[Resuelto]FanFic Brittana: Eres Para Mí (Adaptada) Epílogo

Capitulo 17

Brittany llegó a trabajar el lunes temprano por la mañana luego de que estuviera recuperándose de una gripe en su casa.

Recuperándose era una manera de decir a los cuatro días que estuvo encerrada en su casa junto a Santana.

La morena no quería dejarla y fue ella quien le insistió el domingo por la tarde que, se fuera a su departamento para que se prepara para el trabajo. Santana, después de mucho batallar con la rubia, aceptó a regañadientes y la dejó en la cama no sin antes hacerle el amor a modo de despedida.

Brittany entró en el piso diez, caminando con prisa por el vestíbulo hasta que se encontró con su secretaria a la cual le dedicó una gran sonrisa y la saludó con un "Buenos días" para luego encaminarse hasta su oficina.

Cuando abrió la puerta de su despacho ella se quedó paralizada en el umbral por lo que veía.

Sue que, se encontraba tras ella, le dijo:

―Eso llegó para usted muy temprano esta mañana.

Brittany se acercó hasta su escritorio y contempló que, sobre éste se encontraba un bello ramo de Lirios blancos. Tomó la tarjeta para ver quién se las enviaba, pero no hacía falta, ella ya sabía bien quién le mandaba aquellas flores.

De igual manera sacó la pequeña tarjeta desde el sobre y leyó lo que decía:


[center«Ya te echo de menos, espero te gusten las flores… besos. S.»[/center]


Brittany tomó la tarjeta entre sus manos y observó con atención las flores.

Su corazón latía con intensidad, con alegría por el momento que estaba viviendo.

Sue la sacó de su burbuja para comenzar a leerle su agenda del día y luego le comunicó que Kitty la esperaba dentro de una hora en su oficina. La secretaria, luego de informar de todo a su jefa, dejó a Brittany sola.

Brittany se puso a ordenar algunos documentos que estaban sobre su escritorio. Tenía la mirada fija en los papeles, pero de vez en cuando, levantaba sus ojos hacia las hermosas Lirios y sonreía al pensar en Santana.



Había pasado una media hora cuando Sue interrumpió sus pensamientos por el intercomunicador para decirle que, la abogada Santana López, quería verla. Ella le dijo que lo hiciera pasar.

Se puso nerviosa y comenzó a arreglarse el cabello, preparándose para recibir a Santana.

La morena ingresó en la oficina de Brittany, cerró la puerta tras ella, mientras que la rubia se levantaba de su silla para recibirla, sonrojada recordando todo lo vivido con esa mujer ese fin de semana.

Santana dejó su maletín en el suelo y con rapidez y en un par de zancadas llegó al lado de Brittany.

No esperó a que la ojiazul la saludara, no dejó que hablara y tomando la cara de Brittany entre sus manos, la besó con desesperación. Ni ella sabía qué le pasaba, pero era demasiada urgencia que le provocaba esta mujer.

El beso se extendió, ninguna de las dos quería terminar el contacto, pero tenían que hacerlo para poder respirar.

―Buenos días ―dijo Brittany casi en un suspiro.

―Buenos días―le respondió mientras le acariciaba las mejillas y la miraba fijamente a los ojos―¿Te gustaron las flores?

―Claro que sí, están hermosas… Gracias.

Santana volvió a besarla con pasión, pasando una de sus manos por la cintura de la rubia, atrayéndola más a su cuerpo. Brittany, aunque no quería, se separó de la latina.

Si no se detenían en ese instante, podría ocurrir cualquier locura en esa oficina.

―San…―Brittany le hablaba jadeando y tratando de separarse de la abogada, pero ésta la apretaba con más fuerza contra su cuerpo.

―Britt, no me digas que pare, te extrañé mucho anoche―ahora le besaba el cuello entre palabra y palabra que decía―Mi cama estaba tan fría y grande sin ti.

Brittany sonrió por lo que escuchaba, también la había extrañado en su cama la noche anterior, le había encantado tenerla deambulando en su casa y deseaba repetir esos días otra vez y tal vez, por qué no, para siempre.

―San, tengo que ir a ver a Kitty…

―Yo igual, pero la ogra puede esperar―volvió a besarla y luego bajó la mano que tenía posada en su cintura para apretarle el trasero.

Brittany dio un respingo sorprendida por el ímpetu de Santana a quien parecía no importarle que estuvieran en la oficina de Brittany, que tras la puerta se encontrara Sue y solo a unos metros, Kitty ya estaba en su oficina.

―Es mejor que nos detengamos, San. Por si no lo recuerdas estamos en el trabajo.

―Lo sé, lo sé, pero es que me estás volviendo loca, Britt-Britt. Mi cabeza solo puede pensar en besarte, en desnudarte y en hacerte el amor sobre tu escritorio…

―Eso no sería muy prudente, ¿no crees? Sue nos podría escuchar.

―Me da igual, que escuche y que muera de envidia. Pero tienes razón, te deseo demasiado ahora mismo, pero este no es el mejor lugar para tenerte.

Santana le dio un último beso y la soltó de su agarre. La rubia, aún sofocada por todo lo que Santana le hacía sentir, volvió a su asiento ya que las piernas le temblaban y en su cara podía sentir el rubor provocado por la excitación.

Santana se sentó frente a ella solo para observarla. La deseaba tanto que, su mente se nublaba, ya no podía concentrase en casi nada, su mente la estaba ocupando casi por completo la ojiazul.

Luego de que ambas permanecieran en silencio, Brittany terminando con unos papeles y Santana solo admirándola, la más alta se levantó de su silla ya que era hora de ir a reunirse con su hermana.

Salieron de la oficina de Brittany para entrar en la de Kitty quien ya las esperaba tras su escritorio. Luego de los saludos correspondientes, Brittany y Santana se sentaron frente a Kitty.

Brittany sonreía nerviosa, Santana la miraba de reojo cada vez que podía.

Kitty miraba de un lado a otro a la pareja frente a ella. La última vez que estuvieron ahí, ambas tenían caras largas y se trenzaron en una discusión estúpida, pero ahora ambas estaban casi irradiando felicidad, eso llamó profundamente la atención de Kitty, algo había pasado entre su hermana y su amiga y estaba curiosa por saber qué era.

―Vaya, veo que hoy no se odian como la última vez que estuvimos aquí las tres.

Brittany miró a Santana sonrojándose de inmediato, ésta sonrió por lo bajo.

Sabía que llegaría el día en que Kitty se enteraría de todo, esperaba pronto poder contarle ella misma lo que sentía por Brittany. Pero todo era tan reciente que, ni ella misma sabía lo que tenía que decirle a Kitty.

―Son imaginaciones tuyas, hermana. Estamos igual que siempre―le dijo Brittany, tratando de estar tranquila.

―Sí, claro. Pero bueno, no tengo tiempo para ver qué le pasa hoy al parcito. Tenemos que hablar de la convención en Nueva York y del asunto de Asia.

―Bien, ¿y cuándo viajas?―preguntó Brittany a su hermana.

