(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»

Agosto de 2042



-Oh por dios…
-Lo sé… —dijo Blaine en un susurro sexy y lleno de calor, estaba agarrado de la orilla del fregadero, tenía a su esposo detrás porque en un arranque de pasión febril y alocada habían decidido amarse justo en medio de la cocina.
-Podría decir… que esta ha sido una de las mejores veces… pero se que han habido y habran otras mejores… —agrego Kurt mientras le daba a Blaine, múltiples besos en el cuello la nuca y la espalda.
-También lo creo… —agregó este queriendo recuperar el aliento— ven aquí… —dijo dándose la vuelta, le tomó al cara y lo beso en los labios como si aún tuviera deseo sin complacer— te amo...
-Lo sé… —respondió saboreandose— y desmentire si repites esto en público, pero… que bien es cuando tenemos la casa para nosotros solos... —agrego comenzando a vestirse.
-Concuerdo con eso… agradezcamos al niño Garcia y el cumpleaños super divertido al que invitó a nuestro hijo entonces... —añadió Blaine haciendo lo mismo empezando por sus pantalones.
-Claro… ¿no es genial que Noah se esté llevando tan bien con los demás niños?
-Siempre se ha llevado bien con los demás niños… ¿de que estas hablando?... —preguntó mientras miraba donde había ido a parar su camiseta.
-Se que si… —dijo Kurt recogiendo la pieza de ropa desde el piso, Blaine la tomó y sonrió al ver que su esposo, además de ser un excelente amante, parecía y tenía el poder de leer su pensamiento— a lo que me refiero es que sus «habilidades sociales» han mejorado los últimos seis meses… —explicó abotonandose la camisa.
-Muy cierto…
-¿A qué hora debes ir a por él a todo esto?
-Oh… con respeto a eso… —contesto Blaine ordenándose el pelo— no voy a poder ir…
-¿Como?
-Lo que oyes...
-Debes estar bromeando… —dijo Kurt abriendo ambas manos.
-No…
-¡Blaine!
-Escucha… tengo una reunión importante, después de la gira en West Virginia algunos músicos están exigiendo más cosas de las acostumbradas, a Elwood casi se le dan tres ataques, y nos quiere reunir a todos esta tarde en el estudio...
-¿Y no le dijiste a Elwood y a su tres ataques que tu tenias un compromiso previo?… —advirtió Kurt con los brazos cruzados y la ceja levantada.
-No…
-¡Blaine!... —repitio dando un puntapié en el piso como si la cerámica bajo sus pies tuviera la culpa de algo.
-Lo siento…
-¡Pues yo lo siento mas!… porque debo concluir de tus palabras que yo, que tengo que estar en el teatro para mi función diaria en dos horas, tengo que conducir hasta «East Village» para ir a por nuestro hijo… ¿no es así?
-Es solo media hora Kurt…
-Media hora en ir, otra en volver eso significa una hora... agrega a eso otros 35 minutos para llegar al teatro y… mira.. me queda media hora para alistarme, bien sabes que… un minuto… ¡oh por dios!
-¿Que?
-¿Por eso estuviste tan… «pasivo» en nuestro encuentro?
-Por favor no uses es palabra… —dijo Blaine poniendo mala cara.
-Digo lo que quiero… respondeme, ¿por eso me dejaste hacer todo lo que quería?
-Por supuesto que no… y no digas eso de que «te deje»… es… mejor di que disfrute de ti como me gusta...
-¡Uy!... —exclamó empuñando sus manos.
-¿Sabes que?... tienes razón, no es justo para ti que te pida que hagas algo que era mi responsabilidad… llamaré a Elwood…
-No hagas eso… no quiero ser yo el culpable de que tu jefe se enoje contigo… o que en vez de tres le den cuatro ataques... pero me debes una Blaine Anderson-Hummel… y una grande… —advirtió señalandolo.
-Cobrame cuando quieras… —contesto Blaine sonriendo.
-¡Uy!... —repitió Kurt haciendo de nuevo el gesto de impaciencia.

-Te odio Blaine Anderson-Hummel… —murmuró Kurt mientras conducía por la Avenue C— ¿que clase de museo es este?… —agrego mirando a algunos artistas que practicaban maniobras circenses en plena calle al alero de un pendón que decía «Museum of Reclaimed Urban Space», se distrajo un instante con la orquesta que animaba todo y siguió su camino a la casa de los García— 190… 190… —repitió mientras avanzaba de manera lenta por la por la Stuyvesant St— ¿para que me esfuerzo?, debe ser esa casa con los globos… vaya... cinco pisos… ¿no será un poco exagerado señores García? —dijo al ver vivienda del 1900 que ocupaba toda la esquina y efectivamente tenia 5 pisos, acelero un poco, aparco en el lugar disponible y se bajó del auto aún maldiciendo a su esposo, y a los García que parecía y no se conformaban con tener una isla en el pacífico y querían ser los mas engreidos de todo Manhattan viviendo en una casa gigante, subió la escalera que estaba llena de niños y globos en igual número e hizo ademán de tocar la puerta, un par de guardias de seguridad lo miraron fijo.
-Buenas tardes…—dijo una mujer antes que Kurt no alcanzara a poner ni un dedo en la puerta— ¿lo puedo ayudar?
-Buenas tardes… mi nombre es Kurt Hummel-Anderson… vengo a buscar a mi hijo… —respondió en tono de pregunta.
-Pase por favor… los niños andan por todos lados… déjeme hablar con la Señora, creo que estaba en el patio…
-¿El patio?... —pregunto Kurt arqueando la ceja.
-Si… esta casa tiene de todo… tome asiento por favor… —dijo la mujer señalando uno de los sofás en lo que Kurt asumió y era una de las 150 salas que tenía ese lugar, se sentó en el más grande y observo con disimulo el cielo raso lleno de molduras, las cortinas que parecían interminables y algunas pinturas, que sin ser un experto concluyó que eran copias burdas y horribles.
-¿Señor Hummel?...
-...
-¿Señor Hummel?... —repitió otra mujer tocándole el hombro.
-¡Señora García!... disculpe… su lámpara… absorbió toda mi atención… —dijo Kurt levantándose.
-Pues debería, sino Salvati estaría revolcándose en su tumba al ver que nadie aprecia su trabajo.
-¿Gulio Salvati?... —dijo Kurt mirando la lámpara colgante nuevamente.
-¿Conoce su trabajo?
-Un poco… —respondió como ahogado al pensar que esa lampara estilo chandelier costaba un millón de dólares.
-Pues es bueno estar con alguien con buen gusto… ¿Martha me dijo que vino a por su hijo?
-Si… Noah… pero no consigo ubicarlo entre tantos niños —dijo mirando a todos los pequeños presentes en la fiesta.
-Hay muchos niños, mi esposo autorizo a Lincoln a invitar a quien quisiera… disculpe Señor Hummel, pero creí que su esposo vendría a buscar a Noah… —dijo la señora García mirando hacia la puerta por si Blaine estaba allí o esperando en el auto.
-Claro, es en lo que habíamos quedado, pero no pudo, esta…
-¿No vendrá?... —insistió la mujer volviendo a mirar.
-No… ¿algún problema? —quiso saber Kurt comenzando a molestarse
-No, por supuesto que no… es solo que su esposo... ya sabe es… tan famoso que creí que mis amigos podrían conocerlo… ya sabe estrechar la mano de alguien exitoso sin que esté involucrado en la política… —respondió la Señora García mirando por última vez hacia la puerta, como si no perdiera la esperanza de ver aparecer a Blaine Anderson en su casa, Kurt contuvo la respiración por un instante como tragándose las ganas de decirle que él también era famoso y exitoso.
-Pues tendrá que conformarse conmigo… —la madre de Lincoln hizo un gesto que Kurt interpreto como «si no me queda otra»
-Oh, ahí viene su pequeño… permiso, tengo unos ponys que desde que llegaron están obsesionados con mis begonias… gusto en verlo Señor Hummel… saludos a su esposo —añadió estrechandole la mano, Kurt sonrió hirviendo por dentro.
-¿Papá?... ¿eres tu acaso?... —dijo Noah apareciendo abrazado del anfitrión de la fiesta.
-Lo soy cariño…
-Este es Lincoln García, su casa tiene un patio...—advirtió como si su Papá no supiera eso.
-Lo se cariño… feliz cumpleaños Lincoln… —dijo Kurt estrechando la mano del pequeño.
-Gracias Señor Hummel… ¿no iba a venir tu otro Papá a buscarte?... —preguntó Lincoln en voz baja y bien cerca del oído de su amigo, Kurt sintió que la rabia comenzaba a invadirlo y que podía arruinar ese cumpleaños de unas 25 maneras diferentes sin problemas.
-Si, tal vez tuvo un «imprevipsto»…
-Así es, tuvo que asistir a una reunión por su trabajo, por eso vine yo… ¿ya estas listo bebé?
-Un poco… me faltan unas cosas que me regalaron… —respondió Noah zafandose para ir a por ellas, Lincoln se quedó mirando a Kurt todo el rato que su amigo se demoró en volver, encargándose de decirle a quien lo preguntara, que Blaine Anderson había tenido un imprevisto.
-Ya estoy listo…. Papá, ¿dónde esta «Desmond»?
-Esta en el auto cariño… ¿esto es todo?... —pregunto Kurt tomando un par de bolsas de regalo, un globo, un sombrero y algo que parecía ser un instrumento musical.
-Me falta el pastel, le dije a Lincoln Garcia que yo no comería porque podía tener un ingrediente con prohibición… ¿cierto Lincoln Garcia?... —repitió el pequeño mirando al aludido.
-Si...
-Muy sabio de tu parte bebé… te felicito.
-Gracias, pero me dijo que podía llevarlo para que tú y el «Papáblen» comieran, ¿verdad Lincoln Garcia?
-Si… ire a cortar un «pedazote»… —respondió el niño simulando un trozo de pastel del porte de una caja de zapatos del numero 45.
-Gracias Lincoln García… —añadió Noah haciendo unas señas.
-¿Disfrutaste la fiesta cariño? —pregunto Kurt bajando a la altura de su hijo.
-Si, hubo muchas cosas divertidas, una persona que se llamaba «mago», hizo desaparecer los globos, pero yo se que les saco el aire en secreto…
-¿Es eso verdad cariño?... —agrego su Papá queriendo reír.
-Si, pero no dije porque todos estaban súper «emtusiasmados» al «respepsto»
-Pues es mejor dejar que el resto se ilusione con algunas cosas… ¿puedo preguntarte ago bebé? —dijo mientras le acomodaba la ropa.
-Si, eres mi Papá…
-Escuchame… alguna de las personas de esta fiesta…
-Listo Noah aqui esta tu «pedazote»… —interrumpió Lincoln llegando con un plato y un trozo de torta tamaño promedio.
-Gracias Lincoln García… —dijo Noah recibiendo la porción con gran asombro.
-De nada, gracias por venir a mi cumpleaños, y por tu regalo que estuvo súper estupendamente genial… —añadió Lincoln dándole un abrazo de despedida— adiós Señor Hummel… —terminó por decir el agasajado despidiéndose de ambos. Kurt se acomodo todo en una mano para tomar con la otra a su hijo, luego miró hacia la dirección en que se había dio la Señora García por si la divisaba.
-¿A quién buscas?... —preguntó Noah también mirando.
-A la mamá de tu amigo… queria decirle adios pero creo que aun no soluciona eso que dijo de los ponys…
-Puede estar en cualquier sitio, esta casa tiene cinco pisos, Lincoln Gracia me los enseño todos, a mi y a los demás invitados.
-Vaya con tu vanidad Lincoln García… —dijo Kurt entredientes.
-¿Que cosa?
-Que mejor nos vamos bebé, tengo que estar en el teatro en una hora y no quisiera atrasarme… ¿te parece bien?...
-Mucho… ¿nos iremos en autobús?...
-No bebé, como te dije, vine en automóvil… —respondió su Papá atravesando la puerta.
-Nunca andaré en un autobús… —suspiro el pequeño como con pena.
-Ya llegara ese dia cariño, pero ciertamente no será hoy… la gente que paga por verme actuar, no es muy paciente que digamos… —termino por decir Kurt caminado por la Stuyvesant St hasta donde había dejado el auto.

