(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»

Octubre de 2022




-Señor Jenkins, buenas tardes… —dijo Rachel mirando al portero de lo más sonriente, dejó su bolso y un par de bolsas de tienda sobre el mesón provocando el hombre un pequeño salto de sorpresa,
-Señora…—respondió haciendo una pausa para pensar un par de segundos quién era la recién llegada.
-Rachel… Rachel Berry… y es señorita más bien… —dijo la chica enseñando la ausencia de anillo en sus manos.
-Oh por supuesto, disculpe…
-Esta bien…
-No, no esta bien… lo que si esta bien es ser soltera… ya sabe… —dijo el Señor Jenkins asumiendo como siempre que la otra persona sabía a lo que se refería.
-Claro… voy a la casa de mis amigos, en el piso 13… —agrego com en tono de pregunta.
-¿La de los Señores Anderson-Hummel?…
-Exacto…—dijo Rachel dando un golpe en el mesón — gusto en verlo… —añadió haciendo ademan de retirarse.
-¡NO!... Señorita Berry… no puede subir…
-¿Que?, ¿por qué no?...
-Porque el señor Hummel no esta, solo esta el señor Anderson y él me pido expresamente que solo lo molestara para avisarle cuando su esposo llegara, creo que le tiene una sorpresa… —respondió el portero haciendo gestos de complicidad con su interlocutora.
-¿Sorpresa?, ¿que sorpresa?
-No lo se… solo se que me pidió lo que me pidio… —sentencio el Señor Jenkins poniendo ojo hacia la entrada.
-¿De qué sorpresa se tratara?... —se auto pregunto Rachel tomandose el mentón— yo conozco todos sus aniversarios y ciertamente no hay ninguno este mes… ¿será de la primera vez que se disfrazaron como pareja?... —el Señor Jenkins abrió la boca para responder aquello— no, no puede ser, eso fue en Halloween y faltan dos semanas para eso— añadió comenzando a pasearse de un lado a otro.
-Tal vez de matrimonio… ya estaban casados cuando llegaron aquí…
-No, eso es en noviembre...
-¿Cuando comenzaron a salir tal vez?... —añadió el Señor Jenkins apoyando sus codos en el mesón como si entablara una conversación con su mejor amiga.
-No, eso fue en el mes de marzo…
-Tal vez cuando… ya sabe… —Rachel abrió los ojos como platos.
-No se si se refiere a lo que que cree y se refiere, lo que me haría pensar que esta conversación traspaso todos los límites… —dijo Rachel mirando al portero con reprobación, el Señor Jenkins se irguió de pronto poniendo distancia entre él y la amiga de unos de sus tantos jefes— pero entre nosotros… —añadió la chica bajando su voz— eso también fue en noviembre… —dijo guiñandole un ojo, el Señor Jenkins rio contenido— ¿que podrá ser?... —repitió volviendo a lo de poner una mano en el mentón
-Tal vez debería preguntárselo usted misma… allí viene el señor Hummel… —terminó por decir el Señor Jenkins señalando hacia la entrada. En efecto, Kurt acababa de traspasar la puerta vidriada con un par de bolsas en la mano y un bolso cruzado en el hombro.
-¡Kurt!... —exclamó Rachel haciéndole, una seña, el aludido sonrió y se acercó a ella.
-Rachel… ¿que haces aqui?
-¿Como estas?
-Yo muy bien… ¿y tú?... —pregunto dejando las bolsas que cargaba en el piso para acomodarse la ropa.
-Muy bien… te traje algo, por eso decidí venir...
-¿A mi?... —contestó su amigo saludando con una seña al Señor Jenkins.
-Obvio… pero subamos… nada que ver que nos quedemos hablando aquí como dos animales de granja —dijo Rachel tomando sus cosas las bolsas de su amigo y a él mismo del brazo, Kurt frunció el ceño ante aquella analogía tan extraña
-Claro… ¿mi esposo recogió la correspondencia Señor Jenkins?... —pregunto antes de retirarse.
-Si, en cuanto llegó…
-Perfecto… gracias…
-Por nada, es mi trabajo, le aviso cuando llegue el autobús del pequeño Henry...
-No será necesario hoy se queda en casa de su amigo Liang… no se preocupe… —advirtió Kurt haciendo un gesto de desinterés con su mano, el Señor Jenkins soltó como un suspiro de alivio y volvió a sus labores de conserje.

-¿Qué aniversario celebramos hoy?... —preguntó Rachel mientras entraba al ascensor antes que su amigo.
-¿Como?...
-Aniversario, celebración… algo… —insistió arreglándose el peinado en el espejo del elevador.
-No se a que te refieres Rachel… —contestó Kurt al tiempo que cerraba la reja y presionaba el botón de su piso.
-Pues el Señor Jenkins me dijo que Blaine le había pedido que le avisara en cuanto tu llegaras… asumió y te tenia una sorpresa y algo que celebrar… —explico la chica blanqueando los ojos y moviendo la cabeza de un lado a otro como si en vez de cuello tuviera un resorte.
-¿Estas hablando en serio?
-Es lo que el Señor Jenkins me dijo… ¿acostumbra a mentir?... —agrego jugando con su flequillo.
-No por supuesto que no… vaya contigo Blaine Anderson-Hummel… —murmuró Kurt sonriendo con picardía al pensar en lo que tal vez le esperaba 7 pisos más arriba, cayó en la cuenta que venia con Rachel y paró el elevador entre los pisos 5 y 6— Rachel… —dijo dándose media vuelta como con ritmo, la chica miró hacia arriba y hacia los lados preguntándose qué había pasado con el elevador— Rachel, querida.. ¿a qué viniste?... —pregunto mirando a su amiga.
-¿Como?
-Lo que oyes… ¿a que viniste a mi casa en esta ventosa tarde octubre?
-¿Tú detuviste el ascensor?... —pregunto queriendo mirar el panel con los números y la palanca de la reja de seguridad.
-¡Por supuesto!... pero no cambiemos de tema.. ¿a qué viniste?... —repitió Kurt cruzándose de brazos.
-Vine a entregarte eso… lo compre pensando en Lizzie y en su primer Halloween… —respondió Rachel sacando de una de sus bolsas de compra un vestido de lo más primoroso, era anaranjado, con la pollera hecha de capas y capas de tul y un canesú de mangas largas del mismo color, todo acompañado de un cinturón en tono ocre con una flor de maravilla a un costado.
-Que lindo… —dijo abultando el tul—¿que se supone que es?... —preguntó poniendo cara de intriga.
-¡Una calabaza!… que más acorde con Halloween que una calabaza bien anaranjada… —dijo Rachel levantando el pequeño vestido como para que su amigo tuviera otra perspectiva de el.
-¡Oh!… —exclamo Kurt como si entendiera algo por fin— pero lo lamento, creo y no podrá utilizarlo…
-¿Por qué no?... —quiso saber Rachel poniendo cara de pena.
-Porque ya tenemos escogidos los disfraces de este año.. y el tema no es precisamente la cosecha del siglo o algo… pero gracias de todas formas…
-¿Y que tema es?...
-«The Beatles»… y de hecho… —dijo Kurt sacando algo de una de sus propias bolsas— ya tengo el traje de Lizzie… —añadió sonriendo al mostrar un traje diminuto con chaqueta, corbata y pantalón, todo de un riguroso negro.
-¿Que?... ¿no puedo creer que hagan esto para gente pequeña?...—opinó Rachel tomando las piernas del pantalón— que tierno… ¿donde lo compraste?
-La costurera del teatro lo fabricó, lo que me hace pensar que si tenía patrones de este tamaño, quiere decir que hubo un actor así diminuto en algún momentos … lo que es bastante aterrador si lo piensas… —dijo Kurt frunciendo el entrecejo— pero en fin, es Halloween, qué cosa no lo es… —termino por decir guardando la pequeña pieza de ropa.
-Bueno… si ese el caso… guardaré este vestido para cuando yo tenga algún bebé al que vestir… si es que eso sucede alguna vez claro… —dijo Rachel como con nostalgia.
-¿Por qué dices eso?
-No lo sé… —respondió encogiéndose de hombros para luego sentarse en el piso del ascensor— es solo que a veces pienso que moriré sola rodeada solamente de mis Tonys y premios Oscar…
-Vamos, sabes bien que eso no es verdad… —Rachel dio un respingo pensando en que parte no era verdad, lo de que moriría sola o aquello de los múltiples premios— eres muy joven, ya encontraras a alguien… —añadió su amigo sentándose a su lado.
-Fácil para ti decirlo… tu encontraste al mejor hombre de todos… —Kurt sonrió como orgulloso de tener a su lado al mejor hombre de todos— además… ¿cómo puedes saber algo así?... —pregunto la chica recostandose en el hombro de su amigo.
-Porque soy muy sabio… —Rachel soltó una risa bien divertida.
-No discutiré con eso… —dijo aun riendo.
-Pues mas te vale… escucha, eres tan talentosa como buena persona y tan hermosa como consentida, ¿quien no querría a alguien asi como compañera de vida?... —Rachel sonrió haciendo un puchero— y asi lo serán también tus bebés, y yo los odiare y amare en partes iguales… —sentencio Kurt dandole unos golpes en una de las piernas.
-Gracias Kurt… —respondió la chica en tono infantil.
-Por nada… y ahora… señorita Berry… —dijo levantándose— no quiero parecer grosero, pero si lo que el Señor Jenkins te dijo es verdad, en mi departamento me espera algo extremadamente sexy y absolutamente privado.. así es que...—agrego presionando el número uno.
-Bien...—respondió Rachel de mala gana, se levantó con dificultad y se arregló el vestido que llevaba así como también el cabello y el flequillo— me quedare hablando con tu portero… él al parecer, que no tiene planes ni sexys ni privados…
-¿El Señor Jenkins?... por favor… —dijo Kurt mirando los números del ascensor como si vigilara personalmente que el aparato se moviera hacia abajo y no hacia arriba.
-Entonces estamos en las mismas… —añadió Rachel bajando su mirada, Kurt la miró de reojo sintiéndose un poco mal por obligarla a irse.