―Yo no viajaré este año, Brittany. Tú irás en mi lugar.

―¡¿Yo?! Pero, Kitty…yo no… siempre eres tú el que viajas a la convención.

―Sí, pero este año irás tú y punto.

―Yo no quiero ir, quiero seguir viendo lo de Asia…

―Brittany, ya lo decidí, tú vas a Nueva York y yo me quedo aquí para ver lo de Asia.

Brittany sabía que no podía luchar contra Kitty.

Si la ojiverde había tomado la decisión de que viajara, solo tendría que ir a Nueva York sin queja alguna.

―Bien―dijo Brittany resignada―, ¿Por cuántos días es esta vez?

―Creo que este año son diez días. Tal vez menos si nadie pone objeciones a nada.

―¡Diez días!―dijeron Santana y Brittany al unísono.

―Sí, lo que escucharon. Pero qué pasa, es como si no supieran que cada año hay una convención de navieras en Nueva York.

Brittany miró a Santana quien estaba con el ceño fruncido claramente molesta por lo que había escuchado.

Brittany estaría lejos de ella por casi dos semanas, eso le estaba provocando una desazón inexplicable. Y lo peor de todo era que no podría ir y viajar para estar con la rubia, ya que tenía que estar junto con Kitty, terminando el asunto que tenían con Asia.

―Brittany, quiero que me dejes todo lo que podamos necesitar en el puerto y los documentos que tienes que llevarte al viaje los tiene Sue.

―Bien―dijo y volvió a mirar a Santana.

El ambiente en la oficina de Kitty se tornó claramente un poco tenso.

Santana no quería estar lejos de Brittany por tantos días, no ahora que tenían una relación, no ahora que la deseaba y la necesitaba a cada minuto del día, pero nada podía hacer.

Este era el trabajo de Brittany y tenía que aguantar que viajara aunque le costara aceptarlo.

Luego de que Kitty hablara sobre todo lo relacionado a los asuntos de la naviera, dio por terminada la reunión. Brittany y Santana se levantaron de sus asientos para salir de la oficina, pero Kitty se dirigió a Santana para que ésta se quedara en su lugar:

―Santana, quédate un minuto. Hay un asunto que quisiera tratar contigo.

Santana volvió a su lugar y Brittany le dio una última mirada antes de salir de la oficina.

Kitty solo miraba a su amiga sin decir ni media sílaba.

Solo la miraba como esperando a que Santana le contara algo, esperando que Santana le confesara algo grande, pero eso no pasó. Santana, al igual que ella, estaba sentada frente al escritorio sumida en un incómodo silencio.

Pero no aguantó más la situación y le preguntó a su amiga:

―Y bien, Kitty, ¿de qué quieres hablar?

―Santana, ¿hace cuánto que somos amigas?

―Unos nueve años―dijo Santana extrañada por la pregunta de Kitty.

―¿Y tú dirías que nos conocemos bien en todos estos años?

―Sí, creo que sí, pero, ¿a qué viene esa pregunta? ¿Qué tiene que ver con que nos conozcamos hace años? No entiendo a dónde quieres llegar.

―Qué estoy pensando que, si nos conocemos todos estos años, pienses que puedes venir a verme la cara de idiota―Kitty soltó las palabras con rabia y Santana abrió los ojos sorprendido.

Si bien conocía el carácter de la ogra de su amiga, nunca se había dirigido a ella de esa forma.

―No entiendo… no entiendo a qué te refieres.

―Me refiero a lo que pasa entre tú y Brittany―dijo Kitty tratando de controlarse y no levantar la voz en demasía―Sé que algo pasa entre ustedes y no me lo quieren contar y está bien, lo acepto. Ustedes son adultas y pueden hacer con su vida lo que se les venga en gana.

―Kitty, yo… bueno… Britt… es que…

―Ya te dije que no me voy a meter en lo que estén haciendo, solo quiero advertirte una cosa… le llegas a hacer daño a mi hermana y olvídate de tener hijas o vida, porque te cortaré por partes con la tijera de podar que tengo en casa.

Santana tragó en seco, nerviosa imaginándose todo lo que le decía Kitty.

―Nunca le haría daño a Britt, Kitty.

―Eso espero. Mira, no quiero sonar pesado ni nada de eso. Brittany es una mujer excepcional y no lo digo porque sea mi hermana, ella se merece lo mejor y no es que tú no lo seas, pero seamos honestas, Santana, tu historial deja mucho que desear.

Santana no pudo defenderse del ataque de Kitty.

Tenía razón, su pasado lo condenaba, pero existía una cosa que Kitty no había considerado antes de lanzar tales acusaciones y era que Santana estaba perdidamente enamorada de Brittany aunque aún no se atreviera a gritarlo a los cuatro vientos.

―¿Algo más que me tengas que decir?―preguntó Santana a su amiga.

Para ella la conversación ya había llegado a su fin y no tenía ganas de seguir escuchando un discurso moralista por parte de Kitty.

―No, eso es todo. Solo espero que lo que te dije te quedara claro.

―Como dijiste Kitty, Britt y yo somos adultas, no necesitamos de tu permiso o supervisión porque ya no estamos en los tiempos de la colonia. No es necesario que me amenaces.

―Llámalo como quieras. Y ahora te dejo libre para que continúes con tu trabajo.

Kitty fijó su mirada en los papeles que estaban sobre su escritorio y Santana le dio una última mirada a su amiga para luego salir de su oficina.

Una vez sola, Kitty negó con la cabeza medio divertida y medio preocupada por la situación.

Sabía que Santana y Brittany se atraían en demasía, pero sabía también de la falta de compromiso de su amiga.

En todos los años que se conocían, jamás la había visto en una relación seria y eso era lo que le preocupaba porque se notaba que, Brittany estaba más que enamorada de Santana y no quería verla sufrir si lo de ellas no llegaba a resultar.

No se podía inmiscuir como quería, solo podía rogar que su amiga fuera sensata y si no pensaba en Brittany como en algo serio, se alejara de una vez de ella.










*************************************************************************************************************




Tres días después, Brittany era llevada hasta el aeropuerto por Santana.

La morena estaba de mal humor, serían diez los días que la tendría lejos y eso la tenía demasiado irritable.

―Odio a tu hermana, ¿sabes?―dijo mientras mantenía a Brittany fuertemente abrazada contra su cuerpo―Está empeñada en separarme de ti y es por eso que te manda lejos y por tantos días.

―No digas eso, es mi trabajo, siempre tengo que viajar y tú lo sabes.

―Sí, pero ahora es distinto. Britt, son diez días, diez días. De seguro esto es una prueba que Kitty quiere ponerme.

―Exagerada, los días pasan volando, ya verás que, en un abrir y cerrar de ojos estaré de vuelta.

―Créeme, para mí será una eternidad.

Santana la besó con intensidad, como para que la rubia no se olvidara de su boca en esos días que estarían separadas. Luego de unos segundos la soltó, Brittany tenía que embarcarse para dejar la ciudad.

―Bien, es hora de que me vaya.

