(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»

Marzo de 2050



-Creo que lo que más admiro de las mujeres es su capacidad de equilibrio para  correr en tacones… —dijo Kurt mientras miraba a su asistente ir a toda prisa para hablar con algunos de los productores de la «Centésima vigésima segunda» ceremonia de entrega del Oscar.
-No creo y sea tan difícil… —añadió Blaine acercándose a la ventana del lado de su esposo— en especial para Helen que esta acostumbrada a correr de un lado a otro.
-¿Y eso que se supone y significa Blaine Anderson- Hummel? —pregunto de vuelta su esposo mientras le texteaba a Noah haciendo hincapié en la palabras «estas» y  «bien».
-Nada… oye… —dijo moviéndose para acortar la distancia entre ambos— si Helen no logra convencer a quien se supone y tiene que convencer, yo no tengo problemas en esperar a un costado…
-¿¡QUE!?... —exclamo Kurt como si le hubieran insultado a su propia madre fallecida, dejó el teléfono de lado y se concentró en su esposo como esperando una explicación.
-Lo que oyes… es sabido que todo aquí va como reloj, y no quisera ser yo el que desordene el protocolo ancestral de esta ceremonia, ahí si que estarias en todos los canales de internet y la televisión abierta por tener un esposo desubicado...
-Blaine…
-Escuchame… —interrumpió tomándole una mano— yo se quien soy… —respondió apuntandose a si mismo— y se quien soy para ti, no necesito que me pruebes nada… por lo demas tu eres la estrella esta noche… «Kurt Hummel-Anderson, el debutante en Hollywood que obtiene las tres nominaciones principales»… —agrego Blaine como si leyera una pancarta colgada en lo alto, Kurt hizo una mueca de disgusto como si no acabara de convencerse de aquello— no pongas  esa cara… se te arruga aquí y bien sé por ti lo fatal que es eso…
-No estoy contento con esto, espero y lo sepas… —dijo Kurt restregándose el entrecejo.
-Lo se… pero como no podemos  hacer nada para cambiarlo, mejor acabamos aceptándolo… —dijo haciéndole unas pequeñas cosquillas en la barbilla que provocaron en su esposo una sonrisa tímida pero muy dulce— ahora será mejor que llames a Helen, la limusina esta por detenerse y ella tiene las invitaciones en su cartera…
-Estupida y eficiente Helen Fitzsimmons... —murmuró Kurt tomando su teléfono, Blaine sonrió y se arreglo un poco el pelo y la corbata antes de bajar por la puerta de su lado haciendo que algunos flashes se encendieron al segundo que lo vieron descender, les hizo un par de señas a los reporteros y rodeo el auto para abrir la puerta a Kurt que acababa de terminar su conversación con Helen— viene enseguida… —dijo ayudándose de la mano de su esposo.
-Hay mucha prensa para ser solo la antesala a la alfombra… prepara tu mejor sonrisa… —susurró Blaine apartándose hacia un lado para que Kurt fuera el protagonista de ese instante, los reporteros que estaban apostados a ambos lados comenzaron a tomar instantáneas del que parecía y sería la sensación de aquel año, Kurt los saludo con un movimiento de manos mientras miraba de reojo si su asistente aparecía o no con las invitaciones.
-¡Señor Hummel!... —exclamó Helen llegando de lo más acalorada, se echó aire en la cara con las manos y se tomó un instante para recobrar el aliento— lamento informarle que solo conseguí que el canal de espectáculos acceda a que suba con su esposo, pero el de la transmisión oficial no, y la primera foto tiene que ser de usted solo… luego puede aparecer el Señor Anderson… —terminó por decir tomando más aire.
-Ni siquiera se que decir ante eso… —respondió Kurt poniendo cara de vinagre, Helen retrocedió un par de pasos temiendo por su seguridad— ¿tu tienes las invitaciones? —agregó en tono cortante.
-¡Si!... —contestó abriendo su bolso— ¿lo hacemos como siempre?, ¿o ha pensado en vetar a alguien? —preguntó Helen sacando dos sobres idénticos más su acreditación, una libreta, el teléfono móvil y un par de lápices que se metió en la boca mientras cerraba el bolso y acomodaba todo entre sus manos.
-Bueno… —dijo Kurt dando las últimas sonrisas a las cámaras— ya que lo que más deseaba no será posible… asumo y lo haremos como siempre…
-Perfecto, sé muy bien con quienes debe hablar… —dijo adelantándose, se ubicó en la fila de los otros asistentes mientras su jefe esperaba su turno de ingresar un par de pasos más alejado.
-No deberías ser tan estricto con Helen, estoy seguro e hizo lo posible...—aseguró Blaine tocandole apenas el cabello de la frente.
-Si hubiera hecho lo posible habría conseguido su objetivo… y no soy estricto, es su trabajo y debe hacerlo bien… si quiere tranquilidad, que busque empleo en una tienda de abarrotes o algo... ¿que?... —dijo Kurt al ver que su esposo queria reir pero se tragaba las ganas.
-Nada… asumo y esa actitud ruda de «matón de la clase» es por que… ¿ya no estas nervioso?... —preguntó  acomodándole la corbata y el pañuelo del bolsillo.
-Aún lo estoy… pero menos... —dijo haciendo una especie de ejercicio de relajación con todo su cuerpo— aunque creo y me volverá el nervio cuando empiece la ceremonia y lleguemos a  los cortes comerciales: dos, ocho y catorce… y hasta que eso pase, puedo estar tranquilo —respondió mirando por sobre Blaine a las celebridades que los antecedian.
-¿Y no crees que el anfitrión te mencionara en su rutina de inicio?
-¿Como? —exclamó Kurt abriendo sus ojos al máximo.
-Eso… bien es sabido que toda la atención se la lleva o la película más exitosa o la novedad de la temporada y tú eres sin duda eso último… —explicó Blaine con la mayor de las calmas, su esposo lo seguía mirando con cara de impacto extremo— vamos… tú has sido anfitrión de los Tonys, sabes bien de lo que hablo.
-¡Claro que lo se!, ¡es solo que hasta ahora no había reparado en eso! —respondió respirando de manera acelerada como si le fuera a dar un ataque de pánico.
-Todo estará bien… —dijo Blaine frotándole los brazos— estoy seguro que tú y tú “ópera prima” solo pueden ser objeto de halagos.
-Eres el peor dando ánimos,¿te lo había dicho?
-¿Yo?, ¿por qué? —preguntó  Blaine riendo.
-Por que si… gracias  a ti ahora tengo otra cosa de la que preocuparme...—respondió tomándose el pecho.
-Lo siento…—agregó en tono de pregunta y mirándolo de medio lado, Kurt soltó un poco de aire y guardó silencio un par de segundos como asimilando la posibilidad de que el anfitrión del show la tomara con él.
-¿Puedo confesar algo?  —dijo después que avanzara junto a su esposo un par de metros.
-Siempre…
-No puedo evitar recordar cuántas veces vimos esta ceremonia desde la casa, en tu cama , en la mía…
-Después en la nuestra… —interrumpió Blaine sonriendo coqueto.
-Claro, el asunto que aún no creo que este aquí… que mis hijos me están viendo por televisión, mi Papá, Carol, mis suegros...
-Rachel… —agregó su esposo como con maldad.
-Y muriendo de envidia… —añadió Kurt sonriendo, como si aquello lo satisficiera más que nada.
-Y muriendo de envidia… —repitió Blaine alejándose un paso para ver la corbata en perspectiva— te ves guapo, no puedo hacer nada mas al respecto… —añadió encogiéndose de hombros.
-Dulce… —respondió haciéndole un cariño en la cara, luego soltó un suspiro mirando a su alrededor— ¿tan viejo estoy que no conozco a nadie?
-¿Que?... ¿de que estas hablando? —dijo su esposo fijándose también en las celebridades que los rodeaban— que no los conozcamos no tiene nada que ver con la edad, tiene que ver con que ellos, efectivamente, son unos desconocidos… —agregó murmurando aquello último, Kurt sonrió y sintió que ya no estaba tan nervioso.
-Señor Hummel… —dijo Helen advirtiendo con un toque en el hombro que era tiempo de ingresar.
-Nos toca… —dijo Blaine tomando firmemente  la mano de su esposo este le sonrió de nuevo y empezó a tomar más confianza a medida que avanzaban hacia la entrada del teatro. Tal y como Noah se lo había dicho, todo el asunto de la alfombra roja era muy diferente a la de los Tonys, no solo por la cobertura televisiva, si no porque  la organización era más estricta en todos los aspectos, los grupos de fotógrafos y reporteros estaban agrupados de acuerdo a la importancia del medio para el que trabajaban y así era el tiempo que las celebridades les dedicaban, Kurt saludaba a todos y hablaba con los que Helen le indicaba tratando de mostrarse más alegre y menos nervioso,  Blaine lo soltaba de vez en cuando para que los fotógrafos hicieran las tomas que consideraran pertinentes y su esposo pudiera hacer caso con soltura a lo requerimientos de decenas de profesionales que gritaban a la vez cosas como «¡Kurt Hummel aqui!», «¡detente allí!» o «¡mira  a la izquierda!… ¡no!, ¡tu otra izquierda!» y cosas por el estilo, cuando la situación se volvia incómoda, Blaine se acercaba y lo tomaba de la cintura, le decía un par de cosas al oído y se lo llevaba de allí, Helen era la encargada de decir que lo sentía, que debían continuar porque la alfombra era más larga que aquel metro cuadrado.
-Gracias por eso… —dijo Kurt suspirando alivio— ¿cuantas «izquierdas» conoces?
-¿De política o del cuerpo humano?... —pregunto Blaine cogiéndolo de la mano nuevamente.
-Asumo que del cuerpo, pero no se muy bien a qué se refería ese reportero con «mi otra izquierda»… —dijo haciendo el gesto de comillas con la mano que tenía libre.
-Quieren tener todos tus ángulos… y nos los culpo… son maravillosos todos y cada uno de ellos…
-¿Que haria sin tus halagos Blaine Anderson-Hummel?... —dijo acercandose mas a el.
-Le daré alimento a mi ego y diré que... nada… —respondió su esposo dándole un beso, los flashes no se hicieron esperar para captar aquel momento extra romántico.
-Señor Hummel… la entrevista del canal organizador… —señaló la asistente indicando un podio que estaba un par de metros más adelante en donde dos hombre de traje impecable y cara imperturbable coordinaban con los asistentes acreditados quien se subía a dar una entrevista y por cuanto tiempo.
-¿De verdad que no puedo subir con Blaine?, estoy seguro y vi a Nicole Kidman subir con Keith Urban unas veinte veces…
-Señor Hummel…
-Si, si… —dijo negando con la cabeza— no creas que olvidaré esto Helen Fitzsimmons… —agregó señalandola en forma amenazante, la chica tomo su teléfono y fingió que contestaba una llamada urgente, Kurt blanqueo los ojos y se aproximo a su esposo— tal vez si subes y te paras detrás de mi, nadie te verá… enfrentemoslo,  eres muy lindo, pequeño y fácil de esconder...— Blaine sonrió como nunca y le dio otro beso en recompensa a aquel comentario
-Este momento es tuyo…  ve y deslumbralos… —terminó por decir su esposo casi empujándolo escaleras arriba.

