(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

-¿De nuevo la electricidad?... —dijo Kurt como primerísima cosa al entrar al departamento— ¿Blaine?
-¡Ya salgo!—exclamo desde el dormitorio.
-Te juro y esto no pasa siempre —insistió subiendo y bajando el interruptor del lado de la puerta— no vayas a creer que porque estamos en Bushwick no existe continuidad en los servicios básicos. ¡Qué demonios! —profirió mirando por la puerta hacia el pasillo y dándose cuenta que sus vecinos hacían lo mismo, lo que era prueba inequívoca que efectivamente había un corte general en el edifico
-¿No te diste cuenta cuando venias subiendo? —quiso saber Blaine desde el dormitorio donde hurgaba en algo como ratón enfiestado.
-Pues no, bueno estaba “texteandome” con Elliot sobre la reunión de esta semana con la banda, por lo tanto no me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.
-¿No sabes que es peligroso caminar y textear? —dijo Blaine llegando con unas velas como de iglesia.
-¿Son las que dejo Rachel?
-Así es… —respondió instalándolas en la mesa de la cena— espero y no le importe que usemos estas tres.
-Luego de ver lo engreída que esta con su “conducteur” a la puerta, no creo y extrañe algo de esta su primera morada, siento lo de la luz —dijo Kurt haciendo una especie de puchero— te juro y pensé que esto solo ocurría en las tormentas.
-No tienes porque disculparte —dijo Blaine sonriendo.
-¡Claro que si!, llevas viviendo aquí por más de cinco meses, no quiero que sientas que estas pagando demás por algo en lo que ni siquiera hay electricidad —insistió de vuelta manipulando los interruptores de la cocina—pero creo y Elliot tiene razón al decir que las instalaciones de New York son tan viejas como la ciudad en si —agrego como mirando el cableado del techo.
-¿Hay algo que Elliot no sepa? —pregunto Blaine por lo bajo mientras buscaba el encendedor de la cocina.
-¿Cómo? —dijo Kurt respondiendo un texto en su teléfono.
-Nada y no pienso que estoy pagando un sobreprecio por mi lugar aquí, además que esta falla sorpresiva da al ambiente algo de romanticismo.
-¿Ahora preparas la cena también? —pregunto Kurt dejando sus cosas sobre el sofá de la sala.
-No… pero antes… antes de explicarte, antes de comer… incluso antes de que termines de dejar tus cosas y continúes despotricando contra la instalación eléctrica del edifico —advirtió Blaine cogiendo los libros que cargaba— hola… —añadió sonriendo.
-Hola…—respondió Kurt dándole un beso— ¿me contaras ahora la ocasión?... ¿y estás seguro que Sam no produjo un cortocircuito?, cuando enciende el “Play Station”, el microondas y la radio, créeme y ningún transformador aguanta —sentencio Kurt dirigiéndose al baño y usando su teléfono como linterna
-Nada de eso, ¿no viste que todo el edificio está a oscuras? —añadió Blaine señalando hacia el pasillo.
-¡Ah!... muy cierto… me refrescare un poco, no sé porque hoy todo el mundo ordeno cosas con “Chile”, creo que hasta la camisa de mi uniforme huele a especias —dijo Kurt oliendo una de las mangas.
-¿Qué tal el trabajo?, no te pregunte…
-Bien, bueno estoy algo cansado —contesto tomándose el cuello y moviendo la cabeza de un lado a otro— pero hasta que no seamos millonarios… no hay nada que hacer— dijo encogiéndose de hombros y entrando al baño— salgo enseguida —agrego asomándose de nuevo.
-Te espero entonces —dijo Blaine sacando algunas cosas del refrigerador.

-Entonces… —dijo Kurt saliendo del baño sin el uniforme de la cafetería pero con una camiseta limpia en cambio— ¿comenzaras a preparar la cena también?
-No… —contesto sacando una bolsa de restaurante desde el horno— soy más un hombre de desayunos, pero ordenar también tiene una ciencia bastante complicada.
-¿Es cierto eso? —dijo sentándose— ¡ah!, y con respecto a los desayunos, ya deberías de dejarlo, como te dije, han pasado meses y ya es hora que tú te quedes durmiendo hasta más tarde y yo te sorprenda con unos “wafles” con mermelada de rosas o algo más sofisticado— añadió desdoblando su servilleta.
-¡Vaya!... ¡elegante!... ¿cómo puedo decir que no a eso?, pero… como nota al margen, debo decir que a mí me gusta complacerte —dijo Blaine encogiendo un hombro mientras organizaba la comida.
-Y eso me agrada, no sabes cuanto, pero yo necesito complacerte también…
-Pues deberías saber que hay muchas formas de conseguir eso… y las nombraría una a una, pero no quiero que te sonrojes a la luz de las velas.
Kurt sonrió y termino sonrojándose igual.
-Cuéntame mejor que tal tu día, no te vi después del café de mi primer receso —dijo Kurt sirviendo agua para él y su prometido.
-Mi día estuvo perfecto, pero lo que debes saber y que es más importante que todo, es que hoy hable con Sam.
-¿De verdad?
-Así es… —repitió sirviendo pasta del restaurant “Marea”
-¿Fuiste hasta el “Marea” para comparar la cena?
-Por supuesto… —contesto sirviendo “Gnochetti” en cada plato.
-¿Por qué?... ¡por Dios esto es exquisito! —dijo probando algo.
-Por eso… —sentencio Blaine sonriendo.
-Ok… —añadió tragando— corriendo el riesgo de ser monotemático, ya llevas meses atendiéndome, y no es justo para ti… aunque me parezca increíble y no quisiera que dejaras de hacerlo nunca —dijo comiendo mas— no es justo —repitió con la boca llena
-Lo hago porque quiero y porque te amo.
-Y yo te amo a ti, pero me costaría trabajo viajar casi media hora para recoger la cena… ¿Cuántas estaciones del subterráneo pasaste?
-No fue tanto, además… —dijo tomando agua— necesitaba hacer esto por ti.
-¿Existe una razón?... ¿acaso olvide uno de nuestros aniversarios?... ¡amo esta comida! —exclamo como si hubiera caído en un éxtasis culinario.
-Bueno… primero es para disculparme por lo de Sam…
-No es necesario Blaine, además ayer sobre reaccione, pero fue porque nos interrumpió y odio cuando la gente hace eso…
-¡Vamos!... igual quieres que se vaya…
-Obvio…
-¡Kurt!...
-No me mal interpretes, Sam Evans es un gran amigo y me encanta que sea tan buen amigo tuyo…
-Pero…
-Pero… necesitamos privacidad… ya sabes… —dijo levantando una ceja
-Lo sé… y por eso hable con él y le infundí un poco de confianza para que buscara la oportunidad que necesita.
-¿En serio? —pregunto limpiándose con la servilleta— ¿y se lo tomo bien?
-Sí, bueno supo de inmediato que queríamos que se mudara, pero trate de hacerlo menos agresivo posible y termine llevándolo a “Time Square”.
-¿Parte de la charla motivacional?
-Exacto…
-¿Dónde esta ahora apropósito? —pregunto Kurt apuntando con la linterna de su teléfono hacia diferentes lugares del departamento, casi como si el amigo de su prometido estuviese oculto tras algún mueble.
-Se fue al cine, creo y se iba a encontrar con Artie.
-¿Puedo decir que me alegro sin que te sientas ofendido?
-Puedes decirlo…
-¡ME ALEGRO! —exclamo con ganas.
-OK, no tenias que ser tan explicito, pero está bien—dijo Blaine comenzando a reír.
-¿Por eso ni te vi en la tarde en la Universidad?, ¿Por qué andabas con Sam divirtiéndote en Time Square”?
-No, no fue por eso —respondió Blaine comiendo tres cucharadas seguidas.
-¿Entonces? —quiso saber Kurt haciendo lo mismo con su porción.
