(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Septiembre de 2049





-Cariño… tienes un animal en tu espalda… ¿lo sabias? —dijo Kurt entrando en la cocina.
-¡Papá!... es “Mister Stephen Wishkers” no un animal como lo llamas… —corrigió Noah mientras tomaba desayuno con el gato instalado entre su espalda y sus hombros.
-Es un animalito, con pelos y gérmenes como todos los demás animalitos de este mundo —insistió mientras sacaba una taza de uno de los muebles.
-Te acepto lo de los pelos… pero lo de gérmenes, déjame decirte que mi gato lo revisa un veterinario todos los meses —respondió Noah mientras comía él y compartía lo comido con su gato.
-¡Cariño!... —exclamo Kurt al ver aquello, puso cara de asco y movió sus manos como si corriera 300 moscas a su alrededor.
Su hijo soltó una risa y continuo con su desayuno.
-¿Lizzie ya se levantó?
-Está en eso… —contesto Kurt sirviéndose café.
-¿Qué hay del “Papáblen”?
-También está en eso… creo que el cabello rizado y la flojera están estrictamente relacionados en nuestra familia —concluyo Kurt sentándose frente a su hijo— ¿qué hay de ti cariño?, ¿dormiste bien?
-Si…—respondió medio desganado.
-¿Y ese tono?, ¿te sientes bien?
-Si…
-¿La escuela?
-La escuela está bien, ese edifico a pesar que tiene cientos de años, creo que resistiría unos ocho terremotos —dijo Noah queriendo parecer divertido.
-¿Estas cómo quieres?, ¿no cariño?...
Noah encogió sus hombros y comió tres cucharadas de cereal de una sola vez.
-¿Qué hay con tu proyecto de ciencias?... ¿no era para esta semana? —quiso saber Kurt pellizcando un trozo de uno de los “muffin” que habían para el desayuno.
-No… era para la semana pasada —contesto tragando.
-¡Claro que no!
-Papá… era mi proyecto, ¿cómo no voy a saber para cuando era?
-Pues... yo creo que no sabes y estas inventándole una excusa a tu Padre —dijo Kurt bebiendo un poco de café.
Noah sonrió casi tan maravillosamente como Blaine lo hacía y negó con su cabeza de manera divertida.
-¿Y lo terminaste? —insistió Kurt como si aún creyera en la versión de su hijo.
-Lo termine, y obtuve un 10…
-¿En serio?
-Obvio…—exclamo el chico poniendo cara de engreído.
-Cariño… lamento estar tan desconectado de tus cosas, pero la boda de tu hermana…
-No hay problema Papá…—se adelantó en decir Noah sonriendo.
-Yo creo que si lo hay, con el “Papáblen” siempre hemos estado pendientes de ti y de tus cosas, pero estas tres últimas semanas han sido demasiado ajetreadas… ¿estás bien?
-Estoy bien… y entiendo, el día “D” de Lizzie Anderson Hummel no es algo que debe tomarse a la ligera —contesto comiendo más cereal.
-¿El día “D”?
Noah gesticulo un si al no poder hablar por tener su boca llena de comida.
-¿No crees que es un poco inapropiado comparar un hecho bélico con un matrimonio?
-No es el hecho… —dijo tragando— es la situación… todo cambio para el desarrollo de la guerra en ese día, y todo cambiara para Lizzie después de que se case.
-¿Lo crees cariño?
-Obvio… de partida tendremos que decirle Señora, va a empezar a tener bebés como desquiciada, andará con James de un lado a otro… todo cambiara —explico el chico haciendo un gesto con sus manos que confirmaba que en realidad todo cambiaria.
-Creo y aunque pasaran cincuenta millones de años tu hermana no cambaría ni un ápice… y me parece muy bien que creas que solo luego de contraer matrimonio es posible tener bebés…
-Ay Papá… sé que no es así… pero así debería de ser, los niños necesitan estabilidad por sobre todo.
-Eso es muy cierto… ¡vaya reflexión de adulto que sacaste!… me conmueve lo grande que estas —agrego Kurt haciendo un puchero.
-¿Dijiste que estoy grande? —pregunto Noah alargando su cuello de pronto, “Mister Stephen Wishkers” se tambaleo un poco pero termino por volver a acomodarse sin problemas más cerca del hombro derecho de su amo.
-Lo dije… ¡pero!… —se adelantó en decir su Papá estirando su mano con un gesto de alto— eso no significa lo que tú quieres que signifique.
-¡Papá!... acabas de decir que estoy grande y la gente grande no necesita tener una niñera.
-Julianna es más que una niñera y lo sabes.
-Lo sé, pero… ya tengo 14… puedo quedarme solo sin problemas —aseguro mientras escogía un “muffin” luego de tomar tres.
-También lo se cariño —dijo Kurt mirando aquello con cierto recelo— y el “Papáblen” también lo sabe, pero es más complicado que eso.
-¿Por qué?
-Porque sí... porque nuestra situación es especial y ni a él ni a mi nos gustaría que fueras víctima de algún timo o algo…
-¿Sabes que se diferenciar lo falso de lo verdadero?, ¿no es así?
-Así es bebé… y confiamos plenamente en ti, pero Julianna le pone cordura a toda la locura que nos rodea, ya sea por la fans de tu “Papáblen” o por los “paparazis” que nos persiguen a ambos.
-Aun así es injusto… —dijo Noah cruzando sus brazos amurrado, el equilibrio del gato nuevamente se vio comprometido.
-¿Que es injusto? —pregunto Blaine entrando en la cocina, aun llevaba el pijama, pero tenía el cabello mojado, evidenciando con ello que al menos la parte del aseo personal ya estaba lista.
-¿No debería estar vestido y listo para salir Señor Anderson-Hummel?
-Estoy listo, no para salir claro, pero eso se soluciona en un parpadeo… buenos días hijo —agrego dando un beso en la cabeza a Noah y un cariño en el lomo del gato, el chico sonrió y le hizo un gesto de saludo con la mano
-¿Quieres crispar mis nervios incluso hoy día? —pregunto Kurt levantándose para disponer de una taza y un plato para el recién llegado.
-No... ni hoy día ni nunca —respondió acercándosele— además… tenemos tiempo… —dijo aproximándose, se aprovechó que su esposo tenía las manos ocupadas para ceñirlo a él un poco más y hacer el ademan de darle un beso.
-Eso no es verdad —respondió Kurt girando al cara hacia el otro lado— pero no diré nada porque no quiero discutir con usted Señor Anderson-Hummel, no hoy…
-Considerado como siempre… —agrego Blaine dando un pequeño beso, que quiso durar más, pero que fue interrumpido por la parte receptora que señalo el reloj y la presencia de un menor de edad en la cocina, Noah soltó una pequeña risa mientras observaba el comportamiento de sus padres de lo más complacido. Blaine se apartó y tomo un poco de jugo del vaso de su hijo, su esposo blanqueo los ojos y termino por sacar también un vaso y otro juego de cubiertos, cubriendo a si todas las posibilidades de desorden
-“Papáblen”… Tate Bloomfield me dijo que no sé cuántas personas ya han visto el video de tu actuación con el caballero ese…
-¿Con Adam Levine?
Noah gesticulo un “si”
-¿Acaso lo conoce? —pregunto Kurt mientras sacaba una caja de jugo de la heladera.
-Lo conoce… creo que es un poco fanático, hasta creo que le gusta…
-¿Le gusta? —agrego levantando una ceja— nunca creí que a un jovencito le podría parecer atractivo un anciano— termino por decir tratando de denostar al ídolo de su esposo.
-¿De que hablaban?... —pregunto Blaine queriendo cambiar de tema— ¿qué es lo injusto?… gracias… —dijo ante las atenciones de Kurt y que le permitían comenzar el día bien alimentado.
-¡Ah!, gracias por preguntar, ¿le explicas tu cariño, o prefieres que hable yo?
-¿Paso algo malo? —quiso saber Blaine mirando a ambos.
-Nada malo… solo le decía al Papá que es muy injusto que crea que soy grande para algunas cosas y pequeño para otras.
-Y eso es porque...
-¡Porque insisto en que no necesito una niñera!… —exclamo levantando sus brazos, “Mister Stephen Wishkers” no tolero una nueva amenaza a su equilibrio y termino por trepar a la cabeza de su amo.
-¡Cariño!... —dijo Kurt casi cayendo en la desesperación.
-A él le gusta estar allí… —señalo Noah levantando una mano para acariciarle la cabeza— ¿ves que le gusta?— agrego al escuchar al gato ronronear, su Papá negó con la cabeza mirando al cielo y se sentó para seguir desayunando, Blaine miro aquello con una sonrisa que enserio de inmediato al ver la cara de su esposo.
-En fin… —agrego carraspeando— Noah… ya hemos hablado del tema de Julianna…
-Si “Papáblen” pero…
-Hijo… sé que te incomoda, pero es necesario, si estas solo aquí puedes estar expuesto a cosas bien desagradables, los “paparazis” y las fans no tienen muchos escrúpulos y eso es algo que tu bien sabes.
-Está bien… pero… ¿podemos llegar a un acuerdo al menos?
-¿Qué clase de acuerdo cariño?
-¿Qué tal…?... ¿Qué tal si viene tres días a la semana solamente?
-Noah…
-Lo sé, lo sé… las fans, los “paparazis”, pero escuchen, si un día dejo entrar a una chica desnuda que quiere agarrar al “Papáblen” o a un fotógrafo que resulta ser un asesino serial, pueden revocar la media de inmediato.
Blaine soltó una pequeña risa la escuchar aquellos casos extremos y Kurt levanto una ceja sin saber que era peor, si el “paparazzi”/asesino serial o la mujer sin ropa queriendo agarrar a su esposo, ambos se miraron y decidieron que hacer en menos de tres segundos.
-Lo pensaremos… ¿de acuerdo cariño?
-¡Sí!...—exclamo Noah levantando uno de sus brazos, el gato extendió una de sus patas pensando que él tenía que ver en algo de lo que estaba ocurriendo.
-¿Cómo va la ocupación hotelera?—pregunto Blaine mientras daba un sorbo a su taza.
-Mira, no la he chequeando desde hace varios minutos —contesto Kurt tomando su teléfono.
-Liverpool llego, me envió un texto hace como dos horas.
-También lo sabíamos cariño… a ver… 83%... no está mal faltando solo 10 horas para la ceremonia.
-¿Por qué tenías que recordar cuanto falta? —dijo Noah abriendo sus ojos al máximo posible.
-Porque es importante para tu Papá recordar las horas que faltan para las cosas.
-Si pero… estábamos tomando desayuno de lo más bien… —agrego tomándose el estómago.
-¿Cariño…?... ¿estás bien?
-Si…
-Pues no lo parece hijo…—agrego Blaine poniéndole una mano en la espalda.
-Tal vez es ese animal que tienes en la cabeza… ¡fuera!… —dijo Kurt haciendo ruido con una cuchara en el canto de su taza, el gato se bajó de un salto, se lamio la barriga un par de segundos y abandono la cocina lentamente como si la decisión de irse hubiera sido propia.
-¡Papá!... ¡“Mister Stephen Wishkers” no tenía nada que ver!…
-Nunca son suficientes las precauciones… ¿qué sucede cariño?
-No es nada… bueno… es algo pero… es solo que… ¡olvídenlo!… —dijo haciendo un gesto de desinterés con su mano.
-Nada de olvidos, ¿te sucede algo?... ¿te sientes mal? ¿te fijaste en la fecha de elaboración de estos “Muffins”? —agrego mirando a Blaine.
-Vamos, bien sabes que en el “Bencuit” solo venden cosas frescas... tal vez comió algo en la escuela…
-No tampoco…
-Puedo llamar a un médico en este instante —dijo Kurt cerrando la aplicación del hotel para comenzar a buscar entre sus contacto..
-No Papá… no es necesario ningún médico, me siento bien pero dormí poco... lo que pasa es que… estoy… estoy nervioso —respondió bajando la voz en la última palabra.
-¿Nervioso? —repitió su Papá mirando a su esposo con una pequeña sonrisa.
-Si nervioso… ¡Papá no te rías!… —reclamo el chico apuntándolo con la cuchara.
-No me rio cariño… —refuto riendo de todas formas— jamás me reiría de ti… es… es solo que me parece muy tierno que estés nervioso en un día como hoy.
-Pues a mí me parece estúpido, porque la que debería de estar nerviosa es Lizzie no yo… pero no puedo evitarlo… —sentencio tomándose la cabeza a dos manos.
Blaine sonrió mirando a Kurt pensando que de todos los gestos que tenía Noah cuando niño, aquel de tomarse la cabeza como si expresara asombro extremo, era el más dulce y al parecer lo acompañaría hasta la adultez.
-Hijo… lo que sientas jamás va a ser algo estúpido… ¿verdad Kurt?
-¡Por supuesto que no!…—aseguro este levantándose para ocupar la silla más próxima a la de su hijo— cuéntanos cariño… ¿Por qué estas nervioso?
-…
-Noah…
-Está bien, pero no se lo digan a nadie…
-No lo diremos—respondió Blaine hablando por los dos.
-Menos a Liverpool, o a Barbra…
-A ninguno… —agrego haciendo un gesto de que su boca estaba cerrada por un “cierre éclair”
-Prométanmelo Papás…
-Noah…
-¡Papás!...
-Está bien cariño, te lo prometemos, haciendo todos los signos que una promesa debe llevar—dijo Kurt besando sus dedos en cruz seguido de una raya cruzada en su pecho, le hizo otra a Blaine a la altura de la frente y que termino viéndose como una bendición eclesiástica— ¿conforme? —Noah lo miro con el ceño fruncido tratando de dilucidar que había significado eso último, tomo un poco de aire y se decidió a hablar.
-Lo que pasa… —dijo tomando otro poco de aire— es que estoy nervioso porque no sé cómo me va a salir lo de la caminata hacia el altar…
-¿Cómo?
-Kurt… —dijo Blaine al ver que su esposo no podía contener una pequeña risa.
-¡Papá!
-Lo siento cariño… lo siento… —dijo enseriándose— pero… ¿cómo te puede poner nervioso algo tan simple?
-No es tan simple.. tengo que tomar a esa “dama” de brazo… ¿Qué tal si ella camina más rápido que yo?, ¿o yo que ella?... ¿y si me tropiezo y caímos los dos?... ¡Por dios!... ¿qué tal si caigo yo solo?... ¡es terrible el sinnúmero de posibilidades de que algo salga mal! —exclamo Noah de corrido con tanto ímpetu que termino por voltear su vaso con jugo.
-Cariño… primero… relájate… respira y piensa en un lugar feliz, que ciertamente no es esta mesa con este desastre que quedo —dijo Kurt desenrollando casi todo el papel toalla para limpiar todo de la manera más pronta.
-¿Que?
-Que debes relajarte hijo —acoto Blaine moviendo un poco la cesta con “muffin” y la caja de cereal— tu aparición en la boda es muy breve… solo debes caminar unos 20 pasos y luego ubicarte al lado de tu hermano, nada, y créeme, NADA puede salir mal en solo 20 pasos.
-¿Cómo puedes saber eso?, ni tú, ni el Papá pueden saber eso…
-Ah… esa es una frase que nunca, nunca deberías decirle a Kurt Hummel-Anderson o a Blaine Anderson-Hummel… ¡hola!… —dijo Lizzie llegando a la cocina— ellos lo saben todo —agrego murmurándole cerca del oído de su hermano, vestía una bata extra gruesa como de hotel elegante y se había tomado el pelo en un moño alto y abundante.
-Princesa te vez muy bella —dijo Blaine mirando a su hija.
-¡Ay “Papáblen”!, solo me duche y tome mi cabello… aun ni siquiera me arreglo como es debido —contesto la chica tomándose la cara.
-¿Enserio?… debe ser ese “brillo prenupcial” que te hace ver especial entonces —insistió sonriendo.
-Ese cumplido sí que lo tomare… gracias “Papáblen”… ¡ahora a comer!... ¿puedo comer?... ¿verdad?
-Por supuesto que si cariño, pero yo que tú, obviaría cualquier cosa pesada… te preparare unas frutas —dijo Kurt levantándose.
-Gracias Papá… ¡te súper amo!…—dijo alargando las vocales, Kurt sonrió y comenzó a sacar lo necesario del refrigerador— ¿de que hablaban?... ¿qué no saben los Papás “Goblin”?... porque te advierto que es verdad eso de que lo saben todo… —agrego comenzando a comer cereal directo de la caja.
-No es nada… mejor voy a buscar mis cosas... —dijo el chico retirándose.
-Hijo…
-¡Oye “Goblin”!... casi lo olvido… —exclamo la chica levantándose al tiempo que se sacudía las manos y lamia los restos de azúcar en sus dedos— llamo la Mamá de James que siempre cree que tiene la razón en todo, para decir que hubo un cambio de planes y que tú ya no entraras con Sophie…
-¿Cómo?
-Eso, que no entraras con ella si no que de los primeros con Candance…
-¿¡QUE!?
-Ay “Goblin”... si mi futura cuñada no es tan desagradable… ¡hola!
-¿De los primeros? —repitió Noah poniéndose un poco pálido.
-Si
-¿Encabezando todo?
-¡Obvio!
-¿Estás hablando enserio Lizzie?
-No…
-¿Qué?
-¡Que estoy bromeando! —exclamo dando pequeños saltos como celebrando su broma.
-¡Lizzie! —dijo Noah tomándose la cabeza.
-Princesa, no creo que tu hermano este para ese tipo de bromas.
-¡Claro que lo está!... nada como una broma para alivianar los nervios, porque aunque lo crean inapropiado… escuche todo lo que hablaban —dijo agregando un pequeño baile a sus saltos.
-Bastante inapropiado cariño… sírvete esto mejor —sentencio Kurt poniendo frente a su puesto un plato rebosante de fruta.
-Más que bastante… —añadió Noah queriendo llorar.
-¡Ay “Goblin”!... si lo hice es para que te relajes, porque lo único que me importa de la boda… además de mi novio por supuesto —dijo haciendo un gesto de enamorada— es que mi familia este conmigo… así es que no debes preocuparte por nada… aunque la “wedding planner” —dijo señalando a Kurt con una mirada de soslayo— diga que son 20 pasos hasta el altar, si tú quieres recorrerlo en 35 o en 8 si das grandes zancadas… no me importa, tampoco si te caes como estás pensando o si haces que Shopie se tropiece, lo único que me importa es que tú, Henry y nuestros Papás sean parte de este mi día especial.
-¿Segura?... no quisiera arruinarte nada —dijo Noah haciendo un puchero.
-¡Súper extra segura!... y no arruinaras nada, además, si algo sale fuera de lo planeado, diremos que estaba fríamente calculado así de antes…
-Gracias Lizzie… —dijo dándole un beso en la mejilla.
-¡Ay te súper amo “Goblin”! —termino por decir la novia dándole un abrazo extra apretado al menor de sus hermanos.

