(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter “The Talk”

Blaine termino de vestirse sintiéndose de lo peor, como si hubiese caído recién en la cuenta que había cambiado su vida para siempre. Trago la saliva que no tenia y trato de enfocar sus pensamientos, que para ese instante estaban tan revueltos como su estomago. Se sentó en la cama y pensó que todo lo que había planeado junto a Kurt se escapaba de sus manos. Sintió asco de él y del lugar en donde estaba, se tomo la cabeza y quiso soltar un grito de llanto.
-¿Estás bien?
-No…
-¿Es porque no luzco como mi foto de perfil?—dijo el chico desde la puerta del baño y soltando una pequeña risa.
-Lo siento, pero tengo que irme…—respondió Blaine casi rompiendo en llanto.
-¿De verdad?, ¿te irás?
Blaine no le prestó atención y se puso el cárdigan como pudo, lleno de rabia y frustración se enredo con las mangas y termino poniéndoselo al revés. Tomo el resto de sus cosas y comenzó a buscar sus zapatillas. Cada palabra que Eli decía le causaba más y más repulsión, con él, consigo mismo y con la situación en la que había caído.
-¿Estás seguro que no te quieres quedar?, es tarde, tal vez…
-No, no me quiero quedar…mira esto fue un error, por favor tómalo como tal—advirtió Blaine poniéndose una de las zapatillas.
-No parecías creer que fuera un error cuando decidiste venir.
-No… pero ahora me doy cuenta que si lo fue… ¡tengo un novio!...yo no soy así…no se…
-A mi no me importa eso, no busco casarme contigo— dijo Eli, bebiendo agua.
-¡Pero a mi si!... ¡A MI SI!...—exclamo Blaine tan alto, que pensó que el tono de su voz serviría para borrar en algo el inmenso error que había cometido.
-Por mí no te preocupes, no diré nada.
-Eso espero, y por favor no vuelvas a comunicarte conmigo—sentencio Blaine poniéndose la otra zapatilla y tomando su billetera.
-¿Yo?... te recuerdo que fuiste tú el que me mando un mensaje, Mira, yo no te conozco, pero en cuanto llegaste pude deducir que estabas buscando que esto pasara de todas formas…
-¡Lo sé!…lo sé ¿de acuerdo?, pero ya estoy arrepentido, y como bien dices, tu no me conoces, así es que no saques conclusiones, ¿de acuerdo?—advirtió Blaine, ya no molesto con Eli sino que con él mismo.
-¿Por qué no te calmas?, ¿quieres un vaso de agua?—pregunto Eli, haciendo como que se levantaba de la cama desecha.
-No quiero nada, ya te dije… ¡por Dios!,—exclamo Blaine tomándose la cabeza y haciendo un gesto con su cara, como si experimentara una nausea repentina—… y pensar en lo que va a decir cuando se entere de esta estupidez…
-¿Para qué le vas a decir?—quiso saber el chico acostándose en su cama y poniendo la cara de quien cree que decir la verdad sobre algo, es el peor error del mundo.
-¡Por qué no significo nada!, tu no significas nada, esto fue lo que paso aquí y nada mas…Kurt y yo estamos hecho el uno para el otro y destinados a estar juntos para siempre…
-Y si están hechos el uno para el otro, para cuidarse en salud y enfermedad y todo lo demás… ¿Por qué diablos te metiste en mi cama entonces?


Noviembre de 2016

-¿Hace cuanto que está lloviendo?
-Desde antes que llegáramos, por lo menos hace un par de horas, ¿ya tienes señal?—pregunto Kurt mirando por la ventana la intensa lluvia que caía sobre New York.
-No, aún no—respondió Rachel moviendo su teléfono por todo el lugar.
-¿No será un huracán?—pregunto Kurt nervioso.
-El último fue hace casi cuatro años, y lo anunciaron, de esta tormenta no han dicho nada…
-¿Alcanzaste a llamar a tus Padres?
-Los llame, lo mismo que a Noah… ¡para que me excuse con el maestro!—exclamo la chica al ver que Kurt le levantaba una ceja, sospechoso del nuevo amigo que Rachel había hecho en su último año de universidad.
-¡Claro!, el maestro…
-¿Y tú?, ¿avísate a Burt que está todo bien?
-Le avise, en el noticiario local dijeron que en New York había llovido sin parar durante dos días, mi Padre ya creía que teníamos el agua hasta el cuello.
-Espero y no se corte la luz, al menos estás preparado—dijo Rachel apuntando las numerosas velas que habían por toda la sala y parte de la cocina.
-No es por un corte de luz que las puse…
-¿Entonces?
-Hoy es nuestra “noche de cita” con Blaine…—explico Kurt mirando hacia a la calle.
-¿”Noche de cita”?... que romántico…
-Lo es, es algo que hacemos desde que estamos juntos, esta semana me tocaba prepararla a mí, pero creo que exagere en la producción. ¿Tú te irás en cuanto él llegue? ¿Verdad?—dijo Kurt volteándose hacia ella con las manos en la espalda, como si tuviera un dolor repentino en los riñones.
-¿Estas bromeando? Por supuesto que si, además no exageraste nada, a mi me encanta, si fuera yo tu cita ya estaríamos en el dormitorio —aseguro Rachel sonriendo y apoyando su cabeza en el hombro de Kurt.
-Claro…
-¿Blaine no debería estar aquí ya? ¿o tiene turno en el bar?—dijo Rachel moviendo su teléfono como si fuera una botella de Kétchup tapada.
-No…debería estar aquí…
-¿No lo llamaste?...
-Si Rachel lo llame, por eso estoy aquí hecho un atado de nervios
-Está bien...lo siento, pero no te preocupes, todo se retrasa cuando hay lluvia…
-Espero y sea solo un atraso—respondió Kurt apartándose de la ventana y chequeando la señal de su teléfono.
-¿Nada?...
Kurt negó con la cabeza y tiro el teléfono en el sofá. “Odio las tormentas”, le escucho decir Rachel mientras partía al baño.
-¡Ya tengo señal!—grito entusiasmada—diez llamadas perdidas de…¿Dylan? y… ¿otras ocho de…Lily?—murmuro para sí Rachel, llamándolo enseguida.
-¿Tienes señal?, préstamelo…—pidió Kurt, casi arrebatándoselo de la mano.
-Espera un momento Kurt… no sé porque pero tengo 10 llamadas perdidas de Dylan…
-¿Qué?, ¿de Dylan? ¿Y porque habría de llamarte a ti?, ¿no te advertí sobre el comportamiento que tiene el Ingles este?…—dijo Kurt pensando que tal vez, Rachel no había podido resistir los encantos del amigo de Blaine, y había caído rendida ante él, como casi la mitad de las mujeres de New York.
-No lo sé, por eso lo estoy llamando… ¿Dylan?, es Rache…Ok… ¿Qué?... ¿cuándo?... ¿tu estas allá?—dijo apartándose y tapándose el odio contrario al teléfono para escuchar mejor—si …si no te preocupes le diré…tu igual.
-¿Qué paso?, ¿está con Blaine?, los pillo la tormenta en la calle verdad, siempre le he dicho que si va… ¿Qué sucede Rachel?—se interrumpió Kurt al ver que Rachel no decía nada, pero su cara lo decía todo.
-Kurt…—comenzó a decir la chica acercándosele y tomándolo por un brazo—quiero que estés tranquilo…
-¡Rachel!...no empieces con eso… ¿Qué sucede?
