(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

-Parece que salieras a hurtadillas... —dijo Blaine desde su lado de la cama mientras observaba en silencio a Kurt desde el minuto en que se había levantado.
-No salgo a hurtadillas… ¿Por qué dices eso?—respondió sentándose para calzarse los zapatos.
-Es lo que parece,  te advierto y no hay problema si bajas y tomas desayuno conmigo, mis Papás te conocen —añadió Blaine besando la espalda de su prometido.
-Me encanta eso…
-Lo sé… —contesto Blaine dando más besos.
-Pero necesito ir a la casa de mi Papá para arreglarme… —contesto Kurt poniéndose una camiseta que no era la suya.
-Es temprano… —advirtió levantándose también.
-Lo se también, pero mi tratamiento de belleza demora bastante.
-Aun tengo los tres productos que me regalaste, puedes ocuparlos si gustas —dijo Blaine poniéndose un pantalón como de ejercicio.
-Tres de ocho… —contesto Kurt como pensando— ni siquiera es el 50% Blaine Anderson futuro Hummel, mejor me voy.
-Pero es temprano… —insistió tomándole ambas manos para llevarlo a la ventana de su cuarto, abrió la persiana y le enseño la calle que permanecía oscura y en calma— ¿ves?, nadie se ha levantado aun —insistió dándole una vuelta como de baile para terminar por abrazarlo desde atrás.
-¿Qué hay de tus Padres?
-¿Qué hay con ellos?—pregunto de vuelta mientras le besaba el cuello.
-¿No crees que es un poco falta de respeto que me vean salir de tu cuarto vestido con parte de tu ropa?
-¿Qué?... ¿por qué dices eso?, has dormido aquí antes.
-Sí, pero ahora es diferente —dijo Kurt zafándose del abrazo— ¡no me preguntes “¿por qué?”! —añadió apuntándolo.
-Y eso de la ropa solo prueba que besarse y beber encima de un sofá no son cosas compatibles.
-También es cierto, así es que prefiero irme ahora que están todos durmiendo y así no pensaran que solo viajo a Westerville para abusar de ti o algo —insistió Kurt comenzado a buscar sus cosas.
-Pues puedes abusar de mi cuando quieras… —dijo Blaine tomándole la cara con ambas manos para besarlo más que feliz.
-De… verdad… debo irme… —volvió a decir Kurt hablando casi dentro de la boca de su prometido.
-Ok… Me parece muy mal… pero como quieras.
-Gracias —dijo dándole otro  beso— ¿nos vemos en la escuela?, hable con Mercedes y preparamos algo para ver si podemos influir las mentes de Rachel y Santana y terminen de una vez con esa disputa infantil
-Genial…  —respondió  Blaine medio triste.
-Cambia esa cara… recuerda lo de anoche en el sofá —dijo Kurt sonriendo con picardía— ¿la llave esta bajo…?
-La caja de la mesa del recibidor… pero… ¿sabes qué?, te voy a ir a dejar a la puerta, es lo menos que puedo hacer por mi cita clandestina —aseguro Blaine abriendo la puerta de su cuarto.
-¿Ves que es un tanto emocionante?, yo saliendo en medio de la noche… —agrego Kurt haciendo un ademan presuntuoso.
-Lo es… —contesto sonriendo mientras bajaba la escalera.
-Nos vemos en la escuela… te amo Blaine Anderson futuro Hummel —dijo una vez que llegaron a la puerta— y recuerda arreglar esos cojines antes que tu Mamá los vea —añadió levantando sus cejas
-Lo hare… y yo te amo a ti… y si quieres pasar desapercibido será mejor que te vayas, creo que acabo de escuchar a mi Mamá en la cocina.
-Huiré sin mirar atrás —exclamo de manera teatral.
Blaine sonrió y se quedo en la puerta hasta que Kurt se subió a su auto y se perdió en la esquina de la avenida principal, soltó un suspiro y se encamino a la sala a arreglar los cojines.
-¿Mamá?... ¿qué haces? —pregunto asomándose en la puerta de cocina.
-Buenos días hijo… ¿Qué haces tú despertando tan temprano?
-¿Estas planchando?
-Por cierto que si, esta ropa debe estar impecable para el día de tu graduación, por lo tanto me asegurare que no tenga ninguna arruga desde hoy hasta que sea el día —contesto mientras estiraba la toga sobre la tabla de planchar.
-Pero si no estaba arrugada, en la caja estaba bien —dijo comenzando a preparar café— además, ¿desde cuándo tú te dedicas a las labores de planchado?, ¿despediste a la Señora Robinson?
-¿Qué?... ¡No!, ¡como se te ocurre!, esa mujer sabe más de esta casa que yo misma, lo que resulta un tanto aterrador —dijo la Señora Anderson como pensando aquello— pero el asunto es que de las cosas importantes siempre me he encargado yo —agrego mientras pasaba la plancha por toda la extensión de una de las mangas con tanto cuidado que Blaine pensó que el trabajo de la Señora Robinson corría serio peligro.
-¿Papá se levanto?
-Aun no… ¿o sí?... la verdad es que no se... ¿por qué?
-Iba a  sacar un tubo de pasta de dientes, el mío se acabo ayer.
-¿Por qué no me dijiste para haber comprado en la farmacia camino del trabajo?
-Lo olvide… tengo otras cosas en la cabeza en realidad —dijo sonriendo como si recordara algo que nadie mas sabia.
-Me imagino que si… —sentencio la Señora Anderson como si supiera lo que su hijo escondía.
-¿Qué quiere decir eso?—pregunto Blaine sacando una taza.
-¿Qué cosa? —pegunto con tono inocente mientras repasaba el dobladillo y los dobleces del pecho.
-Esa cara que pusiste —agrego sirviéndose café.
-Pues, Blaine Devon Anderson, antes de explicar mis caras, debo hacerte a ti una pregunta.
-¿Qué pregunta?... ¿y por qué me llamas por mi nombre completo?
-¿Qué fue lo que sucedió anoche en mi sofá “Natuzzi”? —pregunto levantando una ceja al tiempo que seguía con el planchado.
-¿Cómo?... no se… ¿de que estás hablando?—respondió haciéndose el desentendido mientras se sentaba en la orilla de unos de los muebles.
-Estoy hablando que anoche cuando llegamos con tu Papá del  restaurante mis cojines estaban como si una aplanadora los hubiese pisado.
-Mamá...  no es lo que crees, veras… —tarto de decir Blaine medio complicándose.
-¿Kurt estuvo aquí?
-¿Cómo?
-Eso… Kurt estuvo aquí y asumo y el cuarto estaba demasiado lejos y decidieron utilizar mi inmaculado, blanco y costoso sofá a cambio.
-Mamá…  ya deja de hablar por favor… —dijo Blaine haciendo un gesto con su mano mientras tragaba café.
-Seguiré hablando si no me cuentas —advirtió su Madre planchando la otra manga del atuendo de graduación de su hijo.
-No hay nada que contar… de verdad —aseguro levantándose— mejor voy por el tubo de dentífrico— agrego apuntando hacia arriba.
-¿Donde está Kurt?
-Se acaba  de ir…
-¡Ah te pille! —exclamo la Señora Anderson botando vapor de la plancha como si fueran fuegos artificiales
-¡Mamá!
-Ay hijo… no tienes de que avergonzarte además, ¿Por qué no se quedo a tomar desayuno y salió huyendo como si fuera una cita de una noche o algo?
-Es lo que le dije yo, pero necesitaba ir a su casa para su rutina de belleza.
-¡Ay que dulce!... pero para la próxima vez dile que traiga sus productos, es más que bienvenido en la mesa del desayuno.
-Se lo diré, aunque tal vez no hayan más veces… esta semana es decisiva en muchas cosas y tal vez parta de inmediato a New York una vez que me gradúe.
-¿Tan pronto?... ¿no pasaras el verano aquí?
-No lo creo Mamá… ¡no pongas esa cara!… sabias del principio que lo único que quiero es comenzar mi vida con Kurt —dijo Blaine al ver que su madre ponía cara de aflicción como si le fuera a  salir vapor por las orejas y la nariz.
-Lo sé cariño, pero igual es muy apresurado, no has alistado nada, ni tu equipaje, ni has revisado tus cosas… ¡nada!... y no me dejaras con las ganas de ofrecer una fiesta para ti y tus amigos graduados… eso no lo voy a consentir Blaine Anderson.
-Mamá
-¡Mamá nada!... ¿no te irás a ir con lo puesto?, ¿verdad?
-No… Mamá aun queda una semana, tiempo suficiente para que hagas fiestas y me ayudes con mi equipaje.
-¿Seguro?
-Seguro…
-¿Muy seguro?, porque soy capaz de echarte vapor en la cabeza para que te aparezcan mas rizos que nunca —advirtió al Señora Anderson liberando vapor del aparato de nuevo.
-Eso no será necesario, confía en mí, ahora voy a asearme o llegare tarde a la escuela.
-Toma un tubo de pasta de la despensa, ayer iba a reponer en los baños pero lo olvide.
-Perfecto—dijo Blaine retirándose.

-Cariño no hay pasta de dientes en el baño —dijo el Señor Anderson llegando en camiseta y ropa interior a la cocina. La señora Anderson creyó que tenía un “deja vu” con lo que acababa de suceder con su hijo.
-Toma uno de la despensa cariño —respondió sintiendo que tenia  dos hijos en vez de uno.
-Muy bien… ¿de nuevo el perro del vecino? —dijo mirando hacia afuera.
-Debe ser el cartero, ya sabes que lo odia —aseguro la Señora Anderson terminando por fin su trabajo con la toga de graduación.
-¡Oh!... viene para acá…
-Deja que las eche por la abertura de la puerta, nunca dejas que lo haga… —dijo la Mamá de Blaine colgando la túnica de un gancho para ropa y mirándola un segundo.
-¿Te emocionas con una pieza de ropa de tan poco valor en diseño?
-¡Ay sabes lo que significa esto! —exclamo su esposa buscando una servilleta para secarse un par de lagrimas.
-Lo sé… pero no saldremos de la vida de nuestro hijo… aun queda su boda… el día que en que nos haga abuelos…
-¡Ay cállate! —dijo refugiándose en los brazos de su esposo y soltando el llanto sin remedio.
-Tranquila querida… piensa en la fiesta que quieres organizar —recordó el Señor Anderson besándole el pelo mientras la movía suavemente como si quisiera consolarla con el movimiento.
-Recoge las cartas mejor —dijo apartándose mientras se sonaba con estridencia.
-Muy bien… —contesto dirigiéndose a la puerta. Tomo todas las cartas que habían para ellos en la ranura y las comenzó a revisar mientras avanzaba  hacia la cocina.
-¿Llego la boleta de la tarjeta de crédito?, el mes pasado no hicieron el descuento del gas y tuve que ir a la compañía pagarla de manera directa.
-Aquí esta, ábrela para que….
-¿Qué?
-Cariño… —dijo el Señor Anderson enseñando uno de los sobres que tenía un sello rojo de New York
-¿Es…?
-La carta de Blaine… —dijo mirándola a contra luz para ver si podía distinguir algo.
-¡Abrámosla! —exclamo su esposa arrebatándosela de las manos
-¿Qué?... ¿estás loca?... ¡no! —respondió este volviendo  a tomarla.
-¿Cómo que no?, mira podemos abrirla con el vapor de la plancha, la vuelvo a  enchufar y estará lista en menos de un minuto —aseguro la Mamá de Blaine haciendo gestos con sus manos mientras describía su plan.
-¿Qué hay de Blaine?, nos descubrirá enseguida.
-Esta en el baño, no sabrá nada, además así sabemos de antemano lo que le dicen y podemos reaccionar de mejor manera… tráela —insistió.
-No… esto es de nuestro hijo, el debe abrirla —sentencio el Señor Anderson apuntando a su esposa con el resto de la correspondencia.
-Mamá… solo queda una, asi es que la pondré en el baño de ustedes y luego tu me compras… ¿Que sucede? —quiso saber Blaine al ver que ambos lo miraban raro.