Enero de 2022





--Segunda propuesta de mudanza que me hace en menos de dos horas Señor Hummel-Anderson.
-No es cierto… —respondió remolón.
-Lo es… —rebatió Blaine mientras el acariciaba el pelo— primero quisiste que nos quedáramos a vivir el ascensor del departamento de Quinn, o el que al menos suponíamos y era el departamento de Quinn, y yo me opuse por todo aquello de subir y bajar contantemente.
-Buen punto… ¿y cuál es la inconveniencia que ve en este sitio Señor Anderson-Hummel?
-En realidad veo dos… —respondió con la mayor de las calmas, como si ambos estuvieran en la sala de su casa de la quinta avenida
-¿Dos?
-Así es… —respondió abrazándolo más fuerte— la primera es que creo que si decidiéramos terminar nuestros días viviendo en una tienda, no sería de abarrotes, si no que de moda y accesorios—Kurt sonrió para sí y se cobijó más en el hombro de su esposo mientras bajaba con sus manos por su cuerpo— y segundo… creo que no podrías quedarte en ningún lugar, si antes no conoces el verdadero departamento de Quinn y averiguas de una buena vez que paso con Britt y Santana, ¿me equivoco?
Kurt se incorporó un poco y se echó hacia tras para mirarlo a la cara.
-Cree que me conoce muy bien, ¿no es así Señor Anderson-Hummel? —dijo Kurt mientras le metía las manos en el bolsillo trasero de los pantalones.
-Lo creo… —respondió Blaine acariciándole la cara y el cabello— y también creo que ya nos estamos demorando más de lo conveniente… y que tus manos están en un lugar bastante inapropiado para una tienda de abarrotes
-Tienes razón… —dijo Kurt apartándose, no sin antes dar un último agarrón, Blaine sonrió y tomo la cesta y los vasos que había elegido— además... no quisiera llegar al estacionamiento y encontrarme con los vidrios del auto empañados o algo peor —termino por decir poniendo cara de asco, al tiempo que echaba a la cesta tres envases diferentes de cubiertos descartables.
-Vamos al pasillo de allá, también debemos llevar algo de comer.
-¿Si?... ¿y no dejamos eso al resto de los invitados? —pregunto Blaine tomando un pequeño juguete que parecía ser un gato de color rosado— mira… —dijo meneándolo.
-¿Qué es? —pregunto Kurt quitándoselo de las manos.
-Pues creo que es un gato… aunque esas orejas… —contesto su esposo señalando las forma redondeadas de las orejas del pequeño juguete.
-Pero tiene bigotes y todo… no puede ser un oso —agrego Kurt mirándolo por todos lados a la vez que leía con cierta dificultad las pequeñas letras con información del fabricante.
-¿Dice que es? —dijo Blaine tomando otro, un elefante pero con corbata y sombrero.
-No… ¿por qué estamos viendo esto?
-Porque me pareció muy bonito y rosado, ya sabes ideal para nuestra Lizzie…
-Pero es muy pequeño para un bebé… —dijo Kurt poniendo cara tierna.
-Lo es… pero es rosado, lo que es en el mundo de las niñas es súper extra importante —sentencio arrebatándoselo de las manos para echarlo a la cesta con los vasos y demás cosas descartables.
-¿Te has convertido en un comprador compulsivo Blaine Anderson-Hummel?
-Tal vez…
-Bueno, si es así… espero y lo sigas siendo cuando visitemos Bloomingdale’s la semana entrante.
-¿En el departamento de hombres?...
-¡Obvio! —exclamo tomando dos frascos de aceitunas más otra pieza de queso que parecía y necesitaba una desinfección urgente— no pongas esa cara este queso es el mejor y lo sabes.
-Es horrible y maloliente —dijo Blaine arrojando a la cesta algunas galletas saladas.
-No lo es… sabes que no lo es… ¿algunas frituras, verdad? —pregunto tomando tres paquetes extra grandes.
-Pero nada más, recuerda que Quinn pago por la comida y las chicas se encargaron de empacarla.
-Pero las frituras nunca están de más —agrego añadiendo otro— además Sam las pidió antes de que nos bajáramos —respondió mirando todo lo de la cesta— ¿nada más?
-Nada mas —dijo Blaine caminando hacia las cajas registradoras.
-¿Seguro?...
-Kurt, si falta comida podemos ordenar algo.
-¿Y van repartidores a Harlem? —dijo Kurt poniendo cara de loco.
-Van a todos lados… —contesto Blaine comprando lo último, Kurt sonrió para si al ver que era una barra del chocolate que más que le gustaba luego de los bombones del “Jaques Torres”

-Por fin... —susurro Sam al ver a sus amigos salir de la tienda.
-Ellos saben dónde estamos, ¿para qué haces tantas señas?... ¿quién te llama? —agrego Tina estirando su cuello un poco para espiar en el teléfono de su amigo— eso fue bien grosero —dijo al ver que Sam miraba la pantalla y cortaba sin contestar— era tu novia… ¿no es así?
-Ya te dije que no es mi novia…
-¿Y ella sabe eso?
-¿Qué cosa?... —pregunto estirándose hacia delante para volver a manipular la radio.
-Nada Sam… ¡uy deja esa canción!
-¿Te pondrás a cantar? —dijo mirándola por sobre el hombro.
-¿Por qué?...
-Porque si lo haces prefiero poner el noticiario.
-No… y aunque así fuera… ¿sería un problema para ti? —contesto la chica comenzando a tararear
Sam blanqueo los ojos sin contestar nada, volvió a apoyarse en el respaldo del asiento y giro su cabeza para mirar hacia la entrada del supermercado.
-¿Tú crees en eso que dicen sobre Santana y Britt? —pregunto el chico luego de un rato.
-¡Soy la que más lo creo!... ¿quieres que te repita todos los argumentos y antecedentes que manejo?
-No…
-Entonces no preguntes… pero solo diré que si veo a alguna de ellas, me tendrá que explicar qué diablos sucede.
Sam volvió a quedarse callado pensando si debía romper aquel silencio incomodo preguntando otra estupidez o era mejor esperar callado a sus amigos, opto por lo primero y siguió con sus preguntas.
-¿Y si yo necesitara que me ayudaras con lo que haces…?... ¿qué es lo que haces?
-¡Sam!
-¿Qué?... ¡por fin! —se interrumpió una vez que Blaine y Kurt se subieron al auto— ¿Por qué se demoraron tanto?, ¿qué compararon?... ¿había mucha gente?
-No encontrábamos las cosas, lo necesario y si…—dijo Kurt respondiendo las dudas de Sam en el orden que habían sido planteadas.
-¿Mis frituras? —pregunto estirando sus manos para coger todo.
-Aquí están… ¿puedes llevar todo atrás? —dijo Blaine sacando el chocolate antes de entregar las compras, lo guardo en la guantera y le guiño un ojo a su esposo, Tina advirtió aquello y blanqueo los ojos como harta de tanto arrumaco.
-A Harlem… —dijo encendiendo el motor.
-A Harlem…—repitió Kurt no muy convencido.