- La verdad es que Carmen quería hablar conmigo y luego fui a buscar la cena.
-¿Carmen?, ¿qué Carmen?
-Carmen Tibideaux…
-¿Llamas a Madam Tibideux “Carmen”? —pregunto Kurt como si hubiese escuchado el insulto mas grosero de la historia de los insultos.
-Es su nombre… ¿no es así?
-Lo es, pero… no sé, es como si a la Reina “Elizabeth the Second”, la llamaras Betty… o algo así.
-Bueno… no la llamo Carmen en su presencia, pero vamos, ¿estamos en confianza no?
-Lo estamos, pero mejor te educas y la llamas como corresponde no se te vaya a salir un exceso de confianza y termines castigado o expulsado…
-No te aflijas eso no pasara —aseguro Blaine comiendo.
-¿Por qué quería hablar contigo?, ¿tienes algún problema con las clases?... ¡oh por Dios!, ¡quiere que cantes en el “Winter Showcase” de este año! —dijo Kurt poniéndose como expectante.
-No nada de eso.
-¿Entonces?, debe ser algo importante, nunca cita a los alumnos, menos a los de primero, a no ser que sea algo importante—insistió Kurt dando énfasis en lo “importante”
-Es una sorpresa.
-¡Blaine!
- De verdad que lo es, pero te enteraras mañana en la Universidad.
-¿No harás una intervención en medio de una de mis clases o sí?
-No, pero tiene que ver con las clases.
Kurt lo miro de medio lado como tratando de descifrar en sus ojos cual era esa sorpresa y si le gustaría o no.
-¿Qué?...—pregunto Blaine al ver la mirada de su prometido.
-Estoy imaginando cincuenta cosas diferentes en este instante —respondió apuntándolo con el tenedor.
-Es algo bueno, relájate, al menos yo quede muy contento, asumo y tu igual, es sobre un permiso espe…
-¿Por qué no hay luz? —dijo Sam entrando como atientas al tiempo que alumbraba a todos y a todo con su teléfono.
-¡Sam!... ¡qué alegría verte! —exclamo Kurt haciéndole el quite a la luz y poniendo cara más de frustración que de alegría, todo acompañado de un par de miradas a Blaine.
-¿Por qué no hay luz? —insistió moviendo mas interruptores.
-No lo sabemos Sam, se fue al electricidad hace como media hora, ¿no estabas en el cine?—pregunto Blaine rascándose la cabeza.
-Si, pero eso fue hace tres horas, la película debía acabar amigo —respondió Sam hablando como Schwarzenegger en cualquiera de las “Terminator”— ¿esas son cosas de cenar? —añadió intentando por última vez con los interruptores de la cocina.
-Lo son… —dijo Kurt como dándose por vencido.
-¡Genial!, porque tengo tanta hambre que hasta me comería la ensalada de Col de la cafetería en la escuela —aseguro sentándose con toda la confianza del mundo— ¿no les importa verdad? —pregunto cuando ya se había servido de todo un poco.
-No… —dijo Kurt sonriendo con sarcasmo.
-¡Perfecto!... ¿Van a comer más de esto? —pregunto señalando lo que quedaba de los “Gnochetti”
Ambos negaron con su cabeza y Sam procedió servirse todo lo que quedaba en la fuente.
-¿Qué tal tu búsqueda de trabajo Sam?—pregunto Kurt creyéndose orientador vocacional.
-Bueno… —contesto medio tragando— estoy persiguiendo algo diferente, mañana me darán la respuesta
-¿En serio?, ¿y qué cosa? —quiso saber Blaine entusiasmándose por la posibilidad que mencionaba su amigo.
-Pues quisiera no decir para no atraer la mala suerte… ¡esto esta exquisito!, ¿eres mas que un hombre de desayunos? —pregunto Sam mirando a Blaine.
-Yo no cocine eso, lo encargue…
-Están buenos igual… ¡Kurt!, tu que sabes de estilo y esas cosas y vez a la señora de las peluquerías en canal “Bravo”, ¿crees que mi look es de un “Dirty Hippie”? —pregunto tragando y desatándose el cabello.
-Lo creo… —dijo Kurt mirándolo con los ojos entrecerrados como si hubiera querido decirle eso hace tiempo.
-¿De verdad?... ¿no crees que luzco desgarbado como si quisiera fundar una banda en Aberdeen, Washington?
-No, solo te ves desgarbado… —insistió Kurt mirando como Sam se acababa una cena para dos él solo.
-Me lo cortare, tal vez sea lo que necesito para que todo en mi vida comience a funcionar —dijo Sam comiendo hasta a ultima migaja en su plato— ¿hay mas helado? —pregunto levantándose.
Kurt miro a Blaine y le hizo un gesto de “¿en qué quedamos?” y este le murmuro un “lo siento” acompañado de una mueca como de aflicción. Kurt termino por levantarse y se dirigió a su habitación alumbrando el camino con su teléfono.

-No podemos retroceder…—dijo Kurt mirando a Blaine.
-No estamos retrocediendo… pienso que estamos siendo listos —sentencio Blaine asintiendo con su cabeza.
-Protegiendo algo que es muy valioso para mi… ¿lo sabes verdad? —añadió Kurt emocionándose un resto.
-¡Por supuesto que lo se!… por supuesto —aseguro Blaine acercándosele para abrazarlo —siempre… lo sé… —dijo rodeándolo con sus brazos. Kurt lo recibió y le acaricio la espalda.
-No importa en que nos convirtamos, incluso si necesitamos tiempo a solas, lo que es completamente valido… siempre seremos el uno del otro —termino por decir Kurt mirándolo de frente
Blaine asintió y soltó un poco de aire, le miro los labios un segundo y se aproximo para besarlo. Junto su boca con la de  él e hizo que el tiempo se detuviera, le tomo la cara con ambas manos y respiro de su mismo aire unos cuantos segundos.
-Y esto no fue en realidad una pelea —dijo Kurt una vez que Blaine se aparto— fue una conversación de adultos —agrego mientras Blaine comenzaba a besarlo en donde sabia y Kurt no podría  resistirse— y ahora vamos a tener el mejor sexo de reconciliación de la historia —agrego con la respiración agitada.
Blaine accedió de inmediato y se puso de pie junto con él para dirigirse al dormitorio, lleno de ganas lo volteo hacia el impidiendo que siguiera avanzando, le tomo la cara otra vez y volvió a besarlo. Con sus labios unidos siguieron caminando hacia la comodidad de la cama. Kurt le acaricio la espalda hasta llegar a la cintura y con ambas manos le agarro el trasero. Blaine le sonrió sobre los labios y comenzó a desvestirlo allí mismo en medio de la sala, con una de sus manos comenzó a subirle el sweater y con la otra trato de desabotonarle el pantalón.
-Hay… hay que cerrar la puerta —susurro Kurt casi dentro de la boca de su prometido apuntando hacia la entrada.
-La cerré… la cerré…—respondió Blaine bajando con sus labios por el cuello de Kurt.
-No… Blaine… —repitió recordando que no existía mejor sensación en el mundo que los suntuosos labios del hombre que amaba sobre toda su piel.
-Podría acostumbrarme a que digas mi nombre en situaciones como estas —dijo Blaine quitándole el sweater del todo, así como la camiseta que llevaba debajo, lo tomo por la cintura y lo ciño más a él, siguiéndolo hasta la entrada del departamento.
Kurt retrocedió unos cuantos pasos y con una de sus manos trato de encontrar la manija tanteando casi toda la extensión de la puerta. Blaine continuaba besándolo y recorriéndolo entero con sus manos, le bajo el cierre del pantalón y Kurt termino por quitárselos ayudado por sus pies mientras seguía tratando de solucionar el problema de la puerta entreabierta. Luego de un rato y después de contar más de una docena de besos de su prometido y un mordisco sexy en su oreja, logro que su mano se encontrara con el cierre de la puerta, la empujo hacia un lado y consiguió cerrarla, así como también ponerle la traba que impediría inoportunas interrupciones.