Marzo de 2050


-¿Ya olvidaste esa estupidez de culparte por lo de Lizzie?... —preguntó Kurt recostado al lado de su esposo.
-Un poco… pero aún creo y debemos hablarle más largo y tendido —respondió Blaine poniendo una mano tras su cabeza.
-¡Por supuesto que sí!, es lo que dije desde el minuto uno, nuestro vuelo sale en un par de horas, llegaremos con tiempo de sobra para cenar con ella, pero tú debes prometer que ya no pensarás lo que no es…
-Lo intentaré, y si no lo logro… me ayudaré de la champagne para lograrlo… —dijo dándole un beso antes de abandonar la cama.
-¡Dios!... este ha sido uno de los mejores días de mi vida… —añadió Kurt mientras se retorcía remolón y medio desnudo entre las sábanas.
-¿Si?
-Mucho...
-¿Podría saber cuáles son los otros?... los otros mejores días me refiero… —quiso saber Blaine sirviendo champagne para él y para su esposo desde el carrito con hielera y fresas que habían solicitado al servicio de habitación de la
«King room in white» en el Mr.C hotel en el Beverly Hills.
-Son muchos, y no quisiera nombrarlos todos o te aburrirás sin remedio —dijo arreglando las almohadas tras su cabeza.
-Jamás me aburre lo que tienes que contarme...—aseguró entregándole una de las copas— incluso si tiene que ver con cordones de zapatos con puntas de acero y lo difícil que es encontrarlos… —agregó subiéndose a la cama, cruzó una pierna sobre la otra y se tapó la desnudez con una de las almohadas.
-¿Recuerdas eso?, ¡que dulce!… —opinó acariciandole la cara— pero aún así, no quiero arruinar esta noche perfecta con excesiva verborrea… solo diré que tú tienes que ver con el 90% de ellos.. mejor brindemos… —agregó alzando su copa.
-Esta bien, y gracias por lo que me toca… —dijo Blaine alzando la propia— y brindamos por qué… ¿por ti y tu maravilloso e inigualable talento?— preguntó mirándolo de medio lado.
-Me agrada… pero mejor brindemos por nuestras vidas, nuestra suerte, nuestros hijos, nuestro amor y MIS PREMIOS OSCAR… —dijo Kurt chocando su copa con la de él para beber un buen trago acto seguido.
-¡Auch!... ¿restregándome en la cara su éxito Señor Kurt Hummel-Anderson? —preguntó de vuelta su esposo también bebiendo
-Algo así… —respondió levantando un hombro engreído al tiempo que se llevaba la copa otra vez a la boca.
-OK —dijo soltando una risa— te lo concedo porque es un logro inmenso… y te lo mereces con creces, que más puedo decir…
-Gracias… —respondió mirándolo fijo un instante, luego desvió la mirada hacia las estatuillas ordenadas una al lado de la otra en una fila bien recta sobre uno de los muebles de la habitación— ¿crees que ellos fueron inspirados en una persona?
-¿Ellos?... —repitió Blaine mirando a su alrededor.
-Ellos… —reiteró Kurt a su vez señalando con su copa los tres premios que había ganado esa noche.
-No lo sé... pero una vez escuché que un actor mexicano de los años 20 fue el modelo vivo y desnudo para quien diseñó la estatua.
-¿En serio?
-Mucho… ¿como se llamaba?... —dijo como pensando en la respuesta— algo como Emilio o Fernando… no me acuerdo… —agregó bebiendo más champagne.
-¡Vaya con sus trivias Señor Anderson Hummel!…
-Es un dato verídico, un poco desmemoriado pero dato al final de cuentas… lo que sí puedo contar con certeza es porque se llama «Oscar»
-Vamos… eso lo sabe hasta un bebé, no hay méritos en ese dato… —aseguró Kurt bebiéndose el resto de licor que le quedaba.
-Ok…—dijo soltando una pequeña risa— me preguntó porque no te ha llamado nadie —agrego Blaine cambiando de tema.
-Tengo el teléfono apagado...
-¿Como?
-Lo que oyes… no quería interrupciones de ningún tipo y una vez que me asegure que Noah había cerrado todo en la casa, y estaba seguro y en su cama, lo apagué..
-Debes tener miles de mensajes sin leer…
-Los veré luego… ahora… —dijo dejando la copa sobre la mesa de noche con una contorsión digna de maestro de Yoga, Blaine miró con placer la elongación de los músculos en el cuerpo de su esposo— ese dato que diste, sin fuente ni nada, me lleva a pensar que si no hubiese existido ese «Emilio Fernando», tú habrías sido el modelo ideal para quien diseñó este «Academy Award» —dijo moviendo sus cejas.
-¿Que?
-Lo que oyes... ubícate allá… —dijo sentándose en la cabecera.
-Kurt, ¿de que estás hablando?
-¡De que habrías sido el modelo ideal!... ubícate allá —repitió empujándolo fuera de la cama con uno de sus pies.
-¿Cuantas copas has bebido? —preguntó mirándolo ceñudo.
-Esto no tiene nada que ver con la bebida… tiene que ver con algo muy diferente y específico… vamos.. —respondió empujándolo con más ganas.
-¡Kurt!
-¡Vamos!… —exclamó como niño voluntarioso— concédeme esto, dijiste que merecía todo… —añadió haciendo un puchero.
-Bien… —agregó Blaine levantándose y haciendo ademán de tomar su ropa.
-¡Pero no te vistas!... ¿ves que alguna de mis estatuillas tiene ropa? —advirtió levantando una ceja.
-Ahora si creo que bebiste más que yo y que nadie…
-¡Que no!... —exclamó señalándole el camino.
-Estas como quieres… —respondió levantándose así como estaba, Kurt esbozó un pequeña sonrisa tanto por sentirse ganador como por la vista que le daba el trasero de su esposo— ¿me pongo aquí? —preguntó ubicándose al final de la cama, se llevó las manos cerca de la ingle para cubrir su virilidad expuesta.
-¿Crees que no he visto miles de veces lo que estás tapando?
-Pues lo prefiero así…
-¿Por qué?
-En realidad no lo sé… costumbre pudorosa que me dio el ser Padre y por lo tanto interrumpido… ¿estoy bien aquí?... —repitió poniéndose más al centro.
-¡Noah está a miles de kilómetros y el es el único que nos puede interrumpir!
-Bien… —dijo alzando las manos.
-Vaya Señor Anderson-Hummel… pensé que esta idea no lo entusiasmaba… —agregó Kurt mirándolo con cara picara, Blaine se miró hacia abajo y río coqueto.
-Es por ti, no por la idea...
-Me siento profundamente halagado, y te digo de inmediato que me aprovechare de eso más tarde....
-Pues podríamos hacer eso en vez de esto a lo que me está obligando… —dijo Blaine mirando de reojo las tres estatuillas que parecían observar su trasero en silencio.
-Yo no te obligo, eres tú el maravilloso que hace caso a mis caprichos— ponte así… —pidió Kurt haciendo el gesto de quien sostiene algo entre sus manos.
-¿Así?... —dijo Blaine cruzando las manos en el pecho con los codos apuntando hacia la barriga.
-Perfecto… ahora… pon cara seria, pero no sería de enojo, si no que sería de seriedad… —agregó frunciendo el ceño y bajando un poco la mirada.
-¿Hay alguna diferencia entre ambas?
-¡Obvio que si!, cara seria de enojo es así… —respondió Kurt frunciendo la boca y arrugando el entrecejo— y la cara seria de seriedad es asi… —agrego mirando hacia otro lado como si oliera algo desagradable, Blaine pensó que estaba casado con el mejor y más divertido de los hombres.
-¿Así?... —dijo haciendo lo que le pidieran
-Perfecto…
-¿Logro parecerme en algo? —preguntó ubicándose entre la segunda y tercera estatuilla, Kurt lo miró a él y luego a sus premios Oscar para volver nuevamente a poner la mirada sobre su esposo.
-«Mmmmm» —dijo con una mano en el mentón— lo siento Señor Anderson-Hummel, pero definitivamente mis estatuillas tienen más músculos… —dijo como sentencia irrefutable.
-¿Que?... —respondió Blaine mirándose los brazos y el torso desnudo— yo aún tengo lo mío… —agregó entrando la panza para que se le marcaran los músculos, luego dobló los brazos y exacerbó sus bíceps al máximo— ¿o no?...
-¡Por supuesto que sí!… —exclamó riendo, se movió sobre las sábanas hasta al final de la cama y lo llamó con uno de sus dedos para que se acercara a él, Blaine lo hizo caminando un par de pasos— jamás te pondría por debajo de esa figura sería y asexuada,
-¿Asexuada?... —repitió Blaine mirando las estatuillas— yo las veo bastante varoniles.
-¡Varoniles mis polainas!, el hecho de que tenga una espada que le tapa la entrepierna no la hace más varonil, la hace parecer que quiere compensar algo de lo que carece... ¡complejo Freudiano!… ¡hola!— dijo Kurt como cantando y haciendo el gesto de locura cerca de una de sus sienes, Blaine río y le tomó la cara para besarlo en los labios— tú en cambio… —agregó bajando sus manos por el cuerpo de su esposo— no necesitas compensar nada —dijo agarrando todo.
-Mi ego está en las nubes, te lo advierto…
-Pues demuéstrelo Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt moviendo sus manos para tocarle el trasero, Blaine volvió a besarlo y se le montó encima, su esposo lo recibió en su regazo sin quitar las manos de donde las tenía.
-Estoy tan, pero tan orgulloso de ti… —agregó Blaine acariciandole la cara— fue muy dulce eso que dijiste en tu último discurso…
-Gracias… y pensé en decirlo en el primero que recibí, pero dentro tenía la secreta esperanza de que los ganaría todos… ¿te parezco muy vanidoso?
-¡Por supuesto que no!... además no eras el único que pensaba eso… —dijo Blaine mientras lo besaba en la cara y el cuello .
-¡Mientes!… —exclamó apartandolo un poco con un pequeño manotón en el pecho— estoy seguro que no creíste ninguno de los porcentajes que decía la encuesta esa que nos entregó Helen.
-¡Claro que si!, tú trabajo fue genial y no merecías menos… —dijo soltando un suspiro— me dio miedo eso si cuando me hiciste subir al «podio prohibido»… —agregó poniendo voz de casa del terror cuando mencionaba lo de «prohibido»
-¿Miedo?, ¿por qué?... bien viste que el entrevistador no puso problemas, ya estoy pensando que fue algo que Helen invento para justificar sus errores.
-Eso es imposible y lo sabes… y si digo miedo es porque pensé que te vetarían de la ceremonia o algo así...—dijo Blaine entrelazando sus manos con las de él.
-Eso sí que es imposible y tú lo sabes...—repitió sonriendo, luego tomó aire y se le quedó viendo un instante— quiero que sepas que todo lo que dije, lo dije de verdad, en especial eso de los besos.
-¿Que he construido nuestra historia con mis besos?
-Exacto… —dijo Kurt estirándose un poco para besarlo él.
-Fue muy dulce y muy inspirado debo decir…
-Pues tú me inspiras desde la mañana a la noche...—añadió repitiendo lo que había dicho al recibir el Oscar a Mejor director.
-Me alegro que así sea y así quiero que sea… estoy tan feliz por ti...
-Lo se, yo también estoy feliz por mi… —dijo encogiéndose de hombros— aunque no había nadie más feliz que Noah, hay que decirlo...
-Es verdad —dijo Blaine sonriendo— pensé que iba traspasar la pantalla de tu teléfono para agarrar una de las estatuillas —añadió bajándose, se tiró a la cama y quedó acostado panza arriba.
-Pues si tu hubieses sido el modelo inspirador, yo traspasaria lo que fuera para agarrarte… —agrego Kurt recostandose a su lado, se acurrucó bien cerca y terminó recostarse en su pecho.
-¿Vas a seguir con eso?... —pregunto Blaine abrazandolo de inmediato.
-Siempre… —respondió soltando un suspiro— me pregunto si mi Papá pudo ver la ceremonia sin quedarse dormido en la mitad.
-Por supuesto que la vio… no quiero discutir con él diciéndole que no es verdad, pero siempre atribuye el título de «fan número uno»
-Es verdad… —dijo Kurt riendo— tal vez se juntaron con tus padres… ¿te contaron algo?
-No… pero hay una forma de averiguarlo…
-¿Cual?
-Encendiendo tu teléfono y leyendo «tooooodos» los mensajes que debes tener… —dijo Blaine dándole un beso en la cabeza antes de levantarse, se puso la ropa interior y tomó el móvi, lo encendió y acto seguido sonrió al ver el número de mensajes que había sin leer— te lo dije… —agregó aventandolo, luego se subió a la cama nuevamente y fue él esta vez quien buscó acomodo en los brazos de su esposo, mientras este veía de a uno los mensajes que le habían enviado.

