(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee «When to tell it»

Septiembre de 2041



-¿Qué te pareció la comida?... —pregunto Blaine mientras caminaba de la mano de su esposo hacia la escuela de su pequeño hijo.
-...
-¿Kurt?... —insistió al ver que su acompañante ponia mas atencion el asfalto de la E55 que a él.
-¿Como?
-La comida, te preguntaba qué te pareció la comida…
-Todo muy rico, tienes todos los méritos… ¿que?... —añadio al escuchar que la respuesta de su esposo era un chasquido con la lengua.
-Nada, es solo que… no busco los méritos…. solo quise decir algo porque has estado callado por 10 cuadras... —dijo Blaine distrayéndose con un par de hojas de un árbol.
-Disculpa… es…
-Lo se… tranquilo… pero te dije que todo estaría bien… ¿alguna vez he faltado a mi palabra?... —agregó deteniéndose frente a él, le entregó la hoja que había sacado del árbol como si fuera una flor o un objeto más valioso y se le quedo viendo un instante.
-No… —respondió Kurt sonriendo.
-Entonces… —insistió Blaine soprendiendolo con un beso, Kurt volvió a sonreír y tomó la hoja con mimo— confia en mi… —sentencio mientras comenzaba a subir los peldaños de la entrada de la escuela.
-Confio en ti… pero te advierto que si Noah se pone quisquilloso con sus preguntas, te echaré la culpa de todo…
-Como quieras… —dijo riendo— ¿aun no es la hora de salida?... se ve todo muy calmado para ser una escuela —agregó mirando la hora en su reloj y abriendo la puerta para su esposo.
-Aún faltan tres minutos, si hay una escuela puntual en todo, esa es la “Montessori School of New York International”, ni la Señora Scheinberg esta en su puesto todavía… —advirtió Kurt señalando la especie de podio donde la asistente facultativa se ponía a vigilar que la salida de los niños fuera en orden y civilidad.
-Tienes razón… —dijo Blaine mirando su reloj nuevamente— esperemos afuera entonces, después de todo, nuestro hijo debe pasar por aqui si o si… —añadió señalando la escalera de la entrada.
-¿Pretendes que me siente en un escalón frío y sucio?
-Puedes usar mi sweater de cojín… —dijo su esposo como cantando.
-Ese es el hombre que amo… gracias… —agrego Kurt saliendo de los primeros.

-¡Papá, «Papáblen»!... ¿son ustedes acaso? —preguntó Noah en cuanto cruzó la puerta en compañía de varios niños de su clase, sus padres estaban sentados casi al final de la escalera de la entrada y se levantaron en cuanto escucharon su voz.
-Lo somos cariño… —respondió Kurt acercándose a él como con miedo.
-¿Qué hacen aquí?, ¿se descompuso el autobús?, porque la Señora Mackenzie no nos informó nada al «respepsto» —agregó el pequeño mientras bajaba los peldaños que lo separaban de sus padres y ellos hacían lo propio subiendo otros tantos.
-Nada de eso hijo… —dijo Blaine bajando a su altura— lo que pasó es que con el Papá tuvimos el tiempo y quisimos venir a buscarte… ¿te parece mal?... —añadió mirándolo de medio lado.
-No, me parece normal… —dijo Noah encogiendo sus hombros, Kurt miró de reojo a su esposo interpretando aquel gesto como lo peor.
-Y a mi… dame tus cosas.. —agrego Blaine señalando la mochila y un par de libros que su hijo cargaba entre los brazos, Noah entrego todo quedándose solo con «Desmond»
-¿Que tal tu día cariño?... —preguntó su Papá extendiendo la mano, el pequeño la cogió de inmediato y Kurt dio un suspiro de alivio.
-Estuvo bien, vino una persona que nos regaló esos libros, dijo que eran muy divertidos , pero yo no lo se porque aun no los leo… —explicó Noah comenzando a bajar la escalera mediante pequeños saltos.
-Pues eso es muy cierto... son muy bonitos hijo… —opinó Blaine mirándolos por todos lados.
-¿Que libros son?... —agrego Kurt estirando su cuello para mirar también.
-Pues aqui dice, «A Bear Called Paddington» y «How Pirates Really Work»… —dijo enseñando las portadas
-Realmente parecen muy divertidos cariño, luego los vemos en la casa, ¿te parece?... —Noah no contesto y solo se limitó a encoger los hombros, Kurt tragó saliva pensando que su hijo lo odiaba a muerte.
-¿Dónde vamos?, esta no es la «direpsion» que toma la Señora Mckenzie… —dijo Noah mirando hacia ambos lados de la calle.
-No lo es bebé porque pensamos que sería divertido ir a caminar al parque y luego a merendar al «City bakery»…—explicó Kurt sonriendo — divertido, ¿no crees?— Noah hizo un gesto chueco con la boca sin decir nada— ok suficiente… —dijo devolviéndose en sus pasos señaló el escalón de la entrada de la escuela y le pidió a su hijo que se sentara, Noah los miro a ambos y accedió a ello como de mala gana— cariño… —agregó su Papá poniéndose enfrente, bajó a la altura de su hijo y lo tomó de las manos— ¿acaso estás enojado conmigo?
-Kurt, ¿n me dijiste que querías que yo…?
-Lo se Blaine, lo sé... pero créeme que no soporto más esta incertidumbre… así es que… déjame… —dijo mirándolo a penas.
-Esta bien… —respondió su esposo abriendo sus manos como agregando de manera silenciosa un «como quieras»
-¿Me escuchaste cariño?... —insistió corrigiéndole el peinado.
-Si…
-¿Entonces?...
-No, ¿por qué habría de estar enojado?
-Bebé, ayer… cuando Lizzie nos visitó , ¿recuerdas lo que dijo?
-¡Si!... —exclamó el pequeño alzando su mano— dijo que no tenía «eleptricdad» y que mis ahorros no le servían de mucho, después el «Papáblen» y tu le dijeron que debía ser «respon»… «desporn»…
-¿Responsable?
-¡Si! «dresponzable» y ella dijo que lo era… y despues dijo ¡hola!...
-Nadie lo describiría mejor hijo… —dijo Blaine sonriendo y poniéndose como su esposo estaba, de cuclillas frente a su hijo, el pequeño saco un poco de pecho como orgulloso de su capacidad de retención.
-Así es cariño, todo eso que acabas de decir esta muy bien, pero… ¿recuerdas que dijo otra cosa tu hermana?... ¿algo sobre el «Papáblen» y yo?... —Noah se tomó el mentón y miró hacia arriba como si buscara su respuesta en el cielo parcialmente nublado.
-¿Recuerdas esa parte hijo? —añadió Blaine al tiempo que le hacía unos cariños.
-¡Ah!, ¡sí!... —exclamó levantando la mano nuevamente, Kurt trago saliva y se tomo el cuello de la camisa comenzando a sentir nervios.
-¿Y?...
-¿Y «Papáblen»?, ¿quieren que hablemos al «respepsto»?
-Si… la verdad es que nos preguntabamos si querías hablar de eso, ¿preguntarnos algo tal vez?
-No…
-¿Por qué no cariño?...
-Porque Lizzie Anderson Hummel se equivocó, pero yo no dije nada porque yo no debo corregir a los mayores, el Tío Cooper Anderson dice que eso es de mal gusto y no corresponde al «protocololo», pero yo no sé qué es eso último… —Blaine sonrió y luego intercambió miradas con su esposo.
-¿Por qué dices que tu hermana se equivoco hijo?...
-Porque ella dijo que ustedes habían terminado dos veces y cuando a mi me contaron su historia me dijeron que se habían separado solo una… así es que Lizzie Anderson Hummel se equivocó, debe ser por todas sus «preocupanciones» —insistió Noah encogiendo sus hombros, sus padres volvieron a lo intercambiar miradas.
-Cariño… es de eso precisamente de lo que queríamos hablarte, veras bebé Lizzie no se equivocó… lo que dijo sobre la historia de tus padres, es… es verdad… —dijo Kurt poniendo cara de complicación, Noah se puso rígido de pronto como si su cuerpo reaccionara de esa forma ante lo que acababa de escuchar.
-¿Que dijiste Papá?
-Lo que oyes bebé… el «Papáblen» y yo dejamos de ser novios dos veces, no una como te habíamos contado...
-¿Mintieron acaso? —pregunto mirándolos con el ceño bien fruncido.
-Cariño…
-Mentir es malo… —agregó alejándose un poco.
-Lo sabemos hijo pero...
-¿Por qué mintieron entonces? —insistió abrazando mas a «Desmond»
-Cariño… —Kurt se tomo la cara y se quedo en silencio sin saber que mas que decir.
-Hijo… —dijo Blaine tomando las riendas de la conversación tal y como su esposo se lo había pedido en primera instancia— lo que pasa es que esa parte de nuestra historia es muy difícil para nosotros… es triste y nos provoca un poco de dolor, por eso, hace mucho, mucho tiempo, con el Papá decidimos que no hablariamos de eso con nadie… menos con nuestros hijos…
-¿Y porque Lizzie Anderson Hummel lo sabe?, ella es su hija también…
-Lo es, pero lo qué pasó con ella y con Henry, es que ellos lo descubrieron sin que nosotros lo hubiéramos planeado así… pero lo que te debe importar es que después que con el Papá lo pasamos muy mal, volvimos a encontrarnos y desde ese dia hemos sido inmensamente felices… porque nos amamos y porque hemos tenido tres preciosos hijos y porque si bien nuestra historia ha tenido momentos difíciles, el final ha sido súper feliz.
-Pero a mi no me gusta la mentira…
-Creo que a nadie le gusta hijo…
-Discúlpanos cariño, no quisimos mentirte, ni menos que te enterarás de esta forma…
-¿No lo volverán a hacer?
-No bebé…
-No hijo…
-¿Lo prometen?
-Lo prometemos… —dijeron sus padres al unísono, Noah se les quedó viendo un instante y luego siguió hablando.
-¿Puedo hacer preguntas?
-Pregúntanos lo que quieras hijo… responderemos todas tus dudas —contestó Blaine de inmediato, Kurt carraspeó un poco como evidenciando que eso no era exactamente lo que él tenía planeado hacer, su esposo lo miro con reproche y ambos terminaron sentándose en el escalon uno a cada lado de su hijo.
-¿Cuando dejaron de ser novios?, ¿antes o después que el «Papáblen» pidiera el matrimonio en Dalton con esas personas bailando y las flores cayendo?
-Después cariño… —respondió Kurt al sentirse aludido con la pregunta.
-¿Por qué?, ¿no te gustó eso acaso?
-No cariño, no es eso, aquello me encantó, de hecho es una de mis cosas favoritas en todo el mundo...—respondió sonriéndole a su esposo, este sonrió también y le hizo un pequeño cariño en la cara.
-¿Entonces?... ¿por qué dejaron de quererse?
-Nunca nos dejamos de querer hijo —se adelantó Blaine esta vez al ver que su esposo se quedaba sin espirar un par de segundos— el Papá es el amor de mi vida así es que nunca deje amarlo, y creo que él tampoco a mi, solo fueron las circunstancias que nos llevaron a separarnos.
-¿Qué son las «sircupstancias»?
-Cosas que pasan en la vida y que nadie planea, solo pasan hijo…
-Como lo que hizo «Mister Stephen Whiskers» con tu silla del rey?, él no lo planeo ni nada…
-Algo asi bebé… —dijo Kurt acariciándole el cabello.
-¿Y de quien fue la culpa?...
-¿Como?... —dijo Kurt con un hilo de voz.
-La «sircupstancias» de «Mister Stephen Whiskers» fue culpa de él…
-Bebé, yo…
-De los dos hijo, la culpa fue de los dos, del Papá y mia… veras, las relaciones son de dos personas, por lo tanto las culpas cuando algo sale mal también lo son… —se adelantó en decir Blaine mirando a Kurt, este sonrió tragándose la emoción que la lealtad de su esposo le provocaba.
-¿Y puede volver a pasar?, ¿que pase una «sircupstancia» con culpa de los dos? —añadió Noah aferrándose a su dinosaurio azul.
-No cariño, no volverá a pasar… con el «Papáblen» somos demasiado felices como para que algo así suceda de nuevo… no temas… —dijo Kurt besándole la cabeza, Blaine advirtió que unas cuantas lágrimas rodaban por las mejillas de su esposo, estiró su mano y lo conforto con una caricia dulce y llena de amor— ¿nos disculpas bebé?
-Sí… —contestó Noah mirando a ambos.
-Gracias bebé…
-Te queremos hijo… —agrego Blaine dándole unos besos— y si tienes mas preguntas, solo hazlas… ¿de acuerdo?
-Si… gracias por su confianza…— acabó por decir Noah sonriendo, se puso a «Desmond» entre las piernas y utilizó sus manos para abrazarlos a los dos al mismo tiempo.

