(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Enero de 2012



-Creo que a pesar de lo que me describiste, tu vecindario es bastante fiestero… —dijo Blaine mirando las casas cercanas a las de su novio y en donde había ruido y trajín de gente como si fuera pleno día y no la madrugada del primer día del año.
-...
-¿Kurt?... —insistió al ver que su novio se demoraba en encontrar las llaves en su bolsillo como si estuviera descifrando un problema matematico en su mente.
-¿Que?... —dijo mirándolo de pronto.
-La gente de tu barrio… hay mucho movimiento en todas las casas —repitió moviendo sus dedos en diferentes direcciones.
-Si… pocas cosas entusiasman a la gente de por aquí, pero creo que la necesidad de fiesta es universal en año nuevo —dijo sonriendo al tiempo que terminaba de abrir la puerta.
-También lo creo… —agrego Blaine siguiendo a su novio— ¿pensabas en algo en particular? —quiso saber ayudándolo con la ropa de abrigo.
-¿Quien?...
-Tu… —dijo colgando los abrigos.
-¿Cuando?
-Hace un momento, parecias como si estuvieras analizando algo punto por punto… —insistió Blaine desenrrollandose la bufanda.
-La verdad es que si… ¿quieres saber? —dijo Kurt dándose media vuelta para acercarse.
-Me encantaría…
-Pues pensaba… en cuán diferente fue la llegada de este año… comparada con la del que se termina —explico tomando a su novio por la solapa del traje.
-¿Por qué?
-Porque hace un año… yo estaba allí, en ese preciso sillón, solo mirando el programa de “Dick Clark's New Year's Rockin' Eve” y como gran cosa para empezar el año tenía un trozo de pizza y una soda dietética…
-Recuerdo que te llame… incluso te invite a la fiesta de mis padres...
-Lo recuerdo… y esa llamada hizo toda la diferencia… —dijo dándole un pequeño beso— pero ahora en cambio... empecé el año probando el caviar, la «Dom Pérignon» e hice el amor con mi novio… —dijo Kurt sonriendo cuando mencionaba las últimas palabras— así es que si me lo preguntas… si analizaba algo punto por punto… analizaba que cada año para Kurt Hummel se va poniendo mas y mas interesante —agregó abrazandolo por el cuello.
-Me parece muy bien que así sea… es mas… creo y lo último que mencionaste, fue mi parte más favorita… y la podría repetir sin cesar hasta el 2048… —dijo Blaine recorriendole la espalda hasta el trasero.
-Eso es mucho amor Blaine Anderson… pero definitivamente me apunto para eso… —aseguró su novio ciñéndose más para besarlo.
-¡Oigan!... ¿no estaban en una fiesta? —dijo Burt llegando hasta el recibidor, Kurt dio un pequeño grito como de susto ahogado seguido de una carraspera para terminar por empujar a su novio unos cuantos metros más allá de donde él estaba parado.
-¡Papà!... ¿que haces aqui? —pregunto cruzando y descruzando sus brazos unas 6 veces seguidas.
-No estoy aquí… —contestó levantando sus brazos una vez que tomo sus llaves— bueno, de hecho si estoy aqui… obvio... pero solo vine a buscar esto para Carol, le advertí que ese trapo que llevaba al cuello no le abrigaria nada…
-¿Y no le prestaste tu chaqueta como bien te dije y debías hacer?
-Lo hice… pero luego a mi me dio frìo asì es que comenzó a sentirse culpable y me obligo a venir a buscar su abrigo… era eso o venirnos antes de tiempo.
-¿Te entusiasmo la fiesta Burt? —dijo Blaine acercándose de a poco a su novio.
-No tanto la fiesta… pero si el premio de la rifa que organizaron… una silla reclinable con parlantes en la cabecera y cooler en los apoyabrazos… ¿sabes lo que es eso?
-¿Algo tan horrible que ni Carol ni yo nunca te dejaremos ponerla en la sala? —respondió su hijo mirándolo con los ojos empequeñecidos, Blaine sonrió por lo bajo a ver las caras de ambos.
-¡Claro que no!... es algo genial y lo sabes… ¿cierto Anderson? —el aludido quiso responder pero se vio atrapado en la disyuntiva de complacer a su novio o a su suegro, prefirió sonreír en cambio— ¡oigan!... ya estamos en 2012… —exclamó mirando en su muñeca un reloj inexistente— ¡felicidades! —agregò abrazando a su hijo primero que todo, este le respondió un «gracias» medio ahogado seguido de un par de parabienes para él y para Carol— para ti tambien Anderson… conocerte el año que pasó fue una de las mejores cosas, tanto para mi como para mi hijo… —dijo dándole un abrazo bien palmoteado.
-Gracias Burt… y digo lo mismo… —respondió Blaine queriendo quejarse de dolor de espalda— que tengas un gran año, tu y Carol...
-Pues esperemos y asi sea… y si me gano la silla sería un gran comienzo… —terminó por decir mientras salia y volvia a abrazar a cada uno.
-Tu Padre es único… —dijo Blaine mirando la puerta.
-Lo es… y solo espero que no se gane esa bandita silla… —contestó Kurt soltando un suspiro, luego giró sobre uno de sus pies y se quedo viendo a su novio con cara de travesura.
-¿Que?...
-Hablaste de amarnos hasta el 2059… ¿qué tal si adelantemos trabajo?
-Dije 2048… pero 11 años más me parece totalmente válido… —contesto Blaine tomándolo de la mano, Kurt lo miró un instante y tomó la iniciativa llevándoselo casi corriendo escaleras arriba.

-¿No crees que Burt se devuelva? —pregunto Blaine entrando a la habitación tras su novio, se quitó la chaqueta y la tiró sobre la cama.
-Por supuesto que no… ¿no escuchaste la historia del sillón reclinable?... —respondió Kurt mientras cerraba la puerta y luego se acercaba a èl y le quitaba la corbata primero que nada, la tiró al piso y acto seguido comenzó a desabotonarle la camisa.
-¿Qué hay de Finn y Rachel?... —agregò estirando su cuello para hacer más espacio para los besos que Kurt comenzaba a regalarle.
-¿Vas a cuestionar todo?.... porque esa sería una pésima forma de inicar el año Blaine Anderson —dijo Kurt apartándose para mirarlo a la cara, se cruzó de brazos y se quedó mirándolo como esperando una explicación.
-No… lo siento… ven… —conesto haciéndole una seña, su novio lo miró de medio lado como dudoso a creerle, Blaine sonrió y fue él quien acortó las distancias, lo tomó de la hebilla del cinturón y lo jalo hacia èl— solo quería… estar seguro… de que nadie nos interrumpirá… —explico mientras le acariciaba la cara y la espalda.