Marzo de 2011



-¡Vaya!, que temprano… —dijo Kurt como primera cosa en cuanto abrió la puerta de su casa y vio a su novio parado en el umbral— ya estoy pensando que deberías mudarte aquí…
-¿Estas ocupado?.... siento no avisar que venía…
-Por supuesto que no… y no lo sientas… —respondió abriendo más la puerta— verte es un placer como siempre…
-Gracias, me agrada que me recibas así y no… «con un demonio otra vez mi novio»… —dijo Blaine poniendo la cara de alguien que esta fastidiado al máximo con otra cosa, subió el par de peldaños que lo separaban de él e hizo ademán de besarlo en los labios, Kurt corrió la cara y ofreció su mejilla en cambio— ¿que pasa?... ¿es porque llegué muy temprano? —agregó mirando de reojo su reloj.
-No, ya te dije que es un placer verte, a la hora que sea… es solo que mi Papá esta aquí… —susurró su novio indicando con la mirada hacia el lugar donde estaba su progenitor.
-¡Oh!... entiendo… —dijo Blaine sonriendo— después de lo del otro dia… es mejor asi…
-Ciertamente lo es… gracias por entender… —respondió Kurt apartándose hacia un costado— entra… —dijo señalando el camino.
-No hay problema… —contestó su novio haciéndole un cariño en la cara cuando paso por su lado— ¿Finn también esta? —agrego quitándose la chaqueta.
-Èl no… ya sabes, Quinn… —dijo blanqueando los ojos al tiempo que recibía la ropa de manos de su novio y la colgaba en el perchero de recibidor.
-¿Asumo con eso que Rachel te sigue llamando?
-A cada segundo… ¡gracias a dios que estoy en Dalton y no la veo todos los días!… —exclamó alzando los brazos— suficiente tengo con responder sus mensajes de «¿esta Finn?», «¿y dónde esta?», «¿a qué hora llegará?». «seguro y Quinn esta ahí todo el tiempo» y etc, etc, etc… —dijo moviendo la cabeza como harto de todo.
-Eso suena bastante molesto…
-Lo es...
-Lo siento… ¿sabes lo que necesitas?
-¿Un bolso Marc Jacobs y un prendedor de Tiffany&Co.?
-No… —dijo Blaine sonriendo— una buena tarde de esparcimiento lejos de aquí…
-¿Planes de última hora Señor Anderson?
-Así es Señor Hummel… lo que sí, tendrás que… ¿que?... —pregunto al ver que su novio sonreía como si pensara en algo extraordinario y que solo él sabía.
-Nada… es solo que cuando nos tratamos así, de «Señor Anderson» y «Señor Hummel», pienso que así es como nos tratara el mundo cuando nos casemos… —contesto sin pensar mientras se sentaba con él a los pies de la escalera
-¿Cuando… NOS… casemos?... —repitió Blaine divertido.
-¿QUIEN?... ¡NO!... es decir… no cuando «nos casemos»… —dijo Kurt señalandose a él y a su novio para luego hacer el gesto de las comillas con sus dedos— si no que cuando tú y yo… ya sabes… lo hagamos… por separado… o juntos… algun dia… dentro de mil años… ¿quieres algo?... —agrego carraspeando mientras se rascaba la cabeza.
-Eres lo más adorable que he tenido entre mis brazos Kurt Hummel y se que Burt esta aquí, pero no puedo dejar pasar esto sin besarte como te mereces… —dijo Blaine acercándose para darle cinco besos pequeños y sonoros, Kurt sonrió un tanto avergonzado y se alejó cambiándose al peldaño inmediato al que ocupaba su novio, todo por si su Papá se asomaba sin avisar.
-¿Cual es el plan que tienes y que tengo que hacer? —preguntó tocándose las mejillas ruborizadas de a una.
-Pues es un gran plan… —respondió Blaine acomodándose, apoyó su espalda en el barandal y miró a su novio hacia arriba— y lo único malo es que tendrás que conducir un resto...
-¿Hasta donde?
-Hasta Harlem…
-¿Harlem, New York? —pregunto Kurt entusiamandose.
-No… —contesto Blaine soltando una risa— Harlem, Ohio…
-¿Ohio tiene un Harlem?... —agregó su novio poniendo mala cara.
-Desde 1849, si…
-¿Y que se supone y haremos allí?
-Pues allí hay un festival como de despedida del invierno y bienvenida de la primavera...
-¿Una «Feria de pueblo»?
-No… es un festival, hay comida, juegos mecánicos, venta de productos, casi como…
-¿Una «Feria de pueblo»?… —repitió Kurt terminando la frase por su novio.
-¡Que no!… —exclamó mientras subía el peldaño que lo separaba de él y se ubicaba a su lado— pero si quieres llamarla así, hazlo… aunque te aseguro y es muy entretenido.
-¿Y tú cómo lo sabes?... —preguntó mirándolo de medio lado.
-Porque cuando era niño asistí un par de veces… vamos… —insistió chocando su hombro con de él— te divertiras… te lo prometo… —añadió haciendo un par de gestos de promesa.
-Blaine…
-Por favor… —dijo mirándolo como un cachorro mojado y desvalido lo haría.
-Esta bien… —contesto Kurt sonriendo al ver esa mueca de súplica— pero debes prometerme que volveremos antes de las 6… recuerda que hoy es el programa de análisis de los Oscar y por nada del mundo quiero perderme lo que dirán de lo que vistieron todos en al alfombra roja.
-Por nada del mundo quiero perdermelo yo tampoco, primero porque es la primera vez que veré un programa contigo…
-¿De que estas hablando?, ¡hemos visto miles de programas juntos!
-Lo se… pero este es el primer programa que veremos siendo novios… —Kurt emitió un ruido de ternura— por lo tanto, podré hacer esto… y esto… —dijo tomándole la mano y acurrucandosele en el hombro.
-Muy bien entonces… —añadió Kurt de lo mas complacido— ¿y segundo?
-Segundo... no puedo esperar escuchar todo lo que tengas que decir y opinar sobre lo que los expertos dirán de la ropa de todos.
-¿De verdad? —dijo Kurt haciendo un puchero como de ternura.
-Por supuesto… eres un icono envidiable de estilo Kurt Hummel...
-Gracias… solo te advierto que comento todo y que me vuelvo un poco loco cuando aparecen mis artistas favoritos…
-¿Hablas de Nicole Kidman?
-Asi es, ademas de Natalie Portman y Colin Firth… ¿no te molesta?
-No si a ti no te molesta que me quede viendo a James Franco… —dijo Blaine poniendo cara interesante.
-¿James Franco?... ¿en serio?... —agrego Kurt haciendo una mueca bien asquienta.
-Por supuesto.. ¿acaso no viste «Spiderman»?
-No… y no se proque en nombre de todo lo bueno y puro tendría que hacerlo, pero… en fin… como decía, otra cosa que necesito es un tazón extra grande de palomitas…
-Comparemos en Harlem…
-¿En tu «feria de pueblo»?
-¡Que no es una feria!…
-Blaine...
-¡Que no!... mira… —dijo levantando un poco el trasero para sacar su teléfono móvil desde el bolsillo del pantalón— buscare en internet y te mostraré que es un evento de marca mundial.
-¿Mundial?... ¿en serio?
-Bueno… estatal… —se autocorrigio Blaine mientras manipulaba su teléfono.
-Aprovecha de buscar que atuendo es apropiado para asistir a las «ferias de pueblo»… —dijo Kurt apoyando su cabeza en el hombro de su novio— yo diría que sombrero vaquero, camisa a cuadros y unas botas, pero no creo que tenga algo asi…
-¿Que cosa no tienes?... —pregunto Burt parándose a los pies de la escalera y delante de ambos.
-¡Burt!… —exclamó Blaine levantándose de un salto— ¿como estas?
-Bien Anderson… ¿tú?... —contestó estrechandole la mano.
-Bien también… —dijo mirando a su novio— ¿mucho trabajo?
-Como siempre en estas fechas, la gente cree que porque llegó marzo ya no hay que tomar precauciones con el frío y la humedad… —ambos chicos se miraron mutuamente sin saber si debían terminar aquella frase o no— pues deberían… —sentencio acomodándose el gorro con visera— ¿están haciendo algún plan? —dijo apoyando el codo en el poste del barandal.
-Si… bueno, le decía a Kurt que me gustaría invitarlo a un Festival…
-«Feria de pueblo»… —murmuró Kurt mirando hacia otro lado, Burt sonrió al percatarse de aquello.
-Como decía… —insistió Blaine queriendo reír— le dije a Kurt que en Harlem hacen un festival como de despedida del invierno y le preguntaba si quería ir conmigo.
-¿Harlem?... cerca de tu ciudad, ¿verdad?
-Exacto…
-Me parece genial… un momento… ¿hoy no es eso de la ropa y los Premios Oscar?... —preguntó señalando a su hijo.
-Lo es… pero según Blaine ese «Festival»… —respondió Kurt poniendo acento en aquello de «festival», como si no terminara de creer de que era eso y no la «feria de pueblo» como ya estaba cansado de repetir— es todo el dia, por lo tanto… alcanzaremos a hacer ambas cosas.…
-Genial… ¿se irán ahora Anderson?... no me gusta que Kurt conduzca en la oscuridad…
-Ni a mi, no te preocupes…
-¡Kurt esta aquí y sabe conducir muy bien! —dijo el aludido levantando la mano como para hacerse notar, Blaine rió para sus adentros.
-Lo se hijo… es solo precaución… —Kurt blanqueo los ojos sintiendo que aquello no era «solo precaución»
-Mientras más antes nos vamos, más pronto regresaremos —dijo Blaine como si dijera la frase de su vida frente a su suegro.
-Excelente máxima… que se diviertan… —dijo dándole un manotón en el hombro al novio de su hijo antes de retirarse.
-¿¡No te importa almorzar solo Papá!?
-¡Obvio que no!... —exclamó sin voltearse— hay cosas que tengo que hacer en el taller… —agregó haciendo un gesto de desinterés con su mano en el aire.
-¿Solo?... —pregunto Blaine mirándolo desaparecer por la puerta de la cocina— ¿dónde esta Carol?
-Es el dia en que se junta con sus amigas a almorzar…
-¿Tenías planes con tu Papá?… porque si es asi no quisiera interrumpir…
-No, no te preocupes… además... ya lo escuchaste… —dijo levantándose en medio de un suspiro como si un futuro devastador le esperara lejos de esa escalera— nos aconsejó que nos divirtamos.
-Y asi sera, te lo prometo… ¿vamos? —contestó estirando su mano para que su novio la cogiera.
-Primero me cambiare de ropa… —respondió Kurt dándose media vuelta— se que no tengo nada de lo que dije, pero estoy seguro y encontraré algo que vaya acorde con tu famosa «feria de pueblo» —terminó por decir subiendo las escaleras hacia su cuarto.
-¡Que no es una «feria de pueblo»! —insistió Blaine en medio de una risa, Kurt siguió subiendo y abrió y cerró una de sus manos en repetidas ocasiones como simulando una boca que no se calla nunca.

