(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Junio de 2026





-¿Cuántos “My Universe” piensas escribir? —quiso saber Kurt bajando un segundo la revista que leía.
-¿Y esa pregunta? —respondió su esposo haciendo lo propio con el libro que tenía en sus manos.
-No se… como ya vas en el V, pensé que tal vez querías cambiarle  de nombre o algo —añadió mientras le acariciaba la cabeza que cómodamente Blaine tenía sobre su regazo.
-¿Cambiar de nombre? —contesto este como pensando— llámame supersticioso, pero creo que desde que llame a mi primer álbum así, no he parado de tener éxito, por lo tanto… es difícil querer cambiar algo con lo que me ha ido tan bien.
-Supersticioso… —repitió Kurt acercándosele para besarlo, sonrió un instante y en medio de un suspiro volvió a  su lectura en el sofá más grande la sala, Blaine se acomodó más y alzo una de las manos por sobre su cabeza para entrelazarla con la de su esposo y así se quedo un buen rato.
-Está muy soleado, ¿no crees?
-Lo está…
-Lo digo porque el verano se atrasó en aparecer y tal vez ahora no nos de ningún tipo de tregua hasta Septiembre.
-Técnicamente,  aun no estamos en verano…
-¿Qué son 10 días?...
-Nada… —dijo Blaine sin abandonar su lectura.
-¿Le puse protector solar a mis hijos?
-Por supuesto, jamás te permitirías dejarlos salir sin untarlos antes.
-¡Oye!… es perentorio, nadie quiere tener cáncer de piel o algo.
-Por supuesto que lo es… —respondió Blaine pasando página a su libro  y pensando que tal vez su esposo no quería usar el tiempo que tenían para leer en precisamente en leer.
-¿Crees que los niños se lleven bien con el hijastro de Julianna? —pregunto Kurt luego de pasado un par de minutos.
-Kurt no lo llames así…
-¡Pero es lo que es!… genealógicamente, es lo que es...
-Si pero… cuando lo dices así parecería que hablas de un personaje terrorífico de un cuento de Dickens, si es que existiesen claro…
-No lo digo por eso… es solo que los chicos solo hablan de Samanya y no del otro niño.
-Amadi Kurt, su nombre es Amadi…
-Bien… de Amadi… —repitió como dándole importancia.
-Bueno, debe ser porque cuando Julianna sale con ellos es a  la niña a la que lleva.
-Si… les preguntare de todas formas.
-Por cierto que lo harás… —dijo Blaine mirándolo hacia arriba para luego tratar de volver al párrafo que intentaba leer hacía rato.
-Eres tan guapo…  —dijo Kurt interrumpiendo la concentración de su esposo nuevamente— ¿cómo puedes estar tan guapo si han pasado 15 años desde que puse mis ojos en ti por primera vez? —añadió mientras le hacía cariño en la cara.
-Ok… eso era lo que necesitaba para preguntar qué quieres…—sentencio Blaine abandonado el lugar en donde estaba para sentarse con las piernas cruzadas frente a su esposo.
-¿Qué?... ¿por qué crees que quiero algo?
-Porque el mismo tiempo que nos conocemos, es el mismo tiempo que haces eso cuando quieres pedirme algo.
-¿Hacer qué? —pregunto Kurt levantando una ceja.
-Decirme que soy guapo y ese tipo de cosas.
-¡Eso no es justo!… cualquiera que te escuchara pensaría que nunca te digo cosas bonitas —dijo Kurt cruzándose de brazos.
-Siempre me dices cosas bonitas, las más sexys y bonitas… pero cuando empiezas a hablar de cualquier cosa y luego de un rato dices cosas bonitas… es porque quieres pedirme algo… por lo tanto, dime que es…
-Te odio… —añadió haciendo un puchero.
-Y yo te odio más… dime…
-Está bien…— dijo sentándose igual que Blaine en su lado del sofá —¿Sabes que Lily esta media desquiciada no es verdad?
-Yo no llamaría a su eterna luna de miel con Dylan desquiciamiento.
-¿Cómo qué no?, la última obra que escribió era más enredada que un plato de tallarines… y uno cocinado por ti, que es el doble de enredado —agrego apuntándolo.
-¿Y eso es un problema por qué? —pregunto Blaine sin poder evitar sonreír ante aquella analogía culinaria.
-Porque necesito una obra para este otoño… y ya tengo todo bien planeado en mi cabeza…
-¿Pero?
-Pero… si bien soy excelente en lo que hago, no lo soy tanto en la parte musical…
-Ok…—dijo Blaine alargando la “o”
-Por lo tanto, como yo solo puedo componer canciones que exceden los parámetros normales de rima… pensaba que tal vez tú… que eres tan talentoso y que has ganado dos años el premio Grammy a la mejor canción del año… podrías… ya sabes… ¿componerme unas cuantas cancioncitas? —termino por decir Kurt empequeñeciendo sus ojos cuando mencionaba lo de las “cancioncitas”
-Ah… era eso lo que querías pedirme…
-Era eso… y sé que tienes un montón de trabajo con los toques finales de tu álbum, pero no sé, tal vez… en algún momento…
-Ser un honor para hacerlo.
-¿De verdad?
-De verdad…
-¡Blaine!... ¡qué maravilla!... ¡esto es genial! —exclamo  tirándosele encima, su esposo perdió el equilibrio de la posición en la que se encontraba y quedo tendido en el otro extremo del sofá— ¡gracias!… ¡gracias!… ¡gracias! —repitió mientas le daba múltiples besos en la cara— juro y te daré todo los créditos, tu nombre en el “playbill” y todo… ¡esto es genial! —volvió decir dando unos aplausos.
-De nada… pero necesitare saber de qué se trata todo antes de componer nada —advirtió Blaine  tratando de sentarse nuevamente.
-Lo se… ¡lo sé!... pero eso no es problema… tengo al idea ya media desarrollada en mi cabeza como bien dije… ¡oh por dios estoy tan feliz! —exclamo Kurt haciéndose espacio entre las piernas de su esposo, se sentó entre ellas y termino por tu utilizar el pecho de él como respaldo.
-¿Merezco una recompensa? —pregunto Blaine abrazándolo de inmediato.
-¡Apuesta tus mejores partes a que la tendrás!… este acontecimiento merece una súper extra caliente y sexy celebración… no se salvara de mi esta noche Señor Anderson Hummel.
-Espero que no… ahora háblame de la trama que tienes en mente.
-Bueno... lo primero…
-¡Papás!... ¡PAPÁS!
-Henry cariño… ¿qué son esos gritos? —quiso saber Kurt incorporándose de donde estaba.
-¡PAPÁS SUCEDIÓ ALGO SUPER NO PERFECTO!
-¿Qué sucedió?... ¿dónde está tu hermanita?—agrego levantándose en menos de un segundo.
-Sucedió algo súper no perfecto… —repitió Henry mientras trataba de recobrar el aliento apoyando ambas manos en sus rodillas.
-Hijo… ¿dónde está Lizzie?… ¿les paso algo?
-No… a… nosotros…  “Rizzie” viene con Julianna… ay, creo voy a vomitar…—dijo el chico tomándose el estómago.
-Henry, tranquilízate… siéntate aquí —añadió Blaine conduciéndolo a la sala.
-¡Papás!... esto es “tedrible”… —escucharon los tres a sus espaldas. Lizzie veía de la mano de Julianna y parecía conmocionada por algo, la niñera traía a su hija Samanya en los brazos y también parecía que había sobrevivido de milagro a algo terrible.
-¿Alguien puede decir lo que esta pasado?... ¿estas bien cariño? —dijo Kurt examinando a su hija de los pies a la cabeza.
-Señor Anderson, Señor Hummel, sucedió algo terrible.
-Eso ya lo sabemos, ahora por el bienestar mío y el de mi esposo, ¿es posible que nos expliquen de una vez qué sucedió? —pidió Blaine con las manos en la cintura.
-Es el “Señor Botones”
-Ah…—dijo Kurt como si suspirara alivio.
-¿Qué paso con el perro?
-¡Se escapó! —exclamo Lizzie soltando el llanto tras “Rita”
-¿Cómo?... —pregunto Blaine tomándola en los brazos
-Eso Señor Anderson, estábamos en el parque y hubo un inconveniente con un vendedor de comida,  llego la policía montada que siempre está en los alrededores y debido al forcejeo el carro se volteo, eso asusto al caballo  y a algunas personas y por tratar de salvaguardar el bienestar de los niños, solté al perro… salió huyendo ante tanto barullo.
-¿No vieron donde se fue? —pregunto Blaine acunando a su hija que parecía y tenia una pena inconsolable.
-La verdad es que no, con la confusión…
-Papá tenemos que hacer algo… el “Señor Botones” no sabe qué hacer solo… es muy pequeño —dijo Henry queriendo llorar también.
-Lo se cariño, tranquilízate… —respondió Kurt dándole un beso y un cariño en la cara.
-Lo siento Señores…
-Tranquila Julianna, no es tu culpa, además si me preguntas entre reguardar de la embestida de un caballo a un perro o a los niños, me alegro que te decidieras por los niños.
-Aun así… hable con el oficial y me dijo que es posible que el escuadrón de rescate de animales pueda buscarlo...
-¿Pero? —pregunto Blaine al ver que Julianna ponía cara de circunstancia aún más trágica. La mujer hizo una mueca seguida de una seña y sus patrones entendieron que les quería decir algo que no debía ser escuchado por los menores presentes.
-Princesa, quédate aquí con tu hermanito, con el Papá solucionaremos esto —aseguro Blaine dejando a Lizzie sentada junto a su hermano. Henry hizo un puchero antes de abrazarla y ambos comenzaron a sollozar diciendo el nombre del perro de tanto en tanto.
-¿Que sucede Julianna?, ¿no nos contaste toda la historia?
-No señor Anderson, la conté, lo que sucede es que el oficial me advirtió que dado el tamaño del perrito y la época del año será extremadamente difícil dar con el “Señor Botones”.
-¿Pero lo intentaran?, ¿no es así?
-Lo intentarán Señor Hummel, Henry tenía una foto en su billetera y se la entregamos, nos tomaron los datos y llamaran en caso de cualquier cosa… ahora, si me disculpan debo volver a mi casa, Amadi debe estar por llegar de su práctica de baseball.
-Claro… vete… y gracias Julianna por cuidar a mis hijos— dijo Kurt haciéndole un cariño en un brazo.
-De nada Señor Hummel, es mi trabajo —respondió la mujer acomodándose a la bebé en el hombro— ¿mañana?
-Mañana en la tarde, con Blaine tenemos cosas que hacer en el teatro después de almuerzo, pero volveremos antes de la hora de la cena.
-Muy bien… —contesto Julianna sonriendo apenas, camino unos pasos y se despidió de los chicos, les dio una par de besos y les dijo algunas palabras de aliento, pero Lizzie y Henry estaban tan tristes que solo atinaron a abrazarse más fuerte y seguir mentando a su perro perdido.
-¿Qué vamos a hacer? —pregunto Blaine sintiendo el dolor de sus hijos como propio.
