(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter Winter “First Christmas as Parents”

Febrero de 2025



-Papá…Papá… —murmuro Lizzie mientras amasaba la espalda de su Papá como si fuera plastilina. Kurt estaba durmiendo abrazado de Blaine y no hacia el mínimo caso a las exigencias de su hija.
-Papá… —insistió agregando piquetes con dos de sus pequeño dedos, su insistencia termino por hacer que Kurt se volteara de manera inconsciente, como si con ello tratara que la molestia desapareciera y siguió durmiendo.
Al ver que sus intentos por despertar a su progenitor no causaban efectos, Lizzie termino por poner a “Rita” en la nariz de su Papá, causándole un ahogo repentino que termino por despertarlo entre carrasperas.
-¿Lizzie? —dijo recuperándose del ahogo— ¿Qué haces aquí?... ¿te sucede algo? —pregunto incorporándose y restregándose los ojos con dos de sus dedos.
-Papá “men”… —dijo la pequeña haciéndole una seña para que lo siguiera.
-¿Qué?... cariño es casi media noche, deberías de estar durmiendo… ¿Por qué no te vas a tu camita y hablamos mañana?, ¿te acuerdas que tenemos que levantarnos muy, muy, muy temprano? —recordó Kurt en medio de un bostezo ahogado.
-No… “men”… —insistió jalándolo de la camiseta del pijama.
-Está bien… —respondió volteándose para despertar a Blaine también.
-No… no el “Papáblen”… tú…
-¿Cómo?... ¿por qué no?
-“Pofavor”…
-Bueno hija… —dijo Kurt levantándose de la cama sin despertar del todo.
-¿Dónde vas?... —murmuro Blaine tocándole la espalda.
-Voy y vuelvo… sigue durmiendo… —contesto en el mismo tono.
-¿Está todo bien? —pregunto acomodándose en la cama sin abrir los ojos.
-Todo está bien… vuelvo enseguida —respondió Kurt besándole el cuello.
Blaine sonrió aun dormido y se dio una vuelta en la cama para quedar sobre su barriga abrazando la almohada. Aunque aun estaba medio somnoliento, Kurt se quedo un instante observando con agrado las líneas perfectas y definidas de cada uno de los músculos de la espalda desnuda de su esposo.
-“Men”… —dijo Lizzie tomándole la mano a su Papá.
-Hija… ¿sabes que nos acostamos temprano por una razón?… ¿verdad? —dijo Kurt poniéndose un chaleco sobre su ropa de dormir y tomando a su hija en brazos después— mírate tus manitos están heladas y tu cabello… bueno tu cabello es prácticamente indescriptible—añadió escondiendo las manos de Lizzie entre su chaleco y tratando de alguna manera de aplastarle el pelo que parecía que se desbordaba con cada segundo que pasaba.
-Lo sé… pero es “impotante”
-¿Qué es tan “impotante”?
-Un “poblema” que tengo… —explico Lizzie acariciando a “Rita”.
-Dudo que sepas lo significa tener un “poblema”, pero vamos a solucionarlo —dijo Kurt saliendo de su habitación— ¿vamos a tu cuarto?
-No… a la sala —respondió la pequeña apuntando hacia abajo.
-¿La sala?... —Lizzie hizo un sí con su cabeza seguido de un abrazo a su conejo de fieltro azul—¿por que estabas en la sala si deberías estar durmiendo Lizzie Anderson? —agrego Kurt pellizcándole una mejilla haciendo con ello, que la pequeña se contorsionara hasta quedar apoyada en su hombro. Camino por el pasillo y bajo la escalera que daba a la despensa y a la cocina, cruzo por ella hacia la sala y abrió la puerta encontrándose con Henry, que estaba con sus manos atrás como si ocultara algo— ¿Henry?... ¿tú también estas despierto? —exclamo al ver al pequeño con su pijama de pie junto al piano— ¿Qué sucede con ustedes dos?
-“Rizzie” tiene un problema “inrresolvible”
-¿Un problema como?
-“Inrresolvible”… me lo conto pero yo no lo pude resolver.
-¿Por eso es “Inrresolvible”?
-¡Exacto! —exclamo dando un salto hacia el sofá.