Junio de 2041



-Nuestros hijos están listos para bajar a la playa… —dijo Blaine entrando en la habitación con vista al océano del «Samoset Resort» en Maine— ¿Kurt?... —agregó mirando hacia afuera.
-¡Un segundo!.. —respondió desde el baño, Blaine se devolvió el par de pasos que había avanzado hasta la terraza y espero a su esposo sentado al final de la cama— ¿me decias?... —dijo este apareciendo desde donde estaba, revisó las etiquetas de los productos que tenía sobre la mesa de noche y se quedó con una botella de bloqueador solar tamaño familiar.
-Te decía que los chicos están listos para bajar a la playa, nos esperan en la recepción… aunque creo que Henry preferiría ir a ver los campos de golf y Lizzie al SPA, pero lo estan disimulando muy bien...
-Excelente… ¿todo se pusieron bloqueador? —pregunto meneando la botella.
-Estoy bastante seguro que si, yo al menos me encargue de dejar a Noah bien untado de pies a cabeza.
-Como debe ser… a mi solo me faltan unas piezas de ropa y estoy listo… —dijo Kurt mientras comenzaba a aplicarse bloqueador en los brazos y parte del torso.
-Pues yo diria que le faltan las piezas esenciales Señor Hummel-Anderson… —agregó su esposo al verlo con nada más que una toalla en al cintura.
-Tengo mi traje de baño bajo esto… no te pases películas…
-Siempre me paso películas contigo… —advirtió Blaine levantándose para aproximarse a él— en especial cuando hay piel involucrada— dijo respirandole en la nuca.
-¿Que pretendes Blaine Anderson-Hummel?... —pregunto Kurt de lo más coqueto, se dio media vuelta hacia él y lo abrazo como siempre.
-Nada… ¿tú?... —contestó besándole el cuello.
-Nada tampoco… pero si te fijas, este ventanal es lo suficientemente amplio como para que un «paparazzi» nos tome un primer plano en una situación indecorosa—dijo Kurt dejándose besar de todas maneras.
-Eso no pasará, tranquilo…
-¿Cómo lo sabes?
-Lo se, porque lo que pasa en Maine, se queda en Maine…
-¿Es eso cierto?... —pregunto Kurt mientras le recorría la espalda.
-Mucho…
-¡Mentira!, lo acabas de inventar…
-Por supuesto que no, puedo traer a un par de ciudadanos de este condado para que lo corroboren…
-Loco…
-Por ti… ¿te he dicho que tu piel es adictiva?
-Cada vez que me la besas… si... —dijo Kurt disfrutando de los labios de su esposo.
-Pues lo es… —agregó Blaine dando mas besos.
-¿Te pusiste bloqueador Blaine Anderson-Hummel?... —quiso saber Kurt apartándose un poco.
-¿Quieres tener una charla sexy sobre protección ultravioleta?...
-No… solo asegurarme que estés protegido… —dijo apartándose del todo— ven, yo te pondré...— añadió dando unos golpecitos en la cama para que su esposo se recostara.
-Te digo de inmediato que me gustaba más lo que estábamos empezando a hacer, era más gozoso y menos grasiento… —dijo quitándose la camiseta.
-Pues gozaras mas tarde… ven… —contestó Kurt repitiendo el gesto sobre la cama.
-Te tomare la palabra, no creas que no…
-Pues hazlo, yo siempre cumplo lo que prometo… ¿que? —agrego al ver que la mirada de su esposo era más divertida que sexy.
-Tus pecas regresaron… —dijo sonriendo.
-¿¡Que!?... —exclamó acercándose a uno de los espejos— ¡con un demonio!... ¡odio el verano!... —reclamo mirándose la cara.
-Eso no es verdad, tú adoras esta estación…
-Tal vez, pero odio estas pintas… pareciera que me dio una peste o algo… —insistió observándose de más cerca, Blaine se paró detrás de él e hizo ademán de abrazarlo.
-Yo creo que son lindas, te hace parecer uno de los personajes revoltosos de la inglaterra de Dickens… —dijo su esposo dándole un par de besos para después terminar por envolverlo en sus brazos.
-¿Revoltoso? —repitió Kurt levantando su ceja.
-Vamos… son los mejores y lo sabes…
-Bueno, en realidad...
-¡Padres!.... ¡Padres!.... —exclamó Lizzie entrando como siempre lo hacía, sin golpear ni nada— ¿¡que son estos desnudos a pleno medio dia!?, ¡hola! —añadió parándose en la puerta con las manos en la cadera, tenía puesto un traje de baño y sobre el bikini un pantalón extra corto, se había tomado el pelo en dos moños que, por lo abultados, parecían dos rollos de canela tamaño familiar.
-Nadie esta desnudo cariño… y pasa por favor… —dijo Kurt zafandose de su esposo para quitarse la toalla.
-¿Por que estabas con esa toalla si tienes un traje de baño que te llega a las rodillas?... ¡hola! —Kurt levantó una ceja y Blaine rió por lo bajo.
-¿Necesitas algo? —agregó su Papá poniéndose una camiseta sin mangas y mas protector solar, esta vez en las piernas.
-Mis hermanos me mandaron como encargada para averiguar porque demonios se demoran tanto… —respondió la chica tirándose sobre la cama extra grande.
-No nos hemos demorado tanto Princesa, acababa de decirle a tu Papá que ustedes estaban listos…
-Y él no lo esta por supuesto… —murmuró Lizzie poniendo caras.
-Te escuche Lizzie Anderson… y yo ya estoy listo, solo necesito terminar de esparcir este producto… —dijo repasando su codos y hombros— ¿tú te pusiste cariño?... —agregó apuntandola con el envase.
-¡Ay Papá!, ¡obvio!, aunque no tanto, quiero broncearme un poco, estaremos aquí solo una semana, y no quiero llegar a la universidad como si no hubiese vacacionado en ningún lado —explicó mirándose los brazos y las piernas como en una clase de yoga— una pregunta… —dijo incorporándose en la cama— lo que pagaron en estas vacaciones, ¿incluye un paso por el SPA?, estuve leyendo una información en la recepción y aquí hay unos tratamientos para morirse… ¡hola!
-Esta incluido Princesa, puedes ir cuando quieras… ¿bajemos?... —dijo Blaine cambiando la camiseta que se había puesto antes por una camisa manga corta llena de flores y motivos tropicales, se la abotono mientras avanzaba hasta la puerta y se quedó en silencio viendo como su hija y esposo se le quedaban observando— ¿que?
-¿Y esa camisa «Papáblen»?... —preguntó Lizzie queriendo reír.
-Es mía… ¿por qué?— contesto mirandose.
-¿Seguro?… —dijo Kurt frunciendo el entrecejo y aguantandose la risa al igual que su hija.
-¿Que?... ¿por qué esa actitud? —agregó arreglándose el cuello.
-¿De dónde la sacaste «Papáblen»?
-La compre en Carburé el año pasado, de hecho tu la elegiste… —respondió apuntando a su esposo.
-No, no, no… eso es una gran mentira Blaine Anderson-Hummel, yo nunca escogería algo tan horrible, algo con más de tres colores, dibujos de plantas y... ¿esto que es?... —quiso saber acercándose a él, tomó una de la puntas de la línea de los botones y miro de cerca algo que parecía ser un papagayo gritando— ¿es un pájaro?
-Yo creo que parecr como una monja enfadada… —dijo Lizzie mirando el dibujo con la cabeza ladeada— aunque es raro ver una monja en un lugar tan feliz como esta selva… —añadió señalando todo el dibujo de la espalda.
-No es una selva es…
-¿Algo horrible?
-No… —dijo alargando la «o»— es Brasil resumido en una camisa…
-Yo insisto con lo de horrible… —añadió Kurt mirando a su esposo de arriba a abajo.
-Ok, suficiente con las burlas, es mi camisa especial para el verano y al usare con orgullo… ¿vamos?... —termino por decir parándose en la puerta, su esposo e hija intercambiaron miradas y soltaron una gran risa.
-Vamos... —respondió Kurt aun riendo— llevare esto para que te lo pongas en la playa… —dijo Kurt echando a su bolso la botella de bloqueador solar.
-¡Ay Papá!, pareciera que trabajas para la compañía que fabrica esa cosa…. nada que ver andar untando tanto a la gente… ¡hola! —Kurt la miró ceñudo y Blaine no pudo evitar pensar que aquel comentario tenía mucho de razonable.

-¿Por qué «Mister Stephen Whiskers» se tiene que quedar en la habitación?... —pregunto Naoh mirando a su hermano mayor que en ese instante se texteaba con su novia.
-¿Como hermanito?
-«Mister Stephen Whiskers», se quedó solo en su jaula, a nadie le gusta estar solo, menos en una jaula… —insistió el pequeño soltando un suspiro de tristeza.
-Lo siento hermanito, pero debes saber que es mejor que esté allí antes que en la playa…
-¿Por qué Henry Anderson Hummel?, ¿hay alguna «prohibinson»?
-No lo creo… vi a un par de señoras con unos perros, no creo que exista tal prohibición —agregó al tiempo que leía un par de mensajes que lo hicieron sonreir.
-A el le gusta la arena… y estar conmigo...
-Lo se… pero a lo que me refería con eso de que esta mejor en su jaula… —dijo guardando su teléfono— es porque la playa es muy grande, y puede perderse… ¿eso no te gustaria?, ¿verdad?
-¡No!... —exclamó Noah tomándose la cara.
-Ni a mi… aunque creo que al Papá si, bastante en realidad , pero ese es otro tema… —dijo Henry sonriendo— no estes triste hermanito, seguro y se entretendrá con los juguetes que le dejaste— añadió acariciándole el cabello, Noah volvió a lo del suspiro triste y se quedo viendo a una señora que llegaba al vestíbulo con un perro sujeto de una correa, la observo hasta que salió por la puerta del hotel y se quedó como pensando en algo.
-¡Ya se que podemos hacer Henry Anderson Hummel! —exclamó levantándose de un salto.
-¿Sobre que?... —dijo su hermano un tanto sorprendido.
-Para que «Mister Stephen Whiskers» pueda acompañarnos y no se pierda en la playa…
-¿Y eso es?
-¡Ponerle una correa como esa persona le puso a su perro! —respondió entusiasmado.
-Noah…
-¿Donde podemos conseguir una igual?
-Hermanito…
-¡Ya se! —exclamó contestando su propia pregunta— el señor elegante que nos mostró la habitación dijo que cualquier duda habláramos con él… esto es una gran duda... ¡vamos Henry Anderson Hummel! —agrego jalando a su hermano.
-Noah… espera… —dijo Henry levantándose de donde estaba, tomó a su hermano por los hombros y bajó a su altura para mirarlo a la cara— escuchame… las cosas son diferentes para un perro que para un gato… —explico mientras le acomodaba los tirantes de la mochila y el gorro como de explorador del África que llevaba puesto.
-¿Por qué dices eso Henry Anderson Hummel?
-Porque los perros son más sociables y... «paseables»… los gatos en cambio, son más consentidos y dormilones…
-Pero «Mister Stephen Whiskers» es diferente a los otros gatos, se comió un canario que era Watersalger, pero yo no sé qué «sipnifica» eso… pero parece que era importante…
-Lo es…
-Entonces, él merece una oportunidad, tal vez si pueda caminar atado como un perro lo hace.
-Tal vez… ok… ¿que tal…?... —Henry miró hacia todos lados como buscando algo— ¿que tal si le compramos una correa y un arnés a «Mister Stephen Whiskers»?
-¿De verdad Henry Anderson Hummel? —exclamó Noah tomándose la cara.
-Muy verdad, como bien dices el también merece una oportunidad, ven… —dijo incorporándose— se exactamente donde podemos ir— añadió tomando a su hermano de la mano, Noah dio un par de saltos de puro gusto y entusiasmo.