-Vaya si fue una reunión rápida… —dijo Kurt como primera cosa al encontrarse con su esposo bebiendo café sentado a la mesa de la cocina.
-Hola… bienvenido a casa… ¿quieres un cafe? —pregunto de vuelta su esposo mientras se levantaba a por una taza.
-No gracias, estoy bien así… —Blaine se dio media vuelta girando sobre su propio pie y volvió a sentarse— cuentame...
-Bueno… Elwood estaba bastante molesto por las quejas interminables, así que no se hizo problemas y los despidió a todos.
-¿En serio?, ¿a ti también?
-No, por supuesto que no… pero como son mis compañeros de hace mil años, decidí solidarizar con ellos y le dije que si los despedía a ellos, yo tambien me iria…
-Vaya, un héroe imprescindible como siempre Señor Anderson-Hummel…
-OK, no se si eso es un halago o… ¡Noah!… —exclamó poniéndose de pie para saludar al recién llegado, su esposo mientras tanto guardo la torta y todo lo perecible dentro del refrigerador— hola hijo...
-Hola, «Papáblen»…
-¿Que tal el cumpleños?, ¿te divertiste?... —pregunto al tiempo que lo levantaba entre los brazos.
-Mucho, hubieron unas cosas divertidas y otras sorprendentes...—explicó Noah tomándose la cara. con «Desmond» y todo
-¿Sorprendentes?... vaya, suena super divertido.
-Lo fue… ¿como te fue en tu «emprevisto?
-¿En donde?
-Todos preguntaron por ti, les dije que habías tenido un compromiso imprevisto o algo asi… —se adelantó en explicar Kurt mientras revisaba una de las bolsas.
-Ah… muy bien… lamento no ir por ti…
-Esta bien… el Papá me trajo, aunque no en autobús… —dijo el pequeño encogiéndose de hombros como decepcionado.
-Un día haremos ese viaje que tanto deseas… ¿de acuerdo? —prometió Blaine haciendole un poco de cosquillas, Noah rió y respondió con un «deacuerdo» bien risueño.
-Ve a dejar estas cosas a tu cuarto bebé, mañana vemos donde podemos ponerlas… —dijo Kurt mirando la hora en su teléfono móvil, Blaine miro la actitud de su esposo para luego hacer un par de caras chistosas a su hijo antes de ponerlo devuelta en el piso.
-Sí… gracias Papá… —respondió el pequeño tomando todo.
-Voy a alistarme… gracias a ti, tengo menos de veinte minutos… —dijo volviendo a mirar la hora
-¿Aun estas molesto?
-No estoy molesto, solo te dije que me debes una… e insisto en aquello… —respondió comenzando a subir la escalera.
-Pues yo creo que aun estas molesto… —Kurt se detuvo luego de tres peldaños y se devolvió para contestar aquello.
-¿Sabes que?... si que estoy molesto…
-Ok… —dijo Blaine retrocediendo un poco.
-Y ni siquiera creo que es por el poco tiempo me dejo tu cambio de planes, es porque hoy todo el mundo insistía en preguntar por ti…
-¿Por mi?... ¿en donde?
-En la fiesta del amigo de nuestro hijo, «¿no iba a venir su esposo?», «¿donde esta Blaine Anderson?», «¿qué hace usted aquí?», y «bla, bla, bla»... como si yo no fuera el Papá de Noah o no tuviera tanto éxito como tú…
-¿Como?... —dijo Blaine sonriendo extrañado.
-Lo que oyes… la Señora García se atrevió a decir que esperaba a que alguien famoso pisara su casa, ¿quien piensa que soy?...
-Ok, debo decir que este es un tipo bastante extraño de celos… ¿por qué te importa lo que ellos piensen?, bien sabes que volteas cabezas al lugar que vamos.
-¡Es porque estoy contigo!, estoy seguro que si me colgara al cuello todos los Tonys que he ganado aun asi, la gente te miraría a ti y no a mi… —acabó por decir cruzandose de brazos.
-¿Y eso es algo que te molesta?...
-¡Si!... y se que no deberia ser asi… pero te juro que cuando la mamá de Lincoln me dijo eso, quise colgarme de su estupida lampara de un millon de dolares y… no se… hacer que se cayera al piso… —dijo como con actitud infantil.
-Bueno… en vez de sentir rabia, creo y lo que deberías sentir es lastima por ellos…
-Espero y tengas un punto… —dijo Kurt mirándolo ceñudo.
-Lo tengo, siempre lo tengo… —agrego Blaine acercándose— a lo que me refiero… es que si alguna persona se atreve a decir que tu no eres tan famoso o exitoso como yo, quiere decir que esa persona es lo suficientemente ignorante como para no saber que esta parada enfrente del actor, escritor y director de teatro mas talentoso de los últimos 30 años…
-Eso es verdad… —dijo Kurt sonriendo.
-Muy verdad… —agrego Blaine tomándolo por las caderas— además de ser el más guapo… pero eso espero y no lo note mas gente —agregó mirándolo de medio lado.
-Eres el mejor Blaine Anderson-Hummel… siento haber sentido celos de esto… es estúpido... —contestó su esposo abrazandolo por el cuello.
-No lo es… tus celos son muy dulces…
-Si claro… te lo recordaré cuando corra a palabrotas a esas adolescentes fanáticas tuyas…
-Hazlo… —sentencio juntando sus labios con los de él.
-Han pasado… bueno, ha pasado tiempo y tu sigues defendiendome, a pesar de saber que estoy equivocado.
-Te lo prometi una vez, ¿no es así?
-Así es… ¿salgamos a cenar?... —propuso Kurt luego de perderse en la inmensidad avellana que eran los ojos de sus esposo por casi un minuto seguido.
-Me parece un plan excelente… —contesto Blaine dándole tres besos seguidos antes de apartarse y comenzar a subir— asi me cuentas los detalles de la casa de los García… —añadió moviendo sus cejas.
-Pues déjame comenzar con todo el espacio que acaparan para ellos… ¿puedes creer que su casa tiene cinco pisos?... ¡cinco!... —exclamó Kurt levantando sus brazos, Blaine sonrió y continuó escuchando quejas sobre los García todo lo que duró el trayecto por las escaleras, incluyendo la estúpida lámpara millonaria, un patio y unas obras de arte burdas y horribles...

Abril de 2058



-Te amo Princesa… y gracias por acompañarnos esta dos semanas…
-Y yo a ti «Papáblen», fue un agrado volver a la Quinta Avenida...—contestó Lizzie desde el otro lado el teléfono— que el Papá ya no esté triste por favor…
-Pondré todo mi ser a su servicio para eso no pase Princesa… gracias de nuevo.
-De nada… ¡los amo!... —exclamó la chica terminado la llamada, Blaine sonrió y reviso un par de mensajes antes de regresar al dormitorio con su esposo, habían pasado dos semanas desde el fallecimiento de Burt y toda la familia se había quedado en el departamento para acompañar a Kurt y a Carol.
-Un centavo por tus pensamientos… —dijo Blaine entrando, su esposo estaba parado en la ventana mirando hacia la calle y pudo ver que sonreía a través del reflejo del vidrio.
-¿Un centavo?... —repitió el aludido sin mirarlo— creo que nuestras cuentas bancarias nos permiten despilfarrar algo más que un centavo Señor Anderson-Hummel.
-Ok… —dijo Blaine acercándose— dos centavos entonces… —agregó abrazándolo desde atrás.
-Mucho mejor… —contestó Kurt poniendo sus manos sobre las de él— aún sigue siendo tacaño… pero mucho mejor...—Blaine sonrió y fue su esposo esta vez quien pudo ver la mueca de felicidad en el vidrio de la ventana— ¿Lizzie llego bien?
-Muy bien… acabo de terminar de hablar con ella y llegaron sin problemas al perfecto y tranquilo “Great Neck Estates”... —contestó haciéndole unos arrumacos en el cuello.
-¿Por qué se tenían que ir a vivir tan lejos?, esta cuadra tenía excelentes propiedades en venta…
-Tal vez porque querían formar su familia lejos de la ciudad…
-¡Al demonio con esa mentira!… Lizzie se crió en esta ciudad y estoy seguro que la ama y la extraña en partes iguales, me da la idea que esto fue un plan del tal James...
-¿Nunca terminará de gustarte el ahora esposo de nuestra hija?
-Por supuesto que no…
-¡Kurt!
-¿Que?... hay algo en él que me perturba y que no es… esa barba de mosquetero que tiene… —se adelantó en decir Kurt al ver que su esposo abría la boca para argumentar algo.
-Bueno, cuando te convenzas que es un buen tipo, acabaran esas preocupaciones.
-Es fácil para ti decirlo, el no para de alabarte, a ti y al anciano de Adam Levine… —dijo soltando una risa, Blaine se quedó en silencio escuchando aquello que no oía hacía dos semanas.
-Es bueno escucharte reír de nuevo… —dijo abrazandolo mas.
-La vida sigue… ¿no es así?...
-Así es…
-Fue bueno que los chicos nos acompañaran esta dos semanas… se que Carol también esta agradecida...
-Es lo que nos dijo en el aeropuerto… por lo demás nuestros hijos lo hicieron con gusto… de hecho, Lizzie me decía que se sintio super bien de estar de vuelta en la Quinta Avenida…
-¿Ves?... te dije que ama esta ciudad… ¡uy!… estúpido James Hoover y su «lo mejor es vivir en las afueras»… —agrego Kurt poniendo voz de quien tiene deficiencia en el lenguaje.
-Nuestra hija lo ama… recuerdalo… —agregó Blaine susurrandole en el oído para luego darle un par de besos.
-También ama los números y no hay quien conviva con ellos…
-Te concedo eso último…
-...
-¿Que?... —pregunto Blaine al notar que su esposo se silenciaba por unos segundos y volvía a la expresión de nostalgia.
-Crees que esto sera asi…
-¿Que cosa?...
-Esto… —repitió dándose media vuelta para mirarlo a la cara— su ausencia… ¿crees que sera tan facil de superar como estas dos semanas?
-Todo mi ser estará avocado a que así sea para ti… habran dias malos, eso tenlo por seguro… pero los superaremos… juntos… —aseguró Blaine besándole ambas manos, Kurt pensó que moría de amor en ese instante, pero antes de dejarse desfallecer, le tomo la cara y lo beso en los labios como si no existiera más momento que el que estaban viviendo, Blaine pensó que le daría un vahído.
-Con un demonio… —agregó Kurt abrazandolo— gracias por estar conmigo, te juro y eres la luz en este momento tan oscuro… sin ti… —añadió apartándose— no se que hubiera hecho… de verdad… tus palabras, tus abrazos, esos silencios casi eternos con los que calmaste todas mis iras y llantos… todo eso ha sido lo que necesitaba mi alma en este momento tan devastador… —agregó volviendo a abrazarlo.
-No me agradezcas… —dijo Blaine emocionandose un resto— te amo, no tengo opción… —añadió mientras le acariciaba la espalda.
-Claro que la tienes… pudiste abandonarme… muchos matrimonios acaban en divorcio luego que uno de los integrantes sufre una pérdida o un accidente… —sentencio Kurt apartándose de nuevo, caminó unos pasos y tomó un pañuelo descartable desde la mesa de noche.
-¿Y esa estadística?... —quiso saber Blaine sonriendo.
-Es algo que escuche por ahí… —insistió sonándose.
-Pues yo que tú… no le daría validez… —dijo tirándose en la cama, Kurt arrugó la frente como si le hubieran desacreditado a su propio padre fallecido y no a la teoría de los divorcios que acababa de expresar, espero un segundo y se recostó a su lado, estiró la manta que estaba a los pies y se cubrió a medias antes de acurrucarse en el pecho de su esposo, Blaine lo abrazó de inmediato y terminó de estirar la manta para arroparlo como correspondía.
-Me encanta cuando haces eso… —dijo Kurt acomodándose más.
-¿Que cosa?
-Asegurarte que mi espalda esté bien tapada… como si te adelantaras a un resfriado o algo…
-Pues no me gustaría que te pescaras uno... —dijo Blaine enderezandose un poco para cerciorarse que así era.
-Es sexy que me cuides… como cuando dormimos juntos la primera vez y tu arreglaste la almohada tras mi cabeza… ¿te acuerdas?
-Me acuerdo… —dijo Blaine soltando un suspiro.
-Pues sigue siendo sexy…
-OK… —añadió dándole un par de besos en el pelo.
-Hable con Helen…
-¿Sobre que?
-Sobre el abogado que necesito para renunciar a mi parte en todo lo que era de mi Papá… nuestros abogados me dijeron que debo buscar uno especialista en herencias, que ellos conocían algunos, y que si no encontraba… pues… que les pidiera el número…
-¿Y porque no se los pediste de inmediato?, ellos han sido nuestro abogados desde siempre, estoy seguro y a quien recomienden será alguien de confianza…
-Lo se también…
-¿Entonces?
-Es solo que Helen… esta un poco… no sé… «desesperada» por hacer algo por mi… por lo tanto esto la mantendrá entretenida un par de días….
-Todos tienen como objetivo que te sientas bien...
-Lo sé… lo siento…
-No te disculpes… —dijo Blaine besándole una mano— no tienes porque... ¿que tal si me cuentas que es todo lo que tienes que pasar a nombre de Carol?
-Bueno… esta la casa… obvio...
-Obvio...
-El taller, algunos autos, dinero en el banco y un bote…
-¿Como?...—dijo Blaine soltando una risa de sorpresa.
-Lo que oyes, fue una decisión estúpida desde el minuto uno, lo compró con el afán de repararlo y allí esta, en la marina del lago Erie criando otras cosas sobre el…
-Nunca supe de eso…
-Creo que nadie sabía excepto yo… —contesto Kurt como pensando en aquello y sintiendo a la vez un poco de orgullo de haber compartido secretos con su padre.
-Que divertido… pero sea como sea, estoy seguro y Carol sabrá que hacer con todo… incluido ese bote...
-Por supuesto, solo le dire que si decide vender la casa, que me avise para ir a recoger algunas cosas… las de valor sentimental más que nada…
-Seguro y lo hará… —dijo Blaine dándole otro par de besos en la cabeza.
-¿Blaine?...
-¿Si?
-¿Puedo pedirte algo?
-Lo que quieras...
-¿Lo que quiera?... —repitió Kurt incorporándose— eso es muy riesgoso… ¿no crees?...
-¿Riesgoso?
-Si, mi petición puede involucrar diamantes por ejemplo...—advirtió haciendo ademanes engreidos.
-Pideme lo que quieras, incluso sin son diamantes…
-Encantador como siempre...—dijo Kurt acariciándole los rizos de la frente— y no es eso… estaba pensando que… no se… ya han pasado dos semanas y aun no he visto la «caja de preciosidades» de mi Papá… y pensaba… no se… que ya era tiempo de saber lo que hay dentro… ¿me ayudarias?
-Por supuesto… siempre es un honor para mi cuando me haces parte de tu historia… —Kurt sonrió y se levantó de la cama, Blaine se acomodo en la cabecera en espera de su esposo.
-Ok… —dijo volviendo con la caja de zapatos forrada en papel de envolver y que tenía una etiqueta en la tapa que decía «Mi propia caja de preciosidades, como la que dijo Kurt que debía tener», la puso en medio de la cama y se la quedó viendo un instante, hizo el ademán de abrirla un par de veces pero se arrepintió en mismo número de ocasiones.
-No tienes que abrirla si no quieres… —advirtió Blaine poniendo sus manos sobre la tapa.
-Lo se… pero… ya se… ábrela tú...
-¿Como?
-Lo que oyes…. —dijo corriendola hacia su lado— como cuando me leiste la carta de mi Mamá en el hospital el día que nació Henry… por favor… —agregó moviéndola más hacia el.
-Ok… —respondió Blaine tomándola entre sus manos— esto es diferente, pero… si es lo que deseas… —dijo sacando la tapa de inmediato, Kurt tomó un poco de aire y se irguió un resto para mirar desde donde estaba, Blaine sonrió al ver que dentro había todo tipo de cosas, todas ordenadas en perfecta armonía, tal y como si Kurt hubiera metido mano en ella.
-¿Que?... —pregunto como con miedo.
-Nada, es solo que… todo esta muy bien organizado… ¿estas seguro y tu no tuviste algo que ver aquí?... —dijo enseñando el interior de la caja.
-¡Por dios!… —exclamo Kurt conteniendo la emoción— y no… no tuve nada que ver en ella —agregó acercándose, Blaine puso la caja entre ambos y comenzó a sacar las cosas que estaban encima, la mayoría eran «playbills» de las obras de Kurt además de algunos recortes de periódicos con noticias sobre el éxito de su hijo, Blaine las miro de a una y se las fue entregando a su esposo para que también las viera, Kurt sintió que su corazón se apretaba más con cada papel que leía.
-Creo que estas son fotografías… —advirtió Blaine tomando un sobre atado con una cinta de regalo.
-Al parecer… —dijo Kurt tomándola, desató la cinta y descubrió un grupo de imágenes de toda la vida— solo mi Papá seguía recurriendo al rollo de películas y el revelado… ¡ah!... mira… esta es una faceta que no conocías de tu esposo… —agregó entregándole una de las fotos, Blaine la tomó entre dos de sus dedos y rió al ver a un pequeño Kurt haciendo una pose de ballet con tutú y todo.
-Por supuesto que conocía tu pasión por el ballet… lo que nunca había visto, era una prueba empírica de ello, y esto lo es...—dijo devolviéndosela .
-Y una muy evidente… —agregó Kurt mirando el resto de las fotografías, Blaine siguió hurgando y sacó unas cuantas entradas a partidos de fútbol, algunas cosas de su boda con Carol, de la propia boda de Kurt y pequeños objetos relacionados con sus nietos, Blaine sonreía más ampliamente a medida que se adentraba más en los recuerdos de su suegro.
-Ok, ahora si que no se que pensaba tu Papá al guardar esto… —dijo Blaine tomando un par de palos de helado unidos con uno de los elásticos que usaba Lizzie para atarse el cabello cuando era una niña— ¿tu lo sabes? —añadió al ver que Kurt miraba aquello como si efectivamente supiera porque su Papá lo había guardado.
-Por supuesto que sí… —respondió tomándolo— ¿recuerdas ese «Thanksgiving» en Lima?, ¿cuando en el partido de fútbol Lizzie se torció el dedo?
-¡Por supuesto!... —exclamó Blaine sonriendo— él fue quien dio con esta solución… no lo puedo creer…
-Ni yo… sabia que tenia un espíritu de «acumulador», pero no creí que tanto… —añadió Kurt tomando una pequeña botella de perfume que, al olerla, le recordó a su madre— Blaine…
-¿Que?... —contestó sacando un par de baquetas pertenecientes a Finn.
-¿Crees que mi Papá nos esta mirando ahora?... y por dios, no me refiero a algo escalofriante como que esta parado detrás mi o algo… —se adelantó a explicar Kurt mirando de manera disimulada por sobre su hombro, Blaine rió y también echó un vistazo por si acaso— si no que… ya sabes… eso que dicen las personas que creen… que los que amamos nunca nos abandonan o algo asi…
-Me conforta pensar que así sea…
-Y a mí… —dijo derramando un par de lágrimas, Blaine las recogió con sus labios.
-Todo estará bien… —susurro con su frente pegada a la de él.
-Lo se... ¿sigamos?
-Sígamos… —añadió Blaine sacando otras cuantas cosas, entre ellas, una insignia de arcoíris, la factura de la máquina de coser de Kurt y una foto autografiada de Rachel que ninguno de los dos supo explicar cómo había llegado a ganarse un lugar en la «caja de preciosidades» de Burt Hummel.

