Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)

Lau me encanta...Pobre Chris esta deprimido, que se le ocurrio a Noah?.... Jesse y Lau son mis heroes... ojala logren sacarla de Ahi, el metodo Ludovico me sono a La Familiapeluche jajaja pero habia visto la NaranjaMecanica... espero ansiosa la 2da parte y el rescate de Rachel por parte de la estrella Epica St. James y la Ballerina Lau mis nuevos Heroes :)

Estoy en shock!!!
Estupidooo Thom lo odiiio malditooooo ¬¬
Pobre Rachel esta traumadaaaa!!
me da pena Chris tan pequeño y sufriendoo :(
Quiero saber la historia de Lau , es interesante ella xd

Quieroo la segunda parteee :D

QEREMOS SEGUNDA PARTEE !
Estupidoo Thom lo odiooooooo !! Es un estupido desgraciadoo ... asqerosoo pervertidoo hijoo se $#&%$&$%
Ojalaa lo maten !
Pobree Emily ... todos sufren por Rach ...
Chris .. Bebe .. pobrecitoo con su depresion :(
Tee juroo qee llore mientras decias todoo lo qe el bastardoo esee le hizo a Rach ... te lo juroo .. sigoo llorandoo
Pobrecitaa Bebaa
Malditooo Thom... Laaa Violoo :x Malditoo malditoo qee see pudraa es un infeliz .... comoo see atreveee
Noo Noo Noo qee NOO estee embarazadaa ... Noo !!
Sigoo Llorandoo !!
No me dejes mucho tiempo con la intriga por faa
Esperoo tu actualizacion
Saludos Byeee !

2 parte 2 parte!!
Oh por dios me dejaste mal!!!!
pobrecito chris ya no quiere comer extraña muchos
a sus padres y finn esta bebiendo demaciado
ojala que rachel no este embarazada de thom
osino mueroo
que la rescaten prontoo porfavor
me encantooo el capituloo eres una exelente
escritora leo tambien tu otro fic "nunca sabes lo que tienes
hasta que lo pierdes" y me encanta igual que este
actualiza pronto pliss que osino moriree!

Querida Lau,

Claro que debes continuar con el capítulo, es preciso, para que no sigamos sufriendo todos quienes te seguimos.

Me he quedado con un nudo en la garganta después de leer tan triste episodio, espero que se acabe pronto el sufrimiento de todos y que por fin se reúna esa familia que conforman Rachel, Finn y el pequeño Chris.


Por favor, dale un buen merecido a Thom y a Isabella, que paguen todo el mal que han hecho.

Gracias por dedicarme este capítulo pero tú eres la que se lleva todo el crédito, tienes el don y lo aprovechas de la mejor manera.

Cariños

Clau

Por favor, actualiza pronto!! Este tiempo sin tu fic estaba que me subía por las paredes! Eres una gran escritora y tu fic es increíble :D

Por otro lado, en un restaurante
a las afueras de Lima, Puck acababa de cerrar su renovación con el equipo por
un par de temporadas más. El moreno se alegraba de haber zanjado por fin ese
asunto, ya que ahora podría centrarse completamente en Emily y en sacar a su
familia adelante. Sin perder ni un segundo más, sacó su móvil y marcó a toda
prisa a la persona que sabría que podría ayudarle.

-¿Sí? ¿Quién es?- respondió aquella
persona, al otro lado del teléfono.
-¿Sam? Hola, soy Puck. ¿Está
Quinn por ahí?
-Hola, Puck- respondió Sam, en un
tono de voz que denotaba cansancio- ¿Cómo estás?
-Bueno, ya sabes… es complicado-
dijo él, lamentándose de la situación que a todos les estaba tocando vivir-
¿Podría hablar un momento con Quinn? Prometo que no le quitaré mucho tiempo.
-Lo siento, Puck, pero Quinn
tiene prohibido hablar por teléfono. El médico ha dicho que su embarazo es de
alto riesgo y no queremos que le suceda nada que pueda alterarla a ella ni a
los bebés- le explicó el rubio, conteniendo las lágrimas, pensando en su esposa
y en la pareja de mellizos que estaban esperando.
-Vaya, lo siento mucho, Sam. Disculpa
la llamada. Mándale a Quinn un beso de mi parte y espero que salga todo bien.
-¡Espera, Puck!- le interrumpió
Sam- Tal vez Quinn no pueda ayudarte pero si es algo que esté a mi alcance
puedo intentar echarte una mano.
-¡Pero…! ¿No me odias después de
todo lo que os hice pasar a Quinn y a ti?
-Bueno… mentiría si negase que en
algún momento me has caído fatal- admitió Sam- Sin embargo, ahora todo eso
forma parte del pasado y si eres amigo de Quinn también eres mi amigo.
-Gracias, tío. Es todo un detalle
de tu parte.
-No es nada… ¡Bueno, dime! ¿En
qué puedo ayudarte?
-Bueno, en realidad todo esto es
por Em… ella anda algo estresada últimamente con el ajetreo de la casa y los
niños y necesito darle una pequeña sorpresa que la distraiga un poco de todo el
tema de Rachel y Finn.
-Ya, entiendo… Quinn está
destrozada por eso. Ya apenas come ni duerme. No sé qué hacer, estoy
desesperado.
-¡Espera! ¡Acabo de tener una
idea que podría ayudarnos a los dos, Sam!- exclamó Puck, con una sonrisa.
-¿De qué hablas?- preguntó el
rubio, frunciendo el ceño, algo confuso.
-¡Mira, es muy sencillo! ¡Tú
necesitas algo que anime a Quinn y yo necesito a alguien que cuide de los niños
y vigile a Finn! ¡Es perfecto!
-¡Espera, hay algo que no
entiendo! Lo que quieres es que Quinn y yo vayamos allí una noche a cuidar de
los niños y de Finn, pero… ¿Qué hacemos con Quinn?
-Por eso no te preocupes, Sam.
Conozco a la persona perfecta que puede ayudarla- le aseguró el moreno, con una
sonrisa.

