(FIC-Klaine) "Escenas borradas" All or Nothing “Awkward and Clumsy”

-¿Estas durmiendo?... —pregunto en voz baja la Señora Anderson a su esposo, mientras se volteaba a abrazarlo en la cama.
-No… y creo que nunca podre volver a dormir otra vez en toda mi vida —aseguro estirándose para encender la lámpara en su mesita de noche.
-Que pesadilla tan grande… pensé que este pueblo olvidado de Dios estaba libre de que pasaran todas estas cosas —dijo la mamá de Blaine cobijándose en el pecho de su marido.
-Creo que mientras más olvidado sea el pueblo más trágica es la situación, nadie hablaba de Columbine o Connecticut hasta que sucedieron esas tragedias —respondió el Señor Anderson abrazando a su esposa.
-Por Dios… pienso en esos padres y en que nosotros estuvimos a punto de convertirnos en ellos, cargando ese dolor de perder a un hijo…
-Pero nada paso… debes estar tranquila —advirtió el Papá de Blaine besándole la cabeza.
-¿Crees que nuestro pequeño estará bien?...
-Claro que si…
-Pero —dijo la señora Anderson incorporándose un poco— el no es tan fuerte como Cooper, o como tú… aparenta serlo, pero…
-Pero que…
-Creo que todo lo que carga lo ha hecho un poco vulnerable, es decir, eres testigo de todo lo que le sucedió en su antigua escuela y en cuanto le ha costado superar la ruptura con su novio…
-Creí que se habían reconciliado… ¿no fue para eso que viajo a New York?
-No lo sé… cariño, si deciden volver a estar juntos, prométeme que lo entenderás y aceptaras su relación.
-Oye… cuando él lo trajo a esta casa, yo fui más que amable… recuérdalo.
-Lo recuerdo… pero a lo que me refiero es que el necesita nuestro apoyo, no sé, qué tal si algún día llega a decirnos que se casara con él… o que imagínate si deciden tener un hijo… se que te ha costado desde siempre aceptar todo esto, pero…
-Es mi hijo también… no hay nada más que decir…
-Lo sé… —respondió su esposa recostándose de nuevo sobre él —es solo que no me gustaría que se volviera a sentir solo, o menospreciado en lo que es… ¿Qué tal lo que quiere estudiar? —agrego incorporándose de nuevo.
-Que estudie lo que quiera…
-¿De verdad?
-Por supuesto, todo lo que paso me hizo pensar en que no vale la pena disgustarse por nimiedades y si lo que quiere es cantar, bailar o lo que sea, que lo haga… pero tu se lo dirás… —advirtió apuntándola.
-No hay problema —respondió dándole un beso— No sé que hubiera hecho si algo le hubiese pasado…
-¿Crees que necesite ayuda?... ya sabes, podríamos darle la oportunidad de una terapia o algo.
-Puede ser… pero cuando hable con Figgins me dijo que el sicólogo de la escuela se encargara de hablar con todos.
-¿Con toda la escuela?...dudo que pueda ayudar a todos los estudiantes… tal vez deberías preguntarle si quiere ver a alguien.
-Le preguntare, solo espero que atrapen a quien hizo todo esto y lo enjuicien… no sé… creo que eso dará calma a los estudiantes y a los Padres.
-¿Por qué lo van a enjuiciar si no hubo heridos?, en este país es más crimen robar un libro que cargar un arma por la calle.
-Sí, pero… darle un rostro a quien te provoco sufrimiento, lo hace más llevadero… ¿no crees?
-Lo creo Señora Anderson… ¿sabes si Cooper lo llamo?
-Al parecer, estuvo hablando con alguien antes de cenar, pero como luego se durmió, no me dijo nada… —dijo la Mamá de Blaine levantándose y poniéndose una bata rosada, tan peluda que parecía la piel de un oso curtida en Rusia.
-¿Dónde vas?
-Voy a verlo…
-Cariño… debe estar dormido, déjalo… —advirtió el Señor Anderson medio sentándose en la cama y apuntando a la dirección del cuarto de su hijo.
-Bueno si está dormido, me devuelvo… —indicó saliendo de la habitación.

-¿Blaine?...
-¿Mamá? —respondió encendiendo la luz.
- ¿Estas dormido?
-Mamá… sabes que si estuviera dormido no te contestaría… ¿verdad?
-Verdad… —respondió apoyando su cabeza en la puerta— ¿puedo pasar?
