(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Abril de 2014




-Podemos… aunque… —dijo Kurt moviendo la bandeja hacia un costado de la cama para hacer espacio y acercarse a su prometido como un gato lo haría— tenemos tiempo ahora para hacer por lo menos 8 —añadió montándosele en el regazo.
-Vaya…—dijo Blaine tomándolo por los muslos— mis desayunos nunca terminaron así…—agrego dándole un beso— a pesar que ponía mucho empeño en ellos.
-Eso…—contesto subiéndole la camiseta del pijama para tocarle la panza— es porque mis desayunos son especiales— sentencio quitándosela del todo.
-¿Desayunos 2.0? —pregunto Blaine incorporándose un poco en las almohadas para abrazarlo con propiedad.
-Definitivamente —respondió Kurt casi perdiendo el aliento al recibir el más apasionado de los besos.
Blaine se sentó sobre las almohadas y tomándolo por la espalda acerco mas a Kurt a su cuerpo, le beso la boca y el cuello y comenzó a desabotonarle la camisa del pijama.
-¿Qué forma es esta? —pregunto Kurt a media voz mientras echaba su cabeza hacia tras como rogando por mas besos.
-¿Qué cosa? —pregunto Blaine besándole el comienzo del pecho.
-De las… 125… esas que… mencionaste —respondió Kurt revolviéndole el pelo.
-Pues… diría que es… la 55… —dijo de vuelta terminando de quitarle la camisa del pijama.
-¿Por qué no empiezas por la “1”?
-¿Cómo? —pregunto de vuelta Blaine más concentrado en el cuerpo de su prometido.
-El “1”… el orden funciona para mi… ¡Dios!... —exclamo Kurt sintiéndose arrebatado por la boca de su prometido— ¿te he dicho que mataría por tus labios? —agrego al sentirlos en su pecho.
-¿Lo harías?
-Ponme a alguien delante y veras…
-Te amo Kurt Hummel… —dijo Blaine perdiéndose en sus ojos. Kurt sonrió y le tomo la cara para besarlo como le gustaba, se hizo dueño de su lengua y con su aliento le lleno la boca. Blaine suspiro casi intoxicado y movió su cuerpo hacia adelante para terminar de acomodarse en la cama. Sostuvo a Kurt firme por el trasero y dio una vuelta con el encima. Kurt soltó una risa al sentirse maniobrado y le hizo espacio a su prometido entre sus piernas. Blaine lo miro y se contagio de la risa, le acaricio el cabello y volvió decirle que lo amaba más que a nadie, al tiempo que acomodaba su cuerpo a las formas turgentes y varoniles del hombre de su vida.
-¿Gente?... ¿hay alguien aquí?
-¿Qué?... —dijo Kurt incorporándose y poniendo oído— ¡con un demonio!... —añadió apartando a Blaine hacia un lado— ¡es Artie! —dijo levantándose con tanto ímpetu que su prometido termino por caer de la cama.
-¿Qué?... ¿no estaba en otra parte? —pregunto asomando su cabeza desde el piso.
-AL parecer regreso… —dijo Kurt hablando entre dientes y mirando hacia la sala.
-¿Kurt?...—insistió el chico casi llegando a donde estaban.
-¡Artie!... —exclamo este asomándose a la sala. Trato de arreglarse el cabello y de aparentar normalidad lo más que pudo, sin notar que había abotonado su pijama de la mas torpe de las manera.
-Hola… ¿Qué estabas haciendo?... ¿aun no te levantas?... ¿esta Blaine contigo? —pregunto mirándolo de medio lado.
-¡Tantas preguntas!... y a tan tempranas horas… ¿Qué haces aquí? —contesto Kurt echándose aire con una de sus manos como si no pudiera mas de sofoco.
-Vine porque Rachel me prometió un par de guiones de la productora de Sidney… ¿esta en el teatro? —quiso saber Artie rodando con su silla hasta el cuarto de Rachel.
-No… esta en Lima… ¿no te dijo nada?
-¡¿En Lima?!... ¿Por qué?
-Quería contarle todo a sus Padres… ¿de verdad no te dijo nada?… —insistió Kurt apuntándolo con una cuchara de madera.
-No…
-¡Artie!... bienvenido… —exclamo Blaine exagerando el saludo— ¿desayunaste?
-No… ¿ustedes?
-Comeríamos luego de hacerlo…—respondió Kurt como si nada.
-¿Qué?...
-Es decir… luego de hacer el desayuno… comeríamos luego de hacer el desayuno… ¡la única forma de comerlo!... ¿verdad Blaine? —dijo Kurt abriendo sus ojos y aguantando una risa.
-Exacto… luego de hacerlo… haríamos 55 desayunos diferentes —agrego Blaine mirando a Kurt.
-¿De que están hablando?... ¿acaso…?… ¿acaso interrumpí algo? —pregunto Artie mirándolos a ambos.
-El desayuno… ¡que mas! —aseguro Kurt fijándose en lo mal abotonada que estaba la camisa de su pijama y corrigiendo la posición de los botones de inmediato de espaldas a todos.
Artie les dio una mirad llena de sospecha y Blaine le devolvió otra tan inocente que Artie creyó que estaba frente a un bebé de oso panda sin madre.
-¿Esa es nuestra correspondencia? —pregunto Blaine apuntando el regazo de su amigo.
-Si… me las entrego una persona que parece y estaba revisando todas las casillas.
-¡Ah!... debe ser nuestro vecino del primer piso, estoy bastante seguro y cree que vivir en el departamento “1” lo hace dueño y señor de todo el hall de entrada —dijo Kurt alistando tres tasas.
-¿Y no han puesto una queja?
-¿A quién?
- No se... al conserje del edifico —dijo Artie entregando el montón de cartas a Blaine.
-Pues este edifico con suerte tiene puertas… no le pidas que tenga un portero a la entrada —dijo Kurt poniendo a hervir más agua.
-¿Han sabido de Sam?... ¿o de Mercedes? —pregunto Artie acercándose a la mesa.
-Sam me llamo ayer… —contesto Blaine mientras apilaba las cartas en cuatro montones— esta bien y no pudo resistirse de ir a visitar Mckinley.
-¿La sala de ensayos es…?
-Es un laboratorio de computación… efectivamente, hablo con Mister Schuester y le explico que ni dos segundos se demoraron en instalar todo.
-¿Cómo es eso posible?, cuando el club requería algo tenia esperar meses… y ahora…
-Si… muy frustrante… ¿Qué esto que recibe Rachel? —pregunto Blaine mostrando una revista doblada a lo largo.
-Es la revista “Backstage”, se supone y la recibe cada quince días cuando aparecen los números dedicados a los diferentes “casting” de las obras en Broadway —respondió Kurt que seguía sacando cosas como para un desayuno de 20 personas.
-¿Para qué quiere esto si ahora está en show de televisión? —pregunto de vuelta Blaine poniendo la revista en la pila correspondiente a su amiga.
-No lo sé Blaine, ¿quién comienza por el 55 y no por el 1? —dijo Kurt como con reproche.
Blaine negó con la cabeza sonriendo coqueto.