Mientras tanto en la cabaña, Lau
seguía acunando a Rachel entre sus brazos, calmando sus sollozos al tiempo que
ella reprimía sus propias lágrimas.

-Tranquila, Rachel- le dijo la
enfermera, en un tono casi maternal- Ese animal no volverá a tocarte, te lo
juro. Si intenta abusar de ti de nuevo yo…
-¡Espera! ¡No!- le interrumpió
Rachel, con los ojos llorosos- Él no… no me ha hecho eso… lo intentó pero logré
apartarme a tiempo- dijo ella, temblando al recordar aquel momento.
-¿Entonces…?
-Tal vez él no me ha violado,
pero me ha privado de cosas mucho más importantes. Thom… es un monstruo… me ha
quitado lo único que me importaba en la vida- dijo Rachel, bajando la mirada,
totalmente abatida- Es una sensación de dolor constante, un vacío inmenso en mi
corazón que nada ni nadie podrá llenar jamás.
-Lo comprendo- dijo Lau, mirando
hacia arriba, emocionada- ¿Podrías hablarme de esa sensación? ¿Cómo te has
sentido en estos meses?
-No, no puedo…- se lamentó ella,
con la voz llena de desesperación.
-Rachel, puede que esto te
parezca retorcido al principio, pero hablar de ello te ayudará a superarlo…
-¡Es que no puedo! ¡NO PUEDO! ¡Es
demasiado doloroso para explicarlo con palabras!

Lau se apartó unos centímetros,
pensando en algo que pudiese ayudarla a desahogarse, cuando una idea acudió a
su cabeza.

-¡Ya lo tengo!- dijo ella, con
una sonrisa débil, atrayendo la atención de Rach- Has dicho que no puedes
contármelo pero… ¿Podrías plasmar en una canción todo eso, Rachel?- le preguntó
la enfermera, mirándola fijamente a los ojos.
-¡¿Qué?! ¿Quieres que escriba una
canción?- preguntó Rachel, boquiabierta- ¡No! ¡No puedo hacer eso! ¡Si Thom lo
descubriese nos mataría!
-No te preocupes por él. Yo me
encargaré de que no nos moleste, vendré todos los días a verte unas cuantas
horas en las que charlaremos y te inyectaré algunas medicinas. Tú lo único que
tienes que conseguir es que Thom crea que realmente ese papel en el musical es
tu sueño y que estás ilusionada con el proyecto.
-Mmm… de acuerdo, lo intentaré-dijo
ella, insegura- ¡Lo único que deseo es volver pronto a casa con mi pequeño!-
dijo Rachel, emocionada.
-Todo eso sucederá muy pronto si
nos ayudas, Rachel. Mira, Thom tiene el cerebro del tamaño de un mosquito. Te
aseguro que creerá lo que le digamos si tú eres cada vez un poco más amable con
él. Sé que te estoy pidiendo algo horrible, pero es la única manera de salir de
aquí....- dijo Lau, cabizbaja.
-Sí… lo haré por Chris…
-Finn y él te echan mucho de
menos, Rachel- le aseguró ella, mirándola con una sonrisa triste.
-¿Pero tú cómo sabes eso?-
preguntó Rachel, algo extrañada.
-Jesse me ha contado muchas cosas
antes de venir aquí- dijo ella, terminando de revisar sus heridas- Bueno, de
momento eso es todo, a partir de mañana comenzaremos a trabajar. No te
preocupes, Rachel. Todo va a salir bien. No estás sola- le aseguró Lau,
estrechándole la mano.
-Gra… gracias…- dijo Rachel, con
una sonrisa débil.
-No es nada, Rachel- dijo ella,
sacando algo de su maletín- Toma, aquí tienes un lápiz y varias hojas de papel.
Te ruego que escribas en ella todo lo que venga a tu mente y después lo
trasformes en una canción.
-Lo… lo intentaré… ¿Cuándo podré
hablar con Jesse?- quiso saber ella, con ansiedad en la voz.
-Él vendrá mañana a ensayar
contigo y a ayudarte con lo que hayas escrito. Yo volveré en unas horas a
traerte la comida y a darte unas vitaminas que harán que te sientas mejor- le
dijo ella, recogiendo todas sus cosas.
-De acuerdo…- dijo Rachel, con
una pequeña sonrisa.

Justo en ese momento, se oyó el
sonido de una llave abriendo la puerta y Lau recogió todo, poniendo el lapicero
y los papeles tras la espalda de Rachel.

-¡SE ACABÓ LA
MEDIA HORA, PRECIOSA! ¡Vamos, para arriba!

Lau se incorporó, guiñando un ojo
a Rachel, para después cambiar su rostro completamente, por uno de absoluta
frialdad e indiferencia.

-Perfecto, ya he conseguido todo
lo que necesitaba por hoy- dijo ella, con indiferencia, mirando a Jesse y
mostrándole con disimulo una pequeña grabadora, que hizo que el castaño le
sonriera en señal de aprobación- ¿Nos vamos?
-Sí, vamos.

Dicho esto, los chicos
abandonaron el sótano, encerrando a Rachel abajo, que sacó los papeles que Laura
le había dado y al instante comenzó a escribir sin parar, plasmando en esos
folios todo el sufrimiento y la desesperación que llevaba dentro.

Así fueron pasando los días,
mientras los chicos continuaban con su plan para engañar a Thom. Cada mañana, Lau
charlaba con Rachel y curaba sus heridas mientras que Jesse acudía puntual a
sus clases con la morena y ambos se dedicaban en cuerpo y alma a la letra de
aquella canción, que poco a poco iba tomando forma.

Mientras tanto en Lima, Puck se
había encargado de hacer unas cuántas llamadas para que el próximo fin de
semana todo estuviese preparado para la sorpresa que quería darle a Emily y a
Quinn. Cuando por fin llegó el viernes por la noche, Puck terminó de ajustarse
el nudo de su corbata, observando por el rabillo del ojo cómo Emily no dejaba
de pasear de un lado para otro, con dos pares de zapatos en las manos.