-Hijo…
-¿Qué?...
-Siéntate cariño… —dijo la Señora Anderson abriendo una de las sillas de la mesa de la cocina.
-¿Qué?,  ¡No!... ¿por que?, me están asustando se los advierto.
-No Blaine tranquilo, es solo que… acaba de llegar el correo de la  mañana…
-¿Y? —pregunto Blaine acercándoseles.
-Bueno… trajo esto… —dijo su Papá enseñando el sobre.
-NYADA… —murmuro sin reaccionar.
-¿Quieres que la abramos por ti?—pregunto el Señor Anderson dando una mirada a su esposa.
-…
-¿Blaine?
-¿Qué?...no… no —dijo tomándola— yo la abriré… pero no ahora —agrego cambiando el sobre de mano unas cuatro veces.
-¿Cómo? —dijeron sus Padres al unísono.
-Eso… discúlpenme pero… con la única persona que se me hace sentido abrirla es junto a Kurt… lo siento.
-¡Pero hijo…!
-Esta bien cariño —se adelanto en decir su Madre— si es así como quieres hacerlo, hazlo… pero solo quiero que sepas que con tu Papá te queremos mucho y diga lo que diga esa carta estaremos aquí para ti… ¿de acuerdo?
-Claro… —dijo Blaine aun medio impactado— ahora me voy a vestir… es decir a bañarme y luego me iré a la escuela… gracias… a los dos —añadió mirando el sobre mientras subía a su cuarto.
-Hijo…
-¡Prometo avisarles! —exclamo desde el tope de la escalera como última cosa antes de desaparecer en su dormitorio.

-Te aseguro que cuando me levante tenia “mas pantalón” —dijo Kurt tratando de arreglar el atuendo extra ajustado que había escogido, se movió hacia un lado y se miro en el vidrio de una de las puertas de la mampara que separaba los pasillos— debe ser la diferencia de presión atmosférica entre este pueblo y New York —insistió mirándose el trasero y metiendo y sacando las manos de sus bolsillos— ¿qué opinas? —añadió al ver que su prometido no decía nada frente a su problema de calce de pantalones.
-Te ves estupendo como siempre —dijo sonriendo a medias y como quien responde cualquier cosa.
-¿No entendiste el chiste? —quiso saber al ver que los ojos de Blaine no estaban en él, si no que perdidos dentro de su casillero— ¿Blaine?...
-…
-¿No te cayó mal la cena que te prepare? ¿o si?... ¡Blaine! —exclamo chasqueando sus  dedos de una mano y  tocándole la espalda con la otra.
-¿Qué? —pregunto como reaccionando de un coma de 15 años.
-¿No escuchaste nada de lo que dije?... ¿que estas mirando? —dijo Kurt metiendo su cabeza entre su prometido y la puerta del casillero— ¿esa es…?
-Es…
-¿Tu carta de…?
-Mi carta de NYADA… —contesto cerrando el casillero de un golpe y poniéndole el candado y todo.
-¡Blaine!
Este se apoyo en los casilleros y echo su cabeza hacia atrás golpeándose contra la puerta unas tres veces, Kurt no supo distinguir si era de manera intencional o no.
-¡Te harás daño! —exclamo poniendo su mano tras la cabeza de su prometido para evitar la auto flagelación— ¿Cuándo te llego?
-Esta mañana —respondió restregándose la cara.
-¿Y porque la tienes oculta?
-…
-¿Ya la leíste?... ¿acaso?... ¿acaso no quedaste?... —pregunto Kurt como con miedo.
-No exactamente.
-Blaine, hay otras formas de entrar, mírame a mí, entre en el segundo semestre y todo me salió de maravillas, además tienes tus Universidades de respaldo… y enfrentémoslo hay mas diversidad y diversión en la NYU que en NYADA…
-Kurt…
-Lo único que no podría tolerar es que te unieras a una fraternidad… y tengo mis razones para ello, existen muchas teorías sobre conspiraciones que tienen su origen en las fraternidades de New York…
-No la he abierto aun… —murmuro Blaine mirando el piso.
-Pero yendo al fondo,  NYU tiene un programa excelente y creo que podrás encajar bien allí, además… un momento… ¿Qué acabas de decir?
-Que no la he abierto Kurt… no he abierto mi carta de NYADA.
-¿Cómo que no la has abierto?... ¿qué pasa contigo?... a ver… —dijo apartándolo del casillero y discando la combinación del candado como si fuera el propio.
-¿Sabías que hay una enmienda que protege el contenido y a los dueños de los casilleros en las escuelas públicas?
-¡Al demonio con esa enmienda!… —dijo abriendo la puerta y tomando la carta— además, todas las leyes y enmiendas se anulan cuando hay una emergencia… ¡y esto es claramente una emergencia! —sentencio Kurt  — ¿Por qué no la has abierto?
-No lo sé… —contesto tomándola— miedo supongo —añadió encogiéndose de hombros.
-¿Miedo?... ¿a qué?... Blaine tú te adueñaste de la audición aquella tarde, créeme y no existe posibilidad que no quedes.
-Aun así… Kurt… —contesto llevándolo hasta el final del pasillo— no quiero decepcionarte, ni a mis Padres, ni a todo el mundo... ni a mí mismo.
-Blaine… eso es imposible, te lo dije cuando preparábamos tu audición, estamos juntos en esto y en todo lo que venga en nuestra en vida hacia delante… si quedas, perfecto celebraremos en público y en privado, pero si no… ¡da lo mismo!… se que encontraras tu camino… ¡ábrela!… —dijo entregándole la misiva.
-…
-¡Blaine!...
-¿Qué tal…?... —trato de decir dándole la mirada que Kurt conocía de sobra.
-¿Quieres que la abra yo?
-Por favor… — contesto entregándosela.
-Muy bien… y te voy a decir lo que me dijo mi Papá cuando llego este momento para mí, no con la carta en la que me rechazaron, porque es instante lo borre de mi memoria, sino que cuando me avisaron que era finalista… estoy aquí… no importa lo que esto diga… ¿Ok? —dijo Kurt tomando la carta con ambas manos como si se la enseñara alguien a distancia.
-Ok… —dijo Blaine sentándose sobre el basurero. Cerró los ojos y tomo aire, como si le fuesen a sacar dos litros de sangre.
Kurt abrió el sobre por uno de los extremos y saco la carta, la desdoblo con cuidado y le echo un ojo a Blaine antes de comenzar a leer, cuando iba casi en la mitad sonrió para sí y termino emocionándose un poco.
-¿Qué?... —pregunto Blaine incorporándose de su improvisado asiento.
-¡Bienvenido a NYADA señor Anderson futuro Hummel! —dijo Kurt sonriendo emocionado.
-¡¿QUE!? —exclamo Blaine con sus palmas abiertas.
-Es lo que dice —agrego Kurt enseñándole al carta— bueno no lo de “futuro Hummel” eso lo acabo de agregar yo, pero el resto es cierto… ¡quedaste!… ¡QUEDASTE BLAINE! —exclamo colgándose de su cuello.
-¿Qué?... Kurt… —respondió este abrazándolo de vuelta y dando con el unas dos vueltas seguidas— ¿estás seguro?, ¿no lo dices porque si?, ¿verdad? —añadió soltándolo y tomándolo de los hombros.
-¿Qué?... ¿Cómo se te ocurre?, ¡Obvio que no!... ¡mira! —dijo entregándole la hoja.
Blaine la recibió y la leyó tan rápido que Kurt creyó que había tomado un curso de lectura veloz por correspondencia en los meses que él había estado ausente.
-¿Viste que es verdad?
-¡Kurt! —volvió a exclamar Blaine abrazándolo de nuevo para levantarlo un  poco del piso y darle esta vez, unas cuatro vueltas— ¡No lo puedo creer! —agrego leyéndola de nuevo.
-Pues créalo Señor Anderson… ¡Por Dios! —exclamo Kurt llevándose las manos a la boca— ¡Si ya imagino la cara de Carmen cuando participes en el “Winter Showcase”!, o ¡cuando alguien se atreva  a desafiarte al  “Midnight Madness”!, pobre de él...
-Esto es perfecto —dijo Blaine emocionándose un resto.
-¿Estás bien? —quiso saber Kurt acariciándole al cabeza.
-Perfecto… gracias Kurt —dijo refugiándose en él nuevamente.
-¿A mí?, ¿Por qué?
-Por todo —respondió Blaine sin soltarlo— por leerme al carta, por estar conmigo ahora, por acompañarme en la audición, por hablarle a Carmen bien de mi… por decirme que si…—termino por decir soltando una risa.
-El placer es mío Blaine Anderson…—dijo Kurt besándole  en la mejilla antes de que su prometido lo soltara— ahora… creo que debemos presumir de esto— añadió sacándole el teléfono del bolsillo.
-Si… llamare a mi Mamá cuando trajeron la carta quería que la abriera allí mismo en la cocina —explico mientras buscaba el numero de su casa.
-¿De verdad?
-Sí, ella y mi Papá me lo pidieron, pero yo me negué y les dije que quería abrirla contigo.
Kurt sonrió un tanto  presuntuoso por sentirse el hombre más importante del mundo.
Blaine se contacto con su Madre y le conto que había quedado en NYADA, repitiéndole aquello unas tres veces ante la incredulidad de esta y a los continuos “¿no me mientes hijo? ¿verdad?” que ella profería. Le pidió que una vez que se calmara le contara a su Papá porque  ahora él les contaría  a sus amigos, le dijo también que Kurt estaba con él y que tal vez irían a celebrar y buscarían el lugar para hacerlo. Kurt sonrió con picardía pensando que aquello no hacía referencia al “Lima Bean” precisamente. Se despidió de ella y miro a su prometido queriendo abrazarlo de nuevo y no soltarlo hasta que la muerte los separara.
-¿Qué fue eso de buscar un lugar para celebrar? —quiso saber Kurt avanzando con Blaine por uno de los pasillos.
-¿Cómo? —dijo de vuelta mientras actualizaba su estado de Facebook y cambiaba el lugar de estudios de “WMHS” a “NYADA”
-Eso, lo que acabas de decir, ¿debo prepararme de alguna forma?
-Bueno, tu me ofreciste que si la carta era positiva celebraríamos en público y en privado, por lo tanto… —respondió Blaine moviendo sus cejas como si fiera el “emoticón” “1313”
-¡Hare unas llamadas! —exclamo Kurt apartándose dando un salto.
-¡No!... ¡Kurt!... —dijo Blaine impidiendo que se fuera.
-¿Qué?... ¡vuelvo enseguida!, tengo la sensación  que mi Papá iba a salir esta tarde con Carol, si no, puedo organizar algo para que ambos asistan en tres segundos… ¡Dame tres segundos!—exclamo manipulando su teléfono.
-Hazlo después… —insistió Blaine acercándolo a él por la hebilla del cinturón— ahora quiero que hagas otra cosa por mí.
-¿Dos favores en un día?, ¡pero que estoy diciendo!… ¿dos favores en una mañana?
-¿Es posible? —dijo Blaine poniendo cara de cachorro San Bernardo
-Si me miras así todo es posible —contesto Kurt dándole un toque en la corbata de moño— dime… —agrego guardando el teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.
-¿Me acompañas a decirle a todos?, creo que están en el salón de ensayos y estoy tan feliz… ¡tan feliz! que podría entrar en la oficina de la Directora Sue y utliizar el micrófono de los anuncios para hacerlo
-Por supuesto… ¡obvio que si!... además te confirmo que están allí, de acuerdo con Rachel Mister Schue les pidió que embalaran los trofeos, no quiere que pase lo que sucedió cuando perdieron las regionales y Sue y las Cheerios comenzaron a llevarse todo.
-¡Genial!... ¡te juro y podría salir corriendo en este instante!
-¡Pues hagámoslo!
-¿Cómo? —pregunto Blaine con su carta en la mano.
-Corramos… creo que esta escuela le hace falta un poco de movimiento —explico Kurt moviendo sus palmas abiertas como si describiera una situación particularmente agitada.