-¿De que están hablando?... ¿de preguntas de algún examen? —dijo Artie sintiéndose cada vez mas confundido.
-Exacto de preguntas de… ¡Sí!... —exclamo Blaine mirando un sobre a su nombre que sobresalía de los demás por el material y por el tipo de letra con que estaba impreso su nombre y dirección.
-¿Qué sucede?... ¿no son malas noticias?, ¿o sí? —quiso saber Kurt acercándose.
-No… nada de eso… —contesto Blaine con una gran sonrisa— Artie… escucha… —agrego tomando la silla y moviéndolo hacia la salida.
-¡¿Qué demonios?!... —exclamo este mirándolo hacia atrás.
-Disculpa por ser tan descortés pero con Kurt debemos… ya sabes… y… ¡ah!... Rachel dejo esto para ti en caso de que ella no estuviera —termino por decir Blaine entregándole una carpeta rosada con los guiones que requería dentro.
-¿Son los guiones?... ¡genial!... ¿les importa si los reviso antes de irme?...
-Nos importa… el parque es un gran lugar donde puedes leer y revisar lo que sea… ¿verdad Kurt?
-Verdad… —respondió Kurt un tanto extrañado, sin saber porque Blaine quería que Artie desapareciera con tanta premura.
-Pero…
-¡Exacto!… nos vemos… —añadió Blaine dejando a Artie al otro lado de la puerta.
-Eso fue rudo… —dijo Kurt medio divertido.
-Lo se... pero… necesitaba recuperar la intimidad contigo.
-¿Por lo del 55?
-Un momento… —dijo Blaine caminando hacia Kurt como si hiciera un paso de baile— creí que te había molestado no empezar por el numero 1 —añadió ciñéndolo a él por la cintura.
-No me molesto… contesto echando medio cuerpo hacia atrás, como si se hiciera de rogar de algo que nadie en su sano juicio podría— es solo que a veces tanto preludio nos demora de lo esencial —añadió poniéndole sus manos sobre el pecho.
-Creí que te gustaba el preludio.
-Me gusta… —dijo abrazándolo por el cuello y dándole un beso después— es solo que a veces sobra… si sabes a lo que me refiero.
-La verdad es que no, pero pretenderé que si… —contesto Blaine dando el otro beso— ahora… —agrego apartándose.
-¿Qué?... ¿te estás vengando de mi?
-¿Qué?... ¡no! —dijo Blaine tomando el sobre que lo emocionara segundos antes.
-¿Por que te apartas entonces?... ¿no se supone y tenias 125 cosas por hacerme?
-Pues creo… —dijo Blaine sentándose a la mesa— esto te hará disfrutar más que todas esas cosas juntas —añadió deslizando el sobre hasta el otro extremo de la mesa.
Kurt arrugo el entrecejo y se acerco como con reticencia.
-¿Qué es? —pregunto haciendo un gesto de sospecha.
-Ábrelo y veras —respondió Blaine moviendo sus cejas.
-Ok… —dijo tomando el abrecartas desde una de las mesas laterales— ¿esto?... ¿es?... —dijo leyendo el remitente.
-Así es…
-¡Blaine! —exclamo tomando el sobre con ambas manos y procediendo a abrirlo con el mayor de los desesperos.
-Lo sé… —dijo sonriendo mientras miraba la reacción de Kurt casi embobado.
-Es de la American Theatre Wing's… ¿son…?
-Invitaciones para los Tonys 2014… —dijo Blaine terminando la frase.
-¿Cómo conseguiste esto?... ¿son reales? —pregunto mirándolas a contraluz como si tuviesen algún sello de agua o algo más.
-¡Por supuesto que lo son!…
-¡Oh por Dios!... creo que voy a desmayarme… —agrego tomándose la cabeza y después el pecho.
-Pues en ese caso… —dio Blaine poniéndose de pie para acercarle una silla y evitar así el desvanecimiento.
-¿Cómo conseguiste esto? —quiso saber Kurt leyendo y releyendo las invitaciones, al tiempo que se dejaba caer sentado.
-Pues… ¿recuerdas a June Dolloway?
-¿Ella te las dio?
-Obviamente… —dijo Blaine llenado un vaso con agua.
-¿Por qué?
-Bueno creo que debe ser porque le conté como un millón de veces la ceremonia que hacías para ver los premios.
-Incluido nuestro cartón de apuestas.
-En especial tu cartón de apuestas… bébetelo, te ayudara a no desmayarte —aseguro Blaine agregando dos cucharadas de azúcar al agua del vaso.
-Gracias… —respondió Kurt sin quitar los ojos del sobre ni de las dos invitaciones.
-Pues como decía, le conté aquello y me dijo que ella siempre recibía invitaciones para ese y otros eventos, y que si recibía este año me las regalaría, no le creí por supuesto, pero…
-Hugh Jackman será el anfitrión este año… ¿lo sabías verdad?... ¡oh por Dios!, no puedo creer que estaré a centímetros de su cuerpo de ensueño.
-Afortunadamente para mí, no son asientos tan cercanos…
-Aunque fueran casi en el tejado, estamos adentro que es lo que importa… ¡Daniel Radcliffe estará allí!... ¿sabias que esta nominado por “The Cripple of Inishmaan”?... ¿verdad?
-Lo sé… “Best Revival Of A Play”, al igual que Zachary Quinto por “The Glass Menagerie”
-¿Crees que lo podamos conocer?
-¿A quien?
-¡A Daniel!... muero por su acento ingles… y otras cosas también… —dijo Kurt bebiendo mas agua.
-¿Sabías que mide 1,65?
-¿Y?... tengo fascinación por los pequeños… creo y deberías saberlo… —dijo guiñándole un ojo.
-Si claro… pero bueno… asumo y toda esta emoción indica que quieres ir…
-¿Estas bromeando?... ¡Obvio que quiero ir!... ¡Blaine!... ¡esto es fantástico!… ven aquí… —dijo Kurt poniéndose de pie mientras daba pequeños saltos. Blaine sonrió y se levantó de su silla, se acerco a él y creyó sentirse mareado con los brincos que su prometido daba.
-Este comportamiento no será permitido en el “Radio Music city Hall”… espero y lo sepas.
-¡Lo sé!... lo sé... —dijo auto calmándose— solo tenía que sacarlo de mi interior… —agrego moviendo los brazos hacia abajo como si liberara tensión— esto es lo más maravilloso que pudiste organizar… te lo agradeceré por siempre —termino por decir Kurt dándole un abrazo.
-Por nada, es un placer para mi hacerte feliz… —contesto Blaine besándole un hombro.
-¡Te amo Blaine Anderson! —exclamo tomándole la cara.
-Y yo te amo mas…
-Eso no es posible… ahora ven conmigo… —dijo tomándolo de un brazo para guiarlo al dormitorio.
-¿Qué haces?... ¿quieres algo de los 125?
-No… a mí se me acaba de ocurrir un 126… —contesto mordiéndose el labio, feliz por todo

Agosto de 2039



-¡No me comas!… el “Papáblen” hizo comida… —contesto Noah riendo.
-Tienes razón… ¿vamos? —dijo estirando su mano.
