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[Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
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marthagr81@yahoo.es
Susii
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
tu lo haz dicho esperare tu actualizacion en espera de mas, aunque tengamos una diferencia horaria considerable. Pero a ver que hace britt para despertar la sangre caliente de esa latina hermosa tostada al sol, jajajajajaajjaj
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:me gusta la relacion de brittany y marley, a ver como van los encuentros entre las brittana!!!!
Hola, aaa si son las mejores hermanas jajaajjaaj. De lo mejor de lo mejor! ajajajajajaj. Saludos =D
Susii escribió:Quiero mas brittana$-$!!
Hola, jaajajaj espero y en estos caps llegue! ajajajajaj. Saludos =D
3:) escribió:hola morra,...
me gusta la relación de marley y britt,...
quiero ver a san,... y sobre todo que hacer britt!!!
nos vemos!!!
Hola lu, aaa si son las mejores hermanas! jaajajajajaj. Tiene que salir en estos caps ajajajajaj. Jajajajaja algo tiene que haber después de tanta insistencia, no¿? ajajajajaj. Saludos =D
marthagr81@yahoo.es escribió:tu lo haz dicho esperare tu actualizacion en espera de mas, aunque tengamos una diferencia horaria considerable. Pero a ver que hace britt para despertar la sangre caliente de esa latina hermosa tostada al sol, jajajajajaajjaj
Hola, jajajajajjaja XD lo siento por eso, pero mira para tu suerte actualizo antes y con tu maratón jajaajajaj. Jajajajajajajajajajajaajajjajaj de todo, de todo! ajajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 5
Capitulo 5
Santana cerró sus ojos y se relajó bajo los cálidos rayos del sol de la tarde.
Cuando contempló brevemente la idea de un paseo por el lago, negó toda posibilidad a favor de la tumbona junto a la piscina.
Todavía se estaba sintiendo bastante floja, incluso después de haber dormido durante la mañana y haber disfrutado un almuerzo temprano. Hacía calor, pero aún era pronto para tomar una bebida con sabor a fruta, por lo que tomó un sorbo de su botella de agua antes de colocarla debajo de su silla.
Había estado a punto… casi… de olvidar la oficina y trató de alejar esos pensamientos.
Ellos podrían manejar las cosas, lo sabía.
Y si algo hubiera acontecido, Mercedes le habría llamado.
Así que se relajó, brazos y piernas estiradas, en busca del sol, disfrutando de la brisa que soplaba. Otros quince minutos más o menos y estaría lista para sumergirse en la piscina para refrescarse.
Sus gafas de sol cubrían sus ojos, pero aun así los cerró, escuchando la silenciosa conversación de dos mujeres que estaban chapoteando en el agua. Otra mujer estaba sentada sola, leyendo un libro.
Santana la había visto ayer por la tarde con una mujer mayor, pero no pudo determinar si eran pareja o no.
—No veo tu piel reluciente ¿Significa eso que olvidaste la loción nuevamente?
Santana no tuvo que abrir sus ojos para saber quién era.
Se preguntaba si al ignorarla se iría.
—Está bien.
Santana giró lentamente su cabeza hacia un lado, descubriendo que Brittany lucía igual que el día anterior… pantalones cortos, camiseta y chanclas.
Dijo lo primero que se le vino a la mente.
—¿No nadas?
Brittany inclinó su cabeza hacia un lado.
—Sí, me encanta nadar ¿Por qué lo preguntas?
—Debido a que estamos en la piscina y eres la única que no lleva un traje de baño.
Brittany sonrió.
—Quieres verme en traje de baño ¿verdad? ¿Un pequeño bikini, tal vez?
—Te aseguro que eso no fue lo que quise decir—dijo Santana—Simplemente pregunté si nadabas.
—Sí, pero nado temprano. Así como en la madrugada, con el sol apenas lo suficientemente bajo como para iluminar el cielo. En el amanecer. Es una gran manera de comenzar el día—dijo Brittany y una sonrisa maliciosa relució en su rostro—Pero uso la otra piscina. Ya sabes, en la que la ropa es opcional—su voz bajó una octava—Ya sabes, nada de ropa. Eso significa desnuda.
—Sé lo que significa ropa opcional—dijo Santana secamente.
Sintió que se ruborizaba y estaba agradecida por sus gafas de sol.
—Sí… no sé si te va eso de nadar desnuda o no, pero es la cosa más maravillosa del mundo.
—No es lo mío—dijo Santana.
—¿No? Podrías unirte a mí mañana por la mañana—ofreció Brittany—Podrías probarlo. Es posible que te encante.
Santana negó con su cabeza.
—Mira, me siento halagada por tu atención. En serio. Pero no estoy interesada—dijo con franqueza.
La sonrisa nunca abandonó el rostro de Brittany.
—Pensé que era la loción de la que no estabas interesada.
Santana no pudo evitar la sonrisa que iluminó su rostro al recordar la conversación de ayer.
—Sí… eso también. Y no te ofendas, pero no eres mi tipo.
—¿En serio?
Brittany le estudió deslizando la mirada lentamente sobre su cuerpo, por lo que Santana se sintió un poco incómoda.
—Déjame adivinar—continuó Brittany—¿Tu tipo es un poco más reservado? ¿Conservador? ¿Profesional?
Santana no respondió, pero la descripción de Brittany fue muy precisa.
Y eso le hacía lucir tan aburrida.
—Y si mi hipótesis es correcta… entonces sí… esas tres cosas no me describen en absoluto. Supongo que realmente no soy su tipo.
—Eso es correcto.
Brittany inclinó su cabeza hacia un lado con una sonrisa en su rostro.
—La solución obvia es… que necesitas un tipo diferente.
Una vez más, la sonrisa de Brittany fue contagiosa y Santana se descubrió a sí misma devolviéndola.
—Y hablando de eso, ni siquiera he preguntado ¿Estás en una relación?
—No—dijo Santana—En realidad… en este momento… odio a las mujeres.
Brittany rio con ganas, lo suficientemente alto como para que la mujer que estaba leyendo su libro levantara la mirada en seco.
—¿Una mala ruptura?
—Una mala ruptura hace nueve meses—dijo Santana.
—¿Nueve meses? ¿Y todavía no la has superado?
—Ya la he más que superado. Es el hecho de haberla pillado en la cama con mi mejor amiga lo que no he superado.
—Ouch.
—Sí. Así que como ves… no es sólo contigo. Odio a todas las mujeres.
Como lo había hecho ayer, Brittany acercó la tumbona aún más cerca y se sentó, balanceando sus piernas hacia arriba y estirándolas.
Santana supuso que eso significaba que no planeaba irse a corto plazo.
—Así que… ¿quieres hablar de eso?
Santana frunció el ceño.
—¿Hablar de qué?
—Ya sabes, de esa horrible, horrible persona que ha hecho que odies a las mujeres.
Santana se echó a reír.
—¿Quieres hablar de Elaine?
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntas?—preguntó Brittany.
—Poco más de cinco años—dijo Santana—Pero realmente no quiero hablar de ella.
—Bueno, obviamente estaba loca. De ninguna manera una persona cuerda te engañaría.
A pesar de que las gafas de sol de Santana les separaban, todavía pudo sentir la atracción de esta mujer joven y atractiva. Finalmente alejó la mirada, preguntándose cómo responder.
Se sorprendió por las palabras que salieron de su boca.
—En fin… no creo que yo le gustara mucho.
—¿Tu mejor amiga?
—No. Elaine—Santana volteó hacia Brittany—¿Cómo pudo pasar eso? ¿Cómo te encuentras en una relación con alguien… durante cinco años, nada menos… y que realmente no le agrades?
—¿Apenas te estás dando cuenta que no le agradabas?
—Sí. Bueno, no en este preciso momento, no—inclinó su cabeza hacia atrás—Sabía que las cosas estaban tensas entre nosotras, pero lo ignoré. Ella es una chef, así que trabajaba por las noches.
—¿Una chef? No me esperaba eso—dijo Brittany.
—Es muy talentosa, trabaja en un restaurante de alto nivel, pero en los últimos años, sólo nos veíamos de paso—agarró su botella de agua—Soy contadora.
Brittany gimió.
—Dios… tampoco vi venir eso.
—¿Qué hay de malo con mi profesión?
—Nada, sólo que…—Brittany hizo una pausa—Tú no eres mi tipo.
—Bueno, me alegra que por fin hayamos establecido eso—dijo Santana—Tal vez ahora dejes de intentar frotar la loción en mi espalda.
—Dije que no eras mi tipo—dijo Brittany—… No que iba a dejar de coquetear contigo.
—Entonces estás desperdiciando tu tiempo. En serio.
—Difícilmente es un desperdicio, San, puedo decirte San, ¿no? Tu cuerpo es… bueno… perfecto. Por lo que puedo ver de él.
Santana sintió que se sonrojaba nuevamente y tuvo que detenerse a sí misma de agarrar su toalla y cubrirse.
Estaba orgullosa de su cuerpo y no le importaba el cumplido, pero algo en la forma de mirar de Brittany le hacía…bueno…le hacía sentir acalorada.
—Me alegra que lo apruebes.
Se las arregló en decir, manteniendo su mirada en la piscina y no en la mujer molestamente atractiva coqueteando con ella.
—Esa oferta de nado al desnudo todavía sigue en pie—añadió Brittany—Entonces seré capaz de dar una mejor evaluación de tu cuerpo.
Santana se echó a reír.
—¿Alguna vez te rindes?
—Bueno… si llamas a la policía… probablemente tenga que hacerlo.
—No me tientes.
—¿Te estoy tentando? Bueno. Entonces estamos progresando—bromeó Brittany.
Pero Santana negó con su cabeza mientras reía.
—Te lo dije, estás desperdiciando tu tiempo conmigo.
—Bueno, hay cosas peores—dijo Brittany—Y supongo que debería dejarte en paz. Tengo algunos recados que hacer antes de mi cita para cenar.
—¿Oh? ¿Alguien cayó ante tu encanto?
—No. Lamentablemente, es con una pareja. Voy a ser la tercera rueda. A menos que quieras unirte a mí—ofreció Brittany.
—No, no. Sin embargo, gracias. Diviértete.
Brittany se sentó y se inclinó más cerca, tocando el muslo de Santana con la punta de su dedo índice.
Santana sintió un estremecimiento recorrer su cuerpo.
—No tomes tanto sol—dijo Brittany en voz baja y le guiñó un ojo—Voy a pensar en ti esta noche, San.
Antes que Santana pudiera responder, Brittany ya se había ido, alejándose con un caminar confiado que Santana estaba empezando a reconocer.
Dios, sí que era linda, admitió Santana.
Y tenía un agradable sentido del humor, si te gustaban ese tipo de cosas. Lo cual, por supuesto, a Santana no le gustaban.
Estaba acostumbrada a lo reservado, conservador y profesional.
Y a lo aburrido.
Supuso que pasar tiempo con Brittany sería cualquier cosa menos aburrido.
Santana suspiró.
No importaba.
Estaba ahí para relajarse y recargar energías, nada más.
—Discúlpeme.
Santana empujó sus gafas hacia la parte superior de su cabeza, mirando no a la camarera del bar sino al vaso helado que sostenía.
—No he pedido una bebida—dijo Santana.
—No, es de parte de su amiga. Me pidió que se la trajera.
Santana se quedó mirando la bebida color rojo anaranjado.
—¿Qué es?
—Es sexo en el lago.
—Por supuesto que lo es—murmuró con una sonrisa.
Asintió con la cabeza agradeciéndole y esperó hasta que la camarera se fue para tomar un sorbo.
Era fuerte, delicioso y refrescante y le dio una sensación de hormigueo todo el trayecto hasta sus pies.
—Sexo en el lago, ciertamente—dijo mientras chupaba la pajita nuevamente.
Cuando contempló brevemente la idea de un paseo por el lago, negó toda posibilidad a favor de la tumbona junto a la piscina.
Todavía se estaba sintiendo bastante floja, incluso después de haber dormido durante la mañana y haber disfrutado un almuerzo temprano. Hacía calor, pero aún era pronto para tomar una bebida con sabor a fruta, por lo que tomó un sorbo de su botella de agua antes de colocarla debajo de su silla.
Había estado a punto… casi… de olvidar la oficina y trató de alejar esos pensamientos.
Ellos podrían manejar las cosas, lo sabía.
Y si algo hubiera acontecido, Mercedes le habría llamado.
Así que se relajó, brazos y piernas estiradas, en busca del sol, disfrutando de la brisa que soplaba. Otros quince minutos más o menos y estaría lista para sumergirse en la piscina para refrescarse.
Sus gafas de sol cubrían sus ojos, pero aun así los cerró, escuchando la silenciosa conversación de dos mujeres que estaban chapoteando en el agua. Otra mujer estaba sentada sola, leyendo un libro.
Santana la había visto ayer por la tarde con una mujer mayor, pero no pudo determinar si eran pareja o no.
—No veo tu piel reluciente ¿Significa eso que olvidaste la loción nuevamente?
Santana no tuvo que abrir sus ojos para saber quién era.
Se preguntaba si al ignorarla se iría.
—Está bien.
Santana giró lentamente su cabeza hacia un lado, descubriendo que Brittany lucía igual que el día anterior… pantalones cortos, camiseta y chanclas.
Dijo lo primero que se le vino a la mente.
—¿No nadas?
Brittany inclinó su cabeza hacia un lado.
—Sí, me encanta nadar ¿Por qué lo preguntas?
—Debido a que estamos en la piscina y eres la única que no lleva un traje de baño.
Brittany sonrió.
—Quieres verme en traje de baño ¿verdad? ¿Un pequeño bikini, tal vez?
—Te aseguro que eso no fue lo que quise decir—dijo Santana—Simplemente pregunté si nadabas.
—Sí, pero nado temprano. Así como en la madrugada, con el sol apenas lo suficientemente bajo como para iluminar el cielo. En el amanecer. Es una gran manera de comenzar el día—dijo Brittany y una sonrisa maliciosa relució en su rostro—Pero uso la otra piscina. Ya sabes, en la que la ropa es opcional—su voz bajó una octava—Ya sabes, nada de ropa. Eso significa desnuda.
—Sé lo que significa ropa opcional—dijo Santana secamente.
Sintió que se ruborizaba y estaba agradecida por sus gafas de sol.
—Sí… no sé si te va eso de nadar desnuda o no, pero es la cosa más maravillosa del mundo.
—No es lo mío—dijo Santana.
—¿No? Podrías unirte a mí mañana por la mañana—ofreció Brittany—Podrías probarlo. Es posible que te encante.
Santana negó con su cabeza.
—Mira, me siento halagada por tu atención. En serio. Pero no estoy interesada—dijo con franqueza.
La sonrisa nunca abandonó el rostro de Brittany.
—Pensé que era la loción de la que no estabas interesada.
Santana no pudo evitar la sonrisa que iluminó su rostro al recordar la conversación de ayer.
—Sí… eso también. Y no te ofendas, pero no eres mi tipo.
—¿En serio?
Brittany le estudió deslizando la mirada lentamente sobre su cuerpo, por lo que Santana se sintió un poco incómoda.
—Déjame adivinar—continuó Brittany—¿Tu tipo es un poco más reservado? ¿Conservador? ¿Profesional?
Santana no respondió, pero la descripción de Brittany fue muy precisa.
Y eso le hacía lucir tan aburrida.
—Y si mi hipótesis es correcta… entonces sí… esas tres cosas no me describen en absoluto. Supongo que realmente no soy su tipo.
—Eso es correcto.
Brittany inclinó su cabeza hacia un lado con una sonrisa en su rostro.
—La solución obvia es… que necesitas un tipo diferente.
Una vez más, la sonrisa de Brittany fue contagiosa y Santana se descubrió a sí misma devolviéndola.
—Y hablando de eso, ni siquiera he preguntado ¿Estás en una relación?
—No—dijo Santana—En realidad… en este momento… odio a las mujeres.
Brittany rio con ganas, lo suficientemente alto como para que la mujer que estaba leyendo su libro levantara la mirada en seco.
—¿Una mala ruptura?
—Una mala ruptura hace nueve meses—dijo Santana.
—¿Nueve meses? ¿Y todavía no la has superado?
—Ya la he más que superado. Es el hecho de haberla pillado en la cama con mi mejor amiga lo que no he superado.
—Ouch.
—Sí. Así que como ves… no es sólo contigo. Odio a todas las mujeres.
Como lo había hecho ayer, Brittany acercó la tumbona aún más cerca y se sentó, balanceando sus piernas hacia arriba y estirándolas.
Santana supuso que eso significaba que no planeaba irse a corto plazo.
—Así que… ¿quieres hablar de eso?
Santana frunció el ceño.
—¿Hablar de qué?
—Ya sabes, de esa horrible, horrible persona que ha hecho que odies a las mujeres.
Santana se echó a reír.
—¿Quieres hablar de Elaine?
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntas?—preguntó Brittany.
—Poco más de cinco años—dijo Santana—Pero realmente no quiero hablar de ella.
—Bueno, obviamente estaba loca. De ninguna manera una persona cuerda te engañaría.
A pesar de que las gafas de sol de Santana les separaban, todavía pudo sentir la atracción de esta mujer joven y atractiva. Finalmente alejó la mirada, preguntándose cómo responder.
Se sorprendió por las palabras que salieron de su boca.
—En fin… no creo que yo le gustara mucho.
—¿Tu mejor amiga?
—No. Elaine—Santana volteó hacia Brittany—¿Cómo pudo pasar eso? ¿Cómo te encuentras en una relación con alguien… durante cinco años, nada menos… y que realmente no le agrades?
—¿Apenas te estás dando cuenta que no le agradabas?
—Sí. Bueno, no en este preciso momento, no—inclinó su cabeza hacia atrás—Sabía que las cosas estaban tensas entre nosotras, pero lo ignoré. Ella es una chef, así que trabajaba por las noches.
—¿Una chef? No me esperaba eso—dijo Brittany.
—Es muy talentosa, trabaja en un restaurante de alto nivel, pero en los últimos años, sólo nos veíamos de paso—agarró su botella de agua—Soy contadora.
Brittany gimió.
—Dios… tampoco vi venir eso.
—¿Qué hay de malo con mi profesión?
—Nada, sólo que…—Brittany hizo una pausa—Tú no eres mi tipo.
—Bueno, me alegra que por fin hayamos establecido eso—dijo Santana—Tal vez ahora dejes de intentar frotar la loción en mi espalda.
—Dije que no eras mi tipo—dijo Brittany—… No que iba a dejar de coquetear contigo.
—Entonces estás desperdiciando tu tiempo. En serio.
—Difícilmente es un desperdicio, San, puedo decirte San, ¿no? Tu cuerpo es… bueno… perfecto. Por lo que puedo ver de él.
Santana sintió que se sonrojaba nuevamente y tuvo que detenerse a sí misma de agarrar su toalla y cubrirse.
Estaba orgullosa de su cuerpo y no le importaba el cumplido, pero algo en la forma de mirar de Brittany le hacía…bueno…le hacía sentir acalorada.
—Me alegra que lo apruebes.
Se las arregló en decir, manteniendo su mirada en la piscina y no en la mujer molestamente atractiva coqueteando con ella.
—Esa oferta de nado al desnudo todavía sigue en pie—añadió Brittany—Entonces seré capaz de dar una mejor evaluación de tu cuerpo.
Santana se echó a reír.
—¿Alguna vez te rindes?
—Bueno… si llamas a la policía… probablemente tenga que hacerlo.
—No me tientes.
—¿Te estoy tentando? Bueno. Entonces estamos progresando—bromeó Brittany.
Pero Santana negó con su cabeza mientras reía.
—Te lo dije, estás desperdiciando tu tiempo conmigo.
—Bueno, hay cosas peores—dijo Brittany—Y supongo que debería dejarte en paz. Tengo algunos recados que hacer antes de mi cita para cenar.
—¿Oh? ¿Alguien cayó ante tu encanto?
—No. Lamentablemente, es con una pareja. Voy a ser la tercera rueda. A menos que quieras unirte a mí—ofreció Brittany.
—No, no. Sin embargo, gracias. Diviértete.
Brittany se sentó y se inclinó más cerca, tocando el muslo de Santana con la punta de su dedo índice.
Santana sintió un estremecimiento recorrer su cuerpo.
—No tomes tanto sol—dijo Brittany en voz baja y le guiñó un ojo—Voy a pensar en ti esta noche, San.
Antes que Santana pudiera responder, Brittany ya se había ido, alejándose con un caminar confiado que Santana estaba empezando a reconocer.
Dios, sí que era linda, admitió Santana.
Y tenía un agradable sentido del humor, si te gustaban ese tipo de cosas. Lo cual, por supuesto, a Santana no le gustaban.
Estaba acostumbrada a lo reservado, conservador y profesional.
Y a lo aburrido.
Supuso que pasar tiempo con Brittany sería cualquier cosa menos aburrido.
Santana suspiró.