-Dylan me llamo por que esta con Blaine en el hospital…
-¿Qué?—dijo Kurt palideciendo y empequeñeciendo su voz un resto.
-Blaine se sintió mal en la última clase y lo llevaron a la sala de emergencias, Dylan está con el ahora…
-…
-Kurt, todo está bien…
-¿Como que todo está bien? … ¡Blaine esta en el hospital!... ¿dónde?, debemos ir de inmediato…
-Por supuesto, pero cálmate, ¿de acuerdo?
-No, no pienso calmarme… ¿Dónde está?—insistió tomando su abrigo y tratando de desenredar la bufanda del gancho de la ropa, pero enredándola más por la torpeza de los nervios
-En el “NYU Langone Medical Center”, déjame yo la saco—dijo Rachel sacando el gancho del ropero y desenredándola al instante.
-¿En ese hospital lleno de estudiantes?... ¡ni siquiera son doctores de verdad!
-Es un hospital de la escuela de medicina, pero hay doctores calificados, no te preocupes por eso…
-Rachel si algo le pasa a Blaine yo…
-No le va a pasar nada— le aseguro Rachel a Kurt tomándole ambas manos—Dylan dijo que fue un malestar, tal vez comió algo que le hizo mal, debemos mantenernos positivos… ¿vamos?
-Vamos… ¡espera!—dijo Kurt dando media vuelta y dirigiéndose al dormitorio
-No creo que deberías de llevar eso a una sala de urgencias, ¿sabes cuantos indigentes duermen allí?—explico Rachel, al ver que Kurt volvía acomodándose la sortija de compromiso que Blaine le diera hace casi 8 meses y que en la actualidad, había reemplazado por el anillo de matrimonio que llevaba desde hacía 3.
-No me importa—dijo acomodándosela.
Rachel tomo su abrigo y el paraguas, Kurt hizo lo mismo, tomando también las llaves, dio una mirada al departamento y cerró la puerta tras él.

-¡Ahí está Dylan!—exclamo Rachel, entrando empapada a la sala de emergencias.
-¿Qué paso?, ¿Blaine está bien?—quiso saber Kurt de inmediato.
-Vaya si los pillo la tormenta…vengan—dijo Dylan dirigiéndolos hacia el sector donde estaba Lily bebiendo un café junto a Richard. Ambos se levantaron y saludaron a los recién llegados. Lily le dio un abrazo tan fuerte a Kurt, que este pensó lo peor.
-Dylan por favor, creo que me voy a desmayar de la angustia, ¿Qué fue lo que paso?—dijo Kurt casi como la ultima suplica que da un condenado a muerte.
-Blaine se sintió mal, desde la mañana, ¿verdad Lily?—la chica se puso de pie y asintió con la cabeza— apenas almorzó y…
-Pero yo hable con el esta mañana, porque íbamos a ir al cine y como se puso a llover… ¿Por qué no me dijo?—interrumpió Kurt tratando se secarse la cara con los pañuelos descartables que le daba Rachel.
-Sí, lo que pasa es que no quiso intranquilizarte…—dijo Lily justificando a su amigo como era su deber.
-Así es… luego ya se sintió peor, así es que lo trajimos aquí, y como dijo Lily, él no quería que te llamáramos, por eso es que llamamos a Rachel, que nunca contesto por cierto—agrego Dylan mirándola con desdén británico.
-Pues no tenia señal…es culpa de la tormenta no mía…—respondió la chica meneando su teléfono casi en la cara de Dylan.
-Chicos no discutan por favor…
-Lo siento Kurt…
-Si Kurt disculpa, ¿Por qué no te sientas?, o te sacas ese abrigo, estas empapado—pidió Dylan señalando las sillas.
-Claro…pero dime ¿Qué ha pasado?, que dijeron los médicos— quiso saber Kurt sentándose sin quitarse nada.
-Bueno, cuando llegamos lo ingresaron y hasta ahora, solo nos han dicho que pueden ser tres cosas, una indigestión, apendicitis o…
-¡¿O?!...—exclamo Kurt levantándose nuevamente e imaginándose más de 30 enfermedades diferentes por segundo.
-O, algo a la vesícula, que sería lo más complicado— termino de explicar Dylan poniendo cara de complicación y poniéndose la mano sobre su propia vesícula.
-El problema es que creo que hubo un accidente en St. Vartan’s Park, por lo que el lugar está bastante lleno y todos los doctores parecieran estar ocupados—explico Lily con cara de circunstancia— ¿Por qué no te sientas?, les traeré un café, ambos están mojados y si no calientan sus cuerpos se refriaran—termino por decir, mientras hurgaba en su cartera en busca de efectivo y le hacia una seña a Richard para que la acompañara.
-Iré a preguntar, no puedo quedarme aquí espe…
-¿Blaine Anderson?, los familiares de Blaine Anderson—dijo un doctor desde la puerta de ingreso, con una ficha clínica en su mano.
-¡Blaine Anderson! , si…¡yo!, ¡nosotros!…—exclamo Kurt avanzando con torpeza, entre la gente y los insumos médicos que abarrotaban el pasillo que conducía a la sala de ingreso y seguido por Dylan, Rachel, Lily y Richard.
-¿Todos vienen con el señor Anderson?—pregunto el Doctor haciéndose hacia atrás por la impresión que le provocaba ver tamaña multitud que acompañaba al Sr. Anderson.
-¡SI!—respondieron todos.
Kurt sonrió para sí, aliviado de sentir que no estaba solo en toda esa pesadilla.
-Está bien, pero necesito hablar solo con uno….
-¡Conmigo!...—exclamo Kurt abriéndose paso entre Dylan y Lily.
-¿Y Usted es?...
-Soy Kurt Hummel, el esposo de Blaine…
-Perfecto, acompáñeme entonces…—dijo el Doctor estrechándole la mano y empujando la puerta de ingreso con su trasero.
-Rachel…—dijo Kurt entregándole su abrigo, el paraguas y la bufanda, que aun cargaba en una de sus manos.
-¿Blaine está bien?—pregunto esperando la peor de las respuestas.
-Sí, lo está, pero tendrá que someterse a una cirugía, tiene apendicitis…
-Apendicitis…—repitió murmurando Kurt y dando un suspiro aliviado, borrando con ello de su mente las ideas de “cáncer de colon” y “muerte cerebral”.
-Exacto, le hicimos una ecografía y los resultados mostraron fluidos alrededor de la apéndice, lo que es signo indiscutido de aquello… ¿desea pasar a verlo?
-Por supuesto…—respondió Kurt con un hilo de voz.
-Acompáñeme, es allí—indico el doctor apuntando 3 salas más allá de donde se encontraban.
-Gracias ¿doctor?…
-Revees, Alex Revees.
-Gracias Dr. Revees— repitió Kurt avanzando hacia la sala.
-Por nada, y en menos de media hora lo preparan para la cirugía…
-Perfecto, Gracias…
Los menos de 6 metros que lo separaban de Blaine, se le hicieron eternos, quiso llorar en ese mismo instante, no sabía si de pena y preocupación o de alivio de saber que era solo una apendectomía y no una cirugía cerebral. Se paro frete a la puerta y dio suspiro hondo, para disimular lo más posible el dolor que le embargaba en aquel instante.
Abrió la puerta con cuidado y de las cuatro camas de la sala, solo dos estaban ocupadas, una de ellas, la cercana a la ventana, por Blaine, quien miraba la ciudad, acostado de espaldas. Tenía puesta una bata clínica y un suero en su brazo derecho, un oxímetro en el dedo izquierdo y un aparato le proporcionaba medicamentos de manera intravenosa.