-Vamos… —contesto Noah tomando a “Desmond” y saliendo junto a su Papá del cuarto— pero… ¡creo que necesito ir al baño antes! —agrego entregándole su juguete.
-Pues ve entonces… ¿te espero aquí? —pregunto Kurt en la puerta del cuarto de su hijo menor.
-¡No es necesario!… —respondió desde el baño.
-Muy bien… ¡te espero en la cocina bebé!
Kurt bajo hasta la cocina y desde la puerta miro hacia la sala. Sebastian estaba sentado junto a un hombre guapo y bien vestido y un niño vestido como los Warblers miraba por la ventana. Kurt concluyo que eran el esposo e hijo de Sebastian respectivamente, vio a Blaine sentado en uno de los sillones y Lizzie a su lado, Henry también había llegado y parecía contarles a todos algo sobre una construcción muy alta.
-Listo Papá… —dijo Noah pidiendo a su dinosaurio de vuelta— ¿Qué miras? —añadió poniéndose en puntas de pie para mirar también.
-Miro a los invitados cariño… ¿acaso te cambiaste de camisa? —quiso saber Kurt mirándolo de medio lado.
-No… solo me puse esta “cobata”
-¿Para lucir elegante bebé?
-Debo hacerlo… —contesto Noah como si ya estuviera harto de explicar la importancia de lucir elegante aquella tarde.
-Llego tu hermano.
-¿Henry Anderson Hummel está aquí?
-Así es… —respondió Kurt soltando un poco de aire.
-¿No vamos a salir? —pregunto el pequeño mirándolo hacia arriba.
-Si… por supuesto… vamos —contesto sin mucho convencimiento.

-¡Henry Anderson Hummel! —exclamo Noah llegando a la sala y abrazando a su hermano primero que nada.
-¡”Goblin”!... ¿Cómo esta tu brazo? —dijo Henry recibiéndolo sobre él.
-Bien… pegado a mi cuerpo —contesto meneando la extremidad desde el hombro.
-¿Te has sentido bien?
-Se ha sentido perfectamente… ¡buenas tardes a todos!… hola hijo… —dijo Kurt saludando a Henry primero que nada, para seguir con el resto de los invitados después.
-Hola Kurt… él es mi esposo Tyler, y este es Gable nuestro hijo —explico Sebastian apuntando a cada uno.
-Gusto en conocerte Gable, a ti también Tyler —dijo estrechándole la mano— debo decir que no tienes cara de doctor —comento como por decir cualquier cosa.
-Pero lo soy… te puedo mostrar mi identificación si gustas —contesto el aludido riendo.
-No, no es necesario, Noah, acércate cariño —dijo Kurt haciéndole una seña a su hijo— este es nuestro hijo mas pequeñito.
Noah saludo a cada uno y le susurraba cosas a Desmond, como si le explicara a su juguete favorito quienes eran aquellas personas.
-¿Puedo invitarlo a mi cuarto? —pregunto Noah acercándose a Kurt
-Si él quiere por supuesto…
-Le “consuntare”
-Pero no te entretengas mucho, cenaremos en menos de 10 minutos —advirtió Kurt sentándose en frente de Blaine, este le guiño un ojo y Lizzie blanqueo los suyos divertida— ¿de qué hablaban? —añadió observando a Noah que se acercaba a Gable y lo invitaba a su cuarto. El pequeño hijo de Sebastian miro a sus padres como pidiendo autorización y se levanto para seguirlo.
-Henry nos contaba del curso que está tomando y que probablemente lo llevara conocer la “Willis Tower” en Chicago —explico Blaine apuntando a su hijo mayor.
-¿De verdad?... pero tú ya la conoces… —contesto Kurt aun mirando a su hijo menor, como si temiera que el pequeño heredero de los genes de Sebastian fuera a decirle algo pesado.
-Si… pero ahora iremos con nuestro profesor, será mucho más instructivo que cuando fui por primera vez, pero bueno, es algo que todos suponemos, pero en realidad no se sabe —explico Henry bajando las expectativas de todos.
-Los padres de Tyler son arquitectos —dijo Sebastian tomándole un hombro a su esposo.
-¿Si?..
-Así es…
-Debes ser como el rebelde de la familia al dedicarte a la medicina —opino Blaine haciendo el gesto de comillas con sus manos cuando mencionaba lo de rebelde.
-Pues para mis padres lo soy —respondió Tyler bajando su cabeza como si lamentara aquello en broma.

-¿Cuándo te quebraste un brazo? —pregunto Gable llegando al cuarto de Noah
-Me caí de un árbol… estuve en el hospital… —explico cómo para que le tuvieran mayor consideración a su accidente.
-Yo una vez me trague un par de centavos y también estuve en el hospital un día —conto Gable entrando en la habitación— ¡Wow!, ¡que habitación tan grande tienes!... —exclamo mirando todo.
-Lo sé… es muy grande para mi tamaño, pero mi “Papáblen” me dice que cuando crezca querré una más grande, yo creo que no… —explico encogiendo un hombro y sentándose junto a “Desmond” en la orilla de la cama.
-¿Por qué tienes una tienda aquí dentro? —quiso saber el hijo de Sebastian metiendo su cabeza por la abertura.
-Para leer mis libros con “prevacidad”
-¿Querrás decir privacidad?... ¿y cómo puedes saber leer si aun no vas a la escuela?, ¿eres superdotado o algo parecido? —pregunto de vuelta el chico tomando algunas de las cosas de Noah.
-No se… pero mi Papá me los lee cuando llega la hora de dormir, después recuerdo la historia por los dibujos.
-Claro…—dijo Gable mirándolo con los ojos empequeñecidos— ¿invitas a gente a jugar aquí?
-Liverpool viene cuando el Tío Dylan Westbrook y la Tía Lily Stewart-Westbrook vienen a vernos, ellos viven en Inglaterra.
-¿Un niño se llama Liverpool?... ¿Qué clase de nombre es ese? —quiso saber Gable siguiendo con su curiosidad, esta vez en los estantes de Noah.
-Es un nombre… ¿tú tienes muchos amigos?
-Los suficientes…
-“Desmond” y yo haremos muchos amigos cuando empiece la escuela, mi “Papáblen” me lo dijo.
-¿Quién es “Desmond”?
-“Desmond”… —repitió Noah alzando su dinosaurio.
-¿Sabes que es un juguete?, ¿verdad?
-Lo sé, pero no por eso no voy a hablarle, ¿tú no hablas con tus juguetes?
-No…
-¿Y no crees que ellos se sienten mal por eso?, ¿tal vez están tristes?…
-Ok… —respondió Gable como aguantando una risotada.
-¿Qué?...
-Ustedes son bastantes raros.
-¿Por qué?
-Primero porque tu hermana se presento como con 8 moños diferentes en la cabeza, quise reírme pero mi “Papá 1” me lo impidió, segundo…
-Lizzie tiene mucho cabello le alcanzan varios moños… ¿tú no tienes una hermana?
-No… y espero que nunca la tenga… segundo… tu hermano saludo con un beso a tus Papás… ¿no está muy grande para eso?...
-No, porque los quiere… ¿tú no quieres a tus Papás?
