[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca II (Adaptada) Epílogo

Capitulo 42

Bajo las escaleras y la veo que está de pie en el último escalón con sus manos dentro de sus bolsillos.

—Buenos días—me sonríe pero no es suficiente para que llegue a sus ojos.

—Buenos días.

Me ofrece su mano y la tomo, me lleva hasta el jardín y me sorprendo por ver que hay todo tipo de desayuno sobre la mesa, la veo sorprendida y ahora sí me sonríe, pero esta vez un poco nerviosa.

—Espero que tengas hambre. Come—me ofrece una silla y enseguida me siento—La Dra. Sugar Motta nos espera dentro de una hora.

—¿La Dra. Sugar Motta?—estoy por echarme a llorar.

—Sí—responde sentándose y empieza a servirme un poco de jugo de naranja—Hice una cita para las dos esta mañana, es la clínica que van Q y Rach. También tratan sobre la inseminación.

Tiro mi silla hacia atrás y llego rápido a su regazo para llenarle de besos la cara.

¿Ella ha hecho todo eso por mí?

¿Por nosotras?

—Lo siento por lo de anoche—limpia una lágrima de felicidad que se desliza por mi mejilla derecha—Estaba un poco asustada.

—Te amo, Santana López.

Ahora sí, mi sonrisa favorita invade toda su cara

—También te amo, Brittany Pierce.





Estamos en el consultorio de la Dra. Sugar.

Santana no deja de mover sus pies y yo no dejo de comerme las uñas.

Viendo todas las fotografías a mi alrededor, es demasiado real todo.

Santana toma mi mano cuando la puerta se abre y es la Dra. Sugar que regresa con los resultados.

Ella fue la primera en hacerse los exámenes y como estaba en proceso de ovulación los dejo congelados para más adelante o cuando los quisiéramos usar.

Luego fue mi turno he hice lo mismo, solo que ahora me iban a informar sobre mi irregularidad del periodo.

—Bien—se sienta y nos sonríe a las dos—Vamos a ver.

Es una eternidad la que le toma abrir el bendito sobre. Veo a Santana y está demasiado seria para mi gusto, luego veo a la Dra. Sugar y ella frunce el cejo leyendo detalladamente los resultados.

Cuando los deja sobre la mesa nos ve e intenta sonreír.

—Tu retraso se debe al estrés y la pérdida que tuviste meses atrás, tu cuerpo ha acumulado demasiado estos últimos días por lo que provocó el retraso, no se trata de nada grave. Esperemos que en unos cuantos días tu periodo llegue con regularidad. Las dejaré solos por un momento.

Escucho cuando la puerta vuelve a cerrarse y solamente veo mis manos sobre mis piernas.

Y yo enserio quiero tener bebés y si todo esta bien en mi, ¿porque no?

Ambas lo queremos, ¿no?

—¿Britt-Britt?

La voz de Santana ahora es demasiado incómoda para mí.

Seré egoísta, no me importa.

—Quiero irme.

Me pongo de pie y no la espero. Salgo del consultorio y camino hasta la salida. Santana viene corriendo hacia mí y me alcanza. Escucho que busca sus llaves y quita el seguro del auto para que entre. Me dejo caer en el asiento e intento respirar.

En verdad quiero, un hijo suyo.

Una familia juntas.

Santana conduce y no dice nada, hemos dado muchas vueltas y agradezco la intención, yo tampoco quiero ir a casa.

Estaciona el auto en un pequeño parque y se baja, abre mi puerta y ni siquiera me molesto en salir, así que ella se sienta sobre la puerta y me ve.

—Háblame, Britt-Britt.

Pero no lo hago.

No tengo nada qué decir, seguramente soy una ridícula para ella.

Se da por vencida y para matar más mi dolor, varias familias han empezado a hacer picnic sobre el pasto verde. Otros niños han empezado a jugar con sus padres y veo a lo lejos una pareja de embarazadas.