-Hijo…—dijo Kurt dejando a Lizzie en el piso y pensando que Henry estaba con tantas energías que no volvería dormirse nunca. Se entrego de inmediato a la idea que acompañaría a Blaine por la alfombra roja del “Staples Center”, luciendo unas ojeras horribles— te dije que nos acostábamos temprano porque mañana debemos volar a Los Angeles… ¿no te acuerdas?—agrego restregándose la cara y corrigiendo su peinado.
-Lo sé, pero esto era súper importante… “Rizzie” me despertó también.
-¿Qué ocultas? —pregunto Kurt acercándosele.
-Es una cosa que hizo “Rizzie”
-¿Qué cosa? —insistió dando una mirada a Lizzie y avanzando dos pasos en dirección a Henry.
-Esto…—respondió Henry poniendo cara de angustia al mostrarle unas cinco partituras de Blaine que Lizzie había utilizado como lienzo para pintar con acuarela.
-¡Henry! —exclamo Kurt tomándolas y dándose cuenta que todas estaban arruinadas debido al arte de su hija.
-¡Yo no fui!... ¡fue “Rizzie”!...
-¡Hija!… ¿Cuándo hiciste esto? —dijo Kurt tratando de despegar las partituras que ahora parecían un trabajo de niño de Kindergarten.
-“Pedoname” Papá… —respondió Lizzie ocultándose tras su conejo.
-Cariño… tranquila… ¿Cómo paso esto?... ¿me quieres explicar?
-¡Yo sé! —exclamo Henry a todo pulmón levantando su brazo como si supiese la respuesta en una clase de geografía.
-Cuéntame tú…—pidió Kurt acercando las partituras a su cara por si era posible leer algo de la música que Blaine había compuesto el día anterior.
-Ayer estábamos dibujando y yo le pedí un libro a Julianna que no encontró, entonces me llamo y yo fui, entonces “Rizzie” se quedo sin papel para pintar y entonces tomo las hojas desde el piano —termino por explicar Henry mientras hacía gestos y se movía por la habitación a medida que explicaba todo lo sucedido.
-Esto es terrible…—murmuro mirando el desastre— hija… esto no puede volver a suceder, estas hojas son muy importantes para el “Papáblen” y tú no puedes tomarlas, no te pertenecen.
-Pero “quedía” dibujar a “Rita”…
-¿Eso es lo que es esto? —dijo Kurt mirando una gran mancha azul en el centro de una de las partituras, concentrándose más en el poco talento para dibujar que parecía tener su hija pequeña, que en el problema “inrresolvible” que tenía entre sus manos.
-“Pedoname” Papá —insistió al pequeña soltando un par de lagrimas.
-No cariño, no llores… esto lo podemos solucionar… pero debes prometerme que nunca más tomaras las cosas de los grandes… ¿de acuerdo? —dijo Kurt tomándola en sus brazos para consolarla.
-Yo le dije que el “Papáblen” se iba a enojar y que no le iban a dar el “Grammy” el domingo.
-Henry, tu hermanita no sabe lo que es un “Grammy” y no es necesario que la amenaces o reprendas tú… ¿bueno? —dijo Kurt haciéndole un cariño en la cara a su hijo al tiempo que mecía a Lizzie que soltaba pequeños suspiros como si tuviera un dolor inconsolable y se limpiaba la nariz y las lagrimas con las orejas de “Rita”.
-Pero soy el hermano Mayor… es mi trabajo —dijo Henry gesticulando con sus manos a medida que se sentaba en el rincón del sofá principal.
-Lo es…—dijo Kurt sentándose junto a él y dejando a Lizzie entre ambos— pero como Hermano Mayor, no deberías…
-¿Kurt?... —dijo Blaine entrando a la sala.
-¡Blaine!… ¿despertaste? —dijo Kurt poniéndose de pie de un salto. Tomo las partituras y se las entrego de manera disimulada a Henry, este las tomo de la misma forma y las oculto tras los cojines.
-Si… sentí sus voces y baje a ver qué sucedía… ¿Lizzie está bien?—pregunto acercándose a los tres— ¿hija? ¿Qué sucede? —añadió al ver que la pequeña hacia un movimiento como de tiritón y se ocultaba tras su conejo y tras su Hermano Mayor.