-Dejar que las autoridades se encarguen, para eso están… —contesto Kurt encogiéndose de hombros
-¿Cómo?... Kurt… ¿no crees que deberíamos ir al parque y tratar de encontrarlo?
-Ok… no sé por quién me has tomado, pero yo no tengo ningún tipo de entrenamiento en rastreo y rescate de animales extraviados, ¿acaso tu si?
-No… pero sí creo que si vamos ahora podremos ampliar las posibilidades de encontrarlo, él podría olfatearnos o algo.
-Y no iré  a buscar a ese perro del demonio —sentencio Kurt abriendo sus manos como si zanjara aquel asunto allí mismo.
-Kurt…
-Blaine… Julianna nos dijo las posibilidades que  a su vez le dio alguien experto… ¿qué podríamos hacer nosotros?
-¡Buscarlo!… ¿no te conmueve los que está pasando allí? —dijo Blaine señalando a sus hijos con la mirada.
-¡Por supuesto que sí!, ¿qué crees que soy?, ¿un insensible?
-Entonces vamos… cuatro cabezas piensan mejor que dos..
-Y no iré… piensa lo que quieras pero yo no iré, tampoco mis hijos, ese perro puede estar en cualquier parte y no los expondré  a recorrer quizás que parte del Central Park.
Blaine lo miro un segundo y acepto con tristeza la decisión de su esposo.
-Iré yo entonces… —agrego apartándose— chicos… —dijo enculillándose frente a sus hijos— iré a buscar al “Señor Botones”
-¡Iré contigo! —exclamo Henry levantándose de un salto.
-¡Y yo iré “comtigo”! —repitió Lizzie imitando la actitud de su hermano.
-No… no… ustedes quédense aquí…
-¿El Papá ira?
-No... él se quedara con ustedes..
-¿Por qué no ira?... ¿es porque odia al “Señor “Motones”? —dijo Lizzie usando a “Rita” como pañuelo.
-No Princesa, no digas eso… el Papá lo quiere tanto como yo o como ustedes… pero debe quedarse aquí a cuidarlos.
-¿Por qué no podemos ir todos?
-Hijo… ¿qué tal si alguien viene  a devolverlo?, su collar tiene nuestra dirección, si alguien viene y no hay nadie aquí lo podríamos lamentar… ¿no crees?
-Si…
-Además puedes aprovechar el tiempo y hacer con tu hermanita unos carteles de “desaparecido”, buscan una foto y luego los colgamos en todos lados… ¿está bien? —dijo dando un beso a cada uno.
-Está bien…
-Muy bien… me avisan cualquier cosa.
-¡Papá!... ¿lo traerás verdad?
-Lo traeré hijo…
-¿Lo “pometes”? —pregunto Lizzie queriendo llorar de nuevo.
-Princesa… —respondió Blaine agachándose nuevamente— no puedo prometer eso, pero si puedo prometerte que hare mi mejor esfuerzo y no dejare ningún rincón sin buscar… ¿qué te parece eso?
-Me “pareze” bien.
-Y a mi… y ahora a quedarse expectantes… —termino por decir Blaine despidiéndose de los niños, se acerco a Kurt que estaba cerca de la puerta con los brazos cruzados y le dio un beso en la mejilla.
-Ten cuidado por favor… —dijo este como si Blaine se marchara a la guerra.
-Lo tendré… —respondió abriendo la puerta.
-¡Espera!…. —exclamo Kurt haciendo el gesto de alto con sus manos— iremos contigo.
-¿Qué?
-¡Pero Papá!... el “Papáblen” dijo que podía venir alguien… —exclamo Henry levantándose del sofá  a la velocidad de la luz.
-Lo dijo cariño, pero podemos contarle lo sucedido al Señor Jenkins, el recibirá a quien sea que pueda venir, vayan a por unos sweaters… Henry cariño,  ayuda a tu hermanita.
-¡Súper perfecto! —grito este mientras se retiraba casi corriendo con Lizzie de la mano.
-Gracias…—dijo Blaine dando a su esposo otro beso en la mejilla
-No digas nada…—dijo Kurt arreglándose frente al espejo del recibidor— hago esto por mis hijos y por ti… no por ese perro del demonio.
-Suficiente para mi…
-¡Y debo advertirte que con todo esto arruinaste todas tus posibilidades para esta noche!
-Puedo vivir con eso… —dijo Blaine mientras abría la puerta.
-Y también debes saber que no me meteré a ninguna zanja, alcantarilla o cualquier espacio húmedo y maloliente.
-Jamás te lo pediría…
-Bien… —dijo Kurt comenzando a corregir la posición del cuello en la camisa de su esposo— gracias por defenderme recién… es sabido que si odio a ese animal “come broches”.
-Lo se… —agrego mirándolo un rato bien largo— iré a ayudar a nuestros hijos, no podemos perder más tiempo.
-¡Dios nos libre de eso!
-¡Te amo!... —grito mientras subía la escalera.
-¡Y yo te odio ya te lo dije antes!...

Octubre de 2041





-¡Papá estuviste de acuerdo!
-Lo se cariño… lo se… discúlpame… ¿Lily?... ¿puedes…? —dijo Kurt apuntando el cabello de su hijo con cara de angustia, como si lo que le iban a hacer era un trasplante de corazón y pulmón sin anestesia ni nada.
-Claro… quedaras extremadamente guapo… vamos… —respondió Lily estirando su mano para que Noah la cogiera.
-Vamos… —dijo Noah tomándola de vuelta— Papá acompáñame… —agrego agarrando el sweater de Kurt— “Papáblen” tu ve a buscar a ”Desmond” para que me vea… —termino por decir el pequeño meneándose un poco, como si la expectativa delo que iba a suceder le causara unos nervios y ansiedad incontrolables.
-Creo que debes tranquilizarte hijo… —advirtió Kurt caminando tras ellos.
-Lo estoy… ¿dónde iremos Tía Lily Westbrook Stewart?
-Pues iremos al baño… allí se lo corte a Hendrix.
Kurt no pudo evitar rascarse la cabeza, como si la frustración que le producía aquello también le diera comezón en el cuero cabelludo, Lily lo miro de reojo antes de abrir la puerta del baño principal para todos.
-¿Qué tal si me esperas aquí dentro?... debo traer algunas cosas desde mi dormitorio —agrego encendiendo la luz.
-Si… —contestó Noah entrando de inmediato.
-¿Estas bien? —pregunto Lily mirando a su amigo.
-¿Qué?... claro que lo estoy… ¿por qué lo preguntas?
-Por eso que acabas de hacer…
-Vaya si eres fijona… debe ser el aire que me provoca alergia o algo… —respondió volviendo a rascarse.
-Si alergia… acompáñame…—agrego la mujer tomándolo de un brazo— ¡volvemos de inmediato Noah!… ponte cómodo.
-¡Hay una silla aquí!... ¿puedo usarla? —grito el pequeño desde el baño.
-¡Úsala cariño!, ¡vamos enseguida!… —respondió Lily mientras jalaba a Kurt hasta su dormitorio— siéntate… —agrego señalando la cama.
-Ok… —dijo mirándola extrañado.
-Ahora dime… —pidió Lily cruzándose de brazos frente a él.
-Oye Bonita, cenaremos antes de irnos o… —interrumpió Dylan entrando de pronto— ¿qué pasa?... ¿qué ocultan? —añadió echando un ojo a cada uno.
-Nada… ¿qué sucede Westbrook? —pregunto Lily simulando normalidad frente a su esposo.
-La cena…
-Si… por supuesto… ¿alistarías la mesa?
-Obvio, por eso vine a preguntar… ¿qué pasa aquí?... ¿porque hablan a espaldas del pequeño?
-No sucede nada, de hecho fue tu esposa la que me trajo hasta aquí —explico Kurt haciendo el ademan de levantarse.
-Lo traje, si… Dylan, amor… ¿sabías que Kurt tiene una alergia? —dijo Lily mirando a su esposo.
-¿Alergia?... ¿alergia a qué?
-No lo sé… pero es una muy extraña, solo se manifiesta cuando Noah habla de cortar su cabello—agrego dándole una mirada como de complicidad.
-Oh… —respondió Dylan volteándose hacia Kurt.
-Yo creo y es terrible… es más… ¿no crees que está un poco pálido? —dijo Lily volteándose hacia Kurt.
-¿Pálido?... si… y un poco verde también —aseguro Dylan señalando el área de la cara de su amigo.
-¿Creen que esto es gracioso?
-Mucho…
-¡Lily!
-¡Vamos Kurt!… —exclamo Lily sentándose a su lado en el final de la cama— dinos la verdad, estas así porque Noah decidió lo que decidió, ¿no es así?
-No… mi hijo puede hacer lo que él decida… aunque aún tiene 6 años y debería estar obedeciendo lo que digo
-¿Qué es?... —quiso saber Dylan sentándose al otro lado.
-¿Acaso ensayaron esto?
-¿Acaso me has viso hacer algo sin ensayarlo antes? —pregunto de vuelta Dylan imitando a la perfección el tono y modo de hablar de Kurt. Lizzie soltó una risa casi estridente y el aludido respondió dando un par de golpes a cada uno.
-¡Sin violencia! —exclamo Lily aun riendo.
-¡Pues la merecen!... sabía que nada bueno saldría de esta encerrona… ¿podemos hacer lo que está esperando mi hijo? —dijo Kurt levantándose.
-Podemos… pero Kurt…—respondió la Señora Westbrook poniéndose de pie también, se acercó a su amigo y lo tomo de las manos— si no te sientes cómodo con que Noah corte su cabello podemos inventar una excusa…
-Lily…
-Escúchame… sé que es difícil, y sé que no es lo mismo, pero entre nosotros, no sé cómo reaccionare cuando vea a Dylan con la cabeza calva —dijo casi murmurando sus últimas palabras.
-¿Qué paso con Dylan? —dijo este acercándose a ellos.
-Nada Westbrook, ¿no ibas a alistar la mesa?
-A eso iba… y descártenme de lo que sea que están hablando… no me importa… —dijo levantando sus manos ofendido— pero lo que no tolerare, es que le oculten cosas al pequeño, yo mismo me encargare que sepa que algo raro sucede aquí… quedan advertidos —sentencio Dylan señalando uno de sus ojos y a su esposa y amigo luego, como advirtiendo que los tenia vigilados.
-¡Te amo!... —grito Lily antes que su esposo terminara de cerrar la puerta del todo.
-Eres igual que Blaine, siempre dice “te amo” cuando quiere dar por cerrada una discusión o quedarse con la última palabra.
-¿Y el resulta?
-Todas y cada una de las veces… —contesto Kurt sonriendo.
-A mi igual…—dijo la chica chocando su hombro con el de su amigo, como si fueran compinches en algo.
-¿Vamos?
-Kurt… espera… de verdad te lo ofrezco, si no estás seguro o te arrepentiste de haberle dado permiso, yo puedo inventar que la maquina se averió o algo…
-No… está bien… me dolerá en el alma pero es por un propósito que para Noah es importante… vamos…—repitió tomándola del brazo.

-¿Y los demás hijo? —pregunto Blaine llegando al baño donde Noah esperaba sentado en la silla de la más correcta de las maneras.
