(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»

Marzo de 2017



-Guapo y sabio… con razón me case contigo… —dijo Kurt dándole otro beso.
-Gracias… y te prometo que algun dia hare esta misma ceremonia, pero en un edificio de la Quinta Avenida…
-¿La Quinta Avenida?
-¿Es tu sueño?, ¿no es así?...
-Tú eres mi sueño… tú y lo que tendremos después durmiendo en esa habitación…
-¿Puedo amarte más de lo que te amo?... —dijo Blaine abrazándolo como si fueran a bailar un ritmo romantico.
-Espero que sí Señor Anderson-Hummel, espero que sí… —respondió su esposo dejándose llevar y suspirando amor— me quedaria asi todo el dia… —murmuró recostando su cabeza en el hombro de él.
-Y yo… —agrego Blaine acariciándole la espalda.
-Mejor que esa fiesta con piscina… ¿verdad?
-Mucho mejor… —se apresuró en responder su esposo siguiendo con las caricias.
-¿De verdad no querías ir? —quiso saber Kurt incorporándose un poco para mirarlo a la cara.
-De verdad… aunque si quieres presumir de tu paraguas, esa sería una gran ocasión…
-¿Jóvenes sin criterio salpicando agua por doquier?
-Exacto… —dijo Blaine sonriendo.
-No… —agrego Kurt como de mala gana, tanto que la «o» se escucho como «a»— confio en el hombre ancla del canal del tiempo… y en esa brisa que no ha parado desde que salí de la Universidad— agregó mirando por una de las ventanas— por lo tanto, y si fueras tan amable— dijo apartándose para tomar todas sus cosas en especial el paraguas— me gustaría que nos fuéramos a nuestro pequeño departamento al cual por cierto, tu deberás explicar porque lo estamos engañando con este tan amplio e iluminado —terminó por decir abotonandose la chaqueta.
-Pues por eso, por ser amplio e iluminado… —dijo Blaine haciendo lo propio con sus cosas.
-Bueno, siempre se ha dicho que si vas a engañar, tiene que ser con alguien mucho mejor de con quien estas… —agrego Kurt de lo más relajado.
-¿Y tú... has pensado en eso?... —preguntó a renglón seguido su esposo enseriandose un resto, abrió la puerta de entrada y se quedó esperando con la manilla tomada.
-No…
-¿No?... ¿por qué no? —insistió saliendo tras de él.
-Porque no hay nadie mejor que tú…
-Oh… eso fue muy dulce… —dijo Blaine mientras ponía llave a la puerta.
-Lo se… aunque si lo pienso bien y a pesar que perdí la esperanza de encontrarme con él, Ricky Martin...
-¡Oye!... —exclamó dándole unos pellizcos que se convirtieron en abrazo— ¿de verdad me cambiarías por el tal Ricky Martin?… —preguntó mientras lo tomaba de la cintura en medio del pasillo extra iluminado.
-¿Estas loco?... ¡por supuesto que no!, ¿sabes cuánto tarde en que tú aprendieras el orden y uso de todas las categorías de las toallas del baño?... imaginate como seria con él hablando español y todo… —agregó haciendo un gesto como de quien esta harto de algo.
-Te amo… —dijo Blaine entre risas.
-Lo se… ahora… y corriendo el riesgo de ser repetitivo e insistente… ¿de verdad tu no quieres ir a esa fiesta?, se que tus amigos NYU te tienen en alta estima y si quieres asistir estaría dispuesto a soportar una velada de cerveza tibia y frituras de dudosas procedencia.
-De verdad… prefiero tener un plan contigo...
-¿Película y palomitas entonces?
-No podría pedir mejor panorama… —contesto Blaine comenzando a bajar la escalera de la mano de su esposo.

-¿Nos vamos caminando?... —pregunto Kurt una vez que atravesaron la puerta vidriada y bajaron a la acera.
-Por supuesto, si no, perderias la oportunidad de usar tu paraguas… —agrego Blaine comenzando a caminar.
-Toda la razón Señor Anderson-Hummel… —respondió tomándolo del brazo— solo espero y suceda antes de que lleguemos o de lo contrario habré cargado esta cosa sin necesidad alguna —añadió enseñando su paraguas por el mango.
-Bueno, siempre… ¡ah!... mira… por fin tienes la oportunidad de lucir tu Alexander McQueen… —dijo Blaine mirando el cielo y las pequeñas gotas que comenzaban a caer sobre sus cabezas, los demás transeúntes aceleraron el paso al unísono como si una orden superior se los hubiese demandado.
-¿Que?... —respondió Kurt también mirando— ¡si!... —exclamó entusiasmado, soltó el brazo de su esposo y se dispuso abrir su paraguas— envidiame New York… —dijo mientras le quitaba el seguro y la llovizna comenzaba a convertirse en una precipitación más intensa— ¿que?... ¡con un demonio!... —exclamó al no poder lograr su cometido, le dio un par golpes al mango y uno de los rayos terminó por desprenderse del toldo.
-¿Acaba de romperse?... —pregunto Blaine quitándose la chaqueta para usarla como techo sobre su cabeza.
-No lo puedo creer…
-¿Que vamos a hacer? —agregó mirando el cielo y la lluvia.
-¡No volver a confiar en Alexander McQueen eso de seguro! —exclamó meneando el paraguas desarmado.
-Tal vez para otra cosas… toma… —dijo entregándole la chaqueta— cúbrete con esto.
-¿Qué hay de ti?
-Yo ocupare este... «medio paraguas».
-¡Pero si es una porqueria! —agrego cubriéndose con la ropa de su esposo.
-De algo servira, si vamos rápido podremos evitar mojarnos demasiado.
-¿A casa?... son como no se cuantas calles, mejor tomemos un taxi… —dijo Kurt mirando hacia la calle.
-Como quieras, pero estamos a tres calles del subterráneo y a una del departamento nuevo, podemos volver, tengo la llave y un contrato a medio firmar… tu decides… —contesto Blaine tapándose apenas con el paraguas maltrecho.
-Razones suficientes para mi... —dijo Kurt como harto de todo, Blaine le tomo la mano y se lo llevó casi corriendo los pocos metros que faltaban.
-¿Estas bromeando conmigo? —exclamó alzando su mano empuñada justo cuando una mangada casi torrencial cayó como con el despropósito de terminar de mojarlos.
-Deja de refunfuñar… entra… —dijo abriendo la puerta vidriada por segunda vez aquella tarde, ambos se quedaron en el umbral para sacudirse un poco el agua, Kurt se quitó el bolso y la chaqueta de su esposo de la cabeza y movió su cabello como un perro recién bañado lo haría, el hombre encargado los miro con más desconfianza que antes.
-¡Olvidamos algo!… —advirtió Blaine haciéndole una seña al cuidador con el paraguas maltrecho, ambos subieron la escalera con rapidez y sin mirar atrás.

-Vaya fama que nos hemos hecho con la persona encargada… —dijo Kurt entrando al departamento— seguro y nos tendrá en la mira porque no respetamos su piso recién pulido.
-Con lluvia nadie puede respetar nada… —dijo Blaine secándose la cara con un par de pañuelos descartables.
-¡Mirate!, ¡estás empapado!… ¡te odio Alexander McQueen!... —exclamó esta vez empuñando su mano hacia las profundidades del infierno.
-Ya no maldigas, al menos estamo bajo techo… —dijo su esposo secándose el cuello y las manos.
-Creeme que esta negligencia merece todas las maldiciones posibles, quítate esa ropa mojada, creo que vi algunas toallas en el baño —aseguro Kurt mientras él mismo se quitaba el sweater que vestía, Blaine sonrió e hizo lo que le pidieran— ¿funcionara la chimenea si la encendimos?... —pregunto desde el baño.
-No lo sé… asumo que si… el de la inmobiliaria me dijo que todo tenía cosas nuevas… hay que creer que la chimenea también…
-Bueno —dijo saliendo con dos toallas grandes y una pequeña, las sacudió e inspeccionó su limpieza antes de utilizarlas— tal vez si la encendemos podremos…
-¿Podremos…?, ¿qué?... —dijo Blaine mirando por sobre su hombro a ver si descubria lo que había hecho a su esposo enmudecer de repente.
-No… sabia… que te ibas a quitar toda la ropa… —contestó Kurt mirandole el cuerpo casi desnudo y mojado.
-Lo siento… —agregó riendo al tiempo que se miraba de arriba abajo,
-No lo sientas… es decir… lo que veo no tiene nada de lo puedas arrepentirte… es solo… —dijo tragando saliva, Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante, como si disfrutara aquella incomodidad casi tierna que provocaba en su esposo— mira… yo aquí hablando y tu muriendo de frío… toma… —dijo aventandole las dos toallas grandes, él se quedó con la pequeña y se retiró más hacia la ventana haciendo como que se secaba el exceso de agua del pelo.
-Kurt… —agregó Blaine dejando las toallas sobre el piso— este departamento es casi de nuestra propiedad… si ponemos llave, creeme…
-¡Hazlo por favor!… —interrumpió Kurt comenzando a quitarse su propia ropa, Blaine camino los pasos que lo separaban de la puerta y le puso llave, paso la cadena y el seguro que estaba casi a ras del piso y sintió de pronto el cuerpo de su esposo junto al suyo, como si el deseo fuera tanto, que no permitía perder ni un segundo siquiera, Kurt lo abrazó desde atrás y le acarició el pecho y la panza metiendole luego las manos en la ropa interior, Blaine apoyó ambas manos en la puerta y su espalda pareció crecer al doble, Kurt sonrió para sí regocijado en el hecho que todo aquello era de su propiedad desde antes de ese dia y para siempre, le dio un par de besos y así bajó con sus labios hasta llegar al trasero, le bajó un poco la ropa y hundió sus dientes en una de las nalgas, Blaine soltó una risa combinada con un quejido divertido y se dio media vuelta para mirarlo a los ojos, lo tomó de la cara para que subiera a la altura de sus labios y lo beso con pasión y deseo, como si lo que estaba dentro de la boca de su esposo le era imprescindible para la vida y avanzó con él por el medio de la sala, terminó de quitarle la camisa y le desató el cinturón, todo sin despegar sus labios de los de él, Kurt miró de reojo los pasos que iba dando en reversa, pensando en cuál sería el lugar más apropiado para amarse en aquel departamento carente de toda comodidad, se detuvo un instante y tomó un poco de aire.
-No hay camas aquí… —advirtió un poco agitado.
-¿Necesitamos una?... —pregunto de vuelta Blaine besándole el cuello.
-Por supuesto que no… —respondió Kurt encaramándose sobre él, le cruzó las piernas a la altura de la cintura y lo beso en la boca olvidándose que no había camas ni comodidades en aquel lugar, después de todo, lo único que necesitaba en aquel momento era el cuerpo tibio y bien formado de su esposo.

