(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Noviembre de 2038





-Hola tú…
-¡Blaine!... cuéntamelo todo, ¿terminaste?, ¿ya lo vio el “maestro supremo”?... ¿cuál fue su opinión? —dijo Kurt de corrido como una metralleta cargada hasta el tope.
-Ok… tres preguntas segui…, todo un rec… querido esp… — respondió Blaine soltando una risa al otro lado del teléfono y que se escuchó maravillosa como siempre a pesar de la interferencia en la señal.
-¿Blaine?... ¿hola?
-Yo te escu…
-Pues yo escucho la mitad de lo que me dices… ¿hola?
-¿Dónde estás?
-Estoy en el cuarto desocupado… espera un segundo… abriré la ventana.
-¿Y eso mejorara la señal…de… al… mane…?
-Creo que dijiste si mejoraría la señal de alguna manera… y la respuesta es obviamente que sí, cuando Rosario Candela diseño esta edifico con paredes enormes, nunca pensó en que el futuro su concreto interferiría en las señales de los teléfonos móviles.
-Claro… ¿ya la abriste?
-Obvio, y la señal mejoro ciento por ciento.
-Tenías razón entonces…
-¿De qué estás hablando?... ¡siempre la tengo!... ahora cuéntame… un momento, antes de que me cuentes nada, dime primero porque te fuiste sin despedirte... ¿qué significo eso Blaine Anderson-Hummel?
-Lo siento… salí extra temprano y cuando me fui lucias tan pacífico, hermoso y sexy que pensé que despertarte no habría tenido perdón de nadie.
-Ok, ya estas perdonado... hola…
-Hola…
-Ahora respóndeme…
-Muy bien, el disco está terminado y el “maestro supremo” también conocido Elwood Gardner lo aprobó desde la primera hasta la última nota-
-¡Qué bien!... trabajaste muy duro.
-Así fue… pero ya todo está listo y dispuesto para que comience a ser comercializado la primera semana de diciembre.
-Sera un éxito, te lo aseguro ahora mismo.
-¿Lo crees?
-¡Apuesta tus mejores partes a que sí!... ¿ya vienes a casa entonces?, mira que tengo una crisis de cajas que creo y se me fue de las manos —dijo Kurt señalando a su alrededor como si esposo pudiera verlo.
-¿No dijiste que buscarías las cosas para el centro de mesa de la cena del jueves?
-Es lo que dije, pero aquí hay un millón de cajas, ¿sabías que aquí hay un millón de cajas?
-Lo se… escucha, solo debo esperar a los diseñadores que me muestren el bosquejo del “booklet” y estoy en camino.
-¿Ya está hecho?
-Lo está…
-¿Con nuestras fotos?
-No podría ser de otra manera.
-Maravilloso, recuerda fijarte en el tamaño de las fuentes, las del disco pasado eran demasiado pequeñas.
-Lo recordare… ¿todo bien allí?
-Todo perfecto, Lizzie en la escuela y Noah esta con su libro del universo que no lo deja ni para dormir, ¿no te parece raro eso?
-¿Qué se interese por todo lo que lo rodea?
-No, me refiero a que hace una semana quería aprender a cocinar y ahora solo está interesado en mirar al cielo, creo e hicimos mal regalándole ese telescopio, ¿qué tal si comienza a espiar a los vecinos?
-Creo que eres tú quien quiere espiar a los vecinos y no lo quieres reconocer.
-Si encontrara la forma de como espiar el “Penthouse” y al Señor Murdoch, hasta tú te pondrías detrás de ese aparato.
-Lo más probable... ¿necesitas algo?
-Solo a ti…. regresa pronto.
-Lo hare… te amo…
-Y yo te amare más si desvías tu camino, pasas a “Jaques Torres” y me traes chocolates.
-Ok… nos vemos…
-Nos vemos… —dijo Kurt terminando la llamada, dejo su teléfono sobre una de las cajas y siguió con la búsqueda de las cosas que le ayudarían a ambientar la cena de “Acción de gracias”

-¿Papá?... —dijo Noah golpeando la puerta unas cuatro veces— ¿estás aquí?
-¡Lo estoy cariño!… ¡pasa!… está abierto…
-¿Qué haces?... te buscaba… —agrego el pequeño haciéndose paso entre el desorden de cajas y muebles en desuso.
-Hola bebé… ¿no estabas con tu libro del universo?
-Sí, pero quería “descamsar” un poco —respondió acerándosele junto a “Desmond”.
-Pues es muy bueno descansar… ¿y sabes qué?, pensándolo bien, yo voy a hacer lo mismo —dijo Kurt apilando un par de cajas en un rincón, se sacudió las manos e hizo espacio en el rellano de la ventana— ven…—agrego limpiando un poco.
-¿De quién es este cuarto?
-De nadie cariño… por esto están todas estas cosas —agrego Kurt ayudando a su hijo a sentarse a su lado.
-¿Y qué cosas son estas?...
-Son cosas en desuso, o cosas que usamos una vez al año, por ejemplo esas cajas de allá son los adornos de navidad, esas otras son algunas cosas que pertenecieron a tu “Papáblen” y a mi cuando estábamos en la escuela, también hay ropa de todos que ya no usamos y algunos juguetes de cuando Henry y Lizzie eran pequeños.
-¿Y por qué están “abamdonados” aquí?... —pregunto Noah abrazando a “Desmond”, como si olvidar un juguete en una caja fuera algo que él nunca haría, ni con su dinosaurio, ni con ninguna otra de sus pertenecías.
-Porque ya no los necesitan cariño, y cuando ellos se decidan haremos algo al respecto.
-Como darlos a “cadidad”
-Como darlos a caridad… la mayoría de las cosas de aquí deberían donarse a un propósito, excepto las que aun utilizamos nosotros, como esta pequeña que está aquí que me costó un mundo encontrar y que tiene algunos adornos relacionados con “Thanksgiving”—explico Kurt dando unos golpecitos a una caja con tapa y borde verde y que decía en letras grandes la festividad a la que hacía referencia.
-¡Eso es lo que viene ahora! —exclamo Noah tomándose la cara, evidenciado sorpresa extrema.
-¡Lo sé! —dijo Kurt repitiendo el gesto de su hijo— por eso estaba buscando todo lo que nos puede servir, como bien sabes vendrán tus abuelos y el tío Cooper, además del Tío Dylan y su familia.
-¿Liverpool Westbrook Stewart vendrá “tamben”?
-Vendrá, él y Hendrix… ¿qué te parece?
-Muy bien…
-Y a mí… —agrego Kurt acariciándole la cara— ahora… ¿por qué me buscabas cariño?, ¿necesitas algo?
-¿Dónde está el “Papáblen”?
-Pues el “Papáblen” está por llegar, acabo de hablar con él y me dijo que ya termino todo —respondió mirando la hora en su teléfono— ¿por qué?
-Porque quería hablar con él y “comtigo”… —dijo Noah encogiéndose de hombros.
-¿Algo importante?
-Un poco…
-¿Y no lo puedes hablar conmigo mientras tanto?... ya sabes, para adelantar algo.
-Está bien… —respondió sin convencerse mucho de aquello.
-Esta bien… pero espera un momento bebé… ¿que tal si nos vamos a la cocina?, así mientras hablamos puedes ayudarme a escoger algunas cosas para el centro de mesa… —dijo tomando la caja— por lo demás, aquí hay mucho polvo y temo que aparezca un ratón o algo más peludo entremedio de todo este desorden —agrego poniendo cara de asco. Noah abrió sus ojos al máximo y se bajó de un salto desde donde estaba.

-Aquí estamos mejor… —dijo Kurt una vez entrando en la cocina, puso la caja sobre la mesa y se lavó las manos en el fregadero— ¿quieres algo cariño?... ¿unas galletas?
-¡Me gustan las galletas!
-¡Y a quien no!…. lava tus manitos, yo te serviré una merienda.
-Si… — dijo Noah acercándose al fregadero, se puso en puntas de pie y alcanzó como pudo el jabón y el grifo para echar a correr el agua, Kurt lo observo con el galletero en la mano y pensó en todas las veces que él y su esposo habían hablado de que como el más pequeño de la familia era también el más determinado— listo —agrego el pequeño mirándose las manos húmedas.
-Muy limpias, debo decir —dijo Kurt entregándole un par de hojas de papel toalla— y si están secas, mejor aún —añadió ayudándolo en aquel menester.
-¿De qué son las galletas? —quiso saber Noah mientras se trepaba en una de las sillas.
-Son las que más te gustan en el mundo —respondió su Papá poniendo un plato lleno de galletas con chips de chocolate, Noah saco su lengua como evidenciando que aquello le gustaba más que nada y tomo dos de una vez.
-Te dije que eran tus favoritas, cuidado cariño —agrego poniendo en frente de él una servilleta y un vaso con leche —ahora cuéntame de que querías hablar con el “Papáblen” y conmigo —dijo Kurt sentándose al frente.
-¿Ustedes conocen todo “Noyork”? —pregunto comenzado a comer.
-La mayoría de la ciudad… ¿Por qué? —respondió al tiempo que comenzaba a revisar el contenido de la caja de “Acción de gracias”.
-Porque quiero ir a un lugar y no sé cómo…
-¿Y qué lugar es ese? —añadió desenvolviendo un par de candelabros.
Noah tomo el vaso con sus dos manos y dio un sorbo bien largo antes de responder.
-¿Escuchaste eso? —pregunto Kurt al sentir la puerta de entrada y el habitual “ya estoy en casa” que decía su esposo cada vez que llegaba.
-¡El “Papáblen”!...—exclamo derramando un poco de leche.
-El “Papáblen”… —repitió su Papá dando unos aplausos —te dije que llegaría pronto.
-¡”Papáblen”!... llegaste “deponto” —dijo el pequeño en cuanto vio aparecer a su otro Papá por la puerta de la cocina.
-Muy “deponto”…—respondió este sonriéndole a ambos, se descolgó al guitarra y dejo una pequeña bolsa sobre la mesa, se quitó la chaqueta y dejo el resto de sus cosas a un costado de la puerta, se acercó a su hijo y le dio un par de besos en la cara más un cariño en el cabello, Noah sonrió mientras limpiaba la mesa con la servilleta— Hola…— añadió Blaine besando a su esposo, Kurt le tomo la cara e hizo que aquel pequeño beso de bienvenida durara unos cuantos segundos más de lo presupuestado.
-Hola… —respondió en cuanto sus labios se despegaron— ¿eso es lo que creo que es? —agrego Kurt mirando la bolsa que Blaine había dejado sobre la mesa.
-¿Qué crees?... —respondió guiñándole un ojo.
Kurt se levantó haciendo un pequeño baile y saco una caja de color café y bordes anaranjados.
-“Papáblen”… llegaste cuando quería hablar contigo… —explicó Noah comiendo más galletas.
-¿En serio?... —preguntó este de vuelta tomando una.
-Si…
-¿Y sobre qué?... —agrego mientras miraba a su esposo que sacaba uno de los chocolates de una manera torpemente disimulada.
-¿Tu y el Papá conocen todo “Noyork”?
-Casi todo… ¿por qué?
-Porque quisiera ir a un lugar y no sé como… —respondió Noah gesticulando pesadumbre extrema.
-¿Qué lugar? —dijo Blaine sonriendo al notar que Kurt parecía y tenía problemas en tragar todo el bombón que se había echado a la boca.
-“Weches…”… “weteche…”… —Noah miro al cielo como tratando de recordar cómo se llamaba el lugar que había memorizado.
-¿Westchester?... —pregunto Kurt una vez que se vio libre de chocolate.
-¡Si!... “Wechestestter”… —exclamo sonriendo.
-¿Y porque quieres ir allí hijo?
-Porque hay un parque así de grande donde se pueden ver las “estellas” del cielo —respondió abriendo sus brazos al máximo.
-¿Y no las puedes ver todas desde la ventana de tu cuarto?, el otro día me mostraste y yo vi muchas cariño.
-Si… pero…
-Pero que…
-Pero no se ven otras cosas…
-¿Qué cosas?
-Otras… —repitió Noah encogiéndose de hombros.
-Hijo… si quieres ver los planetas o algo más lejano, temo advertirte que tu telescopio no es tan poderoso… pero si quieres podemos ir al Museo de Historia Natural, los shows del planetario son bastante asombrosos.
-No… está bien… además no es eso lo que quiero ver —dijo Noah descansando su cabeza en una de sus manos.
-¿Y qué es lo que quieres ver entonces cariño? —pregunto Kurt dando a Blaine una mirada de preocupación al ver que los deseos de su hijo de hablar escondían un misterio más grande que el mismo.
-Quiero ver al tío Finn Hudson.
-¿Cómo?... —dijo Kurt sintiéndose nervioso y acongojado de pronto.
-Eso, he querido verlo, pero no lo consigo.
-¿Y porque crees que mirando las estrellas lo podrás ver hijo?
-Porque mi abuelita Carol Hudson-Hummel lo dijo, dijo que el tío Finn Hudson está en el cielo y que nos ve desde allí, pero yo solo he visto “estellas” y un avión… ¿él está en un avión?
-No bebé, el Tío Finn murió hace mucho tiempo, no es posible que este en un avión.
-Oh…—dijo Noah como pensando en aquello.
-Cariño… —insistió Kurt tomándole las manos por sobre la mesa— sé que no hemos hablado mucho de esto, pero… ¿entiendes lo que significa morir?
-Si… pero es otra cosa la que no entiendo…
-Que no entiendes…
-¿Por qué la abuelita Carol Hudson-Hummel dice que el Tío Finn Hudson está en el cielo? Si murió, debe estar en el “cetemterio”
Kurt se rasco un poco la cabeza y acerco de manera casi inconsciente la caja de chocolates, como si en el cacao encontrara las respuesta a las dudas de su hijo.
-Hijo… —dijo Blaine acercándose a él— cuando una persona que queremos muere, es muy difícil para todos enfrentar su ausencia, por lo tanto cada quien trata de buscar consuelo en lo que mejor le parezca, por ejemplo en la creencia religiosa de que quienes mueren se van al cielo.
-¿Y no es verdad?
-Lo es para quien lo cree cariño… y debemos respetar eso…
-¿Y en que creo yo?
-Tu puedes creer en lo quieras hijo… ¿te gustaría saber en dónde creemos el Papá y yo que está el Tío Finn?
-Si… —respondió Noah acomodándose para quedar frente a frente con Blaine.
-Pues nosotros creemos que el Tío Finn está más allá del cielo…
-¿Mas allá del cielo “Papáblen”?... —repitió Noah abriendo más sus ojos.
-Así es…
-¿Por eso no puedo verlo?
-Por eso… veras, tu no tuviste el placer de conocerlo, pero nosotros sí, y te podemos asegurar que él fue un hombre extraordinario, por lo tanto el lugar para él, no podía ser otro que es más allá del cielo.
-¿Es verdad que era del porte del Abuelito Burt Hummel?
-Lo era cariño, incluso yo diría que más alto que él.
-¡Como Henry Anderson Hummel!
-Así es, como tu hermanito.
-¿Qué más?
-Bueno… —dijo Blaine tomándolo para sentarlo en su regazo— él tenía cosas malas como todos, pero su corazón era tan grande que hacía pasar por alto todo lo demás, era amable y bueno con sus amigos, además de ser muy bueno en los deportes y en la música.
-¿Y él me hubiese querido?
-¡Por supuesto que sí!… solo con saber que eres parte de su hermano habría bastado para que te amara tanto como nosotros lo hacemos, además siendo tan inteligente y lindo como eres, no habría tenido otra opción —Kurt sonrió mirándolo a ambos.
-Entonces aunque mire, ¿no lo podre ver nunca? —pregunto con tristeza.
-Lamentablemente no, pero existen otras formas de ver a quienes ya no están con nosotros.
-¿Otra forma “Papáblen”?
-Así es, y con el Papá la conocemos …¿quieres que te la contemos?
-Si…
-Muy ben… tú has visto al Tío Finn en fotografías… ¿verdad?
-Sí, las que me muestra el Papá y la abuelita Carol Hudson-Hummel.
-Entonces sabes cómo lucia su cara…
-Si…
-Y también sabes cómo era por todas las historias que te hemos contado… ¿verdad?
-Si…
-Pues sabiendo todo eso, la forma de verlo es cerrando nuestros ojos…
Noah dio un respingo y puso cara de que aquello era lo más raro que había escuchado nunca.
-No se puede ver nada con los ojos “cedrados”…
-Podemos, en nuestros pensamientos y recuerdos podemos ver lo que sea.
-Pero yo no lo conocí, ni él a mi… no tengo “drecuerdos”
-Muy cierto, pero con el Papá podemos ayudarte contándote nuestros propios recuerdos —dijo Blaine cerrando sus ojos— por ejemplo… en este momento yo estoy con Finn en un auditorio preparándonos para una competencia, yo le digo algo y él, como está de acuerdo conmigo, choca sus manos con las mías así…—explico Blaine chocando los nudillos de su puño cerrado con los de su pequeño hijo— Noah soltó una risa diminuta y miro a Kurt como queriendo corroborar aquello.
-El siempre haca eso cariño…
-¿Y tú que puedes “drecordar” Papá?
-Pues yo… —respondió acercándose a ellos, se medio sentó en la mesa frente a Noah, cerro sus ojos y soltó una pequeña risa — esto te va a encantar, estoy en medio de un salón de baile, hay una fiesta y tu tío Finn me saca a bailar.
-¿A bailar?... —pregunto Noah tapándose la boca.
-A bailar —repitió Kurt con los ojos cerrados— es la boda de tus abuelos, nuestro primer día como familia Hummel-Hudson, no era una lumbrera bailando, pero ponía todo su esfuerza en ello.
-Que divertido…—dijo Noah riendo con ganas.
-¿Ves hijo?... quienes no están con nosotros, siempre vivirán en nuestros corazones… ¿qué tal si lo intentas tú?…—dijo Blaine acariciándole el cabello.
-¿Podre hacerlo?
-Inténtalo cariño…
Noah cerro sus ojos y se quedó en silencio, luego de un rato sonrió y levanto su mano empuñada más arriba de su cabeza.
-¿En qué piensas bebé? —pregunto Kurt sonriendo a la par de su hijo.
-En que estoy con el Tío Finn Hudson, y como es más alto que mi abuelito Burt Hummel, me ayuda a anotar en el “basquepbol” levantándome… ¡soy más grande que todos! —exclamo alzando sus dos brazos feliz.