-¡Madre mía! ¡¿Dónde habré puesto
yo ahora mi reloj?!- se lamentó ella, sin dejar de ir de una punta a otra de la
habitación.
-¡Tranquila, Em! ¡Mira tu muñeca!
¡Ya lo tienes puesto!- le indicó él, señalándoselo.
-¡Oh!- exclamó ella, sentándose
sobre la cama, aún con los zapatos en las manos- Perdona, Puck. Es que estoy un
poco nerviosa, eso es todo-dijo ella, soltando todo el aire que quedaba en sus
pulmones.

El moreno la miró con
preocupación, para finalmente sentarse a su lado, estrechando su mano de forma
afectuosa.

-¡Ey!- dijo él, atrayendo su
atención- ¡Relájate, Em! ¡Todo va a salir bien!
-No sé, Puck. No me parece bien
dejar a los niños con Sam y Quinn después de todo lo que están pasando ellos
con sus bebés- comentó ella, muy preocupada.
-No te preocupes, Em. Lo tengo
todo planeado y te aseguro que Quinn va a disfrutar mucho de esta visita. Tú
confía en mí- le pidió él, guiñándole un ojo, para después perderse tras la
puerta del baño.
-De acuerdo- dijo ella,
contemplando cómo se alejaba- Bueno, Emily… ya es hora de que elijas los
zapatos.

La castaña se dirigió al espejo,
mientras se probaba ambos modelos, decantándose finalmente por unos sencillos
zapatos de tacón, que combinaban a la perfección con su hermoso vestido rojo.
Emily se miró por última vez, para después dirigirse a la habitación de los
niños, que estaban dentro de su pequeño parque infantil. La castaña se agachó y
cogió a su hija, que la recibió con una enorme sonrisa, mientras extendía sus
bracitos para facilitarle el trabajo a su madre, Emily le dio un par de besos
en sus sonrosadas mejillas y después se dirigió a Chris, que jugaba en un
rincón con su mantita y tenía la mirada ausente. El niño alzó el rostro al
sentir la presencia de su tía, que lo abrazó con cariño y también besó sus
mejillas con fuerza, dejando parte del carmín de su pintalabios en sus
mofletes. El pequeño volvió a centrarse en su juguete en cuanto Emily lo soltó,
alejándose con una mueca de preocupación. Por último se dirigió a Beth, que se
había quedado con ellos ese fin de semana, ya que Puck pensaba que sería una
buena influencia en el ánimo de Quinn. Emily fue hacia la niña, que parecía
encantada con la risa de su hermanita, y la abrazó, pidiéndole que cuidase de
los niños en su ausencia.

-¡Portaos bien! ¡Yo vuelvo en un
par de horas!

Dicho esto, Emily se dirigió
hacia la puerta y fue al baño a recomponer de nuevo su maquillaje mientras que
Puck bajaba las escaleras hacia el garaje.

-¡Date prisa, Em! ¡Voy a poner en
marcha ya el coche!-gritó él, desde la planta de abajo, en el preciso momento
en el que alguien llamaba al timbre- ¡Voy yo!

Puck abrió la puerta para
encontrarse a Sam, que empujaba una silla de ruedas en la que venía Quinn, que
tenía el rostro pálido y unas pronunciadas ojeras que denotaban tristeza y cansancio.
La rubia sonrió al moreno como pudo, mientras sus manos descansaban sobre su
vientre ligeramente abultado, que ya evidenciaba su embarazo.

-Hola, Puck…
-¡Hola, Quinn! ¿Qué tal te
encuentras?- dijo él, agachándose y besando sus mejillas, para después
acariciar su abdomen con sumo cuidado- ¿Qué tal se portan estos dos?
-Bueno… bien, gracias- dijo ella,
sin muchas ganas de hablar.
-Todo va a salir bien, Quinn, ya
lo verás- le aseguró él, estrechando su mano- ¡Bueno, yo tengo que bajar ya al
coche! ¡Em baja ahora a saludaros! ¡Por cierto, Sam! ¡El paquete está arriba!
¡Podéis utilizar el ascensor para subir a verlo!- le dijo el moreno, guiñándole
un ojo con disimulo- ¡Em, date prisa o perderemos la reserva!- exclamó Puck,
bajando las escaleras hacia el coche.
-Bueno… ¿Te apetece ir a ver ese
paquete, princesa?- dijo el rubio, besando la cabeza de su esposa.
-Como quieras, Sammy- dijo ella,
arrastrando su silla hacia el ascensor.

Sam la ayudó a subir, justo en el
momento en que volvían a llamar al timbre.

-No te preocupes, Quinnie. Lo más
seguro es que sea Puck que se ha olvidado algo, ve subiendo tú.

Dicho esto, el rubio marcó la
planta en el ascensor y salió rápidamente de éste, dirigiéndose hacia la
puerta.

-¡Ya voy, Puck!- dijo, abriendo
la puerta y encontrando a Isabella, que lo saludó con una sonrisa inocente-
¿Isabella? ¿Qué haces tú aquí?
-Hola, Sam.¡Vaya! ¡No sabía que
estabais vosotros también aquí!- dijo ella, apoyándose contra el marco de la
puerta.
-Oye, ¿te encuentras bien?-
preguntó él, con el ceño fruncido, al ver que ella se llevaba la mano a la
frente.
-La verdad, estoy algo mareada
por el viaje. He venido a ver a Finn. ¿Sabes dónde está?- preguntó ella,
alzando un poco la cabeza.
-Pues… no… - dijo él,
desconfiando de las intenciones de la morena.
-De acuerdo, me marcharé
entonces- dijo ella, llevándose una mano al rostro- Sam, ¿crees que podrías
prepararme un café? Me espera un largo viaje en avión y necesito despejarme-
dijo ella, con carita de niña buena.
-Bueno, está bien. Ahora vengo-
dijo el rubio, desapareciendo tras la puerta de la cocina.