-Nadie nos interrumpiò en tu casa… —dijo su novio retomando lo de los botones.
-Lo se… por eso quería seguir la racha, por así decirlo… —contestó Blaine riendo.
-Esa es una gran línea Blaine Anderson… —agrego Kurt riendo también, luego le tomo la cara y lo beso con ganas mientras avanzaban hacia la cama, Blaine lo cogió de la cintura y giro junto a él hasta que sus piernas tocaron la orilla del colchón, dio media vuelta y se inclinó hacia su novio hasta que este término por recostarse sobre los cobertores, Kurt sonrió y aprovechó para quitarse la camisa mientras su novio trepaba sobre el, Blaine le toco la panza y el pecho gozando con un suspiro la suavidad de su piel, Kurt se incorporó y lo abrazó besándole el cuello, su novio subió sus manos despacio y se las hundió en el cabello, ladeo la cabeza un tanto embriagado hasta que abrió sus ojos y algo en la habitación llamó su atención.
-¿Qué es eso?... —pregunto mirando hacia la pared.
-¿Que cosa?...
-Eso en la pared…
-¿Estás concentrado en al pared?... por dios... si me dices que estás mirando una araña te juro y puedo ponerme a gritar aquí mismo… —dijo Kurt queriendo mirar por sobre su hombro.
-No… esa foto… nunca la habia visto…
-¿Cual foto?
-Esa que está allí… —insistió señalando con su cabeza., Kurt tomó un poco de aire como si pensara que lo que menos que quería en ese momento era discutir sobre la decoración de su cuarto— ¿es el hombro de alguien? —agregò bajándose de donde estaba.
-Blaine… esa foto la tengo hace como mil años colgada ahí… ¿acaso nunca la viste?
-¿Esta es la cara de alguien que ya ha visto algo?
-No… es la cara de alguien un tanto desquiciado… y se me permites decirlo, combinada con la de alguien que no ha ido al baño en días… ¿cual es el problema?
-¿Eres tu?...
-¿Quién?
-El de la foto…
-Si claro… como si antes de conocerte yo me ganaba la vida siendo modelo de fotografia.
-¿Quién es entonces? —volvió a preguntar Blaine tomándose una oreja.
-No tengo idea… ¿no estábamos haciendo algo más importante?... —respondió Kurt queriendo tocarlo.
-Si no eres tù… ni sabes quien es… —dijo levantándose de la cama— ¿debo concluir que tienes en tu cuarto la foto de un hombre desnudo y desconocido?
-Si lo pones asi… si… —respondió encogiéndose de hombros.
-Kurt…
-¡¿Qué?!... Blaine… te juro que no entiendo nada de lo que está pasando aquí… has estado en esta habitación un millón de veces y nunca dijiste nada… ¿es…?... ¿esto es algo que te molesta?
-Eso depende…
-¿Disculpa?
-Si… es algo que depende… dime… ¿tu tomaste esa foto?
-No… pero siento que cualquier cosa que te responda o no me la creerás o creerás algo totalmente diferente… así es que dime que responder para que volvamos a lo que estábamos haciendo, que por cierto… era mucho mejor que esta discusión de la nada… —dijo Kurt moviéndose en la cama para sentarse sobre las almohadas.
-Solo respóndeme con la verdad…
-Está bien… —contestó acomodándose y haciéndole una seña para que se subiera a la cama— te la diré… pero debes prometerme que no sobre reaccionaras, ni pensaras lo que no es…
-Ahora si que estoy nervioso… —dijo Blaine sentándose frente a él como un niño que espera su peor castigo.
-¡Eres lo mas dulce que existe! —exclamó acariciándole la cara— y creo cambiare una de mis resoluciones de año nuevo por la de presumir de ti en publico más a menudo.
-Cuentame… —dijo Balien queriendo reír.
-Ok… pero antes debes decir: «lo prometo Kurt»…
-Lo prometo Kurt… —repitiò sin mucho entusiasmo.
-Ok… —agrego arreglando su postura— un dia… hace como tres años más o menos, en uno de mis tantos viajes al centro comercial… subí a un nivel al que siempre me resistía porque están las tiendas más costosas y solo sufrìa por todo lo que nunca podía comprar… —Blaine sonrió con ternura y Kurt creyó que se desmayaba allí mismo— en fin… camine mirando esas vitrinas engreídas y ahí fue donde lo vi… —dijo soltando un suspiro.
-¿Al tipo de la foto? —pregunto Blaine volviendo a lo de tomarse la oreja.
-¡No!... al cartel de 50% de descuento en «home decor»
-¡Kurt! —exclamó devuelta su novio lanzandole el almohadón que tenía a su alcance.
-¡Oye!... —dijo Kurt esquivandolo— es verdad… ¿sabes lo que cuesta que una tienda como «Wisteria» tenga ese porcentaje de descuento?
-Eres… te juro y por un momento pense… pense que tendria que competir con un modelo de no sè cuantos metros… —añadió Blaine moviéndose para recostarse sobre su regazo.
-No tienes que competir con nadie… —aseguró Kurt dándole un beso en la cabeza— y aunque así fuera creo que siempre… siempre terminarìas ganando… —agregó poniendole las manos sobre el pecho, Blaine sonrió engreído y puso las suyas encima— ¿esta todo bien?
-Todo esta perfecto… —respondió acomodándose más.
-¿Seguro?... porque no quiero retomar lo que hacíamos y suspenderlo por otro ataque de celos… —dijo Kurt bajando sus manos por la panza de su novio.
-No fue un ataque de celos... y podemos retomar lo que sea… pero antes… —dijo dándose media vuelta para mirarlo a la cara— ¿que resolucion dejaste de lado por esa nueva que se te ocurrió?
-La de bailar más contigo… prefiero presumir de ti en público que bailar.
-Eso no lo acepto… —dijo Blaine incorporándose.
-¿Por que lo tendrías que aceptar tu si son mis resoluciones?
-Porque me involucra a mi… directamente… y si me lo preguntas, yo prefiero bailar… es más… —agregó bajándose de la cama, saco su teléfono desde el bolsillo interior de la chaqueta y comenzó a manipularlo buscando algo.
-¿Que haces?
-Busco lo que necesito para demostrarte cuan errado es cambiar nuestros bailes por la exhibición pública… ven… —dijo llamándolo con un solo dedo.
-¿Se supone y debo obedecer a ese llamado como de mascota…? —conesto Kurt levantándose de todas formas.
-No es de mascota… es sexy… —añadió su novio dando play a la canción en su teléfono.