-Claro… —dijo Blaine sentándose en la cama y dejando su teléfono en la mesita de noche.
-¿Estabas hablando con alguien? —quiso saber su Madre apuntando el teléfono y sentándose en la silla roja del costado.
-No… estaba mirando un poco internet y escuchando música… aún no sabemos qué cantaremos en las regionales, y se me ocurrieron algunas ideas.
-La vida sigue… ¿verdad?
-Verdad…
-¿No puedes dormir?...
-No… y estoy pensando que jamás podre volver a dormir en la vida —dijo Blaine poniendo la misma cara que su madre le viera minutos antes a su esposo.
-Tu padre dijo exactamente lo mismo… y tener que convivir con dos zombies resultaría un problema.
-¿Tu tampoco podías dormir?
-No... pero yo voy a la farmacia, pongo cara de loca para que me venden una receta de Xanax, me tomo dos y no se mas… —dijo la Señora Anderson como si fuera lo más normal recurrir a los sicotrópicos.
-Bueno, en ese caso, puedes compartir tu receta con Papá y conmigo —dijo Blaine volteándose para quedar acostado sobre uno de sus costados, abrazo la almohada con una mano y con la otra tomo la mano de su madre.
-Con tu Papá pensamos que tal vez querrías ver a un terapeuta o algo así…— explico la Señora Anderson acariciándole la mano.
-No… es decir no creo necesitarla… fue horrible todo lo que paso, pero creo que como todo resulto bien… las secuelas son menores.
-¿Seguro?...—dijo acercándosele y acariciándole la cara.
-Seguro… —respondió sonriendo— ¿Papá está bien?
-Está preocupado por ti, el sugirió lo de la terapia, y quiso saber si habías hablado con Cooper.
-Si… me llamo esta tarde… estaba un poco histérico, pero creo que es por su “intensidad como actor”… —dijo Blaine dando un tono irónico al describir las habilidades actorales de su hermano.
-Claro…
-Me dijo que se alegraba de no perder a su hermano y que si hacían una película de lo ocurrido el seguro obtendría el rol de Will Schuester, por que correría con ventaja en la audición, al ser de Lima y todo eso… además de sugerir a alguien para que me interpretara a mí.
-¿A quién?
-No lo sé… me lo dijo, pero lo olvide o no preste atención.
-Da lo mismo, pero estoy segura que quien quiera que sea, no es ni la mitad de guapo que tu… —dijo tomándole el mentón.
-Tú y tu afán de alabarme constantemente… loca…
-El que está loco es tu hermano…
-¿Mamá?... ¿acabas de criticar a tu primogénito? —quiso saber Blaine dando un mirada suspicaz a su Madre.
-No seas envidioso, mi corazón es lo suficientemente grande para amar a mis dos maravillosos hijos por igual.
-Te creeré, solo porque estamos bajo stress post-traumático.
-¡Es la verdad! —exclamo la señora Anderson cambiándose de lugar y sentándose en la cama al lado de hijo— cuando tengas tus propios hijos lo entenderás.
-Bueno Kurt quiere tener tres así… —Blaine se silencio y soltó una risa, como cuando alguien dice algo y se da cuenta que es una bobería— ¡que estupidez! —dijo tomándose la frente— sigo pensando en mi y en Kurt como si aun estuviésemos juntos… que tontería —insistió.
-No es una tontería —corrigió su Madre juntando su frente con la de él— el amor nos pone así.
-Si, pero si lo piensas ES una tontería, es decir, mira esto —dijo apuntando su velador y las fotos de Kurt— tengo fotos de Kurt aquí, en mi casillero, en mi teléfono… y él…
-¿Crees que él no las tiene?, digo no fotos de él mismo, sino que tuyas… ¿entiendes a tu Madre?, ¿verdad? —dijo poniendo cara de confusión.
-Sí, te entiendo… y no creo que las tenga… tiene a un rubio Ingles en cambio…
-¿Ese es su nuevo novio?, ¿un Británico?
-Así es… —respondió Blaine restregándose un ojo.
-No pudo quedarse con “el producto nacional”, el gobierno ha invertido millones en eso.
-¿Qué?...
-¡Olvídalo!, tal vez necesite estar con otro para darse cuenta lo maravilloso que eres tú.
-Pues yo se lo maravilloso que es él, no necesito ir a extranjería a buscar a otro.
-¡Mírate todo celoso! —exclamo su Mamá inclinándose sobre su hijo y apretándole una mejilla.
-No estoy celoso…—advirtió sentándose otra vez en la cama.