-Ahora puedo proceder como es debido —aseguro Kurt sonriendo de manera voluntariosa y sintiéndose tan fuerte y vulnerable que nadie le creería si quisiera de explicar aquella mezcla de sentimientos
-Te amo… —susurro Blaine mientras se dejaba que Kurt le quitara el sweater y comenzara a desabotonarle la camisa.
-¿Aun? —respondió metiéndole la mano por debajo de la camiseta sin mangas que llevaba debajo.
-Siempre… siempre —aseguro Blaine con su voz cargada de brío varonil. Por su cuenta termino de quitarse  la camisa y la tiro al piso, se ayudo de las manos de Kurt y se deshizo también de la camiseta. Una vez liberado de su ropa, procedió a besarlo con ganas pero disfrutando de a poco de los labios de su prometido, sintiendo su lengua suave y pulposa haciendo contacto con la suya y con la concomitancia que solo tenían ellos. El aire cálido que Kurt exhalaba en cada pausa llenaba su cuerpo de exaltación y fogosidad, haciendo imposible el parar aquello. Kurt suspiro y se le colgó del cuello cruzando sus piernas a la altura de la cintura del hombre de su vida. Blaine lo sujeto con fuerza poniéndole ambas manos en el trasero y avanzo con él hacia el dormitorio, chocando primeo con una de las lámparas y luego con la mesa del desayuno. Kurt tanteo hacia atrás el mueble y trato de correrlo igual que lo hiciera con la puerta, pero termino sentado sobe la mesa en cambio. La fuente con la fruta acabo por voltearse y los cítricos rodaron por la mesa y el piso de  la cocina.
-Eso arruinara tus preparaciones de mañana —dijo Blaine haciéndose un espacio entre sus piernas
-No hables… bésame —pidió Kurt moviendo su trasero hasta el canto del mueble para amoldarse a las formas de su prometido. Blaine sonrió de nuevo y le agarro un muslo con fuerza abarcando todo lo que su vasta mano daba— y eso dejara una marca que limitara mis opciones de usar “Cargo Short” unas cuantas semanas —añadió Kurt soltando una risa.
-Eres increíble… y te amo mas por eso —aseguro Blaine besándolo de nuevo. Kurt se echo hacia atrás en la mesa impulsado por el ímpetu de aquel arrumaco, apoyo su cuerpo en una de sus manos y con la otra busco el cuerpo de Blaine — déjame tocarte —le susurro al oído al tiempo que bajaba de a poco su mano por el pecho hasta llegar a la entrepierna. Blaine emitió un quejido gozoso y varonil y Kurt se sintió el hombre más poderoso del universo entero.
-Vamos a la cama —murmuro Blaine agitado— es más suave…—añadió tirando hacia un costado una de las sillas para quedar mas cómodo y bajar sin problemas con sus labios por el pecho de su prometido.
-Yo soy suave…  —musito Kurt metiéndole sus manos en el pantalón para bajarlos de una vez.
-Ok…— contesto Blaine mirándolo un segundo y procediendo a botar todo lo que había sobre la mesa después con un solo movimiento de su brazo. Ambos escucharon el ruido de una loza que cae y se rompe, así como el crujir de la mesa del mercado de las pulgas que Kurt había conseguido hacia tiempo— se quebró la...
-Da lo mismo —interrumpió Kurt recibiéndolo encima— la compro Rachel…—añadió incorporándose un poco para que sus labios se encontraran con los de Blaine.
-¡A diablo entonces! —exclamo sonriendo como el príncipe que era, al tiempo que trepaba sobre él y se acomodaba  entre sus piernas.
-Tus labios son únicos Blaine Anderson —dijo Kurt medio atontado por el deseo mientras escudriñaba en la ropa interior de su prometido.
-Tu piel es la única culpable —aseguro Blaine siguiendo con los besos en el cara, el cuello, la quijada y el comienzo del pecho.
Kurt echo su cabeza hacia atrás alargando su cuello al máximo y pensando en su cabeza que de verdad este era el sexo de reconciliación mas excitante de la historia.








Marzo de 2011


-Gracias por venir —dijo Kurt abriendo la puerta de su casa.
-No hay problema —respondió Blaine ajustando su abrigo a la altura del pecho y la bufanda listada que vestía.
-¿Tu sabias que los profesores de Dalton actuaban así? —pregunto Kurt cerrando la puerta y tirando las llaves sobre el pocillo del recibidor
-¿Así como?
-Así, creyendo que su clase es la única que existe, yo creía que solo los de las escuelas públicas lo hacían, por el desgano que los caracteriza.
-Creo que es algo que aprenden en la Universidad —aseguro Blaine con las manos en sus bolsillos.
-Es terrible como sea… no sabes cuánto odio al profesor Petterson, es como todos los profesores  que creen que su clase es la única que llevamos.
-El tiende a ser así… —respondió Blaine carraspeando con disimulo.
-Pues no sé si es una cosa buena o mala —insistió Kurt subiendo a su cuarto seguido de su amigo.
-Aprender siempre es bueno —contesto Blaine quitándose el abrigo, pero dejándose la bufanda en el cuello.
-¿Eso es una lección de vida o algo? —pregunto Kurt apuntándolo con un lápiz.
-No lo sé…—respondió Blaine soltando una risa— dime que necesitas…
-Mira, esto es lo que quería preguntarte —dijo Kurt tomando un ejemplar de “I know why the caged bird sings” de Maya Angelou— ¿Cómo alguien que se dedico a actividades  tales como freír cocinar, bailar y ser madam de burdel pudo escribir algo tan trascendental para la historia afroamericana?
-¿Esa es tu pregunta? —dijo Blaine mirando el libro primero y después a Kurt y luego otra vez al libro.
-No… obvio que no… ¿pero no te lo preguntaste cuando comenzaste a leer el libro? —insistió Kurt sentándose en la banca del tocador para quedar frente a su amigo que había tomado la cama.
-Un poco… —respondió mirando el texto como si sus ojos fueran un par de catalejos que necesitaban enfocarse.
-¿Te sientes bien?... —quiso saber Kurt mirándolo de medio lado— ¿aun te dura la resaca de la fiesta de Rachel?
-No… nada de eso… —contesto tocándose el principio de la nariz.
-¿Entonces?... mira… no quiero asustarte pero te ves un poco verde… —señalo Kurt apuntándole toda la cara con su palma abierta.
-Gracias Kurt eres un gran amigo —dijo Blaine tragando la saliva que no tenia.
-¿De verdad te sientes bien?
-Si… ¿puedo pedirte algo?
-Obvio… —respondió Kurt comenzando a preocuparse.
-Me puedes traer un vaso de agua… tengo un poco de calor —dijo desatándose la bufanda, aflojándose la corbata y desabotonándose el cuello de la camisa.
Kurt miro un instante aquella escena concentrándose de mas en el cuello de Blaine que en el requerimiento que su amigo acababa de hacerle.
-¿Kurt? —insistió  como carraspeando sed.
-¿Quién?...
-¿Me traes agua?
-¡Si!... ¡obvio!…—exclamo entrando al baño.
Blaine se toco al frente y se miro en el espejo para comprobar si en realidad estaba “verde” como Kurt le había dicho.
-Toma…—dijo entregándole un vaso lleno hasta casi el borde— es del baño espero y no te importe.
-Da lo mismo el agua es la misma en toda la casa —dijo bebiendo un trago largo— ¿estás solo?
-Si mi Papá salió con Carol… ¿por qué? —quiso saber Kurt, al tiempo que lo miraba con detención y lo encontraba cada vez mas “verde”.
-Nada importante, pero me hubiese gustado disculparme con él por lo del otro día, cuando no sabía de mi mismo y termine despertando justo aquí —recordó Blaine dándole unos golpes al colchón de su amigo.