Mátenme ahora.

—Sé que quieres tener un bebé—busca mi mano—Pero creo que aun estas muy joven.

—Ese es el problema, Santana—sorbo por la nariz—Que solamente yo lo quiero, por lo tanto sólo yo sé lo que siento ahora. Sé que para ti es una estupidez que me sienta así, soy muy joven para ser mamá y tú ni siquiera quieres ser mamá de totas maneras.

—Te equivocas—levanta mi rostro cuando me toma del mentón—Yo también quiero.

—Mientes.

Veo ahora el techo del auto y escucho que abre el compartimiento cerca de mí, pone algo pesado en mis piernas y me obligo a bajar la mirada.

—¿Qué es esto?—pregunto enseguida cuando veo algo cuadrado y envuelto en un papel amarillo y tiene una cinta blanca, se ve hermoso y ni siquiera sé lo qué es.

—Ábrelo—me ordena y regresa su mirada a las personas que nos rodea.

Tomo el paquete y empiezo a abrirlo, suelto la cinta y cuando es momento de quitar el papel amarillo, me llevo las manos a la boca y lo veo.

—Lo compré esta mañana cuando hice la cita en la clínica—me explica un poco conmovida—No estaba preparada… pero quería estarlo.

Regreso la mirada y veo el título “CÓMO SER LA MEJOR MAMÁ” y paso mis dedos sobre las letras resaltadas del gran libro que Santana ha comprado.

—Supongo que algún día me ayudará, ambas lo seremos—me sonríe y lo toma—Quiero ser el mejor mamá, Britt. Porque sé que tú serás la mejor mamá también. No tenemos que esperar si no quieres, pero también creo que al terminar tu carrera sería el mejor momento.

Sollozo y salgo del auto. Tomo sus manos y la hago que se ponga de pie.

—Serás la mejor mamá, Sanny—hundo mi cara en su fuerte pecho—Lo siento, no quise ser exagerada. Y tienes razón, tengo que terminar mi carrera primero.

—Lo puedo entender, Britt-Britt.


Y sin más, regresamos a casa.

Santana jamás dejaría que abandonara mi carrera, sabía que la amaba demasiado y además quería que ella también se sintiera orgulloso de mí.

Capitulo 43

La clasificación está reñida y ahora me parece un sueño estar aquí a su lado.

Me ha presentado a un sinfín de personas y ahora me temo que saldré en los noticieros como la novia de Santana Snixx López.

Rio para mis adentros, hace algunos meses la veía desde el sofá de mi casa y ahora, estoy ayudándole a ponerse el casco.

No sin antes darle un gran beso.

Cada uno de los 16 pilotos calificados arranca con 2,000 puntos, más tres puntos por cada victoria lograda en las 26 carreras de la temporada regular.

Según Santana será pan comido, pero aun así estoy demasiado nerviosa por ella, solamente espero que todo salga bien en las cuatro etapas.

Me despido de ella y Quinn en compañía de su prometida, Rachel.

Están esperando por mí.

Me siento con ellas y mantengo los dedos cruzados.

—Lo logrará—anima Quinn—Ya verás.

—Esto es genial, Britt—la sigue Rachel—Estoy segura que lo hará bien.

Les sonrío a ambas.

Es lo que yo también espero.

Que todo salga bien y que mi chica de ojos oscuros, siga siendo la misma campeona que conocí en las carreras clandestinas.


Challenger Round:


Una victoria en cualquiera de esas tres carreras es el pase automático a la siguiente ronda.

El resto de los 12 pilotos buscará los puntos necesarios para intentar avanzar.

Después de esta ronda, los puntos se reajustan a 3,000 para cada uno de los pilotos participantes.

Santana lo está haciendo bien.

Veo su Chevrolet y es el primero en la primera vuelta. La primera ronda durará 25 minutos y avanzarán en la segunda los pilotos más rápidos.