―Prométeme que me llamarás cada día, promételo―dijo desesperada porque el momento de la despedida se acercaba.

―Claro, te llamaré cada día.

―No importa la hora, solo llámame.

―No te preocupes, lo haré.

Brittany le dio un último y rápido beso y se alejó por la puerta de embarque para tomar un avión que la llevaría a Nueva York.

Santana se sintió vacía, nunca se imaginó en la vida que llegaría a sentirse así.

Brittany se había convertido en parte importante de su vida, sin ella se sentía sola y triste.

Solo esperaba que los días pasaran rápido como la rubia decía.









Brittany ya estaba en Nueva York y la convención de navieras ya había dado inicio.

Como había prometido, llamó a Santana cada día. Ésta por su parte le enviaba sugerentes mensajes, cosa que amaba y odiaba a la vez porque le daban unas enormes ganas de subirse al próximo avión y llegar a su lado para perderse con Santana en su cama.

Santana, por su parte, estaba ansiosa, contando los días para que Brittany volviera a su lado.

Se había cruzado un par de veces con Quinn Fabray en el puerto cuando tuvo que acompañar a Kitty, y tenía unas enorme ganas de golpear a la rubia cuando preguntaba por Brittany o cuando decía que quería verla porque ya la extrañaba.





Brittany llevaba ocho días en Nueva york, estaba feliz, ya que el día anterior todos los presentes habían logrado cerrar todos los acuerdos y contratos lo que dio como resultado que ya podría volver a casa.

Cuando Santana la llamó no le contó nada, quería que siguiera creyendo que volvería a los diez días, pero Brittany se levantó esa mañana y tomó el primer vuelo de vuelta a su país.

Mientras estaba en el avión pensaba en cómo sorprender a Santana.

El deseo la recorría por dentro y ella pensaba cobrarse cada mensaje caliente que había recibido por parte de Santana en esos días.

La imaginación de Brittany volaba lejos recordando cada parte del cuerpo de esa morena que le quitaba la respiración. Se removió en su asiento y de pronto sintió que dentro de ese aparato la temperatura se había elevado unos cuantos grados.

Miró a su alrededor, pero toda la gente que estaba ahí dormía, eso es lo que ella debería estar haciendo también, pero si cerraba los ojos, podía ver claramente a la mujer que amaba, desnuda vestida solo con una pícara sonrisa.


Por fin el avión aterrizó y Brittany sintió un enorme alivio.

Ya sabía qué haría para sorprender a Santana.

Llegó a su casa y se dio una ducha rápida para sacarse el cansancio del viaje. Se secó y perfumó el cuerpo para luego ponerse un hermoso conjunto de ropa interior en color rojo que era complementado con una medias y liguero.

Se miró al espejo y sonrió satisfecha al ver el sexy reflejo que le devolvía éste, solo esperaba no matar a Santana de un infarto.

Se arregló el pelo y el maquillaje, se subió sobre sus altos tacones negros y tomando una gabardina desde su closet se la puso encima y salió de su dormitorio.

Llegó hasta la cocina y sacó una botella de Champagne que había dejado enfriando, pensó todo lo que se divertiría con aquella bebida espumante.

Cogió su bolso y salió de su casa en busca de su amor.



Brittany estacionó su auto y salió de el con una gran sonrisa en la cara, ya faltaba tan poco para ver a la mujer que le quitaba la razón y estaba muy nerviosa por eso.

Pasó por el vestíbulo, con la botella de Champagne en sus manos. Caminando a paso firme llegó hasta el ascensor y pulsó el botón del piso de Santana.

Se miró una última vez en la pared de acero del ascensor comprobando que lucía genial.

Salió al pasillo con el corazón latiendo a mil por hora.

No aguantaba más y quería estar con su morena ya.

Llegó hasta la puerta del departamento de Santana cuando vio que ésta se abría dejando ante ella una imagen que no le gustó nada.

―Adiós, Santana. Como siempre ha sido un placer―dijo la mujer saliendo del departamento de Santana.

Ella le besó una mejilla y Brittany se fijó que Santana solo estaba vestida con un par de jeans y un sujetador.

Brittany soltó la botella de Champagne que se fue a estrellar contra el piso haciéndose añicos. Santana levantó la vista y la vio.

Brittany se cruzó con su mirada, con los ojos llenos de odio y tristeza. No podía creer lo que le estaba pasando, su sueño rosa se había vuelto una pesadilla.

Comprendió que Santana le había mentido, que no la extrañaba como le había dicho en cada llamada, se sintió la mujer más imbécil del mundo por creer en Santana.

―Britt―dijo un poco aturdida por la situación―, ¿Qué haces aquí?

―Así que es ella―dijo Dani con una gran sonrisa.

―Veo que no me esperabas, disculpa la interrupción.

Brittany giró sobre sus talones y comenzó a caminar rápido por el pasillo con los ojos llenos de lágrimas que le bajaban por las mejillas. Santana salió tras de ella a medio vestir y con los pies descalzos, nada importaba, solo que su rubia la escuchara.

―¡Britt!―le gritó―Espera, no es lo que crees. Escúchame.

―¡Por qué siempre dicen que no es lo que creemos, cuando lo estamos viendo en vivo y en directo! ¡No soy estúpida!

Brittany comenzó a bajar por la escalera de servicio, y Santana la seguía desesperada, no quería que se fuera, no quería que creyera que la había engañado cuando la verdad era otra.

―Britt, por favor, escucha…

―No te voy a escuchar. Déjame en paz.

Brittany llegó a la calle y Santana sintió el frío del asfalto en sus pies. Se acercó a la rubia estirando una de sus manos para alcanzarla, pero Brittany de un manotón se la quitó de encima.

―Britt, por favor, si solo me escucharas te darías cuenta que todo esto es un mal entendido.

Brittany llegó hasta la puerta de su auto, la abrió y antes de subirse le dijo:

―No quiero verte más. Olvídate de mí… pero qué tonta… si es obvio que ya te olvidaste.

―Britt… Britt… no, espera.

Brittany no esperó, se subió a su auto, lo puso en marcha y salió a toda velocidad casi llevándose a Santana por delante.

Santana la vio alejarse y sintió que una gran ira se apoderaba de su cuerpo.

Ira por todo lo que estaba sucediendo, ira contra Dani que, se le ocurrió aparecer justo ese día para hablar con ella, maldita fuera.

Volvió corriendo hasta su edifico, Dani esperaba en el vestíbulo curiosa por saber qué pasaría con la pareja. Santana pasó de largo y ni escuchó que ella ofrecía su ayuda.
Llegó a su departamento, se vistió y salió en busca de Brittany.

Mientras manejaba por la ciudad, rumbo a la casa de Brittany, la llamó unas veinte veces y cada vez fue enviado al buzón de voz. Le envió mensajes pidiéndole que hablara con ella, que todo se podía explicar, que solo la dejara hablar, pero nada, no le respondía ni una sola de sus llamadas.




Brittany pensaba en dónde ir.

Sabía que Santana la buscaría en su casa y no quería verla.