Junio de 2041


-¿Por qué dices eso Henry Anderson Hummel?
-Porque los perros son más sociables y... «paseables»… los gatos en cambio, son más consentidos y dormilones…
-Pero «Mister Stephen Whiskers» es diferente a los otros gatos, se comió un canario que era Watersalger, pero yo no sé qué «sipnifica» eso… pero parece que era importante…
-Lo es…
-Entonces, él merece una oportunidad, tal vez si pueda caminar atado como un perro lo hace.
-Tal vez… ok… ¿que tal…?... —Henry miró hacia todos lados como buscando algo— ¿que tal si le compramos una correa y un arnés a «Mister Stephen Whiskers»?
-¿De verdad Henry Anderson Hummel? —exclamó Noah tomándose la cara.
-Muy verdad, como bien dices el también merece una oportunidad, ven… —dijo incorporándose— se exactamente donde podemos ir— añadió tomando a su hermano de la mano, Noah dio un par de saltos de puro gusto y entusiasmo, Henry sonrió también y dirigió sus pasos hacia el sector del comercio del resort.
-¿Que es este lugar Henry Anderson Hummel?... —quiso sabre Noah mirando la tienda a la que lo llevaba su hermano.
-Es una tienda hermanito… —respondió abriendo la puerta vidriada, una pequeña campanilla adosada a la entrada anunció su presencia— para que la gente compre cosas que olvido o que desea llevar de recuerdo… —agrego mirando en que sector podrían estar las correas para perros y otros artículos para mascotas.
-Pero nosotros no olvidamos nada… ¿o si Henry Anderson Hummel?
-No, pero también es para personas que necesitan algo repentinamente, y nosotros sí necesitamos una correa para «Mister Stephen Whiskers»… —contesto doblando en el primero de los pasillos, Noah emitió un «oh» de lo más impresionado. El lugar era muy surtido y bien dispuesto y, en opinión de Henry, demasiado elegante para ser una tienda de souvenirs de un lugar de veraneo— creo que es allí, al menos se ven unos juguetes que parecen ser de animales...—dijo señalando el final del segundo de los pasillos que recorrían.
-¿Puedo ayudarle?... —preguntó la dependienta que hasta ese instante se había mantenido en silencio mirando con especial atención a Henry.
-¿Que?... ¡ah!... si… necesitamos una correa de paseo…
-¿Para quién?... —agrego la chica llevándose todo el cabello hacia un lado.
-Para... nuestra mascota… —respondió Henry en tono de pregunta.
-¡Por supuesto!… ¡por supuesto!… —exclamó soltando una risa más bien boba— a lo que me refería, es… para qué clase de mascota… perro, gato, hurón… iguana… —dijo corrigiendo su postura, como si quisiera darle mas volumen a la parte delantera de su cuerpo, Henry tragó saliva y de manera inconsciente se puso detrás de Noah— es… es para nuestro gato, el gato de mi hermanito mas bien… —termino por decir poniendo ambas manos sobre los hombros de su hermano— ¿cierto hermanito?
-Si, es para «Mister Stephen Whiskers», él es un gato…
-No se si es posible pasear a un gato, pero queremos intentarlo…
-Por supuesto que es posible… —dijo la mujer tomando una caja desde el anaquel más alto— los gatos pueden hacer muchas cosas además de ronronear, creo y la gente los subestima todo el tiempo— mire señor… —la mujer hizo una pausa mirando Henry, como si esperara que el chico le dijera su nombre, edad, estado civil y número de calzado.
-Henry… mi... nombre es... Henry… —dijo carraspeando.
-Pues mira Henry… estas son las correas que pueden servir a un gato tamaño promedio...—dijo sacando unas cinco diferentes.
-Mira Noah… —dijo Henry tomándolas todas— ¿cuál te gusta?... —agrego el chico mirando de reojo a la dependienta que aprovechaba el momento para mirarse el escote y acomodar su pechos.
-Son mu bonitas Henry Anderson Hummel…. me gusta esta, tiene unas estrellas y una corbata como las del «Papáblen»… —dijo tomando una rosada llena de brillos y con un corbatín en uno de sus extremos.
-Creo y es la que escogería el Papá… ¿crees y sea del tamaño de «Mister Stephen Whiskers»? —pregunto chequeando la extensión de la correa.
-Yo creo que sí… —respondió el pequeño simulando el tamaño del gato con sus dos manos.
-Pues nos la llevamos entonces… —dijo Henry incorporándose, la mujer volvió a jugar con su cabello y recibió la correa con una gran sonrisa.
-Y diganme… ¿están aquí hace mucho?... —pregunto queriendo hacer conversación.
-No mucho…
-¿Vacacionan seguido aquí?... —agrego pasando la etiqueta por el lector de barras.
-No, primera vez en Maine… —contestó Henry comenzando a menearse de manera incómoda, Noah lo miró hacia arriba sin saber muy bien si su hermano estaba nervioso o necesitaba usar el baño.
-También es mi primera vez aqui, espero y no sea la última… —dijo mirándolo coqueta, Henry sonrió disimulando su fastidio y desvió su mirada para sacar la billetera desde el bolsillo de su pantalón— son 95 con 30… —dijo empacando los productos.
-Perfecto… —agrego el chico entregando un billete de 100, la dependienta manipulo la caja registradora y le entrego el cambio y lo que había comprado— gracias… —dijo Henry tomando la bolsa.
-Por nada… que el gatito disfrute del paseo… —terminó por decir la mujer volviendo a lo de manipular su cabello, Henry hizo un par de gestos y acabó dando las gracias de manera confusa, Noah escucho el nombre del pais Francia.
-¿Ahora vamos a buscar a «Mister Stephen Whiskers», Henry Anderson Hummel? —preguntó Noah saliendo de la tienda mientras su hermano sujetaba la puerta para él.
-Por supuesto, pero primero…
-¡Henry!... —exclamó la vendedora llegando hasta donde ellos estaban, el chico dio un respingo de sorpresa y se le quedo viendo con cara de impacto— olvidaste tu recibo… —agregó dejándolo en el bolsillo de la camisa de su cliente— llamame… —susurro guiñandole un ojo, Henry abrió sus ojos al máximo y se quedó medio petrificado, su hermano menor tuvo que decir su nombre tres veces para que reaccionara.
-Disculpa hermanito… vamos… —dijo mirando por sobre su hombro por si aquella mujer decidia seguirlo o algo parecido.

-¿No se supone y tus hermanos estarían aquí?… —preguntó Kurt llegando al vestíbulo, se bajó las gafas de sol y miró a su alrededor en busca de sus hijos.
-Se supone… tal vez tuvieron que ir al baño o algo… —respondió Lizzie dejándose caer en uno de los sofás.
-Pues debieron avisar… llamaré a Henry...—agregó su Papá haciendo ademán de sacar su teléfono.
-¡Ay Papá!... eres super exagerado, ademas, si estan en el baño, ¿como va a contestar el teléfono?... ¡hola! —dijo la chica haciendo sonar sus sandalias.
-Creo que hay algo de razón en ese comentario, no te preocupes demás, seguro y estan en algo impostergable… —agrego Blaine acomodándose el bolso en el hombro.
-No quieras parecer un padre serio con esa camisa… ¿de acuerdo?... —dijo Kurt apretándose un poco para llamar a su hijo, su esposo negó con la cabeza de manera divertida y optó por sentarse junto a su hija.
-¿Dónde esta?... en el baño, ¿no es así?... —sentencio Lizzie levantándose de un salto.
-No, esta en la habitación porque Noah quiere que ese animal baje con nosotros a playa… —respondió poniendo mala cara.
-¿El gato?... ¿a la playa?... —repitió Blaine sonriendo.
-Así es… y no me preguntes como porque te juro y no se como conseguiran algo asi… en fin le dije donde estariamos, asi es que… vamos…
-¡Si!... ¡quiero tomar sol!… —exclamó la chica dando unos saltos como cuando era pequeña , tomó su bolso y salió corriendo como endemoniada, Kurt sonrió a la par con su esposo y se estiró un poco buscando su abrazo, Blaine lo recibió con ternura y después de un par de besos salieron abrazados.

-Este lugar es genial… aunque hay poco que mirar, si saben a lo que me refiero… —dijo Lizzie mirando el paisaje, acomodo la toalla en unos de los asientos dispuestos para ello y se recostó de inmediato.
-En realidad este lugar es estupendo… ¿por que no venimos más seguido? —pregunto Kurt mientras esperaba que su esposo acomodara todo para ambos.
-Creo que es porque hemos estado ocupados recorriendo el mundo… —respondió Blaine desdoblando las toallas con el logo del resort.
-No creas que podrás hablarme con normalidad si aun tienes puesta esa camisa multicolor… insisto en ello —sentenció Kurt tomando asiento, Lizzie río tras sus gafas de sol y cambio de posición sobre la reposera.
-Ya me le quitaré… —dijo el aludido ocupando la silla reclinable de junto— estoy seguro y Noah querrá meterse al agua de inmediato.
-Eso es verdad… recuerda esta botellita antes que todo… —advirtió Kurt sacando el envase de protector solar, Lizzie blanqueo los ojos pensando que aquello se estaba volviendo una obsesión en su Papá.
-Me pondré cuando me quite la camisa… —dijo Blaine echandose hacia atras como para tomar el sol.
-Me sentiría mucho mejor si te pones ahora… no quiero que termines como un tomate… —insistió su esposo aventandole la botella, Blaine la cogió al vuelo y la dejó a su lado sobre la arena.
-¡Blaine!
-Bien… —dijo incorporándose para comenzar a desabotonarse.
-¡Que demonios!... —exclamó Lizzie riendo.
-¿Que Princesa?
-¡Miren! —dijo riendo con más ganas y señalando a sus hermanos que se acercaban con «Mister Stephen Whiskers».
-No lo puedo creer… —agrego Kurt irguiéndose un tanto.
-¿Ese es el gato de nuestro hijo?... —terminó por decir Blaine también riendo.
-¡Que cosa mas bonita!... ¡«Goblin»!... —grito Lizzie haciendo unas señas, se levantó y corrió a su encuentro.
-Nunca había visto un gato caminar con arnes y correa… —dijo Blaine mirando la escena divertido.
-Pues yo nunca pense que tendriamos que traer a ese animalito a nuestras vacaciones… —dijo Kurt volviendo a recostarse, sacó una revista de su bolso y se concentró en leer sobre tendencias de otoño/invierno.
-¡Papá!, ¡«Papáblen»!, miren lo que compro Henry ANderson Hummel para «Mister Stephen Whiskers»… —dijo Noah de lo más contento.
-Lo vemos hijo… muy inteligente y original de tu parte, ¿verdad Kurt? —el aludido paso página como si no fuese a él a quien estaban hablando.
-¿Kurt?
-Papá, ¿no escuchaste acaso? —Blaine dio un pequeño puntapié a la silla en la que descansaba su esposo para que dejara su indiferencia.
-Claro que escuche cariño… por supuesto que escuche… —dijo dejando al revista a un lado, se quitó las gafas de sol y se acercó a él fingiendo estar de lo más complacido.
-Henry Anderson Hummel tuvo esta idea porque yo no quería que estuviese solo en su jaula mientras nosotros nos divertiamos en un buen momento…
-Me parece muy sensato de tu parte bebé…
-Y miralo a él… al parecer esta muy cómodo… —añadió Blaine mirando al gato que caminaba sobre la arena como si siempre lo hubiera hecho, miraba a su alrededor y ponía atención al ruido que hacían las olas al romper en la orilla.
-Yo creo que es lo más tierno que veremos en este viaje… —opino Lizzie mientras le hacia caras al gato.
-Creo que habrá cosas mejores… —agrego Kurt por lo bajo mientras volvía a acomodarse junto a su revista, Noah se sentó en la arena y se quito el sombrero para que su gato lo usara de cama improvisada, luego abrió su mochila, sacó a «Desmond» y todos los demás adminículos que había traído consigo.
-¿Tu estas bien?... —dijo Lizzie mirando a Henry que parecía y se iba a caer desmayado en cualquier momento— parece que te tragaste un fantasma o algo… ¡hola!— Kurt bajó la revista advirtiendo también que algo no estaba bien en el mayor de sus hijos.
-Cariño… —agregó su Papá quitándose las gafas— aunque me cueste reconocerlo, tu hermana tiene razón, estás un poco impresionado, por ponerle un nombre a esa expresión que tienes en tu cara...
-No es nada… es decir… —Henry no dijo más palabra y se sentó en la arena entre las reposeras que usaban sus padres, sacó la boleta que la vendedora le había puesto en bolsillo de la camisa y se la entregó a quien quisiera recibirla, Kurt miró a su esposo y se adelantó en tomarla, la miro en detalle y pensó en principio que el precio que había pagado por la correa y el arnés era lo que lo había puesto así de nervioso, luego dio vuelta el papel y armó la historia en su cabeza.
-¿Melinda?... quien demonios es Melinda… —quiso saber Lizzie que se había acercado sin que nadie lo notara.