No importaba.
Estaba ahí para relajarse y recargar energías, nada más.
—Discúlpeme.
Santana empujó sus gafas hacia la parte superior de su cabeza, mirando no a la camarera del bar sino al vaso helado que sostenía.
—No he pedido una bebida—dijo Santana.
—No, es de parte de su amiga. Me pidió que se la trajera.
Santana se quedó mirando la bebida color rojo anaranjado.
—¿Qué es?
—Es sexo en el lago.
—Por supuesto que lo es—murmuró con una sonrisa.
Asintió con la cabeza agradeciéndole y esperó hasta que la camarera se fue para tomar un sorbo.
Era fuerte, delicioso y refrescante y le dio una sensación de hormigueo todo el trayecto hasta sus pies.
—Sexo en el lago, ciertamente—dijo mientras chupaba la pajita nuevamente.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 6
Capitulo 6
Brittany se paseaba en su habitación, preguntándose si se atrevería a seguir adelante con su loco plan.
Por un lado, sonaba divertido.
Y un poco romántico.
No que Santana hubiera dado ninguna indicación de que estaba buscando algo romántico.
Muy por el contrario, de hecho.
Lo cual, a su vez, le intrigaba aún más.
¿Por qué Santana estaba siendo tan distante?
Estaba sola, en un resort de lesbianas, de vacaciones.
Claro, Santana odiaba a todas las mujeres en este momento, pero eso no significaba que a ella ¿no es así?
Porque… Brittany admitió… estaba muy cautivada por ella. No ayudaba que sus dos primeros encuentros con Santana fueran en bikini.
Cerró los ojos, imaginando esas piernas tan suaves, la curva de sus caderas, la curva de sus pechos.
Maldición.
Había pasado algún tiempo desde que había sentido tanta atracción física por alguien.
Bueno, salvo la jugadora de voleibol.
Pero entonces, Santana era contadora. Y parecía estar algo tensa. Y sus gustos estaban en la línea contraria a los de Brittany.
Por supuesto, los gustos de Brittany también.
—Bueno, no quiero casarme con ella—murmuró.
Sólo quería llegar a conocerla… y a su cuerpo… un poco mejor. No veía nada de malo con un poco de aventura de vacaciones.
Sería divertido.
Por supuesto, estaba Marley.
Marley, que finalmente había cedido a darle el número de habitación de Santana a pesar de su —regla sobre no romper ninguna política de privacidad— y le había hecho prometer a Brittany que no le acosaría.
Y no lo estaba haciendo.
Simplemente iría a su habitación, le sugeriría dar un paseo por el lago y cuidaría sus modales.
Y si Santana le pedía que se fuera, lo haría.
Sí, por supuesto que lo haría.
No era propio de ella recurrir a la súplica.
Pero, maldita sea, era linda.
Y tenía esos ojos tan oscuros asesinos.
Y ese cuerpo.
—Tal vez rogaría un poco—dijo a la habitación vacía y luego se echó a reír—Pero no soy una acosadora.
Subió las escaleras hasta el segundo piso, sin confiar en el destartalado ascensor, a pesar de que Marley le había asegurado que era perfectamente seguro. Caminó tranquilamente por el pasillo vacío, haciendo una pausa en la habitación 122.
—Dios, espero que no se moleste.
*****************************************************************************************************
Santana abrió los ojos, al escuchar el débil toque.
Se dio la vuelta, suponiendo que era en otra habitación. Los golpes se hicieron más fuertes. Abrió los ojos nuevamente, buscando a tientas su teléfono.
—¿Once y media?
Se dio la vuelta y golpeó la almohada con un suspiro, sólo para quitarse las mantas cuando los golpes se hicieron más fuertes. Se dirigió a la puerta y abrió de golpe.
—¿Qué?
—Bien. Estás despierta.
Santana le miró con incredulidad, luego le ofreció su mejor mueca.
—¿Tú? ¿En serio? ¿Tú?
Brittany asintió.
—Si. Te acuerdas de mí ¿verdad? Brittany, bueno Britt, para ti. Charlamos temprano en la piscina—sonrió—Recibiste tu sexo en el lago.
Santana puso los ojos ante la referencia de Brittany a su bebida.
—Será mejor que haya un incendio. Es casi media noche y estás llamando a mi puerta. Así que será mejor que haya un incendio.
Brittany negó con la cabeza.
—En primer lugar, no es casi media noche. Y en segundo lugar, si hubiera un incendio escucharías a las mujeres gritando y corriendo por el pasillo. Tal vez también escucharías las sirenas—dio un paso atrás e hizo un espectáculo mirando en ambas direcciones—No hay incendio.
—Entonces ¿qué podrías estar haciendo aquí?
Brittany golpeó un reloj imaginario en su muñeca.
—Date prisa. Vístete.
—¿Qué? Es media noche. No voy a vestirme.
—No es media noche. Ni siquiera es madrugada—dijo Brittany.
—Cuando has estado en cama desde las nueve y media, es la maldita media noche—dijo Santana con un poco de impaciencia.
La mujer era molesta.
¿Qué demonios le hizo pensar que era linda?
—Quiero volver a dormir.
—¡Dios mío! ¿Te fuiste a la cama a las nueve y media? Pensé que estabas de vacaciones. San, realmente estás actuando como si tuvieras….ya sabes… cuarenta o algo así.
Santana se quedó mirándola.
—Ni siquiera voy a contestar a eso. Buenas noches—dijo Santana con la intención de cerrar la puerta.
No se sorprendió al encontrar una mano bloqueándola.
—Vamos. Ponte unos pantalones cortos. Estás desperdiciando el tiempo—dijo Brittany.
Fue entonces cuando Santana se dio cuenta de su escaso atuendo.
Se horrorizó al descubrir que estaba de pie en la puerta con nada más que su ropa interior y una camisa de dormir. Inmediatamente tiró de su camisa hacia abajo para cubrir su ropa interior, sabiendo lo ridícula que estaba siendo.
Brittany ya le había visto en bikini.
—¿Qué… qué estás haciendo aquí?
—La luna. La luna de medianoche. El sol y la luna están alineados. Será excepcional, tenemos que darnos prisa.
La paciencia de Santana se estaba acabando.
—¿De qué estás hablando?
—Vamos al lago. Venga. Va a ser divertido.
—¿Qué? No.
—Sí. Es noche de luna llena. Medianoche, estará sobre el lago, sobre el agua. Será fantástico.
Santana le miró sacudiendo lentamente su cabeza.
—¿Hablas en serio? ¿Me despertaste para eso? Porque estoy bastante segura que he visto la luna llena anteriormente.
—Pero, San, no ésta.
Las palabras fueron dichas en voz tan baja, tan baja, que Santana no tuvo ninguna réplica. Tal vez fue la forma en que Brittany dijo su nombre que le dejó sin habla. Así que simplemente volvió a entrar en su habitación y agarró los pantalones cortos que había desechado esa misma tarde.
Al parecer, iría al lago a ver la luna llena.
Por un lado, sonaba divertido.
Y un poco romántico.
No que Santana hubiera dado ninguna indicación de que estaba buscando algo romántico.
Muy por el contrario, de hecho.
Lo cual, a su vez, le intrigaba aún más.
¿Por qué Santana estaba siendo tan distante?
Estaba sola, en un resort de lesbianas, de vacaciones.
Claro, Santana odiaba a todas las mujeres en este momento, pero eso no significaba que a ella ¿no es así?
Porque… Brittany admitió… estaba muy cautivada por ella. No ayudaba que sus dos primeros encuentros con Santana fueran en bikini.
Cerró los ojos, imaginando esas piernas tan suaves, la curva de sus caderas, la curva de sus pechos.
Maldición.
Había pasado algún tiempo desde que había sentido tanta atracción física por alguien.
Bueno, salvo la jugadora de voleibol.
Pero entonces, Santana era contadora. Y parecía estar algo tensa. Y sus gustos estaban en la línea contraria a los de Brittany.
Por supuesto, los gustos de Brittany también.
—Bueno, no quiero casarme con ella—murmuró.
Sólo quería llegar a conocerla… y a su cuerpo… un poco mejor. No veía nada de malo con un poco de aventura de vacaciones.
Sería divertido.
Por supuesto, estaba Marley.
Marley, que finalmente había cedido a darle el número de habitación de Santana a pesar de su —regla sobre no romper ninguna política de privacidad— y le había hecho prometer a Brittany que no le acosaría.
Y no lo estaba haciendo.
Simplemente iría a su habitación, le sugeriría dar un paseo por el lago y cuidaría sus modales.
Y si Santana le pedía que se fuera, lo haría.
Sí, por supuesto que lo haría.
No era propio de ella recurrir a la súplica.
Pero, maldita sea, era linda.
Y tenía esos ojos tan oscuros asesinos.
Y ese cuerpo.
—Tal vez rogaría un poco—dijo a la habitación vacía y luego se echó a reír—Pero no soy una acosadora.
Subió las escaleras hasta el segundo piso, sin confiar en el destartalado ascensor, a pesar de que Marley le había asegurado que era perfectamente seguro. Caminó tranquilamente por el pasillo vacío, haciendo una pausa en la habitación 122.
—Dios, espero que no se moleste.
*****************************************************************************************************
Santana abrió los ojos, al escuchar el débil toque.
Se dio la vuelta, suponiendo que era en otra habitación. Los golpes se hicieron más fuertes. Abrió los ojos nuevamente, buscando a tientas su teléfono.
—¿Once y media?
Se dio la vuelta y golpeó la almohada con un suspiro, sólo para quitarse las mantas cuando los golpes se hicieron más fuertes. Se dirigió a la puerta y abrió de golpe.
—¿Qué?
—Bien. Estás despierta.
Santana le miró con incredulidad, luego le ofreció su mejor mueca.
—¿Tú? ¿En serio? ¿Tú?
Brittany asintió.
—Si. Te acuerdas de mí ¿verdad? Brittany, bueno Britt, para ti. Charlamos temprano en la piscina—sonrió—Recibiste tu sexo en el lago.
Santana puso los ojos ante la referencia de Brittany a su bebida.
—Será mejor que haya un incendio. Es casi media noche y estás llamando a mi puerta. Así que será mejor que haya un incendio.
Brittany negó con la cabeza.
—En primer lugar, no es casi media noche. Y en segundo lugar, si hubiera un incendio escucharías a las mujeres gritando y corriendo por el pasillo. Tal vez también escucharías las sirenas—dio un paso atrás e hizo un espectáculo mirando en ambas direcciones—No hay incendio.
—Entonces ¿qué podrías estar haciendo aquí?
Brittany golpeó un reloj imaginario en su muñeca.
—Date prisa. Vístete.
—¿Qué? Es media noche. No voy a vestirme.
—No es media noche. Ni siquiera es madrugada—dijo Brittany.
—Cuando has estado en cama desde las nueve y media, es la maldita media noche—dijo Santana con un poco de impaciencia.
La mujer era molesta.
¿Qué demonios le hizo pensar que era linda?
—Quiero volver a dormir.
—¡Dios mío! ¿Te fuiste a la cama a las nueve y media? Pensé que estabas de vacaciones. San, realmente estás actuando como si tuvieras….ya sabes… cuarenta o algo así.
Santana se quedó mirándola.
—Ni siquiera voy a contestar a eso. Buenas noches—dijo Santana con la intención de cerrar la puerta.
No se sorprendió al encontrar una mano bloqueándola.
—Vamos. Ponte unos pantalones cortos. Estás desperdiciando el tiempo—dijo Brittany.
Fue entonces cuando Santana se dio cuenta de su escaso atuendo.
Se horrorizó al descubrir que estaba de pie en la puerta con nada más que su ropa interior y una camisa de dormir. Inmediatamente tiró de su camisa hacia abajo para cubrir su ropa interior, sabiendo lo ridícula que estaba siendo.
Brittany ya le había visto en bikini.
—¿Qué… qué estás haciendo aquí?
—La luna. La luna de medianoche. El sol y la luna están alineados. Será excepcional, tenemos que darnos prisa.
La paciencia de Santana se estaba acabando.
—¿De qué estás hablando?
—Vamos al lago. Venga. Va a ser divertido.
—¿Qué? No.
—Sí. Es noche de luna llena. Medianoche, estará sobre el lago, sobre el agua. Será fantástico.
Santana le miró sacudiendo lentamente su cabeza.
—¿Hablas en serio? ¿Me despertaste para eso? Porque estoy bastante segura que he visto la luna llena anteriormente.
—Pero, San, no ésta.
Las palabras fueron dichas en voz tan baja, tan baja, que Santana no tuvo ninguna réplica. Tal vez fue la forma en que Brittany dijo su nombre que le dejó sin habla. Así que simplemente volvió a entrar en su habitación y agarró los pantalones cortos que había desechado esa misma tarde.
Al parecer, iría al lago a ver la luna llena.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 7
Capitulo 7
Brittany llevó un dedo a sus labios.
—Tenemos que estar en silencio—susurró mientras se dirigían hacia las escaleras—Es media noche. La gente está tratando de dormir—sonrió cuando escuchó que Santana casi reía por su comentario.
Bien, así que tal vez no estaba tan enojada después de todo.
—Oh… y realmente no soy una acosadora—añadió Brittany.
—Eso es tranquilizador—dijo Santana.
Brittany había escondido un par de mantas… y una botella de vino en la piscina.
No quiso parecer demasiado presuntuosa cuando llamó a su puerta.
Y ya que había abierto la botella de vino para no tener que llevar un sacacorchos, también había olvidado llevar copas. No era muy romántico beber directamente de la botella.
Incluso ella no haría eso.
Bueno, en caso de apuro, tal vez.
—¿Una manta?
—Sólo para sentarse—dijo Brittany—No cuchi-cuchi—le dio a Santana el vino—Lo prometo.
Santana levantó la botella hacia la luz.
—Buena elección.
—Gracias. La robé de la oficina. Realmente no soy una experta en vinos. Me alegra que lo apruebes.
—Es una buena botella. Aun así no habrá ningún cuchi-cuchi.
—¿Por qué piensas eso?—dijo Brittany inocentemente—Disfruto de tu compañía. No es que quiera violar tu cuerpo—hizo una pausa—Demasiado.
Santana se echó a reír.
—¿Siempre eres tan atrevida?
—Sólo estaré aquí cuatro días más. Tengo que trabajar rápido.
—Espera un minuto ¿La robaste?
Brittany se echó a reír.
—Puedo explicarlo. Más tarde.
Tan pronto como salieron de la iluminación tenue de la zona de la piscina y caminaron por el paseo a través de las dunas, Brittany tomó casualmente su mano.
—No quiero que te tropieces—dijo con una sonrisa.
Se sorprendió cuando Santana no apartó su mano.
Tan pronto llegaron al lago, supo que su grieta en la seducción había conseguido avanzar un poco más.
La luna llena estaba absolutamente preciosa.
La esfera blanca devoraba el cielo, sus rayos de luces bailaban a través de las olas que se estrellaban en la orilla. Las pocas nubes dispersas sólo mejoraban el espectáculo.
Se dio vuelta descubriendo que Santana miraba sobre el agua, la brisa apartaba el cabello de su rostro, el resplandor de la luna era lo suficientemente brillante como para permitirle disfrutar por completo de todos y cada uno de los rasgos del rostro de Santana.
Estaba casi hipnotizada cuando Santana se volteó, encontrándose con sus ojos bajo la brillante luz de la luna.
Santana sonrió ligeramente, sus ojos oscuros todavía sosteniendo los de ella.
—Es hermosa.
Brittany asintió, sintiéndose seducida ella misma.
—Sí, magnífica.
Sintió que su corazón latía con más rapidez mientras continuaban mirándose.
Maldita sea, quería besarla en este momento.
Antes de poder hacerlo, Santana se dio la vuelta, rompiendo el hechizo. Entonces Brittany hizo lo más sensato. Bajó un poco más por el lago, buscando un lugar para sentarse.
El agua estaba agitada por la sobrecarga de la luna así que tiró la manta más cerca de las dunas de arena, lejos del chapoteo del agua. La brisa volteó los bordes de la manta y las alisó hacia abajo.
Se sentó, indicándole a Santana que hiciera lo mismo. Tomó la botella de vino equilibrándola entre sus piernas y se apoyó en sus codos.
—Me encanta esto—dijo Brittany—La luna de medianoche. Se ve tan grande, es casi como si pudieras extender la mano y tocarla.
—Sí—Santana metió un mechón de cabello detrás de su oreja—Gracias por obligarme a hacer esto—dijo—Nunca he… bueno, he visto la luna llena, por supuesto, pero por lo general es cuando estoy conduciendo. No creo que jamás haya salido a verla intencionalmente.
—Un montón de gente no lo hace. Pero siento que debemos celebrar las maravillas de nuestra tierra, de nuestra existencia. La gente siempre está con tanta prisa, corriendo de un lugar a otro. No se toman el tiempo para apreciar realmente las cosas a su alrededor—se sentó y sacó el corcho de la botella de vino—Heredé eso de mi papá. Es tan relajado, nada le estresa. Puede sentarse y mirar el lago durante todo el día. Bueno, siempre y cuando esté pescando—hizo girar el corcho entre sus dedos—Olvidé las copas.
Santana le sorprendió quitándole la botella y llevándola a su boca para tomar un trago. Se la devolvió a Brittany con un movimiento de cabeza.
—Muy bueno—Santana sonrió—Y no… nunca he tomado vino directamente de la botella.
—Bueno, estás viviendo en el límite esta noche.
Brittany hizo lo mismo, tomando un sorbo y luego otro. No sentía necesidad de conversar y se sentaron en silencio observando el cambio de luz en el agua mientras cada ola se precipitaba a tierra.
Era una noche agradable, la brisa no era demasiado fuerte, pero ella colocó la otra manta a través de sus piernas.
Santana no dijo nada, sólo siguió mirando por encima del agua. La botella de vino fue pasada de una a otra en silencio un par de veces.
Brittany finalmente colocó el corcho cuando Santana se echó hacia atrás, cruzando los brazos detrás de su cabeza, su mirada viajó hasta la luna.
Brittany también se recostó, descansando cómodamente junto a Santana. La vista y los sonidos eran hipnóticos mientras observaba la luna deslizarse lentamente a través del cielo nocturno.
Rápidamente perdió la noción del tiempo.
Sin darse cuenta, el sonido rítmico de las olas le estaba arrullando para dormir.
Giró su cabeza, a punto de sugerirle a Santana que regresaran.
Pero Santana estaba profundamente dormida junto a ella, con el rostro relajado y tranquilo.
—Dios mío, es hermosa—susurró Brittany, sus palabras fueron arrastradas por la brisa.
Así que en lugar de despertarla, tiró de la manta un poco más arriba y cubrió a las dos, pensando que se quedarían fuera sólo un poco más de tiempo.
Por desgracia, la tranquilidad que les rodeaba… y la presencia de un cuerpo muy caliente junto al de ella… aquietó todos sus sentidos y sus ojos también se cerraron.
Cedió al estado de relajación de su cuerpo y mente y se quedó dormida, todavía aferrándose a la idea de que descansaría unos pocos minutos más.
El ronco graznido de una garza le despertó y se sorprendió al descubrir que el suave resplandor de la luna fue sustituido por el rosa sutil y el rojo de un rápido amanecer.
Se puso de lado, con la intención de despertar a Santana, pero la garza estaba a sólo quince pies de distancia, arrastrándose lentamente a lo largo del lago.
Su silueta era un telón de fondo perfecto para el aligeramiento del cielo.
Deseó tener una cámara.
Santana debió sentir su observación.
Sus ojos se abrieron, mostrando confusión.
—No te muevas—susurró Brittany—Vas a asustarla.
—¿A quién?
—A la garza.
Santana giró la cabeza hacia un lado.
—¿Está amaneciendo?—preguntó Santana con sorpresa en su voz.
—Sí. Así que ahora estamos obligadas a ver el amanecer ¿No es genial?
Santana giró su cabeza nuevamente hacia Brittany.
—¿Dormimos aquí? Pudimos haber sido asaltadas o algo así.
—¿Asaltadas? ¿Aquí fuera? ¿Qué nos van a quitar? ¿El vino?
—Sabes lo que quiero decir.
La garza alzó vuelo, sus largas piernas se impulsaron fuera de la arena y alcanzó una distancia segura lejos de ellas.
—En realidad, me quedé despierta toda la noche, asegurándome de que estuvieras a salvo—dijo Brittany—Soy así de educada.
Santana se estiró.
—¿En serio? ¿Entonces por qué tus ojos lucen somnolientos?
—Pude haber tomado la siesta un poco—Brittany se sentó y agarró a Santana, tirando de ella a una posición sentada—Pero míralo de esta manera, lograrás ver un hermoso amanecer sin tenerme a mí golpeando a tu puerta para despertarte.
—Tengo que hacer pis.
Brittany asintió.
—Sí, yo también.
Santana se volteó hacia Brittany y lentamente negó con su cabeza.