Abril de 2042



-Volvimos… —dijo Blaine entrando en la cocina.
-Sabes que esa conjunción verbal implica a más de una persona… ¿no es asi? —respondió Kurt mirando a su alrededor.
-Lo se… nuestro hijo se fue a su cuarto —explicó su esposo mientras alivianaba su ropa y dejaba un montón de cartas sobre la mesa— aparentemente «Mister Stephen Whiskers» vio algo que debe contarle a «Desmond» de inmediato —agregó lavándose las manos en el fregadero— creo que ese gato debe ser el único en New York que pasea como si fuera un perro.
-¡Ah!, ¿ese animalito tambien volvio?… ¿no hubo suerte?, ya sabes con un camión o un bus… o algo asi que le pasara por encima.
-Kurt… —el aludido hizo un gesto de inocencia con sus manos mientras hacía andar la cafetera— ¿mucha correspondencia?... —pregunto mientras disponía un par de tazas para el cafe.
-La normal para una casa con dos artistas y un niño de siete años… —dijo Blaine secando sus manos con un par de toallas de papel— ¿las vemos ahora?
-No… primero hagamos lo de nuestras agendas, hoy es el ultimo dia de abril, y es cuando debe hacerse… —contestó indicando la mesa.
-Como quieras… —agrego Blaine mirando la hora en su reloj, Kurt advirtió aquel gesto pero no dijo nada al respecto.
-No puedo creer cómo pasa el tiempo… —dijo como primera cosa al abrir la aplicación en su móvil y que le mostraba la agenda de los próximos cinco meses, miro de reojo la cafetera y procedió a servir.
-¿Eso es una reflexión… o?... —pregunto Blaine mirándolo de medio lado.
-Obvio que lo es… y lo digo porque ya han pasado cuatro meses de este año y pareciera que fue ayer cuando esperábamos la llamada de los Westbrooks Stewart sobre el destino del tratamiento de Liverpool y ahora ya sabemos que esta bien y listo para seguir con su pequeña vida… —dijo desplazando los días en su pantalla con una mano y distribuyendo las tazas con la otra
-Pues el tiempo vuela… oye deberiamos de invitarlos a venir a New York… ¿que opinas?
-¿Ahora?...
-No ahora, cuando ellos puedan… ¿que tal en verano?, asi Liverpool no corre riesgo de enfermarse o algo…
-¿Por qué habría de enfermarse?, ya esta bien, ellos mismos lo dijeron…
-Si pero bien sabes que el sistema inmunológico tarda en recuperarse al 100%, es mejor no correr riesgos... ¿que opinas?
-Me parece bien… pero siento que faltan siglos para el verano… —dijo como con capricho.
-No tanto… solo faltan tres meses… y como bien ves en mi súper agenda… la semana del cuatro de julio la tengo libre… por lo tanto esa puede ser una fecha ideal… —añadió enseñando las páginas en su agenda de papel con la semana marcada en rojo.
-¿Cuando vas a cambiarte a la tecnología?... creo que eres el único en norteamérica que compra ese tipo de organizadores…
-Ya te dije una vez que esta es la forma que me gusta… ¿que? —dijo al ver que Kurt aguantaba una risa bien picara.
-Eso sonó como linea de cama Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt bajando el tono de su voz y mirando de reojo la puerta de la cocina por si es que su hijo pequeño aparecía de improviso.
-Eres genial y te amo… —respondió Blaine sonriendo, Kurt sonrió también y levantó un hombro lleno de vanidad— ¿procedamos? —añadió abriendo la página en la agenda, tomó su lápiz, miro la hora nuevamente en su reloj y se dispuso a la actividad que habían planeado— bien… primera semana de Mayo… —agregó mirando los días.
-Tengo función los tres primeros días de cada semana… anotalo de inmediato —dijo su esposo tecleando en su móvil.
-Ok —dijo escribiendo «Función» seguido de un corazón, Kurt miró aquello y esbozo una pequeña sonrisa engreída.
-¿Tú la primera semana?
-La primera semana… ensayo el jueves y… eso… —dijo sonriendo y mirando su reloj nuevamente.
-Entonces no anoto nada porque lo de los ensayos lo tengo grabado en mi mente desde hace como 20 años… siguiente semana… —dijo escribiendo un par de cosas.
-Siguiente semana… tengo un programa el martes…
-¿La radio de nuevo? —quiso saber Kurt escribiendo aquello.
-La radio y el viernes es la prueba de sonido para el concierto en el Radio City…
-¿Era en la tarde verdad?.
-Exacto… ¿que hay de ti?... —dijo mirando al hora por tercera vez.
-¿Tienes algo que hacer?
-¿Como?
-Lo que escuchaste…
-¿Por qué lo preguntas?
-Porque en vez de concentrarte en nuestra super actividad de cada fin de mes, estás mirando la hora cada dos segundos.
-Es porque necesito ir al estudio…
-¿Que?... ¡mentira!… ¡hoy ni siquiera es jueves!... ¿o si? —dijo mirando la fecha en el teléfono, en el calendario que colgaba de una de las paredes y en la pantalla del refrigerador como para corroborar aquello.
-Lo se, pero ayer, no quede conforme con las pistas que grabe, así es que debo ir a grabar unos acordes...
-¿Ahora?… ¿justo ahora tienes que irte?
-Aun tengo tiempo… —respondió dando un sorbo a su taza— sigamos con esto un par de minutos más… —dijo mirando su reloj.
-Pues si vas a estar asi… mejor te vas y continuamos cuando regreses… —dijo levantándose de la mesa.
-¿Seguro?
-Mucho… porque si vas a estar pensando en tu guitarra y no en mi, prefiero que te vayas… —dijo tomando el manojo de cartas— sabes bien que me gusta ser el centro de tu atención…
-Ahora es usted quien habla como si estuviéramos en la cama Señor Hummel-Anderson… —sentencio Blaine acercandose.
-Ridículo… —respondió riendo.
-¿Cuanto?
-Lo suficiente…
-Ok… —dijo dando un pequeño beso— regreso en una hora… ¿no tenías planes para salir?, ¿verdad?
-No los tenía, así es que ve tranquilo… yo me quedaré aquí con la correspondencia —respondió apartando un par cartas como si fueran lo peor a mirar— pero no te demores mucho, bien sabes que Noah y yo te necesitamos con locura.
-No lo haré… —dijo tomando su chaqueta— te amo...
-Te robo un beso Blaine Anderson-Hummel...—dijo Kurt pasando tres cartas de una.
-Pues pontelo donde prefieras… —le respondió su esposo haciéndole un guiño, Kurt sonrió sintiendo que se ponía un poco colorado..
-¿¡Que!?... —exclamó al ver una carta que llamó su atención.
-«Que», ¿que?... —dijo Blaine devolviendose en sus pasos.
-Una carta del colegio de Noah, de la Señorita Katrhyn Barrett.
-¿En serio?
-En serio… —repitió enseñando el sobre y el membrete de la escuela.
-Pues debe ser del baile de mayo, ya sabes que ella es super organizada y le gusta realizar todo con tiempo...
-No creo que sea eso… —murmuró desdoblando la carta— oh por dios… —dijo llevándose la mano a la boca.
-¿Que?... —pregunto Blaine acercándose más.
-No lo puedo creer…
-¿Que cosa?... —insistió su esposo acortando más la distancia entre ambos.
-Noah…
-Noah que… Kurt me estas asustando… —dijo Blaine tomando la carta para leerla él mismo, Blaine levantó sus cejas a medida que iba leyendo.
-¿Puedes creerlo?... —agregó medio sentándose en la orilla de la mesa.
-¿Noah peleando con alguien?... —dijo su esposo enseñando la misiva— debe haber un error.
-¿Que error puede haber?, dice el nombre de nuestro hijo, que concertemos una cita… ¿que error puede haber? —repitió restregándose la frente.
-Seguro y hay una buena explicación para esto, conocemos a nuestro hijo, es incapaz de ser violento con nadie..
-No lo se Blaine… ¿qué tal si es eso de las relaciones interpersonales que nos dijeron en febrero?… tenía como 50 caritas tristes en no se cuantos items… —añadió llevándose una mano al mentón.
-Te recuerdo que eran solo cinco en igual número de items y tambien te recuerdo que él mismo nos dijo que no estaba tan solo y que ya se relacionaba bien con más niños, ya sabes, la niña Mermaid, el niño Lazlo y que incluso Lincoln ya era su amigo.
-¿Con quien se peleó entonces?... ¡Oh por dios!, ¿que tal si fue con uno de los niños más grandes?, ¿o si le dijeron algo y tuvo que defenderse?
-Esa escuela tiene cero tolerancia al acoso y lo sabes… pero se me ocurre cómo podemos averiguarlo… —dijo Blaine acercándose a él, le acarició el cabello y busco sus manos.
-¿Como?... —pregunto Kurt resistiendose a los arrumacos.
-Hablando con Noah… ven… —dijo estirando su mano para que su esposo la cogiera.
-¿No tenías que irte? —agrego con sus brazos cruzados.
-Tu lo has dicho, «tenía», esto es más importante… déjame hablar con la persona que me iba abrir la puerta del estudio y estoy listo.
-¿No tendrás problemas?… —preguntó incorporándose.
-No los tendré… voy por el numero, lo tengo arriba… ¿me esperas aqui?... —dijo desistiendo del intento de tomarle la mano.
-No… mejor te espero en el pasillo… —contestó sin ganas.
-Kurt… todo estará bien… —aseguró Blaine sonriendo.
-Se que sabes que no, pero… gracias por decirlo de todos modos… —respondió haciendo un puchero.
-Ven… —añadió su esposo envolviendolo en sus brazos, Kurt se mantuvo con los brazos cruzados pero la calma que le daba el cuerpo de su esposo era tanta, que acabó por rendirse— estamos hablando de Noah aquí… no de un niño matón cualquiera o algo asi.
-Pero… —susurró apartándose.
-Pero que.. —dijo Blaine mostrando paciencia infinita.
-¿Que tal si lo de Liverpool lo afectó más de lo que creemos?, o el procedimiento…
-Kurt eso fue hace seis meses y desde entonces su conducta ha sido la normal…
-¿Que es esta carta entonces?... la maestra dice que concertemos una cita, pero yo prefiero hablar con él antes…
-Y es lo que haremos, con calma y escuchándolo como siempre ha sido… ¿de acuerdo? —dijo Blaine tomándolo por los hombros.
-OK…
-Subamos entonces… —agregó volviendo al gesto de la mano.
-Papá, «Papáblen»… ¿están en la cocina acaso?... —dijo Noah asomándose por la escalera de servicio, traía como siempre a «Desmond» entre sus brazos y el gato lo seguía de cerca pasando por entre sus piernas a medida que bajaba los peldaños.
-Hola cariño, ¿qué tal el paseo?
-Bien, pero «Mister Stephen Whiskers» se asustó un poco con unos perros que vimos.
-¿Es verdad eso?...
-Si… el «Papáblen» puede «codroborarlo»
-Muy verdad… —dijo Blaine moviendo su cabeza en gesto positivo— ¿eso es lo que tenía que contarle a «Desmond»?
-Si, además de otras cosas… —explicó el pequeño bajando el último escalón con un salto divertido— ¿puedo estar aquí?, ¿o estan hablando cosas de casados?
-Puedes bebé, de hecho… —dijo Kurt mirando de reojo a su esposo— queremos hablar contigo una cosa —agregó tomándolo de la mano.
-¿Que cosa? —dijo el pequeño mirando a ambos, Kurt volvió a intercambiar miradas con Blaine como dándole el pase para que fuera él quien explicara la situación.
-Lo que pasa hijo es que recibimos un carta de tu maestra… —comenzó a decir este mientras todos se sentaban a la mesa.
-¿Una carta «Papáblen»?
-Así es cariño… y en esa carta pone algo que nos sorprendió… ¿nos quieres explicar?
-¿Que cosa los «sonprendio»? —sus padres se miraron un instante como decidiendo mentalmente quien continuaría, Blaine entendió el gesto de su esposo y el retomo el hilo de la conversación.
-Nos sorprendió que la Señorita Katrhyn Barrett nos pide una cita porque… porque nos dice que tu te peleaste con alguien… —Noah se encogió un poco como nervios.
-Bebé, no queremos reprenderte, ni estamos enojados contigo, solo queremos saber qué pasó… ¿es verdad lo que dice la carta?
-Un poco… —susurro el pequeño con la cabeza gacha— pero fue con «jupstificacion» —agregó abrazando más a su dinosaurio.
-Hijo… nada justifica la violencia…
-Pero esto sí «Papáblen», ellos estaban molestando a Lincoln Garcia…
-¿«Ellos»?... —repitió Kurt dando un respingo.
-Si, unos niños que no eran de la escuela, le dijeron a Lincoln García que no era de este país porque su cara no era como la de nosotros y que tenía que irse, pero él no tiene porque irse, porque vive aquí y aunque su cara sea diferente, todos somos iguales... —dijo Noah encogiéndose de hombros, Kurt se emocionó un resto y Blaine sonrió sintiéndose orgulloso.
-¿Por eso te peleaste cariño?, ¿por defenderlo?
-Si, porque Lincoln Garcia se sintió triste, yo lo se porque se quedó callado y él no se calla nunca, responde a todas las cosas del mundo… —explicó abriendo sus brazos como si abarcara toda la extensión del globo terráqueo— ¿están enojados?
-No cariño… —se apresuró en decir Kurt besándole la cabeza— fue muy noble lo que hiciste, pero existen muchas formas de solucionar diferencias, y golpear no es una de ellas, puedes acabar lastimado.
-Pero no me lastimaron, yo los empuje y ellos se cayeron… luego alguien gritó «pelea» y aparecieron los profesores.
-¿Les explicaste a ellos la situación?
-Si y Lincoln Garcia tambien… todos «compendieron» y Lincoln Garcia dijo que ahora seriamos los mejores amigos del universo… —Kurt no pudo evitar sonreír, lo mismo que Blaine.
-¿Y porque no nos contaste a nosotros lo que había pasado?... —quiso saber Blaine tomándole una mano.
-No se… —respondió Noah volviendo a lo de encogerse entero.
-Cariño, ¿te acuerdas cuando te molestaste porque no te contamos lo del accidente de Henry?
-Sí Papá…
-Pues como te sentiste ese dia, asi nos sentimos nosotros hoy dia al enterarnos de lo que había pasado... tenemos el compromiso de ser honestos, ¿no es así?
-Si…
-Pues la honestidad también implica confianza, y eso es que puedes decirnos lo que sea… ¿verdad Blaine?
-Muy verdad… pase lo que pase hijo nosotros te vamos a apoyar y nunca, nunca, nunca, vamos a dejar de quererte… ¿entiendes?
-Si… ¿me equivoque al no decir nada?
-Así es cariño…
-Lincoln García me dijo que mejor no decía lo de la pelea porque ustedes podían castigarme y me perdería el baile y nadie puede perderse un baile, allí van las chicas... —sus padres quisieron reír pero se aguantaron las ganas.
-Pues debes decirle a tu amigo que en esta familia preferimos conversar las cosas antes de recurrir a los castigos… —dijo Kurt haciendo una mueca divertida con su cara.
-Se lo diré… —contestó Noah riendo de manera pequeñita.
-Ahora, con el «Papáblen» tendremos que asistir a esa cita que nos pide la Señorita Barrett pero si lo que nos cuentas sucedió como dices… no tenemos de qué preocuparnos...
-Asi fue, yo digo la verdad…
-Lo sabemos cariño...
-Te creemos hijo…
-Gracias «Papáblen», gracias Papá por ser tan «conpensivos»
-De nada cariño… gracias a ti por ser el niño más noble y dulce de todo el universo… —dijo Kurt dándole un beso y un pequeño abrazo, Blaine hizo lo propio desde el lado en que se encontraba y ambos terminaron apretujando a su hijo al mismo tiempo, Noah volvió a reír de la más dulce de la maneras.

Septiembre de 2036



-Quién hubiera creído que las hamburguesas de este lugar fueran tan deliciosas… —dijo Kurt mientras atravesaba la salida del restaurante.
-Digo lo mismo…. —agrego su esposo al tiempo que mantenía la puerta abierta para todos.
-¿Y quien fue la que dio la idea? —preguntó Lizzie parándose en el umbral con los brazos en alto.
-Tú Princesa… obviamente que tú… —dijo Blaine haciéndole un cariño en la cara.
-¿Merezco reconocimiento?
-Mereces un castigo por insistente… —opino Kurt queriendo reír.
-¡Ay Papá!, nada que ver… y me enoje… —respondió la chica cruzándose de brazos.
-Pues molestate en otra parte hermanita o no dejaras salir a nadie… —agregó Henry deteniéndose tras ella con su hermanito en los brazos.
-¡Uy!... ustedes hombres son lo peor…
-Te aseguro que estas en desventaja, así es que no critiques nuestro género cariño… —respondió Kurt caminando un par de pasos, Lizzie repitió lo mismo pero haciendo muecas divertidas, su Papá le dio un par de piquetes en el estómago que la hicieron feliz.
-¿Seguimos familia? —pregunto Blaine arreglando la ropa de Noah que permanecía de lo más cómodo acostado en el hombro de su hermano mayor.
-Por supuesto… espero y sin inconvenientes esta vez.
-¡Podemos cenar en una cosa que se llama «Crystal Spring»!... es un parque acuático que esta en la 95… —exclamó Lizzie buscando el mapa en su teléfono móvil.
-Nada de detenciones, ahora seguimos derecho hasta Philadelphia, si no, llegaremos de madrugada y tu hermano no podrá instalarse —sentencio Kurt levantando una ceja.
-¡Exagerado!... ¿pasaremos hambre hasta llegar al campus acaso? —preguntó su hija esta vez con las manos en la cadera.
-Seguro podras sobrevivir cariño… ¿me llevo a tu hermanito Henry? —pregunto Kurt mirando a su hijo y estirando sus brazos.
-No Papá, yo lo llevo al auto… —respondió Henry acomodandolo mas, Blaine sonrió y le entregó las llaves, Lizzie se adelantó tomándolas antes que nadie.
-¡Yo lo abro!.. —exclamó la chica dirigiéndose al auto mediante saltos.
-Ni una hamburguesa controla a esa niña… —dijo Kurt mirando la escena.
-Creo que ni media docena… —añadió Blaine abrazando a su esposo para partir asi con él hasta los estacionamientos.