Cuando la primera ronda terminó tenía un descanso de cinco minutos, por lo que salté de mi asiento y corrí hasta ella, como si ya fuese una campeona la abracé y la besé.

—¿Estás bien?—pregunta—¿No estás asustada ya?

—No—digo emocionada—¡Esto es genial!


Santana regresó a la pista y como era de esperar, ganó y clasificó a la siguiente ronda.


[bContender Round:[/b]


Ahora eran 12 pilotos y solamente 8 intentarán avanzar a la siguiente ronda.

Una victoria en cualquiera de estas tres carreras es el pase automático para avanzar a la siguiente ronda.

El manager de Santana siempre mantenía distancia, claramente pude ver que era por órdenes de Santana, a lo lejos saludó a Quinn y cuando intenté preguntarle por qué no se unía con nosotras, simplemente dijo que su lugar era detrás de todo el espectáculo.

Como siempre, no discutí y seguí viendo la carrera, no me importaba haber dormido poco, me aseguraba que mi amor estuviera mejor que yo, lo necesitaba.


Eliminator Round:


Como en las rondas anteriores, el o los pilotos que ganen una de estas carreras clasificarán automáticamente a la siguiente y última ronda.

Ahora solamente serán 4 los que competirán por el campeonato.

Habían dos corredores que eran igual de buenos, en una vuelta uno de ellos pudo alcanzarla, pero luego Santana pudo dejarlos atrás.

—Ya estoy empezando a ponerme nerviosa—le confieso a Quinn—Y en casa jamás me sentí así.

—Es porque es tu novia la que está ahora allá.

Me mofo.

—En eso tienes toda la razón.

Cuando llegó el momento de descanso, pude ver que Santana no se sentía muy bien.

—¿Te duele la cabeza?—pregunto tocando su frente.

—No, solamente hace un poco de calor.

—De cualquier manera te daré algo—busco en mi cartera las mismas pastillas que le han estado ayudado con sus dolores de cabeza y ella me ve y me sonríe—¿Qué sucede?—le entrego la pastilla y enseguida la toma.

—Es increíble que estés aquí y que te preocupes tanto por mí.

—Bueno, genia—tomo de nuevo el agua una vez tomó su pastilla—Eso es porque te amo y quiero que todo salga bien.

Regresó a la pista, ya no me sentía tan nerviosa, pero sí me ponía nerviosa la mirada de algunos pilotos y además la mirada de su manager, cuyo nombre desconocía.


La Esperada Carrera Del Año:


Santana va en segunda de los cuatro pilotos.

Estoy nerviosa, aterrada y eufórica.

Los gritos, las cámaras, todo es demasiado para mí en estos momentos.

Tendré que acostumbrarme algún día, pero definitivamente ese día no es hoy.

Santana ahora va en primera y grito junto con Rachel.

No quise decirle nada a Santana, pero anoche tuvo una pesadilla.

De nuevo volvió a decir el nombre de Dani mientras dormía. Quise pensar que se debía al estrés y cansancio. Pero cuando despertó en medio de la noche y me hizo el amor de manera desesperada y se quedó dormida sobre mi pecho.

Supe que algo no andaba bien.

Ya falta poco para que la carrera termine.

Veo la meta y es la última vuelta. Santana sigue en segunda de nuevo.

Muerdo mi labio inferior y fuerte eco se apodera de todo mi cuerpo cuando veo que el auto de Santana acelera todavía aún más y de nuevo.

Santana Snixx López es la número uno, campeona de la NASCAR Sprint Cup.

Grito, lloro, salto y abrazo a Quinn y a Rachel, la gente se vuelve loca.

Papeles de colores, silbatos, trompetas, tambores.

Todo al mismo tiempo y estoy que me vuelvo loca porque ya quiero que regrese.

Cuando el auto se acerca soy la primera en salir corriendo, no me importa que lo estén grabando todo.