Mayo de 2027



-¿Cariño?...
-¡Papá!... «emtra»… —respondió Lizzie desde su habitación.
-¿Ya estas lista para dormir cariño?... —pregunto Kurt entrando, su pequeña hija estaba sentada frente a su tocador arreglándose el pelo.
-Un poco… me estoy «zepillando», llevo 58… mil… tres… —dijo como pensando el número dentro de su rizada cabeza.
-Pero esas son muchas cepilladas bebé… ¿no estás cansada?... —agrego Kurt sonriendo al ver que Lizzie se había concentrado en los rizos de la frente y había dejado todo el demás cabello sin cepillar.
-No…
-Pues aun asi… ¿me permites?... —dijo su Papá haciendo una seña para que Lizzie se corriera en el asiento, la pequeña se movió hacia un lado y le entregó el cepillo, Kurt se sentó a su lado y comenzó a peinarla— ¿cepillaste tus dientes bebé?
-Si, conté hasta 10 cinco veces como me dijo «Hendry»… —explicó Lizzie enseñando todos sus dedos.
-Una excelente técnica cariño...
-¿Él ya se durmió?
-¿Tu hermanito?
-Si…¡hola! —respondió la niña poniendo caras de aflicción a medida que su Papá cepillaba mas cabello.
-Pues asumo y esta en eso… el «Papáblen» lo esta ayudando a acostarse, por lo tanto , de un minuto a otro… estará soñando como debe ser…
-¿Estoy «detrasada»?
-No… estás justo a tiempo...
-¿Tu y el «Papáblen» ya no están enojados?.
-¿Cuando estábamos enojados cariño?..
-Antes de la cena, cuando estaban lavando la «dropa»…
-Nunca nos disgustamos cariño, ¿por que lo piensas?
-Por lo del papel del dia de las Madres…
-No, por supuesto que no, ya aclaramos todo, así es que no hay preocupación ni disgusto alguno, además, ¿como nos vamos a disgustar contigo si eres un dulce?… ¡uy! ¡si te comería!... —exclamo Kurt haciendo como que se la devoraba partiendo por el cuello, Lizzie rió de buena gana mientras le pedía a su Papá que no se la comiera— esto esta listo bebé… —añadió atandole el cabello en una cola de caballo más que abundante— hora de ir a la cama… —dijo levantándose, Lizzie se miro el peinado en el espejo de lo más coqueta, Kurt sonrió mientras alistaba todo.
-¿Papá?...
-¿Si cariño?…
-¿Mañana puedo comer del «cocholate» del «Papáblen»? —quiso saber la pequeña subiendo junto a Rita de un salto a la cama.
-Pues debo insistir que eso no era chocolate, lo que comía el «Papáblen», era fruta… ¿quieres fruta? —Lizzie puso cara de asco seguido de un tiriton con todo su cuerpo— asumo y eso es un no rotundo...—agrego Kurt sonriendo, espero que Lizzie se metiera bajo los cobertores y los acomodo de un lado y luego del otro— muy bien cariño… —dijo sentándose a su lado— eres la niña mas hermosa de todas y te amo… —acabó por decir dándole un par de besos, Lizzie sonrió y se retorció un poco de manera remolona.
-Buenas noches cariño… luego vendrá el «Papáblen» a darte el beso respectivo… —agregó levantándose para salir de la habitación— ¿de acuerdo?
-Si… te amo Papá…
-Y yo te amo hasta la luna bebé…—dijo Kurt apagando la luz principal— que duermas bien…

-¿Henry?... —dijo Blaine golpeando la puerta de la habitación de su hijo.
-¡Pasa «Papáblen»!, ¡ya estoy super listo!… —gritó el chico desde el interior.
-Y vaya si lo estas.. —añadio Blaine mirándolo ya vestido para dormir y a punto de meterse bajo los cobertores, el «Señor Botones» estaba acostado a los pies de la cama y levantó la cabeza un segundo al escuchar entrar ala Papá de su amo, luego volvió a acurrucarse de lo más complacido— ¿cepillaste tus dientes?
-Si… cincuenta cepilladas…
-Excelente… ¿esto lo ordenarás mañana? —pregunto señalando un atril con las laminas que habia utilizado para su exposición de la comida saludable.
-Si… porque vendrá Liang a buscar los dibujos, me dijo que le super gustaron… ¿se los puedo regalar verdad?... —quiso saber Henry mientras se metía en la cama.
-Por supuesto, son tuyos hijo… —respondió Blaine recogiendo algunas piezas de ropa— ¿donde esta el «Señor Oso»?
-¡Aquí!... —exclamó su hijo levantandolo por sobre su cabeza.
-Muy bien… ahora… ¿tuviste un buen dia?... —preguntó sentándose a su lado en la orilla de la cama .
-Si…
-¿Fuiste feliz?
-Mucho… —contestó Henry sonriendo.
-Mejor aún… —dijo Blaine acariciándole el pelo— ¿te he dicho que eres igual a tu Papá?
-Como «chorromil» veces… —respondió el pequeño haciendo un gesto de quien esta harto de escuchar algo.
-Pues lo eres… —agregó mirándolo.
-¿Puedo preguntar una cosa?
-Pregunta lo que quieras…
-¿Por qué el Papá estaba llorando?
-¿Llorando?, ¿cuando?
-Antes de la cena, «Rizzie» me dijo que estaba llorando pero no de pena, si no que porque se había echado detergente en los ojos… y yo se que eso no e verdad…
-¿Como sabes que no es verdad?
-Porque tengo nueve años… —dijo Henry como si eso zanjara ese y cualquier otro asunto.
-Por supuesto que los tienes… veras hijo… el Papá, se puso un poco triste porque encontró entre las cosas de tu hermanita algo sobre el dia de las madres, se cuestionó el hecho de que ustedes no tuvieran una y eso lo hizo entristecer… pero luego tu hermana, pequeñita y todo, le dio las pruebas de que no necesita una Mamá en su vida, así es que su ánimo cambió…
-Yo tampoco la necesito…. Liang dice que las madres están sobrevaloradas en nuestra sociedad moderna… —sentencio Henry como si fuera un gran experto, Blaine no pudo evitar soltar una risa.
-¡Vaya reflexion de tu amigo Liang!… —exclamó riendo con más ganas— ¿sabes?, cuando estaba en la secundaria, también tuve un amigo que hacía grandes reflexiones… se llamaba Sam… bueno aun se llama y aunque la mayoría eran absurdas, hasta el punto que una vez fingio que tenia un hermano gemelo, era muy divertido compartir con él —Henry sonrió imaginando a su «Papáblen» en la secundaria— en fin… ¿alguna otra cosa de la que quieras hablarme?
-No, todo esta super perfecto…
-Muy bien entonces… te amo hijo… —dijo arropandolo, le dio un beso en la frente y encendió la luz de la mesa de noche— luego vendrá el Papá a darte las buenas noches… ¿de acuerdo?
-Si… buenas nocehs «Papablñen» te amo tambien… —dijo Henry acomodándose de un lado bien abrazado del «Señor oso», Blaine terminó por salir retrocediendo, topándose con su esposo en cuanto cruzó el umbral.
-¿Todo bien por aquí?...
-¡Dios!... me asustaste… —exclamó poniéndose una mano en el pecho.
-¿Por qué?
-No lo se…
-Pues esta sobrereaccionando o ocultado algo… lo que en realidad no se que es peor… —dijo Kurt mientras lo rodeaba para entrar él en la habitacion de Henry.
-Pues no es ninguna de las dos, solo me sorprendiste… ¿Lizzie?
-Esperando a su «Papáblen» por supuesto… —contestó tomando al amnilla.
-Bien… luego te espero yo en la habitación, ya encontre los dados… —dijo Blaine moviendo sus cejas.
-¿Aun sigues con eso?
-Por supuesto, fue una apuesta, no te queda más que pagar… perdedor…
-¿Tratas de lograr algo conmigo llamandome asi?... no lo creo Señor Anderson-Hummel... —advirtió Kurt moviendo su dedo índice de manera negativa.
-Digas lo que digas deberás cumplir la apuesta… un par de dados eroticos lo esperan Señor Hummel-Anderson.
-Ve a ver a nuestra hija mejor… —agrego Kurt queriendo reír, Blaine le guiño un ojo y simuló que revolvía un par de dados en una de sus mano y que los lanzaba después sorprendiendose con el resultado, su esposo negó con la cabeza y metió en el cuarto de su hijo.