Noviembre de 2038





-Hola tú…
-¡Blaine!... cuéntamelo todo, ¿terminaste?, ¿ya lo vio el “maestro supremo”?... ¿cuál fue su opinión? —dijo Kurt de corrido como una metralleta cargada hasta el tope.
-Ok… tres preguntas segui…, todo un rec… querido esp… — respondió Blaine soltando una risa al otro lado del teléfono y que se escuchó maravillosa como siempre a pesar de la interferencia en la señal.
-¿Blaine?... ¿hola?
-Yo te escu…
-Pues yo escucho la mitad de lo que me dices… ¿hola?
-¿Dónde estás?
-Estoy en el cuarto desocupado… espera un segundo… abriré la ventana.
-¿Y eso mejorara la señal…de… al… mane…?
-Creo que dijiste si mejoraría la señal de alguna manera… y la respuesta es obviamente que sí, cuando Rosario Candela diseño esta edifico con paredes enormes, nunca pensó en que el futuro su concreto interferiría en las señales de los teléfonos móviles.
-Claro… ¿ya la abriste?
-Obvio, y la señal mejoro ciento por ciento.
-Tenías razón entonces…
-¿De qué estás hablando?... ¡siempre la tengo!... ahora cuéntame… un momento, antes de que me cuentes nada, dime primero porque te fuiste sin despedirte... ¿qué significo eso Blaine Anderson-Hummel?
-Lo siento… salí extra temprano y cuando me fui lucias tan pacífico, hermoso y sexy que pensé que despertarte no habría tenido perdón de nadie.
-Ok, ya estas perdonado... hola…
-Hola…
-Ahora respóndeme…
-Muy bien, el disco está terminado y el “maestro supremo” también conocido Elwood Gardner lo aprobó desde la primera hasta la última nota-
-¡Qué bien!... trabajaste muy duro.
-Así fue… pero ya todo está listo y dispuesto para que comience a ser comercializado la primera semana de diciembre.
-Sera un éxito, te lo aseguro ahora mismo.
-¿Lo crees?
-¡Apuesta tus mejores partes a que sí!... ¿ya vienes a casa entonces?, mira que tengo una crisis de cajas que creo y se me fue de las manos —dijo Kurt señalando a su alrededor como si esposo pudiera verlo.
-¿No dijiste que buscarías las cosas para el centro de mesa de la cena del jueves?
-Es lo que dije, pero aquí hay un millón de cajas, ¿sabías que aquí hay un millón de cajas?
-Lo se… escucha, solo debo esperar a los diseñadores que me muestren el bosquejo del “booklet” y estoy en camino.
-¿Ya está hecho?
-Lo está…
-¿Con nuestras fotos?
-No podría ser de otra manera.
-Maravilloso, recuerda fijarte en el tamaño de las fuentes, las del disco pasado eran demasiado pequeñas.
-Lo recordare… ¿todo bien allí?
-Todo perfecto, Lizzie en la escuela y Noah esta con su libro del universo que no lo deja ni para dormir, ¿no te parece raro eso?
-¿Qué se interese por todo lo que lo rodea?
-No, me refiero a que hace una semana quería aprender a cocinar y ahora solo está interesado en mirar al cielo, creo e hicimos mal regalándole ese telescopio, ¿qué tal si comienza a espiar a los vecinos?
-Creo que eres tú quien quiere espiar a los vecinos y no lo quieres reconocer.
-Si encontrara la forma de como espiar el “Penthouse” y al Señor Murdoch, hasta tú te pondrías detrás de ese aparato.
-Lo más probable... ¿necesitas algo?
-Solo a ti…. regresa pronto.
-Lo hare… te amo…
-Y yo te amare más si desvías tu camino, pasas a “Jaques Torres” y me traes chocolates.
-Ok… nos vemos…
-Nos vemos… —dijo Kurt terminando la llamada, dejo su teléfono sobre una de las cajas y siguió con la búsqueda de las cosas que le ayudarían a ambientar la cena de “Acción de gracias”

-¿Papá?... —dijo Noah golpeando la puerta unas cuatro veces— ¿estás aquí?
-¡Lo estoy cariño!… ¡pasa!… está abierto…
-¿Qué haces?... te buscaba… —agrego el pequeño haciéndose paso entre el desorden de cajas y muebles en desuso.
-Hola bebé… ¿no estabas con tu libro del universo?
-Sí, pero quería “descamsar” un poco —respondió acerándosele junto a “Desmond”.
-Pues es muy bueno descansar… ¿y sabes qué?, pensándolo bien, yo voy a hacer lo mismo —dijo Kurt apilando un par de cajas en un rincón, se sacudió las manos e hizo espacio en el rellano de la ventana— ven…—agrego limpiando un poco.
-¿De quién es este cuarto?
-De nadie cariño… por esto están todas estas cosas —agrego Kurt ayudando a su hijo a sentarse a su lado.
-¿Y qué cosas son estas?...
-Son cosas en desuso, o cosas que usamos una vez al año, por ejemplo esas cajas de allá son los adornos de navidad, esas otras son algunas cosas que pertenecieron a tu “Papáblen” y a mi cuando estábamos en la escuela, también hay ropa de todos que ya no usamos y algunos juguetes de cuando Henry y Lizzie eran pequeños.
-¿Y por qué están “abamdonados” aquí?... —pregunto Noah abrazando a “Desmond”, como si olvidar un juguete en una caja fuera algo que él nunca haría, ni con su dinosaurio, ni con ninguna otra de sus pertenecías.
-Porque ya no los necesitan cariño, y cuando ellos se decidan haremos algo al respecto.
-Como darlos a “cadidad”
-Como darlos a caridad… la mayoría de las cosas de aquí deberían donarse a un propósito, excepto las que aun utilizamos nosotros, como esta pequeña que está aquí que me costó un mundo encontrar y que tiene algunos adornos relacionados con “Thanksgiving”—explico Kurt dando unos golpecitos a una caja con tapa y borde verde y que decía en letras grandes la festividad a la que hacía referencia.
-¡Eso es lo que viene ahora! —exclamo Noah tomándose la cara, evidenciado sorpresa extrema.
-¡Lo sé! —dijo Kurt repitiendo el gesto de su hijo— por eso estaba buscando todo lo que nos puede servir, como bien sabes vendrán tus abuelos y el tío Cooper, además del Tío Dylan y su familia.
-¿Liverpool Westbrook Stewart vendrá “tamben”?
-Vendrá, él y Hendrix… ¿qué te parece?
-Muy bien…
-Y a mí… —agrego Kurt acariciándole la cara— ahora… ¿por qué me buscabas cariño?, ¿necesitas algo?
-¿Dónde está el “Papáblen”?
-Pues el “Papáblen” está por llegar, acabo de hablar con él y me dijo que ya termino todo —respondió mirando la hora en su teléfono— ¿por qué?
-Porque quería hablar con él y “comtigo”… —dijo Noah encogiéndose de hombros.
-¿Algo importante?
-Un poco…
-¿Y no lo puedes hablar conmigo mientras tanto?... ya sabes, para adelantar algo.
-Está bien… —respondió sin convencerse mucho de aquello.
-Esta bien… pero espera un momento bebé… ¿que tal si nos vamos a la cocina?, así mientras hablamos puedes ayudarme a escoger algunas cosas para el centro de mesa… —dijo tomando la caja— por lo demás, aquí hay mucho polvo y temo que aparezca un ratón o algo más peludo entremedio de todo este desorden —agrego poniendo cara de asco. Noah abrió sus ojos al máximo y se bajó de un salto desde donde estaba.

-Aquí estamos mejor… —dijo Kurt una vez entrando en la cocina, puso la caja sobre la mesa y se lavó las manos en el fregadero— ¿quieres algo cariño?... ¿unas galletas?
-¡Me gustan las galletas!
-¡Y a quien no!…. lava tus manitos, yo te serviré una merienda.
-Si… — dijo Noah acercándose al fregadero, se puso en puntas de pie y alcanzó como pudo el jabón y el grifo para echar a correr el agua, Kurt lo observo con el galletero en la mano y pensó en todas las veces que él y su esposo habían hablado de que como el más pequeño de la familia era también el más determinado— listo —agrego el pequeño mirándose las manos húmedas.
-Muy limpias, debo decir —dijo Kurt entregándole un par de hojas de papel toalla— y si están secas, mejor aún —añadió ayudándolo en aquel menester.
-¿De qué son las galletas? —quiso saber Noah mientras se trepaba en una de las sillas.
-Son las que más te gustan en el mundo —respondió su Papá poniendo un plato lleno de galletas con chips de chocolate, Noah saco su lengua como evidenciando que aquello le gustaba más que nada y tomo dos de una vez.
-Te dije que eran tus favoritas, cuidado cariño —agrego poniendo en frente de él una servilleta y un vaso con leche —ahora cuéntame de que querías hablar con el “Papáblen” y conmigo —dijo Kurt sentándose al frente.
-¿Ustedes conocen todo “Noyork”? —pregunto comenzado a comer.
-La mayoría de la ciudad… ¿Por qué? —respondió al tiempo que comenzaba a revisar el contenido de la caja de “Acción de gracias”.
-Porque quiero ir a un lugar y no sé cómo…
-¿Y qué lugar es ese? —añadió desenvolviendo un par de candelabros.
Noah tomo el vaso con sus dos manos y dio un sorbo bien largo antes de responder.
-¿Escuchaste eso? —pregunto Kurt al sentir la puerta de entrada y el habitual “ya estoy en casa” que decía su esposo cada vez que llegaba.
-¡El “Papáblen”!...—exclamo derramando un poco de leche.
-El “Papáblen”… —repitió su Papá dando unos aplausos —te dije que llegaría pronto.
-¡”Papáblen”!... llegaste “deponto” —dijo el pequeño en cuanto vio aparecer a su otro Papá por la puerta de la cocina.
-Muy “deponto”…—respondió este sonriéndole a ambos, se descolgó al guitarra y dejo una pequeña bolsa sobre la mesa, se quitó la chaqueta y dejo el resto de sus cosas a un costado de la puerta, se acercó a su hijo y le dio un par de besos en la cara más un cariño en el cabello, Noah sonrió mientras limpiaba la mesa con la servilleta— Hola…— añadió Blaine besando a su esposo, Kurt le tomo la cara e hizo que aquel pequeño beso de bienvenida durara unos cuantos segundos más de lo presupuestado.
-Hola… —respondió en cuanto sus labios se despegaron— ¿eso es lo que creo que es? —agrego Kurt mirando la bolsa que Blaine había dejado sobre la mesa.
-¿Qué crees?... —respondió guiñándole un ojo.
Kurt se levantó haciendo un pequeño baile y saco una caja de color café y bordes anaranjados.
-“Papáblen”… llegaste cuando quería hablar contigo… —explicó Noah comiendo más galletas.
-¿En serio?... —preguntó este de vuelta tomando una.
-Si…
-¿Y sobre qué?... —agrego mientras miraba a su esposo que sacaba uno de los chocolates de una manera torpemente disimulada.
-¿Tu y el Papá conocen todo “Noyork”?
-Casi todo… ¿por qué?
-Porque quisiera ir a un lugar y no sé como… —respondió Noah gesticulando pesadumbre extrema.
-¿Qué lugar? —dijo Blaine sonriendo al notar que Kurt parecía y tenía problemas en tragar todo el bombón que se había echado a la boca.
-“Weches…”… “weteche…”… —Noah miro al cielo como tratando de recordar cómo se llamaba el lugar que había memorizado.
-¿Westchester?... —pregunto Kurt una vez que se vio libre de chocolate.
-¡Si!... “Wechestestter”… —exclamo sonriendo.
-¿Y porque quieres ir allí hijo?
-Porque hay un parque así de grande donde se pueden ver las “estellas” del cielo —respondió abriendo sus brazos al máximo.
-¿Y no las puedes ver todas desde la ventana de tu cuarto?, el otro día me mostraste y yo vi muchas cariño.
-Si… pero…
-Pero que…
-Pero no se ven otras cosas…
-¿Qué cosas?
-Otras… —repitió Noah encogiéndose de hombros.
-Hijo… si quieres ver los planetas o algo más lejano, temo advertirte que tu telescopio no es tan poderoso… pero si quieres podemos ir al Museo de Historia Natural, los shows del planetario son bastante asombrosos.
-No… está bien… además no es eso lo que quiero ver —dijo Noah descansando su cabeza en una de sus manos.
-¿Y qué es lo que quieres ver entonces cariño? —pregunto Kurt dando a Blaine una mirada de preocupación al ver que los deseos de su hijo de hablar escondían un misterio más grande que el mismo.
-Quiero ver al tío Finn Hudson.
-¿Cómo?... —dijo Kurt sintiéndose nervioso y acongojado de pronto.
-Eso, he querido verlo, pero no lo consigo.
-¿Y porque crees que mirando las estrellas lo podrás ver hijo?
-Porque mi abuelita Carol Hudson-Hummel lo dijo, dijo que el tío Finn Hudson está en el cielo y que nos ve desde allí, pero yo solo he visto “estellas” y un avión… ¿él está en un avión?
-No bebé, el Tío Finn murió hace mucho tiempo, no es posible que este en un avión.
-Oh…—dijo Noah como pensando en aquello.
-Cariño… —insistió Kurt tomándole las manos por sobre la mesa— sé que no hemos hablado mucho de esto, pero… ¿entiendes lo que significa morir?
-Si… pero es otra cosa la que no entiendo…
-Que no entiendes…
-¿Por qué la abuelita Carol Hudson-Hummel dice que el Tío Finn Hudson está en el cielo? Si murió, debe estar en el “cetemterio”
Kurt se rasco un poco la cabeza y acerco de manera casi inconsciente la caja de chocolates, como si en el cacao encontrara las respuesta a las dudas de su hijo.
-Hijo… —dijo Blaine acercándose a él— cuando una persona que queremos muere, es muy difícil para todos enfrentar su ausencia, por lo tanto cada quien trata de buscar consuelo en lo que mejor le parezca, por ejemplo en la creencia religiosa de que quienes mueren se van al cielo.
-¿Y no es verdad?
-Lo es para quien lo cree cariño… y debemos respetar eso…
-¿Y en que creo yo?
-Tu puedes creer en lo quieras hijo… ¿te gustaría saber en dónde creemos el Papá y yo que está el Tío Finn?
-Si… —respondió Noah acomodándose para quedar frente a frente con Blaine.
-Pues nosotros creemos que el Tío Finn está más allá del cielo…
-¿Mas allá del cielo “Papáblen”?... —repitió Noah abriendo más sus ojos.
-Así es…
-¿Por eso no puedo verlo?
-Por eso… veras, tu no tuviste el placer de conocerlo, pero nosotros sí, y te podemos asegurar que él fue un hombre extraordinario, por lo tanto el lugar para él, no podía ser otro que es más allá del cielo.
-¿Es verdad que era del porte del Abuelito Burt Hummel?
-Lo era cariño, incluso yo diría que más alto que él.
-¡Como Henry Anderson Hummel!
-Así es, como tu hermanito.
-¿Qué más?
-Bueno… —dijo Blaine tomándolo para sentarlo en su regazo— él tenía cosas malas como todos, pero su corazón era tan grande que hacía pasar por alto todo lo demás, era amable y bueno con sus amigos, además de ser muy bueno en los deportes y en la música.
-¿Y él me hubiese querido?
-¡Por supuesto que sí!… solo con saber que eres parte de su hermano habría bastado para que te amara tanto como nosotros lo hacemos, además siendo tan inteligente y lindo como eres, no habría tenido otra opción —Kurt sonrió mirándolo a ambos.
-Entonces aunque mire, ¿no lo podre ver nunca? —pregunto con tristeza.
-Lamentablemente no, pero existen otras formas de ver a quienes ya no están con nosotros.
-¿Otra forma “Papáblen”?
-Así es, y con el Papá la conocemos …¿quieres que te la contemos?
-Si…
-Muy ben… tú has visto al Tío Finn en fotografías… ¿verdad?
-Sí, las que me muestra el Papá y la abuelita Carol Hudson-Hummel.
-Entonces sabes cómo lucia su cara…
-Si…
-Y también sabes cómo era por todas las historias que te hemos contado… ¿verdad?
-Si…
-Pues sabiendo todo eso, la forma de verlo es cerrando nuestros ojos…
Noah dio un respingo y puso cara de que aquello era lo más raro que había escuchado nunca.
-No se puede ver nada con los ojos “cedrados”…
-Podemos, en nuestros pensamientos y recuerdos podemos ver lo que sea.
-Pero yo no lo conocí, ni él a mi… no tengo “drecuerdos”
-Muy cierto, pero con el Papá podemos ayudarte contándote nuestros propios recuerdos —dijo Blaine cerrando sus ojos— por ejemplo… en este momento yo estoy con Finn en un auditorio preparándonos para una competencia, yo le digo algo y él, como está de acuerdo conmigo, choca sus manos con las mías así…—explico Blaine chocando los nudillos de su puño cerrado con los de su pequeño hijo— Noah soltó una risa diminuta y miro a Kurt como queriendo corroborar aquello.
-El siempre haca eso cariño…
-¿Y tú que puedes “drecordar” Papá?
-Pues yo… —respondió acercándose a ellos, se medio sentó en la mesa frente a Noah, cerro sus ojos y soltó una pequeña risa — esto te va a encantar, estoy en medio de un salón de baile, hay una fiesta y tu tío Finn me saca a bailar.
-¿A bailar?... —pregunto Noah tapándose la boca.
-A bailar —repitió Kurt con los ojos cerrados— es la boda de tus abuelos, nuestro primer día como familia Hummel-Hudson, no era una lumbrera bailando, pero ponía todo su esfuerza en ello.
-Que divertido…—dijo Noah riendo con ganas.
-¿Ves hijo?... quienes no están con nosotros, siempre vivirán en nuestros corazones… ¿qué tal si lo intentas tú?…—dijo Blaine acariciándole el cabello.
-¿Podre hacerlo?
-Inténtalo cariño…
Noah cerro sus ojos y se quedó en silencio, luego de un rato sonrió y levanto su mano empuñada más arriba de su cabeza.
-¿En qué piensas bebé? —pregunto Kurt sonriendo a la par de su hijo.
-En que estoy con el Tío Finn Hudson, y como es más alto que mi abuelito Burt Hummel, me ayuda a anotar en el “basquepbol” levantándome… ¡soy más grande que todos! —exclamo alzando sus dos brazos feliz.