-Blaine…—susurro Kurt casi sin voz, como si hubiese corrido la maratón de New York y quisiera agua en la línea de la meta.
-Kurt…lo siento…—dijo apuntándose así mismo, al suero y al oxímetro, con sus manos.
-¿Cómo estás?...
-Bien ahora…—dijo estirando sus brazos para que Kurt lo abrazara.
Kurt se inclino sobre él y lo abrazo sin pensar en la máquina de los medicamentos, en el suero, ni en nada y se abrigo con su olor, ya que a pesar que solo vestía una bata de hospital, su aroma permanecía en él como era habitual. Al sentir que derramaba algunas lágrimas, se retiro disimulado para enjugárselas con el sweater.
-Pareces cansado, ¿son los medicamentos?
-Parece…— dijo Blaine apuntando la bolsa de suero.
-¿Tienes algún dolor?—pregunto Kurt, mientras le tomaba la mano con delicadeza.
-No, ahora ninguno, pero me sentí pésimo todo el día, vomite hasta lo que no había comido—explico Blaine bajando su voz en la parte que describía la intensa vomitada.
-OK, eso es asqueroso…—dijo Kurt tratando de distender el ambiente.
-Lo sé…quise decirte cuando me llamaste, pero pensé que era un malestar pasajero…—explico.
-Dylan me lo dijo, están aquí todos, el teléfono de Rachel no tenía señal, y no supe nada hasta ahora.
-Creo que debemos contratar una línea fija—dijo Blaine sonriéndole.
-Creo que si…
-¿Señor Hummel?
-¿Si?...
-Le traigo los papeles de autorización para la cirugía de su esposo, necesito que los firme.
-¿Papeles?..—repitió Kurt, mirando a la enfermera y luego a Blaine confundido y asustado.
-Sí, es la autorización para la cirugía, algunos datos médicos sobre el Sr. Anderson y un mandato por si es que desea o no, que se le proporcionen medicamentos y procedimientos de soporte vital si es…
-¿Sopor…soporte vital?—pregunto Kurt alejándose un poco de la enfermera como si esta cargara un cinturón explosivo—creí que la cirugía de apendicitis era la más rutinaria de las operaciones—agrego con sus palmas abiertas.
-Lo es Sr. Hummel, pero toda cirugía tiene complicaciones, lo siento pero usted es el responsable legal de su esposo y debe firmar esto—insistió la enfermera entregándole las formas a llenar y señalándole una de las hojas color amarillo que tenía en su encabezado las siglas ”DNR”
-Disculpe, nos podría dejar solos un momento…—pidió Blaine desde su cama, estirando su mano para recibir las formas.
-Por supuesto, vuelvo en cinco minutos—respondió la enfermera, entregándole la tabla con el papeleo.
-Kurt…
-No digas nada, no firmare nada…
-Debes hacerlo, son los deberes del matrimonio... ¿recuerdas? ¿en salud y enfermedad?, además es por situaciones como estas que decidimos casarnos…
-Creí que había sido por la fiesta y los regalos…—dijo Kurt con los brazos cruzados, de espaldas a Blaine y con su mirada perdida en la lluvia, que parecía aun más intensa desde su perspectiva.
-Kurt, ninguno de los dos quisiera que otra persona decidiera el destino del otro, ¿o sí?… además, es solo precaución, creo que hasta por una uña encarnada te hacen firmar estos papeles.
-Dame eso…—dijo estirando su mano y derramando lagrimas ya sin preocuparse por disimularlas.
Kurt comenzó a leer las formas y a llenar los espacios en blanco, los datos personales de Blaine, sus datos médicos y otros datos del seguro de ambos.
-“Desea ser sometido a procedimientos que alarguen su vid…”—leyó Kurt sin poder terminar la frase “Que alarguen su vida artificialmente”
-No…
Kurt lo miro un par de segundos y siguió llenando las formas.
-Kurt, con respecto al departamento, los papeles están en la caja del closet, lo mismo que los seguros. El dinero que tengo en el ban…
-No quiero hablar de eso…—interrumpió levantándose de pronto y dejando la tabla con las formas sobre la cama de Blaine.
-Kurt, es importante que sepas que hacer…
-Basta…—murmuro Kurt, volviendo a fijar su vista en la ciudad.
-Kurt, es solo precaución, no quiere decir que me vaya a mo…—trato de insistir Blaine.
-¡Basta!...¡basta Blaine!…estás hablando como si…como si esta fuera la última conversación que tendremos, y no… no es así, estamos recién empezando nuestras vidas, nos casamos hace 3 meses….tenemos…tenemos mucho que vivir aun….Tú…tú, te vas a someter a esta cirugía y vas a salir caminando de aquí y en dos días estaremos riéndonos de todo esto.—dijo Kurt enjugándose los ojos y la nariz con la manga de su sweater y alzando tanto la voz que llego a despertar al enfermo de junto.
-Kurt, lo sé, pero cualquier cosa puede salir mal, no digo que lo será pero…
-Pero nada… es solo una operación de apendicitis, a mi me operaron cuando tenía 12 y todo salió bien… lo mismo será para ti…
-Y así será Kurt, pero…
-No…no…prométeme que volverás conmigo en dos días, a nuestro departamento, y a nuestras vidas… a nuestras noches de cita de cada semana, a nuestra discusión por la película del sábado y a nuestro paseo matinal del fin de semana por el Central Park…
-OK…
-Di lo que corresponde…
-Te lo prometo, lo hare…ven…—dijo Blaine moviéndose con cuidado en la estrecha cama de hospital, y haciéndole un gesto a Kurt para que se acostara con él.
Kurt dio un suspiro y la sonrisa de Blaine lo calmo como siempre.
-No creo que eso este permitido…
-No dice nada en esas formas ¿o sí?...
-No, pero además no creo que quepamos los dos—dijo Kurt más tranquilo y sentándose en la orilla de la cama.
-Por supuesto que sí, será como cuando nos quedamos durmiendo en el sofá…y el nuestro sí que es estrecho.
-¿No te hare daño?...—pregunto Kurt medio acostándose.
-No…
-Pero mi pelo esta mojado…
-No me importa… ven.
-La enfermera terminara por tener un ataque de nervios…—dijo Kurt acomodándose con cuidado al lado de Blaine.
-Es su deber tener paciencia…no es que “el cliente siempre tiene la razón”—explico Blaine murmurando y hundiéndole su nariz en el cuello.
-Creo que eso es para los negocios, no se aplica al área de la salud—respondió Kurt tomándole con cuidado la mano donde tenía la intravenosa.
-¿Tienes el anillo de compromiso?—pregunto Blaine al sentirlo entre sus dedos.
-Si…
-¿Por qué?...
-Porque necesitaba usar algo que me hiciera sentir cerca de ti…tuve mucho miedo…
-Lo siento…
-No es tu culpa, culpo a tu apéndice por no soportar más desechos de tu organismo—dijo Kurt besándole la mano.
-Todo saldrá bien Kurt…te lo prometo…
-Lo sé…
-Siento arruinar nuestra “Noche de cita”…
-Da lo mismo, la próxima la hacemos durar el doble... yo siento haber despertado la “Drama Queen” que aun llevo dentro…
-Está bien…tienes derecho a hacerlo…Te amo…—dijo Blaine dándole un beso en la oreja, que aun le sabia a lluvia.
-Y te amo a ti…— respondió Kurt dándole otro beso en la mano.