Marzo de 2050



-Papá, Lincoln García quiere saber si puede tomar alguno de tus Oscar cuando vaya a la casa… —dijo Noah sentándose a la mesa del restaurante que habían elegido sus padres, tanto como para celebrar los premios, como para hablar el asunto de los bebés con Lizzie.
-¿Y no era que él no creía en este tipo de premiaciones? —respondió Kurt esperando mientras su esposo hacía gala de toda su galantería y abría la silla para él, le guiño un ojo y susurro un «gracias» por la atención recibida.
-No es que no crea en los premios «per se» —insistió Noah tocando todo lo que estaba a su alcance en la mesa— es solo que no creía en el «misterio de los sobres» —agregó poniendo voz terrorifica— pero como vio tu cara y la del «Papáblen» cuando te mencionaron en la tres ocasiones, ya dejó de hacerlo— agregó mirando sus cubiertos como si nunca hubiera viera visto un juego de cuberteria tan pulido.
-Un gran avance para la paranoia de Lincoln García, qué más puedo decir… —dijo Blaine sentándose entre su esposo y su hijo.
-Buenas tardes… ¿lo de siempre Señor Hummel?... —dijo un mesero poniéndose a un costado de la mesa.
-No, estaré con mi familia, ¿nos trae la carta por favor?… —respondió el aludido sonriendo su petición.
-No hay problema —contestó el hombre retirándose a por lo que se le pidiera.
-¿«Lo de siempre»?... —repitió Blaine mirándolo de medio lado.
-Así es… —su esposo dio un respingo sorprendido— ¿que?... ¿te vas a poner paranoico como el amigo de nuestro hijo?... —preguntó haciéndole un cariño en la cara.
-Lincoln García no es paranoico Papá, es solo que es un poco…
-¿Paranoico?... —repitieron sus padres al unísono, Noah soltó una risa bien pequeñita como cuando tenía 5 años o menos.
-¡No!… —exclamo aun riendo— yo diría que es como desconfiado… es más, yo creo que solo quiere tener entre sus manos uno de los Oscar para cerciorarse que no es de chocolate o algo… —dijo tomando uno de los tres «menús» que ponía a disposición el mesero de turno.
-¿Lincoln dijo eso? —quiso saber Blaine quedándose con otra de las cartas y entregando la tercera a su esposo.
-Lo dijo… Barbra St.James Berry le detallo todos los materiales y los pasos que hay para la fabricación de las estatuillas, pero él no hizo caso… Papá… mira, las berenjenas que preparas tú… ¿serán igual de buenas? —dijo Noah enseñando la página correspondiente.
-No lo se cariño...
-Pues yo lo dudo… —se adelantó en responder Blaine mirando a su esposo.
-Los hombres de mi vida, guapos y galantes… ¿que mas puedo pedir?... —agrego Kurt sonriendoles a ambos, los aludidos hicieron ademanes coquetos al sentirse alabados.
-¿Como sabe Barbra todo eso de los Oscar?… —pregunto Blaine para seguir con la conversación.
-Creo que la Tía Rachel Berry la hizo ver un documental sobre eso… —respondió Noah encogiéndose de hombros mientras pasaba página a su menú.
-¿Por que eso no me extraña?… —dijo Kurt levantando una ceja.
-Ni a mí… —agregó su esposo queriendo reír.
-¿Henry Anderson Hummel llegará antes que Lizzie Anderson Hummel? —quiso saber Noah volviendo a la primera de las hojas.
-Lo más probable hijo… ¿por qué lo preguntas? —dijo Blaine dejando de lado su carta, Kurt lo miro como diciéndole «¿cómo es posible que ya escogieras algo?»
-Porque si queremos averiguar algo sobre Lizze Anderson Hummel sin que se entere… seria bien raro que se lo preguntemos a Henry Anderson Hummel con ella presente… —contesto Noah gesticulando obviedad con sus manos.
-¿Por qué querríamos averiguar algo de tu hermana si podemos preguntarle cualquier cosa a ella?, ¿y directamente?... —Noah abrió sus ojos al máximo y se quedo viendo a su Papá que lo miraba de igual manera, le quito la mirada poniendo cara de culpabilidad, como si lo hubiera traicionado o algo por el estilo— ¿Kurt?... —insistió Blaine mirándolo a él y a su hijo de manera alternada.
-Fue solo una idea que se nos ocurrió con Noah… por si es que no conseguiamos que Lizzie nos dijera algo… pero como eso no sucedió… —agregó mirando a su hijo que ocultaba su «metida de pata» tras la carta— no hay necesidad alguna de hacer algo así...—Blaine lo miró casi un minuto seguido, como si no se conformara con aquella explicación— ¡es la verdad!
-Te creo...
-¡Papás!... Barbra St James Berry dijo que la Tía Rachel Berry estará invitada al desfile de San Patricio… va a hacer no se que cosa en no se qué momento.. —dijo Noah para cambiar el tema.
-¿No sera «Grand Marshal»?, ¿o si?... —pregunto Kurt bajando un segundo su menú.
-No… ¿que cosa era?... algo como del canal que va a transmitir el desfile… —insistió el chico arrugando los ojos al máximo, como si estrujara su mente para encontrar aquel dato dentro de ella.
-¿Por qué lo preguntas así?... —dijo Blaine mirándolo raro.
-¿Así como?
-Así… como si te pareciera increíble…
-Pues porque me lo parece, es más… seria bastante insólito que una judía fuera «Grand Marshal» y liderará un desfile irlandés… bueno más raro es que lo haga un descendiente de alemán… —agregó Kurt blanqueando los ojos.
-¿Alemán?... —repitió Blaine divertido— ¿como van a nombrar a alguien…?, un momento...—agregó quitándole de las manos el menú— ¿acaso te ofrecieron ser «Grand Marshal» del desfile? —Kurt miró hacia otro lado y se arregló el cabello y la ropa sin que hubiese necesidad alguna— ¿Kurt?
-¿Papá?, ¿te lo ofrecieron acaso?
-Así es… pero… —advirtió abriendo sus palmas en señal de calma, Blaine y Noah se quedaron como dos estatuas bien tiesas— no lo acepte…
-¿¡Que!?... —exclamaron su esposo e hijo al mismo tiempo, un par de clientes se voltearon curiosos.
-Lo que oyen… —agregó mirando al mesero, luego le hizo un gesto para que se acercara y tomara la orden.
-¿Que dices Kurt? —pregunto Blaine para luego indicar que es lo que quería comer.
-Papá ese es un súper honor para quien vive en New York… —sentenció Noah cruzándose de brazos como si él mismo fuera irlandés y aquello lo ofendiera al máximo, luego tomó su menú y le preguntó al empleado del restaurante un par de cosas sobre el plato que había elegido.
-Lo se cariño…
-¿Entonces?, Kurt, ¿cuando paso esto?
-Hace semanas, el comité organizador habló con Helen y ella me transmitió el mensaje… pensé en aceptar pero luego averiguaron que no era irlandés y algunos en el comité del ayuntamiento sintieron que no merecía el honor de encabezar el desfile a pesar de mi currículum de éxitos, terminaron disculpándose conmigo y yo con ellos… aunque no se muy bien porque… —explico mirando un punto fijo en el cielo raso del restaurante, como si reflexionara de manera atrasada sus disculpas en todo el asunto— pero en fin… de haber sabido que iba a ser Rachel la que ocuparía mi lugar, habría inventado que mi apellido era «Hummelpinsky» o algo… —terminó por decir Kurt diciendo luego que es lo que quería para almorzar, el mesero tomó nota de todo y se retiró con los menús bajo el brazo.
-Tal vez deberías llamarlos Papá y decir que eres irlandés… que eres tercera generación o algo, Lincoln García siempre dice que es descendiente de los nativos latinoamericanos.
-No creo que eso sea posible cariño… —dijo Kurt mirando a su hijo con sospecha, el chico encogió los hombros y comenzó a beber del agua dispuesta en la mesa.
-¿Y tú querías hacer algo así?... —pregunto Blaine mirando a su esposo con ternura.
-¿Tu que crees?
-Que sí… —respondió acariciándole la cara— que tener toda la atención de cientos de personas apostada a ambos lados de la Fifth Av, habría sido la mejor forma de coronar este mes de marzo tan exitoso.
-Tu lo has dicho…
-¿Por qué no los llamas?, tal vez si pueden aceptar tus éxitos por sobre el no ser pelirrojo o algo…
-Sabes bien que no es posible… es más...
-¡Ahí viene Henry Anderson Hummel! —interrumpió Noah al ver entrar a su hermano, el aludido hizo una señas mientras le indicaba al anfitrión del restaurante que ya tenía mesa y que aquellas personas estridentes eran los que lo estaban esperando.
-¿Por qué esta tan delgado?... —pregunto Kurt mientras se ponía de pie para abrazarlo de los primeros.
-Vamos… siempre dices lo mismo… yo lo veo bien…
-¡Hola!… —dijo Henry sonriéndole a todos
-¡Henry Anderson Hummel!, ¡el Papá iba a ser el «Grand Marshal» del desfile de San Patricio!... pero después no… —contó Noah adelantándose a todos en las novedades y en el saludo.
-¿Como?... —dijo el chico mientras abrazaba a su hermano.
-Lo que oyes hijo… —agrego Blaine tomando su turno en el saludo— ¿como estas?
-Bien… muy bien en realidad… ¿y ustedes?... —preguntó abrazando a Kurt.
-Excelente cariño… y ahora mejor… —dijo su Papá apretandolo como si no lo hubiera visto en meses.
-Me alegro… Papá, te veias espectacular en la alfombra del Oscar, y tú también «Papáblen», y eso que dijiste en el discurso del último premio que te dieron fue super bonito… Amelia se puso a llorar… —explicó el chico tomando asiento.
-¿De verdad?... ¿como esta ella? —pregunto Kurt volviendo a hacer señas al mesero para trajera de vuelta una de las cartas.
-Bien, la había invitado, pero tuvo algo urgente que hacer en la escuela, también sobre San Patricio… gracias… —dijo recibiendo la carta del restaurante y pidiendo una cerveza antes que cualquier cosa, Kurt levantó una ceja mirándolo con cara de impacto extremo, Blaine y Noah rieron ante aquello— ¿que es eso del «Grand Marshal»?… —preguntó sin darse por aludido.
-No es nada cariño, porque me lo ofrecieron y después me lo quitaron, por lo tanto no es nada… mejor tú respóndeme por qué estás tan delgado… —quiso saber su Papá tocándole un hombro y parte del brazo.
-No lo estoy Papá, lo que pasa es que la obra es muy exigente, así es que tengo más masa muscular que antes.
-¿Masa muscular?... —repitió Noah divertido.
-¿No me crees hermanito?... —dijo Henry doblado uno de sus brazos para exacerbar uno de sus bíceps.
-¡Wow!... ¡Henry Anderson Hummel!... —exclamó Noah apretándole el brazo— estas como el «Papáblen» cuando era joven…
-Gracias hijo… —dijo Blaine riendo.
-¿«Rizzie» también vendrá?... —preguntó recibiendo una botella de cerveza envuelta en una servilleta de género.
-Vendrá hijo…
-Y tenemos que contarte algo y preguntarte si ya lo sabes…
-¿Como? —pregunto en medio de un sorbo.
-No es tan así cariño.. verás… —Kurt comenzó a contar todo Henry, de cómo James había decidido casi de manera unilateral comenzar su familia, el recelo de Lizzie, de sus posibilidades en la universidad y de las dudas que tenían todos de cómo abordar el tema con ella.
-Vaya… —dijo Henry echándose atrás en la silla una vez que escuchó toda la historia— no me imagino a «Rizzie» aceptando cosas que no quiere… —agregó como pensando en aquello.
-Ni nosotros hijo… por eso que organizamos esta especie de reunión, para que entre todos la convenzamos que ella está primero que cualquier cosa o persona —dijo Blaine mirando a toda su familia..
-¿Tú no sabías nada de esto cariño? —preguntó Kurt como que no quiere la cosa.
-No…
-¿Seguro Henry Anderson Hummel? —insistió Noah acercándose a su hermano como si de un policía con su detenido se tratase.
-Obvio hermanito… ¿por qué lo preguntas?
-Porque con el Papá…
-Cariño… lo que pasa es que con tu hermano pensamos en que tal vez Lizzie te había confiado algo, desde que nos contó lo del bebé no hemos sabido si hablo con James o si acepto el puesto en la Universidad… nada…
-«Rizzie» siempre habla conmigo, pero desde que se casó, como que todo ha cambiado.
-Estúpido James Hoover, ya me está cayendo súper mal… —dijo Noah volviendo a expresar molestia cruzándose de brazos.
-¡Noah! —exclamaron todos los presentes, el chico murmuró un «¿que?» casi inocente y tan divertido que todos terminaron riendo en diferentes tiempos.
-Familia… —dijo Kurt poniendo orden entre los hombres de su vida— olvidemos a James y concentrémonos en Lizzie que en este momento viene entrando al restaurante… disimulen… —pidio Kurt tomando su teléfono, Blaine hizo lo mismo con el suyo mientras Noah y Henry hablaban de la desconfianza de Lincoln García.