-¿Sabías que Lizzie le contó a Henry que estuve llorando?... ¿Blaine?... —dijo Kurt entrando en su dormitorio, cerró la puerta tras de él y llamó a su esposo un par de veces— tal vez entro en razón olvido eso de los dados—agregó murmurando por lo bajo.
-¡Nunca!... —exclamó Blaine apareciendo desde el closet, lo tomo por la cintura y le dio un beso para completar la sorpresa.
-¡Con un demonio Blaine!... ¡tu si que me asustaste!… —dijo dándole unos golpes para después dejarse besar nuevamente.
-Lo siento… —respondió sonriendo.
-¿Me escuchaste siquiera?... —pregunto Kurt dando un tono infantil a sus palabras.
-Por supuesto que si… Henry también me lo dijo… pero le explique lo que había pasado, y entendió todo, no te preocupes… —respondió dándole un tercer beso.
-¿Te he dicho que cuando actúas como todo un «Padrazo» es super extra sexy?... —sentencio Kurt mientras le recorría la espalda y los brazos con sus dos manos.
-No…
-Pues asi es… ¿donde estan esos dados?... —añadió levantando una ceja de manera coqueta.
-¡Ese es el hombre atrevido que amo!… ven… —contesto Blaine guiandolo a la cama, Kurt se mordió el labio de pura emoción— Ok… —agregó subiéndose por su lado, Kurt lo hizo por el lado de la cabecera— aquí los tengo, uno dice lo que hay que hacer y el otro la parte del cuerpo donde hacerlo… incluido un lado que da libre albedrío a los amantes— dijo enseñando la cara con un signo de pregunta.
-De verdad estás super entusiasmado con esto, ¿no es así?... —añadió su esposo tomando uno.
-Vamos, será divertido… ¿quieres empezar?
-No, comienza tu, el que va primero siempre le tocan las cosas más bizarras… —dijo abriendo sus palmas.
-¿Como?
-¿Que?
-¿Por qué dijiste eso?
-¿Que cosa?... ¿crees que podríamos poner una parte específica aquí?… no quiero sorpresas...—dijo refiriéndose a la cara con el signo de pregunta.
-Primero dime… —insistió Blaine quitándole el dado.
-¿¡Que cosa!?
-Porque dijiste eso de que «el que va primero siempre le tocan las cosas más bizarras»..
-No lo se… lo… imagino… —respondió tomando el dado con las partes del cuerpo— ¿que tal si cambiamos este «manos» por «espalda»?… es más sexy… —añadió haciéndose el desentendido.
-Kurt... ¿acaso?... ¿acaso jugaste a esto con alguien? —pregunto sonriendo nervioso.
-No…
-Kurt...
-OK… si…
-¿Que?...
-Escucha… fue una vez… bueno… dos… —Blaine soltó un poco de aire y se cruzó de brazos— pero fue super aburrido porque Adam no paraba de…
-Un momento… —interrumpió su esposo haciendo el gesto de alto con su mano— ¿jugaste a esto con el tal «Alan»?... creí que me habías dicho que no habías dormido con el…
-Pues no lo hice… hay una diferencia entre hacer esto y hacer lo otro… —dijo Kurt señalando los dados cuando decía «esto» y la cama cuando mencionaba «lo otro».
-Aun así…
-¿Aun así que?
-Aun así Kurt… pensé… que… no se… esto sería algo que haríamos los dos…
-¿Y no sera asi?, porque yo no veo a nadie más aquí… a no ser que esté bajo la cama porque en ese caso… —dijo inclinándose para mirar debajo.
-No hagas eso por favor… —interrumpió levantándose.
-¿Hacer que?... ¿cual es el problema con que haya jugado esto antes?... si bien solo he dormido contigo, hace mil años que no soy el inocente niño que conociste en Dalton…
-...
-Blaine…
-¿Cuando jugaste con él?
-¿Importa?... —Blaine se quedó en silencio mirándolo fijo, como si dijera, «importa Kurt, obvio que importa»— OK, parece que si… —agrego murmurando— déjame pensar… creo… creo que fue la noche en que salimos los cuatro y…
-¿Cuatro?, ¿que cuatro?
-Rachel, Brody, Adam y yo… —Blaine blanqueo los ojos y murmuró algo como «los cuatro fantásticos» o algo parecido— escucha, si vas a poner ese tipo de caras y a murmurar cosas, no te cuento nada… —advirtió Kurt apuntandolo, su esposo se quedo en silencio con todos los músculos de la cara en tensión— vaya… eso no mejora en nada, pero bueno… en fin… fuimos a un teatro, luego a un bar y bebimos un poco, bueno… mucho en realidad… cuando llegamos al departamento, Brody dijo que tenía unos dados eróticos, todos reímos menos Adam, nos desafió a jugar… y lo hicimos… —terminó por contar Kurt encogiendo los hombros como si hablara del tiempo atmosférico.
-No puedo creerlo… —agregó cruzándose brazos.
-¿Que no puedes creer? y ¿por qué en nombre de todo lo bueno y puro estamos hablando de esto que paso hace como «chorromil» años?… —Blaine dio un respingo al darse cuenta de quien había escuchado esa palabra su hijo.
-Kurt, sabes bien que odio a ese tipo, incluso ahora más después de que lo conocí hace un par de años y le di una cara y un cuerpo… y un todo… —dijo Blaine mientras hacía gestos que describian una cara, un cuerpo y un todo, Kurt se rascó la cabeza como buscando paciencia en su cuero cabelludo y se acercó a él.
-¿Y eso te molesta?
-No… me molesta que… me molesta que ya hayas hecho esto con alguien.. y… no… conmigo… —agregó mirando para otro lado, Kurt sintió que podía comérselo a besos sin que ningún dado se lo mandara.
-Pues deberías saber… —comenzó a decir Kurt ciñéndose a él— que aquella vez fue bastante aburrida, primero porque Rachel hizo trampa todo el tiempo, segundo porque Brody tiene una mente bastante retorcida y tercero porque el otro sujeto comenzó a contar la historia de los dados, del juego, las apuestas y no se que mas… —explicó blanqueando los ojos con fastidio, Blaine sintió una especie de alivio al escuchar que su esposo le llamada «el otro sujeto» al tal Adam.
-¿Me contarias que le hiciste tú a él?
-¿Me contarías tú que te hizo Karofsky el tiempo que estuvieron juntos?... ¿sabes que?... mejor olvidalo, aunque viviera 100 vidas no quisiera saber que le hizo ese gigante a este cuerpo pequeño y compacto tuyo… —dijo mientras le pasaba las manos por el pecho, su esposo quiso reír pero se guardó las ganas— vamos… olvidemos esta tontería y juguemos a lo que querías...
-La verdad es que ya no estoy de humor… —respondió Blaine apartándose.
-Claro que si… yo comenzare… —insistió Kurt tomando los dados desde encima de la cama.
-Kurt...
-¡No escucho nada!, ¡estoy agitando mis dados!… —dijo como cantando, los agito entre ambas manos y las movió de un lado a otro tarareando una canción como para que le diera suerte.
-Kurt…
-¡Ah!... —exclamó dejándolos caer sobre los cobertores— lea Señor Anderson Hummel...—añadió coqueto.
-Dice... «tocar»…
-Bien… ¿y el otro?...
-Es… es el signo de pregunta… —agrego con las manos en la cadera, Kurt rodeo la cama y se acercó a su esposo sin quitarle los ojos de encima, se detuvo frente a él y aun con sus ojos clavados en los de él, le desabotono el pantalon y metio su mano dentro, Blaine trago saliva y soltó un suspiro lleno de placer y calor.
-Su turno Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt sonriendo travieso.

Julio de 2039



-¿Crees que este atuendo sea apropiado para una visita al ginecólogo?... —pregunto Blaine parándose delante de su esposo, se había puesto un jeans y una camisa abierta en los primeros botones, Kurt dejó su teléfono un instante y lo miró de arriba a abajo.
-Considerando que es la primera vez que vamos a uno, creo que cualquier cosa es apropiada… pero cambiate esa camisa por una camiseta holgada, los botones abiertos te hacen ver demasiado sexy y hay que prevenir antes que curar…
-Nunca mejor dicho si se visita un ginecólogo… —respondió Blaine riendo, Kurt lo miró con la ceja levantada— me cambiare… —agregó entrando al closet— ¿a qué hora llega Julianna?
-Esta por llegar, me envió un mensaje que ya esta en el subterraneo…
-Perfecto… ¿Lizzie nos encontrara allí?
-Bien sabes que si… ya debe estar en camino a la consulta… ¿crees que mi nariz es… «más grande que el Empire State?
-¿Que dijiste?... —pregunto Blaine saliendo ya con la ropa cambiada.
-Que si crees que mi nariz es más grande que el Empire State…
-Por supuesto que no… ¿por qué lo preguntas?... —agrego mientras se acomodaba el nuevo atuendo frente al espejo.
-¿Y tampoco crees que soy... «tan blanco que parezco un fantasma con sobredosis»?
-¿Como?
-O que... «que importa que tenga el cabello hermoso, si pronto quedará calvo»
-Kurt… ¿qué demonios estás leyendo?... —quiso saber su esposo acercándose.
-Cosas… —añadió bajando el teléfono como si el desánimo lo hubiera atacado de pronto, Blaine lo tomo y reviso de qué se trataba.
-¿Por que lees estos Blogs? —preguntó deslizando la pantalla.
-Porque en tus redes sociales todo es amor y buenas palabras, allí es donde se ve la verdad de todo… y por lo visto tus fans me odian más que a nadie.
-Tal vez porque tú duermes conmigo y ellas no… o porque...
-Antes que sigas —interrumpió Kurt haciendo el gesto de alto con una de sus manos— cuando usas analogías de cama lo que menos haces, es calmarme…
-Ok… lo siento… entonces para calmarte, lo que debes hacer es, primero… dejar de mirar estas paginas… —dijo enseñando la pantalla del teléfono— segundo, es tomar las palabras de quienes vienen… adolescentes que creen que su ídolo debería estar con ellas y no con quien él elija… y tercero... las y los que escriben cosas contra ti, no me quieren tanto como dicen… por lo tanto, nunca tendrán mi atención… —terminó por decir Blaine entregando el aparato…
-¿No puedes responderles y decirles que yo no soy todas esas cosas?... —insistió Kurt volviendo manipular su teléfono para entrar a internet.
-¿Y no crees que eso sería darle demasiada importancia a personas que no la tienen?...
-Bien… pero quiero dejar establecido que si me conocieran no darían ese tipode cosas… aunque pensándolo bien, tal vez dirían otras tantas y con razón… —agrego como pensando en aquello, Blaine sonrió y lo tomó de la cintura.
-Eres adorable Kurt Hummel-Anderson… y ten por seguro que si esas personas te conocieran, solo podrían decir cosas buenas de ti… —dijo dándole un pequeño beso.
-Gracias… y lo se… —contesto haciendo un gesto engreído.
-Por supuesto que lo sabes… ¿será Julianna?... —pregunto al sentir que golpeaban la puerta.
-Debe ser… ¿puedes abrir?... yo iré a decirle a Noah que nos vamos…
-Perfecto… ¿cuando es la cita en el hospital?
-La semana entrante, un dia antes que la tuya… vaya, creo y merezco un premio por mi capacidad de organización...
-Mereces más que un solo premio —aseguro Blaine guiñandole un ojo, Kurt volvió al gesto presuntuoso y lo acompañó de un pequeño baile que su esposo celebró lanzando un beso.

-¿Bebé?... ¿puedo pasar?
-Pasa Papá… aún estoy aquí… —respondió Noah desde el interior de su habitación, Kurt terminó de abrir la puerta y sonrió al ver a su hijo recostado en la cama, tal y como le había dicho y esperara— Papá, mira, puedo mirar dentro de mi yeso… creo que veo mi hueso… —contó el pequeño mientras miraba por el pequeño hueco que había entre el pulgar y el resto de los dedos.
-¿En serio cariño?... pero eso es muy peligroso… ¿estas seguro y no es tu piel la que observas?... —dijo Kurt mientras ordenaba un poco el cuarto de su hijo, Noah exclamó un «¡oh!» bien impresionado como si su Papá lo hubiera sacado del mayor de los errores.
-¿Ya se van con el «Papáblen»?
-Ya nos vamos bebé… solo estábamos esperando que llegara Julianna para que te acompañe este ratito… no nos demoramos más de media hora, te lo super prometo —dijo Kurt levantando su mano derecha.
-¿Lizzie Anderson Hummel, esta enferma?
-No cariño… ¿por que lo preguntas? —dijo su Papá siguiendo con el orden.
-Porque irán a ver un doctor, ella me dijo que el «ginepgologo» era un doctor de mujeres sin bebés…
-Lo es cariño… —dijo Kurt queriendo reír— pero no iremos porque tu hermana esta enferma, es porque… cuando tienes cierta edad… necesitas un doctor especializado que te diga ciertas cosas…
-¿Que cosas?
-¿No serán muchas preguntas para alguien tan pequeño?... —agrego Kurt para zanjar el tema, Noah se encogió de hombros como en desacuerdo con ello— pues yo diria que sí… —sentencio haciendole unas cosquillas— ahora… si quieres ver televisión, le dices a Julianna, ¿de acuedo bebé? —dijo sentándose a su lado. Noah se subió las gafas sin vidrio y abrazo a «Desmond» con el brazo del yeso.
-Si…
-Lo otro, es que con el «Papáblen» traeremos la cena, pero si tienes hambre antes, puedes pedirle lo que quieras tambien a Julianna.
-¿Ella sabe lo que tiene «prohibinson»?
-Lo sabe bebé…
-¿Papá?
-Si cariño…
-¿Puedo levantarme?...
-¿Levantarte?
-Si… es que estar aquí es un poco aburrido…
-¿Lo es?, ¿verdad?… —dijo Kurt acariciándole el cabello— te dire algo, si me prometes que no harás ningún esfuerzo con tu mano enyesada, te daré permiso para que te levantes… ¿me lo prometes?
-¡Sí!… —exclamó Noah con gran entusiasmo.
-Muy bien entonces… —dijo Kurt ayudándolo a salir de la cama— arriba… te buscare ropa para que deambules por la casa.

-¿Se puede?... —pregunto Blaine asomando la cabeza.
-¡«Papáblen»!, ¡el Papá me dejó «meambular» por la casa!… ¡mira mi ropa de «meambular»!… —dijo Noah dándose una vuelta completa para que Blaine viera su bata como de hombre adulto pero reducida a su tamaño, y unas zapatilla de levantarse que tenían en la punta unas cabezas de gato.
-Pues me parece muy apropiada hijo…
-¿Era Julianna?... —pregunto Kurt atando mejor el lazo de la bata.
-Era…
-¿Le explicaste todo?
-Le explique todo, le dije que estaremos fuera una hora mas menos… ¿verdad?
-Así será… muy bien bebé… recuerda lo que prometiste…
-Si… le enseñaré mi atuendo de «meambular» a Julianna, gracias Papá, gracias «Papáblen»… —dijo dando un beso a cada uno— saludos a Lizzie Anderson Hummel, que el «ginepgologo» le diga como no tener bebés… —terminó por decir Noah saliendo de su habitación, Blaine soltó una risa mas que grande y Kurt sintió que le daba esa embolia que había anunciado semanas atrás cuando toda la historia de Lizzie queriendo hablar de sexo había comenzado.