-Lo es… —murmuró mientras se acercaba a èl— ¿sabes que estamos medios desnudos?, ¿verdad?
-Lo se… —contestó dando unos pasos de baile para acercarse al interruptor de la pared y apagar la luz.
-¿Bailaremos en la oscuridad?
-Tenemos las luces del tráfico y la luna… no necesitamos más… —sentenció tomándole una mano, se la elevó por sobre la cabeza y le dio una vuelta como de película romántica, luego se acercó con él a la ventana y allí comenzó a moverse al ritmo que empezaba a sonar.
-¿Los Bee Gees? —agregò al escuchar los primeros acordes de «How deep is your love»
-Es romántica y lo sabes —dijo Blaine acercandolo mas a èl.
-Lo es...—dijo Kurt recostandosele en un hombro— tanto como bailar contigo…
-Te lo dije… —respondió su novio mirándolo a los ojos, se perdió en esa inmensidad azul por unos segundos y sonrió, tal y como si hubiera visto algo que solo él solamente sabía.

-¿Cómo es posible que me hagas sentir mejor y confortado por algo que ya ni me importaba? —quiso saber Kurt mirándolo con una sonrisa en la cara y brillo en los ojos.
-Sera porque soy encantador… —respondió Blaine moviendo sus cejas.
-Lo eres… por dios si que lo eres… —agregó Kurt abrazandolo.
-¿Es necesario que aprendamos hoy a bailar tap? —pregunto Blaine disfrutando del cuerpo de su esposo, Kurt se apartó y lo miro soltando un suspiro antes de responder.
-Lo es… —dijo zafándose del abrazo, Blaine hizo un puchero y bajó la cabeza como derrotado— ve a cambiarte Blaine Anderson-Hummel mira que además del baile y el talento de Alphonse, verte en tus pantalones de ejercicio es lo mejor de todo esto —terminó por decir apuntandole la entrepierna.
-Me debes minutos de tu cuerpo Kurt Hummel-Anderson… —advirtió Blaine mientras apagaba todo antes de salir.
-Pues anotalo y lleva un registro, si no, no me podrás cobrar… —contestó Kurt desde la puerta.
-Muy bien… —dijo su esposo tomado un lápiz y una de las hojas de partitura sin usar, la volteo y por el lado banco comenzó a escribir algo.
-¿Que haces?... —pregunto Kurt devolviendose en su pasos.
-Comienzo el registro de los minutos que me debes… —respondió escribiendo de lo más concentrado, Kurt se acercó y miró como hacia un recuadro con tres columnas y varias filas. En una, ponía la fecha del dia, en otra, el lugar de la casa y en la tercera los minutos de disfrute que supuestamente le quedaban debiendo.
-¿45 minutos?... ¿no cree que exagera Señor Anderson-Hummel? —dijo señalando la columna respectiva.
-No… —dijo doblando el papel en dos y luego en cuatro para posteriormente guardarlo en el bolsillo trasero de su pantalón— porque como hueles esta tarde, te aseguro y estoy siendo generoso con tu deuda —sentenció besándolo en el cuello llenándose con aquel olor, Kurt sonrió y encogió un hombro por las cosquillas que le provocaba aquello— ahora voy a cambiarme.
-Oye… —dijo cogiéndolo de la camiseta.
-¿Que?...
-¿Estamos bien?... —preguntó Kurt metiendole las manos dentro de la ropa.
-Pues yo ahora estoy fenomenal —respondió Blaine mirandose la panza asaltada por las manos de quien más amaba.
-Blaine…
-Lo estamos… —dijo tomándole la cara para darle tres besos seguidos— siempre lo estamos… ¿has notado eso?
-Lo he notado… —contestó Kurt tocándole el pecho— ¿me prometes que te mantendrás alejado de esas teorías?
-Lo hare si tu prometes hacer los mismo...
-Lo prometo… —dijo apartándose.
-Perfecto entonces… —terminó por decir Blaine dándole un beso en la frente— ahora si que iré a cambiarme y a agregar unos cuantos minutos en mi papelito.
-Si ese papel llega a la lavadora, no me hare responsable…
-Lo guardaré con el celo que merece, no te preocupes… —contestó Blaine mientras avanzaba al dormitorio— ¡y sé que me estas mirando el trasero! —agregó levantando su dedo índice en señal de advertencia.
-Gran cosa… ¡tu tambien me lo miras a mi! —replicó riendo— estupidas teorias… no tienen idea que de verdad todo eso es mío —murmuró suspirando, se dio la media vuelta y bajó devuelta hasta la sala.

-Cariño… llegaste más temprano… —dijo Kurt al ver aparecer a Henry en la puerta de la sala, el chico venía con el uniforme de la tienda de comestibles y traía su bolso colgando del manubrio de la bicicleta.
-Hola Papá —respondió dejando el vehículo en el pasillo cerca del recibidor— ¿que hay con esa ropa?... ¿saldrás a correr?... —agregó mirándolo de arriba abajo.
-No, por supuesto que no… ¿que tal el trabajo?
-Bien… —dijo soltando un suspiro de cansancio— aunque creo que todos las personas se pusieron de acuerdo para llegar a hacer sus compras a la misma hora… tuve que reponer el área de los cereales como cinco veces… —explicó haciéndose un masaje en el cuello— ¿donde están los muebles? —añadió reparando en la sala vacía.
-Esta todo alli cariño… —contestó su Papá señalando el lugar respectivo— ¿estás muy cansado?... —agregó tomando a su hijo por los hombros— porque te repito que no es necesario que trabajes, cualquier cosa que necesites el «Papáblen» y yo…
-Lo se… lo se Papá… pero prefiero hacerlo asi… ademas siento que disfrutare más de ese fin de semana si lo pago yo —Kurt esbozo una pequeña mueca de orgullo.
-¿Ya invitaste a Amelia?
-No… —contestó poniendo cara de complicación, se revolvió el pelo y apoyó el trasero en uno de los muebles.
-¿Por qué no?
-Porque temo que me diga que no…
-Cariño… ¿cómo te va decir que no?, ¿le pasa algo a esa niñita acaso? —dijo Kurt con sus manos en la cadera y una expresión de sorpresa máxima en la cara, como si fuera algo inconcebible que «aquella niñita» pudiera rechazar a su hijo.
-No le pasa nada Papá… es… no se…
-¿No es por ese rumor que dijo tu hermana?... ¿hablaste con Liang cómo te aconsejamos el «Papáblen» y yo?
-Hable… y además ni siquiera era necesario que lo hiciera, Liang es mi amigo y confío en él… y si voy a creer cualquier rumor que escuche, creo y me volveré loco.