Marzo de 2035



-¿Que?... —dijo Blaine al ver que su esposo se quedaba como pensando en algo que lo disgustaba al máximo.
-Nada…
-Estás pensando que porque eso de la pizza no se te ocurrio a tu primero, ¿no es así?... —agregó queriendo reír.
-No «Señor conozco a mi esposo mejor que nadie», no es eso en lo que estaba pensado… —respondió Kurt moviendo un poco la sillita de Noah, el bebé había acabado por despertar con tanta habladuría a su alrededor.
-¡Claro que si!
-¡Que no!… —insistió levantándose— ¿cierto que no bebé?... —dijo tomando a su hijo en brazos, el pequeño hizo un par de ruidos como de gato, evidenciando así la molestia que le había provocado que lo despertaran de su siesta.
-Eres increible y te amo… —sentencio Blaine tambien levantandose.
-Si claro… soluciónalo todo con tu romanticismo… ¿que pasa cariño?... —pregunto meneando a su hijo que se quejaba como si todo le incomodara— con un demonio… —dijo al sentir el sonido de su teléfono móvil— ¿podrías?... —dijo señalando con la cabeza el lugar donde estaba el aparato, Blaine lo tomo y miro la pantalla de reojo— ¿quien es?... —añadió meciendo más al bebé.
-Es Floyd… —respondió su esposo con un gesto de desagrado en su cara.
-¿Será posible? , ¿acaso no puede esperar?, le dije que yo lo llamaría en cuanto terminara de leer el guión, no le contestes...
-¿Seguro?... se ve y te ha llamado unas cuantas veces…
-Seguro… ya hablaré con él cuando corresponda… —Blaine levantó sus cejas como si le molestara quien sabe que, igual que a su hijo recién nacido.
-Al parecer no se conforma… —dijo enseñando otra llamada entrante del tal Floyd.
-Al parecer no… —agrego Kurt complicandose.
-Dame a Noah, tú habla con esta persona, además parece que lo que necesita es que lo cambien… —dijo Blaine intercambiando con su esposo el teléfono por su hijo.
-¿No estás molesto?, ¿o si?
-No, por supuesto que no… —contestó tomando también la silla portatil.
-¿Seguro?, porque si bien dije que me encantaban tus celos, el encanto desaparece cuando se vuelve paranoia...
-Lo se.. —dijo cambiándose el bebé de lado— ven aquí… —agregó dejando la sillita en el piso para hacerle una seña con la mano que tenía libre, Kurt esbozó una pequeña sonrisa y caminó los pasos que los separaban, Blaine tomó un poco de aire y volvió a decir «lo se», acercó sus labios a los de él y lo besó de manera profunda y apasionado.
-Oh por Dios… —murmuró Kurt como arrebatado— creo que me voy a desmayar… —agregó perdiendo el equilibrio.
-Te dejo eso para que me recuerdes mientras hablas con el tal Floyd… —dijo Blaine sonriendo engreído, se acomodó a Noah en los brazos y se retiró sintiendo los ojos de su esposo clavados en su espalda.