—Ni siquiera te conozco, y pasé la noche compartiendo una manta en el lago.
—Te dije que sería divertido.
—Estás perdiendo el punto—dijo Santana.
—El punto es que vimos una luna hermosa, hermosos colores. Fue una noche perfecta. Y ahora, porque una de nosotras se quedó dormida, veremos un hermoso amanecer. De hecho, es posible que te guste tanto, que vendrás aquí cada mañana—Brittany sonrió—Por supuesto, aquí es cuando normalmente hago mi nado al desnudo.
—Bueno, no dejes que te detenga.
—¿No? ¿Estás lista para unirte a mí?
—Estoy lista para un baño, una ducha y una taza de café—dijo mientras su mirada se desviaba hacia el agua—Mira lo lejos que están las olas comparada con la noche anterior.
Brittany asintió.
—Cuando tenía cinco años, mi mamá se volvió a casar y se mudó a Corpus. Solíamos ir a la playa o al lago todo el tiempo cuando yo estaba creciendo. Teníamos esta tabla en la casa con la que marcábamos la marea. La marea siempre estaba más alta cuando había una sobrecarga de luna llena y com más movimiento—dijo Brittany—Como la noche anterior. No recuerdo todos los hechos, pero creo que lleva como seis horas más o menos que vaya de marea alta a marea baja y su movimiento.
—¿Así que creciste aquí?
—Bueno, en Corpus. Pero veníamos a la isla todo el tiempo—señaló Brittany—Aquí viene el sol.
—Las nubes lo hacen muy bonito.
—Sí. Siempre deseé haber escogido fotografía—dijo Brittany y sacó su teléfono celular de su bolsillo—Esto es una extensión—levantó el teléfono tomando un par de fotos de la salida del sol del agua.
—Está bien, voy a confesarlo. En realidad nunca he visto un verdadero amanecer en vivo—dijo Santana—Es un poco refrescante estar aquí a estas horas. Es tan tranquilo.
Brittany no dijo nada mientras sus ojos seguían el avance de la pelota color naranja, rojiza que brillaba a través de la superficie, reflejando sus colores en las nubes que estaban encima. Entonces, como si hubiese sonado una campana para desayunar, las gaviotas y las golondrinas volaron sobre las olas con sus sonidos familiares y los pelícanos se zambulleron en círculos en el agua, en busca de comida.
Un nuevo día había comenzado.
—Gracias.
Brittany se volteó, encontrando los ojos oscuros de Santana en ella. Simplemente asintió con su cabeza y se puso de pie estirando su espalda, luego estiró sus brazos sobre su cabeza.
Le tendió una mano a Santana, quien permitió le pusiera de pie. En silencio, cada una agarró una manta y regresaron.
La mirada de Brittany fue a la suave arena donde las olas la había aplanado.
Vio una piedra en forma de luna y fue a recogerla.
—Por lo general no las encuentro tan lindas—dijo entregándoselo a Santana.
Santana lo agarró dándole la vuelta con suavidad entre sus manos.
—Consérvalo—dijo Brittany—Un recuerdo de tu primera luna de medianoche.
Santana puso los ojos ligeramente, pero dobló la mano alrededor de la piedra mientras se dirigían a las dunas y nuevamente al paseo del lago.
—Voy a acompañarte hasta tu habitación—ofreció Brittany cuando llegaron al hotel.
—No es necesario.
Subieron en el ascensor a la segunda planta sin incidentes.
Brittany sostuvo la puerta mientras le indicaba a Santana que saliera. Estuvo a punto de seguirle cuando Santana se dio la vuelta.
—Espera un minuto—dijo Santana—¿Cómo supiste cual era mi habitación?
Brittany se mordió el labio inferior.
Maldita sea.
—Suerte ¿supongo?— dijo débilmente.
Santana inclinó su cabeza a un lado con las cejas levantadas.
—Inténtalo de nuevo, rubia.
Las puertas del ascensor trataron de cerrarse y Brittany dio un paso atrás hacia el interior.
—Está bien, quizás te estoy acosando. Tal vez te he estado siguiendo. Deberías tener más cuidado con los extraños—sonrió y le dio un guiño exagerado cuando las puertas se cerraron.
Su sonrisa se desvaneció cuando el ascensor se sacudió.
Marley iba a matarla.
—Tenemos que estar en silencio—susurró mientras se dirigían hacia las escaleras—Es media noche. La gente está tratando de dormir—sonrió cuando escuchó que Santana casi reía por su comentario.
Bien, así que tal vez no estaba tan enojada después de todo.
—Oh… y realmente no soy una acosadora—añadió Brittany.
—Eso es tranquilizador—dijo Santana.
Brittany había escondido un par de mantas… y una botella de vino en la piscina.
No quiso parecer demasiado presuntuosa cuando llamó a su puerta.
Y ya que había abierto la botella de vino para no tener que llevar un sacacorchos, también había olvidado llevar copas. No era muy romántico beber directamente de la botella.
Incluso ella no haría eso.
Bueno, en caso de apuro, tal vez.
—¿Una manta?
—Sólo para sentarse—dijo Brittany—No cuchi-cuchi—le dio a Santana el vino—Lo prometo.
Santana levantó la botella hacia la luz.
—Buena elección.
—Gracias. La robé de la oficina. Realmente no soy una experta en vinos. Me alegra que lo apruebes.
—Es una buena botella. Aun así no habrá ningún cuchi-cuchi.
—¿Por qué piensas eso?—dijo Brittany inocentemente—Disfruto de tu compañía. No es que quiera violar tu cuerpo—hizo una pausa—Demasiado.
Santana se echó a reír.
—¿Siempre eres tan atrevida?
—Sólo estaré aquí cuatro días más. Tengo que trabajar rápido.
—Espera un minuto ¿La robaste?
Brittany se echó a reír.
—Puedo explicarlo. Más tarde.
Tan pronto como salieron de la iluminación tenue de la zona de la piscina y caminaron por el paseo a través de las dunas, Brittany tomó casualmente su mano.
—No quiero que te tropieces—dijo con una sonrisa.
Se sorprendió cuando Santana no apartó su mano.
Tan pronto llegaron al lago, supo que su grieta en la seducción había conseguido avanzar un poco más.
La luna llena estaba absolutamente preciosa.
La esfera blanca devoraba el cielo, sus rayos de luces bailaban a través de las olas que se estrellaban en la orilla. Las pocas nubes dispersas sólo mejoraban el espectáculo.
Se dio vuelta descubriendo que Santana miraba sobre el agua, la brisa apartaba el cabello de su rostro, el resplandor de la luna era lo suficientemente brillante como para permitirle disfrutar por completo de todos y cada uno de los rasgos del rostro de Santana.
Estaba casi hipnotizada cuando Santana se volteó, encontrándose con sus ojos bajo la brillante luz de la luna.
Santana sonrió ligeramente, sus ojos oscuros todavía sosteniendo los de ella.
—Es hermosa.
Brittany asintió, sintiéndose seducida ella misma.
—Sí, magnífica.
Sintió que su corazón latía con más rapidez mientras continuaban mirándose.
Maldita sea, quería besarla en este momento.
Antes de poder hacerlo, Santana se dio la vuelta, rompiendo el hechizo. Entonces Brittany hizo lo más sensato. Bajó un poco más por el lago, buscando un lugar para sentarse.
El agua estaba agitada por la sobrecarga de la luna así que tiró la manta más cerca de las dunas de arena, lejos del chapoteo del agua. La brisa volteó los bordes de la manta y las alisó hacia abajo.
Se sentó, indicándole a Santana que hiciera lo mismo. Tomó la botella de vino equilibrándola entre sus piernas y se apoyó en sus codos.
—Me encanta esto—dijo Brittany—La luna de medianoche. Se ve tan grande, es casi como si pudieras extender la mano y tocarla.
—Sí—Santana metió un mechón de cabello detrás de su oreja—Gracias por obligarme a hacer esto—dijo—Nunca he… bueno, he visto la luna llena, por supuesto, pero por lo general es cuando estoy conduciendo. No creo que jamás haya salido a verla intencionalmente.
—Un montón de gente no lo hace. Pero siento que debemos celebrar las maravillas de nuestra tierra, de nuestra existencia. La gente siempre está con tanta prisa, corriendo de un lugar a otro. No se toman el tiempo para apreciar realmente las cosas a su alrededor—se sentó y sacó el corcho de la botella de vino—Heredé eso de mi papá. Es tan relajado, nada le estresa. Puede sentarse y mirar el lago durante todo el día. Bueno, siempre y cuando esté pescando—hizo girar el corcho entre sus dedos—Olvidé las copas.
Santana le sorprendió quitándole la botella y llevándola a su boca para tomar un trago. Se la devolvió a Brittany con un movimiento de cabeza.
—Muy bueno—Santana sonrió—Y no… nunca he tomado vino directamente de la botella.
—Bueno, estás viviendo en el límite esta noche.
Brittany hizo lo mismo, tomando un sorbo y luego otro. No sentía necesidad de conversar y se sentaron en silencio observando el cambio de luz en el agua mientras cada ola se precipitaba a tierra.
Era una noche agradable, la brisa no era demasiado fuerte, pero ella colocó la otra manta a través de sus piernas.
Santana no dijo nada, sólo siguió mirando por encima del agua. La botella de vino fue pasada de una a otra en silencio un par de veces.
Brittany finalmente colocó el corcho cuando Santana se echó hacia atrás, cruzando los brazos detrás de su cabeza, su mirada viajó hasta la luna.
Brittany también se recostó, descansando cómodamente junto a Santana. La vista y los sonidos eran hipnóticos mientras observaba la luna deslizarse lentamente a través del cielo nocturno.
Rápidamente perdió la noción del tiempo.
Sin darse cuenta, el sonido rítmico de las olas le estaba arrullando para dormir.
Giró su cabeza, a punto de sugerirle a Santana que regresaran.
Pero Santana estaba profundamente dormida junto a ella, con el rostro relajado y tranquilo.
—Dios mío, es hermosa—susurró Brittany, sus palabras fueron arrastradas por la brisa.
Así que en lugar de despertarla, tiró de la manta un poco más arriba y cubrió a las dos, pensando que se quedarían fuera sólo un poco más de tiempo.
Por desgracia, la tranquilidad que les rodeaba… y la presencia de un cuerpo muy caliente junto al de ella… aquietó todos sus sentidos y sus ojos también se cerraron.
Cedió al estado de relajación de su cuerpo y mente y se quedó dormida, todavía aferrándose a la idea de que descansaría unos pocos minutos más.
El ronco graznido de una garza le despertó y se sorprendió al descubrir que el suave resplandor de la luna fue sustituido por el rosa sutil y el rojo de un rápido amanecer.
Se puso de lado, con la intención de despertar a Santana, pero la garza estaba a sólo quince pies de distancia, arrastrándose lentamente a lo largo del lago.
Su silueta era un telón de fondo perfecto para el aligeramiento del cielo.
Deseó tener una cámara.
Santana debió sentir su observación.
Sus ojos se abrieron, mostrando confusión.
—No te muevas—susurró Brittany—Vas a asustarla.
—¿A quién?
—A la garza.
Santana giró la cabeza hacia un lado.
—¿Está amaneciendo?—preguntó Santana con sorpresa en su voz.
—Sí. Así que ahora estamos obligadas a ver el amanecer ¿No es genial?
Santana giró su cabeza nuevamente hacia Brittany.
—¿Dormimos aquí? Pudimos haber sido asaltadas o algo así.
—¿Asaltadas? ¿Aquí fuera? ¿Qué nos van a quitar? ¿El vino?
—Sabes lo que quiero decir.
La garza alzó vuelo, sus largas piernas se impulsaron fuera de la arena y alcanzó una distancia segura lejos de ellas.
—En realidad, me quedé despierta toda la noche, asegurándome de que estuvieras a salvo—dijo Brittany—Soy así de educada.
Santana se estiró.
—¿En serio? ¿Entonces por qué tus ojos lucen somnolientos?
—Pude haber tomado la siesta un poco—Brittany se sentó y agarró a Santana, tirando de ella a una posición sentada—Pero míralo de esta manera, lograrás ver un hermoso amanecer sin tenerme a mí golpeando a tu puerta para despertarte.
—Tengo que hacer pis.
Brittany asintió.
—Sí, yo también.
Santana se volteó hacia Brittany y lentamente negó con su cabeza.
—Ni siquiera te conozco, y pasé la noche compartiendo una manta en el lago.
—Te dije que sería divertido.
—Estás perdiendo el punto—dijo Santana.
—El punto es que vimos una luna hermosa, hermosos colores. Fue una noche perfecta. Y ahora, porque una de nosotras se quedó dormida, veremos un hermoso amanecer. De hecho, es posible que te guste tanto, que vendrás aquí cada mañana—Brittany sonrió—Por supuesto, aquí es cuando normalmente hago mi nado al desnudo.
—Bueno, no dejes que te detenga.
—¿No? ¿Estás lista para unirte a mí?
—Estoy lista para un baño, una ducha y una taza de café—dijo mientras su mirada se desviaba hacia el agua—Mira lo lejos que están las olas comparada con la noche anterior.
Brittany asintió.
—Cuando tenía cinco años, mi mamá se volvió a casar y se mudó a Corpus. Solíamos ir a la playa o al lago todo el tiempo cuando yo estaba creciendo. Teníamos esta tabla en la casa con la que marcábamos la marea. La marea siempre estaba más alta cuando había una sobrecarga de luna llena y com más movimiento—dijo Brittany—Como la noche anterior. No recuerdo todos los hechos, pero creo que lleva como seis horas más o menos que vaya de marea alta a marea baja y su movimiento.
—¿Así que creciste aquí?
—Bueno, en Corpus. Pero veníamos a la isla todo el tiempo—señaló Brittany—Aquí viene el sol.
—Las nubes lo hacen muy bonito.
—Sí. Siempre deseé haber escogido fotografía—dijo Brittany y sacó su teléfono celular de su bolsillo—Esto es una extensión—levantó el teléfono tomando un par de fotos de la salida del sol del agua.
—Está bien, voy a confesarlo. En realidad nunca he visto un verdadero amanecer en vivo—dijo Santana—Es un poco refrescante estar aquí a estas horas. Es tan tranquilo.
Brittany no dijo nada mientras sus ojos seguían el avance de la pelota color naranja, rojiza que brillaba a través de la superficie, reflejando sus colores en las nubes que estaban encima. Entonces, como si hubiese sonado una campana para desayunar, las gaviotas y las golondrinas volaron sobre las olas con sus sonidos familiares y los pelícanos se zambulleron en círculos en el agua, en busca de comida.
Un nuevo día había comenzado.
—Gracias.
Brittany se volteó, encontrando los ojos oscuros de Santana en ella. Simplemente asintió con su cabeza y se puso de pie estirando su espalda, luego estiró sus brazos sobre su cabeza.
Le tendió una mano a Santana, quien permitió le pusiera de pie. En silencio, cada una agarró una manta y regresaron.
La mirada de Brittany fue a la suave arena donde las olas la había aplanado.
Vio una piedra en forma de luna y fue a recogerla.
—Por lo general no las encuentro tan lindas—dijo entregándoselo a Santana.
Santana lo agarró dándole la vuelta con suavidad entre sus manos.
—Consérvalo—dijo Brittany—Un recuerdo de tu primera luna de medianoche.
Santana puso los ojos ligeramente, pero dobló la mano alrededor de la piedra mientras se dirigían a las dunas y nuevamente al paseo del lago.
—Voy a acompañarte hasta tu habitación—ofreció Brittany cuando llegaron al hotel.
—No es necesario.
Subieron en el ascensor a la segunda planta sin incidentes.
Brittany sostuvo la puerta mientras le indicaba a Santana que saliera. Estuvo a punto de seguirle cuando Santana se dio la vuelta.
—Espera un minuto—dijo Santana—¿Cómo supiste cual era mi habitación?
Brittany se mordió el labio inferior.
Maldita sea.
—Suerte ¿supongo?— dijo débilmente.
Santana inclinó su cabeza a un lado con las cejas levantadas.
—Inténtalo de nuevo, rubia.
Las puertas del ascensor trataron de cerrarse y Brittany dio un paso atrás hacia el interior.
—Está bien, quizás te estoy acosando. Tal vez te he estado siguiendo. Deberías tener más cuidado con los extraños—sonrió y le dio un guiño exagerado cuando las puertas se cerraron.
Su sonrisa se desvaneció cuando el ascensor se sacudió.
Marley iba a matarla.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Me encanta Britt$-$ kahdjzb ya quiero que ocurra algo entre ellas*-*
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Hola!! Me leiste el pensamiento con el maraton!!!!
>gracias!!
Saludos
>gracias!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Gracias, disfrute mucho de los capitulos extras. Me sorprende lo lanzada que puede ser Britt
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
me encanta esa personalidad tan lanzada de britt y en cuanto a santana, solo esta decepcionada del mundo, pero eso tiene solucion, o no?????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Susii escribió:Me encanta Britt$-$ kahdjzb ya quiero que ocurra algo entre ellas*-*
Hola, jajajaaj es la mejor aquí ajajajajajaj. Jajajajajaaj esperemos y eso pase en este cap jajajaja. Saludos =D
monica.santander escribió:Hola!! Me leiste el pensamiento con el maraton!!!!
>gracias!!
Saludos
Hola, jajaja siempre estoy pendiente de la mente de mis lectoras jajaja, bueno no se puede hacer eso ajajajajaj. Pero, de nada, gracias a ti por leer y comentar! Saludos =D
marthagr81@yahoo.es escribió:Gracias, disfrute mucho de los capitulos extras. Me sorprende lo lanzada que puede ser Britt
Hola, de nada! Eso es bueno, espero y siga así la vrdd xD jajaajajajaj. Jajajajaj como no¿? si se trata de san jaajajajaj. Saludos =D
micky morales escribió:me encanta esa personalidad tan lanzada de britt y en cuanto a santana, solo esta decepcionada del mundo, pero eso tiene solucion, o no?????
Hola, jajajaajaj pero si la otra es san, como no¿? jajaajajajajaj. Uff sip =/ todo por culpa de esa ¬¬ Con britt, como no¿? ajajajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 8
Capitulo 8
—¿Qué hiciste qué?
—Ella no va a presentar una queja—insistió Brittany—Al menos no lo creo—robó una papa frita del plato de Marley—Y no es como si hubiera planeado quedarme ahí toda la noche.
—Por favor, no hagas que me despidan.
—Ella es linda.
—Claro. Pero no es tu tipo—dijo Marley.
—Oh, lo sé. Pero ¿viste su cuerpo?
—Lo hice. Es lo único en ella que es tu tipo—dijo Marley con una sonrisa.
—Sí. No parece del tipo de un romance de verano—dijo Brittany—Pero puedo intentarlo. Al menos, me da algo que hacer—se comió el último bocado de su hamburguesa y arrugó el envoltorio —¿Así que tú y Kitty van a la fiesta del lago?
—¿En el Conch Hotel? Kurt nos invitó, sí ¿Cuándo hablaste con él?
—Pasé por ahí ayer antes de encontrarme con ustedes para la cena—arqueó las cejas —¿Así que vas?
—¿Y tú?
Brittany se encogió de hombros.
—Hoy es mi cumpleaños. Kurt al menos lo recordó así que supongo que debería aparecer. Él tiene este 'nuevo fabuloso plato jumbo que es para morirse'—imitó Brittany.
Marley se echó a reír.
—Él es como una reina. Literalmente. Ahora está haciendo espectáculos travestis ¿te lo dijo?
Brittany asintió.
Kurt Hummel tenía la edad de Marley y todos habían ido juntos a la secundaria. Siempre había sido extravagante y nunca se disculpó por ello.
Se metían con él en la escuela, por supuesto, pero eso nunca le disuadió. Kurt era una de las personas más inteligentes que había conocido y pudo haber logrado cualquier cosa, pero estaba demasiado arraigado en el escenario como para abandonarla.
Había trabajado en los hoteles de la isla desde que había cumplido los dieciocho años.
Este era su tercer año como gerente en el Conch. De hecho, era él quien tenía a Marley interesada en el negocio.
—¿Cuáles son tus planes para la tarde?—preguntó Marley—Y por favor, no digas que estarás haciendo más acecho.
—Probablemente voy a pasar el rato en la piscina—dijo mientras miraba por la ventana de la oficina de Marley.
Santana aún tenía que hacer acto de presencia.
—Tal vez caminar por el lago y chapotear.
—Por favor, compórtate—advirtió Marley.
—Me siento atraída por ella ¿Qué puedo decir?—Brittany se levantó y empujó la silla de visitantes cerca del escritorio de Marley.
—Puedes decir que no harás algo estúpido—Marley tiró los restos de su hamburguesa a la basura—Gracias por el almuerzo. Tal vez nos veamos esta noche en la Conch.
—Sip. Nos vemos, hermanita.