-¿Blaine?... —pregunto Kurt entrando con sigilo en la habitación, había música romántica, velas encendidas en las mesas de noche y sobre la chimenea, pétalos de rosa sobre la cama y una botella de champagne enfriándose dentro de una hielera— ¿Blaine?...—repitió entrando del todo— ¿qué clase de sorpresa es esta si no…?... ¡ay!... —exclamó al sentir que su esposo lo tomaba de la cintura y en un movimiento rápido pero gentil, lo dejaba entre él y el muro inmediato a la puerta de entrada para comenzar a besarlo en los labios y en el cuello.
-Oh por dios… —dijo Kurt dejando caer lo que cargaba para abrazarlo de vuelta con la propiedad que la ocasión merecía.
-Bienvenido a casa.. —susurró Blaine entre beso y beso.
-Bendita sea la ocasión especial esta que celebramos…
-¿Por qué?… ¿por qué crees que celebramos una ocasión especial?… —dijo Blaine ayudándolo a descolgarse el bolso, luego le abrió la camisa y continuo con los besos esta vez en el pecho.
-Hay mucha producción aquí para ser solo una noche de cita… —respondió Kurt acariciandole el pelo.
-La hay… —concordo su esposo quitándose su propia camiseta— pero… ¿no puede alguien enamorado, hacer algo por el hombre que ama?...
-Puede… siempre puede…
-Entonces… bienvenido a una noche especial junto a su esposo, Señor Hummel-Anderson.. .—dijo mientras comenzaba a bajar por el cuerpo de su esposo.
-Lo siento Rachel, pero por esto era que no podías quedarte… —murmuró Kurt deleitándose con aquellos labios sobre su piel.
-¿Que?... —pregunto Blaine incorporándose.
-Lo siento… es solo que me encontré con Rachel en la entrada del edificio…
-¿Esta aquí?... —preguntó su esposo mirando de reojo hacia ambos lados, como si la amiga de ambos estuviera parada detrás de él o algo parecido.
-No… no, no esta aqui… aqui… —respondió Kurt señalando el piso de la habitación— estaba en el edificio, o estuvo… no se...
-¿Y que quería? —quiso saber Blaine manipulando su teléfono para bajar el volumen de la música.
-Entregarme algo que le había comprado a Lizzie para Halloween… como le explique que ya tenemos los disfraces se quedó con el… luego dijo un par de cosas que ahora que las recuerdo me hacen sentir mal por pedirle que se fuera.
-¿Por qué?
-No lo se…
-¿Que tal si hacemos una pausa y me lo cuentas?
-¿Por qué?... el uso que le estabas dando a tu lengua hace un momento, era mucho mejor que hablar… —dijo Kurt haciendo un gesto sexy, Blaine soltó una risa antes de descorchar la botella.
-Eso fue muy indecente Kurt Hummel-Anderson… gracias a dios y nuestros hijos una esta dormida y el otro esta a kilómetros de distancia...
-Lo se…por eso lo dije... —contestó riendo— por lo demás, son cosas que me salen del alma y que solo provoca usted y sus… ¿como describir esto?...—dijo mirando todo con las manos en la cadera.
-¿Un gesto romántico?... —respondió Blaine sirviendo champagne para el y para su esposo.
-¡Ah!... excelente forma de llamarlo… yo no lo llamaría de otra manera…
-Ni yo… ven… —añadió subiéndose a la cama con las dos copas en una sola mano, Kurt sonrió y se subió el cierre del pantalón haciendo luego ademán de cerrar nuevamente la hebilla de su cinturón.
-No hagas eso… —advirtió Blaine acomodándose la almohadas— harto trabajo que me costó abrirla… esa cosa es una trampa...
-No es mi culpa, es culpa a Gucci y su hebilla de marca registrada… —respondió subiendo a la cama.
-Cuéntame… —dijo Blaine entregando una de las copas.
-No es nada… es decir es algo… pero… —Kurt bebió un gran sorbo antes de seguir hablando— verás, lo que pasa es que me dijo que se siente sola y que cree que terminará en una casa rodeada de gatos…
-¿Como?
-Bueno no dijo gatos, sino que Tonys y Estatuillas de Oscar, pero yo creo que es mas creible lo de los gatos… ¿cierto?... —Blaine sonrió y asintió con su cabeza— el asunto es que cree que nunca tendrá un bebé ni una familia, ni nada de lo que tengo yo...
-Eso es un pensamiento bastante pesimista y extremo, inclusive para Rachel…
-Lo se… pero igual, no se… por eso me sentí un poco mal pidiéndole que se marchara… no me gusta que la gente se sienta sola… yo me sentí solo por un buen tiempo y fue bastante horrible…
-Siempre lo es… tal vez deberíamos de invitarla aqui mas seguido… a cenar o algo…
-¿En serio?
-Obvio… escoge un día y cuenta conmigo…
-¿Que tal ahora?... —dijo Kurt mirándolo de medio lado.
-¿Como?
-Lo se, se que preparaste todo esto, pero… —Kurt dejó su copa entre las velas sobre la mesa de noche y se sentó sobre sus talones— si lo piensas bien, es bastante temprano y estoy seguro que sea lo que sea que planeaste puede esperar…
-Kurt…
-Por favor… si me concedes esto puede que mi lengua sea la que te haga cosas… —insistió simulando dos pequeñas piernas con sus dedos que subían por el cuerpo de su esposo — ¿por favor?
-Esta bien… —respondió Blaine como sin ganas…
-Gracias… ¡por eso te amo!… —exclamó dándole un beso antes de bajarse de la cama.
-Pero quiero que sepas que no lo hago por lo que acabas de decir… sino porque te conozco y sé que tu preocupación es genuina…
-Lo es… —dijo acomodándose la ropa— gracias Blaine...—termino por decir Kurt saliendo de la habitación, Blaine soltó un suspiro y acabó su bebida de un solo trago.

Octubre de 2026




-Muy bien, una orden de chocolate con un malvavisco gigante para Henry…—dijo Blaine haciendo ademanes de mesero de restaurant elegante mientras servía la merienda a sus hijos.
-Gracias «Papáblen» —respondió el pequeño saboreandose con la lengua afuera, como si lo que tenia delante era lo más apetitoso del mundo.
-De nada hijo, y…. una orden de chocolate con crema batida para ti Princesa… —añadió poniendo un tazón bien grande frente a su hija.
-«Grasas» «Papáblen» —dijo Lizzie arrodillándose sobre su silla para quedar a la altura de lo que se iba a servir.
-Con cuidado Princesa… —advirtió poniendo un plato de galletas al medio de ambos.
-Si.. ¿dónde esta el Papá?... —pregunto comenzando a comer la crema antes que nada.
-Esta en el teatro Princesa… ya sabes que hoy es dia de función y como la obra ha sido tan exitosa, tiene que hacer una doble el dia viernes… —respondió Blaine sirviendose café.
-¿Es en la que tu le hiciste las canciones «Papáblen»?... —quiso saber Henry tomando una galleta, el «Señor Botones» se levantó de su cama y se sentó a su lado en espera de algo.
-La misma… —respondió sentándose junto a sus hijos.
-¿Y llegará «ponto»?
-Supongo Princesa… ¿por que?... —dijo Blaine haciéndole unos cariños a su hija.
-Porque es el mes de «Jalobin», hay que hacer la cosa de los «desrrafes»… ¡hola! —respondió tomando el tazón con sus dos manos, bebió un gran sorbo de chocolate y terminó con el mentón y la punta de su nariz llenos de crema, Henry rió con ganas y Blaine se levantó a por una toalla de papel para solucionar aquello.
-Te pareces a los papás cuando se cortan la barba… —dijo el chico aun riendo.
-Pero yo no tengo «barabara»… ¡hola! —añadió Lizzie queriendo llorar.
-Por supuesto que no, y tu hermano se disculpara de inmediato —dijo Blaine mirando a Henry, el aludido se disculpó entre risas y cogió otra galleta— muy bien… y esto lo solucionamos de inmediato Princesa… —añadió limpiando la cara de su pequeña hija— listo… —dijo dándole un toque divertido con el papel usado— ahora usa esto para evitar más accidentes… —terminó por decir entregandole una bombilla, Lizzie la puso en su taza y continuo bebiendo con cuidado— y con respecto a lo que dices Princesa, es justamente hoy que haremos el sorteo para ver quien elige la temática de los disfraces este año… por lo tanto, solo debemos esperar a que llegue el Papá… —dijo tomando una galleta, el perro se movió de lugar y se sentó esta vez al lado de Blaine.

-¡Pero que escena mas hermosa!… —dijo Kurt como primera cosa en cuanto cruzó el umbral de la puerta de la cocina, todos se voltearon incluido el «Señor Botones»
-¡Papá!... —exclamó Henry levantándose de inmediato para saludarlo, Lizzie hizo lo mismo pero con más dificultad, ambos terminaron abrazandolo con gran efusividad, el perro ladró un par de veces como demostrando que el tambien se alegraba de ver al recién llegado.
-¡Que maravilla!…—añadió Kurt abrazandolos de vuelta— ustedes son lo mejor de llegar a casa sin duda…—dijo besando la cabeza a cada uno, Blaine sonrió y se apresuró a alistar un sitio en la mesa con café y más galletas.
-¿Como te fue en tu «aptuason»?... —preguntó Lizzie volviendo a su lugar.
-Excelente cariño… gracias por preguntar.. —respondió Kurt acercándose a su esposo— hola…
-Hola… bienvenido a casa… —dijo Blaine dándole un beso, Henry y Lizzie se taparon los ojos de manera divertida.
-¿De qué hablaban?... —preguntó el recién llegado mientras se lavaba las manos.
-Pues Lizzie advirtió que es el mes de Halloween y que debemos hacer el sorteo correspondiente.
-¡Pero eso es muy cierto cariño!… gracias por recordarlo—dijo Kurt fingiendo sorpresa, Lizzie se encogió de hombros coqueta, Henry blanqueo los ojos como advirtiendo que el ya sabia eso.
-Les dije que hoy haríamos el sorteo… así es que te estabamos esperando… —agregó Blaine entregandole una taza con café, Kurt sonrió en agradecimiento y se sentó en la silla junto a la de su esposo.
-Hagámoslo entonces… tengo una buena idea que se que dejara conforme a todos...
-¡Yo quiero decir algo antes! —exclamó Henry levantando su mano.
-¿Qué cosa hijo?...
-Quiero decir que el «Señor Botones» debe participar en el sorteo… el es parte de la familia ahora… —dijo el pequeño con convencimiento, Lizzie asintió a aquello para luego hacerle un par de caras al perro que movió la cola como advirtiendo que hablaban de él, Kurt levantó una ceja y miro de reojo a su esposo.
-No creo que eso sea posible hijo...—se adelantó en decir Blaine al ver que su esposo quedaba en silencio tal y como si contara hasta 2.123 para no arremeter contra el perro y al idea de su hijo.
-¿Por qué no «Papáblen»?,
-Porque es un perro cariño… —dijo Kurt con los ojos bien abiertos.
-Pero él es super inteligente…
-Si cuando quiere algo hace así… —advirtió Lizzie imitando el gesto del perro, arrugó la nariz y mostró los dientes de abajo, Henry y Blaine rieron y Kurt creyó que le iba a dar algo.
-Podemos decirle que tome un papel y él lo tomara...—insistió Henry encogiéndose de hombros.
-¿Blaine?... —dijo Kurt mirando a su esposo con los ojos más abiertos que antes.
-Hijo… me parece muy bien eso que dices —dijo Blaine dejando su taza sobre la mesa— pero… ¿que tal si es él a quien le toca escoger los disfraces?... ¿como podria hacerlo?... —Kurt asintió sintiendo que la cordura por fin volvía a aquella tradición familiar, Henry se tomó la cabeza como si estrujara sus pensamientos para buscar una solución, Lizzie lo miro de reojo e imitó el gesto de su hermano.
-¡Ya se!... —grito Lizzie alzando sus manos después de un par de minutos de reflexión, todos dieron un pequeño salto de sorpresa.
-¿Como cariño?...
-Que ya se como puede el «Señor Motones» escoger los «desfraces»…¡hola!
-¡Dinos «Rizzie»!... —exclamó Henry poniéndose de pie.
-El «Señor Motones» puede decirnos a nosotros lo que quiere... con «Henry» lo entendemos.
-Por dios… —murmuró Kurt restregandose la frente.
-Lo siento... —dijo Blaine en el mismo tono— pues me parece que es una idea excelente Princesa…—agrego mirando esta vez a su hija— ¿hacemos el sorteo entonces?
-¡Si!... —respondieron sus hijos al unísono, Henry dio unos aplausos y Lizzie movió sus brazos como un jugador que hace una anotación importante lo haría.
-Voy a por los papeles… —añadió Kurt levantándose de mala gana, Blaine le tomo la mano un segundo y le hizo un cariño para que dejara el disgusto, su esposo sonrió sintiendo que odiaba un poco menos al tal «Señor Botones»