-Sí, pero no los ando besando a cada rato… —dijo Gable crispando la nariz— por último, ¿sabías que tus gafas no tiene vidrio? —añadió terminando de enumerar lo que decía con sus dedos.
-Lo sé… —respondió Noah subiéndoselos por el puente.
-Entonces, ¿por qué los usas?
-Porque me gustan…
-Ok… eso es lo más raro de todo.
-¿Y no es raro usar un uniforme de un colegio que ya ni “exipte”?
-¡Dalton existe! —exclamo Gable como ofendido.
-Pero tú no asistes allí…
-¿Cómo lo sabes?
-Porque está en Ohio y ese es otro estado, tendrías que levantarte muy “tempano”
-Eso es verdad… —contesto Gable riendo como el niño que era— a pesar de raro, eres muy simpático.
-Mi Papá dice que debo ser como soy… y que está bien...
-Pues mi “Papá 2” me dice a mí que hay que guardar las apariencias… aunque no sé qué es eso…—dijo Gable mirando un par de libros.
-¿Todo bien aquí? —dijo Kurt asomándose por la puerta.
-Si Papá, a Gable le gusta mi cuarto.
-¿De verdad Gable?...
-Si… es muy grande, el mío no lo es tanto —contesto el niño haciendo una mueca.
-¿Qué quieres Papá?
-Pues vengo a decirles que al cena está servida, por lo tanto… ¡a comer! —exclamo Kurt dando unos aplausos como si dirigiera a un salón lleno de niños.
-¿Dónde puedo lavar mis manos Señor Hummel?
-Tercera puerta a la derecha —respondió apuntando hacia el baño.
-Yo lavare las mías… —dijo Noah mirándose las manitos y bajándose de la cama de un salto.
-Noah, cariño… espera… —pidió Kurt agachándose para mirar a su hijo a la cara— ¿estás bien?
-Si…
-¿Seguro?
-Si…
-¿Gable no te dijo nada?
-Dijo muchas cosas, algunas verdad, otras mentira…
-¿Ninguna de ellas te ofendió? —quiso saber Kurt que aun pensaba mal del hijo del que siempre seria su enemigo número uno.
-¿Que es ofender?
-Decir algo que te moleste, o que te insulte, que te haga poner triste de algún modo…
-No para nada…
-Me puedes decir cualquier cosa… ¿lo sabes?, ¿verdad bebé?
Noah sonrió y lo abrazo por el cuello, le dio un beso en la mejilla y le respondo que todo estaba bien. Kurt le sonrió de vuelta y le acomodo la corbata y el cabello.
-Lavare mis manos…—repitió el pequeño enseñándolas.
-Muy bien… no mojes tu yeso, ¿de acuerdo?
-Lo sé…
-Estamos todos en la mesa… ¡apresúrate bebé! —termino por decir Kurt mientras salía de la habitación.

-¿Cómo se conocieron? —pregunto Kurt una vez que todos se instalaron en los puestos asignados y se disculpo a nombre del cocinero por el olor a humo que aun había en la casa.
-Bueno… —dijo Tyler haciéndole una venia a Sebastian para que él contara la historia.
-En la Universidad… —respondió este bebiendo vino— nos conocimos en la fiesta de bienvenida a los nuevos alumnos, se supone y solo sería una relación sin compromiso, ya saben solo… —dijo Sebastian mirando a los pequeños presentes— S-E-X-O —agrego modulando sin hablar— pero uno de los dos cometió la imprudencia de enamorarse —concluyo sonriendo.
-Y si era un acuerdo, ¿quién fue el imprudente que no lo respeto? —pregunto Lizzie apuntando a ambos con el tenedor.
-¡Lizzie!... —dijo Kurt mirándola como con impacto.
-No, esta bien Kurt… no hay problema… —dijo Sebastian sonriendo.
-¿Fuiste tú?... —pregunto Kurt ocultando su curiosidad tras su copa.
-No… fui yo en realidad —se adelanto en decir Tyler limpiándose con su servilleta— nunca pude aceptar el concepto de “amigos con beneficio” —añadió haciendo las comillas con sus dedos
-¿Que es “Amigos con “bemeficios”? —pegunto Noah tomando su vaso de leche con ambas manos
-Es cuando puedes usar el auto de tu amigo sin problemas —explico Lizzie mirando a su hermano.
-Oh…—dijo el pequeño como si aquello fuese algo sumamente impresionante.
Sebastian sonrió enseñando todos sus dientes. Kurt pensó en preguntarle si le habían salido un par de piezas más desde la última vez que lo había visto.
-¿Cómo se conocieron ustedes? —quiso saber Tyler cortando una porción de carne.
-En Dalton… Kurt fue de visita y nos conocimos allí.
-¿En tu escuela amor? —pregunto Tyler mirando a Sebastian.
-En mi escuela… —respondió este mirando a Blaine.
-Un momento, ¿ustedes fueron compañeros de clase? —pregunto Tyler apuntando con su cuchillo a Blaine y a su esposo de manera alternada— nunca mencionaste eso.
-Es porque no lo fuimos, cuando yo ingrese a Dalton, Blaine se había transferido a Mckinley.
-El “Papáblen” se cambio hasta de colegio para seguir al Papá… ¡es lo mas romántico que he escuchado en toda mi vida!… y eso que he escuchado muchas cosas… —dijo Lizzie sonriendo y poniéndose las manos en el pecho.
-Gracias Princesa —respondió Blaine guiñándole un ojo a su hija.
-Opino lo mismo —agrego Henry al tiempo que ayudaba a su hermano menor a cortar su comida.
-¿Son novios desde la secundaria entonces? —pegunto Tyler mirando a ambos.
-Así es… —contesto Kurt cogiéndole la mano a Blaine— tuvimos un solo quiebre, pero después de eso no nos hemos separado nunca.
-Solo cuando nací yo… el “Papáblen” estaba en Alemania —recordó Noah mascando papas.
-Claro, tu quinto tour por Europa… —dijo Sebastian como si fuese el presidente del fans club de Blaine.
-¿Cómo sabes eso? —quiso saber Kurt comenzando a inquietarse.
-Pues debo confesar que soy un fan de Blaine…
-¿Fan?... —repitió Tyler bebiendo de su copa— creo que no es miembro de tu fans club porque está lleno de adolescentes, si no créeme que sería el presidente.
-¿Tanto así señor Smythe?— pregunto Henry sirviéndose ensalada para él y para Noah.
-No… no es tanto así… —dijo Sebastian incomodándose un poco, como si su máximo secreto hubiese salido a la luz.
-¡Por favor!... vas a todos los concierto y tienes no sé cuantos discos de él… estoy pensando que esta comida es solo para conseguir un autógrafo… —dijo Tyler tratando de alivianar la incomodidad de su esposo, pero consiguiendo que se sonrojara a cambio.
-¿Tienes todos los discos? —pregunto Blaine crispando la nariz.
-Si… bueno, el primero lo tenía hasta que cierto enano comenzó a caminar y rompió un montón de cosas, entre ellos el primer disco que editaste.
-¿Es ese donde salías con una guitarra al hombro “Papáblen”? —pregunto Lizzie simulando llevar ella misma aquel instrumento al hombro.