-¡Claro que lo estas!... crispas la nariz igual que lo hacía Cooper cuando te tomaba a ti en mis brazos en desmedro de él, e igual como lo hace tu Padre cuando no le presto atención… —indico la señora Anderson dándole un toque en la nariz crispada y sonriendo al comprobar como los hombres de su familia eran tan parecidos.
-Si tú lo dices…—agrego Blaine tocándose la nariz como si quisiera disimular la crispadura de celos.
-¿Cómo te fue en New York?, no tuve la oportunidad de preguntarte… ¿te fue mal?
-No me fue… es decir, lo vi y todo, pero… el estaba con el tal Alan, así es que…
-¿Pero hablaste con él?... creí que le dirías que lo esperarías…
-Se lo dije… y lo hare… creo que todo el mundo sabe que lo hare, después lo bese y… Mamá, fue tan… ¿Por qué te cuento esto?.... tal vez no te interesa —dijo Blaine cruzándose de brazos.
-¿De qué estás hablando?... me interesa mucho lo que te pase y lo que sientes, y que me lo cuentes me hace sentir feliz porque pienso que confías en mi… ¿confías cierto?
-Confió en ti Mamá, pero… eres mi Mamá… me da un poco de vergüenza hablarte de mi vida sentimental…
-No necesito saber detalles que puedan avergonzarte, pero si saber lo que sientes porque puedo ayudarte, ya que aunque no se me note, he vivido más años que tú —advirtió la Señora Anderson tomándose la cara como si se hiciera una cirugía de rejuvenecimiento.
-Gracias Mamá…
-Entonces… —insistió alargando las vocales.
-Entonces… —respondió Blaine repitiendo el gesto de pronunciación— cuando lo bese, sentí que me besaba de vuelta… como antes… y fue…
-¿Qué más pruebas necesitas entonces?... yo creo que el aun te ama, porque te advierto que la preocupación que mostro por ti cuando me llamo, no es la preocupación de un amigo por otro… hay algo mas allí.
-¿Si?
-Obvio que si…
-Bueno, no se… el asunto es que él se fue a la cama con el Alan y yo dormí en una silla en el aeropuerto, fue un impulso estúpido, no conseguí nada y más encima te quede debiendo 300 dólares.
-Te lo recordare el día de las madres —respondió su Mamá acomodándose en la cama de su hijo para terminar acostada a su lado.
-Ok —dijo Blaine sonriendo y moviéndose sobre su trasero para hacerle espacio a su Madre.
-Hijo… agradezco que podamos hablar seriamente o reírnos de estupideces, o simplemente estar así… —dijo la Mamá de Blaine señalando sus manos entrelazadas— discúlpame si alguna vez te sentiste excluido o menos que tu hermano…
-No te preocupes Mamá, todo está bien ahora —respondió Blaine acomodando su cabeza en el hombro de su madre.
-¿Se puede? —dijo el Señor Anderson golpeando la puerta y asomándose tras de ella.
-Pasa Papá…— contesto Blaine sonriendo.
-Ven cariño, la cama de nuestro hijo es lo suficientemente grande… —dijo la Señora Anderson a su esposo mientras se movía un poco hacia un lado y le hacia un gesto a Blaine para que hiciera lo mismo.
-¿Te importa Blaine?
-No… por supuesto que no… aunque a pesar de lo que diga mamá esta cama no es tan grande —explico acomodándose y quedando en medio de sus Padres.
-¿Qué significa eso?... ¿quieres una cama más grande?
-No Papá… es solo un comentario.
-¿Si?, porque leí el otro día que tener una buena cama es la clave para un buen descanso —dijo el Señor Anderson poniendo la voz de un vendedor de colchones.
-Esta cama es muy cómoda… —opino la mamá de Blaine moviéndose como si comprobara con su trasero cuan confortable era la cama de su hijo.
-Mamá… yo no he dicho nada sobre…
-¡Claro que es cómoda!, ¿Cuántos años tiene?
-Creo que cinco… —dijo la Señora Anderson hablando con su marido como si Blaine no estuviese en medio de ellos.
-Igual tal vez deberíamos cambiársela —opino el Señor Anderson empujando el colchón con una de sus manos como si comprobara su resistencia.
-¡Padres!... esta cama está bien, no hay problemas con ella, además… en otoño ya no estaré aquí así es que da lo mismo…
-Tienes razón… mi pequeñito, ¡no puedo creer que ya llego la hora que nos dejes! —exclamo su Madre poniendo cara de sufrimiento y revolviéndole el pelo.