Después de dar una cuantas vueltas, decidió ir hasta la casa de su hermana, necesitaba el apoyo de alguien y Kitty y Marley se lo darían sin preguntar.

Llegó hasta la puerta de la casa de su hermana y Kitty la recibió extrañada de encontrarla ahí.

―¿Britt? ¿Pero tú no estabas en Nueva York?

La más alta se lanzó a los brazos de su hermana llorando desconsolada.

―Kitty, ¿puedo pasar la noche aquí?

―Claro, pero, ¿qué pasó?

―No quiero hablar ahora. Por favor, ahora no.

Kitty asintió en silencio y la abrazó fuertemente.

Estaba segura de que el estado de su hermana tenía que ver con Santana.

Que la abogada era la responsable de cada lágrima derramada por ella y una rabia enorme se apoderó de su cuerpo.

Dejó que su esposa se ocupara de Brittany, que la llevara hasta una de las habitaciones y la acomodará ahí. Unos incontrolables deseos de golpear a alguien se estaban apoderando de Kitty que, en ese momento, se puso a hacer memoria para recordar dónde se encontrarían guardadas las afiladas tijeras podadoras que se usaban en su jardín.

******************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 18

Santana llegó a casa de Brittany, pero se dio cuenta que no había ido hasta ahí.

Su auto no estaba y la casa se encontraba a oscuras. De igual manera, tomó la llave que permanecía oculta en una de las macetas y abrió la puerta.

Entró en la casa solo para comprobar que, Brittany no se encontraba ahí, pero decidió esperarla por un par de horas hasta que apareciera.

Dio vueltas por la casa, fue hasta el dormitorio y se encontró con que la maleta aún estaba hecha. Eso le indicó que había llegado ese mismo día y que fue a verla de inmediato.

Se sentía fatal, tenía el pecho oprimido por la angustia de saber que, Brittany estaba enfadada con ella y todo por culpa de un mal entendido y lo peor era que ella no quería escuchar sus explicaciones.



Flashback

Ese mismo día… unas horas antes….

Santana salía de la ducha y se vistió solo con un sujetador y un par de jeans ya que, la persona que estaba en la puerta, tocaba el timbre insistentemente y pensó que se trataba de una emergencia.

Llegó corriendo hasta la puerta y al abrirla se encontró con la última persona que quería ver… Dani.

―Hola Santana―dijo pasando al interior del departamento sin ser invitada.

―¿Qué haces aquí, Dani?

―Necesito tu ayuda―dijo sentándose en un sofá y recién reparando en que Santana se encontraba medio desnuda.

Si hubiera sido en otra ocasión, Dani se hubiera lanzado sobre la morena, solo que ahora estaba ahí para que Santana le brindara su ayuda legal y no su ayuda sexual.

―¿Qué pasa?

―Santana, necesito tu ayuda como abogado, me despidieron, según ellos por incumplimiento de contrato. Solo falté un día a mi trabajo y hoy recibí el sobre azul. Ayúdame, no me puedo quedar sin trabajo.

―Dani no soy abogada laboral, pero podría derivarte a un colega que es excelente.

―Sí, por favor. Te lo agradecería mucho.

―Mañana hablo con él y te aviso a ver qué dice.

―Bien―Dani, se levantó para llegar al lado de Santana.

Estiró una mano para acariciarle la mejilla, pero la morena la esquivó alejándose de ella.

―¿Qué crees que haces, Dani? Si ya no necesitas nada más quiero que te vayas.

―¿Por qué ya no me llamas, Santana? Te he extrañado mucho, recuerdo que lo pasábamos tan bien juntas ¿Es que ya no te gusto?

―Dani, tú sabes que las dos solo pasábamos el rato. Ahora yo estoy en una relación y…

―¡¿Qué?! Perdona pero creo que te he escuchado mal ¿Tú estás con alguien?

―Sí, estoy con alguien.

―Vaya, nunca pensé que llegaría este día… Santana López se ha enamorado―dijo Dani ironizando un poco la situación aunque claramente no estaba del todo contenta con lo que escuchaba.

―Sí, Dani, estoy perdidamente enamorada.

―¿Cómo se llama?

―Brittany.

―Bueno, siento un poco de celos por esa Brittany, pero me alegro de que alguien te haya cazado, morena escurridiza.

Santana sonrió por el sobrenombre que Dani usaba con ella.

―Será mejor que me vaya. Te agradezco todo y espero me pongas en contacto con ese colega tuyo.

―Claro, mañana mismo hablaré con él, no pierdas cuidado.

Dani comenzó a caminar hasta la puerta y Santana la siguió para despedirla.

―Adios, Santana. Como siempre ha sido un placer.

Fin Flashback

Ese fue el principio del fin para Santana.

Brittany vio que Dani salía desde el departamento, la morena estaba medio desnuda, todo era un gran y terrible mal entendido.

Santana miró su reloj, ya era cerca de media noche, era obvio que Brittany no regresaría a su casa.

Luego de volver a llamarla y dejarle otro mensaje, se marchó de la casa de Brittany y volvió a su departamento.


Cuando llegó a su domicilio sacó una botella de wishky y se sirvió una copa, la necesitaba con urgencia para tratar de aplacar la desazón que le estaba carcomiendo el alma.

Todo estaba mal para ella.

No quería perder a Brittany, la amaba demasiado y nunca se lo había dicho como correspondía.

Se volvió a tomar una copa más y luego se fue a la cama.

Sabía que le costaría mucho conciliar el sueño, pero debía dormir para estar presentable al día siguiente en su trabajo.

Esperaba que por la mañana todo estuviera mejor, que Brittany la dejara explicarle lo sucedido y así poder arreglar todo con su rubia.








*******************************************************************************************************************





Brittany trataba de dormir en la cama de la habitación de invitados de la casa de Kitty.

Luego de tener una llorada conversación con su cuñada Marley, se metió en el baño para darse una larga ducha y ver si así lograba relajarse un poco.

Luego de tomar un té calmante, buscó su celular y vio que tenía muchas llamadas y mensajes de Santana.

Escuchó uno donde le pedía que hablaran y que todo era un enorme malentendido, para luego escuchar el segundo donde le decía que la extrañaba y que la quería de vuelta a su lado.

No quería pensar en cada mentira que esa mujer le había dicho y se reprendía mentalmente por haber sido tan estúpida pensando que Santana podía cambiar y llegar a amarla como ella lo hacía.


Esa noche Brittany lloró desconsolada, deseando que todo fuera una pesadilla y que, mañana cuando despertara, ella estaría junto a Santana.




*************************************************************************************************************



Santana se estaba terminando de vestir para ir a su trabajo.

Se miró la cara en el espejo y lo que reflejaba su rostro no le gustaba nada.

Estaba triste y con unas ojeras dignas del mayor de los desvelos.

Salió de su dormitorio y fue hasta la cocina para servirse un poco de café cuando escuchó que alguien tocaba su puerta. Pensó que era Brittany así es que corrió rápidamente hasta llegar ahí.