-¿Que hora es?... —pregunto Blaine mirando a su pequeño hijo por el espejo retrovisor.
-Las 7 y quince… —respondió Kurt también mirándolo dormir— ¿por que?
-¿Por qué?... ¿que?
-Porque preguntas la hora… ¿estás cansado? —agrego al ver que su esposo soltaba un segundo el volante para estirar y encoger los dedos de sus manos y dar vuelta en redondo su cabeza.
-No… es solo que me quedo un poco de tensión después de cambiar la rueda… creo y no sirvo para mecanico… —dijo moviendo los hombros.
-¡Gracias a dios y hay algo que no sabes hacer!… —exclamo Kurt levantando sus manos al cielo— te ayudare… —añadió quitándose el cinturón de seguridad, se acercó un poco a él, le puso una mano en el cuello y comenzó a hacerle una especie de masaje con los dedos.
-Esto es lo mas inseguro que se puede hacer en una autopista interestatal pero… me encanta… —dijo Blaine sonriendo.
-Lo se… ¿puedo preguntarte algo?
-Siempre…
-¿Henry te dijo algo?
-¿Algo como que?... demonios Kurt tus dedos son maravillosos, te demandare esto más seguido… —dijo Blaine moviendo la cabeza a medida que la mano de su esposo avanzaba por su cuello, Kurt sonrió sintiéndose el hombre más imprescindible de toda la carretera 95 y pueblos aledaños.
-Algo como si esta bien… —insistió siguiendo con el tema.
-¿Por qué crees que no esta bien?
-Porque no se… ¿no viste su cara cuando le pedí a Noah?, era como si no quisiera soltarlo nunca.
-La verdad es que esta un poco triste...
-¿Como?...
-Lo que oyes, incluso me pidió que le hablara a Noah de él, teme convertirse en un extraño para su hermano… —respondió haciendo una maniobra de adelantamiento.
-Pero qué cosa tan ridícula, se supone que no dejará de visitarnos… ¿por qué habría de convertirse en un extraño?... —dijo Kurt comenzando a convertir el masaje en caricias que abarcaban el pelo y cara de su esposo.
-Es lo que le dije… pero creo y siente nostalgia de nosotros desde ya… si hasta estuvo de acuerdo con que nos quedáramos en su dormitorio.
-¿Estas hablando enserio?
-Mucho, le dije que tenias esa idea, rió y me dijo que seria «super perfecto»
-¡Ay mi bebé!... —exclamo llevándose al pecho la mano que tenia libre— espero y esa nostalgia no le impida disfrutar de la universidad y se decida a abandonarlo todo.
-No lo creo… ademas es normal que la separación sea un poco dificil, yo extrañe a mis padres cuando me fui a la universidad, tu extrañaste a Burt cuando te mudaste por primera vez a New York… y ninguno de los dos quisimos dar marcha atrás.
-Yo por supuesto que no… ademas no podia volver a Lima, te odiaba con mi alma y eso me ayudó a no querer tomar el primer vuelo a Ohio, eso y el hecho de que apenas tenía para comer, menos iba a tener para costear viajes semanales… —dijo Kurt soltando una risa.
-¿Me odiabas con el alma? —pregunto Blaine quitando la vista de la carretera como 10 segundos seguidos
-¡Ay Blaine!… es un decir… además te he demostrado con creces que ese odio ya no existe...
-Y la dirección que esta tomando tu mano es prueba de ello, que más puedo decir… —dijo Blaine sonriendo al sentir como la extremidad superior de su esposo abandonaba su cara y se metia al interior de su camisa.
-Te lo dije… —agrego Kurt con voz sexy, se acercó peligrosamente a él y le dio un beso en la esquina de la boca, luego sintió replicar su teléfono y volvió a su lugar en el auto— espero y nuestra hija no quiera comer nuevamente… —dijo al ver en la pantalla.
-Tal vez murió de hambre… —opinó Blaine mirando el cartel de la carretera y que le indicaban los kilómetros que faltaban para entrar a la ciudad.
-No lo creo… ¿Lizzie?... —dijo Kurt contestando la llamada, poniendo el altavoz nuevamente.
-¡Papás!... Lizzie a Papás, Lizzie a Papás… —respondió la chica como si estuviera en una transmisión interespacial.
-¿Que pasa Princesa?
-¡«Papáblen»!, dice Henry que ya estamos llegando a Philadelphia y que de aquí a la universidad son como 10 minutos apenas… ¡hola!
-Lo sabemos cariño, también tenemos un mapa…
-¿Y hambre?... ¿tienen hambre?... porque yo me estoy muriendo, igual que Henry… ¿cierto hermano?... —Blaine y Kurt escucharon a su hijo mayor decir: «yo estoy bien»— ¿ven padres?, mi pobre y ahora independiente hermano ya ni puede hablar… ¿comeremos algo antes de instalarnos?
-Deja de pensar en comida, te pondrás como una bola Lizzie Anderson… —dijo Kurt poniendo caras como si su hija pudiera verlo.
-¡Tengo un metabolismo excelente!, ¡eso nunca sucederá!… oigan padres... ¿y sabían que la calle de la universidad se llama «Henry Avenue»?… ¡como mi hermano!... ¡hola!... no pude parar de reír cuando lo supe…
-También lo sabemos Princesa… ¿Henry?
-¿Si «Papáblen»?... —dijo el chico mientras de fondo se escuchaba a Lizzie diciendo: «Henry te hablan»
-Nos mantendremos cerca de ustedes hasta llegar al campus… solo tu sabes donde están los dormitorios…
-No hay problema «Papáblen», pero es super facil, llegando a la entrada principal son alrededor de 5 manzanas, un giro a la derecha y otros dos a la izquierda.
-¡Ay Henry!, ¡eso es más enredado que mi cabello !, ¿hola!... ¿verdad Padres que esa explicación es más enredada que mi cabello? —repitió Lizzie tomando el control de la conversación— ¡PAPAS!...
-Te escuchamos cariño… sigan el camino que nosotros los seguiremos de cerca… —acabó por decir Kurt terminando la llamada— espero y no sea el hambre que la hace hablar así…
-Sus genes de insanidad son los que la hacen hablar asi… ¿de donde los habra sacado?... —pregunto Blaine cambiando de carril, la vista del paisaje ya dejaba lo agreste y rural y se tornaba cada vez más urbano, dejaron la carretera 95 para doblar en la avenida del campus universitario.
-Henry Avenue… —dijo Kurt sonriendo y leyendo el letrero— igual es divertido… —agregó mirando a su esposo.
-Lo es… Lizzie se anotó una buena con eso…
-Por supuesto…. —respondió su esposo volviendo la vista a la avenida— le revise el telefono…
-¿A quien?
-A Lizzie…
-¿De verdad?... ¿por qué?
-Por una estupidez, bueno ahora me doy cuenta que fue una estupidez… pero cuando la escuché decir lo que dijo, me entraron todos los pánicos.
-¿Que la escuchaste decir?
-Lo que dijo sobre ir con ustedes al baño de hombres… que no vería nada que no haya visto antes…
-Kurt…
-Lo se… lo se… ¿como puedo pensar que alguien que se ha criado rodeada de hombres no va a saber donde va cada cosa?…
-Además que esta en la escuela… —agrego Blaine mirándolo de medio lado.
-Además… fue estúpido, pero… al menos me entendió y me aseguro que no anda viendo cosas prohibidas para su edad…
-¿Eso te dijo?
-Eso…
-Linda…
-...
-¿No confias en ella?
-Confío, por supuesto que confío… puede ser alocada, pero la considero muy juiciosa…
-¿Entonces?
-No lo se… es solo que… no se… no me gustaría que se enfrentara a cosas antes de tiempo, o que su curiosidad incansable la lleve a buscar información donde no debe… o al menos no antes que hablemos con ella de «eso» —agrego Kurt haciendo un gesto de comillas sonrojado cuando mencionaba lo de «eso»
-Kurt, ni siquiera tiene novio…
-Lo se… —dijo echando su cabeza hacia atrás en el asiento.
-Oye… —dijo Blaine buscando su mano— si se molesto contigo, bien sabes que se le quitara al segundo…
-No se molesto… como te dije lo entendió, además me dijo un montón de cosas sobre lo feliz que era con esta familia, con como la cuidabamos, con cómo éramos nosotros como matrimonio… es solo...
-Kurt, ni ella ni Henry necesitan de una madre...
-Todos necesitamos de una madre Blaine…
-Nuestros hijos no… vamos… —dijo dándole un beso en una mano— solo estas viendo todo negro porque estas triste con la partida de Henry.
-Es verdad, creo que lo extrañare mas que a nada…
-Y yo… —agrego Blaine soltando un suspiro— pero con Lizzie aquí no tendremos tiempo de entristecernos… —dijo señalando el teléfono que volvía a desplegar la foto de su hija indicando una nueva llamada.
-Eso es muy cierto… ¿Lizzie?... —contestó Kurt sin soltar la mano de su esposo.
-¡Papás!, ¡Henry dice que aquí hay que doblar!.. —exclamó señalando por la ventana.
-Los vemos cariño…
-Dice que después vienen todas esas vueltas que nadie le entendió… ¡hola! —ambos escucharon a Henry soltar una risa como cuando era pequeño y se divertía con su hermana, Kurt sintió que podía ponerse a llorar allí mismo embargado, igual que Henry, de nostalgia adelantada.

Septiembre de 2036




-¡Papás!, ¡Henry dice que aquí hay que doblar!.. —exclamó Lizzie señalando por la ventana.
-Los vemos cariño…
-Dice que después vienen todas esas vueltas que nadie le entendió… ¡hola! —ambos escucharon a Henry soltar una risa como cuando era pequeño y se divertía con su hermana, Kurt sintió que podía ponerse a llorar allí mismo embargado, igual que su hijo, por la nostalgia adelantada, Blaine lo miró de reojo, volvió a tomarle la mano y le dio un beso en el dedo del anillo.
-Hablame… —pidió pasando el cambio sin soltarlo.
-Estoy bien… —respondió suspirando— solo creo que me pondré a llorar como estúpido cuando lo dejemos para siempre.
-Pero eso será mañana… hay mucho que disfrutar hasta entonces… —dijo Blaine sonriendo al ver que su hija volvía a sacar la mano por la ventana y señalaba el edificio que estaba en la siguiente cuadra.
-Claro… ¿crees que debemos hacer una declaración?
-¿Declaración?
-Si, ya sabes… —dijo Kurt sentándose de medio lado— en nuestras redes sociales anunciando esto de Henry…
-¿Por qué habríamos de anunciarlo?, los famosos somos nosotros, no nuestros hijos… —agrego Blaine bajando la velocidad hasta detenerse en uno de los espacios desocupados.
-Tienes razón… igual le dije a Helen que redactara algo emotivo y que después lo publicara con la foto del primer dia de clases de Henry… —contestó haciendo un gesto con sus hombros.
-No se que responder a eso… —dijo Blaine mirándolo con el ceño un tanto fruncido.
-No respondas nada, ya esta hecho…
-OK… —añadió sonriendo y apagando el motor— ¿estas bien?... —preguntó mientras tomaba sus cosas.
-Lo estoy… pero habrá llanto, te lo advierto… —dijo apuntandolo— ¿este es el dormitorio?... —agrego Kurt mirando el edificio donde su hijo había aparcado unos metros mas adelante.
-Es un buen edificio… —opino Blaine echando un vistazo por el vidrio delantero.
-Lo es…
-¿Vamos?... yo llevaré a Noah… —dijo haciendo ademán de bajarse.
-No, yo lo llevo, a ti se te da mas cargar maletas extra pesadas… —advirtió su esposo quitandose el cinturón de seguridad.
-Claro… —agrego Blaine riendo, se bajó por su lado y le hizo un par de señas a Lizzie que ya comenzaba a desesperarse porque sus padres no se bajaban del auto, Kurt la miró y le hizo unos gestos para se calmara advirtiendo que Noah estaba dormido, la chica se tapó la boca con sus dos manos y así se quedó por un minuto seguido.
-¿Te gusta el edifico «Papáblen»?... —preguntó Henry mientras bajaba el equipaje desde la parte trasera de su jeep Wrangler.
-Es muy moderno… —dijo tomando un par de bolsos.
-Pues yo creo que esta bien feo con tanto concreto… ¡no hay ventanas!… ¡hola! —opino Lizzie cogiendo la maleta más pequeña.
-Están al otro lado «Rizzie», este es el estacionamiento trasero.
-Aun así… el que duerma aquí le dará depresión antes de terminar el primer semestre… ¡hola!
-¿Quien tendra depresión?... —quiso saber Kurt llegando junto a Noah que seguía durmiendo.
-Los que dormirán en este edificio horrible… —insistió Lizzie tratando de equilibrar la maleta en uno de sus lados.
-Tal vez por dentro es maravilloso, no juzgues las cosas por como lucen, te lo hemos dicho Lizzie Anderson… —sentenció kurt apuntandola.
-Creia que eso era para las personas…
-Funciona en todos los niveles… —agregó su Papá arropando a su hijo.
-¿Te gusta Papá?... —dijo Henry cerrando la puerta del auto con la mayor de las precauciones y así hacer el menor ruido posible.
-Muy moderno cariño… —respondió Kurt caminando hacia la entrada.
-Lo es… Papá, ¿te dijo el «Papáblen» que me pareció super perfecta su idea de que se queden en el dormitorio?
-Me lo dijo cariño…
-Aunque debo esperar si es que no ha llegado mi compañero de cuarto, se supone y todos llegaríamos hoy…
-Sería super desubicado si apareciera hoy a arruinar nuestros planes… ¡con un demonio Henry que diablos traes aquí! —exclamó la chica casi arrastrando la valija que había escogido.
-Ese lenguaje Lizzie ANderson…—advirtió Kurt entrando de los primeros.
-¡Pero si es verdad!, parece que se trajo tus productos de belleza, pesa una maldita eternidad
-¡Lizzie!... —volvió a advertir Kurt esta vez no con tanta amabilidad, la chica dio un respingo e hizo como que se cerraba los labios con un cierre éclair​.
-¿Que piso es Henry?... —pregunto Blaine dejando pasar a sus hijos primero.
-Es… es… el sexto… —respondió desdoblando un papel con las indicaciones del lugar donde viviría los próximos cuatro años.
-Por favor dime qué hay ascensor.
-Lo hay Papá… esta por allá… —agregó indicando como pudo— ¿me vendrán a visitar?... ¿verdad? —pregunto como con miedo.
-Obvio que si cariño… ademas que tu nos iras a ver a nosotros, ya sabes que esa sigue siendo tu casa y lo será para siempre… —respondió kurt haciéndole un cariño en la cara.
-Ok… —dijo Henry tragando saliva y desviando su mirada hacia los botones con flechas del elevador.
-¿Acaso te vas a poner a llorar?... —quiso saber Lizzie aguantando la risa.
-No… —respondió el chico como ahogado, entró al elevador y desvio su mirada hacia los números de lo pisos.
-Pues yo diria que si… —insistió soltando pequeñas risitas.
-Lizzie…
-¡Ay Papá!, has dicho mi nombre como trescientas cinco veces desde que salimos de New York, nada que ver… ¡hola!
-Pues si te comportaras, no tendría la necesidad de hacerlo… —la chica miró hacia otro lado haciendo un desprecio como de telenovela, todos rieron menos Henry que parecía y había enmudecido de pronto, Kurt miró a su esposo de reojo y este se acercó a su hijo para abrazarlo a la altura de los hombros, Henry sonrió queriendo confesar que su hermana si tenía razón, porque lo único que quería en ese instante, era ponerse a llorar a mares.
-Aquí… —dijo carraspeando su pena, se bajó de los primeros y miro los números en un panel explicativo y de bienvenida— es hacia allá —añadió indicando hacia la derecha, todos miraron en la misma dirección al unísono. El pasillo era largo y bien iluminado, la presencia de varias decenas de estudiantes recién llegados lo hacía parecer más estrecho de lo que realmente era, todos se saludaban entre sí buscando la habitación que les correspondía, algunos reconocieron a los padres de Henry y murmuraban por lo bajo cuando los veían pasar, Lizzie puso un par de veces cara de vinagre cuando alguno de los estudiantes quiso coquetear con ella, Blaine sonreía y saludaba a quien decía su nombre y Kurt miraba todo con desdén, como si aquel, lugar ni ningún otro, fuera apropiado para el mayor de sus hijos, Noah continuaba su placentera siesta sin enterarse de nada.
-Aquí es… —dijo Henry mirando el número en el papel y luego en la puerta y después otra vez en el papel.
-Creo que te tocó uno de los sin ventana… —dijo Lizzie empinándose para mirar por el «peephole»
-Sería imposible «Rizzie»… o almenos eso espero… —dijo como dudoso.
-Pues entremos y lo comprobamos hijo… —sugirió Blaine volviendo a abrazarlo.
-Si...—contestó su hijo sacando las llaves desde su bolsillo.
-¡Henry Anderson!... —exclamó un chico como primera cosa, estaba parado tras la puerta comos si hubiese estado esperando en silencio la llegada de Henry hacia mucho, era casi tan alto como él y vestía como un rapero de los años noventa.
-Creo que este cuarto es una máquina del tiempo… al menos en cuanto a estilo… —susurró Kurt por lo bajo, Blaine y Lizzie sonrieron al escuchar aquello.
-¿Jayden?... ¿Jayden Williams? —dijo Henry volviendo a mirar su papel.
-Si… hola… —respondio el chico estrechandole la mano— pense que llegarias mañana.
-Que divertido nosotros pensamos lo mismo de ti… —dijo Lizzie si pensar, Blaine le hizo un gesto de que guardara silencio y Kurt la miró con la ceja más que levantada, la chica susurro un «¿que?» que fue advertido por todos hasta por Jayden.
-¿Quienes son?... —pregunto señalando a todos.
-¡Ah!... claro… —dijo Henry dejando sus maletas en el piso— es mi familia, el es mi Papá Kurt Hummel, mi «Papáblen», Blaine Anderson, mi hermana Lizzie y el bebé es mi hermanito Noah… —terminó por decir tocando la cabeza de su hermano, Jayden saludo a todos con una gran sonrisa inclusive a Noah.
-Que genial que vinieran a dejarte, mi familia no tiene idea de que yo estoy aquí… —dijo metiendo sus manos en los bolsillos enormes de la jardinera de jeans que vestía.
-¿Cómo es eso posible?... —pregunto Kurt poniendo cara de impacto extremo.
-Están en Puerto Rico, al parecer se les alargó el verano, pero es normal, sus padres fueron así con ellos, y ellos ahora conmigo… —respondió Jayden de lo más tranquilo, como si el abandono y despreocupación familiar fueran lo más normal del mundo— oye… —dijo volviendo al lado de Henry— luego va a haber un tour por el campus y después… una pequeña fiesta de bienvenida.
-¿En serio?
-Si… bien… —dijo dando un aplauso— el que llegaba primero estaba encargado de enseñarle todo al otro, así que… primero, te advierto que ya gane la cama de la orilla, así es que a ti te toca la de la ventana —Henry miró aquella designación con agrado— si no hay mar, no necesito ventana, segundo, los armarios son iguales así es que allí no hay problemas, no se puede cocinar aqui dentro, tampoco beber, las visitas deben ser en el salón principal —Henry miró a su padres con cara decepción y Kurt no pudo evitar echar un par de maldiciones a la rectoría y sus ordenanzas— y no se admiten ni chicas, ni mascotas... ¿entraras a arquitectura?, ¿verdad? —agregó moviendo su gorro con visera hacia un lado.
-Si… y tu… a… ¿programación?... — dijo volviendo a leer la información que cargaba, Lizzie pensó que si su hermano perdía aquel papel, estaría vagando sin rumbo por todo Philadelphia.
-Si… quiero hacer videojuegos, negocio familiar, larga historia… ¿veines al tour?... —pregunto tomado una chaqueta que parecía y era de alguien tres veces más alto, Henry no respondió y miró a su familia de reojo— te dejo para que te despidas, nos vemos abajo… gusto en conocerlos Andersons… paz —terminó por decir haciendo el signo ad-hoc con sus dedos
-Eso hermanito, recién llegas y ya tienes una fiesta… —dijo Lizzie sentándose en la cama asignada a su hermano.
-Siento que estuviera aquí, no sabia… —se excuso Henry señalando hacia atrás por sobre su hombro.
-No te preocupes hijo, no es tu culpa… además con esa regla que acaba de explicar tu compañero, tampoco habríamos podido quedarnos aunque él no estuviera —agrego Blaine dejando el equipaje que cargaba a un extremo de la cama.
-¿Que van a hacer?... —pregunto el chico acercándose a Kurt con los ojos más vidriosos que de costumbre..
-Bueno, en vista y considerando que nos dejaras plantados por una fiesta de bienvenida con «MC Hummer»… no nos queda mas que irnos… —dijo Kurt haciéndose el ofendido.
-Papá…
-Cariño, estoy bromeando… además, de este momento en adelante, todas tus decisiones serán tu responsabilidad, no tienes que rendirnos cuentas en nada... aunque eso no quita que cada vez que te vea te interrogue hasta la saciedad… —advirtió apuntandolo.
-Gracias Papá… —dijo Henry abrazándose de él, Noah sintió el apretón y acabó por despertar emitiendo algunos ruiditos de disconformidad— perdoname «Goblin»… —agrego el chico haciéndole un cariño en la cara— te amo «Goblin»… no me olvides por favor… —dijo dándole un beso en la frente al tiempo que comenzaba a llorar— te amo Papá agregó volviendo a abrazar a Kurt.
-Y yo a ti cariño… y te voy a extrañar con el alma, pero este sueño que empiezas a vivir no puedes perdértelo por nada —agregó también derramando lágrimas.
-Lo se… «Rizzie» —dijo caminando hacia su hermana, la chica hizo un puchero solidario con la pena de su hermano y se dejó abrazar, Henry la levantó unos cuantos centímetros del piso para luego decirle cuánto la quería y cómo iba a extrañar sus locuras— me siento como Dorothy… —dijo entre risas llorosas.
-Entonces, ya que me dejas al último, asumo y yo soy «el espantapájaros»… —dijo Blaine abriendo sus brazos, Henry no dijo nada y se limitó a llorar con más ganas y se abrazó de él por casi un minuto seguido, Blaine le palmeo la espalda haciendo ademán de soltarse, pero su hijo parecía y quería quedarse pegado a él para siempre, Kurt disimulo la punzada de celos paternales con un arrumaco a Noah.
-¿Se quedarán aquí? — preguntó apartándose por fin, se quito las lágrimas con el puño del sweater y abrazo a Kurt a la altura de los hombros.
-Aquí no podemos por culpa de tu compañero el super desubicado… —dijo Lizzie gesticulando con sus manos como un rapero en pleno concierto lo haría..
-Lo sé, me refiero a aquí en Philadelphia… —agregó cambiando de puño para limpiarse esta vez la nariz, Kurt hizo una mueca como de asco y busco entre las pertenencias del bebé un pañuelo descartable o cualquier otra cosa que sirviera para detener esa incivilidad de inmediato.
-Teníamos planeado quedarnos el fin de semana como fuera, para ayudarte a instalarte o lo que fuera menester… toma cariño —dijo Kurt entregando el pañuelo— pero al parecer no nos necesitaras… — agregó mirando la habitación.
-Pero podemos almorzar mañana, y cenar el domingo… —dijo Henry poniendo cara de perrito con sueño.
-Si no te molestamos hijo…
-Nunca, nunca «Papáblen»… quédense y vuelvan a New York el lunes… —agregó poniendo esta vez cara de súplica, sus padres intercambiaron miradas para decidir qué hacer —se que Lizzie empieza la escuela y todo…
-Yo puedo faltar el primer dia… —dijo Lizzie levantando su mano— ahora estoy en secundaria, todo es diferente en secundaria… —añadió poniendo cara de travesura.
-Debes estudiar y ser responsable como en cualquier otro grado Lizzie Anderson…
-¡Ay Papá!, ¡otra vez con lo del nombre!... ¡hola!... si lo vuelves a hacer, creo que me va a dar algo… —sentenció cruzándose de brazos.
-¿Algo como que cariño?
-No se… algo… —agregó encogiéndose de hombros, Henry sonrió para luego sonarse con estridencia.
-¿Que deciden?... —pregunto con el pañuelo aun en la nariz.
-Por supuesto que nos quedamos cariño… —dio Kurt haciéndole una caricia en la cara— seguro y encontramos un buen hotel... —agrego dándole un par de besos, Henry suspiro alivio como si le quitaran un peso enorme de los hombros, volvió a despedirse recibiendo palabras cariñosas de todos, además de algunas advertencias de Kurt y esa supuesta fiesta de bienvenida que habría más tarde.

