo a su café.
-¿Ordenaste?... —preguntó poniendo sus piernas sobre él— creí que cocinarias… sabes bien… que… no me gusta que Noah coma cosas que quizas quien elaboró… —añadió tratando de alcanzar la mesa del centro para dejar allí su bebida caliente.
-Lo se… —dijo Blaine acercandola para él— pero te alegrará saber que llame al «By Chloe»… —agregó calentándose las manos en la taza.
-¿Ese lugar que es super extra orgánico?
-Y saludable… —agrego Blaine como si aquel detalle fuera el más imprescindible de todo los detalles del mundo.
-Extra saludable… excelente elección Señor Anderson-Hummel… sabía que casarme con usted tendría una recompensa tras otra… —dijo Kurt sonriendo antes de comenzar a escribir en su computadora nuevamente.
-Gracias… —respondió Blaine soltando una risa— ¿como vas?... —preguntó acomodándose de medio lado para mirarlo trabajar.
-Bien… es decir… no se… he escrito el mismo acto como diez veces… —respondió mientras tecleaba— once en realidad… —se desdijo al borrar lo que recién había escrito— estúpidas distracciones… —terminó por decir poniendose la taza en la frente, como si la cafeína lo fuera a alejar de las distracciones mediante ósmosis o algo parecido.
-¿Quieres que te deje solo?... —dijo Blaine haciendo ademán de levantarse.
-No… por supuesto que no, tú me inspiras solo con tu presencia y si te vas estare preguntandome donde estás y eso si que me distarera como nada… —contestó abriendo la mano que tenía libre, sin quitar la vista de la pantalla de su computador.
-OK… —dijo estirando un poco la manta para que lo cubriera a él también.
-¿Escuche mal o Lizzie dijo que si vendría a cenar?... —pregunto al tiempo que escribía unas 100 palabras al hilo.
-Escuchaste bien, cuando salió en la mañana dijo que vendría a cenar y que luego se iría a casa de Alaska.
-Perfecto, ya estaba pensado que solo yo había escuchado eso.
-No, fue lo que dijo… —reafirmó Blaine tomando más café.
-¿Noah sigue en su cuarto?... —agrego leyendo lo escrito, sonrió como satisfecho y continuó tecleando.
-No, ahora esta en la cocina, no creerás lo que hace…
-¿Descubrió que le gusta otra cosa además de los insectos?
-No… esta como con cinco libros diferentes tratando de decidir cuál será el tema de los disfraces de todos.
-¿En serio?... —pregunto Kurt dejando de lado lo que hacía, bajo un poco la pantalla del computador y sonrió al imaginar a su pequeño hijo en esos menesteres— creo y el de este año, será el Halloween más reflexivo de todos los tiempos... un momento… —añadió borrando aquella mueca de alegría de su cara en menos de un segundo— ¿no crees que elegirá unas plantas o animales raros?, ¿o si?
-No lo se… —contesto Blaine riendo— pero sea lo que sea tendremos que aceptarlo…
-¿¡Que!?, ¡yo no haré tal cosa! —exclamó agudizando su voz al máximo.
-Kurt…
-No… no caminaré por al Fifth Av. disfrazado de no sé qué árbol, de no sé qué país perdido del mundo… te lo advierto… —dijo señalándole con el dedo bien levantado.
-¿Aunque de eso dependa la felicidad de nuestro pequeño hijo?, porque te recuerdo que no había personita mas feliz que él, cuando le dijimos que había sido sorteado para elegir los disfraces.
-¡Es verdad!... Noah es tan dulce que me da ganas de encogerlo para llevarlo siempre en mi bolsillo…
-Pues espero y nunca lo hagas… ¿aceptaras lo que sea entonces? —pregunto Blaine mirándolo de medio lado.
-Por supuesto que lo hare… solo estaba exagerando... —respondió haciendo un gesto de desinterés.
-Muy propio de ti, debo decir... —Kurt sonrió y encogió un hombro engreído.