Santana abrió la puerta y no supo qué fue lo que pasó, solo que un puño se chocaba contra su rostro y que caía al suelo producto del golpe.

―¡Te lo advertí hija de puta! ¡Te dije que no hicieras sufrir a mi hermana!

Santana trataba de levantarse desde el suelo por sí mismo, pero Kitty la tomó por el brazo y la levantó de un tirón, para ser tan bajita tenía mucha fuerza.

―No es lo crees, déjame explicarte.

―¿Qué me vas a decir? ¿Que no es lo que parece? ¿Que Brittany se lo inventó todo?

―Es que es así. Si solo me dejas hablar vas a entender todo esto.

―Santana―dijo Kitty soltándola―, Anoche vi a mi hermana destrozada por tu culpa, te dije que no le hicieras daño y que si lo hacías te iba a matar.

―Es que esto no es lo que parece.

―Bien, te escucho. Cuéntame que pasó, pero te advierto, si no me convences te mato.

Santana se tocó el labio desde donde manaba un poco de sangre producto del derechazo de su amiga.

―¿Britt está bien? ¿Está contigo?

―¿Cómo quieres que esté después de ver a la persona que ama con otra?

―Pero es que no es así. Dani vino a pedirme ayuda.

―Ayuda… ¿qué tipo de ayuda?

―Tuvo un problema en su trabajo y necesitaba un abogado, por eso vino hasta aquí. No estuvo más de media hora conmigo. Le confesé que amo a Brittany y ella se marchó. Brittany la vio cuando salía y pensó lo peor de mí.

―¿De verdad amas a mi hermana?

―Más que a nada en el mudo, Kitty. Necesito hablar con ella. Ayúdame por favor―pidió a su amiga en tono desesperado.

―Vas a tener que darle un tiempo. Ella está muy triste y de seguro muy enojada.

―Pero no quiero darle tiempo, quiero hablar con ella hoy y aclarar toda esta mierda.

―No te dejará acercarte. Deja que las aguas se calmen.

Santana estaba contrariada.

Era verdad que, cuando Brittany se enojaba, era mejor tomar distancia de la ojiazul, pero Santana solo echo de pensar en que, estaba sufriendo y que ese sufrimiento lo había provocado ella, hacía que se odiara con toda el alma.

Kitty se levantó y se fue a despedir de su amiga prometiendo interceder por ella ante Brittany.

―Siento haberte golpeado, Santana, pero la rabia no me dejó razonar. Espero que todo esto se aclare y ojalá pronto. Ah… y agradece que no pude encontrar las tijeras de podar.

Santana tragó en seco, agradeciendo al cielo que su amiga no encontrara el arma que le había prometido usar con ella.

Kitty le palmeó el hombro y se despidió para dejarla sola en su casa.





********************************************************************************************************************





Brittany no fue a trabajar esa semana.

Estaba triste aún y no quería toparse con Santana.

Santana, por otra parte, la seguía llamando y llenando el buzón de mensajes pidiéndole que la dejara explicarle todo, pero ella escuchaba cada mensaje para luego borrarlo.

Se sentía estúpida de que la pelinegra le viera la cara de tonta y dolida por haberse entregado sin pensar en nada.



Santana ya no sabía qué más hacer, ni siquiera las Lirios que, envió cada día a casa de Kitty, le sirvieron para que Brittany le otorgara un minuto de su tiempo.





―Brittany, ¿por qué no dejas que Santana te explique todo?―preguntaba Kitty a su hermana mientras estaban en el salón de su casa.

―No quiero―respondió enfurruñada―Ya te lo he dicho todas y cada una de las veces que me lo has preguntado. No quiero verla.

―Pero es que llegará el momento en que tendrás que verla, como por ejemplo la próxima semana en la gala.

Brittany se había olvidado de que la gala de la naviera Pierce-Wilde se aproximaba, su hermana tenía mucha razón, ese día tendría que ver sí o sí a Santana.

―Es que no quiero que me explique nada, no quiero escuchar ninguna mentira más de su parte ¿Es que acaso tú le creíste ese cuento que te echó?

―Sí, le creí todo lo que me dijo.

―Ah no―dijo entornando los ojos―, Te pusiste de su parte, Kitty, eres mi hermana.

Kitty bufó ya cansado de batallar con la tozudez de su hermana. Era casi imposible hacerla cambiar de opinión cuando algo se le metía en la cabeza.

―Brittany, estás hablando con la persona que fue dispuesta a matar a la mujer que te hizo llorar. No estoy de ninguna de las dos partes, pero creo que ya tienes que dejar de actuar como una niña mimada y hablar con Santana. ¡Ya me tienen cansado!

―Kitty... yo…

―Tú te la pasas casi todo el maldito día llorando mientras que Santana anda con un genio que ni un santo la aguanta. Por favor, Brittany, deja este berrinche y termina con esta mierda de una buena vez, ¿quieres?

Brittany no dijo nada, solo bajó la vista hasta sus manos mientras que Kitty negaba con la cabeza. Algo tenía que hacer, pero no sabía de qué manera ayudar a la pareja, menos cuando su hermana se lo estaba poniendo tan difícil.










Brittany se terminaba de poner su hermoso vestido negro de fiesta que llevaría esa noche en la gala de la naviera Pierce-Wilde.

Si bien ella no estaba de mucho ánimo para asistir a aquella fiesta y los nervios se apoderaban de su ser ya que tenía más que claro que vería a Santana ese día, estaba obligada asistir a la gala de su naviera.

Se miró al espejo viendo que el vestido había sido una buena elección.

La tela negra la envolvía como un guante.

Se dejó su cabello suelto peinado en ondas y agradeció al inventor del maquillaje corrector por poder camuflar su tristeza.

Se preguntaba qué pensaría Santana cuando la viera.

Qué sería lo primero que sentiría cuando tuviera en frente de la morena.

Cerró los ojos y su estómago se apretó mientras pensaba en la mujer que amaba, porque aunque ella estuviera enojada y dolida por todo lo pasado con Santana, no podía negar que la seguía amando con todo su ser.

Se miró por una última vez en el espejo, repasando cada centímetro del vestido y tomando su bolso de noche, salió de la habitación de invitados de la casa de su hermana hasta el salón donde ya la esperaban.





***********************************************************************************************************



Los nervios recorrían de pies a cabeza a Rachel.

Hace días que había llegado a la ciudad en busca de Quinn.

Si bien los primeros días no había tenido suerte ya que, según le informaron, Quinn había realizado un viaje a otra ciudad y no logró verla.

Pero una vez la rubia regresó, fue ella la que no quiso acercarse y se mantuvo en las sombras espiándola.

Cuando la vio, la primera vez después de tantos días alejada, creyó que se desvanecía. La tenía tan cerca, pero no sabía qué hacer, cómo acercarse, ni qué decir.

Supo dónde vivía y cada noche llegaba hasta la puerta de su departamento, pero no llegaba a golpear y se marchaba de vuelta a su hotel.

Esa noche ella iba decidida a ver su rubia.