Santana se quita su casco, extiende sus brazos y yo me lanzo hacia ella, rodeándola con mis piernas y besando toda su cara.

—Te amo, te amo, te amo—la beso y lloro abrazada a ella—Eres campeona.

—Ahora me siento una—me ve a la cara y limpia mis lágrimas.

Después de mi espectáculo, aplausos y gritos, la ceremonia comenzó.

De nuevo Santana estaba sosteniendo una gran copa de oro. Quise ponerme celosa cuando un par de modelos se tomaron una foto con ella, pero de nuevo regresó a mí y dejó claro que yo era su mayor trofeo.

—Ojalá yo me llevara a casa más que un trofeo—farfulla alguien detrás de mí.

Santana está dando un tipo de entrevista, Quinn y Rachel están tan emocionadas que no logran a escuchar.

—Creo que pensándolo bien, es mejor ese culo que un trofeo.

Esta vez Quinn escucha pero lo ignora.

Por acto reflejo veo detrás de mí, y es el piloto que quedó en segundo lugar, tiene una cerveza en su mano y está rodeado de muchas modelos, que a juzgar por su cara, no quieren estar con él.

—Ven aquí, puta—sisea—Te pagaré el doble que te paga ella y te enseñare lo que es bueno y como disfrutar gracias a un hombre.

Quinn la fulmina con la mirada y Rachel la detiene cuando tiene intención de acercarse a él.

—Ignórala, está borracho—la detengo yo también.

Veo a Santana y camina hacia nosotras.

Gracias a Dios.

—¿Nos vamos? —me pregunta.

—¡Oye!—grita el sujeto—¿Qué tengo que hacer para tener una puta igual? O a las cuatro en mi cama, les enseñaría mucho.

Oh, demonios.

Santana suelta mi mano y se acerca a él.

—¿Qué fue lo que dijiste?—intento detenerla pero a tres grandes pasos ya está frente a él.

La multitud se hace a un lado y ahora todos se han dado cuenta de lo que pasa.

—San—tomo su mano—Está borracho, por favor vámonos.

Santana lo extermina con la mirada, el tipo se ríe en su cara y da un sorbo a su cerveza.

Cuando Santana y yo nos damos la vuelta, siento que además de tocar, alguien azota mi trasero.

Y ni tiempo me da de girarme cuando Santana lo toma del cuello y lo estrella en su propio auto.

La gente se vuelve loca y los de seguridad llegan pronto antes de que Santana acabe con él.

—¡San!—le grito—¡Detente!

Quinn la ayuda y los de seguridad detienen el sujeto que se está riéndose como loco.

—Ojalá te hubieras muerto en la última carrera—le espeta y veo a Santana que palidece—¿Qué fue lo que te pasó?—continúa provocándola—¿Te quedaste dormida al volante? Es que las mujeres no sirven para esto, esto es de hombres.

Santana toma mi mano y salimos lejos de la multitud, los periodistas a nuestro alrededor empiezan a hacer preguntas.

Preguntas que no entiendo pero por cómo reacciona Santana, puedo ver en sus ojos que ella sabe de lo que le soltó ese tipo.

Ni siquiera se cambió o se despidió de su manager, masculló un par de cosas a lo lejos como «Te llamaré» y subimos al auto de Quinn.

En todo el camino nadie dijo nada y yo tampoco quería hacerlo en estos momentos.

Llegamos a casa y una camioneta muy lujosa esperaba fuera.

—Oh, mierda—dice Quinn y ve a Santana.

Veo por ventana y una pareja se baja de la camioneta enseguida y nos ve.

Santana parece que no respirara por lo que ve.

—¿Los conoces?—le pregunto.

Solamente asiente primero y toma mi mano y se aferra a ella cuando dice:

—Son mis padres.

Capitulo 44

Santana es la primera en bajar del auto.

Sigue aferrada a mi mano y Quinn es el primero en saludar.

—Sr. Y Sra. López—le tiende la mano a cada uno—Tanto tiempo sin verlos.