-No creo que me quieran aquí toda la vida ¿verdad?
-No… —dijo su Padre sin pensarlo y recibiendo un manotazo de su esposa a cambio.
Blaine sonrió y negó con la cabeza, a pesar de lo disfuncional que eran sus Padres cuando estaban con él, eran su familia y los quería solo por serlo.
-¿Te dijo tu Mamá sobre la posibilidad de una terapia?... ¿se lo dijiste?— pregunto mirando a su esposa por sobre la cabeza de Blaine.
-Me lo dijo Papá… gracias, pero no creo necesitarla.
-¿No?... ¿estás seguro?, no es vergonzoso pedir ayuda.
-Lo sé… pero de verdad no la necesito, estoy bien…aun tengo un poco de miedo pensando en lo que podría haber pasado, pero no es nada grave.
La señora Anderson miro a su esposo y le hizo un gesto con la cabeza y sus ojos como diciéndole “Vamos, dile lo que sientes”
-Hijo… —comenzó a decir el señor Anderson tomándole una mano— quiero que sepas que con tu Mamá, estuvimos muy preocupados por toda la situación, preocupados por ti… y quiero que sepas también, que si algo te hubiera pasado nosotros habríamos quedado devastados… y ninguna palabra de consuelo habría sido suficiente —la señora Anderson comenzó a derramar algunas lagrimas que se seco con la manga peluda de su bata, Blaine noto aquello y le tomo la mano sintiendo también sus ojos humedecer —Blaine, hagas lo que hagas, seas lo que seas… te amaremos igual y estaremos orgullosos de ser tus Padres— concluyo el Señor Anderson en lo que Blaine creyó y era la mayor muestra de emoción y cariño que su Padre había tenido con él en toda su vida. Subió sus brazos y los abrazo a ambos juntándolos en el medio, haciendo casi que sus cabezas chocaran.
-Los quiero Papás…
-Y yo te quiero a ti… mi pequeñito “Cabeza de Brócoli” —dijo su Madre dándole un beso.
-Yo también Blaine… yo también —dijo el Señor Anderson disimulando la emoción y corriéndose un poco en la cama, como volviendo a la distancia de siempre.
-¿Seguirás llamándome “Cabeza de Brócoli”? —quiso saber Blaine secándose las lagrimas con el puño de su pijama.
-Por supuesto que si… es mas creo que es hora de cantar la canción de vegetales.
-¡Mamá!
-Yo voto por escucharla —dijo su Padre levantando su mano y soltando una risa.
-“Mi cabecita es un brócoli…” —comenzó a cantar la madre de Blaine moviendo sus manos y dando entonación divertida —¿Qué mas sigue?...¡vamos hijo canta conmigo!
-¡NO!... ni siquiera me acuerdo… —dijo Blaine riendo.
-“Mi nariz una aceituna”… —agrego el Señor Anderson.
-¡Eso!.. gracias querido —respondió la mamá de Blaine. El padre de este hizo un gesto con su mano en señal de “de nada” —“Mi cabecita es un brócoli, mi nariz una aceituna…”—agrego cantando con mas entonación.
-“Si me como mi comida llegare hasta la luna”—añadió Blaine sonriendo y negando con su cabeza, avergonzado pero feliz de tener aquel momento con sus Padres.

-¿Estas ocupado?
-No, entre clases…¡hola! —comenzó a textear Blaine de vuelta al mensaje de Kurt.
-Hola... necesito tu ayuda.
-¿Por qué?... ¿Estás bien?
-Si… lo siento… :)
-¿Qué necesitas?
-Antes, ¿Qué tal tú? ¿nada de SPT?
-”¿SPT?”
-“Stress Post Traumatico”
-NO nada de eso, estoy bien… me cuesta un poco dormir, pero ya estaré bien.
-Si te cuesta dormir, no estás bien… ¿has hablado con tus Padres sobre eso?
-¿Sobre qué no puedo dormir?
-Exacto…
-Bueno, mis Papás me ofrecieron terapia, veré como voy...
-¿Terapia?... ahora si me preocupe.
-No tienes porque…
-¿Qué hay del resto?… ¿todos bien?
-Todos bien, cada quien lidia con el asunto a su manera.
-¿La investigación?
-Resulto ser Sue…
-¡Sue!... ¡la entrenadora!...:O
-Si… todo es muy raro, no me lo creo.
-Ya lo creo que no…
-¿Rachel?