Esa noche la enfrentaría y le pediría perdón a la mujer que amaba, esa noche ella quería que Quinn volviera a sus brazos.

Rachel sabía dónde encontrarla y estaba ahí esperando a verla para poder actuar.








**********************************************************************************************************




Santana daba vueltas una y otra vez por el salón del hotel donde se realizaba la gala de la naviera Pierce-Wilde.

Elegantemente vestida con un vestido verde, buscaba a Brittany con la mirada, pero no la hallaba entre toda la gente que ya se encontraba en el lugar.

Kitty había llegado hace ya mucho rato junto a su esposa y de Brittany ni luces.

Estaba muy nerviosa, quería verla, y no aguantaba más, la deseaba a cada segundo del día y no soportaba tenerla ni un segundo más lejos de ella.

La espera se le estaba haciendo eterna y se ubicó cerca de la entrada para poder ver en el momento que la rubia llegara.

Los conocidos la saludaban y alguno le buscaba conversación, pero realmente para ella era como si le hablaran en chino ya que no les estaba prestando atención en lo más mínimo.

Por un segundo pensó que tal vez Brittany no asistiría a la fiesta, pero su amiga Kitty le había asegurado que la ojiazul estaría ahí y que no se preocupara, pero también le advirtió que no fuera formar un escándalo ya que no se vería bien una pelea de enamoradas delante de todos los clientes de la naviera que ahí se encontraban.

Tomó una copa de licor para calmar las ansias que tenía por terminar todo ese día.

Miles de ideas de cómo llegar a la rubia se le habían cruzado por la mente y de todas ellas el secuestro era la opción que más terminaba por convencerlo.

Miraba con atención la entrada cuando la vio.

Brittany estaba ahí, bellísima, tan bella que la dejó sin aliento. Su corazón se aceleró y deseó correr hacia la rubia y besarla con locura.

Había pasado unos días horribles pensando en cómo se encontraría, queriendo ir a verla para gritarle que la amaba con el alma y que la quería en su vida, pero no lo había hecho porque sabía que la rubia estaba muy enojada y la mandaría lejos.

Con Brittany debía escoger el momento adecuado para hablar, la ojiauzl era tanto o más testaruda que ella misma y tenía que ser cautelosa.

Pensó que esa noche tendría la oportunidad de por fin hablarle, de por fin aclarar todo, pero existía algo que en todas las noches que había pasado creando estrategias no había considerado.

Algo que mandaba por la borda acercarse a Brittany esa noche como era su deseo.

Brittany estaba ahí, sí, bella como ninguna mujer en ese salón.

Brittany estaba ahí, pero del brazo de Quinn Fabray.

******************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 19

Cuando Brittany entró en el salón donde se realizaba la fiesta, lo primero que vio fue a Santana.

Se quedó paralizada, embelesada mirando lo guapa y sexy que lucía ese vestido.

La morena siempre se veía guapa vestida con sus trajes que usaba en el trabajo, pero verla vestida de gala le quitaba el aliento.

Sus miradas se encontraron y ella vio que sus ojos le decían tantas cosas.

Una mirada llena de tristeza y rabia, ella estaba segura de que a Santana no le había gustado verla entrar del brazo de Quinn, pero la verdad era que no quería enfrentarla ese día así es que, invitó a la mujer para que la apoyara con el compromiso de no dejarla sola y así impedir que Santana se le acercara.


Quinn tuvo que tomar el control de la incómoda situación y tiró de la mano de Brittany para que ésta comenzara a moverse por el salón y ella así lo hizo.

Llevada por Quinn, saludó a cuanta persona se les acercaba.

Santana seguía con la mirada cada movimiento de la pareja.

Sentía que se estaba quemando por dentro al ver a Brittany acompañada de otra persona.

Quería hablar con ella, pero cada vez que daba un paso para ir y enfrentarla, en su mente resonaba la voz de Kitty con la advertencia de que no quería un escándalo en la gala.



―Tranquila, Brittany. Todo estará bien―dijo Quinn al oído de la ojiazul.

―No puedo estar tranquila cuando Santana no ha dejado de mirarnos.

―Creo que deberías hablar con ella. No es bueno para ninguna de las dos que sigan con esta situación.

―No quiero. De seguro me dice un montón de mentiras y yo no quiero escuchar nada que salga de su boca.

―Brittany, deja de actuar como una niña berrinchuda. Creo que debes hablar con ella, dejar que te explique todo y aclarar esto de una buena vez. Pienso que todo esto es un terrible mal entendido.

―Ningún mal entendido. Sé lo que vi, además esa mujer era una de las tantas con las que Santana salía, ¿qué quieres que piense?

―Bueno, yo solo digo que deberías darle el beneficio de la duda. Se nota que la mujer está desesperada por venir hasta aquí para hablar contigo.

―Espero que no se le ocurra.

Quinn negó con la cabeza, no entendía por qué a Brittany le costaba tanto dar su brazo a torcer.

Por qué seguía sufriendo suponiendo algo que, tal vez, no fuera cierto y todo sería tan fácil de terminar solo preguntando a las personas involucradas.

Pero no, Brittany era tan testaruda que pensaba que, la única verdad, era la de ella.

Si bien a Quinn no le simpatizaba mucho Santana, pensaba que todo podría tratarse de un error, de que Brittany estaba juzgando demasiado duramente a la abogada y solo esperaba que ellas hablaran pronto para terminar con toda esa insoportable situación, al menos para ella que, si bien estaba encantada de ser la pareja de Brittany esa noche, podía sentir a distancia que la morena quería matarla lentamente.


Brittany siguió conversando con cuánta gente se acercaba a ella a saludarla, con todos menos con Santana.

Bebió champagne junto a Quinn y de pronto la música se dejó escuchar en aquel salón.

El ritmo de la bossa nova inundó el ambiente y las parejas comenzaron a caminar hacia la pista.

Quinn estiró su mano invitando a Brittany a bailar y la más alta aceptó encantada y se sorprendió de lo buena bailarina que era su compañera.

Santana estaba enfurecida viendo cómo Brittany sonreía al bailar con Quinn.

Recordó que, hace un año atrás, era ella quien ocupaba ese lugar.

Era ella quien estrechaba a Brittany entre sus brazos y la guiaba por la pista, provocando la admiración de todos.


Brittany levantó la mirada y se encontró con los oscuros ojos de Santana que la miraban fijamente, como si fuera un halcón esperando el momento preciso de atacar a su presa.

Brittany se estremeció por completo y perdió el paso lo que provocó que Quinn le diera un pisotón.

―Lo siento, Brittany, ¿estás bien?

―Sí, estoy bien. Ha sido mi culpa… Necesito ir al baño―dijo queriendo salir de la pista y escapar de la atenta mirada de Santana.

Brittany se alejó de Quinn y comenzó a caminar en dirección del baño de damas.

Santana vio que la ojiazul salía de la pista y la siguió con la mirada, luego volvió la vista hasta Quinn y ésta se la mantuvo como desafiándola a que la siguiera, pensó.