-Pero está prohibido correr por los pasillos, en especial en las horas de receso —dijo Blaine mirándolo de medio lado.
-¿Y eso es algo que te importa?, ¿faltando menos de una semana para salir de aquí?
Blaine sonrió y le tomo la mano besándole el dedo del anillo y partió con el corriendo por los pasillos de Mckinley, sin importarle la prohibición a la que había hecho referencia ni de cómo los miraban todos por actuar de manera tan frenética.
-“Désolé, fiances en mouvement!” —exclamo Kurt al pasar a llevar a unos cuantos estudiantes en su recorrido hacia el salón de ensayos.
Ambos se frenaron al llegar a  la puerta del salón y allí vieron que Sam, Rachel, Artie y Tina se encontraban efectivamente embalando  los trofeos.
-¡Chicos quizás querrán estar sentados para esto!... ¡tengo grandes noticas! —exclamo Blaine gesticulando con sus carta en la mano.
-¡Se casaron y adoptaron dos bebés rusos! ¡SI! —dijo Sam de corrido.
Ambos lo miraron como creyendo que aquellas palabras no habían sido pronunciadas.
-¡Blaine entro en NYADA!
-¡He entrado en NYADA! —exclamo Blaine de lo más feliz.
-¡Oh por Dios! —dijo Rachel corriendo a abrazarlo— ¡Lo sabia!
-¡FELICITACIONES! —exclamo Tina haciendo lo mismo.
-¡Enhorabuena! —añadió Artie dando unos palmetazos en la espalda de Blaine.
-¡Por Dios!... ¡chicos!... ¿saben lo que esto significa? ¡todos nosotros iremos a New York juntos! —dijo Tina con una voz más aguda de lo normal.
Sam pego un grito de júbilo y se dio una vuelta completa de puro contento, pasando a llevar con ello a su amiga, quien cayó medio inconsciente al suelo.
-¡Tina! —exclamo Sam al verla caer. Kurt se llevo las manos  a la boca sorprendido y Blaine se agacho para chequear sus signos vitales.
-Lo que faltaba, un muerto en el salón de coros—dijo Santana entrando como si nada— ¿por favor díganme que es Rachel que se fue de punta por el peso de su nariz enorme?
-No Santana es Tina, Sam le pego con uno de los trofeos y se aturdió —explico Artie moviéndose en su silla. Rachel la miro sin responder palabra.
-¡Ah!... que lamentable —agrego la chica pasando por encima de la desmayada de manera casi displicente— pero creo que Tina se lo busca —añadió observándola— siempre se está poniendo en los lugares que no debe, ¿verdad Anderson? —dijo mirando a  Blaine. Este la miro medio descolocado y no supo que responder— en fin, estoy buscando a Britt, ¿alguien la ha visto?
Todos negaron de diferentes formas.
-Ok… gracias por nada… ¡ah!, “Lady Hummel”, Mercedes te estaba buscando, algo sobre una canción y el auditórium o ambos, la verdad es que no me acuerdo, sera porque interesa.
-Gracias Santana, si la vuelves a ver dile que estoy aquí por favor.
-¿Quien crees que soy?, ¿Tu asistente o algo? —dijo Santana saliendo del salón.
-Gracias Santana —repitió Kurt poniendo caras.
-¡Tina!... despierta…—insistió Sam dándole golpecitos en la cara—¿Por qué siempre estás en los lugares equivocados?
-A ver… —dijo Rachel apartando a Blaine y sentándose en el suelo— levántale un poco las piernas, yo acomodare su cabeza en las mías.
-¿No le veré todo si le levanto la falda? —quiso saber Sam como con reticencia— mejor hazlo tu Blaine que si ves algo no importara.
-Gracias Sam, pero no le levantaras la falda, sino las piernas —explico este haciendo el movimiento respectivo.
-Tal vez deberían hacerla oler algo fuerte… como el perfume de Santana o algo —sugirió Kurt jugando con el botón del cuello de su camisa y mirando a Tina como si no le importara si quedaba allí tirada para siempre.
-Sóbenle los brazos, así circulara su sangre —añadió Artie acercándose a la desmayada.
-Creo que está reaccionando —dijo Rachel mientras le acariciaba el pelo.
-¡Por Dios Tina!... ¡lo siento tanto!... ¿estás bien? —pregunto Sam al verla despertar.
-Si… si… estoy genial —respondió tocándose al cabeza— chicos ¡New York será increíble! —añadió sonriendo.
-Por ahora concéntrate en levantarte —dijo Sam ayudándola de una mano.
-¡Que cosa tan genial! —insistió como si hubiese tenido una visión de su futuro a todo color y en HD.
-Muy bien… ya que Tina está en perfectas condiciones… ¡vamos a celebrar! —exclamo Kurt dando pequeños aplausos.
-¡Sí! —dijo Rachel repitiendo el gesto de su amigo.
-¿Pero dónde? —pregunto Artie que observaba a Tina que ponía diferentes caras y abría y cerraba su boca como si necesitara chequear el perfecto funcionamiento de sus mandíbulas.
-Amigos… no teman… podemos celebrar aquí mismo —dijo Sam dirigiéndose  a los estantes del salón.
Todos lo observaron sin saber que tramaba mientras Tina se sobaba la cabeza a la altura de la nuca.
-¡Sam!... ¿desde cuándo que tienes guardado eso? —pregunto Blaine acercándose a su amigo que se aproximaba  a ellos con unos cuantos vasos rojos desechables y una botella de vino espumante.
-Pues los vasos desde que volví  a Mckinley pero esta botella se la robe a April… ¡tenía muchas! —añadió como defendiéndose ante la mirada inquisidora de Rachel.
-¡Excelente! —dijo Tina comenzando a repartir los vasos.
-Muy bien… —añadió Sam descorchando la botella. Todos hicieron un gesto de asombro cuando un poco del líquido salió por la presión de las burbujas.
-Gracias… —dijo Rachel al ver llenar  su vaso. Artie y Tina hicieron lo mismo cuando llego su turno. Blaine tomo el vaso de Kurt y lo hizo llenar por su amigo, se lo entrego con una sonrisa y este lo recibió esbozando otra meuca de mayor alegría.
-¿Todos tienen? —quiso saber Sam sirviendo el de Blaine y el de el mismo— Entonces… unas palabras… Blaine… felicitaciones —dijo alzando su vaso. Todos hicieron un circulo y alzaron sus vasos hacia el centro esperando por un discurso de mayor envergadura.
-¿Eso?... ¿eso es todo lo que dirás? —pregunto Blaine arrugando el entrecejo.
-¿Por qué? —dijo devuelta como si ya todo estuviese dicho.
-Yo seguiré —añadió Rachel haciendo un gesto con su mano— Blaine, esto es por ti, te felicito y deseo todo el éxito del mundo, que en un día muy cercano puedas comenzar a triunfar como yo lo estoy haciendo —agrego sonriendo— ¡Salud!
-¡Salud! — dijeron todos bebiendo.
Kurt hizo un gesto como de acido y miro a Blaine que sacaba su lengua como si lo que bebían fuera algo asqueroso. Rachel arrugo la nariz y Artie frunció su boca dejando el vaso a un costado de su silla
-Esto sabe peor que el golpe que me di —dijo Tina restregándose la nariz.
-A mi me gusto —aseguro Sam bebiéndose el resto de su vaso de un solo trago.
-Espero y nuestra celebración privada sea mejor que esto —murmuro Blaine cerca del oído de Kurt.
-Apuesta tus mejores partes a que los será —respondió dejando su vaso sobre el piano.
-¿De qué me perdí? —quiso saber Mercedes entrando en el salón.
-¡Mercedes!... —exclamo Sam tragando— ¡Blaine entro en NYADA! —dijo apuntándolo como si fuera un perro en exhibición.
-¿Qué?, ¿estás hablando enserio? —pregunto la chica abriendo sus brazos para felicitar a Blaine.
-Eso… otro más que se va a New York —dijo Art cruzando las manos sobre su regazo.
-¡Que alegría! —dijo abrazándolo.
-Gracias —respondió Blaine haciendo lo mismo.
-¿Quieres un trago?... estábamos brindando —pregunto Sam oliendo un par de vasos por si quedaba uno limpio donde servirle a la recién llegada.
-No Gracias, generalmente no bebo antes de cantar…
-¿Cantar? —pregunto Rachel como si la única capaz de hacer eso fuese ella.
-Así es... y tu tampoco deberías —dijo Mercedes tomando a Kurt del brazo.
-No lo he hecho no te preocupes —respondió este sacudiéndose las manos como si con ello demostrara inocencia
-¿Qué traman ustedes? —pregunto Tina con sus manos en la cintura.
-Nada… bueno, es solo que queremos que todos estén en el auditórium en 5 minutos, con Kurt preparamos algo, entre despedida y bienvenida.
-Creo  que ambas cosas no son compatibles —dijo Artie moviéndose en su silla hacia la salida.
-Por cierto que lo son, despedida del “Club Glee” y bienvenida a las nuevas posibilidades —explico Kurt mirando a Rachel— ¿nos vemos entonces?
-¡Cinco minutos! —exclamo Mercedes saliendo del brazo de Kurt, este le guiño un ojo a su prometido y salió junto a su amiga camino al auditórium.

-¡No espíes!... —dijo Kurt guiando a Blaine por el pasillo y luego por  la cocina de la casa de su Papá. Le había puesto uno de sus pañuelos en los ojos y gentilmente lo traía tomado de ambas manos desde el momento en que había cruzado el umbral de su puerta.
-¡No lo hago!, y deberías saber que cada vez que haces esto, yo sigo tus reglas y no espío nada —advirtió Blaine que no paraba de acariciarle las manos con sus pulgares desde el minuto en que las había sentido tomar las suyas.
-Muy bien…—añadió Kurt haciendo que siguiera avanzando— cuidado que hay dos escalones —advirtio anunciando la bajada que daba al patio trasero.
-Ok… ¿dónde me llevas? —quiso saber Blaine tanteando cada escalón con uno de sus pies antes de dar el siguiente paso.
-No te lo diré… ¡Y no espíes!, mejor cuéntame porque tu Mamá me llamo para advertirme que era imposible que yo me perdiera tu graduación y que lo pensara dos veces si quería irme antes, cuidado —agrego apartando unas ramas del enorme Roble que había en el centro del patio.
-¿Mi Mamá te dijo eso? —pegunto Blaine deteniéndose en seco como impactado, al tiempo que se bajaba el pañuelo que le cubría los ojos para mirar a Kurt a la cara.
-¿Qué te dije sobre espiar? —pregunto este devuelta con sus manos en la caderas.
-Lo siento… pero… ¿es verdad eso que dijiste?
-Si… hable con ella ayer y me dijo todo eso que te acabo de preguntar, además de querer saber otras cosas, que no te diré  porque son una sorpresa.
-Kurt… lo siento, yo no le dije que te llamara ni nada.
-Lo sé… ¡mira como te complicas!... no hay nada de qué preocuparse.
-¿Seguro?, mira que se como es mi Madre.
-Muy seguro, ahora vuelve a ponerte el pañuelo.
-¿Estamos en el patio? —pregunto antes de perder la visión de nuevo.
-Así es… —respondió Kurt haciéndole  avanzar otros cuantos pasos. Blaine conto unos 8 y pudo distinguir cuando dejo de pisar en el concreto y comenzó a hacerlo sobre  la grama— ¿me vas  a responder?
-La verdad es que me siento un tanto incomodo hablándote con la vista vendada.
-Pues yo me siento de lo mas bien, pienso que te tengo a mi merced y puedo hacerte cosas bastante traviesas —respondió Kurt poniéndose medio colorado a pesar que su prometido no podía verlo.
-¿En serio? —dijo Blaine sonriendo.
-Así es, pero no te las hare, es otro el motivo que nos convoca en esta exquisita tarde de primavera —agrego Kurt deteniéndose en un punto del patio— ahora… —añadió dándole tres vueltas en el puesto.
-¡Kurt!...
-¿Qué?... —dijo quitándole la venda.