La morena se inclinó hacia
delante y cuando vio que Sam estaba distraído, subió las escaleras con cuidado,
tras cerrar la puerta principal con un golpe seco. Poco a poco llegó a la planta principal,
dónde vio a lo lejos a Quinn y a Emily, que hablaban dentro del baño. La morena
sonrió y aprovechó ese momento para dirigirse a las escaleras que llevaban al
cuarto de Finn. Sin embargo, unas risas atrajeron su atención, llevándola hacia
la habitación infantil, dónde Beth jugaba con Irina y trataba de entretener a
Chris, que ni siquiera se movía de su rincón. La niña se sobresaltó al encontrar
a Isabella observándolos y algo en su estómago se retorció al mirar a esa mujer
a los ojos. A pesar de que su rostro expresaba amabilidad y calidez, algo en
sus ojos le indicaba totalmente lo contrario. En sus pupilas había algo oscuro
y tenebroso que asustaban realmente a Beth, que retrocedió unos pasos sin
soltar a su hermanita.

-¡Hola! ¡Perdona, no quería
asustarte!- se disculpó Isabella, avanzando en silencio hacia la zona de juego-
Yo me llamo Isabella, pero puedes decirme simplemente Bella. ¿Tú cómo te
llamas, ricura?
-Me llamo Beth- dijo la niña,
frunciendo ligeramente el ceño, desconfiada- ¿Qué haces aquí?
-¡Oh! ¡Soy amiga de tu tío Finn!
¡He venido a ver cómo está y de paso he querido comprobar cómo está Chris!-
dijo, observando al pequeño con curiosidad.
-Bueno, pues ya lo ha visto.
Chris está perfectamente- dijo Beth, con una sonrisa inocente.
-Sí, supongo que tienes razón-
dijo la morena, conteniendo una mueca de fastidio- ¡Oye, Beth! ¡Le he pedido a
Sam que me prepare un café! ¿Podrías ir a por ella mientras yo cuido a los
peques?- le pidió Isabella, pestañeando más de la cuenta, con una sonrisa
angelical.
-Mmm… es que… Em me dijo que…
-¡No te preocupes por Emily!
¡Ella sabe que estoy aquí!- le mintió la morena, que empezaba a impacientarse.
-Bueno, está bien- dijo la niña,
suspicaz- Ahora vuelvo.
-¡Genial! ¡No te preocupes por
nada! ¡Yo te tomo el relevo!

En cuanto Beth cerró la puerta
tras de sí, toda la dulzura y amabilidad desaparecieron del rostro de Isabella,
que miró a ambos bebés con absoluto desprecio.

-¡Agh! ¡Niños! ¡Qué asco! ¡No
hacen más que babear y vomitar por todas partes!- dijo ella, entrando al jardín
infantil con un gesto de repugnancia.

Isabella se dirigió hacia el
rincón dónde permanecía Chris, ignorando a la pequeña Irina, que se había
enganchado de su pierna, en un intento de alejar a aquella mujer de su primo.

-¡TÚ! ¡Tu mamá y tú sois los
causantes de todos mis problemas! ¡Ella es una bruja que os ha abandonado a ti
y a tu papá y tú eres un mocoso que no hace más que lloriquear y dar
problemas!- dijo ella, quedando frente al pequeño, que la miraba con los ojos
llenos de lágrimas- ¡No eres más que un estúpido bebé! ¡En cuanto tu padre se
case conmigo te voy a enviar a un internado en Groenlandia! ¡Me libraré de ti
tal y cómo lo hice con la guarra de tu madre!- le dijo ella, cogiendo al niño
con rudeza- ¡A mí no me engañas, mocoso! ¡Aunque te pareces mucho a tu padre
tienes los ojos de arpía que la enana de tu madre! ¡No descansaré hasta que tu
mamá y tú estéis bien lejos de aquí! ¡Lo juro!

En ese momento la puerta se abrió
y Emily y Quinn entraron a la habitación, seguidas de Beth, que empujaba la
silla de su madre y miraba a Isabella con los ojos muy abiertos.

-¡Isabella, suelta a Chris!
¡AHORA MISMO!- le ordenó Emily, muy seria, con los puños apretados.
-¡Tranquila, Em! ¡Tan sólo quería
tenerlo un momento en brazos, nada más!- se disculpó ella, dejando al niño de
nuevo en su sitio.
-¿A quién pretendes engañar,
Isabella? ¡Hemos oído todo lo que le has dicho al niño sobre su madre! ¡Quiero
que te marches de esta casa!
-¿Qué…? ¡Pero…!
-¡YA! ¡AHORA MISMO! ¡FUERA!-
gritó Emily, fuera de sí.

La morena resopló, claramente
ofendida al tiempo que bajaba las escaleras a toda prisa, sin despedirse de
Sam, que contemplaba todo boquiabierto, con el café aún entre las manos.

-¿Pero…?
-Tranquilo, Sam- le dijo Emily,
desde lo alto de la escalera- Esa bruja ya no volverá más por aquí. Bueno, yo
me marcho ya. ¡Pasadlo bien, chicos! ¡Volveremos en un par de horas!

Dicho esto, Emily bajó las
escaleras para finalmente salir tras la puerta, dejando a los chicos a solas
con los niños.

-¿Quinn, qué ha pasado?
-Esa maldita hija de…- comenzó
Quinn, con el rostro contraído por el dolor- ¡No sabes lo que dijo de Rach,
Sammy! ¡Es que la mataba ahora mismo! ¡Esa mujer no tiene corazón!
-¡Tranquila!- le dijo él,
subiendo las escaleras y poniéndose a su lado- ¡Todo se arreglará pronto,
Quinn! ¡Ya lo verás!
-¡Sí, mami! ¡Papi tiene razón!-
dijo la niña, con una sonrisa sincera- ¡Esa mujer es muy mala! ¡Seguro que
acaba en la cárcel!- dijo Beth, cruzada de brazos.
-¡Bueno, es probable, pequeña!-
dijo Sam, revolviendo los cabellos de la niña- ¿Quién quiere cenar unos
Sándwiches de queso especialidad de Sam Evans?
-¡YO!- exclamó la pequeña, con un
brillo de emoción en los ojos- ¡Vamos, mami! ¡Tú también tienes que comer para
ponerte bien!
-De acuerdo, cielo. Lo haré por
vosotros- dijo ella, sonriendo a Sam, que fue a por los niños y todos juntos
bajaron a la cocina, dónde el rubio comenzó a preparar la cena.