-No sabes como te entiendo en eso cariño…
-Pero bueno... se que es… dudas de adolescente atribulado tal vez… —explicó creyéndose terapeuta— asumo que cuando lo haga lo sabré… —agregó revolviéndose el pelo otra vez— cuéntame mejor porque está todo patas para arriba para variar.
-«Excusez moi?» ... ¿cuando en tu vida has visto esta casa patas para arriba para digas eso Henry Anderson?
-¡Nunca!… no quise decir eso… reformulo la pregunta… ¿por que en esta ocasión… todo esta tan desordenado? —dijo Henry poniendo énfasis en el «en esta ocasión»
-Mucho mejor… —añadió Kurt sonriendo— es por la clase que tendremos el «Papáblen» y yo… necesitamos espacio por lo tanto tuve que mover todo.
-¿La clase de tap?
-Exacto… se supone y Alphonse ya deberia estar aqui… pero bueno asumo y como es un divo de Broadway se hará esperar…
-¿Como es? —quiso saber Henry mirando a su Papá con cara de duda.
-¿Como es quien?...
-¿El profesor ese?
-¿Alphonse?... ¿por qué lo preguntas cariño?
-Porque parece que ya llego… vi a un Señor que traía puesta una túnica y un sombrero como de playa que estaba reclamandole algo al Señor Jenkins…
-¿Estás seguro cariño? —dijo Kurt caminando de inmediato hacia la salida.
-Mucho… creo que el Señor Jenkins le pedía identificaciones o algo… —agregó Henry acompañando a su Papá.
-¡Identificaciones!...¿como se atreve?... ¡el es una leyenda!, ¡nadie debería de pedirle nada!… pero me va a escuchar… —sentenció tomando sus llaves.
-A todos piden identificación Papá… —recordó Henry cerrando la puerta tras él— es especial después de lo que paso con ese paparazzi que fingió ser tu fan, te traía una carta cada miércoles, ¿te acuerdas?.
-No me recuerdes eso que fue lo más decepcionante de mi vida… —dijo Kurt abriendo la reja del ascensor.
-¿Decepcionante?... —preguntó Henry sonriendo sorprendido.
-Decepcionante, si… imaginate que creí tener un fan que estaba dispuesto a morir por mí y resultó ser un estúpido periodista que quería una exclusiva… ¡DECEPCIONANTE!, desde todo punto —exclamó levantando los brazos, presiono el boton del primer piso y luego miró a su hijo como si fuera la primera vez que lo veía en la vida— ¿me vas a acompañar?
-Lo prefiero… no creo que sea justo que el Señor Jenkins se lleve una reprimenda por cumplir con su trabajo… —explicó Henry creyéndose el hermano mayor de su padre.
-¿Cuan histérico crees que soy hijo?
-Yo no diría histérico… nunca diría histérico... si un poco… ¿falto de paciencia? —contestó el chico como con miedo, Kurt sonrió y le dio un beso en al mejilla— ¿y eso?... ¿es para que no me duela tanto el castigo que me darás por lo que dije?
-No… y no mereces castigo alguno… solo… solo lo hago porque me encanta que tú y tu hermanita me conozcan tanto… —dijo Kurt mirando como los números del elevador llegaban hasta el uno, Henry sonrió sintiéndose bien.
-Èl es a quien me refería Papá… —dijo apuntando hacia el lobby, efectivamente junto al Señor Jenkins había un hombre de edad más que madura y que hablaba gesticulando de la más exagerada de las maneras, como bien dijera Henry vestia una tunica hasta el suelo y un sombrero de ala extra ancha, llevaba zapatillas como de levantarse además de un bolso con brillos colgado del antebrazo donde se asomaba la cabeza de un perro diminuto— ¿es él?
-Es él…
-¿Vas a dejar que entre con ese perrito? —agregó Henry tratando de seguirle el paso a su Papá.
-Con el prestigio que tiene este hombre, lo dejaría entrar hasta con un camello…
-Pobre «Señor botones», le hubiera gustado jugar con él...—murmuró Henry mirando al cielo.
-Señor Jenkins… —dijo Kurt esbozando una gran sonrisa — ¿algún problema?
-Señor Hummel, disculpe este señor dice que es… —contestó el portero mirando al hombre en cuestión como para que él terminara la frase diciendo su nombre, el aludido irguió su cuello un poco y terminó por hacer un desprecio al estilo de una diva del cine mudo.
-Efectivamente Señor Jenkins, el es Alphonse d'Angerville… ¿recuerda que le avise que vendrían a darnos clases de baile?
-¡El es un profesor de baile! —exclamó el Señor Jenkins mirándolo con recelo.
-Lo es… así es que si nos permite… —dijo Kurt haciéndole una seña a Alphonse para que lo siguiera, este lo miro de arriba abajo, después a Henry y por último al Señor Jenkins, luego tomó a su perro y le entregó el bolso a su futuro aprendiz, Kurt levantó una ceja y Henry trató de aguantarse la risa.

-Adelante… —dijo Kurt abriendo la puerta del departamento.
-Vaya… que hermoso lugar Señor Hummel, ¿donde ensayaremos? —pregunto Alphonse dándose una vuelta completa, su túnica se expandió y dejo ver un ruedo de 5 metros de diámetro como mínimo.
-En la sala… sígame por favor… —respondió Kurt partiendo adelante.
-¿Usted será quien baile también? —dijo el profesor de tap mirando a Henry.
-No… el es mi hijo Henry… —se adelantó en responder Kurt mientras abría de par en par la puerta vidriada de la sala— quien bailara conmigo es mi esposo, Blaine Anderson-Hummel…
-¡Menos mal!... con ese tamaño, difícil que pueda realizar algún movimiento… uno coordinado al menos… —agrego mientras acariciaba su perro.
-Mi hijo tiene otros talentos mejores que el baile… —dijo Kurt sonriendo a su hijo— pase...
-¡Nada es mejor que el baile!… la expresión… el cuerpo moviéndose en su máxima capacidad… — dijo Alphonse desplazándose hacia el centro de la sala como si bailara una danza clasica, Henry nuevamente trato de no reír— ¿donde puedo ubicar a la pequeña Ethenilda?
-¿Quien?... —dijeron Kurt y Henry al unísono, d'Angerville los miro con cara de vinagre y señaló con una mueca a su mascota.
-¡Oh!… no lo se… —contesto Kurt mirando sus muebles inmaculados— ¿aquí?... —añadió apuntando el hueco de la chimenea.