-Fueron a buscar los implementos.
-¿No estaban aquí en el baño? —dijo entregándole a “Desmond”
-No lo sé, es lo que dijeron…
-¿Estas bien?
-Si…
-¿Y porque pareciera que no? —insistió Blaine haciéndose espacio en la silla para sentarse junto a él.
-No lo sé… tal vez son los nervios…
-¿Nervios?... ¿porque tienes nervios?
-Por lo de mi cabello… —respondió Noah acariciando su propia cabeza.
-¿Acaso te arrepentiste?
-No…
-Hijo… —agrego Blaine tomándolo de la cintura para dejarlo instalado sobre su regazo— si te arrepentiste o simplemente no quieres hacerlo, no hay problema… de verdad que no.
-No, no me he arrepentido, aun quiero “sodirazirar” con Liverpool Westbrook Stewart… es solo la “epspestativa” , como nunca me lo he cortado así —dijo encogiéndose de hombros.
Blaine sonrió pensando si su hijo sabia de verdad que significaba la palabra “expectativa”.
-Bueno… yo solo puedo decirte que no será tan diferente como cuando te llevamos con el Papá a la “Apple Seed” cada dos semanas.
-Me gusta esa “peluquedria”, me puedo sentar en un auto.
-¡Lo sé!... y eso es súper extra genial, y aquí no te sentaras en uno, pero creo y esta silla es extra cómoda.
-¿”Papáblen”?...
-¿Si?...
-¿Crees que me dolerá? —pregunto Noah tocándose la cabeza.
-No lo creo… pero si te sientes más cómodo, el Papá o yo podemos hacerlo.
-No… confío en la Tía Lily Westbrook Stewart, además, Hendrix Westbrook Stewart no menciono nada sobre dolor.
-Es porque raparse la cabeza no duele… —Noah soltó un suspiro como si no estuviera totalmente convencido con aquel argumento— hijo, ¿te acuerdas cuando me dijiste que los abrazos del Papá hacían que cualquier miedo se fuera? —agrego Blaine al notar la duda en la cara de su hijo.
-Sí, pero yo no tengo miedo… solo una duda.
-Lo sé, pero lo que debes saber es que no solo los abrazos del Papá son mágicos, también lo son sus manos.
-¿Manos mágicas “Papáblen”? —repitió Noah alzando una ceja, tal y como Kurt lo hacía.
-Sí, mágicas, pueden quitar cualquier dolor… una vez… hace mucho tiempo, yo me enferme de la panza por comerme de una vez todos los dulces que recolecte en Halloween… el Papá me tomo la mano y el dolor se fue… ¿qué? —pregunto al ver que Noah comenzaba a reír de manera pequeñita y aguda.
-No es posible que un dolor de panza se quite así… necesitas medicinas y un doctor… —añadió el pequeño entre risas.
-Tal vez… pero lo que sí puedo asegurar es que me sentí muy confortado cuando hizo eso… y tal vez aquel gesto fue el causante que el dolor se fuera… por lo tanto… —agrego dejando a su hijo solo en la silla— mi consejo es que si quieres prevenir el dolor, le tomes la mano al Papá durante todo el proceso, ¿qué te parece?
-Me parece una buena idea… gracias ”Papáblen”… te súper amo…
-Y yo te súper amo a ti… —respondió Blaine dando un abrazo.
-¿Tantos abrazos?... ¿me perdí de algo? —dijo Kurt al tiempo que entraba al baño junto a Lily.
-Papá… el “Papáblen” me hizo una sugerencia que me ayudara.
-¿Qué te ayudara con que cariño?
-Con la “epspestativa” que me da los nervios…
-¿Nervios?... bebé, si te arrepentiste nadie pensara mal de ti…
-Lo sé, y no me he arrepentido, es solo la “epspestativa”, el “Papáblen” sabe toda la historia te la contara cuando hablen… ven, siéntate aquí… —dijo Noah señalando el retrete.
-¿Quieres que me siente sobre el retrete? —pregunto su Papá poniendo cara de asco.
-Está cerrado, no hay problema…
-Está bien… —dijo Kurt mirando el asiento que le ofrecía su hijo con aborrecimiento.
-Dame la mano… —agrego Noah estirando al propia.
-¿Qué esto cariño?
-Tus manos son mágicas, el “Papáblen” me lo dijo… —explico apretándola fuerte. Kurt frunció el entrecejo un segundo y luego miro a su esposo, este se limitó a sonreír y aquello fue para Kurt la mejor de las explicaciones.
-Muy bien… lo primero es lo primero… —dijo Lily sacando un par de toallas desde uno de los gabinetes— con esto evitaremos que quedes lleno cabellos —agrego poniendo una en la espalda como una capa de súper héroe y otra al frente como un babero gigante— ahora esto… —añadió enchufando la maquina cortadora, desenrolló el cable y cambio el cabezal por uno que cortara de manera más al ras, la miro por todos lados haciéndola funcionar y termino por ubicarse tras el respaldo de la silla que ocupaba el interesado— ¿listo?
-¡Espera Tía Lily Westbrook Stewart! —exclamo Noah moviendo sus manos bajo las toallas, Kurt irguió un poco su cuello esperando que las siguientes palabras de su hijo fueran: “no hagas nada me arrepentí”.
-¿Qué sucedió cariño? —pregunto esta con la maquina en la mano.
-“Desmond” quedo debajo de las “toballas” y debe ver todo… —respondió sacando el dinosaurio a la superficie.
Kurt se dejó caer de nuevo en la silla como si se desinflara y volvió a la compunción de antes.
-Ahora si… —dijo mirándola a través del reflejo en el espejo.
-Empezaremos entonces —prosiguió Lily echando andar la máquina. Comenzó cortando el cabello de Noah a la altura de la nuca, le inclino la cabeza hacia adelante y el pequeño podía ver como mechones de diferentes tamaños caían a sus pies, cada pelo que cortaba, Kurt lo sentía como un piquete en los ojos, respiraba de manera exagerada y trataba de ponerse cómodo sobre el retrete cambiando de posición cada tres segundos. Blaine en tanto, observaba todo un paso más atrás de su amiga, tenía una mano en el bolsillo del pantalón y con la otra se tomaba de manera persistente una de sus orejas. Lily continuo con su trabajo obviando las reacciones de sus amigos y corto todo el cabello hasta dejarlo casi de medio centímetro de largo.
-Listo… —dijo sonriendo satisfecha, Noah se miró al espejo y movió su cabeza de un lado a otro unas tres veces— ¿sucede algo cariño? —agrego Lily al ver que el pequeño tenia cara de cliente insatisfecho.
-No quede como Liverpool Westbrook Stewart, ni como Hendrix Westbrook Stewart —reclamo mirando a su improvisada peluquera.
-¿Quieres quedar exactamente como ellos?
-Sí, si no, no será un verdadero “sodirazirarmiento”
-Pues haremos el siguiente paso entonces… esto te parecerá… extremadamente divertido —dijo Lily sacando un envase de espuma de afeitar desde el botiquín más próximo al lavabo, lo batió un poco y presiono la válvula para dejar salir la espuma. Noah abrió sus ojos sorprendido y miro a su Papá con cara divertida.
-Es para que no sientas que algo te raspa cariño… no te dolerá.
-Lo se… me tienes de la mano, no podría sentir ningún dolor —aseguro el pequeño haciendo una especie de escalofríos al sentir la espuma en su cabeza.
Lily termino de rapar la cabeza de Noah utilizando una afeitadora rosada, quito el exceso de espuma con una toalla de mano y termino por quitar las más grandes que cubrían el cuerpo del amigo de su hijo, tomo una escobilla pequeña y se la paso por el cuello, Noah termino por soltar un par de risas extremadamente dulces.
-Ahora si… —dijo Lily comenzando a guardar todo.
-¡Wow!... ¡Papá!... ¡mírame!… —exclamo Noah mirándose desde todos los ángulos.
-Te veo cariño…
-¿Qué te parece?
-Pues… te ves diferente.
-Si… ¿”Papáblen”… puedes verme?
-Puedo hijo... te ves muy bien… creo que hasta mayor.
-Liverpool Westbrook Stewart se sorprenderá.
-No lo dudo cariño.
-¿Qué hay con esta reunión?... ¡Papá!, ¿estas sentado en el retrete?... ¡hola! —dijo Lizzie menando la mano cerca de su nariz, como evidenciando un mal olor al tiempo que se amarraba el cinturón de su chaqueta.
-¡Mírame Lizzie Anderson Hummel! —exclamo Noah que ya no podía más de felicidad.
-¡”Goblin”!... ¿acaso eres tú?... ¡mírate todo calvo! —respondió su hermana tocándole la cabeza.
-Te queda genial ese estilo hermanito —agregó Henry uniendo a las caricias.
-¡Oye!...Liverpool estará de lo más feliz cuando te vea.
-Eso espero Hendrix Westbrook Stewart…
-¿Vas a salir cariño? —pregunto Kurt dirigiendo la voz a su hija, pero sin quitar los ojos de la cabeza de Noah.
-Si… Hendrix, que es un joven de 15 años… ¡hola!... nos consiguió pases para un club extra exclusivo y extra fantástico.
-¿Cuál Princesa?
-Uno que se llama “Fabric”
-¡Ese club es genial!... Dylan y su banda siempre están siendo invitados.
-Por eso el joven Hendrix nos consiguió entradas… maravilloso —respondió la chica dando una especie de abrazo al aludido, Hendrix sintió que su cara se ponía más roja que el “Trench” ajustado que vestía la chica de sus sueños.
-¿Tú también iras Henry? —pregunto Lily mientras seguía organizando las cosas en el baño
-Si… ¿para que son los hermanos mayores?
-¿Yo puedo ir? —pregunto Noah mirando a sus hermanos.
-“Goblin”… no… es decir… eres muy pequeño, no te dejaran entrar.
-Es un club para mayores hermanito.
-Pero el “Papáblen” dijo que me veía mayor.
-Hijo… —intervino Blaine acercándose a Noah— tal vez puedas verte mayor, pero sigues siendo pequeñito en edad.
-Cariño… ya hemos hablado de esto… sabes que existen compromisos y cosas que hacen tus hermanos y que no son para ti, pero eso no significa que no te amen —agrego Kurt tomando las manitos de su hijo.
-Lo entiendo, solo me gustaría que no tuvieran tantos compromisos —dijo el pequeño haciendo una mueca de decepción.
-No, pero “Goblin”… ¡no te pongas así!… ¡ay qué pena!… me vas a hacer llorar, y nadie puede llorar en Londres… ¡hola! —dijo Lizzie abrazando a su hermano menor— ven… — añadió llevándoselo hacia donde estaba Henry, este lo alzo en sus brazos y Kurt busco refugio en la cintura de su esposo— quiero que sepas que te amo más que nadie… que nada para mi es más importante que mis hermanitos y mis Papás….
-Pero tienes compromisos de tu edad…
-Tengo compromisos de mi edad... —repitió Lizzie sonriéndole a su hermano menor— ¿sabes lo que haremos?... mañana pasaremos todo el día juntos, los tres… ¿qué te parece? —pregunto poniendo cara de que aquello era el mejor plan del mundo.