Por otro lado, los chicos
finalmente llegaron al restaurante dónde Puck había realizado la reserva y poco
después ya se habían sentado y revisaban la carta para comenzar a pedir su
comida.

-¿Estás bien, Em?- preguntó Puck,
mirándola con preocupación.
-Sí, perdona… Tan sólo estoy algo
nerviosa…- dijo ella, con una mueca de disgusto.
-¿Por Isabella?
-¡Ni me la nombres! ¡Maldita
bruja! ¡La odio! ¡Si vuelve a acercarse a menos de cinco metros de esa casa la
denunciaré! ¡Lo prometo!- dijo Emily, apretando la servilleta con rabia, con
los ojos entrecerrados.
-¡Ey! ¡Tranquila, Em! ¡Al final
no ha pasado nada malo! ¡Beth os avisó a tiempo! ¡No te pongas así!- le pidió
él, estrechándole la mano para infundirle ánimos.
-¡No, Puck! ¡Tú no lo entiendes!
¡Esa mujer es el demonio! ¡Podría haberles hecho daño a los niños si Beth no
nos hubiera advertido de su presencia! ¡Isabella es peligrosa y no pienso
permitir que vuelva a entrar en casa!- sentenció la morena, con la mandíbula
apretada.
-¡Cálmate, Em! ¡No sabes lo que
dices!- exclamó Puck, sorprendido ante sus palabras.
-¡Claro que lo sé!- gritó ella,
fuera de sí- ¡Esa mujer es peligrosa y parece que aquí nadie se da cuenta de
nada!- dijo, poniéndose en pie, muy alterada.
-¡Ey! ¡Tranquila! ¿Pero qué es lo
que te pasa?- preguntó él, mirándola preocupado mientras la rogaba que volviera
a sentarse junto a él- ¿Em, acaso hay algo que deba saber sobre Isabella?

De repente, los labios de Emily
se cerraron al tiempo que la castaña tomaba de nuevo asiento, lamentando sinceramente
haber dicho las palabras que acababan de salir por su boca.

-¿Y bien?- dijo finalmente Puck,
desesperándose- ¿Vamos a estar así toda la noche o me lo vas a contar todo de
una vez?- preguntó, arqueando una ceja en señal de interrogación.
-Bueno, Puck... es que no es cosa
mía… Yo te lo contaría sin dudar pero esto… no puedo- resolvió finalmente ella,
bajando la cabeza.
-¡Vamos, Em! ¡No tengas miedo!
¡Sabes perfectamente que puedes confiar en mí y contarme lo que sea! ¿Isabella
te ha puesto la mano encima? ¿Les ha pegado a los niños? ¡Dímelo Em porque si
es así te juro que no quedará ni rastro de ella cuando la encuentre!- le
aseguró él, poniéndose en pie con el rostro lleno de rabia.
-¡NO! ¡No es eso! ¡Lo que ha
hecho es mucho peor!
-¡Bueno! ¡¿Entonces qué es?- dijo
él, cruzándose de brazos, desesperado.
-Está bien, te lo diré… te lo
diré- concedió ella, con un suspiro de resignación- Pero tienes que prometerme
que te controlarás y no te pondrás a gritar como un loco cuando te lo diga- le
suplicó ella, con un gesto de preocupación.
-¡Empezaré a comportarme así si
no me lo dices ya, Em!- dijo él, alzando el tono de voz algo más de lo
necesario y atrayendo la atención de las personas más cercanas a su mesa.
-¡Chstt! ¡Baja la voz! De
acuerdo… allá voy.

Dicho esto, la castaña inspiró
profundamente, intentando relajarse al tiempo que se inclinaba hacia su novio,
para susurrarle su preciado secreto al oído.

-¡¿QUÉ?!- gritó Puck, con el
rostro rojo de rabia, poniéndose de pie en un solo movimiento, derramando el
vino que había en sus copas por toda la mesa- ¡EM, DIME QUE ES UNA BROMA!
¡TIENE QUE SER UNA BROMA!

En tan sólo unos segundos, los
chicos se convirtieron en el centro de atención de todo el lugar, mientras un
anciano trataba de abanicar con una servilleta a su mujer, que se había
sobresaltado por los gritos.

-¡Puck, cálmate! ¡Me prometiste
que no te ibas a comportar como un loco!
-¡¿PERO TÚ TE ESTÁS OYENDO, EM?!
¡Rach nos necesita y tú te has callado todo eso durante todo este tiempo!
-¡Oye, eso no es cierto!- se
defendió ella, dolida por su acusación- ¡Desde el principio tuve mis sospechas
pero no podía hacer nada sin pruebas! ¡Tuvieron que pasar más de tres meses
para encontrarlas! ¡Aunque no lo creas yo no quiero todo esto! ¡El sufrimiento
de Finn y Rachel también es el mío! ¡Nunca lo olvides!

Sin decir una palabra más, Emily
cogió sus cosas y salió rápidamente del restaurante, con los ojos llenos de
lágrimas. Puck se quedó quieto durante algunos instantes pero finalmente
decidió que el amor que sentía por ella era más grande que su orgullo, de modo
que pagó la cuenta y la siguió sin perder un minuto. El moreno la buscó por
todos lados, hasta encontrarla sentada en unos bancos, esperando inquieta la
llegada de un taxi que la llevara de vuelta a casa. Puck la miró con atención,
descubriendo cómo el rimel se había deslizado por sus mejillas a causa de las
lágrimas, empañando su belleza. La castaña temblaba a causa del frío y su
rostro denotaba un dolor insoportable. El moreno se acercó con cuidado,
procurando que ella no advirtiese su presencia. Finalmente se sentó a su lado
sin tocarla, pero sabiendo que ella sabía perfectamente que estaba allí.