-En NYADA, nerviosa por lo de la audición.
-¡Claro!... dale mis saludos y mejores deseos.
-Lo hare…
-¿Que necesitas?
-Necesito que me develes tu secreto, y yo consideraría lo de la terapia.
-:), ¿Cuál secreto?
-El de tus galletas, sigo mi receta pero no me quedan igual que a ti…
-¿Kurt Hummel pidiendo consejos de cocina?
-Vamos… es tu culpa por hacerme esas galletas el verano pasado.
-Creí que eras una especie de “Master Chef”, ¿he vivido engañado?
-No… lo soy no te creas… solo dime tu secreto.
-¡Ah!, eso será imposible…
-¿Imposible?, ¿qué me digas el secreto o que hornee galletas como tú?
-Ambas… ;)
-XD… Vamos dime… yo te enseñe a usar la batidora, ¿recuerdas?
-Lo recuerdo… pero debo confesarte algo.
-????
-No es mi secreto, es el secreto de Martha Stewart, a ella a es a quién debes llamar.
-Difícil, tal vez si me hago pasar por un ejecutivo de ENRON…
-Te atenderá sin problemas…
-Por cierto que si…
-Si quieres te envío la receta, pero deberás esperar a que termine la práctica del club Glee.
-¿Qué tal las regionales?, ¿todo listo?
-Casi, espero y MS nos de la lista de canciones hoy, lo veo un poco perdido.
-¿Perdido?, ¿MS?, ¿aun perdido por lo de la boda?
-O por lo del tiroteo, no lo sé, creo que debería hacer algo.
-¿Tu?, ¿Por qué?
-Soy la nueva Rachel…
-Tienes razón, es tu deber hacer algo.
-Asi lo creo yo, veré que pasa en la reunión de hoy.
-Toma las riendas Blaine Warbler… :)
-Lo hare, ¿querrás la receta?, te la envío en cuanto llegue a mi casa.
-No te preocupes, la busco en internet.
-Ok, palabra clave en google: “Galletas de Blaine”.
-:D, la buscare así, ¿hablamos?
-Cuando quieras…
-;)


Mayo de 2011

-¡Me gustan esas flores!...—dijo Kurt indicando un par de macetas gigantes que adornaban la entrada de la casa de Blaine.
-Bueno, mi Mamá las cambia cada año… ¿o es cada cambio de estación?... la verdad es que no me acuerdo —respondió Blaine sacando sus llaves.
-Apuesto y te hace a ti cargar las plantas, la tierra y todo lo que necesita…
-Sí y no, tiene un pequeño carrito —explico extendiendo sus manos hacia adelante como si manejase una carretilla imaginaria— aunque en realidad yo cargo todo sobre el… es divertido porque… ¿Kurt? —dijo Blaine al ver que su novio perdía su vista en las macetas sin prestarle atención
-¿Qué? —pregunto Kurt distraído.
-Si hubiese dicho “atropelle un perrito”, no hubieras notado la diferencia ¿verdad?
-Lo siento no te escuche… —dijo haciendo una mueca y rascándose la cabeza.
-¿Estás bien?
-Si… por supuesto que si…
-¿Tienes algún problema en la escuela?—pregunto acercándosele.
-No ninguno, todos están más pendientes de los rumores que traerá la próxima edición del periódico de chismes, más que de otra cosa, además del baile claro.
-¿Karofsky te ha molestado estos días?, porque si es así…
-No Blaine, todo está bien… es solo venir aquí, no se —dijo Kurt apuntando la entrada.
-Has estado aquí antes, si hasta conociste a mi Mamá.
-¿Qué hay de tu Papá?, como nunca hablas de él, no tengo idea que decirle cuando lo vea.
-Creo que un “hola” bastara —respondió Blaine sonriendo.
-No me refiero a eso —insistió Kurt moviendo sus manos como si las restregara bajo el grifo del lavabo.
-¿Estas nervioso?...
-Un poco… lo reconozco —dijo Kurt sentándose en el portal, cruzo sus brazos sobre las rodillas y apoyo su cabeza como ocultándose de algo.
-Pero… —respondió Blaine sentándose a su lado— ya conoces a mi Mamá… ¿no fue una experiencia tan aterradora? ¿o sí? —agrego dándole un pequeño empujón con su cuerpo, excusa perfecta para terminar por abrazarlo después— además el otro día cuando preparaste es comida súper exquisita también estuviste aquí… no hay nada porque temer.