Cuando había dejado a Santana temprano esa mañana, Brittany seguía sintiéndose exhausta y se fue a su habitación con la intención de tomar una rápida siesta en una cama de verdad.
Había durado hasta las 10:30.
Después de una ducha y una taza de café, estaba lista para disfrutar de otro día en el lago. Pero cuando Santana no apareció en la piscina, había decidido invitar el almuerzo a Marley.
Ahora, con toda la tarde delante de ella, se asomó por la esquina de la piscina, en busca de Santana en su lugar habitual.
Nada.
Bueno, no podía ir a la habitación de Santana. Pero podía esperar a que saliera.
Dios, soy una acosadora.
Ese pensamiento le hizo gracia y se dirigió en dirección opuesta a su habitación de esquina, con una sonrisa en su rostro. Se quitó los pantalones cortos y encontró su bikini, uno negro elegante que la jugadora de voleibol le había regalado.
Sus pechos eran pequeños, pero Casey había dicho que este traje les hacía parecer animados.
—Animados—murmuró Brittany con un movimiento de cabeza.
En fin, Casey tenía 20.
No hablaban de nada en general, así eran ellas.
Pero, maldita sea, el sexo había sido bueno.
Brittany permaneció de pie frente al espejo, mirándose a sí misma. Con su afición de bañarse desnuda, era una ventaja vivir a sólo unos pocos kilómetros de Quinn Fabray y su piscina alimentada por un manantial.
Brittany la utilizaba casi todos los días.
Acarició su estómago y notó que no estaba tan delgada como solía estar. Se volteó hacia los lados, con un suspiro de alivio.
—No estás gorda.
No, el bikini le quedaba muy bien.
Silenciosamente agradeció a Casey por el regalo, sin estar segura si a ella le importaría o no que lo usara para seducir a otra mujer.
Intento de seducir, se corrigió.
Y estaba desperdiciando tiempo.
Agarró una toalla y una de las botellas de loción. De camino a la piscina, se detuvo en la oficina de Marley para robarle una botella de agua fría de la nevera.
Marley estaba hablando por teléfono y sólo saludó con la mano.
—Ella no va a presentar una queja—insistió Brittany—Al menos no lo creo—robó una papa frita del plato de Marley—Y no es como si hubiera planeado quedarme ahí toda la noche.
—Por favor, no hagas que me despidan.
—Ella es linda.
—Claro. Pero no es tu tipo—dijo Marley.
—Oh, lo sé. Pero ¿viste su cuerpo?
—Lo hice. Es lo único en ella que es tu tipo—dijo Marley con una sonrisa.
—Sí. No parece del tipo de un romance de verano—dijo Brittany—Pero puedo intentarlo. Al menos, me da algo que hacer—se comió el último bocado de su hamburguesa y arrugó el envoltorio —¿Así que tú y Kitty van a la fiesta del lago?
—¿En el Conch Hotel? Kurt nos invitó, sí ¿Cuándo hablaste con él?
—Pasé por ahí ayer antes de encontrarme con ustedes para la cena—arqueó las cejas —¿Así que vas?
—¿Y tú?
Brittany se encogió de hombros.
—Hoy es mi cumpleaños. Kurt al menos lo recordó así que supongo que debería aparecer. Él tiene este 'nuevo fabuloso plato jumbo que es para morirse'—imitó Brittany.
Marley se echó a reír.
—Él es como una reina. Literalmente. Ahora está haciendo espectáculos travestis ¿te lo dijo?
Brittany asintió.
Kurt Hummel tenía la edad de Marley y todos habían ido juntos a la secundaria. Siempre había sido extravagante y nunca se disculpó por ello.
Se metían con él en la escuela, por supuesto, pero eso nunca le disuadió. Kurt era una de las personas más inteligentes que había conocido y pudo haber logrado cualquier cosa, pero estaba demasiado arraigado en el escenario como para abandonarla.
Había trabajado en los hoteles de la isla desde que había cumplido los dieciocho años.
Este era su tercer año como gerente en el Conch. De hecho, era él quien tenía a Marley interesada en el negocio.
—¿Cuáles son tus planes para la tarde?—preguntó Marley—Y por favor, no digas que estarás haciendo más acecho.
—Probablemente voy a pasar el rato en la piscina—dijo mientras miraba por la ventana de la oficina de Marley.
Santana aún tenía que hacer acto de presencia.
—Tal vez caminar por el lago y chapotear.
—Por favor, compórtate—advirtió Marley.
—Me siento atraída por ella ¿Qué puedo decir?—Brittany se levantó y empujó la silla de visitantes cerca del escritorio de Marley.
—Puedes decir que no harás algo estúpido—Marley tiró los restos de su hamburguesa a la basura—Gracias por el almuerzo. Tal vez nos veamos esta noche en la Conch.
—Sip. Nos vemos, hermanita.
Cuando había dejado a Santana temprano esa mañana, Brittany seguía sintiéndose exhausta y se fue a su habitación con la intención de tomar una rápida siesta en una cama de verdad.
Había durado hasta las 10:30.
Después de una ducha y una taza de café, estaba lista para disfrutar de otro día en el lago. Pero cuando Santana no apareció en la piscina, había decidido invitar el almuerzo a Marley.
Ahora, con toda la tarde delante de ella, se asomó por la esquina de la piscina, en busca de Santana en su lugar habitual.
Nada.
Bueno, no podía ir a la habitación de Santana. Pero podía esperar a que saliera.
Dios, soy una acosadora.
Ese pensamiento le hizo gracia y se dirigió en dirección opuesta a su habitación de esquina, con una sonrisa en su rostro. Se quitó los pantalones cortos y encontró su bikini, uno negro elegante que la jugadora de voleibol le había regalado.
Sus pechos eran pequeños, pero Casey había dicho que este traje les hacía parecer animados.
—Animados—murmuró Brittany con un movimiento de cabeza.
En fin, Casey tenía 20.
No hablaban de nada en general, así eran ellas.
Pero, maldita sea, el sexo había sido bueno.
Brittany permaneció de pie frente al espejo, mirándose a sí misma. Con su afición de bañarse desnuda, era una ventaja vivir a sólo unos pocos kilómetros de Quinn Fabray y su piscina alimentada por un manantial.
Brittany la utilizaba casi todos los días.
Acarició su estómago y notó que no estaba tan delgada como solía estar. Se volteó hacia los lados, con un suspiro de alivio.
—No estás gorda.
No, el bikini le quedaba muy bien.
Silenciosamente agradeció a Casey por el regalo, sin estar segura si a ella le importaría o no que lo usara para seducir a otra mujer.
Intento de seducir, se corrigió.
Y estaba desperdiciando tiempo.
Agarró una toalla y una de las botellas de loción. De camino a la piscina, se detuvo en la oficina de Marley para robarle una botella de agua fría de la nevera.
Marley estaba hablando por teléfono y sólo saludó con la mano.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Quiero brittana@-@ algo bueno$-$
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
holap mprra,..
m gusta lo acosadora que es britt,.. por ahora de buena manera,..
me gusto lo de ir a ver la luna y todo eso jajaja
a ver que pasa ahora!!! va haciendo bien el trajo britt,..
nos vemos!!!
m gusta lo acosadora que es britt,.. por ahora de buena manera,..
me gusto lo de ir a ver la luna y todo eso jajaja
a ver que pasa ahora!!! va haciendo bien el trajo britt,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Susii escribió:Quiero brittana@-@ algo bueno$-$
Hola, jajajaajaj si yo! pero ya vamosss, paso a paso... aunk espero que sea este cap xD jajajajaja. Saludos =D
3:) escribió:holap mprra,..
m gusta lo acosadora que es britt,.. por ahora de buena manera,..
me gusto lo de ir a ver la luna y todo eso jajaja
a ver que pasa ahora!!! va haciendo bien el trajo britt,..
nos vemos!!!
Hola lu, jajajaaj xD jajaaj quien no quisiera ser acosada por britt¿? ajajajajajajaj. Aaaa si son tan tiernas... aunk no lo sepan jajajajajaa. Bueno eso lo veremos en este cap! aunk yo creo q si lo esta haciendo jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 9
Capitulo 9
Santana estaba realmente decepcionada de que Brittany no estuviera en ninguna parte cuando se instaló en su sillón.
Para ser un miércoles, la piscina estaba llena y ruidosa, por lo que deseó haber traído su iPod. En su lugar, encendió su Kindle y abrió el último libro de la serie a la que había estado enganchada durante años.
Tratando de perderse en la historia, ignoró la risa y la charla de las mujeres a su alrededor, pero no pudo evitar echar un vistazo de vez en cuando, con la esperanza de que la cabeza rubia de Brittany hiciera acto de presencia.
Agradece que te esté dejando en paz.
Realmente no me gusta, pensó Santana.
Brittany era demasiado… demasiado espontánea para ella.
A Santana le gustaba su vida organizada. Le gustaba tener planes y agendas.
Como estas vacaciones.
Mercedes había querido que las tomara la misma semana cuando le habló sobre Rainbow Island Resort. Había tardado casi un mes de planificación y la revisión reiterada de su horario antes de sentirse lo suficientemente cómoda como para hacer la reserva.
Por supuesto, se alegraba de que finalmente las hubiera tomado.
Se estaba relajando.
Se estaba recargando.
Realmente se estaba divirtiendo.
Bueno, se había divertido anoche.
Luego de haber superado el shock inicial de que alguien hubiera golpeado a su puerta a mitad de la noche.
Levantó la mirada, justo a tiempo para ver una cara familiar dirigiéndose hacia ella. Trató de no mirar fijamente, pero Jesús, Brittany se veía bien en bikini. Agradecida de que sus ojos estuvieran cubiertos por sus gafas de sol, hizo gran demostración de que estaba leyendo su libro.
—Como si no hubiera notado que me estabas mirando—dijo Brittany con una sonrisa fácil.
Acercó una tumbona y se dejó caer.
—¿Mirando qué?
—Oh, por favor—Brittany se acercó más—¿Qué estás leyendo? ¿Uno de esos libros de romance lésbico con mucho sexo caliente?
Santana negó con la cabeza.
—Kay Scarpetta.
—He leído algunos—dijo Brittany—Pero… el día se está desperdiciando—bajó sus largas piernas de la tumbona y se levantó tan rápidamente como se había sentado—Vamos al lago.
—No lo creo—dijo Santana sosteniendo su Kindle.
—Vamos, será divertido—de su toalla Brittany sacó un disco volador—Vamos a jugar.
—¿Frisbee?—Santana negó con la cabeza—No recuerdo la última vez que lancé uno. No estoy segura que sepa hacerlo.
—¿Y? vamos a jugar.
Santana vaciló.
Sería divertido jugar en el lago. Pero no era una persona de esas, se recordó.
Pero ver a Brittany de pie usando casi nada, su cuerpo delgado y bronceado, le hizo querer convertirse en una persona de esas.
Dios, ¿qué demonios me pasa?
—Vamos. Es mi cumpleaños. Pásalo conmigo.
¿Cómo podía decir no a eso?
Dios, ¿qué había en esta mujer que le sacaba de su elemento con tanta facilidad?
Apagó su Kindle y lo guardó en su bolso, consciente de la sonrisa triunfal en el rostro de Brittany mientras ella asentía.
—Grandioso. Agarra un par de toallas.
Santana lo hizo y siguió a Brittany lejos de la piscina y hacia el paseo en el algo, así como lo habían hecho la noche anterior.
El lago no estaba muy lleno, pero había gente alrededor.
Brittany las condujo por un largo camino, encontrando un lugar para ellas solas.
—Con las vacaciones de verano de las escuelas, el lago se vuelve loca—dijo Brittany—Entonces trato de mantenerme alejada.
—¿Era aquí donde solías venir cuando estabas más joven?
—A veces. Pero Padre Island National Seashore está más cerca de Corpus, así que generalmente íbamos allá. O al parque nacional… Mustang Island.
Brittany extendió su toalla y Santana hizo lo mismo, manteniendo un poco de espacio entre ellas.
Todo lo que Brittany había traído con ella era el Frisbee y una botella de agua.
Y, por supuesto, su loción.
Brittany notó su mirada en la loción y la sostuvo en alto.
—¿Necesitas que ponga un poco en tu espalda? No quiero que te quemes, ya sabes.
—¿Tienes un fetiche por la loción?
Brittany le regaló una sonrisa coqueta.
—No. Tengo un fetiche de 'Quiero tocar tu suave piel’.
Santana se rio, pero sacudió la cabeza ante la loción.
—Estoy bien, por ahora.
—Bueno, vamos entonces. Vamos a mojarnos.
Brittany hizo un trote lento hacia el agua, con Frisbee en mano.
Santana vaciló.
Probablemente habría un montón de… cosas en el agua. Medusas, por ejemplo.
—Vamos, San—Brittany le llamó cuando ya estaba en el agua—Va a ser divertido.
Es el bikini, se dijo.
Esa era la única razón por la que estaba haciendo esto.
Así que se dirigió en dirección a Brittany, haciendo una pausa cuando sus pies descalzos tocaron el agua. Estaba más fresca de lo que había imaginado, entró hasta las rodillas, sintiendo el tirón y empuje de las olas.
Se echó a reír cuando una ola alta llegó a su cintura, casi tumbándola.
Brittany se alejó de ella, sosteniendo el alto el Frisbee. Santana asintió, preguntándose si aún recordaba cómo atrapar la maldita cosa. Pero Brittany lo lanzó suavemente y Santana lo agarró en el aire. Brittany aplaudió como si Santana hubiese hecho un touchdown.
—No puedo tirarlo—advirtió Santana.
—Inténtalo.
Santana lo hizo.
El disco se deslizó alto y hacia la derecha, aterrizando en el lago. Brittany corrió tras él y Santana se quedó mirándola mientras corría.
—Aquí va— gritó Brittany y lo arrojó nuevamente.
Ese lanzamiento fue un poco más difícil, pero directo a ella. Santana usó ambas manos para asegurarlo. Se inclinó un poco para lanzarlo, tratando de lograr algo de giro en el disco. Estuvo mucho mejor y Brittany se encontró con las olas para atraparlo.
Una vez más Santana le miró, sus ojos pegados a la escasa cubierta del bikini.
Lanzaron el disco de un lado a otro, ambas empapadas mientras corrían en el agua.
Santana no podía recordar la última vez que había jugado así. Se estaba divirtiendo más de lo que se había divertido en años.
Brittany finalmente puso fin a su juego, lanzando el disco volador cerca de sus toallas antes de sumergirse en las olas.
Santana le observó mientras nadaba un poco lejos, dejando que las olas le hundieran para luego salir nuevamente. Parecía divertido y Santana se sintió aventurera. Así que se adentró, saltando sobre las dos primeras olas hasta que el agua le llegó a la cintura, luego buceó bajo el agua tanto como lo había hecho Brittany.
Era una buena nadadora… nadaba casi a diario en su piscina cuando el tiempo se lo permitía, pero el lago era totalmente diferente.
Cuando llegó a donde no tocaba fondo, casi entró en pánico. Pero Brittany nadó cerca de ella, sonriendo tranquilizadoramente.
—Está bien. Montemos en esta—dijo Brittany.
Se relajó, tomando la mano ofrecida y nadó hacia la orilla.
Sintió alivio cuando sus pies tocaron fondo nuevamente. Salió del agua, alisando su cabello y colocándolo detrás de su rostro y sonrió al sol.
—Dios mío, qué divertido—dijo Santana.
—Sí que lo fue—aceptó Brittany cuando se dejó caer en su toalla con los brazos extendidos a los costados.
Santana intentó no mirar mientras se dejaba caer en su propia toalla.
No sabía que estaba mal con ella.
No es como si no hubiera visto a una mujer en bikini anteriormente. De hecho, varias en la piscina vestían bikinis. Aunque, tenía que admitirlo, ninguna de ellas lo llenaban tan perfectamente como Brittany lo hacía.
—Así que contadora ¿huh?
Santana giró su cabeza hacia un lado.
—Sí.
—Entonces ¿de dónde eres?
Santana sonrió.
—Podrías ser una acosadora ¿Realmente crees que te voy a decir dónde vivo?
Brittany también sonrió.
—Muy justo.
Santana pretendió simplemente quedarse quieta y disfrutar del sol, pero la curiosidad pudo más que ella.
—¿Y tú?
—¿Qué hay de mí?
—¿Qué haces?…cuando no estás acechando mujeres—añadió Santana y Brittany se rio.
—Soy pintora.
—¿Pintora? ¿Una artista?
—No, no. Una pintora. Ya sabes, cubo de pintura, brochas, casas, paredes y esas cosas.
—Oh.
Santana no estaba segura sobre que esperar, pero una… una pintora no era lo que esperaba. Honestamente podía decir que nunca antes había salido con una pintora.
Por supuesto, esto no era una cita ni nada por el estilo.
Pero aun así.
Una pintora.
Está bien, estaba juzgando.
Lo admitió.
Estaba acostumbrada a las mujeres profesionales.
No a las… obreras.
Volteó su cabeza, avergonzada por sus pensamientos.
No acabo de pensar eso ¿o sí?
Sí, lo había hecho y se sintió muy mal al respecto.
No había nada de malo con ser pintora.
Estuvo a punto de pedirle disculpas a Brittany por sus pensamientos cuando
Brittany se sentó.
—Está bien, mira, no hay nada sexual en esto en absoluto—dijo Brittany levantando el protector solar—Pero vas a empezar a arder. Permíteme aplicarte un poco sobre tu espalda. Ni siquiera tendrás tiempo para excitarte.
Santana arqueó una ceja.
—¿Excitarme? Como si frotando loción en mi piel harás que me excite.
Brittany le ofreció lo que sólo podía ser descrito como una sonrisa sexy.
—No me tientes a demostrar lo contrario.
Su mirada era intensa y Santana finalmente aceptó el reto.
Su piel se sentía caliente, pero no estaba segura de sí era por el sol o el atrevimiento de Brittany.
—Supongo que estoy un poco… tibia.
Una vez más, esa sonrisa sexy.
—Estás más que tibia, San. Estás caliente. Muy caliente.
Santana se echó a reír.
—Dios ¿dónde sacas esas líneas?
Brittany sonrió.
—¿Qué? ¿Demasiado?
—Sí.
Brittany hizo un gesto con su dedo.
—Date la vuelta.
Santana hizo lo que le dijo, esperando mientras Brittany rociaba loción en su palma. Cerró los ojos cuando Brittany le tocó, la mano se deslizó con suavidad por sus hombros y su espalda superior.
Podía sentir el calor de su piel y la loción se sintió muy bien, admitió ella.
Por supuesto, no estaba segura de sí era la loción lo que se sentía bien o simplemente, las suaves manos de Brittany tocándola.
—Ahora gira de esta manera.
Santana lo hizo, viendo como los dedos de Brittany, cubiertos de loción, frotaban sus brazos.
—¿Ves?…nada sensual en esto—dijo Brittany—Pero podrías haber llegado aquí por ti misma, supongo.
Santana estuvo a punto de responder cuando los dedos de Brittany rozaron suavemente el costado de su pecho.
Brittany se detuvo al instante y sus ojos se encontraron.
—Te lo juro, eso fue un accidente—dijo Brittany.
—Claro que lo fue.
—En serio. Si hubiera sido intencional, habría hecho un mejor trabajo.
Santana se echó a reír.
—Está bien.
Brittany se acercó y frotó su nariz con la loción que queda en sus dedos.
—No quiero que se queme.
Con sus ojos aún fijos en los de ella, las palabras que salieron de la boca de Santana fueron dichas mucho antes que tuviera el tiempo de considerarlas.
—¿Quieres que lo haga en tu espalda?
—Cariño, me gustaría que lo hicieras mucho más que en mi espalda—dijo Brittany con una sonrisa descarada.
—Entonces…
—Oh ¿Te refieres a la loción? Eso también sería genial.
Santana se dijo a sí misma que sólo estaban jugando, bromeando.
Nada más.
Así que se acercó más, puso una cantidad generosa de protector solar en su palma. Esperó hasta que Brittany le dio la espalda, luego extendió la mano, tocando ligeramente los hombros de Brittany, frotando sus manos en círculos suaves mientras extendía la loción sobre su piel.
No debió haberse sentido tan bien… tan sensual… pero lo hizo.
Cuando sus dedos rozaron la suave piel de Brittany, se le ocurrió que había pasado más de un año desde que había tocado a otra mujer. No se había dado cuenta de lo mucho que había extrañado la intimidad de tocar a alguien.
Por supuesto, no había nada íntimo acerca de esto, se recordó.
Casi no conocía a esta mujer y simplemente estaban poniendo loción donde la otra no podía alcanzar. No era como si fuera un juego previo, ni nada por el estilo.
Sin embargo, sus manos continuaron su trabajo desde la espalda de Brittany hasta los hombros y los brazos. Estaba casi hipnotizada mientras lo hacía y admitió que sí, estaba un poco excitada.
Ese pensamiento le hizo detener sus movimientos, alejando su mano del hombro de Brittany.