-¿Qué quieres?- preguntó ella,
con un ligero toque de reproche en la voz- ¿Acaso no has tenido suficiente con
lo de antes y vienes a por más? ¿Hay algo más de lo que sea culpable?
-¡No, Em! ¡Lo siento! ¡Me he
comportado de forma estúpida!
-¡Cómo siempre! ¡Tú nunca
aprendes, Noah Puckerman! ¿Qué crees? ¿Qué me gusta ver sufrir a mi primo de
esa manera mientras un par de locos tienen a una de mis mejores amigas
encerrada a kilómetros de aquí? ¡¿Eso piensas de mí, Puck?!- le espetó ella,
descargando toda la frustración que llevaba dentro.
-¡NO! ¡Claro que no! ¡Ya sé que
no es tu culpa! ¡Es sólo que…! ¡Me da rabia! ¡He sido tan duro con Rachel y
ahora…!

El moreno no pudo seguir. Un nudo
se instaló en su garganta, impidiéndole continuar. Emily alzó el rostro para
mirarle y comprobó sorprendida que su novio estaba llorando. El gran Noah
Puckerman tenía el rostro lleno de lágrimas mientras la miraba buscando su
consuelo y protección. Emily sonrió, por un segundo se acordó del día que se
conocieron, cuando tan sólo eran un par de niños, y no pudo evitar sonreír
mientras lo atraía hacia sí, acogiéndolo entre sus brazos de forma maternal.

-Tranquilo, Puck. No es culpa de
nadie salvo de esos dos miserables- le dijo ella, tratando de eliminar todo
rastro de culpabilidad en el moreno- Ya verás cómo Jesse y Lau la ayudarán a
escapar, estoy convencida- dijo ella, esperanzada.
-¿Jesse y Lau? ¿Pero… cómo?
-Ellos tienen un plan, pero no sé
exactamente en qué consiste. La policía quiere mantener esto de forma
totalmente secreta ya que la vida de Rachel podría correr peligro si Thom
descubriese que tú y yo sabemos la verdad.
-¡Ahora lo entiendo! ¡Por eso no
dijiste nada en todo este tiempo! ¡Ahora veo porqué estabas tan estresada!-
dijo él, comprendiendo todo por fin.
-Perdóname por no haberte
confesado esto, pero mi deber era no decir nada a nadie.
-Bueno, a partir de ahora será un
secreto compartido- dijo él, guiñándole un ojo- Bueno, ¿no hay nada que podamos
hacer nosotros?
-Mmm… sí, en realidad sí hay
algo- dijo ella, pensativa de repente.
-¿Qué? ¿Qué podemos hacer, Em?
-Nuestra obligación es hacer
creer a los chicos que realmente Rachel se ha ido. No, más bien tenemos que
inventar algo que los distraiga de todo eso y les dé tiempo a los chicos para
ayudar a Rach.
-¡Claro! ¡Esa idea es genial,
Em!- dijo él, besando su mejilla, mirándola con admiración mientras ella se
sonroja levemente- ¿Has pensado en algo?
-No, la verdad es que no. Pero
hay que hacer algo pronto o Quinn y Kurt podrían aliarse y cometer una locura.
-¿Una locura?
-¡Podrían denunciar la
desaparición de Rachel! ¡Eso querría decir que ellos no creyeron lo que decía
la carta y Thom sospecharía en cuanto la noticia saliese en las noticias!
-¡De acuerdo! ¡Entonces hay que
ponerse en marcha en seguida!- dijo él, entrelazando su mano con la suya y
guiándola hacia el lugar dónde había aparcado su coche.
-Sí, eso me temo. ¿Qué te parece
si esta semana la dedicamos a pensar algo?
-¡Genial, Em! ¡Te prometo que
encontraremos una solución!
-Eso espero, Puck, o Rachel y los
chicos estarán perdidos…

Sin más, los chicos subieron al
coche, que arrancó rápidamente, perdiéndose entre la oscuridad de la noche.

Por otra parte, Sam, Quinn, Beth
y los niños estaban sentados alrededor de la mesa. Los sándwiches que el rubio
había preparado descansaban perfectamente apilados uno encima de otro sobre la
mesa y Beth fue la primera que cogió uno, devorándolo con una expresión de
aprobación en el rostro.

-¡Es…tá… muy… rico!- consiguió
decir, mientras masticaba, sonriendo a Sam.
-¡Gracias, pequeña!- le dijo él,
mirando de reojo a Quinn.

La rubia permanecía sentada en su
silla de ruedas, mirando el plato fijamente, sin moverse. Algo en su interior
le decía que debía comer y sacar a sus bebés adelante pero el sufrimiento de
saber que su mejor amiga ya no estaba la mataba por momentos. Sin Rachel, su
vida ya no era lo mismo. Quinn necesitaba sus consejos y su sonrisa para ser
feliz, necesitaba oírla decir que debía cuidarse para que su embarazo saliese
bien, quería escuchar de nuevo el sonido de su voz pidiéndole que siguiera
adelante. Sin embargo, ese momento nunca llegaba y poco a poco la tristeza se
iba adueñando más y más de su corazón. De repente un cosquilleo en su mano
derecha atrajo su atención. Sam estaba a su lado, sonriéndole mientras sostenía
la mitad de un sándwich en una de sus manos.

-Toma, Quinn. Este lo he hecho
especialmente para ti. Un sándwich vegetal sin atún, tu preferido- dijo el
rubio, acercando un pedacito a su boca, con el rostro esperanzado.

Quinn lo miró dubitativa, sin
saber cómo reaccionar. Los segundos pasaban y ella miraba a su alrededor,
buscando una respuesta. Cuando iba darse por vencida la encontró. Ahí estaba,
una hermosa niña de cabellos rubios que la miraba sonriente, mientras le
asentía con la cabeza. Quinn contuvo las lágrimas de emoción que amenazaban con
cubrir sus mejillas, aquella era su hija y realmente podía decir que se sentía
muy orgullosa de ella. La rubia volvió a centrarse en Sam, que ya empezaba a
alejarse pero que sonrió ampliamente cuando vio que ella abría su boca lo
suficiente para que él pusiese aquella porción en su interior.