-¡Por dios!... estaba tan triste porque nunca lo habían elegido… nunca me perdonare no haberme dado cuenta de eso… —agregó negando con la cabeza.
-No digas eso… —dijo Blaine acariciandole las pantorrillas— le pusimos fin a su sufrimiento y es lo que importa.
-Es verdad… —añadió su esposo quitándose las gafas de lectura, se restregó los ojos y movió el cuello como si quisiera quitarse siglos de contracturas.
-¿Por qué no dejas eso un instante?
-Porque es mi trabajo…
-Lo se, pero llevas horas escribiendo... bien puedo hacer algo para quitarte esa molestia y llenarte de la inspiración que parece faltarte… —dijo Blaine sonriendo de manera sexy.
-¿Eso cree Señor Anderson-Hummel?
-Lo creo…
-Muy bien… —dijo Kurt cerrando su computador para dejarlo sobre la alfombra, cruzó las manos sobre su panza y se quedo viendo a su esposo como en espera de algo, este sonrió e hizo ademán de acercarse a él como un gato juguetón lo haría.
-¡Papás!... ¿¡puedo entrar a la sala!?... ¡necesito que me ayuden en una cosa de dificultad! —exclamó Noah tras la puerta de la cocina.
-¿Ahora pide permiso hasta para entrar a la sala?... —dijo Kurt mirando hacia la dirección en la que venía la voz de su pequeño hijo.
-Al parecer… —contestó Blaine queriendo reír.
-¡¿Papás?! —insistió asomando la cabeza por los vidrios de la puerta.
-¡Entra cariño!… —contestó Kurt haciéndole una seña para que se acercara, miro a Blaine con cara de decepción y se sentó con corrección en el sofá que estaba ocupando.
-Hola Papá, hola «Papáblen»… —dijo Noah mientras abría la puerta batiente con el trasero.
-Deberías saber bebé, que la sala no es un lugar privado donde se pide permiso para entrar… es un lugar de uso común para todos en nuestra casa —explicó Kurt tomando su computadora para dejarla esta vez sobre los cojines.
-Si, pero simepre es bueno preguntar… podrían haber estado hablando cosas de casados —dijo caminando lento para no romper el equilibrio de los cinco libros que llevaba entre las manos además del de «Desmond» que iba sentado al tope de la pequeña ruma.
-Déjame ayudarte hijo… —se adelantó en decir Blaine levantándose, tomó todos los libros y los fue revisando a medida que los dejaba sobre la mesa de café, cada uno tenía papeles de colores que sobresalian a las páginas, como si estuvieran marcadas para ser recordadas con posterioridad, Kurt mientras tanto, movió todo lo importante y costoso de la mesa en menos de un segundo.
-Gracias «Papáblen», ya estaba con cansancio… —advirtió el pequeño bajando sus brazos como un robot sin baterías lo haría.
-Creo que es mucho peso para ti bebé… ¿que son todos estos libros? —preguntó su Papá tomando el más delgado de todos y que trataba de las especies en el amazonas, Kurt puso mala cara pensado que lo más probable es que su hijo lo obligaría a disfrazarse de mono o algo peor.
-Son mis libros favoritos, no se que dicen pero veo los dibujos y me acuerdo de lo que me leyeron, después busco las letras que conozco —explicó dejando a su dinosaurio sentado en una de las sillas elegantes.
-¿Y qué letras son esas bebé?... —agrego Kurt mirándolo con ternura.
-Las de mi nombre, las de «Desmond», las de Papá y las de «Papáblen»… —respondió Noah contando con los dedos las letras que ya conocía.
-Pues si me preguntas cariño, esas son las mejores —dijo Kurt dejando el libro de animales al último de la pila.
-¿Y en qué querías que te ayudaramos hijo? —pregunto Blaine sentándose al lado de su esposo.
-Necesito defi… denif…
-¿Definir?... —dijeron sus padres al unísono.