-¿Los tres? —contesto Noah apuntando a Henry a Lizzie y a el mismo.
-Así es, los tres, ¿verdad Henry?
-Obvio… —corroboro este meneándolo por la panza— hermanito, como dijo “Rizzie”, tu eres extra importante para nosotros… además nunca debes olvidar que… “Gay o lo contrario…”
-¡”Somos lo mejor de este barrio”!... —exclamo Noah levantando una de sus manos como si hubiera triunfado en los más importante del mundo.

Octubre de 2040





-¿Hacemos el inventario de inmediato? —pregunto Kurt con las manos en la cintura de pie en frente de la mesa de la cocina.
-Ya que esta todo aquí… no veo porque no … —contesto Blaine sentado en la cabecera opuesta.
-Muy bien… yo digo y tú me respondes… —agrego apuntándose a él y a su esposo después— Calabazas…
-Seis grandes, dos medianas y dos pequeñas para Noah…
-Perfecto… cuchillos —dijo gesticulando el numero dos con los de dedos de su mano.
-Dos para abrir, tres para tallar y uno de plástico, también para Noah.
-Recipiente para desechos.
-Dos, cada uno con su bolsa respectiva —dijo Blaine tomando dos pequeños botes de basura que estaban apilados uno sobre otro.
-Genial… ¿recipientes y cucharas para desechos útiles?
-Tres y de tamaño extra grande.
-¿Marcadores?
-Uno para cada uno, no tóxicos por cierto.
-Muy bien… ¿tenemos todo entonces?… —dijo Kurt mirando todo con detenimiento.
-¿Por qué miras?
-¿Cómo?
-Eso… —añadió Blaine sonriendo— ¿porque miras todo?... ¿no confías en lo que te digo?
-Confío, por supuesto que confío… pero nunca esta demás mirar por si acaso… iré a buscar a nuestro hijo, estaba ansioso de comenzar esta tarea —dijo dando un par de aplausos al tiempo que hacia el ademan de retirarse.
-¿Por si acaso qué? —insistió Blaine sacando una botella con agua del refrigerador.
-¿Cómo? —pregunto devolviéndose en sus pasos.
-Dijiste “por si acaso”, y yo me pregunto, “por si acaso”, ¿qué? —quiso saber Blaine medio sentándose en uno de los muebles y tomando un trago largo de agua acto seguido.
-Por si acaso… ya sabes… por si acaso… —respondió Kurt encogiendo sus hombros en cada ”por si acaso que mencionaba— ¿puedo ir a buscar a mi hijo?, o ¿hay alguna otra pregunta?
-Ninguna Señor Hummel Anderson… solo…
-Y no digas “te amo” o una de estas calabazas tendrá tu cara… y no precisamente tallada.
Blaine levanto sus manos en señal de rendición, Kurt sonrió y le hizo el gesto de que podía hablar.
-Solo quiero saber si nuestro hijo termino sus deberes —pregunto mientras comenzaba a ordenar todos los implementos sobre la mesa.
-Estamos hablando de Noah, los termino en el autobús camino a casa.
-¿Y porque no ha bajado entonces?
-Porque se quedó en su cuarto, según me dijo debe decidir qué tema hará para el “Show and Tell” de la semana próxima y eso requiere de mucha concentración.
-¿No y ya lo tenía decidido?
-Lo mismo pensé yo, que haría algo relacionado con el broche de la campaña de Kennedy que encontramos, pero dice que debe pensarlo mejor.
-Muy sabio de su parte… ¿y no ibas a devolver a ese broche?
-¿A quién por favor?
-¿Al señor que amablemente te vendió solo esa tetera en el “Flint Market” de Chelsea?
-¿Por qué?... no es mi culpa que él no supiera las cosas que tenían dentro las otras cosas que vendía… me lo quedare y punto… —aseguro subiendo los dos primeros peldaños de la escalera que conducía a los dormitorios.
-¿Por qué?... ni siquiera eres un coleccionista de la memorabilia política…
-Bueno basta con saber que Kennedy fue un gran presidente y con mucha popularidad —respondió subiendo otros dos.
-Que se veía a escondidas con Frank Sinatra, la mafia y Marilyn Monroe..
-¿Acabas de mencionar a Marilyn Monroe y a Frank Sinatra y no quieres que me lo quede?... alguno de los dos pudo tomarlo —advirtió Kurt apuntando a su esposo.
-Así como millones de estadounidenses…
-¿Acaso hoy te levantaste con el propósito de contradecirme en todo?
-¿Qué?
-No, de verdad, ¿abriste tus maravillosos ojitos y dijiste: “Hoy le llevare la contra a mi amado esposo en tondo de lo que diga o haga”? —insistió Kurt cruzándose de brazos.
-Bueno, la verdad —comenzó a explicar Blaine mientras se acercaba a la escalera— es que al abrir hoy mis ojos —agrego tomándose de barandal— dije lo que vengo diciendo hace décadas y es: “¡Dios!... ¿cómo puedo ser tan afortunado?, ¡estoy con Kurt Hummel!, hace más de 20 que lo bese por primera vez y cada día luce aún más fantástico” —dijo trepándose por el pasamano para alcanzar los labios de su esposo.
-¿Ensayando para el rol de Romeo Señor Anderson-Hummel? —pregunto sonriendo.
-Algo así… —respondió este volviendo a juntar su boca con la de él. Kurt le sonrió sobre los labios y no tuvo más opción que descruzar sus brazos y responder a aquello que le era irresistible.
-Ok… quedas perdonado y puedes llevarme la contraria en todo lo que gustes… —dijo suspirando un poco de calor— voy a buscar a Noah…—añadió saliendo de la cocina.
-Ok… ¡Y aun creo que ese botón debería estaré en un museo!
-Y yo sigo diciendo que esa tetera la compre yo y si venían cosas adentro no es mi problema —sentencio Kurt cerrando la discusión con un meneo de manos.

-¡”Papáblen”!... ¿otra vez te toco lo del inventario?
-¡Princesa!… que placer verte… —exclamo Blaine abrazando a su hija— pensé que no vendrías hasta mañana.
-¿Y perderme la tradición de las calabazas?... ¡ni en millón de años!... ¡hola!... ¿dónde están todos? —agrego mientras se quitaba la ropa de abrigo y la dejaba esparcida por toda la cocina.
-Bueno, Noah está en su cuarto y tu Papá fue a buscarlo.
-¿En su cuarto?, no me digas que encontró un libro sobre calabazas porque soy capaz de comerme todas las semillas de esta —sentencio apuntando la más grande.
-No, está tratando de decidir que hará para su “Show and Tell” de la semana próxima.
-¡Que lleve a “Desmond”!, a su edad lo único que importa son los juguetes... ¡hola!
-Bueno él está entre la dupla electoral “Kennedy-Johnson” y su libro de las arañas.
-¡Vaya temas!… —exclamo Lizzie haciendo como que se dormía en ese instante.
-Loca…
Lizzie le lanzo un par de besos mientras se sentaba en una de las sillas.
-¿Cómo te ha ido Princesa?
-Bien, no me puedo quejar… —respondió al tiempo que examinaba las 10 calabazas dispuestas para el tallado, con el fin de elegir la que más se adecuara a sus necesidades artísticas— aunque estaría mejor si me hubieran llevado a la playa esa de Brasil… pero bueno… tendré que conformarme con la pasta deshidratada que me trae Vincent cada vez que me va a ver, hay una que es receta brasileña.
-¿Pasta deshidratada?, ¿estas con problemas financieros Princesa? —quiso saber Blaine mientras recogía la ropa de su hija.
-¿Que?... ¡no!, nada que ver… ¡hola!…
-Porque si es así, debes saber que siempre puedes contar con nosotros.
-No tengo problemas “Papáblen”… lo juro… —insistió la chica haciendo sus usuales gestos de promesa en su frente, boca y pecho.
-¿Qué hay con eso de las pastas deshidratas entonces?… te advierto que esas cosas son 99% sodio y 0,1% nada.
-¡Ay “Papáblen”!, estás hablando como el Papá… y lo se… y te juro que no me falta de comer, lo de las pastas es una estupidez de Vincent, un día le dije que encantaban y ahora me lleva un envase cada tercer día… ¡ya tengo como tres docenas!... ¡hola!
-¿Estás hablando enserio?
-Mucho… es un tanto raro, pero es guapo a rabiar lo que compensa cualquier cosa… y a todo esto, ya elegí mi calabaza… —señalo tomándola en sus manos como si fuera un bebé redondo— ¿no era de nadie?, ¿o sí?
-No era de nadie, aun nadie elige en realidad.
-¿Debo esperar al Papá entonces?... no quiero que me diga que a esta le quería tallar la cara de Audrey Hepburn o algo —dijo Lizzie mirando la calabaza por todos lados como si tratara de imaginar cómo se vería la cara de la Hepburn en ella.
-Tal vez sería mejor, porque lo único que se bien, es que esas dos pequeñas son para Noah —dijo Blaine apuntando las correspondientes.
-¡Son ideales para el “Goblin”!… ¡te amo “Goblin”… —grito dirigiendo su voz escaleras arriba— aunque agradezco que no le tocara elegir los disfraces este año, ese de la Madame Curie era lo peor del mundo, creo que quede cianótica en un momento —añadió tomándose el cuello como si algo la estuviera sofocando.
-Exagerada… —dijo Blaine comenzando a preparar café.
-¡Es la verdad!... además con todo lo del viaje a Latinoamérica, ya veía que elegía algo relacionado con los monos o con ese libro de esa serpiente gigante —agrego dando unos tiritones al tiempo que tomaba uno de los cuchillos más grandes.
-Bueno, este año le tocaba a tu Papá, así es que todos nos salvamos de ser una animal del Amazonas.
-Otro que bien baila…
-¿Qué significa eso?
-Que no se si la gente nos conocerá, esa película que eligió es de como hace un millón de años… ¡hola!...
-“The wizard of Oz” es un clásico Princesa, todos nos conocerán, en especial a ti, “Dorothy” es inmortal y universal… y solo son 101 años.
Lizzie hizo un gesto tan divertido con su cara que Blaine termino por derramar un poco de agua al soltar una risa enorme.
-Eso espero, quiero que valga la pena andar por la “Fifth Av.” con zapatos y calcetines… ¡nadie usa zapatos y calcetines!... ¡hola!
-Lo valdrá, y tú serás una “Dorothy” mucho más divertida que Judy Garland y un millón de veces más bella por cierto —aseguro Blaine dándole un beso en la cabeza al tiempo que echaba andar la máquina.
-¡Ay “Papáblen”!... extraño tus halagos —dijo haciendo un puchero.
-¡Lizzie Anderson Hummel!... ¿acaso eres tú?
-No… soy la mujer cabeza de calabaza….—respondió dando a su voz un tono de película de terror mientras sostenía el vegetal por sobre sus hombros.
-Eso no existe Lizzie Anderson Hummel —agrego Noah riendo al ver las locuras de su hermana.
-Pero podría… —dijo dejando la calabaza sobre la mesa— ven… salúdame mejor… —añadió estirando los brazos.