-¡Por el amor de dios no!... alcanceme mi bolso por favor… —pidió chasqueando los dedos, Kurt tomó aire y recordó por enésima vez las credenciales de Alphonse d'Angerville e hizo lo que le pidiera— por suerte, con la pequeña Ethenilda siempre estamos listos para todo… ¿verdad Princesa?... —agregó sacando una manta y un pequeño almohadón, los puso en el rellano de uno de los ventanales y allí dejó a la perra, el pequeño animal se sacudió entero, dio un par de vueltas sobre su manta y terminó por echarse de la menos glamorosa de las maneras.
-Vaya con esta princesa… no se que pensaría «Rizzie» al respecto... —murmuró Henry mirando al animal, Kurt le dio un codazo por lo bajo que disimuló con un estornudo.
-¿Comenzamos?... —dijo quitándose el sombrero, la túnica y las zapatillas de descanso, debajo llevaba una malla como de bailarín de ballet más una camiseta sin mangas, todo le quedaba tan ajustado que Kurt pensó que aquel no era un traje de lycra si no que él mismo se lo pintaba en el cuerpo cada mañana— ¿Señor Hummel? —insistió Alphonse mientras hurgaba en su bolso tiro un par de cosas al piso y sacó un par de zapatos parecidos a los que Kurt había conseguido pero de un color más llamativo y brillante.
-Enseguida… solo… —respondió Kurt señalando hacia atrás por sobre su hombro.
-El tiempo es dinero Señor Hummel… aunque en este caso debería decir… el tiempo… es baile… —agregó ejecutando un par de pasos que dejaron tanto a Kurt como a Henry con la boca abierta.

Agosto de 2033



-Si ese papel llega a la lavadora, no me hare responsable…
-Lo guardaré con el celo que merece, no te preocupes… —contestó Blaine mientras avanzaba al dormitorio— ¡y sé que me estas mirando el trasero! —agregó levantando su dedo índice en señal de advertencia.
-Gran cosa… ¡tu tambien me lo miras a mi! —replicó riendo— estupidas teorias… ¿por que no creen que de verdad todo eso es mío? —murmuró suspirando, se dio la media vuelta y bajó de regreso hasta la sala, Blaine sonrió para si y alcanzó a darle un vistazo a su esposo antes que desapareciera por la escalera que daba a la cocina, entró a su cuarto y se encontró con su hija hurgando cosas que se supone y no debería.
-¡Yo no estaba haciendo nada!... —exclamo Lizzie al sentir que alguien abria la puerta— juro y fue Henry quien me dijo que lo hicera, tengo hasta una grabacion…. ¡ay «Papáblen»!, ¡eras tú!… —dijo al asomarse por el closet y ver que era Blaine y no Kurt quien que entraba en el dormitorio.
-¿Que haces aqui Princesa?... —quiso saber Blaine entrando como en cámara lenta.
-¿Quien?...
-Tú…
-¡AH!… no… es decir… si… pero no pienses lo que no es… no estaba robando para comprara drogas o algo… ¡hola!... solo estaba, ya sabes… ¿que haces tú aquí? —dijo dando un par de pasos hacia la salida
-Es mi habitación, por lo tanto es normal que entre las veces que lo necesite… ¿que estabas buscando en el closet?
-Nada... es decir… si buscaba algo… ¡hola!... pero nada importante… pero sí me encontré con varias cosas extrañas… —agregó arrugando el entrecejo mientras se acercaba a la puerta dando otro par de pasos.
-¿Que cosas?... —pregunto Blaine tomándose una oreja un poco complicado.
-¿Por qué tiene tantos folletos y formas de la clínica de fertilidad?... ¿hay algún problema?, ¿o son de cuando nacimos Henry y yo?
-Lo segundo… —contestó con prontitud— ya sabes que a tu Papá le gusta guardar todo… —agregó inventando algo, si bien ya habían intentado dos veces concebir otro bebé, él y su esposo aun no comunicaban de manera formal la idea que tenían de agregar otro miembro más a la familia— ahora… ¿que tal si regresas a tu habitación?... —dijo poniéndole una mano en la espalda como si el camino hacia la puerta necesitara de una guia— si el Papá descubre que estuviste husmeando en sus cosas, puede agregar un par de semanas a ese castigo que ya tienes.
-¡Lo se!... —exclamó tomándose todo el pelo para dejarlo caer segundo después— ¡no se lo digas por favor!… —añadió en tono de suplica.
-No puedo mentirle a tu Papá y lo sabes… —sentenció Blaine abriendo al puerta.
-Pero solo sera esta vez… nadie lo sabrá nunca… ¡nunca!
-Pues esto es lo que haremos… tú me dirás que estabas buscando y yo, en premio a esa sinceridad, no mencionare nada de esto a nadie… eso incluye a tu Papá —terminó por decir cruzándose de brazos frente a su hija, Lizzie arrugó el entrecejo como si no terminara de creer en aquella promesa— muy bien… como quieras… pero si Kurt me pregunta por què algunas de sus cosas no estan donde deberian, yo tendré…
-¡Ay esta bien!... pero es super extra injusto que los padres chantajeen a sus hijos… ¡hola!
-Y es super extra injusto que los hijos fisgoneen donde no les corresponde… —dijo Blaine apretandole la punta de la nariz, Lizzie dio un gemido de dolor para luego convertirlo en una risa— cuentame...
-Vine a ver si habian mas zapatos del baile ese que aprenderán tú y el Papá…
-¿Quieres unirte a la lección de tap? —pregunto Blaine queriendo reír.
-¿Que?... estuve con los zapatitos sonoros en mis pies un par de minutos y fue super sensacional, y el Papá me dijo que si el tal… ¡no se cuanto!... me daba permiso, podía unirme a la lección también…
-Me parece muy bien, pero lamentablemente los zapatos los trajo Kurt del teatro y solo trajo dos pares… por lo tanto, aunque hubieras puesto patas arriba todo el guardarropa, no habrías encontrado nada.
-¡Pues ya me enoje!… —exclamó Lizzie dando un pisotón en el piso, como si la madera extra pulida que tenía bajo sus pies tuviera la culpa de algo.
-Pues te aconsejo «desenojarte»… porque según el Papá, una arruga super difícil de combatir aparece en esta zona de los que se disgustan… —dijo dándole un beso en el entrecejo, Lizzie volvió a convertir su molestia en risa— ¿qué tal si bajas igualmente a la sala?, puede que el gran Alphonse d'Angerville sea más accesible de lo que cree Kurt y te deje practicar con nostros, incluso sin los zapatos correspondientes...
-¿Ese es el nombre completo de esta persona?... ¿acaso estas bromeando conmigo «Papáblen»? —dijo Lizzie con las manos en la cintura.