-¿Cuando empiezan tus reuniones con los productores del Tony?... —pregunto Blaine mientras conducía casi llegando a Queens donde estaba la consulta de la ginecóloga que Rachel les había recomendado.
-No tengo idea…
-¿Como?
-¿Que?
-¿Como no vas a saber?... ¿escuchaste lo que te pregunte?... —dijo su esposo mirándolo a él y la carretera de manera alternada.
-La verdad es que no… disculpa… —respondió con su vista fija en la calle.
-No estés nervioso, estoy seguro que si esta doctora soporta a Rachel embarazada, seguro y puede con una adolescente llena de hormonas… —agrego Blaine tomándole la mano.
-Lo se… es… ¿de verdad no crees quees muy pronto?
-Kurt…
-Si, si, si… lo se, se que son otros tiempos, se que nosotros éramos más jóvenes y bla,bla, bla… pero… no se…
-Todo estará bien Kurt… además, estoy seguro y la doctora le explicara a todo lo que se arriesga, y nadie dice que correrá a acostarse con alguien al segundo que empiece ese tratamiento…
-Pues eso espero… —respondió volviendo a mirar hacia el lado, Blaine frunció el ceño sintiendo que su esposo no le decía toda la verdad de porque estaba tan cabizbajo.
-¿No sigues pensando en lo que leíste en esos Blogs?, ¿o si?
-No… —contestó Kurt largando la «o»— pero si pienso que deberias crear una cuenta con un nombre falso e insultarlos a todos.
-Excelente recomendación, lo pensaré… oye… —Blaine se silencio sin completar la frase y se quedó viendo hacia delante con especial atención.
-Oye… ¿que?
-...
-¿Blaine? —dijo Kurt también mirando.
-¿Esa…?... ¿esa es Rachel?...
-¿Quien?
-La persona con gafas y un sombrero de ala ancha en la cabeza… la que esta en la puerta de la consulta… —respondió señalando hacia donde decía.
-Con un demonio… ¡claro que es ella!... ¿qué hace aquí? —agrego Kurt inclinándose un poco hacia adelante como para mirar mejor.
-¿No se lo pediste?... ¿o si?
-¡Por supuesto que no!... si bien sigo creyendo que Lizzie estaría más cómoda con una mujer en este tipo de «tramites», me quede con lo que nos dijo ella misma sobre que confiaba en nosotros… solo la llame para pedirle referencias de alguien… y según ella, la señora Sandhya Nayak es la mejor OBGYN de New York…
-Se tomo la atribucion entonces… —añadió Blaine mientras detenía el auto, Rachel los miro por sobre las gafas de sol y les hizo unas señas contenidas, comos si quisiera pasar desapercibida desde todo punto.
-Será difícil deshacernos de ella, te lo advierto… —dijo Kurt mientras se baja del auto.
-Dime algo que no sepa… —añadió Blaine saliendo por su lado.
-Tal vez Lizzie la mande a buena parte… —agregó su esposo al tiempo que saludaba su amiga a lo lejos.
-Lo más probable… —dijo Blaine rodeando el auto, lo tomó de la mano y camino lo que quedaba desde donde habían aparcado hasta la entrada de la consulta en la 63rd Dr en Queens.
-¡Chicos!... ¡hola! —exclamó Rachel acercándose a ellos en punta de pies, como un duende la noche de Navidad lo haría— ¡qué alegría verlos!… —agregó como cantando.
-Hola Rachel… —respondió Blaine saludandola con un beso.
-¿Que haces aqui?... —agrego Kurt sin ningún miramiento.
-¿Como que hago aqui?... me pediste que viniera, ¿no es así?... —añadió volviendo a lo de mirar por sobre sus gafas de sol.
-No…
-¿Como que no?... quiero que sepas que interrumpi una sesión de fotos para venir… claro que tuve que disfrazarme para pasar desapercibida… pero me alegra estar aquí.. —dijo mirando hacia ambos lados de la calle como en espera de algún paparazzi o un fanático de Broadway que la reconociera.
-No creo que aquí en Queens sepan algo de Broadway… o de ti... —dijo Kurt mirándola bien ceñudo.
-En todos lados saben de Broadway y de mí… ¿les conté que Barbra sabe contar hasta el 10?... ¡por dios!… con Jessie casi nos caímos del asiento… tengo el video… —agregó haciendo ademán de sacar su teléfono móvil.
-Que maravilla Rachel, los niños siempre son…
-¿Les dije que suspendí una sesión de fotos?, y era para «Vanity Fair»… se supone y me pondrian toda sexy… —interrumpió Rachel dándose ínfulas, Blaine se quedó con la boca abierta y su opinión sobre los niños atragantada— ¿donde esta Lizzie?... ¿no vino con ustedes? — dijo mirando esta vez quitándose las gafas del todo.
-Nos encontraremos aquí… Rachel… —dijo Kurt abrazándola por los hombros— escucha… —agregó llevandosela hacia un costado— fue super amable de tu parte que nos consiguieras la cita con la doctora Nayak, pero no te necesitamos aquí… de verdad… —agregó como empujándola hacia la otra acera.
-¿Como que no?, ustedes son… ya saben…
-¿Sus padres?... —dijo Kurt terminando la frase por su amiga.
-¡No!... ¡hombres!… —exclamó señalando el área de la entrepierna de ambos— esto es un asunto de chicas… —sentencio tirandose un gran mechón de pelo hacia atrás, Kurt abrió sus ojos al máximo y miró a su esposo con desespero.
-Pues dejemos que Lizzie lo decida… allí viene… —dijo Blaine señalando a su hija que se acercaba dando saltos cambiando de pierna de tanto en tanto.

Julio de 2039


-Rachel… —dijo Kurt abrazándola por los hombros— escucha… —agregó llevandosela hacia un costado— fue super amable de tu parte que nos consiguieras la cita con la doctora Nayak, pero no te necesitamos aquí… de verdad… —agregó como empujándola hacia la otra acera.
-¿Como que no?, ustedes son… ya saben…
-¿Sus padres?... —dijo Kurt terminando la frase por su amiga.
-¡No!... ¡hombres!… —exclamó señalando el área de la entrepierna de ambos— esto es un asunto de chicas… —sentencio tirandose un gran mechón de pelo hacia atrás, Kurt abrió sus ojos al máximo y miró a su esposo con desespero.
-Pues dejemos que Lizzie lo decida… allí viene… —dijo Blaine señalando a  su hija que se acercaba dando saltos cambiando de pierna de tanto en tanto.
-¿Cómo podemos estar aquí si nuestra hija aún es una niña?... —quiso saber Kurt señalando a su hija que en ese instante dejaba los saltos y se distraía con un perro que cargaba una mujer en un bolso de diseñador.
-Kurt…
-No diré nada más… —agregó suspirando— solo dejo establecido un punto aquí… —dijo como entre dientes, Rachel puso oído  de manera disimulada para enterarse de  lo que conversaban sus amigos.
-¡Papás!... ¡aquí vengo!.... —exclamó Lizzie haciendo señas estridentes.
-Hola Princesa… —dijo Blaine recibiendola con un beso— ¿como esta tu amiga Alaska?
-Bien, aunque creo que ya entró en depresión porque este sera nuestro ultimo año de escuela… ¡hola!
-¿Que hemos dicho de gritar como en los mercados de abastos cariño?... —añadió Kurt saludándola enseguida.
-¿Que…. lo... haga?... —respondió con las manos en la cintura, Kurt miro al cielo e hizo ademán de entrar a la consulta, Lizzie le hizo un par de caras chistosas y advirtió la presencia de Rachel— ¿Tía Rachel?... ¿que haces aqui?... ¿acaso el Papá te llamo?... ¡hola!... —dijo de corrido.
-Por supuesto que sí… —contestó acercándose.
-¡Papá! —grito Lizzie dando un zapatazo en la acera.
-Dejo constancia que la llame para que me recomendara a alguien, no para que viniera hoy día...—dijo Kurt como si estableciera un punto irrefutable.
-¿Vas a seguir con eso?... Lizzie… ¡uy estas tan grande!... —exclamó Rachel dándole un abrazo para después mirarla de arriba  abajo— se que tus Padres son los más comprensivos de Norteamérica, pero esto es algo de chicas… así es que por eso me tomé la libertad de venir...—agregó tomándole ambas manos para luego hacer un pequeño baile como de complicidad femenina.
-Ok… Tía Rachel, te lo agradezco pero no te necesito… confío en mis Papás más que en nadie del mundo, por lo tanto  no veo porque no puedo hacer esto con ellos si hago todo lo demás de mi vida… ¡hola! —Kurt sonrió entre orgulloso y emocionado, Blaine también lo hizo y le lanzo un beso a la distancia.
-¿Que?... —dijo Rachel haciendo un puchero infantil.
-Lo que oyes… eres super sensacional y te quiero, pero esto… esto es entre mis Papás y yo… gracias por recomendarnos a esta persona, a todo esto… —añadió la chica entrando antes que sus padres
-Pero…
-Nos vemos Rachel… saludos a Jessie y a Barbra… —dijo Blaine dándole un beso en la mejilla.
-Kurt…
-Siento que hayas cancelado tus sesión de fotos por esto, pero ya viste… —agregó su amigo dándole unos golpe en un hombro— nos vemos...—terminó por decir Kurt entrando después de su esposo.
-¡Un momento!.... —exclamó Rachel levantando sus brazos, luego mostró las palmas de sus manos como si detuviera el tráfico en pleno Time Square— si no quieren mi ayuda esta bien... aunque si me preguntan no se que tienen que hacer un par de hombres en una consulta de un OBGYN… pero aun así entraré con ustedes...
-¿Que?... ¿por qué?...  —pregunto Kurt un tanto desconcertado.
-Porque a mi me conocen, aquí y en todos lados… —respondió poniéndose las gafas de sol y arreglándose el sombrero— así es que puedo servir de influencia si es que hay mucha gente o  Sandhya  no los quiere atender… —sentencio  abriéndose paso entre todos para entrar de las primeras, Kurt, Blaine y Lizzie blanquearon los ojos al unísono.
-Con un demonio…. —dijo Kurt sacando el teléfono desde su bolsillo.
-¿Que?... —preguntaron su esposo e hija al mismo tiempo.
-Alguien me llama… vaya…
-¿Que?... —repitió Blaine queriendo mirar.
-Es del hospital… —dijo enseñando la pantalla.
-Del del «Goblin» o del «Papáblen», porque hemos estado en cientos de hospitales los últimos meses ¡hola!... —dijo Lizzie mientras trataba de hacerse un moño usando su propio cabello como cinta.
-De tu hermanito… entren… yo contestare esto… —dijo poniendo el teléfono en su oreja.
-Te esperamos… asumo y Rachel tiene toda la atención allí dentro, ¿verdad Princesa?...
-Obvio…. ¡hola!... —dijo la chica parándose al lado de Blaine, Kurt les sonrió a ambos y se alejó un poco para hablar con quien correspondiera.

-¿Quién era?... —pregunto Blaine en cuanto su esposo termino la llamada.
-Era de la administración del hospital, se supone y hay una forma que no firme o que firme dos veces… no entendí muy bien… —explicó revisando otras cosas en su teléfono
-¿Y vas a tener que ir ahora?, porque estamos en otra cosa, ¡hola!
-Ahora no cariño, tranquila, pero después, en algún momento si… con un demonio maldita burocracia… —reclamo Kurt mirando en su agenda algún espacio libre para hacer aquel trámite.
-¿Por qué no le pides ayuda a esa persona que los ayudó con el «Goblin»?, según lo que escuche era super extra amable… ¡hola!
-¡Vaya!, ¡pero qué buena idea!… —exclamó Kurt fingiendo una gran sonrisa— pues prefiero masticar un fierro caliente… —añadió sin quitar la mueca de su cara.
-¿Que?... —dijo Lizzie sin entender nada.
-Princesa… —dijo Blaine aguantándose la risa—¿por que no entras?, tal vez Rachel ya consiguió algo de todo lo que ofreció, y no creo que quieras perder esta cita… —agregó señalando la entrada, Lizzie lo miro bien ceñuda antes de contestar.
-No me gusta esto de los secretos… —respondió apuntando a ambos de manera alternada— espero y lo sepan… —terminó por decir dándose media vuelta para echarles un vistazo por sobre su hombro por cada dos pasos que avanzaba.
-Lizzie tiene razón… ¿sabes?
-No llamaré a ese sujeto… —contestó Kurt pasando pantallas en su teléfono sin poder encontrar un espacio libre en su agenda.
-Kurt… él fue amable contigo… tal vez pueda hacer algo que te evite un viaje al hospital…
-Ya dije que no quiero…
-¿Por qué no?...
-¡Porque no!… porque si le pido otro favor, me veré obligado a hacer realidad esa invitación a cenar y no solo a él… también a su esposo y a su hijo… y lo que menos quiero escuchar es a  un niño decir: «Mi Papá Sebastián habla todo el día de usted señor Blaine»…. —dijo Kurt hablando de manera extra aguda, como si quisiera imitar la voz de un niño, pero acabando por igualar la de una trompeta en cambio.
-Eso sonó más aterrador que divertido… ¿querías imitar a un niño o…?
-¡Da lo mismo!... no lo llamaré… ademas se que miente sobre su esposo porque primero le dijo Tyler Wood algo y después lo cambio por otro apellido que no me acuerdo…
-Tal vez era su nombre de soltero…
-Entonces debería ser Smythe…
-Ok, entonces me rindo… Kurt… de verdad, llámalo, si no puede ayudarnos, entonces mañana voy yo al hospital y me encargo del trámite…
-Pero yo fui quien los firme en primer lugar…
-Entonces me darán otro set de formularios del seguro o termino pagando todo en efectivo si es necesario… —dijo Blaine como ultima opción, Kurt lo miro y solto un poco de aire, se llevo el teléfono al mentón y se dio varios golpecitos con el como si eso lo ayudará  a reflexionar o algo así.
-Esta bien… —respondió finalmente— pero quiero que sepas que sigo con mi teoría de que prefiero el fierro caliente…
-Lo tendré en cuenta… ahora vamos… si no Rachel acabará por ocupar nuestro lugar y entrara a la consulta con Lizzie…
-Ella no lo permitirá…
-Seguro que no… y a propósito de eso… ¿no te dio gusto como se puso de nuestra parte?... —dijo Blaine sonriendo.
-Mucho…
-Es muy noble, ¿no crees?... —añadió mirando hacia el interior de la casa.
-Pues tiene tus genes Blaine… no podía esperar menos de ella… —sentencio Kurt mirando a su esposo.
-Adulador… —respondió este acariciándole la cara.
-Pues lo aprendí de ti… ¿entremos?
-Entremos… —contesto Blaine estirando su mano para que su esposo la cogiera.