-Si, «difinidirr» de que nos disfrazaremos, tengo una idea, pero no se si les gustara a todos… —contestó Noah haciendo una mueca chueca con su boca, seguida de hombros bien encogidos.
-Pues definas lo que definas hijo, nosotros lo aceptaremos, de eso se trata esta tradición familiar, ¿verdad Kurt?
-...
-¿Kurt?... —insistió Blaine abriendo un poco más sus ojos, como recordando el acuerdo que habían tomado minutos antes.
-Claro… pero… ya sabes… nadie quiere usar un disfraz de mono o algo… pero… si es lo que eliges bebé… es lo que usaremos… ¿que? —añadió al ver que su hijo lo miraba queriendo reír a carcajadas.
-Tu nunca te «desfrazarias» de mono Papá… —dijo Noah riendo de manera pequeñita.
-¿Por qué crees que no bebé?... —contestó Kurt comenzando a reir tambien.
-Porque no es «eguelante» y tu eres muy «eguelante»…
-Gracias cariño… y aunque tienes razón… —Blaine fue esta vez quien soltó una pequeña risa— si tú decides qué nos vestiremos de monos y cosas de la naturaleza… es lo que haremos… después de todo tú fuiste el elegido para ello —dijo Kurt acercándose a Noah, le dio un beso en la cabeza y un abrazo que luego convirtió en cosquillas y mas besos— ahora cuéntanos qué tienes pensado —terminó por decir volviendo al sofá junto a su esposo, Blaine le rodeo la cintura con sus brazos y Kurt terminó por acomodarse en su pecho como si fuera el mejor de los respaldos.
-Tengo dos opciones «epstatregicas»… —comenzó a explicar Noah, se acomodo las gafas sin vidrio y tomó los libros de a uno y los fue ordenando a lo largo de la mesa de café, abrió cada uno en las páginas que había marcado y se quedó como pensando por cual comenzar, sus padres sonrieron al verlo tan concentrado.
-¿Esos dos son los finalistas bebé? —pregunto Kurt ayudándolo en su indecisión.
-Si... pero no se cual sera el mejor… porque este es «impotente» porque nadie había estado en la luna antes…. —respondió mostrando su libro del espacio.
-Eso es verdad hijo, además, la carrera espacial es importante para la historia de todo el mundo, no solo la de nuestro país.
-Si, pero todos nos vestiriamos igual, y no habría diferencia entre Lizzie Anderson Hummel, Henry Anderson Hummel, el Papá, yo o tú «Papáblen» —explicó mirando los dibujos con la boca chueca.
-Eso sería un problema… —opinó Blaine imitando la mueca de su hijo.
-Además de ser tremendamente aburrido… es decir… ¿cual es la otra opción que tienes bebé? —preguntó Kurt sonriendo.
-¡La otra es la mejor!… —exclamó tomando otro de los libros, lo abrió con cuidado para no botar los papeles que marcaban las hojas y sonrió para sí mirando los dibujos.
-¿Por qué es la mejor hijo?
-Porque es de científicos...
-¿Que…?, ¿que clase de científicos cariño? —quiso saber Kurt irguiendo su cuello y levantando una ceja, Blaine le dio un pequeño pellizco en el estómago a lo que su esposo respondió «sólo estoy preguntando»
-Los más «impotentes» de la historia… —dijo enseñando la primera página de su libro dedicada a Nicolás Copérnico— hice un sorteo y elegí a cinco, después hice otro para «asipnar» uno a cada uno.
-¿Hiciste un sorteo y todo hijo?
-Si «Papáblen» —contestó Noah parándose recto, como si demostrara con postura lo orgulloso que estaba de ser tan aplicado
-Te felicito cariño… ¡uy!, espero y ese me haya tocado a mi... ese atuendo me quedaría muy bien… mira esos pantalones tan ajustados… — opino Kurt señalando el dibujo que tenía enfrente.
-No Papá, este le toco al «Papáblen» porque tiene su cabello…
-Lo siento Kurt, tiene mi cabello… —repitió Blaine haciéndole un arrumaco, Kurt le enseñó la lengua como en disconformidad infantil.