- Gracias “baby”…
-¿Baby?—dijo incorporándose y sentándose en la cama—no me llamabas por un sobrenombre desde…
-Desde que me dijiste que no te gustaban los “nicknames”, pero sentí que era un momento “baby”.
-¿Sr. Hummel?...
-¿Si?
-¿Ya lleno las formas?—pregunto la enfermera, tomando la tabla y chequeando que todo estuviera en regla.
-Claro, y me disculpo por lo de recién…
-No se preocupe es razonable reaccionar así, Sr. Anderson todo está listo, lo llevare a pabellón en este instante.
-Ok…—dijo Blaine mirando a Kurt.
Dos paramédicos entraron a la sala y lo cambiaron de la cama donde estaba a una camilla más pequeña para trasladarlo a la cirugía. Kurt se acerco y le tomo la mano, se inclino y le dio un beso.
-Te amo…
-¿Aun?...
-Siempre—murmuro Kurt viéndolo alejarse.


Blaine lo miro en silencio y pensó que aquello era verdad. Quiso devolver el tiempo para haber razonado antes de actuar. Quiso que Kurt nunca hubiese viajado a New York dejándolo solo y quiso también que llegara el día en que ambos, sentados en el faro de Provincetown, recordarían aquello dándole la mínima importancia.
-No creo que sea buena idea que conduzcas así…—opino el chico desde la cama.
-¿Puedes callarte?, por favor…
-Te recuerdo que estas en mi casa Blaine, y no sé qué te dio ahora, no me interesa tampoco, pero si vas a conducir, preferiría que te calmaras.
-Me calmare cuando hable con Kurt.
-¿Quién es Kurt?
-Mi novio, ¡Kurt es mi novio!—profirió Blaine, apuntándose con el dedo en el pecho— y es la persona más leal, honesta y perfecta que he conocido en mi vida y no se merece esto, yo no lo merezco a él…
-Si estás aquí, lo más probable es que no… pero insisto en que deberías tranquilizarte.
-Eso, a ti no te importa... me tengo que ir…¿Qué?...¿Como?... ¿Cómo se abre esta puerta?...—quiso saber Blaine desesperándose un poco al ver que giraba la manilla sin lograr salir de la habitación.
-Tiene un truco…espera—explico levantándose.
-¡Maldición!—exclamo, insistiendo en girar el pomo de un lado a otro— ¡¿Cómo se abre?!
-Hay que girar y levantar…—explico Eli, girando y levantando un poco la puerta, logrando que se abriera de inmediato— ¿De verdad no quieres quedarte?, tomate un café por último—insistió tratando de arreglarle el cuello del cárdigan, que le había quedado torcido por la rapidez y torpeza con la que Blaine se había vestido.
-¡DEJAME!—grito, apartando la mano del muchacho de su cuello.
Eli se echo hacia atrás un poco asustado por la reacción de Blaine, como quien se aparta de alguien que esta punto de dar un golpe. “Esta bien”, murmuro guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón.
-Por favor, déjame…lo siento…—insistió Blaine retirándose y cerrando la puerta detrás de él.

-¿Sigues con eso?...—pregunto Sam a Blaine al verlo manipular su teléfono desde que salieron de la escuela…Pasa…—agrego abriendo la puerta de su casa.
-Lo siento…—dijo guardándolo en su bolsillo—es solo que… pienso que si le envió los suficientes mensajes, terminara por rendirse o algo así— añadió entrando.
-Puede que así sea, pero deberías de dejar de hacerlo, al menos hasta que pasemos las seccionales, para que no te distraigas.
-Puedo ser profesional y tratar de recuperar al que era mi novio al mismo tiempo—advirtió Blaine un tanto molesto que cuestionaran su profesionalismo— ¿Tu papá está trabajando?—pregunto.
-Sí, se supone que si... ¡Mamá!... siéntate—indico apuntando la silla de la mesa de la cocina—¿quieres algo?
-Agua está bien, gracias …
-¡Mamá!...—exclamo mientras llenaba un vaso directo del grifo—¡Mamá!
-¿No es mejor que vayas a buscarla, antes de estar gritando como…
-¡MAMÁ!—insistió Sam, sin dar crédito a la petición de civilidad de Blaine.
-Aquí estoy hijo, no es necesario gritar...
-Hola mamá…
-Hola Sam… ¿Qué tal la escuela?
-Bien, Mamá, el es Blaine, Blaine ella es mi Mamá.
-Gusto en conocerla Sra. Evans—dijo Blaine poniéndose de pie y dándole la mano, desbordando buenos modales.
-Gusto en conocerte a ti también Blaine, y por favor llámame Mary, o me siento como mi suegra si me llamas “Sra. Evans”
-Ok…
-Tu eres el hermano de Cooper Anderson, ¿verdad?
-Sí, Cooper es mi hermano…
-Sam nos hablo de él cuando estuvo en la escuela dando una clase, ¿de qué era?—pregunto Mary al tiempo que dejaba una gran bolsa sobre la mesa.
-De teatro…supuestamente—murmuro Blaine por lo bajo, aun recordando el fiasco de la supuesta “Clase Maestra” que diera Cooper meses atrás.
-Siéntate por favor, ¿Sam, le ofreciste algo a tu amigo?
-Sí, no se preocupe—se adelanto en decir Blaine recibiendo su vaso de agua.
-¿Dónde están Stacy y Stivie?
-En la escuela, tienen que preparar el acto para el día de Gracias, tu Padre los recogerá más tarde, ¿tu eres el que tiene a su novio en New York?—pregunto sentándose.
-Mamá…no…—dijo Sam detrás de Blaine, haciéndole a su madre el gesto de degollamiento con uno de sus dedos, para que dejara de hablar de aquello.
-¿Qué?—le pregunto su Madre haciendo a su vez con sus manos como que no entendía.
-No… no te preocupes Sam—dijo Blaine advirtiendo el gesto de su amigo—el era mi novio, ya no… ya no lo es.
-¿Qué es todo esto?—pregunto Sam, cambiando el tema y tomando una de las casi centenar de bandas elásticas de diferentes colores, que su madre sacaba de una bolsa.
-La Sra. Winkler, trabaja haciendo estos sujeta cabello, y me dijo que necesitaba quien cortara los hilos sobrantes y los dejara con una terminación más fina, como vienen las fiestas, nos hará bien el efectivo extra que podamos conseguir—explico la Sra. Evans sonriendo.
-Son muchas…—dijo Sam tomando cinco a la vez.
-Lo sé, tal vez tú podrías ayudarme a arreglar algunas—indico su madre haciendo como si sus dedos fueran unas tijeras que cortan todo.
-¿Qué?, no, es decir con Blaine vinimos aquí porque necesitamos que mi Papá nos lleve en la camioneta, recolectamos muchas cosas para llevar al refugio y no tenemos como, ¿verdad Blaine?—dijo Sam haciendo un gesto con su cabeza, para que Blaine apoyara su historia y lo liberara de la tarea manual que su madre había propuesto.
-¡SI!, es cierto, es decir, no podemos llevarlas en las manos… por lo que necesitamos un camión, es decir, un transporte adecuado…para eso…—respondió Blaine distraído con su teléfono y leyendo un texto que le había llegado al tiempo que hablaba.


Abril de 2011

-¿Sabes?... estaba pensando…que… no… hemos… tenido… una… primera… cita—trato de decir Kurt, interrumpido por la serie de besos que Blaine le daba en la frente, la nariz, los labios y el mentón.
-¿No?...—pregunto Blaine continuando el asunto de los besos.