-El mismo…
-Es ahora una reliquia debo decir… —insistió Sebastian que parecía y estaba en una cita a solas con Blaine.
-Si quieres puedo regalarte otra copia… —dijo este como descuidado. Kurt comenzó a respirar un poco mas agitado e hizo un ruido innecesario y exagerado al cortar su carne. Se excuso con una gran sonrisa cuando todos lo quedaron viendo.
-¿Estás hablando enserio? —pregunto Sebastian volviendo a concentrarse en Blaine.
-Eso Blaine, ¿estás hablando enserio? —repitió Kurt poniendo caras.
-Si… —respondió Blaine mirando a su esposo extrañado— bueno, lo que sucede es que el sello compro todo lo mío a “Insect Record” y me entrego gran parte del material, se supone y se lo entregaría al fans club, pero puedo regalarte uno si gustas— termino por decir Blaine mirando a todos.
-Genial… el sueño de todo fan, debo decir… —contesto Sebastian levantando su copa y poniendo cara de niño en Navidad.
-¿Por qué los cubiertos no están como lo deje? —pregunto Noah cambiando de posición su cuchillo y tenedor.
-Porque los habías puesto al revés cariño…
-Pero Papá, dijiste que estaba bien… —insistió Noah mirando el resto de los lugares.
-Lo dije porque lo estaba, pero para tus manitos no para el resto…
-Oh… —dijo Noah— olvidaba que todo debía salir bien.
-¿Por qué? —pregunto Tyler mirando al más pequeño de la mesa.
-Porque el Señor Sebastian es impotente.
Lizzie solo una risa ahogada y Henry miro a sus Papás medio nervioso pero riendo a carcajadas en su fuero interno. Tyler termino por botar vino por la nariz y Gable miraba sin entender nada. Kurt sintió que los colores se le subían y Sebastian miro a Blaine un tanto incomodo.
-¿Cómo?... —dijo Sebastian poniendo oído en dirección a Noah y dando una mirada a Kurt como sospechando que él era el culpable de aquello.
-Sebastian… discúlpalo, aun hay algunas palabras que no pronuncia bien y te aseguro que quiso decir “importante”, lo otro ni sabe lo que significa… ¿verdad Bebé? —contesto Kurt mirando a su hijo pequeño sin pestañear.
-Es lo que dije “impotanante” —aseguro Noah encogiendo sus hombros.
-¿Ves?...—agrego Kurt sonriendo incomodo.
-Ok…— dijo Sebastian haciendo el gesto de quien se limpia el exceso de sudor de la frente— por un momento pensé…
-¿Qué cosa? —pregunto Lizzie al ver que nadie lo preguntaba ni decía nada y solo intercambiaban miradas nerviosas.
-Pues lo que pensé fue que aun me odiabas y que habías puesto a tu hijo en mi contra —termino por decir Sebastian mirando a Kurt.
-¿El Papá odiarlo?... ¿por qué? —pegunto Henry mirando a uno de sus progenitores.
-El Papá no lo odia Señor Sebastian Smythe, solo esta celoso —dijo Noah como si hablara de la ensalada de lechuga.
-¿Celoso?... Sebastian… ¿me perdí de algo? —añadió Tyler dando un respingo. Sebastian sonrió sintiéndose tan presuntuoso como cuando estaba en la secundaria.
-No… que tontería… —dijo Kurt soltando una risa nerviosa— Sebastian yo no te odio… ahora… —añadió casi murmurando la ultima palabra— Veras, Noah me pregunto algunas cosas y le conté parte de nuestra historia —agrego apuntándose a si mismo a su esposo y al propio Sebastian— pero créeme que ahora estoy en un lugar en mi vida que me es imposible odiar a nadie.
-¿Sebastian?... ¿hay algo que necesites contarme? —pidió Tyler dejando su servilleta a un costado y poniendo al cara de quien solicita una explicación “ipso facto”.
-Tyler... no ahora… por favor… —respondió Sebastian dejando callado a su esposo.
Todos los anfitriones miraron a los invitados como si se fuese a producir una batalla campal frente a sus ojos.
-OK… —añadió Sebastian soltando un poco de aire, como poniendo paños fríos a la situación— ¿Qué tal si nos calmamos y terminamos esta deliciosa cena?, ¿hay postre verdad? —pregunto haciendo el ademan que recogía los platos.
-Lo hay… y les aseguro que ese no lo queme ni nada —aseguro Blaine levantándose y tomando los platos de él, de Kurt y de los invitados.
-Te ayudo… —dijo Kurt recogiendo el resto.
Lizzie miro a Tyler que miraba a su esposo con un dejo de desconfianza y pensó que sus Papás nunca habían actuado así, ni en público ni en privado, tal vez porque entre ellos la palabra secreto no existía.

Noviembre de 2025



-Hola… —dijo Kurt entrando a la sala.
-¡Bienvenido a casa!… —respondió Blaine desde el sofá donde se encontraba anotando cosas en su agenda de papel y consultaba otras en su computadora.
-Hoy tuve el más increíble de los días… —añadió mientras se quitaba la ropa de abrigo.
-¿En serio?...
-Muy en serio… —repitió Kurt acercándosele para abrazarlo por encima del respaldo del sofá. Lo rodeo con sus brazos y le dio un par de besos tras la oreja y en el cuello— ¿”Terranea Resort”?... —dijo leyendo desde el sitio Web por el que navegaba su esposo— ¿me prepara una sorpresa Señor Anderson Hummel?
-No…—contesto cerrando la computadora.
-Da lo mismo, mi día fue tan espectacular que creo que nada podrá superarlo —insistió metiéndole la mano por la abertura de la camisa.
-Vaya si tuviste un buen día… mmm… necesitaba eso —dijo Blaine alzando sus propios brazos para desordenarle el pelo.
-Lo sé —advirtió dando más besos— ¿Nuestros hijos?
-Lizzie está en su habitación con el perro y Henry tomo por asalto la cocina con su club culinario luego su excursión a la fabrica Hershey’s
-¿De verdad? —pregunto Kurt mirando en dirección a aquel lugar de la casa.
-De verdad, llego muy entusiasmado y con unas recetas de galletas, creo que es eso lo que están haciendo.
-¿”Crees”?, ¿no has ido a vigilar que todo esté en orden?
-¿Cómo crees que se lo de las galletas? —respondió Blaine sonriendo.
-¿No están usando el horno o cosas cortantes?, ¿o si? —quiso saber Kurt irguiendo su cuello como para ver mejor— no quiero tener problemas con los otros padres si uno de sus hijos sale de aquí con un dedo menos.
-No creo que eso suceda, pero si estoy bastante seguro que después de la primera temporada de “Junior Master Chef” la seguridad en la cocina para un grupo de niños de 7 años dejo de ser una preocupación para todos.
-Tal vez…
-¿Qué? —dijo Blaine estirándose en el sofá como si hubiese tenido el mas agotador de los días.
-¿No deberíamos de preocuparnos?
-¿Por qué?... ¿por lo de los cuchillos?... si te hace sentir mejor, guarde los más grandes en otro cajón inalcanzable para gente de ese tamaño y le advertí a Henry que me avisara cuando vaya a usar el horno.