Pero lo que Santana no sabía era que, Quinn le estaba dando ventaja para que llegara primero donde Brittany.

Santana se movió y salió del salón para dirigirse a los baños, Quinn miró su reloj, le daría unos minutos antes de interferir. Había prometido a Brittany que la ayudaría para que la abogada no se acercara a ella, pero quería que todo ese lio se acabara esa noche.

Le daría un tiempo antes de buscar a Brittany, solo esperaba que, la abogada aprovechara bien el tiempo concedido.



Brittany estaba encerrada en el baño del hotel.

Se miraba al espejo y trataba de respirar hondo, pero le resultaba difícil hacerlo ya que, un nudo le oprimía el pecho.

Sonrió con desgano a las mujeres que entraban y salían del servicio, mientras que ella no sabía si salir o no.

Haber visto a Santana removió en ella anhelos y deseos que luchaban en su interior, ella amaba a esa mujer, pero a la vez la desconfianza y los celos ocupaban un lugar importante dentro de ella.

Se preguntó si ya debía hablar con Santana, pero la imagen de Dani y de ella medio desnuda la volvían a traicionar y la rabia se a apoderaba de ella otra vez.

Se miró una última vez al espejo y tomando una honda respiración, salió del baño para volver a la fiesta.

Cuando llegó al pasillo vio que Santana estaba ahí, de seguro esperándola, pensó. Apuró el paso para pasar por su lado con la cabeza en alto, sin desviar la mirada del camino, pero no tuvo suerte, ya que la morena la tomó por un brazo y comenzó a tirar de ella por el pasillo para sacarla al vestíbulo del hotel.

―¿Qué crees que haces? Suéltame, Santana.

―No. Te vas a quedar aquí. Necesito hablar contigo, necesito que me escuches.

―Pero es que tú no entiendes que no quiero escuchar nada de lo que tengas que decirme, suéltame.

―Britt, quiero hablar contigo calmadamente, no me hagas esto, solo escúchame.

Santana bufó de rabia, si la rubia no entraba en razón tendría que gritar en el vestíbulo del elegante hotel, para hacerse escuchar por ella.

―Solo quiero decirte que todo es un error, que Dani y yo no tuvimos nada, que yo no podría engañarte…

―Cállate, no te sigas riendo de mí y suéltame―gritó tratando de zafarse del agarrare de Santana.

―¡No! ¡Britt escúchame por favor!―dijo zamarreándola para hacerla entrar en razón.

―Suéltala, Santana―Quinn que, estaba observando todo oculta en algún lugar, intervino cuando vio que todo podría salirse de control.

―No te metas en esto, Fabray.

―Le estás haciendo daño, suéltala.

Quinn llegó hasta la pareja y empujó a Santana quien se desestabilizó, pero que, al volver a su postura, le propinó un fuerte puñetazo a la ojiverde que osaba inmiscuirse en su conversación.

Quinn cayó al suelo producto del golpe y Brittany fue con toda rapidez a ayudar a su amiga.

―¿Qué hiciste? ¿Por qué golpeas a Quinn?

―Britt… por favor…

―No, no voy a hablar contigo, vete, vete de aquí.

Santana miró cómo le sangraba la nariz a Quinn y vio la preocupación en la cara de Brittany.

Deseó sacarla a rastras desde ese hotel como un cavernario, pero ya habían dado un gran espectáculo. Y con la rabia y el dolor hirviendo en sus venas le dijo a Brittany antes de marcharse:

―Solo quería hablar contigo. Quiero que sepas que no te he mentido, que todo se puede comprobar y aclarar de inmediato si solo tú quisieras, pero veo que no quieres, no te interesa arreglar nada. No seguiré insistiendo contigo, no te molestaré más. Lamento haber arruinado tu noche. Adiós, Brittany.

La ojiazu la miró fijo y Santana le mantuvo la mirada por un instante, para luego alejarse a toda prisa de la presencia de Brittany.

Brittany la vio salir del hotel a la calle y en su corazón sintió que tal vez esa fuera la última vez que la vería, ese pensamiento hizo que su cuerpo se estremeciera de pies a cabeza.


Quinn se aprisionaba la nariz ya que el golpe recibido por parte de Santana le había provocado una hemorragia.

Brittany, con rapidez, sacó el pañuelo desde la cartera de Quinn y se lo pasó para que ésta tratara de detener la sangre.

―Nunca había visto a una persona tan cabeza dura como tú, ¿sabes?―dijo Quinn sentándose en un sofá de la entrada del vestíbulo y tirando su cabeza hacia atrás tratando de así de cortar la hemorragia.

―Qué dices… yo no soy…

―Brittany, ¿te das cuenta que puedes haber perdido para siempre al amor de tu vida por tu testarudez?

―Quinn…

―Sí, Brittany. Esa mujer te ama, aunque no te lo haya dicho. Te pidió solo que la escucharas, que la dejaras explicarte el mal entendido y le dijiste que no, es obvio que se diera por vencida ante tu negativa.

Brittany tragó en seco pensando en todo lo que le decía Quinn.

¿Sería verdad que Santana se había marchado y que ya no la vería más, todo por culpa de su negativa?

El corazón le latió acelerado pensando que Quinn tenía razón y que tal vez ya había perdido a la persona que amaba.

―¿Por qué no vas y hablas con ella, Brittany? Te darás cuenta que todo tiene una explicación.

―No lo creo…

―¡Por Dios! No puedo creer que quieras vivir sufriendo por amor. Brittany, ve y búscala antes de que sea demasiado tarde, ve y búscalo.

La más alta se quedó en silencio sentada frente a Quinn que le tomaba una de las manos mientras que con la otra seguía presionando su nariz.

―No hablemos más de Santana, ¿quieres por favor? Mira cómo te dejó ¿Te habrá roto la nariz? Tal vez deberíamos ir al hospital para que te revisen.

―Calma, estoy bien―dijo.

Brittany alargó su mano hasta la cara de la ojiverde para acariciarle la mejilla a modo de agradecimiento mientras le sonreía con cariño.

Quinn se había convertido en una verdadera y fiel amiga.

―¿Quinn?―una voz femenina sorprendió a la pareja.

Brittany giró su cara de golpe para encontrarse con una mujer que iba vestida de jeans y camiseta y que los miraba al borde del llanto.

―¡Rachel!―dijo Quinn levantándose con rapidez del sofá.

―¿Rachel?―dijo Brittany.

―Rach, amor, estás aquí―Quinn se comenzó a acercar a la morena, pero la mujer giró sobre sus talones y se echó a caminar hasta la salida―Rach, ¿qué haces? ¿Dónde vas?

Quinn caminó tras la morena y Brittany tras la rubia más baja.

Rachel caminaba a paso firme y rápido, se notaba que estaba enojada, de seguro mal interpretando la escena entre Quinn y Brittany.

Quinn la llamaba, pero Rachel no se giró a contestar.

Rachel llegó a su auto cuando Quinn le dio alcance

―Rach, ¿qué es lo que pasa? Háblame.

