(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Diciembre de 2039


-¿Quién es?...—pregunto Blaine desde el interior de la habitación al sentir que llamaban a la puerta
-¡Soy yo!... ¿porque estas encerrado? —contesto Kurt desde el otro lado tratando de abrirla de todas formas.
-¡Lo siento! —exclamo acercándose a quitar el cerrojo— lo siento —repitió abriendo la puerta— ¡Hola!
-¿Por qué estabas encerrado? —insistió Kurt entrando y mirando a su alrededor, como si quisiera descubrir un engaño o una trampa.
-Cerré porque estaba envolviendo los regalos que faltaban y Noah esta por llegar.
-¿Aun no llega?, ya van a ser las 6.
-Lo se, pero hoy tenia las clases del taller de Ciencias en la Biblioteca Publica y Lizzie se ofreció a recogerlo.
-¿Lizzie?, ¿no tenía la fiesta con sus amigos por las vacaciones de Navidad? —pregunto Kurt mirando disimulado bajo la cama, como si su esposo tuviera a  alguien oculto debajo de ella.
-No, eso es mañana —contesto Blaine cortando papel dorado.
-¿Qué día es hoy? —pregunto mirando hacia el interior del closet.
-Jueves 15 de Diciembre.
-¡Genial!, ahora estoy perdiendo el concepto del tiempo, ¡maldita obra de teatro!
-Aun tienes tiempo de ser tu quien interprete a “Calvin Peabody”, insisto en ello —aseguro Blaine apuntándolo con sus tijeras.
-¿Puedo contarte un secreto?— dijo Kurt subiéndose a la cama.
-Siempre…—contesto Blaine dejando las tijeras y el papel sobre su regazo.
-Quiero ser yo quien protagonice la obra de nuevo.
-¿De verdad?
-Si… pero no se… ¿Qué crees tú? —quiso saber Kurt sentándose sobre sus talones.
-Kurt, ¡Si!, ¡obvio que si!, será un acierto en publicidad y en venta de entradas… ¿Por qué dudas?
-Porque ya no soy el de antes, ¿Qué tal si termino dando lastima o viéndome patético en ese traje con lunares?
-Eso no será así... Kurt tu última obra fue un súper éxito, tienes más talento que hace 20 años eso puedo firmártelo.
-Gracias… me encanta cuando me das el último empujón —dijo Kurt haciendo una mueca infantil.
-Es un placer Señor Hummel-Anderson… —dijo Blaine tomándole la cara y dándole un beso.
-Gracias de nuevo…—añadió suspirando— ¿Por qué estabas encerrado me dijiste?
-Porque estaba terminando con los regalos.
-¿Regalos?... ¿qué regalos?
-Los que compramos hace dos semanas —respondió Blaine acomodándose en la cama donde  tenía todos los materiales para envolver los obsequios.
-¡Pero si nos los habían dado envueltos!… ¿Por qué los tendrías que envolver de nuevo?
-Porque aquellos papeles eran horribles y algunos tenían el sello de las tiendas donde los compramos, lo que me parece bastante inapropiado —aseguro Blaine cortando un cuadrado de papel verde.
-Si tu lo dices… —dijo Kurt mirando los regalos envueltos y escudriñando debajo de los papeles de colores.
-¿Qué buscas?
-Nada… —respondió registrando de todas formas.
-Kurt…
-¡Nada lo juro!... solo quería asegurarme que habría una súper “Big Brown Bag” con mi nombre o una cajita azul como las que dan en “Tiffany’s” con una tarjeta que dijera “Kurt”—explico mirando los cerca de 6 paquetes de diferentes portes que habían sobre la cama.
-Pues no encontraras nada de eso aquí.
-¿Por qué no?... ¿no me compraste nada?
-Te compre algo, por supuesto que si… es solo que… —dijo Blaine concentrándose más en cortar el papel de forma derecha que en la angustia pre navideña de su esposo— no esta aquí, porque lo compre hace como tres semanas —concluyo sonriendo.
-¿De verdad?
-De verdad…
-¿Y es grande?
-Muy grande…
-¿Costoso?
-¡UF!... extremadamente costoso.
-¿No me compraste unos calcetines de diseñador? ¿o si? —quiso saber Kurt meneando una de las cajas cerca de su oído.
-No… ¡oye!, terminaras rompiendo eso…
-¿Qué es? —dijo mirando la caja por todos lados— “para Cooper” —agrego leyendo la tarjeta— ¿es el reloj que compramos?
-Así es… y sabes perfectamente que todos estos son los  presentes que compramos juntos, así es que deja de curiosear y comienza a acomodarlos en una de nuestra maletas —dijo Blaine atando con cinta otra caja de similares características.
-¡Bien!... cuando no estés, registrare hasta encontrar mi regalo —advirtió Kurt entrando al closet  por las maletas que llevarían a Los Ángeles.
-Pues no lo encontraras, eso puedo asegurártelo —dijo Blaine escribiendo la última de las tarjetas.
-“No lo encontraras eso puedo asegurártelo”—repitió Kurt en tono burlón mientras sacaba dos maletas  y las abría sobre el piso en medio de la habitación— bien… comenzare con los regalos, ¿tienes la lista?
-La tengo —dijo Blaine estirando su cuerpo sobre la cama para alcanzar su agenda y un lápiz desde uno de los cajones en su mesita de noche.
-Bien, entonces yo te voy nombrando lo que dice cada uno y tú lo tachas.
-No se me ocurriría una manera mejor —afirmo Blaine cruzándose de piernas sobre la cama— comienza.
-Muy bien… “Cooper”—dijo tomando la caja que estaba más próxima a él.
-“Cooper”— repitió  Blaine tachando el nombre de su hermano con cinco rayas bien marcadas.
-“Lizzie”, ¿le compramos algo a Colin? —dijo Kurt mirando los regalos.
-Si… —contesto Blaine buscando el regalo para el novio de su hija— aunque no sé si lo veremos antes del viaje o si Lizzie lo invito a casa de Cooper, no fue muy especifica.
-La verdad es que no… cuando llegue le preguntamos —dijo Kurt guardando ambos regalos dentro de la maleta de la manera más ordenada posible— “Henry”—añadió leyendo una tarjeta con forma de copo de nieve— a Amelia si que la veremos— confirmo buscando el regalo con  la tarjeta con el nombre de la novia de su hijo—  Henry la invito recuérdalo.
-Lo recuerdo y creo que es ese azul el de ella —respondió Blaine apuntando con su lápiz.
-¿Este con brillitos? —dijo Kurt acomodando el moño extra voluminoso.