-Yo digo que es ese edificio de allá, es el único que no tiene numero… —dijo Tina señalando hacia adelante.
-¿Y eso que tiene que ver?... ¿crees que porque Quinn vive en Harlem no puede vivir en un edifico con número y todo? —pregunto Sam dejando escapar un par de frituras mientras hablaba, masticaba y gesticulaba, todo al mismo tiempo.
-No, es porque Quinn lo dijo… —insistió Tina mirándolo con cara de asco.
-¿Cuándo dijo eso?... ¡ya deja de inventar cosas! —exclamo escupiendo una papa casi entera sobre el regazo de su compañera de asiento.
-No está inventando Sam, fue lo que dijo, y como bien dices Tina, también creo que ese es el edifico —dijo Kurt agachándose un resto para mirar por el vidrio delantero.
-Vamos entonces —agrego su esposo también mirando.
-La llamare… —dijo Tina sacando el teléfono de su bolso, Blaine hacia las maniobras correspondientes para encontrar un estacionamiento al tiempo que recibía instrucciones de todos de en donde era mejor aparcar el auto en un recinto que parecía estar repleto— ¿Esa es Santana?
-¿Quién?—dijeron los tres hombres al mismo tiempo.
-¡Esa que esta ahí!... ¡dios mío esta con alguien!... ¡lo sabía! —exclamo la chica sonriendo y echando su cabeza hacia atrás, como si disfrutara de un triunfo y se felicitara a la vez por ser tan perspicaz.
-Creo que es un árbol… —dijo Sam entre mascadas.
-Yo diría que es una persona cualquiera —agrego Kurt sin ver nada.
-¿A quién estamos mirando? —quiso saber Blaine mirando hacia afuera y a sus amigos, totalmente desenchufado de la situación.
.¡Que esta con alguien! ... ¡Blaine!... ¡detén el auto! —exclamo queriendo bajar.
-Tina, espera un segundo ya casi me estaciono..
-¡No hay tiempo! —dijo bajándose sobre la marcha, cerró la puerta con algo de fuerza y partió corriendo hacia la entrada del edifico sin número.
-Yo creo que es cualquier persona al lado de un árbol… —insistió Sam encogiéndose de hombros.
-De lejos se le parece un poco… aunque esa mujer es un poco más gruesa de lo que podría ser Santana —acoto Kurt queriendo distinguir si la mujer parada en a puerta era o no su ex compañera de escuela.
-Au no puedo saber que están mirando… —dijo Blaine apagando el motor.
-¡A esa mujer de allí!… Tina cree que es Santana, yo también empiezo a creerlo y Sam, bueno… Sam cree que es un árbol… —explico Kurt acercándose a su esposo y señalando donde decía.
-¡Ah!… creo que me quedare con la versión del árbol… —dijo desabrochándose el cinturón de seguridad.
-¡Si! —exclamo Sam dándole un par de golpes en los hombros por sobre el respaldo del asiento— ¿debo bajar todo?, ¿o hay aquí comida de bebé, pañales y esa cosas que compran los casados con hijos? —pregunto hurgando en las compras, dio un vistazo a los vasos y cubiertos descartable y olio el queso azul poniendo cara de repugnancia extrema para terminar por soltar una risa al ver el juguete de gato con orejas de oso.
-No hay nada de eso… lleva todo por favor… —respondió Blaine mientras se bajaba del auto—¿Cómo es que aquí no hace frio? —agrego respirado hondo.
-Harlem y su pequeño microclima —murmuro Kurt al tiempo que se arreglaba el cuello del abrigo y rodeaba el auto dando pequeños saltos — definitivamente es Santana… y esta sola, menos mal —dijo tomando la mano Blaine— ¿qué vamos a decirle?
-Creo que un “hola” será suficiente…
-Espero… aunque ahora creo que no es… me esta convenciendo la teoría del árbol —dijo Kurt entrecerrando sus ojos un tanto, como si quisiera enfocar lo que estaba mirando a la distancia —¿por qué no puedo tener visión nocturna?
-No es necesaria la visión nocturna, esto se arregla de inmediato… ¡SANTANA! —grito Sam haciéndole señas con las bolsas que cargaba y todo, la chica se volteo con cara de sorpresa e hizo un gesto de saludo desganado.
-Es ella… —dijeron los tres al mismo tiempo, adivinando que una actitud así de indiferente solo era posible en Santana López.
-Y parece que Tina le está dando una lata enorme —agrego Kurt volviendo a tratar de enfocar su visión.
-¡Santana! —volvió a exclamar Sam cuando faltaban pocos pasos para llegar a la entrada del edificio.
-Sam… —dijo la chica una vez que los tuvo enfrente— al parecer sigues teniendo una boca enorme…—agrego levantando una ceja
-¡¿Cómo estás?! —dijo dándole un abrazo tan efusivo que las bolsas con las comparas chocaron entre si, impactando de lleno en la espalda de Santana.
-Ahora con un par de contusiones lumbares, pero bien… ¿pero no es la pareja más espectacular de este siglo?, ¿cómo están gemelos fantásticos? —Blaine y Kurt sonrieron sin decir palabra y se turnaron para abrazar y besar a la chica por separado.
-Tina me conto todo lo relacionado con ustedes en menos de un minuto y medio… ¿así es que van a tener otro bebé?
-Así es… —respondió Kurt sonriendo— una niña en mayo… —agrego mirando a su esposo.
-Vaya… me alegro, si algún egresado de Mckinley lograría ser feliz para siempre, con casa, niños, y una hipoteca enorme, esos eran ustedes…
Todos se miraron como queriendo preguntar si era cierto lo que se rumoreaba, Sam arreglo las bolsas cambiándoselas de mano unas tres veces y Kurt se fijó en el detalle que la mano izquierda de Santana ya no tenía la argolla de matrimonio.
-¿Por qué se miran así?... ¿no deberían de ser más valientes y preguntar lo que obviamente se mueren por saber? —dijo la chica mientras corregía su maquillaje mirándose en un espejo diminuto.
-En realidad yo me muero por saber cómo supiste que la este era el departamento de Quinn, todos venimos de TriBeCa… —pregunto Blaine queriendo alivianar a tensión con un comentario despreocupado.
-La llame… no tenía idea como llegar a ese barrio engreído y me dijo que en realidad nos juntaríamos aquí.
-¿Dónde está Britt? —quiso saber Sam así sin más, Kurt contuvo la respiración y apretó la mano de su esposo y Tina abrió sus ojos tanto, que por un par de segundos dejo de tener rasgos asiáticos.
-Esa es honestidad… —contestó Santana señalando a su amigo— ya que todos ustedes no hacen más que murmurar e inventar historias —agrego mirando a Tina, esta abrió la boca para responder pero termino haciendo un gesto de ofendida— es grato saber que aún queda gente autentica.
-¿Dónde está Britt entonces?, ¿es verdad que ustedes….?... ya sabes… —dijo Tina tomando confianza.
-Lo mío con Britt termino… desde hace un par de meses que no la veo ni se nada de ella— todos intercambiaron miradas disimuladas y tímidas— pero bueno… la vida sigue… además si queríamos ver novedades esta noche por fin seré yo el centro de atención y no Berry y sus dramas eternos… ¿entremos?
-Santana…—dijo Kurt tomándola por el antebrazo.
-Escucha “Lady Hummel” si quieres alardear de tu felicidad con Anderson, me da lo mismo, yo estoy bien y asumo que Britt también lo está, y créeme que todo esto sucedió para mejor, la sola idea que los cuatro compartiéramos la fecha de aniversario me ponía los pelos de punta.
-No… no quiero alardear de nada, solo quiero decirte que lo siento… de verdad…
Santana lo miro de arriba abajo como si no terminara de creer en las buenas intenciones de su amigo.
-Y si gustas podemos hablar con todos para que no interroguen sobre esto.
-¿Crees que tengo algo que ocultar?... ¿que soy tensa como tú?, ¿qué quiero decir una cosa pero nunca la digo?... o mejor aún… ¿que necesito que alguien me defienda? ¿o que necesito “ayuda externa” para lidiar con mis problemas? —dijo Santana haciendo las comillas con sus dedos cuando mencionaba lo de la ayuda externa.
-¿Qué se supone y significa eso? —pregunto Kurt dejando sus buenos modales de lado, Sam dio un par de pasos hacia atrás y Tina pensó que explotaría si no entraba de inmediato a contarle a alguien todo lo que estaba sucediendo.
-Kurt… no vale la pena… mejor vámonos todos deben estar esperándonos —dijo Blaine cogiéndole la mano nuevamente queriendo avanzar hacia la puerta
-¡No!… —exclamo zafándose— primero quiero que me explique, ¿qué quieres decir con eso? —demando Kurt poniendo cara acorde
-Bien, si quieres quedar en evidencia frente a todos, me da lo mismo, no me importa si Anderson aquí presente, que apropósito… ¿qué demonios significaron esos dos primeros álbumes?, te juro y para lo único que servían era para desratizar los departamentos, yo los puse y las ratas huyeron… ¡Así! —agrego chasqueando sus dedos, Blaine no supo que contestar y solo se limitó a retroceder algunos pasos y a tomarse la oreja, tal y como la hacía cada vez que se sentía nervioso o intimidado— pero esa es otra historia, excelente para compartirla con todos en esta noche de reunión y camaradería.
-Santana… —insistió Kurt al ver que la aludida no terminaba de explicar lo que él el demandaba.
-No creo que sea necesario agredir a quienes no tienen nada que ver… —dijo Sam queriendo defender a su amigo.
-No he ofendido a nadie, lo de los álbumes es verdad, las tres personas que los compraron pueden reafirmar lo que digo… y si así se siente que vaya a terapia… ¿pero quién necesita pagar para que lo ayuden a solucionar sus problemas?, Ah claro… ¡tú Lady Hummel!
-¿Cómo sabes eso? —pregunto Kurt sintiendo que le faltaba el aire.
-Rachel además de quejarse… habla… —termino por decir Santana dándose media vuelta, Blaine miro a su esposo como si necesitara una explicación.
-Ok… será mejor que entremos, alguien debe estar deseando poner comida en un lindo e inestable plato plástico —dijo Sam entrando junto a Tina, Santana se quedó viendo a Kurt un par de segundos más y termino por entrar antes que todos. Blaine se rasco la cabeza y se acercó a Kurt que permanecía quieto como estatua.
-Debimos suponer que estaría mas fiera que nunca… —dijo mirando a sus amigos perderse en la escalera— ¿qué es eso que dijo sobre pagar para solucionar problemas?
-…
-¿Kurt?
-Blaine… lo que dijo Santana sobre el terapeuta puedo explicarlo, veras…
-¿Terapeuta? —interrumpió levantando sus cejas— ¿a eso se refería?... ¿Cuándo acudiste a uno?
-Hace mil años… —respondió sentándose en la orilla de la acera— y fue porque como dijo ella, no fui capaz de lidiar con mis problemas —agrego abrazando sus rodillas.
-Kurt… —dijo Blaine sentándose a su lado— las personas no van a terapia porque sean incapaces, van porque necesitan ayuda…
-Hablas como si supieras de que se trata.
-Lo se…
-¿Cómo?
-Eso… —dijo tomándole una mano— cuando lo nuestro termino la segunda vez, fue extremadamente difícil para mi poder rehacerme… así es que “pague para que me solucionaran mi problema”, bueno no yo… mis padres— añadió sonriendo medio chueco.
-Por dios… no puedo creer que hayas necesitado terapia… ¿por qué no me lo contaste?
-Siendo justos tu tampoco me lo contaste a mi…
-Eso es verdad… ¿estamos a mano entonces?
-Lo estamos… —dijo Blaine dándole un choque suave con su hombro.
-Vaya… si no me hubiera comportado como un estúpido en aquella ocasión, ambos nos habríamos ahorrado unos cuantos dólares y el mal rato que nos acaba de hacer pasar Santana.
-Eso es verdad… no discutiré con eso… —aseguro Blaine dando un par de besos en el dorso de la mano de su esposo y que parecía y no quería soltar nunca.
-¿Por qué actúa así?
-¿Por qué siempre ha hablado sin pensar?... ¿por qué esta resentida?, ¿por qué su historia de amor nunca le llego ni a los talones a la nuestra?... ¿por qué está loca?…—termino por decir poniendo la cara de quien da los mejores argumentos en la historia de los argumentos.
-Me quedo con esa última opción… —dijo sonriendo— te juro y lo que le dije fue con la mejor de las intenciones, nuca pensé y explotaría de esa forma.
-Por supuesto que si… siempre actúas con la mejor de las intenciones y no merecías escuchar todo lo que te dijo… ahora… por más romántico que es este escenario, mi trasero se está enfriando un poco… ¿subamos?... —dijo levantándose de la acera extendiendo una de sus manos para ayudar a su esposo a hacer lo mismo.
-Blaine…
-¿Si?
-¿Qué tal si nos vamos?
-¿Nos vamos?... ¿dónde?
-A nuestra casa, con nuestro hijo… nos metemos en la cama y vemos una maratón de…
-¿ “The Golden girls”?
-No… más bien pensaba en las ecografías de Lizzie.
-¿De verdad?
Kurt gesticulo un si para luego buscar refugio en los brazos de su esposo.
-¿Qué hay del resto de nuestros amigos? —pregunto Blaine abrazándolo de vuelta.
-Ya sabemos cómo están todos, no es necesario que hablemos más.
-¿Qué hay del departamento de Quinn?, ¿de verdad no quieres ver en donde vive?... ¿qué tal si tiene una puerta veja como mesa o algo peor?...
-No me importa, todo lo que me importa lo tengo parte en la casa y parte aquí en frente mío…
Blaine sonrió al escuchar aquello y lo beso, le corrigió la dirección del flequillo y con sus labios trato de calentarle la nariz con tres pequeños besos adicionales.
-Gracias… —dijo Kurt encaminándose hacia el auto.
-Nariz congelada no es buen presagio de nada —aseguro Blaine quitando la alarma del auto.
-No lo digo solo por eso… —agrego su esposo tocándose la punta de la nariz— lo digo por consentirme en esto de marcharnos.
-¡Me encanta consentirte! —exclamo abriendo la puerta del lado del chofer— además, te lo dije al principio de la noche… ahora, solo lamento el gatito rosado que habíamos comprado para nuestra hija, pero asumo y Sam le encontrara un buen destino— añadió haciendo el ademan de subirse.
-¿Blaine?...—dijo Kurt antes de hacer lo propio.
-¿Si?...—pregunto este asomándose.
-¿El chocolate que guardaste?... ¿era para mí?
-¿Para quién si no?...—contesto sonriendo— ahora, de verdad vámonos, no estoy bromeando con lo del trasero congelado— concluyo subiéndose al auto.