Noah sonrió y corrió a saludarla, le dio una abrazo bien palmoteado con “Desmond” incluido y Lizzie le correspondió con mas de 28 besos seguidos.
-El Papá está hablando con Henry Anderson Hummel, viene enseguida.
-¡Uy!... ¡el primogénito! —exclamo Lizzie la blanqueando los ojos.
-¿Qué es “pimogentino”? —quiso saber Noah subiéndose a una de las sillas, miro todo lo que había perfectamente ordenado sobre la mesa e instalo a su dinosaurio a su lado en espera de las instrucciones.
-Es como se denomina al hijo favorito en todo el mundo mundial.
-Princesa…
-¡Ay está bien!… de todo el mundo…
-¿Henry es el favorito?
Lizzie hizo un gesto afirmativo con sus pulgares arriba.
-Oh… —añadió Noah como si finalmente entendiera el mayor misterio del universo—¿qué es ser favorito? —pregunto ladeando su cabeza, como un cachorro curioso lo haría.
-Favorito es alguien a quien sus padres aman… por lo tanto, tú y tu hermanita también lo son.
-Oh… “sensasonal”
-Lizzie… cariño… —dijo Kurt entrando en la cocina— ¿qué maravilla ven mis ojos?
-A tu hermosa y favorita hija… ¡hola Papá!... ¡ay te amo! —exclamo la chica de corrido mientras lo abrazaba.
-¡Ay que delicioso!… —agrego su Papá abrazándola de vuelta— ¿qué paso cariño?, ¿no ibas a llegar mañana?, o… ¿algún cambio de planes por algún motivo que tu Papá deba saber?
-Ningún cambio… solo me adelante un día porque esto de las calabazas es lo mejor que existe… y sé que ya no vivo aquí, pero esta tradición es una de mis súper favoritas, así es que están obligados a aguantarme Padres —sentencio Lizzie recibiendo una taza con café.
-Para nosotros es un placer que vengas Princesa, no digas eso de aguantar, suena feo y confunde a tu hermanito.
-¡¿Que?!... el “Goblin” no se confunde ni con la tabla de elementos químicos… ¡hola!
-Aun así… —añadió Kurt mientras le hacía un gesto positivo a su esposo que le preguntaba con señas si quería beber café— Henry me dijo que no podrá llegar ahora, así es que llegara mañana para los disfraces y los dulces..
-Eso Henry… ¡hazle el quite al trabajo! —grito Lizzie como si su hermano pudiera escucharla.
-Henry no le hará el quite a nada —se adelantó en decir Kurt al tiempo que recibía su taza— me pido encarecidamente que le guardáramos una calabaza para poder tallarla él mañana.
-¿Y vas a dejarlo hacer eso?
-Claro cariño, ¿porque no? —respondió sentándose al lado de Noah.
-¿Seguro?
-Seguro…
-¿Y lo hará así, de cualquier manera?, ¿sin utilizar el cuchillo que corresponde?
-Lizzie…
-¿Ni los recipientes para los deshechos útiles y los que no lo son?
-Cariño, lo más importante de estas tradiciones es que se hacen en familia, lo demás termina sobrando.
-¿Qué hay de la semillas Papá?... de verdad te arriesgaras a que Henry las deje esparcidas por todo el…
-¡Bien!... —interrumpió Kurt levantando los brazos— bien… lo llamare luego y el diré que nosotros haremos al suya… ¿contenta?
-¡Ese es el Papá que amo y extraño!.. ¡ay te súper amo! —dijo abrazándolo a la altura del cuello.
-Zalamera…
-Lo soy… ahora díganme cual es mi calabaza, tengo una idea que es súper extra original para la que me corresponda.
-¿No será un numero cariño?,
-No…—respondió al chica alargando la “o”
-Bien… elige la que gustes entonces —dijo Kurt señalando la mesa completa.
-Me quedo con esta… ya la había escogido —dijo Lizzie como cantando.
-¿Cuál puede ser para mí? —quiso saber Noah mirándolas todas.
-Pues creo que esta pequeñita es la indicada… ¿te gusta? —pregunto Kurt entregándole una del tamaño de un balón de voleibol.
-Si… —repudio recibiéndola con ambas manos— ¿y para “Desmond”?
-Para Desmond tenemos una especial… —se adelantó en decir Blaine abriendo el refrigerador— mira… —dijo enseñando una calabaza en miniatura que parecía y había sido víctima de los indios Shuar.
-¡Ay que linda!... ¿de dónde la sacaron? —pregunto Lizzie haciendo una mueca de ternura.
-Blaine la encontró en “Zabar’s”… no me preguntes porque vendían algo así, pero cuando me envió la foto me pareció extremadamente tierna.
-Lo es… ¿crees que le gustara a “Desmond” “Goblin”?
-Supongo que si… —respondió el pequeño poniéndosela entre las patas.
-Oye “Goblin”… —dijo Lizzie mientras seguía sosteniendo el vegetal entre sus brazos— ¿me decía el “Papáblen” que estás buscando tema para tu “Show and Tell”?
-Si… ha sido muy complicado… —contestó toándose la cabeza en señal de preocupación extrema.
-¿Por qué?... ¿por qué no llevas a ”Desmond”?
-Todos conocen a “Desmond” Lizzie Anderson Hummel… no sería muy novedoso, además, no creo que le guste que lo “epsiban”.
-¿Cómo qué no?... ¡hola!... a ellos les encanta la exposición mediática, cuando yo tuve que hacer esa cosa, lleve a “Rita”, conté su historia y saque aplausos… muchos —agrego su hermana levantando una ceja.
-¿De verdad Lizzie Anderson Hummel?
-Muy verdad…
-¿De verdad hizo eso Lizzie Anderson Hummel “Papáblen”?
-¡Oye!... ¿crees acaso que te mentiría “Goblin”?... ¡hola! —pregunto Lizzie haciéndole caras a su hermanito.
-No…—contesto Noah en medio de una risa.
-Pues nunca lo haría… y piensa la posibilidad que te digo … ¡pero no ahora! —advirtió la chica al ver que su hermano se ponía en actitud reflexiva en ese mismo instante.
-Por supuesto y lo pensara después, ¿verdad bebé?
-Si…
-Ahora, ¿elegiste la tuya Blaine?
-Sí, yo me quedo con esta gordita de aquí… —respondió tomando la correspondiente.
-Bien… entonces, yo hare esta y dejare esta alargada para Henry… —dijo Kurt tomando ambas con la mayor de las experticias, como si toda su vida se hubiera dedicado a vender calabazas— Cariño… —agrego mirando a Noah— recuerda que la seguridad es lo primero, por lo tanto, tu dibujas tu diseño y luego yo lo delinearé con el cuchillo, después terminas tú con el plástico ese de ahí —su hijo hizo un gesto como de militar que acata una orden de un superior causando con ello la risa en todos— Ok… —dijo desordenándole el cabello— ya saben las reglas mi querida familia, así es que procedamos…
-¡Si!... —exclamo Lizzie dando unos aplausos, se adueñó de uno de los cuchillos más grandes y corto un redondel en la parte de arriba de la calabaza que había elegido, tomo la tapa por el tallo, miro dentro y con cara de asco comenzó a sacar la pulpa y semillas para depositarlas en uno de los contenedores para desechos útiles.
Blaine tomo un marcador y comenzó su diseño, lo mismo que Noah, Kurt estiro su cuello para ver lo que estaba dibujando y su esposo, en respuesta, movió su trabajo para no ser espiado.

Octubre de 2011





-Hazlo otra vez… —pidió Blaine riendo de ante mano.
-Si sigo haciéndolo saldrá repetitivo, y no volverás a reírte… —dijo Kurt mientras salía de su casa, y chequeaba su atuendo incluida la peluca que usaba en el vidrio de la puerta— ahora, el toque final… —añadió poniéndose unas gafas de sol enormes y redondas— ¡nadie se mete con “Snooki”! —termino por decir meneando su mano y su cabeza, como si hiciera un gran siete en el aire.
-Eres genial… —opino Blaine levantándose un poco el cabello a la altura del flequillo, doblo las mangas de su camiseta y dejo al descubierto sus brazos.
-Lo genial son esos bíceps Blaine Devon Anderson… ¿sabes si “Snooki” le gusta agarrar a sus hombres de los brazos? —pregunto mientras avanzaba hacia la calle.
-No lo sé… pero lo que si se, es que a Michael le gusta meter su mano por debajo de la faldas de las chicas que conquista… —respondió queriendo hacer eso con su novio.
-Pues yo no soy una chica… y hay niños a tu alrededor, mira… —sentencio apuntando a los pequeños del vecindario que ya recorrían las calles en busca de dulces.
-Es Halloween, la gente hace cosas raras… —insistió Blaine queriendo tomar su mano.
-Bueno… estamos en Lima partamos por ahí, y aquí no se ven tantas cosas raras… excepto en las elecciones presidenciales —respondió Kurt aceptando los dedos de su novio entre los suyos.
-Alguna se vera… no mires en menos a tu pueblo natal…
-¿Acaso en Westerville las cosas son diferentes?
-Mucho… pero da lo mismo… cuéntame mejor como es el comportamiento de tus vecinos en Halloween —quiso saber Blaine entusiasmándose tanto que Kurt creyó y su novio tenía una personalidad secreta.
-Realmente estas más que entusiasmado… —dijo mirándolo raro.
-¡Lo estoy!... ya te dije que me encantan las fiestas…
-Y a mí que te entusiasmen las cosas… por mas mínimas que sean…
-Gracias… ahora dime…
-Bueno, este barrio es bastante tranquilo, solo hay un par de casas en donde no dan nada, creo que son mormones o testigos del gran algo… y son… —dijo Kurt parándose en medio de la vereda, para mirar a ambos lados de la calle— esa que esta allí... —añadió apuntando a su derecha— y la otra es… ¡ah!... la de enfrente —termino por decir indicando hacia adelante luego de reflexionar unos cuantos segundos.
-Las obviaremos entonces… —dijo Blaine mirando también— ¿no deberían de ser más amables?—agrego continuando la caminata.
-Bueno, creo que cada quien es libre de creer o no… por lo demás, los adolescentes se encargan de darles una lección cargada de papel higiénico.
-¿Y tú has sido parte alguna vez de ese grupo de adolescentes justicieros?
-No… yo prefiero mirar a la distancia.
-Muy prudente, debo decir… ¿qué hay de las otras?
-En las otras hay personas muy amables, incluso hay una, y es la que todos no dejan de visitar, que está a dos cuadras de aquí, en donde los dueños siempre salen, por lo tanto dejan un tazón gigante lleno de dulces para que cada quien se sirva.
-¿En serio?
-Si… generalmente todos se comportan y no se las llevan todas, pero nunca falta el goloso que saca más de lo permitido.
-¡Oye!, yo podría ser ese este año… —dijo Blaine moviendo sus cejas.
-¿Quieres seguir acaparando todos los roles Blaine Anderson?
-…
-Lo siento… es decir… no quise… —trato de explicarse Kurt al ver que su novio cambiaba el entusiasmo fiestero por una cara más seria, casi triste.