-No te preocupes, no es necesario que te disculpes —dijo Kurt sonriendo al recordar aquel día..
-Aun así… —insistió terminándose el agua— ahora a lo que vine… ¿en qué quieres que te ayude? —pregunto dejando el vaso en el piso.
-¿Estás seguro y estas bien?
-La verdad es que no —respondió restregándose la cara.
-¿Te sientes mal?
-Creo que pesque un refriado…
-¿De verdad?
-Es lo que creo... —dijo tragando con dificultad.
-¿Desde cuándo?
-No lo se… un par de días… —señalo buscando un pañuelo en su bolsillo sin éxito.
-Ten…—se adelanto en decir Kurt entregándole su caja de pañuelos desechables que mantenía en el tocador— yo que tú me preocuparía  por el contacto que tuviste con los fluidos de Rachel.
Blaine sonrió mirando la cama de Kurt como si lo único que quisiese fuera recostarse y dormir una semana.
-Creo que fue mi atuendo de “Oliver Barret”, abrigo de piel y el “Revival house”,  no son compatibles —pensó Blaine moviéndose de a poco sobre la cama de su amigo.
-Bueno creo que solo “Ryan O’neal” puede lucirlo sin enfermarse, ¿quieres que te acompañe a tu casa?, puedo llevarte en uno de los autos del taller de mi Papá.
-No, no te preocupes, además me he sentido mal todo el día, un par de horas más da lo mismo —dijo ya sentando en medio de la cama.
-Si te sentías mal de antes, ¿Por qué viniste entonces?
-Porque tu necesitabas mi ayuda y porque soy súper egoísta… —contesto sonándose.
-¿Cómo? —exclamo Kurt pensando que aquello era tan falso como la relación que había tenido con Britt hacía ya tiempo.
-Eso… veras… mi Padres no están en casa y si estar enfermo ya es un tanto patético, estar enfermo y solo lo es el doble —aseguro acostándose del todo— por lo tanto vine para que me hagas una sopa de pollo o algo —dijo acomodándose en las almohadas— disculpa solo me recostare un instante —añadió cerrando sus ojos como para dormir la semana que tenia planeado en su cabeza.
-No hay problema, traeré un termómetro.
-Ok… —dijo suspirando.
Kurt tomo la manta desde los pies de su cama y le cubrió medio cuerpo, su amigo hizo un ademan remolón como si no pudiera estar mas cómodo. Se dirigió al baño en busca del termómetro y se sonrió en el espejo pensando que por segunda vez en menos de un mes, Blaine Anderson estaba en su cama.
-Abre…—dijo sentándose en la orilla de su cama.
Blaine abrió su boca y recibió el termómetro, lo sujeto entre sus labios como si fuera un cigarro de tabaco y se quedo esperando que indicara lo que ya sentía tener.
-37… estas bien Blaine Anderson… —dijo creyéndose doctor.
-Debería irme entonces… —señalo sin moverse ni un milímetro.
-Puedes quedarte aquí… no hay problema —aseguro Kurt levantándose para tomar su teléfono, rodeo la cama y se sentó al otro lado— llamare a tu Mamá para decirle que no llegaras a  dormir a tu casa —añadió buscando el numero de la casa de su amigo.
-Te dije que no hay nadie… —dijo Blaine volteándose y sorprendiendo a su amigo al buscar refugio en su regazo. Este se quedo inmóvil con sus brazos en alto y miro en todas direcciones como preocupado de que  aquello lo fuera a ver quizás quien.
-Ok… —dijo casi con un hilo de voz. Blaine soltó un poco de aire y se puso más cómodo, subió un poco la manta que Kurt le había puesto a los pies y se arropo con total confianza. Por un segundo, Kurt se quedo sin respirar siquiera y se le quedo viendo, se aguanto las ganas de acariciarle el pelo, la cara y sus pequeñas orejas, y opto por darle un par de palmadas de manera fraternal en la espalda.
-¿Me darás la sopa? —pregunto Blaine con tono medio regalón.
-Creo que es muy temprano para que tomes sopa, te daré un té con limón mejor —respondió Kurt levantándose con cuidado como si no quisiera salir nunca de allí aunque le dieran calambres múltiples en las piernas.
-Gracias Kurt… —dijo Blaine cambiando de posición en la cama como si estuviera en la propia— luego hablamos de Maya Angelou.
-Ok... y de nada… ademas,  ¿para qué son los amigos? —contesto Kurt saliendo a por la taza de té.







-Te dije que la cama era más suave —dijo Blaine a media voz mientras envolvía a Kurt entre sus brazos.
-Era el mejor sexo de reconciliación de la historia, no podíamos redundar en la cama —contesto Kurt acomodándose en su prometido.
-Peor terminamos aquí igual —advirtió Blaine soltando pequeñas risas.
-Pero nadie debe saberlo…. ¡a propósito! —exclamo incorporándose de pronto— ¡debemos recoger la ropa y el desastre de allá afuera!, sino..
-La puerta está cerrada —recordó Blaine dándole un par de besos en la espalda, uno en cada hombro y otro en el tatuaje.
-¿La cerramos? —pregunto de vuelta como dudando de sus propios actos.
-La cerramos… —repitió Blaine dando más besos.
-Perfecto entonces… —dijo Kurt volviendo a acostarse.
Blaine espero que se arreglara y le tomo la mano, le dio un beso en cada dedo y se concentro unos segundos en el del anillo.
-Siento haber sido tan insistente contigo… —dijo moviendo la joya en el dedo de su prometido.
-Ya no te preocupes…
-¿No estás arrepentido de esto también?... ¿o sí? —quiso saber Blaine, haciendo referencia al compromiso que lo unía.
-Por supuesto que no… ¿por qué dices eso?
-No lo se... como nos apresuramos en vivir juntos, tal vez también nos apresuramos en esto —insistió.
-¿Te estás arrepintiendo de ser Hummel  Blaine Anderson? —quiso saber Kurt haciendo el ademan de  incorporarse de nuevo.
-Nunca lo haría…
-¿Crees que yo sí? —pregunto enderezándose del todo para mirarlo a la cara.
-No estoy diciendo que tu sí —dijo Blaine sentándose en la cama— pero… si quieres deshacer el compromiso te entenderé, puedo volver a proponértelo cuando creas que es correcto, tan espectacularmente como la primera vez
-Pues fue correcto cuando me lo propusiste y es correcto ahora y permíteme decirte que cualquier cosa que hagas no se comparara a lo que organizaste esa tarde en Dalton, por lo tanto nuestros planes de boda continúan —sentencio como si advirtiera la proximidad de un tornado.
-Ok… —respondió sonriendo aliviado.
-Ahora… —dijo Kurt volviendo a su lugar favorito en el mundo— ¿Qué haremos de ahora en adelante?
-Pues asumo que me mudare a algún sitio que no sea costoso, o tal vez convenza a Sam que me reciba en su departamento.
-¿Sam tiene un departamento?
-Si… me lo dijo hoy mismo, consiguió un trabajo y todo
-¡Consiguió un trabajo!
-Si... te lo dije… cuando llegaste, pero luego ocurrió lo de mi estúpida idea de creerme diseñador y no pudimos seguir hablando de eso.
-Blaine… con respecto a  eso… —respondió Kurt sentándose en la cama.
-Kurt está bien…
-No Blaine no está bien, está lejos de estar bien, este se supone y era tu departamento también, creo que me sentí un tanto sofocado y termine estallando de la peor de las maneras, lo siento.
-Está bien…—repitió alargando las vocales y tomándole  las manos.
Kurt lo miro de medio lado como si esperara otras tantas palabras luego del “esta bien”
-¿Qué?...
-¿Seguro y lo olvidaste?
-No, no lo he olvidado, porque tengo que buscar donde vivir, pero, la pelea ya paso, se lidia con ella y se sigue a delante… ¿Qué adulto no crees?