Noviembre de 2001





-Mamá… me duele… —dijo Blaine tomándose la barriga.
-Lo se cariño, pero debemos esperar a que nos llamen, ¿recuerdas la señorita que te tomo la temperatura?
-Si…
-Pues ella nos dijo que esperáramos a que el doctor nos llamara… debe ser pronto, ten paciencia… ¿bueno? —agrego la Señora Anderson mientras el acariciaba la cara.
-¿Puedo sentarme contigo?...
-Claro que puedes, ven cariño… —Blaine esbozo una pequeña sonrisa y se subió al regazo de su mamá, la abrazo de inmediato y se acomodó en su pecho como si fuera un bebé que necesitaba ser acunado.
-¡Ay “Squirrel”!, ¿no estás un poco grande para eso?… ¿a qué hora nos iremos Pam? —dijo Cooper llegando a donde estaban su Mamá y hermano.
-En cuanto atiendan a tu hermano, y no me llames “Pam”, soy tu Mamá, recuérdalo.
-Es tu nombre…—añadió Cooper como entre dientes.
-Aun así, es una falta de respeto que lo hagas.
-Está bien MAMÁ… —dijo elevando su voz en el “Mamá”— ¿cuándo nos iremos MAMÁ?, este lugar es bien feo para ser un hospital… —añadió Cooper sentándose al lado de su madre en la sala de espera.
-Lo repito, en cuanto atiendan a tu hermanito.
-¿Por qué no fuimos a la consulta del doctor “S”?... al menos él tiene un televisor en la sala de espera, ¿sabes que esta por empezar el juego?...
-Primero porque el Doctor Satter cerro la consulta por las fiestas y segundo porque tu hermanito se enfermo en el supermercado aquí en Lima, no había tiempo conducir hasta Westerville.
-Eso es verdad… vaya vomitada “Squirrel” —dijo Cooper dándole un empujón a su hermano.
-Mamá…
-Hijo, no quiero que molestes a tu hermano, bastante mal se siente por haber vomitado su traje de día de “Acción de Gracias”
-¡Mamá!… —exclamo Blaine tapándose las manchas de la corbata de moño y la camisa con la solapa de la chaqueta— no digas vomitado —agrego sintiendo vergüenza.
-Lo siento cariño… —respondió dándole un beso en la frente como disculpa.
-¿Por qué no me quede en la casa?, ¿qué tengo que hacer aquí?... ¿alguien tendrá un televisor portátil? —dijo Cooper mirando al resto de los pacientes.
-No te iba dejar solo en la casa, eso ni por nada, además tu ofreciste acompañarnos, podrías haber acompañado a tu Papá al aeropuerto a recoger a tus abuelos.
-¿Y escuchar al abuelo hablar de la guerra de Vietnam y la batalla de Huế por enésima vez?... no gracias… ¡este es el peor “Día de Acción de Gracias” de todos!... ¡de todos! —exclamo Cooper dando unos puntapiés al asiento que tenía delante, uno de los guardias se acercó y lo miro fijo un par de segundos, el aludido se hizo el desentendido y se miró las uñas como si buscara una suciedad encubierta— ¿Por qué teníamos que venir a esta ciudad?, hay suficientes centros comerciales en Westerville.
-Porque las frutas del mercado de Lima son las mejores.
-Todas las frutas son iguales… ¡horribles!... mejor dame dinero —agrego estirando su mano.
-¿Qué?... ¡no!
-Mamá… por favor… tengo sed y hambre… de haber sabido que el “Squirrel” arruinaría el “Día de Acción de Gracias” habría hacho algo por interrumpirlos el día que tú y Papá lo estaban concibiendo.
-¡Oye!... —exclamo Pam dándole un golpe en la cabeza.
-¡Es la verdad!... el siempre termina arruinándolo todo… ¡todo! —insistió cruzándose de brazos molesto.
-Perdóname Coop… —susurro Blaine cabizbajo.
-No te perdonare... tendrás que vivir con esta culpa de ser un arruinador profesional.
-Cooper…
-¡No soy un arruinador profesional!
-¡Sí que lo eres!
-No, no arruine tu cita de agarrar a la “chicflip”, ni las otras de después.
-¿Que citas?... ¿qué es un “chicflip”? —pregunto la Señora Anderson mirando a su hijo mayor.
-¡Y qué se yo!... —exclamo Cooper poniéndose un poco colorado— no sé de qué está hablando el “Squirrel”… menos mal que le operaran la cabeza, oí que te podrán un cerebro de mono.
-¡Mamá!
-Cooper, ya es suficiente... ve a por una soda y tráele una a tu hermano —dijo la Señora Anderson perdiendo la paciencia, abrió el bolso y saco su billetera
-¡Pero si la vomitara!... eso nos pondrá en vergüenza a todos.
-No lo hare…—dijo Blaine queriendo llorar.
-Hijo, haz lo que te digo… por favor…
Cooper hizo un par de gestos y salió de la sala de espera por la entrada de las ambulancias, no sin antes chequear su peinado en cada una de las puertas vidriadas.
-¿Te sientes mejor cariño? —pregunto la Señora Anderson con un ojo en su hijo enfermo y con el otro en el mayor que se llevaba las manos a la cabeza como impresionado, Pam pensó que llegaría contándole quizás que.
-No mucho… ¿Papá sabe que estamos aquí?
-Lo sabe… lo llame antes de bajarme del auto, vendrá en cuanto deje a los abuelos en casa.
-Perdón por arruinar el día de gracias —dijo Blaine haciendo un puchero.
-Cariño… no digas eso… tú no arruinaste nada… no debes preocuparte…
-Pero mi ropa… quedo sucia… —insistió Blaine mirándose la corbata de moño y la camisa manchadas.
-No te preocupes por eso tampoco, cuando lleguemos a la casa, tú subes corriendo a tu habitación y te cambias, nadie se dará cuenta… ¿te parece? —dijo Pam haciéndole un par de caras chistosas a su hijo, con el afán de subirle el ánimo.
-Está bien.
-OK… ahora… —añadió bajándolo de su regazo— quiero que te quedes quietecito aquí, y yo iré a hablar con el doctor que nos atendió para preguntarle porque se ha tardado tanto, ¿de acuerdo? — agrego levantándose.
-No me dejes solo… no me gusta.
-Lo se cariño, pero no estarás solo, ¿ves esa mesa que esta allí?... pues ahí es donde iré, me podrás ver todo el tiempo… mira… ese es el doctor que nos atendió iré a hablar con él… quédate aquí… sin moverte… ¿de acuerdo?
-De acuerdo… —respondió su hijo poniéndose tieso como una estatua. Pam sonrió al verlo obedecer sus palabras al pie de la letra y se dirigió a donde dijera.

-¿Por qué tenemos que venir tanto al hospital? —pregunto Kurt sosteniendo una caja con sus dos manos.
-Porque tu Mamá lo requiere… —respondió Burt estacionando el auto.
-¿Y porque no pudimos viajar con ella en la ambulancia?
-Porque no había lugar para nosotros, ¿no escuchaste lo que dijo el paramédico?
-No…
-Pues esa es la razón…
-¿El Señor Watanabe no se molestara porque vinimos en su auto de tigre?
-No es un tigre, es un jaguar, ¿qué les enseñan en la escuela?
-Cosas más importantes que autos… ¿no se molestara?
-¡Por supuesto que no! —Kurt levanto una ceja y miro a su Papá como pidiendo una retractación a aquella mentira que había dicho.
-¡Es la verdad!... le pregunte y todo.
-¡Papá!
-Está bien… no le pregunte, pero se lo explicare cuando vaya el lunes a recogerlo… ¿conforme?
Kurt se encogió de hombros y miro hacia atrás por el espejo retrovisor al sentir la sirena de la ambulancia que traía a su Madre.
-¿Trajiste tu chaqueta? —quiso saber Burt apagando el motor y tomando sus cosas desde el asiento trasero.
-Si…
-¿Quieres que lleve eso? —agrego apuntando la caja que su hijo no soltaba por nada.
-No… es mi responsabilidad traer las cosas de Mamá cuando hay posibilidad de que se quede internada.
Burt sonrió un poco y le acaricio la cabeza de manera torpe.
-Vamos… —dijo bajándose del auto. Ambos caminaron hacia la entrada y esperaron a que la ambulancia de detuviera del todo.
-¡WOW!... ese auto es el que creo que es… ¿de quién es? —escucharon ambos a sus espaldas. Kurt miro hacia arriba y vio a un chico con la cabeza a dos manos, estaba bien vestido, era guapo y tenía un cabello extra cuidado — ¿es de ustedes?— agrego Cooper mirando a Burt.
-No… —respondió este negando con su cabeza.
-¡WOW!... iré a verlo de más cerca… —añadió avanzando hacia el sector de los estacionamientos.
-No digas una palabra —se adelantó en decir Burt al notar que su hijo levantaba nuevamente su ceja inquisidora— si le decía la verdad iba a querer subir y comenzaría a hacer un montón de preguntas y no creo que al Señor Watanabe le hubiera gustado aquello… ahí viene tu Mamá —agrego señalando la camilla. Kurt dio un suspiro y avanzo un par de pasos hasta encontrase con ella.
-¿Cómo te sientes mamá?, ¿mal? —pregunto Kurt comenzando a caminar a su lado, todos entraron al unísono y los paramédicos recibieron instrucciones de un doctor alto y delgado de hacia donde debían llevar a la paciente.
-Un poco cariño… pero no te aflijas… estaremos en casa para cenar —dijo la Señora Hummel sonriéndole a su pequeño hijo.
-Está bien… aunque no sé si quiero cenar, el pavo de Papá es un poco seco de todas formas...
-¡Oye!... escuche eso…—dijo Burt mientras abría la puerta de la habitación para todos.
-¿Estás bien cariño?... —pregunto la Señora Hummel al ver que su hijo había avanzado junto a ellos sin omitir más que las palabras necesarias.
-Si…
-Sé que esto no es justo para ti, tener visitar más hospitales que parques de entretención… pero todo cambiara muy pronto, te lo prometo.
-¿Vas a ponerte bien?
-Eso espero… pero háblame de algo, no me has contado de tus clases de ballet, me he perdido las últimas cuatro… ¿todo bien? —pregunto su Mamá mientras se cambiaba al catre clínico ayudada por dos enfermeras bien dispuestas.
-Si… me gusta mi “tutu”…
-Por supuesto que si… pero creo que te gusta porque lo compramos en una oferta… ¿verdad?
-Y en el centro comercial…
-En el mejor de los lugares.
-El doctor Hegland vendrá enseguida —dijo una de las mujeres al tiempo que le abultaba la almohada y chequeaba el suero y los demás implementos a los que al Señora Hummel estaba conectada.
Burt se sentó en una de las sillas dispuestas para los acompañantes y Kurt comenzó a sacar cosas de la caja que con tanta celo cuidaba y las ordeno sobre el mueble del costado de la cama y que hacía las veces de mesita de noche.
-Gracias cariño… —dijo su Mamá la verlo ordenar todo con mucho mimo.
-De nada… es mi responsabilidad —respondió Kurt siguiendo con el orden.
-¿No sería mejor que salieran un momento?
-¿Por qué?... ¿te sientes mal amor?—pregunto Burt levantándose de donde estaba.
-No pero… —contesto su esposa señalando a su hijo que parecía y colapsaría de los nervios de manera silenciosa por la forma en que ordenaba y reordenaba las figuras de cerámica, las fotos y el resto de las cosas que hacían a su Mamá sentirse un poco en casa cada vez que visitaba un hospital.
-Oye… vamos a comparar algo de comer… —dijo Burt notando también aquello.
-No tengo hambre.
-No estoy preguntando don “sabe lo todo”, es una orden… vamos… —insistió su Papá señalando la puerta con su cabeza.
-¿Te parece bien Mamá?
-Me parece genial cariño… yo no me moveré de aquí…
-Está bien…— dijo Kurt sonriendo a medias.

-¿Doctor?… ¿Doctor… Hegland?
-Buenas tardes… si espera un segundo alguien la atenderá —respondió el medico que parecía y tenía una tarde muy atareada.
-No, por favor… si ya nos atendieron… usted vio a mi hijo…
-¿Su hijo?
-Si… un pequeñito que vomito en el centro comercial… corbata de moño, largas pestañas…
-…
-Blaine Anderson, ¿le suena?
-¿Blaine?... ¡Sí!, el pequeño elegante… por supuesto, disculpe el despiste, pero las festividades hacen que varios médicos de planta se tomen el día libre y eso deja a los residentes a cargo y enfrentémoslo ellos solo están interesados en los procedimientos novedosos y no en los simples dolores de estómago —respondió mientras firmaba cinco ordenes seguidas que le entregaba una enfermera.
-¿Eso es lo que tiene mi hijo?, ¿un dolor de estómago?
-No… es decir… lo más probable, lo que sucede es que aún no tengo los resultados de los análisis, así es que tendrá que esperar un poco más, le aseguro…
-Llevamos aquí más de una hora —interrumpió la Mamá de Blaine en tono de reclamo.
-Lo se… pero…
-Stanley… es decir Doctor Hegland… —dijo una enfermera mirando a Pam.
-¿Qué sucede?
-Lo Paramédicos traen a una paciente tuya… suya…
-¿Paciente?
-Sí, una posible obstrucción intestinal, enfermedad de base, cáncer estado cuatro… Hummel algo…—agrego entregándole la ficha médica.
-Lo recuerdo… Señora…
-Anderson… —dijo está pensando que les había tocado el doctor más despistado de todo el “Lima Memorial”
-Señora Anderson… en cuanto atienda esto estoy con usted… —dijo el doctor dando unos golpes a la ficha.
-Por favor, mi hijo tiene cinco años y no es muy paciente que digamos.
-La entiendo… tome asiento por favor —termino por decir Stanley señalando las sillas.