-Muy bien… aquí tengo los papeles, perfectamente cortados como pueden ver —dijo Kurt enseñando unos diez trozos de papel blanco cortados del mismo tamaño, Henry y Lizzie rieron y Blaine hizo como que aplaudía aquello.
-Escribelos tu Papá, tienes una letra muy bonita y ordenada… —dijo Henry encaramándose en la silla para ver mejor.
-Gracias cariño…
-De nada, la Señorita Walton siempre lo dice cuando le envías notas…
-Pues dile a la Señorita Walton que se lo agradezco también… —dijo Kurt ordenando los papeles— muy bien… comenzaremos en orden alfabético… ¿quien viene primero Henry?... —agrego listo para escribir, Henry tomo aire y miro al cielo para ordenar las letras en su cabeza.
-¡Yo se!... —exclamó Lizzie levantando una de sus manos.
-¿De verdad Princesa?... —dijo Blaine mirándola extrañado.
-No… —agrego Lizzie riendo mientras se movía divertida, Kurt le lanzo un beso lo mismo que Blaine.
-¿Henry?
-Si… el primero es el «Papáblen», porque su nombre es «Blaine» y empieza con «B»…
-Excelente cariño… —dijo Kurt dando unos aplausos— «Blaine Anderson»… —murmuró mientras escribía, acto seguido se lo entregó a su esposo y este lo dobló en cuatro.
-¿Y ahora?...
-Ahora… —Henry susurro todas las letras que venían después de la B hasta llegar a la «H»— ¡yo!... ¡Henry!…
-«Henry Anderson»… —escribió Kurt, Blaine tomó el papel e hizo lo mismo que antes.
-Ahora tu Papá y después Lizzie...—añadió el pequeño señalando a ambos.
-«Kurt Hummel»… «Lizzie Anderson»… —repitió su Papá escribiendo.
-Y ahora el «Señor Botones»… —terminó por decir Henry llamando a su perro para que se acercara, Kurt tomó aire y se rasco la cabeza antes de escribir.
-«Señor Botones»… —dijo mientras escribía el nombre de su esposo en vez del del perro.
-Kurt… —dijo Blaine advirtiendo aquello.
-¿SI?...—respondió mirándolo con la ceja levantada, Blaine lo miró con reprobación un par de segundos.
-Chicos… ¿que tal si van a buscar el pocillo azul que esta sobre la mesa de café en la sala?, necesitamos algo para poner todos estos papelitos… —dijo Blaine revolviendolos entre sus manos.
-Sí… —dijo Henry bajándose de la silla.
-Ve con tu hermano Princesa…
-¡Si!... esperame «Hendry» —añadió la pequeña bajando de a poco, Kurt dio un chasquido con su lengua y se echó hacia atrás en la silla como fastidiado de antemano.
-¿Qué demonios fue eso?... —pregunto una vez que sus hijos salieron de la cocina.
-¿Por qué escribiste mi nombre en vez de el del perro?
-Porque es un perro Blaine, no tiene nada que ver con esta celebración, ni con ninguna…
-Kurt... le dijiste a nuestros hijos que incluirías su nombre…
-¡Yo no dije tal cosa!... —exclamó agudizando su voz.
-Ok, yo la dije… pero, ¿no crees que es injusto que los engañes de esa manera?
-¿Que pasa contigo?, ¿te uniste a una fundación pro animales o algo?
-No, no me uní a nada…—respondió Blaine mirando hacia la puerta— solo estoy diciendo que no esta bien mentir… menos a nuestros hijos.. .—Kurt negó con la cabeza y miró hacia otro lado, luego arrugó el papel donde había escrito el nombre de su esposo por segunda vez y tomó otro para escribir «Señor Botones» con una letra grande y bien destacada.
-¿Contento?... —dijo entregandoselo.
-Mucho… —respondió Blaine haciendo los dobleces correspondientes— oye...—agregó tomando la mano de su esposo para impedir las intenciones de este de levantarse de la mesa— no te enojes… se supone y esta tradición es festiva para nuestra familia…
-Lo era hasta que llegó ese perro del demonio… —Blaine quiso reír pero se guardó las ganas.
-Ok… escúchame… si el papel que saques dice «Señor Botones», te juro y puedes vengarte de mí haciendo lo que quieras… —Kurt levantó una ceja como si aquello fuera algo a plantearse— ¿eso es un si?...
-No… es un «si ese perro endemoniado es el que sale sorteado, tu te encargaras de buscar los disfraces que supuestamente él elija»…eso es... —respondió Kurt zafandose para servirse más cafe.
-Kurt… —insistió Blaine yendo tras de él— no te enojes...— dijo abrazándolo desde atrás— dijiste que lo mejor de llegar a casa éramos nosotros… no te disgustes por algo tan insignificante —agregó mientras le rozaba el cuello con su nariz, Kurt se hizo el desentendido a pesar que aquel arrumaco era su favorito en todo el mundo.
-¿Quieres mas cafe?... —preguntó dándose media vuelta.
-Me encantaria mas cafe…—respondió su esposo sonriendo como solo él sabía hacerlo.
-Te odio Blaine Anderson-Hummel, a ti y a ese perro del demonio —dijo tomando la cafetera— debiste quedarte callado con la trampa que quería hacer… —agregó mientras llenaba las tazas— ¿por qué tenías que hablar?
-Porque no me gusta la mentira… en ningún nivel…
-¡Uy!... —exclamo Kurt empuñando sus manos— ¿de donde sacas tanta paciencia?... yo aun no lo perdono por morder mi broche el año pasado.
-Lo sé… y él lo sabe… pero nuestros hijos lo aman y es importante para ellos… ¿no crees que esas son razones suficientes para darle el beneficio de la duda?
-Es un perro Blaine… no merece el beneficio de nada… —respondió volviendo a la silla.
-Ok… —dijo Blaine tomando un poco de aire pensando que convencer a su esposo, esta vez sería un poco más difícil, rodeo la mesa y se ubicó a su lado— ¿recuerdas cómo odias ver Star Wars?.. .—Kurt lo miró de medio lado como si no acabara de encontrarle sentido a lo que escuchaba— odias la saga pero igual la ves conmigo… ¿por que? —Kurt blanqueo los ojos antes de responder.
-La veo porque a ti te gusta… y porque puedo meterte mano mientras la estamos viendo…
-Claro… —dijo Blaine soltando una pequeña risa— pero quitando eso último… ¿no serias capaz de hacer lo mismo por nuestros hijos y su perro?... además, si quieres mirar el vaso medio lleno, la probabilidad de que salga su nombre es una en cuatro, una muy baja si lo piensas… —Kurt lo miró con los ojos empequeñecidos sin decir nada.
-¡Aqui esta el pocillo!… —exclamó Henry llegando a la cocina junto a Lizzie, ambos lo traían entre sus manos como si fuera algo imposible de cargar para una sola persona.
-Excelente hijos… ahora pongamos los papeles —dijo Blaine dándole unos pequeños golpes la mesa, los pequeños se acercaron y dejaron el envase frente a él, luego volvieron a sus respectivos lugares, Blaine tomó los papeles y los puso dentro del pocillo de vidrio, la movió de un lado a otro como si de una coctelera se tratase y la dejó al lado de Kurt para que sacara el nombre de la persona, o perro, que se encargaria de escoger los disfraces ese año.
-¡Papá!, ¡saca al «Señor Botones»!… —dijo Henry cruzando sus dedos.
-¡Si Papá!, ¡saca al «Señor Motones»!… —añadió Lizzie también cruzando sus dedos pero uno de cada mano.
-Ya veremos cariño… —respondió Kurt revolviendo mas los nombres— muy bien… —dijo tomando uno— el papel dice… —agregó desdoblandolo, Henry se tapó la cara y Lizzie comenzó a tiritar de puro nervio— con un demonio...—susurro mirando a Blaine— «Señor Botones»...—termino por decir de mala gana, Blaine negó con la cabeza sonriendo y pensando en lo que había dicho sobre las probabilidades mientras Henry y Lizzie se abrazaban junto al perro como si hubieran ganado la copa del mundo.