-Pues no…
-Yo creo que si…
-Yo creo que no, a no ser… que… quieras llamar… una cita… al… funeral de Pav…
-Lo siento—dijo Blaine disculpándose por no haber podido resistir la boca de Kurt y haber interrumpido su relato por varios minutos.
-Ok…—respondió este, sintiéndose casi mareado, dio gracias de estar recostado sobre el regazo de Blaine en el sofá desde el inicio de la velada, o de lo contrario hubiera caído al piso sin contemplaciones.
-Decías…—dijo Blaine acariciándole el pelo.
-¿Qué decía?...
-Algo sobre que no hemos tenido una primera cita como corresponde—indico Blaine sonriendo.
-Eso, no hemos tenido una primera cita, porque ni el funeral de Pavarotti, ni la beneficencia de los “Artistas despreciados” fue una cita, ¿o sí?
-No lo creo…
-Pues yo tampoco…—respondió Kurt acomodándose.
-¿Y qué haríamos en nuestra primera cita?, ¿tienes algo pensado?
-No lo sé. Te lo dejo todo a ti…
-¿A mí?, ¿Por qué?
-Creí que quedaba implícito que si yo ponía el tema en la mesa, tú te harías cargo y me sorprenderías con un concierto para los dos solos, de Barbra Streisand o algo así.
-Primero, eso sería demasiado costoso… y segundo, ¿Qué tal si la hacemos ahora?—dijo Blaine levantándose del sofá.
-¿Ahora?...—replico Kurt sentándose y arreglándose el cabello.
-Sí, ahora, y no te preocupes mis padres llegaran muy tarde, así es que nadie nos interrumpirá—dijo Blaine moviendo sus manos como reafirmando que no habría problemas.
-Pero… ¿Qué haremos?— pregunto Kurt riendo.
-Ok…tendrás que seguirme la corriente en esto ¿de acuerdo?—pidió Blaine mirando a todos lados, como si buscara un montón de cosas a la vez.
-De acuerdo, pero…
-Pero que…—respondió hurgando en el mueble del televisor, en donde estaban guardadas las películas.
-¿No me pasaras a buscar o algo así?, tengo toda la idea que tu tocaras a mi puerta con un ramo de flores y una banda tocando música atrás….—explico Kurt gesticulando con sus manos, como si viera en el horizonte la escena de la cita perfecta que siempre había querido.
-Mmm…—murmuro Blaine tomándose el mentón y pensando una solución al deseo extremadamente especifico y detallista de Kurt— ¡ya se!, acompáñame…—agrego tomándole la mano y subiendo las escaleras—espérame aquí…—dijo abriendo la puerta de su habitación y dejando a Kurt adentro.
-¡Blaine!..—exclamo este desde el otro lado de la puerta.
-Solo serán 5 minutos—respondió abriendo otra vez la ´puerta— ¿OK?— añadió sonriendo travieso, como si fuera un niño planeando la mejor de sus travesuras.
-¿Seguro y no llegaran tus padres?—quiso saber Kurt poniendo su pie entre la puerta y el marco para evitar que Blaine la cerrara de nuevo.
-Seguro, espérame aquí—respondió dándole un beso— y cierra la puerta o toda la idea de pasarte a buscar no funcionara—exclamo mientras bajaba las escaleras.
Kurt sonrió cerrando la puerta y suspiro en una mezcla de ansiedad y satisfacción, sintiéndose tan feliz que incluso podría soportar las teorías del origen del universo de la propia boca de la profesora Castle, con una sonrisa de oreja a oreja.
Mientras esperaba, se paseo el cuarto de Blaine, que aunque lo conocía de antes, pretendió que no, y comenzó a revisar sus cosas, miro sus libros y tomo uno a uno los trofeos que mantenía ordenados en el mueble del fondo. No escuchaba nada de lo que sucedía en la sala, quiso salir a espiar, pero prefirió la sorpresa. Se sentó un segundo en la cama de Blaine y con su mano recorrió el lugar donde pensaba que este dormía, comenzó por la almohada y bajo hasta el cobertor, rio para sí sintiéndose ruborizado cuando llego al lugar que ocuparía su panza y el resto de su cuerpo varonil. Blaine golpeo la puerta y Kurt se levanto de un salto, como si lo hubiesen pillado comiendo un chocolate en medio de una dieta.
-Hola…—dijo al ver a Blaine parado frente la puerta.
-¿Es Usted Kurt Hummel?—quiso saber Blaine, apuntándolo con una de sus manos y ocultado algo tras la espalda con la otra.
-¿Por qué dices eso?...
-¿Cómo?...
-Eso, de fingir que no me conoces, es nuestra primera cita, no una cita a ciegas.
-¡Claro!... hagámoslo de nuevo—indico moviendo la mano que tenia libre.
-OK…—dijo Kurt, cerrando la puerta y poniendo sus manos en oración, espero ansioso los segundos que tardo Blaine en volver a golpear. Sintió como si realmente estuviera en su casa, esperando nervioso la llegada de su novio.
-Hola Kurt… ¿estás listo?—pregunto correctamente, esta vez Blaine.
-Claro…—respondió el chico saliendo del dormitorio— ¿Dónde iremos?
-Tengo el mejor de los planes, pero antes—dijo entregándole la flor que ocultaba— y…—prosiguió encendiendo el reproductor de su teléfono para dejar escuchar “Bella Notte” de la película “Lady and The Tramp”—ahora tienes las flores y de cierto modo la banda—agrego sonriendo
-Gracias…—dijo tomándole el mentón y dándole un beso.
-El placer es mío Kurt…
-¿Comeremos espaguetis con albóndigas tras el basurero de “TONYS”?—quiso saber Kurt mientras bajaban las escaleras.
-NO…—respondió, apuntando a la mesa de café.
Kurt miro sorprendido como Blaine había preparado la mesa, tenía un mantel, platos y cubiertos, además de dos copas y tres velas grandes encendidas.
-¿Qué tal?—pregunto con un dejo de orgullo por lo que había hecho en tan poco tiempo.
-Me encanta…
-La comida está por llegar, llame a Breadstix y llegaran en creo, 10 minutos—explico Blaine mirando su reloj—pero, mientras tanto, podemos mirar una película, uno de los tantos títulos que posee la casa Anderson.
-Genial…—dijo Kurt aun sin soltar su flor y sentándose en el piso junto a la mesa.
-¡Taran!—exclamo Blaine en una especie de fanfarrea y mostrando la caja de “The Notebook”— ¿ya la viste?—pregunto preocupado mirando la cara que había puesto Kurt y la caja de la película de manera alternada.
-Si…
-¿De verdad?...
-Sí, la estrenaron hace 7 años…—respondió arrugando la nariz.
-¿La viste cuando tenias 10?
-No…la vi hace como 2 años, pero puedo verla de nuevo…—advirtió al ver la cara de decepción de Blaine.
-No, pero…quería que todo fuera perfecto, además si ya la viste, no corresponde que la veas otra vez.
-¿Por qué no?...me encanta, podría verla 20 veces seguidas.
-¿Si?...—dijo Blaine sonriendo como príncipe encantado.
-Por supuesto, ponla…—indico Kurt apuntando el reproductor.
-Está bien—respondió obediente, y reencantándose con la cita.
Blaine alisto todo y puso en marcha la película, se sentó al lado de Kurt y este se acomodo de inmediato en su hombro.
-¿Estas cómodo?—pregunto Blaine subiendo el volumen y seleccionando el idioma.
-Lo estoy…—respondió poniéndole una de sus manos en el pecho—deberíamos hacer esto más seguido—agrego.