-El mismo —contesto tachando el nombre correspondiente.
-Son pocas las veces que hace gala de sus habilidades manuales Señor Anderson-Hummel, pero sepa que las tiene y en abundancia.
-Lo sé...—dijo Blaine sonriendo de manera sexy.
-Estoy hablando de esto, no de otra cosa, ¡pervertido! —exclamo Kurt apuntando a los regalos faltantes por chequear.
-Me encanta cuando pronuncias palabras picantes —dijo Blaine volviendo a lo de la sonrisa.
-Estamos en una labor muy acuciosa y que requiere de mucha concentración, además no querrás ponerte “sucio” con nuestros hijos por llegar y con “Rodolph” mirándonos allí —termino por decir Kurt señalando el muñeco navideño que había sobe la chimenea del cuarto.
-Puedo quitar ese juguete en dos segundos —insistió Blaine levantando una ceja.
-¿Dónde está el regalo de tus Padres?
-De verdad, en un segundo…
-¡Blaine!
-¿50 microsegundos? —insistió como estirándose en la cama.
-¿Cómo es esto posible?
-¿Qué cosa?
-Esto…—dijo Kurt subiéndose a la cama aplastando los papeles y unos moños dorados— que llevemos casi 30 años juntos y nos seguimos deseando como la primera vez que compartimos la cama.
-Creo…—respondió moviéndose hacia el— que a eso le llaman amor.
-¿Si?
-Así es —reafirmo Blaine dándole un beso— y tu Kurt Hummel, eres el amor de mi vida —agrego recorriéndole una pierna desde la rodilla hasta la cadera.
-¿Tus Padres?... —murmuro en medio del beso.
-¿Cómo?
-El regalo de tus padres Blaine Devon Anderson-Hummel… estamos en eso, recuérdalo —dijo Kurt apartándose con la mayor de las sonrisas.
-Lo recuerdo… —asintió Blaine sonriendo también.
-¿Dónde está?
-Es ese que está allí, el pequeño es de mi Papa y el otro como redondo el de mi Mamá, los de Burt y Carol son esos y el de Noah aun no lo envuelvo —explico tachando el resto de los nombres de la lista.
-¿Están todos entonces? —dijo Kurt contando y repasando a todos sus familiares en su cabeza.
-Todos —contesto Blaine enseñando la lista toda rayada.
-Con que hubieras hecho un victo bueno al lado de cada nombre habría sido suficiente, esto no lo entiende nadie —señalo apuntando la agenda.
-Yo si… —rebatió  Blaine encogiendo un hombro y tratando de descifrar  lo que había escrito antes de los rayados— bueno yo tampoco lo entiendo, pero el asunto es que tenemos todos los regalos— dijo dejando su agenda donde la encontrara minutos antes.
-Creo que ahí llegaron nuestros hijos —dijo Kurt poniendo oído  hacia afuera de la habitación.
-¿Cerraste la puerta? —pregunto Blaine levantándose de la cama.
-No…—respondió cerrando la maleta.
-¡Kurt!, ¿qué tal si entran de improviso?, aun no guardamos los regalos de ellos.
-Vamos, Noah es el niño más educado que existe, siempre golpea las puertas.
-Lo sé, pero Lizzie es una loca y es capaz de entrar como el torbellino que es —advirtió Blaine pasando el seguro.
-Tienes razón… ¿donde dijiste que esta mi regalo?
-No lo dije y tu, tendrás que esperar a que lleguemos a California, sea navidad y puedas abrirlo —señalo Blaine sonriendo y dándole un toque en la nariz con el bolígrafo.
-Eso es injusto…
-No lo es…
-Pues culpo a la “Virgen María” por no haber tenido al niño Jesús diez días antes, si hubiese sido así, ya tendría mi regalo en mis manos —señalo Kurt poniendo cara de niño voluntarioso.
-Mírate tú todo religioso, y así dices que no crees en nada…
-Creo en nosotros… lo que me es más que suficiente —dijo dirigiéndose al closet para comenzar a alistar el equipaje de ambos— ¿crees que Cooper podrá con la presión de ser anfitrión? —pregunto mientras escogía ropa de él y ropa de su esposo.
-Pues tendrá que hacerlo —contesto Blaine desde el baño— después de todo es la primera vez que se ofrece de anfitrión, y el pacto de turnarnos en las festividades lo hicimos cuando Lizzie era una bebé —añadió sacando los productos de Kurt para guardarlos en el bolso de viaje.
-Tienes razón…
-¿No estás convencido verdad?
-¿Qué?... no… —dijo Kurt negando con su cabeza y guardando ocho piezas de ropa— no es eso, es solo que sin nieve, la Navidad me resultara un poco extraña.
-Bueno en California hay viento y a veces lluvia… ¿no sirve?
-Pues no… me gusta más la nieve, es… romántica… por así decirlo —dijo dejando otras cuatro piezas de ropa, mas tres pares de zapatos de cada uno.
-¿Romántica?...
-Si… ya sabes, copos cayendo en tu cara, tu entibiándome las manos… esa clase de cosas.
-Pues cuando lleguemos para año nuevo, aun habrá nieve y mi pecho recibirá tus manos de lo más  feliz —asevero Blaine acercándosele para darle un beso.
-Te lo dije… el más correcto de los niños —dijo Kurt sintiendo que golpeaban la puerta.
-¿Quién  es? —pregunto Blaine aun con su esposo entre sus brazos.
-Soy Noah Anderson-Hummel, “Papáblen”.
Ambos rieron antes la respuesta extra correcta del menor de sus hijos.
-Hola Noah Anderson-Hummel… —dijo Blaine tomándolo en brazos con “Desmond”, la mochila y un paquete de galletas incluidos— ¿Cómo te fue en la escuela?
-Muy bien… ¿Cómo están ustedes?
-Muy bien también, ¿tu hermana?
-Se fue a su cuarto  a llamar a su novio, dijo que debía despedirse de él por lo de nuestro viaje.
-¡Voy enseguida Padres! —grito la chica desde la puerta de su cuarto.
-¿Por qué Colin no vendrá?—quiso saber Noah comiendo una galleta y entregándole una a su “Papáblen”
-No lo sé hijo —contesto mascando— tal vez porque estará con su familia en Navidad, después le preguntamos a tu hermana, ¿bueno?
-Bueno… —dijo Noah encogiendo un hombro— ¡Hola Papá!
-Hola hijo… un beso —dijo Kurt abriendo sus brazos— ¿Cómo te fue en tu clase de Ciencias?
-Súper bien…—respondió entregándole otra galleta.
-¿Y esto?
-¿Son galletas?