-¿A quien mas elegiste bebé?
-A Isaac Newton…
-¡Oh!... también me agrada él, con todo se estilo al vestir… ¿que?... ¿tampoco podré ser él? —agrego Kurt al ver que su hijo negaba con la cabeza.
-No, es para Henry Anderson Hummel, es alto y «robupsto» como él…
-OK… ¿qué hay de tu hermanita?... —pregunto Kurt como decepcionado.
-Esta es para Lizzie Anderson Hummel, es la única mujer que encontré en el libro…. —respondió Noah enseñando la página dedicada a Madame Curie.
-Y ese moño alto es muy propio de tu hermana, hay que decirlo… —dijo Blaine simulando algo alto y abultado en su propia cabeza, Noah sonrió gesticulando un «si».
-¡¿Y a mi quien me toco?! —exclamo Kurt levantando los brazos.
-Este Papá... —dijo abriendo la página de Benjamin Franklin.
-¿Franklin?... —pregunto levantando una ceja.
-Si… es el más importante porque fue político y científico, además que era calvo… —dijo Noah con convencimiento, Blaine rió para sus adentros haciendo un ruido como de ahogamiento.
-¿Disculpa cariño?, ¿caso ves que algun problema de calvicie en mi cabeza? —agrego Kurt presumiendo de su cabello perfecto.
-No… pero el abuelo Burt Hummel si que no tiene cabello y tu podrías ser así cuando grande, por la genética.
-¿La que?... —agrego Kurt levantando más la ceja.
-La genética, Liverpool Westbrook Stewart dice que el tiene los ojos azules porque su Papá los tiene asi y que so es genética…
-Pues debo advertirte cariño que según los últimos estudios...
-¿Y quien seras tu hijo? —interrumpió Blaine antes que su esposo comenzara a rebatir todos los argumentos que relacionaban la genética con la calvicie masculina.
-¡El!... —respondió mostrando el dibujo de Albert Einstein— era el más «impotente» del siglo veinte y era paciente y pers… pervese…
-¿Perseverante?
-Si…
-Igual que tu hijo… excelente elección… todas excelentes en realidad… ¿verdad Kurt? —este sonrió su respuesta sin decir palabra.
-Gracias «Papáblen»… ahora no se cuando se lo contaré a Lizzie Anderson Hummel y a Henry Anderson Hummel —añadió el pequeño mientras juntaba sus cosas, «Desmond» incluido.
-Pues a Lizzie se lo puedes contar durante la cena y a Henrry cuando lo veamos el fin de semana… o si prefieres, lo llamamos a ahora y le cuentas… —dijo Blaine levantándose para ayudar con los libros.
-¿Ahora «Papáblen»? —pregunto tomándose la cabeza.
-Ahora… mientras esperamos que llegue la cena… ¿que tal si vas a dejar tus cosas y luego hacemos la llamada?
-Sí… —dijo partiendo con la ruma de libros entre sus manos tal y como había llegado desde la cocina, Blaine sonrió y lo miro hasta que desapareció por la puerta, luego se se dio media vuelta hacia su esposo y se encontró frente a frente con él, tan cerca que sus narices casi chocaron entre si.
-¿¡Genética y calvicie!?... —exclamo Kurt levantando su brazos, sin terminar de creer lo que había dicho su pequeño hijo.
-Pensé que querrías esto… —dijo Blaine llegando a la sala con una taza de café para su esposo y otra para él.
-¡Si!... mucho… muy…. —contestó Kurt estirando sus brazos para recibirla— aunque en realidad más que querer… lo necesitaba… —agregó recibiendola para dar un sorbo de inmediato, estaba en el sofá con los pies arriba, con una manta en las piernas y su computador en el regazo
-Perfecto entonces… —dijo su esposo dándole un beso.
-Necesitaba eso tambien… dame otro… —añadió de vuelta Kurt estirando su labios, Blaine sonrió y lo beso otra vez, luego rozó su nariz con la de él y terminó sentándose al otro extremo del sofá.