Octubre de 2011



-¿Que pelicula es?... —pregunto Kurt instalándose en la cama al lado de su novio.
-Es… «Sleep Tight» —respondió moviéndose un poco para hacerle espacio— pero el nombre original es «Mientras duermes» —agrego Blaine al tiempo que le entregaba la taza con té de hierbas que había servido para él
-¿«Mientras duermes»? —repitió Kurt con un español medio trabado— ¿me obligaras a leer subtítulos Blaine Anderson?
-Algo así… —dijo presionando la tecla «play»
-¿No es muy sangrienta o si?... —añadió estirándose para alcanzar las caja de la películas— un momento… —dijo mirándolas por ambos lados— esa que dices que veremos no es ninguna de estas…
-Te dije que veríamos la que ya estaba en el aparato, ya sabes, para no levantarme y todo eso… —recordó Blaine dando un sorbo a su propio té— te gustara te lo prometo…
-Lo dudo, pero puedo darle una oportunidad al ser española… —respondió tomando su teléfono.
-¿Si?
-¿Estas bromeando?, ese es el mejor de los acentos, con todas esas «eses»... y «zetas»... y Antonio Banderas… —dijo haciendo una especie de tiriton cuando mencionaba al actor español, Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante pensando en cuán feliz era con él, cuán maravilloso era tener a Kurt en su vida— Rachel pregunta por nosotros…. —añadió leyendo el texto que acababa de recibir.
-¿Por lo de la fiesta?
-Exacto…
-¿Que le contestaras?
-Que no podré asistir porque mi novio se comió 853 dulces y eso lo hizo enfermar…—dijo mientras escribía y sujetaba el teléfono con la misma mano
-En serio… ¿le… le dirás eso?... —quiso saber Blaine tomándose una oreja.
-Por supuesto que no… tu secreto esta salvo conmigo… —dijo riendo, termino de escribir las últimas palabras para luego apagar el teléfono del todo— listo...
-¿No me diras que el dijiste?
-No…
-¡Kurt!
-No necesitas saberlo… solo te dire que ambos quedamos muy bien con la excusa que invente…
-Ok...—dijo sin convencerse del todo, dio otro sorbo a su taza y arrugó la nariz con desagrado— esto sabe bastante mal… que puedo decir… —añadió dejando la taza sobre la bandeja.
-Lo natural y sano nunca ha sabido bien… ¿tendrás miel? —pregunto Kurt revolviendo su taza como si en el fondo se encontrará el sabor más agradable
-¿En los labios dices tu?... —respondió su novio poniendo caras sexys.
-No… —agrego Kurt mirándolo raro— y no se muy bien qué significa esa cara Blaine Anderson —dijo señalandolo— mejor voy a ver… —termino por decir bajándose de la cama.
-Pero la película ya va a empezar…
-Pues ponle pausa… es un DVD, esta diseñado para eso… —dijo poniéndose las zapatillas de levantarse de su novio, Blaine se estiró en su cama para alcanzar el control remoto del aparato y acto seguido emitió un quejido como ahogado.
-¿Qué fue eso?... —quiso saber Kurt devolviendose en su pasos.
-Nada… nada, no te preocupes… —se apresuró en responder Blaine sentándose en la cama.
-¿Como que nada?, acabas de quejarte como si alguien te hubiera apuñalado… —aseguro con las manos en la cadera
-¿Has estado cerca de alguien que ha sido apuñalado?...
-¿Que?
-Estoy bien Kurt, aunque siento que me volvió un poco el malestar… —explicó tocándose la panza.
-Creo que necesitas ir a urgencia Blaine Anderson…
-Claro que no… no exageres… tal vez si me haces lo mismo que hiciste antes… puede que el malestar se me pase… —respondió poniendo cara de perrito con frío, Kurt lo miró con los ojos entrecerrados como si dudara de que existía tal malestar y que Blaine solo lo hacia para que él lo tocara.
-Mejor voy a buscar la libreta telefonica de tu Mamá, si no quieres ir a urgencias, tal vez tu doctor de cabecera este de guardia o algo… ¿tienes doctor de cabecera?, ¿verdad?, los adinerados siempre lo tienen…
-¿De donde sacaste eso?
-Del cine…
-Interesante, pero te recuerdo que los adinerados son mis padres no yo…
-Como sea… vuelvo enseguida —dijo dando un par de pasos hacia la salida.
-¿Bajaras solo?
-Claro que sí, ¿por qué?
-No lo se… —dijo Blaine acomodando su cabeza en las almohadas— tal vez porque es Halloween y cosas raras pasan en la casa de los Anderson…
-Sí claro… —contestó Kurt haciendo ademan de abrir la puerta.
-De verdad… una vez yo estaba en mi habitación y Cooper entró corriendo y jurando que había visto algo o alguien en la sala…
-Querria asustarte sin duda…
-El también estaba bien asustado sin saber que provocaba aquellos ruidos...
-Seguro y eran tus padres…
-Mis padres no estaban… —sentencio Blaine como si leyera el renglón final de un cuento de terror, Kurt trago un poco de saliva y miró hacia atrás por sobre su hombro.
-Solo quieres asustarme para que no insista en lo del doctor…
-Bueno… cree lo que quieras… yo en días como estos prefiero quedarme aquí, es más, siempre me aseguro de traer todo lo que necesitare durante la noche para no tener que bajar ni merodear por una casa oscura y solitaria.
-¡Blaine!... —exclamo Kurt dando un zapatazo en el piso alfombrado, luego se cruzó de brazos y se le quedo viendo con cara de niño malcriado.
-¿Que?
-¿Ves lo que hiciste?, ahora estoy asustado y… y... creo que escuche algo... —dijo cambiando su expresión de malestar por una de panico.
-Por dios… yo también… —dijo Blaine poniendo oído hacia la sala.
-¡Con un demonio!… —exclamó Kurt subiéndose a la cama de su novio de un salto, se acercó bien a él y buscó refugio en su pecho, Blaine lo abrazó de inmediato y sonrió travieso al ver que lo que había planeado le resultaba a la perfección y ponía fin a su primera noche de Halloween junto a Kurt de la mejor de las maneras, con su novio bien acomodado entre sus brazos.




Octubre de 2018



-¿Aún no estás listo?... —pregunto Kurt llegando a la sala.
-¿Listo?... —repitio Blaine mientras cambiaba canales en la televisión.
-Si, listo… se supone… que debemos estar en la mejor tienda de New York en… cinco minutos…—dijo Kurt enseñando la hora en su teléfono móvil, su esposo lo miró de medio lado como si no supiera nada, ni para que debia estar listo, ni menos cual era la mejor tienda de New York— ¡vamos a comprar lo que necesitamos para nuestra fiesta!, es la primera fiesta de Halloween que tendremos como casados, la primera en New York, la primera como padres y la primera viviendo cerca de todo… vamos… —agregó dando unos aplausos, se acomodo el cuello del abrigo y caminó hacia la puerta.
-¿Pudo corregir un par de cosas antes?... —dijo Blaine levantándose de mala gana.
-¿Corregir?... —repitió Kurt dándose media vuelta como en cámara lenta con ceja arqueada y todo.
-Si… corregir… —insistió su esposo apagando el televisor.
-¿Y eso sería?...
-Sería que… primero, no es nuestro primer Halloween en New York, segundo, tampoco es el primero como casados y tercero…
-¿Tercero?
-Creo que no hay un tercero… —dijo Blaine sonriendo— pero los dos primeros si son muy ciertos— añadió tomando su ropa de abrigo, Kurt se le quedo viendo un instante y luego desvió la mirada como para pensar en lo que su esposo le había dicho.
-Por dios… es verdad… —dijo cayendo en la cuenta— ¿como pude olvidar que eso era así?
-¿Será porque estás «ad portas» de estrenar una obra en Broadway?... —sugirió Blaine acercándose.
-Tal vez… ¡en fin!… —exclamó como reaccionando— pero si es nuestro primerísimo Halloween como padres… eso no lo puedes rebatir...
-¿Como podria?… —dijo Blaine aproximándose mas— oye… ¿que tal si nos olvidamos de la fiesta y seguimos con los episodios de «The Hill house»?, podría hacer palomitas… —añadió como cantando.
-¿Por qué crees que me gusta ese show?
-¿No te gusta?... yo lo encuentro interesante...—insistió tomándolo por las caderas.
-Lo único interesante a saber, es como esos padres pudieron darle educación universitaria a cinco hijos y la cuenta de esas colegiaturas es lo único que causa terror… ahora vamos… —dijo apartándose.
-Bien… ¿hasta que hora se quedara la Señora Esposito con Henry?
-Hasta la seis, razón demás para ir de compras de inmediato… termina de arreglarte por favor.
-Ya estoy listo… oye… ¿cuando veremos aquello de contratar a alguien para que nuestro hijo no ande de casa en casa como un nómada?, un pequeño e inocente nómada…
-No lo se… y se por cierto que debemos solucionar eso… pero… no se… me gustaria estar seguro de que la obra será un éxito… no un éxito arrollador, pero si al menos uno que nos de para pagar algo extra, como es el servicio de una niñera exclusiva.
-Será un éxito, ya lo veras… y tendrás el reconocimiento que mereces… —sentencio Blaine mientras chequeaba su peinado en el espejo de la mesita del recibidor.
-Eso espero… y ahora vamos por favor… tenemos que comprar mucho alcohol para que la gente termine olvidando el tema de los disfraces y de la fiesta….
-¿Que?...¿por qué dices eso?... —quiso saber Blaine tomando sus llaves.
-Escogiste como tema los cómics Blaine, alguien puede llegar disfrazado de no se que y nadie sabrá si esta cumpliendo las reglas de la fiesta….
-Solo lo dices porque perdiste en este sorteo de los disfraces…
-Yo no perdí… solo no salio mi nombre que es diferente… —dijo abriendo la puerta— por lo demás, yo creo que hiciste alguna trampa… ¿como es posible que escogiera precisamente el papel con tu nombre?, habíamos agregado hasta el de Henry este año por todos los demonios…
-Bueno… —dijo Blaine mientras cerraba la puerta y ponía llave a la cerradura— soy un hombre con suerte qué más puedo decir…
-¿Así lo cree Señor Anderson-Hummel?...
-¡Obvio que si!… te tengo a ti a mi lado, que mas suertudo podría ser… —acabó por decir encogiéndose de hombros como dijera lo obvio, Kurt sonrió sintiendo que se ponía colorado.