Junio de 2041


-¿Melinda?... quien demonios es Melinda… —quiso saber Lizzie que se había acercado sin que nadie lo notara—¿la conocemos? —agregó la chica arrebatando el recibo de las manos de su Papá, Henry seguía cabeza gacha como si quisiera vomitar o algo parecido—aunque con todos estos corazones, es bien fácil adivinar al menos que es lo que busca… ¿verdad hermanito?—terminó por decir Lizzie moviendo sus cejas.
-¿Quien es esta persona cariño?...
-¡Yo se!... —exclamó Noah levantando su mano.
-¿Lo sabes bebé?
-Si, es la persona de la tienda que nos recomendó la correa para «Mister Stephen Whiskers», era mujer y hacía así… —explicó Noah haciendo unos gestos coquetos seguidos de ademanes como si tuviera una cabellera muy larga.
-¡Eso hermanito!, ¡rompiendo corazones en la costa oeste!, bien por ti… —dijo Lizzie dándole unos golpes en la espalda.
-No digas eso «Rizzie», esto no está para nada bien… yo tengo una novia, las personas no deberían de insinuarse así, tan sueltos de cuerpo a gente comprometida —dijo Henry gesticulando con sus manos,
-¡Ay Henry!, eres súper nada que ver, apuesto que esta chica ni sabia la existencia de la tal Amelia, ni de qué eras así de aburrido… ¡hola!
-Lizzie…
-¡Es la verdad Papá!, a nadie le hace mal coquetear un poco… yo digo que vayas a por ella, después de todo lo que pasa en Maine se queda en Maine… —dijo Lizzie como si sentenciara lo obvio, Blaine sonrió y concordó con su hija mediante un gesto divertido.
-Pues yo creo que es engañar y faltar el respeto y ahora me siento pésimo —agregó su hermano dejándose caer en la arena.
-Hijo, lo qué pasó no es tu culpa… —dijo Blaine queriendo reír al ver reflejado el dramatismo de su esposo en el mayor de sus hijos.
-Pues yo creo que si, tal vez dije algo que ella interpretó de otra manera, ¡por dios!... ¡que va a decir Amelia cuando le cuente! —exclamó tomándose la cabeza.
-¡Y para que le vas a contar!, ni que te hubieras acostado con ella o algo… ¡hola! — dijo Lizzie volviendo a su silla, Henry sintió que se ponía colorado.
-¡Lizzie! —exclamó Kurt señalando a Noah, la chica murmuró un «¿que?» e hizo notar, de igual manera que su hermano estaba más pendiente de pasear a su gato de un lado a otro que de lo que hablaban los adultos presentes— aun así… —insistió su Papá arqueando un tanto la ceja— cariño… —agregó cambiando de posición en la silla para mirar a su hijo— tal vez sea el sol o el hecho de que tu «Papáblen» tenga puesta esa camisa horrible… —Henry miró a Blaine y este soltó una pequeña risa —pero tengo que estar de acuerdo con tu hermana en esto.
-¿Que?... —dijo Lizzie dando un respingo de sorpresa.
-¿Que?... —repitió su hijo levantando la cabeza.
-Lo que oyes cariño, lo que pasó fue solo un juego, no hay nada malo en coquetear, no significa nada si tu compromiso es verdadero… ¿que?... —dijo mirando a Blaine— ¿hay aire demas en tu boca que decidiste expulsarlo? —añadió al escuchar que su esposo soltaba una risa que se escuchó como un resoplido más propio de «Mister Stephen Whiskers» que de un humano.
-No...
-¿Entonces?… —insistió Kurt fingiendo una sonrisa.
-Entonces… fue mi reacción a la… ¿como decirlo para que no te ofendas?... claro, la falta de verdad que acabo de escuchar —Henry terminó por enderezarse y Lizzie se puso una mano en la boca para contener lo divertido que le parecía ese momento.
-¿Me estás llamando mentiroso enfrente de mis hijos?
-No, solo estoy diciendo que lo que dijiste falta a la verdad...
-Eso es un «mentiroso» elegante… y ni siquiera se a que te refieres… —dijo Kurt volviendo a recostarse.
-Kurt… vamos… eso que acabas de decir que no hay nada malo en coquetear, no te lo crees ni tu mismo...— Henry y Lizzie intercambiaron miradas al tiempo que concordaban con aquello haciendo un gesto positivo con la cabeza— es mas… tu ni siquiera soportas la idea de que yo coquetee con alguien, ni siquiera con una fan a la que veré una vez en mi vida.
-Eso es diferente y lo sabes…
-¿Por qué?...
-Porque no es comparable, ni siquiera un poco con lo que estamos hablando ahora…
-¿Por qué?... —insistió Blaine riendo.
-¿Tengo que decir por enésima vez que tu eres mas sexy que yo?, ¿que cualquier cosa que hagas, por mínima que sea, puede llevar a que esas ansiosas fanáticas tuyas se te tiren encima a hacerte no se que?...
-Ok, mejor me llevo al más pequeño de la familia al agua antes que la conversación se torne más complicada —dijo Blaine levantándose, se desabotono la camisa y le pregunto a Noah si quería darse un chapuzón.
-¡Si!... —exclamó el pequeño poniendo fin al paseo que le estaba dando a su gato— el océano es super refrescante...
-Lo es hijo…
-Voy con ustedes… —agregó Lizzie quitandose el pantalon corto y tirando las sandalias como si fueran parte de un show de malabarismo.
-Papá, voy al océano, el «Papáblen» me invitó…
-Muy bien cariño… y recuerda las reglas, bien cerquita del «Papáblen» y cuando tus dedos estén arrugados, ya es hora salirse… ¿de acuerdo?
-Si… vigila a «Mister Stephen Whiskers» por favor… —pidió alcanzándole la punta de la correa, Kurt la tomó como si fuera algo mugriento y desagradable y se quedó mirando a su esposo como en busca de una explicación, Blaine encogió los hombros y le lanzó un beso en respuesta.
-Si me dejas esa camisa puedo enterrarla donde no vuelvas a encontrarla… —agrego Kurt cruzándose de brazos
-Me queda y lo sabes… —dijo terminando de quitársela.
-También el bloqueador y no te vi poniendote…
-El océano es refrescante, ¿no escuchaste a nuestro hijo?... —dijo Blaine mientras se iba de la mano de Noah.
-Lo lamentaras Blaine Anderson Hummel y ten por seguro que no hare nada por ti cuando estes todo insolado… —terminó por murmurar Kurt mirándolos alejarse— en fin… Cariño… — añadió atando al gato a la pata de la reposera que estaba usando, «Mister Stephen Whiskers» jugó con la corra un instante para luego emitir un siseo en disconformidad por estar inmovilizado— más allá de lo que dijo Blaine, que por cierto no es verdad… no deberías hacer de esto un gran drama, si quieres contárselo a Amelia esta bien, pero si quieres guardarlo para ti también lo esta… nuestro corazón también sirve para guardar secretos propios por si no lo sabías…
-Lo se… pero no quiero dejar de decirlo por las razones erradas…
-¿Y esas son?... —pregunto Kurt mirando de reojo a su esposo e hijos, Blaine tenía en brazos a Noah y reía con él de buena gana, como si no le importara guardar ningún tipo de compostura, Lizzie en tanto, se sambullia antes que rompiera la ola en la orilla y su pequeño hermano movía los brazos nervioso pensando que no la volvería a ver nunca.
-Miedo por ejemplo…
-¿Miedo?... cariño... esta niña no esta siendo mala contigo ¿o si?
-Papá…
-No de verdad… también existen mujeres que abusan de los hombres, de todas las formas…
-Lo se Papá… pero Amelia no es así… ella… ella es muy dulce, no hay nada de violento en ella, y si mencione lo del miedo es porque, no se… pienso que puede reaccionar mal y pensar que yo propicie ese comportamiento, que coquetee de forma deliberada, y que luego acabe terminando conmigo y…. eso… eso de perderla para siempre es algo que no quisiera y pasara… nunca…
-Te entiendo cariño… —agrego Kurt mirando a Blaine pensando que él tampoco quería perder a su esposo, nunca...— pero, ¿sabes lo que haremos?... —dijo levantándose, se sacudió las manos de arena y tomó el recibio con el mensaje de amor de Melinda— enterraremos esto junto con la camisa del «Papáblen» y fingiremos que nunca han existido.
-¿Por qué odias la camisa del «Papáblen»?
-Por que es horrible cariño...—respondió arrugando el papel y enrollando la pieza de ropa como si fuera un trapo usado, después escondió ambas cosas bajo una de las sillas— ahora… ¿que tal si vamos al agua?, al parecer la diversión esta en ese lado de la playa… —dijo sonriendo.
-Vamos… gracias Papá…
-De nada cariño… y sonríe… mira que... por pensar en lo que diria tu novia sobre todo esto… olvidaste darle una oportunidad de disfrutar que tu ego llegará a las nubes… —dijo Kurt mientras se quitaba la camiseta y se volvía a aplicar bloqueador solar.
-Igual me sentí un poco bien, con el ego más arriba que las nubes... ¿no esta mal?, ¿verdad?
-No esta mal cariño… no esta nada mal… ¿te pusiste de esto? —pregunto enseñando la botella.
-Si… antes de bajar… ¿el gato estará bien si lo dejamos solo?...
-Asumo que si… o tal vez deberías de llevarlo, ya sabes, por si una ola se lo lleva y lo escupe en el mediterráneo o algo… —dijo Kurt dejando todo bien guardado.
-Papá…
-Solo bromeo cariño… aunque lo odie… —dijo mirando fijo al animal, como para que se diera por aludido— se que hace feliz a Noah, y no existe nada más importante para mi que la felicidad de mis hijos… ¿vamos? —dijo Kurt tomándose del brazo de él.
-Vamos… —añadió Henry sonriendo.
-¿Señor Hummel?... —escucharon ambos a sus espaldas, Henry se dio media vuelta primero y su Papá un segundo mas tarde— Señor Hummel, disculpe la interrupción —dijo uno de los empleados del resort acortando distancia con ellos .
-¿Algún problema?... —preguntó el aludido mirándolo a él y a su hijo de manera alternada.
-Tiene una llamada telefónica, una mujer de nombre Helen Fitzsimmons, dice que es importante…
-Con un demonio Helen… —susurró Kurt tomando un poco de aire.
-¿Estará todo bien Papá?
-Todo bien cariño, debe ser algo importante, si no lo es… Helen tendrá que buscar otro empleo… vuelvo enseguida, aunque si me demoro los veo en los dormitorios… —dijo apartándose, Blaine se percató de aquello y le preguntó a la distancia que sucedía, Kurt le respondió simulando un teléfono con sus dedos— que Noah chequee sus dedos, si están…
-Si esta arrugados es hora de salirse… —dijo Henry terminando la frase por su Papá.
-Gracias cariño… —terminó por decir Kurt siguiendo al empleado del centro de vacaciones.

-¡Papá!... ¿recién terminas de hablar con Helen?... te perdiste toda la diversión… ¡hola!... —dijo Lizzie tirada sobre uno de los sofás del vestíbulo.
-Lo se cariño, y lo lamento, pero era algo importante… ¿por que estas aqui?
-Porque estoy esperando que sea la hora que me asignaron en el SPA… y me faltan… 11 minutos… —respondió mirando la hora en su teléfono móvil.
-Muy bien, ¿tus hermanos?
-Henry se fue a los campos de golf y Noah subió con el «Papáblen».
-Perfecto… ¿el gato?
-Con ellos…
-¿En serio?, ¿no se escapó ni nada parecido?…
-¡Papá!
-¿No?... bueno, habrá sido un sueño que tuve… —agrego Kurt haciendo un gesto de desinterés con una de sus manos— cenaremos en el restaurante, ¿de acuerdo cariño?
-Super de acuerdo… y llegaré como nueva, solo me faltan 8 minutos para que me mimen estilo tailandés… —dijo Lizzie estirándose como con pereza.
-El mejor de los estilos cariño… disfruta... —respondió retirándose— cariño… —agregó devolviendose en sus pasos— el «Papáblen» no se enojo porque me demore mucho, ¿o si?
-No, nada que ver… Henry nos dijo que era una llamada de Helen, asumimos que sí se atrevió a llamarte en tus vacaciones , debió ser algo importante…
-Lo era… gracias cariño… nos vemos entonces...—Lizzie se despidió con una seña para luego mirar la hora en su teléfono unas tres veces seguidas.

-¿Blaine?... por fin termine… me encontré con Lizzie y me dijo que cada quien esta en lo suyo… asumo y tú también… —dijo Kurt mirando por la habitación principal en busca de su esposo, luego abrió al puerta del cuarto de junto y sonrió al ver a su pequeño hijo durmiendo la siesta de lo más confiado con el gato encima de la cabeza, volvió a cerrar con sigilo y se dirigió a la pequeña terraza— ¿Blaine?...
-Ya salgo… —respondió desde el baño.
-Vaya, realmente estas en lo tuyo… —susurró Kurt al escuchar lo débil de la respuesta— hable con Helen… bueno eso ya lo sabes —comenzó a decir de pie en la entrada del baño— lo que no sabes es que si hasta ayer tenía alguna duda de que Helen era la mejor, hoy ya no la tengo, te juro que ni siquiera yo me había percatado de ese detalle en el montaje de la obra, menos mal y se le ocurrió llamarme… ¿Blaine?... —añadió dando unos golpes a la puerta— ¿Blaine?... ¿estas bien?
-...
-¿Blaine?
-Tengo… tengo un problema…
-¿Como?...
-¿Podrias entrar a ayudarme por favor?...
-¿Entrar?... primero dime que problema tienes y ahi vere si entro o no… —dijo Kurt poniendo cara de acido, Blaine dejó escapar una risa un tanto angustiada y se acercó a la puerta caminando a penas.
-Tengo un problema… —repitió asomándose.
-¡Oh por dios!... —exclamó su esposo llevándose las manos a la boca, Blaine tenía una expresión de dolor en su cara y toda su piel estaba irritada y de un tono rojizo.
-Este es mi problema… —dijo saliendo del baño, Kurt se apartó para dejarlo pasar y se llevó las manos a la cabeza cuando le vio la espalda peor de lo que tenía el pecho.
-Blaine… te juro y no se si reirme o llorar contigo… ¿qué demonios estabas pensando?, te dije mil vece que necesitas ponerte protector solar… cuidado… —agregó ayudándolo a tomar asiento, Blaine se acomodo en la orilla de la cama y quiso recostarse pero el solo contacto con los cobertores le provocó incomodidad —buscare algun unguento para ponerte, creo y un de mis cremas tiene vitamina C.
-¿Y eso es bueno?
-Lo es… aunque francamente creo y necesitas ir a la urgencia…
-No exageres… demonios…
-¿Que?... —pregunto Kurt mientras vaciaba su «nécessaire» sobre la cama.
-Creo que quiero vomitar… —respondió levantándose para meterse otra vez al baño.
-Ok, esto es más grave que una simple quemadura solar, creo y tienes una insolación… llamare a Henry para que se quede con Noah —dijo Kurt buscando su teléfono y repitiendo para sí una y otra vez «te lo dije» en todos los tonos y en todos los idiomas.