-¿Estas bien?... —pregunto Burt tomando a su hijo por un hombro.
Kurt se encogió de hombros sin saber muy bien que responder.
-Está bien si estás enojado o harto de todo esto —agrego su Papá mientras avanzaban a la sala de espera.
-¿Si?
-Obvio que si…
-¿Tu lo estás?
-No… bueno, si… es decir un poco…— respondió antes que apareciera la ceja inquisidora en la cara de su hijo.
-Este es el peor “Día de Acción de gracias” de todos… ¡de todos!—exclamo deteniéndose en medio del pasillo.
-¿Qué?... ¿por qué dices eso?
-Porque estamos en un hospital, Mamá se siente mal, no podemos estar en la casa… ¿quieres que siga?
-No… ven… —dijo Burt llevándose a su hijo hasta los asientos más próximos, le señalo una de las sillas desocupadas y él se ubicó enfrente en cuclillas sobre el piso, Kurt miro a su alrededor y un niño vestido como para una cena en “Plaza” de New York lo miro de reojo.
-¿No ibas a comprar algo de comer?
-Escúchame primero... esa actitud de sabihondo debe terminar, te lo advierto —Kurt se cruzó de brazos y repitió lo de la actitud de sabihondo en tono más que burlón, el niño elegante soltó una risa tan pequeña como él y al verse descubierto miro hacia otro lado como disimulando algo. Kurt lo miro un instante con cara de reír también— Sabes que la enfermedad de tu Mamá es difícil y esta no será la última vez que tengamos que interrumpir planes para venir aquí… por lo tanto necesito que cooperes conmigo y dejes esa actitud de constante enojo.
-No estoy enojado, ya lo dije… —respondió bajando la cabeza.
-¿Entonces qué es?
-Nada…
-Hijo…
-¡Esto es injusto!... es tan injusto… que… que…
-Claro que es injusto, muy injusto, tanto que me gustaría darle de patadas a alguien —Blaine se movió una silla más hacia su derecha por si es que aquel señor alto quería comenzar las patadas con él— pero debemos enfrentarlo los dos… más juntos que nunca… —agrego Burt tomando a su hijo por los hombros— ¿Qué me dices? —Kurt se quitó las lágrimas con el puño de su chaqueta y gesticulo un sí entre un sollozo silencioso.
-Muy bien… seremos como Starsky y Hutch… “siempre he tenido debilidad por las rubias”— dijo Burt riéndose de su propio chiste.
-¿Que?
Blaine rio al escuchar aquella cita de la serie de televisión delos 70 y Kurt con el ceño fruncido, se volteo hacia él como pidiendo explicaciones.
-Perdón, es que entendí lo que dijo el caballero… —respondió Blaine poniendo cara de perrito de dos días de vida.
-Alguien por fin lo hace… ¿esta solo aquí campeón?
-No, estoy con mi Mamá y con…
-¡”SQUIRREL”!... no creerás el súper auto que hay estacionado afuera… ¡ven! —exclamo Cooper llegando a la sala de espera como un caballo desbocado, tironeo a su hermano de la chaqueta y este al verse sorprendido se tomó la panza pensando que vomitaría de nuevo.
-¿Qué cosa?... —pregunto como tragando.
-¡Que hay un Jaguar!, ¡uno convertible del año 70!, ven para que me tomes una foto… ¡y nada de vomitar!...—agrego Cooper tomando a su hermano del antebrazo.
Kurt y su Papá se les quedaron viendo hasta que pasaron la mampara de vidrio, luego se miraron el uno al otro y rieron de manera cómplice de aquel incidente poco inusual.
-Estoy segura y esa enfermera tiene algo con ese doctor… —murmuro Pam al tiempo que se sentaba donde se suponía y había dejado a su hijo— cariño el Doctor… tú no eres mi hijo… —añadió sorprendida al ver que el niño sentando junto a ella no era Blaine— ¡genial! —agrego mirando a su alrededor— ¡ahora perdí a uno de mis hijos!, este es el peor “Día de acción de gracias” de todos… ¡de todos! —exclamo tomándose la cabeza.
-Si busca a un niño con una corbata de moño, otro niño más grande se lo llevo por esa puerta —se atrevió a decir Burt apuntando a la salida.
-¡COOPER!... — grito al Señora Anderson empuñando sus manos, se levantó y partió refunfuñando algo que ni Burt ni Kurt entendieron.
-¡De nada!— grito Burt hacia la salida— al parecer hay gente con otros problemas en esta ciudad —dijo Burt volviendo a soltar una risa a la par con su hijo.

Junio de 2019





-¿Dónde vas?... —pregunto Kurt entre dormido y despierto al sentir que su esposo abandonaba la cama.
-El “Munchkin” está llorando… voy a verlo… —respondió poniéndose la camiseta del pijama.
-¿Otra vez?... es la cuarta noche seguida… ¿Qué…hora… es? —quiso saber en medio de un bostezo.
-Casi las cuatro…
-¿Nuestro hijo despertó a las cuatro de la mañana?… ¿por qué? —agrego acomodándose en las almohadas.
-No lo sé… por eso… voy a verlo… —dijo Blaine buscando sus pantalones.
-Voy contigo… —añadió Kurt tanteando el interruptor de la lámpara de su mesa de noche pero pasando a llevar todo lo que había encima antes de encender la luz.
-No, no, no… tu quédate donde estas, hoy es un gran día para ti y no quiero que tengas cara de sueño en tu primera alfombra roja, ni menos cuando subas a recoger tu premio —sentenció Blaine terminando de vestirse.
-No ganare Blaine… pero gracias de todas formas —dijo Kurt haciendo el ademan de levantarse.
-¿Qué fue lo que dije?
-Nuestro hijo está llorando, ¿qué quieres que haga?
-¿No confías en que pueda manejar la situación?
-Por supuesto que confió, eres el mejor padre de todos, el “Padre del Año” de acuerdo a mi versión de la revista TIME…
-Entonces…— insistió Blaine trepándose en la cama, se subió un poco encima de su esposo para alcanzar a lámpara y dejar la habitación a oscuras— quédate aquí y sigue durmiendo…— agrego dándole un par de besos antes de apartarse, Kurt sonrió complacido y se acomodó nuevamente en las almohadas.

-¿Qué sucede hijo?... —pregunto Blaine al tiempo que entraba en la habitación de Henry. El pequeño estaba sentado en su cuna mirando a su alrededor con cara de pena, en cuanto vio a Blaine, alzo sus brazos para que este lo cogiera— ¿por qué estas despierto?... ¿tienes insomnio de bebé? —dijo acercándosele, Henry lo miro haciendo un puchero bien acentuado y balbuceo un par de cosas, como si explicara el padecimiento que lo aquejaba en aquel momento— lo se hijo… — añadió acariciándole la cara, el pequeño insistió en alzar sus brazos mientras soltaba pequeños sollozos— pero se supone y no debo cargarte… lo dice un libro del cual le he hablado tanto a tu Papá, que si no hago lo que allí dice, seré un muy mal ejemplo de consecuencia entre lo que digo y lo que hago— dijo al tiempo que trataba de confortarlo acariciándole el pelo y la cara— está bien…— dijo dándose por vencido, lo tomo entre sus brazos y lo acerco a él, lo meció un instante y Henry se quedó en silencio de inmediato acurrucado en el lugar tibio que había entre el cuello y el comienzo del pecho de su Papá, Blaine lo miro un instante y comenzó a tararear una de su canciones de manera pausada y bajito, intentando con ello que su hijo volviera a dormirse.
-Creo y está violando el párrafo dos del segundo capítulo del libro que me regalo Señor Anderson-Hummel —dijo Kurt entrando en la habitación de su hijo.
Blaine sonrió para si al escuchar la voz de su esposo y acto seguido, le hizo una mueca al bebé como diciéndole que los habían descubierto.
-Así es que si leíste el libro después de todo… —contesto mirándolo por sobre el hombro.
-Solo los episodios que tenían ilustraciones —respondió Kurt dando unos pasos hasta donde se encontraba su familia— ¿él está bien? —agrego poniendo una mano en la cabecita de su hijo y la otra en la cintura de su esposo.
-Lo está… creo que extraña su otro cuarto.
-¿Crees que eso sea posible?, ¿que un niño tan pequeño extrañe algo?
-Nos extraña a nosotros cada vez que nos vamos al trabajo.
-Eso es obvio y valido… —dijo Kurt comenzando a ordenar las sabanas de la cuna— pero a lo que me refiero es que si es posible que extrañe un lugar…
-No lo sé… aun no llego a ese episodio del libro —contesto Blaine meciendo a su hijo que de a poco era vencido otra vez por el sueño— ¿Qué? —agrego mirando a Kurt.
-Nada… —respondió este al tiempo que doblada la manta con nubes favorita del bebé.
-Dime… —insistió Blaine bajando su tono de voz al mínimo.
-No es nada… es solo que… verte así con Henry tan… comprometido, por ponerlo de alguna forma, me recuerda la manera que reaccionaste cuando te dije… ¡perdón!… no cuando te dije, si no cuando te enteraste de todas mis averiguaciones para convertirnos en padres… tu reacción fue un tanto… —explico moviendo sus manos como si sus dedos tuvieran vida propia.
-Lo se… y lo siento, pero si sirve de algo esa es una de las cosas de las que me arrepiento… una de las tantas por cierto —respondió mirado a su hijo.
-No lo hagas… las cosas del pasado nunca deberían de atormentarnos… —dijo Kurt soltando un suspiro— ¿no nos trajimos las cortinas de su antiguo cuarto?
-¿Cómo?
-Las cortinas del cuarto de Henry… ¿las empacamos o las dejamos?
-No lo sé… me parece que lo primero… ¿por qué? —contesto Blaine mirando a su alrededor como si pudiera ver a través de las cajas que decían “Cuarto de Henry”
-Porque… tal vez, si ponemos las cortinas de su antiguo cuarto, no se sienta tan en un lugar extraño —dijo Kurt comenzando a mirar dentro de cada una.
-¿Vas hacer eso ahora?, ¿no preferirías dormir?...
-Ya desperté… y es inútil para mi tratar de volver a dormir una vez que despierto —sentencio moviendo dos cajas de una pila de tres.
-No te quejes si tienes ojeras esta noche entonces.
-No me quejaré y para eso existe algo llamado “corrector de ojeras”… que viene en todos los tonos de piel, incluido el mío que es extra blanco —dijo mirando otras dos cajas. Blaine sonrió y camino con el bebé para intentar acostarlo nuevamente en su cuna.
-¿Esta caja no es tuya?
-¿Cuál?...
-Esta… dice Blaine… y si dice Blaine, debería estar o en nuestro cuarto o en el que dejaras como estudio de grabación.
-Muy… cierto… —contesto al tiempo que dejaba con extrema delicadeza a su hijo en la cuna, lo acomodo con cuidado casi sin respirar siquiera. Kurt pensó que su esposo creía y Henry era una bomba de tiempo que ante cualquier movimiento haría explosión— creo que ahora sí que se durmió —agrego arropándolo.
-¿Sería posible que las cortinas estuviesen aquí? —quiso saber Kurt señalando al caja con el nombre de su esposo.
-No lo sé… tendríamos que abrirla y averiguar… pero… no aquí… —susurro tomándola desde el piso.
-¿Me quieres impresionar?
-¿Por qué? —pregunto Blaine mientras salía de la habitación.
-Ya sabes, primero mostrarte todo vulnerable y tierno acunando a nuestro hijo, para luego revelar el lado fuerte y prehistórico que tienes tomando esa caja ultra pesada.
-No esta ultra pesada y no quiero impresionarte con nada —respondió encaminándose hacia la cocina.
-Como sea… solo quiero decir que lo lograste… otra vez… —dijo Kurt dándole un agarrón en el trasero mientras se adelantaba para abrir la puerta de la cocina.
Blaine lo miro sonriendo coqueto al tiempo que dejaba todo en medio de la mesa.
-Veamos… —agrego Kurt mirando dentro.
-¿Pensarías mal de mi si te digo que me gustaría comer algo?
-¿Algo como lo que se te ocurre comer luego de intimar Blaine Anderson-Hummel? —contesto sacando algunas de las cosas.
-Algo así…
-Helado, fruta y crema a las 4 de la mañana entonces… —exclamo Kurt continuando con la revisión.
-OK… —añadió Blaine comenzando a sacar algunas cosas, empezando por un par de cucharas y servilletas.
-Estas son solo cosas tuyas… si… definitivamente son solo cosas tuyas —dijo enseñando un par de revistas “Goosebumps” de la serie de R.L. Stain— ¿qué es esto? —agrego tomando un sobre que cayó de entre uno de los ejemplares.
-No tengo idea de que estas hablando —señalo Blaine con medio cuerpo dentro del refrigerador— juraría que habíamos comprado arándanos.
-Los compramos, y por lo general están en el compartimento de las verduras… ¿puedo abrir este sobre?, y no me digas que no porque ya lo estoy haciendo… —dijo Kurt tomando un cuchillo— oye… son fotos… ¿cuándo tomaste todas estas fotos?
-¿Cómo?...— pegunto emergiendo del congelador con un bote de helado en una mano, uno de arándanos en la otra, más un envase de crema batida.
-Son estupendas… ¿esto es Westerville? —pregunto enseñando una de las fotos.
-Vaya… ¿dónde encontraste eso? —pregunto dejando todo sobre el mueble del lado del fregadero.
-Dentro de esas revistas que odio… ¿por qué nunca me dijiste que tomabas fotos de todo? —insistió aun mirando.
-Porque era algo que me gustaba hacer hace tiempo… una afición culpable por así decirlo —respondió tomando algunas de las que Kurt ya había revisado, sonrió al mirarlas, como si recordara el momento exacto en que había capturado las imagenes.
-Blaine, son estupendas.
-¡Vamos!… —exclamo sentándose a su lado— ese es el insomnio el que habla por ti.
-No, ¡es verdad!… mira esta, la luz… el claroscuro de esos cerros, ¡es casi de “National Geographic”! —exclamo señalando— ¿este es el desierto de California?
-Déjame ver… —dijo Blaine tomando la imagen— había olvidado esto… y lo es… cuando fueron las ultimas nacionales con Mckinley la tome.
-¿Por qué no me habías contado de esto? —insistió Kurt volviendo a dar una segunda mirada a todas las fotos.
-¿Y que querías que contara?, ¿qué le tomaba fotos a todo lo que veía? —dijo tomando el bote de helado, lo destapo y lo puso en medio de la mesa.
-Habría sido un buen comienzo… ¿también las revelas?
-No, a tanto no llega mi “afición culpable”.
-¿Quieres dejar de llamarlo así?... lo que nos provoca placer jamás debería hacernos sentir culpables, estas fotos son estupendas… ¡ya se!... ¡deberías de montar una exhibición!
-¿Qué?... Kurt…
-¡Hablo en serio!... espera un momento… —agrego levantándose.
-¿Dónde vas?
-¡Ya regreso! —respondió subiendo por las escaleras.
-Kurt… son las cuatro de la mañana… —recordó Blaine como cantando.