-Lo sé… pero se supone y no deberías comer nada antes de la cena —señalo Kurt tomando el paquete.
-Bien…—contesto el pequeño subiéndose a la cama.
-¿Tienes deberes que hacer? —pregunto Blaine al tiempo que lo ayudaba a quitarse la mochila de la espalda.
-No, mañana es la despedida para las vacaciones —respondió Noah acomodándose en la cama de sus Padres.
-Tienes razón, lo había olvidado.
-No hay problema…
-Cuéntanos como te fue.
-Hoy nos mostraron unos “inseptos” eran como dos millones.
-¿Dos millones? —dijo Kurt como sorprendiéndose— ¿hablas enserio?
-Si… habían unos verdes y otros así de grandes—explico Noah haciendo el gesto de algo tan grande como un zapato talla 9 ½.
-¡Wow! —exclamo Kurt tratando de hacer más espacio en la maleta con la ropa —eso debió ser súper emocionante… nunca traigas uno de esos a la casa. ¿Bueno hijo?
-Bueno… —respondió Noah sonriendo igual que Blaine— ¿Qué estaban haciendo?
-Pues estamos haciendo las maletas para el viaje del sábado… ¿y tú?, ¿hiciste la tuya?—quiso saber Kurt dudando entre llenar otra maleta o no.
-No, soy un niño, no se empacar —contesto Noah abriendo su mochila.
-Pues yo termino aquí y te ayudo con la tuya, ¿Qué te parece?—dijo Kurt ordenado casi una docena de calcetines.
-Me parece muy bien… ¿por qué tenemos que ir a Los Ángeles?
-Porque el tío Cooper nos invito para Navidad.
-¿Y tenemos que ir?
-¿Si queremos estar con nuestra familia? Si… —contesto Blaine cerrado el bolso con los artículos de aseo personal.
-¿Quién mas va a ir? —pregunto mientras hojeaba un libro con mapas.
-Pues iremos nosotros, Henry y Amelia, tu hermana Lizzie y tus abuelos, más tu Tío Cooper claro.
-¿Y la tía Rachel?
-Ella no podrá, está de gira con su compañía en Canadá…  pero la llamaremos para saludarla—explico Kurt sentándose a su lado.
-¿¡Y yo podre hablar!? —pregunto Noah tomándose la cara.
-Claro que si… todos podremos hablar con ella.
-¿Y el tío Dylan?
-El está en Inglaterra con la tía Lily —respondió Blaine sentándose al lado de su hijo también— pero también lo llamaremos.
-¿Podre hablar con Liverpool?
-Podrás hablar con todos —seguro Blaine haciendo chocar su frente con la de su hijo.
-Muy bien…—dijo Noah mirando la nieve que caía a esa hora sobre New York.
-¿Sucede algo hijo? —pregunto Kurt al ver que la mirada de Noah no era la suspicaz de siempre, sino que mostraba un dejo de nostalgia.
-Solo estoy “precupado”
-¿Preocupado?... ¿por qué? —quiso saber Kurt dejando el equipaje de lado y concentrándose en su hijo.
-¿Vamos a ir a California verdad? —pregunto Noah subiéndose sus anteojos sin cristal y apuntando  el  mapa de Estados Unidos en su libro.
-Así es… vamos a ir a la casa del tío Cooper —confirmo Blaine señalando el lugar donde estaba Los Angeles.
-¿Eso te preocupa?, ¿el viaje? —dijo Kurt moviéndose en la cama para quedar frente a su hijo.
-No, hemos viajado antes.
-¿Entonces? —insisto Kurt acariciándole el pelo.
-¿Cómo Sata Claus sabrá que yo estoy allí?, el siempre me ha traído los regalos a esta casa. ¿Qué tal si no sabe dónde estoy?
-Hijo… eso no pasara.
-¿Cómo sabes Papá?, yo creo que es “faptibe”
-¿Factible?
-Si…
-Pues yo creo Noah Anderson-Hummel que no deberías de preocuparte —insistió Kurt tomándole la mano.
-¿Como que no?, Santa no sabe donde vive el tío Cooper Anderson, y yo mande mi carta antes de saber que iríamos.
-Lo sé… pero así como Santa sabe si  fuiste un niño travieso o uno bueno durante el año, también sabe el lugar exacto donde estarás.
-¿Cómo?
-Pues tiene un radar especial —dijo Blaine al ver que Kurt se quedaba sin respuestas.
-¿Un radar?, ¿de verdad “Papáblen”?
-De verdad… ¿cierto Kurt?
-Así es… ¿y sabes donde esta?
Noah negó con su cabeza de manera tan exagerada que sus lentes se enchuecaron en su nariz.
-Pues en la nariz de “Rudolph” —aseguro Kurt con convencimiento.
-¿En su nariz?, ¿y cómo respira si su nariz es un radar?
-Pues…. ¿Blaine? —dijo Kurt abriendo sus ojos como platos.
-Pues… ¿recuerdas cuando el tío Dylan estuvo aquí?, ¿con la tía Lily?, ¿además de Hendrix y Liverpool?
-Si…
-¿Y te acuerdas también que los acompañamos al veterinario para que le pusieran esa cosita a su gato?
-¿El chip de rastreo?
-Exacto, el chip de rastreo —repitió Blaine un poco avergonzado por haber llamado al dispositivo de búsqueda como “esa cosita”.
-¿Pero qué tiene que ver?
-Si Blaine, ¿qué tiene que ver? —dijo Kurt sin saber muy bien donde iba la historia de su esposo.
-Tiene que ver, tiene mucho que ver, porque ese chip ayuda a saber donde esta “Agatha” en todo momento.
-¿Yo tengo un chip de rastreo? —pregunto Noah tocándose le cuello.
-¡No hijo!... ¡qué cosas dices!, el que tiene es “Rudolph” en su nariz, por lo que puede saber donde esta cada niño en todo momento, no habrá forma que Santa no sepa donde estas.
-Peor si el  tiene el chip, ¿Cómo puede “encontarme” a mí que no lo tengo?
-¿Cómo? —dijo Blaine pensando que al parecer nunca podría “pillar” a su hijo con una historia.
-Hijo… —interrumpió Kurt interviniendo el esta vez— lo que debes saber es que existen cosas que no tienen explicación, cosas mágicas, cosas que son invisibles a nuestros ojos, a la ciencia a todo lo que vemos a diario, por ejemplo, ¿tú crees que tu “Papáblen” y yo te amamos mucho?
-Claro que si…
-¿Y cómo puedes creerlo si no ves nuestro amor? —dijo Kurt poniendo cara de pregunta.