Agosto de 2025



-Hola…
-¡Bienvenido a casa!… —dijo Kurt desde la sala donde estaba trabajando con unos cuantos papeles, tijeras y algunas revistas.
-Me encanta que digas eso… aunque suene trillado… me encanta… —agrego Blaine acercándose para saludarlo.
-Pues a mi me encanta verte llegar, por lo tanto, decirte bienvenido, es solo una forma de expresarlo… —respondió estirando sus labios para recibir un beso, su esposo se acercó y se ubicó tras el respaldo del sofá, se inclinó hacia él y le dio el beso requerido.
-¿Nuestros hijos?...
-Durmiendo, ya es bastante tarde, al menos para ellos, así es que… por ningún motivo iba a dejar que estuvieran despiertos…
-Por supuesto… ¿Julianna se fue?... —añadió sentándose en la mesa de café, tomó algunas de las revistas y comenzó a hojearlas por encima.
-En cuanto llegue del teatro, que, a todo esto Señor Anderson-Hummel, ya esta listo y dispuesto para recibirlo en cuando decida asumir el rol de “Driscoll Mac Dowell”... —dijo mientras arrancaba una página de la revista y comenzaba a recortar un rostro humano pensativo y que abarcaba casi toda plana.
-Lo se…
-¿No te arrepentiste o si?
-Kurt…
-No en serio… —insistió bajando la hoja— me lleve unas cuantas amenazas de acudir al sindicato de parte del actor que le quite protagónico, así es que si te arrepentiste necesito que me lo digas ahora… —añadió apuntandolo con la tijera.
-Primero… baja eso… que me siento más que amenazado… —dijo indicando con su mirada la tijera— segundo… —agregó acercando la mesa de café al sofá hasta que quedaron casi como un solo mueble, Kurt miró ceñudo el piso de madera en busca de posibles rayones— hoy termine de seleccionar las canciones del álbum recopilatorio, por lo tanto, y si el guapo director de “Sweet, Beautiful and mine” me acepta, puedo unirme a los ensayos desde mañana mismo— Kurt lo miró de medio lado para luego sonreir cuando escuchaba eso de guapo— ¿que dices?... —pregunto acariciándole las piernas.
-Me parece genial...
-Y a mí… —dijo Blaine acortando distancia entre sus labios, sonrió satisfecho luego de dar a su beso una duración extra larga y miro las revistas y todo lo demás que lo rodeaba— ¿que haces?... —preguntó apartándose
-Pues estoy preparando la segunda fase del tratamiento de nuestra hija.
-¿En serio?... —dijo mirando algunas de las hojas ya listas.
-Mucho… se supone que hay que incentivar la fonética con palabras y situaciones cotidianas… así es que pensé, que si veía algo lo suficiente, podía llegar a pronunciarlo bien… como esto… —explicó enseñando una hoja con un tomate grande y rojo pegado en ella.
-Tomate… —dijo de inmediato Blaine como si fuera él el que necesitaba de ayuda en su lenguaje.
-Exacto… ¿qué opinas?... ya he hecho varias, pensé en ponerlas en su habitación, en la cocina, estas otras en el baño… y así…
-Me parece genial Kurt y muy didáctico… —opinó su esposo pasando una hoja tras otra
-¿De verdad?, ¿no crees que la tal Caroline Donnelly mandara al cuerno este sistema de enseñanza?
-No tiene porque, esto es brillante, ademas solo nos advirtió el no corregirla...
-Y es algo que no hemos hecho… —interrumpió Kurt tomando otra revista.
-Exacto y, ella misma nos dijo que cada familia iba encontrando de a poco la manera de como ayudar a los chico con problemas del habla, y esta manera es genial…
-Gracias…
-¿Las colgamos ahora?...
-No, primero cenemos, tengo un hambre de los mil demonios… —respondió Kurt ordenando los papeles.
-Creí que habías cenado con nuestros hijos… —añadió Blaine ayudando con el orden.
-Ellos cenaron solos, yo decidí esperarte…
-Que dulce… gracias… —dijo dando el tercer beso de la noche— iré a asearme y a ver a nuestros hijos, luego me encargo de la mesa.
-No es necesario, esta todo listo… —advirtio Kurt abultando los cojines en donde se había sentado.
-¿De verdad?
-Por supuesto que es verdad, ¿por quién me tomas Blaine Anderson Hummel?... —agrego recogiendo los últimos trozos de papel esparcidos por el piso y la mesa de cafe.
-¿Por el actor mas guapo de todo Broadway?... —respondió su esposo haciendo un gesto de obviedad con sus dos manos.
-Excelente respuesta… te espero en la cocina… y prepárate para una cena de cuatro platos… —dijo Kurt caminando hacia él.
-¿Cuatro platos?, me quiere sobornar para conseguir algo Señor Hummel-Anderson.
-Tal vez… —respondió este haciendo un gesto presuntuosos con su hombros.
-Te amo…
-Lo se… —agrego Kurt mirándolo un instante— apresúrate… —dijo como reaccionando— y no despiertes a nuestros pequeños…
-No lo haré… —terminó por decir Blaine adelantándose hacia su dormitorio.

-Sin duda quieres lograr algo conmigo esta noche… —dijo Blaine mientras bajaba hacia la cocina, la mesa estaba puesta de lo más elegante, con cubertería y platos de fiesta, había velas y flores más una botella de vino enfriándose en una hielera.
-No quiero lograr nada, engreído… —dijo Kurt chequeando lo que había dentro del horno— solo tuve tiempo extra y decidí invertirlo en nosotros y en una cena romántica.
-Excelente inversión… —opinó su esposo mirando la etiqueta del vino.
-Cuentame de tu dia Blaine Anderson, algo más que eso de las canciones que mencionaste… —dijo entregando el «sacacorchos»
-Ok… hoy me… disculpa... —dijo atendiendo un mensaje en su teléfono.
-¿Que?... —preguntó Kurt al ver la cara de sorpresa de su esposo.
-Es Lily…
-¿Lily?... —repitió Kurt acercándose— ¿está bien?
-Lo está… pero dice que está en el vecindario que le gustaría pasar para hablar con nosotros.
-¿Hablar?... ¿hablar de que?
-No lo sé… solo dice eso… —respondió Blaine “refrescando” la pantalla en busca de más mensajes.
-Que cosa tan rara…
-¿Que le digo?
-Que venga… obvio… creo y puedo hacer alcanzar la comida para cuatro… —dijo mirando las ollas con una mano en el mentón
-Tres… —corrigió Blaine mientras se texteaba con su amiga— Dylan está en el sello encargándose de algo.
-¿De algo? —repitió Kurt sacando un tercer juego de cubiertos— vaya con tus misterios Lilian Mary Westbrook Stewart.
-Seguro y no es nada… —añadió Blaine guardando su teléfono, volvió a tomar el sacacorchos y destapó el vino, se sirvió un poco y lo probó como un experto enólogo lo haría, Kurt sonrió pensando que aquello era extrañamente sexy.
-Vaya si estaba en el vecindario... —dijo Kurt al escuchar el pitido del intercomunicador de la entrada.
-Es lo que dijo… voy a abrir —contestó Blaine señalando hacia la sala.
-Bien, yo repartire todo de la manera más justa posible… —agrego Kurt haciendo ademanes con un par de cucharas de madera.