Mayo de 2038






-Espero y no te arrepientas de no haber invitado a ninguno de tus amigos —dijo Kurt mientras ataba con un lazo unos 8 globos de color dorado y diferentes formas.
-Ya me cantaron en la escuela, es todo lo que necesito de ellos —aseguro Lizzie cortando los trozos de cinta a medida que su Papá se los iba pidiendo.
-Aún sigo manteniendo mi ofrecimiento de la fiesta —agrego tomando otros cinco globos.
-Ya dije que no quiero una fiesta, además… si vienen mis amigos se comerían todo… en especial Alaska y el primo de Viola.
-Mencionas mucho al primo de esa tal Viola… ¿hay algo que deba saber?
-No…—respondió Lizzie alargando la “o” y poniéndose un poco colorada.
-¿Segura?... —insistió Kurt al ver la reacción de su hija.
-¡Ay Papá!... nada que ver… ¡hola!
-¡Pero si no he dicho nada! —exclamó este defendiéndose.
-Pero estabas a punto de decirlo, eso estoy segura… —dijo su hija comenzando a hacer figuras con los trozos de cinta que iban quedando.
-No diré nada, lo juro… pero solo diré que si quieres traer a algún chico a esta casa, ya sea al primo de esa tal Viola o a cualquier otro… no habrá problema.
-¡Papá!... ¡me haces sentir súper extra mal! —dijo Lizzie llevándose las manos a la cara con tijeras y rollo de cinta incluidos— es mi cumpleaños, nadie debería hacer sentir mal a otro en el día de su cumpleaños, si no sería el peor cumpleaños en la vida de quien los cumple.
-Ok…— dijo Kurt tratado de procesar la frase sin puntos ni comas que había dicho su hija— ¿revisaste la lista de todo lo que comeremos? —agrego cambiando de tema.
-Hace dos días cuando me enseñaste la lista —respondió Lizzie aun con algo de molestia.
-¿Y?
-Y esta todo súper extra sensacional… pensé que en esa panadería engreída que descubrieron tú y el “Papáblen” solo hacían bollos y cosas con nombre francés, pero me equivoque.
-Ciertamente que sí, ¿te gusto todo entonces?
-Obvio… ¡hola!
-Pues ya debe estar por llegar todo… sostenme esto cariño, quiero que el moño de este grupo quede igual a los otros —Lizzie se bajó del canto del sillón en donde estaba instalada y tomo los globos mirándolos hacia arriba.
-Muy bien… —dijo Kurt concentrándose al máximo.
-¿Dónde está la cumpleañera?
-¡Henry! —exclamo la chica la ver aparecer a su hermano mayor, soltó los globos y corrió hacia él, Henry dejo caer el bolso que cargaba y recibió a su hermana en un abrazo efusivo y cariñoso.
-Eso sí que será un problema— murmuró Kurt con las manos en su cintura mirando los cinco globos que ahora descansaban junto al cielo raso.
-¡¡¡Qué bueno que viniste!!! —dijo Lizzie volviendo a abrazarlo.
-Es tu cumpleaños “Rizzie”, no me lo perdería por nada.
-¡Y yo te mataría si lo hicieras! —exclamo dándole un par de piquetes en el estómago.
-Otra de las razones por las que hice mi mayor esfuerzo, hola Papá… —agrego abrazando a Kurt.
-Hola cariño… ¿Qué tal el viaje?
-Súper bien, estoy cansado… pero bien… —respondió Henry estirándose todo lo que su cuerpo le daba.
-¿Todo bien en la Universidad?
-Si… ¡pero estoy cansado!... este semestre no acaba nunca —insistió dejándose caer en el sofá más grande.
-¿Quieres algo?... aun no llega la comida pero puedo prepárate lo que gustes.
-No, está bien… ¿hay unos globos en el techo? —pregunto apuntando.
-El entusiasmo de tu hermanita, qué más puedo decir —contesto Kurt mirando nuevamente.
-¡Ay!... son solo globos, cuando el helio pierda sus propiedades bajaran solos… ¡hola! —aseguro Lizzie sentándose junto a su hermano— ¿dónde está mi regalo Henry Anderson Hummel?
-¡Hija!...
-¿Qué?... es mi cumpleaños, en los cumpleaños se hacen regalos… ¡hola!
-Por cierto que sí, pero que creí que ver a tu hermano y estar con tu familia era más importante que los regalos.
-¡Pero por supuesto!... —exclamo Lizzie levantando sus brazos— yo amo a mi hermanito por sobre todo… ¿Dónde está mi regalo?
-Lo tengo en el bolso hermanita —respondió Henry soltando una risa— te lo entrego enseguida, solo deja recuperarme, ¿bueno? —agrego el chico auto masajeándose el cuello.
-¡Ay Henry!... ni que hubieras conducido toda la noche o algo… ¡hola! —agrego cruzándose de brazos.
-¿Ya llegaron todos?... —quiso saber Henry al tiempo que le daba piquetes a su hermana para que dejara el mal humor— ¿el “Papáblen”?
-Blaine fue a buscar a tus abuelos.
-¡El abuelo Burt?
-Él y Carol están en un hotel, insistieron en ello, así es que llegaran a la hora de la fiesta, los invitados ingleses se están instalando y Cooper llamara cuando este en camino.
-¿En camino de dónde?
-De unas locaciones que está filmando en las alcantarillas de Newark —Henry puso cara de sorpresa ante aquella revelación— mejor no preguntes cariño.
-Mejor…
-¡Henry! —exclamo Lizzie con sus manos estiradas, presta a recibir el obsequio que demandaba.
-Está bien… vuelvo enseguida… —dijo su hermano levantándose con desgano.
-¿Como que vuelvo enseguida?... ¡dámelo ahora!... tu bolso está a dos pasos.
-Sí, pero debo desempacar… no creo que el Papá quiera un desorden en esta sala toda arreglada.
-Por supuesto que no lo quiero… ve a tu cuarto cariño, te alistas y vuelves.
-¡Uy!...—dijo Lizzie empuñando sus manos— al final será lo mismo… ¡hola!
-No te pongas malcriada cariño, te ves muy fea —sentencio Kurt siguiendo con lo de los globos.
-Es mi cumpleaños, puedo hacer lo que quiera, incluso verme fea… —dijo la chica toda ceñuda.
-Acompáñame “Rizzie”, así tendrás tu regalo de inmediato.
-¡Si!... ¡te súper amo Henry!...—exclamo siguiendo a su hermano dando saltos y aplausos de alegría. Kurt miro a sus hijos con una sonrisa y volvió a mirar los globos en su cielo raso pensando en una solución a aquel accidente y que desentonaba con la decoración de la fiesta.
-Alguna solución habrá que encontrar a esto… —dijo mirando a su alrededor, corrió la mesa de café hasta ubicarla por debajo de los globos, luego puso otra mesa más pequeña sobre la primera y término por equilibrar una de las sillas del comedor sobre todo— ¿Quién dijo que no se podía hacer una improvisada escalera con muebles de principios de siglo? —murmuro comenzando a treparse, llego hasta la silla sin problemas y se irguió en cámara lenta como temiendo perder el equilibrio, estiro uno de sus brazos hasta casi alcanzar la cinta de uno de los globos— un poco más… —dijo queriendo que sus brazos midieran unos cuantos centímetros más— vamos… ya ca… ¡AH! —grito al sentir que alguien lo jalaba hacia abajo.
-¿Me quiere dejar viudo Señor Hummel Anderson? —pregunto Blaine tomándolo entre sus brazos.
-¡Por dios Blaine!... me diste un susto de muerte… ¡nunca más hagas eso! —exclamo Kurt dándole un golpe en el hombro.
-Bueno, debía salvarte y prevenir cualquier cosa... es más, si no hubiese llegado a tiempo tu hermoso rostro estaría pegado en el piso de madera… ¿en qué demonios estabas pensando? —agrego mirando el precario equilibrio de los muebles apilados sobre la mesa de café.
-Quería… quería alcanzar esos globos que tu hija soltó y quedaron allá arriba —respondió haciendo un puchero.
-¿Los que están a más de tres metros de altura?— pregunto mientras se movía abrazado de él como si bailaran un baile romántico.
-Los mismos… desentonan con la decoración de la sala —respondió Kurt en tono meloso.
-Pues yo creo que un “desentonamineto” en la decoración no son motivo suficientes para arriesgar su vida… usted me gusta Señor Hummel Anderson… ¿lo sabía? —dijo Blaine dando un pequeño beso.
-¿Si?... ¿Cuánto?
-Mucho… —respondió volviendo a unir sus labios con los de su esposo.
-Pues vaya que suerte tiene Señor Anderson-Hummel, usted… también… me gusta a mi —añadió Kurt dando él esta vez los besos.
-Maravillosa coincidencia entonces… ¿por qué hay globos en el techo?
-Ya lo dije, tu hija es la responsable… no me gusta mucho esta Lizzie en “modo cumpleaños”, es bastante malcriada.
-Vamos… la conocemos, se le pasara una vez que se acabe su cumpleaños.
-Eso espero…
-¿Las personas?
-Todos repartidos por la casa… ¿tus padres? —pregunto mientras le hundía las manos en el cabello.
-No lo sé…—contesto Blaine rozando su nariz con la de él.
-¿Cómo?— dijo Kurt apartándose.
-Eso… llegue al aeropuerto JFK y no estaban, llame a mi Mamá y me dijo que estaban en La Guardia, por lo tanto decidieron venirse en taxi.
-¿Por qué no los fuiste a buscar a La Guardia?
-Porque no me dejaron hacerlo… y me siento aliviado en realidad no tenía ganas de conducir tanto… llegaran bien… tranquilo —aseguro al ver que su esposo ponía cara de preocupación.
-Eso espero…
-¿Hay algo más por hacer?
-La verdad es que no… te quiero aquí cuando llegue la comida.
-Muy bien, iré asearme entonces… oye…—dijo Blaine antes de apartarse del todo.
-¿Qué?
-Tienes algo…—añadió tomándole la cara, lo miro sonriendo y le dio un beso más que apasionado, Kurt sintió que se elevaba a la altura de los globos— nada de equilibrios... ¿de acuerdo? —dijo apartando sus labios apenas de los de su esposo.
-De acuerdo… —respondió como desinflándose.

-¡Amo venir a New York! —exclamo la Señora Anderson mientras se subía al ascensor del edificio de la quinta a avenida.
-Y yo… —respondió su esposo presionando el piso correspondiente— en especial cuando es para fechas importantes —agrego mirando el tablero y el cielo raso del elevador.
-¡Lo sé!... —exclamo levantando los brazos— espero que Blaine no se enoje con nosotros.
-Vamos, fue una confusión, le puede pasar a cualquiera, por lo demás lo importante es que estamos aquí.
-Muy cierto… ¿por qué no nos movemos? —pregunto Pam asomando su cabeza por si había alguien o algo que impidiera el movimiento del aparato.
-No lo sé… —contesto el Señor Anderson volviendo a presionar el número 13.
-Tal vez hay que hacer algo más…
-No lo sé… ya moví esta palanca, pero la reja no se cierra por completo, tal vez sea eso.
-¡Presiona otro botón o algo!
-Ya presione el correspondiente no hare algo que nos meta en problemas —sentencio su esposo como si temiera que alguien los viniera reprender.
-Mejor llamare a Kurt —dijo la Señora Anderson buscando su teléfono en un bolso gigante.
-¡Detengan el ascensor!... —escucharon ambos desde el hall de entrada.
-Si se pudiera mover… —respondió el Señor Anderson mirando a su esposa que trataba de encontrar sin sus gafas el número de su yerno en su teléfono móvil.
-Gracias… —dijo una chica extra sonriente y que arrastraba consigo un carrito repleto de cajas con el logo de la panadería “Bencuit”, lo subió luego de tres intentos y se paró tras los señores Anderson —¿esperan por alguien? —agrego al ver que nada se movía.
-No… y aunque parezcamos de pueblo... no logramos hacer que funcione.
-¡Oh!... no se preocupen…—dijo la chica manipulando un palanca que dejo la reja de bronce cerrada, corrió otra más fina en sentido contrario y las puertas exteriores se cerraron de inmediato, les sonrió a los desconocidos y volvió a ubicarse tras ellos.
-Eso fue impresionante —dijo el Señor Anderson mirando toda la parafernalia.
-No tanto, por seguridad instalaron esa segunda reja hace poco, desde que un par de niños se quedaron atascados.
-¡Por dios!... —exclamo Pam llevándose la mano al pecho pensando de inmediato en sus nietos.
-Pero nada les sucedió, todo se arregló sin heridos.
-¡Que alivio!…—dijo soltando un suspiro
-¿Usted vive aquí?
-No Señor… solo reparto pasteles, pero son tantas las veces que he venido a entregar algo aquí, que se todas las novedades.
-Genial…—añadió el señor Anderson sonriendo sin saber muy bien que más agregar.
-¿A qué piso va?... eso sí lo sabemos hacer —dijo Pam señalando el tablero.
-Ya estaba presionado, asumo y vamos al mismo lugar.
-¿Acaso todo esto es para la fiesta de mi nieta? —quiso saber el Señor Anderson mirando las cajas.
-¿Quién es su nieta?
-Lizzie Anderson Hummel.
-Lizzie, por supuesto… ¿ustedes son padres de…?
-Blaine… somos los padres de Blaine
-¡Oh!… su hijo es un sueño, que puedo decir…
-¿Gracias? —respondió el padre del aludido como dudando si debía darlas, los tres miraron el tablero cuando sonó una campanilla y el ascensor se detuvo, la chica de la pastelería se adelantó en abrir la puerta y dejo salir a su acompañantes primero.
-¿Necesitas ayuda querida? —pregunto Pam moviendo sus manos como si arrastrara un par de toneladas
-No gracias, hago esto desde hace mucho —contesto la mujer tirando de su carro hasta que lo ubico en el pasillo.