—Dios, eso se sintió muy bien—murmuró Brittany—Apuesto a que das grandes masajes en la espalda.
Santana limpió la crema restante en sus propias piernas.
—Honestamente, creo que jamás he dado un masaje en la espalda—dijo Santana.
Brittany se acostó de lado, frente a Santana, aún con una sonrisa en su rostro.
—Podríamos remediar eso, ya sabes.
Santana también se acostó, pero rodó sobre su espalda.
—Ya que no hay nadie en mi vida para darle masajes en la espalda, no veo el punto en la práctica—dijo a la ligera.
—¿Por qué nunca le diste masaje a…? ¿Cuál era su nombre?
—Elaine.
—Sí, Elaine ¿No le gustaban?
—No creo que alguna vez haya surgido la oportunidad—dijo Santana.
Se mordió el labio inferior mientras recordaba su vida sexual.
Había sido buena.
Satisfactoria.
Sin embargo, no tanto al final.
No pudo precisar cuándo había cambiado. El último año de su relación había sido… bueno, más bien árido.
Echó la culpa a sus horarios.
Le echó la culpa a un montón de cosas.
Pero nunca echó la culpa al hecho que se estaban alejando.
Eso no había pasado por su cabeza. Hasta el día de hoy, se preguntaba si todavía estarían juntas si no hubiera pillado a Elaine en la cama con Dani.
—¿Todavía la extrañas?—preguntó Brittany, sus palabras sinceras y sin bromas.
Santana volteó la cabeza hacia un lado y la miró.
—No, en realidad no. Al principio, extrañaba tener una compañera, ya sabes. Y te dije que era chef. Extrañaba su manera de cocinar—dijo con una sonrisa—Pero después que todo terminó, descubrí algunas cosas sobre ella que no había sido capaz de ver cuando estuvimos juntas.
—¿Cómo qué?
—Como que usa a las mujeres para tener un lugar agradable donde vivir y finge estar enamorada de ellas—las palabras sonaron amargas, como supuso deberían—Lo siento.
—¿Estuvieron juntas durante cuánto tiempo? ¿Cinco años? Eso es mucho tiempo para fingir—dijo Brittany—De su parte, quiero decir.
—Sí, lo es. Supongo que por eso me estaba engañando. Dani no fue la primera. Y si no las hubiera atrapado en la cama, dudo que habría sido la última.
—Así que la echaste. Entonces ¿qué?
—Comenzó a salir con una abogada, una mujer con la que una vez salí. Se fue a vivir con ella poco después de eso.
Brittany rio en voz baja.
—En realidad… el 'entonces qué' era por ti.
—Oh. Bueno, entonces nada. Odio a las mujeres, recuerdas.
—¿Así que no has tenido citas?
—No. Y no planeo hacerlo.
—Sólo tienes 32. Es demasiado pronto para renunciar a las citas—dijo Brittany.
—31… gracias—corrigió Santana—¿Y qué hay de ti?
—¿Qué hay de mí?
—¿Estás soltera?
Brittany volvió a reír.
—Debo estar haciendo un trabajo terrible coqueteando si piensas que estoy involucrada con alguien.
—Bueno, como me ha demostrado mi reciente experiencia, estar involucrada con alguien no importa—dijo Santana.
—Pero no soy culpable de eso—dijo Brittany—Nunca he estado en una relación real. Salía en la universidad. Y parece que todavía estoy saliendo con estudiantes universitarias. Sin embargo ellas tienden a graduarse y seguir adelante. No hay tiempo para una relación.
—¿A sí que fuiste a la universidad?
—Claro.
—¿Fue ahí donde aprendiste a pintar?
Brittany rio una vez más y a Santana le encantó el sonido de la misma.
—No.
Fue todo lo que dijo mientras también rodaba sobre su espalda.
Permanecieron calladas y Santana escuchó el sonido de las olas, las gaviotas, los sonidos lejanos de las risas que venían de otros en el lago.
No tenía idea de cuánto tiempo habían estado fuera, pero había sido una de las tardes más agradables que jamás había pasado en mucho, mucho tiempo.
—Gracias—dijo Santana.
—¿Por qué?
—Me divertí mucho hoy.
Brittany asintió.
—Sí, es divertido jugar en el lago.
—No puedo ni siquiera comenzar a decirte la última vez que jugué Frisbee—dijo Santana.
—También eres muy buena. Cuando dijiste que eras contadora, tenía miedo que ni siquiera supieras lo que era un Frisbee—bromeó Brittany.
Santana sonrió sin ofenderse.
—Bueno, eres mucho mejor que yo. Me di cuenta que eres una atleta.
Brittany se giró de lado y se apoyó sobre un codo, con los ojos bailando con diversión.
—Como sabes, soy pintora. Estoy afuera, subiendo y bajando por las escaleras. Y nado mucho—movió sus cejas—Nado desnuda. Soy muy ágil y flexible—continuó ella—También juego en un equipo de softball—sonrió ampliamente—¿Te he dicho que soy flexible?
Santana rió en voz alta, pero no se atrevió a contestar.
Brittany se sentó sin dejar de sonreír.
—En ese sentido, debemos recoger—dijo Brittany—Creo que he tenido suficiente sol por hoy.
Santana también se sentó.
—Una ducha fría suena bien.
—Una cerveza fría suena bien—respondió Brittany.
Recogieron sus toallas y luego caminaron a través de la arena hacia el paseo del algo dirigiéndose a la zona de la piscina.
Santana se atrevió a asomarse en la piscina semiprivada de ropa opcional. Cuatro mujeres estaban ahí, dos en la piscina y dos descansando en dos sillas.
Las dos estaban descansando con los senos al descubierto.
Se dio la vuelta rápidamente, sonrojándose cuando Brittany dejó escapar una risa ligera.
—¿Quieres unirte a ellas?
—No, no quiero—dijo Santana rápidamente.
Estaba a punto de sugerir que se despidieran cuando Brittany sugirió algo completamente distinto.
—Ven conmigo esta noche.
Santana levantó las cejas.
—¿Salir?
—Cena temprana. Al atardecer.
Santana vaciló.
Sí, había tenido un día maravilloso y había disfrutado de la compañía de Brittany inmensamente.
Pero cena al atardecer sonaba como… bueno, no una cena normal en un restaurante.
A medida que conocía mejor a Brittany, aprendía que no había mucho de normal en ella.
Al menos, no lo que Santana percibía como normal.
—Ya hemos pasado la mayor parte del día juntas—dijo Santana.
Brittany asintió.
—Si ¿No fue genial?
Santana seguía dudando.
—Es tu cumpleaños—dijo Santana—¿No hay alguien con quien prefieras pasarlo?
La sonrisa de Brittany fue lenta y bueno… sexy.
—En este mismo momento, no puedo pensar en otra alma con la que prefiera pasarlo—entonces su sonrisa sexy fue sustituida por una auténtica—Además, he escuchado que pronto será tu cumpleaños. Debemos celebrarlo juntas.
—¿Deberíamos?
Brittany asintió.
—Entonces ¿qué me dices? El hotel al final del camino…—señaló Brittany—Tienen su espectáculo semanal de mariscos en el lago para sus huéspedes.
Santana se quedó mirándole fijamente.
—Pero nosotras no somos sus huéspedes—
—Oh, lo sé. Vamos a colarnos. Será divertido.
—Um… no—dijo Santana con una rápida sacudida de cabeza—No voy a colarme en la fiesta de otro hotel. Podríamos meternos en problemas.
Brittany se echó a reír.
—No vamos a meternos en problemas.
—No. No voy a hacerlo.
Brittany dio un paso más cerca de ella.
Tan cerca que si no hubiera estado sosteniendo su toalla frente a ella sus muslos se hubiesen rozado.
Fue un gesto íntimo y trató de no dejar que Brittany supiera cómo le estaba afectando su cercanía.
—No tengas miedo de arriesgarte—dijo Brittany—El resultado puede sorprenderte.
Santana no estaba segura de si todavía estaban hablando de la cena o no, pero cayó rendida en sus ojos… esos ojos que no eran ni azules ni celestes, quizás un punto intermedio.
Cayó rendida en ellos y no pudo evitarlo.
—Vamos, Sanny. Será divertido.
Las suaves palabras, la nueva forma de decir su nombre, no mucho más que un susurro, resonaron en su mente.
Arriesgarte.
Será divertido.
Sanny.
Tal vez era la manera como sonaba su nombre cuando Brittany lo decía, pero fue incapaz de resistirse a su oferta. Así que en contra de su mejor juicio, asintió con su cabeza.
—Está bien. Iré contigo.
La sonrisa de Brittany fue contagiosa y Santana la devolvió.
—¡Grandioso! Te veré aquí abajo a las seis y media—dijo Brittany.
Se volteó para irse, pero se detuvo.
—Es en el lago. Casual.
Santana asintió y la observó mientras se alejaba.
Sí.
Casual.
No era una cita para una cena normal con una de sus amigas profesionales… conservadoras y reservadas… con las que normalmente salía.
Tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, mientras caminaba hacia el ascensor que la llevaría a su habitación.
Brittany era tan diferente a cualquier persona con la que alguna vez hubiera pasado tiempo, era refrescante.
Estaba algo fuera de su elemento… colarse en fiestas era algo que nunca había hecho. Pero después de un día de diversión en el lago, no estaba realmente preparada para terminar su tiempo juntas.
Eso le sorprendió.
Porque se había dicho muchas veces que Brittany no era su tipo.
En absoluto.
Cuando el viejo ascensor se sacudió al subir, una lenta sonrisa se extendió por su rostro.
No era su tipo, no.
Pero definitivamente se veía bien en bikini.
Se convenció a sí misma que era la única razón por la que iba a salir con Brittany.
Para ser un miércoles, la piscina estaba llena y ruidosa, por lo que deseó haber traído su iPod. En su lugar, encendió su Kindle y abrió el último libro de la serie a la que había estado enganchada durante años.
Tratando de perderse en la historia, ignoró la risa y la charla de las mujeres a su alrededor, pero no pudo evitar echar un vistazo de vez en cuando, con la esperanza de que la cabeza rubia de Brittany hiciera acto de presencia.
Agradece que te esté dejando en paz.
Realmente no me gusta, pensó Santana.
Brittany era demasiado… demasiado espontánea para ella.
A Santana le gustaba su vida organizada. Le gustaba tener planes y agendas.
Como estas vacaciones.
Mercedes había querido que las tomara la misma semana cuando le habló sobre Rainbow Island Resort. Había tardado casi un mes de planificación y la revisión reiterada de su horario antes de sentirse lo suficientemente cómoda como para hacer la reserva.
Por supuesto, se alegraba de que finalmente las hubiera tomado.
Se estaba relajando.
Se estaba recargando.
Realmente se estaba divirtiendo.
Bueno, se había divertido anoche.
Luego de haber superado el shock inicial de que alguien hubiera golpeado a su puerta a mitad de la noche.
Levantó la mirada, justo a tiempo para ver una cara familiar dirigiéndose hacia ella. Trató de no mirar fijamente, pero Jesús, Brittany se veía bien en bikini. Agradecida de que sus ojos estuvieran cubiertos por sus gafas de sol, hizo gran demostración de que estaba leyendo su libro.
—Como si no hubiera notado que me estabas mirando—dijo Brittany con una sonrisa fácil.
Acercó una tumbona y se dejó caer.
—¿Mirando qué?
—Oh, por favor—Brittany se acercó más—¿Qué estás leyendo? ¿Uno de esos libros de romance lésbico con mucho sexo caliente?
Santana negó con la cabeza.
—Kay Scarpetta.
—He leído algunos—dijo Brittany—Pero… el día se está desperdiciando—bajó sus largas piernas de la tumbona y se levantó tan rápidamente como se había sentado—Vamos al lago.
—No lo creo—dijo Santana sosteniendo su Kindle.
—Vamos, será divertido—de su toalla Brittany sacó un disco volador—Vamos a jugar.
—¿Frisbee?—Santana negó con la cabeza—No recuerdo la última vez que lancé uno. No estoy segura que sepa hacerlo.
—¿Y? vamos a jugar.
Santana vaciló.
Sería divertido jugar en el lago. Pero no era una persona de esas, se recordó.
Pero ver a Brittany de pie usando casi nada, su cuerpo delgado y bronceado, le hizo querer convertirse en una persona de esas.
Dios, ¿qué demonios me pasa?
—Vamos. Es mi cumpleaños. Pásalo conmigo.
¿Cómo podía decir no a eso?
Dios, ¿qué había en esta mujer que le sacaba de su elemento con tanta facilidad?
Apagó su Kindle y lo guardó en su bolso, consciente de la sonrisa triunfal en el rostro de Brittany mientras ella asentía.
—Grandioso. Agarra un par de toallas.
Santana lo hizo y siguió a Brittany lejos de la piscina y hacia el paseo en el algo, así como lo habían hecho la noche anterior.
El lago no estaba muy lleno, pero había gente alrededor.
Brittany las condujo por un largo camino, encontrando un lugar para ellas solas.
—Con las vacaciones de verano de las escuelas, el lago se vuelve loca—dijo Brittany—Entonces trato de mantenerme alejada.
—¿Era aquí donde solías venir cuando estabas más joven?
—A veces. Pero Padre Island National Seashore está más cerca de Corpus, así que generalmente íbamos allá. O al parque nacional… Mustang Island.
Brittany extendió su toalla y Santana hizo lo mismo, manteniendo un poco de espacio entre ellas.
Todo lo que Brittany había traído con ella era el Frisbee y una botella de agua.
Y, por supuesto, su loción.
Brittany notó su mirada en la loción y la sostuvo en alto.
—¿Necesitas que ponga un poco en tu espalda? No quiero que te quemes, ya sabes.
—¿Tienes un fetiche por la loción?
Brittany le regaló una sonrisa coqueta.
—No. Tengo un fetiche de 'Quiero tocar tu suave piel’.
Santana se rio, pero sacudió la cabeza ante la loción.
—Estoy bien, por ahora.
—Bueno, vamos entonces. Vamos a mojarnos.
Brittany hizo un trote lento hacia el agua, con Frisbee en mano.
Santana vaciló.
Probablemente habría un montón de… cosas en el agua. Medusas, por ejemplo.
—Vamos, San—Brittany le llamó cuando ya estaba en el agua—Va a ser divertido.
Es el bikini, se dijo.
Esa era la única razón por la que estaba haciendo esto.
Así que se dirigió en dirección a Brittany, haciendo una pausa cuando sus pies descalzos tocaron el agua. Estaba más fresca de lo que había imaginado, entró hasta las rodillas, sintiendo el tirón y empuje de las olas.
Se echó a reír cuando una ola alta llegó a su cintura, casi tumbándola.
Brittany se alejó de ella, sosteniendo el alto el Frisbee. Santana asintió, preguntándose si aún recordaba cómo atrapar la maldita cosa. Pero Brittany lo lanzó suavemente y Santana lo agarró en el aire. Brittany aplaudió como si Santana hubiese hecho un touchdown.
—No puedo tirarlo—advirtió Santana.
—Inténtalo.
Santana lo hizo.
El disco se deslizó alto y hacia la derecha, aterrizando en el lago. Brittany corrió tras él y Santana se quedó mirándola mientras corría.
—Aquí va— gritó Brittany y lo arrojó nuevamente.
Ese lanzamiento fue un poco más difícil, pero directo a ella. Santana usó ambas manos para asegurarlo. Se inclinó un poco para lanzarlo, tratando de lograr algo de giro en el disco. Estuvo mucho mejor y Brittany se encontró con las olas para atraparlo.
Una vez más Santana le miró, sus ojos pegados a la escasa cubierta del bikini.
Lanzaron el disco de un lado a otro, ambas empapadas mientras corrían en el agua.
Santana no podía recordar la última vez que había jugado así. Se estaba divirtiendo más de lo que se había divertido en años.
Brittany finalmente puso fin a su juego, lanzando el disco volador cerca de sus toallas antes de sumergirse en las olas.
Santana le observó mientras nadaba un poco lejos, dejando que las olas le hundieran para luego salir nuevamente. Parecía divertido y Santana se sintió aventurera. Así que se adentró, saltando sobre las dos primeras olas hasta que el agua le llegó a la cintura, luego buceó bajo el agua tanto como lo había hecho Brittany.
Era una buena nadadora… nadaba casi a diario en su piscina cuando el tiempo se lo permitía, pero el lago era totalmente diferente.
Cuando llegó a donde no tocaba fondo, casi entró en pánico. Pero Brittany nadó cerca de ella, sonriendo tranquilizadoramente.
—Está bien. Montemos en esta—dijo Brittany.
Se relajó, tomando la mano ofrecida y nadó hacia la orilla.
Sintió alivio cuando sus pies tocaron fondo nuevamente. Salió del agua, alisando su cabello y colocándolo detrás de su rostro y sonrió al sol.
—Dios mío, qué divertido—dijo Santana.
—Sí que lo fue—aceptó Brittany cuando se dejó caer en su toalla con los brazos extendidos a los costados.
Santana intentó no mirar mientras se dejaba caer en su propia toalla.
No sabía que estaba mal con ella.
No es como si no hubiera visto a una mujer en bikini anteriormente. De hecho, varias en la piscina vestían bikinis. Aunque, tenía que admitirlo, ninguna de ellas lo llenaban tan perfectamente como Brittany lo hacía.
—Así que contadora ¿huh?
Santana giró su cabeza hacia un lado.
—Sí.
—Entonces ¿de dónde eres?
Santana sonrió.
—Podrías ser una acosadora ¿Realmente crees que te voy a decir dónde vivo?
Brittany también sonrió.
—Muy justo.
Santana pretendió simplemente quedarse quieta y disfrutar del sol, pero la curiosidad pudo más que ella.
—¿Y tú?
—¿Qué hay de mí?
—¿Qué haces?…cuando no estás acechando mujeres—añadió Santana y Brittany se rio.
—Soy pintora.
—¿Pintora? ¿Una artista?
—No, no. Una pintora. Ya sabes, cubo de pintura, brochas, casas, paredes y esas cosas.
—Oh.
Santana no estaba segura sobre que esperar, pero una… una pintora no era lo que esperaba. Honestamente podía decir que nunca antes había salido con una pintora.
Por supuesto, esto no era una cita ni nada por el estilo.
Pero aun así.
Una pintora.
Está bien, estaba juzgando.
Lo admitió.
Estaba acostumbrada a las mujeres profesionales.
No a las… obreras.
Volteó su cabeza, avergonzada por sus pensamientos.
No acabo de pensar eso ¿o sí?
Sí, lo había hecho y se sintió muy mal al respecto.
No había nada de malo con ser pintora.
Estuvo a punto de pedirle disculpas a Brittany por sus pensamientos cuando
Brittany se sentó.
—Está bien, mira, no hay nada sexual en esto en absoluto—dijo Brittany levantando el protector solar—Pero vas a empezar a arder. Permíteme aplicarte un poco sobre tu espalda. Ni siquiera tendrás tiempo para excitarte.
Santana arqueó una ceja.
—¿Excitarme? Como si frotando loción en mi piel harás que me excite.
Brittany le ofreció lo que sólo podía ser descrito como una sonrisa sexy.
—No me tientes a demostrar lo contrario.
Su mirada era intensa y Santana finalmente aceptó el reto.
Su piel se sentía caliente, pero no estaba segura de sí era por el sol o el atrevimiento de Brittany.
—Supongo que estoy un poco… tibia.
Una vez más, esa sonrisa sexy.
—Estás más que tibia, San. Estás caliente. Muy caliente.
Santana se echó a reír.
—Dios ¿dónde sacas esas líneas?
Brittany sonrió.
—¿Qué? ¿Demasiado?
—Sí.
Brittany hizo un gesto con su dedo.
—Date la vuelta.
Santana hizo lo que le dijo, esperando mientras Brittany rociaba loción en su palma. Cerró los ojos cuando Brittany le tocó, la mano se deslizó con suavidad por sus hombros y su espalda superior.
Podía sentir el calor de su piel y la loción se sintió muy bien, admitió ella.
Por supuesto, no estaba segura de sí era la loción lo que se sentía bien o simplemente, las suaves manos de Brittany tocándola.
—Ahora gira de esta manera.
Santana lo hizo, viendo como los dedos de Brittany, cubiertos de loción, frotaban sus brazos.
—¿Ves?…nada sensual en esto—dijo Brittany—Pero podrías haber llegado aquí por ti misma, supongo.
Santana estuvo a punto de responder cuando los dedos de Brittany rozaron suavemente el costado de su pecho.
Brittany se detuvo al instante y sus ojos se encontraron.
—Te lo juro, eso fue un accidente—dijo Brittany.
—Claro que lo fue.
—En serio. Si hubiera sido intencional, habría hecho un mejor trabajo.
Santana se echó a reír.
—Está bien.
Brittany se acercó y frotó su nariz con la loción que queda en sus dedos.