-Confieso y me maree un poco —advirtió Blaine tomándose el comienzo de la nariz y quedándose inmóvil por unos segundos.
-¿Ya estás bien?, ¿no me vomitaras encima verdad?—pregunto Kurt apartándose un poco.
-No… no te preocupes —dijo carraspeando.
-Muy bien… mira, esto no serán las cientos de flores que Britt le llevo a Santana al salón de coros… pero… —dijo enseñándole la cena para dos que había organizado bajo el árbol, junto con decenas de pequeñas velas que iluminaban todo de la más maravillosa de las maneras.
-¡Kurt!... ¡qué bonito! —dijo olvidándose del mareo.
-¿Te gusto? —pregunto entrelazando sus manos como si esperara emocionado la respuesta de algo.
-¡Esta perfecto!… gracias —respondió dándole un beso.
-Muy bien… y es lo menos que mereces luego de lo que paso, “Señor estudiante de NYADA”, lo único que debo confesar con respecto a esto es que no tuve tiempo de cocinar, pero nuestro fiel “Breadstix” es el patrocinador oficial de esta cena de celebración doble.
-¿Doble?... espera antes que me contestes —dijo Blaine haciendo el gesto de alto con una de sus manos— ¿las flores que había en el salón de coros las puso Britt?, ¿fue algún experimento o algo? —quiso saber Blaine sentándose sobre la manta y pellizcando dos uvas del plato de fruta.
-Exactamente, pero no fue por un experimento —respondió Kurt sentándose también y disponiéndose  a  servir un par de copas— lo hizo para volver con Santana.
-¿De verdad?
-Así es, cosa, que no me incumbe, pero desearía que Santana fuera más honesta con la novia que dejo en New York esperándola.
-¿Cómo tu cuando estuviste conmigo y estabas con el “Alan” ese? —dijo Blaine empequeñeciendo sus ojos.
-¿Vuelves a llamarlo “Alan”?, ¿no habías  madurado al respecto?
-No… —contesto Blaine alargando al “o” y comiendo más uvas.
-Te amo… —dijo Kurt sonriendo— en fin… el asunto es que no hay comparación con las dos cosas, lo mío y aquel sujeto no fue nada serio, en cambio lo de ella con Danni sí que lo es.
-Tal vez hablo con ella y no lo sabemos —advirtió Blaine incorporándose un resto para terminar  sentando con las piernas cruzadas.
-Tal vez… solo espero que las cosas no acaben mal y no termine siendo yo el perjudicado como siempre.
-¿Por qué habrías de ser tu el perjudicado? —pregunto Blaine tratando de ver que había en un plato bajo un paño de cocina a un lado de la fruta.
-¿Como que “por que”?... —respondió Kurt tomando el plato cubierto por el mantel  para apartarlo de la curiosidad de su prometido— ¿Qué tal si Danni termina abandonando “One Tree Hill”?, mi banda que se convirtió en un trío, terminaría siendo un dueto entre yo y “Stachild”
-Eso sí que sería genial —murmuro Blaine desviando su mirada a una de las tantas velas que los rodeaban
-¿Cómo?
-Qué cualquier cosa que hagas será genial, además si necesitas a un reemplazo en tu “trío” yo puedo unirme sin problemas.
-¿En serio?
-Claro, estaremos viviendo en la misma ciudad, estudiando en la misma universidad, lo único que nos faltaría es tener una actividad extracurricular juntos… ¿Qué? —pregunto Blaine al ver que Kurt ponía cara de quien espera en una fila con un bebé gritando al lado.
-¿No crees que nos aburriríamos haciendo todo juntos?
-Pues yo no me aburro de ti…
-Si claro, estoy bastante seguro que te hartarías de verme tanto a los tres días —aseguro Kurt mirando a Blaine que ponía la cara de quien dice “Sabes de sobra que eso no es verdad”— de todos modos,  ¿por qué hablamos de cosas que no han sucedido aun?, mejor concentrémonos en celebrar.
-¡Muy bien dicho!, ahora dime porque esta será una celebración doble… gracias —dijo al recibir su copa con jugo.
-Pues vera Señor Anderson, y puedo llegar a entender su despiste por todo el ajetreo del viaje a Los Angeles… cuyas fotos a propósito aun no veo —sentencio Kurt poniendo la voz de un profesor de física.
-Te dije ese día en el centro comercial que hubo un problema, las retirare mañana cuando vaya a comprarme ropa.
-¿Perdón? —dijo Kurt irguiéndose como si tuviera el cuello dos veces más largo de lo que realmente lo tenía.
-¿Qué?...
-¿Cómo que “Iras”?... ¿iras solo?
-Bueno… no, iré con Tina y Sam, ambos también se compraran ropa, por lo que hicimos un grupo, creo que Artie también quería integrarse, pero al parecer, Kitty le dijo que ella lo acompañaría, aunque la  verdad no lo  sé —explico Blaine comenzando a reír.
-¿Y porque no vas conmigo?
-¿Querrías ir conmigo?
-¿Qué si querría?... ¡Son Compras!... ¡es el centro comercial!,  querría ir hasta a contar los estacionamientos.
-¿No estarás ocupado?
-¿Con que?
-No lo sé… ayer no pudimos vernos porque estuviste en la casa de Rachel… y bueno pensé que…
-Eso fue porque Rachel esta cada vez más loca y tuvo una especie de crisis de esquizofrenia al escuchar de la propia boca de Santana que no se cansaría hasta conseguir ella el principal en el musical —interrumpió Kurt gesticulando con su copa en la mano.
-Eso fue rudo… ¿está bien?
-Si… le subí un poco el ego alabándola, por lo tanto asumo y se tranquilizo… ¡y no me desvíes el tema!… ¿te puede acompañar?, ¿puedo unirme  a tu súper grupo de las compras?
-Ok… puedes unirte, además creo y será bueno porque así aconsejaras a todos.
-¿Qué te vas a comprar? —pregunto Kurt poniendo una tabla de quesos en medio de ambos, se estiro un poco y saco una hogaza pequeña de pan, la que  también ubico en el mismo sitio sobre un plato y junto a un cuchillo, termino por sacar un par de servilletas de la cesta y le entrego una Blaine y se quedo con una para sí.
-Pues no lo sé, un traje supongo.
-¿Supones?, ¡es tu graduación!, debes lucir a tono con la ocasión y conmigo.
-¿Contigo?
-Obviamente… ¿qué crees?,  ¿que vine para la nostalgia y no me quedare para el día más importante del hombre de mi vida?
-Oh… —exclamo Blaine como desinflándose— gracias Kurt…
-Por nada, y llegare temprano porque me asegurare los mejores asientos, quiero abrazarte cuando te mencionen, lanzarte besos cuando digas tu discurso y aplaudirte cuando te entreguen tu diploma…
-Ok…—dijo Blaine sonriendo complacido al tiempo que sacaba un trozo de queso.
-¿Puedo preguntar algo?                                                                  
-Siempre…
-¿Por qué tu Mamá creía que no asistiría a tu graduación?
-Kurt, mi Mamá está loca, ya te lo he dicho cientos de veces… no le hagas caso, enserio —dijo Blaine medio complicado.
-¿Tu le dijiste algo?
-No le dije que te llamara, eso de seguro.
-Obvio que no, pero…—insistió limpiándose con la servilleta— ¿le dijiste algo sobre que yo no asistiría?
-Bueno… veras… no quiero que pienses que te estoy reprochando algo, pero me sentí un poco mal de que no me acompañaras a LA, ¡pero se! —se adelanto en decir— sé que no podías por todo lo que tenias que hacer, y cuando hablábamos de eso, le dije que pensaba que tal vez no vendrías a mi graduación, pero eso fue antes que llegaras de sorpresa y antes que me enseñaras a ver con otros ojos uno de los canales “Discovery” —termino por decir tragándose el trozo de queso entero.
-¿Por qué no dijiste nada?
-¿Sobre qué? —pregunto medio ahogado.
-Sobre como te sentías, sobre que te había molestado el hecho que yo no asistiría a tu presentación en Las Nacionales.
-Porque… —respondió tragando— me prometí a mi mismo que no haría, ni diría nada que arruinara lo nuestro, de ninguna forma.
-¿Y eso incluye ser honesto?
-Extremadamente honesto… si… —respondió Blaine casi poniendo su alma junto al plato con quesos.
-Ok, te entiendo… pero no lo vuelvas a hacer, creo merecer saber cómo te sientes y lo que necesitas… ¿de acuerdo?
-De acuerdo…
-Bien… pero no estamos aquí para esto, ni para ponernos tristes y melancólicos sino para nuestra celebración doble —sentencio Kurt manipulando su teléfono y poniendo el “playlist” que había seleccionado para la cita.
-Verdad, quedaste en que entendías mi despiste por el ajetreo del viaje a Los Angeles, así es que asumo que es algo que olvide.
-¡Por cierto que si!, pues bien, esta celebración es doble, porque además de celebrar tu gran logro, hay algo que debimos conmemorar hace unos días… algo que sucedió a mediados de marzo, hace dos años…
-Nuestro primer beso…—dijo Blaine soltando una risa entre culposa y avergonzada por haber olvidado aquel gran hito en su relación.
-Exacto, pero como te dije, se que estuviste súper concentrado en la competencia, por lo tanto no te castigare con días de abstinencia como lo tenía planeado…
-¿Debo agradecer eso?
-¡Obvio que si!... —exclamo poniendo caras— pero el asunto es que yo si lo recordé así es que este brindis —dijo sacando una botella de vino— será sin jugo —añadió entregándole la botella a Blaine para que descorchara.
-¿De dónde sacaste este vino?, ¿también era de April? —pregunto Blaine medio incorporándose para alcanzar el sacacorchos
-No es de la bodega Hummel.
-Aun no tenemos la edad, deberías saberlo.
-Pues a mi me falta menos para cumplirla —aseguro Kurt sacando otras dos copas mas grandes especiales para vino.
Blaine descorcho la botella y sirvió ambas copas, se movió un poco sobre la manta para acercarse más Kurt y lo miro un instante a los ojos pensando que era imposible que él hubiera olvidado aquella fecha de su historia, pensó en decirle que si lo había recordado pero estando separados todo resultaba más difícil, y mencionarlo en medio de una conversación telefónica o de “Skype” no era de su gusto y reclamarle aquello era recurrir a la “extrema honestidad” que creía y era algo malo.
-¿Brindamos entonces? —dijo chocando su copa con la de él
-Por ese día, en que cambio todo —añadió Kurt sonriendo.
-Y en el cual nunca estuve más nervioso en toda mi vida —confeso Blaine sonriendo también.
-¿Perdón?, ¿acabas de decir “nervioso”?
-Si… ¿no me crees? —pregunto bebiendo.
-¡Obvio que no!—exclamo escupiendo un poco de vino por el vigor con que rebatió la confesión de su futuro esposo.
-Kurt, estuve parado frente al salón en donde te encontrabas por 10 minutos sin atreverme  a entrar, juro y pude verte poner cada uno de los adornos en el féretro de Pavarotti—aseguro Blaine haciendo con sus manos como si hiciera el trabajo delicado que Kurt había hecho en aquel entonces.
-¿Estás hablando enserio?
-Muy enserio, creo incluso que me deshidrate un poco por los nervios —explico dejando la copa a un lado para recostarse en el regazo de su prometido.
-¿Cómo puede ser eso posible?, ¿no te habías visto al espejo últimamente?, con tu apariencia y talento podrías haber tenido a quién quisieras… ¡yo sin ir más lejos te habría saltado encima luego que cantaste “Teenage Dream”! —contesto Kurt estirando sus piernas para que Blaine terminara de acomodarse.
-Bueno, eso ultimo hubiera sido un tanto inapropiado con toda la gente que había en el salón aquel día —dijo Blaine esbozando la sonrisa que Kurt adoraba.
-Pero lo habría hecho créeme, si en aquel tiempo hubiese sido más osado y no un romántico empedernido claro.
-Cosa que adoro —aseguro Blaine irguiéndose para darle un pequeño beso, que convirtió en uno extra largo como siempre.