-Kurt… ¡tienes la mejor presión de agua de todo New York! —exclamo Lily llegando a la sala junto a su esposo.
-Vaya amiga… ese es el mejor cumplido que alguien me ha dicho con respecto a mi casa… gracias linda
-De nada… y es la verdad, te juro y hubiera estado bajo ese chorro de agua una par de horas, pero no lo hice, ni lo hare… tranquilo —se adelantó en decir Lily al ver que Kurt ponía la cara de quien no quiere tener entre sus manos una factura abultada del agua potable.
-Me alegro entonces… —dijo Kurt corrigiendo la posición de uno de los arreglos florares en la mesa donde iría la comida— ¿todo bien con su habitación?, ¿Hendrix no se incomodó porque lo acomodamos en la pequeña?
-No, por supuesto que no… mi bonito se adapta a lo que sea siempre y cuando tenga espacio para su guitarra —respondió Dylan quitándose la pereza del viaje con la mayor de las confianzas.
-Me alegro, cualquier cosa que necesiten me avisan, o si quiere que ubiquemos a Hendrix con Henry, él no tendrá problemas.
-Todo está perfecto Kurt… gracias…—dijo Lily dando un beso en la mejilla a su amigo— y aquí… todo luce espectacular, debo decir.
-Bueno, hubiera querido que mi hija fura un poco más superficial para poder organizarle una fiesta con sus amigos, temática, extravagancias y todo, pero ella decidió que solo quería estar con quienes más amaba.
-¿No es un dulce esa chica? —dijo la Señora Westbrook haciendo una mueca tierna con su boca.
-Lo es…
-¿Y el pequeño?... —pregunto Dylan tomando una de las pequeñas cajas que contenían los recuerdos de la fiesta y que estaban dispuestas en una de las mesas laterales, la meneo un poco cerca de su oreja y luego la tanteo para saber que contenía.
-Acaba de llegar, ahora está en el baño—respondió Kurt arrebatándosela antes que la rompiera, Dylan dio un respingo divertido y se sentó con los pies sobre la mesa de café.
-¿No iba a por sus padres? —dijo el ingles tomando otra de las cajas.
-Así es, pero hubo una confusión con los aeropuertos, así es que volvió solo, sus padres tomaron un taxi —contesto Kurt quitándosela también.
-¡Ay me encanta la mamá de Blaine!... es tan adorable.
-¿Yo la conozco?
-Ay Westbrook, obvio que si… ¡por dios!... si hasta coqueteaste con ella una vez.
-¿Qué dices Bonita?... ¡claro que no!…
-Claro que si Dylan… y créeme que mi suegra no se molestó en lo más mínimo… y ahora que lo pienso… en aquella ocasión mi suegro tampoco… creo que esa noche de año nuevo fue bastante bizarra.
-¿Es una señora atractiva entonces?
-Lo es, pero lo más importante es que es muy dulce y amable —dijo Lily al tiempo que se arreglaba la toalla que llevaba en la cabeza.
-Entonces si es atractiva, amable y dulce, con razón coqueteé con ella, ¿no bonita? —dijo Dylan moviendo sus cejas.
-¿Liverpool esta con Noah? —pregunto la chica sin poner atención a las ínfulas de galán que aun tenía su esposo.
-Si… están en su habitación..
-Iré a decirle que ya es hora de vestirse.
-Yo iré Lily…
-¿Si?... ¿seguro?
-Seguro, ya termine aquí y solo queda que llegue la comida, tu termina de arreglarte… —dijo Kurt encaminándose a la cocina— y tú… no husmees…—advirtió mirando a Dylan y sus intenciones de descubrir que había en las pequeñas cajas, este se excusó encogiendo sus hombros y abriendo sus palmas en señal de inocencia.

-Y esa tienda no estaba cuando viniste la última vez —dijo Noah apuntando a la pequeña tienda de campaña instalada en un rincón de su cuarto.
-¡Es verdad!... —exclamo Liverpool tomándose la cara— ¿Por qué?
-Porque yo quería una casa de árbol, pero mi Papá y mi “Papáblen” me dijeron que no, porque vivimos en un “depaptamemto” —contesto sentándose al final de la cama junto a “Desmond”
-Me parece “apopiado”—dijo Liverpool gesticulando un si— ¿dormiremos allí?
-El “Papáblen” debe instalar tu cama… lo hace en un segundo.
-¿Esa cama es mía acaso? —pregunto sentándose junto a su amigo.
-Claro, tú la usas…—respondió Noah encogiéndose de hombros como si aquello fuera lo más obvio a responder.
-¡Oh!… —contesto Liverpool como impresionado— ¿me la puedo llevar a Londres?
-No lo sé… el Papá siempre dice que el “equepaje” debe ser lo justo y “epstra” organizado.
-No sé qué quiere decir eso…
-Ni yo… —añadió Noah riendo— ¿juguemos algo?
-¿No debemos “adreglarnos” para la fiesta?
-¡Es verdad! —exclamo el pequeño tomándose la cara también— yo tengo un traje… ¿quieres verlo? —dijo bajándose de la cama dejando antes bien instalado a “Desmond” entre las almohadas.
-Si…
Noah abrió su closet, descolgó un porta trajes tan diminuto como él y lo puso sobre su cama.
-Este es…—dijo mientras abría el cierre.
-¡Wow!... ¡tiene hasta “cobbata”! —exclamo Liverpool volviendo a lo del impacto extremo.
-Mi Papá dice que debemos estar “eguelantes”
-¿Por qué?
-Porque es el cumpleaños de Lizzie Anderson Hummel… mi hermana —contesto Noah como si su amigo londinense no supiera eso.
-Cuando “Hendrips” cumplió años, yo no me puse “cobbata”, y mi Papá le regalo una guitarra.
-Tal vez hay que usarla cuando las mujeres cumplen años —sentencio Noah pensando en aquella teoría.
-Le preguntare a mi mamá, ella es una mujer… ¿te parece bien? —dijo Liverpool estirando su mano como queriendo sellar con ello la solución al problema de las corbatas.
-Si… —dijo Noah estrechándosela de vuelta, ambos gesticularon un si bien pronunciado.
-¿Cariño?... ¿puedo pasar? — dijo Kurt golpeando la puerta del cuarto de su hijo.
-Si Papá… solo estamos conversando sobre unas “pobisilidades”
-¿Qué posibilidades son esas? —pregunto su Papá mientras entraba.
-Unas… —contesto Noah parándose junto a su amigo.
-Muy bien… —dijo Kurt mirando a ambos queriendo descubrir con ello que tramaban los más pequeños de la casa— ¿está todo bien aquí?... ¿verdad?
-Si… —contestaron los dos al mismo tiempo.
-¿Seguros?
-Si… —repitieron al unísono.
-Papá, Liverpool Westbrook Stewart quiere decirte una palabras —dijo Noah apuntando a su amigo.
-¿De verdad Liverpool?, ¿y qué quieres decir?
-Señor Kurt Hummel Anderson, quiero decir que me gusta quedarme aquí y que a mis Papás y a “Hendrips” “tanbien” les gusta.
-Pues me alegro cariño… y debo decir que a nosotros y a Noah también nos gusta cuando vienes a visitarnos.
Liverpool miro a su amigo y este le sonrió reafirmando aquello que había dicho su Papá, el pequeño hijo de Dylan le sonrió de vuelta y le dio un abrazo bien palmoteado.
-¡aAh!... muy bien, nada como sellar una hermandad con un abrazo.
-¿Qué es “hen…”?… hem… —quiso preguntar Noah con un brazo sobre los hombros de su amigo.
-¿Hermandad cariño?
-Si…
-Es algo así como hermanos… cosa que serían si compartieran la misma sangre… ¡ah esa debe ser la comida! —dijo al sentir que llamaban a la puerta— Liverpool, cariño… tu Mamá quiere que te arregles para la fiesta, tú también deberías hacerlo bebé.
Su pequeño hijo gesticulo un si como si hubiera quedado tan impresionado con algo que hasta el habla se le había quitado.
-¿Estas bien cariño? —pregunto Kurt al verlo tan circunspecto.
Noah volvió a gesticular un sí.
-Muy bien, si necesitas ayuda me llamas, ¿bueno?
La cabeza de Noah volvió a moverse de manera afirmativa.
-Voy a buscar mi ropa… —dijo Liverpool queriendo salir tras Kurt.
-Liverpool Westbrook Stewart… ¡espera!… —exclamo Noah como ahogándose.
-¿Por qué?
-¿Escuchaste a mi Papá acaso?, dijo que podíamos ser hermanos si “conpartieramos” la sangre .
-¿Cómo podemos ser hermanos, mis Papas no son tus Papás?
-Pero si “conpartimos” nuestra sangre si…
-¿¡QUE!? —exclamo Liverpool poniéndose un poco pálido.
-¡Podemos hacernos hermanos de sangre! —dijo Noah entusiasmándose aún más.
-Yo no quiero ver sangre… —respondió Liverpool queriendo llorar.
-Ni yo… —agrego su amigo chasqueando la lengua— ¿Cómo podemos hacerlo entonces?
-No se…
-¡YO SI SE! —exclamo Noah levantando su mano —usemos nuestra saliva, también esta nuestro cuerpo.
-¿Nos daremos un beso?...
-No... —contesto arrugando el entrecejo— para eso hay que estar casado.
-Oh…—dijo Liverpool como si hubiera escuchado la mayor de las verdades— ¿entonces?
-Así… —respondió Noah lengüeteándose la mano dos veces, se miró la palma para ver si estaba bien humedecida y pidió a su amigo hacer lo mismo, Liverpool puso un poco de cara de asco y toco con su lengua la punta de sus dedos así como el resto de su mano, luego la acerco a la de Noah y la estrecho de manera bien consistente.
-Listo… hermanos de sangre…
-Y saliva… —agrego Liverpool sonriendo.
-Y saliva…—corroboro Noah agitando sus manos entrelazadas.

Mayo de 2038




-¡Señor Anderson!... ¡Señora Anderson!... ¡qué bueno que llegaron! —exclamo Kurt al ver a sus suegros parados en la puerta.
-¡Ay cariño!, ni te imaginas la confusión… pero antes que todo, ¿ninguno de mis nietos fue el que se quedó atascado en el ascensor? —pregunto Pam tomando a su yerno por los hombros.
-¿Qué?... ¿cuándo?
-No se… la niña de los pasteles nos lo dijo —agrego bajando su voz al mínimo para que la niña de los pasteles no escuchara.
-¡Oh!… no, no… no fueron mis hijos, fueron unos niños de los pisos de abajo que siempre están jugando en el elevador, yo digo si son tan torpes y malcriados para jugar donde no se debe, merecen que les suceda algo —la Mamá de Blaine no supo si el esposo de su hijo hablaba enserio o bromeaba, prefirió creer lo último y soltó una risa digna Halloween— pasen por favor —agrego señalando hacia adentro
-Esta señorita también viene a aquí… —dijo el señor Anderson apuntando a la empleada de la pastelería.
-¡Por fin! —exclamo Kurt cruzando sus brazos como si fuera un profesor mirando al alumno más desordenado— ¿aquí no viene el pastel?... ¿verdad? —añadió mirando todas las cajas.
-No Señor Hummel-Anderson, mi compañero viene detrás de mí, él lo trae —respondió la chica empujando su carro.
-Perfecto… me dejas todo en la cocina por favor —dijo mientras se hacía a un lado en la puerta y contaba mentalmente las cajas que cabían en el carro de despacho.
-¿Mi hijo?... ¿no está enojado?
-No Señora Anderson, estaba más preocupado que nada.
-¡Ay mi niño!, tan atento con sus padres desubicados, pero te juro que no fue nuestra culpa, los pasajes decían JFK, te lo juro… —aseguro Pam haciendo gestos de promesa en su frente y pecho, Kurt sonrió recordando a Lizzie.
-No hay problema, de verdad… ¿tampoco se quedaran aquí? —pregunto al ver que sus suegros no cargaban maletas.
-No cariño, además tenemos que viajar esta misma noche.
-¿De verdad?
-Si Kurt… mi trabajo… lo siento… —agrego el Señor Anderson con cara de circunstancia.
-Bueno… al menos estarán en el cumpleaños de su nieta.
-¡Pero si no nos lo perderíamos por nada!, le prometí que le regalaría esto… así es que… —sentenció la Señora Anderson enseñando una caja cuadrada forrada de un terciopelo verde musgo.
-Tiene razón… Lizzie se pondrá feliz —dijo Kurt guiándolos a la sala.
-Eso espero, la pobre lleva esperando como 10 años que le entreguen ese regalo —dijo el Señor Anderson sonriendo.
-¡Ay cariño!, es una tradición súper extra especial de mi familia… ¿cómo dices eso? —añadió Pam dando un golpe en el antebrazo de su marido, este levanto sus manos en señal de inocencia y busco la mirada de Kurt en complicidad masculina.
-Si desean refrescarse, el baño de vistas está disponible, así como el del fondo del pasillo del segundo piso.
-Gracias cariño, ¡todo luce espectacular! —exclamo la Mamá de Blaine mirando la sala, no habían muchos cambios en la organización de los muebles, pero si había globos dorados en todos los rincones, una mesa de apoyo de unos dos metros de largo y vestida con un mantel de color blanco, más otro pequeño encima que combinaba con los globos, estaba justo al medio de los ventanales principales y habían flores sobre ella, así como también en cada una de las mesas de café y arrimo de toda la sala, un cartel que decía “Dulces dieciséis” enmarcaba el lugar del “bufett” y globos más pequeños la mesa dispuesta para los regalos. Los Padres de Blaine recorrieron la sala fijándose y alabando todos los detalles, Kurt sonrió para sí satisfecho de sus dotes de organizador de fiestas y convites.
-¡Papá!... ¡Henry me regalo…!... ¡Abuelos! —grito Lizzie al ver a los Señores Anderson en medio de la sala.
-¡Mi nieta!… ¡pero si te ves muy bella! —exclamo Pam abrazándola para luego alzarle una mano y hacerla girar como una bailarina— ¡tu vestido es maravilloso!.
-El Papá insistió que debía usar uno… ¡hola! —contesto Lizzie poniendo caras mientras se abultaba la pollera y corría los breteles de su vestido de chiffon color turquesa.
-Te ves muy bella Lizzie… y ¡feliz cumpleaños! —dijo el Señor Anderson dándole un abrazo.
-¡Si!... ¡gracias abuelito!
-Y lo prometido es deuda cariño…
Lizzie pego un grito de aquellos al ver que su Abuela le ponía enfrente la caja con las joyas que le había ofrecido hacía más de diez años, la abrió con premura y su se puso de inmediato los aretes y el collar.
-¡Papá!.. ¡mira! —exclamo acercándose a Kurt con pasos de bailarina— ¡esto es súper extra fantástico!... ¿qué tal? —pregunto presumiendo sus joyas “nuevas”
-Son hermosas cariño —respondió tocando los aretes— pero no son un juguete —advirtió levantando una ceja.
-¡Ay si se!… sé que debo guardarlas para cuando tenga una hija o algo… ¡hola! —respondió Lizzie blanqueando sus ojos, se miró en el reflejo de una las mesas y volvió a abrazar a su abuela dando pequeño saltos de felicidad junto a ella.
-Discúlpenla, el “modo cumpleaños” funciona así… iré a ver lo de la comida… y avisarle a mi esposo que ustedes llegaron sin problemas, permiso… —dijo Kurt señalando a la cocina.
-¿Sabes que la puerta está abierta?, estamos en New York y tú tienes las puertas abiertas.
-Hola Papá… —dijo Kurt encontrándose con Carol y Burt a la entrada de la sala.
-Es verdad lo de la puerta cariño… ¿Por qué estaba abierta? —repitió Carol apuntando hacia atrás por sobre su hombro.
-Es porque trajeron la comida, y no deberían de preocuparse tanto, este edifico es muy seguro.
-Si claro… saluda a tu Padre… —dijo Burt extendiendo sus brazos, Kurt sonrió y lo abrazo como siempre, luego dio otro abrazo a Carol y les indico que los padres de Blaine y la protagonista de la fiesta estaban en la sala, ambos se encaminaron hacia allí no sin antes repetir que la puerta estaba abierta.