-¡Papás!... —dijo Lizzie volviendo a lo del grito destemplado.
-Cariño… —murmuró Kurt entre dientes, mientras miraba al resto de los pacientes que a su vez, la miraban a ella con cara de impacto extremo
-Ay esta bien… ¡vengan!… aquí hay lugar para todos… —dijo señalando el sofá donde se había instalado junto a Rachel, sus padres se sentaron uno a cada lado. La sala de espera era grande pero acogedora, y mas que una consulta médica, parecía la casa de una familia numerosa.
-¿Aún no te han llamado Princesa?
-No, pero creo que hay que ir a hablar allí primero… —dijo apuntando un mesón donde dos personas hablaban tras unas pantallas de computadora.
-¿Y porque no has ido cariño?... —pregunto Kurt estirando un poco su cuello para mirar en aquella dirección.
-Es lo que le dije yo… —advirtió Rachel que esta vez ocultaba su famosa cara tras una revista.
-¿Y qué tal si me llamaban y ustedes no estaban?... ¡hola!
-Bien pensado cariño… ¿vamos Blaine? —dijo mirando a  su esposo.
-Vamos…
-¡Déjenme a mi!... —se adelantó en decir Rachel parándose antes que todos, Kurt se restregó al frente con desespero  y Blaine lo calmo con una caricia en la espalda, ambos la siguieron hasta donde estaban las mujeres de la recepción.
-Buenas tardes… —dijo Rachel apoyando sus codos en el mesón— ¿esta Sandhya?
-Buenas tardes… bienvenida a la consulta, ¿tiene una cita? —respondió una de las mujeres mientras escribía en su estación de trabajo.
-No, yo no…
-¿Desea una cita?... —agregó  levantando la vista para mirarla a la cara.
-Ahora que me vio y ya sabe quién soy… ¿podría llamar a Sandhya? —dijo Rachel haciendo ademanes con su cabello, Kurt blanqueo los ojos y abrió la boca queriendo intervenir, Blaine le tomo la mano con más fuerza para impedir aquello
-¿Quién es usted? —preguntó la mujer mirándola de medio lado, Kurt no pudo evitar soltar una pequeña risa que dentro de su boca se oyó como una explosión.
-¿Que? —dijo Rachel retrocediendo un paso.
-¿Tiene una cita?
-No…
-¿Necesita una? —insistió la funcionaria hablándole a Rachel como si esta tuviera problemas mentales.
-¡Ah!, entiendo, usted es nueva… ¿verdad?... pero no se preocupe, si llama a Sandhya…
-Disculpe… —interrumpió Kurt apartando a su amiga hacia un lado— mi nombre es Kurt Hummel-Anderson y con mi esposo pedimos una cita para nuestra hija…
-Por supuesto… ¿cual es el nombre? —preguntó la mujer escribiendo un par de cosas.
-Lizzie Anderson…
-Lizzie Anderson… —repitió mientras escribía los datos— aquí esta la cita, tomen asiento los llamaran enseguida… —agregó apuntando hacia la sala de espera, Kurt sonrió y Blaine dio las gracias, Rachel en tanto, se quedó como paralizada a un costado del mesón.
-¿Qué dijeron?... —preguntó Lizzie levantándose de un salto.
-Que tu cita esta apuntada, así es que nos llamaran enseguida Princesa.
-Genial… ¿la tía Rachel esta bien?... —añadió la chica mirando a la amiga de sus padres.
-Lo esta cariño, es solo que su ego debe estar por el suelo en este momento… —explicó Kurt también mirando.
-¿Lizzie Anderson?... —dijo la Doctora Sandhya Nayak apareciendo por la puerta que tenía su nombre, era pequeña y tenía el cabello largo y liso con un flequillo que parecía y lo había cortado en exceso, llevaba una bata blanca sobre un pantalón y camiseta azulada y parecía ser la mujer mas feliz de todo New York  y alrededores.
-¡SOY YO!... —exclamó Lizzie levantando sus brazos— ¡Papás!... —dijo haciendo una seña para que Blaine y Kurt se levantaran de donde estaban—¡lo siento tía Rachel!... —añadió despidiéndose de ella a la distancia, Rachel se puso el sombrero y las gafas de sol y salió haciendo un desprecio a todos, incluidas las mujeres tras las computadoras.
-¿Tu eres Lizzie Anderson?... —preguntó Sandhya mirando a Lizzie
-Si... y ellos son mis Papás, les dije que me acompañaran, ¿pueden entrar?, porque si ellos no entran, yo tampoco… ¡hola!
-Lizzie… —dijo Kurt mirándola con reprobación —disculpe a mi hija, entre otras muchas cosas, es muy impetuosa...
-No hay problema —dijo la Doctora Nayak sonriendo— y es tu decisión… a mi personalmente me encanta que los padres se involucren lo mayor posible con sus hijos… buenas tardes… —dijo estrechando la mano de cada uno, mientras escuchaba sus nombres, se apartó hacia un lado de la puerta y dejó entrar a todos —padres, pueden sentarse allí… tu Lizzie, acá… —agrego dándole un toque a la silla que estaba frente a su escritorio— muy bien… —dijo instalándose enfrente, tomó un dispositivo electrónico del porte de un libro y comenzó a escribir la historia clínica de la recién llegada, le preguntó sus datos personales y las enfermedades que había tenido así como las vacunas que había recibido durante su vida, Lizzie respondía todo con ademanes divertidos y consultando a sus padres por los datos que no manejaba .
-Cuéntame Lizzie, ¿por qué estás aquí?... —preguntó la Doctora Nayak cruzando sus manos sobre el escritorio, Lizzie miró a sus padres de reojo y respondió que era porque quería comenzar a intimar con novio y necesitaba prevenir un embarazo con una cosa llamada «implante anticonceptivo» , Kurt carraspeo un poco y se toco el cuello de la camisa, Blaine lo miró con la ternura de siempre y le tomó una mano como si con eso aliviara su nerviosismo de manera silenciosa.
-¿Sabes que hay una epidemia de clamidia en el sector sur de New York?...
-¿Como?... —dijo Lizzie poniendo cara de asco.
-¿Y qué hay de las estadísticas de enfermedades de transmisión sexual?, ¿las conoces? —añadió Sandhya sacando algunos papeles desde un cajón, Lizzie volvió a lo de la mueca de repulsión para luego mirar a Kurt pensando que se había confabulado con la doctora para hacerla cambiar de opinión sobre eso de comenzar a tener sexo.
-¿Me quiere asustar o algo?... porque se que hay que usar condón, en la escuela nos enseñaron a ponerlo y todo…  ¡hola!... —dijo Lizzie mirándola ceñuda, Kurt sintió que esta vez sí que le daba la embolia.
-Por supuesto que no te quiero asustar, el sexo es maravilloso, pero no solo debe preocuparte el no quedar embarazada sino que todas las otras consecuencias que acarrea intimar con alguien.
-Mis Papás me lo advirtieron… —agrego la chica señalándolos con su mirada.
-Pues me parece muy bien, y si eso que dices sobre el preservativo es verdad, no hay de qué preocuparse porque se ve que estas informada, ahora bien... la opción que traes del «implante anticonceptivo» es la mejor que existe, ¿sabes como funciona? — pregunto la ginecóloga buscando otros papeles, Lizzie respondió todo lo que sabía como si fuera una promotora de un centro médico de implantes, Kurt dio un respingo sorprendido— excelente… —agrego Sandhya sonriendo— y como bien dices el momento ideal para ponerlo es durante el periodo… ¿es es el caso?
-No, aun no…
-¿Y cuando puedes volver entonces?... —Lizzie comenzó a contar de manera mental y con sus dedos.
-En diez días… —respondió enseñando todos sus dedos.
-Perfecto, te agendare para diez días más entonces… Padres… ¿alguna pregunta? —dijo la doctora Nayak mirando a ambos, Blaine tomó aire como si reflexionara y termino por gesticular un no en su cabeza, Kurt en cambio,  se levantó en menos de un segundo para ocupar la silla contigua  a la de Lizzie.
-Papá, ¿qué haces?... —dijo la chica abriendo sus ojos al máximo.
-Resolveré mis dudas cariño... ¿que mas? —respondió mirándola con una gran sonrisa.
-¡Papá!... —insistió Lizzie entre dientes.
-Doctora… —comenzó a decir Kurt sin tomar atencion a los gestos de su hija— ¿puedo llamarla Sandhya?
-Por supuesto….
-Perfecto… —agrego echándose hacia atrás en la silla, puso una pierna sobre la otra y adoptó una posición extra relajada— Sandhya, la verdad que yo sigo creyendo que mi hija es muy pequeña para hacer lo que quiere hacer…
-¡Papá!... —exclamo esta vez  Lizzie tomándose los pelos.
-Pero bueno… ya que se decidió y no hay manera de disuadir su pensamiento… me gustaría saber si este es en efecto el método más seguro…. he escuchado de accidentes cardiovasculares o cardíacos… ya sabe como el que casi me da a mi hace un segundo cuando escuche a mi hija hablar tan suelta de cuerpo sobre que si sabia poner un condón... —Lizzie hizo como que a ella si que le daba la embolia y Blaine rió por lo bajo sin poder evitarlo.

Septiembre de 2018



-¿Por que estas viendo noticias antes del mediodía?.... —pregunto Kurt entrando en el departamento, se quitó el exceso de ropa y dejó una bolsa con compras en el mesón de la cocina— ¿es ese Anderson Cooper?, ¿no se supone y los hombres ancla trabajan en horario estelar? —añadió mirando la noticia que involucraba un avión, el aeropuerto JFK y unas cuantas ambulancias — ¿Blaine?
-¿Que?... —respondió este enderezandose en el sofa.
-Ok… mejor cambio mi pregunta a… ¿qué haces durmiendo frente al noticiario del mediodía?...
-No estaba durmiendo, solo… cerré los ojos un instante… —aseguró dejando el «baby monitor» de Henry sobre la mesa de cafe.
-Por supuesto… —agrego Kurt queriendo reír— ¿nuestro bebé?
-Durmiendo… feliz y tranquilo… creo y ya superó la etapa esa de molestar y molestar... hola… —dijo Blaine estirando sus labios para recibir un beso.
-Hola… —respondió Kurt cumpliendo con lo que le demandaban— hazme espacio… —pidió haciendo ademán de ocupar parte del sofá, Blaine se corrió hacia un extremo y espero que su esposo se instalara para acomodarse junto a él, Kurt separó sus piernas y lo recibió casi encima.
-¿No se supone y debías de ir a recoger a Dylan? —dijo terminando de acomodarse.
-Se supone, pero dijo y me avisaría cuando llegara a New York… —agregó Blaine bostezando y dejando el televisor con el volumen al minimo— pero aun no lo hace, solo me envió un audio hace como una hora diciendo que aparecería en las noticias, las estoy viendo hace rato pero no pasa nada…
-No me digas que perdió el vuelo o algo porque gaste lo que no tenemos en este sofá-cama y en un juego de sábanas medianamente decente —dijo Kurt poniendole las manos en el pecho.
-Lo se… pero no te preocupes, no nos faltarán visitas inesperadas que quieran quedarse a alojar en este confortable y costoso sofá-cama…
-Pues yo prefiero que avisen… que quieres que te diga…
-Por supuesto que sí… cuéntame… ¿todo bien en el teatro?
-«Mmmmm»… sí...
-Oh, oh… ¿no esta todo bien?... —dijo Blaine mirándolo hacia arriba.
-Lo esta, lo esta, es solo que hoy Lily se puso un poco neurótica porque la vestuarista estaba pálida y un poco verde..
-¿Que?... —preguntó su esposo soltando una risa.
-Lo que oyes… yo la vi verde y lo hice notar… aunque creo y no debí decir nada porque allí fue cuando tu amiga perdió los nervios.
-¿Por qué?...—preguntó Blaine mirando de reojo a Anderson Cooper que daba el paso a otro periodista que al parecer hablaba de algo sobre el avión en el que estaban puestas las cámaras desde antes del mediodía.
-Porque falta la mitad del vestuario y si se enferma esta persona pues habrá un problema bastante grande…
-Confiemos en que no entonces…
-Confiemos… ¿te cuento algo?
-Siempre… —dijo Blaine dándole unos cuantos besos en las manos que mantenía entrelazadas con las suyas.
-Hoy nos visitaron unos reporteros en el ensayo.
-¿Reporteros?, ¿en plural?
-Si… la mayoría de periódicos «online», pero lo más importante es que Ben Brantley estaba allí —contó Kurt dando un tono agudo y de emoción a sus palabras.
-¿Ben Brantley?, ¿el del New York Times?
-El mismo, te juro y casi me pongo verde como la vestuarista…
-¿Y te entrevistó?
-Si…
-¡Kurt!, ¡eso es fantástico!... —exclamó Blaine cambiando de posición sobre el sofá para quedar sobre su esposo y poder así besarlo en los labios con propiedad— estoy super orgulloso de ti…
-Gracias… igual se que me dedicara como dos líneas o menos, pero se sintió súper bien ser entrevistado por él...—dijo Kurt encogiéndose de hombros emocionado.
-Serán más de dos líneas te lo aseguro…—agrego Blaine acariciandole la cara y el cabello, luego lo miró un instante y se llenó con su alegría— y dime… ¿es simpático? —quiso saber moviéndose hacia el otro extremo del sofá, Kurt también se acomodó en el lado contrario con las piernas cruzadas como si estuvieran en un día de asueto en medio del parque.
-Lo es… aunque sentí que me juzgaba mientras me entrevistaba… —respondió como pensando en aquello.
-Seguro y los nervios te hicieron pensar eso… eres fantástico y talentoso, por lo tanto, no tienes nada que temer… —sentencio Blaine besandolo antes de volver a acomodarse sobre él.
-Gracias…—dijo Kurt acariciándole el cabello— dios… me encanta esto… —agregó soltando un suspiro.
-¿Restregar tu éxito sobre mi constante fracaso?... —dijo Blaine riendo.
-¡No!, ¡por supuesto que no!, ¿por qué dices eso?
-Estoy bromeando Kurt…
-Pues no fue divertido… tú también eres talentoso, estás componiendo un álbum para una compañía internacional, no hay fracaso posible si estás con una compañía internacional…
-Ok…
-A lo que me refiero es que me encanta esto… llegar a casa a diario… llegar a ti… sentarnos en este sofá o aprovechar la cama… hablar estupideces o cosas serias… se siente como…
-¿Un tipo diferente de intimidad?
-Así es…
-También lo creo…
-Y hablando de intimidad… no de esta, sino que de la que tuvimos anoche Señor Anderson-Hummel, sentí que no quedó totalmente satisfecho conmigo… ¿quiere explicarse? —dijo Kurt recorriendole la espalda con sus dos manos.
-¿Como?
-No lo sé… sentí que… o me querias decir algo… o ¿pedirme algo tal vez? —Blaine sonrió y se incorporó un poco.
-No fue eso… —dijo apoyándose en él.
-¿Entonces?
-Entonces… lo que pasa es que… me dieron ganas de…
-¿De?... —interrumpió Kurt levantando una ceja y pensando que su esposo le iba a pedir quizás que.
-De ser más ruidoso…
-¿Que?...
-Lo que oyes… pero luego recordé que tenemos un recién nacido que cuando quiere se despierta de la nada y unas paredes tan delgadas como el papel… así es que me guarde las ganas…
-Así es que «más ruidoso»... ¿tan bueno soy que te provoco eso?... —pregunto Kurt haciendo un gesto engreído.
-Lo eres… ademas de sexy, guapo, generoso, y...
-¿Y?... sabes bien que no debes detenerte cuando me estás alabando…
-Lo se… es solo que… ¿escuchaste eso?
-¿Que cosa?... ¿Henry?... —dijo Kurt tomando el «baby monitor», le subió el volumen al máximo hasta que se escucho un pitido como de acople.
-No… en la televisión… —agregó subiendo el volumen al noticiario— te juro y escuche el número del vuelo de Dylan… —aseguro parándose delante del televisor.
-¿El número de vuelo?... ¿de que se trata esa noticia?, ¿pusiste atencion antes de dormirte?
-La verdad es que no… —Kurt blanqueo los ojos y se aproximó también a la pantalla.
-Pero ahí dice JFK, ¿su avión no llegaba a La Guardia? —pregunto mirando a su esposo.
-Se supone… déjame ver... —respondió Blaine caminando hacia la cocina, tomó un papel desde la puerta del refrigerador, leyó los datos en voz alta para luego hacer una mueca con la boca como que no entendía lo que pasaba.
-¿«Emirates Airlines»?, ¿que demonios hacia Dylan tomando esa aerolínea? —quiso saber Kurt mirando otra vez el televisor.
-Según él, es porque es mas economica, pero yo creo que tiene una fantasia con las sobrecargo y ese uniforme que usan… —explicó Blaine al tiempo que comenzaba a ordenar las compras que su esposo había dejado en al cocina.
-¿Por qué no me extraña eso?... tal vez deberías llamarlo para saber qué pasa… oh por dios…
-¿Que?...
-Creo que esto es serio, hay personas con chaquetas que dicen «CDC»
-¿Que es «CDC»? —pregunto Blaine acercándose a su esposo.
-Centro de Control de Enfermedades… ¿nunca viste «Outbreak»?
-No…
-¿En serio?... ¿Rene Russo?, un joven y bueno, no pervertido Kevin Spacey… ¿no?
-No…
-¿Que hay de «Contagion»?
-Kurt…
-No, en serio… ¿ni por Jude Law?…
-No...
-Vaya… me sorprendes cada dia Blaine Anderson- Hummel… que puedo decir… —dijo Kurt mirándolo con el entrecejo fruncido— en fin… tal vez hay alguien dentro del avión con una enfermedad grave y contagiosa, como que lo mordió un mono o algo… por dios… ¿que tal si es Dylan? —dijo Kurt llevándose las manos a la boca— te advierto que si es él no podrá quedarse aquí… —añadio mirando el departamento como si el mismo llevará una chaqueta con la sigla «CDC» y decidiera los pasos a seguir para evitar un contagio inminente.
-Vamos… seguro y no es él… lo llamaré… —dijo Blaine desconectando su teléfono del tomacorriente, desbloqueo un par de pantallas y se llevó el teléfono a la oreja.
-Mejor enviale un mensaje seguro y no dejan a nadie comunicarse con el mundo exterior… —dijo cambiando a otro noticiario, Blaine hizo lo que le recomendará su esposo y le escribió un mensaje a su amigo preguntándole qué sucedía, después de un par de segundos recibió la respuesta—¿es él?—pregunto Kurt con la vista fija en el televisor.
-Sí… vaya…
-¿Que?...
-Dice que acaban de decirles que es una emergencia sanitaria, aparentemente… «todos los pasajeros estamos fuera del avión y estamos siendo evaluados, 19 enfermos, 10 en el hospital y 9 rehusaron atención médica. Los efectivos sanitarios están haciendo pruebas para saber la causa. Los síntomas apuntan a una gripe» —dijo Blaine leyendo el mensaje de Dylan.
-¿Dime que no es él uno de los que rehusaron la atención médica?
-Bueno… «dile a Kurt que yo no soy el que rehusó la atención médica» —añadió enseñando el otro mensaje, Kurt sonrió sintiéndose predecible para luego dejarse caer nuevamente en el sofá víctima del desánimo…
-Todo estará bien… —dijo Blaine sentándose a su lado— estoy seguro y esto es solo precaución, este país tiene una paranoia bastante severa desde el 2001.
-Lo se… y no me malinterpretes, pero… me importa bien poco lo que pueda sucederle a todas esas personas —Blaine dio un respingo sorprendido— es solo que trajimos un bebé a este mundo y ni siquiera sabemos si es un lugar seguro…
-Kurt…
-No, de verdad… imagina a esas personas, tomaron un avión tal vez por primera vez en sus vidas y ahora están encerrados en una oficina contagiados de algo posiblemente mortal… ¿como podremos proteger a nuestro hijo de algo así?…
-No podemos… —respondió Blaine encogiéndose de hombros.
-¿Estás tratando de darme esperanzas o...?
-Es lo que trato… Kurt… no podemos proteger a Henry de todo lo existente en este mundo… ningún padre puede… pero si podemos hacer nuestro mejor esfuerzo para que nada malo le pase, para que sea feliz, para que confíe en nosotros y se sienta seguro… eso —dijo apuntando el televisor— eso esta fuera de nuestro alcance…
-Da miedo que sea así…
-Por supuesto que sí… pero creo que a eso le llaman vivir… —agrego Blaine sonriendo como nunca.
-Hablando de diferentes tipos de intimidad…—dijo Kurt tomándole la cara para delinear con uno de sus dedos aquella sonrisa maravillosa— ¿como haces para tener siempre la frase que me calma?
-No lo se…
-Ni yo… —dijo Kurt mirándolo a los ojos— ¿así que te gustaria ser mas ruidoso?... ¿no?... —Blaine bajo la cabeza sonriendo— pues tal vez deberíamos de cambiar el escenario para que puedas… ¿como decirlo?... ¿explayarte sin restricciones?
-¿Tiene algo en mente Señor Hummel-Anderson? —preguntó su esposo tomándole una mano.
-Siempre… —respondió feliz, tan feliz como podía ser siendo esposo de Blaine Anderson.