—Lo mismo digo Quinn—dice la mamá Santana.

Enseguida ve nuestras manos enlazadas y sonríe. No es una sonrisa fingida, pero después de lo que dijo Santana sobre ellos.

No me fío.

—Fue una gran carrera—le dice su papá con orgullo—Felicidades.

—¿Felicidades?—se burla Santana—Eso es nuevo.

—Te extrañamos—ahora su mamá parece que quisiera llorar y yo me siento muy incómoda.

Quinn y Rachel creo que se sienten igual porque son las primeros en retirarse.

—Por favor, pasen adelante—les invita Quinn.

Yo sigo tomada de la mano con Santana cuando entramos a la casa, pero cuando pienso que se va a detener, hace todo lo contrario, me lleva con ella hasta la puerta trasera y vamos a la casa del jardín.

Se despoja de su ropa, yo me quedo de pie viéndola.

Puedo entender que reaccione así.

Aunque no sé desde cuándo no los ve y por qué aquel sujeto dijo eso sobre un accidente.

Ella ni siquiera me había dicho sobre ello.

Ahora entiendo a qué se deben sus dolores de cabeza.

—San…

Toma mi mano y me acerca a ella, empieza a quitarme la ropa de forma desesperada y hace que entre con ella a la bañera. Abre el grifo y el agua cae sobre nuestros cuerpos.

Santana sigue reaccionando extraño y ahora me abraza, así permanece y yo la dejo porque no sé qué otra cosa hacer.

—Estás asustándome—hace que me aferre más a ella—Por favor di algo.

—No sé qué hacen aquí—espeta con asco—No los necesito.

Es extraño que mencione eso y no sobre el accidente, no sé qué es peor.

—Todo estará bien—tomo su rostro para que me vea—Sólo quieren verte.

Como si quisiera que no hablara me calla con un beso. Me toma de las piernas y las rodea en su cintura. Me lleva hasta la pared fría y empieza a devorarme los pechos, el cuello, labios y hombros.

Me muerde tan fuerte que ahogo el dolor en sus labios.

Eso es algo nuevo, puedo entender su furia pero nunca me había lastimado.

—Lo siento—se da cuenta de lo que hace y se detiene—Es sólo que…

Ahora la callo yo y regreso sus labios a los míos.

—Por favor, continúa.

Hace lo que le pido y me penetra con tres dedos tan fuerte que me hace gritar del placer, tocando una parte sensible.

Ahora esto sí me gusta.


Salimos de la casa del jardín y nos reunimos de nuevo con sus padres en la sala principal de mi casa.

—Soy Britt—me presento—Mucho gusto, Sr. Y Sra. López.

Ambos me tienden la mano, su mamá sigue sonriéndome y su papá parece que le doliera y hasta se sorprende de mi amabilidad.

—El placer es de nosotros, Britt.

—Se llama Brittany—interrumpe Santana —Y es mi novia.

Ambos se ríen apenas y yo les sonrío como puedo.

Su hija a veces es imposible.

—Los dejaré solos—los veo a los tres—Con permiso.

Subo a mi habitación enseguida y llevo el corazón en la mano.

Quisiera quedarme con ella y darle mi apoyo pero necesita arreglar las cosas con ellos.

Debe perdonar, no los conozco y si Santana no los quiere en su vida lo puedo respetar, pero al menos debe tratarlos con respeto, son sus padres después de todo.

Me quedo dormida en mi habitación.

Quiero esperar que regrese Santana, pero el sueño se apodera de mí, entonces cierro los ojos.


Algo no está bien.

Ésta no es mi casa, es un hospital.

Me acerco un poco y solamente hay una habitación abierta donde de ella, sale una gran luz blanca.

Me acerco un poco y veo salir de ahí a Santana.

—¿San?—pregunto corriendo hacia ella, pero de nuevo en mis sueños no puedo correr como yo quiero.