Octubre de 2035



-Cuenta de nuevo lo de Alaska Princesa… —dijo Blaine riendo de antemano de la historia que su hija ya le había contado.
-¿Que paso con Alaska?... —preguntó Henry al tiempo que comenzaba a comer del desayuno que Kurt preparaba para todos.
-¿Te interesa mi amiga hermanito?... —pregunto la chica dándole unos piquetes en el costado.
-Cuidado con tu taza cariño —advirtió Kurt poniendo más tocino en todos los platos.
-Obvio que tengo cuidado…¡hola!... —respondió Lizzie tomándola con las dos manos, dio un sorbo bien largo para luego comenzar a contar lo que Blaine le había pedido— verán… —dijo comiendo dos trozos de tocino a la vez— Alaska… —añadio mirando a su hermano con ojos enamorados cuando mencionaba el nombre de su amiga, Henry negó con la cabeza y prefirió poner más atención a Noah y su empeño en coger pequeños trozos de fruta para llevarlos a su boca— se había comprado un disfraz de diabla bien sexy… tenía un escote hasta como por aquí —explico tocándose el ombligo— una cola, cachos y todo lo necesario, el asunto es que ayer cuando me invitó a cenar, se lo probó para que yo la viera… estaba en eso cuando entro su mamá y se puso como loca demente diciendo que no podía usar algo asi, que parecía trabajadora nocturna y no se que… ¡hola!
-¿Y eso es divertido…? ¿por qué?... —pregunto Kurt sentándose con todos, movio la silla hasta dejarla bien cerca de la que usaba su esposo y se acomodó más en el pecho de él que en el respaldo del mueble.
-Aun no termino… ¡hola!...
-Perdón… —dijo su Papá divertido.
-En fin, el asunto es que...
-¡Oigan!… ¡miren a Noah!… —interrumpió Henry señalando a su hermano que había conseguido tomar con sus dos pequeñas manos un trozo de fruta y se lo había metido en la boca, Blaine y Kurt rieron asombrados y Noah acabó por reír también sintiéndose la estrella de su familia
-¡Henry!… ¡eres super extra maleducado!, yo estaba en medio de una historia… ¡hola!
-Lo siento «Rizzie» pero creo que este logro de nuestro hermanito es mejor que cualquier historia de tu amiga Alaska… ¿cierto hermanito?… —dijo el chico haciendole un par de caras que hicieron al bebé reír con ganas, Lizzie blanqueo los ojos y se comió tres tiras de tocino seguidas para demostrar su disgusto— ¿no lo había hecho antes?... ¿o si? —preguntó Henry mirando a sus Papás de manera alternada.
-No cariño… y deben saber que el más pequeño de la familia esta teniendo muchos progresos últimamente… ¿verdad Blaine? —dijo Kurt mirando a su esposo de medio lado.
-Muy verdad…
-¿A que se refieren padres?... —preguntó Lizzie con la boca llena.
-Termina de tragar eso cariño… —pidió Kurt poniendo cara de asco, su hija se puso a masticar de manera más que veloz causando la risa en todos.
-Lo que pasa hijos, es que Noah, dio ayer sus primeros pasitos… —contó Blaine sonriendo lleno de orgullo.
-¡¿QUE?!... —exclamó Lizzie dejando escapar un poco de tocino sin digerir.
-¿Es verdad eso «Papáblen»? —agrego Henry muriendo de ternura por su hermano menor.
-Muy verdad… ayer estábamos en la sala y de pronto se puso de pie y camino…
-Fue increíble… camino entre los muebles, luego hasta mi… increible… —repitio Kurt bebiendo cafe.
-Que maravilla… ¿asi fui yo también? —preguntó Henry haciéndole cariños a Noah.
-Algo así, aunque a ti te vio primero Julianna, luego Blaine y después yo…
-¿Y yo?... ¿no aprendi a caminar acaso?
-Claro que lo hiciste cariño, un dia de febrero, interrumpiendo el San Valentin de tu «Papáblen» y mio…
-¡Ay Papá!... ¿como que interrumpiendo?
-Disculpa cariño…no quise decir interrumpiendo, arruinando más bien…
-¡Papá! —exclamó Lizzie alzando los brazos.
-Estoy bromeando cariño —dijo Kurt levantándose— sabes que te amamos más que a nada —agregó acercándose a ella para darle un beso en la mejilla y un cariño en el cabello, Lizzie sonrió haciendo poses engreidas.
-Ups, es Liang… ya llego… —dijo Henry mirando su teléfono, comió un poco más de lo que le quedaba de su desayuno y se levantó recogiendo todo para dejarlo en el fregadero— tengo una idea Papá...—añadió mientras revisaba su mochila— ¿qué tal si salimos a cenar para celebrar el logro del Noah?
-Me parece excelente cariño… ¿Blaine?
-No tengo problema…
-¿«Rizzie»?
-Yo no tengo ningún plan tampoco…
-Genial —dijo colgándose la mochila a la espalda— así hacemos también el sorteo de los disfraces… ¿no creen?
-No podría pensar en un mejor momento cariño…
-Ni yo… —añadió Blaine comenzando a levantar la mesa.
-Genial… —repitió Henry despidiéndose de todos, Lizzie hizo un par de caras burlándose del protagonismo de su hermano, Noah la imito moviendo sus manos llenas de banana.

Octubre de 2039




-¿Cuán difícil es encontrar pelucas de buena calidad en New York?... ¡estamos en la ciudad más cosmopolita del mundo por todos los demonios! —exclamo Kurt llegando a la sala, traía una libreta en una mano y el teléfono móvil en la otra.
-No maldigas… —dijo su esposo desde uno de los sofás.
-Hago lo que quiero… en especial si estoy frustrado y molesto…
-¿No hubo suerte en el salón de Chelsea?... —pregunto Blaine bajando lo que leía.
-No… —respondió tachando algo en su libreta— ¿para que se bautizan como «The hair shop» si no tienen todos los tipos de cabello?… ¡uy!... estupido Benjamin Franklin y su cabeza media calva… —añadió manipulando su teléfono móvil.
-Creo que terminarás recurriendo al maquillador del teatro…
-No necesito un maquillador Blaine, necesito tres pelucas diferentes… —respondió sentándose a su lado— además, ya le pregunte y me quedo mirando como si yo estuviera loco o algo peor.. .—agrego pasando página en su libreta de apuntes.
-Tal vez yo pueda intentar preguntar en el estudio… muchos artistas usan postizos de todo tipo…
-¿De todo tipo?... —repitió Kurt levantando una ceja.
-De todo tipo… —volvió a decir Blaine alzando las propias.
-Vaya con el mundo de la música…
-Es lo que puedo decir y que me he enterado en estos años... ¿pregunto?
-Pregunta… pero fijate donde te mandan, no quiero que te lleven a quizás que lugar, donde te digan que uses quizás que, en dios sabe donde… —dijo Kurt abriendo sus manos.
-Me asegurare que eso no pase…
-Muy bien, porque no lo necesitas…
-Que sexy Señor Hummel-Anderson… me provoca acercar mi cuerpo al suyo y hacerle cosas... —dijo Blaine haciendo una mueca que incluía un mordisco al aire.
-Lo sé… —dijo sonriendo coqueto— pero guarda tus ganas porque lo único en lo que puedo pensar ahora es en pelucas… ¡uy!, ¡odio este Halloween!, además de ser el más reflexivo de todos los tiempos, sera el mas dificil de llevar a cabo… —añadió volviendo a lo de pasar páginas en su libreta.
-No digas eso… estamos en la primera semana de octubre y ya tenemos casi todo, solo nos falta lo de las pelucas… queda mucho tiempo… —sentencio Blaine retomando la lectura.
-Me gusta exagerar y lo sabes… —dijo recostandose en su hombro— ¿qué lees?
-Son los papeles del contrato para que Burt recupere su taller, el abogado nos lo envio esta mañana y pensé en echarle un vistazo.
-¡Mentira!... —exclamó su esposo arrebatandoselo de las manos.
-¡«Auch»!… —dijo Blaine sintiendo que sus dedos sufrían múltiples cortes a causa del papel.
-Lo siento… —agrego Kurt tomándole una de las manos, le dio un beso en cada dedo para luego hacer lo mismo con la otra extremidad, Blaine sonrió sintiendo ganas de tener cortes en otras partes del cuerpo—¿entiendes algo de lo que aparece aquí? —pregunto leyendo algunos párrafos al tiempo que le hacía pequeños cariños en la mano que aún le tenía tomada.
-No mucho… pero era de esperar, el lenguaje es super tecnico…
-¡Más que técnico!, siento que hay que ser juez de la Suprema Corte para entender algo… ¿no dirá en algún lado algo simple?
-¿Algo como que?
-No lo se… algo como «el señor Burt Hummel es dueño y señor de «Hummel Tires & Lube»…o algo así —respondió pasando página tras página como si leyera a la velocidad dela luz.
-De lo que lei yo… no… pero no se… mas adelante… hay… permiso… —dijo estirando uno de sus brazos para buscar la página correspondiente, Kurt sonrió al sentir el olor del perfume de su esposo— aquí… lee lo que dice aquí… —agrego Blaine apartándose, Kurt se acercó el texto a los ojos y murmuró las palabras a medida que iba leyendo.
-¿Dice aquí «a perpetuidad»?
-Exacto, y me llamo la atencion igual que a ti, pero creo que es una buena cláusula por si es que a Burt se le vuelve a ocurrir la idea de «vender/comprar» nuevamente…
-Muy cierto, y conociendo a mi Papá es muy posible… —dijo cerrando el documento— luego lo llamare para preguntarle qué le dijo Jeremy a él… es más práctico y nos ahorramos el estar especulado… —sentencio dejando la carpeta con el logo de la firma de abogados sobre la mesa de café— oye… —agregó sentándose de medio lado para mirar su esposo.
-¿Que?… —dijo Blaine haciendo lo mismo.
-Gracias…
-¿Por qué?...
-Por esto que hiciste por mi Papá… —respondió tomándole la mano nuevamente.
-Ambos lo hicimos…
-Si pero… la cuenta de nuestro banco es bipersonal por un motivo… y fue tu idea ofrecérselo ese dia que vinieron y se que fue una cantidad grande de dinero pero… … pero nadie hubiera podido pensar en una mejor solucion… asi es que... gracias…
-De nada… y lo hice por los queiro a ambos, de diferente manera por cierto… —dijo jugando con los dedos de su esposo
-¿«Ambos»?, ¿estoy incluido en esto?...
-Por supuesto, vi lo triste que te pusiste ese dia… y como el propósito de mi vida es hacerte feliz… no me quedaba otra opción... por lo tanto, el placer fue mio...—respondió Blaine sonriendo, Kurt sonrió también y se perdió unos segundos en los ojos de su esposo, por muy acostumbrado que estuviera a ellos, aquella inmensidad siempre terminaba por hipnotizarlo.
-¿A que te referias con eso de que todos tenemos una historia que contar relacionada con «Hummel Tires & Lube»? —quiso saber como volviendo en si.
-A eso mismo… no se si tu Papá conocio alli a Carole...
-No… fue en la escuela en una junta de padres, de hecho, yo los presente por motivos que ahora no existen… pero así fue…
-OK… pero yo sí lo conocí a él alli, alli tambien tu le contaste que te unias a «New directions», Henry aprendió a conducir entre esas herramientas, lo mismo que Lizzie y espero que algun dia lo haga Noah… el sedan del 98 estaba ahí… —termino por decir Blaine dando un acento cantado a sus últimas palabras, Kurt sonrió medio acalorado recordando aquel día de noviembre.
-Muchas historias entonces…
-Muchas… por eso vale la pena que vuelva a las manos de su original dueño, cueste lo que cueste…
-Y por dios espero y nunca se entere lo que tuvimos que pagar —dijo Kurt tomándose la cara.
-Y no diré nada —advirtió Blaine señalandose a si mismo— y solo lo sabemos tú, yo y Jeremy Van Rensselaer Schermerhorn…
-Que por los honorarios que cobra debería ser capaz de guardar ese secreto y un millón más…
-Muy cierto… —concordó Blaine soltando una pequeña risa
-Mucho… ¿que hora es?... —pregunto Kurt soltando un suspiro.
-Las cuatro y diez minutos… —contestó Blaine enseñando su reloj pulsera.
-Cinco minutos mas y habra que bajar a recoger a Noah...—agrego Kurt como con pereza.
-Yo iré… —se adelantó en decir Blaine levantándose de inmediato.
-Pero tu fuiste ayer… —dijo Kurt más remolón que antes, se dejó caer en uno de sus lados y se acurrucó abrazado a uno de los cojines..
-¿Y?... puedo hacer lo mismo dos veces seguidas… —explicó su esposo inclinándose un poco para besarlo.
-Lo se… es solo que no quiero que pienses que soy un consentido y que prefiero quedarme aquí, en vez de ir a buscar a mi propio hijo a la bajada del autobús.
-Eres un consentido Kurt Hummel-Anderson… —dijo dándole un pequeño beso— y si creo que prefieres quedarte aquí en este sillón de cinco mil libras… —Kurt abrió la boca como para rebatir aquello— pero… no porque no te preocupes por Noah, sino porque eres un consentido...—añadió dando otro beso, Kurt sonrió sobre sus labios antes que su esposo se apartara— y me encanta ser yo quien te consienta… vuelvo enseguida... —termino por decir Blaine yendo a por su hijo.