-¡Blaine Anderson!… —exclamó Lily al ver a su amigo abrir la puerta.
-¡Lily!… ¡que sorpresa!… —respondió Blaine con el mismo entusiasmo, saludandola con un beso y un abrazo bien apretado— ¿que haces aqui?
-Bueno… —respondió mientras cruzaba el umbral de la puerta— tu super amigo tuvo que resolver un par de cosas en el sello y como a mi en realidad eso no me interesa, decidí venir a saludarlos… ¿no interrumpo nada?, ¿o si?—dijo mientras caminaba hacia la sala.
-Por supuesto que no, además siempre es un placer verte… ¿como te has sentido?
-Bien… aunque las náuseas son una realidad, yo antes creía que era solo una reacción de mujeres malcriadas que querían la atención de sus esposos.
-¿Y no lo es?…
-Claro que no, es culpa de una hormona, Ganodrotropina o algo… Westbrooks sabe todo al respecto…
-¿Dylan hablando de hormonas?, ¿en serio?... —dijo Blaine sin evitar reír,
-Muy en serio… esta más interesado en esto que yo... —agregó su amiga haciendo como que se sentaba en la sala.
-Estamos en la cocina… recien llegue y Kurt esta sirviendo la cena… ¿tú comiste?
-¿Estas bromeando?, con el embarazo lo único que hago es comer e ir al baño…
-OK… —dijo Blaine sin saber si aquello era algo para alegrarse o lo contrario, abrió la puerta de la cocina y se quedó en el umbral para que su amiga pasara primero.
-¡Me dijiste que no interrumpia nada! —exclamó Lily al ver al mesa extra producida, le dio un golpe a Blaine en un brazo y se le quedó mirando con cara de reproche.
-No interrumpes nada linda…. —se adelantó en decir Kurt caminando hacia ella— esto es solo tener tiempo libre.
-¿Ves?... —dijo Blaine haciendo un gesto de inocencia.
-Aun así… —insistió mirandolo ceñuda.
-No refunfuñes… el bebé siente todo… —dijo Kurt tocándole el estómago como primera cosa— ¿ya lo has sentido moverse?
-Aun no, todavia es un punto dentro de mi utero… y asi deberia quedarse… —dijo Lily mirandose el estomago plano como una tabla.
-Te veras hermosa como siempre has sido… ¿cenaste?
-No… pero no te preocupes, cuando Westbrook termine con su reunion iremos al hotel.
-¿Cuando llegaron?… —quiso saber Blaine indicando donde podía sentarse.
-Antes de ayer… fue todo muy rápido, pero debíamos venir, Dylan a hacer lo suyo y yo… a hablar con ustedes… —respondió la mujer bebiendo del agua que Kurt acababa de servirle, Blaine se sentó en su lugar y su esposo hizo lo propio no sin antes intercambiar con él una mirada como de sospecha— ¿Henry y Lizzie?...
-Dormidos… placenteramente, lo que es un alivio…
-Por supuesto…
-¿Te importa si nosotros comemos?, yo almenos no he ingerido nada desde el «Brunch» con mis colegas, que a propósito, lo único que hacen es preguntar por ti… —dijo Kurt sirviendose ensalada.
-Lo sé… lo sé… y me siento pesimo por no estar más presente… pero de eso es en realidad de lo que quería hablarles… —Kurt volvió a mirar a su esposo al tiempo que le facilitaba la fuente con los filetes de pescado.
-¿Que pasa amiga?... —preguntó Blaine mientras servía el vino.
-Bueno… —respondió Lily empinándose el vaso— bien saben que Westbrook vive en inglaterra, ¿verdad?
-Verdad… —dijeron sus amigos al unísono.
-Pues bien… ya que nos casamos, decidimos, el decidió más bien y yo estuve de acuerdo, que debiamos establecernos en un lugar, que no podíamos ir de aquí para allá, subiendo y bajando de aviones, que ahora era fácil pero luego cuando mi barriga crezca como una sandía no podré ni abrocharme el cinturón de seguridad… —agregó mirándose el estómago de nuevo, Kurt pensó que la obsesión de su amiga por su vientre plano se estaba volviendo algo preocupante.
-¿Qué quieres decir Lily?... —dijo Kurt intuyendo hacia donde iban las explicaciones de la Señora Westbrooks.
-Quiero decir que... decidimos… esta vez sí en plural, que nos estableceremos en Londres… —terminó por decir tapándose la boca con un mano cuando mencionaba la ciudad donde se mudaria.
-Disculpa querida pero lo que dijiste sonó como que dejaras todo botado aquí para irte al otro lado del océano… —la mujer hizo un gesto como que confirmaba aquello pero a regañadientes.
-¡Oh por dios!...
-Kurt...
-No Blaine… esta bien… entiendo que se disguste…
-¿Por qué habría de disgustarme Lily?... ¿por que dejarás abandonado a tu amigo?, ¿por que la compañía que nos empeñamos en fundar de un momento a otro se quedará sin una de la guionistas?, ¿por qué vivirás mas cerca de la realeza y yo no?... ¿por qué?... —dijo Kurt agudizando cada vez más su voz.
-Creo que por todo… —contestó Lily tomándose la cabeza.
-¿Por eso Dylan fue al sello?, ¿para hacer el traslado?— pregunto Blaine mirando a su esposo que parecía y le daría una embolia triple.
-Exacto y coordinar lo de los instrumentos o no se que… Kurt… lamento dejar la compañia, pero… estare cada vez más ausente, aún más cuando nazca el bebé y no es justo para ti ni para el resto del equipo que estén en esta incertidumbre...— Kurt exhaló aire y se cruzó de brazos bien echado atrás en su silla— por favor no te enojes… odiaría que nuestra amistad se arruinara por esto.
-Creeme que lo unico que podria arruinar nuestra amistad, es esto… —sentenció Kurt mirando hacia otro lado, Lily miró a Blaine y este le pidió con un gesto sutil que lo dejara a solas con su esposo— voy al baño... este bebé será un punto, pero no para de estrujar mi vejiga… —dijo levantándose.
-Kurt… —dijo Blaine acercando su silla a la de él.
-No trates de intervenir… vi ese gesto que le hiciste para que nos dejara solos, y te advierto que estoy más que enfadado…
-¿Conmigo también?
-Contigo y con todos…
-¿Por qué?
-Lo sabes bien… —dijo acercándose a la mesa, tomó el cuchillo y el tenedor y comenzó a cortar su pescado como si fuera un trozo de carne extra duro, el rechinar del acero en la vajilla fue lo único que se escuchó por unos cuantos minutos.
-¿Por qué exageras con respecto a esto?
-¿Perdón?...
-Lo que escuchaste, ¿por qué exageras con respecto a esto?... tu mismo siempre has dicho que no hay nadie irremplazable, y bien sabes que Lily no lo hace apropósito o para molestarte… es una decisión de vida que tiene derecho a tomar…
-Nadie tiene derecho a tomar decisiones de vida si estas afectan a otros Blaine… ¿que esperas?, ¿que la felicite porque deja su trabajo?, teníamos el compromiso de una obra nueva cada temporada, ¿qué pasará ahora?... pues yo te diré —dijo dejando a su esposo con la respuesta en al boca— tendré que quedarme estancado con la que tengo por no se cuanto tiempo… perderé todo la reputación que he ganado en Broadway y enfrentemoslo, así es como comienza el debacle de las estrellas en New York… —dijo mientras continuaba cortando su comida con ahínco.
-Eres adorable cuando exageras… pero te aseguro y no vas a perder nada, porque lo que eres lo has ganado a pulso, y nadie creerá que eres un fracasado si tienes un obra con funciones agotadas desde marzo… y tercero… no necesitas a Lily ni a nadie para escribir nuevos musicales, tú puedes hacerlo solo sin problemas.
-Mientes… —dijo Kurt levantándose de pronto, tomó su plato y desecho todo en el basurero de dentro del fregadero— odio cuando mientes —agregó dando el agua del grifo.
-No miento… —rebatió Blaine también levantándose— eres talentoso e inteligente y lo sabes —agregó parándose detrás de él.
-Es atemorizante que creas tanto en mi… —dijo con la vista fija en los patrones de los platos.
-Será porque sé que eres capaz de hacer lo que te propongas… —insistió su esposo abrazándolo desde donde estaba.
-¿Y si no tengo suficiente inspiración?
-La encontrarás donde sea...
-Gracias… —dijo tomándole las manos, luego se dio media vuelta para perderse en sus brazos— ¿que haria sin ti Blaine Anderson-Hummel?.
-No lo sé… —respondió apartándose para mirarlo a la cara— pero de partida no tendrias quien te descorchara las botellas de vino…
-¡Ah!... muy cierto… sabía que había una razón por la que me case contigo… —dijo sonriendo, Blaine sonrió a la par y recibió un beso como recompensa— te debo una disculpa… —agregó jugando con sus manos entrelazadas
-Creo que es la señora Westbrook la necesita más esa disculpa… —respondió su esposo arrugando la nariz.
-Tienes razón… —dijo Kurt mirando en dirección del segundo piso— una disculpa y un adios… —agregó suspirando— ¿que?... —pregunto al ver que Blaine sonreía medio chueco y travieso.
-Creo que ya tienes la primera línea de tu próxima obra… —respondió su esposo sonriendo nuevamente, esta vez tan maravillosamente que Kurt pensó que si tenía a Blaine a su lado para siempre, no necesitaria buscar inspiración en ningún otro lado.

Agosto de 2025



-¿Todo bien con la Señora Westbrook?... —pregunto Kurt al tiempo que comenzaba a levantar la mesa, partiendo por limpiar la comida que había quedado en los platos.
-De acuerdo con Dylan, todo perfecto…. —respondio Blaine enseñando su telefono— llego al hotel sin problemas y Dylan me pidió encarecidamente que te dijera que espera que este incidente no lo saque de nuestro testamento.
-¿Que?... ¿por qué cree que esta en nuestro testamento?
-No lo se… ¿por que es Dylan?... —dijo su esposo guardandose el teléfono en el bolsillo trasero del pantalón.
-Excelente respuesta… ¿que hay con esa reunión misteriosa que tuvo?, ¿te dijo algo?... —agrego Kurt tomando todos los cubiertos en una sola mano.
-Nada… —contestó Blaine uniéndose al orden, tomó la botella con el vino sobrante y la puso en la heladera para luego seguir con los condimentos— lo que sí me comento, es que recuperó sus instrumentos.
-¿Que instrumentos eran esos?…
-Un par de guitarras, las tenía allí desde el principio de los tiempos, estoy bastante seguro que el sello se las quería quedar para exhibirlas en algun salon o algo.
-Tiene el éxito necesario para merecer eso… ¿me ayudas?... —dijo Kurt señalando su espalda y un delantal a medio poner.
-Por supuesto… ¿asumo que tu lavas y yo seco?... —agrego Blaine mientras ataba el lazo de lo más concentrado.
-No…
-¿Como no?...
-Lo que oyes, quiero que te vayas a nuestro cuarto y me esperes allí, lo que tengo en mente hacer contigo, requiere que estés descansado… —explicó moviendo sus cejas.
-Dijiste que no querías lograr nada con esta cena extra elaborada… —preguntó su esposo mirándolo con ternura.
-Mentí… —dijo moviendo sus cejas— además… —agregó acariciandole el pecho— todo eso que dijiste sobre que yo era capaz de hacer lo que sea… me resultó la mar de excitante… —terminó por decir mordiéndose el labio.
-Ok… —contesto Blaine acariciándole la espalda— pero no subire dejándote a cargo de todo, porque si trabajamos a la par… como el matrimonio bien avenido que somos… mas antes terminaremos y por lo tanto, más antes podrás hacer conmigo todo lo que tienes en mente.
-¿Como decir que no a eso Señor Anderson-Hummel?
-No puedes… —agregó el aludido dándole un beso, le dio media vuelta como de baile de salon y lo dejó en las labores del lavado mientras el se encargaba de secar y terminar de quitar todo lo que había sobre la mesa.

-¿Subamos?... —dijo Blaine una vez que todo había quedado limpio y ordenado.
-Adelántate tú… —contestó caminando hacia la sala— yo escribiré algo que se me acaba de ocurrir… —dijo moviendo sus dedos como si tecleara en una computador imaginaria.
-¿Estas bromeando?... ¿verdad?
-No… ¿por qué habría de hacerlo?, se me ocurrió una línea de diálogos demasiado buena como para olvidarla… solo serán cinco minutos, te lo prometo… —advirtió Kurt haciendo el número cinco con su mano derecha.
-Bien… cómo pelear con esta musa repentina que te llego —dijo Blaine soltando un poco de frustración a través de un suspiro— solo espero… —agregó acercándose— que tu inspiración sea tal que te lleve a tipear esas líneas en tiempo récord… —sentencio dándole un beso.
-Así será , te dije que estoy inspirado… —respondió Kurt avanzando hacia la puerta.
-Lo dijiste y te creo… te esperare sin ropa Kurt Hummel-Anderson… —terminó por decir Blaine mientras subía la escalera de servicio, Kurt sonrió y sintió inspiración renovada al escuchar aquello.