Ella llora.

—No quiero perderla.

¿A quién no quiere perder?

—¿De qué estás hablando?

Cuando hago la pregunta ella desaparece.

Ahora me encuentro enfrente de la habitación y tengo miedo de entrar.

¿Dani está ahí adentro?

¿Es a ella a la que no quiere perder?

Camino más hacia el interior y solamente hay una cama, no hay enfermera ni médicos, solamente escucho una máquina.

Caigo al suelo cuando veo de quien se trata.

Ahora escucho llantos por todos lados, y mis padres están llorando por una ventana.

Mis padres están muertos.

Veo de nuevo el cuerpo que está luchando por su vida en la cama y lloro.

—No quiero perderte—solloza Santana detrás de mí.

Regreso la mirada a la chica que está en la cama y lloro también.

Santana no puede verme, porque yo estoy en esa cama… luchando por mi vida.

—¡Britt!—grita alguien—¡Despierta, por favor!

Abro los ojos y Santana está sacudiendo mi cuerpo y ya es de mañana está casi desnuda.

No sé a qué hora regresó a la cama, pero la he despertado.

—Era una pesadilla, Britt-Britt—me abraza—Era solamente una pesadilla.

¿Por qué soñé que estaba en un hospital?

Santana me pregunta sobre mi sueño y yo le miento y le digo que era sobre mis padres, ellos estaban en el sueño, por lo que no es del todo una mentira.

—¿Y tus padres?

—Se han ido—evade todo tipo de preguntas cuando se mete a mi baño.

No la sigo, todavía estoy recuperándome del sueño que tuve.

Era demasiado real y eso asusta.

Yo no quiero morir.

No quiero que nadie muera.

Ni siquiera su ex prometida.

Capitulo 45

Según me dijo Santana, sus padres seguían en la ciudad o algo así, solamente pasaron a saludar.

Algo me decía que era mentira.

Ella estaba evadiendo verlos.

Le pregunté a Quinn si escuchó algo anoche y me dijo que mi morena los había corrido cuando ellos intentaron decirle algo. Le creí a mi hermana, pero algo dentro de mí estaba golpeándome muy feo.

Santana no quería responder a mis preguntas.

No quiso decirme nada sobre su accidente. Dijo que era una vil mentira del idiota borracho. Y como siempre, no indagué más.

Ya me estaba cansando de ser tan indulgente con ella cuando se ponía así de nuevo con sus secretos.

Alguien toca a la puerta de mi casa.

Enseguida me apresuro a abrirla, Santana está en la cocina y Quinn en el médico con Rachel.

—Hola.

Y antes de que pueda decirle algo, Santana se apresura y casi me empuja cuando enfrenta a Brenda y la toma del brazo alejándola de mí.

—¡No!—le grita Brenda.

Sin pensarlo dos veces me apresuro y llego ante ellas.

—¿Qué está pasando?—les pregunto a ambas.

—Pasa que aquí tu… novia no quiere que escuches lo que vengo a decirte—escupe Brenda.

Veo a Santana pidiendo una explicación y de nuevo intenta callarla.

—¡Estoy embarazada!—grita Brenda y mi cuerpo se adormece y Santana me sostiene de inmediato.

¿Sam la embarazo?

Pero eso no me importa mucho la verdad, solo que si paso estaba aun conmigo.

Me suelto de Santana.

—Y Santana es su mamá.

—¿Qué?

—Es verdad, Britt—gruñe Brenda—Pregúntale qué hicimos cuando te dejó al darse cuenta de que te seguías viendo con Sam.

Hago memoria y eso pasó hace meses, incluso antes de que mis padres fallecieran.

—Estaba tan abatida que ni siquiera se sorprendió al verme tocar a su habitación en el hotel. Nos acostamos y luego le di la idea que para vengarse podía tener un hijo conmigo, ya sabes, pero jamás pensé que aceptaría.