Junio de 2041


-Blaine… te juro y no se si reirme o llorar contigo… ¿qué demonios estabas pensando?, te dije mil vece que necesitas ponerte protector solar… cuidado… —agregó ayudándolo a tomar asiento, Blaine se acomodo en la orilla de la cama y quiso recostarse pero el solo contacto con los cobertores le provocó incomodidad —buscare algun unguento para ponerte, creo y un de mis cremas tiene vitamina C.
-¿Y eso es bueno?
-Lo es… aunque francamente creo y necesitas ir a la urgencia…
-No exageres… demonios…
-¿Que?... —pregunto Kurt mientras vaciaba su «nécessaire» sobre la cama.
-Creo que quiero vomitar… —respondió levantándose para meterse otra vez al baño.
-Ok, esto es más grave que una simple quemadura solar, creo y tienes una insolación… llamare a Henry para que se quede con Noah —dijo Kurt buscando su teléfono y repitiendo para sí una y otra vez «te lo dije» en todos los tonos y en todos los idiomas.
-¿Por que refunfuñas?... —preguntó Lizzie mientras abría la puerta de la habitación que ocupaban sus padres.
-Hola Cariño… no estoy refunfuñando… lo que pasa es… un momento, ¿que haces aqui?... —pregunto al ver que su hija entraba caminando como con desgano.
-Me cambiaron la hora que había agendado… ¿puedes creerlo?, que el horario, que el profesional, que perdone Señorita Anderson… ¡uy!... ¡los odio a todos!… —dijo empuñando sus manos en señal de frustración, luego dejó caer su bolso y se tiró sobre la cama, Kurt alcanzó a correr sus botellas de productos de belleza.
-¿Asumo y te cancelaron el masaje?... —preguntó mientras leía las etiquetas de las botellas y los frascos.
-¡Es lo que dije!... ¡hola!... así es que me dijeron que mañana era más factible que «Jerome» estuviera disponible… —dijo haciendo el gesto de comillas y poniendo voz sexy cuando mencionaba el nombre del profesional de los masajes— por lo tanto… —agregó dándose media vuelta sobre la cama— decidí esperar la hora de la cena aquí y no sola en mi habitación… y a propósito de la cena, ¿puedo pedir langosta?, se supone y es lo que hay comer aquí…
-Puedes pedir lo que quieras cariño… —respondió Kurt concentrado en los ingredientes de una de las cremas humectantes.
-¿Estas bien?, porque tienes cara de que no…
-Yo lo estoy cariño, el que esta complicado es tu «Papáblen»… ¡por fin!… —exclamó al leer «vitamina C» y «Aloe Vera» en uno de sus ungüentos.
-¡El «Papáblen»!... ¿que le paso?... —quiso sabre Lizzie levantándose de un salto.
-No me escucho lo del protector solar y ahora esta todo insolado… le aplicare esto a ver si se alivia un poco… si no tendremos que ir a urgencias…
-¿No esta muy mal o si?...—pregunto queriendo miarar hacia el baño.
-No lo esta… escucha cariño, trate de llamar a tu hermano pero no me responde, ¿intentarias tú?, necesito que alguien se quede con Noah por si es que tenemos que ir al hospital.
-...
-¿Lizzie?
-Si, Henery… el «Goblin», yo lo llamaré… —dijo buscando su teléfono— tal vez se atrevió con la Menlinda esa...—añadió Lizzie riendo para si.
-Vuelvo enseguida, gracias cariño…
-De nada Papá… Papá… ¿estás tranquilo?, ¿o no?
-Lo estoy cariño, lo que si tengo es un poco de rabia, porque si me hubiera escuchado lo del bloqueador no estaríamos en este brete… —respondió Kurt bajando su voz.
-Claro… pero no se lo restriegues… a nadie el gusta que el digan «te lo dije»… —dijo Lizzie con el teléfono en la oreja, Kurt blanqueo los ojos y se metió al baño.

-No me pude comunicar con Henry… pero Lizzie llego y esta intentado nuevamente.
-¿Lizzie?... ¿no tenía una cita en el SPA? —dijo Blaine respirando de manera lenta y concentrada, como si fuera su forma de lidiar con el dolor y la incomodidad que sentía.
-Así es, pero al parecer «Jerome» no estaba disponible si no hasta mañana… —explicó Kurt acercando una silla hasta el retrete donde su esposo había encontrado un asiento fresco y cómodo.
-¿«Jerome» se llama el masajista?
-Así es, pero no me extraña, con ese nombre a que mas se podia dedicar ese pobre chico… ¿como te sientes?... —pregunto observandolo.
-Como una langosta saliendo del agua hirviendo…
-¿En serio?... ¿no te sientes como un hombre que pasa por alto lo que su esposo le advirtió?
-También… —dijo Blaine queriendo reír.
-Pues me alegro…
-¿No olvidaras esto?, ¿verdad?
-Por supuesto que no… lo guardaré como una carta bajo la manga cuando tengamos una discusión…
-¿En serio?
-Por supuesto, «¿recuerdas esa vez que te dio insolacion por no escucharme?», dire…
-OK…
-Mira, encontre este ungüento que tiene vitamina C, aloe vera y es en base agua micelar… se supone y es para limpiar la piel acabado el dia, pero creo que puede servir para esta ocasión… —dijo enseñando la botella.
-Me parece bien... pero creo que eso que dijiste de ir a la urgencia no es tan descabellado.
-¿Por qué?... ¿te sientes peor de lo que me estás diciendo?
-No se si peor, pero si siento que estoy demasiado caliente… y no en el buen sentido… —explicó soltando una pequeña risa coqueta.
-Pues si es así tal vez tengas fiebre, es uno de los síntomas de insolación… creo que vi un botiquín de primeros auxilios en alguna parte de este baño… —dijo Kurt abriendo y cerrando gabinetes.
-Henry ya viene… ¡«Papáblen»!, ¡con un demonio! —exclamó Lizzie tomándose los pelos.
-Hola Princesa…
-¡Mirate como estas!... esta bien eso de «al lugar que fueres haz lo que vieres», pero tenías que convertirte en una langosta.… ¡hola! —dijo riendo, Kurt tambien río y Blaine trato de hacerlo pero acabó soltando un quejido como de terror en cambio.
-¿Te sientes muy mal?... —pregunto la chica acercándose a él como si lo examinara en un microscopio.
-Un poco…
-¿Por qué?... ¡Papá!, ¿por qué el «Papáblen» se siente tan mal? —preguntó Lizzie mirando a Kurt con las manos en la cintura— ¡uy!, ¡mi telefono!… —agregó saliendo del baño con un salto divertido.
-¿Cómo es que sabes los síntomas de la insolación?, ¿acaso los averiguaste mientras estaba en el agua?— preguntó Blaine mientras leía la etiqueta de la loción humectante.
-Diría que sí para que te sintieras aún más mal, pero la verdad es que con tres hijos y un esposo desobediente, tuve que instruirme hace años en diferentes enfermedades y circunstancias... ¡ah!... aqui esta… —añadió enseñando una pequeña caja con una cruz roja en la tapa— y aqui esta el termómetro— dijo sacando el aparato diseñado para ponerse dentro del oído, tomó una de las fundas esterilizadas y lo alistó para hacer la medición, se acercó a su esposo para chequear la temperatura e hizo ademán de tomarle la cara, Blaine se apartó como si le fueran a dar un golpe— ¿que fue eso?
-Disculpa… disculpa, pero me duele hasta el pelo…
-Lo sé, y aquí es la parte donde te digo que no me importa porque básicamente vuelvo a decir que te lo advertí... —dijo haciendo el mismo movimiento— Blaine, te juro y no te tocaré nada… y esto tardara un par de segundos… —advirtió al ver que su esposo se apartaba nuevamente.
-Ten cuidado por favor… —respondió volviendo a sentarse recto, Kurt sonrió al verlo tan consentido y le puso el termómetro dentro de la oreja, presiono el botón correspondiente y espero por la señal.
-Aqui llego Henry… —dijo Lizzie anunciando a su hermano.
-¡«Papáblen»!... ¿que paso?... —preguntó este entrando al baño como endemoniado— ¡wow! —exclamó al verlo todo colorado.
-No es tan malo como se ve… —dijo Blaine sonriendo.
-En realidad... es más malo de lo que se ve… —dijo Kurt mirando el termómetro— tienes fiebre Blaine Anderson-Hummel… —agregó mostrándole la pequeña pantalla del aparato de medición.
-¿Eso es malo?... —quiso saber Henry sintiéndose nervioso.
-¡Ay Henry obvio que si!... ¿que vas a hacer Papá?
-Supongo que buscar un centro médico en este pueblo olvidado de dios… —respondió Kurt guardando el termómetro.
-¿No tengo yo que decir algo al respecto? —dijo Blaine levantando su mano seguido de un quejido.
-Por supuesto que no… ven, creo que si llamo a Helen, ella podra arreglar las cosas en el hospital mas cercano —sentencio Kurt ayudándolo a levantarse.
-¿Y si recurren a los primeros auxilios del resort?, mientras esperaba por mi masaje, que por cierto se canceló… ¡hola!, escuche a un par de mujeres decir que una se había torcido un pie… ¿o eran las dos?... —dijo Lizzie como pensando en aquello— en fin.. el asunto que dijeron que las habían atendido super bien en el centro médico…
-¿Estas segura cariño?
-¡Obvio!... ¡hola!
-Bueno, creo y es mejor asi… por lo demás si es algo que requiere más tratamiento, asumo y ellos nos trasladaran… llamare…
-No te preocupes Papá yo llamo… asi aprovecho de reclamar por lo de mi masaje… ¡hola!... —dijo Lizzie sentándose en la cama, cogió el auricular del teléfono fijo y se contactó con la recepción.
-Voy a buscar una chaqueta…
-No, cariño… escúchame… si esto es dentro del resort, yo y Blaine nos bastamos…
-Pero…
-Henry… necesito que te quedes con Noah, esta durmiendo y despertarlo por esto, solo seria para asustarlo… ¿no crees?
-¿Y si despierta?
-SI despierta, le dices que Blaine y yo estamos en cualquier lugar menos en las dependencias médicas… ¿de acuerdo cariño? —termino por decir Kurt acariciandole la cara, Henry no respondió nada y se quedó como petrificado mirando a Blaine— ¿Henry?
-Si… si… yo… yo me encargo… —respondió tragando saliva.
-Perfecto… gracias cariño… —agrego Kurt repitiendo lo del cariño— ¿Lizzie?... —la chica hizo un gesto de alto con su mano mientras escuchaba anotaba lo que le decían del otro lado del teléfono, Blaine en tanto, tomó su camisa multicolor y se la puso como pudo.
-Listo… —exclamó Lizzie anotando lo último— las dependencias médicas se hacen cargo de lo que sea sin costo y están en el primero de los edificios del resort… que lo que tiene le «Papáblen» es super común y que lo tratan con frío, suero y reposo… —explicó doblando el papel.
-¿Esas son las indicaciones? —pregunto Kurt haciendo como que tomaba lo que su hija había escrito.
-¿Que?... ¡no!... esta es la nueva hora que tengo para un masaje no tendré que esperar hasta mañana después de todo, que el tal «Jerome» se vaya a buena parte… —añadió moviendo sus cejas y haciendo un pequeño baile, Blaine sonrió a la par con Kurt mientras Henry seguía petrificado.