-Lizzie… tranquila hija… el “Papáblen” no se enojara contigo —advirtió Kurt agachándose frente al sofá y tomando las manitos de la pequeña.
-¿Qué pasa Kurt?... ¿Henry? —quiso saber Blaine mirándolos a todos sin entender nada.
Kurt le hizo una seña a Henry para que sacara las partituras arruinadas de donde las había ocultado y se las entregara a su Papá.
-“Rizzie” hizo esto “Papáblen”—dijo Henry entregándole las hojas mientras ponía la cara de quien chupa tres limones seguidos.
-¿Qué mier…?, lo siento… —dijo Blaine conteniendo la grosería al escuchar un “¡Oye!” de su esposo.
-¡“Papáblen”!... ¡sin palabrotas! —exclamo el pequeño, que se había vuelto el más correcto de los niños y que desde hacia tiempo sabia que palabras eran buenas y cuáles no.
-Lo siento Blaine…—dijo Kurt levantándose otra vez, sin saber muy bien qué cara poner.
-Kurt… esto… lo había compuesto ayer… —comenzó a decir Blaine avanzando por la sala mirando sus partituras por todos lados— no me acuerdo de todas las notas como para reescribirlo… ¿Cómo paso esto? —dijo dejándose caer en el sillín del piano, con su trabajo arruinado en ambas manos.
-¡Yo sé! —volvió a exclamar Henry repitiendo el gesto de alumno aventajado que hiciera antes.
-Yo le explico hijo… tranquilo —dijo Kurt sonriendo, pero enseriándose de inmediato al ver la cara de su esposo, que parecía que nada ni nadie lo haría reír nunca más en la vida— lo que sucedió Blaine es que ayer, Lizzie se quedo sola un instante, estaba dibujando junto a Henry y necesitaba más papel y tomo tus partituras sin darse cuenta… se siente muy culpable.
-Pues debería…
-¡Blaine!... ¿Qué crees que lo hizo de manera intencional?, es un bebé… no reacciones como si fuera un adulto —dijo Kurt enseriándose él esta vez.
-Kurt… es mi trabajo…
-Lo sé… y lamento lo que sucedió, pero si te sirve de algo, nuestra hija se siente pésimo, me despertó por eso, porque sentía que tenía un “poblema”—contesto Kurt imitando la “dislalia” que le habían diagnosticado a Lizzie meses antes.
-¡Y vaya “poblema”!... —dijo levantando los papeles.
-¿No hiciste una copia o algo? —pregunto Kurt comenzando a angustiarse.
-No Kurt… ¿Cuándo me has visto hacer una copia de lo que escribo?
-Nunca… perdona, pero pensé…
-Está bien… supongo que se me ocurrirá de nuevo —interrumpió levantándose y haciendo con las hojas una pelota para arrojarla a la basura— por ahora no hay más que hacer —añadió levantándose.
Henry miraba la escena y jugaba con sus manos nervioso, si bien sus Papás nunca habían discutido delante de él, podía distinguir claramente cuando una situación y un dialogo se volvían complicados.
-Blaine… no te vayas molesto con los niños...
-Pero lo estoy Kurt… lo siento pero no puedo reaccionar de otra manera…—respondió Blaine con sus manos en la cadera— además prefiero irme a acostar antes de decir algo de lo que me arrepienta después —agrego tirando la bola de papel cerca del sofá.
-¿Qué se supone y significa eso? —pregunto Kurt arropándose con su chaleco extra largo.
-No lo sé… pero tú si sabes que esto es importante para mí… y sé que Lizzie es un bebé y que no sabe lo que hace pero para eso están los adultos, para impedir que cosas así sucedan.
-¿Me estas culpando de algo? —pregunto Kurt cruzándose de brazos.
-No Kurt… solo digo que si yo estaba trabajando y Julianna por alguna razón no cumplió con lo que tenía que hacer… ¿Dónde estabas tú?
-Trabajando también, en el teatro y aquí en la casa… ¿qué crees que no tenía que dejar cosas arregladas antes de viajar a Los Angeles?