-Qué tal si quedamos en que una vez a la semana exista una “Noche de cita”, y hacemos algo así u otra cosa—dijo Blaine poniendo su mano sobre la de Kurt.
-Me encantaría—respondió dando un suspiro tan hondo que Blaine sintió que su mano se caía hacia un lado.
-Perfecto…—murmuro
-Perfecto…


-¿Qué?—balbuceo Sam, casi como si su lengua hubiera desaparecido.
-Nada…—respondió Blaine, negando con su cabeza y una de sus manos.
-¿Qué dicen, me ayudan?—insistió Mary vaciando toda la bolsa sobre la mesa y comenzando a trabajar de inmediato.
-Mama, no podemos, ¿crees que Papá llegue pronto?
-No lo se Sam, ya te dije que…¡las tijeras!—exclamo al darse cuenta que le faltaba lo principal para ponerse a trabajar.
-¿Qué paso?—pregunto Sam al ver que Blaine había cambiado su cara de visita por una más real, pero más triste.
-Nada, no importa…
-¿Por qué pregunte entonces?
- Es Kurt, le envié tantos textos y no me contestaba, y ahora que lo hizo, hubiera preferido que siguiera sin responder.
-¿Por qué?, ¿Qué puso?...—pregunto irguiendo su cuello para dar un vistazo a la pantalla del teléfono de Blaine.
Blaine levanto su teléfono y le mostro la pantalla con el mensaje de Kurt
-“Por favor deja de llamarme para decir que lo sientes, lo que está hecho, está hecho”—leyó Sam en voz alta—¡Auch!, lo siento—agrego tomando el aparato.
Blaine se encogió de hombros sonriendo con tristeza, como diciendo “creo que ya no hay más que hacer”
-Oye, tal vez necesita más tiempo…—dijo devolviéndole le teléfono.
-Claro…
-No, de verdad, hay gente que le cuesta más perdonar u olvidar ciertas cosas, además, debes pensar, que si lo conquistaste una vez, puedes hacerlo de nuevo—explico guiñándole un ojo y dándole tres golpes en la espalda.
-Por supuesto…Gracias…
-Ahora vámonos si no quieres pasarte la tarde cortando hilos y empacando bandas que creo solo usaría Lady Gaga.

-¿Qué parte de que sería un día de “Acción de Gracias” para los dos no entendiste?—quiso saber Kurt mientras elegía vegetales de la góndola en el supermercado.
-Nunca dijimos que sería solo para los dos…—corrigió Rachel llevando el carro de un lado a otro.
-Rachel Berry, dijiste que yo era la única persona importante en tu vida, tu otro yo y no sé que mas…—respondió Kurt mientras olía las bolsas de apio para escoger la más fresca.
-Lo sé…pero Brody me abordo en la clase…
-¿En la clase?, y Cassandra… ¿no le dio un ataque de nervios?
-No…ella no estaba… ¿Necesitamos esta planta verde?—pregunto tomando una de las hierbas que Kurt había echado al carro de la compra.
-Por supuesto, y no es una planta, es tomillo y se lleva de maravillas con el pavo.
-Pero no está en la lista que nos dio Brody—dijo la chica chequeando el papel.
-Pues si Brody se cree Jamie Olivier, tendría que haber venido a hacer la compra también, él la hace —dijo indicándole a Rachel el camino a seguir dentro del supermercado.
-Solo estas celoso porque no creías que un chico tan guapo pudiera también cocinar.
-Pues nunca he creído que ser guapo y saber cocinar son compatibles… Blaine es insanamente apuesto y no sabe cocinar…al menos no algo que requiera más de tres ingredientes—murmuro por lo bajo Kurt mientras escogía las mejores cebollas.
-Pero él es gay, y… ¿que dijimos de nombrar a quienes nos rompieron el corazón?—reclamo Rachel parándose en seco, haciendo que Kurt no le apuntara al carro y consiguiendo con ello que tres de las cebollas rodaran por el piso.
-Esta bien…”Señorita Memoria”—ironizo Kurt recogiendo los vegetales
-Vamos, nos hará un favor con venir a cocinar… ¿no te sientes aliviado?
-¿Por qué?, lo hubiera hecho sin quejarme, además, no cambies de tema, no me dijiste que dijo Cassandra cuando Brody te abordo.
-No, si ella no estaba, el llego a reemplazarla porque no se sentía bien, le pedí explicaciones y me las dio.
-¿Te dijo que estabas demente por exigirle algo a alguien que no tiene ninguna obligación contigo?—dijo echando dos paquetes de mantequilla al carro.
-¡Kurt!, no estoy loca, además—dijo Rachel inclinándose sobre el carro para sacar uno de los paquetes y dejar solo uno— ¿para qué me anda coqueteando si después va a dormir con otra?
-Rachel, siempre dices que hay que dejar el pasado atrás y tu comportamiento es de chica de la secundaria—respondió Kurt gesticulando como si quisiera espantar una mosca inexistente.
-¡Lo sé! Y me retracte, ahora a ver qué pasa—dijo Rachel mirando los productos del pasillo de los cereales.
-De partida con lo que cocinara, ¿para qué pidió una bolsa?, ¡tal vez sea un asesino en serie y la usara para ahogarnos!—exclamo Kurt entre risas, como celebrando su propio chiste.
-¡Kurt!...—alego Rachel de vuelta dándole un golpe con la mata de apio—me alegra que estés de mejor humor.
-Si…bueno, aunque no dejo de pensar en las cenas en casa de mi papá, con Carol y el…resto…de las personas que allí viven—sentencio Kurt un tanto incomodo.


Noviembre de 2017

-¿Esta radio de desmonta?—quiso saber Blaine tratando de sacar la radio del auto que habían arrendado en el aeropuerto al llegar a Lima.
-Pues teniendo ese tipo de botones, creo que no…—respondió Kurt mirando su casa lo lejos.
-¿Estás bien?...—pregunto aun insistiendo en desmontar el panel del aparato.
-Lo estoy…
-¿Entonces?...¿Estas nervioso?
-Un poco…—respondió Kurt desatándose el cinturón del asiento del copiloto.
-¿Por qué?...
-Como que ¿por qué? , no sé cómo va a reaccionar mi Papá y Carol cuando les contemos…
-¿Qué estamos embarazados?—dijo Blaine sonriendo y apretando tres botones a la vez, para ver si lograba lo que él creía que era posible.
-Aun no lo estamos, pero si…—dijo Kurt comiéndose una uña— ¡y ya deja eso!
-Esta bien…—respondió Blaine, poniendo cara de alumno revoltoso.
-Además, si se roban la radio u otra cosa, el seguro lo cubrirá—agrego Kurt.
-Lo sé…y ¿por qué dices que “aun no lo estamos”?, el test de sangre así lo indico—dijo Blaine desatándose su propio cinturón y olvidándose de una vez de la radio.
-¿Si pero, crees que es bueno que les contemos?, tan pronto me refiero…
-Yo creo que Burt estará feliz, será un día de “Acción de gracias” que nunca olvidara…
-Y que tal si cuando volvamos a New York el domingo, nos llaman de la clínica diciendo que la persona tuvo una pérdida o algo así, será ilusionarlos con nada—dijo Kurt moviéndose en el asiento para quedar de lado mirando a Blaine.
-Nada de eso pasara—aseguro mientras le acariciaba la cara— ¿no confías en “tus muchachos”?—agrego sonriendo y dándole un ojo a la entrepierna de Kurt.