Agosto de 2042




-Los chicos están bien… tranquilo… —dijo Blaine como cantando mientras conducía el auto familiar por la FDR drive casi llegando al «Club de Yates de Manhattan».
-Lo sé… —respondió Kurt del mismo modo.
-¿Y por qué vas tan concentrado mirando hacia atrás por el espejo entonces?
-No estoy mirando hacia atrás por el espejo, estoy… estoy mirando…
-¿Hacia atrás por el espejo?
-¡No!... estoy mirando el «East River», y las ventajas inmobiliarias de Brooklyn...—respondió Kurt dándose ínfulas de agente de bienes raíces, Blaine soltó una pequeña risa antes de hacer una maniobra de adelantamiento— mejor recuerdame quien es esta persona y a dónde nos va a llevar...
-¡Yo se!... —exclamó Noah desde el asiento de atrás donde viajaba en su silla especial junto a «Desmond» y el resto de sus cosas.
-¿Es verdad eso bebé?... —preguntó su Papá quitándose el cinturón de seguridad un instante para moverse en el asiento y mirarlo a la cara.
-Si, el «Papáblen» nos explicó todo al «respepsto»
-Pues yo al parecer lo olvide, debe ser por lo entretenido que será este panorama de dia de pesca… —dijo volviendo a sentarse de manera normal y blanqueando los ojos cuando mencionaba lo del «dia de pesca».
-Lo será… él es un gran tipo y su yate es espectacular…
-¿Me quieres impresionar de alguna forma?
-Tal vez… —dijo sonriendo— o tal vez solo digo que pasaras un buen rato, además Fred me había hecho esa invitación hace como mil años y nunca habíamos tenido tiempo de…
-Un momento… —dijo Kurt aguantando una risa al tiempo que hacía el gesto de alto con una de sus manos— ¿esta persona se llama Fred?
-Si…
-Pero es el hermano Ginger…
-Así es… ¿y?
-Fred y Ginger…—agregó riendo de buena gana— vaya con ese par de padres… ¡ahí va Henry!... —exclamó señalando la camioneta que los pasaba casi a la entrada del área de restaurantes del club de yates.
-¿Es Henry Anderson Hummel el que va en esa camioneta acaso?
-Lo es bebé… —dijo Kurt irguiéndose un poco en el asiento, como si quisiera mirar más de cerca lo que pasaba con su hijo que en ese instante hablaba con el guardia de seguridad quien le entregaba un ticket y anotaba sus datos y los del vehículo en un dispositivo móvil.
-¿Y por qué no viajó con nosotros en el auto?
-Porque se puso de acuerdo con tu hermanita para recogerla en la universidad, a ella sola espero —agrego murmurando sus últimas palabras.
-Escuche eso… —dijo Blaine disminuyendo la velocidad.
-¿Que?
-Lo que dijiste sobre James…
-¡Yo no he dicho nada sobre esa persona! —exclamó agudizando su voz.
-Kurt, si Lizzie viene con James… debes prometer que serás amable con él...
-¿Alguna vez no lo he sido?
-No…
-¿Entonces?
-Entonces… siempre hay una primera vez para todo… prometelo…
-Bien…
-Kurt…
-Esta bien… lo prometo… —dijo alzando su mano derecha, Blaine sonrió y bajó el vidrio para recibir su ticket y las intrucciones— buenos dias… —agrego sonriendo.
-Su nombre… —respondió el guardia de lo más parco.
-Blaine Anderson Hummel, somos invitados de Fred Fletcher—añadió en tono de pregunta— se supone y...
-¿Tiene algo que ver con las personas que entraron antes que usted? —interrumpió mirándolo a él, a la camioneta de Henry y luego nuevamente a él.
-Si… son mis hijos…
-Claro, por eso lo del apellido… muy bien Señor Anderson —dijo escribiendo un par de cosas en el dispositivo que cargaba, se movió para mirar la matrícula y anotarla acto seguido— bienvenidos al «Club de Yates de Manhattan», conserve su ticket, lo necesitara al salir.
-Perfecto… —dijo Blaine recibiendolo— ahora… ¿me podra indicar dónde ir?, la marina es bastante grande y…
-Por supuesto —volvió a interrumpir el hombre acercándose al vehículo— siga derecho hasta donde debe dejar el auto, lo sabrá porque hay muchos autos —Blaine sonrió y asintió ante aquella obviedad— luego camine en dirección al muelle, los yates más grandes están pasando la casa del club… —explicó el guardia haciendo los gestos correspondientes que indicaban la derecha, la izquierda y luego otra vez hacia la derecha, Noah siguió con su cabeza todo el movimiento— ¿entendió?
-Entendi… muchas gracias… —termino por decir Blaine poniendo en marcha el motor.
-¿Los yates más grandes? —repitió Kurt bajando sus gafas de sol.
-Te dije y te sorprenderias…
-Tanto como sorprenderme… solo espero que ese tal Fred no sea un engreído como esas personas que van allí, ¡míralos!, parecen sacados de un comercial de Ralph Lauren.. —dijo Kurt poniendo mala cara.
-Deja de juzgar a la gente por como luce, hay un pequeño alla atras que pone atención a todo… —dijo Blaine señalando a su hijo con la mirada.
-Pues yo lo veo bien interesado en su libro sobre barcos… que quieres que te diga… —agregó Kurt haciéndole una especie de desprecio, su esposo movio el espejo retrovisor para enfocarlo en su hijo y comprobar por el mismo si de verdad estaba concentrado en leer.
-Aun así... —dijo Blaine constatando la veracidad de aquello.
-¿Por qué te molesta que hable mal de esta persona?, ¿tengo que preocuparme de algo aquí?...
-¿De que te vas a preocupar?
-No lo se, ¿que tal si es un tipo guapo con cuerpo de atleta como esos que compiten con los veleros?... ¿como se llaman?... ¿lo de las regatas?
-¿Regateros?... —respondió su esposo mirándolo de medio lado.
-¿Que?
-Ok, eso lo invente… pero no es menester que te preocupes, Fred es pequeño, un poco pasado de peso y creo que a esta altura ya debe haber quedado calvo…
-¿En serio?... —dijo Kurt pasándose la mano por el pelo, presumiendo de su hermoso cabello.
-Mucho, ¿como no lo recuerdas?... este tipo estuvo a cargo del sonido de mis dos primeros álbumes… la misma Ginger nos lo presentó...
-Pues la verdad es que no me acuerdo… solo me acuerdo que esta mujer durmió con Dylan… ¿verdad?... —pregunto Kurt bajando el tono de su voz cuando mencionaba lo de «dormir»
-Otra mujer de la larga lista que tiene mi amigo a su haber...
-Eso no es para enorgullecerse… lo sabes, ¿verdad?
-¡Allí están Henry Anderson Hummel y Lizzie Anderson Hummel!... —exclamó Noah señalando a su hermanos que esperaban a un costado de la camioneta— ¡Papá!... ¡«Papáblen»! —agregó moviéndose como con ansiedad y nervios.
-Los vemos cariño… tranquilo… —dijo Kurt haciendo ademán de quitarse el cinturón de seguridad para bajarse, Blaine detuvo el auto y se encargó de las cosas mientras su esposo hacía lo propio con Noah.
-Hay muchos barcos… —opinó el pequeño como impresionado.
-Muchos bebés —dijo Kurt quitando el arnés de la silla de seguridad— ¿te acuerdas de la regla súper importante que establecimos antes de salir de la casa?
-¡Si!... —exclamó bajando con pequeño salto— no debo acercarme a la orilla ni ser «intréspido»…
-Muy bien cariño, no se vale ser intrépido si estas en alta mar— añadió su Papá tomando la mochila y el libro de su hijo— déjame sacar tus cosas bebé…
-Gracias Papá, para mi son «inancanzableps»…
-Por nada bebé… ¡ay si eres un dulce!... —exclamo Kurt levantandolo un poco del piso en medio de un abrazo bien apretado, Noah río y se dejó mimar.
-¿Listos?... —pregunto Blaine rodeando el auto.
-Muy listos…
-«Papáblen», el Papá dice que soy un dulce..
-¿En serio?... pues me temo y tendré que comprobarlo… —dijo Blaine alzandolo con el brazo que tenía libre, luego hizo como que se lo comía partiendo por el cuello, Noah volvió a reir y Kurt suspiro pensando en los brazos de su esposo y en lo fuerte que seguía siendo.
-¡Oigan!, ¿por que se quedan ahí mimando solo a Noah?... ¡tienen más hijos!... ¡hola! —dijo Lizzie gritando como si estuviera a kilómetros de distancia.
-¿Puedo ir a decirle hola a Lizzie Anderson Hummel y a Henry Anderson Hummel?
-Por supuesto que puedes hijo… —respondió Blaine dejándolo en el piso.
-Toma cariño… —agrego Kurt entregando la mochila y el libro— ten cuidado bebé —Noah se paró recto e hizo un gesto como de saludo militar antes de partir corriendo donde estaban sus hermanos, sus padres rieron al unísono.
-¿Es posible que el cabello de nuestra hija tenga el doble del volumen habitual?... —dijo Blaine mirando a Lizzie mientras ponía la alarma al auto y le daba la mano a su esposo...
-Todo es posible con Lizzie Anderson… oye… —agrego Kurt sin moverse del sitio.
-¿Que?
-Espera un segundo…
-¿Por qué?...
-¿Aun somos amigos Señor Anderson-Hummel?
-Por supuesto que sí… ¿por qué lo preguntas?
-No lo se… —dijo Kurt acercándose de manera coqueta— sentí que te molestaste cuando hable de mas de tu amigo Fred y de las personas esas sobre vestidas que vimos….
-No me moleste… es solo que no me gusta que juzgues a la gente por su apariencia… en especial cuando esta nuestro hijo escuchando todo… yo sé de sobra que tu corazón es de algodon de azucar y no hay espacio para las frivolidades, pero el solo lleva siete años en este mundo, puede hacerse una mala impresión de su Papá...
-Lo se… y tienes razón… evitare decir ese tipo de cosas… al menos en frente de Noah…
-Ok… gracias —agrego su esposo sonriendo y queriendo juntar sus labios con los de el.
-¿Solo te molesto eso?... ¿verdad? —dijo Kurt apartándose.
-Obvio… ¿no me crees?
-Si… es solo que siento que estás más molesto porque me rei del tal Fred Astaire ese…
-Kurt…
-¿Que?...
-Ya te dije que no me interesa de esa manera… ¿no te describí al tipo?
-Si…
-Pues dame algo de crédito, sabes bien que tengo buen gusto… —respondió haciendo un gesto engreído.
-Si claro… —dijo Kurt riendo.
-¿Que?
-¿Tengo que mencionar a Karofsky?, perdoname Blaine pero él no tiene el tipo de modelo de Calvin Klein que digamos...
-Sebastian si…
-¡Oye!... —exclamo Kurt dándole un pellizco en el estómago.
-Ven aquí… —dijo Blaine acercandolo a él para besarlo por fin. Kurt le acaricio la espalda y gozo de sus labios por un largo rato.
-Estúpido Karofsky que también disfruto de esto… —susurró Kurt con su frente pegada a la de su esposo.
-Ahora solo lo haces tú… y para el resto de la vida… te amo…
-Lo se… ambas cosas… —respondió Kurt moviendo las cejas.
-¿Vamos?...
-Un segundo… hace un momento… ¿me llamaste algodón de azúcar?... —preguntó Kurt como reaccionando algo con retraso .
-No… dije que tu corazón es de algodón de azúcar… es diferente… —aclaró Blaine mientras le arreglaba el cuello de la camisa sin que hubiese necesidad alguna de hacerlo.
-¿Innovando en los piropos después de casi tres décadas Señor Anderson-Hummel?
-Tengo que mantener mi encanto vigente… ¿no crees? —dijo acercándose a él tanto como para besarlo de nuevo.
-¡Ya dejen eso!... ¡los pescados no se van a subir solos al yate!... ¡hola!... —exclamó Lizzie interrumpiendo el momento romántico.