-Ya ordene la cena… —contó dando un sorbo a su café.
-¿Ordenaste?... —preguntó poniendo sus piernas sobre él— creí que cocinarias… sabes bien… que… no me gusta que Noah coma cosas que quizas quien elaboró… —añadió tratando de alcanzar la mesa del centro para dejar allí su bebida caliente.
-Lo se… —dijo Blaine acercandola para él— pero te alegrará saber que llame al «By Chloe»… —agregó calentándose las manos en la taza.
-¿Ese lugar que es super extra orgánico?
-Y saludable… —agrego Blaine como si aquel detalle fuera el más imprescindible de todo los detalles del mundo.
-Extra saludable… excelente elección Señor Anderson-Hummel… sabía que casarme con usted tendría una recompensa tras otra… —dijo Kurt sonriendo antes de comenzar a escribir en su computadora nuevamente.
-Gracias… —respondió Blaine soltando una risa— ¿como vas?... —preguntó acomodándose de medio lado para mirarlo trabajar.
-Bien… es decir… no se… he escrito el mismo acto como diez veces… —respondió mientras tecleaba— once en realidad… —se desdijo al borrar lo que recién había escrito— estúpidas distracciones… —terminó por decir poniendose la taza en la frente, como si la cafeína lo fuera a alejar de las distracciones mediante ósmosis o algo parecido.
-¿Quieres que te deje solo?... —dijo Blaine haciendo ademán de levantarse.
-No… por supuesto que no, tú me inspiras solo con tu presencia y si te vas estare preguntandome donde estás y eso si que me distarera como nada… —contestó abriendo la mano que tenía libre, sin quitar la vista de la pantalla de su computador.
-OK… —dijo estirando un poco la manta para que lo cubriera a él también.
-¿Escuche mal o Lizzie dijo que si vendría a cenar?... —pregunto al tiempo que escribía unas 100 palabras al hilo.
-Escuchaste bien, cuando salió en la mañana dijo que vendría a cenar y que luego se iría a casa de Alaska.
-Perfecto, ya estaba pensado que solo yo había escuchado eso.
-No, fue lo que dijo… —reafirmó Blaine tomando más café.
-¿Noah sigue en su cuarto?... —agrego leyendo lo escrito, sonrió como satisfecho y continuó tecleando.
-No, ahora esta en la cocina, no creerás lo que hace…
-¿Descubrió que le gusta otra cosa además de los insectos?
-No… esta como con cinco libros diferentes tratando de decidir cuál será el tema de los disfraces de todos.
-¿En serio?... —pregunto Kurt dejando de lado lo que hacía, bajo un poco la pantalla del computador y sonrió al imaginar a su pequeño hijo en esos menesteres— creo y el de este año, será el Halloween más reflexivo de todos los tiempos... un momento… —añadió borrando aquella mueca de alegría de su cara en menos de un segundo— ¿no crees que elegirá unas plantas o animales raros?, ¿o si?
-No lo se… —contesto Blaine riendo— pero sea lo que sea tendremos que aceptarlo…
-¿¡Que!?, ¡yo no haré tal cosa! —exclamó agudizando su voz al máximo.
-Kurt…
-No… no caminaré por al Fifth Av. disfrazado de no sé qué árbol, de no sé qué país perdido del mundo… te lo advierto… —dijo señalándole con el dedo bien levantado.
-¿Aunque de eso dependa la felicidad de nuestro pequeño hijo?, porque te recuerdo que no había personita mas feliz que él, cuando le dijimos que había sido sorteado para elegir los disfraces.
-¡Es verdad!... Noah es tan dulce que me da ganas de encogerlo para llevarlo siempre en mi bolsillo…
-Pues espero y nunca lo hagas… ¿aceptaras lo que sea entonces? —pregunto Blaine mirándolo de medio lado.
-Por supuesto que lo hare… solo estaba exagerando... —respondió haciendo un gesto de desinterés.