-Lo sé, y tu Mamá es súper simpática… pero…
-Mira, mi Papá no es tan difícil, bueno lo es, pero al menos se sabe comportar con las visitas, pero si no quieres conocerlo ahora, invento algo y nos vamos al lugar que quieras.
-¿Dónde yo quiera?
-Si…
-¿De verdad?
- De verdad…—dijo Blaine acercándose para darle un beso, el movimiento de su cuerpo separo el cuello de su camisa dejando ver su cuello y parte de su pecho, Kurt pensó que aquello era lo más sexy del mundo.
-¿Me acompañarías la próxima semana al Breadstix?—pregunto soltando un suspiro.
-¿Por qué?
-No se… una cita… —dijo Kurt sonriendo— además que quiero preguntarte algo.
-¿Preguntarme algo?... ¿no me lo puedes preguntar ahora?
-No…
-Ok…—respondió Blaine dándole otro beso— si quieres podemos ir ahora.
-Gracias… pero ya estamos aquí… y sé que a pesar que no lo dices, esto es importante para ti, tu Papá es importante para ti.
-Tanto como importante… —advirtió Blaine haciendo una mueca— pero es mi Papá, y sé que aunque nuestra relación no es como la tuya con Burt, aunque quisiera que así fuera, me gustaría que supiera lo feliz que me haces.
-¿Cuan dulce eres? —dijo Kurt encargándose él esta vez del beso.
-Creí haber escuchado voces… o eran ustedes o los chicos de enfrente que pierden su balón de futbol cada una hora… ¡pasen! —dijo la señora Anderson interrumpiendo el momento romántico.
-Hola Mamá… ¿recuerdas a Kurt? —dijo Blaine levantándose y extendiendo su mano para ayudar a que Kurt hiciera lo mismo.
-Por supuesto… ¿Cómo estas Kurt? —dijo dándole un abrazo
-Bien… gracias Señora Anderson... —respondió un poco sorprendido y devolviendo el abrazo con cuidado como si la Madre de Blaine estuviese hecha de cristal y no de carne y hueso.
-Pasen, la cena estará lista en unos cuantos minutos.
-¿Necesita alguna ayuda? —dijo Kurt mientras se quitaba la chaqueta y el pañuelo que vestía.
-¡Ay que amable eres!, pero no te preocupes… ¿escuchaste eso Blaine?... ofreciendo ayuda.
Blaine entorno los ojos, molesto porque su Madre ponía en evidencia su flojera frente a su novio.
-¿Dónde está Papá? —quiso saber Blaine guiando a Kurt hacia la sala.
-Arriba, voy por él —respondió su Madre subiendo las escaleras.
-¿Todo bien hasta ahora?, ¿viste? —dijo Blaine tomando a Kurt de los hombros.
-Así es… —respondió sonriendo y guiñándole un ojo.

-Hola Blaine…
-Hola Papá… él… es Kurt Hummel, mi novio —dijo apuntando a Kurt quien se levanto de un salto, como si algo le hubiese mordido el trasero.
-Hola Kurt Hummel, ¿Cómo estás? —dijo el Señor Anderson estrechando la mano de Kurt.
-Bien señor ¿y usted?
-Bien… ¿Hummel?, ¿Por qué conozco tu apellido? —quiso saber el padre de Blaine aun con la mano tomada de Kurt, este creyó que se la tendría de rehén si no respondía a la duda que tenia.
-No lo sé Señor… estuve en Dalton casi un semestre, tal vez por eso.
-¿”Estuviste”?, ¿qué sucedió que te cambiaste?
-¿No crees que es muy pronto para empezar el interrogatorio?, incomodaras al novio de tu hijo —dijo la Señora Anderson casi susurrándole al oído, mientras le daba una especie de abrazo desde atrás a su esposo en su camino a la cocina
-Es solo que me suena ese apellido, no estoy incomodando a nadie, ¿verdad Kurt?
-Verdad, está bien… no se preocupen.
-Tal vez es por el taller de tu Papá —intervino Blaine tomándolo del hombro y zafándolo de su Padre, como si lo rescatara de algo peligroso.
-¿Tu Papá es el dueño de un taller mecánico? ¿verdad? —dijo la Madre de Blaine volviendo a la sala y cargando una bandeja con bebidas para todos.
-Sí, debe ser por eso que conoce el apellido Hummel —añadió Kurt haciendo un gesto con su mano.