Noah se quedo con la boca abierta como si aquella explicación lo hubiese dejado sin habla, y sin ningún “por que” de vuelta.
-¿Entiendes ahora lo que es mágico?
-Si…
-¿Entiendes entonces que estés donde estés, Santa te encontrara y te dará lo que le pediste?
-¿Crees que me dará lo que le pedí en mi carta? —pregunto Noah desbordando ilusión.
-¡Por supuesto que si hijo! —exclamo Blaine levantándolo en su brazos— has sido el mejor de los niños, comenzaste la escuela sin problemas, eres amable con tus amigos, respetas a tus mayores, te comes toda la comida y fuiste muy valiente cuando tuviste el accidente en el verano… eres perfecto… —termino por decir Blaine menándole la pancita como cuando era un bebé.
-Ok… —contesto en medio de una risa.
-¿Ya no estás preocupado hijo? —pregunto Kurt acercándose a ellos.
-No… tu explicación fue súper “concinvente”
-Convincente hijo… —corrigió Blaine sonriendo.
-Eso…
-Ahora… ¿te acompaño para que hagamos tu maleta?, después de todo nos vamos pasado mañana —dijo Blaine haciendo como que lo bajaba al piso.
-Está bien… ¿me puedes cargar hasta mi cuarto?
-¿Acaso no eres un niño grande? —quiso saber Blaine arrugando su nariz.
-¡Pero soy el más pequeño!, todos deben consentirme —dijo Noah medio acurrucándose en el hombro de su “Papáblen”
-Eso es verdad —dijo Kurt dándole un beso en la frente y otro en una mano.
-En ese caso —añadió Blaine subiéndoselo en los hombros como si fuera un saco de patatas— ¡Al cuarto de Noah!— exclamo saliendo de la habitación.
-¡Papáblen!... ¡me da risa! —grito Noah riendo de buena gana.
-Lo sé… —contesto su "Papáblen" cargándolo hasta su cuarto y riendo también.
-¡Voy enseguida! —señalo Kurt  meneando sus manos como indicando que le quedaba por ordenar en su equipaje antes de seguir con el de sus hijos. Por más que Blaine y los niños se ofrecieran,  siempre Kurt terminaba por re-hacer el de todos.

Diciembre de 2011


-Blaine… —murmuro Kurt cerca del oído de su novio— Blaine… —repitió dándole un beso.
-¿Qué?... —contesto este con voz rasposa y medio dormido.
-Creo que se nos pasaron los quince minutos —dijo  levantándose de su cama.
-¿Cómo? —respondió restregándose un ojo.
-Eso… ya son casi las ocho…
-¿Y?
-¿Cómo que “y”?, debemos alistarnos para ir a la casa de tus padres, ¡Vamos! —insistió Kurt dando dos aplausos.
-Kurt… tengo sueño, ven sigamos durmiendo —contesto Blaine tomándolo del bolsillo de atrás del pantalón, provocando que su novio cayera sentado sobre la cama.
-Blaine… nada de esto te servirá… ¡vamos! —exclamo Kurt zafándose y dirigiéndose al baño con un traje perfectamente guardado en una bolsa elegante.
-Yo seguiré durmiendo —dijo Blaine acomodándose sobre uno de sus lados.
-Haz lo que quieras, mientras tanto, pero cuando salga del baño te alistaras tú, no me importa si tengo que obligarte.
-Bien…
-¡Sabes que lo hare! —grito desde el baño.
Blaine sonrió y volvió a  acomodarse en las almohadas, la idea de pasar la víspera del año nuevo en su casa le provocaba tan poco, que parecía buscar de manera inconsciente una excusa para llegar tarde o no llegar del todo.

-¡Listo!...—exclamo Kurt saliendo totalmente perfecto y  vestido para la ocasión— ¡Blaine! —añadió lo más fuerte que pudo.
-Blaine está dormido, como último día del año merece una siesta extra larga.
-Pues no la tomaras ahora… ¡vamos! —insistió Kurt dándole un par de palmadas en el trasero.
-¡Palmadas!... ¿debía traer algo yo?, ¿un látigo por ejemplo? —pregunto sonriendo con los ojos cerrados.
-¿Qué?... ¿de qué estás hablando?... ¡vamos levántate! —insistió Kurt remeciéndolo a la altura de la cadera.
-¡Kurt! —se quejo Blaine con voz de niño que se salta la siesta al tiempo que se retorcía en la cama como si fueran las 3 de la mañana de una noche de escuela.
-¡Vamos!… —insistió sin poner atención a los reclamos remolones de su novio— ¡me lo prometiste Blaine Anderson!, prometiste que harías un esfuerzo y que asistiríamos a este súper evento de la familia Anderson.
-No es un súper evento —dijo Blaine acurrucándose en las almohadas.
-¡Claro que lo es!, el año pasado cuando me llamaste se escuchaban las risas de la gente y la música súper entretenida… ¡vamos!, ¡lo prometiste!
-Yo no prometí nada y no es un súper evento, además lo de la música es porque luego de medianoche yo me hago cargo de escoger los discos, pero te recodare ese entusiasmo que tienes ahora cuando sean como las 11 y ya estés aburrido de escuchar a Edith Piaf —indico con una almohada sobre su cara.
-Pues puedes recordarme lo que sea, así yo podre recordarte que una promesa es una promesa en especial si se la haces al que es tu novio… ¡Vamos! —dijo Kurt quitándole la almohada y dándole un par de manotazos en la barriga.
-¿No es tarde ya? —pregunto levantándose resignado.
-No, van a ser las nueve y media, tienes quince minutos —indicó Kurt entregándole el porta trajes correspondiente.
-¿Qué?, ¿quince?, ¿tú te demoras casi dos horas y a mi me das 15 minutos?
-Pues yo no soy el que anda buscando excusas para evitar un compromiso —dijo Kurt corrigiendo su peinado frente al espejo
-Bien… —dijo Blaine entrando al baño— pero no te quejes de todos los “te lo dije” que pronunciare esta noche— agrego desde la puerta.
-Sabes que me quejare igual,  ahora alístate.
Blaine entorno sus ojos y negó con la cabeza como si las cervicales se le hubieran soltado, Kurt se quedo corrigiendo su atuendo frente al espejo y luego bajo a la sala de su casa para despedirse de su Papá y de Carol que irían a una fiesta en el Rotary Club de Lima.

-Solo estoy diciendo que parece que perdieron los estribos organizando tantas fiestas —escucho Kurt decir a su Papá mientras llegaba la sala vestido con un traje— ¿y tú?, ¿no ibas a ir a la casa de Blaine? —añadió al ver a su hijo cambiar los canales del televisor parado casi encima de la pantalla.