-Muy propio de ti, debo decir... —Kurt sonrió y encogió un hombro engreído.
-¡Por dios!... estaba tan triste porque nunca lo habían elegido… nunca me perdonare no haberme dado cuenta de eso… —agregó negando con la cabeza.
-No digas eso… —dijo Blaine acariciandole las pantorrillas— le pusimos fin a su sufrimiento y es lo que importa.
-Es verdad… —añadió su esposo quitándose las gafas de lectura, se restregó los ojos y movió el cuello como si quisiera quitarse siglos de contracturas.
-¿Por qué no dejas eso un instante?
-Porque es mi trabajo…
-Lo se, pero llevas horas escribiendo... bien puedo hacer algo para quitarte esa molestia y llenarte de la inspiración que parece faltarte… —dijo Blaine sonriendo de manera sexy.
-¿Eso cree Señor Anderson-Hummel?
-Lo creo…
-Muy bien… —dijo Kurt cerrando su computador para dejarlo sobre la alfombra, cruzó las manos sobre su panza y se quedo viendo a su esposo como en espera de algo, este sonrió e hizo ademán de acercarse a él como un gato juguetón lo haría.
-¡Papás!... ¿¡puedo entrar a la sala!?... ¡necesito que me ayuden en una cosa de dificultad! —exclamó Noah tras la puerta de la cocina.
-¿Ahora pide permiso hasta para entrar a la sala?... —dijo Kurt mirando hacia la dirección en la que venía la voz de su pequeño hijo.
-Al parecer… —contestó Blaine queriendo reír.
-¡¿Papás?! —insistió asomando la cabeza por los vidrios de la puerta.
-¡Entra cariño!… —contestó Kurt haciéndole una seña para que se acercara, miro a Blaine con cara de decepción y se sentó con corrección en el sofá que estaba ocupando.
-Hola Papá, hola «Papáblen»… —dijo Noah mientras abría la puerta batiente con el trasero.
-Deberías saber bebé, que la sala no es un lugar privado donde se pide permiso para entrar… es un lugar de uso común para todos en nuestra casa —explicó Kurt tomando su computadora para dejarla esta vez sobre los cojines.
-Si, pero simepre es bueno preguntar… podrían haber estado hablando cosas de casados —dijo caminando lento para no romper el equilibrio de los cinco libros que llevaba entre las manos además del de «Desmond» que iba sentado al tope de la pequeña ruma.
-Déjame ayudarte hijo… —se adelantó en decir Blaine levantándose, tomó todos los libros y los fue revisando a medida que los dejaba sobre la mesa de café, cada uno tenía papeles de colores que sobresalian a las páginas, como si estuvieran marcadas para ser recordadas con posterioridad, Kurt mientras tanto, movió todo lo importante y costoso de la mesa en menos de un segundo.
-Gracias «Papáblen», ya estaba con cansancio… —advirtió el pequeño bajando sus brazos como un robot sin baterías lo haría.
-Creo que es mucho peso para ti bebé… ¿que son todos estos libros? —preguntó su Papá tomando el más delgado de todos y que trataba de las especies en el amazonas, Kurt puso mala cara pensado que lo más probable es que su hijo lo obligaría a disfrazarse de mono o algo peor.
-Son mis libros favoritos, no se que dicen pero veo los dibujos y me acuerdo de lo que me leyeron, después busco las letras que conozco —explicó dejando a su dinosaurio sentado en una de las sillas elegantes.
-¿Y qué letras son esas bebé?... —agrego Kurt mirándolo con ternura.
-Las de mi nombre, las de «Desmond», las de Papá y las de «Papáblen»… —respondió Noah contando con los dedos las letras que ya conocía.
-Pues si me preguntas cariño, esas son las mejores —dijo Kurt dejando el libro de animales al último de la pila.
-¿Y en qué querías que te ayudaramos hijo? —pregunto Blaine sentándose al lado de su esposo.