-Señor Hummel-Anderson, todo está en orden en la cocina —dijo la repartidora al toparse con Kurt en la entrada de la cocina.
-Perfecto… —respondió este entrando— ¿el pastel? —añadió al ver que ninguna caja correspondía al tamaño del que habían encargado.
-Como le dije mi compañero está subiendo en este preciso instante con el… si gusta, mientras tanto puede revisar todo —pidió la chica sacando una factura de uno de unos de sus bolsillos, más un dispositivo electrónico de otro.
-Gusto, claro que gusto… —contesto comenzando a revisar todas y cada una de las cajas, la repartidora pensó que si Kurt se ponía a contar los “appetizer” de a uno, su jornada laboral de aquel día no terminaría nunca.
-¿Todo en orden? —pregunto luego de un par de minutos.
-Todo… y ahora más… —dijo al ver al otro empelado de la pastelera que venía con el pastel equilibrado en una sola mano— dime por favor que tienes una experiencia vasta en cargar pasteles —añadió Kurt estirando sus propios brazos como si temiera un desastre irreparable.
-La tengo señor… no se preocupe —contesto el muchacho dejando lo que cargaba en uno de los muebles de la cocina.
-Excelente… muchas gracias —dijo revisando que los detalles del pastel estuviesen intactos.
-Gracias a usted señor Hummel-Anderson —respondió la mujer finalizando la transacción con la firma electrónica del cliente— solo me resta decir que disfruten la fiesta.
-Gracias linda lo haremos…
-Papá están casi todos listos y llego el Tío Cooper, ¿hago algo? —preguntó Henry asomándose en la cocina.
-Si cariño, primero acompaña a estas amables personas a la puerta y luego me ayudas a distribuir esto en las bandejas apiladas allí, yo iré a buscar al “Papáblen” y estamos listos.
-Qué bueno, o los invitados se impacientaran —exclamo Henry mientras salía acompañado de los repartidores.

-¿Blaine?... —dijo Kurt mientras entraba en el dormitorio— tus padres llegaron y sin problemas… ¿Blaine? —repitió abriendo la puerta del baño. Su esposo estaba allí terminando de vestirse, tenía puesto el pantalón del traje y una camisa blanca que aún no abotonaba, se arreglaba el peinado frente al espejo para después aplicarse perfume en el cuello, las muñecas y el centro del pecho, Kurt soltó un suspiro pensando que no había duda de que su esposo era el hombre más sexy de todo el mundo y sus alrededores— ¿Blaine? —volvió a decir luego de contemplarlo un par de minutos más.
-¡Oye!... ¿hace cuánto estas allí? —dijo acercándosele mientras se abotonaba.
-Lo suficiente para recordar porque soy el hombre más afortunado de Norteamérica…
-¿Cómo?
-Nada, no me hagas caso… —respondió haciendo una seña de desinterés con una de sus manos, camino un par de pasos hacia él, tomo la corbata de moño que su esposo usaría aquella tarde y se la puso alrededor del cuello— tus padres llegaron… —añadió comenzando a atarla.
-¿Y están bien?
-Lo están… aunque preocupados pensando que tú estas molesto con ellos por lo de la confusión.
-No estoy molesto, fue una confusión.
-Fue lo que les dije… también llegaron tus suegros —agrego haciendo el primer nudo.
-Genial... ¿quién falta entonces?
-Nadie, Cooper también llego…
-Eso quiere decir que encontró la salida de las alcantarillas, ya estaba pensando que se asomaría por nuestro retrete —dijo Blaine sonriendo.
-Hubiera sido digno de ver… y tú… tú ya estás listo —respondió dando los últimos toques a la corbata de moño.
-Gracias… ¿me veo bien? —pregunto mirándose al espejo y dando una vuelta en 360 grados luego.
-Muy bien… —contesto soltando un suspiro— digno de la fiesta de 16 años de Lizzie Anderson.
-16 años…—repitió Blaine como si fuera algo increíble.
-¿Puedes creer que esto esté pasado?, me parece que fue ayer cuando la fuimos a buscar al hospital.
-¿Cuándo nos sonrió?
-¿Te acuerdas de eso?
-Me acuerdo de todo… ¿Qué? —dijo Blaine al ver que su esposo se le quedaba viendo.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Siempre…
-Ven…—añadió Kurt tomándolo de la mano para llevarlo fuera del baño.
-¿Y esa pregunta requiere de otro escenario?
-Por supuesto, no puedo hablar con tranquilidad si hay un retrete presente.
Blaine soltó una risa y se dejó llevar hasta la habitación, Kurt volvió a soltar un poco de aire y comenzó hablar mientras buscaba lo que le faltaba a su atuendo para estar tan elegante como el resto de los invitados.
-¿Recuerdas cuando éramos más jóvenes?
-¿Ya no lo somos?
-¡Por supuesto que lo somos!… y el hecho que lo preguntaras deja mucho que desear de cuanto me conoce Señor Anderson-Hummel —respondió Kurt descolgando una chaqueta a la que parecía y le habían bordado mano todo el cuello y el dobladillo de la solapa.
-Ok… si bromas sobre la edad entonces —dijo Blaine desabotonándose la chaqueta para sentarse en el final de la cama con mayor comodidad.
-A lo que me refiero es… cuándo estabas creciendo… ¿pensaste alguna vez que tu futuro seria así de maravilloso? —agrego ajustándose las colleras.
-¿Te refieres a lo económico?
-En parte… no voy a negar que poder llevar una vida desahogada es algo espectacular… pero a lo que me refiero es a nuestra vida… juntos —explico sentándose junto a su esposo — ¿pensaste que llegarías a ser así de feliz?
-No lo sé… creo que nunca me atreví a soñar tan alto… pensé que sería feliz, claro… porque siempre creí en ese discurso de que todo mejora en algún punto de la vida de las personas, pero pensar que me convertiría en padre de tres maravillosos niños, que podría vivir de lo que más me gusta hacer y que mi mejor amigo en el mundo, que coincidentemente es el hombre más guapo del mundo, se enamoraría de mi… eso jamás lo pensé —sentencio Blaine poniéndole la mano en una pierna.
-Vaya respuesta…—dijo sonriendo.
-Tengo mis momentos… ¿Por qué tu pregunta?
-Por nada… —respondió Kurt mirándose en los ojos del hombre de su vida— además, todo lo que pienso lo acaba de decir usted Señor Anderson-Hummel ya que al parecer, además de robarme besos, me roba las respuestas —respondió Kurt inclinándose hacia él para darle un beso.
-¿Estas bien? —pegunto mientras le acariciaba la espalda.
-Lo estoy… —respondió descansando su cabeza en el hombro de él— son solo cosas que pienso cuando miro a mi alrededor y veo lo afortunado que soy.
-¿Y qué cosas son esas?
-Estupideces…
-¿Cómo cuáles? —insistió Blaine besándole la cabeza.
-Como pensar como era mi vida antes de conocerte… y como cambio luego que apareciste en ella… pero no me hagas caso, no estoy ni deprimido, ni nada.. son solo…
-¿Estupideces? —dijo Blaine terminando la frase por su esposo.
-Así es… —corroboro Kurt sonriendo, lo miro a los ojos y volvió a besarlo, Blaine soltó un suspiro cuando sus labios se apartaron y él se quedó esta vez perdido en sus ojos.
-¿Seguro y estas bien?...
-Seguro…
-¿No será que estas angustiado porque nos estamos poniendo viejos? —agrego bajando la voz cuando mencionaba lo de ponerse viejos.
-¡¿Qué acabo de decir?! —exclamó Kurt apartándose con un respingo.
-¿Que no corresponde hablar de la edad?
-¡Exacto!… lo que si corresponde… —dijo levantándose— es ir a la cocina y distribuir las casi 30 cajas con comida para que la fiesta de nuestra hija sea todo un éxito— agrego dando los últimos toques a su atuendo— ¿sería tan gentil de ser mi compañero de baile esta tarde Señor Anderson Hummel?— pregunto volteándose hacia él con la mano estirada.
-De baile, de festejo, de anfitrión… de toda la vida Señor Hummel-Anderson… —contesto Blaine tomándosela de vuelta, Kurt sonrió y no pudo resistir las ganas de besarlo antes de salir del dormitorio.

Mayo de 2038




-¿Seguro y estas bien?...
-Seguro…
-¿No será que estas angustiado porque nos estamos poniendo viejos? —agrego bajando la voz cuando mencionaba lo de ponerse viejos.
-¡¿Qué acabo de decir?! —exclamó Kurt apartándose con un respingo.
-¿Que no corresponde hablar de la edad?
-¡Exacto!… lo que si corresponde… —dijo levantándose— es ir a la cocina y distribuir las casi 30 cajas con comida para que la fiesta de nuestra hija sea todo un éxito— agrego dando los últimos toques a su atuendo— ¿sería tan gentil de ser mi compañero de baile esta tarde Señor Anderson Hummel?— pregunto volteándose hacia él con la mano estirada.
-De baile, de festejo, de anfitrión… de toda la vida Señor Hummel-Anderson… —contesto Blaine tomándosela de vuelta, Kurt sonrió y no pudo resistir las ganas de besarlo antes de salir del dormitorio.
-Por dios…. como te amo…—susurro Kurt una vez que sus labios de apartaron.
-Y yo te amo a ti… —contesto Blaine queriendo más besos.
-Si seguimos con esto… todo terminara con menos ropa y más horizontalidad…
-La combinación perfecta… —dijo Blaine besándole el cuello.
-Pero no… pero no podemos… ¡dios!... esto prueba que la verdadera razón por la que quería una fiesta extra concurrida para nuestra hija… era porque podríamos perdernos de ella sin que nadie notara nuestra ausencia —agrego Kurt estirando su cuello lo más posible, para que los labios de su esposo tuvieran más donde besar.
-Podemos perdernos sin que nadie note nuestra ausencia…
-¿Somos tres personas y piensas que nadie notara nuestra ausencia? —dijo Kurt apartándose un poco y mirándolo con ternura.
-Primero, somos más de tres personas, y segundo si como bien dijiste ya llego mi hermano, él debe estar captando la atención de todos… —sentencio Blaine continuando con los besos.
-Eso es verdad… —contesto su esposo como convenciéndose de aquello— pero… —agrego apartándose del todo— somos los anfitriones de estos “Dulces 16”… por lo tanto…
-¡No!... no “por lo tanto”…—dijo Blaine en tono quejumbroso.
-Debemos salir… además quiero echar otro vistazo a Noah… —dijo arreglándose el cuello de la camisa que la pasión de su esposo había terminado por desordenar.
-Él sabe vestirse solo y lo sabes…
-No es por eso…
-¿Por qué entonces? —quiso saber Blaine también acomodando su atuendo.
-Porque creo que planea algo con Liverpool, cuando fui a avisarles que debían vestirse, ambos estaban demasiado correctos para ser un par de niños —sentencio avanzando hacia la puerta.
-Seguro y no es nada… —contesto sonriendo y caminando tras él— además, nuestro hijo es correcto por naturaleza.
-¿Lo es?... ¿no es así? —agrego Kurt sonriendo de lo más orgulloso.
-Lo es… y mucho… además de inteligente… solo le resta crecer para que se transforme en un hombre tan guapo y sexy como su Papá… —dijo Blaine tomándolo del talle para terminar por rozarle su nariz contra la nuca y parte del cuello.
-Nada de lo que me digas o hagas, hará que me quede aquí haciendo “cositas” contigo… debemos salir… —insistió Kurt moviendo sus dedos como si espolvoreara algo sobre otra cosa cuando mencionaba lo de las “cositas”
-Pero las “cositas” son los mejor… adoro nuestras cositas… —insistió Blaine haciendo los mismos gestos.
-¡A la sala Blaine Devon Anderson-Hummel!
-Esta bien…—respondió este como derrotado.