-¿Siempre tuviste esta vista? —pregunto Liang mientras miraba el paisaje que le ofrecía una de las dos ventanas de la habitación de su amigo.
-No… —respondió Henry desde la cama, estaba recostado y jugaba a lanzar y recoger una pelota como de tenis pero más suave y liviana.
-¿En serio?, porque es espectacular… —insistió con su nariz pegada al vidrio.
-Muy en serio, cuando era bebé dormía en una que no tenía ninguna ventana, eso hasta que llegó «Rizzie», ahí me cambiaron a esta… —explico dando dos botes contra el cielo raso.
-¿Una compensación por la llegada del un nuevo bebé? —espéculo Liang al tiempo que abandonaba la vista del Central Park y pedía mediante gestos que su amigo lo incluyera en el juego de pelota.
-Algo así… —dijo lanzandosela— pero más porque esa es la habitación inmediata a la de mis Papás, así, si necesitaba algo, podían llegar de inmediato.
-Muy acertado de su parte… ¿ahí duerme tu hermanito entonces ahora? —pregunto sentándose en el rellano de la ventana, recibió pelota y le dio dos botes antes de devolverla.
-Ahí mismo… «Rizzie» lo hizo y ahora es el turno de Noah.
-La habitación oficial de los bebés entonces...
-Excelente nombre —dijo Henry estirando su brazo al máximo para recibir la bola— si se lo dices a mis Papás, en especial a mi Papá, estoy seguro y podría poner una placa con ese nombre en la puerta de entrada.
-Claro… —agregó Liang riendo— oye Henry… ¿puedo preguntarte algo?... —dijo poniendo cara de preocupación, como si su pregunta fuera de vida o muerte o ambas.
-Obvio… —respondió el chico incorporándose en la cama, para que su amigo notara que su interés por él iba más allá de todo, incluso de su propia comodidad.
-Lo que pasa… —comenzó a decir Liang cambiandose la pelota de mano unas cuatro veces antes de aventarla otra vez— es que no se si tu hermana sospecha algo…
-¿«Rizzie»?, ella siempre sospecha de todo… ¿por que?… ¿que tendría que sospechar?
-No sospechar, más bien saber… sobre que yo… ya sabes… —dijo haciendo un gesto amanerado con una de sus manos, Henry no pudo evitarlo y río con las ganas de 10 personas juntas como mínimo— ¡no te rías!… —advirtió su amigo también riendo.
-¿¡Para que haces ese gesto entonces!?
-Bueno es como me describió mi Papá en algún punto de nuestra conversación… —dijo nostálgico, Henry paro la risa de inmediato— pero ese no es el tema… es Lizzie y la posibilidad de que cuente todo en la escuela…
-Bueno… —dijo Henry cruzando sus piernas sobre la cama como si fuera un indio comanche— primero, «Rizzie» no sabe nada, segundo, ella no es chismosa, curiosa y atosigante cuando quiere saber algo si es, pero chismosa nunca… así es que no te preocupes… —sentenció haciendo el gesto que daba por zanjado ese tema de manera definitiva, Liang asintió con su cabeza confiando en lo que su amigo le decía— pero… —agregó poniendo cara de duda antes de seguir con el juego de «atrapar y lanzar».
-Pero qué… —dijo Liang pescando la pelota con sus dos manos.
-Nada, es solo que crei que querias que todos lo supieran de una buena vez…
-Si pero… no quiero contarlo, ni tampoco que alguien lo cuente… los «straigth» no andan diciendo… «escuchenme, tengo algo que contarles: soy heterosexual»… —dijo poniendo voz de estúpido.
-Tienes razón, disculpa….
-Obvio que la tengo, y no te disculpes, solo reconoce que soy tu super amigo, gay y sabio… —dijo riendo y señalandolo con la pelota plastica— ¿puedo confiar entonces?
-Obvio que puedes… tienes mi palabra —respondió Henry alzando su mano derecha.
-¿La palabra de que? —preguntó Lizzie entrando como siempre sin golpear ni nada, Liang dio un respingo entre sorprendido y asustado y lanzó la pelota a cualquier parte casi golpeando a la recién llegada.
-¡Oigan!... ¿¡que hacen!?... —exclamó la chica haciéndole el quite.
-¿Que?... nada… —respondió Henry levantándose de la cama, se puso las manos en la cintura y miró a su alrededor como tratando de disimular algo que ni él mismo sabía.
-Eso, nada… —agregó Liang replicando el gesto de su amigo.
-¿Y esta pelota?... ¡casi me pegan en la cabeza!… ¡hola!
-¡Ah!… eso… estábamos jugando… ¿verdad Liang?
-Verdad…
-Hombres… —dijo Lizzie blanqueando los ojos— ¿todo lo solucionan con las pelotas? —Henry abrió los ojos al máximo lo mismo que su amigo, ambos se miraron y terminaron por soltar una risotada bien estridente.
-¡«Rizzie»! —exclamó Henry casi desternillándose de la risa, Liang se tapo la cara y rió como si le estuviera dando un ataque de hipo, Lizzie los miró como si necesitara una explicación a aquella reacción, luego de un par de segundos cayó en la cuenta de lo que había dicho y se unió a las risotadas.
-¡Ay!... lo dije sin pensar… —se excuso riendo— no se lo digas a los Papás… en especial al Papá, o si no, terminara castigandome de nuevo.
-¿El Papá te castigo?... ¿por qué? —quiso saber Henry enjugándose las lágrimas que la había provocado el ataque de alegría.
-Si… no se… en una de esas… —respondió su hermana tirandose de panza sobre la cama.
-Tal vez si te explicaras mejor, tu hermano podría ayudarte… —dijo Liang creyéndose, en efecto, el más sabio de los tres, Lizzie se quitó el cabello de la cara y lo quedó mirando con un solo ojo— es lo que le dice mi Papá a mi hermana menor… pero en realidad yo nunca tengo intenciones de ayudarla… —agregó encogiéndose de hombros.
-¿De que estas hablando hermanita?
-De que conte lo que hacemos con los abuelos, lo de la pizza, el helado… ¡uy!, ¿por qué tenía que tenia que abrir mi hermosa boquita?, al Papá casi le dan tres ataques seguidos y me prohibio comer pizza para siempre… ¡para siempre! —exagero dando de manotazos sobre la cama como si tratara de mantenerse a flote en aguas abiertas.
-Siempre tan exagerada Lizzie Anderson, me pregunto porque no canalizas ese talento que tienes en algo positivo y fructífero para ti y tu familia...
-¡Papá! —exclamó la chica enderezandose en tiempo record al ver entrar a Kurt de manera sorpresiva.
-Señor Hummel… —dijo Liang sintiendo nervios sin saber porque.
-Hola Papá… —agregó Henry mirando un tanto incómodo la situación.
-Hola cariño, siento entrar sin golpear pero la puerta estaba abierta… —dijo Kurt dando una rápida pero minuciosa inspección ocular al cuarto de su hijo.
-No hay problema… ¿el «Papáblen»?... —preguntó Henry poniéndose al lado de su amigo.
-Fue a cambiar a tu hermanito… —respondió su Papá sonriendo con picardía, como si recordara algo particularmente especial, Liang y Henry intercambiaron miradas divertidas— entonces… —agrego como reaccionando— Lizzie Anderson, ¿que fue lo que te prohibí para siempre?... —dijo Kurt sentándose al final de la cama.
-La pizza Señor Hummel… —se adelantó en responder Liang de lo más serio, Henry lo miró y negó con su cabeza indicandole que no debió de responder a aquello, Lizzie se levantó y sus rizos evidenciaron su disconformidad por ella.
-Gracias Liang, me quedo más tranquilo sabiendo que hay alguien que dice la verdad en este grupo.
-Papá, lo de los abuelos…
-No digas nada… —dijo Kurt interrumpiendo el intento de dar explicaciones por parte de su hijo mayor— solo quiero que sepan que con el «Papáblen» hablaremos con sus abuelos y pondremos ciertas restricciones a lo que ellos les permiten para no tener este tipo de disgustos en el futuro… ¿estamos?... —dijo señalandolos a todos inclusive a Liang, este se puso recto y miro al frente sin pestañear, Henry pensó que sus palabras siguientes serían: «¡Señor, si Señor!»
-¡No puedes prohibirme ver a los abuelos!… ¡esta en contra de los derechos de los adolescentes!… ¡hola!—exclamó Lizzie cruzándose de brazos.
-Yo no he dicho tal cosa, y eso de los derechos no existe cariño.
-De hecho Señor Hummel, en 1959 cuando se firmó la declaración de los derechos del… —Liang se silencio al ver que todos se le quedaban viendo.
-Liang… —dijo Kurt levantándose— ¿has hablado con tus padres?
-¿Que?... no… es decir… si… es decir, no sé… —respondió retrocediendo el mismo número de pasos que el Señor Hummel avanzaba hacia él.
-¿Y cual es la respuesta, «sí», «no», o «no se»?
-Es sí Señor Hummel… hable con ellos ayer…
-¿Y?
-Y… Señor Hummel, se que estoy abusando de su hospitalidad y la de su hijo, pero le juro que si estuviera listo para…
-Cariño, escúchame… —dijo Kurt abrazandolo por los hombros, Lizzie irguió su cuello y puso máximo oído para escuchar aquella conversación— no te estoy pidiendo que te vayas ni nada de eso, solo espero que no estés usando esta casa para huir de tus problemas o como escondite a tus miedos, «salir» siempre es difícil, en especial frente a los padres —Lizzie repitió para sí la palabra «salir» unas cuatro veces— pero ya hiciste lo mayor, ahora solo debes comenzar a vivir y ser feliz como lo que eres… —agregó haciéndole una especie de arrumaco paternal, Liang sonrió sintiéndose arropado, Henry sonrió también y Lizzie continuó dándole vueltas a aquello de «salir».