-Mucho… —dijo Kurt volviendo a recostarse sobre él, le dio un beso en el centro del pecho y con sus dedos comenzó a dibujarle garabatos en la panza— puedes tomarte todo el tiempo que quieras… no hay apuro.
-Espero que no…
-¿Y qué es eso que Sam tiene su departamento?
-Bueno, no es “SU” departamento, lo pondrá  a vivir con todos los modelos de la agencia, asumo y habrá algún espacio para mi, soy pequeñito cabré en cualquier lado —dijo Blaine tratando de bromear con algo que le dolía en el alma.
-¿Qué le diremos a todos?, asumo y se imaginaran lo peor…
-Pues la verdad, solo me preocupa que tu te quedaras viviendo solo —advirtió Blaine mientras le acariciaba un hombro.
-Bueno si Santana vuelve algún día no estaré solo… o tal vez, pueda invitar a Elliot a compartir piso conmigo.
-¿Es una broma?, ¿se supone y debo reírme?
-Obvio que si… —dijo Kurt dándole un beso en el ombligo— además dijiste que era un gran tipo hace menos de una hora.
-Lo es, pero eso no quita que tenga ese aire irresistible y sombrío de “vampiro rocanrolero”o algo así...
-¿Qué?
-Lo sabes… —insistió  Blaine como si Kurt realmente supiera a que se refería
-No entendí nada, pero quien sabe tal vez te este pidiendo que vuelvas la semana entrante.
-Bueno, no sé que estaré haciendo con mi nueva vida en New York, por lo tanto…—dijo Blaine dándose aires de engreído.
-¡Oye! —exclamo Kurt lanzándose sobre él y comenzando a darle piquetes en la panza.
Blaine rio de buena gana y  se defendió de los pinchazos como pudo. Con sus manos le hizo cosquillas de vuelta, en la panza, el pecho y el cuello, dio un par de vueltas con él sobre la cama para quedar sobre Kurt que calmaba su risa de a poco. Lo miro directo a los ojos y le dio un beso, al tiempo que le arreglaba el cabello a la altura de la frente.
-Me tendrás aquí cuando me lo pidas…—aseguro Blaine sonriendo.
-Gracias Blaine…—dijo Kurt  dándole un beso.

-¿Puedo preguntar algo? —dijo Blaine acostándose junto a su prometido, aprovechando que nadie llegaba aun  a la cena tradición  de los lunes que había  impuesto Rachel.
-Depende… —dijo Kurt arrimándose  hacia un lado en la cama para hacerle espacio.
-¿Cómo que depende?, ¿tu respuesta no debería ser…: “¡Por supuesto amor mío, pregunta lo que quieras!”? —agrego Blaine poniendo caras teatrales.
-Ok… sabes que nunca respondería así y que jamás te llamaría de esa manera tan cursi.
-Tienes razón —contesto abrazándolo a la altura del pecho— pero si quisieras hacerlo algún día, te digo desde ya que me agrada.
-Lo tendré en cuenta —contesto Kurt manipulando su teléfono con una mano y acariciando en un hombro a su prometido con la otra— ¿hasta cuándo Rachel seguirá con su conteo regresivo para el estreno de “Funny Girl”?, estoy pensando en dejar de seguirla en “Twitter”
-Está entusiasmada, creo que cualquiera de nosotros lo estaría si debutáramos en Broadway.
-Pues yo no sería tan histérico, te lo aseguro —insistió revisando sus mensajes— ¡¿Qué?! —exclamo al ver que Blaine negaba con una sonrisa  en la cara.
-Kurt, si tú estuvieras a punto de debutar en un show en Broadway… colgarías un cartel de una de estas ventanas anunciándolo —aseguro Blaine señalando el costado del dormitorio.
-¡Claro que no!
-¡Claro que sí!
-Bueno si, pero te mandaría a ti a hacerlo, yo te indicaría la correcta posición desde abajo…—señalo Kurt sonriendo.
-¿Esperas la llamada de alguien?
-No… bueno si…
-¿Sí o no?
-No, porque estoy buscando algo de “Stephen Sondheim” que me ayude en el “Mid-Winter Critique” —dijo mostrándole la pantalla con algunas páginas que hacían referencia a aquel autor— y si, porque espero que mi vecino me envié un mensaje con información de cómo sigue ese chico Russ.
-¿No estaba bien ya?
-Mejora, pero lo importante son las siguientes 48 horas, así es que espero a que el pronóstico cambie de sombrío a algo más alentador.
-Lo sera…—aseguro Blaine incorporándose para mirarlo a la cara.
Kurt sonrió y se le quedo viendo un instante.
-¿No me ibas a preguntar algo? —dijo como volviendo de su ensimismamiento.
-Sí, pero tú me respondiste con un “depende” y comenzaste a concentrarte más en tu teléfono que en mi.
-¡Estoy concentrado en ti!, siempre estoy concentrado en ti… por ejemplo, ¿ya sabes que vas a  cantar para la “Critique”?, ¿no lo has olvidado?, ¿o sí?
-No… pero ya se me ocurrirá algo, además “Madame Tibideaux” se encargo de recordármelo hoy cuando intente hablar con ella.
-¿Intentaste hablar con ella?... ¿Por qué?
-Porque —dijo Blaine acostándose sobre su espalda— quería decirle que “botare” las clases adelantadas a las que me autorizo asistir.
-¿Por qué harás tal cosa? —quiso saber Kurt sentándose sobe sus talones.
-Para no incomodarte… pensé en decirle que prefiero tomar las que me corresponden y hacer el resto el semestre entrante.
-¿No crees que estas exagerando?
-¿Por qué? —pregunto Blaine al tiempo que ponía una de sus manos sobre el muslo de su prometido.
-Porque si, porque estas actuado como si me molestara tu presencia en todos lados, y no es así…
-¿No?
-¡Obvio que no!, aquello está muy lejos de ser real, además, ¡Dios nos ayude si decides contradecir a “Madame Tibideaux” en algo!, estoy bastante seguro que oculta un arma bajo su turbante.
-¿No te molesta entonces si sigo con las mismas clases que tú? —pregunto nuevamente empequeñeciendo sus ojos.
-No, no me molesta… es mas… creo que te han brindado una oportunidad única que no deberías desechar por nada… ¿Cómo es posible que te autorizara a tomar clases adelantadas?, ella nunca hace eso.
-Bueno, creo que se entero de mi pasado en Dalton y de las miles de actividades extracurriculares de índole artístico que había allí, además de mi súper extra estupenda audición claro —explico Blaine moviendo sus cejas al tiempo que se ponía las manos tras la cabeza como derrochando altivez.
-Claro… —dijo Kurt blanqueando sus ojos— ¿debo suponer que ella te ofreció la posibilidad entonces?
-Así es —respondió estirándose un poco como si se quitara 100 años de pereza— me explico y dijo: “Señor Anderson siéntase en libertad de hacer lo que le parezca más prudente”.
-Y a ti te pareció prudente aprovechar la oportunidad de ahorrarte casi un año de universidad, ¡excelente! —dijo acostándose de nuevo y arreglándose en la cabecera de tal forma que hizo que  sus cabezas se encontraran.
-Me pareció prudente, pero no quiero que te sientas ahogado de nuevo, eso sí, me quedare con “Historia del teatro” si o si,  porque el par de clases a las que asistí me parecieron espectaculares, así es que tendrás que verme en ese salón martes y jueves —advirtió Blaine comenzando a rascarle la cabeza— pero puedo sentarme atrás si lo deseas, o cambiarme de modulo y tomar el de la tarde.
-Ahora sí que estas exagerando —dijo Kurt disfrutando de los dedos de su prometido en su cabello como un gato lo haría.
-¿No me replanteo la posibilidad de cambiarme a la NYU entonces? —añadió Blaine bajando con su mano hasta la oreja de Kurt.