Yo escucho a Brenda, pero no la miro, a la que miro es a Santana.

¿Embarazada?

¿Se sometió a un tratamiento con ella y no conmigo?

¿Por hacerme daño?

—¿La buscaste?—sollozo sintiendo la rabia por hacerlo.

—Oh, no—continúa Brenda—Por primera vez te ayudaré un poco, Britt. Yo la seguí, y como dije le propuse esa loca idea, pero la que quedo loca fui yo cuando acepto.

—Britt-Britt, por favor…

Salgo corriendo hasta el interior de mi casa.

Solamente pude escuchar que Santana maldecía en voz alta y Brenda reía como hiena.

Era su objetivo desde un inicio.

Bueno lo había conseguido.

Algo que yo quería darle.

Lloro, tiro todo a mi alrededor, maldigo también y por último, me dejo caer en mi cama.

Es demasiado para mí.

—Por favor, Britt-Britt—solloza Santana, tocando mi mano—Por favor, perdóname.

—Vete—casi ni reconozco mi voz—Vete y olvídate de mí.

—Te amo.

Como si esas palabras me quemaran me pongo de pie. La palma de mi mano va a dar directamente a su mejilla y ella aprieta más su mandíbula sintiendo el ardor.

—No debí dejarte entrar en lo que me quedaba de corazón—susurro llorando y ella también llora—Debí abrir las puertas para que salieras de una jodida vez.

—No me dejes—suplica.

—Tú te encargaste de eso—rechazo su tacto—Te encargaste de mandar todo a la mierda. Pensé que habías venido aquí porque estabas huyendo de algo, luego me di cuenta que solamente te estabas escondiendo, pero me equivoqué… tú huyes, es lo que haces siempre, pero no puedes huir de esto,
Santana. Simplemente no puedes.

—Te juro que no recuerdo nada, Britt. Solo cuando llego, luego dio la idea y solo dije sí, pero no recuerdo más.

—El daño está hecho y espero que el libro que compraste te ayude de ahora en adelante.

Ese fue un golpe bajo.

Pero es la verdad.

Será mamá, lo va a necesitar.

—Te necesito—llega hasta mí, su tacto, sus besos ahora duelen, no tengo la fuerza para apartarla, pero es más mi rechazo lo que le duele—Por favor, ámame.

—Nunca te he dejado de amar, Santana—cierro mis ojos y me alejo de ella—Eres tú quien dejó de amarme primero cuando las cosas se pusieron difíciles.

Sin decir más se va.

Dudo mucho que vaya con ella, parece que la odia, pero no puedo perdonar lo que hizo, no puedo perdonar el engaño de la persona que amo y mucho menos puedo odiarla u odiar a ese bebé que viene en camino.

Vuelvo a la cama y sin llorar, solamente cierro mis ojos.

Todavía es temprano y no me importa.

Seguramente cuando venga Quinn querrá golpearla esta vez de verdad, al menos esta vez se lo merece… pero yo también, por haberme enamorado de una idiota de ojos oscuros que resultó ser la misma chica que conocí años atrás.



Abro los ojos por el sol que entra por mi ventana.

Miro el reloj y he dormido todo el día y parte de la tarde. Sin ver mi apariencia, no me importa bajar con la misma ropa de ayer, necesito hacer algo y lo necesito ahora.

Recuerdo que papá guardaba alcohol en su despacho y camino sin mirar atrás.

Quinn ya debe saberlo todo aunque me parece extraño que no esté en casa.

De todas maneras es mejor así.

Abro la puerta del despacho y siento un gran dolor al sentir todavía el aroma a tabaco de mi papá, sé que es imposible, pero mi recuerdo de él todavía lo puede sentir.

Voy al gabinete y saco una botella. La abro aquí mismo y la llevo a mi boca, va a matarme, más si no he comido nada, no me importa y me la sigo empinando.

Siento que todo lo voy perdiendo y eso me aterra.