-¿Y besando así  quieres que te crea que estabas nervioso?
-Lo estaba, había descubierto que eras increíble, bueno eso lo descubrí en  cuanto te conocí, pero a lo que me refiero es que había descubierto que eras lo que necesitaba y no podía pasar ni un minuto más sin que tu lo supieses, por lo que permitirme cometer ningún error, como tratar de besarte o algo era algo que me ponía el doble de nervioso
-¿Pensabas en besarme desde que entraste al salón?
-Desde que dije “¿Qué es eso?”
-Gracias por contarme esto Blaine —dijo Kurt acariciándole la cabeza.
-Gracias por besarme de vuelta aquel día Kurt —señalo Blaine volviendo a besarlo— ¿tu Papá no… llegara? ¿o si?… —pregunto en un susurro tan cálido que Kurt sintió que era lo más sexy del mundo entero.
-Te dije que haría unas llamadas… —respondió soltando un suspiro lleno de ganas.
-Ok… —dijo Blaine tomándole la cara y besándolo con el ímpetu del primer día, se incorporo un poco hacia adelante y Kurt hizo lo contrario para terminar acostado entre la manta y la grama. Blaine se movió sobre sus rodillas y estiro su cuerpo acomodándolo sobre el de su prometido. Este se dejo besar y recorrer entero por las manos expertas de Blaine, como si nada mas importara y como si cada centímetro de cuerpo le perteneciera a aquellas manos desde aquel día en Dalton, desde el día que lo escucho cantar “Teenage Dream”.

-¡Cariño, mira quien está aquí! —exclamo la Señora Anderson abriendo la puerta de su casa, vestida con una bata como de salón de belleza y un par de pinzas en el flequillo.
-Hola Señora Anderson —dijo Kurt desde la puerta.
-Pero pasa… pasa por favor —añadió apartándose hacia un lado y dejando entrar al futuro esposo de su hijo.
-Gracias… ¿Cómo esta?
-¡UY!... ¡hecha un atado de nervios!, te juro que no recordaba sentirme así de nerviosa cuando fui a la graduación de Cooper, que a propósito, no se lo digas a Blaine pero mi hijo mayor me dijo anoche que hará todos los esfuerzos para estar esta tarde en la graduación de su hermano, pero esta tan ocupado que tal vez no pueda,  ya sabes … la fama —explico al Mamá de Blaine tomando a Kurt por los hombros y guiándolo a la sala— ¡Cariño!... ¡Kurt está aquí! —insistió apuntándolo.
-¡Kurt!... ¡hola!,  lo siento, no escuche… ¿Cómo estas? —pregunto el Señor Anderson levantándose de la silla desde donde miraba televisión.
-Bien y Usted…
-Bien… esperando no salir atrasado… ¿verdad querida? —respondió el Señor Anderson mirando a su esposa que parecía y el faltaban un par de horas para estar lista.
-¡AY!... ¡Hombres!... ¿verdad Kurt?
-Verdad… ¿Blaine est…?
-¿No le has dicho nada sobre la fiesta?, ¿verdad?
-No, no le he dicho nada.
-¿Pero a tus amigos si?… —dijo la Señora Anderson levantando una ceja.
-A todos, aun no me confirman en su totalidad pero la mantendré informada.
-¿Les dijiste que invitaran a sus respectivos Padres?
-También se los dije, ¿Blaine esta en…?
-Muy bien… ¡ay me encanta organizar cosas! —interrumpió la Mamá de Blaine aplaudiendo emocionada por la cosa que estaba organizando.
-Y a mi… ¿Blaine está en su habitación? —pregunto por fin,  apuntando hacia las escaleras
-¡Claro que sí!… disculpa cariño, te estaba monopolizando como siempre… Blaine está en su habitación, aunque creo que está un poco abrumado por su atuendo, nos sabe si es correcto que en el día mas importante de su vida escolar, dejar de lado la corbata de moño y usar una tradicional, tal vez tu lo puedes ayudar
.Hare lo mejor posible… —respondió Kurt subiendo hacia la habitación de su prometido.
-¡Te ves estupendo cariño! —exclamo al señora Anderson haciendo un gesto positivo con sus pulgares.
-Gracias… —respondió Kurt sonriendo complacido mientras se acomodaba el traje y la corbata que vestía.
Una vez que llego a la habitación de su prometido, Kurt abrió la puerta con sigilo como si este estuviese durmiendo, se quedo en la puerta y lo observo mirarse y cambiar corbatas de diferente tipo frente al espejo del baño ponía caras, crispaba la nariz y se alejaba un poco como indeciso de cual se veía mejor.
-¿Puedo ayudar en algo? —pregunto Kurt entrando del todo.
-¡Kurt!... hola… —contesto Blaine saliendo del baño con el manojo de corbatas en la mano. Vestía un pantalón oscuro y una camisa blanca que no terminaba de abotonar y estaba peinado de manera pulcra y correcta—te ves muy guapo…
-Gracias… ¿Aun no estás listo? —pregunto acercándosele
-Bueno, tengo un problema de indecisión… pero ya estoy bien ahora —respondió dándole un beso.
-Tal vez…—dijo Kurt tomando todas las corbatas y poniéndolas sobre la cama— yo puedo ayudarte a resolverlo —añadió mirando cada accesorio para luego fijar la mirada en su prometido, de las 10 selecciono 5 y luego 3 y se llevo a Blaine devuelta al baño.
-Te advierto que no tenemos tiempo de compartir la bañera.
-Lo sé… solo quiero que veas como tevés con cada una —dijo Kurt anudando la primera corbata que había elegido, era de moño y tenia líneas en tonos azulados— ¿Qué opinas?
-Me gusta, pero creo que no me combinara con la toga y el birrete —opino ajustándola de todos modos.
-Tienes razón —contesto Kurt desanudándola y poniéndole la segunda, también era de moño pero esta vez en tonos grises— ¿Qué hay de esta? —añadió volteándolo por los hombros para que se mirara en el espejo
-Esta me agrada —dijo Blaine acercándose y alejándose del espejo como si quisiera tener una mirada de sí mismo en diferentes ángulos— ¿a ti no te gusta?
-Me gusta… —dijo Kurt tomándose el mentón— pero creo que no… si tan solo tuvieras la indumentaria de graduación aquí podrías probarte todo.
-Si quieres puedo bajar a buscarla, aunque mi Mamá la ha planchado tanto que tal vez no quede nada de ella.
-Está orgullosa, déjala… —aseguro Kurt quitándole la segunda opción y anudando a cambio una corbata en patrón “tartan” de color gris con líneas violáceas y rojas— ¡de esto es lo que estaba hablando! —agrego feliz como si hubiera encontrado algo que buscaba hace mucho— ¡es la indicada!, te ves guapo, casi irresistible—añadió mordiéndose  el  labio.
--¡Wow!... tienes razón, además medio combina con tu propia corbata —dijo Blaine ajustándosela al cuello y estirándola sobre la camisa— ¡gracias futuro esposo!.
-De nada, ¿esta es la chaqueta que compramos?
-La misma —corroboro Blaine mientras se aplicaba perfume.
-¿Te irás vestido o se pondrán la toga en la escuela? —quiso saber inspeccionando la pieza de ropa para estuviera totalmente inmaculada.
-Me iré vestido —respondió mas bien dudando un poco, como si no recordara en que habían quedado con sus amigos los “Seniors”
-¿Llevo tu chaqueta yo entonces?, así cuando acabe la ceremonia te la entrego
-Que eficiente… te amo… —dijo Blaine  poniéndose su reloj— ¿Qué haremos después?
-¿Después de que?
-De la ceremonia… ¡obvio!…
-Pues no lo se… ¿tienes algún plan? —pregunto Kurt disimulando que él y su  futura suegra ya tenían todo un plan desarrollado.
-No, pero podríamos ir a cenar o algo, tal vez con nuestros amigos, después de todo luego de hoy, creo que todos retomaran el ritmo de sus vidas y los dejaremos de ver.
-Así será… pero vamos concentrémonos en esto ahora, después  de que acabe la ceremonia pensamos que hacer. ¿Qué te parece? —dijo abriendo la puerta de la habitación presto salir.
-Como quieras… —dijo Blaine sonriendo y saliendo tras de él.







Enero de 2025



-¿Por qué todos tuvieron el mismo plan?... ¡Estamos en New York, tómense un taxi! —grito desde dentro del auto mientras se dirigía con Blaine y sus hijos  a la prueba a la que someterían a Lizzie— ¿Qué le pasa a la gente? —pregunto mirando a su esposo.
-No lo se, pero nosotros también vivimos en New York y vamos sobre un auto.
-¡Pero lo de nosotros es diferente!
-¿Por que? —pregunto Blaine soltando una risa.
-Porque somos extra famosos, porque viajamos con dos preciosas criaturas que no pueden montarse en un taxi y porque por más que el alcalde se empeñe en cambiarlo los taxis son en su mayoría  malolientes y con los asientos duros como un palo.
Henry soltó una risa enorme al escuchar a su Papá quejarse del transporte público de su ciudad natal.
-¿Qué te parece tan divertido cariño? —pregunto Kurt mirándolo por el espejo retrovisor
-Dijiste criaturas… —respondió riendo con más ganas.
Kurt miro a Blaine y este no pudo evitar sonreír  también a  escuchar el dulce sonido de la risa de su hijo, además de pensar por que la palabra “criaturas” le provocaba tal alegría.
-¿Tu estas bien hija? —pregunto Kurt mirando a Lizzie esta vez,  que tenia a “Rita” en sus brazos y aun no se quitaba el gorro como de aviador que había encontrado el día anterior.
-“Men”… —respondió bostezando
-Muerta de sueño, eso de seguro —murmuro para si.
-¿Por qué no iré hoy a la escuela? —pregunto Henry soltando un poco su bufanda.
-Porque teníamos que venir a estas pruebas con tu hermanita, pero no te preocupes el Papá hablo con tu maestra, no habrá ningún problema —explico Blaine volteándose un poco para responderle a su hijo.
-Ah… ¡qué alivio! —respondió Henry pasando su mano por la frente, como si quisiera demostrar real alivio a una situación  particularmente difícil.
-Claro que si… —añadió Blaine comenzando a revisar su teléfono.
-Te juro y creo que hay más gente que en la hora de mas trafico… —insistió Kurt haciendo una maniobra de adelantamiento.
-Tenemos tiempo, no te preocupes.
-Lo sé, pero me gustaría  llegar antes para hablar con esa profesora, ¿Cómo se llamaba?
-Caroline Donnelly y es la mejor Psicopedagoga que existe en la ciudad… ¿de qué me perdí Kurt Hummel?
-¿Cómo?
-Tengo más de 250.000 “likes” en una foto que ni siquiera recuerdo haber publicado —dijo Blaine enseñándole su teléfono
-No sé de que estás hablando… —respondió Kurt alzando una ceja y concentrándose en lo que le decía el “GPS”.
-Creo que sabes perfectamente… ¿esta foto la tomaste anoche? —quiso saber Blaine mirando la imagen de él y su hijo durmiendo.
-¡Ay esta bien!... —exclamo alzando sus brazos y dejando desatendido el volante por unos cuantos segundos— la tome anoche, pero solo lo hice porque te veías tan hermoso durmiendo con Henry, que sentí que, a pesar que odio a tus fans,  todas debían ver ese lado tuyo y como la carita de nuestro hijo no se distinguía, decidí publicarla en tu nombre… ¿cuantos “Likes” dices que tiene? —agrego Kurt sonriendo medio orgulloso de la decisión que había tomado.
-Mas de 200 mil… lo que resulta un tanto escalofriante.
-¿Por qué?
-Porque si… imagina tanta gente mirando una foto mía… es bien raro…
-Raro sería que con tu numero de ventas nadie viera la foto… ¿ese es el edificio? —dijo apuntando hacia uno grande que estaba casi al llegar a la intersección de la Washington ST. y la Morton St.
-95 Morton St… ese es —respondió Blaine sacando un papel con los datos desde su bolsillo.