-Está bien… y no quiero acaparar todos los roles… fue chiste, por malo que fuera… fue solo una broma que se escuchó divertida en mi cabeza.
-Lo fue… fue divertida, y discúlpame es solo que aun…
-¿Estas resentido por lo de “West side history”?
-No… no resentido… por favor… ¿a quién crees que llevas de la mano?... solo estoy un tanto…
-¿Resentido? —insistió Blaine mirándolo de medio lado.
-¿Quieres irte a casa con esa calavera vacía?
-No… —contesto soltando una risa— menos si existe esa casa con los dulces a granel que mencionaste… en la cual prometo comportarme por cierto.
-Eso espero, si no el que tendrá que dar explicaciones a la comunidad de vecinos seré yo, yo vivo aquí, ¿recuerdas?… —añadió Kurt haciéndole unas cosquillas como castigo a ese deseo que surgía en su novio por romper las reglas.
-Como ya dije, me comportare… ¿pero si pasaremos a alguna casa? ¿verdad?—pregunto mientras avanzaban por la avenida.
-No sé si alcanzaremos —contesto Kurt acomodándose la peluca.
-¿Qué?... Kurt, tú lo prometiste…
-¡No he prometido nada!
-¡Claro que sí!… y lo recuerdo perfectamente, dijiste: “Blaine, amado mío… te prometo que pasaremos a un par de casas a pedir dulces y si no cumplo mi promesa, dormiré contigo”
-¡Oye!… —exclamo dándole un empujón con el hombro.
-Es la verdad… puedo probarlo.
-No puedes probar nada porque yo no dije tal cosa, además, sabes bien que debemos llegar a una fiesta en… 40 minutos —dijo Kurt mirando la hora en el reloj de su novio.
-Lo sé, pero como nos iremos caminando es perfectamente posible que pasemos a algunas casas en nuestro camino hacia la fiesta de Artie.
-Blaine…
-¡Vamos!, ¡será divertido!… “dulce o truco”… —agrego como cantando.
-¿Y tú crees que nos darán algo?, estamos bastante crecidos como para que nos tomen en cuenta.
-Pero tengo mi calavera… y tu trajiste esa bolsita por algo… vamos… mira te diré algo… aprovechemos cuando un grupo de niños llame a una casa, parecerá que estamos con alguno…
Kurt se levantó los anteojos y miro a Blaine con el entrecejo fruncido, como un padre lo haría con uno de sus hijos particularmente rebelde.
-Por favor… ¡mira!... ¡esta es la ocasión perfecta! —exclamo mientras apuraba sus pasos hasta alcanzar un grupo de más de diez niños que se encaminaba en compañía de un par de adultos hasta la casa más próxima, Kurt blanqueo los ojos y lo siguió de manera más que pausada, como si no quisiera que lo identificaran como su acompañante.
Los niños gritaron “dulce o truco” y un señor bonachón y de edad mayor abrió la puerta, felicito a todos los niños por sus disfraces y les obsequio a cada uno un puñado de dulces extra grande, Blaine acerco su contenedor y también recibió su parte, le hizo un par de gestos a Kurt de total entusiasmo y este le sonrió de vuelta, tratando de disimular la inmensa ternura que le provocaba todo aquello.
-¿Qué conseguiste?... —pregunto al verlo acercarse.
-¡De lo mejor! —respondió mostrando los dulces y desenvolviendo tres de ellos.
-¿No te los comerás todos o sí?
-No… —respondió mascando— solo quiero saber si son tan buenos como parecen— agrego con la boca llena.
-¿Lo son? —agrego Kurt poniendo cara de náusea.
Blaine asintió con su cabeza y levanto ambos pulgares mientras terminaba de tragar.
-Vamos —dijo una vez que no hubo más dulces en su boca— creo que mientras sigamos a esos niños, estaremos bien —agrego cogiendo a su novio de la mano nuevamente.
-¿Seguirás a esos niños?, ¿hasta dónde? —quiso saber Kurt soltándose.
-¡Donde quiera que vayan! —exclamo Blaine mientras se adelantaba para alcanzar nuevamente al grupo.
-¡Tenemos una fiesta! —recordó Kurt señalando su muñeca y un reloj inexistente.
-¡Lo sé!... —grito de vuelta mientras hacía unas señas.
Kurt bajo los brazos como si se desinflara de a poco pensando a la vez que seguir a su novio en busca de dulces no era precisamente lo que tenía planeado para su primer “Halloween” juntos.
-¿Kurt?... —escucho este seguido de dos bocinazos.
-¡Mercedes! —exclamó al ver a la chica que se estacionaba junto a la vereda, rodeo el auto y se acercó a la ventana del conductor.
-Adivine que eras tú… ¡estas como quieres! —dijo desde dentro del auto.
-Gracias.
-¿Dónde está Blaine?
-Allá… o más allá… llenando su sangre de azúcar —Mercedes levanto una ceja como pidiendo una explicación silenciosa— no preguntes... —agrego enseñando sus manos abiertas.
-OK…
-¿Y tú?... ¿no vas a la fiesta de Artie? —pregunto al verla sin disfraz.
-Si… estoy más que atrasada, tenía que recoger mi traje en el centro y ahora voy a vestirme.
-¿No me dirás de que se trata?
-¡Al diablo que no!... —exclamo chasqueando sus dedos— y no te preocupes sea lo que sea no le ganara al tuyo, eso de seguro.
-¡Al diablo que no!... ¡”Bada-bing”! —respondió moviendo su cabeza de un lado a otro. Mercedes rio con ganas y ambos quedaron de encontrase en la fiesta.
-¿Quién era? —quiso saber Blaine llegando hasta donde su novio con una barra de chocolate a medio comer.
-Mercedes… ¿tus padres nunca te dijeron que si te comías todos los dulces de Halloween te enfermarías del estómago?
-No… —respondió chupándose un dedo.
-Claramente… —dijo Kurt volviendo a lo de la cara de nausea.
-¿Qué?
-Nada… ¿no estas exagerando?
-¿Con que?
-¡Con lo de los dulces!... pareces una persona totalmente diferente.
-No… y tú solo estas de mal humor porque tu bolsa esta vacía.
-Bueno, esperaba que como la pareja de amantes que somos, tu compartirías tu botín conmigo, ya sabes, todo lo mío es tuyo y ese tipo de cosas.
-Bien… puedes quedarte con todo esto —dijo Blaine entregándole tres dulces más una barra de chocolate.
-¿Solo esto me darás? —pregunto Kurt con los dulces en su mano.
-No tengo más… a no ser que vamos a la casa esa de los dulces abundantes.
-¿Y seguir dándole alas a este comportamiento tuyo?, definitivamente no, tenemos una fiesta.
-Bien… ¿qué quería Mercedes?
-Nada, solo me saludo y pregunto por ti… recién iba vestirse así es que no sé qué disfraz usara.
-¿Tampoco sabes el de Rachel y Finn? —dijo terminando el chocolate en dos mascadas.
-Tampoco… ¿qué hora es?
-Las 8:20… tenemos tiempo de sobra, tanto como para que pasemos a una última casa por ejemplo.
-¿No has comido suficiente Blaine Devon Anderson?... ¿y qué es eso de “pasemos”?
-Pasemos… ambos… te divertirás ven…
-Blaine…
-Sera la última, te lo prometo… si no... yo seré quien duerma contigo… —dijo poniendo cara de picardía.
-¿Quieres dejar eso?... ya estoy pensando que te metes en mi cuarto cuando ya estoy dormido.
-¿Cómo te diste cuenta?
-¿¡QUE!?... —exclamo Kurt abriendo sus ojos al máximo.
-¡Estoy bromeando!... lo siento… —dijo riendo— creo que la azúcar puso un tanto… —agrego Blaine haciendo una especie de paso de baile. Kurt fingió una risa y lo siguió hasta la puerta de la que se suponía y era la última casa donde pedirían dulces— ponte ahí… saca la ”Snooki” que llevas dentro—agrego parándose frente a la puerta, su novio se arregló el bolero de animal print que vestía, así como los anteojos y termino por ponerse de medio lado con una mano en la cintura.
-Eres genial…—dijo Blaine dándole un beso.
-Si arregla todo con tus labios… toca el timbre mejor…—agrego sin abandonar el personaje.
-Está bien… ¿listo? — su novio le hizo una seña de que si. Blaine toco el timbre y adopto una postura desgarbada.
-¡Dulce o truco!... ¡“bada-bing”!
-¡Oiga!.. ¿que tiene que hacer un chico para conseguir una situación de dulces por aquí? —agrego Blaine soltando una risa estilo Michael Sorrentino.
-¿No están muy grandes para esto? —pregunto el dueño de la casa al verlos en el umbral de su puerta.
-¿Y usted no está muy gordo para usar camisetas ajustadas? —respondió Kurt chasqueando sus dedos.
-¿Que?...
-Disculpe señor, no quisimos incomodarlo… nos vamos… ¡Feliz día de brujas! —dijo Blaine tomando a su novio por un brazo.
-Esperen… les daré algo por la originalidad, entendí quiénes eran… en especial tú… —dijo apuntando a Kurt, tomo un puñado de dulces y los echo mitad en el contendor de calavera de Blaine y mitad en la bolsa de su acompañante.
-Gracias señor…
-De nada, aunque debo advertir que “The Situation” no era tan pálido… —sentencio cerrando la puerta.
-¿Pálido?... —repitió Blaine poniendo cara rara.
-En realidad estas un poco pálido… aunque todo parece palidecer al lado de mi base de maquillaje color “Mink”
-Debe ser eso… —agrego Blaine tocándose el estómago.
-¿Te sientes bien?
-Si… obvio…
-¿Cuantos duces te comiste?... dime la verdad…
-No tantos, ya te lo dije… —aseguro Blaine al tiempo que miraba a ambos lados antes de cruzar a la cuadra siguiente.
-Pues yo creo que te sentaron mal… ¿quieres ir al baño?... ¿o quieres vomitar?... ¿sabes qué?... —dijo dejando a su novio con la respuesta en la boca— no me digas, ambas cosas son asquerosas —añado poniendo cara acorde.
-¿Qué tal si nos sentamos un momento? —pidió señalando la bajada de la calle.
-Claro, lo que faltaba… sentarnos en el asfalto —dijo Kurt siguiéndolo de mala gana.
-Discúlpame… pero creo que si no me siento, terminare en el piso.
-Te dije que tanta azúcar te caería mal… ¿quieres que nos devolvamos?
-No… por favor… tenemos una fiesta a la que asistir y nos hemos preparado para causar sensación en ella… solo dame un momento…—agrego tomándose la frente.
-Te sientes mal, y si es lo que pienso… no se te quitara restregándote la frente… a ver… —dijo Kurt enculillándose frente a su novio, se arremango la pollera del vestido y se ubicó entre sus piernas, le subió un poco la camiseta y le puso una de sus manos en la panza.
-¿Qué…?, ¿Qué estás haciendo? —pregunto Blaine echándose un tanto hacia atrás.