-«Papáblen», ¿eres tu acaso?... —dijo Noah llegando hasta donde lo esperaba uno de sus papás, traía su mochila en la espalda y entre sus brazos un «tote bag» que parecía y superaba su peso tres veces como mínimo.
-Lo soy hijo… ¿y esto?... —dijo señalando la bolsa— ¿es de tu Papá?
-Si… el me la «facilipto» —respondió acomodandola entre sus brazos.
-¿No será muy pesado para ti?
-Esta un poco «pensado»… —respondió el pequeño hablando como si se ahogara.
-Pues déjame ayu… ¡Noah!… ¡esto esta muy pesado!… —exclamó Blaine como si su hijo no supiera eso— ¿que traes?... ¿rocas del Central Park?...
-No, son unos libros que necesito, le pedí a la Señorita Kathryn Barret que me ayudara porque yo no sé todas las letras que «epsisten» y no podía buscar mi tema...
-¿Tema?, ¿qué tema? —agregó haciendo ademán de mirar dentro.
-¡No!... —grito el pequeño tomándose la cara, sus gafas sin vidrio se descolocaron un resto.
-¿Como? —dijo Blaine desistiendo de su intento de inmediato.
-¡No puedes ver!… ¡es una cosa de un secreto!…
-¿Un secreto?
-Si un secreto entre el Papá y yo… no te «defendas»…
-No me ofendo hijo… —dijo Blaine riendo le acaricio la cara y le acomodo las gafas— y lo siento, no miraré… —añadió colgándose la «tote bag» al hombro.
-Gracias por entender la «situazon» «Papáblen»...
-Por nada… ahora cuentame…¿que tal la escuela?... —quiso saber Blaine cogiendo la mano de su hijo para caminar hacia el ascensor.
-Muy bien… ¿el Señor Jenkins no esta acaso?... —preguntó Noah mirando hacia la estación de trabajo donde la mujer que se encargaba de labores de limpieza cumplia el papel de concerje en ese minuto.
-No, pidió autorización para ausentarse, porque uno de sus nietos se gradúa de la universidad… ¿qué te parece?
-Me parece muy adecuado…
-Y a mí… —dijo Blaine mirando con ternura al más pequeño de sus hijos.
-¿El Papá esta «aptuando»?
-No, esta en la sala esperandonos… ¿por que?... —dijo Blaine abriendo la reja del ascensor.
-Porque me gustaría hablar con él y enseñarle los libros… ¿«Papáblen»?
-Si… —respondió este presionando el botón con el número 13.
-¿Podrías dejarme solo con el Papá?, ¿para poder hablar con él en «prevacividad»?
-¿Hablar sobre tu secreto?
-Si…
-Por supuesto que sí hijo… te lo prometo en cuanto lleguemos, me escabullire como un pez… —dijo queriendo mirar de reojo de que trataban todos los libros, Noah se quedó con cara impacto extremo al pensar cómo sería posible que su «Papáblen» hiciera aquello del pez si en su casa no había agua ni nada por el estilo.

-¿Dónde esta el Papá?... —preguntó Noah en cuanto cruzó el umbral de la puerta.
-En la sala hijo… te llevare esto y los dejare solos…
-Yo lo puedo llevar… —dijo el pequeño alzando sus manos.
-Pero esta muy pesado… —advirtió Blaine descolgandose la bolsa.
-Pero aquí la puedo «arrapstrar» —insistió Noah queriendo tomarla.
-Muy bien… aunque no se que pensará el Papá si ve que su «tote bag» Loewe se usa para abrillantar el piso… —murmuró Blaine dejándola al alcance de su hijo.
-Gracias «Papáblen»… —dijo Noah llevando los libros a la arrastra con la determinación que sólo él tenía, Blaine se le quedo viendo un instante y luego se dirigió al estudio para cumplir con lo que le había prometido.

-Cariño… ya llegaste… —dijo Kurt incorporándose— ¿y el «Papáblen»?... —agrego al ver que su hijo venía solo arrastrando algo con gran ahínco— ¿esa es la «tote bag» Loewe que te preste? —termino por decir con los ojos bien abiertos al ver que su bolsa de diseñador estaba en contacto directo con el piso de madera.
-Hola Papá… le pedí al «Papáblen» que nos dejara solos para hablar con «prevacividad»… dijo que se «epscabulliria» como un pez… pero yo no sé qué «sipnifica» eso… —respondió Noah encogiéndose de hombros.
-Ni yo… ven a saludarme… —dijo Kurt haciéndole una seña para que terminara de acercarse, Noah sonrió y se abalanzó sobre él para darle un abrazo con tanto ímpetu que su Papá casi termina por caer hacia atrás con sofa y todo— ¡vaya abrazo!… lo mejor del dia sin duda… —agregó dándole un par de besos, Noah rio de lo más encantado mientras le daba pequeños golpecitos en la espalda— ahora cuéntame bebé… —agrego Kurt sentandolo en su regazo— ¿qué es eso de que le pediste al «Papáblen» que nos dejara hablar en privacidad? —dijo al tiempo que le acariciaba la cara y el cabello— ¿te sucedio algo?.
-No, es porque él no debe escuchar nuestra «converzason» secreta… —respondió Noah hablando casi en un susurro
-¿Y qué conversación es esa? —dijo Kurt en el mismo tono.
-La de que te preocupaba quedar sin cabello como el Presidente Benjamin Franklin…
-¿Como cariño? —preguntó su Papá queriendo reír.
-Si, y como dijiste que el «Papáblen» podía dejar de quererte si te quedabas sin cabello, fui a la biblioteca de la escuela a buscar libros al «respepsto», unos que diran que hacer si uno pierde el cabello...
-¿Y eso es lo que traer en la bolsa?
-Si… ¿los quieres ver?
-Por supuesto bebé… —dijo Kurt mostrándose de lo más interesado, Noah se bajo de un salto y comenzó a sacar los libros de a uno mientras explicaba que la Señorita Katheryn Barret lo había ayudado con los títulos, Kurt los fue tomando de a uno mientras leía los títulos, todos relacionados más con el crecimiento personal que con el del cabello.
-¿Asumo y buscaste «calvicie masculina» en la computadora de la biblioteca? —dijo mientras los apilaba sobre la mesa de café.
-Si pero yo no lo escribí porque no se… —explicó Noah entregando el último ejemplar— ¿te sirven Papá?
-Mucho cariño, te juro y los leeré todos… —Noah sonrió orgulloso de su idea— pero… ¿sabes que?, luego de lo que me dijiste sobre que el «Papáblen» se me quedaba viendo, ya no siento tanto miedo de quedarme calvo… creo que el «Papáblen» me querrá de todas formas…
-Si, el super cariñoso...
-Lo se… gracias cariño, es muy bonito que te preocupes de mí… —dijo Kurt dándole un abrazo bien apretado.
-Es lo que dijo la Señorita Katherine Barret, que tú debes estar muy orgulloso de mi…
-Lo estoy bebé… de ti y de toda mi familia… —sentencio su Papá besándolo en ambas mejillas— ¿quieres escuchar una buena noticia?
-¡Si!
-Pues lo primero es lo primero… —dijo levantándose— y eso es preparar algo de comer antes de la cena… ¿me acompañas?
-Sí… —dijo Noah arremangandose de inmediato, como si estuviera dispuesto a amasar, cortar, revolver y todo lo que su Papá le pidiera.