-Muchas gracias- susurró él,
emocionado- Ya pensé que hoy tampoco querrías probar bocado-admitió, bajando la
cabeza.
-No, Sammy. Ya no pienso hacer
eso- dijo ella, acariciando su mano y sonriendo débilmente.
-¿Có… cómo dices?- preguntó él,
mirándola boquiabierto- ¿En serio, Quinnie?
-Sí, ahora que estoy rodeada de
todos vosotros y de mi niña entiendo que tenías razón y que no puedo
abandonarme así. Los niños me necesitan…
-¡Claro que sí! ¡Ya verás como
todo se va a arreglar!- le animó él, con una sonrisa, acariciando su mejilla.

Los chicos se besaron con
dulzura, disfrutando de la calidez y la ternura del momento. Después Sam cargó
con los dos bebés hasta el salón, dónde los puso sobre sus carritos mientras
Beth arrastraba con cuidado la silla de su madre, que la miraba con absoluta
adoración.

-¿Pasa algo, mami? ¿Te encuentras
bien?- preguntó la niña, con el ceño levemente fruncido, sin dejar de
concentrarse en el recorrido que las separaba del salón.
-No, estoy bien, cielo- dijo
ella, girándose para mirarla directamente a los ojos- Es sólo que estoy muy
orgullosa de ti- le confesó entre lágrimas.
-¡No llores, mami!

A pesar de que hacía tan sólo
unos meses que había descubierto la verdad, la pequeña Beth adoraba
profundamente a sus padres y quería recuperar todo el tiempo perdido.

-No pasa nada, tesoro. Ya estoy
mejor- le aseguró Quinn, palmeando su vientre con afecto.
-¿Son los bebés, verdad?-
preguntó la pequeña, con curiosidad.
-Sí, son tus hermanitos. A veces
consiguen que mis ánimos estén un poco revueltos.
-¡Yo te animaré!- dijo la niña,
sonriendo de forma encantadora- ¡Vamos a ver la tele!

Cuando llegaron, encontraron a
Sam meciendo suavemente los carritos de los niños, que ya se habían dormido
plácidamente el uno junto al otro. Quinn sonrió, sin poder evitar acercarse.
Con cuidado acarició la mejilla de Irina y besó sus mejillas con cariño. Luego
miró a Chris y su corazón dio un vuelco al comprobar de nuevo lo mucho que se
parecía a sus padres. Antes de que se diera cuenta ya tenía al pequeño entre
sus brazos y lo abrazaba con fuerza, transmitiéndole todo el cariño y amor que
su madre habría querido darle de haber podido estar allí. Sam puso una película
de dibujos y a la media hora, Beth descansaba, durmiendo profundamente apoyada
contra su madre.

-Beth es una niña increíble,
Quinn- le dijo Sam, con una gran sonrisa- No sabes cómo me alegro de ser su
padre.
-Gracias, Sammy- le dijo ella,
abrazándose a él con cuidado- No sé cómo habría podido soportar la ausencia de
Rach sin ti a mi lado- confesó ella, aterrada ante esa idea.
-No te preocupes, Quinnie, yo
nunca te dejaré. Además, estoy convencido de que Rachel va a volver. Ella ama a
Finn y a Chris y no me creo nada de lo que decía en esa carta.
-Yo tampoco pero… ¿Entonces por
qué no se comunica con nosotros?
-Bueno, tal vez tenga sus propias
razones. Tú como su amiga lo que debes de hacer es tratar de animarte y luchar
por los bebés. No me cabe ninguna duda de que eso es lo que Rachel habría
querido, princesa- le dijo él, con una sonrisa triste.
-Sí, ahora lo sé- dijo ella,
agachando la cabeza- Pero es difícil seguir sin ella a mi lado.
-¡Rachel volverá, Quinn! ¡Ya lo
verás!
-Eso espero, Sammy.

Quinn se acurrucó un poco más
entre sus brazos, disfrutando de la tranquilidad y el silencio del lugar. Sam
jugó con sus cabellos sin dejar de observar su vientre, que día a día se iba
curvando más y más, acogiendo a sus pequeños. De repente, una sola pregunta
acudió a su cabeza y las palabras salieron de su boca sin apenas darse cuenta.

-¿Por qué?- preguntó, besando su
cabeza.
-¿Por qué, qué?- dijo ella,
mirándole sin entender nada.
-¿Por qué cambiaste de opinión en
el último momento y comiste mi sándwich? ¿Qué es lo que te ha dado fuerzas para
continuar, Quinn?
-Bueno, es fácil. Miré a mi
alrededor en busca de una señal y la encontré- le explicó ella, con una gran
sonrisa.
-¿Y qué señal es esa?- quiso
saber él, curioso.
-Su sonrisa, me ha recordado
mucho a la de Rachel- dijo ella, con lágrimas en los ojos.
-Ella va a volver, estoy seguro.


La pareja acortó la distancia que los separaba, dándose un dulce beso. A continuación se recostaron sobre el colchón, quedándose dormidos junto a Beth tan sólo unos instantes después.

yo qiero la tercera parte!!!! y las que vengan despues :D
me da penita chris que es como si sus dos papas se hubieran ido D:
tercera parte! tercera parte!

Pobree Quinny :( Esperoo qe ella y sus Bebes esten Bien :D
Qee alivioo qee esee desgraciadoo noo Violoo a Rach(: Perooo lo intentoo!
Malditoo !!
Estupidaa Isabella laa Odiooo con todaa mi almaa ... Pobree Chris Asustaddoo y Beth ... Aww *w* Beth Al Rescatee ...
Los momentos Fabrevans :3
Esperoo tu actualizacion
''Quiero Tercera Parteee _!!
Saludos Byeeeee !