-Listo… —dijo llegando luego de unos minutos con su teléfono móvil en la mano.
-¿Listo qué? —pregunto al tiempo que vaciaba los arándanos en un tazón lleno de flores.
-El otro día vi un artículo en el “The Guardian” que hablaba de todas las galerías independientes que hay en New York, estoy más que seguro que alguna de ellas querrá montar una exhibición con tus fotos.
-¿Estás loco?... no soy fotógrafo, estas fueron… no se… ¡tonterías!… olvídalo… —dijo Blaine comenzando a cucharear su helado.
-No olvidare nada… —insistió mientras buscaba el artículo en su teléfono móvil— estoy mas que seguro que alguna aceptara mostrar tus fotos, eres Blaine Anderson por todos los cielos —termino por decir Kurt como si el nombre de su esposo fuera la llave que abría todas las puertas.
-Kurt… de verdad…
-Tal vez si hablo con Helen… ella conoce a tanta gente que a veces pienso que es una ex agente de la CIA o algo…—agrego como pensando en aquello— le enviare un mensaje.
-Kurt… —insistió Blaine mientras tragaba— son las cuatro de la mañana, no molestes a tu asistente por una tontería.
-¡Que no es una tontería!, muchos actores, cantantes e incluso reporteros han explorado otras facetas en sus carreras ¿porque no habrías de hacerlo tú?
-Pues me gustaría concentrarme en mi supuesta carrera de cantante antes de andar explorando facetas nuevas —dijo levantándose.
-¿Qué se supone y significa eso? —pregunto Kurt enseriando la expresión en su rostro.
-Que significa que… —respondió limpiándose la boca con el paño de cocina.
-Primero eso que acabas de hacer con el paño de cocina y segundo, lo que acabas de decir, lo de tu “supuesta carrera”, ¿no eres acaso el cantante que tiene doble disco de plata?
-Lo soy…
-¿Y si sabes lo exitoso que estas siendo, porque te pones así?...
-…
-Blaine, acabas de llenar el “Madison Square Garden”…
-No Kurt, Dylan y los “Dear Beth” llenaron el “Madison Square Garden”... —corrigió cruzándose de brazos— yo solo fui el entremés antes del plato principal.
-Habían un montón de fans tuyas, no te subestimes… ¿me vas decir que la gira que emprenderemos en un mes tampoco tiene nada que ver contigo?
-Comienza en Portland Kurt… no es algo de lo que se pueda presumir.
-¿De que estas hablando?, ¿acaso perdiste la cabeza?, la costa oeste es lo mejor que existe, ya lo veras cuando estemos allí, imagina si al éxito de tu gira le sumas una portada en la “Professional Photographer”
-Kurt…
-¡Es la verdad!... si Madonna lo hizo, tú también…
-¿Qué?
-Ok, mal ejemplo… pasar de posar desnuda a escribir cuentos para niños no tiene nada que ver con esto…
-Nada en realidad…
-Pero el fin es el mismo... ¿por qué te niegas a tomar las oportunidades que se te presentan?
-Porque estoy bien así… lo que estoy haciendo ahora es suficiente para mí, y tal vez el asunto es que no es suficiente para ti y lo que yo hago no va la par con tu éxito en el teatro y tus nominaciones... tendríamos un problema.
-…
-Kurt… lo siento… no quise…
-Obvio que no quisiste… pero mejor nos vamos a dormir… tienes razón con lo de las ojeras…—dijo Kurt levantándose y encaminándose a la escalera.
-Oye… —agrego Blaine tomándole una mano.
Kurt se detuvo al verse impedido de seguir su camino y se paró frente a su esposo con una ceja levantada como esperando una explicación, una disculpa y una retractación, todo de una vez.
-Lo siento…
-No me gusta cuando hablas así…
-Lo se… lo se… lo se… —repitió Blaine mientras lo abrazaba y le daba una serie de besos en la cara y los labios— lo siento Kurt… pero… solo quiero que entiendas que me costó tanto llegar hasta aquí… que pensar en fracasar otra vez… me…
-¿Fracasar?... Blaine… lo de las fotos fue solo una idea estúpida, en realidad fue una idea genial porque se me ocurrió a mi pero… —Blaine sonrió de la manera que a Kurt el encantaba— pero fue más un delirio de madrugada que otra cosa, y si no quieres hacerlo, está bien…
-No es que no quiera… me entusiasmo la idea en cuanto la mencionaste… es solo…
-¿Solo?
-Mira… cuando estábamos los dos y terminaba discos pensando que serían súper ventas o escribía canciones queriendo que fueran exitosas pero al final no pasaba ni lo uno ni lo otro… me partía el corazón y el ego pensar que te decepcionaba…
-Blaine…
-Escúchame… pensaba que te decepcionaba y que nunca llegaría a ser tan exitoso como tú, pero solo éramos los dos, ahora… ahora tenemos un hijo… y lo que más quiero en este mundo es que Henry se sienta orgulloso de mi… orgulloso de sus dos padres.
-Blaine… a Henry no le importa ni le importará si vendes un disco o un millón, o si yo tengo el teatro lleno en cada función… tu serás su héroe si puedes levantarlo para alcanzar el frasco de galletas, o si te confabulas con él para ocultarme cosas… pero más que nada el estará orgulloso de ti porque eres su Papá… tan simple como eso.
-Solo quiero ser digno de él… y de ti…
Kurt suspiro largo y hondo y le tomo la cara para besarlo a los pies de la escalera, Blaine recibió el beso complacido y lo tomo de la cintura ciñéndolo mas a él, como si pretendiera que aquel beso fuera el preludio de algo más.
-¿Qué tal ese beso?, ¿demuestra cuán digno eres de mí? —pregunto Kurt apartándose un instante.
-Creo que nunca terminare de agradecerte por diferentes cosas… —respondió Blaine acercando su nariz a la de él
-Soy genial lo se… —agrego Kurt adoptando una postura engreída.
-Lo eres… y mereces todo lo bueno que esta por pasarte…
-No ganare Blaine, muy en tu interior lo sabes.
-Tal vez… pero si quieres podemos celebrar de todas formas.
-¿Algún plan de madrugada Señor Anderson-Hummel? —quiso saber Kurt abrazándolo a la altura del cuello.
-Para empezar, se me ocurre darle otro uso a ese bote de helado y a esa crema batida.
-¡Vaya!... ¿no es esa una proposición demasiado picante para el “Padre del año”?
-No para mi versión de la revista TIME…—respondió Blaine tomándolo por la cintura para dejarlo sentado sobre la mesa de la cocina.

Junio de 2019





-¿Dónde vas?... —pregunto Kurt entre dormido y despierto al sentir que su esposo abandonaba la cama.
-El “Munchkin” está llorando… voy a verlo… —respondió poniéndose la camiseta del pijama.
-¿Otra vez?... es la cuarta noche seguida… ¿Qué…hora… es? —quiso saber en medio de un bostezo.
-Casi las cuatro…
-¿Nuestro hijo despertó a las cuatro de la mañana?… ¿por qué? —agrego acomodándose en las almohadas.
-No lo sé… por eso… voy a verlo… —dijo Blaine buscando sus pantalones.
-Voy contigo… —añadió Kurt tanteando el interruptor de la lámpara de su mesa de noche pero pasando a llevar todo lo que había encima antes de encender la luz.
-No, no, no… tu quédate donde estas, hoy es un gran día para ti y no quiero que tengas cara de sueño en tu primera alfombra roja, ni menos cuando subas a recoger tu premio —sentenció Blaine terminando de vestirse.
-No ganare Blaine… pero gracias de todas formas —dijo Kurt haciendo el ademan de levantarse.
-¿Qué fue lo que dije?
-Nuestro hijo está llorando, ¿qué quieres que haga?
-¿No confías en que pueda manejar la situación?
-Por supuesto que confió, eres el mejor padre de todos, el “Padre del Año” de acuerdo a mi versión de la revista TIME…
-Entonces…— insistió Blaine trepándose en la cama, se subió un poco encima de su esposo para alcanzar a lámpara y dejar la habitación a oscuras— quédate aquí y sigue durmiendo…— agrego dándole un par de besos antes de apartarse, Kurt sonrió complacido y se acomodó nuevamente en las almohadas.

-¿Qué sucede hijo?... —pregunto Blaine al tiempo que entraba en la habitación de Henry. El pequeño estaba sentado en su cuna mirando a su alrededor con cara de pena, en cuanto vio a Blaine, alzo sus brazos para que este lo cogiera— ¿por qué estas despierto?... ¿tienes insomnio de bebé? —dijo acercándosele, Henry lo miro haciendo un puchero bien acentuado y balbuceo un par de cosas, como si explicara el padecimiento que lo aquejaba en aquel momento— lo se hijo… — añadió acariciándole la cara, el pequeño insistió en alzar sus brazos mientras soltaba pequeños sollozos— pero se supone y no debo cargarte… lo dice un libro del cual le he hablado tanto a tu Papá, que si no hago lo que allí dice, seré un muy mal ejemplo de consecuencia entre lo que digo y lo que hago— dijo al tiempo que trataba de confortarlo acariciándole el pelo y la cara— está bien…— dijo dándose por vencido, lo tomo entre sus brazos y lo acerco a él, lo meció un instante y Henry se quedó en silencio de inmediato acurrucado en el lugar tibio que había entre el cuello y el comienzo del pecho de su Papá, Blaine lo miro un instante y comenzó a tararear una de su canciones de manera pausada y bajito, intentando con ello que su hijo volviera a dormirse.
-Creo y está violando el párrafo dos del segundo capítulo del libro que me regalo Señor Anderson-Hummel —dijo Kurt entrando en la habitación de su hijo.
Blaine sonrió para si al escuchar la voz de su esposo y acto seguido, le hizo una mueca al bebé como diciéndole que los habían descubierto.
-Así es que si leíste el libro después de todo… —contesto mirándolo por sobre el hombro.
-Solo los episodios que tenían ilustraciones —respondió Kurt dando unos pasos hasta donde se encontraba su familia— ¿él está bien? —agrego poniendo una mano en la cabecita de su hijo y la otra en la cintura de su esposo.
-Lo está… creo que extraña su otro cuarto.
-¿Crees que eso sea posible?, ¿que un niño tan pequeño extrañe algo?
-Nos extraña a nosotros cada vez que nos vamos al trabajo.
-Eso es obvio y valido… —dijo Kurt comenzando a ordenar las sabanas de la cuna— pero a lo que me refiero es que si es posible que extrañe un lugar…
-No lo sé… aun no llego a ese episodio del libro —contesto Blaine meciendo a su hijo que de a poco era vencido otra vez por el sueño— ¿Qué? —agrego mirando a Kurt.
-Nada… —respondió este al tiempo que doblada la manta con nubes favorita del bebé.
-Dime… —insistió Blaine bajando su tono de voz al mínimo.
-No es nada… es solo que… verte así con Henry tan… comprometido, por ponerlo de alguna forma, me recuerda la manera que reaccionaste cuando te dije… ¡perdón!… no cuando te dije, si no cuando te enteraste de todas mis averiguaciones para convertirnos en padres… tu reacción fue un tanto… —explico moviendo sus manos como si sus dedos tuvieran vida propia.
-Lo se… y lo siento, pero si sirve de algo esa es una de las cosas de las que me arrepiento… una de las tantas por cierto —respondió mirado a su hijo.
-No lo hagas… las cosas del pasado nunca deberían de atormentarnos… —dijo Kurt soltando un suspiro— ¿no nos trajimos las cortinas de su antiguo cuarto?
-¿Cómo?
-Las cortinas del cuarto de Henry… ¿las empacamos o las dejamos?
-No lo sé… me parece que lo primero… ¿por qué? —contesto Blaine mirando a su alrededor como si pudiera ver a través de las cajas que decían “Cuarto de Henry”
-Porque… tal vez, si ponemos las cortinas de su antiguo cuarto, no se sienta tan en un lugar extraño —dijo Kurt comenzando a mirar dentro de cada una.
-¿Vas hacer eso ahora?, ¿no preferirías dormir?...
-Ya desperté… y es inútil para mi tratar de volver a dormir una vez que despierto —sentencio moviendo dos cajas de una pila de tres.
-No te quejes si tienes ojeras esta noche entonces.
-No me quejaré y para eso existe algo llamado “corrector de ojeras”… que viene en todos los tonos de piel, incluido el mío que es extra blanco —dijo mirando otras dos cajas. Blaine sonrió y camino con el bebé para intentar acostarlo nuevamente en su cuna.
-¿Esta caja no es tuya?
-¿Cuál?...
-Esta… dice Blaine… y si dice Blaine, debería estar o en nuestro cuarto o en el que dejaras como estudio de grabación.
-Muy… cierto… —contesto al tiempo que dejaba con extrema delicadeza a su hijo en la cuna, lo acomodo con cuidado casi sin respirar siquiera. Kurt pensó que su esposo creía y Henry era una bomba de tiempo que ante cualquier movimiento haría explosión— creo que ahora sí que se durmió —agrego arropándolo.
-¿Sería posible que las cortinas estuviesen aquí? —quiso saber Kurt señalando al caja con el nombre de su esposo.
-No lo sé… tendríamos que abrirla y averiguar… pero… no aquí… —susurro tomándola desde el piso.
-¿Me quieres impresionar?
-¿Por qué? —pregunto Blaine mientras salía de la habitación.
-Ya sabes, primero mostrarte todo vulnerable y tierno acunando a nuestro hijo, para luego revelar el lado fuerte y prehistórico que tienes tomando esa caja ultra pesada.
-No esta ultra pesada y no quiero impresionarte con nada —respondió encaminándose hacia la cocina.
-Como sea… solo quiero decir que lo lograste… otra vez… —dijo Kurt dándole un agarrón en el trasero mientras se adelantaba para abrir la puerta de la cocina.
Blaine lo miro sonriendo coqueto al tiempo que dejaba todo en medio de la mesa.
-Veamos… —agrego Kurt mirando dentro.
-¿Pensarías mal de mi si te digo que me gustaría comer algo?
-¿Algo como lo que se te ocurre comer luego de intimar Blaine Anderson-Hummel? —contesto sacando algunas de las cosas.
-Algo así…
-Helado, fruta y crema a las 4 de la mañana entonces… —exclamo Kurt continuando con la revisión.
-OK… —añadió Blaine comenzando a sacar algunas cosas, empezando por un par de cucharas y servilletas.
-Estas son solo cosas tuyas… si… definitivamente son solo cosas tuyas —dijo enseñando un par de revistas “Goosebumps” de la serie de R.L. Stain— ¿qué es esto? —agrego tomando un sobre que cayó de entre uno de los ejemplares.
-No tengo idea de que estas hablando —señalo Blaine con medio cuerpo dentro del refrigerador— juraría que habíamos comprado arándanos.
-Los compramos, y por lo general están en el compartimento de las verduras… ¿puedo abrir este sobre?, y no me digas que no porque ya lo estoy haciendo… —dijo Kurt tomando un cuchillo— oye… son fotos… ¿cuándo tomaste todas estas fotos?
-¿Cómo?...— pegunto emergiendo del congelador con un bote de helado en una mano, uno de arándanos en la otra, más un envase de crema batida.
-Son estupendas… ¿esto es Westerville? —pregunto enseñando una de las fotos.
-Vaya… ¿dónde encontraste eso? —pregunto dejando todo sobre el mueble del lado del fregadero.
-Dentro de esas revistas que odio… ¿por qué nunca me dijiste que tomabas fotos de todo? —insistió aun mirando.
-Porque era algo que me gustaba hacer hace tiempo… una afición culpable por así decirlo —respondió tomando algunas de las que Kurt ya había revisado, sonrió al mirarlas, como si recordara el momento exacto en que había capturado las imagenes.
-Blaine, son estupendas.
-¡Vamos!… —exclamo sentándose a su lado— ese es el insomnio el que habla por ti.
-No, ¡es verdad!… mira esta, la luz… el claroscuro de esos cerros, ¡es casi de “National Geographic”! —exclamo señalando— ¿este es el desierto de California?
-Déjame ver… —dijo Blaine tomando la imagen— había olvidado esto… y lo es… cuando fueron las ultimas nacionales con Mckinley la tome.
-¿Por qué no me habías contado de esto? —insistió Kurt volviendo a dar una segunda mirada a todas las fotos.
-¿Y que querías que contara?, ¿qué le tomaba fotos a todo lo que veía? —dijo tomando el bote de helado, lo destapo y lo puso en medio de la mesa.
-Habría sido un buen comienzo… ¿también las revelas?
-No, a tanto no llega mi “afición culpable”.
-¿Quieres dejar de llamarlo así?... lo que nos provoca placer jamás debería hacernos sentir culpables, estas fotos son estupendas… ¡ya se!... ¡deberías de montar una exhibición!
-¿Qué?... Kurt…
-¡Hablo en serio!... espera un momento… —agrego levantándose.
-¿Dónde vas?
-¡Ya regreso! —respondió subiendo por las escaleras.
-Kurt… son las cuatro de la mañana… —recordó Blaine como cantando.