Octubre de 2039



-Ya era hora que llegara Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt mirando de reojo a su esposo mientras trataba de escoger un broche entre cuatro posibles.
-Estoy super retrasado… lo sé… —respondió este dejando todo lo que cargaba a un costado de la puerta del dormitorio— pero tengo una buena razón… hola… —agrego dando un beso.
-Espero y asi sea…
-Lo será… taraje la correspondencia… creo y esta el reporte de las notas de Lizzie...
-¿Es eso verdad?... —quiso saber Kurt mirando a lo lejos el grupo de cartas.
-Por supuesto… ¿tengo tiempo?... o ya nos vamos.. —dijo Blaine haciendo como que entraba al baño y se quedaba en el dormitorio de manera alternada.
-Tienes tiempo… hable con mi Papá hace poco y me dijo que aún están en el hotel… ¿que hay con ese matrimonio y los hoteles?... aquí tenemos dos cuartos disponibles y perfectamente equipados por lo demás...—respondió en tono reclamo al tiempo que se quedaba con dos broches como finalistas, uno en cada mano.
-No lo se… —dijo Blaine comenzando a desvestirse tirando todo de cualquier manera y en cualquier parte— creo que piensan que tal vez molestan o algo…
-Pues no lo hacen… y yo se los he dicho… tú se los has dicho.. hasta Noah creo que ha dicho «¿no se van a quedar aquí acaso?» —Blaine sonrió mientras se quitaba el resto de la ropa— lo que si molesta Blaine Anderson-Hummel es ese desorden que estás dejando
-Lo se… —agrego su esposo dándole otro beso esta vez en al mejilla— luego ordenó todo— Kurt blanqueo los ojos como si aquello fuera la mentira más grande que se habia dicho dentro de aquellas cuatro paredes, acto seguido continuó examinando los broches para quedarse con uno de libélula lleno de brillos— mira las calificaciones de nuestra hija… luego me cuentas...—dijo Blaine antes de meterse al baño, Kurt reviso las cartas hasta que se topó con la que traía el membrete del colegio impreso en el sobre, la abrió con ayuda de sus dientes y leyo la misiva que más que calificaciones hablaba sobre las actividades a realizar por las fiestas de fin de año.
-¡No son las calificaciones! —grito dirigiendo su voz al baño.
-...
-¿Blaine?... —agrego entrando.
-¿¡Son buenas o malas!?... —preguntó su esposo desde dentro de la ducha.
-No son nada… no eran las calificaciones, es una carta que dice… bueno.. después la lees…
-¿Como? —dijo asomando la cabeza toda mojada
-Que después la lees, pero es una carta sobre las actividades de fin de año… que incluye un picnic por «Thanksgiving», que en nombre de todo lo bueno y puro, espero y sea voluntario...
-Seguro y lo es… —respondió metiéndose bajo el chorro de agua nuevamente— ¿no tendría que llegar ya esa carta?.
-Tendria… ¿por que te demoraste?... —preguntó mientras se miraba en el espejo buscando el mejor lugar para poner sul recién escogido broche.
-¿Como?... —dijo Blaine mientras cerraba el agua.
-Dijiste que te habías demorado por un buen motivo… —insistió Kurt decidiendose por la solapa derecha, se prendió la libélula llena de brillos y se miró un instante para convencerse del todo— y me gustaria saber cual es ese motivo —agregó acercándose a la mampara de vidrio.
-Mira la bolsa...
-¿Como?
-Que mires la bolsa… —repitio Blaine mientras descolgaba la toalla.
-Ok… —dijo saliendo del baño— ¡aquí hay como cinco bolsas!
-No hay cinco bolsas… —corrigió su esposo saliendo tras de él con la toalla en la cintura y otra más pequeña en la mano— hay una bolsa, un bolso y mi guitarra… —advirtió apuntando casa cosa— mira dentro de la bolsa… —insistió restregándose el cabello, luego tiró la toalla más pequeña sobre la cama y comenzó a vestirse.
-Sea lo que sea lo que hay aquí no justifica este desorden que estas armando.
-Te dije que ordenare todo… ahora mira, estoy seguro y te alegrare el dia… o la semana… o el mes tal vez… —dijo sonriendo, Kurt lo miro como que aquello no era posible y abrió la bolsa de papel.
-¡Mentira!... —exclamó descubriendo lo que Blaine había traído.
-Te lo dije…. —agrego Blaine poniéndose la ropa interior antes que todo.
-¿Como las conseguiste?... —quiso saber Kurt sacando la primera de las tres pelucas que habían dentro.
-Te dije que en el mundo de la música había muchos postizos…
-¿Estaban en el estudio?... —pregunto sacando la segunda, hizo ademán de colocarla en su cabeza, pero desistió por temor a que se arruinara su peinado.
-No… —contestó su esposo descolgando el atuendo que Kurt le había escogido y dejado sobre la cama perfectamente ordenado dentro de un zipper transparente— tuve que ir a la casa de Elwood… bueno no a la casa porque me hizo esperar en el portal mas bien… pero almenos conoci como luce la puerta por fuera… —dijo Blaine riendo.
-¿Que hay con tu jefe?, ¿se cree Miranda Priestly trabajando para la revista Runway?… —dijo Kurt sacando la ultima de las pelucas.
-Algo asi… ¿estan bien?... ¿verdad?
-Mas que bien… y tu Blaine Anderson-Hummel… eres mi héroe… —dijo Kurt guardando todo.
-Tanto como héroe… —repitió medio avergonzado.
-Es lo que eres… era lo único que nos faltaba y ahora lo tenemos… —dijo acercándose a su esposo a medio vestir— y si no tuviéramos que ir a cenar con el señor Van Rensselaer Schermerhorn, el señor Burt Hummel y la señora Carole Hudson-Hummel… te juro y te haría eso que te gusta… dos veces… —añadió ciñéndose a él— ¿que?... ¿acaso no me crees capaz? —agrego al ver que su esposo sonreía más divertido que sexy.
-Te creo capaz de todo… —dijo Blaine tomándolo de una mano y de la cintura, como si se aprestara a bailar una pieza romántica— es solo que se esta volviendo una política de nuestra parte, compensar las cosas buenas usando nuestros cuerpos para ello y así complacernos mutuamente.
-¿Y eso es algo malo?
-Por supuesto que no… ¿cuanto crees que durará? —pregunto acomodandole el broche aunque no hubiera necesidad.
-Pues espero y que para siempre…
-También yo lo espero… —dijo Blaine mirándolo un instante— ¿Noah sabe dónde iremos?... —agrego apartándose para seguir poniéndose la ropa que le restaba.
-Obvio que lo sabe… aunque creo que aun no se convence de que no puede ir…
-Luego le decimos que los abuelos pasaran a saludarlo, seguro y se anima de inmediato…
-Seguro que si...
-Creo que ya estoy listo… —dijo Blaine abrochándose los «cufflinks», Kurt suspiró sintiendo que aquella maniobra era la más sexy del mundo— ¿que tal?... —preguntó dándose una vuelta completa.
-Guapo como siempre… aunque… —dijo Kurt tomándose el mentón.
-Aunque... ¿que?... —repitió su esposo mirándose la ropa.
-Creo que te falta algo… —agrego mirándolo— ¡ya se!...—exclamó acto seguido dando un aplauso— tengo un pañuelo que te viene perfecto…disculpa —dijo sacando el teléfono desde su bolsillo al sentir que vibraba— ¿podrias buscarlo tú?... debo atender esto… —termino por decir apuntando la pantalla.
-Si me dices cual es… —piido Blaine mirando hacia el closet.
-Tu sabes cual es...—respondió su esposo llevándose el teléfono a la oreja, Blaine frunció el ceño y luego de un par de segundos de reflexión, se metió a buscar lo que se supone y sabía que era.

-Helen tiene listos los boletos para el espectáculo de las «Rockettes», espera y que se lo cuente a Carole, seguro y llamará a tu Mamá de inmediato.. —dijo Kurt aprovechando que tenía el teléfono en la mano para revisar algunos mensajes— ¿lo encontraste?... —preguntó asomándose en la puerta del closet.
-¿Qué es esto?... —quiso saber Blaine enseñando uno de los libros que Noah le había traído a Kurt para lidiar con su futuro problema de calvicie.
-¿Donde encontraste eso?... los pañuelos están aquí… —dijo apuntando uno de los cajones más elevados.
-Kurt… ¿que son estos libros?... —insistió mirándolos todos.
-Es una tontería, que ni siquiera tendrías que haber visto, además Noah los tiene que devolver la semana entrante…
-¿Noah?... pero si están entre tus cosas…
-Lo se… y los dejé allí porque es la única manera de que me acuerde que se los lleve dentro de seis días, si no nuestro pequeño hijo tendrá una multa y nadie quiere eso… —respondió como queriendo cambiar de tema, abrió el cajón de los pañuelos y escogió uno que le hacía juego a la corbata de su esposo y a su prendedor con brillos— mira… a este pañuelo me refería… creo que… te combina perfecto… —agregó mientras le hacia unos dobleces elegantes, Blaine lo seguía mirando con cara de necesitar una explicación urgente, Kurt hizo caso omiso de aquello y se acercó para ponerle el pañuelo en el bolsillo, lo acomodo con mimo y luego se alejó unos pasos para mirarlo en perspectiva— perfecto… tal y como dije, ¿vamos?...
-¿Que?... Kurt… ¿no me vas a explicar?... —dijo poniendo cara de impacto.
-No hay nada que explicar… son libros… —contestó quitandoselos de las manos— libros que pidió nuestro hijo y que debe debe devolver en 6 días… —repitió poniéndolos en el espacio disponible.
-Son libros sobre calvicie y autoayuda… dos temas que si bien tienen relación el uno con el otro, no se que relación pueden tener contigo o con Noah… —Kurt siguió ordenando los libros como si fuera empleado de la biblioteca pública— Kurt… —insistió Blaine poniéndole una mano en la espalda, Kurt término de apilar los libros y se quedó un instante en silencio antes de responder.
-Esta bien… te contare... —dijo dándose media vuelta, se llevó las manos a la espalda y se apoyó en la orilla de uno de los gabinetes— el otro dia, cuando mi Papá y Carole vinieron con lo del problema del taller y Noah hizo el sorteo de quien tenía cuál científico… me sentí un poco mal porque me tocó el personaje que me tocó…
-¿Por que solo estudió primaria y tenía 16 hermanos?
-No… porque… porque era calvo…
-Kurt… —dijo Blaine queriendo reír.
-No te rias… ¿para que me preguntas si te vas a poner a reír?... —dijo como niño consentido, Blaine pidió una disculpa silenciosa y mediante una seña, le pidió que siguiera hablando— en fin… el asunto es que todos empezaron a bromear con lo de la calvicie y la genética y no se que mas y eso me puso un poco triste y Noah se dio cuenta…
-Yo también me di cuenta… —se adelantó en decir Blaine de lo más serio, Kurt sonrió con ternura ante aquel arranque de celos.
-Lo se… el asunto es que pensó que estaba enojado con él, le aclare que no y termine contándole lo que me pasaba, y se que no debería compartir mis cuitas con un niño de 4 años… pero me aseguro que era bueno para guardar secretos.
-Ahora entiendo…
-¿Que?
-Ese dia que llego con los libros, quise averiguar de qué se trataban, pero me lo impidió porque dijo que era un secreto entre él y tú…
-Claro… bueno ese dia le confidencie a Noah un temor que tenía con eso y él me respondió con esa sabiduría inmensa que tiene y luego busco en la escuela esos libros para que me ayudaran «al respepsto» —dijo imitando al más pequeño de sus hijos.
-¿Y qué temor era ese?
-Que… que tu dejaras de quererme si es que eso de la genética se hacía realidad…
-Eso es imposible y lo sabes…
-Lo sé… íntimamente lo se… pero cuando todo te bombardea de una forma… se hace difícil ser racional al respecto…
-¿Y que te dijo Noah en esa sabiduría inmensa que tiene?
-Me dijo lo que tú… que era imposible que eso pasara y agregó que era porque tu me querias mucho y que siempre me estabas besando y tomándome la mano… — Blaine lo beso y le tomó ambas manos— y que siempre me quedabas mirando cuando yo no te miraba a ti… que te ponías así… —añadió empequeñeciendo los ojos y esbozando una pequeña sonrisa media torcida, Blaine lo abrazó y se quedó junto a el un par de segundos que sintieron como horas.
-¿Sabes lo que pienso cuando te miro en esas ocasiones? —dijo Blaine apartándose.
-¿En cuando será que quedare calvo? —agrego Kurt soltando una pequeña risa.
-No… pienso en «¡por dios!… ¿realmente soy así de afortunado?» — respondió su esposo sonriendo, Kurt sonrió también y creyó que si moría en ese instante, su lápida diría «murió inmensamente enamorado», Blaine le acaricio la cara y el cabello y volvió a besarlo, esta vez en los labios, esta vez con propiedad.