-¡Obvio que no!, ¡¿De que estas hablando?!… ganaste tu lugar en NYADA, mas que yo, más que Rachel, más que cualquiera de los que han entrado a la escuela, basta con escuchar lo que Carmen dijo en tu audición… ¡te comparo con Paul McCartney por todos los santos!
-¿La llamaste “Carmen”, Kurt Hummel? —dijo Blaine mirando a todos lados como si hubiese una cámara oculta en algún sector de la casa.
-Creo que si… —respondió comenzando a reír.
-¿Qué?...
-Nada… —contesto riendo más.
-¿Tienes…?, ¿tienes cosquillas aquí? —pregunto mientras le rodeaba el pabellón de la oreja con dos de sus dedos.
-Sabes que si… —respondió Kurt soltando pequeñas risas casi enmudecidas.
-Pues no lo sabía…
-¡Blaine Anderson!, ¿llevas una semana sin verme las 24 horas y ya olvidase las partes sensibles de mi cuerpo?
-Por supuesto que no las he olvidado, creo que no lo haría aunque me diera una amnesia repentina —sentencio Blaine acomodando las almohadas tras su cabeza.
-No te acomodes tanto, recuerda que hoy es lunes…
-¿Y?
-¿Cómo que “Y”?, Rachel llamo hace poco diciendo que acaba de terminar con sus ensayo y está en camino para acá, Artie sale de clases en media hora y Mercedes debe estar por llegar…
-Tienes razón, Sam me texteo que llegara en 40 minutos… ¡vaya! —dijo Blaine mirando su reloj— tiempo de sobra para…
-¡Para nada! —interrumpió Kurt apartándose y sentándose con corrección sobre la cama— te dije que Rachel llegara en cualquier minuto… por lo tanto, no hay tiempo para nada.
-Bien… pero si tenemos tiempo para que yo, Blaine Anderson, recuerde cuáles son tus partes más sensibles y “cosquilleables”… ¿verdad?
-Blaine…
-¿Por favor?...—insistió poniendo ojos de cachorro con pena— tienes todo listo… incluidos una preciosa flor y unas velas… además del bowl azul que creíamos perdido.
-Tienes razón…—dijo dándose por vencido ante las manos de su prometido— y a propósito de eso, me debes 13 dólares —añadió recostándose junto a él nuevamente.
-¿Por qué?... ¿es algún saldo de la renta que quede debiendo?
-No, es el costo de bowl que tuve que comprar en “Wallmart” antes que Rachel lo notara… por lo tanto… aunque pensándolo bien fuiste tú el que lo boto en tu arranque pasional, por lo tanto deberías ser tu el que asuma el costo total —dijo Kurt sonriendo, en parte por recordar aquel momento de pasión absoluta, como por volver a sentir los dedos de Blaine en sus lugares “cosquilleables”.
-¡Ah!, pero tú eres el que provoco aquel arranque, por lo tanto, deberías ser tú… —dijo Blaine volteándose hacia él en el “tú”— quien costeara todo el asunto.
-¡Ay gente aquí!... ¡hola!… —escucharon ambos desde la sala.
-¡Estamos aquí dentro! —grito Blaine como si aquello fuera la garantía de algo.
-¡Oh!... ¡soy yo! —volvió a gritar Mercedes— pero no se aflijan y sigan en lo suyo… sé donde esta todo… —añadió poniendo el contenido de  una fuente roja  a calentar en el microondas.
-¿No deberíamos salir? —dijo Kurt medio murmurando.
-Ya te dije, tienes todo listo, dame unos minutos… —pidió Blaine volviendo a lo de los ojitos de cachorro.
-Esta ben… —respondió Kurt quedándose donde estaba.

-¡Hola muchacha! —exclamo Artie entrando con una bolsa de “Zabar’s” en su regazo— ¿estás sola?, ¿dónde están los demás? —añadió quitándose la ropa de abrigo.
-Blaine y Kurt están en el dormitorio —respondió la chica haciendo una mueca como de complicidad propia de la secundaria.
-Oh… ¡hola chicos! —grito hacia donde se encontraban sus amigos.
-¡Salimos en un minuto!, estamos… —trato de decir Kurt pensando en algo.
-¡Leyendo sobre “Arlequín, Pantalone y Dottore”! —se adelanto en decir Blaine.
-¿Qué? —dijo Kurt modulando sin que ningún sonido saliera de su boca.
Blaine encogió los hombros como diciendo, “No se me ocurrió otra cosa”
-¡OK!—respondió Artie sin creer nada— ¿me recibes esto?—agrego tomando la bolsa del mercado que cargaba en su regazo.
-¡Claro! —dijo Mercedes moviéndose como si estuviera en su cocina.

-Tendremos que salir en algún momento, por mucho que aquí este más cómodo que en ningún otro sitio —murmuro Kurt sintiéndose como gato remolón de nuevo.
-Hagámoslo cuando terminen de llegar todos —sugirió Blaine en el mismo tono.
-Tienes un trato Blaine Anderson…

-Creo que un par de personas me reconocieron a la entrada del edificio —dijo Rachel entrando y quitándose el abrigo y el gorro acto seguido.
-Obvio, ¿No vivías aquí? —pregunto Artie que había encendido la televisión.
-Pero era gente que no vivía aquí…
-¿Conocías  a todos tus vecinos? —insistió Artie minimizando la popularidad que Rachel creía y comenzaba a tener.
-No…—respondió  la chica alargando las vocales y saludando a ambos— ¿Dónde está Kurt?
-Con Blaine en su dormitorio, ¿esto es orgánico? —pregunto Mercedes recibiendo una caja plástica con un “mix” de verduras dentro.
-¡SI! —exclamo Rachel dando unos aplausos— el “Veggie Monster” es increíble —añadió sacando una fuente para vaciar la ensalada.
-¿Sigues siendo vegetariana en New York? —pregunto Artie apagando el televisor.
-¡Obvio!... —respondió la chica dejando la fuente cerca de la cabecera.
-¿En serio? —insistió Artie moviendo su silla hacia la mesa de la cena— ¿con todos esos “hot-dog” rodeándote en cada esquina?
-Por eso mismo —dijo Rachel sentándose en la mesa de café de la sala— ¿donde está Sam?
-¡Yo no estoy con Sam! —exclamo Mercedes como dando un respingo.
Artie y Rachel intercambiaron miradas.
-Es decir, yo no he visto a Sam, cuando salí hoy para el estudio ya había salido del departamento —dijo sacando una fuente con arroz del microondas.
-¡Ah!, no importa —dijo Artie apuntando a la puerta.

-Creo que ahora sí que llegaron todos —dijo Kurt con sus ojos cerrados y concentrado al máximo en los mimos que su prometido le brindaba.
-Sí, ese es Sam… —corroboro Blaine al escuchar que Rachel saludaba la recién llegado— ¿vamos? —agrego levantándose.
-Vamos… ¿te quedaras aquí?... ¿verdad?
-Si me lo pides si…—dijo Blaine arreglándose el pelo en el espejo.
Kurt hizo un gesto encogiendo un hombro y frunciendo su boca, como explicitando que era eso lo que deseaba.
-Resérveme un lugar en su cama Señor Hummel —dijo Blaine dándole un beso.
-Y recuerda que aun debes decirme lo que querías preguntarme...—dijo Kurt volteándose hacia él.
-Lo se...— agrego apartándose al ver que Rachel se acercaba  a colgar la chaqueta de Sam.

-¡Vamos!, ¡te leeré un Fan Fiction de “Star War”! –exclamo Blaine entusiasmándose.
-No, ahora mismo no quiero… —respondió Sam con mas desanimo que nunca.
-¡Vamos será divertido! —repitió Blaine mientras buscaba algo entre sus cosas— encontré uno que habla de cómo los “Ewooks” son polígamos.