-No… y ahora tienes… 5 minutos para decidirte… —respondió Blaine mirando la hora en su reloj— creo que entre las tantas cualidades de este profesor es que es super puntual, por lo tanto yo me cambiare de ropa en tiempo récord —terminó por decir casi empujando a su hija para que saliera.
-Ya me decidi… asi es que bajare y haré que el tal Alphonse d'Angerville me incluya en su clase… —agregó Lizzie dando a su voz un acento solemne cuando mencionaba el nombre del profesor— si no… utilizaré toda mi artillería femenina para convencerlo… —agregó tirándose todo el cabello hacia un lado para dejar ver uno de sus hombros.
-Por lo que se de esta persona, no creo que eso te sirva con él Princesa —explicó Blaine arrugando la nariz, Lizzie elevo sus brazos al cielo y luego blanqueo los ojos, como harta de que todo lo que había planeado aquella tarde no le estuviera resultando, Blaine la miró con ternura retirarse y se dispuso por fin a cambiar su ropa por una mas comoda y de ejercicio.

-¿Comenzamos?... —dijo Alphonse quitándose el sombrero, la túnica y las zapatillas de descanso, debajo llevaba una malla como de bailarín de ballet más una camiseta sin mangas, todo le quedaba tan ajustado que Kurt pensó que aquel no era un traje de lycra si no que él mismo se lo pintaba en el cuerpo cada mañana— ¿Señor Hummel? —insistió mientras hurgaba en su bolso tiro un par de cosas al piso y sacó un par de zapatos parecidos a los que Kurt había conseguido pero de un color más llamativo y brillante.
-Enseguida… solo… —respondió Kurt señalando hacia atrás por sobre su hombro.
-El tiempo es dinero Señor Hummel… aunque en este caso debería decir… el tiempo… es baile… —agregó ejecutando un par de pasos que dejaron tanto a Kurt como a Henry con la boca abierta.
-¡Wow!... —exclamó Henry como para sus dentros.
-¡Lo se!... —agregó su Papá aún más impresionado de que alguien de tal edad pudiera tener tanta destreza y elasticidad.
-¿Y bien?... —insistió Alphonse con sus manos en la cadera.
-Si… ¡si!... —dijo Kurt casi volviendo en si— voya buscar a mi esposo… —sentenció dándose media vuelta, hizo un par de ademanes de tap, pero que terminaron viéndose como de flamenco oriental o algo parecido— vuelvo enseguida cariño…
-Papá… no me dejes a solas con este caballero, no se que…
-Joven alto… venga… acérquese… —interrumpió Alphonse llamando a Henry como lo haría con la pequeña Ethenilda, el chico contuvo la respiración y abrió los ojos más de lo normal.
-Te llaman «joven alto»… te amo cariño —susurró Kurt dándole un beso en la mejilla a su hijo, luego se escurrio como un pez entre él y uno de los muebles y partió casi corriendo en busca de Blaine, Henry se quedó como una estatua aún sin respirar.
-Venga joven alto… ¿cuál es su nombre?... —pregunto Alphonse estirando los músculos de sus brazos.
-Henry… mi nombre es Henry… —respondió el chico sin moverse de su sitio.
-Muy bien Henry… lamento haber dicho que era demasiado alto para el baile… —agregó tomándolo del brazo para llevarlo al centro de la sala— Clifton Webb podía moverse como una gacela con su metro ochenta —dijo parándose delante de él, lo miró un instante y luego le corrigió la postura echandole los hombros hacia atrás, acto seguido lo rodeó y le dio un golpe en las pantorrillas para que separara un poco los pies, Henry miró de reojo la puerta de la cocina deseando que alguien llegara a salvarlo de aquella situación y pensando que quién demonios era Clifton Webb.

-¿Blaine?... —dijo Kurt entrando en la habitación— dime por favor que estás listo, mira que esta persona por muy talentosa que sea es bastante…
-Bastante que… —respondió Blaine mirándolo, ya estaba listo y se miraba en el espejo del closet, había cambiado su ropa por una camiseta sin mangas y por los pantalones de ejercicio que tanto le gustaba verle puesto.
-¿Como?...
-La persona a la que te referias cuando entraste… es bastante… —insistió ajustando el lazo del pantalón, todas las partes que merecían ser admiradas resaltaròn de inmediato bajo su cintura — ¿te referias al profesor que contrataste? —Kurt trago saliva y guardó silencio un par de segundos antes de contestar.
-Claro… —dijo como volviendo de un coma de 5 años, se metio al closet y fingió buscar algo en los cajones más altos— me refería a Alphonse… es… es bastante convulso por ponerlo de manera elegante.
-Habremos de hacerle frente unidos entonces...
-Por cierto, además… ¿por qué esto está así?
-¿Que cosa?
-Esta ropa y este cajón… está toda revuelto y ese par de cajas estaban en este sentido… no como están ahora —dijo Kurt olvidándose de las partes de su esposo para concentrarse en lo que creía y era algo inconcebible.
-No se a que te refieres… ¿vamos?... —dijo Blaine estirando su mano para que su esposo la cogiera.
-¿Estuviste hurgando en mis cosas?...
-¿Como? —Kurt se limitó a señalar el «desorden»
-¡Ah claro!… lo que pasa es que estaba buscando… buscando esta camiseta —respondió Blaine inventando algo— la que a todo esto, Señor Hummel-Anderson estaba entre tus cosas… ¿puedo saber por qué?
-No… y no debiste buscarla aquí… la ropa esta en esos gabinetes... ¿a quién estás protegiendo? —dijo cruzándose de brazos.
-¡A nadie!...
-Blaine…
-¡Es la verdad!… puedo probarlo…
-¿Es a Lizzie?... ¿no es así?...
-Kurt…
-¡Blaine!... ¿cuántas veces hemos hablado de esto?... ella se aprovecha de ti, ya deberías de darte cuenta… y si la sigues consintiendo, cuando sea mas grande sera una adolescente insoportable… ¿por què hurgaba en mis cosas?
-Ok… primero… Lizzie ya es una adolescente y de insoportable no tiene nada, segundo, así como su hermano es la más adorable de las personas y la más centrada también, por lo tanto eso de que me manipula no es cierto —Kurt blanqueo los ojos como diciendo «¡claro que lo es!»— y tercero, no estaba hurgando por hurgar, solo queria saber si habian mas zapatos de tap y así poder unirse a la clase de Alphonse… ¿no te parece un propósito super sensacional? —pregunto acercándose.
-No… —contestó largando la o.