-¿Qué?... ¡Blaine!—exclamo sintiendo que se le subían los colores—No…es decir si…pero…
-Pero nada, les contamos como es, que hace una semana que sabemos y que tal vez existan riesgos, así estarán preparados igual que nosotros—sentencio Blaine, abriendo la puerta de su lado para bajarse.
-¿Qué tal si nos vamos y pasamos este día en New York?, ordenamos comida, hacemos el amor…nos parapetamos en las afueras de Macy´s para el “Blackfriday”…no me digas que no suena a un buen plan—dijo Kurt bajándose del auto y hablando mientras rodeaba el coche para encontrarse con Blaine frente al maletero.
-Es un plan excelente, pero…—dijo abriendo la cajuela—no quiero perderme la cena deliciosa de Carol.
-En el Plaza sirven la misma, y mejor—opino Kurt recibiendo su bolso de las manos de Blaine.
-La misma si, mejor no creo, además—dijo acercándosele y tomándolo de la bufanda—es bastante sexy volver a dormir en tu antigua cama, en la casa de tus padres, con toda esa autoridad rodeándonos…—termino por decir Blaine, casi hablándole dentro de la boca.
-¿Autoridad?... ¿en serio?
-Muy sexy…—le murmuro Blaine cerca del oído.
-No sabía que desafiar la autoridad funcionaba para ti—dijo Kurt en un suspiro, al sentir los labios de este en su cuello.
-TÚ funcionas para mi…—advirtió Blaine, cambiando el cuello de Kurt por sus labios—¿Raspberry Chapstick”?—pregunto saboreándose
-Para hacer juego con tu gel de cabello—respondió Kurt sonriendo como nuca.
-Vamos…—dijo Blaine tomándole la mano.
-¿De verdad no quieres regresar a New York?, ¿ni siquiera por el sexo y las compras compulsivas?
-No…
-¿Qué tal lo de desafiar la autoridad?—insistió Kurt resistiéndose a avanzar—porque podemos hacerlo frente al precinto de policía de la calle Lexington, está cerca de nuestro departamento… ¿ves que debemos volver?
-¿Qué pasa contigo?—quiso saber volteándose hacia él y tomándolo por la cintura—son tus padres, creo que estarán más que felices de saber algo así, además es la casa Hummel de la que estamos hablando, no la Anderson, donde si se podría esperar un comportamiento particularmente sicótico.
-¿Les contaras verdad?
-¿A quiénes y que cosa?—pregunto acercándolo más a él.
-A tus Padres, lo de nuestro hijo…—respondió Kurt envolviéndole el cuello con sus brazos.
-Creo que cuando Henry tenga 18, le diré que les cuente…
-¿”Henry”?...
-O “Elizabeth”, sea quien sea, será quien les diga…lo dejare en frente de la casa con un letrero que diga “Soy su nieto, quiéranme”
-Blaine….
-Si les diré… mañana, o dentro de 1 año, pero se los diré…
-¿Lo prometes?
-Por supuesto….
-Di lo que corresponde…—dijo Kurt en ese juego que habían establecido con Blaine a raíz de la resistencia de este de decir “lo Prometo”, tal y como el tenia la propia en decir “Te amo” primero.
-Se lo prometo Señor Hummel-Anderson.
-Perfecto… ¿huyamos entonces Señor Anderson -Hummel?
-Demasiado tarde para eso—advirtió, indicando la puerta de la casa con su mentón y a Carol que hacía señas entusiasmada.
-Podemos huir rápido…—volvió a proponer Kurt, soltando a Blaine y haciendo con sus brazos, como que corría la prueba de 100 metros planos batiendo un record mundial.
-Ya deja eso, será un fin de semana fantástico—dijo Blaine cerrando el auto y volviendo a coger a Kurt de la mano.

-¡Mi muchacho!—exclamo Burt al ver entrar a Kurt seguido de Carol y de Blaine.—¿Qué tal las ayudantías y la obra?
-¡Hola Papá!— dijo Kurt abrazándolo.
-Hola Burt…
-¡Blaine!, ¿Cómo estás?...ya está por empezar el juego—dijo dándole un abrazo también.
-Genial, ¿Dónde dejamos nuestras cosas?—pregunto tomando el bolso de él y los de Kurt en un mismo brazo.
-Déjame ayudarte o terminaras con el hombro dislocado— advirtió Kurt descolgándole el bolso más pequeño.
-En el cuarto de Kurt, ya saben donde es—dijo Carol volviendo a la cocina.
-Yo puedo llevarlos, tú ponte al día con tu Padre—dijo Blaine volviendo a tomar los tres bolsos, haciendo que sus bíceps resaltaran de manera casi obscena.
-Pero no le diré nada, debemos hacerlo juntos…—murmuro Kurt, dando un vistazo disimulado a los brazos de Blaine.
-Por supuesto, cuéntale lo de la obra por ejemplo…vuelvo enseguida.
-¡Hijo!, dime que tal todo…
-Excelente, tal vez debute en Broadway el año entrante…
-¿Broadway?, ¿en serio?... ¡Oye Carol!, ven a escuchar esto—grito Burt hacia la cocina, recibiendo un “En un minuto” como respuesta ahogada de su esposa, como si hubiera metido su cabeza en el horno junto al pavo.
-Es una obra que escribieron Richard y Lily, ¿te acuerdas de ellos?—explicó Kurt sentándose en el sofá frente a su Padre.
-¿Richard y Lily?... ¿vinieron a tu boda?—pregunto Burt apuntándolo con la botella de cerveza.
-SI, Richard es mi amigo de NYADA y Lily es amiga de Blaine, la obra es fantástica Papá, ceo que será un proyecto grande.
-¿Y que pasara con la obra de la universidad?, ¿la dejaras?
-Si, bueno si queremos que la obra llegue a Broadway, todos debemos cooperar, así es que dejare primero las ayudantías y luego la obra, pero valdrá la pena, estoy seguro—dijo bebiendo de la cerveza de su padre.
-¿No me aburriré cuando vaya a verla?...—pregunto suspicaz.
-No por supuesto que no, ¿Dónde está Finn?, ¿vendrá?
-Claro que vendrá, Carol no lo perdonaría si no.
-No perdonaría a quien—dijo Carol integrándose a la conversación y sentándose en el brazo de la silla reclinable de su esposo—toma —agrego dándole a Kurt, un vaso de jugo.
-Finn querida, Kurt me preguntaba si Finn vendría a cenar.
-¡Por supuesto que tiene que venir!, no lo perdonaría si no…
-Te lo dije…—sentencio Burt despacio para que su esposa no lo escuchara.
-¿Cómo le ha ido a Blaine?
-Excelente, en Septiembre termino de grabar su segundo disco, “Insect Record” confía que si hacen una buena labor de postproducción y publicidad, podrá vender más copias que el primero.
-Nosotros lo compramos…—dijo Carol poniéndose de pie y buscando el disco de Blaine en la repisa junto al estéreo.
-Así es… ¿Cuál era la canción que te gustaba Carol?
-¡La de los universos!—exclamo desde el otro extremo de la sala.
-Esa…—ratifico Burt bebiendo un poco y distrayéndose con el inminente comienzo del juego.
-¡Blaine!, aquí hay dos fans que requieren tu atención—dijo Kurt apuntando a sus padres.
-¿Qué?...—pregunto sonriendo y sentandose junto a Kurt.
-Eso, dos fans, mi Padre acaba de decir que compararon tu álbum y Carol dijo que su canción favorita es la “de los dos universos”—dijo mirándolo y pestañando rápido, como evidenciando que los dos universos a los que hacia referencia esa canción, eran sus ojos, en los que Blaine encontraba inspiración constante.