Marzo de 2050



-Estúpido James Hoover, ya me está cayendo súper mal… —dijo Noah volviendo a expresar molestia cruzándose de brazos.
-¡Noah! —exclamaron todos los presentes, el chico murmuró un «¿que?» casi inocente y tan divertido que todos terminaron riendo en diferentes tiempos.
-Familia… —dijo Kurt poniendo orden entre los hombres de su vida— olvidemos a James y concentrémonos en Lizzie que en este momento viene entrando al restaurante… disimulen… —pidió Kurt tomando su teléfono, Blaine hizo lo mismo con el suyo mientras Noah y Henry hablaban de la desconfianza de Lincoln García.
-No se en realidad que estoy mirando… —dijo Kurt con un ojo en su teléfono y el otro en la entrada del restaurante.
-Ni yo… —agrego Blaine apagando su móvil y dejándolo sobre la mesa— tal vez se veria mas natural que nos uniéramos a los porqués de la desconfianza del amigo de nuestro hijo… ¿que esta esperando? —pregunto al ver que su hija se quedaba en al puerta y hacía señas de apresuramiento a alguien.
-¿Quien?... —dijo Henry mirando en la dirección que su Papá lo hacía.
-Lizzie… —contesto Blaine señalando con la cabeza, todos miraron al mismo tiempo sin darse la molestia de disimular un ápice siquiera— Ok, ya no importa…
-¿James?... —agregó Henry preguntando lo evidente.
-¿Que?... ¿qué hace aquí?... —agregó Noah frunciendo el ceño.
-En vista y considerando que es el esposo de tu hermana, asumo y acompañándola… —contesto Blaine intercambiando miradas con su esposo que se había quedado como en shock.
-¿Que vamos a hacer?... —pregunto Kurt mirando como se acercaban a ellos casi en cámara lenta— esto tira por tierra todos nuestros planes… todos… —añadió tomándose la cabeza.
-Tranquilízate… —pidió Blaine tomándole la mano— todo estará bien..
-¿Cómo demonios va a estar todo bien si de la persona de la que íbamos a hablar esta a tres mesas de aquí?… —añadió Kurt entre dientes, Henry sonrió mirando a su hermana y Noah sintió que se le revolvía el estómago.
-Entonces no hablamos, ya lo haremos más adelante...
-Si claro, cuando nuestra hija este en el hospital pariendo treinta bebés...—dijo su esposo blanqueando los ojos, Noah vio la cercanía de su hermana y cuñado como un peligro inminente y se decidió a hacer algo al respecto
-¡Y eso fue lo que dijo Lincoln Garcia! —exclamó el más pequeño de los Anderson Hummel más alto de lo que cualquier persona normal esperaría, Henry soltó una carcajada y le dio un manotazo en la espalda como felicitándolo por una broma extra divertida, Blaine quiso reír y Kurt miró a su hijo con cara de pánico.
-¡Vaya si están felices!... —dijo Lizzie llegando de la mano de su esposo.
-Tu Papá acaba de ganar tres premios de la academia, creo y cualquiera estaria asi de feliz… —agregó James sonriéndole a todos, solo Blaine le devolvió la sonrisa.
-¿Paso algo?... ¿no llegamos tarde o si?... —preguntó Lizzie al ver las cara raras de todos, Blaine le apretó la mano a su esposo lo más disimuladamente posible y este acabó por reaccionar.
-Por supuesto que no cariño... ¿como estas?... —dijo levantándose para saludarla como correspondía.
-No tan bien como tú... mirate, todo premiado… —contestó mirándolo de arriba a abajo antes de abrazarlo.
-Gracias cariño… aunque me gustaba tu otra versión, la de «todo guapo»… —respondió su Papá abrazándola fuerte, Lizzie volvió a sentir que había algo raro en todo aquello.
-¿«Todo guapo»?... —repitió James mientras saludaba a todos.
-Sí… —contestó Kurt soltando por fin a su hija, esta hizo ademán de acomodarse los huesos de las costillas y los hombros— cuando era adolescente, loca y despeinada— la aludida encogió un hombro orgullosa de ser «loca y despeinada»– era lo primero que me decía cuando estaba listo para salir con mi esposo… ¿te acuerdas Blaine?... —agregó mientras volvía a su asiento.
-Por supuesto… mi Princesa fue acertada desde siempre… —dijo Blaine haciéndole un guiño de lo mas enamorado.
-¡Ay «Papáblen»!, ¡siempre tan romantico!… con razón el Papá dijo lo que dijo en su último discurso… lo que a todo esto, fue super extra emotivo, casi me pongo a llorar... ¡hola!... —dijo Lizzie acercando su silla a la mesa— y ustedes hermanitos… —agregó queriendo tocar las manos de ambos— ¿por qué estás tan delgado Henry?
-Es lo que dije… —se adelantó en decir Kurt acercándose a su esposo, este le volvió a tomar la mano y le dio un beso en cada dedo, James hizo como que no había visto nada.
-No estoy delgado y no volveré a explicar lo de la masa muscular otra vez… —dijo Henry bebiendo de su cerveza.
-¿«Masa muscular»? —repitió Lizzie como queriendo reír.
-¡Lo mismo dije yo!, pero tócalo Lizzie Anderson Hummel, tiene los brazos igual que el «Papáblen» cuando era joven… —dijo Noah haciendo señas que indicaban las extremidades de su hermano primero y las de Blaine después, Lizzie se levantó de la silla y por encima de todo lo que estaba en la mesa le tocó los brazos a Henry, para luego darle un manotazo bien risueño.
-¿Ustedes ya ordenaron?... —pregunto James mirando de donde podía tomar una carta.
-Si, pero… —respondio Blaine buscando con la mirada al mesero que los había atendido antes, le hizo una seña como quien lee algo y este se quedó pensando un segundo antes de entender lo que le pedían, luego se acercó con dos cartas más cubiertos y servilletas para los recién llegados.
-¿Como estas cariño?… ¿ya aceptaste lo de la universidad?—preguntó Kurt mirando de reojo a su yerno.
-Aún no… —contesto la chica haciendo lo mismo pero tras su carta.
-¿Por qué no?... —insistió mientras sentía que su esposo le apretaba cada vez más la mano.
-Porque… porque aun no se si podre…
-¿Como no vas a saber?... ¿y qué oportunidad es esa «Rizzie»? —agrego Henry haciéndose el que no sabía nada de nada, Noah se tomó una oreja nervioso, tal y como lo hacia Blaine en las mismas circunstancias, cogió uno de los palillos de pan y comenzó a mascarlo rápido como si fuera una rata angustiada.
-Lo que pasa Henry...
-Lo que pasa cuñado es que con Lizzie queremos… ya sabes… —interrumpió James encogiendo sus hombros con emoción, asumiendo que todos sabían a lo que se refería.
-¿Que cosa?... —insistió Henry mirando a todos.
-Que queremos hacerte Tío… —se adelantó en responder Lizzie levantando sus cejas como con desgano cuando mencionaba aquello de «queremos».
-¿Tan pronto?... —dijo dando un respingo sorprendido— ¿no se casaron hace como dos meses?... —agrego cruzando sus manos sobre la mesa.
-Seis en realidad… —corrigió James molestandose un poco.
-Seis, dos… igual es super pronto… ¿no creen? —termino por decir Henry olvidando aquello de que hablarían con Lizzie en otro momento, Kurt fue esta vez quien apretó la mano de su esposo mientras Noah se echaba a la boca dos grissines de una.
-Yo no estoy de acuerdo... —dijo James indicando al mesero que quería para almorzar.
-Tu no eres el que tiene al bebé dentro, no creo y tengas que estar de acuerdo en muchas cosas…
-Henry… —dijo Lizzie mirando a su hermano.
-Lo siento «Rizzie» pero es lo que pienso… ademas, tu siempre dijiste que no quieres llenarte de hijos, en especial cuando te graduaste… ¿te acuerdas cuando salíamos de la ceremonia?
-Me acuerdo Henry…
-¿Qué fue lo que dijiste?... —pregunto James moviéndose en la silla para mirar a la cara a su esposa.
-No fue nada es …
-Dijo que no quería llenarse de bebés como su amiga Alaska Von Grimmelshausen que para entonces ya tenía tres… —se adelantó en contestar Noah entre mascada y mascada.
-Dos de los cuales se subieron al escenario cuando estaban entregando los diplomas...
-Vaya… yo no sabia eso...—agregó el esposo de Lizzie echándose hacia atrás en la silla.
-Por supuesto que no...
-¿Y por que?
-Porque no te lo había contado… —respondió la chica de lo más calmada.
-Pero somos un matrimonio… ¿para que nos casamos entonces si no es para tener hijos?
-Oh por dios… —murmuró Kurt tragándose todos los insultos que quería gritarle en la cara al tal James por aquel último comentario.
-¿Tal vez para estar con la persona que amas?… —dijo Henry mirándolo con el entrecejo bien fruncido.
-Obvio, obvio que si, pero los hijos son importantes… lo más importante… concebir nuevas vidas es lo que hace un matrimonio ser lo que es… —insistió James creyendo ser predicador evangélico.
-¿Estas queriendo decir que las parejas que no pueden tener hijos ni concebirlos, por cualquiera circunstancia, no son un matrimonio de verdad? —dijo Noah dejando los nervios y grissines de lado.
-No, por supuesto que no…
-¿Seguro?, porque entonces estarías hablando que mis Papás, que a todo esto no se han soltado de la mano desde que llegaron, ¿no son un matrimonio?
-Jamas diria eso cuñado…
-¿Por qué no?, como sabrás entre ellos no pueden tener hijos, entonces no son un matrimonio… —insistió Noah como si fuera el mayor y más experimentado de la mesa, Blaine suspiró orgulloso del hijo que tenía y Kurt pensó que se pondría a llorar ahí mismo entre los platos de comida que el mesero empezaba disponer para todos.
-Yo no he dicho eso… —volvió a decir James mirando a Lizzie como en busca de ayuda.
-¿Que tal si dejamos este tema y hablamos del Papá?, ¿es verdad que te dieron tres oscar o solo es para la televisión?... —dijo Lizzie mirando a sus padres como diciéndoles «cambien de tema por favor»
-Perdona Lizzie Anderson Hummel, no quise incomodarte…
-No lo hiciste «Goblin», tranquilo…—todos guardaron silencio unos cuantos segundos.
-Me gustaría que quedara claro que yo no quise ofender a nadie… Kurt, Blaine, ¿ustedes lo tienen claro?, ¿verdad? —dijo James mirando a sus suegros.
-Tranquilo James… entendimos que no quisiste ofender a nadie… ¿verdad Kurt?
-...
-¿Kurt?...
-Papá, ¿estás bien?... —agregó Henry tocando la espalda de su Papá.
-Creo que estás un poco compungido… —dijo Lizzie señalándole la cara.
-Si, como si te hubieras atragantado con algo… ¿te atragantaste con algo? —repitió Noah doblándose sobre la mesa para mirarlo de cerca.
-Estoy bien… pero si estoy atragantado con algo… cariño disculpa, pero no puedo quedarme callado… —dijo mirando a su hija, está abrió los ojos al máximo.
-¿Quedarse callado sobre qué Señor Hummel?... —quiso saber James dándose por aludido de inmediato.
-Kurt… —añadió Blaine sintiéndose incómodo desde ya.
-James, Lizzie no quiere tener hijos tan pronto, la oportunidad que le ofrecen en la universidad es única para ella y su carrera, tal vez deberías de tomar en cuenta eso antes de comenzar a dirigir su vida sin consultarle… —dijo Kurt sin arrepentimientos, miró a sus hijos y a su esposo y finalmente a Lizzie que más que enojada, parecía aliviada que alguien dijera las verdades que ella no se atrevía.
-Lizzie… amor… ¿eso es verdad? —preguntó James tomando la mano de su esposa, Lizzie miró a toda su familia y luego se concentró en su esposo.
-Un poco…
-¿Como?
-James… —todos los integrantes de la mesa se pusieron atentos a lo que la chica iba a decir— ¿qué tal si hablamos un momento a solas?... sin todas estas personas mirandonos... ven… —dijo llevándoselo de la mano a las afueras del restaurante.
-¡Papá!, Eso fue súper genial!... —exclamó Noah tomándose la cabeza.
-¿Lo crees cariño?... —preguntó mirando a su hija, arrepentido de haber abierto la boca.
-Obvio… ahora espero y Lizzie Anderson Hummel le diga unas cuantas… —dijo Noah mirando en dirección de la puerta vidriada.
-Creo que todos esperamos lo mismo… ¿verdad «Papáblen»? —agregó Henry también pendiente, Blaine se quedó mirando a su hija sin decir nada, Kurt se sintió treinta veces más culpable.
-Blaine —dijo tocándole el hombro— lo siento, sé que dijiste que no dijéramos nada, pero te juro y no podía quedarme callado...
-Tranquilo… te entiendo, además ¿como podría pedirte que seas menos de lo que eres?… —dijo Blaine acariciandole la cara.
-Gracias… —respondió su esposo sonriendo, Blaine le dio un beso en respuesta a aquello, volvió a acercar su cuerpo al de él y le tomó la mano, Kurt volvió a sonreír esta vez de manera más amplia —al menos todo parece estar bien —agregó suspirando alivio.
-Pues que ni se atreva a hacer algo en contra de «Rizzie» —dijo Henry empuñando su mano.
-No lo creo después de ese gesto… —añadió Blaine mirando como su hija se ponía las manos en la cintura y James soltaba una gran carcajada.