—No quiero que se queme.
Con sus ojos aún fijos en los de ella, las palabras que salieron de la boca de Santana fueron dichas mucho antes que tuviera el tiempo de considerarlas.
—¿Quieres que lo haga en tu espalda?
—Cariño, me gustaría que lo hicieras mucho más que en mi espalda—dijo Brittany con una sonrisa descarada.
—Entonces…
—Oh ¿Te refieres a la loción? Eso también sería genial.
Santana se dijo a sí misma que sólo estaban jugando, bromeando.
Nada más.
Así que se acercó más, puso una cantidad generosa de protector solar en su palma. Esperó hasta que Brittany le dio la espalda, luego extendió la mano, tocando ligeramente los hombros de Brittany, frotando sus manos en círculos suaves mientras extendía la loción sobre su piel.
No debió haberse sentido tan bien… tan sensual… pero lo hizo.
Cuando sus dedos rozaron la suave piel de Brittany, se le ocurrió que había pasado más de un año desde que había tocado a otra mujer. No se había dado cuenta de lo mucho que había extrañado la intimidad de tocar a alguien.
Por supuesto, no había nada íntimo acerca de esto, se recordó.
Casi no conocía a esta mujer y simplemente estaban poniendo loción donde la otra no podía alcanzar. No era como si fuera un juego previo, ni nada por el estilo.
Sin embargo, sus manos continuaron su trabajo desde la espalda de Brittany hasta los hombros y los brazos. Estaba casi hipnotizada mientras lo hacía y admitió que sí, estaba un poco excitada.
Ese pensamiento le hizo detener sus movimientos, alejando su mano del hombro de Brittany.
—Dios, eso se sintió muy bien—murmuró Brittany—Apuesto a que das grandes masajes en la espalda.
Santana limpió la crema restante en sus propias piernas.
—Honestamente, creo que jamás he dado un masaje en la espalda—dijo Santana.
Brittany se acostó de lado, frente a Santana, aún con una sonrisa en su rostro.
—Podríamos remediar eso, ya sabes.
Santana también se acostó, pero rodó sobre su espalda.
—Ya que no hay nadie en mi vida para darle masajes en la espalda, no veo el punto en la práctica—dijo a la ligera.
—¿Por qué nunca le diste masaje a…? ¿Cuál era su nombre?
—Elaine.
—Sí, Elaine ¿No le gustaban?
—No creo que alguna vez haya surgido la oportunidad—dijo Santana.
Se mordió el labio inferior mientras recordaba su vida sexual.
Había sido buena.
Satisfactoria.
Sin embargo, no tanto al final.
No pudo precisar cuándo había cambiado. El último año de su relación había sido… bueno, más bien árido.
Echó la culpa a sus horarios.
Le echó la culpa a un montón de cosas.
Pero nunca echó la culpa al hecho que se estaban alejando.
Eso no había pasado por su cabeza. Hasta el día de hoy, se preguntaba si todavía estarían juntas si no hubiera pillado a Elaine en la cama con Dani.
—¿Todavía la extrañas?—preguntó Brittany, sus palabras sinceras y sin bromas.
Santana volteó la cabeza hacia un lado y la miró.
—No, en realidad no. Al principio, extrañaba tener una compañera, ya sabes. Y te dije que era chef. Extrañaba su manera de cocinar—dijo con una sonrisa—Pero después que todo terminó, descubrí algunas cosas sobre ella que no había sido capaz de ver cuando estuvimos juntas.
—¿Cómo qué?
—Como que usa a las mujeres para tener un lugar agradable donde vivir y finge estar enamorada de ellas—las palabras sonaron amargas, como supuso deberían—Lo siento.
—¿Estuvieron juntas durante cuánto tiempo? ¿Cinco años? Eso es mucho tiempo para fingir—dijo Brittany—De su parte, quiero decir.
—Sí, lo es. Supongo que por eso me estaba engañando. Dani no fue la primera. Y si no las hubiera atrapado en la cama, dudo que habría sido la última.
—Así que la echaste. Entonces ¿qué?
—Comenzó a salir con una abogada, una mujer con la que una vez salí. Se fue a vivir con ella poco después de eso.
Brittany rio en voz baja.
—En realidad… el 'entonces qué' era por ti.
—Oh. Bueno, entonces nada. Odio a las mujeres, recuerdas.
—¿Así que no has tenido citas?
—No. Y no planeo hacerlo.
—Sólo tienes 32. Es demasiado pronto para renunciar a las citas—dijo Brittany.
—31… gracias—corrigió Santana—¿Y qué hay de ti?
—¿Qué hay de mí?
—¿Estás soltera?
Brittany volvió a reír.
—Debo estar haciendo un trabajo terrible coqueteando si piensas que estoy involucrada con alguien.
—Bueno, como me ha demostrado mi reciente experiencia, estar involucrada con alguien no importa—dijo Santana.
—Pero no soy culpable de eso—dijo Brittany—Nunca he estado en una relación real. Salía en la universidad. Y parece que todavía estoy saliendo con estudiantes universitarias. Sin embargo ellas tienden a graduarse y seguir adelante. No hay tiempo para una relación.
—¿A sí que fuiste a la universidad?
—Claro.
—¿Fue ahí donde aprendiste a pintar?
Brittany rio una vez más y a Santana le encantó el sonido de la misma.
—No.
Fue todo lo que dijo mientras también rodaba sobre su espalda.
Permanecieron calladas y Santana escuchó el sonido de las olas, las gaviotas, los sonidos lejanos de las risas que venían de otros en el lago.
No tenía idea de cuánto tiempo habían estado fuera, pero había sido una de las tardes más agradables que jamás había pasado en mucho, mucho tiempo.
—Gracias—dijo Santana.
—¿Por qué?
—Me divertí mucho hoy.
Brittany asintió.
—Sí, es divertido jugar en el lago.
—No puedo ni siquiera comenzar a decirte la última vez que jugué Frisbee—dijo Santana.
—También eres muy buena. Cuando dijiste que eras contadora, tenía miedo que ni siquiera supieras lo que era un Frisbee—bromeó Brittany.
Santana sonrió sin ofenderse.
—Bueno, eres mucho mejor que yo. Me di cuenta que eres una atleta.
Brittany se giró de lado y se apoyó sobre un codo, con los ojos bailando con diversión.
—Como sabes, soy pintora. Estoy afuera, subiendo y bajando por las escaleras. Y nado mucho—movió sus cejas—Nado desnuda. Soy muy ágil y flexible—continuó ella—También juego en un equipo de softball—sonrió ampliamente—¿Te he dicho que soy flexible?
Santana rió en voz alta, pero no se atrevió a contestar.
Brittany se sentó sin dejar de sonreír.
—En ese sentido, debemos recoger—dijo Brittany—Creo que he tenido suficiente sol por hoy.
Santana también se sentó.
—Una ducha fría suena bien.
—Una cerveza fría suena bien—respondió Brittany.
Recogieron sus toallas y luego caminaron a través de la arena hacia el paseo del algo dirigiéndose a la zona de la piscina.
Santana se atrevió a asomarse en la piscina semiprivada de ropa opcional. Cuatro mujeres estaban ahí, dos en la piscina y dos descansando en dos sillas.
Las dos estaban descansando con los senos al descubierto.
Se dio la vuelta rápidamente, sonrojándose cuando Brittany dejó escapar una risa ligera.
—¿Quieres unirte a ellas?
—No, no quiero—dijo Santana rápidamente.
Estaba a punto de sugerir que se despidieran cuando Brittany sugirió algo completamente distinto.
—Ven conmigo esta noche.
Santana levantó las cejas.
—¿Salir?
—Cena temprana. Al atardecer.
Santana vaciló.
Sí, había tenido un día maravilloso y había disfrutado de la compañía de Brittany inmensamente.
Pero cena al atardecer sonaba como… bueno, no una cena normal en un restaurante.
A medida que conocía mejor a Brittany, aprendía que no había mucho de normal en ella.
Al menos, no lo que Santana percibía como normal.
—Ya hemos pasado la mayor parte del día juntas—dijo Santana.
Brittany asintió.
—Si ¿No fue genial?
Santana seguía dudando.
—Es tu cumpleaños—dijo Santana—¿No hay alguien con quien prefieras pasarlo?
La sonrisa de Brittany fue lenta y bueno… sexy.
—En este mismo momento, no puedo pensar en otra alma con la que prefiera pasarlo—entonces su sonrisa sexy fue sustituida por una auténtica—Además, he escuchado que pronto será tu cumpleaños. Debemos celebrarlo juntas.
—¿Deberíamos?
Brittany asintió.
—Entonces ¿qué me dices? El hotel al final del camino…—señaló Brittany—Tienen su espectáculo semanal de mariscos en el lago para sus huéspedes.
Santana se quedó mirándole fijamente.
—Pero nosotras no somos sus huéspedes—
—Oh, lo sé. Vamos a colarnos. Será divertido.
—Um… no—dijo Santana con una rápida sacudida de cabeza—No voy a colarme en la fiesta de otro hotel. Podríamos meternos en problemas.
Brittany se echó a reír.
—No vamos a meternos en problemas.
—No. No voy a hacerlo.
Brittany dio un paso más cerca de ella.
Tan cerca que si no hubiera estado sosteniendo su toalla frente a ella sus muslos se hubiesen rozado.
Fue un gesto íntimo y trató de no dejar que Brittany supiera cómo le estaba afectando su cercanía.
—No tengas miedo de arriesgarte—dijo Brittany—El resultado puede sorprenderte.
Santana no estaba segura de si todavía estaban hablando de la cena o no, pero cayó rendida en sus ojos… esos ojos que no eran ni azules ni celestes, quizás un punto intermedio.
Cayó rendida en ellos y no pudo evitarlo.
—Vamos, Sanny. Será divertido.
Las suaves palabras, la nueva forma de decir su nombre, no mucho más que un susurro, resonaron en su mente.
Arriesgarte.
Será divertido.
Sanny.
Tal vez era la manera como sonaba su nombre cuando Brittany lo decía, pero fue incapaz de resistirse a su oferta. Así que en contra de su mejor juicio, asintió con su cabeza.
—Está bien. Iré contigo.
La sonrisa de Brittany fue contagiosa y Santana la devolvió.
—¡Grandioso! Te veré aquí abajo a las seis y media—dijo Brittany.
Se volteó para irse, pero se detuvo.
—Es en el lago. Casual.
Santana asintió y la observó mientras se alejaba.
Sí.
Casual.
No era una cita para una cena normal con una de sus amigas profesionales… conservadoras y reservadas… con las que normalmente salía.
Tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, mientras caminaba hacia el ascensor que la llevaría a su habitación.
Brittany era tan diferente a cualquier persona con la que alguna vez hubiera pasado tiempo, era refrescante.
Estaba algo fuera de su elemento… colarse en fiestas era algo que nunca había hecho. Pero después de un día de diversión en el lago, no estaba realmente preparada para terminar su tiempo juntas.
Eso le sorprendió.
Porque se había dicho muchas veces que Brittany no era su tipo.
En absoluto.
Cuando el viejo ascensor se sacudió al subir, una lenta sonrisa se extendió por su rostro.
No era su tipo, no.
Pero definitivamente se veía bien en bikini.
Se convenció a sí misma que era la única razón por la que iba a salir con Brittany.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Mmmm$-$ hay avances...me gusta*-* jhvsk a ver que sale de su cita casual skhzj
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
lo que un bikini y la flexibilidad de Britt pueden hacer. esta poniendo patas arriba el mundo de santana.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Susii escribió:Mmmm$-$ hay avances...me gusta*-* jhvsk a ver que sale de su cita casual skhzj
Hola, jajaaj vamos paso a paso jajajajajaja, pero cada vez mas cerca, no¿? jajajajajj. De lo mejor, mejor jajajaja... espero jajajaja. Saludos =D
marthagr81@yahoo.es escribió:lo que un bikini y la flexibilidad de Britt pueden hacer. esta poniendo patas arriba el mundo de santana.
Hola, jajajaajajaja xD jajaajajajaj milagros, milagros jajajajaajajajaj. Ufff y a quien no¿? jajajaja. Pobre san XD jajajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 10
Capitulo 10
Brittany no había tenido la intención de tomar una siesta.
No, simplemente iba a acostarse un rato y descansar.
Se había quitado el bikini y se dirigía a la ducha cuando miró la cama. Las sábanas estaban frescas. El aire acondicionado estaba bajo.
No tuvo ninguna oportunidad.
Saltó a la ducha el tiempo suficiente para enjuagarse la arena y luego cayó en la cama.
Después de lo que parecieron horas, se incorporó de un salto, parpadeando varias veces para despejar su cabeza.
La cena con Santana.
Se levantó de un salto, agarrando su teléfono. Dejó escapar un suspiro de alivio.
Sólo eran las 5:45.
Nunca había sido una de tomar siestas, le echó la culpa al lago y al sol… y a la diversión. En los últimos años, había estado tan ocupada con el negocio, que realmente no había tomado tiempo para divertirse.
Los viajes a la laguna con su papá y pasar el tiempo con Quinn y Rachel en su piscina de manantial, eran los pocos momentos destacados de diversión que había disfrutado últimamente.
Bueno, sin incluir a la jugadora de voleibol.
Pero esa era una diversión completamente diferente, notó ella.
Y me estoy haciendo demasiado vieja para mantener ese ritmo, pensó ella.
—Sí, volteando una nueva página a los 25—dijo con una sonrisa, sabiendo que era una mentira.
En fin… ¿qué estaba tratando de hacer con Santana?
Se apresuró en su ducha, aunque tomó tiempo para afeitarse las piernas. No es que estuviera siendo presuntuosa, se dijo a sí misma.
Sólo por si acaso.
Nunca traía nada con ella más que pantalones cortos y vaqueros y este viaje no fue diferente. Y estaba demasiado caluroso para vaqueros, así que seleccionó su mejor par de pantalones cortos color caqui y una camisa verde azulada oscura.
Contempló intercambiar sus chanclas favoritas por sandalias, pero rápidamente descartó esa idea mientras las deslizaba en sus pies. Con dos minutos de sobra, guardó su teléfono y agarró la llave de su habitación, luego se apresuró hacia la puerta.
Pasó por la oficina, pero Marley ya se había ido.
Dobló la esquina de la piscina y se detuvo en seco.
Santana, vestida con pantalones cortos blancos y una blusa azul, estaba esperando con una atractiva sonrisa en su rostro.
A pesar de que Brittany había visto a Santana con nada más que un bikini… y una camiseta de dormir cuando vieron la luna, se veía absolutamente grandiosa en ropa de verano.
Brittany parpadeó varias veces, observando cómo el color de la blusa de Santana resaltaba el color de sus ojos. Pronunció las palabras que estaban retumbando en su mente.
—Eres hermosa.
La sonrisa de Santana nunca vaciló.
—Gracias. Esperaba que esto no fuera demasiado informal.
—No, no. Perfecto.
Brittany les guio nuevamente al paseo y hacia el lago.
La Conch estaba a sólo unos pocos cientos de metros más abajo, un paseo fácil. Se quitó sus chanclas tan pronto llegaron a la arena y Santana siguió su ejemplo, quitándose también sus sandalias.
—Hoy me divertí mucho jugando—dijo Santana—Gracias.
—Yo también. De hecho, me agotaste. Tuve que tomar una siesta en la tarde—dijo Brittany.
Santana rio en voz baja.
—Sí, yo también.
Brittany sonrió con picardía.
—Bien. Entonces ambas estamos muy descansadas. Puede que tengamos que hacer de esto una noche larga.
—¿Oh?
—Y a sabes. Otro día más de luna de medianoche.
Santana volvió a reír.
—¿Piensas golpear otra vez a mi puerta a media noche?
—Bueno, puede que no tenga que hacerlo—Brittany sonrió—Esta es una cita, ya sabes.
—¿Una cita?—Santana negó con la cabeza—Um… no. No recuerdo haber acordado una cita.
—Claro que lo hiciste. Dije: '¿Qué tal una cena temprana?' Y tu dijiste: 'Me encantaría' Entonces dije: 'Genial, es una cita'… o algo así—añadió rápidamente.
—Estoy bastante segura que no fue así—dijo Santana.
—¿No? Bueno, así es como lo recuerdo—dijo Brittany y golpeó su hombro ligeramente mientras caminaban—En fin… ahora es demasiado tarde. Ya es una cita.
Santana no dijo nada, pero Brittany notó que una sonrisa seguía en su rostro.
Así que sí… podría ser una cita.
La conversación cesó mientras caminaban, con sólo un comentario ocasional sobre una golondrina buceando en el mar y una pequeña bandada de pelícanos blancos que ya sobrevolaban la zona con sus enormes alas extendidas para atrapar la luz del sol menguante.
Sin embargo, no habría ninguna vista de una puesta de sol desde aquí.
La parte trasera de la isla impedía cualquier vista de la bahía y el reflejo del sol.
—Aquí vamos—dijo Brittany cuando la Conch apareció a la vista—Ahora recuerda… nos estamos colando—dijo con un dejo de conspiración en su voz.
—No puedo creer que esté haciendo esto—dijo Santana—¿Estás segura que no vamos a meternos en problemas?
—Sólo si nos pillan—dijo con una risa rápida.
Entrelazó sus dedos con los de Santana y la llevó casualmente más allá de las dunas como si tuvieran todo el derecho de estar ahí.
Habían colocado mesas en la arena y una cadena de luces de colores colgaba de las palmeras. Jimmy Buffett estaba cantando sobre una rubia desconocida y una máquina de margarita estaba girando su bondadoso contenido congelado.
—Oh, sí—murmuró Brittany—Mi tipo de fiesta.
La mesa del buffet apenas estaba siendo servida mientras los camareros traían varios platos de marisco.
Brittany le echó un vistazo al camarón y su boca se hizo agua.
—¿Has visto ese enorme plato de camarones fritos?
Brittany frotó sus manos en anticipación, provocando la risa de Santana.
—¿Esa es tu debilidad?
—Eso… y… bueno, obviamente tú en bikini—dijo Brittany con un guiño.
Estuvo complacida por el ligero rubor que iluminó el rostro de Santana.
—Voy a ver si puedo robar una margarita ¿Quieres una?
—Claro.
Antes que pudiera volverse, vio a su amigo Kurt caminando hacia ella. Se inclinó más cerca de Santana.
—Parece que nos han descubierto—susurró Brittany.
Kurt caminó resueltamente hacia ellas y Santana se acercó a Brittany como buscando protección.
Era alto y delgado, esta noche vestía pantalones blancos holgados y una camisa color turquesa. Tenía un ceño apropiado en su rostro.
—¿Colándote en la fiesta nuevamente?
Brittany se encogió de hombros.
—Olí los camarones a una milla de distancia.
—Pensé que había sido la máquina de margarita la que te había atraído.
—Eso también.
Finalmente Kurt sonrió y le dio un abrazo rápido.
—Me alegra que hayas venido.
Brittany se echó a reír.
—Gracias.
Santana la miró con recelo.
—Así que colarse en una fiesta ¿huh?
Brittany sonrió.
—Bueno, puede que tuviera una invitación—señaló a Kurt—Te presento a Kurt Hummel, un viejo y querido amigo. Kurt, te presento a mi nueva amiga, San, Santana… algo.
Kurt no se molestó con un apretón de manos. Le abrazó como si fueran viejos amigos.
—Encantado de conocerte, Santana… algo—él miró a Brittany con una ceja levantada.
—En realidad no hemos intercambiado apellidos—explicó Brittany.
—Oh. Un romance anónimo de vacaciones—él sonrió—Me gusta.
Santana negó con la cabeza.
—No, no. No es un romance.
—Todavía no—replicó Brittany y miró a Kurt—Ella cree que soy una acosadora.
—¿No lo eres?—preguntó Santana, su boca insinuando una sonrisa.
—Sólo me gustó tu bikini.
Kurt rio y negó con el dedo.
—Santana es tan adorable. Imagino que la estabas adulando—se puso de pie entre ellas y entrelazó los brazos con los de ella—Ahora, vamos por una bebida. Tienes que probar el jumbo. Lo he preparado yo mismo—dijo él.
—¿Eres chef?—preguntó Santana.
—Él piensa que es chef—dijo Brittany.
—Ten cuidado amiga mía, o te prohibiré la mesa de camarones—advirtió Kurt y se volvió a Santana—No un chef, no. Dirijo el hotel. Pero hago una excelente jumbo—dijo—Como soy el jefe, no me pueden echar de la cocina.
—La ex de San es chef—suministró Brittany.
—¿En serio? ¿Sabes eso pero no sabes su apellido?
Él agarró dos vasos de plástico y llenó cada uno de la máquina de margarita antes de entregarlos.
—Tal vez necesitas mejorar tus modales de cabecera—dijo él.
Brittany sonrió a Santana.
—Sí, estoy esperando que ella tenga oportunidad de conocer mis modales de cabecera—bromeó ella.