Septiembre de 2041



-¿Esta es la manta «Papáblen»?... —preguntó Noah llegando a la cocina con una cobija doblada en varias partes y que parecía y medía unos cuantos metros como mínimo.
-Esa es hijo… damela… —respondió Blaine tomándola, la reviso por todos lados y la puso a un costado de todo lo que en ese instante preparaba sobre la mesa.
-¿Lizzie Anderson-Hummel no vendrá?
-No hijo, lo siento… ¿recuerdas que se excuso contigo ese dia que vino a lavar su ropa?
-Sí… —contestó Noah haciendo un mueca de tristeza.
-Pero no te pongas triste, recuerda que dijo que vendría el fin de semana para ver todas las fotos que tomemos con el telescopio…
-¡Si!... —exclamó el pequeño mientras se trepaba a una de las sillas— lo mismo dijo Henry Anderson Hummel… tendremos que tomar muchas fotos para que alcancen para los dos… —dijo tomándose la cabeza.
-Tomaremos las suficientes… ¿cuál prefieres?... —pregunto enseñando dos envases de leche, cada una de un sabor diferente.
-La de chocolate… —contesto apuntando la caja respectiva, Blaine la miró un instante antes de ponerla en el bolso que arreglaba y que parecía una canasta de picnic pero más moderna..
-¿El Papá llegará a tiempo?
-Por supuesto que si, su función termina en... 10 minutos —dijo consultando su reloj de pulsera— así es que, llegará más que a tiempo.
-Liverpool Westbrook Stewart me dijo que si sus Papás lo dejaban, también vería la lluvia de estrellas desde su edificio, pero en otra hora porque él esta en Londres… —dijo Noah de lo más serio, como si Blaine no supiese eso.
-¿De verdad?
-Si… el otro dia hablamos todo al «respepsto»...
-Pues tal vez no lo dejen hijo, lo que quieres ver será en la madrugada para él…
-¿Y un niño no puede salir de madrugada cuando tiene un «dresfriado»?
-Lo más aconsejable es que no, en especial porque el de Liverpool parece ser más serio, hace dias que esta con los síntomas… —Noah soltó un suspiro pequeño como él, pero lleno de nostalgia— pero oye… tal vez pueda ver algo desde la ventana de su dormitorio, el Tío Dylan me contó que el cuarto de tu amigo tiene una vista muy bonita… —explicó Blaine mientras llenaba de agua el tanque de la cafetera.
-Tal vez…¡si no tendremo que tomar más fotos!… ¡«Papáblen»! —exclamó cómo nervioso.
-Tranquilo hijo, como te dije, tomaremos las suficientes… —agregó echando a andar la máquina— ahora… el Papá ya debe estar por llegar, ¿que tal si te vas a poner esa ropa que te eligio?
-¿La que es super abrigada?
-La misma…
-¡Sí!… —contestó bajando de la silla para irse a su cuarto— ¿«Papáblen»?... —agrego deteniéndose a medio camino.
-¿Si?...
-¿Pueden «Desmond» y «Mister Stephen Whiskers» ver la lluvia de estrellas también?
-A ver… déjame pensar… —dijo Blaine poniéndose una mano en el mentón como si reflexionara algo difícil, acto seguido se acercó a su hijo y bajó a su altura como siempre lo hacía, luego se quedó viendo un punto en el infinito un instante, como dando una segunda vuelta sobre las posibilidades de aquello— pues creo que solo «Desmond», tu gato nunca ha subido a la azotea y podría ser perturbador para él estar en un lugar desconocido…
-¿Y porque el Papá aun lo perdona por lo de la silla del rey? —añadió apesadumbrado.
-No, por supuesto que no…. —se adelantó en aclarar Blaine acariciandole el cabello— bien sabes que el Papá ya lo perdonó por eso… es solo por su seguridad que te lo digo… ¿confias en mi? —añadió mirándolo de medio lado.
-¡Si!… —contestó Noah de inmediato.
-Muy bien entonces… ahora te abrigas y bajas con «Desmond» cuando estés listo… —dijo dándole un beso en la mejilla— yo terminare de alistar todo— agregó un incorporándose.
-¿El Papá lo revisara?
-¿Que cosa?
-¿Todo lo que estás preparando?... siempre lo hace… —dijo Noah encogiendo sus hombros al advertir lo obvio.
-Pues espero hacerlo super bien para que no tenga que corregir nada… —añadió Blaine riendo, Noah tambien sonrio y se encaminó a su cuarto subiendo por la escalera de servicio.

-¿Que es todo esto?... ¿vas a algún lado sin comunicarmelo?... —pregunto Kurt como primera cosa al llegar del teatro y encontrar a su esposo preparando algo que él pensó y eran provisiones para un viaje de una semana como mínimo, venía un tanto despeinado y se había cruzado el bolso sobre un blazer al que le había errado todos los botones.
-Hola… ¡bienvenido a casa!… —respondió Blaine acercándose para saludarlo como correspondía— debo decir que esta es la primera vez desde que lo conozco, que lo veo tan desarreglado Señor Hummel-Anderson... —añadió mirándolo de arriba a abajo, le acomodo la corbata y las solapas de la chaqueta, luego sonrió e hizo lo propio con el cabello.
-Blaine Anderson-Hummel… estoy exhausto, lo que menos me importa en este instante es como luzco —Blaine alzó una ceja y se le quedo viendo como si dijera: «de que estas hablando Kurt Hummel-Anderson»— bien eso es mentira, pero la limusina me recogió casi a la bajada del escenario y me dejo en la entrada de los estacionamientos, por lo tanto, nadie me vio… —explico buscando una silla para dejarse caer como fuera, apoyó su cabeza en una de sus manos sintiendo que podría quedarse dormido en ese mismo instante.
-¿Que tal la función?
-Bien… —respondió bostezando a todo lo que su boca le daba— aunque los espectadores aplaudieron tanto, que tuve que salir seis veces una vez que terminó la función… ¿que le pasa a la gente?
-Creí que eso era algo bueno… —dijo Blaine riendo mientras encendía y apagaba una linterna para comprobar si funcionaban las baterías.
-Lo es sino estas en la última función de una semana de 20 días… —dijo moviendo su cabeza de un lado a otro— te juro que si me quieres consentir con algo… hoy es el dia…
-¿Algo como que?
-No lo se… —agregó volviendo a bostezar— un baño, un masaje…. un baile al estilo de los hombres del «The eagle» de Chelsea… —dijo sonriendo.
-¿No estás muy cansado para eso último? —quiso saber Blaine revisando por última vez todo lo que tenía sobre la mesa antes de meterlo al bolso moderno.
-Nunca estoy tan cansado como para no querer ver su cuerpo Señor Anderson-Hummel —contestó bostezando con tantas ganas que un par de lágrimas salieron desde sus ojos— ¿para que es todo esto?... —pregunto restregándose la cara.
-Hoy es la lluvia de estrellas que Noah quiere ver.. así es que pensé en organizar una especie de picnic bajo las estrellas… tengo comida, café, leche para nuestro hijo y estas cositas que no se que son, pero por la cara de esta persona, parece y es delicioso —contesto Blaine enseñando un empaque de algo que parecía y era un «snack» extra saludable, sonrió al mirar el envase y comenzó a guardar la merienda que había preparado para la ocasión.
-¿Como?.... —dijo Kurt enseñando sus palmas.
-¿Que?
-¿Que cosa con una estrella?
-La lluvia de estrellas que Noah quiere ver… ¿acaso lo olvidaste? —añadió su esposo tomándose una oreja.
-¡Por supuesto que no!… ¿no era el viernes?
-Hoy es viernes… —dijo Blaine poniendo cara de complicación, Kurt lo miró un instante y luego bajó la vista murmurando para sí los días de la semana.
-¡Con un demonio!… —exclamó agarrándose la cabeza cuando cayó en la cuenta que efectivamente era viernes.
-Lo olvidaste… —repitió Blaine girando una silla para sentarse como un «cowboy» en una taberna lo haría— no te molestes, pero lo pusimos en nuestras agendas a comienzos de mes, Noah es de lo único que ha hablado desde el verano… bueno no de lo ,pero mayoritariamente solo ha hablado de esto...
-¿Sabes que cuando me adviertes algo que yo ya sé y que ya pasó... es lo más molesto que existe?...
-¿Cuando he hecho eso?
-¡Acabas de hacerlo!, y te advierto que es molesto… incluso más que cuando revisas las almohadas antes de dormir... —dijo Kurt levantándose y gesticulando para dar más relevancia a su molestia.
-Ok… —dijo Blaine también dejando el asiento, puso la silla en su lugar y se acercó a su esposo— te concedo lo de las almohadas, pero… ¿qué importa si lo olvidaste?, estás muy atareado en el teatro, es normal que así sea…
-No me molesta eso… —dijo cruzándose de brazos.
-¿Que cosa entonces? —insistió su esposo acariciandole la espalda.
-Es que estoy mega extra cansado, y te juro que estar esperando ver estrellas en medio de la noche, en una azotea fea y helada a 14 pisos de altura no es el panorama que tenía en mente cuando venía camino a casa… —Blaine sonrió y le dio un par de besos en un hombro— ¿crees que exagero?
-No, por supuesto que no… oye… podemos decirle a Noah que el evento astronómico se cambio para mañana, por lo que estuve leyendo, será todo el fin de semana… —dijo Blaine abrazándolo desde atrás.
-No podemos engañarlo con cosas científicas, él sabe todo… es más, no podemos engañarlo con nada, no después de lo que se enteró el otro dia… —sentencio Kurt poniendo sus manos sobre las de él.
-¿Qué quieres hacer?...
-Asumo que asistir al evento astronómico de la década… aunque creo que me quedare dormido y terminaré cayendo por la azotea…
-No digas eso… —dijo balien haciendole un arrumaco que incluyo besos en el cuello— yo te sujetare… es más, esa manta enorme que autorizaste a Noah a utilizar, es suficiente para los tres, te acomodas conmigo y podrás dormir sin que Noah lo note…
-¿Cómo podría hacer eso? —pregunto Kurt sonriendo.
-Pues con unas gafas oscuras por ejemplo… —contestó Blaine abrazandolo mas.
-¿Y eso no es para los eclipses?
-Pues puedes decir que tus ojos son muy azules para soportar tanto destello…
-¿Que?
-O… —dijo Blaine riendo de sus propias respuestas— puede decir que tu eres una estrella tan brillante en el mundo del espectáculo, que debes usar gafas para no opacar a las del cielo…
-Ridículo… —dijo dándose media vuelta para mirarlo a la cara— aunque creo que esa última razón, es más bien para dársela a algún reportero fastidioso… —añadió acariciándole el cabello.
-Puede ser…
-Gracias Blaine… —añadió dándole un beso— te juro y haré lo que sea para mantenerme despierto… incluso pegarme los parpados a la frente con cinta adhesiva si es necesario— Blaine lo miró con el entrecejo fruncido pensando en cómo haría eso— lo que menos quiero es darle razones a Noah para que se decepcione de sus padres…
-Sabes que Noah no esta decepcionado de nosotros…
-Pues lo esta cuando le mentimos… y eso ya lo hemos hecho varias veces desde que llegó a este mundo...
-¿Papá?... ¿ya llegaste acaso?... —preguntó Noah bajando ya listo para el evento astronómico, aunque estaba tan abrigado que parecía y estaba presto para una excursión por el Himalaya que a una por la azotea de su edificio.
-Lo soy bebé… —respondió dando unos pasos para zafarse del abrazo de su esposo— pero si ya estas listo y todo… ¿a que hora es que veremos el eclipse?
-¡No Papá!... ¡la lluvia de estrellas!... —exclamó Noah tomándose la cara.
-¿En serio bebé?
-Si, es la lluvia de estrellas más esperada del año…
-Pues no esperemos más entonces… ¿«Desmond» viene con nosotros?... —pregunto al ver que la cabeza del dinosaurio se asomaba por la abertura del cierre de la chaqueta térmica de su hijo.
-Si, es el que no se «perturrbarra» en la azotea… —respondió Noah dando especial acento a las «erres» que pronunciaba.
-Si ese es el caso… vamos cariño… —dijo Kurt olvidándose del cansancio para tomar a su hijo en brazos, como si tuviera la energía y el vigor de la primera hora de la mañana.