-No te pases películas Blaine Anderson… solo estoy haciendo algo que mi Mamá hacia conmigo cuando me comportaba como tú y comía todo lo que no debía comer —respondió tocándolo y mirado al cielo, Blaine no supo si lo hacía porque allí encontraría la respuesta a su malestar o estaba teniendo un encuentro desde el mas allá con su madre— sé que es una estupidez, pero te juro y yo me sentía bien de inmediato.
-Pues yo ya me siento mejor.
-Mentiroso… solo estas disfrutando que te “toquetee” —dijo apartándose. Blaine sonrió al ver la cara que ponía su novio cuando hablaba del “toqueteo”.
-¿Cuál es el diagnostico?
-Pues tienes la panza revuelta por tantos dulces, por lo tanto sugiero, ya que tus padres irán a un evento o dos… que nos vayamos a tu casa.
-¿A mi casa?...¿por qué no a la tuya?
-Porque si conozco a Burt Hummel, y vaya si lo conozco, solo estar un par de horas en la fiesta y como este es nuestro primer Halloween juntos, lo que menos quiero es pasarlo con ellos en medio.
-Ok…
-Por lo tanto… tú te acuestas, yo te preparo un té de hierbas y luego vemos un clásico de terror, acompañado de una porción extra grande de palomitas.
-No podría comer nada.
-Tal vez tú no... pero yo estoy perfectamente y créeme que he estado esperando la oportunidad de tener el tazón de palomitas solo para mí.
-¿Qué hay de la fiesta?... es importante, no has parado de hablar de ella desde que Artie nos invitó.
-Bueno… es la misma gente que vemos a diario en la escuela, así es que no nos perdemos de nada, y si hablamos de importancia… tu Blaine Anderson eres más importante que todo —aseguro Kurt tomándole la mano entre las dos suyas, Blaine soltó una pequeña risa y creyó que el solo hecho de sentirse arropado por Kurt, le quitaba todos los dolores de manera mágica y repentina— buscare un taxi —termino por decir poniéndose de pie.
-Gracias Kurt… y siento lo de la fiesta.
-No te preocupes… necesitas descansar y yo necesito quitarme este disfraz cuanto antes, primero porque este bronceado me está haciendo perder neuronas de manera exponencial y segundo… estas “leggins” son algo que un hombre no debería usar nunca en la vida —termino por decir Kurt haciendo un movimiento que involucraba su entrepierna.

Septiembre de 2036




-Este no es un adiós Henry Anderson Hummel —advirtió Kurt acariciándole la cara.
-Lo se…—respondió el chico sonriendo, soltó un suspiro y se dirigió a su auto.
Blaine tomo a Noah nuevamente y lo subió al auto acomodándolo en su sillita y él hizo lo propio en el asiento del chofer. Kurt se quedo un instante observando a Henry, lo vio convertido en un hombre y no pudo evitar retroceder en su historia y verlo pequeño, diciéndole Papá por primera vez, dando su primeros pasos en ese mismo departamento que hoy abandonaba y llegando en los brazos de Blaine porque le había pronunciado por primera vez la palabra “Papáblen”, que era su invención y que se había encargado de enseñarle a sus hermanos después. Termino por sonreír al verlo reír con las coas que le decía Lizzie quien daba saltos y pasos de baile, como si el explicara el tipo de música que había buscado para el viaje. Recordó por ultimo cuan difícil había sido par el separarse de su propio Padre cuando termino la secundaria y se vino a New York, pero se sobrepuso y lo supero, y así seria para su hijo, así seria para Henry Anderson Hummel.
-¿Estas bien?... —pregunto Blaine desde donde estaba.
-Lo estoy… son… muchas emociones… —respondió mientras se subía al auto.
-Esto no es una adiós, tú mismo se lo dijiste.
-Lo se…—agrego al tiempo que se ponía el cinturón de seguridad— pero será muy extraño no volver a hablar con él… escucharlo…
-Se va a Philadelphia, no al medio oriente donde no hay conexión telefónica…
-Lo sé también… pero a lo que me refiero es que no verlo todos los días…
-Sera difícil —dijo Blaine tomándole una mano, Kurt hizo un gesto con sus cejas como corroborando aquello— prometo poner todas mis energías en hacerte sentir mejor —añadió besándole cada uno de los dedos.
-Como siempre… —respondió sonriendo — y gracias…
-¿Por qué?
-Por lo que acabas de decir… y sobre todo por acceder a que viajáramos a dejar a Henry… no quería que estuviera solo en su primer día lejos de casa.
-Sabes que no nos quedaremos con él… ¿verdad?
-Bueno…
-¡Kurt!
-¡Que!... solo pensaba que si su compañero de cuarto aun no llega, podríamos quedarnos con él…
-Kurt…
-No habrá problemas… Lizzie se acomoda en cualquier sitio y nosotros mientras tengamos espacio para abrazarnos no tendremos problema.
-¿Qué hay de Noah?
-Él tiene su sillita multipropósito… puede dormir en ella sin inconvenientes —termino por explicar Kurt poniendo cara de niño voluntarioso.
-No pongas esa cara, no creo que ese plan sea posible.
-Lo será… confía en mi…
-Está bien… pero…
-¿Pero qué?
-Solo prométeme que no pondrás a Henry en una situación difícil con esas caras que pones.
-Lo prometo… —dijo acentuando más su puchero.
-¿Quieres que nos adelantemos para ir primero que ellos?
-No… si vamos detrás podremos verlos y reaccionar ante cualquier cosa.
-¿Qué tipo de cosas? —pregunto Blaine encendiendo el motor.
-Cosas…
-Es un auto nuevo y Henry es un excelente conductor, no creo que haya ningún tipo de cosas.
-Veremos… ahora vamos a dejar a Henry —sentencio apuntando hacia adelante.
-“Mamos Endy” —dijo Noah en tono de canción.
-¿Aun sigues cantando cariño?... ¿te gusto la canción que te enseño tu hermanita?
-“Manita”… —repitió el pequeño que viajaba en su silla bien abrazado de “Desmond”
-Lizzie logra eso cariño… así es que vete acostumbrando.
Noah levanto a “Desmond” y balbuceo una frase de casi un minuto de extensión, luego se quedó callado mirando el paisaje como si le hubiese dado a sus padres un argumento irrebatible. Kurt soltó una risa disimulada lo mismo que su esposo y ambos observaron al bebé por el espejo retrovisor.
-Nadie puede contra ese argumento, ¿no crees?
-Nadie… —corroboro Kurt volviendo a mirar a su hijo, esta vez volteando casi medio cuerpo hacia el asiento trasero.
-Tu teléfono… parece que es Lizzie… —dijo Blaine mirando la pantalla de reojo.
-¿Por qué miras quien me llama?, podría haber sido algo privado —contesto Kurt poniéndose el teléfono cerca del pecho, impidiendo así cualquier intento de espionaje.
-¿Me esconde cosas Señor Kurt Hummel-Anderson?
-Algunas…
-¿En serio?
-No… no podría aunque quisiera, una vez lo intente pero fracase estrepitosamente
-¿Lo intentaste?... ¿cuándo?
-¿Qué tal si te concentras en conducir?… así como no se debe manipular los teléfonos y conducir, tampoco se debe interrogar a quién te acompaña y conducir… bien lo sabes… —Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante.
-¿Es nuestra hija? —pregunto.
-Lo es… ¿qué querrá?... ¿todo está bien verdad?... ¿no notas que el auto de Henry va muy lento?
-Nosotros vamos a 90… por lo tanto no creo que vaya lento… —dijo Blaine apuntando el velocímetro.
-Muy rápido entonces… ¿Lizzie?... ¿qué sucede cariño? —pregunto Kurt poniendo el teléfono en altavoz.
-Papá… ¿hola?... ¡por fin me contestan!... ¿quién es?...
-Somos tus padres cariño, tengo el teléfono en altavoz.
-¡Ah!.. claro… es que no sabía a quién había llamado… ¡HOLA “PAPÁBLEN”!
-Hola Princesa… —respondió Blaine sonriendo.
-Bien cariño, ahora que dejaste a tus Padres un tanto más sordos… ¿qué sucede?
-Con Henry decidimos que debemos pasar a la primera cafetería que encontremos en la ruta.
-¿Cómo?
-Eso… debemos pasar a comer algo… son dos horas de viaje... ¡hola!
-Princesa, cenamos antes de salir… ¿cómo es posible que tengas hambre?
-No solo yo tengo hambre Henry también... conducir da hambre, y él lo ha dicho desde que salimos de la casa.
-Recién llevamos 15 minutos de viaje, ni siquiera hemos llegado a Newark…
-¡Pero Papá!... escúchame… ¿me estas escuchando?
-Te estamos escuchando Prin…
-¡La señal en carreteras es lo peor del mundo mundial!...
-Lizzie, cariño… estas a un segundo de acabar con la paciencia de tus padres, termina tus frases por favor.
-Si… escuchen, hay una súper extra cafetería de hamburguesas… aparece aquí en el mapa que va siguiendo mi hermanito.
-Lizzie…
-Henry dice que es su último deseo como miembro de la familia.
-Escuche eso… —dijo Kurt al oír que su hijo gritaba “Mentira”
-No le hagas caso a Henry aun esta en shock por tener que dejar la comodidad de nuestra casa… solo habla incoherencias…
-Princesa..
-“Papáblen” dile al Papá que tú también quieres hamburguesas… y estoy bien segura que escuche al “Goblin” decir que también quiere… ¿¡VERDAD “GOBLIN”!?
-Bueno, ahora si estamos oficialmente sordos —dijo Kurt mirando a su esposo.
-¿Pararemos?... ¿por favor?... ¿por favor?, ¿por favor?, ¿por favor?
Kurt miro a Blaine con cara de desesperación y este le devolvió la mirada haciendo un gesto de “que le vamos a hacer”
-¿Papá?... ¿acaso me cortaste?... ¡hola!... ¡Henry los Papás me cortaron!
-Nadie te ha cortado cariño, a pesar que debimos hacerlo desde el primer grito.
-¿Pasaremos entonces?
-Pasaremos…
-¡SI!... ¡Henry a por las hamburguesas!... los amo padres, millones de besos… cambio
-¿”Cambio”? —repitió Kurt arrugando el entrecejo como si su hija pudiera verlo.
-Si Papá… “cambio”… ya sabes, como si fuéramos dos investigadores que siguen en sus autos a un maleante… tú tienes que decir “cambio y fuera”…
-¿Que?
-¡Ay Papá!... como si nunca vieras televisión o algo… ¡hola!
-Cambio y fuera… —dijo Kurt terminando la llamada— ¿puedes creer el ímpetu de esta niña?
-Puedo creerlo… lo que no puedo creer es que siempre termine de convencernos de todo.
-Bueno, eso tiene una explicación bastante simple —respondió Kurt mirando a Noah que parecía y se había aburrido de mirar al lado derecho y ahora observaba el exterior desde el lado contrario.
-¿Y cuál sería esa explicación?
-Que tiene los genes de Blaine Anderson… el cual siempre termina por convencerme a mi de todo —explico mirándolo.
-Eso no es cierto…
-¡Claro que es cierto! —exclamo Kurt sentándose de medio lado, apoyo todo su cuerpo en el asiento y estiro su mano para acariciar el cabello y cuello de su esposo.