—Gracias—dijo Santana mientras tomaba un sorbo de la bebida—Está muy bueno.
—El gusto es mío. Ahora, ustedes dos disfruten de los productos del mar—dijo él—Debo mezclarme. Te encontraré en tu mesa más tarde—se volteó para irse, pero se detuvo—¿Y Marley? Conocí a la nueva mujer en su vida. Kitty. Es muy agradable. Dijeron que iban a tratar de venir.
—Sí, dijo que lo harían—dijo Brittany.
—Grandioso. Entonces celebraremos juntos tu cumpleaños—dijo él y desapareció en una multitud de invitados.
Brittany les alejó de la máquina de margarita después de chocar sus vasos. Puso el ojo en el plato de camarones a través del cuarto cuando encontró una mesa vacía.
—¿Quién es Marley?—preguntó Santana.
—Mi hermana. Hermanastra, realmente—aclaró Brittany.
Sacó una silla para Santana antes de sentarse ella misma.
—Yo tenía cinco años cuando mi mamá se volvió a casar. Marley es un año mayor que yo. Ella y Kurt estaban en el mismo grado en la escuela.
Santana asintió.
—¿Y es una coincidencia que la gerente del Rainbow Island Resort también se llame Marley?
Brittany se detuvo a medio beber, su mente luchando por conseguir una explicación.
Ninguna llegó.
Pero la mirada en los ojos de Santana era de diversión, no de molestia.
Bajó su bebida con una sonrisa tímida en su rostro.
—Bueno, puede que sean la misma persona—dijo Brittany con cuidado—De hecho, lo son.
—¿Así que así fue como conseguiste mi número de habitación?
—Tuve que sonsacárselo—dijo Brittany rápidamente—Quiero decir, hay reglas de privacidad, ya sabes.
Santana se echó a reír.
—¿Y haces eso a menudo? ¿Sonsacarle números de habitación?
—No. En serio. Esta fue la primera vez—Brittany se acercó más—Te lo estoy diciendo, es tu bikini. Y quiero tanto quitártelo—dijo Brittany con voz baja, esperando no haber excedido el límite.
Con los codos sobre la mesa, Santana apoyó la barbilla en sus manos, deslizando la mirada a través del rostro de Brittany.
Brittany se encontró con su mirada, el oscuro de sus ojos un tanto atenuado por la tenue iluminación. Pero no había ni siquiera un atisbo de enojo en sus ojos.
Todo lo contrario, notó ella.
—No eres mi tipo en absoluto, lo sabes—dijo Santana en voz baja.
—Por lo que has dicho—Brittany sonrió ligeramente—Pero me encuentras encantadora e irresistible ¿verdad?
Santana también sonrió.
—Algo así, sí.
—Grandioso. Así que si me voy y traigo de regreso un enorme plato de camarones ¿favorecería eso mi caso o no?
—Diría que eso sin duda favorecería tu caso—dijo Santana—También me encanta el camarón.
—Mi tipo de chica—dijo Brittany mientras se levantaba—Tienen todo tipo de cosas, no sólo camarones. Almejas, cangrejos, pescado frito. Y por supuesto… jumbo.
—No me enloquecen las almejas, pero me gusta el pescado—dijo Santana—Puedo ayudarte—ofreció ella.
—No, está bien. Cuida nuestra mesa. Ya regreso.
Brittany se apresuró con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Así que Santana pensaba que era encantadora e irresistible.
Sí, la noche sin duda estaba mejorando.
No, simplemente iba a acostarse un rato y descansar.
Se había quitado el bikini y se dirigía a la ducha cuando miró la cama. Las sábanas estaban frescas. El aire acondicionado estaba bajo.
No tuvo ninguna oportunidad.
Saltó a la ducha el tiempo suficiente para enjuagarse la arena y luego cayó en la cama.
Después de lo que parecieron horas, se incorporó de un salto, parpadeando varias veces para despejar su cabeza.
La cena con Santana.
Se levantó de un salto, agarrando su teléfono. Dejó escapar un suspiro de alivio.
Sólo eran las 5:45.
Nunca había sido una de tomar siestas, le echó la culpa al lago y al sol… y a la diversión. En los últimos años, había estado tan ocupada con el negocio, que realmente no había tomado tiempo para divertirse.
Los viajes a la laguna con su papá y pasar el tiempo con Quinn y Rachel en su piscina de manantial, eran los pocos momentos destacados de diversión que había disfrutado últimamente.
Bueno, sin incluir a la jugadora de voleibol.
Pero esa era una diversión completamente diferente, notó ella.
Y me estoy haciendo demasiado vieja para mantener ese ritmo, pensó ella.
—Sí, volteando una nueva página a los 25—dijo con una sonrisa, sabiendo que era una mentira.
En fin… ¿qué estaba tratando de hacer con Santana?
Se apresuró en su ducha, aunque tomó tiempo para afeitarse las piernas. No es que estuviera siendo presuntuosa, se dijo a sí misma.
Sólo por si acaso.
Nunca traía nada con ella más que pantalones cortos y vaqueros y este viaje no fue diferente. Y estaba demasiado caluroso para vaqueros, así que seleccionó su mejor par de pantalones cortos color caqui y una camisa verde azulada oscura.
Contempló intercambiar sus chanclas favoritas por sandalias, pero rápidamente descartó esa idea mientras las deslizaba en sus pies. Con dos minutos de sobra, guardó su teléfono y agarró la llave de su habitación, luego se apresuró hacia la puerta.
Pasó por la oficina, pero Marley ya se había ido.
Dobló la esquina de la piscina y se detuvo en seco.
Santana, vestida con pantalones cortos blancos y una blusa azul, estaba esperando con una atractiva sonrisa en su rostro.
A pesar de que Brittany había visto a Santana con nada más que un bikini… y una camiseta de dormir cuando vieron la luna, se veía absolutamente grandiosa en ropa de verano.
Brittany parpadeó varias veces, observando cómo el color de la blusa de Santana resaltaba el color de sus ojos. Pronunció las palabras que estaban retumbando en su mente.
—Eres hermosa.
La sonrisa de Santana nunca vaciló.
—Gracias. Esperaba que esto no fuera demasiado informal.
—No, no. Perfecto.
Brittany les guio nuevamente al paseo y hacia el lago.
La Conch estaba a sólo unos pocos cientos de metros más abajo, un paseo fácil. Se quitó sus chanclas tan pronto llegaron a la arena y Santana siguió su ejemplo, quitándose también sus sandalias.
—Hoy me divertí mucho jugando—dijo Santana—Gracias.
—Yo también. De hecho, me agotaste. Tuve que tomar una siesta en la tarde—dijo Brittany.
Santana rio en voz baja.
—Sí, yo también.
Brittany sonrió con picardía.
—Bien. Entonces ambas estamos muy descansadas. Puede que tengamos que hacer de esto una noche larga.
—¿Oh?
—Y a sabes. Otro día más de luna de medianoche.
Santana volvió a reír.
—¿Piensas golpear otra vez a mi puerta a media noche?
—Bueno, puede que no tenga que hacerlo—Brittany sonrió—Esta es una cita, ya sabes.
—¿Una cita?—Santana negó con la cabeza—Um… no. No recuerdo haber acordado una cita.
—Claro que lo hiciste. Dije: '¿Qué tal una cena temprana?' Y tu dijiste: 'Me encantaría' Entonces dije: 'Genial, es una cita'… o algo así—añadió rápidamente.
—Estoy bastante segura que no fue así—dijo Santana.
—¿No? Bueno, así es como lo recuerdo—dijo Brittany y golpeó su hombro ligeramente mientras caminaban—En fin… ahora es demasiado tarde. Ya es una cita.
Santana no dijo nada, pero Brittany notó que una sonrisa seguía en su rostro.
Así que sí… podría ser una cita.
La conversación cesó mientras caminaban, con sólo un comentario ocasional sobre una golondrina buceando en el mar y una pequeña bandada de pelícanos blancos que ya sobrevolaban la zona con sus enormes alas extendidas para atrapar la luz del sol menguante.
Sin embargo, no habría ninguna vista de una puesta de sol desde aquí.
La parte trasera de la isla impedía cualquier vista de la bahía y el reflejo del sol.
—Aquí vamos—dijo Brittany cuando la Conch apareció a la vista—Ahora recuerda… nos estamos colando—dijo con un dejo de conspiración en su voz.
—No puedo creer que esté haciendo esto—dijo Santana—¿Estás segura que no vamos a meternos en problemas?
—Sólo si nos pillan—dijo con una risa rápida.
Entrelazó sus dedos con los de Santana y la llevó casualmente más allá de las dunas como si tuvieran todo el derecho de estar ahí.
Habían colocado mesas en la arena y una cadena de luces de colores colgaba de las palmeras. Jimmy Buffett estaba cantando sobre una rubia desconocida y una máquina de margarita estaba girando su bondadoso contenido congelado.
—Oh, sí—murmuró Brittany—Mi tipo de fiesta.
La mesa del buffet apenas estaba siendo servida mientras los camareros traían varios platos de marisco.
Brittany le echó un vistazo al camarón y su boca se hizo agua.
—¿Has visto ese enorme plato de camarones fritos?
Brittany frotó sus manos en anticipación, provocando la risa de Santana.
—¿Esa es tu debilidad?
—Eso… y… bueno, obviamente tú en bikini—dijo Brittany con un guiño.
Estuvo complacida por el ligero rubor que iluminó el rostro de Santana.
—Voy a ver si puedo robar una margarita ¿Quieres una?
—Claro.
Antes que pudiera volverse, vio a su amigo Kurt caminando hacia ella. Se inclinó más cerca de Santana.
—Parece que nos han descubierto—susurró Brittany.
Kurt caminó resueltamente hacia ellas y Santana se acercó a Brittany como buscando protección.
Era alto y delgado, esta noche vestía pantalones blancos holgados y una camisa color turquesa. Tenía un ceño apropiado en su rostro.
—¿Colándote en la fiesta nuevamente?
Brittany se encogió de hombros.
—Olí los camarones a una milla de distancia.
—Pensé que había sido la máquina de margarita la que te había atraído.
—Eso también.
Finalmente Kurt sonrió y le dio un abrazo rápido.
—Me alegra que hayas venido.
Brittany se echó a reír.
—Gracias.
Santana la miró con recelo.
—Así que colarse en una fiesta ¿huh?
Brittany sonrió.
—Bueno, puede que tuviera una invitación—señaló a Kurt—Te presento a Kurt Hummel, un viejo y querido amigo. Kurt, te presento a mi nueva amiga, San, Santana… algo.
Kurt no se molestó con un apretón de manos. Le abrazó como si fueran viejos amigos.
—Encantado de conocerte, Santana… algo—él miró a Brittany con una ceja levantada.
—En realidad no hemos intercambiado apellidos—explicó Brittany.
—Oh. Un romance anónimo de vacaciones—él sonrió—Me gusta.
Santana negó con la cabeza.
—No, no. No es un romance.
—Todavía no—replicó Brittany y miró a Kurt—Ella cree que soy una acosadora.
—¿No lo eres?—preguntó Santana, su boca insinuando una sonrisa.
—Sólo me gustó tu bikini.
Kurt rio y negó con el dedo.
—Santana es tan adorable. Imagino que la estabas adulando—se puso de pie entre ellas y entrelazó los brazos con los de ella—Ahora, vamos por una bebida. Tienes que probar el jumbo. Lo he preparado yo mismo—dijo él.
—¿Eres chef?—preguntó Santana.
—Él piensa que es chef—dijo Brittany.
—Ten cuidado amiga mía, o te prohibiré la mesa de camarones—advirtió Kurt y se volvió a Santana—No un chef, no. Dirijo el hotel. Pero hago una excelente jumbo—dijo—Como soy el jefe, no me pueden echar de la cocina.
—La ex de San es chef—suministró Brittany.
—¿En serio? ¿Sabes eso pero no sabes su apellido?
Él agarró dos vasos de plástico y llenó cada uno de la máquina de margarita antes de entregarlos.
—Tal vez necesitas mejorar tus modales de cabecera—dijo él.
Brittany sonrió a Santana.
—Sí, estoy esperando que ella tenga oportunidad de conocer mis modales de cabecera—bromeó ella.
—Gracias—dijo Santana mientras tomaba un sorbo de la bebida—Está muy bueno.
—El gusto es mío. Ahora, ustedes dos disfruten de los productos del mar—dijo él—Debo mezclarme. Te encontraré en tu mesa más tarde—se volteó para irse, pero se detuvo—¿Y Marley? Conocí a la nueva mujer en su vida. Kitty. Es muy agradable. Dijeron que iban a tratar de venir.
—Sí, dijo que lo harían—dijo Brittany.
—Grandioso. Entonces celebraremos juntos tu cumpleaños—dijo él y desapareció en una multitud de invitados.
Brittany les alejó de la máquina de margarita después de chocar sus vasos. Puso el ojo en el plato de camarones a través del cuarto cuando encontró una mesa vacía.
—¿Quién es Marley?—preguntó Santana.
—Mi hermana. Hermanastra, realmente—aclaró Brittany.
Sacó una silla para Santana antes de sentarse ella misma.
—Yo tenía cinco años cuando mi mamá se volvió a casar. Marley es un año mayor que yo. Ella y Kurt estaban en el mismo grado en la escuela.
Santana asintió.
—¿Y es una coincidencia que la gerente del Rainbow Island Resort también se llame Marley?
Brittany se detuvo a medio beber, su mente luchando por conseguir una explicación.
Ninguna llegó.
Pero la mirada en los ojos de Santana era de diversión, no de molestia.
Bajó su bebida con una sonrisa tímida en su rostro.
—Bueno, puede que sean la misma persona—dijo Brittany con cuidado—De hecho, lo son.
—¿Así que así fue como conseguiste mi número de habitación?
—Tuve que sonsacárselo—dijo Brittany rápidamente—Quiero decir, hay reglas de privacidad, ya sabes.
Santana se echó a reír.
—¿Y haces eso a menudo? ¿Sonsacarle números de habitación?
—No. En serio. Esta fue la primera vez—Brittany se acercó más—Te lo estoy diciendo, es tu bikini. Y quiero tanto quitártelo—dijo Brittany con voz baja, esperando no haber excedido el límite.
Con los codos sobre la mesa, Santana apoyó la barbilla en sus manos, deslizando la mirada a través del rostro de Brittany.
Brittany se encontró con su mirada, el oscuro de sus ojos un tanto atenuado por la tenue iluminación. Pero no había ni siquiera un atisbo de enojo en sus ojos.
Todo lo contrario, notó ella.
—No eres mi tipo en absoluto, lo sabes—dijo Santana en voz baja.
—Por lo que has dicho—Brittany sonrió ligeramente—Pero me encuentras encantadora e irresistible ¿verdad?
Santana también sonrió.
—Algo así, sí.
—Grandioso. Así que si me voy y traigo de regreso un enorme plato de camarones ¿favorecería eso mi caso o no?
—Diría que eso sin duda favorecería tu caso—dijo Santana—También me encanta el camarón.
—Mi tipo de chica—dijo Brittany mientras se levantaba—Tienen todo tipo de cosas, no sólo camarones. Almejas, cangrejos, pescado frito. Y por supuesto… jumbo.
—No me enloquecen las almejas, pero me gusta el pescado—dijo Santana—Puedo ayudarte—ofreció ella.
—No, está bien. Cuida nuestra mesa. Ya regreso.
Brittany se apresuró con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Así que Santana pensaba que era encantadora e irresistible.
Sí, la noche sin duda estaba mejorando.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
tanto hablar de camaron me ha dado tanta hambre. espero que esta noche sea reveladora para las dos.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
Shdkd yo pense que iban a colarse de verdad u.u sjdvdjv
Mmm$-$ Santana no se va a poder resistir mas tiempo a los encantos de Britt *-*
Mmm$-$ Santana no se va a poder resistir mas tiempo a los encantos de Britt *-*
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
al fin brittany vencio las barreras de la desilusionada sanny, hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
holap morra,...
amo a britt y todo lo que hace por estar cerca de san jajaja
si que se divierten mucho ,...
a ver como termina la noche!!!
nos vemos!!!
amo a britt y todo lo que hace por estar cerca de san jajaja
si que se divierten mucho ,...
a ver como termina la noche!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Epílogo
marthagr81@yahoo.es escribió:tanto hablar de camaron me ha dado tanta hambre. espero que esta noche sea reveladora para las dos.
Hola, jajajaajaj me paso igual XD ajajajajajaj. Y yo! jajajaajaaj XD Saludos =D
Susii escribió:Shdkd yo pense que iban a colarse de verdad u.u sjdvdjv
Mmm$-$ Santana no se va a poder resistir mas tiempo a los encantos de Britt *-*
Hola, jajaajj esa britt, es una mentirosilla jajajaajaj. Nop, no lo creo la vrdd jajajajaaj. Saludos =D
micky morales escribió:al fin brittany vencio las barreras de la desilusionada sanny, hasta pronto!
Hola, xfin alguien logro un avance bueno en san, esperemos y siga así jajajaja. Saludos =D
3:) escribió:holap morra,...
amo a britt y todo lo que hace por estar cerca de san jajaja
si que se divierten mucho ,...
a ver como termina la noche!!!
nos vemos!!!
Hola lu, aaa sii es la mejor! ajjajajaj, todo por su san! Esk como no¿? osea se complementan de lo mejor jajajajaja. De lo mejor!... espero jaajjajaj xD Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: La Luna de Media Noche (Adaptada) Cap 11
Capitulo 11
Santana tomó un sorbo de su bebida, sus ojos siguieron a Brittany mientras se dirigía a la mesa del buffet.
Estaba fuera de su carácter, claro, pero realmente encontraba encantadora a Brittany.
Tal vez también un poco irresistible.
Decir que estaba cautivada por ella no sería un eufemismo.
¿Qué estoy haciendo?
Estaba viviendo peligrosamente, eso era.
Al menos para ella.
La mirada en los ojos de Brittany le dijo exactamente cómo quería que terminara la noche. Santana no estaba tan fuera de la realidad como parano verlo.
¿Un romance de vacaciones?
¿Se atrevería?
Habían sido unos días divertidos.
Brittany era divertida.
Era despreocupada y relajada, con una sonrisa siempre en el rostro. Era entretenida. Era espontánea. Y era atractiva y sexy y coqueteaba con tal confianza que dejaba a Santana incapaz de resistirse.
Simplemente había pasado demasiado tiempo.
Demasiado tiempo sin el toque de alguien.
Demasiado tiempo sin intimidad.
Brittany le estaba ofreciendo la oportunidad de ponerle fin a todo eso y Santana decidió que estaba dispuesta a permitirlo. El hecho que apenas conocía a la mujer era un poco inquietante.
Pero sólo un poco.
Vio como Brittany… esquivaba a un hombre que lleva tres margaritas… regresaba a la mesa con dos platos cargados con una variedad de pescados y mariscos, en su mayoría fritos.
Brittany los colocó sobre la mesa pero señaló hacia el buffet.
Brittany agarró un camarón y lo metió en su boca.
—Adelante y comienza—murmuró a través del camarón mientras se dirigía de regreso.
Santana negó con la cabeza, pero sonrió.
No… Brittany ciertamente no era como las otras mujeres con las que había salido.
Brittany no se daba aires, no pretendía ser algo que no era.
Era refrescante, en realidad.
Así que con eso, agarró su propio camarón con los dedos, renunciando a los tenedores de plástico que Brittany había arrojado sobre la mesa.
Y era tan bueno como parecía.
Brittany regresó nuevamente, esta vez con dos humeantes tazones de arroz cubiertos con jumbo espeso.
—Vi a mi hermana llegar—dijo Brittany—Espero que no te importe la compañía.
—Está bien.
Brittany se acercó más, su tono lleno de complicidad.
—Escucha, no saques a relucir el asunto del número de habitación. Marley también cree que soy una acosadora.
Si no fuera por la sonrisa alrededor de su boca, Santana habría pensado que Brittany estaba hablando en serio.
—Entonces voy a tratar de mantenerte fuera del problema—dijo mientras probaba el jumbo—Oh Dios mío, esto está bueno.
—Bueno y picante—dijo Brittany con la boca llena y luego sonrió cuando dos mujeres se acercaron.
Santana reconoció a la Marley del hotel y sonrió.
—Por favor, únete a nosotras—dijo ella—Marley.
—No sé si me recuerdas—dijo Marley tendiéndole la mano a modo de saludo.
—Sí, te recuerdo—dijo Santana.
—Esta es mi amiga… Kitty—dijo Marley señalando a la mujer bajita a su lado—Kitty, ella es Santana. Se aloja en nuestro hotel.
—Hola, Kitty—dijo Santana—Encantada de conocerte—dijo cortésmente.
Ambas sacaron las sillas y se sentaron.
—Así que tú eres la persona de la que Britt ha estado hablando una y otra vez—dijo Kitty.
Santana miró a Brittany, quien lucía un rubor apropiado.