-Perfecto… ¿podemos estacionar aquí o habrá que hacerlo en la acera de enfrente? —pregunto Kurt mirando a Blaine como si este fuese un oficial de transito
-Creo que en ambas se puede, hay autos en los dos lados.
-Entonces estacionemos al frente, no quiero que los niños tomen frio innecesario —dijo  haciendo lo que describiera— listo hermosa familia, podemos bajarnos— indico Kurt apagando el auto y quitándose el cinturón.
-“Rizzie” se durmió, ¿la despierto Papá?
-No cariño, no te preocupes, yo la bajare en brazos y tu espera que el “Papáblen” abra tu puerta… ¿de acuerdo?
-¡De acuerdo! —exclamo Henry haciendo el saludo de los militares.
Kurt sonrió y se bajo del auto, abrió la puerta trasera y desato el cinturón de la sillita de su hija, la tomo con cuidado y se la acomodo en el hombro, Lizzie hizo un ruido como de gato remolón y se recostó como para seguir durmiendo.
-Lizzie, bebé, ya llegamos, debes despertar cariño —le susurro Kurt al oído mientras le besaba la frente y las manitos.
Blaine se bajo a la par con su esposo y espero que ningún auto viniera por la “Morton ST” para abrir la puerta del lado de Henry, cuando aquello sucedió le tomo la mano para bajarlo con seguridad y se dirigió con él al portamaletas para sacar el bolso con las cosas de Lizzie, incluyendo una manta extra por si caía la nieve que habían anunciado en el noticiario.
-Caroline Donnelly… Caroline Donnelly… Caroline… ¡ah! acá esta —dijo encontrándola en la serie de nombres que había en una pantalla “touch” al entrada del edifico de oficinas de la “West Village”
-¿Qué piso es? —pregunto Blaine al tiempo que le arreglaba la bufanda a Henry.
-El 5… —respondió Kurt que seguía tratando de despertar a Lizzie.
La oficina de Caroline era grande y acogedora, tenía unos sillones para que esperaran los padres y algunos muebles diseñados para el porte de un niño, tenia además unos cuantos carteles en las paredes además de cuadros con paisajes ultra relajantes, Kurt pensó en todo el tiempo que le habría tomado ubicar todo aquello. Los cuatro se sentaron en uno de los grupos de asientos, Henry tomo un libro de los disponibles y se dispuso a leer al lado de Blaine. Lizzie, que ya había despertado seguía sintiéndose mas cómoda en los brazos de su Papá que en alguna de las sillitas hechas casi a su medida.
Blaine reía mirando los carteles, en especial el de una niñita que tenía una lata de gaseosa en la mano y un globo como de dialogo saliendo de su boca donde estaba escrito “Totatola” en vez de “Cocacola”, le hizo una seña a Kurt para que lo leyera ye este término riendo también.
-Buenos días… vaya que madrugadores —dijo la profesional apareciendo por una de las puertas.
-Buenos días —respondió Blaine levantándose y estrechándole la mano.
-¿Usted es…? —pregunto consultando su “Tablet” con las citas del día.
-Blaine Anderson-Hummel… él es mi esposo Kurt y ellos son nuestros hijos, Henry y Lizzie—explico Blaine apuntando a cada uno.
-¡Uy!, que familia tan numerosa —dijo Caroline saludando a todos— asumo y esa pequeñita tan sobrevestida es Lizzie Anderson Hummel —pregunto chequeando los datos de su primerísima paciente de aquel día.
-Así es… —contesto Kurt como enseñándosela. Lizzie sonrió y estiro su manito para saludar a la señora desconocida.
-Muy bien… ¿me acompañas preciosa? —pidió Caroline estirando su mano para que Lizzie se bajara de los brazos de su Papá y caminara con ella hasta la oficina y comenzar con las pruebas.
-Vamos cariño… —dijo Kurt haciendo el ademan de querer entrar con su hija.
-Disculpe, Señor Hummel, la prueba debo hacerla sola  con su hija, su presencia solo estorbaría en los resultados.
-¿Perdón? —dijo Kurt alzando una ceja y sintiendo que le decían que el estorbaba en la vida de su hija y no lo que realmente le habían dicho.
-¿Vamos Lizzie? —insistió la profesora agachándose para quedar a la altura de la pequeña.
Kurt bajo a su hija a regañadientes, le acomodo el sweater y el gorro y le dijo que todo estaría bien. Lizzie se restregó un ojo y Blaine la acerco a la profesora
-¡Pero que gorro más lindo!, ¿es tuyo?
-Mío… —contesto la pequeña dando un bostezo tan grande que Blaine pensó y se tragaría a la profesora y a un par de sillas de la oficina todo de una vez.
-Discúlpela, es que nos levantamos súper temprano —trato de explicar Blaine.
-No se preocupe Señor Anderson, todos tenemos sueño a esta hora, en especial yo que podría dormir una semana seguida y aun tendría sueño —dijo Caroline sonriendo.
-¿Me va poner una “inyepson”?
-¿Qué?.... ¡no!… ¡qué miedo! —exclamo la profesional comiéndose todas las uñas.
-Me gustan tus “lemtes” —dijo Lizzie apuntando las gafas que usaba la profesora. Eran de un color morado intenso y llamaban la atención aunque no hubieran sido diseñadas para ello.
-¿De verdad?, pues tengo muchos, uno para cada color de mi ropa, ¿Qué te parece? —respondió Caroline menando su cabeza  de un lado a otro, como si se luciese en una exposición de gafas.
Lizzie sonrió y Kurt sintió una especie de alivio al ver que su hija quedada en manos de alguien que al menos sabia de moda y como vestirse bien.
-Dile hasta pronto a los Papás —dijo la profesora haciendo la seña de adiós para que Lizzie la imitara, la pequeña hizo lo mismo y entro a la oficina de lo más campante donde la recibo otra profesional vestida con un delantal azul. Caroline se devolvió hacia donde estaban los padres de su pequeña paciente para explicarles lo que iba hacer y cuanto tiempo duraría la prueba.
-Bien, Señores Anderson-Hummel, la prueba a la que someteré a su hija se llama “Test de Articulación a la Repetición” es una prueba que permite evaluar el nivel fonético de los niños, pudiendo así detectar posibles dislalias o inconsistencia fonémica, como evaluar la memoria auditiva por ejemplo —explico Caroline mientras buscaba un lápiz en sus múltiples bolsillos. Kurt empequeñeció sus ojos y solo escucho lo de “Test”
-¿Cómo? —pregunto Blaine poniendo al misma cara de su esposo.
-¡A perdón!… a veces creo que estoy hablando con mis alumnos en uno de los salones de “Columbia”, es una prueba donde le hare repetir algunas palabras, completar frases, cosas súper simples, y que nos permitirá saber si su hija tiene “dislalia” es decir si cambia los fonemas por eso o por algo mas grave que puede ser un desorden del habla o algo neurológico.
-¿Neuro…logico? —repitió Kurt tragando saliva
-Si pero viendo lo lista que es dudo que sea eso… nadie había reparado en mis gafas, solo ella —respondió sonriendo —así es que me esperan por favor… ahí hay revistas y le pediré a mi asistente que encienda la máquina de café, permiso —añadió retirándose.
Kurt se tomo el cuello del sweater que vestía y se empino un poco por si veía  a Lizzie cuando Caroline entro a su oficina, giro sobre uno de sus pies y comenzó a pasearse por toda la oficina como si ya llevaran  8 horas esperando. Blaine por su parte volvió a su asiento al lado de su hijo y comenzó a mirar con él el libro que había tomado.
-Recién llevamos aquí 10  minutos, creo y deberías sentarte.
-Si Papá, te dolerán los pies.
-Estoy bien así cariño no te preocupes —dijo Kurt dando al tercera vuelta.
-Te estás muriendo porque no te dejaron entrar, ¿verdad? — añadió Blaine mirándolo de medio lado.
-No…  —respondió sentándose y tomando una revista.
-¡Claro que si!
-¡Claro que no!, es solo que odio las consultas medicas, es todo —contesto pasando pagina a la publicación sin mirarla siquiera— ¿te lo había dicho?
-No hoy día al menos.
-Pues escucha esto… Odio las consultas medicas —repitió tirando la revista hacia un lado.
-¡Papá!, ¡la revista va acá! —exclamo Henry apuntando el estante.
-Lo siento Cariño, estoy un poco nervioso —respondió Kurt corrigiendo su arrebato.
-Aun así… el orden es el orden —dijo Henry encogiendo sus hombros. Kurt no pudo evitar sonreír al escuchar de la boca de su hijo una frase que le era propia. Blaine hizo lo mismo y le tomo la mano a su esposo, le dio un beso y la puso sobre su pecho.
-Gracias… —murmuro mirándolo.
-Por nada… y tranquilízate, nada le pasara a nuestra princesa.
-Lo sé, pero me siento un poco mal, ayer le prometimos a nuestra hija que estaríamos con ella todo el tiempo… ¿que tal si se asusta o algo?
-No se asustara, viste que entro muy confiada, te dije que esta era la mejor profesional en su tipo en toda la ciudad, creo que se gano su confianza de inmediato
-Tal vez…—dijo Kurt sin dar su brazo a  torcer.
Todos esperaron casi una hora y media que las pruebas concluyeran, Henry hojeo casi todos los libros de la estantería mientras su Padres hablaban entre sí y con sus respectivos trabajos. Kurt se levanto unas cuatro veces y se acercaba  a la puerta por si escuchaba algo, luego comenzaron a llegar otros padres con sus respectivos hijos y problemas y ceso en su intento. Algunos reconocieron a Kurt y murmuraban aquello por lo bajo.
-Señores Anderson Hummel, pasen por favor —dijo la asistente de la Psicopedagoga desde la puerta de la oficina.
Blaine tomo a Henry de la mano y ambos siguieron a Kurt que se puso de pie como si se hubiera pinchado el trasero con algo.
-Muy bien… —dijo Caroline chequeando su teléfono— todo esta bien, le hice la prueba que les mencione y podemos descartar que el problema sea auditivo o del habla, por lo tanto es solo un trastorno del lenguaje.
-¡Ay gracias a Dios! —exclamo Kurt como con dramatismo.
-Si… —continuo la profesional mirándolo medio raro— por lo tanto lo que recomiendo es que hagamos un plan de trabajo conmigo y la fonoaudióloga que trabaja en esta misma oficina, es una excelente profesional y la recomiendo un 100%.
-¿Usted la conoce? —pregunto Blaine tomando a Lizzie en sus brazos.
-Por supuesto, yo podría tratar sola este desorden, pero siempre es bueno tener otra profesional de nuestro lado, así es que, mi asistente les dará las citas, y  ustedes solo deben venir —concluyo sonriendo.
-¿Hay algo que podamos hacer en la casa?, es decir estimularla de algún modo —pregunto Kurt que tenia a Henry abrazándolo por la cintura.
-Siempre es bueno que escuche a hablar a adultos, porque los niños aprenden todo  imitando, lo que si no les recomiendo es que la corrijan, para ella es bastante frustrante tratar de decir algo y no conseguirlo.
-Si, el otro día se puso un poco triste porque no pudo decir “Cocacola”, tal como el cartel que tiene allá afuera —conto Kurt apuntando a la salida.
-Claro… así es que mucha paciencia Padres, pero les aseguro que esto es totalmente corregible,  no se aflijan.
-Muchas gracias —dijo Blaine despidiéndose de un beso.
-Uy… Blaine Anderson besando mi mejilla… esto será algo que contare sin descanso —dijo Caroline que había disimulado hasta ese momento lo fan era de Blaine.
-Muy bien… —dijo Kurt cortando el entusiasmo de la mujer poniéndose entre ella y su esposo— ¿Quién nos dará las citas? —añadió poniendo caras.
-Ella… Allie, acompáñalos y da las citas correspondientes.
-Acompáñenme por favor —dijo la profesional del delantal.
-Adiós y muchas gracias —insistió Blaine.
-Adiós y muchas gracias —repitió Henry meneando su mano.