-¡Claro!… —dijo el Señor Anderson sentándose enfrente de su hijo y su novio—”Hummel Tires & lube”, ¿verdad?—añadió como pensando en el nombre del taller de Burt Hummel.
-El mismo… —respondió Kurt sonriendo
-Una vez fui allí, cuando tuve que ir a Lima, no me acuerdo porque, tal vez incluso conocí a tu Papá —dijo el señor Anderson tomado uno de los vasos— el mundo es un pañuelo —agrego como si dijera la moraleja final de una historia.
Blaine rio para sí al ver que Kurt asentía como si hubiese escuchado un consejo sabio de Jean Paul Sartre en persona.
-¿Siempre has vivido en Lima Kurt? —pregunto la Señora Anderson tomando la mano de su esposo.
-Sí, toda mi vida…
-¿Tus Padres?, ¿también son originarios de Ohio?
-También, ceo que mi Papá morirá sin pisar otra ciudad.
-¿Qué hay de tu Mamá?
-¡Mamá! —exclamo Blaine poniendo cara de espanto— te dije que la Mamá de Kurt…— agrego haciendo un gesto con sus manos.
-¡Tienes razón, Kurt lo siento mucho, lo olvide!
-¿Qué olvidaste?—quiso saber su esposo mirándola con extrañeza.
La Señora Anderson le susurro al oído lo que Kurt interpreto como “Su mamá falleció y yo lo olvide”
-Lo siento Kurt… —dijo el Papa de Blaine poniendo cara de funeral.
-No se preocupen, está bien…
-Te lo había dicho —insistió Blaine comenzando a molestarse.
-Blaine, no te preocupes, además fue hace mucho tiempo, y aunque la extraño cada día, mi Papá se ha encargado que su ausencia no sea tan notoria.
-Lo siento de verdad… —dijo la madre de Blaine tomándose la cara, como ocultando lo enrojecida que estaba.
-No hay problema, créanme… ¿Qué hay de ustedes?, ¿siempre han vivido en esta parte de la ciudad?
-Siempre… ¿quieres ver fotos de Blaine cuando era niño?, ¿y sus andanzas en Westerville?—pregunto la Señora Anderson, buscando uno de los álbumes de fotos.
-¡Mamá!... ¿no crees que deberías esperar, un tiempo al menos… para humillarme de esa manera?
-Me encantaría…—contesto Kurt sonriendo de lo complicado que se ponía su novio.
-Entonces… ¿Cómo se conocieron? —añadió entregándole uno que tenia las puntas gastadas y un oso de juguete desteñido y roto que ocupaba gran parte de la portada, luego se sentó en el brazo del sillón que ocupaba su esposo.
-En Dalton, como dije antes, estuve casi un semestre en esa escuela y allí fue donde conocí a su hijo —explico Kurt mirando a Blaine como si el lugar, el día y la hora en que lo había visto por primera vez, aparecieran frente a sus ojos como una película proyectada en la pared de la sala.
Blaine le sonrió devuelta complacido.
-¿Puedo preguntar ahora porque abandonaste tan prestigiosa escuela? —dijo el Señor Anderson apuntándolo con el vaso.
Blaine comenzó a morderse la uña del dedo pulgar, como nervioso de que el comportamiento de sus Padres terminara finalmente incomodando a Kurt.
-Claro, no es nada oculto, es solo que extrañaba mucho mi antigua escuela, a mis amigos, eso —respondió Kurt encogiéndose de hombros y dándole una sonrisa a Blaine al ver las primeras fotos de él cuando pequeño.
-¿En serio?, ¿extrañabas una escuela pública?
-¡Papá!...
-¿Qué?...
-Hablas como si Mckinley fuera la peor opción para estudiar.
-No fue lo que dije… ¿me escuchaste decir eso? —dijo su padre mirando a su esposa.
-Fue lo que insinuaste Papá… —murmuro Blaine enfadándose otro tanto.
-Nadie dijo eso hijo… ¿verdad Kurt? —Kurt asintió con la cabeza, sin saber de qué lado ponerse— ¿qué tal si mejor nos vamos a la mesa y cenamos?... ¿me ayudas cariño? —pidio la Señora Anderson sonriéndole a su esposo y pensando que la oferta de comida distendería el ambiente enseguida.
-Claro… — respondió este, apoyándose en la pierna de su esposa para levantarse del sillón.
-Disculpa todo eso… —dijo Blaine levantándose y apuntando el sillón de enfrente, como si las palabras de sus Padres hubieran quedo flotando allí mismo— Son expertos en hacer sentir mal a la gente y exagerar todo.