—No he estado hablando de ti una y otra vez—dijo Brittany—Simplemente estaba explicando el color de tu bikini.
Kitty y Marley se rieron.
—¿Qué tan difícil es describir el rojo?
Santana encontró a Brittany absolutamente adorable en ese momento cuando sus ojos se encontraron.
Santana estaba sin palabras y su mirada cayó sobre los labios de Brittany. Una lenta sonrisa se formaba en esos labios y Santana la devolvió.
—Entonces ¿Qué tal está el famoso jumbo de Kurt?—preguntó Marley, rompiendo el hechizo.
—Muy bueno—dijo Santana.
—Sí. Uno de sus mejores—dijo Brittany—¿Quieres que te traiga un plato?
—¿Por qué no vas con Kitty?—sugirió Marley—También me encantaría una margarita.
Brittany se puso de pie y luego señaló con el dedo a Marley.
—Sin cuentos—advirtió Brittany.
—Estoy segura que tenemos cosas más interesantes de qué hablar que tú—dijo Marley.
Tan pronto como se fueron, Marley se acercó más.
—Britt puede llegar a ser una niña…—dijo Marley—… Espero no te haya estado molestando.
Santana negó con la cabeza.
—Ella es muy agradable, la verdad. Y demasiado encantadora para ser considerada una plaga.
Marley se acercó y le apretó el brazo.
—Supongo que ahora sabes cómo consiguió tu número de habitación. Fue muy poco profesional de mi parte, pero Britt tiene una manera de…
Santana detuvo su disculpa.
—No hay problema. Si hubiera habido un problema, hubiera ido a ti inmediatamente.
—Bueno, independientemente de tu impresión sobre ella, es inofensiva. Lo prometo.
Santana asintió.
—Disfruto de su compañía.
Antes que Marley pudiera decir más, Brittany regresó con dos tazas de jumbo.
Kitty la siguió sosteniendo dos margaritas, una de ellas la entregó a Marley.
—El buffet de mariscos se ve muy bien—dijo Kitty—Vamos a tener que conseguir un poco más tarde.
—Toma algunos de los nuestros—ofreció Santana.
Brittany agarró un camarón rápidamente.
—Sí, agarra de los nuestros—dijo Brittany mientras lo mordía.
—Tú y tus camarones—dijo Marley con un movimiento de cabeza y miró a Santana—Esta mujer puede comer su peso en camarones siempre que está aquí.
Santana miró a Brittany.
—Y ¿cuán frecuente es eso?
Brittany se encogió de hombros.
—Me gusta venir tres o cuatro veces al año, supongo— entonces sonrió—Y tú eres la primera persona con la que he cenado—Brittany vio a Marley—Díselo. Ella cree que soy una acosadora.
Marley se echó a reír.
—Le he prohibido hablar con las huéspedes en el hotel. Por alguna razón, ignoró totalmente mis reglas cuando te vio.
Fue el turno de Santana de ruborizarse.
Se encontró con la mirada de Brittany, sabiendo exactamente lo que estaba pensando.
Era el bikini.
Y por alguna razón, estuvo muy, muy agradecida de haber comprado el nuevo bikini rojo antes de este viaje.
La conversación derivó hacia muchos temas y disfrutó de la interacción fraternal entre Marley y Brittany.
Cuando Kurt se unió a ellas, los tres charlaron como los viejos amigos que eran, deleitando a Kitty y a ella con sus historias de la secundaria y más allá.
—Así que nos colamos en la piscina después de la hora. Ésta—dijo Kurt señalando a Brittany—Pensó que podía hacer una triple salto mortal desde la plataforma más alta.
Marley se echó a reír.
—¿Querrás decir un 'panzazo'?
Brittany sostuvo su dedo pulgar e índice juntos.
—Estuve así de cerca de clavarla.
—Sí. Así de cerca—dijo Kurt imitando sus dedos—De ser suspendidos—se volteó hacia Santana—No estábamos llevando exactamente trajes de baño.
Santana se echó a reír.
—¿Por qué no me sorprende?
Él también se echó a reír.
—Nunca había escuchado tantos gritos y alaridos.
—No estaba gritando—insistió Brittany.
—Oh, sí lo estabas—dijo Marley—Tuviste un moretón en el estómago durante una semana.
—Está bien. Así que tal vez grité un poco—dijo Brittany mirando a Santana—Sólo te contaron una parte. Kurt me apostó diez dólares a que no lo haría.
—Y nunca dejas pasar un desafío—dijo él—Los de limpieza escucharon tus gritos y salieron corriendo. Imaginen su sorpresa al encontrar a tres estudiantes desnudos en la piscina.
—¿Por qué no los suspendieron?—preguntó Kitty.
Kurt se echó a reír.
—Estas dos bellezas desnudas encendieron su encanto. Las chicas prometieron que no dirían que habían dejado las puertas abiertas si ellos no contaban que habíamos estado ahí nadando.
—¿Las puertas estaban sin cerrar?
—Oh, no. Britt aprendió a abrir las cerraduras en el octavo grado—dijo él.
—Sí, una de las muchas cosas útiles que mi papá me enseñó—dijo Brittany con una sonrisa.
La siguiente hora pasó rápidamente.
Kurt reemplazó sus copas de margarita con copas de vino y trajo una botella a la mesa. Todos alzaron sus copas en un brindis por el cumpleaños de Brittany.
—Nuestra niña finalmente llegó a los 25—dijo Kurt—Que este cumpleaños sea uno que siempre puedas recordar.
—Y que tengas muchos más—agregó Marley.
—Gracias. Los amo chicos—dijo Brittany—Y también un brindis por San. Su cumpleaños será en pocas semanas.
Brittany chocó su copa con la de todos ellos, haciendo una pausa para guiñarle un ojo cuando sus miradas se encontraron.
Santana se la devolvió con una sonrisa rápida.
En los pocos segundos que sus miradas se sostuvieron, se preguntó si de hecho esta sería una noche que Brittany recordaría para siempre.
Para el caso ¿sería una que ella siempre recordaría?
Después del vino, Marley y Kitty se levantaron para irse.
Las hermanas se abrazaron fuertemente y Santana les miró con envidia. Su única hermana era seis años mayor que ella y nunca habían tenido una relación cercana.
No podía imaginar tener un lazo como el que Brittany y Marley obviamente compartían.
—Encantada de conocerte—dijo Kitty—Espero volver a verte.
—Igualmente—dijo Santana—Gracias.
Marley se inclinó hacia ella.
—Puedes llamarme si Britt se va de las manos—dijo Marley con una sonrisa.
—Creo que puedo manejarla—dijo Santana.
Marley asintió.
—Sí, creo que puedes. Diviértanse ustedes dos—dijo despidiéndose con un gesto de mano mientras se iba.
Kurt se inclinó y besó la mejilla de Brittany, luego se acercó e hizo lo mismo con Santana.
—Un enorme placer conocerte, Santana. Gracias por venir.
—Gracias por permitir que nos coláramos en tu fiesta. El jumbo estuvo excelente.
Kurt Se inclinó ligeramente.
—Gracias. Buenas noches, mis amigas.
Santana sonrió a Brittany.
—Son realmente agradables. La pase muy bien.
—Grandioso. Yo también.
Santana cruzó sus manos y apoyó su barbilla sobre ellas, sin dejar de mirar a Brittany.
—¿Un buen cumpleaños?
—Hasta el momento—Brittany movió sus cejas—Podría pensar en algunas cosas que lo harían aún mejor.
Santana se preguntaba qué le había poseído cuando se acercó más, su mirada cayendo en la boca de Brittany.
—¿Sólo algunas?
—¿Quieres que las mencione todas? ¿Debería empezar con un beso? ¿Verte desnuda?
Santana tragó saliva, esperando que no estuviese perdiendo la cabeza. Trató de recordarse a sí misma que no conocía muy bien a esta mujer.
En realidad no.
No lo suficiente como para considerar pasar la noche con ella. Pero pensaba que era una buena juez del carácter como para saber que Brittany era realmente inofensiva.
Acababa de pasar dos horas con ella y sus amigos y no se habían disparado las alarmas. Frunció el ceño ligeramente mientras alejaba su mirada.
También había pensado que era una buena juez del carácter cuando comenzó su relación con Elaine.
¿Pero cómo siquiera podía compararlo con esto?
Brittany no sería nada más que un romance de vacaciones.
Miró nuevamente a Brittany, encontrándose con unos ojos confiables y honestos, francos y amistosos. Los miró fijamente sabiendo que no tenía nada que temer de ella.
Así que cedió al deseo que Brittany había estado avivando en los últimos días.
—¿Quieres… quieres regresar?—preguntó Santana, su voz haciendo alusión al nerviosismo que sentía.
Brittany asintió.
—Si estás lista.
La declaración tenía un doble significado y lo sabía. Se descubrió asintiendo ligeramente ante la mirada de Brittany.
—Sí… creo que estoy lista.
Estaba fuera de su carácter, claro, pero realmente encontraba encantadora a Brittany.
Tal vez también un poco irresistible.
Decir que estaba cautivada por ella no sería un eufemismo.
¿Qué estoy haciendo?
Estaba viviendo peligrosamente, eso era.
Al menos para ella.
La mirada en los ojos de Brittany le dijo exactamente cómo quería que terminara la noche. Santana no estaba tan fuera de la realidad como parano verlo.
¿Un romance de vacaciones?
¿Se atrevería?
Habían sido unos días divertidos.
Brittany era divertida.
Era despreocupada y relajada, con una sonrisa siempre en el rostro. Era entretenida. Era espontánea. Y era atractiva y sexy y coqueteaba con tal confianza que dejaba a Santana incapaz de resistirse.
Simplemente había pasado demasiado tiempo.
Demasiado tiempo sin el toque de alguien.
Demasiado tiempo sin intimidad.
Brittany le estaba ofreciendo la oportunidad de ponerle fin a todo eso y Santana decidió que estaba dispuesta a permitirlo. El hecho que apenas conocía a la mujer era un poco inquietante.
Pero sólo un poco.
Vio como Brittany… esquivaba a un hombre que lleva tres margaritas… regresaba a la mesa con dos platos cargados con una variedad de pescados y mariscos, en su mayoría fritos.
Brittany los colocó sobre la mesa pero señaló hacia el buffet.
Brittany agarró un camarón y lo metió en su boca.
—Adelante y comienza—murmuró a través del camarón mientras se dirigía de regreso.
Santana negó con la cabeza, pero sonrió.
No… Brittany ciertamente no era como las otras mujeres con las que había salido.
Brittany no se daba aires, no pretendía ser algo que no era.
Era refrescante, en realidad.
Así que con eso, agarró su propio camarón con los dedos, renunciando a los tenedores de plástico que Brittany había arrojado sobre la mesa.
Y era tan bueno como parecía.
Brittany regresó nuevamente, esta vez con dos humeantes tazones de arroz cubiertos con jumbo espeso.
—Vi a mi hermana llegar—dijo Brittany—Espero que no te importe la compañía.
—Está bien.
Brittany se acercó más, su tono lleno de complicidad.
—Escucha, no saques a relucir el asunto del número de habitación. Marley también cree que soy una acosadora.
Si no fuera por la sonrisa alrededor de su boca, Santana habría pensado que Brittany estaba hablando en serio.
—Entonces voy a tratar de mantenerte fuera del problema—dijo mientras probaba el jumbo—Oh Dios mío, esto está bueno.
—Bueno y picante—dijo Brittany con la boca llena y luego sonrió cuando dos mujeres se acercaron.
Santana reconoció a la Marley del hotel y sonrió.
—Por favor, únete a nosotras—dijo ella—Marley.
—No sé si me recuerdas—dijo Marley tendiéndole la mano a modo de saludo.
—Sí, te recuerdo—dijo Santana.
—Esta es mi amiga… Kitty—dijo Marley señalando a la mujer bajita a su lado—Kitty, ella es Santana. Se aloja en nuestro hotel.
—Hola, Kitty—dijo Santana—Encantada de conocerte—dijo cortésmente.
Ambas sacaron las sillas y se sentaron.
—Así que tú eres la persona de la que Britt ha estado hablando una y otra vez—dijo Kitty.
Santana miró a Brittany, quien lucía un rubor apropiado.
—No he estado hablando de ti una y otra vez—dijo Brittany—Simplemente estaba explicando el color de tu bikini.
Kitty y Marley se rieron.
—¿Qué tan difícil es describir el rojo?
Santana encontró a Brittany absolutamente adorable en ese momento cuando sus ojos se encontraron.
Santana estaba sin palabras y su mirada cayó sobre los labios de Brittany. Una lenta sonrisa se formaba en esos labios y Santana la devolvió.
—Entonces ¿Qué tal está el famoso jumbo de Kurt?—preguntó Marley, rompiendo el hechizo.
—Muy bueno—dijo Santana.
—Sí. Uno de sus mejores—dijo Brittany—¿Quieres que te traiga un plato?
—¿Por qué no vas con Kitty?—sugirió Marley—También me encantaría una margarita.
Brittany se puso de pie y luego señaló con el dedo a Marley.
—Sin cuentos—advirtió Brittany.
—Estoy segura que tenemos cosas más interesantes de qué hablar que tú—dijo Marley.
Tan pronto como se fueron, Marley se acercó más.
—Britt puede llegar a ser una niña…—dijo Marley—… Espero no te haya estado molestando.
Santana negó con la cabeza.
—Ella es muy agradable, la verdad. Y demasiado encantadora para ser considerada una plaga.
Marley se acercó y le apretó el brazo.
—Supongo que ahora sabes cómo consiguió tu número de habitación. Fue muy poco profesional de mi parte, pero Britt tiene una manera de…
Santana detuvo su disculpa.
—No hay problema. Si hubiera habido un problema, hubiera ido a ti inmediatamente.
—Bueno, independientemente de tu impresión sobre ella, es inofensiva. Lo prometo.
Santana asintió.
—Disfruto de su compañía.
Antes que Marley pudiera decir más, Brittany regresó con dos tazas de jumbo.
Kitty la siguió sosteniendo dos margaritas, una de ellas la entregó a Marley.
—El buffet de mariscos se ve muy bien—dijo Kitty—Vamos a tener que conseguir un poco más tarde.
—Toma algunos de los nuestros—ofreció Santana.
Brittany agarró un camarón rápidamente.
—Sí, agarra de los nuestros—dijo Brittany mientras lo mordía.
—Tú y tus camarones—dijo Marley con un movimiento de cabeza y miró a Santana—Esta mujer puede comer su peso en camarones siempre que está aquí.
Santana miró a Brittany.
—Y ¿cuán frecuente es eso?
Brittany se encogió de hombros.
—Me gusta venir tres o cuatro veces al año, supongo— entonces sonrió—Y tú eres la primera persona con la que he cenado—Brittany vio a Marley—Díselo. Ella cree que soy una acosadora.
Marley se echó a reír.
—Le he prohibido hablar con las huéspedes en el hotel. Por alguna razón, ignoró totalmente mis reglas cuando te vio.
Fue el turno de Santana de ruborizarse.
Se encontró con la mirada de Brittany, sabiendo exactamente lo que estaba pensando.
Era el bikini.
Y por alguna razón, estuvo muy, muy agradecida de haber comprado el nuevo bikini rojo antes de este viaje.
La conversación derivó hacia muchos temas y disfrutó de la interacción fraternal entre Marley y Brittany.
Cuando Kurt se unió a ellas, los tres charlaron como los viejos amigos que eran, deleitando a Kitty y a ella con sus historias de la secundaria y más allá.
—Así que nos colamos en la piscina después de la hora. Ésta—dijo Kurt señalando a Brittany—Pensó que podía hacer una triple salto mortal desde la plataforma más alta.
Marley se echó a reír.
—¿Querrás decir un 'panzazo'?
Brittany sostuvo su dedo pulgar e índice juntos.
—Estuve así de cerca de clavarla.
—Sí. Así de cerca—dijo Kurt imitando sus dedos—De ser suspendidos—se volteó hacia Santana—No estábamos llevando exactamente trajes de baño.
Santana se echó a reír.
—¿Por qué no me sorprende?
Él también se echó a reír.
—Nunca había escuchado tantos gritos y alaridos.
—No estaba gritando—insistió Brittany.
—Oh, sí lo estabas—dijo Marley—Tuviste un moretón en el estómago durante una semana.
—Está bien. Así que tal vez grité un poco—dijo Brittany mirando a Santana—Sólo te contaron una parte. Kurt me apostó diez dólares a que no lo haría.
—Y nunca dejas pasar un desafío—dijo él—Los de limpieza escucharon tus gritos y salieron corriendo. Imaginen su sorpresa al encontrar a tres estudiantes desnudos en la piscina.
—¿Por qué no los suspendieron?—preguntó Kitty.
Kurt se echó a reír.
—Estas dos bellezas desnudas encendieron su encanto. Las chicas prometieron que no dirían que habían dejado las puertas abiertas si ellos no contaban que habíamos estado ahí nadando.
—¿Las puertas estaban sin cerrar?
—Oh, no. Britt aprendió a abrir las cerraduras en el octavo grado—dijo él.
—Sí, una de las muchas cosas útiles que mi papá me enseñó—dijo Brittany con una sonrisa.
La siguiente hora pasó rápidamente.
Kurt reemplazó sus copas de margarita con copas de vino y trajo una botella a la mesa. Todos alzaron sus copas en un brindis por el cumpleaños de Brittany.
—Nuestra niña finalmente llegó a los 25—dijo Kurt—Que este cumpleaños sea uno que siempre puedas recordar.
—Y que tengas muchos más—agregó Marley.
—Gracias. Los amo chicos—dijo Brittany—Y también un brindis por San. Su cumpleaños será en pocas semanas.
Brittany chocó su copa con la de todos ellos, haciendo una pausa para guiñarle un ojo cuando sus miradas se encontraron.
Santana se la devolvió con una sonrisa rápida.
En los pocos segundos que sus miradas se sostuvieron, se preguntó si de hecho esta sería una noche que Brittany recordaría para siempre.
Para el caso ¿sería una que ella siempre recordaría?
Después del vino, Marley y Kitty se levantaron para irse.
Las hermanas se abrazaron fuertemente y Santana les miró con envidia. Su única hermana era seis años mayor que ella y nunca habían tenido una relación cercana.
No podía imaginar tener un lazo como el que Brittany y Marley obviamente compartían.
—Encantada de conocerte—dijo Kitty—Espero volver a verte.
—Igualmente—dijo Santana—Gracias.
Marley se inclinó hacia ella.
—Puedes llamarme si Britt se va de las manos—dijo Marley con una sonrisa.
—Creo que puedo manejarla—dijo Santana.
Marley asintió.
—Sí, creo que puedes. Diviértanse ustedes dos—dijo despidiéndose con un gesto de mano mientras se iba.
Kurt se inclinó y besó la mejilla de Brittany, luego se acercó e hizo lo mismo con Santana.
—Un enorme placer conocerte, Santana. Gracias por venir.
—Gracias por permitir que nos coláramos en tu fiesta. El jumbo estuvo excelente.
Kurt Se inclinó ligeramente.
—Gracias. Buenas noches, mis amigas.
Santana sonrió a Brittany.
—Son realmente agradables. La pase muy bien.
—Grandioso. Yo también.
Santana cruzó sus manos y apoyó su barbilla sobre ellas, sin dejar de mirar a Brittany.
—¿Un buen cumpleaños?
—Hasta el momento—Brittany movió sus cejas—Podría pensar en algunas cosas que lo harían aún mejor.
Santana se preguntaba qué le había poseído cuando se acercó más, su mirada cayendo en la boca de Brittany.
—¿Sólo algunas?
—¿Quieres que las mencione todas? ¿Debería empezar con un beso? ¿Verte desnuda?
Santana tragó saliva, esperando que no estuviese perdiendo la cabeza. Trató de recordarse a sí misma que no conocía muy bien a esta mujer.
En realidad no.
No lo suficiente como para considerar pasar la noche con ella. Pero pensaba que era una buena juez del carácter como para saber que Brittany era realmente inofensiva.
Acababa de pasar dos horas con ella y sus amigos y no se habían disparado las alarmas. Frunció el ceño ligeramente mientras alejaba su mirada.
También había pensado que era una buena juez del carácter cuando comenzó su relación con Elaine.
¿Pero cómo siquiera podía compararlo con esto?
Brittany no sería nada más que un romance de vacaciones.
Miró nuevamente a Brittany, encontrándose con unos ojos confiables y honestos, francos y amistosos. Los miró fijamente sabiendo que no tenía nada que temer de ella.
Así que cedió al deseo que Brittany había estado avivando en los últimos días.
—¿Quieres… quieres regresar?—preguntó Santana, su voz haciendo alusión al nerviosismo que sentía.
Brittany asintió.
—Si estás lista.
La declaración tenía un doble significado y lo sabía. Se descubrió asintiendo ligeramente ante la mirada de Brittany.
—Sí… creo que estoy lista.
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