-¡Papá!... creí que te habías ido.
-No, estoy aquí esperando a mi esposa que insistió, insistió e insistió en que debíamos de ir a una fiesta.
-No creo que haya insistido tanto, además si asististe disfrazado a una hace dos meses, bien puedes ir a una elegante hoy.
-Es lo que le dije yo, gracias cariño —dijo Carol luciendo de lo más atractiva.
-¡Wow!, te ves hermosa Carol —exclamo Burt sonriendo.
-Gracias querido… ¿no me queda muy ajustado?, la verdad es que lo compre en la barata del “Black Friday” y creo que luego de Navidad engorde como 10  kilos —añadió mirándose el vestido rojo brillante.
-¡Exagerada! —aseguro Kurt acercándosele— te queda perfecto, solo déjame… —agrego mientras le arreglaba los breteles medios torcidos de la espalda— ahora si… estas perfecta Carol, creo que mereces un beso a media noche— termino por decir Kurt corrigiendo la posición del pañuelo que su madrasta había escogido para no sentir tanto frio.
-Gracias Kurt… ¿ves?, merezco un beso a la medianoche —dijo Carol haciendo un gesto con sus cejas mirando a su esposo.
-Pues yo te daré uno de inmediato —contesto Burt tomándola de la cintura y besándola acto seguido. Kurt se aparto hacia un costado y miro satisfecho la felicidad de su Padre— ¿esta cosa abriga? —quiso saber el Papá de Kurt tocando el género del pañuelo que envolvía la espalda de su esposa.
-Nada, pero es muy estiloso, que es lo importante en esta noche… ¡Mis pendientes! —exclamo tocándose las orejas y dejando un pequeño bolso sobre uno de los sillones.
-Eso no abriga nada —opino Burt dejándose caer en su silla.
-Pues para eso estas tu Papá para facilitarle tu chaqueta de la mas galante de las maneras.
-¿Y que hay de mi?, ¿si me da frio?
-Pues te dará, pero no olvidaras lo bien que se sentirá tu esposa cuando hagas aquel gesto—dijo Kurt sentándose con sus manos en una rodilla.
-Gracias por el consejo… ¿Blaine te vendrá a buscar?
-No, está aquí.
-¿Aquí? —repitió Burt apuntando el piso de su sala.
-Así es… se está alistando.
-Un momento… ¿tu saliste antes que él?, ¿Qué es esto? ¿la dimensión desconocida?
-No…—contesto Kurt acentuando la “o”— es solo que estaba medio reticente a asistir, así es que ha buscado miles de excusas para retrasarse.
-¿Para no asistir?, ¿Por qué no querría asistir a una fiesta en su propia casa?
-Por su Padres, se lleva bien con ellos, pero creo que comete el error de comparar nuestra relación con la que él tiene con su Papá, y yo creo que no son comparables.
-Por supuesto que no… “Starsky” y “Gay-Hutch”, no tienen comparación.
-Por cierto que no —corroboro Kurt dándose ínfulas.
-¿Te das cuenta que desde que murió tu Madre, esta es la primera víspera de año nuevo, que no la pasaremos juntos, sentados en aquel sofá, comiendo pizza y viendo la bola caer desde el “Time Square”?
-Lo sé… es triste de alguna manera, pero me alegra que sea por cómo están nuestras vidas ahora, tu casado con Carol y yo de novio con Blaine —contesto Kurt sonriendo casi sin poder evitarlo cuando menciono a su novio.
-Al parecer las cosas mejoran para los hombres Hummel —dijo Burt sonriendo.
-Al parecer —repitió Kurt dirigiéndose a la cocina.
-¡Ahora si!… —dijo Carol llegando nuevamente con sus pendientes puestos.
-¡Ah!, ¡el toque que faltaba! —exclamo Burt levantándose.
-¡Vamos querido!, ni siquiera habías notado que mis orejas estaban desnudas.
-Créeme que habría notado si hubieran habido desnudos —contesto como riéndose.
-¡Por favor!... —respondió Carol dándole un manotón en el pecho.
-¿Dónde está Finn?
-Con Rachel creo que irán a una fiesta en el “Breadsticks”, pero no sé bien en realidad, me lo dijo pero…
-¡Anderson! —exclamo Burt al ver al novio de su hijo aparecer desde los dormitorios.
-Hola Burt, creí que ya se habían ido —dijo Blaine estrechándole la mano.
-Pues no, aquí estamos haciendo hora.
-¿Dónde van?
-Al Rotary Club creo que el 2011 será el año de las fiestas en aquel recinto.
-Mejor así ¿no creen?, ¡Hola Carol!
-¡Ay!... ¡Blaine!, no te había visto, estos pendientes me tienen media insegura, ¿Qué crees tú?
-Pues yo creo que te ves muy bonita y te combinan perfecto, ¿Kurt te los eligió?
-¡Quien más! —contesto tocándose las orejas de nuevo— es solo que nunca había usado algo que no fuera una pequeña perla —añadió sonriendo— tú… te ves muy guapo.
-Gracias Carol —dijo Blaine arreglándose la corbata— ¿Dónde está Kurt?
-Fue por un vaso de agua, ¿habrá fiesta en tu casa?— quiso saber Carol al tiempo que corregía la posición de la corbata de su marido.
-Si… aunque si me lo preguntas me gustaría saltármela e ir a otro lado.
-¡Nadie se saltara nada!, ya… te lo… dije… —dijo Kurt medio entrecortado al ver que Blaine se veía más guapo que nunca.
-¿Qué?... —pregunto este mirándose de pies a cabeza y hacia atrás, como si hubiese otra persona más atractiva atrás de él y que mereciera el gesto de boca abierta de su novio.
-¿Qué dijiste?... ¿Quién? —balbuceó medio atolondrado.
-Yo nada…
-Ni yo… —respondió Kurt mirándolo de arriba  abajo.
-Muy bien chicos, nosotros nos vamos, ¿quieren que los acerquemos a algún lado?
-No Papá, el Señor Anderson le prestó el auto a Blaine, así es que tenemos transporte —dijo Kurt dando pequeñas miradas a su novio.
-¡Perfecto entonces!, nosotros mañana nos daremos los buenos deseos —señalo Burt dando un abrazo adelantado a su hijo.
-¡Que disfruten la fiesta!
-¡Y Ustedes! —contesto dando un par de palmetazos en la espalda del novio de su hijo antes de salir de la casa.
-¡Bésense a Medianoche! —grito Carol desde la puerta.