-¿Por qué tenías que ponerte esa camisa otra vez?... te juro que si no vinieramos de la mano, fingiría que no te conozco… aquí es… —dijo abriendo la puerta que, al igual que el botiquín, tenía una cruz roja, más el símbolo del «Samoset Resort» grabados en ella, Blaine subió el par de peldaños como si no tuviera rodillas y se quedó de pie junto a la entrada mientras Kurt hablaba con quien correspondía, lo vio explicar la situación y hacer un par de gesto que interpreto como «le dije que se pusiera bloqueador solar», luego advirtió que terminaba la conversación señalando hacia el otro lado de donde estaban— es por allá… debemos esperar en una de las consultas a que llegue el médico —dijo señalando hacia su derecha un pasillo que estaba decorado igual de elegante que el hotel, era largo y a ambos lados habían puertas con números de metal.
-No me digas que es la última… —dijo Blaine caminando con más dificultad que antes.
-Lo siento pero asi es… —contesto Kurt guiandolo como si su esposo hubiera perdido la vista y no sufrido de un golpe de calor.
-Kurt…
-¿Que?... ¿quieres vomitar otra vez?... —preguntó apartándose un poco de manera inconsciente.
-No…
-¿Entonces?
-Gracias…
-¿Por qué?
-Por acompañarme… y por hacer las gestiones… por cuidarme… te escuche decir que lo lamentaría y que no harías nada por mi cuando… bueno… cuando me pasara lo que me paso… —dijo mirandose hacia abajo— así es que… gracias… por hacerlo de todos modos.
-No me lo agradezcas, es mi trabajo… —sentencio llegando a la puerta que le habían indicado— en salud y enfermedad, ¿recuerdas?
-Lo recuerdo...
-Aunque no se bien si esa frase incluía: «excepto si su esposo es desobediente y deliberadamente se mete en problemas, incluso cuando usted le ha advertido lo contrario»… —dijo Kurt mientras golpeaba un par de veces por si había alguien ocupando aquella consulta.
-Eres increible… —contesto Blaine riendo.
-Lo se… —agregó su esposo encogiendo un hombro engreído, Blaine sonrió como el príncipe que era y a pesar de lo mal que se sentía se acercó a él y le dio un beso, Kurt se perdió en aquella demostración de amor un buen rato antes de reaccionar.
-¡Con un demonios Blaine!... ¿cómo es que hasta enfermo seas tan sexy?... ¡uy!... —exclamó levantando los brazos y dándose media vuelta para entrar de los primeros.

Julio de 2031


-¿Te sientes mejor cariño?... —pregunto Kurt mientras sostenía un vaso con agua del que Lizzie se había bebido todo casi de un solo trago.
-Un poco… —contestó limpiándose la cara— ¿que va a pasar con él cuando muera?
-¿A qué te refieres Princesa?... —agrego Blaine sentándose en la silla de junto.
-A… ¿que que va a pasar con él?… ¿hay un cementerio de mascotas o algo?, uno que no sea terrorífico claro… —añadió soltando unos sollozos.
-Por supuesto que los hay, de hecho la Doctora me dio varias alternativas, las discutiremos luego que… —Kurt no alcanzo a terminar su frase y su hija volvió a llorar como condenada— voy a por más agua… —añadió levantándose.
-Yo voy, necesito ir al baño, ademas, asi aprovecho de ver a Henry que hace rato que esta allí…. —interrumpió Blaine tomando el vaso, le hizo un pequeño cariño en la cabeza a su hija y se encamino a donde dijera, Kurt en tanto, abrazo más a Lizzie y quiso reír de aquel dramatismo exacerbado.

-¿Henry?... —dijo Blaine golpeando la puerta del baño— ¿aun estas aqui?... —añadió asomando la cabeza, su hijo lo saludo desde el piso donde estaba sentado como si lo hubieran derrotado en la peor de las batallas y de todas las formas posibles— ¿estas bien hijo?... hace rato que estas aquí dentro… —añadió lavando el vaso primero y llenándolo con agua hasta un poco más de la mitad después.
-Lo sé… —respondió el chico apoyando su cabeza en la pared— es todo esto que esta pasando… y se que el «Señor Botones» es solo un perro, pero… no se…
-Hijo… —dijo Blaine sentándose a su lado— el «Señor Botones» no es solo un perro… es parte de nuestra familia, lo conocemos desde hace casi seis años, es importante para todos…
-No para el Papá… —dijo Henry haciendo una mueca.
-Hijo… —agregó este poniéndose de lado— si bien tu Papá ha tenido algunas diferencias… —Henry abrió sus ojos al maximo como exclamando ¡«Papáblen»! —bien, me retracto, muchas diferencias… pero eso no significa que sea indiferente a lo que esta pasando… ¿que?... —pregunto al ver que su hijo esbozaba una pequeña sonrisa.
-Siempre defiendes al Papá… en lo que sea…
-¿Y crees que eso esta mal?
-No, por supuesto que no… me parece muy bonito… raro, pero bonito...
-Bueno, se lo prometí una vez… y una promesa es una promesa…
-¿Se lo prometiste?, ¿cuando?
-Una vez antes de Navidad, cuando aún estábamos en la escuela, le regale un anillo de promesa y todo, él por supuesto creyó que era uno de compromiso…
-Por supuesto… —repitió Henry riendo.
-Y en esa ocasión le prometí que siempre lo defendería, incluso en la ocasiones que yo supiera que estaba equivocado…
-Me gusta cuando me cuentan cosas de la historia de ustedes, Liang dice que su Papás nunca le hablan de eso… ha tenido que sacar conclusiones desde fotos.
-Pues eso esta muy mal… las historias se viven para contarlas después… ¿no crees?
-Lo creo…
-Ahora… —dijo Blaine poniéndose en cuclillas antes de terminar de levantarse— me temo y tenemos que hacer frente a una parte de nuestra historia familiar, no tan feliz como otras, pero parte de nuestra historia al fin y al cabo… ¿vamos? —agregó dándole un par de golpes en una pierna antes de incorporarse definitivamente.
-Vamos… —dijo Henry poniéndose de pie de un salto, Blaine sonrió, le acarició la cara y tomó el vaso con agua antes de abrir la puerta— ¿«Papáblen»?... —añadió el chico tomándolo de la camiseta.
-¿Si?
-¿Que va pasar con el «Señor Botones»?, cuando... ya sabes…
-¿Hablas espiritualmente?
-No... me pregunto si habrá un funeral o algo...
-Por supuesto que sí, escuche decir a tu Papá que la Doctora le dio varias alternativas, luego decidimos entre todos… ¿te parece? —añadió poniendole una mano en el hombro, Henry asintió sin decir más palabra.

-Señor Hummel… —dijo la veterinaria a cargo del «Señor Botones», le tocó un hombro y se quedó esperando por la respuesta, Kurt aun tenia abrazada a Lizzie y se tardó un instante en hacerle caso— disculpe… Señor Hummel... —insistió.
-¡Doctora Heskel!, es decir… Anne… disculpe… —dijo el aludido apartándose de su hija, se puso de pie y se arreglo un poco el cabello y la ropa, Lizzie hizo lo mismo pero con menos ganas, tambien se arreglo el pelo en la medida de lo posible y acabó limpiándose la nariz con el dorso de su mano, su Papá la miró con cara de asco y procuro entregarle unos pañuelos descartables de inmediato.
-Señor Hummel… estamos listos para hacer el procedimiento en el «Señor Botones»… ¿ya habló con su familia?
-Por supuesto… estamos esperando a mi hijo que fue al baño hace un rato… —respondió kurt mirando hacia el sector de los servicios
-Comprendo… —agregó la veterinaria mirando la hora y escribiendo algunas cosas en su dispositivo electrónico.
-Ahí viene Henry… —dijo Lizzie señalando a su hermano al tiempo que se sonaba con estridencia.
-Perfecto… ¿donde es?...—pregunto Kurt mientras le hacía señas a su esposo e hijo para que se apresuraran.
-Es por aquí… —respondió Anne señalando hacia adelante, Kurt tomó a su hija de la mano y partió tras la doctora, Blaine apresuró los pasos lo mismo que Henry y todos terminaron cruzando la tercera de las puertas.

-¡Ay por dios!... —exclamó Lizzie al ver al «Señor Botones» tendido sobre una mesa de metal, estaba de costado y respiraba con dificultad, tenía puesto una vía de suero en una de sus patas y se veía tan pequeño e indefenso que el corazón de Lizzie, y el de todos, casi se parte en dos.
-Creo que quiero vomitar… —dijo Henry tomándose el centro del pecho.
-Tranquilo cariño… —añadió Kurt acariciándole la espalda.
-Bien… —comenzó a decir Anne tomando una jeringa y una botella de pentotal sódico desde un anaquel también de metal— el procedimiento es muy simple, solo inyectare esto en el suero del perro y se irá quedando dormido… —dijo extrayendo el contenido desde la pequeña botella.
-¿Le…?... ¿Le va a doler?... —quiso saber Lizzie llorando como si tuviera unas mangueras conectadas a los ojos.
-No pequeña, como dije... para él será como entrar en un sueño… esto es como un exceso de anestesia, le provocará un estado de inconsciencia y luego la muerte sin dolor... tomense su tiempo, yo terminaré de preparar todo… —dijo la veterinaria apartándose un poco.
-¿Cariño?... —dijo Kurt invitando a Henry a que se despidiera primero.
-Sí… —respondió el chico tragando saliva, se acercó a su perro como en cámara lenta y lo acarició en el lomo y en la cabeza, Lizzie hizo lo propio tomándole una pata y acercando su cabeza a la de él, de pronto, el «Señor Botones» desapareció tras un mar de rizos castaños, Kurt se tomó el pecho por la impotencia que le producía ver a sus hijos sufrir sin poder hacer nada para evitarlo, Blaine notó aquello y se aproximó a él para confortarlo como lo hacía siempre, envolviendolo en sus brazos.
-Señor Hummel… —dijo la veterinaria casi susurrando— ¿decidieron que harán con el cuerpo de su mascota?
-Aún no, le prometí a mis hijos que lo decidiríamos entre todos… —explicó sintiéndose un tanto amenazado por la jeringa que Anne sostenía en una de sus manos.
-¿Necesita que decidamos de inmediato? —agrego Blaine mirándola a ella, a la jeringa y a su esposo de manera alternada.
-No, por supuesto que no Señor Anderson… es solo que como dije, hay personas aquí que lo pueden ayudar en lo que decida.
-Gracias, muy ama...
-¡Yo quiero que tenga un funeral como se merece!… —interrumpió Lizzie acariciando a su perro— ¿verdad Henry?... —agregó mirando a su hermano.
-Si… él era un super buen perro…
-¿Un funeral?... —repitió Kurt como si escuchara lo increíble.
-Princesa, no creo que esos servicios existan para un perro…
-¡Pero lo organizamos nosotros!… ¡hola!... y en el Central Park… —Kurt miró de reojo a su esposo— nos vestimos elegantes y vamos... íbamos a ir al parque de todas formas... ¿no es así?
-A un picnic por el cuatro de julio cariño… —agrego Kurt sin convencerse aún de lo que escuchaba.
-¿Y?...
-Princesa… ¿no te parece la idea del cementerio?, al parecer es muy bonito...
-Pero es que a él le gustaba mucho el Central Park…—insistió la niña haciendo un puchero bien lloroso, Kurt solidarizo con ella imitandola en la mueca y se acercó para consolarla.
-Cariño… —dijo acariciándole la cara y el cabello revuelto— si crees que eso es lo que le hubiera gustado al «Señor Botones», eso es lo que haremos... existe la posibilidad de incinerar su cuerpo, así es que podemos… no se… esparcir sus cenizas en el parque… cerca de la estatua de Balto por ejemplo, donde por cierto le gustaba hacer sus... cosas… —dijo Kurt poniendo cara de vomito, Henry sonrió y luego también se puso a llorar— ¿te parece cariño?... —agrego limpiando las lágrimas en la cara de su hija. Lizzie gesticulo un si bien exagerado— ¿Henry?... —dijo mirando a su hijo que se limpiaba los ojos con ambas manos y al mismo tiempo.
-Si… era su lugar favorito en el mundo… además del sillón de la sala…
-Pues no rellenaremos un cojín con sus restos, eso tenlo por seguro… ¿Blaine?... —termino por decir Kurt buscando la ultima opinión que le faltaba.
-Me parece una idea fantástica… iré a hacer los arreglos… —dijo señalando hacia la salida por sobre su hombro.
-Lleva mi teléfono, es posible que necesites algo y lo que sea, se lo pides a Helen… —dijo entregando el aparato.
-¿No esta de vacaciones?... —pregunto Blaine mirando la pantalla por si debía desbloquearla.
-¿Y?... —respondió arqueando una ceja, la Doctora Anne Heskel frunció la boca y asintió con su cabeza como sorprendida del poder que tenía el Señor Hummel sobre otros.
-Y… nada… voy entonces… —dijo Blaine guardando el teléfono en uno de sus bolsillos.
-Busque a Shaun Wheeler, Señor Anderson, el es el encargado de ese tipo de procedimientos en nuestra clínica.
-OK… vuelvo enseguida… Shaun Wheeler —repitio, se acercó a sus hijos y le dio un beso a cada uno insistiendo en aquello que el «Señor Botones», con ellos, fue el perro más feliz de todos.
-Perfecto… —dijo Kurt mirándolo salir— ahora… —Kurt miró a la doctora y le dio la venia para que procediera, Henry se apartó unos pasos y como que contuvo la respiración, Lizzie en cambio, no pudo mirar y se refugió en su Papá, susurrando «ahora si ve hacia la luz «Señor Botones». La Doctora Heskel tomo la manguera del suero que estaba conectado a la pata del «Señor Botones» e introdujo la jeringa en el punto de inyección, vació el contenido y luego ajusto el flujo moviendo la llave reguladora, la respiración del «Señor Botones» se fue calmando de a poco hasta que fue imperceptible para todos, Anne se descolgó el estetoscopio que llevaba al cuello y lo osculto para confirmar lo inevitable.