-Entonces… Cooper…—dijo Burt acercándose al cuñado de su hijo junto a su esposa— Kurt nos contó que estas filmando una nueva película.
-¡Así es Burt!... gracias por preguntar —respondió al tiempo que se acomodaba el cabello.
-¿Y de que se trata? —agrego Carol mientras jugaba coqueta con las joyas que tenía alrededor del cuello.
-Pues es una aventura sensacional —dijo poniéndose expectante— trata… de un científico que queda atrapado en las alcantarillas luego de un terremoto grado 10, se queda vivir allí y todo se llena de situaciones complicadas.
Burt y Carol se miraron sin saber muy bien que decir.
-Es una historia un poco complicada —añadió Cooper al ver las caras de sus interlocutores— pero ya huelo varias nominaciones
-¿Nominaciones a qué?
-¡Al Oscar Burt!, ¡globo de oro!… ¡los SAG!… ¡todo! —respondió Cooper tomando un sándwich diminuto desde una de las bandejas, lo miro con atención pensando que para quedar satisfecho debía comer al menos una treintena de ellos.
-¿No hay que hacer películas más serias para obtener ese tipo de nominaciones? —agrego Burt bebiendo del vaso que sostenía.
-¿Cómo? —contesto la aludido poniendo cara de loco.
-Nada... mira, aquí viene mi nieta… ¿cómo lo estás pasando “monito”?
-¡Súper extra bien!... me encanta que estén todos aquí —dijo Lizzie abrazando a su abuelo a la altura dela panza.
-No nos perderíamos tu cumpleaños por nada cariño —aseguro Carol acariciándole el cabello— ¿te gusto nuestro regalo?, cualquier cosa lo puedes cambiar…
-¿Estas bromeando abuelita?... ¡me encanto!... si bien odio un poco los vestidos, los zapatos los amo… ¡los amo!
-De haber sabido eso, te habría traído unos Nicholas Kirkwood sobrinita… él es mi amigo.
-¿Eres amigo de un par de zapatos? —pregunto Burt divertido, Lizzie soltó una risa como disimulada lo mismo que Carol y Cooper termino entendiendo el chiste unos cuantos segundos después.
-Creo que te llaman allá cariño —dijo Carol aun riendo.
-¡El Tío Dylan!... aun no me da mi regalo, ¿pueden creerlo?... ¡hola! —agrego la chica dejando a sus abuelos y Tío, para ir hasta donde el amigo ingles de sus padres estaba.
-Les sigo contando lo de las alcantarillas entonces… —agrego Cooper gesticulando con sus manos, Carol y Burt se miraron mutuamente, pensando este último que nunca debió preguntar sobre aquello de la película.

-¿Acaso Henry acomodo todo?— dijo Kurt mirando hacia la sala a través de la puerta vidriada.
-Al parecer…
-Ay… tenemos los mejores hijos del mundo… gracias comunidad científica y tus avances en fertilización asistida… —murmuró Kurt mirando al cielo.
Una vez adentro comprobaron que efectivamente todo ya estaba donde correspondía, Henry se había encargado de organizar las cosas con la ayuda de todos, Cooper hablaba con Burt y Carol, al parecer de algo que requería de toda su destreza física, Kurt pensó que era sobre alguna de las escenas que había filmado y que se trataba de cómo sobrevivir en las alcantarillas. Los Señores Anderson conversaban con Henry y Hendrix, Liverpool y Noah estaban sentados junto a Lily y Dylan tenia abrazada a Lizzie como si la saludara por su cumpleaños en ese preciso instante. Todos comían y bebían de lo lindo.
-Henry, cariño… ¿ya está todo listo? —pregunto Kurt acercándose a su hijo mayor.
-Si…—respondió este dejando caer un poco de lo que mascaba en ese instante, Hendrix le dio un par de palmadas en la espalda presintiendo un ahogo por atoramiento— distribuí todo, espero y este bien.
-Bueno, si tan solo hubieras puesto…
-Está perfecto Henry… —se adelantó en decir Blaine anulando la incipiente critica de su esposo—gracias hijo…
-Por nada “Papáblen”, es el cumpleaños de mi hermanita, y no me den todo el crédito… —dijo terminando de tragar— todos me ayudaron… —agrego señalando a los invitados, incluido a Hendrix que seguía dándole de palmadas, Henry lo miro con cara de que ya no era necesario aquello y el aludido le respondió enseñándole sus pulgares levantados.
-Genial entonces…
-¡Papá!... ¡”Papáblen”!... el Tío Dylan me dijo que me daría un regalo de cumpleaños inolvidable —dijo Lizzie llegando hasta donde estaban sus padres y hermano.
-¿Perdón?... —dijo Kurt pensando quizás que.
-Mi regalo… ¿sabes lo que es Hendrix?
El chico abrió su boca para responder pero ningún sonido salió de ella, movió sus manos como si explicara algo inexplicable y termino por retirarse a uno de los sofás sin decir nada, Lizzie frunció el ceño y se le quedo viendo hasta que se sentó — en fin… —dijo para si como si reaccionara de un coma diabético— mejor le preguntare a él… ¡ay que emoción! —exclamo la chica dando aplausos, se acercó en menos de dos zancadas hasta donde estaban los padres de Liverpool y les dijo que era el momento de revelar cuál era ese regalo, Kurt sonrió al ver el comportamiento de su hija y tomo un par de “apettizer” desde una de las mesas, le ofreció uno a Blaine y el otro se lo comió de una sola mascada, este lo miro divertido y siguió hablando con sus Padres, especialmente de lo que había sucedido con al confusión aeroportuaria, luego tomo un par de copas de vino y se allego a Kurt que se había sentado sobre el piano.
-¿Están buenos?, ¿no crees?
-Muy buenos… y lo que también creo es que todos están pasando un buen momento —dijo Blaine mientras le daba un sorbo a su bebida y se ubicaba entre las piernas de su esposo.
-Lo se… ¡y me encanta!… —respondió este haciéndole una especie de arrumaco, para luego dejarle la mano que tenía libre sobre el pecho— ¿acaso Dylan está subiendo sus enormes botas en mi silla “Hogarth” del 1700?
-Al parecer… tal vez como es de fabricación británica, cree y tiene derecho sobre ella —dijo Blaine con la mayor de las calmas, Kurt quiso responder a aquello pero se vio interrumpido por el propio
Dylan que comenzaba a llamar la atención de todos.
-Por favor… ¡atención!... ¡atención a todos!… —exclamo el inglés trepado en el mueble de colección al tiempo que golpeaba su vaso con su argolla de casado, con el fin de que todos escucharan lo que quería decir. Cada uno de los invitados fueron tomando ubicación en las sillas y sofás y se miraron mutuamente sin saber muy bien que es lo que sucedería— muy bien… como bien saben, estamos en el cumpleaños de la “Princesa de Blaine” —continuo Dylan señalando a la festejada, Lizzie hizo una reverencia como de Princesa causando la risa en todos— y lo que quiero decir, es que con mi “Bonita” aquí, le tenemos un regalo —Lily se puso de pie, tomo algo desde el bolso que tenía junto a ella y se ubicó al lado de su esposo— esta es mi esposa… ¿la conocen todos?... —la aludida miro a Blaine y negó con su cabeza sonriendo a la par con su amigo— en fin… nuestro regalo Lizzie, y que por cierto espero y cuente con la autorización omnipotente de tus Padres, es… tambores por favor…
-¡Tío Dylan!... ya me estoy poniendo nerviosa… ¡hola! —reclamo la cumpleañera haciendo un pequeño baile de nervios.
-Ok, sin tambores… para ti, tenemos algo que sabemos que te gustara… ¿le gustara verdad bonita? —dijo volteándose hacia su mujer, queriendo con ello darle más suspenso al asunto, Lily le dio un golpe en el antebrazo con el afán de que dejara las bromas— Ok, Ok… para ti Lizzie Anderson Hummel… ¡un viaje por el Sudeste Asiático! —termino por decir Dylan abriendo sus palmas como si dijera mentalmente el “taran” del final de una presentación circense.
-¿¡QUE!? —grito la chica quedándose con la boca abierta.
-Sabemos que conoces casi todo el mundo por todas las giras del pequeño, pero este lugar …
-¡No lo conocía nunca! —volvió a gritar Lizzie acercándose a ellos— ¡es genial!... gracias… y siempre quise ir… ¡SIEMPRE! —dijo tomando el sobre con los pasajes y el itinerario.
-Esta todo pagado y reservado, y si quieres ir con alguien, quiero que sepas que es posible, el viaje es para dos y puedes hacerlo efecto cuando quieras…—dijo Lily sonriendo — y por supuesto cuando tus Padres te autoricen —agrego dando una mirada a su amigos que intercambian opiniones no muy convencidas sobre el regalo que acababa de recibir su hija.
-¿Esta Tailandia?
-Y Bali y Malasia…
-¡Aaaaah!... ¡los amo! —exclamo abrazando a cada uno nuevamente.
-Esto es súper extra sensacional… ¡Papás!... —agrego meneando el sobre, sus Padres le hicieron algunas señas de aprobación desganada a la distancia seguida de otra que advertía que después hablarían, Lizzie los miro con cara de loca y se acercó al pecho el sobre con su regalo, como si dijera con eso que nade le quitaría aquella aventura.
-Pero eso no es todo… —dijo Dylan levantando sus brazos como si pusiera orden en un caos ruidoso, Hendrix se enderezo de pronto de donde estaba como presintiendo lo que su Papá iba a decir — me gustaría que todos tomaran asiento… bueno ya están todos sentados… sigan así —continuo tomando una guitarra que tenía escondida tras el sofá más grande.
-¿Esa guitarra es tuya? —pregunto Kurt inclinándose hacia adelante para mirar a su esposo a la cara.
-Lo es…
-¿Y de dónde la saco?
-Asumo que del estudio…
-Vaya y si esta desinhibido tu amigo esta tarde.
-El regalo al que me refiero…—siguió explicado Dylan mientras afinaba el instrumento — es…
-Papá…— interrumpió Hendrix negando con su cabeza de manera rápida y seguida.
-¿Qué está pasando?... no guarden secretos, ¡es mi cumpleaños!… ¡hola! —dijo Lizzie mirando a los involucrados.
-Creo que sucederá algo… —dijo Noah dándose pequeños golpecitos en el mentón evidenciando con ello la duda extrema que lo aquejaba.
-¡Yo sé!… —contesto Liverpool alzando su mano, se acercó a su amigo y le susurro algo en el oído.
-¡Oh!... —dijo de vuelta Noah como si lo que había escuchado era lo más genial e increíble de todo el universo.
-Lo que pasa “Princesa de Blaine” es que mi hijo…
-¡PAPÁ!... Mamá… —insistió Hendrix buscando esta vez apoyo en Lily.
-Te escribió una canción… —dijo Dylan mientras volteaba una pieza de arte que había en el piso y la usaba como asiento, Kurt creyó que le daría una embolia allí mismo.
-¡No!… ¡no lo hice!…—rebatió levantándose de pronto.
-Si lo hiciste “Hendrips” yo te vi trabajando todo un día —afirmo Liverpool mirando a todos, Noah hizo un gesto positivo con su cabeza como si ya manejara esa información desde antes.
-¿Me escribiste una canción Hendrix?... ¡pero eso es súper extra sensacional!… ¡este el mejor cumpleaños de mi vida! —exclamo Lizzie mirando al cielo— quiero escucharla… —agrego sentándose en medio de los más pequeños de la fiesta, Noah se corrió hacia un lado junto a “Desmond” un tanto molesto al igual que Liverpool que se quedó viendo ceñudo a la recién llegada.
-Nunca debes hacer esperar al público Bonito… —sentenció Dylan sosteniendo la guitara de su hijo frente a él.
-¿Necesitan cantantes?... yo puedo cantar en el tono que me pidan —dijo Cooper haciéndose el acomedido.
-La verdad es que el único que sabe la canción es mi hijo aquí presente, pero tu pequeño si quieres dejar esos arrumacos y mostrar talento, estoy seguro y podrás seguirnos en el piano.
Blaine no espero a que se lo pidieran dos veces y se apartó de su esposo para sentarse frente al piano, Kurt se bajó de un salto y tomo ubicación junto a su hijo más pequeño.
Hendrix aun dudaba si debía cantar aquello que había compuesto en total privacidad y anonimato, miro a su Mamá y luego de reojo a Lizzie y avanzo despacio hasta donde se encontraba su padre, tomo su guitarra como con miedo y se la colgó al cuello, rasgo un poco las cuerdas para comprobar cuan afinado estaba su instrumento y volvió a dudar si debía cantar o no.
Dylan se levantó de su improvisado asiento y se acercó a su hijo, le dijo al oído una par de cosas que lo hicieron sonreír y de pasada lo convencieron para que comenzara a tocar la canción que había compuesto para su primer amor, la canción para Lizzie Anderson.