Marzo de 2017





-¿Blaine?... —dijo Lily al ver a su amigo en la calle, afirmado de una señal de «no estacionar» y mirando el infinito
-¡Lily!... —exclamó este sorprendido.
-¿Que haces aqui?... —pregunto la chica mirando a su alrededor y al edificio que tenía en frente.
-Estoy esperando a Kurt… —respondió señalando las puertas de la universidad donde estudiaba su esposo.
-¿Esta es NYADA?... —dijo mirando como si oliera algo desagradable— es bien poca cosa para ser una universidad con una tuicion tan alta… —agregó subiendo sus gafas de sol.
-Por dentro es increíble, y es una gran escuela por lo que cada dólar que cobra es más una inversión que un gasto.
-Hablas como si hubieras estado aquí dentro más de un par de veces.
-Lo estuve, es más, estudie aqui un semestre..
-¿¡Como!?... —exclamó quitándose las gafas del todo— ¿cuando?
-Hace mucho, es una larga historia, algun dia te la contaré… —respondió acomodándose las solapas del blazer para cubrirse así el cuello del viento de finales del invierno.
-Ok, espero con ansias ese dia…
-LLegara, te lo prometo… ¿y tú?... ¿que haces por este barrio?
-Vengo a una tienda de chocolates que esta por aqui y es la mejor de todo New York… —Blaine la miró de medio lado como si necesitara más datos de aquella explicación— ¡es «Easter» en tres días!… ¿lo sabías?
-Lo sabía, lo que no sabía es que tu eras católica.
-No lo soy… —respondió encogiéndose de hombros, su amigo volvió a lo del gesto de explicación— pero es una gran ocasión para comer chocolate sin culpa… —agregó haciendo un gesto divertido.
-Si tú lo dices…
-Obvio que si… oye, va haber una fiesta en el departamento de Shandra...
-¿Cual de todas es Shandra?
-La alocada, mucho cabello, ropa de colores… —Blaine seguía tratando de identificarla en su cabeza— esa que usa una caja de herramientas como cartera...
-¡Ah!... Shandra, por supuesto… —agregó como aliviado de no tener problemas de memoria.
-Pues bien, ella hara una fiesta en su departamento, algo así como una despedida antes que lleguen los del intercambio el próximo semestre, será en la piscina así es que lleva traje de baño.
-¿En la piscina con este clima? —preguntó volviendo a acomodarse la ropa cerca del cuello— escuche incluso que va a caer algo de lluvia.
-¡Como que lluvia!, ¡estamos en primavera por todos los santos!… —exclamó alzando sus brazos al cielo, Blaine río mientras recibía de su amiga un beso de despedida— trata de asistir, será divertido —agregó retirándose.
-Le diré a Kurt… —respondió su amigo haciéndole una seña de adiós, Lily se volteó con los pulgares arriba.
-¿Hablas con desconocidos Blaine Anderson-Hummel?, ¿o debo preocuparme por lo que la exigente NYU ha hecho a tu salud mental? —preguntó Kurt llegando hasta donde estaba su esposo, cargaba un bolso cruzado al hombro más un paraguas que tenía una calavera color plata extra elegante como mango.
-Saludaba a alguien, me despedía más bien… ¿trajiste tu paraguas?
-Por supuesto, el hombre ancla del canal del tiempo dijo que llovería, ¿quieres contradecir al hombre ancla del canal del tiempo?
-Jamás me atrevería… aunque creo que solo lo trajiste para presumir tu pieza de diseño exclusivo.
-¡Por supuesto!... solo quedan unos cuantos días de mal tiempo, si no tendría que guardarlo hasta septiembre… nadie puede guardar una pieza de Alexander Mcqueen por seis meses sin presumir de ella…
-Creí que no se podía confiar en Alexander Mcqueen luego que abandonó «Givenchy»…
-Bueno ahora esta muerto, ¿quieres deshonrar la memoria de un muerto no confiando en él? —Blaine quiso reír con ganas— saludame mejor... —dijo dandole un beso— ¡estás congelado!... —exclamó al sentir sus labios helados.
-Pues esta bastante frío y tú te demoraste mas de lo que esperaba…
-Pudiste entrar… no arderás en llamas si cruzas las puertas de NYADA… —dijo Kurt tomándole la mano para comenzar el camino de regreso.
-Lo se… pero prefiero quedarme de este lado, no confío en lo que Madamme Tibideaux pueda decime si me ve…
-Muy prudente de su parte Señor Anderson-Hummel… ahora… ¿de quién te despedías de manera tan efusiva y cariñosa?
-De Lily… pasó por aquí, me vio parado esperandote y se quedó a charlar un instante.
-¿Paso por aquí?... ¿así?... ¿casualmente?... —preguntó desconfiado.
-Así es… dijo que venía a una tienda de chocolates por esta calle, y que se supone y es la mejor de todo New York…
-Pues yo no conozco ninguna chocolatería en esta calle y la he transitado por varios años.
-¿Me estas diciendo que Lilian Mary Stewart me espia, me sigue y que me acosa?... —pregunto divertido.
-Entre otras cosas… —respondió Kurt en el mismo tono.
-Vamos… bien que la conoces y sabes que es super sensacional…
-Lo es... y lo mejor es que tiene novio, y un sentido de la moda mas que exquisito… le queda ese adjetivo de «super sensacional», debo admitirlo.
-Muy bien… ¿sabes lo que me dijo?
-No… pero me encantaría saberlo… —dijo Kurt avanzando de la mano de su esposo y mirando de vez en cuando el cielo y las posibilidades de lluvia.
-Me dijo que habrá una fiesta con piscina esta tarde, que si queremos asistir, seremos bienvenidos.
-¿Con piscina? ¿y con este clima?... ¿ni quieres ir o si?
-No… ademas que tengo un plan para esta tarde...—dijo Blaine sonriendo travieso mientras avanzaba dando pequeños saltos.
-¿Un plan?... ¿que plan?
-Quiero enseñarte algo…
-¿Algo?... por favor dime que no es bajo techo si no esto no tendra sentido… —dijo enseñando su paraguas.
-Lamentablemente es bajo techo… pero el camino es relativamente largo, así es que si nos pilla el agua, podremos refugiarnos en tu paraguas.
-¿«Podremos»?... —repitió levantando una ceja.
-Bueno, tú podrás... por aquí... —dijo indicando hacia la derecha en la esquina de la avenida.
-No te ofendas… sabes que lo mío es tuyo… pero no este paraguas…
-OK… —agrego Blaine soltando una risa— ¿y como te fue?
-Bien… aunque creo que terminaré escribiendo yo la obra de finalización, la persona encargada avanza tres palabras por día.
-Exagerado…
-¡Es la verdad!... además, ya tengo una idea en mi cabeza… ¿crees que sea capaz de escribir algo?, no solo un acto, sino que una obra completa.
-Kurt Hummel-Anderson… —dio Blaine deteniendo su andar y parándose delante— tu eres capaz de hacer lo que sea… —agregó mirándolo fijo para después darle un beso, Kurt retrocedió unos pasos y se quedó como ahogado.
-Ahora sí que creo y puedo hacer lo que sea… —dijo suspirando.
-Excelente entonces… ¿sigamos?... —dijo sonriendo engreído, tal y como lo hacía cada vez le quitaba el aliento a su esposo con uno de sus besos.
-Sigamos… —repitió suspirando— ¿adonde vamos?
-A… vaya, veo y no te quedaras con las ganas de lucir tu paraguas de diseñador… —dijo Blaine mirando el cielo y el aire que se arremolinaba entre los árboles.
-Al parecer no… ¿dónde vamos?
-Vamos a tres calles de aquí…
-Vaya con tu misterio… aunque me agrada debo decirlo…
-Y a mí… —dijo Blaine moviendo sus cejas, le ofreció el brazo y Kurt lo cogio de lo mas complacido, siempre teniendo el paraguas listo para abrir por si es que la lluvia se presentaba de un momento a otro.

-¿Vinimos aquí?... ¿no es la fiesta esa que dijo tu amiga?, ¿o si? —pregunto mirando el edificio de departamentos emplazado en el sector norte del Central Park, era de mediados de siglo y estaba en excelentes condiciones.
-No… ven… —dijo abriendo la puerta vidriada de la entrada con una llave que sacó de su bolsillo.
-¿De que me perdí Blaine Anderson-Hummel? —quiso saber Kurt una vez que entro al hall de entrada, se quitó el bolso y lo dejó entre sus piernas, Blaine sonrió e indicó con la cabeza el receptáculo para dejar los paraguas, Kurt lo apartó de la vista de su esposo como si temiera que se lo quitara o algo parecido, el encargado del edificio los miró con desconfianza— ¿qué hacemos aquí?
-Bueno… —dijo Blaine tomándolo apenas de la mano para llevarlo cerca de las escaleras— como el otro dia tuvimos una conversación exageradamente seria sobre comenzar nuestra familia en algún momento de nuestras vidas…
-¿Esta es una clínica clandestina o algo? —pregunto mirando su entorno de reojo.
-Por supuesto que no… es un edificio de departamentos, donde hay uno disponible…
-Pero nosotros tenemos nuestro departamento… —agregó mirando con más detenimiento los detalles del edificio.
-Por cierto que si, pero el nuestro es pequeño y si queremos comenzar nuestra familia en algún momento de la vida… podríamos empezar por tener un lugar donde cupiera una cuna a lo menos... —Kurt sonrió muriendo de ternura, como si imaginara el cuarto de su hijo con cuna y todo— ¿lo quieres ver?... si no te gusta esta bien, pero si te encanta, podemos mudarnos mañana mismo.
-¿Hablas en serio?
-Mucho… ¿por que?
-No lo se… es solo que mencionaste aquello de «algún momento de nuestras vidas» más de una vez… y no quisiera que hicieras algo para lo que no estas listo solo por complacerme...
-Estoy mas que listo… solo quiero que vamos despacio y lo hagamos cuando tengamos el dinero y la estabilidad que cualquier niño merece… —Kurt sonrió y le dio un pequeño beso— ire a hablar con el encargado… —dijo caminando en aquella dirección.
-Si te pregunta por mi paraguas, dile que es de Alexander McQueen y cien por ciento original— agregó Kurt disimulando ante el hombre que volvía mirarlo con cara de juez de la suprema corte.

-Nunca creí que existian pasillos tan bien iluminados en los edificios de New York… —dijo Kurt mirando las luminarias del pequeño pasillo que conducía a cuatro departamentos en aquel piso, dos por lado.
-Que el nuestro no lo sea, no quiere decir que todos sean iguales… este es… —contestó Blaine parándose enfrente de la puerta.
-509… —dijo leyendo el numero— ya me encanto, te lo digo de inmediato.
-Pesado… —agregó Blaine abriendo la puerta— pasa… —dijo quedándose en el umbral.
-Vaya… —exclamó mirando el amplio espacio de la sala— y no me digas pesado, pero esto es magnífico… —dijo comenzando a explorar todo, abrió algunas puertas de los muebles de la cocina y señaló el refrigerador y la cocina de acero inoxidable.
-Vienen con el departamento… —respondió su esposo alzando una ceja.
-Vaya… —repitió entrado al baño— ¡esto es más grande que todo nuestro departamento!—dijo saliendo con al boca abierta.
-Mira los dormitorios —pidió Blaine sonriendo complacido ante el entusiasmo que estaba demostrando Kurt con todo lo que veía.
-¿Son dos?
-Por supuesto… —dijo acercándose a una de las ventanas.
-Blaine este lugar es fantástico… ¿viste el tamaño del dormitorio principal?
-Lo vi… ahora mira el de nuestro hijo…
-O hija… —advirtió apuntandolo.
-O hija… —Kurt sonrió y se metió en la otra habitación— ¡la luz es fantástica! —opino asomándose en la puerta— y si ponemos su cuna orientada hacia el norte estará de acuerdo con lo que dice el «Feng shui» y nuestro bebé crecerá en paz espiritual.
-Me alegra eso… ¿que dices?
-Digo que es fantástico… —respondio acercandose.
-¿Pero?...
-Pero… —repitió poniendole las manos en el pecho— ¿podemos pagarlo?
-Podemos… esta a mitad del precio que se cobra por este sector.
-¿Por qué?... ¿ocurrió un crimen o algo? —quiso saber Kurt mirando con desconfianza el piso y las paredes del departamento.
-Ningún crimen… —se apresuró en corregir su esposo— es solo que es una herencia y los interesados querían liquidar todo rápido, la inmobiliaria lo compro y solo quiere ver ganancias lo antes posible.
-Dios bendiga a esos herederos desesperados entonces…
-¿Eso es un si?
-¡Un sí enorme!... —exclamó abrazándolo— gracias Blaine…
-No me lo agradezcas tanto… ambos pagaremos el alquiler…
-Lo se… pero esta idea… fue solo tuya...
-Lo fue… ¿y te diste cuenta que queda a menos de 10 minutos de NYADA?
-Me di cuenta…
-Entonces, cuando tengas un arranque de inspiración para tu obra… puedes venir corriendo a escribir en la mitad del tiempo…
-Lo haré… pero... ¿qué hay de ti y la NYU?, esto esta bastante lejos de tu campus…
-Lo esta, pero me encanta el subterráneo, no te preocupes. —respondió acariciándole el cabello de la frente.
-¿Cuando nos podemos mudar?
-Mañana mismo si quieres…
-Mejor esperamos el fin de semana, asi tal vez nuestros amigos puedan ayudarnos…
-Muy cierto, asi nos ahorramos pagar personal de mudanza...
-Guapo y sabio… con razón me case contigo… —dijo Kurt dándole otro beso.
-Gracias… y te prometo que algun dia hare esta misma ceremonia, pero en un edificio de la Quinta Avenida…
-¿La Quinta Avenida?
-¿Es tu sueño?, ¿no es así?...
-Tú eres mi sueño… tú y lo que tendremos después durmiendo en esa habitación…
-¿Puedo amarte más de lo que te amo?... —dijo Blaine abrazándolo como si fueran a bailar un ritmo romantico.
-Espero que sí Señor Anderson-Hummel, espero que sí… —respondió su esposo dejándose llevar y suspirando amor.