-¡AH!, ustedes son las personas que compararon mi disco…—dijo Blaine ironizando.
-Vamos, sabes que vendiste más de dos copias—corrigió Kurt cogiéndolo de la mano.
Blaine lo miro sonriendo y le guiño un ojo, “lo sé, lo siento”, le murmuro al oído.
-Algo se traen ustedes entre manos—aseguro Burt apuntándolos a ambos con su botella.
-¿Quiénes?, ¿nosotros?—dijo Kurt señalándose el pecho con su palma abierta, como gesticulando con exageración Shakesperiana.
-Te conozco y en parte te conozco a ti también—insistió Burt.
-Ok. Es cierto…—comenzó a decir Kurt mientras tomaba la mano de Blaine y la ponía en sus piernas.
-¡Finn!...—exclamo Carol a la distancia—¡sabia que vendrías!
-Por supuesto que tenía que venir, nada es más importante para mí—dijo el chico abrazando a su madre con ternura.
Burt, Blaine y Kurt observaron desde la sala la llegada de Finn, lo vieron ponerse al día con su madre un par de minutos, para luego verlo acercarse hacia ellos.
-¡Burt!...—dijo abrazándolo también.
-¿Cómo estas hijo?, ¿Qué tal tus clases?—quiso saber Burt, mientras le daba unos cuantos manotones paternales en la espalda.
-Bien, todo bien… ¡Chicos que tal!—dijo Finn abrazando a Blaine y luego Kurt.
-Perfecto “Profesor Finn”—dijo Kurt a su hermano.
-Bueno, aun me falta el examen de grado para ser profesor.
-Pero que es un examen… ¡nada!—respondió Kurt, reafirmando con sus manos la insignificancia de aquello.
-¿Buscaras una escuela en Chicago?
-No se Blaine, es decir me gustaría, pero prefiero volver aquí y enseñar en Mckinley…
-¿De verdad?—pregunto casi extrañado.
-Sí, nunca tuve la intención de irme…y creo que sería un buen aporte.
-Sin duda que si…ahora pasemos a la mesa—demando Carol abrazando a su hijo y partiendo colgada de él hacia el comedor.
Todos aplaudieron cuando Carol trajo el pavo, Burt hizo los honores y lo partió con maestría. Cada quien se sirvió lo que apetecía y durante toda la cena se enteraron de cómo le iba a Finn en la universidad, del disco de Blaine, de la obra que Kurt tenía en carpeta y todo lo que había sucedido en Lima desde la última vez que todos estuvieron juntos. A la hora del postre Carol sirvió el Pie de calabaza y lo acompaño con café, Blaine le dio una sonrisa a Kurt, como indicándole que era el momento de que contara lo que habían venido a decir. Kurt sonrió de vuelta entendiendo de inmediato, la complicidad entre ambos era casi envidiable.
-Carol, creo que gracias a ti tendré que ayunar los próximos 3 meses, nos mataste con esta cena—dijo Blaine bebiendo de su café.
-Muchas gracias Blaine, me alegra que te gustara.
-Es verdad Carol y no seas modesta, todo estuvo delicioso.
-Estupendo mamá…
-Y ella es mi esposa, para que lo recuerden—dijo Burt a la cabecera de la mesa y poniendo un acento orgulloso en el Mi.
-Gracias chicos, son los hombres más galantes que he conocido en mi vida—respondió Carol a los halagos, dando un beso a su esposo.
-Esta bien, nada de tantas caricias, con Blaine tenemos una noticia que queremos compartir con ustedes—dijo Kurt haciendo un ademan con su mano como si separara dos cosas pegadas entre sí.
-¿Una noticia?...—pregunto Burt aun cogido de la mano de su esposa por sobre los arándanos sobrantes.
-Así es…—dijo Blaine, haciendo lo propio con la mano de Kurt, pero por sobre el plato de pan.
-Si…—dijo tomando aire—Carol, Papá, Finn, el año entrante, tendrán que poner un puesto más en la mesa de “Acción de gracias”—término por decir Kurt con una sonrisa pícara en su cara.
-¿Otro puesto?... ¿invitaran a otra persona?—pregunto Finn confundido como siempre.
-No…—dijo Blaine, poniendo una sonrisa tan ladina como que la que esbozara su esposo segundos antes.
-¿Entonces?... ¿me van a decir qué?... ¡NO!...¡DE VERDAD!—dijo Carol poniéndose de pie y rodeando la mesa se dirigió hacia los chicos, entendiendo de inmediato a lo que se referían con aquello del “otro puesto”
-¿Qué? ¿De que hablan?—pregunto Burt mas confundido que Finn, si aquello era acaso posible.
-A que tendremos un bebé Papá…—respondió Kurt sonriendo.
-¡QUE….!—exclamo Burt soltando una grosería tan grande como el pavo que acababan de servirse.
-Eso, Burt, con su hijo “estamos embarazados”—dijo Blaine sonriendo y tomando a Kurt por la cintura.
-¡Esto es fantástico!, ¡Felicidades!—opino Finn estrechando la mano de ambos por arriba de la mesa.
Burt se puso de pie y abrazo a su hijo unos cuantos minutos, luego a Blaine y luego ambos.
-Esta, es la mejor noticia que se ha escuchado en esta casa—dijo tomando a ambos por los hombros y volviendo a abrazarlos.
-¡Cuenten detalles!—pidió Carol volviendo a su lugar y secándose las lagrimas con la servilleta de género.
Kurt conto todo lo que sabían hasta el momento, incluyendo los riesgos que existían y que tanto miedo le daban. Los malabares que habían tenido que hacer para conseguir el dinero que costeara el procedimiento, de cómo iba todo y porque habían optado por no conocer a la madre sustituta. Blaine lo miraba en silencio y le acariciaba la mano con su dedo pulgar, solo intervenía cuando este se lo solicitaba, dejándolo ser protagonista de aquella noticia que tanto busco y tanta felicidad le provocaba.


-¿Si?...bueno yo también extraño a mis Padres…y ahora por tu culpa, estoy confundida con esto de la bolsa—dijo Rachel mirando la lista de la compra que Brody les diera.
-Te lo digo es bastante sospechoso…—respondió Kurt, jugando con sus dedos y mirando todo lo que había en el carro.
-¿Crees que los chicos cumplirán la promesa de reunirse en Lima para las fiestas?
-Lo más probable es que sí, bueno luego me enterare de todo por Finn...
-Claro…
-Lo siento, pero no puedo dejar de hablarle, es mi hermano…—dijo buscando el segundo paquete de mantequilla que Rachel desechara minutos antes.
-Lo sé, y yo siento haber invitada Brody a nuestro “Thanksgiving” de huérfanos privado.
-Está bien, yo invite a Isabella…—conto Kurt avanzando tomado de un extremo del carro.
-¿Qué?... ¿en serio?... ¿por qué no me dijiste desde el principio?
-Porque quería que te sintieras mal…—advirtió Kurt mirándola y levantando una ceja— el asunto es que esta sola y dijo que traería unos amigos…¿no crees que entre más huérfanos mejor?
-Supongo…
-Al parecer tenemos todo—dijo Kurt contando las cosas dentro del carro.
-Parece que si—respondió Rachel mirando también.
-Un momento…
-¿Qué?
-Creo que nos falta algo…
-¡EL PAVO!— exclamaron los dos al mismo tiempo, riendo de la situación y dirigiéndose al sector de congelados.