-¡Cuenta con ello! —dijo Blaine de vuelta.
-¿”Cuenta con ello”? –repitió Kurt levantando una ceja.
-Es año nuevo, se supone y es lo que las parejas hacen, y algunos desconocidos también.
-Creí que en tu casa sería difícil que pudiéramos hacer algo así.
-Pero siempre podemos buscar un lugar apartado de todos.
-Claro... –dijo Kurt quedando con su vista  pegada en el cuerpo de su novio.
-¿Qué?...
-Nada… ¿nos vamos?
-No sin que antes me digas que te pasa… ¿no te gusta el traje que elegí?
-Primero yo elegí ese traje para ti —corrigió Kurt acercándosele para rehacer el doblez del pañuelo que llevaba en el bolsillo— segundo, pongas lo que te pongas te verías bien igual…
-Esa línea es mía Kurt Hummel.
-Pues en este caso te viene como anillo al dedo.
-Ok…
-Y tercero, debo admitir que me quede sin aire al verte vestido así.
-¿Vestido así?
-Sí —dijo acomodando el pañuelo— porque debo señalar que además de verte con tu uniforme de Dalton nunca te había visto vestido de manera tan elegante.
-¿De verdad? —pregunto Blaine medio derretido.
-De verdad —contesto Kurt, sintiendo un poco de vergüenza, como si hubiese actuado con atrevimiento descarado.
-Gracias… —dijo Blaine dándole un beso cargado de segundas y terceras intenciones inclusive.
-Por muy poderosos que sean tus labios —dijo Kurt quedándose sin aliento— no te servirán  para zafarte de esta fiesta.
-¿Seguro? —insistió Blaine dando otro beso que incluía cuartas y quintas.
-Blaine…
-Lo sé, te lo prometí… pero tenía que jugar todas mis cartas.
-Bien… —dijo Kurt queriendo otro beso que incluyera sextas intenciones.

-¿Cuánta gente invitan tus padres? —quiso saber Kurt llegando a la casa de su novio.
-Pues toda la que vez —respondió deteniendo el auto casi a dos cuadras de la casa.
-¿Todos estos autos son de los invitados? —añadió contando mentalmente todos los vehículos aparcados en la “Eastwood Av.”
-Asumo que si —contesto Blaine— revisando sus bolsillos y quitándose el cinturón de seguridad— ¿vamos?
-Vamos…—dijo Kurt como exhalando aire.
-¿Estás bien?, se supone y soy yo el incomodo aquí.
-¡Yo no estoy incomodo! —contesto Kurt sin dejar pasar ni medio segundo antes de dar una respuesta.
-Pues lo pareces —aseguro Blaine mirando a ambos lados antes de cruzar con Kurt colgando de su brazo— ¿seguro y estas bien?
-Lo estoy, es solo que nunca imagine que habría tanta gente, es prácticamente un evento social.
-Pero es aburrido y presuntuoso, y para ser sincero preferiría estar en la fiesta del Rotary Club con tus Padres.
-Eso sí que no te lo aceptaría —dijo Kurt mirando los autos estacionados— dudo que prefieras champaña tibia y juegos de BINGO a estar en tu casa.
-No, pero hay mucha gente y vanidad desmedida, además estoy seguro que nadie notaria si no estamos presentes.
-¿Lo crees? —dijo Kurt sacando el teléfono del bolsillo de su novio.
-¡Eso es invasión de la privacidad! —exclamo Blaine tratando de quitárselo.
-Es tu Mamá, te ha llamado cinco veces —señalo Kurt como en tono de reprimenda.
-Kurt…—insistió Blaine queriendo recuperar su teléfono.
-Llámala… ¿quieres? —advirtió entregándole le aparato.
-¿Para qué?, estamos a un minuto de entrar a la casa, sería un gasto inútil de dinero, de tiempo y de minutos libres que prefiero usar para hablar contigo.
-¿Blaine a que le temes?
-A nada… —respondió mirando la pantalla.
-En ese caso… —dijo Kurt tomando el teléfono para responder a llamada de la Mamá de su novio— ¿Señora Anderson?... Si, ¡Exacto!, soy Kurt… Bien ¿y usted?… No él está bien, estamos afuera de su casa, tuvo problemas con su teléfono, pero estamos llegando… si… si… no se preocupe… adiós —concluyo entregándole el aparato con la cara de  “¿viste?”
-Debo decir que eso fue bastante inapropiado —dijo Blaine sin mirar a su novio y guardando el teléfono en su bolsillo.
-Blaine, si tu temor es su reacción frente  a nosotros, debo recordarte que tus padres fueron súper amables el día que me trajiste aquí para conocerlos, incluso… ¿te acuerdas cuando vinimos?, ¿luego de la “Noche de los artistas despreciados”? ¿ese día que vi a tu Mamá la primera vez, y fue extra amorosa?, ¡si hasta cena me ofreció!
-Puede que sí, puede que así sea, pero…
-Pero que…
-No es lo mismo que en tu casa, estoy seguro que cuando vienes aquí, tú no te sientes como me siento yo cuando estoy con Burt y Carol.
-Me siento bien  que es lo importante, y no puedes comparar ambas cosas, no es saludable.
-Kurt, por favor, promete algo —dijo Blaine deteniéndose en la entrada de su casa— si en algún momento mi Papá o mi Mamá te hacen sentir incomodo me lo vas a decir, de verdad.
-Ok, si eso hace que te tranquilices y que entres conmigo a esta súper sofisticada fiesta, juro que te lo diré, pero estoy seguro que no será necesario… te ves tan guapo…—termino por decir Kurt como si aquello zanjara el tema de manera definitiva.
-Gracias… tienes una forma muy rara de hacerme sentir bien.
-Pero es la verdad, ambos estamos fabulosos, como si nos fuéramos a casar o algo.
-¿A casar? —dijo Blaine sacando sus llaves— esta es la segunda vez en menos de una semana que lo mencionas.
-¿Cuándo mencione algo así? —pregunto Kurt corrigiendo su peinado en el pomo extra pulido de la puerta.
-Pues cuando te di el anillo de promesa hace menos de una semana.
-Pues eso te pasa por sostener una caja de joya frente a mí, así es que la próxima vez que quieras regalarme algo que no sea un anillo de compromiso envuélvelo de otra forma, ¿de acuerdo? —advirtió Kurt sonriendo.
-De acuerdo… y tu también estas muy guapo, presumiré que eres mi novio enfrente de todos, espera y veras —contesto Blaine entrando junto a él.
-¿Esa es “Baubles, Bangles, & Beads”?, ¿no deberíamos estar bailándola? —dijo Kurt mirando y sonriendo a la mayor cantidad de invitados.