No quiero perder a nadie más, ya perdí a mis padres y ahora a la mujer que amaba.

Salgo del despacho y todavía con la botella en las manos salgo al techo de mi habitación y me termino la botella sintiendo el sol en mi cabeza.

—Britt—la voz de Santana ya no me asusta, de hecho creo que estoy soñando—Britt-Britt, ven aquí por favor.

Me rio de que siga llamándome así, ya no soy su Britt-Britt, a veces pienso que nunca lo he sido.

—Vete, celebridad.

No me había dado cuenta, pero me está hablando desde el jardín.

Claramente escuché su voz en mi oído pero no. Era un maldito sueño o quizás síntoma de locura por el alcohol.

Me paro y apenas puedo mantenerme de pie cuando veo que desaparece.

Ahora escucho un grito y es Quinn que seguramente está peleando con Santana.

—Britt, por el amor de Dios ven aquí—me implora mi hermana—Estás ebria, y además aquí es peligroso.

—No me importa, Q—camino en círculos—Nunca me he caído.

Vuelvo a sentarme mientras escucho que Quinn y Santana siguen discutiendo.

En el fondo escucho que tocan el timbre.

Música para mis oídos es mejor así, necesito estar sola.

—Britt, ven aquí—esa es Quinn—Los padres de Santana están aquí.

—Que les dé la noticia que serán abuelos ¡Ah!—me retracto riendo—Pero no gracias a mí.

—Voy a traerte agua.

Apenas veo su silueta que desaparece. En pocos segundos, cuando creo que ha regresado, escucho una risa burlona detrás de mí.

—Qué patética eres—Brenda se ríe desde la ventana—Huérfana y ebria.

Sus palabras no me duelen, no va a conseguir que me sienta peor de lo que ya me siento.

El sonido de sus zapatos me indica que también está en el techo. No voy a soportarla así que me pongo de pie de inmediato y la enfrento.

—Déjame en paz, Brenda. Ya tienes lo que querías, ahora vete.

—Todavía no.

Camino un poco lejos porque escucho que alguien está discutiendo en el jardín, deben ser los padres de Santana junto con ella.

Mientras que yo estoy enfrentando sola a la mamá de su bebé.

—Es increíble que primero te haya quitado a Sam y ahora a Santana—la veo como lo que es, una basura y me burlo de ella—¿Crees que eres mejor que yo solamente por eso?

Se acerca a mí y está en verdad enfadada, a pesar de eso no le tengo miedo, continúo:

—Solamente eres la puta vecina que no puede conseguir una persona por sí sola, necesita subir por los tejados y asechar lo que no es suyo.

—Ni siquiera te puedes mantener de pie—me ve de pies a cabeza con repudio—¿Qué te hace pensar que puedes tener a una persona para ti? Primero probaste con un hombre, Sam, no funciono y ahora una mujer, Santana, tampoco funciono, debo decir que ha sido muy fácil.

—Lo de Sam no me sorprendió, en realidad eres como él—jamás me había sentido tan valiente, no es necesario caerle a golpes para ganar esta batalla—Pero Santana—me rio y ahora soy yo la que la ve de pies a cabeza—Jamás será tuya.

—¿Por qué estás tan segura?—ya empezó a temblarle la voz de la rabia.

—Porque al contrario de Sam, Santana me ama—me acero a ella y le susurro—Y ni siquiera recuerda haberse acostado contigo menos recordar que se sometió al tratamiento.

Brenda levanta su mano e intenta golpearme en la cara. Yo detengo su puño, entonces me toma de los hombros, ve a mi alrededor y puedo ver en su rostro una mirada que jamás había visto en toda mi vida.

Ira.

Con todas sus fuerzas me empuja por la orilla del techo y por un segundo veo el sol, todo sucede en cámara lenta y mientras mi cuerpo va cayendo, escucho los gritos de Quinn, Rachel y Santana.

Es tarde, ya no pueden hacer nada.