Julio de 2031



-¡Señor Anderson!…. ¡disculpe!… —exclamó el Señor Jenkin en cuanto lo vio poner un pie en el vestíbulo del edificio, le pidió que se acercara mediante un par de señas bien exageradas.
-Señor Jenkins, buenas… tardes supongo… —respondió este mirando su reloj para comprobar si era dia o tarde.
-Buenas tardes… ¿como le fue con su perro?... su esposo entró muy rápido, no pude preguntarle… ni siquiera me saludo en realidad… —agregó el portero rodeando el mesón de la recepción.
-Si bueno, todo ha sido una locura desde la mañana, no se lo tenga en cuenta…
-No por supuesto, no me atrevería a hacerlo… ¿el perrito?
-Bueno… —dijo Blaine enseñando una pequeña caja de metal, era color plata y estaba labrada por todos lados con pequeñas huellas de patas de perro, venía cerrada con un sello plástico como el que se usa en las tiendas para resguardar la ropa costosa y tenía una pequeña flor atada en la tapa.
-¿Ese…?... ¿ese es…?... oh por dios… —dijo quitándose el top hat extra patriotico que aun vestía, se persignó y retrocedió unos cuantos pasos para volver a ubicarse tras el mesón.
-Si… lamentablemente tuvimos que sacrificarlo… —agregó arreglando la flor con mimo.
-Lo siento mucho Señor Anderson, el era un buen perrito…
-Lo sabemos… gracias Señor Jenkins… —contesto Blaine haciendo ademan de retirarse.
-Cualquier cosa que que necesite usted o sus hijos, no duden en pedirmela… abrirán la azotea para mirar el show de juegos pirotécnicos del Central Park… si desea puedo reservarle unas sillas para usted y su familia, porque ya sabe… —Blaine se quedó un instante con el entrecejo fruncido pensando que el Señor Jenkins siempre creía que todos sabían de lo que estaba hablando, cuando en realidada, solo lo sabia él.
-Claro… —dijo por fin— pero haremos un pequeño «funeral» en el parque, así es que no creo que podamos, pero gracias de todas maneras… que lo disfrute… —terminó por decir retirándose.

-Ya regrese… —dijo Blaine entrando en la sala de su casa.
-Vaya si te demoraste… —contestó su esposo desde el sofá donde leía una revista pierna arriba.
-Bueno… el proceso resultó bastante más complicado y burocrático de lo que creía… —dijo dejando la pequeña caja sobre la mesa de café además de una carpeta con el logo de la clínica veterinaria, se quitó la camisa que llevaba sobre la camiseta y la tiró sobre el sillín del piano.
-¿Ese es él?... —pregunto Kurt poniendo cara de impacto.
-Es él…
-¿Mi broche también?
-¿Que?
-Nada… o algo menos egoísta… —agregó mirándola desde donde estaba— más allá de todo es muy bonita…¿tu la elegiste?
-Si, asumi que era la que él merecía…
-¿La flor?
-La corte del jardín de la entrada del edificio… me pareció que era apropiado… —dijo volviendo a acomodarla.
-Bastante…
-¿Cómo están nuestros hijos? —quiso saber Blaine mirando hacia el segundo piso.
-Bien… bueno dentro de lo que se espera… —respondió Kurt poniéndose de pie— ¿crees que necesiten terapia o algo asi? —añadió también mirando.
-No lo sé… —contestó sin quitar la vista del cielo raso— veremos como reaccionan y decidimos… —añadió soltando un suspiro antes de fijar los ojos en su esposo— el Señor Jenkins me dijo…
-¿Que?...
-¿Como?... —dijo Blaine un tanto distraído.
-El Señor Jenkins, dijiste: «el Señor Jenkins me dijo…» y luego te quedaste en silencio y como perdido... —advirtió Kurt gesticulando.
-Nada… bueno sí me dijo algo… es… disculpa es que... te ves muy guapo… no lo había notado… pero así es… —contestó Blaine mirando el traje que había elegido y que era tan elegante como para asistir a una alfombra roja de un premio prestigioso.
-Gracias… —dijo Kurt sonriendo y mirándose— Lizzie dijo que nos vistieramos elegantes así es que… pensé que esto era apropiado… —insistió ajustándose los «cufflinks» en los puños de la camisa.
-Lo es… te ves muy guapo… —repitió Blaine sonriendo sin quitarle la vista de encima— en fin… —agrego como reaccionando— me ire a cambiar para no ser menos...— dijo dándole un pequeño beso.
-Subiré contigo… así me cercioro que los chicos se están alistando —respondió Kurt haciéndole el quite a la pequeña urna del «Señor Botones», dándose toda la vuelta por detrás del sofá y del piano, Blaine lo miró con ternura— cuentame que te dijo el Señor Jenkins —agrego mirando la mesa de café de reojo.
-Primero… me dijo que tú subiste sin saludarlo siquiera… —Kurt blanqueo los ojos— luego… —añadió Blaine mientras abría la puerta de la cocina y dejaba pasar a su esposo primero— me contó que abrirán la azotea para que los habitantes del edificio puedan mirar los fuegos artificiales que lanzan desde el Central Park.
-¿La azotea?, ¿en serio?... —dijo kurt subiendo los primeros peldaños.
-Mucho...—agrego Blaine subiendo detrás de él.
-¿Y qué le pasó al Señor Murdoch, que permitió tal cosa?, ¿ alguien lo embriago o algo?
-No lo sé… —respondió Blaine riendo— pero me parece una buena idea… me ofreció reservar algunas sillas para nosotros…
-¿Le advertiste que debemos ir a un «funeral»?... —dijo Kurt volviendo a lo de la mueca de fastidio.
-Se lo dije… oye… —agrego Blaine tomándolo por un brazo, su esposo se detuvo casi al llegar al segundo piso y se dio media vuelta hacia él — antes que estemos más ocupados, quería decirte algo… —dijo acercándose un poco y mirándolo hacia arriba, estaba un peldaño más abajo y la diferencia de altura entre ambos parecía de unos 50 centímetros como mínimo .
-¿Algo?
-Sí… —contestó tomándolo por las caderas— quería decir… que estoy muy orgulloso de ti, de como te comportaste, de lo sereno que te mantuviste para que nuestros hijos también lo estuvieran… a pesar que todo esto fue bien abrumador, fuiste el héroe de la jornada...
-Bueno… —dijo Kurt comenzando a acariciarle los rizos— no me alabes tanto, porque si me mantuve sereno, es porque en realidad no me importaba tanto…
-Kurt...
-Déjame terminar… —añadió delineando con sus dedos el cuello de la camiseta— no digo que la situación no me importara, porque cualquier cosa relacionada con mis hijos es trascendental para mi, lo que digo es que mi comportamiento hubiera sido diferente si el enfermo hubieses sido tú o alguno de ellos… creo que enloquecería al primer síntoma… —terminó por decir abrazándolo con fuerza.
-Esconde el resto de tus broches para evitar futuros accidentes entonces… —dijo Blaine riendo.
-Sabes a lo que me refiero… —agregó Kurt sin soltarlo.
-Por supuesto que lo sé… te amo… —dijo Blaine apretándose un poco para mirarse en sus ojos.
-Lo sé… —añadió Kurt acariciandole la cara.
-¡Casi lo olvido!… —agregó su esposo saliendo de pronto del ensimismamiento que le provocaban los azules ojos del hombre que amaba— aqui esta tu teléfono —dijo entregando el aparato.
-Oh… casi lo olvido yo tambien... —respondió recibiendolo— ¿llamaste a Helen? —dijo revisando si tenía algún nuevo mensaje.
-No… esta persona, Shaun Wheeler, resultó ser alguien muy eficiente y amable.
-¿Un anciano heterosexual imagino?... —quiso saber Kurt arqueando su ceja inquisidora.
-No... un joven… y muy bien formado en realidad…
-¡Oye!... —exclamó dándole un pequeño golpe.
-Vamos… bien sabes que nadie esta mejor formado que tú Kurt Hummel-Anderson…. que puedo decir… —aseguró Blaine sonriendo.
-Eso espero… ¿quieres que escoja tu ropa?... ¿o?…
-Asumo y ya la escogiste… ¿verdad? —preguntó mirándolo de medio lado
-Muy verdad… —respondió Kurt subiendo los peldaños que faltaban— esta todo sobre la cama… —agregó caminando por el pasillo— ¡y no cambies nada!, tu corbata combina con mi pañuelo… —dijo señalando el que llevaba doblado en el bolsillo de su chaqueta.
-Como debe ser… —agrego Blaine apuntandolo, Kurt hizo lo mismo y lo señalo de vuelta antes de golpear en el cuarto de Henry, su esposo sonrió y se metio al dormitorio.
-¿Henry?... —dijo poniendo oído.
-Ya estoy listo… —contestó el chico abriendo la puerta, llevaba traje y corbata al igual que su Papá y un peinado extra relamido. Ambas cosas, tanto el atuendo como el peinado, lo hacían verse unos 5 años mayor— ¿que tal?... —pregunto parándose recto en el umbral de la puerta, como si pasara una inspección de trajes o algo parecido.
-Te ves muy bien hijo… ¿puedo?... —agrego Kurt haciendo ademán de enderezarle la corbata.
-Obvio… —respondió Henry echando toda la cabeza hacia atrás, su Papá sonrió y le dejó la corbata perfecta— ¿el «Papáblen» ya llego?
-Ya llegó cariño…
-¿Y trajo a…?
-Lo trajo… es una urna muy bonita, tal vez alguno de los dos quiera quedarsela para algo… esto esta listo cariño… —dijo al ver que su hijo seguía mirando hacia arriba.
-Tal vez «Rizzie»…
-Tal vez… y a propósito de ella… iré a ver si esta lista… si quieres comer algo cariño… toda la comida del picnic esta en la cocina… —advirtió mientras caminaba los pasos que lo separaban del cuarto de su hija.
-La verdad es que sí… —contestó Henry sobándose el estómago.
-Baja y come lo quieras… —sugirió su Papá golpeando la puerta de Lizzie, su hijo levantó sus pulgares y bajo a por lo que quería— ¿Lizzie?... —agrego repitiendo lo que hiciera segundos antes con Henry— ¿cariño?— insistió al no tener respuesta.
-Pasa Papá… —respondió la chica con todo el desgano del mundo.
-Cariño, Henry esta listo, y el «Papáblen»… cariño… ¿aun no te has cambiado de ropa?...
-No… —respondió su hija vestida solo con una camiseta y su ropa interior, estaba de pie al final de la cama mirando el cerro de ropa que había dejado encima de los cobertores.
-¿Por qué no?... —agrego Kurt tragando saliva al ver tanto desorden.
-Porque no tengo nada apropiado… ¡hola!
-Cariño… ¿cómo es eso posible?... tienes mucha ropa, y muy bonita por cierto… —dijo su Papá tomando dos ganchos con igual número de atuendos.
-Pero nada es como de funeral… necesito vestirme apropiadamente, como la señora Kennedy en el funeral de su marido el presidente…
-¿Hablas de Jackie Kennedy?... —dijo Kurt queriendo reír.
-Obvio que ella… ¡hola! …
-¿Y estas segura que no tienes ningún vestido negro?... —pregunto hurgando en el cerro de ropa.
-Segura… tengo uno con puntos… pero nadie viste con puntos en un funeral… ¡hola!
-Por cierto que no cariño… a ver… pensemos una solución… —dijo Kurt tomándose el mentón y poniendo cara de duda extrema, como si pensara en cuanto era 211 dividido por 13— ¡ya lo se!… —exclamó dando un aplauso antes de sacar su teléfono— llamaré a Helen, ella puede traer del teatro lo que necesitamos.
-¿De verdad Papá?... —dijo Lizzie subiendo al cerro de ropa.
-Muy verdad cariño…
-¿Y no esta de vacaciones?
-Lo esta, pero se quedo en New York, si hubiera querido que no la molestaran, se habría ido a una isla perdida en el mundo… —dijo mientras le texteaba a su asistente, Lizzie río por primera vez en aquel día— hay una actriz en la compañía que parece que su madre nunca le exigió que comiera vegetales porque mide menos de 1.50… lo que ella haya usado te quedara bien a ti, y estoy pensando en un traje que no es idéntico al que uso Jackie en el funeral del presidente, pero si es muy bonito y… tiene un sombrero… —explicó Kurt mientras seguía enviando mensajes demandando todo lo que quería, Lizzie abrió sus ojos al máximo al escuchar eso del sombrero y se quedó a la expectativa de rodillas sobre el montón de ropa.