-Te lo dije, pero no te preocupes ese álbum lo ponen dos veces antes del de Edith Piaf, tendremos otra oportunidad —señalo Blaine buscando a su Padres entre todos los invitados.
-Eso espero… ¿hay mozos? —pregunto al ver que el “catering” incluía personal de servicio.
-Pues mi Madre jamás atendería a toda esta gente sola y no cocinaría tampoco para todos —dijo Blaine tomando  un par de copas y entregándole una a Kurt.
-¿Es alcohol?
-No.
-¿Seguro? —pregunto oliendo el liquido.
-Seguro, además si lo fuera, será 2012 en un par de horas, y si el mundo se va a acabar, será mejor y comenzar a disfrutar desde ya —contesto Blaine haciendo un gesto de brindis con la copa de su novio.
-¿No te comportaras de manera rara?, ¿verdad?
-¿A qué te refieres?— pregunto tomando una brocheta como de carne e indicándole al mozo que le ofreciera una a Kurt. Este le sonrió y tomo una junto con una servilleta.
-A que… ¡Por Dios! ¡esto esta delicioso!... y así querías ir a Rotary Club, lo máximo que tendrán allí serán sándwiches  de miga con jamón y queso, ¿dónde está tu Mamá? —agrego mascando con ganas.
-No lo sé… —respondió mirando a su alrededor— tal vez… ¡me encanta esta canción!—exclamo dando un par de pasos de baile seguido de un giro en 360° sobre uno de sus pies— “I hear music when I look at you…”—dijo Blaine cantando la primera línea de “Song Is You”, la canción que comenzaba a sonar—“A beautiful theme of every dream I ever knew…”—agrego sonriendo al tiempo que tomaba a Kurt de una mano y lo hacía girar sobre si mismo.
-¡Vaya! —exclamo medio descolocado— parece que está mejorando su animo Señor Anderson.
-Pues al parecer, y creo que es gracias a tu compañía… y no me llames “Señor Anderson”, al menos no aquí, o a mi Papá le dará un ataque si cree que le estas hablado a él —agrego Blaine continuando con la canción y el baile improvisado.
-¡Hijo!....—escucharon ambos desde uno de los rincones de la sala— ¡Hijo! —insistió la Señora Anderson gesticulando y acercándose a ellos haciéndose paso entre todos los invitados.
-Tu Mamá es tan estridentemente fantástica, que creo que la adoro —dijo Kurt arreglándose completo, como si quisiera causar la mejor de las impresiones.
-Convive con ella 17 años y veras que es más estridente que fantástica —corrigió Blaine esbozando la mejor sonrisa del año.
Kurt hizo una mueca de desagrado seguido de una mirada media de regaño.
-¡Hijo!.. ¡por fin llego hasta a ti!...—dijo la Señora Anderson exhalando aire casi como si hubiese llegado a la meta luego de una competencia particularmente difícil.
-¿Para qué invitaste tanta gente?
-¡No es tanta gente! —exclamo mirando a todos y tomándose el pecho— ¿Cómo estas?, ¡estas desaparecido desde ayer! —añadió dándole un abrazo y un pellizco en la mejilla después.
-Estaba donde Kurt, te lo dije…
-¿Kurt?... ¡KURT! —grito para ganarle a la música.
-Hola Señora Anderson —dijo este estirando su mano.
-¿Cómo estás? —pregunto la Mamá de Blaine dándole dos besos y mirándolo de arriba a abajo— estas extremadamente guapo… con razón mi hijo llega sonriendo cada vez que te ve.
-¡Mamá!
-¿Qué?... no le hagas caso, odia cuando me comporto así, revelando sus secretos y esas cosas, pero yo lo hago solo para molestarlo y para que haga… ¡eso! —dijo le Señora Anderson al ver que su hijo se cruzaba de brazos y movía su cabeza como negando en cámara lenta— ¡ven!... quiero que conozcas a un montón de gente extra simpática —añadió tomando a Kurt por los hombros y llevándoselo hacia el centro de la fiesta.
-¡Mamá!...—grito Blaine como si le arrancaran un brazo.
-¡Volvemos enseguida! —exclamo la Señora Anderson haciendo un gesto hacia atrás con su mano.
-Lo siento… —murmuró Kurt mientras se alejaba.
-Pero…—insistió estirando su mano como si quisiera impedir aquello con un movimiento casi imperceptible.
-Hola hijo…
Blaine se volteo y vio a  su Papá feliz y vestido para la ocasión.
-Hola… Papá…
-¡Vaya!, ¿puedes mostrar menos entusiasmo?, llamaras la atención de todos, ¿estas bien?
-Si… perdona es solo que… —dijo apuntando a su Mamá que le presentaba a Kurt a casi todos los invitados.
-Bueno…—dijo mirando la escena y bebiendo de su copa— debes aprontarte, estuvo hablando todo el tiempo de él y de que era el novio de su hijo, que estudiaría en New York y que había sido elegido presidente de la clase… presumirá de él toda la fiesta.
-Pues yo no quiero eso… y hay un par de datos imprecisos  en lo que acabas de decir.
-¿Cuáles datos?
-Da lo mismo…—dijo Blaine sacando tres pequeños panes de una de las bandejas y comiéndolos de manera seguida.
-¿Dónde estuviste todo el día?
-En casa de Kurt —respondió con la boca llena.
-¿Dónde? —dijo su Papá agudizando su oído.
-Me escuchaste —respondió tragando— ¿puedes por favor ayudarme a liberar a Kurt de la presión de la Mamá?
-Claro… será difícil pero te ayudare  —dijo el Señor Anderson comenzando a avanzar entre los invitados
-¡Cariño!…—exclamo la Señora Anderson al ver llegar a su hijo y esposo—  mira estaba aquí hablando con Broke y Becca sobre que nosotros no conocemos New York, en cambio Kurt si, y adivina…—dijo haciendo un gesto de desinterés con su mano— ¡Ellas tampoco! —añadió sonriendo.
-La verdad es que yo no… —trato de decir Kurt en medio de la risa de todas las mujeres.
-Kurt, ¿recuerdas que tenemos que ir a…? —dijo Blaine moviendo su cabeza como apuntando un lugar lejano.
-¿Cómo?... ¡ah!... ¡sí!...  tenemos que ir a… ya saben… —señalo Kurt sonriendo.
-¿Cómo que ir adonde?, ¡no, no, no!, hijo estamos en la fiesta falta casi media hora para media noche, ¡no puedes irte!, además Kurt esta de lo mas encantado conociendo a todos, ¿verdad Kurt? —dijo la Señora Anderson tomando a su yerno del brazo.