-Debo decir que me siento totalmente estafado… —dijo Kurt como primera cosa al entrar al dormitorio y ver a su esposo vestido con la ropa de dormir, leyendo en su lado de la cama.
-Y yo… —agrego Blaine bajando el libro que leía— esos fueron más de cinco minutos… —dijo señalando el reloj de la mesa de noche.
-Lo sé… lo siento… pero en mi defensa… —respondió mientras se quitaba los zapatos— debo decir, que tu tienes la culpa… —añadió metiéndose a la cama con ropa y todo, se acercó a él y se le acurrucó en el pecho.
-¿¡Yo!?... —exclamó Blaine dejando la lectura para abrazarlo de inmediato— ¿por qué?
-Porque Señor Anderson-Hummel, aquello que dijo que estaría aquí sin ropa, me inspiró más que cualquier cosa… termine escribiendo 15 páginas de «Una disculpa y un adios».
-¿De verdad?... —dijo con una sonrisa torcida llena de presunción.
-Muy verdad…
-¿La llamaras así?, ¿«Una disculpa y un adios»?...
-No lo se, tal vez sea el nombre definitivo… en cuanto termine el primer acto te lo enseño…
-No puedo esperar… —dijo Blaine haciendole un arrumaco.
-Se que si lo llevo a un editor me lo destruirá en tres segundos, pero te juro que a mis ojos, es un material excelente… —agrego acomodándose más sobre él.
-Seguro y lo es… —concordó Blaine dándole un beso en la cabeza— ¿puedo decir algo?
-Di lo que quieras… —respondió su esposo con voz remolona.
-Aunque acurrucarte no haya sido tu plan en primer lugar… me encanta… —dijo acercándolo más a él.
-Lo sé… esta es tu parte favorita de todo el asunto… ¿no es lo que dices siempre?
-Lo digo porque es verdad… dormir pegado a ti es algo que me complace mucho… es mas...
-«Chsssss»… —interrumpió Kurt incorporándose de pronto.
-¿Que?... —pregunto de vuelta Blaine mirando a su alrededor y tratando de poner oído a algo desconocido.
-Te juro y escuche…
-¿Que cos…?
-«Chsssss» —repitió levantándose.
-Kurt… ¿qué sucede?... —dijo Blaine haciendo lo mismo, se puso un cárdigan sobre la camiseta de dormir y rodeo la cama para ubicarse al lado de su esposo.
-Lizzie…
-¿Como?
-Escuche llorar a Lizzie…
-Nuestra hija esta durmiendo, tal vez es un gato en la calle…
-Si claro, como si en el piso 13 se escuchara algo de lo que sucede 40 metros más abajo… tal vez tiene una… ¿escuchaste?
-Por cierto que si… —dijo Blaine al oir con claridad a su hija más pequeña quejarse como si quisiera llorar pero algo se lo impedía.
-Cuidado con despertarla, he leído cosas sobre los niños y las pesadillas…. —dijo Kurt saliendo presuroso tras su esposo.
-Eso es sobre los sonámbulos Kurt… —corrigió Blaine parándose en la puerta del dormitorio de su hija.
-¿Que haces?, entremos… —agrego su esposo tomando la manilla.
-Espera un segundo, tal vez no es nada y la despertaremos sin asunto… —dijo acercando su oreja al vacío que se hacía entre la puerta y el marco de madera.
-¡No es nada un demonio!… sabemos que es ella, punto… —sentencio Kurt abriendo la puerta. En efecto, la pequeña Lizzie parecía y tenía la peor de las pesadillas, se movía de un lado a otro en la cama con «Rita» en una de sus manos y emitía pequeños quejidos como de llanto adolorido.
-Por dios… —murmuró Kurt acercándose despacio, Blaine hizo lo mismo y encendió la luz— Lizzie… —dijo acariciandole el cabello.
-Princesa… —agregó Blaine tomándole una de las manos, la pequeña se despertó de pronto al sentir el contacto de sus padres y dio un pequeño grito seguido de un puchero, le siguió un tiriton de mentón y un llanto extra dramático después.
-Cariño… —dijo Kurt abrazándola— todo esta bien… solo estabas soñando… tranquila...
-Papá… me iba «tradar»… —dijo entre sollozos.
-¿Quién te iba a tragar Princesa?... —agrego Blaine besándole la mano.
-El «candrejo» de «Hendry»… entró por la ventana —respondió llorando con más ganas.
-Cariño… —dijo Kurt acunandola en sus brazos— eso no es posible… fue solo un sueño que te asusto.
-No, el ayer lo «drecordo» y ahora se vino desde la playa...
-Recordar no quiere decir nada cariño… y no es posible que ese animalito tan pequeña pudiera tragarte… —insistió su Papá despejandole la cara de todos los rizos.
-¿Y si esta bajo mi cama?
-Princesa, te aseguro que no hay nada bajo la cama… fue solo un sueño..
-¡Pero yo lo vi!... me hacia asi… —trato de explicar Lizzie moviendo sus manos cerca de su boca como si fueran las tenazas del crustáceo, sus padres intercambiaron miradas sonrientes.
-Bebé… —dijo Kurt tratando de despegarse de ella— mírame… —agregó en su segundo intento, Lizzie se apartó solo un poco para mirarlo a la cara y luego se volvió a aferrar a él— cariño, ¿te acuerdas cuando hablamos de lo que es real y lo que es un sueño?
-Si…
-Pues esto fue un sueño, por lo tanto, no es real…. nada ha entrado por tu ventana...
-Pero yo lo vi y fue «hodrible»…
-Pues cuando los sueños son horribles y nos causan temor, se llaman pesadillas Princesa, y eso fue lo que te ocurrió ahora.
-Pero yo lo vi… me dio miedo… —insistió volviendo a llorar.
-Lo sabemos Cariño…. —dijo Kurt abrazándola mas— ¿sabes lo que haremos?— Lizzie gesticulo un no tan exagerado, que su Papá tuvo que apartar la cara para que los rizos no se le metieran en la nariz— sabes bien que el «Papáblen» es muy valiente… ¿verdad?
-Sí… —respondió suspirando.
-Pues bien, como él es el más valiente de la familia, inspeccionara todo tu cuarto, y si ese cangrejo del que hablas realmente esta aqui, lo encontrara y lo pondrá en su lugar… ¿verdad Blaine?
-Muy verdad… —dijo este levantándose, encendió todas luces, incluyendo la del baño y se dispuso a explorar la habitación, Kurt se acomodo en la cabecera de la cama con su hija y «Rita» pegadas a él— nada aquí…. —reporto moviendo las cortinas y los seguros de las ventanas, luego se agacho para mirar bajo la cama y dijo lo mismo, Lizzie abria un solo ojo de vez en cuando para verificar si aquello era cierto, luego lo volvía a cerrar y usaba el pecho de Kurt como refugio «anticangrejos». Blaine continuó mirando todo, dentro del baño, el closet y los cajones del vestidor, además del pequeño tocador, movió algunos juguetes y cojines del sillón de un costado de la cama y terminó por pararse al final de la cama con las manos en la cadera— lista la inspección Princesa, no hay nada aquí…
-¿Escuchaste Cariño?, el «Papáblen» reviso todo y no encontró nada…
-Mentira… —dijo queriendo llorar de nuevo.
-Princesa… sabes bien que nunca te hemos mentido… te prometo que aqui no hay nada… te lo prometo… —contestó Blaine haciendo gestos de promesa en su pecho y cara.
-¿Ves Bebé?, no hay nada, ¿nos crees ahora que todo fue solo un sueño?
-Un poco… pero igual me puse miedosa…
-Lo sabemos Princesa, pero debes saber que el Papá y yo estamos aquí para protegerte y nada malo te pasara nunca...—dijo Blaine sentándose al lado de ambos.
-¿Pueden dormir aquí?
-¿Contigo cariño?...
-Sí… —respondió Lizzie haciendo un nuevo puchero y poniendo cara de aflicción máxima, Kurt miró a Blaine y este le sonrió como concordando en silencio una decisión al respecto.
-Pues me parece una idea perfecta… —dijo Kurt metiéndose bajo las sábanas.
-Iré a ver a Henry… —agrego Blaine señalando hacia atrás por sobre su hombro.
-¿«Hendry» también tiene «pedasillas»? —preguntó Lizzie acostándose al lado de su Papá, se metió bien entre los cobertores como si fuera pleno invierno y junto a su coneja de felpa se acurruco en los brazos de Kurt.
-No lo creo cariño, pero es mejor verificar… —respondió envolviendola con fuerza y ambos esperaron que Blaine regresara para cerrar los ojos.
-Dormido… —dijo Blaine llegando nuevamente, se quitó el cardigan, apagó todas luces y se recostó al lado de su esposo, Lizzie se incorporó un poco para verificar que había espacio para todos y volvió a acomodarse donde estaba, Blaine abrazo a su esposo y estiró una de las manos para alcanzar también a su hija, la pequeña le agarró un dedo bien agarrado.
-¿Estas comodo?... —susurró Kurt mirándolo por sobre su hombro.
-Estoy bien… ¿Lizzie? —pregunto irguiendo un poco la cabeza para mirarla.
-Aquí durmiendose de a poco… creo que por ahora esta salvo de cualquier cangrejo... —contestó sonriendo.
-Entre tus brazos, ¿quien no?… te amo...
-Y yo… buenas noches… —dijo besándole la mano con la que los tenía tomados a ambos.
-Buenas noches… —repitió Blaine dándole un beso en el hombro, se movió un poco para hacerse a las formas de su esposo y encontrar un poco de espacio extra y evitar así, en lo posible, no caerse de la cama, porque comodo no estaba, pero complacido, sin duda que si.

Agosto de 2039




-¿Blaine?... —dijo Kurt golpeando la puerta del estudio de grabación.
-¡Esta abierto!.. —respondió su esposo sin levantarse de donde estaba, escribiendo notas musicales en una hoja de partitura— ¿ya tenemos que irnos? —preguntó sin levantar la cabeza.
-No, nuestro hijo aún no… ¿¡por que demonios te estás tocando el pecho!?... —exclamó llevándose las manos a la cara.
-No es nada Kurt… —dijo sonriendo.
-¿Como que nada?, si te estuvieras tocando cualquier otra parte de tu hermosos cuerpo, te creería que no es nada, pero el pecho, bien sabemos que así empezó la pesadilla de meses atrás.
-Así empezó… —repitió Blaine dejando su guitarra en un atril que tenía en una esquina del estudio— pero esta vez, te juro y no es sintoma de nada… son solo estas pequeñas cicatrices que insisten en darme comezon… —agregó rascándose por debajo de la camisa, Kurt lo miró ceñudo como si no creyera nada de lo que le habían dicho— ¡es la verdad!... puedo probar la resistencia de mi corazón ahora mismo si me lo pide Señor Hummel-Anderson… es más… —dijo apartando todo lo que tenía sobre la mesa sonido de una sola vez y con una sola mano, como si hiciera espacio y lugar para que pasara algo sobre aquel lugar y no precisamente una mezcla de audio.
-No tienes nada que probar… —dijo Kurt cruzándose de brazos— menos sobre esa mesa, ya te dije una vez que las marcas que quedan son bien feas —agregó acercándose un par de pasos.
-Yo puedo ser quien me marque si gustas… —insistió Blaine aproximándose también.
-Galante como siempre… —agrego su esposo ya casi a un par de centímetros de él— pero tenemos un paseo que dar…
-¡Ah!... comprendo… —dijo Blaine tomándolo por las caderas, le dio un par de besos y se le quedo viendo como hipnotizado.
-Disculpa por comportarme como médico internista, pero ya sabes que…
-Lo se… —se adelantó en decir su esposo besandole esta vez la frente— pero estoy bien… te lo juro… —dijo sonriendo, Kurt se refugió en aquella sonrisa por casi un minuto seguido.
-¿Seguro y estás desocupado?... —añadió como volviendo en sí— la luz roja estaba encendida… —dijo señalando por sobre su hombro el tope de la puerta de entrada.
-Por supuesto que lo estoy, solo olvide apagarla… además me quedé otro instante porque recorde unos acordes, que tal vez se los escuche a Dylan alguna vez, o tal vez no, por eso, mejor decidí apuntarlos para preguntarle y no tener problemas ni demandas de plagio en el futuro… —explicó enseñando algunas hojas de partitura con tantas notas musicales que Kurt pensó y aquello era una sinfonía de cinco tiempos como mínimo.
-Muy bien que te cubras las espaldas, aunque sea para prevenir...—opinó su esposo mirando el orden superficial que hacia Blaine de todo lo que había caído al piso en su intento de seducción espontáneo.
-Claro… ¿Noah ya decidió dónde iremos?...—preguntó dejando unas diez hojas sobre una ruma de carpetas y libros bien poco equilibrados.
-Aún no… y ya estoy pensando que desde que nuestro pequeño hijo esta a cargo de los paseos de los sábados, cualquier decisión, se vuelve extremadamente estudiada…
-¿Pero aún no sabe dónde quiere ir?
-Aun no… esta viendo un libro de New York, dijo que de allí decidiría el destino… —dijo pasando un dedo por la superficie de uno de los muebles para comprobar luego que todo estaba más sucio de lo que convenía.
-¿Lizzie vendrá con nosotros? —pregunto continuando con su particular orden
-No lo se… esta pegada al teléfono hablando con Alaska hace como media hora… debe ser algo super importante como para interrumpir el descanso que se habían dado por las vacaciones.
-Bueno, ya le falta menos para volver a la escuela, y como sera «Senior» ahora, tal vez… necesitan combinar sus ropas o algo…
-¿Y esa teoría Blaine Anderson-Hummel?...
-No lo sé… se me acaba de ocurrir —contestó guardando las últimas cosas.
-Pues es bastante descabellada… además no imagino a nuestra hija vistiéndose igual a otra persona…
-Ni yo… —añadió Blaine mirando todo por si faltaba algo que poner en su lugar— listo, si quieres...
-¿Papá?... ¿«Papáblen»?... ¿están aquí acaso?...
-Lo estamos cariño… pasa…
-...
-¿Noah?...
-...
-¿Nos escuchó?... —pregunto Blaine acercándose a la entrada.
-No lo se… —dijo Kurt abriendo la pìerta— Noah… te dijimos que pasaras Cariño, ¿no nos escuchaste acaso?... —añadió su Papá mirándolo con una mano en la cintura y la otra en la manilla de la puerta, el pequeño estaba parado muy correcto y quieto en el umbral con su mochila en la espalda, sus gafas sin vidrio y entre los brazos tenía a «Desmond» y un libro casi tan grande como su mascota de felpa.
-Escuche, pero esta «emcendida» la luz roja… y eso es «prohibinson»… —respondió de lo mas convencido.
-Por supuesto que lo es… pero esta vez dejarla encendida, fue un descuido del «Papáblen», ¿verdad Blaine? —dijo Kurt mirando a su esposo.
-Muy verdad… disculpa hijo, solo olvide apagarla… no hay ninguna prohibición ahora… —dijo moviendo el interruptor, Noah sonrió y cruzó el umbral de inmediato.
-¿Ya decidiste donde daremos el paseo cariño?
-Si… fue super dificil pero me «decendi»
-¿Y qué lugar es ese?...
-Es una estación del «susterraneo» «Papáblen»… —respondió subiendo a la silla del escritorio con mochila y todo, dejo el libro encima así como su inseparable dinosaurio y busco la página correspondiente entre todas las que tenía marcadas.
-¿El subterráneo?... —repitió Kurt poniendo mala cara.
-Sí… —dijo su hijo concentrado en el libro, Blaine sonrió y se acercó a él para mirar también— esta… —agregó señalando con el dedo la foto de la «City hall satation»— creo que es un «mumseo» porque tiene «sipno»… —sentencio apuntando el punto en el mapa.
-Lo es hijo… ademas esta estación esta llena de detalles e historia… hay incluso un tragaluz muy bonito, me parece una excelente elección, ¿que opinas Kurt?
-Cualquier cosa es mejor que una caminata por pendientes, arbustos e insectos de nombres divertidos… ¿no es un tour ese?, ¿con el museo del tránsito y todo?... —los ojos de Noah se abrieron aún más al escuchar «museo» y «tránsito» en una sola frase.
-Lo es… creo que si nos apuramos, podemos tomar alguno de los recorridos… —dijo Blaine mirando la hora en su reloj.
-¿Lizzie Anderson Hummel irá con nosotros?... —quiso saber Noah tomando a «Desmond», cerrando el libro y bajándose de la silla, todo al mismo tiempo.
-No lo sé bebé, tendremos que preguntarle para saber.
-Tal vez no quiera… —añadió soltando un suspiro como con pesar— la última vez que salimos al parque, solo quería «barraps» para hablar por su teléfono…. —recordó el pequeño encogiéndose de hombros.
-Pues le preguntaremos de todas formas, si dice que no, ella se lo perderá… —dijo Kurt guiñandole un ojo al más pequeño de sus hijos, Noah sonrió coqueto, subió sus gafas sin vidrio por el puente y se abrazó a su libro de New York, como si fuera lo más preciado en todo el universo, todos hicieron ademán de salir del estudio.
-¡Padres!... ¡«Goblin»!... ¿que hacen aqui?... ¿vamos a grabar una canción todos juntos y yo no me enterado?... —dijo Lizzie parada en medio de la puerta con las manos en la cintura e impidiendo la salida de todos.
-Por supuesto que no… el único que tiene voz para grabar lo que sea es el «Papáblen»… ¿y tú?, ¿ya terminaste tu conversación?
-¡Si!... ¡y tengo que contarles algo terrible! —exclamó su hija entrando al estudio, se abrió paso entre todos y se dejó caer en la silla reclinable de Blaine, luego echó su cabeza hacia atrás como si se desmayara de la manera más melodramática posible.
-¿Que sucedió Princesa? —pregunto Blaine acercándose a ella.
-¿Estas bien Lizzie Anderson Hummel? —añadió Noah también volviendo a entrar.
-¿Que drama es este cariño? —termino por decir Kurt con los brazos cruzados en medio de su esposo e hijo.
-¡Algo terrible!...
-Cuéntanos Princesa… —pidió Blaine sentándose sobre el escritorio tomó a Noah en sus brazos y lo sentó en una de sus piernas, Kurt hizo lo propio a la orilla de la mesa de sonido.
-Pues estaba hablando con Alaska… que, a todo esto, sigue hablando de sus vacaciones en la India como si nadie más hubiera estado allí en el mundo y ahora cree en un montón de cosas que nadie cree… ¡hola!...
-¿Eso es «tedrible» Lizzie Anderson Hummel?... —preguntó su hermano mirándola de medio lado.
-¡Ay «Goblin»!, nada que ver… ademas aun no he terminado mi historia… ¡hola!.. —respondió Lizzie alzando sus manos.
-Disculpa Lizzie Anderson Hummel… —agregó el pequeño poniendo cara de circunstancia extra trágica.
-Tranquilo hijo… —dijo Blaine besándole la cabeza.
-¡Eres tan correcto «Goblin»!...—exclamó Lizzie levantándose— ¡ay!... ¡te super amo!… —agregó acercándose a él para darle una media docena de besos, Noah sintió cosquillas al tener el cabello de su hermana en toda su cara, rió de buena gana para después acurrucarse en el hombro de su «Papáblen».
-¿Nos quieres explicar de una vez?… Noah tiene listo el paseo para esta tarde, y tenemos un horario que cumplir.
-Paseo con horarios… ¡que divertido!... —dijo la chica aplaudiendo con sarcasmo, Kurt le mostró la lengua y Lizzie le devolvió otras tres muecas divertidas— ¿donde iremos?...
-¿Vas a ir Lizzie Anderson Hummel?
-¡Obvio que voy a ir «Goblin»!... ¿que pasa contigo?... me encanta pasear con mi familia ahora que puedo —respondió señalando, el pequeño volvió a los de la sonrisa presumida.
-Lizzie…
-Si, si… bien… estuve hablando con Alaska, de un montón de cosas de la India, pero en un momento me dijo que Luther… ¿les he dicho que esta muy cercana a él?
-No… —respondieron sus padres al unísono.
-Pues así es y es bien raro… solo espero y no sea lo que estoy pensando porque ¡hola!… en fin… —dijo soltando un suspiro— me dijo que Luther había hablado con Reuben y que Reuben le dijo que me iba a decir «te amo» en la cita de mañana… ¡¿lo pueden creer?!... ¡esas palabras!...¡es terrible!... —dijo tomándose todos los pelos, Kurt y Blaine se miraron con intriga divertida.
-¿Por qué…?... ¿cuando?... ¿por qué?... —dijo Kurt un tanto confundido por lo que a su hija le parecía terrible.
-¿Por qué ?, ¿qué?…
-¿Por qué crees que es terrible que tu novio te diga «te amo»?... —se adelantó en preguntar Blaine mirándola con los ojos empequeñecidos.
-Yo no creo que sea «tedrible» Lizzie Anderson Hummel, el «Papáblen» siempre se lo dice al Papá, y a él le gusta porque se pone así… —dijo Noah haciendo una cara como de ilusion enamorada, Kurt sonrió a la par con su esposo y ambos acabaron mirándose como cuando eran adolescentes.
-¡Ay «Goblin»!... son situaciones diferentes, ellos están casados y todo, con Reuben llevamos saliendo un mes… ¡un mes!... nadie puede amar a alguien después de un mes… además… ¿que espera de mi?
-¿Que se lo digas de vuelta?... —dijo Blaine aun con los ojos entrecerrados.
-¡Pero yo no quiero decirle eso!
-Si no quieres no lo digas Princesa… no tienes que actuar de acuerdo a lo que otros quieran...
-¿No amas a tu novio Lizzie Anderson Hummel?, ¿por qué?, si siempre se besan...
-OK, creo que esta conversación dejó de ser apropiada para un menor de cinco años… —dijo Kurt mirando a su esposo como pidiéndole en silencio que se llevará a Noah.
-Lo mismo digo… ¿vamos a alistarnos para salir hijo?... —agrego Blaine levantándose con el pequeño en los brazos.
-Si… creo que hay que llevar sweater… —respondió su hijo sin darle importancia a que lo dejaran fuera de la conversación.
-¿Donde vamos a ir que hay que llevar sweater?... —dijo Lizzie mirándolos salir.
-No cambies de tema Lizzie Anderson, sigue hablando conmigo...
-No se que mas decir… esa es toda la historia… ¡uy!, ¡estupido y sensual Reuben!, ¿por que quiere arruinarlo todo diciendo esas palabras? —añadió restregándose la cara.
-No creo que él piense estar arruinando algo…
-¡¿Pero como no lo va a pensar?!, llevamos un mes saliendo… ¿quien se enamora en un mes de alguien?
-Muchas personas cariño…
-Pues yo no… —respondió cruzándose de brazos.
-Cariño, pensé que de verdad te gustaba este chico…
-¡Y me gusta!, es guapo, huele increíble, me trata de manera maravillosa y tiene un cuerpo... divino… —Kurt dio un respingo pensando en qué en realidad no quería saber tantos detalles de Reuben Berkeley— pero decirle que lo amo… es diferente… al menos yo creo que es diferente...
-Lo es cariño…
-¿En serio?
-Obvio que si… la atracción física es diferente al amor…
-¡Obvio que lo es!… y yo no creo haberle dado alguna señal para que me dijera esas palabras, de que estaba perdida por él o algo… ¿porque cree que estoy perdida por él?... ¡hola!
-Tal vez solo se enamoro cariño… y ese enamoramiento lo lleva a esperar lo mismo de ti...
-Pues no debería… ¿y cómo lo sabes?, es decir, ¿como alguien llega a suponer que te lo dirán de vuelta?… y no acabarás haciendo el ridículo… porque asumo y Reuben piensa que eso no sucederá… pero sucederá… si me lo dice sucederá —insistió Lizzie haciendo un gesto definitivo con sus manos.
-Pues las personas que confían en sí mismas más que en nada, solo lo saben...
-¿Fue así con el «Papáblen»?, ya sabes cuando él te dijo primero que te amaba...
-¿Por qué asumes que fue Blaine quien dijo primero esas palabras?
-Papá…
-¿Que?... ¿tan raro te parece que haya sido yo quien dijera primero «te amo»?
-¿Y fue así?... —preguntó Lizzie poniendo caras.
-No, por supuesto que no…
-¡Papá!...
-Pero en mi defensa debo decir que amaba a Blaine desde que lo vi el primer dia en la escalera de Dalton… pero nunca se lo dije y cada dia esperaba a que él lo hiciera… hasta que lo hizo… —dijo Kurt soltando un suspiro como si viviera ese momento de nuevo en su cabeza.
-¿Fue sensacional?
-Lo fue… si lo hubieras visto, tan tranquilo, tan confiado… se veía guapo como siempre, llevaba puesto un cardigan rojo y una camisa a cuadros, estábamos en el «Lima Bean» y yo le contaba lo que había pasado en New York la primera vez que estuve aquí, me escuchó con la dedicación de siempre y luego solo me miro y ... lo dijo…
-¿Tu le respondiste enseguida?
-Espere un par de segundos… los segundos más eternos de la vida según él me confesó en algún momento… después casi derramo el café que estaba bebiendo, pero si… se lo respondí enseguida… —contestó sonriendo.
-¡Ay Papá!, ¡me encanta escuchar tu historia con el «Papáblen»!... aunque ahora siento pena por Reuben porque creo que tiene la esperanza que así será con nosotros…
-Cariño… como te dijo Blaine, no tienes que actuar de acuerdo a lo que otros quieran… si no estas lista para decirlo, entonces no lo hagas… pero no seas cruel o burlona cuando el te lo diga...
-¡Lo se!.. no soy un monstruo… ¡hola! —dijo Lizzie levantándose de la silla.
-Por supuesto que no lo eres… aunque a veces tu cabello..
-¡Papá!
-Eres hermosa Lizzie Anderson, por dentro y por fuera… y cuando te enamores de verdad… lo seras aun mas…
-Espero y ese dia llegue… para ponerme así… cuando alguien me diga que me ama… —dijo Lizzie poniendo la misma cara de ilusión enamorada que pusiera su pequeño hermano minutos antes y que se supone y era la que Kurt ponía cada vez que Blaine le decía esas palabras.