-“Ados y muchas gasas”—dijo Lizzie imitando a su hermano.
Kurt le hizo una seña con su cara como si hubiera perdido todos los créditos que había ganado con él al comienzo de la cita, solo por emocionarse de mas con un beso de su esposo.







-¿Mamá?... ¡Mamá!... nos vamos —dijo Blaine mientras bajaba la escalera.
-¿Qué cosa hijo?… ¡Ay pero que guapo te ves! —exclamo su Madre dando unos aplausos y emocionándose tal y como lo había hecho con todo lo que tenía que ver con la graduación de su  hijo desde hacía ya una semana— ¿cierto que se ve guapo mi hijo?
-Yo diría que irresistible —dijo Kurt poniéndose al lado de su futura suegra. Blaine sonrió ante aquel cumplido y le lanzo un beso lleno de amor.
-¡Debo tomar una foto! —señalo levantando sus brazos y yendo a la sala a por la cámara.
-¡Mamá!... ¿no deberías arreglarte?, ya es bastante tarde —señalo Blaine terminando de bajar y parándose en la salida presto a marcharse.
-Estaré lista en dos segundos… ¿verdad Kurt?
-Supongo… —respondió este sonriendo.
-Bien… ubícate aquí… —le pidió a su hijo moviéndolo hacia un lado.
-Mamá… —dijo Blaine alargando las vocales y señalando su reloj.
-¡Ay si es solo una foto!... —respondió  tomándola— Kurt ponte al lado de mi hijo.
-Claro…—dijo este avanzando unos pasos para ubicarse al lado de Blaine, lo tomo por la cintura y junto su cabeza con la de él.
-¡Ay si son tan bonitos!… ¡ya quiero ver los bebés!... —exclamo tomando tres fotos mas— ahora Kurt tómame una con mi hijo precioso— agrego quitándose la pinza del flequillo y desanudándose la bata.
-¡MAMÁ!... —dijo Blaine pensando que su Mamá quedaría en ropa interior allí en medio del recibidor
-¿Que?... —contesto esta dejando ver el vestido “orquídea radiante” que llevaba bajo la bata de salón de belleza— ¿Qué creías?, ¿que andaría desnuda por ahí?
-No… —respondió Blaine medio incomodo.
-¡Obvio que no! —sentencio la Señora Anderson dándole un golpe maternal en el pecho— ¡Querido ven! —grito como si estuviera en el mercado ofreciendo la pesca del día.
Blaine entorno sus ojos y Kurt le sonrió con ternura.
-¡Ven!, tomate una foto con nosotros —dijo haciéndole una seña con la mano.
-Muy bien… —dijo el Señor Anderson ubicándose al otro lado de su hijo. Blaine sonrió y los abrazo a ambos, Kurt termino sacando una media docena de fotos.
-Ahora Kurt ven tu… hijo toma tú la foto…
-¡Oigan!, se supone que  soy yo el protagonista de este día...
-No rezongues y tómanos una foto con nuestro futuro yerno —dijo el Señor Anderson causando una grata impresión en Blaine. Kurt le guiño un ojo y termino por sonreírle en medio de sus futuros suegros.
-¿Ahora podemos irnos? —pregunto Blaine mirando las imágenes recién capturadas.
-Por supuesto… nos vemos allá.
-Nos vemos Mamá —dijo dando un beso a su Madre— Papá… —agrego haciendo lo mismo con su otro progenitor. Kurt se despidió también y ambos salieron hacia la ceremonia de graduación cogidos de la mano.
-¿Crees que mi Mamá tiene razón y me veo guapo? —pregunto Blaine casi al llegar al auto. Se apunto de arriba  abajo y  giro sobre uno de sus pies.
-No…—respondió Kurt mirándolo de arriba a abajo.
-¿Cómo?...—dijo como descolocado.
-No te ves guapo… —insistió arrimando su cuerpo al de él— te ves irresistible —añadió dándole lo que en su cabeza sintió y era el beso de su vida.

-¿Cómo se llama tu amigo discapacitado? —pregunto la Señora Anderson llegando a donde estaba Blaine.
-No lo llames así Mamá por favor —dijo Blaine ahogándose un poco con lo que bebía.
-Se llama Arthur, Señora Anderson —respondió Kurt sonriendo.
-¡Arthur!... sabía que era algo con “A”… —exclamo dándose un golpe en la frente como si se castigara por lo olvidadiza que era— denme un poco de información de él… —agrego bebiendo del vaso que cargaba.
-¿Cómo?
-Eso… estoy hablando con los Padres de todos y ahora me toca hablar con la Mamá de él y con los Padres del “niño/niña”, así es que necesito algunos datos de ambos para entablar la conversación más interesante —explico la Mamá de Blaine mientras le hacia una seña a Britt que se movía por la sala abarrotada de todos los amigos de su hijo.
-Mamá, no seas chismosa…
-Artie irá a New York también cuando se gradué, a la “Brooklyn Film Academy” y “Unique” tiene una fascinación por las pelucas y los accesorios —respondió Kurt al tiempo que le daba un codazo a Blaine por lo bajo por tener tan poca paciencia con su Madre.
-¿También a New York?... ¿no existen más universidades en este país?... en fin… gracias cariño —dijo la Señora Anderson moviéndose por la fiesta hasta el patio de atrás donde se encontraban todos los adultos.
-Es dolió Kurt Hummel… —advirtió Blaine sobándose le centro del estomago.
-No sé a qué te refieres… ¡Amo esta canción!...
-Sabes perfectamente, pero me encanta esa actitud tuya de hacerte el desentendido y lo siento a propósito… —dijo Blaine mirando a Kurt y apuntando en la dirección de su Madre que comenzaba a hablar con la Mamá de Artie como si se conocieran de toda la vida.
-No digas eso, y ya deja de disculparte por lo que hace tu Mamá, tú no tienes la culpa y ella es súper simpática en su gran y particular estilo.
-¿Tu sabias de todo esto?, ¿verdad? —pregunto Blaine tomándolo por la cintura.
-No sé de que estas hablado —respondió poniéndole las manos en el pecho.
-¡Claro que lo sabes!, tenias todo planeado a mis espaldas.
-OK, lo reconozco, tu Mamá me convenció para que hablara con todos, no es el único que se lleva bien con sus futuros suegros, Señor Anderson futuro Hummel —dijo Kurt aflojándole un poco la corbata.
-¿Acaso estas celoso de mi súper relación con Burt? —quiso saber Blaine comenzando a moverse al ritmo de la música.
-No, lo que estoy es súper orgulloso de mi graduado prometido —añadió encogiéndose de hombros como emocionado.
-Ok… –respondió Blaine acercándose para besarlo con ganas.
-¡”Squirrel”!... —exclamo Cooper dándole tres golpes en la espalda.
-¡Cooper!... ¿que haces aquí?... es decir… que… gusto de verte… —dijo mirándolo extrañado antes de saludarlo como correspondía.
-¿No estás feliz de verme hermanito?
-¡Yo si!…—exclamo Kurt sin pensarlo dos veces.
-Hola Kurt… ¿Cómo estás?, ¿o debería llamarte futuro cuñado? —pregunto Cooper saludándolo con un abrazo.
-¡Oh por Dios!... suena mejor si lo dices tú —respondió este como perdiendo el aire.
Blaine puso sus ojos en blanco y cogió a su prometido de la mano para acercarlo a él de manera casi inconsciente.
-Entonces… pequeño hermano… ¡por fin te graduaste!... ¿cuántas veces hiciste tu último año?
-Solo una vez Cooper...
-¿No debiste graduarte con tu novio aquí presente “Squirrel”?
-No, no debí… —respondió sonriendo a medias— ¡y no me llames así!
-Bueno, pues yo creo….
-¡COOPER ANDERSON! —escucharon los tres a sus espaldas.
-Ese en efecto, es mi nombre —dijo volteándose como si protagonizara un comercial de acondicionador de cabello.
-¡Por favor fírmame esto! —añadió Marley entregándole una servilleta.
-Con esos ojos, te firmaría hasta una sesión de mis derechos hereditarios y de autor.
Marley soltó una risa como si tuviera tres años y alguien le hiciera cosquillas en su todo su cuerpo.
-¡UY!... ¡eres más guapo que en tus comerciales! —añadió la chica como bailando en el puesto.
-Cooper ella es Marley, una amiga de la escuela, Marley el es mi súper famoso y humilde hermano, Cooper Anderson
-Lo sé… —dijo al chica riendo como deficiente al tiempo que le estrechaba la mano.
-¡Oye!, yo te conozco —exclamo Ryder uniéndose a ellos— ¡eres el tipo del crédito del banco! —dijo como si Cooper no supiera bien su identidad.
-Me declaro culpable —respondió el hermano de Blaine haciendo un ademan como si realmente fuera culpable de algo.
-¡Es hermano de Blaine!... ¡de Blaine!... ¿puedes creerlo? —agrego Marley aumentando su meneo.
-¿Pero tú eres tan alto? —agrego el chico mirando a Blaine y a al hermano de este, como sacando la cuenta de cuantos centímetros los separaban.
-Blaine, linda… tu Mamá te busca… —dijo “Unique” silenciándose como impactada al ver a Cooper que escribía con dificultad el autógrafo para Marley en la pequeña servilleta que esta le había entregado.
-¡Es Cooper Anderson! —insistió Marley.
-¡Pues me como todas mis pelucas! —exclamo “Unique” chasqueando sus dedos.
-Pues no te lo recomiendo —dijo Cooper a la recién llegada.
Blaine negó con la cabeza y le dio un beso a Kurt en la mejilla como estableciendo propiedad ante su hermano y se dirigió a hablar con su Madre.

-¿Tu hermano te roba el show de nuevo “Pequeño Poni”? —dijo Santana parándose en la puerta vidriada que separaba la sala de la terraza.
-Algo así… —contesto Blaine, mirando al grupo cada vez más numeroso que rodeaba al mayor de los Anderson.
-Pues yo creo que deberías traerte a “Lady Hummel” par acá, le brillan los ojitos como los dos pequeños faroles del mas gay de los enanos de Blanca Nieves.
-¿Qué? —pregunto de vuelta, al tiempo que le hacia una seña a su Madre de que ya atendería sus requerimientos.
-Eso…—respondió Santana encogiéndose de hombros como si no hubiera más que decir al respecto.
-Blaine, llego tu hermano, creo que está más alto que tú, que antes diría que en una proporción cuadrática simple —dijo Britt ubicándose al lado de Santana.
-¡Y con mejor cabello! —añadió esta a la frase matemática de Brittany.
-Lo que sea —respondió saliendo de la sala.
-Tal vez tienen problemas de crecimiento —aseguro Britt sonriéndole a su amiga.
-Ven vamos a emborracharnos… —contesto Santana tomándola por la cintura.

-¿Quién es ese que causa tanto alboroto? —pregunto Kitty sentada en una de las mesas de café.
-¿Estas bromeando verdad?
-Mira mi cara Arthur…—añadió poniendo cara de acido.
-¡Es Cooper Anderson! —respondió Artie apuntándolo— el hermano de Blaine —añadió.
-¿Quien? —insistió la chica mirándolo de arriba abajo.
-¿No lo conoces? —pregunto Artie moviendo su silla para mirarlo mejor— es lo más famoso que ha salido de Ohio en los últimos años, vive en Los Angeles y conoce a muchas celebridades.
-Nunca había oído hablar de él —aseguro Kitty frunciendo la boca.
-Pues debiste estar el año pasado en el Club Glee, vino a hacernos una clase magistral de actuación.
-¿El?... ¿en serio?
-Fue demasiado intensa… —respondió Artie tomando aire y haciendo una pausa, como si aun estuviese agitado por el esfuerzo actoral que él y sus amigos habían hecho aquel entonces.
-Bueno, cuando hagas tu primera película, tu vas a ser el más famoso de por aquí.
-Después de Rachel y Kurt creo… bueno y de Blaine que también tiene lo suyo… y de Sam que tiene todo para triunfar en el modelaje, en realidad creo que soy como el quinto en la lista.