-Listo… —dijo llegando luego de unos minutos con su teléfono móvil en la mano.
-¿Listo qué? —pregunto al tiempo que vaciaba los arándanos en un tazón lleno de flores.
-El otro día vi un artículo en el “The Guardian” que hablaba de todas las galerías independientes que hay en New York, estoy más que seguro que alguna de ellas querrá montar una exhibición con tus fotos.
-¿Estás loco?... no soy fotógrafo, estas fueron… no se… ¡tonterías!… olvídalo… —dijo Blaine comenzando a cucharear su helado.
-No olvidare nada… —insistió mientras buscaba el artículo en su teléfono móvil— estoy mas que seguro que alguna aceptara mostrar tus fotos, eres Blaine Anderson por todos los cielos —termino por decir Kurt como si el nombre de su esposo fuera la llave que abría todas las puertas.
-Kurt… de verdad…
-Tal vez si hablo con Helen… ella conoce a tanta gente que a veces pienso que es una ex agente de la CIA o algo…—agrego como pensando en aquello— le enviare un mensaje.
-Kurt… —insistió Blaine mientras tragaba— son las cuatro de la mañana, no molestes a tu asistente por una tontería.
-¡Que no es una tontería!, muchos actores, cantantes e incluso reporteros han explorado otras facetas en sus carreras ¿porque no habrías de hacerlo tú?
-Pues me gustaría concentrarme en mi supuesta carrera de cantante antes de andar explorando facetas nuevas —dijo levantándose.
-¿Qué se supone y significa eso? —pregunto Kurt enseriando la expresión en su rostro.
-Que significa que… —respondió limpiándose la boca con el paño de cocina.
-Primero eso que acabas de hacer con el paño de cocina y segundo, lo que acabas de decir, lo de tu “supuesta carrera”, ¿no eres acaso el cantante que tiene doble disco de plata?
-Lo soy…
-¿Y si sabes lo exitoso que estas siendo, porque te pones así?...
-…
-Blaine, acabas de llenar el “Madison Square Garden”…
-No Kurt, Dylan y los “Dear Beth” llenaron el “Madison Square Garden”... —corrigió cruzándose de brazos— yo solo fui el entremés antes del plato principal.
-Habían un montón de fans tuyas, no te subestimes… ¿me vas decir que la gira que emprenderemos en un mes tampoco tiene nada que ver contigo?
-Comienza en Portland Kurt… no es algo de lo que se pueda presumir.
-¿De que estas hablando?, ¿acaso perdiste la cabeza?, la costa oeste es lo mejor que existe, ya lo veras cuando estemos allí, imagina si al éxito de tu gira le sumas una portada en la “Professional Photographer”
-Kurt…
-¡Es la verdad!... si Madonna lo hizo, tú también…
-¿Qué?
-Ok, mal ejemplo… pasar de posar desnuda a escribir cuentos para niños no tiene nada que ver con esto…
-Nada en realidad…
-Pero el fin es el mismo... ¿por qué te niegas a tomar las oportunidades que se te presentan?
-Porque estoy bien así… lo que estoy haciendo ahora es suficiente para mí, y tal vez el asunto es que no es suficiente para ti y lo que yo hago no va la par con tu éxito en el teatro y tus nominaciones... tendríamos un problema.
-…
-Kurt… lo siento… no quise…
-Obvio que no quisiste… pero mejor nos vamos a dormir… tienes razón con lo de las ojeras…—dijo Kurt levantándose y encaminándose a la escalera.
-Oye… —agrego Blaine tomándole una mano.
Kurt se detuvo al verse impedido de seguir su camino y se paró frente a su esposo con una ceja levantada como esperando una explicación, una disculpa y una retractación, todo de una vez.
-Lo siento…
-No me gusta cuando hablas así…
-Lo se… lo se… lo se… —repitió Blaine mientras lo abrazaba y le daba una serie de besos en la cara y los labios— lo siento Kurt… pero… solo quiero que entiendas que me costó tanto llegar hasta aquí… que pensar en fracasar otra vez… me…
-¿Fracasar?... Blaine… lo de las fotos fue solo una idea estúpida, en realidad fue una idea genial porque se me ocurrió a mi pero… —Blaine sonrió de la manera que a Kurt el encantaba— pero fue más un delirio de madrugada que otra cosa, y si no quieres hacerlo, está bien…
-No es que no quiera… me entusiasmo la idea en cuanto la mencionaste… es solo…
-¿Solo?
-Mira… cuando estábamos los dos y terminaba discos pensando que serían súper ventas o escribía canciones queriendo que fueran exitosas pero al final no pasaba ni lo uno ni lo otro… me partía el corazón y el ego pensar que te decepcionaba…
-Blaine…
-Escúchame… pensaba que te decepcionaba y que nunca llegaría a ser tan exitoso como tú, pero solo éramos los dos, ahora… ahora tenemos un hijo… y lo que más quiero en este mundo es que Henry se sienta orgulloso de mi… orgulloso de sus dos padres.
-Blaine… a Henry no le importa ni le importará si vendes un disco o un millón, o si yo tengo el teatro lleno en cada función… tu serás su héroe si puedes levantarlo para alcanzar el frasco de galletas, o si te confabulas con él para ocultarme cosas… pero más que nada el estará orgulloso de ti porque eres su Papá… tan simple como eso.
-Solo quiero ser digno de él… y de ti…
Kurt suspiro largo y hondo y le tomo la cara para besarlo a los pies de la escalera, Blaine recibió el beso complacido y lo tomo de la cintura ciñéndolo mas a él, como si pretendiera que aquel beso fuera el preludio de algo más.
-¿Qué tal ese beso?, ¿demuestra cuán digno eres de mí? —pregunto Kurt apartándose un instante.
-Creo que nunca terminare de agradecerte por diferentes cosas… —respondió Blaine acercando su nariz a la de él
-Soy genial lo se… —agrego Kurt adoptando una postura engreída.
-Lo eres… y mereces todo lo bueno que esta por pasarte…
-No ganare Blaine, muy en tu interior lo sabes.
-Tal vez… pero si quieres podemos celebrar de todas formas.
-¿Algún plan de madrugada Señor Anderson-Hummel? —quiso saber Kurt abrazándolo a la altura del cuello.
-Para empezar, se me ocurre darle otro uso a ese bote de helado y a esa crema batida.
-¡Vaya!... ¿no es esa una proposición demasiado picante para el “Padre del año”?
-No para mi versión de la revista TIME…—respondió Blaine tomándolo por la cintura para dejarlo sentado sobre la mesa de la cocina.

Diciembre de 2051





-¿Cuáles el propósito de esta venda?— pregunto Kurt tocándose el nudo del pañuelo a la altura de la nuca.
-El propósito de la venda… —respondió Blaine mientras se dirigía al suroeste por 5th av. hacia la E 64th St.— es el que tienen todas las vendas… impedir que veas donde vamos —agrego cambiando de carril.
-¿Dónde vamos?... —insistió tanteando todo a su alrededor.
-¿Crees que te lo diré?...
-Pues si lo pregunto deberías decírmelo… es tu deber como esposo responder a mis dudas y satisfacer mis necesidades.
-Eso ultimo lo tengo cubierto… ¿o no?
-Engreído… ¿dónde vamos?
-No te lo diré… ese es el propósito de traerte con los ojos vendados, que no veas por donde vamos
-Pero se está volviendo un tanto claustrofóbico… —dijo Kurt tratando de que quitarse la venda.
-¡Oye!... no seas así, ¡si te pones a mirar arruinaras toda la sorpresa! —exclamo estirando su brazo para impedir los deseos de espiar por parte de su esposo.
-Vamos por una ruta muy recta… y huele a humedad… ¿vamos por la FRD Drive?, ¿bordeando el rio?
-No te diré nada…
-Al menos dime si estoy en lo correcto con lo de la ruta —insistió Kurt volteando su cabeza hacia la ventana como si pudiera ver a su alrededor.
-No te lo diré tampoco…
-¿La gente nos mira?
-¿Cómo?
-Eso... si la gente nos esta mirando, porque tal vez pueden pensar que me secuestraste y yo voy aquí en contra de mi voluntad —dijo Kurt queriendo quitarse el pañuelo nuevamente.
-Nadie nos mira, es una autopista de alta velocidad, si alguien se detiene a mirar, causaría un accidente más que masivo.
.¡Ah!... al menos sé que vamos por una autopista… ¿o estas dándome pistas falsas para que no adivine que vamos a TIffany&Co. a por mi regalo de navidad?.
-No vamos por la Fifth Av., y ya compre tu regalo de navidad hace tres meses atrás…
-¿En Tiffany&Co.?
-No…
-¿Por qué no?... ¿no sabes que allí siguen vendiendo diamantes?
-Lo se… y ya te di el anillo que había prometido para nuestro aniversario número 25.
-Bueno ahora cumplimos 35 y si quieres hacer de ese regalo una tradición cada década, o cada año…o mes… no tendría problemas.
-Lo pensare… —respondió Blaine haciendo, lo que Kurt creyó y era una maniobra de adelantamiento de lo más arriesgada.
-¿Estamos huyendo de alguien?
-No estamos huyendo de nadie… ¿quieres calmarte y esperar lo que tengo para ti? —dijo Blaine tomándole la mano.
-Está bien… —dijo echándose hacia atrás en el asiento— un momento… ¿no viene alguna de tus fans siguiéndote o sí?
-No, nadie nos viene siguiendo... ya lo dije…—contesto soltando una risa.
-¿Seguro?, porque con esto que me pusiste nadie puede ver mi ceja inquisidora.
-Muy seguro…
-¿Vamos a por un regalo? —volvió a preguntar Kurt luego de pasado un par de minutos.
-Podría decirse que si…
-¿Qué clase de respuesta es esa?
-La que obtendrás…
-¿Ahora nos estamos devolviendo?... estamos perdidos, ¿no es así?… ¡quiero mirar!
-No miraras nada y no estamos perdidos, es la ruta que se debe seguir para tomar la siguiente —explico Blaine bajando un poco la velocidad.
-¿Ya llegamos?
-No…
-Esto se está volviendo bien desesperante, y creo que estaré de mal humor cuando lleguemos a donde sea que vamos y vea lo que sea y tienes preparado.
-Pues veré al forma de animarte —dijo sacando unos billetes desde el compartimiento inmediato a la radio., conto lo necesario y lo entrego en la caseta de peaje.
-¿Ese fue un peaje?
-Lo fue…—respondió re iniciando al marcha.
-¿Uno legal?, ¿o uno que te cobraron algunos maleantes?
-Uno legal… definitivamente uno legal, ¿dónde crees que te llevo?
-Pues ya no sé qué pensar, ya que llevamos en este auto como dos horas.
-Eso no es verdad, solo llevamos en el auto casi 20 minutos.
-¿Para qué enseñas tu reloj?, sabes que no puedo verlo.
-¿Cómo sabes que te enseñe el reloj?... ¿estas tratando de espiar nuevamente? —pregunto Blaine moviendo su mano enfrente de los ojos tapados de su esposo, por si es que era verdad que podía ver todo.
-No puedo ver nada, pero es lo que haces siempre, cuando hablas de la hora me enseñas tu reloj.
Blaine sonrió en silencio mientras pasaba los cambios.
-¿Blaine?
-Si… estoy aquí, no te preocupes… es solo que es verdad… es lo que hago.
-Es lo que dije… ¿falta mucho?
-Ahora falta menos…
-Creo y que estaremos deambulando hasta año nuevo.
-Exagerado… y hablando de las fiestas que se avecinan… ¿tenemos todo listo para Navidad?
-No pretendas hablar conmigo como si estuviéramos en una situación normal…
-Ok… solo trataba de distraerte para que no sigas pensando en cuanto falta.
-Esta bien… ¿Cuánto falta?
-Falta poco… ¿envolvimos todos los regalos?
-Todos… solo me falta escoger el regalo de James… ¿crees que estaría mal si el regalo ropa de bebé?
-Muy mal, él no es un bebé…
-Lo se… pero como él y nuestra hija están intentando tener uno, pensé que tal vez eso los ayudaría a inspirarse o algo.
-¿Qué tal si mejor esperamos a queden esperando un bebé y ahí sí que les regalamos la “Sweet Williams” completa.
Kurt hizo un par de muecas que lo parecer el doble de gracioso al tener un pañuelo cubriéndole los ojos.
-¿Blaine?
-Kurt, te juro por mis mejores partes que solo nos quedan como cinco minutos, pronto llegaremos y podrás verlo todo… de verdad…
-No… bueno eso es lo que espero, pero… con respecto a Lizzie… ¿no crees que tendrá algún problema?
-¿Problema con qué?
-Ya sabes… con quedar embarazada
-No lo sé… espero que no.
-Y yo… ¿no se supone que debería ser más fácil para los heterosexuales?
-¿Embarazarse?
-Si… todo es entrar, dejar y salir…
-No puedo creer que hayas dicho eso… —dijo Blaine riendo.
-¿Por qué no?
-Primero porque no puedes ni pensar en un comentario así sin sonrojarte…
-Tengo la mitad de la cara cubierta.. no puedes saber si estoy sonrojado o no —interrumpió Kurt apuntándose el rostro
-Ok…
-¿Y segundo?
-¿Cómo?
-Dijiste “Primero…” asumo y habrá un segundo…
-Lo hay… y es que segundo y más importante, te recuerdo que estás hablando de nuestra hija, me parece inapropiado eso de “entrar, dejar y salir” que acabas de mencionar.
-Tienes razón… —respondió sonriendo— ya ni se lo que digo… pero es tu culpa por tenerme en la incertidumbre por casi tres horas.
-Bueno, la incertidumbre termino… llegamos… —dijo Blaine deteniendo el auto en la Prospect Av. de Brooklyn.
-¡Por fin! —exclamo Kurt queriendo descubrir sus ojos.
-¡Espera un momento!... ¿no querrás arruinar todo faltando como 10 segundos?, ¿o sí?
-Si…
-Solo espera… —insistió Blaine bajándose del auto, rodeo el vehículo y abrió la puerta para su esposo, lo cogió de una mano y lo ayudo a bajar.
-Si no estás sin ropa, nada de esto habrá valido la pena.
-Estamos en medio de una avenida transitada, créeme y estar sin ropa involucraría algunos riesgos… cuidado… —advirtió al subir a la vereda— muy bien Señor Hummel-Anderson… —agrego tomándolo por lo hombros, se acercó a él y le cruzo los brazos a la altura del cuello.
-¡Al fin empieza lo bueno! —exclamo Kurt llenándose con el olor incomparable de su esposo.
-Solo voy a desatar la venda, no te pases películas.
-Si hueles así, es inevitable que me pase todas las películas.
-Ok… “voilà!” —exclamo parándose detrás.
-…
-¿Y?
-¿Esta es tu sorpresa?
-Esta es… —dijo ubicándose a su lado con las manos en la cintura al tiempo que miraba el edifico de cuatro pisos del “The Grand Prospect Hall”.
-¿Me trajiste con los ojos vendados a ver algo que yo descubrí, que yo dije que iban a derrumbar, que hemos visitado un millón de veces desde hace dos años sin poder entrar ninguna vez y que le quedan como dos semanas de vida antes que se convierta en el primer “Walllmart” de New York? —pregunto Kurt un tanto decepcionado.
-Así es… pero…—se adelantó en decir Blaine guiándolo a la entrada— lo que no sabes es algo que yo si se…
-¿Que tantos años como salón de eventos terminaron por arruinar el piso de madera?
-No… lo que no sabes… —continuo Blaine casi llegando a la puerta de entrada— es que no solo Helen conoce a algunas personas —agrego sacando un manojo de llaves de su bolsillo, todas eran diferentes y parecían pertenecer a puertas de una mansión en una película de terror, Kurt olvido la decepción de segundos atrás y miro todo aquello con ansiedad contenida.
-¿Y qué personas conoce Usted Señor Anderson-Hummel?
-Pues las indicadas… —contesto abriendo la puerta de entrada.
-Blaine, ¿qué hiciste?… —pregunto mirando a su alrededor mientras cruzaba el umbral junto a su esposo.
-Nada de lo que pueda arrepentirme… lo que si hice fue hablar con las personas indicadas…
-¿Y?
-Y… el teatro es tuyo si así lo quieres… —respondió obsequiándole las llaves junto con la sonrisa mas bella que Kurt había visto hasta ese momento.
-¡¿Lo compraste?! —exclamo recibiendo las llaves con sus ojos más que abiertos.
-No… hubiera querido, pero mi sueldo no da para tanto…
-¿Qué hiciste entonces?
-Hable con algunas personas del ayuntamiento y como la licitación para revivir el salón de eventos se ha declarado desierta los últimos tres llamados, y como el alcalde está interesado en que esto no se demuela, yo me comprometí a que eso no sucedería, por lo tanto… y si aceptas claro… tienes este recinto en comodato por siete años, y si al cabo de ese tiempo tu compañía tiene o consigue los medios para comprarlo, es de ustedes.
-Blaine… ¿cómo…?... ¿cuando?... —trato de preguntar Kurt mientras avanzaba por el hall de entrada hasta una escalera de lo más elegante y que solo había visto en “Lo que el viento se llevó”, subió unos cuantos peldaños y miro hacia el cielo raso.
-Como dije, hable con algunas personas… ¿qué opinas?
-Opino que… es fantástico… que tú eres fantástico…ven…—agrego estirando su mano. Blaine sonrió divinamente otra vez a los pies de la escalera y se acercó a él subiendo dos escalones, Kurt lo abrazo como si no quisiera soltarlo nunca y le susurro al oído un “gracias”.
-¿Debo asumir que aceptas?... —pegunto apartándose.
-Acepto… es decir… restaurarlo no ser tarea fácil, pero… desde que me propusiste la idea de hacer algo por salvar este teatro, no he dejado de pensar en ello… gracias por desafiarme de esta manera y darme como siempre el último empujón —respondió Kurt mientras le acariciaba el cabello.
-Es mi trabajo… y nunca te desafiare a algo de lo que no esté seguro y seas capaz de hacer… y esto… lo puedes hacer con los ojos cerrados Kurt Hummel-Anderson —dijo Blaine dando otro beso.
-Gracias… —repitió besándolo de vuelta— ¿me contaras con quien hablaste en el ayuntamiento? —quiso saber mientras el recorría la espalda.
-Con las personas indicadas, te lo dije…
-Me gustaría saberlo, es bastante excitante pensar que además de ese “sex-appeal” que tienes, también tengas poder político… —dijo Kurt mordiéndose el labio.
-Podría postularme a la alcaldía las próximas elecciones…
-Pues las reuniones semanales del concejo serian aún más interesantes.
-Te amo…
-Lo se…
-¿Quieres recorrer un poco?... desde que lo cerraron que nadie ha entrado —dijo Blaine subiendo un par de peldaños encaminándose al segundo nivel de la mano de su esposo.
-Me gustaría… aunque pensaba en algo… —respondió Kurt quedándose donde estaba.
-¿Qué cosa? —pregunto de vuelta Blaine mirándolo un tanto hacia abajo.
-Si este edificio, con todos sus metros cuadrados será de mi propiedad y por consiguiente de nuestra propiedad… ¿no será necesario que lo “inauguremos” como lo hicimos con nuestro departamento? —termino por decir Kurt acercándose hasta que ambos respiraron el mismo aire.
-Me… parece… extremadamente justo…
-Comencemos entonces… —interrumpió Kurt agarrándole el trasero.
-Pero… —agrego Blaine apartándose divertido.
-¿Pero qué?
-Pero… hay tres personas allá arriba que nos aman más que a nada, pero dudo que quieran ser testigos de esa parte de la vida de sus padres —dijo Blaine mirando hacia el segundo piso. Kurt miro también y vio a Henry, Lizzie y Noah que les hacían señas y comentaban entre risas cosas entre ellos.
-¡Ya dejen eso para más tarde!... ¡hay mucho que ver aquí!... ¡hola! —exclamo Lizzie haciendo más señas.
-¡Papá!... ¡aquí hay un escenario como para 300 personas! —agrego Noah tomándose la cabeza como cuando era niño y algo lo sorprendía en grande.
-Este piso es fantástico Papás… ¡suban! —termino por decir Henry meneando su mano e indicando con ello que debían subir de inmediato.
-¡Tenias todo esto planeado?... ¿no es así?
Blaine movió su cejas sonriendo y comenzó a subir sin soltarle la mano, si amar a Kurt era algo que lo llenaba de placer, complacerlo y hacer sus sueños realidad, era sin duda lo que lo mantenía vivo y soñando constantemente.