Agosto de 2018




-Kurt… —susurró Blaine sentándose a su lado en la cama— Kurt… despierta… —repitió acariciandole el cabello de la frente, su esposo dio un suspiro y se dio media vuelta para seguir durmiendo— oye… Kurt… —insistió meneandolo un poco por el hombro que se asomaba entre las sábanas, se acercó más y le dio un par de besos.
-Es lunes Blaine… no trabajo los lunes…
-Lo sé… —contestó sonriendo y dando más besos.
-¿Entonces?... ¿por qué te atreves a despertarme el unico dia de la semana que puedo dormir hasta que me dé la gana?... ¿que hora es?
-Temprano… pero paso algo que creo y necesitas ver…
-¿Henry esta bien?
-Lo esta, dormido y tranquilo… —contesto mirando el «baby monitor» como si pudiera ver a través del aparato, como su pequeño hijo dormía tranquilamente.
-¿Y tú?... ¿estas enfermo?, ¿te sientes bien? —agregó abriendo un solo ojo para mirarlo por sobre el hombro.
-Yo tambien estoy bien…
-Entonces… —dijo acomodándose en la almohada— si las dos personas que más me importan en este mundo estan bien, todo lo demás puede esperar hasta mediodía… —añadió tapándose la cabeza con uno de los cobertores.
-Vamos… —respondió su esposo descubriendolo de inmediato— me lo agradecerás cuando sepas que es....
-Blaine… —reclamo de vuelta recostandose de espaldas.
-Es la verdad… ven… levántate...
-¿Tengo que abandonar la cama también?
-Si quieres ver lo que te estoy diciendo, por supuesto que sí…. vamos… no seas perezoso —insistió jalandolo para que terminara por levantarse.
-¿Como se puede ser perezoso si aun ni siquiera ha amanecido?... —dijo mirando por la ventana la oscuridad de la madrugada en New York— ¿que hora es?
-Un poco más de las cinco...—respondió Blaine buscando por él las zapatillas de levantarse y la bata de seda.
-¿¡Las cinco de la mañana!?, ¿estas bromeando conmigo Blaine Anderson-Hummel? —añadió sentándose en la orilla, dio un bostezo bien exagerado y luego se restrego toda la cara.
-No estoy bromeando… esa es la hora… vamos… —dijo agarrandole ambas manos para ayudarlo salir de la pereza— tengo del café que te gusta…
-¿Y pasteles?... —preguntó levantándose.
-Muy temprano para eso, pero vere que puedo hacer… vamos...
-Espero y sea bueno lo que quieres que vea Blaine Anderson-Hummel, si no, prepárate para soportar mi mal humor durante todo el dia... —dijo calzándose las zapatillas y poniéndose la bata.
-Lo es… y me lo agradeceras, te lo aseguro…
-Pues dejame dudar eso último...
-Es algo genial, te lo prometo, no tendrás motivos para ponerte de mal humor...—dijo llevándoselo de las dos manos hasta la sala.
-¿Ese es el televisor?
-¿Lo es? —agregó su esposo guiandolo como si Kurt tuviera problemas de visión.
-¿Por qué oigo acento inglés?
-Pues velo por ti mismo… —contestó Blaine apartandose, Kurt abrió y cerró los ojos en dirección del televisor, tal y como si quisiera enfocar un punto a la distancia.
-¿Acaso...? —preguntó señalando la pantalla.
-El «bebé real», esta a punto de nacer…
-¿En serio?... ¡por dios!... ¡esa es una de las noticias que encanta ver!... —exclamó caminando hacia la sala, se sentó mediante un salto y de medio lado en el sofá más grande y tomó el control remoto del televisor para darle más volumen al noticiario de la BBC y que, en ese instante y en pantalla dividida, mostraba en una la imagen en vivo de las afueras del St Mary's Hospital y en la otra, la llegada de los duques de Cambridge más temprano aquel mismo día, Blaine se sentó a su lado y se llevó el «baby monitor» de Henry al oído por si aquel incremento en el volumen, había acabado por despertarlo— esto es genial… —añadió sonriendo.
-Te lo dije… asumo entonces que, ¿no estarás de mal humor? —preguntó acomodándose a su lado.
-¡Por supuesto que no!… estas son las noticias que merecen ser seguidas en vivo, por cualquier contingencia o salida de libreto de los protagonistas…
-No creo que en la monarquía londinense exista espacio para «salidas de libreto»… toma… —dijo entregando una taza con cafe.
-Gracias… —respondió Kurt recibiendola la tomo con las dos manos y dio un sorbo de inmediato— y siempre hay espacios para salida de libreto, en especial si esta Harry presente.
-¡Ah por supuesto!... el hermano rebelde… ¿cuando es su propia boda?, ¿en Mayo?... —agrego Blaine antes de tomar café.
-Estas muy informado para ser alguien que no comulga con las realezas del mundo… —advirtió Kurt mirándolo con sospecha y de medio lado.
-No lo hago… es solo que es algo que te interesa a ti, por lo tanto… —agregó dándole un par de toques en una de las piernas, Kurt hizo un puchero sintiendo que moría de amor.
-Eso fue muy dulce, cada vez estoy menos enfadado contigo por haberme despertado temprano… —agregó acercándose más a él, apoyó medio cuerpo en el de su esposo y siguió mirando el noticiario— no se si te he contado esto, pero mi Mamá me dijo una vez, que ella vio en vivo la boda del Príncipe Charles y Diana de Gales…
-¿En serio?
-Mucho… —respondió sonriendo.
-Eso sí que debió ser de madrugada…
-Y muy de madrugada —agregó bebiendo un poco más de café— me lo contó cuando empecé con mi interés por la monarquía del Reino Unido…
-¿Y eso fue?...
-No lo se… cuando tenía cinco… —agregó soltando una risa— creo que estábamos en el centro comercial y vi en una tienda de variedades unos platos con la foto de la Reina Elizabeth y le membrete real… pregunte quien era y allí me lo contó todo…
-Suena como una gran historia…
-Lo fue… ¿y tu?... ¿como supiste de esto?, ni yo ni Rachel sabíamos que esto podía pasar en esta fecha...
-Tampoco lo sabía, es solo que estaba haciendo un par de cosas aquí en la sala, y para no escuchar el ruido de la calle, encendí el televisor, luego me tope con el «breaking news» de la BBC y dije: «esto tiene que verlo mi esposo»
-Muy bien pensado… ¿y que hacias?... ¿una inspiración repentina?
-No, nada de eso… solo revisaba las cosas que me enviaron de «Insect Record»
-¿Te enviaron cosas?... ¿por que?
-Porque, por lo general, cuando despiden a alguien, se aseguran de que se lleve todo lo que le pertenece para que no siga molestando...
-¿Y cuando te las enviaron?... —quiso saber Kurt con un ojo en su esposo y el otro en la pantalla del televisor, que en ese momento emitía una nota sobre las casas de apuesta y las tentativas a acertar el género del futuro «bebé real».
-Ayer en la tarde, no las viste porque llegamos tarde de tu función, pero me enviaron un par de cajas que, por supuesto, guarde de forma ordenada en el closet de la entrada.
-¿Y no las viste?
-En eso estaba…
-¿Y que son?... —pregunto sonriendo al escuchar algunos de los nombres que los ciudadanos ingleses querían que llevara el quinto heredero al trono.
-Algunos discos, camisetas, «merchandising» en general… —contesto Blaine con desgano, dio un sorbo extra largo a su taza y se quedo fijo mirando el televisor.
-¿Por qué suenas mas triste de lo que un recién estrenado Padre y un flamante contratado por una multinacional sonaría? —quiso saber Kurt olvidando lo que sucedía a esa hora en la entrada del ala privada del St Mary's Hospital, para concentrarse en su esposo
-No es tristeza es… no se… —contestó mirando la imagen que recordaba los otros dos nacimientos reales.
-Blaine…
-Escucha… sé que todo esto de SONY pinta para ser algo grande…
-¡Por supuesto que sera algo grande!, tu contrato tiene garantías que nunca pense que existian y el cheque que te prometieron, tiene una cifra con más dígitos de los que creí y podían ponerse en un documento bancario.
-Lo se...
-¿Entonces?... —pregunto apagado el televisor.
-¡Oye!… —exclamó señalando la pantalla— ¿que tal si surge esa contingencia inesperada de la que hablaste?
-Si no esta Harry no habrá contingencia, además si surge algo, lo volverán a mencionar en el noticiero o donde sea… tú eres más importante… ¿entonces?... —repitió moviéndose en el sofá para quedar frente a él, Blaine sonrió y le acarició una pierna en recompensa por ponerlo a él primero en su lista de prioridades.
-No lo sé Kurt, solo pensaba en... ¿que tal si fracaso de nuevo?...
-¿Que?... ¿de que estas hablando?
-De la posibilidad, y muy cierta por lo demás, porque si lo piensas bien, eso es algo totalmente factible, nada ha cambiado de que compuse mi último álbum, ¿que tal si sigo siendo alguien incapaz de encantar a las masas o de componer un «single» que valga lo que me están pagando?, ¿que tal si termino vendiendo un disco por año?... otra vez...
-Nunca has vendido un disco por año…
-Bueno… dos… —corrigió Blaine blanqueando los ojos.
-Fueron más de uno y más de dos, y bien que lo sabes, y no actúes de esa forma conmigo, sabes que no encontrarás en mí alguien que te compadezca.
-Lo se… y lo siento, pero no puedo evitarlo… —dijo echando su cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá.
-Por supuesto que puedes, si no empiezas tu a creer en ti mismo, nadie más lo hará por ti, eres extremadamente talentoso y eso no me cansare de decirtelo, además, bien sabes que las grandes compañías hasta son capaces inventar «singles» donde no los hay, para eso tienen más dinero que escrupulos.
-Gracias Kurt, eso es un alivio…
-¡Oye!... —exclamó dándole un golpe en la cabeza, Blaine musito un «auch» silencioso y se toco el lugar donde recibiera el manotazo, Kurt rió por lo bajo y acabó subiéndose encima de él, como si quisiera establecer un punto importante y que solo era posible establecer sobre el regazo de su esposo— bien sabes que no me referia a ti…—sentencio apuntandolo— dime que te dijeron cuando fuiste a esa reunión con ellos hace un par de dias… —agrego cruzándose de brazos.
-Kurt…
-Respóndeme… bien sabes que puedo lograr que hables, estoy en una posición dónde puedo hacerte cosas que te harán hablar…
-Creo que no me gusta este Kurt de madrugada… —dijo Blaine mirándolo con los ojos empequeñecidos— es mas, siento que le temo un poco...
-Blaine Anderson-Hummel… —agrego Kurt en tono de advertencia mientras alistaba una de sus manos para dar un pellizco donde fuera menester.
-Que era genial y que dende había estado todo este tiempo… —respondió como entredientes.
-¿Ves?... —insistió tomándole la cara— esta es tu oportunidad, y se que en un par de meses no podrás ni salir a la tienda de la esquina sin que te reconozcan y que en un año o dos, estarás recibiendo los premios que mereces.
-Gracias Kurt… —dijo Blaine tomándole las manos.
-No me lo agradezcas, es lo mismo que has hecho tú conmigo desde el día uno… o debo recordar tus mensajes de «coraje»
-Son situaciones diferentes…
-No, es creer tanto en otro, que lo imposible se vuelve posible… —Blaine sonrió y se incorporó un poco para darle un beso, Kurt se movió en su dirección hasta que sus labios se encontraron y gozaron uno del otro por un tiempo más que largo— vaya… —dijo suspirando— ahora si que estaré de buen humor… —agregó saboreandose.
-Y yo… —contesto su esposo juntando su frente con la de él.
-¿Estas bien?...
-Mucho…
-¿No más sentirse menos de lo que realmente eres?
-No más… —repitió Blaine mirándolo con una sonrisa en la cara.
-¡Perfecto!... —exclamó volviendo a su lado del sofá, tomó el control del televisor y volvió a encenderlo— no quiero perder el vestido de Kate cuando salga del hospital.
-Traeré unas galletas… —dijo Blaine levantándose.
-Me prometiste pasteles Blaine Anderson-Hummel—dijo Kurt apuntándolo con el control remoto.
-Tienes razón… —agregó dándole un beso en la cabeza por detrás del respaldo del sofá— veré que puedo hacer… —terminó por decir dando otros dos en el cuello, Kurt rió y encogió un hombro por las cosquillas, Blaine también sonrió sintiéndose exitoso desde ya.