-Eres el primero para mí —aseguro Kitty acercándose para darle un beso— Arthur…
-¿Si?...
-No quiero que me seas fiel…
-¿Cómo?... ¿de qué hablas mujer? —exclamo medio descolocado.
-Eso… no quiero que lo hagas, ni que creas que me debes algo por estar lejos de mí… ahora que Tina se graduó, vuelvo al sitial de la “perra” más despiadada de Mckinley, por lo tanto no esperare nada de ti.
-¿Qué tal si yo quiero serlo?
-Arthur… vamos… estarás en New York…
-¿Y?... yo no quiero terminar contigo…
-¿Y qué haremos?, seguir lo nuestro a larga distancia, tres de los nuestros lo intentaron sin éxito y yo prefiero quedarme con lo bueno que tuvimos antes de alargar lo inevitable.
-Pero Kitty…
-Escucha… lo que ha de suceder… sucederá… mientras tanto —dijo subiéndose a sus piernas— me aprovechare de ti hasta que acabe el verano —añadió sonriendo y besándolo de nuevo.

-Rachel Berry, la verdadera única “Fanny Brice”… ¡cuéntamelo todo!—dijo Tina llegando del brazo de Mike.
-¿Acaso ustedes…? —quiso saber Rachel apuntándolos a ambos de manera alternada.
-¿Qué?... ¡por Dios no! —respondió Tina haciendo un gesto de desinterés— lo que sucede es que él es el único libre para socializar aquí… ¡Cuéntame!
-Pero si no quieres…—añadió el chico poniendo caras de incomodidad.
-¡Claro que quiere!... ¡y debe! —interrumpió Tina tomando a su amiga del brazo para sentarla en medio de ambos en uno de los sofás que habían disponibles— con todo lo de la despedida, las lagrimas y los solos innecesarios no pudiste contarnos nada… y yo, como tercera Rachel del Club Glee necesito saberlo todo… ¡TODO!...
-¿No quieres hablemos mejor de cómo entraste a Brown? —pegunto Mike inclinándose hacia adelante para mirarla por sobre Rachel.
-¡Entraste a Brown!... ¡felicitacio…!
-Sí, si, si… iré a vivir a Rhode Island y seré parte de la mejor universidad privada del noreste de nuestro país, pero eso todos lo saben… cuéntame… ¿tienes un camerino propio?

-¿Mamá?... “Unique” me dijo que me buscabas —pregunto Blaine llegando hasta donde estaba su Madre pero con un ojo en Kurt cuya mirada si brillaba como se la describiera Santana.
-¡Ay hijo!, ¡obvio que si!… ven aquí… —señalo su Madre tomándolo por el antebrazo— ¿viste a tu hermano?... ¿no es un dulce el que se haya tomado el tiempo de viajar hasta aquí?
-Como una barra de “Caramello” tamaño “King”
-¿Cómo? —dijo la Señora Anderson haciendo una mueca como de perro curioso.
-Te advierto que no te daré ni un dato más de nadie, pareces un poco sicópata tratando de averiguar cosas de todos.
-¡Ay tonterías!... escúchame… ¿por qué hay dos madres que tienen un hijo apellidado “Puckerman”?
-Mamá, ¿Qué te acabo de decir?
-Querida… —dijo el Señor Anderson llegando donde su esposa— ¿Dónde está mi pelota de baseball?, ¿la que firmo “Tony La Russa”?
-Cariño no tengo idea de lo que estás hablando —respondió la Señora Anderson mirándolo de medio lado.
-La pelota… le dije a Burt y al Papá de Sam que tenía una y no me creyeron… ¿de verdad no sabes donde esta?
-¿No estará entre tus cosas de la cochera Papá? —dijo Blaine mirándolo igual que lo hiciera su Madre.
-¡Pues espero que no!… Querida por favor…
-¡Ay está bien!...—dijo la Señora Anderson levantando sus brazos— ¡nunca te cases con un amante del Baseball!... ¡o de cualquier deporte! —advirtió apuntando a su hijo.
-Pues Kurt odia todos los deportes así es que…
-Tienes razón, ¡amo a Kurt!... —dijo retirándose casi jalada por su esposo— ¡Espéranos aquí con tu Papá queremos date algo —grito mientras desaparecía por otra de las entradas a la casa.

-Tengo toda la impresión que a Quinn solo le faltaba estar con un hombre uniformado —dijo Kurt llegando hasta donde estaba su prometido y mirando a Puck que bailaba con su recién estrenada novia.
-Creo y se ven muy bien juntos —opino Blaine mirando a ambos.
-Es lo que dije… pero agregue la cuota de sarcasmo sexy que a ti siempre te falta —aseguro Kurt sentándose junto a él en un asiento como de columpio.
-Claro… ¿te aburriste de escuchar las aventuras de tu cuñado?
-¿Estas bromeando?, solo me retire porque no quiero presenciar el desmayo masivo que habrá, tu hermano se prepara junto a Sam, para hacer una imitación de Nicolas Cage y John Travolta en “Face off”, asumo y Marley caerá de las primeras —dijo comenzando a darse impulso con los pies.
-¿Qué hay de ti?... ¿No caerías también?
-¡Ay por favor!… sabes que mi Anderson favorito es otro —sentencio cogiéndolo de un brazo.
-¿No hablas de mi Papá? ¿verdad?
-Sabes que no… —dijo Kurt dándole un beso.
-¡“Lady Hummel”!... ¿recordaste que ESTE, es el Anderson con quien se supone y vivirás feliz para siempre?
-Hola Santana… ¿no te estabas emborrachando o algo?
-Tú lo has dicho… lo estaba… así es que, incestuosos gemelos “Winklevoss”, vine a avisar que a pesar que esta fiesta arde por todos sus rincones Brittany y yo nos vamos, tenemos un avión que tomar por lo tanto… ¡Adiós! —dijo la chica menando su mano.
-¿Qué hay de Danni Santana?
-¿Que tal si te metes en tu vida “Lady Hummel” y piensas como lo harás cuando veas esa cabeza llena de gel 24/7?
-No puedo esperar —respondió sonriendo.
-SI claro y yo tengo el corazón de mermelada… adiós…—dijo besando a cada uno— ¡y no tires mis cosas!… ¡volveré!…
-¡Solo esperare un par de meses López!…
Santana se retiro haciendo un gesto hacia atrás con su brazo.
-Creo que a ella no la voy a extraña para nada… —señalo Kurt apuntando como si quisiera decir algo en un salón de clases— ¿qué te parecido tu fiesta?.
-Bien… excelente como despedida.
-Creo que al resto les gusto también.
-No puedo creer que finalmente llego el momento en que no estaremos más separados.
-Ni yo… —dijo Kurt soltando un poco de aire— ¿ya tienes todo listo? —pregunto medio acurrucándose en su hombro.
-Casi… bueno, me falta empacar unas cosas y vender otras tantas.
-¿Vender?
-Sí, bueno no tengo ningún empleo y creo, creo que necesitare dinero para pagar mi parte del alquiler… por lo tanto.
-Muy astuto… debería casarme contigo…
-Ok…—dijo Blaine inclinándose hacia a él para besarlo.
-¡Por fin tu Papá encontró la famosa pelota! —exclamo al Señora Anderson haciéndose un espacio en la silla columpio.
-¡Mamá!... ¿qué haces? —pregunto Blaine casi impactado.
-Pues me siento… cariño, organice esta fiesta con todo el amor que tengo por ti, pero de que me agote… ¡me agote!.
-Descanse entonces… —dijo Kurt corriéndose hacia un lado.
-Podrías descansar en tu dormitorio… hay una cama, ¿sabias?.
-“Hay una cama sabias”—repitió la Mamá de Blaine como si tuviera la misma edad de los graduados asistentes a la fiesta.
Kurt soltó una risa y Blaine volvió a blanquear sus ojos, pero sin poder evitar sonreír también.
-¡Listo querida!…—dijo el Señor Anderson llegando hasta donde estaban su hijo, esposa y futuro yerno
-¡Perfecto! —exclamo esta poniéndose de pie.
-¿Qué sucede? —quiso saber Blaine tomando la mano de Kurt.
-Lo que sucede es que queremos darte tu regalo de graduación —explico su Padre metiendo su mano en el bolsillo del interior de la chaqueta que vestía.
-Los dejo solos —dijo Kurt haciendo el ademan de levantarse.
-¿Qué?... ¡No cariño! no te preocupes —advirtió la Señora Anderson empujando a Kurt otra vez al asiento, el que con el impulso de la caída comenzó a menearse como loco.
-Ok… —dijo sentándose de un solo golpe.
-¡Mamá!… ten cuidado por favor… —pidió Blaine deteniendo el vaivén con uno de sus zapatos
-Lo siento… —dijo como murmurando— ¡en fin!... hijo… esto es para ti —añadió entregándole un sobre a la par con su esposo.
-¿Qué es esto?
-Ábrelo y lo sabrás —dijeron los dos al mismo tiempo.
-Muy bien… —contesto Blaine mirando a Kurt y luego el sobre— ¡Mamá! —exclamo al ver un montón billetes
-Pensábamos en comprarte un auto, pero como te vas a ir a vivir a la ciudad más congestionada del mundo… ¿o es del país?… —se cuestiono la Señora Anderson mirando al cielo— cariño, ¿es la más congestionada de donde?
-Yo creo que de Norteamérica… —respondió su esposo creyéndose “Wikipedia”
-También lo creo, el otro día leí un artículo…
-¡Mamá!...
-Sí, sí, sí… como iba diciendo, un auto te serviría tanto como un cepillo a un calvo, por lo tanto decidimos darte el dinero equivalente.
-¿Y qué me iban a comprar?, ¿Un “Rolls-roice”? —quiso saber Blaine mirando los billetes de 100.
-¡Ay no!, ¿cómo se te ocurre?, es el equivalente a un auto normal, mas alguno que otro ajuste que hicimos de mutuo acuerdo.
-Pero Mamá… Papá… yo... —contesto Blaine poniéndose de pie.
-Hijo, esto te servirá para los gastos de tus primeros meses en la “Gran Manzana”, no conseguirás trabajo de inmediato y si es así, lo guardas como un fondo de emergencias por si se les avería la caldera o algo…
-Miren…
-Miren nada… Blaine, se que hemos sido medio desastrosos como Padres para ti y que hemos cometido errores, pero tratamos de educarte lo mejor que pudimos y asegurarte que nunca te faltara amor y respeto, y sabemos que el dinero poco y nada tiene que ver con eso, pero… acéptalo… como muestra de cuán importante eres para nosotros.
-Padres…
-¡Cómprate un par de pases anuales para el metro o algo! —dijo su Mama abrazándolo.
-Ok… ¡Gracias chicos! —dijo Blaine abrazando a ambos.
-Por nada y Kurt… que este niño no despilfarre —dijo el Señor Anderson apuntando a su hijo.
-Tratare que no sea si…—respondió sonriendo.
-¡Perfecto!... ¡ahora me voy a hablar con mi otro hijo! —exclamo la Mamá de Blaine, tomando a su esposo de la mano y hablando como si cantara con felicidad.
-¡Por fin tendré mi máquina para hacer burbujas! —añadió sonriendo y volteándose hacia Kurt.
-¡Vaya regalo! —exclamo mirando dentro del sobre.
-Al parecer si tendré con que pagar parte de mi alquiler.
-Pues me parece muy bien... no porque eres más sexy y guapo que mis antiguas compañeras de piso te iba dejar vivir gratis.
-Bueno… aunque si no hubiese conseguido el dinero, hubiera buscado otra forma de pagarte —dijo aproximándose para besarlo tras la oreja.
-Irresistible, pero en aquel menester prefiero el efectivo —añadió apartándolo.
-Ok…—dijo Blaine soltando una pequeña risa.
-¡Ahora bailemos!... ¡es una fiesta por todos los santos! —exclamo Kurt llevándose a su prometido a la improvisada pista de baile que se había instalado en el centro de la sala de su casa.