-La verdad Señora Anderson es que con Blaine…
-Becca, ¿te dije que Kurt también es presidente de la clase?... ¡Imagínate! ganaron las regionales…
-¡Seccionales! —corrigió Blaine de mal modo.
-Eso… ganaron esas competencias y además es elegido presidente… ¡qué cosa tan maravillosa! —dijo la Mamá de Blaine dando dos aplausos y un arrumaco a Kurt que lo dejo un tanto desacomodado.
-Mamá esta incomodando a Kurt, además debemos irnos—dijo Blaine haciendo como que se llevaba a su novio cogido de una mano.
-¡Tonterías!... no se preocupen chicas, él siempre es así de egoísta con su novio, pero como han visto deben deducir porque… ¿Qué tal si cantas algo cariño?
-¿Qué?...
-Blaine canta espectacular, ¿lo han escuchado verdad? —las amigas de la Señora Anderson dijeron que no al unísono— ¿ves cariño?, todos quieren oírte, el canta tan bien que creo que se dedicara a eso cuando termine la escuela.
-¿Quieres dejar de hablar como si no estuviera aquí?, es bastante molesto y además con Kurt debemos irnos —insistió Blaine volviendo al gesto de querer llevarse a Kurt lo más lejos posible.
-Les dije, ¡más que egoísta!, hijo falta poco para la medianoche, si se van los pillara el 2012 en el auto, ¿no querrán pasarse todo el año entrante sobre un auto verdad? —advirtió la Señora Anderson riendo al imaginara aquella posibilidad.
-No… ¿Kurt?
-Blaine, si nos vamos ahora no alcanzaremos a llegar a la casa antes de media noche —dijo Kurt poniendo cara de complicación al  sentir que no se ponía de parte de su novio.
-¡Bien!... —dijo retirándose.
-¡Blaine!... —exclamo Kurt queriendo ir tras de él.
-¡Ay no te preocupes Kurt!, volverá enseguida, mira Becca tiene unas teorías tan interesantes sobre New York que creo y te interesaran, además trabaja en una agencia de viajes, puede conseguirte un pasaje para Siria en solo segundos, ¿verdad Becca?
-No creo que alguien quiera ir a esa zona tan revuelta y Señora Anderson, disculpe, pero debo buscar a Blaine… gusto en conocerlas —dijo Kurt guiñando un ojo a las amigas de la Mamá de su novio.

-Dijiste que contara con nos besaríamos a media noche… —dijo Kurt saliendo al patio trasero de la casa de los Anderson.
-¿Sabías que en ese árbol había una casa? —conto Blaine sentado en un asiento de columpio y apuntando a un gran nogal que había en el patio de su casa.
-¿Una casa de árbol?... ¿era tuya? —quiso saber sentándose a su lado.
-Bueno, de mi hermano primero y luego mía…
-¿Y que paso con ella?
-Mi Papa la desarmo cuando el vecino reclamo porque Cooper solo se subía para mirar a su hija cuando se cambiaba de ropa en su cuarto.
-¿Cooper? ¿tu hermano del que nunca hablas?
-Exacto… hubo un día que estuve allí de la mañana hasta la noche y nadie noto mi ausencia dentro de la casa —dijo Blaine sonriendo con nostalgia.
-¿Cómo es eso posible?, ¿Cuántos años tenias?
-8… y ahora teniendo el doble de edad me sentí igual que en aquella ocasión, como si fuera transparente o algo.
-Blaine… disculpa, pero tu Mamá…
-No, tú no tienes la culpa de nada, a pesar que me dijiste que haríamos solo acto de presencia y luego nos iríamos a tu casa.
-Lo sé, pero… como viste es bastante difícil decirle que no a tu Mamá… por lo demás, ¡cuantas tías y tíos tienes?, ¡te juro y pensé  que me dislocaría la mano tanto saludar! —dijo Kurt haciendo el gesto de quien tiene la muñeca dislocada y trata de ponerla de nuevo en su lugar.
-Siento eso…
-Está bien… me sentí el centro de la atención  lo que siempre es agradable, cuéntame de tu casa del árbol —pidió Kurt recostándose en el hombro de su novio.
-Pues mi Papá se la hizo a  Cooper, luego que creció y perdió el interés en ella me la cedieron a mí  y la arreglamos a mi gusto, creo que fue una  de las pocas veces que me sentí cerca de ellos.
-¿Cómo así?
-Porque mi Papá se encargo de instalarme una mesita y una banca y mi Mamá de decorar todo con motivos de superhéroes, creo que fue el mejor verano de mi vida… hasta ahora claro…—dijo Blaine mirando a su novio.
-¡Nada de ponerse triste!, ¿no escuchaste lo que dijo tu Mamá?, como recibas el año será como te ira, por lo demás, ahora estas más grande y no necesitas construir una casa en el árbol para hablar con tus Padres y sentirte cercano a ellos, solo necesitas conversar.
-…
-Además deberías saber que a pesar de su estridencia, tu Mamá está muy orgullosa de ti, porque además de hablar de mí y decir muchas cosas que no son verdad, hablaba de ti, de cómo eres en la escuela, con ellos, y yo agregue lo maravilloso que eres conmigo por cierto.
-¿De verdad? —pregunto Blaine comenzando a mecerse en el asiento.
-De verdad y yo no tuve que mentir por cierto.
-Gracias Kurt…
-No me agradezcas por decir la verdad, guarda tus gracias cuando te haga desayuno o te salve en una entrevista en una alfombra roja.
-¿Por qué habrías de salvarme?
-Porque yo se todas las respuestas, soy mayor que tu y siempre tengo la razón.
-Ok…—dijo Blaine sonriendo en lo que esta vez sí era la mejor sonrisa del año.
-¿Escuchas? —dijo apuntando hacia el interior de la casa.
-La cuenta regresiva…
-¡Así es!… —exclamo mirando la hora en su teléfono— ¡Feliz año nuevo Blaine Anderson!
-¡Feliz año nuevo Kurt Hummel! —respondió mirándolo fijo un segundo. Kurt sonrió y sintió que su corazón aceleraba un poco su ritmo, Blaine sonrió nuevamente y rozo su nariz con la de él, exhalo un poco de aire y respiro con agrado el que Kurt expelía de su boca. Con infinita desesperación Kurt acerco sus labios a los de su novio y este se aparto solo un segundo, lo miro mas enamorado que nunca y por fin lo beso, convirtiendo los primeros segundos del 2012 en unos inolvidables para ambos.