Mayo de 2039



-¿Lizzie?...
-...
-¿Lizzie?, cariño… ¿puedo pasar?… —repitio Kurt golpeando la puerta de la habitación de su hija.
-¡Un momento!...—grito la chica desde el interior.
-Estoy un poco apurado cariño…
-¡Un momento dije!...
-Por dios Lizzie Anderson, si te encuentro haciendo cosas raras, sabrás quien es…
-¡Hola Papá!… —interrumpio Lizzie abriendo la puerta e impidiendo así el ademán de su padre de entrar sin que se lo permitieran— ¿que pasa?... —agregó con una mano en la cintura y otra en la manilla para mostrarse lo mas casual posible, estaba toda despeinada y se había abotonado la camisa que vestía con la descoordinación de un niño de 2 años.
-¿Por qué no me respondias? —pregunto Kurt mirando hacia adentro.
-¡Ay Papá!, me demore como tres segundos… ¡hola!... —exclamó la chica blanqueando sus ojos.
-Tres segundos que pueden significar mucho en la vida de una adolescente… ¿estas sola?... —pregunto abriéndose paso para entrar
-Sabes bien que estoy sola, llegue sola de escuela y a no ser que creas que tengo escondido a alguien dentro del closet…
-¿Y lo tienes?… —preguntó su Papá mirando la habitación de punta a punta, como si su mirada fuera una cámara haciendo un paneo de todo.
-¿Que?... —dijo Lizzie dando un respingo.
-Nada… escucha, necesito… ¿que es ese ruido?... ¿acaso es Collin? —agrego escuchando algo parecido a la voz del novio de su hija, mezclado con el barullo de mucha gente.
-¿Que?... ¡ah!… ¡no!... nada que ver… no es nada… —respondió subiendo a la cama de un salto, tomó su computadora y la cerró de inmediato, luego le puso un par de almohadas encima y estiró el cobertor para tapar todo— estaba hablando con Alaska, ya sabes, me estaba … ya sabes… —trato de explicar mirando el bulto sobre su cama con las manos en la cintura— ¿que necesitas tu?... —añadió mirando a Kurt, su Papá tardó un segundo en responder, segundo que se tomo para tratar de entender lo que habia sucedido.
-Cariño… ¿sabes que puedes confiar en nosotros?, ¿verdad?
-¡Ay Papá!, obvio que si… ¡hola!
-Entonces… si necesitas saber algo o… cariño… tienes solo 17 años… no te adelantes a hacer algo de lo que después te puedas arrepentir.
-Papá… —dijo Lizzie queriendo reír, le tomo la mano e hizo como que caminaba con él hacia la puerta— no hay nada de lo que arrepentirse, porque básicamente no estaba haciendo nada… y no lo haré sin antes hablar con ustedes de lo que me falta por aprender… y si precisas saberlo, lo que hacía era una estupidez con Collin… un juego más bien...—dijo sonriendo con travesura.
-Pues no me imagino que juego puedes hacer si tu novio esta en Wisconsin y tu aqui…
-Bueno…
-¡No estoy preguntando!.. — exclamo Kurt haciendo un gesto de alto con sus dos manos.
-Vaya… crei que habias dicho que podía confiar en ti… si solo con escuchar el encabezado te pones asi, ni me imagino como reaccionarias si te digo que le estaba…
-¡Lizzie!… —interrumpió Kurt alzando más sus manos— cariño… disculpa… pero no tengo cabeza para este tipo de cosas… más adelante cuando todo esto pase, te juro y puedes decirme lo quieras…
-¿Estas así por el «Papáblen»?
-Un poco, nos iremos en algunos minutos a la consulta del especialista que nos recomendó el Doctor Gilroy y francamente no sé qué pensar...
-Ni yo… pero todo saldrá bien…
-¿Cómo puedes saber eso cariño?
-No lo se… pero todos dicen los mismo, ¿por qué no habríamos de creerlo?
-Pues yo prefiero escuchar lo que tiene que decir el especialista y después de eso creere lo que sea...—respondió soltando un suspiro.
-Claro… ¿querías pedirme algo?
-Si cariño, disculpa… ¿puedes cuidar a tu hermanito?, Julianna no pudo venir y no me gustaría llevarlo a esa clínica con nosotros.
-¡Ay Obvio!
-¿Segura?… ¿no estabas… ocupada?... —pregunto mirando la cama por sobre su hombro
-Obvio que estoy segura, me encanta cuidar el «Goblin», es tan inteligente que prácticamente se cuida solo… —dijo Lizzie riendo.
-Pues esta vez procura que no sea así…
-¡Ay Papá!, ¡es un decir!, ¡hola!
-Pues eso espero… escucha, nos iremos enseguida porque la cita es en media hora, lo más probable es que volvamos a la hora de la cena, ¿podrías encargarte de eso también?
-¿¡Quieres que cocine!?... —exclamó Lizzie abriendo bien sus ojos.
-Por supuesto que no… solo remítete a ordenar algo…
-¿Puede ser Pizza? —preguntó moviendo sus cejas.
-Puede ser, pero además incluye algo liviano para el «Papáblen», lo más probable es que le recomienden algún cambio en la dieta y si es así lo obligare a que la siga al pie de la letra.
-Si, eso es super probable, Collin me dijo que ese era el procedimiento a seguir en estos casos.
-¿Estos casos?... ¿a qué te refieres?
-A que nadie quiere operar a alguien que tenga las arterias llenas de colesterol o algo… ¡hola!... —dijo Lizzie como si hablara del tiempo atmosférico, Kurt la miró casi por un minuto seguido— es la verdad… lo juro… —agrego la chica haciendo gestos de promesa en toda su cara.
-Bien… te llamo… ¿bueno?... —agrego dándole un beso de despedida.
-Esta bien… ¡oye Papá!… ¿qué es eso que me dijo el «Goblin» sobre una pelea y que el «Papáblen» estaba durmiendo el otro dia en el sofa?... ¿que diablos significa eso?... ¡hola!
-La historia no es así, y tiene una explicación, que por cierto no te la daré porque no es tu asunto…
-¡Claro que lo es!... el «Papáblen» es mi Papá… ¡hola!
-Como dije… todo tiene una explicación, y como también dije… no es tu asunto… pero si precisas saber… —dijo Kurt al ver que su hija lo miraba con cara de impacto extremo— me enoje con él porque me mintió en algo en lo que no debió mentir, pero luego hablamos y todo volvio a la normalidad… ¿satisfecha?... —Lizzie lo miró con los ojos entrecerrados, tal y como Blaine lo hacía cuando algo le parecía sospechoso.
-Bien, te creeré…
-Vaya cariño, gracias… no se como hubiera continuado mi dia sin que me creyeras…
-No te enojes… es super valido que me preocupe por la estabilidad del matrimonio de mis Padres… Alaska nunca se preocupo de los suyos y mirala ahora, con dos casas, dos órdenes, dos de todo… —termino por decir Lizie cruzándose de brazos y desviando su mirada hacia otro lado.
-Lo se cariño… pero no te preocupes, por mas que Blaine me saque de quicio algunas veces, abandonarlo nunca será una opción… nunca… me disculpo por sobre reaccionar… —respondió Kurt haciéndole un cariño en la cara.
-Tu siempre sobre reaccionas, no serias tu si no… —agrego la chica volviendo al gesto de sospecha heredado.
-Toda la razón… y ahora si que me voy, o no llegaremos a esa cita nunca… —dijo dándole otro beso
-¡Iré a despedirme del «Papáblen»!… ¡para desearle suerte y todo!… —exclamó Lizzie dado un salto.

-¿No dirás lo que dices siempre cuando estamos en situaciones como esta?... —pregunto Blaine hojeando una revista en la sala de espera de la consulta del doctor Edward Cuningham.
-¿Para que?... —respondió levantándose de la silla próxima a la que ocupaba su esposo— bien sabes que odio las consultas médicas… —añadió comenzando a pasearse, la recepcionista dejo lo que hacía para mirarlo un instante.
-¡Ah!... eso era lo que esperaba oír…—Kurt dio un chasquido con su lengua y negó con la cabeza en repetido— ¿estas bien?...
-Obvio que estoy bien, ya hemos conversado sobre esto, el Doctor Gilroy dijo que esta persona es una eminencia, ¿por qué no voy a estar bien?
-No lo se… tal vez te pasó algo antes que saliéramos, te pusiste raro de un segundo a otro.
-...
-¿Kurt?
-Estoy bien, y no soy yo, es Lizzie… pero no quiero agobiarte con cuestiones domésticas, al menos no antes de escuchar que todo lo que tiene que decirnos este tal Cuningham, ganador del Premio Nacional de Medicina…
-Kurt, bien sabes que esto no es por estress, ademas si pasa algo con nuestra hija me gustaría saberlo…
-...
-Bien, la llamaré para que ella me cuente… —dijo haciendo ademán de sacar su teléfono.
-No hagas eso exagerado… además es una estupidez y ni siquiera sé qué fue lo que vi, pero no se, me asuste…
-Kurt, te ruego y me cuentes, sino ahi si que conseguirás que me de un infarto triple… —agrego Blaine soltando una risa.
-¿Que dijimos con bromear sobre esto? —dijo Kurt mirándolo con cara mas que seria.
-¿Que no debía hacerlo?...
-Pues no… —sentencio volviendo a sentarse.
-Esta bien, lo siento… ahora por favor, ¿me puedes decir qué sucedió con nuestra hija?... —quiso saber Blaine queriendo parecer el más calmado de los hombres, Kurt quiso reír pero se aguanto las ganas, después de todo, odiaba las consultas médicas.
-Primero… Noah le contó que tu estabas durmiendo en el sofa…
-Era de esperarse… ¿te pregunto?
-Me pregunto como si nos fuéramos a divorciar… ¿de donde salió tan exagerada esa niña? —Blaine lo miró con ternura como diciendo, «aunque genéticamente imposible, de ti pues Kurt, de ti»— en fin… le explique y le aclare que por ninguna razón terminaremos divorciados como los padres de su amiga… —dijo inclinándose hacia adelante en la silla hasta que sus codos se encontraron con sus rodillas.
-Por supuesto, por ningún motivo terminaremos divorciados… —reafirmo Blaine acariciandole la espalda— ¿que más?...
-Verás… cuando entre, es decir cuando le golpee la puerta se demoró en contestar…
-¿Estaría ocupada?
-Por cierto que lo estaba, y vaya a saber dios en que…
-¿Como?
-Blaine, te juro que apareció en la puerta toda despeinada y a medio vestir… tenía al computadora sobre la cama, asi es que no quiero ni imaginar que estaba haciendo… —explicó tomándose la frente y bajando la voz al mínimo, como si se avergonzara de algo.
-¿Que?... —respondió Blaine riendo— ¿que estás imaginando Kurt?
-Bien que lo sabes… —contestó levantándose de nuevo, tomó una revista y la dejó al segundo.
-No creo que sea eso, lo que estaba haciendo… ¿no le preguntaste?
-Si claro, como si no me incomodara hablar de esas cosas… ¿acaso no conoces a tu esposo?
-Por supuesto que te conozco, más que a mí mismo inclusive…
-Entonces…
-Entonces... ¿doy por hecho que no le preguntaste?
-Le pregunté y me lo quiso decir, pero por incomodidad, la interrumpí para que no lo hiciera, y ahora me arrepiento y me pregunto porque diablos hice eso… —añadió gesticulando con exageración, mientras se movía de un lado al otro, la recepcionista de la consulta lo miro esta vez por sobre sus anteojos de lectura, Kurt le sonrió como disimulando y volvió a tomar asiento.
-Tal vez con Alaska estaban no se… probándose conjuntos de ropa, sabes que las chicas hacen eso con sus amigas…
-Estoy seguro y estab hablando con Collin… ¿crees que ellos dos ya...?... —dijo moviendo sus dedos índice uno contra el otro como si les sacar filo.
-No se… no lo creo… además cuando hablamos con ella la primera vez sobre sexo, nos aseguro que nos diría cuando, bueno… cuando se decidiera a hacerlo...
-Pues eso fue hace años, mucho tiempo y hormonas han pasado desde entonces… —contestó Kurt soltado un suspiro— solo espero que no haga algo de lo cual se arrepienta más tarde…
-Confiemos en ella, será loca pero es muy juiciosa…
-¿Has conocido un adolescente juicioso Blaine Anderson-Hummel?
-Uno… y lo tengo delante… —dijo moviendo sus cejas.
-Nuestra situación es diferente... la situación de una chica frente al sexo es diferente… ¿crees…?
-¿Señor… Anderson… Hummel?.... —dijo un doctor apareciendo desde una de las tres puertas que había en aquella consulta, Blaine miró a su esposo y luego se levantó indicando que era a él a quien llamaban.