Noviembre de 2034



-¿Anotaste eso último?... —pregunto Kurt queriendo mirar la agenda de papel donde su esposo anotaba el último de los compromisos del mes que acaba de iniciarse, ambos estaban en la cama poniendo al día sus compromisos como lo hacían desde que se había hecho necesario.
-Lo anote… —respondió Blaine repasando los días mientras pasaba las páginas rápidamente.
-¿Si?...
-Si...
-¿Seguro?
-¿Quieres mirar?...
-No, por supuesto que no… ¿nada más que agregar?...
-Nada más…
-Terminamos entonces… vaya… este será nuestro noviembre… —dijo Kurt mirando los compromisos que había anotado en su teléfono móvil— creo y seremos muy felices este mes Señor Anderson-Hummel…
-Por supuesto que lo seremos, incluso cuando viajemos a Lima para «Thanksgiving» y Rachel y Jessie esten en nuestra mesa…
-¡Lo se!... —exclamo Kurt elevando sus manos al cielo con telefono y todo— ¿como paso eso?
-No lo se…
-Ni yo… cuando me llamó dijo que esa invitación le venía como anillo al dedo porque tenía que comunicar algo super fantastico e increible y otros adjetivos que ni siquiera me acuerdo…
-¿Que sera?
-No tengo idea… —dijo Kurt aprovechando que tenía el teléfono en la mano para revisar algunos mensajes— como tampoco tengo idea en qué estaba pensando mi Papá cuando la invitó…
-Creo y es la incapacidad de Burt de decir que no… cosa…que heredaste tu por cierto.. —dijo Blaine enganchado la lapicera en la tapa de su agenda.
-Eso no es verdad… si yo no quiero algo o a alguien, lo digo y ya…
-Por supuesto…
-¿Me estas dando la razón para que me calle?
-No… te doy la razon porque te amo… —Kurt blanqueo los ojos y Blaine rió al notar aquello— ¿crees que esten arrepentidos?
-De haber invitado a Rachel…
-Exacto…
-No lo se… no lo creo… lo que si creo es que habrá el doble de preocupación por los detalles, no se porque en Lima todos tienen la idea de que Rachel es la persona más famosa que ha salido de ese pueblo y que deben rendirle pleitesía o algo... ya estoy pensando que Carole empezará a ponerse nerviosa desde ya…
-Seguro y se junta con mi Mamá y se ponen nerviosas las dos… y hablando de nervios… —dijo Blaine moviéndose sobre la cama, se estiró un poco para dejar su agenda de papel sobre la mesa de noche y volvió a acomodarse sobre las almohadas— ya tengo todo el itinerario para la gira por europa…
-¿¡En serio!?... —exclamo Kurt entusiasmado— ¿iremos a lugares interesantes?— agregó haciendo lo propio con su teléfono móvil.
-A todos los que hablamos…
-¿Cuán genial es eso?... —agregó acercándose— un momento… —dijo deteniéndose en su intento por recostarse sobre el pecho de su esposo— ¿en donde estaremos en enero?
-En España, Francia y Alemania… en ese orden… —respondió Blaine contando los países con sus dedos a medida que los iba mencionando.
-Recuerda que nuestro hijo o hija nacerá en…
-Lo recuerdo... por eso es que la gira terminará la semana anterior de que eso pase… me asegure de ello cuando la planeamos a principios de año...
-Perfecto entonces… —dijo recostandose sobre él— háblame… —agregó acomodándose.
-¿Sobre que?... —pregunto Blaine besándole la cabeza.
-No lo se… de cualquier cosa que sirva para llenar este pequeño espacio de silencio y tranquilidad que se acabará dentro de media hora cuando lleguen nuestros hijos… —Blaine soltó una pequeña risa y volvió a besarle el pelo…
-¿Qué fue eso Señor Hummel-Anderson?... ¿confesiones inconfesables de un padre de familia?
-Algo así… —contestó Kurt también riendo— amo a mis hijos con el alma… pero los amo más cuando nos dejan solos...—su esposo volvio a reir— pero si repites lo que acabo de decir lo negaré de principio a fin…
-Por supuesto que lo harás…
-Ahora… insisto en que me hables… ¿que hay con la gira por ejemplo?…
-¿Que hay con ella?…
-¿Tendremos tiempo para hacer algo turístico?
-No lo sé… lo más probable es que no… lo que es bien injusto si lo piensas…
-¿Por qué?
-Porque sí, porque tenemos la oportunidad de viajar casi gran parte del año pero nunca podemos disfrutar de los lugares… imaginate, estaremos en Francia y ni siquiera podremos visitar « Les Champs-Élysées» o el «Passerelle des Arts» —Kurt sintió que le daba un poco de calor al escuchar que el acento francés de su esposo, era más francés que el de los propios franceses— quisiera que tuviéramos más tiempo para ir a todos esos lados… los dos sin pensar en nada mas… —agrego abrazandolo mas, Kurt se incorporo un poco y lo miró un par de segundos antes de preguntar lo obvio.
-¿Estas bien?...
-Por supuesto que estoy bien… —respondió Blaine sonriendo, su esposo volvió a mirarlo con suspicacia.
-¿Estás seguro?
-Lo estoy…
-¿No me estas mintiendo como lo hiciste con lo de tu agenda?
-¡No te menti con lo de la agenda!... ¿quieres revisarla?... —dijo Blaine haciendo ademán de tomarla.
-No quiero revisarla… al menos no ahora… —respondió arqueando una ceja de manera presuntuosa— mejor cuéntame qué te pasa… y no me vuelvas a decir que nada porque no te creo —insistió Kurt sentándose sobre sus talones.
-El que me conozcas tanto me hace estar en desventaja contigo… ¿no es así? —dijo Blaine entrelazando un par de sus dedos con los de su esposo, Kurt volvió a lo del gesto engreído— esta bien… —agregó suspirando— estoy un poco… no se…
-¿Preocupado?…
-Algo así...
-¿Por qué?
-No lo se…
-Claro que lo sabes… dime...
-Es por nuestro bebé…
-¿Nuestro bebé?... ¿te llamo el doctor o algo?... —quiso saber Kurt tomándose el pecho
-No, tranquilo… es… es porque la espera de nuestro tercer hijo se ha vuelto interminable… —Kurt ladeo la cabeza como diciendo «¿de que estas hablando Blaine Anderson-Hummel?»— y no se si es por el secretismo con que hemos llevado este embarazo, o por las dos pérdidas que sufrimos en principio… pero… no sé… siento que estamos pisando hielo extra delgado… y eso me provoca angustia, preocupación y todo lo demás… —dijo suspirando de nuevo.
-Pero todo esta bien… la amniocentesis así lo dijo…
-Así lo dijo… pero eso no evita que esté preocupado… básicamente porque no me gustaría pasarlo mal… pero por sobre todo, es porque no me gustaría verte a ti pasándolo mal… —dijo Blaine emocionandose un resto, le tomo la mano y le dio un beso en el dedo del anillo.
-Eso fue muy dulce… —respondió Kurt sintiendo la misma emoción, se acercó a él y se recostó sobre su pecho nuevamente— pero no deberías preocuparte… —continuo mientras le acariciaba la piel por debajo de la camiseta— yo no lo estoy…
-¿No?
-No… confío en la ciencia y en el Doctor Jacobs y en lo que ambos pueden hacer por nosotros…
-Me parece muy sabio… disculpa por ser tan dramático…
-No te disculpes conmigo, menos por eso... si hablamos de actuar con dramatismos, yo te gano y con creces...
-Diría, «eso es verdad», pero temo que te enfades y dejes eso que me estas haciendo… —dijo Blaine sonriendo al sentir las manos de su esposo casi cerca de la ingle.
-Bien me parece… ¿estas mejor?
-Mucho… me consuelo contigo y con lo que dirán mis Suegros y mis Papás cuando les contemos que en poco tiempo serán abuelos por tercera vez…
-¿Disculpa?... —dijo Kurt incorporándose nuevamente.
-¿Que?
-¿Qué es eso que acabas de decir sobre contar?
-Eso, creo que seria un buen momento para contarlo...
-Pero dijimos que esperaríamos…
-¿Cuando contarlo entonces?, ¿cuando Noah o Allie tengan 18 y los invitemos a su graduación? …
-No… —respondió alargando al «o»— pero si esperar al menos hasta que … no se… el Doctor Jacobs nos lo entregue en la sala de partos…
-Kurt…
-No… es lo dijimos y es lo que se hará… —señaló apuntandolo de lo más serio, luego se cruzó de brazos y miró hacia otro lado como un niño consentido lo haría.
-Kurt… escúcha… y sin querer disentir en lo que dices… ¿puedo agregar algo?... —Kurt siguió mirando en otra dirección como si así evidenciara lo molesto que estaba— bien lo diré de todos modos… la persona tiene siete meses de embarazo.
-Seis… —corrigió sin mirarlo.
-Esta bien, seis meses… ¿no crees que ya es tiempo?... estoy seguro que si esperamos más, luego tendremos que lidiar con un grupo de abuelos bastante molestos y ofendidos…
-¡Acabas de decir que temes que algo salga mal!…¿que tal si es así?
-Y tú acabas de decir que confías en la ciencia, en el Doctor Jacobs y en que nuestro amor puede lograr que lo imposible sea posible… —Kurt alzó una ceja al escuchar que su esposo le atribuía palabras que él nunca había pronunciado— esta bien, eso último lo agregue yo… pero todo lo otro es verdad… —dijo Blaine queriendo tomar su mano, Kurt encogió los hombros como desganado— te dire algo… ¿que tal si aprovechamos este «Thanksgiving» para decirlo?… cuando sea el brindis y nos toque el turno de agradecer se los decimos… seriamos la sensación de la fiesta… —añadió como cantando— incluso si Rachel quiere robarse el protagónico con lo que sea y quiere decir...— Kurt esbozo una pequeña sonrisa como si estuviera a punto de convencerse.
-Robarle el show a Rachel Berry siempre es satisfactorio…
-Lo es…
-¿Dejarias que lo piense?...
-Por supuesto… puedes empezar ahora… bueno no ahora… la paz de la que hablabas acaba de terminar… —dijo Blaine al sentir que llegaban sus hijos haciendo ruido como si estuvieran en pleno Time Square o en un lugar más concurrido.