-Necesito defi… denif…
-¿Definir?... —dijeron sus padres al unísono.
-Si, «difinidirr» de que nos disfrazaremos, tengo una idea, pero no se si les gustara a todos… —contestó Noah haciendo una mueca chueca con su boca, seguida de hombros bien encogidos.
-Pues definas lo que definas hijo, nosotros lo aceptaremos, de eso se trata esta tradición familiar, ¿verdad Kurt?
-...
-¿Kurt?... —insistió Blaine abriendo un poco más sus ojos, como recordando el acuerdo que habían tomado minutos antes.
-Claro… pero… ya sabes… nadie quiere usar un disfraz de mono o algo… pero… si es lo que eliges bebé… es lo que usaremos… ¿que? —añadió al ver que su hijo lo miraba queriendo reír a carcajadas.
-Tu nunca te «desfrazarias» de mono Papá… —dijo Noah riendo de manera pequeñita.
-¿Por qué crees que no bebé?... —contestó Kurt comenzando a reir tambien.
-Porque no es «eguelante» y tu eres muy «eguelante»…
-Gracias cariño… y aunque tienes razón… —Blaine fue esta vez quien soltó una pequeña risa— si tú decides qué nos vestiremos de monos y cosas de la naturaleza… es lo que haremos… después de todo tú fuiste el elegido para ello —dijo Kurt acercándose a Noah, le dio un beso en la cabeza y un abrazo que luego convirtió en cosquillas y mas besos— ahora cuéntanos qué tienes pensado —terminó por decir volviendo al sofá junto a su esposo, Blaine le rodeo la cintura con sus brazos y Kurt terminó por acomodarse en su pecho como si fuera el mejor de los respaldos.
-Tengo dos opciones «epstatregicas»… —comenzó a explicar Noah, se acomodo las gafas sin vidrio y tomó los libros de a uno y los fue ordenando a lo largo de la mesa de café, abrió cada uno en las páginas que había marcado y se quedó como pensando por cual comenzar, sus padres sonrieron al verlo tan concentrado.
-¿Esos dos son los finalistas bebé? —pregunto Kurt ayudándolo en su indecisión.
-Si... pero no se cual sera el mejor… porque este es «impotente» porque nadie había estado en la luna antes…. —respondió mostrando su libro del espacio.
-Eso es verdad hijo, además, la carrera espacial es importante para la historia de todo el mundo, no solo la de nuestro país.
-Si, pero todos nos vestiriamos igual, y no habría diferencia entre Lizzie Anderson Hummel, Henry Anderson Hummel, el Papá, yo o tú «Papáblen» —explicó mirando los dibujos con la boca chueca.
-Eso sería un problema… —opinó Blaine imitando la mueca de su hijo.
-Además de ser tremendamente aburrido… es decir… ¿cual es la otra opción que tienes bebé? —preguntó Kurt sonriendo.
-¡La otra es la mejor!… —exclamó tomando otro de los libros, lo abrió con cuidado para no botar los papeles que marcaban las hojas y sonrió para sí mirando los dibujos.
-¿Por qué es la mejor hijo?
-Porque es de científicos...
-¿Que…?, ¿que clase de científicos cariño? —quiso saber Kurt irguiendo su cuello y levantando una ceja, Blaine le dio un pequeño pellizco en el estómago a lo que su esposo respondió «sólo estoy preguntando»
-Los más «impotentes» de la historia… —dijo enseñando la primera página de su libro dedicada a Nicolás Copérnico— hice un sorteo y elegí a cinco, después hice otro para «asipnar» uno a cada uno.
-¿Hiciste un sorteo y todo hijo?
-Si «Papáblen» —contestó Noah parándose recto, como si demostrara con postura lo orgulloso que estaba de ser tan aplicado
-Te felicito cariño… ¡uy!, espero y ese me haya tocado a mi... ese atuendo me quedaría muy bien… mira esos pantalones tan ajustados… — opino Kurt señalando el dibujo que tenía enfrente.