-No, no es eso… —dijo Kurt haciendo un gesto con su mano mientras se acercaba la sofá— ¿no crees que Henry pueda ser?… ya sabes…
-¿Chef? —respondió Blaine mirándolo de medio lado.
-¡No!... gay… ¿crees que pueda ser gay?
-¡Kurt de que estás hablando?, ¡tiene siete años! —exclamo Blaine simulando el tamaño de alguien de esa edad con su mano.
-¿Y?... yo creo y salí del closet cuando tenía cinco…
-Pero este es nuestro hijo, es una persona diferente…
-Lo sé… es solo que… ¡no se!... ¿a qué niño le gusta la cocina?... ¿no debería estar con video juegos, figuras de acción o algo? —insistió sentándose en el brazo del mueble.
-Pues a Henry le gustan muchas cosas, y por lo demás si así fuera… ¿habría algún problema?
-No, obvio que no —respondió Kurt dejándose caer desde donde estaba, para quedar instalado al lado de su esposo— es solo que no me gustaría que pasara por lo que nosotros.
-Primero estamos en otra época, y segundo creo que y deberías de ir mirar a sus compañeros de club, mejor dicho a una de sus compañeras de club y ver porque nuestro hijo se inscribió en el a principios de su año escolar.
-¿Amelia esta en ese club?
-Lo está…
-¡Mi bebé! —exclamo Kurt como emocionándose— ¿Cómo puede estar enamorado si es tan pequeñito? —añadió haciendo un puchero al tiempo que recostaba su cabeza en el hombro de Blaine.
-No creo que este enamorado —respondió este abrazándolo y dándole un beso en la cabeza— pero de que le gusta estar donde este esa niña desde el primer día del Kindergarten… le gusta.
-¡Que tierno!...—dijo poniendo un acento acorde a sus palabras— un momento… —añadió sentándose recto— ¿no crees que tengamos que hablar con él de sexo tan pronto?, ¿o sí?
-¡Kurt!... obvio que no… al menos no del sexo que te refieres… por lo demás será difícil si te ruborizas con solo pensarlo —dijo Blaine apuntándole las mejillas.
-¡Yo no…! —respondió tocándose la cara— en fin… hablemos de otra cosa, ¿qué tal tu día? —pregunto cruzándose de piernas sobre el sofá.
-Pues mi día fue bastante aburrido, por lo que me entretuve reorganizado tus películas del estante.
-¿Perdón? —dijo Kurt levantando una ceja antes de mirar el estante, para que su esposo advirtiera su gesto.
-Eso… las ordene por colores de las caratulas y quedo un diseño bien bonito.
-¡Blaine!... —exclamo dirigiéndose al estante respectivo. Blaine sonrió y lo siguió divertido— Ok… esto está igual de cómo lo mantengo —agrego volteándose hacia él con las manos en la cadera.
-Lo sé… pero esa cara que pusiste no se compra con nada— dijo Blaine abrazándolo por la cintura.
-¿Es una broma?, ¿se supone y debo reírme? —pregunto resistiéndose al abrazo.
-Pues generalmente es lo que se hace con las bromas… reír —contesto Blaine encogiendo sus hombros.
-Pues debe saber Señor Anderson-Hummel que puedo reír a carcajadas de una buena broma, pero no si esta tiene relación con el perfecto orden y equilibrio con que mantengo mis cosas —señalo Kurt hablando como orientador vocacional.
-Te ves bello igual… —insistió Blaine acercándolo más a él.
-¿No está la cocina llena de estudiantes de segundo grado?
-Lo está… —respondió dando un beso— pero si te fijas estamos en la sala…—agrego Blaine moviendo su mano como si hiciera un paneo con una cámara en toda la habitación.
-¡Eres tan lindo! —exclamo Kurt hundiendo sus manos en los rizos de su esposo— que te juro y no me importaría que esos niños quedaran traumados por el resto de sus vida al vernos hacer cositas justo aquí en esta mesa de arrimo— agrego apuntando el mueble.
-Eso es bastante bizarro, pero muy sexy también.
-Lo se… —dijo mordiéndose el labio— es mi lado medio sicótico que solo tú y tu cuerpo hacen que despierte —añadió en tono ganoso.
-En ese caso… —contesto Blaine tomando a su esposo por la cintura para dejarlo sentado en la mesa, lo empujo hacia atrás hasta que su espalda choco con el ventanal y dos cucharas grandes de plata terminaron por caerse, se ubico entre su piernas y comenzó besarle el cuello.
-¡Blaine!... ¡estaba bromeando! —advirtió Kurt riendo, mientras le daba pequeñas palmadas en el hombro— ¡deja bajarme! —insistió mirando hacia la cocina.
-Dijiste que no te importaba el trauma —dijo Blaine riendo también.
-¡Sabes que lo dije por decir!... ¡no seas travieso! —añadió tratando de zafarse.
-Ok… —dijo Blaine apartándose con sus manos en alto como indicando inocencia de todo aquello— pero te advierto que un día estarás hablando enserio y no te hare ni el mínimo caso —concluyo cruzándose de brazos como haciéndose el ofendido.
-Puedo vivir con eso… —contesto Kurt dándole un toque en la nariz. Se arreglo la ropa, ordeno los adornos de la mesa de arrimo y se movió unos pasos hacia el otro extremo de la sala para mirar hacia la cocina al tiempo que se echaba aire con una de sus manos. En efecto Henry estaba dentro con seis de sus compañeros, todos vestían chaquetas de Chef y se movían buscando cosas y hablando entre ellos. Henry estaba al lado de Amelia y decía cosas que hacían que la niña riera sin parar. Kurt sonrió para sí pensando en lo bello que era ver a sus hijos crecer.
-¿Me contaras de tu día?...—pregunto Blaine abrazándolo desde atrás— ¿o debo buscar una caja de pañuelos para que enjugue su emoción Señor Hummel-Anderson?
-No… además solo estoy vendo que no vayan a desordenar mi estante de las especias —dijo apartándose para en efecto, enjugar un par de lagrimas de manera disimulada.
-Si claro… ¿me contaras?, yo también tuve un día muy interesante del que me gustaría y te enteraras.
-Y estoy ansioso de escucharte, pero primero iré a saludar a mi hijo y a su grupo de cocineros, luego a mi pequeña de los rizos de ángel, me cambiare de ropa y después, tú y yo, tenderemos la mejor de las charlas.
-Acaba de hacer un trato señor Hummel Anderson…
-Espérame en la sala… —pidió Kurt haciéndole un cariño en la cara.
-Ok… —contesto Blaine sonriendo, soltó un suspiro y se le quedo viendo, el solo contacto con Kurt aun lo hacía sentir como cuando tenía 15 años y sus labios se juntaron por primera vez en los salones de Dalton. Vio como saludaba a todos los niños y se quedaba escuchando a Henry que parecía y se había comido un tonel de chocolate en su excursión por lo agitado que estaba.

-¡”Papáblen”!... —dijo Henry desde la puerta de la cocina— ¡”Papáblen”!... ¡ven!.. —insistió haciendo una seña con su manito para que su Papá se acercara.
-¿Ya terminaron hijo? —quiso saber Blaine llegando hasta donde estaba.