Blaine soltó una risa cargada de ironía y guardo silencio retirándose al dormitorio.
-Blaine…
-No digas nada, ya lo entendí… —respondió volteándose y haciendo el gesto de alto con su mano— al final todo es mi culpa…
-¡”Papáblen”!... ¡no te enojes!... ni con “Rizzie”, ni con el Papá… yo fui quien arruino tu trabajo —interrumpió Henry de pronto con ímpetu nervioso.
-¡¿Qué?!... —dijeron los dos al mismo tiempo.
-Eso… —insistió el pequeño tocándose una oreja — yo fui el que pinto tus partituras…
-Henry…—dijo Blaine caminado hacia él.
-Es la verdad… en la escuela nos dijeron que un caballero que se llamaba “Vincent van Gogh” pintaba con acuarela, así es que yo quise hacer lo mismo, ¡mírame las manos! … ¡las tengo llenas de pintura verde!
-Las hojas están pintadas de azul Henry —corrigió Blaine.
-¡Eso! ¡de azul!... ¿Quién dijo verde?... —dijo Henry mirando a todos lados, como si supiese de antemano que su mentira seria descubierta de cualquier forma.
-Ven…—respondió sentándose en el escalón de la entrada a la sala.
Henry se acerco con los brazos cruzados y una expresión de tristeza en su cara. Blaine lo allego a él y lo sentó sobre sus rodillas.
-¿Por qué te echas la culpa?
-Porque no quiero que te enojes con “Rizzie”, ni con el Papá, ella no sabía lo que estaba haciendo y es mi culpa por distraer a Julianna con lo de mi libro.
-No es tu culpa hijo… y si hay un culpable, ese soy yo por no guardar mis cosas como incesantemente me lo pide tú Papá cada día.
-No quiero que se peleen.
-No nos peleamos Henry —dijo Kurt— cuando hay diferencias hay que discutirlas y si se hace con respeto, eso no es una pelea.
-Entiendo… ¿No estás enojado “Papáblen”?
-Un poquito… pero no contigo y ciertamente no con tu hermanita, ni menos con tu Papá —respondió mirando a Kurt— discúlpame si mi reacción te asusto.
-Un poquito…—dijo Henry encogiéndose de hombros.
-Lo siento… —dijo Blaine dándole un beso en la cabeza.
-¿Qué hay de “Rizzie”?, ¿tendrá un castigo?
-¿Crees tú que merece un castigo?
-No…—respondió Henry alargando la “o”
-Pues yo tampoco lo creo…
-¡“Papáblen”!... ¡Mira!... lo “adregle”—dijo Lizzie levantando dos de las hojas. Sin que ninguno de los tres lo notara, Lizzie había tomado los papeles y los había estirado lo más que pudo con sus pequeñas manos, había además untado sus dedos con saliva tratando de borrar la pintura azul que cubría gran parte de las hojas.
-¡Lizzie tus manitos! —exclamo Kurt acercándosele— ¡No las pongas sobre el tapiz del sofá por favor! —añadió levantándola rápido en sus brazos para impedir aquello que sería, a su juicio, un desastre mayor al ocurrido con la música de su esposo.
-¡Mira! —volvió a decir la pequeña enseñando las paginas.
-¿Lo arreglaste princesa? —dijo Blaine acercándose a Kurt y recibiéndola en sus brazos.
-Ya no hay “poblema”
-Indudablemente que no… lo siento bebé —dijo Blaine dándole un beso y abrazándola con fuerza— te amo princesa.
-Yo te amo “Papáblen”—respondió la pequeña dándole golpecitos en la espalda con sus pequeñas manos— no te enojes.
-No cariño… pero debes prometerme que nunca más tomaras esas hojas… ¿de acuerdo?, no son para dibujar, ni pintar… ¿está bien?
-Esta “ben”…
-Ahora… —dijo Blaine bajándola al piso— creo que deberías irte a la cama, debemos levantarnos en una par de horas.
-Pero debo “lavame”—respondió Lizzie enseñando sus manos.
-Yo te llevo cariño…
-Kurt… espera un momento —dijo Blaine deteniéndolo por el chaleco.
-¡Yo la llevo Papá!…—se ofreció Henry volviendo a la estridencia.