-No Papá, este le toco al «Papáblen» porque tiene su cabello…
-Lo siento Kurt, tiene mi cabello… —repitió Blaine haciéndole un arrumaco, Kurt le enseñó la lengua como en disconformidad infantil.
-¿A quien mas elegiste bebé?
-A Isaac Newton…
-¡Oh!... también me agrada él, con todo se estilo al vestir… ¿que?... ¿tampoco podré ser él? —agrego Kurt al ver que su hijo negaba con la cabeza.
-No, es para Henry Anderson Hummel, es alto y «robupsto» como él…
-OK… ¿qué hay de tu hermanita?... —pregunto Kurt como decepcionado.
-Esta es para Lizzie Anderson Hummel, es la única mujer que encontré en el libro…. —respondió Noah enseñando la página dedicada a Madame Curie.
-Y ese moño alto es muy propio de tu hermana, hay que decirlo… —dijo Blaine simulando algo alto y abultado en su propia cabeza, Noah sonrió gesticulando un «si».
-¡¿Y a mi quien me toco?! —exclamo Kurt levantando los brazos.
-Este Papá... —dijo abriendo la página de Benjamin Franklin.
-¿Franklin?... —pregunto levantando una ceja.
-Si… es el más importante porque fue político y científico, además que era calvo… —dijo Noah con convencimiento, Blaine rió para sus adentros haciendo un ruido como de ahogamiento.
-¿Disculpa cariño?, ¿caso ves que algun problema de calvicie en mi cabeza? —agrego Kurt presumiendo de su cabello perfecto.
-No… pero el abuelo Burt Hummel si que no tiene cabello y tu podrías ser así cuando grande, por la genética.
-¿La que?... —agrego Kurt levantando más la ceja.
-La genética, Liverpool Westbrook Stewart dice que el tiene los ojos azules porque su Papá los tiene asi y que so es genética…
-Pues debo advertirte cariño que según los últimos estudios...
-¿Y quien seras tu hijo? —interrumpió Blaine antes que su esposo comenzara a rebatir todos los argumentos que relacionaban la genética con la calvicie masculina.
-¡El!... —respondió mostrando el dibujo de Albert Einstein— era el más «impotente» del siglo veinte y era paciente y pers… pervese…
-¿Perseverante?
-Si…
-Igual que tu hijo… excelente elección… todas excelentes en realidad… ¿verdad Kurt? —este sonrió su respuesta sin decir palabra.
-Gracias «Papáblen»… ahora no se cuando se lo contaré a Lizzie Anderson Hummel y a Henry Anderson Hummel —añadió el pequeño mientras juntaba sus cosas, «Desmond» incluido.
-Pues a Lizzie se lo puedes contar durante la cena y a Henrry cuando lo veamos el fin de semana… o si prefieres, lo llamamos a ahora y le cuentas… —dijo Blaine levantándose para ayudar con los libros.
-¿Ahora «Papáblen»? —pregunto tomándose la cabeza.
-Ahora… mientras esperamos que llegue la cena… ¿que tal si vas a dejar tus cosas y luego hacemos la llamada?
-Sí… —dijo partiendo con la ruma de libros entre sus manos tal y como había llegado desde la cocina, Blaine sonrió y lo miro hasta que desapareció por la puerta, luego se se dio media vuelta hacia su esposo y se encontró frente a frente con él, tan cerca que sus narices casi chocaron entre si.
-¿¡Genética y calvicie!?... —exclamo Kurt levantando su brazos, sin terminar de creer lo que había dicho su pequeño hijo.
Klainefan-*- - Mensajes : 2108
Fecha de inscripción : 30/11/2011
Re: (FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»
Hola Isa, cómo estás?, me encanto este capítulo, amo a mi bebe, ya quiero saber cuando le diga a sus hermanos sobre su disfraz, me divirtió mucho la reacción de Kurt sobre la genética y la calvicie, espero con ganas el próximo capítulo, te deseo una excelente semana y suerte en el juego.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
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