-¿En serio?... tú que siempre dices que quieres que alguno de nuestros hijos se dedique a lo nuestro...
-Lo quiero… pero eso no justifica tanta confianza de su parte… pude tener oculto su regalo de cumpelaños o algo… —dijo Kurt hablando como niño consentido al tiempo que se abrazaba de la cintura de su esposo.
-Falta más de medio año para eso… —dijo Blaine mirándolo de medio lado.
-Bueno… pude tener algo privado… cosas… ya sabes... nuestras cosas… —agregó haciendo un gesto que Blaine no supo bien cómo interpretar pero que causó en él una risa de lo más divina— si… riete… sabes bien que no te diré nada más porque llevas puesto esos pantalones… y sabe bien Señor Anderson-Hummel, que cuando lleva esos pantalones, puede conseguirlo todo.
-¿En serio?... no sabía el poder que tenía esta prenda de algodón 100% orgánico —dijo Blaine con voz sexy.
-Pues ahora lo sabes… —respondió Kurt apartándose para salir— y ahora sí que vamos, deje a Alphonse a solas con Henry… y no se que puede estar haciendo con él… ¿seguro y Lizzie no encontró nada? —preguntó dándose media vuelta en la puerta.
-Seguro… —contestó Blaine siendo fiel a la promesa que le habia hecho a su hija.

Agosto de 2033



-Henry… mi nombre es Henry… —respondió el chico sin moverse de su sitio.
-Muy bien Henry… lamento haber dicho que era demasiado alto para el baile… —agregó tomándolo del brazo para llevarlo al centro de la sala— Clifton Webb podía moverse como una gacela con su metro ochenta —dijo parándose delante de él, lo miró un instante y luego le corrigió la postura echandole los hombros hacia atrás, acto seguido lo rodeó y le dio un golpe en las pantorrillas para que separara un poco los pies, Henry miró de reojo la puerta de la cocina deseando que alguien llegara  a salvarlo de aquella situación y pensando que quién demonios era Clifton Webb.
-Tal vez debería cambiarme de ropa… los jeans no están hechos para bailar… —agregó el chico comenzando a respirar más rápido de lo normal en un ser humano.
-Tampoco el poliéster joven… pero bueno… aquí estamos… —respondió tocando la camiseta del uniforme de la tienda de comestibles con cara de asco.
-Por dios… y yo que dejé mi teléfono cargándose… —murmuró Lizzie llegando a la sala, se instaló en frente del grupo de muebles y alli se quedo mirando a su hermano y al gran  Alphonse d'Angerville cómo interactuaban en la improvisada pista de baile tapándose la boca para evitar que su risa se escuchara como eco en el gran espacio vacío en el que se había convertido la sala de su casa. Henry trataba de imitar los movimientos del profesor pero no lo conseguía, este se los volvía a enseñar para que el chico le respondiera con maniobras erradas y así unas cinco veces seguidas hasta que Lizzie no pudo seguir aguantando y emitió una risotada de lo más hilarante, Alphonse irguió su cuello y dio un giro en un solo pie para ver quien llegaba a interrumpir, Henry soltó un suspiro aliviado de que por fin llegaba alguien a salvarlo y se apartó de inmediato  para ir donde su hermana.
-¡«Rizzie»!... ¿me vienes a buscar? —preguntó mirándola  con cara de «por favor sálvame de esto» y se quedó parado frente a ella con las manos en la cadera.
-¿Que?... —dijo está crispando la nariz.
-Ya sabes… lo que teníamos que hacer… —agregó dando más tono a sus palabras, Alphonse lo miró con desdén por dejarlo solo  y se acercó en punta de pies  para enterarse de lo que pasaba.
-Vaya cabello… —dijo mirando a Lizzie de arriba a abajo— eres como una desaliñada y crecida Shirley Temple… ¿se va a unir a la clase Señorita….?
-Lizzie, Lizzie Anderson Hummel…. —respondió parándose recta como un cadete del ejército lo haría.
-Señorita Lizzie… ¿se va a unir a nuestra clase? —insistió Alphonse juzgandola de pies a cabeza.
-¡Es lo que quería!... ¡hola!,  pero mis Papás dijeron que tal vez ustede era… ya sabe… —agregó la chica haciendo ademanes de alguien elegante y remilgado— pero ya veo que no… así es que... ¡si Señor!... ¡si quiero unirme a su clase!, ¡Señor! —dijo agregando a su postura recta un saludo militar con la mano cerca de la sien y todo, Henry la miro a ella y luego  al Señor d'Angerville, temiendo una reacción negativa del profesor allí presente, Alphonse se llevó una mano al pecho y no supo si reír o llorar frente a aquello.
-Muy bien entonces… —dijo apartándose un poco— aunque no es necesaria tanta formalidad… caminen hacia al centro por favor…. les enseñare a ustedes ya que al parecer sus padres no conocen la palabra responsabilidad… —añadió caminando en puntas de pies hacia donde estaba minutos antes, le hizo unas caras a la pequeña Ethenilda y se quedó circunspecto en espera de sus inesperados estudiantes.
-¿Quien es esa Shirley «Temble»… no se que? —preguntó Lizzie susurrandole a su hermano.
-No se… a mi me dijo Clifton Webb —conesto Henry encogiendo sus hombros.
-Aqui y aqui  por favor… —dijo señalando dos puntos en el piso de madera.
-¿No necesitaremos de zapatitos sonoros? —quiso saber Lizzie golpeando el taco y punta de su zapatillas en el suelo.
-Los zapatos de claqué… —corrigió Alphonse levantando una ceja— no serán necesarios, al menos no por el momento… y al menos no para ustedes —agregó poniéndose los propios, Henry miró de reojo a su hermana y terminó por darle un codazo disimulado al ver que  comenzaba a hacer muecas burlonas.

-¿Que?... —dijo Blaine por quinta vez, al ver que su esposo se volteaba hacia él para darle algunas miradas de lo más suspicaces— si no te concentras, terminaras saltandote un escalón y no creo que  el gran Alphonse quiera a uno de sus alumnos lesionados.
-Se que me estas mientido… —contesto Kurt levantando sus brazos— pero no me importa… tarde o temprano la verdad saldrá a la luz y tu… Blaine Anderson-Hummel —agregó dándose media vuelta para apuntarlo con el dedo— quedarás como un tonto —terminó por decir bajando los últimos dos peldaños de un salto.