-Eso no es un “Fan Fiction”, claro que son polígamos… ¡es obvio!
-Espera… debes ver esto… es totalmente loco —insistió Blaine sacando su “Tablet”, pero distrayéndose al escuchar vibrar su teléfono— ¿hola? —dijo respondiendo la llamada.
-Buenas noches, ¿encuentro en este número al señor?… ¿Blaine Anderson?
-Si soy Blaine…
-Señor Anderson, mi nombre es Rahul Kumar, soy facultativo del New York Prebsiterian, ¿conoce usted al Señor Kurt Hummel?
-¿Kurt Hummel? —repito Blaine sintiendo que el piso se convertía en arena movediza bajo sus pies.
-Exacto, ¿lo conoce?
-Si… por supuesto que si… ¿Qué sucede?
-Señor Anderson, el Señor Hummel tuvo un accidente y fue ingresado hace media hora en la urgencia del hospital…
-¡¿Qué?! —exclamo Blaine interrumpiendo el discurso del doctor— ¿de qué está hablando?, ¿Quién es usted?
-Señor Anderson —repitió el doctor Kumar— el Señor Kurt Hummel tenía este número como EC, mas otro que pertenece al estado de Ohio, ¿conoce usted a esta persona?
-Si… es… mi prometido… —trato de hilar Blaine tocándose la frente.
-Como le dije, el fue encontrado por la policía en un callejón tras la avenida…
-¡Oh por Dios! —dijo mirando al cielo. Sam se levanto de su asiento y camino hasta donde su amigo haciéndole gestos para que le explicara que sucedía— ¿Cómo esta?
-Prefiero que se acerque hasta el recinto para explicarle con más claridad.
-¡Oh por Dios! —repitió Blaine pensando lo peor.
-¿Puede venir?
-Por supuesto, estoy en camino, gracias doctor…
-¿Qué paso? —pregunto Sam agachándose un poco para buscar la mirada de su amigo que se había quedado perdida en la pantalla del teléfono.
-Me llamaron del hospital…
-¿Le paso algo a tus Papás?
-No… es… es Kurt… —dijo con la voz media quebrada.
-¿Kurt?, ¿Qué le paso a Kurt? —repitió Sam poniéndole una mano en la espalda.
-Tuvo…. Tuvo un accidente… era un doctor “Kuan” o algo… me dijo que lo encontraron en un callejón.
-¡QUE!
-Debo ir al hospital… —agrego dejando su teléfono sobre la mesa para ir al  dormitorio en busca de su ropa de abrigo.
-¿Qué hospital?... ¡Blaine!
-No se… ¡debo irme!…—contesto tomando sus cosas.
-Oye… espera… —dijo Sam cogiendo su propio teléfono desde la mesa de café.
-Sam, no puedo… debo irme... —señalo Blaine gesticulando con sus manos.
-¡Oye!... —exclamo Sam tomándolo por  los hombros— no estás solo en esto… ¿de acuerdo?... yo te acompañare.
Blaine miro a su amigo pensando que nunca había sentido tanto miedo en su vida y que se sentía agradecido de estar acompañado en ese momento. Ambos salieron del departamento casi corriendo, Blaine se paro en medio de la calle esperando un taxi y Sam se dispuso a avisarle al resto del grupo lo que había ocurrido, empezando por Mercedes.
-¿Qué hospital es? —pregunto Sam para decirle al taxista.
-El Presbiterian… —respondió  Blaine tratando de comunicarse con Burt.
-Al Prebisteian por favor… no sé donde es pero asumo que Usted si…
-Por supuesto —dijo el taxista encendiendo la tarifa.
-¿A quién llamas?
-Estoy tratando de hablar con Burt, pero…
-Tal vez está durmiendo…
-No, por la hora debe estar en el taller, generalmente deja el teléfono en la recepción… ¡maldito buzón!... —exclamo colgando al llamada.
-Pues déjale un mensaje…
-¿Qué?... no puede enterarse de esto por un mensaje ¿Qué pasa contigo? —dijo Blaine volviendo a colgar y volviendo a maldecir— Sam, disculpa yo..
-No hay problema… Kurt estará bien… lo se… tranquilo… —aseguro Sam dándole unos golpes en el hombro.
-No sabes eso, el doctor que me llamo no supo decirme nada… yo… ¿Puede apresurase por favor? —pidió Blaine inclinándose hacia adelante para que el chofer escuchara su requerimiento. Este acelero un poco y Blaine sintió que podría llegar corriendo hasta Kurt si fuera necesario.
-Le  avise  a Mercedes y ella llamara Artie…
-Ok… gracias Sam…
-Oye te dije que no estás solo en esto, y en nada… ¿de acuerdo?
Blaine lo miro y trato de sonreír, pero termino emocionándose  a cambio.
-Rachel, se supone e iba a cenar con él, no sé si estará con Kurt o  estará ensayando, no se tampoco si puede recibir llamadas.
-La llamare de todas formas —dijo Sam manipulando su teléfono.
-¿Cuánto falta? —pregunto Blaine olvidando todo lo que conocía de New York.
-La próxima cuadra —dijo el chofer mirándolos por el espejo retrovisor— ¿en qué lugar los dejo?
-En la entrada de urgencias por favor —respondió Blaine haciendo el ademan de bajarse de inmediato.
-Muy bien… tengo que rodear la avenida porque no se puede doblar aquí a esta hora —explico el taxista indicando con su cabeza la señal correspondiente.
-No se preocupe nos bajamos aquí, Sam, paga por favor… —pidió Blaine a su amigo entregándole la billetera para bajarse del auto de inmediato.
-Pero Blaine... ¡espera! —exclamo tomando unos cuantos billetes y entregándoselos  al taxista acto seguido— ¡Blaine! —insistió al ver que su amigo cruzaba la New York Av. hacia la 68th St. sin mirar a ningún lado.
Blaine entro como desaforado a la sala de urgencias abrió la mampara de vidrio y paso a llevar a un par de personas que en ese momento abandonaban el recinto y se acerco al mesón  de la recepción.
-Disculpe… —dijo llegando hasta donde estaba la encargada.
La mujer hizo un gesto con su mano de que esperara, se encontraba con el teléfono en la oreja al tiempo que chequeaba cosas en el computador.
-Disculpe… —insistió Blaine dando unos golpes en el mesón— me llamaron… que mi prometido había tenido un accidente…
-Señor, estoy atendiendo a alguien que tiene las mismas necesidades que usted, espere un momento por favor —dijo la mujer en tono calmado pero firme.
Blaine trago saliva y se tomo la cabeza, dio un par de pasos en dirección a los asientos y volvió a acercarse al mesón para exigir información nuevamente.
-Disculpe… se que está ocupada pero esto es una emergencia, si usted no puede atenderme por favor dígame con quien puedo hablar —dijo Blaine desesperándose.
-¿Quién lo llamo? —pregunto la mujer aun con el teléfono en la oreja.
-El doctor… no lo sé…
La mujer levanto una ceja casi molesta, como si Blaine fuera tan incompetente que no podía recordar un simple nombre siquiera.
-La persona a quien viene a ver… ¿sabe su nombre?
-Kurt… Kurt Hummel
La recepcionista escribió  un par de datos en el computador y miro lo que se suponía y era la ficha clínica del paciente, luego miro a Blaine y después otra vez la pantalla del computador.
-¿Que sucede? —quiso saber Blaine respirando a penas.
-¿Es usted familiar del señor Hummel?
-No… soy…
-Entonces no puedo darle ningún tipo de información, espere a que salga el doctor.
-¿Qué?
-¡Como esta!, ¿Qué te dijeron? —dijo Sam tratando de recobrar el aliento y llegando como si hubiera corrido la maratón.
-No me dicen nada, no soy su familiar —contesto Blaine a punto de romper en llanto.
-¿Qué?... ¿pero qué estupidez es esa?... ¡oiga!... ¡oiga! —chillo Sam chasqueando sus dedos.