-No es cierto, pero te doy un par de puntos por la asociación extra rebuscada que hiciste y por eso que estás haciendo ahora— Kurt sonrió complacido y le dejo su mano en el comienzo del pecho— ¿te dijo a qué cafetería quería que pasáramos?
-No… pero asumo y veremos cuando se detengan, además teníamos planeado detenernos en un par de partes, ningún pañal resiste tres horas seguidas.
-También lo creo, y había anotado un par de estaciones de servicio, pero casi llegando al lago Assumpnk
-¿Y eso donde esta?
-Al sur de New Jersey… se supone y es un lugar súper bonito, donde es posible…
-¿Donde es posible?
-…
-¿Blaine?
-Creo que tenemos un problema… —respondió este mirando el volante como si allí estuviera el problema al que hacía referencia.
-¿Un problema?, ¿qué problema?
-Al parecer… pinchamos una rueda.
-¿Qué?... ¿estas bromeando?, por favor dime que estas bromeando.
-No estoy bromeando…
-¡Pero cómo es posible! —dijo Kurt bajando el vidrio de la ventana para mirar el neumático de su lado— este está bien… ¿no habrá sido que atropellaste algo?... un mapache o algo.
-No… es un neumático… —respondió mirando y señalizando para detenerse.
-¿Nos detendremos?
-Obvio… si no quieres que lleguemos con una rueda menos a Philadelphia.
-Le avisare a los chicos… —dijo Kurt tomando su teléfono— te dije que revisaras el auto antes de viajar… —agrego murmurando.
-Escuche eso…
-Lo dije para que escucharas —sentencio mientras le escribía el texto a sus hijos.
-Pues debes saber que lo revise... pero cualquier revisión no implica proteger los neumáticos de posibles objetos cortantes que existan en la carretera —agrego mientras detenía el auto y ponía el freno de mano.
-No te ayudare… te lo advierto.
-Jamás pensaría en pedírtelo, con Henry nos encargaremos, ¿les avisas por favor?
-Ya lo hice… y Lizzie manda tres caras de impacto seguidas —dijo enseñando el teléfono.
-Sacare las cosas…—agrego bajándose.
-¿Las cosas?, ¿qué cosas?
-¿Sabes que hay una cajita como de este tamaño en el maletero?... ¿no es así? —pregunto Blaine simulando con sus manos una cosa cuadrada— pues son las herramientas que nos ayudaran a salir de este problema.
-Pues yo tengo una de este tamaño en mi billetera y es la tarjeta de la triple A… ¿quieres que los llame?
-Te amo…—contesto Blaine guiñándole un ojo, cerro la puerta del auto y le hizo unas señas a sus hijos que ya se acercaban retrocediendo en la berma.
-¡No me bajare! —exclamo cruzándose de brazos— no nos bajaremos, ¿verdad bebé? —insistió mirando a su hijo.
-¿“Papaben”?
-Ya viene cariño… va a solucionar algo que yo le advertí y podía suceder.
-¿”Papaben”?...—repitió el pequeño moviéndose de un lado a otro como queriendo mirar a través del respaldar de su sillita.
-Tranquilo bebé, en un par de minutos estará de vuelta.
-¿“Papaben”? —volvió a decir Noah haciendo un puchero que anunciaba que aparecería el llanto en cualquier momento.
-Bebé tranquilo… todo está bien… y si así lo deseas nos bajaremos, pero tú y yo nos mantendremos al margen de toda la grasa y cosas potencialmente peligrosas —dijo mientras se bajaba del auto.
-¡”Lisi” y “Hendy”! —exclamo Noah aplaudiendo al ver a sus hermanos.
-Todo te entusiasma, ¿verdad bebé?... ¿y tu Papá?... ¿también te pones alegre cuando me ves a mi? —quiso saber Kurt mientras quitaba el cinturón y los demás dispositivos de seguridad de la silla de su hijo.
-Papá…—respondió tomándole la cara.
-También te amo hijo… —dijo sonriéndole, Noah sonrió a la par con él y termino por expresar su cariño con unas cuantas palmadas en la cara— aunque debo decir, que yo no te amo con la misma violencia eso si… —agrego tomándolo en sus brazos.
-¡”Papáblen”!... ¡qué sucedió! —grito Lizzie corriendo como una desaforada.
-¿Están todos bien? —agrego Henry llegando hasta donde Kurt estaba, como si fuera el encargado de la seguridad en su familia.
-Todos bien cariño… con tu hermanito hablábamos de la importancia de tomar medidas antes de viajar.
Blaine sonrió y negó con su cabeza al tiempo que se encuclillaba en frente del neumático.
-Esta súper extra pinchado…—dijo Lizzie poniéndose a su lado.
-Así es Princesa… habrá que cambiarlo…
-¿Y tú sabes algo de cambiar neumáticos?... no debe ser nada fácil… ¡hola! —agrego la chica dando unos golpes de puño a la rueda maltrecha.
-Creo saber cómo se hace… —respondió poniéndose de pie, se quitó el cárdigan y la camisa que vestía y los dejo sobre el techo del auto.
-¿Eso es necesario Señor Anderson Hummel? —pregunto Kurt al verlo con el torso desnudo.
-Lo es… si no quiero arruinar este atuendo que con tanta experticia mi esposo escogió por mi… lo es…—aseguro dándole un beso a él y otro al pequeño Noah que alzaba sus brazos como pidiendo que su “Papáblen” lo cargara.
-Pues espero y no aparezcan unas fans tuyas, enloquecerán si te ven así.
-Pues me da lo mismo, porque al único me importa enloquecer luciendo así… es a usted Señor Hummel-Anderson —agrego Blaine dando otro beso, Kurt recibió con cierto desinterés los labios de su esposo pero cuando este se retiraba a hacer de mecánico, levanto un tanto sus gafas de sol para echarle un ojo a todo lo que había quedado a la vista, sonrió para si con picardía al saber que todo aquello le pertenecía y termino por sentarse junto al bebé en el capo del auto.
Henry hizo lo propio con su exceso de ropa y comenzó a sacar las herramientas que necesitarían, ubico “el gato hidráulico” cerca de la rueda en problemas y la manipulo hasta elevar el auto unos cuantos centímetros. Lizzie iba de un lado a otro queriendo ayudar en algo hasta que su hermano termino por pedirle que buscara un par de piedras grandes para impedir que el vehículo se fuera camino a bajo.
-Ten cuidado cariño…
-Papá, bájate del auto… no podrán cambiar nada si no logran elevar la rueda.
-¿Cuantos kilos crees que pesa tu padre cariño?
-No se… ¿muchos? —respondió arrugando al nariz.
-No te preocupes Papá , estos instrumentos resisten varias toneladas.
-Gracias Henry me alivia escuchar eso... —dijo su Papá poniendo caras.
Blaine rio por lo bajo al escuchar aquello y siguió con el trabajo tomando la “llave de cruz” para aflojar las tuercas, posiciono el instrumento sobre la rueda y comenzó a hacer fuerza ayudado por su hijo, Kurt no pudo evitar posar los ojos en los músculos de los brazos y espalda de su esposo que por el esfuerzo, lucían extra exacerbados.
De a una fueron quitando las tuercas hasta que lograron remover la rueda en problemas, instalaron la nueva y terminaron por “darse los cinco” al ver terminado su trabajo de manera exitosa.
-¡Yo también ayude!... hola! —dijo Lizzie al verse excluida de la celebración—¡Papá díselo!... ¡PAPÁ! —insistió al ver que Kurt parecía hipnotizado por algo que solo él sabía que era.
-¿Cómo cariño?... —respondió como si lo hubieran despertado del mejor de los sueños.
-¡Uy!... yo ayude, no pueden negarlo.
-¡Tú no hiciste nada “Rizzie”!, con el “Papáblen” hicimos todo el trabajo —aseguro Henry mientras se secaba el sudor con su camiseta.
-¡Yo puse esas piedritas!… sin ellas el auto estaría quizás donde… ¡hola! —agrego cruzándose de brazos, tal y como Kurt lo hacía.
-Tienes razón Princesa… sin tu ayuda no lo hubiéramos logrado —dijo Blaine levantando su mano para que su hija “chocara los cinco” también.
-¡Si!... —exclamo dando un manotazo— ahora vamos a lo de las hamburguesas, tanto trabajo me dio más hambre —sentencio mientras avanzaba dando saltos.
-¿Tienes agua en tu auto cariño? —pregunto Kurt poniendo cara de asco al ver las manos sucias de su hijo
-Si… tengo una botella, cuando pasemos a la cafetería termino de asearme, ¿seguimos entonces?
-Por supuesto hijo… ¡nos avisas dónde están esas hamburguesas! —grito Blaine mientras Henry se alejaba.
Kurt tomo a Noah y paso por detrás de su esposo, tan cerca que Blaine pudo sentir por un par de segundos el aire tibio que exhalaba.
-¿Qué fue eso?... —pregunto una vez que el bebé estaba instalado en su silla de seguridad.
-¿Qué cosa? —dijo Kurt entregándole un frasco con toallitas húmedas y haciéndose el desentendido.
-Eso que hiciste recién —agrego mientras comenzaba a quitarse la suciedad de sus manos.
-¿Entregarte algo para que limpiara tus manos y lucieras meramente decente?
-No…
-Entonces no sé a qué te refieres Blaine Anderson… —dijo Kurt tomando la ropa de su esposo, la sacudió y se la entrego sin mirarlo.
-Ok… —dijo poniéndose la camisa— solo diré… que me encanto… sea cual fuera tu intención en ese momento —agrego abotonándose.
-¿Si?...
-Oh si… —repitió tomándolo por la cintura.
-¿Seguro?... porque siempre creo que lo que hago es sexy , pero en realidad resulta ser burdo y un tanto torpe —respondió Kurt rozándole la espalda con sus dedos, olvidándose que estaban estacionados en la berma en una carretera extra transitada.
-Fue más que sexy… —agrego juntando su frente con la de él.
-No tanto como verte a ti haciendo trabajos manuales… te juro y la canción de “The Beatles” comenzó a sonar en mi cabeza.
-¿”What dont we do it in the road”?
-La misma… —dijo Kurt soltando una risa media avergonzada mientras se encargaba de los botones restantes.
-“No one will be watching us”… —agrego Blaine comenzando a cantar.
-Desafortunadamente… aquí sí que nos verían…
-No es verdad, de partida… Noah parece más interesado en su sonajero que en cualquier otra cosa y nuestros hijos mayores solo piensan en hamburguesas…
-Aun así… —insistió Kurt hundiendo sus manos en el cabello de quien tenía en frente— además… tenemos un fin de semana en Philadelphia.
-¿Cambiaste de opinión acerca de quedarnos en el cuarto de Henry?
-¡Apuesta tus mejores partes a que sí!... en especial esta… —contesto dándole un agarrón en el trasero antes de apartarse.
-¿Te durara el entusiasmo hasta Philadelphia?
-¿Estas bromeando?... la imagen de ti cambiando el neumático no se me borrara en años… ¡AÑOS!—exclamo subiéndose al auto con los brazos en alto.