-Creo que los estas malinterpretando, no me sentí mal para nada y creo que el que está exagerando eres tú.
-¿Cómo?... — pregunto Blaine sin dar crédito a lo que escuchaba.
-Eso…— corroboro Kurt levantándose también— tus padres están siendo súper amables conmigo y por lo poco que me habías dicho de su comportamiento, ya me imaginaba y me iban a colgar de una viga para picarme con azadones.
-Kurt, esto no tiene nada que ver con…
-Oye… —dijo Kurt mirando hacia el comedor para verificar que podía tomarlo de la cintura sin que nadie lo viera— creo que debes darles una oportunidad —añadió acercándolo a él por donde tenía planeado— en especial a tu Papá y si hacen algo que pueda ofenderme o ofenderte a ti… peleamos juntos esa batalla o cualquiera que venga, ya no estás solo… ¿de acuerdo?
-Gracias Kurt…y lo siento, pero no quiero que pases un mal rato.
-Lo se... ¿harás eso por mi?
-Haría cualquier cosa por ti… —respondió sonriendo y dándole un beso, verificando también que sus Padres no estuvieran espiando.
-Ahora vamos a cenar, me muero por probar la comida de tu Madre… con todas esas especies que vi el otro día, asumo y será fantástica.
-Ok…—respondió Blaine, cogiéndole la mano y dirigiéndose con él al comedor.


-¿Qué haces Blaine Warbler?, no sabes que no se debe “textear y sonreír”—dijo Brittany apuntando el teléfono y la cara sonriente de Blaine.
-Es “textear y conducir” Britt —respondió mientras guardaba su teléfono.
-Quiero presentarte a alguien… —dijo al chica sonriendo y abrazando un par de libros.
-¿A quién?...—pregunto Blaine mirando a su alrededor al ver que solo Sam estaba parado junto a ella pero usando gafas y un chaleco en los hombros— ¿desde cuándo que llevas gafas?
-Siempre uso gafas… —dijo Sam con una voz diferente a la habitual. Blaine lo miro un segundo para tratar de adivinar a quien estaba imitando.
-¿Cómo?...—pregunto confundido.
-Es a él a quien quería presentarte, este no es Sam es su hermano gemelo Evan… Evan, este es Blaine Warbler, Blaine Warbler el es Evan Evans—respondió Brittany apuntando a Sam.
-¿Qué?— insistió Blaine sin saber que estaba pasando.
-Hola Blaine Warbler, gusto en conocerte, mi hermano me ha hablado maravillas de ti —dijo el chico representado el papel de su hermano gemelo idéntico y estrechando la mano de Blaine que lo miraba sin saber cuál de los tres había perdido la razón.
-¡Es tan inteligente!... mas que Sam… —advirtió Bitt bajando su voz.
-¿Qué?... ¿Quién?... ¿Qué está sucediendo?... —quiso saber Blaine abriendo sus palmas como a punto de colapsar por desesperación.
-Oh… lo siento, es mi hermano Sam… tengo que atender —dijo Sam tomando su teléfono y moviéndose al siguiente pasillo.
-Britt… ¿Qué su…?
-Hola chicos, ¿conocieron a mi hermano Evan? —interrumpió Sam apareciendo como de la nada ya sin las gafas ni el chaleco en los hombros.
-¿Tu hermano? —pregunto Blaine, dando un tono de terapeuta infantil a su palabras.
-Yo si… es súper inteligente, pero tú eres mucho más guapo —señalo Brittany acercando su cuerpo a él y dándole un beso después.
-Blaine… ¿tu lo conociste?, te lo hubiera presentado yo mismo, pero no hemos podido coincidir desde que llego —dijo Sam mirando por sobre los estudiantes, como buscando a Evan Evans.
-¿Desde que llego?, ¿de dónde exactamente?
-De Kentucky…
-Conoce al Coronel Sanders…—advirtió Brittany casi emocionada.
-¿A quién?
-¡Ah!...el timbre, debo ir a clase, pero si ven a mi hermano díganle que quiero que vaya al ensayo del Club Glee —dijo Sam apuntándolos mientras se retiraba.
-¡Yo se lo diré! —respondió la chica sonriendo y encogiendo los hombros como en un gesto de emoción absoluta.
-OK… —Termino por decir Blaine, empequeñeciendo sus ojos y comprendiendo que no le quedaba mas, que seguirle la cuerda a Sam en esto que había inventado.