Julio de 2031



-Creo que Helen se enojo conmigo… —dijo Kurt entrando en su habitación.
-¿Como?... —pregunto de vuelta Blaine apareciendo desde el closet, ya estaba listo para la ocasión y aunque aún no terminaba de vestirse del todo, dejó a su esposo con la boca abierta como siempre.
-¿Me quiere hacer la competencia en al categoría del mejor vestido Señor Anderson-Hummel? —dijo Kurt acercándose.
-Jamas podria ganarte en esa categoría y lo sabes… —dijo poniéndose la chaqueta.
-¡Ah!... galante y guapo, despues me preguntan porque sigo casado contigo…
-¿Quien te pregunta eso?... —agrego Blaine ajustándose las mangas.
-Gente ociosa… ¿que hay con los hombres que amo y su incapacidad de ponerse bien una corbata?... —dijo caminando hacia él— has así….—añadió estirando su cuello.
-Lo siento… —contesto haciendo lo que le pidieran— ¿estoy loco o escuche la puerta?
-No lo estas… era Helen...—explicó Kurt mientras ajustaba bien el nudo que, efectivamente combinaba con el pañuelo que él se había puesto en el bolsillo— vino a dejarme algunas cosas que le pedí…
-¿Cosas?, ¿que cosas?...
-Un vestido del teatro, Lizzie estaba angustiada porque no tenía nada apropiado así es que aproveche de pedirle unas cuantas cosas mas, sé que se molesto conmigo pero vamos… me da lo mismo… —dijo haciendo un gesto de desinterés con un hombro— y como nuestra hija quería verse como la esposa del presidente Kennedy… no tuve más remedio que recurrir a ella —respondió sonriendo al ver que la corbata le había quedado perfecta.
-¿En serio?
-Mucho… lo que me lleva a pensar que parece que ya empezara a dejar los jeans y las zapatillas para centrarse en la ropa de verdad…
-Tiene 9 años Kurt… creo y quedan jeans y zapatillas para rato...
-Lo se… es solo que me muero por tener por fin a una compañera con quien ir de compras…
-Yo voy de compras contigo…
-Por supuesto que vas, pero a lo que me refiero a tener a alguien con quien recorrer las tiendas sin que se canse al segundo o que no concentre la atención de la demás gente...—Bien sonrió y negó con la cabeza— te ves genial..
-Gracias… y gracias por esto… —añadió señalando su corbata.
-De nada… —contestó Kurt mirándolo un tanto travieso.
-¿Que?
-¿Recuerdas esa vez que me sorprendiste con un traje de policía?... —dijo arrimándose a él..
-Me acuerdo…
-Pues al verte así, todo guapo, como si fueras un agente encubierto o algo… me preguntaba si… ya sabes… no has pensado en hacerlo denuevo… —dijo su esposo hablando de manera coqueta.
-¿Policía de nuevo?...
-No necesariamente… —agregó su esposo tomándole las solapas del traje de manera juguetona.
-¿No?... —repitió Blaine ciñéndolo a él por la cintura.
-No… puede ser… no sé… bombero… doctor… piloto de guerra… soldado de la marina… —acabó por decir mordiéndose el labio.
-¿Soldado de la Marina? —repitió Blaine soltando una pequeña risa.
-¿No te entusiasma?
-Algo así como… «Love lift us up where we belong»… por ejemplo... —dijo Blaine levantándole en los brazos tal y como Richard Gere lo hiciera con Debra Winger en la escena final de «An Officer and a Gentleman», Kurt se agarró de su cuello y sonrió divertido.
-Por ejemplo… —añadió soltando pequeñas risas.
-Lo pensaré… —agregó Blaine dándole un beso.
-¿Porque tenemos que ir a un funeral y no podemos quedarnos a hacer esto?... —dijo mientras rozaba su frente con la de él.
-Deberes de la paternidad supongo…
-Pues el doctor Jacobs no dijo nada de funerales de mascotas cuando comenzamos nuestra familia —insistió haciendo un puchero..
-Muy cierto… —concordó Blaine besándolo nuevamente— ¿y esa vibración?... ¿la provoco yo?... o…
-Engreído… —dijo poniendo los pies en el suelo nuevamente— debe ser la limusina… —explicó sacando el teléfono de su bolsillo.
-¿Limusina?... ¿en serio?
-Por supuesto… si vamos a hacer algo, hay que hacerlo bien… —dijo contestando el mensaje— además, ya me estoy convenciendo que ese perro merece lo mejor… —termino por decir blanqueando los ojos— ¿estás listo?
-Listo…
-Perfecto entonces… —terminó por decir Kurt abriendo la puerta, Blaine se miró por última vez al espejo y salió tras de él.

-Papá… el Señor Jenkins mando estas flores… dicen algo sobre que el señor es mi no se que… —dijo Lizzie enseñando un pequeño arreglo floral con una tarjeta con motivos religiosos.
-Vaya, que dulce… demasiado católico, pero dulce… llevemoslo cariño… —respondió Kurt mirándolo por todos lados.
-Princesa… te ves muy bonita… —dijo Blaine mirando a su hija y el vestido negro que vestía, era corto y con manga tres cuartos, y como bien describiera su Papá, llevaba un sombrero del mismo color con un pequeño velo que le cubría la cara hasta el comienzo de la nariz.
-Gracias «Papáblen» pensé que era lo más apropiado… —respondió dándose una vuelta.
-Lo es Princesa… ¿estás incómoda? —pregunto al verla que se movía como si quisiera usar el sanitario.
-Un poco… siempre pienso que cuando uso falda me entra el aire… —explicó la chica moviendo sus piernas.
-¿Donde esta Henry? —pregunto Blaine mientras reía de lo que acababa de escuchar.
-Lo llamo Liang, asi es que le esta contando nuestra tragedia… —contestó Lizzie volviendo a entristecerse, Blaine le acaricio la cara y solidarizo con ella guiñandole un ojo, todos se sentaron en espera que Henry terminara su llamada, Kurt procuro hacerlo lejos de la urna con la cenizas del «Señor Botones».

-¿Como estaba Liang cariño?... —pregunto Kurt en cuanto su hijo apareció en la sala.
-Está bien… le conté lo del «Señor Botones», por eso me demore…
-No te preocupes hijo… —dijo Blaine levantándose— te ves muy guapo…
-Gracias «Papáblen »… —respondió sonriendo medio chueco, Blaine no pudo evitar pensar en Finn, porque, aunque fuera genéticamente imposible, ese gesto, era a quien le recordaba.
-¿Nos vamos?... la limusina debe estar por llegar… —agrego Kurt abandonando el sofá, tomó las flores que había enviado el Señor Jenkins y se paró en el umbral de puerta vidriada de la sala.
-¿Una limusina?... ¡eso es super elegante!.. ¡hola!... —exclamó Lizzie tomándose la cabeza.
-Lo es cariño… ¿no dijiste que tu perrito merecía lo mejor?
-¡Obvio que si!... ¡hola!...
-Entonces, eso es lo que tendrá... —dijo Kurt acariciandole cara— ahora bajemos… ¿Blaine?... —termino por decir señalando la caja sobre la mesa de café, su esposo la tomó y acomodo la flor por tercera vez en esa tarde, Lizzie quiso llorar recordando a su perro pero en cambio, tomo aire como para un mes y salio cogida del brazo de su Papá, Henry abrió la puerta para todos y terminó por salir de los últimos.

-¿Hasta donde nos dejara la limusina Papá?... —preguntó Lizzie mientras jugaba con los botones que bajaban y subían el vidrio del lado donde iba sentada.
-Asumo y Helen se encarga de alistar todo eso…
-¿No estaba de vacaciones?... —dijo Henry arrugando su nariz como una ardilla curiosa lo haría.
-Lo esta, pero insisto en mi punto que si hubiera querido no ser molestada, se habría ido a un lugar más lejos, donde no hay conexión de telefonía celular por ejemplo… —explicó su Papá haciendo gestos extra convincentes, Henry sonrió y se concentró en un papel que doblaba y desdoblaba cada tanto.
-Llegando al cruce de East Drive y con al calle 67… —dijo el chofer de la limusina como si fuera un piloto de avión anunciando el arribo al aeropuerto.
-¡Allí es donde esta la estatua de Balto!... ¡Papá!... ¡«Papáblen»!... ¡hola!— exclamó Lizzie moviéndose nerviosa.
-Lo sabemos Princesa, por eso el auto se esta deteniendo… ¿ves?... —dijo Blaine haciendo notar la disminución en la velocidad del vehículo, Kurt levantó el auricular que lo comunicaba con el conductor y le explicó cuanto tiempo estarian alli recibiendo de vuelta un par de «afirmativo» como respuesta.
-Creo que nos trajo un soldado retirado.. —dijo Kurt como impactado.
-Tal vez de la marina… —agrego Blaine poniendo cara de travesura, Kurt sintió que se ponia super colorado— ¿bajemos?... —dijo sonriendo como si nada.
-Si… ¡«Papáblen»!, ¡no olvides al «Señor Botones»!... —dijo Lizzie mientras bajaba de la limusina.
-Por supuesto que no Princesa, aquí está… —respondió este enseñando la caja, la pequeña soltó un suspiro como de alivio y espero a todos para caminar los metros que los separaban del monumento al perro Husky Siberiano, héroe de los años veinte. Kurt se bajó con el arreglo de flores y tomó la mano de su esposo, Henry hizo lo propio recitando entre dientes algo que solo él sabia .
-Creo que todos nos estan mirando… ¡hola!... —hizo notar Lizzie cogiéndose del brazo de su Papá.
-Pues eso es porque somos los más elegantes de este soleado dia en el Central Park.
-Y porque llevamos atuendo de funeral y no de cuatro de julio como ellos… —añadió Henry señalando un grupo de jóvenes que pasaban por su lado montados en bicicletas y vestidos de ropa tricolor.
-Que no les importe lo que opine el resto hijos… cada quien es dueño de hacer lo que quiera siempre y cuando respeten al del lado… —dijo Blaine como si sentenciara la moraleja de su vida, los chicos sonrieron y Kurt le apretó más la mano en señal de que aquello que había dicho era de su total agrado.
-Llegamos… —dijo Henry anunciando lo obvio.
-Llegamos… —repitieron sus padres al unísono, todos guardaron silencio un momento sin saber muy bien como comenzar la ceremonia fúnebre.
-Bueno… —dijo Blaine luego de un par de segundos— ¿que tal si cada quien dice algo bueno sobre el «Señor Botones»?... —añadió mirando a todos, sus hijos respondieron que sí en diferentes tiempos y Kurt levantó la ceja como diciendo «yo no tengo nada bueno que decir sobre ese perro»— bien, comenzare yo… «Señor Botones», fuiste un muy buen perro, gracias por alegraron la vida, por querer tanto a mis hijos y por enseñarles, de la manera más traviesa posible, responsabilidad y amabilidad… —dijo Blaine mirando la pequeña caja.
-«Señor Botones»… —comenzó a decir Lizzie rompiendo en llanto— «ereselmejorperrodelmundoy nuncateolvidareeeeeee»— dijo la pequeña de corrido y entre sollozos, Kurt la abrazó y le acarició el cabello que le sobresalía al sombrero.
-¿Henry?...—agrego Blaine poniéndole una mano en el hombro a su hijo.
-Yo escribí algo… ¿lo puedo leer?...—dijo el chico desdoblando el papel que llevaba en las manos desde que salieron del departamento.
-Por supuesto hijo…
-Obvio que si cariño… te escuchamos… —Henry carraspeó un par de veces antes de comenzar a leer su escrito.
-«Señor Botones», hace casi seis años, te vimos por primera vez en el refugio de animales, corriste hacia nosotros y nos elegiste como tu familia… —Henry hizo una pausa para tragar saliva— hoy te despedimos diciendo que fuiste un gran perro, no salvaste a nadie como Balto, pero si demostraste lo que él, resistencia, fidelidad e inteligencia… gracias por elegirnos «Señor Botones», por las veces que corriste conmigo, por las que me escuchaste, por las veces que me lamiste la cara… —Kurt no pudo evitar poner cara de asco— y si el cielo es aquel lugar donde podemos vivir lo que nos hizo más feliz una y otra vez… espero y tú te encuentres… en una habitación… con mucho broches para morder…» —acabó por decir Henry comenzando a llorar, Blaine lo acercó a él y lo conforto entre sus brazos.
-¿Kurt?... —dijo mirando a su esposo.
-¿Que?
-Tu turno… —añadió Blaine haciendo una especie de venía con la mano para que dijera su parte. Kurt abrió sus ojos al máximo y tras un par de segundos de insistencia se limitó a decir cuatro palabras:
-Saludos a Audrey Hepburn… —dijo dejando el arreglo floral a los pies de la estatua de Balto, Blaine sonrió pensando que su esposo era único e irrepetible y que lo amaba más por eso, le dio un beso a Henry antes de soltarlo y cortó el sello de la caja con una tijera que sacó desde el bolsillo de su chaqueta, abrió la tapa y tomó un puñado de cenizas para esparcirlas alrededor de Balto y en el césped que rodeaba la roca que sostenía la estatua, luego le entregó la caja a Henry para que hiciera lo mismo y este se la pasó a su hermana, Lizzie terminó de esparcir las cenizas llorando con hipo y todo.