Enero de 2015





-Hola…
-Hola… bienvenido a casa… —dijo Kurt desde el sofá en donde estaba mirando la televisión— ¿cómo te fue?
-Bien… ¿y tú?... ¿a qué hora llegaste? —pregunto Blaine parándose detrás de él para mirar el programa que concentraba toda la atención de su esposo en ese instante.
-Llegue hace como media hora, el aeropuerto estaba imposible, debe ser por esto que paso en Francia— agrego apuntando el televisor con el control remoto.
-Algo escuche… ¿qué tal los uniformes para las seccionales?, ¿pudieron hablar con la persona? —dijo mientras se sentaba a su lado.
-Hablamos… Blaine esto es terrible, ¿viste lo que paso?
-Más bien escuche algo camino a casa —respondió mientras miraba la correspondencia del día.
-¿Y no estas impactado?
-Un poco, pero sucedió en otro país, no es para impactarse tanto.
-Blaine, alguien le disparo a estas personas solo porque no estaba de acuerdo con lo que publicaban en su revista, si hay algo por lo que impactarse, es por eso…
-Bueno ellos son muy irreverentes, cualquier cosa podía pasarles…
-¿Estas justificando este acto de violencia? —dijo Kurt sobre reaccionando.
-No, por supuesto que no… solo digo que el que dice lo que quiere, escucha lo que no quiere, en este caso, recibe…
-Pues yo creo que nada justifica la violencia… ¿había mucha gente en tu reunión?
-No tanta, aunque los nuevos alumnos son tan jóvenes que me sentí como de mil años al lado de la mayoría.
-¿De que estas hablando?... —respondió Kurt mirando de reojo el programa especial que tenía en pantalla dividida lo que sucedía en los alrededores de la revista “Charie Hebdo” y lo que pasaba en uno de los salones del “Palais de l'Élysée”— solo te atrasaste un año… no tienes 50 o algo…
-Lo se… pero así me sentí de todos formas… ¿Cómo esta Rachel?
-Está bien… me pregunto hasta cuando estaríamos de vacaciones en New York, que ya era hora de volver a Lima y que faltan 58 días para las seccionales… —respondió volviendo a concentrase en el televisor.
-Me alegro que todo resultara bien en tu día… yo… me voy a la cama —dijo haciendo el ademan de levantarse.
-¿Por qué?... ¿estás cansado?, ¿te enojaste por lo que dije sobre la violencia?
-No, por supuesto que no..
-¿Es porque no te acompañe?
-Tampoco, no estoy enojado por nada —respondió acercándosele para darle un beso— solo estoy cansado, el tour que nos dieron abarco casi todo el campus… por lo tanto… no quiero volver a caminar en una semana —agrego quitándose la pereza con un estirón de todo su cuerpo— ¿vienes?
-En un segundo… déjame ver qué pasa con todo esto.
-Está bien… —contesto retirándose al dormitorio.
-¡No te duermas para que hablemos! —exclamo Kurt como ultima cosa antes de acomodarse en el sillón y verificar si en otros canales la información era la misma.

-¿Blaine?... ¿ya te dormiste?... —pregunto Kurt mientras entraba en la habitación— si... si que te dormiste… —se auto respondió al ver que su esposo estaba durmiendo, o al menos era lo que aparentaba hacer con los ojos bien cerrados y bien acomodado en su lado de la cama— ¿cómo es posible que puedas dormirte sin contarme nada de la reunión en la NYU?... ¿Blaine? —insistió mientras avanzaba hacia el baño— ¡con un demonio! —exclamo al tropezarse con una de las cajas de la mudanza aun sin desempacar— “¿cuándo vas a desempacar lo que resta de tus cosas Blaine?”, “hare eso en cuanto lleguemos a New York Kurt, no te preocupes” —dijo tratando de imitar la voz de su esposo al tiempo que cerraba la puerta del baño.
Blaine sonrió para si al escucharlo refunfuñar y continuo haciéndose el dormido.
Una vez que salió del baño listo para dormir, Kurt volvió a echarle un ojo a su esposo antes de recostarse a su lado, se acomodó en las almohadas y se volteo hacia él.
-¿Blaine?... ¿estas dormido?
-Lo estoy… —respondió este arreglándose un poco.
-¿Cómo vas a estar durmiendo si acabas de contestarme?, ¿acaso has estado fingiendo todo este rato?
-No estoy fingiendo, ahora hablo dormido… —contestó soltando un suspiro.
-“Ja, Ja, Ja”… que divertido…
-¡Kurt!... —reclamo Blaine al sentir que su esposo trepaba un poco por su cuerpo para encender la luz de la mesa de noche que no era la propia— eso fue bastante imprudente —agrego mirando lo ocurrido.
-Más imprudente eres tú que te pido que hagas algo y haces lo contrario.
-¿Qué?
-Lo que escuchaste… —sentencio Kurt recostándose en uno de sus lados.
-Ok… —respondió mirándolo raro— se lo que vendrá luego de preguntar esto pero… ¿de que estas hablando?
-¡Blaine! —exclamo dándole un golpe en la panza.
-A eso me refería… —murmuro para sus adentros sobándose el lugar del golpe, se movió un poco hacia su lado de la cama y apago la luz nuevamente.
-¿Quieres que insista con lo de “¡Blaine!”?... puedo hacerlo más estridente y lo sabes.
-Lo sé, y es lo que menos quisiera escuchar… pero he estado en la oscuridad alrededor de 2 horas, creo que llegar y aclarar los espacios es perjudicial para mis corneas, también para las tuyas…
-¿Te quedaras dormido de nuevo?
-No después de ese golpe que acabas de propinarme.
-¿Seguro?
-Seguro… y te juro por mi vida que no se de lo que estás hablando.
-¡Estoy hablando de que te dije que no te durmieras para que habláramos!
-¿Hablar de qué? —pregunto Blaine sentándose un poco en la cama, se acomodó las almohadas tras la espalada y puso las manos cruzadas sobre su panza.
-¡De tu reunión en la NYU!... —exclamo Kurt sentándose sobre sus talones— se supone y me contarías todo en cuanto llegaras pero no lo hiciste, solo me respondiste con tres monosílabos y algo de que te sentías como de un millón de años.
-Pues tú estabas pegado en la televisión, no me quedo otra que venirme a la cama.
-¡Pues la contingencia lo ameritaba!, el “hashtage” “Je sui Charlie”, se volvió tendencia mundial en menos de 15 minutos —exclamo Kurt volviendo a encender la luz.
-Kurt… corneas… desestabilización luminaria… ceguera repentina —dijo Blaine cubriéndose los ojos con una de sus manos.
-¡Uy!… está bien… —contestó apagándola del todo— pero no seas injusto, cuando se estreno tu película de “Star Wars”, te la pasaste viendo adelantos hasta altas horas de la madrugada y yo no reclame ni nada… bueno… reclame… —se adelantó en decir al escuchar el reproche de su esposo disfrazado en una risa— pero solo un poco… en cambio tú me haces sentir súper mal por querer saber que paso en nuestro país favorito… por lo tanto de castigo ahora tendrás que soportarme sobre ti… —sentencio subiéndosele a él a la altura del pecho.
-Eso nunca ha sido un castigo… —respondió recibiéndolo entre sus brazos— apártame de ti… eso sí que sería un castigo —agrego acomodándolo sobre el por medio de un abrazo.
-Galante inclusive de noche… me encanta que seas el hombre que elegí para casarme… ahora cuéntame.
-Bueno, si alguien… —comenzó a explicar Blaine subiendo el tono de su voz cuando mencionaba lo de “alguien”— no me hubiera dejado plantado, ese alguien sabría todo de lo que ocurrió en la bienvenida de los nuevos alumnos.
-Ya di mis razones, pedí mis disculpas y te juro y te compensare por ello Blaine Anderson-Hummel.
-Eso espero… pero sé que el vestuario de las seccionales era algo que no podía dejarse de lado.
-Podía sí, claro que podía dejarse de lado… pero bien sabes que la oportunidad que se nos presento era única e irrepetible y esa sí que no podía dejarse de lado.
-Lo sé también… estoy bromeando contigo —dijo besándole la cabeza.
-Galante y humorista… no hay duda que eres el mejor esposo de todo el universo.
-Lo soy, claro que lo soy…
-Y el más engreído también… —agrego Kurt soltando una risa a la par con sus esposo— ¿Qué tal tus nuevos profesores de la NYU?, ¿pudieron verte y sentir a que se enfrentaran el próximo semestre?
-No, porque primero solo conocí al que nos dio la bienvenida que por cierto no fue para nada amable.
-¿Por qué?
-Porque comenzó su discurso diciendo “Buenas tardes futuras estrellas y futuros fracasados…”
-¿De verdad? —pregunto Kurt incorporándose un poco.
-De verdad…
-¿Y cómo se llamaba ese profesor tan especial?
-Era como de un apellido alemán… Van der Wood, o Woodsen… algo así.
-Pues fue bastante rudo… —opino Kurt volviendo a la posicionen al que estaba, se acercó un poco más y le metió la mano por debajo de la camiseta— ¿qué dijeron el resto de los novatos?
-Nada, algunos rieron, incomodos pero rieron, otros se disgustaron y salieron del salón, una chica comenzó una pifias pero nadie la siguió y algunos estudiantes antiguos dijeron que así era como iniciaba todas sus clases así que nos acostumbráramos a ello.
-Espero y no te toque en ninguna clase.
-También yo, me resulto demasiado presuntuoso… pero tenías razón en aquello que dijiste que era posible que existiera una versión de Cassandra July y de Madame Tibideaux en la NYU.
-Claro… ¿qué tal tus futuros compañeros?
-Bien, es un grupo bastante variado…
-¿Hay muchas mujeres?
-Algunas… ¿por qué?
-Por nada… solo pregunto…
-Ok…
-¿Se te acerco alguna? —quiso saber Kurt mientras jugaba con la camiseta del pijama de su esposo subiéndola y bajándola a la altura de la panza.
-¡Kurt! —exclamo de vuelta Blaine dándole un pellizco en la espalda baja.
-¿Que?...
-¿Sabes que soy gay?... ¿no es verdad?
-Lo sé, pero la gente que te no te conoce no… y luciendo como luces es una pregunta bastante obvia a hacer—dijo Kurt poniendo la cara de quien establece un punto irrefutable.
-Pues yo no veo nada de obvio en eso, pero si precisas saberlo, de todas las personas que se me acercaron, ninguna lo hizo con le intención que te estas imaginando.
-Si eso es verdad, me parece extremadamente bien, y me parece extremadamente bien también que hayas salido airoso de aquello que te provocaba tantos nervios.
-Y a mi… —agrego Blaine dándole tres besos seguidos en la cabeza.
-No veo la hora de que empecemos nuestra vida aquí… —dijo Kurt soltando un suspiro mientras se abrazaba más a él.
-Y yo…
-Vivir en New York, juntos… sin contratiempos esta vez, viajar en el subterráneo, descubrir nuevos lugares, despedirnos en la mañana para luego reencontrarnos en la tarde y contarnos todo, que…
-¿Que termine de desempacar mis cajas? —interrumpió Blaine sonriendo.
-Blaine Devon Anderson-Hummel —respondió su esposo mirándolo hacia arriba— leíste mi mente… -¿Agregamos “psíquico” a todos los atributos que me dijiste recién?
-Nada de “psíquico”, eso es solo sentido común… —Blaine soltó una risa ante el sarcasmo siempre oportuno de su esposo y que lleno la habitación de la más maravillosa de las maneras.
-Amo tu risa… en especial en la oscuridad… es algo que me llena el alma…
-¿De verdad?
-De verdad, es lo que más amo de ti, entre otras cosas por cierto..
-¿Y qué cosas son esas? —quiso saber Blaine medio incorporándose un poco.
-Muchas…
-Dímelas…
-No…
-¿Por qué no?
-Porque… son privadas…—advirtió Kurt dándose ínfulas, apoyo su cabeza en una mano, utilizando las piernas de su esposo como soporte.
-Estamos casados, lamento decirte que no hay cosas privadas en un matrimonio —agrego Blaine crispando la nariz.
-¡Claro que las hay!, en especial si son para mayores de 21.
-¡Dímelas!
-¡No!
-Dímelas, ya me las dijiste una vez, así es que esta sería más bien un recordatorio.
-¿Cuándo paso eso?
-Cuando me dijiste lo de los “Top Ten”…
-Pero eso fue eso… esto es diferente…
-¿Por qué?
-Porque… porque hablo más de acciones que de partes de tu cuerpo.
-¿Acciones?
-Si… acciones… cosas que haces y que me hacen perder la conciencia algunas veces… ¡y no te atrevas a poner esa cara de engreído!, estamos en la oscuridad pero estoy seguro y la pusiste.
-No puse nada… dímelas… yo te diré las mías…
-¿Las tuyas?... ¿hablas de mis acciones?
-Así es…
-¿Tengo ese efecto en ti?
-Todo… el… tiempo… —respondió Blaine con voz sexy y profunda.
-¡Blaine!
-¿Que?... es la verdad… ya deberías saber lo sexy que eres.
-Dudo eso… pero… está bien te las diré… —dijo incorporándose, se movió en su lado de la cama y se sentó sobre los talones para quedar frente a frente con su esposo.
-Ok…—contesto Blaine haciendo lo mismo tomo una de las almohadas y se la dejo en el regazo, puso sus manos entrelazadas encima y se le quedo viendo en espera de lo que quería saber, Kurt tomo aire suficiente como para nadar entre New York e Inglaterra y se dispuso a hablar, ambos iluminados solo por la tenue claridad de la luminaria callejera que se colaba por entre las cortinas.
-Bien… puedo hablar de la posibilidad que tengo de recostarme en tu pecho… ahora tú…
-El sabor único de tu piel… —respondió Blaine sin pensar si quiera.
-Tus labios recorriéndomela… —agrego Kurt olvidando los pudores.
-Tus manos investigando todo…
-Tus pestañas en mi cuello…
-Tus manos en mi espalda…
-Las tuyas en… ya sabes dónde…
-Tu lengua en mi ombligo…
-¡Eso lo hice solo una vez!… y había un malvavisco en el… —dijo Kurt sonriendo al pensar en aquello.
-Como sea… continua…
-Cuando tus besos en mi cuello se convierten en pequeño mordiscos…
-La forma en que te mueves…
-Tus ojos en los míos cuando acabamos de intimar…
Blaine sonrió ante aquella confesión y no tuvo más opción que besar a su esposo.
-Tus besos… —agrego Kurt como sin aliento —definitivamente tus besos, me hacen querer dejar esta conversación de lado y aprovechar esta oscuridad para otras cosas.
-Gracias por contarme esto Kurt…
-¿Se siente importante Señor Anderson-Hummel? —pregunto devuelta mientras le acariciaba el cabello.
-¿Junto a ti?... invencible Kurt, me siento invencible —respondió Blaine besándolo nuevamente.