-Vaya… no me gusta eso…
-¡Entonces dime la verdad!… sabes que odio cuando me ocultas información, es como si creyeras que partiré… no se… corriendo a reprender a quien sea el responsable… —dijo sacando un par de botellas con agua desde el refrigerador, Blaine lo miró como diciendo «es exactamente lo que harás Kurt Hummel-Anderson», Kurt quiso reír al interpretar aquella mirada— ¡bien!... ¡no me digas nada!… —añadió caminado hasta puerta— pero debes recordar Blaine Anderson-Hummel que cuando te casaste conmigo prometiste ser fiel y honesto… y nada de esto va con nuestros votos matrimoniales… es mas… —Blaine se aproximo a él, lo tomó de la cintura casi levantandolo un poco del piso y silencio todos sus argumentos con un beso.
-¿Te he dicho que amo? —pregunto casi respirando de su boca.
-No… no hoy al menos… —respondió Kurt tratando de normalizar su respiración.
-Pues así es… y todas esas excentricidades únicas y propias de ti, me hacen amarte cada dia mas,  si es que es eso posible claro… —agregó sonriendo.
-Esto no te salva de la explicación que me debes, te lo advierto...
-Lo se… por eso te la daré… —Kurt esbozo una sonrisa como sintiéndose ganador— pero… debes prometerme que no irás corriendo a regañar a quien corresponda como dijiste… —pidió Blaine mientras le acariciaba el cabello.
-Bien…
-Di lo que corresponde..
-¡Esa es mi frase!, ¿acaso además de robarme besos, ahora también se roba mis lineas Señor Anderson-Hummel? —dijo Kurt haciendo ademanes coquetos.
-No es mi intención… —contestó su esposo dando otros tres pequeños besos— solo quiero que lo prometas, porque yo tambien medio le prometí a Lizzie que no te diría nada.
-¡Pero yo soy tu esposo!…. tu primer deber es conmigo… —señaló Kurt señalandolo como un maestro inquisidor lo haría.
-Dilo… —repitió Blaine queriendo reír.
-Lo prometo… —contestó hablando como con alguien con deficiencias cognitivas y de lenguaje.
-Ok... Lizzie estaba buscando los zapatos, esa es la verdad… pero…
-¡Lo sabía!...
-Kurt…
-Claro… continúa… continúa…
-Muy bien… Lizzie estaba buscando los zapatos, esa es la verdad… pero… en aquella búsqueda, se topó con las formas y los informativos que tenemos de la clínica de fertilidad.
-¿Las de nuestro nuevo bebé?
-Las mismas….
-¡¿Y qué dijo?! —quiso saber Kurt tomándose la cara.
-Pregunto que porque teníamos esos documentos, que si había algún problema que o si eran de cuando ella y Henry nacieron…
-¡¿Tú qué le dijiste?! —exclamó más impactado que antes.
-Que era lo segundo, que tu los guardabas desde entonces...
-¿Me dejaste frente a mi hija como un acumulador o algo?
-No… —dijo Blaine riendo— salí del paso para no tener que dar más explicaciones… —Kurt lo miró un instante de manera inquisidora— ¡es toda la verdad!… ¡lo juro! —añadió haciendo el gesto de inocencia con sus manos.
-¿Seguro y no le dijiste nuestro planes?
-Por supuesto que no… tenemos un plan y a ese nos remitimos.
-Bien… te creeré… pero el gran mérito se lo llevan tus pantalones… espero y lo sepas… —sentenció Kurt tomando las botellas con agua y apuntandolo con una de ellas.
-¿En serio?... —pregunto Balien sacando otro parde botellas desde la heladera— siempre creí que era mi encanto natural y mi don para resolver conflictos.
-No guapo… son los pantalones
-¿Debería usarlo en todas nuestras discusiones entonces?... —Kurt sonrió levantando una ceja como si concordara  con ello pero de una manera presumida y silenciosa.

-Muy bien… los pasos básicos del Tap son 10… pero en esta ocasión... ¿si? —pregunto Alphonse al ver que Lizzie levantaba una de sus manos en señal de pregunta.
-Antes de empezar… ¿no deberíamos de esperar a nuestros Papás?... después de todo, ellos son los más interesados.
-Solo existen dos cosas que no tolero en la vida señorita Lizzie… una es la lactosa y la otra es la irresponsabilidad…
-¡Oh no!... —se atrevió a  interrumpir  Henry— nuestros Papás son súper responsables… debieron quedarse hablando por ejemplo… ellos siempre hacen eso…
-O besándose… también es algo que hacen siempre… ¡hola! —dijo Lizzie con la mayor de las liviandades.
-Encantador… —contesto Alphonse instalándose de espaldas a sus alumnos y dándole la mínima importancia a lo que acababan de decir se dispuso a empezar la clase— el primer paso es el «stamp» —agregó pisando el pie completo en el piso, las placas metálicas del calzado de baile resonaron en toda la sala, Henry y Lizzie dieron un respingo de asombro— el «stomp», que es similar al anterior pero como pueden advertir… no hay cambio de peso —explicó haciendolo parecer super facil, Lizzie movió sus pies tratando de imitarlo, Henry hizo lo mismo pero le daba más movimiento a su cabeza y rodillas más que a otra cosa. Cada paso que nombraba Alphonse era seguido de su correspondiente demostración empírica y de una exclamación de sorpresa por parte de los chicos Anderson.
-Veo que consiguió más público para la clase… —dijo Kurt llegando a la sala seguido de su esposo— ¿se divierten hijos míos?
-Señor Hummel… al fin se digna… —dijo Alphonse poniendo mala cara— ¿cuán poco valora mi tiempo? —preguntó el maestro mirándolo con desdén.
-¿Como?... —conesto Kurt como con miedo.
-Lo que escucho… —añadió   d'Angerville acercándose— nuestra cita era…
-¿Era?... —repitió Kurt sin saber porque se había quedado mudo, luego miró por sobre su hombro y vio que su esposo sonreía tras su espalda.
-Hola… —dijo Blaine estirando su mano en señal de saludo, Alphonse elevó la suya como si fuera una reina de belleza, Blaine lo miro un poco extrañado y terminó por tomarle  la punta de los dedos sin saber muy bien si aquello estaba bien— el retraso no es culpa de Kurt, yo me confundi en algunas cosas y por eso nos atrasamos.
-¡Da lo mismo! —exclamó riendo— el tiempo va y viene… ¿se ponen los zapatos por favor? —agregó señalando las cajas respectivas, luego se quedo viendo a Blaine por un tiempo más largo del que cualquier protocolo permitiría,  Kurt le dio una mirada tan intensa que si sus ojos hubieran sido armas, unos 20 puñales se habrian clavado en ese preciso instante en diferentes partes del atlético cuerpo de Alphonse d'Angerville, solo por atreverse  a mirar las partes de su esposo.