―Interrumpí tu velada romántica, lo siento será mejor que me vaya―dijo sonriendo irónica y tristemente.

―¿Qué? No, nada de eso…

―Está bien Quinn, es normal que estés con otra mujer. Es mi culpa, yo te dejé ir―dijo con la voz llorosa.

―Es que no es así. Brittany es mi amiga…

―Claro… como no.

―Es verdad, Rachel―dijo Brittany que llegaba hasta la pareja―Quinn es una buena amiga.

―Sí amor, no mal interpretes las cosas. Yo te amo, Rachel.

―Rachel, me consta lo mucho que te ama―Brittany pensó en lo que decía Quinn.

Que Rachel había mal interpretado la escena que vio de ellas en el hotel.

Todo era un mal entendido, la boca la castigaba a ella que no creía en las casualidades, y pensó en que se podía mal interpretar las situaciones, y de inmediato Santana vino a su mente.

―¿Qué le pasó a tu nariz?―preguntó Rachel, recién percatándose de que Quinn estaba herida.

―Estoy bien. Rach, necesito que hablemos.

―A eso vine. Yo también necesito hablar contigo, Quinny. No soporto estar lejos de ti, ya no aguanto más.

―Bien―dijo Brittany sintiendo que sobraba en ese instante―, Las dejo. Ustedes tienen mucho de qué hablar. Rachel, encantada de conocerte, Quinn, gracias por esta noche.

―Brittany―dijo Rachel antes de que Brittany comenzara a caminar para marcharse―, También estoy encantada de conocerte, siento que haya sido en estas circunstancias.

Brittany sonrió y se despidió de la pareja deseando que pudieran arreglar sus diferencias.

Quinn era una buena persona y se merecía lo mejor.


Caminó de vuelta al hotel entrando en el vestíbulo y luego al salón de la gala mirando de un lado a otro buscando a su hermana.

Agradecía al cielo que Kitty no hubiera sido espectadora de todo el lío entre ella y Santana.

Vio que Kitty estaba bailando con su esposa, feliz, enamorada como una quinceañera.

Sintió un poco de envidia por aquella felicidad.

De pronto pensó en Santana y en todo lo ocurrido con ella.

En su testarudez y en lo que le había dicho Quinn sobre que podría a ver perdido a la persona y mujer de su vida.

Pensó en Rachel y en el mal entendido en que se había visto envuelta y se dio cuenta que había cometido un gran y tonto error. Supuso lo peor de Santana, sin siquiera darle el beneficio de la duda.

Su corazón se aceleró en los latidos y una inmensa desesperación por verla se apoderó de ella.

Tenía que salir de esa fiesta y buscarla, dejarla que hablara, que explicara todo lo que quisiera explicar.

Caminó nuevamente hasta el vestíbulo para luego salir del hotel y tomar un taxi.

Solo esperaba que Santana la recibiera.

Esperaba no haberla perdido para siempre.






*********************************************************************************************************





Santana llegó a su departamento envuelto en una ira atroz.

Tiró al suelo la cartera. Llegó hasta el bar para servirse un vaso con licor que pudiera aplacarle la rabia que bullía desde su interior.

Recordó a Brittany junto a Quinn, recordó la negativa de la ojiazul no queriendo escuchar su explicación y eso no mejoró su estado de ánimo.

Recordarla en los brazos de otra persona mientras bailaba no hizo más que aumentar sus sentimientos de furia y fue así como lanzó el vaso contra la pared para que éste se destruyera.

No podía seguir así, necesitaba alejarse de la rubia.

Necesitaba pensar con claridad todo sobre aquella relación y sus pasos a seguir.

A toda prisa fue a su habitación, tomó un bolso y puso algo de ropa en él. Sacó sus documentos desde un cajón, una chaqueta y salió de su hogar. No sabía muy bien dónde iría, pero conduciría su auto hasta el aeropuerto y una vez ahí, se subiría al primer avión donde pudiera embarcar y no importaba donde fuera que éste lo llevara.






Brittany llegó hasta el edificio de Santana y, apenas la vio el conserje, le dijo que la señorita López se había ido de viaje.

No lo podía creer.

Ella le preguntó si sabía a qué parte había viajado, pero el conserje le dijo que no tenía idea ya que, la señorita López, no había compartido es información con él.

Brittany sintió que el alma se le caía a los pies y un escalofrío la recorrió por completo.

Santana se había alejado y ella era la culpable de que eso sucediera.

Se preguntaba, ¿en qué parte estaría?

Trató de pensar, ¿cuál sería el primer lugar donde la morena viajaría?

Pero nada venía a su mente.

Al final, derrotada y con su corazón destrozado, volvió a su casa.








Los días pasaron y Brittany no había tenido noticias de Santana.

Por su hermana se enteró que se había tomado unos días de vacaciones, pero dónde estaba, nadie sabía y eso la tenía apesadumbrada.

Brittany ya se estaba preguntando si la volvería a ver otra vez, con toda sus alma deseaba que sí.

De la otra que apenas se había enterado era de Quinn.

Solo supo de la ojiverde cuando la llamó y ésta le dijo que se encontraba muy bien, que estaba recuperando el tiempo perdido con Rachel y que pronto sabría de ellas.

De eso hacía más de una semana.

Pero no la podía culpar por desaparecer del mundo, estaba con la mujer que amaba, ya reconciliadas y eso la tenía a ella muy feliz.

Brittany no era ni la sombra de la que había sido hace unos meses, estaba hasta más delgada, ya se lo habían hecho notar Sue y Kitty quien la regañaba todos los días por estar en ese estado.

Pero ella no la escuchaba, solo deseaba saber pronto algo sobre Santana.

El intercomunicador sonó dejando que la voz de Sue llenara el silencio en la oficina de Brittany.

―Señorita Brittany.

―Sí, Sue.

―La señorita Quinn Fabray en la línea uno.

Brittany tomó la llamaba esperando que su amiga tuviera buenas noticias para que le alegrara el día.

―Hola, Quinn ¿Cómo estás? ¿Todo bien con Rachel?

―Sí, todo excelente. Brittany necesito de tu ayuda―pidió con entusiasmo.

―Claro, dime ¿Qué necesitas?

―¿Crees que puedas ausentarte de tu trabajo unos días?

―¿De cuántos días estamos hablando?―preguntó intrigada.

―No sé… unos cuatro o cinco…

―Bueno, creo que podría hacer algo, pero, ¿de qué va todo?

―Brittany, solo te diré que, te necesito y que prepares tu maleta.

Brittany se quedó sorprendida por lo misteriosa de la invitación de su amiga.

Pero Quinn prometió enviarle un correo con todos los detalles para que ella estuviera enterada de todo.

Y así lo hizo.

Estaba sorprendida y feliz por lo que leía.

No podía creer la locura de la que sería participe, pero estaba muy entusiasmada.



Después de hablar con su hermana sobre los días que se ausentaría del trabajo y dejando bien informada a Sue sobre dónde y qué estaría haciendo, partió a su casa donde hizo su maleta feliz para el viaje que emprendería.

******************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D