Diciembre de 2051





-¿Cuáles el propósito de esta venda?— pregunto Kurt tocándose el nudo del pañuelo a la altura de la nuca.
-El propósito de la venda… —respondió Blaine mientras se dirigía al suroeste por 5th av. hacia la E 64th St.— es el que tienen todas las vendas… impedir que veas donde vamos —agrego cambiando de carril.
-¿Dónde vamos?... —insistió tanteando todo a su alrededor.
-¿Crees que te lo diré?...
-Pues si lo pregunto deberías decírmelo… es tu deber como esposo responder a mis dudas y satisfacer mis necesidades.
-Eso ultimo lo tengo cubierto… ¿o no?
-Engreído… ¿dónde vamos?
-No te lo diré… ese es el propósito de traerte con los ojos vendados, que no veas  por donde vamos
-Pero se está volviendo un tanto claustrofóbico… —dijo Kurt tratando de que quitarse la venda.
-¡Oye!... no seas así, ¡si te pones a mirar arruinaras toda la sorpresa! —exclamo estirando su brazo para impedir los deseos de espiar por parte de su esposo.
-Vamos por una ruta muy recta… y huele a humedad… ¿vamos por la FRD Drive?, ¿bordeando el rio?
-No te diré nada…
-Al menos dime si estoy en lo correcto con lo de la ruta —insistió Kurt volteando su cabeza hacia  la ventana como si pudiera ver a su alrededor.
-No te lo diré tampoco…
-¿La gente nos mira?
-¿Cómo?
-Eso... si la gente nos esta mirando, porque tal vez pueden pensar que me secuestraste y yo voy aquí en contra de mi voluntad —dijo Kurt queriendo quitarse el pañuelo nuevamente.
-Nadie nos mira, es una autopista de alta velocidad, si alguien se detiene a mirar, causaría un accidente más que masivo.
.¡Ah!... al menos sé que vamos por una autopista…  ¿o estas dándome pistas falsas para que no adivine que vamos a TIffany&Co. a por mi regalo de navidad?.
-No vamos por la Fifth Av., y ya compre tu regalo de navidad hace tres meses atrás…
-¿En Tiffany&Co.?
-No…
-¿Por qué no?... ¿no sabes que allí siguen vendiendo diamantes?
-Lo se… y ya te di el anillo que había prometido para nuestro aniversario número 25.
-Bueno ahora cumplimos 35 y si quieres hacer de ese regalo una tradición cada década, o cada año…o mes… no tendría problemas.
-Lo pensare… —respondió Blaine haciendo, lo que Kurt creyó y era una maniobra de adelantamiento de lo más arriesgada.
-¿Estamos huyendo de alguien?
-No estamos huyendo de nadie… ¿quieres calmarte y esperar lo que tengo para ti? —dijo Blaine tomándole  la mano.
-Está bien… —dijo echándose hacia atrás en el asiento— un momento… ¿no viene alguna de tus fans siguiéndote o sí?
-No, nadie nos viene siguiendo... ya lo dije…—contesto soltando una risa.
-¿Seguro?, porque con esto  que me pusiste nadie puede ver mi ceja inquisidora.
-Muy seguro…
-¿Vamos a por un regalo? —volvió a preguntar Kurt luego de pasado un par de minutos.
-Podría decirse que si…
-¿Qué clase de respuesta es esa?
-La que obtendrás…
-¿Ahora nos estamos devolviendo?... estamos perdidos, ¿no es así?… ¡quiero mirar!
-No miraras nada y no estamos perdidos, es la ruta que se debe seguir para tomar la siguiente —explico Blaine bajando un poco la velocidad.
-¿Ya llegamos?
-No…
-Esto se está volviendo bien desesperante, y creo que estaré de mal humor cuando lleguemos a donde sea que vamos y vea lo que sea  y tienes preparado.
-Pues veré al forma de animarte —dijo sacando unos billetes desde el compartimiento inmediato a la radio., conto lo necesario y lo entrego en la caseta de peaje.
-¿Ese fue un peaje?
-Lo fue…—respondió re iniciando al marcha.
-¿Uno legal?, ¿o uno que te cobraron algunos maleantes?
-Uno legal… definitivamente uno legal, ¿dónde crees que te llevo?
-Pues ya no sé qué pensar, ya que llevamos en este auto como dos horas.
-Eso no es verdad, solo llevamos en el auto casi 20 minutos.
-¿Para qué enseñas tu reloj?, sabes que no puedo verlo.
-¿Cómo sabes que te enseñe el reloj?... ¿estas tratando de espiar nuevamente? —pregunto Blaine moviendo su mano enfrente de los ojos tapados de su esposo, por si es que era verdad que podía ver todo.
-No puedo ver nada, pero es lo que haces siempre, cuando hablas de la hora me enseñas tu reloj.
Blaine sonrió en silencio mientras pasaba los cambios.
-¿Blaine?
-Si… estoy aquí, no te preocupes… es solo que es verdad… es lo que hago.
-Es lo que dije… ¿falta mucho?
-Ahora falta menos…
-Creo y que estaremos deambulando hasta año nuevo.
-Exagerado… y hablando de las fiestas que se avecinan… ¿tenemos todo listo para Navidad?
-No pretendas hablar conmigo como si estuviéramos en una situación normal…
-Ok… solo trataba de distraerte para que no sigas pensando en cuanto falta.
-Esta bien… ¿Cuánto falta?
-Falta poco… ¿envolvimos todos los regalos?
-Todos… solo me falta escoger el regalo de James… ¿crees que estaría mal si el regalo ropa de bebé?
-Muy mal, él no es un bebé…
-Lo se… pero como él y nuestra hija están intentando tener uno, pensé que tal vez eso los ayudaría a inspirarse o algo.
-¿Qué tal si mejor esperamos a queden esperando un bebé y ahí sí que les regalamos la “Sweet Williams” completa.
Kurt hizo un par de muecas que lo parecer el doble de gracioso al tener un pañuelo cubriéndole los ojos.
-¿Blaine?
-Kurt, te juro por mis mejores partes que solo nos quedan como cinco minutos, pronto llegaremos y podrás verlo todo… de verdad…
-No… bueno eso es lo que espero, pero… con respecto a Lizzie… ¿no crees que tendrá algún problema?
-¿Problema con qué?
-Ya sabes… con quedar embarazada
-No lo sé… espero que no.
-Y yo… ¿no se supone que debería  ser más fácil para los heterosexuales?
-¿Embarazarse?
-Si… todo es entrar, dejar y salir…
-No puedo creer que hayas dicho eso… —dijo Blaine riendo.
-¿Por qué no?
-Primero porque  no puedes ni pensar en un comentario así sin sonrojarte…
-Tengo la mitad de la cara cubierta.. no puedes saber si estoy sonrojado o no —interrumpió Kurt apuntándose el rostro
-Ok…
-¿Y segundo?
-¿Cómo?
-Dijiste “Primero…” asumo y habrá un segundo…
-Lo hay… y es que segundo y más importante, te recuerdo que estás hablando de nuestra hija, me parece inapropiado eso de “entrar, dejar y salir” que acabas de mencionar.
-Tienes razón… —respondió sonriendo— ya ni se lo que digo… pero es tu culpa por tenerme en la incertidumbre  por casi tres horas.
-Bueno, la incertidumbre termino… llegamos… —dijo Blaine deteniendo el auto en la Prospect Av. de Brooklyn.
-¡Por fin! —exclamo Kurt queriendo descubrir sus ojos.
-¡Espera un momento!... ¿no querrás arruinar todo faltando como 10 segundos?, ¿o sí?
-Si…
-Solo espera… —insistió Blaine bajándose del auto, rodeo el vehículo y abrió la puerta para su esposo, lo cogió de una mano y lo ayudo a bajar.
-Si no estás sin ropa, nada de esto habrá valido la pena.
-Estamos en medio de una avenida transitada, créeme y estar sin ropa involucraría algunos riesgos… cuidado… —advirtió al subir a la vereda— muy bien Señor Hummel-Anderson… —agrego tomándolo por lo hombros, se acercó a él y le cruzo los brazos  a la altura del cuello.
-¡Al fin empieza lo bueno! —exclamo Kurt llenándose con el olor incomparable de su esposo.
-Solo voy a desatar la venda, no te pases películas.
-Si hueles así, es inevitable que me pase todas las películas.
-Ok…  “voilà!” —exclamo parándose detrás.
-…
-¿Y?
-¿Esta es tu sorpresa?
-Esta es… —dijo ubicándose a su lado con las manos en la cintura al tiempo que miraba el edifico de cuatro pisos del “The Grand Prospect Hall”.
-¿Me trajiste con los ojos vendados a ver algo que yo descubrí, que yo dije que iban a derrumbar, que hemos visitado un millón de veces desde hace dos años sin poder entrar ninguna vez y que le quedan como dos semanas de vida antes que se convierta en el primer “Walllmart” de New York? —pregunto Kurt un tanto decepcionado.
-Así es… pero…—se adelantó en decir Blaine guiándolo a la entrada— lo que no sabes es algo que yo si se…
-¿Que tantos años como salón de eventos terminaron por arruinar el piso de madera?
-No… lo que no sabes… —continuo Blaine casi llegando a la puerta de entrada— es que no solo Helen conoce a algunas personas —agrego sacando un manojo de llaves de su bolsillo, todas eran diferentes y parecían pertenecer a puertas de una mansión en una película de terror, Kurt olvido la decepción de segundos atrás y miro todo aquello con ansiedad contenida.
-¿Y qué personas conoce Usted Señor Anderson-Hummel?
-Pues las indicadas… —contesto abriendo la puerta de entrada.
-Blaine, ¿qué hiciste?… —pregunto mirando a su alrededor mientras cruzaba el umbral junto a su esposo.
-Nada de lo que pueda arrepentirme… lo que si hice fue hablar con las personas indicadas…
-¿Y?
-Y… el teatro es tuyo si así lo quieres… —respondió obsequiándole las llaves junto con la sonrisa mas bella que Kurt había visto hasta ese momento.
-¡¿Lo compraste?! —exclamo recibiendo las llaves con sus ojos más que abiertos.
-No… hubiera querido,  pero mi sueldo no da para tanto…
-¿Qué hiciste entonces?
-Hable con algunas personas del ayuntamiento y como la licitación para revivir el salón de eventos se ha declarado desierta los últimos tres llamados, y como el alcalde está interesado en que esto no se demuela, yo me comprometí a que eso no sucedería, por lo tanto… y si aceptas claro… tienes este recinto en comodato por siete  años, y si al cabo de ese tiempo tu compañía tiene o consigue los medios para comprarlo, es de ustedes.
-Blaine… ¿cómo…?... ¿cuando?... —trato de preguntar Kurt mientras avanzaba por el hall de entrada hasta una escalera de lo más elegante y que solo había visto en “Lo que el viento se llevó”, subió unos cuantos peldaños y miro hacia el cielo raso.
-Como dije, hable con algunas personas… ¿qué opinas?
-Opino que… es fantástico… que tú eres fantástico…ven…—agrego estirando su mano. Blaine sonrió divinamente otra vez a los pies de la escalera y se acercó a él subiendo dos escalones, Kurt lo abrazo como si no quisiera soltarlo nunca y le susurro al oído un “gracias”.
-¿Debo asumir que aceptas?... —pegunto apartándose.
-Acepto… es decir… restaurarlo no ser tarea fácil, pero… desde que me propusiste la idea de hacer algo por salvar este teatro, no he dejado de pensar en ello… gracias por desafiarme de esta manera y darme como siempre el último empujón —respondió Kurt mientras le acariciaba el cabello.
-Es mi trabajo…  y nunca te desafiare a algo de lo que no esté seguro y seas capaz de hacer… y esto… lo puedes hacer con los ojos cerrados Kurt Hummel-Anderson —dijo Blaine dando otro beso.
-Gracias… —repitió besándolo de vuelta— ¿me contaras con quien hablaste en el ayuntamiento? —quiso saber mientras el recorría la espalda.
-Con las personas indicadas, te lo dije…
-Me gustaría saberlo, es bastante excitante pensar que además de ese  “sex-appeal” que tienes, también tengas poder político… —dijo Kurt mordiéndose el labio.
-Podría postularme  a la alcaldía las próximas elecciones…
-Pues las reuniones semanales del concejo serian aún más interesantes.
-Te amo…
-Lo se…
-¿Quieres recorrer un poco?... desde que lo cerraron que nadie ha entrado —dijo Blaine subiendo un par de peldaños encaminándose al segundo nivel de la mano de su esposo.
-Me gustaría… aunque pensaba en algo… —respondió Kurt quedándose donde estaba.
-¿Qué cosa? —pregunto de vuelta Blaine mirándolo un tanto hacia abajo.
-Si este edificio, con todos sus metros cuadrados será de mi propiedad y por consiguiente de nuestra propiedad… ¿no será necesario que  lo “inauguremos” como lo hicimos con nuestro departamento? —termino por decir Kurt acercándose hasta que ambos respiraron  el mismo aire.
-Me… parece… extremadamente justo…
-Comencemos entonces… —interrumpió Kurt agarrándole el trasero.
-Pero… —agrego Blaine apartándose divertido.
-¿Pero qué?
-Pero…  hay tres personas allá arriba que nos aman más que a nada, pero dudo que quieran ser testigos de esa parte de la vida de sus padres —dijo Blaine mirando hacia el segundo piso. Kurt miro también y vio a Henry, Lizzie y Noah que les hacían señas y comentaban entre risas cosas entre ellos.
-¡Ya dejen eso para más tarde!... ¡hay mucho que ver aquí!... ¡hola! —exclamo Lizzie haciendo más señas.
-¡Papá!... ¡aquí hay un escenario como para 300 personas! —agrego Noah tomándose la cabeza como cuando era niño y algo lo sorprendía en grande.
-Este piso es fantástico Papás… ¡suban! —termino por decir Henry meneando su mano e indicando con ello que debían subir de inmediato.
-¡Tenias todo esto planeado?... ¿no es así?
Blaine movió su cejas sonriendo y comenzó a subir sin soltarle la mano, si amar a Kurt era algo que lo llenaba de placer, complacerlo y hacer sus sueños realidad, era sin duda lo que lo mantenía vivo y soñando constantemente.