-Gracias hijo —respondió Kurt sonriendo— ¡sube por la escalera de la galería es más ancha que la de la cocina!
-¡Lo hare! —dijo partiendo con su hermanita de la mano.
-¡Lo “hade”!… —repitió Lizzie mirándose la mano pintada de azul.
Kurt se volteo hacia Blaine con la más seria de las expresiones, si bien entendía que cada cosa que componía era única e irrepetible, encontraba que el comportamiento que había tenido con sus hijos y con él no era el más gentil ni apropiado.
-Kurt… lo siento.
-No me gusta cuando actúas así… —dijo cruzado de brazos, reticente a cualquier explicación.
-Lo sé… y lo siento… exagere y asuste a nuestros hijos, lo siento… de verdad —repitió tomándolo por las caderas
-Sabes que son pequeños y curiosos en especial Lizzie, que créeme y he llegado a creer que su papá no eres tú si no que un payaso que consume esteroides.
-Lo siento Kurt —repitió abrazándolo.
-Está bien… y entiendo que estés nervios por lo del Domingo… ¡aunque no justifico para nada que hayas dicho que siempre todo es tu culpa! —dijo Kurt con sus brazos hacia abajo aun renuente a aceptar las disculpas y a entregar un abrazo.
-¿Me lo harás difícil esta vez? —quiso saber Blaine apartándose un par de pasos.
-Si…—respondió irguiendo su cuello como un cisne a punto de emprender el vuelo.
-No sé que mas decir…—dijo Blaine rascándose un brazo.
-Di que me amas…—dijo Kurt avanzando los pasos que Blaine retrocediera segundos antes.
-¿Cómo?...
-Eso… di que me amas, y que lo harás por el resto de tu vida —insistió Kurt cruzando sus brazos a la altura del cuello— di también, que no te arrepientes de que nos hayamos casado, ni que, a pesar de este incidente, no lamentas que tuviéramos hijos y que esperas con ansias que la genética avance para tener un tercero —añadió dándole un beso en el entrecejo— reconoce que eres tan tremendamente talentoso que aquello que compusiste y que nuestra hija arruino, lo llevas en tu cabeza y puedes volver a escribirlo con los ojos cerrados y termina diciendo que el Domingo cuando te entreguen el “Grammy” de “Record of the Year”, harás un discurso tan emotivo que llorare sin remedio cuando aparezca mi nombre en el.
-No podría nombrar a nadie más… —dijo Blaine haciéndose cargo del beso— gracias por acompañarme, y por encargarte de todo, de hacer las maletas, de avisar en la escuela de Henry, al doctor de Lizzie… de verdad no quise decir…
Kurt lo interrumpió y lo silencio con sus labios, le dio un beso tan apasionado que Blaine creyó que se quedaría sin saliva para decir su discurso en el escenario del “Staples Center”
-¿Me disculpas entonces? —quiso saber Blaine manteniendo su frente unida con la de su esposo.
-Claro… ¡un momento! —exclamo Kurt apartándose— no has dicho nada de lo que te pedí que dijeras… te escucho… —añadió sonriendo y moviendo su cabeza hacia un lado, como si su cara fuera todo oídos.
-Te amo Kurt y te amare por el resto de mi vida… amo nuestra vida, amo que la Suprema Corte dijera que si era posible que nos casáramos, ame el día en que me dijiste que si… amo la manera en que eres con nuestros hijos, ¡amo que tengamos hijos!, amo la esperanza que albergamos de que aquel artículo que leíste en un salón de bronceado sea cierto y que tendremos un tercero parte tuya y parte mía y amo que tengas esa confianza ciega en mi y en mi talento... pero por sobre todo amo que me ames sin condiciones…—dijo Blaine soltando un suspiro tan intenso que el flequillo de Kurt cambio de posición— ¿ahora si?
-Bueno, no es exactamente lo que te pedí que dijeras… —contesto Kurt medio cantado— pero me encanta esa versión que acabas de inventar —agrego dando otro beso.
-Ok…
-Ahora vamos a dormir, tenemos que levantarnos en menos de dos horas… ¡una y media si quiero lucir decente! —dijo encaminándose al dormitorio.