-Si… ahora debemos meterlas al horno… —contesto Henry entrando a la cocina.
-Muy bien, de eso me encargo yo.
-¡Lávese las manos Señor Anderson! —dijo uno de los compañeros de Henry como primera cosa.
-Por supuesto… a eso iba… —dijo Blaine haciendo lo que le exigieran.
-“Papáblen” mira nuestras galletas quedaron súper perfectas.
-Así veo… los felicito chicos —agrego secándose con un par de toallas de papel.
-Quería hacerle una al “Señor Botones” pero los perros no deben comer chocolate —dijo Henry mirando a Amelia, como queriendo demostrar inteligencia y conocimiento de diversos temas frente a su amiga. Esta puso cara de sorpresa y Henry sonrió engreído.
-El horno debe estar a 350 grados Señor Anderson… —advirtió Amelia consultando su libreta de notas.
-350° entonces… —repitió Blaine apretando los botones respectivos.
-¿Cómo se sabe cuando ya está listo?
-Pues en esta pantallita de aquí se puede verificar la temperatura del horno.
-Sí, esa es la pantalla, es un horno súper moderno —dijo Henry como queriendo impresionar. Blaine rio por lo bajo y comenzó a sacar botellas de jugo para todo los niños— tanto cocinar deben estar sedientos —agrego repartiéndolas todas.
-¡Gracias Señor Anderson!
-Gracias Señor Blaine… es muy amable… —dijo el más pequeño de todos y que parecía y se había caído al frasco con harina.
-Muy bien… el horno está listo —advirtió Blaine apuntando.
-¡Aquí están las galletas! —exclamo el pequeño enharinado.
-Muy bien... —dijo Blaine tomándolas— ¿Cuántos minutos? —pregunto manipulando el “Timer”
-12 Señor Anderson —contesto Amelia consultando otra vez sus apuntes.
-12 minutos entonces… —repitió poniendo el tiempo que correspondía— ahora…
-Blaine… ¿puedes venir un momento por favor? —interrumpió Kurt desde la puerta de la cocina y con una cara muy diferente a con la que había llegado minutos antes.
-¡Papá!... ¡mira todas las galletas! —dijo Henry empinado para tratar de ver por el cristal del horno.
-Las veo cariño… me muero por probarlas… ¿Blaine? —insisto abriendo mas sus ojos.
-Estarán listas en 11 minutos Señor Hummel… —advirtió Amelia sonriendo.
-Gracias linda… —dijo Kurt como última cosa antes de salir por la puerta de la cocina haciendo un gesto a su esposo para que lo siguiera de inmediato.
-Henry… voy y vuelvo… nada de tocar el horno… ¿de cuerdo?
-Si “Papáblen”
-No se preocupe Señor Anderson yo lo cuido… —advirtió Amelia causando que Henry se pusiera colorado. Blaine sonrió y dejo a los niños con sus menesteres.

-¿Te fijaste en Henry?... se puso rojo cuando Amelia…
-¡No me hables y sígueme! —exclamo Kurt haciendo la señal de alto con su mano.
-¿Cómo?... ¿Por qué?... —pregunto Blaine extrañado.
-Creo que lo sabes… —respondió sin voltearse siquiera. Abrió las puertas de la sala y se dirigió por el pasillo de la galería de entrada hasta la escalera.
-Kurt… ¿Qué sucedió?... —insistió Blaine siguiéndolo hasta el dormitorio de ambos.
-Lo que sucedió… —respondió abriendo la puerta del closet— fue esto… —agrego señalando un desastre de marca mayor producido sin duda por el “Señor Botones”
-¿Qué demonios…? —dijo Blaine observando el desorden. El perro había tirado un montón de ropa al parecer queriendo treparse por los estantes. Unos zapatos de Kurt estaban masticados y mojados con saliva, así como unos cinturones y calcetines que guardaba hermanados en bola.
-¡Por favor no actúes como que no supieras nada! —pidió Kurt ofuscándose cada vez mas.
-Pero no sabía nada… te lo prometo… —advirtió Blaine tomando algunas cosas.
-¡Como no te ibas a dar cuenta si has estado en la casa todo el día! —exclamo Kurt de vuelta con el tono de voz más agudo que encontró.
-He estado si… pero…
-¿Qué?... —dijo Kurt revisando sus zapatos “Balenciaga” de cuero.
-Por favor no te enojes… o al menos no más de lo que ya estas… —pidió Blaine tomando una pequeña caja transparente con bordes negros.
-¡QUE!... —grito Kurt tirando los zapatos y comenzando a buscar el broche de Hipopótamo que guardaba tan celosamente dentro de aquella caja.
-Kurt tranquilízate…
-¡COMO ME VOY A TRANQUILIZAR!... ¡MALDITO ANIMAL!... ¡Sabia que traer un perro a esta casa no terminaría en nada bueno! —insistió tirando la ropa de un lado a otro.
-Kurt… baja a voz… te escuchara Lizzie —dijo Blaine cerrando la puerta del dormitorio.
-Blaine… ese perro tiene que irse.
-¿Qué?... ¡no!...
-¿Cómo que no?... ¡mira lo que hizo!... y bien que dijo tu novio del refugio de animales que nunca se quedaría quieto y no sé que mas… ¡Uy pero que rabia! —exclamo mirando un par de calcetines rotos en una punta.
-Kurt, nuestros hijos aman a ese perro, Henry quería hacerle una galleta por todos los santos… no puedes quitárselos ahora.
-¡Como que no!... además como van amarlo, apenas lo tienen hace un par de semanas, nadie ama algo después de dos semanas.
-Es un cachorro Kurt, ¿Qué esperas?, ¿una relación de un par de años para que nuestros hijos lleguen a amarlo?
-¿Quieres callarte y ayudarme a buscar mi broche mejor? —dijo dándole una mirada de lo más fría.
-Iré a preguntarle a Lizzie… —dijo saliendo de la habitación.
-¡Eso!, déjame con el desorden como siempre.
Blaine se detuvo en la puerta queriendo responder a aquello, pero prefirió salir de la habitación, tomar un poco de aire y resolver aquel embrollo de una manera más civilizada y que no incluyera gritos destemplados.

-¿Princesa?… ¿puedo pasar?...—pegunto Blaine mientras golpeaba la puerta.
-¡Pasa “Papáblen”! —grito la pequeña desde adentro.
-Permiso Princesa… —dijo entrando. Lizzie estaba acostada en su cama con “Rita” cerca de su cuello y con su propia cabeza sobre la panza del perro. Este se había echado en las almohadas con las patas hacia arriba y parecía disfrutar del contacto de los rizos de su ama sobre su panza. Movió la cola al ver entrar a Blaine pero sin moverse de su posición extra cómoda.
-¿Llego el Papá?
-Llego Princesa… ¿puedo preguntarte algo? —dijo Blaine sentándose al final de la cama.
-“Obamente”…
-¿Sabes lo que sucedió en el cuarto del Papá y mío?
-No…—respondió Lizzie tapándose la cara con el libro de cuentos que simulaba leer.
-¿Segura?...