Diciembre de 2010




-Gracias Kurt… salvaste mi vida…
-Merezco la mejor de las cenas entonces.
-¿Cómo?
-Antes… me dijiste que me invitarías a cenar, por todo lo que hice… —explico Kurt sintiéndose nervioso.
-Me acuerdo… —dijo soltando una pequeña risa— y cuenta con ello… —añadió Blaine acercándosele y sin pensarlo dos veces le dio un abrazo de lo más efusivo, Kurt pensó que primero, su amigo era el hombre que olía mas divinamente en toda Norteamérica y segundo, que se desmayaría allí mismo, por lo que esta vez tendría que ser la tal Kathyrn y su traje dorado quien fuera en su auxilio.
-Casi lo olvidaba —añadió Blaine devolviéndose un par de pasos— aquí están las entradas, por si alguien te fiscaliza —dijo sacándolas del bolsillo interior de su chaqueta.
-¿Me pueden expulsar? —pregunto Kurt poniendo caras.
-No… pero siempre es mejor estar prevenido —agrego entregándole dos tickets.
-Al centro… justo donde tenía planeado sentarme —dijo mirando el número y letra de los asientos.
-Todo esta confabulado para que sea un gran noche, primero…
-¿Primero que? —quiso saber Kurt al ver que su amigo se quedaba enmudecido viendo hacia el público,
-…
-¿Blaine? —añadió queriendo mirando también— ¿sucede algo?
-No puedo creer que haya venido…
-¿Quién? —insistió Kurt haciendo el ademán de voltearse para mirar con más propiedad.
-¡No mires!...—exclamo Blaine abrazándolo para evitar que se volteara del todo, Kurt creyó que su corazón daba cinco vueltas seguidas y se detenía tres veces como mínimo.
-¿Qué…?... ¿qué sucede?
-Mira… hay un tipo que acaba de llegar y que me anda siguiendo, incluso me pidió una entrada para venir esta noche —explico Blaine llevándose a su amigo al otro del escenario, moviéndose con él entre los demás participantes del evento.
-¿Alguien te sigue?... ¿es un acosador o algo?
-No lo sé, el asunto es que me dijo que lo invitara pero yo le respondí que no, que vendría con un…
-¿Con un?...
-Ex novio… —respondió poniendo cara de complicación.
-¡¿Qué?! —exclamo Kurt abriendo sus ojos al máximo.
-No te molestes, ni pienses lo que no es… tranquilízate…
-No estoy pensando nada… y estoy tranquilo... ¿porque habría de intranquilizarme?
-¿Seguro?... tienes los ojos muy abiertos…—dijo Blaine mirándolo con los suyos empequeñecidos.
-Estoy bien… —insistió carraspeando— ¿me quieres decir porque le dijiste eso?
-Porque él quería venir conmigo y no me mal intérpretes, es un gran chico, yo lo ayude a “salir del closet”, a aceptar lo que es y todo, pero creo que las cosas se confundieron en su cabeza y ahora cree que está enamorado de mí, o le atraigo no sé porque…
-Si claro… seguro que no sabes… —murmuro Kurt mirando hacia el otro lado del escenario, donde Kathyrn parecía y ensayaba mentalmente la coreografía de “Baby, is cold outside”
-¿Que? —dijo Blaine un tanto distraído por quien había visto en el público y ahora no sabia en donde estaba.
-Nada, es decir… ¿a ti no te interesa y el sigue enamorado de ti?... ¡vaya perdedor!... —exclamo haciendo una seña en su frente que indicaba a los perdedores— en fin… ¿porque le dijiste que yo era tu novio?
-Ex novio…
Kurt blanqueo lo ojos como si aquello fuera lo menos importante.
-Porque, bueno la verdad es que invente una historia, nada grave no te aflijas…
-¿Inventaste una historia?... ¿porque no fuiste directo con él?
-Lo fui, pero se puso muy triste… como si le dijeran que Santa Claus no existe o algo…
-Santa Claus no existe Blaine…
-Lo se… ¿me harías un favor?
-¿Otro?... —dijo Kurt levantando una ceja.
-El ultimo lo juro… —respondió Blaine haciendo un gesto de promesa medio torcido.
-Creo que ya estas abusando Blaine Anderson…
-Lo se… por favor… —respondió haciendo un puchero.
-¡Esta bien!... pero a esta altura ya me estas debiendo una cena de langosta rellena con “Beef Wellington”
-Lo que quieras…
-¡Y postre!
-Doble postre…—dijo tomándolo por el brazo para llevarlo al lugar en done estaban al comienzo de la conversación.
-¿Qué necesitas?
-Necesito que concuerdes conmigo y sigas la corriente con la historia esa de que eres mi ex novio… porque lo más probable es que si te ve, te pregunte y quiera conversar contigo o algo —explico Blaine mientras se acomodaba la chaqueta en los puños y la solapa.
-¿Cómo va a saber quién soy si nunca me ha visto?
-Yo le enseñe una foto…
-¡Blaine!...
-¡Oye!, no es que ande buscando fotos tuyas a hurtadillas o algo, le enseñe la que nos tomamos en el teatro comunitario con Greg Evigan… ¿te acuerdas?
-Me acuerdo…
-Bueno se la mostré y le dije que tú eras tú… es decir… ¡da lo mismo!, escucha, ¿podrías hacerlo?
-¿Quieres que mienta?
-No… bueno un poco… pero como sé que te incomoda mentir —Kurt sonrió casi ilusionado al escuchar aquel comentario que evidenciaba conocimiento de su persona por parte su amigo— ¿Qué?... —agrego Blaine al percibir aquello.
-Nada… continua…
-OK… como decía, si te incomoda mentir, solo tienes que mover la cabeza en señal de si… o levantar los pulgares… o fruncir la boca… —explico Blaine haciendo las tres cosas que dijera, Kurt lo miro un rato bien largo pensando que de cualquier forma haría lo que Blaine Anderson le pidiera —¿por favor?…— agrego ladeando su cabeza.
-Está bien… pero no diré nada… solo hare esos gestos que me acabas de decir.
-¡Es lo único que se necesita!... gracias, gracias, gracias… —contesto Blaine dándole otro abrazo— ahora voy donde Kathyrn o terminara comiéndose su vestido dorado… —agrego soltando un poco de aire como si recordara de pronto lo nervioso que estaba.
-¿Estas bien?
-Si… es solo que… ya sabes…—respondió tocándose la chaqueta, la corbata y el adorno en su bolsillo y que pretendía ser un pañuelo, todo unas tres veces.
-Lo harás genial… —dijo Kurt ayudándolo con los ultimo toques a su atuendo— eres increíble Blaine Anderson… ahora ve… que creo y tu teoría de intoxicación por tela de poliéster no está muy lejana… —añadió señalado a la chica que cantaría con su amigo y que abultaba su vestido con tanta exageración que ya parecía una pantalla de lámpara.
-Gracias… —termino por decir Blaine retirándose.
-¡Blaine!... espera… ¿qué historia inventaste?... ¡Blaine! —exclamo Kurt coincidiendo con la fanfarria extra ruidosa que anunciaba el comienzo del show, el aludido hizo un par de gestos que indicaban que no escuchaba nada, trato de devolverse pero se encontró con las manos de su compañera de dueto que lo jalaron hasta donde estaban los demás artistas. Kurt suspiro un poco y se movió hacia una orilla, haciendo espacio a los asistentes y productores que ya comenzaban a preparar la escenografía para la primera presentación.
-Disculpe… el show esta por comenzar… ¿usted está en alguna de las presentaciones? —escucho Kurt a sus espaldas.
-¿Cómo?... ¡wow!... —exclamo al ver que quien le hablaba era alguien que lo superaba casi tres veces en tamaño y peso.
-El show está por comenzar… ¿usted está en alguna de las presentaciones? —repitió el encargado al tiempo que miraba unos papeles dentro de una carpeta con el logo del ayuntamiento de Mason.
-No… vine con un amigo… —respondió Kurt apuntando hacia donde Blaine estaba.
-¿Su amigo o usted, están en alguna de las presentaciones?, el show está por comenzar…
-Él si…
-¿Y usted?, ¿está en alguna de las presentaciones?, el show está por comenzar…
-¿Tiene otra forma de decir eso?... —pegunto divertido —Ok, no es esa clase de guardias… —agrego al ver que la cara de su interlocutor parecía inquebrantable— aquí tengo mis entradas —dijo enseñando ambos tickets.
-Estos son boletos de platea numerada, si no está en algunas de las presentaciones no debería estar aquí… el show está por comenzar… —respondió señalando la salida.
-¿Debo salir de aquí?
-Si no est…
-Ok… —interrumpió Kurt retirándose y pensando que si escuchaba nuevamente la pregunta de que si estaba en alguna de las presentaciones o que le dijeran que el show estaba por comenzar, se pondría a gritar allí mismo. Tomo la ropa de abrigo de su amigo y paso por delante del guardia gigante con cierto recelo encaminándose hasta la platea numerada, busco su asiento y aprovecho de echar un ojo a la concurrencia por si veía a algún chico con cara de acosador o que estuviera particularmente pendiente del escenario. El presentador anuncio a los primeros artistas y Kurt se echó hacia atrás en el asiento dispuesto a disfrutar del show, pensando que tal vez Blaine deliraba de pura vanidad al contarle esa historia de alguien que supuestamente lo perseguía.
-¿Disculpa?...
-…
-Oye… —volvió a escuchar Kurt, miro hacia arriba y vio a su lado un chico que le tocaba el hombro para llamar su atención y que lo miraba como si hacían horas quería que le hiciera caso.
-Disculpa… estaba distraído...
-¿Con la peor canción de navidad en la historia de música? —agrego el desconocido mirando el escenario y la versión de “Please Daddy (Don't Get Drunk This Christmas)” de John Denver que interpretaba un señor sentado con un acordeón y más entusiasmo que talento.
-Exacto, hasta ahora pensé que era “Santa Baby” de Kilye Minogue… pero…
-Otra que debería considerarse en los top 5… ¿está ocupado ese asiento?
-Sí… es decir no… se supone y lo ocupara un buen amigo pero con este inicio tan poco prometedor, creo y nos iremos en cuanto finalice su actuación.
-¿Puedo sentarme entonces?
-Claro… —respondió Kurt moviéndose un poco para dejarlo pasar, tomo la ropa de abrigo de Blaine que se había traído desde “bakstage” sin saber muy bien porque y la dejo en su regazo.
-Gracias… hay bastante gente… y creo que vi una cámara del canal 8…
-¡Yo igual!… y juraría que vi también que vi al alcalde de Mason…
-Seguramente que si, donde sea que haya posibilidad de exposición mediática, allí están ellos.
-No puedo estar más de acuerdo… soy Kurt Hummel… —dijo extendiendo su mano.
-Sé que quien eres… —respondió el chico acomodándose en el asiento y dejándolo con la mano estirada.
-¿Disculpa?... —pregunto de vuelta dando un respingo.
-Blaine me hablo de ti…
-¿Conoces a Blaine?
-Lo conozco… —respondió sonriendo con picardía, Kurt levanto una ceja en protesta a aquella sonrisa inapropiada— de hecho, me conto toda la historia…
-¿Toda la historia?… —repitió adoptando una posición ultradefensiva.
-Si… y como Blaine es un dulce y uno en un millón, tú estás sentado aquí y yo tengo que preguntar por asientos libres.
-Claro… —dijo entendiendo cada vez menos.
-Lo que si creo y ya deberías superarlo, no es bueno para la salud mental de él y la tuya, tener que cargar contigo porque no puedes superar la ruptura, eso provoca que el resto de nosotros no tengamos posibilidad con él.
Kurt comenzó a entender la historia que su amigo le había inventado al chico acosador y no hizo más que asentir con su cabeza como este le había dicho que hiciera a todas las cosas que su interlocutor le decía. La actuación del señor del acordeón termino y todo el público aplaudió con ganas, Kurt pensó que era porque por fin había terminado de cantar aquella canción tan deprimente y no por el talento que parecía y le escaseaba. El presentador volvió a salir al escenario y anuncio el siguiente número, esta vez uno de baile y malabarismo.
-Aunque igual te entiendo… —dijo el chico volviendo al tema— es decir es Blaine… ¡BLAINE!... olvidarlo debe ser muy difícil… oye… ¿hace cuánto que termino contigo?
-Yo termine con él… —respondió Kurt sin pensarlo.
-¿¡Como!? —exclamo el chico en un tono de voz más alto de lo permitido en un teatro, dos miembros de la audiencia que ocupaban asientos inmediatos a los de ellos, se voltearon e hicieron gestos de silencio al unísono— ¿tú terminaste con él? —repitió acercándose un poco.
-Si… yo.. yo termine con él… —repitió olvidando que odiaba mentir y que solo debía seguirle la corriente al acosador, se movió un poco en el asiento y termino por meterse totalmente en el papel de “ex novio de Blaine Anderson”— veras… él es un sueño... en todo... si sabes a lo que me refiero… pero tiene sus cosas… puntuales, pero las tiene y de hecho eso que crees y que me dijiste al principio, te advierto que es al revés… él es quien insiste en invitarme a todas partes… ¿te dijo que conocimos a Greg Evigan?... por supuesto que si… ¿te enseño la foto no es así? —se adelantó en decir Kurt dejando al chico acosador con la boca abierta y la respuesta trabada.
-Pues yo creí…
-Pues creíste mal… de hecho la canción que va interpretar ahora, yo la escogí y la ensaye con él…
-¿Acaso?... ¿ustedes van… a…? —pregunto el muchacho haciendo chocar sus dedos índices.
-¿Volver?...—dijo Kurt tratando de parecer desinteresado — no… no lo creo… bueno él es insistente y talvez termine convenciéndome, aunque no creo y quiera seguir aguantando el peluche de mil años con el que duerme… créeme y es escalofriante… lo más perturbador que existe, aunque no tanto como el ruido que hace al tragar la sopa… ¿han comido juntos? —el chico hizo un gesto de no— pues es otra manía que tiene… ¿te incomoda que te hable de esto? —pregunto Kurt al ver que la cara del chico acosador se transformaba en la de alguien que quiere huir de algo— ¡ah mira!... acabo el número de malabares, al parecer nuestro Blaine es quien viene después —agrego con una gran sonrisa y poniendo énfasis en lo de “nuestro Blaine”
Blaine salió al escenario junto a Kathyrn sonriendo como siempre, ambos se ubicaron en el centro y esperaron el comienzo de la música. Efectivamente, la chica entro en el tercer compas y no el cuarto, tal y como Blaine se había quejado insistentemente, pero paso inadvertida por todos ante el talento inmenso de su compañero de actuación y que opacaba cualquier error. Cantaron moviéndose con coquetería por toda la escenografía y terminaron convirtiéndose en el número más aplaudido en lo que iba de noche, saliendo un par de veces más para recibir la ovación del público.
Blaine hizo una reverencia y señalo a su compañera como si le diera todos los créditos, la chica hizo una saludo como de princesa y se retiró dando pequeños saltos, Blaine miro entre el público buscando a su amigo al no encontrarlo tras bambalinas, este le hizo un gesto con los pulgares arriba y su amigo de vuelta, termino por brindarle una de sus mejores sonrisas.
-Te lo dije… —advirtió mirando al chico acosador.
-Bueno creo que mejor me voy… —respondió haciendo el ademan de retirarse.
-¿De verdad?... ¿no te gustaría ir a cenar con nosotros?, bueno él, yo y el peluche ese del que te hable… lo carga a todas partes…
-Permiso…—exclamo yéndose de inmediato.
-¡Es muy tierno si lo piensas! —dijo sonriendo y pensando lo bien que lo había hecho inventando toda una historia entre él y Blaine.
-¿Por qué sonríes?
-¡Blaine!... ¡estuviste fantástico!... —exclamo dando unos aplausos— tú también linda —agrego con menos entusiasmo al ver que llegaba con Kathyrn.
-Gracias… Blaine aprovechare el intermedio para hablar con todos… gracias… eres el mejor con el que he cantado en toda mi vida —dijo dándole un abrazo demasiado entusiasta a los ojos de Kurt.
-De nada y tu también estuviste estupenda… saludos a tus padres y novio.
-Ok… adiós Kurt… y gracias a ti también por haberme salvado, a mí y a mi voz —añadió abrazándolo también.
-Ok… —respondió este medio descolocado, le dio un par de palmadas en la espalda y se apartó lo antes posible. La chica sonrió nuevamente y ambos la observaron mientras se retiraba dando saltos de duendecillo.
-¿Estuvo bien, verdad? —pregunto Blaine mirando a su amigo.
-Más que bien… estuviste fantástico, tú más que ella…
-Lo del cuarto tiempo, lo se… ¿peor nadie lo noto?, ¿no es así?
-No, no te preocupes, nadie lo noto…
-Genial… ¿tú tienes mi ropa?
-Así es… —respondió volviendo a su lugar— te cuento que un guardia, que parecía un armario de tres cuerpo, me saco del escenario… así es que imagine que debía hacerme responsable de tus cosas... que por cierto aquí están —dijo entregándole el abrigo y bufanda.
-Gracias… —contesto tomando todo— ¿qué opinas de todo el show?… ¿nos quedamos?... —pregunto Blaine ubicándose en el asiento inmediato al de su amigo.
-Pues dejando de lado la canción deprimente del inicio, todo ha estado bien entretenido, así es que si quieres quedarte, no hay problema, además… déjame decirte que ese acosador al que temes no te volverá a molestar.
-¿Cómo?
-Lo que escuchaste…
-¿Se acercó a ti?... ¿qué te dijo?
-Pues me dijo varias cosas… pero yo le dije otras tantas que lo hicieron huir despavorido.
-¿Qué le dijiste? —pregunto Blaine queriendo reír.
-Cosas…
-Kurt…
-Ok… —dijo medio volteándose en asiento para mirarlo a la cara— solo te diré que, entre otras cosas, le dije que había sido yo el que había roto contigo —agrego haciendo un gesto engreído.
-¿Cómo?
-Eso… —dijo repitiendo el gesto que lo hacía parecer el más importante de todos.
-Ok… —añadió Blaine soltando una risa— si eso lo mantiene alejado de mi… no lo discutiré… aunque es bastante discutible.
-¿¡Por qué!?
-Porque tú nunca romperías conmigo Kurt Hummel… sería un novio demasiado ideal como para que me dejaras escapar —dijo sonriendo medio chueco.
-Tienes un ego muy grande Blaine Anderson…
-Lo siento… debe ser al adrenalina del escenario.
Kurt se preparaba para responder aquello cuando las luces se apagaron nuevamente y el presentador volvió a salir escena, miro un instante a su amigo y sonrió otra vez pensando en la historia que había inventado y en como actuaria si de verdad Blaine se convirtiera en su novio, ¿terminaría con él?... seguramente que no.