-¿Señor?...
-¿Cómo es eso que no pueden dar información sobre nuestro amigo?
-Solo familiares —respondió la recepcionista como si fuera una autómata.
-Ya déjalo Sam, esperaremos a que salga el doctor —dijo Blaine mirando hacia adentro cada vez que se abría la puerta para el personal autorizado.
-No nada de déjalo… ¿sabía que él es su novio?... ¡maldita sea!
-Señor si no se calma llamare a seguridad —advirtió la mujer poniendo cara de acido.
-¡Blaine! —grito Rachel entrando como desesperada, traía el cabello revuelto y su abrigo a medio poner. Camino rápido para abrazar a Blaine y este le conto lo que estaba sucediendo, que nadie le decía nada porque solo estaban autorizados a informar a los familiares directos y que solo les quedaba esperar a que apareciera el doctor que  aun no recordaba y cómo se llamaba.
-Disculpe señora…—insistió Sam— no quiero parecer impertinente ni nada de eso, pero mi amigo aquí es el novio de Kurt, ¡se van casar!, ¿sabe usted porque se casa la gente?, ¿verdad?, eso debe ser garantía de algo, viven juntos y todo, bueno, ya no viven juntos porque tuvieron una pelea súper grande por culpa de un escritorio mal ubicado… pero ¡da lo mismo!, le aseguro que nadie, nadie, se preocupa más por Kurt Hummel que Blaine Anderson, es todo para él… somos sus amigos y  solo queremos saber cómo esta… y usted solo debe hacer eso con su computadora e informarnos de lo que dice —dijo Sam haciendo el movimiento con sus dedos como si escribiera el mismo en el teclado de la recepción del “NY Presbiterian”
La recepcionista lo miro un instante e hizo lo que Sam le pidiera.
-Al Señor Hummel lo está atendiendo el Doctor Rahul Kumar, podrán hablar con él en cuanto se desocupe.
-¿Y el es…? —dijo Sam poniendo cara de niño travieso.
-Aquel que esta hablado con esa persona —dijo la recepcionista apuntando al facultativo respectivo— es uno de los residentes que  esta de turno esta noche.
-Mucha gracias… de verdad, mi nombre es Sam Evans —dijo estirando su mano. La mujer lo miro de arriba  abajo y le toco los dedos con los suyos— y si alguna vez necesita un modelo para sus productos de urgencia, como batas o esas cosas para escuchar el corazón, o algo, llámeme, tengo muy buen semblante pero puedo fingir estar enfermo si me lo pide.
La señora lo miro como con cara de loca.
-Ahora… ¿usted sabe porque el “Doctor Romano” no se movió cuando le cayó el helicóptero en ese episodio de “er”?
-Buenas noche señor…—dijo la mujer volviendo a su trabajo.
Sam le hizo un gesto con sus pulgares y miro al doctor que la recepcionista le indicara, luego miro a su amigo a quien Rachel lo tenía medio tomado de un brazo.
-¡Blaine!... ¡él es el doctor! —dijo Sam apuntando hacia la puerta de entrada de los pacientes— ¡ven! —añadió haciendo más gestos.
-¿Qué? —pegunto Blaine llegando hasta donde estaba su amigo.
-La Señorita aquí dijo que él es el doctor que está atendiendo a Kurt, pregúntale… —indico Sam empujándolo hacia adelante para que se acercara.
-Disculpe… —dijo Blaine tratando de hacerse espacio entre un señor obeso y el que parecía ser su hijo— señor…
El Doctor escucho las indicaciones de otro de los médicos y consulto un par de fichas de la casi docena que tenía en una mano, le dijo a Blaine que esperara un segundo  y continuo leyendo.
Rachel miro a Sam y este le devolvió la mirada pensando que estar en el piel de Blaine en ese instante era lo peor que existía.
-Dígame… —dijo el Doctor poniéndole  atención a medias.
-Mi nombre es Blaine Anderson, alguien  me llamo para avisar el accidente de mi prometido, creo que fue usted, pero no lo recuerdo… no sé nada, nadie me ha dicho nada y la persona de la recepción me dijo que no me daría información porque no soy su familiar… no se qué hacer… por favor… —aseguro Blaine casi suplicando.
-Ella hace su trabajo,  es la política del hospital, dígame a quien busca.
-Kurt, Kurt Hummel, lo ingresaron por un accidente, pero no se mas…
-Déjeme entrar a ver, espere aquí —le dijo mientras volvía a entrar por la puerta de los ingresados.
-Disculpe... por favor necesito saber como esta, que le sucedió, si sabe algo dígamelo.
-Yo lo recibí pero ahora está a cargo de algunos especialistas, sufrió un ataque, la policía nos comunico que sus pertenencias estaban intactas por lo que suponemos que fue solo una golpiza de esas que no quisiéramos recibir nunca  —explico el Doctor abriendo la puerta.
-¿Pudo hablar con él? —insistió Blaine impidiendo que ingresara.
-Así es, recupero la conciencia mientras lo trasladaban hasta aquí e hizo la declaración ante la policía, ahora iré a ver como esta…
-Gracias doctor… ¡disculpe! —exclamo  como recodando algo.
-¿Si? —respondió el residente deteniéndose en la puerta.
-¿Es posible que Usted hable con su Papá?, para que le explique la situación.
-Por supuesto, déjeme ver como sigue y le comunico a ambos —respondió entrando por fin.
-¿Qué te dijo? —pregunto Sam de inmediato acercándose junto a Rachel.
-Que irá a ver como esta… ¡Maldición! —dijo mirando su teléfono— juro y tenía el numero de Elliot, pero ahora no lo encuentro… ¿lo tienes tu?
-No, ¿por que habría de tenerlo?
-¿Qué hay de ti Rachel?
-Yo lo tengo… —dijo al chica dirigiéndose al asiento donde tenía su cosas.
-¿A quién llamas  ahora? —pregunto Sam soltando un poco de aire de alivio la ver llegar a Mercedes y a Artie.
-A Burt, si no le aviso Kurt no me lo perdonaría nunca —dijo Blaine acercándose otra vez al mesón, como si el Doctor estuviese tardando un par de horas en traer información.
-¿Cómo esta?, ¿ya despertó? —pregunto Mercedes abrazando a Rachel.
-No lo sé, no nos dicen nada porque no somos su familia —explico la chica como con rabia.
-¿Cómo esta Blaine? —pregunto Artie mirando hacia donde este estaba.
-Asustando, preocupado, me pidió el teléfono para avisarle  a Elliot.
-¿Han hablado con alguien? —quiso saber Artie haciendo como que descolgaba su mochila desde atrás de la silla.
-Yo te ayudo —dijo Mercedes descolgándola por él.
-Al parecer no, vengan, vamos a donde están los chicos —dijo Rachel haciéndose paso entre los asientos— Blaine, Artie y Mercedes llegaron —agrego tomándolo por la espalda. Blaine saludo a ambos y contuvo el llanto lo más que pudo.
-¿Llamaste?—pregunto el chico mirando a Rachel.
-Ahora lo hare… —respondió buscando el numero y alejándose para hablar con otro de los amigos de Kurt.
-¿Qué sucedió?, ¿tampoco han podido averiguar?—pregunto Mercedes tomando la mano de Blaine.
-El Doctor dijo que había sido un ataque… perdonen chicos pero debo estar atento para cuando salga el doctor —contesto Blaine apuntando hacia atrás con su pulgar.
-Claro… chicos sentémonos allá —dijo Sam llevando a todos a uno de los rincones de la sala de espera.
Blaine se instalo nuevamente frente al mesón pensando que aquella era la espera mas angustiante que había tenido que afrontar en toda su vida. Pensó mil cosas, entre ellas, que daría lo que fuera para ser él quien estuviese en esa sala urgencias y no la persona que mas amaba en todo el mundo.