-El “Señor Motones” hizo algo…
-Lo sé Princesa… tu Papá está muy molesto por eso… ¿por qué entro en nuestra habitación?
-Porque se escapo…
-¿Cuándo se escapo? —pregunto Blaine acariciándole las piernas.
-Recién…
-¿Por qué no me fuiste a buscar en cuanto lo perdiste de vista?, te dije que iba a estar en la sala todo el tiempo.
-Porque estábamos “Gujando” a las “escomdibas”.
-¿Tu y el señor Botones?
-Si… si te “pedea” ayuda haría “tampa”… y el Papá dice que hacer “tampa” es malo.
-Lo es Princesa… pero cuando hay perritos involucrados las reglas cambian un poco… el Papá dijo que debían ser cuidadosos… ¿recuerdas las reglas?
-Si… —dijo Lizzie haciendo un puchero como queriendo llorar— lo siento…—añadió cubriéndose la cara con “Rita”
-Lo sé Princesa… ven… —contesto Blaine abriendo sus brazos para que su hija se acercara. El perro se movió junto con Lizzie y corrió hacia Blaine para darle un par de lengüetazos— Tú no… prepárate para estar castigado un par de meses —agrego tomándolo por el espinazo para dejarlo en el suelo.
-¡“Papáblen”!, ¡le duele!… —exclamo Lizzie cubriéndose la boca con sus dos manitos.
-No Princesa, así es como su mamá lo trataría… es una conducta permitida en la naturaleza.
-¿”Condupta”? —pregunto la pequeña acomodándose en los brazos de su Papá.
-Si… la manera de conducirse o comportarse…
-Oh…
-Ahora… quiero saber si tú sabes algo sobre una cosa que es muy importante para tu Papá y que tal vez el “Señor Botones” tomo sin querer.
-¿La cabeza de “hinotopamo”?
-Exacto… la cabeza de “hinotopamo”... ¿sabes donde esta? —quiso saber Blaine al tiempo que le acariciaba y besaba la cabeza. El cachorro en tanto, corría de un extremo a otro de la cama, rodeándolos para tratar de treparse por los cobertores pero fracasando en todos sus intentos.
-Aquí esta…—dijo Lizzie sacándola de su bolsillo.
-¿Tu la encontraste?
-El “Señor Motones” la “tajo”… y yo la guarde.
-Muy bien… —respondió Blaine dando como un suspiro de alivio— ¿vamos a entregársela al Papá?, la ha buscado todo este rato.
Lizzie movió su cabecita en señal de sí.
Blaine la tomo en brazos y le dio un par de besos, le acomodo la ropa y el cabello y salió con ella hasta su propia habitación dejando al “Señor Botones” luchando contra la bajada de cama.

-¡Blaine! Te juro y ese animal rompió mi broche de Kristin Lora lo… hola cariño —dijo Kurt al ver entrar a su hija en brazos de su esposo.
-Kurt… Lizzie quiere decirte algo… —advirtió Blaine dejando a la pequeña en el suelo.
-¿Qué sucede cariño? —quiso saber Kurt enculillándose frente a ella.
-Papá, el “Señor Motones” hizo algo malo…
-¿Qué cosa hizo? —pregunto Kurt tratando de disimular la rabia que sentía.
-Tomo tu cabeza de “hinotopamo”—contesto Lizzie entregándosela.
Kurt la tomo poniendo cara de asco al sentirla mojada por la saliva del perro, la inspecciono para comprobar que no tenía ningún daño y al ver la cara de compunción de su hija termino por sentirse un tanto ridículo.
-“Pedoname” Papá...
-Cariño… —dijo Kurt abrazando a su hija y soltando un poco de aire, casi frustrado y enojado consigo mismo por la reacción que había tenido— no hay nada que perdonar… solo debes prometerme que serás más cuidadosa con el “Señor Botones”, hay cosas importantes que no debe tomar.
-Pero él se “escombio” y no lo podía encontrar…
-La próxima vez me esperas a mi o al “Papáblen” para jugar a las escondidas… ¿de acuerdo?
-“Dacuerdo”… —dijo Lizzie dándole un abrazo.
-Te amo cariño…
-Y yo te amo…
-Ahora… ¿sabías que Henry esta horneando galletas?
-¡Galletas!..
-Así es… —corroboro Kurt meneándola por la pancita— y con chocolate…—agrego sonriéndole.
-¡Galletas de “cocholate”!
-Si… ve a la cocina, nosotros te alcanzamos enseguida.
-¡GALLETAS de “COCHOLATE”! —grito Lizzie dando cuatro saltos y una voltereta antes de salir de la habitación.
-Baja con cuidado Princesa… —advirtió Blaine sonriendo al verla salir como un juglar revoltoso. Dio una mirada cargada de tristeza a Kurt y se dispuso a salir tras Lizzie.
-Blaine… espera… —pidió Kurt cogiéndole una mano. Blaine se rasco la cabeza y se volteo sin muchas ganas— lo siento… me comporte mal, reaccione de manera exagerada… lo siento, de verdad.
-Hay cosas que no me gustan…
-¿Qué cosas?… —quiso saber Kurt sintiendo un poco de rabia de nuevo, como si Blaine lo juzgara sin justificación.
-Cosas… como si un montón de cosas o el orden de ellas fueran más importantes que los niños… o yo… me trae malos recuerdos por decir lo menos —explico desviando la mirada.
-Blaine… —respondió Kurt acercándoosle, le tomo la cara y el dio pequeños y repetidos besos— nada es más importante para mí que nuestros hijos o que tú… nunca dudes de eso.
-Son niños, tú mismo me lo dijiste…
-Lo sé… y estas son solo cosas… —dijo tirando el broche hacia atrás— el desorden se ordena y lo destruido se remplaza… fui un estúpido… ¿ella no me escucho verdad?
-No… —respondió Blaine queriendo salir.
-No te enojes… por favor… —pidió Kurt impidiéndoselo con un beso en los labios.
-Kurt, si quieres que el perro se vaya, puedo pedirle a alguien del sello que se lo lleve o buscarle otro hogar…
-Este es su hogar… y como bien dijiste nuestros hijos lo aman… aunque no sé muy bien porque, si lo único que hace es comer, ensuciar y destruir —agrego blanqueando los ojos.
-Terminara ganado tu cariño te lo aseguro.
-¿Cómo puedes asegurar eso?, ¿no escuchaste la descripción que acabo de hacer de él?
-La escuche… —dijo Blaine acariciándole la cara.
-¿Por qué lo dices entonces?
-Porque eres tan enormemente atractivo, que nadie podría resistir las ganas de estar contigo… ni siquiera el “Señor Botones”
-Eres encantador… y lo sabes… cosa que odio a propósito —dijo Kurt abrazándolo por el cuello y juntando su frente con la de el— ¿me perdonas?
-Te perdono…—respondió Blaine tomándolo por la cintura— ¿nunca más?
-Nunca más…—repitió Kurt moviéndose con él como si bailaran una pieza extra romántica— ¿comamos galletas?...
-Te amo… —dijo Blaine soltando una risa tan encantadora como él.
-¿Aun?
-Siempre Kurt Hummel, siempre… —respondió haciendo gala de su encanto dando el mejor de sus besos.