Awww!
que tierno sam y quinn igual que
puck y emily..<3
Beth le dice papa a sam que amor
que bueno que rachel ia vio a jessi y lau
le esta curando las heridas ii lo que MAS
MAS MAS Mas agradesco es que rachel no
se haya dejado abusar por thom por que moria
si estaba embarazada uiii ii que bueno que echaron
a esa isabella que me cae tan tan mal!!
quiero saber mas de finn como esta que es lo que
sientee! Muy bueno tu fic me encanta cada vez mejor te superas
en cada capitulooo! actualiza prontoooo
:cheers:
Tercera parte Tercera parteeee! <3
Porfiiis!!
:D

tercera parte ;) me alegro de que Rach no halla sido abusada y de que Lau y Jessie la ayuden.
Pero por otro lado me entristece que Quinn y sus bebés estén mal al igual que Chris!!

Menos mal que el animal de Thom no le hizo nada a Rachel,
pobreciita ya quiero que este cerca de Chris y Finn
entre Jesse y Lau ahy mas que onda jajajajja
Me da mucha penita Chris es tan pequeñito y esta tan tristee :/
Ya quier que vuelva Rachel!! con ella todo es diferente :D
Pobre Quinn ni su embarazo no disfrutara!
Fabrevans lo amooo, Sam tan tierno con Quinn
y Beth jajajjaja
siguelaaa :D

AHHHH! Lau que preciosoooooooo!!
me alegra mucho que Rachel no este embarazada,:D
y que poco a poco,gracias a lau y jesse vuelva a tener ganas de luchar por Finn y Chris.
Quiin,Sam, Emily y Puck lo estan pasando super mal :( que horror de Isabella!! estoy esperando que Finn la de su merecido!! que mujer mas odiosa....
solo me quedo una duda..¿ donde estaba Finn en ese momento? tendria que haber salido de su habitacion, y sacarla a rastras de los pelos :twisted:

x favor QUIERO LA TERCERA PARTEE!!! algo me huele que se acerca la liberacion de Rachel! necesito verles felices a todos ya!!

Lau,eres genial :D

Hola Lau!!!!!

No sabes como me has tenido últimamente con estas dos partes de verdad me alegre demasiado al saber que ese desgraciado de Thom no abuso de Rachel de verdad me duele saber como sufre al estar alejada de Finn y Chris pobre y Finn que no sale de su depresión por no saber nada de Rachel pero donde estaba cuando Chris necesitaba que lo defendiera de la maldita de Isabella donde se ha metido???

Amo a Puck, Emily, Sam y Quinn ta preocupados por su amiga yo se que también ellos harán lo necesario para salvar a Rachel

Pero mi personaje favorito Lau que esta ayudando a pasar este mal rato ella y Jesse son lo máximo los amo.


No puedo esperar para leer la tercera parte espero sea pronto vale

Cuidate y espero que estés muy bien un abrazo y besos

crees que puedas subir una foto de Lau????, es que me cuesta imaginármela!!!

Me alegra tanto que no la vallas a terminar amo esta historia ya quiero que Rachel vuelva!!!! :D

Lau Querida,

Claro que debes continuar con la tercera parte, es preciso.

Quedan muchas cosas pendientes todavía.

He sufrido tanto con lo que le pasa a todos, la pobre Queen, embarazada y triste, no le hace nadie bien.

El pequeño Chris, con sus ojitos tristes, si parece que lo estoy viendo, me dan ganas de apretar contra mi y darle un beso grande para que deje de estar así.

Pobre de Finn ya no da más, por favor haz que su agonía termine y que por fin puede reunirse con su amada.

Incluso Emily a cargo de todos sin poder desahogarse, viviendo con el sentimiento de no poder hablar de lo que sabe para que nadie salga dañado.

Cariños

Clau

Hola Mi Lau!!!!

Al fin pude leerlo y como siempre tengo mucho q decir jajajaja:

1. Thom es un tonto ame como lo engañan muajajaja, pero tambien lo quiero estrangular por todo lo que le ha hecho a Rach
2. Lau me encanta este personaje, su pesadilla (recuerdo) me dio tanta tristeza, pero me gusta que ahi este Jesse para ella, los 2 van a salvar a Rach
3. Puckmily de mi <3 los amoooo, mi papi y sus tarugadas y sus buenas intenciones y mi mami llevando la carga de cuidar 2 hogares
4. Fabrevans tan dulce Sam preocupandose tanto y que felicidad que Quinn vuelva a comer di saltitos
5. Beth aaayyy que niña tan adorable, me la imagino tan linda e inteligente
6. Me mate de la risa imaginandome a "mi" agarrada de la pierna de Isafea
7. Rach hasta que se me aprieta mi <3 todo lo que ha sufrido y como estraña a sus 2 amores buuu
8. Finn y Chris lo 2 al igual que Rach sumidos en la tristeza hace q me corra la lagrimita

Lau como siempre genial y obvio que quiero la tercera parte y todos los capitulos que falta jajaja

FELICIDADES!!!

Quiero tercera parte!! Me encanta tu fic, está genial!

Hola Lau
Pues quien no quiere tercera parte?
Yo muero por leer pronto el rescate de Rachel.. y saber que haran Lau y Jesse..
los adoro .. por ser tan bueno con Rach
Quinn me destroza el alma lo triste que esta.. pero Beth al rescate!
Puckemily siempre. son un placer leerlos por lo tiernos y dulces..
Ya quiero mas mas!

Besos.

Holiss soy nueva tambien QUIERO 3RA parte... ojala sea Finn quien rescat a Rach y sino por lo menos q la sepa contener... y que dejen de sufrir... YO sufro leyendo tu fic :( igual lo amo. Me encanta leer tu historia XOXO

hola, soy nueva en el foro, al leer tu fanfic me has ayudado a querer escribir, me has echo sufrir muchisimo con el secuestro de Rachel, casi lloro por las cosas que le hace Thom quiero tercera parte!!!!! me has echo amar a Jesse y eso que no es muy de mi agrado, gracias por hacernos pasar tan bonito momentos y que mejor que leyendo!! me hs convertido en una fan!!! :D

Lauraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, por favor,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, publica pronto el tercer capítulooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.

Clau

muy hermoso tu fic espero tu actualizacion
rei muxo cuando beth dice papi a sam y cuando sam dice que beth es su hija